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Tarea 11 Borrador de marco teorico

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Tarea 11. Borrador de Marco Teórico. (noviembre 08, 2021)
ANTECEDENTES
Las parasitosis intestinales son infecciones que pueden producirse por la ingestión de quistes de protozoos, huevos o larvas de gusanos o por la penetración de larvas por vía transcutánea desde el suelo. (Medina Claros A.F., Mellado Peña M.J., García López H. M., Piñeiro Pérez R. & Martín Fontelos P., 2011). El ciclo de contagio de los agentes parasitarios requiere que el microorganismo se introduzca en el huésped, ya sea por vía transdérmica, o a través del tubo digestivo, por la ingestión de alimentos contaminados o por contacto con vectores. (Sánchez, V.J., Tay-Zavaka, J., Robert, G.L., Romero, C.L., Ruiz, S.D., & Rivas, G.C. 2000). 
Prevalencia de Parasitosis Intestinales en el Mundo
La parasitosis intestinal es una de las enfermedades infecciosas más comunes en el ser humano, la cual se encuentra ampliamente distribuida a nivel mundial. (Cardoso, G. y Samudio, M. 2017). La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó en el 2018 que 1,500 millones de personas (casi un 25% de la población mundial) están en riesgo por infecciones por parásitos intestinales en su mayoría helmintos a través del contacto con el suelo y más de 270 millones son niños en edad preescolar. Estas infecciones pueden ser adquiridas por individuos de todos los grupos de edad y niveles socioeconómicos, aunque la población más susceptible es la de mayor marginación socioeconómica, principalmente en edades de 0 a 14 años, debido a su inmadurez. 
Prevalencia de Parasitosis Intestinales en México
En México, las infecciones parasitarias intestinales son aún un problema serio de salud pública y están asociadas con una alta morbilidad en la población general (SINAIS, 2005). Aproximadamente un 34% de la población mexicana es menor de 15 años y el 60% de los mexicanos viven en pobreza. Como la población infantil y las personas con un nivel socioeconómico bajo son vulnerables a las infecciones parasitarias, México se encuentra altamente afectado. Esto asociado al clima tropical presentado en algunas regiones del país, el cual representa un nicho adecuado para la transmisión de parásitos (Morales EM, Sánchez HJ, García MM, Vargas G, Méndez JD, y Pérez M. 2003). Los parásitos encontrados con mayores prevalencias en México y que además son comúnmente asociados a agua son Giardia lamblia y Cryptosporidium parvum (Morales et al., 2003). La Secretaría de Salud del País administra a escolares una dosis de albendazol dos veces al año con el fin de combatirlas. Aun así, las prevalencias exactas en el noroeste del país no se conocen y los parásitos intestinales parecen estar contribuyendo a la mala nutrición de la población, particularmente infantil. (Quihui et al., 2008).
En un estudio realizado por Quihui-Cota, L. y Morales-Figueroa, G. (2012) a escolares en el noroeste de Sonora, las parasitosis intestinales continúan siendo un problema de salud pública en el noroeste de México, donde se administra una dosis única de albendazol (400 mg) dos veces al año a todos los escolares. El 35% de los sujetos tenían parásitos intestinales, 30% protozoarios y el 20%, 12%, 4% y 3% estaban infectados con Giardia duodenalis, Hymenolepis nana, Entamoeba histolytica / dispar respectivamente.
Manifestaciones Clínicas
Los parásitos intestinales tienen múltiples efectos patógenos que producen alteraciones en la fisiología del organismo. Las manifestaciones clínicas dependen de la carga parasitaria, del estado inmunológico, nutricional de la persona infectada. Puede haber manifestaciones intestinales: flatulencia, dolor abdominal, náuseas, tenesmo, vómito y diarrea. (Gómez J.F., Gómez L.F. y Quevedo A. 2008) Hay otras manifestaciones asociadas a las parasitosis intestinales como la anemia ferropénica, disminución del apetito, palidez en la piel, convulsiones, prurito nasal, distensión abdominal y disminución del rendimiento escolar; (Rísquez P., Márquez T., Quintero P., Ramírez D., Requena J., Riquelme H., Maigualida J. R., Chacón F., 2010). La parasitosis intestinal y una mala nutrición tienen como consecuencia crecimiento retardado, lenta reposición tisular y disminuyen la concentración, atención, actividad motora y cognoscitiva desarrolladas por el niño (Llanga Huacho, 2017); si bien en algunos estudios se ha demostrado una relación significativa entre parasitosis y desnutrición, en realidad la desnutrición es multifactorial, por lo tanto la parasitosis solo incrementa su nivel pero no necesariamente determina la misma (Peña Barragán, 2015).

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