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HISTÓRIAS PARA SER CONTADAS NO PODCAST ESTÁGIO 3

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HISTÓRIAS PARA SER CONTADAS NO PODCAST ESTÁGIO 3
(HISTÓRIA 1) 	EL CORAZÓN DEL BORRICO (AUTOR: ROSSANA GUARNIERI)
La tarde en que apareció en el cielo la estrella que indicaba el camino para encontrar y adorar al futuro Rey del mundo recién nacido, el pastor Amhed yacía enfermo en su cabaña, sin poder moverse con fiebre alta. Entonces llamó a su hijo Alí y le dijo:
—Irás tú a adorar al Niño, siguiendo esa estrella. Llévale de regalo un saquito de dátiles.
Alí se preocupó.
—¿Y si el camino es muy largo? Yo soy todavía pequeño y no muy fuerte, padre.
—Coge el borrico Barai, él te llevará.
Tampoco Barai era fuerte, tenía ya muchos años en la grupa, estaba tan delgado que las costillas se le marcaban en la piel, el pelo era áspero y escaso, los ojos nublados. Pero mejor eso que nada...
Alí subió al borrico y partió.
Pasaron horas y horas de lento viaje antes de llegar a una cabaña sobre cuyo tejado se había detenido la estrella, y ya era noche cerrada.
(HISTÓRIA 2)			EL LAGO DE LOS MONSTRUOS (AUTOR: JOSÉ TIRIBEUS)
Érase una vez, en un pequeño pueblo cerca de Bruselas,
que se llamaba Tervuren, un gran parque,
y en medio del parque había un bosque gigantesco;
y en ese bosque había un lago oscuro y tenebroso
en el que vivía un monstruo, que se llamaba Monsta.
Monsta se había comido a todos los monstruos que vivían en el lago.
y todos los niños que se acercan a la orilla del lago
y por eso tenía un vientre enorme y redondo;
era tan grande que cuando el monstruo se movió,
la arrastró por el suelo y, para moverse mejor,
tuvo que aferrarse a las ramas de los árboles
que rodeaba el lago,
y todos estaban un poco deprimidos
y casi a la altura del agua.
monstruo, el monstruo,
tenía hambre, tenía hambre;
ya no había nada para comer;
se había comido a todos los monstruos,
y los niños ya no se acercaban
de la orilla del lago porque tenían miedo.
Hasta que un día, cerca del lago, hubo un grupo
de niños jugando al fútbol y un niño pequeño dio una
patear la pelota que aterrizó cerca de una esquina del lago.
Monsta, que cada día tenía más hambre,
vi esta cosa redonda, cerca de la esquina del lago,
y pensó: podría comérsela.
Entonces, se fue a la esquina,
arrastrando tu barriga
y aferrado a las ramas de los árboles
y, de inmediato, se tragó la pelota.
Entonces monstruos y niños
que estaban dentro del vientre,
comenzó a jugar un partido de fútbol entre ellos,
y un monstruo pateó la pelota que lo hizo volar.
Todo el aire de la pelota salió y la barriga comenzó a hincharse
e hinchar hasta que también explote.
Entonces todos los monstruos salieron del vientre
y todos los niños corrieron a sus casas
dile a tus papás que ya estamos aquí
y contándoles todo lo que había pasado.
El vientre de Monsta ya no era grande y redondo
y ya no tocaba el suelo y estaba delgado.
Podría caminar sin aferrarse a las ramas de los árboles
y además, tenía amigos.
Había más monstruos en el lago y podía jugar con ellos.
Entonces Monsta pensó:
No voy a comerme más monstruos ni más niños.
Y desde ese momento
Monsta solo comía fruta de los árboles cerca del lago.
Y cuando los niños se acercaron a la orilla del lago,
Monsta los llevó a pasear por el lago
en su enorme cola.
 Y todos fueron felices por siempre
comió los frutos de los árboles
y la victoria, la victoria, la historia se acabó.
(HISTÓRIA 3)			EL CIERVO, EL MANANTIAL Y EL LEON (AUTOR: ESOPO)
Cierto día de mucho calor, vagaba un ciervo por el bosque. De pronto sintió mucha sed y corrió en busca de un manantial que allí cerca había. Una vez que bebió y calmó su sed, se quedó contemplando su figura reflejada el agua limpia.
-¡Qué hermosos cuernos! – exclamó -. Parecen ramas erguidas. En cambio, mis pobres patas, tan finas como palillos, no lucen nada. 
En eso estaba, cuando un crujido en el sendero le hizo volverse y vio avanzar un león. No lo pensó más. Valiéndo-se de sus ágiles patas echó a correr poniendo cada vez más distancia entre él y su cruel perseguidor. Pero de pronto, el sendero se hizo más angosto, y sus hermosos cuernos se enredaron en las ramas de los árboles. Allí quedó prisionero y el león no tardó en alcanzarlo. El ciervo herido bajo los zarpazos de la fiera, sintió que se moría.
- ¡Qué tonto he sido! – murmuró -. Mis patas, que me parecían tan despreciables, me hubieran salvado la vida, en tanto que los cuernos, cuya hermosura me llenaba de orgullo, han servido sólo para perderme.
(HISTÓRIA 4)		EL GATO CON BOTAS (AUTOR: CHARLES PERRAULT)
Un día, el gato se enteró que el rey iba a salir de paseo con su hija y urdió un plan. Le pidió a su amo que se metiera al río a nadar y que él haria el resto. Cuando la carroza del rey pasó cerca del río, el gato empezó a gritar: “¡El marqués de Carabás se ahoga! ¡Ayuda, ayuda!”
El rey, que escuchó al gato, pidió a sus guardias que lo salvaran. El animal se acercó al rey para contarle que mientras nadaba, unos ladrones se habían llevado la ropa del marqués. Al escuchar que se trataba del marqués de Carabás, aquél que se había mandado conejos y demás animales cazados, el rey, para agradecer los regalos, mandó que le trajeran finos trajes a este marqués. Con tales trajes, el hijo del molinero parecía todo un noble y la princesa al verlo así, se enamoró de él. El gato tramó un par de ocurrencias más para hacer parecer que su amo era muy rico. El rey cayó en su trampa y le dio la mano de su hija.
El hijo del molinero se casó con la princesa, fue muy feliz y nunca más volvió a ser pobre gracias a la astucia de este peculiar gato, que también vivió con todas comodidades el resto de sus vidas, porque los gatos tienen siete vidas.

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