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Editorial Acribia, S.A. EL RUMIANTE Fisiología digestiva y nutrición • C.D. CHURCH EL RUMIANTE Fisiología digestiva y nutrición El rumiante Fisiología digestiva y nutrición D. C. Church Editor Traducido por: Pedro Ducar Maluenda Veterinario Militar Diplomado en Bromatología Editorial ACRIBIA, S. A. ZARAGOZA (España) Título original: The Ruminant Animal: Digestive Physiology and Nutrition Autor: David C. Church Original English language edition published by Prentice-Hall, Inc. Copyright © 1988 by Prentice-Hall, Inc. All Rights Reserved © De la edición en lengua española Editorial Acribia, S. A. Apartado 466 50080 ZARAGOZA (España) I.S.B.N.: 84-200-0739-0 IMPRESO EN ESPAÑA PRINTED IN SPAIN Reservados todos los derechos para los países de habla española. Este libro no podrá ser reproducido en forma alguna, total o parcialmente, sin el permiso de los editores. Depósito legal: Z-695-93 Editorial ACRIBIA, S.A. - Royo, 23 - 50006 Zaragoza Imprime: Tipo Línea, S.A. - Isla de Mallorca, s/n. - 50014 Zaragoza, 1993 INDICE DE CONTENIDO 1 2 Clasificación e importancia de los animales rumiantes Prof. Emeritus D. C. Church, Ph.D., Dept, of Animal Science, Oregon State Univ., Cor vallis, OR 97330 Parte I. Fisiología digestiva Anatomía del conducto gastro-intestinal Prof. R. R. Hofmann, Dr. med. vet. Dept, of Comparative Anatomy, Instituí für Veterinár-Anatomie, Justus-Liebig-Universitát, 6300 Giessen, Alemania 1 15 3 Crecimiento y desarrollo del aparato digestivo de los rumiantes Prof. Sidney J. Lyford, Jr., Ph.D., Dept, of Veterinary and Animal Sciences, Univ, of Massachusetts, Amherst, MA 01003 47 4 Motilidad del conducto gastro-intestinal Prof. Y. Ruckebusch, DVM, Dr. Sci., Dept. Physiologie-Pharmacodynamie-Thérapeutique, Ecole Nationale Vetérinaire, 31076 Toulouse, Francia 69 5 Ingestión de alimentos y agua Prof. J. G. Welch, Ph.D. and A. P. Hooper, Ph.D., Dept, of Animal Sciences, Univ, of Vermont, Burlington, VT 05405 117 4 Función y producción de saliva Prof. D. C. Church 127 7 Microbiología del rumen e intestino M. T. Yokoyama, Ph.D. and K. A. Johnson, Ph.D., Dept, of Animal Science, Michigan State Univ., East Lansing, MI 48824 137 V 8 Fermentación ruminal 159 Prof. E N. Owens, Ph.D., Dept, of Animal Science, Oklahoma State Univ., Stillwater, OK 74078 y A. L. Goetsch, Ph.D., Dept, of Animal Science, Univ, of Arkansas, Fayetvi- lle, AK 72701 9 Digestión, absorción y excreción en los rumiantes 191 N. R. Merchen, Ph.D., Dept, of Animal Sciences, Univ, of Illinois, Urbana, IL 61801 Parte II. Consumo de nutrientes, metabolismo y requerimientos 10 Apetito, sapidez y control del consumo de alimentos 225^ W. L. Grovum, Ph.D., Dept, of Biomedical Sciences, Univ, of Guelph, Ont., Canada NIG 2W1 11 Agua y sus funciones, regulación y empleo comparativo por los rumiantes 243 Victor R. Squires, Ph.D., Dean, Faculty of Natural Resources, Roseworthy Agricultural College, Roseworthy, SA 5371, Australia 12 Metabolismo de la proteína en los rumiantes 255 Prof. Fred N. Owens, Ph.D., Dept, of Animal Science, Oklahoma State Univ., Stillwater, OK 74078 y Richard Zinn, Ph.D., Agricultural Experiment Station, Univ, of California, El Centro, CA 92243 13 Metabolismo de la energía 283 C. L. Ferrell, Ph.D., USDA, ARS, Roman L. Hruska, US Meat Animal Res. Center, Clay Center, NB 68933 14 Los carbohidratos en la nutrición de los rumiantes 305 G. C. Fahey, Jr., Ph.D. y L. L. Berger, Ph.D., Dept, of Animal Sciences, Univ, of Illi nois, Urbana, IL 61801 75 Los lípidos en la nutrición de los rumiantes 339 Prof. F. M. Byers, Ph.D. y Prof. G. T. Schelling, Ph.D., Dept, of Animal Science, Texas A & M Univ., College Station, TX 77843 16 Las vitaminas en la nutrición de los rumiantes 357 Prof. J. Tal Huber, Ph.D., Dept, of Animal Science, Univ, of Arizona, Tucson, AZ 85721 77 Macroelementos para los rumiantes 373 Ron Kincaid, Ph.D., Dept, of Animal Science, Washington State Univ., Pullman, WA 99164 18 Elementos vestigiales 391 Prof. J. K. Miller, Ph.D. y Nancy Ramsey, M.S., Dept, of Animal Science, Univ, of Ten- .< nessee, Knoxville, TN 37901 y F. C. Madsen, Ph.D., Nutribasics Co., Highland, IL 62249 19 Digestión, metabolismo y necesidades nutritivas en pre-rumiantes 457 Profs. Sidney J. Lyford, Jr., y J. Tai Huber 20 Necesidades nutritivas durante períodos críticos del ciclo vital 481 Efecto de la nutrición sobre fertilidad, reproducción y lactación 481 VI Prof. David J. Schingoethe, Ph.D., Dept, of Dairy Science, South Dakota State Univ., Brookings, SD 57007 Nutrición durante el crecimiento 501 Profs. F. M. Byers y G. T. Schelling 21 Necesidades nutritivas de rumiantes en comparación con especies monogástricas Prof. David J. Schingoethe Parte III. Problemas relacionados nutrjcionalmente 513 22 Influencia del estrés ambiental sobre las necesidades nutritivas Prof. B. A. Young, Ph.D., Dept, of Animal Science, Univ, of Alberta, Edmonton, Albt., Canada T6G 2P5 523 23 Problemas nutritivos relacionados con el tracto gastro-intestinal 537 Meteorismo Prof. H. W. Essig, Ph.D., Dept, of Animal Science, Mississippi State Univ., Mississippi State, MS 39762 537 Acidosis Gerald B. Huntington, Ph.D., USDA, ARS, Ruminant Nutrition Laboratory, Beltsville, MD 20705 544 Intoxicaciones por nitrato y urea Prof. Royce J. Emerick, Ph.D., Station Biochem. Sec., Dept, of Chemistry, South Dakota State Univ., Brookings, SD 57007 551 Edema pulmonar agudo y enfisema intersticial en ganado vacuno Prof. J. R. Carlson, Ph.D., Dept, of Animal Science, Washington State Univ., Pullman, WA 99164 556 24 Problemas metabólicos relacionados con la nutrición 565 Fiebre de la leche, cetosis y síndrome de la vaca cebada Prof. L. H. Schultz, Ph.D., Dept, of Dairy Science, Univ, of Wisconsin, Madison, WI 53706 565 Tetania de la hierba H. F. Mayland, Ph.D., USDA, ARS, Snake River Conservation Res. Center, Kimberly, ID 83341 586 Cálculos urinarios Prof. Royce J. Emerick 600 25 Nutrición terapéutica Prof. J. H. Temouth, MVS, Ph.D., Dept, of Animal production, Univ, of Queensland, 611 St. Lucia, Brisbane, Qld. 4067, Australia Indice de materias 625 VII PREFACIO A todos los efectos prácticos, este libro reú ne en un volumen la serie, Fisiología Digestiva y Nutrición de los Rumiantes, cuyo primer vo lumen apareció originalmente en 1969. Muchas cosas han cambiado en los años transcurridos. El tema de la fisiología digestiva y nutrición de los rumiantes es un campo fascinante que hace referencia a los animales más interesan tes. Como prosigue a nivel mundial una inves tigación continuada, vamos acumulando gra dualmente más y más datos para conocer me jor a estos animales. Así, nos esforzamos para disponer de un conocimiento más completo y, debido al continuado interés de los lectores, he mos logrado la publicación de este volumen pa ra facilitar la disposición de estos conocimien tos en constante aumento. El Animal Rumiante representa una recopi lación de información puesta al día de los prin cipales aspectos relacionados con las necesida des nutritivas y el metabolismo de los nutrien tes. El lector apreciará que cada capítulo ha si do ilustrado nuevamente y que reúne las citas de investigaciones recientes. Debido al constante incremento de investigaciones recientes y aspec tos de extensión, ha sido preciso eliminar de este volumen las referencias antiguas. El editor podría indicar también que un li bro escrito por múltiples autores tiene tanto ven tajas como desventajas. Si el editor selecciona al co-autor adecuado, puede obtenerse un ca pítulo escrito con mayor autoridad sobre un de terminado tema porque es más fácil escribir so bre una materia en la que está perfectamente versado y se ha investigado con amplitud. Por otra parte, no todos los grandes investigadores son buenos escritores. Otra desventaja de múl tiples autores es que el tratamiento global de la obra resulte probablemente menos conjun tada quesi hubiese sido escrita por una o dos personas. Por el contrario, cuando se amplía un campo de conocimiento el conjunto de la obra es probable que resulte más especializa do y puede resultar demasiado extensa para que uno o dos’autores lo traten en toda su amplitud. También deseamos aprovechar esta oportu nidad para agradecer a las incontables perso nas tanto pasadas como presentes, sin cuyo tiempo, visión y energía, este volumen no hu biera sido posible. D. C. Church IX CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES por D. C. Church INTRODUCCION Los animales rumiantes pueden constituir una materia fascinante de estudio para cual quier persona que tenga un interés personal, co mercial o profesional por los animales. Exis ten muchas especies diferentes con diversos ta maños corporales, formas y colores, que se dis tribuyen sobre una amplia variedad de zonas climáticas y agrícolas. Su tamaño varía desde el ciervo-ratón (Hyemoschus o Tragalus) muy pequeño, que puede pesar de 2 a 5 kg y tener una alzada a la cruz de 200 a 300 mm, hasta las jirafas, que pueden alcanzar una alzada a la cruz de 3,5 m y, en algunos casos, una altu ra total de 6 m y un peso aproximado de 1,9 Tm (machos). La mayoría de las especies se en cuentran, por supuesto, entre estos dos extre mos. La tremenda variedad que presentan es tos animales los convierte en un tema sumamen te interesante para el lector casual, amante de los animales, ganadero o profesional de la cien cia animal. Así, este libro pretende mejorar el conocimiento de los animales rumiantes, tan to salvajes como domésticos, en nuestro mun do moderno. Los rumiantes se incluyen en la subelase de nominada ungulados (mamíferos con pezuñas) y en el orden Arteriodactyla (dedos pares) y el suborden, ruminantia. La palabra rumiantes procede de la palabra latina, ruminare, que sig nifica volver a masticar; así, los rumiantes son mamíferos que rumian, con pezuñas y dedos pares. De las distintas especies de animales herbí voros, los rumiantes suponen con mucho la más importante en relación con el número de ma míferos existentes hoy día, bien domésticos, asil vestrados (animales domésticos que han vuel to al estado salvaje) o salvajes. Aunque los res tos fósiles son menos completos de lo que ca bría desear, las pruebas existentes indican que el número de especies aumentó considerable mente durante el período que coincide con el desarrollo y difusión de las gramíneas y vege tación relacionada con las mismas. Durante el período posterior al Oligoceno, los rumiantes fueron los herbívoros dominantes. Simpson (1) ha publicado algunos cálculos sobre el núme ro de géneros extintos y vivos de animales her bívoros derivados de los fósiles descubiertos. Para el orden Artiodactyla, calcula que 333 gé neros se han extinguido y 86 viven, en compa ración con los 1.932 géneros extinguidos y 932 vivos correspondientes a la totalidad de los ma míferos. También calcula que unos 180 géne ros de rumiantes se han extinguido y que 68 gé neros han sobrevivido hasta los momentos ac tuales. Solamente han sobrevivido unos pocos rumiantes primitivos (Traguilade). Los rumian tes domésticos representan únicamente irnos po cos géneros, aunque superan indudablemente en número a la totalidad de rumiantes salvajes que existen en la actualidad. 1 2 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION Los restos fósiles están lejos, indudablemente, de ser completos. Así, la distribución geográ fica de los rumiantes en tiempos prehistóricos no aparece tan bien documentada como sería de desear, aunque se han descubierto fósiles de rumiantes en todas las masas terrestres actua les excepto en Australia y en la Antártida. En épocas geológicas recientes resulta cierto que en el hemisferio occidental vivía una mayor va riedad y un mayor número total en climas tem plados. En la época actual, por el contrario, existen muchas más especies diversas en las re giones semitropicales y tropicales de Africa que en otras zonas. Queda por resolver si la diver sidad de especies existentes en Africa es resul tado del clima y de la geografía o se debe a fe nómenos geológicos que permitieron a las es pecies existentes sobrevivir a la invasión del hie lo, división y separación continental, u otros cambios climáticos drásticos o sucesos de épo cas pasadas. Ciertamente, las cadenas monta ñosas del sur de Europa y Asia, el mar Medi terráneo, o los desiertos próximos representa ron barreras formidables para que muchas es pecies superaran un período de invasión de hielo o de frío intenso en las zonas del norte de Euro pa y Asia. Las especies existentes habitan en climas que van desde el ártico (yak, Caribú, toro almizcle ro, cabras y ovejas montesas, etc.) hasta climas tropicales húmedos y secos (principalmente es pecies africanas), y desde ambientes pantano sos (alce, búfalo de agua, ciervo de los panta nos, gamos de agua) hasta los desiertos (antí lope, diversas especies africanas y asiáticas). En consecuencia, los hábitos dietéticos o preferen cias alimenticias varían desde rumiantes como el caribú que consume líquines de las zonas ár ticas hasta la predilección de la jirafa por la ho jas de la acacia espinosa. El alce, por ejemplo, es un gran consumidor de plantas acuáticas y según los informes se introduce hasta 3 m de profundidad en el agua para comer. Los antí lopes, la mayoría de los ciervos, cabras, ovejas y otras muchas especies prefieren ramonear (plantas leñosas) o ingerir arbustos o las gra míneas que no mantendrían a muchos vacunos domésticos. El bisonte americano y el vacuno doméstico, así como otras muchas especies, muestran preferencia por las gramíneas. Sin em bargo, los datos disponibles (para las especies sobre las que se dispone de datos) demuestran que los rumiantes consumirán una dieta varia da si tienen oportunidad de conseguirla. Según se indica en el Capítulo 2, la naturaleza del es tómago y de otras porciones del conducto gastro-intestinal ejercen un efecto importante sobre el tipo de dieta que puede utilizar bien una determinada especie. El especialista en genética podría afirmar que esta preferencia natural por ciertos tipos de ve getales es consecuencia de la evolución, resul tante del desarrollo en un determinado ambien te. También podrían haber influido la presión de otras especies sobre un determinado tipo de planta o una población excesiva de una espe cie animal. Indudablemente, también intervie nen diferencias fisiológicas desconocidas, aun que no se dispone de datos comparativos apro piados para establecer este hecho en la mayo ría de las especies salvajes y, en cierto modo, incluso en las especies domésticas. CLASIFICACION DE LAS ESPECIES Para conocimiento de los lectores interesa dos en la clasificación, los animales se dividen en grupos cada vez menores de la siguiente forma. Reino—Animal Tipo—Cordata (con una columna vertebral) Clase—Mamíferos (producen leche) Subclase—Ungulata (animales con pezuñas) Orden—Artiodactyla (dedos pares) Suborden—Ruminantia (rumiantes verdaderos) y Tylopoda (dedos pares con almohadillas carnosas en lugar de pezuñas verdaderas) Familia o suborden Género y subgénero Especie y subespecie Con respecto a la clasificación debe señalarse la existencia de diferencias de opinión entre los expertos en taxonomía. En algunos casos no existe acuerdo sobre qué debería ser el género o qué constituye una especie verdadera e incluso es menor el acuerdo sobre la subespecie. Según la terminología usual, las especies se diferen cian de otros animales similares si no se cru zan entre sí o, si lo hacen, no proporcionan una descendencia fértil. Un buen ejemplo es el mulo, un híbrido entre el caballo (Equus caballus) y el asno (Equus asinus); los mulos son inférti les en casi todos los casos. CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES 3 En el caso del ganado vacuno doméstico, el vacuno europeoy el cebú se reproducen entre sí y producen descendencia fértil, por lo que probablemente deberán clasificarse en una mis ma especie. El vacuno desprovisto de joroba muestra una tremenda variedad en tamaño, co lor de la capa, distribución del color, presen cia o ausencia de cuernos y forma y tamaño de los cuernos. Por ejemplo, el tamaño de los cuer nos puede variar desde su ausencia en las ra zas mochas hasta la presencia de unos cuernos enormes y erguidos de la raza Ankole de Afri ca. Honacki y col. (2) indican que todo el va cuno es Bos taurus, aunque otros autores co mo Walker y col. (3) consideran al Cebú como Bos indicus. Los mismos problemas aparecen al clasificar ovejas y cabras domésticas. Con las especies salvajes, las subespecies pueden ser consecuencia de diferencias de tamaño, color de la capa, pautas seguidas por el color de la capa, tamaño y forma de los cuernos y, posi blemente, distribución geográfica. Para una in formación más amplia sobre esta materia el autor recomendaría el libro de Mochi y Carter (4) que presenta las descripciones en forma de siluetas acompañadas de un corto texto escrito. En la Tabla 1.1 se incluye la lista de las espe cies existentes de rumiantes y seudorumiantes, en esencia tal como las describen Honacki y col. Los diversos animales que aparecen en la tabla se ordenan alfabéticamente por familias y al fabéticamente por géneros y especies en el se no de las familias, de forma ordenada para fa cilitar la localización de un determinado animal. En esta clasificación, los animales rumian tes se dividen en tres familias: Cervidae, con 14 géneros y 37 especies; Giraffidae, con 2 géne ros y 2 especies; y Bovidae, con 45 géneros y 126 especies. A la familia Cervidae pertenecen los ciervos y animales relacionados que son por tadores de astas (algunas veces en ambos sexos), formadas por hueso sólido, que se desprenden y renuevan anualmente. El almizclero es una ex cepción porque carece de astas, aunque dispo ne de dientes caninos desarrollados que cons tituyen colmillos. Los muntiacos tienen colmi llos y astas mientras que los eláfodos presen tan colmillos y pequeñas astas. La familia Gi raffidae se caracteriza por tener cüétnos peque ños cubiertos de piel provista de vello. La fa milia Bovidae —antílopes, antílopes cabríos, to ros almizclados, takin, cabras, ovejas, vacuno, bisonte y búfalo— se caracteriza por tener cuer nos que se desarrollan sobre un núcleo óseo y no se desprenden nunca. El berrendo o antílo pe americano (Antilocapra americana) se inclu yó en-la familia Antilocapridae, aunque es cla sificado en la familia Bovidae por Honacki y col. Este animal presenta cuernos provistos de un revestimiento córneo que se desarrolla so bre un núcleo óseo, aunque la cubierta externa se desprende y renueva cada año. Los componentes de la familia Tragulidae (2 géneros, 4 especies), el ciervo ratón o tragúli- do, son especies primitivas pequeñas que son similares a Pécora (rumiantes verdaderos) al ca recer de incisivos superiores, aunque difieren en que el estómago dispone solamente de tres compartimentos y los machos presentan dien tes caninos parecidos a colmillos. Walker y col. (3) indican que probablemente se encuentran más relacionados con las familias Camelidae y Suidae (cerdos) que con la Cervidae. A la familia Camelidae (3 géneros, 6 espe cies), camellos y camélidos (llamas y especies relacionadas), pertenecen animales que cami nan sobre anchas almohadillas carnosas y pre sentan dos dedos en cada pata. Son clasifica dos generalmente como seudorrumiantes por que su estómago dispone solamente de tres compartimentos a diferencia de los cuatro que tiene el estómago de los rumiantes verdaderos. Difieren también al tener dos dientes incisivos superiores mientras que los rumiantes verdade ros no tienen ninguno. Las vicuñas son anima les únicos entre los Artiodactyla al tener inci sivos inferiores con crecimiento permanente y provistos de esmalte tan sólo en un lado. Nin guna de estas especies tiene cuernos y todas ca minan con una marcha al paso, es decir, mo viendo al unísono hacia adelante, las extremi dades anteriores y posteriores de un lado. Cabe señalar que varias especies se clasifi can como «en peligro». En la Tabla 1.1 se in cluyen las clasificadas de esta forma hasta 1982. Puede encontrarse más información sobre es ta materia en Honacki y col. (2). La Conven ción sobre comercio internacional de especies en peligro de extinción de fauna y flora salvaje (CITES) o el Registro Federal. Por fortuna, esta lista no aumentará y, además, muchas de las especies incluidas en la lista serán protegidas para sobrevivir en este mundo atestado. IMPORTANCIA DE LOS RUMIANTES EN EL MUNDO AGRICOLA Bajo un punto de vista exclusivamente utili tario, los rumiantes son animales muy impor- 4 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION Tabla 1.1. Clasificación taxonómica de rumiantes y pseudorrumiantes Pseudorrumiantes — Animales que rumian con el estómago dividido en tres compartimentos y con otras diferencias menores con respecto a los rumiantes verdaderos. Familia: Ttagulidae. Ciervo ratón o Chevrotain. Hyemoschus aquaticus. Chevrotain de agua. Sierra Leona hasta Gabón, Zaire y Uganda. Tragulus javanicus. Chevrotain malayo menor o ciervo-ratón. S.E. asiático. T. meminna. Chevrotain indio. Sri Lanka, India, Nepal. T napu. Chevrotain malayo mayor. S.E. de Asia, Filipinas, Sumatra. Suborden: Tilopoda. Didáctilos, aunque los dedos parecen almohadillas más que pezuñas; estómago con tres compartimentos. Familia: Camelidae. Camellos y llamas y sus parientes. *Camelus bactrianus. Camello bactriano (dos jorobas). Todavía existen algunos en estado salvaje en el Desierto de Gobi. Produce híbridos fértiles con el dromedario. C. dromedarius. Dromedario o camello árabe. Arabia, N. de Africa. Lama glama. Llama. Domesticada. Animal de usos múltiples. Regiones al oeste y al sur de América del Sur. L. guanicoe. Guanaco (forma salvaje). Regiones al oeste y sur de América del Sur. L. pacos. Alpaca (domesticada). Producción de lana. Perú, Bolivia. * Vicugna vicugna. Vicuña. Región oeste de América del Sur. Rumiantes verdaderos (Pécora) Suborden: Ruminantia. Didáctilos. Rumiantes con pezuñas verdaderas. Familia: Cervidae. Ciervos y animales similares. Alces alces. Alce europeo, anta americano. Han sido identificadas 5 subespecies como mínimo. Norte de Europa, Asia, Alaska, Canadá, EE.UU. . *Blastocerus dichotomus. Ciervo de los pantanos de América del Sur. Brasil a Paraguay y N. de Argentina. Capreolus capreolus. Corzo europeo. Europa, Asia. Cervus albirostris.- Ciervo de Thorold. Tibet. N. de China. C. axis. Ciervo axis o chital. India, Sri Lanka, Nepal. tC. dama. Gamo. Europa, Oriente Próximo, antiguamente N. de Africa. TC. duvauceli. Barasinga o ciervo de los pantanos. N y C. de la India, S.O. de Nepal. tC. elaphus. Ciervo común, alce americano, uapiti, etc. Se han descrito 10-12 subespecies. Páramos con bosques y zonas alpinas de Europa, Cáucaso y C. de. Asia hasta China, URSS, N. de Africa y América del Norte. En EE.UU. existen tres subespecies de alce — Montañas Rocosas, Roosevelt y alce de Tule. *C. eldi. Tamin o ciervo de Eld. S.E. de Asia. tC. nippon. Ciervo sica. China, Siberia, S.E. de Asia. tC. porcinus. Ciervo porcino. India, China, Indonesia. C. schomburgki. Ciervo de Schomburgk. S.E. de Asia. Probablemente se ha extinguido. C. timorensis. Rusa. Indonesia. C. unicolor. Sambar o ciervo de Aristóteles. Filipinas, Indonesia, India, S.E. de Asia. Elaphorus cephalopus. Eláfodo. China, Birmania. Elaphurus davidianus. Milú o ciervo del padre David. China. Actualmente sólo existe en cautividad. *Hippocamelus antisensis. Huemal de Perú, taruga, ciervo de los Andes. Montañas de los Andes desde Ecuador hasta el N.O. de Argentina. *H. bisulcus. Huemal de Chile. Montañas de los Andes al S. de Chile y S. de Argentina. Hydropotes inermis. Ciervo de agua chino. China, Corea.Mazama americana. Corzuela roja. S. de Méjico al N. de Argentina. M. chunyi. Ciervo corzuela. Andes bolivianos, S. de Perú. M. gouazoubira. Guazubirá o matacán. Región centro y norte de América del Sur. M. rufina. Corzuela roja. Venezuela y países próximos. Moschus berezovski. Almizclero. S.O. de China, Vietnam. M. chryogaster. Almizclero. India, Nepal, S.E. de China. tM moschiferus. Almizclero. E. de Siberia, N. de China. M. sifanicus. Almizclero. Meseta tibetana. Muntiacus crinifrons. Muntiaco negro o con pelo en la frente. China. Raro o extinguido. feai. Muntiaco tailandés. Tailandia, Birmania. Raro. M. muntjak. Muntiaco de Java. Indonesia, Sri Lanka, India, China. M. reevesi. Muntiaco o ciervo de Barking. S. de China. M. rooseveltorum. Muntiaco. S.E. de Asia. ^Odocoileus hemionus. Ciervo muía o ciervo de cola negra (subespecie diferente). O. de las Montañas Rocosas, Alaska hasta Baja, CA, y Sonora. tO. virginianus. Ciervo de cola blanca o ciervo de Virginia. Al menos 3 subespecies — ciervo de cola blanca de Virginia y de Florida. Algunos autores enumeran hasta otras 5 especies de Odocoileus. tOzo toce ros bezoarticus. Ciervo de las pampas. Llanuras de Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, S. de Bolivia. Pudu mephistophiles. Venadito de los páramos. Andes de Colombia y Ecuador. P. pudu. Pudu. S. de Chile, S.O. de Argentina. Rangifer tarandus. Reno o caribú. Han sido descritas 12 subespecies al menos. Europa, N. de Asia, Alaska, Canadá. Doméstico y salvaje. (continúa) CLASIFICACION E IMPORTANCIA E>E LOS ANIMALES RUMIANTES 5 Tabla 1.1. (continuación) Familia: Giraffidae. Jirafas y okapi. Giraffa Camelopardalis. Jirafa. Existen 12 subespecies en C., E. y S. de Africa. Okapia johnstoni. Okapi. E.C. Zaire; quizás en zonas adyacentes. Finió: Bovidae. Rumiantes con cuernos que no se desprenden. Addax nasomaculatus. Adax. Casi extinguido en estado salvaje. Mauritania hasta Sudán; antiguamente de Egipto a Túnez. tAepyceros melampus. Impala. Sur de Africa hasta Zaire, Ruanda, Uganda y N.E. de Kenia. tAlcejaphus buselaphus. Alcelafino. Varias subespecies. Senegal hasta O. de Somalia, N., Sur de Africa y S. de Angola. tAmmodorcas clarkei. Dibatag o gazela de Clark. E. de Etiopía, N. de Somalia. Ammotragus lervia. Arrui. N. de Egipto hasta Marruecos. Nigeria hasta Sudán. Antidorcas marsupialis. Springbok o antílope saltador. Sur de Africa. tAntilocapra americana. Berrendo o antílope americano. Varias subespecies. S. de Alberta y Saskatchewan a través O. de EE.UU. hasta N. de Méjico. Se clasificó anteriormente como una familia independiente de Antilocapra. Antílope cervicapra. Ena, sasin o antílope negro. Pakistán é India. ^Bison bison. Bisonte americano. Antiguamente N.O. y C. de Canadá, sur a través de EE.UU. hasta N. de Méjico. Varias subespe cies. Actualmente sólo se encuentra confinado o en parques. B. bonasus. Bisonte europeo. Europa y O. de la URSS. Actualmente sólo en cautividad. Bos frontalis. Gayal. Pakistán, India hasta península Malaya. Algunos autores lo consideran una forma domesticada del guar. tB. grunniens. Yak. N. de China, India, Tibet. Domesticado en Asia Central. TB. guarus. Guar o sedalang. India, Indochina. Algunos autores lo sitúan en la misma especie que el gayal. B. indicus. Cebú o vacuno doméstico con joroba. Algunos autores indican que esta especie ha evolucionado a partir del banteng malayo salvaje. Otros aseguran que se ha desarrollado a partir de B. primigenius namadicus, una variedad oriental de esta espe cie. Origen en Oriente Medio. *B. javanicus. Banteng. Birmania, Tailandia, Malasia, Indonesia. *B. sauveli. Kouprey o toro de los bosques. Algunos autores lo consideran un híbrido entre el guar y otra especie. B. taurus. Ganado vacuno doméstico. Algunos autores indican que B. t. evolucionó a partir de B. primigenius, el gran toro o uro de Europa y de B. longifrons, un tipo menor descubierto en las Islas británicas. Probablemente tuvo su origen en Oriente Medio. El último ejemplar salvaje de B. primigenius (cautivo) murió en 1627. Algunos autores agrupan B. taurus y B. indicus bajo la denominación B. taurus. Boselapus tragocamelus. Nilgó. India a Indochina. Muy difundido como animal doméstico o salvaje en S.E. de Asia, S. de Europa, N. de Africa, N. de Australia, y E. de América del Sur. ^Bubalus depresicornis. Anoa o búfalo enano de agua. Islas Célebes. *B. mindorenis. Tamarou. Isla Mindoro en las Filipinas. FB. quarlesi. Anoa de las montañas. Montañas de las Célebes. Budorcas taxicolor. Takín. Al menos 3 subespecies. Montañas en el S.E. de Asia. Capra angorensus. Cabras (Angora) domesticadas que producen mohair cuyo origen parece ser Turquía. Algunos autores no la incluyen como especie independiente de C.h.h. C. caucásica. Tur de Caucasia. O. de los Montes del Cáucaso (URSS). C. cylindricornis. Tur. URSS, Montes E. del Cáucaso. tC. falconeri. Marjor. India, Cachemira. C. hircus aegarus. Pasanos. Se han descubierto varias subespecies en las montañas desde el Cáucaso hasta Beluchistán. Esta especie se cree que es la antepasada de las cabras domésticas. C. hircus hircus. Cabras domésticas utilizadas para la producción de leche. Tuvieron su origen probablemente en Grecia, Turquía y en otras zonas del Próximo Oriente. tC. ibex. Ibice. Varias subespecies. C. de Europa, Afganistán y Cachemira hasta Mongolia y C. de China; N. de Etiopía hasta Siria y Arabia. tC. pyrenaica. Cabra montés. Pirineos españoles y Portugal. Capricornis crispus. Cambingután o serau. Japón, Taiwán. *C. sumatraensis. Cambingután. Indochina, S.E. de Asia. Cephalophus adersi. Duiker. Tanzania, Zanzibar. C. callipygus. Duiker de Peter. Africa Central. C. dorsalis. Duiker de Gray. Africa Central. *C. jentinki. Duiker. Liberia, O. Costa de Marfil. C. leucogaster. Duiker de Gabon. S. de Camerún hasta el río Congo, E. de Zaire. C. maxwelli. Duiker azul de Maxwell. Senegal y Gambia hasta Nigeria. C. moticolo. Duiker azul ecuatorial. Nigeria hasta Gabón, Kenia hasta Sur Africa y Angola, Zanzibar. C. natalensis. Duiker. Africa Central. C. niger. Duiker de frente negra. Guinea hasta Nigeria, oeste del río Niger. C. nigrifronts. Duiker. Camerún, Gábón, y por el este hasta Kenia. C. ogilbyi. Duiker. Africa Occidental. C. rufilatus. Duiker. Senegal hasta S.O. de Sudán y N.E. de Uganda y por el sur hasta Camerún. C. spadix. Duiker de Abbott. Zonas más elevadas ’d^Tanzania. C. sylvicultor. Duiker de los bosques. Africa Central. C. weynsi. Duiker de Weyn. Zaire, Uganda, Ruanda y O. de Kenia. C. zebra. Duiker cebrado. Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil. Connochaetes gnou. Ñu o ñu de cola blanca. Actualmente solamente se halla en estado semidoméstico en Transvaal y en el estado libre de Orange. C. taurinas. Ñu azul o kukong. S. Angola, Namibia, N. Sur de Africa, Botswana, C. de Mozambique y E. de Zambia hasta Tanza nia y S.E. y S.C. de Kenia. (continúa) 6 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION Tabla 1.1. (continuación) \Damaliscus Jorcas. Bontebok. Sur de Africa; actualmente sólo se encuentra en cautividad. D. hunteri. Bontebok de Hunter. Somalia hasta N. de Kenia. D. lunatus. Bontebok. Subespecie llamada bontebok de Senegal, Topi, Tiang o Sassaby. Regiones del centro al sur de Africa. Dorcatragus megalotis. Beira. Somalia y E. de Etiopía. Gazella cuvieri. Edmi o gacela del Atlas. Marruecos, N. de Argelia, C. de Tunez. ^ f G. dama. Mhor. Desiertos del N. de Africa. tG. dorcas. Gacela común. Desiertos N. de Africa. *G.gazella. Gacela árabe. Siria, Sinaí hasta Arabia. G. granti. Suara. S. de Sudán, N.E. de Uganda, Somalia hasta N. de Tanzania. *G. leptoceros. Gacela de Loder. Desiertos del N. de Africa. G. rufifrons. Corina o seni. Zonas subsaharianas del N. de Africa. G. rufina. Gacela roja. Argelia. A punto de extinguirse. G. soemmerringi. Gacela de Soemmerring. Etiopía, Somalia, Sudán. G.spekei. Gacela de Speke. Somalia, E. de Etiopía. tG. subgutturosa. Ahú. Irán y Arabia hasta S. del Desierto de Gobi. G. thomsoni. Gacela de Thompson. S. de Sudán hastaN. de Tanzania. Hemitragus hylocrinus. Tar. Montes del S. de la India. *H. jayakari. Tar de Arabia. Omán, S.E. de Arabia. H. jemlahicus. Tar, tar del Himalaya. Himalaya desde Cachemira hasta Tibet. Hippotragus equinus. Antílope caballo. Senegal hasta Etiopía, Sudán hasta Sur de Africa. H. leucophaeus. Bluebok. Sur de Africa. +//. niger. Egócero negro. Africa Central. Kobus ellipsiprymnus. Antílope acuático o waterbok. Senegal hasta Somalia, N.E. de Tanzania y E. de Etiopía. K. kob. Kob de orejas blancas, de Buffon o Uganda. Africa Central y Occidental. *K. leche. Lechwe. Africa Central. K. megaceros. Lechwe Nilo. S. de Sudán, O. de Etiopía. K. vardoni. Púku. Africa Central. Litocranius waller i. Gerenuk o antílope jirafa. Somalia hasta Kenia, N.E. de Tanzania y E. de Etiopía. Madoqua guentheri. Dik dik de hocico largo. Somalia, Etiopía, Tanzania. M. kirki. Dik dik de Kirk. Zona oriental y S.O. de Africa. M. piacentini. Dik dik. E. de Somalia. M. saltiana. Dik dik de Phillip. Somalia, Etiopía, Sudán. Nemorhaedus goral. Goral. N. de la India y Birmania hasta S.E. de Siberia, sur hasta Tailandia. Neotragus batesi. Antílope enano. S. de Nigeria hasta Gabon, N.E. de Zaire hasta O. de Uganda. T7V. moschatus. Antílope enano. N. Sur de Africa hasta Kenia. N. pygmaeus. Antílope enano. Sierra Leona hasta Ghana. Oreamnos americanus. Cabra de las Montañas Rocosas. Sur de Alaska hasta Idaho, Colorado, Washington. Oreotragus oreotragus. Klipspringer. Sur de Africa. Oryx dammah. Orix blanco. Desiertos del N. de Africa. O. gazella. Gemsbok, pasán o cucama. C. y S.O. de Africa. *O. leucoryx. Orix de Arabia. S.E. de la Península Arábiga; antiguamente Iraq. Ourebia ourebi. Oribi. E. y C. de Africa. Ovibos moschatos. Toro almizclado. Tundras árticas de América del N., Groenlandia. tOv/s ammon. Argali u oveja de Marco Polo* Montes del C. y E. de la URSS hasta O. de China por el este y Nepal por el sur. O. aries. Ovejas domésticas. Origen en Turquía, Irán y otras zonas del Oriente Medio. Algunos autores afirman que deriva de O. ammon, según otros, sus antepasados son O. musimon y O. vignei. O. canadensis. Oveja de las Montañas Rocosas o bighorn. Montañas Rocosas de Alberta y Columbia Británica y por el sur hasta los estados occidentales de EE.UU. *O. cadadensis nelsoni. Bighorn del desierto. Nevada y California por el sur hasta Méjico. O. dalli. Carnero de Alaska. Zonas de Alaska y Yukón. O. dalli stonei. Oveja de Stone. N. de Columbia Británica, Yukón. O. musimon. Muflón. Limitado originariamente a las islas Cerdeña y Córcega. Ampliamente introducido en Europa. O. nivicola. Argali siberiano. Montes de Siberia y E. de la URSS. *O. vignei. Muflón asiático, oveja roja, urial o sapu. Montes del sur y oeste de la URSS, Irán, Afganistán, Cachemira, Paquistán y Baluchistán. Pantholops hodgsoni. Antílope tibetano, chiru u orongo. Tibet, S.O. de China, N. de la India. Pelea capreolus. Antílope cabrio, rhebok o antílope corzo. Sur de Africa. Procapra gutturosa. Zeren o gacela de Mongolia. Mongolia. P. picticaudata. Goa o gacela tibetana. Meseta del Tibet. P. przwalskii. Gacela de Przewalski. S. de Mongolia, N.O. de China. Pseudois nayaur. Bajaral o burrel. Tibet, Nepal. Raphicerus campestris. Steenbok. Angola hasta Sur de Africa y S. de Kenia. R. melanotis. Grysbok. Sur de Africa. R. Sharpei. Grysbok de Sharpe. Sur de Africa hasta Tanzania y S.E. de Zaire. Redunca arundinum. Antílope de los cañaverales. Sur de Africa hasta Gabon y Zaire; Tanzania, Zambia, Mozambique. R. fulvorufula. Antílope de cañaverales de montaña. C. y S. de Africa. R. redunca. Antílope de los cañaverales. Senegal hasta E. de Etiopía, por el sur hasta E. de Zaire y S.O. de Tanzania. ^Rupicapra rupicapra. Gamuza. Montes del S. de Europa y Asia Menor. Saiga tetarica. Saiga. N. del Cáucaso hasta Mongolia. (continúa) CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES 7 Tabla 1.1. (continuación) Sigmoceros lichtensteini. Silvicapra de Lichtenstein. Africa Central. Sylvicapra grimmia. Silvicapra. Africa subsahariana. Syncerus caffer. Búfalo cafre. Senegal hasta S. de Etiopía y Sur de Africa. Tetracerus quadricornis. Chusinja o antílope de cuatro cuernos. India, Nepal. Tragelaphus angasi. Nyala. Sur de Africa. T. buxtoni. Nyala de monte. Etiopía. T. eurycerus. Bongo. Africa Central. T imberbis. Kudú menor. Tanzania, Etiopía, Somalia, S.E. de Sudán. T oryx. Eland. Centro y Sur de Africa. T. scriptus. Bosbok. S. de Mauritania hasta Etiopía y S. de Somalia hasta Sur de Africa. Tspekei. Sitatunga. Gambia hasta S.O. de Etiopía, por el sur hasta Angola, Namibia y Sur de Africa. T, strepsiceros. Kudú mayor. Somalia y Etiopía hasta N., Sur de Africa, oeste hasta Namibia y S.E. de Zaire y otras zonas de Africa central. * Especie en peligro de extinción, t Una o más subespecies se clasifican en peligro de extinción. tantes para la especie humana porque estos her bívoros son capaces de aprovechar vegetales de un tipo u otro en tierras que no permiten una explotación agrícola económica. La importan cia de los rumiantes (y de otras especies de her bívoros) se pone, quizás, de manifiesto de una forma más espectacular si contemplamos la su perficie total de tierra del mundo. Una tercera parte aproximadamente de la superficie del glo bo es tierra — unos 13,7 mil millones de hectá reas o poco más de 53 millones de millas cua dradas. De esta superficie, el 3-4 % aproxima damente se utiliza para fines urbanos e indus triales, mientras que se cultiva el 10 % aproxi- madameante. La superficie improductiva supo ne sobre el 15 % de la superficie de tierra. Es tas tierras, denominadas improductivas porque la actividad fotosintética vegetad es relativamen te poco importante, incluyen las zonas de alta montaña verdadera, desiertos estériles y regio nes cubiertas por glaciares y nieves permanen tes. Las tierras de bosques, algunas de las cua les pueden ser aprovechadas por los animales que pastan, cubren el 28-30 % de la superficie terrestre. La tierra restante, que representa el 40 % o más de la superficie total, consiste en terrenos de pastos, más apropiados para el pas toreo que para cultivos. Los terrenos de pastos incluyen praderas naturales, sabanas, matorra les, la mayoría de los desiertos, tundras, comu nidades alpinas, marismas costeras y prados hú medos. Así, es claro que el rendimiento en pro ductos útiles para el hombre procedentes de una gran parte de la superficie terrestre descende ría notablemente si no existiesen animales que se alimentan en pastos para utilizar esta vege tación en cierta medida. Los rumiantes han sido cazados por el hom bre, posiblemente desde hace 750.000 años. Los rumiantes domésticos han desempeñado un lu gar importante en la sociedad humana y en la agricultura durante muchos siglos. Los descu brimientos arqúeológicos demuestran que las ovejas fueron domesticadas hace 11.000 años al menos, las cabras unos 9.000 años y el ga nado vacuno hace 8.500 años. La aparición bas tante «súbita» de animales domésticos coinci dió posiblemente, más o menos, con el inicio del cultivo de la tierra tras la última glaciación intensa (5). Un ejemplo, en un pasado reciente, de la no table dependencia de algunas sociedades huma nas de los rumiantes lo encontramos en muchas tribus nómadas de indios americanos que de pendían del bisonte, alce, ciervo y de otras es pecies. Estas especies les proporcionaban car ne, vestidos, abrigos, armas y utensilios que per mitían la supervivencia de la mayoría de las tri bus. Hoy día, las tribus Masai de Africa Orien tal dependen casi totalmente de su vacuno do méstico que les proporciona carne, leche y san gre para beber, asi como diversos artefactos que emplean estos pueblos primitivos. En nuestro mundo moderno, el hombre de pende de los rumiantes para obtener cantida des importante de alimentos, piensos para ani males y muchas materias primas para la indus tria. Cálculos recientes de las existencias mun diales de animales domésticos indicanla exis tencia de unos mil millones aproximadamente de cabezas de vacuno y búfalos y 650 millones de cabezas de ovino (Tabla 1.2). No parece dis ponerse de datos sobre las cabras. El ganado vacuno se explota en todo el mun do con la excepción de las regiones árticas en las que algunas sociedades utilizan renos y yacs. Los búfalos son utilizados principalmente en zonas tropicales húmedas de Asia y, en menor 8 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION cuantía, de Africa. Según el clima va siendo más seco, se descubre un número relativamen te mayor de ovejas, cabras y camellos en los paí ses euroasiáticos y africanos. Números relati vamente altos de llamas y alpacas solamente se encuentran en algunos países del centro de América del Sur. Ninguna otra especie de ru miantes ha sido realmente domesticada por el hombre. En la Tabla 1.2 se incluyen cálculos de la pro ducción mundial de carne, lana y leche. Supo niendo que estos valores sean más o menos exactos, la carne proporcionada por los rumian tes supone el 44 % aproximadamente de la to talidad de carne roja y de aves. Las especies sal vajes cazadas para alimentación aportan una cantidad desconocida. Además de la carne, en todos los países desarrollados se obtienen gran des cantidades de leche, queso y subproductos lácteos. La producción lechera en la mayoría Figura 1.1. La caza puede ser un procedimiento para proporcionar alimento o primariamente una forma de re creo. En este caso el cazador ha cobrado un hermoso al ce. Cortesía del Dept. de Pesca y Vida Salvaje de Ore gon, Portland, OR. Tabla 1.2. Alimentos y fibras producidos por los rumiantes en 1983a Toneladas métricas producidas x 103 Consumo per capita, kg/año Producto EE.UU. Mundial EE.UU. Mundial Carne vacuno adulto y ternqra,. 10,564 40,960 49.1 16.2 Cordero, carnero y 'cabra 165 4,677 0.8 2.2 Aves, carne de 7,185 23,205 29.8 14.5 Carne de cerdo 6,495 37,339 30.2 23.8* Lana 53 + 2,455 + Mohán- 4.3 Leche 140,000 394,000 Queso (vacuno) 2,164 Censo animal, 1983 x 103 Ganado vacuno y búfalos 999,554 Ovejas 656,905 Cerdos 401,000 a Anónimo (6). * No se incluyen algunos países africanos ya que excepto en el Sur de Africa y algunos otros países de Africa y Asia se consume poco, o nada, carne de cerdo, + Base grasa. de los países tropicales y/o subdesarrollados es reducida y procede en su mayoría de cabras, ovejas (Fig. 1.2), búfalos o camellos. Lana, mohair y cuero se usan para confec cionar muchos productos diferentes, siendo la fabricación de ropas y telas diversas uno de los usos más importantes. Tienen importancia mu chos subproductos procedentes de los matade ros. Entre dichos productos se incluyen las gra sas que sirven en la preparación de diversos ali mentos, jabones y productos químicos indus triales. Los intestinos se emplean para embutir salchichas y confeccionar suturas quirúrgicas, por ejemplo, y son preparados múltiples pro ductos farmacológicos a partir de sangre, hí gados, glándulas adrenales, páncreas y otras glándulas y tejidos. Subproductos animales pro cedentes de mataderos o de plantas en que se funden canales, como harina de carne, harina de huesos, etc., son usados ampliamente como piensos para animales. Durante el período de tiempo en que han si do domesticados los rumiantes, han servido pa ra recolectar vegetación o se han alimentado con piensos ricos en fibra que carecen de utilidad en la alimentación humana. Tan sólo en épo cas recientes, es decir, durante los 75 últimos años aproximadamente, se han destinado cerea les comestibles para el hombre como pienso pa ra rumiantes, y tan sólo en países altamente in dustrializados. Esta tendencia puede persistir o no ya que son muchos los factores que influ yen en los precios relativos de los cereales y de CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES 9 Figura 1.2. Procedimientos modernos para ordeñar ove jas y cabras. Esta instalación en particular se halla en Omán. Cortesía de C. W. Fox. la carne o leche. En los países subdesarrolla dos, se destinan para pienso cantidades muy moderadas de cereales normalmente y son más adecuados para alimentar animales producto res de leche que para los destinados principal mente para el sacrificio. La principal ventaja de los rumiantes es, por supuesto, que pueden comer y-digerir vegetales ricos en celulosa y otros carbohidratos fibrosos que no pueden uti lizar muchos animales como componente im portante de su dieta. Además de constituir una fuente de carne, leche o fibras, algunas especies siguen desem peñando un papel importante en países subde sarrollados —particularmente en Asia y Africa— como animales de trabajo. Ganado va cuno, búfalos y camellos se emplean para arras trar vehículos, transportar cargas o proporcio nar fuerza para moler piensos o cereales, bom bear agua y otras tareas similares (Fig. 1.3 a 1.7). El incremento relativo experimentado por el precio de los combustibles fósiles desde 1974 ha constituido una dificultad para muchos paí ses subdesarrollados que son incapaces de pa gar los costes asociados con la mecanización cuando las máquinas utilizan estos combusti bles. En la actualidad no parece probable que cambie esta situación. Los rumiantes proporcionan también recreo a muchas personas en diferentes países. El re creo puede consistir desde las corridas de to ros hasta rodeos y caza. En algunas regiones Figura 1.3. El ganado vacuno proporciona fuerza para mover una máquina destinada a cortar forraje en la India. Dispo sitivos similares se usan para molturar piensos y alimentos, bombear agua, extraer zumos de la caña de azúcar, etc. Foto cortesía de F. Mattioli, FAO, Roma, Italia. 10 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION Figura 1.4. Búfalo asiático usado para arrastrar carros durante la recolección de caña de azúcar en la isla de Negros Islas Filipinas. Foto cortesía de G. De Sabatino, FAO, Roma, Italia. Figura 1.5. Vacuno tipo Cebú usado para arrastrar un arado en Etiopía. Foto cortesía de M. C. Comte, FAO, Roma, Italia. CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES 11 Figura 1.6. Una caravana de camellos usada para el transporte de cañas en un camino próximo a Maradi, sur del Niger. Foto cortesía de F. Mattioli, FAO, Roma, Italia. Figura 1.7. Ganado vacuno usado para arrastrar carros en el interior de Campuchea. Foto cortesía de H. Page, FAO. Roma, Italia. 12 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION Figura 1.8. Un vaquero enlazando un ternero en un ro deo de competición. Cortesía de la Professional Rodeo Cowboys Association. la caza puede ser un medio para obtener ali mentos básicos; en otras constituye más un de porte, aunque el alimento obtenido no deja de aprovecharse, particularmente al proceder de animales que viven en tierras que no pueden ser utilizadas por las especies domésticas. Algunas especies salvajes se emplean de forma limitada para caza en tierras acotadas. Otras especies, principalmente el ciervo común o venado, se ex plotan como fuente de carne y astas; estas úl timas alcanzan un precio elevado para usos me dicinales en la mayoría de los países asiáticos. La rentabilidad de estas empresas es incierta en la actualidad, al menos en gran escala. En la mayoría de las sociedades la carne de mejor calidad procede típicamente de machos sobrantes, sacrificados frecuentemente a tem prana edad. Esta tendencia persiste aún en Europa, donde la carne de ternero y de cabri tos jóvenes es un componente importante del menú. El resto de la carne (en la mayoría de los países) procede normalmente de animales que han sido explotados toda su vida como ani males de trabajo o para la producción de le che. Los métodos seguidos en la cocina para abfáhdar la carne dura procedente de anima les viejos refleja este hecho en muchas regio nes del mundo. ¿CUAL SERA EL FUTURO? ¿Qué reserva el futuro a los animales rumian tes? El autor no se considera capacitado para predecirel futuro, aunque quizás, sea el mo mento de hacer algunos comentarios. Suponien te que siga aumentando la población humana, Figura 1.9. Cabalgando sobre un toro en un rodeo pro fesional, una de las diversas formas en que se usa el ga nado vacuno en recreo y deportes profesionales. Corte sía de la Professional Rodeo Cowboys Association. CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES 13 Figura 1.10. Astas de alce recogidas en el Refugio Na cional de Alces, cerca de Jackson, NY. Las astas se ven den en subasta, en su mayoría van a oriente. Cortesía de John Wilbrecht, Refugio Nacional de Alces. es muy probable que muchas especies salvajes vean cada vez más limitada la superficie de su hábitat adecuado. Esto conducirá inevitable mente a una reducción de su número y, proba blemente, a la extinción de algunas especies y subespecies en peligro de extinción. Otras man tendrán muy probablemente un reducido nú mero de ejemplares tan sólo en parques y zoos. Con respecto a los rumiantes domésticos, su importancia relativa como fuente de alimentos para el hombre dependerá de la existencia de un excedente de cereales pienso y de otros ali mentos que, actualmente, se utilizan indirecta mente como alimentos para el hombre. Si, co mo sugieren algunos autores, se producen en el futuro más alimentos para el hombre median te la transformación de residuos en alimentos por medio de microorganismos, pueden redu cirse las fuentes de piensos destinados tradicio nalmente a los rumiantes. A menos que la in geniería genética aplicada a los vegetales per mita obtener plantas que puedan ser cultivadas y producir alimentos en zonas donde actual mente no es posible esto, cabe esperar que ca da vez se destinen menos cereales pienso para los rumiantes en los países desarrollados y que una mayor proporción de los disponibles se des tinen a cerdos y aves que son más eficientes en la conversión de piensos de alta calidad en ali- Figura 1.11. Una llama cargada con fardos usada por excursionistas en Oregon Central. Cortesía de Llamas & More, Bend, Oregon. mentos para el hombre. Además, en el momento actual existe la tendencia de que muchos pro fesionales sanitarios recomienden un menor consumo de carnes rojas; así, es posible que en años futuros descienda tanto la oferta como la demanda. Bajo un punto de vista más optimista, es pro bable que los rumiantes sean un factor impor tante en la ganadería durante muchos años de bido a las grandes extensiones de tierra no ara ble que existen en el globo. La investigación fu tura aportará avances en la genética, fisiología, nutrición, manejo y control de las enfermeda des que permitirán aumentar los niveles de pro ducción o que ésta sea más eficiente. La inves tigación continuada y la mejor aplicación de sus descubrimientos ofrece muchas posibilida des para mejoras futuras a través de un mejor conocimiento de estos animales. No pretende remos convertir nuestros rumiantes domésticos en «pollos» de gran tamaño, aunque ya se ha logrado un notable avance en la mejora del ma ravilloso y complejo sistema simbióticos entre microbios y biología animal. 14 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION Publicaciones citadas 1. Simpson, G.G. 1945. Bull. Amer. Museum of Natural History. 85:1-350. 2. Honacki, J.H., K.E. Kinman and J.W. Koeppl (eds.). 1982. Mammal Species of the World. Allen Press, Inc. and The Assoc, of Systematics Collections, Lawrence, KS, USA. 3. Walker, E.P. et al (ed.). 1975. Mammals of the World, Vol. II, 3rd Ed. The Johns Hopkins Univ. Press, Balti more, MD. 4. Mochi, U. and T.D. Carter. 1971. Hoofed Mammals of the World. 2nd Ed. Chas. Scribner’s Sons, New*York, NY. 5. Zeuner, F.E. 1974. In: Animal Agriculture. Cole, H.H. and M. Ronning (eds.). W.H. Freeman and Co., San Francisco. 6. Anónimo. 1984. Livestock and Poultry Situation. Foreign Agr. Circ., Foreign Agr. Serv., USDA, Washington, DC. 2 ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL por R. R. Hofmann INTRODUCCION Es costumbre suponer, incluso entre los ve terinarios, que la peculiaridad del aparato di gestivo de los rumiantes es resultado de su es tómago con cuatro cavidades, considerando que las restantes porciones del conducto gastro intestinal son similares a las de otros mamífe ros o, al menos, a las de otros herbívoros. Este punto de vista no puede ser mantenido, según veremos; porque literalmente todas las porciones del conducto muestran cierto grado de especialización y adaptación típica en los ru miantes. Incluso aún más, presentan variacio nes anatómicas que son resultado de tenden cias evolutivas en apoyo de una selectividad ali menticia específica. Esto nos permite clasificar los como uno de los varios tipos de alimenta ción morfofisiológica (Fig. 2.1). Las especies que evolucionaron precozmente para adaptar se al consumo de vegetales antes de que las gra míneas se desarrollasen y extendiesen por la tie rra son llamadas selectores de concentrados (el término «ramoneador» es demasiado limitado y conduce a errores). Los animales que perte necen a este grupo seleccionan vegetales o partes de los mismos ricos en contenidos celulares ve getales fácilmente digestibles y muy nutritivos como almidón, proteínas vegetales, grasa y acei te (es decir, concentrados). Estos tipos de ani males tienen una capacidad muy limitada pa ra digerir las membranas celulares (es decir, ce lulosa, fibra). Ejemplos típicos en Europa y Asia son los corzos y en América del Norte sus parientes, el ciervo de Virginia o ciervo de cola blanca y el ciervo mulo o ciervo de cola negra; en América del Sur, los géneros mazama y pu- du; y en Africa, duikers, dikdiks, kudus y jirafas. Los rumiantes que evolucionaron más tarde dependen para su alimentación de las gramí neas y de otros materiales vegetales fibrosos aunque siguen siendo capaces de aprovechar más o menos el contenido de las células vege tales que fermenta con rapidez. A este grupo avanzado de alimentación («consumidores de gramíneas y forrajes») pertenece el ganado va cuno, las ovejas domésticas y salvajes y muchas especies de antílopes de las sabanas africanas así como el bisonte americano y europeo. Existe un tercer grupo heterogéneo que es llamado «ti po intermedio o mixto», ya que se adapta a uno u otro extremo. Algunos de estos animales son sumamente variables y flexibles en el curso de un año o período de vegetación, como el cari- bú ártico o la gamuza alpina. Los representan tes mejor conocidos de este tipo de animales consumidores oportunistas y adaptables esta cionariamente son el ciervo europeo y asiático y su fenotipo de mayor tamaño, el alce de Amé rica del Norte (uapiti). Entre las especies do mesticadas desde hace más tiempo, solamente 15 16 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION TIPOS DE ALIMENTACION DE IOS RUMIANTES (HOFMANN) Figura 2.1. Situación de las especies de rumiantes europeos y norteamericanos en el sistema evolutivo del tipo de alimen tación morfofisiológico. Cuando más se aproxima una especie a la derecha de la figura, mayor es su capacidad para digerir fibra en el rumen. La selección del contenido de las células vegetales supone un menor intervalo entre dos tomas ya que el rumen sencillo de las especies SC dispone de menos estructuras para diferir el avance de los alimentos que el de especies GF. la cabra pertenece al tipo intermedio, con una mayor prefencia por el contenido celular y una capacidad importante aunque limitada para digerir la celulosa. En el texto haremos referen cia frecuentemente a estos tres tipos de alimen tación, por lo que se emplearán abreviaturas: SC, selectores de concentrados, IM para con sumidores intermedios o mixtos y GR para con sumidores de gramíneas o forrajes. La terminología anatómica usada en este ca pítulo sigue la Nomina anatómica veterinaria. La división del aparato digestivo mantiene la lógica derivada del desarrollo y función: a) por ción cefálicacon las glándulas anejas, b) por ción de intestino anterior (esófago y estóma go), c) porción de intestino medio (intestino del gado y glándulas anejas) y d) porción de intes tino posterior (intestino grueso y ano). CABEZA Y GLANDULAS ANEJAS Organos prensiles La porción inicial del aparato digestivo mues tra una diversificación notable en los rumian tes. Esto resulta especialmente cierto para sus órganos prensiles consistentes en labios, lengua, dientes incisivos inferiores y lámina dental de lante del paladar duro que reflejan una carac terística importante de la nutrición de los ru miantes. En el caso del buey, un GF no selecti vo evolucionado tardíamente, esta parte del apa rato digestivo con su rigidez cornificada difie re mucho de la que presenta la cabra (consu midor mixto altamente selectivo), la oveja (pas toreo selectivo) o de la correspondiente a los animales SC como el ciervo y el corzo, así co- ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 17 COMEDORES de GRAMINEAS Figura 2.2. Topografía y tamaño de las glándulas salivales de nueve especies representativas de los tres tipos de alimentación. parótida mandibular superpuesta gH bucal mo las jirafas con su forma casi artística de rea lizar la prensión de los alimentos. Esta acción va seguida por la separación y transporte de la materia vegetal en dirección caudal, que se ra- liza mediante la contracción de los músculos labiales y linguales junto con el sistema de con trapresión de la lengua contra el paladar duro, y por la existencia de grandes papilas bucales de distinta longitud y densidad. También la masticación y la insalivación son procesos di ferentes en los rumiantes en comparación con otros herbívoros. Incluso existen especializacio- nes según el tipo de alimentación de los rumian tes. El proceso de la rumia difiere notablemente entre SC y GF ya que los primeros ingieren ali mentos y rumian con mucha mayor frecuencia. Existen notables diferencias en el desarrollo de las glándulas salivales, según se demostrará (Fig. 2.2). De manera similar, se ha demostrado que la estructura de los molares, la construcción tipo palanca de la mandíbula así como el tamaño, disposición e inserción de los músculos que in tervienen en la masticación son típicos y espe cializados para cada uno de los tres grupos prin cipales según su alimentación. Cavidad oral La cavidad oral aparece recubierta por una mucosa cutánea gruesa y frecuentemente cor- nificada que se exterioriza parcialmente sobre el labio superior rígido en la placa nasolabial característica de los bovinos donde sirve de base a grandes glándulas serosas. La boca está limi tada anteriormente por labios más o menos mó viles (labio superior/inferior) que contienen el músculo orbicularis oris y, especialmente en es pecies selectivas con labios prensiles, varios músculos faciales bien desarrollados del gru po nasolabial. Las glándulas mucosas labiales se hallan distribuidas entre las fibras muscula res que ejercen el vaciado de estas glándulas al contraerse. Aunque los animales GF disponen de labios cortos y abren poco la boca, las es pecies SC abren mucho la boca (por ejem., los frutívoros). Los carrillos constituyen los lími- 18 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION tes laterales de la cavidad oral. Su núcleo mus cular deriva del músculo bucinador dispuesto verticalmente que contiene más o menos lóbu los de glándulas bucales dorsales y medias. La glándula ventral recorre el borde inferior de este importante músculo que vacía el vestíbulo bu cal tras ser molturado el alimento ingerido con oclusión lateral. La glándula bucal ventral compacta de las especies SC produce una secreción serosa, mien tras que en las GF es una glándula mucosa de dimensiones y peso notables. Sus múltiples aberturas desembocan en el vestíbulo bucal, que está limitado medialmente por los dientes mo lares y que recibe también, en todos los rumian tes, la saliva de la parótida a través del conducto parotídeo con su papila terminal. Las papilas bucales y labiales, especialmente densas en la región interalveolar entre los incisivos y los pre molares, se orientan hacia la faringe; son más finas y numerosas en las especies SC. La región dorsal o techo de la cavidad oral está consti tuido por el paladar duro que, debido a la su presión evolutiva de los dientes incisivos supe riores, se inicia anteriormente en la lámina den tal. Esta lámina o rodete aparece intensamente cornificada y junto con los incisivos inferiores y la punta de la lengua sirve para sujetar las plantas que sirven para la alimentación de es tos animales. La lámina rígida está demarcada centro- caudalmente por la papila incisiva. Su estría circular recibe los conductos incisivos, finas co nexiones tanto con la cavidad nasal como con el órgano de Jacobson (una feromona sexual que detecta el órgano tubular del olfato). El re lieve superficial del paladar duro, intensamen te cornificado y con frecuencia pigmentado, es casi específico para cada especie, aunque mues tra en realidad una pauta característica en los rumiantes que pertenecen al mismo tipo de ali mentación (Fig. 2.3). El número de estrías pa latinas disminuye en los rumiantes con alimen tación selectiva hacia el contenido de las célu las vegetales, aunque estas especies consumido ras de tallos tiernos, frutos y hojas disponen de papilas mayores y mucho más numerosas en el borde caudal de dichas estrías. Alces o jira fas tienen un paladar fimbriado, el buey deli cadamente dentado y la oveja casi rugoso sua ve. En estos últimos animales las estrías dismi nuyen y finalmente desaparecen caudalmente, es decir la región molar del paladar duro es li sa con diminutas aberturas de numerosas glán dulas palatinas mucosas o folículos linfáticos y no aparece claramente delimitado del pala dar blando. La totalidad de la mucosa del pa ladar duro descansa sobre una capa elástica de plexos venosos. Esta disposición favorece el re flujo rápido hacia las venas maxilares y yugu lares durante la masticación y la rumia. El dorso de la lengua ejerce entonces la presión principal. Lengua La lengua (Fig. 2.4) ocupa la mayor parte de la cavidad oral propiamente dicha entre el ar- Figura 2.3. Cara ventral (inferior) del paladar duro de rumiantes in situ, con la mucosa bucal desplazada. A = alce (SC), B = ciervo (IM). C = gamo (IM), D = muflón (GF); c = papilas del carrillo; p = almohadilla dental con papila incisiva central. ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 19 Figura 2.4. Cara dorsal de la lengua de los rumiantes. A = kudú mayor (SC), macho solamente; B = muntiaco (SC), macho solamente; C = ciervo (IM); impala (IM); mantenida in situ con impresiones de los bordes palatinos; E = buey (GF), macho solamente; F = ciervo del padre David (GF), macho solamente. 1 = fosa de la lengua; 2 = papilas filiformes; 3 = papilas cónicas; 4 = papilas lenticulares; 6 = papilas circunvaladas. co mandibular de los dientes. Los consumido res de forraje no selectivos como el buey y el búfalo de agua tienen una lengua carnosa a mo do de émbolo; los selectores de hojas como la jirafa y el alce tienen una lengua más fina y puntiaguda. En otras especies selectivas resul ta intermedia. La relación entre la parte protu berante de la lengua (la porción posterior ele vada) y el apéndice libre (controlado por el am plio frenillo lingual) es distinta entre animales GF y SC, aunque todavía resulta más típica la distribución y el tamaño de las papilas mecá nicas y gustativas entre estos grupos de anima les que difieren en sus hábitos alimenticios. La mucosa de la lengua es fina y suave en su cara inferior y consistente, gruesa y cornificada en la superior, aunque algo menos en las superfi cies laterales. El epitelio escamoso estratifica do forma papilas filiformes finas y apiñadas. Sobre la porción protuberante de las especies consumidoras de gramíneas encontramos pa pilas lenticularesgruesas en forma de conos ro mos o aplanada, algunas de las cuales crecen en longitud de forma irregular, por ejemplo, en la cabra o impala (IM). Las papilas fungifor mes y circunvaladas, que se caracterizan histo- lógicamaente por la presencia de botones gus tativos con receptores para apreciar el sabor (nervios craneales VII y IX) y de glándulas se rosas, son como norma menos numerosas en las especies SC que en las GF. Las papilas fun giformes se distribuyen sobre casi toda la len- 20 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION Figura 2.5. Cara dorsal del suelo sublingual de la man díbula inferior con los incisivos 11-14 del muflón (A), ga mo (B) y ciervo (C) (19); c = carúncula sublingual con desagües de las glándulas salivales mandibular y sublin gual (ocultas); f = pliegue caruncular; m = orificio del mentón; t = frenillo. gua. Las papilas circunvaladas se limitan a la región caudolateral que es intermedia entre la porción protuberante y la raíz de la lengua aun que craneal a la tonsila lingual. Normalmente existen más botones gustativos por papila cir cunvalada en animales GF que en los SC (20), aspecto que pone de manifiesto la selección pri maria de alimentos por medio del olfato en es pecies SC y por intermedio del sabor en las GF. En el buey existen 8-17 papilas circunvaladas a cada lado, 18-24 en la oveja, y 12-18 en la cabra. El suelo sublingual de la cavidad oral, entre los dientes incisivos y el frenillo, aparece tapi zado por un epitelio liso aunque cornificado. La carúncula sublingual con las aberturas de los conductos de las glándulas mandibular y su blingual mayor, una fuente casi constante de saliva mixta, tiene una forma típica en cada es pecie de rumiante (Fig. 2.5). Destaca menos en especies GF. Glándulas salivales Las glándulas salivales son muy variables se gún sea el tipo de alimentación (Figs. 2.2 y 8.1, Capítulo 6). Las especies SC tienen hasta el 0,3 °7o de su peso corporal en forma de tejido productor de saliva procedente de la parótida, mientras que en las GF representa solamente una cuarta o quinta parte de dicho peso, por ejemplo en la oveja 0,05 %. Su importancia fi siológica como líquido de transporte (menor) y tampón de la fermentación (principal) pue de añadirse a las funciones de enjuagado de nu trientes que son liberados y se convierten en so lubles en la cavidad oral durante la masticación asociada con la ingestión y la rumia de los ali mentos. De forma especial, la saliva serosa de la parótida puede arrastrar ingesta soluble por la gotera ventricular hacia el abomaso, evitan do así la fermentación en el rumen. La glándula parótida aparece en la depresión retromaxilar a lo largo del borde caudal del ma- setero, bajo la base de la oreja y la articulación temporo-maxilar. En las especies SC es ancha y gruesa, tiene protuberancias pre- y post auriculares y oculta la mayor parte de la glán dula maxilar. Su protuberancia cervical rodea las venas linguofacial y maxilar mientras que su borde dorsocraneal cubre parcial o totalmen te el ganglio linfático parotídeo. La glándula claramente lobulada forma un conducto paro tídeo que emeige de la cara profunda de la glán dula en su ángulo ventrocraneal. En la mayo ría de las especies de rumiantes sigue a los va so sanguíneos faciales curvándose alrededor del masetero y finalmente atraviesa el músculo bu cal. Vierte en la papila parotídea en el vestíbu lo bucal frente a un diente molar (M2 en el to ro, Mi en ovejas y cabras). La parótida se en cuentra cubierta por una ancha cinta muscu lar cubierta (que se ensancha ventralmente en animales SC), consistente en el músculo depre sor de la oreja. La glándula maxilar, una glán dula mixta/seromucosa, solamente es mayor que la parótida en especies GF no selectivas. Resulta proporcionalmente menor en especies SC y en muchas IM, en las que la mayor parte de dicha glándula aparece recubierta por la pa rótida. Se extiende desde las alas del atlas has ta el borde rostral del masetero, donde contac ta con su compañera del otro lado y con el gan glio linfático maxilar. Su situación topográfi ca es más complicada que la de la parótida. Se relaciona medialmente con la arteria carótida común y sus ramificaciones, con los nervios cra neales (V, X) y simpático, mientras que la to can lateralmente las venas yugular externa y ma xilar, el nervio facial y la arteria linguofacial. El conducto de la glándula maxilar arranca de la misma en posición rostral, cruza el músculo digástrico y recorre la superficie interna del milohiodeo. ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 21 Todos los rumiantes tienen una glándula su blingual seromucosa que es proporcionalmen te menor en animales GF que en los SC. Su por ción ventro-rostral, la glándula sublingual mo- nostomática, se extiende desde la porción inci siva de la mandíbula más o menos caudal. Su conducto se une al de la glándula maxilar para terminar en la carúncula sublingual. La porción dorso-caudal consiste en una banda estrecha de lóbulos glandulares cada uno de los cuales de semboca mediante un pequeño conducto, que desembocan en su totalidad cerca de una fila de papilas sobre el suelo en forma de surco del hueco sublingual lateral. Faringe y laringe La faringe (Fig. 2.6) es la reducida prolon gación caudal de la cavidad oral que conduce al vestíbulo del esófago. Su istmo inicial u oro- faringe está limitado dorsalmente por el pala dar blando (velo palatino) y ventralmente por la raíz de la lengua. El velo glandular, relativa mente largo y grueso, se eleva durante el inicio de la deglución y regurgitación ayudando en la formación de un bolo para la masticación o de glución (rumia, remasticación). Según Doug herty y col. (1) la mayor parte de los gases eruc tados procedentes de la fermentación en el ru men son forzados a penetrar en la laringe, trá quea y pulmones tras el cierre de la boca y la abertura intrafaríngea. Esta abertura variable, formada por el borde caudal libre en forma de arco del paladar blando y los arcos palatofa- ríngeos, es decir, los pliegues mucosos a lo lar go de la pared lateral y caudal de la faringe, co necta la cavidad nasal con la entrada de la la ringe durante la respiración normal. Se contrae y casi se cierra mediante la elevación del pala dar blando (músculos cerrador y elevador, pro cedentes de la porción petrosa del hueso tem poral) y la contracción de los constrictores fa- Figura 2.6. Sección longitudinal a lo largo de cabeza, cavidad oral y faringe de un ciervo. A y flechas = paso del aire (cavidad nasal, faringe respiratoria = RP; entrada de la laringe); B = tronco encefálico; DP = faringe digestiva; HP = paladar duro; L = protuberancia laríngea (cartílago tiroides); M = médula espinal; O = abertura faríngea del conduc to auditivo; S y flechas = conducto nasal del olfato y región olfatoria de la cavidad nasal (etmoides); SP = paladar blanda 22 I EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION ríngeos, músculos esqueléticos planos de con tracción refleja durante la deglución. La oro- faringe va seguida caudalmente por la laringo- faringe. La porción epiglótica y aritenoidea de la laringe se proyecta desde abajo hacia este hueco y a través de la abertura intrafaríngea. Los líquidos pasan por cada lado de la laringe hacia el interior de las ranuras piriformes co laterales que conducen finalmente a la unión faringoesofágica y al esófago. El material sóli do sobrepasa con seguridad la entrada de la la ringe mediante una acción complicada de la len gua y de los músculos y articulaciones hioideas que se acortan e inclinan la faringe cuando el animal efectúa la deglución. En este momen to, el cartílago elástico de la epíglotis vuelve pa sivamente a cubrir la entrada de la laríngea. Las amígdalas, que rodean la zona mucosa de la fa ringe digestiva y nasal, carecen de relación fi siológica inmediata con los procesos digestivos. Dientes y músculos queintervienen en la masticación El aparato masticador de los rumiantes, cons tituido por las mandíbulas, dientes y múscu los de lá masticación ayudados por lengua, la bios y carrillos, muestra un alto grado de de sarrollo específico. Según demostró Stockmann (15), la forma de la mandíbula aparece adap tada a las preferencias alimenticias. Con inde pendencia del tamaño corporal, las especies GF disponen de mayores superficies para la inser ción de los músculos de la masticación, y Ki- plel (10) ha demostrado que las especies IM, con preferencia por el consumo de gramíneas, dis ponen de músculos para la masticación mayo res que las especies SC. Además, los animales SC experimentan una fusión ósea precoz de su sínfisis maxilar que se mantiene flexible (sin- desmosis) en los animales GF. Tanto los dien tes incisivos como los molares de los animales SC tienen una estructura más delicada que los de especies GF, aunque se encuentran firme mente implantados en sus alvéolos. La fórmu la de la dentición permanente de los rumiantes es 2 (I 0/4 C0/0 P 3/3 M 3/3); es decir, 32 dientes. La totalidad de las especies de rumiantes ca recen de incisivos en la mandíbula superior. Los caninos solamente se descubre en varias espe cies de cérvidos (Fig. 2.7). La función antago nista de los incisivos inferiores se realiza por la lámina dental constituida por tejido conjun tivo fibroso recubierto por epitelio intensamente cornificado. Los caninos de la mandíbula in ferior se han trasladado para incorporarse a la fila de incisivos inferiores. Comparativamente, la fórmula de la dentición del alce (Uapiti, Cer- vusejaphus) sería 2 (10/3 C 1/1 P 3/3 M 3/3). Los incisivos de las especies GF poseen una co rona ancha, en forma de pala y asimétrica; los de especies SC tienen una corona más estrecha y en forma de cincel. Su cara lingual es cónca va y puede actuar junto con la lengua durante la prensión de alimentos (traccionando o arran cando). El estrecho cuello de los dientes incisi vos se distingue perfectamente de la corona. El cuello se continua con la raíz que es recubierta anualmente por capas de cemento, que pueden observarse mediante técnicas histológicas para establecer con exactitud la edad de los rumian tes en libertad. Aunque los incisivos son de tipo haplodon- to, los premolares y molares de los rumiantes son columnas altas (hipsodontos) con los tres componentes del diente alternándose sobre la cara superior de la corona, formando así aris tas altas y cortantes de esmalte con depresio nes en forma de media luna (selenodontos) en medio. Estos dientes crecen inicialmente en lon gitud, después forman raíces cortas y posterior mente, en el curso de un desgaste progresivo, van saliendo de sus alvéolos. Mi (el cuarto mo lar) ejerce una presión máxima y es el primero en desgastarse. El desgaste progresivo y la pér dida final de los dientes son factores importan tes que limitan la vida de los rumiantes. Exis ten variaciones individuales notables en el des gaste de los dientes en el seno de una especie, dependientes algunas de las mismas de los há bitos alimenticios (por ejem., ingestión de are na) otras de la composición de los alimentos y algunas de la dureza de los componentes de los dientes. Se ha descubierto una considera ble variación en la dureza del esmalte y, por con siguiente, en su resistencia al desgaste. Los pre molares aumentan en longitud rostrocaudal- mente, aunque todos son dientes de componen te único. Los molares constan de dos compo nentes robustos cada uno, y M3 tiene un tercer componente adicional. Los premolares no for man infundíbulos verdaderos, sino aristas cor tantes. Los dientes molares presentan un infun díbulo por componente. Esta alternancia repe tida de sustancias dentales blandas y duras (el esmalte es más duro y más resistente al desgas te) proporciona a los rumiantes unas herramien- ANATOMIA DEL CONJMJCTO GASTRO-INTESTINAL 23 Figura 2.7. Cráneo de una hembra de ciervo común (Cervus elaphus) con los alvéolos de los dientes molares parcialmen te abiertos; las superficies de inserción lateral de los músculos de la masticación marcadas según Kiplel (10); A = porciones del masetero superficial; B, C, D = porciones del masetero profundo; E, F = porciones del zigomandibular; G = músculo temporal; H = músculo digástrico; I = incisivos, P = premolares, M = molares. tas sumamente eficaces para aplastar y moltu rar las estructuras vegetales durante la masti cación inicial y la rumia. Los dientes premolares y molares de las man díbulas superior o inferior, constituyendo en ambas una fila sólida, se . adaptan unos con otros perfectamente. Con la excepción de los terceros molares, cada premolar y molar supe rior mantienen un contacto interdigitado con dos dientes de la mandíbula inferior. Ninguna mandíbula inferior de un animal individual puede adaptarse a la mandíbula superior de otro individuo. Esto se debe principalmente a que el diente individual desgasta gradualmen te los surcos para la molturación durante la os cilación lateral de la mandíbula. Cualquier mandíbula de rumiante con sus dos filas de dientes premolares y molares es más estrecha que las filas de dientes maxilares superiores, es decir, la separación entre estos últimos es ma yor. Al cerrar las mandíbulas de forma centra da se produce poco contacto entre los premo lares y molares superiores e inferiores. El cie rre lateral solamente se logra en un lado durante las contracciones de los músculos masetero y pterigoides para molturar alimentos, facilitada por las articulaciones incompatibles temporo- maxilares. Así, según una terminología menos técnica, los rumiantes solamente pueden mas ticar con sus dientes molares de un lado de la boca en un determinado momento. La eficacia de la masticación es una condi ción previa vital para la digestión de los rumian tes porque reduce el material vegetal a partícu las de pequeño tamaño que permiten el ataque de los carbohidratos estructurales por los mi- crorganismos del rumen e intestino. Como los rumiantes difieren tanto en sus estrategias di gestivas como en su adaptación morfo fisioló gica a los forrajes, utilizan su aparato mastica- dor de distintas formas. Las especies GF como vacuno y bisonte, que pastan durante largos pe ríodos de tiempo, mastican inicialmente de for ma breve, aunque disponen de amplios perío dos de rumia para reducir el tamaño de las par tículas de los alimentos de forma que se facili- 24 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION te la fermentación microbiana. Las especies SC realizan una masticación inicial intensa a la ma teria vegetal (dicotiledóneas) (aplastado con punción) que libera buena parte del contenido celular. Realizan cortos períodos intermedios de rumia que alternan con cortos períodos de consumo de alimento, varias veces al día. Los rumiantes jóvenes disponen de una den tición caduca que en buena parte emerge antes del nacimiento, más en especies SC que en la GF. Las primeras suelen inciar el consumo de materias herbáceas en su primera semana de vi da. La fórmula de la dentición caduca de los rumiantes es 2 (Di 0/4 De 0/0 Dp 3/3) = 20. Tras la reposición gradual, la dentición perma nente de un vacuno queda establecida en unos 34 meses; en los rumiantes de vida más corta tiene lugar mucho antes (por ejem., corzo 14 meses, cabra, 17-20 meses). ESOFAGO Y ESTOMAGO El término intestino anterior deriva de la em briología e incluye esófago y estómago. La con siderable importancia del estómago cuadrilo- cular (cuatro compartimentos) para la fisiolo gía digestiva y nutrición de los rumiantes im pone una descripción detallada de la anatomía funcional de cada uno de los compartimentos y de sus interrelaciones morfofisiológicas. Esófago El esófago es el tubo que conecta la faringe con el retículo-rumen y sirve de intermediario entre zonas de distinta presión. En los rumiantes se utiliza normalmente
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