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ENDROCRINOLOGIA CLINICA DE PERROS Y GATOS TEXTO ILUSTRADO Editado por A. Rijinberk TABLA DE CONTENIDO Prefacio Agradecimientos Lista de Colaboradores 1. Introducción – A. Rijinberk 1.1 Hormonas 1.2 Desordenes endocrinos 1.3 Evaluación Clínica 1.4 Tratamiento 8. Sistema Hipotálamo – pituitaria – A. Rijinberk 8.1 Introducción 8.2 Lóbulo anterior 8.2.1 Deficiencia congénita de la hormona de crecimiento 8.2.2 Desordenes adquiridos de la liberación de la hormona de crecimiento 8.2.3 Exceso de la hormona de crecimiento 8.2.4 Prolactina y pseudopreñez en el perro 8.2.5 Tumores pituitarios 8.3 Lóbulo posterior 8.3.1 Deficiencia de vasopresina; diabetes insípida central 8.3.2 Exceso de vasopresina; síndrome de antidiuresis inapropiada (SIAD) 9. Tiroides – A. Rijinberk 9.1 Introducción 9.2 Hipotiroidismo en animales jóvenes 9.2.1 Disgénesis tiroidea 9.2.2 Síntesis defectuosa de la hormona tiroidea 9.3 Hipotiroidismo en animales adultos 9.3.1 Hipotiroidismo primario 9.3.2 Hipotiroidismo secundario 9.4 Hipertiroidismo y tumores tiroideos 9.4.1 Hipertiroidismo en gatos 9.4.2 Tumores tiroideos e hipertiroidismo en perros 10. Adrenales – A. Rijinberk 10.1 Introducción 10.2 Insuficiencia adrenocortical 10.2.1 Insuficiencia adrenocortical primaria 10.2.2 Insuficiencia adrenocortical secundaria 10.3 Hiperfunción tiroidea: Síndrome de Cushing 10.3.1 Hiperadrenocorticismo dependiente de la pituitaria 10.3.2 Hiperadrenocorticismo debido a tumores adrenocorticales 10.3.3 Hipercorticismo iatrogénico e hipoadrenocorticismo secundario iatrogénico 10.4 Médula adrenal 10.4.1 Introducción 10.4.2 Feocromocitoma 11. Páncreas endocrino – A. Rijinberk 11.1 Introducción 11.2 Diabetes mellitus 11.2.1 Diabetes mellitus en el perro 11.2.2 Diabetes mellitus en el gato 11.3 Hipoglicemia 1. Introducción 1. INTRODUCCION 1.1 Hormonas La tradicional y aún la mayor parte de la endocrinología clínica trata con las glándulas que producen las hormonas y en particular con las concentraciones plasmáticas de hormonas para las cuales las células que expresan los receptores son expuestas. La biosíntesis y la secreción glandular, los medios de transporte de la hormona a las células blanco, y la inactivación metabólica determina la concentración efectiva de la hormona. Sin embargo, la capacidad de formar hormonas no esta limitada a las glándulas endocrinas. Las hormonas pueden ser activadas por órganos no endocrinos a través de la división de las prohormonas proteínicas (por ejemplo, en el lecho vascular). Otras, tales como la dihidrotestosterona, la triyodotironina, y el estradiol, son en parte secretadas por las glándulas endocrinas y en parte formadas en los tejidos periféricos de los precursores circulantes. Algunos mensajeros circulan solo en compartimentos restringidos como el sistema portal hipotálamo – pituitaria y no alcanzan la circulación sistémica en cantidades apreciables. Muchas hormonas, de las cuales la insulina y la dihidrotestosterona son ejemplos, tienen acciones paracrinas en los tejidos en los cuales ellas son formadas y las acciones endocrinas clásicas en los sitios periféricos. Una revisión general de los sistemas de la síntesis y de la acción de las hormonas es presentada en la Fig. 1-1. Otras formas de comunicación intercelular como la neurotransmisión y la neurosecreción, las secreciones exocrinas (ejemplo, en la leche y en el semen), y la liberación de ferómonas (en aire o en agua) han sido incluidas. Bioquímica. Dos amplios grupos de hormonas pueden distinguirse (Tabla 1 – 1)1. Las hormonas del grupo I son lipofílicas y, con la excepción de las yodotironinas, son derivadas del colesterol de dos tipos: aquellas con un núcleo esteroide completo (esteroides adrenales y gonadales) y aquellas en las cuales el anillo B esta abierto (vitamina D y sus diversos metabolitos) (Fig. 1 – 2). Fig. 1 –1. Representación esquemática de los sistemas de comunicación intracelular (Modificado de LeRoith et al., 1988.2) En el segundo grupo están las hormonas hidrosolubles. La mayoría son péptidos, Tabla 1 –1 Grupos de hormonas Grupo 1 Esteroides Yodotironinas Calcitrol Grupo 2 Polipéptidos (Glico) proteínas Catecolaminas Solubilidad Proteínas de transporte Vida media en plasma Receptor Mediador Lipofílica Si Larga (horas) Intracelular Complejo receptor - hormona Hidrofílica La mayoría no. Corta (minutos) Membrana plasmática AMPc y otros mensajeros secundarios incluyendo polipéptidos complejos (Ej., gonadotropinas), péptidos de tamaño intermedio (Ej., insulina), péptidos pequeños (Ej., hormona liberadora de la tirotropina), y derivados de aminoácidos simples (Ej., catecolaminas). Síntesis. En la síntesis de las hormonas peptídicas los genes codifican el RNA mensajero el cual es trasladado a los precursores de las proteínas. Estas proteínas sufren un proceso posttranslacional, como la división proteolítica (Fig. 1 – 3), para formar la hormona activa reconocida por los receptores de los tejidos blanco. Las prohormonas como la proopiomelanocortina pueden ser procesadas para diferentes hormonas en diferentes células, dependiendo de las enzimas presentes en el proceso. Los péptidos de las hormonas no sólo son formados en glándulas endocrinas sino que también pueden formarse en tumores malignos de origen no endocrino. Ellas también están presentes en pequeñas cantidades en tejidos normales no endocrinos. Para la transformación del precursor de las hormonas esteroides, de colesterol a estradiol, al menos seis enzimas y consecuentemente al menos seis genes son necesarios. Probablemente, debido al número de enzimas requeridas, la síntesis de los esteroides es rara en malignidades de los tejidos no endocrinos. Almacenamiento y liberación. La mayoría de las células endocrinas tienen una capacidad limitada para almacenar el producto final. Aún en tejidos con organelas bien desarrolladas para almacenar la hormona, como el aparato de Golgi, la cantidad de la hormona almacenada usualmente es limitada. Las mayores excepciones son el almacenamiento del precursor como la prohormona, tiroglobulina, en los folículos tiroideos y el almacenamiento de las formas intermedias de la vitamina D en la grasa. El proceso de liberación puede involucrar derivados solubles libres del precursor de la proteólisis (hormonas tiroideas de la tiroglobulina), exocitosis de gránulos de almacenamiento (hormonas peptídicas), o difusión pasiva de moléculas recién sintetizadas (hormonas esteroides). En muchos casos la tasa de liberación de las hormonas fluctúa, la síntesis y la liberación siendo estrechamente unidas. Algunas hormonas pituitarias, tales como la hormona del crecimiento y la hormona luteinizante, son liberadas en forma pulsátil, en picos repetitivos. La liberación de otras varía durante un ciclo de 24 horas, la mayoría con pequeñas fluctuaciones sobrepuestas. Transporte. Las hormonas hidrosolubles (Tabla 1 –1) en general son transportadas en el plasma sin unirse a las proteínas específicas. Esto explica las vidas medias plasmáticas de solo unos pocos minutos de la mayoría de las hormonas peptídicas no glicosadas. Lo más insoluble una hormona en agua, el papel más importante de las proteínas de transporte. Las hormonas tiroideas y las esteroides son en su gran mayoría transportadas en forma ligada a las proteínas. La hormona unida a la proteína no puede entrar a las células y sirve como un reservorio de la hormona libre la cual es liberada para la captación dentro de los compartimentos intracelulares. Fig. 1- 2. Ejemplos de diferentes tipos de hormonas. El tripéptido de la hormona liberadora de la tirotropina (TRH),el esteroide adrenocortical cortisol y el colecalciferol (vitamina D3). La distribución de la hormona ligada y libre en el plasma esta determinada por la cantidad de la hormona y por la afinidad de las proteínas ligadoras para la hormona. Solo la hormona libre interactúa con los receptores en las células blanco y participa en los mecanismos reguladores de retroalimentación. Por lo tanto los cambios en la cantidad de la proteína de transporte pueden causar considerables cambios en los niveles plasmáticos de la hormona sin causar signos clínicos de deficiencia o exceso de la hormona. Si los mecanismos reguladores de retroalimentación que controlan la síntesis de la hormona están intactos, ellos mantendrán el nivel de la hormona libre en el rango normal. Degradación y turnover. La degradación y la inactivación de la hormona puede ocurrir tanto en los tejidos blanco como en los que no lo son como el hígado y el riñón. Las hormonas peptídicas principalmente son inactivadas en los tejidos blanco por las proteasas. Las hormonas esteroides y las tiroideas son metabolizadas y en su gran mayoría conjugadas para la solubilización y la subsiguiente excreción vía urinaria y biliar. Un cambio en la tasa de la degradación hormonal no influirá el estado regular, proporcionado que el control de retroalimentación de la síntesis este intacto. Sin embargo, si el mecanismo de control esta defectuoso, los cambios en las tasas de la degradación hormonal puede tener consecuencias clínicas. Por ejemplo, en el hipertiroidismo la degradación de los glucocorticoides se aumenta y la insuficiencia de estos podría ocurrir si hay una inadecuada capacidad de reserva adrenocortical. Fig. 1 –3. - Via esquemática en una célula secretora de hormonas peptídicas. Los puntos de control son indicados por números encerrados en círculos. Fig. 1.4. Modelo esquemático de la acción hormonal. Las hormonas del grupo I se unen a los receptores citoplasmáticos o nucleares. El complejo hormona – receptor después se unen a las regiones específicas del DNA, resultando en la activación o la represión de un número restringido de genes. Las hormonas del grupo II se unen a los receptores específicos en la membrana celular. Esta interacción ligando – receptor causa la generación de un segundo mensajero. Muchas de las acciones de los segundos mensajeros (ej. En la gluconeogénesis y la lipolisis) se presentan fuera del núcleo, pero ellos también influyen en la transcripción genética. Acción. Las dos clases de hormonas (Tabla 1 – 1) actúan a través de dos diferentes tipos de receptores. Las hormonas peptídicas operan vía receptores localizados en la membrana celular con el sitio expuesto de reconocimiento / unión sobre la superficie celular. Los receptores activados de la superficie celular usan una variedad de estrategias para transducir la información signal, por esa razón activan los segundos mensajeros (Fig. 1 – 4), los cuales amplifican y transmiten la información molecular. Muchas hormonas peptídicas últimamente indican la vía de regulación de las fosforilación proteica. A través de este proceso las proteínas son covalentemente modificadas, donde un grupo fosfato es donado a la proteína por los nucleótidos trifosfatos. Esto permite que las hormonas peptídicas rápidamente cambien la conformación y asimismo la función en las enzimas celulares existentes ((In)activación enzimática). También permite unos pocos menores cambios involucrando la transcripción de genes codificando las proteínas enzimáticas y por lo tanto influyendo en la concentración de enzimas celulares (inducción enzimática). Las hormonas esteroides y las tiroideas actúan por la vía relacionada estructuralmente con los receptores intracelulares. Estas hormonas son transportadas en el plasma principalmente unidas a las proteínas portadoras. Las pequeñas cantidades de hormonas libres son transportadas dentro de las células y ligadas a las proteínas del receptor específico para formar el complejo hormona – receptor. Este complejo puede unirse a las secuencias reguladoras específicas de DNA (elementos de respuesta positiva y negativa) y de este modo actuar como un regulador de la transcripción. Como resultado, la formación del RNA mensajero se aumenta o se disminuye y así la síntesis y la secreción de las proteínas (enzimas, hormonas) se incrementa o se reduce. La estructura química de varios de estos receptores se ha dilucidado. En el hombre esto ha permitido el análisis de las mutaciones que deterioran la acción de la hormona y causan síndromes resistentes a las hormonas. 1.2 Desordenes endocrinos Los desordenes endocrinos que se presentan en el perro y en el gato pueden ser divididos en las siguientes seis amplias categorías, la mayoría de las cuales pueden ser además subdivididas: Deficiente producción hormonal. Las glándulas endocrinas pueden ser dañadas o destruidas por desordenes autoinmunes o por neoplasias y teóricamente también por infección o hemorragia, y la hipofunción consiguiente se denomina primaria. La hipofunción también puede ser debido a una inadecuada estimulación de la glándula y se denomina secundaria. Estos principios al igual que los siguientes son ilustrados por dibujos esbozando un sistema hipotálamo - pituitaria generalizado con relación a una glándula endocrina periférica (Fig. 1 – 5). Excesiva producción hormonal. Las causas más frecuentes de síndromes por exceso hormonal son la hipersecreción de la hormona por un tumor de la glándula endocrina (hiperfunción primaria) o una hipersecreción debido a una hiperestimulación, de la cual pueden haber diversas causas (hiperfunción secundaria) (Fig. 1 – 6). La excesiva producción hormonal también puede ser observada en las células que no son normalmente la fuente primaria de la hormona (producción hormonal ectópica). Cuando las hormonas son usadas para tratar desordenes no endocrinos o cuando el reemplazo hormonal para una deficiencia endocrina es excesivo, el síndrome resultante del exceso hormonal se denomina como iatrogénico. Síntesis hormonal defectuosa. Los defectos genéticos pueden causar anormalidades en las síntesis hormonal. Algunas veces esto no lleva a una deficiencia hormonal sino a las manifestaciones de una adaptación compensatoria, como el bocio desarrollado debido a un defecto en la síntesis de la hormona tiroidea (Fig. 1 – 7). Resistencia a la acción de la hormona. La resistencia hormonal es definida como un defecto en la capacidad de los tejidos blancos normales para responder a la hormona. Usualmente es un desorden heredado que involucra una o más anormalidades, incluyendo defectos en los receptores y en los mecanismos post – receptores. La resistencia hormonal también puede ser causada por el desarrollo de anticuerpos contra la hormona o contra el receptor hormonal. Una característica común de la resistencia hormonal es la presencia de un nivel elevado de la hormona en la circulación de un individuo con la acción de la hormona normal o deficiente. Los niveles hormonales aumentados son causados por el mismo defecto, el cual esta presente también en las funciones del (post) receptor involucradas en el control regulador de la retroalimentación (Fig. 1 – 7). Anormalidades en el transporte hormonal. El control de retroalimentación de la producción hormonal esta mediado por el nivel de la hormona libre. Por lo anterior los cambios en las concentraciones de las proteínas de transporte o portadoras en el plasma usualmente solo causan los cambios correspondientes en la concentración plasmática hormonal pero no en la producción como tal. Finalmente, las glándulas endocrinas pueden estar afectadas por anormalidades que no deterioran la función. Estas incluyen tumores, quistes, y enfermedades infiltrativas que no llevan a un deteriorosignificante de la secreción hormonal. 1.3 Evaluación clínica Historia y examen físico. El proceso diagnóstico es difícil por la inaccesibilidad para el examen físico de todas las glándulas endocrinas excepto la tiroides y los testículos. Sin embargo, un trastorno en la secreción hormonal tiene consecuencias para la función de otros órganos, usualmente llevando a múltiples anormalidades las cuales con frecuencia tienen un patrón característico. El diagnóstico de una enfermedad endocrina por esto muchas veces comienza con el reconocimiento de un patrón de características en la historia clínica y en los hallazgos por el examen físico. Fig. 1.5. Izquierda. Sistema hipotálamo - pituitaria generalizado y una glándula endocrina bajo condiciones normales y como se influye por la administración de una hormona producida por la glándula periférica. La hormona secretada por la glándula periférica es distribuida en la circulación entre una pequeña fracción libre (sitios abiertos de las flechas) y una fracción grande unidas a las proteínas transportadoras (partes oscuras de las flechas). Las diferencias en la producción de la hormona son indicadas por las diferencias en el grosor y de la continuidad de las líneas y de las flechas. Derecha. Ilustración de los estados de deficiencia primaria y secundaria hormonal (pituitaria). Muchos síndromes por exceso o por deficiencia hormonal llevan a manifestaciones que son fácilmente aparentes en el momento de la presentación inicial del paciente para el examen. Especialmente ahora que los diagnósticos definitivos pueden con frecuencia ser asegurados por los datos del laboratorio, los clínicos han aprendido a reconocer los patrones de características físicas de los síndromes endocrinos. Sin embargo, en algunos casos los cambios son muy sutiles y es necesario confiar completamente en las pruebas de laboratorio. Esto es especialmente verdadero cuando la enfermedad endocrina esta siendo considerada en el diagnóstico diferencial de los problemas comunes tales como debilidad, letargo, y pérdida o ganancia de peso. Pruebas de laboratorio. El desarrollo de técnicas para la medición de las hormonas en los fluidos biológicos han hecho posible evaluar la función endocrina en términos cuantitativos por los siguientes métodos: - Niveles plasmáticos. La concentración total de las hormonas esteroides y tiroideas en los rangos plasmáticos esta entre 1nM y 1µM, mientras que la de las hormonas peptídicas esta generalmente entre 1pM y 0.1nM. La aplicación de técnicas como el radioinmunoensayo, el radioreceptoensayo, la cromatografía y las pruebas de biología molecular más recientes han transformado la endocrinología de una disciplina en gran parte descriptiva a una más cuantitativa. Aun existen unas pocas situaciones en las cuales una sola medición de la concentración de una hormona en el plasma puede proporcionar una evaluación confiable de la producción hormonal. Hay varias razones para tener cuidado en valorar las medidas aisladas de la concentración plasmática hormonal: a) Varias hormonas son secretadas en forma pulsátil (Fig. 1 – 8) y /o sus concentraciones pueden variar en un ritmo diurno, al igual que con el ciclo sexual, la preñez y la estación. b) Las hormonas esteroides y tiroideas son transportadas en el plasma en su gran mayoría unidas Hiperfunción primaria Hiperfunción secundaria Fig. 1.6. Ilustración esquemática de dos formas diferentes del exceso de hormonas: (1) tumor en la glándula periférica (izquierda), y (2) lesión activa hormonalmente en la hipófisis (derecha). Para la explicación ver también la leyenda de la Fig. 1-5. Dishormogénesis Resistencia hormonal a las proteínas. El pequeño porcentaje (< 1 – 10 % del total) de la hormona libre ejerce el efecto biológico. El nivel total hormonal refleja la cantidad de hormona libre solo si la cantidad de proteína portadora permanece constante o fluctúa en límites estrechos. Fig. 1-7. Ilustración del control de retroalimentación afectado en la situaciones de (1) síntesis defectuosa de la hormona en la glándula periférica (izquierda), y (2) resistencia a la acción hormonal debido a un defecto del receptor (derecha). Para la explicación ver también la leyenda de la Fig. 1-5. c) Los valores de referencia de la mayoría de las hormonas es bastante amplio. Por lo tanto es posible que el nivel de un individuo se doble o se disminuya a la mitad pero continuando dentro del rango de referencia. Por esta razón algunas veces es útil medir las concentraciones de un par de hormonas relacionadas simultáneamente (ej. Cortisol y ACTH). Fig. 1-8. Los resultados de las mediciones de cortisol, ACTH y hormona del crecimiento (GH) en muestras de sangre recolectadas frecuentemente de un perro adulto. Al tiempo de 0’ se le suministro una comida. La figura claramente ilustra el carácter pulsátil de la secreción hormonal. - Excreción urinaria. Las mediciones de la excreción urinaria de las hormonas tienen la ventaja de reflejar el promedio de los niveles plasmáticos y asimismo las tasas promedio de producción en el momento de la recolección. Ciertas limitaciones deben mantenerse en mente: a) La recolección de la orina durante un período de 24 horas es un procedimiento engorroso en la mayoría de los animales. Este puede evadirse relacionando la concentración de la hormona con la de la creatinina. b) La concentración de una hormona en la orina es menos significante si la hormona, como la tiroxina, es excretada en forma completa o conjugada principalmente vía biliar y en muy pequeñas cantidades en la orina. Hay una considerable variación individual en el metabolismo, y asimismo en la excreción urinaria, de algunas hormonas peptídicas. c) Los cambios en la función renal también pueden influir las tasas de excreción hormonal en la orina. - Tasas de producción y secreción. Estas técnicas pueden evadir muchos de los problemas asociados con las medidas aisladas de las hormonas en el plasma o en la orina, pero ambas son difíciles de desarrollar y requieren la administración de radionuclides y por lo tanto generalmente no están disponibles. - Pruebas endocrinas dinámicas. Las pruebas dinámicas proporcionan información adicional. Involucran la estimulación o la supresión de la producción hormonal endógena. Las pruebas de estimulación son utilizadas la mayoría de veces cuando se sospecha la hipofunción de un órgano endocrino. En la mayoría de pruebas de estimulación comúnmente empleadas, se administra una hormona trófica para probar la capacidad de una glándula blanco de aumentar la producción hormonal. La hormona trófica puede ser una hormona liberada por el hipotálamo como la hormona liberadora de la corticotropina (CRH), en tal caso la glándula blanco es la pituitaria y la respuesta medida es el incremento en el nivel plasmático de las ACTH, o una hormona pituitaria como la ACTH, con la corteza adrenal como la glándula blanco siendo evaluada por la medición del incremento en el nivel plasmático del cortisol. Las pruebas de supresión son utilizadas cuando se sospecha la hiperfunción endocrina. Ellas están diseñadas para determinar si el control de retroalimentación negativo esta intacto. Una hormona u otra sustancia reguladora es administrada y la inhibición de la secreción endógena de la hormona es evaluada. Las pruebas dinámicas continúan siendo importantes en el diagnóstico de ciertos desordenes pero son requeridas ocasionalmente en circunstancias en las cuales pueden medirse pares de hormonas en forma adecuada. - Receptores hormonales y anticuerpos. La medición de los receptores hormonales en biopsias de los tejidos blanco puede convertirse cada vez más útil en la endocrinología de animales de compañía, especialmente en el diagnóstico de la resistenciahormonal. También, las mediciones de los anticuerpos contra las hormonas pueden ser esenciales para la caracterización de ciertas anormalidades endocrinas como un fenómeno autoinmune. Además en algunos casos estos anticuerpos pueden interferir con los procedimientos diagnósticos como en los radioinmunoensayos. Imágenes diagnósticas. La inaccesibilidad de la mayoría de las glándulas endocrinas para el examen físico directo ha sido superada durante la pasada década con la introducción de las técnicas de imágenes diagnósticas como la ultrasonografía y la tomografía computarizada. La primera técnica es relativamente económica pero requiere una vasta experiencia del operario, mientras que la última es más fácil de desarrollar pero requiere un equipo costoso. 1.4 Tratamiento Las deficiencias endocrinas usualmente son tratadas administrando la hormona que esta deficiente. En algunos casos esto no es posible o recomendable y otro componente debe suministrarse, como por ejemplo, la vitamina D o uno de sus análogos en vez de las PTH en el tratamiento del hipoparatiroidismo. Los tumores que causan el exceso de las hormonas son removidos cuando es posible y las glándulas hiperplásicas, pueden ser removidas o destruidas por quimioterapia. En años recientes las drogas que modulan los neurotransmisores y los análogos de larga acción de péptidos hipofisiotrópicos naturales se han usado efectivamente para el manejo médico de la hiperfunción de la pituitaria en el hombre. Desafortunadamente, estas drogas no han sido probadas como efectivas en el tratamiento de las enfermedades pituitarias en el perro y el gato. 2. SISTEMA HIPOTÁLAMO - PITUITARIA 2.1 Introducción El hipotálamo y la pituitaria forman una unidad funcional que va más allá del límite tradicional entre la neurología y la endocrinología. Muchos elementos claves de este sistema no son puramente endocrinos ni neurales. Consta de tres sistemas principales: 1. Un sistema endocrino conectado a un sistema endocrino por una circulación portal. El sistema neuroendocrino consta de grupos de péptidos y de células secretoras de monoaminas en las porciones anterior y media del hipotálamo ventral. Sus productos son transportados a lo largo de las fibras nerviosas hasta las terminales en la capa externa de la eminencia media (Fig. 2-1). Aquí son liberados dentro de los capilares del sistema portal hipotálamico - hipofisiario y transportados para regular la secreción de las hormonas del lóbulo anterior (LA) de la pituitaria (Fig. 2 – 2; Tabla 2 – 1). Fig. 2.1. Fibras nerviosas terminales con hormona liberadora de la corticotropina (CRH) en la capa exterior de la eminencia media de un perro, visualizada por inmunofluorescencia indirecta. Note la presencia de fibras inmunoreactivas a CRH fuera de la zona terminal en la proximidad cercana al sistema capilar. 2. Una ruta neurosecretora que comienza en el hipotálamo anterior que atraviesa el hipotálamo ventral, y termina en la neurohipófisis o en el lóbulo posterior (LP) sobre los vasos sanguíneos fenestrados (Fig. 2-2). 3. Una pars intermedia (PI) inervada directamente por fibras nerviosas aminérgicas predominantemente del hipotálamo. Este control neural directo es en gran parte una influencia tónica inhibitoria. Durante la embriogénesis se desarrolla la adenohipófisis de la bolsa de Rathke, la cual se origina de la punta de la boca primitiva en contacto con la base del cerebro. Representación esquemática de la distribución de los cuerpos celulares y las fibras nerviosas detectadas por inmunotinción para la CRH en un corte transverso del hipotálamo canino en la parte caudal de la eminencia media (ME). Los cuerpos celulares están indicados como puntos negros en la izquierda y las fibras están a la derecha. OT = tracto óptico; V = tercer ventrículo; AL = lóbulo anterior de la pituitaria.33 La bolsa de Rathke se separa subsiguientemente por la constricción de la cavidad oral. La pares anterior se engruesa y forma la pars distal del LA. La pared posterior de la bolsa de Rathke esta íntimamente fijada al tejido neural del LP para formar la pars intermedia, permaneciendo separada del LA por la hendidura hipofisiaria o por la cavidad la cual fue el lumen de la bolsa de Rathke. En el perro y el gato la adenohipófisis también se extiende como un cuff o un collar alrededor de la neurohipófisis proximal e incluso se desarrolla parte de la eminencia media (Fig. 2 –3). Tabla 2.1 Terminología de las partes de la hipófisis (glándula pituitaria) de acuerdo a la Nómina Anatómica Veterinaria (N.A.V.) y las variantes en la Nómina Histológica Veterinaria (N.H.V.) y la Nómina Anatómica (= para el hombre). NA.V. N.H.V. N.A Adenohipófisis Lóbulo anterior Pars infundibularis Adenohipófisis Pars proximalis Adenohipófisis Pars tuberalis Pars intermedia adenohipófisis Pars intermedia Pars distalis Adenohipófisis Pars distalis Neurohipófisis (Lóbulo posterior) Pars proximalis Neurohipófisis (infundíbulo) Infundíbulo Pars distalis Lobus nervosus El plejo capilar excepcionalmente organizado de la eminencia media esta próxima a las terminales nerviosas de las neuronas hipofisiotrópicas. La barrera hematoencefálica es incompleta en el area de la eminencia media, lo cual permite el movimiento de las proteínas y las hormonas peptídicas al igual que otras partículas cargadas hacia los espacios intercapilares y a las terminales nerviosas contenidas allí. Estás terminales responden a estímulos humorales y neuronales producidos por factores de liberación y de inhibición dentro del sistema portal. Los capilares portales se unen en una serie de vasos que descienden a través del stalk pituitario y forman un plejo capilar secundario que rodea a las células del LA (Fig. 2 –2). Fig. 2.2. Representación esquemática de la relación entre el hipotálamo y la pituitaria. El hipotálamo ejerce el control sobre el lóbulo anterior (LA) por medio de factores liberadores e inhibidores que alcanzan las células del LA por la vía de los capilares del sistema portal pituitario. El lóbulo posterior (LP) de la pituitaria es una proyección descendente del hipotálamo. La pars intermedia (PI) esta bajo el directo control de los neurotransmisores. Las arterias hipofisiarias inferiores irrigan el LP. Del plejo primario del LP la sangre fluye no solo a la circulación sistémica sino al LA y al hypothalamo. También hay algún grado de flujo circulatorio en la pituitaria, por ejemplo, del LA al LP, de allá al infundíbulo, y luego regresa al LA. La vascularización del PI es estrechamente unida a la del LP. Sin embargo, a pesar del rico flujo sanguíneo del LP, la PI es una estructura pobremente vascularizada. Los factores de origen sanguíneo juegan un papel relativamente menos significante en el control de la función de la PI. 2.2. Lóbulo anterior Las hormonas peptídicas secretadas por el LA pueden ser divididas en tres categorías1: (1) las hormonas somatomamotrópicas, hormona del crecimiento (GH) y la prolactina (PRL), (2) las hormonas glicoproteícas tirotropina (TSH), la hormona estimulante de los folículos (FSH), y la hormona luteinizante (LH), y (3) las corticomelanotropinas, en las cuales se incluye la α - melatropina (α - MSH), la adrenocorticotropina (ACTH), la ß – endorfina (ß – END) y la ß – lipotropina (ß –LPH). El último grupo de hormonas se deriva de la proopiomelanocortina, la cual es sintetizada no solo en las células corticotrópicas del LA sino también en las células de la pars intermedia (Fig. 2 – 4). Serán discutidas en más detalle en el Capítulo 4. Las células del LA son clasificadas de acuerdo a sus productos específicos secretados: somatrotofos (secretan GH), lactotrofos (secretan PRL), tirotrofos (secretan TSH), corticotrofos (secretan corticotropinay péptidos relacionados) y gonadotrofos (secretan LH y FSH). Los somatotrofos son el 50% o más de las células del LA. Los otros tipos de las Fig. 2.3. Izquierda superior. Corte sagital de la pituitaria de un perro. El LA esta separado de la PI y del LP, por la cavidad hipofisiaria y rodea hasta la parte superior de la pituitaria y la eminencia media. La PI es una zona cerca de la periferia del LP. Tinción de H & E. (Cortesía del Dr. B.E. Belshaw). Superior derecho. Tinción PAS – Azul – naranja G Alsacian de un corte sagital de la pituitaria de un gato. El tercer ventrículo va profundo dentro del LP (azul), el cual es rodeado por un borde delgado de la PI. Abajo. Cortes de la pituitaria de un gato teñida con un anticuerpo contra alfa – MSH (izquierda) y ACTH (derecha). La última fotografía ilustra claramente que el gato también el LA se extiende hacia arriba cerca del tallo de la pituitaria. (Cortesía del Prof. Dr. H.J.Th. Goos and Mrs. A. Slob. células del LA cada uno representa cerca del 5 – 15% de la glándula. Para la regulación de la concentración plasmática basal de cada uno de los seis principales sistemas del LA (ACTH, LH y FSH; TSH, GH y PRL) hay un sistema de retroalimentación (círculo cerrado). La secreción de las hormonas del LA y de las hormonas hipofisiotrópicas son suprimidas por los productos de las glándulas endocrinas blanco como las tiroides, las adrenales y las gónadas (ver también Capítulo 1). Aparte de esta retroalimentación de círculo cerrado, algunas hormonas como la PRL regulan su propia secreción directamente actuando sobre el hipotálamo (retroalimentación de círculo corto). Sobre su poderoso control de retroalimentación con señales primarias originadas de la circulación sanguínea, otras señales se sobreponen. Estas se pueden originar en el sistema nervioso Fig. 2-4. Hipófisis de un perro con hiperadrenocorticismo dependiente de la pituitaria, teñida con un anticuerpo contra la ACTH. Al lado izquierdo hay una inmunopositividad en un nido de células corticotrópicas en el lóbulo anterior (AL). La excesiva producción de ACTH por este microadenoma ha causado la pérdida de la inmunoreactividad en la parte no neoplásica del LA, debido a la retroalimentación negativa. En la pars intermedia (PI), sobre el otro lado de la cavidad hipofisiaria (HC), hay persistencia de la inmunoreactividad en las células corticotrópicas como resultado de la intensidad a la retroalimetación negativa por los glucocorticoides. central (círculo abierto) y puede ser mediadas por neurotransmisores y por hormonas hipofisiotrópicas (Fig. 2 – 5). Asimismo las influencias son ejercidas por el medio ambiente (temperatura. Luz, oscuridad), estrés (dolor, temor), y por el ritmo intrínseco. Las hormonas liberadoras e inhibidoras son almacenadas en las terminales nerviosas en la eminencia media, donde sus concentraciones son 10 a 100 veces más que en cualquier otra parte del hipotálamo. El flujo sanguíneo portal a la pituitaria no esta dividido en compartimentos y de esta manera las hormonas hipofisiotrópicas que son secretadas en el sistema portal tienen acceso a todo tipo de células en el LA. La especificidad no es adquirida por segregación anatómica sino por la presencia de receptores específicos sobre tipos individuales de células adenohipofiseales. Fig. 2.5. Regulación hipofisiotrópica de la secreción de las hormonas en la adenohipófisis. Las líneas sólidas denotan las hormonas cuyas estructuras han sido determinadas. Las líneas enfrentadas indican el factor de aquella identidad aún desconocida. Estos factores reguladores influyen la síntesis peptídica y / o liberación en las células adenohipofiseales, donde cada uno de los pasos de la síntesis hormonal y la secreción final representa una punto de control potencial en la regulación de los niveles circulantes hormonales ver Fig. 1 - 3). La modulación de la cantidad de RNAm, la eficiencia de la transcripción y de la translación, el proceso de la preprohormona a hormona, y la degradación intracelular de la hormona almacenada determinan, en forma separada o en forma unida, la cantidad de la hormona disponible para ser liberada. Las hormonas hipofisotrópicas de quienes se han dilucidado las estructuras son, con alguna excepción, péptidos con secuencias de longitud que varían entre 3 a 44 aminoácidos (Fig. 2 – 6). A medida que aumenta la longitud, la variación de las especies en las secuencias de los aminoácidos pueden ocurrir. Las estructuras de la TRH, GnRH, y SRIF (3, 10 y 14 aminoácidos, respectivamente) son idénticas en todos los mamíferos estudiados y aunque en algunas especies se puede esperar una especificidad en las estructuras de la GHRH y de la CRH (44 y 41 aminoácidos), la estructura de la CRH se ha encontrado que es idéntica en el humano, el perro y la rata. La única hormona hipofisiotrópica no peptídica es la dopamina. Además de su papel principal como neurotransmisor, es el inhibidor más importante de la secreción de prolactina. La existencia de una factor liberador de prolactina separado (PRF) ha sido materia de debate por largo tiempo. Recientemente se ha encontrado que la pituitaria posterior contiene el PRF, lo cual sugiere una relación con el reflejo de succión. Fig. 2.7. La secreción de la GH esta bajo el control hipotálamico inhibitorio (somatostanina) y estimulador (GHRH) y también es modulada por un control de retroalimentación de círculo cerrado por el IGF-1, un péptido formado en el hígado bajo la influencia de la GH. Las acciones catabólicas directas (diabetogénicas) se muestran sobre el lado izquierdo de la figura y las acciones anabólicas indirectas sobre la derecha. Fig. 2.6. Estructura y función de las hormonas hipotalámicas hipofisiotrópicas. La estructura de la CRH canina recientemente se encontró que es idéntica a la estructura de la CRH del humano, de la rata y del equino.36 Somatotropina y lactotropina. La somatotropina u hormona del crecimiento (GH) y la lactotropina o prolactina (PRL) tienen similitudes en la composición de los aminoácidos y comparten algunas actividades biológicas y de esta forma ambas son clasificadas como hormonas somatolactotrópicas. Son polipéptidos de cadena simple más bien largos que contienen cerca de 200 aminoácidos y tienen dos (GH) o tres (PRL) puentes disulfuro entre cadenas. Sus pesos moleculares son aproximadamente 22 y 23 kDa respectivamente. Para ambas hormonas hay un buen grado de variabilidad en las secuencias de los aminoácidos en las diferentes especies. La secuencia de los aminoácidos de la GH del perro recientemente se ha dilucidado.2a,2b Las secuencias de los aminoácidos de la PRL del canino y la GH y la PRL del gato aún no se conocen. La liberación de la GH es caracterizada por pulsos rítmicos y canales intermedios (Fig. 1 – 8). Los pulsos de la GH reflejan predominantemente la liberación pulsátil de la GHRH del hipotálamo, mientras que los niveles de la GH entre los pulsos son principalmente bajo el control de la somatostatina (= factor inhibidor de la liberación de la somatotropina = SRIF). Los efectos de la GH pueden ser divididos en dos categorías principales: acciones rápidas o metabólicas y acciones lentas o hipertrópicas. Las respuestas catabólicas agudas se deben a la interacción directa de la GH con la célula blanco y resultan en una lipólisis aumentada y un transporte de glucosa restringido a través de la membrana celular debido a la resistencia a la insulina. Los efectos anabólicos lentos son mediados por la vía del factor de crecimiento que es sintetizado en el hígado y es conocido como el factor de crecimiento insulínico (IGF –1). En su estructura química IGF – 1 (al igual que el IGF – II) tiene aproximadamente 50% de similitud en la secuencia con la insulina, sugiriendo que han evolucionado de una molécula ancestral común. Al contrariode la insulina, los IGFs están unidos a proteínas transportadoras en el plasma. Como resultado ellos tienen una vida media prolongada, la cual es consistente con su acción promotora de crecimiento a largo plazo. La insulina y el IGF parecen complementarse el uno al otro, la insulina siendo el regulador agudo y el IGF el de largo plazo de los procesos anabólicos. El IGF – 1 circulante es un determinante importante en la regulación del tamaño corporal. En las razas caninas el tamaño difiere ampliamente, similar a las concentraciones de GH encontradas en el plasma, pero los niveles totales del IGF – 1 son muy diferentes y se correlacionan positivamente con el tamaño corporal.3 A demás los IGFs ejercen un efecto inhibitorio sobre la liberación de la GH, más probablemente estimulando la liberación de la somatostatina y por una influencia inhibitoria directa a nivel de la pituitaria (Fig. 2 – 7). Como un comentario concluyente sobre las acciones de la GH se debe mencionar que la separación de las dos acciones biológicas opuestas no es tan estricta como se sugiere en lo anterior. Hay una alta evidencia que la GH ejerce su efecto promotor del crecimiento no solo por la vía del IGF – 1 producido en el hígado sino también por un efecto directo sobre las células en la placa de crecimiento. Aquí estimula la diferenciación celular directamente y la expansión clonal indirectamente a través de la producción local del IGF –1. Esto se ajusta con la observación reciente que el IGF – 1 no circulante sino la GH es el principal determinante del tamaño corporal. Parece que los perros jóvenes de las razas grandes atraviesan un período de exceso de la GH, Ej. Gigantismo (Fig. 2 – 8)4. Al igual que la GH, la PRL también se secreta de una manera pulsátil, con fluctuaciones durante los diferentes estados del ciclo reproductivo. En los caninos, las concentraciones plasmáticas de la PRL tienden a aumentar en la fase luteal del ciclo sexual y se encuentran concentraciones muy altas durante la lactancia. El efecto predominante del hipotálamo sobre la secreción de prolactina es inhibitorio. El principal factor inhibidor de la prolactina (PIF) es la amina biogénica, dopamina, un producto secretor de las rutas dopaminérgicas tuberohipofiseal. Aunque la TRH y la serotonina pueden estimular la liberación de la PRL, ellas probablemente no son los únicos ni los principales factores fisiológicos liberadores de prolactina (PRF). Hay una evidencia acumulativa de que aparte del eje hipotálamo – LA hay un eje LP - LA el cual es ante todo activado por impulsos neuronales, ej. Aquellos generados por la succión.2 Fig. 2.8. Concentraciones plasmáticas (promedio +/- SEM) de la hormona de crecimiento (panel superior) y del IGF-1 (panel inferior) durante el crecimiento de seis Poodles Miniatura (líneas verdes) y 5 Gran Danés (líneas rojas). (Cortesía del Dr. R.C. Nap). Cuando esto ocurre, la liberación de la dopamina es suprimida y la liberación de un PRF no identificado es aumentada. El papel más familiar de la PRL en los mamíferos es la estimulación del crecimiento de la glándula mamaria y de la lactancia. La PRL aumenta la mitosis de las células epiteliales de la glándula mamaria durante el desarrollo y también durante la preñez y la lactancia. También afecta la función de las gónadas. 2.2.1 Deficiencia congénita de la hormona de crecimiento. La inadecuada secreción temprana de la GH causa retardo del crecimiento. Ha habido reportes ocasionales de enanismo en perros y gatos, pero el enanismo por deficiencia de la GH parece ocurrir en primera instancia como una condición genéticamente transmitida (heredabilidad recesiva autosomal) en perros Pastor Alemán5 y perros bear Carelian. La condición se debe a la atrofia por presión del LA por quistes de la bolsa de Rathke.6 Manifestaciones clínicas. Los animales usualmente son presentados a la edad de 3 - 5 meses debido a un pobre crecimiento y a un pelo anormalmente suave y lanoso (Fig. 2 – 9). Lo último se debe a la retención del lanugo o pelos secundarios y a la falta de los pelos guard. Este desarrollo estático de la piel el pelo finalmente resulta en alopecia y en una piel delgada y pigmentada de color marrón grisáceo (Fig. 2 – 9). Inicialmente los perros son animados y están alerta. Tienen un hocico puntudo característico y una expresión facial parecida a la de un zorro (Fig. 2 –10). Parecen pequeños pero no tienen un contorno corporal desproporcionado y en la mayoría de los casos no hay un retardo notable en la dentadura. En el primer año o dos de vida las funciones de las otras células adenohipofiseales usualmente no están seriamente alteradas, por lo tanto la función de las tiroides y de las gónadas permanecen normales o cerca de lo normal (Fig. 2 – 10), y las placas de crecimiento se cierran antes del año de edad. Sin embargo, con el tiempo y con mayor probabilidad con la progresión de la formación del quiste en la pituitaria, los animales se vuelven menos activos. También pueden desarrollar inapetencia, finalmente resultan en un perro delgado, desanimado y sin pelo con una apariencia como de tristeza. La situación con frecuencia es alcanzada a la edad de 2 o 3 años y se asocia comúnmente con hipotiroidismo secundario severo y falla renal. Lo último puede tener un componente renal y uno prerenal, ej. Mal desarrollo de los glomérulos debido a la falta de la GH y a la baja presión de filtración por causa de la falta de los glucocorticoides y de la tiroxina. Diagnóstico diferencial. El hipotiroidismo congénito puede ser el diagnóstico diferencial más importante, aunque la apariencia de estos animales es muy diferente a la vista en el hipotiroidismo (ver 3.2). También se debe considerar la posibilidad de que el animal aparentemente enano es el resultado de una monta inesperada y no deseada con un perro de menor tamaño o es simplemente un individuo pequeño en la variación biológica normal (Fig. 2 – 11). El retardo del crecimiento también puede ser el resultado de malnutrición o de anormalidades congénitas de los órganos vitales tales como el corazón, el hígado y los riñones. La administración de corticoides a una edad temprana también Fig. 2-9. Izquierda. Dos perros Pastores Alemanes de tres meses de edad con enanismo por la pituitaria. La apariencia lanuda del pelo se debe a la falta total del desarrollo de los pelos guard primarios. Derecha. Un perro Pastor Alemán enano al año de edad. Existe casi una completa alopecia troncal. La escala es en centímetros. muy rápidamente retarda el crecimiento (ver 4.3.3). Diagnosis. Aunque el diagnóstico clínico puede ser muy obvio, para el diagnóstico definitivo se requiere la medición de la GH en el plasma, empleando un radioinmunoensayo homólogo. Ya que los valores de GH basales pueden ser muy altos en animales sanos, se debe desarrollar una prueba de estimulación (Fig. 2-12, 2- 16; Capítulo 13). La secuencia de aminoácidos del IGF –1 es menos especie – específico que la de la hormona del crecimiento y por esta razón este puede ser medido en una prueba heteróloga. En Pastores Alemanes enanos las concentraciones plasmáticas del IGF-1 usualmente son bajas, aún cuando la edad y el tamaño son tomados en cuenta,3,7 pero estás medidas no proporcionan el diagnóstico definitivo como lo hacen las mediciones de la GH antes y después de la estimulación. A fin de evaluar la presencia del hipotiroidismo secundario debe desarrollarse la prueba de estimulación de la TSH (Capítulo 13). Tratamiento. La GH del perro no está disponible para uso terapéutico y por ello Fig. 2.10. Izquierda. Un perro Pastor Alemán enano de un año de edad. Lo alerta, la cara como la de un zorro son lo característico de estos animales. Derecha. Los testículos se desarrollaron bien y el semen contenía motilidad espermática. Fig.2-11. Izquierda. Un perro de un año de edad, comprado como un Bouvier de Flandes y remitido para el examen debido a su pequeña estatura. Los miembros anteriores acondroplásicos y el seguimiento se su historia indicó que esto fue el resultado de una inadecuada monta y no de pura raza. Derecha. Dos machos Bulldog Francés de 12 semanas de edad de la misma camada, el de la izquierda fue remitido para el examen a causa de su crecimiento retardado. Esto podría ser explicado por su pequeño tamaño al nacimiento y su pérdida con frecuencia en la competencia de la succión. Con alimentación suplementada se convertirá en una Bullgog Francés adulto y sano, aunque de pequeño tamaño. Fig.2-12. El efecto de la administración intravenosa de 1 µg de GHRH por Kg de peso sobre las concentraciones plasmáticas de la GH en perros saludables (promedio +/- S.E.M., línea roja) y en el Poodle mostrado en la Fig. 2-13 (línea azul). ha habido intentos de tratar los caninos afectados con GH porcina, bovina o humana tres veces semanalmente por vía subcutánea a dosis de 0.1 – 0.3 UI por kilogramo de peso. Algunos crecimientos nuevos de pelo se han reportado, pero los resultados en general han sido pobres. El uso de la GH humana se ha explicado por el desarrollo de los anticuerpos contra la GH heteróloga.8 El reemplazo de la hormona tiroidea debe iniciarse (ver 3.3.1) tan pronto como se evidencie el hipotiroidismo secundario. Pronóstico. A la edad de los 3 a 5 años el animal usualmente se ha vuelto calvo, delgado y desanimado. Estos cambios parecen ser el resultado de la pérdida progresiva de las funciones de la pituitaria y con frecuencia no se puede prevenir con el tratamiento del hipotiroidismo secundario. Además, la expansión continua del quiste pituitario puede deteriorar la función del tejido cerebral adyacente y con esto contribuye a la desdicha del animal. Es este estado los propietarios solicitan que el animal sea sacrificado, si ellos no lo han contemplado con anterioridad. 2.2.2 Disturbios adquiridos de la liberación de la hormona del crecimiento (muchas preguntas sin resolver) En años recientes ha habido reportes sobre la presentación aislada de una deficiencia de la hormona de crecimiento en perros adultos. Se ha propuesto que tal deficiencia puede explicar algunas formas de alopecia que no parecen ser causadas por enfermedades clásicas conocidas que están asociadas con la atrofia de la piel y la pérdida del pelo (hipotiroidismo e hiperadrenocorticismo). Las inyecciones con GH heteróloga se han reportado como benéficas en estos casos de alopecia, la cual principalmente involucra el tronco y las superficies caudales de los muslos pero no las piernas (Figs. 2 – 13, 2- 14). Esta forma de alopecia se ha reportado que ocurre en los machos Pomerania, los poodles, los chow chow, y los terriers Aireadle a cualquier edad pero usualmente comenzando de 1 a 2 años de edad. (Fig. 2- 15). Estas observaciones y los resultados del tratamiento con GH heterólogas, aunque pobres a moderados, han llevado a nombres como “deficiencia de la hormona de crecimiento al comienzo de la adultez” y “dermatosis sensible a la hormona del crecimiento”. La entidad no parece estar bien definida, cerca de un tercio de los casos se ha encontrado una respuesta normal a la estimulación de la GH. Aun en algunos casos en los cuales hay una respuesta normal a la estimulación, el tratamiento con la GH fue reportada como efectiva. En otros, aparentemente medidas no relacionadas como la castración o la administración de testosterona fueron seguidas de la aparición de nuevo pelo.9 además, en un estudio en Pomeranians, con y sin alopecia, las concentraciones circulantes promedio de GH no incrementaron significantemente en ningún grupo después de la estimulación.10 Es por esto que la relación propuesta entre algunas formas de la alopecia al comienzo de la adultez y la disminución de la secreción de la hormona del crecimiento no esta sobre un fundamento muy sólido. Aun así, no es probable que exista una verdadera deficiencia de la hormona del crecimiento; cuando las concentraciones plasmáticas del IGF-1 se han medido, ellas regularmente han estado en los valores de referencia. También, en contraste para los perros con deficiencia congénita de la GH, estos animales con frecuencia tienen concentraciones plasmáticas de GH que se pueden medir (Fig. 2-16). En algunos perros adultos con o sin alopecia no hay respuesta o sólo una débil respuesta de la GH plasmática a la estimulación con GHRH (1µg/kg), o la agonista α adrenérgico, la clonidina (10µg/kg),o su análogo estructural xilazine (100µg/kg). Esta falta de respuesta en la mayoría probablemente un disturbio aislado, no hay evidencia de la intervención de las otras hormonas de la pituitaria. La causa de esta secreción de GH defectuosa es desconocida. De las posibles explicaciones, Ej., (1) una lesión Fig. 2-13. Izquierda. Un macho Poodle de seis años de edad con alopecia troncal. La ausencia de otros signos físicos o de laboratorio de una enfermedad endocrina conocida lleva a la sospecha de un defecto en la secreción de la GH. Los niveles basales de la GH en el plasma fueron bajos (<0.3 y 0.8 µg/l) y después de la prueba de estimulación aumentó muy poco (<0.8 y 2.5µg/l). Derecha. El mismo perro después de la destrucción de la corteza adrenal con o.p’d-DDD. La prueba de la dexametasona no indicó hiperadrenocorticismo pero las mediciones repetidas de la excreción urinaria de corticoides sugirió leve hiperadrenocorticismo (ver Capítulo .13). primaria de la pituitaria, (2) una disminuida estimulación suprapituitaria por la GHRH, o (3) control inhibitorio suprapituitario aumentado, el último parece ser lo más probable en algunos de los casos. Esto incluye la posibilidad que un control inhibitorio aumentado de la secreción de la GH por la somatostatina domina la influencia estimuladora de la GHRH. El candidato más posible de inducir este cambio en el control balanceado de la liberación de la GH son los glucocorticoides, hormonas bien conocidas que suprimen la respuesta de la GH a varios estímulos en el perro.11 Ciertamente, hay evidencia que sugiere que en al menos algunos de los perros con alopecia y con niveles insensibles de GH, hay una muy leve forma de hiperadrenocorticismo (ver Figs. 2-13, 2- 14; también la Sección 4.3).7 En otros este no parece ser el caso u la alopecia permanece inexplicable hasta hoy. Para el tratamiento la lector es referido a la Sección 2.2.1, pero una vez más se enfatiza que el uso de la GH heteróloga puede originar la formación de anticuerpos (Fig. 2-17), los cuales pueden hacer el tratamiento no efectivo y llevar a reacciones anafilácticas.8 Fig. 2.14. Izquierda. Un Yorkshire Terrier de 8 años de edad con alopecia de dos años de duración. Las concentraciones plasmáticas de la GH fueron bajas y no respondió a la estimulación con GHRH. Los resultados de la prueba de la dexametasona y de la proporciones corticoides/creatinina urinaria estuvieron alrededor del límite superior del rango de referencia. La destrucción de la corteza adrenal con o,p’-DDD resulto en el nuevo crecimiento del pelo (derecha). 2.2.3 Exceso de la hormona de crecimiento La hipersecreción de la GH en el adulto da como resultado una acromegalia, una enfermedad insidiosa asociada con el sobrecrecimiento del tejido óseo y del tejido blando. La condición se conoce que se presenta en perras de mediana edad, gatos de mediana edad y viejos, predominantemente en machos. Patogénesis. La patogénesis del exceso de la GH es completamente diferente en Fig. 2-15. Izquierda. Un Pomeranian macho de 8 años de edad en el cual se aumento la alopecia progresivamente durante un año. Aunque este tipo de alopecia se ha presumido que se presenta debido a la deficiencia de la GH, los bajos niveles de laGH que no responden a la estimulación también se han encontrado en los Pomeranians sin alopecia. Derecha. Una hembra Aireadle Terrier de dos años de edad con el tipo de alopecia sobre los flancos que se ha descrito para la deficiencia de la GH. Hubo un lento pero completo recrecimiento del pelo durante los siguientes seis meses sin ningún tratamiento. Esta es una condición de causa desconocida y es remitida como un “alopecia estacional del flanco”, aunque el carácter estacional de la alopecia no siempre es evidente.34 las dos especies. En las hembras la progesterona endógena (metaestro) o progesterona exógena (usada en la prevención del estro) puede dar origen a la hipersecreción de la GH que resulta en la acromegalia y en la intolerancia a la glucosa.12 Este exceso de GH inducido por la progesterona se origina de los focos del epitelio ductotubular hiperplásico en la glándula mamaria (Fig. 2-18).13 Esta GH mamaria es bioquímicamente idéntica a la GH de la pituitaria.2b En el gato la acromegalia es causada por tumores primarios de la pituitaria que secretan excesivas cantidades de GH.14 También en los gatos los progestágenos inducen la expresión de la GH en el tejido mamaro2b, pero la hormona no parece alcanzar la circulación sistémica.15 Manifestaciones clínicas. Los signos y los síntomas de la hipersecreción de GH tienden a desarrollarse lentamente y son caracterizados inicialmente en el perro y en el gato por la inflamación del tejido blando de la cara y del abdomen. Estos cambios son fácilmente apreciados cuando, afortunadamente, se pueden comparas las fotografías tomadas con 1 - 2 años de diferencia (Fig. 2-19). Fig. 2-16. La influencia de la administración de la GHRH (1µg/kg i.v.) sobre la concentraciones plasmáticas de GH en dos Poodles de mediana edad con alopecia y liberación defectuosa de la GH (panel superior) y dos Pastores Alemanes jóvenes con deficiencia congénita de GH de origen pituitario7. Note que en los Poodles hubo alguna secreción basal de GH. Los cambios del tejido blando pueden ser la razón de la presentación del perro pero la mayoría de las veces ellas son tan graduales que no impresionan a los propietarios lo suficiente para mencionarlo espontáneamente. Aún cuando se les pregunta, los propietarios pueden responder que los rasgos faciales las dimensiones corporales han efectivamente aumentado. El propietario de una hembra golden retriever respondió: Ella ahora casi parece un macho”. Fig. 2-17. Ilustración de la formación de anticuerpos después de la administración de la hormona de crecimiento heteróloga delineado por la unión de la hormona del crecimiento humana biosintética (hGH) a las proteínas plasmáticas en dos cachorros Pastores Alemanes con deficiencia congénita de la hormona de crecimiento (líneas rojas) y en dos Poodles con supuesta deficiencia adquirida de GH (líneas azules) que finalmente probaron como un leve hiperadrenocorticismo.8 Muy recientemente se ha reportado que, aunque no hay 100% de homología a nivel genómico, las moléculas de GH trasladadas de los cerdos a los perros son idénticas.2a,2b Por esto las reacciones adversas no se esperan con el uso de la GH porcina biosintética o purificada, si está disponible. En algunos perros la hipertrofia severa de los tejidos blandos de la boca, la lengua y la faringe causa ronquido y aún disnea respiratoria. Aquellos perros en los cuales la condición se ha desarrollado durante la fase luteal del ciclo estral son usualmente presentados con poliuria (y algunas veces polifagia) como el síntoma principal. La poliuria con frecuencia esta sin glucosuria, pero puede manifestarse la diabetes mellitus después de exposiciones repetidas al exceso de la GH durante el metaestro. Fig. 2-18. Efecto de la resección mamaria sobre los niveles plasmáticos de GH en una perra con acromegalia inducida por los progestágenos. El momento 0 es el tiempo de la primera incisión quirúrgica. Las líneas punteadas indican el límite superior del rango de referencia para los niveles plasmáticos basales de GH. En los gatos la razón para sospechar el exceso de GH es casi exclusivamente la diabetes mellitus resistente a la insulina. Los gatos con acromegalia que se han descrito han tenido diabetes mellitus que solo podía ser controlada con dosis de insulina en exceso de 30 U/día. Los gatos afectados también pueden tener disnea debido a falla cardiaca congestiva.14 El examen físico revela varios grados de cambios del tejido blando y del óseo, incluyendo una cabeza pesada y pliegues gruesos de la piel, especialmente en la nuca y prognatismo y amplios espacios interdentales (Fig. 2-20). En los gatos la cabeza puede también volverse maciza y puede tener rasgos más pronunciados, probablemente debido en parte al sobrecrecimiento de las estructuras óseas unidas a los senos paranasales (Fig. 2-21). El exceso prolongado de GH también lleva a visceromegalia generalizada involucrando la lengua, las glándulas salivares, y los órganos abdominales. Lo último causa agrandamiento del abdomen (Fig. 2 – 22). Las investigaciones de rutina en el laboratorio muchas veces revelaran la hiperglicemia, especialmente en los gatos. Corte histológico de la glándula mamaria de una perra tratada con progestágenos, inmunoteñida indirectamente con GH anti- canina de mico. La tinción inmunopositiva esta localizada en las células del epitelio del ducto hiperplásico.13 En los perros los niveles plasmáticos de la fosfatasa alcalina también pueden estar aumentados. Esto puede deberse en parte a la actividad de los glucocorticoides la cual es intrínseca a los progestágenos.16 El examen radiográfico de los perros no agrandara los signos físicos observados del sobrecrecimiento del tejido blando y del óseo. En los gatos la enfermedad puede complicarse por la artritis degenerativa con reacción periostal periarticular, la cual puede requerir examen radiográfico.14 Diagnóstico diferencial. En los casos pronunciados las características clínicas, incluyen la historia clínica específica en perros y gatos, no son fácilmente confundidas con las de otras enfermedades. Sin embargo, en algunos perros los cambios metabólicos llevan a poliuria, polifagia e hiperglicemia, la cual junto con el aumento del tamaño del abdomen, pueden imitar los signos del hiperadrenocorticismo. Los pliegues repetitivos de la piel sobre la cabeza pueden sugerir la posibilidad del hipotiroidismo. Diagnóstico. El diagnóstico del exceso de GH puede generalmente ser establecido midiendo las concentraciones basales de GH en el plasma. La GH felina también puede ser medida en un radioinmunoensayo homólogo desarrollado para el perro. Los valores basales en esta condición con frecuencia exceden el límite superior de los rangos de referencia (6µg/l) y con una sola medición puede ser diagnosticado. Sin embargo, si la enfermedad es leve o si solo esta comenzando, las concentraciones basales de GH pueden estar elevadas ligeramente. Al contrario, un valor alto puede ser el resultado de un pulso secretor en un sujeto normal. También hay condiciones de enfermedad asociadas con anorexia y malasia en las cuales la secreción de GH puede estar aumentada. Especialmente en los perros, 3 a 5 mediciones repetidas con intervalos de 10 minutos pueden ser útiles, ya que la concentración plasmática de la GH no fluctúa en perros acromegálicos como lo hace en los perros sanos. Niveles insensibles normales o elevados de GH a la estimulación (Capítulo 13) también soportan el diagnóstico en los perros. La medición del IGF-1 también puede contribuir en el diagnóstico. Como se menciono anteriormente, la concentración los 3 años, Fig. 2-19. Izquierda. Una hembra Shepherd Bélgica mongrel a la edad de fotografiada en el jardín del propietario. Derecha. La misma perra cuando se presentó dos años después parael examen debido a la disminución en la resistencia, intolerancia al calor (frecuente jadeo, preferencia por lugares fríos), crecimiento exagerado del pelo, aumento del tamaño abdominal, y estridor inspiratorio. Las altas concentraciones plasmáticas de GH (> 45µg/l) se había inducido con tres inyecciones anuales de medroxiprogesterona acetato para la prevención del celo. plasmática del IGF-1 es dependiente de la GH. Estando unido a la proteína transportadora, esta mucho menos sujeto a la fluctuación que las GH. Las concentraciones del IGF están comúnmente más altas en los perros acromegálicos que el los perros sanos de similar tamaño corporal, pero pueden sobreponerse más que la GH. En los gatos la excesiva GH es secretada por un tumor en la pituitaria. De esta forma la hipersecreción de la GH se ha demostrado en el gato, la pituitaria debe ser visualizada por tomografía computarizada, si es posible. La documentación del tamaño y la expansión del tumor de la pituitaria es valioso para el pronóstico y también para monitorear al respuesta al tratamiento. Tratamiento. La acromegalia canina puede tratarse fácil y efectivamente retirando los progestágenos exógenos y /o realizando la ovariohisterectomía. El animal puede cambiar después dramáticamente (Fig. 2-22), debido a la reversión de los cambios en el tejido blando. El tamaño del abdomen disminuye, como lo hace el engrosamiento de los tejidos blandos en la región orofaríngea y con esto el ronquido asociado. Los cambios corporales parecen ser irreversibles pero no parecen causar problemas al animal. En los casos en que el exceso de GH no lleva a un agotamiento completo de las células pancreáticas β, la eliminación de la fuente del progestágeno por la ovariohisterectomía puede prevenir una diabetes mellitus persistente (Fig. 2- 23). Problemas serios pueden originarse en los perros en los cuales el progestágeno causa la acromegalia y se ha administrado solo recientemente. Su acción puede persistir por varios meses y no hay alternativa sino esperar que se termine su efecto. Una alternativa sería especialmente útil en estos casos, pero hasta ahora solo se ha probado el uso efectivo de un antiprogestágeno sintético (RU 486).17 Aún no existen experiencias con la administración a largo plazo de esta droga y como también es un glucocorticoide antagonista debe utilizarse con precaución. Al final de todo puede decidirse la mastectomía total. (Fig. 2- 18). En los gatos el tratamiento debe dirigirse al tumor de la pituitaria y para esto hay tres posibilidades: hipofisectomía, irradiación y medicación. Con cualquiera de las tres se tiene poca experiencia. Del limitado número de casos reportados uno puede concluir que los tratamientos Fig. 2-20. La perra mostrada en la Fig. 2-19, después de que su pelo ha sido cortado. Izquierda. La cabeza, el tronco y los miembros anteriores tienen una apariencia áspera y brusca y la piel sobre la nuca esta distribuida en pliegues. Derecha. Prognatismo, espacio amplio de los dientes, y una lengua relativamente larga. médicos con drogas como el agonista de la dopamina, la bromocriptina no son muy efectivos en el gato. Un análogo de la somatostatina de larga acción a puede disminuir los niveles circulantes de la GH (Fig. 2- 24), pero es cuestionable si se volverá aplicable en la práctica clínica ya que tiene que ser inyectada varias veces al día y es muy costosa. No hay reportes sobre el uso a largo plazo de esta droga. La irradiación con cobalto ha resultado en la mejoría temporal en un gato.14 La hipofisectomía puede convertirse en el tratamiento de elección para los tumores más pequeños de la pituitaria. Pronóstico. En los perros con exceso de GH inducido por progestágenos el pronóstico es bueno después de la eliminación del causante. La diabetes mellitus resultante del exceso de GH algunas veces es reversible después de la reversión del exceso de GH. La persistencia del exceso de GH esta acompañada con la resistencia a la insulina, la cual puede ser muy severa (ver también Sección 5.2.1). En los gatos el pronóstico a corto plazo es relativamente bueno, pero aunque la diabetes mellitus resistente a la insulina puede ser manejada en general satisfactoriamente, requiere grandes dosis de insulina, con gastos considerables. Las Fig. 2-21. Izquierda. Un gato macho castrado de 10 años de edad con diabetes mellitus y acromegalia. Es un gato robusto con rasgos faciales algo bruscos, aunque de acuerdo al propietario su apariencia no ha cambiado. Derecha. Imagen de TC aumentada por contraste a través de la fosa pituitaria que en este gato reveló un gran tumor de la hipófisis. Fig. 2-22. Arriba. Una hembra Beagle de 8 años de edad con severa acromegalia y diabetes mellitus que ha desarrollado durante el metaestro concurrente. Note el tamaño corporal y la lengua larga.- Abajo. La misma perra, tres meses después de la ovariohisterectomía. El sobrecrecimiento del tejido blando ha revertido pero no los cambios óseos como el prognatismo y la amplitud entre los espacios interdentales. Fig. 2-23. Concentraciones plasmáticas de GH e insulina (escala log) en la perra mostrada en la Fig. 2-22, inmediatamente antes y después de la ovariohisterectomía (flecha). La perra estuvo en la fase luteal del ciclo sexual y había desarrollado hiperglicemia persistente. Después de la eliminación de la resistencia a la insulina, Ej., el exceso de GH inducido por progestágenos, la hiperinsulinemia y la hiperglicemia desaparecieron. complicaciones como la falla congestiva cardiaca o un tumor en expansión de la pituitaria con frecuencia resultan en la muerte o en la eutanasia en 1 – 2 años. Fig. 2-24. Las concentraciones plasmáticas de GH y ACTH de un gato castrado de 10 años de edad (Fig. 2-21) con diabetes mellitus y acromegalia, antes y después de la administración intravenosa de 50µg del análogo de la somatostanina, la octreotida. 2.2.4 Prolactina y pseudopreñez en el perro. La pseudopreñez es un síndrome el cual va más o menos la fase luteal extendida de unos ciclos ováricos no preñados en la perra. Si la naturaleza del síndrome es leve se refiere generalmente a un pseudopreñez fisiológica o inaparente En contraste, en la pseudopreñez clínica o aparente, el desarrollo mamario y /o los cambios en el comportamiento son escasamente distinguibles de los cambios de la preñez retardada o de la lactancia. Algunas razas como el Afgano y el Basset hound parecen estar predispuestas al desarrollo de la pseudopreñez aparente. Patogénesis. La secreción de la progesterona durante la fase luteal y durante la preñez en las perras (no en las gatas) es muy similar (ver Capítulo 7). Por esto no es sorprendente que en algunas condiciones las perras la desarrollan, las cuales están muy cercanas a la imitación de una preñez. Durante la segunda mitad de la preñez aumentan las concentraciones plasmáticas de la PRL. En la mayoría de las perras no preñadas las concentraciones de prolactina varían solo ligeramente durante las fases folicular y luteal (alrededor de 7µg/l). Sin embargo, en los perros en que se desarrolla la pseudopreñez aparente en la segunda mitad de la fase luteal, los elevados niveles de PRL están alrededor Fig. 2-25. Promedio (+/- SEM) concentraciones plasmáticas de PRL de 6 perras con pseudopreñez antes y durante 10 días de la administración de metergolina (dos veces al día 0.1 mg/kg). La flecha marca el comienzo del tratamiento. La barra horizontal indica los rangos de referencia en la perras con anestro. (Cortesía de los Drs. K.J.W. van Cleef, E.H.H. Grevelt y A.C. Schaefers – Okkens). de 35µg/l. Esto puede ser consecuencia de un descenso rápido en la secreción de la progesterona. Una disminución rápida en la secreción de la progesterona, como ocurre por ejemplo después de una ovariectomía durante la fase luteal, pareceser un factor precipitante importante para la pseudopreñez. Manifestaciones clínicas. Alrededor de las 4 - 8 semanas después del estro algunas perras, con pseudopreñez pueden presentar un comportamiento el cual puede ser interpretado como la construcción del nido y el cuidado de su descendencia.; puede incluir la resistencia a dejar el hogar, agresión y la maternidad de objetos. Otras pueden volverse inquietas, algo de anoréxicas y pueden demostrar frecuente lamido de su abdomen. Las glándulas mamarias se pueden desarrollar de tal manera que el contorno corporal se asemeja a la última etapa de la preñez o a la lactancia. La secreción mamaria varía de solo unas pocas gotas de un líquido claro o parduzco a considerables cantidades considerables de leche como tal. Pronóstico y tratamiento. En la mayoría de los signos la pseudopreñez cesarán espontáneamente después de un par de semanas. En algunos casos, sin embargo, los cambios son muy severos y de larga duración que los propietarios no pueden controlarlos y preguntan por el tratamiento. Los niveles de PRL pueden ser suprimidos y la pseudopreñez terminada con la administración de: 1. El agonista de la dopamina, la bromocriptinab a una dosis de 10µg/kg dos veces al día por 10 – 14 días. El vómito que ocurre frecuentemente puede evitarse reduciendo la dosis a la mitad por los cuatro primeros días y administrando la droga después de las comidas. 2. El antagonista de la serotonina, la metergolinac a una dosis de 0.1 mg/kg dos veces al día por 8 días. Esta droga disminuye la liberación de la PRL (Fig. 2 – 25) sin el riesgo del vómito, pero puede ocurrir la hipersecreción, algunos se vuelven más agresivos, y son frecuentes los lamentos. 2.2.5 Tumores de la pituitaria las manifestaciones de los tumores pituitarios pueden ser endocrinas y no endocrinas. Los aspectos endocrinos que comprometen el exceso de hormonas son discutidos en las anteriores secciones y en la Sección 4.3.1. Las manifestaciones no endocrinas resultan de la presión por el tumor sobre las estructuras adyacentes en el cerebro. Además, tales pacientes pueden tener fallas de la pituitaria anterior. Como es el caso con los quistes expandidos en la pituitaria en perros jóvenes (ver 2.2.1), las grandes masas pituitarias pueden causar deficiencia parcial o completa de las hormonas de la hipófisis anterior. En principio, la deficiencia de las seis hormonas principales (LH, FSH, GH, TSH, ACTH, y PRL) puede ocurrir. El agrandamiento de la hipófisis también puede tener consecuencias sobre la función del LP (ver 2.3.1). Manifestaciones endocrinas. En el adulto, la deficiencia de la GH no se reconoce fácilmente como un síndrome patológico, aunque la deficiencia de GH por largo tiempo se dice que causa atrofia de la piel y adneza llevando a alopecia (ver 2.2.2). la deficiencia de TSH ocurre relativamente tarde en el curso del hipopituitarismo y se discute en la Sección 3.3.2. La falla adrenocortical secundaria puede ocurrir tarde en el desarrollo de grandes tumores de la hipófisis. La deficiencia resultante de cortisol (ver también 4.2.2) puede contribuir al deterioro gradual del animal y una enfermedad relativamente trivial o una anestesia pueden precipitar el colapso vascular. La deficiencia de gonadotropinas en las hembras caninas puede permanecer desapercibida debido a los intervalos naturalmente largos interestros. En el caso raro de un tumor produciendo excesiva PRL, el anestro puede asociarse con la galactorrea. En los perros la continua disminución en la secreción de las gonadotropinas resulta en atrofia testicular (Fig. 2 – 26). Los testículos son muy pequeños y blandos y el epidídimo igual es más fácilmente delineado que lo que es normal. La falla de la pituitaria posterior es rara en la enfermedad primaria de la hipófisis anterior, aunque se ha encontrado en asociación con tumores muy grandes (ver también 2.3). Fig. 2-26. Un macho Boxer de 9 años de edad con un gran tumor pituitario e hipotiroidismo secundario, solo manifestado por somnolencia, ligera alopecia en la ingle y en los flancos, y un pelo delgado (izquierda). Hubo una atrofia marcada de los testículos (derecha), Aún no habían signos neurológicos. Efectos del tumor. La expansión suprasellar continua del tumor ejerce presión sobre el diafragma sellae matter, el hipotálamo y se la expansión es lo suficientemente rostral, el quiasma óptico. Se puede esperar que esto cause dolor de cabeza y defectos del campo visual en el perro y en el gato, al igual que en el hombre, pero debido a la falta de una autoanamnesis, el veterinario debe confiar en los vagos e inespecíficos síntomas. Estos incluyen letargo, una tendencia a ver encierros y a una disminución del apetito.18,19 La sospecha de un efecto del tumor pituitario puede sostenerse por la descripción hecha por el propietario de la tendencia del animal a bajar su cabeza para evitar ser golpeado suavemente. El agrandamiento progresivo de la masa puede dar origen a anormalidades neurológicas severas como tambaleos, head pressing y giros. Usualmente no se presentan ataques. En el perro y en el gato los tumores de la pituitaria raramente causan presión sobre el quiasma óptico lo cual haría que se notarán los disturbios visuales por parte del propietario. El examen físico puede revelar una variedad de signos, incluyendo entorpecimiento, uno o más signos neurológicos descritos antes, pérdida de peso debido al aumento de la anorexia, y ocasionalmente midriasis con o sin anisocoria. El examen oftalmoscópico raramente revela papiledema. Diagnóstico diferencial. En parte debido al carácter inespecífico de los signos y los síntomas, el diagnóstico diferencial varía de otras enfermedades neurológicas como las lesiones parasellares y el aumento de la presión intracraneal para los desordenes metabólicos como el hipotiroidismo y la encefalopatía hepática. Diagnóstico. La evidencia de las bajas funciones basales de las glándulas endocrinas periféricas, Ej., una Fig. 2-27. Imágenes de TC transversales de los cráneos de tres perros y un gato. Arriba izquierda. Un Beagle sano. Aumento por contraste capaz de visualizar el tamaño normal de la pituitaria, los márgenes de la cual son indicados por A-B (3.6 mm.) y C-D (5.0 mm.) . Arriba derecha. Aumento por contraste que reveló una pituitaria definitivamente agrandada (A-B = 8.6 mm. Y C-D = 9.2 mm.). Izquierda abajo. Una hembra Australian Terrier de 10 años de edad con hiperadrenocorticismo dependiente de la pituitaria resistente a la dexametasona sin síntomas neurológicos notables. Aumento por contraste reveló una pituitaria muy grande (A-B mm. Y C-D- = 17.7 mm.). derecha abajo. Un gato de pelo corto castrado de 14 años de edad presentó leves signos y síntomas de hiperadrenocorticismo dependiente de la pituitaria y ceguera central. Una pituitaria muy grande fue revelada por al aumento por contraste (A-B = 13.6 mm. Y C – D = 17.9 mm.). concentración plasmática baja de tiroxina y una excreción baja de corticoides en orina, pueden soportar la sospecha de la falla de la hipófisis anterior. Sin embargo, el diagnostico del hipopituitarismo parcial o total debe preferiblemente hacerse demostrando las deficiencias de las hormonas hipofisiarias. Esto puede ser realizado por las pruebas de estimulación con hormonas hipofisiotrópicas como la GHRH, GnRH, CRH, CRH y TRH. Las mediciones de las respectivas hormonas pituitarias - GH, LH, ACTH y PRL – permiten la evaluación de la capacidad de reserva de la pituitaria. Aunque estas pruebas pueden al principio ser desarrolladas en un paciente no hospitalizado es dispendioso hacerlo cuando las pruebas son realizadas por separado. Por lo tanto una prueba combinada de la pituitaria anterior se ha llevado a cabo, en la cual las cuatro hormonas hipofisotrópicas
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