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Instituto Tecnológico De La Laguna Alumno: Luis Enrique Díaz Martínez No. Control: 18130995 Facilitador: José Arturo Barajas Hernandez Materia: Maquinas Eléctricas Trabajo a entregar: Tarea 2 Fecha de entrega: 25/09/20 Comportamiento magnético de los materiales ferromagnéticos Cuando hablamos de materiales ferromagnéticos nos referimos a materiales que tienen una alta permeabilidad magnética comparada con el aire, también llamado espacio libre. Pero aunque la permeabilidad en el aire es constante no lo es de la misma manera en los materiales ferromagnéticos. Cuando inducimos una corriente eléctrica y después graficamos el flujo producido en el núcleo contra la fuerza magnetomotriz que lo produce podemos ver en la figura 1-10a una gráfica llamada curva de saturación o curva de magnetización en donde al principio de la curva vemos como al aumentar la fuerza magnetomotriz también aumenta considerablemente el flujo magnético que provoca pero llega un punto en el que ese incremento de flujo es cada vez menor incluso cuando se sigue aumentando la fuerza magnetomotriz, a esta parte de la gráfica se le conoce como región de saturación, a la región en donde el aumento de flujo es rápido se le conoce como región no saturada de la curva y a la parte en donde ocurre la transición de estas dos regiones se le denomina como rodilla de la curva. Podemos ver que en la región da saturación la gráfica va aproximándose a un valor constante mientras que en la de no saturación tiene un crecimiento lineal. Otra diagrama que se relaciona al anterior es el de la figura 1-10b, en esta figura se representa un relación entre la densidad de flujo B y la intensidad del campo magnético H, donde corresponde a las siguientes ecuaciones. Región de saturación Región de no saturación Rodilla de la curva Figura 1-10a 𝐻 = 𝑁𝑖 𝑙𝑛 = F ln (1-20) ϕ = 𝐵𝐴 (1-25b) La curva muestra que la permeabilidad es grande y relativamente constante en la región no saturada, y que decrece de manera gradual hasta un valor muy bajo cuando el núcleo se encuentra muy saturado. Las ventajas que obtenemos al utilizar materiales ferromagnéticos en la construcción de núcleos es que al aplicarles una fuerza magnetomotriz obtenemos un flujo mayor que el obtenido en el aire. Sin embargo es importante recalcar que si queremos obtener un flujo proporcional a la fuerza magnetomotriz aplicada se debe operar dentro de la zona de saturación. Cuando la intensidad del campo magnético se incrementa la permeabilidad primero aumenta y luego comienza a decrecer. Esto ocurre con todos los materiales ferromagnéticos por eso es incorrecto suponer como una constante a la permeabilidad relativa ya que esto es válido solo en un intervalo no muy amplio de valores de intensidad de campo magnético. Figura 1-10b Perdidas de energía en un núcleo ferromagnéticos Si en lugar de aplicar un corriente continua al núcleo ferromagnético le aplicamos una corriente alterna (Figura 1-11a) podremos observar que cuando se incrementa la corriente por primera vez con un flujo inicial de cero traza una curva idéntica a la de la figura 1-10a sin embargo cuando esta corriente decrece el flujo representado en la curva sigue una trayectoria diferente a la que siguió cuando la corriente iba en aumento. Cuando la corriente decrece, el flujo en el núcleo sigue la trayectoria bcd y, más tarde, cuando la corriente se incrementa de nuevo, el flujo sigue la trayectoria deb. Nótese que la cantidad de flujo presente en el núcleo depende no sólo de la cantidad de corriente aplicada a los devanados del núcleo, sino también de la historia previa del flujo presente en el núcleo. A la dependencia de la historia previa del flujo se le conoce como histéresis y a la curva que describe este proceso se le denomina lazo de histéresis. Hay que poner atención que si aplicamos al núcleo una fuerza magnetomotriz intensa y después la quitamos el flujo no regresara a cero sino que quedara un flujo residual en el núcleo, este flujo residual es el que se utiliza para lograr los imanes permanentes. Si se quiere eliminar este flujo residual se tiene que aplicar una fuerza magnetomotriz opuesta, a esta fuerza se le conoce como fuerza magnetomotriz correctiva. Para entender el porqué de la aparición de la curva de histéresis es necesario conocer más internamente la estructura de los átomos de los materiales ferromagnéticos. Los átomos del hierro y los de los materiales similares (cobalto, níquel y algunas de sus aleaciones) tienden a tener sus campos magnéticos fuertemente alineados entre sí. Dentro del metal hay unas pequeñas regiones llamadas dominios, en las que todos los átomos se alinean con sus campos magnéticos apuntando en una misma dirección, de modo que el dominio actúa dentro del material como un pequeño imán permanente. Una pieza de hierro no manifiesta esta polaridad magnética definida porque los dominios se encuentran dispuestos al azar en la estructura del material. La histéresis se produce porque cuando el campo magnético exterior se suprime, los dominios no se ubican de nuevo al azar. ¿Por qué los dominios permanecen alineados? Porque los átomos requieren energía para recuperar su posición anterior. La energía para el alineamiento original la proveyó el campo magnético exterior; cuando el campo magnético exterior se suprime, no hay una fuente que ayude a que los dominios regresen a sus posiciones. Otros ejemplos de fuentes externas de energía que pueden cambiar los límites entre los dominios o su alineamiento son la fuerza magnetomotriz aplicada en otras direcciones, un choque mecánico fuerte y el calor. Cualquiera de estos eventos puede suministrar energía a los dominios para cambiar su alineación. Las pérdidas por histéresis en el núcleo del hierro corresponden a la energía que se necesita para reorientar los dominios durante cada ciclo de corriente alterna aplicada al núcleo. Se puede demostrar que el área comprendida dentro de la curva de histéresis, la cual se forma al aplicar corriente alterna, es directamente proporcional a la energía perdida en un ciclo dado de corriente alterna. Cuanto menores sean las variaciones de la fuerza magnetomotriz aplicada al núcleo, el área de la curva será menor y serán más pequeñas las pérdidas resultantes. Este hecho se muestra en la figura 1-13. Ley de Faraday: voltaje inducido por un campo magnético variable La ley de Faraday establece que si un flujo atraviesa una espira de alambre conductor, se inducirá en ésta un voltaje directamente proporcional a la tasa de cambio del flujo con respecto al tiempo. Esto se expresa mediante la ecuación 𝑒ind = − 𝑑𝛷 𝑑𝑡 (1-35) Donde eind es el voltaje inducido en la espira y 𝛷 es el flujo que atraviesa la espira. Si una bobina tiene N vueltas y el mismo flujo pasa a través de todas ellas, el voltaje inducido en toda la bobina está dado por: 𝑒ind = −𝑁 𝑑𝛷 𝑑𝑡 (1-36) Donde eind: voltaje inducido en la bobina N: número de vueltas de alambre en la bobina 𝛷: Flujo que circula en la bobina El signo menos en la ecuación es una expresión de la ley de Lenz, la cual establece que la dirección del voltaje inducido en la bobina es tal que si los extremos de ésta estuvieran en cortocircuito, se produciría en ella una corriente que generaría un flujo opuesto al flujo inicial. Si el flujo que se muestra en la figura se incrementa, el voltaje que se forma en la bobina tenderá a crear un flujo que se opone a este incremento. Una corriente que fluya como se muestra en la figura 1-14b) producirá ese flujo opuesto al incremento, y por ello el voltaje formado en la bobina debe tener la polaridad adecuada paradirigir esta corriente hacia el circuito externo. Entonces, el voltaje deberá formarse con la polaridad indicada en la figura. Utilizar la ecuación (1-36) en la práctica presenta una gran dificultad, puesto que establece que hay exactamente la misma cantidad de flujo en cada espira de la bobina. Desafortunadamente, esto no es verdad debido al flujo que se dispersa en los alrededores de la bobina. Si la dispersión es significativa o si se requiere la máxima exactitud, se necesitará una expresión diferente que no suponga tal hecho. La magnitud del voltaje en la i-ésima espira de la bobina está dada siempre por: 𝑒𝑖 = 𝑑(𝛷𝑖) 𝑑𝑡 (1-37) Si hay N espiras en la bobina, el voltaje total en ésta es: 𝑒𝑖𝑛𝑑 = 𝑑 𝑑𝑡 (∑ 𝛷𝑖𝑁𝐼=1 ) (1-40) El flujo que se consigue con la ecuación 1-40 se le llama flujo concatenado o flujo ligado λ de la bobina. En términos de este flujo la ley de Faraday se puede escribir como: 𝑒𝑖𝑛𝑑 = 𝑑λ dt (1-41) Donde: λ = ∑ 𝛷𝑖 𝑁𝑖=1 (1-42) El flujo concatenado se mide en webers-vuelta. La ley de Faraday también explica las pérdidas debidas a las corrientes parásitas ya mencionadas. Un flujo variable en el tiempo induce voltaje dentro de un núcleo ferromagnético de la misma forma que lo haría en un alambre conductor enrollado alrededor del mismo núcleo. Estas corrientes parásitas disipan energía, puesto que fluyen en un medio resistivo (el hierro del núcleo). La energía disipada se convierte en calor en el núcleo. Se pueden usar ya sea laminaciones o materiales de alta resistividad para controlar las corrientes parásitas. En muchos casos, se combinan ambos métodos. Esta combinación puede reducir las pérdidas por corrientes parásitas hasta un punto en que son mucho más pequeñas que las pérdidas por histéresis en el núcleo.
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