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Informe Segunda Meditación Metafísica de Descartes 
¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Por qué pienso? ¿De qué estoy hecho? ¿qué es lo verdadero? Son algunas de las interrogantes que han surgido a lo largo de la historia humana, muchas de las cuales han dado paso a algunas de las mayores discusiones entre los filósofos.
En este sentido Descartes no es la excepción, pues él se suma a quienes se preguntan qué es lo verdadero y junto con ello, utiliza el llamado “método de la duda metódica” cuyo principal objetivo es cuestionarse todo lo que pasa a su alrededor. Específicamente es en su segunda meditación donde particulariza su incerteza al “¿Quién soy?”, la cual aborda desde un punto de vista “dualista”, lo que quiere decir que considera que los individuos poseen una naturaleza dual, donde existen dos tipos de entidades que conforman al ser humano, siendo estos el cuerpo y el alma.
Descartes, le otorga un especial énfasis a las capacidades espirituales por sobre las corporales, puesto que él considera que son a través de las primeras, que nosotros podemos ver las verdades del mundo, poniendo así de manifiesto su punto de vista dual del ser. “¿Qué soy, pues? Una cosa que piensa. ¿Qué es esto? Una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina también y que siente” (Descartes, 1986, p. 25). Con esta cita podemos evidenciar una vez más que el autor, define al ser humano como un ente pensante y con ello explicita que dichos seres se deben a su capacidad mental y que si bien no podemos materializar su producto como tal, sí podemos captar su esencia a través de la mente, es decir, de la realidad.
En primera instancia Descartes hace referencia a la naturaleza de su existencia, pues es a través del entendimiento intelectual, el pensar y el utilizar el juicio lógico, lo que nos permite ver lo substancial de las cosas, en otras palabras: “su verdad”. 
Ahora bien, el cuerpo es todo aquello que puede ser determinado por una figura, la cual es percibida a través de los 5 sentidos humanos, y por ende puede fallar.
Por un lado, podemos observar que la base del cuerpo como tal es superficial y por ende se encuentra limitada a una capacidad meramente “materialista u objetiva” de las cosas.
Por otro lado, es el intelecto lo que nos permite “ver” la verdad de las cosas, sin embargo, es este mismo concepto quien va más allá del simple hecho de mirar u observar, puesto que el pensamiento más bien profundiza, capta la esencia de las cosas y usa algo propio y único de cada persona, que depende meramente de la visión que se encuentra en el alma de cada ser, esto es, el raciocinio.
 “Y he aquí que finalmente he vuelto espontáneamente a donde quería; en efecto, puesto, 
 puesto que ya sé que los cuer-pos no son percibidos propiamente por los sentidos o por la 
 facultad de imaginar, sino sólo por el entendimiento, que no se perciben al tocarlos o al 
 verlos, sino sólo por-que se entienden, conozco claramente que no puedo percibir nada
 más fácil y evidente que mi propia mente” (Descartes, 1986, p. 30).
La cera de abejas que se encuentra en un panal, es un ejemplo físico de lo tratado por Descartes, pues cuenta con características físicas que permiten apreciarla a través de los sentidos: la puedo tocar, oler, saborear o contemplar, todo esto siguiendo los patrones que hemos observado e idealizado debido a nuestro entorno. Ahora bien, si dicha cera cambia de estado tras sufrir un cambio de temperatura, su aspecto cambia por completo, mas no deja de ser lo que era inicialmente. Por lo tanto, podemos concluir que si bien su aspecto físico cambió, su esencia sigue siendo la misma. Esto permite explicar que la verdad se encuentra en la idea que tenemos formada por el concepto como tal, mas no en cómo percibimos su corporalidad.
Ahora bien, para Descartes hay una sola cosa que es indudablemente verdadera y lo expresa sin reparos: “él es”. Esto quiere decir que es un ser que existe, puesto que solo para el hecho de poder dudar sobre las cosas alguien debe estar generando esos pensamientos.
 “¿Pensar? Eso es: el pensamiento; esto es lo único que no puede separarse de mí. Yo soy, existo; es cierto” (Descartes, 1986, p. 24). 
Es indudable que el autor muestra cierto recelo hacia su propio ser, hacia su propio pensamiento, se siente atado a las consecuencias que le podría traer eventualmente su propio intelecto y con ello, su entera existencia.
Basado en su duda metódica, el cuerpo se puede presentar como un ente “separado de su ser”, ya que este es figura, materia pura, que por ende se puede ver engañado a través de los sentidos y como es de esperar solo puede percibir otro material mas no lo que realmente hay dentro de cada ser, no puede adentrarse en los pensamientos o sensaciones que presenta cada individuo, sino algo mucho más superficial.
Por otra parte, es el pensamiento mismo quien permite que los individuos se sumerjan dentro de sí, es el entendimiento intelectual, el pensar y el utilizar el juicio lógico lo que nos permite conocer la realidad en la que nos encontramos inmersos.
“De manera que, habiéndolo sopesado todo exhaustivamente, hay que establecer finalmente que esta proposición, Yo soy, yo existo,es necesariamente verdadera cada vez que la profiero o que la concibo” (Descartes, 1986, p. 22).
Es así como Descartes define quién es él desde su perspectiva de dualidad donde el intelecto es el que jamás se separa de nosotros y nos permite llegar a la verdad y junto con ello, percibir la realidad de acuerdo a lo que nos rodea y aún más importante, de acuerdo a lo que nos indica nuestro propio ser.
 
Conceptos clave:
-Cuerpo: es la figura/ parte material del ser humano (lo corporal). Es perecedero, es decir temporal, va cambiando a través de los distintos procesos por los que va pasando.
-Alma: esencia del ser, metafóricamente es la “forma” del individuo, lo que quiere decir que es algo que va más allá de lo inmaterial, por lo que tiene un carácter del tipo “divino” lo que lo hace inmortal.
-Imaginar: Es “formarse una imagen de algo “, admira la figura de las cosas corpóreas. Nos puede engañar como es el ejemplo de los sueños, ya que uno cree estar ahí por poder imaginar que percibe las cosas sin estar consciente de ello y usa el sentido común para imaginar.
-Intelecto: capacidad dentro del alma donde el ser humano puede a través de la inspección de la mente llegar a conocer la verdad de las cosas. Esta es la única capacidad que nos permite comprender y entender la realidad con certeza.
-Sentidos: perciben estímulos externos y los interpretan a través de los sentidos para así darle sentido a nuestro entorno. No nos sirve para conocer la verdad de las cosas ya que se basa en lo externo y material que no contiene la esencia de las cosas
Bibliografía:
Descartes, R. (1986). Meditaciones Metafísicas y Otros Textos (E. López & M. Graña, Trads.). Madrid:Gredos. 
Descartes, R. (1986). Meditaciones Metafísicas y Otros Textos (E. López & M. Graña, Trads.). Madrid:Gredos. 
Descartes, R. (1986). Meditaciones Metafísicas y Otros Textos (E. López & M. Graña, Trads.). Madrid:Gredos. 
Descartes, R. (1986). Meditaciones Metafísicas y Otros Textos (E. López & M. Graña, Trads.). Madrid:Gredos

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