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12 LECTURA 2 EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA - meledh sd

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MÓDULO 2204- LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 1 
 
 
 
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Garaigordobil, L., M.,. (1998). Evaluación Psicológica. Bases teórico-
metodológicas, situación actual y directrices de futuro. Salamanca: Amarú 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
L e c t u r a 2 
 
Garaigordobil, L., M.,. (1998). Evaluación 
Psicológica. Bases teórico-
metodológicas, situación actual y 
directrices de futuro. Salamanca: Amarú 
Ediciones Cap. 1, El concepto de 
evaluación psicológica y 
psicodiagnóstico. Pp. 21-36. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
UU NN II DD AA DD II II .. 
 
CC OO NN CC EE PP TT OO SS YY MM OO DD EE LL OO SS BB ÁÁ SS II CC OO SS 
DD EE LL AA EE VV AA LL UU AA CC II ÓÓ NN PP SS II CC OO LL ÓÓ GG II CC AA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EL CONCEPTO DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA Y 
PSICODIAGNÓSTICO .......................................................................... 2 
1. Introducción .................................................................................... 2 
2. Precisiones Conceptuales: Psicodiagnóstico, Evaluación Y 
Valoración Psicológica........................................................................ 3 
2.1. Tests psicológicos y medición.................................................. 3 
2.2. Psicodiagnóstico....................................................................... 4 
2.3. Evaluación................................................................................ 5 
2.4. Valoración ................................................................................ 7 
3. Resumen: El Concepto De Evaluación Psicológica ........................ 8 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ediciones 
 UNIDAD II. CONCEPTOS Y MODELOS BÁSICOS DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 
 
 
MÓDULO 2204- LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 2 
 
 
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Garaigordobil, L., M.,. (1998). Evaluación Psicológica. Bases teórico-
metodológicas, situación actual y directrices de futuro. Salamanca: Amarú 
Ediciones 
 UNIDAD II. CONCEPTOS Y MODELOS BÁSICOS DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 
 
EL CONCEPTO DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA Y 
PSICODIAGNÓSTICO 
1. Introducción 
 
Como paso previo al estudio sistemático de una materia es condición 
indispensable definir o, en todo caso, hacer un intento de aproximación a lo 
que se entiende por Evaluación Psicológica, es decir, delimitar el concepto de 
la disciplina. 
La evaluación psicológica se produce en distintos contextos aplicados 
consistiendo en una serie de actividades de exploración, medida o análisis de 
comportamientos o fenómenos psicológicos relativos a un sujeto o grupo 
especifico de sujetos, y esto se realiza mediante un proceso de indagación y 
toma de decisiones. Así, nada tiene de extraño que tal pluralidad de 
actividades, contextos y objetivos psicológicos hayan determinado que, a lo 
largo del tiempo y de los distintos contextos culturales, las acciones 
evaluativas hayan adoptado distintas denominaciones (Fernández-
Ballesteros, 1992a, p. 26). 
¿Qué es la evaluación psicológica?. Esta expresión, como traducción del 
inglés "Psychological Assessment", es relativamente reciente en Psicología: 
aparece casi exclusivamente en la segunda mitad de nuestro siglo. Su carrera 
ha sido sin embargo meteórica. Por una parte, su uso se ha extendido 
extraordinariamente, desplazando a veces a otros que gozaban de indudable 
"solera". Por otra parte, su espectro semántico se ha hecho también muy 
amplio, de tal manera que, a decir de muchos, evaluación psicológica es una 
expresión comprehensiva que abarcaría dentro de sí lo que se entiende de 
disciplinas tales como "el psicodiagnóstico", "el mental o psychological 
testing", y "la evaluación conductual", guardando a su vez estrechas 
relaciones con la valoración de intervenciones o programas de intervención 
(program evaluation) (Silva, 1990, p. 58). 
El concepto de evaluación psicológica debe ser comprendido en relación a 
otros términos afines que, en diversos momentos han designado la tarea 
aplicada del psicólogo evaluador, como son: Psicodiagnóstico, evaluación, 
valoración, medición... Estos términos son tornados en general como 
sinónimos, sin embargo, cada uno de ellos tiene connotaciones históricas, 
conceptuales e incluso metodológicas diferentes por lo que conviene, al 
menos en un principio, diferenciarlos. 
Por ello, y con la finalidad de realizar una clarificación inicial de estos 
términos, se presenta el Cuadro 1 en el que se definen algunos conceptos 
relacionados con la tarea evaluadora, tales como: Medida, Psicodiagnóstico, 
Evaluación y Valoración que se desarrollarán en este capítulo más 
extensamente. Para facilitar esta clarificación nos remitimos a la diferenciación 
planteada por Pelechano (1988a, p. 61). 
 
Medida Recursos o procedimientos cuantitativos que intentan 
establecer relaciones entre conceptos abstractos (constructos) 
e indicadores empíricos. Puede utilizarse una estadística 
extensiva o intensiva, paramétrica o no paramétrica en función 
de la parcela objeto de conocimiento. 
Psicodiagnóstico Recogida de información procedente de procedimientos no 
experimentales. Se asienta originariamente en modelos 
proyectivos y su procedimiento principal de validación, es en 
relación con un criterio previo. Se apela a juicios globales (no 
analíticos) y no cuantitativos. 
Evaluación Recogida sistemática de información y articulación sistemática 
de un modelo de funcionamiento personal teórico en función de 
los datos recogidos. Incluye tanto procedimientos cuantitativos 
como cualitativos. Insistencia originaria en estudio de caso 
individual. Incluirá tanto las actividades de medida (tests) como 
de psicodiagnóstico (pruebas proyectivas), así como de 
observaciones de campo y entrevistas. El resultado fin al es 
una imagen del funcionamiento del individuo. 
 
 
MÓDULO 2204- LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 3 
 
 
 
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Garaigordobil, L., M.,. (1998). Evaluación Psicológica. Bases teórico-
metodológicas, situación actual y directrices de futuro. Salamanca: Amarú 
Valoración Toma de posición final respecto a una persona, grupo, servicio 
y/o programa de actuación o técnica terapéutica. Incluye un 
juicio pronóstico y un plan de actuación con el fin de mejorar y/o 
reordenar el estado actual de hechos. Posee indudables 
elementos éticos. Se refiere tanto a aspectos positivos como 
negativos y, en su uso bibliográfico siempre utiliza 
procedimientos cuantitativos o modelos susceptibles de 
cuantificación. Podría y debería incluirse en la parte final de 
todo informe psicológico al margen del tipo de información y de 
su modo de recogerla. 
CUADRO 1. Relaciones entre medida, evaluación, psicodiagnóstico y valoración en 
psicología (Pelechano, 1998). 
 
Pese a las diferencias semánticas de estos términos todos ellos mantienen 
estrechas relaciones entre sí. Además, la evaluación psicológica incluye la 
medición mediante tests psicológicos, al psicodiagnóstico en el sentido 
estricto, además de otras técnicas como por ejemplo, la entrevista, la 
observación-autoobservación, los registros psicofisiológicos, etc. La 
integración de la información proveniente de estas diversas fuentes conduce a 
realizar una valoración de la situación actual, así como un pronóstico, y un 
plan de cambio o recomendaciones, que puede referirse a individuos, grupos, 
organizaciones, técnicas de intervención, o programas de política social, 
educativa o sanitaria. 
2. Precisiones Conceptuales: Psicodiagnóstico, Evaluación Y 
Valoración Psicológica 
2.1. Tests psicológicos y medición 
 
La primera utilización del término test mental fue realizada por Mckeen Catell 
en 1890. Para este autor los tests mentales eran unos sistemas normalizados 
de procedimientos que permitían obtener información objetiva respecto al 
rendimiento de personas ante la realización de tareas-tipo. 
El término test hace referenciaa una situación controlada, en la que se, 
recogen muestras de conducta producidas por los sujetos en respuesta a. 
unos estímulos que le son presentados. Estas respuestas son puntuadas o 
valoradas según unos criterios, ofreciendo información del lugar que ocupa. el 
sujeto dentro de un grupo de referencia normativo. Aunque con matizaciones 
estos elementos se han incluido en diversas definiciones del término test 
(Anastasi 1968/1978; Cronbach, 1990). Así mismo, Fernández-Ballesteros 
(1992c) define el test como "un instrumento. Sistemático y tipifjcado.que 
permite la comparación. de. un sujeto con un grupo-normativo (p. 139)”. 
Pelechano (1988a, pp. 48-52) a modo de revisión critica sintetiza algunas 
notas características de lo que significan realmente los tests psicológicos, tanto 
en lo que subyace a ellos, como en lo que se refiere a su futuro: 
En toda tarea evaluadora se aplican tests o técnicas de evaluación cualquira 
que sea el objeto de estudio. Por ello se produjo una equiparación de la 
Evaluación psicológica con los procedimientos de recogida de información a 
través de los cuales se realiza, y más concretamente con los tests, llevando 
incluso a denominar a esta disciplina "Tests psicológicos o Testing" 
(Fernández-Ballesteros, 1992). 
Testing hace referencia a un procedimiento mecánico, tipificado, cuantitativo, y 
objetivo, mientras que "evaluación” representa algo más, comprende desde el 
planteamiento de problemas hasta la emisión de.juicios, un. proceso mucho 
más complejo que el testing (Martorell, 1985). El término medida o medición 
psicológica posee una significación menor, y por ello, entraría a formar parte, 
de una y otra manera, de la evaluación. Este término se utiliza en el contexto 
de la testología para referirse o bien a las operaciones de medida en los tests 
psicológicos fundamentalmente, o bien a los resultados de estas operaciones 
de medida que poseen una expresión numérica. Es este acento en lo 
cuantitativo, que en el contexto de la evaluación psicológica, lo diferencia 
esencialmente del psicodiagnóstico. 
Evidentemente el papel de las técnicas al aplicar el proceso evaluativo es 
grande, ahora bien, el propio Cronbach (1990) señala que la evaluación es un 
término más amplio que el correspondiente a la mera aplicación de tests, ya 
que connota la integración y valoración de la infotmación recogida. Es por esto, 
por lo que en la actualidad ha decaído el término tests psicológicos o testing, 
incorporándose el de evaluación psicológica. 
La evaluación psicológica se asentó en sus inicios en la medida, y esta fue 
esencial para el avance de la propia psicología. Medir solo tiene sentido en un 
marco de relaciones. Sin tener un conocimiento amplio de ese marco, la 
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metodológicas, situación actual y directrices de futuro. Salamanca: Amarú 
medida carece de valor. Es esta, quizás, la critica que cabria realizar al 
"Testing" por el placer de medir y a las evaluaciones psicométricas carentes 
de objetivos específicos. Actualmente, todos estarían de acuerdo en aceptar 
que la evaluación psicológica no puede limitarse al uso de tests, debiendo 
incorporar otras técnicas como: entrevista, técnicas subjetivas, técnicas 
objetivas, técnicas psicofisiológicas, etc. 
2.2. Psicodiagnóstico 
 
Aunque el problema de los orígenes del Psicodiagnóstico es un tema 
complejo, parece que esta expresión fue utilizada por primera vez en 1921 por 
Rorschach titulando de este modo el libro en el que presenta sus conclusiones 
sobre el test de las manchas de tinta. 
El término diagnóstico etimológicamente deriva del griego dia - gignosko que 
significa aprender a conocer, conocer, tener conocimiento, entender 
algo...(Maganto, 1995b, p. 15). Aunque en el origen este término no tuvo las 
connotaciones especificas que se han atribuido posteriormente (pedagógico, 
psicológico, médico...), en el campo de la psicología el concepto 
Psicodiagnóstico ha tenido unas connotaciones clínicas, en parte porque ha 
sido derivado de la medicina, y en parte porque ha estado vinculado a las 
perspectivas psicodinámicas. 
La definición dada del Psicodiagnóstico en su acepción tradicional hace 
referencia al sentido médico-psiquiátrico del término ya que se plantea como 
objetivo exclusivamente la clasificación taxonómica. Es un diagnóstico dirigido 
a la exploración de aspectos psicopatológicos, negativos o deficitarios del 
funcionamiento psicológico, y la aplicación de instrumentos tiene por finalidad 
complementar, corroborar, y medir aquellas tendencias que, según la 
experiencia práctica de los clínicos, son de mayor significación. 
En su análisis histórico y etimológico del concepto psicodiagnóstico, 
Pelechano (1988a, pp. 41-42) delimita 7 aspectos que dotan de significación a 
la expresión Psicodiagnóstico: 
 
1) Se trata de una expresión con claras connotaciones médico-
psiquiátricas. 
2) Es un acercamiento empirista y aplicado en el que predomina la 
detección de diferencias entre los seres humanos identificados 
previamente por algún criterio externo. 
3) Disminuye al máximo el momento discursivo teórico y se 
acentúan los correlatos operativos. 
4) Pretende un estudio global del individuo, acerca del 
funcionamiento y dinámica de su personalidad y de su inteligencia, 
lo que implica un acento en lo individual, por un lado, y por otro, un 
intento por plasmar la dinámica global, total del funcionamiento 
psicológico humano. 
5) Acercamiento en el que prima lo cualitativo frente a lo cuantitativo. 
6) Se [rata de un método en el que se pretende conocer a un ser 
humano y se encuentra bien definida tanto la situación como los 
tipos de recursos que ha de tener. el diagnosticador, el material, 
los modos de recoger las respuestas dadas por el 
psicodiagnosticado y los procedimientos concretos para llegar a 
obtener alguna clave interpretativa. 
7) El método de trabajo implica una interacción verbal entre dos 
personas (psicodiagnosticador y psicodiagnosticado) y no-verbal, 
interacciones en las que se sugiere que no se influya en la 
persona que realiza la prueba. 
 
Sintetizando algunos de los aspectos conceptuales del Psicodiagnóstico 
Pelechano (1988a, pp. 45-46) indica: 
 
1) Se trata de un término (cuñado por un médico (Rorschach) en el 
que la conducta observable no posee una entidad que se agote en 
sí misma como síntoma de algo. 
2) Es un tipo de conocimiento que se encontraría situado entre la 
opinión y la dencia, una suer[e de ane en el que la experiencia 
personal y el modo de encadenar los conocimientos puede ser 
aprendido, aunque se asume la posibilidad de errar. 
3) Es un conocimiento en el que se acentua lo cualitativo Inds que to 
cuantitativo, lo global frente a to analítico. Es el modo personal del 
diagnosticador y su experiencia, to que aconseja el juicio definitivo. 
4) Junto a una estimacion acerca del estado actual, se trata de 
formular un juicio pronestico acerca del curso que va a seguir la 
persona psicodiagnosticada en el futuro. 
5) Es un tipo de actuacibn en donde predomina la observación y el 
registro, no el tratamiento ni la intervención directa. Se intenta 
idenlficar la alteracion para posteriormente, llevar a caho el 
tratamiento. 
 
Este término estuvo caracterizado por un predominio de lo cualitativo sobre lo 
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metodológicas, situación actual y directrices de futuro. Salamanca: Amarú 
Ediciones 
 UNIDAD II. CONCEPTOS Y MODELOS BÁSICOS DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICAcuantitativo y se ha basado en gran parte en el conocimiento o la experiencia 
personal del diagnosticador que enfatizaba la importancia del individuo como 
tal, focalizándose sobre lo patológico. No obstante, aunque ciertamente la 
orientación psicoanalítica preferenció el término Psicodiagnóstico, así como 
Testing o medida en la corriente psicométrica, y evaluación en la perspectiva 
conductual, como dice Ávila-Espada (1986, p. 51) "no se encuentran razones 
suficientes para apoyar la especificidad o independencia de los distintos 
términos". 
El término Psicodiagnóstico tuvo en sus inicios una clara semántica médica, 
pero tal denominación ha perdido en parte su vigencia, aunque en opinión de 
Fernández-Ballesteros (1992a) "este término sigue teniendo aplicabilidad 
cuando el objetivo de evaluación es el del diagnóstico psicológico: es decir, el 
de establecer la clasificación del sujeto en estudio con fines clínicos (p. 27)". 
Entre las causas del declive del Psicodiagnóstico y la progresiva sustitución 
por el término Evaluación se pueden citar: (1) la apertura de nuevos ámbitos 
de trabajo; (2) la aparición de nuevas teorías que rechazan el testing, como 
los enfoques fenomenológicos o los conductuales; (3) la asociación del 
psicodiagnóstico a las perspectivas psicodinámicas; (4) las criticas que 
plantearon la necesidad de buscar sistemas de evaluación acordes con los 
principios experimentales; y (5) las criticas sociales y éticas por el uso y abuso 
de los tests, potenció el rechazo de todo tipo de diagnóstico que se basara en 
ellos. 
2.3. Evaluación 
 
Se han vinculado los orígenes del concepto de evaluación a los trabajos 
llevados a cabo por Murray en Harvard Psychological Clinic. Estos trabajos 
tenían por objetivo: (1) descubrir las fuentes del funcionamiento personal 
creativo y adaptativo, y (2) estudiar a lo largo de un periodo largo de tiempo a 
un pequeño grupo de sujetos, explorando diversas áreas (desarrollo, historia 
escolar, desarrollo sexual, relaciones familiares...) mediante diversas técnicas 
(entrevista, autobiografía, tests objetivos y proyectivos, análisis de 
habilidades...) incluyendo observación natural y diseños experimentales 
especialmente concebidos para evaluar nivel de aspiraciones, resistencia al 
estrés, etc. 
Durante la Segunda Guerra Mundial Murray y sus colaboradores prepararon 
un programa de evaluación para la Oficina de Servicios Estratégicos que tenía 
por objetivo predecir qué hombres podrían prestar un servicio eficaz. Por lo 
que se refiere a la expresión de evaluación (assessment) aparece por primera 
vez en la bibliografía como titulo de un libro Assessment of Men (O.S.S. 1948) 
en el que se recogen las actividades de la sección de psicología de la Oficina 
de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos orientada por Murray. En este 
trabajo se opta por el término "evaluación" versus "Psicodiagnóstico", debido a 
que este último insiste en la detección de elementos patológicos y/o 
defectuales, mientras que en "evaluación” se acentúan los aspectos positivos y 
de desarrollo potencial que existen en la conducta del ser humano. Aunque 
este término aparece por primera vez en este trabajo, el concepto se reafirma 
con la obra publicada por Mischel (1968) Personality and Assessment 
(Maganto, 1995b, p. 16). 
No obstante, el Campo semántico que cubre "evaluación" se presenta desde 
sus orígenes como algo complejo y con diversas significaciones. Pelechano 
(1988a, pp. 53-54) en un intento de sistematizar-inventariar los principales 
tipos de significaciones que posee "evaluación" distingue tres: (1) Formación 
de impresiones y emisión de juicios acerca de los demás; (2) Un proceso, un 
modo de obtener información sobre una o varias personas, un modo de 
organizar esta información y una manera de interpretarla; y (3) Un proceso a lo 
largo del cual se toman decisiones y se construye un modelo de trabajo sobre 
el funcionamiento y estructura psicológica de la persona que se trata de 
evaluar y de las situaciones que a esta persona le toca vivir. 
2.3.1. Evaluación conductual 
 
La apertura de nuevos Campos (escolares, institucionales, terapéuticos, 
salud...), así como el surgimiento del enfoque conductual dieron pie a la 
sustitución del término Psicodiagnóstico por el de Evaluación conductual, 
modificándose y ampliándose el concepto. Como señala Silva (1983) en la 
perspectiva de la evaluación conductual viene a tomar significación concreta la 
siempre exigida íntima relación de diagnóstico y tratamiento, lo que debe ser 
un diagnóstico por y para la intervención, y así mismo un diagnóstico que no 
se agota en la antesala del tratamiento, sino que acompaña en todo momento, 
... y lo sobrevive, pues existe un importante momento en cuanto al diagnóstico 
de postratamiento y de seguimiento. 
Los términos “proceso y toma de decisiones" se recogen en la mayoría de las 
definiciones que los autores han propuesto (Blanco Picabia, 1986; Godoy y 
Silva, 1992; Kanfer y Saslow, 1965; Mischel, 1973; Pelechano, 1976, 1988a; 
Fernández-Ballesteros, 1992a, 1994; Maganto, 1995b) y en ellas se contempla 
siempre la recogida información, la. integración de la misma, así como la 
planificación de la intervención. 
 
 
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Con la publicación del famoso artículo de Kanfer y Saslow (Behavioural 
Analysis, 1965) se introduce en la evaluación la perspectiva operante del 
aprendizaje y la perspectiva experimental, que enriquecen una evaluación que 
hasta entonces había utilizado casi exclusivamente la perspectiva 
correlacional. Estos autores proponen un esquema que se basa en los 7 
puntos siguientes: 
 
1) Análisis de la situación problema, es decir, definición de los 
excesos o déficits conductuales, así como análisis topográfico de 
las conductas problema (intensidad, duración, frecuencia...). 
2) Clarificación de la situación problemática que identifique las 
variables que mantienen la conducta problema. 
3) Análisis motivacional, es decir, de los refuerzos y de los estímulos 
aversivos que pueden ser asociados con la conducta problema. 
4) Análisis del desarrollo o de factores biológicos, sociales y 
conductuales que influyen en la conducta problema. 
5) Análisis del autocontrol, es decir, situaciones o personas que 
refuerzan el autocontrol de la conducta problema. 
6) Análisis de las relaciones sociales o de las personas que influyen 
positiva o negativamente en la conducta problema. 
7) Análisis del ambiente sociocultural y físico. 
 
Ya he mencionado lo que parece ser la principal contribución del análisis 
conductual: introducir la perspectiva experimental, lo que conlleva un 
relacionar íntimamente las tareas diagnósticas con las de tratamiento (Silva, 
1990, p. 61). Con el enfoque conductual surge la preocupación por la eficacia 
de sus intervenciones y la contrastabilidad de sus procedimientos. Surge así 
la evaluación conductual como un proceso de obtención de información que 
permite tomar decisiones encaminadas a producir en los sujetos un cambio de 
conducta y la evaluación de este cambio, todo ello en el contexto de la terapia 
de conducta (Llavona, 1984). 
Los psicólogos conductistas en un principio estudiaron únicamente variables 
observables con el fin de establecer las relaciones funcionales entre las 
conductas y las variables que las mantienen. Pero posteriormente, las 
aportaciones de la corriente cognitivo-conductual promovieron que 
progresivamente se aceptaran variables mediacionales del mundo interno que 
no son directamente observables, siendo incorporadas estas como objeto de 
estudio. 
La Evaluación Conductual surgió en los años sesenta, en el contexto de la 
psicología del aprendizaje, como una alternativa al diagnóstico basado en 
entidades nosológicasy características individuales, y como respuesta ante las 
necesidades surgidas a partir de la modificación y terapia de conducta. Hasta 
los 80 se presenta como un claramente configurado marco de referencia 
teórico y metodológico, pero tras estos 20 años se tronca en desilusión. Hoy 
en día aparece como un capítulo más dentro de la Evaluación Psicológica 
(Goldstein y Hersen, 1986, 1990) o bien como un ámbito de actuación (Barrett, 
Johnston y Pennypacker, 1986; Fernández-Ballesteros, 1993a, 1994). 
La crisis de la Evaluación Conductual-en la década de los 80 en opinión de 
Fernández-Ballesteros (1994c, p. 53) "parece causada por el enfrentamiento 
de dos importantes fuerzas: la primera de ellas queriendo mantener 
planteamientos conductuales radicales, la otra tratando de compatibilizar el 
modelo conductual con otros enfoques cognitivos y personologistas". En su 
análisis la autora destaca las asunciones conductuales que han sido olvidadas 
(análisis funcional y observación como único método) y las que han sido 
primero rechazadas y luego aceptadas (los autoinformes, variables personales 
explicativas). Sin embargo en su opinión la evaluación conductual sigue 
manteniendo un ámbito propio y específico, así como una presencia estable en 
las publicaciones psicológicas (Cone, 1993, Fernández-Ballesteros, 1993a). 
Desde esta perspectiva, Fernández-Ballesteros (1994c, p. 25) define la 
Evaluación Conductual como "Aquella alternativa a la evaluación psicológica a 
través de la cual se trata de identificar las conductas objeto de estudio, tanto 
motoras coma fisiológicas o cognitivas, así como las variables ambientales y/o 
personales que las mantienen o controlan, con el objetivo de realizar un 
tratamiento o cualquier tipo de intervención conductual o valoración". 
2.3.2. Evaluación psicológica 
 
El término evaluación psicológica surgió como consecuencia del enfoque 
conductista de la evaluación, connotando algo más amplio que la simple 
aplicación de tests, conllevando procesos de integración y valoración de la 
información recogida (Cronbach, 1990; Fernández-Ballesteros, 1992), y 
carente asímismo de las connotaciones analítico-clínicas del término 
psicodiagnóstico. 
En los últimos años, el término Evaluación Psicológica ha interrumpido en el 
campo de la Psicología. Se considera a la vez una disciplina y un área de 
práctica profesional dirigida al análisis científico de la conducta humana y de 
los contextos en que esta se desarrolla y cuyo objetivo es llegar a su 
descripción, nosología, comprensión, explicación, predicción y/o cambio. Así 
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metodológicas, situación actual y directrices de futuro. Salamanca: Amarú 
mismo se considera al sujeto de análisis activo interactuante y normalmente 
capaz de interregulación. El proceso evaluador se entiende como ayuda hacia 
el logro de un mejor desempeño en tal interregularización. 
Siguiendo la línea de definición de nuestra materia iniciada por profesores 
representantes de diversas Universidades Españolas en Septiembre de 1981, 
Forns (1985) conceptualiza la evaluación del siguiente modo: "La evaluación 
psicológica es un proceso de análisis científico de la conducta humana, este 
proceso de análisis conlleva un doble eje, diacrónico y sincrónico en relación 
al individuo objeto de análisis, atendiendo a la par: a) al sujeto como ser 
biológico y socio-cultural; b) a sus diversos ambientes. condicionantes y 
reactivos ante su conducta; y c) a sus propias conductas en las tres variantes 
de motora, fisiológica y cognitiva. El objetivo de este proceso de análisis es 
llegar a una descripción, nosología, comprensión, explicación, predicción y/o 
cambio de la conducta del sujeto, que consideramos activo, interactuante y 
normalmente capaz de auto-regulación; tal proceso es entendido como ayuda 
(acción de tutela) hacia el logro de un mejor desempeño autoregulador". 
El término evaluación psicológica se ha introducido en la psicología 
abarcando un amplio campo de aplicabilidad, aunque tendencialmente se 
sigue utilizando Psicodiagnóstico y Evaluación Psicológica como sinónimos 
(Maganto, 1995b. p. 19). En este sentido se expresa Silva (1983) al señalar 
que cuando se habla de evaluación, y por lo tanto, cuando se habla de 
psicodiagnóstico, debe pensarse en un proceso complejo, que va justamente 
desde el planteamiento de problemas hasta la recomendación de soluciones y 
toma de decisiones, y donde ninguna perspectiva, estrategia, procedimiento o 
técnica tiene la exclusiva. 
Algunos matices diferenciales entre Psicodiagnóstico y Evaluación 
Psicológica, pueden clarificarse al analizar las conceptualizaciones realizadas 
por Fernández-Ballesteros. Esta autora en 1983 definió el Psicodiagnóstico o 
Evaluación Psicológica como "aquella disciplina de la psicología que se ocupa 
del estudio científico del comportamiento, de un sujeto o grupo de sujetos 
determinados, en su interacción recíproca con el ambiente físico y social, a fin 
de describir, clasificar, predecir, y, en su caso, explicar su comportamiento" (p. 
76). No obstante, si bien el objetivo prioritario de la Evaluación Psicológica ha 
de ser el sujeto, conviene recordar que la evaluación puede dirigirse también 
a contextos, situaciones, grupos humanos, y a la valoración de intervenciones. 
Estos nuevos campos de aplicación de la evaluación psicológica presentan 
características especificas, por lo que se aplicara otro modelo a estas nuevas 
aplicaciones del Psicodiagnóstico (Fernández-Ballesteros, 1983a, p. 79). 
Posteriormente, Fernández-Ballesteros (1992) define la evaluación 
psicológica como "aquella disciplina de la Psicología cientifica que se ocupa de 
la exploración y análisis del comportamiento (a los niveles de complejidad que 
se estime oportunos) de un sujeto humano (o grupo especificado de sujetos) 
con distintos objetivos básicos o aplicados (descripción, diagnóstico, 
selección/predicción, explicación, cambio y/o valoración) a través de un 
proceso de toma de decisiones en el que se encardinan la aplicación de una 
serie de dispositivos, tests y técnicas de medida o/y evaluación (p. 17)". 
En más de una ocasón se ha descrito la evaluación como un acercamiento 
multirrasgo (puesto que se refiere a más de una dimensión psicológica 
humana), multimétodo (puesto que se utiliza más de un método de obtención 
de información), multifuente (recoge información procedente de más de una 
fuente) y/o multijueces (lo usual es que participe más de un evaluador a lo 
largo de todo el proceso). Se trata de un concepto típicamente 
multidimensional (Silva, 1982, p. 133; Pelechano, 1988a, p. 53). 
La evaluación precede al estadio final de valoración correspondiente a la toma 
de decisiones (confirmar, modificar o terminar un programa de entrenamiento 
por ejemplo). Pero la evaluación no es totalmente independiente de la 
valoración puesto que aquella debe plantearse previendo posibles decisiones 
alternativas. En el proceso de evaluación se distinguen dos fases: (1) 
identificación del rango de conductas y atributos o características que se 
consideren relevantes y deben ser medidas, estimadas o evaluadas; y (2) 
selección y/o diseño de técnicas fiables para estimar, medir o evaluar tales 
conductas, rasgos, atributos o características. 
2.4. Valoración 
 
En el libro de Adams (1964) no aparece el término de evaluación (assessment) 
sino el de valoración (evaluation) y medida (measurement). Para este autor la 
evaluación tendría una significación similar a medida y, en todo caso, es algo 
distinto de valoración: "la valoración va más allá de la medición por cuanto 
supone juicios de valor (p. 20)". Partiendo de este presupuesto distingue 5 
pasos en el proceso de valoración: (1) Determinación de loque se quiere 
valorar; (2) Definición operativa de lo que se desea valorar, (3) Selección de 
las situaciones adecuadas que permitan obtener resultados; (4) Registro de las 
observaciones previstas de tal modo que sea susceptible de análisis objetivo; y 
(5) Resumen y síntesis de los datos recogidos y elaborados. 
Sin embargo, no existe un claro consenso entre los autores para diferenciar 
evaluación de valoración. La valoración lleva consigo una toma de decisión y 
enjuiciamiento acerca del fenómeno o persona que se esté valorando, que no 
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 UNIDAD II. CONCEPTOS Y MODELOS BÁSICOS DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 
 
 
MÓDULO 2204- LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 8 
 
 
 
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Garaigordobil, L., M.,. (1998). Evaluación Psicológica. Bases teórico-
metodológicas, situación actual y directrices de futuro. Salamanca: Amarú 
necesariamente requiere expresión cuantitativa, aunque sea deseable, y que 
entre estos enjuiciamientos, se considera deseable que se proponga más de 
un curso de acción para el futuro. 
Evaluación y valoración son dos términos etimológicamente idénticos en 
castellano, sin embargo, el estudio empírico realizado por Fernández-
Ballesteros (1992a, p. 27) puso de relieve que evaluación (assessment)_hace 
referencia, fundamentalmente, al examen o.exploración de personas, mientras 
que valoración (evaluation) implca semejantes actividades referidas a objetos 
(puestos de trabajo, tratamientos, programas). Para Fernández-Ballesteros 
(1992g) por valoración se entiende "la sistemática investigación del mérito, 
valor o éxito de concretos tratamientos, intervenciones o programas, llevados 
a cabo con el fin de producir cambios comportamentales en el contexto social 
(p. 475)". No obstante esta autora posteriormente (Fernández-Ballesteros, 
1995bc) utilizará el concepto evaluación de programas. 
Así mismo, existen autores españoles (Anguera, 1994a; Fernández-
Ballesteros, 1995b; Fernández del Valle, 1995; Forns, 1990, 1993; Forns y 
Gómez, 1995; Garaigordobil, 1992ab, 1995ae, 1996ab; Garaigordobil y 
Echebarría, 1995; Garaigordobil, Maganto y Etxeberria, 1996; Hernández, 
1995; Martorell, 1988b; Sánchez y Anguera, 1993) que utilizan el término 
evaluación cuando hablan de programas, es decir, emplean ambos términos 
como sinónimos. Tal vez esta progresiva sinonimización de evaluación y 
assessment (valoración y evaluación) se produce para evitar utilizar la palabra 
valoración por su carga subjetiva relacionada con la emisión de juicios de 
valor. 
Gran parte de las aplicaciones en valoración de programas se han 
operativizado en el campo educativo, contexto en el que se han formulado 
una serie de condiciones para que estas valoraciones sean aceptables. 
Pelechano (1988a) indica algunas de las principales condiciones que deben 
tener estas valoraciones (p. 59): 
 
1) Deben proporcionar informaci6n suficiente como para poder tomar 
decisiones alternativas, lo que sugiere una pluralidad de enfoques 
y análisis. 
2) Los resultados de la valoración deben pemitir mejorar el programa 
que se está realizando o se haya realizado. 
3) La valoración debe tener en cuenta los objetivos del programa 
inmediatos, a medio y a largo plazo. 
4) Deben tenerse en cuenta tanto los objetivos del programa y los 
efectos estrechamente relacionados con ellos, como los efectos 
no esperados, ofreciéndose explicación tanto de los efectos 
esperados y los no esperados. 
5) Los diseños de análisis a utilizar deben ser principalmente 
multivariados. 
6) Los procedimientos de obtención de información deben cumplir los 
requisitos mínimos de objetividad, fiabilidad, validez, viabilidad, 
utilidad, y responsabilidad ética. 
 
Si Bien las tareas que realizan los psicólogos cuando evalúan y cuando 
valoran son prácticamente similares, el objeto y la finalidad perseguida varían. 
Los procesos de valoración de programas de intervención en salud, educación 
o servicios sociales son, como queda dicho, más complejos, y el psicólogo 
suele ser uno más en el equipo multiprofesional. 
3. Resumen: El Concepto De Evaluación Psicológica 
 
Los hechos en general apuntan hacia un progresivo acercamiento de 
diferentes opciones de evaluación, que parecen sugerir la adecuación de la 
consideración del Psicodiagnóstico (en la concepción más amplia del término) 
como un modelo evaluativo que englobaría diferentes aproximaciones a la 
evaluación bajo la denominación genérica de "Evaluación Psicológica" (Matud, 
1993a, p. 34). El término Evaluación psicológica se ha ido imponiendo hasta 
prácticamente ser el dominante (junto con el de evaluación conductual) en el 
área de la literatura diagnóstica y/o evaluadora y/o testológica, formando parte 
de la denominación más frecuente en las monografías más recientes 
(Fernández-Ballesteros. 1992; Fisher, 1985; Goldstein y Hersen, 1990, Groth-
Marnat, 1990; Martorell, 1988, 1992; McReynolds y otros, 1990; Peñate y 
otros, 1993; Wetzler y Katz, 1989; Swiercinsky, 1985; Silva, 1995a). 
Finalmente, también en nuestro país parece existir en la ultima década esta 
aproximación a la evaluación psicológica, entendida en un sentido amplio, que 
abarca desde la descripción del comportamiento hasta la valoración de 
programas de intervención (Fernández-Ballesteros y Silva, 1985). 
En este trabajo utilizaré los términos Psicodiagnóstico y Evaluación Psicológica 
de forma indistinta, ya que pese a las distinciones términológicas que 
previamente he establecido, estaría de acuerdo con distintos autores que los 
emplean como sinónimos. Ambos conceptos implican un proceso de recogida 
de información y de organización y procesamiento de la misma sobre una 
persona o personas con la finalidad de comprender, predecir y/o modificar su 
conducta (Silva, 1982, 1983, 1988; Fernández-Ballesteros, 1992), estando este 
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Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: 
Garaigordobil, L., M.,. (1998). Evaluación Psicológica. Bases teórico-
metodológicas, situación actual y directrices de futuro. Salamanca: Amarú 
proceso entroncado a la Psicología básica de la que toma sus teorías y 
conocimientos empíricos (Godoy y Silva, 1990; Forns, 1993). 
Desde una perspectiva integradora la Evaluación Psicológica se define en 
este proyecto como "aquella disciplina que explora y analiza el 
comportamiento de un sujeto o grupo con distintos objetivos (descripción, 
diagnostico, selección/predicción, explicación, cambio y/o valoración) a través 
de un proceso de toma de decisiones en el que se emplean una serie de 
dispositivos (tests y diversas técnicas de medida y/o de evaluación), tanto 
para la evaluación de aspectos positivos como patológicos". Tanto la 
evaluación del ambiente como la evaluación de programas los entiendo como 
extensiones actuales de la Evaluación Psicológica y por lo tanto son incluidos 
bajo esta acepción. 
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 UNIDAD II. CONCEPTOS Y MODELOS BÁSICOS DE LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA 
	EL CONCEPTO DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA Y PSICODIAGNÓSTICO
	1. Introducción
	2. Precisiones Conceptuales: Psicodiagnóstico, Evaluación Y 
	2.1. Tests psicológicos y medición
	2.2. Psicodiagnóstico
	2.3. Evaluación
	2.3.1. Evaluación conductual
	2.3.2. Evaluación psicológica
	2.4. Valoración
	3. Resumen: El Concepto De Evaluación Psicológica

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