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1 ¿De qué hablamos cuando hablamos de conciencia corporal? Ingrid Balzarini 2007 2 ¿De qué hablamos cuando hablamos de conciencia corporal? Sobre la conciencia corporal es común encontrar en los diseños curriculares, desde hace mucho tiempo, definiciones, expectativas de logro, contenidos específicos sobre la cuestión, pero la realidad es, que en general, poco se sabe sobre como abordar la temática “conciencia corporal” a pesar de que gran cantidad de personas han investigado y escrito sobre el tema. ¿Por qué, en general, los profesores de educación física, no abordan en sus clases esta temática? Posiblemente esto sucede, debido a la falta de conciencia y al desconocimiento que se posee sobre un tema central dentro de la especialidad, “el trabajo conciente”. En palabras más sencillas, no se toma conciencia de la falta de este conocimiento. Les propongo iniciar la lectura de este texto en forma conciente, deténganse a releer cuando un concepto les resulte poco claro, cuando algo en su entorno los distraiga; pregúntense, mientras leen, de qué manera pueden aplicar estos conceptos en sus vidas o, específicamente, en su ámbito laboral. Cuestionen el texto e investiguen sobre autores que han desarrollado la temática, y relacionen lo expuesto con otros saberes que hayan adquirido con anterioridad…y sobre todo, registren que sienten cuando leen y piensan en el texto. Es posible que se sientan interesados, sorprendidos y desafiados por la temática planteada; si esta sensación es positiva, podran intentar aplicar esto en sus vidas y en sus practicas profesionales con mayor facilidad. También es posible que consideren esto como poco aplicable, que no es nada nuevo, o que es muy teórico y que el contexto y la realidad hacen parecer utópico su abordaje, con lo cual, también es posible que esta visión, los cierre a analizar posibles y diversas formas de aplicarlo. Es importante que atiendan estos registros de sus percepciones, ya que muchas veces podemos leer un texto, y sólo eso. Leer significa procesar, pensar, comprender y sentir una idea. Por ello dispongan de tiempo, -concientemente establecido- para realizar la lectura del texto siguiente, para que tenga sentido hacerlo. Personalmente, en algunas oportunidades, mientras descubría algunos autores, antes de avanzar en la lectura voraz del texto -como a quien sólo le importa terminar un trámite, sin disfrutar del viaje o el proceso-, me detenía a experimentar conmigo o en 3 mi entorno mas íntimo, si eso que se decía en los fríos renglones era posible. Y así descubrí, al experimentar y validar mis cuestionamientos con rotundas afirmaciones, que aquello del “trabajo conciente” era posible. Al encontrarle el sentido a lo que leía, me animé a continuar con la lectura de muchos otros textos, concientemente, viviendo, previendo y planeando como intentaría aplicar su contenido en mi vida. Algunos autores han dedicado su vida a investigar el tema de “la importancia de la conciencia corporal en el desarrollo del hombre”, entre ellos Moshe Feldenkrais, con sus libros “La dificultad de ver lo obvio” y “El poder del yo”, Gerda Alexander, escritora de “La eutonía”, Therese Bertherat con “El cuerpo tiene sus razones” Berta Vishnivetz acercándonos “Eutonía, educación del cuerpo hacia el ser”, Thomas Hanna tratando el tema en su “Somática” entre otros. Al referirse al término conciencia, Feldenkrais (1992) recalca: “... Cuando utilizo la palabra “conciencia” quiero decir conocimiento conciente, que no debe confundirse con el simple conocimiento. Estoy bastante familiarizado con mi casa y mi biblioteca, pero no se cuántos escalones debo subir para llegar a mi casa.” Entre sus conceptos señala que al dirigir la atención hacia los efectos que el movimiento desencadena, la persona aprende a conocerse, a desarrollar su "autoconciencia". Al intentar pensar este concepto y aplicarlo en la clase de educación física, ¿Cuáles serian las consideraciones a tener en cuenta? El primer paso de un buen trabajo sobre la conciencia corporal, es “darse cuenta”. El alumno debe descubrirse, no desde el exterior, sino desde el interior de sí mismo. Sin ese registro no hay cambios, y este darse cuenta, tiene necesariamente que ser un proceso interno. No sirve de mucho que sea otro, desde afuera, quien se dé cuenta y lo diga; por esta razón y, en principio, hay que evitar la tentación de decirle a los alumnos cuando, por ejemplo, están ejecutando un movimiento inconveniente y mostrarles cómo deben hacerlo correctamente. Algunos profesores se preguntarán ¿Cómo que no tengo que decirles a mis alumnos que están haciendo algo incorrecto ni mostrarles cómo deben hacerlo bien? Lo que deberían hacer es inducir a que los alumnos se den cuenta de lo que están haciendo, para que la corrección no provenga desde el afuera, sino, desde ellos mismos. 4 Ellos son quienes percibirán, a partir del descubrimiento guiado, cómo están actuando y de que manera, con libertad de modificar, ó no, sus acciones a partir de la toma de conciencia. Cuando el docente es quien descubre que un alumno está realizando algo incorrecto y se lo dice, esta coartando la posibilidad de que sea el alumno el que aprenda a descubrirlo, comprendiendo cómo alcanzar la conciencia de sí mismo. ¿Cuándo corrige esta guiando el proceso de aprendizaje para que el alumno descubra o le esta mostrando la solución del problema, impidiéndole construir sus propios cambios? En ejemplos cotidianos, recuerdo haber presenciado en muchas oportunidades cuando algún docente, al observar que uno de sus alumno estaba de pie, frente al salón de clase, encorvado, con sus hombros recogidos y echados hacia adelante, indicarle: ¡Párese derecho! Con ese mandato, el docente lograba, del alumno una respuesta refleja inmediata -no conciente-, el alumno, en definitiva, se enderezaba. Me pregunto… ¿Se paró derecho porque notó que no lo estaba y reconoció la importancia de adoptar una postura más conveniente para el cuidado de su salud ó lo hizo como respuesta refleja ante la orden del docente? Más adelante, comprendí que forzar a un ser a actuar en contra de sus estructuras inconscientes no sirve para nada, para nada duradero. Tan pronto como la atención flaquea, el ser vuelve a las antiguas costumbres, a los hábitos corporales establecidos. Si pensamos en una clase de educación física, podríamos imaginar varios escenarios que describan la situación, hasta aquí planteada. Por ejemplo: Un profesor, al iniciar su clase con alumnos de nivel primario, 6° año, indica al grupo que deben comenzar a trotar por el patio durante siete minutos: observa, que muchos de los niños empiezan la actividad física con trote muy intenso y a los dos minutos, aproximadamente, sienten que no pueden sostener más el esfuerzo, y se detienen o caminan lentamente. Las opciones, para que los niños tomen conciencia de cuál sería el ritmo más apropiado de carrera al iniciar una actividad física podrían ser muchas: El profesor se integra a trotar junto al grupo, indicando que deben seguirlo para aprender cual es la intensidad adecuada de la carrera 5 El profesor observa a uno de los alumnos que trota de forma adecuada y le indica a sus compañeros que lo observen y lo imiten. El profesor marca el ritmo a seguir con las palmas e indica a los alumnos que se adapten al ritmo marcado por él. Ninguna de las opciones planteadas ha tenido en cuenta lo que los alumnos saben o sienten. Ninguna de las estrategias sugeridas apunta a que los alumnos concienticen cuál será la intensidad de trote que se ajusta a sus posibilidades y pueda resolver la consigna planteada. El profesor pregunta a sus alumnos, entonces: ¿Cuál creen ustedes que es el ritmo adecuado para que cada uno, teniendo en cuenta sus posibilidades,pueda trotar durante siete minutos seguidos sin detenerse? ¿Qué es lo que determinará que vayan más rápido o más lento? ¿Será la velocidad a la que troten sus amigos o será la velocidad que sus propias sensaciones vaya marcando? ¿Cómo creen que éstas les irán indicando cuál es la velocidad propia? Veamos, entonces, si pueden sostener su trote durante siete minutos sin sobre exigirse y, al mismo tiempo, ir percibiendo sus señales internas. Mientras los alumnos trotan el profesor les va preguntando como se sienten, les va sugiriendo que se concentren en la manera en que están respirando, como van realizando los apoyos y como van manejando la tensión corporal; Al finalizar el tiempo de trote, reflexiona con el grupo sobre la experiencia realizada, tratando que los alumnos expresen sus registros y acuerden para la próxima clase, que algunos intenten sumar un minuto más al tiempo propuesto, debido a que pudieron completar su carrera sin sentir que el esfuerzo era demasiado exigente, otros, intentaran lograr un ritmo más parejo o acelerar un poco más la velocidad de la carrera sin aumentar el tiempo. En este punto y antes de seguir avanzando ¿Cómo es su conciencia corporal en este momento? ¿Mientras lee, es conciente del grado de su tensión muscular? ¿Hay partes de su cuerpo que siente incómodas? Perciba atentamente como se siente. ¿Cuáles son, si las hay, las partes tensas, cansadas o doloridas? ¿Cómo están los músculos de su cuello? ¿Cómo está respirando? ¿Respira profundamente y de manera relajada ó superficialmente y con una respiración corta? ¿Está seguro? 6 ¿Cómo ha avanzado en la lectura del texto? ¿Algo de lo leído hasta aquí, ha movilizado su posicionamiento profesional? ¿Personal? ¿Cómo le afecta emocionalmente este planteamiento? ¿Nada lo ha movilizado? Difícilmente podremos facilitar a otros lo que no nos facilitemos a nosotros mismos y aquí se abre todo un desafío hacia el crecimiento personal y profesional que, en mi opinión, se retroalimentan. Feldenkrais, en su libro El poder del yo. (1995) dice: “...No hay solución fácil. Tenemos que hacer algo por reformar nuestra educación y el orden social que la impone, causando tantos estragos en las mentes juveniles. Si no existiesen los adultos, que tienen ya muy arraigados estos hábitos, seria relativamente fácil conseguir que la generación de los adolescentes adoptase una actitud mas conveniente (...) El único consuelo que pueden sacar de estas explicaciones los que sufren será el saber que no nacieron inválidos y que pueden librarse de sus padecimientos aprendiendo a administrar su caudal de motivos. Pero, para conseguirlo, deben estar dispuestos a cambiar preciosas creencias y a convertirse en personas totalmente diferentes. Pues, por paradójico que parezca, la gente quiere cambiar y seguir siendo la misma a la vez...” El Método Feldenkrais, es un proceso educativo que, a través de movimientos fáciles y suaves y una adecuada orientación de la atención hacia los efectos que los mismos producen en los distintos aspectos de la persona, brinda a ésta la posibilidad de mejorar su accionar cotidiano. Lleva el nombre de Moshe Feldenkrais (1904-1984) ingeniero y físico. Su curiosidad, su interés en la neurofisiología y la necesidad de recuperarse de un accidente en sus rodillas lo llevaron a explorar la relación entre el movimiento y la manera de sentir, pensar y actuar. Moshe Feldenkrais pasaba horas y horas observando como los niños se movían y aprendían mientras jugaban. Sobre esas observaciones, su experiencia y sus conocimientos recreó, durante más de cuarenta años, innumerables secuencias del desarrollo motriz humano. El método propone transitar estas secuencias orientando la atención hacia los movimientos en sí y hacia las sensaciones que los acompañan. Recorrer este camino permite comprender más claramente cuales son los propios patrones de movimiento 7 habituales, detectar donde hay tensiones, resistencias y esfuerzos, explorar nuevas opciones y tener así la posibilidad de elegir la forma más adecuada para la misma acción. Permite, -en palabras de Feldenkrais- "...tener un cuerpo organizado que se mueva con el mínimo de esfuerzo y el máximo de eficacia, mejorando la conciencia de cómo funciona". Hace algunos años, mientras cursaba la Licenciatura en Actividad Física y Deporte, una licenciada especialista en técnicas de reeducación postural comentó: “… Muchas veces cuando observo las clase de educación física, pienso que se podría decir que son clases aptas para descerebrados…” La reacción en el grupo de los alumnos fue de gran conmoción, de alguna manera, creo que muchos se sintieron maltratados, y yo me pregunté qué quería decirnos la profesora, cuando se refería a la clase de educación física, como una clase apta para descerebrados. Con una sonrisa perspicaz, y habiendo logrado el objetivo de movilizarnos, comenzó a explicar al grupo, -que para ese momento se mostraba sumamente atento- su fundamentación, la cual podría resumirse de la siguiente manera: “…La neurofisiología nos permite acercarnos al entendimiento de cómo funciona el sistema nervioso humano y cuáles son sus capacidades. En su desarrollo filogenético y ontogenético, el “animal humano” va alcanzando niveles de organización neural que otros animales experimentan como definitivos, pero que a él le permiten ir adquiriendo cada vez mayores capacidades de manera progresiva. Es cierto que el sistema nervioso humano, en el momento de nacer, tiene mucho que madurar hasta hacerse auténtica y plenamente “humano” y esto lo logra cuando es capaz de dar soporte a su conciencia El hombre va construyendo, en su proceso de desarrollo, distintos niveles que le permiten desplegar, al final de la evolución, todas sus potencialidades. Cada uno de los niveles de evolución logrados le permite asegurar al sistema nervioso diferentes niveles de respuesta. 1° Nivel evolutivo. Sistema nervioso troncal y conducta refleja En este punto, el hombre adquiere el nivel de “animal reflejo y sensitivo”. Sus conductas son simples e inmediatas. La base de su accionar es el arco reflejo, 8 mecanismo que da respuestas estereotipadas, simples y permanentes, mientras el estímulo esté presente. 2° Nivel evolutivo. Sistema nervioso cefálico. Conducta automática. En este nivel de evolución, el hombre deja de ser sólo un “animal reflejo” para ser un “animal automático”, dispuesto a la conciencia. A esta altura comienza, merced a la aparición de nuevas estructuras, el despertar a la vigilia del nivel superior. Los automatismos, regulaciones en el fondo reflejas, se auto alimentan y autorregulan para liberar a la conciencia de su atención y garantizar de este modo su ininterrumpido funcionamiento. Admiten autonomía global para el ser humano y es en este nivel que el ser humano adquiere mayor protagonismo en sus posibilidades de iniciativa frente al medio. 3° Nivel evolutivo. Corteza cerebral. Conducta voluntaria Es en este momento cuando el hombre se transforma en “animal conciente” y adquiere la capacidad de inteligencia reflexiva, es decir, razonar sobre el significado de las circunstancias, futurizar sucesos, definir una conducta consecuente, hacer proyectos, ser responsable, chequear un movimiento para saber si esta cumpliendo su fin, en definitiva, ha adquirido la capacidad de percibir y actuar concientemente” Luego de esta exposición y al investigar sobre el tema que la docente había planteado, quedaba muy claro el porqué de aquella enunciación tan desafiante. Muchas veces los alumnos repiten en la clase de educación física, ejercicios técnicos y distintos movimientos sobre los cuales no piensan, no reajustan, no perciben como los están haciendo, simplemente repiten una y mil veces, de manera automática un gesto sin significación para ellos. Fue aquel día, al escuchar la exposiciónanterior, que terminé por convencerme de que el trabajo conciente era el mejor camino para lograr en mis alumnos aprendizajes duraderos y significativos. ¿Una clase apta para descerebrados? Una clase de educación física, nunca debería ser vista así, pero si observan con atención, notarán que muchas veces andamos por la vida, sin hacer uso de nuestra preciosa conciencia; en las clases, en el trabajo, en nuestras casas. 9 Observando una clase de Educación física del nivel polimodal, noté que muchas alumnas del grupo tenía serias dificultades físicas y técnicas. No escuche a la docente realizar intervenciones pedagógicas que contribuyeran al proceso de aprendizaje, observación y/o análisis de lo que estaban realizando las alumnas en la clase. Una joven llamó mi atención, Emilia, practicaba voley y no lograba efectuar el remate correctamente debido a tres problemas; Por un lado la falta de potencia en el salto, por otro lado una marcada descoordinación en el momento de ejecutarlo, y por último, un limitado movimiento del brazo que ejecutaba el golpe. La profesora a cargo del grupo, en varias oportunidades, le gritaba a Emilia cuando debía ejecutar el salto y cuando la alumna no lograba ejecutar el remate correctamente la docente la hostigaba diciéndole que si continuaba tan lenta la sacaría del equipo. Mientras dos equipos jugaban en la cancha central, las 20 alumnas restantes, practicaban en parejas o frente a una pared distintas técnicas. Emilia, saltaba una y mil veces tratando de rematar la pelota y cuando por el cansancio de las repeticiones fallaba el mismo, manifestaba una expresión de frustración y desánimo. Otras alumnas tenían problemas similares, pero la docente insistía sobre el trabajo de Emilia, ella representaba al somatotipo ideal de la jugadora de Voley Sobre el final de la clase las alumnas realizaron ejercicios de elongación, note que Emilia, de 1.75 cm. tenia muy acortados los músculos, de la región posterior del muslo, los isquiosurales y también los pectorales, ambos grupos musculares fundamentales para la ejecución adecuada de la técnica, los isquiosurales reducían su capacidad de salto y los pectorales limitaban su golpe. Mientras las alumnas realizaban los ejercicios de elongación la profesora completaba los partes de asistencia. La mayoría de las alumnas del grupo hacia los ejercicios como podían, no habían adquirido, evidentemente, un aprendizaje conciente, de cómo debían elongar los músculos. Sobre un total de 32 alumnas, por lo menos 15 evidenciaban problemas posturales importante. Lo que estaba observando me recordó una frase impactante del libro, El cuerpo tiene sus razones de Therése Bertherat: “…Las percepciones corporales sólo pueden desarrollarse mediante la actividad. Pero no una actividad cualquiera. No la actividad 10 mecánica, la repetición de un movimiento docenas de veces. Eso sirve únicamente para ejercitar la obstinación, para embrutecer. El movimiento no nos revela a nosotros mismos si no tomamos conciencia de la forma en que se hace (o no se hace)…” La misma autora sostiene que “…Hay que aprender primero a verse, después a ver a los otros y por último ayudarles a verse…” ¿Qué hubiera pasado con las experiencias de Emilia si la docente, hubiera facilitado los espacios de aprendizaje para que ella pudiera, ser conciente de las consecuencias positivas que otorga a sus capacidades el trabajo sistemático de la flexibilidad? ¿Cómo habría afectado su proceso de aprendizaje el hecho de comprender que la flexibilidad incide sobre su postura corporal? ¿Al mejorar la flexibilidad y la técnica del movimiento, podría Emilia haber mejorado su coordinación? ¿Podrían las alumnas tomar conciencia sobre la relación que existe entre, la postura corporal y la ejecución de un gesto técnico correcto? ¿Cómo hubiera el grupo asimilado los aprendizajes si hubiesen trabajado sobre la percepción y concientización de los esfuerzos necesarios e innecesarios para adquirir una nueva destreza corporal? ¿Qué tipo de estrategias deberían haberse utilizado para concientizar a las alumnas sobre el efecto que las frustraciones, las presiones y las exigencias, -internas y externas-, generan sobre el desarrollo de su corporeidad? El enfoque de la gimnasia conciente; Cuando se sistematiza la enseñanza para alcanzar una mejor conciencia corporal, pone el énfasis en la responsabilidad sobre nosotros mismos. Es necesario dar lugar a la habilidad interior del individuo de ejercer un control sobre sí mismo. Es función del docente promover en el alumno el desarrollo de la conciencia observadora, no sólo de su funcionamiento corporal, sino también de la constante interacción existente entre él y el entorno. Un relato de clase en el que se observa el trabajado de la conciencia corporal abordando una de las temáticas antes citadas, podría ser: Chicas, he notado que muchas de ustedes tienen alguno de sus músculos demasiado tensionados, esto puede ser producto de su crecimiento, ¿Alguna lo ha notado? ¿Sienten tensión en su espalda? ¿Alguna molestia, dolor articular ó muscular? ¿Conocen algún tipo de ejercicio que pueda aliviar esa tensión? 11 Es factible que algunas integrantes del grupo respondan que han notado alguna molestia o tensión, propias de la etapa de desarrollo y que los ejercicios de estiramiento o los masajes alivian su tensión. Podríamos comenzar a realizar un trabajo de elongación sobre los grupos musculares que normalmente casi todas las personas tienen mas acortados. Busquen una compañera con la cual compartir esta experiencia. Ambas tomarán registros de sí misma y luego podrán compartir los resultados. Pueden responder las preguntas que les iré formulando en la grilla que les voy a entregar. La docente propone al grupo percibir cuales son los puntos en los que el cuerpo siente tensión y cuales son los puntos en que sus posturas les resultan cómodas. Desde la posición de pie, indica al grupo que inclinen su tronco hacia adelante, -manteniendo la columna derecha- y que bajen el tronco, solo hasta el punto en el cual sienten que pueden hacerlo cómodamente. Observen cual es el grado de flexión que ha alcanzado cada una de ustedes ¿El grado de flexión que han alcanzado les ha resultado cómodo? ¿Qué grado de inclinación aproximado han alcanzado? ¿Sus manos llegan hasta las rodillas?¿Hasta las pantorrillas, los tobillos o el piso? ¿En que parte del cuerpo sintieron más tensión? A partir de este primer registro, el docente invita al grupo a realizar movimientos amplios y suaves sobre las zonas que cada una sintió más tensas, utiliza música melódica que el grupo conoce y continua insistiendo en que cada una movilice libremente las zonas tensionadas. Intercala estos espacios de movilidad con ejercicios específicos de flexibilidad, acentuando el trabajo sobre la musculatura de la columna vertebral y la región posterior del muslo. Pasados algunos minutos la profesora pregunta al grupo ¿Sienten en las zonas que antes mencionaron la misma tensión? ¿Esa tensión es mayor igual o diminuyo en relación al primer registro? ¿La música facilita su trabajo? ¿Cómo? Traten de buscar formas de ayudar a su compañera a realizar una elongación más intensa. Recuerden los aspectos que anteriormente mencionamos para trabajar con asistentes. Registren el mecanismo de respiración de su compañera y recuerden que las insistencias deben realizarlas en las fases de espiración. Determinen de qué manera realizarán los ejercicios para que ninguna pierda continuidad en la ejercitación. 12 Unos minutos mas tarde la profesora invita al grupo a realizar nuevamente la evaluación inicial. Chicas veamos que sucede si repetimos el ejercicio inicial. Desde la posición de pie dejen caer su tronco hacia adelante, tratando de mantener alineada la columna y observen ¿El grado de inclinaciónde la columna ha variado? ¿Perciben el mismo grado de tensión muscular que al principio? ¿Hasta donde llegan sus manos ahora? ¿En que posición están su rodillas? ¿Continúan sintiendo tensión en alguna zona? ¿La tensión, si la hay, es igual que al principio? ¿Creen que el trabajo realizado ha contribuido a que se sientan más cómodas, relajadas y/o distendidas? Sobre el final de la experiencia, las alumnas comparten sus observaciones con el grupo. La profesora explica a las jóvenes los beneficios del trabajo sistemático y conciente de la flexibilidad y propone al grupo continuar trabajando sobre la temática. El grupo se muestra dispuesto debido a los resultados alcanzados con la experiencia. Determinan que todas han mejorado su nivel de flexibilidad y que en mayor o menor grado todas han logrado sentirse mas distendidas. La profesora pregunta para finalizar que les pareció la tarea de tomar los registros de lo que le sucedía a cada una mientras trabajaban y si estaban acostumbradas a prestar atención a sus propias sensaciones. El grupo manifiesta que la experiencia les resulta novedosa e interesante, ya que en general nunca se detienen a sentir lo que están haciendo. La profesora comenta a las alumnas que analizará los registros con la intención de trabajar la próxima clase, atendiendo las necesidades de cada una. Muchos autores han escrito sobre los fundamentos del trabajo conciente, Thomas Hanna, en su libro, Somática (1994) sostiene que “…Pavlov y otros fisiólogos han considerado al ser humano “científicamente” como un animal más. El ser humano no es sólo un animal más. Un ser humano es un ser con conciencia de sí mismo, capaz de elevar esa conciencia de sí mismo y perfeccionar el control sobre sus propios actos. Si nos damos cuenta del poder de la conciencia de nosotros mismos, sabremos que podemos salvarnos de las ineludibles fuerzas de la tensión. (...) No reconocer la existencia y la utilidad de la conciencia humana sería tanto como condenarnos a vivir y morir como perros...” 13 Hans Selye es una de las figuras más destacadas en el campo de la investigación médica del siglo XX. Sus formulaciones sobre el síndrome de adaptación general, constituye probablemente, el hecho de mayor relevancia en la medicina desde el descubrimiento de los gérmenes infecciosos y del desarrollo de medicinas antibacterianas. Sus afirmaciones sobre el protagonismo de la conciencia del hombre son decisivas: “... existe otra clase de evolución, que se desarrolla en cada persona durante su vida, del nacimiento a la muerte: la adaptación a las tensiones y presiones de la existencia cotidiana. A través de la constante interacción entre sus reacciones mentales y corporales, el hombre tiene el poder de ejercer su influencia sobre esta forma de evolución hasta un límite considerable, en especial si comprende sus mecanismos y tiene suficiente fuerza de voluntad para actuar de acuerdo con los dictados del intelecto...” Desde mis primeras experiencias profesionales, y a través de años de trabajo, he comprobado que muchas personas tienen de sí mismos, de su corporeidad, una conciencia parcial y fragmentaria y me he preguntado, si el hecho de tener esta conciencia parcial y fragmentaria trae como consecuencia una manera parcial y fragmentaria, de percibir el entorno en que se vive. Difícilmente podremos proporcionar a otros lo que no nos proporcionemos a nosotros mismos y aquí se abre todo un desafío hacia el desarrollo personal y profesional. Seria deseable que el trabajo sobre la conciencia corporal tenga un mayor espacio en la educación y que la sensibilización corporal sea la base para que las personas que reciban nuestra intervención, puedan a su vez auto responsabilizarse del desarrollo pleno y conciente de su corporeidad. Bibliografía Alexander, Gerda. La eutonía. Un camino hacia la experiencia del cuerpo. Ed. Paidos. Bs. As. Bertherat Therese y Bernstein Carol El cuerpo tiene sus razones. Ed Paidos Buenos Aires 1987 Feldenkrais Moshe. La dificultad de ver lo obvio. Ed Paidos Buenos Aires 1992 Feldenkrais Moshe. El poder del yo.. Ed Paidos Bs As 1995 Feldenkrais Moshe. Autoconciencia por el movimiento . Ed. Paidos. Buenos Aires 1980. 14 Guirao, Piñeyro, Hevia. Anatomía de la conciencia. Ed. Masson Hanna Thomas. Somática. Ed Yug México. 1994 Ediciones en castellano Selye Hans. The stress of life. Ed. Mac Graw –Hill. New York 1978 Vishnivetz, Berta.- Eutonía. Educación del cuerpo hacia el ser. Ed. Paidós. Buenos Aires.1994 Artículos de revistas Centro de Kinesiología de Buenos Aires. El lenguaje del cuerpo. Articulo publicado el 2 de abril de 2002 en La revista digital. Buena salud.
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