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MUTÁGENUS El Gen Mutante de la innovación ANUOR AGUILAR 2017 INTRODUCCIÓN Ayer conversaba con un grupo de amigos sobre los cambios acelerados en el mundo, la tecnología como gatillador de la disrupción y los nuevos hábitos como facilitadores del mismo cambio. Me preguntaron mi opinión sobre la manera en que las empresas deberían de reaccionar ante estos cambios, y les dije: “La conclusión no es fácil ni simple, pero creo que la respuesta está oculta dentro de la misma pregunta”. La palabra que debemos analizar con cuidado es “reaccionar”; pues si tenemos que hacerlo ya es demasiado tarde. El significado de reacción es: “acción que se resiste o se opone a otra acción, actuando en sentido contrario a ella”. Si estamos en esa línea nos hemos parado en el carril inadecuado. No podemos reaccionar al cambio, debemos ser parte del mismo. Para los que están dentro, no existe tal cambio; como para los que viajan en el tren bala, este parece no moverse. Para los que observan los cambios desde fuera, todo parece rápido y caótico. Evoluciona la tecnología, se ajustan las costumbres y hasta cambian las personas. Para quienes están fuera del cambio, todo cambia; para los que son parte del cambio, nada está cambiando. Todo es cuestión de perspectiva, de punto de vista y de velocidad relativa. La clave en el entendimiento de la paradoja de la innovación está en esas dos últimas palabras: velocidad relativa. Ahora les explico el por qué. Cuando le preguntamos a un adulto mayor si es que hay cambios en el mundo, este nos dirá: “todo cambia tan rápido que ya no comprendo lo que pasa”. Cuando le preguntamos lo mismo a una persona de edad media, esta responderá: “efectivamente, todo está cambiando y se requiere un esfuerzo adicional para estar al día.” Sin embargo, cuando le preguntamos a un niño; esté se asombrará de la pregunta y nos dirá: “Yo no veo ningún cambio. ¿Por qué lo preguntas?” Aquí viene el efecto del tren y la velocidad relativa. Cuando uno viaja dentro del tren a la misma velocidad, todo parece inmóvil dentro del vagón. Sin embargo, para alguien que está fuera del tren, parado al costado del riel, la locomotora pasa a cientos de kilómetros por hora. Todo es cuestión de perspectiva, punto de vista y velocidad relativa. Dahah Boyd, una investigadora social- científica de Microsoft, que además enseña en la Universidad de Nueva York, comenta sobre el comportamiento de los adolescentes en un mundo interconectado: “Ellos no tratan de analizar qué tan diferentes son las cosas debido a la tecnología; ellos simplemente tratan de relacionarse en un mundo público donde la tecnología ya es un bien dado.” El movimiento es la constante. La pregunta no es si algo está cambiando, sino hacia donde cambia y a qué velocidad. Adelantarse al cambio es ventaja. No adelantarse al cambio es desventaja. No cambiar es perecer. Todo cambia. Un nano segundo es la millonésima parte de un segundo; es lo que tarda la luz en recorrer aproximadamente treinta centímetros y es lo que tarda un ciclo de reloj de un procesador de 1 GHz. Este tiempo es tan pequeño que es incomprensible en la vida diaria y hubiese sido impensable en la edad media. Todo cambia excepto el mismo cambio y la velocidad aumenta según la perspectiva en donde nos encontremos. Estamos en una sociedad donde vemos más lejos, observamos más pequeño y nos movemos más rápido. Cuando vamos a 100 kilómetros por hora, todo lo que vaya debajo de esa velocidad será más lento. Todo lo que vaya por encima de 100 será más rápido. Si vamos en la vida más lento que los cambios, todo nos parecerá que cambia velozmente. Si somos los que promovemos los cambios es posible que hasta nos parezca todo muy lento, y que no hay cambios suficientes. Es en el tren del cambio en el cual no sólo debemos de estar sino además de ser la locomotora y catalizador del movimiento y dirección. Debemos de ser quien cambia las cosas; debemos de convertirnos en un agente mutágeno. Ser un disruptor no es como tu reaccionas a los cambios sino como el entorno reacciona tus cambios. Todo es cuestión de perspectiva, punto de vista y velocidad relativa. En nuestras organizaciones debemos de asegurar, el incorporar a más agentes mutágenos que nos cambien y aceleren por dentro. Sin estos cambios no están en nuestra genética organizacional, no sólo permaneceremos iguales sino que pereceremos igual que todos los que no tengan la capacidad de mutar. Aquí reside el secreto y el valor del mutágenus. Un cambio es una oportunidad o una amenaza dependiendo del enfoque que le otorgues. “Para sobrevivir ahora, en lugar de abrir el diario de hoy, es necesario abrir el diario de mañana.” Mutágenus es “algo que puede provocar cambios en un ser vivo”, es un agente de cambio, un disruptor interno, un divergente. En este sentido, el mutágenus es el creador de una oportunidad cuando requerimos cambiar para sobrevivir. Ante cambios externos necesitamos mutar, adaptarnos y acercarnos a los nuevos niveles de necesidades. El mutágenus es el gatillador del cambio genético que incorporado adecuadamente en nuestras organizaciones puede sacarlas del statu quo. El statu quo es mortal en tiempos de cambio. El paso clave para incorporar un mutágenus en nuestra organización es tratarla como un organismo. De esta manera podremos trabajarla de forma continua y provocar adaptaciones en ella que mejoren nuestra capacidad innovadora, seleccionando proyectos que generen cambios en la estructura, procesos y personas. De esta manera, incorporamos una nueva oportunidad para abrir un ciclo de crecimiento y prosperidad innovado. Mutágenus es una oportunidad, no sólo para sobrevivir sino además para seguir creciendo. “Las empresas innovadoras premian el éxito, celebran el fracaso y castigan la inacción.” Robert Sutton Accionar en tiempo es mejor que reaccionar rápido con un minuto de retraso. La preparación en bonanza es tan prioritaria como la acción rápida en tiempos difíciles. Moverse rápido es adelantarse a los hechos y no sólo reaccionar ante ellos. Reaccionar rápido ya es lento cuando la necesidad ha surgido. Por eso la palabra “reacción” ya es un problema en sí misma. Ya no es suficiente “reaccionar rápido”, ahora debemos de “accionar anticipadamente.” Para no tener que reaccionar, es necesario sentir esa actividad paranormal que es visualizar el futuro. Esta competencia es necesaria en todo profesional y por eso hablamos de cambios, tendencias, adoptadores tempranos e influenciadores. Para sobrevivir ahora, en lugar de abrir el periódico de hoy, es necesario abrir el periódico de mañana. La frase “El futuro es hoy”, parece ser tan trillada, simple pero no deja de ser cierta. Sin embargo, el riesgo para las empresas no la ven, subestiman o se resisten al cambio es que tengan que poner otra frase similar en alguna parte de su informe por quiebra; y esta frase podría ser: “El futuro fue ayer”. Este ejercicio de acercamiento al “siguiente paso” siempre tendrá sus limitaciones y seguramente encontrarán más preguntas que respuestas. Pero de eso se trata, de motivar para que cuestionemos nuestro exitus quo y nos impulse a movernos de nuestra bañera tibia de la cual no deseamos salir. Sin embargo, no debemos de ser simplistas o ilusos en esta proyección porque estamos en una revolución, acelerada, amplificada; en dónde todo puede suceder. Como explica Alvin Toffler en su libro La tercera Ola: “Por difícil que pueda ser, debemos de resistir la tentación de dejarnos seducir por líneas rectas. La mayoría de la gente – incluidos muchos futuristas – concibe el mañana como una mera extensión del hoy, olvidando que las tendencias por poderosas que parezcan, no se limitan a continuar de una manera lineal. Llegan a puntos de culminación, en los cuales explotan en nuevos fenómenos. Invierten su dirección. Se detienen y arrancan.” El cambio demilenio ha sido más allá que un simple paso cronológico. Ha represado un quiebre de generación, de hábitos, de acercamiento al mundo y al interior de la persona, una visión distinta del hombre y de sus guerras, de las razones por las que hay que pelear y contra las que debemos de luchar, una razón por las que debemos de existir y de las formas en que vamos a trascender. Ha sido todo un cambio. “Hay tres grupos de personas: los que hacen que las cosas pasen; los que miran las cosas pasar y los que se preguntan qué diablos pasó.” Nicholas Murray Butler CAPITULO 1 LA IMPORTANCIA DE LOS NUEVOS MODELOS DE NEGOCIO Los X-Men o los hombres X, son un grupo de superhéroes del universo Marvel, creado por la insuperable imaginación de Stan Lee y Jack Kirby. La serie es simple en idea pero intensa en proyección. Parte del concepto que la evolución humana sigue activa y va generando una nueva especie con grandes poderes y capacidades: los mutantes. Para la serie, las mutaciones nunca se han detenido y siguen tan vigente como cuando pasamos de las ramas de un árbol a sentarnos frente a la pantalla de una computadora. Pero, ¿qué son los mutantes más allá de la ficción de Stan Lee? Un mutante es un ser viviente que ha sufrido un cambio interno y se aplica al gen que ha experimentado una mutación o una alteración. Por ejemplo, un mutágeno ha logrado que una bacteria sea más resistente a los antibióticos y por lo tanto pueda sobrevivir a este nuevo ambiente, desarrollándose, evolucionando y reproduciéndose. En el campo empresarial también existen mutaciones en los antiguos servicios y productos. Como explica Aaron Levie en su artículo El dilema del industrialismo: “Las startups como Uber y Lift movieron la forma de la transportación a demanda, sacudiendo los servicios de taxi, el sentido de propiedad de un automóvil, los sistemas de seguros y otros servicios adyacentes. Airbnb reconoció que nuestro universo digital podía conectar los excedentes de oferta en infraestructura generando una disrupción total en modo como nos hospedamos; 23andMe combinó las pruebas genéticas con el big data para poder conocer las raíces genéticas de un individuo y diversos rasgos relacionados con su salud, Nest combinó el poder de la nube, un software elegante y el contrato con el constructor para crear un negocio disruptivo para el hogar, convirtiéndose en el arquitecto del hogar inteligente.” Las posibilidades de mutación son infinitas y los nuevos modelos de negocios surgen de un componente básico pero aplicado de forma distinta adquieren características únicas. Los nuevos modelos de negocio surgen, se asientan y tiene la posibilidad de transmitir sus nuevos poderes genéticos a sus siguientes generaciones. La era de los dinosaurios. - Hace sesenta y cinco millones de años, se extinguió el último de los dinosaurios en el planeta. Con este último personaje de los reyes del cretácico finalizaba una era de supremacía absoluta, representada por la ventaja en tamaño y fuerza sobre las otras especies. ¿Qué causó la extinción que marcó el final del cretácico y el comienzo del paleógeno? Existen dos hipótesis principales que explican las causas de este final dramático. Una es la externa y la otra es la interna: a) externa: Tiene como base el impacto de un asteroide o meteorito; o b) interna: Es generada por un período de gran actividad volcánica cuyos gases impulsaron un cambio climático. Pero aún más importante que determinar las causas de esta desaparición es analizar el resultado de sus consecuencias, ya que generaron un cambio drástico en el entorno y ambiente. Cuando estos cambios suceden en un grado mayúsculo, los que no pueden adaptarse, mueren irremediablemente. Regla de mutación: “Nada es eterno y menos los son tus éxitos pasados.” El progreso es imposible sin el cambio, y aquellos que no puedan cambiar sus mentes no podrán cambiar nada. George Bernard Shaw En el cretácico inferior terminó el reinado de los dinosaurios y fue en este momento cuando surgieron los marsupiales. Estos últimos eran parte de una especie extraña que había mutado en su forma reproductiva quedando mejor protegida por esto para esos cambios externos. Esta mutación les otorgó una ventaja competitiva ante el nuevo ambiente. La estrategia reproductiva de los dinosaurios, junto con la imposibilidad de homeotermia, es decir la facultad de poder regular y mantener el calor generado por la actividad muscular; marcó el principio de su final. El hecho de que los dinosaurios pusieran huevos hizo que tuvieran una desventaja considerable en comparación con los mamíferos vivíparos. Fueron muchos los años del reinado de los dinosaurios, que contaban con la ventaja de tamaño y la fuerza. Esto los mantuvo libres de competencia biológica haciéndolos crecer en número y dominio geográfico. Sin embargo, ese mismo éxito fue lo que forzó a que su ritmo evolutivo se volviese más lento, no propiciando en ellos los cambios necesarios comparados con el de los grupos sometidos al stress del ambiente. Los marsupiales, por continua presión, evolucionaron rápidamente ante la necesidad, mientras que los dinosaurios prefirieron mantener intactas las causas de su éxito original. Regla de mutación: “Cuídate del pequeño; aunque parece tonto e indefenso, puede ser rápido y muy competitivo.” “A los elefantes les cuesta mucho adaptarse; las cucarachas sobreviven a todo.” Peter Drucker La velocidad es parte del éxito. - La carrera espacial fue una competencia muy cerrada entre Estados Unidos y la Unión Soviética y se trataba de alcanzar la supremacía extraterrestre donde el reto mayor era enviar al hombre a la luna. En 1955 ambos países comunicaron públicamente su objetivo de lanzar satélites artificiales al espacio. John F. Kennedy en un mensaje televisado dijo: “Elegimos ir a la luna en esta década no porque sea fácil, sino porque es difícil. Hemos decidido ir a la luna porque ese desafío servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y habilidades, porque ese desafío es un desafío que estamos dispuestos a aceptar, uno que no queremos posponer, y uno que intentaremos ganar, al igual que los otros. Hace muchos años, al gran explorador británico George Mallory, quien murió en el Monte Everest, se le preguntó por qué quería escalarlo. Y él contestó: “porque está ahí”. Bueno, el espacio está ahí, y lo vamos a escalar, y la luna y los planetas están ahí, y nuevas esperanzas de conocimiento y paz están ahí. Y, por lo tanto, a medida que zarpamos pedimos la bendición de Dios en la aventura más grande, peligrosa y arriesgada en la que el hombre jamás se haya embarcado.” John F. Kennedy sabía que la velocidad es parte del éxito y ser segundo no es una opción para los líderes innovadores. El éxito no se basa simplemente en tu habilidad para adaptarte y llegar a tus metas. Éxito significa además confiar en tu habilidad para cambiar más rápido que tus competidores y clientes. ¿Qué pasa si mejoramos, pero lo hacemos más lento que nuestros competidores? Si esto sucede, ¿avanzamos o retrocedemos relativamente? La velocidad es relativa y es parte del éxito. Innovar unos segundos después que el competidor ya es copiar. “Todas estas industrias están siendo revolucionadas”, observa Pete Cashmore, el fundador de 26 años de sitio social “Mashable”, el cual ha explotado de la noche a la mañana alcanzando más de 20 millones de usuarios por mes.” “Primero llegará a la tecnología, pero después alcanzará a cada una de las industrias. Vas a tener negocios que surjan y caigan más rápido que nunca.” ¿Por qué tenemos que crear el siguiente nivel? Simplemente porque estará ahí. Lo haremos nosotros o lo hará otro. La pregunta no es si debemos de hacerlo hoy; la pregunta es quien lo está haciendo ya ahora. “Si tienes suficiente información para hacer un plan de negocio de tu ideaes que ya es demasiado tarde”. Bill Gates Hoy requerimos de un nuevo modelo de negocio tanto mental, estructural y de procesos. Si tendríamos que escoger uno de los tres estados yo me quedaría con el mental ya que con una mentalidad innovadora podemos cambiar el mundo mientras que una visión retrograda podemos destruir las mejores estructuras organizacionales o empantanar los más eficientes procesos. Necesitamos una mente abierta independientemente del mercado, de los retos financieros y lo informes accionarios de este año. Todas las categorías van a ser impactadas tarde o temprano por el meteorito digital, y sólo estando en la vanguardia del cambio tendremos más probabilidades de vender, conquistar o llegar más alto en el mercado. Ser innovador es ser fiel a nuestros propios accionistas. Ser innovador es crear el siguiente grado de mercado donde aún no han llegado otros competidores y asegurar la continuidad de nuestra empresa. No importa donde estemos, todos los mercados estarán bajo la presión de esta misma necesidad. Estos cambios llegarán a todas las categorías; desde las más obvias como las tecnológicas, que observamos en la superficie de impacto; hasta las otras menos visibles como las legales, eléctricas, de comunicaciones, educacionales o de vigilancia. Aaron Levie en su artículo “El dilema del industrialismo” describe como categorías que antes estaban alejadas de los impactos tecnológicos, ahora se ven forzadas a cambiar sus formas de actuar y enfrentar en entorno: “El comercio, las ciencias sociales, el transporte, los servicios de salud, los hospedajes. ¿Qué es lo que tienen todas estas industrias en común? Hasta un par de años atrás, estas han estado aisladas de las normas de la disrupción tecnológica; y ahora, de una forma abrupta son el objetivo competitivo de algunas de las más agresivas, talentosas y financiadas compañías en el planeta.” Por su parte Robert Safian, en su artículo “Esta es la generación flux”, comenta en la misma línea: “En medio de un tambaleante mercado de bienes raíces, ingresan constantemente nuevos competidores como Trulia y Zillow que están engullendo a los clientes. También el negocio de los abogados está bajo el cerco de compañías tales como “LegalZoom” y Online DIY Document Service”; y vemos en el sector de hoteles a Airbnb, Wimdu y Roomorama y por el lado del mercado de taxis a Uber, Easy Taxi y Olacabs, entre cientos de otros. En definitiva el mundo tal cual lo conocíamos está siendo cercado por estos marsupiales digitales que engullen con inocencia pero sin piedad a sus predecesores cretácicos. Es el fin del mundo tal cual lo conocíamos. ¿Estamos preparados para esto?; y lo más importante: ¿Estamos aprovechando estas oportunidades? “La mente de los gerentes maduros se adapta más lento que las actualizaciones de sus celulares.” Actualmente, las organizaciones que vienen del siglo XX, están enfrentando al meteorito tecnológico; mientras que los marsupiales digitales del siglo XXI avanzan sin temor en las aguas virtuales. ¿Es algo tecnológico o es algo mental? Usualmente el avance tecnológico es más rápido que el retardo mental. La mente de los gerentes maduros se adapta más lento que las actualizaciones de sus celulares. La revolución digital ha terminado; ahora ha comenzado la revolución mental. Pensar que estamos entrando a una era digital, es como pensar al medio día que recién está amaneciendo. Los cambios externos no generan un cambio interno inmediato; pero los cambios externos destruyen al organismo si no se adapta a esa misma velocidad. Para que una empresa cambie desde dentro debe de cambiar su genética organizacional. La mente gobierna a la organización; y esta se compone de directores, accionistas y gerentes. Mente gobierna al cuerpo. Para que cambie la genética organizacional debe de incorporar el gen mutante de la innovación: el mutágenus. Dev Patnaik, Founder and CEO, Jump Associates, comenta: “Las empresa de negocios se están concentrando en lidiar con la incertidumbre. En un mundo interconectado con turbulencia creciente, la ambigüedad está creciendo a niveles sin precedentes. Esto es algo que nuestro actual sistema no puede gestionar. Hay una diferencia entre los distintos tipos de problemas que las compañías, instituciones y gobiernos son capaces de solucionar y los cuales ellos tienen la necesidad de resolver. La mayoría de las grandes organizaciones son buenas para resolver complicados pero definidos problemas; pero ellas son absolutamente un desastre resolviendo problemas ambiguos – cuando no sabes lo que no sabes. Al enfrentar la ambigüedad, sus engranajes se detienen.” El entorno cambia violentamente impactado como un gran meteorito tecnológico de la era cretácica. Una gran nube digital empieza a cubrir el planeta y algunas versiones más antiguas de los dinosaurios comienzas a sufrir las consecuencias mortales. ¿Qué va a pasar con las productoras de vehículos a combustión en un mundo eléctrico y ecológico? ¿Qué pasará con las empresas de consumo masivo en un mundo más individual? ¿Qué va a pasar con las empresas de telefonía en un contexto virtual? ¿Qué va a pasar con los bancos en un mundo sin intermediarios? Vamos a ver en los siguientes meses como el mundo de los grandes intermediarios masivos ha terminado al igual que el mundo de los grandes dinosaurios ya finalizó. Alipay está buscando nuevas formas de pago centrado en tecnologías de características biométricas, como huellas dactilares o faciales, para identificar a los usuarios. “La identificación biométrica será muy importante en el futuro“, dijo Cao Kai, director senior de la filial de Alibaba que posee Alipay. Además está viendo cómo se salta a los bancos en las transacciones para evitar a estos intermediarios financieros. ¿Si todos hacen esto, que va a pasar con los bancos? La Giga-Fábrica de baterías de Tesla es una de las fábricas más grandes del mundo y sin duda la más moderna. Su objetivo es la producción de baterías de lithium-ion que queda en Nevada, Estados Unidos. Tesla está construyendo la mayor fábrica de baterías del mundo o como la llamaron la “Giga-fábrica” y estas instalaciones tendrán más de 6500 empleados cuando lleguen a su máxima operación. La construcción de estas instalaciones con una inversión cerca a los 5 billones de dólares fue parte de un acuerdo que llegó con Panasonic en donde esta última empresa es la encargada de la producción en base a los diseños y patentes de Tesla Motors. Con estas baterías las casas pueden acumular la energía solar y autoabastecerse indefinidamente. Si esto es así, ¿qué pasará como las antiguas centrales y empresas de distribución de electricidad? Si ya no se necesitará kilómetros de tendido de cables, que pasará con los actuales monopolios eléctricos o los productores de cables. ¿Es posible que, como lo grandes dinosaurios, estas empresa creadas a inicios del siglo pasado, tengan los días contados? ¿Preferirán resistirse y morir; o adaptarse y sobrevivir? Mutar significaría abrazar la nueva tecnología y acelerar el proceso de incorporación en el mercado. ¿Se resistirán estas empresas a hacerlo como Kodak se negó a motivar el uso de las cámaras digitales? Cambiar es más una restricción mental que tecnológica. “La impotencia reside en tu mente y no en tu capacidad para hacerlo.” Permanecer en el mismo lugar es retroceder.- Todo cambia permanentemente y lo único inmutable es el mismo cambio. Esto es parte de un movimiento eterno, que quizás viene de una gran explosión que llamamos el “big bang”, que comenzó hace millones de años y que nosotros sólo tenemos la posibilidad de verla parcialmente. Todo cambia y por lo tanto es natural sentir la necesidad de también hacerlo. Permanecer en el mismo lugar es retroceder. No innovar es correr el riesgo de desaparecer. ¿Pero cómo lo hacemos? Si somos una empresa que viene desde el sigloveinte, llena de laureles de éxito, ¿tenemos una posibilidad de sobrevivir? La respuesta es: “¡Por supuesto que sí! Sólo debemos de incorporar el gen mutante de la innovación”. Como dice Elon Musk, fundador de Tesla Motors: “El primer paso es establecer que algo es posible; entonces la probabilidad ocurrirá.” Todo es posible, si crees que es posible. Todo lo puedes hacer, si crees que puedes hacerlo. La impotencia reside en tu mente y no en tu capacidad para hacerlo. Nuestra capacidad de usar la tecnología hoy para proyectar nuestra situación futura está en la restricción de nuestra mente; y no en la restricción de tecnología misma. El cambio no es un futuro inminente, el cambio ya es parte de nuestra propia estabilidad. Como dijo Isaac Asimov: “Es el cambio, el continuo cambio, el inevitable cambio; que es el factor dominante en la sociedad hoy. Ninguna decisión podrá ser tomada más sin tomar en cuenta no sólo el mundo como es ahora sino como el mundo será en el futuro.” CAPÍTULO 2 EL GEN MUTANTE DE LA INNOVACIÓN La evolución de las especies está basada en dos factores: la mutación y la selección. Mientras más avanzamos, más se ilumina el camino de nuestro conocimiento. Sin embargo, aunque parezca contradictorio, mientras más conocimiento tenemos, más nos invade la certeza de saber menos. El avance en conocimiento es como el efecto de nuestras pupilas adaptadas a la profunda oscuridad pero cegadas ante la luz inesperada del medio día. Como decía Nikola Tesla: “Es paradójico, y hasta verdadero decir, que mientras más sabemos, más ignorantes nos volvemos en sentido absoluto, ya que es sólo a través del conocimiento que somos conscientes de nuestras limitaciones. Precisamente uno de los más gratificantes resultados de esta evolución intelectual es la continua apertura de nuevos y más grandes prospectos.” Los saltos evolutivos son entregados por la adaptación y la renovación, mientras que los saltos disruptivos son entregados por la mutación y la innovación. Explosión de startups.- El gen mutante de la innovación es aquel que nos coloca en una nueva escala evolutiva. Si el entorno cambia, las empresas también requieren mutar para sobrevivir. Este cambio no es simple ni indoloro pero sin esta mutación en la cadena de procesos, mente y estructura las empresas creadas en el siglo XX estarán condenadas a desaparecer. Aún las grandes organizaciones tienen una oportunidad ya que cuentan con tamaño organizacional y fuerza financiera, dos características que carecen los nuevos marsupiales digitales. Esta fuerza financiera, sumada al temor de perder competitividad por falta de innovación las lleva a compran cualquier startup que se presenta pagando hasta millones de dólares por cada una. Esto hace recordar la rueda gigante de inversión que se creó en la década de los noventa con las puntocom y la dopada necesidad de invertir en ellas. En esa última década del siglo XX, por una mezcla de terror y avaricia, el mercado invirtió en exceso creando una burbuja artificial generando luego la crisis y caída del Nasdaq. Esta bolsa pasó de cotizar sobre los 5000 puntos a menos de 1400, sólo dos años después. Sin embargo, a pesar del sobredimensionamiento del valor real, de esta primera ola de inversiones surgieron reforzadas las primeras empresas con características alfa-XXI como lo fueron: Yahoo, Altavista, Etrade, Amazon, EBay, entre otras. Algo similar vuelve a ocurrir veinte años después donde la compra de startups es gatillada nuevamente por una mezcla de terror, oportunismo y necesidad de innovación. Muchas grandes del sector de tecnología, retail o finanzas compran empresas menores como píldoras paliativas para ser más creativos. IBM adquiere AlchemyAP (startup de aprendizaje profundo), Microsoft compra Revolution Analytics (startup de análisis predictivo), Facebook compró a WhatsApp, PayPal compra Paydiant (startup de pagos móviles), Avis compró a Zipcar, Dropbox adquiere CloudOn (empresa de contenido en la nube), BBVA compra Coinbase (plataforma de bitcoins), entre otras muchas adquisiciones. La explosión irrestricta en la compra de startups es tan grande que hasta se creó Cadia Startup Exchange que es otra Startup que funciona como una bolsa de valores en línea, en la que se puede comprar y vender participación en emprendimientos. Por esta nueva ola de fiebre de oro digital, parece ser que en el inconsciente colectivo de los emprendedores actuales hay un letrero en algún lugar que dice: “Forma una startup y algún tonto que te pagará 500,000 dólares por ella”. Por otro lado, están los Crowdfunding que son redes colectivas de cooperación para conseguir recursos al formar una empresa. Esta red está basada principalmente en la facilidad que otorga internet para financiar esfuerzos e iniciativas de otras personas u organizaciones. Es muy simple y fácil ya que el emprendedor envía su proyecto a la red indicando la razón, descripción, cantidad necesaria de dinero, recompensas, etc. Luego que se inicia esté negocio, crece un poco y es puesto en la mira de las grandes corporaciones para ser comprados. ¿Por qué compran las organizaciones estas startups? Primero, porque existe la posibilidad que tengan tecnología innovadora que ayude a la empresa más grande, segundo porque si no las compran otros competidores lo harán, y tercero porque si no las compran estos pequeños marsupiales pueden crecer resultando en competidores directos de la misma organización. Entonces estas compras aceleradas, con poca evaluación, resultan aceleradas por tres posibles factores: oportunidad, temor y anulación competitiva. “Un innovador es aquel que hace volar sus ideas mientras mantiene sus pies en la tierra.” ¿Es una oportunidad para crear nuevas empresas? ¡Por supuesto que lo es! Sin embargo, no todos los que corrieron por el oro en California o Alaska se volvieron millonarios. Ni todas las startups reciben financiamiento, ni todas son millonariamente compradas. Un innovador es aquel que hace volar sus ideas mientras mantiene sus pies en la tierra. No porque exista Disneylandia, todas las cenicientas se casan con príncipes. Quien analice las razones del éxito de estas nuevas empresas verá que no lo fueron por tener el título de startup colgado en la puerta de su garaje, sino por tener el gen mutante de la innovación dentro de ellas. El gen transmisor de la innovación. - El gen es la unidad de almacenamiento de información de los seres vivos. Un gen es la cadena de ácido desoxirribonucleico (ADN) que es la unidad funcional encargada del traspaso de los rasgos hereditarios. En el caso de las organizaciones, que son funcionalmente seres vivos, la unidad de almacenamiento de información es el individuo. El individuo es quien se encargará de almacenar la información para un rol específico y traspasárselo a los nuevos integrantes. Mientras más alto está en la cadena jerárquica más dominante es este gen. El proceso de inducción es el primer asegurador de la herencia genética de la organización: “Así se hacen las cosas aquí. Si lo haces de esta forma serás castigado o premiado”. Entonces para bien o para mal hay un sistema cultural que se encarga de preservar los hábitos y costumbres dentro de una empresa. De esta manera, una empresa, a pesar de saber que el entorno cambia, tiene un proceso asegurado para seguir haciendo lo mismo eternamente hasta su desaparición. El “lado oscuro” organizacional jalará a los nuevos llegados hacia la fuerza de la resistencia, por más iluminados que estos hayan llegado. El lado oscuro de la fuerza, en la película “Star Wars” de George Lucas, es el que representa los aspectos corruptos y adictivos de la fuerza que son combatidos por los Jedis. Los Jedis tenían varios poderes otorgados por la fuerza, que en el caso de las empresas innovadoras simbolizarían la audacia y la visión para emprender proyectos másallá de los parámetros retrógrados de la inducción convencional y tradicional. El agente mutágeno es aquel que se revela contra la inercia del éxito precedente y busca nuevas formas de crear valor para el sostenimiento futuro. “Los mayores peligros en tiempo de turbulencia no es la misma turbulencia – es el actuar con una lógica de ayer.” Peter Drucker Incorporando el gen innovador. - Una organización que busca mutar para alinearse con el entorno actual necesita un plan innovador integrado. Este plan integra a la estructura, los procesos y las personas en una mutación de pensamiento, palabra y acción. Para incorporar el gen innovador no es suficiente un par de sesiones terapéuticas en un taller de creatividad en el grupo de operarios o de marketing. Incorporar el gen innovador consiste en que toda la empresa piense igual. El CEO, los directores y el dueño deben de creer que innovar es su misión en la tierra. Innovar y crecer como única razón para trascender. Crear algo nuevo requiere algo más que simple deseo; requiere de acción y convicción. Innovar empresarialmente requiere de toda la población organizacional moviéndose en su totalidad. El conjunto de genes se denomina genoma y en la organización se llama cultura organizacional. Como decía Kurt Lewin: “El comportamiento individual depende de la interacción entre las características personales y el ambiente que lo rodea”. Incorporar un Mutágenus en un ambiente propicio generará una reacción en cadena positiva; en un ambiente negativo habrá sido como sembrar una rosa en pleno desierto. ¿Cómo lograr que mi cultura organizacional pase de marcha lenta a una más rápida? ¿Cómo convierto a los retrógrados en visionarios? ¿Tengo que cambiar de forma de pensar o tengo que cambiar a los que se resisten a pensar diferente? Para incorporar el gen de la innovación en nuestras organizaciones se requiere decisión, persistencia y obstinación. Las personas no se resisten a aceptar nuevas ideas sino a dejar sus antiguas formas de pensar, junto con los comportamientos, acciones y reacciones referentes a ellas. Incorporar el gen de la innovación en las empresas exitosas se trata de aprender, desaprender y reaprender. ¿Cómo seguimos siendo los mismos pero pensando diferente? Alvin Toffler, escritor y visionario de las escuelas del siglo XXI decía: “Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender.” “En tiempos de cambio, el divergente es el rey.” ¿Qué significa mutar? La biología, más específicamente la genética, se apropia del término “mutar” para referirse a la alteración producida en la secuencia, estructura o número de los genes o de los cromosomas de un organismo. La mutación es un proceso que puede manifestarse de manera súbita y espontánea en los organismos vivos. La palabra mutar viene del latín “mutatio” y del verbo “mutare” que significan mover algo o cambiar de forma, modo o lugar. La mutación expresa la acción de un cambio. Mutar, como tal, significa mudar, ya sea de estado, figura, opinión, aspecto o idea. Una empresa tiende a ser mutable o inmutable, y esto está directamente relacionado con las personas que la conforman. No hay nada más que personas dentro del cascaron estructural de la razón social organizacional. La mutación no se trata de máquinas, escritorios, marcas o edificios; se trata de personas. En innovación no hay más diferencia entre Google y tu empresa que las personas que las componen. Si quieres innovar tienes que inyectar mutágenos a lo largo de toda la cadena cromosómica, desde el nivel operario hasta el directoral. Si nos dicen que somos agentes mutágenos, tomémoslo como un cumplido. En tiempos de cambio el divergente es el rey. “Hay un tiempo exacto para cambiar, puede que tengas éxito si lo anticipas pero será imposible si lo postergas.” La mutación es fundamental para la supervivencia. La mutación propicia variaciones genéticas que son claves en la adaptación, supervivencia y evolución de una especie. Si observamos los casos en evolución de las especies; los que mutaron ganaron, y los que no lo hicieron ahora son parte de algún museo de historia natural. Si el entorno cambia, quienes no cambian no sobreviven. Las empresas, como organismos vivos, deben de mutar constantemente para crecer. Sus éxitos pasados, ya no le aseguran éxitos futuros. Hay un tiempo para cambiar exacto, puede que tengas éxito si lo anticipas pero será imposible si lo postergas. Como afirmaba Jack Welch quien fue elegido el ejecutivo del siglo XX: “Cambia antes que tengas que hacerlo.” Cada vez más, el “hoy” ya es demasiado tarde. La reacción es una respuesta agradecida pero tardía de la acción. Quien reacciona a tiempo tiene una oportunidad, quien acciona a tiempo tiene dos. La mutación se da por acción voluntaria o por error. Algunas veces encontramos el camino perdiéndonos. El ADN organizacional puede sufrir daños o variaciones por diversas causas: errores en la copia, alteración de bases por agentes mutágenos, cortes, pérdidas, compras, fusiones, inventos, unidades de negocios aisladas, etc. Estas variaciones se conocen como mutaciones. Existen mutaciones espontáneas, producidas por ejemplo en “start-ups”, que crean negocios aparentemente disfuncionales o disruptivos, por errores en la concepción o el reparto cromosómico en la reproducción financiera, y que son creadas por ilusos o soñadores emprendedores que generan la transposición de segmentos de ADN organizacional. A estas “espontaneas” se suman las mutaciones inducidas por factores externos de naturaleza de mercado, fusión, quiebre tecnológico, cultural o de entorno. Como decía Gene Roddenberry: “Nada está terminado; todo aún no ha sido inventado; la aventura humana está recién comenzando.” Por la parte de los alteradores, existen también otros mecanismos de variación del material genético organizacional empujado por las nuevas generaciones entrantes, como la “Y” o la “Z”, denominadas transposones, con características distintas en ADN a sus predecesores “X” o “boomers”. La generación Z es especialmente crucial como gatillador del cambio. Esta generación son los nacidos después del año 2000, en este milenio, y tienen desde ya un quiebre psicológico sólo por haber llegado de este lado de la frontera cronológica. Tienen muchas características distintas a sus predecesores los milenials: a) ya no son textuales sino de imágenes y video, b) son creadores de contenido, c) son autodidactas, d) son mejores ciudadanos, e) son multi trabajos, amigos y parejas, f) restan importancia a las fronteras, política o idiomas, g) prefieren la experiencia a la propiedad, entre otras diferencias. Estas características no son superficiales y marcarán la diferencia en todos los aspectos políticos, sociales, económicos y comerciales. Conocerlos es comprender las razones de muchas empresas exitosas hoy y visualizar las oportunidades de negocios futuros. La mutación no es cosmética.- Mutar no significa cambiar una parcialmente algo sino tornarse en un ser diferente. En este contexto la necesidad de cambio debe de ser realizada desde dentro hacia afuera. El principio de integridad es importante cuando una empresa toma la decisión de cambiar. Mutar no sólo es pintar, decorar algo por fuera o poner un letrero que diga “empresa innovadora”. Mutar es cambiar el todo y convertirse en otro ser distinto desde su esencia. La esencia es el conjunto de características invariables y permanentes que determinan a un ser y sin las cuales no sería lo que es. Aristóteles es a quien se le atribuye este concepto, sin embargo la palabra “essentia”, de la que deriva “esencia”, fue acuñada por alguno de los traductores romanos que pasaron al latín los textos del filósofo griego. Como dice la frase anónima: “Lo único inmutable es lo estático de la esenciay lo dinámico en la existencia.” Buscar ese “algo dinámico” de la existencia se convierte en la clave para nuestra continuidad como empresa. ¿Cómo mutar una organización del siglo XX en una empresa del siglo XXI? ¿Cómo cambiar y luego seguir creciendo? ¿Cómo seguir en la vanguardia de nuestro negocio sino todo está cambiando? Hay algunas reglas claves que debemos de seguir para lograrlo. “En tiempos de cambios violentos, la experiencia puede ser el mayor enemigo.” J. Paul Getty Renovación es innovación paliativa.- Un extractor con manija ergonómica, un helado con vitaminas o un envase con diseño minimalista; están clasificados en “renovaciones de producto”. Son las pastillas que bajan la fiebre pero que no curan la enfermedad. Estos cambios tranquilizan al comité de proyectos y les permite pensar que la competitividad está en un buen nivel. Posiblemente alguien diga al final de la reunión: “Estamos innovando más rápido que nuestros competidores lo que nos asegura que estaremos en la vanguardia de la categoría.” Hay una gran brecha conceptual cuando hablamos de renovación, innovación paliativa, y la real innovación disruptiva. La primera es como echarle combustible al vehículo cuando lo que requiere es aceite. Esto permitirá seguir un trecho más en la vía pero irremediablemente el automóvil se va a detener con el motor descompuesto. La pregunta que debemos de hacernos como empresa exitosa es: ¿Estamos innovando o sólo renovando nuestro portafolio? ¿Estamos cambiando nuestro modelo de negocio, o sólo decorándolo con luces navideñas? ¿Seguimos con nuestra antigua forma de ver el mundo o ya comprendimos el nuevo modelo? Las empresas aparecen, crecen y desaparecen.- Christopher Latham Sholes creo en 1867 la máquina de escribir que es considerada el ancestro de todas las que vinieron posteriormente; inclusive la tatarabuela de nuestras tablets. La empresa Remington & Sons empezó su producción unos años después y se hicieron famosas rápidamente en todo el mundo. La organización creció convirtiéndose en una poderosa empresa, las máquinas mejoraron y pronto presentaron una renovación escribiendo en minúscula y mayúscula. Todo era tan hermoso y luminoso como lo eran los primeros días de los celulares BlackBerry, Motorola y Nokia. La poderosa propuesta de venta de Remington & Sons era: “una forma revolucionaria de hacer negocios.” Pero pasaron pocos años y todo se extinguió pasando del esplendor al ocaso. ¿Qué pasó con la famosa empresa Remington & Sons? ¿Qué le pasó a nuestras conocidas máquinas BlackBerry y Nokia de inicios de este siglo? Pues llegaron los cambios y su genética no cambió. No cambiaron y desaparecieron. Cómo en toda selección natural, la caída de un gran roble, da paso al surgimiento de nuevas plantas alrededor. “Pequeños brotes surgirán de aquel gran árbol caído, de igual manera que ese mismo árbol surgió de otro que cayó.” Renovación no es suficiente.- La definición de renovación dice: “Acción y resultado de adquirir una persona o una cosa un aspecto que la haga parecer nueva, o de hacer que una cosa la adquiera.” Se refiere a restaurar o modernizar algo de modo que “parezca” nuevo. Parecer no es ser. La renovación se mueve en el nivel de la apariencia mientras que la innovación lo hace en el nivel de mutación de la esencia. Renovación es más un paliativo para bajar la fiebre que para curar al paciente. Sin embargo, ver “nuevos” lanzamiento en el mercado calma la ansiedad de los directores. “Estamos innovando”, parecen decir, “tenemos un shampoo con una nueva tapa a presión que no tiene la competencia”; y todos quedan tranquilos porque han lanzado algo “nuevo” al mercado. La renovación no tiene que ver con innovación por más que las palabras sean parecidas. Existen miles de lanzamientos por renovación que no duran ni tres años en el mercado y son discontinuados perdiendo millonarias sumas. Eso se llama reaccionar por pánico en lugar de accionar por convicción. Es bueno renovar siempre que no confundamos su significado con el de innovar. La renovación nos permite estar en el presente mientras que la innovación nos da una posibilidad de seguir en el futuro. Como decía Henry Ford sarcásticamente sobre las renovaciones versus las innovaciones: “No veo ninguna ventaja en estos nuevos relojes. Ellos no van más rápido que aquellos inventados cien años atrás.” Salvo que seamos una nueva empresa, mientras que el cambio se va incorporando en nuestro ADN tenemos que seguir haciendo negocios. ¿Cómo podemos evaluar el riesgo y tomar decisiones correctas cuando los fundamentos de nuestros negocios cambian de la noche a la mañana? ¿Cuáles son las competencias necesarias en este mundo que se mueve incesantemente? ¿Cómo accionamos anticipadamente para no tener que adaptarnos tardíamente? Como dijo George Bernard Shaw: “El hombre razonable se adapta al mundo, el irrazonable persiste en intentar adaptar el mundo a sí mismo. Por lo tanto, todo el progreso depende del hombre irrazonable.” Los dinosaurios persistieron a mantenerse inmutables en un mundo cambiante y por eso se extinguieron. “Muchas empresas están compuestas por gerentes que tuvieron tantos éxitos pasados que sólo ven riesgos en las muchas oportunidades futuras.” La extinción de un modelo de negocio.- El primer dinosaurio del siglo XX en morir prematuramente fue Kodak. Esta empresa formada por el inventor George Eastman en 1881 en Rochester, Nueva York fue una representante insignia del siglo pasado. Desde 1928 en que sacó su película Kodacolor para el mercado amateur, que trabajaba en tres colores, el crecimiento organizacional y comercial fue exponencial. Kodak definió su negocio como el de la venta y revelado de rollos de fotografía y se aferró a este iceberg hasta que desapareció. ¿Por qué esta empresa no vio más allá de su negocio a pesar de estar ya expresamente amenazado? ¿Por qué prefirió permanecer miopemente sin mutar? La respuesta está en las cabezas y los bonos atados al iceberg. Muchas empresas están compuestas por gerentes que tuvieron tantos éxitos pasados que sólo ven riesgos en las muchas oportunidades futuras. Como decía John F. Kennedy: “El cambio es la ley de la vida, y los que sólo miran el pasado y el presente con seguridad se perderán el futuro.” Las empresas recién fundadas colocan patrones de éxito disruptivos de forma natural y no se dan cuenta que tienen un gen mutante en su interior. Ya nacieron de esa forma, son Mutágenus por naturaleza, y por lo tanto no les parece raro el comportarse de forma diferente. Twitter, Facebook, Instagram, Airbnb o cientos de pequeñas startups exitosas simplemente nacieron diferentes. Son los Xmen mutantes de una generación de nuevos organismos mucho mejor dotados para navegar por la nueva realidad digital. Son esos nuevos marsupiales que están repoblando el sistema creciendo alrededor de los árboles caídos de los dinosaurios industriales. De Blockbuster a Netflix.- Blockbuster es otra historia de éxito y fracaso. La primera tienda se abrió el 19 de octubre de 1985 en la ciudad de Dallas, Estados Unidos. Desde que encontró la base de negocio creció abriendo tiendas en todo el mundo. En 1993 la empresa inauguró el local número tres mil en Nueva York. En 2002 Blockbuster adquirió Movie Trading Company y en 2004 Blockbuster introdujo el concepto de suscripción vía internet conocido como Blockbuster Online. Sin embargo, el 23 de septiembre de 2010, Blockbuster se acogió al capítulo 11 de protección de quiebra debido a la presión de sus proveedores y a que su acumulada deuda ya era impagable. ¿Por qué quebró este reptil de los 80? ¿Cuál fue la diferencia con el marsupial digital de Netflix? Aquí el otro lado de la misma moneda. En 1997, Reed Hastings, alquiló la película Apolo 13 y al demorarse dos días en devolverla tuvo que pagar una multa muy alta a Blockbuster. Aquí surgió la idea. Esteempresario de Silicon Valley pensó en poner su propia empresa de videos donde no se cobrase por los retrasos, se tenga un sistema de recomendaciones para proponer a los clientes películas basándose en sus compras anteriores y una mayor interacción digital que se convertiría luego en la base del desarrollo futuro. Además innovó combinando el comercio virtual con el correo postal. Esto le abrió las puertas donde visualizó el siguiente modelo de negocio: el streaming de películas por internet. Ya en el año 2003 había registrado su primera ganancia con 6,5 millones de dólares y 272 millones de dólares de facturación. Actualmente es todo un negocio de éxito y el mito urbano relata que la ya quebrada Blockbuster tuvo la oportunidad de comprar Netflix en el año 2000 por 50 millones de dólares. ¿Por qué no lo hizo? ¿Una nueva miopía de marketing al igual que Kodak cuando desechó el negocio de las cámaras digitales? Posiblemente sí. “No está mal la experiencia, siempre y cuando no corte la iniciativa de la inexperiencia.” Los antimutágenos.- Muchos casos de muertes aceleradas, similares a la de Kodak o Blockbuster, se generan por tener enquistados en las planas mayores a gerentes resistentes al cambio o antimutágenos. Estas personas odian la mutación pero no lo dicen, y se comportan como glóbulos blancos atacando y destruyendo cualquier idea extraña que emerja. Ellos muchas veces expresan en los comités: “Usted no sabe bien lo que está proponiendo; eso ya fue intentado hace cinco años atrás y no funcionó.” Estos individuos son los antimutágenos o antígenos ("anti" del griego “opuesto” y "geno", de la raíz griega producir; que genera o crea oposición) y pensando en hacer un bien a la empresa la protegen de cambios, que en su opinión son dañinos. Estas personas se basan en sus experiencias pasadas para expresar opiniones y directrices futuras. Nada más errado que en esto en tiempos de cambio. No está mal la experiencia, siempre y cuando no corte la iniciativa de la inexperiencia. La experiencia es buena como la carretera asfaltada que nos lleva a salvo de una ciudad a otra. Sin embargo, son los que no conocen los caminos antiguos los que se salen de las rutas, abren trocha y crean nuevos senderos; y para innovar necesitamos a aquellos exploradores que ingresan en las nuevas junglas vírgenes de la creación. “En un mundo de cambios, los que están aprendiendo heredarán el mundo; mientras que los que creen que ya aprendieron se encontrarán perfectamente capacitados para un mundo que ya no existe más.” Eric Hoffer Los antimutágenos se encuentran en diferentes formas y lugares. Están aquellos que se resisten a todo cambio y expresan sus razones abiertamente. Por otro lado están los antimutágenos pasivos - que son los más dañinos-, que por no parecer arcaicos u opositores a los nuevos vientos, hablan de innovación pero actúan en resistencia. Son silenciosos en las reuniones formales pero activos opositores en los pasillos estrechos de la comunicación informal, creando las metástasis de inercias operativas. Cuando presionan, la resistencia jurásica prefiere despedir a algunas personas periféricas para probar que están haciendo cambios y colocan letreros con lemas etéreos de los nuevos cambios. ¿Por qué los antígenos hacen este daño? Simplemente porque no entienden que el cambio debe de ser hecho y todo lo nuevo les parece disperso, desordenado y caótico. Como explica Robert Safian: “La siguiente década o dos serán definidas más por la fluidez que por cualquier otro paradigma establecido; si es que hay algún patrón a seguir es que no hay ningún patrón. El insight más valorado que puedo darles es que nosotros estamos, en un sentido crítico, en los tiempos del caos.” Lo que no se entiende se rechaza; por eso los resistentes se niegan a cambiar. Si en una empresa hay muchos antimutágenos en posiciones importantes, la mutación se detiene, los cambios no son suficientes y por consiguiente la organización muere. Sólo han sobrevivido 57 empresas en la lista de Fortune 500 desde su instauración en 1955. En las empresas exitosas existen más antígenos que mutágenus por las razones del mismo éxito. Es paradójico pero explicable que esta parálisis las condene a su propia extinción. “Si los humanos pueden vivir cien años, por qué las compañías mueren tan jóvenes.” Sukant Ratnakar, Open the Windows CAPÍTULO 3 EL MODELO DE NEGOCIO DE LAS EMPRESAS ALFA-XXI Un modelo de negocio es el ADN que describe el modo en que una organización genera valor y se establecen las pautas con las cuales se atraerán los clientes. Existen diferentes modelos de negocios que han surgido a lo largo de la historia empresarial y que van desde las suscripciones, el piramidal, de multinivel, cebo y anzuelo, fidelización, venta masiva hasta el de subasta, entre otros. Todos para ser exitosos han cumplido una diferenciación comercial acorde con los tiempos en que existieron. Georgy Llorens en su libro "Una perspectiva al concepto de modelo de negocios" explica: “Definir e implantar un modelo de negocios consiste en un proceso dinámico y evolutivo, donde en base a un objetivo destacado por la empresa se define la estrategia, y la estrategia da origen al modelo de negocio, que ayudará a alcanzar el objetivo.” La evolución de los modelos de negocio. - El modelo más antiguo que podemos encontrar es el de trueque y que hasta la fecha subsiste en algunas poblaciones alto andinas. Este no es más que la acción de dar un producto y recibir otro sin la intervención del dinero. Luego con la aparición de los medios de cambio, como el oro o las monedas, surgieron nuevos modelos comerciales donde una persona se encargaba de comprar y vender a cambio de una ganancia. Este modelo en sus inicios puede haber estado situado en un mercado o en una posada que daba servicio a cambio de dinero. Luego siguieron otros de diferente tipo como el de cebo y anzuelo como es el caso de las impresoras donde venden la maquina a un precio bajo y los cartuchos muy alto. En los años cincuenta apareció el modelo de los Fast Food liderado McDonald's y Burger King; en los años sesenta el de los hipermercados liderado por Wal-Mart y en los setenta en de los especialistas masivos como Toys "Я" Us, entre otros. Los modelos son una respuesta al entorno y están basados en dos factores que aceleran la mutación: la tecnología y los hábitos de las personas. Los modelos que no se adaptan a los cambios se debilitan y desaparecen, los que lo hacen adecuadamente surgen y se potencian. Desde finales del siglo XX ha habido un cambio tecnológico y de hábitos tan drástico que las nuevas empresas surgidas de este lado del milenio son totalmente distintas a sus antepasados. Estas empresas, con un genoma distinto en su modelo de negocio, son las alfa- XXI. El nuevo modelo de negocio. - Las empresas alfa-XXI son aquellas que por su modelo de negocio difieren de sus pares del siglo XX. Estas son focalizadas en el individuo, son simples, digitales, tienen función de conectores, trabajan en grupos, son parte de ecosistemas, son flexibles, multidireccionales y tienen exoestructuras. Estas organizaciones nacen en el siglo XXI, aunque hay algunas que surgieron ya desde la fiebre por las empresas punto-com de los años noventa, y representan al modelo de negocio que está reinando actualmente. Mitchell Levy, en su artículo sobre “Modelos de negocio para el siglo XXI”, explicó que las empresas surgidas en este siglo son diferentes de sus pares industriales antecesores debido principalmente en tres áreas: a) Trabajo en red y digital; b) Holísticos y organizaciones extendidas; c) Creadas para la generación de valor.” Además de estas características, su visión de creación de valor y gestión de precio asociado a la experiencia difiere sustancialmente al de sus predecesoras. Un nuevo modelo de negocio se trata siemprede una adaptación generada por una mutación de respuesta dinámica para subsistir y que irá cambiando en base a las condiciones del mercado y de su entorno. Xavier Ferrás Hernandezen en su artículo “Leyes fundamentales de la revolución digital” en la revista Innovación 6.0 señala las seis reglas que guiarán el futuro de las organizaciones: “La digitalización invade progresivamente todos los ámbitos de la empresa, la sociedad y la propia cultura, siguiendo unas reglas que nos permiten vislumbrar de forma difusa el futuro: 1) Todo lo que pueda ser digital, será digital. 2) Todo lo que pueda ser móvil, será móvil. 3) Todo lo que pueda tener conectividad, estará conectado 4) Todo lo que pueda integrarse, será integrado 5) Todo lo que pueda miniaturizarse, será miniaturizado 6) Todo lo que pueda simplificarse, será simplificado.” Características de las alfa-XXI.- Es posible que esta lista y descripción no sea la final; y esto debido que el modelo aún está en evolución. Por su misma condición dinámica sigue mutando para reinar. Algunas de sus características son: a) De masivas a individualizadas. - El siglo XXI deja atrás a la masificación de individuo y corre a abrazar la individualización de la masa. La tecnología nos permite identificar al individuo, llamarlo por su nombre, saber quién es y que le agrada. Nos gusta ver nuestro nombre en Linkedin, en Facebook, en los vasos de Starbucks y hasta en las latas de Coca-Cola. Ya Stan Davis en su best-seller Future Perfect del año 1987 trató el tema de la individualización de la masa (mass customization), sin embargo debieron de pasar más de veinte años más para que se trasforme de una buena idea a una realidad vigente. La base del postulado es que la tecnología actual permite que cada uno de las personas pueda ser tratada de forma individual pero manteniendo los costos de una producción en masa. Esto es debido a la posibilidad de detectar gustos específicos por big data, geomicrolocalización por la huella digital del smartphone, retroalimentación por comunicación bidireccional inmediata y patrones de comportamiento en las redes sociales. Es una mezcla óptima entre la producción en masa – por bajos costos - y el marketing uno a uno, por creación de experiencia y valor directo. b) De Complejos a simples.- La simplicidad es la reina de eficiencia y es una regla en los modelos de negocio del siglo XXI. Albert Einstein lo dijo años atrás: "Cualquier tonto inteligente puede hacer cosas más grandes y más complejas; se necesita un toque de genialidad - y mucho coraje - para moverse en la dirección opuesta." Las épocas de los crucigramas para genios y de los intrincados cubos rubik han terminado. Actualmente deseamos cosas simples, directas con pasos cortos o pocos clicks entre el inicio y la solución final. Steve Jobs tenía algo contra los botones y por eso cuando diseñó el iPhone, la tablet o el iPod, los simplificó disruptivamente. Según relata Agraham Farag, ingeniero industrial de Apple, le presentaron un mouse que no tenía diferenciado los botones porque no pudieron colocarlos a tiempo. A Jobs le encantó, sin saber que faltaba agregar esos detalles; lo aprobó de inmediato porque estaba alineado con su concepto de simplicidad en las cosas. Actualmente las empresas más exitosas se basan en “menos clicks y más valor al usuario.” Un modelo de negocio del siglo XXI es simple en estructura, procesos y cantidad de personas que lo componen. De propietarios a conectores.- No necesito ser dueño de algo para ser dueño de todo. El concepto de conector es opuesto al de propietario. El valor diferencial de muchas de las alfa-XXI está en su capacidad de conectar necesidad con oportunidad y la carencia con la oferta. Uber conecta dueños de vehículos con necesidad de transporte, Airbnb conecta dueños de habitaciones con necesidad de alojamiento, Alibaba conecta a gente con excedente de productos con gente que desea comprar. El negocio está en la conexión y no en la propiedad. El antiguo modelo de negocio del tendero o del supermercado se basa en la propiedad y no en la conexión: “Yo compro algo y luego lo revendo”. El negocio de los bancos es el de “yo te recibo tu dinero y luego lo recoloco”. Las empresas alfa-XXI prefieren no tener propiedad de stock, edificios, almacenes o centros de abastecimiento. El valor está en la capacidad de conectar y no en la propiedad. Las personas desean la música, no los instrumentos. De industriales a digitales.- El mundo previo era uno donde la transformación de productos, ciudades fabriles, puertos de envío, recepción y comercialización eran los reyes. En la segunda mitad del siglo veinte a las fábricas se les puso filtros a las chimeneas, sistemas silenciadores y ambientes laborales menos rudos, pero en esencia seguían el modelo de negocio creado en la primera revolución industrial. Esta fue una característica propia de las empresas del siglo XX. Actualmente, la experiencia y el valor agregado están tendiendo a lo digital, no sólo desde un área específica de la empresa sino como una forma de concebir la esencia misma del negocio. El CEO de Software AG, Karl-Heinz Streibich dijo durante su presentación en Las Vegas: “No se trata únicamente de implantar un proyecto de tecnología de la información en la empresa, sino de una nueva fuente para crear valor económico. Se va a generar una destrucción creativa, donde algo nuevo y mejor sustituirá al modelo anterior. ¿Qué hace que la digitalización sea tan disruptiva? Principalmente es la eficacia – afirmó Streibich.” El ser digital permite a las empresas liberarse de cargas fijas que sus contrapartes industriales llevaban encima. Como comenta el diario El Mundo en su artículo “Todo lo que pueda ser digitalizado, lo será”: “Al librarse de la carga' de los activos físicos como en los casos de Alibaba, Uber o Airbnb; la escalabilidad de las empresas digitales es potencialmente exponencial.” Las comunicaciones, los servicios, las finanzas y hasta nuestros hábitos están siendo normados por comportamiento relacionados con la tecnología digital. Parece como si a la pirámide de necesidades de Maslow se le hubiese añadido en su base dos niveles más debajo de los fisiológicos: la necesidad de Wi-Fi y de recarga de nuestro teléfono celular. No podemos estar más desconectados. De “todista” a networking.- El control eficiente del sistema logístico y de almacenaje fue una clave de ventaja competitiva de las empresas del siglo XX. Tener almacenes robotizados, de entrega en tiempo, climatizados, excelentemente ubicados, era como el símbolo de estatus de la realeza organizacional del siglo pasado. Hoy, salvo que tu negocio central sea el de almacenar, eso es una pérdida de dinero, de recursos, de concentración y de ventaja competitiva. Recuerdo cuando comentábamos en Nestlé los millones de dólares en investigación y desarrollo que gastaba la empresa y nuestros competidores para mantener una teórica “supremacía futura”. Lo cierto es que lo descubierto en los últimos 30 años en estos millonarios centros de I&D no ha sido rentable ni relevante para nadie. Muchos recursos, pocos resultados es alta ineficiencia. Entrado el siglo XXI el modelo ha cambiado y ha pasado de uno en donde “yo hago todo” a otros más colaborativos. Karl-Heinz Streibich, CEO de Software AG, comenta: “La empresa digital se constituye sobre la economía colaborativa y la estandarización. El resultado de combinar estas dos variables es un modelo de negocio como el de Facebook. No es una persona o una empresa la que determina el financiamiento o avance. Son muchas personas que agregan pequeñas evoluciones que en suma permiten dar grandes saltos. Xavier Ferrás, Profesor de innovación y estrategia, comenta en su artículo para la revista Innovación 6.0: “La interconexión informática global es un gran acelerador de la creación de nuevo conocimiento: millones de científicos compartenbases de datos globales, incorporando sus avances en tiempo real, en un vertiginoso e inmenso proceso acumulativo de generación de nueva ciencia y nuevo conocimiento. Miles de ingenieros desarrollan productos de forma concurrente, en equipos internacionales, reduciendo dramáticamente el time-to-market. Desde el punto de vista de la contribución al desarrollo científico y tecnológico, la irrupción de las TIC ha significado un revulsivo. Incluso a nivel epistemológico. El método científico permite otras posibilidades: antes, la teoría debía experimentarse para ser válida. Ahora simplemente se puede simular.” “En un mundo digital la equivocación continua te llevará irremediablemente al éxito y la inacción al fracaso.” De quinquenios a nanosegundos.- Es mejor una equivocación rápida que diez años de análisis. Las empresas nuevas continuamente y se equivocan tanto que terminan acertando. En un mundo digital la equivocación continua te llevará irremediablemente al éxito y la inacción al fracaso. Analizando la historia del siglo XX nos damos cuenta que los cambios sustanciales se daban cada cinco años, que es el tiempo en que una generación tardaba en sobreponer a la anterior. Hoy los cambios en las personas, comportamientos y empresas pasaron de ser por etapas a ser continuos. En el capítulo diez del libro “El Ejecutivo Espartano”, que escribí junto con Raúl Galindo, mencionamos: “La obsolescencia llega de forma violenta. Todo cambia aceleradamente. Renovación e innovación son parte de la supervivencia. La innovación es condición tan vital como el oxígeno que respiramos. Innovación es cambio. Cambio es vida. No renovarse es dejar de respirar profesionalmente. Cada vez es más veloz. Lo que antes eran décadas, ahora son días. Lo que antes eran minutos ahora son nanosegundos.” Jean-François Rompais, responsable de tecnología de la Kiabi, cadena de retail francesa, informó que su objetivo central es reducir los tiempos de lanzamiento al mercado, obtener información instantánea y acelerar la expansión global. “Cada vez todo tiene que ser más rápido e instantáneo”. De geocentralizados a dispersos.- En una organización centralizada todas las decisiones derivan de un mismo centro. La geocentralización es cuando los recursos y decisiones giran en torno a un lugar específico. Por ejemplo: todas las personas tienen que ir a trabajar al edificio central; o todas las decisiones se toman en el cuartel central ubicado en la capital del país. Con el siglo XXI se inicia también la era de la dispersión geográfica de la población. Con baterías solares potentes proporcionadas por empresas como Tesla Motors e internet gratis en todo el mundo proporcionada por el proyecto Loon de Google, podremos trabajar con la misma eficiencia sentados en nuestra cabaña en medio del bosque amazónico que en un edificio en el centro de la ciudad. La era de los cables y el petróleo está por terminar, y con esto la cadena que nos ataba al poste de los edificios en centros poblados. Todo tenderá a estar más disperso pero a la vez más conectado y comunicado. En esta línea, las empresas alfa-XXI son más dispersas que sus predecesores, pero siguen un patrón de TIC que les permite gestionarse en un ecosistema eficiente y controlado. Por ejemplo, tienen a sus empleados bajo un sistema de home office, con indicadores en línea lo que les permite vivir en zonas rurales con una mejor calidad de vida. También pueden subcontratar servicios de otros países o de otras empresas pequeñas y especializadas. Con esto reducen a su vez la necesidad de tener grandes planillas y complejas organizaciones. Nuevamente lo simple es el rey. Menos complejidad, más flexibilidad y más eficiencia. De unidades a ecosistema.- La torre Citibank, o la torre General Motors, entre muchos otros ejemplos posibles, eran el símbolo de la riqueza y ostentación del poder en tamaño y fuerza. Dentro de estos edificios con decenas de pisos trabajaban miles de personas; desde directores, financieros, contadores, planificadores, marketeros, ingenieros, hasta los portapapeles que viajaban de un piso a otro llevando la correspondencia. Todo un sistema único militarmente implementado y aparentemente eficiente. Sin embargo, eso acabó. En las empresas alfa-XXI lo que prevalece es el trabajo en un ecosistema integrado disperso que le permite moverse con libertad creciendo o reduciéndose según las restricciones u oportunidades del entorno. La flexibilidad otorga una ventaja competitiva única ante la rigidez. En un mundo de pirañas digitales, no es el pez más grande quien se come al pequeño; sino es el pez más rápido quien se come a todos. Todas esas unidades que antes eran eficientes se están convirtiendo en un pesado lastre ante el avance del nuevo modelo. Lydia Dishman en su artículo para Fast Company sobre el informe de las nuevas tendencias de los negocios de Deloitte comenta sobre las nuevas fronteras que se abren, las oportunidades emergentes y los nuevos retos que los lideres están enfrentando: “Este reporte de 108 páginas, titulado “El Ecosistema de negocios llega a su mayoría de edad”, sugiere que todo lo que ha trabajado para las organizaciones y los líderes en el pasado – normas, buenas prácticas, modelos de negocios, formas de pensar – está siendo retado. Todo necesita evolucionar para trabajar en un ecosistema.” “Dicen que la mentalidad antigua de los gerentes se mide en el porcentaje de costos fijos que tienen en su empresa.” De costos fijos a variables.- La contratación externa para fabricar, diseñar, contabilizar, distribuir, comunicar, etc. convierte a una empresa alfa-XXI en un modelo flexible moldeable a los cambios. Cuando cae la demanda, se solicita menos cantidad; cuando sube se eleva el pedido. En economía se dice que todo costo es variable en el largo plazo; ya que hasta las plantas se pueden cerrar, los edificios se pueden vender y los empleados despedir. Pero, por qué esperar a ese momento para recién permitirnos esa flexibilidad. Si diseñamos a nuestra empresa de forma variable, no tiene por qué convertirse en una organización rígida basada en costos fijos. Dicen que la mentalidad antigua de los gerentes se mide en el porcentaje de costos fijos que tienen en su empresa. Las empresas alfa-XXI son creadas ya dentro de un ecosistema, flexible, disperso de pocas unidades propias e indispensables. Costos variables es flexibilidad y eficiencia. “Cuando conectes puntos buscando una tendencia; no pierdas de vista la parte de la hoja que queda en blanco.” Unidireccionales a multidireccionales.- La comunicación juega un rol principal en la velocidad innovativa de una empresa. Una comunicación unidireccional es aquella que un único emisor se dirige a sus oyentes y no hay retroalimentación directa. Este tipo de comunicación corresponde más a las estructuras jerarquizadas del siglo XX donde el jefe emitía un mensaje a todo el grupo de empleados sin esperar ni permitir respuesta. En este tipo de empresas el conocimiento va de arriba hacia abajo y se limita a la cantidad de conocimiento que tengan los gerentes. Bajo este esquema la selección de la dirección es vital ya que un error no podrá ser corregido ni refutado por la base. En una comunicación multidireccional o comunicación en redes, la información va en todas direcciones enriqueciendo, tomando forma, fondo y velocidad. En este tipo de comunicación la retroalimentación es infinita ya que permite a la población participante a expresar sus ideas, retarlas, transformarlas, reubicarlas y de esta sinergia de posiciones y conocimiento crear nuevas alternativas e ideas. Estructura interna a exoestructura.- Los especialistas siempre hacen mejor lo que saben hacer mejor. Al final de este libro trataré en profundidad el concepto de exoestructura ya que creo es el núcleo visible de todos los cambios explicados. Una estructura internaes la que tienen las empresas típicas del siglo XX con todas las unidades trabajando directamente para ellas. Puedes encontrar dentro de estas empresas tradicionales: fábricas, almacenes, servicios de contabilidad, cobranzas, investigación, etc. Para sostener esta necesidad hacen números rápidos y demuestran que tenerlas internamente es más barato para la empresa. Es posible que se tenga un menor costo por unidad calculada pero en definitiva es mortal cuando el gran trasatlántico organizacional tiene que dar un giro rápido porque la ola gigante digital lo toma sorpresivamente por el lado menos esperado. Por otro lado, algunas veces para hacer esta evaluación, se le pide que haga el cálculo a la misma persona que dirige esa unidad por lo que ante el eminente peligro de un despido hace todo lo posible por quedarse con su parte del elefante. Una empresa alfa-XXI traspasa todo lo que no sea su núcleo del negocio (“core business”) a terceros especializados, lo que le permite tener las características de flexibilidad, velocidad y baja complejidad. Estamos en un mundo digital donde la realidad supera millones de veces lo que en nuestra imaginación hubiésemos podido suponer años atrás. Como un ejemplo, sólo el botón de “like” de Facebook es visto en el mundo unos 23 millones de veces por día y se ha convertido en el icono más visualizado que nunca antes se haya diseñado. Estamos en un mundo donde las fronteras entre lo real y lo virtual han desaparecido y en donde un profesor de inglés de china puede convertirse en multibillonario en menos de quince años poniendo una empresa de e-commerce. Estamos en un mundo de fantasía que se convirtió en realidad. Como decía Disney: “Si lo puedes soñar, lo puedes convertir en realidad.” Y esta misma frase traída al tiempo actual sería: “Si lo puedes convertir en digital, lo puedes convertir en realidad.” Las empresas alfa-XXI tienen características marcadamente diferentes a sus predecesoras. Nos sólo son distintas en forma sino también en esencia. Todas estas empresas tienen un genoma distinto que les permite mutar rápidamente y adaptarse cada mañana al entorno nuevo que aparece junto con el sol. CAPÍTULO 4 LAS ORGANIZACIONES COMO ORGANISMOS VIVOS ¿Qué son los organismos? Son los seres vivos que componen los diferentes espacios del planeta, pueden ser pequeños, micro celulares; o muy grandes, de varios metros; caracterizados por haber nacido, por nutrirse y reproducirse. Algunas de las capacidades más importantes de cualquier tipo de organismo es la organización con funciones vitales que le hacen interactuar con el ambiente con la finalidad de mantenerse vivo. Por su parte las empresas también son seres funcionalmente vivos, y si las vemos como organismos dinámicos podemos pensar que tienen una posibilidad de mutar y adaptarse de forma natural. Desde este ángulo, las grandes empresas pueden cambiar internamente, evolucionar y de esta manera tendrán una oportunidad para sobrevivir. “Este negocio es binario. Eres un uno o un cero, vives o mueres.” Todo está en movimiento: las personas, los procesos, el mercado, los competidores; todo emerge, se mueve y cambia cada mañana, todos los días, de forma imparable, amplificada y acelerada. Aquí les transcribo un fragmento del film “Antitrust”, con el nombre traducido como: “Conspiración en la red”, que calza con la forma en que están visualizando el entorno las empresas y su relación con el ambiente. El guión dice: “Este negocio es un organismo vivo, se multiplica sin cesar, rodeado por depredadores. No hay cabida para tiempo ocioso ni vacilaciones. Nuevos descubrimientos nos inundan, nuevas ideas listas para ser devoradas, redefinidas. Este negocio es binario. Eres un uno o un cero, vives o mueres. No hay lugar para segundones.” Es claro que las empresas son un organismo vivo con una gran carga emocional tanto de miedo como de nostalgia. El miedo es natural por la posibilidad de perder influencia, competitividad y dinero; mientras que la nostalgia es una emoción natural, un mecanismo de supervivencia que empuja a los organismos a evitar el riesgo basado en acciones exitosas del pasado. “La única manera de ser seguido es correr más deprisa que los demás.” Francis Picabia Gen nuevo en organismos nuevos. - La mutación genera organismos nuevos que surgen alejados de toda restricción corporativa. Este es el beneficio y oportunidad de las startups. Si son exitosas, todos las aplaudirán y si no lo son, nadie se dará cuenta. No tienen nada que perder, por eso mismo tienen mucho que ganar. Como explica Aaron Levie, en su artículo “el dilema del industrialismo”: “Estas startups se benefician de no tener la carga de ningún legado organizacional, poca carga del gobierno, el mejor talento en software del mundo, capital de inicio relativamente barato, y ninguna reputación de marca que canibalizar cuando se atente con nuevas hazañas no probadas - como dejar que la gente rente sus habitaciones a extraños en el caso de Uber-.” En las nuevas empresas, donde hay un emprendedor con un nuevo gen organizacional, es fácil romper barreras porque no las hay. Los muros de restricción mental por la cultura organizacional no existen. Hay pocas personas, todas nuevas en la empresa que ingresan a este ambiente aceptándolo y tomándolo como patrón. El líder emprendedor inyecta su genética en el nuevo organismo y define las fronteras de lo permitido y lo prohibido. A nadie le resulta difícil imaginar en Google, Facebook o Amazon una oficina con cojines en el piso y una mesa de ping-pong en el centro de la sala de reuniones. Quizás en esta visualización encontremos al CEO en zapatillas y en ropa de baño comiendo una pizza en medio de una sesión de trabajo; o como en la película “El pasante de moda” con Robert De Niro con una Anne Hathaway haciendo de CEO de la empresa moviéndose en su bicicleta de escritorio en escritorio. Pero, ¿qué pasa con las grandes organizaciones como Ford (1936), Volkswagen (1937), Citibank (1812), New York Times (1851) o Nestlé (1905)? ¿Podemos aceptar que ese gen mutante sea fácil de incorporar donde hay protocolos de comportamiento, comunicación y estructuras escalonadas en donde el CEO tiene un piso, ascensor y estacionamiento especial para no cruzarse muchas veces con el común de los mortales? ¿Tienen estas elefantiásicas organizaciones la posibilidad de sobrevivir a un cambio de era? La respuesta es sí. Aún pueden mutar si es que saben dónde incorporar el nuevo material genético del cambio. “El error no es equivocarse, el error es no haber tenido la oportunidad de hacerlo.” Guiando el cambio en los organismos. - Innovación es hacer algo nuevo y por lo tanto cambiar. Una innovación en producto o en la organización debe de ser un movimiento buscado y no debemos de dejar que simplemente ocurra. Roger Van Oech comentaba: “No es posible resolver los problemas de hoy con las soluciones de ayer”. Este cambio debe de ser gatillado, motivado y guiado porque de no ser así es posible que nunca llegue. Las nuevas empresas tienen la consigna de “equivócate rápido, equivócate barato. Luego, acierta rápido y triplica la apuesta de inversión.” Alineado con esto Linus Pauling, nobel de química y de la paz, decía: “La única forma de tener buenas ideas es tener muchas ideas”. En la misma línea, Steve Jobs tenía la siguiente convicción: “Cuando se innova, se corre el riesgo de cometer errores. Es mejor admitirlo rápidamente y continuar con otra innovación.” El error no es equivocarse, el error es no haber tenido la oportunidad de hacerlo. “No he fracasado. He encontrado 10 mil formas que no funcionan” Thomas Edison La integridad en lo que hacemos tiene que ver con lo que somos. Sin ser no se puede pensar. Sin pensar no se puede hablar. Sin comunicar no se puede impactar en los que nos rodean para que hagan con nosotros lo que pensamos.
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