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Resumen Texto El Área sin Conflicto del Yo, H Hartmann - M Méndez

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Universidad de Chile
Facultad de Ciencias Sociales
Escuela de Ciencias Sociales
Carrera de Psicología.
EL ÁREA SIN CONFLICTO DEL YO (HEINZ HARTMANN).
(Marco Méndez Andrade).
A través del presente texto, Heinz Hartmann sostiene principalmente la tesis –mediante varios argumentos- de que un estudio de lo que pasa en las zonas sin conflictos (de las funciones yoicas) nos ayudará a saber cómo hacer para que dicha zona se amplíe (pues menos conflicto y mayor resolución de ellos, es más equilibrio y más salud: un yo más fuerte y autónomo), y a una comprensión de lo que las áreas conflictivas son, desde esta otra perspectiva más completa. Antes de Hartmann, por lo demás, se consideraba solamente las áreas conflictivas del yo.
En ese sentido, para introducirnos más en la comprensión de lo que este psicoanalista propone, es bueno utilizar la analogía que el mismo autor incluye en este texto como explicación del rol jugado por las zonas exentas de conflicto en la adaptación del yo al ambiente (lo cual implica de por sí la presencia de conflictos): “la efectividad de los ejércitos [los conflictos] que defienden los límites [el desarrollo del yo] depende también del apoyo que obtengan a o no de la retaguardia [el área sin conflictos] (Hartmann, 1962, pp. 26)”. En este artículo, Hartmann fundamenta este cambio en el análisis.
Antes de continuar, debo destacar que cualitativamente en el buen funcionamiento del yo intervienen tres cualidades básicas: la autonomía, la fortaleza y la flexibilidad
 (las cuales el autor nombra solo en forma implícita). La autonomía le permite al yo lograr un cierto ajuste a través de la adaptación, seleccionando las defensas más acorde a los conflictos que se deben enfrentar de manera inherente en la vida psíquica. Por lo tanto, el conflicto puede estar presente y el yo podría aún así funcionar autónomamente.
Por su parte, la fortaleza yoica se hará presente mediante la variabilidad y efectividad en la respuesta adaptativa; y la flexibilidad del yo se refiere a qué tan capaz es el yo en la reacomodación de sus funciones a las diferentes variaciones en las exigencias que debe enfrentar el sujeto.
Las funciones de defensa, como ya mencioné, se utilizan en la adaptación cotidiana del sujeto, dirigiéndose a establecer un equilibrio cuando el yo se siente amenazado, eliminando o neutralizando la fuente de peligro y tensión, además de proteger al yo de la irrupción en el sistema preconsciente–consciente de contenidos psíquicos que no serían aceptados por las exigencias de la realidad y del superyó.
Hartmann comienza, ya en el desarrollo del texto, refiriéndose a algunas consideraciones generales respecto del psicoanálisis, mencionando que éste se ha dirigido hacia una teoría “general” de la vida mental, por lo que en la actualidad –el tiempo en que se escribió el texto- era “una psicología general en el más amplio sentido de la palabra (Hartmann, 1962, pp. 11)”. Luego, comparando al psicoanálisis con la psicología no analítica, dice que lo que lo distingue es su metodología, la estructura de los conceptos empleados y el enfoque peculiar de sus metas; difieren sobre el problema de la “esencia”, entorno a lo cual el autor incluye la analogía de que en química, el carbón y el diamante son idénticos analíticamente, aunque desde otros puntos de vista son completamente diferentes. Hartmann agrega que el psicoanálisis está más capacitado que cualquier otra posición psicológica para llegar a una teoría “general” de la vida mental, ya que al ser una organización coherente de proposiciones, por su carácter analítico desintegra todo en tanto que lo unifica (establece coherencias).
Pasando al tema principal del texto propiamente tal, Hartmann parte diciendo que ya que el psicoanálisis se ha centrado principalmente en la patología, su comprensión y tratamiento se facilitarán mediante la comprensión de los conflictos –que está en la raíz de toda neurosis-, pues el yo se desarrolla a partir de los conflictos. Sin embargo, no todo proceso de adaptación al ambiente implica un conflicto, si no que dentro de las funciones enmarcadas en el desarrollo exento de conflicto están: la “percepción, intención, comprensión del objeto, pensamiento, lenguaje, memoria, productividad, desarrollo motor precisión, gateo, marcha (Hartmann, 1962, pp. 16)”, y la maduración y aprendizaje de cada uno de ellos. Entonces, Hartmann pensaba que expandiendo las esferas libres de conflicto de las funciones yoicas, el psicoanálisis facilitaría la adaptación del individuo a su ambiente. Pero eso no implica que no se enfatice en el importante papel que desempeña el conflicto y su interacción en el desarrollo individual, partiendo desde la niñez.
El autor define al área sin conflicto del yo como “aquel conjunto de funciones que, en un momento determinado, tienen efecto fuera del campo de los conflictos mentales (Hartmann, 1962, pp.17)”. Pero estas funciones no están fuera de la mente o en algún lugar apartado dentro de ella, sino que son procesos que en el momento de tener acción están empíricamente fuera de la esfera del conflicto mental. Luego agrega que en base a que los procesos defensivos son parte de un desarrollo “normal”, reciben también influencias de los distintos recursos cognitivos de las zonas sin conflicto. Aparte de eso, añade que aunque pueda decirse que el estudio de esta área, por no tener conflictos pero sobre todo por ser “aquel otro dominio” que teóricamente no puede ser explicado, deba no ser abordado por el psicoanálisis y mejor dejado a otras disciplinas psicológicas. Pero eso sería un error ya que al ser el psicoanálisis una teoría general del desarrollo mental, esta área puede ser estudiada, mediante el análisis y observación directa del desarrollo infantil, pues a través de la adaptación se forma el yo, la cual comprende tanto las funciones conflictivas como las del área sin conflicto. Entonces, estudiar los procesos de interacción tomando en cuenta dichas zonas permitirá comprender mucho mejor la adaptación normal, los trastornos del desarrollo y la formación del carácter.
Hartmann menciona que en realidad el yo en su desarrollo se ve envuelto en una “guerra de tres frentes (conflictos)”, pues no sólo debe luchar contra el ello y el superyó (la estructura psíquica interna del sujeto), sino que además con las exigencias del mundo externo. Considerando esto último, es que para entender mejor el desarrollo del yo debemos estudiar la interacción entre los aspectos del desarrollo más familiares por sus relaciones con el mundo externo y los conflictos que suceden internamente, aparte de la interacción entre esto último y los recursos de las zonas no conflictivas. Por otra parte, si bien para el psicoanálisis siempre fue más fructífero analizar desde la patología, es necesario –y lo he mencionado- ver desde el área sin conflicto (que no es igual a “normal”, pues el ser humano “normal” no está libre de conflicto, sólo varía su amplitud o intensidad de haber salud o patología, y más encima no hay una absoluta separación en esa antítesis).
En el proceso adaptativo, existe una inteligencia autónoma que codetermina la elección y el éxito de los mecanismo defensivos en los frentes de conflicto, los cuales siempre se dirigen de algún modo hacia la realidad. Es un componente indispensable del yo el tratar de controlar los procesos instintivos manejándolos desde la consciencia, además de estar las defensas reguladas indirectamente por el área sin conflicto, lo que realza la orientación a la realidad de las defensas.
El éxito de una defensa se define a partir de: destino del impulso instintivo, protección hacia el yo, y efectos en las funciones del yo que no se mezclan directamente en el conflicto (zonas sin conflictos); pues está todo integrado: la fortaleza yoica se define también por este último indicador. Esta fuerza, para ser comparada entre individuos debe seguir a la definición objetiva de: habilidad, carácter, voluntad, etc. (factores empíricos), en vez de sólo medir lafuerza yoica individual por su relación con el ello y el superyó, pues es muy relativa. En este sentido, Hartmann aboga por una mayor rigurosidad metodológica, al haber más homogeneidad en las definiciones objetivas de los referidos factores.
Es visible en la experiencia clínica cómo, en los hechos, se da la interacción del área son conflicto con otras funciones yoicas: el caso de interacción real (por ejemplo, el desarrollo motor e intelectual influye en el manejo conductual y viceversa). Según como hallemos los fenómenos, veremos dos aspectos en el desarrollo del yo: un solo proceso en sus relaciones con el conflicto interno, y su modo de actuar sobre las funciones que manejan la realidad; y así ver qué aspecto resulta ser más importante.
Para ir concluyendo, Hartmann se refiere al mecanismo de defensa de la fantasía, la cual es una preparación para enfrentar la realidad y dominarla mejor, abriéndonos también las puertas de la realidad interior. Esta es una adaptación indirecta (pues se hace por una vía alternativa). La función de la fantasía es antes autoplástica que aloplástica, o sea, se dirige antes al interior que al exterior del individuo, pero no neguemos su importancia en el dominio del mundo externo. Esto último, pese a que la fantasía, al ser un fenómeno de negación (al igual que la anulación) se basa en un escape del medio donde ocurren los conflictos -lo cual empobrece al yo-, ya que igual esta adaptación puede ser efectiva. Finalmente, Hartmann hace una comparación entre el psicoanálisis y la sociología, ya que al centrar ésta su atención en la acción social, lo hace también en la adaptación de los sujetos al medio social, sosteniéndose así con fuerza, no sólo que el psicoanálisis es aplicable a las ciencias sociales, sino que con mayor razón “el concepto de adaptación es indispensable para nuestra teoría y que, lo mismo que el del área sin conflicto del Yo, debe incluirse en nuestros estudios (Hartmann, 1962, pp.33)”.
�	 Adaptado de http://www.angelfire.com/ak/psicologia/yo.html
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