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Resumen de Introducción a la Sociología
Zacconi Bruno
Capítulo 1 - Qué es la sociología?
A. Giddens
La sociología es el estudio de la vida social humana, de sus grupos y sociedades. Su objeto de estudio es nuestro comportamiento como seres sociales. 
La sociología nos muestra la necesidad de adoptar un punto de vista mucho mas amplio acerca de por qué somos como somos y por qué actuamos como lo hacemos.
La imaginación sociológica
Aprender a pensar sociológicamente (usar un enfoque más amplio) significa cultivar la imaginación. El estudio de de la sociología no puede ser un estudio rutinario de adquisición de condimentos. Un sociólogo es alguien capaz de liberarse de la inmediatez de las circunstancias personales para poner las cosas en un contexto más amplio.
La imaginación sociológica nos pide que seamos capaces de “pensar distanciándonos” de las rutinas familiares de nuestras vidas cotidianas para poder verlas como si fueran algo nuevo. Consideremos el simple acto de tomar café. En primer lugar, podríamos señalar que el café no es solo una bebida, ya que tiene un valor simbólico como parte de actividades sociales cotidianas. El ritual social al que va unido tomar café es mucho más importante que el acto de tomar café. En segundo lugar, el café es una droga que tiene cocaína, la cual tiene un efecto estimulante para el cerebro. Mucha gente lo toma para tener ese “impulso adicional” que proporciona. Sin embargo, en la cultura occidental, la mayoría de las personas no consideras que los adictos al café consuman droga. En tercer lugar, un individuo, al beber una taza de café, forma parte de una serie extremadamente complicada de relaciones sociales y económicas que se extienden por todo el mundo. El café vincula a las personas de los países mas ricos del mundo con las más empobrecidas, es decir, los países que consumen el café y los que lo producen. En cuarto lugar, el acto de beber café supone que anteriormente se produjo un proceso de desarrollo social y económico. Y por último, el café es un producto situado en el centro de los debates que en la actualidad se ocupan de la globalización. Al aumentar la popularidad del café, este fue “politizado” “etiquetado”. Las decisiones que toman los consumidores den cuento al tipo de café que beben y dónde lo compran se convinieron en opciones vitales.
El estudio de las personas y la sociedad
Aunque todos estamos incluidos por contextos sociales, nuestro comportamiento no está del todo condicionado por ellos. Tenemos nuestra propia individualidad y la creamos. La labor de la sociología es investigar la conexión que existe entre lo que la sociedad hace de nosotros y lo que hacemos de nosotros mismos. Nuestras actividades estructuran el mundo social que nos rodea y, al mismo tiempo, son estructuradas por él. El concepto de estructura social es importante para la sociología, y se refiere al hecho de que los contextos sociales de nuestra vida no solo se componen de una colección aleatoria de acontecimientos y acciones, sino que, están estructurados o siguen una pauta.
Las sociedades humanas están siempre en proceso de estructuración. Sus componentes básicos, los seres humanos, las reconstruyen a cada momento.
El desarrollo del pensamiento sociológico
Con frecuencia, los sociólogos se pelean entre si al plantear como debe abordarse el comportamiento humano y cuál es la mejor manera de integrar los resultados de las investigaciones. La razón de que esto suceda se relaciona con la naturaleza de la disciplina. La sociología tiene que ver con nuestra propia vida y nuestro comportamiento, por ende, estudiarnos a nosotros mismos es algo bastante complejo.
Teorías y perspectivas teóricas 
Para poder responder las preguntas de la sociología es necesario un desarrollo de un pensamiento teórico. 
Las teorías implican la elaboración de interpretaciones abstractas que pueden utilizarse para explicar una amplia variedad de situaciones empíricas. Solo se pueden desarrollar enfoques teóricos validos si somos capaces de probarlos mediante la investigación de los hechos que intentan demostrar. Por eso, se necesitan teorías que nos ayuden a comprender los hechos.
A falta de un enfoque teórico, desconoceríamos por dónde comenzar un estudio o cómo interpretar los resultados de una investigación.
Los fundadores de la sociología 
Aunque algunos escritores del pasado ofrecieron ideas sobre el comportamiento humano, el estudio sistemático de la sociedad es algo reciente, cuyos origenes se remontan a la finalidad del siglo XVIII y comienzos del XIX. El contexto que dio origen a la sociología fue el de la serie de cambios radicales causados por la Revolución Francesa y la Industrial en Europa. La ruptura de los modos de vida tradicionales fue la cause de que algunos pensadores intentaran comprender y explicar cómo se habían producido y cuáles serían probablemente sus consecuencias. Una evolución clave fue la utilización de la ciencia en lugar de la religión para comprender el mundo.
Auguste Comte (1789-1857)
Fueron muchos los autores que participaron en los origenes del pensamiento sociológico, pero suele darse especial importancia a Auguste Comte, aunque solo sea porque fue él quien determino el nombre “sociología”. (Inicialmente, Comte se refería a esta disciplina con el nombre de “física social” pero luego lo cambio a “sociología”).
El pensamiento de este autor reflejaba los acontecimientos de su época. La Revolución Francesa había producido muchos cambios sociales, y el desarrollo industrial estaba alterando la vida de la población francesa. Comte intentó crear una ciencia de la sociedad que pudiera explicar las leyes del mundo social del mismo modo que las ciencias naturales explicaban el funcionamiento del físico. Aunque reconocía que cada disciplina científica tenía su propio objeto de estudio, creía que todas compartían una lógica y un método científicos comunes, cuyo objetivo es mostrar leyes universales.
Para Comte, la sociología era una ciencia positiva que debía aplicar al estudio de la sociedad métodos científicos igual de rigurosos que los que utilizaba la química o la física para estudiar el mundo físico. El positivismo sostiene que la ciencia debe centrarse solo en las entidades observables que se conocen directamente mediante la experiencia. La sociología, según el enfoque positivista, puede producir conocimiento social basado en datos empíricos procedentes de la observación, la comparación y la experimentación. 
La ley de los tres estadios de Comte señala que los esfuerzos humanos por comprender el mundo han pasado por tres estadios: el teológico, el metafísico y el positivo. 
· En el teológico, lo que guiaba el pensamiento eran las ideas religiosas y la creencia que la sociedad era expresión de la voluntad divina.
· En el metafísico, que fue dominante en la epoca renacentista, la sociedad pasó a considerarse algo natural, no sobrenatural.
· En el positivo, donde tuvieron mucha importancia los descubrimientos de Copérnico, Galileo y Newton, alentó a la aplicación de las técnicas cientificas al mundo social.
Ya al final de su carrera, y basándose en su perspectiva sociológica, Comte pensó en ambiciosos planes para la reconstrucción de la sociedad francesa en particular, y del resto de las sociedades. Exigió el establecimiento de una “religión de la humanidad” que abandonara la fe y el dogma para abrazar bases científicas. La sociología ocuparía el centro de esta nueva religión. El objetivo de esto era ayudar a la sociedad para mantenerla unida. Sin embargo, sus ideas no se llevaron a cabo.
Emile Durkheim (1858-1917)
Los escritos de este autor tuvieron mayor influencia y duración que los de Auguste Comte, aunque recogió elementos de este. 
Durkheim se había propuesto dotar a la sociología de una base científica. Para este, la sociología era una ciencia nueva que podía utilizarse para aclarar las tradicionales preguntas filosóficas mediante análisis de tipo empírico. Al igual que Comte, antes que él, Durkheim creía que debíamos estudiar la vida social conla misma objetividad con que los científicos estudian la naturaleza. Ósea, que la vida social puede ser analizada con el mismo rigor que los objetos o fenómenos naturales.
Los temas principales que abordó este autor fueron: la importancia de la sociología como ciencia empírica, el ascenso del individuo y la formación de un nuevo orden social, y las fuentes y naturaleza de la autoridad moral en la sociedad.
Según Durkheim, la principal preocupación intelectual de la sociología es el estudio de los hechos sociales. En vez de aplicar métodos sociológicos al estudio de los individuos, los sociólogos tienen que analizar hechos sociales que conforman nuestras acciones como individuos. Para él, los hechos sociales son formas de actuar, pensar o sentir externas a los individuos y tienen una realidad propia. Los hechos sociales también se distinguen por su capacidad para ejercer un poder coactivo sobre los individuos. 
Al estudiar los hechos sociales, Durkheim subraya lo importante que es abandonar los prejuicios y las ideologías. Al igual que a otros fundadores de la sociología, le preocupaban los cambios que de su época estaban transformando la sociedad. Tenía un interés en la solidaridad de tipo social y moral.
En su primera obra, La división del trabajo social, presentó un análisis del cambio social que propugnaba que el advenimiento de la era industrial comportaba la aparición de un nuevo tipo de solidaridad. Durkheim contraponía dos tipos de solidaridad, la mecánica y la orgánica, relacionándolas con la división del trabajo. Las culturas tradicionales en las que se da una reducida división del trabajo se caracterizan por una solidaridad mecánica. Como la mayoría de los miembros de una comunidad realizan ocupaciones similares, los unen las experiencias comunes y las experiencias compartidas. Esta solidaridad se basa en el consenso y en la similitud de creencias. Sin embargo, las fuerzas de la industrialización y de la urbanización han producido una creciente división del trabajo que ha contribuido a la quiebra de este tipo de solidaridad. Para Durkheim, la especialización de las tareas y la creciente diferenciación social en las sociedades avanzadas iban a producir un nuevo orden en el que habría una solidaridad orgánica. A las sociedades que se caracterizan por este tipo de solidaridad las mantienen unidas la interdependencia económica de las personas y el reconocimiento de la importancia de las aportaciones ajenas.
Karl Marx (1818-1883)
Las ideas de Marx contrastan con las de Comte y Durkheim, pero, como ellos, intentó explicar los cambios sociales que estaban ocurriendo durante la Revolución Industrial.
Aunque escribió sobre distintos periodos históricos, se centró en el cambio de la época contemporánea. Para él, las transformaciones mas importantes de este periodo están vinculadas al desarrollo del capitalismo, sistema de producción que contrasta radicalmente con los anteriores ordenes económicos de la historia, ya que conlleva la producción de bienes y servicios para venderlos a una amplia gama de consumidores. Marx identificó dos elementos principales dentro de las empresas capitalistas. Lo primero es el capital: cualquier activo, ya sea dinero, maquinas, etc, y el trabajo asalariado, formado por el conjunto de trabajadores que no poseen los medios para ganarse la vida.
Marx creía que los capitalistas forman una clase dominante, mientras que el resto de la población constituye una clase de trabajadores asalariados o clase obrera. al extenderse la industrialización, un gran número de campesinos que solía mantenerse con el trabajo agrícola se mudó a las ciudades que estaban en proceso de expansión y ayudó a construir una clase obrera urbana, la cual se la llama “proletariado”.
Según Marx, el capitalismo es un sistema clasista en el que las relaciones de clase se caracterizan por el conflicto. Aunque los propietarios del capital y los trabajadores dependen los unos de los otros, esta dependencia está muy desequilibrada. La relación entre las clases sebosa en la explotación.
La perspectiva de Marx se basaba en lo que él denominó la concepción materialista de la historia. Según este enfoque, las principales causas del cambio social no son las ideas o los valores de los seres humanos, sino las influencias económicas. 
Este señaló que del mismo modo que los capitalistas se habían único para derribar el orden feudal, también ellos serian sustituidos cuando se instaurara un nuevo orden: el comunismo.
Marx creía en la inevitabilidad de la revolución obrera, que había que derrocar al sistema capitalista e instaurar una nueva sociedad sin clases. El sistema económico pasaría a ser de propiedad comunal y se establecería una sociedad más humana que la actual.
Max Weber (1864-1920)
En sus obras abordó la economía, el derecho, la filosofía y la historia comparada, además de la sociología, y gran parte de su trabajo también se centro en el desarrollo del capitalismo y en los rasgos que diferenciaban a la sociedad moderna de otras formas de organización social anteriores. 
Al igual que otros pensadores de su tiempo, intentó comprender la naturaleza y las causas del cambio social. Rechazaba la concepción materialista de la historia y consideraba que los conflictos de clase eran menos relevantes de lo que suponía Marx. Para Weber, los factores económicos son importantes, pero el impacto de las ideas y los valores sobre el cambio sociales igualmente significativo.
Weber creía que la sociología debía centrarse en la acción social, no en las estructuras. Señaló que la motivación y las ideas del ser humano son las fuerzas que impulsan el cambio: las ideas, los valores y las creencias. No creía, como Marx y Durkheim, que hubiera estructuras fuera de los individuos o independientes de ellos.
Para este, las ideas y valores culturales ayudan a que se constituya una sociedad y conforman nuestras acciones individuales. 
Un importante elemento de la perspectiva sociológica weberiana era la idea del tipo ideal, un modelo conceptual y analítico que puede utilizarse para comprender el mundo. Estas construcciones hipotéticas pueden ser útiles, ya que cualquier situación del mundo real puede interpretarse mediante la comparación con un tipo ideal. Así, tales tipos sirven como puntos de referencia fijos. 
En opinión de Weber, la Revolución Industrial y el surgimiento del capitalismo eran muestras de una amplia tendencia que conducía a la racionalización. EL capitalismo no está dominado por los conflictos de clase, como creía Marx, sino por el ascenso de la ciencia y la burocracia: las organizaciones de gran envergadura. A Weber le inquietaba sobre todo las consecuencias asfixiantes de la burocracia y sus implicaciones para el destino de la democracia.
· Enfoques teóricos modernos
Funcionalismo: este enfoque sostiene que la sociedad es un sistema complejo cuyas diversas partes funcionan conjuntamente para generar estabilidad y solidaridad. Según este enfoque, la disciplina sociológica tiene que investigar la relación que existe entre cada uno de los componentes de la sociedad y la que se da con el conjunto de esta.
El funcionalismo recalca la importancia del consenso moral para el mantenimiento del orden y la estabilidad sociales. El consenso moral se da cuando la mayoría de las personas de una sociedad comparten los mismos valores.
Probablemente, hasta la década de los sesenta el pensamiento funcionalismo fue la tradición teórica más relevante en sociología, particularmente en los Estados Unidos.
Las perspectivas que se basan en el conflicto: al igual que los funcionalistas, los sociólogos que utilizan las teorías de conflicto subrayan la importancia que tienen las estructuras dentro de la sociedad. También proponen un “modelo” global para explicar su funcionamiento. Sin embargo, los teóricos del conflicto rechazan la importancia que atribuye el funcionamiento de consenso. Por el contrario, hacen hincapié en la importancia social de las divisiones. Por eso, se centran en cuestiones como el poder, la desigualdad y la lucha.Suelen considerar que la sociedad se compone de grupos diferentes que persiguen sus propios intereses. La existencia de estos implica la constante posibilidad de conflicto y que unos grupos se beneficien más que otros. 
Uno de los enfoques más influyentes dentro de la teoría del conflicto es el marxismo, cuya obra hacía hincapié en los conflictos de clase.
El interaccionismo simbólico: surge de la preocupación por el lenguaje y el significado. Mead, un filosofo estadounidense, sostiene que es el lenguaje lo que nos hace seres autoconscientes, es decir, conocedores de nuestra propia individualidad y capaces de vernos desde afuera como lo hacen los demás. El elemento clave en este proceses el símbolo, que es algo que representa otra cosa. Por ejemplo, las palabras que utilizamos para denominar ciertos objetos son en realidad símbolos que representan lo que queremos decir. 
El interaccionismo simbólico dirige su atención a los pormenores de la interacción interpersonal y a cómo se utilizan para dar sentido a lo que otros dicen o hacen. Con frecuencia, los sociólogos que están incluidos por este enfoque subrayan el papel que desempeña esa interacción en la creación de la sociedad y de sus instituciones. 
Max Weber ejerció una importante influencia indirecta en esta perspectiva teórica porque, a pesar de reconocer la existencia de estructuras sociales - como clases, partidos, grupos, etc. - afirmaba que dichas estructuras se habían creado mediante las acciones sociales individuales.
El pensamiento teórico en sociología 
Es posible hacer una distinción entre los enfoques teóricos tratados anteriormente y las autenticas teorías. Las teorías se centran en un campo más concreto y suponen intentos por explicar condiciones sociales o acontecimientos particulares. Generalmente forman parte del proceso de la investigación y a su vez sugieren los problemas que deberían investigarse. 
Si bien es cierto que cuanto más ambiciosa es una teoría y mayor alcance tiene, mas difícil es comprobarla empíricamente, no parece haber razones obvias por las que el pensamiento teórico en sociología deba limitarse a la “escala media”.
Las discusiones teóricas son, por definición, más abstractas que las controversias de tipo más empírico. El hecho de que la sociología no esté dominada por un único enfoque teórico podría parecer un signo de debilidad, pero no lo es. La competencia entre distintos enfoques teóricos y teorías es una expresión de la vitalidad de la disciplina sociológica. Cuando estudiamos a los seres humanos, la variedad teórica nos salva del dogma y del estancamiento. La diversidad del pensamiento teórico proporciona una gran fuente de ideas que pueden servir para inspirar las investigaciones y estimular la capacidad imaginativa, tan esencial para avanzar en el trabajo sociológico.
Niveles de análisis: micro sociología y macro sociología 
Una diferencia importante entre las diversas perspectivas teóricas es el distinto nivel de análisis que utiliza cada una. Suele denominarse micro sociología al estudio del comportamiento cotidiano en situaciones de interacción cara a cara. Por el contrario, llamamos macro sociología al análisis de grandes sistemas sociales, como el sistema político o el orden económico, o de procesos de cambio a largo plazo, como el desarrollo de la industrialización.
El análisis a gran escala es esencial para comprender la base institucional de la vida cotidiana. La forma de vida de las personas está profundamente influida por el conjunto del marco institucional. A su vez, los estudios a pequeña escala son necesarios para esclarecer cuales son las pautas institucionales generales.
Muchos estudios sociológicos de comunidades locales específicas analizan el impacto macro sociológico de los grandes cambios sociales, como la industrialización y la globalización económica. Pero también exploran la manera en que los individuos, los grupos y los movimientos sociales manejan dichos cambios e intentan aprovecharlos en beneficio propio.
¿Por qué estudiar sociología?
En primer lugar, la sociología nos hace ser consientes de las diferencias culturales, lo que nos permite contemplar el mundo social desde muchas perspectivas. En segundo lugar, la investigación sociológica proporciona una ayuda práctica a la hora de evaluar los resultados de las iniciativas políticas. En tercer lugar, y en cierta manera esta puede ser la consecuencia mas importante, la sociología puede ayudarnos al auto esclarecimiento, proporcionarnos herramientas para aumentar nuestro propio conocimiento personal. Cuanto más sabemos sobre por qué actuamos como lo hacemos y sobre el funcionamiento general de nuestra sociedad, más posibilidades tenemos de influir sobre nuestro futuro. 
En este capítulo hemos visto que la sociología es una disciplina en la que a menudo dejamos de lado nuestra vida personal del mundo para observar con más detenimiento las influencias que configuran nuestra vida y la de los demás. 
Capítulo 3 – Teorías y perspectivas sociológicas
A. Giddens
Los sociólogos necesitan elaborar interpretaciones abstractas para explicar hechos y datos en sus estudios de investigación. Precisan adoptar enfoques teóricos con el fin de formular las cuestiones adecuadas. La teorización sociológica no se produce al margen de la sociedad. 
Marx, por ejemplo, intentó explicar las dinámicas de la economía capitalista y las causas de la pobreza la desigualdad social. 
Los problemas centrales de las sociedades parecen estar cambiando, al igual que las teorías sociológicas. Los sociólogos se han visto obligados a reevaluar la utilidad de las perspectivas clásicas y desarrollar nuevas teorías propias. 
La perspectiva histórica es de vital importancia para todos los que se enfrentan a la sociología por primera vez. Comprender mejor cómo surgió la disciplina y de qué forma evolucionó hasta alcanzar su situación actual, es importante para evitar que nos esforcemos en reinventar la rueda (teórica) cuando no hay necesidad de hacerlo. 
Durante un tiempo, en las décadas de los cincuenta y los sesenta, el funcionalismo estructural de Parsons estuvo a punto de alcanzar el estatus de teoría central. El periodo actual de teorización sociológica está caracterizado por una diversidad de perspectivas y enfoques teóricos, lo que trae consigo competencias y desacuerdos. 
Las teorías sociológicas son necesarias porque sin ellas nuestra comprensión de la vida social sería muy pobre.
Merton (1957) defiende que los sociólogos deben centrarse en lo que se llama “teorías de alcance medio” que traten de explicar aspectos específicos de la vida social, en lugar de elaborar grandes sistemas teóricos, fundamentando en la gran dificultad de comprobar las teorías generales mediante investigación empírica. 
En los últimos diez o veinte años, se ha producido un cierto retorno a las grandes teorías generales. Tales iniciativas han formado parte de la tradición sociológica desde sus orígenes, y parece que cada vez es más necesaria su continuación en el mundo de rápida globalización que vivimos. 
Los rápidos y amplios cambios sociales producidos a partir de los setenta han obligado a los sociólogos a idear nuevos enfoques para sus teorías. 
Hacia la sociología 
		La revolución industrial de finales del siglo XVIII y del XIX transformó las condiciones de vida, trayendo muchos problemas sociales nuevos, como el hacinamiento, entre otros. Reformadores sociales buscaron la manera de mitigar y resolver tales problemas. 
		La revolución francesa es el final simbólico de los antiguos regímenes, sustituidos por ideales como libertad y derechos ciudadanos. Se considera que es el resultado de las ideas de la Ilustración europea. 
		Los filósofos de la Ilustración consideran que el progreso en el conocimiento fidedigno aportado por las ciencias naturales, era e camino a seguir para el estudio de la vida social. 
Positivismo y evolución social
		Augusto Comte creía que la ciencia de la sociedad era en esencia similar a la ciencia natural. Suenfoque de positivista se baso en el principio de la observación directa, utilizando afirmaciones teóricas basadas en generalizaciones causales tipo leyes. La tarea era adquirir un conocimiento fidedigno del mundo social, para realizar predicciones, intervenir y moldear la vida social. Se inspiraba en la capacidad predictiva de las ciencias naturales.
		El principal motivo por el cual se rechaza el positivismo es por la idea de moldear y controlar a las personas y sociedades, lo que les resulta imposible, ya que los seres humanos no pueden ser estructurados de la misma manera que los seres vivos, ya que son capaces de actuar de formas que confunden nuestras previsiones al respecto. 
		El siglo XX ha sido testigo de muchas iniciativas por controlar a las poblaciones humanas, Marxismo científico (regímenes comunistas) o racismos científicos (gobiernos fascitas). El papel de Comte fue fundamental en la defensa de una ciencia de la sociedad. 
		Las ideas de Comte tuvieron influencia en el desarrollo de las ciencias. Consideraba que cada ciencia atraviesa tres fases: la teológica, la metafísica y la positiva, y que cada una representa una forma del desarrollo mental humano. La ciencia social es la última área en alcanzar la fase positiva y la sociología su disciplina final. 
		Spencer utilizó las ideas de Comte y afirmó que las sociedades estaban sometidas a la evolución social, así como la naturaleza a la evolución biológica. La evolución social toma la forma diferenciación estructural, donde las sociedades sencillas evolucionan hacia formas cada vez más complejas, y de adaptación funcional, modo en que las sociedades se acomodan a su entorno. Las sociedades mejoran funcionalmente su adaptación a través de la diferenciación estructural. Creía que el principio de supervivencia del más fuerte era aplicable a la evolución social, por lo que no estaba a favor de la intervención del estado.
		La teoría de la evolución social fue ampliamente reconocida, pero en el siglo XX cayó en el olvido. Su destino contrasta con Karl Marx, cuya influencia es difícil de sobreestimar. 
Karl Marx: la revolución capitalista
Ni él, ni Engels, se consideraron sociólogos, aunque buscaron una comprensión científica de la sociedad. 
Marx consideraba que la aparición de su obra científica social era una ruptura con la filosofía y las formas de pensamiento filosóficas. 
Su interés por las clases obrera industrial esta estrechamente relacionado con sus estudios sobre el capitalismo y su funcionamiento. 
Enfoque teórico de Marx: el materialismo dialéctico
Su obra es importante por diversos motivos. Su análisis del capitalismo parte de su teoría más general sobre la lucha de clases como motor de la historia. Las ideas marxistas crearon la base de muchos movimientos y gobiernos políticos del siglo XX (URSS, Cuba, China).
A veces se denomina materialismo histórico a la perspectiva de Marx, aunque sería más exacto hablar de concepción materialista de la historia, lo que significa que el marxismo se opone al idealismo. 
Marx defiende que las ideas dominantes y los ideales de determinada época son reflejos de la forma de vida dominante de la sociedad, y en concreto de su modo de producción. 
Las ideas dominantes de una época son las de sus gobernantes, según afirma Marx. El interés primario del materialismo histórico se dirige hacia el modo en que las personas trabajan colectivamente para producir una vida juntos. 
Los modos de producción sucesivos: ¿Una teoría general acertada? 
Sus estudios lo llevaron a concluir que las sociedades habían tenido una evolución estructurada. 
En el pasado remoto no se desarrolló la propiedad privada, sino que había una propiedad colectiva y sin división de clases (Comunismo primitivo). 
En la antigua Grecia y Roma el desarrollo de las sociedades se basó en la agricultura y las relaciones de propiedad feudales.  
El feudalismo basado en una división de clases terratenientes y campesinos sin tierras en régimen arrendamiento.
La producción feudal alcanzo sus límites productivos y dio paso a la sociedad capitalista. Los primeros capitalistas invirtieron en talleres y manufacturas en el siglo XVI. En revolución francesa este grupo era suficientemente numeroso y poderoso para convertirse en una fuerza revolucionaria. 
Bajo el capitalismo, los antagonismos de clase se simplificaron enormemente, y la sociedad, se dividió en dos grupos: los propietarios y los trabajadores. La revolución capitalista rompió los límites, exigiendo a los trabajadores una nueva disciplina y muchas horas de esfuerzo. El capitalismo ha sido un modo de producción revolucionario, pero sus logros están basados en la explotación de los trabajadores. 
Marx pensaba que el capitalista daría paso a otro modo de producción, el comunismo, impulsado por los trabajadores. La propiedad privada quedaba abolida y se establecían relaciones sociales comunales. El capitalismo moderno tendría a su disposición todas las ventajas  de un sistema capitalista altamente productivo, capaz de desarrollar el principio de que cada uno da según sus capacidades y recibe según sus necesidades.
La teoría marxista del capitalismo, es de gran importancia para la sociología, ya que desafiaba las idas previas que los problemas producidos por las industrias podían ser solucionados dentro del propio sistema. La perspectiva de Marx sirve como recordatorio de que las fabricas no se materializan a partir de la nada, sino que son producto de las relaciones sociales.
Marx demostró que las teorías generales puede ser practicadas. Muestra también el principal problema de las teorías generales: la dificultad de someterlas a una verificación empírica. 
Los marxistas tardíos han intentado explicar porque no ha habido una revolución comunista global y para ello se han visto obligados a modificar las ideas de Marx.  
La fundación de la sociología 
Comte, Spencer, Marx y los primeros teóricos, sentaron las bases de la sociología. En su época la sociología no era una disciplina formal. 
La sociología necesitaba adquirir de status de respetabilidad, y el trabajo de Durkheim,  supuso un gran avance. 
Émile Durkheim: el nivel social de la realidad
Durkheim es una figura fundamental de la sociología académica. Tuvo una formacon filosófica convencional, pero se acerco a las ciencias sociales. Realizó múltiples publicaciones. En 1902 lo llevo a la Sorbona y siete años más tarde fue nombrado profesor de la ciencia de educación y sociología. La sociología se había afianzado dentro de la institución. 
	La influencia de Durkheim en la sociología moderna estuvo relacionada con la naturaleza de la propia disciplina. Consideraba que era imprescindible estudiar los fenómenos sociales cuando se investigaban las acciones de las personas más allá de sus interacciones individuales. Las instituciones y las formas sobreviven a los individuos particulares por lo que deben tener una realidad propia. Esta realidad requiere explicaciones genuinamente sociológicas. Lo social es un nivel de realidad por derecho propio que no es susceptible de ser reducido a la mera acción. 
	Durkheim se centró en los fenómenos de grupo y los hechos sociales, como los índices comparativos de suicidio. La psicología de los individuos no era un tema de estudio apropiado para los sociólogos. Desde este punto de vístala distinción entre las formas mecánicas de solidaridad encontradas en las sociedades menos complejas y la solidaridad orgánica que caracteriza las grandes sociedades industriales modernas. La solidaridad mecánica se minimiza el individualismo y el individuo se subsume dentro de la colectividad. La solidaridad orgánica es producto de la exhaustiva división de trabajo, tendente a producir más diferencias que semejanzas. 
	Rechaza la idea de que el industrialismo moderno destruye inevitablemente la solidaridad social y amenaza el tejido social. Las formas orgánicas de solidaridad crean vínculos de interdependencia mutua más fuertes, que ofrecen un potencial para un mejor equilibrio entre las diferencias individuales.El funcionalismo estructural del siglo XX
	Décadas de los cuarenta, los cincuenta y los sesenta, el funcionalismo estructural, se convirtió en el paradigma central de la sociología. Sociología y funcionalismo estructural solían considerarse una misma cosa. Se destacaron Merton y Parsons. 
	Parsons combinó las ideas de Durkheim, Weber y Pareto, que partió del “problema del orden social”. Se cuestiona cómo puede mantenerse unida la sociedad cuando todos los individuos que la forman tienen intereses propios y persiguen sus propios deseos y necesidades. Filósofos como Hobbes respondieron a esta pregunta. 
	Rechazó esta solución. Observó que la conformidad de las personas frente a las reglas sociales no se debía exclusivamente al temor negativo al castigo, sino que se éstas se conformaban de formas positivas. Se han interiorizado a través del proceso continuo de socialización. La sociedad no sólo existe “ahí afuera”, sino también “aquí adentro”. 
	Dirigió su atención hacia el funcionamiento del propio orden social. Ideó un modelo basado en la identificación de las necesidades del sistema, conocido como el paradigma AGIL. Si un sistema social quiere tener continuidad debe realizar cuatro funciones básicas. Debe ser capaz de adaptarse a su entorno y reunir suficientes recursos para hacerlo. Debe definir y poner en marcha las metas que quiere alcanzar y los mecanismos para lograrlas. El sistema debe estar integrado y los diversos subsistemas eficazmente coordinados. El sistema social debe contar con maneras de preservar y transmitir sus valores y su cultura a las nuevas generaciones.
	El subsistema económico desarrollaba una función adaptadora, el subsistema político definía las metas de la sociedad y los medios para alcanzarlas, el subsistema de la comunidad realiza labores de integración y el subsistema educativo transmite la cultura y los valores. Esto era una expresión de la teoría de sistemas. Fue vulnerable a la acusación de otorgar excesiva importancia al consenso y los pactos, descuidando los conflictos de intereses y los procesos de interacción a pequeña escala. 
	Merton observó que estudios se centraban en el nivel macro o en nivel micro, está polarización había dejado al descubierto las lagunas entre ambos. Definió las teorías de alcance medios en determinadas aéreas o sobre temas específicos. Su estudio sobre criminalidad y desviación en la clase trabajadora, quería explicar porque se producían tantos delitos relacionados con la codicia de las clases trabajadoras. 
	Esta tesis muestra que no se limitó a continuar la versión de Parsons del funcionalismo, sino que trató de desarrollarlo en nuevas direcciones. Hizo una distinción entre funciones manifiestas y latentes: las primeras son las consecuencias observables de la acción: las últimas, aquellos aspectos que permanecen implícitos. La danza de la lluvia tiene una función manifiesta de atraer la lluvia, si no funciona se continúa practicando porque su función latente es construir y sostener la solidaridad de grupo. 
	Merton sostenía que, los aspectos funcionales de las instituciones sociales en que se había centrado Parsons, contenían elementos disfuncionales. 
	La investigación sociológica continúa haciendo referencia al funcionalismo y el concepto de función mantiene un lugar de análisis. La idea de Durkheim de que la sociología debería fijarse en los problemas sociales y aplicar para nuestra comprensión de ellos. Es típica de todos los primeros teóricos sociológicos. 
	Intentando desarrollar nuevas teorías es porque los problemas fundamentales de nuestras sociedades han cambiado. Las sociedades actuales requieren nuevas teorías y perspectivas que nos separan de las tradiciones clásicas. 
Max Weber: capitalismo y religión
	Weber abordó por qué el capitalismo se desarrolló en Occidente exclusivamente. Luego del ocaso de la antigua Roma otras civilizaciones ocupaban una posición más destacada que Occidente. 
	Para responder, debemos saber lo que diferencia a la industria moderna de los anteriores tipos de actividad económica. El deseo de acumular riqueza en civilizaciones muy diferente. 
La religión en el núcleo del capitalismo
	En Weber encontramos algo muy diferente: una actitud hacia la acumulación de riqueza desconocida en la historia. Weber denomina el “espíritu del capitalismo”, el conjunto de creencias y valores que poseían los primeros comerciantes e industriales, con una fuerte tendencia a acumular creencias. Su forma de vida era ciertamente sacrificada y frugal. Una inusual combinación de características fue vital para el desarrollo económico de Occidente, porque, los occidentales no dilapidaron su riqueza, sino que la reinvirtieron. 
	Su teoría contiene la idea de que las actitudes que se manifestaron en el capitalismo procedían de la religión. La Cristiandad tuvo un papel de la promoción de esa actitud, pero la fuerza motora del impacto del protestantismo y especialmente del puritanismo. Los primeros capitalistas fueron mayoría puritanos y muchos con ideas calvinistas. Sostiene que ciertas doctrinas calvinistas fueron la fuente directa del espíritu del capitalismo. Los seres humanos son el instrumento de Dios, que les exige que tengan una vocación, una ocupación. 
	El aspecto de predestinación, también fue un factor importante. 
Interaccionismo simbólico, fenomenología y etnometodología
	Max Weber y G. H. Mead han asentado los cimientos de un enfoque sociológico llamado interaccionismo. Se trata de una denominación general que abarca todos los enfoques que investigan las interacciones sociales entre individuos. Merd afirmaba que no está justificado hablar de estructuras sociales o sistemas sociales, ya que sólo se puede afirmar realmente que existen los individuos y sus interacciones. 
	El interaccionismo simbólico se centra en la interacción a nivel macro y en la forma en que significados se construyen y se transforman a los miembros de una sociedad. 
	La institución que albergó este punto de vista durante unos treinta años, hasta 1950, fue el Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago, conocido como la Escuela de Chicago. 
	El apoyo institucional fue un factor importante en la difusión de esta corriente. El interaccionista simbólico que tuvo más éxito fuera Goffman. 
	La fenomenología es una segunda perspectiva interaccionista, es el estudio sistemático de los fenómenos, de las cosas tal y como se muestran a nuestra experiencia. Se basa en la obra de Husserl y Schutz, quién se concentró su atención en las experiencias cotidianas de la gente y en la manera en que llegan a darse por sentadas, algo que él denomina “actitud natural”. 
	Estaba interesado en las tipificaciones, que consideraba algo habitual. Este mecanismo sirve para ordenar nuestro mundo y hacerlo más predecible. Pero si se convierte en estereotipificacion (generalización ilegítima de las personas basada únicamente en su pertenencia a determinado grupo social), puede llegar a ser peligrosa.
	Las personas también tienden a asumir que todo el mundo piensa de la misma manera que ellas, por lo que pueden ignorar los posibles problemas de comunicación interpersonal. Una vez que este tipo de suposiciones se interioriza, quedan fuera de la vista y se sedimentan hasta formar las bases de la actitud natural. 
	La fenomenología no ha influido en la sociología tanto como otras perspectivas, aunque dio lugar a la etnometodología. 
	La etnometodología, el estudio sistemático de los métodos utilizados por los “nativos” para elaborar sus mundos sociales. Alcanzo importancia en la década de los sesenta, con los estudios de Garfinkel y Cicourel. Critica el funcionalismo estructural de Parsons. La etnometodología pretende descubrir cómo los hechos sociales de Durkheim son creados por los miembros de la sociedad. 
	La obra de Max Weber parece situarse mucho más próxima a la corriente principal de la sociología, aunque estaba interesado en las interacciones sociales y el nivel micro de la vida social. Contrasta con la tradición interaccionista que se desarrolló tras lamuerte de Weber. 
Comportamiento social 
J. C. Agulla
La condición social del hombre lleva implícito el trato con otros hombres. Esta es una peculiaridad de la naturaleza humana que se asienta en el estado de inmadurez biológica al momento de nacer y en el largo periodo de maduración de sus estructuras biológicas. 
Las ciencias del hombre destacaron que el hombre es el ser viviente que nace mas inmaduro y mas indefenso para subsistir por si mismo. A su vez, el largo periodo de maduración biológica del hombre se da conviviendo con otros hombres.
Tanto este estado de inmadurez al momento de nacer como el largo periodo de maduración conviviendo con otros hombres, es una peculiaridad de la naturaleza humana.
De esta manera fue destacado por Aristoteles cuando manifestaba que el hombre es un “animal social” (zoon politikon); fue repetido por Santo Tomas; y luego retomado por Ferguson y los moralistas ingleses del siglo XVII cuando decían que el conocimiento del hombre solo es posible si se lo concediera viviendo en sociedad.
Definir y caracterizar esta peculiaridad del hombre y la manera de acercarse a ella, desde una perspectiva científica y sociológica, es el objetivo de este trabajo.
La filosofía desarrollada en Occidente prestó una especial atención a esta temática, y ha buscado definir y caracterizar de alguna manera esta peculiaridad del hombre. De hecho, lo que siempre dice es que el hombre se encuentra entre hombres y con hombres (y entre cosas y con cosas), y por esto, no puede ser definido ni pensado sin ellos.
Este planteo originario implica, por un lado, una peculiaridad propia de la existencia humana, de la naturaleza o de la vida del hombre, y por el otro, una manera de conocerla.
Lo que debe quedar claro es que para la filosofía contemporánea el hombre es “con” hombres (y cosas), y solo desde ellos (y ellas) puede definirse y caracterizarse su existencia o su vida.
Esta característica del hombre, de estar en el mundo como una estructura primaria existencial, hace que “hombre” y “mundo” se presenten como una unidad existencial que no solo define una peculiaridad de la naturaleza humana, sino que determina una manera de conocerla.
Lo social de hombre tiene tanto una connotación filosófica como una científica. Si bien ambas están íntimamente relacionadas, en este trabajo solo vamos a transitar por el camino de las ciencias. El hecho de que la sociología es una ciencia nos obliga a transitar por este camino.
Hay tres postulados que caracterizan a lo social en el hombre como segunda naturaleza:
1) El primer postulado es el siguiente: lo social (o cultural, o histórico) del hombre es algo adquirido en la convivencia. Este postulado implica que lo social es un resultado de la vida de cada hombre con los otros hombres, de tal suerte que estos, de alguna manera, lo conforman y lo transforman. En consecuencia, el hombre no nace social sino que se hace social (o antisocial). Los hombres socialmente aislados niegan esta creencia, y las conclusiones de las ciencias del hombre demuestran el carácter adquirido de los social.
2) El segundo postulado seria: lo social (o cultural, o histórico) afecta las estructuras del hombre. Este postulado implica que la convivencia con los otros hombres condiciona las potencialidades biológicas, psicológicas, sociales, etc. del hombre. Los hombres socialmente aislados confirman este condicionamiento.
3) El tercer postulado seria: lo social (o cultural, o histórico) no define al hombre. Este postulado implica que la convivencia con los otros hombres es insuficiente para definir, por si misma, a la condición humana. En consecuencia, lo social no define al hombre, solo lo puede conformar y transformar, como mínimo, porque el hombre tiene una biología específica.
Estas tres características, prestadas como postulados, fijan a su vez el ámbito de validez de conclusiones científicas logradas hasta el momento. Y por ser tales, definen lo social del hombre como segunda naturaleza. Y es segunda en medida en que lo social es adquirido, afecta a las estructuras originarias del hombre y no define lo humano. Se trata, por ser una naturaleza segunda, de algo que lo conforma y transforma, es decir, que define una forma o manera de ser hombre.
El hecho constatable es que cualquiera de estos supuestos, por el hecho de ser diferentes en el tiempo y en el espacio, solo pueden determinar formas de lo social, maneras de ser social, o tipos sociales, pero nunca lo humano en si.
La necesidad de la convivencia: teniendo en cuenta las características de lo social en el hombre, se presupone que la naturaleza humana tiene ciertas potencialidades que lo mantienen abierto a los demás hombres (y a las cosas). En este punto, entra lo que se llama “biología humana”. El hecho verdaderamente cierto es que las ciencias modernas del hombre han destacado la necesidad (biológica, psicológica, social, etc.) de la convivencia humana para la estabilidad, mantenimiento y desarrollo de las propias estructuras primarias del hombre.
Solo se pretende afirmar que el hombre está potenciado para la vida social; y que esta potencialidad no es un instinto, como puede ser el animal, sino solo una necesidad funcional de la convivencia para la estabilidad, mantenimiento y desarrollo de las estructuras humanas.
Según parece, el no cumplimiento de esta función por parte de la convivencia o el cumplimiento de la misma de cierta manera, acarrea afecciones y trastornos en las estructuras humanas. El cumplimiento de esta función de la convivencia depende de este órgano denominado “cerebro interno”. De esta manera, la convivencia tiene un sustento biológico y la apertura de la naturaleza humana una significación social. Y así, hombre y convivencia están unidos funcionalmente.
A la necesidad de convivencia del hombre se agrega ahora una paulatina potenciación, que depende de “su” situación. De esta manera, las necesidades quedan afectadas y dejan de ser siempre las mismas; por eso, estas necesidades no se identifican con los instintos de los animales. En consecuencia: lo que el hombre hace en cada situación depende de sus potencialidades y de sus posibilidades, es decir, de cómo va quedando afectado, tanto el hombre como la situación, por el trato de las cosas y los hombres que cada cual encuentra en su situación. El hombre, así, no responde siempre igual ante los estímulos de la situación, como lo hacen los animales.
Al cumplir la convivencia, el hombre se presenta, por un lado, como una naturaleza primaria abierta y, por el otro, como una naturaleza secundaria condicionante que emerge del hacer y el hacer-se con los otros hombres que encuentre en su situación. A partir de lo dicho podemos definir lo social como la manera como quedan afectadas y dispuestas las potencialidades sociales del hombre y las posibilidades sociales de la situación por la convivencia con los otros hombres. En consecuencia, lo social es el resultado de la convergencia dada por las potencialidades sociales de cada hombre y por las posibilidades sociales de cada situación, constituyendo una unidad funcional definido por el hacer con y el hacer-se con.
Esta unidad funcional se constituye en un hacer, es decir, en un hacer algo. Pero en un hacer con (hombres, cosas, etc). En consecuencia, el hombre, por un imperativo biológico, tiene que hacer algo con, esto o aquello (o nada), pero siempre con otros. Mediante este hacer, el hombre se hace cargo de “su” situación. 
La importancia de este hecho reside en que la situación en que aparece cada hombre va a determinar la forma como quedan afectadas y dispuestas las potencialidades sociales de cada hombre y estas, a su vez, van a afectar y disponer las posibilidades de cada situación.
Las categorías del comportamiento social: tres elementos funcionales del mismo acto:
· La persona social (el complejo de potencialidades sociales)
· La interacción social (el hacer con y el hacerse con)
· La situación social (el complejo de posibilidades sociales)
En consecuencia, la interacción social constituye elmecanismo mediante el cual se actualiza lo social de la persona y de la situación. Estos tres conceptos permiten describir, analíticamente, el comportamiento social como una unidad funcional. No describen tres realidades distintas, sino una realidad: el comportamiento social, el que puede tener distintos tipos.
¿Qué es un hecho social?
E. Durkheim
		¿A qué hechos se da este nombre?
		Se le emplea corrientemente para designar a casi todos los fenómenos que ocurren en el interior de la sociedad. Partiendo de esa base apenas si podríamos encontrar ningún hecho humano que no pudiera ser calificado de social. 
		En realidad, en toda sociedad existe un grupo determinado de fenómenos que se distinguen por caracteres bien definidos de aquellos que estudian las demás ciencias de la Naturaleza. 
		Cuando yo cumplo con mi deber de hermano, de esposo o de ciudadano, cuando ejecuto las obligaciones a que me he comprometido, cumplo deberes definidos, con independencia de mí mismo y de mis actos, en el derecho y en las costumbres, que los he recibido por la educación. 
		Al nacer el creyente ha encontrado completamente formadas sus creencias y prácticas; si existían antes que él, es que tienen vida independiente. El sistema de signos de que me sirvo para expresar mi pensamiento, el sistema de monedas, los instrumentos de crédito, las prácticas seguidas en mi profesión, etc., funcionan con independencia del empleo que hago de ellos. 
	Estos tipos de conducta o de pensar no sólo son exteriores al individuo, sino que están dotados de una fuerza imperativa y coercitiva, por la cual se le imponen, quieran o no. 
	La conciencia pública impide todo acto que la ofenda, por la vigilancia que ejerce sobre la conducta de los ciudadanos y las penas especiales de que dispone. En otros casos la coacción es menos violenta, pero existe. La risa que provoco, el aislamiento en que se me tiene, producen, aunque de una manera más atenuada, los mismos efectos que una pena propiamente tal. No por ser coacción indirecta, es menos eficaz. 
	Si intentara escapar a esta necesidad, mi tentativa fracasaría miserablemente. Aun cuando pueda liberarme de estas reglas y violarlas con éxito, no lo haré sin lucha. Aun cuando pueda vencerlas definitivamente, siempre hacen sentir lo suficiente su fuerza coactiva por la resistencia que oponen. 
	Estos hechos consisten en maneras de obrar, de pensar y de sentir, exteriores al individuo, y que están dotadas de un poder coactivo, por el cual se imponen. No pueden confundirse con los fenómenos orgánicos. Constituyen, pues, una especie nueva, a la que se ha de dar la calificación de sociales. No ha tenido al individuo por sustrato, es evidente que no pueden tener otro que la sociedad. Estos hechos constituyen el dominio propio de la sociología. 
	La mayoría de nuestras ideas y tendencias no son elaboradas por nosotros, sino que provienen del exterior, es evidente que sólo pueden penetrar en nosotros, por medio de la imposición. Toda coacción social no es necesariamente exclusiva de la personalidad individual. 
	Ejemplos como las reglas jurídicas, morales, dogmas religiosos, entre otros, consisten todos en creencias y en práctica constituidas, de lo que antecede podría deducirse que el hecho social ha de ir acompañado forzosamente de una organización definida. Pero existen otros hechos que, sin presentar estas formas cristalizadas, tienen la misma objetividad y el mismo ascendiente sobre el individuo. Nos referimos a lo que se ha llamado corrientes sociales. 
	Somos víctimas de una ilusión que nos hace creer que hemos elaborado por nosotros mismos lo que se nos impone desde fuera. Individuos, generalmente inofensivos, reunidos en manada, pueden dejarse arrastrar por actos de verdadera atrocidad. Cuánto hemos dicho de estas explosiones pasajeras, se aplica igualmente a estos movimientos de opinión, más duraderos, que se producen, sin cesar a nuestro alrededor, ya en el conjunto de la sociedad, ya en círculos más limitados. 
	Para confirmar con una experiencia característica esta definición del hecho social, basta observar la manera como son educados los niños. Toda educación consiste en un esfuerzo continuo para imponer a los niños maneras de ver, de sentir y de obrar, a las cuales no habrían llegado espontáneamente. Les coaccionamos para que trabajen, etc. Si con el tiempo dejan de sentir esta coacción; es que poco a poco origina hábitos y tendencias internas que la hacen inútil, pero que sólo la reemplazan porque derivan de ella. 
	Esta presión de todos los momentos que sufren el niño es la presión misma del medio social que tiende a moldearlo a su imagen y del cual los padres y los maestros no son más que los representantes y los intermediarios. 
	No es su generalidad lo que puede servirnos para caracterizar los fenómenos sociales. Un pensamiento que se encuentre en todas las conciencias particulares, un movimiento que repitan todos los individuos, no son, por esto, hechos sociales. 
	Lo que los constituye son las creencias, las tendencias, las prácticas del grupo formado colectivamente; en cuanto a las formas que resisten los estados colectivos al refractarse en los individuos. 
	El hábito colectivo no existe sólo en estado de inmanencia en los actos sucesivos que determina, sino que, por un privilegio sin par en el reino biológico, se expresa una vez para siempre en una fórmula que se repite de boca en boca, se transmite por la educación y hasta se fija por escrito. Tal es el origen de las reglas jurídicas, morales, de los aforismos y dichos populares. 
	Basta que exista de una manera incontestable en los importantes y numerosos casos que acabamos de recordar, para demostrar que el hecho social es distinto de sus repercusiones individuales. 
	El matrimonio, al suicidio o la natalidad, son evidentemente hechos sociales, pero la estadística nos proporciona medios para aislarlos. Cada una de las cifras comprende todos los casos particulares indistintamente, las circunstancias individuales que pueden tener cierta influencia en la producción del fenómeno, se neutralizan mutuamente y, por consiguiente, no contribuyen a su determinación. Lo que expresan es un determinado estado del alma colectiva. 
	En cuanto a sus manifestaciones privadas, podemos afirmar que tienen algo de social, pues reproducen en parte un modelo colectivo; pero cada una de ellas depende también, y en mucho, de la constitución orgánico-psíquica del individuo. Pertenecen a la vez a dos reinos: se las podría llamar socio-psíquicas. 
	Un fenómeno sólo puede ser colectivo a condición de ser común a todos los miembros de la sociedad o, por lo menos, a la mayoría de ellos, y, por consiguiente, si es general. Es un estado del grupo que se repite en los individuos porque se le impone. Existe en cada parte porque está en el todo. Las creencias y prácticas que las generaciones anteriores nos han trasmitido completamente formadas, las recibimos y las adoptamos, porque siendo a la vez una obra colectiva y una obra secular, están investidas de una autoridad particular que la educación nos ha enseñado a reconocer y a respetar. 
	Llegamos a representarnos de una manera precisa el dominio de la sociología. Este dominio comprende solamente un grupo determinado de fenómenos. Un hecho social se reconoce en el poder de coerción externa que ejerce o es susceptible de ejercer sobre los individuos; y la presencia de este poder se reconoce a su vez, ya por la existencia de alguna sanción determinada, ya por la resistencia que el hecho opone a toda empresa individual que tienda a hacerla violenta. Sin embargo, también se le puede definir por la difusión que presenta en el interior el grupo, con tal que, teniendo en cuenta las precedentes observaciones, se tenga cuidado de añadir, como segunda y esencial característica, que existen con independencia de las formas individuales que toma al difundirse. 
	La coacción es fácil de constatar cuando se traduce al exterior por alguna reacción directa de la sociedad. Pero cuando esta coacción es indirecta, no sepercibe siempre con la necesaria claridad. 
	Los hechos que nos han servido de base son todas maneras de hacer. Ahora bien, existen también maneras de ser colectivas, es decir, hechos sociales de orden anatómico o morfológico. Estas maneras de ser se imponen al individuo de la misma suerte que las maneras de hacer que hemos hablado. 
	Esta organización solamente puede estudiarse con el auxilio del derecho público. Ella es, igualmente obligatoria. Estas maneras de ser no son más que maneras de hacer consolidadas. 
	Si los fenómenos de orden morfológico fueras los únicos que presentasen esta fijeza, se podría creer que constituyen una especie aparte. Pero una regla jurídica es una coordinación tan permanente como un tipo de arquitectura, y, sin embargo, es un hecho fisiológico. 
	Nuestra definición comprenderá todo lo definido, si decimos: Hecho social es toda manera de hacer, fijada o no, susceptible de ejercer sobre el individuo una coacción exterior; o bien: Que es general en el conjunto de una sociedad, conservando una existencia propia, independiente de sus manifestaciones individuales. 
Economía y sociedad – Max Weber
Concepto de la acción social
	La acción social se orienta por las acciones de otros, las cuales pueden ser pasadas, presentes o esperadas como futuras. Los “otros” pueden ser individualizados y conocidos o una pluralidad de individuos indeterminados y completamente desconocidos. 
	No toda clase de acción es “social” en el sentido aquí admitido. No lo es la acción exterior cuando sólo se orienta por la expectativa de determinadas reacciones de objetos materiales. La conducta íntima es acción social sólo cuando está orientada por las acciones de otros. 
	No toda clase de contracto entre los hombres tiene carácter social; sino sólo una acción con sentido propio dirigida a la acción de otros. 
	La acción social no es idéntica, ni a una acción homogénea de muchos, ni a la acción de alguien influido por conductas de otros. El desarrollo de una acción semejante, determinada o codeterminada por el simple hecho de una situación de masa, pero sin que exista con respecto a ella una relación significativa, no se puede considerar como social. Tampoco puede considerarse como una “acción social” específica el hecho de la imitación de una conducta ajena cuando es puramente reactiva, y no se da una orientación con sentido de la propia acción por la ajena. El simple hecho, de que alguien acepte para sí una actitud determinada, aprendida en otros y que parece conveniente para sus fines, no es una acción social en nuestro sentido. Se imita una conducta ajena porque está de “moda” o porque vale como “distinguida” en cuanto estamental, tradicional, ejemplar o por cualesquiera otros motivos semejantes, entonces sí tenemos la relación de sentido, bien respecto de la persona imitada, de terceros o de ambos. La sociología en modo alguno tiene que ver solamente con la acción social, porque constituye el dato central. 
	La acción social, puede ser: racional con arreglo a fines: determinada por expectativas en el comportamiento tanto de objetos del mundo exterior como de otros hombres, y utilizando esas expectativas como “condiciones” o “medios” para el logro de fines propios racionalmente sopesados y perseguidos. Racional con arreglo a valores: determinada por la creencia consciente en el valor propio y absoluto de una determinada conducta, sin relación alguna con el resultado, o sea puramente en méritos de ese valor. Afectiva: especialmente emotiva, determinada por afectos y estados sentimentales actuales. Tradicional: determinada por una costumbre arraigada. 
	La acción estrictamente tradicional esta en la frontera de lo que puede llamarse en pleno una acción con sentido. La masa de todas las acciones cotidianas, habituales, se aproxima a este tipo. 
	La conducta estrictamente activa está, no sólo en la frontera, sino más allá muchas veces de lo que es la acción consciente con sentido. Implica una sublimación cuando la acción emotivamente condicionada aparece como descarga consciente de un estado sentimental. 
	La acción afectiva y la racional con arreglo a valores se distinguen entre sí por la elaboración consciente en la segunda de los propósitos últimos de la acción y por el planeamiento, consecuente con a su tenor, de la misma. Tienen en común el que el sentido de la acción no se pone en el resultado, sino en la acción misma. 
	Actúa estrictamente de un modo racional con arreglo a valores quien, sin consideración a las consecuencias previsibles, obra en servicio de sus convicciones sobre lo que el deber, la dignidad, la bellas, etc. Es siempre una acción según “mandatos” o de acuerdo con “exigencias” que el actor cree dirigidos a él.
	Actúa racionalmente con arreglo a fines quien oriente su acción por el fin, medios y consecuencias implicadas en ella y ara lo cual sopese racionalmente los medios con los fines, los fines con las consecuencias implicadas y los diferentes fines posible entre sí. La orientación racional con arreglo a valores, puede, pues, estar en relación muy diversa con respecto a la racional con respecto a fines. La primera es siempre irracional, porque la reflexión sobre las consecuencias de la acción es tanto menor cuanto mayor sea la atención concedida al valor propio del acto. Absoluta racionalidad en la acción con arreglo a fines es, un caso límite, de carácter esencialmente constructivo. 
	Estas formas de orientación pueden considerarse en modo alguno como una clasificación exhaustiva, sino como puros tipos conceptuales, para fines de la investigación sociológica. 
Cap. 3 - La sociedad como realidad subjetiva
Berger y Luckman
a) Socialización primaria
La sociedad existe como una realidad tanto objetiva (al momento de nacer) como subjetiva. Y esta sociedad se entiende como un proceso dialéctico formado por tres momentos: externalización, objetivación e internalización. Los tres caracterizan simultáneamente a la sociedad y a cada sector de ella, de manera que cualquier análisis que se ocupe solo de uno o dos de ellos no llena su finalidad.
El individuo no nace miembro de una sociedad: nace con una predisposición hacia la socialidad, y luego llega a ser miembro de una sociedad. En la vida de todo individuo, por lo tanto, existe verdaderamente una secuencia temporal, en cuyo curso el individuo es inducido a participar en la dialéctica de la sociedad. El punto de partida de este proceso lo constituye la internalización: la aprehensión o interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa significado, o sea, en cuanto es una manifestación de los procesos subjetivos de otro que, en consecuencia, se vuelen subjetivamente significativos para mí.
La internalización, en este sentido general, constituye la base, primero, para la compresión de los propios semejantes y, segundo, para la aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa y social.
Esta aprehensión comienza cuando el individuo asume el mundo en el que ya viven otros. Por cierto que el "asumir" es de por si, en cierto sentido, un proceso original para todo organismo humano, en la forma compleja de la internalización, yo no sólo comprendo los procesos subjetivos momentáneos del otro: comprendo el mundo en que el vive, y ese mundo se vuelve mío.
Solamente cuando el individuo ha llegado a este grado de internalización puede considerarse en lo miembro de la sociedad.
La socialización es la inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o en un sector de él. La socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez. Y por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. La socialización secundaria es cualquier proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad.
Todo individuo nace dentro de una estructura social objetiva.
El niño acepta los "roles" y actitudes de los otros significantes, o sea que los internaliza y se apropia de ellos.
Lo que más importa para nuestra argumentaciónpresente es el hecho de que el individuo no sólo acepta los "roles" y las actitudes de otros, sino que en el mismo proceso acepta el mundo de ellos.
Recibir una identidad comporta adjudicarnos un lugar específico en el mundo.
La socialización primaria crea en la conciencia del niño una abstracción progresiva que va de los "roles" y actitudes de otros específicos, a los "roles" y actitudes en general.
La norma se generaliza como "Uno no debe derramar la sopa", en la que uno es el mismo como parte de la generalidad que incluye.
El otro generalizado es el punto de pasaje entre una etapa y la otra. Su formación dentro de la conciencia significa que ahora el individuo se identifica no sólo con los concretos, sino con una generalidad de otros, o sea, con una sociedad.
Esta identidad con nueva coherencia incorpora dentro de si todos los diversos "roles" y actitudes internalizados.
La formación, dentro de la conciencia, del otro generalizado implica la internalización de la sociedad en cuanto tal y de la realidad objetiva en ella establecida. Esta cristalización se corresponde con la internalización del lenguaje. El lenguaje es, por supuesto, el vehículo principal de este proceso continuo de traducción en ambas direcciones.
En la socialización primaria no existe ningún problema de identificación, ninguna elección de otros significantes. El niño no internaliza el mundo de sus otros significantes como uno de los tantos mundos posibles: lo internaliza como el mundo, el único que existe y que se puede concebir. Por esta razón, el mundo internalizado en la socialización primaria se implanta en la conciencia con mucho mas firmeza que los mundos internalizados en socializaciones secundarias.
En la socialización primaria, pues, se construye el primer mundo del individuo.
En cualquier sociedad todo programa debe reconocer que no es posible pretender que el niño de un año aprenda lo que un niño de tres. Ese reconocimiento mínimo lo imponen, por supuesto, a la sociedad los hechos biológicos.
La edad en la que en una sociedad puede considerarse conveniente que un niño aprenda a conducir un automóvil puede ser, en otra sociedad, aquella en la que se supone ya habrá matado a su primer enemigo.
La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado si ha establecido en la conciencia del individuo.
b) Socialización secundaria
La socialización secundaria es la internalización de "submundos" institucionales o basados sobre instituciones. Pero a lo que aquí nos referimos es a la distribución social del conocimiento especializado, que surge como resultado de la división del trabajo y cursos portadores se definen institucionalmente.
La socialización secundaria es la adquisición del conocimiento específico de roles, estando estos directa o indirectamente arraigados en la división del trabajo.
La socialización secundaria, requiere la adquisición de vocabularios específicos de roles, lo que significa, por lo pronto, la internalización de campos semánticos que estructuran interpretaciones y comportamientos de rutina dentro de un área institucional.
Los "submundos" internalizados en la socialización secundaria son generalmente realidades parciales que contrastan con el "mundo de base" adquirido en la socialización primaria.
En la mayoría de las sociedades la transición de la socialización primaria a las seis cuando alguien va acompañada de ciertos rituales. Los procesos formales de la socialización secundaria se determinan por su problema fundamental: siempre presupone un proceso previo de socialización primaria; o sea, Que debe tratar con un yo formado con anterioridad y con un mundo ya internalizado.
En la socialización secundaria, las limitaciones biológicas se vuelven cada vez menos importantes en las secuencias del aprendizaje, el cual ahora siga a establecerse en términos de las propiedades intrínsecas del conocimiento que ha de adquirirse.
En la socialización secundaria suele aprehenderse el contexto institucional.
Por ejemplo: El hijo de los campesinos incultos, para seguir con el mismo ejemplo, aprende verdaderamente a su maestro de escuela como funcionario institucional de una manera como nunca aprendió a sus padres, y comprende el rol que desempeña el maestro como representante de significados institucional mente específicos. Por consiguiente, la interacción social entre maestros y educandos puede formalizarse.
El individuo establece, pues, la distancia interés uso total y su realidad por una parte, y el so parcial específico del rol y su realidad pone otra. Esta importante pero esa sólo es posible después que sea efectuada la socialización primaria.
La distribución institucionalizada de tareas entre la socialización primaria y la secundaria varía de acuerdo con la complejidad de la distribución social del conocimiento.
La sociología en América Latina
J. C. AGULLA
	En las sociedades nacionales dominantes, se han presentado estilos sociológicos distintos, los cuales han sido etapas del proceso de institucionalización y han respondido a los niveles de maduración científica. 
	En América Latina se ha dado un confuso grado de reconocimiento social como ciencia y un conflictivo grado de reconocimiento como profesión. 
	Existe una relación de dependencia estructural e institucional de las sociedades nacionales latinoamericanas que hace que se recepcionen teorías provenientes de Europa y los EE.UU. 
	La sociología en América Latina, ha sido siempre y lo es actualmente, dependiente de las teorías sociológicas elaboradas en, por y para las sociedades naciones de Europa y de los EE.UU. 
	Las teorías sociológicas no pudieron ser consideradas como una conciencia verdadera, porque no han emergido precisamente de las estructuras y procesos específicos y significativos de la región como la totalidad. Surge así la temática de la “dependencia”. Las teorías sociológicas no se sustituyen o completas, ni los estilos sociológicos se integran o acumulan. Por el contrario perviven unos al lado de otros y todos con alguna cuota de reconocimiento. 
	La primera recepción de teorías se produce en la última década del siglo XIX y en la primera década del siglo XX. Llega como una sistematización de las teorías fundamentalmente de Comte y Spencer, también de otros autores enciclopédicos y algunas contribuciones de las teorías analíticas. Da origen a la llamada Sociológica Académica, que se manifestaba en la cátedra universitaria. En América Latina hay una experiencia sociológica singular: la para-sociología. 
	Una segunda recepción se da en la década del 50 con las teorías “empírico-sistemáticas” de EE.UU y que dan origen a la “Sociología Científica”. 
	Una tercera recepción en la década del 60 con las teorías “críticas” (URSS), que dan origen a la “Sociología Comprometida”. 
	Estas sucesivas recepciones que representan distintos niveles de maduración de la sociología no se van integrando en el ejercicio de sus funciones.
	El grado de recepción e institucionalización dependían del nivel de desarrollo y el tipo de estructuras sociales, de la influencia de algunos países sobre otros, de la coyuntura política y de la tradición institucionalizada alcanzada. 
	A partir de la década del 40, una tendencia evidente a la superación de la así llamadas “sociologías nacionales, es decir una orientación hacia la latinoamericanización de la sociología. 
	Juegan un papel fundamental, la etapa de expansión de las sociedades nacionales dominantes, sobre todo EE.UU. 
Factores endógenos
· Función divulgadora de las primeras revistas de sociología
· Publicación de obras por parte de editoriales privadas y universitarias
· Función cumplida por la Asociación Latinoamericana de sociología
Factores exógenos
· Actividades cumplidas por algunos organismos internacionales como la OEA. 
· Funciones cumplidas por ciertas fundaciones norteamericanas y algunas europeas con sus sistemas de becas de estudio. 
	Estos factores han influido para que paulatinamente la preocupación sociológica en América Latina se extendiera hacia los “problemascomunes” de la región como totalidad. Pero para que se lograra esto fue necesario que se tomara conciencia del significado de la integración y de la dependencia. Este punto se continúa actualmente. 
Desarrollo de la Sociedad Nacional
J. C. Agulla
	A fines de siglo XVIII y comienzos del siglo XIX surge una nueva forma de vida social llamada Sociedad Nacional, resultado de ciertos procesos como la constitución del Estado, la revolución industrial o la imposición de la ciencia como manera de conocer. 
	Comienza aparecer una nueva estructura de dominación que se caracteriza por la estratificación clasista, la estructura de Poder burocrático y una ideología liberal de base racional. 
	Esta nueva forma de vida tuvo un desarrollo: 
Integración
	Comienza el proceso de integración de una estratificación social clasista con una estructura de poder burocrático y una ideología liberal de base racional. La estructura de dominación de las principales nacionales se caracteriza por la presencia conjunta y superpuesta de una estratificación social estamental y de una estratificación social clasista, de una estructura aristocrática del poder y de una estructura burocrática, y una ideología liberal. 
	A medida que transcurre el tiempo, los elementos de la estructura de dominación de las comunidades feudales se presentan cada vez como más residuales mientras que los elementos de las sociedades nacionales se presentan como emergentes. 
Consolidación 
	Se presenta en las principales sociedades de Europa y los EE.UU entre la guerra franco-prusiana y la crisis económica mundial de 1929. Se realiza la estructura de dominación propia de las sociedades nacionales
Expansión y/o crisis
	Entre la crisis de 1929 y el momento actual. Etapa abierta que ofrece una doble alternativa: expansión y crisis, las cuales son posibles porque la estructura de dominación de las sociedades, se caracterizan por la presencia de una estratificación social clasista y una estratificación social de status ocupacionales, una estructura burocrática y tecnocrática de poder, y por último una ideología liberal de base racional con una operativa de base tecnológica. Esta estructura de dominación es básicamente conflictiva. La alternativa expansión y/o crisis surge de una decisión política, porque el desarrollo no es un proceso inevitable por el que tienen que pasar todas las sociedades. 
Niveles de cientificidad de la sociología 
	Ningún conocimiento científico se ha constituido de una vez y de golpe. Los niveles de cientificidad de la sociología responden a las funciones de ser un conocimiento racional de la sociedad, a ser una conciencia crítica de la sociedad, o por último, ser un método de conocimiento. 
	El desarrollo de las sociedades nacionales es correlativo a la maduración de la sociología. Las distintas teorías sociológicas aparecidas a lo largo de la historia van respondiendo a problemas sociales e históricos. 
	Podemos fijar tres niveles de cientificidad de la sociología, representados a través de cuatro tipos de teorías sociológicas: 
	
a) Enciclopédicas: Con representantes como Comte, Marx o Spencer, dieron respuestas a la etapa de integración de las sociedades nacionales. Son los fundadores de la sociología. Pretendieron crear una ciencia de la sociedad. Muchos autores han sostenido que son fundamentalmente teorías filosóficas de la sociedad o de la historia. Agulla, sostiene, en cambio, que todas estas teorías, “objetualizan” a la sociedad como una forma de vida social que se presenta en la historia. Tienen bajo nivel de cientificidad, y no alcanzaron a elaborar conceptos propios de la sociología. Responden a la pregunta por la aparición e integración de las sociedades. Utilizan la observación conceptual y prueban sus hipótesis recurriendo a la historia. 
b) Analíticas: Con representantes como Durkheim, Weber o Pareto, dieron respuestas a la organización de las sociedades. Son los clásicos de la sociología porque responden a la estructura de dominación típica de las sociedades nacionales. Tienen un mayor nivel de cientificidad, al incorporar los primeros términos estrictamente técnicos y específicos. Han cambiado el objeto de conocimiento de la sociología. La observación no se dirige a la sociedad como un todo sino al comportamiento sociológicamente relevante, condicionados por agrupamientos sociales. Concentran su atención en los grupos sociales y en las instituciones sociales. La aparición de las teorías analíticas implico el reconocimiento social de la sociología como ciencia
c) Empírico-sistemáticas: Con representantes como Parsons o Merton, dan respuestas a la alternativa de expansión de las sociedades nacionales. Se apoyan en la tradición de las teorías analíticas y en investigaciones empíricas. Surgen como una necesidad de sistematizar y acumular los conocimientos empíricos para dar respuestas a las necesidades creadas por la gran crisis económica. De allí la concentración evidente en los “problemas sociales” propios de las sociedades nacionales en expansión. Muestran una gran especialización, por la cual la sociología se convierte más en un instrumento técnico que como un complemento cultural. 
d) Críticas: Con representantes como Mannheim, ponen en duda la subsistencia de las sociedades nacionales. Se apoyan en las teorías enciclopédicas y en una filosofía de la sociedad. Se vuelven contra la sociología como ciencia, y la acusan de ser una ideología. No solo buscan explicar, sino transformar.
Estructuras e instituciones sociales 
J. C. Agulla
Sentido del concepto de rol en las relaciones sociales 
	Las modernas teorías sociológicas, captan a los comportamientos sociales sociológicamente relevantes con el concept de “rol”. Este concepto, representa lo mismo que los conceptos de “solidaridad” (Durkheim) o “acción social” (Weber). 
	El concepto de “rol” representa lo sociológicamente relevante de la acción social. El rol es un tipo de comportamiento social que ejecutan los individuos particulares pero que se orienta en función de la respuesta de otro u otros individuos particulares. Representa comportamientos sociales interrelacionados entre sí, es decir, que el uno reclama al otro, necesariamente. Estos hechos destacan a la relación social como un tipo de vinculación de comportamientos (roles) que son supra-individuales, coactivos, pre-existentes e irracionales. 
	La relación social, en consecuencia, es una vinculación equipolente de funciones (roles) dentro de una determinada situación social. Son comportamientos sociales que si bien los ejercen los individuos particulares, no son de ellos: son de la “sociedad”, del grupo, de la gente. 
	La manera de ejercer los roles, varía históricamente pero también espacialmente. Sin embargo, en cada momento histórico y en cada situación social, hay una definición de cada rol, la cual la da la “sociedad”.
	El concepto de rol tiende siempre a significa una función de la relación social, es decir, lo que hay que hacer para satisfacer necesidades a fines y/o lograr fines comunes; es, si se quiere, una división de funciones. Por eso, los roles nunca se ejercen solos. Siempre se ejercen interelacionados con otro u otros roles. Por eso constituyen relaciones sociales. Una relación social es una relación de roles, es una equipolencia de funciones que se dan en los comportamientos sociales reales y concretos. 
	Se expresan en pautas de comportamiento que asumen los participantes como hábitos de comportamiento. 
La estructura social como situación social o realidad objetiva del ejercicio de los roles
	El conjunto de las relacione sociales, en una situación social dada, origina una estructura social; es decir, la forma que adquiere la situación social por el ejercicio de los roles equipolentes; o sea de las relaciones sociales. 
	Una estructura social es un sistema de relaciones sociales concretas y efectivas, unidas para satisfacer necesidades afines y/o lograr fines comunes. Los roles, si bien son pautas indicativas de comportamiento social aparecen cuando

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