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1 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES L e c t u r a 1 Fernández, B., R. (1996) Introducción a la Evaluación Psicológica. Madrid: Pirámide. Tomo I. Cap. 1, pp. 25–58; Cap. 2, pp. 59-86; Cap. 5, pp. 137-182. Fernández, B., R. (1996) Introducción a la Evaluación Psicológica. Madrid: Pirámide. Tomo II. Cap. 16, pp. 27–30, 57-64; Cap. 22, pp. 244-283; Cap. 23, pp. 284-315. UU NN II DD AA DD II .. CC OO NN SS TT RR UU CC CC II ÓÓ NN DD EE UU NN PP RR OO GG RR AA MM AA DD EE II NN TT EE RR VV EE NN CC II ÓÓ NN PP SS II CC OO LL ÓÓ GG II CC AA Introducción 2 Conceptos y Modelos Básicos 10 El Proceso como Procedimiento Científico y sus Variantes 30 La Observación 43 Evaluación de Características de la Personalidad 69 Evaluación del Desarrollo del Lenguaje 75 Evaluación del Desarrollo Psicomotriz 98 2 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES IINNTTRROODDUUCCCCIIOONN Dentro del campo de trabajo del psicólogo se encuentra un área fundamental en su formación que es la aplicación del conocimiento científico. Nos referimos a la Intervención en escenarios naturales, alejados del laboratorio y de los datos teóricos que provienen de la ciencia básica. La intervención se constituye en un conjunto de herramientas que, además de ofrecer información sobre el estado actual de un problema psicológico, permite realizar cambios estables en éste. En la actualidad, el centro de las intervenciones psicológicas es sin duda, el niño en edad preescolar y escolar, ya que la sociedad de hoy demanda mayor atención a este nivel educativo porque se han detectado varias clases de trastornos que ameritan la participación de especialistas de la ciencia psicológica. Por ello, el objetivo del presente módulo es dotar al estudiante de información sobre estrategias de intervención afines a la solución de diferentes problemas de índole psicológica en el nivel preescolar y en el escolar. ¿Qué es la intervención psicológica? El psicólogo comúnmente realiza diversas acciones dependiendo del campo laboral donde se ubique. No obstante, siempre tendrá actividades sistemáticamente organizadas que le permitan ofrecer una respuesta eficiente a los problemas que le son encomendados. Por lo tanto, en un escenario educativo el psicólogo detecta, evalúa, diagnostica y plantea alternativas de tratamiento a las situaciones objeto de su participación, siendo el profesional calificado para llevar a cabo algún tipo de modificación en la conducta o aprendizaje en escuelas o centros educativos. Intervenir significa para el psicólogo modificar. Cualquier modificación amerita siempre una evaluación previa y posterior para valorar los cambios producidos ya sea en la conducta, el aprendizaje, la metodología de enseñanza o el funcionamiento general de la institución educativa. No puede haber intervención sin el examen cuidadoso de todos los factores que influyen en el caso de interés. Los tratamientos o planes de intervención deben contar con una utilidad demostrada por la investigación; debe ser viable para el contexto en el que viven y se desarrollan los sujetos.1 En general, la intervención es una herramienta más con que cuenta el psicólogo en su trabajo cotidiano, puede decirse que es la más importante porque en todos los ambientes de inserción le pedirán resultados de sus programas de cambio. Con ella es capaz de diseñar actividades para solucionar problemáticas diversas. La intervención requiere una amplia toma de decisiones que se sustenta en el conocimiento teórico de la disciplina, en la experiencia de quien realiza este trabajo y principalmente, acorde con las necesidades específicas del caso. Características generales del proceso de intervención psicológica La intervención se realiza en ámbitos variados, como el clínico, el social, el organizacional y el educativo, en éste se sitúa sobre las diferentes variables psicológicas que concurren en los procesos educativos generan desde la infancia. Las técnicas de intervención en Psicología Educativa son las derivadas de las áreas básicas y aplicadas de la psicología. Para el psicólogo es muy relevante conocerlas porque le ayudarán en el diseño y planteamiento de estrategias de cambio de la conducta o de los procesos de enseñanza- aprendizaje. En el siguiente cuadro se ilustran algunas de estas variables y su relación con el proceso de intervención psicológica según Caplan (1999)2. Las implicaciones de este cuadro incluyen, tomar en cuenta cada una de las columnas, ya que ningún programa que atienda a la infancia debe ignorar el papel que juegan los otros factores. También, el psicólogo debe promover que los educadores trabajen con él hacia objetivos particulares. Por lo general, se obtiene la cooperación de ellos si se les concientiza acerca de la importancia de su ejercicio así como el de las autoridades escolares y los 1 . Maganto, C. ; Amador, J. A. y González, R. (Coords.). Evaluación psicológica en la infancia y la adolescencia. Madrrid: TEA Ediciones, 2001. 2 Caplan, G. Psicología orientada a la población. En: Navarro, G.J., Fuentes, M.A y Ugidos, D.T.M. (Coords.). Prevención e intervención en salud mental. Salamanca: Amaro Ediciones, 1999. 3 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES padres de familia. Tipos de intervención psicológica En el caso de intervenciones que previenen trastornos psicológicos en niños, la meta es detectar el riesgo biopsicosocial al que se exponen de acuerdo con las columnas del cuadro. En este caso se llama prevención primaria. Cuando la intervención se hace ante la existencia de dichos trastornos se denomina intervención en crisis o durante las transiciones del desarrollo, algunos autores la denominan prevención secundaria. Cuando se lleva a cabo después del problema, es decir, cuando ya hay efectos en el niño o consecuencias en la escuela o familia, se denomina intervención remedial o prevención terciaria. La intervención es completa si participan en ella todas las personas implicadas en la transformación del comportamiento desajustado a otro más competente, sobre todo en el jardín de niños. Por ejemplo, la participación entrenada de los padres, que como señalan algunos autores, tanto ellos como otros familiares son fuente de estimulación constante para el niño, con su ejemplo, su modelo, sus reacciones y sus actitudes. 3 En el trabajo con niños se recomienda incluso considerar el tipo de cultura donde se hará la intervención, ya que creencias distintas entre niños y maestros, o niños-niños, padres-maestros, etc., puede ocasionar que las metas de tratamiento no signifiquen lo mismo para todos.4 ¿Cómo planear una intervención psicológica en una escuela de nivel preescolar y básico? El paso previo a una intervención es una investigación. Esta conlleva elementos de evaluación y diagnóstico de necesidades específicas en la institución o población meta. Si se realiza con un solo individuo o grupo se le denomina a este, sujeto o grupo focal respectivamente.La entrada del 3 Antón, D.M., Méndez, C.F.X. y Olivares, R.J. (1993). Intervención psicológica: Programas aplicados de tratamiento. Salamanca: Pirámide. 4 Weisz, J. R. & Robin, W.V. En: Cichetti, D. & Toth, S.L. (1999). Developmental approaches to prevención and intervention. Rochester Symposium on Developmental Psychopathology. UK: University of Rochester Press. psicólogo al escenario escolar requiere precisar desde el inicio hacia dónde y hacia quién se dirigirá la estrategia. Con frecuencia, el sujeto o grupo focal se modifica en función de requisitos que el investigador propone o en función de decisiones de participación en el tratamiento que provienen de los padres o autoridades educativas. Otro elemento a considerar es la finalidad de la intervención, debido a que si se ejecuta posterior a un psicodiagnóstico; por lo regular se dedicará a modificaciones específicas en un solo sujeto o grupo, por ejemplo, en cuestiones de índole clínica, las cuales, podrían formar parte de una terapia o tratamiento especializado. Inclusive tratamiento médico o psiquiátrico que rebasa el trabajo del psicólogo. Por otro lado, si se parte de una evaluación habrá más aspectos que retomar en ese sujeto o grupo porque se estimará no sólo el qué sino el cómo y cuánto deben hacerse esos cambios.5 La evaluación comprende no sólo los datos que se obtienen de tests, sino de observaciones y otros elementos que se encuentran tras la realización de entrevistas, aplicación de cuestionarios a padres, alumnos, maestros, etc. La intervención contiene mucha información producto del análisis sistematizado y riguroso por parte del profesional de la psicología. Cabe recordar que la investigación puede proseguir durante la intervención porque hay datos que la alimentan y la pueden modificar si es necesario. Proceso general de intervención El proceso general de intervención inicia con una detección que puede ser por parte del personal docente, los padres u otro profesional (pediatra, médico, entrenador, dentista, trabajador social, etc.) quien informa acerca de algún comportamiento no típico o alterado en el comportamiento del niño o en su aprendizaje. El psicólogo se dedica a elaborar un estudio del problema o motivo por le cual se refiere al niño a su consulta y bien puede realizar el psicodiagnóstico o la evaluación pertinentes. Posteriormente realizará un plan de intervención tomando en cuenta toda la información que recopiló para el caso y plantea algunas metas de tratamiento. Lleva a cabo la intervención según sea la necesidad o demanda del cliente o paciente y finalmente evalúa esta intervención. 5 Carpintero, H. (2002). Del diagnóstico a la evaluación, una cuestión a debate. Revista Acción Psicológica, 3, 233-244. 4 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES En los siguientes apartados se detallan algunas de estas etapas. Recursos útiles para recolectar información y planear la estrategia. En la mayoría de centros escolares se reúne información del alumno de varios tipos, con la finalidad de llevar un control de la población estudiantil y tenerla a la mano en caso necesario. En el siguiente cuadro sinóptico se ilustran algunos de estos recursos así como sus características: Cuadro 2. Registros escolares útiles para el psicólogo. Registros acumulativos Incluyen datos sociodemográficos del alumno, datos de los padres, historia académica, control de asistencias, calificaciones, resultados de pruebas psicométricas, observaciones de maestros. REGISTROS ESCOLARES Registros de salud Datos de exámenes médicos, salud mental, información sobre enfermedades padecidas, operaciones, alergias, discapacidad, etc. Registros anecdóticos Reporte de incidentes que el personal consideró importantes en la vida del alumno. El segundo recurso para obtener información es de los más empleados en la actualidad por la psicología moderna, se trata de la observación sistemática y metodológicamente fundamentada. No se observa cualquier evento de la conducta ni de las interacciones por sí mismas, sino aspectos muy específicos del comportamiento, resultado de un análisis teórico, apropiados al contexto de intervención. Para el caso de niños menores de seis años (preescolares), es útil observar su actitud hacia los adultos, esto es si se aprecia temor, aislamiento hacia ellos, confianza, rechazo, desinterés, entre otros. Con ello se puede complementar el esquema de evaluación porque se reúnen datos sobre el tipo de autoridad del adulto hacia el niño. También la actitud hacia las rutinas, con ello se sabe si el niño puede cumplir una secuencia de acciones importantes para su desempeño escolar, por ejemplo: trata de que los demás hagan lo que le corresponde a él, se organiza para usar, cuidar y guardar sus materiales, etc. Por último, la actitud hacia los compañeros, es decir, con quiénes se asocia y por qué, si puede participar en el grupo, si le cuesta trabajo hacer amigos, etc. Lo anterior con el propósito de hacer un examen de su competencia social6 y para tomar decisiones que auxilien al docente en su metodología de enseñanza. No debe olvidarse que las relaciones interpersonales que establece el niño están mediadas por la intervención del maestro y que puede requerirse establecer cambios también en ese sentido. Algunos autores proponen que se observe la actitud hacia la disciplina, la expresión de la fantasía, el tipo de juego, entre otros. Como complemento a los recursos del psicólogo se tienen además: a) Entrevistas con los padres, que pueden ser informativas, de orientación o para recabar más información que sirva al diagnóstico diferencial si se trata de una evaluación individual; b) Entrevistas con los maestros y: c) Entrevistas personalizadas con los niños. Aplicación de instrumentos psicométricos para planear una intervención. Una vez detectado el problema de carácter psicológico, el profesional identifica los objetivos de su competencia y destina una tiempo para la valoración que en casi todos los casos exige la aplicación de pruebas 6 Hernández, G.L. (1999). Hacia la salud psicológica: Niños socialmente competentes. México: UNAM. 5 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES psicometrícas, esto con la finalidad de afinar aún más las metas en la futura intervención. Para decidir si se aplican tests o evaluaciones debe tomarse en cuenta que evaluar se refiere a la actividad científica y profesional de recoger, valorar e integrar la información sobre un sujeto utilizando diferentes fuentes de información y de acuerdo con un plan previamente establecido, con el objetivo de responder a las demandas del cliente. En tanto, la aplicación de tests consiste en administrar, puntuar e interpretar un test psicométrico con el fin de obtener una muestra de la conducta del examinado en un determinado dominio, muestra que después se valora de modo normalizado.7 Entonces, evaluar es un proceso amplio que se utiliza en cualquier área aplicada de la psicología y aplicar tests se relaciona con mayor frecuencia a la psicología clínica. Importancia de las pruebas psicológicas. La utilización de pruebas se ha generalizado en todo el mundo desde hace muchas décadas. El propósito de su aplicación es variado y ha evolucionado acorde con las necesidades del mercado de trabajodel psicólogo; a partir del uso en grupos específicos (soldados, trabajadores, enfermos psiquiátricos, etc.) y principalmente en laboratorios de psicología experimental, hasta años más tarde, a una aplicación masiva en escuelas, organizaciones, deportistas, niños pequeños, ancianos, etc., dando cuenta de la importancia que se le ha concedido a este recurso profesional que forma parte de cualquier intervención. Puede afirmarse que el uso de pruebas no debería excluirse de ningún programa destinado a hacer cambios en los distintos escenarios o personas debido a que los resultados de esas pruebas psicológicas alteran la situación individual de manera profunda8 En este sentido, si se pretende elaborar un programa de intervención 7 Fernández-Ballesteros, R., De Bruyn, E.E.J., Godoy, A., Hornke, L.F., Ter Laak, J., Vizcarro, C., Westhoff, K., Westmeyer, H. y Zaccagnini, J.L. (2003). Guías para el proceso de evaluación (GAP): Una propuesta a discusión. Papeles del Psicólogo, 86, 58-70. 8 Gregory, R.J. (2001). Evaluación psicológica. México: El Manual Moderno. debe pensarse en los recursos necesarios para una buena evaluación. Deben utilizarse primero los instrumentos de amplio espectro9 que auxilien en la ubicación precisa del o los problemas en el niño y después aplicar instrumentos particulares, reduciendo así el campo de acción y mejorando la obtención de detalles útiles para el tratamiento. Por ejemplo, aquellos factores personales y familiares que tiene el niño y que pueden utilizarse en un momento dado para favorecer el resultado de la intervención. La evaluación psicológica, con y sin el uso de pruebas psicométricas, de acuerdo con los especialistas, cumple cuatro funciones en su calidad de disciplina aplicada, a saber: descripción, clasificación, predicción, explicación y control de la conducta del sujeto. En el ámbito clínico, educativo, laboral, entre otros, se dedica a diagnosticar, orientar, seleccionar y tratar al sujeto o al grupo motivo de la evaluación.10 Al momento de planear una intervención debe recordarse que de ser posible, se aplicarán conocimientos y técnicas provenientes de distintas disciplinas, tal como sucede en las intervenciones de tipo preventivo.11,12 Tipos de pruebas que se pueden utilizar en la evaluación psicológica. Como ya se mencionó, el uso de pruebas está restringido al profesional de la psicología, ya que este profesional es el único calificado para hacer uso de la información proveniente de los resultados de las mismas. Ni las secretarias, ni los docentes, ni los padres de familia pueden ser responsables de la aplicación de instrumentos psicológicos para elaborar un plan de acción. Por lo tanto la elección de una u otra prueba requiere de un rigor metodológico y un compromiso ético de la valoración del sujeto o del grupo en cuestión. Las pruebas que más se utilizan en las escuelas de nivel básico, son las destinadas a medir inteligencia, aptitudes, estatus sociométrico, habilidades académicas, autoconcepto, motivación y un apartado muy específico sobre 9 Silva, M. F. (1995). Evaluación psicológica en niños y adolescentes. Madrid: Síntesis. 10 Fernández-Ballesteros, R. (1998). Introducción a la evaluación psicológica. Tomo I. Salamanca: Ediciones Pirámide. 11 Fernández-Ríos, L. (1994). Manual de psicología preventiva. Madrid: Siglo XXI. 12 Buela-Casal, G. Fernández-Ríos, L. y Carrasco, G.T.J. (1997). Psicología preventiva. Madrid: Pírámide. 6 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES dificultades para el aprendizaje. Algunos manuales de evaluación en escenarios escolares consignan hasta 26 posibles pruebas que se pueden usar en el diseño de una sola intervención.13 Cada proceso de evaluación distingue las pruebas que usará, bien podrían ser tests, Listas de chequeo, Inventarios, Cuestionarios, Escalas, etc., con el fin último de recabar información apropiada para el tipo de intervención a desarrollarse. Las necesidades específicas en las escuelas guían el proceso de evaluación y de intervención. Todas ellas se atienden mediante técnicas psicológicas. El psicólogo debe ser capaz de reconocer si se requiere una actuación psicopedagógica, psicológica a nivel preventivo o remedial o definitivamente a nivel clínico. Fuentes (Cit. En López y cols, 1999)14 presenta algunos programas de intervención en escuelas para favorecer la competencia social y las relaciones de los niños con sus iguales. Ejemplos de éstas son: 1. Programas destinados a promover el desarrollo de capacidades de interacción. 2. Programas de entrenamiento para solucionar problemas sociales. 3. Programas para modificar las creencias de los niños hacia los compañeros. 4. Programas para fortalecer una habilidad social específica. 5. Programas enfocados a mejorar la aceptación del niño. 6. Intervenciones de apoyo, que son programas para involucrar a otros profesionales en el problema a tratar. Estos programas son acordados con la escuela ya que son dirigidos hacia niños o grupos de niños en particular. Si, por ejemplo, se pretende evaluar la inteligencia, el psicólogo debe 13 Zaynab Gates Z. & Domingo Bazán C. (2002). Manual para la evaluación psicopedagógica. Santiago de Chile. 14 Fuentes, M.J. Los grupos, las interacciones entre compañeros y las relaciones de amistad en la infancia y adolescencia. En: López, F., Etxebarría, I., Fuentes, M.J. y Ortiz, M.J. (1999). Desarrollo afectivo y social. Madrid: Pirámide. recordar los enfoques existentes en el concepto que evaluará ya de ello dependerá el tipo de prueba a elegir. En el concepto estático o tradicional, la inteligencia consiste en un conjunto de factores que permiten al sujeto resolver distintos problemas y adaptarse socialmente. En este enfoque las pruebas comunes son: Escala de Inteligencia Stanford-Binet (Forma L-M de Terman y Merril); Escala de Wechsler: WPPSI para niños de 4-6 años y WISC para personas de 6-16 años, todas tienen ya sus respectivas revisiones; Factor G (de Catell); Test de Aptitudes Escolares de Thurstone y Thurstone; Test de Aptitudes Diferenciales (DAT); entre otros. En el competo dinámico, apegado al modelo teórico cognoscitivista, se concibe a la inteligencia como un conjunto de procesos cognitivos que intervienen en el procesamiento de información donde se produce la codificación, almacenamiento, organización y recuperación de la misma. El interés se pone en explicar el cómo de las diferencias individuales más que en medirlas.15 Pruebas para evaluar el contexto educativo. En la valoración de niños pequeños, que están iniciando su escolarización, deben afinarse los tipos de medición que se emplean. Estos niños pasarán durante varios años por un proceso de selección y clasificación constante por parte de sus maestros, compañeros y familiares, porque pertenece a un grupo determinado en la escuela o exclusivo por alguna característica en particular en matemáticas, inglés, deportes, música, etc. Que lo hacen especial ya de por si. Los tests de aptitudes pueden ser útiles para clasificar el ingreso al preescolar o la primaria y para identificar o respaldar la existencia o probable ocurrencia de problemas para el aprendizaje.16 La mayoría de manuales sobre aplicación de tests previenen al psicólogo acerca del sesgo que puede haber en la evaluación debido a la opinión del maestro quien puede llegar a favorecer o perjudicar al niño examinado. 15 González-Pienda, J.A., Valle, A.A. y Alvarez, P.L. Inteligencia y aptitudes. En: González-Pienda, J.A., González. C.R., Núñez, P.J.C. y Valle, A.A.(Coords.). Manual de psicología de la educación. Madrid: Pirámide, 2002. 16 Cronbach, L.J. (1998). Fundamentos de los tests psicológicos. Madrid: Biblioteca Nueva. 7 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES Cuando se evalúa el acto educativo en sí, los tests a veces no resultan de mucha utilidad. Kirchner, Torres y Forns 17, indican algunas características que debe seguir toda evaluación cuando se trata del proceso de enseñanza- aprendizaje; como son: ser interactivo con el niño, usar material secuenciado y organizado, poner énfasis en la evaluación formativa e interpretar educativamente los resultados. Una vez concluido el proceso de evaluación se toman otras decisiones y para ello se parte del informe que se entrega de los resultados puesto que muchas familias de los participantes o las mismas autoridades escolares suspenden en este paso la intervención del psicólogo. Lo cual no significa que haya fracasado en su intención de ayudar en el proceso de cambio, sino que su trabajo esta supeditado a políticas, voluntades y consentimiento de otras personas. ¿Cómo se redacta el informe psicológico después de una evaluación e intervención? El informe psicológico es la comunicación escrita u oral, confidencial y científica realizada por un psicólogo a su cliente, representante legal o autoridad legal competente, de los resultados de un proceso de evaluación/intervención psicológica. Es parte del proceso de intervención en su totalidad.18 En resumen, los criterios del informe me extienden al reporte que se hace después de una intervención y deben ser los siguientes: 1. Poseer la calificación adecuada para realizar la intervención. 2. Respetar la dignidad, libertad, autonomía e intimidad del cliente. 3. Respetar y cumplir el derecho y el deber de informar al cliente. 4. Organizar los contenidos del informe de acuerdo con el siguiente orden: a) Nombre del autor, del cliente y sujeto a 17 Kirchner, T., Torres, M. y Forns, M. (1998). Evaluación psicológica: modelos y técnicas. Barcelona: Paidós. 18 Pérez, E., Muñoz, M. y Ausin, B. (2003). Diez claves para elaboración de informes psicológicos clínicos. Papeles del psicólogo, 86. quien se enviará; b) fuentes de información; c) instrumentos, procedimientos y tests utilizados; d) pasos y procedimientos seguidos para satisfacer la demanda del cliente; e) resumen con las conclusiones más importantes y; f) recomendaciones. 5. Describir los instrumentos empleados y facilitar la comprensión de los datos. 6. Incluir el proceso de evaluación, as hipótesis formadas y justificar las conclusiones. 7. Cuidar el estilo de redacción. 8. Mantener la confidencialidad y el secreto profesional. 9. Solicitar el consentimiento informado antes de iniciar cualquier evaluación o intervención. 10. Proteger los documentos El Código ético del psicólogo mexicano, señala que en el caso de estudiantes de psicología, el profesor, investigador o psicólogo titulado, supervisará cualquier tipo de intervención que realicen los primeros y será responsable de los resultados de tales intervenciones.19 De hecho en muchas instituciones educativas el acceso es nulo al profesional de la psicología porque hay mitos en torno al papel que ejerce como modificador de conducta o interventor en el aprendizaje. Evaluación de la intervención De acuerdo con Fernández-Ballesteros20, la valoración de la intervención implica, el juicio sobre los tratamientos concretos a individuos concretos, la respuesta que se dio a las necesidades de cambio en la conducta, la revisión del resultado de psicoterapias individuales y la revisión del resultado de otras intervenciones que se realizan en el contexto social de los estudiantes, es decir, los efectos en la familia, los amigos, los iguales, los docentes y las instituciones que rodean al niño. Esta investigadora menciona tres tipos de juicios que se pueden emitir sobre la utilidad de una intervención al finalizar ésta. Para ilustrarlos se 19 Código ético del psicólogo. Sociedad Mexicana de Psicología. México, 2003. 20 Fernández-Ballesteros, R. (1998). Introducción a la evaluación psicológica. Tomo II. Madrid: Pirámide. 8 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES presenta el siguiente mapa mental: Toda intervención conlleva un costo, bien de tipo económico, físico o social para los participantes o bien, de tipo político, familiar, etc. Muchas escuelas basan su publicidad en el supuesto de que cuentan con el personal calificado para atender a los estudiantes. Cabe reflexionar en cuanto a la participación ética, científica y especializada del profesional de la psicología cuando es invitado a colaborar en distintos centros escolares ya que sus aportaciones o decisiones pueden influir en el destino de muchos alumnos. Conclusiones Muchas escuelas toman en cuenta la participación del psicólogo con el fin de obtener resultados alentadores a sus distintas problemáticas por lo que intervenir es una gran responsabilidad que se refleja en el aspecto teórico, técnico y práctico de la disciplina. Intervenir significa hacer cambios y los cambios provienen de una acertada evaluación que si bien debe iniciar por un buen diagnóstico, en la actualidad no debe descuidarse la evaluación permanente en los métodos y procesos que se realizan en escenarios educativos. Tanto la evaluación como la intervención deben evaluarse. EFICIENCIA Permite relacionar los beneficios objetivos con el costo de la intervención EFICACIA Permite saber si la intervención alcanzó los OBJETIVOS PREVISTOS Cómo evaluar mi intervención? Cuando se realizan intervenciones en escuelas preescolares y primarias, la investigación previa contempla a los niños, maestros , padres y autoridades educativas, existiendo diversas herramientas para llevar a cabo esta indagación, tal es el caso de los tests, cuestionarios, observación sistemática, entrevistas, entre otras. La finalidad de su aplicación será siempre bajo principios éticos y resguardando la opinión científica de los profesionales que utilizan estas herramientas. Los pasos de la intervención psicológica siguen una secuencia pero las necesidades propias de cada institución limitan la participación del psicólogo hacia algunas actividades con las que debe partir para iniciar su desempeño profesional. EFECTIVIDAD Permite saber si la intervención produjo unos determinados cambios o resultados Cuando el sujeto o grupo en cuestión es sometido a algún tratamiento, y es evaluada la eficacia del mismo, se dice que la intervención ha concluido. Quien realice intervenciones psicológicas deberá apegarse a los principios internacionales que rigen la implementación de esquemas de tratamiento o planes de cambio en el comportamiento y el aprendizaje como parte de la calificación del futuro profesional e la psicología. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Antón, D.M., Méndez, C.F.X. y Olivares, R.J. (1993). Intervención psicológica: Programas aplicados de tratamiento. Salamanca: Pirámide. Buela-Casal, G. Fernández-Ríos, L. y Carrasco, G.T.J. (1997). Psicología preventiva. Madrid: Pírámide. Caplan, G. Psicología orientada a la población. En: Navarro, G.J., Fuentes, M.A y Ugidos, D.T.M. (Coords.). Prevención e intervención en salud mental. Salamanca: Amaro Ediciones, 1999. 9MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES Carpintero, H. (2002). Del diagnóstico a la evaluación, una cuestión a debate. Revista Acción Psicológica, 3, 233-244. Código ético del psicólogo. Sociedad Mexicana de Psicología. México, 2003. Cronbach, L.J. (1998). Fundamentos de los tests psicológicos. Madrid: Biblioteca Nueva. Fernández-Ballesteros, R. (1998). Introducción a la evaluación psicológica. Tomo I. salamanca: Ediciones Pirámide. Fernández-Ballesteros, R. (1998). Introducción a la evaluación psicológica. Tomo II. Madrid: Pirámide Fernández-Ballesteros, R., De Bruyn, E.E.J., Godoy, A., Hornke, L.F., Ter Laak, J., Vizcarro, C., Westhoff, K., Westmeyer, H. y Zaccagnini, J.L. (2003). Guías para el proceso de evaluación (GAP): Una propuesta a discusión. Papeles del Psicólogo, 86, 58-70. Fernández-Ríos, L. (1994). Manual de psicología preventiva. Madrid: Siglo XXI. Fuentes, M.J. Los grupos, las interacciones entre compañeros y las relaciones de amistad en la infancia y adolescencia. En: López, F., Etxebarría, I., Fuentes, M.J. y Ortiz, M.J. (1999). Desarrollo afectivo y social. Madrid: Pirámide. González-Pienda, J.A., Valle, A.A. y Alvarez, P.L. Inteligencia y aptitudes. En: González-Pienda, J.A., González. C.R., Núñez, P.J.C. y Valle, A.A. (Coords.). Manual de psicología de la educación. Madrid: Pirámide, 2002. Gregory, R.J. (2001). Evaluación psicológica. México: El Manual Moderno. Hernández, G.L. (1999). Hacia la salud psicológica: Niños socialmente competentes. México: UNAM. Kirchner, T., Torres, M. y Forns, M. (1998). Evaluación psicológica: modelos y técnicas. Barcelona: Paidós. Maganto, C. ; Amador, J. A. y González, R. (Coords.). Evaluación psicológica en la infancia y la adolescencia. Madrrid: TEA Ediciones, 2001. Pérez, E., Muñoz, M. y Ausin, B. (2003). Diez claves para elaboración de informes psicológicos clínicos. Papeles del psicólogo, 86. Silva, M. F. (1995). Evaluación psicológica en niños y adolescentes. Madrid: Síntesis. Weisz, J. R. & Robin, W.V. En: Cichetti, D. & Toth, S.L. (1999). Developmental approaches to prevención and intervention. Rochester Symposium on Developmental Psychopathology. UK: University of Rochester Press. Zaynab Gates Z. & Domingo Bazán C. (2002). Manual para la evaluación psicopedagógica. Santiago de Chile. 10 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES CCOONNCCEEPPTTOOSS YY MMOODDEELLOOSS BBÁÁSSIICCOOSS Un psicólogo está realizando una exploración a un sujeto internado en un hospital psiquiátrico con el fin de llegar a un diagnóstico y/o recomendar un determinado tratamiento. Indaga sobre el motivo de su internamiento, recaba datos de su biografía mediante entrevistas, dialoga con el paciente y sus familiares con el fin de conocer sus condiciones socioambientales, le aplica una serie de tests y técnicas de medida con el propósito de examinar una serie de características psicológicas, observa su conducta en la sala hospitalaria, etc. Con base en ello, tras efectuar un psicodiagnóstico recomienda un determinado tratamiento. Más tarde, una vez finalizado el tratamiento prescrito, el psicólogo vuelve a explorar al paciente valorando los cambios que se han producido en su comportamiento y, en su caso, recomendando su alta. Este psicólogo ha realizado una evaluación psico- lógica. En una escuela se está efectuando una labor de orientación a una serie de escolares; se trata de conocer sus aptitudes intelectuales, así como sus intereses y preferencias profesionales con el fin de recomendar una determinada alternativa educativa. El psicólogo escolar realiza una serie de mediciones psicológicas mediante tests y entrevistas hasta que logra establecer los estudios o la profesión más idónea para cada sujeto. También este profesional de la Psicología está realizando una evaluación psicológica. En una empresa se pide a un psicólogo un proceso de selección para elegir el candidato más idóneo para un determinado puesto de trabajo. El psicólogo efectúa una serie de exámenes psicológicos a los candidatos en base a tests, entrevistas, observaciones, etc. Finalmente, con base en los resultados, y conociendo el perfil del puesto de trabajo, el psicólogo presentará un listado de aquellos candidatos especialmente idóneos. Ese psicólogo realizó una evaluación psicológica. Se requiere un estudio pormenorizado de una institución infantil — pongamos por caso un centro de educación especial— con el fin de proceder a determinados cambios encaminados a una optimización de sus servicios. Un grupo de psicólogos y otros profesionales examinan, de ese contexto, aspectos físicos y arquitectónicos, de política organizativa, de clima social, analizan las relaciones entre tales condiciones y el comportamiento de los usuarios y, finalmente, llegan a establecer una serie de recomendaciones de cambio. Estos científicos sociales están realizando la evaluación psicológica de un ambiente humano. Se trata de valorar una intervención, tratamiento o programa, con la que se desea conseguir una serie de cambios conductuales en base a una serie de objetivos propuestos. Los psicólogos encargados de tal valoración seleccionan una serie de tests o instrumentos de medida, con el fin de evaluar los cambios comportamentales finales producidos por la intervención o indicadores sobre sus efectos. También, en este caso, se ha realizado una evaluación psicológica valorativa. En un laboratorio universitario se está efectuando un experimento por el que se trata de comprobar los efectos de una serie de manipulaciones experimentales en una serie de parámetros de las respuestas (motoras, fisiológicas o cognitivas) de una serie de sujetos. El proceso de recogida de datos sobre las variables dependientes mediante observación, registros mediante aparatos o autoinformes suponen, también, tareas evaluativas. Estos y otros muchos ejemplos son demostrativos de la importancia y diversidad de la Evaluación psicológica en distintos contextos aplicados; incluso, cabe decir, que son tareas evaluativas las más frecuentes de las realizadas por los psicólogos (Fernández-Ballesteros, en prensa). Sin embargo, a la hora de describir tales tareas hemos utilizado diferentes rúbricas, así como los propósitos perseguidos en los distintos contextos de aplicación han sido diferentes. Todo ello requiere una aclaración; se trata de establecer el concepto de los diferentes términos utilizados (psicodiagnóstico, medición psicológica, evaluación, valoración) en la prosecución de diferentes objetivos (diagnóstico, orientación, selección, cambio) con el fin de llegar a una definición de lo que es o comprende a la Evaluación psicológica. Algunas distinciones terminológicas La constante, en todos los ejemplos presentados en el apartado anterior, estriba en que existe una serie de actividades de exploración, medida o análisis de comportamientos o fenómenos psicológicos relativos a un sujeto, o grupo especificado de sujetos, y que ello se realiza mediante un proceso de indagación y toma de decisiones. La diversidad estriba en que tales actividades se realizan con variados propósitos, en contextos diversos. Así, no tiene nada de extraño que tal pluralidad de actividades, contextos y objetivos 11 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES psicológicos hayan determinado que, a lo largo del tiempo y de los distintos contextos culturales, las acciones evaluativas hayan adoptadodistintas denominaciones. En primer lugar, como señalábamos en otro lugar (Fernández-Ballesteros, 1980; véase también Pelechano, 1988), el término psicodiagnóstico tomó carta de naturaleza, tanto en nuestro país como en otros contextos europeos, para hacer referencia a las actividades que nos ocupan y sirvió, incluso, como título de las correspondientes materias de los distintos planes de estudio de Psicología durante los últimos treinta y cinco años. Con una clara semántica médica y origen europeo (inicialmente utilizado por Herman Rorschach para denominar su conocida técnica de interpretación de manchas de tinta), tal denominación ha perdido, hoy en día, parte de su vigencia. Sin embargo, aunque su ámbito de generalidad haya decrecido, tal término sigue teniendo aplicabilidad cuando el objetivo de evaluación es el del diagnóstico psicológico: es decir, el de establecer la clasificación del sujeto en estudio con fines clínicos. Por otra parte, a lo largo de nuestros ejemplos, hemos hecho referencia a la aplicación de tests o técnicas de evaluación que conlleva cualquier actividad evaluativa. Es decir, no cabe duda que, cualquiera que sea el objetivo o el contexto de evaluación, han de ser aplicados una serie de dispositivos de medida o análisis en los que basar los juicios emitidos. Así, se ha producido tal equiparación de la Evaluación psicológica con los procedimientos de recogida de información a través de los cuales se realiza ésta —y, más concretamente, con los tests— que ha llevado, incluso, a denominar a nuestra disciplina Tests psicológicos como la pura acción de aplicar tests (o Testing). Evidentemente, la importancia de las técnicas a utilizar durante el proceso evaluativo es grande; ahora bien, el propio Cronbach (1990) señala cómo evaluación es un término más amplio que el correspondiente a la mera aplicación de tests, ya que connota la integración y valoración de la información recogida. Es por ello que, hoy en día, también en bibliografía anglosajona, ha ido decayendo el término «tests psicológicos» a la vez que se ha ido incorporando el de «evaluación psicológica». Hasta aquí, brevemente, hemos tratado de diferenciar las tres denominaciones más importantes de la disciplina que va a desarrollarse a lo largo de estas páginas, con lo que, también, estamos justificando el propio título de esta obra. Pero, además, conviene añadir, como punto de partida (como ya lo señalábamos hace años, Fernández-Ballesteros, 1980; véase también Sundberg, 1977; Pelechano, 1988), que en los últimos veinte años se ha producido una ampliación del objeto de la Evaluación psicológica. Así, en nuestros tres primeros ejemplos, la evaluación se dirigía, fundamentalmente, al estudio de las características psicológicas del/los sujeto/s en evaluación, mientras que en nuestro cuarto y quinto ejemplo la evaluación se refería a un específico contexto habitado o, incluso, en nuestro quinto ejemplo (y, en parte, en el primero) la evaluación o valoración se dirigía a una concreta intervención. Todo esto, que será ampliado convenientemente en las próximas páginas, plantea la necesidad de comentar dos términos etimológicamente idénticos en español: «evaluación» y «valoración». Pues bien, tratando de diferenciar entre ambos, a través de un estudio empírico (Fernández- Ballesteros, 1985) pusimos de relieve que evaluación (assessment) hace referencia, fundamentalmente, al examen o exploración de personas, mientras que valoración (evaluation) implica semejantes actividades referidas a objetos (puestos de trabajo, tratamientos, programas). Por todo ello, hemos adoptado el término «evaluación psicológica» por cuanto vamos a presentar una visión introductoria sobre el estudio científico, mediante una serie de procedimientos de recogida de información, de las actividades psicológicas de una persona (o grupo especificado de personas) con el fin de alcanzar los objetivos propuestos. Tan sólo, dedicaremos dos capítulos a las extensiones actuales de la Evaluación psicológica, es decir, a la evaluación del ambiente y a la valoración de intervenciones, en la parte séptima de esta obra. Hasta aquí, una referencia sincrónica de los elementos pertinentes a nuestra disciplina. A continuación vamos a tratar de hacer una breve reseña con el fin de presentar un análisis diacrónico de los hallazgos e hitos históricos que justificarán, desde esta perspectiva, nuestro concepto de la Evaluación psicológica. Breve reseña histórica reciente La Evaluación psicológica, como subdisciplina de la Psicología, transcurre históricamente en paralelo a ella. Por tanto, aunque resulta difícil entresacar sus hitos históricos específicos, vamos a abordar aquellos más relevantes relativos a su constitución y desarrollos recientes. No vamos a tratar aquí los antecedentes de la disciplina; el lector interesado deberá consultar textos 12 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES especializados como los de Dubois, 1970; McReynolds, 1975; Fernández- Ballesteros, 1980, 1983; Carpintero, 1989. Constitución Tres son los autores que comparten la paternidad de la constitución de la Evaluación psicológica: Francis Galton, McKeen Cattell y Alfred Binet. Veamos sus principales aportaciones en lo tocante a nuestra disciplina. Francis Galton (1822-1911) Padre de la Psicología diferencial, cuyo objetivo básico fue la descripción y medición de las características lunarias. Ya en 1869, con su publicación Classification of Men According to Their Natural Gifts, inició el estudio psicológico de las diferencias individuales. Pero fue en 1883 cuando publicará su obra más importante, Inquiries into Human Faculty and its Development, punto de partida de los tests mentales. A él se debió el que pudiera llevarse a cabo una primera rudimentaria evaluación psicológica, ya que, en 1884, creó un «Laboratorio Antropométrico» en el «South Kensington Museum» de Londres, donde cualquier persona por poco dinero podía conseguir medir su estatura, peso, capacidad respiratoria, fuerza muscular, rapidez de golpeteo, capacidad auditiva, agudeza visual, capacidad sensorial discriminativa y otra serie de evaluaciones sensoriales, perceptivas y motoras (véase Dubois, 1970). Con todo ello, no cabe duda de la importancia de Galton para la Evaluación psicológica ya que sintetiza con su obra objetivos evaluativos científicos y aplicados y lleva a la vida cotidiana la tecnología psicológica que había permanecido durante años en los laboratorios. McKeen Cattell (1860-1944) Sus objetivos científicos, fundamentalmente diferencialistas, le llevan a realizar su tesis doctoral sobre el estudio diferencial de los tiempos de reacción bajo la dirección de Wundt. A él se deben una serie de pruebas psicológicas para la medida de la presión dinamométrica, la velocidad de rotación del brazo, la habilidad para percibir estimulación en la palma de la mano, la memoria para las letras, etc. En 1890 acuñó el término «test mental»; el objetivo de tales pruebas lo caracterizó en la determinación del rango, exactitud y naturaleza de las facultades psicológicas, así como en la posibilidad de reunir suficiente material como para hallar los factores que regulan el desenvolvimiento de estas facultades, sus conexiones,- así como sus perturbaciones. Es también el primer autor que plantea baterías de pruebas para la evaluación psicológica, proponiendo en 1896 dos baterías diferentes, cada una conformada por una serie de tests. Rechaza abiertamente la introspección y mantiene como objetivo prioritario la utilización de procedimientos de medición objetivos en el estudio de las ejecuciones de los sujetos en diversas tareas. La propuesta de los tests mentales como instrumentosde medida de determinadas características psicológicas, las técnicas de evaluación de funciones sensoriales, perceptivas y motoras y el énfasis en la utilización de medidas objetivas, son las principales aportaciones de McKeen Cattell a la constitución de la Evaluación psicológica. Alfred Binet (1857-1911) Este autor traspasa el interés por las funciones sensoriales, perceptivas y motoras —objetivos planteados por Galton y Cattell—. Así, dice: «no son las sensaciones, son las facultades psíquicas superiores lo que hace falta estudiar, son 7 ellas las que juegan el puesto más importante y la Psicología individual deberá prestar mucha más atención a ellas» (Binet y Henri, 1905, pág. 416). En la consecución de tales objetivos propone el método de lo que serán los tests mentales; con tales pruebas se integrará el estudio de la memoria, las imágenes mentales, la imaginación, la atención, la comprensión, la sugestibilidad, los sentimientos estéticos y morales, y hasta la fuerza de voluntad. Asimismo plantea tres tipos de requisitos que esas pruebas deben reunir: que estén formadas por tareas sencillas; creen su aplicación se invierta poco tiempo, que sean independientes del examina- gue lós_resultados obtenidos puedan ser contrastados por otros observadores. Es el primer autor que emite un concepto claro de «diagnóstico psicológico». Así, compara tres tipos de métodos complementarios en el estudio diferencial del niño normal y retrasado, el examen médico basado en exploraciones físicas y fisiológicas que es realizado por el médico, el examen escolar que incluye el análisis de los aprendizajes que se desarrollan en la escuela y que ha de realizar el maestro y el diagnóstico psicológico por él enunciado y que dará lugar al primer test de medida de la inteligencia. Sus trabajos sobre la medida de la inteligencia fueron llevados a cabo por Binet entre 1903 y 1909, con la colaboración de Simon, y fueron inmediatamente recogidos por otros investigadores europeos y americanos como Decroly, 13 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES Stern, Terman, Goddard, Kuhlman y otros muchos, hasta tal punto que en 1914 existían ya 254 estudios publicados referidos a los tests de Binet. El interés por la evaluación de las funciones superiores, la consideración del examen psicológico como independiente y complementaria de la exploración médica y de la evaluación pedagógica y la constitución del primer test de medida de la inteligencia parecen suficientes méritos como para considerar a Binet como uno de los padres de la Evaluación psicológica. Estos tres autores, con ser de gran relevancia, comparten el mérito en la constitución de nuestra disciplina con otros científicos como Thorndike (1874- 1949), cuya ingente obra, base de la Psicología del aprendizaje, abarca estudios sobre la inteligencia, así como la contrucción de pruebas psicopedagógicas que aún hoy siguen vigentes Otro autor que merece la pena destacar es Ebbinghaus (1850-1909), que, dedicado a depurar procedimientos objetivos de medida de la fatiga mental, creó una serie de tests llamados de «completamiento» con los que trató de medir las habilidades de los sujetos para la asociación de elementos verbales en una combinación significativa. Todo ello supuso un primer intento de evaluar las habilidades intelectuales de los sujetos mediante pruebas grupales. Desde una perspectiva diferente, la obra de Freud, La interpretación de los sueños, publicada en 1900, va a representar el primer jalón en la formulación de un modelo dinámico de la evaluación y, más concretamente, del diagnóstico de lo inconsciente mediante técnicas de asociación. En esta misma línea, Jung, en 1906, presentará su test de asociación de palabras, mediante el cual proponía realizar el análisis de los conflictos inconscientes. Por último, cabe señalar que también las elaboraciones de los primeros psicólogos matemáticos, como Pearson y Spearman en la última década del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, van a dar lugar a importantes técnicas estadísticas que son la base matemática necesaria para los estudios de grupo propios de la Psicología diferencial a través de los cuales serán construidos los tests psicológicos. La constitución de la Evaluación, producida como una derivación de la psicología científica establecida durante el último cuarto del siglo XIX, abarca un período aproximado de 1890 a 1910. Durante este período se perfila el concepto de la Evaluación psicológica como aquella disciplina dedicada al análisis de la individualidad a través de la evaluación de características sensoriales, perceptivas y motoras, así como de funciones superiores y, todo ello, a través de una serie de técnicas que adoptan el nombre de «tests mentales». Desarrollos Con base en el objetivo de concisión que nos hemos propuesto, vamos a plantear los desarrollos de la Evaluación psicológica acontecidos desde 1910 a 1970, en forma de listado cronológico. Los criterios que nos han guiado en la elección de los hitos históricos reseñados son dos: conceptuales y tecnológicos. Es decir, vamos a referirnos a aquellas fechas, autores y obras que produjeron bien un desarrollo conceptual (en el sentido de introducir nuevas vías de análisis de las cuestiones evaluativas) bien a nuevos desarrollos tecnológicos (en el sentido de innovadores procedimientos de evaluación y medida). Por otra parte, interrumpimos nuestra breve historia en los años setenta con el fin de dejar un lapso, de al menos veinte años, hasta nuestro momento presente. 1910 Kent y Rosanoff establecen una incipiente validación del «Test de asociación de palabras» de Jung. 1912 Rossolimo publica el método de perfiles a través del cual cuantificar los aspectos diferenciales entre componentes innatos y adquiridos. 1914 Woodworth construye el primer test colectivo de medida del ajuste personal, el Personal Data Sheet, que se aplicará a miles de soldados con fines de selección durante la Primera Guerra Mundial. 1915 Aparece el «Test de laberintos» de Porteus, con el que se pretende la evaluación de las capacidades mentales libre de influencias culturales. 1916 Primera adaptación norteamericana de las escalas de Binet que adopta el nombre de «Escala de Stanford-Binet para la medición de la inteligencia». 1918 Se empren4e la evaluación de la inteligencia de miles de soldados aliados en la Primera Guerra Mundial mediante los tests Army Alpha y Army Beta. 1919 Gesell edita la primera «Escala de desarrollo» para la evaluación de las primeras edades de la vida. 1921 Rorschach publica su Psychodiagnostik, en el que se presenta su técnica de evaluación de la personalidad mediante la interpretación de manchas de tinta. 1926 Hartshorne y May realizan la primera crítica de los rasgos y tests de personalidad a través de sus estudios sobre la honestidad. 1926 Goodenough edita el «Test de dibujo de la figura humana», el cual supone el primer antecedente de las técnicas de dibujo en la 14 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES Evaluación psicológica. 1934 Jacob L. Moreno publica su obra 14l o Shall Survive, en la que sienta las bases de los tests sociométricos y situacionales. 1935 Von Lennep publica la primera técnica temática proyectiva, su «Test de cuatro cuadros». 1935 Vygotsky formula el concepto de «zona de desarrollo próximo», antecedente de la importancia de la evaluación de estrategias cognitivas frente a productos intelectuales. 1936 Se publica la primera escala de medida del desarrollo social, la VinelandSocial Madurity Scale de Doll. 1938 Murray presenta, junto a su teoría de la personalidad (elaborada con Morgan), la técnica proyectiva «Test de Apercepción Temática» (TAT). La importancia de este hecho reside no sólo en la elaboración de una nueva técnica proyectiva de relato sino, también, en que mediante esta técnica se propone la evaluación de las interacciones ambiente-conducta. 1939 David Wechsler publica la primera edición de su «Medida de la Inteli- gencia del Adulto». 1942 Hathaway y McKinley presentan el primer inventario clínico de evaluación de entidades nosológicas psiquiátricas, el Minnesota Multiphasic Personality Inventory. 1947 Halstead con su Brain and Intelligence y Luria con su Restauración de la función tras una lesión cerebral sientan las bases de la evaluación neuroapsicológica. 1950 Shapiro presenta en la Reunión Anual de la Sociedad Británica de Psicología el trabajo Un enfoque experimental al diagnóstico mediante tests psicológicos, en el que sienta las bases para una evaluación experimental, siendo también un importante antecedente de la evaluación conductual. 1950 Tyler, en su Basic Principie in Curriculum and Instruction, sienta las bases para la valoración de programas e intervenciones. 1957 Edwards presenta sus trabajos sobre la «deseabilidad social», a través de los cuales se va a poner de manifiesto la importancia de los «estilos de respuesta» en los cuestionarios de personalidad. 1957 Cronbach y Gleser publican Psychological Tests and Personnel Decisior_ donde se propone una teoría formalizada a aplicar en el proceso de evaluación. 1963 Staats publica su Complex Human Behavior, donde se sientan las bases para su evaluación conductual integradora. 1965 Kanfer y Saslow, con la publicación de su trabajo Behavioral Análisis, desarrollan un nuevo modelo de evaluación conductual. 1967 Anastasi, en su trabajo Psychology, Psychologists and Psychologict Testing, denuncia la enorme separación entre la Evaluación psicológica la Psicología. 1972 Feuerstein edita su The Dinamic Assessment of Retarded Performers, que supone el inicio de un modelo cognitivo en la evaluación del funciona-miento intelectual. 1974 Moos publica The Social Climate Scales: An Overview, que representa un consolidado esfuerzo en la evaluación del ambiente. Hasta aquí los hechos históricos más relevantes en la consolidación de la Evaluación psicológica de 1910 a 1974. Nuestro interés, con esta sucinta enumeración, es el de justificar el propio concepto de la disciplina que determinará e= contenido de esta obra. El lector que desee profundizar en estos aspectos histórica deberá consultar las obras especializadas en Dubois (1970), McReynolds (1971 Fernández-Ballesteros (1980), Pelechano (1988) y Carpintero (1989). Si hemos hecho una enumeración mínimamente sustantiva, el análisis de todos esos eventos históricos nos permite establecer una serie de conclusiones. En priva lugar, que gran parte de los sucesos relatados son relevantes no sólo para Evaluación sino para otras áreas o especialidades de la Psicología. Así, la Psicología diferencial y de la personalidad ejercen un papel importantísimo, ya que van a significar nuestro sustrato metodológico y teórico. Así también, los avances de la Psicopatología, la Psiconeurología, la Psicología social, así como la aplicación de los principios de la Psicología del aprendizaje a la clínica, han supuesto hechos históricos determinantes en la construcción de esta disciplina. Por último, las exigencias sociales en el ámbito clínico, escolar y de las organizaciones han promovido la elaboración de técnicas evaluativas, dando lugar a la tecnología de la Evaluación psicológica. En segundo lugar, de lo enumerado se deriva que la mayor parte de las realizaciones producidas en el ámbito de la Evaluación hasta, por lo menos, los años cincuenta se ha centrado en el desarrollo de una tecnología evaluativa dirigida al análisis y constatación de atributos psicológicos, entidades nosológicas y constructor dinámicos. Esto puede verificarse si se examinan detenidamente las recopilaciones hechas por Buros (1938, 1941, 1949, 1953, 1959, 1965, 1972, 1978, 1987 y 1992), las series Advances in 15 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES Psychological Assessment editadas por McReynolds (1969, 1971, 1975a, 1978, 1981, y 1987) o el examen de los pocos textos de esta primera época realizados por españoles, como el de Álvarez Villar (1963). Sin embargo, existen escasas elaboraciones sobre la formulación de las bases conceptuales y metodológicas de la propia disciplina; es decir, se echa en falta una reflexión sobre el objeto y el proceso de la Evaluación psicológica (véanse Pawlik, 1980; Fernández-Ballesteros, 1980). Es a partir de los años setenta cuando comienza una nueva época en la que, junto con la puesta en cuestión y crítica de una evaluación exclusiva-mente realizada con base en tests de medición de características individuales, van desarrollándose modelos (como el conductual y el cognitivo) y tecnología conectada con la Psicología básica. Por otra parte, es también a partir .de los años setenta cuando se extiende el propio objeto de la evaluación, pasando del énfasis en el análisis de las características individuales a la evaluación de interacciones persona-ambiente , de ahí, a la evaluación del propio ambiente y a la valoración de intervenciones (véanse Fernández-Ballesteros, 1980, 1983; Pelechano, 1988). De otro lado, el análisis de los datos históricos que hemos aportado nos debería llevar a perfilar una serie de modelos. En primer lugar, la mayor parte de las elaboraciones se han producido en el ámbito diferencial como una derivación del objetivo fundamental de este enfoque de la Psicología, a saber, el hallazgo de atributos o características psicológicas y psiquiátricas básicas en las que los seres humanos difieren. Desde esta perspectiva, se ha formulado lo que McReynolds (1971) ha denominado modelo del atributo. Desde este modelo, la Evaluación tendría por objeto el hallazgo de las puntuaciones diferenciales que un sujeto obtiene en una serie de atributos, es decir, su posición relativa (con arreglo a la que obtienen otros sujetos) en una determinada característica, con el objetivo de predecir su conducta en diversas situaciones clínicas, laborales o escolares. Pero en nuestro listado histórico también figuran hechos que ligan la Evaluación con el Psicoanálisis. Es precisamente desde el Psicoanálisis y la Psicología dinámica desde donde se desarrollan las técnicas proyectivas que en una época fueron las más importantes técnicas evaluativas. Se crearon (y se siguen creando) con el objetivo básico de analizar el mundo inconsciente de los sujetos e, incluso, como técnicas de verificación de los principios psicodinámicos. Todo esto ha dado lugar a un modelo dinámico a través del cual se pretende el análisis de la vida mental inconsciente del sujeto en exploración en base a lo cual se efectuará la explicación de su comportamiento. Pero también el conductismo y sus derivaciones han dado lugar al llamado modelo conductual, desde el cual se busca el análisis de las relaciones funcionales existentes entre las respuestas (motoras y/o cognitivas y psicofisiológicas) objeto de estudio y aquellas variables que las mantienen o controlan, incorporando, en sus versiones actuales, no sólo condiciones ambientales sino también personales. Finalmente, los avances del paradigma dominante cognitivo han influido tanto en la cognitivización del modelo conductual como en la formación de un claro enfoque cognitivo de la Evaluación. Puede repararse en que un buen nutrido grupo de hechos históricos relevantes para nuestra disciplina se han producidoa instancias aplicadas; es decir, urgencias sociales y elaboraciones desde la Psicología clínica han mediado a la hora de construir instrumentos que permitan la selección, orientación, diagnóstico o desplazamiento de los sujetos. Mientras que los objetivos de selección u orientación no han dado lugar sino a la construcción de técnicas o tests de evaluación —excepción hecha del trabajo de Cronbach y Glesser antes citado—, el interés de médicos y psiquiatras de obtener constatación objetiva, mediante pruebas psicológicas, de la nosología y otras disfunciones neurológicas ha dado lugar a un modelo médico (Hathaway y McKinley, Bender, Wechsler) del Psicodiagnóstico a través del cual se pretende la clasificación del sujeto en base a una serie de entidades nosológicas o etiquetas diagnósticas. En definitiva, podemos resumir diciendo que de los desarrollos de la Evaluación, como disciplina derivada de la Psicología científica, se plantean cinco modelos fundamentales, los cuales, partiendo de distintos objetivos de evaluación y ámbitos de aplicación, van a dar lugar a concretos procedimientos y formas de «hacer» evaluación. En el siguiente apartado analizaremos tales modelos. Modelos de Evaluación psicológica Existen una serie de asunciones previas importantes a la hora de establecer e concepto —definición y objeto— de la Evaluación psicológica, derivadas de los principales hechos históricos ocurridos durante la 16 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES constitución y primeros desarrollos de nuestra disciplina. Estos supuestos son los siguientes: 1. La Evaluación psicológica es una subdisciplina de la Psicología científica. Esto quiere decir que se nutre de los hallazgos de las distintas áreas de la Psicología, especialmente de la Psicología de las diferencias individuales, de la personalidad, cognitiva, del aprendizaje, de la psicofisiología y psiconeurología, de la psicopatología, de la Psicología social, así también de algunos desarrollos de la Psicología aplicada y sus técnicas, que han sido posibles gracias a los avances metodológicos de la Psicología experimental y matemática. El conjunto de todas las elaboraciones sirve de base a las realizaciones evaluativas. Esto implica que todos esos conocimientos psicológicos son necesarios a la hora de emprender una evaluación. 2. La diferencia, en lo fundamental, entre Psicología y Evaluación psicológica, está en que mientras la Psicología tiene por Objeto el estudio de la conducta humana con el fin de llegar a establecer los principios generales que en ella rigen, la Evaluación se dirige al estudio científico de un sujeto, y cuando decimos «un sujeto» nos referimos a un ente individual, prioritariamente una persona, pero, por extensión, también a un específico grupo de personas. Evidentemente, la Evaluación no tiene por objetivo el hallazgo de principios generales, puesto que su objeto son actividades o condiciones de un sujeto individual y, ya se sabe, no puede hacerse ciencia de la individualidad. El Objetivo de la Evaluación es, precisamente verificar si los principios generales establecidos por la Psicología en sus distintas especialidades se dan en ese sujeto individual. 3. La Evaluación psicológica requiere de una tecnología con la que dar cuenta fiable y válida de las unidades de análisis comportamentales. Es por esto que el evaluador está también interesado en la construcción de esa tecnología. A su vez, las técnicas de evaluación suponen una particular área de nuestra disciplina que, además, sirve a la ciencia psicológica básica. 4. La Evaluación psicológica se realiza con objetivos aplicados de descripción, diagnóstico, orientación y/o tratamiento (o cambio de conducta). Estos objetivos guían, necesariamente, la Evaluación. 5. Al igual que sucede con la ciencia psicológica, existen distintos acercamientos, enfoques o modelos que han servido de base a la Evaluación, los cuales difieren en una serie de aspectos. Ellos darán lugar a distintas alternativas conceptuales y metodológicas que van a ser estudiadas en los siguientes apartados. Derivados de los desarrollos históricos, cinco han sido los principales modelos que han servido de base a la Evaluación: el del atributo, el dinámico, el médico, el conductual y el cognitivo. Tales modelos no se han derivado, paralelamente, de los distintos paradigmas que se han ido sucediendo durante la constitución histórica de la Psicología. Forns, Kirchner y Torres (1991) consideran modelos de Evaluación psicológica prácticamente a todos los paradigmas procedentes de la Psicología. En nuestra opinión, la mayor parte de los sistemas psicológicos no ha llevado consigo su correspondiente versión evaluativa. Para poder considerar que un modelo o°? teoría psicológica tiene su correspondiente versión evaluativa tiene que haber,¡ producido desarrollos innovadores en la forma de hacer evaluación; es decir, en el 7 qué (variables), cómo (métodos), con qué (técnicas) o dónde (ámbito de aplicación) evaluar. Así, la fenomenología, a pesar de entrañar un importante sistema psicológico, no ha desencadenado, propiamente, un modelo evaluativo e, incluso, ha negado la posibilidad de su existencia. Sí es cierto que la fenomenología es una de las inspiradoras, como luego veremos, de las aproximaciones cualitativas a la Evaluación pero no se ha configurado como un modelo evaluativo consistente. Por otra parte, algunos modelos evaluativos, como el modelo médico, no se han derivado, propiamente, de sistemas psicológicos sino que han supuesto un transvase desde otras disciplinas en conjunción con las aplicaciones de la Psicología. Pero, aunque los modelos de la Evaluación no son paralelos a los sistemas psicológicos, sí que están presentes en ellos las características o rasgos distintivos de los principales paradigmas de la Psicología. Un estudio que va a permitirnos verificar este punto es el que llevó a cabo Coan (1968) con la empresa de hallar empíricamente las más importantes dimensiones presentes en la Psicología. A través del análisis factorial, Coan analiza las variables entresacadas de los más importantes teóricos de la Psicología (concretamente 54) con la suposición de que esto pondría de manifiesto las distintas tendencias constantes a lo largo del tiempo y de los sistemas psicológicos. Se detectaron 34 variables de contenido, metodología, supuestos básicos y modos de conceptualización. En el primer análisis, factorial (que es el que nos proponemos destacar ahora) obtuvo 6 factores bipolares: endógeno-exógeno, dinámico-estático, mentalista-objetivo, molar-molecular, nomotéticoidiográfico, cuantitativo-cualitativo. Como puede apreciarse, parte de estos factores hace referencia a aspectos conceptuales (endógeno-exógeno, mentalista-objetivo molar-molecular, dinámico-estático), mientras que otros lo hacen a la metodología; (nomotético-idiográfico, cuantitativo-cualitativo). En definitiva, lo 17 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES que es importan-te para nuestros objetivos es que esos factores bipolares van a aparecer en nuestros modelos en tanto en cuanto van a ser examinados en base a las siguientes características: formulación teórica de partida, clase de variables utilizadas, método básico y técnicas, nivel de inferencia, objetivos de evaluación y ámbito de aplicación. En base a estas siete fuentes de variación y análisis vamos a pasar revista a los cinco modelos planteados durante la historia de la Evaluación psicológica, cuya síntesis se presenta en la tabla 1.1. Tabla1.1 Modelos aluación Psicológica de Ev Formulación teórica No cabe duda que detrás de cada evaluador existe una teoría psicológica. Esto le llevará a discriminar la información que recibe sobre el caso, a formular determinadas hipótesis, a elegir determinadas técnicas de recogida de información y análisis de datos, con todo lo cual obtendrá unos determinados resultados. Es decir, el marco referencial teórico del psicólogo evaluador le guiará hacia una determina-da evaluación. Un aspecto esencial de cualquier modelo teórico de la Psicología está en los supuestos sobre los determinantes de la conducta. Con ello se está haciendo referencia al factor bipolar hallado por Coan «endógeno-exógeno». Siguiendo esta polarización, de un lado , la «conducta» (C) o la «respuesta» (R) —es decir, nuestro objeto de estudio— puede considerarse en función de lo endógeno, lo interno, también denominado desde nuestros modelos, indistintamente, «organismo» (0) o «persona» (P). Se entiende por ello bien las condiciones biológicas del individuo bien las características personales o intrapsíquicas de éste. De otro lado, se propugna también que la conducta humana puede estar en función de variables exógenas o externas, haciendo con ello referencia al ambiente (A) o mundo físico y social. Ello es operativizado en contextos, situaciones (S) o/y estímulos (E). Modelo Formulación teórica Variables Métodos Técnicas (Ejs.) Nivel de inferencia Objetivos Ámbitos de aplicación Atributo C = f P Cy = f Cx Rasgos Factores Dimensiones Estrategias correlacionales Cuestionarios de personalidad Tests de inteligencia Nivel II Nivel III Predicción Descripción Pseudo- explicación Escolar Organizaci ones Dinámico C = f P Construcciones teóricas Estructura de la personalidad Observación clínica Técnicas proyectivas Nivel IV Explicación Comprensió n Clínico Médico C = f P C = f O Entidades nosológicas Trastornos biológicos Estrategias correlacio- nales Tests: Cuestionarios Escalas de observación Baterías neurops. Nivel II Nivel III Descripción Clasificación Pronóstico Explicación Clínico Radical: C = f A Ambientales Motoras Conductu al Cognitivo/Co nductual: C = f P x A Cognitivas Motoras Fisiológicas Ambientales Estrategias experimenta- les y correla- cionales Técnicas de observación Autoinformes Registros fisiológicos Nivel 1 Nivel II Explicación funcional Control 1red" cc; p Clínico Escolar Organizaci ones Laboratori o Cognitivo C = f P Representacion es Fases procesamiento Estrategias Estrategias experimenta- les y correla- cionales Ejecución ante tareas cognitivas Autoinformes Nivel III Nivel IV Descripción Predicción Explicación Laboratori o 'Escolar Clínico Conviene resaltar que los distintos autores han venido empleando distintas simbolizaciones para iguales o semejantes conceptos. Así, las abreviaturas P (persona) y O (organismo) han sido ambas utilizadas para hacer referencia a variables psicológicas explicativas internas, mientras que E (estímulo), S (situación) o A (ambiente) lo han sido para hacer referencia a las variables explicativas externas. Así como se ha empleado C o R indistintamente para denominar la conducta o la respuesta que es explicada. Nosotros, en esta obra, vamos a optar por referirnos a la conducta o la respuesta con C, vamos a denominar a los determinantes psicológicos internos con P y vamos a dejar la abreviatura O tan sólo a la hora de hacer referencia a las condiciones organísmicas biológicas. Por último, vamos a simbolizar con A a los determinantes externos o ambientales del comportamiento. Los cinco modelos se sitúan en uno u otro polo de tal factor. Así, el modelo del atributo supone que la conducta está en función de variables personales u organísmicas también llamadas intrapsíquicas o genotípicas. Tales variables no pueden ser evaluadas directamente, sino que es menester tener indicación de ellas por medio de las manifestaciones externas de los sujetos o variables fenotípicas. Las relaciones entre unas y otras se establecen por medio de técnicas correlacionales. Ahora bien, aunque la formulación esquemática de este modelo sería la de C = f P (la conducta está en función de la persona), algunos autores, dentro de este enfoque, pretenden objetivos más modestos, es decir, los de predecir desde una serie de comportamientos otros, por lo cual una segunda formulación desde este mismo modelo es la de Cy = f Cx (la conducta predictora es una función de otra conducta criterio). Por su parte, desde el modelo dinámico se preconiza que el 18 MÓDULO 0508 PRÁCTICA SUPERVISADA I. INTERVENCIÓN EN PREESCOLARES Y ESCOLARES comportamiento puede ser explicado en base a una serie de construcciones teóricas internas que conforman la estructura de la personalidad, las cuales, junto a una serie de dinamismos internos inconscientes, determinan la conducta, por lo que cualquier manifestación conductual será entendida como una expresión de una condición interna de la persona (C = f P). Desde el modelo médico sé trata de conocer la etiqueta o entidad nosológica aplicable a un determinado sujeto que presenta un trastorno conductual con el supuesto de que este está condicionado por la etolología de la determinada desviación conductual que se explora y, por ende, va a llevar el tipo de tratamiento a emplear. En efecto, algunas de las posibles disfunciones conductuales tienen una base biológica o física (como sucede, por ejemplo, en la parálisis general progresiva cuya causa está en la sífilis), pero generalizar esto a toda la psicopatología es, como se sabe, un enorme error conceptual (para una revisión, véanse Eysenck, 1976; Bayés, 1980; Fernández-Ballesteros, 1981a). En todo caso, el modelo médico explica la conducta anormal en base a factores endógenos o internos, bien biológicos, bien intrapsíquicos. Es decir, la conducta es una función de condiciones biológicas (C = f O) o personales (C = f P). El modelo conductual introduce variables ambientales en la explicación del comportamiento, pero mientras que en la alternativa radical la conducta (esencialmente motora) se supone una función de condiciones ambientales, el modelo conductual-cognitivo considera que en su explicación interviene la intervención de factores personales y ambientales. Por último desde la proximación cognitiva a la Evaluación psicológica, podemos hablar, hoy en día, de un modelo desde el cual la conducta es explicada a través de una serie de procesos y estructuras mentales internas, por lo que, muy sucintamente, podríamos decir que la conducta es una función del mundo cognitivo de la persona (C = f P). Conviene resaltar que en todos los modelos comentados el énfasis en lo endógeno-exógeno se requiere, fundamentalmente, al peso de uno u otro en la explicación de la conducta actual. Es decir, a la hora del análisis de la conducta actual del sujeto se echa mano bien de condiciones internas inferidas, bien de condiciones externas presentes; los autores hacen escaso énfasis en la génesis histórica de las variables objeto de estudio. En mayor o menor medida, los modelos que hemos situado en el polo endógeno aceptan que las variables intrapsíquicas explicativas de la conducta han sido gestadas en la interacción del organismo biológico y el ambiente. En definitiva, nuestros modelos endógenos están planteando la evaluación como el estudio de determinadas variables intrapsíquicas persona-les o biológicas sin negar — desde luego— que éstas, en el momento de ser evaluadas, sean —en mayor o menor medida— producto histórico tanto del organismo en un sentido biológico como del ambiente. Pero además, esta polarización teórica conlleva una importante
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