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44 1. EL PROBLEMA DE LA HERENCIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 1.1. Epigénesis y preformismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 1.2.La teoría celular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 1.3. La teoría cromosómica de la herencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 2. NATURALEZA Y EXPRESIÓN DE LOS GENES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 2.1. Los genes y el desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 2.2. La naturaleza del material hereditario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52 2.3. Lectura e interpretación de los mensajes genéticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 2.4. Mutaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 3. TRANSMISIÓN DE CARACTERES HEREDITARIOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 3.1. El origen de la variación genética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 3.2. Variación fenotípica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 3.3. La herencia de los polimorfismos simples . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 3.4. Determinación del sexo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Í N D I C E D E C O N T E N I D O S 45 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS 1. El problema de la herencia Para muchos biólogos el origen de la vida coincide con el origen de la primera molécula capaz de hacer copias de sí misma. Otros sostienen que dicho suceso fue precedido por redes de reacciones metabólicas entre moléculas pequeñas. En cualquier caso, el surgimiento de moléculas autorreplicantes debió de suponer un hito en la historia de la vida. Naturalmente, los seres vivos no se limitan a hacer duplicados de determinadas moléculas; son, además, capaces de hacer copias más o menos parecidas de sí mismos. Dicho de otra forma, los organismos de una especie concreta pueden reproducirse, y sus descendientes heredan un amplio conjunto de características que permiten identificarlos como miembros de dicha especie. ¿Qué papel juegan en este proceso las moléculas replicantes? Una mujer no hereda los ojos de su madre de la misma forma en que heredará, pongamos por caso, sus joyas; ni siquiera recibe un duplicado de tales órganos, sino más bien una receta que posibilita la construcción de los mismos a lo largo de su desarrollo. Dicha receta se halla inscrita, justamente, en esas moléculas cuya replicación permitirá transmitir una copia a la descendencia. 1.1. Epigénesis y preformismo A: Ser humano preformado en un espermatozoide, según el físico y matemático holandés Nicolaas Hartsoeker (1656-1725). B: “Animálculos” con aspecto humano que el aristócrata francés François de la Plantade (1670-1741), alias Dalempatius, aseguró —posiblemente en broma— haber visto con su microscopio en el semen humano. (Wikimedia Commons. Dominio público) Las moléculas que se replican contienen, pues, el análogo a un programa con instrucciones cifradas para construir organismos; en otras palabras, información. Este concepto, tan familiar en nuestros días, habría resultado extraño a oídos de los científicos de hace tan solo dos siglos, que nada sabían de programas de ordenador. Así, para el fisiólogo alemán Caspar Friedrich Wolff (1733-1794), lo que organiza el embrión a partir de una sustancia indiferenciada es una misteriosa “fuerza esencial” (vis essentialis) de origen externo. Esta es la conocida teoría de la epigénesis. El naturalista suizo Charles Bonnet (1720-1793) rechazó el recurso a fuerzas místicas para explicar el desarrollo de los órganos. Según Bonnet, la alternativa racional a la epigénesis era el preformismo: la idea de que el nuevo individuo no se forma a partir de una sustancia desorganizada, sino que sus órganos están ya completamente formados, aunque con un tamaño minúsculo, en el óvulo o en el espermatozoide. 46 1.2. La teoría celular Los preformistas tuvieron que hacer frente a una serie de problemas que lastraban su teoría y que acabaron por arrinconarla en el desván de la historia de la ciencia: ● Si el nuevo individuo se halla preformado, sea en el óvulo, sea en el espermatozoide, ¿cómo es que hereda rasgos de ambos progenitores? Bonnet y sus seguidores respondían que el “líquido seminal” de cada progenitor podía nutrir unas partes del embrión más que otras, modificándolo de manera que se pareciera a ambos. ● Las observaciones microscópicas revelaban claramente que un embrión de pollo no es una gallina en miniatura. Sí, admitía Bonnet, pero los embriones son muy pequeños y transparentes, y podría ocurrir que los instrumentos de observación del siglo XVIII fuesen, sencillamente, incapaces de detectar estructuras en ese nivel. ● Un ser preformado contenido en un gameto de su progenitor debería, a su vez, tener otros individuos preformados en sus gametos, y así hasta el infinito. “Las pulgas grandes llevan a sus espaldas pulgas pequeñas que las pican, y las pulgas pequeñas tienen pulgas menores, y así ad infinitum”. Cita del lógico victoriano Augustus De Morgan (1806-1871). (A. S. H.) Toda la humanidad se hallaría encapsulada en las gónadas de sus ancestros más remotos, cosa que para los preformistas no suponía un problema por dos razones: ○ Por entonces se pensaba que el mundo llevaba existiendo solo algunos miles de años y que su fin estaba también próximo; por ello, bastaría con que hubiera encapsuladas unas pocas generaciones. ○ No había razón para pensar que el tamaño de un ser vivo tuviera un límite inferior o superior. Recientemente se habían descubierto seres microscópicos —hoy llamados protozoos—; se hallaba muy extendida la creencia de que poseían órganos en miniatura y, posiblemente, parásitos con sus propios órganos, y así sucesivamente. El panorama dio un giro radical en el siglo XIX, con la llegada de la teoría celular como culminación de una larga serie de trabajos teóricos y de observaciones microscópicas. Sus exponentes más destacados fueron dos alemanes: el botánico Matthias Jacob Schleiden (1804-1881)y el fisiólogo Theodor Ambrose Hubert Schwann (1810-1882). Su formulación moderna se resume en tres postulados: ● Todos los tejidos, tanto animales como vegetales, están formados por células o por sus productos de secreción. La célula es la menor entidad que se puede considerar como un ser vivo, y muchos organismos constan de una sola célula. ● Las actividades propias de un ser vivo, como el metabolismo, ocurren en las células (o en su entorno inmediato, pero controladas por sustancias que ellas secretan). ● Todas las células proceden de células preexistentes, por división de éstas. 47 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS 1.3. La teoría cromosómica de la herencia Pronto se hizo evidente que la solución al enigma del desarrollo embrionario estaba a mitad de camino entre el preformismo y la epigénesis. Según había descubierto el embriólogo alemán Karl Ernst von Baer (1792-1896), un óvulo es una única célula, por lo que en su interior no podía haber un organismo preformado. Pero su contenido estaba lejos de ser una sustancia indiferenciada: como toda célula, estaba dotado de una estructura compleja en la que podían diferenciarse numerosos compartimentos, u orgánulos, especializados en funciones definidas (véase la ilustración de la página siguiente). El núcleo celular Uno de esos orgánulos, el núcleo, parecía revestir un interés especial. Fue descubierto en 1831 por el botánico escocés Robert Brown (1773-1858), pero solo se comprendió su papel 44 años después: el zoólogo alemán Oscar Hertwig (1849-1922) observó que en la fecundación de un óvulo de erizo de mar por un espermatozoide, los núcleos de cada una de estas dos células se fusionaban y formaban el núcleo del cigoto. Y es este núcleo el que controlará el posterior desarrollo embrionario del animal. En efecto, en una primera etapa el núcleo del cigoto se divide en dos mediante un proceso llamado mitosis, seguido del reparto de los dos núcleos hijos en sendas células hijas (proceso conocido como citocinesis). Posteriormente, cada célula hija se divide en otras dos, luego en cuatro, ocho, dieciséis…, diferenciándose y reordenándose simultáneamente para formar los órganos del animal. El crecimiento quedaba reducido, así, a una secuencia de reproducciones celulares. Esquema de una célula generalizada de un animal. Las células de las plantas poseen, además, una pared celular rígida que las envuelve y, a menudo, cloroplastos (orgánulos que captan energía solar y realizan la fotosíntesis), pero carecen de centriolos. En ambos casos se trata de células eucariotas, porque el material genético se halla separado del resto de la célula por una envoltura nuclear repleta de poros. (Wikimedia Commons. Dominio público) 48 Los cromosomas y la mitosis Los detalles de la mitosis empezaron a aclararse a finales del siglo XIX, al descubrirse que el proceso siempre va acompañado de la aparición en el núcleo de unos filamentos que se tiñen intensamente a los que se llamó cromosomas (del griego khrōm, “color”, y sōma, “cuerpo”), que presentaban las siguientes propiedades: ● En la interfase (período entre dos mitosis sucesivas) cada cromoso- ma se reduce a una fibra esparcida por el núcleo, formada por una sustancia llamada cromatina. ● Hacia el final de la interfase cada fibra de cromatina se duplica, formándose dos copias idénticas que permanecen unidas. Por tanto, al inicio de la mitosis cada cromosoma consta de dos fibras que se condensan y se hacen visibles: las cromátidas. ● En el transcurso de la mitosis, las cromátidas de cada cromosoma se separan gracias a unas estructuras llamadas centrosomas (véase el esquema de la mitosis). Como resultado, cada núcleo hijo tiene exactamente los mismos cromosomas (formados ahora por una cromátida) que el núcleo de la célula madre. Dos tipos celulares A mediados del siglo XX se hizo preciso distinguir entre dos tipos básicos de células: ● Las células de los animales, plantas, hongos y protozoos, designadas como células eucariotas por tener un núcleo (eucariota significa en griego “con verdadero núcleo”). Estas células se reproducen generalmente por mitosis. ● Las células de las bacterias, de menor tamaño y, como LUCA, carentes de núcleo, que recibieron el nombre de células procariotas. Estas células no se reproducen por mitosis, sino por otros procesos como la fisión binaria. ● Los gametos tienen un número de cromosomas característico de cada especie, llamado número haploide y designado por n. Así, en el clavel n = 15, en el ser humano n = 23 y en el caballo n = 32. Tras la fecundación, el cigoto y las células que derivan de él por mitosis tendrán el doble de cromosomas (número diploide o 2n), ya que cada cromosoma aparecerá por duplicado (véase la ilustración inferior). Cariotipo humano. Un cariotipo es una fotografía de los cromosomas de una célula cualquiera de un organismo, ordenados por su forma y tamaño. Cada especie tiene un número característico de cromosomas. En la especie humana cada célula tiene 46 cromosomas, la mitad de los cuales proceden del padre y la otra mitad de la madre; forman, así, 23 parejas de cromosomas, llamadas parejas de homólogos. Cada pareja de cromosomas homólogos está marcada en la fotografía con un color distintivo. (Jane Ades, NHGRI. Dominio público) 49 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS Esquema de la mitosis de una célula animal. Antes de que se inicie, la célula tiene que atravesar por una etapa, en la llamada interfase, en la que las fibras de cromatina se dupliquen y formen cromosomas de dos cromátidas. También en esta etapa se duplican los centrosomas. Seguidamente tienen lugar las diferentes etapas de la mitosis: − Profase. Los cromosomas se hacen visibles y desaparece el nucléolo. Desde los centrosomas crecen microtúbulos. − Prometafase. Desaparece la envoltura nuclear. Algunos microtúbulos se enganchan a los cromosomas. − Metafase. Los cromosomas se sitúan en el ecuador de la célula, de modo que cada cromátida “mira” a un polo. − Anafase. Los microtúbulos arrastran a las dos cromátidas de cada cromosoma a polos opuestos de la célula. − Telofase. Reaparece la envoltura nuclear alrededor de cada juego de cromosomas (formadas por una sola fibra de cromatina), originando dos núcleos hijos exactamente iguales al núcleo madre. También reaparecen los nucléolos. Habitualmente, durante la anafase se ensambla en el ecuador celular un anillo contráctil que, al estrecharse durante la telofase, estrangula la célula y la divide en dos células hijas. Este proceso se llama citocinesis. (A. S. H.) Herencia por mezcla y herencia particulada El comportamiento y la distribución de los cromosomas condujo a algunos científicos a sospechar que podían encerrar la clave de por qué un hijo se parece a su padre y a su madre: bastaba con aceptar que los cromosomas de cada gameto transmitían al descendiente la información necesaria para que, durante su desarrollo embrionario, pudiera reconstruir algunos de los rasgos presentes en los respectivos progenitores. La cromatina, pues, debía ser la sustancia hereditaria, la sede de la herencia. El punto clave era que la cromatina se transmitía a la descendencia en forma de unidades discretas —los cromosomas—, y no como un fluido que se mezclaría con el del otro progenitor. Se descartaba así un lugar común en el pensamiento del siglo XIX: la herencia por mezcla, esto es, la idea de que los rasgos del padre y los de la madre se mezclan en los hijos como se mezcla pintura roja y pintura blanca para dar pintura rosa, que ya no se puede “desmezclar”. Según este modelo, la estatura de una persona, por ejemplo, tendría siempre algún valor intermedio entre la de sus padres. Aún hoy en día se usa la expresión “mezcla de sangres”, pese a que esta idea fue desacreditada por el trabajopionero del monje austriaco Gregor Johann Mendel (1822-1884). En lugar de la herencia por mezcla, Mendel propuso el modelo de la herencia particulada, según el cual los caracteres se transmiten de generación en generación a través de “factores” o “partículas discretas” que hoy llamamos genes. En 1903, el estadounidense Walter Stanborough Sutton (1877-1916) e, independientemente, el alemán Theodor Heinrich Boveri (1862-1915), identificaron los cromosomas como estructuras lineales a lo largo de las cuales se localizaban los “factores” mendelianos. La propuesta fue confirmada en 1915 por el estadounidense Thomas Hunt Morgan (1866-1945) y sancionada como teoría cromosómica de la herencia: Los genes son fragmentos de cromosomas ubicados en posiciones fijas (llamadas loci, plural de locus), capaces de duplicarse y transmitirse de generación en generación. 50 AA cc tt ii vv ii dd aa dd ee ss 1. ¿Por qué el preformismo es incompatible con la teoría celular? 2. ¿Qué aspectos de la teoría de la epigénesis no pueden aceptarse hoy en día? 3. Observa la ilustración en la que se describe la mitosis. ¿Cuál es el número haploide y el número diploide de la especie cuya célula aparece allí representada? 4. En las hormigas y las abejas, las hembras se desarrollan a partir de cigotos (óvulos fecundados por espermatozoides), mientras que los machos se desarrollan a partir de óvulos no fecundados. ¿En qué diferirán las células de ambos sexos? 5. El número diploide del canguro es 12. ¿Cuántas cromátidas habrá en una célula de canguro al comienzo de la mitosis? ¿Y en un espermatozoide? 6. En un laboratorio se eliminó el núcleo de un óvulo de Ana y se introdujo en su lugar el núcleo de una célula del cuerpo de Berta; seguidamente se implantó dicho óvulo en el útero de Clara. ¿Podrá desarrollarse un nuevo individuo a partir de dicho óvulo? En caso afirmativo, ¿a quién se parecerá? ¿Por qué? 7. Señala alguno de los problemas que presenta la idea de la herencia por mezcla. RR ee cc uu ee rr dd aa ü En el siglo XVIII competían dos escuelas opuestas por explicar el desarrollo embrionario: ● Los preformistas sostenían que los gametos contenían preformadas las distintas partes del adulto, y el desarrollo era un crecimiento y redistribución de dichas partes. ● Los epigenetistas pensaban que se desarrolla un organismo completamente nuevo partiendo de materia informe, gracias a alguna fuerza exterior capaz de organizarla. ü En el siglo XIX se desarrolló la teoría celular, que imponía una estructura mínima a todo ser vivo —la célula—, refutando así tanto el preformismo como la epigénesis. ü El núcleo posee una sustancia, la cromatina, en la que se sitúan los genes que controlan la actividad y el desarrollo de la célula y, por tanto, transmiten los caracteres hereditarios. ü En las células eucariotas la división del núcleo ocurre mediante mitosis, proceso en el que las fibras de cromatina, previamente duplicadas en la interfase y condensadas en forma de cromosomas, se reparten entre los dos núcleos hijos. 51 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS 2. Naturaleza y expresión de los genes La teoría cromosómica de la herencia marcó el nacimiento de la genética (del griego gennētikós, “que genera”), disciplina que en una primera etapa se concentró en el estudio de la transmisión de los caracteres hereditarios. Pero ya en la década de 1930 se hizo evidente que no se podrían lograr avances sustanciales hasta que no se empezara a prestar atención a dos cuestiones primordiales: − ¿Cómo se expresan los genes en el organismo y cómo controlan su desarrollo? − ¿Cuál es la naturaleza del material que forma los genes, esto es, la cromatina? 2.1. Los genes y el desarrollo Para el biólogo alemán Friedrich Leopold August Weismann (1834-1914), cada uno de los genes —a los que él llamaba determinantes— contendría las instrucciones necesarias para construir cada una de las partes del cuerpo. Es decir, el material hereditario vendría a ser como un “plano” para fabricar el organismo. Pese a estar profundamente arraigada, esta analogía es inadecuada. Un plano de una casa contiene una descripción punto por punto de la misma, de manera que es posible reconstruir el plano a base de tomar medidas en la casa. Pero la relación entre genes particulares y partes del cuerpo rara vez es de uno a uno; no se pueden reconstruir los genes de un organismo tomando medidas del mismo. Ahora bien, si no hay planos que seguir, ni arquitectos o capataces que dirijan las operaciones, ¿qué convierte a las células derivadas del cigoto en células musculares, nerviosas o de la piel, y cómo “saben” la posición que deben ocupar en el cuerpo? Autoorganización Muchos sistemas son capaces de organizarse por sí solos sin necesidad de agentes externos que impongan orden. Son ejemplos las bandadas de aves y las colonias de hormigas. Una colonia de hormigas posee un comportamiento colectivo complejo capaz de hallar soluciones a problemas tales como la construcción de puentes o el control ambiental del hormiguero. Pero cada hormiga individual solo es capaz de ejecutar un número limitado de sencillas acciones, como acarrear objetos, seguir el rastro dejado por otras hormigas o intercambiar mensajes elementales entre ellas. De estas interacciones locales entre hormigas, incapaces de dar sentido a las tareas que realizan, emerge el comportamiento global de la colonia. En una bandada de aves no hay ninguna que actúe como coordinadora. Cada ave varía su posición fijándose solo en sus vecinas inmediatas. (Rasmussen29892, en Wikimedia Commons. Dominio público) Crecimiento y diferenciación celulares El desarrollo de un organismo presenta similitudes con otros sistemas capaces de alcanzar un alto grado de organización sin ser guiados por planos, ingenieros o supervisores (véase el recuadro Autoorganización). Cada una de las millones de células del embrión posee los mismos genes y, ante la ausencia de un oficial al mando, tiene que tomar sus propias decisiones basándose exclusivamente en información local: 52 ● La célula puede reconocer ciertas proteínas situadas en la superficie de células adyacentes o secretadas por otras células, que sirven de moléculas señalizadoras. ● En respuesta a dichas señales la cromatina de la célula se modifica, de manera que algunos de sus genes se activan y otros dejan de funcionar. ● Esta expresión selectiva de genes conduce a que la célula se especialice en un tipo concreto (intestinal, ósea, renal…), se desplace a otro lugar del embrión o produzca proteínas capaces, a su vez, de provocar cambios en células vecinas. Así, las células del cristalino del ojo pueden inducir la diferenciación de células de la retina. Las proteínas son moléculas formadas por largas cadenas plegadas (izquierda). A su vez, cada cadena está formada por una secuencia de aminoácidos. En la figura central, cada bola representa un átomo, y una agrupación de átomos de un mismo color es un aminoácido. A modo de ejemplo, a la derecha se muestran las fórmulas químicas de dos aminoácidos junto con sus símbolos. Hay 22 aminoácidos que pueden formar parte de las proteínas. (A. S. H.) Hipótesis “un gen, una proteína” En todas estas actividades celulares hay unos indudables protagonistas: las proteínas (véase la ilustración adjunta). Son proteínas las moléculas que sirven de “etiquetas” y permiten a una célula encontrar a aquellas con las que formará un tejido. Son proteínas las señales que activan o “silencian” genes, así como las moléculas que facilitan el desplazamiento celular. Son proteínas las fibras de colágeno que forman los tendones. Y son proteínas las enzimas, catalizadores específicos de miles de reacciones químicas que ocurren en la célula y que fijan su forma y comportamiento.Esto sugiere que, para poder controlar el desarrollo embrionario, a los genes les bastaría con determinar la estructura de las proteínas que producen las células. Esta hipótesis fue confirmada experimentalmente entre 1935 y 1945 por los genetistas estadounidenses George Wells Beadle (1903-1989) y Edward Lawrie Tatum (1909-1975): Cada gen contiene la información necesaria para fabricar una proteína específica. 2.2. La naturaleza del material hereditario Los genes, pues, no determinan directamente las partes del cuerpo, ni la forma o el tamaño del mismo, ni su comportamiento. Lo único que definen es la estructura de las proteínas, las cuales, a través de una intrincada secuencia de eventos, orientarán el desarrollo embrionario hacia una forma o un comportamiento en el adulto. El que esta potencialidad se realice o no, y el grado en el que lo haga, dependerá también del ambiente (disponibilidad y calidad del alimento, climatología, entorno social, exposición a sustancias tóxicas…) que afecte al organismo en cada etapa de su desarrollo. ¿De qué material tendrían que estar hechos los genes para poder almacenar las instrucciones necesarias para construir proteínas? Una respuesta inmediata podría ser que los genes están formados por “prototipos” de las propias proteínas. Así, el gen de la hemoglobina —la proteína de los glóbulos rojos de la sangre que transporta oxígeno— 53 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS sería sencillamente una molécula de hemoglobina que permanecería en reserva dentro del núcleo; cada vez que se necesitara hemoglobina para formar un nuevo glóbulo rojo solo se tendrían que hacer “copias de trabajo” del gen. En apoyo de esta idea se hallaba el hecho de que, efectivamente, se habían detectado proteínas en los cromosomas. Pero se trataba de proteínas con una estructura mucho más simple que la de las restantes proteínas de la célula. Además, en los cromosomas había otro tipo de moléculas mucho más abundantes: los ácidos nucleicos. Un experimento crucial para determinar la naturaleza del material hereditario. El oficial médico británico Frederick Griffith (1879-1941) había descrito dos cepas de neumococos, unas bacterias responsables de la neumonía humana: − Cepa S. Desarrolla una cápsula que la protege frente al sistema inmunitario de su huésped, por lo que es causa la enfermedad. − Cepa R. Es incapaz de formar la cápsula y, por lo tanto, es benigna. En 1928, Griffith inyectó a un ratón una mezcla de bacterias S muertas por calor (por tanto, inocuas) y bacterias R vivas ¡y aisló de los tejidos del ratón bacterias S vivas! Por supuesto, las bacterias S muertas no habían resucitado; pero las bacterias R habían adquirido la capacidad de producir la cápsula y se habían transformado en bacterias S. Es decir, al destruirlas mediante calor, las bacterias S debieron haber liberado el gen responsable de la síntesis de la cápsula (al que Griffith llamó “principio transformante”); dicho gen se habría insertado en las bacterias R vivas. En 1944, los médicos norteamericanos Oswald Theodore Avery (1877-1955), Colin Munro MacLeod (1909-1972) y Maclyn McCarty (1911-2005), lograron averiguar la naturaleza química del ”principio transformante”: era ADN. (A. S. H.) Nucleótidos Como muestra la ilustración anterior, a mediados del siglo XX se comprobó que eran los ácidos nucleicos, y no las proteínas, los portadores de la información genética. Décadas atrás se habían identificado dos tipos de ácidos nucleicos: el ácido ribonucleico (ARN) y el ácido desoxirribonucleico (ADN); el primero se encontraba principalmente en el citosol y en el nucléolo, mientras que el ADN se localizaba en los cromosomas. Así pues, el ADN era el material que formaba los genes. Del mismo modo que una proteína está formada por aminoácidos, un ácido nucleico está integrado por nucleótidos. Los nucleótidos del ARN se llaman ribonucleótidos y los del ADN desoxirribonucleótidos. Cada nucleótido posee tres componentes: ● Una molécula de azúcar —un monosacárido o glúcido simple— con forma pentagonal, la llamada ribosa en el caso del ARN y la desoxirribosa en el ADN. ● Una molécula de fosfato (con átomos de fósforo y oxígeno) unida al azúcar. ● Una base nitrogenada, es decir, un compuesto con carácter básico —lo opuesto a ácido— que contiene átomos de nitrógeno ordenados en una estructura cíclica. Estructura de un ribonucleótido y de un desoxirribonucleótido. (M. L. B.) 54 El alfabeto de los ácidos nucleicos Los nucleótidos se unen entre sí y forman largas cadenas en las que el azúcar de un nucleótido está enlazado con el fosfato del siguiente. El “esqueleto” de un ácido nucleico consistirá, entonces, en una secuencia repetida azúcar-fosfato-azúcar-fosfato-azúcar- fosfato, y de él sobresaldrán las bases nitrogenadas a intervalos regulares. Las bases nitrogenadas son precisamente las que confieren variedad a los ácidos nucleicos. En el ADN se hallan cuatro tipos de bases nitrogenadas, habitualmente representadas por sus siglas A, G, C, T (véase la ilustración adjunta); en el ARN suele haber U en lugar de T. De esta forma, una cadena de ácido nucleico se puede considerar como un mensaje escrito con un alfabeto de cuatro símbolos. Igual que en un texto escrito, en ella se puede cifrar información; en este caso, para fabricar proteínas. Estructura y replicación del ADN 1953 marcó un antes y un después en la historia de las ciencias biológicas. El bioquímico norteamericano James Dewey Watson (n. 1928) y el físico británico Francis Harry Crick (1916-2004) elaboraron en dicho año un modelo del ADN que inauguraría la era de la genética molecular. El modelo se inspiraba en dos series de datos: ● Las regularidades numéricas observadas en 1948 por el bioquímico austriaco Erwin Chargaff (1905-2002). Chargaff averiguó que, aunque las cantidades relativas de A, G, C y T varían de un ADN a otro, en todos hay tantas moléculas de A como de T, y tantas de G como de C. Estas relaciones se llaman reglas de Chargaff. Estructura, nombre y símbolo de las principales bases nitrogenadas de los ácidos nucleicos. (A. S. H.) Modelo de la doble hélice de ADN postulado por Watson y Crick. (M. L. B.) ● Las regularidades estructurales descubiertas por la fisicoquímica británica Rosalind Franklin (1920-1958) y por el físico neozelandés Maurice Wilkins (1916-2004). Mediante la técnica conocida como difracción de rayos X —una especie de “radiografía molecular” que revela la posición relativa de los átomos—, detectaron una pauta que se repetía a intervalos regulares en la estructura del ADN. Watson y Crick intentaron compaginar todos estos datos y propusieron que la molécula de ADN consta de dos cadenas de nucleótidos enrolladas una alrededor de la otra, formando una doble hélice cuyas vueltas en espiral serían las unidades repetidas que se apreciaban con los rayos X. Ambas hebras se mantienen unidas gracias a unos enlaces químicos llamados enlaces de hidrógeno que se establecen entre A y T y entre G y C. Los pares de bases complementarias así formados se apilan como los peldaños de una escalera de caracol, y justifican las reglas de Chargaff. Cada cromátida de un cromosoma sería entonces una doble hélice de ADN, plegada y empaquetada con la ayuda de ciertas proteínas. El modelo de Watson y Crick sugería incluso un mecanismo para replicar las cromátidas: bastaría con que las dos hebras del ADN se separasen y cada una de ellas sirviera de molde para que la maquinaria celular ensamblara los nucleótidos complementarios, produciendo dos moléculas de ADN donde antes había solo una (véase la ilustración de la página siguiente). 55 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS Esquema de la replicación del ADN. Obsérvese que a partir de una molécula de ADN (hebras de colorverde) se obtiene dos moléculas idénticas, cada una de las cuales posee una hebra antigua (verde) y una nueva (roja) que contiene nucleótidos complementarios. El proceso está catalizado por numerosas enzimas. La ADN polimerasa añade los nucleótidos a la hebra que está creciendo, utilizando la otra como molde. (M. L. B.) 2.3. Lectura e interpretación de los mensajes genéticos Durante la interfase —la etapa que se extiende entre dos mitosis sucesivas— tiene lugar la replicación del ADN y la consiguiente formación de cromosomas con dos cromátidas. Pero también es el momento principal en el que los genes expresan la información que llevan, es decir, cuando se sintetizan la mayoría de las proteínas. Entender este proceso se convirtió en una prioridad tras dilucidar la estructura del ADN. El “dogma” central de la biología molecular En este punto, los biólogos se toparon con una dificultad. Las fábricas de proteínas son los ribosomas que se localizan en el citosol, mientras que las instrucciones necesarias se hallan inscritas en el ADN, encerrado en las células eucariotas tras la envoltura nuclear. ¿Cómo se transfiere la información genética desde donde se almacena (el núcleo) hasta donde se utiliza (los ribosomas)? A lo largo de los años 50 se descubrió que la respuesta se hallaba en el ARN. Crick, el codescubridor de la estructura del ADN, resumió estos hallazgos en el que bautizó como “dogma” central de la biología molecular. Según este esquema, un gen —un fragmento de ADN— actuaría de patrón para la síntesis de una cadena de ARN, proceso al que denominó transcripción. El ARN exportaría la información copiada del ADN al citoplasma, donde un ribosoma podría leerla y traducirla al lenguaje propio de las proteínas, esto es, a una secuencia de aminoácidos. El “dogma” central de la biología molecular, según fue formulado por Crick en 1958. (M.L.B.) 56 La transcripción: síntesis de ARN Más tarde Crick lamentaría haber empleado la palabra “dogma”, que tiene connotaciones religiosas —en el sentido de creencia que no se pone en duda— y se halla, pues, alejada de la buena práctica científica. Entretanto, poco a poco se iban conociendo detalles de los procesos involucrados: la transcripción y la traducción. La principal enzima responsable de la transcripción es la ARN polimerasa, capaz de utilizar una doble hélice de ADN como molde para engarzar ribonucleótidos y fabricar ARN (véase la ilustración inferior). Por lo general, solo se transcribe una de las dos hebras del ADN: la polimerasa avanza incorporando ribonucleótidos cuya base nitrogenada se empareje con la del desoxirribonucleótido que tiene enfrente. Así, la cadena de ARN que se ensambla será complementaria a una de las hebras de ADN e idéntica en secuencia de bases a la otra hebra, salvo en la sustitución de T por U. Una célula no transcribe simultáneamente todos sus genes. Cada célula debe controlar estrictamente qué genes se deben expresar y cuáles no en un momento dado; las células embrionarias pueden, así, diferenciarse en el transcurso del desarrollo. Esquema de la transcripción de un gen. El proceso se inicia en una región del ADN llamada promotor, a la que se une la ARN polimerasa con la ayuda de proteínas llamadas factores de transcripción. Cuando se alcanza otra secuencia de ADN llamada terminador, la ARN polimerasa se separa del ADN y libera el ARN recién formado. (A. S. H.) La traducción: síntesis de proteínas La síntesis de proteínas es un proceso que precisa no solo instrucciones de fabricación, sino también materiales de construcción (aminoácidos) y mano de obra especializada. Todos estos requisitos corren a cargo de diversos tipos de ARN: ● ARN mensajero (ARNm). Su secuencia de bases nitrogenadas contiene el “texto” que habrá de ser traducido al lenguaje de las proteínas. Las “letras” del lenguaje del ARNm se agrupan de tres en tres formando “palabras” llamadas tripletes o codones. Cada codón será traducido por un aminoácido de la proteína. ● ARN transferente (ARNt). Transporta aminoácidos hasta el lugar en que se añadirán a la proteína naciente. Cada molécula de ARNt se une por un lado a un aminoácido específico y, por otro lado, presenta un conjunto de tres bases llamado anticodón, complementario a un codón del ARNm; al unirse el anticodón a su codón colocará el aminoácido en el sitio que le corresponde según el molde de ARNm. 57 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS genético. E vivos. El e c lo señ circuns aminoácido ● ARN ribosómico (ARNr). Se halla en los ribosomas, y cataliza la formación del enlace entre los aminoácidos aportados por el ARNt, dando lugar a una proteína. Esquema de la traducción de una cadena de ARNm con la formación de la correspondiente proteína. El proceso comienza siempre con el codón AUG, que se traduce por el aminoácido metionina (simbolizado Met), y termina cuando el ribosoma encuentra un codón para el que no existe un ARNt con el anticodón complementario. (A. S. H.) El código genético El “diccionario” que traduce codones a aminoácidos se llama código s el mismo para casi la totalidad de los organismos codón de iniciación squema adjunto permite identificar el aminoácido que orresponde a cada codón. Así, para traducir el codón UGG se lee la primera base (U) en el círculo central, y las siguientes (G y G) en los anillos que le rodean; el anillo exterior indica el aminoácido buscado (Trp). Son posibles 64 codones en el ARNm, pero solo hay 21 aminoácidos (22 en ciertas bacterias). Por tanto, un mismo aminoácido será cifrado por varios codones. Tres codones (UAA, UAG y UGA) ca- recen en general de traducción, y cuando el ribosoma s lee acaba la síntesis de proteínas (por eso están alizados con un stop). No obstante, en determinadas tancias los codones UAG y UGA pueden cifrar dos s simbolizados por Pyl y Sec, respectivamente. 58 2.4. Mutaciones En ocasiones la replicación del ADN no es completamente fiel, de manera que las dos cromátidas de un cromosoma no son copias idénticas. Cuando se separen las cromátidas durante la mitosis, una de las dos células hijas portará información genética alterada, y la transmitirá a los linajes celulares que desciendan de ella. Estos cambios en el material genético se llaman mutaciones, y pueden producirse espontáneamente o ser inducidos por mutágenos (agentes químicos, radiación ultravioleta, infecciones víricas…). Las mutaciones se clasifican en tres grupos: ● Mutaciones puntuales. Se producen al cambiar, en un gen, un nucleótido por otro. Por ejemplo, la sustitución de una G por una T en un gen humano llamado RAS hace que dicho gen cifre una proteína alterada capaz de inducir la proliferación celular descontrolada, originando un linaje de células malignas (un carcinoma). ● Mutaciones cromosómicas. Incluyen la duplicación de un fragmento de un cromosoma, la supresión del mismo (deleción) o su reordenación (inversión o giro de 180º de un gen, translocación o intercambio de fragmentos entre cromosomas). ● Mutaciones genómicas. Afectan al número de cromosomas. Por ejemplo, la trisomía implica la adquisición de un cromosoma de más, la monosomía la pérdida de un cromosoma, y la triploidía la ganancia de una dotación completa de cromosomas, de modo que la célula tendrá tres cromosomas de cada tipo en lugar de dos. AA cc tt ii vv ii dd aa dd ee ss 8. Periódicamente aparecen noticias anunciando que se ha descubierto el “gen de la homosexualidad”, el “gen de la religiosidad” o el “gen de la creatividad”. Por regla general, ¿tienen algún fundamento este tipo de afirmaciones? 9. ¿Es posible, al menos en teoría, programar un ordenador para que lea el ADN de un cigoto y, con estainformación, construya un modelo del organismo resultante? 10. En la ilustración que describe la transcripción de un gen, cuenta el número de bases (A, G, C, T) del ADN y comprueba que se cumplen las reglas de Chargaff. 11. Al analizar el ADN de una planta se observa que el 20 % de las bases nitrogenadas corresponde a timina (T). ¿Qué porcentaje habrá de A, G y C? 12. La secuencia …T-A-C-C-A-C-G-T-G-G-A-C-T-G-A… se localiza en una de las hebras del gen HBB de la hemoglobina. ¿Cómo será la hebra de ADN complementaria? ¿Cómo será el ARNm formado por transcripción de la citada secuencia? 13. ¿Qué fragmento de proteína se formará a partir del ARNm obtenido en la actividad 12? Para responder consulta el recuadro “El código genético”. 14. Observa de nuevo la ilustración que representa un esquema de la transcripción de un gen. ¿Qué proteína se obtendrá a partir del ARNm formado? 15. Un codón consta de tres nucleótidos. ¿Por qué no podría haber tenido solo dos? 16. Una mutación puntual en el gen HBB cambia la secuencia de ADN de la actividad 12 por esta otra: …T-A-C-C-A-C-G-T-A-G- A-C-T-G-A… (el cambio efectuado aparece resaltado). ¿Qué efectos tendrá sobre la proteína cifrada? ¿Y si la mutación hubiera cambiado la secuencia por esta: …T-A-C-C-A-C-G-T-C-G-A-C-T-G-A…? RR ee cc uu ee rr dd aa ü Los genes contienen la información necesaria para sintetizar proteínas específicas y están formados por fragmentos de ácidos nucleicos, en concreto del ácido desoxirribonucleico o ADN. En el citoplasma hay otro ácido nucleico: el ácido ribonucleico (ARN). ü Los ácidos nucleicos están formados por cadenas de nucleótidos. Cada nucleótido consta de un azúcar, un fosfato y una base nitrogenada (A, G, T, C y, en el caso del ARN, U). ü Watson y Crick describieron en 1953 un modelo del ADN, que representaba a esta molécula mediante una doble hélice estabilizada gracias a los enlaces de hidrógeno que se establecen entre los pares de bases A·T y G·C (pares de bases complementarias). ü La replicación del ADN tiene lugar cuando se separan las dos hebras de la doble hélice y cada una sirve de molde para la síntesis de su complementaria. Si se comete un error en la replicación se produce una mutación, que también puede deberse a agentes mutagénicos. ü Los mensajes genéticos se transmiten a través del ARN mensajero (ARNm) generado en la transcripción hasta los ribosomas, donde son traducidos a proteínas. 59 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS 3. Transmisión de caracteres hereditarios Un personaje del mundo del cómic recibió la picadura de una araña modificada genéticamente, cuyo veneno contenía enzimas mutagénicas o potentes retrovirus que alteraron su esqueleto y sus tejidos conectivo, muscular y nervioso, confiriéndole habilidades sobrehumanas y convirtiéndole en el asombroso Spiderman. Años después, tendría una hija que heredaría parte de sus superpoderes: Spidergirl. Dejando de lado el hecho de que en la vida real ningún mutágeno es capaz de provocar cambios de tal calibre, y menos aún de facultar a su destinatario para contravenir las leyes de la física, ¿es posible que una mutación o, en general, un cambio adquirido por un individuo a lo largo de su vida se transmita a su descendencia? 3.1. El origen de la variación genética Al igual que la herencia por mezcla, la herencia de los caracteres adquiridos gozó de bastante predicamento hasta entrado el siglo XIX. La idea era que los gametos podrían obtener información sobre los cambios producidos en el cuerpo gracias a unas partículas emitidas por las células, que viajarían por la sangre hasta las gónadas. De este modo, un gameto poseería un “plano” actualizado de la totalidad del organismo. La barrera de Weismann Aunque Weismann, como hicimos notar páginas atrás, retuvo la idea del “plano”, arremetió con vehemencia contra la herencia de los caracteres adquiridos. Este rechazo provenía de la distinción que hizo entre dos tipos de células: ● Células somáticas (del griego sôma, “cuerpo”). Son las células que forman los tejidos del organismo, originadas durante el desarrollo embrionario por procesos de diferenciación celular (silenciamiento de unos genes y activación de otros). No pueden dividirse indefinidamente, por lo que los linajes de células somáticas —la llamada línea somática— se extinguirán cuando muera el organismo. ● Células germinales. Son aquellas células cuyo linaje —la línea germinal— forma los gametos, por lo que, en cierto modo, se continúa de generación en generación. Weismann conjeturó que la línea germinal quedaría determinada en una etapa temprana del desarrollo embrionario, independizándose de las restantes células. Sería como si entre la línea somática y la germinal se alzara una “barrera”, de modo que los cambios corporales no afectarían a los gametos ni, por tanto, a la descendencia. La embriología ha confirmado la diferenciación temprana de la línea germinal en muchos animales; en el embrión humano, por ejemplo, se observan células germinales a los 24 días tras la fecundación. En las plantas, en cambio, las células germinales derivan de células somáticas del tejido adulto (meristemo) que originará de la flor. Una mutación ha producido flores de diferente color en este ejemplar de verdolaga (Portulaca grandiflora). Aunque se trata de una mutación somática, podría transmitirse también a las células germinales. (JerryFriedman, en Wikimedia Commons. Licencia GFDL 1.2) 60 Mutaciones somáticas y germinales Algunas investigaciones recientes sugieren que la barrera de Weismann no es completamente impermeable a las influencias somáticas, pero, por el momento, el franqueo de la misma debe considerarse como una excepción, al menos en los animales: las mutaciones que afectan a las células somáticas, conocidas como mutaciones somáticas, no se transmiten en general a la descendencia; sí lo hacen, en cambio, las mutaciones germinales, esto es, las que afectan a las células germinales. No obstante, la distinción entre ambos tipos de mutación es irrelevante en los seres unicelulares y se torna borrosa en las plantas y en los organismos que pueden reproducirse asexualmente. Las mutaciones germinales —o mutaciones a secas, siempre que no de lugar a confusión— son la fuente primaria de la variación genética observada en todas las especies: gracias a ellas, un mismo gen puede hallarse en forma de distintas secuencias de ADN, o alelos (del griego allo, “otro”), entre los individuos de una población. Pero en los organismos con reproducción sexual hay una segunda fuente de variación genética relacionada con un proceso exclusivo de las células germinales: la meiosis. Esquema de la meiosis de una célula cuyo número diploide (2n) es igual a 2; es decir, tiene una pareja de cromosomas homólogos. En la prime- ra etapa de la meiosis, llamada meiosis I, se forman dos células con n cromosomas (de dos cromátidas cada uno); tras la meiosis II se obtienen cuatro células haploides, esto es, con n cromosomas de una cromátida. Cada etapa presenta las mismas fases que la mitosis, pero en aras de la simplicidad se ha omitido la prometafase I y la II. El ADN de origen paterno se representa en color rojo, y el materno en azul. (A. S. H.) La formación de gametos La meiosis es una modalidad de división del núcleo que genera células con la mitad de cromosomas que las restantes células del organismo. Estas células haploides originan los gametos, sea directamente, sea tras varias mitosis sucesivas (que, en las plantas, llegan a veces a formar un organismo completo). La meiosis consta de dos mitosis consecutivas, denominadas meiosis I y meiosis II: ● La meiosis I difiere de una mitosis ordinaria en que no se separan las dos cromátidas de cada cromosoma, sino los dos cromosomas completos de cada pareja de homólogos —esto es, dos cromosomasque tienen los mismos genes, uno de los cuales proviene del padre y el otro de la madre—. 61 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS ● El resultado de la meiosis I es la formación de dos células con solo un cromosoma de cada pareja de homólogos, aunque con dos cromátidas cada uno. La meiosis II es una mitosis ordinaria que divide a cada una de esas dos células en otras dos, pero con cromosomas de una cromátida. La estrategia seguida por la célula germinal para lograr esta reducción cromosómica consiste en juntar las parejas de cromosomas homólogos durante la meiosis I y enviar al azar un miembro de cada pareja a cada célula hija. Como indica la ilustración adjunta, este acercamiento permite que los cromosomas homólogos intercambien fragmentos —proceso denominado sobrecruzamiento— y, por tanto, que en los gametos generados por un individuo se recombinen los alelos de sus progenitores. De esta forma, cada gameto contiene una combinación única de mutaciones surgidas en el pasado en diferentes organismos. Un individuo diploide nunca producirá dos gametos iguales. El sexo, pues, es garante de diversidad. Transferencia horizontal de genes Merece la pena citar una tercera fuente de variación genética. Se da cuando un organismo recibe material genético no solo de sus antepasados —lo que El sobrecruzamiento de dos cromosomas homólogos conlleva la recombinación genética mediante intercambio de fragmentos de los mismos. Cada letra representa un gen con dos alelos, uno de los cuales se escribe con mayúscula y el otro con minúscula. (A. S. H.) se llama transferencia vertical de genes—, sino también de organismos con los que no está emparentado, incluso de otras especies: es la transferencia horizontal de genes. Este fenómeno, habitual en bacterias, ocurre también en plantas y animales; por ejemplo, más del 50 % de nuestro ADN contiene genes de virus que invadieron la línea germinal de nuestros ancestros. No obstante, su relevancia es motivo de controversia. 3.2. Variación fenotípica Las poblaciones de seres vivos son más diversas que lo que se esperaría examinando su variación genética. Dos gemelos univitelinos, por ejemplo, proceden del mismo cigoto y, por tanto, no hay variación genética entre ambos. Pero no por ello son iguales: ● La distribución de pelo o de lunares en su piel y cientos de otros detalles corporales que permiten distinguirlos dependen de acontecimientos aleatorios acontecidos a lo largo de su desarrollo. Esta causa de variación se llama ruido de desarrollo. ● Su aspecto físico diferirá si uno realiza trabajos pesados y come poco mientras que el otro se entrega a tareas ligeras y consume muchos alimentos. En este caso, será la diferencia en el ambiente la responsable de las diferencias entre ambos. Para aclarar estas nociones, debe hacerse una distinción entre fenotipo y genotipo. En breve, somos nuestros fenotipos, pero heredamos únicamente nuestros genotipos: Fenotipo. Es cualquier rasgo detectable en un organismo mediante observación directa o usando el instrumental adecuado, como su morfología, su fisiología, su comportamiento o incluso el producto de su comportamiento (por ejemplo, el nido de un ave). Genotipo. Es la composición genética de un individuo, esto es, la combinación de alelos que posee en aquellos genes relacionados con un determinado rasgo. 62 Polimorfismos simples Habitualmente un rasgo fenotípico dependerá de varios genes, de la gama de ambientes por los que ha pasado el organismo a lo largo de su vida y hasta de azares del desarrollo. De ahí la complejidad en el análisis de la variación fenotípica, o polimorfismo, en una población. Afortunadamente, algunos rasgos poseen una relación más directa entre el genotipo y el fenotipo. Se caracterizan porque: ● Los individuos se pueden encuadrar en una categoría discreta, entre varias, sin que haya una gama continua de valores (como ocurre, por ejemplo, con el peso). ● Dependen directamente de dos o más formas alternativas de una molécula (una enzima, por ejemplo), controladas a su vez por los distintos alelos de un único gen. ● La expresión de dicho gen —esto es, la posesión de una u otra variante molecular— no se ve Variación fenotípica o polimorfismo en una mariquita originaria de Asia, Harmonia axyridis. (©Entomart) afectada por alteraciones ambientales ni por el curso del desarrollo. Este tipo de variación fenotípica se conoce como polimorfismo simple. Y fue su estudio lo que permitió a Mendel, hace siglo y medio, enunciar las leyes de la herencia. 3.3. La herencia de los polimorfismos simples Mendel figura en el panteón de los científicos de primera fila por su cuidadosa elaboración de hipótesis y el diseño de experimentos controlados para corroborarlas (véase el siguiente recuadro Experimentos de hibridación en plantas). Experimentos de hibridación en plantas Este es el título que dio Mendel a su trabajo publicado en 1865. En él señala que se aseguró de trabajar con líneas puras del guisante (Pisum sativum), es decir, con variedades que se habían reproducido sin cambios durante al menos dos años. Seleccionó en ellas caracteres tales como el color de la semilla y procedió a cruzarlas: ● Mendel cortó los estambres de plantas que solo producían guisantes amarillos y las fecundó con el polen procedente de plantas de guisantes verdes. También realizó el cruzamiento recíproco, usando polen de plantas de guisantes verdes para fertilizar plantas de guisantes amarillos. En ambos casos, los híbridos de la F1 o primera generación filial —los hijos— producían siempre guisantes amarillos, carácter al que Mendel calificó de dominante. ● El color verde, carácter al que denominó recesivo, no se había desvanecido, sino que permanecía “oculto” o “latente” en los híbridos. Cuando estos se reproducían por autofecundación para originar una segunda generación filial (F2) reaparecía en una proporción invariable: tres guisantes de color amarillo por cada uno de color verde (proporción 3:1). 63 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS Mendel se limitó a analizar caracteres fácilmente identificables en plantas como el guisante, pero las actuales técnicas permiten extender sus estudios a muchos rasgos que por aquel entonces no podían detectarse, incluso en el dominio molecular. Nos servirá de guía en lo sucesivo el polimorfismo de los grupos sanguíneos. En los glóbulos rojos hay una molécula llamada sustancia H, que se puede transformar en antígeno A o antígeno B gracias respectivamente a enzimas cifradas por los alelos A y B del gen ABO. Un tercer alelo, O, cifra una enzima defectuosa que no modifica la sustancia H. La sustancia H es común a casi todas las personas, por lo que no actúa como antígeno (esto es, no desencadena reacciones defensivas). En cambio, los antígenos A y B inducen la presencia de anticuerpos (moléculas defensivas) en el plasma sanguíneo de las personas que no los poseen. (A. S. H.) Algunos conceptos básicos Como muestra la ilustración anterior, el alelo A del gen ABO, situado en el cromosoma número 9 humano, determina la inserción del antígeno A en la membrana de los glóbulos rojos; el alelo B promueve la presencia de una molécula levemente distinta, el antígeno B, mientras que el alelo O no produce ningún antígeno. ● Genotipos. Al ser diploides, las células humanas poseen dos copias del gen ABO, una en cada cromosoma 9 homólogo. Si ambas corresponden al mismo alelo, se dice que su portador es homocigoto (su genotipo se representará por AA, BB u OO); si son alelos distintos, el individuo es un heterocigoto (genotipos AB, AO o BO). ● Fenotipos. Si una persona tiene el genotipo AA producirá solo antígeno A; lo mismo les ocurrirá a las personas con genotipo AO, ya que, aunque tengan un alelo defectuoso(O), tienen al menos uno funcional (A). Por tal razón, el alelo A será dominante y el O será recesivo (lo que se denota A > O u O < A). Análogamente, los individuos con genotipos BB y BO serán del grupo sanguíneo B, con lo que B > O. Por último, el grupo AB presenta ambos antígenos simultáneamente, y se dice que los alelos A y B son codominantes (en símbolos, A = B). Existen otros polimorfismos de grupos sanguíneos, además del ABO. El polimorfismo Rh depende del gen RHD del cromosoma 1, cuyo alelo D produce antígeno Rh, mientras que el alelo d es inactivo. Los individuos con antígeno Rh (genotipos DD y Dd) son Rh positivos (Rh+), y los que carecen de él (genotipo dd) son Rh negativos (Rh–). 64 q a Las leyes de Mendel Ley de la uniformidad La primera observación de Mendel se refería a la descendencia de dos individuos homocigotos (la ge- neración parental o P), por ejemplo AA y OO.To- dos los gametos que cada uno formará portarán el mismo alelo (A y O, respectivamente).Por tanto, la F, o primera generación filial será uniforme, con idénticos genotipo (AO) y fenotipo (grupo A). Todos los descendientes del cruce entre dos ho- mocigotos son iguales entre sí. Ley de la segregación Durante la meiosis se segregan (se separan) las dos copias de un gen unidas mediante fecunda· ción, de modo que cada gameto puede contener una u otra copia con la misma probabilidad. 777.7 gametos ..Y AJ f:! 81 O, ii1 ói Como la unión de gametos en la fecundación es - cuestión de puro azar, alcruzar dos heterocigotos AO y 80, entre la descendencia (F2) se obtendrán no soto heterocigotos AO y 80, sino también hete- [ - Lro_c_ig:..o._to_s_A_B_ _y ho_m_o_c..i..g::.o.._to_s_o=o=.= ===== ::::!.._ • A _ 8 A- r- o Ley de la combinación independiente Durante la meiosis los miembros de una pareja de cromoso- mas homólogos se separan en células distintas sin atender a lo que pase con los miembros de las restantes parejas.Por lo tanto, si los genes de dos rasgos simples distintos se ubican en cromosomas diferentes (no homólogos), ocurrirá que: La segregación de uno de los pares de aletos será inde- pendiente de la segregación del otro par, de manera que los genes se combinarán al azar en la descendencia. Esto es, un individuo heterocigoto para dos genes distintos (por ejemplo,80 y Od) formará gametos de cuatro tipos con la misma frecuencia: dos como los producidos por sus padres Rh+ Br J'd :fa 1 (gametos parentales) y dos gametos recombinados. Al cruzar un hombre de genotipo AOOd con una mujer BOOd, cada tipo de espermatozoide se puede unir durante la fecun- fecundación dación a cada uno de los cuatro tipos de óvu- los, lo que da lugar a 16 combinaciones posi- bles, todas ellas igual- mente probables, co- mo muestra la tabla. Ad00Od .. .. .. 80 ABOO ABOd 8000 BOOd Bd ABOd ABdd BOOd BOdd 00 AOOO AODd 0000 OOOd Od AOOd AOdd OOOd OOdd o• d lo lo o· d'" " ¡. O f.B gametos recombinados gametos parentales 65 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS 3.4. Determinación del sexo En la mayoría de los organismos sexuados, ser macho o hembra tiene una base genética. Pero el sexo no es un rasgo simple, y su determinación presenta múltiples modalidades: ● En los mamíferos el sexo depende de una pareja de cromosomas llamados cromosomas sexuales (la pareja 23 en la especie humana), denominándose al resto autosomas (las otras 22 parejas). Las hembras poseen dos cromosomas sexuales designados por X. Los machos tienen un cromosoma X y otro diferente llamado Y; en él se ubica el gen SRY, responsable último de la “masculinización” del embrión. ● En las aves, los cromosomas sexuales se llaman Z y W; el macho tiene dos iguales (ZZ) y la hembra diferentes (ZW). ● A veces se “pierde” el cromosoma W o el Y, y el correspondiente sexo solo tiene un cromosoma sexual (hembras Z0, o machos X0, como el del saltamontes). ● En las abejas y hormigas no hay cromosomas sexuales, y el sexo depende de si el individuo es haploide o diploide. Algunos sistemas de determinación del sexo no son genéticos, sino ambientales. Por ejemplo, en algunos reptiles el sexo depende de la temperatura a la que se ha incubado el huevo. Determinación del sexo. Cada A simboliza una dotación haploide de autosomas. (A. S. H.) Resolución de problemas de genética El análisis de un problema de herencia de caracteres simples requiere seguir unos pasos relativamente sencillos, al menos dentro del nivel que se exige para el presente curso. A continuación se propone un problema modelo y se detalla su resolución paso a paso. El aminoácido fenilalanina (Phe) es metabolizado por una enzima cifrada en el gen PAH del cromosoma 12. Algunos alelos de dicho gen cifran una enzima defectuosa, y si una persona es homocigota para uno de ellos no podrá metabolizar el aminoácido; la fenilalanina se acumulará en la sangre y podrá ocasionar problemas en el desarrollo del cerebro, trastorno conocido como fenilcetonuria (PKU). Pero, si se trata a tiempo, el paciente puede vivir sin más problemas que los derivados de seguir una dieta controlada y consumir cierta medicación. Concha, una paciente de PKU, tuvo un hijo, Juan, al que se le diagnosticó la enfermedad; lo cual extrañó a su marido Paco, porque él no la padecía. ¿Tenía razón Paco al sorprenderse? 1. Indicar qué carácter se está estudiando y qué alelos se hallan implicados. El alelo “normal” puede representarse mediante una letra mayúscula en cursiva, y el alelo “defectuoso” por la misma letra en minúscula. A veces el enunciado del problema asigna símbolos a los alelos; si no es así puede escogerse cualquier letra, siempre que no de lugar a confusión. En el presente caso designaremos, por ejemplo, por R y r a los alelos, y escribiremos: 66 Carácter: persona normal / persona afectada por PKU. Alelo R: cifra una enzima funcional, capaz de metabolizar el aminoácido. Alelo r: cifra una enzima defectuosa, incapaz de metabolizar el aminoácido. 2. Explicitar las relaciones de dominancia, recesividad o codominancia entre los alelos, y escribir una tabla que indique el fenotipo que corresponde a cada posible genotipo. Se trata de una tabla muy útil, que evita “perderse” en el transcurso de la resolución del problema. Es importante recordar que los individuos adultos son diploides, es decir, tienen dos copias de cada gen en todas las células de su organismo, salvo las reproductoras o gametos. Por tanto, en cada genotipo deben aparecer dos letras. En el ejemplo dado se tiene: Dominancia: basta con tener un alelo R para poder fabricar enzimas normales, y por tanto R será el alelo dominante y r el recesivo (R > r). Genotipos y fenotipos: Genotipo Fenotipo RR Normal Rr Normal rr PKU 3. Plantear el cruzamiento. Es importante indicar qué gametos produce cada uno de los progenitores, recordando que tienen la mitad de genes que las células somáticas. Si el individuo es homocigoto, todos los gametos llevarán el mismo alelo; si es heterocigoto, la mitad de sus gametos llevarán un alelo mientras que la otra mitad portarán el otro. En el presente problema se indica que Concha padece PKU; por tanto, si se mira la tabla construida en el apartado 2, su genotipo será rr, es decir, será homocigota recesiva. Pero de Paco solo se señala que no padece la enfermedad; esto se corresponde con dos posibles genotipos (RR y Rr), y es necesario considerar cada uno de ellos por separado. Primera posibilidad: Paco es homocigoto (RR). El cruzamiento será entonces el siguiente: Generación parental (P) Concha Paco Genotipos: rr × RR Gametos: r R Primera generación filial (F1) Genotipos posibles: Juan Rr Obsérvese que Concha solo tiene alelos r y, por lotanto, todos sus óvulos llevarán este alelo; de igual manera, se está suponiendo que Paco solo tiene alelos R, por lo que todos sus espermatozoides tendrán el alelo R. El resultado de la unión de un óvulo con el alelo r y de un espermatozoide con el alelo R es un hijo con el genotipo Rr con una probabilidad del 100 %. Rr se corresponde a un fenotipo normal y en ningún caso, pues, el hijo podría padecer la enfermedad. 67 UNIDAD HERENCIA Y VARIACIÓN EN LOS SERES VIVOS En definitiva, si Paco fuese homocigoto solo podría tener con Concha hijos normales, por lo que Juan no sería hijo suyo. Segunda posibilidad: Paco es heterocigoto (Rr). El cruzamiento será entonces el siguiente: Generación parental (P) Concha Paco Genotipos: rr × Rr Gametos: r R, r Primera generación filial (F1) Juan Genotipos posibles: Rr, rr En este caso Concha siempre aportaría el alelo r, mientras que Paco produciría espermatozoides con el alelo R o con el alelo r con la misma probabilidad. El resultado del de la fecundación de un óvulo con el alelo r y de un espermatozoide con el alelo R es un hijo con el genotipo Rr, lo cual ocurriría en el 50 % de las veces; el otro 50 % se correspondería a la unión de un óvulo con el alelo r y de un espermatozoide con el alelo r, es decir, a un hijo con PKU. Por tanto, si Paco fuese heterocigoto podría tener con Concha hijos que padeciesen la enfermedad con una probabilidad del 50 %, por lo que Juan podría perfectamente ser hijo suyo. Para discernir entre ambas posibilidades podría ser conveniente investigar si entre los antepasados de Paco hay antecedentes de PKU. Si así fuese, es posible que haya heredado un alelo r. Pero si no se conocen casos de PKU en su familia, lo más probable es que no tenga el alelo r, es decir, que sea homocigoto RR. AA cc tt ii vv ii dd aa dd ee ss 17. ¿Es posible en las plantas la herencia de caracteres adquiridos? 18. Responde a la cuestión con la que abríamos este epígrafe: ¿podría Spidergirl haber heredado los poderes de su padre (naturalmente, si estos fuesen factibles)? 19. En el supuesto de que no haya sobrecruzamiento, calcula cuántos gametos distintos podrá producir un organismo con número haploide n = 2 y otro con n = 3. 20. Al cruzar un rebaño de ovejas de lana negra con otro rebaño de lana blanca todos los descendientes tenían lana blanca. ¿Cómo puede interpretarse esto? 21. Chelo es del grupo sanguíneo Rh+, mientras que su padre y su marido son Rh–. ¿Cuál es la probabilidad de que su hijo tenga el mismo grupo Rh que ella? 22. La flor-mono amarilla (Mimulus guttatus) es una planta cuyo tallo puede ser peludo o liso, y esta diferencia está controlada respectivamente por los alelos H y h de un gen; el alelo H domina sobre h. Al cruzar plantas heterocigotas se obtuvo una descendencia formada por 400 plantas. ¿Cuántas cabría esperar de cada tipo? 68 23. La tabla que aparece en el recuadro que explica la ley de la combinación independiente de Mendel indica los posibles genotipos de la descendencia de un hombre con genotipo AODd y de una mujer con genotipo BODd. ¿Cuáles serán sus fenotipos? ¿Qué fenotipos esperaríamos encontrar en la prole y en qué proporción? 24. ¿Quién es el “culpable” del sexo de un bebé: su padre o su madre? ¿Por qué? 25. Una pareja humana ha tenido tres hijos, todos ellos varones. Si la mujer se vuelve a quedar embarazada, ¿qué probabilidad hay de que tenga otro varón? Razónalo. RR ee cc uu ee rr dd aa ü En general solo se heredan las mutaciones que afectan a células germinales (las que originan los gametos), pero no las que afectan a células somáticas (las restantes). ü Durante la reproducción sexual los genes se transmiten a través de los gametos, formados (directa o indirectamente) mediante meiosis. Este proceso tiene un doble efecto: ● Reduce el número de cromosomas a la mitad, formando células haploides. ● Recombina los genes por sobrecruzamiento de cromosomas homólogos y distribuye al azar los cromosomas maternos y paternos, incrementando así la diversidad genética. ü La expresión de un rasgo hereditario depende generalmente de muchos genes, de factores ambientales y del ruido de desarrollo. Los caracteres simples, en cambio, solo varían si lo hacen los alelos de un único gen, que se hereda conforme a las leyes de Mendel: ● La descendencia del cruce entre dos organismos homocigotos es uniforme. ● Los dos alelos de un gen se segregan durante la formación de los gametos. ● Si dos genes se hallan en cromosomas distintos, su segregación es independiente. ü Los cromosomas sexuales de los mamíferos son XX en las hembras y XY en los machos.
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