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MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 1 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. L e c t u r a 3 Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. Cap. 4. Pp. 155-182. LA APLICACIÓN Y EL USO DE LOS TESTS ............................ 2 1.' ¿Quién debe administrar e interpretar los tests? ..................... 2 2. El medio ambiente. .................................................................. 3 3. Cooperación del examinado. ................................................... 4 4. Instrucciones. .......................................................................... 5 5. Registro de las respuestas. ....................................................... 6 6. Las puntuaciones. .................................................................... 6 7. Conversión de la puntuación directa en puntuación normalizada. ................................................................................ 9 Algunos Problemas De La Aplicación De Tests ......................... 9 Resumen .................................................................................... 13 UU NN II DD AA DD .. II EE VV AA LL UU AA CC II ÓÓ NN PP SS II CC OO LL ÓÓ GG II CC AA MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 2 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. LLAA AAPPLLIICCAACCIIÓÓNN YY EELL UUSSOO DDEE LLOOSS TTEESSTTSS Para que los resultados que se obtengan mediante la aplicación de tests sean fiables, es preciso que cuando se administren se cumplan una serie de requisitos que son los siguientes: 1. La persona encargada de su administración debe estar debidamente preparada. 2. Deben aplicarse en un medio ambiente adecuado. 3. Hay que actuar de forma tal que se obtenga la cooperación del examinado. 4. Es preciso seguir fielmente las instrucciones de administración y evaluación del test. 5. Es imprescindible que las respuestas se registren con la mayor exactitud posible. 6. Deben puntuarse ateniéndose a las instrucciones que figuren en el Manual del Test. 7. Tienen que convertirse las puntuaciones directas en puntuaciones normalizadas. 11.. ¿¿QQuuiiéénn ddeebbee aaddmmiinniissttrraarr ee iinntteerrpprreettaarr llooss tteessttss?? Evidentemente aquellas personas que estén capacitadas y preparadas para ello. Existen tests de muy fácil aplicación; por ejemplo, muchos cuestionarios de personalidad y algunos tests de aptitudes y conocimientos, de cuya administración puede encargarse personal debidamente entrenado sin que sea necesario estar en posesión de una formación o título psicológico propiamente dicha. Otros tests, por ejemplo, la mayor parte de técnicas proyectivas y muchos tests que se aplican individualmente en situaciones clínicas, suelen exigir, no sólo una preparación en la técnica de administración, sino el estar en posesión de una serie de conocimientos imposibles de adquirir si no se tiene una titulación en psicología. Fig. VIII-1 El uso o interpretación de los tests exige una formación teórica y práctica que no se puede adquirir mediante un cursillo o la lectura de algún libro técnico. El interés que hoy día sienten muchas personas por los tests, les induce a desear convertirse rápidamente en «psicotécnicos». Quienes deseen trabajar con licitud en psicometría deberán adquirir el título de psicólogo cursando los estudios en las Escuelas o Facultades de Psicología existentes en nuestro país. Para evitar el uso de tests por personas incompetentes, la mayor parte de editoriales de pruebas psicométricas venden su material directamente a las personas que pueden acreditar estar capacitadas profesionalmente para ello, de acuerdo con las normas éticas para la distribución de tests psicológicos e instrumentos diagnósticos aprobados por la mayor parte de Asociaciones Psicológicas y según las cuales: «Los tests e instrumentos diagnósticos deberán facilitarse solamente a las personas que puedan demostrar que tienen los conocimientos y la preparación necesaria para utilizarlos e interpretarlos adecuadamente.» «Las normas de los tests y su material deberán facilitarse solamente a las personas con calificación profesional adecuada para interpretarlos y no a quienes estén expuestos a usarlos indiscriminadamente o con la mera finalidad de hacer autoaplicaciones.» Los tests deberán usarlos, por lo tanta, los profesionales de la psicología, aunque el uso de algunos de ellos esté también permitido a personas sin esta calificación profesional. Por ejemplo, la editora «Psychological Corporation» califica todos aquellos de sus tests que pueden aplicarse en la esfera comercial e industrial, en tres niveles: MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 3 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. Los que figuran en el nivel «a» son los que pueden cubrir las necesidades más elementales de una clasificación con fines de selección de personal y pueden adquirirse simplemente a través de la de-manda de la empresa que los vaya a aplicar a sus propios empleados. En el nivel «b» figuran tests más específicos y para su adquisición se exige que las empresas que los soliciten tengan algún miembro en su «staff» que haya completado un nivel avanzado de «Psicodiagnóstico» en cursos universitarios. En el nivel «c» figuran aquellos tests, que, por ser de uso e interpretación mucho más complejos, sólo se venden a aquellas empresas que pueden probar que cuentan con la supervisión de un profesional de la psicología que tenga al menos el grado de «master» o bien que haya sido aceptado como miembro de la Asociación Americana de Psicología. Este psicólogo puede formar parte directamente del equipo de la empresa o bien trabajar como colaborador-consultor de la misma. Análogos criterios se siguen para la venta de los tests para su aplicación en Escuelas, Universidades, Centros estatales, Consejeros y orientadores profesionales, agencias u oficinas de colocación, instituciones sanitarias u hospitalarias, etc. En nuestro país los únicos títulos que permiten realizar con licitud aplicaciones psicológicas y, por lo tanto, usar tests, son los Diplomas en Psicología, que hasta el momento se pueden obtener mediante los cursos que están organizados solamente en las Escuelas de Psicología de las Universidades de Madrid y Barcelona. Recientemente se han iniciado en nuestro país los estudios de Licenciatura en Psicología dentro de las Facultades de Filosofía y Letras. 22.. EEll mmeeddiioo aammbbiieennttee.. El medio físico en que se apliquen los tests debe ser tal que reúna las mínimas condiciones exigibles en cuanto a la comodidad y tranquilidad para el examinado. Los exámenes psicométricos se realizan en muy diversos locales: gabinetes de consulta y exploración, aulas escolares y otras salas preparadas para la realización de exámenes colectivos. En cualquier circunstancia debe procurarse que el sujeto tenga espacio suficiente, luz y temperatura adecuadas y que se eviten ruidos que, por su insistencia puedan molestar o distraer; deben también evitarse interrupciones, conversaciones o actividades al margen del examen, o frecuentes entradas y salidas de personas en el gabinete o sala de examen. Puede permanecer algún auxiliar o colaborador junto al examinador, pero debe evitarse la presencia de cualesquiera otras personas, sean o no ajenas a los examinados, como,por ejemplo, profesores o familiares. Solamente en los exámenes individuales de niños muy pequeños o, aunque sean un poco mayores, muy tímidos o miedosos, puede permitirse la presencia de la madre o del familiar que los acompañe, advirtiendo previamente a esta persona que debe de abstenerse por completo, durante el curso del examen, de cualquier tipo de intervención, comentario de elogio o censura y, aun más de ayuda, puesto que, de no seguir estas normas se ejercería una influencia per-turbadora en el curso de la exploración. Aun en estos casos, si una vez iniciado el examen observamos que el niño ha adquirido ya suficiente confianza con el examinador y se encuentra tranquilo, debemos probar de continuar el examen con el niño a solas. En los exámenes colectivos, debe haber entre los sujetos la separación suficiente para que nadie tenga la impresión de que la persona que está sentado a su lado pueda leer con toda facilidad sus respuestas y, por supuesto, para evitar que unos sujetos puedan copiar de otros. Es preferible colocar a los sujetos con arreglo a un determinado sistema, por ejemplo, por orden alfabético de sus apellidos, con la finalidad de separar a las personas que se conocen entre sí porque estudian o trabajan juntas o porque son amigos, puesto que, de este modo, se favorece que cada cual se concentre en su labor y se evita el que se establezcan intercomunicaciones que pueden obligar a cambiarlos de sitio durante el curso del examen, lo cual puede resultar violento tanto para el examinador como para los examinados. Particularmente esto conviene tenerlo en cuenta cuando se realizan exámenes de grupo de un curso escolar en la misma aula. MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 4 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. Fig. VIII-2 En el examen de niños pequeños o muy neuróticos puede permitirse inicialmente la presencia de la madre o familiar que les acompañe para evitar en el niño la sensación de extrañeza; pero, sin embargo, hay que evitar por completo que tal persona «intervenga» ayudando al niño o haciendo comentarios que intercepten y perjudiquen la buena marcha del examen. 33.. CCooooppeerraacciióónn ddeell eexxaammiinnaaddoo.. Jamás se debe iniciar un examen psicométrico sin buscar la adecuada cooperación del examinado. El procedimiento adecuado para ello varía según los tests que vayamos a aplicar, los motivos de esta aplicación y el tipo de personas a las que tengamos que examinar, pero el objetivo hacia el que tiene que tender el examinador siempre es el mismo: conseguir que el sujeto colabore de buen grado en el examen y que, por consiguiente, rinda satisfactoriamente, si se trata de tests de inteligencia, aptitudes o conocimientos, y sea tan sincero como sea posible, si se trata de tests de personalidad. En cualquier caso, un examen psicométrico debe ir precedido de una entrevista, que puede ser incluso muy breve, reduciéndola a un mero contacto durante pocos minutos que emplearemos para facilitar a los sujetos la información que estimemos será más adecuada para que sea más fácil que nos presten su colaboración, eliminando así la ansiedad que de forma más o menos intensa, más o menos velada, suele despertar casi siempre cualquier tipo de examen en que se puedan poner al descubierto las capacidades y las características de la personalidad del sujeto. Fig. VIII-3 En el examen de niños pequeños y con dificultades para aceptar la situación de exploración, el administrador de los tests se ve, en ocasiones, en la necesidad de dar al examen un carácter de «juego» para conseguir que el niño colabore mejor en la realización de las pruebas. En los niños pequeños, generalmente nuestra actuación la dirigiremos a evitar su tendencia a la distraibilidad, a eliminar la aparición de negativismo y a anular o, al menos, mitigar, el miedo que puede surgir si ven que van a quedarse solos con personas extrañas. Mostrarse afectuosos con el niño y presentar la situación de examen como si fuera más bien un juego, suele ser el mejor modo de proceder para conseguir que el pequeño se comporte con espontaneidad y se muestre interesado durante el curso del mismo. Muchas veces es aconsejable presentar al niño alguna parte del material del test que le resulte atractivo, o mejor aún de otro test paralelo o análogo, con la finalidad de despertar en él una actitud de cooperación. Si bien el examinador debe atenerse siempre a las instrucciones que para la administración del test figuren en el correspondiente manual, conviene tener una cierta flexibilidad en la aplicación del procedimiento, siendo, por ejemplo, lícito alterar el orden de algunos tests si se cree que así seguiremos manteniendo mejor el interés del niño. Si siempre el examinador debe conocer muy bien las instrucciones y técnicas de administración de los tests, para evitar pausas, dudas o incurrir en errores que siempre pueden actuar como factores interferenciales, todavía es esto más importante en el examen de niños pequeños, porque sólo así el examen pierde su carácter de tal y se convierte en una técnica llena de espontaneidad y vivacidad. Por último, el examen de niños pequeños nunca será muy largo y> cuando es necesario aplicar muchos tests, es preferible que la MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 5 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. exploración se fragmente en varias sesiones que conviene se realicen en días sucesivos. En los niños que están ya en período escolar también hay que tener en cuenta todo lo antedicho en mayor o menor grado, pero además podemos estimular su espíritu competitivo, particularmente cuan-do el examen lo realicemos en grupo. Hay que evitar en lo posible que el niño se sienta frustrado cuando no resuelva satisfactoriamente alguna parte del test. Si esto suceda por falta de tiempo, deberemos advertir siempre que casi nadie llega a terminar completamente el test. Si se producen errores o ausencia de respuestas, debemos evitar en lo posible que el niño se dé cuenta de que se ha equivocado y esta frustración, tanto en un caso como en otro, podremos cuando menos paliarla, si previamente hemos advertido que ningún niño llega a resolver todo el test bien y que la calidad y cantidad del rendimiento varían con la edad. Esta sugerencia vale tanto para exámenes colectivos como para exámenes individuales. En estudiantes, adolescentes o jóvenes, el mejor procedimiento suele consistir en explicar los motivos generales del examen: orientación escolar o profesional, contribución a una tarea científica, etc., poniendo bien patentes las consecuencias que para el propio sujeto o para el fin propuesto se pueden derivar en el caso de que la colaboración no sea adecuada. Incluso suele ser conveniente también explicar, antes de aplicar cada prueba, para qué sirve, salvo en aquellos casos que sea imprescindible mantener velado el objetivo final del test. Haciendo estas aclaraciones previas, puede observarse fácilmente cómo se despierta y se mantiene constante el interés par el examen. También, aunque con cierta moderación, suele ser útil estimular el espíritu competitivo de los examinados. En cuanto a los adultos, la mejor cooperación se obtiene explicándoles los motivos del examen y el tipo de tests que se van a aplicar para que se hagan cargo de la justificación de la exploración. Durante la entrevista introductiva debe informarse al sujeto de forma adecuada para que cuando solicitemos su aquiescencia para hacer el examen nos la dé de! buen grado. Conviene sugerirle que en los tests de eficienciadebe procurar rendir lo mejor que pueda, pero a tenor de su ritmo habitual, es decir, sin que se esfuerce en sur demasiado rápido si, por lo general, no actúa así: hay personas que acuden a un examen psicotécnico con el prejuicio de que conviene hacer los tests muy deprisa y, si el sujeto pretende actuar a mayor velocidad de la suya habitual, es muy posible que ello favorezca la aparición de más errores y que, en todo caso, dé una imagen distorsionada de su forma de proceder en este aspecto. En cuanto a los tests de personalidad, la sugeriremos la conveniencia de que sea espontáneo, y puede ser conveniente exponerle que siempre partimos de la base de que todas las personas tenemos a la vez rasgos positivos y'atros que aún podríamos mejorar y que el hecho de que se puedan poner de manifiesto algunas de estas últimas características no quiere decir en absoluto que las deducciones que se deriven del examen vayan a ser desfavorables. Cuando se utilizan tests de personalidad mediante los cuales se pueda detectar la tendencia a falsear respuestas, puede indicarse, muy de pasada, que algunos tests permiten apreciar si el sujeto ha sido imparcial y objetivo al autoestimarse o si ha sido consigo mismo muy benévolo e indulgente, o, por el contrario, si se ha infravalorado. En resumen, nuestro objetivo será hacerle ver que si, tanto en los tests de eficiencia como en los de personalidad no actúa con espontaneidad, las puntuaciones que obtendremos serán en parte erróneas y también podrán serlo las decisiones que puedan derivarse de los resultados del examen, con lo que, en una u otra forma, él mismo acabará perjudicándose. 44.. IInnssttrruucccciioonneess.. Todos los manuales de aplicación de test tienen las correspondientes instrucciones para su administración y evaluación, las cuales debe seguir el examinador fielmente aunque no con una total rigidez. Generalmente, las instrucciones son muy simples para los tests de administración colectiva y con mayores variaciones para los tests individuales. En los exámenes colectivos el examinador insistirá para que en cada impreso los sujetos adquieran el hábito de poner su nombre, apellidos y los otros datos que allí consten y cuyo registro sea necesario. Casi siempre el sujeto debe realizar algunos ítems a modo de ensayo y el examinador debe controlar que los ha realizado correctamente. A veces no sucede así, indicándonos aquel que no ha registrado los ejemplos por haberlo comprendido bien y no ser necesario; no debe, sin embargo, permitirse tal actitud, ya que debemos tener pruebas de que efectivamente comprendió la tarea a realizar o el modo de registrar sus respuestas y, por lo tanto, debe insistirse en que lo hagan en la forma que previamente se le indicó. Para estar a cubierto de las eventualidades que pueden surgir durante la marcha del examen, el examinador debe tener preparados y a su alcance todos los utensilios y material que pueda necesitar: cronómetro, bolígrafos, cuartillas, algunos impresos más del test, etc. En los exámenes colectivos es conveniente que el examinador siga el curso MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 6 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. del examen observando si las respuestas se registran en los lugares adecuados y estando alerta para cualquier incidencia que pudiera surgir. Los tiempos de administración se observarán con rigurosa exactitud y es absolutamente imprescindible el uso de contadores de tiempo adecuados que nos marquen con precisión el inicio y fin del intervalo de tiempo que debe durar la administración de la prueba. Fig. VIII-4 Un considerable número de tests se administran con tiempo límite. Estos tiempos se deben medir con exactitud mediante cronómetros adecuados. El uso de relojes corrientes en los que el tiempo inicial no se puede poner a cero, debe desterrarse por completo porque se prestan a incurrir en frecuentes errores. Deben desecharse los relojes usuales ya que con ellos es muy fácil incurrir en errores que, aunque sean aparentemente pequeños, no lo son en la realidad; piénsese en la diferencia tan considerable de tiempo que es medio minuto en un test que se administra en cuatro minutos. En el momento de terminar el test, el examinador debe nedir a los sujetos que retiren o inviertan los impresos, para proceder a su recogida, evitando así que algunos sujetos puedan continuar respondiendo durante algún tiempo más. 55.. RReeggiissttrroo ddee llaass rreessppuueessttaass.. El registro de las respuestas es muy sencillo en los tests de administración colectiva. Puede haber respuestas libres; por ejemplo, la contestación a una pregunta en un cuestionario de conocimientos o a un problema en el que el sujeto tiene que escribir, generalmente en un espacio situado al lado de la pregunta, su respuesta. Y puede haber también respuestas de elección múltiple en las que el sujeto se limite a señalar o rodear con un círculo la respuesta que considera apropiada entre las que se le ofrecen como posibles alternativas. En los tests de administración individual, las respuestas las registra el examinador. El registro es también, en la mayor parte de estos tests, sencillo, particularmente en los tests de inteligencia, en los que las respuestas de los sujetos suelen ser breves, pero, en cambio, son más difíciles de registrar en los denominados tests proyectivos, puesto que se debe dejar constancia de las respuestas del sujeto con toda exactitud y ello no es fácil si tenemos en cuenta que en algunos de estos tests, por ejemplo, en el T.A.T., el sujeto, que debe hacer unos relatos en torno a lo que él considera que sucede en una serie de escenas y situaciones representadas gráficamente, puede dar respuestas larguísimas y que, por añadidura, debemos registrar sus pausas, sus dudas, sus variaciones en el tono de voz, etc. Evidentemente, estos problemas se solucionarían si el registro se hiciese en un magnetófono, pero el uso del mismo puede modificar la actitud del sujeto que pasa el test, produciendo en él ansiedad, coartando su espontaneidad, etc., y, en consecuencia, no es, salvo en casos excepcionales, aconsejable. 66.. LLaass ppuunnttuuaacciioonneess.. La puntuación de las respuestas varía según que éstas sean libres o sean de elección múltiple. En el primer caso existen unas guías en los manuales en las que figuran las puntuaciones adecuadas para las respuestas representativas. Por ejemplo, en el test de Comprensión de la Escala de Wechsler, Forma I, la pregunta: «¿Par qué se hacen los zapatos de cuero?», se puede valorar con 0, 1 ó 2 puntos. Se puntúa con 0, si en la respuesta no se da ninguna de las características que se indican en la guía de puntuación como básicas. Se puntúa con 1 si se dan una o dos de estas características y con 2 si se dan tres o más. En el Test de Frustración de Rosenzweig, existe asimismo una guía para la calificación, en sus correspondientes categorías, de una gama muy amplia de respuestas. Cuando las respuestas son del tipo de elección múltiple, la puntuación del test puede hacerse a mano o a máquina. Para la corrección a mano existen «claves de corrección». Hay dos modalidades: o bien la clave es una cartulina perforada que se MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 7 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. superpone al impreso con las respuestas, marcando entonces el corrector todas las respuestas que aparecen a través de estos orificios, y contando, por último, el número de ellas, o bien la clave consiste en un papel transparente con señales en las respuestasque puntúan, contando el corrector éstas, una vez que la clave se ha superpuesto a la hoja que las contiene. Otra modalidad de corrección consiste en la existencia en el impreso del test de una serie de círculos o muescas por cada posible respuesta, que el sujeto tiene que perforar o arrancar, quedando entonces una serie de orificios que luego se buscará si se corresponden o no con los de una plancheta también perforada con las respuestas correctas, efectuándose entonces el recuento de las mismas. Otro procedimiento es el de la «autopuntuación». Las baterías de A.M.P. de Thurstone, cuentan con un impreso de registro que consta de dos páginas adheridas entre sí. En el anverso de una de ellas hay un papel carbón que traslada al dorso de la primera página las señales de las respuestas del sujeto, en la que figura además un recuadro en cada lugar en que la respuesta es correcta, de tal forma que luego el corrector no tiene que hacer sino contar cuántos de estos recuadros han sido marcados por cada uno de los factores que mida esta batería. Fig. VIII-5 En la corrección directa o manual se utilizan plantillas como la representada aquí, que se superponen en el impreso en el que el examinado registró sus respuestas, cotejándose el número de las que son correctas. En la puntuación a máquina, el procedimiento esencialmente es el mismo que en el de las claves de corrección. Las diferencias estriban en que las respuestas las registra el sujeto en unos impresos especiales en los que hay que marcar las respuestas con unos lápices de grafito exclusivamente elaborados con este fin, rellenando el espacio que queda entre dos líneas. Estos impresos, por lo de-más, pueden utilizarse también para la corrección «manual», no necesitándose entonces el uso de estos lapiceros especiales. Una vez realizados los tests, se pasan estos impresos por una máquina IBM, que dispone de una clave de corrección con perforaciones en los lugares correspondientes a las respuestas. El registro con el lápiz de grafito permite establecer una serie de contactos con los mecanismos de la máquina y ésta registra los MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 8 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. aciertos, los suma, descuenta los puntos que corresponden a los errores y da la puntuación total. Fig. VIII-6 Existen algunos tests en los que al marcar el sujeto sus respuestas quedan automáticamente registradas mediante un adherido de papel carbón. El impreso de registro tiene cuatro caras. El modelo A reproduce la cara en que el examinado va marcando sus respuestas señalando con una aspa la letra que corresponde a la solución elegida. El modelo B representa el mismo impreso por la cara interior. Las flechas del impreso siguen un «itinerario» con círculos, cuadrados y rectángulos. Las respuestas correctas son las que quedan registradas mediante papel carbón dentro de estas figuras. El examinador sólo tiene que contar el número de respuestas correctas — es decir, enmarcadas — para cada uno de los tests. El modelo C corresponde a la cara posterior al papel carbón. Es el test numérico, cuyas respuestas quedan registradas en los rectángulos negros. Es el único test que está impreso en la hoja de registro. Los seis tests restantes están en un cuadernillo aparte en el que se introduce la hoja de respuestas que encaja exactamente con cada una de las páginas (de PxttvtnxY MENTAL ABILITIES. Form AH - Answer Pad. Copyright 1948, L.L. Thurstone and Thelma Gwinn Thurstone). Reproducido con el permiso de Science Research Associates, Inc. Fig. VIII-7 Durante los últimos años los editores de tests han lanzado impresos para registrar las respuestas, que sirven indistintamente para corregirlos manualmente o mediante máquinas que realizan este proceso automáticamente MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 9 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. y a gran velocidad. En la figura se reproduce un fragmento de un impreso de este tipo correspondiente al inventario multifásico de la personalidad, de Minnesota. Con autorización de The Psychological Corporation y de TEA. La puntuación a máquina se utiliza en los exámenes de grandes grupos puesto que se pueden evaluar hasta 500 impresos por hora. El único inconveniente que tiene la corrección a máquina es que las respuestas deben registrarse muy bien; si el sujeto no ha apretado suficientemente el lapicero, o no ha rellenado todo el espacio entre las dos lineas de puntos, o ha hecho trazos en otros lugares del impreso, o no ha borrado bien sus errores, la máquina nos puede dar una puntuación errónea. 77.. CCoonnvveerrssiióónn ddee llaa ppuunnttuuaacciióónn ddiirreeccttaa eenn ppuunnttuuaacciióónn nnoorrmmaalliizzaaddaa.. La última fase de la aplicación de un test consiste en convertir la puntuación directa en una puntuación normalizada, consultando para ello los Baremos o Tablas que figuran en el Manual del test y, a continuación, interpretar tal puntuación. En algunos tests que exploran simultáneamente varios rasgos o aptitudes, los resultados se pueden expresar también gráficamente, mediante un perfil que asimismo servirá para hacer las oportunas interpretaciones pronosticas o diagnósticas. AAllgguunnooss PPrroobblleemmaass DDee LLaa AApplliiccaacciióónn DDee TTeessttss Ansiedad. Muchas personas objetan al método de examen de la inteligencia y las aptitudes mediante tests, que la situación de examen provoca gran ansiedad en las personas «nerviosas» y, que, por lo tanto, no se pueden tomar en consideración los resultados obtenidos porque en tales condiciones una persona rendirá muy por debajo de sus posibilidades. La objeción es suficientemente interesante como para que la investigación psicológica la haya tomado en consideración. Particularmente desde 1952 se han llevado a cabo numerosos estudios con la finalidad de arrojar luz sobre este problema. Sarason y colaboradores; Deese, Lazarus y Keenan (1); Spielberger (12, 13, 14) y otros muchos autores han hecho investigaciones cuyas conclusiones no son fáciles de sintetizar. El lector interesado puede consultar Spielberger (12) y H.G. Jones (7). Muchos de estos estudios han consistido en aplicar la Escala de Ansiedad Manifiesta de Taylor (M.A.S.) o bien otros tests que permitan clasificar a los sujetos en función de sus manifestaciones de ansiedad y tomar grupos de contraste compuestos por sujetos con mucha ansiedad y con poca o bien con ninguna ansiedad. Taylor y Spence en 1952 (15) y Faber y Spence en 1953 (3) en la Universidad de Iowa estudian los efectos de la ansiedad sobre la ejecución de tests de laberintos, encontrando que los sujetos con notas altas de ansiedad incurren en más errores y hacen más ensayos para aprender las instrucciones que los sujetos de los grupos con baja o con ninguna ansiedad. Sin embargo, estos hallazgos no han sido luego confirmados por otros investigadores, siendo los resultados diferentes en función de los tests a realizar, de que se dieran o no instrucciones «stressantes», se calcularan las correlaciones entre grupos o en series continuas, se tuvieran en cuenta o no la motivación de los exámenes o el nivel de inteligencia de los sujetos, etc. Denny (2) recientemente estudió la formación de conceptos en un grupo de universitarios. Dividió la muestra en dos grupos. Uno de ellos compuesto por sujetos con mucha ansiedad. Utilizó como criterios una nota superior a 20 en la Escala de Ansiedad Manifiesta de Taylor. El otro grupo lo componían sujetos que habían obtenido menos de8 puntos en este mismo test. Cada uno de estos grupos se dividió a la vez en otros dos en función de su inteligencia, dicotomizando la muestra en el punto de la normalidad. A todos se les administró un test de formación de conceptos ideado por el propio autor y que, previamente, había validado. Al dar las instrucciones se actuaba de tal forma que se pudiera desencadenar ansiedad, acentuando la importancia que podrían tener los resultados al test en las notas finales de los cursos que los alumnos venían realizando. Los resultados del experimento fueron los siguientes: los sujetos con mucha ansiedad e inteligencia baja daban resultados más bajos que los sujetos con poca ansiedad e inteligencia baja; mientras que los resultados de los que tenían mucha ansiedad e inteligencia alta, eran superiores a los que tenían poca ansiedad y alta inteligencia. Este estudio — en el su-puesto de que se vea confirmado por más investigaciones paralelas — sugiere que la ansiedad puede actuar tanto disminuyendo como aumentando el rendimiento en función de la capacidad básica del sujeto y que el problema no es tan simple como parecía desprenderse de las primeras investigaciones de la Universidad de Iowa. Sean o no confirmados estos resultados, lo que nos importa resaltar aquí es la necesidad de que quien administra un test debe actuar de tal forma que no incremente la ansiedad latente, que, en mayor o menor grado, experimentan los sujetos ante el examen. Como antes hemos MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 10 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. dicho, justamente uno de los objetivos que se debe alcanzar a través del contacto inicial es que se cree una atmósfera de recíproca confianza, que mitigue al máximo la posible ansiedad que en muchas personas puede provocar la situación de examen. Incentivos y motivación. Otra crítica que a menudo se ha hecho sobre la aplicación de tests es la de que, según los motivos por los que un sujeto pasa este tipo de exámenes, se pueden producir modificaciones en las respuestas. El problema tiene matices distintos en los tests de eficiencia y en los tests de personalidad. a) Eficiencia. En lo tocante a los primeros, existen investigaciones referentes a la cuestión de cómo pueden actuar los incentivos influyendo en el aumento o disminución del rendimiento en estos tests. Puede servir como ejemplo una investigación realizada por Hurlock (6) sobre un grupo de estudiantes a los que seleccionó sobre la base de no tener diferencias marcadas en su personalidad y que hubiera obtenido un rendimiento análogo en unos tests de aritmética. Dividió este grupo de estudiantes en los subgrupos A, B, C y D y durante 5 días consecutivos les administró una batería de tests de cálculo. Los grupos A, B y C hicieron los tests en la misma aula y al grupo D, que sirvió de control se le administraron los tests en una sala distinta. Los cuatro grupos dieron un rendimiento análogo el primer día de la investigación. El segundo día del experimento y, antes de iniciar éste, se elogió a los alumnos del grupo A delante de los del grupo B y C, diciéndoles que eran los que habían dado un mejor rendimiento. En cambio, a los del grupo B se les censuró por haber hecho en con-junto los tests con muy mal rendimiento. A los sujetos del grupo C ni se les elogió ni se les censuró. Al grupo D — el que trabajó en otra aula — se le dieron explicaciones rutinarias, muy vagas, de cómo habían hecho los tests, sin que se dejara traslucir si lo habían hecho muy bien o muy mal. La misma técnica de elogio, censura, silencio y pocas explicaciones se siguió durante los días sucesivos antes de comenzar una nueva explicación. Los rendimientos fueron ya algo distintos el segundo día. Los grupos A y B a los que se elogió y censuró hicieron como medía mejores rendimientos. El grupo C también mejoró algo. El grupo D dio los mismos resultados. El incremento en la mejoría del rendimiento continuó en mayor o menor grado durante los restantes días para el grupo A (es decir, el elogiado). El grupo B — el censurado — tras el incremento del segundo día, rindió peor el tercero, dando resultados sólo ligeramente superiores a los del primer día y mantuvo este nivel durante las restantes sesiones. El grupo C — el «indiferente» — hizo el segundo día un leve ascenso, pero perdió gradualmente en los días sucesivos. El grupo D - grupo de control — hizo el segundo día el mismo rendimiento que el primero; durante los días 3° y 4° hizo leves descensos y el último día mejoró un poco los resultados, siendo análogos a los del tercer día. Estos resultados — y los de otros trabajos experimentales análogos -- confirman cómo el elogio puede actuar como un incentivo positivo sobre los rendimientos humanos y sugiere que, si bien la censura puede actuar también inicialmente en la misma forma, acaba por producir desánimo y desinterés en los sujetos, reacciones que también se producen cuando el sujeto se ve rodeado de una atmósfera de indiferencia. Además del elogio o la censura, en otros experimentas se ha intentado poner de manifiesto la influencia que pueden ejercer otros incentivos como la competición de grupos, la comunicación pública de los resultados, los premios o sanciones, etc. Todos estos aspectos hay que tenerlos en cuenta al administrar tests de eficiencia. Como quiera que en rigor lo que medimos son «rendimientos», tanto en las instrucciones como en el contacto previo con los sujetos a examinar se ha de hacerles ver la necesidad de contar con su colaboración, con la finalidad de que rindan con arreglo a sus posibilidades y no adopten una actitud pasiva o desinteresada. Asimismo, el examinador tendrá en cuenta la inconveniencia de manifestar actitudes que los sujetos puedan percibir a modo de incentivos de signo negativa b) Personalidad. Al explorar la personalidad mediante tests, el examinador deberá tener también siempre presente si la motivación es directa o indirecta, es decir, si el sujeto solicita un examen de «motu proprio» porque desea una consulta sobre su personalidad, un consejo de orientación profesional, etc., o bien si es indirecta; es decir, si el examen lo tiene que realizar, por ejemplo, para ocupar un puesto laboral y es la empresa la que ha solicitado esta exploración, o bien si es su abogado defensor el que solicita el examen, etc. Otros problemas especiales de motivación se producen cuando se administran tests a los miembros de una determinada institución, por ejemplo reformatorios, colegios, hospitales, etc. En todas estas circunstancias, como los motivos pueden ser tan variados, pueden esperarse por parte del sujeto toda clase de actitudes ante los tests, desde el mejor deseo de colaboración hasta las actitudes de mayor indiferencia, suspicacia u hostilidad latente; desde la mayor sinceridad, hasta la máxima tendencia al fraude. Por consiguiente, todo ello puede producir modificaciones en los resultados si previamente el examinador no motiva adecuadamente a MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 11 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. los sujetos. Aun así y todo, las motivaciones de ciertos examinandos pueden ser tan radicalmente distintas de las del examinador que, ni incluso con un adecuado «rapport» pueden resolverse. Por ello el problema del falseo de los resultados a los tests es tan importante que merece que lo consideremos aparte. Falseo de los resultados. Las consideraciones que tenemos que hacer son en parte distintas para los tests de eficiencia y para los de personalidad, pero tanto en un caso comoen el otro nos podemos enfrentar con el problema de que el sujeto quiera presentarse mejor de lo que en realidad es, o por el contrario, peor. a) En los tests de eficiencia. El engaño más burdo que se puede presentar en estos casos, con la finalidad de aparecer bajo un ángulo más favorable, es simplemente el de «copiar». Evidentemente el peligro de que esto suceda es mayor en los exámenes colectivos, ya que en los de tipo individual la mera presencia del examinador implica ya la existencia de una «vigilancia». En las aplicaciones de grupo, particularmente cuando se realizan en centros de enseñanza, deben tomarse las precauciones habituales en todo tipo de examen: separar suficientemente a los alumnos, establecer una vigilancia discreta, pero adecuada y, si es posible, utilizar tests con formas paralelas, de tal manera que la distanciación física entre los alumnos se incremente todavía más, distribuyendo entre los que están contiguos cada una de las dos formas paralelas. El peligro de copiar es mayor para los tests que se administran sin tiempo límite y por ello se tenderá a utilizar éstos en los exámenes de grupo lo menos posible. Aquellos tests que inicialmente se compusieron para su administración con tiempo ilimitado, pueden modificarse si se considera conveniente, haciendo una previa normalización, con este objetivo. El hecho de que el sujeto tenga que contestar a un test dentro de unos límites de tiempo le induce a no alargarlo intentando consultar a un compañero o facilitando a otros ciertas respuestas. Salvo en los tests de conocimientos, el hecho de que los sujetos intenten hacer fraude consultando apuntes, libros o «chuletas» es prácticamente imposible y, aun en aquéllos, esta conducta es francamente excepcional. Si existen sospechas de que ha habido fraude por «copia», el análisis del número de errores idénticos entre los sujetos sospechosos, nos servirá para con-firmar el falseamiento. Otra posible causa de fraude puede ser que el sujeto conociera previamente el test, por haberlo pasado en otras ocasiones o bien por haber tenido acceso al mismo y habérselo «estudiado» total o parcialmente. Este problema nos lleva de la mano a la cuestión de si el adiestramiento previo en un test, la administración sucesiva del mismo, o el haber pasado ya muchos tests favorece la obtención de buenos resultados. Aunque es imposible, dada la complejidad de la cuestión, dar respuestas categóricas, puede decirse que el adiestramiento en un test influye tanto más cuanto más interviene el aprendizaje en su resolución. Por ejemplo, se han hecho experimentos que demuestran que en los tests de laberintos y en ciertos tests de ensamblaje de elementos, cuando al sujeto se le adiestra a pasar el test varias veces, se pueden obtener rendimientos bastante mejores que en la primera administración, puesto que el sujeto puede recordar fácilmente los procedimientos de actuación y las soluciones anteriores. En cambio, apenas se producen modificaciones en tests de discriminación sensorial. Los resultados de la administración sucesiva de tests de inteligencia y aptitudes han sido también experimentados con bastante frecuencia. Los resultados de todas estas investigaciones coinciden en que como media, se obtienen algunas mejoras en los rendimientos; esas mejoras varían en función del intervalo entre las aplicaciones, del número de éstas, de la índole del test y del nivel medio de inteligencia de los sujetos que constituyen las muestras. En cuanto al hecho de haber pasado ya varios exámenes psicométricos, aunque con distintos tests, puede influir, sobre todo en personas emotivas, en el sentido de que, al resultarles ya familiar la situación de examen, hay posibilidades de que disminuya o desaparezca la ansiedad inicial y, al sentirse el sujeto más seguro, estar en condiciones de rendir algo mejor. También pueden producirse algunos influjos favorables por el hecho de que el sujeto se encuentre más familiarizado con las técnicas habituales de resolución de los tests. En ciertas circunstancias, generalmente de tipo legal, el sujeto puede desear aparentar que su inteligencia o sus aptitudes son deficientes o, cuando menos, de menor nivel que el real. Se encuentra esta actitud a veces en sujetos que han cometido delitos y también en personas que han sufrido enfermedades mentales o cerebrales, o bien traumatismos craneales que les dan derecho a ciertas retribuciones económica en tanto se encuentren en situación de «incapacitados». En realidad no hay un procedimiento científicamente elaborado para detectar tales posibilidades de fraude, pero si se les administra una batería amplia de tests es frecuente que los resultados sean contradictorios, a veces con solución satisfactoria de ítems difíciles y fracaso en otros fáciles, o con resultados claramente divergentes en dos MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 12 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. formas paralelas del mismo test. La habilidad y experiencia del examinador jugará aquí un papel muy importante para poder elaborar luego unas conclusiones correctas. Goldstein (4) ha propuesto la posibilidad de preparar en ciertos tests unas claves de detectación comparando las res-puestas de grupos de sujetos a los que se les ha pedido que pasen el examen simulando torpeza, con las respuestas espontáneas que se hayan construido con arreglo a este criterio y que, por consiguiente cumplan satisfactoriamente este objetivo. Fig. VIII-8 Recientemente han aparecido publicaciones con la pretensión de adiestrar al público para cuando tenga que pasar exámenes psicotécnicos. En su mayor parte tales libros son inoperantes y de poco sirven para mejor sortear las dificultades que un examen psicométrico contenga. b) En los tests de personalidad. La posibilidad de presentarse el sujeto desde un ángulo favorable es más viable en los cuestionarios de personalidad que en las técnicas y tests proyectivos y en los tests de conducta objetivos. La razón estriba en que en los primeros es más fácil percatarse de qué tipos de respuestas pueden ser mejores para alcanzar un determinado fin, mientras que, por ejemplo, en el test de Rorschach es muy difícil que el sujeto pueda intuir qué tipo de respuestas darán una impresión mejor de su personalidad. A este falseamiento «consciente» hay que añadir además la posibilidad de que el sujeto falsee «inconscientemente» sus respuestas en función de la visión que tenga de sí mismo. No es raro que los sujetos paranoides, paranoicos, histéricos y ciertos psicópatas, actúen así. El peligro de falseamiento de las respuestas es evidente en todos aquellos cuestionarios en los qne las respuestas a cada ítem se toman como indicadores de que la conducta o las tendencias del sujeto corresponden al contenido directo de cada cuestión. Por ejemplo, si a la pregunta: «¿Varía con facilidad su estado de ánimo entre el optimismo y el pesimismo?» un sujeto responde «sí» y esta respuesta pasa a puntuar en una escala de «tendencia cicloide» estamos ante una pregunta «directa», sobre la que no queda lugar a dudas en cuanto a su validez «aparente». Para controlar la posibilidad de fraude los constructores de cuestionarios han introducido ciertos procedimientos, los más importantes de los cuales son los siguientes: α) Valoración empírica de las escalas. El procedimiento consiste en construir cuestionarios sobre la base de retener para el modelo final aquellas cuestiones o ítems que para un determinado rasgo o tipo de personalidad se contestan por los sujetos en que aquel rasgo o carácter son muy manifiestos, de forma estadísticamente significativa en comparación con las respuestas que da una población general de sujetos. Se ha podido comprobar así que,mientras ciertas cuestiones tienen una validez simultáneamente aparente y empírica, otras poseen una validez empírica, sin que su contenido tenga «aparentemente» una relación con el rasgo de personalidad que permiten apreciar. Se denomina a estos ítems «sutiles» o«disimuladas». Así, por ejemplo, en la pregtpata: «En el colegio me enviaron algunas veces a un superior por alguna falta de disciplina», la respuesta «Verdad» tiene simultáneamente una validez aparente y empírica en una escala para detectar el rasgo «tendencias psicopáticas», mientras que a la pregunta: «Casi toda mi familia me manifiesta simpatía», la respuesta «Falso» puntúa también en la misma escala para detectar «tendencias psicopáticas» construidas empíricamente, mientras que su validez aparente es discutible, puesto que no es cierto que casi todos los miembros de la familia tengan habitualmente sentimientos de antipatía hacia un presunto psicópata. Independientemente del hecho en sí, lo cierto es que se incorpora esta pregunta a una escala de detectación de tendencias psicopáticas, por la razón de que una muestra de sujetos con esta característica respondieron «falso» a esta pregunta con un índice estadístico altamente significativo en comparación con un grupo de población general. MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 13 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. Algunos cuestionarios validados factorialmente, también pueden responder a esta exigencia, ya que la construcción de estas escalas no se hace en función de su validez aparente, sino que se basa en los resultados de un análisis factorial de las respuestas de los sujetos a un conjunto de cuestiones, agrupando éstas en escalas homogéneas en función de sus intercorrelaciones. En tales circunstancias las preguntas pueden ser también «sutiles» y el sujeto no captar el objetivo que éstas pretendan alcanzar. β) Introducción de escalas de «mentiras». Mediante este procedimiento se determina la tendencia de los sujetos a presentarse sistemáticamente bajo un aspecto socialmente favorable. Estas escalas se construyen con cuestiones que se refieren directamente a algunos defectos de conducta en los que en mayor o menor grado o frecuencia incurrimos la mayor parte de personas. Por ejemplo: «A veces he dejado para mañana algo que debiera haber hecho hoy»; evidentemente el sujeto que rechace esta posibilidad y que sistemáticamente siga rechazando su incursión en todos o la mayor parte de fallos de conducta representados por situaciones análogas a esta cuestión, o de modo consciente busca aparentar una conducta muy favorable social-mente, o tiene dificultades para hacer una introspección objetiva, es decir, para reconocer sus propios defectos y debilidades y, consecuentemente, a medida que aumente más la puntuación en esta escala de «mentiras», menos fiables serán los resultados a las restantes es-calas de que conste el test. γ) Construcción de cuestionarios de elección forzada. Se pide aquí al sujeto que escoja, de entre dos formas de conducta, aquella de las dos que le caracterice mejor, aun en el caso de que ninguna de ellas responda exactamente a lo que él considera que es su verdadera conducta. Durante la fase de construcción del test se ha tomado la precaución de que cada par de cuestiones responda a formas de comportamiento que tengan el mismo valor social, es decir, que se consideren ambas, sea en sentido favorable, sea en sentido desfavorable, con lo que el sujeto no puede escoger su respuesta guiándose por la apariencia da ser más favorable desde el punto de vista social, una u otra forma de respuesta. Por ejemplo: «Más bien busco las situaciones que me produzcan fuertes emociones.» «Más bien evito las situaciones que me produzcan fuertes emociones.» A su vez, cada una de las cuestiones ha debido probar su validez empírica en relación con un rasgo o tipo de la personalidad. δ) Introducción de escalas con variables supresivas. Este método fue introducido por Horst (5) al construir la Escala del M.M.P.I. (Minnesota Multiphasic Personality Inventory) y tiene por objeto detectar a los sujetos que tienden a falsificar deliberada o inconscientemente sus respuestas, tanto en un sentido favorable como desfavorable. Esta actitud, puede, por lo tanto, variar desde una posición favorable exagerada, pasando por una zona de objetividad o sinceridad y yendo hacia el otro extremo; es decir, hacia una tendencia excesiva a la autocrítica. La escala se construyó estudiando los protocolos del M.M.P.L, que arrojando perfiles normales, los habían dado sujetos sobre los que habían pruebas de que tenían evidentes perturbaciones de personalidad. El autor consideró que estos sujetos tenían una actitud defensiva en sus respuestas al test. Se analizaron las frecuencias de las respuestas más utilizadas por los sujetos en los que se habían producido resultados normales y se compararon con las de los sujetos normales. Los ítems retenidos — para los cuales las frecuencias diferían significativamente en las dos series — pasaron a formar parte de la escala K, de manera tal que las puntuaciones elevadas se obtuvieron por los sujetos anormales teniendo un perfil normal. Se denomina a la Escala K, variable supresiva, porque es posible corregir las notas de cada sujeto en otras escalas teniendo en cuenta su nota K. Mediante un estudio estadístico se demostró cuáles eran las restantes escalas del M.M.P.I. que se afectaban más por esta actitud, y las puntuaciones obtenidas en cada una de ellas se modifican en función del resultado en la escala K. Para una ampliación de la información remitimos al lector al trabajo original de Horst y a los de Mc Nemar (8), Meehl y Hathaway (9). RReessuummeenn Para que los resultados que se obtengan mediante la aplicación de tests sean fiables es preciso que se cumplan una serie de condiciones. A saber: MÓDULO 0506- METODOLOGÍA I: MODELOS DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA. DIAGNÓSTICO 14 Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra: Cerda E. (1984). Psicometría General. Barcelona: Herder. UNIDAD I. EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. a) Deben administrarlos e interpretarlos las personas que estén ca- pacitadas y preparadas para ello. Existen tests de muy fácil aplicación, pero hay otros que requieren una sólida preparación y formación, como, por ejemplo, la mayor parte de técnicas proyectivas. b) Deben aplicarse en un medio ambiente adecuado. Éste debe reunir unas condiciones mínimas de comodidad y tranquilidad (deben evitarse los ruidos, conversaciones, interrupciones; la luz y la temperatura deben ser adecuadas, etc.). c) Hay que obtener la cooperación del examinado consiguiendo que colabore de buen grado en el examen y rinda satisfactoriamente si se trata de tests de inteligencia, aptitudes o conocimientos, y sea lo más sincero posible si se trata de tests de personalidad. d) Seguir fielmente las instrucciones dadas por el manual del test (aunque no con extrema rigidez). Éstas se refieren a su adminis- tración y evaluación. e) Registrar las respuestas con la mayor exactitud posible. Esto es muy sencillo en los tests de administración colectiva, pero en los de administración individual es a veces más complicado. f) Puntuar debidamente las respuestas. Para ello deben seguirse las normas que figuran en el manual del test. Las respuestas pueden puntuarse a mano o a máquina. g) Convertir las puntuaciones directas en una puntuación normalizada mediante los baremos o tablas que figuren en el manual del test e interpretar tal puntuación. La aplicación de los tests presenta varios problemas. Los principales son los siguientes: a) Ansiedad. Muchas personas opinan que una situación de examenprovoca gran ansiedad que repercute en los resultados de los tests. Se han hecho varios experimentos sobre este aspecto sin que se haya podido probar que la ansiedad repercuta tan negativamente en el rendimiento dado que los resultados no sean fiables. No obstante, es necesario que el administrador de un test actúe de forma que no in- cremente la ansiedad latente que puedan experimentar los examinados, sino que, en lo posible, la disminuya. b) Incentivas y motivación. Se ha dicho que los motivos de los sujetos para pasar el examen pueden producir modificaciones en sus respuestas. En cuanto a la eficiencia, existen estudios que han probado que el elogio puede influir positivamente en los rendimientos, mientras que la censura, al menos a la larga, influye negativamente. En cuanto a la personalidad debemos distinguir entre los casos en que el sujeto se somete al examen por propia voluntad y aquellos en que más o menos se ve obligado a aceptarlo. En el segundo aspecto, las actitudes del examinado pueden ser tan variadas que pueden repercutir en los resultados si el examinador no motiva adecuadamente a los sujetos. c) Falseo de los resultados. En los tests de eficiencia el falseo de las resultados se puede producir debido a que el sujeto «copie», lo cual se remedia con una discreta pero eficaz vigilancia; puede también el examinado conocer previamente el test (y esto puede influir sobre todo en aquellos tests en que el aprendizaje interviene en su resolución); puede darse también el caso de que el sujeto quiera aparentar una inteligencia deficiente, lo cual se subsanará pasando una amplia batería (con lo cual aparecerán generalmente discrepancias) y sobre todo con la habilidad y experiencia del examinador. En los tests de personalidad el problema se centra principalmente en los cuestionarios, ya que en ellos el sujeto suele percatarse del tipo de respuestas d) mejores para alcanzar un determinado fin. Para controlar la posibilidad de fraude se han introducido en los cuestionarios ciertos procedimientos, los más importantes de los cuales son los siguientes: valoración empírica de las escalas, introducción de escalas de «mentiras», construcción de cuestionarios de elección forzada e introducción de escalas con variables supresivas.
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