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UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES: FEDERALISMO FISCAL, DEMOCRACIA Y AUTORITARISMO EN LAS PROVINCIAS ARGENTINAS Author(s): CARLOS GERVASONI Source: Desarrollo Económico, Vol. 50, No. 200 (ENERO-MARZO 2011), pp. 579-610 Published by: Instituto de Desarrollo Económico y Social Stable URL: http://www.jstor.org/stable/41408182 . Accessed: 12/02/2015 10:19 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp . JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org. . Instituto de Desarrollo Económico y Social is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Desarrollo Económico. http://www.jstor.org This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/action/showPublisher?publisherCode=ides http://www.jstor.org/stable/41408182?origin=JSTOR-pdf http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp Desarrollo Económico, vol. 50, № 200 (enero-marzo 201 1 ) ННн UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES: FEDERALISMO FISCAL, DEMOCRACIA Y AUTORITARISMO EN LAS PROVINCIAS ARGENTINAS* CARLOS GERVASONI" Los investigadores de los regímenes políticos han notado por mucho tiempo que la medida en que los ciudadanos de las democracias disfrutan de las libertades y los derechos políticos varía ampliamente, no sólo a través de clivajes sociales tales como los de clase y los étnicos, sino también a través de las fronteras subnacionales. Desde Brasil a India y Rusia, las naciones a menudo muestran una gran heterogeneidad en el grado en que sus unidades subnacionales son democráticas. Durante la década de 1990, muchos investigadores destacaron la existencia de enclaves autoritarios subnacionales dentro de naciones democráticas, especialmente en las extensas y heterogéneas federaciones de la tercera ola (O'Donnell, 1993; Fox, 1994; Diamond 1999; Snyder, 1999). Sin embargo, el tema ha recibido escasa atención sistemática, aun cuando han transcurrido ya cuatro décadas desde que Dahl llamó a la ausencia de las unidades subnacionales una "gran omisión" de su influyente libro (Dahl, 1971: 12). La coexistencia de unidades subnacionales más o menos democráticas dentro de un mismo régimen político nacional requiere una explicación. Existen varios estudios de caso de regímenes subnacionales en federaciones recientemente democratizadas (Snyder, 1999; Chávez, 2003; Gibson, 2005; McMann, 2006), pero pocos intentos sistemáticos de explicar patrones nacionales generales de variación en el grado de democracia subnacional1 . Aquí presento una nueva explicación de tal variación que se centra en una interpretación rentística de ciertos tipos de federalismo fiscal, y la pongo a prueba usando evidencia cuantitativa proveniente de una democracia federal, la Argentina. * Traducción del artículo "A Rentier Theory of Subnational Regimes. Fiscal Federalism, Democracy, and Authoritarianism in the Argentine Provinces", World Politics 62, № 2 (Abril de 2010) pp. 302-40. Desarrollo Económico agradece la autorización de Trustees of Princeton University Press, Cambridge University Press. " Universidad Torcuato Di Telia, Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales. Miñones 2177, Buenos Aires. Tel. (54 1 1) 5169-7000; cgervasoni@utdt.edu. 1 Algunas excepciones son McMann y Petrov (2000) y Lankina y Getachew (2006). This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp 580 CARLOS GERVASONI Basándome en las teorías fiscales del Estado, propongo que las diferencias en los regímenes subnacionales son en gran medida explicadas por la magnitud y el origen de sus recursos fiscales: deberían esperarse bajos niveles de democracia cuando los estados subnacionales disfrutan de abundantes subsidios del gobierno nacional y tienen un vínculo impositivo débil con los ciudadanos y las empresas locales. A diferencia de los estados nacionales, que sólo en condiciones muy especiales pueden darse el lujo de renunciar a cobrar impuestos y vivir de rentas -como es el caso de las naciones ricas en petróleo-, las unidades subnacionales a menudo reciben generosos subsidios nacionales y recaudan modestos recursos impositivos propios. El tamaño relativo de las transferencias del gobierno central tiende a ser particularmente grande para las provincias2 menos pobladas o menos desarrolladas, porque suelen ser favorecidas por las reglas relativas a la repartición intergubernamental de recursos impositivos. El rentismo, en este contexto, no está geográficamente determinado por la abundancia de recursos naturales, sino que es políticamente creado a través de las reglas del federalismo fiscal. En resumen: la redistribución por parte del gobierno nacional de recursos recaudados en las provincias más ricas y demográficamente más grandes hacia las provincias más pobres y/o más pequeñas, hace que los gobiernos de estas últimas sean relativamente ricos frente a sus sociedades y fiscalmente independientes respecto de sus votantes. Es probable que estos Estados rentísticos subnacionales, al igual que sus homólogos nacionales basados en los recursos naturales, mantengan regímenes menos democráticos porque sus gobernantes pueden usar su privilegiada posición fiscal para restringir la competencia política y debilitar las limitaciones institucionales a su poder. Teorías sobre la democracia subnacional La investigación sobre regímenes subnacionales se ha inspirado generalmente en el robusto cuerpo de teorías nacionales estructurales, especialmente la teoría de la modernización; o bien ha enfatizado explicaciones basadas en la agencia para contextos específicamente subnacionales. La bien documentada y extensivamente teorizada correlación entre desarrollo y democracia eventualmente descendió hacia provincias y regiones. Numerosos trabajos han asociado los déficit de la democracia subnacional con características socioeconómicas estructurales tales como la pobreza o bajos niveles de urbanización y desarrollo económico (O'Donnell, 1993; Linz, 1994; McMann y Petrov, 2000). Una segunda tradición teórica estructural nacional (de particular relevancia para el argumento aquí propuesto) considera que la democracia es incompatible con el estatismo económico. Desde Hayek (1944), a Dahl (1971), Sartori (1987), y Diamond, Linz y Lipset (1995), prominentes estudiosos han llamado la atención sobre los efectos perjudiciales que tienen el "monopolio... de las sanciones socioeconómicas" por parte del gobierno (Dahl, 1971 : 50) y "el control estatal centralizado de la economía" (Huber, Rueschemeyer, y Stephens, 1993: 74) sobre las libertades políticas. Un estudio sobre el caso probablemente más importante de reversión democrática reciente, 2 Utilizo la palabra "provincia" para referirme a las unidades subnacionales en general. This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES 5Q1 Rusia, identifica el estatismo económico (y a la riqueza petrolera) entre los principales culpables. Un desarrollo específicamente subnacional en esta tradición es el enfoque de la "autonomía económica", el cual ha sido utilizado para explicar las diferencias regionales de régimen en Rusia y Kirguistán (McMann, 2006). Su idea básica esque "la capacidad de ganarse la vida independientemente del Estado es crucial para la práctica democrática" (McMann 2006: 4). Los ciudadanos económicamente autónomos son más proclives a participar en política y a desafiar a las autoridades, creando así condiciones favorables para la democracia. Por el contrario, donde el Estado domina las oportunidades económicas, los individuos, racionalmente, obedecerán pasivamente. Según McMann, la autonomía económica en las unidades subnacionales postsoviéticas es función de factores estructurales tales como la geografía y el desarrollo, y de decisiones contingentes de política económica tomadas por los gobernantes locales. Como desarrollo más adelante, la autonomía económica parece ser también un mecanismo de mediación clave entre las causas fiscales y los efectos sobre el régimen en las provincias argentinas. Sin embargo, la explicación que enfatizo -el rentismo basado en el federalismo fiscal- es causalmente anterior a la autonomía económica y puede afectar a los regímenes subnacionales a través de otras causas intermedias. Otras teorías estructurales sobre los regímenes nacionales han tenido menos impacto a nivel subnacional. Las teorías culturales que vinculan la democracia con actitudes profundamente arraigadas en las elites y las masas (Diamond, 1999) y a ciertas tradiciones coloniales o religiosas, han sido aplicadas a contextos subnacionales -siendo el trabajo de Putnam (1993) el más notorio- pero no a regímenes subnacionales. Los enfoques institucionales que sugieren que las posibilidades de supervivencia de la democracia dependen del diseño de las instituciones de gobierno (por ejemplo Linz, 1994) no han tenido un impacto significativo en el estudio de los regímenes subnacionales, sea porque el diseño institucional general suele mantenerse constante entre las subunidades, o porque en la medida en que existe variación en otras instituciones -por ejemplo en las reglas electorales- estas son concebidas como parcialmente endógenas (Calvo y Micozzi, 2005). Las instituciones pueden correlacionarse con los niveles de democracia porque estos afectan a las primeras. Las teorías que enfatizan las influencias transnacionales, tales como la difusión de ideas y la ayuda extranjera para promover la democracia, sólo recientemente han comenzado a ser aplicadas, por Lankina y Getachew (2006), al estudio de la democratización subnacional. Los estudios específicamente subnacionales sobre regímenes políticos han tendido a enfocarse más en la agencia que en la estructura. Éstos enfatizan especialmente las interacciones entre las autoridades nacionales y las provinciales (Key, 1949; Snyder, 1999; Gibson, 2005). Un reciente trabajo teòrico ha argumentado en contra de la aplicación irreflexiva de los marcos teóricos nacionales para analizar los regímenes subnacionales (Gibson, 2008). Las autoridades nacionales poseen y utilizan regularmente poderes formales e informales para reforzar, debilitar o incluso remover a los gobernantes subnacionales. Estos últimos, sin embargo, también cuentan con significativos recursos políticos -incluyendo frecuentemente a representantes leales en la legislatura nacional- que utilizan para obtener el apoyo o defenderse de amenazas del gobierno central. Como el establecimiento y el This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp 582 CARLOS GERVASONI sostenimiento de los autoritarismos subnacionales dependen fuertemente tanto de las acciones (u omisiones) del gobierno nacional, como del éxito de las estrategias de los gobernantes subnacionales para maximizar el "control de fronteras", la "autonomía", y la "influencia" (nacional), las teorías subnacionales privilegian a los actores, a sus elecciones, y a los procesos por sobre la economía, las instituciones, la cultura, y otros factores estructurales (Gibson, 2008). Teorías fiscales y rentísticas de la democracia El argumento que propongo se inspira en las teorías fiscales del Estado (típicamente nacional) y contiene también un elemento específicamente subnacional en el hecho de que la variable explicativa clave se encuentra en las interacciones -en particular en las interacciones fiscales- entre los gobiernos nacional y subnacionales. Si, como postulan las teorías fiscales, la naturaleza, el origen y el tamaño de los ingresos estatales son clave para explicar los resultados políticos (Bates y Lien, 1985; Levi, 1988; Karl, 1997; Moore, 2004; Smith, 2008; Morrison, 2009), entonces resulta plausible que diferencias en el federalismo fiscal -que organiza el modo en que los gobiernos subnacionales son financiados- conduzca a diferencias en los regímenes subnacionales. En el nivel más alto de abstracción, mi argumento es una instancia de las "teorías del balance entre Estado y sociedad", las cuales conciben al régimen político como una función del balance de poder entre las elites que controlan el Estado (las cuales desean permanecer en el poder y ejercerlo del modo más libre posible) y los actores sociales (los cuales desean alcanzar el poder o limitárselo a quien lo detenta) (Dahl, 1971; Huber, Rueschemeyer y Stephens, 1993). Estas teorías explicitan el razonable y extendido supuesto de que los gobernantes aceptan limitaciones democráticas a su poder sólo cuando los "costos de la represión" son más elevados que los "costos de la tolerancia" (Dahl, 1971: 15-6). Si bien este enfoque suele ser presentado en términos de modernización, la cual es vista como impulsora del poder de las no elites (Huber, Rueschemeyer y Stephens, 1993), en realidad es mucho más general -otros factores además de la modernización afectan los recursos políticos disponibles para las elites estatales y los challengers sociales. La naturaleza de estos recursos no siempre está claramente especificada, pero no hay dudas de que el control de los activos económicos es uno fundamental3. Las teorías rentísticas de la democracia pueden ser vistas como un caso particular de los enfoques fiscales y del balance de poder entre Estado-sociedad, en las cuales el Estado domina a la sociedad por su fácil acceso a significativos recursos económicos que son independientes de la tributación doméstica amplia. La evidencia empírica proveniente de naciones ricas en petróleo y minerales provee apoyo para esta variante de la tesis de la maldición de los recursos (Ross, 2001; Jensen y Wantchekon, 2004; Smith, 2004; Ulfelder, 2007)4. La lógica explicativa de la literatura 3 Heller (2000) utiliza un argumento de balance de poder para explicar el éxito de la democracia en el estado de Kerala en India. 4 Estos hallazgos no han quedado sin respuesta. Para conocer visiones alternativas sobre las teorías del estado rentístico, véase Herb (2005) y Dunning (2008). This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES 583 sobre estados rentísticos puede (y según sostengo, debería) ser extendida más allá de los recursos naturales. Del mismo modo en que los argumentos y los hallazgos empíricos sobre el petróleo aplican más generalmente a otros commodities minerales semejantes (Ross, 2001 ), uno puede incluso ascender más en la escala de abstracción de Sartori pensando en las rentas de los recursos como un caso especial de rentas fiscales, esto es, de ingresos estatales procedentes de una fuente externa, que no dependen de la tributación general de la economía local y que no son necesariamente proporcionales al tamaño de ésta5. Las rentas de los recursos, por tanto, deben ser ubicadas en la misma categoría analítica que las rentas basadas en la ayuda extranjera incondicional6 o en el federalismo fiscal. Los gobernantes que recaudan cualesquiera de estasrentas fiscales disfrutan de los beneficios políticos de gastar sin tener que enfrentar los costos políticos de recaudar impuestos. Si los ingresos fiscales de una provincia son derivados principalmente de la imposición tributaria general a las empresas y los trabajadores, el poder del Estado es limitado por su dependencia del consentimiento de los actores económicos, y sus ingresos son por necesidad aproximadamente proporcionales al tamaño de la economía privada. En el polo opuesto, las provincias rentísticas tienen acceso a ingresos provenientes de fuentes básicamente independientes de la tributación general, y estos ingresos pueden ser muy grandes en comparación con sus economías domésticas. Bajo tales condiciones, el Estado es por lejos la principal fuente de riqueza. Si, además, los gobernantes pueden gastar las rentas de modo discrecional, es posible que las usen para pagar altos salarios a muchos empleados públicos, adjudicar generosos contratos para compras gubernamentales, financiar una extensa red clientelar, y dominar el mercado de la publicidad de los medios de comunicación, todo lo cual disminuye los incentivos de los actores sociales para oponerse al oficialismo. Las provincias rentísticas, por tanto, se acercan a "las circunstancias menos favorables" para la competencia política. Esto es, una situación en la cual "la violencia y las sanciones socioeconómicas están disponibles exclusivamente para el gobierno y denegadas para la oposición" (Dahl, 1971 : 51 ; el énfasis es mío). Es probable que subsidios federales cuantiosos produzcan el "efecto del gasto", esto es, el uso de "presupuestos que son excepcionalmente grandes y sin restricciones" para "reducir la disidencia" (Ross, 2001 : 333-34). Cuando el Estado provincial domina la economía local, los actores sociales son menos autónomos y políticamente menos exigentes. La burguesía, las clases medias y las clases trabajadoras independientes del Estado que los análisis macrosociales suelen identificar como impulsoras de movimientos hacia la democracia (Moore, 1966; Huber Rueschemeyer y Stephens, 1993) son generalmente débiles en estas economías Estado-dependientes. De hecho, la 5 Para intentos similares de crear conceptos más amplios que subsuman a las rentas de los recursos véase Smith (2008) y Morrison (2009). Los conceptos de "recursos no ganados" de Smith y de "ingresos no tributarios" de Morrison son similares aunque no idénticos al concepto de rentas fiscales. Por ejemplo, el último incluye sólo los ingresos originados fuera de la unidad política, mientras que los ingresos no tributarios también incluyen ingresos locales tales como las tasas pagadas por los residentes a las empresas de propiedad estatal. Para una explicación detallada del concepto de rentas fiscales, véase Gervasoni (2009). 6 Varios trabajos recientes resaltan los paralelos entre las rentas de los recursos y la ayuda externa, y consideran la posibilidad de un impacto negativo de la ayuda sobre la democracia; por ejemplo, Therkildsen (2002), Moore (2004), Smith (2008), y Morrison (2009). This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp Rod Sticky Note 584 CARLOS GERVASONI dirección causal con frecuencia se invierte en los estados rentísticos: las clases son en gran medida moldeadas e incluso creadas por políticas distributivas orientadas a generar apoyo al régimen (Chaudhry, 1994: 18-19). En las provincias argentinas rentísticas las clases más grandes son las de los empleados públicos -burócratas, maestros, policías- y los trabajadores informales o desempleados que reciben algún tipo de ayuda provincial. La misma lógica aplica a las organizaciones de la sociedad civil provincial: tal como ocurre en los Estados petroleros, "el hecho de que la mayor parte del PBI sea generado por el gasto gubernamental prácticamente asegura que pocos o ningún grupo alternativo se desarrolle" (Luciani, 1990: 77). Las macroestructuras económicas y políticas rentísticas producen previsibles consecuencias a nivel individual. La teoría y evidencia proveniente de otros contextos sugiere que, cuando el Estado controla los empleos más atractivos y otras oportunidades económicas, los individuos tienden a subordinarse (McMann, 2006), mientras que los activistas y políticos "carreristas" se suman al partido gobernante (Greene, 2007). La evidencia que presento más adelante sugiere que los cálculos de autonomía económica individual son fundamentales en las provincias rentísticas argentinas: enfrentados a un estado económicamente dominante, los ciudadanos que de otro modo manifestarían críticas o respaldarían partidos opositores terminan apoyando abiertamente al gobierno provincial o prudentemente absteniéndose de expresar su disidencia. Aquellos que están excepcionalmente motivados para soportar los costos de ser opositores o quienes están protegidos de esos costos (por ejemplo, porque tienen una fuente de ingreso independiente) tienen grandes dificultades para encontrar seguidores, donantes y cobertura mediática. Esta lógica también aplica a muchos empresarios (incluyendo, crucialmente, a los dueños de los medios de comunicación) que dependen fuertemente de los contratos, subsidios y exenciones tributarias otorgadas por el gobierno (Asociación por los Derechos Civiles y Open Society Justice Initiative, 2005; Cao, 2005). Otras dos vías que conducen del rentismo hacia el tipo de régimen subnacional pueden complementar a los mecanismos de la autonomía económica. La primera se refiere al supuesto vínculo entre tributación y representación (Moore, 2004; Ross, 2004), y a las consecuencias sobre el régimen que tiene la baja presión tributaria que usualmente presentan los Estados rentísticos (Luciani, 1990; Ross, 2001): los generosos subsidios federales permiten a los gobernantes provinciales cobrar pocos impuestos a los ciudadanos, disminuyendo así los incentivos y el poder de éstos para exigir participación en el poder político. La autonomía fiscal de los Estados frente a los individuos y las empresas aumenta significativamente el poder político de los gobernantes, los cuales no necesitan involucrarse en desgastantes batallas políticas para obtener ingresos de los actores económicos locales. La segunda vía es el "efecto represión" (Ross, 2001): las rentas pueden ser utilizadas para financiar un aparato de inteligencia política interna y de represión, como ha sido documentado en el caso de al menos una provincia argentina (Dargoltz, Gerez, y Cao, 2006). Aunque por razones que explico luego la represión abierta y masiva no es habitual, las provincias rentísticas pueden a veces administrar formas de represión focalizadas y poco visibles. Estas hipótesis sobre factores macroestructurales y sus microfundamentos implican efectos tanto por el lado de la oferta como por el lado de la demanda (Ulfelder, This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES 585 2007: 997). Las clases, grupos e individuos que dependen del presupuesto provincial y disfrutan de una escasa carga impositiva son, ceteris paribus, menos proclives a demandar representación y accountability. En la medida en que tales demandas sí surgen, un Estado rico y fiscalmente independiente será especialmente efectivo en comprar o castigar a los ciudadanos políticamente "problemáticos". Los caminos específicos a través de los cuales las rentas fiscales se convierten en hegemonía política pueden de hecho variar entre países, entre provincias y en el tiempo. Varios trabajos recientes han enfatizado el "desacuerdo generalizado respecto de los mecanismos causales" (Goldberg, Wibbels, y Mvukiyehe, 2008: 507) o la "variedad de mecanismos" (Jenseny Wantchekon, 2004, 821 ) y "estrategias" (Morrison, 2009:107-8) a través de los cuales las rentas debilitan la democracia. Mi suposición es que la estructura está detrás de la frecuente asociación estadística entre rentismo y autoritarismo, mientras que la agencia es más importante para determinar los mecanismos conectores. Puede ser que los líderes de los Estados rentísticos compartan preferencias fundamentales por un poder ilimitado y por tanto cedan inevitablemente a la tentación de usar su fortaleza fiscal para satisfacerlas; pero puede que hagan esto de diversas maneras debido a diferencias en las preferencias instrumentales o las restricciones exógenas. La agencia puede dominar el "cómo" incluso si la estructura domina el "qué". Sólo recientemente las teorías fiscales han sido aplicadas a nivel subnacional. Hoffman y Gibson (2005) muestran que mayores niveles de transferencias del gobierno central y de ayuda extranjera llevan a una menor eficiencia en los gobiernos locales de África. Goldberg, Wibbels, y Mvukiyehe (2008) testean las teorías rentísticas en los estados estadounidenses, encontrando que la dependencia de los recursos naturales está asociada con niveles más bajos de competencia electoral. Varios trabajos han estudiado los efectos del federalismo fiscal argentino sobre la reforma económica (Gibson y Calvo, 2000; Remmer y Wibbels, 2000), el gasto en patronazgo (Calvo y Murillo, 2004; Remmer, 2007), y el apoyo electoral provincial al partido del presidente (Gélineau y Remmer, 2005). Basándome en este cuerpo de investigación, en las siguientes secciones 1 ) muestro cómo ciertas normas de reparto de los ingresos intergubernamentales dan origen a Estados rentísticos subnacionales, y 2) proveo evidencia atinente a que las rentas del federalismo fiscal son perjudiciales para la democracia subnacional (y dan cuenta de las amplias diferencias interprovinciales de régimen en Argentina) del mismo modo en que las rentas de los recursos naturales parecen socavar la democracia nacional. El federalismo fiscal como fuente de rentismo subnacional El federalismo fiscal crea situaciones rentísticas cuando las unidades subnacionales reciben transferencias del gobierno central en cantidades muy superiores a las que podrían obtener mediante sus propios esfuerzos impositivos (y, menos frecuentemente, cuando se les da el control sobre rentas de recursos naturales). Como ilustra el caso argentino, descripto más abajo, dos características bastante comunes de los esquemas intergubernamentales de reparto de impuestos resultan en rentismo subnacional, especialmente en subunidades económicamente pequeñas: 1) elevados desequilibrios fiscales verticales (esto es, las transferencias nacionales This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp 586 CARLOS GERVASONI como porcentaje del total de los recursos fiscales subnacionales), y 2) la redistribución de recursos fiscales en favor de las unidades económicamente más pequeñas (especialmente si, como suele ser el caso, existen grandes diferencias en el tamaño económico de las provincias). Imaginemos un país donde la provincia más pequeña, La Renta, sólo tiene el 1% de la población nacional. Imaginemos que todos los impuestos son recaudados por el gobierno nacional, pero que las provincias tienen a cargo políticas costosas (tales como la educación). Los gastos provinciales, por tanto, son financiados mediante grandes transferencias nacionales. Finalmente, imaginemos que las reglas de reparto de los recursos fiscales favorecen a La Renta, de forma tal que en lugar de recibir el 1% de las transferencias nacionales (en proporción a su población) recibe el 4%. Esto implica la pérdida de sólo un 3% del total de las transferencias para las otras provincias, pero un enorme subsidio fiscal para los gobernantes de La Renta. El federalismo fiscal argentino se acerca a este modelo ideal. La mayor parte de los impuestos son recaudados por el gobierno federal, el cual toma una parte para su propio financiamiento y distribuye el resto entre las provincias. La proporción destinada a las provincias ha aumentado significativamente desde que la coparticipación de impuestos fue creada en 1934. En la década de 1990 Argentina tenía la segunda mayor proporción de gasto subnacional (después de la India) entre las nueve grandes federaciones analizadas por Wibbeis (2005), con las provincias dando cuenta de más del 40% del total del gasto público (Inter-American Development Bank, 1997). La mayor parte de los ingresos son recaudados en los distritos económicamente más grandes (como Buenos Aires y Córdoba) y luego redistribuidos mediante un complicado sistema que beneficia fuertemente a las provincias menos pobladas y más sobrerrepresentadas (Gibson, Calvo y Falleti, 2004), pero no a las más pobres (Remmer y Wibbeis, 2000). La lógica política que rige es clara: Argentina tiene el Senado más desproporcional ( malapportioned) del mundo, como también un alto grado de desproporcionalidad en la Cámara de Diputados (Samuels y Snyder, 2001 ), por lo que las provincias demográficamente más pequeñas de "bajo mantenimiento" ("low-maintenance") (Gibson y Calvo, 2000) que están fuertemente sobrerrepre- sentadas en ambas cámaras legislativas se hallan en una situación ideal para obtener un tratamiento favorable cuando se renegocian las instituciones del federalismo fiscal y cuando se asignan fondos federales discrecionales. Si bien el esquema de coparticipación de impuestos de 1934 básicamente distribuía las transferencias a las provincias de acuerdo con la proporción de los recursos recaudados en sus territorios, diversas reformas efectuadas en las presidencias de Perón, Frondizi y Lanusse hicieron al sistema mucho más redistributivo en favor de las provincias de baja población fuera de la región pampeana (Díaz-Cayeros, 2006). Los Gráficos 1a y 1b muestran cómo las transferencias federales per cápita7 durante el corriente período democrático son básicamente independientes de los niveles de pobreza pero están fuertemente asociadas con el tamaño demográfico. El nivel de pobreza8 explica menos del 1 % de 7 Como se describe en la subsección "Operacionalizaclón", construyo esta variable utilizando la población adulta (mayores de 18 años) en el denominador. 8 Medido como el porcentaje de residentes con "necesidades básicas insatisfechas", un índice de pobreza basado en el censo. This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp GRÁFICO GRÁFICO 1 1 GRÁFICO GRÁFICO 1 1 Los Los determinantes determinantes de de las las transferencias transferencias federales federales (1992-1995) (1992-1995) Los Los determinantes determinantes de de las las transferencias transferencias federales federales (1992-1995) (1992-1995) UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES 587 GRÁFICO GRÁFICO 1 1 GRÁFICO GRÁFICO 1 1 Los Los determinantes determinantes de de las las transferencias transferencias federales federales (1992-1995) (1992-1995) Los Los determinantes determinantes de de las las transferencias transferencias federales federales (1992-1995) (1992-1995) (a) Transferencias federales per cápita según nivel de pobreza3 6000 -i 1 o La Rioja Santa Cruz S 5000 - o 8- ̂ 0 9 i- c'j £ o. S лппп Catamarca o. 2 4000 лппп - o Formosa Ш.о o л ^ © с La Pampa San Luis 1 o 3000 - o o « CX rs 0 O Rhaco « I ° CX % o rs 0 O O J 8. 2000 " O Tucumán Q Q с % Córdoba^^. Entre Ríos ^ Salta * 1000 ■ (7) (Q ' V /feuen os Aires R2=0.008| о -I Is ^ 1 1 1 1 - 10 15 20 25 30 35 40 Nivel de pobreza (% Población con necesidades básicas insatisfechas) a El tamaño de los círculos es aproximadamente proporcional a la población (b) Transferencias federales percápita según población 6000 "i • La Rioja Santa Cruz аз 5000 - ф õ- ю o ? m o> Catamarca m a o> 8 4000 - Formosa • 8 o • Ш 1 San Luis La Pampa ■О Ш I 3000 - • • o 2 O. ra - . Chaco • § Ř * ü ra - § . • I § • Ř * S I 2000 - • O CL с S Córdoba Tucumán 1000 - • • Buenos Aires R2=0.82Ö 0 - i 1 1 1 - - - - i 0,000000 0,000001 0,000002 0,000003 0,000004 0,000005 0,000006 1 /Población This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp 588 CARLOS GERVASONI la variación anual de en las transferencias per cápita en el período 1 992-95, mientras que la inversa de la población9 explica el 83%10. Santa Cruz puede tener indicadores sociales mucho mejores que los de Chaco, pero dada su minúscula población, recibe un nivel de transferencias federales por adulto mucho mayor. Aunque en muchos países el gasto subnacional es financiado en buena medida por el gobierno central, el desequilibrio fiscal vertical de la Argentina es particularmente elevado (Wibbels, 2005), alcanzando aproximadamente el 60% en la década de 1 990 (Banco de Inter-American Development Bank, 1997; Tommasi, Saiegh, y Sanguinetti, 2001 ). Todas las provincias, a excepción de Buenos Aires, financian más de la mitad de sus presupuestos a través de transferencias federales, y, sorprendentemente, ocho de ellas cubren aproximadamente el 90% de sus gastos con recursos del gobierno central (Tommasi, Saiegh, y Sanguinetti, 2001). Asimismo, la mayor parte de este dinero -la coparticipación federal en sentido estricto y algunos otros fondos federales- es transferido por ley sin condiciones. Otras transferencias más pequeñas tienen destinos específicos, típicamente obras públicas tales como vivienda e infraestructura eléctrica (Gordin, 2006). Wibbels (2005) estima que entre el 88,6% y el 98,1% de las transferencias federales del período 1989-97 fueron automáticas, y entre el 64,4% y el 80,9% fueron automáticas e incondicionales. (Las transferencias con fines específicos también pueden contribuirá los efectos rentísticos, porque son en alguna medida fungibles y porque la obra pública es una excelente forma de proveer empleos y contratos a los votantes locales). Un estudio reciente sobre el nivel de discrecionalidad que caracteriza a todos los programas de transferencias utilizados desde 1 983 enfatiza que la coparticipación federal es estrictamente automática y por tanto inútil para construir coaliciones presidenciales, y concluye que, considerando todos los programas, "el presidente argentino goza de absoluta discrecionalidad sobre una pequeña proporción de las transferencias federales" (Bonvecchi y Lodola, 2009: 3-4). El índice de Discrecionalidad de las Transferencias Intergubernamentales, desarrollado por el Banco Interamericano de Desarrollo, clasifica a la Argentina como uno de los países de América Latina con niveles de discrecionalidad más bajos, tanto en términos de montos como de distribución (Inter-American Development Bank, 1997: 169-70). Mi propio análisis de los datos oficiales es consistente con estas fuentes: las correlaciones de Pearson de la variable Transferencias Federales (ver los detalles en la subsección "Operacionalización") en los cinco períodos gubernativos entre 1983 y 2003 son de entre 0,931 y 0,997 (todos los valores-p=0), revelando un nivel muy alto de estabilidad en la proporción de recursos federales destinados a cada provincia. Finalmente, debe aclararse que, además de los ingresos federales y de sus propios ingresos tributarios, algunas provincias también obtienen rentas de los recursos naturales en la forma de regalías por el petróleo, el gas y los minerales extraídos en sus territorios. Por consiguiente, las reglas de reparto de recursos fiscales en Argentina proveen a ciertos gobiernos provinciales de recursos fiscales garantizados mucho más grandes que los que sus bases tributarias podrían producir. En estos distritos, que académicos 9 La transformación inversa se ajusta considerablemente mejor a los datos que la transformación logarítmica. 10 Se obtienen resultados similares para cada uno de los mandatos de cuatro años ocurridos entre 1983 y 2003. This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES 589 argentinos han adecuadamente denominado "provincias fiscales" (Cao, Francés, y Vaca, 1997), el sector público concentra una alta proporción del empleo y el PBI, y por lo tanto de las oportunidades de ascenso económico. En provincias como Catamarca, La Rioja y Santa Cruz hay aproximadamente 1 ,2 empleados públicos por cada empleado privado (mientras que la razón para Buenos y Córdoba es de 0,36)11. A mediados de los 90 las transferencias federales representaban aproximadamente el 55% del producto bruto geográfico neto de transferencias de La Rioja (pero sólo el 5% del de Buenos Aires)12. Aun si carecen de valiosos recursos naturales, estos son verdaderos Estados rentísticos subnacionales. Argentina resulta especialmente apropiada para testear el enfoque fiscal contra la principal alternativa teórica, la teoría de la modernización. Su peculiar variedad de federalismo fiscal -que combina grandes desequilibrios verticales con redistribución basada en la población- resulta en una significativa variación interprovincial en el rentismo que no está correlacionada con los indicadores de modernización (como muestra el Gráfico 1a). Efectos rentísticos variables y a menudo grandes que son ortogonales a los niveles de desarrollo constituyen un contexto ideal para la estimación del poder explicativo independiente de estos dos factores. Conceptualización y medición de la democracia subnacional Me concentro en dos dimensiones clave de la democracia política para las cuales hay datos disponibles: la competencia, que es central en todas las definiciones (Dahl, 1971 ; Alvarez et al., 1996), y los límites al poder del gobierno, un componente central de las concepciones liberales o "protectoras" de la democracia (Held, 1987). Otros aspectos importantes de la democracia, tales como el respeto por los derechos civiles, no pueden ser incorporados dada la inexistencia de datos comparables para todas las provincias. Las unidades subnacionales menos democráticas dentro de naciones democráticas no son en general particularmente cerradas y represivas. Estos regímenes -en Argentina y otros países- tienen elecciones (a menudo razonablemente libres), partidos opositores reales representados en la legislatura, y niveles no triviales de libertad de expresión. Dado que se encuentran inmersas en una democracia nacional, las autoridades subnacionales enfrentan límites al grado en que pueden restringir los derechos políticos. La legitimidad nacional de la democracia y los poderes constitucionales asignados a las autoridades federales para garantizar este régimen en las provincias hacen que los gobernadores tengan fuertes razones para evitar prácticas flagrantemente autoritarias, las cuales fácilmente atraen la atención de los medios de comunicación nacionales, perjudican sus perspectivas en la política nacional e incrementan la probabilidad de una intervención federal13. Además, el hecho de que la gente pueda fácilmente abandonar la provincia hace que formas de 11 Valores calculados por el autor en base al censo de población de 2001 . 12 Valor calculado por el autor en base a Ministerio de Economía y Producción 2006 y CEPAL 2007 . 13 La Constitución Argentina asigna al Congreso y al Presidente el poder de destituir a las autoridades provinciales. "Garantizar la forma republicana de gobierno" es una de las pocas causas que habilitan la intervención federal, la cual ha tenido lugar en cuatro provincias desde 1983: Catamarca(1990), Tucumán (1991), Corrientes (1991 y 2000), y Santiago del Estero (1993 y 2004). This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp 590 CARLOS GERVASONI autoritarismo insoportablemente opresivas sean en última instancia contraproducentes para sus ejecutores. Algunos regímenes provinciales, entonces, combinan instituciones democráticas que no son una mera fachada, con prácticas que son clara pero sutilmente autoritarias. Éstos son bien conceptualizados por la reciente literatura sobre regímenes híbridos (nacionales). Los rasgos definitorios de las "democracias iliberales" (Zakaria, 1997), los "autoritarismos competitivos" (Levitsky y Way, 2002) y los "autoritarismos electorales" (Schedler, 2006) describen de modo más preciso a las provincias argentinas menos democráticas -como también a otros regímenes subnacionales alrededor del mundo- que el concepto tradicional de "autoritarismo" (Linz, 1975). Más aún, la lógica causal es similar: tal como los regímenes nacionales híbridos existen en gran medida porque necesitan evitar un autoritarismo manifiesto frente a la fuerte presión internacional para la democratización, las elites autoritarias subnacionales enfrentan una intensa presión nacional para mantener niveles mínimos de democracia. Bajo tal estructura de incentivos, los gobernantes generalmente recurren a medios sutiles para restringir la democracia. Las elecciones se llevan a cabo y el recuento de votos es limpio, pero los gobernantes gastan masivamente más que sus opositores; los medios locales son formalmente independientes pero son comprados para sesgar la cobertura en favor del partido oficialista; los disidentes no son encarcelados, sólo excluidos de los codiciados empleos públicos. Son precisamente los incentivos para actuar furtivamente los que hacen que estas prácticas no democráticas sean difíciles de medir. Sin embargo, sus efectos sobre los resultados políticos son más susceptibles a la observación empírica. En la opción entre medidas de democracia objetivas y subjetivas (Bollen y Paxton, 2000), la dificultad de producir evaluaciones válidas y confiables de tales prácticas hace que los indicadores objetivos electorales e institucionales resulten más atractivos. Las prácticas no democráticas generalizadas deberían aumentar la probabilidad de extensos períodos de gobiernos de un mismo partido, de mayorías electorales inusualmente amplias del partido gobernante, de un abrumador control del poder ejecutivo sobre la legislatura, de la existencia de cláusula de reelección indefinida, etc. El régimen político no es definido por ninguno de estos rasgos en particular, pero, siguiendo la lógica de los "indicadores efecto" (Bollen y Lennox, 1 991 ), ellos deberían reflejar cambios en el nivel subyacente de democracia. Este es el razonamiento que se encuentra detrás del conocido argumento de que es improbable que un país en el cual los gobernantes obtienen más del 60 o 70% de los votos o bancas sea una democracia (Przeworski, 1 991 ; Alvarez et al., 1996; Vanhanen, 2000). Si la democracia requiere de "una oposición que tenga alguna chance de llegar al gobierno como consecuencia de elecciones" (Alvarez et al., 1996: 5), provincias como Formosa o San Luis, donde el mismo partido ha controlado el gobierno por siete mandatos consecutivos desde 1983 -frecuentemente obteniendo más del 70% de los votos- son menos democráticas que Entre Ríos o Mendoza, donde diferentes partidos se han alternado en el cargo, y donde los gobernantes electos rara vez han obtenido más del 50% de los votos. El índice Democracia Subnacional, que utilizo para operacionalizar la variable dependiente, incluye dos indicadores de competencia electoral -Competencia This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp UNA TEORIA RENTÍSTICA DE LOS REGIMENES SUBNACIONALES 591 Ejecutiva y Competencia Legislativa- y tres indicadores de concentración del poder en el gobernante -Control de Sucesión, Control Legislativo 14 y Límites a la Reelección- Las medidas de competencia electoral han sido muy utilizadas para operacionalizar la democracia tanto a nivel nacional (Alvarez et al., 1996; Vanhanen, 2000) como subnacional (Hill, 1994; Beer y Mitchell, 2006), y han mostrado estar altamente correlacionadas con los principales índices subjetivos de derechos y libertades políticas (Coppedge, 2005). Dada la estrecha relación entre libertad sustantiva y elecciones competitivas (Schedler, 2005), las medidas de competencia electoral han sido habitualmente entendidas como indicadores efecto. También pueden ser razonables "indicadores causales" (Bollen y Lennox, 1991), dada la creciente evidencia de que una competencia electoral vigorosa lleva a una mayor responsiveness de los gobiernos nacionales y subnacionales (Besley y Burgess, 2002; Griffin, 2006; Hobolt y Klemmensen, 2008) y, en el caso de las provincias argentinas, a poderes judiciales independientes que fortalecen la democracia (Chávez, 2003). Competencia Ejecutiva mide las chances reales que tiene la oposición de derrotar al partido del gobernador. Es simplemente uno menos la proporción del voto válido obtenido por el partido o coalición gobernante en (la primera vuelta de) las elecciones a gobernador15. Cuanto mayor sea la proporción obtenida por aquel, menor será el nivel subyacente de competencia. Dado que el "relleno de urnas" y el mal conteo de votos no han sido problemas significativos en Argentina, las mayorías electorales muy amplias obtenidas por un gobernante tienden a reflejar un "campo de juego muy inclinado" en el período preelectoral. El hecho de que algunas veces los regímenes autoritarios no obtienen tales mayorías (Levitsky y Way, 2002) debería ser interpretado como efecto de eventos contingentes (por ejemplo, una crisis económica exógena que perjudica al oficialismo) que introducen error de medición aleatorio pero no afectan el componente sistemático del indicador. Ceteris paribus , un campo de juego político muy desigual produce resultados electorales inusualmente buenos para el oficialismo. El inevitable error de medición introducido por los eventos contingentes es reducido tanto por su naturaleza no sistemática (que resulta en inferencias estadísticas insesgadas, aun si menos precisas) como por la combinación de los indicadores en un índice. Una popular medida electoral alternativa -el número efectivo de partidos- es inválida, dado que sistemas de partidos no competitivos pueden tener puntuaciones más altas que los competitivos16. Competencia Legislativa es uno menos la proporción del voto obtenido por el partido o coalición del gobernador en las elecciones para la legislatura (en los casos de las provincias bicamerales se toma la Cámara de Diputados). El Control de Sucesión mide el grado en que el oficialismo logra retener la gobernación en una elección. Se codifica como bajo (=1) si la gobernación es capturada por la oposición, medio (=2) si el gobernante es sucedido por un miembro de su partido 14 Los datos sobre votos y bancas son de la Dirección Nacional Electoral y el Atlas Electoral de Andy Tow, en http://www.mininterior.gov.ar/elecciones, y http://andy.towsa.com, respectivamente. 15 Sólo una minoría de las provincias tiene doble vuelta (o ballotage) en las elecciones para gobernador. 16 Por ejemplo, el NEP es 2 en un sistema muy competitivo en el que dos partidos obtienen cada uno el 50% de los votos, mientras que es de 2,06 en otro claramente poco competitivo donde un partido obtiene el 67% de los votos y otros tres partidos obtienen el 1 1 % cada uno. This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jspRod Highlight 592 CARLOS GERVASONI que no es ni un familiar ni un aliado político cercano, y alto (=3) si el gobernador es reelegido o es elegido un familiar o aliado político cercano. Estos valores reflejan la idea de que es probable que la rotación partidaria en el poder y, en menor medida, la alternancia dentro del partido de gobierno, indiquen un nivel subyacente más alto de democracia que el continuo control de la gobernación por parte de una sola persona17. Control de la Legislatura es la proporción de bancas ganadas por el partido o coalición del gobernador (en la Cámara de Diputados) en una elección dada18. Esta cifra es en cierta medida función de Competencia Legislativa, pero también depende de reglas electorales parcialmente endógenas, las cuales han sido reformadas desde 1983 por varios gobernadores ansiosos por obtener supermayorías, con el objeto de generar grandes sesgos pro oficialistas en la relación votos-bancas (Calvo y Micozzi, 2005). En el mismo sentido, Límites a la Reelección asume que en los distritos menos democráticos los gobernadores tendrán éxito en reformar la constitución provincial para eliminar cláusulas antirreelección19. Esta variable se codifica 0 si la constitución prohibe la reelección inmediata del gobernador, 1 si permite sólo una reelección inmediata, 2 si autoriza dos reelecciones consecutivas, y 3 si no establece límites a la reelección. Todos los indicadores son medidos en la elección que marca el final de los cuatro años que dura cada mandato de gobernador, esto es, aquellos correspondientes a los años 1987, 1991, 1995, 1999 у 200320. Para establecer si las dimensiones teóricamente independientes de competencia y concentración del poder en el gobernante son también empíricamente independientes, realicé un análisis factorial de los cinco indicadores y hallé sólo un factor significativo, el cual da cuenta de una proporción de la varianza mucho mayor que el segundo (los autovalores o eigenvalues son 3,1 1 y 0,18 respectivamente)21. Dada esta clara unidimensionalidad, Democracia Subnacionale s definido como los puntajes del primer factor (revirtiendo los signos para que los valores más altos correspondan a niveles más altos de democracia)22. El valor mínimo corresponde a la provincia de La Rioja en 1991 cuando el gobernador, con cláusula de reelección indefinida, fue reelecto con el 78,7% de los votos, mientras que su partido obtuvo el 76,1% de los votos para la legislatura, y 15 de las 16 bancas en juego. La Tabla 1 presenta las estadísticas descriptivas de Democracia Subnacional y sus cinco componentes para todas las provincias en el período 1983-2003. Los lectores familiarizados con la política argentina no estarán sorprendidos de saber que las 17 La rotación en el poder ejecutivo es un elemento clave del índice de democracia de Álvarez et al. (1996:5): "En caso de duda, clasificamos como democracias sólo a aquellos sistemas en los que los partidos gobernantes efectivamente pierden elecciones". 18 El índice Democracia Subnacional otorga bajas puntuaciones a las provincias sólo cuando los oficialismos obtienen mayorías electorales y legislativas muy amplias. A diferencia de la variable "contestation" de Vanhanen (2000), la cual evalúa cualquier tipo de mayoría como menos democrática, considero, en el mismo espíritu que Álvarez et al. (1996), que un oficialismo claramente derrotado es una expresión de niveles saludables de democracia. 19 La reelección estaba prohibida en todas las provincias en 1983; muchas la han permitido desde entonces. 20 Unas pocas provincias no siguen este calendario electoral. 21 Los valores absolutos de los factores de carga para los indicadores electorales tienen un rango de entre 0,89 y 0,93; para Control de Sucesión y Límites a la Reelección estos valores son 0,59 y 0,53, respectivamente. 22 Los factores tienen una media y una desviación estándar de aproximadamente 0 y 1 , respectivamente. This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp Rod Highlight UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES 593 TABLA 1 El índice de Democracia Subnacional y sus componentes: Estadísticas descriptivas según provincia Democracia Competencia Competencia Control de Control Limites a Subnacional Ejecutiva Legislativa Sucesión Legislativo la reelec. Media DE Media Media Media Media Media N La Rioja -1,90 0,71 0,31 0,34 2,8 0,86 3 5 San Luis -1,28 0,87 0,29 0,50 3 0,69 3 3 SantaCruz -0,86 0,77 0,40 0,44 2,8 0,67 1,4 5 Formosa -0,83 0,97 0,40 0,40 3 0,61 1,2 5 Sgo. del Estero -0,69 0,31 0,44 0,44 2,75 0,67 0,25 4 Catamarca -0,30 0,12 0,47 0,48 2,75 0,55 2,25 4 La Pampa -0,18 0,20 0,48 0,50 3 0,55 0,6 5 Neuquén -0,09 0,47 0,48 0,52 2,4 0,55 0,6 5 Jujuy -0,07 0,44 0,49 0,50 2,4 0,54 1 5 Santa Fe 0,00 0,27 0,50 0,51 2,2 0,56 0 5 Misiones 0,01 0,26 0,50 0,50 2,4 0,53 0,8 5 Salta 0,15 0,93 0,52 0,56 2,2 0,55 0,6 5 Córdoba 0,28 0,57 0,52 0,60 2,4 0,51 1 5 Chubut 0,30 0,80 0,52 0,54 1,8 0,49 0,6 5 Buenos Aires 0,31 0,41 0,53 0,58 2,2 0,51 0,6 5 Corrientes 0,32 0,25 0,54 0,55 2,33 0,51 0 3 Río Negro 0,33 0,43 0,58 0,59 2,8 0,55 0,8 5 Chaco 0,56 1,38 0,55 0,58 2 0,45 0,6 5 Entre Ríos 0,59 0,56 0,55 0,56 1 ,4 0,46 0 5 Mendoza 0,96 0,99 0,60 0,63 2 0,41 0 5 Tucumán 1,03 0,91 0,66 0,61 2 0,43 0 4 San Juan 1,24 1,23 0,66 0,65 1,5 0,37 1 4 provincias menos democráticas desde 1983 han sido La Rioja, San Luis, Formosa, Santa Cruz y Santiago del Estero. Dado que se aplica a un número relativamente pequeño de sistemas políticos institucionalmente similares, el índice Democracia Subnacional permite hacer distinciones más finas que las necesariamente simples medidas objetivas diseñadas para cubrir todos los países del mundo durante varias décadas (por ejemplo, Alvarez et al., 1996; Vanhanen, 2000). Ilustro este punto aplicando el índice dicotòmico de Alvarez et al. a las provincias argentinas: once de las veintidós provincias existentes en 1 983 resultan ser "dictaduras" porque el partido en el gobierno jamás.fue derrotado en una elección para gobernador. (A modo de comparación, cuarenta y nueve de los cincuenta estados estadounidenses observó al menos una rotación en el partido de gobierno entre 1983 y 2003.) Como Alvarez y sus coautores indican, sin embargo, su índice erra sistemáticamente en el sentido de codificar a democracias reales con partidos dominantes como dictaduras. Este tipo de error parece probable en los casos bajo consideración, dado que las once "dictaduras" incluyen desde San Luis, donde la misma familia ha controlado la gobernación desde 1983 (y dirige el único periódico relevante), ganando elecciones con hasta el 90% de los votos, hasta Río Negro, donde cuatro gobernadores distintos han sido electos con un máximo del 48,6% de los votos. No es sorprendente, entonces, que San Luis haya sido descripta como autoritaria por innumerables estudios académicos y periodísticos (Wiñazki, This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp 594 CARLOS GERVASONI 1995; Chávez, 2003), mientras que tal caracterización nunca se le ha aplicado a Río Negro. El índice Democracia Subnacional sí establece diferencias de grado entre provincias dominadas por un único partido dentro de un contexto razonablemente democrático, y aquellas en las cuales un partido hegemónico es una expresión prominente de un bajo nivel de democracia. Datos, especificación del modelo y análisis estadístico La muestra incluye observaciones de las veintidós provincias argentinas existentes al momento de la transición a la democracia y para los cinco mandatos cuatrienales de gobernador entre 1983 у 200323. Dado que las observaciones son generadas cada cuatro años, esta base de datos evita la inflación artificial de lassignificaciones estadísticas asociadas a datos de panel con períodos de tiempo más frecuentes (por ejemplo anuales) (Wilson y Butler, 2007). Operacionalización Las rentas del federalismo fiscal se miden a través de las transferencias federales anuales por adulto (de dieciocho años o más) promediadas para los cuatro años de cada mandato (Transferencias Federales)24. (Las transferencias como porcentaje del PBI provincial serían un razonable indicador alternativo, pero los valores de PBI sólo están disponibles para el período 1993-2000 y utilizan distintos años base que los datos fiscales.) Incluyo todas las transferencias desde el gobierno central: los fondos de coparticipación, otras transferencias basadas en leyes pero de aplicación específica como el FONAVI (viviendas) y los altamente discrecionales Aportes del Tesoro Nacional. Las rentas de los recursos naturales son operacionalizadas como el promedio cuatrienal de los ingresos por adulto derivados de las regalías provinciales del petróleo, el gas y los minerales (Regalías). Para medir el nivel de desarrollo utilizo el primer componente de un análisis de componentes principales realizado sobre la tasa de analfabetismo, la tasa de mortalidad infantil, y el porcentaje de la población con necesidades básicas insatisfechas25, invirtiendo los signos por razones de consistencia (Desarrollo)26. La cultura política es una variable difícil de operacionalizar. Indicadores de cultura basados en encuestas sólo están disponibles para algunas provincias. Los datos censales proveen, sin embargo, un modo indirecto de medir el que generalmente es considerado como el principal clivaje cultural de la Argentina: el que distingue entre aquellas regiones "tradicionales" marcadas por la colonización española temprana y una fuerte herencia católica, y las regiones "cosmopolitas" donde la masiva inmigración europea de finales del siglo XIX y principios del siglo XX reconfiguró la composición cultural. Para capturar esta dimensión utilizo el porcentaje 23 El número de observaciones es 102 en lugar de 1 10, debido a datos faltantes y a la imposibilidad de calcular la variable dependiente para las elecciones que suceden a una intervención federal (donde no hay un oficialismo que busque permanecer en el poder). 24 Todos los datos fiscales provienen del Ministerio de Economía y Producción 2006. 25 Cuando los datos para este u otro indicador no se encuentran disponibles para un año electoral, utilizo la interpolación lineal entre los dos años más cercanos para los cuales existen cifras. 26 El primer componente explica el 86,3% de la varianza total. This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES 595 de la población provincial nacida en Europa de acuerdo al censo nacional de 1914 -llevado a cabo durante el apogeo de la inmigración a la Argentina (Cultura). Como enfatizan los enfoques teóricos específicamente subnacionales, el gobierno nacional puede apoyar o minar los esfuerzos de los gobernantes provinciales para restringir la democracia. Los presidentes rutinariamente tratan de fortalecer a sus aliados y de debilitar a sus opositores en las provincias. Controlo por este factor a través de una variable dicotòmica en la cual las administraciones provinciales del mismo partido que el presidente son codificadas con un uno ( Partido del Presidente). Como el apoyo del presidente al gobernador es más valioso cuando aquel es popular, interactúo esta variable con la aprobación que tenga el presidente en encuestas nacionales de opinión pública (Popularidad Presidencial)21 . También incluyo una variable dicotòmica (Líder Nacional) que identifica unas pocas elecciones en las cuales un gobernador o ex gobernador que pertenece al partido que gobierna en la provincia se presenta como candidato presidencial (como hizo el gobernador Kirchner de Santa Cruz en 2003) o es presidente (como ocurrió con el gobernador Menem de La Rioja en 1991). La identificación emocional con un líder local de prominencia nacional puede fortalecer al partido gobernante en la provincia28. Estimación La estimación debe tomar en cuenta la estructura de panel de los datos. Dada la relativamente pequeña cantidad de períodos temporales, los modelos dinámicos con variables dependientes rezagadas -incluyendo los modelos de corrección de errores- no son recomendables (Beck, 2001 ). Una posibilidad es usar estimadores específicos del sujeto ( subject-specific ), como efectos aleatorios y efectos fijos, los cuales lidian con la heterogeneidad de las unidades y la autocorrelación usando las observaciones repetidas para generar constantes diferentes para cada unidad (Hsiao, 2003). Dado que el estimador de efectos fijos se basa sólo en la varianza dentro del caso, su uso no es recomendable para datos dominados por la varianza transversal (cross-sectional) y que incluyen algunas variables independientes con escasa o nula varianza temporal. Los modelos de efectos aleatorios son más adecuados para los datos a analizar, asumiendo que las constantes aleatorias y las variables independientes no están correlacionadas (Hsiao, 2003). Dada la alta sensibilidad de los análisis de datos de panel a las opciones de estimación (Wilson y Butler, 2007), chequeo la robustez de los resultados volviendo a correr los principales modelos con estimadores alternativos. Resultados Las estimaciones vía efectos aleatorios son presentadas en la Tabla 2. El Modelo 1 apoya fuertemente la hipótesis de las rentas fiscales: mayores transferencias por adulto del gobierno central están asociadas con menos democracia. Su efecto es altamente significativo y sustantivamente importante: en el período 1996-99, por 27 Los datos de esta variable provienen de las encuestas nacionales de opinión pública de Ipsos-Mora y Araujo. 28 Las estadísticas descriptivas de todas las variables se encuentran disponibles requiriéndoselas al autor. This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp 59ß CARLOS GERVASONI ejemplo, Buenos Aires recibió en promedio 765 pesos por adulto por año -el más bajo del país- mientras, en el otro extremo, La Rioja obtuvo 6.219 pesos; el modelo 1 predice que, siendo las demás cosas iguales, La Rioja tendrá 2,4 unidades (esto es, desviaciones estándar) menos en el índice Democracia Subnacional que Buenos Aires. Reestimé el modelo 1 reemplazando este índice por cada una de los cinco indicadores usados para construirlo. Estos cinco modelos (no presentados), todos los cuales confirman la alta significación de Transferencias Federales, son más fáciles de interpretar porque sus coeficientes están expresados en unidades familiares. Así, por ejemplo, se hubiera esperado que La Rioja en 1996-99 obtenga, ceteris paribus, 26,2 puntos porcentuales menos que Buenos Aires tanto en Competencia Ejecutiva como Legislativa, y 30,5 puntos porcentuales más que Buenos Aires en Control Legislativo. Esto es, diferencias muy grandes en el nivel de rentas del federalismo fiscal están asociadas con diferencias muy grandes en el régimen político. Contrariamente a lo esperado, Regalías no tiene un efecto significativo sobre la democracia subnacional. A la luz del fuerte impacto que tiene Transferencias Federales, este hallazgo negativo sugiere o bien que la baja incidencia de los ingresos de recursos naturales en las provincias argentinas produce un efecto demasiado pequeño para ser capturado estadísticamente, o bien que hay algo en la naturaleza de esas rentas que las hace tener menores consecuencias sobre los regímenes subnacionales. Sorprendentemente, el nivel de desarrollo no tiene un efecto significativo (y el signo contrario al esperado). С ultura tampoco esestadísticamente distinguible de cero. Los tres coeficientes asociados con la interacción entre Partido dei Presidente y Popularidad Presidencial indican que es probable que la democracia subnacional se vea perjudicada cuando el gobernador es del mismo partido que un presidente popular (un efecto que se incrementa junto con Popularidad Presidencial). De la misma forma, el coeficiente de la variable que identifica las elecciones en las cuales un gobernador se presenta para la presidencia, o disfruta del arrastre de un ex gobernador de su mismo partido que compite para (o es el) presidente, es significativo y negativo. El hallazgo nulo correspondiente a Desarrollo es contrario a las expectativas teóricas y a la evidencia nacional. Volví a correr el modelo 1 usando cada una de las tres medidas incluidas en el índice de Desarrollo (analfabetismo, mortalidad infantil y necesidades básicas insatisfechas) en forma alternativa. Los tres coeficientes resultantes son indistinguibles de cero (valores-p entre 0,41 y 0,71) y tienen el signo equivocado (resultados no presentados). El Modelo 2 utiliza una medida alternativa, el producto bruto geográfico per cápita estimado por CEPAL (2007). Como estos datos sólo están disponibles para el período 1993-2000, proyecto las cifras de 1993 hasta 1987 -el primer año en el que la variable dependiente es observada- y las cifras de 2000 hasta 2003. Siguiendo hallazgos sobre la forma funcional de la relación a nivel nacional (Jackman, 1 973), utilizo una transformación logarítmica de esta variable ( PBG р/с [log]). El coeficiente para la nueva medida en el modelo 2 (donde se eliminaron las variables anteriormente no significativas) es nuevamente negativo y no significativo. Puesto que los modelos 1 y 2 sufren de una considerable multicolinealidad (factor de inflación de la varianza, o FIV=3,48 y 3,76, respectivamente) -causada principalmente por la interacción entre Partido del Presidente y Popularidad Presidencial-, el modelo 3 elimina los términos individuales de la interacción (como también las medidas no significativas de cultura y desarrollo). Constreñir estos términos This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES 597 TABLA 2 Los determinantes de la democracia subnacional, 1983-2003 (modelos de efectos aleatorios) Modelo 1 Modelo 2 Modelo 3 Modelo 4 Modelo 5 Modelo 6 (MCG)a Transferencias Federales -,00044*** -.00045*** -,00046*** -,00045*** ,00047*** (,00009) (,00008) (,00009) (,00012) (,00012) Regalías -.00000 (.00012) Desarrollo -.0100 -.0154 (,0134) (.0134) PBG р/с (log) -.0988 (.2216) Cultura .0094 ,0130* (.0086) (.0079) Partido del Presidente ,2016 .1935 ,0421 (.3967) (.3937) (.4038) Popularidad Presidencial ,0053 ,0052 .0100* (.0057) (,0057) (,0058) Partido del Presidente X -,0129* -.0124* -.0081*** -.0081*** -.0081*** -.0131 Popularidad Presidencial (,0071) (,0071) (.0024) (,0025) (,0025) (,0073) Líder Nacional -,6831** -.7378** -.7094** -.7044** -.7123** -,6824** (.3076) (.3043) (.2948) (,2960) (,3006) (,3148) Población (inversa) -13,738 (93,333) Empleados públicos cada 1000 habitantes -,0234 (.0049) Constante 1,564 1,857 1,288*** 1,288*** 1,316*** 2,026** (,9649) (1,917) (,2272) (,2315) (,2971) (,994) R2 General ,454 ,447 ,438 ,438 ,438 ,431 Rho ,179 ,120 ,214 ,228 ,190 ,146 Observaciones 102 102 102 102 102 102 * p < 0,10, ** p < 0,05, *** p < 0,01 ¡ las cifras son coeficientes de regresión no estandarizados; los errores estándar están entre paréntesis. aLas Transferencias Federales se instrumentan mediante la inversa de la Población, Partido del Presidente x Popularidad Presidencial, y Líder Nacional. a un valor de cero resulta razonable dado que los modelos 1 y 2 están lejos de rechazar las hipótesis nulas. Esto es, los datos apoyan las hipótesis teóricamente plausibles de que la imagen pública del presidente no tiene efecto cuando la provincia es controlada por un opositor y que la democracia no se ve afectada cuando el gobernador pertenece al mismo partido de un presidente altamente impopular. En el modelo 3 el FIV promedio cae a 1 ,07, lo cual permite una estimación más eficiente de los demás coeficientes. Transferencias Federalesy Líder Nacional prácticamente no This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp 598 CARLOS GERVASONI se ven alterados. El coeficiente para el término de interacción se hace un poco más pequeño, pero su significancia aumenta sustancialmente (valor-p=0,001 ), confirmando que la capacidad de restringir la democracia de los gobernadores afiliados al partido del presidente se fortalece a medida que la aprobación presidencial aumenta. El hecho de que tanto la interacción presidencial como Líder Nacional mantengan consistentemente coeficientes significativos confirma hallazgos previos según los cuales la política nacional es importante para explicar la fortuna política de los gobernantes provinciales argentinos (Remmer y Gélineau, 2003; Gélineau y Remmer, 2005; Gibson, 2005). Los análisis de sensibilidad revelan que estos hallazgos estadísticos son muy robustos29. Endogeneidad: causalidad espuria y simultánea La asociación estadística fuerte, altamente significativa y robusta entre rentas del federalismo fiscal y democracia subnacional es consistente con el argumento fiscal expuesto más arriba, pero, como sucede con cualquier resultado basado en datos observacionales, podría sufrir un sesgo de endogeneidad si hubiera causalidad espuria o simultánea. La causalidad espuria tendría lugar si una variable omitida explicara tanto las rentas como el régimen. Un factor que plausiblemente podría producir una asociación espuria entre rentas y democracia es el tamaño demográfico. El Gráfico 1 b revela una estrecha relación entre la población y las transferencias. Uno podría hipotetizar -en el espíritu de Madison- que las provincias escasamente pobladas con sociedades más homogéneas tienden a producir regímenes menos democráticos. El Modelo 4 en la Tabla 2 agrega la inversa de la población como un predictor. La nueva variable está lejos de ser estadísticamente significativa, mientras que el coeficiente de Transferencias Fiscales permanece prácticamente sin cambios. Se obtienen resultados casi idénticos cuando la población es introducida linealmente o logarítmicamente y cuando es reemplazada por la sobrerrepresentación en la legislatura nacional (resultados no presentados)30. El sesgo de endogeneidad podría surgir si la causalidad transita, al menos parcialmente, desde la democracia subnacional hacia las rentas fiscales. Tal tesis contradice el plausible argumento de que los gobernantes nacionales no asignarán fondos a los distritos no competitivos donde es poco probable que los resultados electorales sean afectados (Wibbels, 2005). Sin embargo, se ha argumentado que los regímenes provinciales menos competitivos tienen un desempeño fiscal más pobre (Remmer y Wibbels, 2000), lo cual podría llevar a una mayor asistencia por parte del gobierno federal (Gordin, 2006). También podría argumentarse que los presidentes 29 Esto es especialmente cierto para la variable de mayor significación teórica: el coeficiente de Transferencias Federales no sólo es muy estable en todos los modelos de la Tabla 2, sino notablemente robusto, tanto en tamaño como en significación estadística, bajo muchos y diversos estimadores de panel alternativos tales como mínimos cuadrados con errores estándar corregidos por panel (PCSE) (Beck and Katz, 1995), ecuaciones de estimación generalizadas (GEE) (Zorn, 2001 ), el estimador "entre" ("between") y efectos fijos. Ver detalles en el apéndice 2 de la versión original en inglésde este artículo. 30 La sobrerrepresentación es la razón entre la proporción de legisladores nacionales de una provincia respecto del total nacional y la proporción de la población adulta de la misma respecto del total nacional. This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp UNA TEORÍA RENTÍSTICA DE LOS REGÍMENES SUBNACIONALES 599 envían más recursos hacia las provincias menos democráticas con la intención de afectar las elecciones nacionales: a cambio de fondos federales los gobernadores podrían usar su poder electoral en favor del oficialismo nacional. Sin embargo, los estudios académicos sobre los determinantes de la distribución de los ingresos impositivos en Argentina son inconsistentes con la tesis de que los regímenes determinan las rentas. Estos estudios concluyen que las participaciones provinciales son función de la sobrerrepresentación legislativa (Gibson, Calvo y Falleti, 2004), el tamaño de la población (Remmer y Wibbels, 2000), la proporción de la delegación legislativa nacional de cada provincia controlada por el partido del presidente (Gélineau y Dubé, 2005), y, para las transferencias discrecionales, la falta de armonía partidaria entre los gobiernos nacional y provincial (Gordin, 2006), no de la naturaleza de los regímenes subnacionales. Los estudios históricos sobre la evolución de las instituciones del federalismo fiscal en Argentina ni siquiera consideran los niveles de democracia subnacional como uno de los factores que influencian las decisiones sobre la distribución (Eaton, 2004; Porto, 2004; Díaz-Cayeros, 2006). Además, como se ha señalado más arriba, las participaciones provinciales en las transferencias federales son mayormente función de coeficientes fijos legalmente estipulados, y han sido de hecho muy estables desde 1983. Todo esto pone en duda la posibilidad de que las transferencias federales sean endógenas. Proveo un control adicional contra el sesgo de simultaneidad a través de un estimador de variables instrumentales. Un instrumento muy razonable es la inversa de la población. Sabemos a partir del Gráfico 1b que ésta está altamente correlacionada con Transferencias Federales . Al mismo tiempo, no hay forma concebible de que los regímenes subnacionales causen la distribución territorial de la población, la cual está básicamente determinada por factores históricos, económicos y geográficos exógenos. Más aún, el modelo 4 muestra que el efecto condicional de 1/población sobre la democracia subnacional es esencialmente cero. Población, altamente correlacionada con Transferencias Federales y claramente exógena, es por tanto un instrumento ideal. Volví a correr el modelo usando el estimador de efectos aleatorios de mínimos cuadrados de dos etapas generalizados (G2SLS)31 . El Modelo 5 (Tabla 2) muestra que los resultados apenas cambian respecto de los modelos de efectos aleatorios 1 a 3. La estimación para Transferencias Federales es negativa y de hecho ligeramente más grande en valor absoluto. Debido a la eficiencia más baja de los estimadores de dos etapas, el error estándar es mayor, pero a pesar de ello el coeficiente continúa siendo altamente significativo. En resumen, consideraciones teóricas y varias corrientes de evidencia histórica y estadística indican que la causalidad va desde las rentas fiscales hacia los regímenes provinciales, y no en sentido inverso. Mecanismos causales La teoría y la evidencia previa sugieren que un mecanismo causal central a través del cual las rentas perjudican la democracia es el "efecto del gasto", o el uso 31 También conocido como el estimador de Balestra y Varadharajan-Krishnakumar. A diferencia de mínimos cuadrados ordinarios (МСО), los estimadores de mínimos cuadrados de dos etapas son consistentes en la presencia de variables independientes endógenas. This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp ßOO CARLOS GERVASONI de abundantes erogaciones públicas para financiar patronazgo y así prevenir la democratización (Ross, 2001). La evidencia sobre el impacto de la dependencia de los recursos en los estados de Estados Unidos es consistente con este mecanismo: las rentas "permiten a los funcionarios comprar apoyo público y construir redes de patronazgo", que a su vez impiden "el desarrollo de una oposición viable y de las instituciones democráticas emparentadas" (Goldberg, Wibbels, y Mvukiyehe, 2008: 495). El concepto de autonomía económica de McMann se centra en los microfundamentos de esta cadena macrocausal: donde un generoso gasto público provee a los gobernantes de poderosas zanahorias y garrotes financieros, los ciudadanos económicamente vulnerables tienden a apoyarlos o a abandonar la participación política (McMann, 2006). La evidencia cualitativa de la Argentina sugiere -consistentemente con los hallazgos de McMann en varias regiones postsoviéticas- que los bajos niveles de autonomía económica son en buena medida responsables de los bajos niveles de democracia provincial. Los reportes periodísticos sobre la política de las provincias rentísticas frecuentemente interpretan sus sospechosas democracias en términos de autonomía económica: una investigación sobre Santa Cruz (la provincia con mayor número de empleados públicos per cápita luego de La Rioja) reporta un clima de autocensura en los medios y de sumisión pública que es atribuido al temor de perder beneficios provistos por el estado (Mochkofsky, 2003). Gibson sugiere que el autoritarismo de Carlos Juárez en Santiago del Estero fue reforzado por su "control sobre una vasta maquinaria de patronazgo, fundada en las transferencias del gobierno central", agregando que tal maquinaria "eclipsaba todas las demás actividades económicas en la provincia", a punto tal que "más del 87% de la población económicamente activa era empleada por el gobierno provincial" (Gibson, 2005: 122-23)32. Académicos locales proporcionan una interpretación similar del régimen juarista, enfatizando el enorme tamaño relativo y el uso político del empleo público en la provincia (Dargoltz, Gerez, y Cao, 2006: 33-34). En el mismo sentido, un estudio sobre el estado de derecho en San Luis observa que la economía provincial "depende fuertemente de los ingresos impositivos federales", los cuales le han permitido a Adolfo Rodríguez Saá (quien junto a su hermano ha controlado la provincia desde 1983) "mantener vastos proyectos de obra pública que han mantenido a la población dependiente del gobierno para obtener trabajo y vivienda, y por lo tanto sometida" (Chávez, 2003: 433). Los análisis sobre la política de las provincias rentísticas también contienen frecuentes referencias a la alta dependencia del presupuesto provincial que tienen el empresariado local y los medios de comunicación (Wiñazki, 1995: 53- 54; Cao, 2005:102; Trocello, 2008: 270). Los medios de comunicación de Formosa, La Rioja y Santa Cruz, por ejemplo, son destacados por su "enorme dependencia de publicidad oficial" (Ruiz, 2009). Existe un acuerdo casi unánime entre los analistas respecto de que la dependencia económica del Estado es un hecho políticamente consecuente en las provincias rentísticas. Entrevistas realizadas por el autor y un grupo de investigadores asistentes a cientistas sociales y periodistas políticos locales en varias provincias durante 2006 y 32 Esta cifra es considerablemente mayor que la reportada por los datos oficiales sobre empleo público provincial (Ministerio de Economía y Producción, 2006). Gibson cita una estimación hecha por un periódico que probablemente considere formas indirectas de empleo público a través de programas de asistencia social. This content downloaded from 129.74.250.206 on Thu, 12 Feb 2015 10:19:35 AM All use subject to JSTOR Terms
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