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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA DE POSGRADO EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS ENTIDADES PARTICIPANTES: FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS CENTRO DE INVESTIGACIONES SOBRE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE CENTRO DE INVESTIGACIONES INTERDISCIPLINARIAS EN CIENCIAS Y HUMANIDADES INSITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS (DES) COLONIALIDADES ESPACIO-TERRITORIALES Y CONFLICTOS EXTRACTIVISTAS EN CUENCAS TRANSFRONTERIZAS: EL CASO DE LA PATAGONIA ARGENTINO-CHILENA 2009-2010 TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: DOCTORA EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS PRESENTA: BÁRBARA PAZ JEREZ HENRÍQUEZ DIRECTOR DE TESIS: DR. BORIS MARAÑÓN PIMENTEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS, UNAM MÉXICO DF, JULIO DE 2015 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede hacer cambiar el mundo” (Eduardo galeano) “Nuestra patria es una, empieza en el rio grande y va a parar en los montes fangosos de la Patagonia” (José Martí) “El que se apura en la Patagonia, pierde su tiempo” (dicho popular regional) 3 Dedicatoria Con mucho cariño, respeto y agradecimiento dedico este trabajo a todas las peRsonas y organizaciones de la Patagonia que están luchando por defender sus territorialides, sus bienes comunes naturales y el derecho a vivir dignamente en su región. A mi familia, especialmente a mi padre, Daniel Jerez Bozo, por todo su amoroso apoyo en vida y después de ella para que pudiera hacer realidad este ciclo de vida que aquí terminamos con este trabajo. Al gran periodista uruguayo Eduardo Galeano, a quien con mucho agradecimiento y admiración acabamos de despedir de este mundo, un escritor que hace muchos años atrás despertó en mi ser aquella llamita latinoamericanista que empujó el caminar de mis largos pasos hacia otros pueblos hermanos, y para construir esta tesis. 4 Agradecimientos Agradezco al posgrado en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México por haber creído en mi proyecto y haberme otorgado la oportunidad de formarme en su programa de Doctorado, sin duda fue una experiencia tremendamente enriquecedora que transformó mi vida y me permitió un gran crecimiento como persona y como latinoamericanista. A la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACYT México por la beca que me permitió cursar mis estudios doctorales, y por la beca mixta con la que pude hacer mi estancia de investigación en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires en el año 2009, así como para el trabajo de campo en la Patagonia argentina y chilena. Agradezco a la Dra. Norma Giarraca (Q.E.P.D.) de dicha institución que me brindó su importante apoyo para realizar mi estancia doctoral, y acceder a las organizaciones en resistencia en la Patagonia. Agradezco el gran apoyo de mi familia para emprender este ciclo de mi vida en tierras mexicanas, la fortaleza que siempre me transmitieron, la esperanza, la contención, la sabiduría y la perseverancia para llevar adelante los grandes desafíos que significó sacar adelante la presente tesis y el proceso del doctorado en general. Le doy las gracias a México y su gente, sus paisajes, culturas, historias, vivencias, dolores, alegrías, fraternidad y aprendizajes que enriquecieron mi vida, por la hospitalidad que permanentemente recibí en esta tierra hermana, y por la oportunidad que me brindó como país para continuar formándome y creciendo académicamente. De manera especial menciono aquí el gran apoyo que me brindó el Dr. Boris Marañón, mi tutor principal de tesis, quien fue un verdadero maestro y guía en todo este proceso; gracias por todos los conocimientos que me transmitió, por su sabiduría, su eterno entusiasmo y alegría con el que apoyó cada extracto de este trabajo de investigación, así como también por su contensión emocional en los momentos difíciles, por haber creido en esta tesis, y por mostrarme con su persona un lindo ejemplo de académico y ser humano. 5 También agradezco a mis sinodales la Dra. Mina Navarro, el Dr. Antonio García de León, al Dr. César Ramírez, y al Dr. José Gasca por haber sido parte de este comité, sus aportes, su oportuno apoyo para culminar esta tesis y mi formación académica en el doctorado. Y finalmente, expreso mi profundo agradecimiento a todas las personas, amigos y organizaciones sociales de la Patagonia en Argentina y Chile que de manera fraterna, desinteresada y solidaria me compartieron sus historias de vida, sus relatos de los fuertes procesos de resistencia social que han tenido que emprender para defender su región, sus territorialidades, sus sueños, sus herencias ancestrales y sus utopías de vida. Gracias por haberme abierto las puertas de sus casas y organizaciones, por tanta sabiduría compartida a través de los innumerables mates conversados a lo lago y ancho de la Patagonia, por las efímeras y duraderas amistades fraternas que contruí con ellos, y por las lecciones de vida que me dejaron para mis posteriores caminos que me tocarán recorrer. 6 INDICE Presentación 9 Introducción 11 CAPITULO I: La restructuración del Sistema-mundo moderno/colonial y la proliferación de conflictos ecoterritoriales extractivistas en América Latina 39 1. Nuevos escenarios, viejas colonialidades extractivistas del capitalismo en América Latina 40 1.1 El capitalismo contemporáneo en América Latina y la implementación de un nuevo patrón de acumulación extractivista 40 1.2 América Latina ante la nueva división territorial-global del trabajo y de la naturaleza a partir de la instalación del Consenso de los “commodities” 47 1.3 Colonialismo y colonialidad del poder como patrones globales de expansión extractivista del capitalismo 52 1.4 Hacia una heterogeneidad histórico-estructural y un pensamiento fronterizo descolonial 60 2. Una aproximación desde la Geografía Crítica para comprender la expansión colonial-extractivista del capitalismo contemporáneo 63 2.1 Territorio, territorialidades hegemónicas extractivistas y contrahegemónicas en los conflictos ecoterritoriales 71 2.2 Territorialidades en Conflicto 76 2.3 Territorialidades hegemónicas extractivistas 77 3.4 Territorialidades en resistencia 79 3. De la racionalidad instrumental “extractivista” a una racionalidad territorial ecopolítica 81 3.1 Hacia una “racionalidad territorial ecopolítica” 86 4. Una aproximación a la Ecología Política de los conflictos ecoterritoriales en América Latina 90 4.1 La relación sociedad-naturaleza como ¿“recursos naturales” o “bienes comunes naturales”? 95 4.2Bienes Comunes naturales 98 5. El Buen Vivir o “Buenos vivires” como respuestas no extractivistas y no desarrollistas a las colonialidades del poder multidimensionales 102 6. Conflictos y movimientos sociales ecoterritoriales en América Latina 108 6.1Movimientos sociales contemporáneos: ¿Nuevas prácticas contrahegemónicas o nuevos escenarios de acumulación capitalista y de exclusión social? 108 6.2 La “socio-eco-territorialización” de los movimientos sociales contemporáneos en América Latina en la lucha por “lo común” 112 6.3 Movimientos sociales ecoterritoriales y conflictos ecoterritoriales transfronterizos. 115 7. Hacia una Geografía Crítica Descolonial: Una propuesta metodológica para estudiar los conflictos ecoterritoriales en América Latina. 125 Capitulo II: El avance extractivista hacia cuencas transfronterizas de la 7 Patagonia Andina desde el histórico sistema-mundo moderno/colonial 135 1. Los nuevos avances extractivistas hacia las zonas fronterizas del Cono Sur 135 1.1 Zonas fronterizas, transfronterizas y cuencas hidrográficas transfronterizas 137 1.2.Cambios en las relaciones fronterizas en Sudamérica: ¿Integraciones regionales extractivistas? 143 1.3 Conflictos ecoterritoriales en cuencas transfronterizas 146 2. El carácter geoestratégico de la Patagonia Andina: Una aproximación sociohistórica y socioterritorial 154 2.1 Una aproximación geo-gráfica y socio-histórica a la Patagonia Andina 156 2.2 Las campañas militares y su relación con la expansión agroindustrial ganadera en el siglo XIX: Chile “Pacifica” la Araucanía y Argentina “Conquista” el “Desierto” 162 2.3 La conformación territorial y sociocultural contemporánea de la Patagonia Andina en el siglo XX 164 2.4 La Patagonia Andina en el siglo XXI 171 2.5 Las Nuevas Campañas del “Desierto” y la reconfiguración de la Patagonia como “Mercancía”. 173 2.6 Una aproximación a los numerosos conflictos y movimientos ecoterritoriales en la Patagonia en los últimos treinta años 181 CAPÍTULO III: Nuevas representaciones espaciales coloniales de las cuencas transfronterizas de la Patagonia 186 1. Las nuevas colonialidades espacio-territoriales en las cuencas transfronterizas de la Patagonia: Territorialidades hegemónicas extractivistas 186 1.1 IIRSA en la Patagonia Andina 189 1.12 Eje del Sur 191 1.13 Eje Andino del Sur 194 1.2 El Tratado sobre Integración y Complementariedad Minera entre la República de Argentina y la República de Chile 197 1.3 Tratado Minero binacional e IIRSA: La imposición de una nueva colonialidad espacio-territorial de carácter extractivista en las cuencas transfronterizas de la Patagonia 204 2. Acuerdos binacionales previos para la gestión de cuencas compartidas y sus bienes comunes naturales 208 2.1 Tratado Sobre Medio Ambiente 209 2.2 Protocolo específico adicional sobre uso de recursos hídricos compartidos entre la República de Argentina y la República de Chile 210 3. Legislaciones y Políticas públicas nacionales, el rol de los estados argentino y chileno 214 3.1 Legislaciones y políticas Públicas en Chile 215 3.11 Código de Aguas 215 3.12 Políticas públicas del sector energético 217 3.13 Política y legislación minera en Chile 220 3.14 Institucionalidad ambiental chilena y procesos de evaluación de impacto ambiental 225 3.2 Legislación y políticas públicas en Argentina 229 8 3.21 Legislación y política minera 229 3.22 El polémico veto presidencial al proyecto de Ley de Glaciares 233 3.23 Política Ambiental y sistema de evaluación de impacto ambiental 234 4. Megaproyectos de minería y represas hidroeléctricas en cuencas transfronterizas de la Patagonia: Nuevas expresiones de la colonialidad espacio-territorial 236 4.1 La proyección de la central hidroeléctrica El Portón y Steffens en la cuenca binacional Río y Lago Puelo 243 4.2. Las exploraciones mineras en el río Zeballos, explotaciones mineras y proyección de las centrales hidroeléctricas en la cuenca binacional río Baker-Lago Buenos Aires/General Carrera. 253 4.21 El caso de las explotaciones mineras del yacimiento Cerro Bayo en Chile Chico 254 4.22 Las polémicas exploraciones mineras en los ríos fronterizos del municipio de Los Antiguos 260 4.23 El conflicto por el megaproyecto hidroeléctrico HIDROAYSEN 264 5. La colonialidad del poder multimensional del extractivismo minero-hidroeléctrico en los espacios de representación transfronterizos en la Patagonia Andina 271 5.1 Colonialidad espacio-territorial 272 5.2 Colonialidad de la autoridad pública colectiva 279 5.3 Colonialidad del saber 289 5.4 Colonialidad del ser 296 5.5 Colonialidad de la naturaleza 304 Capítulo IV: Espacios de representación en pugna y movimientos sociales ecoterritoriales en las cuencas transfronterizas de la Patagonia. 307 1. Una aproximación descolonial a los movimientos sociales ecoterritoriales en las cuencas transfronterizas de la Patagonia: El lugar de enunciación y el pensamiento fronterizo 308 2. La importancia de la historicidad regional de los movimientos sociales ecoterritoriales en la Patagonia 311 3. Asambleas y coaliciones ciudadanas: Multiplicidad de actores y organizaciones 316 4. Diversidad de espacios de enunciación, diversidad de las narrativas de resistencia 321 5. Redes locales y externas de las resistencias 323 6. Las diversas rutas de las resistencias en la Patagonia Andina 325 7. Impactos de los movimientos sociales ecoterritoriales en la región 332 8. Redes y acciones de resistencia transfronterizas 337 9. Propuestas y proyecciones para la región: ¿Cuál es la territorialidad que se defiende? 342 10. Las múltiples dialécticas de las territorialidades en conflicto en las cuencas 353 transfronterizas de la Patagonia 11. La Patagonia en la actualidad: Profundización de las intervenciones extractivistas y de las resistencias ecoterritoriales 366 A MODO DE CONCLUSION 371 Bibliografía 379 Anexos 402 9 Presentación La investigación doctoral que presentamos aquí da cuenta de una problemática emergente que se está reproduciendo en toda América Latina desde fines del siglo XX, como es la expansión de las fronteras de la acumulación capitalista extractivista hacia las zonas de fronteras nacionales entre los países de la region, tratándose de un nuevo escenario de dominación en el que se expresan nuevos mecanismos de intervención y control socioterritorial que a su vez constituyen nuevasplataformas de resistencias sociales que se espacializan de manera transnacional. En estas páginas hacemos una extensa exposición de los conflictos ecoterritoriales en cuencas transfronterizas de la Patagonia argentino-chilena a partir de la proyección e implementación de megaproyectos de minería y represas hidroeléctricas en ellas, donde planteamos que el epicentro de dicho conflicto es la lucha por una territorialidad que, en este caso, se espacializa de manera transfronteriza de manera hegemónica y también de manera opuesta, es decir, emancipatoria. Este trabajo se enfoca al estado del conflicto durante los años 2009 y 2010 en los que realizamos un extenso trabajo de campo en las comunidades pertenecientes a las cuencas transfronterizas en cuestión por ambos lados de la frontera, pero que sin embargo dicho corte temporal lo situamos dentro de un diálogo histórico con los sucesos previos y posteriores en la región para comprender con mayor profundidad la complejidad de este tipo de procesos de disputa que están expandiéndose por toda América Latina. Para dar cuenta de este conflicto nos ubicamos teóricamente desde una perspectiva interdisciplinaria desde la que construimos un marco de análisis sustentado principalmente en una geografía crítica decolonial, para dar cuenta de la colonialidad multidimensional que se espacializa a través de una “colonialidad espacio-territorial”, que en resumidas cuentas entendemos como la imposición de una apropiación histórica del territorio que proveniente de un sistema-mundo moderno/colonial que territorializa a cada región a nivel global, y en nuestro caso a la Patagonia y sus cuencas transfronterizas como nuevas “zonas de sacrificio” y como nuevas “zonas de servicios” establecidas como parte de una valorización del espacio hegemónico global, en los que todos estos elementos constituyen una plataforma desde la cual los diversos actores y organizaciones en resistencia reivindican sus territorialidades en las que se expresa un giro eco-territorial (Svampa, M. 2012) de 10 sus articulaciones y narrativas, en las que se articulan las persepctivas ecológicas y ciudadanas con las reivincicaciones territoriales de los campesinados y pueblos originarios para establecer procesos de resistencias frente a megaproyectos extractivistas. Los que a su vez tienen un perfil socioterritorial (refiriéndose a actores que reivindican sus territorios que constituyen sus espacios de vida) y socioespacial (que reivindican causas que afectan territorios de otros actores) de los movimientos que en este caso además se expanden de manera transfronteriza. En estas territorialidades -entendidas básicamente como las apropiaciones sociales de los espacios para controlarlos desde determinadas visiones del mundo- en conflicto se manifiestan además distintas y contradictorias racionalidades que están en juego, concepciones de la naturaleza, los tejidos sociales locales, y las proyecciones a futuro de la región, que también en este caso, expresan distintas concepciones de la frontera y de las relaciones transfronterizas a nivel local, nacional y global. Abarcar estas complejidades emergente significa un gran desafío para los Estudios Latinoamericanos por las especificidades ecoterritoriales y sociopolíticas que presentan este este tipo de conflictos, lo que sin duda fue un reto en términos teóricos y metodológicos para poder estudiarlos, y desde allí surgen sin duda nuevos desafíos y espacios para discutir nuevos enfoques que surjan desde estas propias experiencias. 11 INTRODUCCIÓN Fundamentación y Estado del Arte La presente investigación tiene como propósito dar cuenta de los nuevos escenarios en conflicto que hoy se dibujan en América Latina a partir de la expansión del extractivismo contemporáneo, entiendido en general un modelo de desarrollo basado en la extracción, sobrexplotación y destrucción de la naturaleza fragmentada como materias primas prácticamente sin valor agregado, junto a una monoproducción territorial de éstas, conformando economías de enclave que se insertan de manera subordinada en los grandes mercados financieros internacionales, a costa de grandes impactos socioculturales, ecológicos, políticos y económicos en las regiones y localidades intervenidas.Dicho neoextractivismo hoy en día se expande territorialmente hacia las zonas fronterizas y cuencas hidrográficas transfronterizas entre los países latinoamericanos para explotar los bienes comunes naturales existentes en esos espacios y que hoy en día son altamente demandados en los mercados globales, pero que cada día son más escasos, como son la biodiversidad, los minerales y el agua. Por ello en la actualidad existen en numerosas zonas fronterizas grandes emprendimientos extractivistas y conflictos por la instalación de megaproyectos de minería, represas hidroeléctricas y otros emprendimientos afines en zonas como la frontera ecuatoriana-peruana, costarricense- nicaragüense, boliviana-brasileña, y argentino-chilena, entre otros. Estos espacios geográficos en su mayoría se encontraban escasamente intervenidos debido al resguardo constitucional de las soberanías nacionales y/o por su frecuente situación de aislamiento; las cuales hoy en día frente al aumento actual de la demanda de materias primas constituyen un nuevo foco del avance extractivista transnacional para extraer y comercializar sus bienes comunes naturales, implicando a nivel local grandes impactos ecoterritoriales, y en este caso generan también importantes impactos geopolíticos entre los Estados-nación fronterizos implicados por la violación de tratados para el manejo sustentable de cuencas hidrográficas compartidas, por los impactos negativos transfronterizos de los megaproyectos en cuestión, y porque este escenario pone en riesgo las propias relaciones diplomáticas binacionales. 12 En nuestro caso, nos enfocaremos a dar cuenta del conflicto existente en las cuencas transfronterizas compartidas entre Argentina y Chile en la Patagonia Andina por la proyección e instalación de megaproyectos de minería y represas hidroeléctricas en ellas, un escenario que provoca en ambos países fuertes procesos de movilización social de diversos actores, donde se hacen explícitas las territorialidades en conflicto que se ponen en juego en torno a estas iniciativas extractivistas que se proyectan en estas cuencas australes. Para comprender esta problemática es necesario partir de la base que en América Latina durante los últimos 20 años emergen nuevas manifestaciones de las hegemonías, emancipaciones y relaciones de poder que se entretejen en torno a la relación sociedad-naturaleza a nivel local y global, que constituyen una expresión de la profundización de un nuevo patrón capitalista extractivista que se dibuja tensamente en nuestros países; las cuales establecen una nueva territorialidad primario- exportadora a través de la implementación de planes y megaproyectos de intervención regionales, nacionales y transfronterizos en las localidades que poseen aún grandes reservas de bienes comunes naturales1 fundamentales para la producción de excedentes en las economías dominantes, como son los hidrocarburos, el agua dulce, la biodiversidad y los minerales metalíferos, entre otros. Estos bienes comunes naturales constituyen elementos fundamentales para mantener los actuales metabolismos de acumulación, producción, industrialización, circulación, comercialización y consumo de las economías industrializadas más importantes a nivel global como China, EE.UU, Europa del Norte, India, entre otros; procesos que se intensifican aceleradamente como respuesta a la mayor dinamización del capitalismo global, provocando así un notorio aumento de la presión hacia los territorios que disponen ampliamente de estos bienes comunesnaturales estratégicos, como es América Latina, y en este caso particular, hacia sus cuencas y zonas fronterizas. Por todo lo anterior, coincidimos con Delgado cuando señala que si bien el crecimiento poblacional 1 La idea de “Bienes Comunes Naturales” proviene de los propios movimientos sociales (especialmente de las asambleas ciudadanas autoconvocadas de Argentina) para reivindicar un carácter no extractivista ni mercantilista de la naturaleza como sucede con la idea de “Recurso Natural”. La idea de bienes comunes naturales es un concepto que refleja una relación social de subsistencia no extractivista entre la sociedad y la naturaleza bajo principios de respeto, sustentabilidad y comunalidad. Al respecto, revisar: BOTTARO, L. Et al): Conflictividad socioambiental en América Latina: El escenario post crisis de 2001 en Argentina. Polít. cult. [online]. 2012, n.37 [citado 2013-03-19], pp. 159-184 . Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422012000100008&lng=es&nrm=isoY también Seoane discute desde la perspectiva de los actuales Movimientos Sociales la idea de Bienes comunes naturales, en: SEOANE, José: Movimientos Sociales y recursos Naturales en América Latina.: resistencias al Neoliberalismo, configuración de alternativas. Revista Sociedade e Estado, Brasília, v. 21, n.1, p. 85-107, jan./abr. 2006. Pág. 85. Disponible en: http://www.scielo.br/pdf/se/v21n1/v21n1a06.pdf 13 tiene un cierto impacto en esta intensificación de la demanda, no constituye de por sí el problema central, pues teniendo en cuenta que el total de la población mundial se cuadruplicó en el siglo XX, el consumo de las llamadas “materias primas” en promedio creció más de 12 veces (Delgado, G. 2013). Este hecho definitivamente demuestra que la llamada “crisis ecológica” actual es provocada más bien por la expansión del extractivismo capitalista que multiplica el aumento de la demanda de bienes comunes naturales que valoriza como estratégicos, y no necesariamente por el aumento poblacional como suelen justificar los gobiernos y las empresas para ocultar las reales causas del agotamiento de la naturaleza. En este contexto, regiones latinoamericanas como la Amazonía, la Cordillera de Los Andes, el Acuífero Guaraní, y en nuestro caso, la Patagonia, entre otros; se convierten hoy en día en territorios estratégicos para las geopolíticas extractivistas transnacionales porque constituyen grandes reservas de bienes comunes naturales estratégicos, razón por la cual en ellos se establecen territorialmente nuevos planes de intervención regional para la instalación y modernización de la infraestructura multimodal que va acompañada de una serie de megaproyectos para la extracción de dichos bienes, despojarlos a las comunidades locales, y a los propios Estados nacionales. Dichas iniciativas a su vez empujan el levantamiento de numerosos movimientos sociales ecoterritoriales en resistencia a estos procesos que van adquiriendo paulatinamente una espacialización transfronteriza. Ese nuevo patrón de expansión económica a nivel global consolida a América Latina como una economía regional “Caracterizada por “su re-primarización, concentración y extranjerización” (Machado, H. 2013: 14), donde la exportación de productos primarios constituye el eje central de sus economías, cuyos lineamientos fueron impuestos por las políticas neoliberales dictaminadas desde el llamado “Consenso de Washington”, que Svampa denomina más bien como el “Consenso de los Commodities”, o el “Consenso de las Materias primas” (Svampa, M. 2012), que introduce a América Latina a un nuevo orden global estructurado para abastecer el aumento de las demandas de materias primas de los países industrializados, en el que se impone a nuestro subcontinente un estilo de desaarrollo económico extractivista en base a una monoproducción de acuerdo a las ventajas comparativas de cada región respecto a la globalización capitalista/colonial actual. En ese contexto podemos entender la consolidación de un histórico patrón de acumulación extractivista como motor de crecimiento y desarrollo en nuestros países, lo que también se convierte en el nuevo motor de 14 reproducción y expansión de las desigualdades sociales, de las exclusiones sociales, de los nuevos conflictos y de los movimientos sociales. Esto último se puede comprender en general, porque estas nuevas economías de enclaves primario- exportadoras no generan encadenamientos nacionales (Gudynas, E. 2011) y más bien instalan su desvinculación de las economías y territorios locales, dejando graves impactos sociales múltiples junto a la externalización de los costos ambientales y sociales (Gudynas. E. 2011) de este proceso económico que termina por generar una desterritorialización que vuelve más vulnerables, precarias y dependientes las economías de los territorios intervenidos. Ahora, profundizando en el concepto de extractivismo, lo entendemos como la instauración de economías regionales, nacionales y locales sustentadas en megaemprendimientos que extraen a los territorios locales –destruyendo su naturaleza y tejidos sociales- grandes cantidades de bienes comunes naturales que en su apropiación y procesamiento son fragmentados, funcionalizados y convertidos en “recursos naturales” para ser exportados hacia otras regiones en bruto, o con un muy limitado procesamiento; los cuales son vendidos a precios muy bajos en comparación con su valor final como mercancía. Al respecto, Gudynas propone una definición más resumida, donde considera al extractivismo como “..Los emprendimientos que remueven o extraen enormes volúmenes de recursos naturales, como minerales, hidrocarburos o agroalimentos, y que son exportados directamente sin ser procesados, o con un procesamiento o industrialización muy limitada” (Gudynas. E. 2010:40). Dichos emprendimientos son controlados tanto por grupos capitalistas nacionales, transnacionales, o bien por los propios Estados a través de sus empresas públicas. Esta nueva apuesta a la re-primarización extractivista no distingue colores ideológicos en los gobiernos de turno en América Latina, pues desde las extremas derechas, sociales democracias y gobiernos de izquierdas nacional-populares, unánimemente han optado por promover economías monoproductoras de materias primas sin valor agregado, lo que sin duda, continua condenando a nuestros países a la dependencia, la vulnerabilidad económica y social que generan los vaivenes de los mercados mundiales. Al respecto, Gudynas sugiere diferenciar los extractivismos actuales en los gobiernos progresistas de lo que sucedía en décadas anteriores, y de los gobiernos de derecha, 15 definiendo a los primeros como “neoextractivismos”, argumentando que estos se caracterizan por una importante presencia estatal, donde en muchos casos se aumentan los tributos para que los gobiernos tengan mayores ingresos y puedan financiar gastos diversos, entre ellos, los subsidios a los sectores “pobres”, buscando una mayor regulación del Estado, como en los sectores petroleros de Bolivia, Ecuador y Venezuela (Gudynas, E. 2010); en algunos casos se potencian las empresas públicas, y en otros las compañías privadas continúan teniendo un papel predominante en el control de la producción y comercialización (Gudynas, E. 2010:42), donde incluso, los gobiernos nacional- populares llegan a definir a estos procesos económicos extractivistas como “procesos revolucionarios”. En este contexto, si bien los neoextractivismos han permitido un aumento del gasto social en los gobiernos progresistas y financiar sus respectivos programas sociales, no han generadoen los patrones de desarrollo económico cambios significativos, donde más bien se fortaleció el modelo de producción primario-exportador, y con ello la dependencia de nuestras economías de los grandes centros de poder y de consumo globales, profundizando aun más los mecanismos coloniales de inserción y subordinación económica de la región. En este escenario entendemos al extractivismo como una manifestación de la racionalidad instrumental que se sustenta en un crecimiento sin límites a costa de la apropiación y explotación de la naturaleza, estableciendo lo que define Marañón como una relación de exterioridad entre ésta y el ser humano (Marañón, B. s/f) donde la naturaleza queda reducida como un “objeto” que debe ser dominado para alcanzar el llamado progreso y desarrollo de la humanidad, en cuyo proceso se le asigna un valor mercantil y se privatiza su acceso (Marañón, B. s/f:9). De esta manera, los extractivismos contemporáneos constituyen una expresión de esta racionalidad que superpone al ser humano como sujeto asimétricamente superior por sobre la naturaleza que es reducida a un objeto inferior, salvaje y amenazante a la evolución de la humanidad, lo que en realidad se traduce en su explotación y destrucción instalada ideológicamente como sinónimo de progreso, reproducción y acumulación capitalista. Esta relación hegemónica sociedad-naturaleza se ha construido y retroalimentado a través de un proceso histórico instaurado a partir de la expansión del capitalismo colonial durante los últimos quinientos años, en la que se generó e impuso una ruptura a nivel global de lo que Alimonda define 16 como “metabolismo sociedad naturaleza”, el cual penaliza en forma creciente tanto a la naturaleza latinoamericana como a los pueblos que viven en ella (Alimonda, H. 2011), provocando también una estricta separaciónn el mundo biofísico, del humano y el supernatural (Escobar, A. 2011). Sin embargo las relaciones que existen entre las comunidades y la naturaleza en contextos locales y no occidentales no necesariamente responden a dicha dicotomía colonial, pues más bien se sustentan en vínculos de continuidad entre esas esferas (Escobar, A. 2011). Y es más, consideramos que esta relación de complementariedad e interdependencia sociedad-naturaleza es un factor importante en el surgimiento de los movimientos sociales en defensa de las territorialidades locales, los bienes comunes naturales, y de dicha relación de las comunidades con la naturaleza frente a los extractivismos contemporáneos. Esta racionalidad instrumental que sustenta y justifica las territorialidades hegemónicas extractivas, que la podemos entender también como una “racionalidad extractivista”, proviene –y se constituye en uno de sus fundamentos vitales- de la expansión del capitalismo como un proceso histórico mundial durante los últimos cinco siglos, un fenómeno al que Aníbal Quijano denomina como la “Colonialidad del Poder” (Quijano, A. 2000). Es un patrón global de subordinación, apropiación y despojo que surge a partir de la conquista de América y la expansión del mercantilismo colonial, que construye una histórica relación de poder mundial de carácter asimétrica y dicotómica que estratifica y naturaliza socialmente bajo la idea de “raza” a las culturas-sujetos colonizadores y a las culturas-sujetos colonizados; de cuya clasificación derivan y/o se potencian también estratificaciones de clase, etnias, géneros, territoriales, cognitivas, etc. De esta relación histórica surge el eurocentrismo como una perspectiva del conocimiento que se hegemoniza a nivel mundial que coloniza y se sobrepone a las demás racionalidades y saberes concretos, incluyendo a las existentes en Europa (Quijano, A. 2000). Desde una perspectiva no eurocéntrica, el poder es concebido como un espacio y una malla de relaciones sociales de dominacion/explotación/conflicto articuladas en torno a la disputa por el control de cinco importantes ámbitos de la existencia social, como son el trabajo y sus productos, la naturaleza y sus recursos de produccón, el sexo (sus productos y la reproducción de la especie), las subjetividades junto a sus productos materiales e intersubjetivos (donde se incluye el conocimiento), y finalmente la autoridad y sus instrumentos de coerción para asegurar la 17 reproducción de dicho patrón de relaciones sociales (Quijano, A. 2014). En estos ámbitos el poder se manifiesta a través de las relaciones de dominación, explotación y conflicto que construye e instaura hegemónicamente en cada uno de ellos. Desde esta Colonialidad se establece un Sistema-mundo moderno/colonial (Mignolo,W. 2007)2, el cual durante las últimas décadas establece una nueva reestructuración de los patrones de acumulación capitalista a través de una división internacional-territorial del trabajo que sitúa nuevamente a América Latina como un enclave primario-exportador de materias primas, en el que predomina la transnacionalización del aparato productivo para su extracción, junto a una exacerbada concentración de la riqueza. Este proceso nuevamente establece una relación de subordinación y dependencia económica en la región que trajo como consecuencia un nuevo ciclo de reproducción de las desigualdades sociales, políticas, territoriales, culturales y económicas que históricamente ha acarreado la colonialidad del capitalismo en nuestro subcontinente. Esta colonial división internacional-territorial del trabajo que convierte hoy a América Latina en un nuevo enclave de commodities genera una valorización del espacio (Robert, C. et al. 2009) de las regiones a intervenir para extraer sus bienes comunes naturales, la que se estructura de acuerdo a su ubicación geográfica dentro de los flujos de circulación capitalista, y a las propias riquezas naturales que otorgan un nuevo “valor del espacio” (Robert, C. et al. 2009) como nueva zona de sacrificio en la que el capitalismo se sustenta en una colonialidad multidimensional con las que históricamente ha justificado y naturalizado el despojo, contaminación y violencia en las regiones intervenidas. Cuando hablamos de una colonialidad multidimensional nos referimos a un proceso de dominación que desde una perspectiva moderno/eurocéntrico/capitalista abarca la totalidad de la realidad social reinventándola/colonizándola a través de la intervención de las relaciones de poder, de los imaginarios y representaciones sociales, de la naturaleza, los saberes, así como de los espacios y 2 Walter Mignolo (Mignolo, W. 2007), plantea la idea de “sistema-mundo moderno/colonial apoyándose en la la teoría del sistema- mundo de Inmanuel Wallerstein, donde argumenta que la modernidad posee un profundo lado oscuro denominado “colonialidad”, el cual delvela un proceso sociohistórico de dominación oculto que al hacerlo explícito abre las puertas para comprender los conocimientos, historias, sujetos y geografías que han sido subordinadas e invisibilizadas por la modenidad eurocéntrica, donde el colonialismo y la colonialidad convirtió en marginalidad las epístemes otras de los territorios y sociedades invadidas, y en nuestro caso a nuestros países y las diversas territorialidades que existen en ellos, como parte de lo que definimos como una territorialidad hegemónica extractivista. 18 territorialidades intervenidas3. En estos últimos, es importante señalar que se trata de una alineación territorial que es cartografiada para desapropiar a nuestros países de sus bienes comunes naturales que proviene de una regionalización trazada en el mapamundi moderno/colonial que ajusta a América latina para una nueva fase de despojo socio y ecoterritorial. A estoúltimo lo definimos como una colonialidad espacio-territorial, que busca imponer una territorialidad de enclave que impone un nuevo diseño de los espacios locales subordinando tanto a las territorialidades locales como a la de los propios Estados Nacionales para ofrecer nuevas regiones al despojo, al sacrificio social y ecoterritorial del extractivismo transnacional contemporáneo. Aquí paralelamente también se conforma una plataforma espacial para la reproducción de diversas dimensiones que abarca la colonialidad del poder que plantea Quijano y otros autores, de las cuales consideramos que son las más pertinentes y específicas para dar cuenta de los conflictos ecoterritoriales por el avance del extractivismo capitalista, las colonialidades del ser, saber, de la autoridad pública-colectiva, y de la naturaleza. Estas colonialidades en su conjunto interiorizan y subordinan los ámbitos más relevantes de las territorialidades en conflicto y de sus mundos de la vida para funcionalizarlas a la medida de la producción de nuevos mundos coloniales de enclave (Machado, H. 2012) bajo retóricas desarrollistas, progresistas, y en este caso, bajo una narrativa de integración binacional “extractivista” que en su implementación en las cuencas fronterizas entre los países de la región organiza y articula las intersubjetividades regionales y locales a través de dicha colonialidad multidimensional, y de esta forma legitimar su presencia y desarrollo pese a los impactos ecoterritoriales y geopolíticos que implican. Este avance extractivista de la región origina complejos escenarios donde se entretejen tensas relaciones de poder asimétricas que se manifiestan a través de lo que definimos como “Conflictos Ecoterritoriales”, concepto con el que procuramos dar cuenta de la emergencia de conflictos en los que se articulan y potencian transversalmente aquellas demandas socioterritoriales comunitarias - principalmente campesinas y de los pueblos originarios-con las demandas socioambientales 3 A ello lo entendemos, apoyándonos en los aportes de Mignolo, W. (2007) Quijano, A. (2000) Alimonda, H (2011), De Souza, J. (2008), Porto Goncalves, C. (2001) que analizan la colonialidad como un fenómeno histórico-estructural que tiene un carácter multidimensionalcomo una colonialidad multidimensional que abarca la colonialidad del poder, ser, saber, de la naturaleza y una colonialidad espacio-territorial (Jerez, B. 2015). 19 ciudadanas (Svampa, M. 2012), frente a la sobrexplotación y agotamiento de la naturaleza en los territorios locales afectados por proyectos extractivistas de las grandes corporaciones transnacionales y de empresas estatales. En estos contextos se ponen en juego las diversas territorialidades4 locales y globales que se levantan y tensionan en torno a la instauración de megaproyectos extractivos que ponen en tela de juicio las formas de vivir y reproducir los territorios, además de su proyección como tal hacia el futuro. Y en el caso de los conflictos por megaemprendimientos extractivistas ubicados en zonas de fronteras o en cuencas compartidas, los denominamos “conflictos ecoterritoriales transfronterizos”, entendiendo que son nuevos escenarios que hay que abordarlos de manera especial por sus implicancias ecoterritoriales y geopolíticas que abarcan tanto a las comunidades fronterizas como a las relaciones bilaterales entre los Estados-nación involucrados, los que a su vez en el escenario actual tienden a flexibilizar la intervención en cuencas y zonas fronterizas en general para garantizar la expansión del extractivismo contemporáneo hacia dichas zonas sin distinción de los colores políticos de sus respectivos gobiernos de turno; donde además existe una tendencia a transfronterizar las resistencias sociales entre las comunidades locales interconectadas y a reivindicar territorialidades que trascienden el límite fronterizo. Un fenómeno que sin dudas abre espacios para nuevas discusiones desde el mundo social y académico en torno a estas nuevas tendencias que van tomando los conflictos sociales en América Latina. La profundización de este patrón de acumulación extractivo en las comunidades y territorios locales contrajo también numerosas movilizaciones sociales que no solamente luchan por preservar determinados bienes comunes naturales, sino que fundamentalmente reivindican en forma colectiva sus territorialidades locales y regionales no hegemónicas que en estos contextos son resignificadas y revalorizadas, lo que conlleva la reivindicación del derecho a la vida y buen vivir en el territorio, junto a la sustentabilidad territorial. Es decir, sen un escenario territorial transfronterizo los 4Cuando hablamos de territorialidades nos referimos en general, a las construcciones sociales de los espacios geográficos diseñándolos y re-diseñándolos a partir de las diversas visiones de mundo y las proyecciones del mismo. Sin embargo, en la presente investigación realizamos una amplia reflexión en torno a las ideas de espacio, territorio y territorialidades. Para mayor profundización, ver: Jerez, B. (2013). 20 movimientos sociales ecoterritoriales revalorizan y reivindican al igual que en el resto de América Latina la territorialidad local como un eje central articulador de sus procesos de resistencia. En el caso específico de la expansión extractivista que hoy en día avanza hacia zonas fronterizas, muchas veces se trata de territorios lejanos y aislados de las grandes urbes, y situadas en regiones que de alguna manera se encuentran menos devastadas, existen en innumerables casos importantes ecosistemas que se encuentran en condiciones prístinas y escasamente explotados por las siguientes razones: Porque previamente no se habían descubierto las abundantes reservas de bienes comunes naturales en estos territorios, porque estos bienes no eran considerados, hasta ahora, como una mercancía de valorización estratégica para el capital, o simplemente porque no se contaba con la tecnología adecuada para su explotación. Tal ha sido en el caso de América del Sur, en regiones como la selva amazónica, el gran Chaco, y en nuestro caso, la Patagonia. Esta región austral se extiende a lo largo y ancho de los cordones montañosos de los Andes del Sur, precisamente los valles y cordones cordilleranos fronterizos de las provincias argentinas de Neuquén, Río negro, Chubut y Sant Cruz; y en Chile, la provincia de Llanquihue y Palena de la X Región de Los Lagos, la XI Región de Aysén, y la XII Región de Magallanes. La Patagonia en general es una región que durante los últimos veinte años ha estado inmersa en numerosos conflictos a raíz de la proyección e instalación de megaproyectos extractivos en ambos países, en los que existen numerosas experiencias de resistencias que han sido exitosas, otras donde se han logrado paralizaciones temporales de faenas, o bien en otros casos donde no pudieron detener la instalación de iniciativas extractivistas5. En la actualidad a lo largo de toda la Patagonia Andina existen numerosos megaproyectos en carpeta de minería metalífera y de centrales hidroeléctricas en ambos lados de la frontera, teniendo en cuenta que es un territorio en el que existen numerosos lagos, glaciares y ríos caudalosos, grandes reservas de minerales preciosos (principalmente, oro, cobre, plata). Muchos de estos emprendimientos han sido detenidos por las5En el caso de Chile, a principios de la primera década del siglo XXI producto de la presión generada por sectores políticos y grupos conservacionistas se logró que la empresa forestal Trillium desistiera de instalar una explotación forestal de bosque nativo en Tierra de Fuego (región de Magallanes), y en la región de Aysén la presión social orilló al gobierno a solicitar reubicación de Alumysa, un tremendo proyecto que implicaba la instalación de una planta de aluminio y de tres centrales hidroeléctricas en la Región de Aysén, lo que terminó por el retiro del emprendimiento. En argentina han sido mucho más numerosas las experiencias exitosas de movilización social, y de un mayor impacto, principalmente desde los años 80 en adelante, en donde se han detenido una serie de proyectos hidroeléctricos, basurales nucleares, cazas de animales, etc. Al respecto, se puede profundizar en este tema en el siguiente libro que sistematiza diez experiencias de resistencia en la Patagonia: Chiappe, L. (2008). 21 movilizaciones de las comunidades locales (como un emblemático ejemplo mencionamos el caso de la minera El Desquite en la argentina localidad de Esquel6), y en otros casos lograron instalarse, como es el caso de las mineras transnacionales que operan en el municipio de Perito Moreno en la provincia argentina de Santa Cruz. Al aislamiento geográfico, hay que agregar que, además, en numerosos casos como en el de la presente investigación, se trata de territorios ubicados en cuencas hidrográficas transfronterizas, cuya intervención definitivamente tiene complejas implicancias binacionales y geopolíticas, donde no solamente su lejanía constituía un obstáculo para el acceso y explotación de su naturaleza, sino que también la existencia de cuerpos legales nacionales y binacionales como leyes, tratados y acuerdos entre los Estados respectivos que regulan –y tienen plena vigencia en la actualidad- las relaciones económicas y sociales en estos territorios, así como un marco legal estrictamente restrictivo para la conservación y utilización mancomunada de los bienes comunes naturales existentes en las zonas fronterizas. Dichos acuerdos fueron establecidos para reducir las diferencias y tensiones limítrofes, terminar guerras, o simplemente fijar mecanismos de regulación de cualquier tipo de intervención territorial en estos espacios, y de su relación con dichos bienes comunes compartidos. Por lo tanto, la implementación de megaproyectos transnacionales en territorios fronterizos, como en las cuencas transfronterizas de la Patagonia, adquiere fuertes implicaciones geopolíticas, ya que su instalación se está omitiendo, ignorando y violando los acuerdos binacionales previos para el manejo de estos territorios por parte de los Estados argentino y chileno, lo que implica una desterritorializacion no sólo de las comunidades fronterizas, sino que también de la soberanía y territorialidades de los propios Estados involucrados, en donde más que la apertura de fronteras, lo que aquí se constituye en un problema es que estas desterritorializaciones son el puente para profundizar el despojo de los bienes comunes naturales, el aumento de la contaminación de estos territorios, la profundización de las exclusiones sociales y ecoterritoriales ya existentes, junto con el despojo y desplazamiento de las comunidades locales. 6“El Desquite” era un megaproyecto de minería a cielo abierto para extraer Oro bajo livixiación co cianuro en la zona cordillerana de la localidad de Esquel, en la provincia argentina de Chubut, y a menos de 100 kms de la frontera con Chile. Se levantó un inédito movimiento social pluriverso en contra que desembocó en un plebiscito en el que la comunidad rechazó con más de un 88% de los votos a la minera, raón por la cual la transnacional canadiense Meridian Gold (actualmente Patagonia Gold) retira este emprendimiento en el año 2003. Esquel ha sido una experiencia emblemática que ha inspirado a otras localidades de la Patagonia y de todo el resto de Argentina que luchan contra el extractivismo en sus territorios. 22 Este escenario muestra un cese de poder y de soberanía de los Estados Nación para dar pie a la expansión del extractivismo capitalista en zonas fronterizas y explotar los bienes comunes naturales que existen en ellos, donde aquella concepción weberiana del Estado (Weber, M. 1979) que ejerce autoridad y control sobre un determinado territorio tiende a debilitarse y transformarse en una institución garante de su propia desterritorialización y de las comunidades afectadas por los megaproyectos extractivistas en este tipo de zonas, donde paradójicamente se levantan retóricas nacionalistas frente a conflictos territoriales con los países vecinos y no frente a las expansiones extractivistas en cuestión en las que se entregan los bienes comunes naturales y el destino de estas regiones a capitales privados. Por todo lo anterior, el conflicto ecoterritorial transfronterizo en la Patagonia argentina y chilena adquiere una mayor complejidad, y constituye una muestra del avance extractivista transnacional hacia territorios lejanos y fronterizos en América Latina; lo que implica una tensión de territorialidades entrecruzadas (nacionales, transnacionales y locales), como un nuevo escenario que desafía a las Ciencias Sociales, y en nuestro caso a los Estudios Latinoamericanos a investigar y dar cuenta de estos fenómenos desde perspectivas más complejas, territoriales y críticas, donde se manifiestan emergentes dialécticas hegemónicas y emancipadoras. En este escenario, el objetivo de la presente tesis consiste en: “Develar y discutir las expresiones y confrontaciones de las territorialidades en pugna existentes en los conflictos Ecoterritoriales en las cuencas transfronterizas argentino-chilenas de la Patagonia, a partir de la instalación de megaproyectos de minería y centrales hidroeléctricas impulsadas por grandes conglomerados empresariales capitalistas como consecuencia de la expansión de una colonialidad espacio- territorial”. Las intervenciones territoriales extractivistas de las que son hoy día objeto estas regiones transfronterizas en América Latina se articulan de manera interdependiente con una serie de planes de intervención multimodales que tienen como fin facilitar el avance extractivo a gran escala hacia los bienes comunes naturales ubicados en espacios tanto nacionales, fronterizos y transfronterizos por medio de los Tratados de Libre Comercio, planes regionales como IIRSA (Integración de la infraestructura Regional Sudamericana), Plan Puebla Panamá, y en forma especial con acuerdos 23 específicos como ocurre con el Tratado de Integración y Cooperación Minera entre Chile y Argentina, entre otros. A través de estos planes se establecen nuevos ordenamientos jurídicos que subordinan (y en muchos casos violan) las constituciones nacionales y acuerdos fronterizos previos para facilitar la explotación transnacional de los bienes naturales de las fronteras nacionales, dando paso a nuevos ordenamientos jurídicos “supraestatales” elaborados a la medida de las corporaciones empresariales y que se superponen sobre las legislaciones existentes, y en desmedro de las comunidades locales. Estos lineamientos son complementados con otras reformas legales nacionales que facilitan la extracción de los bienes naturales de nuestros países, permitiendo extensas y duraderas concesiones a privados, legislaciones ambientales permisivas y blandas, leyes que criminalizan la resistencia social, reformas y franquicias tributarias, liberación de parques ecológicos protegidos, etc. En los poblados fronterizosde la Patagonia Andina, que se encuentran extremadamente distantes de las grandes urbes y centros de poder en Argentina y Chile, conviven habitantes y comunidades locales que tejen vínculos entre sí y en interacción constante con la naturaleza desde tiempos ancestrales, geo-grafiando sus espacios locales a través de las subsistencias y cosmovisiones colectivas de los pueblos originarios, de los campesinados mestizos descendientes de los “colonos”, así como también – como sucede en toda la Patagonia Andina- a partir de las geo-grafías de aquellos actores “venidos” de las grandes ciudades a estos espacios locales seducidos por los paisajes prístinos, tranquilidad y culturas rurales para vivir e integrarse a las cotidianeidades de estos territorios. En esta histórica interacción de los habitantes de estas cuencas binacionales australes, con sus espacios naturales, y en sus contextos sociales colectivos locales, regionales y transfronterizos, encontramos sus territorialidades respectivas que dan cuenta y reproducen sus cotidianeidades como sujetos y comunidades, las cuales en este escenario de transnacionalización de estos territorios se encuentran plenamente amenazadas por la imposición de una territorialidad hegemónica de carácter extractivista que transforma las geografías locales, las fragmenta, cuadricula, disciplina y se apropia del espacio (Ceceña, A. s/f), para controlar y explotar de sus bienes comunes naturales subordinando y excluyendo las comunidades locales. 24 Este disciplinamiento del espacio local reduce a la naturaleza como reservas de “recursos naturales” –expresión que transforma y reduce a la naturaleza como un “recurso”, como una simple mercancía transable en los mercados- configura un nuevo escenario de contradicciones y problemáticas sociales que encuentran su origen en una imposición territorial externa a los espacios locales que conlleva una imborrable huella ecológica y social en las comunidades afectadas, pauperizando y destruyendo sus pequeñas economías locales, los ecosistemas y los tejidos sociales. Aquí se manifiestan las pugnas de territorialidades que responden a las dialécticas entre los espacios dominantes y los espacios dominados (Lefebvre, H. 2013) que se entretejen en el contexto actual geopolítico y ecoterritorial en el que se impone una nueva territorialidad extractivista en la Patagonia Andina. En este escenario consideramos de suma relevancia investigar y dar cuenta desde una perspectiva latinoamericanista que enfocamos metodológicamente desde una Geografía crítica decolonial para dar cuenta de las nuevas complejidades eco-territoriales que emergen a partir de la implementación de megaproyectos extractivos en cuencas transfronterizas binacionales; tratándose de zonas que por lo general presentan desde un punto de vista geográfico un alto grado de aislamiento, espacios en los que frecuentemente se ubican pequeñas comunidades locales que se ven inmersas en un proceso de intervención territorial de carácter transnacional extractivo que somete sus territorialidades locales, es decir, a las construcciones y representaciones sociales con las que se apropian las comunidades de sus espacios de vida próximos y cotidianos a través de un sistema de relaciones con el que reproducen y transforman el espacio geográfico; donde entendemos al territorio como la apropiación material y simbólica del espacio por parte de los sujetos colectivos e individuales que se establecen en él7. Las territorialidades locales en zonas fronterizas se ven doblemente subordinadas no solamente por la imposición de territorialidades nacionales que tienden a fragmentarlas constantemente, sino que en la actualidad también son subordinadas para la imposición de una geo-grafía suprarregional que se concreta en estas regiones como territorialidades hegemónicas externas, como un re-diseño disciplinador y funcionalista para facilitar el despojo de los bienes comunes naturales y de las representaciones sociales colectivas locales no-extractivistas. Además, al tratarse de zonas 7Definición propia, apoyándonos en la perspectiva de Carlos Porto Goncalves (Porto, G. 2009) y de Beatriz Nates (Nates, et al. 2001). 25 fronterizas también se tensan las territorialidades nacionales que ya se impusieron previamente, complejizándose así las relaciones bilaterales entre las autoridades gubernamentales centrales, regionales y locales. Estos conflictos se constituyen en nuevos procesos coloniales de acumulación por desposesión (Harvey, D. 2005) en los que las corporaciones transnacionales producen relaciones sociales sustentadas en lógicas de lo que Claudio Garibay define como “reciprocidades negativas simétricas y asimétricas” Garibay, C. 2009), para dar cuenta de las reciprocidades que imponen las empresas transnacionales en los territorios locales. Este autor, apoyándose en planteamientos de Lomnitz; define a las “reciprocidades negativas simétricas” como una serie de episodios de agresiones y acciones entre actores autónomos mutuamente amenazantes; y las “reciprocidades negativas asimétricas” como un vínculo de dominación que se instaura a través de un actor que subordina al otro y le impone un régimen de coacción de manera organizada con el fin de sustraerle su riqueza y de esa manera sostener una relación de dominación que paradójicamente se presenta como un “don”, como un beneficio desinteresado, donde en realidad dichos beneficios fluyen asimétricamente desde el sirviente al amo que se ve beneficia dominando (Garibay, C. 2009). En el primer caso, Garibay busca dar cuenta de aquellas comunidades que logran mantener su autonomía como sujetos sociales y ejercen resistencias poniéndose en un plano de igual a igual como contendores en pugna (“reciprocidades negativas simétricas”); y en el caso de las “reciprocidades negativas asimétricas”, de aquellas comunidades cuando quedan sometidas a un régimen de dominación corporativo bajo lógicas clientelares articuladas a través de mecanismos de cooptación social (muchas veces vinculadas a la Responsabilidad Social Empresarial); que se sustentan en la filantropía, en la intervención de instituciones públicas para la entrega de beneficios y derechos sociales, en la cooptación de actores sociales clave, y frecuentemente en prácticas represivas. A pesar de ello, en toda la Patagonia existen resistencias emergentes desde las sociedades civiles locales articuladas con movimientos sociales ecoterritoriales en el resto de Argentina y Chile, donde se reivindican las territorialidades colectivas existentes y las posibilidades “otras” de territorialidades que fortalezcan a los actores locales y sus relaciones socioculturales respectivas, junto a los usos y vínculos equitativos con la naturaleza. 26 Se trata de procesos de resistencias, que al igual que las estrategias de intervención territorial hegemónicas, comienzan a mostrar rasgos transfronterizos de diversa índole, donde – en el caso de la Patagonia Andina- resultan clave el rol de los movimientos sociales patagónicos que se articularon de manera autónoma y autoconvocada desde las sociedades civiles fundamentalmente a través de las asambleas de vecinos autoconvocados en Argentina, y en el caso del territorio chileno de campañas y coaliciones ciudadanas de diversas organizaciones locales y externas (como en la región de Aysén). Estos actores a través de los procesos de resistencia en general han logrado erradicar, paralizar temporalmente o a mediano plazo numerosos proyectos extractivos en estos territorios, o bien la entrega de mayores compensaciones sociales a las comunidades locales frentea la implementación de dichas iniciativas, presionando a los gobiernos regionales y nacionales, convocando a diversos actores en dinámicas inéditas de movilizaciones, en la revalorización de sus culturas y territorialidades locales como fruto de estos procesos de resistencias sociales. Donde, además, son cada vez más frecuentes las acciones colectivas que implican vínculos transfronterizos de movilización social ecoterritorial. A partir de lo anterior consideramos que el epicentro del conflicto ecoterritorial desencadenado en esta región a partir de la disputa por los bienes comunes naturales radica fundamentalmente en la lucha por geo-grafiar e instaurar determinadas territorialidades en la región, en las que se pone en juego la relación sociedad-naturaleza y sociedad-sociedad en el presente y para las futuras generaciones en esta región en su totalidad. En general, podemos decir que hoy en día no existe un consenso entre los autores para conceptualizar los conflictos y los movimientos sociales que surgen en torno a la tensa relación de las sociedades con la naturaleza por la implementación de megaproyectos extractivos en los territorios locales. Pues más bien existe una amplia diversidad de conceptos que frecuentemente son utilizados en numerosos ensayos e investigaciones del tema con una escasa discusión conceptual, y presentando una gran confusión entre las definiciones, interpretaciones, argumentos y usos de los conceptos; como son las ideas de conflicto ambiental, socioambiental, ecológico, etc. 27 Al respecto, Wagner plantea esta confusión conceptual existente, afirmando que si bien hablar de lo “ambiental” no es sinónimo de “natural” ni de “ecológico”, existiendo una gran ambigüedad entre estos términos (Wagner, L. 2010); por ello que en este trabajo hacemos una reflexión en torno a los conceptos con los que usualmente se define a este tipo de movimientos, desde lo cual argumentamos las ideas de conflictos ecoterritoriales, conflictos ecoterritoriales transfronterizos y movimientos sociales ecoterritoriales para dar cuenta con mayor precisión de estos emergentes escenarios de conflicto. Respecto a esto último, pese a la interesante y enriquecedora relación transfronteriza que mantienen las organizaciones en resistencia de ambos lados de la frontera patagónica argentino-chilena, no consideramos prudente aún plantear que allí existan plenamente movimientos sociales ecoterritoriales transfronterizos, ya que a partir del análisis de las fuentes primarias y secundarias de este estudio, lo que evidenciamos es más bien la existencia de numerosas acciones colectivas puntuales de carácter transfronterizas, pero no de una organización social plena y articulada de manera transnacional, aunque sí constituye un potente campo fértil para ello. Si bien, el conflicto ecoterritorial en la Patagonia como región ha sido estudiado por diversos autores en ambos países (especialmente por académicos argentinos), enfocarnos al conflicto ecoterritorial en las cuencas transfronterizas de la Patagonia desde una discusión territorial- decolonial que aborde sus implicancias binacionales, globales y locales, entendiéndolo como una muestra del avance extractivista hacia territorios fronterizos en América Latina constituye un aporte específico al estado del arte de la investigación de este tipo de problemáticas. En general, podemos decir que al revisar el estado del arte respectivo, existen numerosos estudios (Galafassi, G. 2008; Dimitriu, A. 2001; Romero et al. 2009; Rodrigo et al. 2007; entre otros) de los conflictos por megaproyectos extractivistas en la Patagonia en el siglo XXI; sin embargo, estos trabajos en general se limitan al contexto nacional del territorio chileno o argentino –lo que desde luego no le quita valor al aporte de cada uno de ellos-, lo que demuestra la necesidad de profundizar las investigaciones de esta problemática más allá de los marcos nacionales, entendiendo a la Patagonia como un territorio sociohistóricamente construido y reproducido a nivel local en una dinámica transfronteriza permanente, lo que es un factor fundamental para comprender el conflicto existente en esta región en los últimos veinte años. Es decir, es necesario entender a la Patagonia a 28 partir de sus tradicionales territorialidades transversales intercordilleranas, y no solamente desde las miradas verticales y uninacionales Norte-Sur, que más bien responden a las historiografías y territorialidades hegemónicas que establecen una interpretación parcializada y des-regionalizada de la Patagonia. En la presente investigación, la discusión se enfoca concretamente en el caso de dos cuencas hidrográficas transfronterizas de la Patagonia Andina donde se han registrado los más activos y emblemáticos conflictos ecoterritoriales transfronterizos durante la primera década del siglo XXI, específicamente durante los años 2009 y 2010 cuando se realizó el trabajo de campo en la zona, donde existen además algunas demandas de carácter geopolítico-binacional y ecoterritoriales de las sociedades civiles regionales respecto a la implementación de estos megaemprendimientos en territorios bifronterizos, como son los siguientes: 1. La Construcción de la Central Hidroeléctrica El Portón, y las centrales de paso Steffen 1 y 2 ubicadas en la cuenca transfronteriza Lago Puelo y Río Puelo que se ubican a la altura del paralelo 42ºS en los municipios de Cochamó (Región de Los Lagos, Chile) y Lago Puelo (en la Comarca Andina del paralelo 42º, Provincia de Chubut, Argentina). 2. La instalación de megaproyectos de minería metalífera y de represas hidroeléctricas en la cuenca transfronteriza del lago Buenos Aires/ General Carrera ubicadas en el paralelo 46° S, en los municipios argentinos fronterizos de Los Antiguos (Provincia de Santa Cruz), los Municipios de Cochrane y Chile Chico por el lado chileno (XI Región de Aysén). Además abarcamos el conflicto por las exploraciones mineras en el río Zeballos que es afluente del binacional río Jeinimeni en Los Antiguos, y el emblemático conflicto por la instalación del megaemprendimiento HIDROAYSEN en el chileno río Baker (Cochrane) que también pertenece a esta cuenca lacustre. Aproximaciones Metodológicas Cuando hablamos de aproximaciones metodológicas nos referimos a las estrategias diseñadas para establecer un proceso investigativo e indagar en una determinada problemática para caracterizarla e 29 interpretarla en base a determinados propósitos del estudio y de los propios investigadores por medio de estos. Donde más que mencionar los tipos y cantidad de enfoques, instrumentos y técnicas, de lo que se trata es de dar cuenta del sentido, utilidad e intencionalidad para utilizarlos. El proceso metodológico con el que estructuramos la presente investigación se sustenta en una metodología de carácter cualitativa, la que definimos como un proceso investigativo que se orienta a la descripción, análisis e interpretación de actores, procesos y situaciones sociales determinadas de las que se busca develar sus interrelaciones, contradicciones, tensiones, convergencias y las representaciones sociales de las mismas por parte de sus protagonistas en un delimitado contexto histórico-espacial en base a diversas fuentes de información. Apoyándonos en una perspectiva crítica de la misma, coincidimos con Sandoval (Sandoval, C. 1996) en cuanto a que en este tipo de investigaciones las indagaciones son guiadas por un diseño emergente más que por un diseño previo, el cual se estructura desde los sucesivos hallazgos que emergen en el transcurso de la investigación donde las conclusiones se establecen por medio del diálogo, interacción y la vivencia; las que se van concretando mediante consensos provenientes del ejercicio de la observación, diálogo, reflexión, construcción de sentido compartidoy sistematización (Sandoval, C. 1996). Aquí las fuentes de información son de carácter primarias como entrevistas y observaciones, o fuentes secundarias como documentales o películas, las que pueden ser complementados con datos cuantificados que se integran en la interpretación del proceso investigativo. En esta investigación procuramos una integración crítica e interpretativa del análisis de las complejidades del conflicto ecoterritorial que en las cuencas transfronterizas de la Patagonia a través de una “hermanéutica dialéctica”8, para dar cuenta de la complejidad de los contextos globales, locales, las dimensiones estructurales de las desigualdades sociales territorializadas, la 8 Una perspectiva metodológica hermenéutica/dialéctica en las invstigaciones cualitativas se enfoca “ en la búsqueda de comprensión y la comparació́n/confrontación entre lo distinto (incluyendo las construcciones del investigador) a fin de llegar a nuevas síntesis” procurando establecer construcciones que sean “lo más "informadas" y sofisticadas posibles” (Krause, M. 1995). 30 interpretación que los diversos actores implicados hacen de sus realidades y de su relación con los territorios en cuestión. Para orientar la discusión y profundización temática de este trabajo, nos plantemos la siguiente pregunta de investigación: ¿De qué manera se expresan y confrontan las territorialidades en pugna que emergen desde la colonialidad espacio-territorial que genera el conflicto ecoterritorial en las cuencas transfronterizas argentino-chilenas de la Patagonia a partir de la implementación de megaproyectos de minería y centrales hidroeléctricas en el contexto latinoamericano actual? Para responder a esta pregunta, la presente investigación, tanto en su dimensión teórico-referencial como en el trabajo de campo realizado, se estructura en forma transversal en torno a las siguientes categorías de información y análisis que construimos a partir de una geografía crítica decolonial desde la cual proponemos enfocar la investigación de este tipo de conflictos ecoterritoriales: 1. El rol de la Patagonia Andina y sus cuencas transfronterizas en el sistema-mundo moderno/colonial en su estructura contemporánea: Aquí se discute el carácter geoestratégico de esta región como un “espacio dominado” a partir del análisis del rol de sus cuencas transfronterizas en la historia del sistema-mundo moderno/colonial y desde su propia historia social y ambiental, donde se expresa la valorización hegemónica del espacio patagónico dentro de la fase de acumulación capitalista/colonial contemporánea. 2. Representación colonial-extractivista del espacio: Aquí situamos la territorialidad hegemónica extractivista como el “espacio dominante”, en el que manifiestan los metabolismos de apropiación, extracción, distribución y consumo de la naturaleza que colonizan a las cuencas transfronterizas patagónicas a través de iniciativas como los diversos Tratados binacionales, IIRSA, y las políticas nacionales extractivistas; donde los principales actores son los estados nacionales y las corporaciones empresariales a través de sus megaproyectos en la región. Además aquí revisamos minuciosamente las colonialidades multidimensionales y muy en especial la colonialidad espacio-territorial que específicamente busca imponer una territorialidad hegemónica extractivista en las cuencas 31 fronterizas de Patagonia Andina en las que se manifiestan la colonialidad del ser, saber, de la autoridad pública colectiva, y de la naturaleza a través de la cual se justifica e implementa la inserción socioterritorial del extractivismo en las cuencas transfronterizas estudiadas. 3. Espacios de representación en resistencia: Acá exponemos los principales planteamientos del conflicto desde las voces de sus propios actores y organizaciones en resistencia, así como de sus visiones y perspectivas de su región desde las territorialidades que reivindican, y también exponemos algunas características generales de la diversidad de las organizaciones y estructuras de dichas resistencias, de las acciones colectivas transfronterizas y las decolonialidades que se expresan en estos procesos. Estas perspectivas se articulan en torno a una concepción del territorio y de su relación con la naturaleza bajo la idea de bienes comunes naturales como parte fundamental de sus vidas cotidianas basadas en sus, cosmovisiones de la realidad, en sus valores de uso como elementos fundamentales para una proyección sustentable de la región; donde los actores y organizaciones en resistencia construyen a partir de su diversidad una mirada descolonial de la Patagonia que parte desde ella misma como lugar de enunciación (Mignolo, W. 2003). Es decir, partiendo de la propia historia social y ambiental de la región, y desde sus propias heridas coloniales que históricamente determinan las historias locales que son articuladas de manera asimétrica las con los diseños globales (Mignolo, W. 2003; Mignolo, W. 2007) del sistema-mundo moderno/colonial en el que la Patagonia ocupa un rol de subordinación territorial y social en función de los patrones de acumulación del capitalismo en sus distintas fases históricas. Por ello también planteamos en este trabajo la necesidad de ubicarnos desde un pensamiento fronterizo o desde el borde (Mignolo, W. 2003; Mignolo, W. et al. s/f) que permita comprender los movimientos sociales ecoterritoriales y el conflicto en general desde la exrerioridad de las epstemologías y territorialidades centrales de la colonialidad del poder procurando así rescatar las experiencias de las regiones convertidas en colonias e imperios subalternos (Mignolo, W. et al. s/f). 4. Complejidades dialécticas de las territorialidades en conflicto: Aquí sintetizamos la expresión de las relaciones de poder a través de un análisis general de la colonialidad multimensional que opera en las cuencas transfronterizas de la Patagonia bajo la cual 32 emerge para tratar de imponer regionalmente una colonialidad espacio-territorial, en la que a su vez se visibilizan las territorialidades en resistencia que protagonizan actores y organizaciones diversos, en cuyas acciones se expresan decolonialidades territorializadas, diálogos de saberes, y las posibilidades de nuevos procesos de justicia ecoterritorial y democracias territoriales en la región cuencas transfronterizas de la Patagonia Andina. Para orientar el diálogo argumentativo del problema de investigación, proponemos tres grandes supuestos de carácter transversal que constituyen la columna vertebral de la reflexión a lo largo de todos los capítulos: En primer lugar, la instalación de megaproyectos extractivos en las cuencas transfronterizas de la Patagonia es una expresión del nuevo avance primario-exportador en América Latina a consecuencia de la reestructuración del sistema-mundo moderno/colonial en las últimas décadas, para dar respuesta al agotamiento de los bienes comunes naturales estratégicos, y al aumento de su demanda en las economías industrializadas a través del avance hacia regiones que no estaban plenamente integradas a la explotación extractivista, como son las cuencas transfronterizas de la Patagonia, teniendo en cuenta que en los países del llamado “primer mundo” las legislaciones ambientales tienen mayor rigidez y fortaleza donde no permiten con la facilidad existente en América Latina la implementación de megaproyectos extractivtstas.. Para permitir esta nueva fase de avance extracivista en América Latina, las comunidades locales fronterizas y los propios Estados nacionales son desterritorializados por medio de la imposición
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