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Des-colonialidades-espacio-territoriales-y-conflictos-extractivistas-en-cuencas-transfronterizas--el-caso-de-La-Patagonia-Argentino-Chilena-2009-2010

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
PROGRAMA DE POSGRADO EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS 
 
 
 
ENTIDADES PARTICIPANTES: 
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
CENTRO DE INVESTIGACIONES SOBRE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 
CENTRO DE INVESTIGACIONES INTERDISCIPLINARIAS EN CIENCIAS Y 
HUMANIDADES 
INSITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS 
 
 
 
 
(DES) COLONIALIDADES ESPACIO-TERRITORIALES Y CONFLICTOS 
EXTRACTIVISTAS EN CUENCAS TRANSFRONTERIZAS: EL CASO DE LA 
PATAGONIA ARGENTINO-CHILENA 2009-2010 
 
 
TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: 
 DOCTORA EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS 
 
PRESENTA: 
 
BÁRBARA PAZ JEREZ HENRÍQUEZ 
 
 
 
 
DIRECTOR DE TESIS: DR. BORIS MARAÑÓN PIMENTEL 
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS, UNAM 
 
 
MÉXICO DF, JULIO DE 2015 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
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“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo 
cosas pequeñas, puede hacer cambiar el mundo” 
 
 (Eduardo galeano) 
 
 
“Nuestra patria es una, empieza en el rio grande y va a 
parar en los montes fangosos de la Patagonia” 
 
 (José Martí) 
 
 
 “El que se apura en la Patagonia, pierde su tiempo” 
 (dicho popular regional) 
 
 
 
 3 
 Dedicatoria 
 
 
Con mucho cariño, respeto y agradecimiento dedico este trabajo a todas las peRsonas y 
organizaciones de la Patagonia que están luchando por defender sus territorialides, sus bienes 
comunes naturales y el derecho a vivir dignamente en su región. 
 
A mi familia, especialmente a mi padre, Daniel Jerez Bozo, por todo su amoroso apoyo en vida y 
después de ella para que pudiera hacer realidad este ciclo de vida que aquí terminamos con este 
trabajo. 
 
Al gran periodista uruguayo Eduardo Galeano, a quien con mucho agradecimiento y admiración 
acabamos de despedir de este mundo, un escritor que hace muchos años atrás despertó en mi ser 
aquella llamita latinoamericanista que empujó el caminar de mis largos pasos hacia otros pueblos 
hermanos, y para construir esta tesis. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 4 
Agradecimientos 
 
Agradezco al posgrado en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de 
México por haber creído en mi proyecto y haberme otorgado la oportunidad de formarme en su 
programa de Doctorado, sin duda fue una experiencia tremendamente enriquecedora que transformó 
mi vida y me permitió un gran crecimiento como persona y como latinoamericanista. 
 
A la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACYT México por la beca que me permitió 
cursar mis estudios doctorales, y por la beca mixta con la que pude hacer mi estancia de 
investigación en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires en 
el año 2009, así como para el trabajo de campo en la Patagonia argentina y chilena. Agradezco a la 
Dra. Norma Giarraca (Q.E.P.D.) de dicha institución que me brindó su importante apoyo para 
realizar mi estancia doctoral, y acceder a las organizaciones en resistencia en la Patagonia. 
 
Agradezco el gran apoyo de mi familia para emprender este ciclo de mi vida en tierras mexicanas, 
la fortaleza que siempre me transmitieron, la esperanza, la contención, la sabiduría y la 
perseverancia para llevar adelante los grandes desafíos que significó sacar adelante la presente tesis 
y el proceso del doctorado en general. 
 
Le doy las gracias a México y su gente, sus paisajes, culturas, historias, vivencias, dolores, alegrías, 
fraternidad y aprendizajes que enriquecieron mi vida, por la hospitalidad que permanentemente 
recibí en esta tierra hermana, y por la oportunidad que me brindó como país para continuar 
formándome y creciendo académicamente. 
 
De manera especial menciono aquí el gran apoyo que me brindó el Dr. Boris Marañón, mi tutor 
principal de tesis, quien fue un verdadero maestro y guía en todo este proceso; gracias por todos los 
conocimientos que me transmitió, por su sabiduría, su eterno entusiasmo y alegría con el que apoyó 
cada extracto de este trabajo de investigación, así como también por su contensión emocional en los 
momentos difíciles, por haber creido en esta tesis, y por mostrarme con su persona un lindo ejemplo 
de académico y ser humano. 
 5 
También agradezco a mis sinodales la Dra. Mina Navarro, el Dr. Antonio García de León, al Dr. 
César Ramírez, y al Dr. José Gasca por haber sido parte de este comité, sus aportes, su oportuno 
apoyo para culminar esta tesis y mi formación académica en el doctorado. 
 
Y finalmente, expreso mi profundo agradecimiento a todas las personas, amigos y organizaciones 
sociales de la Patagonia en Argentina y Chile que de manera fraterna, desinteresada y solidaria me 
compartieron sus historias de vida, sus relatos de los fuertes procesos de resistencia social que han 
tenido que emprender para defender su región, sus territorialidades, sus sueños, sus herencias 
ancestrales y sus utopías de vida. Gracias por haberme abierto las puertas de sus casas y 
organizaciones, por tanta sabiduría compartida a través de los innumerables mates conversados a lo 
lago y ancho de la Patagonia, por las efímeras y duraderas amistades fraternas que contruí con ellos, 
y por las lecciones de vida que me dejaron para mis posteriores caminos que me tocarán recorrer. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 6 
INDICE 
 
 
 
Presentación 9 
Introducción 11 
 
CAPITULO I: La restructuración del Sistema-mundo moderno/colonial y 
la proliferación de conflictos ecoterritoriales extractivistas en América Latina 39 
 
1. Nuevos escenarios, viejas colonialidades extractivistas del capitalismo en 
América Latina 40 
1.1 El capitalismo contemporáneo en América Latina y la implementación de un 
 nuevo patrón de acumulación extractivista 40 
1.2 América Latina ante la nueva división territorial-global del trabajo y de la 
 naturaleza a partir de la instalación del Consenso de los “commodities” 47 
1.3 Colonialismo y colonialidad del poder como patrones globales de 
 expansión extractivista del capitalismo 52 
1.4 Hacia una heterogeneidad histórico-estructural y un pensamiento fronterizo 
 descolonial 60 
2. Una aproximación desde la Geografía Crítica para comprender la 
 expansión colonial-extractivista del capitalismo contemporáneo 63 
2.1 Territorio, territorialidades hegemónicas extractivistas y contrahegemónicas en 
 los conflictos ecoterritoriales 71 
2.2 Territorialidades en Conflicto 76 
2.3 Territorialidades hegemónicas extractivistas 77 
3.4 Territorialidades en resistencia 79 
3. De la racionalidad instrumental “extractivista” a una racionalidad territorial 
 ecopolítica 81 
3.1 Hacia una “racionalidad territorial ecopolítica” 86 
4. Una aproximación a la Ecología Política de los conflictos ecoterritoriales 
 en América Latina 90 
4.1 La relación sociedad-naturaleza como ¿“recursos naturales” o “bienes comunes 
 naturales”? 95 
4.2Bienes Comunes naturales 98 
5. El Buen Vivir o “Buenos vivires” como respuestas no extractivistas y no 
 desarrollistas a las colonialidades del poder multidimensionales 102 
6. Conflictos y movimientos sociales ecoterritoriales en América Latina 108 
6.1Movimientos sociales contemporáneos: ¿Nuevas prácticas contrahegemónicas o 
 nuevos escenarios de acumulación capitalista y de exclusión social? 108 
6.2 La “socio-eco-territorialización” de los movimientos sociales contemporáneos 
en América Latina en la lucha por “lo común” 112 
6.3 Movimientos sociales ecoterritoriales y conflictos ecoterritoriales transfronterizos. 115 
7. Hacia una Geografía Crítica Descolonial: Una propuesta metodológica para 
 estudiar los conflictos ecoterritoriales en América Latina. 125 
 
Capitulo II: El avance extractivista hacia cuencas transfronterizas de la 
 7 
Patagonia Andina desde el histórico sistema-mundo moderno/colonial 135 
 
1. Los nuevos avances extractivistas hacia las zonas fronterizas del Cono Sur 135 
1.1 Zonas fronterizas, transfronterizas y cuencas hidrográficas transfronterizas 137 
1.2.Cambios en las relaciones fronterizas en Sudamérica: ¿Integraciones 
 regionales extractivistas? 143 
1.3 Conflictos ecoterritoriales en cuencas transfronterizas 146 
2. El carácter geoestratégico de la Patagonia Andina: Una aproximación 
 sociohistórica y socioterritorial 154 
2.1 Una aproximación geo-gráfica y socio-histórica a la Patagonia Andina 156 
2.2 Las campañas militares y su relación con la expansión agroindustrial ganadera en 
 el siglo XIX: Chile “Pacifica” la Araucanía y Argentina “Conquista” el 
 “Desierto” 162 
2.3 La conformación territorial y sociocultural contemporánea de la Patagonia Andina 
 en el siglo XX 164 
2.4 La Patagonia Andina en el siglo XXI 171 
2.5 Las Nuevas Campañas del “Desierto” y la reconfiguración de la Patagonia 
 como “Mercancía”. 173 
2.6 Una aproximación a los numerosos conflictos y movimientos ecoterritoriales en la 
 Patagonia en los últimos treinta años 181 
 
CAPÍTULO III: Nuevas representaciones espaciales coloniales 
de las cuencas transfronterizas de la Patagonia 186 
 
1. Las nuevas colonialidades espacio-territoriales en las cuencas transfronterizas de 
 la Patagonia: Territorialidades hegemónicas extractivistas 186 
1.1 IIRSA en la Patagonia Andina 189 
1.12 Eje del Sur 191 
1.13 Eje Andino del Sur 194 
1.2 El Tratado sobre Integración y Complementariedad Minera entre la República 
 de Argentina y la República de Chile 197 
1.3 Tratado Minero binacional e IIRSA: La imposición de una nueva colonialidad 
 espacio-territorial de carácter extractivista en las cuencas transfronterizas de la 
 Patagonia 204 
2. Acuerdos binacionales previos para la gestión de cuencas compartidas y sus 
 bienes comunes naturales 208 
2.1 Tratado Sobre Medio Ambiente 209 
2.2 Protocolo específico adicional sobre uso de recursos hídricos compartidos entre 
la República de Argentina y la República de Chile 210 
3. Legislaciones y Políticas públicas nacionales, el rol de los estados argentino y 
 chileno 214 
3.1 Legislaciones y políticas Públicas en Chile 215 
3.11 Código de Aguas 215 
3.12 Políticas públicas del sector energético 217 
3.13 Política y legislación minera en Chile 220 
3.14 Institucionalidad ambiental chilena y procesos de evaluación de impacto 
 ambiental 225 
3.2 Legislación y políticas públicas en Argentina 229 
 8 
3.21 Legislación y política minera 229 
3.22 El polémico veto presidencial al proyecto de Ley de Glaciares 233 
3.23 Política Ambiental y sistema de evaluación de impacto ambiental 234 
4. Megaproyectos de minería y represas hidroeléctricas en cuencas transfronterizas 
 de la Patagonia: Nuevas expresiones de la colonialidad espacio-territorial 236 
4.1 La proyección de la central hidroeléctrica El Portón y Steffens en la cuenca 
 binacional Río y Lago Puelo 243 
4.2. Las exploraciones mineras en el río Zeballos, explotaciones mineras y proyección 
 de las centrales hidroeléctricas en la cuenca binacional río Baker-Lago Buenos 
 Aires/General Carrera. 253 
4.21 El caso de las explotaciones mineras del yacimiento Cerro Bayo en Chile Chico 254 
4.22 Las polémicas exploraciones mineras en los ríos fronterizos del municipio 
 de Los Antiguos 260 
4.23 El conflicto por el megaproyecto hidroeléctrico HIDROAYSEN 264 
 
5. La colonialidad del poder multimensional del extractivismo minero-hidroeléctrico 
en los espacios de representación transfronterizos en la Patagonia Andina 271 
5.1 Colonialidad espacio-territorial 272 
5.2 Colonialidad de la autoridad pública colectiva 279 
5.3 Colonialidad del saber 289 
5.4 Colonialidad del ser 296 
5.5 Colonialidad de la naturaleza 304 
 
Capítulo IV: Espacios de representación en pugna y movimientos sociales 
 ecoterritoriales en las cuencas transfronterizas de la Patagonia. 307 
 
1. Una aproximación descolonial a los movimientos sociales ecoterritoriales en las 
 cuencas transfronterizas de la Patagonia: El lugar de enunciación y el 
 pensamiento fronterizo 308 
2. La importancia de la historicidad regional de los movimientos sociales 
 ecoterritoriales en la Patagonia 311 
3. Asambleas y coaliciones ciudadanas: Multiplicidad de actores y organizaciones 316 
4. Diversidad de espacios de enunciación, diversidad de las narrativas de resistencia 321 
5. Redes locales y externas de las resistencias 323 
6. Las diversas rutas de las resistencias en la Patagonia Andina 325 
7. Impactos de los movimientos sociales ecoterritoriales en la región 332 
8. Redes y acciones de resistencia transfronterizas 337 
9. Propuestas y proyecciones para la región: ¿Cuál es la territorialidad que 
 se defiende? 342 
10. Las múltiples dialécticas de las territorialidades en conflicto en las cuencas 353 
 transfronterizas de la Patagonia 
11. La Patagonia en la actualidad: Profundización de las intervenciones extractivistas 
 y de las resistencias ecoterritoriales 366 
 
 A MODO DE CONCLUSION 371 
 
 Bibliografía 379 
 Anexos 402 
 9 
Presentación 
 
La investigación doctoral que presentamos aquí da cuenta de una problemática emergente que se 
está reproduciendo en toda América Latina desde fines del siglo XX, como es la expansión de las 
fronteras de la acumulación capitalista extractivista hacia las zonas de fronteras nacionales entre los 
países de la region, tratándose de un nuevo escenario de dominación en el que se expresan nuevos 
mecanismos de intervención y control socioterritorial que a su vez constituyen nuevasplataformas 
de resistencias sociales que se espacializan de manera transnacional. 
 
En estas páginas hacemos una extensa exposición de los conflictos ecoterritoriales en cuencas 
transfronterizas de la Patagonia argentino-chilena a partir de la proyección e implementación de 
megaproyectos de minería y represas hidroeléctricas en ellas, donde planteamos que el epicentro de 
dicho conflicto es la lucha por una territorialidad que, en este caso, se espacializa de manera 
transfronteriza de manera hegemónica y también de manera opuesta, es decir, emancipatoria. 
 
Este trabajo se enfoca al estado del conflicto durante los años 2009 y 2010 en los que realizamos un 
extenso trabajo de campo en las comunidades pertenecientes a las cuencas transfronterizas en 
cuestión por ambos lados de la frontera, pero que sin embargo dicho corte temporal lo situamos 
dentro de un diálogo histórico con los sucesos previos y posteriores en la región para comprender 
con mayor profundidad la complejidad de este tipo de procesos de disputa que están expandiéndose 
por toda América Latina. 
 
Para dar cuenta de este conflicto nos ubicamos teóricamente desde una perspectiva interdisciplinaria 
desde la que construimos un marco de análisis sustentado principalmente en una geografía crítica 
decolonial, para dar cuenta de la colonialidad multidimensional que se espacializa a través de una 
“colonialidad espacio-territorial”, que en resumidas cuentas entendemos como la imposición de una 
apropiación histórica del territorio que proveniente de un sistema-mundo moderno/colonial que 
territorializa a cada región a nivel global, y en nuestro caso a la Patagonia y sus cuencas 
transfronterizas como nuevas “zonas de sacrificio” y como nuevas “zonas de servicios” establecidas 
como parte de una valorización del espacio hegemónico global, en los que todos estos elementos 
constituyen una plataforma desde la cual los diversos actores y organizaciones en resistencia 
reivindican sus territorialidades en las que se expresa un giro eco-territorial (Svampa, M. 2012) de 
 10 
sus articulaciones y narrativas, en las que se articulan las persepctivas ecológicas y ciudadanas con 
las reivincicaciones territoriales de los campesinados y pueblos originarios para establecer procesos 
de resistencias frente a megaproyectos extractivistas. Los que a su vez tienen un perfil 
socioterritorial (refiriéndose a actores que reivindican sus territorios que constituyen sus espacios de 
vida) y socioespacial (que reivindican causas que afectan territorios de otros actores) de los 
movimientos que en este caso además se expanden de manera transfronteriza. 
 
En estas territorialidades -entendidas básicamente como las apropiaciones sociales de los espacios 
para controlarlos desde determinadas visiones del mundo- en conflicto se manifiestan además 
distintas y contradictorias racionalidades que están en juego, concepciones de la naturaleza, los 
tejidos sociales locales, y las proyecciones a futuro de la región, que también en este caso, expresan 
distintas concepciones de la frontera y de las relaciones transfronterizas a nivel local, nacional y 
global. 
 
Abarcar estas complejidades emergente significa un gran desafío para los Estudios 
Latinoamericanos por las especificidades ecoterritoriales y sociopolíticas que presentan este este 
tipo de conflictos, lo que sin duda fue un reto en términos teóricos y metodológicos para poder 
estudiarlos, y desde allí surgen sin duda nuevos desafíos y espacios para discutir nuevos enfoques 
que surjan desde estas propias experiencias. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 11 
 INTRODUCCIÓN 
 
 
 
Fundamentación y Estado del Arte 
 
 
La presente investigación tiene como propósito dar cuenta de los nuevos escenarios en conflicto que 
hoy se dibujan en América Latina a partir de la expansión del extractivismo contemporáneo, 
entiendido en general un modelo de desarrollo basado en la extracción, sobrexplotación y 
destrucción de la naturaleza fragmentada como materias primas prácticamente sin valor agregado, 
junto a una monoproducción territorial de éstas, conformando economías de enclave que se insertan 
de manera subordinada en los grandes mercados financieros internacionales, a costa de grandes 
impactos socioculturales, ecológicos, políticos y económicos en las regiones y localidades 
intervenidas.Dicho neoextractivismo hoy en día se expande territorialmente hacia las zonas 
fronterizas y cuencas hidrográficas transfronterizas entre los países latinoamericanos para explotar 
los bienes comunes naturales existentes en esos espacios y que hoy en día son altamente 
demandados en los mercados globales, pero que cada día son más escasos, como son la 
biodiversidad, los minerales y el agua. 
 
Por ello en la actualidad existen en numerosas zonas fronterizas grandes emprendimientos 
extractivistas y conflictos por la instalación de megaproyectos de minería, represas hidroeléctricas y 
otros emprendimientos afines en zonas como la frontera ecuatoriana-peruana, costarricense-
nicaragüense, boliviana-brasileña, y argentino-chilena, entre otros. Estos espacios geográficos en su 
mayoría se encontraban escasamente intervenidos debido al resguardo constitucional de las 
soberanías nacionales y/o por su frecuente situación de aislamiento; las cuales hoy en día frente al 
aumento actual de la demanda de materias primas constituyen un nuevo foco del avance 
extractivista transnacional para extraer y comercializar sus bienes comunes naturales, implicando a 
nivel local grandes impactos ecoterritoriales, y en este caso generan también importantes impactos 
geopolíticos entre los Estados-nación fronterizos implicados por la violación de tratados para el 
manejo sustentable de cuencas hidrográficas compartidas, por los impactos negativos 
transfronterizos de los megaproyectos en cuestión, y porque este escenario pone en riesgo las 
propias relaciones diplomáticas binacionales. 
 
 12 
En nuestro caso, nos enfocaremos a dar cuenta del conflicto existente en las cuencas 
transfronterizas compartidas entre Argentina y Chile en la Patagonia Andina por la proyección e 
instalación de megaproyectos de minería y represas hidroeléctricas en ellas, un escenario que 
provoca en ambos países fuertes procesos de movilización social de diversos actores, donde se 
hacen explícitas las territorialidades en conflicto que se ponen en juego en torno a estas iniciativas 
extractivistas que se proyectan en estas cuencas australes. 
 
Para comprender esta problemática es necesario partir de la base que en América Latina durante los 
últimos 20 años emergen nuevas manifestaciones de las hegemonías, emancipaciones y relaciones 
de poder que se entretejen en torno a la relación sociedad-naturaleza a nivel local y global, que 
constituyen una expresión de la profundización de un nuevo patrón capitalista extractivista que se 
dibuja tensamente en nuestros países; las cuales establecen una nueva territorialidad primario-
exportadora a través de la implementación de planes y megaproyectos de intervención regionales, 
nacionales y transfronterizos en las localidades que poseen aún grandes reservas de bienes comunes 
naturales1 fundamentales para la producción de excedentes en las economías dominantes, como son 
los hidrocarburos, el agua dulce, la biodiversidad y los minerales metalíferos, entre otros. 
 
Estos bienes comunes naturales constituyen elementos fundamentales para mantener los actuales 
metabolismos de acumulación, producción, industrialización, circulación, comercialización y 
consumo de las economías industrializadas más importantes a nivel global como China, EE.UU, 
Europa del Norte, India, entre otros; procesos que se intensifican aceleradamente como respuesta a 
la mayor dinamización del capitalismo global, provocando así un notorio aumento de la presión 
hacia los territorios que disponen ampliamente de estos bienes comunesnaturales estratégicos, 
como es América Latina, y en este caso particular, hacia sus cuencas y zonas fronterizas. 
 
Por todo lo anterior, coincidimos con Delgado cuando señala que si bien el crecimiento poblacional 
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
1 La idea de “Bienes Comunes Naturales” proviene de los propios movimientos sociales (especialmente de las asambleas ciudadanas 
autoconvocadas de Argentina) para reivindicar un carácter no extractivista ni mercantilista de la naturaleza como sucede con la idea 
de “Recurso Natural”. La idea de bienes comunes naturales es un concepto que refleja una relación social de subsistencia no 
extractivista entre la sociedad y la naturaleza bajo principios de respeto, sustentabilidad y comunalidad. Al respecto, revisar: 
BOTTARO, L. Et al): Conflictividad socioambiental en América Latina: El escenario post crisis de 2001 en Argentina. Polít. cult. 
[online]. 2012, n.37 [citado 2013-03-19], pp. 159-184 . Disponible en: 
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422012000100008&lng=es&nrm=isoY también Seoane 
discute desde la perspectiva de los actuales Movimientos Sociales la idea de Bienes comunes naturales, en: SEOANE, José: 
Movimientos Sociales y recursos Naturales en América Latina.: resistencias al Neoliberalismo, configuración de alternativas. 
Revista Sociedade e Estado, Brasília, v. 21, n.1, p. 85-107, jan./abr. 2006. Pág. 85. Disponible en: 
http://www.scielo.br/pdf/se/v21n1/v21n1a06.pdf 
 13 
tiene un cierto impacto en esta intensificación de la demanda, no constituye de por sí el problema 
central, pues teniendo en cuenta que el total de la población mundial se cuadruplicó en el siglo XX, 
el consumo de las llamadas “materias primas” en promedio creció más de 12 veces (Delgado, G. 
2013). Este hecho definitivamente demuestra que la llamada “crisis ecológica” actual es provocada 
más bien por la expansión del extractivismo capitalista que multiplica el aumento de la demanda de 
bienes comunes naturales que valoriza como estratégicos, y no necesariamente por el aumento 
poblacional como suelen justificar los gobiernos y las empresas para ocultar las reales causas del 
agotamiento de la naturaleza. 
 
En este contexto, regiones latinoamericanas como la Amazonía, la Cordillera de Los Andes, el 
Acuífero Guaraní, y en nuestro caso, la Patagonia, entre otros; se convierten hoy en día en 
territorios estratégicos para las geopolíticas extractivistas transnacionales porque constituyen 
grandes reservas de bienes comunes naturales estratégicos, razón por la cual en ellos se establecen 
territorialmente nuevos planes de intervención regional para la instalación y modernización de la 
infraestructura multimodal que va acompañada de una serie de megaproyectos para la extracción de 
dichos bienes, despojarlos a las comunidades locales, y a los propios Estados nacionales. Dichas 
iniciativas a su vez empujan el levantamiento de numerosos movimientos sociales ecoterritoriales 
en resistencia a estos procesos que van adquiriendo paulatinamente una espacialización 
transfronteriza. 
 
Ese nuevo patrón de expansión económica a nivel global consolida a América Latina como una 
economía regional “Caracterizada por “su re-primarización, concentración y extranjerización” 
(Machado, H. 2013: 14), donde la exportación de productos primarios constituye el eje central de 
sus economías, cuyos lineamientos fueron impuestos por las políticas neoliberales dictaminadas 
desde el llamado “Consenso de Washington”, que Svampa denomina más bien como el “Consenso 
de los Commodities”, o el “Consenso de las Materias primas” (Svampa, M. 2012), que introduce a 
América Latina a un nuevo orden global estructurado para abastecer el aumento de las demandas de 
materias primas de los países industrializados, en el que se impone a nuestro subcontinente un estilo 
de desaarrollo económico extractivista en base a una monoproducción de acuerdo a las ventajas 
comparativas de cada región respecto a la globalización capitalista/colonial actual. En ese contexto 
podemos entender la consolidación de un histórico patrón de acumulación extractivista como motor 
de crecimiento y desarrollo en nuestros países, lo que también se convierte en el nuevo motor de 
 14 
reproducción y expansión de las desigualdades sociales, de las exclusiones sociales, de los nuevos 
conflictos y de los movimientos sociales. 
 
Esto último se puede comprender en general, porque estas nuevas economías de enclaves primario-
exportadoras no generan encadenamientos nacionales (Gudynas, E. 2011) y más bien instalan su 
desvinculación de las economías y territorios locales, dejando graves impactos sociales múltiples 
junto a la externalización de los costos ambientales y sociales (Gudynas. E. 2011) de este proceso 
económico que termina por generar una desterritorialización que vuelve más vulnerables, precarias 
y dependientes las economías de los territorios intervenidos. 
 
Ahora, profundizando en el concepto de extractivismo, lo entendemos como la instauración de 
economías regionales, nacionales y locales sustentadas en megaemprendimientos que extraen a los 
territorios locales –destruyendo su naturaleza y tejidos sociales- grandes cantidades de bienes 
comunes naturales que en su apropiación y procesamiento son fragmentados, funcionalizados y 
convertidos en “recursos naturales” para ser exportados hacia otras regiones en bruto, o con un muy 
limitado procesamiento; los cuales son vendidos a precios muy bajos en comparación con su valor 
final como mercancía. 
 
Al respecto, Gudynas propone una definición más resumida, donde considera al extractivismo como 
“..Los emprendimientos que remueven o extraen enormes volúmenes de recursos naturales, como 
minerales, hidrocarburos o agroalimentos, y que son exportados directamente sin ser procesados, o 
con un procesamiento o industrialización muy limitada” (Gudynas. E. 2010:40). Dichos 
emprendimientos son controlados tanto por grupos capitalistas nacionales, transnacionales, o bien 
por los propios Estados a través de sus empresas públicas. 
 
Esta nueva apuesta a la re-primarización extractivista no distingue colores ideológicos en los 
gobiernos de turno en América Latina, pues desde las extremas derechas, sociales democracias y 
gobiernos de izquierdas nacional-populares, unánimemente han optado por promover economías 
monoproductoras de materias primas sin valor agregado, lo que sin duda, continua condenando a 
nuestros países a la dependencia, la vulnerabilidad económica y social que generan los vaivenes de 
los mercados mundiales. Al respecto, Gudynas sugiere diferenciar los extractivismos actuales en los 
gobiernos progresistas de lo que sucedía en décadas anteriores, y de los gobiernos de derecha, 
 15 
definiendo a los primeros como “neoextractivismos”, argumentando que estos se caracterizan por 
una importante presencia estatal, donde en muchos casos se aumentan los tributos para que los 
gobiernos tengan mayores ingresos y puedan financiar gastos diversos, entre ellos, los subsidios a 
los sectores “pobres”, buscando una mayor regulación del Estado, como en los sectores petroleros 
de Bolivia, Ecuador y Venezuela (Gudynas, E. 2010); en algunos casos se potencian las empresas 
públicas, y en otros las compañías privadas continúan teniendo un papel predominante en el control 
de la producción y comercialización (Gudynas, E. 2010:42), donde incluso, los gobiernos nacional-
populares llegan a definir a estos procesos económicos extractivistas como “procesos 
revolucionarios”. 
 
En este contexto, si bien los neoextractivismos han permitido un aumento del gasto social en los 
gobiernos progresistas y financiar sus respectivos programas sociales, no han generadoen los 
patrones de desarrollo económico cambios significativos, donde más bien se fortaleció el modelo de 
producción primario-exportador, y con ello la dependencia de nuestras economías de los grandes 
centros de poder y de consumo globales, profundizando aun más los mecanismos coloniales de 
inserción y subordinación económica de la región. 
 
En este escenario entendemos al extractivismo como una manifestación de la racionalidad 
instrumental que se sustenta en un crecimiento sin límites a costa de la apropiación y explotación de 
la naturaleza, estableciendo lo que define Marañón como una relación de exterioridad entre ésta y el 
ser humano (Marañón, B. s/f) donde la naturaleza queda reducida como un “objeto” que debe ser 
dominado para alcanzar el llamado progreso y desarrollo de la humanidad, en cuyo proceso se le 
asigna un valor mercantil y se privatiza su acceso (Marañón, B. s/f:9). De esta manera, los 
extractivismos contemporáneos constituyen una expresión de esta racionalidad que superpone al ser 
humano como sujeto asimétricamente superior por sobre la naturaleza que es reducida a un objeto 
inferior, salvaje y amenazante a la evolución de la humanidad, lo que en realidad se traduce en su 
explotación y destrucción instalada ideológicamente como sinónimo de progreso, reproducción y 
acumulación capitalista. 
Esta relación hegemónica sociedad-naturaleza se ha construido y retroalimentado a través de un 
proceso histórico instaurado a partir de la expansión del capitalismo colonial durante los últimos 
quinientos años, en la que se generó e impuso una ruptura a nivel global de lo que Alimonda define 
 16 
como “metabolismo sociedad naturaleza”, el cual penaliza en forma creciente tanto a la naturaleza 
latinoamericana como a los pueblos que viven en ella (Alimonda, H. 2011), provocando también 
una estricta separaciónn el mundo biofísico, del humano y el supernatural (Escobar, A. 2011). 
 
Sin embargo las relaciones que existen entre las comunidades y la naturaleza en contextos locales y 
no occidentales no necesariamente responden a dicha dicotomía colonial, pues más bien se 
sustentan en vínculos de continuidad entre esas esferas (Escobar, A. 2011). Y es más, consideramos 
que esta relación de complementariedad e interdependencia sociedad-naturaleza es un factor 
importante en el surgimiento de los movimientos sociales en defensa de las territorialidades locales, 
los bienes comunes naturales, y de dicha relación de las comunidades con la naturaleza frente a los 
extractivismos contemporáneos. 
 
Esta racionalidad instrumental que sustenta y justifica las territorialidades hegemónicas extractivas, 
que la podemos entender también como una “racionalidad extractivista”, proviene –y se constituye 
en uno de sus fundamentos vitales- de la expansión del capitalismo como un proceso histórico 
mundial durante los últimos cinco siglos, un fenómeno al que Aníbal Quijano denomina como la 
“Colonialidad del Poder” (Quijano, A. 2000). Es un patrón global de subordinación, apropiación y 
despojo que surge a partir de la conquista de América y la expansión del mercantilismo colonial, 
que construye una histórica relación de poder mundial de carácter asimétrica y dicotómica que 
estratifica y naturaliza socialmente bajo la idea de “raza” a las culturas-sujetos colonizadores y a las 
culturas-sujetos colonizados; de cuya clasificación derivan y/o se potencian también 
estratificaciones de clase, etnias, géneros, territoriales, cognitivas, etc. De esta relación histórica 
surge el eurocentrismo como una perspectiva del conocimiento que se hegemoniza a nivel mundial 
que coloniza y se sobrepone a las demás racionalidades y saberes concretos, incluyendo a las 
existentes en Europa (Quijano, A. 2000). 
 
Desde una perspectiva no eurocéntrica, el poder es concebido como un espacio y una malla de 
relaciones sociales de dominacion/explotación/conflicto articuladas en torno a la disputa por el 
control de cinco importantes ámbitos de la existencia social, como son el trabajo y sus productos, la 
naturaleza y sus recursos de produccón, el sexo (sus productos y la reproducción de la especie), las 
subjetividades junto a sus productos materiales e intersubjetivos (donde se incluye el 
conocimiento), y finalmente la autoridad y sus instrumentos de coerción para asegurar la 
 17 
reproducción de dicho patrón de relaciones sociales (Quijano, A. 2014). En estos ámbitos el poder 
se manifiesta a través de las relaciones de dominación, explotación y conflicto que construye e 
instaura hegemónicamente en cada uno de ellos. 
 
Desde esta Colonialidad se establece un Sistema-mundo moderno/colonial (Mignolo,W. 2007)2, el 
cual durante las últimas décadas establece una nueva reestructuración de los patrones de 
acumulación capitalista a través de una división internacional-territorial del trabajo que sitúa 
nuevamente a América Latina como un enclave primario-exportador de materias primas, en el que 
predomina la transnacionalización del aparato productivo para su extracción, junto a una 
exacerbada concentración de la riqueza. Este proceso nuevamente establece una relación de 
subordinación y dependencia económica en la región que trajo como consecuencia un nuevo ciclo 
de reproducción de las desigualdades sociales, políticas, territoriales, culturales y económicas que 
históricamente ha acarreado la colonialidad del capitalismo en nuestro subcontinente. 
 
Esta colonial división internacional-territorial del trabajo que convierte hoy a América Latina en un 
nuevo enclave de commodities genera una valorización del espacio (Robert, C. et al. 2009) de las 
regiones a intervenir para extraer sus bienes comunes naturales, la que se estructura de acuerdo a su 
ubicación geográfica dentro de los flujos de circulación capitalista, y a las propias riquezas 
naturales que otorgan un nuevo “valor del espacio” (Robert, C. et al. 2009) como nueva zona de 
sacrificio en la que el capitalismo se sustenta en una colonialidad multidimensional con las que 
históricamente ha justificado y naturalizado el despojo, contaminación y violencia en las regiones 
intervenidas. 
 
Cuando hablamos de una colonialidad multidimensional nos referimos a un proceso de dominación 
que desde una perspectiva moderno/eurocéntrico/capitalista abarca la totalidad de la realidad social 
reinventándola/colonizándola a través de la intervención de las relaciones de poder, de los 
imaginarios y representaciones sociales, de la naturaleza, los saberes, así como de los espacios y 
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
2 Walter Mignolo (Mignolo, W. 2007), plantea la idea de “sistema-mundo moderno/colonial apoyándose en la la teoría del sistema-
mundo de Inmanuel Wallerstein, donde argumenta que la modernidad posee un profundo lado oscuro denominado “colonialidad”, el 
cual delvela un proceso sociohistórico de dominación oculto que al hacerlo explícito abre las puertas para comprender los 
conocimientos, historias, sujetos y geografías que han sido subordinadas e invisibilizadas por la modenidad eurocéntrica, donde el 
colonialismo y la colonialidad convirtió en marginalidad las epístemes otras de los territorios y sociedades invadidas, y en nuestro 
caso a nuestros países y las diversas territorialidades que existen en ellos, como parte de lo que definimos como una territorialidad 
hegemónica extractivista. 
 18 
territorialidades intervenidas3. En estos últimos, es importante señalar que se trata de una alineación 
territorial que es cartografiada para desapropiar a nuestros países de sus bienes comunes naturales 
que proviene de una regionalización trazada en el mapamundi moderno/colonial que ajusta a 
América latina para una nueva fase de despojo socio y ecoterritorial. 
 
 A estoúltimo lo definimos como una colonialidad espacio-territorial, que busca imponer una 
territorialidad de enclave que impone un nuevo diseño de los espacios locales subordinando tanto a 
las territorialidades locales como a la de los propios Estados Nacionales para ofrecer nuevas 
regiones al despojo, al sacrificio social y ecoterritorial del extractivismo transnacional 
contemporáneo. 
 
Aquí paralelamente también se conforma una plataforma espacial para la reproducción de diversas 
dimensiones que abarca la colonialidad del poder que plantea Quijano y otros autores, de las cuales 
consideramos que son las más pertinentes y específicas para dar cuenta de los conflictos 
ecoterritoriales por el avance del extractivismo capitalista, las colonialidades del ser, saber, de la 
autoridad pública-colectiva, y de la naturaleza. Estas colonialidades en su conjunto interiorizan y 
subordinan los ámbitos más relevantes de las territorialidades en conflicto y de sus mundos de la 
vida para funcionalizarlas a la medida de la producción de nuevos mundos coloniales de enclave 
(Machado, H. 2012) bajo retóricas desarrollistas, progresistas, y en este caso, bajo una narrativa de 
integración binacional “extractivista” que en su implementación en las cuencas fronterizas entre los 
países de la región organiza y articula las intersubjetividades regionales y locales a través de dicha 
colonialidad multidimensional, y de esta forma legitimar su presencia y desarrollo pese a los 
impactos ecoterritoriales y geopolíticos que implican. 
 
Este avance extractivista de la región origina complejos escenarios donde se entretejen tensas 
relaciones de poder asimétricas que se manifiestan a través de lo que definimos como “Conflictos 
Ecoterritoriales”, concepto con el que procuramos dar cuenta de la emergencia de conflictos en los 
que se articulan y potencian transversalmente aquellas demandas socioterritoriales comunitarias -
principalmente campesinas y de los pueblos originarios-con las demandas socioambientales 
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
3 A ello lo entendemos, apoyándonos en los aportes de Mignolo, W. (2007) Quijano, A. (2000) Alimonda, H (2011), De Souza, J. 
(2008), Porto Goncalves, C. (2001) que analizan la colonialidad como un fenómeno histórico-estructural que tiene un carácter 
multidimensionalcomo una colonialidad multidimensional que abarca la colonialidad del poder, ser, saber, de la naturaleza y una 
colonialidad espacio-territorial (Jerez, B. 2015). 
 19 
ciudadanas (Svampa, M. 2012), frente a la sobrexplotación y agotamiento de la naturaleza en los 
territorios locales afectados por proyectos extractivistas de las grandes corporaciones 
transnacionales y de empresas estatales. En estos contextos se ponen en juego las diversas 
territorialidades4 locales y globales que se levantan y tensionan en torno a la instauración de 
megaproyectos extractivos que ponen en tela de juicio las formas de vivir y reproducir los 
territorios, además de su proyección como tal hacia el futuro. 
 
Y en el caso de los conflictos por megaemprendimientos extractivistas ubicados en zonas de 
fronteras o en cuencas compartidas, los denominamos “conflictos ecoterritoriales transfronterizos”, 
entendiendo que son nuevos escenarios que hay que abordarlos de manera especial por sus 
implicancias ecoterritoriales y geopolíticas que abarcan tanto a las comunidades fronterizas como a 
las relaciones bilaterales entre los Estados-nación involucrados, los que a su vez en el escenario 
actual tienden a flexibilizar la intervención en cuencas y zonas fronterizas en general para garantizar 
la expansión del extractivismo contemporáneo hacia dichas zonas sin distinción de los colores 
políticos de sus respectivos gobiernos de turno; donde además existe una tendencia a 
transfronterizar las resistencias sociales entre las comunidades locales interconectadas y a 
reivindicar territorialidades que trascienden el límite fronterizo. Un fenómeno que sin dudas abre 
espacios para nuevas discusiones desde el mundo social y académico en torno a estas nuevas 
tendencias que van tomando los conflictos sociales en América Latina. 
 
La profundización de este patrón de acumulación extractivo en las comunidades y territorios locales 
contrajo también numerosas movilizaciones sociales que no solamente luchan por preservar 
determinados bienes comunes naturales, sino que fundamentalmente reivindican en forma colectiva 
sus territorialidades locales y regionales no hegemónicas que en estos contextos son resignificadas y 
revalorizadas, lo que conlleva la reivindicación del derecho a la vida y buen vivir en el territorio, 
junto a la sustentabilidad territorial. Es decir, sen un escenario territorial transfronterizo los 
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
4Cuando hablamos de territorialidades nos referimos en general, a las construcciones sociales de los espacios geográficos 
diseñándolos y re-diseñándolos a partir de las diversas visiones de mundo y las proyecciones del mismo. Sin embargo, en la presente 
investigación realizamos una amplia reflexión en torno a las ideas de espacio, territorio y territorialidades. Para mayor 
profundización, ver: Jerez, B. (2013). 
 
 
 20 
movimientos sociales ecoterritoriales revalorizan y reivindican al igual que en el resto de América 
Latina la territorialidad local como un eje central articulador de sus procesos de resistencia. 
 
En el caso específico de la expansión extractivista que hoy en día avanza hacia zonas fronterizas, 
muchas veces se trata de territorios lejanos y aislados de las grandes urbes, y situadas en regiones 
que de alguna manera se encuentran menos devastadas, existen en innumerables casos importantes 
ecosistemas que se encuentran en condiciones prístinas y escasamente explotados por las siguientes 
razones: Porque previamente no se habían descubierto las abundantes reservas de bienes comunes 
naturales en estos territorios, porque estos bienes no eran considerados, hasta ahora, como una 
mercancía de valorización estratégica para el capital, o simplemente porque no se contaba con la 
tecnología adecuada para su explotación. Tal ha sido en el caso de América del Sur, en regiones 
como la selva amazónica, el gran Chaco, y en nuestro caso, la Patagonia. 
 
Esta región austral se extiende a lo largo y ancho de los cordones montañosos de los Andes del Sur, 
precisamente los valles y cordones cordilleranos fronterizos de las provincias argentinas de 
Neuquén, Río negro, Chubut y Sant Cruz; y en Chile, la provincia de Llanquihue y Palena de la X 
Región de Los Lagos, la XI Región de Aysén, y la XII Región de Magallanes. 
 
La Patagonia en general es una región que durante los últimos veinte años ha estado inmersa en 
numerosos conflictos a raíz de la proyección e instalación de megaproyectos extractivos en ambos 
países, en los que existen numerosas experiencias de resistencias que han sido exitosas, otras donde 
se han logrado paralizaciones temporales de faenas, o bien en otros casos donde no pudieron 
detener la instalación de iniciativas extractivistas5. En la actualidad a lo largo de toda la Patagonia 
Andina existen numerosos megaproyectos en carpeta de minería metalífera y de centrales 
hidroeléctricas en ambos lados de la frontera, teniendo en cuenta que es un territorio en el que 
existen numerosos lagos, glaciares y ríos caudalosos, grandes reservas de minerales preciosos 
(principalmente, oro, cobre, plata). Muchos de estos emprendimientos han sido detenidos por las5En el caso de Chile, a principios de la primera década del siglo XXI producto de la presión generada por sectores políticos y grupos 
conservacionistas se logró que la empresa forestal Trillium desistiera de instalar una explotación forestal de bosque nativo en Tierra 
de Fuego (región de Magallanes), y en la región de Aysén la presión social orilló al gobierno a solicitar reubicación de Alumysa, un 
tremendo proyecto que implicaba la instalación de una planta de aluminio y de tres centrales hidroeléctricas en la Región de Aysén, 
lo que terminó por el retiro del emprendimiento. En argentina han sido mucho más numerosas las experiencias exitosas de 
movilización social, y de un mayor impacto, principalmente desde los años 80 en adelante, en donde se han detenido una serie de 
proyectos hidroeléctricos, basurales nucleares, cazas de animales, etc. Al respecto, se puede profundizar en este tema en el siguiente 
libro que sistematiza diez experiencias de resistencia en la Patagonia: Chiappe, L. (2008). 
 21 
movilizaciones de las comunidades locales (como un emblemático ejemplo mencionamos el caso de 
la minera El Desquite en la argentina localidad de Esquel6), y en otros casos lograron instalarse, 
como es el caso de las mineras transnacionales que operan en el municipio de Perito Moreno en la 
provincia argentina de Santa Cruz. 
 
Al aislamiento geográfico, hay que agregar que, además, en numerosos casos como en el de la 
presente investigación, se trata de territorios ubicados en cuencas hidrográficas transfronterizas, 
cuya intervención definitivamente tiene complejas implicancias binacionales y geopolíticas, donde 
no solamente su lejanía constituía un obstáculo para el acceso y explotación de su naturaleza, sino 
que también la existencia de cuerpos legales nacionales y binacionales como leyes, tratados y 
acuerdos entre los Estados respectivos que regulan –y tienen plena vigencia en la actualidad- las 
relaciones económicas y sociales en estos territorios, así como un marco legal estrictamente 
restrictivo para la conservación y utilización mancomunada de los bienes comunes naturales 
existentes en las zonas fronterizas. Dichos acuerdos fueron establecidos para reducir las diferencias 
y tensiones limítrofes, terminar guerras, o simplemente fijar mecanismos de regulación de cualquier 
tipo de intervención territorial en estos espacios, y de su relación con dichos bienes comunes 
compartidos. 
 
Por lo tanto, la implementación de megaproyectos transnacionales en territorios fronterizos, como 
en las cuencas transfronterizas de la Patagonia, adquiere fuertes implicaciones geopolíticas, ya que 
su instalación se está omitiendo, ignorando y violando los acuerdos binacionales previos para el 
manejo de estos territorios por parte de los Estados argentino y chileno, lo que implica una 
desterritorializacion no sólo de las comunidades fronterizas, sino que también de la soberanía y 
territorialidades de los propios Estados involucrados, en donde más que la apertura de fronteras, lo 
que aquí se constituye en un problema es que estas desterritorializaciones son el puente para 
profundizar el despojo de los bienes comunes naturales, el aumento de la contaminación de estos 
territorios, la profundización de las exclusiones sociales y ecoterritoriales ya existentes, junto con el 
despojo y desplazamiento de las comunidades locales. 
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
6“El Desquite” era un megaproyecto de minería a cielo abierto para extraer Oro bajo livixiación co cianuro en la zona cordillerana de 
la localidad de Esquel, en la provincia argentina de Chubut, y a menos de 100 kms de la frontera con Chile. Se levantó un inédito 
movimiento social pluriverso en contra que desembocó en un plebiscito en el que la comunidad rechazó con más de un 88% de los 
votos a la minera, raón por la cual la transnacional canadiense Meridian Gold (actualmente Patagonia Gold) retira este 
emprendimiento en el año 2003. Esquel ha sido una experiencia emblemática que ha inspirado a otras localidades de la Patagonia y 
de todo el resto de Argentina que luchan contra el extractivismo en sus territorios. 
 22 
 
Este escenario muestra un cese de poder y de soberanía de los Estados Nación para dar pie a la 
expansión del extractivismo capitalista en zonas fronterizas y explotar los bienes comunes naturales 
que existen en ellos, donde aquella concepción weberiana del Estado (Weber, M. 1979) que ejerce 
autoridad y control sobre un determinado territorio tiende a debilitarse y transformarse en una 
institución garante de su propia desterritorialización y de las comunidades afectadas por los 
megaproyectos extractivistas en este tipo de zonas, donde paradójicamente se levantan retóricas 
nacionalistas frente a conflictos territoriales con los países vecinos y no frente a las expansiones 
extractivistas en cuestión en las que se entregan los bienes comunes naturales y el destino de estas 
regiones a capitales privados. 
 
Por todo lo anterior, el conflicto ecoterritorial transfronterizo en la Patagonia argentina y chilena 
adquiere una mayor complejidad, y constituye una muestra del avance extractivista transnacional 
hacia territorios lejanos y fronterizos en América Latina; lo que implica una tensión de 
territorialidades entrecruzadas (nacionales, transnacionales y locales), como un nuevo escenario que 
desafía a las Ciencias Sociales, y en nuestro caso a los Estudios Latinoamericanos a investigar y dar 
cuenta de estos fenómenos desde perspectivas más complejas, territoriales y críticas, donde se 
manifiestan emergentes dialécticas hegemónicas y emancipadoras. 
 
En este escenario, el objetivo de la presente tesis consiste en: “Develar y discutir las expresiones 
y confrontaciones de las territorialidades en pugna existentes en los conflictos Ecoterritoriales 
en las cuencas transfronterizas argentino-chilenas de la Patagonia, a partir de la instalación de 
megaproyectos de minería y centrales hidroeléctricas impulsadas por grandes conglomerados 
empresariales capitalistas como consecuencia de la expansión de una colonialidad espacio-
territorial”. 
 
Las intervenciones territoriales extractivistas de las que son hoy día objeto estas regiones 
transfronterizas en América Latina se articulan de manera interdependiente con una serie de planes 
de intervención multimodales que tienen como fin facilitar el avance extractivo a gran escala hacia 
los bienes comunes naturales ubicados en espacios tanto nacionales, fronterizos y transfronterizos 
por medio de los Tratados de Libre Comercio, planes regionales como IIRSA (Integración de la 
infraestructura Regional Sudamericana), Plan Puebla Panamá, y en forma especial con acuerdos 
 23 
específicos como ocurre con el Tratado de Integración y Cooperación Minera entre Chile y 
Argentina, entre otros. A través de estos planes se establecen nuevos ordenamientos jurídicos que 
subordinan (y en muchos casos violan) las constituciones nacionales y acuerdos fronterizos previos 
para facilitar la explotación transnacional de los bienes naturales de las fronteras nacionales, dando 
paso a nuevos ordenamientos jurídicos “supraestatales” elaborados a la medida de las 
corporaciones empresariales y que se superponen sobre las legislaciones existentes, y en desmedro 
de las comunidades locales. 
 
Estos lineamientos son complementados con otras reformas legales nacionales que facilitan la 
extracción de los bienes naturales de nuestros países, permitiendo extensas y duraderas concesiones 
a privados, legislaciones ambientales permisivas y blandas, leyes que criminalizan la resistencia 
social, reformas y franquicias tributarias, liberación de parques ecológicos protegidos, etc. 
 
En los poblados fronterizosde la Patagonia Andina, que se encuentran extremadamente distantes 
de las grandes urbes y centros de poder en Argentina y Chile, conviven habitantes y comunidades 
locales que tejen vínculos entre sí y en interacción constante con la naturaleza desde tiempos 
ancestrales, geo-grafiando sus espacios locales a través de las subsistencias y cosmovisiones 
colectivas de los pueblos originarios, de los campesinados mestizos descendientes de los “colonos”, 
así como también – como sucede en toda la Patagonia Andina- a partir de las geo-grafías de 
aquellos actores “venidos” de las grandes ciudades a estos espacios locales seducidos por los 
paisajes prístinos, tranquilidad y culturas rurales para vivir e integrarse a las cotidianeidades de 
estos territorios. 
 
En esta histórica interacción de los habitantes de estas cuencas binacionales australes, con sus 
espacios naturales, y en sus contextos sociales colectivos locales, regionales y transfronterizos, 
encontramos sus territorialidades respectivas que dan cuenta y reproducen sus cotidianeidades como 
sujetos y comunidades, las cuales en este escenario de transnacionalización de estos territorios se 
encuentran plenamente amenazadas por la imposición de una territorialidad hegemónica de carácter 
extractivista que transforma las geografías locales, las fragmenta, cuadricula, disciplina y se apropia 
del espacio (Ceceña, A. s/f), para controlar y explotar de sus bienes comunes naturales 
subordinando y excluyendo las comunidades locales. 
 
 24 
Este disciplinamiento del espacio local reduce a la naturaleza como reservas de “recursos 
naturales” –expresión que transforma y reduce a la naturaleza como un “recurso”, como una simple 
mercancía transable en los mercados- configura un nuevo escenario de contradicciones y 
problemáticas sociales que encuentran su origen en una imposición territorial externa a los espacios 
locales que conlleva una imborrable huella ecológica y social en las comunidades afectadas, 
pauperizando y destruyendo sus pequeñas economías locales, los ecosistemas y los tejidos sociales. 
Aquí se manifiestan las pugnas de territorialidades que responden a las dialécticas entre los espacios 
dominantes y los espacios dominados (Lefebvre, H. 2013) que se entretejen en el contexto actual 
geopolítico y ecoterritorial en el que se impone una nueva territorialidad extractivista en la 
Patagonia Andina. 
 
En este escenario consideramos de suma relevancia investigar y dar cuenta desde una perspectiva 
latinoamericanista que enfocamos metodológicamente desde una Geografía crítica decolonial para 
dar cuenta de las nuevas complejidades eco-territoriales que emergen a partir de la implementación 
de megaproyectos extractivos en cuencas transfronterizas binacionales; tratándose de zonas que por 
lo general presentan desde un punto de vista geográfico un alto grado de aislamiento, espacios en 
los que frecuentemente se ubican pequeñas comunidades locales que se ven inmersas en un proceso 
de intervención territorial de carácter transnacional extractivo que somete sus territorialidades 
locales, es decir, a las construcciones y representaciones sociales con las que se apropian las 
comunidades de sus espacios de vida próximos y cotidianos a través de un sistema de relaciones 
con el que reproducen y transforman el espacio geográfico; donde entendemos al territorio como la 
apropiación material y simbólica del espacio por parte de los sujetos colectivos e individuales que 
se establecen en él7. 
 
Las territorialidades locales en zonas fronterizas se ven doblemente subordinadas no solamente por 
la imposición de territorialidades nacionales que tienden a fragmentarlas constantemente, sino que 
en la actualidad también son subordinadas para la imposición de una geo-grafía suprarregional que 
se concreta en estas regiones como territorialidades hegemónicas externas, como un re-diseño 
disciplinador y funcionalista para facilitar el despojo de los bienes comunes naturales y de las 
representaciones sociales colectivas locales no-extractivistas. Además, al tratarse de zonas 
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
7Definición propia, apoyándonos en la perspectiva de Carlos Porto Goncalves (Porto, G. 2009) y de Beatriz Nates (Nates, et al. 
2001). 
 25 
fronterizas también se tensan las territorialidades nacionales que ya se impusieron previamente, 
complejizándose así las relaciones bilaterales entre las autoridades gubernamentales centrales, 
regionales y locales. 
 
Estos conflictos se constituyen en nuevos procesos coloniales de acumulación por desposesión 
(Harvey, D. 2005) en los que las corporaciones transnacionales producen relaciones sociales 
sustentadas en lógicas de lo que Claudio Garibay define como “reciprocidades negativas simétricas 
y asimétricas” Garibay, C. 2009), para dar cuenta de las reciprocidades que imponen las empresas 
transnacionales en los territorios locales. Este autor, apoyándose en planteamientos de Lomnitz; 
define a las “reciprocidades negativas simétricas” como una serie de episodios de agresiones y 
acciones entre actores autónomos mutuamente amenazantes; y las “reciprocidades negativas 
asimétricas” como un vínculo de dominación que se instaura a través de un actor que subordina al 
otro y le impone un régimen de coacción de manera organizada con el fin de sustraerle su riqueza y 
de esa manera sostener una relación de dominación que paradójicamente se presenta como un 
“don”, como un beneficio desinteresado, donde en realidad dichos beneficios fluyen 
asimétricamente desde el sirviente al amo que se ve beneficia dominando (Garibay, C. 2009). 
 
En el primer caso, Garibay busca dar cuenta de aquellas comunidades que logran mantener su 
autonomía como sujetos sociales y ejercen resistencias poniéndose en un plano de igual a igual 
como contendores en pugna (“reciprocidades negativas simétricas”); y en el caso de las 
“reciprocidades negativas asimétricas”, de aquellas comunidades cuando quedan sometidas a un 
régimen de dominación corporativo bajo lógicas clientelares articuladas a través de mecanismos de 
cooptación social (muchas veces vinculadas a la Responsabilidad Social Empresarial); que se 
sustentan en la filantropía, en la intervención de instituciones públicas para la entrega de beneficios 
y derechos sociales, en la cooptación de actores sociales clave, y frecuentemente en prácticas 
represivas. 
 
A pesar de ello, en toda la Patagonia existen resistencias emergentes desde las sociedades civiles 
locales articuladas con movimientos sociales ecoterritoriales en el resto de Argentina y Chile, donde 
se reivindican las territorialidades colectivas existentes y las posibilidades “otras” de 
territorialidades que fortalezcan a los actores locales y sus relaciones socioculturales respectivas, 
junto a los usos y vínculos equitativos con la naturaleza. 
 26 
 
Se trata de procesos de resistencias, que al igual que las estrategias de intervención territorial 
hegemónicas, comienzan a mostrar rasgos transfronterizos de diversa índole, donde – en el caso de 
la Patagonia Andina- resultan clave el rol de los movimientos sociales patagónicos que se 
articularon de manera autónoma y autoconvocada desde las sociedades civiles fundamentalmente a 
través de las asambleas de vecinos autoconvocados en Argentina, y en el caso del territorio chileno 
de campañas y coaliciones ciudadanas de diversas organizaciones locales y externas (como en la 
región de Aysén). 
 
Estos actores a través de los procesos de resistencia en general han logrado erradicar, paralizar 
temporalmente o a mediano plazo numerosos proyectos extractivos en estos territorios, o bien la 
entrega de mayores compensaciones sociales a las comunidades locales frentea la implementación 
de dichas iniciativas, presionando a los gobiernos regionales y nacionales, convocando a diversos 
actores en dinámicas inéditas de movilizaciones, en la revalorización de sus culturas y 
territorialidades locales como fruto de estos procesos de resistencias sociales. Donde, además, son 
cada vez más frecuentes las acciones colectivas que implican vínculos transfronterizos de 
movilización social ecoterritorial. 
 
A partir de lo anterior consideramos que el epicentro del conflicto ecoterritorial desencadenado en 
esta región a partir de la disputa por los bienes comunes naturales radica fundamentalmente en 
la lucha por geo-grafiar e instaurar determinadas territorialidades en la región, en las que se 
pone en juego la relación sociedad-naturaleza y sociedad-sociedad en el presente y para las futuras 
generaciones en esta región en su totalidad. 
 
En general, podemos decir que hoy en día no existe un consenso entre los autores para 
conceptualizar los conflictos y los movimientos sociales que surgen en torno a la tensa relación de 
las sociedades con la naturaleza por la implementación de megaproyectos extractivos en los 
territorios locales. Pues más bien existe una amplia diversidad de conceptos que frecuentemente son 
utilizados en numerosos ensayos e investigaciones del tema con una escasa discusión conceptual, y 
presentando una gran confusión entre las definiciones, interpretaciones, argumentos y usos de los 
conceptos; como son las ideas de conflicto ambiental, socioambiental, ecológico, etc. 
 
 27 
Al respecto, Wagner plantea esta confusión conceptual existente, afirmando que si bien hablar de lo 
“ambiental” no es sinónimo de “natural” ni de “ecológico”, existiendo una gran ambigüedad entre 
estos términos (Wagner, L. 2010); por ello que en este trabajo hacemos una reflexión en torno a los 
conceptos con los que usualmente se define a este tipo de movimientos, desde lo cual 
argumentamos las ideas de conflictos ecoterritoriales, conflictos ecoterritoriales transfronterizos y 
movimientos sociales ecoterritoriales para dar cuenta con mayor precisión de estos emergentes 
escenarios de conflicto. 
 
Respecto a esto último, pese a la interesante y enriquecedora relación transfronteriza que mantienen 
las organizaciones en resistencia de ambos lados de la frontera patagónica argentino-chilena, no 
consideramos prudente aún plantear que allí existan plenamente movimientos sociales 
ecoterritoriales transfronterizos, ya que a partir del análisis de las fuentes primarias y secundarias de 
este estudio, lo que evidenciamos es más bien la existencia de numerosas acciones colectivas 
puntuales de carácter transfronterizas, pero no de una organización social plena y articulada de 
manera transnacional, aunque sí constituye un potente campo fértil para ello. 
 
Si bien, el conflicto ecoterritorial en la Patagonia como región ha sido estudiado por diversos 
autores en ambos países (especialmente por académicos argentinos), enfocarnos al conflicto 
ecoterritorial en las cuencas transfronterizas de la Patagonia desde una discusión territorial-
decolonial que aborde sus implicancias binacionales, globales y locales, entendiéndolo como 
una muestra del avance extractivista hacia territorios fronterizos en América Latina 
constituye un aporte específico al estado del arte de la investigación de este tipo de problemáticas. 
 
En general, podemos decir que al revisar el estado del arte respectivo, existen numerosos estudios 
(Galafassi, G. 2008; Dimitriu, A. 2001; Romero et al. 2009; Rodrigo et al. 2007; entre otros) de los 
conflictos por megaproyectos extractivistas en la Patagonia en el siglo XXI; sin embargo, estos 
trabajos en general se limitan al contexto nacional del territorio chileno o argentino –lo que desde 
luego no le quita valor al aporte de cada uno de ellos-, lo que demuestra la necesidad de profundizar 
las investigaciones de esta problemática más allá de los marcos nacionales, entendiendo a la 
Patagonia como un territorio sociohistóricamente construido y reproducido a nivel local en una 
dinámica transfronteriza permanente, lo que es un factor fundamental para comprender el conflicto 
existente en esta región en los últimos veinte años. Es decir, es necesario entender a la Patagonia a 
 28 
partir de sus tradicionales territorialidades transversales intercordilleranas, y no solamente desde las 
miradas verticales y uninacionales Norte-Sur, que más bien responden a las historiografías y 
territorialidades hegemónicas que establecen una interpretación parcializada y des-regionalizada de 
la Patagonia. 
 
En la presente investigación, la discusión se enfoca concretamente en el caso de dos cuencas 
hidrográficas transfronterizas de la Patagonia Andina donde se han registrado los más activos y 
emblemáticos conflictos ecoterritoriales transfronterizos durante la primera década del siglo XXI, 
específicamente durante los años 2009 y 2010 cuando se realizó el trabajo de campo en la zona, 
donde existen además algunas demandas de carácter geopolítico-binacional y ecoterritoriales de las 
sociedades civiles regionales respecto a la implementación de estos megaemprendimientos en 
territorios bifronterizos, como son los siguientes: 
 
1. La Construcción de la Central Hidroeléctrica El Portón, y las centrales de paso Steffen 1 y 2 
ubicadas en la cuenca transfronteriza Lago Puelo y Río Puelo que se ubican a la altura del 
paralelo 42ºS en los municipios de Cochamó (Región de Los Lagos, Chile) y Lago Puelo (en 
la Comarca Andina del paralelo 42º, Provincia de Chubut, Argentina). 
 
2. La instalación de megaproyectos de minería metalífera y de represas hidroeléctricas en la 
cuenca transfronteriza del lago Buenos Aires/ General Carrera ubicadas en el paralelo 46° S, 
en los municipios argentinos fronterizos de Los Antiguos (Provincia de Santa Cruz), los 
Municipios de Cochrane y Chile Chico por el lado chileno (XI Región de Aysén). Además 
abarcamos el conflicto por las exploraciones mineras en el río Zeballos que es afluente del 
binacional río Jeinimeni en Los Antiguos, y el emblemático conflicto por la instalación del 
megaemprendimiento HIDROAYSEN en el chileno río Baker (Cochrane) que también 
pertenece a esta cuenca lacustre. 
 
 
Aproximaciones Metodológicas 
 
Cuando hablamos de aproximaciones metodológicas nos referimos a las estrategias diseñadas para 
establecer un proceso investigativo e indagar en una determinada problemática para caracterizarla e 
 29 
interpretarla en base a determinados propósitos del estudio y de los propios investigadores por 
medio de estos. Donde más que mencionar los tipos y cantidad de enfoques, instrumentos y 
técnicas, de lo que se trata es de dar cuenta del sentido, utilidad e intencionalidad para utilizarlos. 
 
El proceso metodológico con el que estructuramos la presente investigación se sustenta en una 
metodología de carácter cualitativa, la que definimos como un proceso investigativo que se orienta 
a la descripción, análisis e interpretación de actores, procesos y situaciones sociales determinadas 
de las que se busca develar sus interrelaciones, contradicciones, tensiones, convergencias y las 
representaciones sociales de las mismas por parte de sus protagonistas en un delimitado contexto 
histórico-espacial en base a diversas fuentes de información. 
 
Apoyándonos en una perspectiva crítica de la misma, coincidimos con Sandoval (Sandoval, C. 
1996) en cuanto a que en este tipo de investigaciones las indagaciones son guiadas por un diseño 
emergente más que por un diseño previo, el cual se estructura desde los sucesivos hallazgos que 
emergen en el transcurso de la investigación donde las conclusiones se establecen por medio del 
diálogo, interacción y la vivencia; las que se van concretando mediante consensos provenientes del 
ejercicio de la observación, diálogo, reflexión, construcción de sentido compartidoy 
sistematización (Sandoval, C. 1996). Aquí las fuentes de información son de carácter primarias 
como entrevistas y observaciones, o fuentes secundarias como documentales o películas, las que 
pueden ser complementados con datos cuantificados que se integran en la interpretación del proceso 
investigativo. 
 
En esta investigación procuramos una integración crítica e interpretativa del análisis de las 
complejidades del conflicto ecoterritorial que en las cuencas transfronterizas de la Patagonia a 
través de una “hermanéutica dialéctica”8, para dar cuenta de la complejidad de los contextos 
globales, locales, las dimensiones estructurales de las desigualdades sociales territorializadas, la 
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
8 Una perspectiva metodológica hermenéutica/dialéctica en las invstigaciones cualitativas se enfoca “ en la búsqueda de comprensión 
y la comparació́n/confrontación entre lo distinto (incluyendo las construcciones del investigador) a fin de llegar a nuevas síntesis” 
procurando establecer construcciones que sean “lo más "informadas" y sofisticadas posibles” (Krause, M. 1995). 
 
 
 30 
interpretación que los diversos actores implicados hacen de sus realidades y de su relación con los 
territorios en cuestión. 
 
Para orientar la discusión y profundización temática de este trabajo, nos plantemos la siguiente 
pregunta de investigación: 
 
¿De qué manera se expresan y confrontan las territorialidades en pugna que emergen desde la 
colonialidad espacio-territorial que genera el conflicto ecoterritorial en las cuencas 
transfronterizas argentino-chilenas de la Patagonia a partir de la implementación de 
megaproyectos de minería y centrales hidroeléctricas en el contexto latinoamericano actual? 
 
Para responder a esta pregunta, la presente investigación, tanto en su dimensión teórico-referencial 
como en el trabajo de campo realizado, se estructura en forma transversal en torno a las siguientes 
categorías de información y análisis que construimos a partir de una geografía crítica decolonial 
desde la cual proponemos enfocar la investigación de este tipo de conflictos ecoterritoriales: 
 
1. El rol de la Patagonia Andina y sus cuencas transfronterizas en el sistema-mundo 
moderno/colonial en su estructura contemporánea: Aquí se discute el carácter 
geoestratégico de esta región como un “espacio dominado” a partir del análisis del rol de sus 
cuencas transfronterizas en la historia del sistema-mundo moderno/colonial y desde su 
propia historia social y ambiental, donde se expresa la valorización hegemónica del espacio 
patagónico dentro de la fase de acumulación capitalista/colonial contemporánea. 
 
2. Representación colonial-extractivista del espacio: Aquí situamos la territorialidad 
hegemónica extractivista como el “espacio dominante”, en el que manifiestan los 
metabolismos de apropiación, extracción, distribución y consumo de la naturaleza que 
colonizan a las cuencas transfronterizas patagónicas a través de iniciativas como los diversos 
Tratados binacionales, IIRSA, y las políticas nacionales extractivistas; donde los principales 
actores son los estados nacionales y las corporaciones empresariales a través de sus 
megaproyectos en la región. Además aquí revisamos minuciosamente las colonialidades 
multidimensionales y muy en especial la colonialidad espacio-territorial que 
específicamente busca imponer una territorialidad hegemónica extractivista en las cuencas 
 31 
fronterizas de Patagonia Andina en las que se manifiestan la colonialidad del ser, saber, de 
la autoridad pública colectiva, y de la naturaleza a través de la cual se justifica e implementa 
la inserción socioterritorial del extractivismo en las cuencas transfronterizas estudiadas. 
 
3. Espacios de representación en resistencia: Acá exponemos los principales planteamientos 
del conflicto desde las voces de sus propios actores y organizaciones en resistencia, así 
como de sus visiones y perspectivas de su región desde las territorialidades que reivindican, 
y también exponemos algunas características generales de la diversidad de las 
organizaciones y estructuras de dichas resistencias, de las acciones colectivas 
transfronterizas y las decolonialidades que se expresan en estos procesos. Estas perspectivas 
se articulan en torno a una concepción del territorio y de su relación con la naturaleza bajo la 
idea de bienes comunes naturales como parte fundamental de sus vidas cotidianas basadas 
en sus, cosmovisiones de la realidad, en sus valores de uso como elementos fundamentales 
para una proyección sustentable de la región; donde los actores y organizaciones en 
resistencia construyen a partir de su diversidad una mirada descolonial de la Patagonia que 
parte desde ella misma como lugar de enunciación (Mignolo, W. 2003). Es decir, partiendo 
de la propia historia social y ambiental de la región, y desde sus propias heridas coloniales 
que históricamente determinan las historias locales que son articuladas de manera asimétrica 
las con los diseños globales (Mignolo, W. 2003; Mignolo, W. 2007) del sistema-mundo 
moderno/colonial en el que la Patagonia ocupa un rol de subordinación territorial y social en 
función de los patrones de acumulación del capitalismo en sus distintas fases históricas. Por 
ello también planteamos en este trabajo la necesidad de ubicarnos desde un pensamiento 
fronterizo o desde el borde (Mignolo, W. 2003; Mignolo, W. et al. s/f) que permita 
comprender los movimientos sociales ecoterritoriales y el conflicto en general desde la 
exrerioridad de las epstemologías y territorialidades centrales de la colonialidad del poder 
procurando así rescatar las experiencias de las regiones convertidas en colonias e imperios 
subalternos (Mignolo, W. et al. s/f). 
 
4. Complejidades dialécticas de las territorialidades en conflicto: Aquí sintetizamos la 
expresión de las relaciones de poder a través de un análisis general de la colonialidad 
multimensional que opera en las cuencas transfronterizas de la Patagonia bajo la cual 
 32 
emerge para tratar de imponer regionalmente una colonialidad espacio-territorial, en la que a 
su vez se visibilizan las territorialidades en resistencia que protagonizan actores y 
organizaciones diversos, en cuyas acciones se expresan decolonialidades territorializadas, 
diálogos de saberes, y las posibilidades de nuevos procesos de justicia ecoterritorial y 
democracias territoriales en la región cuencas transfronterizas de la Patagonia Andina. 
 
Para orientar el diálogo argumentativo del problema de investigación, proponemos tres grandes 
supuestos de carácter transversal que constituyen la columna vertebral de la reflexión a lo largo de 
todos los capítulos: 
 
En primer lugar, la instalación de megaproyectos extractivos en las cuencas transfronterizas de la 
Patagonia es una expresión del nuevo avance primario-exportador en América Latina a 
consecuencia de la reestructuración del sistema-mundo moderno/colonial en las últimas décadas, 
para dar respuesta al agotamiento de los bienes comunes naturales estratégicos, y al aumento de su 
demanda en las economías industrializadas a través del avance hacia regiones que no estaban 
plenamente integradas a la explotación extractivista, como son las cuencas transfronterizas de la 
Patagonia, teniendo en cuenta que en los países del llamado “primer mundo” las legislaciones 
ambientales tienen mayor rigidez y fortaleza donde no permiten con la facilidad existente en 
América Latina la implementación de megaproyectos extractivtstas.. 
 
 Para permitir esta nueva fase de avance extracivista en América Latina, las comunidades locales 
fronterizas y los propios Estados nacionales son desterritorializados por medio de la imposición

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