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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES DE ACATLAN EL CERRO DE MOCTEZUMA, ANÁLISIS DEL CONFLICTO ECOARQUEOLÓGICO Y PRINCIPIO PRECAUTORIO T E S I S QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE MAESTRO EN POLÍTICA CRIMINAL PRESENTA: JOSÉ LUÍS GARCÍA ESPÍNDOLA ASESOR: KLAUS MÜLLER UHLENBROCK Santa Cruz Acatlán, Naucalpan de Juárez, Estado de México, octubre 2011 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 AGRADECIMIENTOS A la fuerza, de la cual los guerreros somos sólo un reducto, sólo materia conductora de la fuerza. Este no es un agradecimiento que rinde culto y veneración a un ente superior, sino que es la reflexión de que existe un polo opuesto al poder, que ha hecho prisioneros a los seres humanos en la enajenación de su propio cuerpo, que se ha convertido en el arma de su propia destrucción. A la fuerza de voluntad como potencial, que “mueve montañas”, que impulsa a sentir la vida y a apreciar sus múltiples formas y diversas expresiones. A la tradición nahua-tolteca que aún conserva las formas ancestrales de transitar la fuerza como una migración guiada por Huitzilopochtli, como la fuerza de la voluntad de poder, no en la idolización del dios militar del significado político -que le ciñe el significante castellano-, sino como la fuerza de voluntad que impulsa a la vida, que se manifiesta en el suntuoso vigor con el que mueve las alas el colibrí azul en el sol de invierno. A mi dualidad que presenta su corazón abierto con la lengua del pedernal que horada mi consciencia, con su crítica e invitación a la reflexión y a la introspección de cada tema en el que vuelco mi pasión. Crítica que se convierte en el crisol del pathos, que destila mi alma, sostenida de la punta de mi lengua, dispuesta a partir, no al más allá de la muerte y el amor divino, sino del más acá de la consciencia y del amor erótico. A mi madre que gestó este cuerpo en su vientre, que mater-ial-izó el deseo y la fantasía, por impulsar con su tenacidad y su apoyo, mi amor al saber, que ahora siembra mis pies en esta tierra mexica tenochca, con la que nutro el arraigo de la nación construida por poetas guerreros. A mi patria -por la que murió Zapata- y a la heroica Kuauhtlan (Lugar de águilas) Cuautla, Morelos -en donde fueron escritos dos capítulos de esta tesis-, que significa, además, tocar a mi padre con mi infancia, que ya no pudo leer esta tesis por haber soplado su último aliento, pero cientos de veces pensé en él -en la casa de Cuautla que él construyó- mientras escribía este documento, agradezco el vivo recuerdo. Al cerro de Moctezuma. Tlazohkamati in teotlamachtilia mexihka-toltekah, tlahuilli ica noyollo. Ometeotl. 3 Al Águila florida 4 INDICE. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………..7 1. Ideología, control social, política criminal y revolución en la historia de México………………………………………………………………………...16 1.1 Ideología, seguridad y política criminal………………………….17 1.1.1 El Estado y sus tecnologías de control social (de la premodernidad a la posmodernidad). ………………………..20 1.1.2 Seguridad: prevención-represión, la dialéctica de la política criminal…………………………………………………………...24 1.1.3 Seguridad garantista y derechos humanos………………….26 1.2 Epistemología revolucionaria…………………………………….28 1.2.1 Materialismo dialéctico y materialismo histórico……………. 28 1.2.2 El bloque histórico………………………………………………30 1.2.3 El lenguaje y la teoría de los conflictos culturales…………..32 1.3 Los bloques psicohistóricos de México………………………....35 1.3.1 México clásico (1325-1521)……………………………………..36 1.3.2 México premoderno (1521-1917)……………………………….40 1.3.3 México moderno (1917-1994)…………………………………..44 1.3.4 México posmoderno (1994-2010)………………………………46 1.4 De las Tecnologías del yo a la revolución……………………..49 2. Derecho internacional, disposiciones constitucionales y leyes marco de la seguridad ambiental y cultural…………………………………………..55 2.1. Marco legal Internacional del Derecho ambiental y del principio precautorio………………………………………………………………56 2.1.1 Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático………………………………………………………….60 2.1.2 Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo: La Cumbre por la Tierra…………………………..63 2.1.3 Del derecho ambiental al principio precautorio……………..66 2.2. Marco legal internacional en materia de Derechos culturales…..71 5 2.2.1. Pacto Internacional de los Derechos económicos Sociales y Culturales …………………………………………………………72 2.2.2. La Declaración de Friburgo sobre Derechos Culturales…….74 2.3 Marco Legal Mexicano en materia de protección ambiental, zonas arqueológicas, monumentos artísticos y derechos culturales……..76 2.3.1 Disposiciones constitucionales de relevancia ambiental………76 2.3.2 Ley General del Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente…………………………………………………………….78 2.3.3 Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos……………………………………………...82 2.3.4 Los derechos de los indígenas y los derechos culturales en México……………………………………………………………….86 2.4 Documentos oficiales que reconocen a la zona arqueológica y la zona natural protegida del cerro de Moctezuma…………………….88 2.4.1 Parque Nacional por decreto Presidencial realizado por Lázaro Cárdenas……………………………………………………………88 2.4.2 Parque Estatal Metropolitano de Naucalpan…………………...89 2.4.3 Inscripción en la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos del INAH…………………………………89 3. Análisis psicohistórico del conflicto en el cerro de Moctezuma, del discurso político-judicial a la gesta social………………………………………………94 3.1 Los antecedentes históricos………………………………………………95 3.1.1 Del México originario a la revolución del México Moderno…96 3.1.2 La lucha continúa: los actores de cuatro décadas en resistencia civil…………………………………………………..102 3.2 El conflicto jurídico………………………………………………………..113 3.2.1 Primer episodio en los tribunales: La primer demanda en contra el Ayuntamiento de Naucalpan en el 2do Tribunal de lo Contencioso Administrativo………………………………………114 3.2.2 El segundo episodio en los Tribunales: Demanda en el Tribunal Contencioso Administrativo de la Segunda Sala Regional de Naucalpan………………………………………………………….117 3.3 El discurso político del Palacio Legislativo………………………….124 3.4 El discurso penal: reacción represiva en contra del argumento social……………………………………………………………………128 4. Principio precautorio en la protección ambiental y los derechos culturales: sustancia de seguridad garantista…………………………...133 6 4.1 El caso del cerro de Moctezuma, un indicio de Estado gestor del conflicto cultural en México………………………………………134 4.2 El Incumplimiento del derecho ambiental en el Cerro de Moctezuma…………………………………………………………138 4.3 Del riesgo a la aplicación del principio precautorio en el caso del cerro de Moctezuma………………………………………………1404.3.1 Pasos para la aplicación del principio precautorio………...143 4.3.2 El principio precautorio en el cerro de Moctezuma……….148 4.4 Autoidentidad y arqueología de la revolución…………………158 4.4.1 Arqueología de la re-evolución………………………………159 4.4.2 Comte Ciudadano de Seguridad y Protección (CCSP)……166 CONCLUSIONES…………………………………………………………………..173 ANEXOS……………………………………………………………………………..180 REFERENCIAS DOCUMENTALES……………………………………………...184 7 INTRODUCCIÓN El caso del parque ecoarqueológico del cerro de Moctezuma es una documentada demostración de lo que en general se vive en la decadencia del sistema de justicia mexicano y sus efectos nocivos en contra de la salud de la sociedad, ya que constantemente se repiten acontecimientos como este, en donde las leyes son ajustadas a los intereses de los grandes corporativos -para ejecutar sus desarrollos inmobiliarios, comerciales, turísticos, entre otros-, e invadir y apropiarse de zonas naturales protegidas o zonas arqueológicas. Este fenómeno exhibe la impunidad del poderoso e influyente en los sistemas de producción política-económica, ya que este binomio de poder trastoca y corrompe fácilmente al ámbito judicial e inclina la balanza en beneficio de la superestructura corporativa. Este es el indicio de un conjunto de experiencias que son parte de una liga de acontecimientos que se viven, tanto en las ciudades centrales, cómo en las periferias marginadas de México. En el fondo es un crisol en el que se funden diferentes conflictos, con distintos matices a través de diferentes culturas y periodos históricos, que se forjan a partir de concepciones alternativas de comprensión que nacen de este estudio. Lo cierto es que en México existe una depredación al medio ambiente que se deriva del paradigma postmoderno de los medios de producción económica, financiera y de desarrollo empresarial, lo que ha traído como consecuencia un desequilibrio ecológico que afecta letalmente a la población como una lenta enfermedad crónica que ya comenzó su cuenta regresiva hacia la fatalidad. A pesar de esto, el Estado mexicano no ha actuado contundentemente en la protección de sus áreas naturales, que paulatinamente disminuyen su espacio ante los intereses de la superestructura corporativa que devasta los ecosistemas, vitales para la sociedad. La ideología que prevalece percibe al ser humano sólo como un factor del biopoder (producción-reproducción) imperial, que no entiende de autoidentidad, por el contrario, los sistemas ideológicos del Estado corporativo manipulan la mente de los electores y enajenan sus pensamientos para generar control social, beneficios políticos y “desarrollo” económico o financiero. 8 El rescate de la memoria autóctona, secuestrada por los aparatos ideológicos castellanos imperialistas, desenmascara a la ideología mexicana dominante que suprime el pensamiento del México originario (de antes de Cuauhtémoc), el negado, el mutilado, el reprimido y el depredado, así es como lentamente se ha sumido en una depresión profunda al mexicano postmoderno mestizo: medio vacío. En este país no importa la base obrera, campesina, técnica o indígena, así que no ha habido, progreso en seguridad social efectiva (ni mucho menos cultural), en más de 20 años, lo que ha derivado en una crisis generalizada de seguridad extendida a los demás ámbitos –personal, pública y nacional-, esto no va a cambiar milagrosamente, así que hay que actuar ahora. La necesidad del reforzamiento de la identidad -personal y colectiva- para fortificar la seguridad –subjetiva (en si mismo) y objetiva (pública y nacional)-, se puede remediar fundamentalmente a partir de una reconciliación con la cultura originaria, nativa, así que para este caso específico se propone a la cultura mexica i) por ser la fundadora de México y ii) por ser progenitora de la etnia nahuahablante -que ocupa el primer lugar de representación indígena de este país-. Los mexicas-toltecas nos heredaron una vasta muestra de vestigios arqueológicos (y etnolingüísticos), en toda la cuenca, que no se han preservado debidamente. Es el caso del territorio del cerro de Moctezuma que ha sido reconocido como zona arqueológica -según ha quedado registrado en el Registro de Monumentos y Zonas Arqueológicos- (y como zona natural protegida por decreto presidencial), pero esos discursos son vacíos, hoy ya es la presa de los intereses corporativistas inmobiliarios. Para esclarecer algunos de los acontecimientos relevantes más recientes del caso, es oportuno mencionar que a partir del año 2002, el H. Ayuntamiento de Naucalpan otorgó licencias para construir casas habitación dentro de la poligonal envolvente que delimita un espacio de contención para proteger el sitio arqueológico del cerro de Moctezuma, lo que no sólo arroja una laguna en el cambio del uso de suelo -de zona arqueológica a propiedad privada-, sino que da paso a toda una serie de irregularidades que ponen en evidencia la decadencia en la impartición de justicia efectiva del sistema judicial mexicano. 9 El tema es importante porque presenta evidencias de un crimen por parte de las autoridades implicadas que dañan el interés social y nacional, ya que queda manifiesto que en el ataque al patrimonio cultural y ecológico de México, se quebrantan todas las legislaciones correspondientes para su protección. Lo trascendente de este caso es que se ubica en un contexto de repeticiones frecuentes (qué olvidamos, que repetimos), en los que hay evidencia de un gran número de situaciones, en todo el territorio mexicano, que obedecen al mismo criterio depredador que marca la pauta de los sistemas de producción imperialista que se reproduce en cada relación de intercambio económico. El caso en particular es interesante porque deja en evidencia la máscara de la ideología latina, que ha rechazado desde la fundación del Estado mexicano, lo originario, lo indio y lo autóctono. No sólo hay exclusión cultural constante de los grupos étnicos contemporáneos, sino que los grupos etnolingüísticos son suprimidos por las instituciones oficiales y de los servicios básicos del Estado, tales como la educación, la vivienda y la salud. El caso del cerro de Moctezuma es muy representativo en este sentido, puesto que la naturaleza del conflicto que le rodea, ha tenido trascendencia histórica y pretende ser ese bastión de resistencia ciudadana que reclama absoluta justicia a un sistema que no es capaz de impartirla, el Estado es sólo el gestor del conflicto, porque si lo elimina por completo no tiene razón de existir, al no haber delito que perseguir no hay necesidad de jueces ni ministerios públicos ni represión policíaca. El caso del cerro de Moctezuma tiene larga historia de resistencia civil, ha sido testigo presencial desde la época prehispánica, la independencia de 1810, la revolución de 1910 y del conflicto que continúa hasta nuestros días (2010), ya que desde hace más de 30 años, la ciudadanía lo ha intentado defender por todos sus medios, sin conseguirlo cabalmente, para evitarle ser devorado por las fauces del consumismo corporativista feroz -que pretende despojarlo de su raíz ancestral-. Pero el conflicto en este parque ecoarqueológico no es sólo un problema local, sino que obedece a un conjunto de sucesos que se repiten en México, tal vez, desde la llegada de los peninsulares en el siglo XVI, así que hay que considerar hacer una genealogía del conflicto para proponer su resolución, desde la raíz, que sirva como modelo para resolver otros conflictos. 10 En la historia del cerro de Moctezuma ha persistido una estafeta de resistencia civil, hasta la actualidad es un símbolo ciudadano reconocido y apoyado para su preservación y conservación, por un gran número de asociaciones civilesy frentes de lucha -en favor de la tierra- que ha sido dada en varios frentes, desde lo cultural, social y jurídico, hasta la élite legislativa de la República. Así que lo que comenzó como un movimiento cultural que se alimentó del apoyo social y de las tradiciones maya y mexica, se deprimió con la represión punitiva del Estado. Así que este trabajo no sólo es una narrativa de la resistencia histórica, sino la propuesta de una formalización de la resistencia civil, es decir que debido a la observación de nutridas expresiones de fervor ciudadano, se considera la posibilidad de una demanda de toda la sociedad mexicana, que exija sus derechos fundamentales, en una perspectiva judicial, que incentive replantear una propuesta de transformación en la percepción ciudadana, acerca de su propia seguridad, en la que tendrá que participar activamente o se ahogará en el tsunami de sangre en el que está sumergido México, que ha inundado este valle con las lágrimas de la Niké de la violencia física legítima. El tema es interesante porque en el caso específico del cerro de Moctezuma existen grupos de representantes de las etnias nahua y maya, que realizan ceremonias rituales en el sitio, lo que lo mantiene vivo como un centro ceremonial activo que conmemora los ritos de la antigüedad y con ello el recuerdo de sus mitos ancestrales, así mantienen vivo el pensamiento originario. Esto permite tomar una muestra de contrastes ideológicos que dan materia para concentrar un análisis amplio y profundo acerca de la marginación de las minorías étnicas, a nivel nacional, y la criminogenesis mexicana, donde Estado y sociedad devastan su patrimonio cultural y depredan su ecosistema. En el ámbito legal el caso del cerro de Moctezuma se dirime en tribunales administrativos de Naucalpan y Tlalnepantla. Este trabajo pretende establecer las nociones legales que sirvan para abrir un proceso en un campo distinto, ahora en materia de derechos humanos. Este giro en la percepción, de enfrentar un proceso legal diferente a los anteriores, pretende apoyarse además, en el principio 15° de la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que menciona que el principio precautorio es una medida de 11 prevención para proteger la salud. El principio precautorio se encuentra también inscrito en el artículo 3° del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y es la pauta internacional que permite abrir nuevas posibilidades para resolver, no sólo el caso del cerro de Moctezuma, sino todos los casos de esta misma índole, que se repiten por millares en todo el territorio nacional amenazado por esta letal ideología consumista corporativista. Debido a la complejidad del fenómeno, en el planteamiento del problema se requiere delimitar el estudio del conflicto, sólo a este parque ecoarqueológico ubicado en Naucalpan, Estado de México, en donde prevalece un problema de incumplimiento por parte de las autoridades de los tres ordenes, en claro abuso de poder, en lo que se refiere al resguardo integral de la zona arqueológica y natural protegida del cerro de Moctezuma, ya que al consentir que particulares construyan sus casas dentro del cerro, autoriza destruir el patrimonio cultural y ecológico, con lo que afecta sensiblemente a la sociedad. El caso es un eslabón más en la cadena de sucesos de esta misma naturaleza que se repiten -por cientos- en “zonas protegidas” (sólo por la ficción discursiva del Estado) que son efectivamente desprotegidas en el mundo de lo sensible (ante la vista y el tacto). El problema central es que esta repetición es la evidencia de una memoria secuestrada por la ideología castellana que determina una tendencia generalizada en México, lo que demanda rastrear un vestigio de algo, tal vez muy doloroso, que se olvidó del ayer y que hoy se repite compulsivamente por mexicanos (hispanoparlantes) consumistas y depredadores de su entorno vital ¿porque nos queremos destruir los mexicanos? El discurso jurídico del Estado decreta qué zonas deben ser protegidas en aras de la conservación de la salud, del medio ambiente y de los derechos fundamentales. Esta hipótesis apunta a que este discurso codificado es letra muerta cuando intervienen los intereses político-económicos que buscan un beneficio personal (narcisista) y se burlan de las leyes del Estado. De primera intención, este puede ser el origen del conflicto en el cerro de Moctezuma, situación que no se hubiera dado, si existieran medios legales para que una base ciudadana -con fuero (en caso de defensa de su espacio vital amenazado)- pueda proteger efectivamente sus garantías reconocidas durante 12 los procesos judiciales, sin sentir la represión del Estado en contra de la ciudadanía desprovista de personalidad jurídica -por resoluciones de jueces en los tribunales locales- para exigir la cabal aplicación de la normatividad nacional (en materia ambiental) e internacional (en materia de derechos humanos). Se presupone que la repetición compulsiva que se activa en la depredación y la destrucción de México, tiene su génesis en el trauma de la invasión que se derivó del holocausto mexicano del siglo XVI y la imposición del discurso de la ideología-lenguaje castellana imperialista colonial de corte romano (latino), que ha mutilado por siglos la raíz etnolingüística de México. El objetivo general de esta tesis es plantear una reinterpretación histórica, a partir del análisis arqueológico -en sentido filosófico- del discurso, en los vestigios genealógicos de la ideología-lenguaje imperialista, para propiciar la reconciliación con las etnias del presente. Analizar este caso ecoarqueológico en particular, deja en evidencia la decadencia nacional, que se repite en el desinterés mexicano de proteger su propia tierra. Este estudio de caso se nutre de documentos oficiales, sentencias de tribunales, reportajes y testimonios, con lo que se pretende demostrar las violaciones en contra de los derechos humanos, para proponer medidas alternativas de defensa en materia ambiental y cultural, a través de la aplicación del principio precautorio, y por ultimo, construir las bases de una noción de comité de seguridad ciudadana integral activada por la seguridad objetiva y la protección garantista. El primer capítulo es un marco teórico-conceptual que proporciona los elementos generales del materialismo dialéctico, en tanto epistemología revolucionaria, para el estudio de la historia de México, a partir de la metodología del materialismo histórico de Marx y del bloque histórico de Gramsci. Esto para detectar el a priori histórico en el archivo del discurso cosmogónico, que determina el ius del deber ser encadenado a la sombra de la ideología -que esconde al control social- proyectada inconscientemente en cada una de las relaciones de los medios de producción económica, política, jurídica, y finalmente, en el suplicio penal del Estado corporativo. Durante este breve recorrido histórico, esta tesis distingue cuatro bloques psicohistóricos (ya que se incorpora el análisis del elemento de la ideología-lenguaje al modelo de 13 Gramsci) en la historia de México: 1) México originario (1325-1521), 2) México premoderno (1521-1917), 3) México moderno (1917-1994) y 4) México postmoderno (1994-2010) -año en el que se concluye esta tesis, no el bloque-. Se considera esta clasificación porque en el conflicto del caso del cerro de Moctezuma participan estos cuatro bloques psicohistóricos, por lo que es importante darle un espació al análisis de los procesos de producción, puesto que se intuye que en cada uno hay elementos que permiten distinguir los fallos y los aciertos que den evidencias en el ahora, para presentar propuestas de solución apoyadas en fundamentos teóricos y en los registros históricos de México, ya que no hay tiempo de repetirlos mismos errores del pasado. Esto hace imprescindible el replanteamiento del paradigma imperialista de la seguridad pública como objetivo único de la política criminal, en tanto política pública (encerrada en el concepto), sino que se permite abrir el signo hacia otros campos desenajenados del monopolio de la violencia física legítima. En este sentido la seguridad se abre en dos vertientes, i) subjetiva y ii) objetiva, la primera es a) seguridad personal (de si mismo) y b) garantista (de protección a los derechos humanos), en donde el individuo es sujeto porque lleva un seguro universal de derechos fundamentales. La segunda vertiente es a) seguridad pública (policía-interna) y b) nacional (militar-externa). El Estado utiliza el monopolio de la violencia física legítima como parte de su discurso legal para brindar seguridad al pueblo y así justifica el uso de su violencia, para lo cual establece políticas públicas que operan las estrategias para combatir el delito, así, la política criminal se convierte en la función del Estado que combate al crimen, para lo que, se implican i) la represión -a posteriori- (aparato penal), y ii) en sentido alternativo, la prevención –a priori- (seguridad social), así que para propiciar seguridad es imprescindible un elevado porcentaje de prevención como contención, en esta tesitura la política criminal alternativa que aquí se plantea extiende su campo semántico a la seguridad integral, tanto objetiva como subjetiva, con la sustancia preventiva del principio precautorio. El segundo capítulo es el marco legal a partir del cual es posible leer el caso del cerro de Moctezuma, para planear una defensa jurídica desde la perspectiva de los derechos humanos, así que dicho capítulo es un pequeño 14 catálogo de los principios y las leyes, tanto nacionales como internacionales, que protegen al parque ecoarqueológico en general y a los ciudadanos que procuran su integridad en particular. Este capítulo inicia con el marco legal Internacional -que obedece al modelo monista de Kelsen- ya que México debe cumplir los acuerdos internacionales ratificados, porque el artículo 133° constitucional así lo establece. La propuesta para resolver el conflicto jurídico en el cerro de Moctezuma proviene además de las fuentes del derecho ambiental, por lo que es importante explorar al principio precautorio, enunciado en el Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que es la pauta internacional para defender al medio ambiente, ya que dicho principio no necesita de fichas técnicas o demostraciones científicas para detener empresas que destruyan al ecosistema, sino que establece un eje de prevención que contiene los daños irreversibles a la salud. En este mismo capítulo se hace una pequeña descripción de lo más relevante acerca del marco legal mexicano en materia de protección de zonas naturales, arqueológicas y derechos culturales, en el que se detectan retrasos sustantivos en el trabajo legislativo de protección ecoarqueológica y de diversidad cultural, por lo que se toman en cuenta los derechos culturales, que se desprenden de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 22°, en donde se mencionan por primera vez los avances en esa materia, que se observan desde el Pacto Internacional de los Derechos Económicos Sociales y Culturales, la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural y hasta la Declaración de Friburgo sobre Derechos Culturales. El tercer capítulo narra la historia del cerro de Moctezuma, de ese testigo perpetuo de los sucesos que han construido a México, así que desde la noche de la victoria -en la que Cuitlahuac venció militarmente a Cortés y sus aliados-, la Independencia, la Reforma y hasta la Revolución, le dejaron cicatrices revolucionarias a este monumento histórico, por lo que es un espacio en donde convergen múltiples expresiones culturales, acontecimientos y conflictos sociales que dan materia al análisis para comprender el conflicto cultural y social del México postmoderno que divaga entre lo político-penal-militar. 15 Este capítulo revisa sus antecedentes históricos, que se inician en el México originario y concluyen con la Revolución mexicana, después hay un periodo de paz que se rompe en la década de los 90´s, cuando se reactivó el conflicto, así que se continúa con un recuento de las tres décadas más recientes de respuesta civil, que deja clara la fuerza de la inercia de una resistencia que a persistido través de la historia y respira hasta estos días con la forma de un conflicto social y jurídico. La narración del caso es un recuento cronológico de los distintos procesos llevados a cabo por la ciudadanía afectada con la construcción de casas habitación dentro de la zona arqueológica del cerro de Moctezuma. Este caso llegó al Congreso de la Unión, en ambas cámaras, diputados y senadores federales establecieron puntos de acuerdo, que sólo matizaron el conflicto, pero sin resolverlo, sólo exhortaron a las autoridades competentes para que se hiciera una investigación del caso. El cuarto capítulo es una revisión de los derechos humanos afectados por parte de las autoridades -en materia de protección ecoarqueológica y de derechos culturales- para pretender dar una respuesta a través de i) el principio precautorio, ii) el reforzamiento del la identidad (integridad) con la cultura originaria colectiva que se origina con el arkhé de la transformación que necesita de iii) una arqueología de la revolución, que esclarezca el vestigio arquetípico subjetivo del lenguaje, que genere una superación colectiva, un Comité Ciudadano de Seguridad y Prevención que nazca del sentir del pueblo, de aplicar el principio precautorio que nos permita establecer zonas de protección, ante la profunda crisis de seguridad pública, el ficticio respeto de los derechos humanos y la depredación de las zonas ecoarqueológicas en México. En esta perspectiva surge la noción de la fenomenología de la revolución -en donde la filosofía es el arma y el cuerpo el campo de batalla-, en contra de la concepción biopolítica –imperial-, desde el análisis crítico del lenguaje, como hilo conductor, hasta el desencuentro con las máscaras de la conciencia que ocultan el rostro del ser hablante. Esta tesis es un análisis del discurso del poder, del engaño retórico de la ideología, de la ficción del lenguaje, de epistemología y arqueología revolucionaria, que se preñan con el néctar de la vida para gestar una fenomenología de la revolución, no desde el ser hablante, sino desde el ser transmutador efímero de sublime transformación autopoietica. 16 1. IDEOLOGÍA, CONTROL SOCIAL Y POLÍTICA CRIMINAL EN LA HISTORIA DE MÉXICO. Este primer apartado es un marco conceptual, teórico e histórico a partir del cual se interpretará y se comprenderá esta tesis, que pretende ser una base epistemológica que a través de la argumentación muestre un enfoque dialéctico que permita sostener los elementos desde una concepción contraria a la ortodoxa que prevalece en el pensamiento conservador generalizado con el que actúan todos los cristianos en México, es decir que aunque existan libre pensadores en este país o activistas de la izquierda política que pretendan un cambio en las instituciones, eso será muy difícil, ya que el 91.5% de la población es de corte cristiano,1 lo que se traduce en el dominio y aceptación de una ideología autoritaria, vertical y conservadora que atiende a lo que Nietzsche identificó como la metafísica de verdugos, que no es sólo un prejuicio del filósofo alemán en torno al cristianismo, sino que ha sido una práctica constante en la historia del México hispanizado y que es alimentada, tolerada y arraigada en esta identidad mexicana sumisa, resignada y con conciencia desventurada que se activa en la fe delos esclavos que ha aniquilado a millones de mexicanos durante cinco siglos. Este capitulo recupera el enfoque marxista de las estructuras y los modos de producción vinculantes entre estas como guía para analizar la historia de México, así como el modelo gramsciano del bloque histórico, lo que permitirá hacer un recuento metódico de las diferentes ideologías que han configurado los códigos que sostienen a las instituciones que designan el deber ser de los mexicanos que creen en un solo amo, así que actúan la relación de la dialéctica hegeliana del amo-esclavo, que se origina en la concepción de la relación de poder de Dios sobre el hombre que determina todo: padre-hijo, 1 “Los resultados definitivos del Censo de Población y Vivienda 2010, informan que el número de católicos pasó de 88% del Censo del 2000 al 83.9% en 2010. De acuerdo con el conteo de 1990, 89.7% de los mexicanos eran católicos. No obstante que la religión católica continúa siendo la predominante entre la población, el porcentaje de evangélicos y protestantes pasó del 5.2% del año 2000 al 7.6% al 2010”. En “Disminuye número de católicos en México”, El Universal, México, 4 de marzo de 2011, disponible en http://www.eluniversal.com.mx/notas/749115.html 17 presidente-ciudadano, pastor-borrego, jefe-empleado. Esto se actúa en todos aquellos actos de sado-masoquismo y sometimiento en el que aparecen indicios de la ideología cristiana que adora el dolor y la tortura de Jesucristo inmolado por voluntad de su propio padre. 1.1 Ideología, seguridad y política criminal. La definición de ideología se reconoce a partir de los escritos de Marx y en lo posterior fue tema de inspiración de filósofos, politólogos y sociólogos que retomaron el término para explicar medios no reconocidos en los códigos del Estado, pero siempre presentes como pilares del control social, como lo son la moral y la educación. Marx define a la ideología como “una labor sobre ideas concebidas con propia sustantividad, con un desarrollo independiente y que obedece a sus propias reglas (de construcción discursiva)”2 Es decir que a través del lenguaje el poder impone estructuras propias sobre ideas pre concebidas con la sustantividad de sus propios argumentos que articulan con su propia lengua y desde ahí marcan su propia „pauta‟. Esto sucede cuando la conciencia de lo real del dominante se impone y se institucionaliza como ideología, lo que da paso al imperio de una razón única que opera a través de los aparatos ideológicos3 en los cuales la lógica y la racionalidad surgen en función de la pauta que es estructurada por el propio lenguaje, con lo que se impone un significado subjetivo de un poderoso como una realidad-verdad objetiva con título de dogma político, científico, religioso, jurídico o cultural a todo el grupo social que debe acatarlo so pena de ser castigado. “Las ideologías fundamentan su ser esencial en las consecuencias de lo real institucionalizadas, es decir, hechas obligatorias y que se desean perpetuar, 2 Marx, Carl, La ideología alemana, La Habana, Editorial Pueblo y Educación, 1982, p.26 cita y paréntesis por Sánchez, Augusto, Sistemas ideológicos y control social, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2008, p.16 3 Louis Althusser escribió profundamente acerca de la ideología como instrumento para reproducir los medios de producción a fin de asegurar el predomino de la clase dominante que se apoya en el Aparato de Estado (AE) compuesto, según Marx, por el gobierno, la administración, el ejército, la policía, los tribunales, las prisiones, entre otros, que constituyen lo que Althusser llamó el Aparato Represivo de Estado (ARE) que funciona mediante la violencia. Además el predominio de la clase dominante se apoya en los Aparatos Ideológicos del Estado (AIE), un cuerpo que no es visible inmediatamente pero se materializan a través de la religión, la escuela, la familia, la política, la cultura y el orden jurídico. Vid. Althusser Louis, Ideología y aparatos ideológicos del Estado, México S. XXI, 1968, pp.114-116. 18 apropiándose de ellas como única realidad verdad e imponiéndolas como dogmas al grupo social”.4 Es así cómo en el lenguaje oficial del Estado se codifica la ideología del grupo en el poder, por lo que el sistema de las ideas- „pauta‟, expresadas a través de letras, adquieren la fuerza de una realidad objetiva aunque no sea así en el mundo sensible. Pero hay una realidad aparte que excede la percepción y la expresión de la lengua del ser, es el „mundo de lo concreto‟ que „existe y es‟,5 de aquel que se da cuenta el „ser‟ en su perspectiva óntica. En contraste con el „mundo artificial del lenguaje‟6 que construye la ideología dominante que sólo existe en el escenario deóntico. Lo óntico entendido como el ser en sí y lo deóntico como aquello que el ser debe ser de acuerdo a las reglas morales de la religión y de las leyes escritas del derecho, ambas son tecnologías que han utilizado los distintos grupos en el poder para perpetuar su dominación. “La ideología se expresa a través de sistemas que constituyen „universos de inclusión‟ cerrados, donde sólo cabe la „conciencia de realidad‟ del propio sistema, la lógica y la racionalidad que ella misma produce”.7 Así que lo que se denomina „realidad‟ es una construcción del lenguaje, que se refiere al „mundo artificial‟,8 que se produce como consecuencia. Así que el lenguaje jurídico de los poderosos construye un sistema artificial cerrado que discrimina a todo aquello que no se apega a su discurso escrito en sus códigos legales, o en su libro sagrado, que determina lo que es bueno o malo según su propio criterio de „realidad‟ moral. En contrasentido existe una conciencia de lo real, que según Hegel “es la relación determinada del yo con un objeto”9 y “se construye a través de las percepciones e intuiciones personales, por lo cual es subjetiva y constituye el mundo individual”10 El conflicto social comienza cuando un sistema que se constituye en torno al 4 Sánchez, Augusto, et al, Seguridad pública y la teoría de los sistemas en la sociedad de riesgo, México, Porrúa, 2007, p.6. 5 Ibidem p.5 6 Idem 7 Idem. 8 Idem. 9 Vid G. W. H. Hegel, Propedeutique philosophique, Editorial Gonthier, 1963, p. 74, citado por Sánchez, Augusto, Sistemas ideológicos y control social, Op. Cit. p.5 10 Idem. 19 núcleo de una razón única impone su „conciencia de realidad‟ y criminaliza las otras razones, porque todo aquello que no está dentro de su sistema universal de inclusión entonces debe ser perseguido, rechazado, discriminado, mutilado, encarcelado o, en el extremo del salvajismo, torturado y aniquilado. Así que en los sistemas cerrados no hay espacio para la duda, hay que cumplir con las leyes y las normas, si no se quiere enfrentar al rechazo o el castigo del sistema. En esta óptica el rechazo de otras formas culturales, creencias religiosas e idiomas, se transforma en un modo de agredir al otro por no reconocer su „autoconciencia‟,11 agresión que tiene tintes de violencia cuando el incivilizado discrimina y crea un „sistema de universal exclusión‟ en el que no hay ningún indicio de seguridad efectiva porque cuando no hay reconocimiento de la individualidad del otro, entonces hay un forma de violencia que no se protege con la noción clásica de seguridad. En este sentido hay dos conjuntos que se separan en sistemas contrarios y con paradigmas opuestos, por un lado un sistema de inclusión que se monta en el caballo del amo (“el Porfirio interno”) en cada ámbito de poder y en el otro un sistema de exclusión que es sometido como esclavo (el “indio interno”), lo que permite dar un enfoque dialécticoal planteamiento teórico de esta investigación a partir de estos dos grandes continentes de la sociedad mexicana que obedecen a razones y lógicas distintas en torno a la noción de la protección de la vida y la salud. Así que protección, seguridad, criminología y política criminal son conceptos ligados entre si, que al cooperar como un solo conjunto, entonces equilibran el grupo social y la salud en el tejido de las relaciones sociales que por naturaleza homeostática permiten la disminución de la violencia. Así que el thelos de la seguridad es la protección de la integridad. Entonces surgen las preguntas ¿proteger de quién? Y ¿por qué la violencia de la sociedad? La criminología permite detectar el grado de descomposición del grupo social y a partir de la aplicación de metodologías asigna un diagnóstico para generar argumentos - que formulen una política pública- que sea ejecutada a través de la política criminal que opere en el sentido de una disminución efectiva de la violencia y 11 Vid. G. W. H. Hegel, La fenomenología del espíritu, FCE, México, 1987, pp. 113-118. 20 una estrategia de seguridad que proteja efectivamente al individuo hasta por la violencia generada por el propio rechazo social y el dolor emocional que causa la discriminación que también debiera atender un tipo de orden público. Así que es imprescindible el diagnóstico criminológico como antecedente de la seguridad para tener claros ¿el porque? y el ¿de quien? Se va a proteger. 1.1.1 El Estado, el poder y las tecnologías de control social: de la premodernidad a la postmodernidad. Según el concepto que el politólogo Max Weber propone en El político y el científico, “El Estado es una comunidad humana dentro de los límites de un territorio establecido, ya que este es un elemento que lo distingue, la cual reclama para ella –con el triunfo asegurado- el monopolio de la legítima violencia física.”12 Es decir que el Estado se impone a través del monopolio de la fuerza física legítima, representada principalmente por los aparatos represivos: el ejército y los cuerpos policíacos. El problema es que las funciones que se establecen en los códigos que rigen a las instituciones de seguridad en México, además de que son una ficción en el „mundo de lo concreto‟, se quedan cortos en su catálogo de funciones que corresponden a la seguridad, ya que sólo se ingresan tipos que blindan a los poderosos y su sistema universal de inclusión, pero excluyen aspectos que deben ser ampliados hasta incorporar todos los acuerdos internacionales que se han ratificado en materia de Derechos Humanos para ser tipificados e incorporados en las tareas policíacas de protección para dar una seguridad integral al ciudadano. El control social es básicamente un enfrentamiento de fuerzas entre dos o más sujetos en el que el más fuerte lo es porque domina más recursos, lo que le da la capacidad de someter al otro o a los otros, de tal forma que en el momento en que el sujeto vence al otro sujeto, entonces se da una relación de poder sujeto-objeto en el que el sometido es cosa para su interpretación y satisfacción del principio de placer del poderoso. 12 Weber, Max, El político y el científico, México, Ediciones Coyoacan, 1994. p. 8. 21 Robert Dahl define al poder como “la habilidad de un actor para obtener que otro haga algo que de otra manera no lo haría”13. Pero Foucault amplió el término a otra dimensión, en la perspectiva del filósofo francés: Por poder hay que comprender primero la multiplicidad de las correlaciones de fuerzas inmanentes y propias del dominio en que se ejercen y que son constitutivas de su organización […]. Omnipresente, no porque tenga el privilegio de agruparlo todo bajo su invencible unidad, sino porque se está produciendo en cada instante, en todos los puntos, o más bien en toda relación de un punto con otro. El poder está en todas partes; no es que lo englobe todo, sino que viene de varias partes.14 En esta perspectiva el poder atraviesa todas las relaciones en la sociedad sin que tenga que estar en una persona o grupo por siempre, porque el poder cambia de “propietario” constantemente, además de que necesita un contexto, es decir que el poder necesita de una relación en el que esté depositada una transferencia del objeto por el sujeto para que sea efectiva en esa relación social o entre individuos, para lo que es indispensable considerar el ámbito en el que se dan las relaciones sociales, pues el dominio cultural y la conciencia psicohistórica de una sociedad son elementos importantes para el análisis del conflicto derivado por la lucha de poder en el que el vencedor impone sus normas (morales) y códigos (jurídicos) con el sutil apoyo de la seducción de la ideología-lenguaje. Para Augusto Sánchez Sandoval el control social se divide en a) ‘formal‟, si existe la ideología hecha derecho como una sanción jurídica, b) „Informal‟ si la ideología hecha norma social moral y su sanción es la culpa, con esto clasifica el control social en dos categorías:15 i) El poder-dominación (relación sujeto- objeto), que consiste en reproducir una estructura vertical (monoteísta) univoca de poder, en donde el dominador no reconoce ni respeta al dominado, lo cosifica y al cosificarlo hace cosa al si mismo que sólo fantasea con tener. En contraste con ii) el poder-solidaridad (relación sujeto-sujeto de poder- colaboración), que obedece a una estructura horizontal de consenso (politeísta) multivoco en donde prevalece un respeto por el sujeto y la palabra, que indica el reconocimiento de su „autoconciencia‟ y la del otro, para lo que 13 Dahl, Robert, The concept of power, Behaivoral Science, 2, USA, 1957, p. 203. 14 Foucault, Michel, Historia de la sexualidad 1. la voluntad de saber, México, S.XXI, 1981, p. 112 15 Sánchez, Augusto, Sistemas ideológicos y control social, Op. Cit. pp.7-15. (Paráfrasis) 22 es necesaria profunda reflexión, introspección y autoconocimiento, algo que no es nada fácil, pero al final conduce al desarrollo humano en lo particular y al de la humanidad en general, un alto nivel de respeto y organización social, donde el sujeto esta sujetado no por la ideología, sino por un seguro, sus propios derechos. Así que hay leyes y normas que rigen las relaciones de las sociedades que se han heredado por generaciones, que al transmitirlas van configurando una memoria psicohistórica del grupo social que influye en los medios de comunicación-dominación para transmitir la ideología del poderoso, así que es pertinente recuperar un modelo didáctico que se utiliza en la FES Acatlán16 que identifica tres periodos históricos –no cronológicos sino ideológicos-: i) Premodernidad. La idea de un Dios o varios dioses constituían el núcleo del pensamiento que justificaba los actos y las relaciones del grupo social. En este periodo el soberano es una representación terrestre de Dios, mientras que los vasallos lo son por naturaleza y deben someterse por una voluntad divina encarnada por el propio rey sostenido en la fuerza de sus ejércitos y en los argumentos de su propio criterio para actuar como una ley humana. El catolicismo se convierte en la iglesia universal e invade territorios en nombre de un Dios único y todopoderoso, esta ideología del hombre superado y sometido por el soberano es sólo el reflejo de una creencia religiosa que los europeos cristianos impusieron como „conciencia de realidad‟ en sus colonias y así se transmitió a través del lenguaje etnocentrista de corte imperialista que impuso la ideología latina-romana univoca en los tribunales, la ciencia, la educación y principalmente a través de la invasión militar. ii) Modernidad. Larevolución nació como una contraparte ante el abuso del poder-dominación que ostentaba el soberano y se configuró a partir de las ideas liberales de los ilustrados franceses que impulsaron al hombre a una nueva perspectiva, ya que por primera vez era dotado de derechos, postulados en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, 16 Para contextualizar la historia de la pena, el Dr. Dante López utiliza un modelo que divide la historia cultural en tres momentos: la premodernidad (la idea central es Dios), la modernidad (la idea central es el hombre) y la postmodernidad (no hay idea central sino nihilismo) 23 aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa el 26 de agosto de 1789, que planteaba transferir la soberanía al pueblo y distinguía al delito político del delito común. Surgieron ideologías revolucionarias en todo el mundo para derrocar las monarquías europeas, así como luchas de reforma que buscaban la separación de la iglesia y el Estado. A pesar del surgimiento de movimientos nacionalistas y comunistas en Europa, inspirados en la ideología marxista en el siglo XIX, en América latina no se logró recuperar el lenguaje nativo anterior a la evangelización europea, ni siquiera se intentó, así que, aunque se hicieron esfuerzos en Cuba para luchar contra el imperialismo capitalista, el idioma imperialista y su noción de control social vertical sostenido por una ideología de poder-dominación (arraigada en la noción de la relación Dios-hombre) prevaleció. La modernidad logró un Estado de bienestar fortalecido que construyó una seguridad social efectiva en una gran cantidad de Estados-nación como medio de defensa ante el capitalismo feroz. En este periodo se encarnaron las guerras más violentas y destructivas, lo que concluyó en la formación de la Organización de las Naciones Unidas que nació para promover la paz y proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos como la culminación de un aprendizaje derivado de crueles y sangrientas guerras. iii) Postmodernidad. Con el triunfo del imperio17 sobre la ideología socialista y los logros revolucionarios de la modernidad, se diluyen los derechos alcanzados y se gesta una ideología nihilista “sostenida” en el vacío y la sospecha. Hay una crisis de valores y de ética, la creencia en dios o dioses se ha trasferido a la tecnología que encapsula a la humanidad en relaciones cibernéticas, hay una ausencia de los padres y no hay indicios de familias integradas. Hay un enajenamiento que genera vacío en la personalidad de los individuos que lo intenta llenar con consumismo, depredación ambiental, vicios y/o adicciones, así como múltiples trastornos alimenticios. Todo esto en el contexto de un Estado-nación empequeñecido que obedece a los dueños del gran capital y sus colosales corporativos que dan paso a Estados policíacos que violan y nulifican los derechos de la modernidad, mientras que 17 En la postmodernidad “La soberanía ha adquirido una forma nueva, compuesta por una serie de organismos nacionales y supranacionales unidos por una única lógica de dominio. Esta nueva forma global de soberanía es lo que llamamos <<imperio>>.” Hardt, Michael, y Negri, Antonio, Imperio, Buenos Aires, Pidos, 2002. p.14. 24 en la postmodernidad todo es ficción e imagen psicótica impuesta como „conciencia de realidad‟ por el imperio que se esconde tras el único valor anhelado que existe: el capital. Hay un derecho penal del enemigo en el que el ciudadano es el malo (lo despoja de sus derechos), la lucha social se criminaliza y se exterminan las otras razones, hay un retorno a la premodernidad de algunas prácticas esporádicas de creencias nativas para equilibrar al planeta, así como ONG´s que tratan de rehabilitarlo, pero ahora el dominio de la maquinaria imperial es global y el esfuerzo humanitario y el respeto a derechos humanos tienen resultados mínimos, los medios de comunicación llegan a todos lados e influyen en la mentalidad consumista, que en época de crisis genera frustración, después enojo y al final la descarga de impulsos violentos que afectan al grupo social local y a la sociedad globalizada. 1.1.2 Seguridad: prevención-represión, la dialéctica de la política criminal. La noción de seguridad está ligada al riesgo, sin embargo ésta es una ficción más, si no se entiende el concepto en su totalidad, en sustitución de aquel que sólo abarca en el „mundo de lo concreto‟ la protección de los bienes de los poderosos, así la seguridad se localiza en materias muy específicas como seguridad nacional, seguridad pública, seguridad privada, seguridad personal, entre muchas más concepciones, así que se enfocan ámbitos para planear acciones en función de los objetivos de protección que se persiguen. Sin embargo las tesis de la criminología crítica apuntan a un concepto más amplio que tiene que ver con la seguridad que goza el sujeto cuando porta un seguro con validez universal, que compone el discurso de la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos. Dice Baratta, cualquiera que sea el adjetivo que se le agregue a la „seguridad‟, termina estrangulando al sustantivo: Desde el punto de vista jurídico, pero también desde el punto de vista psicológico, seguros pueden y deberían ser sobre todo, los portadores de derechos fundamentales universales (los que no se limitan a los ciudadanos), y estos son todos. Y no solamente personas físicas que se encuentran en el territorio de un Estado o de una ciudad, o de un barrio o de otro lugar público, de una casa o de un edificio de espacio privado. „Seguros‟ en relación al disfrute y a la protección efectiva de aquellos derechos, frente a cualquier agresión o incumplimiento realizado por parte de otras personas 25 físicas que actúan en el ámbito de las competencias, poderes de derecho o de hecho, que esas personas tengan, como funcionarias o privadas, en uno de los distintos ámbitos territoriales.18 Con este concepto de seguridad Baratta rescata todos los derechos de las personas sin distinciones de humanos y ciudadanos, entonces la ideología inmanente a las políticas de seguridad en el discurso científico y el discurso jurídico, son subjetividades utilitarias al sistema, que son vividas por la población como objetividades, así la ciudadanía es víctima de un gran espejismo producto de las manipulaciones de la comunicación política.19 Así que en esta óptica la seguridad que se pretende obtener a partir de la política criminal alternativa incluye principios a partir de los cuales los sujetos lo son porque están sujetados, asegurados por sus propios derechos humanos. Esta política criminal enfrenta una dialéctica20 entre represión (política penal) y prevención (política social),21 porque cuando se habla de seguridad exitosa, según el maestro Antonio Rodríguez Calderón, del Posgrado de Derecho de la UNAM FES Acatlán, un 80% se debe a la prevención, 15% a la disuasión y sólo un 5% a la reacción ya que la prevención es una protección a priori, en tanto que la reacción es a posteriori. Así que para que exista una política criminal alternativa efectiva, se debe poner énfasis en la prevención y para eso hay que replantearse la noción de pena y criminalidad, para que pueda invocarse un derecho penal mínimo que sólo aplique las penas a quien viola los derechos humanos con el abuso del monopolio de la violencia física legítima, que es utilizada por los poderosos para reaccionar ante la protesta social que se deriva del mal gobierno, es decir que los funcionarios autistas, que en lugar de escuchar la demanda ciudadana y actuar en consecuencia, reprimen con la reacción violenta a través de sus aparatos represivos del Estado, son ellos quienes generan más violencia para justificarsu existencia. 18 Baratta, Alejandro, Entre la política de seguridad y la política social, en países con grandes conflictos sociales y políticos, Borrador inédito citado por Sánchez, Augusto, et al, Seguridad pública y la teoría de los sistemas en la sociedad de riesgo, México, Porrúa, 2007, p. 99. 19 Ibidem. pp. 99-100. (Paráfrasis) 20 La dialéctica en una noción muy general es la lucha entre los opuestos, entre los contrarios que con su enfrentamiento generan una forma distinta de existencia (tesis, antitesis y síntesis). 21 Vid, De Sola Dueñas, Ángel, “Política social y política criminal”, en Bergalli, Roberto y Bustos, Juan, El pensamiento criminológico II, Bogota, Temis, 1983, pp. 245-250. 26 En esta perspectiva, para que una política criminal se despoje de lo penal y se acerque a lo social, como propuesta alternativa de esta dialéctica es necesaria la orientación del grupo social en temas de participación y prevención a través de programas educativos en arte y cultura que permita ampliar el criterio, así como el cabal funcionamiento y aplicación de los derechos laborales, de salud, de vivienda, entre otros, que sostienen el equilibrio del tejido social y como consecuencia el orden y la paz pública. 1.1.3 Seguridad garantista y Derechos humanos. Con el crepúsculo de la guerra fría, la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la Unión Soviética, el mundo que entonces fuera bipolar, fue dando paso a una globalización de los medios de producción, que con el tiempo, se fue propagando a los ámbitos de la política y el derecho internacional. En este contexto Mireille Roccatti apuntó que “Dentro de este mundo global, los Derechos Humanos constituyen el paradigma de legitimidad y justicia de las relaciones internacionales”22 En esta dinámica participan actores que no habían sido considerados durante el auge de los Estados- Nacionales que ahora tienen injerencia en las decisiones de la política internacional. En la actualidad existen organizaciones no gubernamentales, tales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que por su capacidad política, ejercen presión sobre las decisiones en política internacional y de las instituciones gubernamentales de diferentes Estados. Así que en la actualidad las relaciones internacionales diría Mireille Roccatti, tienden a “un universalismo que tiene su principal expresión en la corriente internacional de los Derechos Humanos”23, lo que significa un avance en la seguridad garantista, que tiene que ver con aquel seguro que tiene el individuo de estar protegido por una jurisdicción internacional que sea capaz de castigar los crímenes cometidos por los Estados y la violación de aquellos que ejercen el poder para el cumplimiento de sus propios intereses particulares, al pasar por encima de los acuerdos internacionales. 22 Rosales, Eduardo, El juicio del siglo, México, Plaza y Valdés, UNAM, FES, ACATLAN, 2007, p.12 23 Idem. 27 En esta materia es en donde las relaciones internacionales han dado pasos significativos al estrechar sus esfuerzos para la creación de tribunales internacionales que defienden los derechos humanos. En la búsqueda del respeto a los derechos fundamentales internacionalmente reconocidos por los Estados se establecen leyes e instituciones que previenen los abusos del poder, en torno a los principios de jurisdicción internacional y justicia universal, con el reforzamiento de instituciones con las normas internacionales que protegen la vida y la salud, en tanto que son bienes jurídicos tutelados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En este punto esta tesis considera importante mencionar dos principios propuestos por Baratta24 para dar sustancia al respeto de los derechos fundamentales: a) Principio de la conservación de las garantías formales, los sujetos no pierden garantías respecto al derecho penal b) Principio general de prevención, control proactivo de las necesidades reales de la sociedad, respeto a los derechos humanos Se mencionan estos dos principios como guías axiológicas para comprender la importancia de preservar y hacer cumplir los derechos fundamentales en un contexto en el que prevalece un orden jurídico internacional que por un lado tiene amplios catálogos de derechos reconocidos, pero en la práctica solo son una ficción del derecho posmoderno que contempla el estado de excepción, es decir desnudar al sujeto de sus garantías en aras de una seguridad colectiva. En este sentido George W. Bush, por decreto ejecutivo elevó la categoría de principios del derecho posmoderno norteamericano: La negación para los extranjeros de los derechos exclusivos para los estadounidenses La detención por simples sospecha a los extranjeros 24 Baratta, Alessandro, “Los principios del derecho penal mínimo”, en González, Alicia y Augusto Sánchez, Criminología, México, Porrúa, 2005, p. 276. 28 La negación a los extranjeros de ser tratados como prisioneros de guerra. 25 Hoy el derecho del poder se instituye como único derecho en el mundo global y se constituye una nueva categoría de humano: el hombre desnudo de derechos por virtud del mismo derecho.26 En esta perspectiva hay que apuntar que si se ha dado un vuelco y se han suprimido las condiciones que daban seguridad garantista al hombre en pos de la ficción de la seguridad nacional, entonces es el momento de que el vuelco sea completo y se reavive el fuego de la defensa de los derechos que ya fueron tutelados, no es posible regresar al contexto de la premodernidad sin que se exijan los derechos de la modernidad. 1.2 Epistemología revolucionaria Como respuesta a la represión y el abuso de los poderosos, surgieron movimientos revolucionarios en todos los continentes que fueron forjando ideologías distintas a la que imponía el grupo en el poder como „conciencia de realidad‟, tal es el caso del marxismo, que derivó en múltiples ramificaciones políticas (prácticas) que no necesariamente reprodujeron cabalmente el modelo de Marx, porque la teoría revolucionaria se tuvo que adaptar a la práctica y en esa fase tuvieron que intervenir seres humanos, lo que vuelve impredecible el resultado práctico. En el „mundo de lo concreto‟ el marxismo no se ha aplicado cabalmente, por lo tanto no ha muerto y sus directrices pueden servir si se entienden las carencias que otros autores como Gramsci, Althusser, Foucault, Hardt y Negri han venido perfeccionando con sus propias tesis. 1.2.1 Materialismo dialéctico y materialismo histórico. Esta investigación está elaborada a partir del método dialéctico de cuna hegeliana, pero de perfeccionamiento marxista, que plantea una tesis, una antítesis y una síntesis, para comprender un discurso que puede ser superado por otro que simultáneamente lo conserva (aufhebung). Sólo que Hegel complica su entendimiento, ya que en torno a su dialéctica es el espíritu lo que la hace confusa. Es Marx quien asigna una perspectiva materialista a la 25 Augusto, Sanchéz, (coord), “De la seguridad pública militar en México” Op, Cit. p. 134. 26 Idem. 29 dialéctica, ubicada en la variante marxista-leninista, que es materia de análisis para la teoría revolucionaria de Althusser, quien redimensionó al materialismo dialéctico y al materialismo histórico, que son, para el filósofo francés, la doctrina filosófica y la teoría científica de Marx, respectivamente.27 En este sentido, el materialismo dialéctico tendrá como base filosófica, la dialéctica de la negación de la negación que consiste en superar/suprimir (aufhebung) una tesis inicial, pero no es negar por negar como escribióEngels,28 sino que la negación admite lo sustancial de lo negado cuando lo incorpora en la construcción de la síntesis. Marx escribió en el Capital: “Hegel pone la dialéctica al revés. No hay más que darle la vuelta para descubrir el núcleo racional bajo la envoltura mística.” [...] Mi método dialéctico, no sólo difiere fundamentalmente del de Hegel, sino que le es directamente opuesto. Para Hegel, el proceso mental, del que llega hasta hacer un sujeto independiente bajo el nombre de idea, es el demiurgo de la realidad, la cual sólo es su manifestación externa. Para mí, a la inversa, lo ideal no es más que lo material, transpuesto e interpretado en la cabeza del hombre. 29 Marx siguió la noción hegeliana que se trata en la dialéctica del amo y el esclavo como representación de la lucha entre contrarios, para explicar la lucha de clases que distingue al paradigma marxista. La aportación de Engels a esta epistemología revolucionaria es la negación de la negación:30 Entiéndase aquí a la ley de la negación de la negación como un semillero a partir del cual pueden engendrarse desde simples ideas, proyectos sociales, políticas públicas y hasta ideologías nacionalistas. Así, mientras que el materialismo dialéctico es la doctrina filosófica, el materialismo histórico es la teoría científica. “Debemos distinguir en el materialismo histórico: una TEORÍA GENERAL o cuerpo de conceptos empleados en el estudio 27 Vid. Althusser, Louis, La filosofía como arma de la revolución, México, S.XXI, 1974. p.13 28 Engels, Friederich, Dialéctica de la naturaleza, Barcelona, Grijalbo, 1979, pp. 49, 212. 29 Marx, Karl, El Capital, Barcelona, Herder, 1990, pp. 27-28. 30 “La dialéctica llamada objetiva domina toda la naturaleza, y la que se llama dialéctica subjetiva, el pensamiento dialéctico, no es sino el reflejo del movimiento a través de contradicciones que se manifiesta en toda la naturaleza, contradicciones que, en su pugna constante y en su tránsito final de un término a otro o elevándose ambos términos a una forma superior, son precisamente las que condicionan la vida de la naturaleza. Atracción y repulsión. En el magnetismo comienza la polaridad.” En Diccionario de filosofía, Barcelona, Herder, CD-ROM, 1999. 30 diferencial de cada modo de producción (esclavista, feudal, capitalista, socialista, etc.) y de la transición de un medio de producción a otro.”31 Para Marx lo económico sería la esencia de lo político-ideológico. “La superestructura jurídico-política e ideológica no sería, por lo tanto, sino un mero fenómeno de lo económico”.32 Así que el estudio de la historia se erige como un componente indispensable para la comprensión de la sociedad “La novedad de Marx reside en el descubrimiento de un nuevo criterio de periodización de la historia –el de los modos de producción- […] partiendo de un criterio material: el modo de producción de bienes materiales y sus consecuencias jurídico-políticas e ideológicas.33 La teoría de la historia de Marx es un estudio científico de la sucesión discontinua de los diferentes medios de producción. Pero la historia no sólo vista como una narración de los hechos, sino con la profundidad de encontrar los móviles que están detrás de los procesos de producción, es decir la ideología. 1.2.2 El bloque histórico. El bloque histórico es la contribución que hizo Gramsci a la teoría de la historia de Marx durante el fascismo italiano del periodo de entreguerras, ya que retoma los conceptos del materialismo histórico de las estructuras para dar forma a una perspectiva más afinada del planteamiento teórico de Marx. Así que para entender a Gramsci hay que hacer algunas anotaciones en lo que se refiere a la noción del edificio social. “Marx y Engels han llamado INFRAESTRUCTURA O BASE a la estructura económica de la sociedad y SUPERESTRUCTURA a las instituciones jurídico políticas, Estado, derecho, etc., y a las formas de “conciencia social” que corresponden a una infraestructura determinada.”34 31 Harnecker, Marta, Los conceptos elementales del materialismo histórico, México, Siglo XXI, 1975, p.229. Las mayúsculas son de la propia autora. 32 Ibidem. p. 222. 33 Idem. (Paráfrasis). 34 Harnecker, Marta, Op, Cit. p.87. Las mayúsculas son de la propia autora. 31 Mediante las nociones de infra y supraestructura Marx y Engels expresaron la relación que existe entre el nivel económico de la sociedad y los niveles jurídico-político e ideológico (“formas de la conciencia social”). De la misma manera que en un edificio los cimientos sirven de base para la construcción, la estructura económica es la base de todo el edificio social.35 Es importante puntualizar estos conceptos porque son fundamentales para estudiar la historia desde el enfoque teórico de la escuela marxista, en esta misma línea está construida la teoría del bloque histórico escrita por Gramsci en sus Cuadernos de la cárcel. Para el teórico italiano el estudio de las relaciones entre estructura y superestructura es el aspecto esencial del bloque histórico. “El camino que utiliza generalmente Gramsci y que explica la importancia del bloque histórico a la vez que el peso acordado a la superestructura: en la medida en que ésta es “el reflejo del conjunto de relaciones de producción”, el análisis de su evolución permitirá el estudio indirecto de la estructura misma”.36 Así que de acuerdo al enfoque teórico de la historia es importante puntualizar que el bloque histórico no ve por separado a la infraestructura de la superestructura sino que son vistas como orgánicamente ligadas, hay una unidad recíproca. Todo acto e ideología orgánica debe ser “necesaria” a la estructura; esto significa que las ideologías deben organizar los grupos sociales y dirigirlos en conformidad con las condiciones socioeconómicas: “En cuanto históricamente necesarias, estas tienen validez que es validez „psicológica‟; „organizan‟ las masas humanas, forman el tejido en medio del cual se mueven los hombres, adquieren conciencia de su posición, luchan etc.” De ahí que los movimientos superestructurales orgánicos tengan un carácter permanente: representa la ideología, la política de los distintos grupos sociales y, en este sentido, “dan lugar a la crítica histórico-social que se dirige a los grandes agrupamientos más allá de las personas inmediatamente responsables y del personal dirigente37 35 Idem. 36 Portelli, Huges, Gramsci y el bloque histórico, México, Siglo XXI, 1980, p.47. 37 Ibidem. p.49. 32 En esta óptica el bloque histórico deberá ser construido y analizado desde las relaciones de producción que pueden ser de carácter político, jurídico, económico e ideológico. Es importante puntualizar que para esta tesis la ideología es el carácter oculto de la asignación de valores culturales que actúa desde el poder para el dominio en las relaciones de producción y que es al mismo tiempo la sustancia de los otros sistemas de producción jurídico-político y económico, lo que ha conformado una trinidad inseparable en la manifestación de la dominación en el acto de poder. En este sentido hay un elemento que no sólo está presente en estos tres signos de poder, sino que es el hilo conductor y al mismo tiempo tejedor de las estructuras de producción ideológica: el lenguaje. 1.2.3 El lenguaje y la teoría de los conflictos culturales El lenguaje es el hilo tejedor de la ideología, en un sentido más profundo es la llave que desencripta los sueños y devela al inconsciente, sólo que el lenguaje en si mismo es un sistema cerrado (las llamadas barreras del idioma) que reproduce la ideología que subyace en la superestructura, ya que estasdos variables (ideología-lenguaje) forman un binomio que yace unido en la raíz más profunda de los sistemas de producción, cualquiera que este sea. El lenguaje por ser un sistema cerrado sólo acepta ciertas nociones para describir ciertas situaciones, así que las palabras y los conceptos sólo definen y dan cabida a un catálogo de sensaciones, emociones y sentimientos reconocidos por ese lenguaje. El lenguaje es el instrumento de la ideología que permite describir en su dimensión al ser lo que cree ser a partir de ese código, pero hay sensaciones y comprensiones que el ser experimenta fenomenológicamente que las palabras no pueden describir. La ideología que está detrás de un idioma es la que determina lo que neurolingüísticamente puede ser captado por aquel ser que se encuentra a si mismo en la lengua. Así que el ser es sujetado por su propia lengua, la paradoja se encuentra cuando el ser cree que es el sujeto del lenguaje y no se da cuenta de que es, mas bien, el objeto de su ideología-lenguaje que se expresa en el discurso jurídico-político o religioso. Para ilustrar este entendimiento se utiliza una pequeña narración: en una época antigua los beduinos, los moradores de los desiertos de Arabia, 33 cazaban micos con trampas que eran unas simples cajas con pequeños orificios a través de los cuales insertaban sus manitas para tomar un plátano que de hecho era la carnada. Cuando el mico agarraba la fruta quedaba atrapado, sujetado, y no lo soltaba hasta que llegaba un beduino a capturarlo vivo. La reflexión se acerca a lo que el ser capta desde la percepción y lo que cree conocer a través del lenguaje. Para lo cual es importante precisar que la percepción38 permite captar las sensaciones del entorno con los sentidos del mundo biológico, mientras que el lenguaje conoce a través de logos39 en tanto que es razón discursiva que atiende a una lógica racional. En este sentido el lenguaje es sólo vehículo entre comprensión y epísteme hecha por el sujeto individual que capta un mundo concreto, que es sólo la descripción de lo que es y está ahí, es el objeto que busca aprehender al sujeto con el lenguaje, tal como los beduinos capturaban al mico con el plátano. Así que existe un mundo de lo concreto, del „ser ahí‟40 despojado de la enajenación del lenguaje secuestrado por la ideología en tanto control social informal, ya que los sistemas ideológicos se reproducen a través del lenguaje que manipula el logos que diseña la realidad que el poderoso impone para perpetuar su poder. El conflicto comienza cuando la „conciencia de lo real‟ del poderoso se impone como única verdad y trata de imponer sus valores culturales sobre otros a través de la ideología- lenguaje y del código penal. 38 Percepción tiene su origen en el latín perceptio, que se traduce como recoger conocimiento, proveniente del griego katalepsis, que es la conciencia de una sensación. Barcelona, Herder, CD-ROM, 1999. 39 Logos proviene del verbo griego legein, que originariamente significaba hablar, decir, narrar, dar sentido, recoger o reunir. Se traduce habitualmente como razón, aunque también significa discurso, verbo, palabra. En cierta forma, significa razón discursiva que muestra su sentido a través de la palabra. Heráclito de Éfeso (550a.C.-480 a.C.) estableció una unión entre el ser y el logos, como reunión de lo ente y el ser. En Diccionario de filosofía, Op. cit. 40 En Ser y tiempo Heidegguer dice: “[…] en un primer momento el „ser ahí‟ es „uno‟ y en la mayoría de los casos, sigue siéndolo. Cuando el „ser ahí‟ descubre propiamente el mundo y se lo acerca, cuando penetra y conoce su „ser propio‟ a „si mismo‟, entonces este hallazgo de „mundo‟ y de „ser ahí‟ ocurre siempre a la manera de un aclarar, abrir claros (lichtung), despejando, eliminando lo que cubría y oscurecía, rompiendo los disimulos con los que el „ser ahí‟ se cierra y aísla de si mismo” citado en Safranski, Rüdigger, “Filosofar no es mas que principiar, Heidegguer como principiante”, en Revista de filosofía, México, Universidad iberoamericana, #92, mayo-agosto, 1998, p.180. 34 Todos los „conflictos de cultura‟ son „conflictos de significado‟: valores sociales, intereses, normas. No puede haber contrastes entre los elementos materiales de la cultura. Tales conflictos son considerados a veces como subproducto del desarrollo de la civilización y estudiados como conflictos mentales o como contraposición entre códigos corporales: puede surgir como consecuencia de la introducción de normas o valores extraños en un sistema sólido, pero también sin que ello suceda, a causa de los inevitables cambios debidos al progreso de la civilización al mudamiento social en el ámbito del sistema.41 Ya lo dijo Mannheim, “todos los conflictos de cultura son conflictos de significado”, es decir de interpretación de signos. Entonces es un problema que puede ser objeto de estudio de la hermenéutica y de la semiótica (del griego semeión, signo) o semiología, que para Oscar Correas42 es la ciencia que se encarga del estudio de la producción social del sentido del discurso, en tanto ideología o sentido formalizado en el lenguaje que determina a la sociedad. La semiótica es, para el lingüista suizo F. de Saussure, una ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social. Lo importante es que fija la materia de la lingüística, que “está constituida por todas las manifestaciones del lenguaje humano, ya se trate de pueblos salvajes o de naciones civilizadas, de épocas arcaicas, clásicas o de decadencia, teniendo en cuenta, en cada periodo, no solamente el lenguaje correcto y el bien hablar, sino todas las formas de expresión”.43 Esta escuela suiza distingue el signo como la presentación de la asociación de dos elementos interdependientes, el significante y el significado.44 En esta lingüística, la lengua (homogénea) se entiende como un hecho social, mientras que el habla (heterogénea) como un hecho individual. Lo importante de esta división diacrónica, es que da la pauta para la subjetividad de los signos 41 Mannheim, Hermann, Trattato di criminologia comparata, Turín, Einaudi Editori, vol. II, 1965, p. 625. 42 Vid. Correas, Osar, Introducción a la sociología jurídica, México, Fontanera, 2007, p. 135 43 Saussure, Ferdinand, Curso de lingüística general, Buenos Aires, Losada, 1973, p.46. 44 i) Significante.- (Representante), el concepto, de carácter más abstracto. Esta imagen acústica no es el sonido material, sino su huella psíquica. El significante tiene carácter lineal y su relación con el significado es arbitraria. ii) Significado.- (Representado), por oposición a significante, es el concepto o contenido del signo lingüístico, tal como lo define F. de Saussure. El contenido de una palabra (su valor) es el resultado de su posición en el sistema, “está determinado por el concurso de lo que existe fuera de ella”. En Saussure, Ferdinand, Op.cit. 35 contenidos en el habla que habrán de tener una repercusión en la huella psíquica del significante para realizar interpretaciones determinadas a priori. En La ideología alemana Marx escribió: El lenguaje es tan viejo como la conciencia práctica, la conciencia real, que existe también para los otros hombres y que, por tanto, comienza, a existir para si mismo; y el lenguaje nace, como la conciencia, de la necesidad, de los apremios del intercambio con los demás hombres. […] La conciencia es ya de antemano un producto social, y lo seguirá siendo mientras existan seres humanos. La conciencia es ante todo, naturalmente conciencia de mundo inmediato y sensible que nos rodea y conciencia de los nexos limitados con otras personas y cosas, fuera del individuo consciente de si mismo; y es al mismo
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