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El-cerro-de-Moctezuma-analisis-del-conflicto-ecoarqueologico-y-principio-precautorio

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO 
 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES DE ACATLAN 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EL CERRO DE MOCTEZUMA, 
 
ANÁLISIS DEL CONFLICTO ECOARQUEOLÓGICO Y PRINCIPIO PRECAUTORIO 
 
 
 
 
 
 
T E S I S 
 
 
 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE MAESTRO EN POLÍTICA CRIMINAL 
 
PRESENTA: JOSÉ LUÍS GARCÍA ESPÍNDOLA 
 
ASESOR: KLAUS MÜLLER UHLENBROCK 
 
 
 
 
 
Santa Cruz Acatlán, Naucalpan de Juárez, Estado de México, octubre 2011 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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AGRADECIMIENTOS 
 
A la fuerza, de la cual los guerreros somos sólo un reducto, sólo materia 
conductora de la fuerza. Este no es un agradecimiento que rinde culto y 
veneración a un ente superior, sino que es la reflexión de que existe un polo 
opuesto al poder, que ha hecho prisioneros a los seres humanos en la 
enajenación de su propio cuerpo, que se ha convertido en el arma de su propia 
destrucción. A la fuerza de voluntad como potencial, que “mueve montañas”, 
que impulsa a sentir la vida y a apreciar sus múltiples formas y diversas 
expresiones. A la tradición nahua-tolteca que aún conserva las formas 
ancestrales de transitar la fuerza como una migración guiada por 
Huitzilopochtli, como la fuerza de la voluntad de poder, no en la idolización del 
dios militar del significado político -que le ciñe el significante castellano-, sino 
como la fuerza de voluntad que impulsa a la vida, que se manifiesta en el 
suntuoso vigor con el que mueve las alas el colibrí azul en el sol de invierno. 
 
A mi dualidad que presenta su corazón abierto con la lengua del pedernal que 
horada mi consciencia, con su crítica e invitación a la reflexión y a la 
introspección de cada tema en el que vuelco mi pasión. Crítica que se convierte 
en el crisol del pathos, que destila mi alma, sostenida de la punta de mi lengua, 
dispuesta a partir, no al más allá de la muerte y el amor divino, sino del más 
acá de la consciencia y del amor erótico. 
 
A mi madre que gestó este cuerpo en su vientre, que mater-ial-izó el deseo y la 
fantasía, por impulsar con su tenacidad y su apoyo, mi amor al saber, que 
ahora siembra mis pies en esta tierra mexica tenochca, con la que nutro el 
arraigo de la nación construida por poetas guerreros. A mi patria -por la que 
murió Zapata- y a la heroica Kuauhtlan (Lugar de águilas) Cuautla, Morelos -en 
donde fueron escritos dos capítulos de esta tesis-, que significa, además, tocar 
a mi padre con mi infancia, que ya no pudo leer esta tesis por haber soplado su 
último aliento, pero cientos de veces pensé en él -en la casa de Cuautla que él 
construyó- mientras escribía este documento, agradezco el vivo recuerdo. 
Al cerro de Moctezuma. 
Tlazohkamati in teotlamachtilia mexihka-toltekah, tlahuilli ica noyollo. Ometeotl. 
 
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Al 
 Águila florida 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 4 
 
 
INDICE. 
 
 
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………..7 
 
 
1. Ideología, control social, política criminal y revolución en la historia de 
México………………………………………………………………………...16 
 
1.1 Ideología, seguridad y política criminal………………………….17 
 
1.1.1 El Estado y sus tecnologías de control social (de la 
premodernidad a la posmodernidad). ………………………..20 
1.1.2 Seguridad: prevención-represión, la dialéctica de la política 
criminal…………………………………………………………...24 
1.1.3 Seguridad garantista y derechos humanos………………….26 
 
 1.2 Epistemología revolucionaria…………………………………….28 
 
1.2.1 Materialismo dialéctico y materialismo histórico……………. 28 
1.2.2 El bloque histórico………………………………………………30 
1.2.3 El lenguaje y la teoría de los conflictos culturales…………..32 
 
 1.3 Los bloques psicohistóricos de México………………………....35 
 
1.3.1 México clásico (1325-1521)……………………………………..36 
1.3.2 México premoderno (1521-1917)……………………………….40 
1.3.3 México moderno (1917-1994)…………………………………..44 
1.3.4 México posmoderno (1994-2010)………………………………46 
 
 1.4 De las Tecnologías del yo a la revolución……………………..49 
 
 
2. Derecho internacional, disposiciones constitucionales y leyes marco de 
la seguridad ambiental y cultural…………………………………………..55 
 
2.1. Marco legal Internacional del Derecho ambiental y del principio 
precautorio………………………………………………………………56 
 
2.1.1 Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio 
Climático………………………………………………………….60 
2.1.2 Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y 
Desarrollo: La Cumbre por la Tierra…………………………..63 
2.1.3 Del derecho ambiental al principio precautorio……………..66 
 
 
2.2. Marco legal internacional en materia de Derechos culturales…..71 
 
 5 
2.2.1. Pacto Internacional de los Derechos económicos Sociales y 
Culturales …………………………………………………………72 
2.2.2. La Declaración de Friburgo sobre Derechos Culturales…….74 
 
2.3 Marco Legal Mexicano en materia de protección ambiental, zonas 
arqueológicas, monumentos artísticos y derechos culturales……..76 
 
2.3.1 Disposiciones constitucionales de relevancia ambiental………76 
2.3.2 Ley General del Equilibrio Ecológico y de Protección al 
Ambiente…………………………………………………………….78 
2.3.3 Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, 
Artísticos e Históricos……………………………………………...82 
2.3.4 Los derechos de los indígenas y los derechos culturales en 
México……………………………………………………………….86 
 
2.4 Documentos oficiales que reconocen a la zona arqueológica y la 
zona natural protegida del cerro de Moctezuma…………………….88 
 
2.4.1 Parque Nacional por decreto Presidencial realizado por Lázaro 
Cárdenas……………………………………………………………88 
2.4.2 Parque Estatal Metropolitano de Naucalpan…………………...89 
2.4.3 Inscripción en la Dirección de Registro Público de Monumentos 
y Zonas Arqueológicos del INAH…………………………………89 
 
 
3. Análisis psicohistórico del conflicto en el cerro de Moctezuma, del discurso 
político-judicial a la gesta social………………………………………………94 
 
 3.1 Los antecedentes históricos………………………………………………95 
 
 3.1.1 Del México originario a la revolución del México Moderno…96 
3.1.2 La lucha continúa: los actores de cuatro décadas en 
resistencia civil…………………………………………………..102 
 
 3.2 El conflicto jurídico………………………………………………………..113 
 
3.2.1 Primer episodio en los tribunales: La primer demanda en contra 
el Ayuntamiento de Naucalpan en el 2do Tribunal de lo 
Contencioso Administrativo………………………………………114 
3.2.2 El segundo episodio en los Tribunales: Demanda en el Tribunal 
Contencioso Administrativo de la Segunda Sala Regional de 
Naucalpan………………………………………………………….117 
 
3.3 El discurso político del Palacio Legislativo………………………….124 
3.4 El discurso penal: reacción represiva en contra del argumento 
social……………………………………………………………………128 
 
4. Principio precautorio en la protección ambiental y los derechos 
culturales: sustancia de seguridad garantista…………………………...133 
 
 6 
4.1 El caso del cerro de Moctezuma, un indicio de Estado gestor del 
conflicto cultural en México………………………………………134 
4.2 El Incumplimiento del derecho ambiental en el Cerro de 
Moctezuma…………………………………………………………138 
4.3 Del riesgo a la aplicación del principio precautorio en el caso del 
cerro de Moctezuma………………………………………………1404.3.1 Pasos para la aplicación del principio precautorio………...143 
4.3.2 El principio precautorio en el cerro de Moctezuma……….148 
 
4.4 Autoidentidad y arqueología de la revolución…………………158 
 
4.4.1 Arqueología de la re-evolución………………………………159 
4.4.2 Comte Ciudadano de Seguridad y Protección (CCSP)……166 
 
CONCLUSIONES…………………………………………………………………..173 
 
ANEXOS……………………………………………………………………………..180 
 
REFERENCIAS DOCUMENTALES……………………………………………...184 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 7 
INTRODUCCIÓN 
 
El caso del parque ecoarqueológico del cerro de Moctezuma es una 
documentada demostración de lo que en general se vive en la decadencia del 
sistema de justicia mexicano y sus efectos nocivos en contra de la salud de la 
sociedad, ya que constantemente se repiten acontecimientos como este, en 
donde las leyes son ajustadas a los intereses de los grandes corporativos -para 
ejecutar sus desarrollos inmobiliarios, comerciales, turísticos, entre otros-, e 
invadir y apropiarse de zonas naturales protegidas o zonas arqueológicas. Este 
fenómeno exhibe la impunidad del poderoso e influyente en los sistemas de 
producción política-económica, ya que este binomio de poder trastoca y 
corrompe fácilmente al ámbito judicial e inclina la balanza en beneficio de la 
superestructura corporativa. Este es el indicio de un conjunto de experiencias 
que son parte de una liga de acontecimientos que se viven, tanto en las 
ciudades centrales, cómo en las periferias marginadas de México. En el fondo 
es un crisol en el que se funden diferentes conflictos, con distintos matices a 
través de diferentes culturas y periodos históricos, que se forjan a partir de 
concepciones alternativas de comprensión que nacen de este estudio. 
 
Lo cierto es que en México existe una depredación al medio ambiente que se 
deriva del paradigma postmoderno de los medios de producción económica, 
financiera y de desarrollo empresarial, lo que ha traído como consecuencia un 
desequilibrio ecológico que afecta letalmente a la población como una lenta 
enfermedad crónica que ya comenzó su cuenta regresiva hacia la fatalidad. A 
pesar de esto, el Estado mexicano no ha actuado contundentemente en la 
protección de sus áreas naturales, que paulatinamente disminuyen su espacio 
ante los intereses de la superestructura corporativa que devasta los 
ecosistemas, vitales para la sociedad. La ideología que prevalece percibe al 
ser humano sólo como un factor del biopoder (producción-reproducción) 
imperial, que no entiende de autoidentidad, por el contrario, los sistemas 
ideológicos del Estado corporativo manipulan la mente de los electores y 
enajenan sus pensamientos para generar control social, beneficios políticos y 
“desarrollo” económico o financiero. 
 
 8 
El rescate de la memoria autóctona, secuestrada por los aparatos ideológicos 
castellanos imperialistas, desenmascara a la ideología mexicana dominante 
que suprime el pensamiento del México originario (de antes de Cuauhtémoc), 
el negado, el mutilado, el reprimido y el depredado, así es como lentamente se 
ha sumido en una depresión profunda al mexicano postmoderno mestizo: 
medio vacío. En este país no importa la base obrera, campesina, técnica o 
indígena, así que no ha habido, progreso en seguridad social efectiva (ni 
mucho menos cultural), en más de 20 años, lo que ha derivado en una crisis 
generalizada de seguridad extendida a los demás ámbitos –personal, pública y 
nacional-, esto no va a cambiar milagrosamente, así que hay que actuar ahora. 
 
La necesidad del reforzamiento de la identidad -personal y colectiva- para 
fortificar la seguridad –subjetiva (en si mismo) y objetiva (pública y nacional)-, 
se puede remediar fundamentalmente a partir de una reconciliación con la 
cultura originaria, nativa, así que para este caso específico se propone a la 
cultura mexica i) por ser la fundadora de México y ii) por ser progenitora de la 
etnia nahuahablante -que ocupa el primer lugar de representación indígena de 
este país-. Los mexicas-toltecas nos heredaron una vasta muestra de vestigios 
arqueológicos (y etnolingüísticos), en toda la cuenca, que no se han 
preservado debidamente. Es el caso del territorio del cerro de Moctezuma que 
ha sido reconocido como zona arqueológica -según ha quedado registrado en 
el Registro de Monumentos y Zonas Arqueológicos- (y como zona natural 
protegida por decreto presidencial), pero esos discursos son vacíos, hoy ya es 
la presa de los intereses corporativistas inmobiliarios. 
 
Para esclarecer algunos de los acontecimientos relevantes más recientes del 
caso, es oportuno mencionar que a partir del año 2002, el H. Ayuntamiento de 
Naucalpan otorgó licencias para construir casas habitación dentro de la 
poligonal envolvente que delimita un espacio de contención para proteger el 
sitio arqueológico del cerro de Moctezuma, lo que no sólo arroja una laguna en 
el cambio del uso de suelo -de zona arqueológica a propiedad privada-, sino 
que da paso a toda una serie de irregularidades que ponen en evidencia la 
decadencia en la impartición de justicia efectiva del sistema judicial mexicano. 
 
 9 
El tema es importante porque presenta evidencias de un crimen por parte de 
las autoridades implicadas que dañan el interés social y nacional, ya que queda 
manifiesto que en el ataque al patrimonio cultural y ecológico de México, se 
quebrantan todas las legislaciones correspondientes para su protección. Lo 
trascendente de este caso es que se ubica en un contexto de repeticiones 
frecuentes (qué olvidamos, que repetimos), en los que hay evidencia de un 
gran número de situaciones, en todo el territorio mexicano, que obedecen al 
mismo criterio depredador que marca la pauta de los sistemas de producción 
imperialista que se reproduce en cada relación de intercambio económico. 
 
El caso en particular es interesante porque deja en evidencia la máscara de la 
ideología latina, que ha rechazado desde la fundación del Estado mexicano, lo 
originario, lo indio y lo autóctono. No sólo hay exclusión cultural constante de 
los grupos étnicos contemporáneos, sino que los grupos etnolingüísticos son 
suprimidos por las instituciones oficiales y de los servicios básicos del Estado, 
tales como la educación, la vivienda y la salud. El caso del cerro de Moctezuma 
es muy representativo en este sentido, puesto que la naturaleza del conflicto 
que le rodea, ha tenido trascendencia histórica y pretende ser ese bastión de 
resistencia ciudadana que reclama absoluta justicia a un sistema que no es 
capaz de impartirla, el Estado es sólo el gestor del conflicto, porque si lo 
elimina por completo no tiene razón de existir, al no haber delito que perseguir 
no hay necesidad de jueces ni ministerios públicos ni represión policíaca. 
 
El caso del cerro de Moctezuma tiene larga historia de resistencia civil, ha sido 
testigo presencial desde la época prehispánica, la independencia de 1810, la 
revolución de 1910 y del conflicto que continúa hasta nuestros días (2010), ya 
que desde hace más de 30 años, la ciudadanía lo ha intentado defender por 
todos sus medios, sin conseguirlo cabalmente, para evitarle ser devorado por 
las fauces del consumismo corporativista feroz -que pretende despojarlo de su 
raíz ancestral-. Pero el conflicto en este parque ecoarqueológico no es sólo un 
problema local, sino que obedece a un conjunto de sucesos que se repiten en 
México, tal vez, desde la llegada de los peninsulares en el siglo XVI, así que 
hay que considerar hacer una genealogía del conflicto para proponer su 
resolución, desde la raíz, que sirva como modelo para resolver otros conflictos. 
 10 
En la historia del cerro de Moctezuma ha persistido una estafeta de resistencia 
civil, hasta la actualidad es un símbolo ciudadano reconocido y apoyado para 
su preservación y conservación, por un gran número de asociaciones civilesy 
frentes de lucha -en favor de la tierra- que ha sido dada en varios frentes, 
desde lo cultural, social y jurídico, hasta la élite legislativa de la República. Así 
que lo que comenzó como un movimiento cultural que se alimentó del apoyo 
social y de las tradiciones maya y mexica, se deprimió con la represión punitiva 
del Estado. Así que este trabajo no sólo es una narrativa de la resistencia 
histórica, sino la propuesta de una formalización de la resistencia civil, es decir 
que debido a la observación de nutridas expresiones de fervor ciudadano, se 
considera la posibilidad de una demanda de toda la sociedad mexicana, que 
exija sus derechos fundamentales, en una perspectiva judicial, que incentive 
replantear una propuesta de transformación en la percepción ciudadana, 
acerca de su propia seguridad, en la que tendrá que participar activamente o 
se ahogará en el tsunami de sangre en el que está sumergido México, que ha 
inundado este valle con las lágrimas de la Niké de la violencia física legítima. 
 
El tema es interesante porque en el caso específico del cerro de Moctezuma 
existen grupos de representantes de las etnias nahua y maya, que realizan 
ceremonias rituales en el sitio, lo que lo mantiene vivo como un centro 
ceremonial activo que conmemora los ritos de la antigüedad y con ello el 
recuerdo de sus mitos ancestrales, así mantienen vivo el pensamiento 
originario. Esto permite tomar una muestra de contrastes ideológicos que dan 
materia para concentrar un análisis amplio y profundo acerca de la marginación 
de las minorías étnicas, a nivel nacional, y la criminogenesis mexicana, donde 
Estado y sociedad devastan su patrimonio cultural y depredan su ecosistema. 
 
En el ámbito legal el caso del cerro de Moctezuma se dirime en tribunales 
administrativos de Naucalpan y Tlalnepantla. Este trabajo pretende establecer 
las nociones legales que sirvan para abrir un proceso en un campo distinto, 
ahora en materia de derechos humanos. Este giro en la percepción, de 
enfrentar un proceso legal diferente a los anteriores, pretende apoyarse 
además, en el principio 15° de la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y 
Desarrollo, que menciona que el principio precautorio es una medida de 
 11 
prevención para proteger la salud. El principio precautorio se encuentra 
también inscrito en el artículo 3° del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre 
Cambio Climático y es la pauta internacional que permite abrir nuevas 
posibilidades para resolver, no sólo el caso del cerro de Moctezuma, sino todos 
los casos de esta misma índole, que se repiten por millares en todo el territorio 
nacional amenazado por esta letal ideología consumista corporativista. 
 
Debido a la complejidad del fenómeno, en el planteamiento del problema se 
requiere delimitar el estudio del conflicto, sólo a este parque ecoarqueológico 
ubicado en Naucalpan, Estado de México, en donde prevalece un problema de 
incumplimiento por parte de las autoridades de los tres ordenes, en claro abuso 
de poder, en lo que se refiere al resguardo integral de la zona arqueológica y 
natural protegida del cerro de Moctezuma, ya que al consentir que particulares 
construyan sus casas dentro del cerro, autoriza destruir el patrimonio cultural y 
ecológico, con lo que afecta sensiblemente a la sociedad. El caso es un 
eslabón más en la cadena de sucesos de esta misma naturaleza que se repiten 
-por cientos- en “zonas protegidas” (sólo por la ficción discursiva del Estado) 
que son efectivamente desprotegidas en el mundo de lo sensible (ante la vista 
y el tacto). El problema central es que esta repetición es la evidencia de una 
memoria secuestrada por la ideología castellana que determina una tendencia 
generalizada en México, lo que demanda rastrear un vestigio de algo, tal vez 
muy doloroso, que se olvidó del ayer y que hoy se repite compulsivamente por 
mexicanos (hispanoparlantes) consumistas y depredadores de su entorno vital 
¿porque nos queremos destruir los mexicanos? 
 
El discurso jurídico del Estado decreta qué zonas deben ser protegidas en aras 
de la conservación de la salud, del medio ambiente y de los derechos 
fundamentales. Esta hipótesis apunta a que este discurso codificado es letra 
muerta cuando intervienen los intereses político-económicos que buscan un 
beneficio personal (narcisista) y se burlan de las leyes del Estado. De primera 
intención, este puede ser el origen del conflicto en el cerro de Moctezuma, 
situación que no se hubiera dado, si existieran medios legales para que una 
base ciudadana -con fuero (en caso de defensa de su espacio vital 
amenazado)- pueda proteger efectivamente sus garantías reconocidas durante 
 12 
los procesos judiciales, sin sentir la represión del Estado en contra de la 
ciudadanía desprovista de personalidad jurídica -por resoluciones de jueces en 
los tribunales locales- para exigir la cabal aplicación de la normatividad 
nacional (en materia ambiental) e internacional (en materia de derechos 
humanos). Se presupone que la repetición compulsiva que se activa en la 
depredación y la destrucción de México, tiene su génesis en el trauma de la 
invasión que se derivó del holocausto mexicano del siglo XVI y la imposición 
del discurso de la ideología-lenguaje castellana imperialista colonial de corte 
romano (latino), que ha mutilado por siglos la raíz etnolingüística de México. 
 
El objetivo general de esta tesis es plantear una reinterpretación histórica, a 
partir del análisis arqueológico -en sentido filosófico- del discurso, en los 
vestigios genealógicos de la ideología-lenguaje imperialista, para propiciar la 
reconciliación con las etnias del presente. Analizar este caso ecoarqueológico 
en particular, deja en evidencia la decadencia nacional, que se repite en el 
desinterés mexicano de proteger su propia tierra. Este estudio de caso se 
nutre de documentos oficiales, sentencias de tribunales, reportajes y 
testimonios, con lo que se pretende demostrar las violaciones en contra de los 
derechos humanos, para proponer medidas alternativas de defensa en materia 
ambiental y cultural, a través de la aplicación del principio precautorio, y por 
ultimo, construir las bases de una noción de comité de seguridad ciudadana 
integral activada por la seguridad objetiva y la protección garantista. 
 
El primer capítulo es un marco teórico-conceptual que proporciona los 
elementos generales del materialismo dialéctico, en tanto epistemología 
revolucionaria, para el estudio de la historia de México, a partir de la 
metodología del materialismo histórico de Marx y del bloque histórico de 
Gramsci. Esto para detectar el a priori histórico en el archivo del discurso 
cosmogónico, que determina el ius del deber ser encadenado a la sombra de 
la ideología -que esconde al control social- proyectada inconscientemente en 
cada una de las relaciones de los medios de producción económica, política, 
jurídica, y finalmente, en el suplicio penal del Estado corporativo. Durante este 
breve recorrido histórico, esta tesis distingue cuatro bloques psicohistóricos (ya 
que se incorpora el análisis del elemento de la ideología-lenguaje al modelo de 
 13 
Gramsci) en la historia de México: 1) México originario (1325-1521), 2) México 
premoderno (1521-1917), 3) México moderno (1917-1994) y 4) México 
postmoderno (1994-2010) -año en el que se concluye esta tesis, no el bloque-. 
Se considera esta clasificación porque en el conflicto del caso del cerro de 
Moctezuma participan estos cuatro bloques psicohistóricos, por lo que es 
importante darle un espació al análisis de los procesos de producción, puesto 
que se intuye que en cada uno hay elementos que permiten distinguir los fallos 
y los aciertos que den evidencias en el ahora, para presentar propuestas de 
solución apoyadas en fundamentos teóricos y en los registros históricos de 
México, ya que no hay tiempo de repetirlos mismos errores del pasado. 
 
Esto hace imprescindible el replanteamiento del paradigma imperialista de la 
seguridad pública como objetivo único de la política criminal, en tanto política 
pública (encerrada en el concepto), sino que se permite abrir el signo hacia 
otros campos desenajenados del monopolio de la violencia física legítima. En 
este sentido la seguridad se abre en dos vertientes, i) subjetiva y ii) objetiva, la 
primera es a) seguridad personal (de si mismo) y b) garantista (de protección a 
los derechos humanos), en donde el individuo es sujeto porque lleva un seguro 
universal de derechos fundamentales. La segunda vertiente es a) seguridad 
pública (policía-interna) y b) nacional (militar-externa). El Estado utiliza el 
monopolio de la violencia física legítima como parte de su discurso legal para 
brindar seguridad al pueblo y así justifica el uso de su violencia, para lo cual 
establece políticas públicas que operan las estrategias para combatir el delito, 
así, la política criminal se convierte en la función del Estado que combate al 
crimen, para lo que, se implican i) la represión -a posteriori- (aparato penal), y 
ii) en sentido alternativo, la prevención –a priori- (seguridad social), así que 
para propiciar seguridad es imprescindible un elevado porcentaje de 
prevención como contención, en esta tesitura la política criminal alternativa 
que aquí se plantea extiende su campo semántico a la seguridad integral, tanto 
objetiva como subjetiva, con la sustancia preventiva del principio precautorio. 
 
El segundo capítulo es el marco legal a partir del cual es posible leer el caso 
del cerro de Moctezuma, para planear una defensa jurídica desde la 
perspectiva de los derechos humanos, así que dicho capítulo es un pequeño 
 14 
catálogo de los principios y las leyes, tanto nacionales como internacionales, 
que protegen al parque ecoarqueológico en general y a los ciudadanos que 
procuran su integridad en particular. Este capítulo inicia con el marco legal 
Internacional -que obedece al modelo monista de Kelsen- ya que México debe 
cumplir los acuerdos internacionales ratificados, porque el artículo 133° 
constitucional así lo establece. La propuesta para resolver el conflicto jurídico 
en el cerro de Moctezuma proviene además de las fuentes del derecho 
ambiental, por lo que es importante explorar al principio precautorio, enunciado 
en el Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que es la 
pauta internacional para defender al medio ambiente, ya que dicho principio no 
necesita de fichas técnicas o demostraciones científicas para detener 
empresas que destruyan al ecosistema, sino que establece un eje de 
prevención que contiene los daños irreversibles a la salud. 
 
En este mismo capítulo se hace una pequeña descripción de lo más relevante 
acerca del marco legal mexicano en materia de protección de zonas naturales, 
arqueológicas y derechos culturales, en el que se detectan retrasos sustantivos 
en el trabajo legislativo de protección ecoarqueológica y de diversidad cultural, 
por lo que se toman en cuenta los derechos culturales, que se desprenden de 
la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 22°, en 
donde se mencionan por primera vez los avances en esa materia, que se 
observan desde el Pacto Internacional de los Derechos Económicos Sociales y 
Culturales, la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural 
y hasta la Declaración de Friburgo sobre Derechos Culturales. 
 
El tercer capítulo narra la historia del cerro de Moctezuma, de ese testigo 
perpetuo de los sucesos que han construido a México, así que desde la noche 
de la victoria -en la que Cuitlahuac venció militarmente a Cortés y sus aliados-, 
la Independencia, la Reforma y hasta la Revolución, le dejaron cicatrices 
revolucionarias a este monumento histórico, por lo que es un espacio en donde 
convergen múltiples expresiones culturales, acontecimientos y conflictos 
sociales que dan materia al análisis para comprender el conflicto cultural y 
social del México postmoderno que divaga entre lo político-penal-militar. 
 
 15 
Este capítulo revisa sus antecedentes históricos, que se inician en el México 
originario y concluyen con la Revolución mexicana, después hay un periodo de 
paz que se rompe en la década de los 90´s, cuando se reactivó el conflicto, así 
que se continúa con un recuento de las tres décadas más recientes de 
respuesta civil, que deja clara la fuerza de la inercia de una resistencia que a 
persistido través de la historia y respira hasta estos días con la forma de un 
conflicto social y jurídico. La narración del caso es un recuento cronológico de 
los distintos procesos llevados a cabo por la ciudadanía afectada con la 
construcción de casas habitación dentro de la zona arqueológica del cerro de 
Moctezuma. Este caso llegó al Congreso de la Unión, en ambas cámaras, 
diputados y senadores federales establecieron puntos de acuerdo, que sólo 
matizaron el conflicto, pero sin resolverlo, sólo exhortaron a las autoridades 
competentes para que se hiciera una investigación del caso. 
 
El cuarto capítulo es una revisión de los derechos humanos afectados por parte 
de las autoridades -en materia de protección ecoarqueológica y de derechos 
culturales- para pretender dar una respuesta a través de i) el principio 
precautorio, ii) el reforzamiento del la identidad (integridad) con la cultura 
originaria colectiva que se origina con el arkhé de la transformación que 
necesita de iii) una arqueología de la revolución, que esclarezca el vestigio 
arquetípico subjetivo del lenguaje, que genere una superación colectiva, un 
Comité Ciudadano de Seguridad y Prevención que nazca del sentir del pueblo, 
de aplicar el principio precautorio que nos permita establecer zonas de 
protección, ante la profunda crisis de seguridad pública, el ficticio respeto de los 
derechos humanos y la depredación de las zonas ecoarqueológicas en México. 
En esta perspectiva surge la noción de la fenomenología de la revolución -en 
donde la filosofía es el arma y el cuerpo el campo de batalla-, en contra de la 
concepción biopolítica –imperial-, desde el análisis crítico del lenguaje, como 
hilo conductor, hasta el desencuentro con las máscaras de la conciencia que 
ocultan el rostro del ser hablante. Esta tesis es un análisis del discurso del 
poder, del engaño retórico de la ideología, de la ficción del lenguaje, de 
epistemología y arqueología revolucionaria, que se preñan con el néctar de la 
vida para gestar una fenomenología de la revolución, no desde el ser hablante, 
sino desde el ser transmutador efímero de sublime transformación autopoietica. 
 16 
1. IDEOLOGÍA, CONTROL SOCIAL Y POLÍTICA CRIMINAL EN LA 
HISTORIA DE MÉXICO. 
 
Este primer apartado es un marco conceptual, teórico e histórico a partir del 
cual se interpretará y se comprenderá esta tesis, que pretende ser una base 
epistemológica que a través de la argumentación muestre un enfoque dialéctico 
que permita sostener los elementos desde una concepción contraria a la 
ortodoxa que prevalece en el pensamiento conservador generalizado con el 
que actúan todos los cristianos en México, es decir que aunque existan libre 
pensadores en este país o activistas de la izquierda política que pretendan un 
cambio en las instituciones, eso será muy difícil, ya que el 91.5% de la 
población es de corte cristiano,1 lo que se traduce en el dominio y aceptación 
de una ideología autoritaria, vertical y conservadora que atiende a lo que 
Nietzsche identificó como la metafísica de verdugos, que no es sólo un 
prejuicio del filósofo alemán en torno al cristianismo, sino que ha sido una 
práctica constante en la historia del México hispanizado y que es alimentada, 
tolerada y arraigada en esta identidad mexicana sumisa, resignada y con 
conciencia desventurada que se activa en la fe delos esclavos que ha 
aniquilado a millones de mexicanos durante cinco siglos. 
Este capitulo recupera el enfoque marxista de las estructuras y los modos de 
producción vinculantes entre estas como guía para analizar la historia de 
México, así como el modelo gramsciano del bloque histórico, lo que permitirá 
hacer un recuento metódico de las diferentes ideologías que han configurado 
los códigos que sostienen a las instituciones que designan el deber ser de los 
mexicanos que creen en un solo amo, así que actúan la relación de la 
dialéctica hegeliana del amo-esclavo, que se origina en la concepción de la 
relación de poder de Dios sobre el hombre que determina todo: padre-hijo, 
 
1
 “Los resultados definitivos del Censo de Población y Vivienda 2010, informan que el número de 
católicos pasó de 88% del Censo del 2000 al 83.9% en 2010. De acuerdo con el conteo de 1990, 89.7% 
de los mexicanos eran católicos. No obstante que la religión católica continúa siendo la predominante 
entre la población, el porcentaje de evangélicos y protestantes pasó del 5.2% del año 2000 al 7.6% al 
2010”. En “Disminuye número de católicos en México”, El Universal, México, 4 de marzo de 2011, 
disponible en http://www.eluniversal.com.mx/notas/749115.html 
 
 
 17 
presidente-ciudadano, pastor-borrego, jefe-empleado. Esto se actúa en todos 
aquellos actos de sado-masoquismo y sometimiento en el que aparecen 
indicios de la ideología cristiana que adora el dolor y la tortura de Jesucristo 
inmolado por voluntad de su propio padre. 
1.1 Ideología, seguridad y política criminal. 
 
La definición de ideología se reconoce a partir de los escritos de Marx y en lo 
posterior fue tema de inspiración de filósofos, politólogos y sociólogos que 
retomaron el término para explicar medios no reconocidos en los códigos del 
Estado, pero siempre presentes como pilares del control social, como lo son la 
moral y la educación. Marx define a la ideología como “una labor sobre ideas 
concebidas con propia sustantividad, con un desarrollo independiente y que 
obedece a sus propias reglas (de construcción discursiva)”2 Es decir que a 
través del lenguaje el poder impone estructuras propias sobre ideas pre 
concebidas con la sustantividad de sus propios argumentos que articulan con 
su propia lengua y desde ahí marcan su propia „pauta‟. Esto sucede cuando la 
conciencia de lo real del dominante se impone y se institucionaliza como 
ideología, lo que da paso al imperio de una razón única que opera a través de 
los aparatos ideológicos3 en los cuales la lógica y la racionalidad surgen en 
función de la pauta que es estructurada por el propio lenguaje, con lo que se 
impone un significado subjetivo de un poderoso como una realidad-verdad 
objetiva con título de dogma político, científico, religioso, jurídico o cultural a 
todo el grupo social que debe acatarlo so pena de ser castigado. 
 
“Las ideologías fundamentan su ser esencial en las consecuencias de lo real 
institucionalizadas, es decir, hechas obligatorias y que se desean perpetuar, 
 
2
 Marx, Carl, La ideología alemana, La Habana, Editorial Pueblo y Educación, 1982, p.26 cita y 
paréntesis por Sánchez, Augusto, Sistemas ideológicos y control social, México, UNAM, Instituto de 
Investigaciones Jurídicas, 2008, p.16 
3
 Louis Althusser escribió profundamente acerca de la ideología como instrumento para reproducir los 
medios de producción a fin de asegurar el predomino de la clase dominante que se apoya en el Aparato 
de Estado (AE) compuesto, según Marx, por el gobierno, la administración, el ejército, la policía, los 
tribunales, las prisiones, entre otros, que constituyen lo que Althusser llamó el Aparato Represivo de 
Estado (ARE) que funciona mediante la violencia. Además el predominio de la clase dominante se 
apoya en los Aparatos Ideológicos del Estado (AIE), un cuerpo que no es visible inmediatamente pero se 
materializan a través de la religión, la escuela, la familia, la política, la cultura y el orden jurídico. Vid. 
Althusser Louis, Ideología y aparatos ideológicos del Estado, México S. XXI, 1968, pp.114-116. 
 
 18 
apropiándose de ellas como única realidad verdad e imponiéndolas como 
dogmas al grupo social”.4 Es así cómo en el lenguaje oficial del Estado se 
codifica la ideología del grupo en el poder, por lo que el sistema de las ideas- 
„pauta‟, expresadas a través de letras, adquieren la fuerza de una realidad 
objetiva aunque no sea así en el mundo sensible. Pero hay una realidad aparte 
que excede la percepción y la expresión de la lengua del ser, es el „mundo de 
lo concreto‟ que „existe y es‟,5 de aquel que se da cuenta el „ser‟ en su 
perspectiva óntica. En contraste con el „mundo artificial del lenguaje‟6 que 
construye la ideología dominante que sólo existe en el escenario deóntico. 
 
Lo óntico entendido como el ser en sí y lo deóntico como aquello que el ser 
debe ser de acuerdo a las reglas morales de la religión y de las leyes escritas 
del derecho, ambas son tecnologías que han utilizado los distintos grupos en el 
poder para perpetuar su dominación. “La ideología se expresa a través de 
sistemas que constituyen „universos de inclusión‟ cerrados, donde sólo cabe la 
„conciencia de realidad‟ del propio sistema, la lógica y la racionalidad que ella 
misma produce”.7 Así que lo que se denomina „realidad‟ es una construcción 
del lenguaje, que se refiere al „mundo artificial‟,8 que se produce como 
consecuencia. 
 
Así que el lenguaje jurídico de los poderosos construye un sistema artificial 
cerrado que discrimina a todo aquello que no se apega a su discurso escrito 
en sus códigos legales, o en su libro sagrado, que determina lo que es bueno o 
malo según su propio criterio de „realidad‟ moral. En contrasentido existe una 
conciencia de lo real, que según Hegel “es la relación determinada del yo con 
un objeto”9 y “se construye a través de las percepciones e intuiciones 
personales, por lo cual es subjetiva y constituye el mundo individual”10 El 
conflicto social comienza cuando un sistema que se constituye en torno al 
 
4
 Sánchez, Augusto, et al, Seguridad pública y la teoría de los sistemas en la sociedad de riesgo, 
México, Porrúa, 2007, p.6. 
5
 Ibidem p.5 
6
 Idem 
7
 Idem. 
8
 Idem. 
9
 Vid G. W. H. Hegel, Propedeutique philosophique, Editorial Gonthier, 1963, p. 74, citado por Sánchez, 
Augusto, Sistemas ideológicos y control social, Op. Cit. p.5 
10
 Idem. 
 19 
núcleo de una razón única impone su „conciencia de realidad‟ y criminaliza las 
otras razones, porque todo aquello que no está dentro de su sistema universal 
de inclusión entonces debe ser perseguido, rechazado, discriminado, mutilado, 
encarcelado o, en el extremo del salvajismo, torturado y aniquilado. 
 
Así que en los sistemas cerrados no hay espacio para la duda, hay que cumplir 
con las leyes y las normas, si no se quiere enfrentar al rechazo o el castigo del 
sistema. En esta óptica el rechazo de otras formas culturales, creencias 
religiosas e idiomas, se transforma en un modo de agredir al otro por no 
reconocer su „autoconciencia‟,11 agresión que tiene tintes de violencia cuando 
el incivilizado discrimina y crea un „sistema de universal exclusión‟ en el que no 
hay ningún indicio de seguridad efectiva porque cuando no hay reconocimiento 
de la individualidad del otro, entonces hay un forma de violencia que no se 
protege con la noción clásica de seguridad. En este sentido hay dos conjuntos 
que se separan en sistemas contrarios y con paradigmas opuestos, por un lado 
un sistema de inclusión que se monta en el caballo del amo (“el Porfirio 
interno”) en cada ámbito de poder y en el otro un sistema de exclusión que es 
sometido como esclavo (el “indio interno”), lo que permite dar un enfoque 
dialécticoal planteamiento teórico de esta investigación a partir de estos dos 
grandes continentes de la sociedad mexicana que obedecen a razones y 
lógicas distintas en torno a la noción de la protección de la vida y la salud. 
 
Así que protección, seguridad, criminología y política criminal son conceptos 
ligados entre si, que al cooperar como un solo conjunto, entonces equilibran el 
grupo social y la salud en el tejido de las relaciones sociales que por naturaleza 
homeostática permiten la disminución de la violencia. Así que el thelos de la 
seguridad es la protección de la integridad. Entonces surgen las preguntas 
¿proteger de quién? Y ¿por qué la violencia de la sociedad? La criminología 
permite detectar el grado de descomposición del grupo social y a partir de la 
aplicación de metodologías asigna un diagnóstico para generar argumentos -
que formulen una política pública- que sea ejecutada a través de la política 
criminal que opere en el sentido de una disminución efectiva de la violencia y 
 
11
 Vid. G. W. H. Hegel, La fenomenología del espíritu, FCE, México, 1987, pp. 113-118. 
 20 
una estrategia de seguridad que proteja efectivamente al individuo hasta por la 
violencia generada por el propio rechazo social y el dolor emocional que causa 
la discriminación que también debiera atender un tipo de orden público. Así 
que es imprescindible el diagnóstico criminológico como antecedente de la 
seguridad para tener claros ¿el porque? y el ¿de quien? Se va a proteger. 
 
1.1.1 El Estado, el poder y las tecnologías de control social: de la 
premodernidad a la postmodernidad. 
 
Según el concepto que el politólogo Max Weber propone en El político y el 
científico, “El Estado es una comunidad humana dentro de los límites de un 
territorio establecido, ya que este es un elemento que lo distingue, la cual 
reclama para ella –con el triunfo asegurado- el monopolio de la legítima 
violencia física.”12 
 
Es decir que el Estado se impone a través del monopolio de la fuerza física 
legítima, representada principalmente por los aparatos represivos: el ejército y 
los cuerpos policíacos. El problema es que las funciones que se establecen en 
los códigos que rigen a las instituciones de seguridad en México, además de 
que son una ficción en el „mundo de lo concreto‟, se quedan cortos en su 
catálogo de funciones que corresponden a la seguridad, ya que sólo se 
ingresan tipos que blindan a los poderosos y su sistema universal de inclusión, 
pero excluyen aspectos que deben ser ampliados hasta incorporar todos los 
acuerdos internacionales que se han ratificado en materia de Derechos 
Humanos para ser tipificados e incorporados en las tareas policíacas de 
protección para dar una seguridad integral al ciudadano. 
 
El control social es básicamente un enfrentamiento de fuerzas entre dos o más 
sujetos en el que el más fuerte lo es porque domina más recursos, lo que le da 
la capacidad de someter al otro o a los otros, de tal forma que en el momento 
en que el sujeto vence al otro sujeto, entonces se da una relación de poder 
sujeto-objeto en el que el sometido es cosa para su interpretación y 
satisfacción del principio de placer del poderoso. 
 
12
 Weber, Max, El político y el científico, México, Ediciones Coyoacan, 1994. p. 8. 
 21 
Robert Dahl define al poder como “la habilidad de un actor para obtener que 
otro haga algo que de otra manera no lo haría”13. Pero Foucault amplió el 
término a otra dimensión, en la perspectiva del filósofo francés: 
Por poder hay que comprender primero la multiplicidad de las correlaciones 
de fuerzas inmanentes y propias del dominio en que se ejercen y que son 
constitutivas de su organización […]. Omnipresente, no porque tenga el 
privilegio de agruparlo todo bajo su invencible unidad, sino porque se está 
produciendo en cada instante, en todos los puntos, o más bien en toda 
relación de un punto con otro. El poder está en todas partes; no es que lo 
englobe todo, sino que viene de varias partes.14 
 
En esta perspectiva el poder atraviesa todas las relaciones en la sociedad sin 
que tenga que estar en una persona o grupo por siempre, porque el poder 
cambia de “propietario” constantemente, además de que necesita un contexto, 
es decir que el poder necesita de una relación en el que esté depositada una 
transferencia del objeto por el sujeto para que sea efectiva en esa relación 
social o entre individuos, para lo que es indispensable considerar el ámbito en 
el que se dan las relaciones sociales, pues el dominio cultural y la conciencia 
psicohistórica de una sociedad son elementos importantes para el análisis del 
conflicto derivado por la lucha de poder en el que el vencedor impone sus 
normas (morales) y códigos (jurídicos) con el sutil apoyo de la seducción de la 
ideología-lenguaje. 
 
Para Augusto Sánchez Sandoval el control social se divide en a) ‘formal‟, si 
existe la ideología hecha derecho como una sanción jurídica, b) „Informal‟ si la 
ideología hecha norma social moral y su sanción es la culpa, con esto clasifica 
el control social en dos categorías:15 i) El poder-dominación (relación sujeto-
objeto), que consiste en reproducir una estructura vertical (monoteísta) univoca 
de poder, en donde el dominador no reconoce ni respeta al dominado, lo 
cosifica y al cosificarlo hace cosa al si mismo que sólo fantasea con tener. En 
contraste con ii) el poder-solidaridad (relación sujeto-sujeto de poder-
colaboración), que obedece a una estructura horizontal de consenso 
(politeísta) multivoco en donde prevalece un respeto por el sujeto y la palabra, 
que indica el reconocimiento de su „autoconciencia‟ y la del otro, para lo que 
 
13
 Dahl, Robert, The concept of power, Behaivoral Science, 2, USA, 1957, p. 203. 
14
 Foucault, Michel, Historia de la sexualidad 1. la voluntad de saber, México, S.XXI, 1981, p. 112 
15
 Sánchez, Augusto, Sistemas ideológicos y control social, Op. Cit. pp.7-15. (Paráfrasis) 
 22 
es necesaria profunda reflexión, introspección y autoconocimiento, algo que no 
es nada fácil, pero al final conduce al desarrollo humano en lo particular y al de 
la humanidad en general, un alto nivel de respeto y organización social, donde 
el sujeto esta sujetado no por la ideología, sino por un seguro, sus propios 
derechos. 
 
Así que hay leyes y normas que rigen las relaciones de las sociedades que se 
han heredado por generaciones, que al transmitirlas van configurando una 
memoria psicohistórica del grupo social que influye en los medios de 
comunicación-dominación para transmitir la ideología del poderoso, así que es 
pertinente recuperar un modelo didáctico que se utiliza en la FES Acatlán16 
que identifica tres periodos históricos –no cronológicos sino ideológicos-: 
 
i) Premodernidad. La idea de un Dios o varios dioses constituían el núcleo del 
pensamiento que justificaba los actos y las relaciones del grupo social. En 
este periodo el soberano es una representación terrestre de Dios, mientras 
que los vasallos lo son por naturaleza y deben someterse por una voluntad 
divina encarnada por el propio rey sostenido en la fuerza de sus ejércitos y en 
los argumentos de su propio criterio para actuar como una ley humana. El 
catolicismo se convierte en la iglesia universal e invade territorios en nombre 
de un Dios único y todopoderoso, esta ideología del hombre superado y 
sometido por el soberano es sólo el reflejo de una creencia religiosa que los 
europeos cristianos impusieron como „conciencia de realidad‟ en sus colonias y 
así se transmitió a través del lenguaje etnocentrista de corte imperialista que 
impuso la ideología latina-romana univoca en los tribunales, la ciencia, la 
educación y principalmente a través de la invasión militar. 
ii) Modernidad. Larevolución nació como una contraparte ante el abuso del 
poder-dominación que ostentaba el soberano y se configuró a partir de las 
ideas liberales de los ilustrados franceses que impulsaron al hombre a una 
nueva perspectiva, ya que por primera vez era dotado de derechos, 
postulados en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, 
 
16
 Para contextualizar la historia de la pena, el Dr. Dante López utiliza un modelo que divide la historia 
cultural en tres momentos: la premodernidad (la idea central es Dios), la modernidad (la idea central es el 
hombre) y la postmodernidad (no hay idea central sino nihilismo) 
 23 
aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa el 26 de agosto de 
1789, que planteaba transferir la soberanía al pueblo y distinguía al delito 
político del delito común. Surgieron ideologías revolucionarias en todo el 
mundo para derrocar las monarquías europeas, así como luchas de reforma 
que buscaban la separación de la iglesia y el Estado. A pesar del surgimiento 
de movimientos nacionalistas y comunistas en Europa, inspirados en la 
ideología marxista en el siglo XIX, en América latina no se logró recuperar el 
lenguaje nativo anterior a la evangelización europea, ni siquiera se intentó, así 
que, aunque se hicieron esfuerzos en Cuba para luchar contra el imperialismo 
capitalista, el idioma imperialista y su noción de control social vertical 
sostenido por una ideología de poder-dominación (arraigada en la noción de la 
relación Dios-hombre) prevaleció. La modernidad logró un Estado de bienestar 
fortalecido que construyó una seguridad social efectiva en una gran cantidad 
de Estados-nación como medio de defensa ante el capitalismo feroz. En este 
periodo se encarnaron las guerras más violentas y destructivas, lo que 
concluyó en la formación de la Organización de las Naciones Unidas que nació 
para promover la paz y proclamó la Declaración Universal de los Derechos 
Humanos como la culminación de un aprendizaje derivado de crueles y 
sangrientas guerras. 
iii) Postmodernidad. Con el triunfo del imperio17 sobre la ideología socialista y 
los logros revolucionarios de la modernidad, se diluyen los derechos 
alcanzados y se gesta una ideología nihilista “sostenida” en el vacío y la 
sospecha. Hay una crisis de valores y de ética, la creencia en dios o dioses se 
ha trasferido a la tecnología que encapsula a la humanidad en relaciones 
cibernéticas, hay una ausencia de los padres y no hay indicios de familias 
integradas. Hay un enajenamiento que genera vacío en la personalidad de los 
individuos que lo intenta llenar con consumismo, depredación ambiental, 
vicios y/o adicciones, así como múltiples trastornos alimenticios. Todo esto en 
el contexto de un Estado-nación empequeñecido que obedece a los dueños 
del gran capital y sus colosales corporativos que dan paso a Estados 
policíacos que violan y nulifican los derechos de la modernidad, mientras que 
 
17
 En la postmodernidad “La soberanía ha adquirido una forma nueva, compuesta por una serie de 
organismos nacionales y supranacionales unidos por una única lógica de dominio. Esta nueva forma 
global de soberanía es lo que llamamos <<imperio>>.” Hardt, Michael, y Negri, Antonio, Imperio, 
Buenos Aires, Pidos, 2002. p.14. 
 24 
en la postmodernidad todo es ficción e imagen psicótica impuesta como 
„conciencia de realidad‟ por el imperio que se esconde tras el único valor 
anhelado que existe: el capital. Hay un derecho penal del enemigo en el que 
el ciudadano es el malo (lo despoja de sus derechos), la lucha social se 
criminaliza y se exterminan las otras razones, hay un retorno a la 
premodernidad de algunas prácticas esporádicas de creencias nativas para 
equilibrar al planeta, así como ONG´s que tratan de rehabilitarlo, pero ahora el 
dominio de la maquinaria imperial es global y el esfuerzo humanitario y el 
respeto a derechos humanos tienen resultados mínimos, los medios de 
comunicación llegan a todos lados e influyen en la mentalidad consumista, que 
en época de crisis genera frustración, después enojo y al final la descarga de 
impulsos violentos que afectan al grupo social local y a la sociedad 
globalizada. 
 
1.1.2 Seguridad: prevención-represión, la dialéctica de la política criminal. 
 
La noción de seguridad está ligada al riesgo, sin embargo ésta es una ficción 
más, si no se entiende el concepto en su totalidad, en sustitución de aquel que 
sólo abarca en el „mundo de lo concreto‟ la protección de los bienes de los 
poderosos, así la seguridad se localiza en materias muy específicas como 
seguridad nacional, seguridad pública, seguridad privada, seguridad personal, 
entre muchas más concepciones, así que se enfocan ámbitos para planear 
acciones en función de los objetivos de protección que se persiguen. Sin 
embargo las tesis de la criminología crítica apuntan a un concepto más amplio 
que tiene que ver con la seguridad que goza el sujeto cuando porta un seguro 
con validez universal, que compone el discurso de la propia Declaración 
Universal de los Derechos Humanos. Dice Baratta, cualquiera que sea el 
adjetivo que se le agregue a la „seguridad‟, termina estrangulando al sustantivo: 
 
Desde el punto de vista jurídico, pero también desde el punto de vista 
psicológico, seguros pueden y deberían ser sobre todo, los portadores de 
derechos fundamentales universales (los que no se limitan a los 
ciudadanos), y estos son todos. Y no solamente personas físicas que se 
encuentran en el territorio de un Estado o de una ciudad, o de un barrio o de 
otro lugar público, de una casa o de un edificio de espacio privado. „Seguros‟ 
en relación al disfrute y a la protección efectiva de aquellos derechos, frente 
a cualquier agresión o incumplimiento realizado por parte de otras personas 
 25 
físicas que actúan en el ámbito de las competencias, poderes de derecho o 
de hecho, que esas personas tengan, como funcionarias o privadas, en uno 
de los distintos ámbitos territoriales.18 
 
Con este concepto de seguridad Baratta rescata todos los derechos de las 
personas sin distinciones de humanos y ciudadanos, entonces la ideología 
inmanente a las políticas de seguridad en el discurso científico y el discurso 
jurídico, son subjetividades utilitarias al sistema, que son vividas por la 
población como objetividades, así la ciudadanía es víctima de un gran 
espejismo producto de las manipulaciones de la comunicación política.19 Así 
que en esta óptica la seguridad que se pretende obtener a partir de la política 
criminal alternativa incluye principios a partir de los cuales los sujetos lo son 
porque están sujetados, asegurados por sus propios derechos humanos. 
 
Esta política criminal enfrenta una dialéctica20 entre represión (política penal) y 
prevención (política social),21 porque cuando se habla de seguridad exitosa, 
según el maestro Antonio Rodríguez Calderón, del Posgrado de Derecho de la 
UNAM FES Acatlán, un 80% se debe a la prevención, 15% a la disuasión y 
sólo un 5% a la reacción ya que la prevención es una protección a priori, en 
tanto que la reacción es a posteriori. Así que para que exista una política 
criminal alternativa efectiva, se debe poner énfasis en la prevención y para eso 
hay que replantearse la noción de pena y criminalidad, para que pueda 
invocarse un derecho penal mínimo que sólo aplique las penas a quien viola los 
derechos humanos con el abuso del monopolio de la violencia física legítima, 
que es utilizada por los poderosos para reaccionar ante la protesta social que 
se deriva del mal gobierno, es decir que los funcionarios autistas, que en lugar 
de escuchar la demanda ciudadana y actuar en consecuencia, reprimen con la 
reacción violenta a través de sus aparatos represivos del Estado, son ellos 
quienes generan más violencia para justificarsu existencia. 
 
 
18
 Baratta, Alejandro, Entre la política de seguridad y la política social, en países con grandes conflictos 
sociales y políticos, Borrador inédito citado por Sánchez, Augusto, et al, Seguridad pública y la teoría de 
los sistemas en la sociedad de riesgo, México, Porrúa, 2007, p. 99. 
19
 Ibidem. pp. 99-100. (Paráfrasis) 
20
 La dialéctica en una noción muy general es la lucha entre los opuestos, entre los contrarios que con su 
enfrentamiento generan una forma distinta de existencia (tesis, antitesis y síntesis). 
21
 Vid, De Sola Dueñas, Ángel, “Política social y política criminal”, en Bergalli, Roberto y Bustos, Juan, 
El pensamiento criminológico II, Bogota, Temis, 1983, pp. 245-250. 
 26 
En esta perspectiva, para que una política criminal se despoje de lo penal y se 
acerque a lo social, como propuesta alternativa de esta dialéctica es necesaria 
la orientación del grupo social en temas de participación y prevención a través 
de programas educativos en arte y cultura que permita ampliar el criterio, así 
como el cabal funcionamiento y aplicación de los derechos laborales, de salud, 
de vivienda, entre otros, que sostienen el equilibrio del tejido social y como 
consecuencia el orden y la paz pública. 
 
1.1.3 Seguridad garantista y Derechos humanos. 
 
Con el crepúsculo de la guerra fría, la caída del muro de Berlín y el 
desmembramiento de la Unión Soviética, el mundo que entonces fuera bipolar, 
fue dando paso a una globalización de los medios de producción, que con el 
tiempo, se fue propagando a los ámbitos de la política y el derecho 
internacional. En este contexto Mireille Roccatti apuntó que “Dentro de este 
mundo global, los Derechos Humanos constituyen el paradigma de legitimidad 
y justicia de las relaciones internacionales”22 En esta dinámica participan 
actores que no habían sido considerados durante el auge de los Estados-
Nacionales que ahora tienen injerencia en las decisiones de la política 
internacional. En la actualidad existen organizaciones no gubernamentales, 
tales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que por su 
capacidad política, ejercen presión sobre las decisiones en política 
internacional y de las instituciones gubernamentales de diferentes Estados. 
 
Así que en la actualidad las relaciones internacionales diría Mireille Roccatti, 
tienden a “un universalismo que tiene su principal expresión en la corriente 
internacional de los Derechos Humanos”23, lo que significa un avance en la 
seguridad garantista, que tiene que ver con aquel seguro que tiene el individuo 
de estar protegido por una jurisdicción internacional que sea capaz de castigar 
los crímenes cometidos por los Estados y la violación de aquellos que ejercen 
el poder para el cumplimiento de sus propios intereses particulares, al pasar 
por encima de los acuerdos internacionales. 
 
 
22
 Rosales, Eduardo, El juicio del siglo, México, Plaza y Valdés, UNAM, FES, ACATLAN, 2007, p.12 
23
 Idem. 
 27 
En esta materia es en donde las relaciones internacionales han dado pasos 
significativos al estrechar sus esfuerzos para la creación de tribunales 
internacionales que defienden los derechos humanos. En la búsqueda del 
respeto a los derechos fundamentales internacionalmente reconocidos por los 
Estados se establecen leyes e instituciones que previenen los abusos del 
poder, en torno a los principios de jurisdicción internacional y justicia universal, 
con el reforzamiento de instituciones con las normas internacionales que 
protegen la vida y la salud, en tanto que son bienes jurídicos tutelados en la 
Declaración Universal de los Derechos Humanos. 
 
En este punto esta tesis considera importante mencionar dos principios 
propuestos por Baratta24 para dar sustancia al respeto de los derechos 
fundamentales: 
 
a) Principio de la conservación de las garantías formales, los sujetos no 
pierden garantías respecto al derecho penal 
 
b) Principio general de prevención, control proactivo de las necesidades 
reales de la sociedad, respeto a los derechos humanos 
 
Se mencionan estos dos principios como guías axiológicas para comprender la 
importancia de preservar y hacer cumplir los derechos fundamentales en un 
contexto en el que prevalece un orden jurídico internacional que por un lado 
tiene amplios catálogos de derechos reconocidos, pero en la práctica solo son 
una ficción del derecho posmoderno que contempla el estado de excepción, es 
decir desnudar al sujeto de sus garantías en aras de una seguridad colectiva. 
En este sentido George W. Bush, por decreto ejecutivo elevó la categoría de 
principios del derecho posmoderno norteamericano: 
 
 La negación para los extranjeros de los derechos exclusivos para los 
estadounidenses 
 La detención por simples sospecha a los extranjeros 
 
24
 Baratta, Alessandro, “Los principios del derecho penal mínimo”, en González, Alicia y Augusto 
Sánchez, Criminología, México, Porrúa, 2005, p. 276. 
 
 28 
 La negación a los extranjeros de ser tratados como prisioneros de 
guerra.
 25
 
 
Hoy el derecho del poder se instituye como único derecho en el mundo global y 
se constituye una nueva categoría de humano: el hombre desnudo de derechos 
por virtud del mismo derecho.26 En esta perspectiva hay que apuntar que si se 
ha dado un vuelco y se han suprimido las condiciones que daban seguridad 
garantista al hombre en pos de la ficción de la seguridad nacional, entonces es 
el momento de que el vuelco sea completo y se reavive el fuego de la defensa 
de los derechos que ya fueron tutelados, no es posible regresar al contexto de 
la premodernidad sin que se exijan los derechos de la modernidad. 
 
1.2 Epistemología revolucionaria 
 
Como respuesta a la represión y el abuso de los poderosos, surgieron 
movimientos revolucionarios en todos los continentes que fueron forjando 
ideologías distintas a la que imponía el grupo en el poder como „conciencia de 
realidad‟, tal es el caso del marxismo, que derivó en múltiples ramificaciones 
políticas (prácticas) que no necesariamente reprodujeron cabalmente el modelo 
de Marx, porque la teoría revolucionaria se tuvo que adaptar a la práctica y en 
esa fase tuvieron que intervenir seres humanos, lo que vuelve impredecible el 
resultado práctico. En el „mundo de lo concreto‟ el marxismo no se ha aplicado 
cabalmente, por lo tanto no ha muerto y sus directrices pueden servir si se 
entienden las carencias que otros autores como Gramsci, Althusser, Foucault, 
Hardt y Negri han venido perfeccionando con sus propias tesis. 
 
1.2.1 Materialismo dialéctico y materialismo histórico. 
 
Esta investigación está elaborada a partir del método dialéctico de cuna 
hegeliana, pero de perfeccionamiento marxista, que plantea una tesis, una 
antítesis y una síntesis, para comprender un discurso que puede ser superado 
por otro que simultáneamente lo conserva (aufhebung). Sólo que Hegel 
complica su entendimiento, ya que en torno a su dialéctica es el espíritu lo que 
la hace confusa. Es Marx quien asigna una perspectiva materialista a la 
 
25
 Augusto, Sanchéz, (coord), “De la seguridad pública militar en México” Op, Cit. p. 134. 
26
 Idem. 
 29 
dialéctica, ubicada en la variante marxista-leninista, que es materia de análisis 
para la teoría revolucionaria de Althusser, quien redimensionó al materialismo 
dialéctico y al materialismo histórico, que son, para el filósofo francés, la 
doctrina filosófica y la teoría científica de Marx, respectivamente.27 En este 
sentido, el materialismo dialéctico tendrá como base filosófica, la dialéctica de 
la negación de la negación que consiste en superar/suprimir (aufhebung) una 
tesis inicial, pero no es negar por negar como escribióEngels,28 sino que la 
negación admite lo sustancial de lo negado cuando lo incorpora en la 
construcción de la síntesis. Marx escribió en el Capital: “Hegel pone la 
dialéctica al revés. No hay más que darle la vuelta para descubrir el núcleo 
racional bajo la envoltura mística.” 
 
[...] Mi método dialéctico, no sólo difiere fundamentalmente del de Hegel, sino 
que le es directamente opuesto. Para Hegel, el proceso mental, del que llega 
hasta hacer un sujeto independiente bajo el nombre de idea, es el demiurgo 
de la realidad, la cual sólo es su manifestación externa. Para mí, a la inversa, 
lo ideal no es más que lo material, transpuesto e interpretado en la cabeza del 
hombre. 29 
 
Marx siguió la noción hegeliana que se trata en la dialéctica del amo y el 
esclavo como representación de la lucha entre contrarios, para explicar la 
lucha de clases que distingue al paradigma marxista. La aportación de 
Engels a esta epistemología revolucionaria es la negación de la negación:30 
 
Entiéndase aquí a la ley de la negación de la negación como un semillero a 
partir del cual pueden engendrarse desde simples ideas, proyectos sociales, 
políticas públicas y hasta ideologías nacionalistas. Así, mientras que el 
materialismo dialéctico es la doctrina filosófica, el materialismo histórico es la 
teoría científica. “Debemos distinguir en el materialismo histórico: una 
TEORÍA GENERAL o cuerpo de conceptos empleados en el estudio 
 
27
 Vid. Althusser, Louis, La filosofía como arma de la revolución, México, S.XXI, 1974. p.13 
28
 Engels, Friederich, Dialéctica de la naturaleza, Barcelona, Grijalbo, 1979, pp. 49, 212. 
29 Marx, Karl, El Capital, Barcelona, Herder, 1990, pp. 27-28. 
30
 “La dialéctica llamada objetiva domina toda la naturaleza, y la que se llama dialéctica 
subjetiva, el pensamiento dialéctico, no es sino el reflejo del movimiento a través de 
contradicciones que se manifiesta en toda la naturaleza, contradicciones que, en su pugna 
constante y en su tránsito final de un término a otro o elevándose ambos términos a una forma 
superior, son precisamente las que condicionan la vida de la naturaleza. Atracción y repulsión. En 
el magnetismo comienza la polaridad.” En Diccionario de filosofía, Barcelona, Herder, CD-ROM, 
1999. 
 
 30 
diferencial de cada modo de producción (esclavista, feudal, capitalista, 
socialista, etc.) y de la transición de un medio de producción a otro.”31 Para 
Marx lo económico sería la esencia de lo político-ideológico. “La 
superestructura jurídico-política e ideológica no sería, por lo tanto, sino un 
mero fenómeno de lo económico”.32 
 
Así que el estudio de la historia se erige como un componente indispensable 
para la comprensión de la sociedad “La novedad de Marx reside en el 
descubrimiento de un nuevo criterio de periodización de la historia –el de los 
modos de producción- […] partiendo de un criterio material: el modo de 
producción de bienes materiales y sus consecuencias jurídico-políticas e 
ideológicas.33 La teoría de la historia de Marx es un estudio científico de la 
sucesión discontinua de los diferentes medios de producción. 
 
Pero la historia no sólo vista como una narración de los hechos, sino con la 
profundidad de encontrar los móviles que están detrás de los procesos de 
producción, es decir la ideología. 
 
1.2.2 El bloque histórico. 
 
El bloque histórico es la contribución que hizo Gramsci a la teoría de la historia 
de Marx durante el fascismo italiano del periodo de entreguerras, ya que 
retoma los conceptos del materialismo histórico de las estructuras para dar 
forma a una perspectiva más afinada del planteamiento teórico de Marx. Así 
que para entender a Gramsci hay que hacer algunas anotaciones en lo que se 
refiere a la noción del edificio social. “Marx y Engels han llamado 
INFRAESTRUCTURA O BASE a la estructura económica de la sociedad y 
SUPERESTRUCTURA a las instituciones jurídico políticas, Estado, derecho, 
etc., y a las formas de “conciencia social” que corresponden a una 
infraestructura determinada.”34 
 
31
 Harnecker, Marta, Los conceptos elementales del materialismo histórico, México, Siglo XXI, 1975, 
p.229. Las mayúsculas son de la propia autora. 
32
 Ibidem. p. 222. 
33
 Idem. (Paráfrasis). 
34
 Harnecker, Marta, Op, Cit. p.87. Las mayúsculas son de la propia autora. 
 31 
Mediante las nociones de infra y supraestructura Marx y Engels expresaron 
la relación que existe entre el nivel económico de la sociedad y los niveles 
jurídico-político e ideológico (“formas de la conciencia social”). 
 
De la misma manera que en un edificio los cimientos sirven de base para la 
construcción, la estructura económica es la base de todo el edificio social.35 
 
Es importante puntualizar estos conceptos porque son fundamentales para 
estudiar la historia desde el enfoque teórico de la escuela marxista, en esta 
misma línea está construida la teoría del bloque histórico escrita por Gramsci 
en sus Cuadernos de la cárcel. Para el teórico italiano el estudio de las 
relaciones entre estructura y superestructura es el aspecto esencial del bloque 
histórico. “El camino que utiliza generalmente Gramsci y que explica la 
importancia del bloque histórico a la vez que el peso acordado a la 
superestructura: en la medida en que ésta es “el reflejo del conjunto de 
relaciones de producción”, el análisis de su evolución permitirá el estudio 
indirecto de la estructura misma”.36 
 
Así que de acuerdo al enfoque teórico de la historia es importante puntualizar 
que el bloque histórico no ve por separado a la infraestructura de la 
superestructura sino que son vistas como orgánicamente ligadas, hay una 
unidad recíproca. 
 
Todo acto e ideología orgánica debe ser “necesaria” a la estructura; esto 
significa que las ideologías deben organizar los grupos sociales y dirigirlos 
en conformidad con las condiciones socioeconómicas: “En cuanto 
históricamente necesarias, estas tienen validez que es validez „psicológica‟; 
„organizan‟ las masas humanas, forman el tejido en medio del cual se 
mueven los hombres, adquieren conciencia de su posición, luchan etc.” 
 
De ahí que los movimientos superestructurales orgánicos tengan un carácter 
permanente: representa la ideología, la política de los distintos grupos 
sociales y, en este sentido, “dan lugar a la crítica histórico-social que se 
dirige a los grandes agrupamientos más allá de las personas inmediatamente 
responsables y del personal dirigente37 
 
 
 
35
 Idem. 
36
 Portelli, Huges, Gramsci y el bloque histórico, México, Siglo XXI, 1980, p.47. 
37
 Ibidem. p.49. 
 32 
En esta óptica el bloque histórico deberá ser construido y analizado desde las 
relaciones de producción que pueden ser de carácter político, jurídico, 
económico e ideológico. Es importante puntualizar que para esta tesis la 
ideología es el carácter oculto de la asignación de valores culturales que actúa 
desde el poder para el dominio en las relaciones de producción y que es al 
mismo tiempo la sustancia de los otros sistemas de producción jurídico-político 
y económico, lo que ha conformado una trinidad inseparable en la 
manifestación de la dominación en el acto de poder. En este sentido hay un 
elemento que no sólo está presente en estos tres signos de poder, sino que es 
el hilo conductor y al mismo tiempo tejedor de las estructuras de producción 
ideológica: el lenguaje. 
 
1.2.3 El lenguaje y la teoría de los conflictos culturales 
 
El lenguaje es el hilo tejedor de la ideología, en un sentido más profundo es la 
llave que desencripta los sueños y devela al inconsciente, sólo que el lenguaje 
en si mismo es un sistema cerrado (las llamadas barreras del idioma) que 
reproduce la ideología que subyace en la superestructura, ya que estasdos 
variables (ideología-lenguaje) forman un binomio que yace unido en la raíz más 
profunda de los sistemas de producción, cualquiera que este sea. El lenguaje 
por ser un sistema cerrado sólo acepta ciertas nociones para describir ciertas 
situaciones, así que las palabras y los conceptos sólo definen y dan cabida a 
un catálogo de sensaciones, emociones y sentimientos reconocidos por ese 
lenguaje. El lenguaje es el instrumento de la ideología que permite describir en 
su dimensión al ser lo que cree ser a partir de ese código, pero hay 
sensaciones y comprensiones que el ser experimenta fenomenológicamente 
que las palabras no pueden describir. La ideología que está detrás de un 
idioma es la que determina lo que neurolingüísticamente puede ser captado 
por aquel ser que se encuentra a si mismo en la lengua. Así que el ser es 
sujetado por su propia lengua, la paradoja se encuentra cuando el ser cree que 
es el sujeto del lenguaje y no se da cuenta de que es, mas bien, el objeto de su 
ideología-lenguaje que se expresa en el discurso jurídico-político o religioso. 
 
Para ilustrar este entendimiento se utiliza una pequeña narración: en una 
época antigua los beduinos, los moradores de los desiertos de Arabia, 
 33 
cazaban micos con trampas que eran unas simples cajas con pequeños 
orificios a través de los cuales insertaban sus manitas para tomar un plátano 
que de hecho era la carnada. Cuando el mico agarraba la fruta quedaba 
atrapado, sujetado, y no lo soltaba hasta que llegaba un beduino a capturarlo 
vivo. 
La reflexión se acerca a lo que el ser capta desde la percepción y lo que cree 
conocer a través del lenguaje. Para lo cual es importante precisar que la 
percepción38 permite captar las sensaciones del entorno con los sentidos del 
mundo biológico, mientras que el lenguaje conoce a través de logos39 en tanto 
que es razón discursiva que atiende a una lógica racional. 
 
En este sentido el lenguaje es sólo vehículo entre comprensión y epísteme 
hecha por el sujeto individual que capta un mundo concreto, que es sólo la 
descripción de lo que es y está ahí, es el objeto que busca aprehender al sujeto 
con el lenguaje, tal como los beduinos capturaban al mico con el plátano. 
 
Así que existe un mundo de lo concreto, del „ser ahí‟40 despojado de la 
enajenación del lenguaje secuestrado por la ideología en tanto control social 
informal, ya que los sistemas ideológicos se reproducen a través del lenguaje 
que manipula el logos que diseña la realidad que el poderoso impone para 
perpetuar su poder. El conflicto comienza cuando la „conciencia de lo real‟ del 
poderoso se impone como única verdad y trata de imponer sus valores 
culturales sobre otros a través de la ideología- lenguaje y del código penal. 
 
 
38
 Percepción tiene su origen en el latín perceptio, que se traduce como recoger conocimiento, 
proveniente del griego katalepsis, que es la conciencia de una sensación. Barcelona, Herder, CD-ROM, 
1999. 
39 Logos proviene del verbo griego legein, que originariamente significaba hablar, decir, narrar, dar 
sentido, recoger o reunir. Se traduce habitualmente como razón, aunque también significa discurso, verbo, 
palabra. En cierta forma, significa razón discursiva que muestra su sentido a través de la palabra. 
Heráclito de Éfeso (550a.C.-480 a.C.) estableció una unión entre el ser y el logos, como reunión de lo 
ente y el ser. En Diccionario de filosofía, Op. cit. 
40
 En Ser y tiempo Heidegguer dice: “[…] en un primer momento el „ser ahí‟ es „uno‟ y en la mayoría de 
los casos, sigue siéndolo. Cuando el „ser ahí‟ descubre propiamente el mundo y se lo acerca, cuando 
penetra y conoce su „ser propio‟ a „si mismo‟, entonces este hallazgo de „mundo‟ y de „ser ahí‟ ocurre 
siempre a la manera de un aclarar, abrir claros (lichtung), despejando, eliminando lo que cubría y 
oscurecía, rompiendo los disimulos con los que el „ser ahí‟ se cierra y aísla de si mismo” citado en 
Safranski, Rüdigger, “Filosofar no es mas que principiar, Heidegguer como principiante”, en Revista de 
filosofía, México, Universidad iberoamericana, #92, mayo-agosto, 1998, p.180. 
 34 
Todos los „conflictos de cultura‟ son „conflictos de significado‟: valores 
sociales, intereses, normas. No puede haber contrastes entre los elementos 
materiales de la cultura. Tales conflictos son considerados a veces como 
subproducto del desarrollo de la civilización y estudiados como conflictos 
mentales o como contraposición entre códigos corporales: puede surgir como 
consecuencia de la introducción de normas o valores extraños en un sistema 
sólido, pero también sin que ello suceda, a causa de los inevitables cambios 
debidos al progreso de la civilización al mudamiento social en el ámbito del 
sistema.41 
 
Ya lo dijo Mannheim, “todos los conflictos de cultura son conflictos de 
significado”, es decir de interpretación de signos. Entonces es un problema que 
puede ser objeto de estudio de la hermenéutica y de la semiótica (del griego 
semeión, signo) o semiología, que para Oscar Correas42 es la ciencia que se 
encarga del estudio de la producción social del sentido del discurso, en tanto 
ideología o sentido formalizado en el lenguaje que determina a la sociedad. 
 
La semiótica es, para el lingüista suizo F. de Saussure, una ciencia que estudia 
la vida de los signos en el seno de la vida social. Lo importante es que fija la 
materia de la lingüística, que “está constituida por todas las manifestaciones del 
lenguaje humano, ya se trate de pueblos salvajes o de naciones civilizadas, de 
épocas arcaicas, clásicas o de decadencia, teniendo en cuenta, en cada 
periodo, no solamente el lenguaje correcto y el bien hablar, sino todas las 
formas de expresión”.43 Esta escuela suiza distingue el signo como la 
presentación de la asociación de dos elementos interdependientes, el 
significante y el significado.44 
 
En esta lingüística, la lengua (homogénea) se entiende como un hecho social, 
mientras que el habla (heterogénea) como un hecho individual. Lo importante de 
esta división diacrónica, es que da la pauta para la subjetividad de los signos 
 
41
 Mannheim, Hermann, Trattato di criminologia comparata, Turín, Einaudi Editori, vol. II, 1965, p. 625. 
42
 Vid. Correas, Osar, Introducción a la sociología jurídica, México, Fontanera, 2007, p. 135 
43
 Saussure, Ferdinand, Curso de lingüística general, Buenos Aires, Losada, 1973, p.46. 
44
 i) Significante.- (Representante), el concepto, de carácter más abstracto. Esta imagen acústica no es el 
sonido material, sino su huella psíquica. El significante tiene carácter lineal y su relación con el significado 
es arbitraria. ii) Significado.- (Representado), por oposición a significante, es el concepto o contenido del 
signo lingüístico, tal como lo define F. de Saussure. El contenido de una palabra (su valor) es el resultado 
de su posición en el sistema, “está determinado por el concurso de lo que existe fuera de ella”. En 
Saussure, Ferdinand, Op.cit. 
 
 35 
contenidos en el habla que habrán de tener una repercusión en la huella 
psíquica del significante para realizar interpretaciones determinadas a priori. 
 
En La ideología alemana Marx escribió: 
 
El lenguaje es tan viejo como la conciencia práctica, la conciencia real, que 
existe también para los otros hombres y que, por tanto, comienza, a existir 
para si mismo; y el lenguaje nace, como la conciencia, de la necesidad, de 
los apremios del intercambio con los demás hombres. […] La conciencia es 
ya de antemano un producto social, y lo seguirá siendo mientras existan 
seres humanos. La conciencia es ante todo, naturalmente conciencia de 
mundo inmediato y sensible que nos rodea y conciencia de los nexos 
limitados con otras personas y cosas, fuera del individuo consciente de si 
mismo; y es al mismo

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