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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
ARAGÓN 
 
 
 
 
EL ESPACIO PÚBLICO DESDE LAS MIRADAS 
DE NIÑOS Y NIÑAS EN EL CENTRO HISTÓRICO 
DE COYOACÁN 
 
 
 
T E S I S 
 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE: 
LICENCIADA EN SOCIOLOGÍA 
 
 
 
P R E S E N T A: 
 
LUCERO BERENICE RUGAMA JUÁREZ 
 
 
 
 
 
ASESOR DE TESIS 
DRA. PATRICIA RAMÍREZ KURI 
MAYO, 2016 
 
Lourdes
Texto escrito a máquina
Nezahualcóyotl, Estado de México
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
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objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
Universidad Nacional Autónoma de México 
Facultad de Estudios Superiores Aragón 
 
Tesis para obtener el grado de: 
Licenciada en Sociología 
 
El espacio público desde las miradas de niños y niñas en el Centro 
Histórico de Coyoacán 
 
Presenta: 
Lucero Berenice Rugama Juárez 
 
Asesor de Tesis: 
Dra. Patricia Ramírez Kuri 
2016 
 
 
 
 
 
 
 
 
En memoria de mis abuelos 
 
Francisco Rugama Moysen 
y 
Elizabeth Díaz Guarneros 
 
Dos estrellas en el cielo que guían mi camino 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DEDICATORIA 
 
A mis padres, Angélica y Francisco 
Quienes con apoyo y amor 
incondicional impulsaron mis estudios 
profesionales y mi desarrollo personal 
 
A mi hermana Jessy 
Por su motivación contante y por 
acompañarme en los momentos más 
importantes de mi vida 
 
A mis abuelos Estela Mejía y Hermes Juárez 
A mis tíos y primos 
Por su valioso ejemplo 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
Quiero expresar mis más sinceros agradecimientos a todos aquellos que apoyaron 
los procesos de mi formación profesional y de elaboración de esta tesis. 
En mi primer lugar, quiero expresar mi profunda gratitud a la Dra. Patricia Ramírez 
Kuri, quien asesoró con dedicación y paciencia en las diferentes etapas, aportando 
valiosos comentarios que contribuyeron a la conclusión de este trabajo. Al mismo 
tiempo, le agradezco porque desde mi incorporación al Instituto de Investigaciones 
Sociales de la UNAM, tuvo la sensibilidad de incluirme en proyectos de 
investigación para contribuir en mi desarrollo profesional. 
Mis más sinceros agradecimientos a la Dra. Tuline Gülgönen, por haber permitido 
vincularme en los talleres con niños, contribuyendo con entusiasmo hacia mi 
interés en temas de infancia. 
Esta tesis se llevó a cabo con el apoyo de la beca del Proyecto PAPIIT, No. 
IN301314: CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA EN LA CIUDAD DE MÉXICO, 
financiado por la DGAPA de la UNAM, y coordinado por la Dra. Lucía Álvarez, a 
quien agradezco la oportunidad de incorporarme en las actividades de 
investigación, así como el apoyo e interés constante. 
Agradezco especialmente a mi hermana Jessica Rugama, por el apoyo en la 
revisión y la edición. También a Miguel Angel Loyola, quien ha sido mi compañero 
en el devenir de mis inquietudes e ideas, involucrándose en todo momento en la 
elaboración de esta investigación, aportando valiosos motivos para su conclusión. 
De manera especial agradezco a mis profesores de la carrera de Sociología en la 
FES Aragón, en especial a la Mtra. María del Rosario Melgarejo por su interés y 
constante impulso durante y posteriormente de los estudios de licenciatura. Al Dr. 
Juan Mora, quien dio luz a mis interrogantes. A la Lic. Cristina Camacho por el 
apoyo académico, aportando ideas críticas y soluciones a este trabajo. Agradezco 
al jurado asignado en el que formaron parte la Mtra. María Isabel Chávez, la Lic. 
Karina Garduño y la Lic. Lucero Flores, quienes apoyaron con su lectura y 
observaciones. 
Asimismo, agradezco el apoyo y solidaridad de mis compañeros de la universidad, 
y sobre todo, por los buenos momentos que tuvimos durante la carrera. 
Por último, agradezco a mi casa de estudios la Universidad Nacional Autónoma de 
México, a quien debo mi educación y formación, pero sobre todo, por los valiosos 
retos y oportunidades que han contribuido en mi desarrollo tanto profesional como 
personal. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ÍNDICE 
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 1 
CAPÍTULO 1. ESPACIO PÚBLICO, CIUDAD E INFANCIA .................................................... 11 
1. Dimensión social del espacio público de la ciudad ....................................................... 11 
a) Nociones sobre el espacio ............................................................................................ 11 
b) Lo público urbano, una aproximación ......................................................................... 15 
c) El espacio público de la ciudad, conflictos y desigualdades urbanas .................... 19 
2. Infancia y espacio público ................................................................................................. 26 
a) Un acercamiento al concepto de infancia ................................................................... 26 
b) La familia y la escuela, dos espacios de socialización ............................................. 28 
c) La escuela como espacio público ................................................................................ 37 
CAPÍTULO 2. LA INFANCIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO: DERECHOS Y 
PROBLEMÁTICAS URBANAS .................................................................................................... 42 
1. La infancia como sujetos de derechos ............................................................................ 42 
2. Problemáticas urbanas y derechos de niños en la Ciudad de México ...................... 45 
3. El Centro Histórico de Coyoacán como contexto de la relación entre infancia y 
ciudad ........................................................................................................................................... 56 
CAPÍTULO 3. ESPACIO PÚBLICO E INFANCIA, TESTIMONIOS DESDE LA ESCUELA 
EN EL CENTRO HISTÓRICO DE COYOACÁN ....................................................................... 69 
1. El espacio público escolar ................................................................................................. 69 
2. La escuela pública .............................................................................................................. 81 
3. La escuela privada ............................................................................................................. 84 
4. Convergencia y divergencias entre la escuela pública y la privada: miradas sobre el 
espacio público de niños y niñas ............................................................................................. 85 
CAPÍTULO 4. A MANERA DE CONCLUSIÓN ........................................................................ 109 
a) La propuesta de investigación .................................................................................... 109 
b) El espacio público escolarizado en el centro histórico de Coyoacán ................... 111 
c) La escuela como lugar de encuentro y disputa ....................................................... 113 
d) Vida pública de niños, contradicciones y diferencias en el acceso a los espacios 
públicos ..................................................................................................................................114 
e) Desafíos y alcances de la investigación ................................................................... 118 
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................. 121 
 
 
1 
 
El espacio público desde las miradas de niños y niñas en el Centro Histórico 
de Coyoacán 
INTRODUCCIÓN 
Este trabajo se deriva de mi participación como becaria en el proyecto Procesos 
urbanos, espacio público y ciudadanía bajo la coordinación de la Dra. Patricia 
Ramírez Kuri en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Además, 
contó con el apoyo del Proyecto PAPIIT (DGAPA-UNAM) titulado “Construcción de 
ciudadanía en la Ciudad de México”; ambas experiencias tienen una línea de 
reflexión relacionada con la temática de procesos socio-urbanos, que son de gran 
importancia en la elaboración y conclusión de este análisis. Asimismo, recupera 
los resultados de la investigación titulada Ciudadanía, espacio urbano y actoría 
social de la infancia: ¿cómo pensar la integración de las niñas y de los niños en la 
ciudad? coordinado por la Dra. Tuline Gülgönen durante su estancia como becaria 
posdoctorante en el IIS-UNAM, en el cual participé en la aplicación de las técnicas 
de investigación en el 2014. 
Razón por la cual, el tema de investigación pretende descubrir la relación entre la 
infancia con los espacios de la ciudad, mediada por la escuela, en un entorno local 
urbano. Por lo anterior, este trabajo se aproxima a procesos de socialización y 
construcción de relaciones sociales de niños en la vida pública para entender 
desde sus propias perspectivas las diferentes formas de usar, valorizar y apropiar 
los lugares. 
Este trabajo se centra en un contexto local privilegiado de la Ciudad de México por 
su riqueza patrimonial e histórica como lo es el Centro Histórico de Coyoacán, 
retomando el trabajo elaborado en escuelas primarias (una pública y otra privada), 
reconociéndolas como espacios públicos institucionales donde se concentran 
funciones educativas que reúnen una forma de vida pública y de sociabilidad. El 
estudio no busca descubrir cómo es significada la escuela a partir de los 
contenidos y discursos oficiales, sino que permite observar la relación de los niños 
con el afuera: la calle, el parque, la plaza, la localidad y la ciudad misma. 
 
2 
 
Esta investigación es importante ya que la existencia del análisis sobre el tema es 
escaso y debe de ser estudiado, debido a que los niños son sujetos determinantes 
en la construcción y organización social en contextos urbanos como los nuestros, 
que se distinguen por marcadas desigualdades. Además, pocos trabajos han 
abordado la escuela como espacio público vinculado al entorno local de la ciudad, 
el cual tiene un papel fundamental en la enseñanza institucionalizada de valores 
cívicos y culturales para la formación de la vida pública comunitaria. 
 
 Problema de investigación 
 
En la actualidad la ciudad se encuentran inmersa en profundas transformaciones 
en la relación espacio, sociedad e instituciones, con repercusiones importantes en 
las condiciones de la calidad de vida de la gente que usa y habita los lugares. Ante 
esta situación, ¿qué problemas presenta estas transformaciones en el espacio 
público como lugar de encuentro y de relación entre diferentes1? Entre las 
principales problemáticas que se destacan son: la inseguridad y la violencia que 
afectan la convivencia; la tendencia a la privatización del espacio con el 
predominio del uso del automóvil y de áreas particulares de consumo y de 
esparcimiento, que repercute en su debilitamiento como lugar común y de 
encuentro de diferentes. 
 
Ante este contexto, observamos la limitada presencia de la infancia en el diseño y 
la planeación de los entornos cotidianos, que lo define como un grupo social que 
sufre las barreras tanto físicas como sociales, en el acceso desigual del bienestar 
social y en los derechos en las ciudades. Añadiendo la posición de dependencia 
en la que se consideran a los niños como sujetos en situación de riesgo y 
vulnerabilidad, lo que condiciona su desarrollo al ámbito privado del hogar. Frente 
a estas problemáticas se plantean tres preguntas centrales: ¿Cómo se afecta la 
calidad de vida de la infancia en los espacios locales?, ¿cómo usan y se 
 
1 Ramírez Kuri, 2015 
2Elaborando un acercamiento desde la fenomenología intentando recuperar los conceptos 
 
3 
 
relacionan con el espacio público? y ¿cómo perciben el espacio social desde la 
escuela primaria como lugar común de socialización, de relación y de aprendizaje? 
 
 Hipótesis 
Ante la problemática expuesta, la hipótesis que guía esta investigación plantea 
que existe una tendencia al deterioro de la relación entre los niños y la ciudad. Lo 
anterior está asociado tanto a la manera en cómo se identifican con los espacios y 
cómo acceden a recursos públicos y asumen los derechos urbanos. Esta situación 
influye de una parte en la construcción de significados sobre los espacios públicos 
y sus habitantes (diferentes y extraños entre sí); de otra parte impone limitaciones 
en el uso y apropiación social y simbólica de los lugares, acotando a la casa y la 
escuela la formación de la vida pública infantil. En consecuencia, los niños que 
usan y habitan la ciudad y particularmente en Coyoacán y en su Centro Histórico 
se relacionan con los lugares de forma no sólo de manera diferenciada y desigual, 
sino con actitud de desconfianza y temor hacia el afuera. Podemos suponer que 
esto origina un distanciamiento con los entornos cotidianos, como el barrio, la 
calle, el parque y la plaza, percibidos como lugares de riesgo y de peligro, 
mientras que el ámbito privado familiar tiende a ser identificado como lugar de 
seguridad y de protección. Es así que la escuela contribuye a esta noción sobre lo 
público y privado que disocia la experiencia urbana de los niños y a la 
construcción de la idea misma de la ciudad que habitan. 
 
 Objetivos de investigación 
El objetivo general tiene como propósito analizar y comprender, desde los 
testimonios de la infancia, tanto la manera en que se vincula este grupo social con 
la ciudad, como las relaciones y las experiencias urbanas de niños que se 
construyen dentro de escuelas primarias del Centro Histórico de Coyoacán. Se 
trata de analizar las prácticas sociales que desarrolla la infancia en el espacio 
público desde la manera cómo lo perciben, con el fin de conocer el proceso de 
 
4 
 
incorporación de este actor social a la vida pública urbana local y la construcción 
de relaciones de civilidad con otros desde la escuela y la familia. 
Los objetivos específicos son: 
 Comprender desde un enfoque sociológico la categoría de espacio social como 
lugar de encuentro y socialización, donde se construyen significados y 
percepciones por los diferentes actores de la sociedad desde múltiples 
posiciones y diferencias. Pretende analizar la infancia y la relación con los 
espacios públicos de la ciudad desde los vínculos del espacio privado familiar y 
el espacio institucional de la escuela. 
 
 Describir el contexto actual de la infancia en la Ciudad de México y el caso 
especifico del Centro Histórico de Coyoacán, identificando las problemáticas 
urbanas en las que está inmiscuido este grupo social, para mostrar la 
complejidad y la diversidad de actores que interactúan en la ciudad, 
considerando aspectos sociodemográficos y el reconocimiento de derechos. 
 
 Analizar desde las miradas de niños y niñas, la relación con los espacios 
públicos, para identificar las percepciones y los significados que se elaboran 
desde la escuela en relación. Esto tiene la finalidad de comprobar las 
convergencias y divergencias que existen entre la escuela pública y la privada, 
para entender cómo seconstruye la experiencia con la vida pública de la 
ciudad. 
 
 Enfoque conceptual y metodológico 
Desde un enfoque sociológico, el eje metodológico de esta investigación se 
encuentra en la relación entre espacio público, ciudad e infancia. A partir de este 
enfoque socio-espacial, se considera la complejidad que existe en los procesos y 
fenómenos que se construyen en la estructura urbana y en la organización social. 
 
5 
 
En esta línea pretendo introducirme en la discusión sobre el concepto de espacio 
social (Lefebvre, 1974 y 1976; Giménez, 1990) reconociendo diferentes aspectos 
sociales y culturales que motivan diversas prácticas y significados que le dan 
sentido a la cotidianidad de las personas. También, entendiendo al concepto de 
espacio social como lugar de la diferencia y la diversidad, en el cual los individuos 
crean sus propias concepciones del mundo desde distintas posiciones (Bourdieu, 
2002; Massey, 2005). 
De otra parte, un propósito es enfatizar el espacio público, más allá de la 
experiencia empírica de las plazas, las calles o los parques, que se produce en 
forma relacional pues actúan como lugares de encuentro y socialización de las 
experiencias de individuos y grupos diferentes (Sennett, 2011; Arendt, 1993; 
Ramírez Kuri, 2008; Carrión, 2007). Dicho lo anterior, se entiende el concepto de 
ciudad como espacio público concentrador de la vida colectiva, donde se 
despliegan las marcadas desigualdades, tensiones y disputas por el uso y control 
del espacio urbano (Borja, 2003; Castells, 1997; Ramírez, 2014). 
En el caso que aquí nos ocupa, el concepto de infancia se entiende como conjunto 
de representaciones sociales que se han construido históricamente a partir de 
percepciones, imágenes y símbolos que se tienen de niños y niñas que orientan la 
interpretación y las formas de interacción colectiva con este grupo social (Ariès, 
1992; Sennett, 2011; Pascual, 2000; Gaitán, 2006). Esta construcción depende de 
los valores y creencias compartidas a través de los cuales se percibe la realidad 
social (Casas, 2006; Pavez, 2012, REDIM) y que están ligadas a la familia, la 
escuela y la comunidad. 
¿Cómo aproximarse a las percepciones y las representaciones que construyen los 
niños en relación a los espacios públicos en una ciudad como la de México? De 
una parte, tratándose de un estudio exploratorio, el laboratorio de análisis elegido 
es el Centro Histórico de Coyoacán como espacio público y en este la escuela 
como lugar común de socialización, partiendo de actividades elaboradas en el 
salón de clase donde permitieron compartir perspectivas e imaginarios de los 
espacios. De otra parte, el punto de partida es la infancia, considerándola como un 
 
6 
 
actor social activo en el desarrollo de relaciones de sentido con los lugares que 
usa y habita. Pretende dirigir hacia la lectura del la experiencia e interacciones de 
los sujetos en la vida cotidiana2, en el que el individuo define la realidad dentro de 
sus propios contextos, considerando cada una de sus particularidades: género, 
cultura étnica, clase social que ocupa en la estructura social y en el contexto 
urbano. 
Conceptos clave 
 
Concepto 
 
Definición 
 
Variables 
 
Espacio 
público 
Lugar de encuentro entre diferentes individuos 
y grupos de la sociedad que expresan 
distintas formas de vida pública. 
Prácticas y relaciones 
sociales entre diferentes 
Usos y apropiaciones 
individuales y colectivas 
 
Ciudad 
Lugar concentrador de la vida colectiva y 
representación de la sociedad. 
Estructura urbana 
Organización social 
 
Infancia 
Representaciones sociales históricamente 
construidas, como forma de interpretación y 
relación colectiva, ligados a la familia, la 
escuela y la comunidad. 
 
Construcción Social 
Actor social 
Espacios de socialización 
en la esfera privada familiar 
y la esfera pública escolar 
 
 
 Técnicas de investigación 
Las técnicas de investigación que apoyaron las hipótesis planteadas en este 
trabajo, se describen a continuación: 
a) Revisión bibliográfica: textos teóricos, desde la sociología y otras disciplinas 
interdisciplinarias, los cuales apoyarán el eje conceptual y metodológico. 
b) Revisión documental: fuentes estadísticas de datos censales del INEGI (1990, 
2000 y 2010). Documentos jurídicos y normativos tanto internacionales como 
nacionales, como del Distrito Federal. Documentos informativos y de 
investigación: Consulta Infantil y Juvenil e informes de la Red por los Derechos 
de la Infancia en México (2011-2015), como de la UNICEF. Revisión del 
 
2Elaborando un acercamiento desde la fenomenología intentando recuperar los conceptos 
centrales de la teoría, que proponen una lectura de la realidad social a partir del concepto de 
intersubjetividad. Se reconoce su carácter aproximativo sobre este método debido a que se 
requiere mayor profundidad en el tema que contribuyan a la compresión de estos temas. 
 
7 
 
Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Coyoacán (IIS-
UNAM, 2014). 
c) Observación directa y relevamiento fotográfico: elaboración de recorridos en la 
zona del Centro Histórico de Coyoacán y en las dos escuelas primarias, con el 
objetivo de conocer las prácticas y actividades que se desarrollan en el espacio 
público. 
d) Uso de resultados del estudio Ciudadanía, espacio urbano y actoría social de 
la infancia: ¿cómo pensar la integración de las niñas y de los niños en la 
ciudad?, tomando en cuenta la información de talleres realizados en dos 
escuelas primarias del Centro Histórico de Coyoacán en el 2014. 
 
 Consideraciones sobre el trabajo de campo 
Se utilizaron una serie de instrumentos que apoyaron la elaboración de talleres en 
dos escuelas primaria: se realizaron cinco sesiones dirigidas a niñas y niños de 
Segundo y Tercero grado de primaria, del 11 de febrero al 21 de marzo de 2014. 
En la Escuela Primaria Melchor Ocampo trabajaron 51 niños y en el Colegio 
Sócrates participaron 30 niños; ambos grupos de entre 7, 8 y 9 años. 
Se eligió esta población que asistía a los centros escolares para poder investigar 
la relación con espacios públicos de la ciudad y del Centro Histórico de Coyoacán. 
Las escuelas por sus características materiales y simbólicas, permitieron 
concentrar a grupos de niños para la aplicación de metodologías participativas 
(Gülgönen, 2013), reconociendo las diferentes formas de expresar sus intereses, 
deseos y necesidades, que nos orienta a “…generar espacios de escucha, de 
dialogo, espacios que posibiliten una expresión libre y genuina” (Corona y Gáal, 
2000). Bajo esta perspectiva, el salón de clases propició un ambiente de confianza 
y de trabajo colectivo continuo con niños y niñas que respondieran los objetivos 
del proyecto. Las principales estrategias que se utilizaron fueron la elaboración de 
dibujos, maquetas, entrevistas grupales, mapas, fotografías, etc. 
 
 
8 
 
Descripción de Actividades 
Taller 
 
Tema Instrumento Descripción 
Taller 1. El barrio  Mapa 
 Entrevista semi-
estructurada y 
discusión de 
grupo 
Dibujo a lápiz de espacios públicos 
representativos y más frecuentados 
en el barrio o colonia en la que 
habitan. Al final, trazaron los 
recorridos cotidianos con un color 
rojo. 
Las entrevistas se orientaron en 
torno al tema del barrio (lugares 
significativos, problemáticas, 
espacios de juego) 
Taller 2. La calle  Elaboración de 
cuento y dibujo 
 Entrevista semi-
estructurada y 
discusión de 
grupo 
Elaboración de cuento y dibujo 
consistió en una narración de una 
experiencia vivida o imaginada 
sobre de la calle. 
En las entrevistas se discutió sobre 
las funciones de la calle y sus 
principales problemáticas. 
Taller 3. Parques y 
jardines 
 Material visual de 
parques y jardines 
 Entrevista semi-
estructurada y 
discusión de 
grupo 
Proyección visual de fotos deparques y jardines cercanos a la 
zona del Centro Histórico de 
Coyoacán, de la Delegación 
Coyoacán y de otros países, con el 
objetivo de observar el 
reconocimiento y las concepciones 
que se tiene de éstos. 
La discusión se orientó en las 
actividades que realizan y las 
problemáticas a las que se enfrentan 
al asistir a parques y jardines. 
Taller 4. La ciudad  Maqueta Se formaron grupos de 5 a 7 niños y 
niñas que elaboraron maquetas con 
el tema de la ciudad en la que les 
gustaría vivir. 
Taller 5. Los niños y 
niñas en la 
ciudad 
 Proyección de 
cortometraje de 
animación 
“La petite Taupe” (“El pequeño 
Topo”) Z. Miler, Checoslovaquia, 
1968. Al final se discutió sobre la 
película. 
  Fotografía Imágenes tomadas por niños para 
identificar los lugares significativos 
en su vida cotidiana. 
 
 
 
 
9 
 
 Estructura capitular 
En el primer capítulo comienza explorando el concepto de espacio, considerado 
como el lugar socialmente construido. Se parte de que es un componente activo 
en la producción de la sociedad y en estrecha relación con el desarrollo y 
constitución de prácticas y relaciones sociales. Es un campo de acción donde los 
individuos y grupos, desde la posición en la que se encuentren, manifiestan 
representaciones y significados del lugar. 
En el segundo punto del Capítulo uno se examina la categoría de espacio público, 
desde un enfoque urbano sociológico, como el lugar común que comparten todos 
los individuos y grupos permanentemente. Es un espacio que permite la 
interacción de actores que se reúnen por propósitos en colectivo. Lo público 
urbano, además de tener una condición jurídica que regula el uso y acceso, se 
relaciona con la organización social que ocurre paralelamente a las 
transformaciones actuales influenciadas por procesos actuales de la economía 
global. Se analiza al espacio público en relación con la ciudad, como un lugar de 
encuentro de personas y actividades múltiples, es decir, de intercambio social. 
Actualmente, las ciudades son estudiadas como espacios de flujos, donde ocurren 
transformaciones en la relación sociedad e instituciones. A consecuencia, se 
genera una tendencia a la degradación en los espacios de uso común y en la 
calidad de vida de sus habitantes, que muestra las contradicciones urbanas y las 
disputas por los derechos. 
En el apartado sobre infancia y espacio público de este capítulo, se elabora una 
aproximación a la noción de infancia, reconociéndola como un concepto social y 
culturalmente construido. Se examinan dos esferas en la que está inmerso este 
grupo social: por un lado, el espacio privado familiar se convierte en la primera 
institución de socialización y cuidado de los niños, en donde se le imponen límites 
para eliminar los riesgos que guarda el exterior. Por otro lado, la escuela se 
distingue como una institución de socialización, la cual tiene un rol clave en la 
enseñanza de valores y prácticas que legitimen el orden social establecido. Los 
entornos educativos son analizados como espacios públicos institucionales, 
 
10 
 
considerados como puntos de encuentro fuera del ámbito íntimo familiar, por ser 
áreas de interacción cotidiana, donde se conjugan funciones educativas con 
relaciones de civilidad y solidaridad, y también situaciones de conflicto y 
desigualdad entre opuestos. 
El Capítulo dos se discuten elementos en el contexto actual de niños y niñas en la 
ciudad de México, la relación con el reconocimiento institucional de los derechos y 
las problemáticas sociales y urbanas que actualmente enfrenta esta población. Al 
mismo tiempo, se ubica en un contexto local como es el Centro Histórico de 
Coyoacán, en donde se desarrolla un apartado socio-demográfico que incorpora 
aspectos de los espacios públicos de este Centro Histórico, como la problemática 
actual de la zona. Esto posibilita acercarse al contexto social y demográfico en el 
que se ubica la población infantil. 
Por lo que corresponde al tercer Capítulo, se exponen los resultados del trabajo 
empírico elaborado en dos escuelas primarias en el Centro Histórico de Coyoacán, 
en donde se identifica las formas de relacionarse de los niños con los espacios 
públicos y con los habitantes. A partir de esto, se analizan las percepciones y las 
prácticas sociales, desde la escuela, observando las posibilidades y las 
restricciones que se enfrentan diariamente, como una manera de acércanos a la 
experiencia de niños en la vida pública de la ciudad 
Finalmente, se presentan conclusiones de los resultados de esta investigación 
discutiendo las hipótesis que orientan este estudio. Se distinguen algunas 
consideraciones y propuestas que surgen del estudio realizado para continuar con 
análisis posteriores, dando cuenta de los alcances y las limitaciones del trabajo de 
investigación. Se aproxima a una de las principales interrogantes que surgen a 
partir de esta investigación, que se relaciona con los elementos para el desarrollo 
de la participación infantil, como una forma de inclusión efectiva de derechos 
sociales y urbanos. 
 
 
 
11 
 
CAPÍTULO 1. ESPACIO PÚBLICO, CIUDAD E INFANCIA 
 
1. Dimensión social del espacio público de la ciudad 
 
a) Nociones sobre el espacio 
 
El espacio se entiende en este trabajo como un elemento constitutivo de lo social, 
partiendo desde la comprensión de los significados y las relaciones que generan 
los diferentes individuos y grupos que habitan y usan la ciudad. Esta reflexión 
pretende reconocer al espacio, no como un contenedor físico y pasivo de 
actividades y sujetos, sino más bien como un componente activo que interviene en 
los procesos sociales y en los contextos de la sociedad contemporánea. 
De ahí que comencemos preguntándonos, ¿qué es el espacio?. Henri Lefebvre, 
desde la filosofía y la sociología, expone que el espacio es inherente a la 
producción de la sociedad debido a que "…se trata del espacio <<vivido>>, en 
estrecha relación con la práctica social" (Lefebvre, 1976: 26). Este autor considera 
que el espacio no es un punto de partida de lo mental (geométrico) y de lo social, 
ni es un punto de reunión de cuerpos y objetos, pues es resultado de relaciones y 
prácticas sociales, y al mismo tiempo es constitutivo de ellas: 
“El espacio (social) no es una cosa entre las cosas, un producto cualquiera 
entre los productos: más bien envuelve a las cosas producidas y 
comprende sus relaciones en su coexistencia y simultaneidad: en su orden 
y/o desorden (relativos). En tanto que resultado de una secuencia y de un 
conjunto de operaciones, no puede reducirse a la condición de simple 
objeto.” (Ibíd.1974: 129). 
 
Lefebvre considera que el espacio es un campo de acción que está vinculado a la 
reproducción de las relaciones sociales de producción (Ibíd. 1976: 34), Advierte 
que no sólo se considere con el proceso de producción y consumo de mercancías, 
 
12 
 
sino con las actividades desarrolladas dentro de la sociedad3, en donde el espacio 
es un medio que se consume, se utiliza e interviene en esta producción. 
Las relaciones sociales de producción, de acuerdo con Lefebvre, incluye las 
relaciones biofisiológicas entre los sexos, como las edades y la organización 
familiar; y además las relaciones de producción: la división del trabajo. Por tanto, 
el espacio constituye un medio de producción, pues se considera como un medio 
de control, de dominación y de poder, el cual cada sociedad produce de manera 
específica (Ibíd. 1974: 86 y 91). 
Este autor aporta lo que hace llamar triada conceptual (Ibíd. 1974: 92 y 97) que 
está compuesta de la práctica espacial, las representaciones del espacio y los 
espacios de representación, cada una está vinculada a un tipo de espacio, 
respectivamente: espacio percibido (físico), espacio concebido (abstracto) y el 
espacio vivido (relacional). 
La primera dimensión está relacionada con la producción y la reproducción, dondela práctica social se asocia con las actividades cotidianas (uso del tiempo) y la 
realidad urbana (flujos de mercancías y de personas) que a través del uso del 
cuerpo, permite percibir a los otros y al espacio físico. Por lo que respecta a la 
segunda dimensión, señala que el espacio concebido está vinculado con las 
relaciones de producción que imponen un orden social mediante signos, códigos y 
relaciones, como conocimientos e ideologías, los cuales funcionan como discurso 
que valoriza al espacio construido por estructuras de poder4. Por último, la tercera 
dimensión explica que los espacios de representación corresponden al espacio 
vivido a través de lo simbólico, por medio de imágenes, interpretaciones e 
imaginarios que crean los individuos que marcan las huellas de la historia. 
 
3Lefebvre parte de la sociedad neocapitalista, es decir de la reproducción de las relaciones de 
producción (Ibíd.: 39) 
4El autor señala que el espacio concebido es el espacio de los científicos, planificadores, 
urbanistas, tecnócratas, fragmentadores, ingenieros sociales y hasta artistas próximos a la 
cientificidad (Ibíd. 1974: 86 y 91). 
 
 
13 
 
Siguiendo la misma línea, reconociendo al espacio como un lugar socialmente 
construido, Gilberto Giménez (1990) lo asocia con la categoría de territorio. De 
acuerdo con este autor, el espacio puede ser usado, apropiado y valorizado por 
una parte de forma instrumental-funcional, enfatizando las relaciones utilitarias y 
materiales. De otra, teniendo un carácter simbólico-cultural como "...objeto de 
inversiones estético-afectivas o como soporte de identidades individuales y 
colectivas", donde el territorio juega "una especie de pantalla sobre la que los 
actores sociales (individuales o colectivos) proyectan sus concepciones del 
mundo". Además se compone de "todas las prácticas sociales, incluidas las 
matrices subjetivas (habitus) y sus productos materializados en forma de 
instituciones o artefactos […] signos, símbolos, representaciones, modelos, 
actitudes, valores, etcétera, inherentes a la vida social" (Ibíd. 1990: 29 y 32). 
De acuerdo con Giménez, existen tres dimensiones que asocian al territorio con la 
cultura (Ibíd., 1990: 33-34): la Primera dimensión expone que el territorio 
constituye un “espacio de inscripción de la cultura", en el cual se encuentran 
múltiples formas de objetivación. Estos territorios, nos dice, están “tatuados” por 
las huellas de la historia, de la cultura y de los procesos sociales. La Segunda 
dimensión contempla al espacio como marco o área de distribución de 
instituciones y prácticas culturales localizadas, como los ritos, los festejos anuales, 
la lengua o la vestimenta singular de una población. La Tercera dimensión 
considera que puede ser apropiado debido a que es objeto de representación y de 
apego afectivo y, sobre todo, como símbolo de pertenencia socio-territorial. 
Giménez y Lefebvre reafirman la manera de concebir al espacio, no como un mero 
escenario o contendedor de los modos de producción y flujo de relaciones, sino 
que debe considerarse como la confluencia de significados y entramados 
simbólicos que intervienen. Estas funcionan como mecanismos integradores para 
que los individuos de una comunidad adquieran una identidad social, pues 
desempeñan un papel simbólico relevante en las relaciones humanas de 
pertenencia. 
 
14 
 
Doreen Massey (2005) expresa que el espacio es parte integral en la producción 
de la sociedad y es producto de múltiples interrelaciones, constituidas desde plano 
global hasta el plano íntimo, como componente fundamental en el proceso de 
constitución de subjetividades. Massey explica que el espacio propicia la 
existencia de multiplicidad de trayectorias, lo que deviene en la pluralidad y la 
diferencia de actores que convergen en este lugar. 
En convergencia, Pierre Bourdieu reflexiona sobre la categoría de espacio social. 
Este autor explica que está organizado por las prácticas y las representaciones de 
los agentes. Enfatiza la diferencia como un elemento fundamental, pues "...se 
constituye de tal forma que los agentes o los grupos se distribuyen en él en 
función de su posición en las distribuciones estadísticas según dos principios de 
diferenciación […] el capital económico y el capital cultural5" (Bourdieu, 2002: 18). 
Bourdieu afirma que la visión que cada persona posee del espacio social, 
dependerá de la posición en la que se encuentre. Este autor incorpora el concepto 
de habitus como principio generador de prácticas distintivas de clase6, así como 
"...principios de clasificación, principios de visión y de división, aficiones, 
diferentes. Establecen diferencias entre lo que es bueno y lo que es malo, entre lo 
que está bien y lo que está mal, entre lo que es distinguido y lo que es vulgar, etc., 
pero no son las mismas diferencias para unos y otros" (Ibíd. 2002: 20). 
 
5Una de las aportaciones de Pierre Bourdieu es lo que él llama capital. De acuerdo con Inda y 
Duek (2005), son recursos apropiados por los individuos en el espacio social, el cual determina las 
oportunidades de actuación: “La estructura de distribución de los diferentes tipos y subtipos de 
capital, dada en un momento determinado del tiempo, corresponde a la estructura inmanente del 
mundo social, esto es, a la totalidad de fuerzas que le son inherentes, y mediante las cuales se 
determina el funcionamiento duradero de la realidad social y se deciden las oportunidades de éxito 
de las prácticas” (Ibíd., 2005: 2-3). Además del capital económico y el cultural, existen el capital 
social (recursos basados en conexiones sociales y pertenencia a grupos) y el capital social 
(aquellos recursos que son percibidos y reconocidos como legítimas). 
6Uno de los más importantes conceptos de la sociología es la del habitus. De acuerdo con 
Bourdieu menciona que es “…el sistema de disposiciones duraderas y transferibles (que 
funcionan) como principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones que 
pueden estar objetivamente adaptadas a su fin” (Bourdieu, 1991: 92). De acuerdo con el autor, el 
habitus son esquemas interiorizados los cuales los individuos construyen su manera de percibir, 
comprender y de actuar en el espacio social, de acuerdo en la posición en la que ocupan y de la 
posesión de capitales. 
 
15 
 
En el espacio social las relaciones y las representaciones se definen de acuerdo al 
tipo de capital que domine a los individuos o grupos, los cuales se articulan en el 
espacio y “…cuya posesión condiciona el acceso a los provechos específicos que 
están en juego en el campo, y también por sus relaciones objetivas con otras 
posiciones (dominación, subordinación…)” (Ibíd., 2000: 14-15). Estas diferencias 
entre los individuos o grupos que coexisten en el espacio crean divergencias y 
conflictos de clase, que “…cuando son percibidas […] las diferencias en las 
prácticas en los bienes poseídos, en las opiniones expresadas, se convierten en 
diferencias simbólicas y constituyen un auténtico lenguaje." (Ibíd. 2002: 20). Afirma 
que estas oposiciones se convierten en rasgos distintivos de cada clase que se 
posiciona en el espacio y se construyen de manera individual y colectiva. 
 
b) Lo público urbano, una aproximación 
 
Esta línea de discusión se relaciona con el concepto de espacio público, 
analizándolo desde lo urbano como un lugar donde se posibilitan los encuentros y 
las relaciones entre los diferentes actores sociales, que a partir de éstas surgen 
significaciones para quienes lo usan y se apropian. Hay que mencionar que el 
término de espacio público tiene como antecedentes la noción clásica, desde la 
filosofía hasta connotaciones políticas, históricas, socioculturales, económicas, 
jurídicas y sobre todo, concerniente a lo espacial, lo que propicia que sudefinición 
no sea unívoca. Esta condición se debe a que se ha utilizado desde diferentes 
enfoques metodológicos y disciplinarios. Asimismo, históricamente esta noción se 
ha transformado con relación a los cambios en las sociedades, que le han 
otorgado distintos usos y significados que han trascendido a la vida comunitaria de 
las personas y repercuten en el debate académico. 
Existe una línea teórica que no pretende seguir este trabajo, la cual parte de 
considerar a lo público asociado a lo que pertenece al pueblo y de interés público 
de una comunidad política. Se analiza este concepto como concerniente al Estado 
 
16 
 
y a las instituciones, guiado desde una concepción institucional y jurídica7, que 
sugiere formas de propiedad, acceso a bienes y servicios públicos. 
Partiendo de esto, interesa la propuesta de Hannah Arendt (1993) que describe a 
esta esfera pública desde dos fenómenos relacionados. Por una parte, lo público 
es aquello que puede ser visto y oído por todo el mundo; por otra es considerado 
el lugar común, diferenciado del mundo privado, en donde los hombres se 
relacionan tanto con los objetos que producen como con otros con los que 
comparte su habitar. 
Este mundo común, como lo explica la autora, contiene tres condiciones: en 
primer lugar, se refiere a la permanencia en donde interactúan los hombres, el 
cual trasciende de una generación a otra, pues “…es lo que tenemos en común no 
sólo con nuestros contemporáneos, sino con quienes estuvieron antes y con los 
que vendrán después de nosotros” (Arendt, 1993: 64) pues se extiende más allá 
del mundo vital. 
En segundo lugar, está condicionada por las diferencias, no sólo de las personas 
que habitan, sino por la existencia de diferentes perspectivas y aspectos: 
“…el mundo es el lugar de reunión de todos, quienes están presentes 
ocupan diferentes posiciones en él, y el puesto de uno puede no coincidir 
más con el de otro que la posición de dos objetos. Ser visto y oído por otros 
deriva su significado del hecho de que todos ven y oyen desde una posición 
diferente” (Ibíd. 1993: 66). 
Por último, en tercer lugar se entiende que por encima de las disimilitudes que 
existen, la intención de reunirse entre diferentes resulta en la búsqueda del mismo 
objeto o de propósitos comunes. 
Lo dicho hasta aquí supone que lo público se relaciona con formas de encuentro 
mediante la interacción con los diferentes miembros de una comunidad. Esta 
distinción que elabora Hannah Arendt, converge con la propuesta de Richard 
 
7Véase en Rabotnikof, 1997 y 2005. 
 
17 
 
Sennett, quien hace alusión a la existencia de un dominio público refiriéndose a 
“…aquellos vínculos de asociación y compromiso mutuo que existen entre 
personas que no se encuentran unidas por lazos de familia o de asociación íntima; 
se trata de vinculo de una multitud, de un “pueblo”, de una política” (Sennett, 2011: 
16), a diferencia de los vínculos de familia o de amigos cercanos, en donde el 
individuo se transformaba en ser social (Ibíd. 2011: 34). 
Esta reflexión nos guía hacia la relación inherente entre lo público y lo privado, 
comprendiendo que estas dos esferas no se contraponen o se excluyen una de la 
otra, sino que se crea y se recrean mutuamente y permanentemente. Ambos 
conceptos son fundamentales en el orden social y urbano, y coexisten de manera 
articulada (Ramírez, 2011: 100): “…en el mundo moderno, las dos esferas fluyen 
de manera constante una sobre la otra, como olas de la nunca inactiva corriente 
del propio proceso de la vida” (Arendt, 1993: 45). Están interrelacionados 
profundamente, que como menciona Renato Ortiz (2004), que tanto lo público 
como lo privado, surge como “categorías de clasificación social” que 
históricamente se han reconstruido en sentidos múltiples y diferenciados. 
Dicho lo anterior, se considera la idea de lo público desde el espacio. Lo público 
en relación a lo urbano, según Patricia Ramírez Kuri (2014), contiene de una parte 
la condición jurídica e institucional de propiedad y normatividad que regula el uso, 
la provisión y el acceso; de otra parte se relaciona como un lugar de relación y de 
socialización, como de representación y apropiación individual o colectiva. Lo 
público del espacio se define a través de los diferentes usos que le asignan las 
personas. 
Entonces, lo público del espacio es un componente indispensable de la 
organización social (Carrión, 2007), debido a que es ahí donde se desenvuelven 
las formas de uso y de sociabilidad, como experiencias individuales y colectivas en 
donde surgen formas de convivencia, comunicación, participación y acción 
individual o colectiva. Por tanto, es importante examinar este concepto, pues como 
dice Ramírez Kuri, es aquí donde se “…expresan la manera como unos y otros se 
 
18 
 
relacionan, se disputan, se apropian colectivamente de la ciudad, poniendo en 
juego interés, demandas y necesidades” (Ibíd. 2009: 25). 
En este sentido, lo público debe de entenderse como espacio de todos, donde 
convive la diferencia, “…donde unos y otros aprenden a vivir juntos y a compartir 
valores tales como el respeto, la solidaridad y la tolerancia” (Ramírez, 2008a: 124). 
Por tal motivo, el espacio público al ser un lugar de relación donde se construye la 
disputa por el uso y la apropiación, puede contener en diversas formas de 
interacción social, política y cultural. 
En el contexto actual aparecen transformaciones estructurales, en la relación entre 
la sociedad y las instituciones, donde surge la redefinición de lo público y lo 
privado. Esto propicia modificaciones en la manera en que se representa y se 
usan los lugares de la vida cotidiana. De acuerdo con Sennett, en la sociedad 
moderna la configuración de la vida pública se encuentra actualmente en estado 
de descomposición, pues existe un debilitamiento de los vínculos sociales. Aclara 
que en las ciudades predomina el individualismo, el fortalecimiento de la vida 
privada y el valor primordial a lo íntimo. Al mismo tiempo, los intercambios y las 
relaciones con los otros, se perciben como formales y fríos, pues el extraño se 
personifica como una figura amenazadora (Sennett, 2011: 34), debilitando las 
relaciones de compromiso cívico y de solidaridad con la comunidad. 
Lo público en la actualidad, según el autor, se considera como carente de sentido, 
sin embargo no sólo afecta a las relaciones interpersonales, sino que ocurre con la 
organización, la estructura y los significados de los espacios en las ciudades. Esto 
es debido a la transformación del espacio público, en lugares de paso y no de 
permanecía, de absoluta movilidad, a consecuencia del predominio del uso del 
automóvil que permite, por un lado, la facilidad y la libertad de movilidad, y por otro 
un espacio para que el individuo se aísle del contacto directo con los otros. 
 
 
 
19 
 
c) El espacio público de la ciudad, conflictos y desigualdades urbanas 
 
Con lo mencionado hasta el momento, podemos aventurarnos a referirnos por 
espacio público, como un concepto complejo que no sólo está asociado 
únicamente con elementos físicos, materiales y espaciales. Debe entenderse 
como un lugar predilecto para la organización social, el cual conjuga dinámicas 
políticas, sociales y culturales, que expresan las diferentes personas en la ciudad. 
Desde la categoría público, entendemos al espacio como un lugar accesible y 
abierto a todos, que tiene la característica de contar con infraestructura que 
permite la realización de actividades individuales y colectivas, pues es un lugar de 
encuentro entre diferentes, lo que se expresa en las formas de relacionarse y 
apropiarse de los entornos urbanos. 
Diferentes autores lo identifican como un espacio de dominio público, uso social, 
colectivo y multifuncional (Carrión, 2007; Borja, 2003a; Ramírez, 2009). En esta 
misma línea,Carrión explica que el espacio público se define con base en cuatro 
condiciones: la primera se relaciona con lo simbólico, como generador de 
identidad bajo el sentido de pertenencia y de representación individual y colectiva, 
pues es un lugar "…donde se representa la sociedad [...] que permiten re-significar 
lo público y fortalecer las identidades más allá de su ámbito específico y del 
tiempo presente” (Carrión, 2007: 92). La segunda lo caracteriza con lo simbiótico, 
lo que demuestra el sentido de su condición pública debido a que es un lugar 
concentrador de relaciones y de la integración social. A través de esas relaciones, 
el espacio cumple la tercera función de intercambio pues fluyen bienes, servicios, 
información y comunicación. Por último, el espacio público tiene un carácter cívico, 
donde se forma la ciudadanía y sus diferentes formas de expresión. 
Autores convergen en que el espacio público se relaciona directamente con la 
ciudad (Borja, 2003a). La ciudad es importante en esta investigación porque: 
 “...de una parte nos introduce a problemáticas urbanas complejas que se 
exhiben en los lugares abiertos a la mirada, y también a los lugares que 
 
20 
 
provee condiciones diversas –favorables o adversas- para la creación de 
lazos sociales, de relación y de afectividad del entorno, formas organizativas 
y de modos de vida diferentes. De otra, lo público urbano nos acerca a 
representaciones, concepciones y acciones que expresan las diferencias y 
desigualdades que existen en las formas de producción y de apropiación de 
la ciudad, entre los actores que intervienen en este espacio y en las 
formaciones físico-sociales resultantes” (Ramírez, 2008a: 125). 
Manuel Castells explica que actualmente las ciudades son consideradas espacios 
de flujos8 constituida por la sociedad de red y por las nuevas tecnologías y de 
información, como por el proceso actual de la economía global, que implica un 
impacto en la organización de los espacios, reales y virtuales. Esto influye en el 
significado simbólico, la apropiación espacial, la dispersión y descentralización de 
periferias metropolitanas9. Por tal motivo, las ciudades son consideradas como 
lugares concentradoras de relaciones globales y de flujos de comunicaciones, 
mercancías y capitales humanos, que reorganizan la manera en que se valoriza la 
vida pública y la forma de diseñar los lugares que usan y habitan las personas. 
Jordi Borja, entiende a la ciudad como “productor físico, político y cultural 
complejo”, concentrador de personas y de múltiples actividades, así como un lugar 
de encuentro y de intercambio, de mezcla social y funcional (Borja, 2003a: 61-62); 
debido a que es una realidad construida histórica-geográfica, sociocultural y 
política. Sin embargo, más que ser un conglomerado de individuos, instituciones, 
aparatos administrativos, políticos y financieros, encierra toda una serie de 
procesos sociales y culturales que constituyen la organización de la vida cotidiana 
de las personas que habitan en las grandes metrópolis. 
 
8Castells explica que la sociedad actual está constituida por intercambios e interacción de flujos: de 
capital, de información, de tecnología, de interacción organizativa, de imágenes, de sonidos y 
símbolos. 
9 Por mencionar un ejemplo, Castells explica que la creciente flexibilidad en el trabajo, que vive una 
tendencia hacía la desagregación y la formación de redes de empresas virtuales. Al mismo tiempo 
los problemas de transporte empeoran en las ciudades a causa de “…una mayor concentración de 
mercados en ciertas zonas y en un aumento de la movilidad física de la mano de obra que antes 
estaba confinada en sus lugares de trabajo durante en horario laboral" (Ibíd., 1997: 429). 
 
21 
 
Convergiendo con esta perspectiva, Ramírez Kuri explica que la ciudad es un 
espacio urbano complejo donde se concentran experiencias y trayectorias de la 
vida cotidiana de los diferentes individuos y grupos sociales. También reúne 
múltiples encuentros, intercambios y relaciones entre personas desconocidas y 
opuestas, que “...generan formas sociales y simbólicas distintas e incluso 
incompatibles en comunicación, interacción, vida pública y organización social” 
(Ramírez, 2009: 56). Borja y Ramírez coinciden que la ciudad posee un entramado 
de símbolos y significados del habitar de los individuos por ser productor de 
sentido y de puntos de encuentro; es un espacio de relación de bienes y servicios, 
donde supone reglas de convivencia y pautas que regulan la vida colectiva. 
Las ciudades son analizadas como urbs, polis y civitas, ya que se componen de 
una aglomeración de individuos, en el cual se concentran las instituciones políticas 
y jurídicas de auto gobierno, junto con las normas administrativas, de participación 
y representación. Esto último define a la ciudad como el lugar por excelencia de la 
ciudadanía10, basada en el otorgamiento de derechos, lugar de cohesión social y 
de solidaridad (Borja, 2000: 63-65). En este sentido, según Borja, la ciudad es un 
ente jurídico, una realidad político-administrativa que históricamente reconoce y 
protege los derechos ciudadanos, pero que al mismo tiempo supone un lugar para 
la participación social. 
Este enfoque nos orienta a pensar a la ciudadanía más allá de términos jurídicos 
de membrecía a una comunidad política y de reconocimiento de derechos y 
obligaciones, pues se relaciona con una serie de prácticas tanto jurídicas y 
políticas, como económicas, culturales e históricas que se desarrollan en la vida 
pública (Turner, 1993; Tamayo, 2010; Ramírez, 2008b). Ramírez Kuri interpreta 
que esta perspectiva de ciudadanía, “...tiene que ver con la fortaleza del vínculo 
social lo que implica relaciones de pertenencia, confianza, reciprocidad, redes de 
cooperación y compromiso cívico” (Ramírez, 2008b: 179) que generan los 
diferentes miembros de la sociedad. La ciudadanía adquiere sentido en los 
entornos urbanos con la participación social, pero se expresa cotidianamente a 
 
10Este trabajo no pretende estudiar a profundidad la categoría sobre ciudadanía, sino que con esto 
se pretende escrudiñar en las diferentes perspectivas de análisis sobre espacio público y la ciudad. 
 
22 
 
través de las prácticas y acciones sociales individuales y colectivas que se 
materializan en la calle, la plaza, el parque, entre otros espacios de encuentro. 
Es por esto que la relación espacio público, ciudad y ciudadanía nos permite 
reflexionar acerca de las posibilidades y restricciones socio-territoriales, que se 
observan en las múltiples prácticas de convivencia y conflicto, como en los 
discursos y los imaginarios que se construyen dentro de los procesos sociales, 
económicos y urbanos que actualmente se presentan en las ciudades. Uno de 
esos procesos es la restructuración del capitalismo y la interdependencia global de 
las sociedades, que deviene en las nuevas forma de relacionarse entre el Estado, 
la sociedad y el territorio (Ramírez, 2009); paralelamente ocurre el surgimiento de 
la sociedad informacional y de nuevas condiciones científico-tecnológicas; así 
como la formación de mega ciudades y el desarrollo del espacio de flujos 
(Ramírez, 2011: 376). 
Fernando Carrión, al hablar de la ciudad latinoamericana, señala que se está 
atravesando por cinco modalidades del urbanismo moderno (Carrión, 2007:90-91). 
Las ciudades fragmentadas se convierten en mosaicos de espacios inconexos, 
pues se generan de forma segregada y diferenciada dependiendo de su uso, ya 
sea comercial, industrial, para la vivienda, la administración o el esparcimiento. 
Esta desconexión crea fracturas en los procesos de pertenencia e identidad hacia 
la comunidad, considerando a los ciudadanos como forasteros, lo que ocasiona 
una pérdida de espacios de referencia ydel sentido de pertenencia. 
En consecuencia, las ciudades se encuentran segmentadas, ya que no propician 
el encuentro entre los diferentes estratos de la sociedad, en donde la periferia vive 
en centralidades débiles y espacios discontinuos, a diferencia de las ciudades 
metropolitanas. Asimismo, las ciudades se han vuelto inseguras, lo que ha 
ocasionado la disminución de lugares de uso público, debido a la disminución de 
entornos donde se puede transitar o usar; también se reduce el tiempo de uso, por 
considerar que a determinadas horas no es posible transitar por ser considerados 
“peligrosos”. Lo anterior ha generado desconfianza y hostilidad en el sentido 
colectivo; así como el repliegue de los habitantes de optar por espacios privados 
 
23 
 
para la seguridad y protección. La privatización de los espacios públicos de la 
ciudad, los cuales están cada vez más vigilados y más excluyentes, por ejemplo 
ciertos espacios con acceso restringido como las calles, plazas y parques de 
áreas habitacionales en donde se instalan bardas y puertas de acceso controlado. 
Otro proceso que transcurre debido al dominio del libre mercado, es la 
transformación del espacio público urbano a nuevos monumentos de consumo 
(Borja, 2003b). Es el caso de los centros comerciales considerados como 
espacios semi-públicos por su impacto social, económico y cultural en la 
estructura urbana, inscritos a usos sociales relacionados a la cultura de consumo 
privado de bienes y servicios, como del entretenimiento y de las industrias 
culturales globales, como los cines, estadios, foros, entre otros. Estos espacios se 
diseñan conectados mediante rutas de movilidad, especialmente de vehículos 
motorizados, además de que contiene usos controlados y restringidos con 
vigilancia privada (Ramírez, 2014: 306-307). Al mismo tiempo, son considerados 
como nuevos lugares de socialización, donde se generan prácticas de apropiación 
mercantil y simbólica que giran alrededor de estos usos comerciales-recreativos: 
“El centro comercial es un lugar público que las personas/consumidores trastocan 
en espacio simbólico, construyendo su pertenencia a un «estilo de vida» y 
vinculándose, de alguna manera, a la metrópoli contemporánea” (Cornejo y Bellon, 
2003: 100). 
Aunado a esto, con base en un estudio sobre los espacios públicos del Distrito 
Federal, se identifican tres problemáticas que afectan el acceso y la calidad de los 
lugares de la ciudad (Ramírez, 2011). En primer lugar existe una desigual 
distribución, acceso y calidad de espacios públicos y semi-públicos, debido a una 
marcada concentración de espacios en delegaciones centrales11, a diferencia de 
las delegaciones periféricas12 con marcada pobreza y marginalidad, que se 
caracterizan por ser localidades de baja calidad y mantenimiento en las 
condiciones de bienestar e infraestructura de servicios. 
 
11 En delegaciones como Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Venustiano Carranza y 
Coyoacán. 
12Como la delegación Iztapalapa, Magdalena Contreras, Xochimilco, Tlahuac y Álvaro Obregón. 
 
24 
 
El segundo fenómeno es la mercantilización y la masificación de los espacios 
públicos, tras las transformaciones en las formas de empleo en la última década 
del siglo XX13, ha provocado una expansión desbordada y descontrolada de 
actividades comerciales en lugares reconocidos históricamente. El tercer 
fenómeno es la degradación de la calidad física y relacional y la débil valorización 
de lo público urbano. Por un lado, tiene que ver en la calidad de los espacios 
públicos, que está influenciado por la pobreza y la exclusión, por formas de 
informalidad y masificación, riesgos ambientales y riesgos sociales como 
inseguridad y violencia. De otro, tiene que ver con la falta de un debate público 
entre el ámbito de la política y el académico, ante la demanda por parte de 
diferentes actores sociales de espacios en la ciudad (Ibíd. 2011: 379). 
Estos aspectos destacan las condiciones de exclusión social14 y de pobreza, como 
las desiguales en el acceso a la infraestructura y equipamiento de los espacios, 
adecuados a las necesidades de los habitantes. Si bien es cierto que el espacio 
público deriva de lo colectivo y lo concerniente a todos, sin embargo no todos lo 
usan, lo apropian y lo significan de la misma manera, pues es un lugar donde 
impera la diferencia y la desigualdad en el acceso y en la distribución, lo que 
expresa que lo público urbano se estructura con un carácter de clase (Ramírez, 
2009, 2014). Estas problemáticas se traducen en demandas y reivindicación por la 
exigencia de derechos, ya sea políticos, económicos, sociales y culturales, que se 
convierten en barreras tanto físicas como sociales, que revelan la capacidad (o la 
incapacidad) integradora de la ciudad, fracturando las relaciones de solidaridad y 
de compromiso cívico (Ibíd., 2014) lo que ocasiona una ruptura en el entramado 
social: 
 
13Como las nuevas formas de flexibilidad laboral y la precarización del empleo impulsada por el 
nuevo orden económico asociado al predominio de actividades terciarias y a las políticas de ajuste 
estructural (Ramírez, 2011: 379). 
14 De acuerdo con Ziccardi, las condiciones en las que se operacionalizar el concepto de exclusión 
social en las ciudades latinoamericanas son, entre otras: dificultades de acceso al trabajo, a los 
servicios sociales, a la justicia y a la educación; la segregación territorial, las carencias y 
la mala calidad de las viviendas y los servicios públicos; la discriminación por género, clase 
y cultura en que se encuentran determinados grupos sociales (inmigrantes, indígenas, 
discapacitados, etc.) en el trabajo y en la vida social, y la discriminación política, 
institucional o étnico-lingüística (Ziccardi, 2009: 239). 
 
25 
 
"Lo público aparece como el lugar donde se producen condiciones de 
desigualdad social, relaciones asimétricas de poder, disputa por el acceso a 
bienes públicos, por el control del espacio urbano y por la reivindicación de 
derechos de la primera a la cuarta generación. Estas realidades urbanas 
tiene que ver con procesos sociales y políticos de cierre y apertura de 
espacios democráticos de encuentro, de comunicación, participación y 
acción ciudadana." (Ramírez, 2015: 16). 
Este cuestionamiento nos adentra al debate sobre espacio público y ciudadanía, 
conceptos estrechamente relacionados que nos obligan a pensar, siguiendo a 
Jordi Borja, sobre el derecho a la ciudad, a un entorno significante, a la 
accesibilidad y a la calidad de los espacios públicos, el derecho a la seguridad, de 
comunicación y relación social, a la centralidad y monumental, a equipamientos y 
servicios en beneficio de la calidad de vida, al conocimiento histórico, sociocultural 
y patrimonial de la ciudad (Borja, 2003a). Si bien es cierto que, como autores 
mencionan, el espacio público es un lugar de encuentro entre diferentes por su 
capacidad integrador de la sociedad; sin embargo, el uso del concepto de lo 
público se encuentra limitado y se debilita paralelamente a los cambios y a las 
transformaciones de la vida pública que se desarrollan en los espacios de la 
ciudad contemporánea. 
Junto con estas dinámicas de las ciudades, existen condiciones y/o oportunidades 
desiguales al bienestar social, en materia de seguridad social, vivienda, 
educación, empleo e ingreso; así como escenarios de inseguridad y violencia que 
provocan tanto el desdibujamiento de vínculos de confianza entre ciudadanía e 
instituciones, como el debilitamiento a la identidad colectiva construida en la 
ciudad. En consecuencia, el espacio público se aleja cada vez más de sus 
características de inclusión y accesibilidad asignados por la teoría sociourbana. 
En el caso de la infancia,junto con otras minorías como las mujeres, los 
migrantes, sectores étnicos, personas de la tercera edad o con alguna 
discapacidad, son uno de los sectores de la sociedad más vulnerable que sufre de 
manera especial la desigualdad y la inequidad en el acceso a los espacios 
 
26 
 
públicos, que muestra una forma específica de usar y apropiar los lugares de uso 
común. 
 
2. Infancia y espacio público 
 
a) Un acercamiento al concepto de infancia 
 
Antes de continuar con la discusión que pretendemos explorar sobre la relación 
niños y espacio público, es importante una aproximación de los aspectos que 
influyen en la concepción de la infancia moderna, en donde la sociología ha 
desarrollado un eje central en el análisis de la construcción de preceptos sociales 
de este grupo. Lourdes Gaitán (2006) e Iván Pascual (2000) concuerdan que es 
un término socialmente construido como parte de una estructura social, la cual 
constantemente está cambiando debido a procesos socio-históricos, que han 
trasformado la manera de percibirla y la forma de relacionarse con la niñez. 
De acuerdo con Iván Pascual, el concepto infancia tendrá que ver más allá de 
preceptos biológicos y naturales, del desarrollo físico del ser humano o como parte 
de una etapa momentánea. La infancia es considerada, como ya se mencionó, 
como una construcción compartida determinada históricamente “...dentro de una 
estructura social y manifestado en ciertas formas típicas de conductas, todas ellas 
relacionadas con un conjunto concreto de elementos culturales” (Jenks, Citado en 
Pascual, 2000: 101). Estas representaciones condicionan a niños y niñas a 
determinadas experiencias y/o perspectivas conformadas por los adultos, 
mostrando una postura “adultocéntrica”. 
Ferrán Casas, menciona tres tipos de representaciones sobre la infancia 
desarrollados en la cultura occidental (Casas, 2006: 30). La primera explica a la 
infancia como representación positiva, en donde es simbolizada como la etapa del 
ser humano donde impera la inocencia, la pureza y la vulnerabilidad, haciendo 
surgir la necesidad de protección tutelar. 
 
27 
 
La segunda habla respecto a la infancia como representación negativa. Se refiere 
a que los niños deben ser corregidos y educados dependiendo de los estándares 
de los adultos, con lo que se justifica el control y el sentimiento de desvalorización. 
Por último, la infancia como representación ambivalente y cambiante: 
“Etimológicamente, el origen del concepto «infancia» es meramente 
descriptivo: Del latín in-fale, no hablan, los bebés. De esta idea se pasó a la 
de que «aunque hablen, aún no razonan bien», y aparecen a lo largo de la 
historia (no sólo social, sino también del derecho) nociones para diferenciar 
un «antes» y un después»: uso de razón, discernimiento, raciocinio, 
responsabilidad, madurez, capacidad, competencia, imputabilidad, 
minoridad de edad, etc… (Casas, 1993). Estas ideas «neutras» en muchas 
ocasiones pasaron a ser representaciones negativas: «aunque hablen, no 
tienen nada interesante que decir, no vale la pena escucharles» (hoy en 
día, la infantería en el ejército, o los infantes y las infantas en la realeza son 
los que «no mandan»).” (Ibíd., 2006: 30) 
Estos preceptos están guiados por relaciones de poder, que han determinado el 
papel adecuado para los niños en la sociedad, lo que conlleva a la “...falta de 
reconocimiento de su capacidad de actuar en el terreno público y limita su 
voluntad de hacer independiente, conscientes (por efecto de socialización) de su 
responsabilidad limitada” (Gaitán, 2006: 63 y 69). 
Iska Pavez explica que es una construcción estereotipada generacional debido a 
su situación de dependencia (tanto biológica, como económicamente), pues se les 
construye como seres inferiores, dado que es necesario tenerlos bajo el poder y la 
autoridad de los adultos. Asimismo, la infancia es considerada como una etapa de 
preparación para la vida adulta, por lo que se encuentran en un proceso para la 
integración a la sociedad, en la cual se espera “...que la persona haya alcanzado 
cierto grado de civilización (autocontrol, obediencia, rutina de trabajo, etc.), lo que 
se denomina “madurez”” (Pavez, 2012: 90). 
 
28 
 
Pierre Bourdieu, cuando habla de las juventudes, explica que las divisiones 
sociales entre las edades son arbitrarias, pues “…la edad es un dato biológico 
socialmente manipulado y manipulable” (1990: 164-165). Este autor explica que 
esta conceptualización universal pone bajo la misma perspectiva diferentes 
realidades que no tienen nada que ver con el “común”. Según autores, no se 
puede analizar a la infancia desde un sentido genérico debido a que se debe 
reconocer los diferentes contextos y las múltiples realidades en donde se 
reconozca hablar no sólo de una, sino de distintas infancias (Gaitán, 2006; 
Gülgönen, 2015), considerando cada una de sus particularidades: género, 
aspectos étnicos, de clase social, económicos, sociales y culturales, tomando en 
cuenta el tiempo y el espacio dentro de la estructura social. Por ejemplo, pensar 
en niños y niñas en un contexto urbano, dentro de la composición de la ciudad, el 
contexto económico y social, de oportunidades de inclusión y obtención de 
derechos. Tampoco se puede entender frente a las nuevas realidades 
contemporáneas que actualmente acontecen debido a los cambios que ha 
generado en los últimos años, que repercuten en la vida de los niños (Gaitán, 
2006), por otro lado se incrementan los problemas de marginalidad y desigualdad 
social. 
 
b) La familia y la escuela, dos espacios de socialización 
 
Dos instituciones fundamentales en el desarrollo y organización de las sociedades 
son sin duda la familia y la escuela. Ambas tienen como finalidad la instrucción de 
la educación y socialización de niños, como formas de preparación para la vida 
comunitaria. El siguiente apartado, pretende abordar la relación de la infancia con 
la ciudad, a partir del espacio privado familiar y el espacio institucional escolar, 
como una forma de aproximarnos a la manera en que niños se relacionan con los 
espacios públicos. 
 
 
29 
 
 La familia 
Uno de los elementos que simboliza a la infancia es dentro de un estado 
vulnerable e inocente. Esta sensibilización surgió en los siglos XVII y XVIII, 
caracterizándolos como seres frágiles y sensibles, lo que ocurrió justo en el 
momento cuando la familia se reorganizaba en torno al niño (Ariès, 1992). Fue así 
que en la sociedad moderna, la familia se convirtió en la principal institución 
encargada del cuidado y la educación. Richard Sennett explica que esto sucedió 
en el momento donde la sociedad alcanzó la separación de la esfera pública y la 
privada pues, para el siglo XVIII, especialmente en Inglaterra, Francia, Italia y 
noroeste de Norteamérica, comienza asociarse lo natural con lo privado y lo 
cultural con lo público; y fue así que la familia se convirtió poco a poco en un 
fenómeno natural: 
“El descubrimiento de la familia, y de ese modo de un ambiente social 
alternativo con respecto a la calle, dependió a su vez de otro 
descubrimiento, lento e interno: la infancia, ese estadio natural, especial del 
ciclo de vida humano, que sólo podía florecer dentro de los términos de la 
vida familiar” (Sennett, 2011: 119). 
Philippe Ariès, en su publicación El niño y la vida familiar en el antiguo régimen 
(L’enfant et la vie familiale sous l’Ancien Régime, 1992), distingue el concepto de 
infancia desde la transición de la sociedad tradicional a la sociedad moderna. En 
un primer momento, la familia no fungía como la principal institución de 
socialización y enseñanza, sino que era la comunidad quién realizaba ese rol. De 
acuerdo con Ariès menciona que: 
“En la Edad Media, a principios de la era moderna y durante mucho más 
tiempo en las clases populares, los niños vivían mezclados con los adultos, 
desde que se les considerabacapaces de desenvolverse sin ayuda de sus 
madres o nodrizas, pocos años después de un tardío destete, 
aproximadamente a partir de los siete años. Desde ese momento, los niños 
entraban de golpe en la gran comunidad de los hombres y compartían con 
 
30 
 
sus amigos, jóvenes o viejos, los trabajos y los juegos cotidianos. El 
movimiento de la vida colectiva arrastraba en una misma oleada las edades 
y las condiciones, sin dejar a nadie un momento de soledad ni de intimidad.” 
(Ariès, 1992: 20) 
En esta vida colectiva, los niños eran parte de un sector más de la sociedad 
considerando que compartían con los adultos la socialización y el 
desenvolvimiento de prácticas y relaciones cotidianas fuera del hogar, dado que 
se configuraba en la vida pública. La familia -dice Ariès- el único papel que 
desempeñaba era la creación de la vida, la herencia de los apellidos y de los 
bienes. 
De acuerdo con Sennett, en el antiguo régimen, los adultos no se consideraban 
como diferentes a los niños, debido a que se veía al niño como un adulto pequeño. 
Posteriormente se empezó a concebir a la infancia como un “estadio especial y 
vulnerable”. Entonces, se produjo un sentido de derechos de protección, que 
surgieron en Francia e Inglaterra en la década de 1750, y se consideró que “el 
hecho de que un niño fuese naturalmente frágil y tan diferente a los demás en la 
sociedad no era una justificación para su abandono; su propia fragilidad natural le 
otorga derechos contra una sociedad, comenzando con sus padres” (Sennett, 
2011: 123). 
Finalmente, la disciplina por parte de los padres o tutores hacia los niños y las 
niñas, según Ferrán Casas (2006), fue tomada como un asunto privado a partir del 
siglo XIX, la cual rescató la figura jurídica del derecho romano denominada patria 
potestad15. Así surgió la construcción social del niño de la vida moderna, en la que 
apareció la idea de que la infancia estuviera protegida a como diera lugar, sobre 
todo en las clases altas de la sociedad occidental, en donde son recluidos a la vida 
 
15 “La patria potestad consiste en la regulación jurídica que se hace de los deberes y derechos que 
se reconocen a los padres en la legislación civil y/o familiar sobre los hijos y sus bienes. Implica el 
reconocimiento de los mismos con el fin de proveer la protección y desarrollo integral de los hijos 
menores.” Ver en Capítulo Decimo “La Patria Potestad”, acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del 
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Disponible en: 
http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/7/3270/14.pdf (Consulta: marzo, 2015). 
http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/7/3270/14.pdf
 
31 
 
doméstica del hogar, pues el mundo comunitario es visto como un lugar 
potencialmente peligroso: 
“Desde un punto de vista burgués, en el que la infancia, en virtud de 
modernas teorías pedagógicas y la propia práctica familiar, debe ser 
retirada del ámbito de lo público y protegida al calor del hogar y la disciplina 
paterna […] será éste paradigma socializador el que se imponga en 
Occidente, impregnando de aquí en adelante el concepto de infancia que 
nos va a legar la modernidad; la infancia de la protección, del afán 
normalizador en los comportamientos del niño, de la reclusión íntima y 
doméstica, en definitiva.” (Pascual, 2000: 107) 
Recuperando la reflexión del apartado sobre lo público de este trabajo, según 
Hannah Arendt aporta un planteamiento sobre lo privado. De acuerdo a esta 
autora, alude a lo privativo de las cosas esenciales, como estar privado del mundo 
común, pues se es excluido de la relación con los demás, como de ser visto y 
oído, de comunicarse: 
“La privación de lo privado radica en la ausencia de los demás; hasta donde 
concierne a los otros, el hombre privado no aparece y, por lo tanto, es como 
si no existiera. Cualquier cosa que realizara carece de significado y 
consecuencia para los otros, y lo que le importa a él no interesa a los 
demás.” (Arendt, 1993: 67). 
En este sentido, Arendt indica que la esfera privada remite al hogar como lugar de 
protección, donde se busca garantizar las necesidades de la vida y la convivencia 
individual. Paula Soto (2009) señala que lo privado se entiende como el espacio 
íntimo o familiar, como un espacio de seguridad y clausura por ser un espacio de 
socialización para los individuos. Desde una perspectiva de género, menciona que 
el espacio por excelencia de la vida privada institucionalizada es el hogar, que si 
bien estará designado principalmente a la figura femenina16, es el lugar donde se 
 
16La autora menciona que diversas corrientes feministas hacen alusión a que estas esferas están 
divididas en dos esferas de acción social pública y privada, pues existe la asociación de que la 
naturaleza de las mujeres les corresponden a la esfera privada y familiar, a diferencia de los 
 
32 
 
desarrolla las relaciones afectivas, el placer, así como la sexualidad: “…la casa 
representada por lo doméstico se caracteriza por la cercanía, la familiaridad, las 
relaciones personalizadas y ocurre a puertas cerradas bajo códigos íntimos 
compartidos” de ahí que “la familia y la casa conformaban el ámbito del espacio 
cotidiano privado” y la vida pública se asocia con “la producción, el afuera, lo 
abierto y la afluencia masiva” (Soto, 2009: 56). Esto se contrapone con la calle en 
donde se permite la interacción con los otros en la vida cotidiana. 
El espacio privado de hogar queda constituido como el lugar de protección para la 
infancia, reforzando la idea de que es una etapa de preparación para la vida adulta 
y que se encuentran en un proceso para su integración en la sociedad: 
“El resultado es que el mundo infantil queda relegado al ámbito privado, 
familiar y escolar, como una etapa “preparatoria” para la vida adulta y 
pública, que es cuando se espera que la persona haya alcanzado cierto 
grado de civilización (autocontrol, obediencia, rutina de trabajo, etc.), lo que 
se denomina “madurez”” (Pavez, 2012: 90) 
Ante este estado de vulnerabilidad y dependencia, se le impone límites de la vida 
pública comunitaria. En este sentido, se destaca la sensación de riesgo que se 
construye en el entorno familiar, con la necesidad de control de niños, con el 
objetivo de “...proteger de lo que se puede encontrar con el exterior”, y además: 
“Las familias (e implícitamente parecen muchos discursos, que 
especialmente las madres) reciben la encomienda de ejercer el control 
de los riesgos para los niños, particularmente en las cuestiones que, 
colectivamente, la sociedad considera arriesgadas, lo que muchas veces 
lleva a una constricción de su autonomía que se contradice con el 
buen juicio y la confiabilidad que los mismos niños tienen a los ojos 
de sus familias.” (Gaitán, 2010: 38) 
 
hombres que se apropian de ambas esferas, como lo político, el trabajo remunerado, el mercado, 
la calle, la plaza (Soto, 2009: 56). 
 
33 
 
En consecuencia se busca minimizar los peligros a través de la previsión y el 
control de las actividades que pueden generarlas: 
“Como el niño ha de ser protegido frente al mundo, su lugar tradicional está 
en la familia, cuyos miembros adultos […] llevan consigo la seguridad de su 
vida privada al espacio de sus cuatro paredes. La familia vive su vida 
privada dentro de esas cuatro paredes y en ellas se escuda del mundo y, 
específicamente, del aspecto público del mundo, pues ellas cierran ese 
lugar seguro” (Arendt, 1996: 198). 
Otro factor que influye en el repliegue en el espacio doméstico de los niños, es 
debido al desarrollo de ciertas dinámicas del juego y la

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