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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES El Estado y la Universidad: Génesis y aprobación de la Ley Orgánica de 1945 de la Universidad Nacional Autónoma de México. TESIS Para obtener el título de Licenciado en Ciencia Política y Administración Pública. . Presenta Ulises Rivera Luna. Asesor: Dr. Patricio Emilio Marcos Giacoman. México, D.F. Abril, 2014. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 3 Dedico este libro a श्रीगणेश A los Manes de mis antepasados. A mi Padre, Jesús Rivera, el marino que surco los siete mares. A mi Madre, Elvia Luna, la entereza de nuestra Casa. A mi Tía Julieta, por todos sus esfuerzos. A mis hermanos, Homero, el aventurero temerario y a Miguel Ángel, la alegría de nuestra Casa. 4 5 Agradecimientos. Es difícil pagar las deudas que uno adquiere con el espíritu del hombre pues bien a bien no se sabe gracias a que azar está uno vivo, sin embargo a ustedes que me acompañaron en mi travesía y son las personas que más aprecio en mi corazón, les doy las gracias: A mí estimado Paulo Canzino A.K.A. Dark Lord of Destruction y Alto Señor de Izcatitlán de los Vicios. Al profe Francisco Pantoja A.K.A. Black Mamba. A mi estimadísimo Juan Carlos Pedraza Robletzin, Alto Señor del Reino de Tezcoco. And last but not least, to the famous Doctore Fabián A.K.A. Mister M., Alto Señor de la Costa Chica de Oaxaca y estimado paisano. A mis bellas e inteligentes amigas, Karla Yoselin, Reina de los planetas místicos de Foreverland, y a la Princesa oscura de la Controversia, Andrea E. García. A Elena, mi española honesta. A mi amigo Rafa del Valle, con quien formé el dueto mágico, místico, musical, Los Rikys, que ve a saber cómo fue que salieron vivos de su travesía por las tierras del Sureste. A mis queridos brujos y guerreros de la libertad, Rolando Flores y Doña Gaby, guardianes de las flores y senescales del reino mágico de Villa Villalobos. A la camarilla del Cubículo A-104: Celeste, Magaly, Ely Calvillo, Cesar Appo, Edwin, Champi, el Vago, Jared, el Gnomo, Sabino, Cesar, Toño, Frodo y Hervin. Y finalmente a mis amigos de la Casa Socialista, a los Artezánganos, a la Banda de los Atunes y por supuesto a la famosísima Banda de la Ranger Maldita, el azote de la risa de mi amado Pueblo Nuevo. A todos ustedes gracias, su amigo Gandalf el Grifo El Maestro Sombra Chavo Guerrerro A.K.A. Ulises Rivera Luna 6 7 Índice. Introducción …………………………………………………………………………………………………...9 Capítulo I. Marco teórico. 1.1 Breve exposición de la teoría clásica de las formas de gobierno ……………………………………….19 1.2 Exposición de los principios políticos de la Constitución de México …………………………………..38 Capitulo II. La Universidad. 2.1 Antecedentes históricos de la Universidad ……………………………………………………………...49 2.2 Antecedentes históricos de la Universidad en México. 2.2.1 Breve referencia sobre la educación aristocrática en los pueblos del Anáhuac …………………..56 2.2.2 La Real y Pontificia Universidad de México ……………………………………………………..60 2.2.3 El proyecto de Universidad Nacional de Don Justo Sierra ……………………………………….66 Capitulo III. Diagnóstico de la Constitución de la Universidad Nacional. 3.1 Generalidades del régimen. 3.1.1 Elementos republicanos. 3.1.1.1 El carácter republicano en el régimen de la Universidad Nacional ………………………...73 3.1.1.2 La autonomía de la Universidad ……………………………………………………………76 3.1.1.3 Ciudad Universitaria ………………………………………………………………………..78 3.1.2 Elementos democráticos. 3.1.2.1 La gratuidad de la Universidad ……………………………………………………………..81 3.1.2.2 El régimen de admisión …………………………………………………………………….84 3.1.2.3 Los sindicatos ………………………………………………………………………………86 3.2 La forma de gobierno de la Universidad Nacional ………………………………………………………90 3.2.1 La Ley de creación de la Universidad Nacional de México de 1910 ………………………...93 3.2.2 La Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México de 1929 ……………...105 3.2.3 La Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de México de 1933 …………………...……113 3.2.4 Génesis de la Ley Orgánica de 1945 ………………………………………………………..124 3.2.4.1 El conflicto de las investiduras ………………………………………………….128 3.2.4.2 El Consejo Constituyente Universitario …………………………………………135 3.2.4.3 La aprobación de la Ley Orgánica en el Congreso de la Unión …………………145 3.2.4.4 La República Universitaria ……………………...……………………………….147 3.2.4.4.1 La Junta de Gobierno, salvaguarda constitucional del régimen ……...148 3.2.4.4.2 La primacía de Rectoría en la Constitución ………………………….164 3.2.4.4.3 La fractura de la República Universitaria ……………………………173 Conclusión ...………………………………………………………………………………………………..184 8 9 Y aun cuando se estableciera para todos una propiedad moderada, no serviría para nada, porque es más necesario igualar las ambiciones que la propiedad, y eso no es posible si no se da por medio de las leyes una educación suficiente. Aristóteles. Sobre esta afirmación afincó en mi espíritu la certeza, bien conocida por los antiguos, de que el principal deber del hombre político es la educación, por esta razón he conducido mis afanes hacía el conocimiento de la vida política de nuestra Universidad Nacional Autónoma de México, en agradecimiento a esta noble Casa de Estudios que abrió a mi conciencia el vasto horizonte del conocimiento decantado por siglos de diligente trabajo del espíritu. Ha sido gracias a mi paso por la Universidad Nacional que mi vida se ha encaminado hacía el sendero que conduce a la vida política y al conocimiento del alma, ciudad interna del ser humano, origen de todos sus esfuerzos, aciertos y errores, y principio de toda organización política. En tributo a nuestra noble Casa de Estudios se presenta este diagnóstico sobre su Constitución a la luz de la teoría clásica de la Ciencia Política escrita hace más de dos mil años por dos sabios, Platón y Aristóteles, la que ha dejado la impresión más profunda en mi formación académica. Sin embargo fue gracias a las cátedras y obras del Dr. Patricio Marcos, el hombre más cercano a la sabiduría que he conocido, que logré comprender lo que de otra manera hubiese permanecido arcano, el conocimiento de los clásicos sobre el género de vida político, esto por la distancia que separa al hombre moderno de las raíces de su antigua gloria, cuando aún no se olvidaba del vínculo orgánico que le ata a la naturaleza y se vivía bajo el esplendor de la virtud, la prudencia, el honor y la justicia, y cuando no, al menos se sabía perdido un tesoro de gracias, y no hay mayor reproche contra los hombresde nuestra época que de estas cosas ni saben, ni quieren saber. Siendo esto así, acceder al entendimiento de lo que es la vida política ha constituido para mí vida una fortuna inmensa en una época en que la mayoría de los hombres no tienen ya el privilegio de conversar con los sabios y deambulan en los estrechos y sinuosos callejones de la vida pasiva. 10 * * * El 5 de junio de 1950 se colocó la primera piedra de lo que es la Ciudad Universitaria, obra inmensa que buscaba ser eco de las aspiraciones más nobles de un pueblo que trata encontrarse a sí mismo al crear una comunidad de cultura que diese una identidad nacional a la ciencia y el saber, el deseo más elevado de Justo Sierra al fundar la Universidad Nacional de México en 1910. El trabajo rinde tributo a esta noble aspiración al hacer una analogía que equipara a la Universidad Nacional a una Ciudad, nuestra amada Ciudad Universitaria, esto debido a la existencia de magistraturas para su gobierno, a su autonomía frente al Estado, a la belleza de sus edificaciones y a la excelencia artística que le atavía, que hacen de la Ciudad Universitaria un remanso en medio del caos urbano de la Ciudad de México. Sin embargo esta analogía encuentra su límite en un elemento central de cualquier régimen político, la soberanía, que de ninguna manera puede ser confundida con la autonomía de la Universidad frente al Estado, malentendido muy común entre aquellos que interpretan de manera ideológica los fines políticos de la institución. El objetivo de nuestro trabajo es sencillo, busca diagnosticar, es decir, atravesar mediante la teoría clásica de las formas de gobierno a la Constitución de la Universidad Nacional cual si de una ciudad se tratase. El conocimiento clásico sobre las formas de gobierno fue el resultado de las investigaciones de carácter empírico y científico sobre la vida política de los pueblos realizadas en la Academia y en el Liceo hace más de dos mil años y su autoridad será el cultivo de donde surgirá este diagnóstico de la forma de gobierno de la Universidad Nacional, lo que constituye la principal novedad de este trabajo frente a otros que han abordado el mismo tema. El interés por tratar sobre la vida política de nuestra Universidad surgió al inicio de mi carrera universitaria cuando me pregunté si sería posible que la institución dejase de depender de los recursos federales y pudiese llegar a ser completamente autónoma, viéndose libre de la atadura fiscal ejercida por la asignación de presupuesto a cargo del Congreso de la Unión, de tal manera que nuestra amada Universidad alcanzase un régimen que educase a los estudiantes en una forma de vida republicana. Cuando planteé el tema durante el Seminario de Tesis impartido por el Dr. Patricio Marcos, mi intención original se desvaneció cuando me vi obligado a reconocer lo 11 ambicioso del planteamiento para un estudiante de licenciatura, amablemente el Maestro sugirió un tema más modesto y fructífero, un diagnóstico sobre la forma de gobierno de la Universidad Nacional. Finalmente el Dr. Fernando Pérez Correa, miembro del jurado revisor, atendiendo al fondo y forma del trabajo, las relaciones entre el Estado y la Universidad, cortésmente sugirió el título final para la tesis. Al investigar el estado del arte sobre la cuestión entendí la pertinencia que tenía estudiar la forma de gobierno de la Universidad Nacional a la luz de la teoría clásica de la Ciencia Política pues la mayoría de las obras que tratan el tema lo abordan de manera parcial al condensar los diversos elementos que conforman el gobierno de las universidades en modelos conceptuales, a la manera de los tipos ideales de Max Weber. Los estudiosos del tema, pertenecientes en su mayoría a escuelas de pensamiento anglosajonas, en general distinguen cuatro modelos para lo que llaman la gobernanza universitaria: el burocrático, el colegiado, el político y el de mercado1, y si bien alguno de estos puede dar cuenta parcial de la forma de gobierno de la Universidad Nacional, ninguno de ellos explica a cabalidad la naturaleza de su Constitución. En México las obras más interesantes que tratan sobre la Universidad Nacional son las históricas, que sin analizar propiamente la naturaleza de su gobierno, hacen un recuento de los eventos más importantes de la vida política de la institución. Así, el trabajo de Sergio Méndez Arceo sobre la Real y Pontificia Universidad de México y la obra de Vicente Mendoza, Vida y costumbres de la Universidad de México, constituyen el núcleo central de los antecedentes históricos que presentamos en nuestra investigación. Un lugar destacado tiene la obra de Javier Garciadiego que, bajo el gracioso título de Rudos contra Científicos, 1 Los autores que plantean estos modelos de análisis para el gobierno universitario son Baldridge (1971) que en Models of university governance distingue el modelo burocrático, el colegiado y el político; Braun (1999) en New managerialism and the governance of universities in a comparative perspective, distingue el modelo colegial, el modelo oligárquico-burocrático y el modelo de mercado; Lombardi et. al., en University organization, governance, and competitiveness, distingue tres grupos de universidades de acuerdo a la conformación de su departamento superior de gobierno: Universidades con un board único con directa autoridad y responsabilidad sobre la institución, instituciones públicas con múltiples campus gobernadas por un board común a nivel estatal e instituciones públicas con boards locales por campus. Cfr., s/a, Gobierno universitario: experiencias internacionales, [en línea] Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile, julio 2012, dirección URL: http://www.consejerosuperior.cl/wp-content/uploads/2012/08/Presentaci%C3%B3n- Comisi%C3%B3n-Gobierno-Universitario-Julio-2012.pdf 12 hace un estudio pormenorizado de las vicisitudes de la Universidad durante el periodo de la Revolución Mexicana. La obra de Eugenio Hurtado, La Universidad autónoma, 1929-1944 y la de Manuel González, Génesis de Ley Orgánica de la Universidad Nacional… fueron extremadamente útiles a la hora de entender el proceso legislativo y político que dio origen a las leyes orgánicas que han regido a la Universidad Nacional. Por último dos autores fueron clave para entender el funcionamiento de la constitución universitaria, Silva Herzog con su obra Una historia de la Universidad y sus problemas, y dos obras de Imanol Ordorika, Política azul y oro… y La disputa por el campus, en las que ofrece un excelente panorama sobre la vida política de la Universidad Nacional. Por otro lado, las obras que propiamente tratan de realizar un diagnóstico sobre la forma de gobierno de la Universidad Nacional, colapsan su riqueza de elementos en dos categorías generales y mutuamente excluyentes, la democracia y el autoritarismo, de manera que la mezcla de principios políticos que constituyen a la Universidad es deformada para ser adaptada a dos moldes que son moneda común en el pensamiento académico. Estos trabajos son en su mayoría tesis de licenciatura en Derecho las cuales, sin examinar a profundidad la cuestión, dan por descontado que la institución tiene una forma de gobierno democrática, la tesis de Lilia Fuentes, Autonomía universitaria y la integración de los órdenes de gobierno y la tesis de Leticia Miranda, Estatuto constitucional de la Autonomía universitaria, son dos ejemplos de la confusión sobre el supuesto gobierno democrático de la Universidad. Por el otro lado, la obra de Fernando Jiménez Mier y Terán, El autoritarismo en el gobierno de la UNAM, asimila el gobierno universitario a uno de naturaleza despótica mediante el expediente de describir los vicios de la institución. Por el contrarionuestro diagnóstico mostrará que en la constitución de la Universidad confluyen diversos principios políticos que dan lugar a una monarquía republicana, y además intentará rescatar una noción que va a contracorriente de la ideología democrática moderna, a saber, que la aristocracia es la forma de gobierno más natural a una institución como la Universidad. * * * 13 La Universidad Nacional Autónoma de México tiene el honor de ser la más antigua de América y al momento es una de las mejores del continente. Su antecedente histórico directo es la Real y Pontificia Universidad de México que a su vez es descendiente directa de la Universidad de Salamanca, llamada con cariño la Atenas de España, fundada por Alfonso IX de León en 1218 y enaltecida por Alfonso X, el Rey Sabio, que la dotó de una constitución y definiría en el Código de las Siete Partidas la esencia de lo que es la Universidad: “Estudio es el ayuntamiento de maestros e de escolares que es fecho en algún lugar con voluntad y entendimiento de aprender los saberes…"2 La Real y Pontificia Universidad de México fue establecida por Cédula Real de Carlos V, el 21 de septiembre de 1551 siendo Virrey Luis de Velasco, instituida a imagen y semejanza de la Universidad de Salamanca de la cual tomaría sus constituciones. La primera Universidad de América tuvo el privilegio de contar con una doble carta de fundación, Cédula Real y Bula Papal, y desde su fundación fue una corporación de carácter aristocrático, la forma de gobierno más natural a una institución dedicada a la búsqueda del conocimiento. Durante toda la Regencia Colonial de la Nueva España, la Real y Pontificia Universidad de México sería el centro de la vida cultural de la Colonia, su creación fue una emulación que intentó trasladar a América las maneras de la vida española para integrar la vida cívica y religiosa colonial ya que para obtener los altos puestos eclesiásticos y civiles era necesaria la adquisición de títulos y grados universitarios. Desde un principio tuvo una vocación humanista y a pesar de que no profundizó en el desarrollo de conocimiento científico llegó a adelantar en algunos de sus campos a las más avanzadas de su época, el estudio de la disección en Medicina fue un ejemplo de ello. Esa vocación humanista sería su legado más importante a su sucesora, la Universidad Nacional de México. Después de la Independencia, en el difícil periodo de la anarquía, iniciaría el proceso de secularización de la Universidad favorecido por la lucha entre Liberales y Conservadores cuyas acciones a favor y en contra de la Real y Pontificia Universidad pendían de sus intereses y por tanto siempre fueron parciales. Este proceso daría lugar a la necesaria 2 Méndez Arceo, Sergio, La real y pontificia Universidad de México, antecedentes, tramitación y despacho de las cédulas erección, México, DF, Ciudad Universitaria, Consejo de Humanidades, Ediciones del Centenario de la Universidad de México, 1952, p. 14. 14 secularización de la enseñanza superior que finalizaría con la llegada de la Dictadura del General Porfirio Díaz, quien haría realidad la idea de Justo Sierra de crear una Universidad Nacional que diese una identidad mexicana a la ciencia y el saber. La Ley de Creación de la Universidad Nacional fue aprobada por el Congreso de la Unión el 26 de mayo de 1910 y es el punto de partida de nuestra investigación que abarcará hasta la creación de la Ley Orgánica de 1945 y analizará la naturaleza y el funcionamiento de esta forma de gobierno. El primer capítulo del trabajo se destina a establecer las coordenadas teóricas que dirigirán el curso de la investigación y las categorías mediante las cuales se analizará nuestro objeto de estudio, especialmente aquellas que tratan sobre la autoridad, el saber político y las formas de gobierno, principal tema de nuestro análisis; también se justificará porqué la Universidad es analizada como si fuese un Estado, categoría generalmente reservadas a pueblos y naciones. En el primer apartado de este capítulo se establece que el estudio de la política se ocupa de los caracteres y de las formas de gobierno del Estado, y en la medida de lo posible se tratará de establecer las diferencias entre los principios de gobierno, a saber, la realeza, la aristocracia y la república o gobierno constitucional, fuentes del gobierno de la prudencia, el honor y la justicia, frente a sus versiones corruptas, la plutocracia, la democracia y la tiranía, pantanos del desgobierno de la avaricia, el libertinaje y la intemperancia. Posiblemente este apartado sea el más difícil de lograr si se considera el desprestigio al que han sido sometido el conocimiento político clásico cuya diferencia radical con las teorías modernas estriba en que no es meramente una cuestión facultativa pues la autoridad brota de un manantial más profundo, la ética, que da luz a la excelencia ciudadana. En el segundo apartado del capítulo se expondrán brevemente los principios políticos que integran la constitución mexicana a partir de los diagnósticos realizados por el Dr. Patricio Marcos en sus obras Lecciones de política y Cartas mexicanas donde explica que la forma de gobierno de México es una monarquía republicana que deposita la autoridad soberana en la Presidencia de la República, estas obras serán la principal guía para realizar el diagnóstico de la constitución de nuestra Ciudad Universitaria. Una vez en posesión de las coordenadas teóricas que orientarán la investigación, en el segundo capítulo se abordarán los antecedentes históricos de la Universidad. En el primer 15 apartado haremos una somera referencia a las modificaciones constitucionales que ha experimentado la Universidad, una institución que ha acompañado el ciclo de las revoluciones políticas de occidente develando sus resultados al modificar sus aspiraciones de acuerdo a las necesidades de aquellos que se hacían de la soberanía o, en su defecto, de la supremacía. De origen real, en sus inicios la Universidad se dedicaba a la actividad contemplativa del alma y servía para la formación e instrucción del clero, los hombres de leyes y los médicos, estas primeras universidades eran aristocracias del espíritu celosas de su independencia frente a los poderes temporales y espirituales de los cuales obtuvieron fueros y privilegios. Se mostrará como las modificaciones constitucionales que experimentaron los pueblos europeos incidieron directamente en los fines asignados a las universidades y específicamente se señalará que con el arribo de los regímenes plutocráticos la universidad abandona su carácter cosmopolita y la actividad contemplativa del alma reduciéndose su independencia a la esfera de los estados nación y limitando su actividad a la certificación del saber, a la investigación para la explotación de la riqueza material y a la creación de mecanismos de control social, hasta a llegar al punto en que, en algunos regímenes, la universidad es parte orgánica del complejo industrial militar. También se hará una breve referencia a la educación de los pueblos del Anáhuac destruidos por la Conquista, para dar un punto de comparación del alto grado de desarrollo intelectual y moral de civilizaciones que contaban con constituciones aristocráticas frente a las añagazas ideológicas con las que los desgobiernos modernos excusan su insaciable apetito por las riquezas materiales. En el segundo apartado del capítulo abordaremos la evolución histórica y los preliminares a la creación de la Universidad Nacional de México, descendiente directa de la Real y Pontificia Universidad de México, la primera universidad del continente americano cuya constitución aristocrática tomada de la Universidad de Salamanca seríael centro de la vida cultural de la Nueva España y uno de los puntos de referencia sobre la vida política de todo el periodo de la Regencia Colonial. Se referirá brevemente como la anarquía posterior al periodo de la Guerra de Independencia favoreció el proceso de secularización de la educación superior debido a la derrota del estado eclesiástico perteneciente al partido Conservador y patrocinador de la Universidad, y a la vez como el partido Liberal, salvo 16 clausurar la Real y Pontificia, fue incapaz de dar una respuesta original a las necesidades de educación superior del naciente Estado, limitándose a desintegrar la Universidad en sus cuerpos básicos, las escuelas de Jurisprudencia, Medicina, Ingeniería y Bellas Artes. Para terminar se pondrá atención en el vínculo existente entre la consolidación del Estado monárquico creado por el General Díaz y el apoyo al proyecto de don Justo Sierra del cual surgiría la Universidad Nacional en 1910. Finalmente en el tercer capítulo se realizara el diagnóstico de la constitución política de la Universidad Nacional, es decir, se atravesará mediante la teoría expuesta previamente la forma de gobierno de la institución. En el primer apartado del capítulo se responderá a la pregunta ¿Cuáles son los elementos que conforman el régimen universitario? Para hacerlo se examinará y describirá la naturaleza de los elementos básicos del régimen entre los que se cuentan el carácter estudiantil, la autonomía, la Ciudad Universitaria, la gratuidad, el régimen de admisión y los sindicatos, y se determinará a que principio político responde cada uno de ellos y las razones a las que obedece tal clasificación. En el segundo apartado del capítulo se abordará al asunto central de la investigación ¿Cuál es la naturaleza de la constitución de la Universidad Nacional? Para responder esta cuestión primero se revisarán los antecedentes constitucionales establecidos en la Ley de creación de la Universidad de 1910 y las leyes orgánicas de 1929 y 1933, se analizarán las causas que llevaron a la creación de estos ordenamientos políticos, cuál era el orden de las magistraturas de gobierno que establecían para la institución y cómo funcionaba la vida política de la Universidad con cada uno de ellos. Una vez mostrado este desarrollo se procederá al análisis de la génesis de la Ley Orgánica de 1945, primero se abordarán las causas del conflicto de las investiduras cuando en la Universidad se enfrentaron dos tendencias irreductibles que llegaron al punto de proclamar cada una su propio rector, situación que fue el resultado lógico de un inadecuado ordenamiento constitucional. Se procederá después a analizar uno de los eventos de mayor importancia en la vida política de la institución, el Consejo Constituyente Universitario cuya mayor novedad fue estar formado exclusivamente por universitarios a quienes se encargó el delicado asunto de deliberar una nueva constitución para la Universidad. También se analizará brevemente la 17 intervención de la Presidencia de la República y las discusiones en el Congreso de la Unión sobre el proyecto de Ley que surgió del Consejo Constituyente. Finalmente se llegará al asunto principal que ocupa nuestro trabajo, diagnosticar la naturaleza de la Constitución de la Universidad Nacional establecida en la Ley Orgánica de 1945, mediante la descripción y análisis del orden de las magistraturas de gobierno que introdujo en la institución, aclarando cuáles son las relaciones políticas existentes entre la Rectoría y el Consejo Universitario con el nuevo departamento de gobierno introducido por la Ley, la Junta de Gobierno, una modificación constitucional con la que los legisladores universitarios esperaban dejar sentadas las bases de una larga estabilidad política para la institución, tan necesaria para el propicio desempeño de los fines políticos que le asigna la nación. Para llevar a buen puerto esta investigación nos servirán de brújula tres hipótesis menores que darán sostén a la hipótesis principal del trabajo. La primera de estas hipótesis menores trata sobre los elementos básicos del régimen y supone que estos corresponden a principios republicanos y democráticos, así se considera que la autonomía y la Ciudad Universitaria son elementos netamente republicanos, mientras que el carácter estudiantil es un elemento de frontera entre la pasión republicana por la justicia y la pasión democrática por el libertinaje; por otro lado la gratuidad, el régimen de admisión y permanencia, y los sindicatos, son elementos totalmente democráticos. La segunda hipótesis menor supone que la Ley de creación de la Universidad Nacional de México instituía una dependencia administrativa sujeta al mando monárquico de la Dictadura del General Díaz, mientras que la Ley Orgánica de 1929 mantenía casi idéntico el ordenamiento constitucional anterior pero la dotaba de autonomía republicana al permitir que el Consejo Universitario eligiese al rector de una terna propuesta por el Presidente de la República que se reservaba en última instancia el control político sobre la institución y tenía la primacía en su forma de gobierno. La tercera hipótesis menor trata sobre la Ley Orgánica de 1933 y supone que este ordenamiento constitucional fue creado con ojeriza y encaminado a trastornar la vida política de la institución estableciendo una forma de gobierno totalmente ajena al carácter 18 nacional al dar primacía al conflicto entre las oligarquías que conviven en el interior del régimen y convertir al Consejo Universitario en un parlamento, una oligarquía relajada, demasiado relajada, con absoluto control sobre las autoridades ejecutivas de la Universidad, lo que redujo de manera drástica la autoridad de la Rectoría y con ello naufragó la estabilidad política de la institución en medio de la disputa política entre los notables universitarios por el control del Consejo Universitario y de la Academia de cada corporación, disputa que era magnificada por la paridad de representación de profesores y alumnos en esos órganos colegiados. Finalmente la hipótesis principal del trabajo considera que la Constitución de la Universidad Nacional Autónoma de México establecida en la Ley Orgánica de 1945 es una monarquía republicana en tanto la primacía en su forma de gobierno descansa en la Rectoría, un principio monárquico de gobierno que interviene en todos los objetos de deliberación política de la institución y que se auxilia de principios oligárquicos, la Junta de Gobierno, una oligarquía estrecha, y el Consejo Universitario, una oligarquía relajada. Este ordenamiento de las magistraturas surge por dos razones de Estado, la primera es mantener a raya a los elementos democráticos del régimen, especialmente al carácter democrático de la masa estudiantil cuya influencia llega a ser temible por su capacidad de unificación que representa una fuerza que puede llegar a dominar la vida interna de la institución; y la segunda y más importante, para contener la lucha entre las oligarquías de académicos que conviven al interior de la Universidad. Así, la hipótesis plantea que la Junta de Gobierno es una salvaguarda constitucional para asegurar la estabilidad política de la institución al servir de dique a las pretensiones de justicia democrática de los estudiantes y como filtro en las disputas políticas entre las oligarquías académicas. Este orden de las magistraturas fortaleció la primacía política de la Rectoría sobre los otros departamentos de gobierno pues le otorga la posibilidad de influir notablemente en la conformación de la Junta de Gobierno y del Consejo Universitario. Por otro lado se considera que dentro de la forma de gobierno universitaria no existen departamentos de gobierno de principio democrático y por el contrario se da preponderancia a los principios oligárquicos porser más acordes a los fines políticos de la institución, a saber, impartir educación superior, organizar la investigación científica y extender la cultura. 19 Capítulo I. Marco teórico. 1.1 Breve exposición de la teoría clásica de las formas de gobierno. A continuación se exponen los elementos principales de la teoría clásica de las formas de gobierno creada por dos sabios: Platón que trata sobre las formas gobierno de la comunidad política y los caracteres pertenecientes a cada una de ellas, y Aristóteles que en los libros de la Política trata sobre el orden que guardan entre sí las partes de la Ciudad o el Estado y establece que las mezclas de calidad y cantidad en ese orden determinarán la constitución, el régimen y la forma de gobierno de la Ciudad. Sin embargo, la investigación se beneficiará principalmente de las obras del Dr. Patricio Marcos en las cuales profundiza y aplica la teoría clásica de las formas de gobierno a realidades concretas, obras sin las cuales sería difícil apreciar debidamente la profundidad del conocimiento político decantado por los Clásicos a través sus investigaciones sobre la autoridad y las formas de gobierno. Para entender a cabalidad los términos Ciudad, Constitución o Estado primero es necesario aclarar que la “…política resulta ser antes y por encima de cualquier cosa un género de vida (...) el saber y el arte de la vida activa…”3, en efecto, la política no puede ser otra cosa que el género de vida político “…constituido por sus propios usos y costumbres y caracteres, de los que proceden las mejores disposiciones del alma y la inteligencia frente a las pasiones y sensaciones…”4 ¿Qué significa esto? ¿A qué se refiere con las mejores disposiciones del alma y la inteligencia? “En los tiempos antiguos de Grecia y Roma la política es la ciencia por excelencia y el arte maestro entre las artes…”5 pero antes de que el joven pudiese dedicarse a su estudio era necesario que desarrollase un buen carácter, es decir que los elementos presentes en su alma tuviesen una disposición saludable de tal manera que la inteligencia, la parte superior del alma y fuente del anhelo de belleza y de la capacidad para hacer juicios proporcionados, gobernase sobre las dos partes inferiores, el apetito de castigo situado en el corazón y los apetititos nutritivos, necesarios o innecesarios, 3 Marcos Giacoman, Patricio, Diccionario clásico y literario de la democracia antigua y moderna, México DF, UNAM, DGB, Tesis para obtener el grado de Doctor en Ciencia Política, 2009, p. 82. 4 Ídem. 5 Ibíd., p. 60. 20 situados en el bajo vientre y son origen de las pasiones y sensaciones humanas. El desarrollo proporcionado entre las partes del alma es la materia de estudio de la ética que investiga cuales son las disposiciones más saludables para el carácter y busca los medios adecuados para constituirlos en la naturaleza, la razón y especialmente en los hábitos del hombre de tal manera que éste alcance una forma de ser dispuesta a la vida feliz, el único bien que se desea por sí mismo.6 Así, el objetivo de la ética es formar un carácter excelente, es decir un carácter que de preferencia a los bienes del alma, pues solo estos son fines en sí mismos, en tanto los bienes materiales se buscan para mantener los bienes del cuerpo y estos sirven para desarrollar los bienes del alma; solo este orden entre los bienes es justo y solo una Ciudad que se constituya de acuerdo a este orden tendrá justicia, es por esto que únicamente un carácter excelente será capaz de aplicar el saber político, “…un saber y un arte acerca de la ciudad, la constitución o el estado, (…) la cual supone conocimiento, arte e ingenio para hacer constituciones, leyes y excelencias ciudadanas.”7 Este conocimiento implica “…una dosis importante de imaginación artística y oficio, referidas por igual a la educación y a la utilidad, es decir, a la formación del carácter y a la capacidad para gobernar personas y administrar cosas.”8 Es está es la diferencia fundamental pasada por alto por la ideología democrática moderna, ya que solo un carácter excelente puede poner en práctica el saber político, es decir, será capaz de crear un orden entre las partes del Estado donde haya justicia, mientras una disposición del alma viciosa tal vez pueda entender las palabras pero no podrá ponerlas en práctica porque sus pretensiones de justicia siempre serán parciales, injustas. Siendo esto así, la relación entre la ética y la política es directamente proporcional, en tanto la ética se encarga de la formación de un carácter excelente y la política se encarga crear constituciones excelentes y aunque en la modernidad esta relación ha sido deliberadamente tergiversada, antaño “…se sabía que la política era una tarea educativa, obra ardua y paciente de los legisladores y magistrados auténticos, los mejores pedagogos en la conducción de los pueblos hacía una vida menos animal y más humana.”9 6 Cfr., Aristóteles, Ética nicomaquea, Madrid, Gredos, 1985, p. 142. 7 Marcos Giacoman, Patricio, Diccionario… p. 417. 8 Ídem. 9 Ibíd., p. 62. 21 En la Política, Aristóteles establece que “El régimen de una ciudad es una especie de comunidad…”10 que ante todo tiene un lugar común donde “…la amistad es el más grande de los bienes…”11 pues sin ella las desigualdades se vuelven intolerables y es inevitable la sedición, es por ello que “…siendo la ciudad una multiplicidad (…) hay que hacerla una y común mediante la educación…”12 La educación es la tarea principal de la política, pues solo la educación del carácter puede dar trato proporcionado a las partes desiguales que conforman al Estado, y eso es la justicia. Frente a la desigualdad de la riqueza, lo que en apariencia es el problema político fundamental en la época contemporánea, Aristóteles afirma que a pesar de que “…la igualdad en la propiedad tiene una evidente influencia en la comunidad política (ésta) no serviría de nada, porque es más necesario igualar las ambiciones que la propiedad, y eso no es posible si no se da por las leyes una educación suficiente (…) pues los mayores delitos se cometen a causa de los excesos y no por las cosas necesarias…”13 Sin embargo la palabra política ha sido corrompida a tal grado que ya no significa la realidad y siendo que de la corrupción de las palabras viene la corrupción de las cosas, el vocablo actualmente se usa sin ningún escrúpulo y de manera peyorativa al confundirse con el mero ejercicio del poder, situación desafortunada que muestra el desamparo en que ha caído el espíritu en la modernidad. El Dr. Marcos explica que la censura sobre el conocimiento de la vida política tiene dos vertientes, la primera es la muralla china de la ideología democrática que empareda la inteligencia y acalla cualquier pensamiento o escritura heterodoxa frente a los valores actuales; y la segunda coloca a la política como un saber obsoleto, una idea banal con lo cual se disimula el odio que contra ella siente la cultura contemporánea14 que ha degradado todos los bienes y excelencias que brotan del principio de autoridad, “…principio hoy vilipendiado y aborrecido al grado que se evita usar hasta el mismo vocablo de autoridad. Esta categoría central de la ciencia y el arte políticos clásico, al identificarse con un poder religioso, dogmático y arbitrario, solo 10 Aristóteles, Política, España, Gredos, 2000, p. 46. 11 Ibíd., p. 52. 12 Ídem. 13 Ibíd., pp. 69-71. 14 Marcos, Giacoman, Patricio, Diccionario… pp. 60-61. 22 subsiste deformado en el feo neologismo de la voz autoritario…”15 Esta perspectiva fue avalada por las revoluciones plutocráticas empeñadasen eclipsar el saber y el arte político de la vida pública para ensalzar la vida pasiva consistente en el amplio sendero de los goces privados y la supremacía de la cosa nostra sobre la res pública. 16 * * * La Ciudad es la palabra que Platón usa para referirse a la comunidad política, asimismo con fines pedagógicos usa una analogía que equipara las comunidades políticas a ciudades externas y los caracteres individuales a ciudades internas, el Dr. Marcos especifica: Este puente trazado entre los individuos y las sociedades se realiza mediante la identificación de las proporciones de las cosas comparadas; no sólo de las partes de las ciudades con las partes de las almas individuales, sino además los estados de la psíque de los hombres con los estados de la psíque colectiva de los pueblos, sus disposiciones espirituales sanas o enfermas. Este es el sentido ético y político original de la voz “estado”, una acepción perdida ya para los estudiosos de la ética y la política de nuestros días…17 ¿Qué implica este sentido ético y político original de la voz estado? Si todas las cosas se conforman de partes necesariamente la Ciudad estará conformada por partes distintas, y al orden entre esas partes es a lo que se llama estado, así, en las ciudades internas a este orden se designa con el nombre de carácter y en las ciudades externas con el nombre de constitución. Es por esta razón es que existen diversas clases de constitución de acuerdo al carácter de hombres y pueblos, y descubrir la naturaleza de cada constitución precisa de un diagnóstico que especifique cuáles son los principios políticos constituyentes, cómo se ordenan los elementos que conforman el régimen y cuál es el orden que guardan las magistraturas del gobierno, pues solo cuando se conoce el orden entra las partes que conforman la Ciudad se puede conocer la naturaleza de su constitución. 15 Marcos, Giacoman, Patricio, Diccionario… p. 75. 16 Cfr., Ibíd., p. 417. 17 Ibíd., p. 375. 23 ¿Cuál es la relación que existe entre el carácter y la constitución de la Ciudad? Platón en el diálogo de La República indica que en un principio será el carácter de los hombres el que determinará la naturaleza misma de la Ciudad, pero una vez establecida la Ciudad será esta la que determine el carácter de los hombres, el Dr. Marcos aclara: “… si bien es cierto que el carácter de los hombres determina el género de vida, una vez que la forma de vida colectiva ha sido implantada en los usos, las costumbres y las instituciones, es dicha forma de gobierno la que pasa a determinar el carácter de los hombres.”18 De tal manera que siempre existe una estrecha relación entre el carácter de los hombres y la constitución de una comunidad política, de tal suerte que existirán tantos tipos de constituciones como tipos de caracteres y por regla general es el carácter de los padres fundadores el que determina la primer constitución de los pueblos, pues son ellos los que establecen cual es el fin de la comunidad y su idea de felicidad en los usos, las costumbres y las instituciones. Los antiguos no trazaban una línea que separase a los caracteres individuales de las formas de gobierno de la comunidad política, en cambio para la ideología moderna la ética y la política son dos saberes ajenos el uno al otro, es por ello que la teoría política clásica parte del reconocimiento de la existencia de caracteres distintos, es decir, la existencia de diferentes disposiciones del alma y la inteligencia frente a pasiones y sensaciones pues el carácter es “…una composición, mixtura o balance de elementos, cualidades o partes de un objeto, su constitución propiamente dicha…”19, esto al interior de las almas individuales, a las que Platón llama ciudades internas del ser. La ciencia política reconoce la existencia de seis caracteres y si la soberanía o, en su defecto, la supremacía del estado recayese sobre hombres pertenecientes a cada uno de estos caracteres se tiene que existe seis tipos de constituciones distintas, seis formas de gobierno para las ciudades externas de las que nos habla Platón, sin embargo es poco común encontrar constituciones en las que predomine un solo principio político constituyente y generalmente se les encuentra mezclados de acuerdo a la preponderancia que tienen las distintas clases sociales dentro del orden constitucional. La teoría clásica de las formas de gobierno reconoce cuatro clases que corresponden a los diversos caracteres, así a la clase noble pertenecen los de carácter aristocrático, a las clases 18 Marcos Giacoman, Patricio, Diccionario… p. 377. 19 Ibíd., p. 258. 24 medias o libres pertenecen los de carácter republicano o timocrático, a la clase adinerada pertenecen los de carácter plutocrático y a la clase pobre los de carácter democrático. A estas se agregan el hombre real y el tirano, que aunque no son clases sociales propiamente debido a su calidad son consideradas partes constituyentes de la Ciudad. A pesar de la precisión de esta taxonomía hecha, la ideología moderna reduce la composición de los estados a solo tres clases, dos que por su naturaleza son incompatibles, ricos y pobres, en medio de las cuales introducen la nebulosa categoría de las clases medias, desterrando por principio a la clase política por excelencia, la aristocracia y sin siquiera considerar la posibilidad de la monarquía o gobierno de uno, ya sea regio o tiránico, por ser esta una de las objeciones más enérgicas al supuesto gobierno democrático de los estados modernos. De estos seis caracteres solo tres constituyen géneros de vida políticos, a saber, el carácter real o Excélsior, el aristocrático y el republicano que pueden constituir “…comunidades políticas cuyos gobernantes oyen y toman para si el consejo de los sabios en medidas distintas…”20 y por ello son capaces de ejercer la autoridad en beneficio de todas las partes de la Ciudad. Por el contrario, los otros caracteres, el tiránico, el plutocrático y el democrático no constituyen géneros de vida políticos, sino que son géneros de vida pasivos ya que solo ejercen el poder en su beneficio exclusivo y solo accidentalmente en el de las otras partes del Estado pues son “…animales de poder, corrupción de los animales políticos, integrados en asociaciones de animales y no en sociedades propiamente dichas, las cuales dirigen frecuentemente lideres o dirigentes que suelen ser peores que las propias bestias.”21 Entonces ¿Cuál es la diferencia entre estos caracteres y por qué se afirma que solo tres constituyen géneros de vida políticos? Ciertamente no es una diferencia simple como afirma Norberto Bobbio22, los antiguos, más perspicaces que el italiano y mucho 20 Marcos Giacoman, Patricio, Diccionario… p. 414. 21 Ídem. 22 Norberto Bobbio dice que la definición de constitución hecha por Aristóteles “…corresponde grosso modo a lo que nosotros entendemos hoy por ‘constitución’. (Digo grosso modo porque en la actualidad en una constitución ponemos algo más) Cuando hablamos de la constitución (…) lo hacemos de la ley fundamental de un Estado, es decir, de las leyes que establecen cuales son los órganos del Estado, cuales sus funciones, cuales sus relaciones reciprocas, etc. En suma para decirlo como Aristóteles, el ‘ordenamiento de las magistraturas’.” Vaya un rodeo eufemístico para soldar la confusión entre las leyes y la constitución, una consideración que privilegia el poder sobre la justicia. Sobre la teoría de las formas de gobierno de Aristóteles dice: “La simplicidad y la claridad de esta tipología son de tal naturalezaque no sería necesario ningún comentario…” Respecto de la oligarquía, el gobierno de los ricos, dice “…hoy también se habla de ‘oligarquía’ en sentido negativo para indicar grupos restringidos de poder que gobiernan sin el 25 menos interesados en tergiversar la verdad, establecían que solo existen tres géneros de vida posibles para el hombre. El primero y más elevado es la vida sabia en la que el hombre desarrolla lo más excelso de su naturaleza hasta rozar lo divino, allende la justicia humana el sabio es capaz de conocer las cosas por sí mismo; le sigue el género de vida político al que el Dr. Marcos define como aquel “…constituido por sus propios usos y costumbres y caracteres, de los que proceden las mejores disposiciones del alma y la inteligencia frente a las pasiones y sensaciones…”23 y el único capaz de oír y tomar para si el consejo de los sabios y cuya cualidad es la autoridad, el gobierno de sí mismos que hace posible el ejercicio de un género de vida despierto o activo “…sin lo cual resulta falaz y pernicioso cualquier pretensión de gobernar a cualquier semejante, más aún en pensar hacerle algún bien…”;24 y finalmente se encuentra el género vida pasional que hace oídos sordos a las palabras prudentes de los hombres de juicio y simplemente padecen los efectos de pasiones y sensaciones, y por desgracia es este género de vida pasivo el preferido en “…todos los tiempos y lugares por la abrumadora mayoría de la humanidad.”25 He aquí que la consentimiento popular (y por tanto en contraposición a la ‘democracia’)” ¿Acaso nos intenta decir que la democracia moderna es el gobierno de los pocos con el consentimiento popular? Respecto del gobierno constitucional, la politeia, dice: “En segundo lugar si la politia no es, como debería serlo de acuerdo con el esquema, el gobierno del pueblo o la democracia en su forma correcta, sino que se trata de una mezcla entre oligarquía y democracia, ello quiere decir que –y entramos propiamente al segundo problema– el gobierno bueno de muchos que aparece en el tercer lugar del esquema es un espacio vacío, o sea, es una idea abstracta a la que no corresponde concretamente ningún régimen que haya existido o exista históricamente.” Así que Aristóteles se sacó de la chistera el gobierno constitucional aun cuando la Política es la condensación de una investigación empírica sobre la historia política de 158 pueblos, cosa que Bobbio pasa en el mayor de los silencios en su afán de desacreditar la obra del sabio, y aún va más lejos, cuando refiere sobre los trabajos de Polibio dice “Tales consideraciones constituyen una de las más completas teorías de las formas de gobierno que la historia nos transmitió.” Y agrega con desparpajo: “…presenta por primera vez de manera completa la teoría del gobierno mixto (en la politia de Aristóteles vimos una forma espuria de esta forma, por lo menos en referencia a la teorización clásica que será precisamente la de Polibio)” Ya envalentonado no duda en afirmar que “…con sus diversas tesis, Polibio establece definitivamente la sistematización clásica de las formas de gobierno.” Y aún se permite menospreciar la obra de Aristóteles: “En este sentido la teoría aristotélica de la politia más que una teoría del gobierno mixto es la concepción de una sociedad sin grandes desequilibrios de riqueza.” La calumnia a Aristóteles y la desfachatez de decir que Polibio establece la sistematización clásica de las formas de gobierno es solo una muestra de la parcialidad ideológica moderna, y esto solo porque Polibio pone la democracia dentro de las formas correctas de gobierno y le inventa una pareja de baile, la oclocracia, término que ha pasado sin pena ni gloria en la ciencia política (aparentemente esta clasificación espuria la inventó el rehén griego para apoyar las posición política de su protector, Escipión Emiliano, enemistado con la democracia romana). Aristóteles es un sabio y su trabajo refulge incólume frente a toda añagaza ideológica moderna, aquí referimos estas consideraciones por ser una pequeña muestra de la garrafal falsificación del saber político clásico hecha por la ideología democrática moderna. Cfr. Bobbio, Norberto, La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político. Año académico 1975- 1976, México D.F., trad. José F. Fernández Santillán 2ª ed. FCE, 2001, sexta reimpresión 2008, pp. 33-56. 23 Marcos, Giacoman, Patricio, Diccionario… p. 414. 24 Ibíd., p. 88. 25 Ibíd., p. 414. 26 diferencia sustantiva entre los caracteres políticos y los pasionales es la capacidad de los primeros para confiar su alma a las palabras prudentes de los hombres de juicio, y la sordera y obstinación de los segundos frente a cualquier razonamiento prudente. Cada uno de estos caracteres da lugar un principio político o causa primera en la organización de los estados y de igual manera solo tres de éstos son principios políticos que dan lugar a formas de gobierno capaces de mirar por el bien común, mientras los tres restantes son principios apolíticos y dan lugar a formas de desgobierno que solo miran por el interés de una de las partes de la Ciudad. Siendo esto así, ¿En que se distingue una forma de gobierno de otra? Aristóteles establece que la constitución es el orden de las magistraturas de gobierno y si el “…gobierno es el elemento soberano de las ciudades, necesariamente será soberano o uno solo, o pocos o la mayoría…”26 y he aquí que encontramos una primera distinción para diferenciar una forma de gobierno de otra, el principio cuantitativo de aquellos que ejercen la soberanía o en su defecto, la supremacía y así encontramos la monarquía o gobierno de uno, ya sea realeza o tiranía; la oligarquía o gobierno de pocos, ya sea aristocracia o plutocracia; y finalmente los gobiernos de muchos, la república y la democracia. Sin embargo este criterio es limitado pues solo atiende al aspecto accidental y no a la diferencia esencial entre las formas de gobierno. ¿Cuál es entonces la diferencia esencial entre las formas de gobierno? La frontera infranqueable entre las formas de gobierno y las formas de desgobierno es la capacidad que tienen las primeras de mirar por el bien común de la Ciudad y la imposibilidad de las segundas para buscar otra cosa que no sea su propio beneficio. Es por esta razón que el Dr. Marcos define que la ciencia política “…es la ciencia de la autoridad llamada naturalmente a gobernar el conjunto de los conocimientos humanos.”27 La autoridad es el fenómeno humano presente en las relaciones de mando y obediencia y el saber político establece que “…las relaciones que guardan la autoridad y la violencia son de proporcionalidad inversa, ya que a mayor autoridad hay menor violencia y a mayor violencia menor autoridad…”28 De modo que la autoridad es la que hace posible la 26 Aristóteles, Política… p. 129. 27 Marcos Giacoman, Patricio, Lecciones de política, p. 29. 28 Marcos Giacoman, Patricio, Diccionario… p. 88. 27 existencia de la comunidad política y solo en la comunidad política existe el bien común en tanto todas las partes del Estado son beneficiadas, sin importar que sean desiguales a cada una se da lo que corresponde. Cuando no existe la autoridad no hay comunidad política, sino simples dominaciones, asociaciones donde impera el poder sin más y a tal grado es esta la situación política de la modernidad que Max Weber llega a definir al Estado como aquel que detenta el monopolio legítimo de la violencia. Encontramos, pues, que existen tres formas de gobierno, la primera es la realeza o el gobierno del hombre Excélsior, que es la primer forma de gobierno en el origen heroico de los pueblos y fuentedel gobierno de la prudencia, virtud que permite actuar de forma proporcionada en tanto el hombre real es capaz de deliberar siguiendo los dictados de la razón y elegir lo conveniente y rechazar lo inconveniente para la Ciudad. Siendo la prudencia el principio político del Estado, las relaciones entre las partes se rigen bajo el criterio de trato igual para iguales y desigual para desiguales de tal manera que el hombre más prudente será el que detente la soberanía de la Ciudad mientras los demás serán desiguales. La forma de elección en la realeza puede ser hereditaria o electiva y entre todas las formas de gobierno esta es la mejor al ser la más cercana a la vida sabia. A esta forma de gobierno le sigue la aristocracia o el gobierno de los nobles, que siempre son pocos, no más de cien familias, y que surge cuando los hombres empezaron a participar en igual medida de la virtud y ya no aceptaron el gobierno real. Esta forma de gobierno es descendiente directa del gobierno de la realeza e incluso conviven una al lado de la otra pues es muy común que el rey se auxilie de los nobles para gobernar. Aquí el principio político es el honor pues en estricto sentido la aristocracia es una oligarquía del honor, y la justicia que impera entre las partes del Estado aristocrático es dar trato igual a los iguales en honor y desigual a los desiguales en honor por lo que el acceso a las magistraturas del gobierno es el la elección entre aquellos que son iguales en riquezas del alma. La última forma de gobierno político es la república o gobierno constitucional de la que se dice es un gobierno de muchos aunque nunca más de quinientos hombres pertenecientes a las clases medias. El principio político de este gobierno es la justicia y el valor ciudadano 28 que es capaz de combinar proporcionadamente libertad y riqueza, pues si bien el carácter republicano es ambicioso, y por ello de menor calidad que el gobierno del honor o de la prudencia, aún es un género de vida político capaz de mirar por el bien común. Sobre esta forma de gobierno trataremos con mayor detalle posteriormente pues es la forma de gobierno más cercana a la Universidad Nacional Autónoma de México. En cuanto a las formas de desgobierno diremos brevemente que la tiranía o el gobierno de un hombre intemperante es la peor de todas pues el tirano ni siquiera lleva un género de vida humano sino uno bestial dominado por la ira, la insensibilidad y el gusto por los goces feroces y lo abominable, pues aquí el principio es la intemperancia. La plutocracia es la forma de desgobierno de los pocos ricos cuyo principio es la ganancia material y nunca son más de cien los que se reparten la supremacía del Estado siguiendo el criterio de trato desigual a iguales y desiguales bajo la égida de la riqueza material aunque haya quienes les superen por mucho en riquezas del alma, pues el carácter plutocrático cifra su idea de felicidad en la adquisición de bienes materiales de tal manera que a mayor riqueza mayor poder exigen sobre el Estado. Finalmente encontramos la democracia que es la forma de desgobierno dirigida por los pobres y cuyo principio es el libertinaje pues para ellos lo único que cuenta para acceder a los cargos del Estado es la igualdad que les da el nacimiento libre y descartan por principio cualquier diferencia, ya sea riqueza, justicia, nobleza o prudencia, e imponen en el Estado el criterio de trato igual para iguales y desiguales, por ello la forma de elección para los cargos es el sorteo, ya que siendo todos iguales no es posible elegir mediante el voto o acceder a los cargos por herencia. Estos principios de gobierno pueden constituir una inmensa variedad de formas de estados, pues si bien en su forma pura solo existirían seis tipos de constituciones, a saber, realeza, aristocracia, república y sus perversiones tiranía, plutocracia y democracia, esto es poco común, pues los principios generalmente se presentan de forma mixta de tal forma que existen una inmensa cantidad de variaciones, 720 combinaciones para ser exactos,29 de suerte que encontramos realezas aristocráticas o realezas republicanas, tiranías plutocráticas o tiranías democráticas, o combinaciones de principios opuestos, plutocracias democráticas 29 Marcos Giacoman, Patricio, Diccionario… p. 72. 29 o democracias plutocráticas. Cabe observar que el primer nombre es el principio sustantivo y el segundo el adjetivo, el principio sustantivo es el que gobierna y el principio adjetivo sirve para dar estabilidad al régimen y esto es especialmente cierto cuando se mezclan principios con pretensiones de justicia opuestas como la plutocracia y la democracia a los que le es muy difícil existir como principios puros en la organización del Estado. En el caso de la república o gobierno constitucional esta una fusión de plutocracia y democracia, en las que ambas son adjetivas mientras el principio sustantivo de gobierno es la justicia proporcional a ricos y pobres. Las mezclas de principios políticos son salvaguardas constitucionales de los regímenes que al agregar al principio sustantivo uno adjetivo aseguran la estabilidad del principio gobernante. Una salvaguarda constitucional “…cumple el cometido de ser centinela que ayuda a preservar las normas de justicia con base en las cuales se organizan las comunidades políticas (…) se deducen del análisis de los vicios, los delitos humanos posibles, las diversas formas de injusticia y las pretensiones sobre el poder, siempre en función de la naturaleza particular del Estado.”30 Esta es a grandes rasgos una breve exposición de los principios fundamentales de la teoría clásica de las formas de gobierno, tratarla con mayor detalle sería demasiado extenso y no es esa la intención del trabajo. Ahora trataremos la parte operativa de la teoría de las formas de gobierno, específicamente la organización política de la república o gobierno constitucional por ser la forma de gobierno con que la que trató de ser constituida la Universidad Nacional y así tendremos a la mano los elementos necesarios para realizar el diagnóstico de la Constitución de la Máxima Casa de Estudios de nuestro país. * * * El 23 de octubre de 1944 inició sesiones el Consejo Constituyente Universitario y el rector Alfonso Caso expresó que su tarea era “…enfrentarnos al gravísimo problema para el que han sido ustedes designados: dar a nuestra Universidad una nueva constitución…”31 El 30 Marcos Giacoman, Patricio, Los nombres del imperio. Elevación y caída de los Estados Unidos, México, Nueva Imagen, primera edición 1991, 1992, p. 176. 31 González Oropeza, Manuel, Génesis de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, UNAM, Dirección General de Publicaciones, 1980, p. 57. 30 objeto principal de la deliberación política es la decisión respecto a la forma de gobierno que ha de adoptar el Estado y esta es una de las cuestiones más difíciles dentro de la Ciencia Política pues “La legislación de los estados, de la que depende su felicidad o infelicidad, es función del conocimiento facultativo y artístico de las cosas políticas…”32 y su éxito exige el conocimiento de cuantas formas de constitución existen, las condiciones en las que prospera cada una y las circunstancias que tienden a su destrucción.33 Siendo esto así, podemos afirmar que el Consejo Constituyente Universitario es el poder fundador de la Ciudad Universitaria pues se encargó de dotarla con una Constitución. Los resultados de la deliberación del Consejo Constituyente Universitario se plasmaron en la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México que rigedesde 1945 y ha garantizado la estabilidad política de la institución. Una Constitución es “…una ordenación de las diversas magistraturas de la ciudad y especialmente de las que tienen el poder soberano. Y en todas partes es soberano el gobierno de la ciudad y ese gobierno es el régimen.”34 Cuando hablamos de la constitución de Ciudad Universitaria nos referimos al orden de las magistraturas de su gobierno, la Rectoría, la Junta de Gobierno y el Consejo Universitario. Sin embargo es necesario aclarar una vez más el límite de nuestra analogía, Aristóteles hace mención de la soberanía como atributo esencial del orden constitucional y la Universidad Nacional carece de ella al ser un organismo descentralizado del Estado y sujeto a la soberanía nacional; muchos ideólogos del supuesto gobierno democrático de la Universidad confunden su autonomía con soberanía política, un error que nos guardaremos muy bien de cometer aquí. Aun así el diagnóstico de una constitución implica determinar cuál es el elemento soberano de la Ciudad y “…necesariamente será soberano o uno solo, o pocos o la mayoría…”35 por tanto el análisis de la Constitución de Ciudad Universitaria exige determinar cuál es elemento que si no es soberano, si tiene la primacía dentro de la forma de gobierno pues éste será el que articule la constitución toda. 32 Marcos Giacoman, Patricio, Diccionario… p. 433. 33 Cfr., Ibíd., pp. 432-433. 34 Aristóteles, Política… p. 126. 35 Ibíd., p. 129. 31 En la deliberación del Consejo Constituyente sobre la naturaleza de la Constitución de la Universidad, el Lic. Rivera Pérez expresó que “…realmente se trata de la República Universitaria.”36 Ahora bien, repúblicas es el nombre genérico de los regímenes políticos, de los cuales los primeros y mejores son la realeza y la aristocracia, regímenes donde los lazos orgánicos y de parentesco imponen el deber y obediencia a las virtudes de la prudencia y el honor, y por tanto gobierna la excelencia ciudadana. Por otro lado está la república propiamente, llamada por Aristóteles gobierno constitucional y timocracia por Platón, un régimen donde ya no abundan los caracteres excelentes pero aún se gobierna con justicia y existe bien común entre las partes del Estado. Platón deriva la palabra de thymos, castigo, y de cratos, poder, pues el hombre timocrático es un carácter que entrega el gobierno de sí mismo a la parte ambiciosa y colérica del alma, haciéndole altanera y pagada de honras, “…amante del poder, esta alma posee un temperamento fogoso o sanguíneo, del todo transparente, del que se deriva su ambición de supremacía y de honores, y por ello respeta a sus gobernantes y los obedece en todo a pesar de no atreverse a llevar a las magistraturas a los más sabios y prudentes”.37 Son hombres libres pertenecientes a las clases medias, médicos, abogados, pequeños granjeros o militares cuyas actividades les permiten fusionar dos cualidades, la libertad y la riqueza, y llevar un género de vida político que privilegia el apetito por los límites y la justicia, aunque su calidad es menor frente a la aristocracia y la realeza en tanto su ambición de supremacía y honores les hace rehuir el consejo de los sabios y estar más prestos a “…la codicia de poder, las ansias de sobresalir, el afán de victoria, la guerra, la cacería y la gimnasia…”38 pues en su alma gobierna el apetito de castigo sobre la inteligencia y la nobleza del corazón pero también sobre los apetitos nutritivos del bajo vientre, por lo que aún se encuentra en ella cierta proporción que hace que su gobierno beneficie a todas las partes de la Ciudad y lo convierte en la frontera que divide las formas de gobierno de las formas de desgobierno. La republica es un gobierno de clases medias y la Universidad Nacional está constituida principalmente por clases medias dedicadas al cultivo de las profesiones liberales, desde su fundación en 1910 las escuelas de Medicina, Jurisprudencia, Ingeniería y Bellas Artes 36 González Oropeza, Manuel, óp. cit., p. 220. 37 Ibíd., pp. 210- 211. 38 Marcos Giacoman, Patricio, Diccionario… p. 190. 32 fueron los pilares sobre los que se erigió la Universidad y un detalle a considerar si se quiere entender la naturaleza de su Constitución es que “Debido a las condiciones históricas del país, no tuvimos una institución de educación superior diseñada como un organismo académicamente articulado, sino una institución que en un lenguaje un tanto ácido, puede ser llamada una confederación de feudos…”39 De modo que la Ciudad Universitaria se funda como un agregado de gremios a cada uno de los cuales se le otorgó un feudo, una escuela o facultad, y esta situación acarrearía consecuencias no menores para su forma de gobierno. Aristóteles establece que la república es una fusión proporcionada entre plutocracia y democracia sujetas al principio político de la justicia de tal manera que sus excesos, la avaricia y el libertinaje, se convierten en cualidades, riqueza y libertad, e inclusive en una tercera, el honor, pues “…si la república aspira a la educación y a la excelencia a través de la justicia y el valor ciudadano, el mejor ingrediente para consolidar su constitución no es otro que el aristocrático.”40 Cuando la fusión no es proporcionada, la república se inclina ya a la democracia, ya a la plutocracia. Se observa que la Universidad Nacional es una mixtura compuesta por principios democráticos que dan trato igual a iguales y desiguales como el régimen de admisión y permanencia, la gratuidad y los sindicatos; y por principios oligárquicos, los notables que por su saber y conocimientos dedicados a la enseñanza y la investigación dan trato igual a iguales y desigual a desiguales de acuerdo al mérito. Estas dos cualidades son los elementos sobre los que se funda Ciudad Universitaria, de manera que tenemos igualdad en las oportunidades de acceso y permanencia a la institución, y riqueza en saber y conocimientos en la libertad de cátedra e investigación. Sin embargo se observa también que la Universidad Nacional dista mucho de tener una forma de gobierno aristocrática, lo que sucedería si los principios que constituyen la República de Ciudad Universitaria estuviesen bien mezclados y aquí trataremos de dilucidar cuál es el defecto o exceso en que incurre su Constitución. Para lograr esto es necesario tener presente cuál es el procedimiento mediante el cual se obtiene un gobierno 39 Blanco, José (Coord.), La UNAM, su estructura, sus aportes. su crisis, su futuro, CONACULTA, CONACYT, FCE, México, Biblioteca Mexicana, Serie Historia, UNAM, 2001, p. 49. 40 Marcos Giacoman, Patricio, Diccionario… p. 392 33 constitucional o republicano, cuya dificultad principal radica en la síntesis de principios opuestos, democráticos y oligárquicos. Para lograr esta síntesis Aristóteles recomienda tres procedimientos “…o bien hay que tomar a la vez las disposiciones legislativas de una y de otra…”41 así, en la Universidad se establece que para acceder a ciertas magistraturas del gobierno se exijan méritos académicos, un principio oligárquico, y por otro que la institución es pública y gratuita, un principio democrático; “… el otro consiste en tomar el término medio de lo que ambas disponen (es decir) la renta intermedia entre ambas…”42 y posiblemente es aquí donde se encuentra el defecto de la constitución pues se da el caso de que personas sin méritos suficientes accedan a las magistraturas y por otro que los requisitos de acceso y permanencia para los estudiantes son demasiado laxos; “…el tercer modo es una combinación de las dos reglamentaciones…”43 y de hecho en los cuerpos colegiados del gobierno universitario algunosmiembros son designados por sufragio sin importar el mérito del candidato como en el caso de los consejeros estudiantes. Mediante los procedimientos mencionados, los legisladores de la Ley Orgánica de 1945 intentaron establecer un arreglo republicano en la institución, primero al asignar las magistraturas de gobierno a hombres honorables y prudentes, de acuerdo a sus méritos académicos sin considerar ningún tipo de censo de riqueza, a diferencia de lo que sucede en las universidades norteamericanas donde los miembros de los boards pertenecen a las clases adineradas; y segundo, mantuvieron a la institución pública y gratuita, es decir democrática. Estas disposiciones son propias a la aristocracia y la república que toman un elemento de cada régimen: de la oligarquía que las magistraturas sean electivas y de la democracia que no dependan de la renta,44 sin embargo el arreglo no logra cuajar a cabalidad y los motivos de esto se tratarán de esclarecer en el tercer capítulo. Respecto a la mezcla entre oligarquía y democracia de la que surge la república, Aristóteles refiere que “Debe parecer que existen ambos regímenes y ninguno de ellos y que se conserve por sí mismo (…) porque ninguna de las partes de la ciudad en absoluto querría 41 Aristóteles, Política… pp. 201-202. 42 Ídem. 43 Ídem. 44 Cfr., ibíd., p. 202. 34 otro régimen…”45 y esto solo es posible en la medida en que el régimen se apoya en un gran número de ciudadanos que aprecien la virtud, por esto las repúblicas de clases medias, cuando están constituidas, son más estables que la formas de desgobierno plutocrática o democrática, ya que los hombres están más contentos con la situación, aunque son mucho menos duraderas que la aristocracia y la realeza pues estas constituciones son las más cercanas a la verdadera naturaleza humana. Aun así las repúblicas poseen varías virtudes políticas que les hacen más deseables frente a la plutocracia y la democracia: sus ciudadanos son mejores legisladores, no conspiran contra otras clases, existen pocas facciones y sedición, hay mayor proporción en el gobierno del Estado, su propiedad es moderada y sobre todo atemperan los apetitos de demócratas y plutócratas. En la Ética Nicomaquea, Aristóteles establece que la vida feliz es “…la que menos impedimentos ofrece de acuerdo con la virtud, y que la virtud es un término medio, necesariamente la vida media es la mejor, por estar al alcance de cada individuo…”46 Frente a la dificultad casi insuperable para la existencia de formas de gobierno aristocráticas que exigen una educación y recursos favorables que no es común encontrar, el régimen de clases medias está más al alcance de la mano y “…el régimen es una cierta forma de vida de la ciudad…”47 Hasta el momento hemos establecido que la forma de gobierno más cercana a la Universidad Nacional es la república, sin embargo esto no es suficiente para determinar de manera precisa la naturaleza de su Constitución, recuérdese que una república puede presentar variantes debido a la mezcla de principios políticos, así puede haber repúblicas monárquicas o monarquías republicanas, repúblicas inclinadas a la oligarquía que bien pueden ser confundidas con aristocracias o republicanas más inclinadas a la democracia, y el orden en que se mencionan los principios políticos está determinado por la naturaleza de la constitución pues el primero es el principio sustantivo del gobierno, y el segundo es el principio adjetivo que colabora, da firmeza y sirve como salvaguarda de la constitución. Para determinar de manera precisa la naturaleza de la Constitución de Ciudad Universitaria, es necesario describir la organización de los principios del régimen y la primera cuestión a 45 Aristóteles, Política… p. 204. 46 Ibíd., p. 206. 47 Ídem. 35 esclarecer es quién delibera sobre los asuntos de la comunidad pues ese es el que posee la primacía dentro de la forma de gobierno. La segunda cuestión a esclarecer refiere a las magistraturas y responde a las preguntas: ¿Cuáles debe haber? ¿Sobré que son soberanas? y ¿Cómo ha de ser su elección? La tercera y última cuestión trata sobre la administración de la justicia dentro de la Ciudad.48 Las magistraturas son aquellas a “…las que se les encomienda deliberar sobre ciertos asuntos, decidir y ordenar, y sobre todo esto último, pues el dar órdenes es más característico de un gobernante.”49 Las diferencias particulares entre estas responden a tres factores cuyas combinaciones determinan los modos existentes: ¿Quiénes son los que los nombran? ¿Entre quiénes los nombran? Y ¿De qué manera?50 Así vemos que en la Universidad Nacional el Consejo Universitario es el elemento deliberativo encargado de la legislación técnica, de la elección de ciertas magistraturas y de la rendición de cuentas; la Junta de Gobierno es la encargada de las decisiones políticas de sucesión de las magistraturas ejecutivas y de la administración de justicia entre los departamentos de gobierno; y por último la administración interna de la Ciudad Universitaria y sus relaciones con el Gobierno Federal, las entidades federativas y las instituciones privadas son responsabilidad de la Rectoría. De suerte que encontramos la mezcla de tres principios políticos, un principio monárquico en la Rectoría, una oligarquía estrecha en la Junta de Gobierno y una oligarquía relajada en el Consejo Universitario, y las relaciones entre estos determinan la naturaleza de la Constitución de Ciudad Universitaria. La trascendencia de la Universidad Nacional radica en ser la institución encargada de la educación de los ciudadanos de la República y de dar dirección a los anhelos de superación nacional, es por eso que no debe sorprender la estrecha relación existente entre la Universidad y el Gobierno Federal, un ejemplo nos da muestra de ello: “Entre 1945 y 1997, 29 miembros de la junta (es decir, 27%), habían sido, antes de su nombramiento, altos funcionarios de gobierno. Nueve miembros 48 Aristóteles, Política… p. 218. 49 Ibíd., p. 225. 50 Ibíd., p. 229. 36 (8.5%) ocupaban un cargo en el gobierno (desde director general hasta secretario) al mismo tiempo que su puesto en la Junta. Por lo menos siete miembros (6.5%) ingresaron al gobierno federal después de renunciar a su puesto en dicha junta. Ocho miembros ocuparon, incluso, puestos de secretarios de Estado, dos de los cuales lo hicieron durante su periodo como miembros de la Junta.”51 Se observa pues que existe una estrecha relación entre los ciudadanos del Gobierno Federal y los ciudadanos del gobierno universitario, lo que pone en la mesa una situación incómoda para algunos e intolerable para otros, que la autonomía de la Universidad no es una autonomía política, ni puede serlo pues si el Gobierno Federal detenta la soberanía del Estado es poco probable que pase sin ejercer esta facultad sobre un órgano perteneciente al gobierno al que dedica una cantidad ingente de recursos y que está encargado de educar a los profesionistas que en gran medida son responsables del concierto de la industria, los negocios, los servicios y los asuntos públicos de la nación. Aquí entendemos que un ciudadano “… por ningún otro rasgo se define mejor que por participar en las funciones judiciales y en el gobierno…”52 En la Política, Aristóteles categoriza como ciudadano “…a quien tiene la posibilidad de participar en la función deliberativa o judicial, a ese llamamos ciudadano de esa ciudad; y llamamos ciudad, por decirlo brevemente, al conjunto de tales ciudadanos suficiente para vivir con autarquía…”53 Si en la república se da trato igual a iguales y desigual a desiguales, la tarea de los ciudadanos
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