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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Facultad de Estudios Superiores Aragón Tesina que para obtener el título de licenciado en Relaciones Internacionales presenta: Alejandro Castro Jaimes Asesor: Mtro. Luis Manuel López Rojas El impacto de la evolución del nacionalismo alemán en la Unión Europea Ricardo Texto escrito a máquina Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México 2014 Ricardo Texto escrito a máquina Ricardo Texto escrito a máquina Ricardo Texto escrito a máquina Ricardo Texto escrito a máquina Ricardo Texto escrito a máquina UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. II Índice Introducción ........................................................................................................... IV 1. La nación, el nacionalismo, el sistema político y Alemania. ................................ 1 1.1 La nación ....................................................................................................... 1 1.2 El nacionalismo .............................................................................................. 4 1.3 El sistema político .......................................................................................... 8 1.4 Alemania ...................................................................................................... 10 1.4.1 La unificación alemana .......................................................................... 10 1.4.2 La Primera Guerra Mundial ................................................................... 13 1.4.3 El sistema político alemán anterior a 1945 ............................................ 17 2. Evolución del sistema político alemán ............................................................... 31 2.1 Proceso de división política ......................................................................... 31 2.1.1 Repercusiones internas del contexto internacional ............................... 32 2.1.2 Plan de Desnazificación en Alemania ................................................... 34 2.2 Consolidación de la división política ............................................................ 35 2.2.1. Creación de la RFA y la RDA ............................................................... 36 2.2.2 Reconstrucción económica alemana ..................................................... 37 2.3 Evolución política de Alemania .................................................................... 39 2.4 La reunificación ............................................................................................ 42 3. El nacionalismo alemán y la Unión Europea ..................................................... 45 3.1 Interacción del sistema político con el nacionalismo ................................... 45 3.2 Alemania y La Unión Europea ..................................................................... 49 3.2.1 Antecedentes y desarrollo político-económico de la Unión Europea..... 50 3.2.2 La reunificación y la Unión Europea ...................................................... 51 3.2.3 La integración europea y Alemania ....................................................... 54 3.3 Impacto del nacionalismo alemán en la Unión Europea .............................. 55 III Conclusiones ......................................................................................................... 59 Anexos .................................................................................................................. 61 Tabla 1. Programa de desnazificación ............................................................... 61 Tabla 2. Fuentes de orgullo nacional, 1959-1988 (en porcentajes) ................... 62 Tabla 3. Actitud hacia regímenes previos valores clave de la República Federal (1950-1997) ............................................................ 63 Tabla 4. Percepción de particularidades sobre la historia alemana ................... 64 Tabla 5. Crecimiento económico en Alemania occidental y oriental, 1991-1999 ............................................................................................ 65 Tabla 6. Ataques raciales en Alemania 1991-1992 ........................................... 66 Tabla 7. Desarrollo del comercio exterior de Alemania (Millones de Euros) ................................................................................................... 67 Grafico 1 (Datos de la Tabla 7). Acotación de 1980 a 1997 ............................. 68 Tabla 8. Flujo Comercial .................................................................................... 69 Tabla 9. Resultados Totales de la THA (Miles de millones de Marcos Alemanes) ............................................................................................ 70 Tabla 10. Población de los Länder integrados a la República Federal Alemana en 1991. ................................................................................ 71 Tabla 11. Porcentaje de contribución presupuestal en proporción con el Producto Interno Bruto. ..................................................................... 72 Tabla 12. Contribución y Gasto Presupuestal (2000 – 2010) ............................ 73 Gráfico 2 (Datos de Tabla 12). Contribución y gasto presupuestal en la Unión Europea .................................................................................. 74 Tabla 14. Producto Interno Bruto de la Alemania en comparación con la Unión Europea (Miles de millones de Euros) .................................... 76 Fuentes de consulta .............................................................................................. 77 IV Introducción Como nación, y entendiendo ésta como la comunidad sociopolítica, Alemania ha cosechado las artes y las ciencias desde la edad media, por lo que tiene una tradición humanista respaldada a lo largo de la historia; sin embargo, su desarrollo cultural ha contrastado altamente con un nacionalismo que se ha confundido la mayor de las veces con racismo y exclusión. En su ineludible contexto europeo Alemania ha sido ejemplo de reconstrucción económica y desarrollo industrial gracias al motor de su nacionalismo durante el siglo XIX. Habrá que distinguir con mucho cuidado que el impulso nacionalista está más ligado al progreso, al orden y al desarrollo económico, que a la exclusión cultural o a la negación del intercambio comercial, intelectual o académico, al que se le suele enmarcar, ya que puesto en marcha, hay un engranaje político-social que ha logrado construir desde sus cimientos al Estado Alemán (Reich) en tres ocasiones distinguibles a partir de lo político- económico: la unificación de 1870, la posguerra entre 1919 y 1939; y el periodo de reconstrucción divido entre las dos porciones aliadas posteriores a 1945. La reunificación de 1991 no se le puede considerar una refundación del Estado, ya que, como se verá, se le debe considerar como una anexión política, jurídica y económica. El nacionalismo alemán está acotado por una cultura humanista que ha hecho tradición y que fomenta el desarrollo académico de la mano con la industrialización y la cadena productiva.El racismo al cual se le ha querido vincular, principalmente por los eventos y la ideología preponderante en el Gobierno Alemán anterior a la Segunda Guerra Mundial, tiene poco enraizamiento a partir de la difusión cultural del llamado Holocausto, la responsabilidad histórica asumida por las generaciones políticas posteriores y hasta la evolución jurídica y legislativa en torno a la responsabilidad alemana en la Segunda Gran Guerra. Sin embargo, esto no significa que la ideología alemana en torno al nacionalismo V quede a la deriva, se trata de una maquinaria ideológica que ha reconstruido su nación por tres veces durante el siglo XX, para llevarla, en cada ocasión, a la industrialización, el desarrollo económico y a un avanzado sistema escolar vinculado a la industria. Como se verá en el segundo capítulo, hay que entender que para todo lo anterior, los recursos, la tecnología y la capacitación no se desarrollaron exclusivamente en territorio alemán; también se trata de la inclusión de Alemania en un poderoso plan de desarrollo implementado por Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. La implementación de muchos programas de desarrollo se dieron en el marco del Plan Marshall de reconstrucción de Europa, lo que facilitó en gran medida la reconstrucción de un territorio alemán arrasado por los bombardeos aliados. Podría entenderse que la absorción de muchos adelantos tecnológicos de manufactura alemana pasaron sin oposición a las naciones aliadas, es más, muchos científicos alemanes del Tercer Reich prosiguieron su labor de investigación en instalaciones occidentales. A la postre, el modelo de desarrollo de occidente, imperante sobre el desarrollo oriental impuesto por la Unión Soviética, ha sido un caso de éxito que en este momento le ha llevado a convertirse en la economía más poderosa de Europa, y por demás está decir que le ha convertido en uno de los pilares de la Unión Europea. El estudio del nacionalismo alemán debe añadirse a las relaciones internacionales como el resultado de un modelo político, jurídico y social diseñado para la industrialización en un mundo cambiante. No es casualidad que a la par de los avances tecnológicos se encuentren logros artísticos y académicos de igual envergadura. Habrá que comprender el desarrollo y el perfil de dicho nacionalismo para entender de manera más profunda el modelo que le ha dado cabida, y con ello hacer una comparación analítica de la función del nacionalismo anterior al estallido de la Segunda Guerra Mundial y el anterior a la Reunificación, que apunta hacia la modificación de un nacionalismo integral hacia un nacionalismo liberal que facilitaría la enorme tarea de la Reunificación y la integración europea. La situación geográfica de Alemania le da un lugar privilegiado. Al estar en el centro de Europa es el único país que colinda con nueve Estados (Dinamarca, VI Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Suiza, Austria, República Checa, Polonia) por lo que a lo largo de su historia se ha presentado con una infinidad de proyectos políticos que privilegian este aspecto para traducirlo en ventajas económicas, militares y culturales. No es casualidad que se lograra la Unificación alemana hasta el siglo XIX y bajo la tutela de uno de los imperios más poderosos de la época: el Estado prusiano. Su tardía entrada al escenario europeo le dio una desventaja en la repartición de los territorios coloniales que Europa trabajó desde el descubrimiento de América. La carencia de territorios en los que la nación germana pudiera expandir su poderío industrial sentó uno de los precedentes para la disputa entre imperios del siglo XX, es decir la Primera y la Segunda Guerra Mundiales. Y aunque esta visión dejaría de lado los factores políticos, económicos y sociales que llevaron a estos conflictos, muchos analistas coinciden en que la débil participación alemana en el extendido colonialismo europeo del siglo XIX1 desencadenaría a la postre parte de los enfrentamientos y reclamos territoriales que incluso fueron parte del discurso agresivo de la Alemania intervencionista de 1939. De ser un conjunto de principados meramente agrarios en el siglo XIX hasta su Unificación en 1870, se abrió paso como una de las potencias industriales más poderosas del mundo en 1914 y tras ser vencida y haber superado una crisis financiera, política y social, se reconstruyó para reclamar un plan de invasión mundial en donde controló buena parte del territorio europeo durante la mayor parte de los años de conflicto bélico, hasta 1945, cuando su derrota sólo dejo un montón de escombros en casi todas las ciudades alemanas y una división forzada por las potencias que ocuparon su territorio y controlaron con lupa y metódica vocación la mayor parte de sus asuntos internos. A partir de su reconstrucción, las dos Alemanias (la Federal controlada por occidente, y la Democrática, en manos 1 Como se verá en el desarrollo de la investigación, historiadores como Joaquín Abellán o Hagen Schulze hacen hincapié en el tardío desarrollo de la nación alemana como –primero- el efecto de un conjunto de intereses europeos para mantener la partición de Alemania; lo que a la postre se convertirá la causa de un reclamo descontextualizado de dominios colonialistas, insumos en ultramar y puntos de influencia en el escenario internacional, que serán la razón –después- de la identidad beligerante que tuvo Alemania en las Guerras Mundiales del siglo XX. VII de la URSS) destacaron por la eficiencia de sus métodos, la capacidad de su mano de obra y la disciplina de su sociedad para superar el infortunio. Con caminos diferentes, aunque forzados e intervenidos en ambos lados, sus sistemas políticos se fueron desarrollando. La Alemania occidental (República Federal Alemana, RFA) se constituyó como una democracia, con puerta abierta a la creación de partidos y a la modernidad de la participación ciudadana. Los candados del pasado se fueron transformando en ejemplo de la sociedad, por lo que el “milagro” de su reconstrucción económica estuvo ligado a ese nuevo modelo, ligado en demasía el éxito del Plan Marshall, y desvinculado generalmente del cambio político, el apoyo económico (comercio internacional), la plantilla industrial desarrollada (y mantenida al término de la guerra) y la mano de obra eficiente, capaz y especializada para la mayor parte de los sectores económicos de Alemania. Del otro lado, la Alemania oriental (República Democrática Alemana, RDA) explotó el modelo que anteriormente se había propiciado el nacionalsocialismo, lo poco que se cambió fue el enfoque socialista impuesto y financiado por la URSS2 y algunos sistemas burocráticos importados desde el Politburó moscovita. El papel asignado a la RDA fue la de proveer los productos en las repúblicas socialistas del bloque, su plantilla industrial fue aprovechada y someramente desarrollada3, los insumos llegaban del bloque y se regresaban transformados con una calidad superior a la que se podía alcanzar en otros puntos de los países del llamado bloque comunista. Más que un Estado satélite, la RDA se convirtió en la frontera de control del bloque socialista, el muro de Berlín más que una frontera política y militar se fue convirtiendo con los años en un símbolo del poder político y militar de la Unión Soviética4; al momento de su caída se explica así la reacción en cadena hacia los demás países del bloque. Cuando los muy diversos factores que llevaron a la caída del muro de Berlín dieron paso a la posibilidad de una Reunificación Alemana, el planteamiento del cómo fue uno de los principales móviles de los siguientes años. Había que tomar en cuenta que la opinión internacional estaría pendiente de los avances y sobre 2 Conradt, David P. “The German Policy”7ª edición, Ed. Longman, Nueva York, Estados Unidos, 2001. Capitulo 3, p. 43 a 67. 3 Ibídem. 4 Abellán, Joaquín. “Nación y nacionalismo en Alemania”, Ed. Tecnos, España, 1997, p. 215 VIII todo, se pondría a prueba el desarrollo del nuevo modelo político que había florecido en la RFA y su eficacia como modelo para ser seguido por lo que quedaría de la RDA. Es difícil dar un seguimiento a la RDA ante la caída del muro de Berlín, ya que el plebiscito daba un cheque en blanco para que se adoptara el modelo que había llevado a los alemanes occidentales a la eficiencia, comodidad y en muchos casos a la opulencia. Las adaptaciones que se fueron programando y la agenda que se fue tomando para realzar una nueva nación con marcadas diferencias sociales, políticas y económicas se tuvo que enmarcar en un nuevo contexto: los avances de la Comunidad Europea estiraron las negociaciones al punto de establecer (o mejor dicho escalar al siguiente nivel) la integración económica. El histórico impulso de la Comunidad Europea tuvo sus bases en la Comunidad del Carbón y el Acero, el progresivo éxito económico entre Alemania y Francia llevó a toda Europa a seguir sus pasos. La integración Europea significaba un reto para los países involucrados, no sólo por las metas para alcanzar, sino por los factores que estarían en juego, desde el planteamiento de una centralización de la política financiera hasta el movimiento libre de mercancías y ciudadanos. Si a estos factores de la política inter europea de aquellos años se le suma el proceso de Reunificación, se vería como reacción natural y lógica el nacimiento de movimientos o grupos políticos que alegasen un tradicionalismo o una recuperación de la soberanía perdida en estos procesos. Por esta razón, el reto de mantener ambos lados de la balanza era una prueba del más alto nivel a los cuarenta y cinco años de desarrollo político e integración democrática. Para comprender los pasos de la integración europea y de la reunificación alemana habría que analizar la evolución del nacionalismo alemán al paso de los años de división (la frontera entre la RDA y la RFA) y cómo éste desarrolló una vocación detenidamente diferenciada del nacionalismo agresivo al que se le vinculó en la Alemania Nazi. Las razones que pueden encontrarse para este cambio en la identidad pueden ir desde el modelo político, económico y social, hasta meramente la identificación de resultados, que están sustentados en la orientación de la toma de decisiones de Europa, es decir, la inclusión de Alemania IX como un socio, y su voz y voto en los asuntos europeos, a diferencia de la balanza propuesta y ejecutada por Bismark en el siglo XIX. En ese mismo orden, el éxito del modelo democrático, y como se expone en el marco teórico de este proyecto, el cambio del nacionalismo integral al nacionalismo liberal pudo dar pie a esa apertura que permitieron la reunificación alemana y la integración europea. El objetivo general de este estudio es buscar, identificar y distinguir los elementos del nacionalismo alemán en función de su práctica política en procesos histórico-políticos, nacionales e internacionales, para comprender de manera amplia su impacto en el desarrollo de la Unión Europea a través de su sistema político. Distinguir el desarrollo histórico por el cual el sistema político alemán cambió al término de la Segunda Guerra Mundial. Identificar el impacto del cambio de modelo político, en conjunción con la Reunificación y la integración de la Unión Europea. Para dar con este marco general, se deben conocer los elementos conceptuales e históricos de lo que es la nación, el nacionalismo, y el sistema político, en vinculación con Alemania y su historia. Para fines del marco teórico he decidió utilizar los conceptos delimitados de nación y nacionalismo que presenta Juan Badía Ferrando en su libro “Estudios de ciencia política”, apoyados y complementados por los estudios de Pfaf, William, en su libro “La ira de las naciones”. Badía Ferrando señala que los estudios vinculados a Max Weber sostienen generalmente que la nación se define en términos de un sentimiento que sus miembros cultivan, fomentan y comparten entre sí, por lo que en muy raras ocasiones es objetivo, por tanto, es necesario introducir el elemento sicológico a la llamada “conciencia nacional”, lo que abrirá el espacio para que la variante de la subjetividad pueda quedar restringida de acuerdo a la interpretación de esta función. X Así, para Badía Ferrando el concepto de nación “debe quedar referido al resultado de un proceso histórico integrador, por virtud del cual una variedad de grupos o comunidades menores, geográficamente condicionadas y socialmente diversificadas…. Llegan a constituir una unidad comunitaria más extensa caracterizada por un intenso sentido de solidaridad y que participa de unos hábitos comunes, estilos de vida y tradiciones capaces de proyectarse políticamente”. Como lo señala en su exposición, el separar los elementos objetivos y subjetivos de la definición de nación le quitaría el dinamismo que de por sí constituye el concepto, por lo que concluye: se debe hacer un balance de estos, de manera que la nación será definida como “una realidad social frente a otra realidad a otras”. Como ha apuntado William Pfaf, los estados-nación modernos son relativamente conceptos nuevos, ya que difícilmente se pueden definir a partir de la etnicidad o por elementos meramente objetivos. De este autor hay que considerar a la nación occidental moderna como una estructura práctica, es decir, que brinda un techo ante la vida moderna: orden civil, sistema de justicia, sistema económico, marco industrial y comercial, redes de transporte y comunicación, etc. Y por consecuencia, exige solidaridad, voluntad de aceptar las normas morales y legales, como pago de impuestos, apoyo al sistema político-gubernamental, para poder tener acceso a los beneficios comunes. “La ciudadanía supone obligaciones y beneficios mutuos, aunque casi siempre posee una coloratura emocional, a menudo intensa, un apego al país o a la patria…” Por tanto, para el trabajo de tesis a presentar, y para efectos del marco teórico, se entenderá a la nación como la sociedad que se delimita a sí misma como producto de un proceso histórico integrador (como los elementos objetivos, subjetivos, sicológicos y de conciencia nacional) y con una realidad social frente a otras sociedades que también pueden entenderse como naciones. El proceso histórico de estas sociedades han llevado a que el concepto de nación desemboque en los llamados estados-nación, que se definen por sí mismos como entes jurídicos, políticos y sociales suficientes para ejercer su soberanía. Y para esto habrá que observar que la nación tiene también un fin práctico, vinculado directamente a los XI beneficios económicos, políticos, morales y jurídicos que otorga la consagración de la nación. El nacionalismo es una noción compleja de ideas que se decantan a lo largo de la historia y que tuvieron, han tenido y tienen concepciones contrapuestas debido a su genealogía social, política y económica. Evidentemente, como menciona Badía Ferrando, el nacionalismo se deriva de la idea de la nación, y está íntimamente ligado a la asignación práctica que la elite o clase dominante haga de éste. La paradoja del nacionalismo es que no termina de convertirse en una ideología. Como ha señalado William Pfaf en “La ira de las naciones”.5 .Así, podemos inferir la importancia del fenómeno para el alcance de objetivos particulares, relativos al ejercicio del poder y al interior y al exterior de las sociedades en las que se desarrolla. De acuerdo a lo expuesto por Badía Ferrando, en el estudio ya mencionado, no hay posibilidad de abordar el nacionalismo como simple fenómeno social, ya que existen muy diversosnacionalismos, de igual manera a que existen muchas construcciones históricas de la realidad. Sólo la conceptualización histórico-política del fenómeno puede dar una concepción correcta de lo que es en lo general y en lo particular. Para éste autor, quien se apoya en lo expuesto por Hans Kohn, el nacionalismo ha de partir como “un estado de ánimo en el cual el individuo siente que debe su lealtad suprema al Estado nacional”, concepción que tendrá relevancia a partir del siglo XVIII, con el desarrollo de la Revolución Francesa. En ese desarrollo histórico del nacionalismo se debe destacar el uso de los mismos elementos que gestaron a la nación, aunque con un fin político más inmediato. Si para la formación de la Nación la toma de conciencia nacional se postulaba para justificar el aparato estatal en que se convertiría el ideario político, la conciencia nacional será una herramienta del nacionalismo para un fin político, como la guerra, por ejemplo, si se toma las grandes guerras del siglo XX. Para esto, nos puede ilustrar la síntesis que Badía Ferrando hace sobre la particularización que cada nación hace de los valores cívicos frente a los valores 5 Vid infra, Cap. 1, 1.2 El nacionalismo, pag. 5 XII universales6, con el fin de acrecentar las diferencias entre naciones y construir estereotipos con los que se formaran las identidades, casi siempre con una visión etnocéntrica.7 Como modelos característicos del desarrollo del nacionalismo, Badía Ferrando cita a K. R. Minogue, con tres puntos de partida: El nacionalismo estatal francés, el nacionalismo historicista central, como el desarrollado en Alemania, y el nacionalismo de los países postcoloniales del Tercer Mundo. Sostiene que el nacionalismo es un fenómeno histórico que se va condicionando por ideas y por realidades sociales diversas en medio de las cuales se origina, se encarna y se desarrolla, por lo que es imposible hablar del nacionalismo como si se tratase de un fenómeno con pretensiones de construcción típica y genérica. El análisis del desarrollo histórico y la investigación comparativa de sus diferentes formas son las únicas que pueden dejar entrever su impacto y características. Es por lo anterior que se pueden encontrar naciones formadas a partir de nacionalismos con postulados contrapuestos, dadas las circunstancias históricas de su génesis y el desarrollo de su política y asimilación. Para fines de ésta compresión, se ofrece la terminología que Badía Ferrando toma de Hans Kohn, que hace hincapié en el nacionalismo liberal y el nacionalismo integral. El cambio del modelo político alemán responde a un proceso histórico internacional, que a su vez llevó a la división de Alemania y a su posterior reunificación; esto repercutió en un cambio de enfoque del nacionalismo alemán, vinculado hasta la Segunda Guerra Mundial a un nacionalismo integral y a reclamos beligerantes, principalmente de expansionismo territorial. Con la intervención de las potencias aliadas, y vencedoras de 1945, la visión del nacionalismo se comenzó a orientar a una ideología liberal, es decir: con el apoyo de amplios programas gubernamentales que promocionaban una cultura cívica, que hacía hincapié en la libertad de expresión, la asociación política y la 6 En este contexto se debe entender que no hay una alusión axiológica objetivista sino ética, de manera general, dónde pueden identificarse valores cívicos, morales y políticos, de acuerdo a lo expuesto por Adolfo Sánchez Vázquez en “Ética”, 55ª ed., Random House Mondadori, México, 2006, pags. 125 y 126. 7 Vid infra, pag 6. XIII representación de intereses en un sistema parlamentario, se dio el paso a un cambio gradual del enfoque con el que los alemanes percibían su nación. Si a esto último se aúna el apoyo económico destinado a la reconstrucción, el aprovechamiento de la plantilla industrial y de la mano de obra calificada, conjugado con la integración de Alemania en el comercio internacional, específicamente el europeo, se podrá entender de manera amplia cómo ha sido que Alemania ha jugado un papel preponderante en la integración y desempeño de la Unión Europea, por tanto, la posibilidad de ver programas políticos con un enfoque nacionalista integral es muy baja, dada la cultura democrática y la interdependencia de Alemania con el resto de Europa y viceversa 1 1. La nación, el nacionalismo, el sistema político y Alemania. La conciencia social se forma a partir de vínculos personales e interpersonales complejos. Para el presente estudio la importancia de estos vínculos radica en su consideración como la cuna de la mayoría de las formas políticas de organización y por lo tanto, de lo que se ha de considerar como la nación. 1.1 La nación Etimológicamente, la nación tiene sus raíces en el pasado participio del verbo latino nasci, nacer; siendo además, herencia del sustantivo nationem, en la connotación de raza o cría8. Se encuentran referencias en que en el medioevo algunas universidades denominaban como nación (nationem) a las secciones de estudiantes que provenían de distintos sectores del país en donde se encontraba la universidad. En muchas ocasiones se ha designado a la nación como el conjunto de habitantes de un lugar especifico, de una etnia determinada, o incluso, durante el siglo XX, como el sustituto de dos conceptos fundamentales: la ciudadanía o la unidad jurídico- territorial, conocida como Estado9. Históricamente el concepto de nación se desarrolló en los círculos intelectuales y culturales de la Europa del siglo XIX. Su idealización como conciencia, sentimiento, objetivo popular o interés de clase10 se estrechó con la ideología de la cúpula política al comenzar a florecer ampliamente el romanticismo, por eso hay que entenderla como una organización humana que pretende ser continua. Se cimienta en el individuo y se encuentra enmarcada en ideales políticos y factores subjetivos como los símbolos. Se deben considerar lo siguiente en cuanto al alcance o límite de la nación: Primero. La nación es una forma de moralidad, dado que es una solidaridad sustentada en una conciencia histórica distintiva, un plebiscito diario11. La nación 8Breve diccionario etimológico “Etimologías de Chile” consultado en http://etimologias.dechile.net/?nacio.n 9 vid infra p. 7.características del nacionalismo 10 Vid infra, p. 8. 11 Renan, Ernst. Qu’est-ce qu’une nation? Conferencia dictada en la Sorbona de París, el 11 de marzo de 1882. Ed. Digital, Franco Savarino, 2004. 2 no es un ente eterno, dado que se somete a constantes cambios12, es una construcción inacabada13 que tiene vocación dinámica. Segundo. La nación tiene una clara diferenciación de factores objetivos (raza, tribu, etnia) y subjetivos (ideales, cultura, tradiciones), arguyendo que la nación sólo puede existir cuando la vida económica, el lenguaje y el territorio la propician, sin embargo, la nación se forma a través de la conjugación de estos dos tipos de factores, dando paso a naciones en distintos planos14 que pueden llegar a mantener una distancia entre el Estado y la Nación. Esta consideración abre la posibilidad de la formación de Estados no tan compactos como los grupos nacionales homogéneos o Estados-nación exclusivamente. Tercero. Las naciones son muy variadas como para ser definidas en términos de un solo criterio. Lo que distingue a una nación es un compromiso hacia un proyecto político común15. Y en este aspecto, el individuo solo es contemplado como parte de la colectividad, y en representación del individuo, la colectividad fundamenta un objetivo común a pesar o con los individuos integrantes. Así, la nación es también una respuesta creativa a cambios políticos, económicos yhasta territoriales, más que una mistificación y racionalización de estos. Es decir, la nación es un efecto mas no una causa16, y por la voluntad consciente de sus miembros se mantiene a flote. La nación es un término que se pretende meramente moderno, dado que el desarrollo especializado y puesta en práctica ocupa un espacio muy reducido en la historia de la civilización (aproximadamente solo doscientos años). La principal característica de la nación es el reconocimiento mutuo profesado entre los individuos de esta. Se cree que mediante la familia, el individuo integra los elementos externos y subjetivos de la nación en un crisol de factores que le 12 Renan, Ernest. “Qu’est-ce qu’une nation?”, en Hutchinson, John et al. Nationalism, Oxford University Press, Gran Bretaña, 1994, pp. 17. 13 Dia, Mamadou “Nations africaunes et solidarité mondiale” en Recalde, José Ramón. La construcción de las naciones, Ed. Siglo XXI, Madrid, 1982, p. 50. 14 Joseph Stalin “The Nation”, en Hutchinson, John et al. Op. Cit., p. 18. 15 Weber, Max. “The Nation”, en Hutchinson, John et al. Op. Cit., p. 21. 16 Poole, Ross. Nation and identity, Ed. Routledge, London/New York, 1999, p. 13. 3 definirán posteriormente como parte integrante de la familia, la comunidad, la región y la nación en pasos sucesivos y constantes. El proceso de reconocimiento mutuo es conocido como identidad nacional, y se infiere como una concepción meramente individualista17, ya que los individuos que admiten su pertenencia a la nación y muestran una voluntad consciente de actuar en una comunidad nacional, es decir la Identidad; que es un complejo mecanismo que media entre el individuo y su entorno. En sus fases se encuentra la identidad individual, la identidad convencional y la identidad colectiva. Identidad individual. El individuo toma conciencia de sí mismo, incorpora para sí las acciones que realiza, conoce y reconoce lo que es el yo y el significado de distinguirse respecto a lo que lo rodea.18. Identidad convencional. El individuo toma referencia de sí mediante la interacción que tiene con los demás y su alrededor mediante sujetos, pertenencias, objetos, símbolos, y cualquier cosa que le infieran su lugar en el entorno. Adquiere puntos asideros que puede deducir como conocidos (familiares). Tiene a su alcance elementos que van desde lo individual hasta lo universal19. Identidad colectiva. El individuo, a partir de su conciencia, de su conocimiento empírico y su situación temporal, se encuentra con la necesidad de distinguir y conocer la forma en que su colectividad se encuentra en relación con todo lo demás, los sucesos anteriores a su existencia. Obtiene la capacidad de entender las características e historia de su colectividad en relación con otras.20 La nación como premisa del nacionalismo no es uno de los pilares de su existencia. La delimitación de una nación no involucra la existencia de nacionalismos, o viceversa. Es paradójico encontrar comunidades étnicamente compactas que pueden ser delimitadas como naciones, y que no desarrollan nacionalismos, al tiempo en que se fomentan y desarrollan nacionalismos sin naciones definidas. 17 Pfaf, William. La Ira de las Naciones, Ed. Andrés Bello, Santiago de Chile, 1994, 244 p. 18 Gonzalez, Luis. Otra invitación a la microhistoria, Ed. Fondo de Cultura Economica, México, 1997, 87p. 19 Gonzalez, Luis. Otra invitación a la microhistoria, Ed. Fondo de Cultura Economica, México, 1997, 87p. 20 Nietzche, Frederick. Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida, II intempestiva, Ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 140 p. 4 1.2 El nacionalismo El desarrollo del nacionalismo data de fines del siglo XVIII. El surgimiento de la nación y el nacionalismo se presentan como resultado de la corriente cultural de la época: el romanticismo21, que iba en contra del renacimiento dominante. Y a través de la identidad, la necesidad de crear una nación –gestada por el nacionalismo- fue satisfecha principalmente fuera del campo político, y comenzó a presentarse como un enfoque inicial de los nuevos Estados y Estados reformados de principios del siglo XIX. El romanticismo fue la plataforma principal del nacionalismo en sus inicios, ya que relacionó la exaltación de los sentimientos sobre la razón. Y con la exaltación del sentimiento nacional se derivan las circunstancias que engendraron al nacionalismo. El nacionalismo no tenía una propuesta tangible y mucho menos se podía asumir que las “naciones” involucradas existiesen. Como lo ha planteado W. I. Thomas, citado en “Estudios de ciencia política” de Juan Badía: “Si los hombres definen unas situaciones como reales, tales situaciones son reales en sus consecuencias”22. Y lo que era un apego emocional, se convirtió en un sistema político-económico que hasta el momento sustenta las relaciones sociales en la modernidad.23 El nacionalismo hace referencia casi indistintamente a la nación. Y no necesariamente debe existir una nación, Estado, o Estado-nación para que el nacionalismo sea latente24, pues el sentido de pertenencia e identidad son fundamentales para la existencia de un nacionalismo, y por tanto, la existencia de una nación es abstracta, en función a las condiciones dadas. El nacionalismo es una noción compleja de ideas que se decantan a lo largo de la historia y que tuvieron, han tenido y tienen concepciones contrapuestas debido a su genealogía social, política y económica. Evidentemente, como 21 Vid supra, “La nación”. 22 Thomas, W. I. citado en. Estudios de ciencia política, Badía Ferrando, Juan 4ª ed., Ed. Tecnos, Madrid, 1992. 23 Delanty , Gerard. Beyond the nation state: national identuty and citizenship in a multicultural society, Ed. Sociological research on line, http://www.socreonline.org.uk 1996. 24 vid supra p. 1 http://www.socreonline.org.uk/ 5 menciona Badía Ferrando en “Estudios de ciencia política”, el nacionalismo se deriva de la idea de la nación, y está íntimamente ligado a la asignación práctica que la elite o clase dominante haga de éste. La paradoja del nacionalismo es que no termina de convertirse en una ideología. Para ilustrar mejor esta idea, hay que remitirse a lo que William Pfaf ha señalado en “La ira de las naciones”: “El nacionalismo no es una ideología porque no posee universalidad… Sin embargo, ocupa el terreno moral y emocional que corresponde a la ideología política. Es irracional como fenómeno general, pero natural como fenómeno específico. Es la contradictoria y absurda afirmación de que los valores e intereses de cada país son superiores, aunque resulta evidente que todas las naciones son iguales como objeto de lealtad de sus ciudadanos. Sólo un serbio puede apreciar por qué vale la pena morir por serbia, pues para el observador imparcial Serbia no posee mayor valor ni peso que Croacia, Guatemala o el Tíbet”. Así, podemos inferir la importancia del fenómeno para el alcance de objetivos particulares, relativos al ejercicio del poder y al interior y al exterior de las sociedades en las que se desarrolla. De acuerdo a Badía Ferrando25 no hay posibilidad de abordar el nacionalismo como simple fenómeno social, ya que existen muy diversos nacionalismos, de igual manera a que existen muchas construcciones históricas de la realidad. Sólo la conceptualización histórico-política del fenómeno puede dar una concepción correcta de lo que es en lo general y en lo particular. Para éste autor, quien se apoya en lo expuesto por Hans Kohn, el nacionalismo ha de partir como “un estado de ánimo en el cual el individuo siente que debe su lealtad suprema al Estado nacional”, concepción que tendrá relevancia a partir del siglo XVIII, con el desarrollo de la Revolución Francesa. En esenecesario desarrollo histórico del nacionalismo se debe destacar el uso de los mismos elementos que gestaron a la nación, aunque con un fin político más inmediato. Si para la formación de la Nación la toma de conciencia nacional 25Babía Ferrando, Juan. Op. Cit. p. 58 6 se postulaba para justificar el aparato estatal en que se convertiría el ideario político, la conciencia nacional será una herramienta del nacionalismo para un fin político, como la guerra, por ejemplo, si se toma las grandes guerras del siglo XX. Para esto, no puede ilustrar lo siguiente: “La enseñanza de la historia en todos los países ha sido una educación del patriotismo y un instrumento más eficaz para desarrollar los sentimientos nacionales que para favorecer una ciencia particular… lo fundamental es el sentimiento de particularismo frente a los valores universalistas, construyéndose los estereotipos nacionales que vendrán a reforzar la toma de conciencia de las diferencias y una visión etnocéntrica de la propia colectividad.”26 Como punto de partida para entender el nacionalismo como un proceso histórico- político, son tres los casos principales para su estudio: El nacionalismo estatal francés, el nacionalismo historicista central, como el desarrollado en Alemania, y el nacionalismo de los países postcoloniales del Tercer Mundo27. Con esto se encontrará que el nacionalismo es un fenómeno que se va condicionando por ideas y por realidades sociales diversas en medio de las cuales se origina, se encarna y se desarrolla, por lo que es imposible hablar del nacionalismo como si se tratase de un fenómeno con pretensiones de construcción típica y genérica. El análisis del desarrollo histórico y la investigación comparativa de sus diferentes formas son las únicas que pueden dejar entrever su impacto y características. Es por lo anterior que se pueden encontrar naciones formadas a partir de nacionalismos con postulados contrapuestos, dadas las circunstancias históricas de su génesis y el desarrollo de su política y asimilación. El nacionalismo ha de clasificarse como nacionalismo liberal y nacionalismo integral. 28El nacionalismo liberal acentúa la democracia política, los valores humanitarios, los derechos del hombre o la libertad individual. El nacionalismo integral, el del fascismo, acentúa la sumisión del individuo al Estado, glorifica la concepción orgánica del Estado, rechaza la democracia política, y llega a valorar la agresión internacional como un tipo de comportamiento positivo, basado en una 26Badía Ferrando, Juan. Op. Cit. p. 93 27 Minogue, K. R. citado en Badía Ferrando, Juan. Op. Cit. p. 62 28 Este terminología se ofrece a partir de lo citado de Hans Kohn en Badía Ferrando. Op. Cit. 66 7 amplia participación de las masas. De acuerdo a lo expuesto por Badía Ferrando que dará pie a este marco conceptual, la delimitación de estos dos tipos generales de nacionalismo se conforman como dos fenómenos antitéticos, y terminan por denotar la conciencia de grupo, que implican que el individuo tiene una conciencia de pertenencia o vinculación a la nación, o a la comunidad, que al mismo tiempo identifica al individuo con el tipo de organización política existente o deseada.29. Las características del nacionalismo se dividen en tres pares de acuerdo al punto de vista y sus elementos. Se pueden encontrar elementos objetivos y subjetivos, naturalistas y voluntaristas, e incluyentes y excluyentes. El nacionalismo es objetivo cuando apela elementos tales como factores geográficos, lingüísticos, de raza, religión o territorio. Y es subjetivo cuando se apela únicamente la voluntad de vida en común. Con los elementos objetivos se desarrolla el sentido de raza, religión o territorio; con los elementos subjetivos se apela a los ideales impartidos. Elementos naturalistas y voluntaristas: Expresan un carácter parecido al subjetivo, los elementos naturalistas se apegan a puntos como la sangre –más no la raza-, el valor de la tierra –más no el territorio-, y algunos elementos objetivos, que son usados para desarrollar una idea de nación integral. Mezclan historia y principios morales para el movimiento sobre el que desarrollan a la “nación”. Un buen ejemplo es el de las naciones étnicas, las cuales ofrecen una larga lista de elementos histórico-geográficos que fundamentan la creación de una nación en una población muy reducida. Los elementos voluntaristas se refieren al deseo de existir de una nación. Se fundamentan en la acción del “querer” formar parte de una nación. Elementos excluyentes e incluyentes. Son consecuencia de cómo se idea la nación. Los miembros incluidos y excluidos son producto del proceso de identidad. Lo excluyente se practica también en el desarrollo de esta, como en la exclusión de judíos en la Alemania Nazi.30 Los elementos incluyentes se dan principalmente 29 Ferrando Badía, Juan. Estudios de ciencia política, Cuarta ed., Ed. Tecnos, Madrid, 1992. 30 Chabod, Federico. La idea de nación, Ed. Fondo de Cultura Económica, México. 8 en la formación nacional, casi siempre para la integración uniforme de la población. 1.3 El sistema político Para definir lo que es un sistema sólo nos remitiremos a la Teoría General de los Sistemas de Ludwig Von Bertalanffy31, en donde se dice lo siguiente sobre esto: “[Se debe entender el sistema]…como un conjunto de elementos independientes que tienen relación entre ellos mismos y con el ambiente… su progreso es posible sólo si [los elementos] pasan por un estado de totalidad indiferenciada a una diferenciación de las partes. Determinaremos que un sistema es ‘cerrado’ si ningún elemento entra o sale de éste; se le llamara abierto si importa o exporta a alguna parte… Un sistema abierto estará definido por el intercambio de elementos con su ambiente, de manera que la importación y la exportación, construcción o derrumbe de sus componentes originales será determinante”.32 Después de la propuesta de la Teoría General de los Sistemas, el término fue aplicado a los más variados conjuntos científicos y disciplinarios, inclusive a la Ciencia Política33. Hay que considerar que la Teoría General de los Sistemas fue generada como una abstracción con miras a una amplia aplicación y como un punto de referencia para teorías de corto, mediano y largo alcance en diversas disciplinas.34 Por eso, y para entender ampliamente la política, lo mencionado por Andres Serra Rojas en su estudio “Ciencia Política”, puede ilustrarnos: “ [La política] es la actividad que tiene por objeto regular y coordinar la vida social por medio de una función de orden, defensa y justicia, que mantenga la cohesión y la superación del grupo… Dentro del complejo de la 31 Passages from General System Theory, by Ludwig Von Bertalanffy in http://www.panarchy.org/vonbertalanffy/systems.1968.html Consultado en diciembre de 2013. 32 Von Bertalanffy, Ludwig. “Passages from General System Theory” in http://www.panarchy.org/vonbertalanffy/systems.1968.html Consultado en diciembre de 2013. 33 Easton, David en Martha Irela Taboada Pacheco. “David Easton y el sistema político”. Investigación para la UAM Iztapalapa CSH, Licenciatura en Ciencia Política, 1985. P. 112 34 Taboada Pacheo, Martha Irela. Op. Cit. p. 112 9 actividad social hay una actividad política que es la creadora del ordenamiento jurídico, al mismo tiempo que va definiendo las formas políticas primitivas, hasta la forma superior de ellas que es el Estado al que asigna funciones, las encuadra en instituciones y les otorga el poder coactivo para imponer sus decisiones…” Con esto podemos deducir que la actividad humana social es el punto de partida para entender la interacciónde diferentes grupos en una sociedad dada. Cada uno de dichos grupos puede representar uno o varios intereses que son necesarios para mantener la cohesión del grupo como un ente funcional, sucesivamente hasta encontrarnos con el Estado moderno, que se enmarca en las instituciones y el aparato jurídico como legitimador y a su vez producto de la actividad política. Con lo anterior, hemos de encontrar que la concepción base del Sistema Político debe partir de las siguientes premisas: sistema, ambiente, respuesta y retroalimentación; en donde ya se ha hablado del sistema y del ambiente, por tanto, la respuesta debe entenderse como la producción de variaciones o alternativas para hacer frente a una tensión proveniente de alguna parte del ambiente. Como retroalimentación hemos de entender como la información o influencia con que disponen los actores para tomar decisiones.35 Así, el sistema político está enclavado en otros sistemas y procesos sociales con los cuales tiene a su vez interacción e influencia. Es decir, se refiere a la conducta empírica que caracterizamos como la vida política, entendida como las interacciones sociales de individuos y grupos.36 35 Taboada Pacheco, Martha Irela. Ibidem. 36 Easton, David en Taboada Pacheco, Martha Irela. Op.Cit. p. 69. 10 1.4 Alemania Como grupo social distinguible Alemania puede rastrearse desde las incursiones del Imperio Romano a las zonas orientales del río Rin. El desarrollo de su territorio y población está ligado a la expansión romana y a su inclusión en la vida pública del imperio. Aproximadamente en el siglo XVI, la diseminación de una conciencia social que daba por sentado que la nacionalidad Alemana existía fue propagada. Esta conciencia estaba basada en el mito de los orígenes nacionales, al tiempo en que Europa misma también generaba la misma dinámica para otras sociedades. La disolución del sistema político, prácticamente milenario del Sacro Imperio Germano de Occidente en las guerras napoleónicas a principios del siglo XIX, junto con las circunstancias políticas y sociales de la época, llevaron la nación alemana a conformarse en un Estado-nación casi como lo conocemos hoy. En 1834 se formó La Unión Aduanera bajo el liderazgo Prusiano, para 1848 contaba con 28 de los 39 estados integrantes de los Estados considerados alemanes37. Por el otro lado, la Confederación Alemana, dominada principalmente por Austria, era un instrumento para conservar el orden establecido. Con el nombramiento de Otto von Bismarck como ministro, en septiembre de 1862, se marca el inicio del proceso de Unificación, por ser una de las figuras centrales, además de tener injerencia en la política interior y exterior de Alemania y en el sistema de alianzas que mantuvo la paz en Europa en el siglo XIX. 1.4.1 La unificación alemana Bismarck materializó una alianza de casi todas las fuerzas políticas alemanas en busca de la unificación, aunque en un proceso largo y sinuoso. Uno de sus objetivos fue el de consolidar y expandir la influencia de Prusia en una Europa atacada por las revoluciones a expensas de Austria38. Situación que llevaría a la guerra a estos dos Estados. A principios de 1866, Prusia y Austria esperaban una lucha final por la supremacía en Alemania. Cada una de la potencias buscaba un pretexto para presentar al 37 Shculze, Hagen. Op. Cit. p. 101. 38 Crenshaw, Edwurd. Bismark, Ed. The viking press, Nueva York, 1981, 451 p. 11 oponente como agresor, alianza de la recién unificada Italia con Prusia fue la razón. Viena movilizó sus tropas en marzo de 1866. Prusia ganó la guerra gracias al empleo de la tecnología y las nuevas comunicaciones.39 Con la victoria se planteó el problema de las anexiones de los principados germanos a Prusia. Con el Tratado de Praga, Austria fue expulsada de Alemania y la Confederación Alemana fue abrogada. La antigua Confederación se convirtió en un Estado Federal con 22 pequeños y medianos miembros totalmente dominados por Prusia en lo económico y en lo militar. Se renombró como Confederación Alemana del Norte, y estaba conectada con los otros Estados al sur de Main a través de un acuerdo militar y fuertes lazos heredados de Unión Aduanera –que continuaría existiendo. 40 La guerra franco-prusiana también favoreció la Unificación. Debido a diferencias en la sucesión del trono español, que ambos bandos tomaron como pretexto, se dio un enfrentamiento al que muchos historiadores califican como la última consecuencia del deseo francés de impedir la unificación política de Alemania41. La guerra se declaró el 19 de julio de 1870, Napoleón III se convirtió en prisionero de Guillermo I, y el 4 de septiembre de 1870 los franceses derrocaron al emperador francés para proclamar la república. El nuevo régimen continuó durante algunos meses una lucha que ya tenía perdida, incluso creó milicias populares. París capituló a fines de enero de 1871. La Francia republicana se vio obligada a concertar el armisticio. Los franceses celebraron elecciones para la Asamblea Nacional bajo ocupación alemana. Bismarck condujo negociaciones de paz con el nuevo gobierno republicano, que cedió el recién creado Reich de Alsacia y una parte de Lorena, unificadas como provincia del imperio.42La victoria propicio que Baviera, entre otros estados, tomara una “decisión voluntaria” de unificación; también se fortaleció el movimiento nacionalista al sur de Alemania y Bismarck mantuvo la Constitución de la Confederación Alemana del Norte como eje del proceso de unificación. Para finales de noviembre de 1870 se habían trazado las líneas básicas para la 39 Momsen, Wilhelm. “Bismark”, Ed Salvat, Barcelona, 1985. P. 421 40 Schulze, Hagen. “Germany, a new history”, Ed. Harvard University Press, Londres, 1998. 41 Momsen, Wilhelm. Op. Cit. p. 422 42 Veit, Valentin. “Historia Universal, los pueblos, los hombres, las ideas”, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1955, p. 111. 12 incorporación de los Estados del sur a la Confederación Alemana del Norte. En el fondo, no se practicaba el verdadero federalismo, pues se tomaba de facto una anexión a Prusia.43 En abril de 1871 la Dieta Imperial (Reichstag) recién elegida sustituyó los tratados concertados con los Estados del sur de Alemania por la Constitución del Reich, que entró en vigor el 16 de abril. En el imperio el poder lo detentaba no el emperador, sino el Consejo Federal (Bundesrat), complementado por los representantes de los estados suralemanes. Prusia no tenía mayoría en dicho consejo, aunque se convirtió en el miembro que más tarde posibilitaría el gobierno del imperio. La economía y la política exterior eran competencia exclusiva del imperio y la gestión concreta siguió perteneciendo a los distintos Estados. Además del Parlamento Federal (Bundestag) había una Dieta Imperial (Reichstag), elegida por el sufragio universal, directo y secreto. Esta modalidad de votación confería a la Constitución de 1871 cierto matiz democrático44. El principal problema del nuevo Imperio era unificar la nueva población dentro de un Estado. Bismarck, en calidad de canciller imperial y ministro prusiano, asumió en gran medida el reto. A partir de 1871, la política exterior bismarckiana consideró inevitable considerar la posición de Francia para cualquier objetivo, por tanto, la primera preocupación fue impedir a los franceses establecer alianzas. A partir de la unificación, la prioridad diplomática sería establecer alianzas con Rusia, y Bismarck preveía la convergencia con Austria-Hungría. La reunión de los tres emperadores en 187245 y el acuerdo logrado por sus tres naciones (Rusia, Austria y Alemania) en octubre de año siguiente, permitieron al canciller rubricar un acuerdo entre lostres grandes Estados monárquicos y legitimistas, que sería uno de los pilares básicos de la política exterior alemana hasta 1890, fecha de la dimisión de Bismarck al gobierno prusiano. 43Tenbrock, Robert-Hermann. “A history on Germany”, Ed. Longman publishing group, Alemania, 1968, p. 44 44 Abellán, Joaquín. Nación y nacionalismo en Alemania. Ed. Tecnos, Madrid, 1997, p. 90. 45 Briggs, Asa y Patricia Clavin. “Historia Contemporánea de Europa”, Ed. Grijalbo Mondadori, 1997, p. 315 13 1.4.2 La Primera Guerra Mundial La interdependencia de los países europeos fue un hecho casi inadvertido. A principios del siglo XX, el mejor cliente comercial de Alemania era Gran Bretaña. En Berlín se utilizaba carbón mineral británico cuando estalló la Primera Guerra Mundial, mientras se utilizaban planchas de acero alemanas en Gran Bretaña para construir la flota británica. En Francia se construían altos hornos con financiamiento alemán, y Alemania tenía industrias químicas en Rusia46. El modelo de alianzas bismarckiano, consistía en un juego de balanzas y contrapesos cambiantes. El número de alianzas, tratados y pactos realizados en este periodo es muy extenso, y su principal característica es no tener contactos directos con Francia. El sistema político de Europa en el último tercio del siglo XIX se encontró fundamentalmente tejido sobre los modelos construidos por Bismarck. El modelo de alianzas fue el sistema que mantuvo a Europa en paz hasta su rompimiento en 1914 con el inicio de la Primera Guerra Mundial. El emperador Guillermo I murió en 1888, y su primer sucesor no duró más de tres meses en el poder. Guillermo II su nieto, con 31 años de edad, mantuvo su gobierno hasta 1918, tras la derrota de Alemania en la primera guerra mundial.47 La gran crisis comenzó el 28 de junio de 1914 con el asesinato del heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro, el archiduque Francisco Fernando y su mujer a manos de un serbo-bosnio en Sarajevo. Después de cuatro semanas, y hasta que Budapest estuvo convencida del apoyo de Guillermo II, fue cuando se envió un ultimátum de diez puntos a Serbia, que fue presentado en Belgrado el 23 de julio, con un plazo de 48 horas para responder. Al negarse Belgrado a contestar, el imperio de los Habsburgo les declaró la guerra el 28 de julio. Para entonces, Alemania, quien había dado todo su respaldo a Austria-Hungría, se encontraba en el pleno desarrollo de sus programas de guerra, puesto que estos habían sido preparados desde la alianza franco-rusa. Los pertrechos, provisiones y los planes 46 Schulze, Hagen. Op. Cit. p. 55 47 Departamento de Prensa e Información del Gobierno Federal. Op. Cit. p. 8 14 de acción, encontraron a una Alemania preparada, el entusiasmo de la gente y de la cúpula política, le dieron la bienvenida a la guerra que se avecinaba48. El primero de agosto Alemania declaraba la guerra a Rusia, activando el sistema de alianzas, por lo que Francia se movilizó hacia su frontera oriental y se condujo a esperar a un enemigo alemán. Para el 2 de agosto, Alemania gestó el ultimátum a Bélgica, mismo que fue rechazado, solo para que dos días después los alemanes cruzaran las fronteras belgas en busca del enemigo en su frente occidental. Ese mismo día, los británicos le declaraban la guerra a los alemanes. Se puede explicar el entusiasmo europeo en la guerra en dos elementos. 1) Las incursiones bélicas en los últimos treinta años habían sido nulas, por lo que el desconocimiento sobre la experiencia bélica se anticipaba a las consecuencias49; 2) el desarrollo industrial en su aplicación bélica era casi ignorado. La información difundida por los gobiernos propagaba ideas de una guerra que solo duraría unas cuantas semanas o en su defecto meses. La evolución de la guerra se ha considerado en tres fases. Un periodo inicial de frenesí por la guerra y que atraía toda la atención pública. Un periodo con problemas no previstos por la duración de la guerra. Y finalmente un temor de subversión, motín del ejército, huelgas en las fábricas, protestas civiles o revolución generalizada. Una de las soluciones fue prometer reconstrucciones en la posguerra. Al comenzar la guerra, los planes alemanes eran asaltar rápidamente Francia y regresar al frente de Rusia. Fueron detenidos por las tropas aliadas en el Merne. Las tropas se atrincheraron, para quedarse virtualmente en la misma posición durante toda la guerra. En el frente ruso el atrincheramiento se dio en raras ocasiones, y los acontecimientos de la revolución rusa ayudaron a disolver el problema del frente oriental, con todo y que el abastecimiento de Alemania mostraba problemas por lo poco compacto de las líneas ferroviarias en la zona50. 48 Schhulze, Hagen. Op. Cit. p. 203 49 Mowat, C. L. Comp. Historia del mundo moderno, Tomo XII, Los grandes conflictos mundiales, 1898-1945, Ed. Ramón Sopensa, Barcelona, 1980. P. 122 50 Schulze, Hagen. “Germany, a new history”, Ed. Harvard University Press, Londres, 1998, p. 121. 15 En Alemania el entusiasmo nacionalista se desvaneció prontamente en los estratos más amplios de la población. Los grupos nacionalistas formados desde la unificación tuvieron una nueva injerencia, se centraron en la promoción de los objetivos nacionales y en las metas perseguidas por la guerra, incluso cuando la idea de una guerra defensiva fue difuminada por el gobierno alemán. Hay que comprender que los objetivos y las metas no se estaban definidas, sino por una mera intuición de las clases media y alta. A diferencia de la Segunda Guerra Mundial, el marco político e ideológico de la Primera Guerra Mundial carecía de sustentos ideológicos para mantener una lucha prolongada.51 Durante la guerra se dieron transformaciones sociales y políticas. Algunas tendencias aceleraron su proceso y otras fueron cambios imprevistos. Hasta ese entonces, las movilizaciones nacionales no eran conocidas. Los roles de la vida nacional en su conjunto fueron cambiando abruptamente, incluso los estratos políticos se vieron forzados a tomar decisiones fuera de su competencia natural – utilización de la mano de obra disponible, producción y distribución industrial, racionalización de alimentos, acuerdos con organizaciones sindicales, restricción de información, distribución de propaganda, aumento de impuestos. La movilización en favor de la guerra experimentó una utilización total de la mano de obra desocupada, incluso sufriendo escasez, por lo que otro de los cambios radicales fue buscar mano de obra para emplear, sobre todo para industrias que se consideraban básicas para el desarrollo de la guerra. Los trabajadores prosperaron, al igual que los dueños de las fábricas, mientras los terratenientes veían sus fortunas amenazadas por la incursión de tropas en todo el continente. La percepción de que con la guerra solo se beneficiaba la clase obrera, fue un signo particular52. Alemania se encontró rodeada y bloqueada desde el principio de la guerra. Y para enfrentar con autonomía la escasez de alimentos se instauro el plan Hinderburg, de donde se utilizaron por primera vez las cartillas de racionamiento de pan, grasas, leche y carne, que fueron obligatorias a partir de 1915. Sin 51 Briggs, Asa. Op. Cit. p. 318 52 Briggs, Asa. Op. Cit. p. 129 16 embargo, la agricultura alemana entró en decadencia. En 1916 la cosecha resultó inferior a las previsiones en más de un millón de toneladas53. El continuo desgaste de la guerra fue abrumador cuando, en abril de 1917, Estados Unidos declaró la guerra a Alemania. Tropas frescas y maquinaria renovada estarían por embarcarse. La incursión de estadounidense fue decisiva. En julio de 1917, la nueva mayoría quecontrolaba el Reichstag, del partido nacional liberal, se declaraba a favor de una paz negociada y sin la forzar anexiones de nuevos territorios. La declaración era formulaba por los partidos que después conformarían la espina dorsal de la República de Weimar, por lo que se puede aducir que la democracia alemana se fundó en medio de la guerra y no a finales como se clasificó después. En 1917 el plan Hindenburg fracasó y el gobierno comenzaba negociaciones con líderes sindicales; estallaron huelgas y disturbios por la falta de alimentos y las malas condiciones de vida. En 1918 se generalizaron las huelgas, y con las nuevas fuerzas políticas dominantes, el orden político se hundió y produjo la abdicación del káiser Guillermo II. Para la sociedad alemana las instituciones del imperio habían fallado en una guerra que durante años se había preparado. 54 El 29 de octubre marineros de la flota de Kiel se amotinaron y formaron consejos revolucionarios; la revuelta se dispersó rápidamente a lo largo de los cuarteles de la costa, después tierra adentro. Las casas nobles gobernantes de toda Alemania abdicaron. Para el 9 de noviembre de 1918, Guillermo II abdicó para huir a los Países Bajos, El 11 de noviembre se firmaba un armisticio en el frente occidental.55 La nueva revolución alemana mostró su principal tendencia en los primeros días: un gobierno moderado. El liderazgo del Consejo Representativo de la Gente estuvo a cargo de Federico Ebert y Hugo Haase. Ebert fue el canciller formalmente. 53 Schulze, Hagen. Op. Cit. p. 182 54 Mowat, Cl comp. Op. Cit. p. 124 55 Ibídem. 17 1.4.3 El sistema político alemán anterior a 1945 Hasta poco antes del término de la Primera Guerra Mundial la conformación de la nación alemana se puede resolver en un modelo político centrado en una democracia limitada, que además, ejercía un poder centrado en los intereses prusianos o extensión de estos56. Si consideramos que para el término de la Primera Guerra Mundial los planteamientos políticos en Alemania cuestionaban duramente la permanencia de los estados alemanes (Länder) en la Confederación regida por el Kaiser, podríamos concluir que el tan citado proceso de la consolidación de la unificación debería calificarse como fallido, sin embargo, la integración política, social y económica habían dejado un entretejido que alejo, de alguna u otra manera, dichas amenazas57. Por un lado, eran visibles las exigencias de abandono de la Confederación, y por el otro, había un sinnúmero de propuestas y programas políticos que terminaron por concretarse en la República de Weimar. Con el apuntalamiento de la economía durante la década de 1920, la brújula política se inclinaba más por la revancha en lo internacional que por un respeto por el status quo, razón por la cual, paso a paso, se allanó el camino hacia el nacionalismo integral que sería acogido abiertamente por el régimen del Partido Nacional Socialista (Nazi). El desarrollo histórico-político de Alemania en el periodo de entreguerras siguió una ruta que acrecentó los defectos del débil sistema político, que pujaban para que, en una incipiente y desesperada democracia, se eligieran las propuestas que pudieran resolver lo más inmediato. La exacerbación del nacionalismo, su uso político y la implantación de un modelo político que subyugara al modelo económico fueron prioridades que se reflejaron en ese primer periodo. 1.4.3.1 El sistema político de la República de Weimar Al término de la Primera Gran Guerra se dio una reestructuración política al interior de las nacionales occidentales, el reacomodo de los poderes internacionales, así 56 Vid supra. 2.1.2 La Primera Guerra Mundial. 57 Abellán, Joaquín. “Nación y nacionalismo en Alemania”, Ed. Tecnos, Madrid, 1997. 18 como el intento de la introducción de un órgano supranacional –como fue la Liga de las Naciones. Las imputaciones al Estado Alemán, el Tratado de Versalles, y el cambio en el uso político del nacionalismo en los programas políticos fueron el punto central del desarrollo político-social no sólo el Alemania, sino en las principales potencias occidentales. Con las elecciones del 19 de enero de 1919, en Alemania se formó una Asamblea Nacional que idearía una nueva Constitución. El resultado se inclino con un 76 por ciento de los votos para el Partido Social Demócrata (SPD) y para el DDP (Partido Democrático Alemán). El nuevo gobierno estaba presidido por Federico Ebert. Se tuvieron que enfrentar dos tareas urgentes, consolidar el poder de la nueva república y consolidar los acuerdos de paz con las potencias aliadas58. Al mismo tiempo, el 16 junio de 1919, los aliados presentaron la versión definitiva del tratado de Paz (Tratados de Versalles), que la delegación alemana tuvo que aceptar. Se perdió el 20 por ciento del territorio alemán –con 10 por ciento de la población- un tercio de la producción de carbón, un cuarto de la producción de granos y papas, cuatro quintas partes de las reservas de acero procesado y se confiscaron las colonias en ultramar. La reacción popular fue de rechazo. Bajo la presión de perder el abastecimiento de comida y al forzar el reinicio de las hostilidades, la Asamblea Nacional se vio obligada a declarar su voluntad de sigenar el tratado, y para el 28 de junio de 1919 se firmaba el Tratado de Paz. Este punto de la historia de Alemania es muy importante en cuanto a sus interpretaciones e impacto subsecuente. El imaginario popular durante aquellos años entremezclaba hechos reales e interpretaciones limitadas de otros hechos. Como lo ha señalado Joaquín Abellán en la obra anteriormente citada, para el momento del armisticio no había territorio alemán que estuviera ocupado por potencias extranjeras, mientras el ejército alemán todavía ocupaba parte del suelo francés y la mayor parte del territorio belga, por tanto, la población civil nunca experimentó la derrota, muy a pesar de que el ejército alemán sí estaba derrotado 58 Schulze, Hagen. Op. Cit. 208 19 en lo estratégico. Si a esto se le aúna que sólo se conoció de los amotinamientos, las huelgas y que los representantes del Estado, meros civiles designados por un órgano del pueblo, no eran considerados con la autoridad moral para gobernar sobre los experimentados oficiales militares, el resultado era un punto de inflexión para explayar la posterior propaganda sobre la injusticia de la derrota y con ello disparar el mecanismo del nacionalismo integral, ya mencionado59. En agosto de 1919 se estableció la nueva Constitución de la república de Weimar, una vez ya firmado el ominoso Tratado de Versalles que cimbró a la opinión pública germana y a la clase política. Conforme se fueron desarrollando posteriores eventos durante la década de 1920, las votaciones se alejaban más de los partidos de espíritu democrático, lo que mantenía una atracción constante hacia la propaganda nacionalista de corte monárquico y las posiciones políticas alejadas de la república. En 1923 la opinión pública alemana se volvió a crispar con la invasión franco-belga de las minas del sur del Rhur, como exigencia del pago de sus reparaciones de guerra, lo que desembocó en la percepción de que había un enemigo siempre a punto de invadir. En ese contexto no es de sorprender la constancia de las crisis políticas y conspiraciones para derrocar al gobierno, que de sumarse a una alta tasa inflacionaria que llevó a más pobreza, la inestabilidad del régimen se convirtió en el día a día. Desde 1871, Alemania no sufría una crisis que le llevara al borde de la disolución. A partir de la derrota de la Primera Guerra Mundial son cuatro los aspectos principales que tendrían un efecto posterior en el sistema político alemán: a)la afrenta que obligaba al gobierno alemán a firmar una declaración de culpa por “desencadenar la guerra”60; b) el efecto sicológico ante la condena civil, penal y moral de la comunidad internacional, específicamente los países aliados, vencedores del conflicto; c) la pérdida territorial; y d) el detrimento económico y las imposiciones por concepto de indemnizaciones. 59 Abellán, Joaquín. “Nación y nacionalismo en Alemania”, Ed. Tecnos, Madrid, 1997, p, 90-92 60 El Tratado de Versalles de 1919 estipulaba en su articulo 231 que “los aliados y los gobiernos asociados declaran, y Alemania lo reconoce, que Alemania y sus aliados son responsables, como causantes, de todas las pérdidas y daños que los aliados y los gobiernos asociados y sus ciudadanos han sufrido a consecuencia de la guerra, a la que se vieron obligados por el ataque de Alemania y de sus aliados”. 20 Los puntos anteriores darían forma al sistema político alemán, lo que dio paso a que el Tratado de Versalles se convirtiera en un punto de partida para las administraciones gubernamentales que desfilarían por la cabeza de Alemania en la década de 1920. Es decir, desacreditar el Tratado, orillar su revisión e incumplirlo sería el principal objetivo de la política alemana de esa década, o al menos, de los partidos políticos que desasen contar con la votación necesaria para permanecer en el escenario público.61 Alemania se convertía en una democracia parlamentaria. De un sistema monárquico militarista con el modelo prusiano como bandera, y con una economía industrial volcada a los proyectos gubernamentales, saltaba a una democracia parlamentaria que no conseguía una plataforma amplia para lanzar un proyecto político que pudiera establecer un plan de desarrollo. “Cualquier político que se pronunciara por la moderación y el compromiso racional con las antiguas potencias enemigas se convertía en automático en blanco de acusaciones de debilidad e incluso de traición.”62 Lo que Schulze encuentra en su monográfico estudio es que la república apenas y pudo establecer una maquinaria elemental para gobernar, y en consideración de lo anterior hubo dieciséis nuevos gobiernos, con un promedio de ocho meses y medio en el poder. El círculo de actividad comenzaba con partidos políticos promulgando propuestas autoritarias para ejercer el poder y una vez en él, se debilitaban por la constante confrontación política y falta de consenso, por lo que eran sustituidos por nuevas administraciones promoviendo lo mismo. Para poder encontrar un mediano consenso en la constante tormenta política se formaba una recurrente alianza entre el Partido Central, el DDP (Partido Democrático Alemán), y el DVP (Partido del Pueblo Alemán), que en esencia se mostraba como un partido monárquico. Como resultado, el partido que había dado vida a la república, el SPD, perdió la mayor parte de su poder en las administraciones, aunque Frederick Ebert seguiría en el poder hasta su muerte, en 1925. Para conseguir esto último Ebert utilizó su habilidad política para aliar sus 61 Abellán, Joaquín. Op. Cit. Capítulo 3, Estadonacional democrático y dictadura nacionalisna p. 129-175 62 Schulze, Hagen. “Germany, a new history”, Ed. Harvard University Press, Londres, 1998. P.205. 21 esfuerzos con Otto Braun, primer ministro prusiano y con Carl Severing ministro del interior del mismo estado (Länder), y así administrar con cierta estabilidad el estado más grande y por tanto tres quintos del territorio.63 Mientras las demandas del electorado, la opinión pública y los crecientes grupos de derecha pregonaban el abandono total de las imposiciones del Tratado de Versalles, el clima político, por ende, se crispaba más hacia el nacionalismo y la derecha, incluso hasta llegar al asesinato del ministro del exterior al momento del armisticio de 1918 y el hombre encargado de la firma del tratado. Esto como resultado del constante bombardeo propagandístico en pos de la “reivindicación” del orgullo nacional. El mayor desafío de la República de Weimar sería presentarse hacia el exterior como un gobierno estable con capacidad de hacer frente a los pagos impuestos por el Tratado de Versalles y al interior como un firme representante del rechazo popular. Esta fue una de las razones por la que Gustav Stresemann, como Canciller primero y luego como ministro de relaciones exteriores de 1923 hasta 1929, pudo mantenerse al frente de la política exterior durante ese amplio espectro de gobiernos de izquierda y de derecha. El pragmatismo de Stresemann y su moderación dieron limitados frutos que poco a poco se fueron alcanzando frente a los aliados: el Plan Dewes, que establecía el retiro de tropas aliadas en territorio alemán fue alcanzado en 1923, seguido de los Tratados de Lorcano en 1925, que garantizaba la inviolabilidad de las fronteras compartidas por Francia, Bélgica y Alemania, bajo la supervisión activa de Gran Bretaña e Italia. La inclinación a la derecha se dio, en gran medida, por el desapego a la vida democrática que ostentaba un amplio sector de los partidos. La lucha por el poder era serie de atentados para controlar y supeditar al resto de los actores políticos; cada intento: fallido desde su planteamiento. Por esto el sistema político propuesto por la república fue incongruente con el desempeño de los valores cívicos de aquel momento: militarismo, autoritarismo, sectarismo, recelo hacia el contexto 63 Schulze, Hagen. Op. Cit. 244 22 internacional, que son ejemplos amplios de las prioridades colectivas de esa década. Tras la muerte de Ebert en 1925, un candidato de derecha ocupó su lugar, Paul von Hindenburg. El sistema financiero emergía y la economía se recuperaba a un ritmo que podía hacer que Alemania enfrentara sus pagos a la Triple Entente. Entre 1925 y 1929, la producción alemana se incrementó en volumen en un 50 por ciento, haciendo que algunas de sus industrias retomaran terreno perdido en la guerra. Hasta 1927, el producto nacional bruto alcanzó los niveles en los que se encontraban antes de 1913. El ejército comenzó a recobrar vitalidad en los asuntos políticos, impartiendo su influencia en las coaliciones políticas, a la vez que se filtraban intereses militares en las esferas de poder nacional.64 Para 1929 una enorme coalición de partidos tuvo lugar para las elecciones parlamentarias.65 En 1930 las facciones parlamentarias entraron en un conflicto armado que se dirimiría en las calles de Berlín. Finalmente, los grupos más radicales se unieron al Partido Obrero Nacional Socialista Alemán (NSDAP), situación que se vio reflejada para las elecciones parlamentarias de 1930, donde los nacional socialistas ganaron 130 escaños. Para 1932, la producción industrial alemana había caído a la mitad de los niveles de 1928, la crisis económica afectaba no solo a Alemania, sino a todos los países europeos. Cuando la mayoría del parlamento rechazó medidas impopulares para controlar el déficit presupuestario en julio de 1930, el nuevo canciller Heinrich Brüning fue depuesto por el artículo 48 de la república de Weimar, el cual estipulaba la disolución del congreso para decretar normas de emergencia sin tener la consulta o aprobación del parlamento. El sucesor de éste último canciller, Franz von Papen tomó el cargo. Para entonces la influencia del partido nacional socialista llevaba al canciller a tomar en cuenta las condiciones de gobierno que disponía su dirigente Adolf Hitler, Papen se dispuso a llamar a nuevas elecciones además de decretarse como comisionado de gobierno en 64 Ibídem. 65 Veit, Valentin. Op. Cit. p. 132 23 Prusia. En los resultados de las elecciones de 1932, el NSDAP duplico su
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