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El-impacto-de-la-evolucion-del-nacionalismo-aleman-en-la-Union-Europea

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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTONOMA DE MEXICO 
 
 
 Facultad de Estudios 
Superiores Aragón 
 
 
 
Tesina que para obtener el título de licenciado en 
Relaciones Internacionales presenta: 
 
Alejandro Castro Jaimes 
 
Asesor: 
Mtro. Luis Manuel López Rojas 
 
 
El impacto de la evolución del nacionalismo 
alemán en la Unión Europea 
 
Ricardo
Texto escrito a máquina
 Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México 2014
Ricardo
Texto escrito a máquina
Ricardo
Texto escrito a máquina
Ricardo
Texto escrito a máquina
Ricardo
Texto escrito a máquina
Ricardo
Texto escrito a máquina
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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II 
 
Índice 
Introducción ........................................................................................................... IV 
1. La nación, el nacionalismo, el sistema político y Alemania. ................................ 1 
1.1 La nación ....................................................................................................... 1 
1.2 El nacionalismo .............................................................................................. 4 
1.3 El sistema político .......................................................................................... 8 
1.4 Alemania ...................................................................................................... 10 
1.4.1 La unificación alemana .......................................................................... 10 
1.4.2 La Primera Guerra Mundial ................................................................... 13 
1.4.3 El sistema político alemán anterior a 1945 ............................................ 17 
2. Evolución del sistema político alemán ............................................................... 31 
2.1 Proceso de división política ......................................................................... 31 
2.1.1 Repercusiones internas del contexto internacional ............................... 32 
2.1.2 Plan de Desnazificación en Alemania ................................................... 34 
2.2 Consolidación de la división política ............................................................ 35 
2.2.1. Creación de la RFA y la RDA ............................................................... 36 
2.2.2 Reconstrucción económica alemana ..................................................... 37 
2.3 Evolución política de Alemania .................................................................... 39 
2.4 La reunificación ............................................................................................ 42 
3. El nacionalismo alemán y la Unión Europea ..................................................... 45 
3.1 Interacción del sistema político con el nacionalismo ................................... 45 
3.2 Alemania y La Unión Europea ..................................................................... 49 
3.2.1 Antecedentes y desarrollo político-económico de la Unión Europea..... 50 
3.2.2 La reunificación y la Unión Europea ...................................................... 51 
3.2.3 La integración europea y Alemania ....................................................... 54 
3.3 Impacto del nacionalismo alemán en la Unión Europea .............................. 55 
III 
 
Conclusiones ......................................................................................................... 59 
Anexos .................................................................................................................. 61 
Tabla 1. Programa de desnazificación ............................................................... 61 
Tabla 2. Fuentes de orgullo nacional, 1959-1988 (en porcentajes) ................... 62 
Tabla 3. Actitud hacia regímenes previos valores clave de la 
República Federal (1950-1997) ............................................................ 63 
Tabla 4. Percepción de particularidades sobre la historia alemana ................... 64 
Tabla 5. Crecimiento económico en Alemania occidental y oriental, 
1991-1999 ............................................................................................ 65 
Tabla 6. Ataques raciales en Alemania 1991-1992 ........................................... 66 
Tabla 7. Desarrollo del comercio exterior de Alemania (Millones de 
Euros) ................................................................................................... 67 
Grafico 1 (Datos de la Tabla 7). Acotación de 1980 a 1997 ............................. 68 
Tabla 8. Flujo Comercial .................................................................................... 69 
Tabla 9. Resultados Totales de la THA (Miles de millones de Marcos 
Alemanes) ............................................................................................ 70 
Tabla 10. Población de los Länder integrados a la República Federal 
Alemana en 1991. ................................................................................ 71 
Tabla 11. Porcentaje de contribución presupuestal en proporción con 
el Producto Interno Bruto. ..................................................................... 72 
Tabla 12. Contribución y Gasto Presupuestal (2000 – 2010) ............................ 73 
Gráfico 2 (Datos de Tabla 12). Contribución y gasto presupuestal en 
la Unión Europea .................................................................................. 74 
Tabla 14. Producto Interno Bruto de la Alemania en comparación con 
la Unión Europea (Miles de millones de Euros) .................................... 76 
Fuentes de consulta .............................................................................................. 77 
 
IV 
 
 
Introducción 
 
Como nación, y entendiendo ésta como la comunidad sociopolítica, Alemania ha 
cosechado las artes y las ciencias desde la edad media, por lo que tiene una 
tradición humanista respaldada a lo largo de la historia; sin embargo, su desarrollo 
cultural ha contrastado altamente con un nacionalismo que se ha confundido la 
mayor de las veces con racismo y exclusión. 
En su ineludible contexto europeo Alemania ha sido ejemplo de 
reconstrucción económica y desarrollo industrial gracias al motor de su 
nacionalismo durante el siglo XIX. Habrá que distinguir con mucho cuidado que el 
impulso nacionalista está más ligado al progreso, al orden y al desarrollo 
económico, que a la exclusión cultural o a la negación del intercambio comercial, 
intelectual o académico, al que se le suele enmarcar, ya que puesto en marcha, 
hay un engranaje político-social que ha logrado construir desde sus cimientos al 
Estado Alemán (Reich) en tres ocasiones distinguibles a partir de lo político-
económico: la unificación de 1870, la posguerra entre 1919 y 1939; y el periodo de 
reconstrucción divido entre las dos porciones aliadas posteriores a 1945. La 
reunificación de 1991 no se le puede considerar una refundación del Estado, ya 
que, como se verá, se le debe considerar como una anexión política, jurídica y 
económica. 
El nacionalismo alemán está acotado por una cultura humanista que ha 
hecho tradición y que fomenta el desarrollo académico de la mano con la 
industrialización y la cadena productiva.El racismo al cual se le ha querido 
vincular, principalmente por los eventos y la ideología preponderante en el 
Gobierno Alemán anterior a la Segunda Guerra Mundial, tiene poco enraizamiento 
a partir de la difusión cultural del llamado Holocausto, la responsabilidad histórica 
asumida por las generaciones políticas posteriores y hasta la evolución jurídica y 
legislativa en torno a la responsabilidad alemana en la Segunda Gran Guerra. Sin 
embargo, esto no significa que la ideología alemana en torno al nacionalismo 
V 
 
quede a la deriva, se trata de una maquinaria ideológica que ha reconstruido su 
nación por tres veces durante el siglo XX, para llevarla, en cada ocasión, a la 
industrialización, el desarrollo económico y a un avanzado sistema escolar 
vinculado a la industria. 
Como se verá en el segundo capítulo, hay que entender que para todo lo 
anterior, los recursos, la tecnología y la capacitación no se desarrollaron 
exclusivamente en territorio alemán; también se trata de la inclusión de Alemania 
en un poderoso plan de desarrollo implementado por Estados Unidos después de 
la Segunda Guerra Mundial. La implementación de muchos programas de 
desarrollo se dieron en el marco del Plan Marshall de reconstrucción de Europa, lo 
que facilitó en gran medida la reconstrucción de un territorio alemán arrasado por 
los bombardeos aliados. Podría entenderse que la absorción de muchos adelantos 
tecnológicos de manufactura alemana pasaron sin oposición a las naciones 
aliadas, es más, muchos científicos alemanes del Tercer Reich prosiguieron su 
labor de investigación en instalaciones occidentales. A la postre, el modelo de 
desarrollo de occidente, imperante sobre el desarrollo oriental impuesto por la 
Unión Soviética, ha sido un caso de éxito que en este momento le ha llevado a 
convertirse en la economía más poderosa de Europa, y por demás está decir que 
le ha convertido en uno de los pilares de la Unión Europea. 
El estudio del nacionalismo alemán debe añadirse a las relaciones internacionales 
como el resultado de un modelo político, jurídico y social diseñado para la 
industrialización en un mundo cambiante. No es casualidad que a la par de los 
avances tecnológicos se encuentren logros artísticos y académicos de igual 
envergadura. Habrá que comprender el desarrollo y el perfil de dicho nacionalismo 
para entender de manera más profunda el modelo que le ha dado cabida, y con 
ello hacer una comparación analítica de la función del nacionalismo anterior al 
estallido de la Segunda Guerra Mundial y el anterior a la Reunificación, que apunta 
hacia la modificación de un nacionalismo integral hacia un nacionalismo liberal que 
facilitaría la enorme tarea de la Reunificación y la integración europea. 
La situación geográfica de Alemania le da un lugar privilegiado. Al estar en el 
centro de Europa es el único país que colinda con nueve Estados (Dinamarca, 
VI 
 
Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Suiza, Austria, República Checa, Polonia) 
por lo que a lo largo de su historia se ha presentado con una infinidad de 
proyectos políticos que privilegian este aspecto para traducirlo en ventajas 
económicas, militares y culturales. No es casualidad que se lograra la Unificación 
alemana hasta el siglo XIX y bajo la tutela de uno de los imperios más poderosos 
de la época: el Estado prusiano. 
Su tardía entrada al escenario europeo le dio una desventaja en la 
repartición de los territorios coloniales que Europa trabajó desde el descubrimiento 
de América. La carencia de territorios en los que la nación germana pudiera 
expandir su poderío industrial sentó uno de los precedentes para la disputa entre 
imperios del siglo XX, es decir la Primera y la Segunda Guerra Mundiales. Y 
aunque esta visión dejaría de lado los factores políticos, económicos y sociales 
que llevaron a estos conflictos, muchos analistas coinciden en que la débil 
participación alemana en el extendido colonialismo europeo del siglo XIX1 
desencadenaría a la postre parte de los enfrentamientos y reclamos territoriales 
que incluso fueron parte del discurso agresivo de la Alemania intervencionista de 
1939. 
De ser un conjunto de principados meramente agrarios en el siglo XIX hasta 
su Unificación en 1870, se abrió paso como una de las potencias industriales más 
poderosas del mundo en 1914 y tras ser vencida y haber superado una crisis 
financiera, política y social, se reconstruyó para reclamar un plan de invasión 
mundial en donde controló buena parte del territorio europeo durante la mayor 
parte de los años de conflicto bélico, hasta 1945, cuando su derrota sólo dejo un 
montón de escombros en casi todas las ciudades alemanas y una división forzada 
por las potencias que ocuparon su territorio y controlaron con lupa y metódica 
vocación la mayor parte de sus asuntos internos. A partir de su reconstrucción, las 
dos Alemanias (la Federal controlada por occidente, y la Democrática, en manos 
 
1 Como se verá en el desarrollo de la investigación, historiadores como Joaquín Abellán o Hagen Schulze hacen hincapié en el tardío 
desarrollo de la nación alemana como –primero- el efecto de un conjunto de intereses europeos para mantener la partición de Alemania; 
lo que a la postre se convertirá la causa de un reclamo descontextualizado de dominios colonialistas, insumos en ultramar y puntos de 
influencia en el escenario internacional, que serán la razón –después- de la identidad beligerante que tuvo Alemania en las Guerras 
Mundiales del siglo XX. 
VII 
 
de la URSS) destacaron por la eficiencia de sus métodos, la capacidad de su 
mano de obra y la disciplina de su sociedad para superar el infortunio. 
Con caminos diferentes, aunque forzados e intervenidos en ambos lados, 
sus sistemas políticos se fueron desarrollando. La Alemania occidental (República 
Federal Alemana, RFA) se constituyó como una democracia, con puerta abierta a 
la creación de partidos y a la modernidad de la participación ciudadana. Los 
candados del pasado se fueron transformando en ejemplo de la sociedad, por lo 
que el “milagro” de su reconstrucción económica estuvo ligado a ese nuevo 
modelo, ligado en demasía el éxito del Plan Marshall, y desvinculado 
generalmente del cambio político, el apoyo económico (comercio internacional), la 
plantilla industrial desarrollada (y mantenida al término de la guerra) y la mano de 
obra eficiente, capaz y especializada para la mayor parte de los sectores 
económicos de Alemania. Del otro lado, la Alemania oriental (República 
Democrática Alemana, RDA) explotó el modelo que anteriormente se había 
propiciado el nacionalsocialismo, lo poco que se cambió fue el enfoque socialista 
impuesto y financiado por la URSS2 y algunos sistemas burocráticos importados 
desde el Politburó moscovita. El papel asignado a la RDA fue la de proveer los 
productos en las repúblicas socialistas del bloque, su plantilla industrial fue 
aprovechada y someramente desarrollada3, los insumos llegaban del bloque y se 
regresaban transformados con una calidad superior a la que se podía alcanzar en 
otros puntos de los países del llamado bloque comunista. Más que un Estado 
satélite, la RDA se convirtió en la frontera de control del bloque socialista, el muro 
de Berlín más que una frontera política y militar se fue convirtiendo con los años 
en un símbolo del poder político y militar de la Unión Soviética4; al momento de su 
caída se explica así la reacción en cadena hacia los demás países del bloque. 
Cuando los muy diversos factores que llevaron a la caída del muro de Berlín 
dieron paso a la posibilidad de una Reunificación Alemana, el planteamiento del 
cómo fue uno de los principales móviles de los siguientes años. Había que tomar 
en cuenta que la opinión internacional estaría pendiente de los avances y sobre 
 
2 Conradt, David P. “The German Policy”7ª edición, Ed. Longman, Nueva York, Estados Unidos, 2001. Capitulo 3, p. 43 a 67. 
3 Ibídem. 
4 Abellán, Joaquín. “Nación y nacionalismo en Alemania”, Ed. Tecnos, España, 1997, p. 215 
VIII 
 
todo, se pondría a prueba el desarrollo del nuevo modelo político que había 
florecido en la RFA y su eficacia como modelo para ser seguido por lo que 
quedaría de la RDA. 
Es difícil dar un seguimiento a la RDA ante la caída del muro de Berlín, ya 
que el plebiscito daba un cheque en blanco para que se adoptara el modelo que 
había llevado a los alemanes occidentales a la eficiencia, comodidad y en muchos 
casos a la opulencia. Las adaptaciones que se fueron programando y la agenda 
que se fue tomando para realzar una nueva nación con marcadas diferencias 
sociales, políticas y económicas se tuvo que enmarcar en un nuevo contexto: los 
avances de la Comunidad Europea estiraron las negociaciones al punto de 
establecer (o mejor dicho escalar al siguiente nivel) la integración económica. 
El histórico impulso de la Comunidad Europea tuvo sus bases en la 
Comunidad del Carbón y el Acero, el progresivo éxito económico entre Alemania y 
Francia llevó a toda Europa a seguir sus pasos. La integración Europea significaba 
un reto para los países involucrados, no sólo por las metas para alcanzar, sino por 
los factores que estarían en juego, desde el planteamiento de una centralización 
de la política financiera hasta el movimiento libre de mercancías y ciudadanos. 
Si a estos factores de la política inter europea de aquellos años se le suma 
el proceso de Reunificación, se vería como reacción natural y lógica el nacimiento 
de movimientos o grupos políticos que alegasen un tradicionalismo o una 
recuperación de la soberanía perdida en estos procesos. Por esta razón, el reto de 
mantener ambos lados de la balanza era una prueba del más alto nivel a los 
cuarenta y cinco años de desarrollo político e integración democrática. 
Para comprender los pasos de la integración europea y de la reunificación 
alemana habría que analizar la evolución del nacionalismo alemán al paso de los 
años de división (la frontera entre la RDA y la RFA) y cómo éste desarrolló una 
vocación detenidamente diferenciada del nacionalismo agresivo al que se le 
vinculó en la Alemania Nazi. Las razones que pueden encontrarse para este 
cambio en la identidad pueden ir desde el modelo político, económico y social, 
hasta meramente la identificación de resultados, que están sustentados en la 
orientación de la toma de decisiones de Europa, es decir, la inclusión de Alemania 
IX 
 
como un socio, y su voz y voto en los asuntos europeos, a diferencia de la balanza 
propuesta y ejecutada por Bismark en el siglo XIX. 
En ese mismo orden, el éxito del modelo democrático, y como se expone en el 
marco teórico de este proyecto, el cambio del nacionalismo integral al 
nacionalismo liberal pudo dar pie a esa apertura que permitieron la reunificación 
alemana y la integración europea. 
El objetivo general de este estudio es buscar, identificar y distinguir los 
elementos del nacionalismo alemán en función de su práctica política en procesos 
histórico-políticos, nacionales e internacionales, para comprender de manera 
amplia su impacto en el desarrollo de la Unión Europea a través de su sistema 
político. 
Distinguir el desarrollo histórico por el cual el sistema político alemán cambió al 
término de la Segunda Guerra Mundial. 
Identificar el impacto del cambio de modelo político, en conjunción con la 
Reunificación y la integración de la Unión Europea. 
Para dar con este marco general, se deben conocer los elementos conceptuales e 
históricos de lo que es la nación, el nacionalismo, y el sistema político, en 
vinculación con Alemania y su historia. Para fines del marco teórico he decidió 
utilizar los conceptos delimitados de nación y nacionalismo que presenta Juan 
Badía Ferrando en su libro “Estudios de ciencia política”, apoyados y 
complementados por los estudios de Pfaf, William, en su libro “La ira de las 
naciones”. 
 
Badía Ferrando señala que los estudios vinculados a Max Weber sostienen 
generalmente que la nación se define en términos de un sentimiento que sus 
miembros cultivan, fomentan y comparten entre sí, por lo que en muy raras 
ocasiones es objetivo, por tanto, es necesario introducir el elemento sicológico a la 
llamada “conciencia nacional”, lo que abrirá el espacio para que la variante de la 
subjetividad pueda quedar restringida de acuerdo a la interpretación de esta 
función. 
X 
 
Así, para Badía Ferrando el concepto de nación “debe quedar referido al resultado 
de un proceso histórico integrador, por virtud del cual una variedad de grupos o 
comunidades menores, geográficamente condicionadas y socialmente 
diversificadas…. Llegan a constituir una unidad comunitaria más extensa 
caracterizada por un intenso sentido de solidaridad y que participa de unos hábitos 
comunes, estilos de vida y tradiciones capaces de proyectarse políticamente”. 
Como lo señala en su exposición, el separar los elementos objetivos y subjetivos 
de la definición de nación le quitaría el dinamismo que de por sí constituye el 
concepto, por lo que concluye: se debe hacer un balance de estos, de manera que 
la nación será definida como “una realidad social frente a otra realidad a otras”. 
Como ha apuntado William Pfaf, los estados-nación modernos son relativamente 
conceptos nuevos, ya que difícilmente se pueden definir a partir de la etnicidad o 
por elementos meramente objetivos. De este autor hay que considerar a la nación 
occidental moderna como una estructura práctica, es decir, que brinda un techo 
ante la vida moderna: orden civil, sistema de justicia, sistema económico, marco 
industrial y comercial, redes de transporte y comunicación, etc. Y por 
consecuencia, exige solidaridad, voluntad de aceptar las normas morales y 
legales, como pago de impuestos, apoyo al sistema político-gubernamental, para 
poder tener acceso a los beneficios comunes. “La ciudadanía supone obligaciones 
y beneficios mutuos, aunque casi siempre posee una coloratura emocional, a 
menudo intensa, un apego al país o a la patria…” 
Por tanto, para el trabajo de tesis a presentar, y para efectos del marco teórico, se 
entenderá a la nación como la sociedad que se delimita a sí misma como producto 
de un proceso histórico integrador (como los elementos objetivos, subjetivos, 
sicológicos y de conciencia nacional) y con una realidad social frente a otras 
sociedades que también pueden entenderse como naciones. El proceso histórico 
de estas sociedades han llevado a que el concepto de nación desemboque en los 
llamados estados-nación, que se definen por sí mismos como entes jurídicos, 
políticos y sociales suficientes para ejercer su soberanía. Y para esto habrá que 
observar que la nación tiene también un fin práctico, vinculado directamente a los 
XI 
 
beneficios económicos, políticos, morales y jurídicos que otorga la consagración 
de la nación. 
El nacionalismo es una noción compleja de ideas que se decantan a lo largo de la 
historia y que tuvieron, han tenido y tienen concepciones contrapuestas debido a 
su genealogía social, política y económica. Evidentemente, como menciona Badía 
Ferrando, el nacionalismo se deriva de la idea de la nación, y está íntimamente 
ligado a la asignación práctica que la elite o clase dominante haga de éste. La 
paradoja del nacionalismo es que no termina de convertirse en una ideología. 
Como ha señalado William Pfaf en “La ira de las naciones”.5 
.Así, podemos inferir la importancia del fenómeno para el alcance de objetivos 
particulares, relativos al ejercicio del poder y al interior y al exterior de las 
sociedades en las que se desarrolla. 
De acuerdo a lo expuesto por Badía Ferrando, en el estudio ya mencionado, no 
hay posibilidad de abordar el nacionalismo como simple fenómeno social, ya que 
existen muy diversosnacionalismos, de igual manera a que existen muchas 
construcciones históricas de la realidad. Sólo la conceptualización histórico-política 
del fenómeno puede dar una concepción correcta de lo que es en lo general y en 
lo particular. Para éste autor, quien se apoya en lo expuesto por Hans Kohn, el 
nacionalismo ha de partir como “un estado de ánimo en el cual el individuo siente 
que debe su lealtad suprema al Estado nacional”, concepción que tendrá 
relevancia a partir del siglo XVIII, con el desarrollo de la Revolución Francesa. 
 En ese desarrollo histórico del nacionalismo se debe destacar el uso de los 
mismos elementos que gestaron a la nación, aunque con un fin político más 
inmediato. Si para la formación de la Nación la toma de conciencia nacional se 
postulaba para justificar el aparato estatal en que se convertiría el ideario político, 
la conciencia nacional será una herramienta del nacionalismo para un fin político, 
como la guerra, por ejemplo, si se toma las grandes guerras del siglo XX. Para 
esto, nos puede ilustrar la síntesis que Badía Ferrando hace sobre la 
particularización que cada nación hace de los valores cívicos frente a los valores 
 
5 Vid infra, Cap. 1, 1.2 El nacionalismo, pag. 5 
XII 
 
universales6, con el fin de acrecentar las diferencias entre naciones y construir 
estereotipos con los que se formaran las identidades, casi siempre con una visión 
etnocéntrica.7 
Como modelos característicos del desarrollo del nacionalismo, Badía Ferrando cita 
a K. R. Minogue, con tres puntos de partida: El nacionalismo estatal francés, el 
nacionalismo historicista central, como el desarrollado en Alemania, y el 
nacionalismo de los países postcoloniales del Tercer Mundo. Sostiene que el 
nacionalismo es un fenómeno histórico que se va condicionando por ideas y por 
realidades sociales diversas en medio de las cuales se origina, se encarna y se 
desarrolla, por lo que es imposible hablar del nacionalismo como si se tratase de 
un fenómeno con pretensiones de construcción típica y genérica. El análisis del 
desarrollo histórico y la investigación comparativa de sus diferentes formas son las 
únicas que pueden dejar entrever su impacto y características. 
Es por lo anterior que se pueden encontrar naciones formadas a partir de 
nacionalismos con postulados contrapuestos, dadas las circunstancias históricas 
de su génesis y el desarrollo de su política y asimilación. 
Para fines de ésta compresión, se ofrece la terminología que Badía Ferrando toma 
de Hans Kohn, que hace hincapié en el nacionalismo liberal y el nacionalismo 
integral. 
El cambio del modelo político alemán responde a un proceso histórico 
internacional, que a su vez llevó a la división de Alemania y a su posterior 
reunificación; esto repercutió en un cambio de enfoque del nacionalismo alemán, 
vinculado hasta la Segunda Guerra Mundial a un nacionalismo integral y a 
reclamos beligerantes, principalmente de expansionismo territorial. Con la 
intervención de las potencias aliadas, y vencedoras de 1945, la visión del 
nacionalismo se comenzó a orientar a una ideología liberal, es decir: con el apoyo 
de amplios programas gubernamentales que promocionaban una cultura cívica, 
que hacía hincapié en la libertad de expresión, la asociación política y la 
 
6 En este contexto se debe entender que no hay una alusión axiológica objetivista sino ética, de manera general, dónde pueden 
identificarse valores cívicos, morales y políticos, de acuerdo a lo expuesto por Adolfo Sánchez Vázquez en “Ética”, 55ª ed., Random 
House Mondadori, México, 2006, pags. 125 y 126. 
7 Vid infra, pag 6. 
XIII 
 
representación de intereses en un sistema parlamentario, se dio el paso a un 
cambio gradual del enfoque con el que los alemanes percibían su nación. Si a esto 
último se aúna el apoyo económico destinado a la reconstrucción, el 
aprovechamiento de la plantilla industrial y de la mano de obra calificada, 
conjugado con la integración de Alemania en el comercio internacional, 
específicamente el europeo, se podrá entender de manera amplia cómo ha sido 
que Alemania ha jugado un papel preponderante en la integración y desempeño 
de la Unión Europea, por tanto, la posibilidad de ver programas políticos con un 
enfoque nacionalista integral es muy baja, dada la cultura democrática y la 
interdependencia de Alemania con el resto de Europa y viceversa 
 
 1 
1. La nación, el nacionalismo, el sistema político y Alemania. 
La conciencia social se forma a partir de vínculos personales e interpersonales 
complejos. Para el presente estudio la importancia de estos vínculos radica en su 
consideración como la cuna de la mayoría de las formas políticas de organización 
y por lo tanto, de lo que se ha de considerar como la nación. 
1.1 La nación 
Etimológicamente, la nación tiene sus raíces en el pasado participio del verbo 
latino nasci, nacer; siendo además, herencia del sustantivo nationem, en la 
connotación de raza o cría8. Se encuentran referencias en que en el medioevo 
algunas universidades denominaban como nación (nationem) a las secciones de 
estudiantes que provenían de distintos sectores del país en donde se encontraba 
la universidad. 
En muchas ocasiones se ha designado a la nación como el conjunto de 
habitantes de un lugar especifico, de una etnia determinada, o incluso, durante el 
siglo XX, como el sustituto de dos conceptos fundamentales: la ciudadanía o la 
unidad jurídico- territorial, conocida como Estado9. 
Históricamente el concepto de nación se desarrolló en los círculos 
intelectuales y culturales de la Europa del siglo XIX. Su idealización como 
conciencia, sentimiento, objetivo popular o interés de clase10 se estrechó con la 
ideología de la cúpula política al comenzar a florecer ampliamente el 
romanticismo, por eso hay que entenderla como una organización humana que 
pretende ser continua. Se cimienta en el individuo y se encuentra enmarcada en 
ideales políticos y factores subjetivos como los símbolos. 
Se deben considerar lo siguiente en cuanto al alcance o límite de la nación: 
Primero. La nación es una forma de moralidad, dado que es una solidaridad 
sustentada en una conciencia histórica distintiva, un plebiscito diario11. La nación 
 
8Breve diccionario etimológico “Etimologías de Chile” consultado en http://etimologias.dechile.net/?nacio.n 
9 vid infra p. 7.características del nacionalismo 
10 Vid infra, p. 8. 
11 Renan, Ernst. Qu’est-ce qu’une nation? Conferencia dictada en la Sorbona de París, el 11 de marzo de 1882. Ed. Digital, Franco 
Savarino, 2004. 
 
 2 
no es un ente eterno, dado que se somete a constantes cambios12, es una 
construcción inacabada13 que tiene vocación dinámica. 
Segundo. La nación tiene una clara diferenciación de factores objetivos 
(raza, tribu, etnia) y subjetivos (ideales, cultura, tradiciones), arguyendo que la 
nación sólo puede existir cuando la vida económica, el lenguaje y el territorio la 
propician, sin embargo, la nación se forma a través de la conjugación de estos dos 
tipos de factores, dando paso a naciones en distintos planos14 que pueden llegar a 
mantener una distancia entre el Estado y la Nación. Esta consideración abre la 
posibilidad de la formación de Estados no tan compactos como los grupos 
nacionales homogéneos o Estados-nación exclusivamente. 
Tercero. Las naciones son muy variadas como para ser definidas en 
términos de un solo criterio. Lo que distingue a una nación es un compromiso 
hacia un proyecto político común15. Y en este aspecto, el individuo solo es 
contemplado como parte de la colectividad, y en representación del individuo, la 
colectividad fundamenta un objetivo común a pesar o con los individuos 
integrantes. 
Así, la nación es también una respuesta creativa a cambios políticos, 
económicos yhasta territoriales, más que una mistificación y racionalización de 
estos. Es decir, la nación es un efecto mas no una causa16, y por la voluntad 
consciente de sus miembros se mantiene a flote. 
La nación es un término que se pretende meramente moderno, dado que el 
desarrollo especializado y puesta en práctica ocupa un espacio muy reducido en la 
historia de la civilización (aproximadamente solo doscientos años). La principal 
característica de la nación es el reconocimiento mutuo profesado entre los 
individuos de esta. Se cree que mediante la familia, el individuo integra los 
elementos externos y subjetivos de la nación en un crisol de factores que le 
 
12 Renan, Ernest. “Qu’est-ce qu’une nation?”, en Hutchinson, John et al. Nationalism, Oxford University Press, Gran Bretaña, 1994, pp. 
17. 
13 Dia, Mamadou “Nations africaunes et solidarité mondiale” en Recalde, José Ramón. La construcción de las naciones, Ed. Siglo XXI, 
Madrid, 1982, p. 50. 
14 Joseph Stalin “The Nation”, en Hutchinson, John et al. Op. Cit., p. 18. 
15 Weber, Max. “The Nation”, en Hutchinson, John et al. Op. Cit., p. 21. 
16 Poole, Ross. Nation and identity, Ed. Routledge, London/New York, 1999, p. 13. 
 
 3 
definirán posteriormente como parte integrante de la familia, la comunidad, la 
región y la nación en pasos sucesivos y constantes. 
El proceso de reconocimiento mutuo es conocido como identidad nacional, 
y se infiere como una concepción meramente individualista17, ya que los individuos 
que admiten su pertenencia a la nación y muestran una voluntad consciente de 
actuar en una comunidad nacional, es decir la Identidad; que es un complejo 
mecanismo que media entre el individuo y su entorno. En sus fases se encuentra 
la identidad individual, la identidad convencional y la identidad colectiva. 
Identidad individual. El individuo toma conciencia de sí mismo, incorpora para sí 
las acciones que realiza, conoce y reconoce lo que es el yo y el significado de 
distinguirse respecto a lo que lo rodea.18. 
Identidad convencional. El individuo toma referencia de sí mediante la interacción 
que tiene con los demás y su alrededor mediante sujetos, pertenencias, objetos, 
símbolos, y cualquier cosa que le infieran su lugar en el entorno. Adquiere puntos 
asideros que puede deducir como conocidos (familiares). Tiene a su alcance 
elementos que van desde lo individual hasta lo universal19. 
Identidad colectiva. El individuo, a partir de su conciencia, de su conocimiento 
empírico y su situación temporal, se encuentra con la necesidad de distinguir y 
conocer la forma en que su colectividad se encuentra en relación con todo lo 
demás, los sucesos anteriores a su existencia. Obtiene la capacidad de entender 
las características e historia de su colectividad en relación con otras.20 
 La nación como premisa del nacionalismo no es uno de los pilares de su 
existencia. La delimitación de una nación no involucra la existencia de 
nacionalismos, o viceversa. Es paradójico encontrar comunidades étnicamente 
compactas que pueden ser delimitadas como naciones, y que no desarrollan 
nacionalismos, al tiempo en que se fomentan y desarrollan nacionalismos sin 
naciones definidas. 
 
17 Pfaf, William. La Ira de las Naciones, Ed. Andrés Bello, Santiago de Chile, 1994, 244 p. 
18 Gonzalez, Luis. Otra invitación a la microhistoria, Ed. Fondo de Cultura Economica, México, 1997, 87p. 
19 Gonzalez, Luis. Otra invitación a la microhistoria, Ed. Fondo de Cultura Economica, México, 1997, 87p. 
20 Nietzche, Frederick. Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida, II intempestiva, Ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 140 p. 
 
 4 
1.2 El nacionalismo 
El desarrollo del nacionalismo data de fines del siglo XVIII. El surgimiento de la 
nación y el nacionalismo se presentan como resultado de la corriente cultural de la 
época: el romanticismo21, que iba en contra del renacimiento dominante. Y a 
través de la identidad, la necesidad de crear una nación –gestada por el 
nacionalismo- fue satisfecha principalmente fuera del campo político, y comenzó a 
presentarse como un enfoque inicial de los nuevos Estados y Estados reformados 
de principios del siglo XIX. 
El romanticismo fue la plataforma principal del nacionalismo en sus inicios, 
ya que relacionó la exaltación de los sentimientos sobre la razón. Y con la 
exaltación del sentimiento nacional se derivan las circunstancias que engendraron 
al nacionalismo. 
El nacionalismo no tenía una propuesta tangible y mucho menos se podía 
asumir que las “naciones” involucradas existiesen. Como lo ha planteado W. I. 
Thomas, citado en “Estudios de ciencia política” de Juan Badía: “Si los hombres 
definen unas situaciones como reales, tales situaciones son reales en sus 
consecuencias”22. Y lo que era un apego emocional, se convirtió en un sistema 
político-económico que hasta el momento sustenta las relaciones sociales en la 
modernidad.23 
El nacionalismo hace referencia casi indistintamente a la nación. Y no 
necesariamente debe existir una nación, Estado, o Estado-nación para que el 
nacionalismo sea latente24, pues el sentido de pertenencia e identidad son 
fundamentales para la existencia de un nacionalismo, y por tanto, la existencia de 
una nación es abstracta, en función a las condiciones dadas. 
El nacionalismo es una noción compleja de ideas que se decantan a lo 
largo de la historia y que tuvieron, han tenido y tienen concepciones contrapuestas 
debido a su genealogía social, política y económica. Evidentemente, como 
 
21 Vid supra, “La nación”. 
22 Thomas, W. I. citado en. Estudios de ciencia política, Badía Ferrando, Juan 4ª ed., Ed. Tecnos, Madrid, 1992. 
23 Delanty , Gerard. Beyond the nation state: national identuty and citizenship in a multicultural society, Ed. Sociological research on line, 
http://www.socreonline.org.uk 1996. 
24 vid supra p. 1 
http://www.socreonline.org.uk/
 
 5 
menciona Badía Ferrando en “Estudios de ciencia política”, el nacionalismo se 
deriva de la idea de la nación, y está íntimamente ligado a la asignación práctica 
que la elite o clase dominante haga de éste. La paradoja del nacionalismo es que 
no termina de convertirse en una ideología. Para ilustrar mejor esta idea, hay que 
remitirse a lo que William Pfaf ha señalado en “La ira de las naciones”: 
“El nacionalismo no es una ideología porque no posee 
universalidad… Sin embargo, ocupa el terreno moral y emocional que 
corresponde a la ideología política. Es irracional como fenómeno general, 
pero natural como fenómeno específico. Es la contradictoria y absurda 
afirmación de que los valores e intereses de cada país son superiores, 
aunque resulta evidente que todas las naciones son iguales como objeto de 
lealtad de sus ciudadanos. Sólo un serbio puede apreciar por qué vale la 
pena morir por serbia, pues para el observador imparcial Serbia no posee 
mayor valor ni peso que Croacia, Guatemala o el Tíbet”. 
Así, podemos inferir la importancia del fenómeno para el alcance de 
objetivos particulares, relativos al ejercicio del poder y al interior y al exterior de las 
sociedades en las que se desarrolla. 
De acuerdo a Badía Ferrando25 no hay posibilidad de abordar el 
nacionalismo como simple fenómeno social, ya que existen muy diversos 
nacionalismos, de igual manera a que existen muchas construcciones históricas 
de la realidad. Sólo la conceptualización histórico-política del fenómeno puede dar 
una concepción correcta de lo que es en lo general y en lo particular. Para éste 
autor, quien se apoya en lo expuesto por Hans Kohn, el nacionalismo ha de partir 
como “un estado de ánimo en el cual el individuo siente que debe su lealtad 
suprema al Estado nacional”, concepción que tendrá relevancia a partir del siglo 
XVIII, con el desarrollo de la Revolución Francesa. 
 En esenecesario desarrollo histórico del nacionalismo se debe destacar el 
uso de los mismos elementos que gestaron a la nación, aunque con un fin político 
más inmediato. Si para la formación de la Nación la toma de conciencia nacional 
 
25Babía Ferrando, Juan. Op. Cit. p. 58 
 
 6 
se postulaba para justificar el aparato estatal en que se convertiría el ideario 
político, la conciencia nacional será una herramienta del nacionalismo para un fin 
político, como la guerra, por ejemplo, si se toma las grandes guerras del siglo XX. 
Para esto, no puede ilustrar lo siguiente: 
 “La enseñanza de la historia en todos los países ha sido una educación del 
patriotismo y un instrumento más eficaz para desarrollar los sentimientos 
nacionales que para favorecer una ciencia particular… lo fundamental es el 
sentimiento de particularismo frente a los valores universalistas, construyéndose 
los estereotipos nacionales que vendrán a reforzar la toma de conciencia de las 
diferencias y una visión etnocéntrica de la propia colectividad.”26 
Como punto de partida para entender el nacionalismo como un proceso histórico-
político, son tres los casos principales para su estudio: El nacionalismo estatal 
francés, el nacionalismo historicista central, como el desarrollado en Alemania, y el 
nacionalismo de los países postcoloniales del Tercer Mundo27. Con esto se 
encontrará que el nacionalismo es un fenómeno que se va condicionando por 
ideas y por realidades sociales diversas en medio de las cuales se origina, se 
encarna y se desarrolla, por lo que es imposible hablar del nacionalismo como si 
se tratase de un fenómeno con pretensiones de construcción típica y genérica. El 
análisis del desarrollo histórico y la investigación comparativa de sus diferentes 
formas son las únicas que pueden dejar entrever su impacto y características. 
Es por lo anterior que se pueden encontrar naciones formadas a partir de 
nacionalismos con postulados contrapuestos, dadas las circunstancias históricas 
de su génesis y el desarrollo de su política y asimilación. 
El nacionalismo ha de clasificarse como nacionalismo liberal y nacionalismo 
integral. 28El nacionalismo liberal acentúa la democracia política, los valores 
humanitarios, los derechos del hombre o la libertad individual. El nacionalismo 
integral, el del fascismo, acentúa la sumisión del individuo al Estado, glorifica la 
concepción orgánica del Estado, rechaza la democracia política, y llega a valorar 
la agresión internacional como un tipo de comportamiento positivo, basado en una 
 
26Badía Ferrando, Juan. Op. Cit. p. 93 
27 Minogue, K. R. citado en Badía Ferrando, Juan. Op. Cit. p. 62 
28 Este terminología se ofrece a partir de lo citado de Hans Kohn en Badía Ferrando. Op. Cit. 66 
 
 7 
amplia participación de las masas. De acuerdo a lo expuesto por Badía Ferrando 
que dará pie a este marco conceptual, la delimitación de estos dos tipos generales 
de nacionalismo se conforman como dos fenómenos antitéticos, y terminan por 
denotar la conciencia de grupo, que implican que el individuo tiene una conciencia 
de pertenencia o vinculación a la nación, o a la comunidad, que al mismo tiempo 
identifica al individuo con el tipo de organización política existente o deseada.29. 
Las características del nacionalismo se dividen en tres pares de acuerdo al 
punto de vista y sus elementos. Se pueden encontrar elementos objetivos y 
subjetivos, naturalistas y voluntaristas, e incluyentes y excluyentes. 
El nacionalismo es objetivo cuando apela elementos tales como factores 
geográficos, lingüísticos, de raza, religión o territorio. Y es subjetivo cuando se 
apela únicamente la voluntad de vida en común. Con los elementos objetivos se 
desarrolla el sentido de raza, religión o territorio; con los elementos subjetivos se 
apela a los ideales impartidos. 
Elementos naturalistas y voluntaristas: Expresan un carácter parecido al 
subjetivo, los elementos naturalistas se apegan a puntos como la sangre –más no 
la raza-, el valor de la tierra –más no el territorio-, y algunos elementos objetivos, 
que son usados para desarrollar una idea de nación integral. Mezclan historia y 
principios morales para el movimiento sobre el que desarrollan a la “nación”. Un 
buen ejemplo es el de las naciones étnicas, las cuales ofrecen una larga lista de 
elementos histórico-geográficos que fundamentan la creación de una nación en 
una población muy reducida. Los elementos voluntaristas se refieren al deseo de 
existir de una nación. Se fundamentan en la acción del “querer” formar parte de 
una nación. 
Elementos excluyentes e incluyentes. Son consecuencia de cómo se idea la 
nación. Los miembros incluidos y excluidos son producto del proceso de identidad. 
Lo excluyente se practica también en el desarrollo de esta, como en la exclusión 
de judíos en la Alemania Nazi.30 Los elementos incluyentes se dan principalmente 
 
29 Ferrando Badía, Juan. Estudios de ciencia política, Cuarta ed., Ed. Tecnos, Madrid, 1992. 
30 Chabod, Federico. La idea de nación, Ed. Fondo de Cultura Económica, México. 
 
 8 
en la formación nacional, casi siempre para la integración uniforme de la 
población. 
1.3 El sistema político 
Para definir lo que es un sistema sólo nos remitiremos a la Teoría General de los 
Sistemas de Ludwig Von Bertalanffy31, en donde se dice lo siguiente sobre esto: 
“[Se debe entender el sistema]…como un conjunto de elementos 
independientes que tienen relación entre ellos mismos y con el ambiente… 
su progreso es posible sólo si [los elementos] pasan por un estado de 
totalidad indiferenciada a una diferenciación de las partes. Determinaremos 
que un sistema es ‘cerrado’ si ningún elemento entra o sale de éste; se le 
llamara abierto si importa o exporta a alguna parte… Un sistema abierto 
estará definido por el intercambio de elementos con su ambiente, de 
manera que la importación y la exportación, construcción o derrumbe de 
sus componentes originales será determinante”.32 
Después de la propuesta de la Teoría General de los Sistemas, el término 
fue aplicado a los más variados conjuntos científicos y disciplinarios, inclusive a la 
Ciencia Política33. 
Hay que considerar que la Teoría General de los Sistemas fue generada 
como una abstracción con miras a una amplia aplicación y como un punto de 
referencia para teorías de corto, mediano y largo alcance en diversas disciplinas.34 
Por eso, y para entender ampliamente la política, lo mencionado por Andres Serra 
Rojas en su estudio “Ciencia Política”, puede ilustrarnos: 
“ [La política] es la actividad que tiene por objeto regular y coordinar 
la vida social por medio de una función de orden, defensa y justicia, que 
mantenga la cohesión y la superación del grupo… Dentro del complejo de la 
 
31 Passages from General System Theory, by Ludwig Von Bertalanffy in http://www.panarchy.org/vonbertalanffy/systems.1968.html 
Consultado en diciembre de 2013. 
32 Von Bertalanffy, Ludwig. “Passages from General System Theory” in http://www.panarchy.org/vonbertalanffy/systems.1968.html 
Consultado en diciembre de 2013. 
33 Easton, David en Martha Irela Taboada Pacheco. “David Easton y el sistema político”. Investigación para la UAM Iztapalapa CSH, 
Licenciatura en Ciencia Política, 1985. P. 112 
34 Taboada Pacheo, Martha Irela. Op. Cit. p. 112 
 
 9 
actividad social hay una actividad política que es la creadora del 
ordenamiento jurídico, al mismo tiempo que va definiendo las formas 
políticas primitivas, hasta la forma superior de ellas que es el Estado al que 
asigna funciones, las encuadra en instituciones y les otorga el poder 
coactivo para imponer sus decisiones…” 
Con esto podemos deducir que la actividad humana social es el punto de 
partida para entender la interacciónde diferentes grupos en una sociedad dada. 
Cada uno de dichos grupos puede representar uno o varios intereses que son 
necesarios para mantener la cohesión del grupo como un ente funcional, 
sucesivamente hasta encontrarnos con el Estado moderno, que se enmarca en las 
instituciones y el aparato jurídico como legitimador y a su vez producto de la 
actividad política. 
Con lo anterior, hemos de encontrar que la concepción base del Sistema 
Político debe partir de las siguientes premisas: sistema, ambiente, respuesta y 
retroalimentación; en donde ya se ha hablado del sistema y del ambiente, por 
tanto, la respuesta debe entenderse como la producción de variaciones o 
alternativas para hacer frente a una tensión proveniente de alguna parte del 
ambiente. Como retroalimentación hemos de entender como la información o 
influencia con que disponen los actores para tomar decisiones.35 
Así, el sistema político está enclavado en otros sistemas y procesos 
sociales con los cuales tiene a su vez interacción e influencia. Es decir, se refiere 
a la conducta empírica que caracterizamos como la vida política, entendida como 
las interacciones sociales de individuos y grupos.36 
 
 
35 Taboada Pacheco, Martha Irela. Ibidem. 
36 Easton, David en Taboada Pacheco, Martha Irela. Op.Cit. p. 69. 
 
 10 
1.4 Alemania 
Como grupo social distinguible Alemania puede rastrearse desde las incursiones 
del Imperio Romano a las zonas orientales del río Rin. El desarrollo de su territorio 
y población está ligado a la expansión romana y a su inclusión en la vida pública 
del imperio. Aproximadamente en el siglo XVI, la diseminación de una conciencia 
social que daba por sentado que la nacionalidad Alemana existía fue propagada. 
Esta conciencia estaba basada en el mito de los orígenes nacionales, al tiempo 
en que Europa misma también generaba la misma dinámica para otras 
sociedades. 
La disolución del sistema político, prácticamente milenario del Sacro Imperio 
Germano de Occidente en las guerras napoleónicas a principios del siglo XIX, 
junto con las circunstancias políticas y sociales de la época, llevaron la nación 
alemana a conformarse en un Estado-nación casi como lo conocemos hoy. 
En 1834 se formó La Unión Aduanera bajo el liderazgo Prusiano, para 1848 
contaba con 28 de los 39 estados integrantes de los Estados considerados 
alemanes37. Por el otro lado, la Confederación Alemana, dominada principalmente 
por Austria, era un instrumento para conservar el orden establecido. 
Con el nombramiento de Otto von Bismarck como ministro, en septiembre de 
1862, se marca el inicio del proceso de Unificación, por ser una de las figuras 
centrales, además de tener injerencia en la política interior y exterior de Alemania 
y en el sistema de alianzas que mantuvo la paz en Europa en el siglo XIX. 
1.4.1 La unificación alemana 
Bismarck materializó una alianza de casi todas las fuerzas políticas alemanas en 
busca de la unificación, aunque en un proceso largo y sinuoso. Uno de sus 
objetivos fue el de consolidar y expandir la influencia de Prusia en una Europa 
atacada por las revoluciones a expensas de Austria38. Situación que llevaría a la 
guerra a estos dos Estados. 
A principios de 1866, Prusia y Austria esperaban una lucha final por la supremacía 
en Alemania. Cada una de la potencias buscaba un pretexto para presentar al 
 
37 Shculze, Hagen. Op. Cit. p. 101. 
38 Crenshaw, Edwurd. Bismark, Ed. The viking press, Nueva York, 1981, 451 p. 
 
 11 
oponente como agresor, alianza de la recién unificada Italia con Prusia fue la 
razón. Viena movilizó sus tropas en marzo de 1866. Prusia ganó la guerra gracias 
al empleo de la tecnología y las nuevas comunicaciones.39 
Con la victoria se planteó el problema de las anexiones de los principados 
germanos a Prusia. Con el Tratado de Praga, Austria fue expulsada de Alemania y 
la Confederación Alemana fue abrogada. La antigua Confederación se convirtió en 
un Estado Federal con 22 pequeños y medianos miembros totalmente dominados 
por Prusia en lo económico y en lo militar. Se renombró como Confederación 
Alemana del Norte, y estaba conectada con los otros Estados al sur de Main a 
través de un acuerdo militar y fuertes lazos heredados de Unión Aduanera –que 
continuaría existiendo. 40 
La guerra franco-prusiana también favoreció la Unificación. Debido a diferencias 
en la sucesión del trono español, que ambos bandos tomaron como pretexto, se 
dio un enfrentamiento al que muchos historiadores califican como la última 
consecuencia del deseo francés de impedir la unificación política de Alemania41. 
La guerra se declaró el 19 de julio de 1870, Napoleón III se convirtió en prisionero 
de Guillermo I, y el 4 de septiembre de 1870 los franceses derrocaron al 
emperador francés para proclamar la república. El nuevo régimen continuó 
durante algunos meses una lucha que ya tenía perdida, incluso creó milicias 
populares. París capituló a fines de enero de 1871. La Francia republicana se vio 
obligada a concertar el armisticio. Los franceses celebraron elecciones para la 
Asamblea Nacional bajo ocupación alemana. 
Bismarck condujo negociaciones de paz con el nuevo gobierno republicano, que 
cedió el recién creado Reich de Alsacia y una parte de Lorena, unificadas como 
provincia del imperio.42La victoria propicio que Baviera, entre otros estados, 
tomara una “decisión voluntaria” de unificación; también se fortaleció el 
movimiento nacionalista al sur de Alemania y Bismarck mantuvo la Constitución de 
la Confederación Alemana del Norte como eje del proceso de unificación. Para 
finales de noviembre de 1870 se habían trazado las líneas básicas para la 
 
39 Momsen, Wilhelm. “Bismark”, Ed Salvat, Barcelona, 1985. P. 421 
40 Schulze, Hagen. “Germany, a new history”, Ed. Harvard University Press, Londres, 1998. 
41 Momsen, Wilhelm. Op. Cit. p. 422 
42 Veit, Valentin. “Historia Universal, los pueblos, los hombres, las ideas”, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1955, p. 111. 
 
 12 
incorporación de los Estados del sur a la Confederación Alemana del Norte. En el 
fondo, no se practicaba el verdadero federalismo, pues se tomaba de facto una 
anexión a Prusia.43 
En abril de 1871 la Dieta Imperial (Reichstag) recién elegida sustituyó los tratados 
concertados con los Estados del sur de Alemania por la Constitución del Reich, 
que entró en vigor el 16 de abril. En el imperio el poder lo detentaba no el 
emperador, sino el Consejo Federal (Bundesrat), complementado por los 
representantes de los estados suralemanes. Prusia no tenía mayoría en dicho 
consejo, aunque se convirtió en el miembro que más tarde posibilitaría el gobierno 
del imperio. La economía y la política exterior eran competencia exclusiva del 
imperio y la gestión concreta siguió perteneciendo a los distintos Estados. Además 
del Parlamento Federal (Bundestag) había una Dieta Imperial (Reichstag), elegida 
por el sufragio universal, directo y secreto. Esta modalidad de votación confería a 
la Constitución de 1871 cierto matiz democrático44. 
El principal problema del nuevo Imperio era unificar la nueva población dentro de 
un Estado. Bismarck, en calidad de canciller imperial y ministro prusiano, asumió 
en gran medida el reto. A partir de 1871, la política exterior bismarckiana 
consideró inevitable considerar la posición de Francia para cualquier objetivo, por 
tanto, la primera preocupación fue impedir a los franceses establecer alianzas. 
A partir de la unificación, la prioridad diplomática sería establecer alianzas con 
Rusia, y Bismarck preveía la convergencia con Austria-Hungría. La reunión de los 
tres emperadores en 187245 y el acuerdo logrado por sus tres naciones (Rusia, 
Austria y Alemania) en octubre de año siguiente, permitieron al canciller rubricar 
un acuerdo entre lostres grandes Estados monárquicos y legitimistas, que sería 
uno de los pilares básicos de la política exterior alemana hasta 1890, fecha de la 
dimisión de Bismarck al gobierno prusiano. 
 
43Tenbrock, Robert-Hermann. “A history on Germany”, Ed. Longman publishing group, Alemania, 1968, p. 44 
44 Abellán, Joaquín. Nación y nacionalismo en Alemania. Ed. Tecnos, Madrid, 1997, p. 90. 
45 Briggs, Asa y Patricia Clavin. “Historia Contemporánea de Europa”, Ed. Grijalbo Mondadori, 1997, p. 315 
 
 13 
1.4.2 La Primera Guerra Mundial 
La interdependencia de los países europeos fue un hecho casi inadvertido. A 
principios del siglo XX, el mejor cliente comercial de Alemania era Gran Bretaña. 
En Berlín se utilizaba carbón mineral británico cuando estalló la Primera Guerra 
Mundial, mientras se utilizaban planchas de acero alemanas en Gran Bretaña para 
construir la flota británica. En Francia se construían altos hornos con 
financiamiento alemán, y Alemania tenía industrias químicas en Rusia46. 
El modelo de alianzas bismarckiano, consistía en un juego de balanzas y 
contrapesos cambiantes. El número de alianzas, tratados y pactos realizados en 
este periodo es muy extenso, y su principal característica es no tener contactos 
directos con Francia. El sistema político de Europa en el último tercio del siglo XIX 
se encontró fundamentalmente tejido sobre los modelos construidos por Bismarck. 
El modelo de alianzas fue el sistema que mantuvo a Europa en paz hasta su 
rompimiento en 1914 con el inicio de la Primera Guerra Mundial. El emperador 
Guillermo I murió en 1888, y su primer sucesor no duró más de tres meses en el 
poder. Guillermo II su nieto, con 31 años de edad, mantuvo su gobierno hasta 
1918, tras la derrota de Alemania en la primera guerra mundial.47 
La gran crisis comenzó el 28 de junio de 1914 con el asesinato del heredero 
al trono del Imperio Austro-Húngaro, el archiduque Francisco Fernando y su mujer 
a manos de un serbo-bosnio en Sarajevo. Después de cuatro semanas, y hasta 
que Budapest estuvo convencida del apoyo de Guillermo II, fue cuando se envió 
un ultimátum de diez puntos a Serbia, que fue presentado en Belgrado el 23 de 
julio, con un plazo de 48 horas para responder. Al negarse Belgrado a contestar, el 
imperio de los Habsburgo les declaró la guerra el 28 de julio. Para entonces, 
Alemania, quien había dado todo su respaldo a Austria-Hungría, se encontraba en 
el pleno desarrollo de sus programas de guerra, puesto que estos habían sido 
preparados desde la alianza franco-rusa. Los pertrechos, provisiones y los planes 
 
46 Schulze, Hagen. Op. Cit. p. 55 
47 Departamento de Prensa e Información del Gobierno Federal. Op. Cit. p. 8 
 
 14 
de acción, encontraron a una Alemania preparada, el entusiasmo de la gente y de 
la cúpula política, le dieron la bienvenida a la guerra que se avecinaba48. 
El primero de agosto Alemania declaraba la guerra a Rusia, activando el 
sistema de alianzas, por lo que Francia se movilizó hacia su frontera oriental y se 
condujo a esperar a un enemigo alemán. Para el 2 de agosto, Alemania gestó el 
ultimátum a Bélgica, mismo que fue rechazado, solo para que dos días después 
los alemanes cruzaran las fronteras belgas en busca del enemigo en su frente 
occidental. Ese mismo día, los británicos le declaraban la guerra a los alemanes. 
Se puede explicar el entusiasmo europeo en la guerra en dos elementos. 1) 
Las incursiones bélicas en los últimos treinta años habían sido nulas, por lo que el 
desconocimiento sobre la experiencia bélica se anticipaba a las consecuencias49; 
2) el desarrollo industrial en su aplicación bélica era casi ignorado. La información 
difundida por los gobiernos propagaba ideas de una guerra que solo duraría unas 
cuantas semanas o en su defecto meses. 
La evolución de la guerra se ha considerado en tres fases. Un periodo 
inicial de frenesí por la guerra y que atraía toda la atención pública. Un periodo 
con problemas no previstos por la duración de la guerra. Y finalmente un temor de 
subversión, motín del ejército, huelgas en las fábricas, protestas civiles o 
revolución generalizada. Una de las soluciones fue prometer reconstrucciones en 
la posguerra. 
Al comenzar la guerra, los planes alemanes eran asaltar rápidamente 
Francia y regresar al frente de Rusia. Fueron detenidos por las tropas aliadas en el 
Merne. Las tropas se atrincheraron, para quedarse virtualmente en la misma 
posición durante toda la guerra. En el frente ruso el atrincheramiento se dio en 
raras ocasiones, y los acontecimientos de la revolución rusa ayudaron a disolver el 
problema del frente oriental, con todo y que el abastecimiento de Alemania 
mostraba problemas por lo poco compacto de las líneas ferroviarias en la zona50. 
 
48 Schhulze, Hagen. Op. Cit. p. 203 
49 Mowat, C. L. Comp. Historia del mundo moderno, Tomo XII, Los grandes conflictos mundiales, 1898-1945, Ed. Ramón Sopensa, 
Barcelona, 1980. P. 122 
50 Schulze, Hagen. “Germany, a new history”, Ed. Harvard University Press, Londres, 1998, p. 121. 
 
 15 
En Alemania el entusiasmo nacionalista se desvaneció prontamente en los 
estratos más amplios de la población. Los grupos nacionalistas formados desde la 
unificación tuvieron una nueva injerencia, se centraron en la promoción de los 
objetivos nacionales y en las metas perseguidas por la guerra, incluso cuando la 
idea de una guerra defensiva fue difuminada por el gobierno alemán. 
Hay que comprender que los objetivos y las metas no se estaban definidas, 
sino por una mera intuición de las clases media y alta. A diferencia de la Segunda 
Guerra Mundial, el marco político e ideológico de la Primera Guerra Mundial 
carecía de sustentos ideológicos para mantener una lucha prolongada.51 
Durante la guerra se dieron transformaciones sociales y políticas. Algunas 
tendencias aceleraron su proceso y otras fueron cambios imprevistos. Hasta ese 
entonces, las movilizaciones nacionales no eran conocidas. Los roles de la vida 
nacional en su conjunto fueron cambiando abruptamente, incluso los estratos 
políticos se vieron forzados a tomar decisiones fuera de su competencia natural –
utilización de la mano de obra disponible, producción y distribución industrial, 
racionalización de alimentos, acuerdos con organizaciones sindicales, restricción 
de información, distribución de propaganda, aumento de impuestos. 
La movilización en favor de la guerra experimentó una utilización total de la 
mano de obra desocupada, incluso sufriendo escasez, por lo que otro de los 
cambios radicales fue buscar mano de obra para emplear, sobre todo para 
industrias que se consideraban básicas para el desarrollo de la guerra. Los 
trabajadores prosperaron, al igual que los dueños de las fábricas, mientras los 
terratenientes veían sus fortunas amenazadas por la incursión de tropas en todo el 
continente. La percepción de que con la guerra solo se beneficiaba la clase 
obrera, fue un signo particular52. 
Alemania se encontró rodeada y bloqueada desde el principio de la guerra. 
Y para enfrentar con autonomía la escasez de alimentos se instauro el plan 
Hinderburg, de donde se utilizaron por primera vez las cartillas de racionamiento 
de pan, grasas, leche y carne, que fueron obligatorias a partir de 1915. Sin 
 
51 Briggs, Asa. Op. Cit. p. 318 
52 Briggs, Asa. Op. Cit. p. 129 
 
 16 
embargo, la agricultura alemana entró en decadencia. En 1916 la cosecha resultó 
inferior a las previsiones en más de un millón de toneladas53. 
El continuo desgaste de la guerra fue abrumador cuando, en abril de 1917, 
Estados Unidos declaró la guerra a Alemania. Tropas frescas y maquinaria 
renovada estarían por embarcarse. La incursión de estadounidense fue decisiva. 
En julio de 1917, la nueva mayoría quecontrolaba el Reichstag, del partido 
nacional liberal, se declaraba a favor de una paz negociada y sin la forzar 
anexiones de nuevos territorios. La declaración era formulaba por los partidos que 
después conformarían la espina dorsal de la República de Weimar, por lo que se 
puede aducir que la democracia alemana se fundó en medio de la guerra y no a 
finales como se clasificó después. 
En 1917 el plan Hindenburg fracasó y el gobierno comenzaba negociaciones con 
líderes sindicales; estallaron huelgas y disturbios por la falta de alimentos y las 
malas condiciones de vida. En 1918 se generalizaron las huelgas, y con las 
nuevas fuerzas políticas dominantes, el orden político se hundió y produjo la 
abdicación del káiser Guillermo II. 
Para la sociedad alemana las instituciones del imperio habían fallado en 
una guerra que durante años se había preparado. 54 El 29 de octubre marineros de 
la flota de Kiel se amotinaron y formaron consejos revolucionarios; la revuelta se 
dispersó rápidamente a lo largo de los cuarteles de la costa, después tierra 
adentro. Las casas nobles gobernantes de toda Alemania abdicaron. Para el 9 de 
noviembre de 1918, Guillermo II abdicó para huir a los Países Bajos, El 11 de 
noviembre se firmaba un armisticio en el frente occidental.55 
La nueva revolución alemana mostró su principal tendencia en los primeros días: 
un gobierno moderado. El liderazgo del Consejo Representativo de la Gente 
estuvo a cargo de Federico Ebert y Hugo Haase. Ebert fue el canciller 
formalmente. 
 
53 Schulze, Hagen. Op. Cit. p. 182 
54 Mowat, Cl comp. Op. Cit. p. 124 
55 Ibídem. 
 
 17 
1.4.3 El sistema político alemán anterior a 1945 
Hasta poco antes del término de la Primera Guerra Mundial la conformación de la 
nación alemana se puede resolver en un modelo político centrado en una 
democracia limitada, que además, ejercía un poder centrado en los intereses 
prusianos o extensión de estos56. Si consideramos que para el término de la 
Primera Guerra Mundial los planteamientos políticos en Alemania cuestionaban 
duramente la permanencia de los estados alemanes (Länder) en la Confederación 
regida por el Kaiser, podríamos concluir que el tan citado proceso de la 
consolidación de la unificación debería calificarse como fallido, sin embargo, la 
integración política, social y económica habían dejado un entretejido que alejo, de 
alguna u otra manera, dichas amenazas57. Por un lado, eran visibles las 
exigencias de abandono de la Confederación, y por el otro, había un sinnúmero de 
propuestas y programas políticos que terminaron por concretarse en la República 
de Weimar. 
Con el apuntalamiento de la economía durante la década de 1920, la 
brújula política se inclinaba más por la revancha en lo internacional que por un 
respeto por el status quo, razón por la cual, paso a paso, se allanó el camino hacia 
el nacionalismo integral que sería acogido abiertamente por el régimen del Partido 
Nacional Socialista (Nazi). 
El desarrollo histórico-político de Alemania en el periodo de entreguerras 
siguió una ruta que acrecentó los defectos del débil sistema político, que pujaban 
para que, en una incipiente y desesperada democracia, se eligieran las propuestas 
que pudieran resolver lo más inmediato. La exacerbación del nacionalismo, su uso 
político y la implantación de un modelo político que subyugara al modelo 
económico fueron prioridades que se reflejaron en ese primer periodo. 
1.4.3.1 El sistema político de la República de Weimar 
Al término de la Primera Gran Guerra se dio una reestructuración política al interior 
de las nacionales occidentales, el reacomodo de los poderes internacionales, así 
 
56 Vid supra. 2.1.2 La Primera Guerra Mundial. 
57 Abellán, Joaquín. “Nación y nacionalismo en Alemania”, Ed. Tecnos, Madrid, 1997. 
 
 18 
como el intento de la introducción de un órgano supranacional –como fue la Liga 
de las Naciones. Las imputaciones al Estado Alemán, el Tratado de Versalles, y el 
cambio en el uso político del nacionalismo en los programas políticos fueron el 
punto central del desarrollo político-social no sólo el Alemania, sino en las 
principales potencias occidentales. 
Con las elecciones del 19 de enero de 1919, en Alemania se formó una 
Asamblea Nacional que idearía una nueva Constitución. El resultado se inclino con 
un 76 por ciento de los votos para el Partido Social Demócrata (SPD) y para el 
DDP (Partido Democrático Alemán). El nuevo gobierno estaba presidido por 
Federico Ebert. Se tuvieron que enfrentar dos tareas urgentes, consolidar el poder 
de la nueva república y consolidar los acuerdos de paz con las potencias aliadas58. 
Al mismo tiempo, el 16 junio de 1919, los aliados presentaron la versión 
definitiva del tratado de Paz (Tratados de Versalles), que la delegación alemana 
tuvo que aceptar. Se perdió el 20 por ciento del territorio alemán –con 10 por 
ciento de la población- un tercio de la producción de carbón, un cuarto de la 
producción de granos y papas, cuatro quintas partes de las reservas de acero 
procesado y se confiscaron las colonias en ultramar. La reacción popular fue de 
rechazo. Bajo la presión de perder el abastecimiento de comida y al forzar el 
reinicio de las hostilidades, la Asamblea Nacional se vio obligada a declarar su 
voluntad de sigenar el tratado, y para el 28 de junio de 1919 se firmaba el Tratado 
de Paz. 
Este punto de la historia de Alemania es muy importante en cuanto a sus 
interpretaciones e impacto subsecuente. El imaginario popular durante aquellos 
años entremezclaba hechos reales e interpretaciones limitadas de otros hechos. 
Como lo ha señalado Joaquín Abellán en la obra anteriormente citada, para el 
momento del armisticio no había territorio alemán que estuviera ocupado por 
potencias extranjeras, mientras el ejército alemán todavía ocupaba parte del suelo 
francés y la mayor parte del territorio belga, por tanto, la población civil nunca 
experimentó la derrota, muy a pesar de que el ejército alemán sí estaba derrotado 
 
58 Schulze, Hagen. Op. Cit. 208 
 
 19 
en lo estratégico. Si a esto se le aúna que sólo se conoció de los amotinamientos, 
las huelgas y que los representantes del Estado, meros civiles designados por un 
órgano del pueblo, no eran considerados con la autoridad moral para gobernar 
sobre los experimentados oficiales militares, el resultado era un punto de inflexión 
para explayar la posterior propaganda sobre la injusticia de la derrota y con ello 
disparar el mecanismo del nacionalismo integral, ya mencionado59. 
En agosto de 1919 se estableció la nueva Constitución de la república de 
Weimar, una vez ya firmado el ominoso Tratado de Versalles que cimbró a la 
opinión pública germana y a la clase política. Conforme se fueron desarrollando 
posteriores eventos durante la década de 1920, las votaciones se alejaban más de 
los partidos de espíritu democrático, lo que mantenía una atracción constante 
hacia la propaganda nacionalista de corte monárquico y las posiciones políticas 
alejadas de la república. 
En 1923 la opinión pública alemana se volvió a crispar con la invasión 
franco-belga de las minas del sur del Rhur, como exigencia del pago de sus 
reparaciones de guerra, lo que desembocó en la percepción de que había un 
enemigo siempre a punto de invadir. En ese contexto no es de sorprender la 
constancia de las crisis políticas y conspiraciones para derrocar al gobierno, que 
de sumarse a una alta tasa inflacionaria que llevó a más pobreza, la inestabilidad 
del régimen se convirtió en el día a día. Desde 1871, Alemania no sufría una crisis 
que le llevara al borde de la disolución. A partir de la derrota de la Primera Guerra 
Mundial son cuatro los aspectos principales que tendrían un efecto posterior en el 
sistema político alemán: a)la afrenta que obligaba al gobierno alemán a firmar una 
declaración de culpa por “desencadenar la guerra”60; b) el efecto sicológico ante la 
condena civil, penal y moral de la comunidad internacional, específicamente los 
países aliados, vencedores del conflicto; c) la pérdida territorial; y d) el detrimento 
económico y las imposiciones por concepto de indemnizaciones. 
 
59 Abellán, Joaquín. “Nación y nacionalismo en Alemania”, Ed. Tecnos, Madrid, 1997, p, 90-92 
60 El Tratado de Versalles de 1919 estipulaba en su articulo 231 que “los aliados y los gobiernos asociados declaran, y Alemania lo 
reconoce, que Alemania y sus aliados son responsables, como causantes, de todas las pérdidas y daños que los aliados y los gobiernos 
asociados y sus ciudadanos han sufrido a consecuencia de la guerra, a la que se vieron obligados por el ataque de Alemania y de sus 
aliados”. 
 
 20 
Los puntos anteriores darían forma al sistema político alemán, lo que dio 
paso a que el Tratado de Versalles se convirtiera en un punto de partida para las 
administraciones gubernamentales que desfilarían por la cabeza de Alemania en 
la década de 1920. Es decir, desacreditar el Tratado, orillar su revisión e 
incumplirlo sería el principal objetivo de la política alemana de esa década, o al 
menos, de los partidos políticos que desasen contar con la votación necesaria 
para permanecer en el escenario público.61 
Alemania se convertía en una democracia parlamentaria. De un sistema 
monárquico militarista con el modelo prusiano como bandera, y con una economía 
industrial volcada a los proyectos gubernamentales, saltaba a una democracia 
parlamentaria que no conseguía una plataforma amplia para lanzar un proyecto 
político que pudiera establecer un plan de desarrollo. 
“Cualquier político que se pronunciara por la moderación y el 
compromiso racional con las antiguas potencias enemigas se convertía en 
automático en blanco de acusaciones de debilidad e incluso de traición.”62 
Lo que Schulze encuentra en su monográfico estudio es que la república 
apenas y pudo establecer una maquinaria elemental para gobernar, y en 
consideración de lo anterior hubo dieciséis nuevos gobiernos, con un promedio de 
ocho meses y medio en el poder. El círculo de actividad comenzaba con partidos 
políticos promulgando propuestas autoritarias para ejercer el poder y una vez en 
él, se debilitaban por la constante confrontación política y falta de consenso, por lo 
que eran sustituidos por nuevas administraciones promoviendo lo mismo. 
Para poder encontrar un mediano consenso en la constante tormenta 
política se formaba una recurrente alianza entre el Partido Central, el DDP (Partido 
Democrático Alemán), y el DVP (Partido del Pueblo Alemán), que en esencia se 
mostraba como un partido monárquico. Como resultado, el partido que había dado 
vida a la república, el SPD, perdió la mayor parte de su poder en las 
administraciones, aunque Frederick Ebert seguiría en el poder hasta su muerte, en 
1925. Para conseguir esto último Ebert utilizó su habilidad política para aliar sus 
 
61 Abellán, Joaquín. Op. Cit. Capítulo 3, Estadonacional democrático y dictadura nacionalisna p. 129-175 
62 Schulze, Hagen. “Germany, a new history”, Ed. Harvard University Press, Londres, 1998. P.205. 
 
 21 
esfuerzos con Otto Braun, primer ministro prusiano y con Carl Severing ministro 
del interior del mismo estado (Länder), y así administrar con cierta estabilidad el 
estado más grande y por tanto tres quintos del territorio.63 
Mientras las demandas del electorado, la opinión pública y los crecientes 
grupos de derecha pregonaban el abandono total de las imposiciones del Tratado 
de Versalles, el clima político, por ende, se crispaba más hacia el nacionalismo y 
la derecha, incluso hasta llegar al asesinato del ministro del exterior al momento 
del armisticio de 1918 y el hombre encargado de la firma del tratado. Esto como 
resultado del constante bombardeo propagandístico en pos de la “reivindicación” 
del orgullo nacional. 
El mayor desafío de la República de Weimar sería presentarse hacia el 
exterior como un gobierno estable con capacidad de hacer frente a los pagos 
impuestos por el Tratado de Versalles y al interior como un firme representante del 
rechazo popular. Esta fue una de las razones por la que Gustav Stresemann, 
como Canciller primero y luego como ministro de relaciones exteriores de 1923 
hasta 1929, pudo mantenerse al frente de la política exterior durante ese amplio 
espectro de gobiernos de izquierda y de derecha. El pragmatismo de Stresemann 
y su moderación dieron limitados frutos que poco a poco se fueron alcanzando 
frente a los aliados: el Plan Dewes, que establecía el retiro de tropas aliadas en 
territorio alemán fue alcanzado en 1923, seguido de los Tratados de Lorcano en 
1925, que garantizaba la inviolabilidad de las fronteras compartidas por Francia, 
Bélgica y Alemania, bajo la supervisión activa de Gran Bretaña e Italia. 
La inclinación a la derecha se dio, en gran medida, por el desapego a la vida 
democrática que ostentaba un amplio sector de los partidos. La lucha por el poder 
era serie de atentados para controlar y supeditar al resto de los actores políticos; 
cada intento: fallido desde su planteamiento. Por esto el sistema político propuesto 
por la república fue incongruente con el desempeño de los valores cívicos de 
aquel momento: militarismo, autoritarismo, sectarismo, recelo hacia el contexto 
 
63 Schulze, Hagen. Op. Cit. 244 
 
 22 
internacional, que son ejemplos amplios de las prioridades colectivas de esa 
década. 
Tras la muerte de Ebert en 1925, un candidato de derecha ocupó su lugar, Paul 
von Hindenburg. El sistema financiero emergía y la economía se recuperaba a un 
ritmo que podía hacer que Alemania enfrentara sus pagos a la Triple Entente. 
Entre 1925 y 1929, la producción alemana se incrementó en volumen en un 50 por 
ciento, haciendo que algunas de sus industrias retomaran terreno perdido en la 
guerra. Hasta 1927, el producto nacional bruto alcanzó los niveles en los que se 
encontraban antes de 1913. 
El ejército comenzó a recobrar vitalidad en los asuntos políticos, 
impartiendo su influencia en las coaliciones políticas, a la vez que se filtraban 
intereses militares en las esferas de poder nacional.64 Para 1929 una enorme 
coalición de partidos tuvo lugar para las elecciones parlamentarias.65 En 1930 las 
facciones parlamentarias entraron en un conflicto armado que se dirimiría en las 
calles de Berlín. Finalmente, los grupos más radicales se unieron al Partido Obrero 
Nacional Socialista Alemán (NSDAP), situación que se vio reflejada para las 
elecciones parlamentarias de 1930, donde los nacional socialistas ganaron 130 
escaños. 
Para 1932, la producción industrial alemana había caído a la mitad de los 
niveles de 1928, la crisis económica afectaba no solo a Alemania, sino a todos los 
países europeos. Cuando la mayoría del parlamento rechazó medidas 
impopulares para controlar el déficit presupuestario en julio de 1930, el nuevo 
canciller Heinrich Brüning fue depuesto por el artículo 48 de la república de 
Weimar, el cual estipulaba la disolución del congreso para decretar normas de 
emergencia sin tener la consulta o aprobación del parlamento. El sucesor de éste 
último canciller, Franz von Papen tomó el cargo. Para entonces la influencia del 
partido nacional socialista llevaba al canciller a tomar en cuenta las condiciones de 
gobierno que disponía su dirigente Adolf Hitler, Papen se dispuso a llamar a 
nuevas elecciones además de decretarse como comisionado de gobierno en 
 
64 Ibídem. 
65 Veit, Valentin. Op. Cit. p. 132 
 
 23 
Prusia. En los resultados de las elecciones de 1932, el NSDAP duplico su

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