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Formalizacion-laboral-en-Mexico--un-analisis-de-dos-sexenios

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 Facultad de Economía 
 
 Formalización laboral en México: un análisis de dos sexenios. 
 
 
 TESIS 
 
 Que para obtener el título de 
 
 Licenciado en Economía 
 
 Presenta 
 
 Abraham Alejandro Gómez López 
 
 
 Director de Tesis 
 Dr. Rolando Cordera Campos 
 
 
 
 Ciudad Universitaria, CDMX DICIEMBRE DE 2018 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
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A mis padres, 
Alejandro y Gloria 
 
A mi familia, 
en especial a Nahely, Camilo, Jon, Alejandro’s, y Aracely, 
 
A mis mentores, 
al Dr. Cordera, la Mta. Ortiz, al Mto. Flores, al Dr. Banegas y al Dr. Campos 
 
A la UNAM, 
en especial al PUED y a la Facultad de Economía. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Agradecimientos 
 
Agradezco a mi padre porque, a pesar de toda la gente increíble a mi alrededor, sigues siendo mi 
modelo a seguir como persona. Gracias por tu apoyo, los valores y confianza que me inculcaste; el 
soporte que siempre has representado, el infinito e incondicional amor que me has dado; la sabiduría 
que siempre me has transmitido, y cómo siempre me impulsas a ser mejor persona, incluso solo 
manteniéndote cerca de mí. A mi madre, porque siempre me criaste y me cuidaste con mucho amor, 
disciplina y valores. Gracias por siempre estar al pendiente de mí, consentirme (a veces de más), 
hacerme sentir tan querido y haberme apoyado durante toda mi vida. Todos los logros que alcance se 
los debo al apoyo, confianza y valores con los que crecí en casa. No pude ser más afortunado. 
 
Quiero agradecerles a mis amigos, quienes son muy importante en mi vida. A Nahely por convertirte 
en parte de mi familia. Gracias por siempre estar conmigo en las buenas y en las malas, por quererme 
y consentirme tanto. A Camilo, John, Toño y Tajonar por ser tan buenos amigos y haberme ayudado 
en todo momento. A mis amigos que conocí gracias a la carrera: Julio, Alejandro, Lui, Iván, Felipe, 
Luis, Eduardo, Manuel, entre otros. Gracias por el apoyo, las enseñanzas, los buenos momentos, las 
alegrías y por aportar cosas buenas a mi vida. He aprendido mucho de ustedes. 
 
Gracias a IPTOR por su gran apoyo, cariño y compañía durante varios años de esta jornada que hoy 
concluye. Gracias por alegrar mi vida y hacerme mejor persona durante tu estancia y en tu partida. 
Ocuparás un lugar especial eternamente. Te deseo lo mejor a ti y a tu familia siempre. Gracias también 
ya que por ti conocí a Aracely, quien me adoptó como a un hijo y me ha dado tanto cariño y cuidados, 
sobre todo en momentos difíciles. Estoy infinitamente agradecido por su apoyo y afecto. 
 
Quiero hacer un espacio especial para Nahely y Camilo por toda la influencia que han tenido en 
aspectos personales, académicos, docentes y profesionales. Su presencia ha sido crucial en estos años 
de mi vida. Gracias por los consejos, los regaños, el apoyo, el cariño y por cuasi adoptarme. No tengo 
palabras para expresar el inmenso cariño, respeto, admiración y gratitud que siento hacía ustedes. 
 
Quiero agradecer al Dr. Rolando Cordera por haberme dado la oportunidad de trabajar con él. Gracias 
por haberme enseñado a nunca perder la perspectiva en el estudio de la economía, a siempre ver más 
allá de las cifras; a que todos los estudios tienen que repercutir, de alguna forma, en una reflexión que 
ayude a mejorar al país y la condición de los más necesitados. Gracias por el apoyo que me ha dado 
durante mi estancia en el PUED y por la infinita cantidad de conocimiento que he adquirido gracias 
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a usted. Gracias por ser mi mentor, inspirarme y ser un ejemplo a seguir. Es un orgullo y un honor el 
poder trabajar con usted. 
 
Quiero agradecerle al Dr. Raymundo Campos, quien aceptó mi petición de colaborar con él. Gracias 
por la guía que ha representado para mí. Gracias por expandir mis horizontes en las técnicas de estudio 
de la economía para poder proponer soluciones que incidan en el bienestar de la población. Agradezco 
su apoyo y enseñanzas, las cuales han sido muy importantes en mi formación como economista. 
Gracias a las largas estancias durante el verano en el Colegio de México pude aprender mucho y retar 
mi capacidad de resistencia. Quiero agradecerle también a Eduardo por sus consejos, su apoyo y lo 
mucho que me ha enseñado en la meta compartida que tenemos de obtener un doctorado. Gracias por 
facilitarme tantas cosas en un camino que tú ya has recorrido y que yo estoy por seguir. 
 
Quiero agradecer a la UNAM, mi hogar, al que le debo tanto, incluso antes de nacer. Gracias por 
darle a mis padres la oportunidad de estudiar una carrera de forma gratuita. Esto permitió movilidad 
social en mi familia, que supieran el gran valor de la educación y que yo naciera en una situación sin 
carencia alguna. Gracias a la UNAM pude estudiar en este campus, con grandes profesores, 
compañeros y recursos. Gracias a la UNAM pude conseguir un trabajo en el PUED, el cual he 
disfrutado en todo momento. 
 
Gracias al PUED he podido aplicar todo lo que aprendí en la Facultad de Economía; he logrado poner 
mi grano de arena en la propuesta de diagnósticos y soluciones de los problemas que afectan a nuestro 
país; he expandido mi frontera de conocimientos más allá de lo que jamás imaginé. Gracias al PUED 
he podido aprender, y a veces colaborar, con gente muy capaz y valiosa como el Dr. Rolando Cordera, 
Ana Galván, Mta. Nahely Ortiz, Dr. Israel Banegas, Dr. Fernando Cortés, Mto. Mario Luis Fuentes, 
Dr. Delfino Vargas, Dra. Iliana Yaschine, Mto. Ramón Carlos Torres, Emb. Eduardo Navarrete, Mto. 
Enrique Provencio, Dra. Karina Videgain y Dra. Irene Lungo. 
 
Quiero agradecerle especialmente al Dr. Banegas por el apoyo e interés que ha tenido en mi formación 
académica y profesional, así como la guía y ayuda en momentos claves. No solo admiro y respeto sus 
capacidades y sabiduría, sino también su calidad humana. Ha sido una gran satisfacción haber podido 
aprender tanto de usted. Esta tesis no habría tomado el camino adecuado sin su asesoramiento. 
 
Por último quiero hacer un disclosure statement similar al de los papers: agradezco a los antes 
mencionados todas las contribuciones hechas. Cualquier error u omisión, es responsabilidad mía. 
5 
 
Contenido 
Introducción_______________________________________________________6 
Capítulo 1. El mundo del trabajo _____________________________________9 
 Mercado laboral internacional____________________________________9 
 El mercado laboral en México___________________________________10 
Capítulo 2. Informalidad: orígenes, enfoques y medición________________19 
 Un breve recuento sobre la informalidad __________________________19 
 Conceptos y definiciones del mercado laboral en México_____________ 24 
Capítulo 3. Análisis del crecimiento de la formalidad en México, 2007-201733 
 Revisión sobre determinantes de la formalidad_____________________ 33 
 Contexto económico en México_________________________________ 37 
 Análisis de descomposición sectorial del crecimiento económico y la 
formalización_____________________________________________________46 
Capítulo 4. Reforma laboral: un análisis de su influencia en la formalidad _54 
Conclusiones____________________________________________________64 
Referencias______________________________________________________67 
 
6 
 
Introducción 
Una de las preocupaciones más relevantes en las sociedades modernas se refiere 
a la oportunidad de la gente a tener un trabajo, a tal grado que se ha elevado a un 
derecho humano el tener acceso a uno. Y no solamente es tener un trabajo, sino 
uno digno, el cual permita tener un ingreso suficiente para mantener los estándares 
mínimos de vida, así como que se respeten los derechos laborales que se han 
instaurado a nivel internacional y nacional. No obstante, a pesar del marco legal y 
del reconocimiento de estas necesidades a los trabajadores, no siempre pueden 
desempeñarse en un trabajo que satisfaga sus necesidades ni que proteja sus 
derechos. 
Ante estas distintas vulnerabilidades en las que se ubica una parte importante de 
los ocupados en los países en vías de desarrollo, es que se desarrolla el concepto 
de trabajo informal, para etiquetar aquellas ocupaciones que no satisfacen los 
parámetros establecidos para garantizar el derecho a un trabajo digno. Es por ello, 
que se reconoce la importancia del papel del Estado como un promotor de mejores 
condiciones laborales en los trabajadores. 
La importancia del trabajo como reflejo del desempeño de la economía de un país, 
así como su importancia en el bienestar de la economía, es la motivación de este 
trabajo. En las últimas décadas en México se ha registrado tasas de desempleo muy 
bajas con respecto a sus pares internacionales, no obstante, conforme el Instituto 
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) fue desarrollando diferentes 
instrumentos, como la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), esta 
cifra se fue desagregando más, a tal grado que se puede medir de mejor manera 
las condiciones de los empleados y desempleados en el país. 
Uno de los indicadores que más refleja las condiciones de los trabajadores, y el 
objeto de estudio de esta tesis, es la formalidad. Ya que nos permite saber si cubren 
con la seguridad social que marca la ley: seguro social, cotización a la pensión, 
prestaciones, etc. Se ha estudiado que el crecimiento económico es uno de los 
principales factores que inciden en los aumentos de la formalización, al igual que 
7 
 
factores institucionales, especialmente reformas o normativas impulsadas por 
distintos niveles de gobierno. 
No obstante, en México se tuvo un crecimiento de la formalidad de más de 2 puntos 
porcentuales, y de cerca de 4 millones de nuevos asegurados en el Instituto 
Mexicano del Seguro Social (IMSS). Cifras que no se habían reportado en años 
previos, y que no van acompañadas de un crecimiento económico importante como 
se ha visto en otros países. Sin embargo, también coinciden con la entrada en vigor 
de la Reforma Laboral, factor que pudo influir en este desempeño de la ocupación 
formal a nivel nacional. 
La hipótesis de este trabajo es que, si bien no se presentó un crecimiento económico 
agregado de manera importante, la formalidad se vio afectada por el crecimiento 
sectorial de la economía, por lo que la dinámica en diferentes subsectores con 
mayor participación en el Producto Interno Bruto (PIB), y con más participación en 
el empleo total, son los principales responsables de este inusual aumento de la 
formalidad. De igual forma, también se considera que la Reforma Laboral de 2012 
pudo haber influido en este proceso, aunque este fenómeno se haya observado 
antes de su implementación. 
En el primer capítulo se hace un diagnóstico sobre las condiciones generales del 
mercado laboral internacional, y se profundiza en el nacional. Se analizan diferentes 
indicadores de empleo para mostrar que la baja tasa de desempleo esconde 
muchos problemas y carencias de los trabajadores en el país. Asimismo, mediante 
la observación en los ingresos laborales se evidencia las pobres condiciones en las 
que se encuentran una parte importante de los trabajadores. 
El segundo capítulo hace una breve recopilación sobre el desarrollo histórico del 
término de la informalidad, los diferentes enfoques teóricos que se han adoptado 
para explicar sus causas, la metodología para definir a los diferentes trabajadores 
informales y formales, así como las diferentes fuentes que se usan a lo largo del 
texto. 
8 
 
El tercer capítulo busca encontrar relaciones económicas que justifiquen el 
crecimiento de la formalidad reportada tanto por la ENOE, como por los asegurados 
en el IMSS en lo que va del sexenio. Se reporta el desempeño económico general, 
luego se desagregación por sectores y subsectores económicos, se presenta la 
participación en la ocupación formal y en la ocupación total de éstos, y se usa esta 
información para hacer un ejercicio cuantitativo, el cual ha sido previamente 
aplicado para el estudio de la formalidad en otros países, para observar efectos en 
el crecimiento sectorial de la economía y su incidencia en las dos series de datos 
de formalidad que se manejan. 
El cuarto capítulo describe, en forma general, la Reforma Laboral y los puntos clave 
en ella. Se hace un ejercicio descriptivo para comparar los pronósticos que se 
hicieron cuando entró en vigor, con los datos más recientes, y así contrastarlos para 
ver qué tanto se cumplieron. Asimismo, se busca información para tratar de 
entender los diferentes mecanismos por los cuales la Reforma Laboral pudo incidir 
en el aumento de la formalidad, sobre todo de los nuevos empleados creados 
asociados en el IMSS. 
Por último, el texto termina con las conclusiones del documento. 
9 
 
Capítulo 1. El mundo del trabajo 
Mercado laboral internacional 
En las sociedades modernas, una parte importante de la pobreza se explica por la 
falta de oportunidades de la población en edad de trabajar para encontrar un trabajo 
que satisfaga sus necesidades básicas tanto alimentarias, como no alimentarias. Es 
por ello que el Estado busca activamente incidir en las condiciones del mercado 
laboral por medio de políticas de empleo y salariales. 
Por primera vez desde La Gran Recesión, los países de la Organización para la 
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han registrado niveles de 
ocupación mayores a los observados previo a la crisis. Les tomó a estas economías 
casi 10 años regresar a las tasas de desempleo que hubo antes de la quiebra de 
Lehman Brothers. No obstante, a pesar de esta importante y lenta recuperación, los 
salarios no están creciendo a la par del empleo. 
A finales del 2017, el aumento del salario nominal en el área de la OCDE fue en 
promedio 2.1%; mientras que previo a La Gran Recesión estaba en 4.8%. Parte de 
esta caída del crecimiento salarial se explica por la baja inflación y la ralentización 
de la productividad. La inflación pasó, en este grupo de países, de 2.6% en 2008, a 
0.8% en años recientes. Mientras que el crecimiento de la productividad laboral, 
medida por hora, pasó de 2.3% pre-crisis, a 0.8% recientemente (OCDE, 2018). 
Cabe resaltar que este estancamiento en los salarios no se distribuye 
uniformemente entre los trabajadores. El ingreso laboral del 1% más rico ha crecido 
en los últimos años mucho más rápido que el salario mediano de los trabajadores 
de tiempo completo. Esto implica que, a pesar de la positiva tendencia del empleo, 
solo unos cuantos están beneficiándose en mejoras en sus ingresos (Oxfam, 2018). 
De igual forma, la participación laboral en el ingreso ha caído considerablemente. 
Aunque, a diferencia del salario, este fenómenose ha venido observando durante 
las últimas dos décadas. La participación agregada del trabajo en los 24 países de 
la OCDE pasó de 71.5% en 1995, a 68% en 2013. De acuerdo a la OCDE (2018), 
10 
 
esta contracción puede ser explicada por el cambio tecnológico y la globalización, 
ya que: 
“Los adelantos tecnológicos en los sectores que elaboran productos de 
equipamiento y la expansión de las cadenas globales de valor redujeron esta 
participación laboral en las empresas y aumentaron la participación del valor 
agregado contabilizado por las empresas con participación laboral menor. Más aún, 
el efecto moderador de los adelantos tecnológicos sobre la participación de la fuerza 
laboral tiende a ser particularmente grande en los países y las industrias con un alto 
porcentaje de empleos poco calificados y muy rutinarios. En los países con 
participación laboral a la baja esta se ha reducido en la frontera tecnológica y a la 
vez se ha reasignado la participación de mercado hacia las empresas ubicadas en 
esta frontera (las empresas "superestrellas") con baja participación laboral.”1 
Estos fenómenos recientes han hecho que parte de la discusión a nivel global se 
torne tanto a la desigualdad por ingresos laborales, como a la pobreza laboral.2 Es 
por ello que gobiernos y académicos han hecho énfasis en una mejor redistribución 
del ingreso, así como en mejores salarios y condiciones sociales para los 
trabajadores a nivel mundial, lo cual puede permear también en un mayor y más 
redistributivo crecimiento económico. 
El mercado laboral en México. 
Dentro del grupo de los países que pertenecen a la OCDE, México registra la cuarta 
tasa de desempleo más baja (cifra para el segundo trimestre de 2018). Este nivel 
de desempleo puede dar una idea equivocada respecto a qué tan bien se encuentra 
el mercado laboral en México. En esta cifra se esconden muchas necesidades de 
empleo e ingresos laborales de la población. 
Ante este escenario, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado 
(CEESP), basados en un artículo de Blanchflower y Levin (2015), construyeron un 
 
1OECD (2018), OECD Employment Outlook 2018, OECD Publishing, Paris, 
https://doi.org/10.1787/empl_outlook-2018-en. 
2 La pobreza laboral se puede entender como las personas que no pueden adquirir una canasta 
alimentaria con su ingreso laboral (Coneval, 2009). 
11 
 
indicador que refleja de mejor forma las necesidades de empleo en el país: la brecha 
laboral. 
De acuerdo al CEESP (2015), los desocupados no son los únicos que requieren un 
trabajo. Dentro de la clasificación de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 
(ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la población 
subocupada se refiere al porcentaje de la población ocupada que tiene la 
necesidad y disponibilidad de ofrecer más tiempo de trabajo de lo que su ocupación 
actual le demanda. Si bien ya se encuentran con ocupación, al buscar activamente 
otro trabajo, generan presión en el mercado laboral. 
Asimismo, otro grupo con necesidades de empleo, los cuáles son invisivilizados en 
la tasa de desocupación, es el porcentaje de población disponible para trabajar 
sin expectativas de inserción laboral. Este es un subconjunto de la Población No 
Económicamente Activa (PNEA), el cual consiste en aquellos que al momento de la 
entrevista se declararon disponibles para trabajar, pero a pesar de su disponibilidad 
no buscan trabajo porque piensan que no tienen oportunidad para ello. Estos, al 
contrario de la población subocupada, no están presionando el mercado laboral; 
sin embargo, son personas en edad de trabajar que desean un empleo, pero no 
tienen expectativas de encontrarlo. 
Este indicador no utiliza únicamente a la Población Económicamente Activa (PEA) 
para considerar a la fuerza laboral, sino que contempla una nueva “fuerza laboral 
disponible” que es la suma de la PEA y la PNEA Disponible, con lo que se obtienen 
los siguientes resultados: 
 
 
 
 
 
 
12 
 
Gráfico 1. Brecha laboral, 2005.I-2018.II 
 
Fuente: elaboración con base en la ENOE (varios años). 
 
En el Gráfico 1 se puede apreciar que, para el segundo trimestre de 2018, al sumar 
los desocupados, más subocupados y los No Activos Disponibles, resulta que hay 
11,254,714 personas que necesitan un empleo. Esto contrasta con la cifra de 
1,858,160 desocupados, que representa el 3.34% de la PEA para el trimestre en 
cuestión. Por su parte, la fuerza laboral calculada es de 61,211,911, mientras que 
la PEA para el mismo periodo es de 55,643,417. 
Esto indica, con el dato más reciente de la ENOE (2018 IIT), que el 18.39% de las 
personas (respecto a la nueva fuerza laboral calculada) requieren un empleo, y no 
lo tienen. 
Esta dificultad de conseguir un trabajo ha incidido negativamente en la evolución de 
los salarios; ya que por la necesidad de ocuparse lo más pronto posible, en un 
mercado laboral con oferta insuficiente de empleos, los desempleados se ven en la 
necesidad de ocuparse con salarios más bajos de los que tenían o inferiores a sus 
capacidades, con tal de tener una fuente de ingresos. 
25.07%
18.39%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
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I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
M
ill
o
n
es
Desocupados Subocupados No Activos Disponibles Brecha laboral
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Gráfico 2. Población ocupada por nivel de ingreso, 2000-2017 
 
Fuente: elaboración con base en la ENOE (varios años). 
En estas décadas, la estructura salarial se ha modificado de forma notoria. México 
se convirtió en una sociedad de ingresos bajos y de aguda concentración de estos. 
En el año 2000, únicamente 11% de la población ocupada percibía más de cinco 
salarios mínimos y 52% no pasaba de dos salarios mínimos; para 2017 los 
trabajadores que obtenían más de cinco salarios mínimos cayeron a 5%, mientras 
que la población que ganaba hasta dos salarios mínimos representaba 47% (Gráfico 
2). 
En diecisiete años el ingreso laboral no sólo no ha mejorado, sino que se ha 
agudizado; tal como lo refleja el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza 
(ITLP), el cual, desde 2008, mide el encarecimiento del poder adquisitivo derivado 
del ingreso laboral. El ITLP, calculado por el Consejo Nacional de Evaluación de la 
Política de Desarrollo Social (Coneval), provee de información para mostrar cómo 
evoluciona el poder adquisitivo laboral de los hogares, y así analizar si hay 
aumentos o disminuciones en el porcentaje de la población que no pueden adquirir 
la canasta básica, aún si destinaran todo su ingreso laboral para ello. 
3% 3% 3% 4% 5% 5% 6% 6% 7%
8% 8% 10% 10% 11% 11% 12% 12%
14%10% 10% 10% 10% 9%
9% 9% 9% 8%
8% 8% 8% 8% 8%
7% 7% 7% 6%
15% 16% 14% 14% 14% 14% 13% 13% 12%
13% 13% 13% 14% 13% 13%
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24% 24% 22% 23% 21% 21% 20%
23% 23% 23% 23%
24% 24% 25%
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19% 19%
22% 21% 22% 19% 22% 22% 23%
20% 21% 22%
22% 21% 22%
21% 21%
21%
15% 15% 16% 17% 17% 18% 18% 19% 17% 17%
17% 16% 15% 16%
15% 15% 13%
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11% 11% 11% 11% 11% 11% 12% 12% 11% 10% 9% 8% 8% 7%
7% 6% 6% 5%
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1
6
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0
1
7
No especificado Sin ingresos Hasta 1 SM De 1 a 2 SM De 2 a 3 SM De 3 a 5 SM Más de 5 SM
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Este indicador se lee de la siguiente forma: si aumenta el ingreso laboral más que 
el valor de la canasta alimentaria, se mejora el poder adquisitivo, por lo que el ITLP 
disminuye; a su vez, si sube el precio de los alimentos correspondientes a la canasta 
alimentaria más de lo que lo hace el ingresolaboral, empeora el poder adquisitivo, 
haciendo que el ITLP crezca. Con este indicador, se puede obtener el porcentaje de 
trabajadores en pobreza laboral. 
Gráfico 3. Porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al costo de 
la canasta alimentaria, 2005.I-2018.II 
 
Fuente: Coneval (2018). 
En el Gráfico 3 se observa cómo el ingreso laboral, siendo el primer trimestre de 
2010 la base, no ha mejorado sustancialmente desde que se calcula el ITLP. El 
trimestre base reporta que 38.8% de la población no podía adquirir la canasta 
alimentaria con su ingreso laboral, mientras que en el último dato reportado se 
mantiene casi igual con un 38.5% de los trabajadores en pobreza laboral. 
Estas cifras son alarmantes porque, si bien se han reportado disminuciones en los 
últimos tres trimestres, la tendencia del porcentaje de la población con ingreso 
precario ha ido al alza desde hace ya varios años. Se observa que se está 5.6% por 
encima de lo que se estaba hace exactamente 10 años, previo al estallido de la 
34.78% 32.87%
38.83%
41.80%
38.48%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
45%
50%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
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crisis financiera mundial. En este periodo no solo no se ha logrado regresar a niveles 
pre-crisis, sino que hay más porcentaje de personas con salarios insuficientes. 
Esta precariedad en los salarios y en el ingreso de los trabajadores, también puede 
mostrarse en el avance de la distribución funcional del ingreso. Este, de acuerdo a 
Norma Samaniego (2014), es una primera forma de abordar la distribución del 
ingreso en una sociedad desde un enfoque macroeconómico. Muestra cómo 
participan las remuneraciones de los trabajadores en el ingreso del país y qué 
porcentaje de este ingreso corresponde a otras fuentes, tales como: rentas, 
intereses, utilidades, ingresos de la propiedad. 
Esta desigualdad de la distribución del ingreso funcional en México se ha venido 
acentuando desde fines de los años setenta; la participación de los salarios en el 
ingreso total cayó gradualmente en la segunda mitad de los años setenta para 
posteriormente agudizarse en la crisis de la deuda y en el posterior proceso de 
ajuste que le siguió. Asimismo, a inicios de la década de los noventa se tuvo una 
recuperación, la cual se vio interrumpida por la crisis de 1994-1995. 
Para el periodo de 2003-2013, Jaime Ros (2015) encuentra que una de las razones 
por las que ha declinado la distribución funcional del ingreso es en parte a que en 
condiciones de alta informalidad en la economía, la oferta de trabajo que enfrentan 
los sectores modernos es muy elástica; lo que implica que aumentos en el empleo 
de los sectores modernos, no se han visto traducidos en incrementos significativos 
de los salarios reales que esos sectores tienen que pagar. 
 
 
 
 
 
 
16 
 
Gráfico 4. Porcentaje de la participación de los salarios en el valor agregado, 
2003-2013 
 
Fuente: Ros, Jaime (2015). 
Cabe destacar que este estudio arroja que, al analizar la evolución de la 
participación de los salarios y la productividad al interior de la industria 
manufacturera, entre más rápido crece la productividad del trabajo, más se reduce 
la participación de los salarios en el valor agregado. 
En este contexto de insuficiente oferta de empleos, e ingresos laborales que no 
satisfacen ni las mínimas necesidades de más de una tercera parte de los 
trabajadores, es que se inscribe el mercado laboral mexicano. No obstante, esto no 
para aquí: más de la mitad de los ocupados se encuentran en la informalidad laboral. 
Esto implica que, de acuerdo a los criterios que estableció la Organización 
Internacional del Trabajo en 2012, casi el 60% de los trabajadores carecen de 
acceso a servicios a la salud provistos por su empleo. 
A la informalidad en México se le ha puesto en especial atención por las serias 
consecuencias para trabajadores, sus familias, empresas y la sociedad en general. 
La informalidad dificulta el acceso y reconocimiento a los derechos laborales y está 
31.7
30.0
28.6
26
27
28
29
30
31
32
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
17 
 
asociado con la pobreza en sus diversas dimensiones. Al no contar con el cobijo y 
el amparo de las leyes laborales, los trabajadores están expuestos a accidentes 
laborales, desempleo, pobreza en la vejez, entre otros, más que los trabajadores 
formales. 
Asimismo, a nivel más agregado, la informalidad laboral afecta la eficiencia, 
equidad, la capacidad del Estado para recaudar recursos, el alcance de la seguridad 
social, la productividad y el crecimiento (OIT, 2001; OIT, 2002; OIT, 2013c; Jüting y 
de Laiglesia, 2009; Packard et al., 2012, Bertranou y Casanova, 2013). 
Aparte de la precariedad y vulnerabilidad que implica para los trabajadores, y las 
ineficiencias macroeconómicas que se derivan de la informalidad, también se le ha 
visto por mucho tiempo como “una de las principales causas de la baja productividad 
que frena el crecimiento económico de México (p. 113)”.3 De igual manera, múltiples 
estudios señalan que: “al reducir la productividad, la informalidad daña a los 
trabajadores, tanto formales como informales, y también reduce la productividad del 
capital, con implicaciones negativas para el crecimiento del PIB (p.4)”4. 
Estos argumentos han permeado en la discusión de políticas públicas, a tal grado 
que se han propuesto múltiples medidas para abatir los altos niveles de 
informalidad, esto con el objetivo de que la productividad agregada en México 
aumente hasta en 200 por ciento, de acuerdo a Busso, Fazio y Levi (2012). 
No obstante, Ros (2013) distingue que “el sector informal es producto de la escasez 
relativa de capital en el conjunto de la economía y que por sí mismo no hace uso de 
mucho capital, (por lo que) este enfoque sobreestima lo que se puede lograr con la 
eliminación de esas fallas y distorsiones (p. 50)”. Esto contradice los argumentos 
los cuales plantean que al eliminar las distorsiones que propician la informalidad, la 
productividad agregada va a crecer. 
Independientemente del sentido de la causalidad entre la productividad y la 
informalidad, existe evidencia que apunta a que parte de la caída de los salarios, y 
 
3 OCDE (2011) Getting it Right. Una agenda estratégica para las reformas en México. 
4 Traducción tomada de Ros (2013) de Levy (2008). Good Intentions, Bad Outcomes: Social Policy, Informality 
and Economic Growth in Mexico. Washingon, DC, The Brookings Institution Press. 
18 
 
de su participación en el ingreso nacional, es que al descontar la existencia de 
primas salariales asociadas a distintos factores, los salarios tienden a igualarse en 
los diferentes sectores de la economía, y a converger con la remuneración del 
trabajo en los sectores informales (Ros, 2015), los cuales sufren un castigo en 
sueldo (OCDE, 2011) 
Ante este panorama general del mercado de trabajo, no se encuentra suficiente 
prueba para pensar que se ha generado algún tipo de transformación en la 
estructura del mercado laboral para justificar la atípica disminución de la 
informalidad. Es por ello que es posible que este cambio en el aumento de 
asegurados se deba a efectos dentro de la estructura de los sectores económicos, 
o de otras variables, tales como la Reforma Laboral. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
19 
 
Capítulo 2. Informalidad: orígenes, enfoques y medición. 
Un breve recuento sobre la informalidad 
De acuerdo a Bangasser (2000), se puede considerar que fue en la década de los 
70’s cuando se empezó a desarrollar el concepto de sector informal en la economía. 
Sin embargo, los orígenes deltérmino pueden rastrearse en los 50’s y 60’s, con el 
surgimiento del desarrollismo económico, el pensamiento cepalino y demás 
corrientes intelectuales que ponían en el centro del debate el bienestar, con especial 
hincapié en las naciones de los países subdesarrollados. 
Para lograr este bienestar, medido principalmente por el ingreso per cápita, se 
valieron de instituciones como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la 
Organización de Naciones Unidas (ONU), entre otras; así como de estrategias que 
buscaban implementar en estos países en vías de desarrollo, aprovechando la 
disposición política para trabajar en conjunto, esto con el fin de emerger 
económicamente. No obstante, notaron algo en estas economías: no importaba que 
asumieran el escenario más optimista en materia de inversión y crecimiento de la 
productividad, el número de trabajos creados iba a quedarse corto en comparación 
a los que las economías demandaban. 
Al analizar con más cuidado el mercado laboral de estas naciones, se percataron 
que había menos trabajos modernos o formales que personas buscando ocuparlos. 
Asimismo, mucha gente trabajaba fuera del marco de su trabajo oficial. Había 
población que estaba declarada como no económicamente activa, a pesar de 
encontrarse ocupada. A este tipo de actividades se les conoció como empleo 
informal, refiriéndose a la actividad económica fuera del marco oficial de los planes 
y de los programas orquestados por diferentes organismos internacionales y 
gobiernos locales. 
Estos “desvíos” a los planes nacionales de desarrollo planteados por los organismos 
internacionales generaron reacciones tanto de hostilidad, como de indiferencia. 
Algunos consideraron que conforme el desarrollo económico fuera dándose, este 
tipo de actividades informales (las cuales ni siquiera consideraban trabajo) iban a ir 
desapareciendo. 
20 
 
No obstante, lejos de ser un problema temporal, esta situación se agravó. Los 
marcados crecimientos demográficos que hubo a nivel global, aunada a la migración 
urbana, aumentó el número de personas en el mercado de trabajo; no así pasó con 
los niveles de inversión de capital necesarios para absorber a toda esta nueva 
fuerza laboral. Para mitad de los 60’s, el desempleo no estaba respondiendo a las 
estrategias implementadas para mejorar la formación de capital, inversión en 
infraestructura, desarrollo de capital humano, y demás. 
En este contexto, fue que en los setentas el término de informalidad volvió a entrar 
a la discusión pública con el trabajo del antropólogo social Keith Hart (1973), donde 
estudió las actividades económicas de la fuerza laboral de bajos ingresos en Accra, 
Ghana. Identificó que cerca de la mitad del total de la fuerza laboral estaba 
catalogada como auto-empleada, no asalariada y desempleada. Al analizar los 
patrones económicos de vida en la región, encontró un desequilibro entre el ingreso 
salarial de los empleados y los ingresos necesarios para sobrevivir. Esto lo llevó a 
plantearse la idea de que una posible explicación serían fuentes de ingreso 
suplementarias al trabajo “oficial”. De acuerdo a Hart, la distinción entre 
oportunidades de ingreso formales e informales está basada esencialmente entre 
asalariados y auto-empleados. Argumentó que la variable clave es el grado de 
racionalización del trabajo, es decir, si el trabajo estaba sujeto a una base 
permanente y regular de remuneraciones. 
La respuesta por parte de la OIT a este creciente e innegable fenómeno fue la 
creación del Programa Mundial de Empleo en 1967 en la Conferencia Regional de 
las Américas, en Ottawa. Con esto buscaban traer el asunto de la generación del 
empleo al centro del debate de la planeación nacional y de los esfuerzos del 
desarrollo como objetivo explícito de las políticas públicas. El hecho de que el 
empleo debiera ser un componente central de los esfuerzos de desarrollo, y no un 
mero resultado eventual de éstos, resultó un ataque directo al pensamiento 
predominante de los economistas de la época. 
A partir de aquí, como apunta Tokman (1978), el concepto de informalidad ha sido 
dinámico, adoptando diferentes posiciones al respecto, unas en la misma línea y 
21 
 
otras opuestas. Tokman menciona que el sector moderno de la economía no tiene 
la capacidad suficiente de absorber la demanda de trabajos por lo que, dada la 
heterogeneidad entre sectores productivos, se determina la existencia de distintos 
mercados de trabajo: uno formal y otro informal. Por su parte, la perspectiva 
marxista americana hablaba de la informalidad como un caso de fuerza laboral 
abundante, y que salarios altos en el sector formal (o moderno), generaban 
incentivos a los empleadores a utilizar el sector informal para ahorrarse costos en 
salarios. Moser (1978) y Porters et al. (1989) exponen que este sector no deja de 
ser una forma alternativa y deliberada de operar a manera de puerta trasera al 
sector formal. 
En contraparte, Huerta de Soto (1986) propone que el trabajo informal es la única 
alternativa de la gente pobre para enfrentar la excesiva regulación fiscal. Sostiene 
que la población manifiesta su espíritu emprendedor, pero al enfrentarse con tantas 
regulaciones fiscales, este se ve limitado obligándolos a actuar fuera de la ley. 
En 1987, Peattie introduce al debate el hecho de que el concepto de sector informal 
se estaba generalizando, pero que parecía funcionar con diversos propósitos: los 
progresistas lo usaban para discutir la pobreza; los encargados de las políticas 
económicas se centraban en medirlo adecuadamente, para así representarlo con 
precisión en el sistema de cuentas nacionales; y los radicales buscaban traer a la 
discusión una perspectiva más estructural de la economía. 
Ante este amplio uso, aunado a la ambigüedad del término, la OIT se da cuenta que 
era hora de sistematizar y delimitar el concepto de informalidad para darle un lugar 
en las estadísticas nacionales, con el fin de poder aplicar las políticas públicas 
adecuadas. Es por ello convocan en enero de 1993 la XV Conferencia Internacional 
de Estadísticos del Trabajo (CIET). Ante la tensión existente por la discusión al 
respecto, la OIT adopta una postura en la que provee un marco de entendimiento 
donde las diferentes posiciones, lejos de ser opuestas, son complementarias. Se 
puso más énfasis en aspectos descriptivos que en teóricos, debido a que los 
primeros permiten conectar este fenómeno con las políticas públicas. 
22 
 
Esta primera descripción oficial buscó que el sector girara alrededor de la 
generación para el mercado de bienes y servicios ordinarios, entendiéndose como 
los que su adquisición y consumo no implican una violación del código penal. Esta 
conceptualización supuso una primera ubicación como una forma de sustento y 
como una actividad o trabajo económico, haciendo que quienes forman parte de 
estas sean considerados ocupados y su contribución al PIB sea contemplada. 
La OIT definió al sector informal como: “Empresas privadas no incorporadas, esto 
es, empresas pertenecientes a individuos u hogares que no están constituidas como 
entidades legales separadas de sus dueños y para las cuales no se dispone de una 
contabilidad completa que permita la separación financiera de las actividades de 
producción de la empresa de otras actividades de sus dueños”. 5 
Conforme avanzó el tiempo, se dieron cuenta que si bien se tenía un concepto sólido 
e irrenunciable de sector informal, lo que se ganaba en precisión, se perdía en 
generalidad; ya que excluía modalidades en los mercados de trabajo que no podían 
arroparse en leyes ni instituciones a su favor. Por ejemplo, el servicio doméstico 
remunerado no es empleo en el sector informal, dado que los hogares usan sus 
servicios como consumidores finales, no para la producción de bienes y servicios 
destinados a terceros. El hogar empleador no puede ser considerado comouna 
empresa o negocio, así como el servicio doméstico empleado no puede ser ubicado 
en este sector. 
Al ya contar con más herramientas tanto cuantitativas, como cualitativas, al irse 
ampliando el estudio del mercado laboral se percataron que conforme iban 
abriéndose las economías, y la globalización y las transnacionales tomaban fuerza, 
empezaron a emerger diferentes fenómenos de desprotección. Un sector 
importante de la población recibía un salario, o tenían una relación laboral con 
unidades económicas formales, pero no podían hacer efectivos derechos laborales 
tales como seguridad social, beneficios no salariales, liquidación o finiquito al 
término de la relación de trabajo dada la condición en la que estaban empleados. 
 
5 Traducción tomada de Negrete (2011) 
23 
 
Ante este escenario, el Grupo de Delhi6 en la XVII CIET de 2003 propuso una 
concepción del fenómeno más amplia y que hiciera notar las nuevas formas de 
informalización en las relaciones laborales. Fue en este marco que se instauró la 
idea de empleo informal. Este esquema mucho más amplio contempla que si bien 
se parte del sector informal como esquema integrador, la informalidad va más allá 
de éste. Se termina con una configuración que divide a la totalidad de la ocupación 
y el empleo en formal e informal. 
El consenso final entendió a la informalidad, en su sentido más amplio, como el 
conjunto de actividades económicas realizadas por los individuos que, dada la 
situación en la que la que se emplean, no pueden apelar a ningún marco legal o 
institucional que corresponde a su inserción económica, lo que define entonces al 
empleo informal como toda la gama de modalidades ocupacionales, dependientes 
o independientes, sobre las que rodea esta circunstancia (Negrete 2011). 
No fue hasta el 11 de diciembre de 2012 que el INEGI, acorde a los lineamientos de 
la OIT, dio a conocer la nueva medición del trabajo informal en México, la cual vino 
a complementar la publicación de la ocupación en el sector informal que se ofrecía 
desde el origen de la ENOE en 2005. Con esta nueva metodología se mostró una 
nueva realidad: más del 60% de la población ocupada estaba en el empleo informal, 
habiendo estados como Oaxaca o Chiapas con tasas cercanas al 90% de empleo 
informal. 
 
 
6 Se conformó en 1997 como un foro internacional para intercambiar experiencias en la medición 
del sector formal, documentar las prácticas de recolección de datos, incluir definiciones y encuetas 
metodológicas seguidas por los países miembros, y recomendar mediciones para mejorar la 
calidad y comparabilidad de las estadísticas del sector informal. 
24 
 
Conceptos y definiciones del mercado laboral en México 
Para continuar con el entendimiento de la informalidad, es necesario definir de 
manera puntual varios conceptos del mercado laboral. Dentro de las muchas formas 
por las que se puede clasificar el trabajo, una muy importante para este tema es por 
la posición de ocupación en la que se encuentra el trabajador, así como si tiene 
protección de seguridad social. Entonces, de acuerdo a la posición que ocupa el 
trabajador se definen de la siguiente manera: 
Tabla 1. Definición de los trabajadores de acuerdo a su posición en la 
ocupación 
Posición en la 
ocupación 
Definición 
Trabajadores 
subordinados 
Persona ocupada, con o sin remuneración, 
que trabaja para una unidad económica en la 
que depende de un patrón, jefe o superior. 
Empleadores Trabajador independiente que ocupa personas 
a cambio de una remuneración económica en 
dinero o en especie. 
Trabajadores por cuenta 
propia 
Persona ocupada que desempeña su oficio o 
profesión, solo o asociado con otros; no tiene 
trabajadores remunerados a su cargo, pero 
puede disponer de trabajadores (familiares o 
no familiares) sin pago alguno. 
Trabajador no 
remunerado 
Persona ocupada que no recibe ningún tipo de 
pago (monetario o en especie), por su 
ocupación. Aunque es susceptible de recibir 
algún tipo de prestaciones, se clasifican en 
dos grupos: trabajadores familiares y 
trabajadores no familiares. 
Fuente: INEGI (2015) 
Por su parte, estos trabajadores pueden encontrarse en el sector formal o en el 
sector informal. Jaime Ros (2018) distingue dos nociones de informalidad, ambas 
con causas e implicaciones diferentes. La informalidad primaria, la cual ha estado 
presente en la economía del desarrollo desde sus inicios, es el resultado de una 
dotación relativa de factores más cargada al trabajo respecto al capital, y la 
existencia de “tecnologías de subsistencia” que les permiten a los trabajadores 
sobrevivir sin contratos salariales en un sector no capitalista. La segunda noción, es 
la informalidad secundaria, la cual se constituye por empresas que utilizan capital y 
25 
 
trabajo asalariado, no pagan contribuciones a la seguridad social y existe como 
resultado de distorsiones de política. 
Como se planteó en la sección anterior, el concepto de informalidad se ha venido 
transformando para su medición. La revisión más cercana al concepto de 
informalidad viene de la XVII Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo 
(2003), donde se establecieron los conceptos de economía informal y empleo 
informal. Uno de los aspectos importantes de la Conferencia es el hecho que dada 
la gran diversidad de situaciones donde se puede encontrar diferentes formas de 
empleo informal, el criterio operativo para definir la informalidad laboral debería 
responder a las prioridades de cada país y a la disponibilidad de la información 
estadística. 
De acuerdo a los criterios de clasificación de la ENOE, se considera un marco 
genérico de empleo informal, que contempla nuevas formas de vulnerabilidad que 
no se habían incluido previo a la conferencia de 2003 (Figura 1). 
Figura 1. Marco genérico de Empleo Informal 
 
Fuente: La informalidad laboral: marco conceptual y metodoloógico, INEGI (2014). 
26 
 
Con este marco conceptual, se puede organizar y delimitar la ocupación y el empleo 
informal por bloques a partir de la elaboración de categorías particulares. Entonces, 
empezando con la posición en la ocupación, que presenta de manera agregada dos 
categorías: 1) Trabajadores subordinados y 2) Trabajadores independientes. Para 
el caso de los trabajadores independientes, el criterio utilizado es el enfoque de la 
unidad económica, es decir, si ésta es o no parte del sector informal. Si es el caso, 
los trabajadores al frente de dicha unidad pasan a ser por consecuencia ocupados 
informales, así como el trabajo subordinado empleado dentro de la unidad 
económica. En el caso contrario, si la unidad económica no forma parte del Sector 
Informal y se desarrolle en el ámbito no agropecuario, los trabajadores 
independientes al frente de dicha unidad serán considerados dentro de la ocupación 
formal. Para los trabajadores independientes que desarrollen su actividad en el 
ámbito agropecuario, donde no aplican los criterios estandarizados para la 
delimitación del Sector Informal, se ocupa incorporar algunos otros que hagan 
visible la posible semejanza entre las actividades de este último y las realizadas por 
el ámbito agropecuario. El caso más evidente es la agricultura de subsistencia, la 
cuál será integrada dentro de la ocupación informal dada la vulnerabilidad en la que 
se desenvuelven, que es afín a unidades en el Sector Informal al tener limitada 
capacidad de hacer frente a choques externos aislados de los mercados de bienes 
y de dinero. Por su parte, los demás trabajadores independientes del ámbito 
agropecuario, serán incorporados a la ocupación formal. 
El empleo subordinado empleado en las unidades económicas formales no es, en 
automático, ocupación formal. Ya que se necesita definir su condición de acuerdo a 
los criterios de condiciones laborales.El primer segmento a considerar es el empleo 
subordinado no remunerado, el cual por su falta de ingresos se le considera 
inmediatamente como parte de la ocupación informal. El otro segmento se define 
conforme si cuentan con protección de su relación por parte de su trabajo, por 
convención, la prestación de atención médica encarna la más básica protección 
laboral (INEGI, 2014). En este bloque se incluyen también a los trabajadores en el 
servicio doméstico remunerado, que, sin estar empleados en un negocio o 
27 
 
institución, sino para los hogares, su condición de informalidad será definida por si 
cuenta con protección laboral como la ya descrita. 
Una forma de poder visualizar de manera más completa la formalidad y la 
informalidad, es por medio de una matriz en las que los renglones ordenen a la 
ocupación (personas) y al empleo (trabajos) desde una perspectiva de la naturaleza 
de las unidades económicas, mientras que las columnas clasifican bajo el enfoque 
de estatus en el empleo, posición en el trabajo o posición en la ocupación. Este 
arreglo se le conoce como Matriz Hussmanns (2004). 
Figura 2. Matriz Hussmanns para México 
 
Fuente: La informalidad laboral: marco conceptual y metodoloógico, INEGI (2014). 
Entonces, de acuerdo a los criterios de la XVII CIET, el enfoque de Hussmanns, y 
los manuales de informalidad laboral de la ENOE, de INEGI, se tiene lo siguiente: 
al clasificar desde la perspectiva de la naturaleza de la unidad económica 
(renglones) se tiene de forma muy clara todos los roles ocupacionales que participan 
en el Sector Informal (celdas de 1 a 5) como parte de la ocupación informal. Las 
celdas 1, 2 y 5 corresponden al empleo dependiente que está ocupado en el Sector 
Informal. Esto es, los trabajadores asalariados (celda 1), los trabajadores con 
percepciones no salariales (celda 2) y a los trabajadores no remunerados (celda 5), 
respectivamente. Por su parte los trabajadores independientes que se entienden 
como los encargados de estas unidades económicas se representan en las casillas 
28 
 
3 y 4. En la matriz es muy claro cómo no es posible ser formal si la posición en la 
ocupación se encuentra dentro del sector informal.7 
Si en cambio la unidad económica tiene características análogas a las del Sector 
Informal (agricultura de subsistencia), a los trabajadores independientes, se les 
considera como parte de la Informalidad en su sentido amplio o desde la perspectiva 
laboral (celda 13), y si operan como negocios con características análogas a las 
empresas constituidas, serán parte de la ocupación formal (celda IX). La matriz 
muestra que la representación de la agricultura de subsistencia es vinculada a los 
trabajadores por cuenta propia, por lo tanto, serán estos los catalogados en la 
ocupación informal, mientras que los empleadores en el ámbito agropecuario, 
entrarán a la ocupación formal sin excepción. Para el resto de las modalidades 
ocupacionales o posiciones en la ocupación la perspectiva que decide su 
clasificación no lo es la pertenencia a tal o cual unidad económica, sino la posibilidad 
de ejercer o no derechos laborales. Así, de entrada, se considera que todos los 
trabajadores familiares o aprendices que apoyan en los procesos de generación de 
bienes y servicios al quedar en automático por fuera de dicha posibilidad, todos son 
parte de la informalidad en su sentido amplio, es decir desde la perspectiva laboral 
(celdas 5, 10 y 14). A manera de listado, la ENOE clasifica y describe el resultado 
de cada celda, separando las celdas que corresponden al empleo informal y las del 
empleo formal. 
Empleo informal: 
Celda 1.- Trabajadores asalariados que trabajan en una unidad económica 
clasificada en el sector informal. 
Celda 2.- Trabajadores subordinados que únicamente reciben percepciones no 
salariales y pertenecen a una unidad económica del sector informal. 
 
7 En la versión original de la Matriz Hussmanns existe la posibilidad de casos de trabajadores 
subordinados remunerados con alguna garantía laboral operando en el Sector Informal, lo que 
implicaría que las celdillas a la derecha de la 1 y la 2 no estuvieran en blanco y tuvieran números 
romanos, esto es, que habría trabajadores formales en el Sector Informal, esta problemática será 
explicada más adelante. 
29 
 
Celda 3.- Si la unidad económica opera en el sector informal, el estatus del dueño 
o empleador como responsable de ésta, también es informal. 
Celda 4.- Si el negocio del trabajador por cuenta propia pertenece al sector informal, 
este trabajador se considera informal. 
Celda 5.- También se cuentan como parte del empleo informal todos aquellos 
individuos que laboran dentro del sector informal y no reciben ningún tipo de 
remuneración. 
Celda 6.- Si el trabajador doméstico es asalariado, pero el vínculo laboral no le 
brinda acceso a la seguridad social, se considera empleo informal. 
Celda 7.- Si la remuneración que recibe el trabajador doméstico es no salarial y no 
cuenta con prestaciones de seguridad social, se clasifica dentro del empleo informal. 
Celda 8.- Si el trabajador subordinado pertenece a una empresa formalmente 
constituida pero no recibe prestaciones de seguridad social, se considera que tiene 
un empleo informal. 
Celda 9.- Si el trabajador recibe remuneraciones no salariales y no recibe 
prestaciones de seguridad social, el trabajo se considera informal, aun cuando se 
realice dentro instituciones o empresas constituidas. 
Celda 10.- Todo trabajo no remunerado se clasifica como empleo informal, no 
obstante, se desarrolle en empresas o instituciones formalmente constituidas. 
Celda 11.- Trabajadores asalariados del sector agropecuario, se clasifican en el 
empleo informal, si no cuentan con prestaciones de seguridad social. 
Celda 12.- También es clasificado como empleo informal el trabajo agropecuario 
subordinado que recibe percepciones no salariales y no cuenta con prestaciones de 
seguridad social. 
Celda 13.- Todos los trabajadores por cuenta propia del sector agropecuario, son 
considerados empleados informales. 
30 
 
Celda 14.- El trabajo no remunerado en el sector agropecuario también se clasifica 
como empleo informal. 
Empleo Formal 
Celda I.- Los trabajadores domésticos que reciben un salario y cuenta con 
prestaciones de seguridad social por su trabajo, se consideran empleados formales. 
Celda II.- También se considera como formal al trabajador doméstico que recibe 
únicamente percepciones no salariales, siempre y cuando se le brinde prestaciones 
de seguridad social. 
Celda III.- Si el trabajador asalariado cuenta con prestaciones de seguridad social 
por parte de su trabajo y labora en una institución o empresa constituida, se clasifica 
como empleo formal. 
Celda IV.- También es un empleo formal el que realiza un trabajador dentro de 
instituciones o empresas constituidas, aunque reciba únicamente percepciones no 
salariales, siempre y cuando el trabajador cuente con prestaciones de seguridad 
social derivadas de su trabajo. 
Celda V.- Los empleadores en cualquier unidad económica constituida formalmente, 
son parte del empleo formal. 
Celda VI. - Los que trabajan por su propia cuenta en negocios formales, en el 
gobierno o cualquier otra institución constituida, se clasifican dentro del empleo 
formal. 
Celda VII.- Si el vínculo laboral del trabajador asalariado agropecuario, incluye 
prestaciones de seguridad social, se considera como parte del empleo formal. 
Celda VIII.- Si la remuneración recibida en el sector agropecuario no es salarial, 
pero sí cuenta con prestaciones de seguridad social por ese trabajo, el trabajador 
forma parte del empleo formal. 
Celda IX.- Si el negocio agropecuario opera con características de una empresa 
formalmente constituida, el dueño se considera trabajador formal. 
31 
 
Las celdas en blanco en la matrizsignifican imposibilidades conceptuales; tales 
como la existencia de personas cuya actividad y remuneración provenga del servicio 
doméstico y que lo realicen como patrones o empleadores; asimismo no puede 
haber empleadores o cuentas propias formales encabezando unidades económicas 
del Sector Informal. En las columnas Subtotal por perspectiva de la unidad 
económica y/o laboral se contabiliza el total de empleo según su condición de 
informalidad para cada tipo de unidad económica, por lo que representan la suma 
de los valores dentro de cada celda válida según sea formal o informal en 
determinada unidad económica. Por ejemplo, en la celda marcada con la letra A se 
encuentra la suma del total de la ocupación en el sector informal, además cabe decir 
que para este caso particular sólo aplica el criterio de la unidad económica, mientras 
que en las celdas B y C confluye esencialmente el criterio de las condiciones 
laborales. Para las celdas D y E se incluyen ambos tipos de criterios, el de la unidad 
económica para los independientes y el laboral para los dependientes, esta misma 
situación se presenta en las celdas F y G. Ahora es claro que una bondad adicional 
de usar un criterio diferencial entre las distintas posiciones en la ocupación, esto es, 
el mirar en dirección de la unidad económica en el caso de trabajadores 
independientes (empleadores y trabajadores por cuenta propia) y, en el caso de los 
trabajadores dependientes, mirar lo que provee o no la relación laboral, es que, en 
lo que concierne a los independientes, no tiene sentido hablar de que ellos puedan 
ejercer derechos laborales sobre sí mismos. En este contexto el mérito del esfuerzo 
conjunto de la OIT y del Grupo de Delhi ha sido encontrar un común denominador 
entre lo tradicional y lo emergente: ese factor común es un alto grado de exposición 
al riesgo patrimonial y personal por parte de aquellos que persiguen fines en 
principio legítimos (empleo e ingreso) pero por fuera de marcos legales e 
institucionales, lo que los margina de los beneficios y garantías que de ellos se 
desprenden. Así, del mismo modo que quien conduce una actividad en el Sector 
Informal no puede celebrar contratos mercantiles ni apelar a instancias que los 
hagan válidos, un trabajador no registrado, ante una controversia, no puede hacer 
lo propio en el marco de su relación laboral; la consecuencia en ambos casos es 
que ninguno puede madurar y desarrollarse en su respectivos mercados (el de 
32 
 
prestadores de bienes y servicios en un caso, el laboral en el otro) lo que ocasiona 
una alta probabilidad de quedar atrapados en círculos viciosos de vulnerabilidad 
económica. 
Una vez descrito las diferencies entre sector formal e informal, así como el empleo 
informal, otro indicador a destacar en el mercado laboral mexicano son los 
asegurados asociados a un empleo en el Instituto Mexicano del Seguro Social (se 
abreviarán como asegurados en el IMSS de aquí en adelante). Este indicador es 
reportado por el IMSS y se ha utilizado en muchas declaraciones del gobierno 
federal para argumentar la efectividad de las políticas laborales implementadas. Es 
por esta razón que en este trabajo se analizan por separado a los formales 
reportados por la ENOE; así como los asegurados reportados por el IMSS. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
33 
 
Capítulo 3. Análisis del crecimiento de la formalidad en México, 2007-2017. 
Revisión sobre determinantes 
En los países en vías de desarrollo uno de los problemas más persistentes en el 
mercado de trabajo es la gran cantidad de gente que se encuentra en condiciones 
de informalidad. De acuerdo a la OIT, a pesar del crecimiento económico y la 
reducción en las tasas de desempleo, en América Latina aún hay 130 millones de 
personas que están ocupadas en condiciones de vulnerabilidad y sin ningún tipo de 
protección social ni derecho laboral (OIT, 2014). 
Podría decirse que en general hay un consenso en que el crecimiento económico 
es esencial para generar más y mejores empleos formales, pero dista de ser 
suficiente. Para combatir la informalidad se deben de poner en práctica políticas y 
acciones deliberadas e integradas que articulen las económicas con las socio 
laborales y complementen el crecimiento económico, en el marco de una dimensión 
sostenible del desarrollo (OIT, 2014). 
Entre estos estudios que identifican al crecimiento económico como el principal 
factor de incremento en la formalidad para América Latina, destacan los siguientes: 
Para América Latina en general, Weller (2000) analiza el mercado de trabajo en la 
década de los noventas. Al identificarse a la informalidad como un fenómeno en 
específico, se empezaron a generar reformas económicas, tales que pusieran en el 
centro la generación de empleo y mejorar la calidad de éste. Weller utiliza esta 
década para analizar la evolución y características del empleo a raíz de las políticas 
públicas implementadas. Su conclusión es que los problemas laborales se deben a 
la falta de crecimiento económico y al uso menos intensivo de la mano de obra, 
ocasionados principalmente por las transformaciones de las actividades 
productoras de bienes transables. Esta modernización productiva, comenta el autor, 
junto con la reestructuración sectorial en favor de las actividades terciarias, 
contribuyeron a la segmentación del mercado de trabajo sobre la base del nivel 
educativo, debido a que la demanda laboral favoreció a quienes tenían educación 
media y superior. 
34 
 
Para Perú, Juan Chacaltana (2016) analiza el periodo de 2002-2012. En su estudio 
encuentra que la reforma laboral impulsada por el gobierno peruano coincidió con 
un contexto de crecimiento económico excepcional para el país, donde hubo una 
tasa superior al 6% durante este periodo (exceptuando el año de la crisis). Aunado 
a ello, al analizar las regiones encuentra que la composición del crecimiento importa 
para la formalización, siendo estos factores los que explican la mayor parte del 
proceso de formalización. No obstante, no encuentra significancia estadística en los 
factores institucionales que cambiaron a raíz de la reforma. Esta complicación 
metodológica es compartida por múltiples trabajos para América Latina. 
Para el mismo país, Díaz (2014) aborda la formalización por medio de tres factores: 
el ciclo económico, los cambios en la estructura productiva y factores institucionales. 
Observa que el cambio en la estructura productiva fue la principal causante de la 
caída en la informalidad, donde un 56% de esta caída la asocia al cambio en las 
tasas de informalidad en los estratos productivos, mientras que el restante al cambio 
en la estructura del empleo. Céspedes (2015) al estudiar la dinámica del empleo 
informal entre 2004 y 2014, utilizando un modelo de determinantes de la pertenencia 
al sector informal, reporta que el crecimiento económico presenta significancia 
estadística en el papel de la reducción de la informalidad. No obstante, este impacto 
se vio reducido a partir del 2010. 
Con otra metodología, Machado (2012), para 1980-2011 estudia en Perú cómo la 
productividad agregada de la economía y el aumento en las capacidades de los 
trabajadores (utilizando la tasa de matriculación terciaria bruta para medir éstas) 
inciden en el aumento de la formalidad. Tello (2011) asocia la creación y destrucción 
de empleos en el sector de manufacturas a los cambios de la producción. Esta 
creación de empleos se ve influenciada, de acuerdo al autor, por un mayor grado 
de procesamiento de los productos elaboradas por la industria manufacturera. Es 
así, que el tamaño de la empresa y la intensidad del uso del trabajo (fuerza laboral) 
tienen efectos en las variaciones del empleo. 
Para Brasil, los resultados de González y Rodríguez (2012), y Krein y Dos Santos 
(2012) coinciden con la literatura en cómo la formalización se vio beneficiada por el 
35crecimiento económico. Los primeros identifican que los factores claves fueron: 
crecimiento de las exportaciones; crecimiento económico con inclusión; reducción 
de la oferta laboral; mayor calificación de la fuerza de trabajo; flexibilización del 
mercado laboral; incentivos a micro y pequeñas empresas; y el fortalecimiento de 
las inspecciones laborales. Por su parte, Krein y Dos Santos (2012) encuentra dos 
efectos que impactaron a la formalidad: crecimiento externo a través de 
exportaciones, y fortalecimiento del mercado interno. Parte de este fortalecimiento 
los autores se lo atribuyen al programa de transferencias condicionadas como Bolsa 
Familia.8 
Para México, el trabajo de Alemán-Castilla (2006) estudia el impacto del Tratado de 
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en la informalidad y en los salarios 
reales. De acuerdo a sus resultados, la eliminación de tarifas a la importación pudo 
reducir la informalidad al hacer más rentable a algunas empresas que se insertaban 
en el sector formal, forzando a las empresas informales menos productivas a salirse 
de la industria, e induciendo a las empresas formales más productivas a participar 
en el comercio internacional. 
Cabe destacar que hay mucha literatura que busca encontrar cómo otros factores, 
ajenos a los estrictamente económicos, intervienen en el crecimiento del empleo 
formal. Entre estos se encuentran factores institucionales que benefician al empleo 
formal, tales como: la simplificación administrativas por medio de ventanillas únicas; 
los regímenes tributarios especiales para las micro y pequeñas empresas; el 
incremento de las inspecciones laborales y fortalecimiento de la capacidad de 
inspección; mejora en la simplificación de pagos de la seguridad social de los 
trabajadores; programas de aceleración del crecimiento de la productividad, así 
como acceso al crédito para las empresas y mejora de la capacitación de los 
 
8 Esto último contrasta con la literatura para México, en donde argumentan que la política social 
opera como un lastre para el desarrollo y el mercado laboral. Levy (2010) plantea que los programas 
de seguridad social y protección social son incompatibles con el programa Progresa-Oportunidades-
Prospera, y que generan incentivos perniciosos para los trabajadores, anulando potenciales efectos 
positivos de las transferencias condicionadas. 
36 
 
trabajadores; desindexación de salarios; ley de cooperativas y flexibilización 
laboral.9 
Por su parte, los trabajos que observan un posible efecto pernicioso en el empleo 
formal por cuestiones institucionales, identifican lo siguiente: regulación no proclive 
para nuevas formas de trabajadores por cuenta propia; falta de vigilancia de las 
condiciones laborales de los trabajadores; programas de transferencia y seguros de 
salud universales; incremento rápido del salario; e incremento de impuestos directos 
a trabajadores y empresas. 
Por último, existen artículos que estudian la incidencia de los factores sociales, 
culturales y demográficos sobre el empleo formal. Entre los que se cree que han 
probablemente beneficiado al empleo formal, se observan: el crecimiento de 
matrícula en educación superior de la población joven; ya que ha traído consigo una 
reducción de la oferta laboral, misma que es probable que se inserte en el mercado 
laboral posteriormente con mayor capacitación y mayores probabilidades de 
obtener un empleo formal. De igual manera, el aumento de registrados y de nuevos 
sindicatos en búsqueda de mejor situación laboral también pueden ayudar a que el 
trabajo formal crezca.10 
En contraparte, los que van en detrimento de la formalidad son: las redes e 
institucionalización de la informalidad ocasionadas por la debilidad del Estado en 
regulares cuestiones básicas, como interacciones entre los trabajadores, las 
agencias de empleo y los agentes. Aunado a esto, Elbert (2016) propone que la 
auto-comprensión de los trabajadores se ve influenciada por la posición del 
trabajador con la estructura de clases y su trayectoria. Esto implica que el número 
de trabajadores formales que se identifican con la clase baja es mayor en la medida 
que cuenten con algún vínculo de pareja o familiar que haya experimentado 
informalidad, dejando la pregunta abierta si la experiencia en la informalidad o el 
 
9 Entre estos estudios destacan los de Chacaltana (2016), Díaz (2014), González y Rodríguez 
(2012), Bennet y Rablen (2015) 
10 González y Rodríguez (2012), Wells y Jasón (2010). 
37 
 
contar con vínculos en ésta podría influir en la trayectoria posterior del trabajador 
sobre si insertarse en la formalidad o no. 
Como se ha descrito brevemente, hay múltiples factores que se han observado que 
pueden influir en la capacidad de la economía de crear nuevos empleos formales. 
Si bien la literatura apunta a que las cuestiones económicas son las más 
preponderantes, no se debe desestimar lo institucional, social, cultural y 
demográfico, ya que, alineando adecuadamente las políticas públicas, pueden 
obtenerse resultados positivos. 
Contexto económico en México. 
Ante lo expuesto anteriormente, se analiza el proceso de formalización que se ha 
dado en el país en el último sexenio, y se contrasta con el sexenio anterior. En este 
mes el presidente Enrique Peña Nieto declaró que se llegó a los 4 millones 61 mil 
243 de empleos en su sexenio. Afirma que estas cifras superan los creados en las 
dos administraciones anteriores, los cuales sumaron 3 millones 517 mil 422. Este 
aumento tan significativo se da en un contexto de un magro crecimiento económico, 
no solo en el sexenio por concluir, sino en los últimos 35 años. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
38 
 
Gráfico 5. Tasas de crecimiento del PIB y empleo formal, 2006.I-2018.II 
 
Fuente: elaboración con base en IMSS e INEGI 
 
En el Gráfico 5 se puede observar cómo los empleos asegurados en el IMSS, a 
partir de 2012, tienen tasas de crecimiento por encima de lo que las ha tenido el 
PIB. No obstante, los empleos formales en la economía guardan una tendencia 
semejante respecto al crecimiento económico del país. 
De acuerdo a la revisión de literatura de la sección anterior, se sabe que hay fuerte 
evidencia que relaciona el crecimiento de la economía con los aumentos en 
formalización. En comparación internacional, México muestra una relación menos 
estrecha cuando se comparan sus niveles de empleo informal con su ingreso. El 
Gráfico 6, que muestra la relación entre el PIB per cápita y el empleo informal, 
destaca cómo México está por encima en empleo informal en comparación con 
países de ingreso similar; incluso por arriba del promedio de los de ingresos 
medianos altos, de acuerdo a la OIT. Esto sugiere que en nuestro país tiene una 
-10%
-8%
-6%
-4%
-2%
0%
2%
4%
6%
8%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Empleos formales PIB Asegurados en el IMSS
39 
 
menor respuesta en la generación de empleos formales frente a incrementos en el 
ingreso, respecto a países con PIB per cápita parecidos. 
Gráfico 6. Correlación entre PIB per cápita y empleo informal en el mundo 
(último año disponible) 
 
Fuente: OIT (2018). 
Esta primera aproximación parece insuficiente para encontrar una explicación de 
porqué la formalidad ha ganado terreno contra la informalidad en lo que va del 
sexenio. Es por eso que se procede a desagregar la información a nivel sectores y 
a nivel estados para intentar entender el fenómeno detrás del aparente 
fortalecimiento del mercado laboral. 
Primero debe de destacarse el hecho de que se tienen dos series de datos de 
formalidad distintas. Una es respecto a cómo mide laENOE el sector formal, tal 
como se planteó en el capítulo pasado, y otra es una aproximación por medio de 
asegurados asociados a un empleo en el IMSS. Entonces, al analizar el mercado 
laboral en México hay varias cuestiones relevantes. 
 
40 
 
Tabla 2. Crecimiento total y crecimiento anual promedio del PIB y distintas 
variables del mercado laboral en México, 2007-2017 
 
Crecimiento anual 
promedio 
Crecimiento total del 
periodo 
Crecimiento en valores 
absolutos 
2007-
2012 
2013-
2017 
2007-
2012 
2013-
2017 2007-2012 2013-2017 
Formalidad 1.08% 2.64% 5.52% 10.97% 
 
1,028,895 
2,226,633 
Asegurados 
IMSS 2.38% 4.05% 12.45% 17.21% 
 
1,760,892 
2,825,835 
PEA 2.22% 1.15% 11.60% 4.67% 
 
5,324,227 
2,417,180 
Ocupados 1.95% 1.54% 10.12% 6.32% 
 
4,475,486 
3,113,437 
Desempleados 8.55% -7.63% 50.72% -27.20% 
 
848,741 
-696,257 
PIB 1.59% 2.76% 8.19% 11.49% - - 
Fuente: elaboración con base en Cuentas Nacionales y ENOE, INEGI (varios años) y consulta 
dinámica del IMSS (varios años). 
La Tabla 2 muestra el crecimiento anual promedio del PIB y de algunas variables 
del mercado laboral. Al analizar los dos sexenios, se debe de tomar en cuenta el 
hecho de que la crisis económica de 2009 afectó el desempeño de todas las 
variables económicas, no obstante, sigue siendo inusual el crecimiento presentado 
de los asegurados asociados a un empleo en el IMSS y de los formales en lo que 
va del sexenio. Esto es todavía más contrastante con el hecho de que no se observa 
una transformación profunda en el mercado laboral nacional, tal como se documentó 
en el capítulo 1. Sin embargo, esta mejora coincide con la entrada en vigor de la 
Reforma Laboral el 1 de diciembre de 2012, cuestión que será analizada en el 
capítulo siguiente. 
Se observa cómo, si bien se ha recuperado respecto a la crisis, el PIB no ha tenido 
un crecimiento considerable al compararlo con el resto de variables. Por su parte, 
la PEA ha crecido en menor proporción de lo que lo ha hecho la población ocupada 
en este sexenio, esto a pesar de que la Población Económicamente No Activa 
Disponible ha ido a menos en los últimos años. Esto se menciona ya que se descarta 
que la PEA no haya crecido porque gente se hubiera salido del mercado laboral, al 
dejar de buscar empleo, debido a que han pasado tanto tiempo tratando de 
ocuparse, que ya perdieron la esperanzas de hacerlo. Esta ralentización del 
41 
 
aumento de la PEA fue un factor importante en la recuperación del empleo, el cual 
se reflejó en la baja tasa de desempleo que se tiene actualmente. 
Por su parte, la población ocupada en la formalidad creció más de lo que lo hizo la 
población ocupada, la PEA y a una tasa muy similar de lo que lo hizo el PIB. El 
porcentaje de la población ocupada en el sector formal empezó a recuperarse a 
partir de 2013 y tener niveles similares a los previos a la crisis, para posteriormente, 
en los últimos años, llegar a las cifras más altas desde 2005 
Gráfico 7. Porcentaje de la población ocupada formal, 2005.I-2018.II 
 
Fuente: elaboración con base en la ENOE (varios años). 
En promedio, la formalidad de 2013 a 2017 aumentó en 2.44%, es decir, se 
generaron 2,226,633 empleos formales nuevos durante lo que va del periodo. La 
distribución de estos no ha sido homogénea dentro de los sectores de la economía, 
ni de los subsectores, tal como se muestra en la Tabla 3. 
 
 
40%
43%
38%
39%
40%
41%
42%
43%
44%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
42 
 
Tabla 3. Comportamiento de la actividad económica y del empleo formal en 
los dos últimos sexenios. 
 
Sexenio 2007-2012 
Actividad económica Ocupación formal 
Crecimiento 
anual 
promedio 
Crecimiento 
total 
Participación 
promedio 
Crecimiento 
anual 
promedio 
Crecimiento 
total 
Participación 
promedio 
Nuevos 
empleos 
Primario 0.52% 2.64% 3.69% 0.51% 2.59% 3.06% 14,748 
Secundario 0.25% 1.23% 37.67% 0.06% 0.31% 27.31% 16,399 
I -0.88% -4.33% 11.38% 1.00% 5.09% 1.86% 18,119 
II 0.65% 3.31% 17.72% 0.08% 0.43% 21.40% 17,940 
III 0.74% 3.76% 8.58% -0.50% -2.48% 4.05% - 19,660 
Terciario 2.43% 12.74% 58.64% 1.52% 7.81% 69.50% 991,238 
1 2.20% 11.49% 14.51% 0.41% 2.07% 17.93% 70,175 
2 -0.53% -2.60% 3.13% 0.99% 5.06% 4.70% 43,638 
3 2.40% 12.58% 6.85% 0.74% 3.73% 5.33% 36,414 
4 3.47% 18.58% 18.09% 4.56% 24.99% 9.96% 427,083 
5 1.22% 6.24% 7.60% 1.64% 8.48% 16.70% 257,097 
6 1.16% 5.96% 2.98% 0.29% 1.47% 4.72% 13,060 
7 2.83% 14.97% 5.49% 1.53% 7.86% 10.16% 143,772 
 
 
Sexenio 2013-2017 
Actividad económica Ocupación formal 
Crecimiento 
anual 
promedio 
Crecimiento 
total 
Participación 
promedio 
Crecimiento 
anual 
promedio 
Crecimiento 
total 
Participación 
promedio 
Nuevos 
empleos 
Primario 3.13% 13.13% 3.45% 4.15% 17.66% 3.24% 111,749 
Secundario 0.97% 3.93% 37.20% 3.93% 16.67% 29.07% 954,812 
I -3.39% -12.88% 10.94% -1.50% -5.87% 1.71% - 22,237 
II 2.86% 11.96% 18.46% 4.25% 18.12% 23.18% 822,359 
III 1.53% 6.26% 7.80% 4.47% 19.11% 4.18% 154,689 
Terciario 3.46% 14.58% 59.35% 1.99% 8.18% 67.51% 1,137,840 
1 3.56% 15.01% 16.18% 2.43% 10.07% 17.72% 359,069 
2 4.46% 19.09% 2.73% 4.68% 20.09% 4.93% 193,710 
3 5.93% 25.92% 7.46% 3.63% 15.35% 5.40% 166,801 
4 3.79% 16.06% 18.32% 3.43% 14.43% 10.89% 311,865 
5 0.59% 2.40% 7.24% 1.07% 4.36% 15.52% 143,522 
6 1.45% 5.93% 2.70% 1.58% 6.45% 4.28% 58,295 
7 1.13% 4.58% 4.72% -1.26% -4.93% 8.78% - 95,422 
Nota: Los subsectores correspondientes a las actividades secundarias son I: Industria extractiva y de la 
electricidad; II: Industria manufacturera; III: Construcción; los subsectores correspondientes a las actividades 
terciarias son 1: Comercio; 2: Restaurantes y servicios de alojamiento; 3: Transportes, comunicaciones, correo 
43 
 
y almacenamiento; 4: Servicios profesionales, financieros y corporativos; 5: Servicios sociales; 6: Servicios 
diversos; 7: Gobierno y organismos internacionales. 
*Es la participación promedio respecto al total de la actividad económica o del total de la ocupación formal. 
Fuente: elaboración con base en Cuentas Nacionales y ENOE, INEGI (varios años). 
 
El sector primario tuvo una recuperación muy importante respecto al sexenio 
anterior, ya que la actividad económica aumentó, reflejándose también en 
crecimiento del empleo formal. No obstante, este sector, tanto en actividad 
económica como en formalidad, no representa ni el 4% del total en ambos rubros, 
por lo que su mejora no contribuyó en mucho a la economía ni al mercado laboral. 
El sector secundario fue el que menor crecimiento tuvo, debiéndose principalmente 
a la caída abrupta del subsector de la industria extractiva. No obstante, el empleo 
formal en este subsector no representa ni el 2% del total de los empleos formales, 
por lo que no tuvo una afectación fuerte en la formalidad. Por el lado contrario, el 
subsector II (Industria manufacturera) tuvo un notable desempeño a nivel 
económico, al igual que la formalización en esta industria. Fue el tercero que más 
crecimiento total registró en empleo formal y es el subsector que más trabajadores 
formales aporta al mercado laboral, siendo que cerca de 1 de cada 4 trabajadores 
formales se desempeñan en la industria manufacturera. De igual forma, el subsector 
III (Construcción) tuvo un crecimiento más modesto, aunque el aumento en el 
empleo formal fue más que proporcional, ya que la formalidad creció en casi 20% 
en lo que va del sexenio. Sin embargo, a pesar de este crecimiento tan acentuado, 
el total de trabajadores formales en la construcción no representa ni el 5% del total.

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