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1 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
PROGRAMA DE POSGRADO EN CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES 
MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN 
 
 
 
 
La Alianza Televisa-Iusacell en el escenario de la Convergencia Digital desde la 
mirada de la Economía Política de la Comunicación 
 
Tesis que para optar por el grado de Maestra en Comunicación 
 
 
Presenta: 
Areli González Mesa 
 
 
Tutora: 
Dra. Alma Rosa Alva de la Selva 
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM 
 
 
 
 
 
 
México, D.F. Marzo de 2015 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 
 
 
ÍNDICE 
 
INTRODUCCIÓN 
 
CAPÍTULO 1 
ECONOMÍA POLÍTICA DE LA COMUNICACIÓN COMO ENFOQUE DE ANÁLISIS DE LAS INDUSTRIAS 
MEDIÁTICAS EN EL CONTEXTO DEL CAPITALISMO COGNITIVO 
 
1.1 Economía Política de la Comunicación como enfoque pertinente para estudiar a las 
industrias mediáticas en tiempos de convergencia digital ………………………………………… 11 
1.1.1 Antecedentes de la Economía Política de la Comunicación ……………………………... 11 
1.1.2 La Economía Política de la Comunicación ………………………………………………………… 15 
1.1.3 Principales líneas de investigación de la Economía Política de la Comunicación .…. 20
 
1.2 Espacialización y concentración, claves de entrada al análisis de las industrias 
mediáticas en escenarios convergentes ……………………………………………………………………… 22 
1.3 El capitalismo cognitivo, contexto de comprensión de las actuales dinámicas de las 
industrias mediáticas ……………………………………………………………………………………………….. 27 
1.4 Tendencias de transformación de las industrias mediáticas ……………………………….. 33 
 
3 
 
CAPÍTULO 2 
INDUSTRIAS MEDIÁTICAS EN ESCENARIOS CONVERGENTES 
 
2.1 Convergencia digital …………………………………………………………………………………………… 41 
2.1.1 La convergencia tecnológica, un proceso constante ……………………………………….. 41 
2.1.2 Digitalización …………………………………………………………………………………………………. 44 
2.1.3 Las industrias mediáticas y la convergencia digital ……………………………………….. 47 
2.1.3.1. Redes de siguiente generación NGN …………………………………………………………… 50 
2.2 Convergencia económica y concentración …………………………………………………………. 53 
2.2.1 Convergencia económica ………………………………………………………………………………... 53 
2.2.2 Concentración en el escenario de las industrias mediáticas …………………………….. 57 
2.3 Convergencias mediáticas ………………………………………………………………………………….. 59 
2.3.1 Hacia la construcción de la categoría convergencias mediáticas …………………… 59 
2.3.2 Convergencia mediática y relaciones de poder ………………………………………………. 61 
 
 
CAPÍTULO 3 
ESBOZO HISTÓRICO DE GRUPO TELEVISA Y GRUPO IUSACELL 
 
3.1 Televisa y Iusacell en el nuevo escenario convergente ………………………………………… 65 
3.2 Grupo Televisa bajo el signo de la concentración …………………………………………………. 67 
4 
 
3.3 Televisa en la búsqueda del mercado de las telecomunicaciones ………………………… 74 
3.4 Iusacell y Grupo Salinas …………………………………………………………………………………………. 79 
3.4.1 Iusacell, el sinuoso camino ……………………………………………………………………………... 81 
 
CAPÍTULO 4 
LA ALIANZA TELEVISA-IUSACELL Y LAS RECONFIGURACIONES DEL MAPA DE LAS 
TELECOMUNICACIONES EN MÉXICO Y EL PODER 
 
4.1 Cronología de una alianza anunciada ……………………………………………………………………. 85 
4.2 Concentración en la Alianza Televisa Iusacell ……………………………………………………….. 92 
4.3 El imperio donde “el contenido es el rey” …………………………………………………………… 101 
 
CONCLUSIONES …………………………………………………………………………………….. 113 
REFERENCIAS …………………………………………………………………………………………. 119 
ANEXOS 
 
 
 
 
 
 
5 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7 
 
INTRODUCCIÓN 
 
El escenario de los medios de comunicación está cambiando, en términos globales se 
están observando diversos fenómenos que generan conglomerados más fuertes, fusiones, 
alianzas entre las industrias mediáticas y las de las telecomunicaciones. Estos cambios se 
han sucedido vertiginosamente y están reconfigurando la idea de medios que hasta hace 
un lustro era predominante. De la misma forma están planteando preguntas en torno a las 
políticas públicas, las formas de relacionarnos con la información y los cambios en la 
economía debido al dinamismo de estos cambios convergentes. 
El trabajo que aquí se presenta aborda la Alianza Televisa-Iusacell, caso de especial interés 
para el estudio de las actuales mutaciones que está experimentando el sistema de las 
industrias mediáticas en México, y que no es ajeno al escenario global de cambios 
mediáticos. Este caso ilustra claramente el encuentro entre el audiovisual y las 
telecomunicaciones -procesos central de la convergencia mediática- y cómo en México se 
están gestionando este tipo de movimientos, así como las implicaciones y cambios que 
están generando en la estructura de las empresas y del sistema mediático mexicano. 
Siendo Grupo Televisa el grupo más importante de producción audiovisual en México, 
adquiere relevancia la alianza que realizó con Grupo Iusacell, empresa dedicada a 
diferentes segmentos de las telecomunicaciones, predominantemente a la telefonía 
móvil, y que pertenece al Grupo Salinas, empresa que opera la segunda cadena de 
televisión abierta en el país. Si bien la alianza concluyó el 13 de septiembre de 2014 es un 
ejemplo claro de los primeros movimientos que realizó la empresa en busca de 
convertirse en un consorcio convergente. Así, este trabajo aborda el periodo de duración 
que tuvo esta alianza, esto es, de junio de 2012 a septiembre de 2014. 
La intención primera al realizar esta investigación fue identificar los elementos 
conceptuales de la Economía Política de la Comunicación (EPC), para observar y analizar 
los nuevos procesos de comunicación en la era de la convergencia y de la Alianza Televisa-
8 
 
Iusacell en el contexto del capitalismo cognitivo que tiene como característica estar 
sustentado en bienes inmateriales. Así, primero se pretende evidenciar este enfoque 
teórico como viable para analizar los fenómenos comunicativos del siglo XXI. A partir de 
este enfoque teórico se proponen reflexiones en torno a la concentración y la 
convergencia (as) que coadyuven a comprender el caso que se está estudiando. 
Por otra parte, es pertinente señalar que durante el trabajo se procuró apegarse al 
enfoque histórico-estructural como enfoque metodológico, esto debido a que asume el 
análisis de los medios como multidisciplinario, y es coherente con el enfoque teórico de la 
EPC. Otro aspecto necesario de este enfoque es la premisa planteada por Enrique Sánchez 
Ruiz de que los medios son multidimensionales y los procesos en que participan, 
multifactoriales. 
El análisis de la Alianza Televisa-Iusacell en torno a la idea de que los medios son 
instituciones complejas y que la forma más óptima de aproximarse a ellas es 
construyéndolas como objetos complejos, múltiples y cambiantes, que operan en 
múltiples dimensiones (económica, política, cultural, social, tecnológica, organizacional, 
profesional, etc.), que se articulan en el tiempo y el espacio. 
El supuesto del que se parte es que la convergencia mediática fomentará cambios en el 
mapa de las industrias mediáticas, pero que finalmente dotará de más poder a las 
industrias mediáticas dominantes, dando capacidad de influir en políticas públicasde 
comunicación y regulaciones legislativas. 
Así, durante el capítulo 1 se presentan los supuestos básicos de la EPC, y se extrae del 
modelo propuesto por Vicent Mosco los procesos de espacialización y mercantilización, 
esenciales para comprender los movimientos realizados por las industrias mediáticas en el 
capitalismo actual. Asimismo se reflexiona sobre las tendencias de las industrias en su 
encuentro con las telecomunicaciones. 
9 
 
Durante este capítulo también se realiza un acercamiento a la categoría de capitalismo 
cognitivo, para ubicar contextualmente a las empresas de medios y relacionar sus 
movimientos hacia la convergencia en las dinámicas económicas del siglo XIX. 
Es en el capítulo 2 donde se reflexiona y se enfoca hacia el concepto de convergencia en 
una acepción tecnológica y económica, esta segunda trazada por los tipos de integración 
que tienen los medios para estructurarse y generar alianzas que les proporcione mayor 
presencia en el contexto mediático-económico. 
A partir del capítulo tres se esbozan algunos datos históricos de Televisa y Iusacell que 
permitan observar el proceso que ha seguido, sobre todo Televisa, para integrarse al 
sector de las telecomunicaciones. 
Sin lugar a dudas el capítulo cuarto es el que ha manifestado mayores retos en esta 
investigación, las implicaciones diversas de la Alianza Televisa-Iusacell son de profundo 
alcance, aun cuando haya terminado, y proyecta diversos puntos de análisis, pues el 
proyecto de Grupo Televisa por convertirse en un consorcio convergente líder en México 
sigue vigente con lo que ello significa en un escenario mediático de tradición en la alta 
concentración, como el mexicano. 
Debido a su corta duración, la alianza no logró consolidarse y por ello muchas de las 
implicaciones que se plantean durante la investigación, intentando hacer un ejercicio 
prospectivo, quedan sin efecto sobre el caso en particular, sin embargo no deja de ser un 
botón de muestra clave para comprender la carrera de las empresas de medios por ganar 
espacio en la estructura mediática convergente mexicana. 
Es en el capítulo 5 donde se exponen las conclusiones a las que se llega con esta 
investigación y las implicaciones de la Alianza durante su duración. Además se reflexiona 
sobre las mutaciones del sistema de medios mexicano y la reforma al marco legal de la 
radiodifusión y las telecomunicaciones que se realizó durante 2013 y 2014, con la cual se 
relacionan algunos de los aspectos que se tratan durante este documento. 
10 
 
Con este trabajo se pretende aportar al análisis de los cambios vertiginosos que está 
experimentando el sistema de medios en México, y no se ignora que el caso que aquí se 
analiza es sólo una pequeña parte de las diferentes tendencias mediáticas que 
actualmente se están estudiando desde el enfoque de la EPC. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
11 
 
CAPÍTULO 1. ECONOMÍA POLÍTICA DE LA COMUNICACIÓN COMO ENFOQUE DE ANÁLISIS DE 
LAS INDUSTRIAS MEDIÁTICAS EN EL CONTEXTO DEL CAPITALISMO COGNITIVO 
 
En el presente capítulo se realiza un acercamiento a la Economía Política de la 
comunicación (EPC) como enfoque teórico plausible para estudiar fenómenos 
comunicacionales propios del capitalismo global de estos tiempos. Aquí se exponen los 
ejes teóricos sobre los que se realizará el análisis de la Alianza Televisa-Iusacell, tema de 
interés de esta investigación. Se toman como claves de entrada a tal análisis las categorías 
de concentración, convergencia, espacialización y capitalismo cognitivo. 
 
1.1 Economía Política de la Comunicación como enfoque pertinente para estudiar a las 
industrias mediáticas en tiempos de convergencia digital 
1.1.1 Antecedentes de la Economía Política de la Comunicación 
Para comprender las bases de la Economía Política de la Comunicación (EPC) y la relación 
de ésta con el caso de estudio que se ha elegido, es necesario tender puentes hasta el 
siglo XIX y explorar algunos de los postulados que en esos momentos intentaban explicar 
la sociedad industrial europea en consolidación. Los procesos derivados del cambio en el 
sistema de producción que significó la revolución industrial, la tecnologización de los 
procesos productivos y la consecuente tecnificación de la vida cotidiana; trajeron consigo 
diversas reflexiones filosóficas, económicas y políticas. 
Entre esas corrientes de pensamiento que surgieron estaba la economía política 
desarrollada por Adam Smith bajo los supuestos material e individualista; originada en el 
siglo XVIII, explicaba el impulso del capitalismo y lo ineficaz de políticas mercantiles 
ancladas al Estado. A los planteamientos mercantilistas de la economía política Karl Marx 
contrapuso una fuerte crítica, por considerar que era una visión reduccionista y que no 
12 
 
explicaba la complejidad de la sociedad industrial. Para el filósofo alemán, al producir, los 
sujetos generan relaciones sociales, así, las formas de interacción social están 
determinadas por la producción. A esto le llamó: relaciones sociales de producción. 
A partir de esto, en la crítica a la economía política que hace Marx, distingue la estructura 
económica y la superestructura y explicó que para vivir en sociedad se deben establecer 
relaciones sociales de producción, esto es, el punto de partida para la explicación de lo 
social es la base material. A diferencia de los economistas ingleses, para Marx, esta base 
material integra los medios de producción y las fuerzas productivas, pero también las 
relaciones sociales de producción. Entonces, los seres humanos establecen relaciones 
prácticas, producen, sin embargo no son acciones aisladas, la vida material se produce en 
comunidad, se producen relaciones sociales sea el contexto del que se esté hablando. 
Este es el primer enlace que se puede observar con lo que hoy se conoce como EPC, pues 
por un lado, la economía política tiene interés en la vida material y en las relaciones de 
producción y circulación de bienes, a lo que Marx agrega que ello es condicionante de la 
sociedad. Y lo explica de la siguiente manera: antes de que el hombre generara sistemas 
complejos de representación generó las bases para su subsistencia material. Según esto, 
entonces el pensamiento descansa sobre las relaciones sociales de producción de bienes 
materiales. “El hombre se relaciona materialmente con el mundo, establece relaciones 
productivas, práctica que antecede al surgimiento de sistemas más complejos.”1 Así, para 
comprender el logos primero habrá que comprender el mundo de lo material. 
Aquí se puede observar otro enlace con la EPC, que tiene que ver con esta vuelta de 
tuerca donde a diferencia de la economía política y la crítica marxista a la misma, ya no se 
habla de producción, circulación y consumo de bienes materiales sino de bienes 
simbólicos. Esto se enmarca también con las nuevas caracterizaciones que se le han dado 
al capitalismo a partir de la segunda mitad del siglo XX, tales como el capitalismo 
informacional o el capitalismo cognitivo. 
 
1 Edgar Tafoya, Notas de clase de la materia “Teoría Sociológica II” 26 de octubre de 2012, México, Facultad 
de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM. 
13 
 
Un aspecto más propuesto por Marx y que fue parte fundamental de su trabajo teórico-
metodológico fue la propuesta para comprender a la sociedad como un todo 
complejamente estructurado. De ahí que para el autor las relaciones entre estructura y 
superestructura sean las generadoras de la sociedad. Así ambos, sociedad y ser social son 
concebidos como un todo. Esto describe la perspectiva holista (con antecedente en Hegel) 
que observa a la sociedad como un todo complejamente estructurado. La sociedad tiene 
estructuras propias. Para Marx, la base económica de una sociedad determina o 
condiciona la superestructura de una sociedad.2¿Por qué interesa esbozar estos aspectos derivados de la economía política y su crítica? En 
primer término porque la EPC tiene su fundamento general en los aspectos teórico y 
metodológico de la economía política. Y en segundo lugar porque explicita las claves de 
reflexión en torno al papel de los medios en el contexto del capitalismo cognitivo del que 
se hablará en el tercer apartado de este capítulo. 
La teoría marxista como cuerpo explicativo de la acción de los medios (prensa y radio), 
portadores de fuertes elementos ideologizadores de la superestructura, comenzó a 
mostrar auge en Europa desde la segunda década del siglo XX. En América Latina la 
tradición crítica marxista con este enfoque tendrá más auge hacia los años 60. Así 
situarán la información, la comunicación, la "estructura de medios", la cultura y el 
conocimiento como parte de la superestructura, como producción inclasificable o como 
trabajo improductivo, generador de alienaciones del sujeto. 
 Fue en los 70 cuando Dallas Smythe hace una fuerte crítica a esta visión e inicia un 
interesante diálogo con Graham Murdock, el cual tal vez fue el punto de partida del 
desarrollo de la economía política de la comunicación (sin que ello signifique que hay una 
sola vertiente en los estudios desarrollados desde entonces) pues abrió la puerta para 
sintetizar la visión economicista y la visión política de la actuación de los medios. Es 
importante observar cómo Smythe ya puntualizaba la necesidad de integrar los medios en 
 
2 Cfr. Karl, Marx, Contribución a la crítica de la economía política, México, Siglo XXI editores, 2011; Enrique 
Sáchez Ruiz, 1992. 
14 
 
la estructura económica, “arguye que es necesario devolver la economía al centro del 
análisis cultural del marxismo, exponiendo entre otras ideas el concepto de la audiencia 
como mercancía.”3 En el mismo sentido Hebert Schiller estaría también proponiendo su 
análisis de las industrias mediáticas estadounidenses. 
Así la EPC es en principio, un replanteamiento de los postulados de la tradicional 
economía política del siglo XIX. Tal reconfiguración responde al cambio en los procesos 
económico-sociales a nivel global. Esto es, la gradual preeminencia de la producción, 
distribución y consumo de bienes simbólicos como generadores de plusvalor, los han 
puesto en un lugar relevante dentro de lo que algunos han llamado capitalismo post-
industrial o capitalismo informacional y más recientemente capitalismo cognitivo. 
Un elemento que importa para que los análisis desde la EPC no sean meramente 
economicistas tienen que ver con su análisis del fenómeno del poder y cómo se ejerce. 
Sobre esto Scott Lash precisa respecto a los análisis clásicos marxistas: 
Hoy el poder tal vez no se defina tanto por la propiedad real de los medios de 
producción. Antes bien, con rachas cada vez más breves de una variedad siempre 
en aumento de productos materiales e informacionales (que incorporan un uso 
intensivo del diseño), el poder se convierte en una cuestión de propiedad 
intelectual: patente, marca registrada y copy right…"4 
 
Según lo expuesto hasta el momento, la EPC tiene su antecedente más profundo en la 
teoría marxista y se enlaza directamente con la crítica que Marx hizo en el siglo XIX a las 
teorías económicas clásicas inglesas. Sin olvidar que tal crítica se enmarcó en el análisis no 
sólo economicista, sino que planteó todo una teoría y una metodología para los estudios 
sociales. Otro de los antecedentes sobre los que descansan los estudios de la EPC, es la 
 
3 Ana Segovia, “Cincuenta años de economía política de la comunicación”, en CIC Cuadernos de Información 
y Comunicación, vol. 11,2006, p. 7. 
4 Scott Lash, Crítica de la información, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 2005, p. 135 
15 
 
Escuela Crítica de Frankfurt y su análisis sobre las industrias culturales. De ahí que Vincent 
Mosco considere a la EPC como puerta de entrada al estudio de las industrias mediáticas 
al igual que lo son os estudios culturales o las políticas públicas. 
Otros autores consideran que los orígenes de la EPC, pueden ser encontrados en las 
críticas y alternativas a las orientaciones funcionalistas que predominaban en los estudios 
de comunicación en los años 50.5 Los estudios de la EPC en sus inicios obedecieron en 
buena medida a la necesidad de explicar los fenómenos comunicacionales que empezaban 
a gestarse a partir de la segunda mitad del siglo XX y que pusieron su mirada sobre las 
estructuras de los medios como industrias. 
 
1.1.2 La Economía Política de la Comunicación 
En el apartado anterior se esbozaron los antecedentes de la EPC y su vínculo con la 
economía política que se interesa por el análisis de las relaciones sociales y el poder desde 
el punto de vista capitalista. Ahora bien, para empezar a delinear el objeto de estudio de 
la EPC, se pueden identificar dos elementos centrales de análisis: la producción de valor y 
de riqueza basada en recursos comunicativos; y las relaciones de poder que se propician 
en interacción con los procesos de producción de valor en la comunicación. Siguiendo la 
línea de los postulados marxistas, como piedra angular para la EPC, con el avance mismo 
del capitalismo industrial este enfoque reconoce e identifica las nuevas fuerzas que 
reconfiguran las relaciones sociales de producción en una sociedad. 
Además, la economía política en su vertiente crítica también estudia las diferentes 
relaciones sociales que tienen lugar en el todo complejamente estructurado que es la 
sociedad, esto es, a pesar de que tiene un punto de partida aparentemente económico, 
también plantea otros aspectos que posibilitan y a la vez son configurados por la 
relaciones sociales de diversos tipos. En el caso de la EPC le interesa estudiar también las 
 
5 Guillermo Mastrini y Bolaño César (Eds.), Globalización y monopolios en la comunicación en América 
Latina, Argentina, Editorial Biblos, 2000, p. 18. 
16 
 
relaciones sociales de poder que son constituidas y a la vez condicionan los procesos de 
producción, distribución y consumo de bienes simbólicos.6 
Germán del Rey citado por Ramón Zallo, apunta, la EPC es una “Nueva economía política 
que se convierte en economía crítica, porque se complementa -con una teoría social y una 
teoría del poder-. Es una economía de valores intangibles o simbólicos.”7 
Así en los estudios de EPC es necesario integrar el análisis de las relaciones de poder que 
se construyen entre las industrias de medios y los actores políticos institucionales. Desde 
la década de los ochenta, Schiller advertía el elemento del poder en las industrias 
mediáticas: “Por razones tanto económicas como ideológicas, por tanto, las industrias de 
la información y sus actividades subordinadas se han convertido en determinantes 
esenciales de las relaciones de poder presentes y futuras en el interior de y entre las 
naciones."8 
En sus estudios Bolaño concuerda y pone énfasis en el capital-información: 
… a partir del momento en el que la información pasa a ser almacenada, manipulada y 
transmitida de diferentes modos, sirviendo como un insumo, a partir del momento en el 
que pasa a tener un costo de producción y, más que eso, un valor que se agrega, en el 
proceso productivo, al del producto, bien o servicio, se torna información-mercadería, 
bajo la forma de capital-información.9 
Un hecho interesante es que en la lógica de la economía política la estructura condiciona a 
la superestructura, desde la EPC, en el capitalismo que se desarrolla en la época actual, es 
pertinente preguntar si estamos ante un condicionamiento de la superestructura a la 
 
6 Crf. Gómez García, Rodrigo y Enrique Sánchez Ruiz, “La economíapolítica de la comunicación y la cultura. 
Tradiciones y conceptos” en Portal Comunicación.com, Universidad Autónoma de Barcelona, Dirección URL: 
http://www.portalcomunicacion.com/lecciones_det.asp?id=62 
7 Ramón Zallo, “Retos actuales de la economía crítica de la comunicación y la cultura”, Albornoz, Luis 
(Comp.) Poder, medios, cultura. Una mirada crítica desde la economía política de la comunicación. 
Argentina, Paidós- ULEPICC, 2011, p. 18 
8 Hebert Schiller, El poder informático. Imperios tecnológicos y relaciones de dependencia, México, GG Mass 
Media, 1983, p. 28. 
9 César Bolaño, Guillermo Mastrini y Francisco Sierra (Eds.), Economía política, comunicación y conocimiento: 
una perspectiva latinoamericana, Buenos Aires, La Crujía, 2005, p. 31 
17 
 
estructura, si sólo hubo un desplazamiento de los medios y la información hacia la 
estructura o si más bien se asiste a flujos y contraflujos más dinámicos de intercambio 
entre estructura y superestructura, bajo el supuesto de que las estructuras no son 
estáticas. Esto ubica a los estudios de la EPC en un terreno diferente y abre el panorama 
más allá del determinismo económico que aparentemente prevalece en la economía 
política. 
Cabe señalar la advertencia que ya hacían Murdock y Golding10 al puntualizar que la 
economía no es el único determinante del comportamiento de los medios 11 y en este 
sentido no sostienen una tesis de mero determinismo económico y afirman que el control 
de los recursos materiales y su cambiante distribución son en última instancia, la más 
poderosa entre las muchas palancas que trabajan en la producción cultural. 
También se puede establecer que la EPC es el estudio de las industrias culturales, en este 
caso de los medios de comunicación (industrias culturales y mediáticas, según Miège) en 
el contexto histórico, económico y político determinado y las relaciones de poder que de 
ahí surgen. Para Murciano, “entre los medios de comunicación y el resto de las 
instituciones sociales, existe una relación dinámica y multivariable, que conforma un 
determinado orden social, diferentes formas de estratificación social y formas específicas 
de poder político.”12 
Así la EPC enfoca sus claves en las relaciones entre las formas que tienen las industrias 
comunicativas para organizarse económicamente y políticamente, esto en determinados 
contextos sociales y culturales. Con Mosco se describe que la EPC, teniendo en cuenta sus 
características y aproximaciones, es el estudio de las relaciones sociales, particularmente 
las relaciones de poder, que juntas constituyen la producción, distribución y los recursos 
de consumo, incluyendo los recursos de comunicación. El autor adiciona que también se 
 
10 Graham Murdock y Peter Golding, “Capitalismo, comunicaciones y relaciones de clase” en Curran, James y 
Gurevitch, Michael (coords.), Sociedad y comunicación de masas, México, Fondo de Cultura Económica, 
1981. 
11 Las relaciones con el poder político son también un determinante de este comportamiento. 
12 Citado en Gómez y Sánchez Ruiz, Op. Cit., p. 55 
18 
 
caracteriza por un examen interesante de la totalidad social y la totalidad de las relaciones 
sociales que se hacen desde lo económico, político, social y cultural, así como lo mediático 
e informacional. 
La EPC se basa en la realidad incluyente, constitutiva y crítica epistemológica. Así podemos 
señalar que la EPC no sólo es un enfoque teórico sino también metodológico, al observar 
unidades sociales de análisis que interactúan completamente formadas en la totalidad. La 
EPC es en todo momento una aproximación crítica y ontológica que distingue procesos y 
estructuras, porque parte de la aproximación tradicional de la economía política. 
Bajo estos supuestos, el crecimiento de la concentración y del monopolio han sido temas 
de análisis de la EPC para observar las industrias de las comunicaciones desde la segunda 
guerra mundial. Al describir el concepto “concentración”, los autores señalan que en los 
últimos cien años, la propiedad de los medios de producción ha devenido cada vez menos 
dispersa y cada vez más concentrada en manos de pocas corporaciones. Es decir, un 
puñado de grandes compañías domina una cantidad cada vez mayor de sectores. 
En adición está la tendencia de los grandes consorcios por absorber empresas pequeñas 
que alcanzan cierto éxito en algún mercado específico y que además presentan alguna 
innovación, sin embargo al no lograr confrontarse con las grandes corporaciones terminan 
siendo incorporadas a éstas. El profesor Enrique Bustamante pone el ejemplo de una 
iniciativa española para crear un catálogo de películas en idioma español y ponerlo a 
disposición bajo el modelo de video on demand, en entrevista comenta que son 
aproximadamente 1000 títulos y preveía poca oportunidad frente a los contenidos 
ofertados por empresas como Amazon o Netflix13, quienes además de tener un catálogo 
más amplio, tienen un alcance multinacional lo que significa una fuerte barrera de entrada 
a mercados dominados por grandes consorcios como los mencionados.14 
 
13 A propósito de Netflix, cabe señalar que hace unos meses Televisa firmó un acuerdo con esa empresa para 
distribuir sus contenidos on demand 
14 Enrique Bustamante, entrevista realizada el 12 de diciembre de 2013 en la Universidad Complutense de 
Madrid, España. 
19 
 
Este proceso de concentración y conglomeración son dos aspectos de primera 
importancia, preocupación inicialmente propuesta por Murdock y Golding quienes 
destacaron la razón de Concentración, como medida para calcular el grado de 
concentración dentro de un sector determinado, para lo cual se toma la proporción de 
mercado que controlan las cinco firmas principales del mismo. Cuanto mayor sea la 
proporción, mayor el grado de concentración. Además de que se toma también en cuenta 
la permanencia por cierto periodo de la situación de tal proporción de cada empresa.15 
Ya en décadas recientes Miège resalta también la utilidad de la EPC para observar 
fenómenos de concentración como uno de los procesos necesarios de atender, debido a 
su repercusión en los contenidos, y de lo que se derivan las diferentes estrategias de los 
grupos de comunicación. Este aspecto cobra relevancia pues los contenidos son uno de 
los elementos productores de plusvalía en el capitalismo actual, que se ha dado en llamar 
capitalismo cognitivo o inmaterial, del cual se hablará más adelante. 
Es importante señalar que autores como Mattelart, Bustamante, Zallo, McChesney, 
Miguel, Mastrini, Miége, Becerra, Schiller entre otros, están preocupados por la evolución 
de los grupos de comunicación y sus estrategias en los niveles nacionales y regionales, 
pues aun cuando estos fenómenos se desarrollan en el contexto del capitalismo global no 
se pueden proponer un solo enfoque que abarque cada uno de los fenómenos 
comunicacionales que tienen características que se replican en cada caso pero que no son 
iguales. 
Ahora bien, Miège en su análisis sobre la concentración y retomando a Mosco, ofrece una 
interesante advertencia: 
Repensar la economía política incluye reconocer que, aunque importante, el tamaño de las 
empresas y la concentración de las mismas son simplemente puntos de partida para 
comprender la transformación del negocio de las comunicaciones. La reestructuración 
 
15 Murdock y Golding, Op Cit, p. 34 
20 
 
global ofrece numerosas oportunidades de extender el control de los conglomerados a 
toda una gama de alternativas flexibles.16 
Como es posible observar, es ineludible la alusión a las transformaciones que el sistema 
capitalista mundial ha sufrido después de la caída del muro de Berlín, y caracterizar en 
torno a qué se organiza el capitalismo actual.Aspecto que se describe en un apartado 
posterior. 
 
1.1.3 Principales líneas de investigación de la Economía Política de la Comunicación 
Como se ha sugerido en líneas anteriores la EPC tiene dos grandes líneas de investigación: 
por un lado, la que tiene que ver más directamente con lo económico y cómo se 
comportan las industrias mediáticas, sus formas de propiedad y estrategias de alianza. 
Enrique Sánchez Ruiz y Rodrigo Gómez resumen así el desarrollo de esta primera 
vertiente: “Estas investigaciones han abarcado, principalmente, las conexiones de 
propiedad entre los intereses de las industrias de las comunicaciones y el resto de las 
industrias; las estructuras corporativas; la financiación del capital y; las estructuras del 
mercado.”17, para relacionarlo con la macroestructura y sus implicaciones sobre los 
avances tecnológicos, las políticas públicas, la cultura y la información. 
Por otra parte, se encuentra la perspectiva que estudia y analiza a las audiencias y los 
contenidos desde el punto de vista del consumo, de la propiedad y de las políticas 
gubernamentales. Importa en este sentido observar en las audiencias y sus consumos las 
estructuras de poder y desigualdad que subyacen. “Así la economía política busca ir más 
allá de la acción analizada al mostrar cómo los particulares micro-contextos son torneados 
por las dinámicas económicas generales y las amplias estructuras que las sostienen.”18 
 
16 Bernard Miége, “La concentración en las industrias culturales y mediáticas (ICM) y los cambios en los 
contenidos”, CIC Cuadernos de Información y Comunicación, vol. 11, 2006, p. 156. 
17 Gómez y Sánchez Ruiz, Op Cit. p. 55 
18 Ibid, p. 56 
21 
 
El desarrollo de la EPC “puede estudiarse a partir de los dos principales grupos que 
colaboraron en su desarrollo: lo que podríamos llamar “escuela norteamericana”, en la 
tradición de Baran y Sweezy desarrollan los profesores Dallas Smythe y Hebert Schiller y 
sectores de la academia británica y francesa vinculados con la producción intelectual de 
Nicholas Garnham, Peter Golding y Graham Murdock, por un lado; y Patrice Flichy, Bernad 
Miége y Dominique Leroy, por otro.”19 También se propone una línea general histórica, 
que es transversal a las otras dos, y que parte del supuesto básico, en coherencia también 
con la tradición hegeliana y marxista, de que la sociedad está en constante movilidad, 
nada es estático; es necesario establecer que, 
… el complejo proceso de la comunicación social tiene tres principales dimensiones, que 
son la producción, la circulación y los consumos, los cuales no pueden ser entendidos 
desde una lógica lineal ni como una suma entre éstas, sino al contrario: existe una 
constante interacción entre las tres, a partir de las continuidades y cambios que se 
presentan a lo largo de la historia. Asimismo, estas tres dimensiones están atravesadas por 
variables de índole política, económica, sociocultural y tecnológica, que configuran y 
organizan nuestras sociedades contemporáneas.”20 
Sin pretender que en la exposición anterior se han abordado todos los elementos de una 
definición amplia de la EPC, es posible comprenderla como una teoría que dota de 
elementos para abstraer procesos como los descritos antes y por otro lado se pueden 
rescatar elementos metodológicos para aproximarnos a los diferentes procesos y 
fenómenos de las industrias culturales mediáticas. 
 
 
 
19 César Bolaño, Guillermo Mastrini y Francisco Sierra (Eds.), Economía política, comunicación y 
conocimiento: una perspectiva latinoamericana, Buenos Aires, La Crujía, 2005, p. 18 
 
20 Gómez García, Rodrigo (2010). “Convergencias mediáticas en el capitalismo global. Apuntes desde la 
economía política de la comunicación y la cultura” en Florence Toussaint (coord.) (2010). Los medios en la 
educación, la cultura y la política. México: Universidad UNAM, IISUE, FCPyS, Bonilla Artigas, 2010, p. 198 
22 
 
1.2 Espacialización y concentración, claves de entrada al análisis de las industrias 
mediáticas en escenarios convergentes 
Según Vincent Mosco, hay tres procesos que considera como puntos de partida para el 
estudio de las industrias mediáticas: mercantilización, espacialización y estructuración. La 
mercantilización consiste en la transformación del valor de uso en valor de cambio. Esto 
es, lo estimado por su valor de uso se convierte en un producto/mercancía. Por otra parte, 
la espacialización es el proceso de compresión del espacio, de la trascendencia de los 
límites espaciales a través de los medios masivos y las tecnologías de la comunicación. El 
autor ejemplifica: 
La espacialización de la televisión acorta las distancias al proveer imágenes de 
eventos internacionales a todas las partes del globo, mientras que las compañías 
usan de manera creciente la comunicación computarizada para organizar sus 
negocios sobre una base global, lo que les permite un mayor acceso a los mercados 
y flexibilidad para moverse rápidamente cuando las condiciones les son menos 
favorables. 21 
 El otro proceso de este modelo propuesto por el investigador canadiense es la 
estructuración, ésta se refiere a la construcción de relaciones sociales organizadas en 
torno a la agencia de la clase social, el género y la raza, en relación con los procesos de 
comunicación. 
Esta triada propuesta por el autor canadiense es eje de su modelo de análisis desde la 
EPC; de aquí la espacialización es una de las categorías que más sentido adquiere en el 
contexto del capitalismo actual. La espacialización es parte del modelo metodológico que 
propone el autor como necesario para los fenómenos contemporáneos comunicativos 
desde la EPC. Esta categoría es útil para observar el caso de la Alianza Televisa-Iusacell, 
 
21 Vicent Mosco, “La Economía Política de la Comunicación: una actualización diez años después”, CIC 
Cuadernos de Información y Comunicación, vol. 11, 2006, p. 58. 
23 
 
que se ha elegido debido a su utilidad explicativa como botón de muestra sobre los 
movimientos de la industria mediática mexicana. 
Es importante señalar que la espacialización es un proceso que implica en términos 
generales la idea de la “compresión” de la percepción del espacio y el -tiempo. 
Introducido por Henri Lefebvre,22 denota el proceso por el que se superan las limitaciones 
de espacio y tiempo en los diferentes procesos sociales, y que es coincidente con la idea 
de deslocalización que plantea Bustamante: 
…una parte de la cultura, al impulso de la mercantilización creciente, de la desregulación y 
la concentración global y de la aceleración tecnológica de la información, se estaría 
transformando en <comunicación mundo>, como vía sustancial de la <modernidad-
mundo>, realizando un trabajo doble de deslocalización y re-localización (o re-
territorialilzación) de la cultura, creando productos que escapan a las naciones-Estado, y 
que segmentan a los consumidores en nuevos estratos ligados a la distribución de los 
mercados.23 
Según la observación de Mosco, la espacialización es un proceso que posibilita no sólo la 
expansión de los conglomerados mediáticos, sino también y en coincidencia con Castells, 
promueve la generación, mediante recursos tecnológicos, de redes de comunicación 
locales y globales no dependientes de las grandes empresas mediáticas. Para el caso de 
observar el comportamiento de los grandes conglomerados y la movilidad entre ellos, 
interesa la categoría de concentración que desarrolla el autor en tanto que está 
relacionada directamente con los procesos de expansión del poder corporativo de las 
industrias de comunicación.24 Mosco considera que “La economía política de la 
comunicación ha estudiado la espacialización principalmente en términos de la extensión22 Citado por Vincent Mosco, Economía Política de la Comunicación. Reformulación y renovación, Barcelona, 
Ed. Bosch, 2009, p. 254 
23 Enrique Bustamante (Coord.) Hacia un nuevo sistema mundial de comunicación. Las industrias culturales 
en la era digital, Barcelona, Gedisa, 2003, p. 29 
24 Actualmente los criterios internacionales para definir la dominancia (poder sustancial del operador) 
tienen que ver con el tamaño de una empresa de medios y/o telecomunicaciones, con su participación en el 
mercado específico, sus ventajas tecnológicas, sus posibilidades de integración vertical y la ausencia de 
potencial competencia. 
24 
 
institucional del poder empresarial en las industrias de la comunicación. Esto se manifiesta 
en el crecimiento absoluto del tamaño de las firmas mediáticas.”25 
La espacialización también tiene que ver con la dimensión del poder corporativo de las 
empresas de medios. Toma en cuenta el tamaño de aquellas a partir de observar su 
integración (vertical, horizontal o conglomeral). Además los procesos y las tecnologías de 
la comunicación son centrales para el proceso de espacialización en la EPC. La 
espacialización es particularmente importante en el desarrollo de las industrias de la 
comunicación. 
En relación con lo anterior, para la espacialización el desarrollo de las tecnologías de la 
comunicación adquiere un papel central, tanto para observar las formas en que se 
producen contenidos y éstos pueden ser difundidos, como para dar cuenta de la 
utilización de los recursos tecnológicos para el crecimiento y desarrollo de las empresas. 
Esto genera consecuencias también en los cambios a nivel empresarial. La espacialización 
promueve, además de la mejora técnica en los medios de comunicación, la disminución 
del tiempo para la difusión de mensajes y en el contexto actual, de datos. Para Mosco 
“esto deviene en beneficios para el capital al disminuir la importancia de la distancia 
espacial como un obstáculo a (su) expansión...”26 
Un proceso importante dentro de la espacialización es la concentración, que tiene que ver 
predominantemente con aspectos económicos. Sobre ello Mastrini y Becerra dan cuenta 
de tres posiciones en torno a la concentración: 
en primer lugar, una perspectiva liberal, que no cuestiona los procesos de concentración 
salvo en casos de monopolio. En segundo lugar, la escuela crítica que encuentra en la 
concentración de la propiedad uno de los principales mecanismos del capitalismo para 
legitimarse y en tercer lugar, una posición intermedia –o ecléctica-, que no comparte esta 
 
25 Mosco 2009 Op cit., p. 256 
26 Ibid p. 255 
25 
 
crítica pero advierte sobre los riesgos de la concentración y reclama la participación estatal 
para limitarla.27 
En este documento se coincide con la tercera posición, al ser uno de los supuestos de los 
que parte esta investigación; es decir, las repercusiones de la concentración de las 
empresas de medios y telecomunicaciones en la sociedad, en los ciudadanos como 
audiencias, en el uso del poder político, en el pluralismo político y de contenidos y en la 
diversidad cultural. 
Así, en la línea de la concentración es quehacer de la EPC observar los movimientos de 
crecimiento y desarrollo de las empresas de medios y las implicaciones diferenciadas que 
pueden tener estos movimientos en cada país o región. Por ello, poner acento sobre las 
consecuencias sociales de la concentración en este sector sigue siendo necesario al 
observar los movimientos de las empresas. En este sentido Mastrini y Becerra señalan que 
“El principal peligro de la concentración es la tendencia de los mercados a configurar 
regímenes de oligopolio o de monopolio, situación que se produce cuando no operan las 
reglas propias de la fase concurrencial28 y, en su lugar, unas pocas empresas de gran 
dimensión ocupan la totalidad del mercado reduciendo las opciones disponibles.”29 
Desde la economía se han distinguido tres tipos básicos de concentración: horizontal, 
vertical y cruzada o diagonal. De estas clasificaciones hace uso también la EPC. Para 
Mosco “La forma más simple de concentración tiene lugar cuando una empresa de 
comunicación compra una participación que le da el control sobre una compañía que 
opera principalmente en el mismo negocio.”30 
 
27 Martín Becerra y Guillermo Mastrini, Los dueños de la palabra. Acceso, estructura y concentración de los 
medios en la América Latina del siglo XXI, Argentina, Instituto Prensa y Sociedad y Prometeo Libros, 2008, p. 
15 
28 Mastrini y Becerra aluden a la etapa concurrencial como la configuración contraria a la concentración 
monopólica, esto es, en la fase concurrencial el supuesto es que existe una diversidad de empresas que 
darán dinamicidad a la industria. 
29 Becerra y Mastrini, Op Cit., p. 15 
30 Vincent Mosco Op. Cit., p. 256-257 
26 
 
En el actual contexto en que los mercados cambian a gran velocidad, las empresas se 
agrupan y se retiran según sean sus necesidades estratégicas, por ello adquiere relevancia 
la idea de la espacialización y su relación con la concentración, pues como se ha referido 
en párrafos anteriores, esas dos categorías son útiles observar movimientos que están 
realizando grandes empresas de comunicación como Televisa. Es importante recordar que 
Grupo Televisa, buscó una alianza con Nextel, a la que renunció aun después de tener una 
licitación ganada, para después buscar aliarse con Iusacell, una de las empresas de su 
principal competidor en televisión abierta, Tv Azteca. Como se apuntó antes, Mosco 
explica que las empresas pueden reorganizarse para cumplir sus objetivos y cooperar y 
competir al mismo tiempo. 
Lo anterior da un primer acercamiento a explicar el movimiento que Televisa y Iusacell 
realizaron en 2011 con la sorpresa y las advertencias de los analistas respecto de que eran 
competidores en un segmento pero aliados en otro. Además también en las riesgosas 
implicaciones para la organización de las estructuras de comunicación en un Estado. 
Al centrarse la EPC en el estudio de las relaciones sociales de poder generadas en torno a 
la producción, distribución y consumo de bienes simbólicos de comunicación, adquiere 
sentido el proceso de espacialización (con énfasis en la concentración) ya que en él se 
puede identificar la construcción de recursos para la configuración de nuevas relaciones 
de poder generadas por empresas o conglomerados de medios. Es el caso de la Alianza 
Televisa-Iusacell donde interviene este proceso debido a los movimientos de 
concentración que realiza en este periodo de convergencia. Esta discusión se abunda en la 
cronología que se hace del caso en el capítulo cuatro. 
Importante señalar que este proceso de espacialización se está generando en un contexto 
de capitalismo global donde adquiere mayor sentido la idea de la compresión (por el 
proceso de convergencia digital) y la de concentración debido a las tendencias mundiales 
de hiperconcentraciòn de las industrias mediáticas con industrias de la telemática e 
informática. 
27 
 
1.3 El capitalismo cognitivo, contexto de comprensión de las actuales dinámicas de las 
industrias mediáticas 
Actualmente la economía en torno a los sistemas de medios está cambiando. Los modelos 
de negocio se están enfocando hacia segmentos como el de los contenidos. Ya en el 
apartado anterior se definía cómo es que la idea de mercantilización en la comunicación 
es útil para observar cómo los contenidos adquieren valor dentro de un modelo 
económico que está transitando hacia una economía de lo inmaterial. 
En la década de los setenta Daniel Bell 31 advirtió un cambio en el sistema de producción 
capitalista, el cual consistía en el traslado de la economía basada en la producción de 
bienes a una economía basada en los servicios. Si bien en la actualidadno se puede hablar 
de que la producción de bienes materiales haya dejado de existir para dar paso a la 
economía basada sólo en servicios, si es necesario observar el papel que hoy por hoy 
tienen los llamados bienes simbólicos en la era global. 
En este sentido Mosco señala que la tendencia es “positiva con respecto a la sociedad 
postindustrial, y acerca de sus dimensiones centrales, el conocimiento, la tecnología y una 
nueva estructura de clases cuyo elemento más dinámico lo constituye una creciente clase 
de trabajadores intelectuales y de la información, la fuerza de trabajo esencial del 
ciberespacio.”32 
Otros autores como Castells, Lash, Zallo, Schiller, Bolaño, Moulier en la última década han 
enfocado sus análisis hacia las mutaciones del capitalismo, y con ello han generado 
reflexiones en torno a la relación de la comunicación, la información y los sistemas de 
medios, con esos cambios. A partir de esto, al capitalismo se le ha denominado de 
diferentes formas: capitalismo global, globalización capitalista, informacionalismo, 
capitalismo cognitivo, capitalismo inmaterial, capitalismo infocomunicacional o 
 
31 Daniel Bell, El advenimiento del Sociedad Post-Industrial: Un Intento de Prognosis Social, Madrid, Alianza 
Universidad, 1978. 
32, Vincent Mosco, Sublimidad digital. Ciberespacio, mito y poder, México, Universidad Veracruzana, 2011, 
p. 118. Traducción al español por Irlanda Villegas. 
28 
 
vectorialista o capitalismo informacional.33 Estas categorías y los autores que las han 
planteado describen en coincidencia con Marx, qué es lo que de manera predominante 
está generando ganancia en las sociedades capitalistas del siglo XXI. 
En su tiempo Marx dejó abierta la posibilidad de que la idea de trabajo productivo se 
podría ampliar con la expansión del capitalismo y estar sustentado en otras formas de 
producción. Para Dan Schiller34 las comunicaciones y la información están en el corazón de 
ese proceso. El capitalismo actual tiene un pilar importante en la información y la 
naturaleza concreta de los cambios que se avecinan hace que realmente se requiera un 
término que vaya más allá del antiguo capitalismo industrializado. 
Así un aspecto necesario de puntualizar es el relacionado con los cambios en el control de 
la información como recurso y como mercancía, Bolaño considera que fue “con el 
surgimiento de las industrias culturales como la información adquiere la relevancia 
inusitada que acabó por adquirir en el mantenimiento del sistema, tanto desde el primer 
punto de vista de su reproducción ideológica como del de la propia acumulación del 
capital.”35 
En el mismo sentido, Schiller señala que es en los sistemas de telecomunicación donde se 
concentra la propiedad de la información, por lo que ésta cambia de ser un recurso a ser 
una mercancía. También considera que esto está inserto en una nueva economía global 
donde, además de la información, las industrias de medios producen artefactos de acceso 
y transmisión de esa información. Esto es coincidente con lo que planteó también Castells 
quien precisa en su seguimiento histórico de la transformación del capitalismo, que “La 
tecnología de la información ha sido la herramienta indispensable para la puesta en 
 
33 Cfr. Ramón Zallo, Estructuras de la comunicación y la cultura. Políticas para la era digital, España, Gedisa, 
2011. 
34 Cfr. Dan Shiller, How to think about information, USA, University of Illinois Press, 2007 
35 César Bolaño, Industria cultural, información y capitalismo, Barcelona, Gedisa, 2013, p. 88. 
29 
 
práctica efectiva de los procesos de reestructuración socioeconómica del país.”36 Con 
Schiller entonces distinguimos la coexistencia de dos formas de producción, la de bienes 
materiales –diseño y producción de artefactos- e inmateriales –información- en torno al 
sistema mundial de medios. 
Al fenómeno antes descrito Schiller le llama capitalismo informacional y Castells le llama 
informacionalismo, entendiendo por éste último “un modo de desarrollo en el que la 
principal fuente de la productividad es la capacidad cualitativa para optimizar la 
combinación y el uso de los factores de producción basándose en el conocimiento y la 
información.”37 Para ambos lo informacional implica no sólo lo económico y lo político 
sino que también habla de la construcción de nuevas representaciones complejas, de 
logos, como se reflexiona al inicio de este capítulo. 
A pesar de lo expuesto antes, la coincidencia entre estos dos autores no es absoluta. Es 
relevante señalar que en la propuesta de Castells se observa un riesgo de determinismo 
tecnológico, cuando afirma: "En el informacionalismo, la generación de riqueza, el 
ejercicio del poder y la creación de códigos culturales han pasado a depender de la 
capacidad tecnológica de la sociedades y las personas, siendo la tecnología de la 
información el núcleo de esta capacidad."38 Mientras que en otro sentido Schiller afirma 
que el Capitalismo informacional es un todo más allá de los fenómenos político-
económicos. Lo “informacional” hace hincapié en algo que no es sólo tecnología, es un 
término que implica un patrón de interacción o significado.39 
Entonces en el capitalismo informacional está, por un lado, la producción de bienes 
materiales (artefactos de acceso y transmisión) y por otro la producción de bienes 
simbólicos; éstos generan mutaciones en las configuraciones económicas, políticas y 
sociales del mundo actual. La propuesta teórica de Schiller adquiere sentido debido a que 
 
36 Manuel Castells, La era de la información. Economía, sociedad y cultura, México, Vol. III, S. XXI Editores, 
1999, p. 370 
37 Op. Cit. p. 32 
 
39 Cfr. Schiller, 2007 
30 
 
es posible hablar de capitalismo informacional incluso en contextos considerados 
periféricos, pues no pone en el centro de su análisis a la tecnología como el motor de 
estos cambios. 
Es pertinente señalar lo que por su parte Bernard Miège propone, desde su posición hace 
una crítica a las perspectivas teóricas que pretenden dar por hecho ciertos procesos que 
según su análisis, no tienen respaldo en la realidad. Por ello, considera más adecuado usar 
el término informacionalización, pues afirma que describe de mejor manera el proceso en 
marcha de los cambios en las industrias culturales mediáticas y sus diferentes aspectos 
involucrados. El investigador francés considera un riesgo poner a la tecnología como 
elemento central de análisis pues ello resulta en análisis lineales que ignoran las 
complejidades de los fenómenos; como lo ilustra en su crítica a Castells: 
…como lo muestra de manera argumentada Nicholas Garnham, el neoeconomista que es 
Castells desconoce el papel de la competencia en el proceso actual de acumulación 
capitalista, exagera la novedad de las redes, autonomiza injustamente la esfera financiera 
(como si ésta no tuviera relaciones con los procesos de producción y consumo), y da 
preferencia a una lógica estructuralista, aquella del “capitalismo sin rostro”, en lugar de 
poner el acento sobre la intervención de los actores sociales.40 
Para Miège es conveniente evitar teorías generales en lo que respecta a las articulaciones 
entre lo económico, lo social y lo comunicacional; incluso advierte que la información y la 
comunicación deben ser tomadas como elementos acompañantes de los cambios sociales, 
no como determinantes: 
… nos parece necesario reconocer el valor emblemático y paradigmático de las industrias 
de la cultura, de las comunicaciones y la información, no para asegurarse de la realización 
de la ‘convergencia’, sino porque estas industrias del contenido portan los trazos 
esenciales de la informacionalización. Su avance debe ser interpretado como ‘un 
movimiento dialécticocomplejo que incluye simultáneamente: a) la integración de 
 
40 Bernard Miège, “La sociedad de la información: siempre tan inconcebible”, en Revue européenne des 
sciences sociales, tomo XL, No. 123, 2002, pp. 41-54. (Traducción) 
31 
 
actividades culturales y comunicacionales en el espacio mercantil e industrial, b) la 
redefinición de las normas de producción resultantes de esta integración c) la extensión de 
las características del sector cultural en el conjunto de la producción económica, d) una 
disolución concomitante de su especificidad y su densidad en los campos de la cultura y la 
comunicación.41 
Por otra parte, como se observa, Schiller está adelantando un aspecto central acerca de la 
importancia que adquieren los bienes simbólicos en este momento de la economía global. 
Es por ello que adquiere relevancia la categoría de capitalismo cognitivo (también llamado 
capitalismo inmaterial) que ha sido utilizado en la última década para dar cuenta, al igual 
que la categoría de capitalismo informacional, de la mutación que experimenta el 
capitalismo y que se asocia a la idea de lo inmaterial como productor de valor por eso 
también Moulier42 le llama capitalismo inmaterial o sin peso (weightless economy). En 
este sentido Bloundeau señala que “Uno de los defectos fundamentales consistiría en no 
pensar la productividad y la mercancía más que en términos materiales. Para Marx es 
productivo todo acto creador de plusvalor, esto es, que tiene por resultado mercancías, 
valores de uso que poseen una forma autónoma…”43 
La noción del conocimiento como fuerza productiva no es nueva, tal como lo muestran 
Rodríguez y Sánchez apoyándose en Marx quien identificaba que al aplicarse en el proceso 
productivo “<el conocimiento o el knowledge social general se ha convertido en fuerza 
productiva inmediata.>”44 Para Moulier, se prevé un cambio radical al interior del 
capitalismo: 
…un cambio de las relaciones de producción propiamente dichas; es decir, se trata de 
esbozar una transición en el interior del capitalismo, una transición que comporta 
mutaciones tan radicales como las que señalaron el paso del capitalismo mercantil 
 
41 Miège Op cit. 
42Cfr. Yann Moulier Boutang, “Riqueza, propiedad, libertad y renta en el capitalismo cognitivo”, Blondeau, 
Olivier, et al., Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva, Madrid, Traficantes de 
sueños, 2004, pp. 107-128 
43Olivier Bloundeau, “Génesis y subversión del capitalismo Informacional”, Blondeau, Olivier, et al., 
Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva, Madrid, Traficantes de sueños, 2004, p. 33 
44 Rodríguez y Sánchez, 2004, p. 15 
32 
 
esclavista y absolutista al capitalismo industrial asalariado y <democrático>; una transición 
que supone probablemente una metamorfosis del régimen salarial.45 
Asimismo Bolaño señala que no tenemos una “nueva sociedad” (en franca alusión a la 
categoría Sociedad de la Información) más bien lo que existe es un capitalismo 
reorganizando sus mecanismos de producción, almacenamiento y circulación de la 
información. Ello tiene repercusiones en la organización de las industrias culturales 
mediáticas y en la distribución de los contenidos. 
En coincidencia con Moulier, Blondeau, Bolaño y Rodríguez, Zallo considera que: 
El sistema capitalista de hoy muestra una gran capacidad de autotransformación y sigue 
basándose en la mercancía, la explotación del trabajo y la acumulación privada del capital. 
Y en la actualidad, pone como capital tractor de todo el sistema al capital cognitivo, 
tecnoinformacional, intelectual, inmaterial, digital o como quiera que le llamemos; y el 
acento en la apropiación y gestión del conocimiento y todas sus derivas: innovación, 
creación, educación, aprendizaje o talento –formas del “trabajo complejo” que decía 
Marx, y que en la actualidad se expresan como un trabajo intelectual que ya es factor 
productivo directo en el sistema- 46 
Al observar estos postulados queda la advertencia de no caer en el determinismo 
tecnológico en los análisis, pero al mismo tiempo, romper con el imaginario analógico47 
para logar observar los fenómenos del capitalismo inmaterial. Los sistemas de medios 
actualmente se insertan en este contexto debido precisamente a la interrelación de la 
producción inmaterial con las diferentes articulaciones tecnológicas convergentes que 
actualmente congregan. Si bien los medios siempre han basado sus ganancias en bienes 
simbólicos, esto se ve exacerbado por los procesos de transición de lo analógico a lo 
digital, que están planteando nuevas maneras de gestionar contenidos, no sólo por parte 
de las empresas de medios sino también por parte de los diferentes grupos sociales. 
 
45 Yann, Moulier Op. Cit. p. 108 
46 Zallo Op. Cit. p. 20 
47 Cfr. Zallo Op. Cit. 
33 
 
1.4 Tendencias de transformación de las industrias mediáticas 
En apartado anterior, se han descrito algunas dinámicas del capitalismo y su relación con 
la industria mediática. Es en ese contexto donde se han desarrollado tendencias de 
transformación de las industrias mediáticas. Son mutaciones que se han experimentado 
sobre todo a partir de la década de los 80 y a las cuales México no es ajeno, sobre todo en 
la última década, en que se han observado movimientos estratégicos por parte de los 
grandes conglomerados de medios mexicanos. 
A nivel mundial los medios de comunicación se desarrollaron vertiginosamente durante la 
segunda mitad del siglo XX. Así, dejaron rápidamente su etapa de formación para 
convertirse en complejos económicos, informáticos y comunicacionales de gran alcance. 
Un elemento que nos podría dar cuenta sobre la relevancia que tienen en el ámbito 
público es la revisión de las tendencias de desarrollo de los medios en las dos últimas 
décadas del siglo. 
Autores como Thompson, McQuail y Murdock hacen una categorización de las tendencias 
identificables que han llevado a los medios a convertirse en poderosos consorcios, con 
capacidad de acción incluso dentro de la esfera de las decisiones políticas. Estas 
tendencias nos dan cuenta de la transformación que han experimentado los medios en su 
desarrollo, y que tienen que ver con aspectos económicos, tecnológicos, y jurídico-
políticos. Ya para 1970 Raymond Williams en Los medios de comunicación social 
empezaba a advertir, nostálgico, esta metamorfosis: 
El viejo tipo de propietario de un periódico que quería poseer el control para poder 
propagar sus ideas, va siendo reemplazado por un nuevo tipo de propietario que 
dice que no está interesado en ninguna clase de opinión sino simplemente en 
vender el mayor número posible de periódicos. Lo que una vez fue un medio para 
llevar a cabo una actividad política más amplia se ha convertido en muchos casos 
en la política misma. La organización de los medios de comunicación está en 
34 
 
función no de su uso, sino de sus beneficios, y parecer que ya hemos pasado el 
estadio en que podía pretenderse que las cosas fuesen de ese modo.48 
 
Para la última década del siglo XX los estudios sobre comunicación ponían énfasis en las 
tendencias de desarrollo de los medios; así los autores hicieron una descripción y análisis 
que aún hoy siguen vigentes, aun cuando ciertos avances tecnológicos puedan aportar 
elementos agregados al fenómeno de la comunicación. McQuail resaltó desde finales del 
siglo XX la cualidad de las industrias de medios de comunicación contemporáneos que se 
desarrollan y se expresan según cuatro tendencias: expansión, interactividad, 
internacionalización y comercialización. En el caso de la Alianza Televisa-Iusacell, se 
observan estas tendencias, sobre todo respecto a Grupo Televisa, que desde la década de 
los 90, y en elactual contexto de convergencia, ha tenido un impulso de cambio 
coherente con las tendencias que se describen a continuación: 
Expansión: incremento del volumen de la producción mediática (más canales, más 
mensajes). 
Interactividad: creciente importancia de los “nuevos medios” electrónicos (multimedios: 
conjunción de la informática, el audiovisual y las telecomunicaciones). 
Globalización: transmisión de la información y de la cultura a través de fronteras 
nacionales que antes estaban cerradas o restringidas (los medios tienen un carácter cada 
vez más internacionalizado y se habla incluso de una “cultura mediática” internacional). 
La cuarta tendencia señalada y definida por McQuail es la Comercialización, la cual 
implica “mayor dependencia respecto de la publicidad comercial y los auspicios, y una 
declinación de la propiedad y el control públicos de los medios (privatización), la 
 
48 Raymond Williams, Los medios de comunicación social, Barcelona, Península, 1971 
35 
 
formación de conglomerados (concentración), la tendencia a las estrategias populistas y 
de maximización de la audiencia.”49 
En torno al aspecto anterior, Williams observaba que los medios de comunicación 
estaban sufriendo mutaciones constitutivas de creciente importancia industrial, 
económica e interactiva de los llamados mass media, y agregaba la reducción del poder 
estatal para regular estas mutaciones. Esto último es un aspecto que Thompson integra en 
las tendencias que identifica, y que se abordan más adelante. 
La propiedad de los medios de comunicación, viejos y nuevos, ha pasado o está pasando, 
en su mayor parte, a una especie de organización financiera desconocida en etapas 
precedentes, y con unas características específicas que se asemejan a las principales 
formas de propiedad en la producción industrial en general. Los medios todos y las 
actitudes de los negocios capitalistas se han establecido en el mismo centro de las 
comunicaciones. Éstas dependen cada vez más del dinero que proporciona la publicidad, 
lo cual conduce a una política de alcanzar un público numeroso lo más rápidamente 
posible, para, de este modo, atraer y retener a las firmas comerciales.50 
 
John Thompson observaba también las tendencias de cambio que estaban 
experimentando las industrias de los medios. 51 Al igual que McQuail identificó cuatro 
tendencias, sin ser específicamente las mismas y sin ser iguales en el ángulo de 
observación desde el que se las define. A saber: 
Concentración en aumento de las industrias de los medios. El autor señala como ejemplo 
a E.U. con 46 grandes corporaciones que controlaban en 1981 la mayor parte del negocio 
de medios y que para finales de la década ese número se redujo a 23. Específicamente en 
televisión son tres cadenas las que dominan. En el caso de Gran Bretaña, Thompson 
 
49 Denis Mcquail, La acción de los medios. Los medios de comunicación y el interés público, Buenos Aires, 
Amorrortu Editores, 1998, p. 436-439. 
50 Raymond Williams, Op. Cit. p. 31-32 
51 Cfr. John B. Thompson, Ideología y cultura moderna. Teoría y crítica social en la era de la comunicación de 
masas, México, UAM-Xochimilco, 2006. 
36 
 
señala que en los últimos 70 años la concentración ha sido significativa. El sector de la 
televisión independiente está cubierto sólo por cinco compañías de la ITV. 
Aunque McQuail no considera esta tendencia en las cuatro que enuncia expresamente en 
La acción de los medios, sí distingue en Sociología de los medios de masas que “…los 
teóricos de la sociedad de masas tienden a destacar la concentración, en manos de unos 
pocos, del control sobre los medios masivos y el peligro de que la influencia así alcanzada 
se utilice para fomentar los intereses de quienes detentan el poder o aspiran a él.”52 
En el mismo sentido Miége citando a Werner Meier condensa los elementos que se han 
estado esbozando en torno a la concentración y pone énfasis en el aspecto que es de 
especial interés para el caso de la Alianza Televisa-Iusacell en un contexto como el 
mexicano: 
La concentración de medios significa concentración de poder económico y social que 
ejercen, frente a sus oponentes, las empresas de comunicaciones dominantes (…) se lleva 
a cabo a través del crecimiento interno y externo de las empresas de comunicación… la 
concentración de la propiedad no constituye solamente una deriva económica es también 
problema fundamental para la democracia porque el poder económico puede 
transformarse en poder político e igualmente en poder de opinión, amenazando así el 
funcionamiento de la democracia[…] la concentración y el poder de los medios son 
fenómenos que caracterizan fundamentalmente al sistema mediático moderno basado en 
la competencia.53 
Siguiendo esa línea y con base en Herman y McChesney, Miége subraya que el mercado 
global de medios está dominado por unos diez conglomerados mediáticos integrados 
verticalmente, la mayoría de los cuales tiene su sede en los Estados Unidos. Para ilustrar lo 
anterior, se presenta un comparativo de las 10 empresas de medios con mayores ingresos 
en 2008, 2011 y 2014. Se podrá observar de inicio, que la mayoría son estadounidenses y 
 
52 Denis McQuail, Op. Cit., p. 42 
53 Bernard Miége, Miége, Bernard, “La concentración en las industrias culturales y mediáticas (ICM) y los 
cambios en los contenidos”, CIC Cuadernos de Información y Comunicación, vol. 11, 2006, p. 188-189. 
37 
 
por otro lado que en 3 años algunos desaparecieron de esa lista de 10. Al momento la 
situación de cada empresa aquí descrita habrá cambiado, en la lógica que se ha planteado 
de transformaciones vertiginosas en el escenario de las industrias mediáticas y sus 
estrategias. Sin embargo la tendencia a la concentración en unos cuantos conglomerados, 
seguirá una trayectoria ascendente. 
 
Tabla 1 Las diez empresas de medios más grandes en 2008, 2011 y 201454 
Corporativo País Corporativo País Corporativo País 
2008 2011 2014 
General Electric 
Co (NBC, 
Universal) 
E.U. Comcast 
Corporation 
E.U. Comcast 
Corporation 
E.U. 
Time Warner Inc E.U. Walt Disney E.U. Google E.U. 
Bouygues SA Francia Google E.U. Walt Disney E.U. 
Walt Disney Co E.U. News Corp. E.U. Twenty-First 
Century 
Fox/News Corp 
E.U. 
Vivendi SA Francia Time Warner E.U. DirecTV E.U. 
 
54 La tabla se presenta sólo para ilustrar una tendencia, ya que en el último lustro la situación de las 
empresas de medios ha tenido movimientos diversos y las sigue teniendo, como es el caso de Comcast 
Corporation y Time Warner que durante 2014 anunciaron su intención de fusionarse y esperan la 
aprobación de la FCC. 
 
http://www.21cf.com/
http://www.21cf.com/
http://www.21cf.com/
38 
 
News Corp E.U. DirecTV Group E.U. Time Warner E.U. 
Bertelsam AG Alemania Sony Japón Viacom E.U. 
Cox Enterprises 
Inc. 
E.U Bertelsmann Alemania Sony Japón 
Viacom Inc E.U. Time Warner 
Cable 
E.U. Bertelssman Alemania 
CBS Corp E.U. Vivendi Francia Cox Enterprises 
Inc. 
Francia 
Elaboración con datos de: Nuria Almirón citada por Ramón Zallo 2011 “Estructura de la comunicación y de la 
cultura, 2011, p. 75, Vidal Bonifaz, Francisco, “Las 50 empresas de medios más grandes del mundo, 2011″ 
[en línea], [Consulta: 12 de abril de 2013]; Institute of media and communications policy, “International 
Media Corporations 2014”, [en línea], [Consulta: 9 de noviembre de 2014]. 
 
Como se observa hay una concentración de medios no sólo al interior de los países, sino 
también globalmente. Zallo considera que la concentración de las industrias culturales 
implica problemas pues impacta negativamente el pluralismo. Se genera por parte de 
estos conglomerados concentración nosólo económica sino también de poder frente al 
Estado con el consecuente problema que ello implica para la sociedad; por ejemplo, los 
medios informativos se alejan de códigos éticos al responder sólo a la financiarización. Por 
su parte Juan Carlos Miguel de Bustos describe que durante estas tres décadas, los grupos 
han multiplicado por tres su tamaño y curiosamente no han cambiado mucho su 
39 
 
demografía, pues como se observa en la tabla 1 Estados Unidos es el país de origen de los 
conglomerados de medios más grandes e influyentes en el mundo.55 
Sobre los tipos de concentración que han observado hasta ahora los autores, se 
profundiza durante el capítulo 2 de este trabajo. De ello se deriva el análisis de las formas 
de concentración que se pueden distinguir para el caso de la Alianza Televisa-Iusacell al 
ser un ejemplo claro de los movimientos entre empresas de medios que se están 
produciendo con mayor rapidez en el contexto actual. 
A la tendencia hacia la concentración sobre la que se ha puesto especial interés en este 
apartado, se agregan otros movimientos que actualmente estamos viendo consolidarse en 
los escenarios de las industrias de medios y sobre los que Thompson hace énfasis: 
Creciente diversificación. Se refiere a que las compañías expanden sus actividades hacia 
diferentes campos. Unida la concentración con la diversificación de las industrias de los 
medios ha conducido a la formación de grandes conglomerados de comunicación “con 
intereses en diversas industrias relacionadas con la información y la comunicación.” 
Thompson señala el ejemplo de Rupert Murdoch y News Corporation (radiodifusión, 
periódicos, revistas y editoras de libros, canales de televisión, estudios de cine y empresas 
de impresión comercial).56 
Globalización de las industrias de los medios. Aunque el carácter transnacional de los 
medios no es nuevo, las industrias forman parte de conglomerados cada vez más 
transnacionales en lo que se refiere a sus operaciones y actividades. Este proceso ha sido 
incentivado por las fusiones y adquisiciones de los grandes conglomerados; “por medio de 
fusiones y adquisiciones de este tipo, las industrias de los medios adquieren un carácter 
 
55 En el último informe del Institute of media and communications policy, Grupo Televisa aparece en el lugar 
31. 
56 Respeto al caso mexicano, Televisa aglomera servicios de televisión, radio, editoriales, televisión 
restringida. Además de servicios en otros sectores como salones de fiesta, estadios, equipos de futbol, 
casinos y actualmente ha ingresado al sector de los servicios móviles. 
40 
 
cada vez más transnacional, conforme las compañías particulares se integran a grandes 
conglomerados de la comunicación que abarcan todo el globo.”57 
Tendencia hacia la desregulación. Hacia la década de los 80, se empezaron a eliminar 
legislaciones consideradas restrictivas, sobre todo en la esfera de la radiodifusión, la cual 
(en los casos europeos) se desarrolló en un marco de fuertes controles gubernamentales. 
Por esto la desregulación ha sido vista como un antídoto contra el control, sin embargo 
tiene fuertes críticas pues es vista también como vía para incrementar la concentración e 
incentivar prácticas monopólicas, y argumentan que “al abrir la radiodifusión y las nuevas 
tecnologías a la explotación comercial, la desregulación puede permitir a los 
conglomerados de la comunicación aumentar su papel dominante en la nueva economía 
global de la información y de la comunicación.”58 
Las tendencias descritas anteriormente dibujan un escenario donde, desde el punto de 
vista tecnológico, lo digital está en proceso de construcción, pero así también hay 
dinámicas sociales y económicas que están cambiando. Ahora bien, es un proceso 
dialógico donde, no sólo es la tecnología la que resuelve el cambio planteado. Son 
cambios de economía global En el siguiente capítulo se hará un acercamiento al proceso 
de convergencia digital y económica en el contexto de las tendencias que aquí se han 
descrito. 
 
 
 
 
 
 
 
57 John Thompson, Op. Cit., p. 293 
58 Op. Cit. p. 300 
41 
 
CAPÍTULO 2. INDUSTRIAS MEDIÁTICAS EN ESCENARIOS CONVERGENTES 
 
Hace por lo menos una década en México se ha popularizado el término convergencia 
para describir de manera general al encuentro entre la radiodifusión y las 
telecomunicaciones y los consecuentes cambios que se están manifestando en torno a las 
industrias de medios de comunicación. En la mayoría de los casos, se hace uso del término 
desde la perspectiva tecnológica, y se habla desde la lógica de la digitalización. 
Debido a lo anterior, es común escuchar el uso de categorías como convergencia 
tecnológica o convergencia digital, sin embargo estas categorías aluden especialmente a 
la dimensión tecnológica de las nuevas configuraciones de los medios. Las mutaciones 
que se están generando en torno a tal encuentro no se pueden explicar solamente a partir 
de lo tecnológico; esto debido a que los cambios que está enfrentando el sector sugieren 
una complejidad que traspasa lo tecnológico para tener manifestaciones en el campo 
económico, político y social. 
Por lo anterior, en el presente capítulo se expondrán ideas en torno a las convergencias 
entre industrias mediáticas y telecomunicaciones. Se realiza una distinción básica entre 
convergencia digital y convergencia económica, en la misma línea se hace una 
aproximación a lo que se ha llamado convergencia mediática. Esto con el interés de 
aportar elementos de análisis que permitan observar el caso de la Alianza Televisa-
Iusacell. 
 
2.1 Convergencia digital 
2.1.1 La convergencia tecnológica, un proceso constante 
La acepción más sencilla de lo que se podría llamar convergencia es la que refiere a la 
tendencia de dos o más elementos a encontrarse en cierto punto del espacio-tiempo. La 
convergencia puede referir un proceso o un cruce de caminos, en diferentes ámbitos, una 
42 
 
coincidencia. Desde esta definición amplia, convergencia es un término no exclusivo de la 
tecnología, y tampoco de las industrias mediáticas, vale la aclaración en vista del uso que 
se ha realizado del término como “novedoso”. Sin embargo para explorar las 
configuraciones actuales de los sistemas mediáticos es ineludible acercarse a explorar las 
convergencias tecnológicas que se hacen presentes actualmente con los diferentes 
avances y encuentros entre los artefactos propios de los tradicionales mass media y las 
posibilidades de la telemática y la informática. De entrada se puede establecer que la 
convergencia tecnológica en lo que concierne a las industrias mediáticas tiene que ver con 
el encuentro de las estructuras tecnológicas de medios como prensa, radio y tv con las 
estructuras de las telecomunicaciones y de la informática. 
De la misma forma es importante puntualizar que los procesos de convergencia no son un 
fenómeno nuevo en ningún sentido. Desde que las sociedades humanas comenzaron a 
producir artefactos, se han producido convergencias diversas que han dado lugar a nuevos 
artefactos y más tarde a diferentes tecnologías. Esto es, la convergencia técnica o 
tecnológica es un proceso constante. En el caso de los medios de comunicación tal 
convergencia tampoco es un proceso nuevo o que haya surgido hace sólo algunas 
décadas. Los diferentes medios de comunicación han visto su antecedente y precedente. 
La novedad que se ha querido adjudicar a un proceso que es constante, se inserta también 
en las dinámicas del capitalismo actual. Así, organismos internacionales como la Unión 
Internacional de Telecomunicaciones (UIT) propone utilizar la palabra convergencia para 
describir “casi cualquier tendencia que representa un contacto aún más estrecho entre los 
sectores de las tecnologías de la información, la

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