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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO RECIENTO SANTIAGO LUIS ALEJANDRO ARIAS MOLINA 100678021 TEMA #4: Sistemas de Colonización en los siglos XV y XVI. • Factoría Colombina La factoría colombina fue una forma de intercambiar bienes entre la Corona española y sus colonias en el nuevo continente. Comenzó como un intercambio comercial cuyo nombre proviene de Columbus. El principal motivo por el que Europa estaba interesada en las nuevas tierras era económico. Por ese motivo, Colón se aseguró de conseguir oro desde su llegada. Las primeras islas a las que arribaron los exploradores fueron La Española (actual República Dominicana y Haití), Cuba y Jamaica. Los pobladores eran personas amistosas y les dieron la bienvenida a los nuevos exploradores. A pesar de ello, no toleraban el abuso ni el maltrato de los recién llegados, respondiendo de manera violenta a estos para defender sus tierras y sus vidas. El Tributo Aborigen de origen Taino consistía en una cantidad fija que debía ser pagada por cada hombre adulto indígena sin consideración a su patrimonio u otros ingresos. El tributo era tasado en dinero o en frutas, y en un primer momento fue percibido por los encomenderos. Sin embargo, cuando las encomiendas revirtieron a la corona, la importancia del tributo de indios aumentó consecuentemente dentro del conjunto de ingresos de la corona en la primera mitad del siglo XVII. Desde 1631 se dejaron de conferir encomiendas y el indio empezó a pagar su tributo directamente a la Real Hacienda. • Rebelión De Francisco De Roldán A las rebeliones de Bernal Diaz de Pisa y de Pedro de Margarit hay que sumar una nueva, y tan sólo en 5 años de gobierno de los Colón. Esta vez fue una persona de confianza de Cristóbal Colón, Don Francisco de Roldán, natural de Torredonjimeno (Jaén-España). Trabajó en su servicio doméstico durante muchos años, y poco a poco gracias a su astucia y dedicación fue ocupando distintos cargos, siempre bajo el paraguas protector del almirante, hasta llegar al tercer cargo más importante entre los españoles de la isla: alcalde mayor de la española. En 1497 la situación en la Isabela era desastrosa, llevaban más de un año sin recibir víveres y no había noticias del almirante ni de ningún barco español. Tras el disgustado regreso de Boyl y Margarit se pensó que las acusaciones de éstos contra Colón habrían provocado su condena y su más que probable ejecución. Con más razón pensando en las pesquisas que hizo el juez Juan de Aguado en las que el almirante no quedaba muy bien parado. • Medidas tomadas por Nicolás de Ovando.1502-09. Fray Nicolás de Ovando llegó a Santo Domingo con las órdenes muy claritas de los Reyes Católicos de cómo sería su gobierno en las Indias. Se pueden resumir en dos puntos: poner orden en la administración y en la explotación de los recursos naturales de la española y, algo que sería una constante en el llamado Imperio español americano, la creación de ciudades y núcleos urbanos de corte castellano que favorecieran el desarrollo polí-tico y económico de la isla, así- como su control militar. • El Gobierno De Nicolás De Ovando (1502-1509) Estableció una administración burocrática. Dinamizó la economía. ... Durante este gobierno se creó en Sevilla la Casa de Contratación, organismo que monopoliza el comercio siendo representante en Santo Domingo Miguel de Pasamonte, quien ejercía como tesorero real. • Fortaleza Ozama construida por Nicolás de Ovando La Fortaleza Ozama es un gran monumento histórico que pertenece a la historia de la República Dominicana. Localizado en la ciudad de Santo Domingo, es una de las estructuras más antiguas que remota a la historia de esta, la cual fue construida por los españoles en la época colonial. En la actualidad es considerada un Patrimonio de la humanidad, al igual que otros monumentos de dicha Ciudad Colonial. Conocida como la edificación militar más antigua y consumada de la isla, la cual dio paso a la Conquista de Las Américas. Fue construida cuando Nicolás de Ovando era Gobernador de la isla, entre los años 1502 y 1507. Quien ordenó el levantamiento para proteger la ciudad de los ataques de piratas y corsarios, que asechaban el lugar. La puerta Carlos III, uno de los accesos más antiguos de la ciudad, nunca fue atacada. Se convirtió así en la primera edificación militar de Europa en América. En La colonización del Nuevo Mundo supuso la introducción de instituciones que organizaran y aseguraran el gobierno, la explotación de las nuevas riquezas y la expansión del catolicismo. La Encomienda fue una de ellas. De origen medieval y castellano, ampliamente utilizada en Europa durante la reconquista de la península ibérica en el siglo XV, la Encomienda fue readaptada en el contexto americano y chileno del siglo XVI. En teoría fue normada según las disposiciones del llamado derecho indiano. En recompensa por los servicios militares y financieros proporcionados durante la conquista, la Corona concedió encomiendas a los conquistadores. Estas correspondían a repartimientos de indios, es decir, un conjunto de población nativa organizada a través de caciques o curacas. Cada encomendero estaba autorizado de percibir tributos de los indios asignados. A cambio estaban obligados a proteger y evangelizar a los indios, quienes eran considerados como incapaces relativos, es decir, como menores de edad. La implementación de la Encomienda adquirió matices distintos según cada región donde fue aplicada. En Chile la obtención de tributos por parte de los indios fue muy difícil dada las condiciones económicas y sociales iniciales. Por esta razón predominó la llamada Encomienda de servicio que, en vez de la entrega de tributo, consistió en servicio personales que los indios realizaban como mano de obra, predominantemente en lavaderos de oro. La obtención de una Encomienda se transformó así en un decisivo estímulo para la colonización, deseada por numerosos conquistadores. Por su parte, los encomenderos debieron auxiliar con sus indios durante la Guerra de Arauco, previo a que fuera formado un ejército profesional. Las repercusiones de las encomiendas fueron particularmente negativas para los indígenas, quienes fueron abusados y cruelmente tratados. En general la Encomienda implicó el desarraigo, la concreta privación de la libertad y el descenso demográfico de los sectores indígenas, por lo que ya en pleno siglo XVI surgieron voces que cuestionaron el sistema y buscaron regularlo a través de tasas, como la de Santillán o la de Gamboa. Temiendo que se transformaran en beneficios hereditarios perpetuos que forjaran en América una aristocracia terrateniente poderosa, autónoma y de difícil control, la Corona limitó la herencia de la Encomienda solamente a dos generaciones. En Nueva España y en Perú, los conquistadores se rebelaron con el fin de perpetuarlas, estableciendo un régimen de carácter señorial, participando Pedro de Valdivia por el bando monárquico en una de ellas. En Chile las encomiendas fueron conferidas directamente por los gobernadores, a diferencia de las mercedes de tierras que suponían el derecho de propiedad y que eran entregadas por el cabildo. Debido al temprano agotamiento de la actividad aurífera, la encomienda chilena, basada en la servidumbre del indio, derivó en faenas agropecuarias, siendo crucial para la formación del espacio rural. En el siglo XVII el sistema de encomienda fue extendido con variantes al norte de Chile (La Serena, Copiapó), Cuyo, Chiloé y la zona central, garantizando el acceso a mano de trabajo o la recepción de una pensión para los encomenderos herederos. En el siglo XVIII, debido a múltiples factores ligados con la dispersión y ruralización de los indios, la mantención de los abusos, el mestizaje, entre otros, la instituciónfue decayendo hasta que finalmente fue abolida por Ambrosio O'Higgins mediante un edicto del 7 de febrero de 1789, en plena era borbónica, que fue ratificado por la corona en 1791, fecha en que se concretó su abolición definitiva. • Contratación de Sevilla 1503. Mediante real cédula, el 20 de enero de 1503, se creó en Sevilla la Casa de Contratación, organismo rector del comercio peninsular con las Indias. Contó inicialmente con un tesorero, un factor y un escribano-contador para controlar el movimiento de personas y bienes hacia las nuevas tierras. Según las ordenanzas dadas en Alcalá de Henares en 1503, el factor se encargaba de la negociación de los artículos provenientes de los territorios descubiertos y era una especie de gerente de la empresa comercial americana. El tesorero recibía "todas las cosas, mercaderías, mantenimientos, dineros y otras cosas que hubiere o vinieren a la dicha casa", mientras el contador-escribano debía reflejar en los libros "todas las cosas que el dicho tesorero recibiere y las que fueren a su cargo de cobrar y asimismo todas las cosas que el dicho factor despachare e hiciere a la dicha negociación". Entre otras misiones los funcionarios tendrían cuidado de que no faltasen las mercancías necesarias en las expediciones a Indias, concederían licencias para zarpar, nombrarían a los capitanes de las embarcaciones fijándoles sus obligaciones y recibirían las riquezas indianas como perlas, oro y plata. • Sermón de adviento 1511 En diciembre de 1511, el cuarto domingo de Adviento, subía al púlpito de la iglesia de los dominicos en La Española (Santo Domingo) fray Antón Montesino para pronunciar un memorable sermón, que se convertiría en una de las primeras y más radicales denuncias de los abusos de la conquista española en Abya-Yala y en un antecedente del pensamiento latinoamericano liberador. Ha llegado hasta nosotros gracias a la profética e incisiva pluma de fray Bartolomé de Las Casas, que recoge lo sustancial de la prédica y las reacciones a la misma en el tercer libro de su Historia de las Indias (tomo II, M. Aguilar Editor, Madrid, s/f, páginas 385-395). El sermón fue preparado por todos los miembros de la comunidad de Santo Domingo, quienes lo firmaron de su puño y letra para dejar constancia de la autoría colectiva y de la relevancia de tan decisiva pieza oratoria. Los dominicos lo habían preparado a conciencia a partir de sus propias averiguaciones sobre el "crudelísimo y aspérrimo cautiverio" al que los encomenderos españoles sometían a los indios en las minas de oro y otras granjerías, y tras escuchar numerosos testimonios sobre la "tiránica injusticia" y las "execrables crueldades" contra los nativos, tratados como animales "sin compasión ni blandura", y "sin piedad ni misericordia", según la descripción de De Las Casas. Tras tan concienzudo análisis de la realidad acordaron denunciar desde el púlpito el régimen de la encomienda por considerarlo contrario "a la ley divina, natural y humana". El vicario Pedro de Córdoba encargó pronunciar el sermón a fray Antón Montesino, uno de los primeros dominicos en llegar a la isla, afamado predicador, hombre de letras, muy animoso, "aspérrimo en reprender vicios", "muy colérico en sus palabras" y "eficacísimo en sus frutos". El templo estaba a rebosar. Ocupaban los primeros puestos las principales autoridades coloniales, entre ellas el almirante Diego de Colón, hijo del conquistador. También estaba presente el clérigo Bartolomé de Las Casas, en su calidad de encomendero. • Leyes de Burgos 1512 Leyes de Burgos. Fueron las leyes dictaminadas el 27 de enero de 1512, como resultado de una junta sostenida por un grupo de teólogos y juristas en la ciudad española del mismo nombre. Se crean bajo el falso pretexto de la Monarquía Hispana de querer regular el proceso de colonización y conquista de América, en vistas a hacer valer los derechos de los naturales, indios o indígenas que habitaban esas tierras a la llegada de los conquistadores y los cuales habían sufrido múltiples maltratos. La denominación original de estas leyes fue el de Ordenanzas reales para el buen regimiento y tratamiento de los indios. Constaba de 35 leyes o artículos que regulaban el régimen de los mismos, sus condiciones personales de vida y de trabajo, sus derechos, los límites a su utilización como mano de obra y lo que es más importante: se reconocían por primera vez su condición de hombre libre y titular de derechos humanos básicos, como el de la libertad y la propiedad. • Negros ladinos y bozales Los negros cristianizados mencionados en los documentos de España, La Española, y el resto del imperio español eran conocidos como ladinos, y el vocablo se refería en general a los negros que estaban familiarizados con la lengua, religión y cultura en general de Castilla o Portugal, sea por haber nacido o crecido en esos territorios o por un largo contacto con esas culturas. Por el contrario, los negros que no tenían familiaridad con las lenguas y culturas ibéricas, típicamente aquellos venidos o traídos directamente de África, eran llamados bozales. Como se indica en otros lugares de este portal, durante los primeros años de la colonización en La Española, la corona de España intentó que solo negros ladinos llegaran a esta colonia, aunque la restricción en la práctica duró. • Rebelión de Enriquillo 1520 al 1533. Los pocos indios que quedaban en 1520 eran todavía utilizados en las minas, los nuevos trapiches e ingenios, así como en los hatos ganaderos. Luego de que su liberación de las encomiendas resultara imposible de lograr por los frailes Jerónimos, surgieron varias rebeliones indígenas entre las que se destaca la de un descendiente de cacique de Aragua llamado Enriquillo, quien encabezo un alzamiento en las sierras de Bahoruco que resulto imposible de dominar por los españoles durante un periodo de 13 a 16 años, hasta la firma de un acuerdo de paz por los españoles por el emperador Carlos I en 1533. Enriquillo fue educado en un convento franciscano por lo que, contando con buen conocimiento de la cultura española y una admirable capacidad de mando, logro dirigir la primera guerra de guerrillas, utilizando armas y técnicas militares españolas y aprovechando las abruptas montañas del Bahoruco para impedir los ataques del enemigo y organizar diversas guaridas y cultivos de conucos, con lo que siempre aseguraron su aprovisionamiento. El hábil cacique se mantenía constantemente informado de los planes de los españoles a través de una red de espías diseminados entre las encomiendas. Sus hombres se multiplicaban día a día y al igual que otros alzados conocidos como el “Ciguayo” y “Tamayo”, se dedicaron a atacar viajeros y villas del interior con lo que obtenían mayor cantidad de armas y provisiones. Una de las mejores tácticas de Enriquillo fue la de cambiar constantemente el lugar de encuentro con sus hombres, de manera que, “ni ellos sabían puntualmente donde habían de hallarlo; esto se hacía porque si los españoles los prendiesen, ninguno de ellos pudiese ir a avisar y a tormentos descubriesen donde quedaba”. Como tantos españoles habían emigrado, el gobierno colonial se vio corto en recursos humanos y monetarios para continuar haciendo el tipo de incursiones armadas que tan buen resultado habían dejado en la época de Ovando. La mayoría de españoles que le fueron a combatir eran casi obligados por la Real Audiencia, institución que llego a perder de 80 a 100,000 castellanos de la caja del Rey en estas desventajosas incursiones.
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