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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES CENTRO DE ESTUDIOS SOCIOLÓGICOS LA ESCUELA Y LA POSIBILIDAD DEL OTRO. UN ANÁLISIS SOBRE LA ESCUELA COMO DISPOSITIVO QUE OPERA CONTRA LA POSIBILIDAD DE OTREDAD ENSAYO PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN SOCIOLOGÍA PRESENTA: ILSE OHMI ALVARADO VELOZ DIRECTOR: DR. ANTONIO PADILLA ARROYO CIUDAD DE MÉXICO, 2015 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Índice Para comenzar 3 La concepción hegemónica de la vida 7 El Otro en el mundo contemporáneo 35 La escuela, dispositivo para la revo-ilusión 58 Conclusiones 85 Fuentes consultadas 97 Bibliografía complementaria 100 3 Para comenzar Este ensayo parte de la idea de que el mundo está lleno de diversas formas de vivir. No sólo hay distinción entre especies. También dentro del género humano existe una gran variedad de interpretaciones que producen a su vez variedad de significaciones, por lo que existen diversas formas de vida, no sólo de cultura. Es por esto que se pretende hablar desde la sociología interpretativa, la cual destaca la cualidad de los humanos como actores de vida y reflexión – por lo que hay interpretaciones. Mira a través de la afirmación de que el mundo social está compuesto por subjetividades que interaccionan entre sí y sostiene que cada persona está compuesta por un Yo (biografía y el primer impulso. El querer ser) y un Mi (los marcos de referencia, el imaginario colectivo, el deber ser). Gracias a esta los sujetos son capaces de modificar su contexto y la forma en la que están organizados socialmente, así como conservar algunas características. El tema que he elegido es el actual sistema escolar contemporáneo dentro del discurso multicultural y la inclusión que lo legitima. Encuentro dentro de este planteamiento una problemática y una paradoja. El sistema escolar es resultado de un proyecto que fomenta el desarrollo, producción y dominación de una sola forma de vida, la moderna, pero que de manera contradictoria se promueve a partir de un discurso de tolerancia e inclusión dentro del contexto democrático que domina en la actualidad y que pretende la inclusión de la diferencia, pero que parece ser que se queda en el discurso. El proyecto educativo de cada nación es transmitido principalmente por medio de la familia y del sistema escolar. Cabe destacar que la educación no se remite a conocimientos científicos sino que incluye todo un conjunto de herramientas para ser. 4 En esta perspectiva, cabe preguntarse ¿Cómo se educa en de las escuelas y para qué?¿Según quién define el ser de esa manera? En el contexto democrático y de integración social, los gobiernos proponen, aparentemente se permite el equilibrio entre pluralismo –aunque reducido a cultura, más no a forma de vida- y unidad política, gracias a las libertades a las que, se dice, se tiene acceso formalmente. Sin embargo, el Estado democrático no es neutral en cuestión de formas de vida, responde a una lógica, que se propone transmitir, es decir, “ese modelo de construcción nacional está al servicio de un paquete importante y legítimo de objetivos”1. Dicho modelo supone la promoción de una lengua, un sentimiento de pertenencia, así como modos, técnicas y normas para regular la vida. De ahí que es importante reflexionar acerca del sistema educativo para hallar los contrastes que existen actualmente entre el discurso político respecto educación, la función social de la escuela y su modo de funcionar, para concientizar sus características, pues aparentemente el sistema escolarizado, como institución educativa, genera condiciones de integración y reconoce la otredad. A este respecto cabría preguntarse si en la práctica propicia pautas que hagan efectiva esa posibilidad de integración e inclusión respeto al otro –distinto- o, al contrario, en su búsqueda de funcionalidad social y de operación genera discriminación y la prohibición en acto de la existencia de otros. Evidentemente se trata de deshacer el mito de la escuela y del discurso sobre tolerancia, apertura y democracia, mediante la problematización de sus formas de realización, es decir, de su carácter de dispositivo. Se busca entender cómo se administra la existencia de quienes en ella 1 Kymlicka, Will. Estados, naciones y culturas. Editorial Almuzara, 2004 p. 58 5 participan y discutir si en ese manejo administrativo de la vida la escuela pervierte lo que dice con lo que hace. Precisamente porque la escuela, con sus programas, metodologías, temáticas, jerarquías y más, establece la priorización de ciertos saberes, conocimientos, valores, normas, aptitudes, actitudes, es decir, de una forma de vida; que se dice, es parte de nuestra naturaleza, entonces ¿cómo es que podría incluir otras formas? Simplemente “no se puede hablar de educación cuando queda reducido a las funciones sociales que debe asumir”2. Vivimos en un mundo que por un lado defiende la otredad y por otro prioriza la unidad política como única forma de operar. El mundo está economizado y es de esta forma como se pretende administrar la existencia, por lo que sólo le da cabida a lo que se acople a ella. Sin embargo, al mismo tiempo, se hace la introducción de esta nueva forma de hacer política social a través del discurso de la tolerancia y la inclusión que ya forman parte de la vida cotidiana. Por eso resulta importante analizar el sistema escolarizado, su funcionamiento, colocarlo en el centro de la discusión, pues el problema de la otredad ha sido resuelto por la vía del individuo, tratando a éste como enfermo o anormal, pero jamás cuestionando el sistema y sus instituciones, así como su forma cerrada de existencia. Por eso la urgencia de revindicar la vida y cuestionar el sistema de ideas y doctrinas dominante, de rescatar la diferencia y su posibilidad, así como de hablar de quien hace la vida bajo otros parámetros, porque la educación se ha pervertido para convertirse en un medio y no en un fin, es decir, vivimos en el contexto en el que “la educación, tan asombrosamente descuidada en beneficio de proyectos que se limitan a 2 Touraine, Alain. ¿Podemos vivir juntos? Fondo de Cultura Económica, 2006 p.274 6 adaptar a lo que con una expresión oscura denominan las necesidades de las economías”3. Finalmente es útil hacer una reflexión acerca de los lugares a los que en alguna etapa de nuestra vida asistimos a diario, en los cuales nos podemos sentir como en casa, pero que son tan comunes y naturales en nuestras vidas que ni si quiera se nos ocurre reflexionar ¿de qué se tratan? ¿quiénes los crearon, para qué? ¿de verdad queremos formar parte de ellos? El trabajo expone en el primer capítulo el contexto histórico de aquella visión de mundo que pretende universalizarse, es decir, describir el proceso moderno que implicó la aparición de una visión hegemónica hasta llegar a las características dela actualidad. El segundo capítulo comenzará la discusión acerca de la Otredad y su aparición en el contexto social. En él se hará una reflexión de lo que implica la visión multicultural, la discusión sobre lo que implica una forma de vida, así como se discutirá acerca de las contradicciones que se encuentran respecto el discurso democrático y tolerante. Por último, en el tercer capítulo se presentará la reflexión acerca del sistema escolar y su condición de dispositivo encargado de reproducir una forma de vida hegemónica y no crear las condiciones de inclusión. A partir de los tres capítulos se establecerán cuáles son las conclusiones y, si es posible, proponer discusiones y/o establecer propuestas. 3 Touraine. Ob. Cit. p.166 7 La concepción hegemónica de la vida El objetivo de este capítulo es describir la concepción del mundo que pretende universalizar la modernidad, es decir, la democracia y el libre mercado como ejes de la vida social y que pretende naturalizar la idea del hombre moderno -que ha predominado hasta estos días- como forma de vida para después poder problematizarla. Es esa concepción que no deja cabida a otra forma de interpretar el mundo, cuyo origen es un contrato social del cual cualquiera que quisiese salirse de ese orden estará castigado mediante sanciones que en apariencia tienen sus fundamento en leyes que derivan del contrato –las cuales no son neutrales porque alguien las redacta en función de su vida e interpretación del mundo- ya sean legales –constitución- o de orden social –estigmas, exclusión y anormalidad-. La modernidad, como forma de vida se concibe como global, acumulativa y expansiva; el desarrollo de conocimientos, técnicas, riquezas, medios de acción; la formación de grupos, clases y roles sociales, ideologías e instituciones; su naturaleza de proceso global de organización y sistematización de cualquier aspecto de la vida, con gran capacidad de adaptación –económica, política y socialmente- ; la sobrevaloración de la técnica, el trabajo, el lenguaje y, especialmente, de la apariencia, haciendo de este mundo un espectáculo a través de la racionalidad planificadora que lo distingue y da vida a la burocracia de los Estados Nación que son otras tantas dimensiones de sus manifestaciones. En resumen, la modernidad involucra un conjunto de valores, conocimientos y comportamientos, de instituciones y estructuras que regulan lo espiritual y lo material con base en las tesis del progreso y el desarrollo. 8 En tanto proceso, la modernidad con el paso del tiempo ha actualizado sus formas, pero ha preservando su naturaleza. En cuanto concepción hegemónica con pretensiones de universalidad ha intentado suprimir la cultura local para imponer la cultura nacional por medio de los Estados Nación. Aquella construcción social basada en la idea de que cada territorio cuenta con población unida por una identidad y con gobierno propio, cuya base es el ciudadano –aquel sujeto que reconoce al Estado como autoridad y acata obligaciones y derechos- y que tiene como objetivo, a partir del contrato social, la búsqueda de la felicidad general creando leyes y difundiendo estilos de vida uniformes para lograr el equilibrio y lograr armonizar los intereses personales con los de la comunidad. El Estado-nación hace que cada hombre sea <<calculable, uniforme y necesario>> para poder fundar instituciones estables que por medio de contratos y promesas. “Se trata de crear socialmente un animal capaz de asumir responsabilidades”4. En esta tarea, la sociedad moderna se ha encargado de favorecer la correspondencia entre individuo e instituciones con base en un supuesto valor universal de una concepción racionalista del mundo que se difunde a través de un proyecto educativo que tiene entre sus objetivos imponer la razón para regular y ordenar las pasiones y los vicios porque, según una de las tesis del pensamiento moderno, se es libre por el derecho que tienes a contribuir a la sociedad y siempre que el hombre moderno logre dominar las pasiones y los vicios personales es la mejor forma de aportar al bien común. De ahí la importancia de reconocer la función estratégica de los procesos de institucionalización y socialización que son pieza clave dentro del proyecto moderno, a saber la asignación y la inculcación de 4 Garzón, Mercedes. Nihilismo y fin de siglo. Editorial Torres Asociados, México, 2000. P. 52 9 roles a los individuos por medio de la concepción del mundo que incluye percepciones, ideas, creencias, valores, imágenes e imaginarios, así como de las prácticas culturales, es decir, las acciones, los actos, las conductas, los comportamientos, los usos y las pautas, así como el lenguaje, las signos y los símbolos, las palabras para describir y situarnos en el mundo. En palabras de Touraine “el individuo sólo se convierte en un ser verdaderamente humano al participar en la vida colectiva y contribuir al buen funcionamiento de la sociedad, en particular mediante su trabajo, pero también como miembro de una familia”5. El nacimiento o la refuncionalización de las instituciones que sirven como vehículos para la inculcación de unas y otras son, primordialmente la familia, el matrimonio y la escuela y, en la actualidad, se suman los medios de comunicación e información. Es la ecuación de razón + individualismo moral + instituciones políticas la que nos ayuda a comprender la razón instrumental y la conciencia, la cual guía la vida pública y privada, y que pretende guiar el comportamiento de todos en cada rincón del planeta y que se legitima a través del discurso científico. La consecuencia es que “la conciencia queda totalmente determinada, en su constitución, por una estructura de dominio”6 por lo que contrario, a las tesis racionalistas y modernas, no permiten el libre desempeño de la libertad y el desarrollo de las personalidades. En la actualidad predomina una forma de concebir y operar el mundo, es decir, existe una forma hegemónica que tiene rasgos particulares de vivir que nace con el surgimiento de la modernidad. A partir del Renacimiento, aquel momento histórico que implicó una ruptura con la 5 Touraine, Alain. ¿Podremos vivir juntos? Fondo de cultura económica, México 2006. P.30 6 Garzón. Ob. Cit. p. 52 10 concepción religiosa del orden público, aparece una nueva mentalidad que implica una nueva forma de vida. La idea de la existencia del orden de Dios es puesta en duda lo cual rompe el consenso acerca de la vida –desde su organización hasta su producción- y en consecuencia la concepción de que Dios es razón y consecuencia de todo, dejó de ser apreciada como la única forma de explicar y entender el mundo e incluso pasó a ser parte de la vida privada de las personas más que del orden público. Con esta ruptura se abre paso al hombre moderno y a la forma de concebir y explicar el mundo. Este hombre, junto con la idea de individuo y la idea del yo, sustituyen a Dios como centro de la explicación, y se convierte en un ser interesado por la naturaleza –su explicación y su dominación- y capaz de originar el pensamiento científico. Un elemento clave para la ruptura y cambio de mentalidad fue el pensamiento de René Descartes. Él introduce la separación de la sustancia, es decir, del cuerpo y el alma, y expresa que existe unión entre el pensamiento y la existencia. Él confía tanto en la razón que se dedica a reflexionar acerca del ser humano y tuvo como conclusión la concepción del yo. Es importante resaltar el pensamiento cartesiano porque fue con él que se comenzó a tomar en cuenta que el ser humano es capaz de dudar, de afirmar, de negar, imaginar,sentir y saber qué quiere y qué no quiere; siendo éste capaz de hacerse cargo de sus pasiones como lo requiere la unión cuerpo-alma. En palabras de Touraine “el mundo de Descartes no es el mundo de la naturaleza ni del espíritu universal; es el mundo del hombre que duda y, en esto, está separado de Dios, pero también del hombre que sólo encuentra apoyo sólido en sí mismo en virtud de un 11 vuelco que hace manifestar al sujeto en el seno del yo” 7 . El conocimiento se convirtió así, en la nueva alma del hombre otorgándole su dualidad, de ser animal, pero al mismo tiempo también ser un sujeto racional. La racionalidad, principal característica del hombre moderno –por supuesto: masculino, blanco y con capital-, es aquella capacidad que le permite interpretar cómo sucede y qué sucede, se trata de aquel acto de reflexión, el cual se da a partir de la evidencia empírica, en el que no se trata de inventar sino de descubrir. La razón implica la anticipación en el pensamiento para poder dar sentido a las acciones y a las cosas; consiste en pensar los medios para llegar a los fines deseados. Como lo explica Villoro la modernidad implica “convertir el universo en intelecto” 8. Es a través de esta nueva forma de relacionarse con el mundo, con la aparición de la concepción de la naturaleza y el desarrollo del pensamiento científico –la racionalización de la vida-, sumado a la idea de individuo, que hace su aparición una nueva forma de organización social. Es decir, cuando la ciencia remplaza a Dios como medio y mensaje en la vida pública, ésta queda protegida tanto de la política como de la religión y se convierte en la autoridad – aparentemente neutral- respecto de la vida social y privada de las personas en las sociedades. La racionalización y la ciencia, como mecanismos sociales, implicaron la destrucción de ciertos vínculos sociales, sentimientos y costumbres para imponer otros, por lo que la sociedad es concebida como la fuente de valores que delimita qué es el bien y su utilidad, así como qué es el mal y cómo perjudica la integración social. 7Touraine, Alain. Crítica de la modernidad. Fondo de Cultura Económica, México, 2000 p.52 8 Villoro, Luis. El pensamiento moderno. Filosofía del renacimiento. Fondo de Cultura Económica/El Colegio de México, 1992. p. 53 12 La sociedad, ¿el ser racional?, es el eje de explicación más que el objeto de estudio, y el pensamiento científico –con su carácter “neutral”- objetivo ante la política y la religión- se orientó a producir conocimientos para la utilidad social y el bien común, es decir, el progreso. La modernidad, entonces, es entendida como “difusión de los productos de la actividad racional, científica, tecnológica, administrativa”9. No sólo se trata de una etapa histórica o de un proceso de cambio, sino la imposicion de una forma de vivir. Como consecuencia de la racionalización del mundo, se puso en marcha la búsqueda del orden político y económico sin fundamentos religiosos. Las primeras interpretaciones respecto del orden social y de cómo llegar a él fueron las de los contractualistas, los cuales siguen vigentes. En aquella época el contexto europeo era peculiar. El feudalismo estaba terminando y se abría paso a una nueva economía. En Inglaterra, principalmente, ya se operaba a través del mercantilismo con las nuevas rutas marítimas de comercio y se intensificaban los intercambios de mercancías, creando las bases del liberalismo económico. Los teóricos contractualistas –principalmente Locke y Hobbes- fundamentan su reflexión acerca del hombre al sostener que éste, por naturaleza, es un ser perverso y egoísta que actúa en términos de intereses y pasiones individuales, y que por ello están inmersos en una guerra de todos contra todos. Sin embargo, también por ley natural – explican- los hombres buscan la preservación de lo humano sobre todas las cosas, porque –naturalmente- los hombres están en condiciones de igualdad y libertad, siendo libertad para Locke “el espacio propio que no 9 Touraine. Ob. Cit. p.17 13 interfiere en el espacio de los otros”10. Así mismo, los hombres tienen derechos naturales, es decir, que por su condición de individuos tienen derecho a la vida, la salud, la libertad, la igualdad y a la propiedad. Con estos antecedentes hace su aparición la idea de propiedad. Los bienes primarios (recursos naturales) se consideran abundantes y los hombres cuentan con su cuerpo y manos que les permiten llevar a cabo su capacidad natural del trabajo y lo que produzcan ellos mismos podrán ser sus únicas posesiones. Locke explica que “toda la tierra que un hombre labre, plante, mejore, cultive y cuyos productos él pueda usar, será en tal medida su propiedad”11. Sin embargo, en este punto comienza la dificultad en la vida pública –se sigue dentro de la interpretación de los contractualistas-. Es decir, al poder acumular lo que trabajas sumado a que el hombre es perverso y egoísta se genera la acumulación ilimitada, la desigualdad y el robo de propiedades, lo cual propicia el estado de guerra de todos contra todos, cuyo origen está en la transgresión del –supuesto- derecho de propiedad. Este estado se caracteriza por la enemistad y la destrucción de los hombres motivados por la ambición y la necesidad de acumular propiedades susceptibles de ser transformadas en propiedad: animales, personas, todo. Es justo a partir de este punto donde la razón comienza su labor de administración de la vida. Ante dicho estado, los contractualistas explican la necesidad de los hombres de establecer un contrato social para pasar del estado de naturaleza/de guerra al estado civil. El contrato implica ceder la libertad natural y su voluntad a cambio de seguridad para regular el egoísmo y las pasiones. Se trata de una asociación entre individuos en la que, después de discutir lo sucedido en el estado de 10 Locke, John. Ensayo sobre el gobierno civil. Editorial Porrúa, México p. 4 11 ibid p. 20 14 naturaleza, se decidirá qué tipo de juez común habrá –ya sea por sumisión o por unión- y qué tipo de gobierno. Para garantizar la seguridad y el orden social se crearán leyes, obligaciones y sanciones. El objetivo de tal contrato es crear la sociedad política que garantice los derechos naturales con justicia y al mismo tiempo que preserve las propiedades a través de un gobierno, en realidad el Estado, que determina y ordena a las autoridades que tendrán esa función. La garantía de que habrá justicia es que se vivirá conforme las leyes y sanciones que regulan el comportamiento y la vida social; si estás no se cumplen por convicción y por voluntad propia, entonces se impone por la fuerza que encarna la voluntad general. De este modo, se reconoce y se materializa el estado de derecho y el ejercicio de los derechos que, sólo formalmente, son inherentes a la condición de los seres humanos que de esa manera asegurarían la libertad y la felicidad para todos los miembros de la sociedad. De este modo se constituye un Estado civil, aunque el tipo de gobierno será el tema a discutir por los teóricos, tema que actualmente se sigue discutiendo y siguen surgiendo propuestas. La reflexión sobre el origen y la naturaleza del orden social conllevó la comprensión y la explicación del contrato social como articulador de las voluntades individuales para configurar la voluntad general. El establecimiento de un sistema social basado en el individuo y la razón tuvo consecuencias incalculables en todos los ámbitos de la vida social. Por ejemplo, orientar la vida de las personas a satisfacer sus aparentes o reales necesidades materiales mediante el impulso sin límites del simple progresoy el bienestar de unos cuantos, quienes si tienen la posibilidad de vivir como actores –seres que toman decisiones acerca del orden social- y que disfrutan del producto de trabajos de otros. 15 Con la aplicación del contrato social se crean las condiciones para que se desarrolle el liberalismo en su vertiente económica, esto es, el libre comercio y la propiedad privada como regulador de la vida social y de la posibilidad de que unos sean los que posean propiedades y capital y otros los que trabajan. La aparición de la propiedad y del dinero –como forma de acumulación de las propiedades- son elementos importantes de la nueva mentalidad, racionalista y utilitarista. Otro elemento importante de esta nueva forma de concebir el mundo son las ideas acerca del orden económico que desembocó la forma moderna: el capitalismo. Este sistema económico cuenta con dos elementos fundamentales –que definitivamente no se reduce a ellos-: la economía de mercado (desaparición de todo control político y religioso) y la racionalización. Este sistema económico en conjunción con los elementos antes mencionados forja una ideología que se caracteriza, de acuerdo con Touraine en “poner cierto orden más de poner en movimiento las cosas: organización del comercio y de las reglas del intercambio mercantil, creación de una administración pública y del estado de derecho, difusión del libro, crítica de las tradiciones, de las prohibiciones y de los privilegios”12. Crítica de la modernidad Con un intento de crítica, de ruptura y de cambio del modelo y del pensamiento moderno han sido teóricos que lo cuestionan. Desde esta perspectiva se sitúa esta investigación. Es importante tener claro cuál es la forma que se impone, cómo se impone, cómo es cuestionada y qué alternativas se generan. 12 Touraine. Ob. Cit. p. 35 16 Una de las corrientes principales que critican la modernidad es la Escuela de Frankfurt. Esta explica que una de las principales críticas que hay que hacer es que el ser humano no sólo es un objeto o un títere al que se le programan sus actividades. Por el contario, para esta corriente el individuo debe convertirse en sujeto dada su racionalidad natural. Es decir, que puede tomar el control de su vida y convertirse en un actor social que partícipe no sólo en el funcionamiento económico sino en la construcción de la vida social. Para que esto suceda postula que uno de los principales aspectos que deben eliminarse es la técnica pues ésta es la que destruye la subjetividad de las personas. Según algunos teóricos de la citada escuela, “sólo el pensamiento con capacidad de problematizar –Denken- y como experimentación y, por lo tanto, como reproducción controlada de un fenómeno –Mímesis- (se) puede escapar a la dominación de poder”13. Esta condición es primordial para poder pasar de individuo a sujeto y de ese modo cuestionar el fundamento que sostiene que dentro de estas sociedades, en las que predomina la producción, el consumo y la comunicación de masas, el individuo se reduce a desempeñar papeles que algunos otros decidieron en nombre de un orden natural, ya no de Dios. Otra crítica que esgrimen los críticos de la modernidad es el gran peligro del utilitarismo y su lenguaje de poder porque, así como en la época feudal se construyó toda una serie de fundamentos sociales, basados en Dios y una mejor vida en el más allá, el discurso de la modernidad se basa, entre otros aspectos, en que el trabajo y la adecuación a las necesidades y normas sociales a fin de ser útil para el progreso de la sociedad y poder llegar a la felicidad. Sin embargo, ambas ideas encierran la misma lógica para legitimar el orden social 13 Ibid p. 155 17 con consecuencias negativas que han sido puestas en evidencia, a saber, que los individuos quedan subordinados a la organización social y a su modelo económico sin la posibilidad de convertirse en sujetos y seres libres. De ahí que se cuestiones esa manera una construcción social que legitima a la sociedad industrial moderna y sus mecanismos de control que se vuelven represores al grado de eliminar violentamente cualquier muestra de diferencia. Estas críticas proponen salir de la sociedad de producción donde los individuos son figuras de utilidad social para poder darle vida a la idea de sujeto y lo que ello implica en las relaciones sociales. No obstante, una de las expresiones más acabadas de este proceso de crítica teórica a la modernidad es paradójicamente la reivindicación de la democracia y la globalización como una nueva etapa de la sociedad humana o más bien como el fin de la historia. A este proceso también se le ha llamado desmodernización, es decir, “la ruptura de los vínculos que unen la libertad personal y la eficacia colectiva”14, consiste en pasar de la sociedad de producción a la sociedad de consumo, es decir, las personas ya no se realizan por trabajar, ya no exigen trabajo por la idea de querer trabajar sino lo que realmente buscan es poder ser consumidores y para ello se requiere trabajar. Es cierto que está crítica contiene diversas posturas políticas y económicas que se orientan a revisar el modelo y el orden económico surgido de la posguerra. Al término de la segunda guerra mundial – cuando uno de los totalitarismos, el nazismo, fue erradicado- el Estado de bienestar o Welfare State se constituye como el modelo económico. Se le define como “el esfuerzo del Estado para modificar las condiciones del mercado y proteger a los individuos de las consecuencias 14 Touraine, Alain. ¿Podremos vivir juntos? Fondo de cultura económica, México 2006. P.33 18 económicas que podría afectarlos”15, es decir, propone la idea de que el Estado debe proveer buena calidad de vida a los ciudadanos. Fue justo en la segunda guerra mundial cuando los gobiernos comenzaron a tomar postura ante las necesidades económicas y a plantearse mecanismos de regulación e intervención en la economía pues más que caridad se buscaba una redistribución de la riqueza y de un orden público más equitativo. Así, los posturas posmodernas dirigen sus argumentos en contra de una de las expresiones más notorias del modelo económico que postuló el Estado de bienestar, es decir, contra lo que consideran excesiva burocracia pública y de ese modo descalifican las herramientas de intervención social y de gestión que permitieron reducir la desigualdad si bien esta no dejó de existir. Algunas de las características de este tipo de gobierno es que existe un trato igualitario –en lo civil, en la política, y en la seguridad social- en el que conviven la propiedad privada y la propiedad pública. A pesar de tener tanto éxito como modelo económico el fracaso del Estado de bienestar tuvo que ver con dos elementos; por un lado la crisis social que se suscitó tras la caída de los totalitarismos y, por el otro, la crisis económica que provocó que muchos Estados tuvieron que pedir prestamos para subsidiar el estado de bienestar. Frente a esta situación, surgió un sector de economistas tecnocráticos que legitimaron y justificaron su ascenso al poder económico y político postulando con la necesidad de aplicar un ajuste estructural para, según sus principios, erradicar la pobreza, resolver el problema de la deuda externa, encontrar la estabilización económica que había dejado el Estado de bienestar. Estos tecnócratas se agruparon en el llamado Consenso de Washington en el año de 1989. El ajuste estructural consistió en promover e impulsar un conjunto de reformas que 15 Meny y Thoenig. Las Políticas Públicas. Ariel. Ciencia Política. España, p. 19 19 limitabanel papel del Estado en la vida económica y extender el papel del mercado. La principal premisa de tales reformas fue que el mercado actuara libremente y limitar severamente la intervención del Estado en los asuntos económicos. Dentro de estas reformas se encuentran: que los Estados no gastaran más de los ingresos, cambiar las prioridades del gasto público (salud, educación, infraestructura), diseñar una reforma fiscal para recaudar más impuestos, que el mercado fijará el tipo de interés y que determinará el tipo de cambio; también impulsar mayor apertura comercial de los países con políticas proteccionistas para atraer y garantizar la inversión extranjera directa, promover las privatizaciones y las políticas desreguladoras, el Estado ya no se encargará de regular la participación de los empresarios y los grandes capitales en los asuntos económicos y garantizará el derecho de propiedad, es decir, que no se nacionalizarán las empresas. Este conjunto de acciones dieron lugar al neoliberalismo y al modelo de compensación de ajuste económico, el cual ha representado una nueva forma del mundo moderno que propicia la apertura al mercado financiero, la desregulación amplia de la economía y el diseño de la nuevas políticas públicas basadas en las organizaciones no gubernamentales. Ahora bien la aplicación de este nuevo modelo económico ha dado como resultado la configuración nuevos individuos y grupos sociales reconfigurando el orden social, cuya base son los consumidores. Así, se produce una nueva combinación de identidad cultural y racionalidad instrumental. El debilitamiento de la mediación política que implica el Estado Nación y de los mecanismos de integración social y económica que promovía trajo consigo efectos negativos como es evidente en el aumento de las desigualdades y de la exclusión social. 20 Desde luego, este modelo también ha tenido sus manifestaciones en el ámbito social, entre ellas el predominio del individualismo bajo el supuesto argumento de que los individuos se convierten en sujetos que buscan ser actores. No obstante, estos han reaccionado a partir de intentar cuestionar el individualismo y transformarse en seres sociales mediante la reivindicación de naturaleza y utilidad social, por medio de la movilización para demostrar que se tratan de sujetos, que toman el control de su vida y que reflexionan acerca de su ser, que se oponen al control de las pasiones y postulan los deberes sociales en forma de derechos humanos. En otras palabras que deciden convertirse en actores, en seres que no sólo reflexionan acerca de sus experiencias y de su futuro, sino que hacen algo al respecto de ello y empiezan a hacerse partícipes de la vida social, política y económica. De acuerdo con, Touraine: “el individuo no es más que la unidad particular donde se mezclan la vida y el pensamiento, la experiencia y la conciencia. El sujeto significa el paso del ello al yo, significa el control ejercido sobre la vivencia para que haya un sentido personal, para que el individuo se transforme en actor que se inserta en relaciones sociales a las que transforma, pero sin identificarse nunca completamente con algún grupo, con alguna colectividad”.16 En este sentido, los sujetos cuestionan el formalismo que envuelve el nuevo mundo democrático – neoliberal mediante el reconocimiento de la subjetivación, es decir, asumiéndose como sujetos que implica la transformación del individuo en actor. La atención se centra en aquellos seres que se niegan a desempeñar los roles a los que se les destina por medio de la resistencia y la movilización. 16Touraine, Alain. Crítica de la modernidad. Fondo de Cultura Económica, México, 2000 p.207- 208 21 La identidad comunitaria no está basada únicamente en jugar los roles sociales sino en pertenencias culturales que, como efecto de la globalización, el mercado produce como si se tratara de concepciones universales. El mercado, al establecer las normas sociales a través de los productos culturales que ha elegido, no sólo hace realidad el comercio mundial sino que va quitando su característica de local a las culturas. La globalización neoliberal no sólo permite el comercio mundial, más perverso aún, sino que fomenta la universalización de una forma de vida, es decir, que en cada territorio los productos culturales pretender ser los mismos, dejando de ser locales para vivirse y consumirse de la misma manera, es decir, como si fueran universales. De esta forma el individuo se constituye en un mosaico de comportamientos uniformes aunque en apariencia diferentes y múltiples, determinados por el tiempo y el espacio ya no de instituciones, de comunidades e individuos, donde las luchas sociales quedaron atrás, sino de mercados que favorecen el desarrollo y el éxito económico individual. La crítica a la modernidad en lo relativo al modelo racionalista se centra en la búsqueda de placer, de posición social, provecho y/o poder. La nueva sociedad es caracteriza por el interés en el individualismo, así como por seres alienados donde las relaciones se convierten en procesos impersonales del deseo aunque lo que domina es el cálculo. El gran cambio es que “el progreso ya no se concibe como el triunfo de la razón o la realización del Espíritu absoluto, sino que es visto como la liberación de una energía y de necesidades naturales a las que se oponen las construcciones institucionales e ideológicas” 17 . En este contexto, la libertad parece estar más cerca que antes, pero sólo parece, 17 Ibid p.107 22 no lo está. Los individuos se sienten y se viven como sujetos pero sólo en lo formal pues su yo es reconvertido en un yo fragmentado con pocas posibilidades de reconstituirse en tanto sujetos, defendiendo el yo que piensa y que no se reduce al producto de la conciencia sino capaz de actuar con sus emociones y sus sentimientos, con su inconsciente y su subjetividad. En resumen, los hombres, su naturaleza humana, se encuentra en la construcción de sujetos que ni se reduzcan al yo individual ni al sí mismo resultado de una sociedad de masas. La conciencia –lo que llama Nietzsche-, aquella socialización –o en palabras de Touraine- “la interiorización de las normas sociales o también moralización”18 está siendo reducía a un ente sin yo, sin identidad y por lo tanto incapaz de reconocer y reconocerse en el otro, y en la alteridad, sustituyéndose por la cultura del consumo y la producción de seres sin capacidad de ser sujetos y sin otro tipo de conciencia. La sociedad vive la separación de, por un lado, las necesidades y, por otro, las utilidades, impidiendo luchar contra la moral de los esclavos que, con todas sus limitaciones, había sido una dimensión de las teorías contestarías y anticapitalistas. En este contexto la escuela y la familia también entran en crisis, junto con la identidad, ya que son estas instituciones la que la transmiten una concepción del mundo por lo que también son reconfiguradas para seguir cumpliendo con su función de reproductoras del orden social. Como ya se ha señalado, el nuevo orden social necesitó suprimir o reducir a su mínima manifestación el yo que aún permanece en la sociedad y en la masa y que mantiene latente la posibilidad de para poder dar vida al sujeto. Así, tales instituciones son necesarias al nuevo orden social en la medida que su nueva función es poner distancia con las comunidades concretas que imponían una identidad colectiva e 18 ibid p. 119 23 individual. Su anterior tarea, a saber, formar el sujeto desde su nacimiento, siendo éste definido como el proceso en el que “el individuo deja de ser únicamente social y se convierte en un serde deseo animado por fuerzas impersonales, pero también un ser individual privado”, con la pretensión de ocultar una parte de su ser, en particular sus emociones y sus perversiones, su subjetividad, tiene que ser reemplazada. Lo mismo ocurre en el ámbito político. La democracia se implantó como forma de gobierno que trajo consigo una nueva cultura política. Se trataba, en términos formales, de un gobierno donde el máximo poder es el pueblo en el sentido de que se toman las decisiones de manera colectiva a través de representantes de los grupos sociales, es decir, se define en el discurso por ser “el régimen que impide a cualquiera adueñarse del poder o conservarlo contra la voluntad de la mayoría”19. A diferencia de cómo muchos piensan, no es la democracia el ejercicio del poder del pueblo o de los ciudadanos. En la actualidad, la democracia consiste en la ausencia de un poder central que se delega en grandes corporaciones, las cuales controlan los mecanismos de participación política. Al mismo tiempo, los individuos buscan convertirse en sujetos que se movilizan para garantizar condiciones mínimas de sobrevivencia y lo hacen más con demandas de minorías que buscan el reconocimiento de la mayoría. Después de lo sucedido en la década de los 60´s –y movimientos previos- algunos movimientos sociales produjeron actores sociales como: las mujeres, los homosexuales, los estudiantes, los jóvenes, la igualdad entre negros y blancos, los sindicatos, entre otros, que comenzaron a hacerse partícipes de la vida social y a exigir que se 19 Touraine, Alain. Crítica de la modernidad. Fondo de Cultura Económica, México, 2000 p. 231-322 24 le tomara en cuenta para cubrir sus necesidades sociales. Con estas peticiones comenzó a sentirse un ambiente de apertura democrática creando la ilusión de que eso propiciaría el bienestar y ampliaría la idea misma de democracia. Es preciso aclarar que el ejercicio de los derechos ciudadanos y de los derechos sociales hacía que la vida girara en torno a la política, desde el ejercicio del voto y la representación mediante los partidos políticos hasta la movilización social. Sin embargo, el ascenso del neoliberalismo ha pretendido modificar el contenido de la democracia y en el contexto democrático-neoliberal todo es reducido a la economía política. Los objetivos de la administración política se reducen a buscar la solidez de la moneda, estimular la competencia internacional y cooperar al desarrollo de nuevas tecnologías de la información y la comunicación. En este tipo de gobierno, el pueblo no es quién propone cómo se va a gobernar –el discurso crea confusión de esto- sino las élites financieras y políticas, apoyadas por sectores de intelectuales, las cuales formulan proyectos políticos, económicos y sociales de gobernanza para legitimar las decisiones y administrar los conflictos derivados de sus propias decisiones. Así, las instituciones políticas son reconfiguradas en función de los intereses y decisiones de dichas élites sustituyendo a los ciudadanos, sus derechos políticos y sociales, por una forma de adminsitrar la democracia corporativa. En apariencia la democracia neoliberal tiene entre sus objetivos principales: disminuir las distancias sociales (estableciendo nuevos mecanismos de control social y político), garantizar el respeto y tolerancia de la diversidad cultural y la igualdad entre los sujetos, generar la solidaridad entre los grupos sociales y, finalmente, atender las demandas de los excluidos. Lo que ahora busca es que cada individuo y cada grupo social se conciba a sí mismo como responsable 25 moral y social de su vida, ya sea por su etnia, por su identidad territorial, familiar, religiosa, entre otras, y no como ocurría en el Estado de bienestar en donde éste tenía la obligación de brindar los principales satisfactores. Desde esta lógica ya no es posible que la sociedad en su conjunto se solidarice con todos sus miembros sino que cada sujeto construya su personalidad y se defina a sí mismo desde la negación de la otredad y de la alteridad. Para lograr estos objetivos se ha apoyado en el control de la antes llamada “opinión pública” utilizando los medios de información y comunicación. En este sentido, el Estado ha delegado en las grandes corporaciones la tarea de atender las necesidades materiales y espirituales de la población más empobrecida por medio de las creación de instituciones filantrópicas. En otras palabras, el neoliberalismo, ha hecho del sujeto que se origina o que pretendía ser una de las expresiones paradigmáticas de la modernidad, ese que Ulrich Beck llama hijos de la libertad y que él describe como aquel que desarrolla una vida “bajo las condiciones de una democracia internalizada, para la cual muchos de los conceptos y recetas de la primera modernidad se han vuelto insuficientes”20, un consumidor compulsivo y en la medida en que lo es y sólo en esa medida un ciudadano que ejerce la libertad de consumir o de morirse de hambre. Beck explica que en la actualidad sufrimos de libertad y no de crisis, es decir, las personas ya no encuentran sentido al compromiso ni a la visión de futuro. De esta manera se han derrumbado los valores de la modernidad que, hecho que de cierta forma es una revolución, para ser más preciso una revolución conservadora, que ha llevado a dotar de sentido y significado a lo efímero de las cosas, a vivir en un mundo 20 Beck, Ulrich (comp.) Hijos de la libertad. Fondo de cultura económica. México, 2002 p. 9 26 donde todo puede ser reducido a productos de consumo inmediato, de placer fugaz y momentáneo. Desafortunadamente, debido a su desinterés por la política y a los compromisos que ésta supone, se entregan a la publicidad y es ésta quien se encarga de producir las personalidades. Los sujetos permiten esto al quedarse al margen de los acontecimientos políticos. Es cierto que la libertad es condición de la vida cotidiana resultado de la internalización de la democracia. Paradójicamente, los sujetos están opuestos a las organizaciones y sus formalidades y desinteresados del compromiso, cuando deberían ocuparse y recuperar la cosa pública, de la razón política. Por ejemplo, han perdido la confianza en los partidos políticos, en los sindicatos, en la escuela y la familia, entre otras instituciones que le daban sentido y orientación a su pensar y su actuar. El gran gusto que poseen es la diversión y la práctica política se circunscribe a un espectáculo que ni siquiera es divertido por lo que queda fuera de sus intereses, lo que ha dado por resultado una lucha elemental contra el embrutecimiento y por asumir las obligaciones con su tiempo, colocándose en una postura apolítica y, como diría Max Weber, de desencanto con el mundo. Quizá uno de los sectores de la población en el cual es más evidente esta circunstancia sean los jóvenes, quienes si bien no se conforman con reproducir los principios morales que sus antecesores les enseñan ni a aceptar el mundo que les es dado, tampoco han logrado articular y concebir un proyecto que lleve a buscar alternativas culturales que contenga una nueva concepción del mundo y nuevas prácticas sociales y políticas. No obstante, debe reconocerse que se han dado a la tarea de impulsar un proceso de formación de identidad del yo siendo el centro de su acción y su orientación. 27 Dentro de este panorama, los jóvenes son uno de los actores que recuperan y que plantean nuevas demandas, ahora más culturales que sociales. Sin embargo, el sujeto a pesar de su reflexión y movilización, esta sometido, por ahora, a las leyes del mercado y reducido al consumo, la técnica y la cultura. La libertad de la que se habla aquí tiene una caradesagradable. Para ser más concreta, se permite la libertad de escoger entre un tipo y otro, pero de los ya producidos, no se tiene la libertad de producir uno nuevo. A este respecto, Beck sostiene que “la vida de cada uno no es una forma de existencia que uno mismo ha escogido, sino un principio estructural social y colectivo y sólo limitadamente influenciable de la segunda modernidad”21. La clave en este momento particular es cómo actúan los sujetos ante las nuevas condiciones de libertad. Su afán de reconstruir el mundo que quedó en ruinas los llevan a la institucionalización del individualismo pero de una manera peculiar. Es decir, el punto de distinción que tienen con otras generaciones es la relación que entablan con su realización personal y su desapego por lo social. El debate público, que es en sí mismo un compromiso político y que está caracterizado por la afiliación (como sinónimo de compromiso) –aquel que no esté afiliado, automáticamente es un egoísta-; por el auto sacrificio pues quien es capaz de reflexionar sobre sí mismo es capaz de asistir a los demás; por el síndrome de ama de casa, esto es, por estar al servicio de los demás; por la evidente separación que se hace respecto de quién es el que puede ayudar y quiénes son los que deben recibir ayuda y, por último, por el individuo que ayuda lo hace de manera anónima por trabajar en una organización destinada a un bien común, dicho de otra forma por la idea de “la democracia (que) ha nacido como 21 ibid p. 20 28 una democracia del trabajo, en el sentido de que la libertad política descansa en la participación en el trabajo retribuido” 22 ha sido sustituido por nuevas formas de relación política más privadas. Finalmente, para saber cuán libre es alguna población no es necesario analizar sus leyes o reformas políticas, sino conocer cómo es que actúan respecto los excesos. Uno de estos es exclusión social que es el escenario de la normalidad, quedando los sujetos al servicio del mercado, el cual se impone como un factor invisible que decide, actualmente, sobre el ser y el no ser. En este capítulo se han esbozado los principales rasgos del nuevo orden social derivado del modelo neoliberal en distintos ámbitos: político, social, económico y cultural, así como de las críticas teóricas a la modernidad. Para comenzar con las conclusiones de este capítulo recurrimos a la siguiente cita “los sueños de la razón producen monstruos”.23 Desde el Renacimiento hasta la fecha, se ha considerado al hombre racional como el eje de la civilización y de la historia. Es decir, en sus múltiples presentaciones (individuo, sujeto, actor), el hombre se puesto como el eje de la vida mediante la racionalización de todos las dimensiones del quehacer humano y de éste sobre la naturaleza. Incluso en aquellas décadas de los años 60 y 70, aquella época en la que se intentó romper con los valores sociales que se habían impuesto e ir construyendo nuevos, es preciso reconocer que se dio un gran giro en la concepción de cómo vivir la vida, pero aún con sus rupturas se elaboró todo a través de una proyección racional que desencadenó en otro tipo 22 ibid p.22 23 Garzón. Ob. Cit. p. 11 29 de dominación, pero que tiene la misma naturaleza al modelo político anterior a esos movimientos sociales. Frente a este proceso de racionalización de la vida humana, los movimientos sociales –de estudiantes, de negros, de migrantes, de mujeres, etcétera- parecían que se encaminaban a estructurar la vida desde parámetros distintos a los establecidos por la modernidad. Sin embargo, el pensamiento moderno ha sido capaz de cooptar todos estos movimientos y hacer los ajustes indispensables para poder mantener su dominio. Es decir, el pensamiento moderno ha sido capaz de introducir los cambios que cada movimiento social ha logrado de tal forma que no genera un cambio en la lógica de pensamiento sino sólo en la apariencia, en lo superficial de las relaciones. Esto lo logra a través de un discurso cada vez más flexible que va logrando su supervivencia, pero aun así la flexibilidad no significa libertad sino que las normas se ajustan al tipo de hombre que se va construyendo. Los cambios que han surgido y que han sido acompañados por crítica a la modernidad se han orientado a la lógica mercantil y neoliberal que, en sus pretensiones, universalistas y globalizadoras pretende erigirse en el único modo de pensar y actuar en el mundo. Garzón explica muy bien los límites y la tesis central del pensamiento posmoderno: “reduciéndose todo a interpretación, todo es producido por el sujeto, pero el sujeto es, él mismo, también, producto”24. En los tiempos de la posmodernidad, al mercado se le atribuye la fuerza mágica y mítica para regular la vida de los individuos, con una capacidad de resolver por sí mismo todos los problemas y conflictos de cualquier naturaleza y por ende de ser un dispositivo que media entre los principales agentes; en esta lógica, el Estado se ha reconfigurado para garantizar, legalizar y reproducir las condiciones materiales, 24 ibid p. 50 30 políticas y culturales que aseguren el dominio de las élites políticas y económicas en el nuevo orden social, el cual ocupado por profundizar los procesos de exclusión social, marginación y discriminación sobre amplios sectores sociales que no han logrado elaborar una alternativa a esta condición de subordinación y explotación. No deja de ser notorio que esto suceda cuando más se habla de la inclusión y la tolerancia y el respeto a la diversidad, la alteridad, la otredad. Lo que trato de decir es que sigue vigente el poder del Estado y aquellas asociaciones políticas –aunque se digan democráticas- que se caracterizan por la coacción y la institucionalización para legalizar y no necesariamnte legitimar el poder –aún en contra de la voluntad de las personas-. En este sentido, el pensamiento social que producen los intelectuales orgánicos asociados a las élites políticas, financieras y económicas esta en función de difundir una concepción del mundo y una praxis social que, a través de la racionalización de mitos y tabúes que se encubren por medio de un lenguaje cientificista y erigido en teorías naturales –sobre todo en el contexto social- que justifica que existan personas y grupos sociales que tienen todo y otros que no tienen nada, así como el despojo de los recursos materiales y espirituales –no sólo en lo económico- de los primeros sobre los segundos, todo en aras de un bienestar que siempre se pospone, condición necesaria para que existan su opuesto. Es esta idea de orden social, de Estado y de sociedad, de individuos y grupos sociales la que se fomenta y permite –en apariencia, legítimamente- que exista la relación de dominio de hombres sobre hombres. El Estado se ha transformado y ha sido reforzado es su carácter de monopolio y empresa. Se asume, ante la sociedad como el detentador del monopolio legítimo de la fuerza, pero encubre su condición de subordinado de las élites financieras; la coerción la ejerce 31 no sólo por los mecanismos tradicionales de represión, como el ejército y la policía, etcétera, sino mediante la violencia simbólica que ejercen y practican la familia, la iglesia y la escuela, así como los medios de comunicación masiva. Su carácter esencial de dominio sobre un territorio y una población por medio de la violencia y la criminalización de la protesta social sigue siendo una de sus características sustantivas y la practican para mantener el orden y la paz cada vez con mayor frecuencia y con mayor fuerza, es decir, como una herramienta que se utiliza con mayor severidad. El dominiodel neoliberalismo ha conducido a crear una ficción de la libertad. Los términos del contrato social están vigentes y aunque ahora se trata de normas que se sustentan en el individuo-consumidor, vivimos en una época de cinismo y mayor perversidad que anteriores porque esta se distingue por la ilusión de que somos sujetos y actores sociales que participamos en la vida pública –desde nuestros intereses personales y en medida de nuestras posibilidades y que con ello estamos participando en la construcción de un orden social. Y de hecho es así, participamos día a día en la construcción del orden social, pero no necesariamente de la forma en que nos gustaría, no necesariamente cambíandola, muy probablemente reforzándola. Realmente no cambiamos las cosas sino que jugueteamos con la flexibilidad que ahora se nos proporciona, pero seguimos actuando bajo valores sociales modernos que han sido adecuados a las nuevas necesidades que no necesariamente son las nuestras, pero que difícilmente nos permiten construir una verdadera personalidad, a una nueva subjetividad, a un inédito yo porque simplemente ahora “el gobierno no debe intervenir en la vida privada salvo para proteger la libertad y, por consiguiente, debe hacerlo en nombre de la tolerancia y 32 la diversidad y ya no en nombre de la integración y la homogeneidad social”25. Esta sería la nueva y básica función del nuevo contrato y el orden sociales. En la práctica ni existe un contrato social ni el Estado responde a la lógica de garantizar el respeto a la vida, a la diversidad, a la alteridad; por el contrario, su función es controlar y vigilar, un Estado donde los privilegios y el afán de lucro y ganancia es la lógica que priva. De ahí que la discriminación, el racismo, la exclusión y la desigualdad social sean los signos de la sociedad neoliberal. De ahí que estemos inmersos en una sociedad global perversa, porque disfraza y simula por completo la libertad y la diversidad. Todavía en estos tiempos nadie puede vivir fuera de esta lógica y quien lo intente será castigado ya sea legal o socialmente. Con los movimientos surgidos en la década de los 1960 muchas esperanzas se levantaron de que las cosas iban a ser mejores para la mayoría, o por lo menos diferentes, pues el discurso pragmático de la democracia hacía creer que tomaba en cuenta a los más –ahora lo hace, pero los más siguen pensando en términos de los menos-. Si bien hubo grandes transformaciones en gran parte de los ámbitos de la vida, las expectativas no se cumplieron de manera total. Ahora, con el paso del tiempo, las condiciones sólo se actualizaron, pero no cambiaron básicamente. El gobierno comenzó a asumir la postura de que los civiles tienen que pedir permiso de hacer las cosas para que se institucionalicen, pero no es que tenga apertura ni inclusión. Es decir, cada movilización ha tenido como objetivo, en los últimos años, el reconocimiento social y legal de sus peticiones. Por ejemplo, de los homosexuales, de los estudiantes, de los trabajadores y de los pueblos que buscan evitar que las compañías trasnacionales lleguen a su 25 Touraine, Alain. Crítica de la modernidad. Fondo de Cultura Económica, México, 2000 p. 322 33 comunidad; todos ellos le piden permiso al Estado para ser reconocidos y escuchados, y cuando éstos lo logran entonces hay leyes nuevas y reformas, adaptándose así a la lógica impuesta en lugar de crear mecanismos de verdadera relación con el otro. La acción de los individuos y de algunos grupos sociales fue resultado, en gran medida de la conversión de éstos en sujetos al aprovechar lo que Touraine define zonas de exclusión, es decir, aquellos espacios físicos y simbólicos que el sistema no es capaz de integrar, controlar y regular, lo que, por otro lado, es un claro ejemplo del significado y de la práctica de la diversidad y la otredad, de la libertad de los sectores y mucho menos de cubrir sus necesidades. La potencialidad que tienen estas zonas de exclusión es que se puede romper la reproducción de la vida cotidiana para hacer la aparición progresiva de una nueva forma de vida. De esta forma, los movimientos sociales “hacen la aparición de la relación entre regulación y emancipación y la relación entre subjetividad y ciudadanía”26, y se trata de promover la ilusión o, en otras palabras, de la esperanza de emancipación personal, social y cultural. En efecto, los primeros movimientos sociales tuvieron tanto éxito mientras el sistema aprendió a cooptarlos, a hacerlos parte de la cotidianidad por sus formas de manifestarse y organizarse. Ahora los movimientos sociales deben encontrar nuevas formas de organización y expresión que procuren salir de la situación de marginalidad a la que son reducidos por el grado de fragmentación en que se encuentran evitando que su diversidad sea institucionalizada y reivindicando la existencia de las/nuevas diversidades. 26 De Sousa Santos, Boaventura. Los nuevos movimientos sociales. OSAL/septiembre 2011. P.p 177 34 En resumen, el nuevo orden social contiene “no sólo la industria y el trabajo de fábrica, sino también el comercio y el intercambio marcan irremediablemente esta universal reducción del hombre a la utilidad”27. Por lo tanto, si los sujetos/actores sociales siguen siendo seres de utilidad social ¿dónde queda espacio para quienes no conciben la vida bajo esos términos? 27 Garzón. Ob. Cit. p. 57 35 El Otro en el mundo contemporáneo Este segundo capítulo tiene varios objetivos que tienen un punto de intersección. El primero es describir la propuesta de la sociología interpretativa, que supone reconocer que el mundo está compuesto por múltiples subjetividades y no por seres maquinizados destinados a cumplir una función. El segundo objetivo es contextualizar cómo el reconocimiento de que este mundo está compuesto de múltiples subjetividades que configuran un mundo multicultural. Por lo tanto se desarrollar la problemática que la multiculturalidad pretende solucionar, así como la problemática que surge en su aplicación. Finalmente, el tercer objetivo, problematizar acerca al Otro en el mundo contemporáneo. La forma de interpretar el mundo social que ha predominado durante mucho tiempo y que pretende universalizarse y naturalizarse es la racional que se difunde a través del enfoque naturalista, llamada positivista y que desemboca en lo estructural y en lo funcionalista. Desde este punto, se explica la vida social como un símil del mundo natural, es decir “los fenómenos sociales son tratados exactamente como si fueran fenómenos naturales, es decir, causalmente determinados por hechos físicos” 28 . Esta perspectiva utiliza la metodología propuesta por las ciencias naturales que se expresa en el método científico, aquel que incluye momentos como: la observación, para poder encontrar las generalidades (que convierte en universalidades), la creación de una hipótesis, la comprobación y, finalmente, la generación de conclusiones. A través de este método se han creado teorías que no sólo explican sino que también –aspiran a- predecir y planificar la vida social, hasta dominarla. 28 Schütz, Alfred. Fenomenología del mundo social. Editorial Paidós. Buenos Aires. p. 33 36 Con el desarrollo de la física social, se establece como regla general que se debe investigar de manera objetiva, es decir, hacer separación entre el juicio de valor (opinión) y los juicios de hecho (conclusiones de investigaciones). Con base en este supuesto se pretende que el científico debe separarse de su objetode estudio y evitar cualquier prenoción, logrando así conocimiento puro. Así mismo, esta corriente, a pesar de tener variantes con sus diferentes autores, concibe a la sociedad como una estructura. Consideran que se trata de un sistema integrado por elementos relacionados entre sí para que, con el buen desempeño de cada una de los elementos, se llegue al bien común. Así cada uno de estos cumple una función específica. De ahí su carácter funcionalista. Con la perspectiva de Talcott Parsons acerca del orden, la visión de la física social se refuerza. Él introduce categorías de estudio de los roles de los actores sociales (que deben desempeñar de acuerdo a la posición en la que se encuentran, como cuestiones dadas naturalmente) que realizan una función específica y que si alguno no actúa como el rol dice entonces la estructura se rompe. En general esta corriente sociológica define al individuo como un ser sin reflexión ni participación ni elección dentro de su vida y sociedad, se trata de un títere del sistema cultural, pues como lo explica Giddens, “Parsons formuló la propuesta de que los valores morales que se interiorizan durante el curso de la socialización puede ejercer una poderosa influencia tanto en los fines de la acción como en los medios con que dichos fines se persiguen. En la medida en que esos valores se institucionalicen dentro de una sociedad se producirá la cohesión social 37 como participación en los objetivos y expectativas comunes que, por tanto, constituirán pautas de actividad coordinada”29. Y es justamente esta corriente la que predominó en el estudio de lo social y que forma parte de la explicación que busca imponerse como única y universal. Por mucho tiempo socialmente fue aceptada y asumida por una parte de los individuos, pero algunos otros se resistieron. Durante el siglo pasado –como se describió en el primer capítulo- surgieron autores que le dieron un giro a la forma de interpretar lo social. Se sustituy la noción de individuo por el concepto de sujeto, pero los antecedentes de esta nueva explicación parten de la corriente llamada hermenéutica. Retomando planteamientos del historicismo alemán, se comienza a tomar en cuenta –dentro del mundo científico- que cualquier conocimiento científico depende de un contexto específico. Se trataba de luchar contra el universalismo y reformular esa idea de que el individuo es un ser sin subjetividad. Con aportaciones de Dilthey quien reflexionó entorno a la especificidad de las llamadas ciencias del espíritu se construyó una nueva idea acerca del conocimiento social y se señaló que estas tenían una particularidad: es decir, no se trataban de explicar sino de comprender la conciencia por medio de la recuperación de las experiencias de vida. De esta forma, se formula un nuevo método de acercamiento hacía lo social. Esta propuesta incluye que es necesario que las personas revivan las experiencias de alguien más para poder comprenderlas pues cada una de ella altera la biografía de las personas. Es a través de la revivencia que se puede compartir la intención y la comprensión porque se logra completar el proceso en el que “yo transferí mi yo para ser su yo”, en 29 Giddens, Anthony. La teoría social hoy. Editorial Alianza p. 204 38 otras palabras, como lo dice el dicho popular, me puse en los zapatos del otro, lo cual me permitió comprenderlo. Esta propuesta se basa en el principio de los sujetos, sus acciones y sus intenciones, que tienen una intencionalidad al realizar cualquier acción. Con el desarrollo de esta forma de entender el mundo se introducen los conceptos de M. Weber, los cuales son importantes para afirmar la ruptura de paradigma. Principalmente explica que los sujetos realizan acciones sociales, aquellas que crean expectativa frente a otros y que está referida a otros. Se trata de acciones que tienen un sentido mentado a otros, es decir, que contienen intencionalidad y están referidas a otros. Siguiendo esta tesis, la acción social contiene un sentido que le imprime el sujeto, es decir, el mundo social está compuesto por sujetos que tienen intencionalidad (por lo tanto reflexión), entonces la subjetividad es parte esencial, hasta de los científicos30. Así se postula un proceso metodológico de conocimiento social. Los autores que comparten este punto siguieron apareciendo. Alfred Schütz no sólo siguió la línea sino que le adicionó elementos relevantes. Aunque fue Weber el primero en hablar de comprensión explicativa, definiéndola como un proceso racional que permite conocer el significado de cada relación social mediante la comprensión de la acción del sujeto y su significado. Schütz es el que precisa más elementos. 30 Hago este énfasis porque con este punto se puede deducir que la ciencia no es neutral, pues también los científicos realizan sus estudios a partir de su subjetividad, lo cual no da como resultados conocimiento puro. Sin embargo, actualmente la visión científica es la que legitima ciertos procesos sociales y otros los condena, todo desde una postura neutral, lo cual es bastante perverso. 39 La acción social se divide en dos momentos; primero sucede la acción en curso y se trata del momento justo en el que el actor está realizando la acción –precisamente cuando el actor está construyendo su significado subjetivo, su sentido- ; y el segundo momento que es el acto -la acción ya terminada, es decir, el acto completado y que se ubica dentro del contexto de significado-. Cada una de las formas de acción tiene una forma de comprensión, por lo que la comprensión también es de dos tipos. Puede ser observacional, que es la que se da en la acción en curso porque el observador participa vivencialmente en el curso mismo de la acción en curso. Pero también puede ser explicativa o motivacional (la que utiliza la sociología), que es la que se da en el acto, pues quien la realiza no está directamente relacionado con la vida cotidiana del actor, ya que se interpreta el significado subjetivo de acuerdo a motivos por qué y motivos para qué, considerando la experiencia y la expectativa del actor, construyendo así el significado objetivo. La comprensión motivacional no parte de la realidad directamente vivenciada sino del acto cumplido. Por ello, el conocimiento del pasado es importante para hallar el por qué de la acción ubicándose en la base de los antecedentes ya que es el que puede explicar ciertos aspectos del proyectar del actor y sus condiciones causales, por lo que es la parte objetiva. Mientras que el futuro es útil porque explica el para, es decir, los fines a lograr, los objetivos, pues son los motivos que instigan la acción y es la parte subjetiva. En palabras de Schütz “el conocimiento del pasado de los dos hombres es necesario para que yo pueda encontrar un contexto significativo inteligible en el cual ubicar sus acciones. El conocimiento del futuro de los dos hombres es esencial para determinar si sus 40 acciones en el sentido subjetivo que estas tienen para ellos resultan adecuadas al contexto significativo que ya he conocido”31. Por lo tanto, el para forma parte del acción en curso mientras que el porque es un acto que implica reflexión en el tiempo. Con lo que se concluye que no se puede comprender el contexto significativo (motivos) de las personas si no se conocen el para y el porque. El significado subjetivo de la acción es aquel significado que el actor construye mientras realiza la acción. Schütz escribe “es obvio que una acción sólo tiene un significado subjetivo: el del actor mismo. Es X quien da significado subjetivo a su acción y los únicos significados subjetivos que le dan F y S en esta situación, son los significados subjetivosque dan a sus propias acciones, es decir, sus acciones consistentes en observar a X”32. Mientras que el significado objetivo es aquel que se construye cuando se trata de un acto cumplido, es aquel que surge después de un proceso de reflexión y cuando ya se ha encontrado el motivo para y por qué; y lo puede construir el actor o un Otro. El significado objetivo es aquel que se construye a partir de convenciones, en palabras de Schütz “nos proponemos también atribuir significado objetivo a ciertas objetividades ideales, tales como los signos y las expresiones”33. La cuestión a resaltar de las aportaciones de Schütz es que define que la estructura del mundo social no es ni ontológica ni homogénea, por lo que se define como un sistema complejo de perspectivas. Es compleja porque el sí mismo percibe y aprehende del otro. Dentro del mundo cada grupo tiene una pauta cultural propia, es decir, la vida grupal comparte valoraciones, instituciones y sistemas de orientación y guía 31 ibid p. 57 32 ibíd p. 62 33 ibíd p. 63 41 propias para llevar a cabo las acciones sociales. La pauta cultural – acervo de conocimiento, modelos interpretativos, símbolos, lenguaje- de cada grupo es un esquema estandarizado que es reconocido por antepasados, autoridades y maestros como guía para el mundo social. Esta estructura está integrada por: UMWELT que consiste en la relación cara a cara o directa, es el nosotros en el aquí y ahora, donde se ponen a prueba las recetas. MITWELT consiste en la relación indirecta, es el ellos que no comparten el aquí y ahora, pero que están en el presente. En otras palabras, los contemporáneos. VORWELT también llamado predecesores, consiste en estructuras significativas heredadas que se recrean por medio de la comprensión objetiva significativa, son las relaciones en el pasado. Finalmente, FORWET o los sucesores, los del futuro, el más difícil porque está fuera del alcance del yo. Todas estas partes de la estructura comparten un mundo y por lo tanto intervienen en la vida y experiencia del otro, se conozcan personalmente o no, pues de alguna manera se tienen alcance. El mundo social tiene una especie de memoria colectiva que va salvaguardando las interpretaciones que a los sucesores les van a llegar, por lo que se dice que el mundo se nos presenta preinterpretado. Esta estructura, según dice Schütz, tiene la característica de ser intersubjetiva porque es entre sujetos, él dice “los fenómenos del mundo externo no sólo tienen significado para usted y para mi, para F y S, sino para cualquiera que viva en él […]Todo acto mío mediante el cual doto al mundo de significado se remonta a algún acto de dotación de significado de parte de usted con respecto al mismo mundo. El significado se constituye, por lo tanto, como un fenómeno intersubjetivo”34. 34 Schutz, Alfred. Fenomenología del mundo social. Ed. Paidos. p. 62 42 Explica que por el simple hecho de existir el Otro entonces se introduce la intersubjetividad, pues en el mundo es para Otros y de Otros. Pese a que el mundo es un mundo preinterpretado y se parta de los mismos horizontes de tipicidad, la realidad no es homogénea. Schütz aclara “el mundo inmediato de mis semejantes se extiende gradualmente al mundo más amplio de mis contemporáneos”35, o en otras palabras, cada una de las personas es semejante, contemporáneo, predecesor y/o sucesos de Otros ya que con unos comparte el espacio y el tiempo, pero con otros comparte la experiencia más no la vive directamente. Es importante tomar en cuenta que el establecer e interpretar el significado de las acciones es un proceso que parte de la perspectiva del que está interpretando, pero ésta está compuesta por su biografía y su conjunto de tipificaciones que ha aprendido socialmente. Sin embargo, todas las personas interpretan y dan sentido aunque no lo haga conscientemente. Además, la interpretación del mí mismo nunca será la interpretación de los Otros –aunque estas se parezcan- pero sí lo vivencían juntos. El gran problema de la sociedad es que da por sentado el significado del mundo social a partir del acervo de conocimientos moderno. Es decir, este acervo se utiliza como punto de referencia para hacer e interpretar esperando que todos tengan el mismo punto de partida. De aquí que parezca como natural. Al tomar en cuenta que el mundo es el lugar donde se entablan relaciones entre un yo/nosotros y un tú/ustedes se puede tener claro que la comprensión no se reduce a un método sociológico, sino que es el proceso a partir del cual los actores conocen e interpretan el mundo, tomando postura en su relación con los Otros, en palabras de Schütz 35 ibíd p. 34 43 “este mundo tiene sentido no sólo para mi, sino también para usted y parta todos”36. El autor considera que la acción se convierte en social cuando un individuo es interpreta y contesta por la acción de Otro(s) por lo que la acción sufre modificaciones al accionar los otros. En contraste, Weber no toma en cuenta el cómo se constituye el significado de un actor ni las modificaciones que sufre su significado para los demás participantes o un observador no participante. Schütz introduce a la comprensión el Yo y Otro(s), y hace hincapié en “la diferencia fundamental que hay entre mi interpretación de mis propias vivencias y mi interpretación de las vivencias de otra persona” 37 , pues es importante tener claro que al vivir en el mundo social se vive con Otros y para Otros, dando dirección de sus vidas a los demás, por lo que la comprensión la hace el actor y el otro. Así es como introduce Schütz en el estudio sociológico al yo y al Otro, pues cada uno tendrá una interpretación distinta de la misma acción y sólo será subjetiva la del actor que realiza la acción porque es quien construye el significado subjetivo mientras realiza la acción. Estas aportaciones hacen evidente que al vivir en el mundo se vive con Otros y para Otros –no sólo sujetos, también fauna y flora-, por lo tanto, cuando la acción de un individuo es interpretada y contestada entonces ha sido modificada al accionar los otros, es decir, Schütz hace hincapié en la diferencia que existe entre la interpretación de las acciones propias y la interpretación de las acciones de los otros. Con la memoria social –antes mencionada- y el presente vivido compartido por los actores que se relacionan a través de sus acciones e 36 Schutz, Alfred. Estudios sobre teoría social. Amorrortu editores, Buenos Aires. p. 22 37 Schutz, Alfred. Fenomenología del mundo social. Ed. Paidos. p. 38 44 interpretaciones, haciendo del mundo social en tanto espacio de las múltiples subjetividades que se relacionan entre sí. , Es decir, el mundo no sólo es un asunto individual, en él viven humanos, cada uno posee su propio universo de significación. Los actores deben tomar en cuenta, entonces, que el yo se encuentra ubicado en un aquí y el Otro ubicado en un allá, por lo que no pueden apreciar lo mismo, para ambos algunos elementos les quedan fuera de su alcance, si bien ambos están en estrecha relación. Así, el estudio de lo social consiste en conocer lo que Leticia Ruano le llamo nos-otros; o lo que Schütz define como un sistema complejo de perspectivas, es decir, es importante reconocer que por el simple hecho de existir el Otro se introduce la intersubjetividad pues el mundo es para otros y de otros ya que se comparte espacio y tiempo. Para lograr esto, es necesario captar la historia y biografía de los actores sociales, pero sobre todo romper con esa concepción que dice que el comportamiento es universal. Como se vio en el capítulo 1, anteriormente
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