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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA DE POSGRADO EN CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN LA INFANCIA EN LA PRENSA ESCRITA: UN ANÁLISIS FEMINISTA DEL DISCURSO PERIODÍSTICO T E S I S QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE MAESTRA EN COMUNICACIÓN P R E S E N T A MARÍA ESTEPHANYE REYES AGUIÑAGA TUTORA DRA. JUANA ALMA ROSA SÁNCHEZ OLVERA FES ACATLÁN SANTA CRUZ ACATLÁN, NAUCALPAN, ESTADO DE MÉXICO, NOVIEMBRE 2016 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 DEDICATORIA A Dios, porque procuro hacer tu voluntad. Porque mis cosas las pongo en tus manos y se realizan. Por guiarme a Reunir y servir. A Fredy, porque eres mi compañero de vida, mi amor, mi amigo, mi novio eterno, mi esposo, mi fortaleza, mi equilibrio, el padre de mi hija. Porque me impulsas a volar aunque sólo me mires hacerlo. A Quetzalli, por mover todo mi mundo y darle un rumbo diferente a mi existencia. Por ser mi motor, mi inspiración hecha niña. Porque gracias a ti puedo ver tres ejes que se entrelazan: Infancia, periodismo y género. A Valentina, mi madre, luchadora incansable y mi apoyo incondicional. Por ser “mamá-abuela” de mi hija en mis ausencias. A Francisco, mi padre, dador incomparable y protector de su nieta querida. A Cristopher Valentín, Brenda Carolina y Araceli. Para que tengan un ejemplo a seguir y después me digan que han superado a la maestra. A mi generación. Colegas, gracias por su compañerismo, amistad y unidad. Por los brindis. A CONACYT, por darme el apoyo para llevar a cabo mis proyectos en estos años de maestría. A Argentina: Todas las personas, conocimiento, experiencia y espiritualidad que representa. Y a las personas que aportaron con su granito de arena y sus oraciones al comienzo, desarrollo y cierre de este ciclo. Infinitas gracias. 3 ÍNDICE GENERAL LA INFANCIA EN LA PRENSA ESCRITA: UN ANÁLISIS FEMINISTA DEL DISCURSO PERIODÍSTICO INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................................. 5 CAPÍTULO I. PERSPECTIVA DE GÉNERO PARA UN ANÁLISIS CRÍTICO DE LA REALIDAD ...................... 10 1.1 Investigación feminista ........................................................................................................................ 12 1.2 Epistemología feminista ...................................................................................................................... 16 1.3 Perspectiva de género .......................................................................................................................... 25 1.3.1 Género como categoría de análisis ............................................................................ 29 1.3.2 Sistema patriarcal ....................................................................................................... 31 Resumen primer capítulo ........................................................................................................................... 48 CAPÍTULO II. EL DISCURSO PERIODÍSTICO DEL TEMA INFANCIA EN LA PRENSA ESCRITA .................. 50 2.1 Metodología para analizar el discurso periodístico ................................................................. 51 2.2 Radiografía general ................................................................................................................................ 58 2.2.1 Infancia, el concepto .................................................................................................. 58 2.2.2 Periódicos ................................................................................................................... 62 2.2.3 Resultados hemerográficos ........................................................................................ 66 2.2.4 Las temáticas y las fuentes de información ............................................................... 71 Resumen segundo capítulo ........................................................................................................................ 86 CAPÍTULO III. PERIODISMO Y PERSPECTIVA DE GÉNERO: COMPROMISO DEMOCRÁTICO CON RESPONSABILIDAD SOCIAL ............................................................................................................................ 89 3.1 El sexismo en el discurso periodístico ........................................................................................... 91 3.1.1 Sexismo en la infancia ................................................................................................ 92 3.1.2 Sexismo convergente: género e infancia ................................................................. 114 3.1.3 Encabezados sexistas ............................................................................................... 122 3.2 La situación actual de los medios de comunicación .............................................................. 128 4 3.3 La alternativa, periodismo con perspectiva de género ........................................................ 135 Resumen tercer capítulo .......................................................................................................................... 144 CONCLUSIONES ............................................................................................................................................. 146 BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................................. 151 ANEXO INSTRUMENTO PARA LA CLASIFICACIÓN DE LAS NOTAS PERIODÍSTICAS ..................................... 156 5 INTRODUCCIÓN La infancia en la prensa escrita: Un análisis feminista del discurso periodístico es el resultado de la conjunción de tres elementos que han marcado la vida profesional de quien escribe: la infancia como tema de análisis, el periodismo como profesión y la perspectiva de género, derivada del feminismo, como los lentes que permiten ver a la sociedad de forma crítica, con una visión analítica, explicativa y alternativa de lo que acontece. En 2006, Comunicación e Información de la Mujer, AC (CIMAC) -agencia de noticias pionera en visibilizar la condición social de las mujeres en los medios de comunicación masivos desde un enfoque de género y lenguaje no sexista- fundaba la Agencia Mexicana de Noticias por los Derechos de la Infancia (AMNDI). En este espacio de análisis de medios conocí las bases que me permitieron analizar más de 20 mil notas del tema de infancia en la prensa escrita desde un enfoque de Derechos Humanos. Producto de este trabajo profesional existen dos informes publicados entre 2007 y 2009: Infancia y Adolescencia: agenda pendiente en los medios de comunicación y Niñas, niños y adolescentes son coyuntura mediática: México. Para 2009, en este mismo contexto profesional, realicé el monitoreo y análisis de contenido de las publicaciones Mujeres y Crimen Organizado y ParticipaciónPolítica de las Mujeres; elecciones intermedias 2009, investigaciones encabezadas por la Dra. Josefina Hernández Téllez. Con la experiencia de los trabajos anteriores creció en mí el interés por el análisis del lenguaje utilizado en la prensa escrita: el tema de infancia desde AMNDI y la perspectiva de género en temas como Crimen organizado, Participación política, Derechos sexuales y reproductivos, Violencia contra las mujeres y Migración desde el Observatorio de medios de CIMAC. Articular infancia y perspectiva de género en una sola investigación no se pudo concretar en esos años de trabajo. Al salir de esta institución no quise quedarme con esa inquietud. Y hoy, tienes en tus manos mi aportación hacia un periodismo no sexista e incluyente. La infancia en la prensa escrita…, mediante una metodología y un instrumento de análisis del discurso, concreta la contribución que puedo hacer para mejorar el manejo ético y responsable del lenguaje en la información periodística. Dicha aportación es en dos sentidos: primero al evidenciar que la niñez como tema está descuidado, y el otro, al ratificar la importancia de la perspectiva de género en el análisis discursivo periodístico. Ante este panorama, La infancia en la prensa escrita: Un análisis feminista del discurso periodístico pretende ser un aporte a la transformación social mediante un periodismo incluyente, profesional y de calidad. Para lograrlo se requiere una formación periodística integral que tenga en cuenta que son personas de quienes se 6 escribe, pero sobre todo que el periodismo es una herramienta de cambio social, una institución llamada el cuarto poder, con una función social específica: informar, ayudar en la toma de decisiones, contar lo que pasa, explicar, interpretar y representar a la sociedad. Al analizar el tema de infancia en el discurso periodístico, desde la perspectiva de género feminista, se pretende favorecer a la concientización de las personas formadoras, estudiantes y profesionales del periodismo en cada una de sus tareas (reportear, editar, corregir, redactar, publicar, enseñar, aprender) a deconstruir la realidad mediante un discurso más consciente, incluyente, no sexista y con perspectiva de género. Cristina Molina (En: Puleo, 2008:264) hace referencia a la deconstrucción como la acción de “desbaratar, desmantelar, no en orden a reconstruir el original –una vez examinado- sino para poner las piezas desplazadas dentro del sistema con el fin de dislocar su orden, alterar su arquitectura, subvertir, en fin, su jerarquía”. Con ese espíritu deconstructor, se plantea en el primer capítulo titulado “Perspectiva de género para un análisis crítico de la realidad”, la explicación del concepto género como categoría teórica de análisis que coadyuva al proceso de creación de conocimientos. La parte inicial del mismo, consiste en describir la investigación feminista, sus implicaciones y sus aportes. Se parte del paradigma interpretativo (Vasilachis, 2009) para situarla, específicamente en la teoría crítica, empleada en este caso, para cuestionar lo que se ha escrito de infancia desde el patriarcado. La investigación feminista consiste en colaborar con acciones encaminadas a la eliminación de la opresión y discriminación hacia las personas feminizadas, incluida la infancia como grupo social. En segundo lugar se hace un recorrido por las posturas llamadas Epistemologías feministas: Empirismo feminista, Punto de vista feminista y Posmodernismo feminista. Teóricas feministas como Harding y Haraway han cuestionado el quehacer científico tradicional y la forma en que se procesa el conocimiento y las relaciones de poder en este ámbito. Después de hacer la revisión de estas aportaciones se vincularon con la forma de hacer periodismo y transformarlo en incluyente. Un tercer acercamiento a la teoría feminista permitió la profundización en la descripción de la Perspectiva de género, dentro de la cual se presenta la definición del Género como categoría de análisis, además del concepto de Patriarcado. Se precisa en este contexto el Sexismo y el lenguaje que de éste deriva. La importancia del estudio de este último radica en que es materia prima del discurso periodístico. Así lo expresa Lumbreras (2002:342): “El poder del lenguaje estriba en que encierra todos esos conceptos sobre las formas legítimas de la conducta. El poder está en el alcance de los medios de comunicación colectiva que transmiten por lo general, los contenidos legítimos del comportamiento, de vocabulario y de acción. El lenguaje puede ser una cárcel, si no cuenta con los 7 contenidos de la emancipación, la libertad y la justicia: un lenguaje que desconoce la posibilidad y el sentido del cambio, impone altas posibilidades de dominio”. El segundo capítulo, “El discurso periodístico del tema infancia en la prensa escrita”, está dedicado a exponer el análisis realizado. Se presenta la metodología basada en la Hermenéutica profunda de Thompson, dividida en tres fases: análisis socio-histórico, análisis formal o discursivo y la interpretación/reinterpretación. Se anexa una fase más que consiste en el análisis teórico y que se resume en lo expuesto en el primer capítulo: la base teórica feminista. El análisis socio-histórico tiene como objetivo “reconstruir las condiciones sociales e históricas de la producción, la circulación y la recepción de las formas simbólicas” (Thompson, 1993). Esto es, describir el contexto social e histórico del discurso periodístico a analizar. En este punto, se busca identificar y describir el ámbito espacio temporal específico en que se producen y reciben las formas simbólicas. El monitoreo del análisis quedó establecido en un lapso de 3 meses del año 2014: septiembre, en el contexto de la aprobación de la Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes; octubre, por la conmemoración del Día Internacional de la Niña (11 de octubre); y noviembre, en el Vigésimo quinto aniversario de la Convención sobre los Derechos de la Niñez (20 de noviembre), como lo recomienda Thompson y su categoría de Escenarios espacio- temporales. En cuanto a las Instituciones sociales, conjuntos relativamente estables con reglas y recursos aunados a las relaciones establecidas por ellas, se tienen a los periódicos analizados: El Universal y La Jornada, como las instituciones que dan una forma particular a los contenidos analizados. Estos diarios en particular, se contraponen en su postura política e ideológica, así como el público al que se dirigen. En los resultados se observa que esta condición no es relevante para el tratamiento del tema de infancia. Ambos periódicos tienen un comportamiento parecido en la cobertura. La segunda parte de la Hermenéutica profunda plantea el análisis formal o discursivo como aquel que se relaciona fundamentalmente con la organización interna de las formas simbólicas, con sus rasgos, patrones y relaciones estructurales por lo que requiere una metodología específica. La técnica de investigación elegida para este segundo momento del análisis de la infancia en la prensa escrita es el Análisis de contenido. Se utilizó como herramienta de sistematización de la información porque complementa y refuerza la visión de la Hermenéutica profunda como análisis formal o discursivo. Lumbreras (2002:176) explica que el Análisis de contenido consiste en “conocer la forma en que están ordenados los mensajes en un sentido lógico-estructural y (…) en analizar el uso correcto de las palabras. Orden y significado son factores con los cuales resulta improbable que la intención de un mensaje sea correspondiente con sus 8 efectos. En todo ello se atiende a que el conocimiento del contenido de los mensajes constituye una descripción y análisis cualitativo, ambos fundados en la evidencia, tarea que supone un método científico de investigación” (Lumbreras, 2002:176).La muestra implica notas informativas, crónicas, editoriales, columnas, artículos de opinión, entrevistas y reportajes, relacionados directamente con el universo mediático de la infancia en El Universal y La Jornada. El instrumento de análisis elaborado para esta investigación está dividido en cuatro unidades: 1. Unidad hemerográfica. En ella se especifican datos como el nombre del periódico, fecha, título, autor, género periodístico y sección. 2. Unidad de macroestructuras. Correspondiente a las temáticas de infancia como Violencia, Educación, Salud, Economía, Comportamiento y Legislación. Además de Fuentes de información. 3. Unidad de microestructuras. Referencias específicas de la infancia: palabras (Sexismo léxico), frases u oraciones sexistas e incluyentes (Sexismo semántico). 4. Unidad de resumen. Permite un análisis más específico de los encabezados, balazos o cintillos por ser los “ganchos” de atención de la noticia. Esta unidad es importante porque no es un aspecto que esté en manos de quién escribe el texto, es tarea de editores. La fase final de la Hermenéutica profunda que propone Thompson (1993) es la interpretación/reinterpretación y se utilizó al Análisis Crítico del Discurso como base para la obtención de resultados. Después de la metodología, en el segundo capítulo se presenta una radiografía general, en la que se incluye el concepto de Infancia, los periódicos seleccionados: El Universal y La Jornada, y una presentación de los primeros resultados obtenidos sobre el tema infancia, relacionados con las dos primeras unidades de análisis: hemerográfica y de macroestructuras. Para el último capítulo, “Periodismo y perspectiva de género: compromiso democrático con responsabilidad social”, se muestran los hallazgos tras analizar el discurso de la prensa escrita desde la perspectiva de género. Se presenta la identificación, características y aspectos formales e ideológicos del patriarcado en las expresiones sexistas del tema de infancia, así como las bondades de la perspectiva de género en articulación con la comunicación en el periodismo escrito. Como resultado de la experiencia profesional y del trabajo desarrollado en esta maestría, se lograron identificar algunas pautas que pueden ser utilizadas en la labor periodística (formación y profesión) y que contribuyen a la concientización del 9 problema detectado en el discurso periodístico del tema de infancia: sesgos de género y generacional, relaciones de dominación manifestadas en expresiones específicas como machismo, misoginia, estereotipia y paternalismo. Al final de La infancia en la prensa escrita…, se concluye que una manera de revertir el escenario encontrado en el análisis del discurso periodístico del tema infancia es el trabajo conjunto entre medios de comunicación, periodistas y academia mediante la formación integral de personas comprometidas con la labor periodística que asuman los principios de un periodismo con perspectiva de género. De esta forma se inicia un poder multiplicador que transforme el discurso periodístico y como efecto dominó se pueda alentar a los gobiernos, el público y la sociedad civil para que pongan en marcha los cambios necesarios en otros ámbitos sociales. El esfuerzo social conjunto debe comenzar en algún lado, se espera que este trabajo académico sea un aporte para ese camino. 10 CAPÍTULO I. PERSPECTIVA DE GE NERO PARA UN ANA LISIS CRI TICO DE LA REALIDAD El género: es decir el modo relacional de la organización social que connotan los atributos políticos (esencialmente de poder) de la sexualidad, es una articulación indispensable para leer y transformar el mundo. (Cremona, 2011:19) Este capítulo está dedicado a explicar el género como herramienta teórica que aporta una nueva mirada sobre el proceso de creación de conocimientos y cómo se relaciona de manera específica con el análisis del discurso periodístico. Para comenzar, se describirá en qué consiste la investigación feminista, sus implicaciones, sus aportes y los beneficios que se obtendrán al desarrollar este estudio académico con base en sus fundamentos. Se hará, posteriormente, una revisión de las principales aportaciones que han hecho las teóricas feministas a la ciencia desde las llamadas Epistemologías feministas, “posturas que han enriquecido sustancialmente los debates actuales sobre los significados del quehacer científico, la relevancia del sujeto cognoscente en el proceso de conocimiento, los fundamentos de la ciencia, sus objetivos y las relaciones de poder al interior de la misma” (Blazquez, 2005: xv). Además, se presentará la perspectiva de género, es decir, la forma revolucionaria que proporciona una nueva dimensión de análisis, que a la vez ofrece herramientas para interpretar las relaciones sociales y de comunicación desde otro ángulo o enfoque: desde una dimensión ubicua que implica la comprensión de una trama de sentidos, de ahí su denominación. Conjuntamente se proporcionarán otros conceptos y categorías de análisis para explicar lo que acontece en la sociedad, y en el caso que se ocupa, en cómo se refleja ese hecho a través de los medios de comunicación, pues son éstos quienes cumplen la función de reconstruir la realidad social, a través de un relato verosímil. Para lograrlo, es necesario establecer y definir el género como categoría de análisis. Este concepto será el eje teórico-metodológico de esta investigación. A manera de ir delimitando el pensamiento feminista hasta llegar al discurso periodístico, es preciso no pasar por alto un concepto construido en la corriente académica feminista de la segunda ola: el sistema patriarcal. Este concepto le da sentido al pensamiento feminista: el patriarcado es el referente contra el que se emprenden acciones para eliminarlo del entorno social. Esta investigación busca contribuir a que las y los periodistas tomen conciencia de la problemática y en esa media coadyuvar a la erradicación del discurso que legitima el sistema patriarcal. 11 Se presentará detalladamente, en este capítulo, qué se entiende por patriarcado, y se precisará el sexismo y el lenguaje que de éste deriva. De aquí parte la premisa de este trabajo de investigación: En los diarios El Universal y La Jornada de la prensa escrita mexicana, el discurso periodístico del tema de infancia tienen sesgos de género y generacional manifestados a través del sexismo presente en las relaciones sociales y el lenguaje mismo. Esto obedece al sistema patriarcal que constituye códigos y principios que legitiman las relaciones de dominación en todas sus formas, incluido el lenguaje, herramienta base para la creación del discurso periodístico. En el caso del tema de infancia, el patriarcado actúa, en primera instancia al darle un carácter inferior feminizándolo, pues todo lo que esté relacionado con infancia es cuestión de mujeres: el cuidado, la educación, la atención, etcétera. Así, infancia y mujeres se encuentran en el mismo nivel de tutela por parte de quien ejerce el poder, el patriarca. Cabe aclarar que, en el discurso periodístico, el sistema patriarcal se transmite a través de la manera en que se aborda el tema y se eligen sus contenidos; en la preferencia por unas fuentes y la forma en que se retoma la información que de ellas proviene; así como de lo que se elige publicar, los diálogos, el uso del lenguaje sexista, y se refuerza, en muchos casos con imágenes e ilustraciones que perpetúan estereotipos de género. En palabras más ilustrativas, cada vez que se lee “día del niño”, “jovencitas”, “las princesas”, “los niños inteligentes”, “las niñas coquetas”, “la ingenuidad de la infancia”, “los errores de la adolescencia”, por ejemplo, se está reproduciendo el patriarcado. Es, por tanto, necesario hacer una definiciónde feminismo, porque fue éste quien develó esta forma de desigualdad, discriminación y opresión; es de allí de donde proviene también la conceptualización en la que se sustenta parte de esta investigación. Diana Maffía (En: Blazquez, 2005: 624) define el feminismo desde tres principios: 1. Descriptivo. Se puede probar estadísticamente que las mujeres, en todas las sociedades están peor que los varones. Por tanto, no ocuparse de las mujeres en todos los ámbitos: pobreza, educación, trabajo, infancia, periodismo, etcétera, es un modo insidioso de discriminar a las mujeres y lo femenino. 2. Prescriptivo. Se valora lo que debe ser, lo que debe ocurrir, lo que está bien y lo que está mal, no lo describe, lo valora. Es una premisa feminista: La infancia en la prensa escrita es invisibilizada, discriminada, codificada y revictimizada. 3. Práctico. Lo que está a mi alcance para impedir o evitar que la premisa anterior continúe así. Maffía (En: Blazquez, 2005: 624) explica: “Lo que está a mi alcance es un compromiso moral para evitar que sistemáticamente ocurra una 12 diferencia jerárquica entre mujeres y varones por el mero hecho de ser mujeres y varones”. Así como la diferencia por ser infancia, niñas o niños. Se entiende, entonces, como feminismo la aceptación de estos tres principios, y por consiguiente, se señala que este trabajo es feminista en dichos términos. Ahora, es conveniente profundizar en los elementos que conforman la investigación feminista. Características que permitirán un análisis crítico de la realidad social en el discurso periodístico desde la perspectiva de género. 1.1 Investigación feminista La investigación feminista busca comprender, explicar, interpretar y desmontar los conocimientos que han ignorado, invisibilizado, negado o distorsionado la desigualdad que subordina a las mujeres y a los sujetos feminizados: la infancia en este caso. Por tanto, en las siguientes líneas al hablar de mujeres, también se hace una referencia a infancia: niñas y niños entre cero y 18 años de edad no cumplidos. Castañeda (2008:10) define la investigación feminista como “una manera particular de conocer y de producir conocimientos, caracterizada por su interés en que éstos contribuyan a erradicar la desigualdad de género que marca las relaciones y las posiciones de las mujeres respecto a los hombres. En ese sentido, está orientada por un interés claramente emancipatorio en el que se pretende realizar la investigación, de, con y para las mujeres”. Y continúa Castañeda (2008:10): “se trata de procedimientos cuya selección de unidades de observación, métodos y resultados no responden a las necesidades de la ciencia en abstracto, sino a los vacíos e insuficiencias de conocimientos que se hacen evidentes al adentrarnos en la explicación de la desigualdad genérica, misma que conduce a la emergencia de las mujeres como sujetos de conocimiento, cuya condición y situación de género se pretende transformar”. Por lo tanto, la investigación feminista se sustenta como contextual porque intenta responder a las necesidades de conocimiento de las mujeres en circunstancias específicas, y coloca a quien investiga en el mismo plano de quien es investigado. Se profundizará en esto en el siguiente apartado, dedicado a la epistemología feminista. Para esta investigación en particular, resulta necesario y pertinente posicionarse desde un paradigma de conocimiento que incluya “una concepción del individuo y una concepción del mundo en que vive y de las relaciones entre ambos” (Montero, 2001:2). De acuerdo con Kuhn (En: Catalán-Vázquez y Jarillo-Soto, 2010:166), el paradigma se entiende como el conjunto de interpretaciones y nociones científicas básicas que guían la acción en el proceso de investigación. 13 Montero (2001:4) conjunta algunas preguntas sobre las dimensiones que implica el paradigma. Referente a la ontología ¿cuál es la naturaleza de la realidad?, en la epistemología ¿cuál es la naturaleza de la relación entre la persona que investiga y el objeto/sujeto de investigación? y en cuanto a la metodología ¿cómo debe proceder quien investiga para acceder al conocimiento de su objeto/sujeto de estudio? Y expone dos dimensiones más, “no reconocidas”, la dimensión ética y política. La dimensión ética hace un juicio de apreciación aplicado a la distinción entre el bien y el mal y cuyo núcleo central es la equidad que se basa en la justicia. Se refiere a la concepción del otro y su lugar en la producción de conocimiento. Implica una forma de hacer justicia a las otras personas que coexisten y que no están representadas en el discurso periodístico, se conoce esto como exclusión, invisibilización. O, de ser representadas se encuentran en una subordinación y discriminación que debe ser velada y transformada. Al respecto, Montero (2001:5) “supone una concepción del mundo, de la sociedad del yo y del otro, así como de las formas consideradas en un momento y en un espacio dados, como correctas y deseables para el bien común, para el bienestar de toda la sociedad”. Y la dimensión política hace referencia a lo “relativo a la vida organizada colectivamente, al espacio público. Lo concerniente a los derechos y deberes civiles y a las relaciones de poder y su dinámica en ese espacio”. Cabe aclarar, que el espacio privado también es político, por tanto es importante mirar lo que allí acontece. Más si se reflexiona que las mujeres y la infancia son relegadas a este espacio, y es allí donde se cometen más violaciones a sus derechos humanos, precisamente porque no se reconoce lo privado como espacio político. Las preguntas para estas dimensiones son ¿cuál es el lugar del otro en la producción del conocimiento?, y ¿para quién es el conocimiento, a quién favorece la investigación? Y se agregaría una cuestión más: ¿Cómo se construye ese otro desde el pensamiento hegemónico en un momento y sociedad determinada? De aquí la importancia de la investigación feminista, pues se caracteriza por ser profunda e incisiva. Es decir, este tipo de investigación da respuestas a las preguntas anteriores de forma que en los estudios académicos se nombre y visibilice a las mujeres junto con sus experiencias. La investigación feminista es un posicionamiento político que busca contribuir a la emancipación de las mujeres, ofrecer las explicaciones de los fenómenos sociales que dan cuenta de la deuda histórica que las ha excluido de la ciencia y de la historia misma. Con esta forma de mirar, cuestionar y analizar la realidad social, el movimiento de mujeres y el feminismo como movimiento político, se han alcanzado resultados 14 significativos para las mujeres como el voto femenino, la igualdad ante la ley y los derechos sexuales y reproductivos. También se ha contribuido con la transformación de la sociedad, para hacerla más justa y equitativa para todas las personas. Sin embargo, hay mucho camino que recorrer, por tanto, el feminismo (como movimiento social, propuesta ética y política, cultura con lenguaje, teoría, escritura, militancia, filosofía y pensamiento) y sus investigaciones son vigentes. Hay que precisar enseguida, entonces, que la postura de este trabajo parte de un posicionamiento teórico-metodológico desde el paradigma interpretativo. Vasilachis (2009) expone que tres son los paradigmas que coexisten con más fuerza en la actualidad, dos de ellos consolidados: el materialista-histórico y el positivista, y un tercero – el interpretativo – en vías de una consolidación que cada vez se hace más indudable. La autora va más allá en la descripción del paradigma interpretativo y señala lo que considera sus elementos básicos. “Tales supuestos se vinculan, específicamente, con la consideración del lenguaje como un recurso y como una creación, como una forma de reproducción y de producción del mundo social” (Vasilachis,2009:30): 1. La resistencia a la "naturalización" del mundo social. 2. La relevancia del concepto de mundo de la vida. 3. El paso de la observación a la comprensión y del punto de vista externo al punto de vista interno. 4. La doble hermenéutica. Esta investigación parte del paradigma interpretativo, más específicamente de la teoría crítica, la cual es empleada como una necesidad de cuestionar todo lo que se ha escrito de infancia desde una postura patriarcal, específicamente adultocéntrica. La teoría crítica responde a la dimensión ontológica de la siguiente manera: “La realidad moldeada por factores sociales, políticos, culturales, económicos, étnicos y de género” (Catalán-Vázquez y Jarillo-Soto, 2010:167). El objeto de estudio es el discurso periodístico del tema de infancia desde la perspectiva de género, en el que el análisis será de carácter relacional, es decir, no se centrará en las niñas porque no puede centrarse sólo en el estudio de uno de los géneros, porque sería repetir la parcialidad con que se ha visto a la sociedad. Sin embargo, dice Juana Gallego (2002) sería insincero no reconocer que el género en desventaja, informativamente hablando, es el femenino. En estos términos, se aclara que esta labor académica no será neutral porque está planteada desde el reconocimiento de la desigualdad social sobre las mujeres y la infancia, y de la cual el discurso periodístico es una manifestación concreta más. 15 Así que se buscará un acercamiento al discurso periodístico del tema de infancia que involucra el universo mediático de todos los géneros periodísticos en dos periódicos que se editan en la capital del país: El Universal y La Jornada. Ambos periódicos representan visiones diferentes entre sí que permitirán tener un comparativo entre estas posturas político-ideológicas. En cuanto a la dimensión epistemológica el paradigma de la teoría crítica expresa que la persona investigadora y a quienes se investiga “están interactivamente vinculados, por lo que los resultados de la investigación son mediados por valores” (Catalán-Vázquez y Jarillo-Soto, 2010:167). Esta investigación nace de la práctica laboral profesional en el área de infancia de la agencia de noticias feminista, Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) que exige investigar este tema a profundidad. El entender y poder compartir que la perspectiva de género no reside tan sólo en ponerle la “a” al discurso periodístico, sino que la investigación feminista consiste en “políticas y acciones feministas encaminadas a la eliminación de los sistemas de opresión (y discriminación) hacia las mujeres” (y la niñez), además del logro “de relaciones crecientemente equitativas hacia la igualdad entre los sexos” (Tena, 2010:272). Eso es lo que dejó la experiencia en CIMAC, además de la oportunidad que permite esta maestría de poner por escrito una forma de hacer, analizar y mirar el periodismo. Como se expondrá más adelante, las epistemologías feministas tienen como uno de sus rasgos constitutivos que las distinguen de otros tipos de conocimiento, el compromiso político con el cambio social (Tena, 2010). Así lo expresa Liz Stanley (En: Gandarias, 2014:128): “la investigación feminista es una praxis que liga experiencia y acción”. Además, la teoría crítica, siguiendo con el paradigma propuesto para esta investigación, enuncia la metodología como dialógica y dialéctica, donde “el ideal es la emancipación y promueve métodos participativos. Intenta dirigir la investigación hacia fines socialmente significativos” (Catalán-Vázquez y Jarillo-Soto, 2010:167). Para tal fin se propone una metodología que conjugue la Hermenéutica profunda de Thompson con el pensamiento y teoría feministas. En el caso de la Hermenéutica profunda, el autor parte de concebir que el desarrollo de la cultura en las sociedades modernas se ha visto modificado por la comunicación masiva que aparece como medio de reproducción de la ideología. Thompson (1993) esboza que los mensajes mediáticos son parte del tejido de la tradición en las sociedades modernas, por lo tanto, son también una herencia a través de la cual se conforma nuestra memoria histórica. 16 La aportación de la teoría feminista radica en que permite señalar a los medios de comunicación como instrumentos para la transmisión de valores patriarcales sobre las mujeres y lo femenino, incluida la infancia. Por lo tanto, cabe aclarar que la Hermenéutica de Thompson será el camino a seguir para el análisis, sin embargo es la teoría feminista el vehículo que conducirá en la explicación del discurso periodístico en sus partes y en cómo éstas se relacionan con su estructura global. En cuanto a las dimensiones que agrega Montero (2001): ética y política, por supuesto que ambas se encuentran enmarcadas en la investigación feminista porque se busca, al menos en lo que respecta al periodismo con perspectiva de género, reivindicar los derechos humanos de las mujeres y la niñez a través de cambios visibles en el discurso periodístico. Al contestar ¿cuál es el lugar del otro en la producción del conocimiento?, y ¿para quién es el conocimiento, a quién favorece la investigación?, desde el pensamiento feminista se busca la igualdad, la equidad, la emancipación, la libertad y la autonomía de las mujeres y la infancia. Como diría Foucault (En: Gandarias, 2014:134), “en ninguna parte estamos libres de poder, pero siempre podemos transformar la situación”, por tanto, hay que hacer camino para construir con cimientos firmes en favor de un discurso periodístico incluyente desde la investigación feminista. 1.2 Epistemología feminista En cada época y lugar, la epistemología feminista se ha desarrollado en confrontaciones políticas, en diálogo crítico y reflexivo con otras concepciones e interpretaciones del mundo (Lagarde, 2012:500). El tema de infancia puede ser estudiado desde una postura de derechos humanos, de la sociología, de la psicología, del derecho o cualquier otra disciplina; sin embargo, al ser desde la perspectiva de género es necesario entender en qué consiste la epistemología feminista, es decir, la forma en que se puede conocer y cómo se legitima esta forma de conocimiento, “la manera en que influye el género en el conocimiento, en el sujeto cognoscente, en las prácticas de investigación, indagación y justificación” (Castañeda, 2008:32). Las teóricas de la epistemología feminista se ocupan de explicar cómo el género interviene en las concepciones del conocimiento, en la persona que conoce y en las prácticas de investigar, preguntar y justificar. Identifican las concepciones dominantes y las prácticas de atribución, adquisición y justificación del conocimiento que sistemáticamente ponen en desventaja a las mujeres y la niñez en cualquier ámbito de estudio. 17 Por eso se entiende que la epistemología feminista sitúa un nuevo objeto de investigación, donde quién investiga y a quién se investiga se encuentran en el mismo plano crítico. La persona que investiga se sitúa como persona real, histórica, con deseos e intereses particulares y específicos, mismos que forman parte de la evidencia de los argumentos que sustentan las conclusiones de la investigación (Harding, 2002). “Por eso, construir una epistemología con fundamentos científicos ha sido invaluable para el avance de las mujeres (…) una epistemología feminista anclada en sólidos conocimientos científicos, históricos y filosóficos ha sido un recurso político emancipatorio y de libertad y ha permitido avances de las mujeres en el mundo en condiciones de una gran desigualdad” (Lagarde, 2012:501). La crítica a la ciencia, en la epistemología feminista, desafía los supuestos básicos fundamentales de la epistemología tradicional: la objetividad, la neutralidad valorativa, la literalidad del lenguaje y la exclusiónde las emociones. Diana Maffía (En: Blázquez, 2005:623) lo explica de la siguiente manera: 1. Objetividad. Suponer que el saber científico es objetivo es suponer que la observación sistemática dará siempre los mismos resultados, no importa quién sea el observador. 2. Neutralidad valorativa. Suponer que la ciencia es neutral es suponer que los rasgos idiosincráticos, valorativos y políticos no influyen en la producción de saber, que todo sujeto es intercambiable por otro. 3. Literalidad del lenguaje. Significa que lo que el conocimiento científico tiene que producir es una descripción del mundo con un lenguaje específico, cuidado y limpio que asegure la referencia libre de ambigüedad, vaguedad, textura abierta, ciertas falacias lingüísticas. 4. Exclusión de las emociones. Se les considera un obstáculo que debe ser removido y controlado, pues no se consideran una fuente para el conocimiento. Autoras como Sandra Harding y Evelin Fox Keller (En: Durán, 2008:46) señalan que la ciencia aparentemente “objetiva y neutral” tiene concepciones androcéntricas y tendencias políticas, intereses económicos y estratégicos predominantes enmascarados en una construcción mitológica que se ha hecho de la objetividad. Ante ello, Harding (En: Durán, 2008:66) propone una nueva forma de hacer ciencia, desde seis puntos clave: 18 1. Cuestionar las actitudes autoritarias y resaltar la experiencia personal. 2. Manifestar que las jerarquías no son naturales, no son biológicas, sino que son creaciones sociales y culturales, por lo tanto son mutables o modificables. 3. Analizar relaciones sociales entre los géneros en la vida cotidiana. 4. Reeducación de los varones para que adquieran una visión más realista y menos deformada de la naturaleza y de las actividades de las mujeres y hombres. 5. Orientación humanista. 6. Unidad del saber combinado con el conocimiento moral y político con el empírico. Por lo tanto, la epistemología feminista plantea que la objetividad se convierte en una noción social, y afirmar que una creencia es objetiva es sostener que ha emergido de un proceso de discusión crítica al que todos los interlocutores tienen acceso en igualdad de condiciones (González, 2005:595). Y no tiene nada que ver con aquella “ciencia objetivista”, que pide a las y los investigadores neutralidad, generalización y que sus investigaciones se muestren desligadas de su propio contexto personal, social y político. Harding, así decreta (En Gardarias, 2014:135): “La investigadora se nos presenta no como la voz invisible y anónima de la autoridad, sino como la de un individuo real, histórico, con deseos e intereses particulares y específicos”. Al respecto, la antropóloga Donna J. Haraway sostiene (En: Lagarde, 2012:501) que “…yo, con otras muchas feministas, quiero luchar por una doctrina y una práctica de la objetividad que favorezca la contestación, la deconstrucción, la construcción apasionada, las conexiones entrelazadas y que trate de transformar los sistemas de conocimiento y las maneras de mirar”. También se entenderá que el contenido de la normatividad reside en garantizar la presencia de perspectivas plurales, la explicación de los valores implicados y los estándares de aceptación y la apertura a la crítica. Permite una visibilización de la diversidad de experiencias y condiciones materiales de los sujetos. Así, el compromiso feminista consiste en mostrar que no todas las historias son igualmente válidas. La epistemología feminista se constituye desde diversas posturas que tienen como rasgo principal constitutivo el compromiso político con el cambio social, característica que las distinguen de otros tipos de teorías del conocimiento, así como el 19 valor que se debe otorgar a la experiencia de las mujeres, por tanto es importante profundizar en cada una de ellas. “Entre las especialistas hay cierto acuerdo en reconocer al menos tres grandes tendencias cuyos puntos de distinción están dados por la forma como plantean la relación entre mujeres y ciencia” (Castañeda, 2008:46). En este trabajo de investigación se describen cada una de ellas: Empirismo feminista, Punto de vista feminista y Postmodernismo feminista. Empirismo feminista Harding denominó empirismo feminista al esfuerzo epistemológico de varias teóricas y científicas por dar respuesta a los sesgos sexistas y androcéntricos a través de un estricto seguimiento del método científico, y por garantizar su participación en el quehacer científico bajo igualdad de condiciones. Las autoras de esta corriente son Lynn H. Nelson y Helen Longino. Como se puede ver, esta postura no ha puesto en entredicho el dogma de la ciencia, sino que supone como “mala ciencia” aquella que no ha logrado la neutralidad y objetividad en sus observaciones, por lo que habría que mejorar la metodología para evitar conclusiones sesgadas. Por tanto, es necesaria una aplicación más sistemática y rigurosa de los métodos de la ciencia existente. Esta corriente promueve la participación de las mujeres científicas, quienes deben percatarse y luchar desde adentro a favor de la eliminación de los sesgos en las prácticas científicas. Esta perspectiva ha generado críticas fuertes al interior de las mismas feministas. Para Harding, el intento de decantar la ciencia a partir de sí misma, es decir, de dejar de hacer “mala ciencia” sin cuestionar la “estricta adhesión a las normas metodológicas vigentes de la investigación científica” hace que el proyecto mismo de una ciencia buena, neutral y no generalizada se vuelva sospechoso. El gran error, como lo sostiene Harding, es que la “ciencia no puede hacerse neutral con respecto a los valores en el sentido de bloquear los valores e intereses políticos en relación con los esquemas conceptuales y metodologías que dirigen la investigación científica. Hay, y debe haber, una constante interacción entre la tendencia de la ciencia a reflejar la vida social y la tendencia de la vida social a reflejar la ciencia”. En esa medida, los “proyectos sociales de las culturas en las que se desarrolla la investigación científica, así como la ignorancia y las falsas creencias de los investigadores individuales son los responsables de la selección de los problemas científicos, de los tipos de hipótesis propuestas, de la determinación de lo que se consideran pruebas y del modo de utilizarlas para apoyar o refutar las hipótesis”. (Esta postura, no hace más que) reproducir los esquemas y las estructuras de la ciencia androcéntrica tradicionales. Su posición 20 llega hasta hacer explícitos los aspectos sociológicos, históricos y psicológicos de la ciencia, pero los deja por fuera del análisis al no considerarlos como parte de su dominio. Harding cuestionó esta perspectiva argumentando precisamente que son la ciencia en uso y la tendencia a normas metodológicas establecidas de investigación las que generan resultados androcéntricos. (…) la postura empirista deja intacta a la ciencia imperante, al pretender que un seguimiento riguroso de comprobación de hipótesis e interpretación de los datos puede mantener libre de contexto a la investigación, cuando no han sido libres de contexto los procesos que llevaron a la identificación y definición de los problemas de objeto de estudio (Sierra, 2008: 18). El empirismo feminista, aplicado al contexto de estudio de esta investigación, da algunas luces para entender más la contribución de esta corriente epistemológica. Las teóricas al participar de igual a igual, como ya se dijo, estaban irrumpiendo con una participación activa en la ciencia. ¿Qué se puede esperar de periodistas informando en los medios de comunicación la opresión contra las mujeres y la infancia del sistema patriarcal y adultocéntrico? Sin embargo, no es creíble esta información si el lenguaje y las prácticas utilizadas son sexistas.Existen casos de periodistas, con un compromiso periodístico desde la perspectiva de género, que a través de sus textos han puesto en tela de juicio los sesgos de género. Suelen ser imperceptibles, como la humedad, pero con el paso del tiempo, pueden causar daños irreparables al sistema patriarcal vigente en los medios de comunicación al crear conciencia de género. Sin embargo, es cierto que causar daño al gigante desde dentro cuesta mayor esfuerzo si se tiene en cuenta que éste nos ha devorado. En este contexto es importante no sólo que haya mujeres periodistas, además se requiere capacitación y formación para contrarrestar al sistema patriarcal, cuya forma de operar en los medios de comunicación se traduce en discriminación, invisibilización, victimización y reforzamiento de estereotipos de género a través del discurso periodístico. La formación se gesta en la academia. La docencia puede incorporar la dimensión de género como una base sólida para hacer comunicación, a fin de que quienes egresan lleven esta mirada y la pongan a funcionar en cada uno de sus medios. Se abordará con mayor énfasis este punto en el tercer capítulo. Punto de vista feminista Las teóricas representativas de esta postura son Nancy Hartsock, Evelyn Fox Keller y Sandra Harding. Su propuesta cuestiona la objetividad y neutralidad de la ciencia tradicional y la separación del sujeto-objeto, además le conceden una importancia capital a los contextos sociales y políticos de la investigación en los que la objetividad sólo se obtendrá a partir de un posicionamiento crítico. 21 Se hace un énfasis a la situación de las mujeres, pues sus prácticas y experiencias les otorgan el privilegio epistemológico en un mundo dominado por los hombres, donde ellas ven lo que los hombres no pueden, desde sus posiciones de poder. “Se caracteriza por señalar que la posición dominante de los hombres en la vida social se traduce en un conocimiento parcial, mientras que la posición subyugada de las mujeres abre la posibilidad de un conocimiento más completo (…) Se le añade a la ciencia un carácter situado, en el tiempo y en el espacio, descubriendo las identidades de quienes hacen la ciencia” (Guzmán, 2005:646). En otras palabras, el punto de vista feminista expone que las mujeres tienen la experiencia directa de la opresión y esto sugiere que pueden estar más interesadas en evidenciarla al representar los fenómenos sociales, para lo cual se requiere de una conciencia colectiva de género, por supuesto. Desde esta postura, la idea de que las mujeres tienen algo que decir se aplica a la infancia, en particular las niñas, por su condición de género y su situación generacional. Niñas y niños son una excelente fuente de información a la que se debe de recurrir de modo asiduo pues al cubrir el tema de infancia quienes viven esa condición tienen el privilegio epistémico. La crítica o desventaja al punto de vista feminista radica en que la experiencia social de las mujeres tiene otras aristas a tratar como la edad, la clase social, el origen étnico, la cultura, la orientación sexual, las identidades fragmentadas de la vida moderna, etcétera, por lo que se cuestiona la posibilidad de unificar un solo punto de vista de las mujeres. Y, sin embargo, el hecho biológico no garantiza una conciencia analítica del género. Hay mujeres en el poder, por ejemplo, con una postura patriarcal en su manera de actuar y gobernar. La alternativa radica en “defender el carácter situado del conocimiento, pero renunciando al mismo tiempo a otorgarle privilegio epistémico a algún tipo particular de situación. La prescripción, entonces, no sería la de sustituir unas particularidades por otras, sino la de permitir el encuentro de voces y perspectivas distintas con el fin de hacer explícitos los compromisos y los puntos ciegos de las distintas situaciones particulares. Fomentar la pluralidad de perspectivas, de sujetos condicionados, sería entonces la fórmula para maximizar una objetividad que se convierte en subjetiva si se hace depender de un imposible sujeto incondicionado” (González, 2005:578). Se hace énfasis en que el conocimiento depende de un punto de vista, y si no se puede privilegiar uno solo, entonces se deben incluir múltiples posiciones de conocimiento o deben integrarse múltiples perspectivas en una. En este trabajo se busca mirar desde la perspectiva de género el discurso periodístico de la infancia en medios impresos. Este tema, clasificado como feminizado, ya tiene una “desvalorización“, por lo que es necesario que las y los 22 periodistas que cubren esta temática tengan herramientas para abordarlo de manera incluyente. Por ello es importante, entender la siguiente postura: el posmodernismo feminista. Posmodernismo feminista La autora de esta postura es, sin duda, Donna J. Haraway, también destaca el trabajo de Judith Butler. Esta corriente se caracteriza por la pluralidad de experiencias de las mujeres situadas más allá del género. En este sentido, Haraway insiste en las ventajas explicativas de abrazar nuestras identidades fragmentadas. El posmodernismo feminista rechaza el universalismo y la idea de verdad. Habla del fin de los grandes relatos. Hace una crítica al concepto hegemónico de “mujer” porque no hay sólo una y porque es un concepto esencialista, por lo que propone cambios de perspectiva como estrategia ante la proliferación de teorías producidas por mujeres situadas o posicionadas diferencialmente. Se señala que la situación epistémica se caracteriza por una pluralidad permanente de perspectivas, en la que ninguna puede demandar objetividad, esto es, cambia el conocimiento “del Punto de vista”, por el de una “mirada desde aquí ahora”, ya que desde esta perspectiva las personas no están completamente atrapadas epistémicamente dentro de sus culturas, géneros, razas, etnias o cualquier otra identidad, sino que pueden escoger pensar desde otras perspectivas, su constitución puede estar cambiando en lugar de permanecer estática, y no hay una correspondencia estable entre individuos y perspectivas. Los dos puntos principales de esta teoría, que son el rechazo a la categoría analítica de mujer y la fragmentación infinita de perspectivas, son controversiales en la teoría feminista, ya que a esta postura se le ha caracterizado en algunas ocasiones como relativista y algunas teóricas feministas se preocupan porque al hacer un énfasis excesivo en la diferencia, se puede caer en la desintegración intelectual y política. Por tanto, el reto mayor es reconciliar las presiones de la diversidad y las diferencias con aquellas de la integración y la comunidad (Blazquez, 2012:34). Lo significativo de esta postura epistemológica, para este trabajo de investigación, es el cruce entre la pluralidad de experiencias: se pretende, desde el género, mirar la infancia, las niñas y los niños, su condición y situación desde el género. La condición de género se explica como “el conjunto de características asignadas de manera estereotipada, algunas de las cuales, son compartidas por la mayoría de grupos de mujeres en una sociedad determinada, por eso se puede reconocer la condición de género de las mujeres por países o por regiones (…) O si no 23 comparten semejanzas importantes es posible referirse a un territorio, un país, una cultura y señalar las diferencias genéricas entre las mujeres” (Lagarde, 2012: 510). Este concepto se conjuga con otras condiciones como la condición étnica en las mujeres indígenas con la condición de edad, condición religiosa… “Es posible identificar la condición de género de mujeres migrantes en cualquier parte del mundo o la condición de mujeres profesionistas, o la condición de género de mujeres campesinas y podríamos continuar con todas las condiciones específicas que son marcadas por el género y a su vez marcan elgénero. Y, al mismo tiempo, es necesario identificar sus diferencias y especificidades” (Lagarde, 2012: 511). “La situación de género es otra clave epistemológica de la perspectiva de género. A nivel teórico las categorías sociales permiten ubicar y clasificar a las personas y los grupos de una sociedad determinada. Sin embargo, en la vida concreta las clasificaciones implican posibilidades de vida, a través de marcas tangibles e intangibles. El conjunto de posibilidades y restricciones de una persona la coloca, por tanto, en una situación específica. Es decir, la situación vital es el resultado de todas las adscripciones sociales de las personas, dinámica en el tiempo y ubicada, por eso mismo es específica” (Lagarde, 2012: 512). Por la situación de género no se puede escribir “un caso más de feminicidio”, o “se repite la violencia”. Se debe contextualizar la información. Al respecto, es importante hacer una referencia a la interseccionalidad, perspectiva situada en la teoría feminista a partir de la preocupación sobre las diferencias mencionadas en la postura epistemológica de la posmodernidad. Aunque resulta complicado remitirse a una definición específica sobre la interseccionalidad, se puede decir que “es el resultado único de las interacciones entre las formas de estratificación de género, raza, etnia, clase y otras categorías como la edad, que se expresan tanto en la vida cotidiana, como en prácticas sociales y arreglos institucionales, cuyos efectos se plasman en términos de poder” (Guzmán, 2015: 45). La observación detallada, desde la interseccionalidad, en el discurso periodístico del tema infancia, sobre las niñas y los niños, permite identificar los diversos contextos de desigualdad social, atravesados por factores de movilidad geográfica, carencias socioeconómicas, entre otras. La perspectiva interseccional permite analizar situaciones de desigualdad múltiple por ejemplo, el caso de una mujer, menor de edad, inmigrante, indígena en un campo agrícola de Sinaloa. Es decir, estas características la posicionan como un sujeto con una situación de desigualdad múltiple. La interseccionalidad, por tanto, ha supuesto un avance en materia de reconocimiento de las distintas posiciones que existen en el interior de la categoría tradicional de género y que en los capítulos posteriores se señalarán de manera puntual al momento de observar cómo es el hecho de que las personas no están 24 situadas en un único orden y, por lo tanto, no interactúan sólo en tanto mujeres, niñas, madres, inmigrantes, ciudadanas. De hecho, cada uno de estos papeles que les toca representar se operativizan de forma variable dependiendo de los contextos en que se localicen, de tal manera que unas veces las personas pueden ubicarse en el blanco de la exclusión, la desigualdad e incluso la opresión, y otras, esas mismas diferencias les permiten disminuir estas experiencias (Guzmán, 2015:45). Un caso con estas características es el de la adolescente Malala Yousafzai, nacida en Pakistán. Ella denunciaba, en un blog para la BBC, las atrocidades sufridas bajo el régimen del Tehrik-i-Taliban (TTP), que ocupó militarmente el valle del río Swat matando a muchos de sus habitantes, destruyendo las escuelas y prohibiendo la educación de las niñas entre 2003 y 2009. Sufrió un atentado en 2012. Y en 2014, recibió el Premio Nobel de la Paz. También tiene un libro autobiográfico: Malala: mi historia. Cuando cierro los ojos, veo mi cuarto. La cama está sin hacer, la mullida manta está arrugada a un lado porque llego tarde a un examen y me he levantado a toda prisa. En mi mesa está abierta mi agenda escolar en la página que lleva la fecha del 9 de octubre de 2012. Y el uniforme –el shalwar blanco y el kamiz azul– está colgado en una percha de la pared, esperándome (Yousafzai- McCormick, 2014). Mujer, adolescente, pakistaní, activista: Una voz con un privilegio epistémico que debe ser escuchada. Por último, la diversidad de reflexiones feministas sobre la ciencia es amplia, no obstante, Teresita de Barbieri (En: Saletti, 2015:12) distingue tres objetivos que las unifican: “el primero, acabar con la ceguera de género en la investigación; en segundo lugar, todas las reflexiones feministas sobre la ciencia apuntan a producir conocimientos que den cuenta de las condiciones de vida y las experiencias de las mujeres. Por último, todas concuerdan con producir teorías para eliminar la desigualdad y subordinación de las mujeres. En definitiva, las investigaciones feministas han desafiado principios básicos para la ciencia a la vez que han ofrecido nuevos marcos epistemológicos y metodológicos”. 25 1.3 Perspectiva de género Como se ha dicho, esta investigación parte de la perspectiva de género feminista para posicionarse con respecto a la forma en que se analizará el discurso periodístico del tema de infancia. Pero, ¿qué se entiende por perspectiva de género? y ¿por qué se enfatiza como feminista? La perspectiva de género funciona a manera de enfoque crítico que “devela el problema siempre presente, aunque siempre ocultado” (Serret, 2008:69). La perspectiva de género permite avanzar en el análisis de las desigualdades, subordinaciones, resistencias de las relaciones performativas entre sexos en una determinada estructura social. » Permite analizar y comprender las características que definen a las mujeres y a los hombres de manera específica, así como sus semejanzas y diferencias. » Analiza las posibilidades vitales de las mujeres y los hombres: el sentido de sus vidas, sus expectativas y oportunidades, las complejas y diversas relaciones sociales que se dan entre ambos géneros. » Es detractor del orden patriarcal, contiene de manera específica una crítica a los aspectos nocivos, destructivos, opresivos y enajenantes que se producen por la organización genérica basada en la desigualdad, la injusticia y la jerarquía política de las personas basada en el género. » Promueve la igualdad entre los géneros a través de la equidad, el adelanto y el bienestar de las mujeres; contribuye a construir una sociedad en la cual las mujeres y los hombres tengan el mismo valor, la igualdad de derechos y oportunidades para acceder a los recursos económicos y a la representación política y social en los ámbitos de toma de decisiones (Lagarde, 2012: 219 y 422). Marcela Lagarde (2012:375) agrega a la definición: “La perspectiva de género feminista y la política que se deriva de su implementación práctica, están basadas en la eliminación de las causas de opresión de género, impulsar el empoderamiento, el avance y la autonomía de las mujeres, y en construir vías de acceso a la igualdad equitativa entre mujeres y hombres. El feminismo se propone que la sociedad se organice con base en la igualdad entre mujeres y hombres, la cual tiene varias dimensiones: igualdad ante la ley, igualdad de oportunidades, igualdad de trato, igualdad social, igualdad política, y a la igualdad de acceso a recursos, bienes y al desarrollo”. Ahora se entiende por qué el pensamiento feminista comienza a utilizar el concepto de género como herramienta teórica para explicar la opresión de las mujeres. Esta herramienta, ahora política, ha sido utilizada por las académicas 26 feministas para impulsar proyectos en favor de la igualdad. Así se empieza a manejar la perspectiva de género en el seno de la investigación académica feminista. Sin embargo, hay sectores políticos contrarios al feminismo, que utilizan el término perspectiva de género, desmarcándose del pensamiento y movimiento feminista. La razón es que el feminismo se refiere a los movimientos de liberación de las mujeres, que históricamente han ido adquiriendo diversas proyecciones. Igual que otros movimientos, ha generado pensamiento y acción, teoría y práctica. El feminismo propugna uncambio en las relaciones sociales que conduzca a la liberación de la mujer –y también del varón– a través de eliminar las jerarquías y desigualdades entre los sexos. También puede decirse que el feminismo es un sistema de ideas que, a partir del estudio y análisis de la condición de la mujer en todos los órdenes –familia, educación, política, trabajo, etc.- pretende transformar las relaciones basadas en la asimetría y opresión sexual, mediante una acción movilizadora. La teoría feminista se refiere al estudio sistemático de la condición de las mujeres, su papel en la sociedad y las vías para lograr su emancipación. Además de analizar y diagnosticar sobre la población femenina, busca explícitamente los caminos para transformar esa situación. Aunque el feminismo no es homogéneo, ni constituye un cuerpo de ideas cerrado –ya que las mismas posturas políticas e ideológicas que abarcan toda la sociedad, se entrecruzan en sus distintas corrientes internas– podemos decir que éste es un movimiento político integral contra el sexismo en todos los terrenos (jurídico, ideológico y socioeconómico), que expresa la lucha de las mujeres contra cualquier forma de discriminación (Gamba, 2005:2). Por tanto, existe una “resistencia” a todo lo que proceda de él. Los mitos y los estigmas, así como los prejuicios todavía subsisten a su alrededor, sobre todo las malas interpretaciones: Se ha hablado de que el movimiento feminista es un movimiento de lucha entre los géneros, o en contra de los hombres, y que pretende obtener el poder que éstos tienen, que es monolítico (que todas las feministas piensan igual). Algunas de estas ideas se originan en la ignorancia o en la falta de información (Careaga, 1996:22). Existen personas que hasta piensan que la perspectiva de género es posterior y además diferente del feminismo, incluso los antagonizan y creen que la primera supera al feminismo. Identifican éste último como “un radicalismo que deja fuera a los hombres y atenta contra ellos. Ven en la perspectiva de género algo menos excluyente e injusto porque incluye a los hombres. Esa creencia les permite revisitar complementariedades y otras fantasías y mantener firme su lealtad a los hombres y su 27 incontaminación del feminismo. Con todo, asumen reivindicaciones de género y luchan por ellas” (Lagarde, 2012:408). A partir de los anteriores planteamientos, es posible justificar por qué la investigación a desarrollar posee una perspectiva de género y feminista. Desde esta posición, se busca observar y analizar el discurso periodístico y lo que implica. Por tanto, el hecho de considerar la perspectiva de género es consecuente con dos objetivos simultáneos: 1. La visibilización de las mujeres. Los sistemas patriarcales o androcéntricos invisibilizan a las mujeres al masculinizar el lenguaje y los sistemas de prestigio. La historia, la política, la guerra, la producción económica, el arte…, en síntesis, toda actividad humana relevante, parece hecha sólo por varones. Cuando hacemos visibles a las mujeres en el lenguaje y en el quehacer social, transformamos de modo radical la dimensión de lo observado y lo tornamos más <<real>>. 2. Todas las relaciones sociales siguen atravesadas en la actualidad por un sistema simbólico imaginario de dominación que subordina a las mujeres en tanto que colectivo. Es importante recordar entonces que la diferencia de género no es inocua, sino que se traduce siempre en desigualdad, en el ejercicio de un poder injusto e ilegítimo (Serret, 2008:52). Hay que precisar enseguida que es feminista toda investigación que maneje, de acuerdo con Serret (2008:70), la perspectiva de género como “una actitud hermenéutica y un enfoque crítico, que a su vez devele un hecho específico: el sistema de dominación entre los géneros”. Al usar la perspectiva de género se debe, profundiza Serret (2008:76): 1. Visibilizar a las mujeres, sus cuerpos, sus espacios y sus actividades. En consecuencia, al trabajar sobre cualquier problema de investigación, debemos asegurarnos que nuestros datos se encuentren desagregados por sexo y/o por género, y que tomemos en cuenta que, no importa cuán distante nos parezca un tema de la intervención femenina, si es social, existen mujeres y hombres involucrados en su producción. Hay que interesarnos en investigar cómo. Si hablamos de un tema no social (por ejemplo, un problema de física o de biología molecular) tomemos en cuenta que la generación de conocimiento acumulado, los conceptos comunes en la disciplina y los juicios que hacemos extensivos a la realidad social, se han construido <<por personas>> y, en general, en esa producción de conceptos se ha empleado un prejuicio androcéntrico y se ha obviado la participación de mujeres en la generación del aparato crítico de la disciplina. 28 2. Ubicar cómo opera, en un problema de investigación previamente planteado, la red de relaciones sociales de poder que construye las posiciones de género. Recordemos que el género es una categoría relacional que designa la forma en que se vinculan en una sociedad las mujeres y los hombres, pero que no se limita a indicar los diferentes roles y caracteres que la sociedad asigna para cada grupo, sino que muestra que esa vinculación tiene un carácter jerárquico. Las mujeres y los hombres se siguen relacionando en nuestra sociedad a partir de parámetros culturales que los ubican como dos grupos diferenciados por la posición de prestigio desigual que ocupan. Las mujeres y lo femenino (toda idea asociada con la feminidad) carece de prestigio y, en consecuencia, de poder (aunque a menudo ejerza influencia) para el imaginario social. Al tener esto en cuenta, las herramientas que empleemos en nuestra investigación nos ayudarán a obtener explicaciones de diversos fenómenos y no meras descripciones. Por ejemplo, podremos pasar de constatar que las mujeres constituyen el 90% de los desposeídos del mundo para explicar por qué esto ocurre así. A manera de conclusión se dirá que, la investigación feminista desde la perspectiva de género permite que no haya pérdida política e histórica de memoria “porque rearma ideológicamente a las mujeres e introduce en la vida pública y política un principio permanente de sospecha sobre la distribución de recursos y la apropiación del poder por parte de los varones. (…) Y es que el feminismo es el movimiento social de la modernidad que más ha ensanchado los derechos civiles, políticos y sociales de la humanidad” (Cobo, 2005:257). El uso de la perspectiva de género, en el discurso periodístico en particular, es una herramienta que puede ser útil para que la mirada de quienes ejercen el periodismo -o investigan los medios de comunicación- englobe a las mujeres y a los hombres sin ningún tipo de exclusión, incluida la generacional: niñas y niños. Para llegar a esto, las feministas han desarrollado dentro de la perspectiva de género, categorías de análisis y conceptos para desarrollar una visión explicativa y alternativa de lo que acontece en la vida de las personas y que sus condiciones y situaciones son transformables hacia el bienestar si se construyen con base en la igualdad, la equidad y la justicia. A continuación se presentan algunas de estas categorías y conceptos que se consideran importantes para entender el análisis del discurso periodístico del tema infancia y sus resultados. 29 1.3.1 Género como categoría de análisis Algunos sociólogos han considerado que la dimensión de género es tan revolucionaria como lo fue la de clase en su momento, ya que proporciona una nueva dimensión de análisis, a la vez que ofrece herramientas para interpretar las relaciones sociales desde otro ángulo, y un sinnúmero de elementos para explicar lo que acontece en la sociedad (Careaga, 1996:21). ¿Qué ofrece la teoríay pensamiento feminista al precisar el género como una categoría de análisis? Este concepto ha llegado a iluminar y explicar de manera diferente la realidad social, y además, politiza y transforma esa realidad. Para comprender la importancia de este concepto y la capacidad que contiene en sí para dar cuenta de la realidad, es preciso subrayar que el referente social es el de las mujeres como colectivo: “La mitad de la humanidad conforma un colectivo con problemas crónicos de exclusión, explotación económica y subordinación social. Por tanto, mientras esa realidad subsista (…) la noción de género seguirá siendo rentable para las mujeres” (Cobo, 2005:257). Porque esta categoría tiene capacidad explicativa para entender la desventaja social de las mujeres como colectivo. El género, como categoría de análisis y de acuerdo con Joan W. Scott (1986), “es un elemento constitutivo de las relaciones basadas en las diferencias que distinguen los sexos y el género en una forma primaria de relaciones significantes de poder”. Como elemento constitutivo, el género se puede explicar desde cuatro momentos: 1. Símbolos y mitos culturalmente disponibles que evocan representaciones múltiples y contradictorias: luz-obscuridad. En otras palabras, se refiere a las representaciones simbólicas. 2. Conceptos normativos que manifiestan las interpretaciones de los significados de los símbolos, en un intento de limitar y sostener sus posibilidades metafóricas, como un único posible. Estos conceptos se expresan en doctrinas religiosas, educativas, científicas, legales y políticas. 3. Nociones políticas y referencias a las instituciones y organizaciones sociales de las relaciones de género. Familia (parentesco), mercado de trabajo (división sexual del trabajo), educación, política. 4. Identidad (genérica). El género es el campo primario dentro del cual se articula el poder y le da legitimación, en cuanto a la forma primaria de relaciones significantes. Construye las relaciones sociales, desarrollan la comprensión de la naturaleza recíproca de género y 30 sociedad. Y de las formas particulares y contextualmente específicas en que la política construye el género y el género construye la política. Este concepto como categoría de análisis es una parte crucial de la organización de la igualdad o desigualdad. Por tanto, cuestionar o alterar cualquiera de sus aspectos amenaza a la totalidad del sistema. Cobo (2005:253) pone de manifiesto que en el corazón de la sociedad existe un mecanismo que distribuye los recursos (políticos, económicos, culturales o de autoridad, entre otros) en función del género. Y que este mecanismo sobrecarga de recurso a los varones y les priva a las mujeres de aquellos que les corresponden. El género es un principio de orden, revela la existencia y los efectos de una relación de poder, de una diferencia, de un encuentro desigual. Así lo describe Gerda Lerner (En: Rivera, 2003: 79): “la definición cultural de la conducta definida como apropiada a los sexos en una sociedad dada en una época dada. Género es una serie de roles culturales. Es” prosigue –“un disfraz, una máscara, una camisa de fuerza en la que los hombres y mujeres bailan su desigual danza”. Todo esto quiere decir que lo que conocemos como “hombre” y lo que conocemos como “mujer” no consiste en un conjunto de atributos, en un conjunto de objetos predominantemente naturales, sino que se trata en gran parte de construcciones culturales. De acuerdo con Cobo (2005:253), el género se ha desarrollado en varias direcciones: » El concepto de género se refiere a la existencia de una normatividad femenina edificada sobre el sexo como hecho anatómico. El sexo es una realidad anatómica que históricamente no hubiese tenido ninguna significación política o cultural si no se hubiese traducido en desventaja social. Dicho de otra forma, ser mujer no significa sólo tener un sexo femenino, también significa una serie de prescripciones normativas y de asignación de espacios sociales asimétricamente distribuidos. Históricamente, esa normatividad ha desembocado en los papeles de esposa y madre en el ámbito privado-doméstico, cuya característica más visible ha sido el carácter no remunerado de todo este trabajo de reproducción biológica y material. » La normatividad femenina reposa sobre un sistema social en el que el género es un principio de jerarquización que asigna espacios y distribuye recursos a varones y mujeres. Este sistema social será designado por la teoría feminista con el término de patriarcado. Este sistema se explicará más adelante para profundizar en sus características y cómo afecta a las mujeres y a la infancia. 31 » Y, el género se ha convertido en un parámetro científico irrefutable en las ciencias sociales, como ya se ha desarrollado en líneas anteriores. Un ejemplo para ilustrar lo que el género ha venido a cambiar lo da Eduardo Galeano con su micro relato “La autoridad”: En épocas remotas, las mujeres se sentaban en la proa de la canoa y los hombres en la popa. Eran las mujeres quienes cazaban y pescaban. Ellas salían de las aldeas y volvían cuando podían o querían. Los hombres montaban las chozas, preparaban la comida, mantenían encendidas las fogatas contra el frío, cuidaban a los hijos y curtían las pieles de abrigo. Así era la vida entre los indios Onas y los Yaganes, en Tierras del Fuego, hasta que un día los hombres mataron a todas las mujeres y se pusieron las máscaras que las mujeres habían inventado para darles terror. Solamente las niñas recién nacidas se salvaron del exterminio. Mientras ellas crecían, los asesinos les decían y les repetían que servir a los hombres era su destino. Ellas lo creyeron. También lo creyeron las hijas y las hijas de las hijas (Galeano, 1982:40). La categoría de género permite visualizar esta condición. Se ha convertido en una herramienta, que al atravesar las prácticas comunicacionales, pone el dedo en la llaga de la desigualdad, da una formación incluyente, y posibilita mirar de tal manera que “las hijas de las hijas” deconstruyan esa realidad que las oprime y subordina. En resumen, la articulación entre género y comunicación hace posible pensar y actuar a favor de una sociedad más justa e igualitaria. 1.3.2 Sistema patriarcal Se ha hecho mención de un sistema de género que reproduce y mantiene una condición femenina subordinada y una condición masculina dominante y opresiva. Ahora es momento de profundizar en este concepto de la teoría feminista: el patriarcado. Y a su vez articularlo con el tema de infancia, pues es desde esta conceptualización que se entiende la subordinación de la infancia y en especial de las niñas (por su condición de género y generacional) en el discurso periodístico. El sistema patriarcal es la forma de organización política, económica, cultural, religiosa, ideológica y jurídica de la sociedad, basado en la dominación del género masculino sobre el género femenino, traducido en desigualdades concretas. También, la dominación de unos hombres sobre otros hombres, no sólo sobre mujeres. El patriarcado implica una dominación intergenérica y una dominación intragenérica. Dominación de sexo-género y edad en la que los hombres adultos y poderosos dominan a las mujeres y a otros hombres con menor poder, en las relaciones, las prácticas sociales y en las instituciones (Lagarde, 2012:503). 32 De lo anterior se desprende que las jerarquías de edad y sexo operan paralela y complementariamente, y que se organizan en función de éstas las relaciones de las niñas, los niños y las personas adultas. Por un lado, el orden patriarcal significa una jerarquía entre los géneros, con especial dominio de la figura masculina del patriarca sobre la figura femenina. También implica relaciones de subordinación entre las edades: el patriarca tiene
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