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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN La masacre de Texas: del asesino histórico al fílmico Seminario-Taller Extracurricular Interdiscursividad: cine, literatura, historia QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE Licenciado en Comunicación PRESENTA Carlos Israel Yerena Cruz Asesor: Dr. Jorge Olvera Vázquez Septiembre, 2016 1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos Para mi abuelo, por acompañarme desde el principio y hasta su último suspiro, por enseñarme con su ejemplo a vivir como un hombre noble y entregado a su familia. A aquel hombre que me enseñó a nunca bajar la guardia en los momentos más difíciles y que me entregó todo su cariño y amor. Y aunque sé que una vida no basta para pagarte todo lo que me diste, espero honrarte con cada uno de mis logros, pues sé que habrías estado orgulloso de estar conmigo en cada uno de ellos. Gracias Patus. A Felipe, Teresa y Monse, por acompañarme en todo este camino, por todos los sacrificios que han hecho por mí, por nunca dejarme solo y regalarme más amor del que quizá merezco. Por todo esto y más, gracias papá, gracias mamá, gracias hermana. A María, por su amor incomparable e incondicional, por todo el cariño y cuidado con el que siempre me ha tratado. Gracias abuelita Mary. A Martha, Jorge, Lilia, Ramón y Brenda, por el apoyo que me han entregado durante tantos años pero, sobre todo, por demostrarme que en ellos tengo una segunda familia. Para Vicente y Guadalupe. Por apoyarme cuando lo necesité 2 Índice Introducción……………………………………………………………………………...4 Capítulo 1. Cine de terror……………………………………………………………….7 1.1 Breve historia del cine de terror……………………………………8 1.2 El slasher, del terror al horror……………………………………...18 Capítulo 2. La verdadera masacre: Ed Gein…………………………………………21 2.1 Historia de un psicópata…………………………………………...22 2.2 Perfil del psicópata…………………………………………………25 2.3 De lo verídico a lo fílmico………………………………………….35 Capítulo 3. La masacre de Texas: de Gein a Leatherface………………………....38 3.1 Construcción de un asesino: Leatherface………………...……..43 3.2 Leatherface: el asesino…………………………………………...44 3.2.1 El psicópata………………………………………………….50 3.2.2 La anciana…………………………………………………...52 3.2.3 La mujer bonita…………………………………………...…55 3.3 La familia que mata unida, permanece unida…………………..59 3.4 Canibalismo: de la piel a la carne……..………………………...65 Conclusiones……………………………………………………………………………72 Bibliografía………………………………………………………………………………77 Anexo……………………………………………………………………………………..78 3 Introducción Durante mucho tiempo el cine de terror ha sido uno de los géneros más redituables en la industria cinematográfica pero, también, de los más criticados. Dos términos bastante contradictorios entre sí, pero, entonces ¿por qué el éxito de éste? La respuesta se podría encontrar en el mismo hombre y la sociedad en que radica pues, mientras el espectador busca, principalmente, experimentar un momento de miedo transmitido a través de la pantalla grande, son precisamente sus miedos los que alimentan al género ya no sólo económicamente, sino también sustancialmente. Lo curioso, entonces, es este juego de roles entre espectador y terror, entre sociedad y horror. Así, el espectador se mira sometido ante un terror que le causan ciertas cintas pero que, éstas, se encargan de transmitir el horror del contexto social en que se haya sumergido. De esta manera es que tanto cine de terror y sociedad no podrían sobrevivir el uno sin el otro. Asimismo, es importante comprender la diferencia entre el terror y el horror, pues estos conceptos, aunque suelen ser confundidos como uno mismo, sobre todo en el ámbito cinematográfico, tienen significados diferentes y, a su vez, despiertan sentimientos con diversas intensidades, lo mismo que hacen ciertos filmes. Es, precisamente por esto, que dependiendo de las emociones que una cinta de estos géneros despierte es como puede ser catalogada dentro del cine de terror o de horror. Aquellos temores, instintos y deseos, así sean inconscientes, que el psicoanálisis nos dice que el hombre tanto se esfuerza por evitar y reconocer como parte de él, necesitan ser liberados de vez en cuando, ser saciados de cierta manera, y qué mejor que aquella que permita mantener a salvo a su portador a través de una pantalla, la cual, será el recinto de aquellos deseos plasmados y transmitidos mediante este género. Así, entonces, el hombre que, ya sólo por ser humano, se mira reflejado en el séptimo arte mediante distintos géneros, en éste también puede ver el mismo horror al que se ha condenado a sí mismo, plasmando su mundo en apenas 4 algunos encuadres y secuencias que terminan por revelar más de su propio ser de lo que quizá él se habría descrito con sus propias palabras. Esto se da porque es precisamente en su mundo donde tales horrores acontecen, pues el horror habita en todos lados y en todo momento. El cine de terror y horror, entonces, son la vía de escape, pero también de creación, de aquellos miedos a los que el espectador rehúye. Estos miedos y situaciones no siempre son reflejados de manera directa, sino que se valen de distintas representaciones y simbolismos encarnados tanto en los protagonistas como antagonistas de los filmes que, a veces, y hasta cierto punto, llegan a extremos que se podría pensar sólo existen dentro del mundo cinematográfico. Sin embargo ¿qué sucede cuando este horror supera al que el celuloide proyecta? Se llega, entonces, a develar una terrible verdad sobre la naturaleza humana como lo es el gusto, justificado o injustificado, por la violencia y el sufrimiento de otros. Esta verdad suele presentarse en el llamado doble, y este doble del espectador bien puede estar representado tanto en las víctimas de las cintas como en el asesino, fantasma, demonio o criatura; aunque este papel recae sobre todo en estos últimos. Así, aquellos instintos y deseos que aún suelen ser considerados como tabú, el espectador los deposita pero también libera en la figura del antagonista, pues es él quien, a diferencia de la sociedad, puede saciar libremente sus instintos sádicos, sexuales, asesinos y demás prácticas que moral y socialmente son consideradas inaceptables para el hombre civilizado. Si bien habrá quienes rechacen arduamente la idea de que en el hombre se encuentran albergados ciertos instintos de características casi animales, a veces es necesario que el cine recuerde que esta característica humana es una verdad innegable pero también sucede que en ocasiones, esas verdades se revelan aún más perturbadoras cuando se sabe que la violencia observada en aquella pantalla es reflejo -y esta vez sin representaciones ni simbolismos-, de la perturbada mente de un hombre que llegó a cometer una serie de atrocidades por amor a aquél ser a quien más amó en la vida: su madre. Éste es el caso de Edward TheodoreGein, 5 cuyo descubrimiento de los crímenes que llevó a cabo dieron muestra de los extremos a los que un hombre puede llegar, mismos extremos que quizá sólo se pensaba podían existir dentro de la más aterradora película de horror. Curiosamente, la historia de este hombre ha dado pie a grandes productos cinematográficos, tales como Psicosis, Deranged, El silencio de los corderos o La masacre de Texas. Todos ellos son filmes que de cierta forma retratan la vida de Edward Gein, algunos desde un aspecto de vista más psicológico, como lo es Psicosis y, otros, desde un punto más visceral, como lo es La masacre de Texas. Sin embargo, es esta última cinta la que tiene como objeto de estudio el presente trabajo pues, si bien podría catalogarse como la que contiene más contenido de sadismo entre ellas, es también donde la figura de Ed Gein está implícita de principio a fin en toda la cinta, principalmente en aquel asesino llamado Leatherface, en quien esta investigación tratará de poner al descubierto, están inmersas todas aquellas causas y motivos aparentes por las que un hombre como él y Ed pudo llegar a cometer tales crímenes, haciendo referencia a las principales similitudes y diferencias que existen entre ambos personajes. Sin embargo, antes de llegar a ese punto, será necesario comprender por qué las atrocidades que Gein -el asesino histórico-, y Leatherface -el asesino fílmico-, llegaron a causar tanta controversia dentro y fuera del ámbito cinematográfico. Por esta razón, habrá que hacer un recorrido por las principales etapas del cine de terror, así como lo que significó y por qué surgió cada una de ellas y, de esta forma, comprender la importancia del género en la sociedad. De igual forma, habrá de conocerse la historia y los actos que orillaron a Gein a convertirse en uno de los asesinos que más controversia causó al ser descubierto y, así, encontrar el punto de encuentro entre él y Leatherface, ambos, sin duda, son reflejo de una sociedad en decadencia que en aquella época ya había sufrido demasiado y que encontró una manera de escape en aquella experiencia llamada cine; después de todo, el género de terror no es más que el reflejo del horror diario en la vida cotidiana del hombre. 6 Capítulo 1. Cine de terror A lo largo de su historia cinematográfica, el género de terror ha evolucionado de diferentes maneras, todas ellas de acuerdo a la época y contexto social que, de cierta forma, representa. Así, en una sociedad siempre cambiante, el género contiene diversas etapas, etapas que bien pueden diferenciarse hasta cierto punto en la creación de los diversos subgéneros que se han derivado de él y de sus principales fases estéticas. De esta manera, desde sus inicios se pueden encontrar, principalmente, tres periodos. El primero de ellos data desde su surgimiento en la década de los veinte, con los principales exponentes alemanes: El gabinete del Dr. Caligari y Nosferatu. La segunda etapa iría de los cuarenta a finales de los sesenta, tiempo en que los llamados “monstruos de la Universal” acapararon el mercado cinematográfico de terror durante mucho tiempo, con filmes tanto excepcionales como, en ocasiones, lamentables. Sin embargo, es la tercera época de este género la que atañe principalmente al presente trabajo, es decir, la que corre desde los sesenta con Psycho, de Hitchcock y El fotógrafo del miedo, de Powell, y los setenta con Halloween (1978) de John Carpenter, las cuales, fueron las iniciadoras de las llamadas psychomovies que, poco a poco, se fueron derivando en obras cada vez más viscerales y explícitas, para dar lugar a uno de los subgéneros más rentables, el llamado slasher, el cual, tuvo su auge a inicios de esta última época y durante todos los ochenta, siendo La masacre de Texas (The Texas chainsaw massacre), del director Tobe Hooper la que iniciara con esta nueva tendencia en 1974, y que será el principal objeto de estudio del presente escrito. 7 1.1 Breve historia del cine de terror Si bien las principales obras precursoras del expresionismo alemán son El estudiante de Praga (1913) y El Golem (1915), el género de terror, como tal, comenzó también con dos obras: Nosferatu y El gabinete del doctor Caligari; pero el periodo clásico del cine de terror se marca principalmente con el director Tod Browning y su Drácula (1931), hasta El fantasma de la calle Morgue (1954), de Roy del Ruth. Asimismo, ya desde esta época los aspectos psicológicos del género quedaron definidos: “los fantasmas personales y sociales se proyectan hacia afuera, materializándose en distintos tipos de monstruos […] cuya aniquilación final restituye el orden en el cuerpo social”.1 De esta forma, en el periodo clásico, estos monstruos y fantasmas habitan en el exterior debido a que la sociedad en la que se ven inmersos fija sus miedos en ellos para poder estigmatizarlos, combatirlos y eliminarlos, pues todo aquel sentimiento de temor, obsesiones y malignidad del hombre, residen en aquel ser extraño que necesita ser eliminado o, en otro sentido, que debe ser devuelto al inconsciente. Todo esto no resulta difícil de asimilar cuando se toma en cuenta que las raíces de lo monstruoso presentes en estas cintas son “rasgos imperceptiblemente neuróticos de los protagonistas, síntomas de una aguda crisis humana y social, una represión sexual latente que actúa sin cesar debajo de los actos más cotidianos”2 Así, es en los treinta cuando el cine de terror estadounidense muestra sus verdaderas preocupaciones, principalmente por el declive económico y social de la época, poniendo al mal siempre en el exterior; ya sea que el monstruo invada el terreno de la sociedad o sea esta última la que se adentre en lo desconocido. Por tal motivo, éste es un claro ejemplo de la importancia que tiene el contexto social respecto a la psicología que alberga en el cine de terror, pues son estos miedos cotidianos y el miedo a un futuro los principales factores para la creación de estos 1 Losilla, Carlos. El cine de Terror, una introducción. Barcelona. Paidós, 1993. P.71 2 Op. Cit. p. 72 8 monstruos, siempre presentes en las pesadillas del hombre desde los inicios de la sociedad. Entonces, queda expuesto ahora que las características de los protagonistas y de los fantasmas o monstruos, en relación con el contexto en el que son creados, no son otra cosa que aquel lado oculto de la sociedad, mismo que, con ansias, busca mantener escondido bajo un manto de normalidad, proyectando todos sus defectos en cualquier figura maligna, una malignidad creada por el mismo hombre que, como se verá más adelante, terminará por explotar frente a él cuando ya no sea capaz de negar sus instintos y pulsiones. En su libro El cine de terror, una introducción, el autor Carlos Losilla comenta que poco a poco el hombre se dio cuenta que los monstruos a los que tanto temía y buscaba erradicar no eran más que un reflejo de sí mismo, de sus deseos más oscuros y latentes. Por esta razón, y como todo deseo reprimido, llegó un momento en que pasó del inconsciente a la parte consciente de su ser, pero el proceso fue lento, por lo que debieron pasar algunos años para que se percatara que el mal que intentaba erradicar no era otra cosa más que su propia persona. Sin embargo, antes tuvo que venir un periodo en que el individuo y los organismos sociales debieron actuar a la defensiva en contra del mal que ya no residía en el exterior. Lo curioso es que eran aquellos organismos los que dictaminaban los comportamientos tan arraigados en aquella época, mismos comportamientos que comenzaron a plasmarse en los filmes del género entre el periodo de 1957 a 1965, y que defendían de manera exacerbada los valores sociales tradicionalistas frente a aquellos que llegaban junto al progresoy la expresión de la sexualidad. Se trata, entonces, de violentar los códigos clásicos y tradicionales para reformarlos y profundizar en el mal que comienza a acechar al yo. Esto ocurre debido a que si en el periodo anterior el mal era externo, en éste, el monstruo, o bien, el inconsciente reprimido y alejado de la sociedad, pasa a formar parte de ésta misma, mezclándose con lo que se conoce como normalidad. Así, es que las 9 obras de esta época son “la expresión de un conflicto básico, el que lucha por la conservación de unas normas vigentes y simultáneamente busca su destrucción, todo ello expresado en el filme tanto en el nivel ideológico como en el formal”. 3 Ahora se puede ver claramente que dichas fuerzas malévolas que, anteriormente, eran representadas en monstruos o fantasmas, toman ya un cuerpo y forma mucho más peligrosos que los anteriores pues, ahora, dejan de ser entidades sobrenaturales para tomar la forma de un cuerpo de carne y hueso, un cuerpo humano. Específicamente nos referimos ya al personaje del psicópata. Si bien éstos podrán no transmitir a simple vista el temor u horror que causan los primeros, su lado monstruoso proviene precisamente de su humanidad. Ahora, el hombre se da cuenta que toda la podredumbre de su ambiente y contexto están representados en aquel personaje pero no sólo eso, pues es aquí cuando el género comienza a cuestionar la naturaleza de la violencia humana y cuando el mismo espectador teme a sí mismo, pues es en estos psicópatas donde el hombre no sólo mira sus temores, sino que, a la vez, se observa a sí mismo en un reflejo de locura a través de ese espejo que, a diferencia de él, puede llevar a cabo sin pena alguna todo aquello que se reprime. Lo anterior cobra cada vez más sentido cuando se toma en cuenta el siguiente periodo, aquel comprendido entre los años de 1965 a 1977. En estos años, las bases de los filmes de terror se concretan aún más, pues tanto los movimientos sociales, principalmente obreros y juveniles, que surgen a raíz de los conflictos de aquella época; la oposición a las formas culturales tradicionales pero, principalmente el malestar social, fueron la base que sirvió para confrontar la apariencia de los años pasados, “de manera que es como si la rigidez y la intolerancia hubieran salido al exterior y estuvieran penetrando en los fundamentos mismos del cuerpo social. Una situación, en definitiva, que hace imposible ya la defensa y anuncia una invasión en toda regla”.4 3 Ibídem. p.79 4 Ibídem. p. 142 10 Como consecuencia, las relaciones, las conexiones entre el concepto de invasión y el de modernismo no están tan ocultas. Como podría parecer: la ideología conservadora y retrógrada de la burguesía dominante – cuya moral establece siempre las pautas del cine de terror entendido como género – establece una lógica ligazón entre la claudicación de la mentalidad tradicional ante sus propios fantasmas, y la claudicación definitiva de las formas clásicas ante el empuje de los vanguardismos5 A partir de este último periodo es cuando el cine de terror aborda mayormente las críticas a aquella sociedad sumida en la catástrofe e inmersa en la decadencia de los valores. De esta forma es que el género comienza a tratar ciertas tendencias en específico. Para Antonio Fabozzi, las principales tendencias son la inmanencia, donde se trata a la naturaleza como lo es en realidad y de los cambios que ha sufrido debido a la sociedad (opresión de género, maltrato infantil, etc.); la trascendencia, en donde esta vez es la especie humana la que se trata como tal y, finalmente el Apocalipsis, que no es otra cosa más que el fracaso de las relaciones humanas con su propia raza y con la naturaleza misma. Por su parte, Charles Derry habla de otras tres tendencias. La primera de ellas es muy parecida a la de Fabozzi, la del Armagedón, en donde se muestra el fin del mundo por fenómenos tales como enfermedades o ataques extraterrestres, que orillan a la extinción humana; la segunda de ellas es el terror de lo demoniaco, que doblegan al hombre frente a presencias malignas y sobrenaturales; y por último, está el terror de la personalidad, donde los psicópatas son el principal factor del miedo, siendo el retrato de una sociedad neurótica y violenta. Todo lo anterior se logra entender de mejor forma cuando, de igual manera, se comprende mejor las distintas fases estéticas del género, pues es en estas donde vemos reflejada la psique humana diluida en el mundo del terror. La estética que aquí se explica consta de cuatro fases, mismas que sirven para poner en contexto al género e ilustrar los aspectos del inconsciente social en el momento que surgen. 5 Ibídem. p. 143 11 La primera de estas fases es el clasicismo. Esta fase se caracteriza por la proyección del mal en figuras que eliminan toda responsabilidad a la parte humana del hombre. En esta fase el mal niega una superposición con el inconsciente individual para amoldarse a lo colectivo, con lo que, impulsado por una fuerza social, los monstruos son capaces de proyectarse al exterior y mantenerse lejos de la psique. La segunda fase es el manierismo, cuya finalidad es la defensa de ciertas reglas sociales en contra de un mal abiertamente amenazador. Aquí los arquetipos -monstruos- se fragmentan y diluyen en su misma fuerza para alcanzar una indefinición más peligrosa. Esta fragmentación obliga a distintas partes de la psique a ponerse en guardia, defendiendo y fortificando los valores sociales que se ven amenazados. En el manierismo comienza la rebelión de los mismos arquetipos que el hombre creó para resistirse a la llamada del mal o, en otras palabras, de su naturaleza. En la penúltima fase, si bien el súper yo antes defendía ciertos valores, ahora ya ha sido derrotado, por lo que los arquetipos antes destruidos vuelven a tomar forma en una amenaza más peligrosa al ser latente e invisible. El súper yo se convierte ahora en el ello, que representa las pulsiones más primitivas del hombre y que ahora comienzan la invasión a la psique humana con el fin de destruirla. Y si bien se trata de un ataque, no es otra cosa más que una autodestrucción, pues son estas mismas defensas creadas para mantener alejado el mal las que regresan ahora a la ofensiva para plantear que, el mal que un principio se creía procedía del exterior, en realidad proviene del interior del hombre y sólo intenta regresar a su lugar de origen. Por último, se encuentra la fase posmodernista, que muestra una desintegración absoluta de los valores en un ser por completo maligno encarnado en la figura del psicópata. Esto ocurre precisamente cuando el ello ha derrotado al súper yo y deviene la desintegración de este último, provocando que la razón y la 12 reflexión sean aniquiladas por las pasiones del ello pues, a fin de cuentas, el psicópata no es más que aquellos instintos reprimidos del hombre al fin liberados. Estas cuatro fases representan, entonces, el derrumbe de la psique en sus distintos periodos debido a un mal que constantemente se encuentra al acecho de ésta y del cual no podrá liberarse al ser parte de ella misma. Peor aún es cuando se sabe que no hay salida, pues tanto convenciones políticas y sociales han cedido a este mal y, con ellas, la confianza en el ser humano: puesto que si todo mal procede en realidad del hombre mismo -y va a parar a él-, entonces ya ningún intento vale la pena, ya no hay opción para la utopía política o social -empezar de nuevo-, porque la humanidad como género está condenada de antemano y la civilización es únicamente un disfraz que oculta los horrores más aberrantes.6 Son precisamente los psicópatas el tema en esencia del presente trabajo pues, con ellos,la sociedad se da cuenta que siempre ha estado y seguirá en contacto con un mal mayor que cualquier fuerza sobrenatural, ya que son estos mismo psicópatas la encarnación de la violencia y malignidad más pura que reside en cualquier persona. Estos asesinos pertenecen a la época posmodernista del cine, teniendo sus principales apariciones en el celuloide entre los años 1978 a 1991, y siendo tal vez sus mejores representantes Norman Bates (Psycho), Leatherface (The Texas chainsaw massacre), y Michael Myers (Halloween). Todos ellos son muestra de aquel virus del mal que ha transformado la condición humana en lo más profundo de su ser, llegando a su desquiciamiento absoluto. Como más adelante se explicará, si bien estos psicópatas son la representación de todos los males encarnados en la sociedad, también se verá que muchas veces es esta misma la que orilla a estos personajes a actuar de la manera tan violenta y sanguinaria de como los muestran en pantalla, por lo que podría decirse que esta locura no es otra cosa más que la misma sociedad violentándose a sí misma. 6 Ibídem. p.196 13 Mientras tanto, el ejemplo de esto sería la época en la que surgió este subgénero del cine de terror. Dicho periodo es el de los años setenta en Estados Unidos, donde las ideologías y movimientos sociales se alzaron en contra de un sistema pero, también, estos movimientos e ideologías vieron su derrota, no quedándoles otra opción más que observar a la sociedad de aquella década regirse por las directrices contra las que se luchaba. Estos conflictos, tanto sociales como políticos, siendo el mejor ejemplo la derrota de EU en la guerra de Vietnam, fueron los que crearon un panorama desolador y lleno de los fantasmas y temores de aquella sociedad, la cual, se vio orillada a materializar tanto sus sueños como deseos reprimidos “en monstruos psicóticos capaces […] de vencer todas las resistencias mentales de la condición humana y provocarle la demencia absoluta y la desintegración de la personalidad”7 Aquí, entonces, los males que aquejan al yo no son más que la representación del mal hospedado en la mente humana y que se convierte en reflejos neuróticos de sus más oscuras fantasías. Se trata de una doble aniquilación del yo: “la de su estallido en mil pedazos, con la consiguiente creación de formas monstruosas exteriores representativas de su carácter escindido […] y la de su aniquilación total por parte de esas mismas formas que se vuelven en contra de su creador, en venganza de la aberrante existencia a la que han sido condenadas”.8 Una vez hubo llegado la figura del psicópata al celuloide, con él, también surgió uno de los subgéneros más rentables y explotados en toda la historia del cine de terror, es decir, el slasher. Si bien el mayor atractivo de este subgénero se da visualmente al mostrar la fragilidad del cuerpo humano al ocasionarle graves daños, llevados a cabo por la figura de un asesino, es esta misma razón por la cual se ha valido de bastantes y duras críticas, pues muchos se preguntan qué tipo de valor puede tener un cine de esta clase. Pues bien, la respuesta está 7 Ibídem p.166 8 Ídem 14 inmersa dentro del mismo hombre y sociedad, pues de cierta forma el slasher le permite experimentar su humanidad y, a su vez, darse cuenta que es precisamente el entorno en que radica lo que dio pie a la creación de figuras psicóticas. Pero aunque el aspecto psicosocial del slasher, (también llamado cine de destazamiento) se vino a fundamentar mayormente en la década de los ochenta, fue 20 años antes que los dos cineastas ya antes mencionados, Hitchcock y Powell, con Psycho y Peeping Tom, respectivamente, dieron inicio a una nueva era del cine de terror. En estos, tanto Hitchcock como Powell muestran la figura de un hombre trastornado y atormentado por sus instintos, mayormente sexuales, que tienen como víctima siempre a mujeres jóvenes al ser éstas quienes despiertan en ellos algunos trastornos y perversiones creados a partir de los tabúes sociales. Así, tal vez sin pretenderlo, estos dos cineastas crearon una de las principales pautas del cine de destazamiento, pues tenemos ya la figura del asesino psicópata acechando a un grupo de jóvenes, de los cuales, siempre resalta en la mayoría de las veces la figura de una heroína. Se trata de la podredumbre de la sociedad encarnada en el psicópata al pelear contra la figura de la sobreviviente, quien representa el lado moral de la sociedad. Y si bien el gran iniciador Psycho aún no tiene presente otro de los elementos característicos del slasher como lo es el gore, es decir, el uso y muestra excesiva de sangre, ya también se comienza a introducir este factor poco a poco en los años consecutivos, siendo La masacre de Texas (1974) la que consolida un poco más el subgénero. Ahora bien, con el filme de Hooper ya se da muestra de que el terror no sólo puede provenir del exterior, sino también del interior y, más peligroso aún, del entorno familiar. Aun así, y tomando en cuenta la gran revolución y controversia que la familia de asesinos caníbales de La masacre de Texas generó en el público, se ve ya que el aspecto psicosocial del género comienza a aflorar cada 15 vez más, pero aún falta explorar ciertos terrenos que no dejarán duda de esto en los años siguientes. Por otro lado, es preciso mencionar que si bien La masacre de Texas puede ser considerado el primer filme slasher de la historia, esta cinta no es más que el arquetipo del subgénero, pues aunque tiene presentes ya todos los elementos característicos del cine de destazamiento, aún le falta consolidarse en ciertos aspectos, siendo cuatro años más tarde, en 1978, que el slasher alcanza su nota perfecta con la cinta Halloween, de John Carpenter, la cual, pasa a convertirse ya en el prototipo de los filmes slasher que vendrían después de ella y durante todos los ochenta. A partir de Halloween se da rienda suelta al cine de destazamiento, pues ya no hay manera de detener a los psicópatas contra sus creadores; así mismo, la sociedad buscará a toda costa defenderse de ellos, lo que formará un ciclo de casi una década de duración en una lucha que traerá consigo grandes filmes que no habrían sido posible sin la rendición de esta misma sociedad frente a sus fantasmas y temores. Es, precisamente por esto, que el slasher resultó ser tan rentable y aclamado en los ochenta, pues fue una época especialmente dura para la sociedad norteamericana y, de cierta forma, “estas películas siempre han sido algo así como el secreto sucio que todos quieren ignorar”.9 Ahora bien, antes se mencionó que el subgénero de destazamiento podía ser una muestra para experimentar la humanidad del hombre, pues aunque el uso de sangre y violencia pareciera no estar justificado, la verdad es que detrás de todo esto siempre hay un motivo que desata dicha violencia. Específicamente en este caso “con los filmes de destazamiento hay sangre, entrañas y tortura, lo cual a veces es muy molesto pero creo que con esto 9 Going to pieces: rise and fall of the slahers Films. Bell J., Albert. Belofsky, Rachel. Bohusz, Michael Derek. Starz Entertainment. 2006, 88 min. (48:37 min). En adelante, en las referencias hacia este documental sólo se presentará entre paréntesis el tiempo en minutos y segundos en que se puede consultar la información mencionada. 16 alcanzamos más, se trata más bien del aspecto social, económico y psicológico de lo que pasa en la cultura en ese momento”. (1:01:57 min) Ahora Bien, tomando en cuenta que esta década trajo consigo varios estragos sociales en Norteamérica, no era de sorprenderse que las personas, de cierta manera, buscaran unrefugio ante todo el horror que vivían en ese entonces, refugio que encontraron eficazmente en el slasher, pues: “Quizá la gente tenía mucha incertidumbre del futuro, tal vez era un escapismo. Si vas a morir de muerte radioactiva, quizá quieras ver cómo le rebanan la cabeza a alguien en el cine […] Se enfoca en aspectos generacionales (el slasher). Fueron tiempos realmente turbulentos, es un reflejo de la sociedad como un todo. Estaba la guerra fría y la bomba atómica, y todos construían refugios. (1:02:00) Con estas condiciones sociales, no era de sorprenderse entonces que la gente buscara una salida en el cine de terror, ya sea porque necesitaba desahogarse al ver sufrir a alguien más, o bien, por la necesidad de saber que el mal podía ser vencido. Con esto llegamos ahora a otro de los grandes slashers de la historia: Viernes 13, de Sean S. Cunningham. Aquí, el director consigue la gracia de crear el primer filme de este subgénero con un gran uso del gore y mostrando grandes matanzas. Entonces, a partir de esta cinta, al final de 1980, el slasher al fin está bien establecido y siguiendo un patrón: adolescentes acechados, asesinados y mutilados por un asesino, el cual, la mayoría de las veces está enmascarado, lo que será otro de los grandes rasgos que caracterizarían a estos psicópatas; aunque, tal vez, también sea una manera de decir que aquel que se esconde bajo esa máscara podría ser cualquiera, alguien cercano, un familiar o, incluso, uno mismo. 17 1.2 El slasher, del terror al horror Aunque bien se dijo que el slasher es una forma de mostrar la humanidad del hombre, también es cierto que deja a flote la deshumanización de éste, pues ya “en los 80 se da a entender que el verdadero enemigo somos nosotros, otro ser humano cuyo motivo no es racional y que de repente podía matarte” (1:05:20). También es cierto que, ya sea por costumbre o por mero sadismo y voyerismo, conforme el cine de terror evoluciona también la sensibilidad del público pareciera disminuir, pues aunque muchas cintas no mostraban la consumación de los asesinatos, era este factor precisamente lo que hacía asustar a la gente, pues no había peor muerte que la que ellos mismos se imaginaban. Hoy en día, pareciera que si no se da muestra de un gore casi excesivo el espectador se mira decepcionado. Estas reacciones no son raras e, incluso, podrían pasar hasta por normales, pues: El apetito humano por violencia es, en sí mismo, una deshumanización […] Tenemos un cerebro de reptil, y ese cerebro tiene sangre fría, esa parte del cerebro mata y no le importa […] Los humanos obtienen gratificación al matar a otro ser humano, es la oscuridad del alma humana (00:01:44 min) Por esta razón, al ser el slasher muestra de todos los instintos más bajos de la sociedad, es necesario enfatizar la distinción de este subgénero sobre su pertenencia al terror o al horror pues, aunque muchos suelen usar estos términos como sinónimos, sus significados albergan sentimientos completamente distintos, casi amenazadores. Quizá la mejor definición para entender estas diferencias la otorgue la novelista Ann Radcliffe, pues “el terror expande el alma, y despierta las facultades para alcanzar un nivel de vida más alto, mientras el horror contrae, entumece y casi destruye las facultades anímicas”10 10 Zavala M., Iris. Erotismo y terror: el fantasma del texto o cuando los espejos tienen manchas. http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/erotismo-y-terror-el-fantasma-del-texto-o-cuando-los-espejos- tienen-manchas 24/12/15 18 http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/erotismo-y-terror-el-fantasma-del-texto-o-cuando-los-espejos-tienen-manchas http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/erotismo-y-terror-el-fantasma-del-texto-o-cuando-los-espejos-tienen-manchas En pocas palabras, el terror conlleva a lo sublime, mientras que el horror a lo grotesco. Por esto, los filmes pertenecientes a este género, gracias a su trama, sus imágenes, pero sobre todo, los sentimientos de los que se valen y más aún que crean en el espectador, dan a entender que más que fundamentar la maldad como producto del ambiente, como lo hace el terror, estas cintas encargan de mostrar al hombre bajo una mirada pesimista, en los cuales, el mal nace del mismo ser humano, lo cual, pertenece al horror. Ahora bien, antes de continuar, y ya hablando particularmente sobre La masacre de Texas al ser la obra de estudio en este escrito, es necesario aclarar que, si bien la cinta contiene los elementos que la hacen catalogarse en el cine de terror, dentro de éste último también contiene los parámetros que, de acuerdo a su crudeza y los sentimientos que despierta, los cuales pueden ir desde sensaciones de claustrofobia, incomodidad e, incluso hasta ciertas sensaciones de repulsión y dolor que el espectador pareciera sentir en su propia carne, estas características posicionan a esta cinta específicamente en el género del horror, pues, basándose en lo ya mencionado por Radcliffe respecto a la diferencia entre éste y el terror, La masacre de Texas no es un filme que ciertamente muestre un grado más elevado del hombre y un mejor estado de vida, sino que, pareciera, es la imagen de un retroceso en la evolución moral y social que termina por dar un terrible golpe, casi fatal, a una sociedad que ya de por sí se encontraba destrozada anímicamente. Asimismo, el filme va más allá, pues con el uso de ciertas tomas, planos, escenarios y características de sus personajes que se explicarán conforme avancen estas páginas, de la cinta brotan ciertas situaciones que la hacen presentar un terror psicológico gracias a ciertos temas que continúan siendo tabúes en distintas sociedades, los cuales, no sólo atormentarán a los protagonistas, sino que, a su vez, servirán para afectar directamente la emotividad de los espectadores, haciendo que éstos compartan, así, el dolor de las victimas pero, aún más, la locura de los antagonistas. Aun así, independientemente del gusto por el sufrimiento ajeno, también es cierto que la sociedad necesitaba ver que, al final de estas cintas, el mal debía ser 19 vencido para que el mundo regresara a la normalidad y, todo lo maligno y perverso que el psicópata representa, quede resguardado una vez más en las profundidades de la mente humana. Por esta razón, e independientemente de si el público está listo para un terror más extremo conforme pasan los años y cambia la cultura y la gente, el cine de terror y el de horror seguirán provocando miedo y angustia pues, éstos, inevitablemente continuarán alimentándose de estas emociones, las cuales, se encuentran y seguirán arraigadas en la vida de todos y cada uno de nosotros como una segunda piel. 20 Capítulo 2. La verdadera masacre: Ed Gein A menudo los filmes de horror se muestran como algo inimaginable, atroz e, incluso, fuera de la realidad; productos que muchos piensan sólo pueden ser concebidos por directores con una imaginación sádica y retorcida pero, también, consumidos en su mayoría, sólo por un público con las mismas características. Sin embargo, como se explicó en el capítulo anterior, la relación de este género con la sociedad tiene toda una función que va más allá del simple hecho de crear miedo por algunos instantes. Si en ese apartado se mencionó algunas de las características principales de La masacre de Texas, es preciso que antes de entrar con un análisis más profundo de esta cinta se conozca la sustancia principal gracias a la cual fue creada esta obra. Dicha sustancia a la que se hace referencia no es otra más que una historia real, que toma cuerpo y forma en un hombre: Edward Theodore Gein. Desde la creación de las ya mencionadas psycho-movies con Hitchcock y Powell que, a su vez, dieron pie al subgénero slasher, el género de terror hatenido entre su basta filmografía grandes obras pero, sobre todo, grandes antagonistas. Diversos de estos villanos se caracterizaron por ser sanguinarios y de una extrema violencia; otros, la mayoría, por la exquisita y trastornada personalidad que pueden llegar a poseer, tal como la del doctor Hannibal Lecter, encarnado por Anthony Hopkins en la cinta El silencio de los corderos (1991) del director Jonathan Demme. Y si bien Hitchcock adaptó la novela Psycho, de Robert Bloch, a la pantalla grande, regalándole al celuloide a Norman Bates, de alguna manera esta cinta se relaciona con la de Demme, en la cual, también se presenta otro gran antagonista junto a Lecter, llamado Jame Gumb, mejor conocido como Buffalo Bill. Así mismo, en el fondo, todos ellos guardan una profunda conexión con la cinta a analizar en esta investigación, pues junto con Leatherface, cada uno de ellos está ligado por lazos de la misma piel, carne y sangre. Esta piel, carne y sangre a la que se hace referencia son precisamente las de Edward Gein, cuyos crímenes y trastornada psique fueron la base principal 21 para la creación de cada uno de estos psicópatas, siendo Leatherface aquel que lleva al extremo los mayores rasgos de este hombre. Así, entonces, antes de entrar de lleno con la obra de Hooper, es necesario conocer el perfil del asesino histórico que dio origen al fílmico. 2.1 Historia de un psicópata La historia de Edward Gein se ha convertido en una de las más celebres en cuanto a asesinos pues, su vida, ha sido un material muy explotado por escritores como por directores cinematográficos, principalmente, porque los crímenes que cometió fueron tan macabros, que sería imposible que pasaran desapercibidos11. De esta forma, un niño y su amorosa relación con su madre sería una de las más mórbidas historias que darían pie a todo un legado de horror dentro y fuera del ámbito cinematográfico. Edward Theodore Gein residía en el condado de Plainfield, Wisconsin, donde era conocido por todos como un tipo indefenso, tranquilo y solitario, aunque con un cierto misterio que rodeaba su ser, principalmente después de la muerte de la única persona que Edward tenía en el mundo, su madre Augusta Gein, quien sería el factor clave y detonante en la dañada psique de su hijo. Si bien todo aquel que lo conociera lo catalogaba como un hombre débil e inocente, tal vez su macabra obra no habría sido conocida sino hasta después de su muerte gracias a un error que cometió en vísperas de la temporada de caza que, año con año, se celebraba en Plainfield. Ya con una psique trastornada y tras 12 años después de la muerte de su madre, el nombre de Ed Gein figuraba en el libro de registros como el último comprador en la ferretería de Bernice Worden; ferretería en la cual se encontró un rastro de sangre pero ningún cuerpo fue hallado, haciendo que las sospechas apuntaran a que ahí había sido asesinada la dueña del local. Por supuesto, el asesino era Edward que, aprovechando la caza, entró al local bajo el pretexto de 11 Ed Gein, american Psycho https://www.youtube.com/watch?v=YqAFEzMfwKk 25/11/15 22 https://www.youtube.com/watch?v=YqAFEzMfwKk comprar un rifle de la tienda, el cual, cargó con balas que llevaba en su bolsillo para disparar a la propietaria quien, físicamente y a sus 58 años, era parecida a la madre de éste. Quizá, entonces, el hecho de que Worden fuera hasta cierto punto parecida a Augusta, no sea coincidencia respecto a los motivos que llevaron a Gein a cometer este crimen, pues es sabido que, frecuentemente: Las personas que no han recibido amor, las que han sido castigadas por la muerte prematura de uno de sus progenitores, o ambos, aquellos que han padecido la crueldad o la indiferencia durante sus primeros años: todos estos llevan consigo – al entrar a la edad adulta – una carga de resentimiento que pueden descargar a la menor oportunidad (…). Todos conocemos el mecanismo psicológico del desplazamiento, y no ignoramos que el resentimiento tiende a dirigirse contra sustitutos; o sea, ciertas personas inocentes suelen recibir agresiones que deberían haberse dirigido contra los padres del agresor.12 A la siguiente noche, y tras las investigaciones necesarias después de haberse reportado la desaparición de la propietaria, el alguacil del condado fue a la granja de Gein, que era el único sospechoso en ese momento. Cuando llegaron a ésta, el hombre no se encontraba, pues había sido invitado a cenar con unos vecinos. Por esta razón y al no poder entrar, junto con su acompañante decidieron investigar el cobertizo de la granja, donde encontraron lo que sería tan sólo el primero de tan macabros descubrimientos. Lo que hallaron dentro era algo inimaginable: colgada boca abajo, desnuda, decapitada y con un gancho ensartado en el tobillo, además de estar abierta en canal desde el cuello hasta la parte genital, estaba el cadáver de Bernice Worden. Esa misma noche, el 16 de noviembre de 1957, Ed Gein fue puesto bajo custodia mientras los oficiales investigaban su hogar, donde encontraron todo un mar de horrores creados por este hombre. Cuando los policías entraron a la casa del granjero de 51 años, lo hicieron sólo bajo la luz de la luna, con linternas y bengalas, pues era un sitio donde no 12 Storr, Anthony. Sobre la violencia. España. Kairos, 1973. p. 84 23 había electricidad; pero, claro, era el menor de los problemas, pues la suciedad, la basura, objetos y trastes viejos y sucios regados por doquier hacían de la residencia un lugar en extremo sofocante. Sin embargo, lo que terminó haciéndolo un lugar por completo insano para vivir, eran los restos de huesos y órganos humanos esparcidos por toda la casa. Algunos de los objetos que, entre otros y tal vez de no ser por los materiales con que estaban fabricados, podría decirse que eran obra de un hombre bastante habilidoso, no eran sino cráneos humanos cortados y usados a manera de tazones para comida; un cinturón hecho de pezones perfectamente confeccionado; una lámpara forrada de piel humana, nueve rostros humanos desollados a manera de ser usados como máscaras, y además, en una bolsa de papel estaba la cabeza de quien los policías reconocieron como Mary Hogan, la dueña de un bar desaparecida tres años antes. Finalmente, los oficiales decidieron llevar a Gein al lugar de los hechos e interrogarlo, a lo que él, de manera extraña, se mostraba feliz de cooperar. Y aunque todo parecía indicar que eran los restos de una masacre debido a todas las partes de cuerpos humanos encontrados, Gein sólo se adjudicó el asesinato de Worden y Hogan, diciendo haber obtenido todos los demás restos de cuerpos robados de cementerios. También se presumía que éste, muy probablemente, llevaba a cabo otras prácticas no menos perturbadoras con los cadáveres, tales como la necrofilia y el canibalismo. Gein nunca admitió ninguna de estas dos cosas; de hecho, dijo que los cadáveres “olían muy mal”, como para entrar en contacto sexual con ellos. De esta forma, el tranquilo pueblo de Plainfield no podía creer lo que sucedía, y más, cuando todo esto provenía de un hombre al parecer inofensivo con quien varios de ellos habían compartido la mesa e, incluso, que había cuidado a algunos de sus hijos. Sin embargo, no podría decirse que Gein carecía de razones para terminar convirtiéndose en el llamado carnicero de Plainfield pues, remontándose a su infancia, se pueden descubrir los factores por los que un tranquilo niño terminó por convertirse en un hombre trastornado. 24 Después de todo, la información que se ha acumulado respecto a los niños indica que “más allá de toda duda razonable, las primeras experiencias del bebé en relación con su madre tienen efectos de largo alcance, cosaque habían declarado los psicoanalistas a la luz del estudio de los psicóticos y psiconeuróticos adultos”.13 De igual forma, los analistas creen que “los primeros meses son de vital importancia; y que si un niño demuestra precozmente su ansiedad significa que la madre se ha convertido en un elemento importante durante un periodo crítico”.14 Como bien se verá en seguida, Augusta Gein representó un papel importante no sólo en los primeros meses de vida de su hijo, sino durante más de 30 años en los que ella fue el eje principal que condujo la vida de Edward desde el día en que éste nació hasta la muerte de ella. Por estas razones, las suposiciones anteriores encajarían a la perfección respecto a que la infancia de Ed encierra los motivos de su anormalidad. 2.2 Perfil del psicópata Lo que se escondía en la casa de Edward Gein no sólo daba muestra de las atrocidades a las que el ser humano puede llegar, sino que, además, en ella se resguardaba el secreto y la clave de cómo la mente de este hombre llegó a estos límites, dicho secreto, como ya se mencionó, no era otro más que aquel ser a quien más amó Gein en la vida: su madre. Curiosa y contradictoriamente con el resto de los terribles descubrimientos de la casa, la habitación de Augusta era la única que Ed mantuvo cerrada y la cual se encontró de manera pulcra a comparación de las otras, como si el recinto de aquella persona que sembró la semilla de la locura en la cabeza de Edward, fuera lo único que mereciera estar a salvo de toda la perversión que invadía aquella casa o, en mayor medida, del mundo. 13 Ibídem p. 99 14 Ibídem p. 101 25 Fruto de un matrimonio en donde el padre, George Gein, era un alcohólico y la madre, Augusta Crafter, una fanática religiosa pero, sobre todo, una mujer dominante, en 1906 nació Edward Theodore Gein, en Lacrosse, Wisconsin; aunque, por caprichos de su madre, se mudaron a Plainfield cuando él tenía ocho años pues, según Augusta, su actual residencia estaba llena de lujuria y perversiones, y ella nunca permitiría que su pequeño hijo creciera lleno de lascivia y siendo ateo como los demás hombres a su alrededor. Eran precisa y principalmente este tipo de comportamientos “perversos” los que Augusta tanto temía que envolvieran a su pequeño hijo, por lo que desde su niñez hasta su vida adulta, la madre siempre crió a Ed bajo el supuesto de que todo contacto y pensamiento sexual hacia las mujeres era pecaminoso y debía ser castigado. Este tipo de crianza hizo de aquel niño una persona frágil y temerosa que siempre debió reprimir sus instintos tanto en obra como en pensamiento, teniendo así una infancia repleta de una violencia psicológica por parte de su madre que repercutiría en macabras y violentas consecuencias. Por supuesto, las prohibiciones de la madre para con el hijo no eran sólo en este sentido, sino que le prohibía tener todo tipo de relaciones sociales, alejándolo de todo aquel que supusiera una amenaza moral para la pureza de su hijo, lo que terminó aislándolo de todo contacto humano que no fuera el de ella. Respecto a esto, cabe decir que tanto para Claire como para W.M.S. Russell, “la violencia no es el resultado de una propensión innata hacía la agresión, independiente de las condiciones, sino una respuesta a la tensión en las sociedades”15. Por estas razones, los Russell aseguran que tanto los asesinos masivos como los padres que golpean a sus hijos, por ejemplo, es debido a que ellos mismos experimentaron una dosis excesiva de violencia en su época infantil, por lo que “no podemos dudar que la propensión a la violencia resulta acentuada por los efectos perniciosos de una infancia infeliz”. 16 15 Ibídem. p. 29 16 Ibídem. p. 30 26 El cambio de residencia de esta familia sería el inicio del terrible fruto de la torcida mente de Gein, pues en su nuevo hogar en Plainfield, y al vivir en un lugar aislado, la relación con su madre se hizo aún más estrecha y cada vez más extraña, desarrollando así un sentimiento de amor-odio hacia ella. Este tipo de relación es un fenómeno común en la neurosis obsesiva, donde siempre está presente tanto un cariño desmesurado como una hostilidad inconsciente. Entonces, no es de extrañarse que tras vivir en un ambiente de extremos cuidados, pero también de una extrema severidad, Edward desarrollara estos sentimientos por su madre, pues: La hostilidad queda ahogada por un desmesurado incremento del cariño, el cual se manifiesta en forma de angustiosa solicitud y se hace obsesivo, pues de otro modo no sería capaz de cumplir su función de mantener reprimida la corriente contraria inconsciente.17 Gein seguía y obedecía a su madre en todo lo que le dijera, pero no sólo la amaba, sino que la idolatraba, la veneraba fervientemente. Por su parte, Augusta era una mujer dispuesta a defender a su hijo menor del mal que envolvía al mundo a toda costa, principalmente de las mujeres a quienes ella se refería como “rameras” y que, decía, eran las causantes de todo lo malo. (00:16:30) En 1940, cuando él contaba con 34 años, murió su padre. En mayo de 1944 se suscitó un incendio en la granja de los Gein, donde Henry, su hermano mayor, murió supuestamente a causa de este siniestro, aunque siempre se mantuvo la sospecha de que fue su hermano quien lo asesinó; dejándolo así a él y a Augusta solos. A partir de aquí la relación madre-hijo sería de una total dependencia del uno hacía el otro, principalmente cuando ella sufrió una embolia que la dejó semiparalizada, por lo que Edward la cuidó a partir de entonces hasta que murió en un diciembre de 1945, lo que destrozó al frágil hombre de 39 años de edad. 17 Freud, Sigmund. Tótem y Tabú. México. Tomo, 2012. p. 90 27 Frente a la pérdida de un ser amado, es normal diverso tipo de comportamientos, ya sea a modo de defensa o a modo de expiación por curar o evitar el sufrimiento que dicha muerte causa. Sin embargo, en su libro Sobre la violencia, Anthony Storr menciona que un tercio de los psicópatas revelan anormalidades en la actividad eléctrica del cerebro que, generalmente, ocasionan que rasgos infantiles se sigan presentando en la etapa adulta del hombre, existiendo así la posibilidad de una falta de control sobre los impulsos inmediatos.18 Lo anterior se menciona al tener relación sobre el comportamiento de Ed ante la muerte de su madre pues, según se dice, en el funeral de Augusta, él se comportaba como un niño y no como un adulto que acaba de perder a su madre, “estaba histérico” y totalmente descontrolado, en esos momentos se comportaba como un niño. Como ya se mencionó antes, la llegada de la familia a Plainfield significó el inicio de la extraña relación entre madre e hijo. Después de 39 años que Gein estuvo al lado de su madre, no es de sorprenderse que cuando ella murió esto le afectara sobremanera, aun cuando durante todos esos años estuvo sometido al más estricto régimen, casi autoritario, que Augusta le impuso durante toda su vida, privándolo de tener una vida propia desde niño hasta su etapa adulta. Ahora bien, para Edward su madre era el ser más preciado y puro sobre la tierra, aun sin importar las privaciones que ella le imponía, privaciones que, inconscientemente, lo afectaron a un grado extremo. Por estas razones, pareciera un tanto extraño que la muerte de Augusta, a pesar del dolor que le causó, no significara ni la más mínima liberación en la vida de Ed. La verdad es que, en el fondo, tal vez la muerte de su madre pudo representar en su hijo una liberación mayor que él no quería aceptar ni demostrar. A esto, es a lo que se ha llamado la ambivalencia de los sentimientos que, como es sabido, son aquellas relaciones deltipo amor-odio, que es justamente lo que Edward sentía por Augusta. 18 Storr, Anthony. Op. Cit. p. 110 28 Sin embargo, esta ambivalencia se muestra con más fuerza cuando se presenta la muerte de un ser amado. Los estudios de Freud mencionan que cuando muere un ser querido, se comienzan a sentir penosas dudas calificadas como reproches obsesivos, que harían preguntarse a la persona afectada si, por alguna razón –y aunque esto carezca de fundamentos– no habrán contribuido de cierta forma a la muerte de ésta. Por supuesto, esto no quiere decir que en verdad se haya colaborado para el deceso del ser amado, sino que: La muerte del ser querido procuró la satisfacción de un deseo inconsciente, y es contra este deseo contra lo que el reproche reacciona después de la muerte de la persona amada. En casi todos los casos de intensa fijación del sentimiento hacia una persona determinada, hallamos una hostilidad inconsciente, disimulada detrás de un tierno amor.19 Este es, entonces, el caso de la ambivalencia de la afectividad humana, aunque, claro, no suele ser lo bastante fuerte como para provocar este tipo de reproches. Sin embargo, el caso de Ed con su madre es el ejemplo de estos reproches llevados al extremo, pues a pesar de todos los cuidados y del cariño desmesurado que presentaba por su madre, quizá el odio que sentía hacía ella era igual de fuerte, después de todo, “la disposición de la neurosis obsesiva […] nos parece caracterizada por un grado particularmente pronunciado de esta ambivalencia afectiva”. 20 Fue entonces que cuando Augusta falleció, su deceso afectó aún más de lo que se podía notar a la persona de Edward, pues todo rastro de cordura que quedara en él murió y fue enterrado junto con el cadáver de su madre, dando inicio a su locura, pero no sólo eso, sino que hasta ese entonces “una madre dominante y fanática había definido el mundo de Ed Gein” (00:19:35), y ahora ese mundo había desaparecido, quedando completamente solo, sin nadie que lo guiara. 19 Ibídem p. 108 20 Ídem 29 La cordura de Edward comenzó a deteriorarse, podría decirse, desde su infancia, pues los constantes maltratos que sufría de su madre, lenta e inconscientemente, fueron acumulándose y plantándose en su mente, sólo que éstos, germinaron hasta el día en que ella murió. De esta forma, Augusta se convirtió en el explosivo y detonante de la enfermedad. Durante casi tres décadas, la madre de Edward se convirtió en su mundo, siendo prácticamente la única mujer con la que el hombre tuvo contacto. De esta forma, no fue raro que el llamado complejo de Edipo fuera el factor determinante en la creación de su neurosis que terminó por convertirse en psicopatía. La importancia aquí de este complejo es que, como el psicoanálisis lo ha demostrado, “el primer objeto en que recae la elección sexual del joven es de naturaleza incestuosa, y por tanto condenable, al ser la madre o la hermana”.21 Ahora bien, como se sabe, esta elección sexual después de algún tiempo recae en el sexo opuesto o, en ocasiones, se queda fijada en el mismo, del cual, según esta teoría, se determina la preferencia del sujeto respecto al género masculino o femenino. Sin embargo, este complejo no sólo no desapareció en Edward, sino que se mantuvo fijado el resto de su vida en su madre. Ésta es otra de las razones por las cuales, Ed siempre mostró ciertos rasgos de infantilismo psíquico, pues se liberó de las condiciones infantiles de la psicosexualidad a una edad muy avanzada. Tal es la razón de que las fijaciones incestuosas de la libido desempeñen de nuevo o continúen desempeñando el papel principal en su vida psíquica inconsciente. De este modo, llegamos a ver en la actitud incestuosa con respecto a los padres el complejo central de la neurosis.22 Aunque en el condado se seguía viendo a Gein como alguien inofensivo y siempre dispuesto a ayudar, la verdad era que en su mundo aún se encontraba luchando contra la muerte de Augusta. “Los psiquiatras que lo examinaron 21Ibídem p.35 22Ídem 30 concluyeron que en los años posteriores a la muerte de ésta, los problemas psicológicos de Gein le llevaron a la psicosis”. (00:21:40). En su libro La psicología del miedo, Jeffrey A. Gray menciona que la psicosis incluye, principalmente, la esquizofrenia y depresión. “La depresión psicótica consiste en una alternancia entre la depresión profunda, la euforia y una excitación extrema, la cual, puede ser considerada como manía; sin que tengan una aparente relación con la vida del enfermo”.23 Fue así que los cuidados de su madre, lejos de proteger a Ed, terminaron por aislarlo del mundo real, donde le era en extremo difícil relacionarse con cualquier ser humano, principalmente con las mujeres y de esta forma, terminó por resguardarse en sus fantasías. Después de todo: Desde el punto de vista genético, la naturaleza social de la neurosis se deriva de su tendencia original a huir de la realidad, que no ofrece satisfacciones, para refugiarse en un mundo imaginario, lleno de atractivas promesas. En este mundo real, de que el neurótico huye, reina la sociedad humana con todas las instituciones creadas por el trabajo colectivo, y volviendo la espalda a esta realidad, el neurótico se excluye de la comunidad humana.24 Augusta repercutió no sólo en la vida de Gein no sólo cuando ella seguía con vida, pues su muerte fue el detonante del inició de las fantasías de su hijo pues, aunque ella ya estaba muerta, Ed seguía escuchándola en ciertas ocasiones, imaginando su voz dentro de su cabeza y manteniendo conversaciones con ella. Aunque tal vez se pudiese llegar a pensar que, con la muerte de su madre, Edward al fin habría quedado libre para forjar su propia vida o, como mínimo, quitarse de encima todas aquellas prohibiciones a las que estuvo sujeto por Augusta durante 39 años, la verdad es que estas restricciones duraron en el hombre mucho más tiempo. El psicoanálisis explica que este tipo de situaciones se debe a que: 23Gray, Jeffrey A. La psicología del miedo. Madrid. Ediciones Guadarrama, 1971 p.223 24 Freud, Sigmund. Op. Cit. p.p. 129-130 31 La prohibición como la tendencia continuaron subsistiendo: la tendencia, por no haber sido suprimida, sino tan sólo reprimida, y la prohibición porque sin ella hubiera penetrado la tendencia en la conciencia y habría impuesto su realización. De este modo quedó creada una situación irresuelta, una fijación psíquica, y todo el desarrollo ulterior de la neurosis se deriva de este duradero conflicto entre la prohibición y la tendencia.25 Aun así, para Edward estas fantasías no fueron suficientes pues, pronto, buscó sustituir la presencia de su madre con cadáveres que desenterraba del cementerio. Sin embargo, comenzó a llegar a extremos cada vez más atroces, como lo era el vestirse con la piel del torso y el rostro del cadáver desollado de alguna mujer. De esta forma, Ed pretendía no sólo verse como una mujer, sino ser una. Quizá, lo más escalofriante sea el hecho de que en noches de luna llena, confesó, salía a danzar alrededor de su hogar vestido con este peculiar traje, a fin de realizar una especie de conjuro que trajera de vuelta a la vida a su madre. Esta, de cierta forma, era la manera de compensar su idea acerca del cambio de sexo que, tras su detención, dijo haber tenido en mente realizarse (00:23:50). En Tótem y tabú, Freud explica que las prohibiciones obsesivas aportan a la vida del sujeto grandes privaciones y restricciones, algunas de las cuales pueden ser levantadas mediante ciertos actos a manera de arrepentimiento, expiación, purificacióno defensa. Asimismo, una parte de las prohibiciones tabúes puede ser sustituida en caso de transgresión por un ceremonial semejante. Lamentablemente, la psique de Gein terminó por encontrar un camino de liberación a sus represiones sexuales -cuya sexualidad fue tardía en desarrollarse- , bastante mórbido. Así, el vestirse como mujer usando piel de mujeres de alguna forma bien podría representar este tipo de ceremonial a manera de sustitución, llevado al extremo, claro está, a que Freud se refiere. 25Ibídem p. 57 32 A propósito, conviene recordar las palabras que el doctor Hannibal Lecter le menciona a Clarice en El silencio de los corderos cuando éste se dirige a Buffalo Bill que, como ya se dijo, también está inspirado en Gein: “Billy no es un transexual auténtico. Él cree que lo es, intenta serlo […] Billy odia su propia identidad y cree que eso lo convierte en transexual […] Billy se está cosiendo un vestido con la piel de las jóvenes asesinadas”.26 Si bien tal vez Gein realizaba este “ritual” para él mismo, sin intenciones de ser visto, el hecho de andar desnudo vestido de mujer (también desnuda), podría catalogarse en cierta forma de exhibicionismo. Ahora bien, esta parafilia, mayormente practicada por hombres, es considerada por muchos como una imposición masculina en busca de poder al sentirse inferiores a los demás. En la vida de Gein, esto toma más importancia por el hecho de que “los exhibicionistas provienen, generalmente, de familias en las que la madre es superprotectora o superdominadora. Los que necesitan evidenciar su poder son, precisamente, aquellos que más desposeídos se sienten”.27 Asimismo, Storr comenta que tienen una gran dificultad en relacionarse con el sexo opuesto, además; suelen presentar una gran hostilidad encubierta contra las mujeres. Respecto a esto, se debe recordar el hecho de que Edward vivió toda su vida bajo estas características, pues los extremos cuidados y el carácter autoritario de Augusta para con él durante tantos años, ocasionaron que a su muerte, Ed se sintiera desvalido frente al mundo y frente a los demás, principalmente con las mujeres. La locura de Gein fue en aumento, pues el robar cadáveres ya no le bastaba, sino que comenzó a buscar cuerpos más frescos. De esta forma cometió lo que se sabe fue su primer asesinato, el de Mary Hogan (que tenía un comportamiento totalmente contrario a la madre de aquel granjero). Tal como años después pasaría con Worden, no se halló el cuerpo y tampoco hubo ningún sospechoso, con todo y que en cierta ocasión después de haberse cometido el 26 Demme, Jonathan. El silencio de los corderos. Orion Pictures. 1991, 115 min. (00:46:30) 27 Storr, Anthony. Op. Cit. p.65 33 crimen, Edward le comentó a algunos de los residentes que aquella mujer estaba en su casa, pues él se la había llevado; algo que todos tomaban como broma. Una vez que Ed fue aprehendido y estudiado por los médicos, éstos le diagnosticaron esquizofrenia, dijeron que “era propenso a alucinaciones y pensamientos delirantes, creyéndose instrumento de dios y con poderes para resucitar muertos”; además de que siempre se refirió a los actos que había cometido como si fuera lo más natural y sencillo que se puede hacer.28 Como ya se mencionó antes en los estudios de Gray, la esquizofrenia es parte de la psicosis, pero también nos dice que presenta una variedad de síntomas, como desordenes del pensamiento, pérdida de relaciones emotivas con la realidad, incongruencia emocional, suspicacia paranoide, ilusiones y alucinaciones. Síntomas que, principalmente estos últimos, estaban presentes en Gein. De igual forma, se puede pensar que tanto el sadismo como la psicopatía van siempre de la mano, pero Storr hace una diferencia de gran importancia, pues deja en claro que el sadismo no siempre es parte esencial de la psicopatía y no todos los sádicos son psicópatas. Comenta que la diferencia entre el psicópata sádico y los no psicópatas, pero con tendencias sadomasoquistas, radica en que “el primero pone en práctica sus fantasías mientras que el segundo grupo no lo hace: eso ilustra […] el hecho de que una de las características básicas de la psicopatía es la falta de control sobre sus impulsos”.29 Asimismo, en su manual de psiquiatría Mayer–Gross, Slater y Ross comentan que “el psicópata vive sólo en el presente. Sus deseos, afectos o depresiones inmediatas dirigen su conducta, es indiferente acerca del futuro, y nunca considera el pasado. El psicópata no tiene conciencia”.30 Por esta razón, 28 Contreras Ennio. Ed Gein, american Psycho https://www.youtube.com/watch?v=YqAFEzMfwKk 25/11/15 (00:29:10) 29 Storr, Anthony. Op. Cit. p.53 30 Gray, Jeffrey A. Op. Cit. p.p. 227-228 34 https://www.youtube.com/watch?v=YqAFEzMfwKk podría decirse que fue el motivo por el cual Gein nunca presentó remordimientos por los actos que cometió. De igual forma, Anthony Storr también comenta que la falta de relaciones con otros seres humanos ocasiona en el psicópata la incapacidad de identificarse con otras personas y de preocuparse por el sufrimiento ajeno; otra característica de los niños. Por esta razón, el psicótico ignora el derecho de los demás, valorándolos únicamente en la medida en que éstos puedan satisfacer sus necesidades y mostrándose indiferente al dolor y sufrimiento que cause siempre y cuando logre sus cometidos. Tomando en cuenta estas explicaciones no es raro, entonces, que los médicos hayan asegurado que todos sus problemas mentales tenían que ver con el tipo de vida y restricciones con las que Augusta crió a Edward y el deseo de éste por traerla a la vida, por lo cual, viendo su dañada psique, no se le pudo mandar a juicio. Ed fue internado en un hospital psiquiátrico, en donde envejeció y pasó sus últimos días hasta que murió de un paro respiratorio el 26 de julio de 1984. Al final, Edward logró su más anhelado deseo, volver a estar junto a Augusta; lo sepultaron a un lado de su madre. 2.3 De lo verídico a lo fílmico Los tabúes siempre han marcado a la sociedad precisamente por su relación con lo profano, aquello que, se sabe, aquel que lo practica queda condenado a ser, a su vez, tabú, pues queda manchado con el estigma de lo prohibido. El tabú presenta dos significados completamente distintos uno del otro: La de lo sagrado o consagrado y la de lo inquietante, peligroso, prohibido o impuro […] éstos, extraen de sí su propia autoridad, y se distinguen de la moral en que no se consideran normas necesarias para el fundamento social; de hecho, las prohibiciones que emanan del tabú carecen de todo fundamento […] Wundt dice que el tabú es el más antiguo de los códigos no escritos de la humanidad, y la opinión general no lo juzga anterior a los dioses y a toda religión.31 31 Freud, Sigmund. Op. Cit. p.38 35 Si bien los tabúes no iniciaron como una ley escrita, fueron precisamente la tradición y las costumbres las que terminaron por convertirlos en leyes. Por esto, es que los actos cometidos por Edward Theodore Gein son considerados como algo de lo más despreciable a que un hombre puede llegar pues, no es sólo su relación con la muerte y el asesinato, algo que probablemente pase a segundo término cuando se habla de su tendencia, inconsciente, claro está, del incesto respecto a su madre. Pero, entonces, si son sentimientos que nadie quiere realizar ¿por qué prohibirlos?, la respuesta, quizá, sería debido a que aquel que infringe un tabú y, por ende, se convierte en uno, incita a los demás a cometer estos actos, pues: El peligro surge realmente cuando sustituimos los deseos inconscientes por impulsosconscientes, y consiste en la posibilidad de la imitación, que tendría por consecuencia la disolución de la sociedad. Dejando impune la violación, advertirían los demás de su deseo de hacer lo mismo que el infractor.32 Cuando se descubrieron los crímenes de Gein, todo aquel que supiera de éstos quedaba impactado, no dando crédito a que semejantes actos pudieran ser llevados a cabo por ser humano alguno. Sin embargo, y en este punto del presente trabajo, al conocer un poco más la psique de este personaje, uno puede llegar a comprenderlo un poco mejor, o bien, a mirarlo con una luz aún más sombría de lo que ya se mostraba. Esta luz, más clara o mortecina, dependerá, principalmente, de si los pensamientos y actos cometidos por este hombre se miran como algo proveniente de la más pura y primitiva naturaleza humana, o como algo que a través de los tiempos era preciso corregir entre la sociedad. Ahora bien, hasta ahora se ha tratado de la vida y obra de Edward Gein, llegando el momento de indagar un poco más sobre la influencia que este 32 Ibídem p.64 36 personaje tuvo para la creación de un filme que, precisamente por tratar los temas tan controversiales que se han visto hasta este punto y estar repleto de los más condenables tabúes como lo son el asesinato, la sexualidad anormal y el canibalismo, llegó a colocarse como una obra maestra en el cine de horror: La masacre de Texas. 37 Capítulo 3. La masacre de Texas: de Gein a Leatherface La masacre de Texas, dirigida por Tobe Hooper en el año de 1973, representa un parteaguas en el cine de horror; pues la violencia gráfica que mostraba para aquella época, la crudeza del filme y la historia en él narrada fueron causas para que, además de inaugurar el género slasher, la cinta estuviera rodeada de controversias que iban desde las ovaciones hasta las críticas más duras, incluso, antes de su estreno pues, debido a su explicites, su distribución y proyección tuvieron varios inconvenientes, siendo hasta un año después cuando Bryanston Distributing Company apostó por ella y fue proyectada en cines el 1º de octubre de 1974. La historia es sencilla, pero aterradora. El filme narra la historia de cinco jóvenes, en quienes se representa la decadencia y la desesperanza de su sociedad, los cuales, tras la noticia de un reciente saqueo de tumbas en el condado de Texas, deciden viajar a éste para asegurarse que los restos de los abuelos de dos de ellos, Sally y su hermano Franklin, no hayan sido profanados. Sin embargo, en el camino este grupo de amigos se encontrará con una familia de antropófagos y asesinos que los harán experimentar un mundo de horror; estos últimos son, a decir de Losilla, “vestigios de un pasado más armónico y pleno obligados a recurrir a la violencia para sobrevivir como célula económica y estructura social”.33 De esta forma, tras los casi 90 minutos de duración del filme, Hooper se encarga de retratar un ambiente desolado y aterrador, pues entre los tétricos escenarios y junto con los encuadres y planos que el director usa en cada una de las escenas a lo largo de la cinta, logra causar en el espectador una angustia y tensión como pocas lo consiguen. Más importantes resultan estos elementos cuando, siendo la primera película slasher, y tomando en cuenta que este género se caracteriza por su violencia y el uso desproporcionado de sangre para demostrar la fragilidad del cuerpo humano, Hooper genera horror, incomodidad y desesperación sin valerse de grandes cantidades de ésta. 33 Losilla, Carlos. Op. Cit. p.158 38 Y si bien el filme estuvo repleto de controversias, disgustos y adulaciones en su estreno, principalmente por publicitarla falsamente como una historia "basada en hechos reales”, la verdad es que esto no está muy alejado de la realidad, pues tanto el director como el guionista Kim Henkel se inspiraron en diversos actos cometidos por distintos personajes históricos, siendo su principal inspiración Edward Theodore Gein. Sin embargo, es necesario aclarar que, aunque La masacre de Texas está libremente inspirada en la vida de Gein, el filme no se trata de un biopic, sino que sólo retoma algunos aspectos del personaje histórico para la creación de esta obra, lo cual, claramente se muestra tanto en la decoración de la casa, la atmosfera sofocante que el director crea y, principalmente, en las características de Leatherface. A su vez, mientras que los hechos ocurridos con Ed Gein se conocieron en los cincuenta, se deja en claro que si bien la cinta retoma los eventos de esa fecha, los sucesos narrados en La masacre de Texas transcurren exactamente en la misma época en que se filmó (1973), lo cual, tiene una vital importancia para comprenderla y, más importante aún, para entender por qué su estreno un año después causó el voraz impacto y las fuertes críticas que la rodearon. Es aquí, entonces, cuando entran en escena dos factores importantísimos, por un lado tenemos lo psicológico y a la sociedad misma, en donde cada hombre se ve inmerso no sólo en su inconsciente, sino también en el pensamiento colectivo, perteneciente a la sociedad en la que el individuo vive y de la que forma parte. Por el otro lado, tenemos el contexto histórico y social en el que Estados Unidos se encontraba en ese tiempo. Tenemos ya los dos factores clave. El primero de ellos se ha explicado en el primer capítulo, en el cual se dijo la importancia del género y su valor en la sociedad, pues de cierta forma, el uno no podría existir sin la otra. Asimismo, también se ha hablado de algunos tabúes y deseos que persisten en la sociedad, y aunque estos deseos y necesidades son variados, por 39 el momento nos ocuparemos únicamente de tres de ellos, principalmente por estar presentes tanto en Ed Gein como en Leatherface. Con esto nos referimos a ciertas tendencias sexuales, el canibalismo y el asesinato. El filme retrata ciertos aspectos de la vida de Gein y deja otros implícitos. En cuanto a los implícitos, la cinta nos muestra a una familia que, para sobrevivir a los estragos de su época, se ven orillados a recurrir al canibalismo, degustando la carne humana de aquellos a quienes han asesinado; en los explícitos, llegan momentos en los que Leatherface muestra los principales trastornos de Gein: psicopatía, sadismo y una tendencia transexual. Por esta razón es que La masacre de Texas causa tanto furor, emoción e, incluso, coraje y repulsión en quien la mire. Esta cinta nos muestra precisamente aquellos deseos reprimidos a los que el hombre debe enfrentarse, pero de los que el psicoanálisis dice que, inconscientemente, guarda un gusto por ellos y que, incluso, desea llevar a cabo. El segundo punto de interés que nos permitiría entender la razón de que esta cinta fuera tan controversial en su época es el contexto histórico-social, pues si bien La masacre de Texas es capaz de causar por sí misma tal impacto, los eventos ocurridos en Estados Unidos antes de su estreno fueron determinantes para que el filme generara tal reacción en los espectadores. Para esto, coincido cuando Leonardo García Tsao dice que el cine de horror: Narra lo que ocurre cuando lo normal es amenazado por lo anormal, que puede ser cualquier cosa: monstruos, demonios, vampiros, zombies, asesinos psicópatas, animales reales o imaginarios. Si el cine se compara con frecuencia con el sueño, el de horror es el equivalente a la pesadilla. Sociológicamente, es interesante comprobar cómo los miedos colectivos de una sociedad se reflejan en el cine de horror; no es casual que el género florezca en momentos de crisis social o económica. Muchas veces subestimado, el cine de horror es, quizá, el que consigue más a menudo fuerza lírica”34. 34 García Tsao, Leonardo.
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