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La-Opresion-de-la-mujer-en-Ninfomana-de-Lars-Von-Trier

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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Agradecimientos 
A Rafael por ayudarme, alentarme, estar conmigo siempre y hacer de mí una 
mejor persona. 
Mario: Gracias por mostrarme a Lars von Trier y adentrarme al mundo fílmico. 
Flor y Alejandro: Por su apoyo y gran motivación para que se efectuara este 
trabajo. 
Sandy: Por tomarte el tiempo en leer y corregir mis errores de ortografía. 
A todos aquellos que me quieren, me apoyan y de una u otra forma contribuyeron 
con esta investigación. 
¡Gracias a todos y a todas! 
 
 
 
2 
 
ÍNDICE 
 
 
INTRODUCCIÓN………………………………………………....…………………….1 
 
VOLUMEN 1 
Capítulo I. Patriarcado………………………………………………....……………….5 
Capítulo II. Opresión de las mujeres…………………………....……………………12 
Capítulo III. Feminidad en la sexualidad……………....…………………………….18 
Capítulo IV. De la ninfomanía a la hipersexualidad………………………………...28 
Capítulo V. El estigma de una enfermedad……………………………….................36 
 
 
VOLUMEN 2 
Capítulo VI. Lars von Trier………………………....………………………………......44 
Capítulo VII. Joe ¿Chica mala? ………………........................................................50 
Capítulo VIII. Maternidad y abandono….................................................................64 
Capítulo IX. Aborto ¿Decisión personal? ...............................................................73 
Capítulo X. Doble vulnerabilidad............................................................................77 
 
CONCLUSIONES………………………………………………....…………………….87 
FUENTES………………………………………………....……………………………..92 
 
 
 
1 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Desde que era niña crecí escuchando frases a mi alrededor como: “Eres una 
muñequita”, “Calladita te ves más bonita”, “Tú eres una señorita, compórtate como 
tal” o “No te vistas así que pareces una marimacha”. Ya sea que se las dijeran a 
alguna mujer cercana a mí en ese momento o que la frase fuera directamente 
aplicada hacia mi persona. 
 Más tarde, en el transcurso de mi adolescencia, una amiga de la secundaria 
contaba que algún individuo en la calle la manoseó mientras ella se disponía a 
cruzar la calle, otra más decía que alguien le metió los dedos debajo de la falda 
cuando ella subía las escaleras eléctricas del metro. Así crecí escuchando, viendo, 
experimentado pasajes relacionados con acoso sexual callejero. 
 Hablando con diversas mujeres de diferentes edades, oficios, profesiones, 
he notado una cosa que todas tenemos en común: por lo menos una vez en el 
transcurso de nuestras vidas hemos sufrido acoso sexual callejero. “Es normal que 
eso pase”; pero ¿Por qué es normal?, ¿Por qué debo acostumbrarme a que algún 
sujeto a lado mío se masturbe con mi hombro mientras yo estoy sentada en el 
camión? o ¿Por qué no puedo caminar sola por la calle cuando es de noche? La 
respuesta es fácil: "Es peligroso”, “No debes exponerte”, “Algo te puede pasar si 
no tomas medidas”. 
 Sé que vivimos un momento en donde la situación del país es crítica, difícil 
y peligrosa para todos, tanto hombres como mujeres. Pero ¿Por qué debo 
acostumbrarme a este tipo de violencia?, ¿Por qué actuar como si no pasara 
nada? Cuando la cifra de mujeres desaparecidas en México llegaba casi a 7 mil 
 
2 
 
185 en septiembre del 2015, a mil 42 feminicidios en 13 entidades del país en 
2014 según datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).1 
No debo y no quiero ignorar, ni mucho menos acostumbrarme a esta 
situación, no estoy dispuesta a que la siguiente víctima de violación sea mi 
hermana, mi mejor amiga, mi vecina o yo. Éste es el principal motivo por el que 
me acerqué al feminismo, como estudiante de sociología estoy acostumbrada a 
cuestionarme todo, a indagar el porqué de la situación. Las desapariciones y el 
feminicidio son la culminación de un continuum de violencia en su forma más 
extrema. Pero ¿Entonces cuál es la fase principal de esto, el inicio de todo? 
¿Cuáles son los factores que propician la desigualdad social, política, económica y 
cultural entre hombres y mujeres? Sé que proviene de la opresión de las mujeres 
pero ¿Qué es eso?, ¿Cómo funciona?, ¿Por qué ocurre? 
Analizar la opresión de las mujeres es el propósito de este trabajo de 
investigación, para acotar el tamaño de la muestra me ayudaré del filme 
Ninfomanía (Nymphomaniac) versión extendida del director Lars von Trier. 
Especialmente me enfocaré en el personaje central femenino: Joe, para así 
identificar de qué manera evoluciona la opresión en ella. Esta investigación se 
encuentra dividida en dos volúmenes y diez capítulos, fraccionados cinco y cinco 
en cada volumen. Lo hice de esta manera porque me parece una forma de 
homenaje al filme puesto que éste se divide en dos volúmenes y ocho capítulos. 
¿Por qué Ninfomanía y no algún otro filme? Elegí Ninfomanía porque retrata 
minuciosamente, a través de la historia de vida de la mujer protagonista, la 
situación de las mujeres en el mundo occidental actual. Refleja qué espera la 
sociedad de las mujeres y qué sucede cuando un individuo de ésta, en especial 
una chica, no cumple a la perfección los papeles sociales asignados como: hija, 
 
1 Agencia especializada de noticias: NotieSe, Salud, Sexualidad y Sida. 25 de noviembre de 2015. Leonardo 
Bastida Aguilar. http://www.notiese.org/notiese.php?ctn_id=8466. Fecha de consulta 20 de diciembre de 
2015. 
3 
madre, esposa, empleada, compañera de trabajo. Porque las personas que 
rompen las reglas, que transgreden las normas de la sociedad están fuera de ella. 
4 
VOLUMEN 1 
5 
Capítulo I 
PATRIARCADO
Durante largas etapas históricas las mujeres han asumido el papel de esclavas o 
de máquinas, podemos decir que la infravaloración de la mujer dentro de nuestra 
cultura occidental se remonta desde el periodo neolítico. Aristóteles decía: “La 
mujer es mujer debido a la falta de ciertas cualidades. Hemos de considerar la 
vida de la mujer como algo que padece una imperfección natural”. Jesucristo 
indicaba que la mujer tenía tanta entidad humana, como el hombre. Sin embargo, 
los encargados de profesar las religiones han adoptado una postura algo diferente, 
San Pablo expresa: “En las reuniones litúrgicas que se callen las mujeres”. Se 
aprecia visiblemente su ideología patriarcal al considerar a la mujer más como un 
siervo del hombre que como una de Dios. La religión judía considera como una 
maldición ser mujer y hace que el hombre dé diariamente gracias a Dios en sus 
plegarias por no haberle creado mujer.2 
En la Edad Media y el Renacimiento se perseguía a muchas mujeres por 
considerarlas brujas. A las supuestas brujas se las obligaba a acudir a los 
tribunales completamente desnudas e incluso con el vello púbico rasurado, con la 
finalidad de que en él no se pudieran albergar demonios que tentaran a los 
hombres que integraban los tribunales.3 Pero, ¿Por qué?, ¿Qué fue lo que sucedió 
para que los hombres tomarán esa conducta y percepción hacia las mujeres? 
Evidentemente a las mujeres ya no se les juzga por dicha acusación pero aún son 
blanco fácil para ser incriminadas y castigadas ideológica, física, social y 
culturalmente. Esta situación se explica por la estructurapatriarcal en la que todos 
estamos inmersos cuya existencia posibilita y reproduce la vulnerabilidad de éstas. 
2 cfr. Fernández Francisco Alonso. Psicología Médica y Social. Barcelona, Salvat Editores, 1989, p. 558. 
3 Ídem. 
 
6 
 
La palabra patriarcado se refiere a dignidad de patriarca; tiempo que dura 
dicha dignidad; tierra de su jurisdicción. Como sistema social se reconoce por ser 
la organización social primitiva en que la autoridad se ejerce por un hombre jefe de 
cada familia, extendiéndose este poder a los parientes más lejanos de la misma 
línea de sangre4. Una referencia más señala que patriarcado es la sociedad en la 
que los hombres ostentan la mayor parte del poder, ya sea que las decisiones 
políticas y las discusiones públicas están dominadas por los hombres, o que ellos 
tienen poder absoluto sobre las mujeres y los niños.5 
El patriarcado es una creación histórica elaborada por hombres y mujeres 
dentro de un proceso que tardó casi 2,500 años en conformarse. Se derivó, 
principalmente de las funciones y la conducta que se consideraban adecuadas a 
cada sexo, venían expresadas en los valores, costumbres, normas y papeles 
sociales, de una manera lenta y progresiva entraron a formar parte de la 
construcción cultural y el sistema explicativo de creencias. Para comprender 
detalladamente el surgimiento del patriarcado como una institución universal, se 
hará brevemente un reencuentro de dicho proceso histórico. 
Durante el periodo neolítico, el desarrollo de la agricultura impulsó el 
intercambio de mujeres entre tribus, esto tenía dos principales funciones, evitar 
guerras mediante la consolidación de alianzas matrimoniales y porque las 
sociedades con más mujeres podían reproducir más niños, utilizados como mano 
de obra para incrementar la producción agrícola. Lo anterior, permitió que por las 
capacidades, servicios sexuales y reproductivos de éstas, se cosificara y se 
convirtieran en mercancías.6 
El primer papel social de las mujeres definido según el género fue ser el 
objeto de intercambio. De manera inversa, la función genérica de los hombres era 
hacer el intercambio, o bien, definir sus términos. Las mujeres desde ese 
 
4 “Patriarcado”. Diccionario Porrua de la Lengua Española. 52 a. Edición, 2006. 
5 “Patriarcado”. Diccionario ilustrado de cultura esencial. Director. Gonzalo Ang. España, División de Libros en 
Lengua Castellana, 1994. 
6 cfr. Lerner, Gerda. La creación del patriarcado. Barcelona, Editorial Crítica, 1990. 
 
7 
 
entonces, tuvieron menos libertad que los hombres, puesto que uno de los 
aspectos de su cuerpo: su sexualidad, estaba controlado por otros. Es por eso, 
que Franca Basaglia define a la mujer como ser de otros puesto que su cuerpo es 
para otros.7 
En las guerras, como primera señal de distinción entre los conquistados y 
los conquistadores se utilizó la diferencia más notoria y visible, la existente entre 
sexos. Desde ese momento, el cual, se puede considerar como los inicios de la 
esclavitud, la dominación de clases adoptó divergencias entre hombres y mujeres 
esclavizados: los hombres eran explotados como trabajadores; las mujeres por su 
parte, eran utilizadas como trabajadoras, prestadoras de servicios sexuales y 
también como reproductoras. 
Según Gerda Lerner, en cualquier momento de la historia cada clase ha 
estado compuesta por otras dos clases distintas, los hombres y las mujeres; y 
agrega: 
 
La posición de clases de las mujeres se consolida y tiene una 
realidad a través de sus relaciones sexuales. Siempre estuvo 
expresada por grados de falta de libertad en una escala que va 
desde la esclava, con cuyos servicios sexuales y reproductivos se 
comercia del mismo modo que con su persona; a la concubina 
esclava, cuya prestación sexual podía suponerle subir de estatus o 
el de sus hijos; y finalmente la esposa “libre”, cuyos servicios 
sexuales y reproductivos a un hombre de la clase superior la 
autorizaba a tener propiedades y derechos legales.8 
 
Lerner supone que, durante casi cuatro mil años las mujeres desarrollaron y 
siguen desarrollando sus vidas bajo el patriarcado, el cual podría definirse mejor 
como dominación paternalista, ya que la base del paternalismo es un contrato 
social de intercambio no escrito, en el cual el hombre ofrece soporte económico y 
 
7 cfr. Basaglia, Franca. Mujer, locura y sociedad. México, Universidad Autónoma de Puebla, 1983, p.35. 
8 Lerner, Gerda. Op.cit., p. 55 
 
8 
 
protección a cambio de los servicios sexuales, el cuidado y el trabajo doméstico no 
remunerado de la mujer (contrato sexual). 
El término patriarcado describe la relación entre un grupo dominante que se 
autoconsidera superior, y un grupo subordinado, al que se supone inferior, pero la 
dominación se reduce por la existencia de obligaciones mutuas y deberes 
recíprocos. Para Kate Millet, el patriarcado es una institución en donde una mitad 
de la población (las mujeres) se encuentra bajo el control de la otra mitad (los 
hombres).9 Pero no se limita únicamente a esta situación, ya que se considera 
también de las relaciones de dependencia desigual de otros sujetos sociales 
sometidos al poder patriarcal. 
La principal característica para ejercer el patriarcado es la genérica, todas 
las demás son de menor valor. Y de su combinación particular dependen los 
grados y las formas de poder, así como la ocupación temporal y contradictoria de 
posiciones, rango y prestigio patriarcales. 
Se desarrolla en los espacios sociales y culturales, se expande, y se 
articula en cualquier relación opresiva: opresión de clase, nacional, étnica, 
religiosa, política, lingüística y racial. El patriarcado no se expresa sólo en sí 
mismo, es decir, se articula con otros poderes. Entonces, es sexista, pero a la vez 
puede ser etnicista, racista, imperialista o neoliberalista. 
Se puede definir que los sujetos de la opresión patriarcal son en primera 
instancia las mujeres, pero también lo son: niños, jóvenes, ancianos, 
homosexuales, los enfermos, obreros, campesinos, trabajadores, analfabetos, 
gordos, chaparros, “feos”, morenos, negros; en otras palabras, los individuos 
afectados por este tipo de opresión somos todos.10 
Marcela Lagarde indica, que más allá de su voluntad y de su conciencia, los 
opresores patriarcales son, en primer término, los hombres por el sólo hecho de 
 
9 cfr. Millet, Kate. Política sexual. México, Catedra, 2010. 
10 cfr. Lagarde y de los Ríos, Marcela. Los cautiverios de las mujeres, Madresposas, monjas, putas, presas y 
locas. México, Siglo XXI Editores, 1990, p. 92. 
 
9 
 
ser hombres, los son también las normas e instituciones tanto del Estado como de 
la sociedad en sí, y también lo son quienes por mandato patriarcal deben 
efectuarlo. Así no es casual que las mujeres, a la vez que son objeto de opresión, 
practiquen en ciertas circunstancias el poder patriarcal sobre otras mujeres, sobre 
menores, sobre enfermos, y en hombres, sin que por ello exista matriarcado.11 
Las mujeres han participado y siguen favoreciendo el proceso de su propia 
subordinación, pues psicológicamente interiorizaron la idea de su propia 
inferioridad, ya que cualquier mujer en la actualidad, ha sido educada dentro del 
pensamiento patriarcal. De acuerdo con Gerda Lener, una de las maneras de 
mantenerlas subordinadas es el desconocimiento de luchas y logros de otras 
mujeres en el pasado. Es decir, la carencia de historia y la ignorancia de ésta 
refuerzan la ideología del patriarcado: 
 
Nunca ha habido un grupo de personas como ellas que hubiera 
hecho algo importante por sí mismas. Las mujeres no tenían 
historia, eso se les dijo y eso creyeron. Por tanto, la hegemonía 
masculina dentro del sistema de símbolos fue lo que situó de 
formadecisiva a las mujeres en una posición desventajosa. Y 
como no tenían historia, no tenían alternativas para el futuro.12 
 
El registro, la definición y la interpretación del pasado señalan la entrada del 
hombre en la historia en el tercer milenio a.C., en el caso de las mujeres sucedió, 
en el siglo XIX (salvo algunas excepciones). Simone de Beauvoir señalaba que, 
toda la historia de las mujeres la han hecho los hombres. Del mismo modo que 
“En Norte América no hay problema negro, sino un problema blanco, o el 
antisemitismo no es un problema judío, sino nuestro problema, así también el 
problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres”13. Esta situación, 
 
11 cfr. Ibidem, p. 93. 
12 Lerner, Gerda. Op.cit., p. 
13 De Beauvoir ,Simone. El segundo sexo. México, DeBolsillo, 2014, p.125. 
 
10 
 
en gran parte, se propició debido a que las mujeres durante 2,500 años han 
estado en desventaja educativa. 
La estructura del patriarcado se conforma en torno a la dependencia y a la 
diferencia, además, parte de mecanismos de exclusión y especialización en 
cuanto a la división genérica del trabajo. Se caracteriza también por: 
a) El antagonismo genérico: la rivalidad entre hombres y mujeres. 
b) Enemistad entre mujeres basada en la competencia por los hombres. 
c) La división social, efectuada para definir la “respetabilidad” y/o desviación 
de las mujeres a partir de sus actividades sexuales.14 
d) El machismo como fenómeno cultural, el cual se determina por la 
inferiorización y en la discriminación de las mujeres producto de su 
opresión, en la exaltación de la virilidad y de la feminidad, expresado 
explícitamente en deberes e identidades tanto para hombres como para 
mujeres. 15 
La Revista Internacional de Sociología enuncia que, la ideología patriarcal está 
tan firmemente interiorizada que la fuerte coacción estructural en que se desarrolla 
la vida de las mujeres representa para gran parte de ellas la imagen misma del 
comportamiento libremente deseado y elegido. 16 De esta manera, tal poder, existe 
en los sujetos sociales y ellos los reproducen por medio de valores y actitudes 
aprendidos e interiorizados desde su infancia pero la sociedad en su conjunto y la 
cultura dominante son patriarcales. 
A pesar de que el patriarcado conforma una estructura difícil pero no imposible 
de abolir, los logros feministas alcanzados por movimientos y luchas feministas en 
años anteriores han permitido cambios paulatinos en pro de la visibilidad y 
reconocimiento social de las mujeres: 
 
14 Véase. Infra, p. 12 
15cfr. Lagarde y de los Ríos, Marcela. Op.cit., p. 91. 
16 Ana de Miguel Álvarez, “El movimiento feminista y la construcción de marcos de interpretación”, Revista 
Internacional de Sociología, 2003, Núm. 35; pp.127-150. 
 
11 
 
 
Muchas de ellas han recuperado sus cuerpos: han separado la 
reproducción de la sexualidad; se han promulgado leyes de 
aborto, en muchos países del mundo; las mujeres han accedido 
masivamente al mercado de trabajo, aunque sea como 
“proveedoras frustradas”. Además, se ha generado conciencia 
sobre la violencia de género y en algunos países se han aplicado 
políticas públicas de igualdad. En muchos lugares del mundo, las 
mujeres están luchando por el acceso a la educación o por la 
titularidad de la tierra. El espacio público ha empezado 
tímidamente a abrirse para las mujeres en casi todo el mundo.17 
 
Entre sus logros destaca la lenta modificación de dos grandes articulaciones que 
caracterizaban con anterioridad a las sociedades: el contrato social y el contrato 
sexual, aunque aún persisten, se ha posibilitado que las mujeres puedan decir 
“no”, no al matrimonio, no a una familia nuclear (padre, madre e hijos), no a un 
determinado hombre, ya sea porque esto no satisface su ideal de pareja o de 
familia, o porque tienen proyectos de vida en los que los hombres están ausentes 
y en dichos planes no caben, o simple y sencillamente no quieren y no desean 
hacerlo. 
 
17 Cobo, Rosa. Hacia una nueva política sexual, las mujeres ante la reacción patriarcal. Madrid, Catarata, 
2011, p. 15. 
 
12 
 
 
Capítulo II 
OPRESIÓN DE LAS MUJERES 
 
Dentro de la sociedad, las determinaciones culturales y sociales son aceptadas 
como características biológicas inherentes a los sexos, pues se cree que se nace 
valiente, agresivo, fuerte, tenaz, inteligente, en el caso de los hombres. Las 
mujeres por su parte, deben ser sensibles, suaves, amorosas, maternales, 
virginales, educadas, bien habladas, calladas, ellas están construidas 
culturalmente como oposición simétrica del hombre. Estas concepciones se 
expresan en la diferenciación genérica existente basada primeramente en el sexo 
y la edad; la cual, permite antagonismos de clase y formas de agrupación social 
que son excluyentes y opresivas. 
Oprimir del latín opprimere, en el sentido básico del vocablo expresa: 
“Sujetar demasiado a alguno, vejándolo, afligiéndolo o tiranizándolo”.18 En este 
caso, la mujer se encuentra condicionada por un conjunto de circunstancias y 
aptitudes esenciales que la definen como ser social y cultural genérico. Este 
conjunto de cualidades abarca desde formas de comportamiento, habilidades, 
capacidades intelectuales y físicas hasta su lugar en las relaciones económicas, 
sociales y la opresión patriarcal que las somete. Entre ellas comparten como 
género la misma condición genérica, pero difieren en cuanto a situaciones de vida 
y en los grados y niveles de opresión.19 
Todas las mujeres viven patriarcalmente y su modo de vida se conforma de 
manera importante basada en la opresión genérica. La opresión de las mujeres, se 
atribuye por el simple hecho de ser una mujer, sin importar su nacionalidad, raza, 
lengua, edad u ocupación. Se forma en una sociedad clasista y fundamentalmente 
 
18 Alonso, Martín. Enciclopedia del idioma. México, Aguilar, 1982. 
19 cfr. Lagarde y de los Ríos, Marcela. Op.cit., p. 99. 
 
13 
 
capitalista, que contribuye a mantenerla mediante la misma transmisión de normas 
de la sociedad y de la cultura. 
Zilla Eisenstein señala que, para comprender la opresión de la mujer es 
preciso: 
Examinar las estructuras de poder que existen en nuestra 
sociedad. Éstas son: la estructura de clases capitalista, el orden 
jerárquico de los mundos masculino y femenino del patriarcado y 
la división racial del trabajo que se practica en una forma muy 
particular dentro del capitalismo pero que tiene raíces 
precapitalistas en la esclavitud. El patriarcado capitalista en tanto 
que sistema jerárquico explotador y opresor requiere de la 
opresión racial junto con la opresión sexual y la de clase. Las 
mujeres comparten la opresión unas con otras, pero lo que 
comparten como opresión sexual es diferente según las clases y 
las razas, de la misma manera que la historia patriarcal siempre ha 
dividido y diferenciado a la humanidad según la clase y la raza. 20 
 
Los alcances del poder de sujeción de las mujeres se reducen o 
acrecientan de acuerdo con la posición de clase y con la posesión de otros 
atributos del poder emanados de situaciones sociales y culturales diferentes. Otto 
Weininger afirma que la mujer de más alta categoría tiene un rango inferior al 
hombre de menos categoría. Se parte entonces, del supuesto que todas las 
mujeres experimentan opresión sobre la base de género de diferentes formas por 
otros dispositivos de desigualdad social (vectores de opresión y privilegio) entre 
los que se incluyen no sólo el género sino también, la etnia, la lengua, la situación 
geográfica, la preferencia sexual, la edad, la clase social, así como el acceso a los 
bienes materiales y simbólicos. La variación de estas interseccionesaltera 
cualitativamente la experiencia de ser mujer puesto que produce una experiencia 
particular de opresión. Por eso, el privilegio ejercido por algunas mujeres se 
convierte en opresión de otras mujeres.21 
 
20 Eisenstein, Zillah. Patriarcado capitalista y feminismo socialista. México, Siglo XXI, 1980, p 54. 
21 cfr. Lengermann, P., & Niebrugge-Brantley, J. “Teoría feminista contemporánea”. Teoría sociológica 
moderna, México, McGraw-Hill, 2002, p. 
 
14 
 
Es por esto, que una mujer negra no percibe el mismo tipo de opresión que 
una mujer caucásica, así mismo, una mujer caucásica europea detenta más poder 
que una mujer latinoamericana, pero una mujer de piel morena latinoamericana 
posee cierta desventaja frente a una mujer de piel blanca y de origen 
latinoamericano, así mismo una mujer indígena mexicana que habla únicamente 
otomí, es mucho más vulnerable que el resto de las mexicanas que no son 
indígenas y cuyo idioma es el castellano. 
En opinión de Marcela Lagarde, las mujeres se encuentran subordinadas 
bajo el mandato del otro, en este caso, los hombres, las instituciones, las normas, 
sus deberes y los poderes patriarcales. Esto sucede porque las mujeres forman 
una dependencia vital en relación con el otro, es decir, sobreviven por la 
mediación y dependen de la subordinación de ellos. La opresión de las mujeres 
consiste en formas de repudio social y cultural, de desprecio y maltratos a los 
cuales están sometidas por la misma subordinación que provoca esta 
dependencia, y se manifiesta también, en la discriminación de la que son 
consideradas objetos por encarnar simbólicamente la inferioridad. 22 
En similitud con los orígenes del patriarcado, la opresión de las mujeres se 
fundamenta sobre el cuerpo cultural de la mujer: su sexualidad, sus atributos y la 
relación con los otros, puesto que se define el ser social de las mujeres en función 
de su cuerpo para otros. 
 Además, se fomenta en el grupo social de los hombres y en la 
masculinidad de cada uno de ellos, así como en las mujeres de forma individual y 
en su grupo social perteneciente: 
 
La vida de la mujer está organizada en torno a la vivencia de una 
sexualidad destinada para. Como ciudadana o como fiel, como hija 
o como esposa, como madre o como prostituta, el poder atraviesa 
el cuerpo de la mujer. En el lenguaje laico y estatal se controla su 
fecundidad, su fertilidad es un asunto de política demográfica; en 
 
22 cfr. Lagarde y de los Ríos, Marcela. Op.cit., p.97. 
 
15 
 
el lenguaje doméstico del amor y del poder se hace referencia a la 
fidelidad, a la castidad, la virginidad, o a la permanente disposición 
a la maternidad o al placer del otro.23 
 
Otras características y determinaciones que hacen posible la opresión de las 
mujeres definidas por Marcela Lagarde son: 
a) La división genérica del trabajo (remunerado y no remunerado). 
b) División genérica del tiempo y de los espacios sociales: producción-
reproducción, creación- procreación, público-privado. 
c) Existencia de la propiedad privada de las cosas y de las personas. 24 
 
En el capítulo anterior se mencionó que gracias a las luchas feministas de 
nuestras antepasadas se han producido cambios sociopolíticos globales de gran 
importancia y trascendencia; sin embargo, el feminismo nos ayuda a visibilizar que 
en el interior de tales políticas de reivindicación se recuperan, reinventan o 
inventan prácticas culturales que tienen como intención, ya sea directa o 
indirectamente, seguir manteniendo subordinadas y oprimidas a las mujeres. 
Iris Marion Young desarrolló un esquema de opresión en donde si una o más 
de las siguientes condiciones son aplicables total o parcialmente en los miembros 
de una comunidad o grupo social determinado, entonces sufren y experimentan 
opresión: 
a) Explotación: Beneficios derivados de su fuerza de trabajo van dirigidos 
a otras personas sin recompensa alguna. 
b) Marginación: Son excluidos para participar en las principales 
actividades sociales. 
c) Falta de poder: Viven y trabajan bajo la autoridad de otras personas. 
 
23 Ibidem, pp. 161-162. 
 
24 cfr. Ibidem, p. 99. 
 
16 
 
d) Imperialismo cultural: Tienen poca audiencia para expresar su 
experiencia o perspectiva puesto que son individuos estereotipados e 
invisibilizados. 
e) Violencia y hostigamiento: Están a merced del miedo o del odio grupal. 
 
Si analizamos el esquema anterior con la población femenil probablemente 
encontraremos que una o más de las condiciones se cumplen. A su vez, Rosa 
Cobo, considera que existen tres fenómenos sociales que propician y favorecen la 
opresión de las mujeres dentro de una sociedad patriarcal neoliberal tal y como 
sucede en la cultura occidental. El primer fenómeno son las exigentes prácticas 
culturales expresas en estereotipos: “La violenta exigencia de un canon de belleza 
imposible de alcanzar con sus políticas de control y agresión al cuerpo de las 
mujeres son prácticas falsamente denominadas culturales, y en realidad 
sólidamente patriarcales”. 25 
El segundo factor es el resultado de las políticas económicas neoliberales: 
“El estado privatiza lo público y así aumenta el trabajo doméstico de las mujeres, 
pues menos políticas sociales significa más trabajo remunerado en la familia. Y 
más beneficios significa que las mujeres están entrando en el mercado de trabajo 
en calidad de proveedoras frustradas”. 26 
El tercer y último componente es la violencia sexual: “La clásica violencia de 
género por la que un varón agrede a una mujer porque considera que es de su 
propiedad o porque quiere que lo siga siendo o porque no quiere que deje de serlo 
es una forma de violencia muy arraigada en nuestras sociedades y por ello mismo 
tiene un espacio en el imaginario colectivo.”27 A esta clase de violencia se le suma 
uno de tipo impersonal, es decir, son agresiones despersonalizadas, en donde 
 
25 Cobo, Rosa. Op.cit., p.18. 
26 Ídem. 
27 Ibidem, p 19. 
 
17 
 
agresor y agredida no se conocen y la mayoría de las veces termina en asesinato, 
un ejemplo claro de esto es el feminicidio. 
En el primer capítulo y en éste no se pretende culpabilizar a todos los 
hombres de la condición pasada y actual de las mujeres que, como ya se 
mencionó, viven en un estado “eterno” de opresión, sino que se trata de reconocer 
que las mujeres siempre se han encontrado en desventaja social, cultural, 
educativa, económica y política, que día tras día algunos sectores de ellas han 
luchado por cambiar la historia, por marcar la diferencia para así contrarrestar y 
por qué no, suprimir la ideología patriarcal y por ende la opresión de la mujer (que 
de ésta se desprende) que atañe y afecta a todas las mujeres. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
18 
 
Capítulo III 
FEMINIDAD EN LA SEXUALIDAD 
 
Todas las culturas producen a partir de la diferenciación anatómica un conjunto de 
normas, valores y actividades que organizan el comportamiento de hombres y 
mujeres. 
El sociólogo Pierre Bourdieu señala la presencia de esquemas de 
pensamiento de aplicación universal que contribuyen a naturalizar la existencia de 
ciertas diferencias partiendo de sus características distintivas. Por ejemplo, la 
división biológica entre los sexos parece estar dentro del orden de las cosas, como 
se dice para referirse a lo que es normal y natural, pero realmente es una 
segmentación socialmente construida, y por ende es legítima.28 
Correlativamente a esto, la feminidad es una construcción social en la cual 
se definen características y comportamientos específicos, atribuidos a la mujer 
como género. Según Marcela Lagarde, la feminidad es una serie de 
particularidades adquiridassocialmente, las cuales son totalmente modificables. 
Se expresan también en creencias, formas de pensamiento y de lenguaje, 
relaciones específicas y sentimientos que deben realizarse y cumplirse. Las 
concepciones sobre la relación entre sexo y género corresponden a la necesidad 
de crear una sexualidad definida que fundamentan las nociones de feminidad y 
masculinidad respectivamente como definiciones culturales estereotipadas. Con 
base en esto, se crea y se reproduce una sexualidad dominante (sexualidad 
masculina), que estructura por grupos socioculturales a los individuos. 29 
En torno a la sexualidad de cada sujeto en particular, se asignan sitios e 
instituciones sociales, así como roles y funciones específicos que se deben 
efectuar, ya que son asumidos ideológicamente como esencia de su ser genérico 
 
28 cfr. Bourdieu, Pierre. La dominación masculina. Barcelona, Anagrama, 2000, p. 20. 
29 cfr. Lagarde y de los Ríos, Marcela. Op.cit., p. 202. 
 
19 
 
y por tanto, son elementos que definen su existencia, como por ejemplo, la 
maternidad: “Millones de mujeres en el mundo viven de manera práctica la 
experiencia de la maternidad. Muchas de ellas pasan los años de fertilidad 
marcadas por el ciclo maternal con todas las variantes posibles: embarazo-parto-
lactancia-embarazo-aborto-embarazo-muerte del nacido vivo-embarazo-parto”.30 
Los roles sociales de madre y esposa se consideran esenciales e innatos en la 
identidad femenina de la mujer, esto, bajo la ideología de la feminidad patriarcal. 
De manera paralela a la sexualidad como mera división anatómica y a los 
roles de género y formas de comportamiento que trae consigo, se abordará la 
sexualidad como comportamiento, actividad y deseo sexual inherente al ser 
humano, el cual está determinado por guiones sexuales, esto es porque, 
independientemente de las estructuras biológicas, la conducta sexual está 
programada socialmente, es decir, el individuo aprende cómo comportarse 
sexualmente conforme aprende otros tipos de conducta social. 
Un guión social es un conjunto de normas que conducen a un curso de 
acción determinado. En ellos se justifican actos en los que los individuos están de 
acuerdo y juzgan aquéllos en los que no se está. En éstos se especifican los qué, 
quiénes, cuándo, dónde y por qué de determinados tipos de actividad. Cabe 
resaltar que, entre más compleja y heterogénea sea la sociedad, más guiones hay 
que puedan tener apoyo público. 31 Estos guiones cambian paulatinamente 
conforme la sociedad transforma sus ideas, aumenta su consumo, avanza en 
tecnología y por qué no, en educación; por ejemplo, en la posmodernidad impera 
la individualidad pues la libertad en nuestros días se aparece en forma de 
objetos, novedades y tendencias de los cuales los sujetos disponen qué tomar y 
usar de ellas; la velocidad de los cambios tecnológicos implica desde ahora la 
movilidad de las decisiones. Es entonces que, la individualización suele 
 
30 Ibidem, p. 787. 
31 cfr. Cagnon, John. Sexualidad y Cultura. Editorial Pax México, México, 1980, p. 8. 
 
 
20 
 
presentarse como libertad, pero en realidad es una brecha que separa cada vez 
más y más a los sujetos, a partir de la distinción y ésta se logra principalmente a 
través del consumo. Lo anterior, permite que se agreguen nuevos elementos a los 
guiones sociales y los antiguos sean modificados, estos son adaptados porque a 
pesar del veloz cambio sociocultural, se toman de las antiguas costumbres o 
tradiciones lo que más guste y agrade, pero sin que los individuos se salgan de un 
estado de conveniencia al que ellos mismos se han sometido: “Seguimos 
festejando Navidad, pero ahora en las estaciones de esquí, en las playas del sur o 
ante las variedades de la pequeña pantalla. Las jóvenes todavía se casan de 
blanco, pero por juego, placer estético, libre elección”.32 
 Los guiones sexuales son subconjuntos de guiones sociales, formulados 
en las mismas formas y con idénticos propósitos. Los individuos efectúan guiones 
sexuales que varían según sus pautas culturales y cambian aún más siendo 
utilizados en situaciones específicas, es decir, de toda la variedad de actos 
sexuales que una persona puede realizar, la mayor parte están clasificados en 
correctos o incorrectos, apropiados o inapropiados. El aprendizaje de un guión 
sexual, como aplicarlo y manejarlo es parte del crecimiento de un individuo que 
forme parte de cualquier sociedad. 33 
Todos los comportamientos y actitudes sexuales han sido influidos por un 
contexto histórico y por el lugar que los individuos ocupan en su cultura. A 
continuación, se hará un recuento breve de ciertos momentos históricos en la 
sociedad occidental, para así, observar paulatinamente, los qué, quiénes, cuándo, 
dónde y por qué que ayudaron a conformar el concepto de feminidad como 
ideología patriarcal reflejado en la sexualidad de las mujeres occidentales como 
guiones sexuales o pautas sociales que se debían seguir cuidadosamente. 
A finales del Siglo XIX, la Inglaterra victoriana controlaba gran parte del 
mundo. Los estratos más altos de esta sociedad exportaron por todo el mundo 
 
32 Gilles Lipovetsky. El Imperio de lo Efímero. Barcelona, Anagrama, 1990, p. 307. 
33 cfr. Cagnon, John. Op.cit., p. 11. 
 
21 
 
aspectos de su religión, economía y guiones sexuales, pues estaban convencidos 
de que esa era la única manera justa, racional y correcta en la que se tenía que 
vivir. Los guiones sexuales que exportaron contenían valores religiosos que 
asestaban a la idea de que la humanidad había sido convertida en carne, y los 
actos carnales, eran aceptados sólo dentro del matrimonio y con fines de 
reproducción. También impusieron posturas moralmente correctas para el coito y 
suprimieron formas alternativas de sexualidad. 34 
Pero sólo era apariencia, pues en la década de 1880 había unas 40.000 
prostitutas en las calles de Londres. El predominio de la prostitución representaba 
un elemento de medición en que las mujeres eran divididas en dos mundos: el 
primero era un mundo de mujeres “buenas” y respetables en virtud del matrimonio, 
el segundo estaba compuesto por mujeres “malas” provenientes de la población 
femenina del servicio doméstico y de la clase trabajadora. “El primero era virtuoso 
y no se esperaba que fuese sexual”, puesto que no se suponía que las mujeres 
tuviesen deseos sexuales, ya que se negaba por completo su expresión sexual, se 
instaba a que fueran buenas; como María, virgen y madre; “El segundo era sexual 
y no se esperaba que fuera virtuoso”. 35 
A principios del Siglo XX, predominaba la revolución Darwiniana, la cual 
racionalizó y secularizó el mundo, pues situaba a la humanidad dentro del orden 
de la naturaleza. La contribución de Darwin fue someter tanto a personas como 
animales a los mismos principios evolutivos, para así situar a la humanidad en la 
cadena de la existencia. Esta idea, reemplazó paulatinamente la explicación de 
que un Dios todopoderoso con propósitos específicos había creado el universo y 
con ello a los seres humanos. Lo anterior, provocó que los individuos fueran 
estudiados de la misma manera que las otras especies y que la perspectiva 
científica se extendiera a la mayoría de los aspectos del comportamiento humano, 
 
34 cfr. Ibidem, p. 17. 
35 cfr. Ibidem, p. 18. 
 
22 
 
es decir, el estudio de las especies animales permitía hacer deducciones acerca 
de la especie humana. 
Se alegaba la evolución para justificar el sistema de clases sociales, así 
como la imposición de valores europeos en otras sociedades, ya que se pensaba 
que el progreso y la opulencia representaban el pináculo de la evolución. Las 
personas que ocupabanun lugar inferior en la pirámide de la evolución serían 
educadas conforme el estándar europeo. Es así como esta teoría fue utilizada 
para justificar la opresión social y económica en Europa y en Estados Unidos, 
argumentando que los más aptos eran aquellos que estaban dirigiendo la 
sociedad, y los menos aptos como las mujeres, los pobres y los negros merecían 
ser mandados por estos. 36 
Para John Cagnon la interpretación biológica-evolutiva es utilizada para 
justificar diferencias contemporáneas entre hombres y mujeres derivadas del 
poder y estatus social que definen el desempeño de ciertos roles. Se suponía que 
algo había en la biología de la hembra humana que determinaba que las mujeres 
fuesen más pasivas en el aspecto sexual, y por tanto débiles. 37 
 
Tal idea, se explica muy bien, en el símbolo de la mujer, el cual se compone 
por un círculo con un punto en el centro, que indica actitud de espera y 
recogimiento hacia la intimidad y el espacio interior. En cambio, el símbolo del 
hombre, donde figura un círculo con una flecha insertada en él y apuntando en la 
dirección opuesta al círculo, señala que la orientación del hombre está dirigida 
hacia fuera, hacia la conquista del mundo. Y que su postura es muy activa. La 
actitud de búsqueda masculina se manifiesta ante los demás, ante la naturaleza y 
ante el mundo. 38 Aquí, se ejemplifica a la perfección la idea de que los hombres 
 
36 cfr. Ibidem, p. 20. 
37 cfr. Ibidem, p. 26 
38 cfr. Fernández, Francisco Alonso. Op.cit, p.559. 
 
23 
 
hicieron la historia, los nombres de las cosas y con ello los símbolos a su modo y 
conveniencia. 39 
 
Como ya se mencionó, las tradiciones religiosas usaron las palabras bueno, 
malo, virtud y vicio para separar entre sexo aprobado y desaprobado. La 
importancia del comportamiento sexual se centraba en la aceptabilidad moral en el 
mundo terrenal y la salvación en el otro. Esta concepción fue transformándose 
durante el siglo XX, más concretamente en los años setenta; con la invención de 
la píldora anticonceptiva se generalizó el sexo recreativo, lo cual propició que la 
gente creyera que no era inmoral emplear el control de la natalidad ni tener 
relaciones sexuales por placer, siempre y cuando, formara parte de una relación 
de pareja, es decir, si el acto sexual se hacía por amor. Otros cambios que la 
píldora anticonceptiva trajo consigo fueron: la reivindicación del derecho de la 
mujer al control de la natalidad, el orgasmo y el aborto como opción. 
Con respecto al lenguaje biológico de aprobación y desaprobación, se 
separó en dos frases. La primera fue la salud y la preservación de la especie. El 
sexo que fuera contra la supervivencia de la especie o la salud del individuo, era 
degenerativo o inadaptativo; a su vez, el aceptado era adaptativo o enaltecedor de 
la especie. Esta distinción produjo que se consideraran como degeneradas a 
ciertas personas, incluso defendían la idea de que las mismas deberían ser 
esterilizadas, pues podían contaminar la herencia genética de la raza. 
La biología se conjuntó con la nueva ciencia de la psicología para justificar 
determinados propósitos sexuales. La línea divisoria entre lo bueno y lo malo se 
trazó mediante patrones de conducta que hacían a las personas saludablemente 
adultas. Esto produjo distinciones como anormal, saludable y depravado o 
patológico. A medida que la psicología se emancipaba de la biología, conservaba 
diferenciaciones tales como salud mental y enfermedad mental y oponía el 
 
39 Véase. Supra, p.5. 
 
24 
 
vocablo saludable a una variedad de términos neurótico, inmaduro y aberrante, 
como adjetivos aplicables para el sexo malo.40 
Georges Bataille afirma que: “Para la ciencia, en efecto la prohibición no se 
justifica, es patológica, es obra de la neurosis (…) La prohibición que no es 
observada con horror ya no tiene la contrapartida del deseo que es su sentido 
profundo”. 41 Tal deseo que nace del placer de transgredir la norma, propicia el 
surgimiento del erotismo. Procedente éste de la relación prohibición y transgresión 
sin los cuales el erotismo no puede volverse un acto irracional, rechazado, 
objetivado y cuestionado científicamente. 
Para Bataille el erotismo es la actividad genética propia del ser humano. Es 
un aspecto de la vida interior que causa desequilibrio en el individuo pues lo lleva 
a cuestionarse conscientemente su ser, a sí mismo: “Se puede decir: en el 
erotismo yo me pierdo. Y sin duda no sería una situación privilegiada. Pero la 
pérdida voluntaria en el erotismo es flagrante: nadie puede dudar de ella”. 42 
El erotismo diverge de la actividad sexual en el sentido que ésta es 
regulada y limitada por el conjunto de las conductas humanas. La sexualidad 
admitida es meramente el coito. Por su parte, el erotismo se deriva de la 
sexualidad avergonzada por tanto es prohibida. Es importante señalar que no toda 
la actividad sexual es erótica, únicamente lo es cuando deja de ser simplemente 
un instinto animal: 
 
En el plano del erotismo las modificaciones del propio cuerpo que 
responden a los movimientos intensos que nos excitan 
interiormente están en sí mismas ligadas a los aspectos 
seductores y sorprendentes de los cuerpos sexuados. (…) eso 
cuerpos o más bien sus aspectos, o esas formas no se nos 
 
40 cfr. Cagnon, John. Op.cit., p. 37. 
41 Bataille, Georges. “El erotismo o el cuestionamiento del ser” en La felicidad el erotismo y la literatura, 
ensayos 1944-1961. Argentina, Adriana Hidalgo Editora, 1994, p.348. 
42 Ibidem, p. 341. 
 
25 
 
muestran sino en la perspectiva donde el aspecto o la forma 
adquirieron históricamente sus respectivos sentidos. 43 
 
 
Pero la sexualidad animal no deja de ser un fundamento negado y 
conservado al mismo tiempo. La animalidad carnal es un elemento básico del 
erotismo. El término animalidad es asociado popularmente con la transgresión de 
la prohibición; es considerado como un retorno del hombre a la naturaleza, pues 
representa el animal en nosotros, a ese ser irracional. 
Al transgredir las normas y pautas sociales establecidas se logra 
experimentar la angustia sin la cual la prohibición no existiría: 
 
Es la experiencia del pecado. Pero la experiencia no es plena sino 
en la transgresión consumada, en la trasgresión lograda, que 
mantiene la prohibición, pero la mantiene para gozar de ella. La 
experiencia interior del erotismo la exige a quien la realiza una 
sensibilidad equivalente tanto ante la angustia que funda la 
prohibición como ante el deseo que lleva a infringirla. Es la 
sensibilidad, que asocia siempre estrechamente el deseo y el 
horror, el placer intenso y la angustia. 44 
 
 
En el juego sexual normal se pueden encerrar insinuaciones de erotismo 
extraviado; esto es, ciertos elementos vivenciales perversos o destructores 
pueden aparecer también en la sexualidad normal: “Las vivencias, por ejemplo, de 
haber realizado lo prohibido o de haber conquistado a un ser humano, en tanto en 
cuanto estas vivencias son fuente de placer”.45 
Cuando la imposición de diferencias entre sexo aprobado y desaprobado 
fue transferida al concepto Nación-Estado y a su sistema de justicia penal, el sexo 
 
43 Ibidem, pp. 345, 346. 
44 Ibidem, p. 349. 
45 cfr. Fernández, Francisco Alonso. Op.cit, p. 561. 
 
26 
 
aprobado fue observante de la ley, y el desaprobado delictuoso. 46 Es necesario 
mencionar que, la Iglesia y la Nación-Estado estuvieron de acuerdo sobre qué 
guiones sexuales eran aptos y cuáles no. 
Las sociedades modernas estratifican a los individuos según sus edades: 
recién nacido, el que gatea, el que empieza a caminar, preescolar, primaria, 
secundaria, media superior, estudianteuniversitario, joven adulto, joven soltero, 
joven casado, y así sucesivamente hasta la vejez y la muerte. Cada uno de estos 
periodos de la vida varía en cuanto a las normas de conducta sexual que son 
aprobadas, toleradas o desaprobadas. 47 
 
Dentro del contexto posmoderno ocurre el mismo proceso con muchas 
formas de conducta sexual, puesto que la variedad de actos aprobados o 
tolerados aumenta con la liberación y apertura general de la sociedad, sólo que las 
distinciones utilizadas son individualistas: 
 
Las revistas femeninas y los consejeros psicológicos han ayudado 
a hacer que el propósito del sexo sea expresar amor (bueno es 
sexo de amor) o producir orgasmo (las mujeres lo experimentan y 
los hombres lo inducen). Sin embargo, nadie llamará a la policía si 
el sexo no es amoroso, como podría hacerlo si se le pusiera la 
etiqueta de delictuoso.48 
 
John Cagnon considera que, las bases de aprobación y desaprobación del 
sexo se han trasladado a un nivel individual, pues se ha convertido en materia 
importante de la vida política de la sociedad, ya que lo aprobado y desaprobado se 
ha centrado en políticas públicas. Además, en la actualidad, los nuevos 
 
46 cfr. Cagnon, John. Op.cit., p. 36. 
47 cfr. Ibidem, p. 26. 
48 Ibidem, p. 38. 
 
27 
 
justificadores de la conducta sexual son científicos sociales y conductuales que 
comparten tal y como sus antecesores la función de decirnos cómo debemos 
conformar nuestras vidas. 49 
 
En una sociedad individualista se dificulta precisar que es debido o correcto 
para otras personas y para el yo; esto no expresa que las reglas o estándares 
anteriores a nuestro contexto histórico social hayan desaparecido, sólo que se 
plantea una nueva forma para justificar nuestra conducta. Dentro de esta supuesta 
libertad que trae consigo la individualidad emana la apertura sexual, la cual 
sugiere el ejercicio pleno de una “sexualidad libre”. Será libre para los hombres 
pero las mujeres aún deben de seguir ciertos estándares de conducta para evitar 
etiquetas como fácil, zorra, puta o en su defecto, ser unas mojigatas y puritanas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
49 cfr. Ibidem, p.40. 
 
28 
 
Capítulo IV 
DE LA NINFOMANÍA A LA HIPERSEXUALIDAD 
 
Ya se habló de la sexualidad como un comportamiento, actividad y deseo sexual 
de todos los individuos ya sean mujeres u hombres. Pero la sexualidad, el uso y 
frecuencia de ésta no es simplemente un hecho dado o regido por la naturaleza. 
El animal y el hombre están dotados con una pulsión sexual que implica la 
necesidad de satisfacción. Según Freud, la palabra placer, en alemán lust, 
designa tanto la sensación de la necesidad o deseo, como la de la satisfacción. 
Científicamente asignamos como libido50 a la apetencia sexual. 
Para definir pulsión sexual, Freud siguió la analogía con la pulsión de ingerir 
alimento. La falta de alimentos y bebida puede ser letal, la falta de satisfacción 
sexual no ha matado jamás a nadie. Si se le priva al organismo de alimento y 
agua, la consecuencia es una deshidratación que puede conducir finalmente a la 
muerte. Si se administran de nuevo comida y agua, el organismo se restablece y a 
continuación viene un estado de bienestar. La apetencia sexual reacciona de un 
modo distinto. Una prolongada abstinencia sexual no va seguida por una 
necesidad biológica. En cambio, con una actividad sexual ilimitada, el organismo 
experimenta una pérdida de energía y un estado de agotamiento, que impide 
durante algún tiempo la prosecución de la actividad sexual. La satisfacción del 
hambre es esencial para la conservación de la vida individual, mientras que, la 
satisfacción sexual es más esencial para la conservación de la especie que para la 
del individuo. 51 
 
50 A partir de ésta el hombre es activado para buscar el placer en zonas corporales erógenas. 
cfr. W, Eicher. Sexualidad normal y patológica en la mujer. Morata, S.A. Madrid, 1978, p. 19. 
51 cfr. Ídem. 
 
29 
 
Freud designó como meta u objetivo sexual a la actividad que impulsa la 
pulsión y, como objeto sexual, a la persona de la que parte la atracción sexual. La 
intensidad de la pulsión sexual depende en principio, de su entrenamiento y de las 
experiencias en la niñez, que de factores genéticos. Está determinada por el 
proceso de socialización; por tanto supone que, entre más frecuentes son las 
vivencias sexuales y más aceptadas sean por el entorno, la excitabilidad sexual se 
manifestará con más intensidad. La excitabilidad sexual se fundamenta en la 
experiencia afectiva de la actividad sexual, es decir, entre más vinculadas se 
hallen, la actividad sexual y las vivencias sexuales, con el placer sexual, la 
satisfacción, la relajación, así como el hecho de ser aceptado, la simpatía, el 
cariño, la sensación de intimidad, en la experiencia de una persona, más fuerte 
será, la apetencia sexual.52 
Richard Whalen plantea como excitabilidad sexual a la capacidad individual 
para responder a un estímulo erótico. A su vez, los sociólogos John Gagnon y 
William Simon proponen que la intensidad o nivel de nuestra actividad sexual se 
debe al “papel sexual” que la sociedad nos induce a adoptar. Así, un individuo 
puede encauzarse a ser muy sexual y otro asexual. 
Freud mantenía la idea de que la verdadera naturaleza de la humanidad es 
opuesta a la civilización, y sólo mediante la represión y el control social puede 
utilizarse esas energías sexuales en el trabajo civilizado. Por ejemplo, las 
limitaciones que la mayoría de las sociedades humanas imponen a la realización 
pública del acto sexual no proceden probablemente de alguna clase de saber 
original acerca de lo que es vergonzoso o está mal, sino que representan una 
tentativa de mantener bajo control las consecuencias sociales, así surgidas, de la 
actividad sexual de grupo. El sistema de valores de la sociedad, sus tabúes, 
representaciones morales y modos de comportamiento, condicionan, por tanto, al 
 
52 cfr. Ibidem, p. 20. 
 
 
30 
 
individuo en una temprana edad y permiten o limitan ciertas posibilidades de 
expresión sexual, que son aceptadas por un determinado grupo cultural. 
En contraposición, Cagnon asegura que, las distorsiones de la sexualidad 
no proceden de la falta de socialización o de la represión, sino del intento de 
socializarla o reprimirla en absoluto: “El dominio de la conducta sexual se acumula 
por medio del aprendizaje social, sin ayuda de un impulso (…) Las culturas forman 
parte del ambiente que crea y descubre la sexualidad”.53 Es por eso que el 
impulso sexual según este autor, se conforma por un estímulo mínimo existente 
durante la excitación sexual; por ejemplo, hay personas con impulso sexual 
intenso que activan su sistema de respuesta sexual con mucho más facilidad. Por 
lo tanto, dentro de la sociedad se crean naturalezas sexuales propias gracias a los 
significados que se le atribuyen al sexo. Esto se debe a que la clase de sexualidad 
en que creen los miembros de una cultura ayuda a crear el tipo de sexualidad que 
ejercen. 
Como ya se mencionó en el capítulo anterior, el comportamiento sexual 
está culturalmente condicionado, es por esta razón, que la sociedad ha impuesto 
una serie de papeles rigurosos a hombres y mujeres. Aunque al parecer 
comenzamos a librarnos de esos papeles: “Aún se cree que si usted es un 
hombre, se supone que su impulso sexual sea más imperativo, que responde con 
más facilidad a las excitaciones y es específicamente más genital”. En las 
mujeres, se piensa que: “Su impulso sexual es más débil, responde únicamente a 
las excitaciones de un amante, depende más de la relación emotiva y necesita 
estimulación física más prolongada paraadquirir un buen grado de excitación”. 54 
Se considera a cualquiera que no se ajuste a este estereotipo como 
anormal. Se denomina sentimentales a los hombres que creen que el amor es 
más importante que el acto sexual; así mismo, las mujeres que prefieren el coito a 
una relación prolongada reciben un mal trato: 
 
53 Cagnon, John. Op.cit., p. 192. 
54 W, Eicher. Op.cit, p.52. 
 
31 
 
 
Esto se nota sobre todo con las adolescentes que son perseguidas 
por la policía y los trabajadores sociales por actuar en una forma 
que sería más adecuada para un muchacho. El hombre que no 
está ansioso por ir a la cama con una muchacha atractiva es 
objeto de sospechas y burlas; la mujer que disfruta de una vida 
sexual activa es considerada ninfómana.55 
 
En la sociedad contemporánea, de acuerdo con Eicher, la gente acepta sin 
duda las ideas de que las mujeres se interesan más por el amor y en fundar una 
familia; al igual que la percepción, de que los hombres tienen coito mientras que 
las mujeres tienen relaciones sexuales, o bien hacen el “amor”. 56 
Anteriormente, a las mujeres se les inculcaba una actitud antisexual desde 
el nacimiento. Eran educadas para sentir vergüenza y sentimientos de culpa frente 
a todas las relaciones sexuales, se consideraban culpables por abandonarse a sus 
impulsos y saborear el placer sexual. William Acton, el eminente médico de la era 
victoriana, escribió: “Como regla general, una mujer decente rara vez desea la 
satisfacción por sí misma. Se somete a su esposo pero sólo para complacerlo; y si 
no fuera por los deseos de maternidad, ella preferiría evitar las atenciones de él”.57 
En la actualidad, la antigua idea de que los hombres necesitan más coitos que las 
mujeres es una falacia, pues, las mujeres pueden obtener más orgasmos, tienen 
una vida sexual más prolongada y pueden tener tanto impulso sexual como los 
hombres.58 
A pesar del cambio de ideas y la apertura sexual existente, aún perduran 
ciertos prejuicios y estereotipos referentes a la sexualidad de la mujer, como el de 
la mujer erótica, gozosa e insaciable que son consideradas putas y ninfomaníacas. 
 
55 Austin C.R. Sexualidad Humana. México, Ediciones Científicas la Prensa Médica Mexicana, 1987, p.112. 
56 cfr. W, Eicher. Op.cit, p.160. 
57 Austin Op.cit, p.114. 
58 cfr. Ibidem, p. 113. 
 
32 
 
La transgresión de estas mujeres se da frente a las normas de fidelidad, 
monogamia y permanencia de la conyugalidad exclusiva de las mujeres buenas. 
Para comprender de una manera más precisa el concepto de ninfomaníaca, 
se señalarán algunas definiciones derivadas de la palabra en sí. La expresión 
“Ninfomanía” proviene de los conceptos “ninfa” y “manía” cuyo significado denota, 
de manera despectiva: “La exageración del apetito sexual en la mujer, o bien, el 
furor uterino de ésta”. A su vez, “ninfa”, atañe al: “Labio menor de la vulva” (en 
términos médicos)59, mientras que “manía” indica: “Enfermedad mental o locura 
caracterizada por exaltación del tono efectivo o emocional”.60 
En la mitología griega, “ninfa” atañe a “Mujer joven, divinidades de la naturaleza 
femenina, en ocasiones consideradas también demonios”61 
En términos psiquiátricos, el significado de ninfomanía se utiliza para 
describir a las mujeres que son muy activas sexualmente. También se usa con 
relación a mujeres que, siendo activas, informan no encontrar placer sexual. La 
palabra no se refiere a mujeres que tienen mucha actividad sexual con sus 
maridos, sino sólo a las que de manera inconmensurable tienen sexo con hombres 
que no son sus esposos.62 Para describir un “trastorno” similar en los hombres 
está la palabra satiriasis, cuya definición únicamente se encuentra como: “Deseo 
sexual excesivo en el hombre”.63 Ambas palabras (ninfomanía y satiriasis) dejaron 
de utilizarse por el sentido peyorativo de la expresión; en su lugar, se aplica 
hipersexualidad que abarca tanto a hombres como a mujeres y señala adicción 
sexual. 
 Las personas con trastorno del deseo hiperactivo se caracterizan por ser 
insaciables, ya que el orgasmo no disminuye su deseo de estimulación sexual 
 
59 Ninfa”. Diccionario terminológico de ciencias médicas. Undécima Edición, 1974. 
60 “Manía”. Diccionario terminológico de ciencias médicas. Undécima Edición, 1974. 
61 “Ninfas”. Diccionario de mitología clásica, 2. Segunda Edición, 1981, p.458. 
62 cfr. Cagnon, John. Op.cit., p.299. 
63 Ibidem, p.298. 
 
33 
 
posterior o sólo lo logra durante un período muy breve. Tienen relaciones sexuales 
frecuentes pues generalmente hallan el sexo sumamente placentero, y es común 
que alcancen varios orgasmos cada vez. Esto interfiere en su funcionamiento 
laboral y les ocasiona problemas en sus relaciones. 64 
La necesidad del deseo hipersexual tiene la cualidad de un impulso, sus 
controles son tan inadecuados que mantendrá relaciones sexuales aun cuando 
sea consciente de estar arriesgando su trabajo, su pareja, su familia o su vida. En 
caso de abstinencia, el individuo suele ponerse tenso y ansioso; en la mayoría de 
los casos, rápidamente reanuda su actividad sexual compulsiva. Es común que 
presione a sus parejas para tener más sexo, esto puede ejercer un efecto negativo 
sobre la relación.65 
También, podríamos clasificar a la hipersexualidad como un comportamiento 
sexual compulsivo; a continuación se muestran los síndromes clínicos 
relacionados con él: 
a) Búsqueda compulsiva de relaciones de pareja múltiples, 
b) Fijación compulsiva en una pareja inalcanzable, 
c) Autoerotismo compulsivo, 
d) Aventuras amorosas compulsivas, 
e) Comportamiento sexual compulsivo en una relación. 66 
 
En la conducta sexual ha de considerarse como normal todo aquello que no 
ocasiona daños psíquicos o físicos a ninguno de los participantes y que contribuye 
a enriquecer la sensación de placer de uno o de ambos compañeros sexuales. 
Pues como ya se mencionó, el comportamiento sexual está culturalmente 
 
64 cfr. Caldiz, Laura, Diana Resnicoff. Sexo, mujer y fin de siglo: La intimidad redescubierta. Buenos Aires, 
Paidos, 1997, pp. 299,300. 
65 cfr. Ídem. 
66 cfr. De la Fuente Juan Ramón, Gerhard Heinze. Salud Mental y Medicina Psicológica. México, Universidad 
Nacional Autónoma de México, 2011, p. 
 
34 
 
condicionado. La cualidad de perverso ha experimentado un cambio de 
significación y posee tan sólo un carácter peyorativo cuando debido a la 
perversidad, el objeto resulta dañado o bien el perverso sufre por ello. La mayoría 
de las perversiones sexuales son formas exageradas de pulsiones y que 
promueven emociones normales. Mead designa a un individuo como anormal 
deviant cuando su disposición congénita es demasiado aberrante con respecto a 
la personalidad social que le prescribe su cultura como: “Para llevar el traje que ha 
cortado para él su sociedad”.67 
 Dentro del contexto social, las mujeres hipersexuales se encuentran en 
desventaja frente a los hombres hipersexuales, esto se suscita por la cultura 
patriarcal en la que se desarrollan. Las mujeres viven bajo el supuesto de estar 
sexualmente liberadas. Pese a esto, persiste la mala opinión sobre las mujeres 
que son “demasiado sexuales” o aún se juzga a las mujeres casadas que tienen 
relaciones sexuales fuera del matrimonio: 
 
“Se dice que los hombres quieren ser polígamos y las mujeres 
monógamas. Las mujeres y los hombres piensan que esto 
obedece a la naturaleza de cada uno, pues la monogamia es una 
parte esencial de nuestros sistemas sociales, religiosos, y legales; 
esto ha sido proyectado y administrado por hombres. Fueron los 
hombres los que han inventado la idea de que ellos son libres para 
buscar satisfacción sexual donde sea, mientras quela mujer debe 
permanecer fiel a un hombre”.68 
 
La fisiología sexual contradice esta idea. Después de que un hombre se 
excita sexualmente y alcanza el orgasmo, se cansa y no responde a la excitación 
durante un tiempo. Pero una mujer puede obtener el orgasmo y estar en 
condiciones de desarrollar otra excitación medio minuto después. Por lo tanto, las 
necesidades de un hombre pueden ser satisfechas, hasta quedar exhausto, por 
una mujer. Desde el punto de vista biológico, una mujer puede continuar durante 
 
67 W, Eicher. Op.cit., p. 78. 
68 Austin C.R. Op.cit, p 119. 
 
35 
 
tiempo prolongado en un grado alto de excitación sexual, con capacidad para 
dejar exhaustos a varios hombres. 69 
La cultura ha negado sistemáticamente a la mujer el completo conocimiento 
de su cuerpo y el reconocimiento pleno de su propio placer sexual. Aunque, 
debemos recordar que las medidas anticonceptivas han destruido el control 
masculino unilateral de las relaciones sexuales y han facilitado la apreciación de la 
mujer “liberada sexualmente”70, pero esto no ha mejorado totalmente las cosas, 
pues únicamente presiona a las mujeres para que cumplan con una nueva serie 
de expectativas, ya que la mujer debe ser sexi, joven y “salvaje”, pero no con 
todos, sino únicamente con su pareja, o bien, mantenerlo en secreto para evitar 
ser juzgada y estigmatizada socialmente por transgredir a la norma. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
69 cfr. Ídem. 
70 Véase. Supra, pp. 18,19. 
 
36 
 
Capítulo V 
EL ESTIGMA DE UNA ENFERMEDAD 
 
En el capítulo anterior se planteó el tema de la ninfomanía como un término 
peyorativo adjudicado socialmente a las mujeres que tenían relaciones sexuales 
frecuentemente con uno o más hombres, por supuesto, entre estos hombres no 
figuraba su marido ya que si sólo las mantenía con él aunque fuera de manera 
compulsiva la mujer en cuestión no era considerada ninfomaníaca. También se 
dijo que este concepto despectivo fue reemplazado por hipersexualidad que 
engloba tanto a mujeres como a hombres. 
 La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la OMS 
considera la hipersexualidad como un impulso sexual71 excesivo originado por una 
disfunción sexual de origen no orgánico: “Abarcan diferentes formas de 
incapacidad para participar en una relación sexual deseada. Según los casos, se 
trata de una falta de interés, una imposibilidad de sentir placer, un fracaso en la 
respuesta fisiológica necesaria para una interacción sexual efectiva (por ejemplo, 
erección) o una incapacidad para controlar o sentir un orgasmo.”72 
 Vivir con una enfermedad, en este caso un trastorno mental, genera un 
estigma ante la sociedad; pero ¿Qué es un estigma?, ¿Qué sucede cuando en 
una persona se reúnen dos factores que vulneran su individualidad? Por ejemplo, 
ser mujer y ser hipersexual. 
Los griegos crearon el término estigma para referirse a signos corporales 
con los que se exhibía algo malo y poco habitual en el estatus moral de quien los 
presentaba. Los signos consistían en cortes o quemaduras en el cuerpo y 
 
71 Véase. Supra, pp. 26,27. 
72 “Clasificación de trastornos mentales” CIE-10, Clasificación Estadística Internacional de enfermedades y 
problemas relacionados con la salud, Decima Revisión. ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD 
Oficina Sanitaria Panamericana, Oficina Regional de la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD, 2008, p. 
342. 
 
37 
 
advertían que su portador podía ser un esclavo, un criminal o un traidor. En otro 
sentido, una persona corrupta ritualmente deshonrada a quien debía evitarse, 
especialmente en lugares públicos. En la actualidad, la palabra designa 
preferentemente el mal en sí mismo y no sus manifestaciones corporales.73 
El medio social establece las categorías de personas que en él se pueden 
hallar. Al encontrarnos frente a un extraño, las primeras apariencias nos permiten 
prever en qué categoría está y cuál es su identidad social: 
 
Mientras el extraño está presente ante nosotros puede demostrar 
ser dueño de un atributo que lo vuelve diferente de los demás 
(dentro de la categoría de personas a la que él tiene acceso) y lo 
convierte en algo menos apetecible; en casos extremos, en una 
persona casi enteramente malvada, peligrosa o débil. De ese 
modo, dejamos de verlo como una persona total y corriente para 
reducirlo a un ser inficionado y menospreciado.74 
 
Goffman clásica en tres los tipos de estigma: 
1) Abominaciones del cuerpo: Apreciadas como deformidades físicas. 
2) Defectos del carácter del individuo: Se perciben como pasiones tiránicas y/o 
antinaturales generadas por creencias rígidas y falsas, deshonestidad o por 
falta de voluntad. Se infieren de perturbaciones mentales, adicciones a las 
drogas, alcoholismo, homosexualidad, desempleo, intentos de suicidio y 
conductas políticas extremistas. 
3) Tribales de la raza, nación y/o religión: Son susceptibles de transmitirse por 
herencia y contaminar por igual a todos los integrantes de una familia.75 
En el caso de la hipersexualidad el estigma de la persona enferma se atribuye por 
defectos del carácter del individuo pues según la clasificación de la OMS proviene 
de una perturbación o trastorno mental. 
 
73 cfr. Goffman, Erving. Estigma, La identidad deteriorada. Madrid, Amorrortu, 1970, pp. 13,14. 
 
74 Ibidem, p. 14. 
75cfr. Ibidem, p. 16. 
 
38 
 
Se distinguen dos tipos de identidades: la social virtual y la social real. La 
primera, consta de las expectativas que formulamos y atribuimos al carácter de los 
individuos. La segunda, son aquellos atributos que pueden demostrarse, que en 
verdad le pertenecen al sujeto o sujetos en cuestión. 
Hay dos tipos de condiciones a la que un individuo estigmatizado se puede 
llegar a enfrentar: 
a) Situación del desacreditado: El individuo en cuestión supone que su calidad 
de diferente ya es conocida o resulta evidente en el acto. 
b) Situación del desacreditable: Su calidad de diferente no es conocida por 
quienes lo rodean, ni inmediatamente perceptible para ellos. 
Es probable que una persona estigmatizada haya experimentado ambas 
situaciones. 76 
Los individuos normales77, consideran que la persona que posee un 
estigma no es totalmente humana. Valiéndose de tal supuesto, practican diversos 
tipos de discriminación reflejados en la interacción social. Goffman plantea que el 
problema del estigma en sí, surge de: “Una expectativa difundida de que quienes 
pertenecen a una categoría dada deben no solo apoyar una norma particular sino 
también llevarla a cabo.”78 Es decir, se debe cumplir con un modelo de opinión 
determinado, quien no lo hace está fuera de la norma y por tanto la transgrede. 
En nuestro discurso cotidiano utilizamos como fuente de metáforas e 
imágenes términos específicamente referidos al estigma tales como inválido, 
bastardo, tarado79, o en el caso de una mujer sea o no hipersexual como una 
zorra, puta, clasificada como mujer insaciable y fácil. 
El individuo estigmatizado incorpora las pautas que se aprueban y legitiman 
socialmente como buenas o malas, correctas e incorrectas y asume que no es el 
 
76 cfr. Ibidem, p. 16. 
77 Goffman, les otorga el nombre de normales, a todos aquellos que no poseen un estigma. 
78 Ibidem, p. 19. 
79 cfr. Ibidem, p. 17. 
 
39 
 
tipo de persona que según la sociedad debería ser: “La vergüenza se convierte en 
una posibilidad central, que se origina cuando el individuo percibe uno de sus 
atributos como una posesión impura de la que fácilmente puede imaginarse 
exento”.80 Probablemente una mujer hipersexual, la cual mantiene relaciones 
sexuales frecuentes conpersonas diferentes ya que puede alcanzar varios 
orgasmos cada vez o el orgasmo no reduce su deseo de estimulación sexual, 
experimente dicha situación por quebrantar con los requisitos necesarios que 
todos interiorizamos en el imaginario colectivo para llegar a ser una chica buena. 
La sociedad se puede llegar a dividir entre normales y estigmatizados pues 
ambos o cualquiera de los dos organizan su vida de modo tal de evitarse. Es 
probable que las mayores consecuencias recaigan en el sujeto estigmatizado, por 
ser quien realice el mayor esfuerzo de adaptación.81 El temor a que los demás 
puedan faltarle al respeto a una persona por algo que ésta exhibe significa que 
siempre se sentirá insegura: “Esto representa una deficiencia casi fatal en el 
sistema del Yo, (…) no puede ocultar ni excluir una formulación definida. Soy 
inferior. Por lo tanto, la gente me tendrá aversión y yo no me sentiré seguro con 
ellos”.82 
La incertidumbre que el individuo estigmatizado genera surge porque sabe 
que los demás pueden definir su ubicación social en función de su estigma e 
ignora en qué categoría será ubicado y si le favorecerá o no. Es probable que en 
las situaciones en las que interviene una persona cuyo estigma conocemos o 
percibimos, empleemos categorizaciones inadecuadas y que tanto nosotros como 
el sujeto en sí nos sintamos molestos: 
 
Puede existir una discrepancia entre la identidad virtual y real de 
un individuo. Cuando es conocida o manifiesta, esta discrepancia 
daña su identidad social; la aísla de la sociedad y de sí mismo, de 
 
80 Ibidem, p. 20. 
81cfr. Ibidem, p. 27. 
82 Ídem. 
 
40 
 
modo que pasa por ser una persona desacreditada frente a un 
mundo que no lo acepta. Advertirá que existe gente sensible 
dispuesta a adoptar su punto de vista en el mundo y a compartir 
con él el sentimiento de que es humano y “esencialmente normal”, 
a pesar de las apariencias y de sus propias dudas. 83 
 
Erving Goffman ha considerado un conjunto de individuos de quienes la 
persona estigmatizada puede esperar cierto apoyo: 
a) Aquellos que comparten su estigma entonces son definidos y se definen a 
sí mismos como sus iguales. 
b) El de los sabios: personas normales cuya situación especial los lleva a 
estar íntimamente informadas acerca de la vida secreta de los individuos 
estigmatizados y a simpatizar con ellos. 
Las personas sabias son seres marginales ante quienes el individuo que tiene un 
defecto no necesita avergonzarse ni ejercer un autocontrol, porque sabe que a 
pesar de su imperfección será considerado como una persona corriente.84 
 Así mismo, una persona que vive con cierto estigma aceptado suministra un 
modelo de normalización, el cual muestra hasta dónde pueden llegar los normales 
cuando tratan a un individuo estigmatizado como si no lo fuera. Es importante 
señalar que la normalización es diferente a la normificación pues es el esfuerzo 
que realiza una persona estigmatizada para presentarse a sí mismo como un 
individuo normal, aunque puede o no ocultar su defecto. 85 
 Las personas estigmatizadas viven un proceso de socialización diferente al 
resto de la sociedad, Goffman nombra a esto carrera moral; la persona en sí 
aprende a incorporar el punto de vista de los normales adquiriendo así, las 
creencias relativas a la identidad propias del resto de la sociedad y una idea 
general de lo que significa poseer un estigma particular. Se desprenden cuatro 
 
83 Ibidem, p. 34. 
84 cfr. Ibidem, p.40. 
85 cfr. Ibidem, p.47. 
 
41 
 
pautas de interacción social de la carrera moral pero solamente se mencionarán 
dos pues son las que atañen a este trabajo de investigación: 
a) Individuos que poseen un estigma innato y son socializados dentro de una 
situación de desventaja, por tanto aprenden a incorporar estándares 
socialmente aceptados ante los cuales fracasan. 
b) Personas que en un momento tardío son víctimas de determinado estigma, 
o advierten que han sido siempre personas desacreditables: “Se trata de 
individuos que han realizado un concienzudo aprendizaje de lo normal y lo 
estigmatizado mucho tiempo antes de tener que considerarse a sí mismos 
como personas deficientes”. 86 Es probable que este tipo de sujetos tengan 
un problema especial en reidentificarse consigo mismos y tiendan 
fácilmente a la autocensura. 
 
 Dentro de los círculos sociales cuanto más se desvía un individuo en una 
dirección indeseable y más se aleja de lo que se esperaba de él, tanto más está 
obligado a rendir voluntariamente información sobre sí mismo, aun cuando el 
precio que debe pagar por su sinceridad aumente en forma proporcional. 
En el Volumen II de esta investigación se analizará detalladamente estos 
puntos reflejados en Joe la protagonista del filme Ninfomanía. Ella experimenta la 
opresión por partida doble: por ser mujer y por una mujer enferma.87 Si aplicamos 
vectores de intersección en una persona en particular para definir el grado de 
vulnerabilidad y opresión en el que se encuentra expuesta encontraremos que una 
mujer que vive su sexualidad libremente sin esconderse de la crítica social es más 
vulnerable a aquella que sigue obedientemente las normas. Ahora bien, en el caso 
de que sea una mujer joven es probable que la sociedad sea menos dura por ser 
una jovencita y experimentar su sexualidad con libertinaje a que sea una mujer de 
 
86 Ibidem, p.51. 
87 Véase. Infra, p. 67. 
 
42 
 
edad madura, casada y autodiagnosticada con una enfermedad mental como lo es 
la hipersexualidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
43 
 
VOLUMEN 2 
 
 
44 
 
Capítulo VI 
LARS VON TRIER 
 
Lars Trier es director y guionista, nació un 30 de abril de 1956 en Copenhague 
Dinamarca. Realizó sus primeros cortos a finales de los años sesenta antes de 
estudiar y graduarse en la escuela de cine de Copenhague en 1983. En el 
transcurso de su etapa escolar sus compañeros le añadieron el “von” a su nombre 
real, “Para Lars el tener algo en común con los directores Erich von Stroheim y 
Josef von Sterberg le atraía, y decidió cambiar su nombre”.88 
 
 En 1982, un año antes de graduarse, filmó su primer largometraje 
Befrielsesbilleder, es un documental sobre la resistencia danesa en la ocupación 
nazi. En 1984 filma, El elemento del crimen, con este filme ganó un premio por 
logro técnico en el Festival de Cine de Cannes, además, fue el comienzo de la 
Trilogía Europea, conformada por Epidemia (Epidemic) rodada en 1987, que nos 
cuenta la historia de un director de cine (interpretado por él mismo) que desea 
hacer una película dentro de una película y para ello ahorra dinero. Europa (1991) 
o Zentropa, nombrada así para la versión estadounidense, la última parte de esta 
trilogía, lo consagró a la fama internacional tras recibir varios premios: “Por el uso 
de superposiciones y cambios dramáticos entre escenas en blanco, negro y 
color”89 en el Festival de Cannes. 
 
 En 1988, realizó para la televisión danesa Medea, una adaptación de la 
tragedia griega de Eurípides. Durante 1992 fundó su propio estudio Zentropa, este 
nombre proviene de la compañía ferroviaria ficticia que aparece en su filme 
Europa. En 1994, hizo El reino (The Kingdom), una miniserie de terror adaptada 
 
88 Alohacriticón, Cine, música y literatura. www.alohacriticon.com/cine/actores-y-directores/Lars-von-trier/. 
Fecha de consulta: 10 de noviembre de 2015. 
89 Ídem. 
 
45 
 
en un hospital y filmada en 16 milímetros. Tiempo después, efectuó la segunda 
parte de dicha miniserie. 
 
En 1995, junto con el director danés Thomas Vinterbeg, inició Dogma 95, el 
cual fue un movimiento fílmico vanguardista que suponía un

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