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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES LA POTENCIALIDAD POLÍTICA DE LA IDEA DE UTOPÍA EN LAS TESIS SOBRE EL CONCEPTO DE HISTORIA DE WALTER BENJAMIN TESIS Que para obtener el título de Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública (modalidad Ciencia Política) PRESENTA: Federico Julián Bonet Castillo DIRECTORA DE TESIS Alejandra González Bazúa Investigación realizada gracias al Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación y Mejoramiento de la Enseñanza (PAPIME) de la UNAM a través del proyecto (PE301216), “Pensar históricamente: tiempo y espacio en la enseñanza y aprendizaje de las Ciencias Sociales”. Ciudad Universitaria, Ciudad de México, Septiembre de 2017 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 AGRADECIMIENTOS En la última estrofa del poema de Bertolt Brecht “Leyenda sobre el libro Tao Te Ching dictado por Lao Tse en el camino de la emigración”, Brecht sostiene que no sólo hay que agradecerle a Lao Tse por su conocimiento sino al aduanero que incitó a su exposición. Desde esta perspectiva se plantean las siguientes palabras, para todos aquellos que indirecta o directamente han estado relacionados con la producción de este trabajo. En primer lugar creo que es pertinente agradecer a aquellos cuyo nombre desconozco, cuyas historias de vida me son ignoradas pero que debido a la división social del trabajo me han permitido tener las condiciones materiales suficientes para realizarlo. Por otra parte ha la Universidad Nacional Autónoma de México y a las personas que la sostienen con sus impuestos y su trabajo. Además a aquellos que con su lucha han permitido que ésta empresa educativo-cultural sigua en pie a pesar de los embates de quienes pretenden utilizarla sólo para incrementar sus ganancias, reduciendo el acceso a la misma de miles de estudiantes. A todos ellos muchas gracias. En segundo lugar, desde un aspecto que puede pasar desapercibido pero que es de suma importancia, el afectivo quiero agradecer a quienes a lo largo de estos años me han mostrado no sólo su apoyo sino su cariño y amistad en todo momento. Esperando no haber pasado por alto a nadie y de ser así espero acepte mis disculpas. A mis amigos y amigas con quienes llevo ya varios años compartiendo risas y tristezas: Diego Olvera, Fernando Morales, Dino, Luca, Adriana, Xavier, Dafne, Josué, Carlos Díaz, Miguel Ángel, Rafael, Luis Eduardo y Eddy. Por todo eso y más muchas gracias. A mis compañeros de la carrera que a lo largo de la misma me hicieron aprenden innumerables cosas, con quienes he compartido muchos momentos de diversión, aprendizaje y lucha: Sarasuadi, José Alfonso, Ángel Granados, Ángel Sánchez, Román Portilla, Berenice Flores, Rubí, Luis Gómez, Rodrigo Ramírez, Sean, Sebastián, Ernesto, Mónica, Desire, Katia, Adrián, Grsy, Zamna, Nahúm, Mauro Jarquin, Luis Eduardo y Javier Masso. A todos ellos muchas gracias. 3 A mis amigos del estadio que poco a poco se han ido convirtiendo en algo más que eso: Roca, Dieguito, Manu, Polo, Vladimir, Chela y Juancho. Muchas gracias. A las familias Alarcon y Stechini por haberme recibido en sus respectivos hogares y haberme hecho aprender y conocer otros territorios. Muchas gracias. En tercer lugar, a quienes aportaron para la realización de éste trabajo, con sus comentarios y sugerencias: Al Dr. Carlos Gallegos así como a mis compañeros de el Taller de Titulación y del Seminario de Investigación Política quienes con sus comentarios y aportes mejoraron los planteamientos de este trabajo. A Alejandra González Bazúa por su guía a lo largo de todo el proceso de realización de este trabajo. Así como a mis lectores: Julio Bracho, Diana Fuentes, José Gandarilla y Pablo Ulloa, por sus comentarios y correcciones. Muchas gracias. Por último pero no por eso menos importante, quiero agradecer a mi familia por todo el apoyo que han dado a lo largo de estos años en especial a mi papa y a mi mama que me han guiado a lo largo del camino llamado vida. A todos muchas gracias. 4 CONTENIDO: INTRODUCCIÓN 6 CAPÍTULO I: LAS RUINAS DEL HURACÁN 11 DEL FUTURO PERFECTO A LOS NUBARRONES DEL PRESENTE. LA SOCIEDAD DE LA BELLE ÉPOQUE 15 EL HURACÁN, LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y SUS CONSECUENCIAS 20 EL OJO DEL HURACÁN, LA REVOLUCIÓN RUSA Y SU HORIZONTE UTÓPICO 27 Arrecia el huracán. La republica de Weimar y el Ascenso del Fascismo 31 CAPÍTULO 2: CONSTELACIONES: LAS RELACIONES INTELECTUALES DE WALTER BENJAMIN 41 EL ÁNGEL DE BENJAMIN. GERSHOM SCHOLEM, CABALISTA Y MÍSTICO JUDÍO 44 THEODOR ADORNO, DISCÍPULO Y CRÍTICO INCISIVO 53 BERTOLT BRECH, COMUNISMO Y ARTE MILITANTE 61 ERNST BLOCH, LA UTOPÍA DESDE EL SUEÑO SOÑADO DESPIERTO 69 TRES DEDICATORIAS DE HOMBRES DISTINTOS, PARA TRES MUJERES AMADAS 73 CAPÍTULO 3: DESDE LA IDEA DE HISTORIA A LA IDEA DE UTOPÍA. UNA IMAGEN DIALÉCTICA 78 LA PROTOHISTORIA DEL SIGLO XIX, EL ORIGEN DE LAS TESIS SOBRE EL CONCEPTO DE HISTORIA 83 EL MATERIALISMO HISTÓRICO Y LA IMAGEN DIALÉCTICA, UNA CONJUNCIÓN MESIÁNICA 92 LA IDEA DE HISTORIA 99 1.LA CONCEPCIÓN POSITIVISTA DE LA HISTORIA 99 2.LA IDEA DE PROGRESO, UNA ÚNICA CATÁSTROFE 103 3.LA IDEA BENJAMINIANA DE HISTORIA 107 LOS BIENES CULTURALES Y LAS RUINAS, LOS DESPOJOS DE LA BARBARIE 115 MELANCOLÍA Y TRISTEZA, LA ANTESALA DE LA UTOPÍA 120 5 LA IDEA DE UTOPÍA DE WALTER BENJAMIN 126 1.EL CONCEPTO DE ORÍGEN Y LA TÉCNICA 126 2. REDENCIÓN Y MESIANISMO 129 3.LA UTOPÍA Y EL ESTADO DE EXCEPCIÓN, EL CAMINO A LA FELICIDAD 132 CAPÍTULO 4: ÉSTE ES EL MEJOR MUNDO POSIBLE138 LA CRISIS DE LAS UTOPÍAS Y EL FIN DE LA HISTORIA, LA CONSUMACIÓN DE LA CATÁSTROFE 140 DE LA TRISTEZA NECESARIA PARA REVIVIR A LA REVOLUCIÓN RUSA 148 POSIBILIDAD Y ESPERANZA. LA NECESIDAD DE VOLVER A SOÑAR DESPIERTOS 154 CONCLUSIONES 161 BIBLIOGRAFÍA CITADA 167 6 INTRODUCCIÓN La política es magia. Aquel que sepa invocar las fuerzas de las profundidades será quien tenga seguidores. Hugo von Hofmannsthal1 La crítica debe concebirse de manera tal que la política sea su continuación por otros medios. Bertolt Brecht 2 Esta investigación surgió de una inquietud particular derivada de la crisis política que se intensifica poco a poco en el presente, de la preocupación sobre el porvenir de la humanidad en un mundo cada vez más violento e incierto. De ahí la necesidad de buscar sentidos posibles en experiencias y pensamientos que han estado un tanto ajenos a una disciplina como la Ciencia Política. Walter Benjamin es un pensador poco leído desde la Ciencia Política, el balance sobre su lectura e interpretación en dicha disciplina no es positivo a pesar de que sus aportes pueden ser fundamentales para comprender una época como la actual. Sobre la potencialidad de Benjamin en el presente versa esta investigación, entendiendo por ello las condiciones que permitieron o posibilitan el acontecer de uno o varios sucesos. La obra de Benjamin se caracteriza por el hermetismo y la heterodoxia de elementos que, en otros planos, son antagónicos, pero que precisamente por eso le otorgan una profundidad de sus reflexiones. De ahí que su lectura sea difícil desde un acercamiento superficial. Las formas como Benjamin reflexionó sobre temas diversos son sumamente pertinentes en la actualidad, sobre todo aquellas relacionadas con el progreso, la historia, la técnica, el arte y la política; de ahí la necesidad de realizar una lectura desde la Ciencia Política con el objetivo de acercarse a un pasado en 1 Citado en Schorske Carl E., La Viena de fin de siglo. Política y Cultura, Siglo XXI editores, Argentina, 2011, p. 147. 2 Citado en Witte Bernd, Walter Benjamin una biografía, Barcelona, Gedisa, 2002, p. 142. 7 la que su mayor similitud con el presente es precisamente la incertidumbre hacia el porvenir, una época, como la nuestra, en que las certezas que había en décadas anteriores se han esfumado casi por completo. Certezas que, en el caso de Benjamin, se nublaron por el ascenso del nacionalsocialismo y la crisis económica, y, en el nuestro, por la crisis ambiental de origen antropogénico, la crisis de la política en su versión democrático-liberal y al mismo tiempo la incertidumbre económica; estos son los horizontes ante los cuales carecemos de respuestas tajantes. Por ello el recurso de buscar respuestas e interrogantes en autores que, si bien no son nuestros contemporáneos, su época resulta lo bastante turbulenta para que sus ecos resuenen en el presente. De estas consideraciones se deriva la necesidad de hacer una lectura del pensamiento de Walter Benjamin, autor que, por cierto, está siendo cada más leído o al menos nombrado. En el caso de este texto, se ahondará en las Tesis sobre el concepto de historia, dicho trabajo fue el último que Benjamin escribió antes de verse obligado a huir de la persecución nacionalsocialista que lo llevaría al suicidio en septiembre de 1940. En dicho texto el autor delinea breve, pero sustanciosamente, sus concepciones fundamentales sobre el progreso, la historia y los problemas políticos que permitieron el ascenso del nacionalsocialismo; a pesar del profundo pesimismo que Benjamin plantea en él, hay una pequeña luz, una propuesta de utopía que recorre las diferentes Tesis de la mano de su idea de historia. De ahí que la pregunta central de este trabajo sea la siguiente: ¿cuál es la potencialidad, en términos políticos, de la idea de utopía en las Tesis sobre el concepto de historia? Seguida de las preguntas secundarias: ¿acaso esta idea es actual?, ¿en qué estado se encuentra? Y por último, ¿esta idea nos puede ayudar hoy a plantear un horizonte utópico? Estas interrogantes surgen desde la concepción de la política como conflicto, como luchas por darle sentido a lo humano. De ahí la pertinencia del estudio de una idea de utopía, pues ésta será la que le otorgará sentido a una determinada acción orientada a un objetivo particular. Como dijera Eduardo Galeano, la utopía sirve para avanzar incesantemente. La propuesta de Benjamin, 8 a diferencia de otros proyectos utópicos, no se plantea en términos normativos; esta diferencia es interesante con respecto a las utopías “tradicionales” y la hace única respecto a las demás. Cabe aclarar que en la obra de Benjamin es raro el uso explícito del término utopía, sin embargo, se encuentra presente en su pensamiento e ideas, sobre todo en las Tesis sobre el concepto de historia. De ahí que la estructura de este trabajo pretenda darle al lector las mayores herramientas posibles para comprender desde dónde y por qué se está realizando la interpretación de las Tesis benjaminianas atendiendo a la potencialidad presente de su idea de utopía. Así, este trabajo está dividido en cuatro capítulos, los primeros dos son de carácter heurístico y tienen el fin de comprender las condiciones en las que Benjamin realizó su obra. El primero, de corte principalmente histórico, toma en cuenta la época en la que Benjamin escribió sus obras, y el segundo tiene como objetivo dar cuenta de las principales relaciones intelectuales de dicho autor. El tercer capítulo se centra en el análisis de las Tesis sobre el concepto de historia partiendo de las interrogantes planteadas en torno a la utopía. El último capítulo hace una lectura del presente, responde a la pregunta sobre la pertinencia del presente de las Tesis y de la idea de utopía presentada por Benjamin. En el caso del primer capítulo se realiza un breve recuento de la historia de la sociedad europea que va de finales del siglo XIX al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Desde lo que se llamó en su momento la belle époque, pasando por las consecuencias que la Primera Guerra Mundial tuvo para una generación de jóvenes que vieron trastocado su mundo, hasta la Revolución Rusa y las condiciones que permitieron el ascenso de Hitler. El objetivo es generar una empatía con la época en la que Walter Benjamin realizó su obra. En el segundo capítulo, con el mismo fin, pero desde otra perspectiva, se realiza un esbozo de las relaciones intelectuales de Benjamin, las cuales revelan una complejidad asombrosa que llega a sorpreder. Para fines del presente análisis reducimos a siete personas, las cuales son importantes para entender el contexto intelectual de una época. Las relaciones intelectuales tienen una 9 importancia no sólo biográfica, sino que representan la posibilidades de comprender aquellos paradigmas que, a pesar de ser antagónicos, Benjamin intentó conjuntar para crear algo completamente nuevo. Estos siete personajes son: Gershom Sholem, el amigo de toda la vida de Benjamin. Theodor Wiesengrund Adorno a quien consideraría como su discípulo. Bertolt Brecht, quien en los últimos años de la vida de Benjamin cobraría una importancia fundamental para su producción y supervivencia y cuya influencia es fundamental para comprender el acercamiento de Benjamin al Marxismo y a la militancia política.Ernst Bloch, con quien su relación fue complicada, marcada por asperezas y distanciamientos, pero con quien compartía la afinidad por vincular los temas religiosos a la perspectiva del materialismo histórico. Además, las tres mujeres más importantes de su vida; en primer lugar la artista Jula Cohn, de quien se enamoró profundamente y lo hizo acercarse a la vanguardia artística surrealista. En segundo lugar su esposa Dora Keller con quien, a pesar de su divorcio, a lo largo de los años de exilio de Benjamin le brindó su apoyo. Por último, pero no menos importante, Asja Lacis, quien lo introduciría al Materialismo Histórico y le presentaría a Bertolt Brecht. El tercer capítulo es el más importante en términos conceptuales, pues busca desarrollar la idea de utopía que Benjamin presenta en las Tesis. Sin embargo, para ello fue importante historiar ese mismo texto y verlo desde la perspectiva de las demás obras realizadas por nuestro autor. El capítulo parte desde la pregunta por el papel que pudieron representar las Tesis en lo que sería la obra fundamental de Benjamin, El libro de los pasajes. Desde ahí se realiza la lectura de las Tesis, es decir una mirada centrada no en su orden cronológico, sino en la idea de la historia, la cual es el hilo conductor de dicho texto. Benjamin planteó una crítica al positivismo historiográfico hegemónico en su época y a las conciencias que éste tiene no sólo en el pensamiento, sino dentro del campo de la política. De ahí su importancia para una disciplina como la Ciencia Política. La idea de historia se sustenta en la catástrofe hacia donde se dirige la humanidad de continuar por la misma senda por la que hasta ahora ha caminado. La explicación de la idea de utopía se realiza a partir de entender la historia de 10 dicha manera. Es necesario hablar de dos conceptos que son claves para entender dicha idea: las ruinas, y la cultura; estos conceptos, conjugados con una mirada melancólica e histórica, permiten observar que lo que fundamenta la utopía para Benjamin, no es la reflexión sobre lo evidente o explícito, sino sobre aquello que no pudo ser. La recomendación para el lector es que antes de adentrarse al tercer capítulo tenga presente la totalidad de las Tesis sobre el concepto de historia. Como se explicará más adelante, en este trabajo no se busca hacer un comentario a las mismas, sino penetrar en su contenido de verdad, de ahí la necesidad de no recurrir a una explicación y enunciación punto por punto de las mismas, sino más bien aplicar el método propuesto por Benjamin sobre la cita, es decir aquél que a manera de collage, trata de presentar la verdad a partir de fragmentos que contengan parte de la totalidad de aquello a lo que pertenecen. Por último, el cuarto capítulo es en el que se esboza nuestro presente y la importancia para la actualidad de un texto como el que escribió Benjamin. Sin dejar de lado la idea de potencialidad, se busca con dicho capítulo mostrar la pertinencia para nuestra época no sólo del texto de Benjamin sino de su método para acercarse al conocimiento histórico, pero sobre todo de su idea de utopía. Así, este trabajo busca hacer un llamado para plantearnos soluciones a los problemas que están presentes no sólo en la política, sino que atraviesan a la humanidad en su totalidad. Además, es un trabajo que parte desde una postura que busca ser consecuente con la lucha de los oprimidos, otorgarnos mejores herramientas para luchar por un mundo en el que se pueda afirmar la vida, no sólo de la humanidad como tal, sino de todos los seres vivos que habitamos este planeta. De ahí la exigencia que, desde la idea de utopía de Benjamin, se nos plantea a nosotros como sujetos: ir más allá en la búsqueda de un mundo distinto, no en el futuro sino en el presente. 11 CAPÍTULO I LAS RUINAS DEL HURACÁN Pretendo llamar la atención sobre el diluvio que ya se está extendiendo por todo el mundo y en el que la humanidad podría perecer ahogada. Ese diluvio consiste en la desmesurada voracidad. El hombre moderno es insaciable; la avidez lo absorbe por completo y lo asfixia, es decir lo destruye y lo priva de humanidad. Karel Kosik3 Una generación que había ido al colegio empleando el tranvía a caballos se encontraba ahora al aire libre, y en una región en la que lo único que no había cambiado eran las nubes; y bajo ellas, en un campo de fuerzas de torrentes destructivos y explosiones, el diminuto y frágil cuerpo humano. Walter Benjamin4 Cada acontecimiento, suceso, descubrimiento, idea y sujeto, incluido su pensamiento(s), son productos de determinadas concatenaciones de procesos históricos, los cuales caracterizan la singularidad y especificidad de la formación personal del individuo. En este caso, la vida de un filósofo y su pensamiento, son condicionados no sólo por su entorno, sino por una serie de sucesos que inciden en su pensar y modifican su actuar en el mundo. Las ideas y acontecimientos en torno a la vida de Walter Benjamin son un reflejo de dicho planteamiento. Para poder explicar y comprender su pensamiento se nos presenta la necesidad de realizar una construcción espacio-temporal (en la medida de lo posible, y para los efectos de este trabajo) que muestre aquellos sucesos significativos que pudieron influir en su pensamiento. Dicha construcción se realizará en las siguientes páginas5. 3 Kosik Karel, ‘Programa antediluviano’, en; Reflexiones antediluvianas, México, Ítaca, 2012, p. 11. 4 Benjamin, Walter, ‘El narrador’, en Obras, libro II, vol. 2, Madrid, Abada, 2010, p. 42. 5 Más adelante, de la mano del propio Benjamin, se realizará también una breve crítica a esta concepción partiendo de los planteamientos que el autor realiza en su obra sobre Las afinidades electivas de Goethe. 12 Las Tesis sobre el concepto de historia 6 representan el resultado de intuiciones, sobre todo aquellas conformadas en los tiempos posteriores a la Primera Guerra Mundial, que Benjamin llevó consigo a lo largo de su vida y que no pudo terminar de desarrollar. Estas son reflexiones que él quiso salvar de las manos del fascismo que se encontraba al asecho de su vida y que terminaría obligándolo al suicidio en septiembre de 19407. Este conjunto de ideas se encuentra influenciado por diversos procesos ocurridos en Europa desde finales del siglo XIX y hasta finales de los años treinta, los cuales se concretaron con el ascenso del fascismo, el pacto Molotov- Ribbentrop y el desvanecimiento de la ilusión que representaba la URSS como un horizonte en pos de la lucha contra el fascismo. Por lo tanto, es pertinente analizar los siguientes procesos históricos que devinieron en elementos constitutivos de las Tesis, si bien no incidieron de manera directa, sí modificaron el cauce de lo que Benjamin vivió, y por lo tanto de lo que pensó. En algunos casos las referencias al interior de las Tesis son más evidentes que en otros. Pero es indispensable ir más allá de las referencias directas para poder generar una interpretación más adecuada de aquello que vivió Benjamin cuando escribió dicho texto8. Por otro lado, es también pertinente entender ese contexto en función de algo, quizás, mucho más importante: el ahora. Cómo ese pasado se relaciona con nuestro presente y cómo éste se relaciona con el pasado, qué nos dice a nosotros 6 De aquí en adelante se nombrará a las Tesis sobre el concepto de historia como Tesis. La edición y traducción utilizada en esta investigación es la de Bolívar Echeverría disponible en http://www.bolivare.unam.mx/traducciones/Sobre%20el%20concepto%20de%20historia.pdf 7 En una carta a su amigo Gershom Scholem, Benjamin escribe lo siguiente: “Espero que de aquí en adelante no sigas dando largasa la redacción de tus conferencias neoyorquinas. Cada línea que podemos publicar ahora –tan incierto como sea el futuro al que las abandonamos- es un triunfo arrebatado a los poderes de las tinieblas”. En Benjamin Walter y Scholem Gershom, Correspondencia 1933-1940, Madrid, Trotta, 1987, p. 264, carta de Benjamin 11 de enero de 1940. 8 Un problema existente al estudiar la obra de Benjamin son las escasas de referencias a los sucesos que ocurrían en su época, es por ello que en muchos casos sólo es posible hacer una suerte de especulación sobre cuáles eran sus opiniones con respecto de algún hecho en particular. Dice Scholem lo siguiente: “su total aversión a discutir acerca de los acontecimientos de la actualidad política y de las vicisitudes de la guerra. Tras la edición de sus Briefe he tenido ocasión de constatar, expresado en algunas reseñas, el asombro ante el hecho de que en las cartas publicadas no se encontrase la más mínima referencia a los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial, que tan decisivamente ha marcado, sin embargo, a toda nuestra generación”. En Scholem Gershom, Walter Benjaim. Historia de una amistad, Barcelona, Debollsillo, 2014, p. 59. 13 hoy y qué lecciones podemos aprender de él, son preguntas importantes que conforman las claves de lectura de este trabajo. Esta propuesta de análisis centra su mirada en las reflexiones que Benjamin realizó a partir de sus experiencias históricas, como la Primera Guerra Mundial, el ascenso del fascismo y el fracaso de la República de Weimar, así como el triunfo de la Revolución Rusa y su posterior acuerdo con la Alemania de Hitler. En medio de un entorno profundamente catastrófico, Benjamin buscó encontrar las causas de fondo del fracaso de la “izquierda”, tanto de la posición socialdemócrata como de su vertiente revolucionaria enmarcada en el KPD (Partido Comunista Alemán)9. Su análisis entonces se concentró en los siguientes elementos. En primer lugar la idea, surgida en Europa, sobre el progreso constante de la humanidad hacia un estadio superior, sustentada en el desarrollo técnico y que se derivaba del positivismo. Dicho proceso no sólo fue el resultado de la expansión y el desarrollo técnico en Europa, sino también del dominio de las principales potencias sobre el globo hacia finales del siglo XIX. Esta hegemonía tuvo una influencia global no sólo en términos económicos, sino también ideológicos. La transformación cultural que trajo consigo la Belle Époque es uno de los elementos importantes para entender la Primera Guerra Mundial, este será otro elemento a tener en cuenta. En lo que respecta a lo acontecido durante la Primera Guerra Mundial, para fines de este trabajo interesa profundizar no en el desarrollo del conflicto, sino en las implicaciones que tuvo, principalmente dentro del nivel ideológico-político. Las consecuencias de la guerra desvanecieron la fe en el progreso y en aquello que la civilización europea consideraba un cúmulo de logros. La técnica al servicio de la razón, por un lado, y por otro la posibilidad de llegar a acuerdos y soluciones pacíficas. Es importante también hablar de la crisis económica que generó y marcó no sólo a Estados Unidos sino a Europa y principalmente a Alemania; dicho elemento facilitó el ascenso del fascismo del cual se hablará más adelante. 9 Al realizar el análisis de las Tesis sobre el concepto de Historia, se abordara la postura de Benjamin al respecto y que era lo que ambas posiciones compartían y que es la causa para Benjamin del fracaso de ambas posiciones. 14 En tercer lugar, para la posición revolucionaria, con la Revolución Rusa surgió una esperanza, un movimiento que prometió que el cambio social estaría al alcance de la mano y que por lo tanto reavivó no sólo las esperanzas en el futuro cercano, sino la discusión sobre el marxismo, la conciencia, la ideología y el arte dentro del ámbito de la izquierda. Pero también la Revolución Rusa, no como el triunfo revolucionario posterior a 1917, sino el proceso por el cual varios elementos críticos desde el pensamiento de izquierda observaban que algo estaba mal interior de las fronteras de la URSS. Dentro de este apartado se caracterizará a la URSS que Benjamin observó desde finales de 1920, e incluso visitó entre 1926 y 1927 y que, con el pacto Molotov-Ribbentrop tuvo su culminación al clausurar el horizonte de esperanza que representaba la URSS en la lucha contra el fascismo. Por consiguiente, el último aspecto, y quizás el más importante, es el ascenso del fascismo, principalmente en Alemania, a principios de la década de 1930, sobre el que no sólo se explicarán las razones por las llegó al poder, sino se explicitarán algunas de las posturas que otras corrientes políticas, como el Partido Comunista Alemán, o el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), tuvieron sobre este proceso; estas posturas fueron blanco de la crítica que realizará Benjamin dentro de las Tesis. La comprensión del proceso de ascenso del fascismo contribuye a entender el pesimismo de Benjamin hacia el propio futuro de su época, el cual lo llevó al exilio de Alemania, como a muchos otros pensadores no sólo de la Escuela de Frankfurt que se exilian por su condición de disidentes o judíos. La condición de exiliado sería la que a través de varios años debilitaría sus medios de subsistencia incitando la decisión de poner fin a su vida en septiembre de 1940, al intentar huir a España y de ahí hacia Estados Unidos. Estos procesos nos permitirán construir una mejor comprensión de lo que sucedió e incitó las reflexiones presentes en las Tesis sobre el concepto de historia, por un lado. Pero por otro nos darán luz sobre el por qué de su pertinencia actual, por qué retomarlas y usarlas para entender nuestro presente y plantear interrogantes acerca de dónde nos dirigimos. La pertinencia o no de un horizonte de futuro, su construcción y cómo es que el pasado nos indica los 15 posibles porvenires que hoy se nos presentan de manera clara o borrosa. Qué oportunidades tenemos para transformar nuestra realidad, pese a las limitantes que nos son impuestas históricamente, qué soluciones ha habido a los problemas anteriores, qué soluciones se pensaron y no fueron realizadas en su totalidad y de qué manera podemos pensar y reflexionar en torno a los problemas actuales. DEL FUTURO PERFECTO A LOS NUBARRONES DEL PRESENTE. LA SOCIEDAD DE LA BELLE ÉPOQUE La segunda mitad del siglo XIX se caracterizó por ser una época de grandes transformaciones desde el ámbito económico hasta el político y social, pasando por el científico y artístico. Característico fue también el surgimiento de los Estados nación, los diversos procesos que tuvieron lugar en el mundo, principalmente en Europa, así como la expansión del capitalismo y su empresa. Un ejemplo lo podríamos observar en la división y repartición del territorio africano por parte de las potencias europeas en 1884-1885. Por lo tanto aquellos que vivieron en esa época tenían estas características o al menos compartían estos pensamientos, Hobsbawm dice: Era el triunfo de una sociedad que creía que el desarrollo económico radicaba en la empresa privada competitiva y en el éxito de comprarlo todo en el mercado más barato (incluida la mano de obra) para venderlo luego en el más caro. Se consideraba que una economía de tal fundamento, y por lo mismo descansando de modo natural en las solidas bases de una burguesía compuesta de aquellos a quienes la energía, el mérito y la inteligencia habían aupado y mantenido en su actual posición, no sólo crearía un mundo de abundancia convenientemente distribuida, sino de ilustración, racionamiento y oportunidad humana siempre creciente, un progreso de las ciencias y las artes, en resumen: un mundo de continuo y acelerado avance materialy moral10. 10 Hobsbawm Eric, La era del Capital 1848-1875, Barcelona, Crítica, 2007, p.13. 16 La forma en que los participantes de la época se veían a sí mismos, la seguridad con la que se sentían amos y señores del mundo, el dominio sobre otros hombres y también sobre la naturaleza conformaban su justificación para el dominio que expandían por el mundo. Derivado esto de la expansión económica, así como de la supresión de los movimientos revolucionarios de 1848, aunado a una extensa época de paz, las clases dirigentes tenían una confianza ciega en el “progreso” de la civilización. Desde mediados del decenio de 1890 hasta la Primera Guerra Mundial, la orquesta económica global realizó sus interpretaciones en tono mayor de la prosperidad más que, como hasta entonces, en el tono menor de la depresión. La afluencia, consecuencia de la prosperidad de los negocios, constituyó el trasfondo de lo que se conoce todavía en el continente europeo como la belle époque11. La hegemonía de los valores burgueses, la democracia, el liberalismo, el desarrollo técnico y la expansión económica de la civilización europea occidental, fueron posibles a expensas de otros pueblos y justificados a partir de un mismo discurso en el que fueron catalogados como atrasados, legitimando así su colonización o exterminio, procesos que hoy continúan en muchas partes del mundo. Por otro lado, el progreso también se basó en el carácter “científico”, en los descubrimientos de aquella época, en la superación de las antiguas concepciones religiosas, en el desencantamiento del mundo, en particular la teoría de la evolución tuvo una influencia muy profunda en esa sociedad. Todo ello generó la confianza inevitable de la mejora y superioridad, y constituyó el fundamento para el dominio de la naturaleza y de todo aquel que no estuviera dentro de esta civilización. Esta idea de superioridad dominó el pensamiento europeo a lo largo de la centuria y durante la primera mitad del siglo XX. 11 Hobsbawm Eric, La era del Imperio 1875-1914, Barcelona, Crítica, 2009, p. 54. 17 El argumento más simple de aquellos que identificaban los estados-nación con el progreso era la negación del carácter de naciones ‘reales’ a los pueblos pequeños o atrasados, o argüir que el progreso les debía reducir a meras idiosincrasias provinciales dentro de las naciones ‘reales’ más grandes, o incluso hacerlos desaparecer por la asimilación de algún Kulturvolk12. Un resultado de esto y de la necesidad de expansión económica, fue la expansión colonial, derivando en el reparto de África y Asia por parte de las potencias Europeas. Ahora bien, estos procesos marcaron a la civilización de la belle époque, en tanto que generaron la seguridad sobre el futuro, en el cual las cosas sólo podían seguir por un camino ascendente hacia un mayor bienestar, riqueza y conocimiento. Esto queda reflejado en lo que se entendía por progreso, dice Hobsbawm al respecto: La palabra progreso, en sí misma, era ambigua, ya que podía aplicarse por un igual a cualquier cambio históricamente observado, y de hecho así se hacía, que significase una mejora (o que se considerase como tal), pero también se aplicaba al intento de llevar a cabo cambios deseables en el futuro. El progreso podía ser o no una realidad, pero lo ‘progresivo’ era una afirmación de intención política. […] En este sentido, ser ‘contemporáneo’ tenía también implicaciones en el cambio y en las innovaciones técnicas, lo mismo que respecto al tema […]Esto podía ser o no el ‘progreso’ en su sentido de mejora objetiva, pero ciertamente era ‘progreso’ en la medida en que las formas de aprehender el pasado debían, inevitablemente, dar paso a aquellas destinadas a aprehender el tiempo presente, que eran mejores por el mero hecho de ser contemporáneas13. Esta concepción del Progreso fue hegemónica hasta finales del siglo XIX. Sin embargo, al finalizar el siglo, empezó a ser cuestionada por diversos movimientos 12 Hobsbawm, La era del Capital…, p. 97. 13 Hobsbawm, La era del Capital…, pp. 304-305. Las cursivas son mías. 18 artísticos, culturales, científicos y políticos14. Las crisis económicas y políticas representaron un duro golpe a la creencia en un mundo en constante perfección. Pero esta Weltanschauung15 del mundo burgués no sería abandonada hasta el trauma que representaría la Primera Guerra Mundial. el ‘progreso’ continuó inevitablemente y bajo la forma de sociedades burguesas, capitalistas y, en un sentido general, liberales. La Gran Depresión fue sólo un entreacto. ¿no había acaso crecimiento económico, avance técnico y científico, progreso y paz? ¿no sería el siglo XX una versión más gloriosa y afortunada del XIX? Hoy sabemos que no fue así16. Walter Benjamin creció en esta sociedad. Nacido en 1892 en Berlín, él vivió estas experiencias de forma particular. En aquellos años la ciudad de Berlín se caracterizaba por el rápido crecimiento impulsado por la industrialización, la migración de miles de campesinos en busca de trabajo y la reciente unificación alemana. Como capital del imperio fue un lugar de confluencia de los avances tecnológicos, así como de las ideas intelectuales más novedosas de la época. Los espectáculos públicos de autos o la llegada de algún expedicionario representaban un verdadero acontecimiento colectivo17. Era una ciudad que se caracterizaba por su vida pública, una identidad generada a través de medios como el periódico que creaba una idea común de lo berlinés, la cual estaba estrechamente ligada con la idea de “lo alemán”, del pueblo que después de su unificación podría superar cualquier dificultad en vistas del progreso. Sin embargo, también presentaba la típica división de la sociedad burguesa, es decir, existía en su interior un fuerte conflicto de clase, pues los partidos socialistas impulsaban la búsqueda de mayores derechos y la ampliación de su papel dentro de la toma de decisiones. 14 Véase Schorske Carl E., La Viena de fin de siglo. Política y Cultura, Argentina, Siglo XXI editores, 2011. 15 Cosmovisión o concepción del mundo. 16 Howbsbawm, La era del imperio…, p. 317. 17 Para un panorama más detallado de los periódicos en el Berlín de esa época véase: Fritzsche Peter, Berlín 1900 Prensa, lectores y vida moderna, Argentina, Siglo XXI editores, 2008. También Benjamin escribe sobre aquella época las impresiones que tuvo de niño en, Infancia en Berlín hacia 1900. 19 La sociedad berlinesa de finales del siglo XIX y principios del XX representaba a la belle époque alemana. El ascenso de una nación que poco a poco iba consolidando su carácter de potencia ya no sólo europea sino internacional. Esta era la ciudad en la que Benjamin creció, vivió y tuvo las primeras experiencias que lo influyeron y que marcaron sus reflexiones sobre el mundo burgués, aquellas que realizó posteriormente en París, otra ciudad fundamental de la época. Sin embargo, como veremos a continuación, era una sociedad que estaba a punto de transformarse radicalmente debido a la tragedia de la Primera Guerra Mundial. En este contexto, las obras de Benjamin sobre las que se profundizará posteriormente, trataron principalmente sobre la juventud y su espíritu, aquello que podía impulsar una nueva generación a la transformación de una época. Cada nueva generación presenta nuevos valores, se rebela contra sus padres y trata de ser distinta a aquello que criticó. Estas obras realizadas para la asociación de estudiantes libres de Alemania, de la que Benjamin formó parte durante los años previos a la guerra, nos muestran no sólo su sentir particular, sino el detoda una época. Por ejemplo en un texto de 1912 llamado La reforma escolar, un movimiento cultural, Benjamin nos dice, a partir de una cita a Rudolf Pannwitz, que “el objetivo de la educación es la reproducción de los valores espirituales”, y que; más allá de nuestro presente No sólo pensemos sub specie aeternitatis: al educar, vivimos y actuamos sub specie aeternitatis. Queremos una continuidad de sentido en todo desarrollo; que la historia no se descomponga en las voluntades de épocas particulares o incluso de individuos, que el desarrollo hacia delante de la humanidad en que creemos ya no se dé con inconsciencia biológica, sino que siga el espíritu que va planteando metas: lo que nosotros queremos es el cultivo del desarrollo natural hacia delante de la humanidad, es decir, la cultura Y la expresión de esta nuestra voluntad es: la educación18. 18 Benjamin, Walter, La reforma escolar, un movimiento cultural, en Obras, libro II , vol. 1, Madrid, Abada, 2010, pp. 14- 15. 20 En esta cita se observa la manera en que Benjamin muestra el futuro como la posibilidad del desarrollo histórico como algo deseable, el carácter teleológico esta presente y es ascendente. Sin embargo, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, no tardará en cambiar de perspectiva y esto le permitirá empezar a desarrollar las reflexiones que desembocarán en las Tesis. EL HURACÁN, LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y SUS CONSECUENCIAS. Se ha escrito una innumerable cantidad de bibliografía sobre el desarrollo, las causas y las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. Para este trabajo no es necesario exponer el proceso de lucha imperialista y de la carrera armamentista de los años previos a 1914. Se pondrá énfasis en glosar brevemente las consecuencias que tuvo el conflicto para aquellos que lo vivieron, ya sea desde la trinchera o lejos del frente. Las repercusiones son de suma importancia en términos políticos debido a la desaparición del Imperio Alemán, Ruso, Austrohúngaro y Otomano por un lado y por el otro el desastre económico que trajo para una Alemania “traicionada”19 después de la firma del armisticio. Además de llevar a la revolución bolchevique al poder en 1917. En el caso de Benjamin, éste en un principio se interesó en el inevitable llamado patrio con el fin de mantenerse junto a sus compañeros, pero fue rechazado y por lo tanto decidió mudarse a Suiza para mantenerse alejado del conflicto. Al poco tiempo cambiaría la situación y cayó en la desilusión al respecto del conflicto en los meses que siguieron a su estallido20. Scholem, en la biografía que escribe sobre Benjamin, deja constancia de que era un tema que no trataba y del cual se expresaba en raras ocasiones21. Conforme las condiciones de la guerra fueron cambiando para Alemania, fue llamado al servicio, pero gracias a la 19 Para un análisis de las transformaciones en el imaginario colectivo alemán véase: Fritzsche Peter, De Alemanes a Nazis 1914-1933, Argentina, Siglo XXI editores, 2012. 20 Scholem, Walter…, p. 43. 21 Scholem, Walter..., p. 59. 21 ayuda de su esposa, consiguió un certificado médico que le impidió prestar el servicio militar en 1917. Otro aspecto fundamental de la biografía de Benjamin sucedido en el contexto del conflicto, fue el suicidio de su amigo Fritz Heinle, poeta con quien cultivó “una de las amistades más importantes de su existencia”22; conociéndose previamente al inicio de la guerra, Benjamin lo definiría de la siguiente forma “no tengo palabras para definir mi relación con Heinle, pero tendré que entre tanto la alegría pura que da un conflicto puro”23, el conflicto, sería la característica más común de sus relaciones venideras. El suicidio de su amigo le causó un gran impacto y sería una herida que no dejaría de sangrar, incluso años después al huir de Alemania cuando Benjamin intentó recuperar su biblioteca, esta herida volvería a encontrarse abierta; “ha conseguido recuperar todos sus archivos manuscritos, excepto los fondos de los hermanos Heinle, de los que él es albacea. Estos fondos nunca saldrán de Alemania, y finalmente serán destruidos por los nazis. El poeta muerto por segunda vez”24. Así, el legado de Heinle será una perdida irreparable para Benjamin, así como tantas otras para la humanidad. Benjamin le escribe a Gretel Adorno al respecto y le dice “el único pero seguro resultado fue que el legado de los dos Heinle, que yo había reunido completo, así como mi irremplazable archivo sobre la historia del movimiento juvenil burgués de izquierda, fueran destruidos al igual que mis trabajos de juventud”25. En cuanto al aspecto intelectual, Benjamin pasó este periodo enfocándose en los estudios para su tesis de Doctorado sobre el Drama Barroco Alemán. El cual presentó hasta 1925, pero cuyos planteamientos se prepararon desde 1916 durante un periodo de exilio en Suiza en el que tuvo un intenso desarrollo intelectual en temas relacionados con la filosofía kantiana y el drama barroco, este momento será sumamente importante porque profundizaría su amistad con Scholem, la cual cobraría cada vez mayor importancia. 22 Tackels Bruno, Walter Benjamin, Una biografía. Valencia, Universitat de València, 2012, p. 57. 23 Tackels, Walter …, p. 62. 24 Tackels, Walter…, p. 331. 25 En, Benjamin Walter y Adorno Gretel, Correspondencia, Argentina, Eterna Cadencia, 2011, p. 383, carta de Walter Benjamin, 1 de noviembre de 1938. 22 Sin embargo, el conflicto tuvo consecuencias sociales para el desarrollo posterior del pensamiento benjaminiano, así como de los sucesos que determinaron su futuro. A diferencia de las guerras anteriores, incluidos los conflictos napoleónicos, la Primera Guerra Mundial, fue considerada como la primera guerra total, y debido a su magnitud por aquellos que la vivieron, fue conocida como “la guerra para terminar todas las guerras” o “la Gran Guerra”. “El único objetivo de guerra que importaba era la victoria total, lo que en la Segunda Guerra Mundial se dio en llamar ‘rendición incondicional’. Era un objetivo absurdo y destructivo que arruinó tanto a los vencedores como a los vencidos. Precipitó a los países derrotados en la revolución y a los vencedores en la bancarrota y en el agotamiento material”.26 No sólo eso, dieciocho millones de muertos y el fin del romanticismo y heroísmo de la guerra también tuvieron consecuencias. La sociedad burguesa, que tan orgullosa se sentía de su capacidad para el uso de la razón y en el mejoramiento infinito de su sociedad, perdió dicha confianza, pues ¿cómo era posible enviar a toda una generación de jóvenes al exterminio en las trincheras, por conquistas tan efímeras? Estas conquistas no se medían en territorios o ciudades, sino en metros ocupados o recuperados. En los círculos intelectuales no había explicación para la carnicería recientemente sucedida, Freud ideó su teoría sobre la pulsión de muerte y El malestar en la cultura, Karl Kraus escribió su obra Los últimos días de la humanidad, y esto como un ejemplo de aquello que había dejado de ser, que nunca sería más. La sociedad de la Belle époque, había desaparecido para siempre. Surgieron nuevos debates que criticaban a la razón y a los valores occidentales y burgueses. El desencantamiento del mundo dio lugar al intento de reencantarlo desde diferentes perspectivas, el deseo romántico por revivir un pasado feudal y aristocrático, la difusión de corrientes artísticas que retomaban los mitos clásicos como modelo de sociedad, son un reflejo de la crisis que vivió el ideal burgués. 26 Hobsbawm Eric, Historia del siglo XX, Barcelona, Crítica, 2007, p. 38. 23 En losveinte, la revuelta contra la esterilidad académica (así como contra la sociedad moderna y su estructura ‘racionalizada’, burocráticamente organizada) tendía a tomar la forma de una afirmación de lo irracional. El renacimiento teológico era una de sus manifestaciones, pero había muchas otras: el voluntarismo soreliano en política, un renovado interés en Kierkegaard, la psiquiatría de Jung, las novelas de Hermann Hesse, la defensa de la ‘cultura’ frente a la civilización y de la ‘comunidad’ frente a la sociedad, e incluso una cierta moda intelectual por los horóscopos y la magia. Estaba ocurriendo un viraje en el campo de las alianzas intelectuales: los abogados de la razón, identificados desde la Iluminismo con las fuerzas sociales y políticas progresistas, abandonaban los impulsos de la revolución y aceptaban pasivamente, el estado de cosas ‘dado’27. Esta desesperanza se impregnó, de manera cada vez mayor en los círculos intelectuales de derecha, centro e izquierda, como resultado de las crisis políticas y económicas. Muchos intelectuales fueron cambiando sus adscripciones políticas, de izquierda a derecha o viceversa. Esta inestabilidad no auguraba nada bueno para los años por venir. Las consecuencias políticas se expresaron en los cambios dentro de las fronteras europeas y la creación de nuevos Estados derivados de los territorios de los antiguos imperios; los movimientos obreros, que se dejaron llevar en un primer momento por el impulso nacionalista en 1914, exigían mejores condiciones laborales y el derecho de representación política, ya no sólo en la elección de representantes al parlamento, sino en la elección de los poderes ejecutivos de las recientemente creadas repúblicas, como en el caso de Hungría, Checoslovaquia o Alemania. En algunos lugares como en Alemania o Hungría, se intentó imitar el golpe Bolchevique de 1917, en el primero por parte del recién fundado Partido Comunista Alemán (KPD), dirigido por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht; sin embargo éste fue reprimido por el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y los restos del ejército Alemán que regresaban del frente occidental. En el segundo por parte de Béla Kun y en donde Georg Lukács sería ministro de educación. 27 Buck-Morss Susan, Origen de la Dialéctica negativa. Theodor W. Adorno, Walter Benjamin y el Instituto de Frankfurt, Estados Unidos, Siglo XXI editores, 1981, p. 32. 24 La preocupación por parte de las burguesías locales de que la revolución estaba a la vuelta de la esquina no se hizo esperar, y esto propició un apoyo hacia la derecha nacionalista, lo que no impidió que los movimientos obreros obtuvieran algunas concesiones, como la reducción en la jornada de trabajo o mayores derechos laborales. Sin embargo, las consecuencias materiales de la guerra empeoraron la calidad de vida de millones de trabajadores. Pero no sólo esto, los resultados para los perdedores e incluso para algunos de los países que resultaron ganadores como Italia, no fueron los esperados al comenzar la guerra28. En el caso italiano y japonés, un descontento por las pocas ganancias territoriales obtenidas. Pero en el caso alemán, y de los países que se formaron a partir del Imperio Austrohúngaro, una insatisfacción por las condiciones en que les fue otorgada la paz. Estas condiciones al parecer del público de los países afectados eran una aberración, pues ellos no se sentían responsables por haber comenzado la guerra, y mucho menos causantes de los daños y reparaciones que les eran exigidos. Además de que en el momento de haber sido firmado el armisticio, al menos en el caso alemán, su ejército no había sido derrotado completamente en el campo de batalla. Estas condiciones serían una de las principales causas del descontento social en los años venideros, y como Keynes apuntará correctamente entonces, solo traerían más problemas que soluciones. En la conferencia de paz de Versalles (1919) se había impuesto a Alemania unos pagos onerosos y no definidos en concepto de “reparaciones” por el costo de la guerra y los daños ocasionados a las diferentes potencias vencedoras. Para justificarlas se incluyó en el tratado de paz una cláusula que declaraba a Alemania única responsable de la guerra (la llamada 28 Desde una perspectiva benjaminiana, ¿qué sería ganar una guerra? En una concepción de la Historia que se plantea como catástrofe no se define a aquellos que son los ganadores por sus ganancias territoriales o monetarias, los ganadores son los que tienen la capacidad de escribir la Historia y por lo tanto ser dueños de su legado. Sin embargo, el proceso histórico seguirá su curso y las ruinas dejadas tras su victoria se sumaran al cúmulo de ruinas previas al conflicto. Para la perspectiva benjaminiana solo puede haber vencedores en una sociedad plenamente emancipada y que ha evitado la catástrofe, donde todo su pasado es plenamente citable. Esto se discutirá posteriormente. 25 cláusula de “culpabilidad”), que, además de ser dudosa históricamente fue un auténtico regalo para el nacionalismo alemán29. Otros problemas fueron las dificultades por la existencia de minorías étnicas dentro de las fronteras de los estados, como de húngaros en Rumania, alemanes en Checoslovaquia, el eterno “problema de los Balcanes” o incluso la creación de los protectorados franceses e ingleses en medio oriente. La doctrina de Woodrow Wilson, un Estado para cada nación, fue el principio bajo el cual se dividieron los territorios de los vencidos. Rompiendo vínculos tradicionales y generando nuevos problemas identitarios. Además de esto la dificultad económica causada por la guerra y la desintegración y creación de nuevos Estados, generaron un panorama político inestable, el cual sería aprovechado por los grupos de extrema derecha durante la década de 1930 para acceder al poder. Sin embargo, este proceso debe ser visto también a la luz del rechazo u aceptación de lo que sucedía en Rusia, pues la revolución bolchevique de 1917, había tenido éxito e impulsaba un horizonte de esperanza para los socialistas en las republicas europeas. Por otro lado, en la obra de Benjamin podemos ver cómo incluso desde recién comenzada la guerra, ya hay una modificación en sus planteamientos sobre el tiempo y el futuro, una crítica a la concepción burguesa y un llamado a la modificación del presente, en un breve ensayo publicado en 1915 nos dice: Hay una concreta concepción de la historia que, en tanto confía en la infinitud del tiempo, sólo distingue el ritmo de los seres humanos y de las épocas, que van pasando rápida o lentamente a través de la senda del progreso. A esto corresponde lo inconexo, lo impreciso y falto de rigor de la exigencia que dicha concepción de la historia le plantea al presente. Pero, bien al contrario, la reflexión que vamos a elaborar se refiere a un estado determinado en el que la historia reposa como reunida en un centro, tal y como ha sido desde antiguo en las imágenes utópicas de los pensadores. Los elementos propio del estado final no están a la vista como informe tendencia de progreso, sino que se hallan hondamente insertados en cada 29 Hobsbawm, Historia…, p. 105. 26 presente en su calidad de creaciones y de pensamientos en peligro, reprobados y ridiculizados. La tarea histórica es configurar en su pureza el estado inmanente de la perfección como estado absoluto, hacer que sea visible, hacerlo dominante en el presente. Pero dicho estado no habrá que exponerlo con la pragmática descripción de los detalles […] sino que tan sólo se puede captar en lo que su estructura metafísica, como el reino mesiánico o la idea francesa de revolución30. Benjamin toma ya una dirección decisivaen lo que sus reflexiones sobre el tiempo, la historia y el presente–futuro se refieren ideas que irán madurando a lo largo de los siguientes veinte años y que terminarán plasmadas en las Tesis. Otro texto que muestra el cambio que representó la guerra, ya no sólo para Benjamin, sino para toda su generación, es el de la transmisión de experiencias en un mundo modificado por la técnica, en El Narrador dice: Con la Guerra Mundial comenzó a hacerse patente un proceso que no se ha detenido desde entonces. ¿No se observó al acabar la guerra que la gente volvía enmudecida del frente? No más rica en experiencia comunicable, sino mucho más pobre. Lo que diez años después se derramó en la riada de libros sobre la guerra era cualquier cosa menos experiencia transmitida oralmente. Y eso no era extraño. Pues ninguna experiencia ha sido más firmemente desmentida que las experiencias estratégicas mediante la guerra de trincheras, las experiencias económicas mediante la inflación, las experiencias corporales mediante la batalla de las maquinas, las experiencias morales mediante los que ejercen el poder. Una generación que había ido al colegio empleando el tranvía de caballos se encontraba ahora al aire libre, y en una región en la que lo único que no había cambiado eran las nubes; y bajo ellas, un campo de fuerzas de torrentes destructivos y explosiones, el diminuto y frágil cuerpo humano31. 30 Benjamin Walter, ‘La vida de los estudiantes’, en Obras, libro II, vol. 1, Madrid, Abada, 2010, p. 77. 31 Benjamin, Walter, ‘El narrador. Consideraciones sobre la obra de Nikolái Leskov’, en Obras, libro II, vol. 2, Madrid, Abada, 2009, p. 42. 27 Este escrito anterior a las Tesis, ya presenta un desarrollo mayor de sus planteamientos sobre el progreso, sin embargo también da cuenta del cambio que trajo consigo la guerra para toda la población de los países beligerantes, el mundo nunca volvería a ser el mismo. Pero antes de ahondar en el mundo que dejó de existir para siempre y las implicaciones que tuvo dentro del pensamiento de Benjamin, es pertinente voltear la mirada hacia lo que sucedía en Rusia, pues fue el triunfo de la Revolución en aquel país lo que permitió el resurgimiento del marxismo, una nueva lectura del mismo y el renacimiento de la tradición revolucionaria europea que a finales del siglo XIX parecía dejar de tener fuerzas suficientes para cambiar radicalmente el estado de cosas. EL OJO DEL HURACÁN, LA REVOLUCIÓN RUSA Y SU HORIZONTE UTÓPICO La crisis interna generada por la guerra, la hambruna y la debilidad económica, así como las levas campesinas para mantener a los ejércitos en el frente y la debilidad del zar Nicolás II en la guerra, generaron un profundo descontento que se encontraba profundamente arraigado en la sociedad del Imperio Ruso; prueba de ello es que doce años antes, en 1905, ya había estallado un intento de cambio social tras la derrota en la guerra ruso-japonesa, cuya consecuencia fue la creación por un breve periodo de tiempo de un parlamento que posteriormente sería clausurado por el zar. La crisis interna generada por la guerra fue aprovechada primero por la oligarquía para tomar el control sobre la toma de decisiones en el Imperio Ruso a costa del zar y su familia. Posteriormente, un grupo de revolucionarios, encabezados por Lenin lograron tomar el poder en Moscú y Petrogrado, de la mano de los soviets, apoyándose en el marxismo como sustento teórico para su política, su objetivo era primeramente garantizar la subsistencia de la población y posteriormente firmar la paz con Alemania, lo cual hicieron a cambio de grandes cesiones territoriales en Brest-Litovsk en 1918. La toma del poder por parte de un grupo de revolucionarios profesionales, en la que era considerada la nación más atrasada de Europa, tuvo implicaciones 28 inmediatas dentro del pensamiento. Dentro de los círculos marxistas alrededor de Europa se contradijo la tesis de que la revolución sería primero en los países cuya economía capitalista estuviera más avanzada. Por otro lado, se demostró que la toma del poder, incluso dentro de las más reaccionarias estructuras estatales, era algo posible. En Europa central generó intentos de tomar el control estatal aprovechando el vacío de poder aparecido después del final de la guerra, así como la esperanza de que se realizara una invasión por parte del Ejército Rojo para apoyar a las revoluciones comunistas al interior del continente. Además el triunfo de la Revolución impulsó en muchos lugares el radicalismo político de izquierda. Como explica Sheila Fritzpatrick, la revolución sirvió como un impulso al pensamiento utópico: Había una veta locamente impracticable y utópica en buena parte del pensamiento bolchevique durante la guerra civil. Indudablemente todas las revoluciones exitosas tienen esa característica: los revolucionarios siempre deben de estar impulsados por el entusiasmo y las esperanzas irracionales, ya que de otra forma, una evaluación de sentido común haría que los riesgos y costos de la revolución sobrepasaran a sus posibles beneficios. Como su socialismo era científico, los bolcheviques creían ser inmunes al utopismo32. Este impulso fue compartido por Benjamin, quien incluso en un viaje que realizó a Moscú en 192633 para visitar a su amiga Asja Lacis se sorprendió de las cosas que vio, es interesante la siguiente cita sobre Lenin; la imagen de Lenin va adoptando unas formas canónicas, de entre todas las cuales la celebérrima imagen del orador es la más frecuente. Pero hay otra imagen que todavía es más conmovedora y que nos resulta más cercana: Lenin sentado a la mesa al inclinarse sobre un numero de Pravda. 32 Fitzpatrick Sheila, La Revolución Rusa, Argentina, Siglo XXI editores, 2012, p. 110. 33 Así mismo Benjamin realizo no sólo el articulo próximamente citado de Moscú, sino que también nos ha quedado su diario en el cual realiza las confesiones de ámbito más personal sobre lo que pensaba del proceso revolucionario, su fortuna en Moscú pero sobre todo en lo que se refiere a la relación con Asja Lacis de quien se hablara en el siguiente capítulo. Benjamin Walter, Diario de Moscú, Madrid, Taurus, 1988. 29 Entregado a un efímero periódico, se manifiesta con la tensión dialéctica que se corresponde con su ser: la mirada se lanza con seguridad a lo lejano, mientras el esfuerzo infatigable del corazón se centra en el instante34. Ese utopismo descrito anteriormente puede quedar reflejado en la mirada sobre lo lejano, con vistas hacia un futuro mejor, la construcción de la sociedad sin clases y la realización de la sociedad comunista por parte de los revolucionarios rusos. La cuestión de la mirada es algo que se discutirá posteriormente a partir de nuestra propia época. Aunque se mostró a favor de la revolución y siempre simpatizó con la URSS, no fue sino hasta las purgas estalinistas y el control y la censura del pensamiento por parte del partido, que se generó en él un escepticismo con respecto de lo que allí sucedía. Con la derrota del intento de invasión realizada por las fuerzas del Ejército Rojo ante el ejército polaco, en 1921, la revolución tomó un carácter completamente interno que se convirtió en nacional a partir de la muerte de Lenin y la toma del poder por parte de Stalin. Sin embargo, se impulsó la política de los partidos comunistas apoyados directamente desde Moscú, que recibirían las ordenes sobre los procesos que debían de seguir para poder tomar el poder y así expandir la Revolución a escala mundial. El resultado más inmediato fue la creación de una nueva formación política, el partido Comunista de Alemania (KPD). Surgió por un lado, como consecuencia de la fragmentación de la socialdemocraciay del aumento de la radicalización de su antigua ala izquierda, mientras que la mayoría representada por la dirección del partido se acercaba cada vez hacia el centro y, por otro, como consecuencia de la revolución bolchevique. Durante la República de Weimar, el KPD se fue haciendo cada vez más dependiente de la Rusia Soviética35. 34 Benjamin Walter, ‘Moscú’, en Imágenes que piensan, en Obras, libro IV, vol. 1, Madrid, Abada, 2010, p. 294. Las cursivas son mías. 35 Möller Horst, La republica de Weimar. Una democracia inacabada, Madrid, Machado Grupo, 2012, p. 120. 30 Esto tuvo sus consecuencias directas sobre el pensamiento marxista y revolucionario, cuestión que será criticada por Benjamin dentro de las Tesis sobre el concepto de historia y que se abordará el los capítulos posteriores. El partido comunista se convirtió en el guardián sobre la verdad de la revolución, él plantearía cuándo y cómo sería pertinente realizarla y sería dueño de la única interpretación de Marx y Engels. Sin embargo, no todos siguieron esta línea de pensamiento, pues también en este periodo posrevolucionario en Europa central surgieron diversos autores marxistas que tuvieron una influencia profunda en Benjamin como Georg Lukács, y su Historia y conciencia de clase y Karl Korsch y el libro Marxismo y filosofía son algunos de los ejemplos. El ascenso del gobierno comunista en la URSS, implicó también que existiese una nueva amenaza para los gobiernos capitalistas occidentales, pues era un gobierno que se declaraba abiertamente contra los intereses imperialistas de occidente, lo cual impulsó una oleada de represiones y ataques contra los partidos comunistas, como la de Berlín en 1919 por parte del partido socialdemócrata alemán a una protesta comunista; éste es un ejemplo de que a pesar de que en la teoría compartían una idea sobre la supresión de la sociedad de clases, su praxis política era ya muy diferente. El 6 de Enero de 1919 se produjo el levantamiento de los espartaquistas, para entonces ya constituidos en Partido Comunista. Cuatro días más tarde los Freikorps sofocaron brutalmente el movimiento insurreccional. El 15 de aquel mismo mes Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg fueron asesinados y Berlín estaba nuevamente en manos de un gobierno socialdemócrata. En los meses siguientes se dio una sañuda persecución de radicales de izquierda en la capital y otros centros urbanos. […]La República de Weimar inició su historia con un baño de sangre entre fuerzas de izquierda36. Desde ese momento en adelante la política estaría influida fuertemente por el ascenso de los partidos comunistas. Concretamente en Alemania la escisión entre el partido Socialdemócrata alemán y el Partido comunista alemán, tendrían 36 Bieber E. León, La republica de Weimar, México, UNAM, 2002, pp. 17-18. 31 consecuencias que se extenderán durante los diez años siguientes a la revolución. Es ahora cuando podemos empezar a hablar sobre los efectos que tuvieron estos últimos procesos dentro del desarrollo histórico de Alemania, en concreto, de la subida al poder por parte de Adolf Hitler y el Partido Nacionalsocialista. En el caso de Benjamin, interesa reflexionar acerca de cómo la llegada al poder de dicho partido lo afecto vitalmente así como a su producción y el contenido de la misma. Arrecia el huracán. La republica de Weimar y el Ascenso del Fascismo Así como se ha escrito sobre la Primera Guerra Mundial, el debate sobre el ascenso de Hitler ha sido muy basto y polémico, están desde aquellas posturas que tratan de explicarlo priorizando una perspectiva histórica, buscando causas económicas, sociales u ideológicas, hasta aquellas, principalmente evidentes en programas de difusión “histórica”, que enarbolan teorías sobre el carácter “místico” de Hitler y los rituales que llevaban acabo para mantener el poder. En la actualidad el ascenso del fascismo tiene que ser un objeto de estudio importante que contribuya a evitar los errores que llevaron a una parte importante de los europeos a apoyarlo y a ver en dicho movimiento una respuesta a la crisis de legitimidad de la democracia parlamentaria, así como la resolución de la crisis económica en Europa. Por ejemplo, el mayor apoyo que tienen partidos como Amanecer Dorado en Grecia, el partido del la Libertad en Austria o el Frente Nacional en Francia son una muestra de que lejos de haber aprendido del pasado estamos destinados a repetirlo, la gente se sigue sintiendo atraída por este canto de sirena, que prometen una solución fácil y rápida a los problemas que atraviesan. Incluso, la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, es un indicio de que los cantos de sirena siguen siendo atractivos para una gran mayoría de la población37. 37 Por otro lado sería pertinente mencionar que a pesar de la gran cantidad de comparaciones que se han realizado entre Donald Trump y Hitler, estas nos hablan más de la incomprensión del fenómeno del nacionalsocialismo que de una reflexión profunda sobre lo que pudiera ocurrir en los próximos años con la presidencia de Trump. 32 En el caso de Benjamin, su vida se vio fuertemente afectada por el ascenso del fascismo, como judío se vio obligado a huir de Alemania en 1933, por eso “su escritura trata, con autentica valentía, de enunciar la historia y de abrirla a su sentido. Bajo todas las formas posibles de testimonio, rinde homenaje a todos los que van a morir por ella”, en este caso el mismo Benjamin que se suicidaría en 1940 al intentar huir por la frontera franco-española. En palabras de Bruno Tackels, uno de los biógrafos de Benjamin, el entorno socio-político representa lo siguiente: Tanto para la historia del propio Benjamin como para la comprensión que podemos tener de ella. No se trata de afirmar que la historia hubiese determinado casualmente la orientación de su obra. Ha sido en un sentido completamente diferente cómo la historia de la modernidad occidental ha trabajado el pensamiento de Benjamin. [...]Su escritura trata, con auténtica valentía, de enunciar la historia y de abrirla a su sentido. Bajo todas las formas posibles de testimonio, rinde homenaje a todos los que van a morir por ella. El desastre programado que invade dos veces Europa del siglo XX rara vez ha encontrado una mirada tan clarividente como la de Walter Benjamin, una luz capaz de medir con tal agudeza la magnitud y el tenor de lo que se tramaba. […], un texto que nunca ha hecho ninguna concesión ante la verdad desnuda: no se contenta con describir el espectáculo que se ha organizado, tendrá el coraje de mostrar al desnudo el verdadero tenor que anima a la civilización y al proyecto europeo38. Su vida por lo tanto, se vio marcada, como la de muchos otros, por los acontecimientos dramáticos de aquellas dos décadas de posguerra. Benjamin, al ser un escritor pequeño burgués39, y tener dependencia económica con respecto a 38 Tackels, Walter…, pp. 27-28. 39 A pesar de esta posición, Benjamin se pone abiertamente del lado del proletariado y en, El autor como productor dice lo siguiente sobre los intelectuales; “Porque la clase burguesa le ha entregado, en forma de educación, un medio de producción, y porque éste –en virtud del carácter de privilegio que tiene la educación- lo une a ella en una relación de solidaridad reciproca. Por ello Aragon está indudablemente en lo justo cuando afirma: ‘El intelectual revolucionario aparece en primer lugar y ante todo como traidor a su clase de origen´”. Esta cita nos muestra la autoconciencia de su posición así como de sus objetivos intelectuales y políticos. Benjamin Walter, El autor como productor,México, Ítaca, 2004, p. 59. 33 su padre durante los primeros años de su producción, se vio envuelto en la penuria económica al fracasar su intento para obtener una habilitación en la universidad. La vida de Benjamin se vería marcada permanentemente por dicha circunstancia, pues su trabajo giraría alrededor de la necesidad de garantizarse la supervivencia y sus intereses más profundos y vitales. Esta precariedad marcaría también su obra, pues definiría lo que puede publicar y lo que no, no sólo por la censura sino por el acceso al campo editorial cada vez más restringido, lo que realmente piensa a diferencia de lo que puede escribir, diferencias que son pertinentes para poder entender el pensamiento del autor. Así, a partir del ascenso del nacionalsocialismo, Benjamin tuvo la necesidad de exiliarse permanentemente de Alemania debido a la percusión que como judío sufría, a ello hay que agregar su condición de disidente político que dejaba atrás a sus familiares, a algunos amigos y a su preciada biblioteca que era un elemento fundamental para su producción así como medio de subsistencia. Lo que aumentó su precariedad económica y por lo tanto la dependencia con respecto a la dieta otorgada por el Instituto de Investigaciones Sociales de Frankfurt, la cual estaba condicionada a la redacción de determinados trabajos que le generaban una pesada carga y debilitaban su independencia intelectual, pues tenía que mantener la línea política del Instituto, así como tener siempre la aprobación tanto de Adorno como de Horkheimer, que en el caso de este último era el director del Instituto y Adorno su ayudante más cercano. El hecho de que el ascenso del nacionalsocialismo en Alemania tuviera un efecto tan importante en la vida de Benjamin no se debe sólo a su condición de judío, sino también al hecho de que la totalidad de la sociedad alemana de ese momento se encontraba ante un cataclismo debido en primer lugar a la derrota en la guerra y las grandes reparaciones que se le obligaron a pagar a Alemania. La inflación de 1922/1923 impulsó una intensa restructuración del patrimonio dentro de la burguesía. La crisis mundial a partir de 1930, que afectó duramente a Alemania (y a Gran Bretaña) provocando un alto desempleo, alcanzando su punto culminante en 1932 con más de 6,1 millones de desempleados, ejerció igualmente de facto igualitario […]Si se 34 tiene en cuenta el alto número de causas que repercutían conjuntamente en un periodo de tiempo tan corto, se puede entender perfectamente la verdadera dimensión del cambio social, el desarraigo y la desesperanza que caracterizaron la época de la Republica de Weimar40. La Alemania vencida tras la Primera Guerra Mundial se encontraba en un momento de decepción, la derrota había generado no sólo el fin del Imperio Alemán, sino que las condiciones de vida de la población decayeran rápidamente. La hiperinflación generó una crisis económica de proporciones catastróficas, sumado al problema generado en el otro lado del atlántico en 1929; “el resultado más palpable de la crisis económica fue la extrema tasa de desempleo, que en febrero de 1932 alcanzó una cifra alarmante: 6,128 millones de personas sin trabajo. Prácticamente un tercio de los trabajadores alemanes”41. Dentro del pensamiento histórico actual, se le suele dar una importancia mayor a este elemento como el definitivo del ascenso del nacionalsocialismo en Alemania; por ejemplo, Hobsbawm nos dice que la principal razón de la caída de la República de Weimar fue que la Gran Depresión hizo imposible mantener el pacto tácito entre el Estado, los patronos y los trabajadores organizados que la había mantenido a flote. La industria y el gobierno consideraron que no tenían otra opción que la de imponer recortes económicos y sociales, y el desempleo generalizado hizo el resto42. Esto, por ejemplo, se nos plantea profundamente actual, pues la principal solución a los problemas económicos con que se enfrentan los países en el presente son los recortes presupuestales junto a la condonación de impuestos a las empresas y grandes fortunas, además de la reducción del salario real. 40 Möller, La República…, p. 287. 41 Möller, La República…, p. 333. 42 Howbsbawm, Historia…, pp. 142-143. 35 Sin embargo, Möller y Fritzsche lo atribuyen a otra serie de factores que a la luz del presente toman mayor importancia, no sólo por la similitud, sino por el contexto de estancamiento económico generalizado a nivel global. El segundo factor se relaciona con entender el desarrollo del nacionalismo alemán y su materialización en la declaración de guerra en 1914, como un momento para la nación alemana en el que ese ideal construido a lo largo de las últimas décadas del siglo XIX se mostraba no sólo posible, sino también como algo que permitiría salvar del conflicto interno a la sociedad, el cual se expresaba entre el choque de las fuerzas internas, las clases obreras por un lado y la burguesía y los dirigentes por el otro. Lo que argumenta Fritzsche es que no sólo se concretó la idea de “lo alemán” en 1914, sino que los alemanes después de haber tenido esa vivencia y haber experimentado un eco de la misma en 1918, con la firma del armisticio, buscaban repetirla, para poder tener esa unión que parecía capaz de lograrlo todo. Fue en las concentraciones del nacionalsocialismo donde ese espíritu encontró un lugar, y fue por eso que, si bien no gozó de mayoría total el apoyo a Hitler en los primeros años de la década de 1930, sí tuvo un impacto importante y fue seguido por miles de alemanes que veían en ese movimiento una concreción de sus anhelos. Otra característica del nacionalsocialismo, fue justamente que en el plano ideológico se ponía por encima de este conflicto que dividía a la sociedad alemana, presentándose como el partido de los alemanes, el NSDAP no se dirigía a sus electores como un partido de clase, pero sí contaba con un modelo de conducta pequeño-burgués y con una difusa ideología43 populista que estaba por encima de las clases y que así debe continuar. La incapacidad social de la mayoría de los partidos de Weimar representaba, por el contrario, una pesada carga para la República a medio plazo44. 43 Para un análisis del aspecto ideológico del nacionalsocialismo y su comparación con los planteamientos socialistas véase Neuman Franz, Behemoth, México, FCE, 2005, p. 224. 44 Möller, La República…, p. 146. 36 Resulta importante esta característica, pues no sólo conformaba una identidad común de “lo alemán” sino que generaba inmediatamente una exclusión de aquello que no lo era; en este caso, y a pesar de vivir y participar de la vida pública en Alemania, los judíos fueron uno de los grupos excluidos por parte del nazismo, como también lo fueron los gitanos, polacos entre otras minorías que perdieron su calidad de ciudadanos convirtiéndose en ciudadanos de segunda. Volviendo al tema de la política en la Republica de Weimar, ésta se caracterizó por una inmovilidad, la cual fue provocada no sólo por la crisis económica y la debilidad de la República para poder llevar a cabo políticas exitosas, sino también se debió a la profunda división política que había dentro del parlamento alemán. Como ya se mencionó, para principios de la década de los treinta, la mayoría de los alemanes se había cansado de la inestabilidad y de la ausencia de transformación en los partidos tradicionales. Una vez más el presente comparte este aspecto con el pasado, el rechazo a la democracia liberal continúa en aumento y la crisis de representación política es cada vez mayor en las democracias de occidente. Como dice Möller: Pero la tendencia a los extremos se intensificó notablemente a principios de
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