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UNIVERSIDAD	NACIONAL	AUTÓNOMA	DE	MÉXICO	
FACULTAD	DE	CIENCIAS	POLÍTICAS	Y	SOCIALES	
	
	
	
LA	POTENCIALIDAD	POLÍTICA	DE	LA	IDEA	DE	UTOPÍA	EN	LAS	TESIS	SOBRE	EL	
CONCEPTO	DE	HISTORIA	DE	WALTER	BENJAMIN	
	
TESIS		
Que	para	obtener	el	título	de	
Licenciado	en	Ciencias	Políticas	y	Administración	Pública	(modalidad	
Ciencia	Política)	
	
	
PRESENTA:	
Federico	Julián	Bonet	Castillo	
	
DIRECTORA	DE	TESIS	
Alejandra	González	Bazúa	
	
	
Investigación	realizada	gracias	al	Programa	de	Apoyo	a	Proyectos	de	Investigación	y	
Mejoramiento	de	la	Enseñanza	(PAPIME)	de	la	UNAM	a	través	del	proyecto	(PE301216),	
“Pensar	históricamente:	tiempo	y	espacio	en	la	enseñanza	y	aprendizaje	de	las	Ciencias	
Sociales”.		
	
	
	
	
	
Ciudad	Universitaria,	Ciudad	de	México,	Septiembre	de		2017	
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
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AGRADECIMIENTOS 
 
En la última estrofa del poema de Bertolt Brecht “Leyenda sobre el libro Tao Te 
Ching dictado por Lao Tse en el camino de la emigración”, Brecht sostiene que no 
sólo hay que agradecerle a Lao Tse por su conocimiento sino al aduanero que 
incitó a su exposición. Desde esta perspectiva se plantean las siguientes palabras, 
para todos aquellos que indirecta o directamente han estado relacionados con la 
producción de este trabajo. 
 En primer lugar creo que es pertinente agradecer a aquellos cuyo nombre 
desconozco, cuyas historias de vida me son ignoradas pero que debido a la 
división social del trabajo me han permitido tener las condiciones materiales 
suficientes para realizarlo. Por otra parte ha la Universidad Nacional Autónoma de 
México y a las personas que la sostienen con sus impuestos y su trabajo. Además 
a aquellos que con su lucha han permitido que ésta empresa educativo-cultural 
sigua en pie a pesar de los embates de quienes pretenden utilizarla sólo para 
incrementar sus ganancias, reduciendo el acceso a la misma de miles de 
estudiantes. A todos ellos muchas gracias. 
 En segundo lugar, desde un aspecto que puede pasar desapercibido pero 
que es de suma importancia, el afectivo quiero agradecer a quienes a lo largo de 
estos años me han mostrado no sólo su apoyo sino su cariño y amistad en todo 
momento. Esperando no haber pasado por alto a nadie y de ser así espero acepte 
mis disculpas. A mis amigos y amigas con quienes llevo ya varios años 
compartiendo risas y tristezas: Diego Olvera, Fernando Morales, Dino, Luca, 
Adriana, Xavier, Dafne, Josué, Carlos Díaz, Miguel Ángel, Rafael, Luis Eduardo y 
Eddy. Por todo eso y más muchas gracias. 
 A mis compañeros de la carrera que a lo largo de la misma me hicieron 
aprenden innumerables cosas, con quienes he compartido muchos momentos de 
diversión, aprendizaje y lucha: Sarasuadi, José Alfonso, Ángel Granados, Ángel 
Sánchez, Román Portilla, Berenice Flores, Rubí, Luis Gómez, Rodrigo Ramírez, 
Sean, Sebastián, Ernesto, Mónica, Desire, Katia, Adrián, Grsy, Zamna, Nahúm, 
Mauro Jarquin, Luis Eduardo y Javier Masso. A todos ellos muchas gracias. 
	 3	
 A mis amigos del estadio que poco a poco se han ido convirtiendo en algo 
más que eso: Roca, Dieguito, Manu, Polo, Vladimir, Chela y Juancho. Muchas 
gracias. 
 A las familias Alarcon y Stechini por haberme recibido en sus respectivos 
hogares y haberme hecho aprender y conocer otros territorios. Muchas gracias. 
 En tercer lugar, a quienes aportaron para la realización de éste trabajo, con 
sus comentarios y sugerencias: Al Dr. Carlos Gallegos así como a mis 
compañeros de el Taller de Titulación y del Seminario de Investigación Política 
quienes con sus comentarios y aportes mejoraron los planteamientos de este 
trabajo. A Alejandra González Bazúa por su guía a lo largo de todo el proceso de 
realización de este trabajo. Así como a mis lectores: Julio Bracho, Diana Fuentes, 
José Gandarilla y Pablo Ulloa, por sus comentarios y correcciones. Muchas 
gracias. 
 Por último pero no por eso menos importante, quiero agradecer a mi familia 
por todo el apoyo que han dado a lo largo de estos años en especial a mi papa y a 
mi mama que me han guiado a lo largo del camino llamado vida. A todos muchas 
gracias. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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CONTENIDO: 
 
INTRODUCCIÓN 6 
CAPÍTULO I: LAS RUINAS DEL HURACÁN 11 
DEL FUTURO PERFECTO A LOS NUBARRONES DEL PRESENTE. LA SOCIEDAD DE 
LA BELLE ÉPOQUE 15 
EL HURACÁN, LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y SUS CONSECUENCIAS 20 
EL OJO DEL HURACÁN, LA REVOLUCIÓN RUSA Y SU HORIZONTE UTÓPICO 27 
Arrecia el huracán. La republica de Weimar y el Ascenso del Fascismo 31 
CAPÍTULO 2: CONSTELACIONES: LAS RELACIONES INTELECTUALES DE 
WALTER BENJAMIN 41 
 EL ÁNGEL DE BENJAMIN. GERSHOM SCHOLEM, CABALISTA Y MÍSTICO JUDÍO 44 
 THEODOR ADORNO, DISCÍPULO Y CRÍTICO INCISIVO 53 
 BERTOLT BRECH, COMUNISMO Y ARTE MILITANTE 61 
 ERNST BLOCH, LA UTOPÍA DESDE EL SUEÑO SOÑADO DESPIERTO 69 
 TRES DEDICATORIAS DE HOMBRES DISTINTOS, PARA TRES MUJERES AMADAS 73 
 
CAPÍTULO 3: DESDE LA IDEA DE HISTORIA A LA IDEA DE UTOPÍA. 
UNA IMAGEN DIALÉCTICA 78 
LA PROTOHISTORIA DEL SIGLO XIX, EL ORIGEN DE LAS TESIS SOBRE EL CONCEPTO 
DE HISTORIA 83 
EL MATERIALISMO HISTÓRICO Y LA IMAGEN DIALÉCTICA, UNA CONJUNCIÓN 
MESIÁNICA 92 
 LA IDEA DE HISTORIA 99 
1.LA CONCEPCIÓN POSITIVISTA DE LA HISTORIA 99 
2.LA IDEA DE PROGRESO, UNA ÚNICA CATÁSTROFE 103 
3.LA IDEA BENJAMINIANA DE HISTORIA 107 
LOS BIENES CULTURALES Y LAS RUINAS, LOS DESPOJOS DE LA BARBARIE 115 
 MELANCOLÍA Y TRISTEZA, LA ANTESALA DE LA UTOPÍA 120 
	 5	
 LA IDEA DE UTOPÍA DE WALTER BENJAMIN 126 
1.EL CONCEPTO DE ORÍGEN Y LA TÉCNICA 126 
2. REDENCIÓN Y MESIANISMO 129 
3.LA UTOPÍA Y EL ESTADO DE EXCEPCIÓN, EL CAMINO A LA FELICIDAD 132 
CAPÍTULO 4: ÉSTE ES EL MEJOR MUNDO POSIBLE138 
LA CRISIS DE LAS UTOPÍAS Y EL FIN DE LA HISTORIA, LA CONSUMACIÓN DE LA 
CATÁSTROFE 140 
DE LA TRISTEZA NECESARIA PARA REVIVIR A LA REVOLUCIÓN RUSA 148 
POSIBILIDAD Y ESPERANZA. LA NECESIDAD DE VOLVER A SOÑAR DESPIERTOS 154 
CONCLUSIONES 161 
BIBLIOGRAFÍA CITADA 167 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	 6	
INTRODUCCIÓN 
	
	
La política es magia. Aquel que sepa invocar las 
fuerzas de las profundidades será quien tenga 
seguidores. 
Hugo von Hofmannsthal1 
 
La crítica debe concebirse de manera tal que la 
política sea su continuación por otros medios. 
Bertolt Brecht 2 
	
Esta investigación surgió de una inquietud particular derivada de la crisis política 
que se intensifica poco a poco en el presente, de la preocupación sobre el porvenir 
de la humanidad en un mundo cada vez más violento e incierto. De ahí la 
necesidad de buscar sentidos posibles en experiencias y pensamientos que han 
estado un tanto ajenos a una disciplina como la Ciencia Política. 
 Walter Benjamin es un pensador poco leído desde la Ciencia Política, el 
balance sobre su lectura e interpretación en dicha disciplina no es positivo a pesar 
de que sus aportes pueden ser fundamentales para comprender una época como 
la actual. Sobre la potencialidad de Benjamin en el presente versa esta 
investigación, entendiendo por ello las condiciones que permitieron o posibilitan el 
acontecer de uno o varios sucesos. 
 La obra de Benjamin se caracteriza por el hermetismo y la heterodoxia de 
elementos que, en otros planos, son antagónicos, pero que precisamente por eso 
le otorgan una profundidad de sus reflexiones. De ahí que su lectura sea difícil 
desde un acercamiento superficial. 
 Las formas como Benjamin reflexionó sobre temas diversos son 
sumamente pertinentes en la actualidad, sobre todo aquellas relacionadas con el 
progreso, la historia, la técnica, el arte y la política; de ahí la necesidad de realizar 
una lectura desde la Ciencia Política con el objetivo de acercarse a un pasado en 
																																																								
1 Citado en Schorske Carl E., La Viena de fin de siglo. Política y Cultura, Siglo XXI editores, Argentina, 2011, p. 147. 
2 Citado en Witte Bernd, Walter Benjamin una biografía, Barcelona, Gedisa, 2002, p. 142. 
	
	 7	
la que su mayor similitud con el presente es precisamente la incertidumbre hacia 
el porvenir, una época, como la nuestra, en que las certezas que había en 
décadas anteriores se han esfumado casi por completo. Certezas que, en el caso 
de Benjamin, se nublaron por el ascenso del nacionalsocialismo y la crisis 
económica, y, en el nuestro, por la crisis ambiental de origen antropogénico, la 
crisis de la política en su versión democrático-liberal y al mismo tiempo la 
incertidumbre económica; estos son los horizontes ante los cuales carecemos de 
respuestas tajantes. Por ello el recurso de buscar respuestas e interrogantes en 
autores que, si bien no son nuestros contemporáneos, su época resulta lo 
bastante turbulenta para que sus ecos resuenen en el presente. 
 De estas consideraciones se deriva la necesidad de hacer una lectura del 
pensamiento de Walter Benjamin, autor que, por cierto, está siendo cada más 
leído o al menos nombrado. En el caso de este texto, se ahondará en las Tesis 
sobre el concepto de historia, dicho trabajo fue el último que Benjamin escribió 
antes de verse obligado a huir de la persecución nacionalsocialista que lo llevaría 
al suicidio en septiembre de 1940. 
 En dicho texto el autor delinea breve, pero sustanciosamente, sus 
concepciones fundamentales sobre el progreso, la historia y los problemas 
políticos que permitieron el ascenso del nacionalsocialismo; a pesar del profundo 
pesimismo que Benjamin plantea en él, hay una pequeña luz, una propuesta de 
utopía que recorre las diferentes Tesis de la mano de su idea de historia. 
De ahí que la pregunta central de este trabajo sea la siguiente: ¿cuál es la 
potencialidad, en términos políticos, de la idea de utopía en las Tesis sobre el 
concepto de historia? Seguida de las preguntas secundarias: ¿acaso esta idea es 
actual?, ¿en qué estado se encuentra? Y por último, ¿esta idea nos puede ayudar 
hoy a plantear un horizonte utópico? 
Estas interrogantes surgen desde la concepción de la política como 
conflicto, como luchas por darle sentido a lo humano. De ahí la pertinencia del 
estudio de una idea de utopía, pues ésta será la que le otorgará sentido a una 
determinada acción orientada a un objetivo particular. Como dijera Eduardo 
Galeano, la utopía sirve para avanzar incesantemente. La propuesta de Benjamin, 
	 8	
a diferencia de otros proyectos utópicos, no se plantea en términos normativos; 
esta diferencia es interesante con respecto a las utopías “tradicionales” y la hace 
única respecto a las demás. Cabe aclarar que en la obra de Benjamin es raro el 
uso explícito del término utopía, sin embargo, se encuentra presente en su 
pensamiento e ideas, sobre todo en las Tesis sobre el concepto de historia. 
De ahí que la estructura de este trabajo pretenda darle al lector las mayores 
herramientas posibles para comprender desde dónde y por qué se está realizando 
la interpretación de las Tesis benjaminianas atendiendo a la potencialidad 
presente de su idea de utopía. 
 Así, este trabajo está dividido en cuatro capítulos, los primeros dos son de 
carácter heurístico y tienen el fin de comprender las condiciones en las que 
Benjamin realizó su obra. El primero, de corte principalmente histórico, toma en 
cuenta la época en la que Benjamin escribió sus obras, y el segundo tiene como 
objetivo dar cuenta de las principales relaciones intelectuales de dicho autor. El 
tercer capítulo se centra en el análisis de las Tesis sobre el concepto de historia 
partiendo de las interrogantes planteadas en torno a la utopía. El último capítulo 
hace una lectura del presente, responde a la pregunta sobre la pertinencia del 
presente de las Tesis y de la idea de utopía presentada por Benjamin. 
 En el caso del primer capítulo se realiza un breve recuento de la historia de 
la sociedad europea que va de finales del siglo XIX al comienzo de la Segunda 
Guerra Mundial. Desde lo que se llamó en su momento la belle époque, pasando 
por las consecuencias que la Primera Guerra Mundial tuvo para una generación 
de jóvenes que vieron trastocado su mundo, hasta la Revolución Rusa y las 
condiciones que permitieron el ascenso de Hitler. El objetivo es generar una 
empatía con la época en la que Walter Benjamin realizó su obra. 
 En el segundo capítulo, con el mismo fin, pero desde otra perspectiva, se 
realiza un esbozo de las relaciones intelectuales de Benjamin, las cuales revelan 
una complejidad asombrosa que llega a sorpreder. Para fines del presente 
análisis reducimos a siete personas, las cuales son importantes para entender el 
contexto intelectual de una época. Las relaciones intelectuales tienen una 
	 9	
importancia no sólo biográfica, sino que representan la posibilidades de 
comprender aquellos paradigmas que, a pesar de ser antagónicos, Benjamin 
intentó conjuntar para crear algo completamente nuevo. Estos siete personajes 
son: Gershom Sholem, el amigo de toda la vida de Benjamin. Theodor 
Wiesengrund Adorno a quien consideraría como su discípulo. Bertolt Brecht, quien 
en los últimos años de la vida de Benjamin cobraría una importancia fundamental 
para su producción y supervivencia y cuya influencia es fundamental para 
comprender el acercamiento de Benjamin al Marxismo y a la militancia política.Ernst Bloch, con quien su relación fue complicada, marcada por asperezas y 
distanciamientos, pero con quien compartía la afinidad por vincular los temas 
religiosos a la perspectiva del materialismo histórico. Además, las tres mujeres 
más importantes de su vida; en primer lugar la artista Jula Cohn, de quien se 
enamoró profundamente y lo hizo acercarse a la vanguardia artística surrealista. 
En segundo lugar su esposa Dora Keller con quien, a pesar de su divorcio, a lo 
largo de los años de exilio de Benjamin le brindó su apoyo. Por último, pero no 
menos importante, Asja Lacis, quien lo introduciría al Materialismo Histórico y le 
presentaría a Bertolt Brecht. 
 El tercer capítulo es el más importante en términos conceptuales, pues 
busca desarrollar la idea de utopía que Benjamin presenta en las Tesis. Sin 
embargo, para ello fue importante historiar ese mismo texto y verlo desde la 
perspectiva de las demás obras realizadas por nuestro autor. El capítulo parte 
desde la pregunta por el papel que pudieron representar las Tesis en lo que sería 
la obra fundamental de Benjamin, El libro de los pasajes. Desde ahí se realiza la 
lectura de las Tesis, es decir una mirada centrada no en su orden cronológico, 
sino en la idea de la historia, la cual es el hilo conductor de dicho texto. Benjamin 
planteó una crítica al positivismo historiográfico hegemónico en su época y a las 
conciencias que éste tiene no sólo en el pensamiento, sino dentro del campo de la 
política. De ahí su importancia para una disciplina como la Ciencia Política. 
 La idea de historia se sustenta en la catástrofe hacia donde se dirige la 
humanidad de continuar por la misma senda por la que hasta ahora ha caminado. 
La explicación de la idea de utopía se realiza a partir de entender la historia de 
	 10	
dicha manera. Es necesario hablar de dos conceptos que son claves para 
entender dicha idea: las ruinas, y la cultura; estos conceptos, conjugados con una 
mirada melancólica e histórica, permiten observar que lo que fundamenta la utopía 
para Benjamin, no es la reflexión sobre lo evidente o explícito, sino sobre aquello 
que no pudo ser. 
 La recomendación para el lector es que antes de adentrarse al tercer 
capítulo tenga presente la totalidad de las Tesis sobre el concepto de historia. 
Como se explicará más adelante, en este trabajo no se busca hacer un comentario 
a las mismas, sino penetrar en su contenido de verdad, de ahí la necesidad de no 
recurrir a una explicación y enunciación punto por punto de las mismas, sino más 
bien aplicar el método propuesto por Benjamin sobre la cita, es decir aquél que a 
manera de collage, trata de presentar la verdad a partir de fragmentos que 
contengan parte de la totalidad de aquello a lo que pertenecen. 
 Por último, el cuarto capítulo es en el que se esboza nuestro presente y la 
importancia para la actualidad de un texto como el que escribió Benjamin. Sin 
dejar de lado la idea de potencialidad, se busca con dicho capítulo mostrar la 
pertinencia para nuestra época no sólo del texto de Benjamin sino de su método 
para acercarse al conocimiento histórico, pero sobre todo de su idea de utopía. 
 Así, este trabajo busca hacer un llamado para plantearnos soluciones a los 
problemas que están presentes no sólo en la política, sino que atraviesan a la 
humanidad en su totalidad. Además, es un trabajo que parte desde una postura 
que busca ser consecuente con la lucha de los oprimidos, otorgarnos mejores 
herramientas para luchar por un mundo en el que se pueda afirmar la vida, no sólo 
de la humanidad como tal, sino de todos los seres vivos que habitamos este 
planeta. De ahí la exigencia que, desde la idea de utopía de Benjamin, se nos 
plantea a nosotros como sujetos: ir más allá en la búsqueda de un mundo distinto, 
no en el futuro sino en el presente. 
 
 
 
	
	
	 11	
CAPÍTULO I 
LAS RUINAS DEL HURACÁN 
 
Pretendo llamar la atención sobre el diluvio que ya se 
está extendiendo por todo el mundo y en el que la 
humanidad podría perecer ahogada. Ese diluvio 
consiste en la desmesurada voracidad. El hombre 
moderno es insaciable; la avidez lo absorbe por 
completo y lo asfixia, es decir lo destruye y lo priva de 
humanidad. 
Karel Kosik3 
 
Una generación que había ido al colegio empleando 
el tranvía a caballos se encontraba ahora al aire libre, 
y en una región en la que lo único que no había 
cambiado eran las nubes; y bajo ellas, en un campo 
de fuerzas de torrentes destructivos y explosiones, el 
diminuto y frágil cuerpo humano. 
Walter Benjamin4 
 
Cada acontecimiento, suceso, descubrimiento, idea y sujeto, incluido su 
pensamiento(s), son productos de determinadas concatenaciones de procesos 
históricos, los cuales caracterizan la singularidad y especificidad de la formación 
personal del individuo. En este caso, la vida de un filósofo y su pensamiento, son 
condicionados no sólo por su entorno, sino por una serie de sucesos que inciden 
en su pensar y modifican su actuar en el mundo. 
Las ideas y acontecimientos en torno a la vida de Walter Benjamin son un 
reflejo de dicho planteamiento. Para poder explicar y comprender su pensamiento 
se nos presenta la necesidad de realizar una construcción espacio-temporal (en la 
medida de lo posible, y para los efectos de este trabajo) que muestre aquellos 
sucesos significativos que pudieron influir en su pensamiento. Dicha construcción 
se realizará en las siguientes páginas5. 
																																																								
3 Kosik Karel, ‘Programa antediluviano’, en; Reflexiones antediluvianas, México, Ítaca, 2012, p. 11. 
4 Benjamin, Walter, ‘El narrador’, en Obras, libro II, vol. 2, Madrid, Abada, 2010, p. 42. 
5 Más adelante, de la mano del propio Benjamin, se realizará también una breve crítica a esta concepción partiendo de 
los planteamientos que el autor realiza en su obra sobre Las afinidades electivas de Goethe. 
	 12	
 Las Tesis sobre el concepto de historia 6 representan el resultado de 
intuiciones, sobre todo aquellas conformadas en los tiempos posteriores a la 
Primera Guerra Mundial, que Benjamin llevó consigo a lo largo de su vida y que no 
pudo terminar de desarrollar. Estas son reflexiones que él quiso salvar de las 
manos del fascismo que se encontraba al asecho de su vida y que terminaría 
obligándolo al suicidio en septiembre de 19407. 
 Este conjunto de ideas se encuentra influenciado por diversos procesos 
ocurridos en Europa desde finales del siglo XIX y hasta finales de los años treinta, 
los cuales se concretaron con el ascenso del fascismo, el pacto Molotov-
Ribbentrop y el desvanecimiento de la ilusión que representaba la URSS como un 
horizonte en pos de la lucha contra el fascismo. 
 Por lo tanto, es pertinente analizar los siguientes procesos históricos que 
devinieron en elementos constitutivos de las Tesis, si bien no incidieron de manera 
directa, sí modificaron el cauce de lo que Benjamin vivió, y por lo tanto de lo que 
pensó. En algunos casos las referencias al interior de las Tesis son más evidentes 
que en otros. Pero es indispensable ir más allá de las referencias directas para 
poder generar una interpretación más adecuada de aquello que vivió Benjamin 
cuando escribió dicho texto8. 
 Por otro lado, es también pertinente entender ese contexto en función de 
algo, quizás, mucho más importante: el ahora. Cómo ese pasado se relaciona con 
nuestro presente y cómo éste se relaciona con el pasado, qué nos dice a nosotros 
																																																								
6 De aquí en adelante se nombrará a las Tesis sobre el concepto de historia como Tesis. La edición y traducción 
utilizada en esta investigación es la de Bolívar Echeverría disponible en 
http://www.bolivare.unam.mx/traducciones/Sobre%20el%20concepto%20de%20historia.pdf	
7 En una carta a su amigo Gershom Scholem, Benjamin escribe lo siguiente: “Espero que de aquí en adelante no sigas 
dando largasa la redacción de tus conferencias neoyorquinas. Cada línea que podemos publicar ahora –tan incierto 
como sea el futuro al que las abandonamos- es un triunfo arrebatado a los poderes de las tinieblas”. En Benjamin Walter 
y Scholem Gershom, Correspondencia 1933-1940, Madrid, Trotta, 1987, p. 264, carta de Benjamin 11 de enero de 1940. 
8 Un problema existente al estudiar la obra de Benjamin son las escasas de referencias a los sucesos que ocurrían en su 
época, es por ello que en muchos casos sólo es posible hacer una suerte de especulación sobre cuáles eran sus 
opiniones con respecto de algún hecho en particular. Dice Scholem lo siguiente: “su total aversión a discutir acerca de 
los acontecimientos de la actualidad política y de las vicisitudes de la guerra. Tras la edición de sus Briefe he tenido 
ocasión de constatar, expresado en algunas reseñas, el asombro ante el hecho de que en las cartas publicadas no se 
encontrase la más mínima referencia a los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial, que tan decisivamente ha 
marcado, sin embargo, a toda nuestra generación”. En Scholem Gershom, Walter Benjaim. Historia de una amistad, 
Barcelona, Debollsillo, 2014, p. 59. 
	 13	
hoy y qué lecciones podemos aprender de él, son preguntas importantes que 
conforman las claves de lectura de este trabajo. 
Esta propuesta de análisis centra su mirada en las reflexiones que 
Benjamin realizó a partir de sus experiencias históricas, como la Primera Guerra 
Mundial, el ascenso del fascismo y el fracaso de la República de Weimar, así 
como el triunfo de la Revolución Rusa y su posterior acuerdo con la Alemania de 
Hitler. En medio de un entorno profundamente catastrófico, Benjamin buscó 
encontrar las causas de fondo del fracaso de la “izquierda”, tanto de la posición 
socialdemócrata como de su vertiente revolucionaria enmarcada en el KPD 
(Partido Comunista Alemán)9. Su análisis entonces se concentró en los siguientes 
elementos. 
 En primer lugar la idea, surgida en Europa, sobre el progreso constante de 
la humanidad hacia un estadio superior, sustentada en el desarrollo técnico y que 
se derivaba del positivismo. Dicho proceso no sólo fue el resultado de la 
expansión y el desarrollo técnico en Europa, sino también del dominio de las 
principales potencias sobre el globo hacia finales del siglo XIX. Esta hegemonía 
tuvo una influencia global no sólo en términos económicos, sino también 
ideológicos. La transformación cultural que trajo consigo la Belle Époque es uno 
de los elementos importantes para entender la Primera Guerra Mundial, este será 
otro elemento a tener en cuenta. 
 En lo que respecta a lo acontecido durante la Primera Guerra Mundial, para 
fines de este trabajo interesa profundizar no en el desarrollo del conflicto, sino en 
las implicaciones que tuvo, principalmente dentro del nivel ideológico-político. Las 
consecuencias de la guerra desvanecieron la fe en el progreso y en aquello que la 
civilización europea consideraba un cúmulo de logros. La técnica al servicio de la 
razón, por un lado, y por otro la posibilidad de llegar a acuerdos y soluciones 
pacíficas. Es importante también hablar de la crisis económica que generó y 
marcó no sólo a Estados Unidos sino a Europa y principalmente a Alemania; dicho 
elemento facilitó el ascenso del fascismo del cual se hablará más adelante. 
																																																								
9 Al realizar el análisis de las Tesis sobre el concepto de Historia, se abordara la postura de Benjamin al respecto y que 
era lo que ambas posiciones compartían y que es la causa para Benjamin del fracaso de ambas posiciones.		
	 14	
En tercer lugar, para la posición revolucionaria, con la Revolución Rusa 
surgió una esperanza, un movimiento que prometió que el cambio social estaría al 
alcance de la mano y que por lo tanto reavivó no sólo las esperanzas en el futuro 
cercano, sino la discusión sobre el marxismo, la conciencia, la ideología y el arte 
dentro del ámbito de la izquierda. Pero también la Revolución Rusa, no como el 
triunfo revolucionario posterior a 1917, sino el proceso por el cual varios elementos 
críticos desde el pensamiento de izquierda observaban que algo estaba mal 
interior de las fronteras de la URSS. Dentro de este apartado se caracterizará a la 
URSS que Benjamin observó desde finales de 1920, e incluso visitó entre 1926 y 
1927 y que, con el pacto Molotov-Ribbentrop tuvo su culminación al clausurar el 
horizonte de esperanza que representaba la URSS en la lucha contra el fascismo. 
Por consiguiente, el último aspecto, y quizás el más importante, es el 
ascenso del fascismo, principalmente en Alemania, a principios de la década de 
1930, sobre el que no sólo se explicarán las razones por las llegó al poder, sino se 
explicitarán algunas de las posturas que otras corrientes políticas, como el Partido 
Comunista Alemán, o el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), tuvieron sobre 
este proceso; estas posturas fueron blanco de la crítica que realizará Benjamin 
dentro de las Tesis. 
La comprensión del proceso de ascenso del fascismo contribuye a entender 
el pesimismo de Benjamin hacia el propio futuro de su época, el cual lo llevó al 
exilio de Alemania, como a muchos otros pensadores no sólo de la Escuela de 
Frankfurt que se exilian por su condición de disidentes o judíos. La condición de 
exiliado sería la que a través de varios años debilitaría sus medios de subsistencia 
incitando la decisión de poner fin a su vida en septiembre de 1940, al intentar huir 
a España y de ahí hacia Estados Unidos. 
Estos procesos nos permitirán construir una mejor comprensión de lo que 
sucedió e incitó las reflexiones presentes en las Tesis sobre el concepto de 
historia, por un lado. Pero por otro nos darán luz sobre el por qué de su 
pertinencia actual, por qué retomarlas y usarlas para entender nuestro presente y 
plantear interrogantes acerca de dónde nos dirigimos. La pertinencia o no de un 
horizonte de futuro, su construcción y cómo es que el pasado nos indica los 
	 15	
posibles porvenires que hoy se nos presentan de manera clara o borrosa. Qué 
oportunidades tenemos para transformar nuestra realidad, pese a las limitantes 
que nos son impuestas históricamente, qué soluciones ha habido a los problemas 
anteriores, qué soluciones se pensaron y no fueron realizadas en su totalidad y de 
qué manera podemos pensar y reflexionar en torno a los problemas actuales. 
 
DEL FUTURO PERFECTO A LOS NUBARRONES DEL PRESENTE. 
 LA SOCIEDAD DE LA BELLE ÉPOQUE 
 
La segunda mitad del siglo XIX se caracterizó por ser una época de grandes 
transformaciones desde el ámbito económico hasta el político y social, pasando 
por el científico y artístico. Característico fue también el surgimiento de los 
Estados nación, los diversos procesos que tuvieron lugar en el mundo, 
principalmente en Europa, así como la expansión del capitalismo y su empresa. 
Un ejemplo lo podríamos observar en la división y repartición del territorio africano 
por parte de las potencias europeas en 1884-1885. Por lo tanto aquellos que 
vivieron en esa época tenían estas características o al menos compartían estos 
pensamientos, Hobsbawm dice: 
 
Era el triunfo de una sociedad que creía que el desarrollo económico 
radicaba en la empresa privada competitiva y en el éxito de comprarlo todo 
en el mercado más barato (incluida la mano de obra) para venderlo luego 
en el más caro. Se consideraba que una economía de tal fundamento, y 
por lo mismo descansando de modo natural en las solidas bases de una 
burguesía compuesta de aquellos a quienes la energía, el mérito y la 
inteligencia habían aupado y mantenido en su actual posición, no sólo 
crearía un mundo de abundancia convenientemente distribuida, sino de 
ilustración, racionamiento y oportunidad humana siempre creciente, un 
progreso de las ciencias y las artes, en resumen: un mundo de continuo y 
acelerado avance materialy moral10. 
 
																																																								
10 Hobsbawm Eric, La era del Capital 1848-1875, Barcelona, Crítica, 2007, p.13. 
	 16	
La forma en que los participantes de la época se veían a sí mismos, la seguridad 
con la que se sentían amos y señores del mundo, el dominio sobre otros hombres 
y también sobre la naturaleza conformaban su justificación para el dominio que 
expandían por el mundo. Derivado esto de la expansión económica, así como de 
la supresión de los movimientos revolucionarios de 1848, aunado a una extensa 
época de paz, las clases dirigentes tenían una confianza ciega en el “progreso” de 
la civilización. 
 
Desde mediados del decenio de 1890 hasta la Primera Guerra Mundial, la 
orquesta económica global realizó sus interpretaciones en tono mayor de 
la prosperidad más que, como hasta entonces, en el tono menor de la 
depresión. La afluencia, consecuencia de la prosperidad de los negocios, 
constituyó el trasfondo de lo que se conoce todavía en el continente 
europeo como la belle époque11. 
 
La hegemonía de los valores burgueses, la democracia, el liberalismo, el 
desarrollo técnico y la expansión económica de la civilización europea occidental, 
fueron posibles a expensas de otros pueblos y justificados a partir de un mismo 
discurso en el que fueron catalogados como atrasados, legitimando así su 
colonización o exterminio, procesos que hoy continúan en muchas partes del 
mundo. 
Por otro lado, el progreso también se basó en el carácter “científico”, en los 
descubrimientos de aquella época, en la superación de las antiguas concepciones 
religiosas, en el desencantamiento del mundo, en particular la teoría de la 
evolución tuvo una influencia muy profunda en esa sociedad. Todo ello generó la 
confianza inevitable de la mejora y superioridad, y constituyó el fundamento para 
el dominio de la naturaleza y de todo aquel que no estuviera dentro de esta 
civilización. Esta idea de superioridad dominó el pensamiento europeo a lo largo 
de la centuria y durante la primera mitad del siglo XX. 
 
																																																								
11 Hobsbawm Eric, La era del Imperio 1875-1914, Barcelona, Crítica, 2009, p. 54. 
	 17	
El argumento más simple de aquellos que identificaban los estados-nación 
con el progreso era la negación del carácter de naciones ‘reales’ a los 
pueblos pequeños o atrasados, o argüir que el progreso les debía reducir a 
meras idiosincrasias provinciales dentro de las naciones ‘reales’ más 
grandes, o incluso hacerlos desaparecer por la asimilación de algún 
Kulturvolk12. 
 
Un resultado de esto y de la necesidad de expansión económica, fue la expansión 
colonial, derivando en el reparto de África y Asia por parte de las potencias 
Europeas. 
Ahora bien, estos procesos marcaron a la civilización de la belle époque, en 
tanto que generaron la seguridad sobre el futuro, en el cual las cosas sólo podían 
seguir por un camino ascendente hacia un mayor bienestar, riqueza y 
conocimiento. Esto queda reflejado en lo que se entendía por progreso, dice 
Hobsbawm al respecto: 
 
La palabra progreso, en sí misma, era ambigua, ya que podía aplicarse por 
un igual a cualquier cambio históricamente observado, y de hecho así se 
hacía, que significase una mejora (o que se considerase como tal), pero 
también se aplicaba al intento de llevar a cabo cambios deseables en el 
futuro. El progreso podía ser o no una realidad, pero lo ‘progresivo’ era una 
afirmación de intención política. […] En este sentido, ser ‘contemporáneo’ 
tenía también implicaciones en el cambio y en las innovaciones técnicas, lo 
mismo que respecto al tema […]Esto podía ser o no el ‘progreso’ en su 
sentido de mejora objetiva, pero ciertamente era ‘progreso’ en la medida en 
que las formas de aprehender el pasado debían, inevitablemente, dar paso 
a aquellas destinadas a aprehender el tiempo presente, que eran mejores 
por el mero hecho de ser contemporáneas13. 
 
Esta concepción del Progreso fue hegemónica hasta finales del siglo XIX. Sin 
embargo, al finalizar el siglo, empezó a ser cuestionada por diversos movimientos 
																																																								
12 Hobsbawm, La era del Capital…, p. 97. 
13 Hobsbawm, La era del Capital…, pp. 304-305. Las cursivas son mías. 
	 18	
artísticos, culturales, científicos y políticos14. Las crisis económicas y políticas 
representaron un duro golpe a la creencia en un mundo en constante perfección. 
Pero esta Weltanschauung15 del mundo burgués no sería abandonada hasta el 
trauma que representaría la Primera Guerra Mundial. 
 
el ‘progreso’ continuó inevitablemente y bajo la forma de sociedades 
burguesas, capitalistas y, en un sentido general, liberales. La Gran 
Depresión fue sólo un entreacto. ¿no había acaso crecimiento económico, 
avance técnico y científico, progreso y paz? ¿no sería el siglo XX una 
versión más gloriosa y afortunada del XIX? Hoy sabemos que no fue así16. 
 
Walter Benjamin creció en esta sociedad. Nacido en 1892 en Berlín, él vivió estas 
experiencias de forma particular. En aquellos años la ciudad de Berlín se 
caracterizaba por el rápido crecimiento impulsado por la industrialización, la 
migración de miles de campesinos en busca de trabajo y la reciente unificación 
alemana. Como capital del imperio fue un lugar de confluencia de los avances 
tecnológicos, así como de las ideas intelectuales más novedosas de la época. Los 
espectáculos públicos de autos o la llegada de algún expedicionario 
representaban un verdadero acontecimiento colectivo17. 
Era una ciudad que se caracterizaba por su vida pública, una identidad 
generada a través de medios como el periódico que creaba una idea común de lo 
berlinés, la cual estaba estrechamente ligada con la idea de “lo alemán”, del 
pueblo que después de su unificación podría superar cualquier dificultad en vistas 
del progreso. Sin embargo, también presentaba la típica división de la sociedad 
burguesa, es decir, existía en su interior un fuerte conflicto de clase, pues los 
partidos socialistas impulsaban la búsqueda de mayores derechos y la ampliación 
de su papel dentro de la toma de decisiones. 
																																																								
14 Véase Schorske Carl E., La Viena de fin de siglo. Política y Cultura, Argentina, Siglo XXI editores, 2011. 
15 Cosmovisión o concepción del mundo. 
16 Howbsbawm, La era del imperio…, p. 317. 
17 Para un panorama más detallado de los periódicos en el Berlín de esa época véase: Fritzsche Peter, Berlín 1900 
Prensa, lectores y vida moderna, Argentina, Siglo XXI editores, 2008. También Benjamin escribe sobre aquella época las 
impresiones que tuvo de niño en, Infancia en Berlín hacia 1900. 
 
	 19	
La sociedad berlinesa de finales del siglo XIX y principios del XX 
representaba a la belle époque alemana. El ascenso de una nación que poco a 
poco iba consolidando su carácter de potencia ya no sólo europea sino 
internacional. Esta era la ciudad en la que Benjamin creció, vivió y tuvo las 
primeras experiencias que lo influyeron y que marcaron sus reflexiones sobre el 
mundo burgués, aquellas que realizó posteriormente en París, otra ciudad 
fundamental de la época. Sin embargo, como veremos a continuación, era una 
sociedad que estaba a punto de transformarse radicalmente debido a la tragedia 
de la Primera Guerra Mundial. 
 En este contexto, las obras de Benjamin sobre las que se profundizará 
posteriormente, trataron principalmente sobre la juventud y su espíritu, aquello que 
podía impulsar una nueva generación a la transformación de una época. Cada 
nueva generación presenta nuevos valores, se rebela contra sus padres y trata de 
ser distinta a aquello que criticó. Estas obras realizadas para la asociación de 
estudiantes libres de Alemania, de la que Benjamin formó parte durante los años 
previos a la guerra, nos muestran no sólo su sentir particular, sino el detoda una 
época. 
 Por ejemplo en un texto de 1912 llamado La reforma escolar, un 
movimiento cultural, Benjamin nos dice, a partir de una cita a Rudolf Pannwitz, 
que “el objetivo de la educación es la reproducción de los valores espirituales”, y 
que; 
más allá de nuestro presente No sólo pensemos sub specie aeternitatis: al 
educar, vivimos y actuamos sub specie aeternitatis. Queremos una 
continuidad de sentido en todo desarrollo; que la historia no se 
descomponga en las voluntades de épocas particulares o incluso de 
individuos, que el desarrollo hacia delante de la humanidad en que 
creemos ya no se dé con inconsciencia biológica, sino que siga el espíritu 
que va planteando metas: lo que nosotros queremos es el cultivo del 
desarrollo natural hacia delante de la humanidad, es decir, la cultura Y la 
expresión de esta nuestra voluntad es: la educación18. 
																																																								
18 Benjamin, Walter, La reforma escolar, un movimiento cultural, en Obras, libro II , vol. 1, Madrid, Abada, 2010, pp. 14-
15. 
	 20	
 
En esta cita se observa la manera en que Benjamin muestra el futuro como la 
posibilidad del desarrollo histórico como algo deseable, el carácter teleológico esta 
presente y es ascendente. Sin embargo, con el estallido de la Primera Guerra 
Mundial, no tardará en cambiar de perspectiva y esto le permitirá empezar a 
desarrollar las reflexiones que desembocarán en las Tesis. 
 
EL HURACÁN, LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y SUS CONSECUENCIAS. 
 
Se ha escrito una innumerable cantidad de bibliografía sobre el desarrollo, las 
causas y las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. Para este trabajo no es 
necesario exponer el proceso de lucha imperialista y de la carrera armamentista 
de los años previos a 1914. Se pondrá énfasis en glosar brevemente las 
consecuencias que tuvo el conflicto para aquellos que lo vivieron, ya sea desde la 
trinchera o lejos del frente. Las repercusiones son de suma importancia en 
términos políticos debido a la desaparición del Imperio Alemán, Ruso, 
Austrohúngaro y Otomano por un lado y por el otro el desastre económico que 
trajo para una Alemania “traicionada”19 después de la firma del armisticio. Además 
de llevar a la revolución bolchevique al poder en 1917. 
 En el caso de Benjamin, éste en un principio se interesó en el inevitable 
llamado patrio con el fin de mantenerse junto a sus compañeros, pero fue 
rechazado y por lo tanto decidió mudarse a Suiza para mantenerse alejado del 
conflicto. Al poco tiempo cambiaría la situación y cayó en la desilusión al respecto 
del conflicto en los meses que siguieron a su estallido20. Scholem, en la biografía 
que escribe sobre Benjamin, deja constancia de que era un tema que no trataba y 
del cual se expresaba en raras ocasiones21. Conforme las condiciones de la 
guerra fueron cambiando para Alemania, fue llamado al servicio, pero gracias a la 
																																																								
19 Para un análisis de las transformaciones en el imaginario colectivo alemán véase: Fritzsche Peter, De Alemanes a 
Nazis 1914-1933, Argentina, Siglo XXI editores, 2012. 
20 Scholem, Walter…, p. 43. 
21 Scholem, Walter..., p. 59. 
	 21	
ayuda de su esposa, consiguió un certificado médico que le impidió prestar el 
servicio militar en 1917. 
 Otro aspecto fundamental de la biografía de Benjamin sucedido en el 
contexto del conflicto, fue el suicidio de su amigo Fritz Heinle, poeta con quien 
cultivó “una de las amistades más importantes de su existencia”22; conociéndose 
previamente al inicio de la guerra, Benjamin lo definiría de la siguiente forma “no 
tengo palabras para definir mi relación con Heinle, pero tendré que entre tanto la 
alegría pura que da un conflicto puro”23, el conflicto, sería la característica más 
común de sus relaciones venideras. El suicidio de su amigo le causó un gran 
impacto y sería una herida que no dejaría de sangrar, incluso años después al huir 
de Alemania cuando Benjamin intentó recuperar su biblioteca, esta herida volvería 
a encontrarse abierta; “ha conseguido recuperar todos sus archivos manuscritos, 
excepto los fondos de los hermanos Heinle, de los que él es albacea. Estos fondos 
nunca saldrán de Alemania, y finalmente serán destruidos por los nazis. El poeta 
muerto por segunda vez”24. Así, el legado de Heinle será una perdida irreparable 
para Benjamin, así como tantas otras para la humanidad. Benjamin le escribe a 
Gretel Adorno al respecto y le dice “el único pero seguro resultado fue que el 
legado de los dos Heinle, que yo había reunido completo, así como mi 
irremplazable archivo sobre la historia del movimiento juvenil burgués de 
izquierda, fueran destruidos al igual que mis trabajos de juventud”25. 
 En cuanto al aspecto intelectual, Benjamin pasó este periodo enfocándose 
en los estudios para su tesis de Doctorado sobre el Drama Barroco Alemán. El 
cual presentó hasta 1925, pero cuyos planteamientos se prepararon desde 1916 
durante un periodo de exilio en Suiza en el que tuvo un intenso desarrollo 
intelectual en temas relacionados con la filosofía kantiana y el drama barroco, este 
momento será sumamente importante porque profundizaría su amistad con 
Scholem, la cual cobraría cada vez mayor importancia. 
																																																								
22 Tackels Bruno, Walter Benjamin, Una biografía. Valencia, Universitat de València, 2012, p. 57. 
23 Tackels, Walter …, p. 62. 
24 Tackels, Walter…, p. 331. 
25 En, Benjamin Walter y Adorno Gretel, Correspondencia, Argentina, Eterna Cadencia, 2011, p. 383, carta de Walter 
Benjamin, 1 de noviembre de 1938. 
	 22	
 Sin embargo, el conflicto tuvo consecuencias sociales para el desarrollo 
posterior del pensamiento benjaminiano, así como de los sucesos que 
determinaron su futuro. 
 A diferencia de las guerras anteriores, incluidos los conflictos napoleónicos, 
la Primera Guerra Mundial, fue considerada como la primera guerra total, y debido 
a su magnitud por aquellos que la vivieron, fue conocida como “la guerra para 
terminar todas las guerras” o “la Gran Guerra”. “El único objetivo de guerra que 
importaba era la victoria total, lo que en la Segunda Guerra Mundial se dio en 
llamar ‘rendición incondicional’. Era un objetivo absurdo y destructivo que arruinó 
tanto a los vencedores como a los vencidos. Precipitó a los países derrotados en 
la revolución y a los vencedores en la bancarrota y en el agotamiento material”.26 
No sólo eso, dieciocho millones de muertos y el fin del romanticismo y 
heroísmo de la guerra también tuvieron consecuencias. La sociedad burguesa, 
que tan orgullosa se sentía de su capacidad para el uso de la razón y en el 
mejoramiento infinito de su sociedad, perdió dicha confianza, pues ¿cómo era 
posible enviar a toda una generación de jóvenes al exterminio en las trincheras, 
por conquistas tan efímeras? Estas conquistas no se medían en territorios o 
ciudades, sino en metros ocupados o recuperados. En los círculos intelectuales 
no había explicación para la carnicería recientemente sucedida, Freud ideó su 
teoría sobre la pulsión de muerte y El malestar en la cultura, Karl Kraus escribió su 
obra Los últimos días de la humanidad, y esto como un ejemplo de aquello que 
había dejado de ser, que nunca sería más. La sociedad de la Belle époque, había 
desaparecido para siempre. Surgieron nuevos debates que criticaban a la razón y 
a los valores occidentales y burgueses. El desencantamiento del mundo dio lugar 
al intento de reencantarlo desde diferentes perspectivas, el deseo romántico por 
revivir un pasado feudal y aristocrático, la difusión de corrientes artísticas que 
retomaban los mitos clásicos como modelo de sociedad, son un reflejo de la crisis 
que vivió el ideal burgués. 
 
																																																								
26 Hobsbawm Eric, Historia del siglo XX, Barcelona, Crítica, 2007, p. 38. 
	 23	
En losveinte, la revuelta contra la esterilidad académica (así como contra 
la sociedad moderna y su estructura ‘racionalizada’, burocráticamente 
organizada) tendía a tomar la forma de una afirmación de lo irracional. El 
renacimiento teológico era una de sus manifestaciones, pero había muchas 
otras: el voluntarismo soreliano en política, un renovado interés en 
Kierkegaard, la psiquiatría de Jung, las novelas de Hermann Hesse, la 
defensa de la ‘cultura’ frente a la civilización y de la ‘comunidad’ frente a la 
sociedad, e incluso una cierta moda intelectual por los horóscopos y la 
magia. Estaba ocurriendo un viraje en el campo de las alianzas 
intelectuales: los abogados de la razón, identificados desde la Iluminismo 
con las fuerzas sociales y políticas progresistas, abandonaban los impulsos 
de la revolución y aceptaban pasivamente, el estado de cosas ‘dado’27. 
 
Esta desesperanza se impregnó, de manera cada vez mayor en los círculos 
intelectuales de derecha, centro e izquierda, como resultado de las crisis políticas 
y económicas. Muchos intelectuales fueron cambiando sus adscripciones políticas, 
de izquierda a derecha o viceversa. Esta inestabilidad no auguraba nada bueno 
para los años por venir. 
Las consecuencias políticas se expresaron en los cambios dentro de las 
fronteras europeas y la creación de nuevos Estados derivados de los territorios de 
los antiguos imperios; los movimientos obreros, que se dejaron llevar en un primer 
momento por el impulso nacionalista en 1914, exigían mejores condiciones 
laborales y el derecho de representación política, ya no sólo en la elección de 
representantes al parlamento, sino en la elección de los poderes ejecutivos de las 
recientemente creadas repúblicas, como en el caso de Hungría, Checoslovaquia o 
Alemania. En algunos lugares como en Alemania o Hungría, se intentó imitar el 
golpe Bolchevique de 1917, en el primero por parte del recién fundado Partido 
Comunista Alemán (KPD), dirigido por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht; sin 
embargo éste fue reprimido por el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y los 
restos del ejército Alemán que regresaban del frente occidental. En el segundo por 
parte de Béla Kun y en donde Georg Lukács sería ministro de educación. 
																																																								
27 Buck-Morss Susan, Origen de la Dialéctica negativa. Theodor W. Adorno, Walter Benjamin y el Instituto de Frankfurt, 
Estados Unidos, Siglo XXI editores, 1981, p. 32. 
	 24	
La preocupación por parte de las burguesías locales de que la revolución 
estaba a la vuelta de la esquina no se hizo esperar, y esto propició un apoyo hacia 
la derecha nacionalista, lo que no impidió que los movimientos obreros obtuvieran 
algunas concesiones, como la reducción en la jornada de trabajo o mayores 
derechos laborales. Sin embargo, las consecuencias materiales de la guerra 
empeoraron la calidad de vida de millones de trabajadores. 
Pero no sólo esto, los resultados para los perdedores e incluso para 
algunos de los países que resultaron ganadores como Italia, no fueron los 
esperados al comenzar la guerra28. En el caso italiano y japonés, un descontento 
por las pocas ganancias territoriales obtenidas. Pero en el caso alemán, y de los 
países que se formaron a partir del Imperio Austrohúngaro, una insatisfacción por 
las condiciones en que les fue otorgada la paz. Estas condiciones al parecer del 
público de los países afectados eran una aberración, pues ellos no se sentían 
responsables por haber comenzado la guerra, y mucho menos causantes de los 
daños y reparaciones que les eran exigidos. Además de que en el momento de 
haber sido firmado el armisticio, al menos en el caso alemán, su ejército no había 
sido derrotado completamente en el campo de batalla. Estas condiciones serían 
una de las principales causas del descontento social en los años venideros, y 
como Keynes apuntará correctamente entonces, solo traerían más problemas que 
soluciones. 
 
En la conferencia de paz de Versalles (1919) se había impuesto a Alemania 
unos pagos onerosos y no definidos en concepto de “reparaciones” por el 
costo de la guerra y los daños ocasionados a las diferentes potencias 
vencedoras. Para justificarlas se incluyó en el tratado de paz una cláusula 
que declaraba a Alemania única responsable de la guerra (la llamada 
																																																								
28 Desde una perspectiva benjaminiana, ¿qué sería ganar una guerra? En una concepción de la Historia que se plantea 
como catástrofe no se define a aquellos que son los ganadores por sus ganancias territoriales o monetarias, los 
ganadores son los que tienen la capacidad de escribir la Historia y por lo tanto ser dueños de su legado. Sin embargo, el 
proceso histórico seguirá su curso y las ruinas dejadas tras su victoria se sumaran al cúmulo de ruinas previas al 
conflicto. Para la perspectiva benjaminiana solo puede haber vencedores en una sociedad plenamente emancipada y 
que ha evitado la catástrofe, donde todo su pasado es plenamente citable. Esto se discutirá posteriormente. 
	 25	
cláusula de “culpabilidad”), que, además de ser dudosa históricamente fue 
un auténtico regalo para el nacionalismo alemán29. 
 
Otros problemas fueron las dificultades por la existencia de minorías étnicas 
dentro de las fronteras de los estados, como de húngaros en Rumania, alemanes 
en Checoslovaquia, el eterno “problema de los Balcanes” o incluso la creación de 
los protectorados franceses e ingleses en medio oriente. La doctrina de Woodrow 
Wilson, un Estado para cada nación, fue el principio bajo el cual se dividieron los 
territorios de los vencidos. Rompiendo vínculos tradicionales y generando nuevos 
problemas identitarios. Además de esto la dificultad económica causada por la 
guerra y la desintegración y creación de nuevos Estados, generaron un panorama 
político inestable, el cual sería aprovechado por los grupos de extrema derecha 
durante la década de 1930 para acceder al poder. Sin embargo, este proceso 
debe ser visto también a la luz del rechazo u aceptación de lo que sucedía en 
Rusia, pues la revolución bolchevique de 1917, había tenido éxito e impulsaba un 
horizonte de esperanza para los socialistas en las republicas europeas. 
 Por otro lado, en la obra de Benjamin podemos ver cómo incluso desde 
recién comenzada la guerra, ya hay una modificación en sus planteamientos sobre 
el tiempo y el futuro, una crítica a la concepción burguesa y un llamado a la 
modificación del presente, en un breve ensayo publicado en 1915 nos dice: 
 
Hay una concreta concepción de la historia que, en tanto confía en la 
infinitud del tiempo, sólo distingue el ritmo de los seres humanos y de las 
épocas, que van pasando rápida o lentamente a través de la senda del 
progreso. A esto corresponde lo inconexo, lo impreciso y falto de rigor de la 
exigencia que dicha concepción de la historia le plantea al presente. Pero, 
bien al contrario, la reflexión que vamos a elaborar se refiere a un estado 
determinado en el que la historia reposa como reunida en un centro, tal y 
como ha sido desde antiguo en las imágenes utópicas de los pensadores. 
Los elementos propio del estado final no están a la vista como informe 
tendencia de progreso, sino que se hallan hondamente insertados en cada 
																																																								
29 Hobsbawm, Historia…, p. 105. 
	 26	
presente en su calidad de creaciones y de pensamientos en peligro, 
reprobados y ridiculizados. La tarea histórica es configurar en su pureza el 
estado inmanente de la perfección como estado absoluto, hacer que sea 
visible, hacerlo dominante en el presente. Pero dicho estado no habrá que 
exponerlo con la pragmática descripción de los detalles […] sino que tan 
sólo se puede captar en lo que su estructura metafísica, como el reino 
mesiánico o la idea francesa de revolución30. 
 
Benjamin toma ya una dirección decisivaen lo que sus reflexiones sobre el 
tiempo, la historia y el presente–futuro se refieren ideas que irán madurando a lo 
largo de los siguientes veinte años y que terminarán plasmadas en las Tesis. 
 Otro texto que muestra el cambio que representó la guerra, ya no sólo para 
Benjamin, sino para toda su generación, es el de la transmisión de experiencias en 
un mundo modificado por la técnica, en El Narrador dice: 
 
Con la Guerra Mundial comenzó a hacerse patente un proceso que no se 
ha detenido desde entonces. ¿No se observó al acabar la guerra que la 
gente volvía enmudecida del frente? No más rica en experiencia 
comunicable, sino mucho más pobre. Lo que diez años después se 
derramó en la riada de libros sobre la guerra era cualquier cosa menos 
experiencia transmitida oralmente. Y eso no era extraño. Pues ninguna 
experiencia ha sido más firmemente desmentida que las experiencias 
estratégicas mediante la guerra de trincheras, las experiencias económicas 
mediante la inflación, las experiencias corporales mediante la batalla de las 
maquinas, las experiencias morales mediante los que ejercen el poder. 
Una generación que había ido al colegio empleando el tranvía de caballos 
se encontraba ahora al aire libre, y en una región en la que lo único que no 
había cambiado eran las nubes; y bajo ellas, un campo de fuerzas de 
torrentes destructivos y explosiones, el diminuto y frágil cuerpo humano31. 
 
																																																								
30 Benjamin Walter, ‘La vida de los estudiantes’, en Obras, libro II, vol. 1, Madrid, Abada, 2010, p. 77. 
31 Benjamin, Walter, ‘El narrador. Consideraciones sobre la obra de Nikolái Leskov’, en Obras, libro II, vol. 2, Madrid, 
Abada, 2009, p. 42. 
	 27	
Este escrito anterior a las Tesis, ya presenta un desarrollo mayor de sus 
planteamientos sobre el progreso, sin embargo también da cuenta del cambio que 
trajo consigo la guerra para toda la población de los países beligerantes, el mundo 
nunca volvería a ser el mismo. Pero antes de ahondar en el mundo que dejó de 
existir para siempre y las implicaciones que tuvo dentro del pensamiento de 
Benjamin, es pertinente voltear la mirada hacia lo que sucedía en Rusia, pues fue 
el triunfo de la Revolución en aquel país lo que permitió el resurgimiento del 
marxismo, una nueva lectura del mismo y el renacimiento de la tradición 
revolucionaria europea que a finales del siglo XIX parecía dejar de tener fuerzas 
suficientes para cambiar radicalmente el estado de cosas. 
 
EL OJO DEL HURACÁN, LA REVOLUCIÓN RUSA Y SU HORIZONTE UTÓPICO 
 
La crisis interna generada por la guerra, la hambruna y la debilidad económica, así 
como las levas campesinas para mantener a los ejércitos en el frente y la debilidad 
del zar Nicolás II en la guerra, generaron un profundo descontento que se 
encontraba profundamente arraigado en la sociedad del Imperio Ruso; prueba de 
ello es que doce años antes, en 1905, ya había estallado un intento de cambio 
social tras la derrota en la guerra ruso-japonesa, cuya consecuencia fue la 
creación por un breve periodo de tiempo de un parlamento que posteriormente 
sería clausurado por el zar. 
La crisis interna generada por la guerra fue aprovechada primero por la 
oligarquía para tomar el control sobre la toma de decisiones en el Imperio Ruso a 
costa del zar y su familia. Posteriormente, un grupo de revolucionarios, 
encabezados por Lenin lograron tomar el poder en Moscú y Petrogrado, de la 
mano de los soviets, apoyándose en el marxismo como sustento teórico para su 
política, su objetivo era primeramente garantizar la subsistencia de la población y 
posteriormente firmar la paz con Alemania, lo cual hicieron a cambio de grandes 
cesiones territoriales en Brest-Litovsk en 1918. 
La toma del poder por parte de un grupo de revolucionarios profesionales, 
en la que era considerada la nación más atrasada de Europa, tuvo implicaciones 
	 28	
inmediatas dentro del pensamiento. Dentro de los círculos marxistas alrededor de 
Europa se contradijo la tesis de que la revolución sería primero en los países cuya 
economía capitalista estuviera más avanzada. Por otro lado, se demostró que la 
toma del poder, incluso dentro de las más reaccionarias estructuras estatales, era 
algo posible. 
En Europa central generó intentos de tomar el control estatal aprovechando 
el vacío de poder aparecido después del final de la guerra, así como la esperanza 
de que se realizara una invasión por parte del Ejército Rojo para apoyar a las 
revoluciones comunistas al interior del continente. Además el triunfo de la 
Revolución impulsó en muchos lugares el radicalismo político de izquierda. Como 
explica Sheila Fritzpatrick, la revolución sirvió como un impulso al pensamiento 
utópico: 
Había una veta locamente impracticable y utópica en buena parte del 
pensamiento bolchevique durante la guerra civil. Indudablemente todas las 
revoluciones exitosas tienen esa característica: los revolucionarios siempre 
deben de estar impulsados por el entusiasmo y las esperanzas irracionales, 
ya que de otra forma, una evaluación de sentido común haría que los 
riesgos y costos de la revolución sobrepasaran a sus posibles beneficios. 
Como su socialismo era científico, los bolcheviques creían ser inmunes al 
utopismo32. 
 
Este impulso fue compartido por Benjamin, quien incluso en un viaje que realizó a 
Moscú en 192633 para visitar a su amiga Asja Lacis se sorprendió de las cosas 
que vio, es interesante la siguiente cita sobre Lenin; 
 
la imagen de Lenin va adoptando unas formas canónicas, de entre todas 
las cuales la celebérrima imagen del orador es la más frecuente. Pero hay 
otra imagen que todavía es más conmovedora y que nos resulta más 
cercana: Lenin sentado a la mesa al inclinarse sobre un numero de Pravda. 
																																																								
32 Fitzpatrick Sheila, La Revolución Rusa, Argentina, Siglo XXI editores, 2012, p. 110. 
33 Así mismo Benjamin realizo no sólo el articulo próximamente citado de Moscú, sino que también nos ha quedado su 
diario en el cual realiza las confesiones de ámbito más personal sobre lo que pensaba del proceso revolucionario, su 
fortuna en Moscú pero sobre todo en lo que se refiere a la relación con Asja Lacis de quien se hablara en el siguiente 
capítulo. Benjamin Walter, Diario de Moscú, Madrid, Taurus, 1988. 
	 29	
Entregado a un efímero periódico, se manifiesta con la tensión dialéctica 
que se corresponde con su ser: la mirada se lanza con seguridad a lo 
lejano, mientras el esfuerzo infatigable del corazón se centra en el 
instante34. 
 
 Ese utopismo descrito anteriormente puede quedar reflejado en la mirada sobre lo 
lejano, con vistas hacia un futuro mejor, la construcción de la sociedad sin clases y 
la realización de la sociedad comunista por parte de los revolucionarios rusos. La 
cuestión de la mirada es algo que se discutirá posteriormente a partir de nuestra 
propia época. 
Aunque se mostró a favor de la revolución y siempre simpatizó con la 
URSS, no fue sino hasta las purgas estalinistas y el control y la censura del 
pensamiento por parte del partido, que se generó en él un escepticismo con 
respecto de lo que allí sucedía. 
Con la derrota del intento de invasión realizada por las fuerzas del Ejército 
Rojo ante el ejército polaco, en 1921, la revolución tomó un carácter 
completamente interno que se convirtió en nacional a partir de la muerte de Lenin 
y la toma del poder por parte de Stalin. Sin embargo, se impulsó la política de los 
partidos comunistas apoyados directamente desde Moscú, que recibirían las 
ordenes sobre los procesos que debían de seguir para poder tomar el poder y así 
expandir la Revolución a escala mundial. 
 
El resultado más inmediato fue la creación de una nueva formación política, 
el partido Comunista de Alemania (KPD). Surgió por un lado, como 
consecuencia de la fragmentación de la socialdemocraciay del aumento de 
la radicalización de su antigua ala izquierda, mientras que la mayoría 
representada por la dirección del partido se acercaba cada vez hacia el 
centro y, por otro, como consecuencia de la revolución bolchevique. 
Durante la República de Weimar, el KPD se fue haciendo cada vez más 
dependiente de la Rusia Soviética35. 
																																																								
34 Benjamin Walter, ‘Moscú’, en Imágenes que piensan, en Obras, libro IV, vol. 1, Madrid, Abada, 2010, p. 294. Las 
cursivas son mías. 
35 Möller Horst, La republica de Weimar. Una democracia inacabada, Madrid, Machado Grupo, 2012, p. 120. 
	 30	
Esto tuvo sus consecuencias directas sobre el pensamiento marxista y 
revolucionario, cuestión que será criticada por Benjamin dentro de las Tesis sobre 
el concepto de historia y que se abordará el los capítulos posteriores. El partido 
comunista se convirtió en el guardián sobre la verdad de la revolución, él 
plantearía cuándo y cómo sería pertinente realizarla y sería dueño de la única 
interpretación de Marx y Engels. Sin embargo, no todos siguieron esta línea de 
pensamiento, pues también en este periodo posrevolucionario en Europa central 
surgieron diversos autores marxistas que tuvieron una influencia profunda en 
Benjamin como Georg Lukács, y su Historia y conciencia de clase y Karl Korsch y 
el libro Marxismo y filosofía son algunos de los ejemplos. 
El ascenso del gobierno comunista en la URSS, implicó también que 
existiese una nueva amenaza para los gobiernos capitalistas occidentales, pues 
era un gobierno que se declaraba abiertamente contra los intereses imperialistas 
de occidente, lo cual impulsó una oleada de represiones y ataques contra los 
partidos comunistas, como la de Berlín en 1919 por parte del partido 
socialdemócrata alemán a una protesta comunista; éste es un ejemplo de que a 
pesar de que en la teoría compartían una idea sobre la supresión de la sociedad 
de clases, su praxis política era ya muy diferente. 
 
El 6 de Enero de 1919 se produjo el levantamiento de los espartaquistas, 
para entonces ya constituidos en Partido Comunista. Cuatro días más tarde 
los Freikorps sofocaron brutalmente el movimiento insurreccional. El 15 de 
aquel mismo mes Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg fueron asesinados y 
Berlín estaba nuevamente en manos de un gobierno socialdemócrata. En 
los meses siguientes se dio una sañuda persecución de radicales de 
izquierda en la capital y otros centros urbanos. […]La República de Weimar 
inició su historia con un baño de sangre entre fuerzas de izquierda36. 
 
Desde ese momento en adelante la política estaría influida fuertemente por el 
ascenso de los partidos comunistas. Concretamente en Alemania la escisión entre 
el partido Socialdemócrata alemán y el Partido comunista alemán, tendrían 
																																																								
36 Bieber E. León, La republica de Weimar, México, UNAM, 2002, pp. 17-18. 
	 31	
consecuencias que se extenderán durante los diez años siguientes a la 
revolución. 
Es ahora cuando podemos empezar a hablar sobre los efectos que tuvieron 
estos últimos procesos dentro del desarrollo histórico de Alemania, en concreto, 
de la subida al poder por parte de Adolf Hitler y el Partido Nacionalsocialista. En el 
caso de Benjamin, interesa reflexionar acerca de cómo la llegada al poder de 
dicho partido lo afecto vitalmente así como a su producción y el contenido de la 
misma. 
 
Arrecia el huracán. La republica de Weimar y el Ascenso del Fascismo 
 
Así como se ha escrito sobre la Primera Guerra Mundial, el debate sobre el 
ascenso de Hitler ha sido muy basto y polémico, están desde aquellas posturas 
que tratan de explicarlo priorizando una perspectiva histórica, buscando causas 
económicas, sociales u ideológicas, hasta aquellas, principalmente evidentes en 
programas de difusión “histórica”, que enarbolan teorías sobre el carácter “místico” 
de Hitler y los rituales que llevaban acabo para mantener el poder. 
 En la actualidad el ascenso del fascismo tiene que ser un objeto de estudio 
importante que contribuya a evitar los errores que llevaron a una parte importante 
de los europeos a apoyarlo y a ver en dicho movimiento una respuesta a la crisis 
de legitimidad de la democracia parlamentaria, así como la resolución de la crisis 
económica en Europa. Por ejemplo, el mayor apoyo que tienen partidos como 
Amanecer Dorado en Grecia, el partido del la Libertad en Austria o el Frente 
Nacional en Francia son una muestra de que lejos de haber aprendido del pasado 
estamos destinados a repetirlo, la gente se sigue sintiendo atraída por este canto 
de sirena, que prometen una solución fácil y rápida a los problemas que 
atraviesan. Incluso, la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados 
Unidos, es un indicio de que los cantos de sirena siguen siendo atractivos para 
una gran mayoría de la población37. 
																																																								
37 Por otro lado sería pertinente mencionar que a pesar de la gran cantidad de comparaciones que se han realizado entre 
Donald Trump y Hitler, estas nos hablan más de la incomprensión del fenómeno del nacionalsocialismo que de una 
reflexión profunda sobre lo que pudiera ocurrir en los próximos años con la presidencia de Trump. 
	 32	
 En el caso de Benjamin, su vida se vio fuertemente afectada por el ascenso 
del fascismo, como judío se vio obligado a huir de Alemania en 1933, por eso “su 
escritura trata, con autentica valentía, de enunciar la historia y de abrirla a su 
sentido. Bajo todas las formas posibles de testimonio, rinde homenaje a todos los 
que van a morir por ella”, en este caso el mismo Benjamin que se suicidaría en 
1940 al intentar huir por la frontera franco-española. En palabras de Bruno 
Tackels, uno de los biógrafos de Benjamin, el entorno socio-político representa lo 
siguiente: 
 
Tanto para la historia del propio Benjamin como para la comprensión que 
podemos tener de ella. No se trata de afirmar que la historia hubiese 
determinado casualmente la orientación de su obra. Ha sido en un sentido 
completamente diferente cómo la historia de la modernidad occidental ha 
trabajado el pensamiento de Benjamin. [...]Su escritura trata, con auténtica 
valentía, de enunciar la historia y de abrirla a su sentido. Bajo todas las 
formas posibles de testimonio, rinde homenaje a todos los que van a morir 
por ella. El desastre programado que invade dos veces Europa del siglo XX 
rara vez ha encontrado una mirada tan clarividente como la de Walter 
Benjamin, una luz capaz de medir con tal agudeza la magnitud y el tenor de 
lo que se tramaba. […], un texto que nunca ha hecho ninguna concesión 
ante la verdad desnuda: no se contenta con describir el espectáculo que se 
ha organizado, tendrá el coraje de mostrar al desnudo el verdadero tenor 
que anima a la civilización y al proyecto europeo38. 
 
Su vida por lo tanto, se vio marcada, como la de muchos otros, por los 
acontecimientos dramáticos de aquellas dos décadas de posguerra. Benjamin, al 
ser un escritor pequeño burgués39, y tener dependencia económica con respecto a 
																																																								
38 Tackels, Walter…, pp. 27-28. 
39 A pesar de esta posición, Benjamin se pone abiertamente del lado del proletariado y en, El autor como productor dice 
lo siguiente sobre los intelectuales; “Porque la clase burguesa le ha entregado, en forma de educación, un medio de 
producción, y porque éste –en virtud del carácter de privilegio que tiene la educación- lo une a ella en una relación de 
solidaridad reciproca. Por ello Aragon está indudablemente en lo justo cuando afirma: ‘El intelectual revolucionario 
aparece en primer lugar y ante todo como traidor a su clase de origen´”. Esta cita nos muestra la autoconciencia de su 
posición así como de sus objetivos intelectuales y políticos. Benjamin Walter, El autor como productor,México, Ítaca, 
2004, p. 59.			
	 33	
su padre durante los primeros años de su producción, se vio envuelto en la 
penuria económica al fracasar su intento para obtener una habilitación en la 
universidad. La vida de Benjamin se vería marcada permanentemente por dicha 
circunstancia, pues su trabajo giraría alrededor de la necesidad de garantizarse la 
supervivencia y sus intereses más profundos y vitales. Esta precariedad marcaría 
también su obra, pues definiría lo que puede publicar y lo que no, no sólo por la 
censura sino por el acceso al campo editorial cada vez más restringido, lo que 
realmente piensa a diferencia de lo que puede escribir, diferencias que son 
pertinentes para poder entender el pensamiento del autor. 
 Así, a partir del ascenso del nacionalsocialismo, Benjamin tuvo la necesidad 
de exiliarse permanentemente de Alemania debido a la percusión que como judío 
sufría, a ello hay que agregar su condición de disidente político que dejaba atrás a 
sus familiares, a algunos amigos y a su preciada biblioteca que era un elemento 
fundamental para su producción así como medio de subsistencia. Lo que aumentó 
su precariedad económica y por lo tanto la dependencia con respecto a la dieta 
otorgada por el Instituto de Investigaciones Sociales de Frankfurt, la cual estaba 
condicionada a la redacción de determinados trabajos que le generaban una 
pesada carga y debilitaban su independencia intelectual, pues tenía que mantener 
la línea política del Instituto, así como tener siempre la aprobación tanto de Adorno 
como de Horkheimer, que en el caso de este último era el director del Instituto y 
Adorno su ayudante más cercano. 
 El hecho de que el ascenso del nacionalsocialismo en Alemania tuviera un 
efecto tan importante en la vida de Benjamin no se debe sólo a su condición de 
judío, sino también al hecho de que la totalidad de la sociedad alemana de ese 
momento se encontraba ante un cataclismo debido en primer lugar a la derrota en 
la guerra y las grandes reparaciones que se le obligaron a pagar a Alemania. 
 
La inflación de 1922/1923 impulsó una intensa restructuración del 
patrimonio dentro de la burguesía. La crisis mundial a partir de 1930, que 
afectó duramente a Alemania (y a Gran Bretaña) provocando un alto 
desempleo, alcanzando su punto culminante en 1932 con más de 6,1 
millones de desempleados, ejerció igualmente de facto igualitario […]Si se 
	 34	
tiene en cuenta el alto número de causas que repercutían conjuntamente 
en un periodo de tiempo tan corto, se puede entender perfectamente la 
verdadera dimensión del cambio social, el desarraigo y la desesperanza 
que caracterizaron la época de la Republica de Weimar40. 
 
La Alemania vencida tras la Primera Guerra Mundial se encontraba en un 
momento de decepción, la derrota había generado no sólo el fin del Imperio 
Alemán, sino que las condiciones de vida de la población decayeran rápidamente. 
La hiperinflación generó una crisis económica de proporciones catastróficas, 
sumado al problema generado en el otro lado del atlántico en 1929; “el	 resultado 
más palpable de la crisis económica fue la extrema tasa de desempleo, que en 
febrero de 1932 alcanzó una cifra alarmante: 6,128 millones de personas sin 
trabajo. Prácticamente un tercio de los trabajadores alemanes”41. 
 Dentro del pensamiento histórico actual, se le suele dar una importancia 
mayor a este elemento como el definitivo del ascenso del nacionalsocialismo en 
Alemania; por ejemplo, Hobsbawm nos dice que 
 
la principal razón de la caída de la República de Weimar fue que la Gran 
Depresión hizo imposible mantener el pacto tácito entre el Estado, los 
patronos y los trabajadores organizados que la había mantenido a flote. La 
industria y el gobierno consideraron que no tenían otra opción que la de 
imponer recortes económicos y sociales, y el desempleo generalizado hizo 
el resto42. 
 
Esto, por ejemplo, se nos plantea profundamente actual, pues la principal solución 
a los problemas económicos con que se enfrentan los países en el presente son 
los recortes presupuestales junto a la condonación de impuestos a las empresas y 
grandes fortunas, además de la reducción del salario real. 
																																																								
40 Möller, La República…, p. 287. 
41 Möller, La República…, p. 333. 
42 Howbsbawm, Historia…, pp. 142-143. 
	 35	
Sin embargo, Möller y Fritzsche lo atribuyen a otra serie de factores que a la 
luz del presente toman mayor importancia, no sólo por la similitud, sino por el 
contexto de estancamiento económico generalizado a nivel global. 
El segundo factor se relaciona con entender el desarrollo del nacionalismo 
alemán y su materialización en la declaración de guerra en 1914, como un 
momento para la nación alemana en el que ese ideal construido a lo largo de las 
últimas décadas del siglo XIX se mostraba no sólo posible, sino también como 
algo que permitiría salvar del conflicto interno a la sociedad, el cual se expresaba 
entre el choque de las fuerzas internas, las clases obreras por un lado y la 
burguesía y los dirigentes por el otro. 
Lo que argumenta Fritzsche es que no sólo se concretó la idea de “lo 
alemán” en 1914, sino que los alemanes después de haber tenido esa vivencia y 
haber experimentado un eco de la misma en 1918, con la firma del armisticio, 
buscaban repetirla, para poder tener esa unión que parecía capaz de lograrlo todo. 
Fue en las concentraciones del nacionalsocialismo donde ese espíritu encontró un 
lugar, y fue por eso que, si bien no gozó de mayoría total el apoyo a Hitler en los 
primeros años de la década de 1930, sí tuvo un impacto importante y fue seguido 
por miles de alemanes que veían en ese movimiento una concreción de sus 
anhelos. 
Otra característica del nacionalsocialismo, fue justamente que en el plano 
ideológico se ponía por encima de este conflicto que dividía a la sociedad 
alemana, presentándose como el partido de los alemanes, 
 
el NSDAP no se dirigía a sus electores como un partido de clase, pero sí 
contaba con un modelo de conducta pequeño-burgués y con una difusa 
ideología43 populista que estaba por encima de las clases y que así debe 
continuar. La incapacidad social de la mayoría de los partidos de Weimar 
representaba, por el contrario, una pesada carga para la República a medio 
plazo44. 
																																																								
43 Para un análisis del aspecto ideológico del nacionalsocialismo y su comparación con los planteamientos socialistas 
véase Neuman Franz, Behemoth, México, FCE, 2005, p. 224. 
44 Möller, La República…, p. 146. 
	 36	
Resulta importante esta característica, pues no sólo conformaba una identidad 
común de “lo alemán” sino que generaba inmediatamente una exclusión de 
aquello que no lo era; en este caso, y a pesar de vivir y participar de la vida 
pública en Alemania, los judíos fueron uno de los grupos excluidos por parte del 
nazismo, como también lo fueron los gitanos, polacos entre otras minorías que 
perdieron su calidad de ciudadanos convirtiéndose en ciudadanos de segunda. 
Volviendo al tema de la política en la Republica de Weimar, ésta se 
caracterizó por una inmovilidad, la cual fue provocada no sólo por la crisis 
económica y la debilidad de la República para poder llevar a cabo políticas 
exitosas, sino también se debió a la profunda división política que había dentro del 
parlamento alemán. Como ya se mencionó, para principios de la década de los 
treinta, la mayoría de los alemanes se había cansado de la inestabilidad y de la 
ausencia de transformación en los partidos tradicionales. Una vez más el presente 
comparte este aspecto con el pasado, el rechazo a la democracia liberal continúa 
en aumento y la crisis de representación política es cada vez mayor en las 
democracias de occidente. Como dice Möller: 
 
Pero la tendencia a los extremos se intensificó notablemente a principios de

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