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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN 
 
 
 
 
 
LAS FESTIVIDADES EN HONOR A LA IMAGEN DEL NIÑOPAN: 
TRADICION REPRESENTATIVA DE LA VIDA COTIDIANA, 
CULTURAL Y RELIGIOSA DEL PUEBLO DE XOCHIMILCO. 
 
 
TESINA 
 
 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE 
LICENCIADO EN SOCIOLOGÍA 
 
PRESENTA 
JESÚS AMADOR ESLAVA 
 
 
 
 
ASESOR: VÍCTOR ALEJANDRO PAYÁ PORRES 
 
 
DICIEMBRE 2011 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
I 
Agradecimientos. 
A ti, bondad infinita, gracias por permitir que este momento suceda, gracias por darme la 
capacidad de fascinarme con la sociología y con la FES Acatlán, donde tuve la 
oportunidad de aprender de tanta gente, maestros y compañeros que además me han 
brindado su tiempo y su invaluable amistad, por ello gracias, Señor. 
A la familia 
No puedo concebir este trabajo sin el apoyo de mi familia, gracias por depositar su fe en 
mí. Mi más profundo agradecimiento. 
A mis padres, la Sra. Guadalupe Eslava y al Sr. Jesús Amador, quienes han hecho hasta 
lo imposible por brindarnos a sus hijos una educación, misma que me ha permitido 
culminar esta instancia, gracias por sus sabios consejos. Gracias Mamá por tus oraciones 
y todo tu sacrificio; Papá, gracias por tu esfuerzo, desde que formé mi familia, mi objetivo 
es poder darle a mis hijos, lo mismo que ustedes me brindaron: Todo el máximo esfuerzo, 
dedicación y amor. 
Mi agradecimiento a Alicia Celina, quién ha rebasado el rol de esposa, siendo mi amiga, 
mi compañera, mi lugar y mi soporte. La relación que me brindas, sobrepasa mi asombro, 
gracias por tu dedicación y tu amor. 
A mis hijos Samuel e Israel, por quienes pretendo instancias más allá de la licenciatura. 
Con ustedes hijos, además del agradecimiento, va el compromiso, Sammy te amo; Isra te 
amo. ¡Vamos por más! 
A mis hermanos Oscar y Marilú, quienes son mis mejores amigos y me brindan aun más 
por su invaluable amistad, que por consanguinidad. Gracias Oscar, tu aguerrido espíritu 
ha sido mi inspiración, Nena, gracias por tu comprensión y confianza. 
A mi primo Daniel y a mis sobrinos Chris y Andrea. 
Quiero dedicar también este trabajo de manera especial a la memoria de mi tío Hugo, a 
quién le debo mucho de mi personalidad. Mi vida se vio privilegiada con su amistad, su 
consejo y su apoyo. Gracias Hugo, donde quiera que estés. 
 
II 
A la academia 
Tal y como sucede con Godbout, en los agradecimientos de su libro El Espíritu del don, 
desarrollar un proyecto referente a la lógica del dar, recibir, devolver, remite a mi persona 
a un estado de deuda que me motiva a agradecer profundamente a quien ha brindado el 
apoyo total a esta tesina, me refiero al Dr. Víctor Alejandro Payá Porres, quién fomentó la 
idea original de iniciar una investigación sociológica y etnográfica sobre la imagen del 
Niñopan, y que con su brillante asesoría e instrucción, tuve la oportunidad de incursionar 
en el tema, así mismo, le agradezco por su tiempo y sus acertadas recomendaciones y 
principalmente porque además me ha brindado su confianza y su invaluable amistad. Por 
todo ello y por el excelente libro mencionado: ¡Gracias profesor Alejandro! 
 
También quiero agradecer a mis profesores de la licenciatura de sociología de la FES 
Acatlán, porque no sólo imparten clase, sino que realmente enseñan, inculcan y forjan. 
Desde aquí mi agradecimiento, su labor docente dignifica a las ciencias sociales. 
A la Maestra Elisa Cuevas Landero, quién desde los primeros semestres me instruyó lo 
suficiente para inculcarme el acercamiento a la lectura de la sociología, también le 
agradezco por la confianza que puso en este trabajo, pero principalmente por su amistad 
que aprecio bastante. 
Al Dr. Marco Jiménez, porque aunque no tuve la oportunidad de que me impartiera clase, 
me brindó mucho de su conocimiento con sus acertados comentarios, dándome así, la 
oportunidad de mejorar este trabajo. 
Al Dr. Ramón Reséndiz, porque ha inculcado el acercamiento a la teoría sociológica de 
forma tal, que varios compañeros hicimos de la sociología una forma de vida. Por otra 
parte, le agradezco su interés en este trabajo, sus comentarios favorecieron a mejorar en 
el aspecto metodológico. 
A la profesora Perla Barrera, quién en el aula nos hizo tomar conciencia de la importancia 
de la sociología latinoamericana, lo que me llevó a indagar más en el aspecto social y 
cultural de nuestros pueblos, pero también le agradezco por su tiempo y los comentarios 
realizados a este trabajo, 
Al Dr. Joaquín Careaga, por su excelente seminario de cultura, donde la teoría y análisis 
de la cultura, proporcionaron útiles herramientas para este trabajo. 
A la Maestra Lorena Cruz Ramos, por la enseñanza del psicoanálisis, la cual se realizó de 
una forma práctica, cercana y amena, pero siempre con el profesionalismo que implica tan 
fascinante disciplina. 
 
III 
A la Universidad Nacional Autónoma de México, quién es en todo sentido mi alma mater, 
mi condición laboral y académica se la debo a esta enorme institución, sin la que yo no 
sería nada. Gracias UNAM por todo lo que soy por ti, ¿Cómo no te voy a querer? 
A los amigos 
Mi profundo agradecimiento, a quienes compartieron conmigo más que un aula de clases, 
por la interacción que creó un lazo tan fuerte, que a la fecha se sigue consolidando, a mis 
colegas y compañeros de clase, quienes sobre todo, son mis amigos: Ricardo Salas, 
Osvaldo, Ulises, Paty, Iván Moreno “Estopa”, Jacobo, Angie, Rosa Laura, Perlita, Carlos 
Nájera, Susan, Yadira, Karina, Xavier, Iveth Celis y la “güerita” Ivonne, Edna, Ana Karina y 
Ana Laura. Gracias, mis acatlecos por ser mi banda. 
También agradezco a mis amigos del CCH sur, quienes su recuerdo me causa alegría: 
Ricardo Sánchez, Víctor Jiménez y Adolfo Viveros, por ustedes se que la amistad va más 
allá del tiempo, por igual a mis entrañables amigos bohemios y trovadores ccheros, 
Mónica, Arturo, Noemí e Ivette. Gracias por enseñarme el valor de la amistad. 
Igualmente quiero agradecer a mis compañeros de trabajo en la DGTIC-UNAM, porque 
me demuestran que además de las relaciones meramente laborales, existe también la 
camaradería, el compañerismo y por sobre todo, la amistad. Gracias especialmente a 
Juan Carlos Guzmán y a Luis René Cejudo, quienes en la categoría de hermandad, han 
hecho que la amistad quede rebasada por su consejo y confianza, gracias infinitas. 
A Edgar Fabián, Nacho, Poncho, Sergio e Irineo. Con mucho aprecio agradezco a 
ustedes por ser mis amigos, antes que compañeros de trabajo. 
A la Sra. Cecilia Aguilar y a mi compadre Alejandro, gracias por el apoyo, así como a los 
profesores Carmen y Cándido Aguilar, quienes me proporcionaron su tiempo de entrevista 
y su invaluable material fotográfico. 
 
 
1 
ÍNDICE. 
 
INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 3 
Perspectiva teórico-metodológica. ...................................................................... 4 
 
CAPITULO I. INTRODUCCION AL CONTEXTO DEL MUNDO DEL NIÑOPAN ... 11 
Breve esbozo histórico-cultural y religioso de Xochimilco. ................................ 11 
Algunas festividades religiosas de Xochimilco. .................................................12 
Devoción por la imagen del “Niño-Dios” en Xochimilco. ................................... 13 
Breve recuento de la festividades en honor al Niñopan. ................................... 16 
Las festividades y el tiempo sagrado. ............................................................... 23 
 
CAPITULO II. HISTORIAS EN TORNO AL ORIGEN DEL NIÑOPAN .................. 26 
Historia y tradición oral. .................................................................................... 26 
¿Niñopa o Niñopan? ......................................................................................... 28 
Algunas narraciones. ........................................................................................ 29 
La palabra errante, la cultura y los mitos fundadores. ....................................... 32 
Memoria colectiva e identidad .......................................................................... 35 
 
CAPITULO III LA FESTIVIDAD COTIDIANA ........................................................ 38 
Lo cotidiano en los barrios de Xochimilco. ........................................................ 42 
La agenda y la espera. ..................................................................................... 44 
La circulación del Niñopan. ............................................................................... 46 
Ritualidad que sigue cada familia de hospederos. ............................................ 50 
Ir por el Niño. .................................................................................................... 51 
La Procesión. ................................................................................................... 52 
Estancia en casa del hospedero. ...................................................................... 56 
Instauración del espacio sagrado. .................................................................... 57 
Los asistentes y su participación dentro de la festividad cotidiana. ................... 61 
La comida en casa del hospedero .................................................................... 63 
Procesión de regreso a la casa del mayordomo. .............................................. 66 
El Rosario, las buenas noches al niño y la merienda. ....................................... 68 
La festividad cotidiana y las muestras de trance y posesión ............................. 70 
Los “simples” espectadores .............................................................................. 73 
 
CAPITULO IV. LAS POSADAS EN HONOR AL NIÑOPAN.................................. 75 
La preparación. ................................................................................................ 79 
Crónica de la novena posada. .......................................................................... 82 
La tradicional arrullada. .................................................................................... 91 
 
CAPITULO V. 2 DE FEBRERO DIA DE LA CANDELARIA: CAMBIO DE 
MAYORDOMÍA Y RENOVACION DEL LUGAR Y DEL TIEMPO SAGRADO ....... 93 
2 de febrero en Xochimilco. .............................................................................. 95 
El cambio de mayordomía. ............................................................................. 100 
 
 
2 
CAPITULO VI. EL NIÑOPAN COMO SIMBOLO Y SISTEMA DE DON .............. 110 
El Niñopan, una imagen cargada de Mana. .................................................... 113 
El Niñopan como un sistema de Don. ............................................................. 117 
 
CONCLUSIONES .............................................................................................. 123 
 
Anexo 1. ANECTODAS Y RELATOS EN TORNO AL NIÑOPAN ....................... 128 
Milagros y narraciones de la creencia popular. ............................................... 129 
 
Anexo 2. CANTOS EN HONOR AL NIÑOPAN ................................................... 132 
Algunos cantos en honor al Niñopan. ............................................................. 132 
 
Anexo 3 ORACIONES EN HONOR AL NIÑOPAN ............................................. 136 
 
FUENTES DE INFORMACIÓN .......................................................................... 138 
 
 
3 
INTRODUCCIÓN 
El presente trabajo surge a partir de la necesidad de estudiar y comprender 
algunos temas que la Sociología de la religión ha abarcado de forma general, y 
que son de gran relevancia para continuar profundizando desde una perspectiva 
microsociológica, con el fin de facilitar la comprensión del comportamiento humano 
hacia la dimensión de lo sagrado, lo profano, el don, la ritualidad, y lo simbólico. 
Una investigación de naturaleza local, que a la par, ilustra elementos cotidianos 
como son el prestigio y la solidaridad de una comunidad que se encuentra dentro 
de una de las urbes más grandes del mundo. 
La motivación por iniciar esta tesina, surgió en el aula de clase, en la FES 
Acatlán, durante el seminario impartido por el Doctor. Víctor Alejandro Payá, quién 
me sugirió que estudiara a fondo el tema de la devoción y de las festividades al 
Niñopan de Xochimilco, más allá de un simple comentario o tarea escolar. 
Consecuencia de las discusiones y análisis en el aula, surgió el interés por la 
búsqueda de materiales y documentos que condujeron hasta a la culminación de 
la presente investigación. La importancia de estudiar la devoción del Niñopan 
estriba principalmente en contar con un documento que a su vez sea un testimonio 
sociológico, que subraya la importancia que tienen las creencias en las 
comunidades para otorgar sentido a la vida. La devoción tan grande que se le 
tiene al Niñopan en Xochimilco adquiere la forma de intercambio o dones que 
refuerza la identidad cultural que define a este pueblo en sus lazos de prestigio, 
solidaridad y cooperación. 
Incursionar teóricamente en el tema, permite explicar muchos hechos 
cotidianos que aparentemente no tienen razón de ser. Entendí lo relevante que es 
el comprender a lo sagrado, lo profano, la ritualidad y lo simbólico como parte de 
la de la conformación social de la realidad. Desde un punto de vista sociológico y 
etnográfico, la tesina se realizó recabando información directa sobre la situación, 
 
4 
de forma que se realizaron entrevistas, observaciones, fotografías, etcétera, con la 
finalidad de explicar el fenómeno de la creencia local en una parte de la Ciudad de 
México. 
El Niñopan dejó de ser la imagen religiosa a quién el pueblo le ofrece un 
derroche de regalos y ofrendas, aparentemente innecesario, para surgir como un 
hecho sociológico con múltiples aristas de tipo cultural, económico, político y sobre 
todo religioso. Esto ha dado a Xochimilco una identidad a través del tiempo que se 
lleva gestando esta devoción y la que sus devotos manifiestan se ha preservado 
desde hace cuatro siglos, o al menos eso es lo que registran los datos y la 
tradición oral. 
Perspectiva teórico-metodológica. 
Esta tesina tiene como una de sus primicias el trabajo iniciado por Marcel Mauss, 
(continuado posteriormente por Duvignaud y desarrollado de forma sobresaliente 
por Godbout), en lo que respecta a la explicación del intercambio y el don como un 
presente o regalo en un sistema de “dar, recibir, devolver”, es necesario 
mencionar la crítica hecha por Levi-Strauss al mencionar que tal forma de 
construir un objeto de estudio, necesita ser expuesta en los términos del lenguaje 
y que Mauss se ha dejado engañar, en algunos pasajes, por las categorías de la 
lengua indígena, además de que la lógica del don, es solo un intercambio que el 
análisis no debe de fragmentar, por lo que complementa a las ideas y a la 
metodología etnográfica de Mauss. 
Marcel Mauss en defensa de sus estudios sobre el don y el método 
etnográfico, señala que el fenómeno social, existe sin que deba someterse 
indispensablemente a la expresión verbal, pues es un hecho que cierta palabra 
tiene un significadoen alguna lengua y otro muy diferente en algunas otras, 
además de que hace hincapié en que nadie se ha atrevido a discutir la 
 
5 
universalidad de lo sagrado.1 En consecuencia, Mauss señala que sería 
sumamente difícil citar en griego o sánscrito, alguna palabra que corresponda a la 
terminología latina de lo sacro, y a pesar de esto, cuestiona retóricamente si acaso 
los griegos o los hindúes no tuvieron una conciencia absolutamente justa y 
arraigada de lo sagrado; por lo que someter a la rigidez del lenguaje los temas de 
religiosidad popular, lo sagrado y el intercambio desinteresado, sería limitar y 
aminorar la riqueza contenida en la diversidad cultural. 
Por otra parte, y en apoyo del método etnográfico, Malinowsky sostiene que 
en la práctica, numerosos rasgos esenciales de la sociología y la psicología social 
de algunas sociedades, no están representadas por ningún término verbal; por lo 
que, para poder comprender los hechos sociales, será necesario recurrir al estudio 
del comportamiento, al análisis etnográfico de las costumbres y a los casos 
concretos en los que se reflejan las prescripciones tradicionales2. De ahí, a que 
Pierre Bourdieu destaque la importancia del aporte de Malinowsky al enunciar las 
reglas de la construcción del objeto científico, donde destaca el evitar un 
etnocentrismo metodológico que contenga “categorías ficticias” en la descripción, 
las cuales se basen en nuestra propia terminología y criterio, por lo que, al 
observar los hechos sociales, se debe hacer lo posible por lograr una descripción 
concreta de los comportamientos que permita al investigador no caer en 
categorías espontaneas del leguaje propio o del lenguaje de aquellos sujetos a 
quienes estudia.3 
De esta forma, es necesario mencionar el aporte de las valiosas 
herramientas que los métodos etnográficos, la descripción densa y la observación 
participante han brindado por parte de autores como Geertz, Thompson y 
principalmente en este trabajo, Hamersley y Atkinson con su obra: Etnografía, 
 
1 Mauss, Marcel, introduction à l’analyse de quelques phenómènes religieux, en Bourdieu, Pierre, El 
oficio de sociólogo, ed. Siglo XXI, México, 2004, p. 259. 
2 Malinowsky, Bronislaw, Les Argonautes du Pacifique Occidental, en Bourdieu, Pierre, op. cit., p. 
261. 
3 Ibid., p. 260. 
 
6 
métodos de investigación4, para poder comprender algunas de las prácticas 
colectivas dentro de nuestra vasta cultura mexicana. 
La observación participante, así como los métodos etnográficos, sirvieron 
para intentar un ejercicio de comprensión y acercamiento a esta particular forma 
de devoción, y fueron centrales para realizar la investigación. Así mismo se 
consideraron las obras de algunos autores que han dado una relevante aportación 
teórica y metodológica sobre los temas de lo sagrado y lo profano, tales como 
Mircea Eliade5 y Roger Caillois6, quiénes son referentes indiscutibles en estos 
temas, mismos que permiten de forma seria y con mucha utilidad reflexionar 
desde la sociología y otras disciplinas, al exponer la importancia del acercamiento 
que el hombre de las sociedades arcaicas y modernas tiene sobre la creencia y el 
fenómeno religioso, y cómo cobran impacto en la vida social actual. Destaca la 
aportación enriquecedora de Jean Duvignaud7, quién expone la relevancia de lo 
simbólico en las imágenes y en la materia misma, para explicar la forma en que la 
fiesta, la procesión y los objetos religiosos son elementos de una ritualidad que da 
pie para explicar cómo es que el hombre religioso asume su condición dentro de la 
fe y la esperanza que lo lleva a ser un devoto totalmente entregado; Duvignaud, 
quien retoma las tesis centrales de Marcel Mauss, en torno a su ensayo sobre el 
Don, avanza más en sus ideas, brindando a este trabajo un primer acercamiento 
en torno a la fe en el Niñopa con respecto a la relación del intercambio y el 
desprendimiento desinteresado. Así, el autor nos proporciona elementos 
suficientes para comprender que los sacrificios y ofrendas que se otorgan a una 
imagen religiosa o sagrada, no buscan más allá que la satisfacción por dar y 
donarse. Los creyentes no buscan prestigio económico, en tanto actividad 
redituable bajo las leyes del mercado; su autoridad e influencia pasa por el gasto 
aparentemente inútil pero necesario desde la perspectiva imaginaria, que otorga 
sentido simbólico a hombres y mujeres que viven los misterios de la vida y de la 
muerte. 
 
4 Hammersley, Martyn; Atkinson, Paul, Etnografía: Métodos de investigación, Ed. Paidós, Barcelona, 
2007. 
5 Eliade, Mircea, Lo sagrado y lo profano, Ed. Paidós, España, 1998. 
6 Caillois, Roger, El hombre y lo sagrado, Ed. Fondo de cultura Económica, México, 2006. 
7 Duvignaud, Jean, El sacrificio inútil. Fondo de Cultura Económica, México, 1997. 
 
7 
Otro autor que no sólo retoma a Mauss, sino que avanza de forma 
significativa y notable sobre el tema del Don, es Jaques T. Godbout, quién con su 
obra, El espíritu del don8, le da fuerza a este trabajo por su aportación actualizada 
y sociológica respecto al tema del intercambio como un sistema de reciprocidad en 
donde los individuos se dan y se brindan por el mero gusto y satisfacción de 
entregar parte de sí mismos por convicción. El Don logra el desprendimiento de 
los individuos en aras de la fe, por la comunidad y la pertenencia, logrando 
exponernos cómo es que este sistema de dones, para ser cabalmente 
comprendido, debe ser analizado como una visión diferente de aquella que se 
fundamenta en el principio económico-utilitarista. No es posible explicar una 
devoción tan persistente en el tiempo únicamente en el sentido de la remuneración 
o el prestigio vano dado por el dinero. La marca de estatus de superioridad entre 
la comunidad pasa por otro lugar: la creencia. Así, la sociedad tiene valores que 
los unen como pueblo o comunidad, como la cooperación, la solidaridad y el don. 
La sociología tiene como una de sus tareas, la necesidad de comprender la 
condición humana sin que exista invariablemente de por medio una mirada 
utilitarista moderna de la producción e intercambio comercial; por esta razón 
resulta una empresa difícil el hablar de algo que no se puede comprar, calcular o 
vender, puesto que la visión moderna y competitiva en la que actualmente 
estamos inmersos nos ha enseñado que todo tiene un precio, es decir, vivimos 
bajo un sistema económico que no reconoce que algún bien o servicio pueda 
darse sin recibir una cuota de recuperación o alguna remuneración económica. De 
tal forma, para la perspectiva actual del sistema económico y de intercambio, este 
tema podría parecer peligroso, puesto que se desvincula de toda necesidad de 
remuneración y obligación de pago. Al abordar ciertos temas que están fuera del 
alcance economicista, puede generar rechazo o menosprecio, ya que la forma de 
concebir las relaciones sociales nos mantiene sujetos a un sistema donde 
predominan las leyes de la producción y el mercado, en el que se nos establece 
que no existe el desinterés ni la generosidad, además de se insiste en que, bajo la 
doctrina económica actual, debemos ser emprendedores, competitivos y rentables; 
 
8 Godbout, Jacques T., El espíritu del don, Ed. Siglo Veintiuno, México, 1997. 
 
8 
o por el contrario, somos sobreexplotados, ingenuos o engañados, como si no 
existiera otra lógica más que la mercantil. Por esta razón carecen de sentido y 
pierden relevancia preguntas como: ¿Cuánto dinero recibe el mayordomo que 
cuida y custodia al Niñopa durante un año? ¿La gente sigue al Niñopan porque se 
ofrece de comer gratis? ¿No le dará pena al mayordomo endeudarse con tal de 
ofrecer lo mejor de sí al Niñopa? ¿No es un desperdicio quemar un castillo 
(pirotecnia) de doscientos mil pesos sólo para recrearse efímeramenteen un 
espectáculo de fuegos y luces de colores? 
Dentro de la crisis mundial en que vivimos, el economista siempre criticará 
el derroche y el gasto excesivo; señalará también con desdén que cualquier forma 
de devoción es una falacia y un desperdicio, clara muestra de atraso 
tercermundista. Es por ello, que este trabajo busca exaltar una visión diferente, 
pero también muy propia de la condición humana y de las relaciones sociales, que 
a pesar de la modernidad y la creciente urbanización del Distrito Federal, se 
mantienen vigentes desde hace siglos y hasta hoy, al menos en Xochimilco, donde 
aún pueden observarse, la generosidad, el desprendimiento y el don, como 
categorías conformadas histórica y cognitivamente en la práctica social, alrededor 
de esta imagen sagrada en la cual, se identifica la comunidad devota, 
En este trabajo se hace una descripción de los principales momentos en la 
devoción a la imagen del Niñopan, por lo que analizamos las festividades más 
representativas que tiene el culto a esta imagen, y de este modo obtener una 
interpretación coherente a la luz de la teoría sociológica. Finalmente, mostrar 
cómo es que esta devoción se ha mantenido viva hasta el presente a pesar del 
paso de los siglos en el pueblo de Xochimilco; y responder cómo es que esta 
devoción ha logrado influir de manera significativa en la vida cotidiana del pueblo 
de Xochimilco, en la naturaleza de sus relaciones sociales y afectivas. La 
persistencia a través del tiempo y de las crisis económicas de un referente 
simbólico que más allá de lo económico, prevalece porque detona en este pueblo 
fuertes sentimientos de solidaridad, cooperación y un sólido lazo que se ve 
totalmente reforzado con el sistema del intercambio y el don. 
 
9 
La tesina está estructurada de la manera siguiente: En el primer capítulo se 
hace un breve recuento de la ubicación de Xochimilco y de sus prácticas religiosas 
y culturales, de las cuales destaca esta devoción al Niñopan. En el segundo, se 
intenta ahondar en el origen de la imagen del Niñopan, recurriendo a los datos 
históricos disponibles, los cuales a pesar de ser pocos, son la fuente más apegada 
al contexto histórico que el mismo INAH ha tomado como referencia directa para 
sustentar tal origen de la imagen; además, se lleva a cabo un breve repaso por los 
mitos fundadores que justifican y dan razón de ser a esta imagen para la 
cosmogonía de los creyentes. Consecutivamente, en los capítulos III, IV y V, se 
realiza una descripción extensa y por separado de los tres principales niveles de 
festividad, los cuales, he dividido de tal forma, para lograr una mejor percepción de 
cómo se desarrolla esta devoción, ya que presenta diferentes periodos festivos de 
calendarización, pero además de ritualidad, nivel de prestigio, cambio de roles y 
número de congregación de fieles, tal segmentación distingue en un primer nivel a 
los días de festividad cotidiana con los hospederos, o pobladores que ofrecen 
diariamente su domicilio a la imagen; en segundo nivel, se describe la celebración 
de las nueve posadas, las cuales logran notablemente, una mayor convocatoria de 
fieles; y por último, en un tercer nivel, se destaca el cambio anual de mayordomía, 
como el culmen del ciclo anual con todo lo que ello implica durante la festividad del 
2 de febrero, la cual tiene mayor nivel de importancia y de congregación dentro de 
todas las festividades dentro de la devoción al Niñopan. Finalmente, en el capitulo 
sexto, se analiza la descripción hecha a partir de la perspectiva simbólica y del 
sistema de don que recae en las festividades antes citadas en torno al Niñopan, y 
con debido sustento teórico, se trata de dar sentido a la ritualidad presente en 
cada acto, en cada gesto, además de que se analiza cómo se logra la cohesión de 
la comunidad devota que se solidariza en aras de la fe, haciendo más sólido el 
lazo social que le brinda identidad a este pueblo. 
Por tanto, esta tesina tiene como objetivo el dar a conocer de forma 
detallada cada una de las festividades en torno a la imagen del Niñopan y su 
relevancia dentro de la vida cotidiana de los habitantes del pueblo de Xochimilco 
con el fin de explicar desde una perspectiva sociológica esta práctica religiosa, a 
 
10 
razón de que existen pocos estudios académicos respecto a esta devoción, los 
cuales muestran sólo fragmentos de estos eventos religioso-culturales y se 
presentan a manera de reportaje o ensayo, por lo que se busca, a la luz de 
algunas perspectivas teóricas, recabar en éste trabajo la importancia que tiene 
para la sociología mexicana actual, el comprender esta devoción como parte de la 
identidad de un pueblo perteneciente a una gran urbe como lo es la Ciudad de 
México. Además, desde el aspecto metodológico, este trabajo tiene la intención de 
recuperar la utilidad de la etnografía cómo una herramienta válida en las 
investigaciones cualitativas para lograr un análisis de los sucesos actuales, que, 
como en éste caso, presentan una gran carga de significados y valores para los 
creyentes, incorporando el contenido monográfico, de observación y descripción 
de forma tal, que logre aproximarse a una correcta interpretación de esta particular 
forma de devoción y cómo logra permear en la vida cotidiana del pueblo de 
Xochimilco, dado a que, los miembros de esta comunidad han aprendido a convivir 
con las festividades diarias en torno a ésta imagen, que forman parte de su 
cotidiano social que crea vínculos estrechos de solidaridad, cohesión e identidad 
motivadas por una lógica del don. 
 
11 
CAPITULO I. INTRODUCCION AL CONTEXTO DEL MUNDO DEL NIÑOPAN 
Breve esbozo histórico-cultural y religioso de Xochimilco. 
Situada al sur de la capital mexicana; la delegación Xochimilco se distingue, junto 
a Milpa Alta y algunos pueblos de Tlalpan y Tláhuac, por sus arraigadas 
costumbres, tradiciones, y rituales socio-religiosos que contienen razón y sentido 
para la población de estos lugares, además de otorgarles una identidad propia; 
particularmente, en la delegación Xochimilco, se pueden percibir claramente estas 
manifestaciones de la cultura tradicionalista y religiosa que hacen de esta 
demarcación un clásico pueblo o una localidad de provincia dentro del Distrito 
Federal, que se incorpora rápidamente a un proceso de urbanización, debido a la 
aplicación gubernamental de planes de desarrollo, por lo que resulta paradójico 
que persistan dentro de la ciudad estas tradiciones tan arraigadas y con tanto 
vigor en la actualidad. 
Las manifestaciones culturales del pueblo de Xochimilco tienen su 
desarrollo dentro de varios aspectos de la vida cotidiana de la comunidad, pero 
particularmente se aprecia un mayor apego, ritualidad y cohesión por parte de los 
pobladores, en el ámbito religioso, en el que se observa que las festividades y 
conmemoraciones de las fechas especialmente festivas para la iglesia católica, 
tienen un significado trascendente para la mayoría de los miembros de esta 
delegación, de los que, según datos oficiales del último censo del INEGI, el 91% 
se dicen “creyentes-católicos”; es decir, que comulgan y participan con la iglesia 
católica, aunque no se especifica si de forma estricta o contemplativa, no obstante, 
por la observación realizada, se puede decir que la población es más allegada al 
carácter tradicionalista, lo que implica una mezcla de valores, creencias y mitos 
que ligan lo religioso con las costumbres añejas, aquellas que incluso fueron 
 
12 
legadas por los pueblos prehispánicos, lo que hace posible una fusión sincrética 
de lo que se nos muestra como lo sagrado y lo profano. 
Algunas festividades religiosas de Xochimilco. 
Estas prácticas religiosas son de carácter generalizado en diversas entidades de 
la República Mexicana, tales como, por citar algún ejemplo: el día de muertos; que 
en Xochimilco tiene una forma particular de celebrarse, pues en estademarcación 
se acostumbra colocar altares y ofrendas desde la tarde del día 31 de octubre, 
para posteriormente, ir a pasar la noche en el panteón, a lo que se le llama 
comúnmente “ir a velar” para acompañar en el cementerio a los difuntos, a 
quienes los pobladores les ofrecen de forma simbólica una cena que regularmente 
consiste en platillos típicos como el mole, arroz y tamales de frijol, o algún otro 
platillo que a el difunto que se visita le gustaba en vida; tales alimentos son los 
mismos que terminan por degustar los asistentes en esta velada, haciéndose 
acompañar a la par, por música de tríos de bolero, de música norteña, o música 
de mariachi; además de las bebidas tradicionales como el chile-atole, café de 
grano elaborado en ollas de barro, el tradicional pulque, el aguardiente o la 
cerveza; distinguiéndose así, de otros pueblos del país. 
Otro ejemplo notable, propio de la ritualidad en Xochimilco, son las 
costumbres alusivas a la Semana Santa, tales como el vía crucis, con una 
representación de la pasión de Cristo, que recorre todos los barrios centrales de 
Xochimilco; o el sermón de las siete palabras, celebrado el viernes santo, donde 
se expone la imagen de un Cristo crucificado de tamaño natural, así como una 
imagen de la virgen María Dolorosa, a quien se le besa el manto de color negro en 
señal de condolencias; al anochecer, se da paso a la procesión del silencio, en 
donde se coloca en un sepulcro en forma de nicho. A este Cristo crucificado, el 
pueblo nombra comúnmente “santo entierrito”, posteriormente se hace un 
recorrido silencioso, nuevamente, por los barrios de Xochimilco; ya para concluir la 
semana santa, se celebra el “domingo de resurrección” con la quema del Judas en 
 
13 
el barrio de la Asunción, en donde se acostumbra quemar gran cantidad de 
enormes juegos pirotécnicos en forma de demonio, llamados Judas, mientras la 
comunidad se concentra en el atrio de la capilla de este barrio para observar tan 
tradicional rito, que se convierte en todo un espectáculo de algarabía y pirotecnia. 
Devoción por la imagen del “Niño-Dios” en Xochimilco. 
Existen bastantes prácticas tradicionales-religiosas dentro del pueblo de 
Xochimilco, que hacen interesante su estudio, análisis y comprensión, las cuales 
no dejan de causar a propios y extraños un gran asombro. Dentro de las variadas 
costumbres que tiene este pueblo, se puede encontrar, un fuerte arraigo y apego 
por las imágenes religiosas; sólo por citar algunos ejemplos, se puede mencionar 
la devoción por aquellas que representan a la virgen María, en varias de sus 
diferentes acepciones, como pueden ser: La Virgen de Guadalupe, que en 
Xochimilco se venera, como en casi todo el país, especialmente en el templo 
parroquial y en el barrio Guadalupita; La Virgen de los Dolores en el barrio de 
Xaltocan, la Virgen del Rosario (en el barrio del Rosario); La Virgen del Carmen 
(en el barrio de San Marcos), entre otras. Así mismo se puede observar un 
especial fervor por las imágenes que presentan a Jesucristo como niño que 
comúnmente es llamado “el niño Jesús”, mismo que tiene diversas 
representaciones, tales como, el Niño Jesús de Belén (del barrio de Belén), el 
Niño Dormidito (barrio de Xaltocan), el Niño de la parroquia (venerado por barrios 
aledaños a la Parroquia de San Bernardino de Siena), entre otras imágenes que 
provocan en la comunidad una gran devoción en torno a ellas, misma que se 
manifiesta a través del ofrecimiento de misas, procesiones, rosarios, fiestas en sus 
respectivos templos o en algunas casas de vecinos, y muchas otras muestras 
propias de la fe, como el respeto, temor, devoción, amor y fascinación; pero, en 
particular y sin lugar a duda, existe en este pueblo una imagen que provoca, más 
allá de este cúmulo de sentimientos, una gran movilización y cohesión por parte 
del pueblo de Xochimilco; esa es la imagen del Niñopan, a quién se le observa con 
 
14 
mayor jerarquía sobre las demás 
imágenes religiosas de la localidad, 
pues tal es la magnitud de esta 
devoción, que se logra concentrar en 
torno al Niñopan a toda una multitud, 
la cual le acompaña y le sigue en sus 
visitas diarias a distintas familias de 
la comunidad; lo que hace de esta 
imagen, (a diferencia de cualquier 
otra imagen de la demarcación e 
incluso del país), una representación 
religiosa que se venera todos los 
días. No existe un día específico 
para su culto o veneración, dado a 
que la festividad en torno al Niñopan 
forma parte de la vida cotidiana de la 
comunidad, mostrando el singular y 
enorme fervor arraigado en torno a la 
misma. 
De esta forma, es importante observar que al tratarse de la imagen de un 
niño; desde el sentido estrictamente general de la niñez, hasta en este particular 
caso de la imagen del Niñopan; nos remite a una relación de don específica, la 
cual implícitamente incluye el sentido de la obligación, puesto que socialmente, la 
relación con el niño es el don de cuidado por excelencia, al que ligamos 
estrechamente con el don de la vida, que por sí mismo va cargado de obligaciones 
consentidas y la inscripción de un estado de deuda para cualquier persona9; el 
tema del don es un eje importante para la comprensión de la devoción al Niñopan 
y de este trabajo, por lo que será abordado en algunos capítulos subsecuentes y 
más detalladamente en el capítulo VI; pero era pertinente mencionarlo en este 
espacio ya que tal relación de don forma una parte importante en la motivación del 
 
9 Idem., pp. 55-56. 
 
15 
pueblo de Xochimilco para rendirle devoción a esta imagen de “Dios-Niño”, misma 
que nos evoca estrechamente con la idea de la inocencia, la pureza, la ternura; lo 
que nos lleva a señalar que tal fascinación corresponde a las formas 
embriagadoras de lo sagrado; aunado a tal concepción, se refiere también a la 
bondad, la misericordia y el amor de la divinidad por sus criaturas, lo que las atrae 
irresistiblemente hacia ella.10 Además, en el mundo religioso, ningún dios ha 
revelado nunca algo profano, puesto que todo lo que los mitos refieren a su 
actividad creadora, pertenecen a la esfera de lo sagrado11; de ahí que la imagen 
del niño corresponda a un mito asociado con la pureza y por ende a la sacralidad; 
aunque por otra parte, no se debe pasar por alto que, el Niñopan además de 
mostrarse como un infante, representa también la imagen de Jesucristo, es decir, 
de lo sagrado para un gran sector de la sociedad, de la protección de Dios como 
un padre; por esta razón, muchos devotos de esta imagen, conciben este nombre 
de Niñopa, como un “niño-pá”, o mejor dicho el “niño-padre”, más apegados al 
afecto y al sentido que demanda protección divina, que a una estricta etimología. 
A excepción de otras imágenes infantiles de Jesucristo ya mencionadas y 
que se les rinde culto en Xochimilco, el fervor al Niñopan o Niñopa, como se 
mostrará en el capítulo 2, es aun más antiguo y por ende, más arraigado entre los 
pobladores; aunque desde la cosmogonía de los creyentes, esta imagen es más 
eficaz, por los dones, bendiciones y milagros que son recibidos de parte de ella. 
Por tanto, podemos observar que para muchas familias de la comunidad de 
Xochimilco, el Niñopan está siempre conviviendo entre ellos y con ellos, 
diariamente les acompaña en su cotidianidad, misma que no cae en rutina, ya que 
todos los días el Niñopan sale de la casa del mayordomo (o comúnmente llamada 
casa del Niño) y circula entre diversas familias de los barrios de Xochimilco. Así, 
cada día, una familia lo recibe en su casa; la visita del Niño-Dios a su hogar es un 
motivo para celebrar, por lo que la festividad es diferente por la circulación 
cotidiana que se les impone. Es común diariamente escuchar en Xochimilco 
expresiones con motivo de fiesta, como el tronar de los juegos pirotécnicos o 
 
10Caillois, Roger, op. cit., pp. 31-32. 
11 Eliade, Mircea, op. cit., p. 73. 
 
16 
cohetes, el sonido de la banda de música, los cantos, el repique de las campanas 
y la concentración de la muchedumbre, que por cierto, es de tal magnitud, que 
abarca el espacio de las avenidas principales, provocando asentamientos 
vehiculares muy severos, que curiosamente y a pesar de que la gente del pueblo 
podría verse afectada por el tráfico vehicular que se gesta atrás de estas 
procesiones, no existen quejas, no se siente afectación alguna, ya que por ser una 
procesión del Niñopan, hay un sentimiento de respeto. 
La devoción al Niñopan es toda una ritualidad que a través de los siglos le 
ha otorgado identidad al pueblo de Xochimilco, propiciando generación tras 
generación, prácticas y sentimientos que cohesionan a esta comunidad, como la 
solidaridad, la cooperación y un sistema de intercambio basado en el don, que ha 
logrado prevalecer a pesar de la imposición del sistema económico que atraviesa 
todas las facetas de nuestra vida, por lo que tal “derroche” de bienes y 
sentimientos que circulan en torno a esta imagen y su comunidad no es concebida 
fácilmente por nuestra “visión moderna” de la sociedad. Por ello, la razón de este 
trabajo dada a su relevancia y particularidad sociológica. 
Breve recuento de la festividades en honor al Niñopan. 
A pesar de que se ha establecido que no existe una fecha a la que se le pueda 
llamar: “día del Niñopan”, sí existen fechas principales o especiales en donde la 
veneración del pueblo resulta de mayor magnitud, en cuanto a significado, fervor y 
al número de personas que participan de las mismas; una breve mención de esta 
calendarización especial y festiva en donde el culto a esta imagen se hace notar 
con mayor fuerza podría ser la siguiente, aunque se aclara que algunas de las 
más importantes serán abordadas a detalle en capítulos posteriores: 
 
17 
El 2 de febrero, conocido también 
como el día de La Candelaria, que la 
iglesia católica celebra por conmemorarse 
la presentación del niño Jesús en el templo 
de Jerusalén, marcando así su inserción a 
la sociedad de la época, según la ley judía. 
En tal celebración de La Candelaria, la 
comunidad de Xochimilco acostumbra 
asistir al templo parroquial para bendecir a 
sus imágenes del niño Jesús o niño Dios, 
vistiéndolo con elegantes atuendos, 
después de haberlo levantado del pesebre 
del tradicional nacimiento; la misa 
conmemorativa es a las 12:00 hrs., la cual 
esta engalanada por la presencia del 
Niñopan, que también ha sido levantado 
del tradicional nacimiento parroquial y 
vestido con un imponente atuendo, debido 
a que esta fecha marca el fin del ciclo 
anual de la mayordomía y el inicio de la gestión del nuevo mayordomo, por lo que 
esta misa, deja en segundo término el ritual católico de la presentación y cobra 
mucho mayor importancia por el cambio de mayordomía, provocando la asistencia 
de miles de personas no sólo del pueblo, sino también de aquellas externas a la 
comunidad, entre los cuales se observa la asistencia de extranjeros y oriundos de 
las diferentes entidades del país, así como de la presencia de distintos medios de 
comunicación nacionales e internacionales. Así, la capacidad del templo parroquial 
es rebasada y la misa se celebra en el atrio que es tres veces más grande que el 
templo. Al término de la misa, comienza en la parroquia el ritual del cambio de 
mayordomía y en seguida, el nuevo mayordomo hace la invitación a todos los 
presentes, para acompañar en procesión masiva al Niñopan a su nueva casa 
donde se hospedará un año, ahí se ofrecerá a todos los asistentes una comida, la 
 
18 
cual se caracteriza por ser multitudinaria, abarcando varias cuadras alrededor del 
nuevo domicilio. Esta celebración podrá revisarse con mayor detalle en el capitulo 
V. 
La siguiente celebración después del cambio de mayordomos, es el día 5 
de febrero, fecha en que existe la entrega de todas las pertenencias del Niñopan 
(vestidos, alhajas y juguetes) que aún permanecían en la casa del anterior 
mayordomo, al nuevo domicilio que alberga la reciente mayordomía, lo cual 
requiere una nueva congregación de la comunidad que acompaña en procesión al 
anterior mayordomo a efectuar dicha entrega; esta fecha tiene dos sentidos: por 
un lado, existe el sentimiento de brindarle al Niñopan el resguardo colectivo de sus 
pertenencias, y por el otro, verificar que en realidad todas las pertenencias de la 
imagen sean trasladadas a la casa del nuevo mayordomo; cabe mencionar el 
asombro que causa observar toda la caravana de pertenencias del Niñopan, que 
circulan por las avenidas en camiones repletos de los objetos que le han regalado 
a lo largo de la historia, así como de los vestidos y ropaje de la imagen, los cuales 
son colocados individualmente en un gancho, y a su vez, estos son colgados a lo 
largo de varios remos (maderos redondos y angostos usados para remar a través 
de los canales de Xochimilco; cada uno mide entre 5 y 9 mts. de largo), que son 
saturados con dichas prendas; después, varios voluntarios ayudan a transportarlos 
durante el recorrido de esta procesión; al llegar al nuevo domicilio, el mayordomo 
vuelve a ofrecer un refrigerio o algún postre para todos los asistentes. 
 
19 
Otra de las celebraciones que 
logra reunir un gran cúmulo de 
personas para celebrar al Niñopan, 
es el día del niño, que se festeja en 
el calendario cívico de México el día 
30 de abril. En esta ocasión los 
mayordomos congregan a sus 
vecinos del barrio para que adornen 
las fachadas de sus casa con 
motivos festivos, los cuales pueden 
ser flores de papel crepé o de china, 
banderines multicolores, etc., y además se les invita a colocar afuera de sus casas 
un puesto de comida, antojitos tradicionales, fruta, golosinas, postres o juguetes, 
los cuales deben ser brindados gratuitamente a los niños asistentes de la 
comunidad; aunque tal exhorto a los vecinos del barrio es un mero formalismo, 
pues los vecinos esperan alegres el poder participar de esta celebración, incluso 
hay quienes que con varios meses de antelación se han preparado con lo que van 
a donar en lo que podría llamarse una gran Kermés que se concentra varias calles 
alrededor de la casa de la mayordomía; este día, como todos los demás, es 
engalanado con la presencia del Niñopan en la misa y posteriormente en la casa 
de de los mayordomos, acompañado de todas la familias que acuden a visitarlo y 
a ofrecerle regalos. Esta celebración se lleva a cabo de igual forma un día antes, 
iniciando el día 29 de abril, en casa del mayordomo del año pasado, en donde los 
festejos y la Kermés son de igual magnitud que el día 30, con la particularidad de 
que en esta ocasión, el festejo inicia en el barrio donde la imagen fue custodiada 
hace un año, en la anterior casa de mayordomía, por lo que la relevancia del día 
29 de abril sería tal vez, aminorar la nostalgia del barrio y los mayordomos 
anteriores por tener cerca al Niñopan por última vez, en la que fue su casa hasta 
hace unos meses, precisamente hasta la mañana del 2 de febrero, que salió para 
ser entregado al nuevo mayordomo, a otro barrio y a un nuevo domicilio. 
 
20 
Podríamos decir, que estos 
festejos del día del niño, a pesar de no 
ser de relevancia para la iglesia católica, 
en la comunidad de Xochimilco es de las 
celebraciones que más se esperan por la 
comunidad devota, especialmente por los 
niños, quienes asisten por obvias razones 
con mayor gusto que a otras 
celebraciones que son más formales y 
más cargadas de ritualidad y devoción; 
pues en estos días de festejo se disfruta de todos aquellos alimentos, golosinas y 
juguetes que los vecinos hacen llegar a los niños de la comunidad para celebrar 
junto al Niñopan a toda la niñez; la infancia será un tema que se abordará 
posteriormente y con más detalle por las obligaciones que la sociedadha 
adquirido con los niños, pues como destinatarios de todo lo que se puede brindar 
sin contar y sin esperar contribución, son el ejemplo más eficaz para comprender 
el sistema de intercambio de regalos. 
El 10 de mayo, comúnmente 
llamado “día de las madres”, es una 
fecha en la que el Niñopan es colocado 
junto a la imagen de la Virgen María, su 
madre. Es por demás mencionar lo 
interiorizado que el concepto de madre 
está en los mexicanos, por ende esta 
fecha es por igual de mucho respeto y 
júbilo entre la comunidad que festejan 
desde la noche del 9 de mayo, justo 
después del rezo del rosario, en donde acuden a la casa de la mayordomía varios 
grupos de música de tríos, mariachi, norteños, etcétera, para entonar las 
tradicionales mañanitas y algunos cantos a manera de serenata para la virgen 
María. Es curioso que este evento capte la atención de varios cantantes solistas y 
 
21 
agrupaciones que acuden con el solo fin de rendirle homenaje a la mamá de 
Niñopan durante toda la noche. Cabe decir que a este acto asisten también 
agrupaciones musicales de renombre, quienes acuden a cantarle a la virgen para 
cumplir con alguna manda o simplemente por la devoción que le tienen a la 
imagen del Niñopan. Posteriormente, en la mañana, en casa del mayordomo se 
logra concentrar un gran cúmulo de personas que se disponen a seguir rindiéndole 
culto a la imagen de la Virgen María que ahí se encuentra como mamá del 
Niñopan; después se le lleva al Niñopan y a la Virgen María a escuchar misa de 
medio día; cabe señalar que esta es la única fecha en que el Niñopan se hace 
acompañar jerárquicamente a la par de otra imagen, pues además de esta fecha, 
sólo puede verse a las imágenes de José y María siguiendo al Niñopan en los 
cambios de mayordomía, el día 2 de febrero. De regreso a la casa de la 
mayordomía, los asistentes participan de una Kermés, no tan grande como la del 
30 de abril, pero aun así, abarca un par de cuadras, en donde la participación de 
vecinos con un puesto de antojitos mexicanos, agua o algún recuerdo para las 
madres asistentes, es notable, ya que, como en todos estas festividades, todo se 
otorga de manera voluntaria y gratuita. 
Otro día especial en la 
ritualidad es el día de Corpus Christi, 
conocido también como jueves de 
corpus, el cual carece de fecha 
específica ya que al igual que la 
semana santa es movible, por lo que 
se celebra el domingo próximo o 
siguiente a este jueves y consiste en 
vestir al Niñopan con ropa de manta 
y sandalias o huaraches, atuendo 
comúnmente llamado como ropa de 
“indito”, tal y como lo hacen los niños de la comunidad de Xochimilco este día. Se 
le lleva a la imagen a escuchar misa de seis de la tarde al templo parroquial; en 
donde pueden verse varios niños vestidos de inditos que le hacen valla durante la 
 
22 
procesión por costumbre, sin que exista una formal convocatoria por parte de los 
mayordomos, pues esta forma de acompañar a la imagen es de carácter 
voluntario. En sí, no hay un festejo masivo este día, sólo se hace referencia y 
mención por parte del sacerdote durante la misa y al inicio el rosario diario en casa 
de los mayordomos; lo relevante durante este festejo, es el hecho de vestir al 
Niñopan de indito, lo que permite al Niñopan participar de las costumbres 
identificándolo con los demás niños de la comunidad, pues en esta fecha se 
acostumbra vestir de este modo a los niños del pueblo y se les lleva a bendecir. 
Las nueve tradicionales posadas son otras celebraciones en torno al 
Niñopan de carácter mucho más masivo, en donde los posaderos, quienes son los 
jefes o representantes de las nueve familias que ofrecen cada una de estas 
posadas, hospedan en sus respectivas casas al Niñopan y brindan a toda la 
comunidad una comida, luces de bengala, silbatos, confeti y colación. También 
puede apreciarse en cada una de estas posadas la impresionante quema de 
castillos, que son estructuras metálicas y de madera mojada que alcanzan los 20 
metros de altura y están plagadas de juegos pirotécnicos, los cuales, están 
minuciosamente colocados para ser quemados y exhibidos de manera gradual y 
vistosa, mostrando el arte de la pirotecnia mexicana, pues al ser encendidos, 
sirven de espectáculo y regocijo por las coloridas figuras e imágenes religiosas 
que forman, engalanando la festividad de forma notable. Cada uno de estos 
castillos tiene un costo que oscila entre los 50 y hasta 200 mil pesos; a estas 
posadas asisten también personas de distintas partes de la república, que llegan 
con el fin de poder ver de cerca al Niñopan, que a fin de cuentas es el centro de la 
celebración. Estas celebraciones son de las más prolongadas y concurridas por la 
comunidad y se abordarán más a detalle en el capítulo IV. 
Todas estas festividades forman parte de la tradición cultural de Xochimilco, 
donde se puede distinguir la significación que ejerce la imagen del Niñopan sobre 
la comunidad, lo que hace peculiar a este pueblo, tanto por el fervor que se le 
tiene a esta imagen, como por la cohesión y prácticas colectivas que se logran 
interiorizar en los individuos que participan en ellas desde generaciones 
anteriores, lo cual resulta también digno de análisis y estudio, ya que, a pesar de 
 
23 
que a esta imagen se le venera desde el siglo XVI, sigue a pesar del tiempo 
reproduciendo y transmitiendo los mismos valores de cohesión y religiosidad sobre 
la comunidad de forma idéntica desde ese entonces; las celebraciones y 
festividades por igual, se han mantenido casi idénticas e intactas desde que se 
inició con esta práctica cultural y social xochimilca, una razón más para intentar 
este ejercicio de comprensión de esta devoción que perdura a través del tiempo y 
que identifica a toda una demarcación como lo es Xochimilco. 
Las festividades y el tiempo sagrado. 
Después de dar una descripción general de las festividades en torno a esta 
imagen, es necesario abordar el simbolismo religioso que implica éste tiempo 
festivo, pues sin duda será importante para comprender aun mejor el culto a esta 
imagen. En todas la culturas religiosas el tiempo de fiesta se efectúa porque 
representa el tiempo de origen y fundador de una realidad, el cual tiene como 
virtud el lograr que el hombre religioso se esfuerce por reactualizarlo de forma 
periódica a través de los rituales apropiados, pues de este modo se logra la 
repetición ritual del acto creador de los dioses (de lo sagrado)12; y dado a que la 
devoción al Niñopan conlleva a la diaria festividad, es posible observar que tal 
ritualidad por reavivar la fe, es constante y parte de la vida cotidiana; el tiempo 
sagrado es siempre el mismo y, como señala Mauss, forma parte de una “serie de 
eternidades” que nos remiten siempre al acontecimiento sagrado que tuvo lugar en 
el origen y que se hace presente cíclicamente, logrando que los participantes sean 
contemporáneos del acontecimiento mítico al renovarlos cada cierto tiempo.13 
Dada la necesidad, tanto del hombre religioso por permanecer en el tiempo 
sagrado, así como la del interés profesional de las ciencias sociales por su análisis 
y comprensión, en los capítulos posteriores se describirá esta diversidad de 
rituales que se ponen de manifiesto en la devoción a la imagen del Niñopan, 
 
12 Eliade, Mircea, op. cit., pp. 65 y 66. 
13 Ibid., p.67. 
 
24 
logrando que el tiempo festivo sea permanente y cotidiano para el pueblo de 
Xochimilco, lo cual resulta importante analizar y comprender desde la perspectiva, 
no sólo de la sociología, sino también de la antropología, la historia, la etnografía, 
la psicología social y todas aquellas disciplinas que tengan interés por conocer las 
dimensiones posibles de la condición humana; puesto que el homo religiosus, es 
sin duda, un referente que no puede pasarse por alto para lograr tal tarea.14 
Concretamente, en lo que conciernea la sociología, se puede decir el 
interés por abordar el tema de las festividades religiosas, recae en la intención de 
exponer que más allá de un culto, en ésta devoción se encuentra toda una 
organización social en torno a la imagen del Niñopan, puesto que genera entre sus 
devotos, sentimientos de cohesión, solidaridad y ritualidad; además de que esta 
tradición muestra gran parte de la cultura del pueblo de Xochimilco, que como ya 
se ha señalado, aún conserva un fuerte apego a las costumbres que le dotan de 
una identidad propia, misma que aun prevalece a pesar de la creciente 
modernización y urbanización de la Ciudad de México. 
Para concluir, cabe decir que el anterior recuento descriptivo de las 
festividades xochimilcas y en especial, las referentes al Niñopan, sirven a este 
trabajo como preámbulo para los siguientes capítulos, en donde se detallará a 
fondo tales festividades y cómo incorporan varios elementos sacros y paganos, 
tradicionales y recientes, además de toda clase de ritos: de paso, cíclicos, de 
confirmación y comunitarios, entre elementos festivos como la música, la 
pirotecnia y la danza; dando como resultado la constitución de las fiestas como 
eventos fundamentales en la identidad cultural y organización social de 
Xochimilco. 
Pueblo y comunidad, algunos conceptos. 
Por otra parte, es necesario hacer un breve paréntesis para tratar de delimitar un 
poco los amplios conceptos de comunidad y de pueblo desde una perspectiva 
sociológica, para tratar de dar a estos términos una categoría más formal, ya que 
 
14 Ibid., p.17. 
 
25 
serán usados en gran medida para referirnos a los devotos de Xochimilco, por ello, 
es necesario tener, en medida de lo posible, la claridad y delimitación que requiere 
este trabajo. Por consiguiente delimitar conceptos tan amplios y de múltiples 
aristas, no obedece a que carezcan de relevancia sociológica, sino que por el 
contrario, su amplitud refiere a un estudio más profundo. En primera instancia, se 
recurrió a las anotaciones que fui recabando durante el seminario de cultura 
impartido por el profesor Joaquín Careaga, en la FES Acatlán y en algunos 
diccionarios de sociología, como el Luciano Galeano, donde refiere una vasta 
bibliografía, de donde me pareció pertinente destacar los puntos de convergencia 
para poder tener una noción adecuada y breve, por ello, podríamos referimos al 
pueblo desde una perspectiva que rebasa la noción histórica o geográfica y se 
sitúa más cercana a la concepción antropológica y sociológica, donde el pueblo se 
define como el soporte de la cultura, la esencia de las interacciones mentales, 
simbólicas y culturales que asocian a individuos que comparten e interactúan en 
un medio regional y físico, pero también en su concepción de la realidad que los 
sitúa en un contexto donde comparten además de un momento histórico, una 
identidad. 
En el mismo sentido, la comunidad puede ser percibida como un grupo 
comprometido con la realización de fines comunes, compartiendo un espacio, 
además de físico, de creencias, experiencias y conocimientos, por lo que este 
concepto no se refiere únicamente a un espacio geográfico, sino a la construcción 
metodológica de sujetos en praxis, a partir de la necesidad de crear y fortalecer 
procesos y dinámicas socioculturales, donde la interacción y la cohesión son 
fundamentales para el sentido de pertenencia de los individuos que forman parte 
de ella. 
 
26 
CAPITULO II. HISTORIAS EN TORNO AL ORIGEN DEL NIÑOPAN 
Existen varias fuentes que hablan sobre el origen de la imagen del Niñopan, son 
pocas aquellas que dan un fundamento histórico, la mayoría son narrativas, 
enigmáticas y fascinantes. En este capítulo se señalarán las diferencias que 
existen entre aquellos que han utilizado el escaso fundamento histórico y por otro 
lado, aquellas narraciones de quiénes se dicen ser cronistas de la imagen. Por 
ende, es pertinente mencionar algunas de estas narraciones y los pocos textos 
históricos que hablan sobre el origen del Niñopan, para tener un panorama más 
amplio de lo que las personas de la comunidad interiorizan, ya que para ellos tiene 
estatuto de certeza, de verdad respecto al origen y que a partir de ahí la 
comunidad centra su fe, su creencia. 
Historia y tradición oral. 
La versión que cuenta con un sustento histórico, además de mayor certeza y 
apego entre la población a través de la tradición oral, se manifiesta en algunas 
fuentes tomadas directamente de los documentos escritos en náhuatl del año 
1686, en el Archivo General de la Nación, y que son mencionados en algunos 
libros, en este caso, se encontraron mejor recopilados en la obra de Teresa Rojas 
Rabiela15; que citan a la imagen del niño-Jesús en el testamento de Don Martín 
(Cortés) Cerón de Alvarado, último cacique xochimilca, además de algunos datos 
tomados del Archivo Histórico de Xochimilco16 por Vania Salles y José Manuel 
 
15 Rojas Rabiela, Teresa, Vidas y bienes olvidados: Testamentos indígenas novohispanos, Ed. 
CIESAS, México, 1999, pp. 234-244. 
16 Revista Huetzálin (varios números de esta antigua revista recolectan a manera de boletines, la 
memoria histórica de Xochimilco. Debido a que se encuentran incompletos y en varios fragmentos, 
se consultaron los tres volúmenes que se han recopilado en el Archivo Histórico de Xochimilco). 
 
27 
Valenzuela17, (Centro de Estudios Sociológicos del COLMEX). En su conjunto, 
estas fuentes afirman que la imagen del Niñopan existía desde poco antes de la 
época colonial, aproximadamente en el siglo XVI, cuando en Xochimilco los 
primeros frailes franciscanos llegaron a evangelizar a esta comunidad y usaron 
esta imagen, la cual fue elaborada en los talleres artesanales dentro del convento 
de San Bernardino de Siena, Xochimilco, con la madera del árbol de colorín por su 
dureza, cuestión que explicaría la extraña durabilidad de esta imagen; también se 
afirma que tal imagen de 51 centímetros de largo y con un peso de 598 gramos, 
fue elaborada en estos talleres gracias a la colaboración de manos indígenas. 
Tales datos sobre el origen histórico de la imagen, a pesar de ser escasos, 
también los toma como referencia el mismo INAH, que en algunos de sus 
boletines no desmiente la versión de que 
esta figura date del siglo XVI18 y que 
haya sido elaborada, como ya se 
menciono por los nativos de Xochimilco, 
quienes incluso se cree, colocaron en el 
interior del Niñopan una figurilla que 
representaba una deidad de la cultura 
azteca, lo cual no está formalmente 
determinado, salvo lo que describe otro 
boletín con fecha del 4 de febrero de 
2002, elaborado por la Coordinación 
Nacional de Restauración y 
Conservación del Patrimonio Cultural 
(CNRCP) del INAH, en el apartado 
titulado: La Intervención del Niñopan. 
 
17 Revista Mexicana de Sociología, UNAM - Instituto de investigaciones Sociales, Año LIV/No.3, 
julio-septiembre 1992, pp. 156-157. 
18 http://www.inah.gob.mx/index.php/boletines/8-investigaciones-y-estudios-historicos/402-restauran-ninopan 
(11/02/2007) 
 
28 
Ahí, se hace mención que las radiografías realizadas por el Ingeniero Enrique 
Ibarra confirman la presencia de “una extraña densidad”19; lo que podría remitirnos 
a avalar más profundamente el sincretismo que guarda la imagen y el pronto 
arraigo que ésta tuvo en los indígenas de Xochimilco. Por esta razón se puede 
entender mejor que los franciscanos, al tratar de difundir la imagen del Niñopan, 
no sabían que para algunos indígenas; dentro de su cosmogonía; ésta 
simbolizaba a Hutzilopochtli, “el colibrí del sur” en su acepción de recién nacido20; 
aunque para otros indígenas, esta imagen representaba al dios Quetzalcóatl 
topiltzin (nuestro señor/pequeño), porque al rededor de las fechas cercanas al 2 
de febrero, (día de La Candelariay cambio de mayordomía), comenzaba el año 
agrícola según el calendario náhuatl; y finalmente para otros, ya convertidos al 
cristianismo, simbolizaba al Niño – Jesús. 
¿Niñopa o Niñopan? 
Como se ha expuesto, la versión en torno 
al origen del Niñopan que cuenta con 
cierto fundamento histórico avalado por 
algunas fuentes ya señaladas, y que 
además goza de mayor arraigo entre los 
creyentes, establece que el Niñopan fue 
la imagen que más aceptó la comunidad 
indígena de Xochimilco para acercarse al 
catolicismo, y que tal labor fue 
promovida, por quién, como ya se dijo, 
en calidad de propietario inicial de la 
imagen, fue el último cacique indígena de 
 
19 http://paginah.inah.gob.mx (04/02/2002) 
20 http://www.mexicodesconocido.com.mx/notas/1871-Ni%F1opan,-peregrino-en-los-barrios-de-Xochimilco-(Distrito-Federal) 
(febrero1998) 
 
29 
Xochimilco convertido a esta fe, llamado Martín (Cortés) Cerón de Alvarado, 
apodado “el viejo”, que fundó una capellanía para rendirle culto a ésta imagen del 
“Niño-Señor de Indios”; lo que da pié para explicar el real origen etimológico del 
nombre Niñopan, y es muestra de la fusión de la cultura y lengua española con la 
mesoamericana, ya que la palabra Niñopan significa: El Niño del lugar, usando la 
raíz Niño del Español y Pan del Náhuatl, que al igual que el sufijo Co, se usa en 
ésta lengua para referirse a algo o alguien originario de un sitio, lugar o poblado 
específico.21 A diferencia del nombre Niñopa, el cual, como se ha expuesto, 
corresponde a la concepción afectiva de los devotos que relacionan éste 
calificativo de niño-pa o niño-padre del pueblo. 
Algunas narraciones. 
Por otro lado, existe unas versiones diferentes sobre el origen de esta 
imagen, las cuales datan de los últimos 200 años, las cuales carecen de 
documentación histórica y se inscriben en la tradición oral narrativa, alguna de 
estas narraciones respecto al origen del Niñopan, destaca que perteneció a una 
familia española radicada en Xochimilco que no tuvo hijos y que gustaba de 
organizarle posadas a esta imagen. Tal costumbre se fue expandiendo a los 
vecinos cercanos y después a todos los barrios, aunado a los rumores de que la 
imagen del Niñopan concedía milagros a aquellos que le rindieran u ofrecieran una 
posada, hasta llegar a tener la difusión que hoy en día goza, motivo por el cual, se 
extendió esta costumbre a celebraciones no sólo decembrinas, sino diarias, con lo 
que la imagen fue otorgada al pueblo de Xochimilco, que desde entonces, sigue 
reproduciendo la circulación del Niñopan por toda la demarcación y sus pueblos 
circunvecinos; incluso, cabe decir que en la actualidad se programan fechas 
exclusivas para esta delegación y posteriormente se abren fechas (si es que 
sobran algunas disponibles) para las demás delegaciones políticas del Distrito 
Federal, ya que la demanda por tener un día al Niñopan, es cada vez mayor. Esta 
 
21 Revista México desconocido, IASA Comunicación, México, febrero 1998, No.252 
 
30 
versión, como se ha dicho, no cuenta con sustento histórico o textual, pero sin 
embargo, aunque en menor medida, se encuentra latente entre algunos miembros 
de la comunidad devotos a esta imagen formando parte de las creencias en torno 
al origen. 
Existen narraciones aún más fantásticas, que sólo algunos cuantos han 
propagado sin mucho éxito, más sin embargo, no deja de asombrar que la 
necesidad por conocer el origen del Niñopan, crea mitos que circulan entre la 
comunidad. Recordemos que el mito cumple con la función de hacer intelegible la 
realidad y otorga sentido a las prácticas sociales, por lo que algunos prefieren 
adoptar la versión que más le satisface personal y espiritualmente, Un ejemplo 
podría ser el siguiente: 
Algunas personas de la comunidad afirman que la imagen del Niñopan 
apareció enterrada en algún lugar 
indefinido de la zona del centro de 
Xochimilco durante el periodo 
revolucionario, cuando la gente, 
temiendo al saqueo por parte de las 
fuerzas armadas revolucionarias del 
sur, prefería esconder sus 
pertenencias, sepultándolas bajo la 
tierra. En una de esas ocasiones, 
mientras se escarbaba, dicen, 
apareció la imagen del Niñopan, 
ataviado con un imponente traje de 
guerrero o noble azteca, sentando en 
una pequeña canoa; la imagen 
permanecía intacta y limpia, a pesar 
de que se había depositado bajo 
tierra; esta misma versión la platican 
algunos otros miembros de la 
comunidad, pero la sitúan en el 
 
31 
periodo de la guerra cristera, en donde era más peligroso, pero al mismo tiempo 
más loable que alguien poseyera con orgullo alguna imagen religiosa como esta. 
Lo más curioso de estas versiones, es que en la actualidad, la estampa de la 
imagen del Niñopan y previo al 2 de febrero, en los lugares donde se visten 
imágenes del Niño-Dios, se muestra un dibujo de la imagen con dicho atuendo. 
Estas son algunas de las versiones que más circulan en torno al origen de 
la imagen del Niñopan entre los miembros de la comunidad, y sociológicamente, lo 
más destacable, es el arraigo que tiene esta creencia y devoción colectiva en el 
pueblo de Xochimilco, que a pesar de la utopía de la modernidad, se sigue 
reproduciendo entre sus miembros con la misma fuerza desde hace ya más de 
cuatro siglos, impregnando el lugar de un ambiente mítico y festivo; Duvignaud, 
cuando refiere al tema religioso, cuestiona si acaso ¿no se tratará, antes que 
nada, de rebasar la existencia mediocre que imponen a los hombres y a las 
mujeres una urbanización proliferante y la difusión de un nuevo mensaje 
económico y tecnológico? O bien, si este culto podría ser ¿una protección contra 
la marea alta de la civilización tecnológica que borra todas las diferencias étnicas y 
culturales en la vaga semejanza de una homogeneidad cuyas normas fijan las 
estadísticas?22 La respuesta inmediata a estos cuestionamiento es sin duda 
afirmativa, aunque existen más razones por las cuales es necesario ahondar en 
este tema y sobre la importancia que la imagen del Niñopan tiene para la 
comunidad del pueblo de Xochimilco; pues en torno a ella existen además, muy 
presentes los sentimientos de cooperación, cohesión, solidaridad y prestigio, que 
se conjugan en torno a esta devoción, la cual, a pesar del tiempo ha formado toda 
una cultura religiosa que atrae no sólo a los miembros de la comunidad de 
Xochimilco a la que pertenece, sino también a muchas otras personas de diversos 
lugares de la Ciudad de México y otras entidades del país, quienes encuentran en 
el Niñopan sentimientos e impresiones que van desde la simple expectación, 
hasta la más fascinante de las devociones por la particularidad que esta forma de 
culto manifiesta. 
 
22 Duvignaud, Jean, op. cit., p.12. 
 
32 
De cualquier forma, para el devoto no es trascendente la cuestión física o 
material de esta imagen, y tampoco la ambigüedad del origen de la misma, pues a 
pesar de que evidentemente el Niñopan es una figura de madera tallada por 
manos humanas, para el hombre religioso, lo sagrado se manifiesta incluso en 
piedras o árboles y no se trata de la veneración de algún objeto por sí mismo, sino 
que se le sitúa en el rango de lo sacro, por el hecho de “mostrar” o manifestar algo 
divino, por ser una hierofanía que manifiesta lo sagrado; de ahí que a esta imagen 
se le observe viva y participante dentro del medio cósmico circundante, dentro de 
la fe, pues la realidad inmediata de cualquier objeto se transmuta cuando se le 
observa dentro del mundo sagrado y religioso23. Podemos observar que el objeto 
sagrado aparentemente no sufre cambio físico alguno, sin embargo, su 
transformación es absoluta para el creyente, por tanto no es posible utilizarlo 
libremente, ya que provoca sentimientos de veneración, convirtiéndose a lapar en 
algo prohibido,
24
 al menos para quienes no se suscriben dentro de la ritualidad 
necesaria para poder acceder a esta imagen, ya que el siempre momentáneo 
paso de lo profano a lo sagrado requiere de purificación, devoción, ritualidad y fe. 
La palabra errante, la cultura y los mitos fundadores. 
Estas narraciones del origen del Niñopan, son, como las nombra Duvignaud, la 
palabra errante, misma que circula entre los pobladores y creyentes del pueblo de 
Xochimilco, quienes encuentran en ellas, estatuto de verdad y fundamento de su 
cosmogonía, la cual no debemos menospreciar a pesar de que para algunos 
sectores inscritos en una perspectiva moderna la encuentran como una muestra 
de atraso, e incluso debe cobrar importancia ante aquellos se suscriben 
formalmente a la cultura y la historia propiamente dicha, quienes pueden debatir 
que tales narraciones carecen de relevancia, pues hemos de retomar las 
acertadas aportaciones de Gilberto Giménez, quién en su antología de la Cultura, 
 
23 Eliade, Mircea, op. cit., pp. 16-17. 
24 Caillois, Roger, op. cit., pp. 14. 
 
33 
afirma que “todo es cultura”25 refiriéndose a todo aquello que pone en evidencia la 
forma de vivir, de pensar y la forma en que se desarrollan las reproducciones 
sociales de diversas generaciones y pueblos. Por tanto, se puede determinar que 
el concepto de Cultura se aplica tanto para un cuchillo de obsidiana de los 
mesoamericanos, hasta para la Gioconda de Da Vinci, incluyendo las 
manifestaciones religioso-culturales como el año nuevo chino o las danzas de los 
pueblos indígenas de México, indiscutiblemente, también se inscriben en el acervo 
cultural de la humanidad el culto y la devoción a las imágenes religiosas que dotan 
de identidad y valores culturales a todo un pueblo como es el caso de Xochimilco, 
ya que, si bien estas narraciones del origen y relatos de los viejos pobladores que 
han ido heredando a las generaciones subsecuentes son la palabra errante y no 
forman parte de una literatura formal u oficial de la historia de Xochimilco, se 
encuentra una riqueza cargada de energía e identidad representativa de este 
pueblo. Ahondando en el aspecto cultural, es necesario hacer mención que la 
imagen del Niñopan, además de inscribirse en una concepción cultural totalitaria, 
por pertenecer a las prácticas colectivas de un pueblo, se puede acotar también 
dentro de la concepción simbólica de la cultura, en donde las aportaciones de 
Clifford Geertz, nos son útiles para la cultura pueda concebirse, en primer 
instancia, como el conjunto de hechos simbólicos presentes en una sociedad, tal y 
como apunta el propio Gilberto Giménez, la cultura es la organización social del 
sentido, así como pautas de significados heredadas e históricamente transmitidos 
en formas simbólicas, donde los individuos se comunican entre sí y comparten sus 
experiencias, concepciones y creencias26; por lo que la devoción al Niñopan, al 
encontrarse heredada por generaciones de xochimilcas, sigue reproduciendo los 
ritos dotados de elementos con una carga simbólica y transmitidos a través la 
tradición oral, los cuales se ven reflejados en las prácticas colectivas de los 
creyentes, fortaleciendo de esta forma el lazo social, con elementos como la 
cohesión y la cooperación, partiendo desde una lógica del don, la cual, junto con el 
aspecto simbólico de la devoción a esta imagen, se desarrolla de manera más 
 
25 Giménez, Gilberto, Teoría y análisis de la cultura, volumen 1, CONACULTA-ICOCULT, México, 
2005, pp. 67-87. 
26 Íbidem. 
 
34 
amplia en el capítulo VI. Concluyendo de este modo que la acepción total y 
simbiótica de la cultura son referentes para entender que las narraciones en torno 
al origen del Niñopan forman parte de un acervo cultural, no sólo de Xochimilco, 
sino para comprender un rasgo más dentro de las culturas populares que aun 
prevalecen en la cada vez más urbanizada Ciudad de México. 
En consecuencia, para el análisis sociológico, retomando esta parte de las 
narraciones del origen del Niñopan, se puede concluir haciendo énfasis en la 
relevancia que tienen los mitos fundadores, ya que, tal como señala Mircea Eliade, 
el mito importa porque nos refiere acontecimientos que han tenido lugar in 
principio, es decir, “en los comienzos”, en ese instante primordial y atempóreo, en 
un lapso de tiempo sagrado, el cuál es cualitativamente diferente al tiempo profano 
que es continuo e irreversible para la existencia cotidiana. Por ello, al contar un 
mito, se reactualiza el tiempo sacro donde han sucedido los acontecimientos y 
queda abolido el tiempo profano, arrancando al hombre religioso de su tiempo 
individual, cronológico e histórico, para situarlo, al menos simbólicamente, en el 
Gran Tiempo, paradójico y sin duración; en consecuencia, el mito implica a una 
ruptura en el tiempo y equivale para el creyente rebasar su “situación histórica” o 
profana, dicho en términos religiosos, “se salva”, pero además le da a su creencia 
una revelación de la realidad última27, la cual, más allá de alejarlo de su situación 
social, le hace identificarse con la historia sagrada misma, tal vez valga decir, que 
los valores identitarios de los devotos xochimilcas crean en torno a al Niñopan, un 
lazo de cohesión y solidaridad mediante la identificación, por lo que el mito 
fundador en el que centran su creencia, como señalan Duvignaud y Eliade, 
independientemente de que sea una palabra errante o una narración ficticia o 
verdadera, cobra estatuto de certeza dentro de su fe y en su condición humana, 
regida por una determinada serie de comportamientos, que a la par se han 
heredado y reproduciendo en forma simbólica por medio de rituales inmersos en 
su cotidiano, en consecuencia, tal mito fundador es verdadero para el devoto 
creyente, porque ante su mirada, representa lo sagrado, por ello, cuando las 
narraciones que hacen referencia al origen mítico vuelven a ser recitadas o 
 
27 Eliade, Mircea, Imágenes y Símbolos, Ed. Grupo Santillana/Taurus, España, 1999, pp. 63-84. 
 
35 
escuchadas, se entra en contacto con la hierofanía, lo cual, apunta Eliade, hace 
que el hombre religioso se identifique a sí mismo y en su concepción de realidad, 
en un plano cosmogónico que le sitúa en lo inalcanzable y le hace trascender más 
allá de su existencia individual pagana. Por lo que la importancia de preservar la 
tradición oral de las historias en torno al origen, recae, en el simbolismo, que da al 
devoto la respuesta fundamental para explicarse a sí y a quienes comparten con él 
tal forma de devoción, logrando también, relevancia sociológica, porque además 
de que se fortalece la memoria colectiva, estos mitos crean lazos de identidad, 
tanto grupal como regional. 
Memoria colectiva e identidad. 
En consecuencia, otro punto a concluir, recae en la identidad, la cual, se fortalece 
a partir de los mitos fundadores, puesto que éstos revelan el origen y razón de ser 
cosmogónica para los devotos, lo que nos lleva a determinar que las relaciones 
sociales inscritas en el contexto histórico y místico de este pueblo son 
indispensables para la identificación de la grupalidad y la reproducción de sus 
valores, mismos que generan una arraigada memoria colectiva que da fuerza y 
vigor a las culturas populares manteniéndose vigentes como un rasgo 
característico de nuestra riqueza cultural mexicana. 
Por ello, para reforzar la percepción de memoria colectiva generada en 
torno a la devoción al Niñopan, resulta conveniente retomar las aportaciones de 
Maurice Halbwachs, quién se refiere a la memoria colectiva como una memoria 
vivida por el grupo en la continuidad y en la semejanza a sí mismo28, lo que nos 
permite contraponerla a la memoria histórica, que esta periodizada en el pasado y 
se inserta en una cronología,

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