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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE DERECHO LIBERTAD POSITIVA: UNA ALTERNATIVA EN ARAS DE UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN DERECHO P R E S E N T A PABLO ENRIGUE PEÑALOZA Asesor: Dr. Javier Romo Michaud CIUDAD DE MÉXICO MARZO DE 2013 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. FACULTAD DE DERECHO SEMINARIO DE FILOSOFíA DEL DERECHO VNPI[JR.i'i¡[lAJl) NAqONAL AV1"N°MA [l[ M[~][c,o DR.ISIDRO AVILA MARTíNEZ DIRECTOR GENERAL DE LA ADMINISTRACiÓN ESCOLAR DE LA UNAM PRESENTE Distinguido Señor Director: OFICIO NO. SFD/019111/2013 ASUNTO: Aprobación de tesis Me permito informar que la tesis para optar por el título de Licenciado en Derecho, elaborada en este seminario por el pasante en Derecho, Pablo Enrigue Peñaloza, con número de cuenta 306528877, bajo la dirección del Dr. Javier Romo Michaud denominada "Libertad positiva: una alternativa en aras de una sociedad más justa", satisface los requisitos reglamentarios respectivos, por lo que con fundamento en la fracción VIII del artículo 10 del Reglamento para el funcionamiento de los Seminarios de esta Facultad de Derecho, otorgo la aprobación correspondiente y autorizo su presentación al jurado recepcional en los términos del Reglamento de Exámenes Profesionales y de Grado de esta Universidad. El interesado deberá iniciar el trámite para su titulación dentro de los seis meses siguientes (contados de día a día) a aquél en que le sea entregado el presente oficio, en el entendido de que transcurrido dicho lapso sin haberlo hecho, caducará la autorización que ahora se le concede para someter su tesis a examen profesional. Sin otro particular, reciba un cordial saludo. A TENTAM~u¡¡¡¡ "POR MI RAZA HAB /" Ciudad Universitaria, D.f., DRA. SOCO SAS* La Eternidad está enamorada de las producciones del tiempo.1 William Blake 1 BLAKE, William. Las bodas del cielo y el infierno. Editorial Verdehalago. México. 2010. p. 29. I Índice de contenido……………………………………………………...………………I Introducción .......................................................................................................... III Capítulo primero: ser humano y libertad ............................................................ 1 1. Antropología filosófica ¿Qué es el ser humano? ........................................... 2 2. Determinismo e indeterminismo. ................................................................. 10 3. El libre albedrío. ........................................................................................... 15 4. La libertad. ................................................................................................... 18 5. Libertad positiva y negativa. ........................................................................ 23 Capítulo segundo: el Estado y el orden jurídico .............................................. 28 1. La dimensión social del ser humano y su organización. .............................. 29 2. El orden jurídico estatal. .............................................................................. 34 3. Legitimidad y justificación del Estado. ......................................................... 41 4. El Estado como garante de las condiciones necesarias para la existencia de la libertad positiva. ............................................................................................. 49 Capítulo tercero: derechos sociales y el espectro político económico ......... 54 1. Panorama general de los derechos sociales. .............................................. 55 2. Derechos sociales y economía. ................................................................... 65 3. Derechos sociales y política. ...................................................................... 76 Capítulo cuarto: justicia y libertad positiva ...................................................... 80 1. Subjetivismo y objetivismo axiológicos. ......................................................... 81 2. La justicia. ...................................................................................................... 86 3. Justicia real. ................................................................................................... 96 4. Libertad positiva, oportunidades, derechos sociales y justicia ....................... 98 Conclusiones ..................................................................................................... 103 II Fuentes consultadas ......................................................................................... 109 Bibliográficas .................................................................................................... 109 Hemerográficas y electrónicas ......................................................................... 113 Diccionarios ..................................................................................................... 115 Estadísticas ...................................................................................................... 115 III Introducción Podría parecer una obviedad defender el derecho a la salud o a la educación, apelar a la justicia, o expresar la pertinencia de promover condiciones de vida dignas e igualdad de oportunidades para las personas en nuestros días. Pero basta echar un vistazo al escenario internacional para percatarse de que en un sinnúmero de ocasiones la desigualdad y la carencia de condiciones básicas, no sólo son una realidad sino que se encuentran además, sorprendentemente justificadas. Acciones y posturas contrarias coexisten y se encuentran en una constante pugna. La libertad, por ejemplo, es algo deseable en general, la discrepancia se encuentra en el contenido que se le otorga. En este sentido, es una idea muy difundida en la actualidad que el propio mérito lo justifica todo, incluso la libertad. "De ninguna idea se sabe de manera tan general que es indeterminada, ambigua y susceptible de los más grandes malentendidos como de la idea de libertad, y ninguna otra circula con tanta inconsciencia"2, afirmó Hegel hace casi doscientos años¸ y lo sigue siendo. La libertad, hablando específicamente, no es un concepto terminado y exhaustivo. En términos generales, dotar de contenido a palabras como justicia, libertad, o ser humano deriva en la promoción de ideales diametralmente opuestos sin que dejen de estar justificados. La incompatibilidad de las ideas siempre ha existido, nuestro papel consiste en tirar en uno u otro sentido. Peter Singer sostiene, por ejemplo, que la doctrina de la santidad de la vida humana se debe a una falsa concepción de los límites del concepto de “humano” derivando en una forma de especieísmo: una diferencia de especie no puede 2 En JAHANBEGLOO, Ramin ¿Cómo ser filosofo hoy en día? http://elpais.com/elpais/2012/12/17/opinion/1355762736_732197.html , Idimoa: Español. El País, versión digital. Consultado el 3 de enero de 2013. IV justificarun tratamiento distinto por lo que, o dejamos de experimentar con animales, o comenzamos a hacerlo con recién nacidos, sin que esto constituya un acto inmoral.3 Tal y como ocurre en el ejemplo anterior, justicia, libertad o ser humano son ideas que dependiendo de su contenido pueden encaminar a conclusiones e idearios incompatibles. Todas estas son, como he mencionado, ideas nunca terminadas ni definitivas, siempre en construcción y susceptibles de ser perfeccionadas (en uno u otro sentido). Así, partiendo del valor del ser humano, es necesario edificar sistemas conceptuales que refuercen o promuevan nociones que una vez aterrizadas impacten de manera benéfica las vidas realmente existentes de las personas. Mi hipótesis se centra en el contexto contemporáneo internacional, en el que existen ideas (dogmas, dicen algunos) que derivan en la valoración de las personas únicamente por su capacidad de responder a las exigencias de la competitividad, provocando (y justificando) el aumento de las desigualdades, a la luz de la libertad entendida únicamente como no interferencia. Actualmente – sentencia Benedicto XVI– son muchos los que reconocen que es necesario un nuevo modelo de desarrollo, así como la reestructuración de la escala de valores que rigen nuestro ir y venir cotidianos.4 Es posible agregar que, además de este redefinimiento de prioridades, es necesario dotar de sentido y de contenido una y otra vez a ideas como libertad o justicia, generando un debate constructivo y pensando siempre en una trascendencia benéfica al mundo real. Independientemente de las previsiones en ley o de los esfuerzos que realice el Estado para promover la igualdad de oportunidades entre los individuos (distinta 3 SINGER, Peter. Desacralizar la vida humana. Cátedra. Madrid. 2003. pp. 284. 286 287. 4 Cfr. BENEDICTO XVI. Mensaje para la jornada mundial de la paz. http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/peace/documents/hf_ben- xvi_mes_20121208_xlvi-world-day-peace_sp.html Idioma: español. Portal en línea del Vaticano. Consultado el 4 de enero de 2013. http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/peace/documents/hf_ben-xvi_mes_20121208_xlvi-world-day-peace_sp.html http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/peace/documents/hf_ben-xvi_mes_20121208_xlvi-world-day-peace_sp.html V de la igualdad material), el objetivo del presente trabajo es subrayar la importancia de ver la libertad como un poder hacer en contraposición a la libertad como la mera ausencia de obstáculos o limitaciones, resultando en preceptos cuyo contenido pretende la igualdad de oportunidades reales para que las personas puedan perseguir el proyecto vital que tengan en mente (con independencia de los resultados y nunca en perjuicio de los demás). Esto se hará a través de un método deductivo, creando una construcción racional y autosostenible, lógica hacia el interior. De esta manera, el primer capítulo parte del ser humano y su vínculo con la libertad, el segundo aborda la cuestión de Estado y el orden jurídico como creaciones del hombre, así como su legitimidad, su justificación y su contenido. En el tercer capítulo, se analizan de cerca los derechos sociales como parte de este contenido, su razón de ser y su vínculo con la política y la economía, todo esto apuntando en última instancia, al capítulo cuarto, en el cual se abordan la justicia como objetivo final y la libertad positiva, como una alternativa conceptual. Escribir sobre justicia y libertad refuerza la posición prioritaria de ambas y pone un alto a las tendencias contrarias y que suscriben diferentes visiones. Al tratarse de ideas inacabadas y prefectibles, abordarlas una y otra vez, permite fortalecer un discurso que no por gozar de aceptación se encuentra exento de riesgos y amenazas. Un debate incluyente de ambas nociones constituye una renovación de votos (cuyo contenido es definido a través de este proceso) y dota de sentido el accionar del Estado y de la población en general; sentido necesario, o recomendable, en un mundo tan carente de referentes y de asideros como lo es el actual. Aunado a esto, cualquier cosa puede ser vista de diversas maneras incluso por una misma persona; es por esto que hay que apelar a crear sistemas de pensamiento que promuevan y fomenten nuestros más arraigados ideales, que aunque sean inalcanzables en su integridad, existen: existen porque nosotros los construimos. VI “Cuando miro hacia abajo desde esta trascendencia, ¡qué hermosos son incluso los restos del pan en migajas. Qué bien trazadas espirales forman las mondas de la pera, tan finas, y moteadas como los huevos de un pájaro marino” dice Bernard en Las Olas de Virginia Woolf y momentos después repara: “Nos hemos llevado a la boca cuerpos de pájaros muertos. Es con esas grasientas migas, con babas en las servilletas, con estos diminutos cadáveres, con lo que tenemos que construirnos. Esto siempre vuelve a empezar.”5 La justicia y la libertad pueden ser algo tan deseable como indefendible; la pugna práctica y teórica, siempre vuelve a empezar, es decir, nunca podrá proclamarse un triunfo absoluto ni de una ni de otra postura. La tensión entre justicia e injusticia, libertad y carencia de medios, son antinomias alimentadas por unos y otros, por esquemas de pensamiento o acciones contradictorias, y se desenvuelven de manera paralela al devenir de los hombres. En el mundo de hoy – hace un llamado Vargas Llosa – debemos descifrar “el contenido real de la libertad, cómo conciliar ésta con la justicia e impedir que sea sólo una abstracción metafísica.”6 Este trabajo pretende propone precisamente un cambio de concepción, constituyendo una apuesta para los tiempos que corren y pensando en los que están por venir. “Puedes ser pobre, pero lo único que nadie te puede quitar es la libertad de joderte la vida como te dé la gana,”7dice Jonathan Franzen no sin sarcasmo. Esa es la idea que pienso erradicar. 5 WOOLF, Virginia. Las Olas. Lumen. Barcelona. 2010. pp. 297 y 299. 6 VARGAS LLOSA, Mario. Sartre y sus examigos. El País, Edición impresa. México. 30 de diciembre. p. 25. 7 FRANZEN, Jonathan. Libertad. Salamandra. Villatuerta. 2011. p. 433. CAPÍTULO PRIMERO Ser humano y libertad El misterio final es uno mismo. Cuando se ha pesado el sol en una balanza, y medido los pasos de la luna, y trazado el mapa de los siete cielos estrella por estrella, aún queda uno mismo ¿Quién puede calcular la órbita de su propia alma?8 Oscar Wilde 8 WILDE, Oscar. De Profundis. Ediciones Siruela. Madrid. 2008. p. 96. 2 Capitulo primero. Ser humano y libertad. Ambos conceptos, tanto el de ser humano como el de libertad han sido abordados desde las más diversas perspectivas, llevando a conclusiones muy variadas y muchas veces incompatibles, por lo que resultará indispensable primero, mostrar los distintos acercamientos que se han dado tanto a uno como a otro y, posteriormente, acotarlos en función de lo que se intentará proponer y sostener a lo largo de este trabajo. ¿Qué es el ser humano?, ¿Qué características lo definen y lo hacen único?, ¿Labramos nosotros nuestro propio destino?, ¿Somos libres? y si sí, ¿De qué y para qué? Al abordar estas preguntas, sentaré los presupuestos básicos de la presente investigación. 1. Antropología filosófica ¿Qué es el ser humano? Esta es una interrogante que ha acompañado al hombre a lo largo de miles de años, y por tanto durante distintas épocas, sin que se haya llegado jamás a alguna respuesta concluyente y del todo satisfactoria. Los acercamientos van desde el evolucionistahasta el religioso, pasando por el filosófico y el político. Es de imaginarse que de tan diversos enfoques se saquen conclusiones distintas e incluso, muchas veces opuestas. La Biblia sostiene, por ejemplo, que el hombre fue creado “a imagen y semejanza”9 de Dios y hay en cambio quien sostiene que el hombre es “un mono infantil con perturbaciones en la secreción interna.”10 9 La Biblia, Génesis. Edit. Verbo Divino, Ediciones Paulinas. Madrid. 1995. p.8. 10 SCHELER, Max. La idea del hombre y la historia. Edit. Fausto. Buenos Aires. 1996. p. 52. 3 De cada concepto de ser humano se derivan condiciones inherentes al mismo, es decir, definir al hombre conlleva necesariamente, atribuirle rasgos distintivos y especificar las consecuencias que implica dicha condición. Hacer un recorrido histórico a través de la noción de ser humano, equivale a visitar el centro mismo de las distintas culturas y su sentir en determinado momento histórico. Respecto del origen del hombre, es decir, de dónde venimos, Fernando Savater afirma que existen dos respuestas: la primera hace que el hombre provenga de Dios, la otra del animal y, en todo caso, continúa, ambas parten de categorías extrahumanas, “o bien el hombre es un pariente divino de Dios…o un mono con éxito sobre sus congéneres”.11 Cada versión implica una visión distinta del mundo y por lo tanto del hombre y de su papel en la Tierra. Por ejemplo, la creencia de que nuestro origen deriva directamente de Dios, acoge la idea de “comer del árbol de la vida en el paraíso”12 después de la muerte, mientras que una postura ateísta y por tanto contraria como la de Emmanuel Lévinas, afirma que la muerte es esa situación “donde el sujeto no puede agarrarse a ninguna posibilidad”13. Como veremos más adelante, dependiendo del origen que asignemos al hombre y de su respectivo “puesto en el cosmos” (alusión a la famosa obra de Max Scheler), podremos desprender su naturaleza libre o su eterna sujeción a un orden preestablecido de las cosas. De dónde venimos determina en gran medida hacia dónde vamos. Scheler llama “judeocristiana” a la idea religiosa del origen del hombre. “Su apoyo histórico es el Antiguo Testamento” e implica la creencia en “la inmortalidad del alma y el juicio final.”14 Y la diferencia de la idea griega del hombre como una 11 SAVATER, Fernando. El valor de elegir. Editorial Ariel. Barcelona. 2003. pp. 17 y 18. 12 La Biblia, Apocalipsis Op. Cit. p. 580. 13 SARTRE, Jean-Paul y Lévy, Benny. La esperanza ahora. Las conversaciones de 1980. Edit. Arena Libros. Madrid. 2006. p. 89. 14 SCHELER Op. Cit. p. 19. 4 especie a la que corresponde un agente específico: la razón; agente que lo define y lo hace ser lo que es. En este sentido los clásicos destacaban la razón como un rasgo único y determinante del ser humano en contraposición a los demás animales. “El hombre es el animal capaz de ciencia”15 sostuvo en este sentido Platón, y Aristóteles redondeó: “el hombre es el único animal que posee razón”16. En este sentido la razón cumple, a mi modo de verlo, una doble función: por un lado, diferenciar al hombre de los demás animales a partir de un elemento que sólo él posee y por otro, constituirse como característica sine qua non del ser humano. Para efectos de esta proposición entenderemos razón como “la guía autónoma del hombre en todos los campos en los que es posible una indagación”17 y “la capacidad de abstraer o pensar nociones universales y abstractas”.18 A partir de esto se concluye que el hombre es hombre en tanto que goza de esa autonomía de indagación, siendo capaz de aprehender o intuir la esencia de las cosas, estableciendo así, criterios universales. De ahí que el hombre sea “capaz de adquirir conocimiento, de pensar y de calcular”19. Veremos que la razón, entendida como aquí lo he señalado, es un elemento que se mantiene constante en casi todas las aproximaciones que se han hecho al concepto de ser humano. Aunado a esto, Aristóteles agregaría complejidad a la idea del hombre al afirmar que es “un animal social, capaz de escoger entre lo bueno y lo malo y… el único de la naturaleza dotado de lenguaje”20, abarcando otras dimensiones del hombre 15 En ABBAGNANO, Nicola. Diccionario de Filosofía. Fondo de Cultura Económica. México. 1993. p. 622. 16 Idem. 17 Ibidem. p. 979. 18 FRONDIZI, Risieri. Introducción a los problemas fundamentales del hombre. Primera Edición Fondo de Cultura Económica. Madrid. 1977. p. 335. 19 Ibidem. p. 334. 20 En Idem. 5 distintas a la meramente racional, o quizás derivadas de la misma, pero que constituyen desde su perspectiva, características inseparables del ser humano. Es posible deducir las dimensiones ética y política del hombre a partir de estas líneas; o en otras palabras, su tendencia a la vida en sociedad y su capacidad de discernimiento entre el bien y el mal. Estos dos rasgos implican consecuencias definitivas en la existencia del hombre. Por un lado en su faceta política y por otro en la de ser moral, mismas que analizaré llegado el momento en el presente trabajo. El lenguaje, siguiendo con Aristóteles, es un elemento esencial al momento de definir al hombre, y se puede entender como tal, todos aquellos “signos intersubjetivos que hacen posible la comunicación… por los cuales el hombre puede dar a conocer sus pensamientos a otros hombres.”21 O sea, el lenguaje hace posible el intercambio y la creación de ideas a partir de estos signos dotados de significado. Es una herramienta racional que constituye, en palabras de Ludwig Wittgenstein, “una configuración pictórica del mundo”.22 De acuerdo con lo sostenido hasta este punto, la razón se presenta como un rasgo esencial y sobresaliente del ser humano, haciendo posible entre otras cosas, la capacidad de discernimiento y la creación del lenguaje. Pero no todo han sido elogios para la razón y sus manifestaciones; Friedrich Nietzsche, por poner un ejemplo, hizo una crítica demoledora a la fe ciega y al fanatismo por la razón en El crepúsculo de los ídolos, según el cual las categorías de la razón y el raciocinio son “telas de araña” producto de “las dolencias cerebrales de enfermos urdidores”23 y “los conceptos más universales, el último humo de la realidad que se evapora.”24 Desde mi punto de vista, esto podría interpretarse como que las construcciones racionales, en última instancia, descansan sobre la nada, (claro está que habrá que prescindir de esta opinión en lo referente a este trabajo ya que 21 ABBAGNANO, Op. Cit. pp. 722 y 724. 22 Ibidem. p. 729. 23 NIETZSCHE, Friedrich. El crepúsculo de los ídolos. Editorial Edaf. Madrid. 2002. pp. 60 y 61. 24 Ibidem. p. 60. 6 las nociones de libertad, derechos sociales y justicia son construcciones eminentemente racionales y sin la validez apriorística de la razón y el lenguaje, todo lo aquí escrito equivaldría al vacío) y concluye uno de los capítulos pulverizando a la razón, al lenguaje y a la más vacía de todas las producciones racionales: Dios. “La razón en el lenguaje: ¡oh, qué vieja hembra estafadora! Me temo que no nos libraremos de Dios mientras sigamos creyendo en la gramática”.25 Prosiguiendo con el recorrido histórico-conceptual a través de la idea de ser humano, corresponde pasar de la noción clásica a una visión que, buscando legitimar y fortalecer los argumentos centrales de las creencias cristianas a la luz de la razón, reunió las teorías del origen divino del hombre y la de la razón como su elemento esencial. Provenir del soplo de Dios no excluye la idea de que el hombre sea un ser racional.Nuestro origen no es lo mismo que nuestra configuración y por tanto, ser hijos de Dios y estar dotados de razón pueden coexistir. Esto es: “el hombre tiene un alma racional”.26 En La Ciudad de Dios, San Agustín, sostuvo que “Dios formó al hombre a su imagen. Dotó su alma de cualidades tales que por su razón e inteligencia fuera superior a todo animal terrestre, acuático y volador, desprovistos de un espíritu como el suyo”.27 El hecho de que Dios dote al hombre de un alma racional, vincula su existencia y por tanto su devenir con la idea de un ser supremo, eterno y omnipotente, anterior a todos los tiempos. La implicación de este vínculo no es menor: el hombre no está solo, sus acciones y en general su paso por este mundo, obtienen sentido al estar referidas a un Dios que lo creó. De Él proviene, y después de la muerte, con Él regresa. Lo que conocemos como vida es sólo una parte de este ciclo. Sin Dios, la existencia del hombre sería imposible. 25 Ibidem. p. 63. 26 FRONDIZI Op. Cit. p. 336. 27 SAN AGUSTÍN. La ciudad de Dios. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid. 2009. p. 500. 7 Hegel abonaría en la idea al afirmar que éste: “es esencialmente Espíritu, es imagen de Dios y fuente de la infinitud… el hombre tiene el destino a la eternidad en sí mismo.”28 Posterior a este enfoque encontramos a Descartes. Alguien que sostuvo “pienso luego existo”, únicamente podía definir al hombre como “una sustancia pensante”.29 Esta es su única certeza, saberse pensante. Fuera de esto, todo puede ponerse en tela de juicio a través de su famosa duda metódica, desde el contenido de la conciencia hasta las cosas que vemos. Descartes por su parte, define al hombre al calificarse: “soy una cosa que piensa”,30 y sostiene todavía la existencia de Dios, a través del siguiente razonamiento: “yo como ser finito no puedo haber producido la idea de un Ser Infinito, pues lo más no se puede derivar de lo menos. Por tanto, Dios existe”.31 Persisten en esta visión el vínculo entre Dios, el hombre y la razón como elemento fundamental de su naturaleza. Más de un siglo después Immanuel Kant mantuvo la racionalidad como componente fundamental del ser humano. Gracias a ella el hombre se impone a los mecanismos y a las leyes de la naturaleza erigiéndose como un fin en sí mismo. El hombre es un ser autónomo capaz de contraponer el deber ser a la aparente necesidad del ser, esto es, un ser moral, un ser que discierne y que puede concebir la dimensión del deber ser y orientar su vida conforme a sus mandatos32, en otras palabras: “sabe perfeccionarse… y tiene el carácter que él mismo se hace.”33 28 ABBAGNANO Op. Cit. p. 622. 29 En FRONDIZI Op. Cit. p. 339. 30 Ibidem. p. 340. 31 Ibidem p. 343. 32 Cfr. RECASÉNS SICHES, Luis. Tratado General de Filosofía del Derecho. 1ª Edición. Porrúa. México. 1959. pp. 246 y 247. 33 ABBAGNANO Op. Cit. p. 625. 8 Siguiendo esta línea argumental, encontramos a Johann Fichte que radicaliza las ideas de Kant al afirmar que somos individuos y como tal nos encontramos limitados, pero también somos infinitos en tanto que somos “libertad que se propone fines”,34 es muy claro cuando afirma que: “yo no soy un ser ya hecho, sino que soy aquél que en mi mismo hago… mi ser es libertad… somos movimiento vital”,35 es decir, somos directrices latentes, infinitud potencial, sobre todo al momento de elegir, pero una vez que lo hacemos, regresamos a la concreción unívoca de la realidad. Fichte sentaría sin saberlo las bases de la angustia del existencialismo. Posteriormente Scheler en La idea del hombre y de la historia enlistaría las cinco ideas de hombre que han tenido relevancia en la historia de Occidente, dos de las cuales ya he mencionado: la judeocristiana y el hombre como animal racional. En tercer lugar se encuentra el homo faber, el hombre como animal complejo, dotado de razón como resultado del proceso evolutivo36 seguido por el hombre como desertor de la vida. En este caso, la decadencia es inherente a su naturaleza y niega la vida por instinto. Scheler cita en este sentido a Theodor Lessing: “el hombre es un simio fiero que poco a poco ha enfermado de megalomanía.”37 Dentro de esta concepción, la vida del hombre es una sucesión de mecanismos para escapar de la misma. Encuentro posible identificar esta visión pesimista en la tradición brahmánica, que en el Código de Manú, sostiene que la humanidad ha pasado por cuatro grandes edades, incrementando a su paso la degradación moral del hombre, culminando el proceso en el presente.38 Finalmente, Scheler menciona la idea del ser humano inspirado en el superhombre de Nietzsche, un hombre con cualidades divinas, que no se apoya en ningún Dios, y es absolutamente responsable de sus actos libres. 34 En RECASÉNS SICHES Op. Cit. p. 247. 35 Idem. 36 Cfr. SCHELER Op. Cit. pp. 35-49. 37 Ibidem. p. 52. 38 Cfr. TRUYOL Y SERRA, Antonio. Historia de la Filosofía del Derecho y del Estado. Alianza Editorial. Séptima Edición. Madrid. 1982. p. 81. 9 A pesar del análisis realizado, Scheler omite su propia concepción del hombre en esta obra, sin embargo Recaséns Siches recoge por su lado el concepto del alemán: el ser humano es unidad concreta real, es decir, un ser fáctico, aunque consciente del deber ser; es también un ser moral. Es por tanto, el punto de intersección entre dos dimensiones que entran en conflicto y se contraponen, “de ahí que el ser del hombre consista en un no descansar.”39 Dentro de este recorrido, un acercamiento original a la idea del ser humano es el realizado por Ernst Cassirer que se esfuerza por lograr una definición referenciándolo a la cultura. Para Cassirer, el hombre vive en una dimensión simbólica, creada por sí mismo, conformada entre otros por el lenguaje, el arte o la religión, restando así protagonismo a la razón. Esto es: el hombre como animal simbólico.40 Años después, surge la idea de hombre a la luz del existencialismo, Jean-Paul Sartre parte de un ateísmo extremo y de la idea heiddegeriana de que la existencia precede a la esencia, de ahí que el hombre no esté terminado, el hombre es un proyecto, “no es nada más que lo que él mismo se hace”41, se va construyendo con sus actos y decisiones. Al ser incompletos, la nada y el futuro forman parte de nuestro ser. De ahí que el hombre “no es lo que es y es lo que no es.”42 Juliana González es muy clara al decir que “el ser posible no es ninguna realidad definitiva y acabada. El hombre es lo que todavía no es y nunca llega a ser cabalmente.”43Somos nada y Dios no existe; de ahí el sentimiento de angustia. 39 Cfr. RECASÉNS SICHES Op.Cit. pp. 247 y 248. 40 Cfr.FRONDIZI Op. Cit. pp. 268-370. 41 En Ibidem. p. 243. 42 Idem. 43 GONZÁLEZ, Juliana. Ética y Libertad. Fondo de Cultura Económica. Segunda Edición. México. 1997. p. 226. 10 En este sentido, Kierkegaard sostuvo que “el no-ser existe en todas partes, como la temporalidad olvidada de la eternidad”.44 Lo que angustia es la posibilidad, y es la muerte la posibilidad más inminente de nuestra existencia temporal, es el fin del ser en el tiempo. Nunca sabemos lo que puede ocurrir en cualquier momento. Tras haber analizado al ser humano desde distintas perspectivas, concluyo que, para efectos de este trabajo, el hombre será entendido como un ser racional e individual, que constituye un fin en sí mismo, “que tiene la capacidad de realizarse”45, autónomo, “creador de sí mismo”46 y capaz de discernir, esto es, un ser moral. “Es pues, una persona, y como tal es ya un fin.”47 El hombre se presenta así, y en esas condicionesse desenvuelve en la vida. Pero, ¿estaba todo escrito, o es el ser humano quien forja su propio destino? En el siguiente apartado intentaré dar respuesta a tan trascendentes cuestiones. Por el momento, concluyo con Savater: “ser humano consiste en buscar la fórmula de la vida humana una y otra vez.”48 2. Determinismo e indeterminismo. Antes de hablar de la libertad, es cuestión fundamental determinar si el hombre tiene la posibilidad de construir su propio destino a través de sus acciones autónomas e independientes o si únicamente se apega a un libreto cósmico preestablecido, ya que de una respuesta u otra depende directamente la libertad del hombre de actuar y de elegir. En general, el determinismo establece que todo lo que ocurre tiene una causa, es decir, “no hay ningún hecho, cualquiera que sea su naturaleza que escape al 44 KIERKEGAARD, Søren. El concepto de la angustia. Edit. Austral. México. 1952. p. 88. 45 GONZÁLEZ URIBE, Héctor. Teoría Política. Edit. Porrúa. Séptima Edición. México. 1989. p. 260. 46 SAVATER Op. Cit. p. 27. 47 GONZÁLEZ URIBE Op. Cit. p.260. 48 SAVATER Op. Cit. p. 33. 11 principio causal y, por lo tanto, no esté determinado por el conjunto de circunstancias y factores que lo producen… y lo preceden.”49 Todos los hechos y acontecimientos pretéritos, apuntaban inevitablemente al presente y al estado de ser actual de las cosas. La configuración del mundo responde a una gestación milenaria e inevitable. El pasado es la causa y el presente (así como el futuro) su ineludible desenlace. “Todo lo que ocurre no podría dejar de ocurrir.”50 Para ilustrarlo, en un pasaje de la Odisea, ante el peligro de una tormenta en altamar, Odiseo es consciente de que, en última instancia, nada puede hacer por su propio destino. “Batid con los remos las grandes olas del mar, por si acaso Zeus nos concede escapemos de esta desgracia, librándonos de la muerte.”51 En Babilonia, por su parte, también se creía en la influencia directa y constante de los dioses sobre las relaciones humanas.52 En este sentido, David Hume afirmaría que el Creador “colocó a todos los seres en la posición particular de la cual todo suceso subsiguiente habría de resultar por inevitable necesidad”.53 Cada cual tiene un puesto previamente asignado. El curso de los hechos es ineluctable. He hablado hasta aquí del determinismo en general, pero en función de las causas que lo subyacen puede ser clasificado, como lo hizo Frondizi, de la siguiente manera:54 a) Determinismo genético: estamos genéticamente determinados a ser lo que somos, los genes determinan los rasgos físicos e incluso conductuales de las personas. “El ADN es responsable del desarrollo de estructuras únicas que conforman un tipo particular de organismo”55y por lo tanto, de seres humanos. 49 FRONDIZI Op. Cit. p. 207. 50 Idem. 51 HOMERO. La Odisea. Edit. Porrúa. Trigésima Edición. México. 2010. p. 130. 52 Cfr. TRUYOL Y SERRA Op. Cit. 35 y 68. 53 En SCHOPENHAUER, Arthur. La libertad. Ediciones Coyoacán. México. 1996. p. 108. 54 Cfr. FRONDIZI. Op. Cit. pp. 209-218. 55 MADER, Sylvia. Biología. Edit. McGraw Hill. Novena Edición. China. 2008. p. 237. 12 Aunado a esto, en los últimos años, la epigenética ha ido todavía más allá al establecer que es la interacción entre los genes y el ambiente lo que determina nuestra forma de ser.56 b) Determinismo biológico: Nos encontramos predispuestos y por tanto determinados por factores inherentes a nuestra condición de seres vivos. En este sentido, la determinación es alimenticia, glandular y bioquímica. Nuestras decisiones están condicionadas en gran medida por estas demandas y manifestaciones de nuestro cuerpo como una maquinaria con voluntad propia. Directamente, “el cerebro nos permite pensar, aprender, amar, imaginar, recordar y todas las demás cosas que nos convierten en las personas que somos.”57 c) Determinismo psicológico: de acuerdo con Sigmund Freud muchas de nuestras preferencias, decisiones y formas de conducta responden a factores inconscientes que escapan a nuestra voluntad y determinan nuestra forma de ser y por tanto nuestras acciones. “Lo consciente queda libre y lo inconsciente recibe su determinación, de índole fatal o necesaria. La supuesta libertad no es entonces sino destino interior, ciego y subterráneo”.58 Somos prisioneros de factores inconscientes que escapan a nuestro control. “La realidad es tiranizada por pulsiones poderosas y oscuras”.59 d) Determinismo sociocultural: Nuestra conducta depende directamente de los valores, las normas y las estructuras predominantes en el entorno social en que vivimos, ubicado en un tiempo y un lugar determinados, es decir, y usando la terminología de Oswald Spengler, estamos determinados por la cultura así como sus diversas pautas y manifestaciones. 56 Cfr. GARCÍA-GIMÉNEZ, José Luis. Epigenética, La Gramática Del Código Genético. http://feelsynapsis.com/jof/004/index.html?pageNumber=34 Idioma: Español. Revista de Divulgación Científica. Consultado el 8 de septiembre de 2012. 57 WALKER, Richard. El cerebro. Edit. Planeta. Italia. 2002. p. 7. 58 En. GONZÁLEZ Op. Cit. p. 15. 59 SAVATER Op. Cit. p. 78. http://feelsynapsis.com/jof/004/index.html?pageNumber=34 13 e) Determinismo teológico: Sin duda esta es la versión del determinismo que más discusión ha suscitado a lo largo de los siglos por ser tan antigua como la religión misma. Éste sostiene que nuestras elecciones y por tanto nuestro destino ya estaban anticipados en la mente de Dios, que sabe todo lo que sucede y sucederá. Voltaire, en Zadig o el Destino, un cuento en el que libertad y destino se baten en el devenir sin orden de un hombre que simboliza a la humanidad, pone las siguientes palabras en la boca de un ángel: “todo lo que ves en el pequeño átomo en el que has nacido debía estar en su lugar y en su tiempo fijados, según las órdenes inmutables de Aquel que lo abarca todo.”60 El universo es inmutable y está sometido a mandatos eternos. Dentro de esta creencia, Dios es incluso quien se encuentra detrás de nuestra voluntad, siendo la causa última y suprema de absolutamente todo, dejando poco espacio al discernimiento y a la libertad del hombre. “A Dios hay que imputar todas las operaciones de la voluntad… ya que no es más que un instrumento en sus manos”61 afirmó Giulio Cesare Vanini, y Kant replicaría que, en este supuesto, “el hombre sería un muñeco o un autómata de Vaucanson,62 construido y puesto en movimiento por el obrero supremo.”63Cabe concluir que todos los tipos de determinismo tienden al reduccionismo, dejando a un lado, todos los ámbitos que no están sometidos a su campo de acción. Una vez analizado el determinismo y sus vicisitudes y antes de proceder a analizar el indeterminismo, me parece conveniente hacer alusión a un elemento al que siempre se le ha atribuido la posibilidad de definir de forma aleatoria los destinos de los seres humanos. Me refiero al azar, esa “accidentalidad sin reglas y 60 VOLTAIRE. Cuentos. Edit. Hyspamérica. Barcelona. 1987. p. 76. 61 En SCHOPENHAUER Op. Cit. p. 106. 62 Esta expresión se refiere al primer robot inventado en 1737 por el ingeniero francés Jacques de Vaucanson. 63 Ibidem. p. 107. 14 desenfrenada”64 responsable de un desenvolvimiento caprichoso e imprevisible de la vida del hombre. El azar no está sujeto a reglas ni a probabilidades, y no actúa en función de nada ni de nadie. “And Fortune, on his damned quarrel smiling, showed like a rebel’s whore”65, apuntó William Shakespeare en Macbeth, refiriéndose a su carácter volubley a su “repartición arbitraria de favores.”66 La fortuna no se ciñe a los mandatos eternos del determinismo, pero tampoco deja opción al hombre, como veremos a continuación, de ser él mismo el artífice absoluto de su porvenir. En este supuesto, puede ocurrir cualquier cosa. Llega el momento de analizar el indeterminismo que es la negación lógica del determinismo. Está vinculado con una constante construcción autónoma de la propia vida que “no es un ser ya hecho, ni tampoco un objeto con trayectoria determinada. La vida no tiene una realidad ya hecha como la piedra, ni tampoco una ruta prefijada como la órbita del astro”67, el hombre es co-creador de sí mismo junto con Dios68, (en caso de que exista, o se crea que exista), el hombre actúa por sí mismo y no en función de un libreto preestablecido. Pico della Mirandolla en su Oratio pro hominis dignitate, pone en escena un mensaje de Dios para el hombre: “La naturaleza determinada de los demás seres, está contenida en las leyes por mí prescritas. Tú te la determinarás a ti mismo… libre y soberano artífice, te plasmarás y esculpirás en la forma por ti elegida.”69 El hombre, al poderse determinar, es libre. Es aquí donde se tiende un puente entre la posibilidad del hombre de hacerse a sí mismo y el libre albedrío (posibilidad de elegir), presupuestos, a su vez, de la forma de libertad que busco plantear en este trabajo, la libertad positiva. 64 ABBAGNANO Op. Cit. p. 123. 65 SHAKESPEARE, William. England in Literature, Macbeth. Medallion Editions. Estados Unidos. 1979. p. 137. (Y la maldita Fortuna, sonriendo en reto, se reveló como la prostituta de un rebelde. La traducción es mía.) 66 Idem. 67 RECASENS SICHES Op. Cit. 74. 68 SAVATER Op. Cit. p. 27. 69 En Idem. 15 “Un hombre que se encuentra ante diversas alternativas, opta por una y elimina las otras… crea así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan... El porvenir ya existe.””70 3. El libre albedrío. El libre albedrío es una facultad humana, consistente en la capacidad de “elegir o inventar acciones, de querer o no querer.”71 San Agustín, patentó el concepto, haciendo posible la coexistencia de un Dios omnisapiente y la libre voluntad de los hombres. Dios reconoce nuestras voluntades como causas de nuestros actos. Ni el destino, ni la fortuna, sino el hombre mismo actúa por virtud de su libre albedrío. “Nuestra voluntad, causa de nuestro mal o buen vivir, no está sometida a la necesidad.”72 Este vínculo entre el libre albedrío y el dualismo moral entre el bien y el mal, se presenta también, aunque en forma de mito, en el mazdeísmo reformado por Zoroastro, y conservado en el Avesta, representado por la oposición entre Ormuzd, el dios de dioses y principio del bien y Ahrimán, el príncipe de las tinieblas, principio del mal. Ambos libran una batalla de dimensiones cósmicas, mientras que el hombre, espectador mortal, interioriza la contienda y debe decantarse por uno u otro principio, adquiriendo mérito o demérito, en función de lo que haya elegido.73 Por su parte en la Biblia, según Isaías, Dios otorga al hombre la misma posibilidad de elegir: “Si ustedes quieren obedecerme, comerán los productos de su tierra; pero si ustedes insisten en desobedecerme, será la espada la que los devore.”74 El hombre decide qué camino tomar. Es moral en tanto que es libre y puede elegir 70 BORGES, Jorge Luis. Ficciones. Edit. Joaquín Mortiz. México. 2006. pp. 139 y 140. 71 Ibidem. p. 83. 72 SAN AGUSTIN Op. Cit. pp. 203-206. 73 Cfr. TRUYOL Y SERRA Op. Cit. p.40. 74 LA BIBLIA, Op. Cit. p. 609. 16 entre una opción u otra, incluso por la peor a sabiendas de que hay una mejor (idea de la akrasia).75 El hombre oscila entre lo bueno y lo malo, pero nunca se gradúa de uno o de otro, ya que nos construimos con nuestros actos y decisiones constantemente, estamos en cierto modo, inacabados y en proceso de formación. La vida es una secuencia de posibilidades y por lo tanto de actos y de decisiones. El libre albedrío, aclara Schopenhauer, es la libertad moral y más concretamente, el poder querer.76Es esta condición la que permite que el hombre se revuelva entre el bien y el mal siendo “lo más maravilloso y terrible que hay en el mundo, creador tanto del bien como del mal.”77 Concluyo en este punto, antes de tratar de lleno el tema de la libertad, que el hombre no es absolutamente libre ni está completamente determinado. En el hombre se confunden libertad y necesidad, ambos confluyen en él y lo definen. No estamos absolutamente determinados, pero tampoco tenemos la capacidad de ser siempre libres en última instancia. Es innegable que somos lo que somos en parte por nuestra carga genética, nuestros impulsos de seres vivos, las pulsaciones inconscientes y el entorno que nos rodea, sí, pero no sólo; somos lo que somos, también, por las decisiones y actos autónomos que realizamos, y recorremos, en cierta medida, el camino que decidimos recorrer (o a esto debe aspirarse). “La libertad es dialécticamente complementaria de la necesidad, tanto como son complementarios lo permanente y lo cambiante”78o la luz y la oscuridad. Ambas, sostuvo el mexicano-catalán Eduardo Nicol, “dependen en el hombre la una de la otra, se conjugan la una con la otra”, tenemos una doble causalidad: necesaria y libre, que coexisten en nosotros y nos definen. Efectivamente hay “fuerzas 75 Cfr. SAVATER Op. Cit. p. 76. 76 Cfr. SCHOPENHAUER Op. Cit. pp. 10-13. 77 SOFOCLES En GONZÁLEZ JULIANA. El ethos, destino del hombre. Fondo de Cultura Económica. México. 1997. p. 17. 78 GÓNZALEZ. Etica y Libertad. Op. Cit. 304. 17 tumultuosas que operan en la realidad”, pero al mismo tiempo, “el hombre es agente de acontecimientos.”79 Además de las formas de determinismo ya mencionadas, nuestras acciones están enmarcadas y delimitadas por el destino: lo no elegido que elige por nosotros, el tiempo y la muerte. En este sentido, Marcel Conche, en Tiempo y destino, arroja un razonamiento lapidario: “No voy a morir voluntaria ni libremente, porque si pudiese elegir no es eso lo que elegiría. Pero tampoco es libremente como paso de un instante a otro y me aproximo así, inexorablemente, al instante de la muerte.”80 Somos víctimas de lo irremediable, y podemos centrarnos únicamente en esto, en el no-ser como nuestra última parada y en los diversos factores que nos delimitan, o podemos aceptarlo y complementarlo con el margen de acción que nos es dado, ese espacio en el que somos nosotros quienes construimos, decidimos y actuamos, esa esfera de posibilidades que nos permite deliberar y elegir, no exentos de fatalismo y factores externos, pero tampoco de libertad. “El ser-libre es determinado e indeterminado, real y posible a la vez.”81 “Quienes afirman que el hombre es libre no sostienen que lo sea en todo lo que hace” 82afirma Frondizi. No nos es dado escoger el mundo en que va a hacerse nuestra vida, y en ese sentido algo tenemos de fatalidad, pero siempre contamos con un margen, con un horizonte vital de posibilidades: esta es nuestra dimensión de la libertad.83 Hay cosas ya dadas, pero hay cosas que nosotros creamos, modificando así el mundo a partir de nuestra condición de seres libres. “El paisaje de nuestra libertad presente y futura, está configurado a partir de las obras de la libertad ya 79 SAVATER Op. Cit. 44. 80 En. Ibidem. p. 85. 81 GÓNZALEZ. Etica y Libertad. Op. Cit. 300. 82 FRONDIZI, Op. Cit. p. 224. 83 Cfr. RECASÉNS SICHES, Op. Cit. p. 74. 18 ejercida”84, nos dice Savater, como evidenciade que muchas veces, no todas, la libertad del hombre y sus manifestaciones se imponen al devenir de los acontecimientos naturales. Concluyo: “Cada mañana vengo para ver que todo está servido” Dice Gil de Bidema, y agrega: “Cada mañana vengo, cada mañana vengo para ver lo que ayer no existía.”85 4. La libertad. El problema de la libertad ha sido central dentro de los cuestionamientos acerca de la naturaleza humana. Nos interesa saber si somos libres, no solo por el afán de conocimiento, sino porque la solución dada influye sobre nuestras acciones. Si el hombre es libre, se esforzará por encontrar la solución o el encauzamiento adecuado de dicha condición, siendo así dueño de la dirección de su vida. En cambio, si su conducta y decisiones están determinadas, la actitud será de resignación ante los hechos.86 Dice Isaiah Berlin que “la concepción que se tenga de libertad se deriva directamente de las ideas que se tengan sobre lo que constituye el yo, la persona, el hombre.”87 De ahí que haya tantos acercamientos a la libertad, como los haya al ser humano. Al ser una palabra o un concepto nunca terminado ni definitivo, la libertad ha servido para abanderar causas distintas y para justificar posiciones 84 SAVATER Op. Cit. p. 88. 85 GIL DE BIDEMA, Jaime. Las personas del verbo. Seix Barral. Barcelona. 2010. p. 55. 86 Cfr. FRONDIZI Op. Cit. p. 19. 87 BERLIN, Isaiah. Cuatro Ensayos sobre la Libertad. Alianza Editorial. Madrid. 2000. p. 233. 19 completamente contradictorias. Pongo dos ejemplos: En la Guerra Civil de Estados Unidos el norte pelaba por la libertad de los esclavos y el sur por la de cada estado de decidir por sí mismo.88 El segundo es contemporáneo: la Constitución Siria vigente, que “ampara” al gobierno de Bashar Al-Assad y sus crímenes en contra de la población civil, establece en su artículo 25, encubriendo lo que realmente ocurre, que la libertad “es un derecho sagrado.”89 Nada más alejado de la realidad, la libertad como simulación y como apariencia. Al respecto Tzvetan Todorov, afirma que “ya no nos preocupamos por cuestionar la realidad que se esconde detrás de las palabras… la libertad ¿no corre el peligro de encubrir un simple deseo de poder?” 90La dificultad de definirla es resbaladiza precisamente porque no existe identidad entre las palabras y la realidad que esconden. Por eso, resulta esencial analizar y acotar lo que se entenderá por libertad para efectos de lo pretendido en este trabajo. En el mundo moderno, los problemas de la libertad no pueden ser resueltos por fórmulas simples y totalitarias, sino por el estudio de los límites y de las condiciones, en un campo y en una situación determinada.91 La libertad no puede concebirse como un algo absoluto y puro, opuesto y excluyente de la necesidad y la determinación, la libertad siempre es relativa y situacional y varía por tanto en sus grados y en sus modos concretos.92 No hay hombre absolutamente libre y la libertad no es una cualidad permanente. 88 Cfr. FRONDIZI Op. Cit. p.166. 89 Syrian Constitution (2011) http://karari.org/it/node/26490 Idioma: Inglés. Karari, Participative Democracy Plataform. Consultado el 11 de septiembre de 2012. 90 TODOROV, Tzvetan. La fascinación ante la guerra. El País, Edición Impresa. México. Consultado el 11 de septiembre de 2012. p. 21. 91 Cfr. ABBAGNANO Op. Cit. p. 747. 92 Cfr. GONZÁLEZ, Etica y Libertad. pp. 226 y 313. http://karari.org/it/node/26490 20 Al poder ser abordada desde diferentes frentes, el análisis de la libertad ha arrojando resultados incompatibles. Por ejemplo, para Robert Filmer93, es anárquica, la libertad consiste en hacer cada uno lo que le parezca y vivir como le guste sin vinculación por ley alguna, mientras que para Kant “la voluntad libre y la voluntad sometida a las leyes morales, son una y la misma cosa”94 ya que la ley moral no se basa en elementos pasajeros y circunstanciales sino en la razón, que es común a todos los hombres y constituye por tanto un fundamento de validez universal. Así de divergentes pueden ser los resultados de someter a la libertad a exámenes tan diferentes. Construir esquemas a partir de la libertad, implica necesariamente establecer u optar de antemano por un significado del cual derivar sus implicaciones y manifestaciones. A pesar del carácter ambivalente de la libertad, es importante señalar que, concebida en sentido ontológico, la libertad implica algo universal y permanente, abarcando y fundamentando todas las modalidades en que deriva. El ser-libre es la propiedad fundamental y distintiva del ser humano, independientemente de cómo y qué tanto la ejerza.95Todo hombre es libre en su medida y posee, además, un ser-libre en potencia, esto es, libertad latente o realizable, y aplicable en diversos campos. La libertad es un atributo del hombre. A continuación analizaré a grandes rasgos y para dibujar un panorama amplio y no unidireccional de la libertad: la liberad como asimetría social de Bauman, la libertad absoluta del existencialismo y la libertad moral en general, para finalmente, desembocar en la distinción que será crucial para el desarrollo y desenlace de esta tesis, la libertad negativa y la libertad positiva. 93 Cfr. ABBAGNANO Op. Cit. 742. 94 FRONDIZI Op. Cit. p. 83. 95 Cfr. GONZÁLEZ, Etica y Libertad. p. 300. 21 Libertad como asimetría social: Bauman96 La libertad nació como un privilegio y mantiene ese carácter hasta la actualidad. Ser libre significa escalar de una condición social inferior a una superior, segregando a los demás y propiciando diferencias sociales. Se es libre sólo en contraposición a los no libres. El origen sociológico o sociogénesis de la libertad se refiere a las dislocaciones, o problemas sociales no resueltos que, a través del tiempo, modificaron la red de dependencias entre unos hombres y otros, articulando un nuevo discurso de la libertad que es a su vez, un correlato de redefiniciones sociales y luchas de poder. Por ejemplo: la Carta Magna de Juan sin Tierra, la “gran carta de las libertades”, liberaba a los barones terratenientes del poder superior del monarca (no determinación de impuestos arbitrarios o establecimiento de un juicio ante iguales), representando el desenlace y la conquista de una lucha de poder. La libertad se transforma así en un privilegio ganado al rey por parte de una categoría relativamente pequeña de súbditos ricos y poderosos, segregando a todos los demás. De ahí que la libertad suponga e implique diferencia social, aún en el mundo contemporáneo, como veremos en el capítulo tercero. Libertad existencialista97 Al no existir un Dios y preceder la existencia a la esencia, no hay nada que nos ate y somos por tanto, libres de actuar como prefiramos. Como había mencionado, para Sartre la nada forma parte de nuestro ser ya que somos posibilidad. Sólo nuestra libertad es irrenunciable, es ella el fundamento de nuestra vida y del proyecto que orienta nuestra existencia. “Estamos condenados a la terrible necesidad de ser libres”98, sostuvo sin contradicción. Hemos sido arrojados a la 96 Cfr. BAUMAN, Zygmunt. Libertad. Editorial Nueva Imagen. México. 1991. pp. 19-91. 97 Cfr. FRONDIZI Op. Cit. pp. 242-246. 98 SARTRE, Jean-Paul. El ser y la nada. Editorial Losada. Novena Edición. Buenos Aires. 1993. p. 475. 22 libertad, el hombre es libre pero no ha elegido serlo. No tenemos más opción que escoger y vernos sometidos a un constante bombardeo de posibilidades. La libertad es autonomía de elegir y no podemos evitarla. Incluso cuando escogemosno escoger, hemos escogido. Por lo tanto, el hombre es siempre libre, sin excepción. Ser libre y temporal implica posibilidades, las posibilidades indeterminación, la indeterminación vacío, y el vacío angustia. Esto genera, en palabras de Søren Kierkegaard, que “la angustia sea el vértigo de la libertad” cuando ésta, “fija la vista en el abismo de su propia posibilidad.”99 Para el existencialismo la libertad es irrestricta, y por tanto no admite la existencia de valores o normas reguladoras de nuestra conducta, ya que si ellas existieran, conformarían un límite, y como se ha sostenido, para Sartre la libertad carece de ellos. Libertad Moral100 El ámbito de la libertad moral, es sin duda, el ámbito de la interioridad, aunque la libertad moral, implica también la dimensión práctica o de las acciones. Es por tanto praxis y conocimiento; consciencia. La libertad moral se ejerce, no sólo cuando se delibera sino también cuando la interiorización cristaliza en acción. La libertad moral no implica la restricción del hombre, sino que al contrario, al ejercerla se adueña de sí y es realmente autoconsciente, venciendo la enajenación. Es él mismo y pone su propio designio. La libertad moral genera autarquía “siempre en la alternativa de ascenso o de caída.”101 En el orden ético no hay nada que sea rigurosamente fijo y estable, y precisamente por eso es libre y por lo tanto, moral. 99 KIERKEGAARD Op. Cit. p. 66. 100 Crf. GONZÁLEZ, Ética y Libertad Op. Cit. pp. 312-318. 101 GONZALEZ. Ética y Libertad. Op. Cit. p. 217. 23 Esta idea de autarquía y de vencer a la enajenación, concuerda con la idea de “Ilustración” de un filósofo eminente y categóricamente moral: Kant. Para él, ser ilustrado es servirse del propio entendimiento, es decir, el libre pensar sin estar sujeto a la guía de otro. Esta libertad, a la larga, facilita la libertad de actuar. Así, el hombre es algo más que una máquina.102 Finalmente, la importancia de la libertad en la vida del hombre radica en su facultad de elegir, pero además, en su función de dirigir la voluntad, de encauzar la acción.103 Eso nos lleva al siguiente apartado, soporte fundamental de la que será la propuesta final de esta tesis. 5. Libertad positiva y negativa. Dentro de los muchos acercamientos que se han hecho a la libertad, este resulta especialmente importante para efectos de lo que busco proponer. No es el único, ni es, como hemos visto, un enfoque absoluto y exento de fisuras. Dentro de la amplia gama de “libertades”, la libertad positiva justifica lo que intentaré plantear, por lo que, para efectos de este trabajo y sin desconocer que fuera de éste hay muchísimas “libertades” en un forcejeo, seguramente interminable, me basaré en ella y daré por presupuestos sus postulados. He aquí pues, en qué consiste. Isaiah Berlin fue quien estableció la diferencia entre la libertad positiva y la libertad negativa en su ensayo titulado Dos conceptos de libertad. La libertad negativa quiere decir la ausencia de restricciones, que otros no se interpongan en mi actividad, “poder actuar sin ser obstaculizado a través de la intervención deliberada de otros seres humanos.”104La libertad negativa es la “no interferencia”. Esto significa que “los mudos son libres de hablar, los sordos de oír y los 102 Cfr. KANT, Emmanuel. ¿Qué es ser ilustrado? Universidad Nacional Autónoma de México. México. 2010. pp. 13-28. 103 Cfr. KURI BREÑA, Daniel. Introducción Filosófica al Estudio del Derecho. Editoral Jus. México. 1978. p. 179. 104 Cfr. BERLIN Op. Cit. pp. 220-228. 24 analfabetas de leer.”105 Este sentido de libertad representa la falta de todo obstáculo o la ausencia de fuerzas necesitantes en palabras de Schopenhauer. Es estar libre de coerciones. Es en virtud de este enfoque que muchos han pretendido reducir el problema de la libertad al de la elección: soy libre siempre y cuando pueda elegir entre diversas alternativas. Y sí, pero no sólo. John Stuart Mill en su famoso ensayo On Liberty, desarrolla una idea de libertad eminentemente negativa. El hombre ante la sociedad, es responsable de sus actos, pero en lo que concierne a él mismo su independencia debe ser absoluta, ya que cada hombre es soberano sobre sí mismo. Podemos hacer lo que queramos siempre que no perjudiquemos a nuestros semejantes. La única intervención que se justifica es aquella que se hace en propia defensa, pero no hay derecho alguno para intervenir en la esfera de libertad de un individuo para obligarlo a hacer algo, ni siquiera por su propio bien físico o moral. Así, nuestra libertad de pensamiento, de opinión, de gustos e inclinaciones deben ser absolutas, ya que nuestra libertad de buscar el propio bien por nuestros propios medios, es ilimitada. Como es de esperarse, Mill exalta el individualismo como una de las condiciones esenciales del bienestar; se debe enaltecer a los individuos excepcionales y desalentar los comportamientos de masas ya que ahora, “todos leen lo mismo, escuchan lo mismo, van a los mismos sitios e incluso sus temores y esperanzas se relacionan con los mismos objetos.”106 La libertad concebida únicamente como no intervención sugiere que todos podemos ser igualmente libres siempre y cuando no interfiramos en la esfera de libertad de los demás. En este sentido, una sociedad puede llamarse libre 105 MANRIQUE GARCÍA, Ricardo. Los enemigos ocultos de los Derechos Sociales. (2009) http://www.portalfio.org/inicio/archivos/cuadernos_electronicos/numero_5/4_%20Los%20enemigos %20ocultos%20de%20los%20derechos%20sociales.pdf Idioma: Español. Consultado el 2 de septiembre de 2012. 106 MILL, John Stuart. Sobre la Libertad. Editorial Diana. Primera Edición. México. 1965. http://www.portalfio.org/inicio/archivos/cuadernos_electronicos/numero_5/4_%20Los%20enemigos%20ocultos%20de%20los%20derechos%20sociales.pdf http://www.portalfio.org/inicio/archivos/cuadernos_electronicos/numero_5/4_%20Los%20enemigos%20ocultos%20de%20los%20derechos%20sociales.pdf http://www.portalfio.org/inicio/archivos/cuadernos_electronicos/numero_5/4_%20Los%20enemigos%20ocultos%20de%20los%20derechos%20sociales.pdf 25 cumpliendo solamente con esta condición. Pero en la realidad, es evidente que esto no es suficiente para que una persona pueda actuar libremente en un sentido o en otro. Atendiendo sólo a la libertad negativa, un indigente y un banquero son igualmente libres de acudir a un hospital particular. Estas imposibilidades reales no pasan desapercibidas para la libertad positiva. Para Berlin, ésta consiste en que nuestras decisiones dependan de nosotros mismos y podamos actuar en consecuencia, concebir los propios fines y realizarlos. De ahí que podamos distinguir dos elementos: estar en posesión de la razón y poder actuar en función de la misma. En el ensayo citado, Berlin, enfatiza en el primer elemento, es decir, la parte del autodominio y de ser dueño de la razón por la que se actúa, pero para efectos de esta tesis, el énfasis se hará en el segundo: la libertad es el poder para actuar. Es fundamental destacar que para que se dé la libertad positiva, debe coexistir con la negativa. Para que sea posible orientar la voluntad hacia un objetivo actuando, es necesario que estemos libres de obstáculos y restricciones. “La posibilidad efectiva de actuar y escoger es la característica fundamental del acto libre.”107Es así como la libertad positiva abarca a ambas, otorgando al ser humano una esfera de libertad mucho más amplia y sobre todo, ejercible y real (o a eso aspira). Se puede resumir que se es libre cuando se tiene el poder de hacer. Savater apunta que la libertad no se refiere a lo que queremoshacer sino a lo que podemos hacer. 108 Un concepto similar y que encontraremos útil es el de libertad real, propuesto por Philippe Van Parijs. Para él, la libertad positiva es un asunto de poder y de capacidad, por lo que la libertad real consiste en poseer los medios, no solo el derecho, para hacer cualquier cosa que uno pudiera querer hacer en aras de las 107 FRONDIZI Op. Cit. p.271. 108 Op. Cit. SAVATER p. 97. 26 vidas que uno puede querer desarrollar.109 Para que esto sea posible, es necesario “desarrollar una serie de esquemas que hagan de la libertad algo más que una mera proclamación teórica, que no significa nada concreto para millones de personas que no tienen los medios para hacer que su existencia cotidiana sea realmente libre.”110 Estos medios, son lo que Amartya Sen denomina oportunidades y son indispensables para el desarrollo de la capacidad, o en otras palabras, la libertad para la capacidad de acción. Para la teoría de la justicia de Sen es indispensable atender a la categoría de libertad positiva, definida por lo que una persona puede conseguir, preocupándonos por la oportunidad real que tenemos para realizar lo que valoramos. La capacidad se concentra especialmente en las oportunidades sustantivas y en los fines que una persona tiene razón para adoptar, es decir, “la capacidad no es solo lo que la persona realmente termina por hacer, sino también lo que ella es de hecho capaz de hacer, elija o no aprovechar esa oportunidad.”111 La libertad positiva es así, valiosa al menos en dos sentidos: primero porque nos da la oportunidad real de perseguir esas cosas que valoramos y segundo, porque atribuye también importancia al proceso de elección como tal. “El foco aquí es la libertad que una persona realmente tiene para hacer esto o aquello.”112 Cabe destacar que la capacidad de acción se tiene, independientemente de que se obtengan o no los fines u objetivos proyectados, o como los denomina Sen, los efectos de culminación. Por lo tanto, garantizar la libertad positiva implica el aseguramiento de los medios, igualando la capacidad y por lo tanto la libertad 109 VAN PARIJS, Philippe. Libertad real para todos. Paidós. Barcelona. 1996. pp. 42 y 53. 110 Libertad como no dominación: Philippe Van Parijs. www.biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2570/9.pdf Idioma: Español. Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Consultado el 4 de septiembre de 2012. 111 Cfr. SEN, Amartya. La idea de Justicia. Editorial Taurus. México. 2010. pp. 258-320p. 265. 112 Ibidem. p. 261. http://www.biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2570/9.pdf 27 positiva de las personas, pero no garantiza (por ser ajeno a ella) la realización de los fines, sea por factores externos o por la decisión del actor de no ejercerla. La libertad positiva se concentra, pues, en las oportunidades y capacidades que permiten a las personas poder cristalizar sus elecciones libres en realidad. Habiendo definido la libertad positiva, concluyo este capítulo y encauso el siguiente: “los hombres que están medio desnudos, mal alimentados, enfermos y que son analfabetos”, dice Berlin, “necesitan ayuda médica y educación antes de que puedan entender qué significa un aumento de su libertad.”113 No hay libertad positiva sin medios y esos medios suponen decisiones políticas, de eso trataré en el capítulo siguiente. 113 BERLIN, Op.Cit. p. 223. CAPÍTULO SEGUNDO El Estado y el orden jurídico La leyes, los tribunales, la organización de los estados, los estatutos de las ciudades son todos para vosotros… Si vosotros no respiraseis y caminaseis aquí ¿dónde estarían todos ellos? Los poemas más famosos serían cenizas. Las oraciones y las obras teatrales estarían vacías.114 Walt Whitman 114 WHITMAN, Walt. Hojas de Hierba. Editorial Austral. Barcelona. 2011. p. 198. 29 Capítulo segundo. El estado y el orden jurídico. Habiendo abordado el origen y la condición del ser humano, queda por resolver la cuestión de sus fines y los medios que utiliza para perseguirlos. Está claro que todo intento o toda construcción tendiente a la búsqueda de sus propósitos, tiene un origen y un componente inevitablemente humano; son por tanto perfectibles y nunca definitivos. El Estado y el orden jurídico son expresiones de este intento; por lo tanto no descansan en el vacío y actúan en función de algo. Ambos constituyen en última instancia una apuesta del hombre para perseguir, en palabras de Amartya Sen, “aquellas cosas que le resulta valioso ser o hacer”115, o en términos de John Rawls, “el sistema de fines que para él es racional conseguir.”116 El análisis de estas cuestiones marcará la pauta de este segundo capítulo. 1. La dimensión social del ser humano y su organización. Además de libres y racionales, somos seres sociales, animales políticos tendientes a interactuar en una compleja red de relaciones mutuas. Estamos llamados a vivir en la polis por exigencia de nuestra propia esencia, es de dioses o de bestias no asociarse. 117 El hombre, en función de esta naturaleza libre y racional, se agrupa “apuntando al bien mayor de la comunidad.”118Nos asociamos por naturaleza y al mismo tiempo, 115 SEN, Amartya. Op. Cit. p. 262. 116 RAWLS, John. Teoría de la Justicia. Fondo de Cultura Económica. México. 2010. p. 25. 117 Cfr. ARISTÓTELES. Política. Editorial Porrúa. México. 1998. p.159. 118 Ibídem. p. 157. 30 impulsados por la razón. En palabras de John Hooker “nos sentimos naturalmente inducidos a buscar la comunión y la asociación con otros.”119 Este proceso social implica necesariamente, el surgimiento y la transformación de distintas formas de organización política o modalidades del ejercicio del poder. El poder se refiere a “la relación entre varios actores, en virtud de la cual uno de ellos conduce a los demás a actuar de manera distinta a como lo habrían hecho de no existir ella”120 y como veremos, detentarlo implica una justificación. Para los antiguos por ejemplo, era teocrático, derivaba de dios. En Babilonia el rey era un representante del dios Baal, en Egipto los faraones eran dioses vivientes, faraón significa literalmente “Puerta del Cielo.” Incluso en la actualidad, la concepción islámica sostiene que no hay más autoridad que la de Alá, de quien los gobernantes en la tierra son como la sombra.121 El surgimiento de las diversas formas de ejercicio del poder, o del Estado lato sensu, son producto de un proceso social, connatural al hombre que puede resumirse de la siguiente manera: la primera forma de sociedad fue la tribu, una pequeña comunidad regida por lazos familiares y sin clases sociales. Posteriormente, con el descubrimiento de la agricultura, esas tribus se asentaron en un territorio determinado y poco a poco, se fueron formando las ciudades y con ellas la división de trabajo: en Atenas del siglo V a.C. únicamente la décima parte de la población estaba formada por ciudadanos y el resto por esclavos. Con el surgimiento de las ciudades “la organización política se torna más compleja porque la población es más numerosa; e implica necesariamente una administración.”122 Tras la caída del Imperio Romano de Oriente, las ciudades caen en decadencia, derivando en el feudalismo. Los señores feudales eran propietarios de las tierras, 119 En LOCKE, John. Ensayo sobre el Gobierno Civil. Editorial Porrúa. México. 1997. p. 9. 120 DUVERGER, Maurice. Sociologíade la Política. Editorial Ariel. México. 1983. p. 172. 121 Cfr. TRUYOL Y SERRA, Antonio .Op. Cit. Tomo I. pp. 25, 35, 65 y 292. 122 DUVERGER, Maurice. Op. Cit. p. 43. 31 jefes militares y jefes políticos, categorías justificadas por los lazos de sangre, el honor militar, la religión y la fidelidad personal. En este contexto, surge el monarca, esbozando la idea de Estado y fundando su jerarquía en el honor, es decir, que “el preconcepto de cada persona y de cada clase toma el lugar de la virtud política y la representa.”123Tras el desenlace de tensiones políticas y el desarrollo del comercio y la industria surge en sentido sociológico y a grandes rasgos, el estado-nación.124Este breve recuento, nos permite observar que el Estado es un fenómeno a la vez natural y voluntario. La sociedad como “suma de individuos vinculados por una multiplicidad de interacciones”125ha instaurado, entonces, distintas formas de organización del poder culminando con la creación del Estado tal y como lo conocemos hoy, aunque, respecto de su origen exacto “es imposible determinar el cuándo.”126 Como producto de esta naturaleza racional, se crea, en términos hobbesianos, “ese gran Leviatán que llamamos Estado, que no es sino un hombre artificial, aunque de mayor estatura y corpulencia que el natural”127destinado a la protección y defensa de sus miembros. El Estado es visto como un bien o como un mal necesario, como opresor o como liberador. Ha sido desde hace siglos “una de las creaciones humanas más extraordinarias y también de las más temibles”, en palabras de Michel Foucault.128Su definición no ha sido nunca definitiva y unívoca. Se le ha visto de una u otra manera dependiendo del contenido que se le dé, pudiendo divergir en lo referente a su naturaleza, sus finalidades o su fundamento. 123 MONTESQUIEU, Charles Louis de Secondant. Del Espíritu de las Leyes. Edit. Porrúa. México. 1998. p. 19. 124 Cfr. DUVERGER, Maurice. Op. Cit. pp. 40-46. 125 ROCHER, Ruy. En SERRA ROJAS, Andrés. Ciencia Política. Edit. Porrúa. México. 1985. p. 35. 126 Op. Cit. GONZÁLEZ URIBE, Héctor. p. 443. 127 HOBBES, Thomas. Leviatán. Fondo de Cultura Económica. México. 1998. p. 3. 128 FOUCAULT, Michel. La vida de los hombres infames. Editorial Altamira. Buenos Aires. 1996. p. 205. 32 En este sentido, para Kant “el Estado es la unión de hombres bajo la ley”129 y para Hugo Grocio “la asociación perfecta de hombres libres, unidos para gozar sus derechos y la utilidad común.” 130 El Estado está vinculado en estos casos, con las leyes como medio y con el bien común como finalidad. Por otro lado, el Estado para Karl Marx “es un órgano de coacción de clases, inventado por unos cuantos opresores”131 y para Max Weber “es una relación de dominación de hombres sobre hombres, que se sostiene por medio de la violencia legítima.”132 Coacción y violencia legítima, son en estos casos los rasgos característicos del Estado. Es por tanto evidente, que no es posible unificar los criterios y que cada autor asienta su teoría sobre bases y convicciones diferentes. Es por esto que dotar de contenido al Estado y sus finalidades constituye, en última instancia, un acto de fe. Fe en las propias convicciones y en los conceptos primeros sobre los que se edifica un sistema de pensamiento. Fe en el sentido de un “compromiso en relación con una noción cualquiera”133 ya que el Estado no es un ser indiscutible y terminado. Se puede afirmar y creer que “el Estado sólo se justifica en cuanto aspire a una ordenación justa”134, o se puede por otro lado, afirmar de tajo que no existen los valores y que nada se puede comparar ni juzgar, librándonos así de una causa primera y de cualquier tipo de responsabilidad.135 Ante la inevitable variedad de visiones, la idea es crear una teoría o un sistema coherente hacia el interior que permita justificar las conclusiones a las que se piensa llegar. Es innegable la incompatibilidad respecto de las distintas formas y contenidos tanto del Estado como del Derecho y sus finalidades, pero de lo que se 129 STRAUSS, Leo (compliador). Historia de la Filosofía Política. Fondo de Cultura Económica. México. 2010. p. 569. 130 Ibidem. p. 370. 131 Ibidem. p. 759. 132 WEBER, Max. El político y el científico. Editorial Colofón. México. 2002. p. 9. 133 ABBAGNANO, Nicola. Op. Cit. p. 524. 134 HELLER, Hermann. Teoría del Estado. Fondo de Cultura Económica. México. 1992. p. 236. 135 Cfr. NIETZSCHE, Friedrich. Op. Cit. p. 87. 33 trata es de construir una visión lógicamente sustentable, aunque de forma inevitable, cargada de pulsiones ideológicas. La cuestión del Estado y en última instancia de las finalidades del hombre, no son susceptibles de resultados científicos irrefutables, si no de acercamientos y acotaciones. Pongo tres ejemplos: Escribió Pablo el apóstol: “Que todos se sometan a las autoridades que nos dirigen. Porque no hay autoridad que no venga de Dios, y todas las que existen han sido establecidas por Dios”.136 Por su parte Friedrich Engels sostuvo que “el Estado es un producto de la sociedad cuando ésta se ha enredado en una irremediable contradicción consigo misma y se hace necesario un poder para amortiguar el choque.”137 Finalmente, Nicolás Maquiavelo estableció que la preservación del Estado justifica cualquier acción del soberano y menciona dos formas de hacerlo, a través de las leyes y a través de la fuerza. Muchas veces la primera no es suficiente y resulta necesario recurrir a la segunda. “Un príncipe debe ser medio animal medio hombre.”138 Por mi parte intentaré demostrar que el Estado y el Derecho al ser creaciones de hombres racionales y libres, valiosos en sí mismos, deben responder a sus intereses y procurar las condiciones necesarias para que los individuos sean igual y realmente libres. 136 La Biblia. Op. Cit. pp. 367 y 368. 137 En GONZÁLEZ URIBE, Héctor. Op. Cit. p. 449. 138 MAQUIAVELO, Nicolás. El Príncipe. Editorial Austral. México. 2006. p. 119. 34 2. El orden jurídico estatal. Hablar del Estado, tarde o temprano implica hablar del Derecho. Uno y otro en tanto que productos (necesarios o voluntarios) del hombre, responden a una finalidad y no existen sin una razón de ser, independientemente de su contenido. “Toda actividad humana –nos dice Eduardo García Máynez– responde a un sentido teleológico, es decir, ineludiblemente se dirige hacia la consecución de ciertas finalidades”139 mismas que por lo general se plantean en función de su valía. Las actividades o productos humanos se desarrollan dentro del cauce previamente establecido por la finalidad, o a eso deben aspirar. Nietzsche en su afán de “contradecir como nunca se ha contradicho”140 sostiene que es “absurdo achacar la propia forma de ser a un fin. El concepto de fin es un invento del hombre, en la realidad falta el fin… se es necesariamente un pedazo de fatalidad.”141 Tomando en cuenta esta aseveración, aunque sin darle completamente la razón, es que el fin debe ser visto como una aspiración o una meta que es posible plantear y perseguir, independientemente de su consecución, y que puede ser modificada sobre la marcha, pero nunca como un desenlace necesario e irrenunciable del devenir del hombre y de la sociedad, ya que eso dejaría poco espacio a la libertad y a la autodeterminación. Tanto el Estado como el Derecho tienen por tanto una razón de ser o un fin. La justificación del Estado –sostiene Georg Jellinek – implica “valores indiscutibles que lo dominen en consideraciones de índole racional y filosófica.”142 139 GARCÍA
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