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Neoliberalismo-crisis-y-alternativas-para-un-nuevo-proceso-educativo-en-America-Latina--la-Mision-Robinson-Internacional-para-combatir-el-analfabetismo-en-Venezuela-1990-2013

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES 
RELACIONES INTERNACIONALES 
 
 
 
“Neoliberalismo, crisis y alternativas para un 
nuevo proceso educativo en América Latina: La 
Misión Robinson Internacional para combatir el 
analfabetismo en Venezuela 1990-2013” 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
LICENCIADA EN RELACIONES INTERNACIONALES 
 
 
PRESENTA 
JESSICA PAVÓN GARCÍA 
 
ASESOR 
MTRO. SAMUEL SOSA FUENTES 
 
 
 
Ciudad Universitaria, CD. MX., 2016 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradecimientos 
 
 
Agradezco profundamente a la Universidad Nacional Autónoma de México, mi 
alma máter que me brindó la oportunidad de formarme académica, profesional y 
personalmente. 
A mis padres por todo su apoyo y amor incondicional. 
A mis amigos, colegas y todas las personas que con sus consejos, apoyo y cariño 
hicieron posible este logro. 
A mi asesor Samuel Sosa por el apoyo, la paciencia y la constancia. 
A mis sinodales por su lectura y sus valiosos cometarios que contribuyeron al 
enriquecimiento de la presente investigación. 
Al pueblo de la República Bolivariana de Venezuela que nos inspira con su lucha 
día a día. 
“Por mi raza hablará el espíritu” 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice 
Introducción……………………………………………………………………………… 1 
Capítulo 1. Marco Histórico Conceptual. De la crisis del Modelo Desarrollista 
al arribo y crisis del Modelo Neoliberal en América Latina……………………… 6 
1.1 La política educativa neoliberal y su impacto en América 
Latina……………………………………………………………………………………….…17 
1.1.1 Privatización de la educación………………………………………………………….................20 
1.1.2 Las políticas educativas neoliberales…………………………………………………………….26 
1.1.3 Crisis del sistema educativo neoliberal…………………………………………………………..30 
 
1.2 Importancia de la educación en América Latina como instrumento del desarrollo y la 
soberanía nacional alternativa a la crisis de la educación neoliberal…………………...33 
1.3 La interculturalidad y la nueva educación popular y de liberación y soberanía 
nacional….…………………………………………………………………………………...36 
Capítulo 2. El gobierno de Hugo Chávez Frías 1999-2013……………………….41 
2.1 Panorama de la educación en Venezuela…………………………………………….…...41 
2.2 Surgimiento de la Misión Robinson………………………………………………………....64 
2.3 Evolución de la Misión Robinson………………………………………………………..…..72 
2.4 La Misión Robinson Internacional y la interculturalidad en Venezuela……………….…77 
Capítulo 3. Balance y perspectivas de la política educativa venezolana del 
gobierno de Hogo Chávez Frías (1999-2013)………………………………………86 
3.1 Balance histórico de la realidad educativa en 
Venezuela……………….........................………………………………………………..…86 
3.2 Eficacia de la política educativa venezolana…………………………………………….....93 
3.3 Cambios, logros y deficiencias de la política educativa actual en Venezuela…………..96 
CONCLUSIONES 
GENERALES…..………………………………………….……………………………101 
 
 
 
Anexo. Propuesta Museográfica para uso práctico del conocimiento y difusión 
de los logros y retos de la Política Educativa de la Revolución Bolivariana de 
Venezuela………………………………………………………………………...…….106 
1. El Museo como recurso educativo y cultural………………………………………....106 
2. El concepto expositivo…………………………………………………………………..109 
3. Guion museológico…………………………………………………………………...…110 
4. Guion museográfico…………………………………………………………………….113 
5. Resumen…………………………………………………………………………………117 
 
Bibliografía general…………………………………………………………………...118 
 
1. Bibliografía……………………………………………………………………………….118 
2. Hemerografía…………………………………………………………………………….122 
3. Ciberografía………………………………………………………………………………125
1 
Introducción 
 
La presente investigación nace del interés por analizar las transformaciones 
educativas por las cuales, la República Bolivariana de Venezuela, ha transitado a 
raíz de la llegada de Hugo Chávez Frías al poder (1998) que han sido 
implementadas a través del proceso de la Revolución Bolivariana con el objetivo de 
consolidar un nuevo proyecto de nación. En particular, se destacan los avances en 
el área educativa la cual ha buscado desde sus inicios constituir un modelo que sea 
la base de una nación diferente, que esté sedimentado en la inclusión social, 
política, cultural y económica en beneficio de toda la sociedad venezolana. 
Así, el tema de la presente investigación conlleva el análisis y desarrollo de 
la concepción propia que el gobierno bolivariano establece sobre la educación a 
partir de las necesidades particulares desde y para Venezuela confirmando así que 
otros mundos son posibles y constituye, a la vez, una propuesta bolivariana 
alternativa a la actual crisis educativa del modelo neoliberal en el actual contexto 
de la crisis civilizatoria de dicho modelo que se vive en Nuestra América. 
En el contexto actual de continuas transformaciones políticas, económicas, 
sociales y culturales en América Latina, la educación representa una de las 
condiciones y factores más importantes para lograr cambios significativos en las 
bases y estructuras económicas, políticas y sociales de cualquier país y constituye, 
en consecuencia, uno de los pilares fundamentales para el desarrollo, la soberanía 
y la independencia de las naciones de la región. 
Por medio del proceso educativo, se contribuye a generar transformaciones 
reales y concretas para elevar y mejorar las condiciones de vida y desarrollo en las 
sociedades latinoamericanas. Incluso, en los hechos, el ejercicio educativo 
representa en sí, una toma de conciencia de nuestro entorno y las condiciones 
objetivas y necesarias que permitirán la reivindicación y afirmación del cambio 
estructural por el bien común de cada sociedad. 
2 
De esta manera, la educación al ser uno de los factores clave para el 
desarrollo e independencia de una nación nos comprueba, no sólo que cada vez es 
más apremiante y necesario renovar las estructuras de los sistemas educativos, 
sino sobre todo, que es necesario revalorar y resignificar la importancia de 
destinarle una gran inversión económica, social y cultural en Nuestra América. 
Hoy día las principales directrices pedagógicas en las que se maneja el 
proceso educativo en la mayoría de los países latinoamericanos son bajo la 
“enseñanza tradicional” y están regidas bajo lineamientos educativos de corte 
neoliberal que dictan las instituciones financieras internacionales. Es así que la 
actual corriente educativa neoliberal se impuso mediante las políticas dictadas por 
el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo 
(BID) y el Banco Mundial (BM). 
Como bien lo plantean Luis Coraggio y Rosa María Torres en su texto La 
educación según el Banco Mundial. Un análisis de sus propuestas y métodos, en 
los últimos 20 años, las reformas educativas propuestas por el Banco Mundial (BM) 
y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) e implementadas por 
los gobiernos de América Latina, tuvieron como objetivo principal asegurar los 
mecanismos y estructuras adecuadas para que el Banco Mundial llevara a cabo las 
negociaciones de dichas reformas. Los planes propuestos por las instituciones 
financieras, pedían la eliminación de todos los programas sociales y económicos 
que no estuvieranincluidos en el plan de modernización educativa o que plantearan 
una visión diferente a la propuesta por ellos. 
En ese sentido, proponer e incentivar una educación distinta, emerge como 
una respuesta de carácter social-popular para rescatar a la colectividad de la 
sociedad e incluir así el saber de las diversas comunidades que hacen parte de la 
misma. Esta acción de rescate del proceso educativo con un sentido de lo colectivo, 
plantea como necesario retomar el proceso descolonizador y emancipador del 
conocimiento eurocéntrico, que surge en la región latinoamericana como una forma 
propia y alternativa de crear conocimiento desde Nuestra América. 
3 
De este modo, el objetivo de la presente investigación es analizar la 
propuesta del Proyecto Educativo de la Revolución Bolivariana establecida por el 
Presidente Hugo Chávez Frías, cuyo inicio se marcó con la inauguración de las 
Escuelas Bolivarianas en 1999, esta propuesta educativa apunta desde sus inicios 
a una forma diferente de enseñanza a la tradicional. Asimismo, se analiza la función 
de la Misión Robinson Internacional y del proceso de la interculturalidad, como parte 
sustancial en la construcción de un nuevo proyecto de nación. 
De esta manera, se concibe el proceso educativo, como un derecho que 
tiene el pueblo venezolano a acceder a una educación gratuita, de calidad y, sobre 
todo, fuera de las ‘formas educativas capitalistas tradicionales’. 
Es en ese contexto que las misiones educativas y en particular la Misión 
Robinson Internacional, constituyen un proyecto educativo en donde se destaca la 
importancia de una educación intercultural que propone un diálogo de saberes y 
promueve el intercambio de prácticas, experiencias, conocimientos populares y 
originarios que fortalezcan la identidad de los pueblos de Nuestra América y de la 
identidad venezolana en particular. 
Ello es así, pues, como sabemos, la educación intercultural está basada en 
principios y fundamentos de las culturas originarias de los pueblos y comunidades 
indígenas, valorando y entendiendo su cosmovisión, valores, conocimientos y 
saberes. 
Así, la presente investigación se sustenta en la siguiente hipótesis: la política 
educativa es uno de los ejes centrales del proyecto de la Revolución Bolivariana 
para el desarrollo y soberanía nacional y, en donde las Misiones Educativas 
constituyen una verdadera alternativa de descolonización y liberación al modelo 
educativo neoliberal. En particular, la labor de la Misión Robinson Internacional se 
destaca como un enfoque relevante y alternativo en la comprensión crítica del 
actual sistema mundial porque propone un diálogo educativo entre la enseñanza y 
la interculturalidad como factores fundamentales que dieron la consolidación a la 
Revolución Educativa Venezolana. 
4 
El orden de la presente investigación se organiza de la siguiente forma: en 
el primer capítulo, se expone una revisión general de la situación política, 
económica, social y educativa en el contexto internacional, desde 1920 hasta 
finales del 2013. Asimismo, se muestra en este trabajo, como fue privatizado el 
sector educativo con la llegada con las políticas impuestas por las Instituciones y 
los Organismos financieros internacionales para responder a las necesidades del 
mercado capitalista mundial. 
En ese tenor, se resalta la importancia de construir y consolidar una 
educación intercultural que sirva como un instrumento de desarrollo y soberanía 
nacional que responda a las particularidades de cada nación permitiendo formular 
nuevos tipos de enseñanzas y saberes. 
El segundo capítulo, recorre la historia educativa venezolana desde el 
surgimiento del Ministerio de Educación en 1870 hasta la llegada de Hugo Chávez 
al poder, de esta manera, se enfatiza la importancia de las misiones sociales y 
educativas como herramientas que nacieron para reivindicar la deuda social que se 
tenía con la población venezolana, pero sobre todo, como una forma de 
emancipación del país hacia el sistema capitalista mundial. Particularmente, en este 
segundo capítulo, se enfatiza a la Misión Robinson Internacional, como una misión 
que logró internacionalizar una metodología y pedagogía educativa diferente, 
emancipadora y que marcó el rechazo de Venezuela de la educación tradicionalista 
y de corte neoliberal. 
En el tercer capítulo se expone en un balance general los cambios, logros y 
deficiencias de la política educativa venezolana desde los inicios de la gestión de 
Hugo Chávez en 1999 hasta el año 2013. Se hace una recapitulación y análisis 
sobre la transición que ha sucedido en el sector educativo venezolano, así como, 
la importancia que tienen las misiones educativas, el alfabetismo y la 
interculturalidad para la sociedad venezolana y para otras naciones del mundo. 
Por último, se presenta un anexo a la investigación en donde se hace una 
propuesta museológica y museográfica sobre la temática de estudio con el objetivo 
5 
de mostrar al lector, que a través de una propuesta de exposición museológica y 
museográfica, se puede contribuir a conocer y profundizar de una manera didáctica 
e interactiva, los logros y retos de la Revolución Educativa en Venezuela. Por otro 
lado, se reafirma la importancia social del Museo, como una institución que 
contribuye a la formación educativa de la sociedad a través de la divulgación que 
conlleve a fomentar el pensamiento crítico y una nueva conciencia social en la 
sociedad. 
Así, la presente investigación es un trabajo de análisis educativo y social que 
busca desde la perspectiva y enfoque de la dimensión cultural de Relaciones 
Internacionales (R.R.I.I.), fundamentar que el tema educativo e intercultural no ha 
sido considerado por las teorías dominantes en esta disciplina, contribuyendo así 
al enriquecimiento de nuestros enfoques para el estudio de la realidad internacional. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
Capítulo 1. Marco Histórico Conceptual. De la crisis del Modelo Desarrollista 
al arribo y crisis del Modelo Neoliberal en América Latina 
 
La década de los años veinte del siglo pasado fue para la sociedad internacional 
un periodo difícil puesto que significó la reedificación y reconfiguración política y 
social de las potencias europeas, así como la reconstrucción de sus economías 
derivado de las consecuencias devastadoras de la Primer Guerra Mundial. Aunado 
a ello, 1929 fue un año crítico para las economías del mundo, de tal manera, que 
dejó a las potencias capitalistas sumamente debilitadas. 
Específicamente, 1929 significó para América Latina el quiebre de sus 
economías y su estabilidad política y social, así como, la caída brutal de las 
industrias productivas y las exportaciones de los bienes primarios. Es decir, los 
países latinoamericanos quedaron en una situación aún de mayor vulnerabilidad 
frente al resto de los países en la crisis económica internacional pues “en el umbral 
de la depresión de 1929, las economías latinoamericanas continuaban fieles a un 
modelo de desarrollo que las hacía muy vulnerables a las condiciones adversas en 
los mercados mundiales de bienes primarios”. 1 
Así, en una visión general, desde los años treinta hasta la mitad de la década 
de los setentas, las economías nacionales en América Latina enfocaron sus 
políticas económicas para generar el desarrollo interno en sus países puesto que 
buscaban con ello, combatir los problemas cíclicos de atraso y estancamiento 
económico que vivían sus sociedades. 
La historia nos dice, grosso modo, que en el año de 1936 John Maynard 
Keynes publica su libro La Teoría General del Empleo, Interés y Dinero, el cual 
servirá de base para la implementación del modelo económico que regiría la 
economía mundial y las políticas económicas y sociales hasta los años setentas del 
pasado siglo. El modelo keynesiano (1945-1973), comienza a ver ejecutados sus1 Leslie Bethell, Historia de América Latina: Economía y sociedad desde 1930, Londres, Serie Mayor, 1994, p. 
11. 
7 
postulados económicos a partir de los años cuarenta, cuando dicho modelo, 
propone que se le otorgue al Estado el manejo de la economía así como la 
implementación de las políticas sociales que fomenten el consumo interno y 
favorezcan la productividad, combatiendo así el desempleo y contribuyendo a 
dinamizar el mercado nacional con la finalidad de reactivar la economía en su 
conjunto. 
Es decir, el Estado debe intervenir para proteger el funcionamiento de la 
economía, puesto que el descontrol financiero y económico vivido en los años 
veinte como consecuencia del crecimiento artificial de la bolsa en Wall Street, la 
súper producción y el sub-consumo, produjeron consecuencias fatales tales como: 
la quiebra de los bancos, crisis bursátil, el cierre de empresas y fábricas, el 
aumento exponencial del desempleo que entre otros muchos factores y en 
conjunto, conllevaron al mayor desastre económico, social y político a nivel mundial 
conocido hasta entonces. 
Ello, aunado al estallamiento de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y 
sus consecuencias, confirmaría que la necesidad de reactivar y despegar la 
economía mundial era una condición inobjetable, por lo que, la creación de las 
instituciones internacionales en los acuerdos de Bretton Woods2, tuvieron como 
función primordial estimular el desarrollo económico mundial a través de la 
transformación de las economías agrarias a economías industriales localizadas en 
la periferia capitalista. 
A la par, en América Latina la sociedad vivía un cambio de paradigma 
histórico que permeó directamente en la economía y la política de la región, es 
decir: 
“La Modernidad -basada en la Teoría del Desarrollo- se convirtió 
entonces en la impronta de un nuevo estadio social que todos los pueblos y 
 
2 Los acuerdos de Bretton Woods (1944 New Hampshire, Estados Unidos) fueron resoluciones financieras y 
monetarias que se llevaron a cabo para la reconstrucción económica de los países participes de la Segunda 
Guerra Mundial. Dichas resoluciones brindaron un nuevo orden comercial internacional marcando la 
supremacía de Estados Unidos. Asimismo, en la conferencia se creó el Fondo Monetario Internacional y el 
Banco Mundial y se acordó la sustitución del patrón-oro por un patrón-dólar. 
8 
naciones debían alcanzar. La característica de esa ‘Teoría de la Modernidad’ 
era la concepción del desarrollo como la adopción de pautas de 
comportamiento actitudes y valores identificados con la racionalidad 
económica moderna, caracterizada por la búsqueda y obtención de la 
máxima productividad y ganancia”.3 
En ese tenor, América Latina se vio inmersa en la discusión de modificar su 
política, su economía e ideología e incorporarse a marchas forzadas y desiguales 
en las dinámicas que exigía el capitalismo para así alcanzar la modernización de 
sus sociedades. Sin embargo, de acuerdo con el sociólogo Gino Germani, citado 
por Samuel Sosa en el artículo Modernización, dependencia y sistema-mundo: los 
paradigmas del desarrollo latinoamericano y los desafíos del siglo XXI, América 
Latina se industrializó tardíamente, por lo que heredó de las sociedades modernas 
procesos y estructuras ya desarrolladas. 
Por lo anterior, el que las naciones latinoamericanas no tuvieran las mismas 
condiciones y tiempos necesarios que las naciones modernas para incorporar los 
respectivos ajustes económicos, políticos y sociales en sus propias estructuras y 
respondiendo a sus propias necesidades, trajo como consecuencia que los países 
de la región importaran la industrialización e incorporaran procesos y valores 
culturales de los países capitalistas desarrollados que nunca correspondieron a su 
realidad histórica y social dando como resultado que en las sociedades 
latinoamericanas se profundizaran las desigualdades económicas y la marginación 
social y las nuevas ‘élites’ del poder económico y político continuaran 
reproduciendo las formas de dependencia económica a través del proceso de 
industrialización por Sustitución de Importaciones. Gino Germani lo ejemplifica de 
la siguiente manera: 
“Muchas élites pensaban aún como en los tiempos pasados y 
tomaban a mal las actitudes de las nuevas clases medias emergentes y el 
proletariado de querer participar en el poder político. Esas élites no tenían 
 
3 Samuel Sosa Fuentes, “Modernización, dependencia y sistema-mundo: los paradigmas del desarrollo 
latinoamericano y los desafíos del siglo XXI”, Revista de Relaciones Internacionales UNAM, año XLI, núm. 118, 
enero-abril, 2014, p.91. 
9 
una mentalidad industrial y eran incapaces de generar políticas 
gubernamentales adecuadas a las nuevas circunstancias y de mantener la 
actividad económica después de la fase más sencilla: la sustitución de 
importaciones”.4 
Es así que, para los años cincuenta, el argentino Raúl Prebisch, Director de 
la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)5 introduce en los países 
latinoamericanos la discusión y el debate sobre entre el intercambio desigual en el 
comercio internacional entre países desarrollados ‘centro’ y subdesarrollados 
‘periferia’. 
Osvaldo Sunkel y Esteban Pérez explican que el pensamiento de Prebisch 
“sostenía que el intercambio comercial se basaba en una división internacional del 
trabajo en que el centro exportaba bienes industriales y concentraba las ventajas 
del progreso técnico. La periferia, en cambio, se especializaba en la exportación de 
materias primas y productos agrícolas, actividades caracterizadas por la ausencia 
de progreso tecnológico y exceso de oferta de trabajo”.6 
Las líneas de trabajo se centraron en proponer para América Latina 
postulados económicos caracterizados entonces bajo un pensamiento Cepalino 
cuya tesis general se ejemplifica de la siguiente manera: 
“El desarrollo económico de los países y las sociedades de América 
Latina está determinado por la forma de inserción en la división internacional 
capitalista de trabajo y, de manera particular, por las funciones económicas 
predestinadas a ser efectuadas para contribuir en el desarrollo y crecimiento 
de los países centrales altamente industrializados. Es decir, la construcción 
de una teoría de la economía internacional diferenciada en dos polos: el 
‘centro’ y la ‘periferia’”.7 
 
4 Ibíd.p.94. 
5 La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) se fundó en 1948 por la Organización de Naciones 
Unidas y representó el centro de discusión de la economía y las ciencias sociales para la región. 
6 Esteban Pérez, Osvaldo Sunkel, Miguel Torres Olivos, Un recorrido por las etapas de su pensamiento sobre 
el desarrollo económico, Naciones Unidas-CEPAL, 2012, p. 15. 
7 Samuel Sosa Fuentes, op.cit., p.98. 
10 
Es decir, la industrialización dependiente y subdesarrollada se convierte en 
el motor del proyecto desarrollista Cepalino. Sin embargo, cabe enfatizar, que 
Prebisch contribuyó a explicar cómo centro y periferia están “ligados históricamente 
entre sí y se condicionan mutua y recíprocamente, pero dentro de una estructura y 
relaciones de dominación. Por lo tanto, el centro y la periferia-por su dependencia 
estructural- forman un sistema unificado, dinámico, contradictorio y desigual”.8 
Así, a finales de los años sesentas, se hizo evidente una limitación al modelo, 
ya que, se puso en duda que sólo el Estado fuera el promotor del desarrollo y 
bienestar en la región. Asimismo, “no quedaría clara la forma en que la requerida 
acumulación del capital y el mejoramiento del nivel de vida de las clases sociales 
más pobres pudiesen marchar juntos, como lo había sostenido y planeado la 
CEPAL en los años cincuenta. […] Sobre todo, la CEPAL nunca señalónada acerca 
del modo o la forma en que se podría superar la situación de atraso, desigualdad y 
dependencia”.9 
Ruy Mauro Marini, economista y sociólogo brasileño, lo explica de la 
siguiente manera: 
“En los países capitalistas avanzados, la industrialización se dio de 
manera orgánica, llevando a que el crecimiento del sector de bienes de 
consumo generara inmediatamente como contrapartida la expansión de la 
oferta de bienes de capital, sin que el proceso se hubiera visto bloqueado. En 
los países latinoamericanos, la sustitución de importaciones operó sobre la 
base de una demanda preexistente de bienes de consumo y llevó a que la 
obtención de bienes de capital reposara esencialmente en la importación, 
conformando un modo de reproducción industrial intrínsecamente 
dependiente del exterior. La continuidad de un proceso puesto en estos 
términos suponía el crecimiento constante de la capacidad para importar y, 
por ende, una masa creciente de divisas. […] Por esa vía, la industria que la 
 
8 Samuel Sosa Fuentes, op.cit., p.99. 
9 Samuel Sosa Fuentes, ibíd., p.100. 
11 
CEPAL anunciara como la palanca del desarrollo autónomo no hacía sino 
impulsar la reproducción ampliada de la relación de dependencia de América 
Latina respecto al mercado mundial, sin conducirla hacia una efectiva 
superación”.10 
Aunado a ello, para los años sesenta la sociedad internacional estuvo 
marcada por graves conflictos internacionales tales como; la Guerra Fría, los 
movimientos estudiantiles en el mundo (Estados Unidos, Praga, Francia, México), el 
proceso de descolonización en África y Asia que desembocaron en una crisis 
económica devastadora, lo cual provocó que tanto los postulados del Keynesianismo 
como los postulados de la Teoría Desarrollista para América Latina, se vieran 
fuertemente criticados y cuestionados. Asimismo, a finales de los años sesenta y a 
comienzos de los setenta, el modelo keynesiano bajo el cual se fundamenta el 
Estado de bienestar, comenzó a decaer debido a la dificultad que tenía para 
controlar la inflación, reducir el desempleo y sobrellevar los efectos de la crisis 
petrolera y las nuevas tecnologías que estaban surgiendo. 
Finalmente, en la década de los setenta, concebida como años de post 
guerra y crisis, ejemplificada por la Guerra de Vietnam, el conflicto Árabe-Israelí, la 
crisis energética derivada de las disposiciones sobre el petróleo de la Organización 
de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), las dictaduras militares en 
América Latina y el comienzo del debilitamiento de la Unión de Repúblicas 
Socialistas Soviéticas (URRS), constituyen el marco general de la dinámica mundial 
que caracterizó la crisis terminal del desarrollismo keynesiano y el arribo del 
neoliberalismo a partir de 1980. 
En efecto, a partir de los años ochenta, un nuevo orden económico se 
estableció dentro de la dinámica económica mundial, éste estaba regido bajo un 
eje financiero, el cual abrió paso a que el capital monopolista-financiero obtuviera 
grandes ganancias, pero bajo el costo de elevar la volatilidad de los sistemas 
 
10 Ruy Mauro Marini, La crisis del desarrollismo, [en línea], Escritos UNAM, Dirección URL: http: 
//www.marini-escritos.unam.mx/085_crisis_desarrollismo.html, [consulta: 02 de junio del 2015]. 
12 
financieros internos de la periferia, así como, del sistema monetario y financiero 
internacional. 
“Para el neoliberalismo, el Estado debía ser un Estado «mínimo», lo 
que significaba al menos cuatro cosas: primero, que dejara de encargarse de 
la producción de determinados bienes básicos relacionados con la 
infraestructura económica; segundo, que desmontara el Estado social, es 
decir, el sistema de protección a través del cual las sociedades modernas 
buscan corregir la ceguera del mercado en relación con la justicia social; 
tercero, que dejara de inducir la inversión productiva y el desarrollo 
tecnológico y científico (que dejara de liderar una estrategia nacional de 
desarrollo); y cuarto, que dejara de regular los mercados y, sobre todo, los 
mercados financieros, para que se autorregularan”.11 
 
En América Latina, la crisis económica que se vivió a partir de 1982 fue el 
parteaguas que marcó la transición total del modelo desarrollista al modelo 
neoliberal en los países de la región. Esta transición comienza al no poder pagar la 
acumulación de las enormes deudas externas por lo cual los países de la región se 
sometieron a aplicar las recomendaciones que hacía el Fondo Monetario 
Internacional y contraer las líneas de crédito que la banca internacional ofreció a 
dichos países, es así que, a partir de ese momento, las políticas de control 
monetario y fiscal se apoderaron no sólo de la región latinoamericana sino del 
sistema económico mundial. 
Así, la década de los ochenta, se caracterizó por hacer una férrea crítica al 
modelo de sustitución de importaciones, proclamando así, un nuevo modelo que 
conduciría al supuesto desarrollo, por tanto, lo anterior trae como consecuencia que 
el Estado dejara de intervenir en la economía, las barreras económicas se quitaran 
y se comenzara a brindar estímulos al capital extranjero. 
 
11 Luis Carlos Bresser Pererira, “El asalto al Estado y al mercado: neoliberalismo y teoría económica”, ¿Volver 
al futuro?, Nueva Sociedad, núm. 221, mayo-junio, 2009. p.86. 
13 
En consecuencia, el desarrollo, para los neoliberales, se entenderá en 
términos de todo aquel progreso e integración de tecnologías que deben 
implementar los países subdesarrollados dentro de sus políticas económicas para 
alcanzar el pleno desarrollo y debe ser acompañado de una restructuración de la 
economía. Así, el desarrollo entendido bajo la lógica capitalista neoliberal, sólo se 
refleja como un sinónimo de crecimiento económico lo cual, bajo esta dinámica y 
en la realidad social y económica, sólo generan procesos de desigualdad y 
concentración de riqueza y recursos, lo cual permea con mayor fuerza en la 
periferia. 
Con este nuevo auge de los postulados de la teoría económica neoliberal, 
se pretende que se tenga un Estado social débil en dónde las grandes empresas y 
corporaciones encuentren espacio, propicio y asegurado para su proceso de 
acumulación y ganancia. El capitalismo se reafirma entonces, bajo el nuevo eje 
rector neoliberal que la sociedad internacional debe emular, siendo el Reino Unido 
(Thatcher, 1979) y los Estados Unidos (Reagan, 1980) los modelos a seguir. 
Así, “las políticas en Estados Unidos y Gran Bretaña, basadas en la ortodoxia 
económica con las privatizaciones como primer exponente, y la posterior caída del 
muro de Berlín afianzaron el giro en la agenda del desarrollo hacia el fortalecimiento 
de los mercados y el control del gobierno”.12 
Para finales de 1980 el neoliberalismo tiene un repunte debido a la crisis que 
se vivió en los países latinoamericanos, en tanto, que el Fondo Monetario 
Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo en conjunto 
con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos crean en 1989 el Consenso 
de Washington (postulados propuestos por John Williamson), como respuesta a la 
crisis económica y financiera que vivía la región latinoamericana. 
A través del Consenso se desplegaron una serie de reformas económicas 
que los países subdesarrollados debían seguir para que de esa manera pudieran 
 
12 Oriol Prats, “Teoría y práctica del Desarrollo: Cambios en las variables de la ‘ecuación del desarrollo’ en los 
últimos 50 años”, Revista CLAD Reforma y Democracia, núm. 36, Caracas, octubre, 2006, p. 10. 
14 
salir de la crisis, es decir, se aplicaron programas de estabilización 
macroeconómica, se liberalizó el comercioy se sugirió la privatización de las 
empresas estatales. 
“El Consenso de Washington no sólo significó la aplicación de un 
decálogo de políticas neoliberales, sino que representó, ante todo, un 
compromiso, una alianza política, entre el capital monopolista-financiero de 
los centros y las oligarquías internas y los gobiernos de América Latina […] 
La estrategia de crecimiento del Consenso de Washington estaba basada en 
el ahorro externo, tanto por la vía de la inversión extranjera (IED) como de la 
captación del capital de cartera en los mercados financieros. Se suponía que 
tal influjo de capital externo, aparte de favorecer la modernización y 
competitividad del sistema productivo y del sistema financiero de los países 
receptores, se traduciría en un incremento de la tasa de inversión, y por ende 
de la productividad del trabajo, el crecimiento económico y el empleo”.13 
La propuesta que el Consenso ofreció a los países de la región se basó en 
diez puntos que tenían que aplicar dentro de sus políticas económicas entendidas 
como; la aplicación de una disciplina fiscal férrea, la reorientación del gasto público, 
la liberalización de los tipos de interés, una reforma impositiva, la liberalización 
comercial, privatización, inversión extranjera directa, desregularización, 
liberalización financiera y del tipo de cambio, así como, asegurar los derechos de 
propiedad controlando la volatilidad de los mismos. 
A partir de la segunda mitad de los años noventa, el Consenso de 
Washington sufre modificaciones con las llamadas ‘reformas de segunda 
generación’, debido al gran fracaso que presupone el primer periodo de 
implantación de las reformas. Ya que, el crecimiento de los países que aplicaron 
las recetas del Consenso, mostró resultados peores que aquellos países que 
aplicaron sus propias medidas. Dichas modificaciones surtieron efecto a finales de 
los 90’s, y éstas estaban enfocadas a lograr la estabilización de la economía y de 
 
13 Arturo Guillén, América Latina: neoliberalismo, políticas macroeconómicas y proyectos nacionales de 
desarrollo, Brasil, Centro Internacional Celso Furtado de Políticas para o Desenvolvimiento, p. 15. 
15 
los derechos de propiedad. En esta segunda generación, se incluía un componente 
económico y social. 
Estas reformas de segunda generación contemplan la incorporación a las 
políticas de los países, una gobernanza14 de tipo corporativa, medidas de anti-
corrupción, la adherencia a la Organización Mundial del Comercio (OMC), 
mercados de trabajo flexibles, la apertura de la cuenta capital, bancos centrales 
independientes, seguridad social y reducción de la pobreza. 
En suma, podemos afirmar que el tránsito y aplicación en América Latina del 
modelo neoliberal ha tenido fatales consecuencias, poco se ha visto en la región 
los beneficios del progreso técnico con los que se abanderó el neoliberalismo. Es 
decir, el desarrollo para la región bajo la lógica del mercado y la implantación de 
recetas que imponen los centros hacia las periferias es imposible. 
Así, en tres décadas de neoliberalismo, América Latina, ha encontrado en su 
camino, desempleo, pobreza, el estancamiento de sus economías, injusticia social, 
problemas medio ambientales, corrupción en sus gobiernos, que todos conjugados, 
no han hecho otra cosa más que frenar el tan esperado desarrollo en la región. 
Sin embargo, nuevos virajes han aparecido en las naciones del sur a partir 
del año 2000, es decir, algunos países latinoamericanos, tales como, Ecuador, 
Bolivia, Uruguay, Brasil y Venezuela comenzaron a abandonar las recetas 
neoliberales impuestas por el Consenso de Washington, diseñando así, sus propias 
estrategias y proyectos de desarrollo nacional que se enfocan principalmente en 
brindar solución a los problemas sociales, tales como, la educación, la vivienda, la 
salud, el combate de la pobreza, entre otros. También se han enfocado dichas 
naciones, en solucionar los problemas medio ambientales y revaloran el papel del 
Estado y de la economía en sus países. 
Puede decirse entonces, que un nuevo regionalismo latinoamericano va 
tomando forma a partir del rompimiento político y económico que poco a poco han 
 
14 Existen múltiples definiciones de gobernanza, sin embargo, dentro del discurso neoliberal dicho término 
hace referencia a liberalizar los sistemas de cambio, de precio y de comercio por parte del Estado. 
16 
hecho los países del sur hacia las políticas neoliberales capitalistas. América Latina 
comienza a crear entonces nuevas formas de gobernanza que permiten revertir las 
catastróficas consecuencias que ha traído el neoliberalismo en más de treinta años. 
Podemos afirmar que nuevos proyectos alternativos están ocurriendo en la región 
con interesantes resultados que, sin duda, han recuperado el papel de la sociedad 
como eje fundamental para la creación de su propio desarrollo y la consolidación 
de proyectos transformadores. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
17 
1.1 La política educativa neoliberal y su impacto en América Latina 
El neoliberalismo no sólo se delimitó a desplazar al Estado en la actividad social y 
orientarlo a la liberación del mercado, también afectó las esferas políticas, 
culturales y educativas en América Latina. A través de sus instituciones (El Banco 
Mundial y el Fondo Monetario Internacional), el neoliberalismo influyó 
decisivamente en la toma de decisiones sobre cómo debería conducirse los 
programas económicos de la sociedad en relación a la educación más allá de sus 
formas económicas asistencialistas. Es decir, “llama la atención la vinculación 
directa que han establecido organismos destinados a actividades financieras, como 
el FMI y el BM, con los programas educacionales de América Latina, trayendo como 
consecuencia la intervención directa de los ministerios de economía en el área 
pedagógica estatal y privada”.15 
En concreto, las políticas neoliberales se aplican a través de reformas 
fiscales en las cuales se reduce el ingreso de las personas, se eliminan las trabas 
al capital financiero, se privatizan las empresas estatales y las instituciones públicas 
que brindan un beneficio social, como lo es la educación pública. De tal modo, que 
la estrategia neoliberal encuentra en las instituciones sociales, un sendero por el 
cual transitar y colocarlos bajo su control. 
Es importante señalar que el capitalismo neoliberal encuentra en la 
revolución de las nuevas tecnologías un medio ideal para acelerar, afianzar y 
posicionar sus políticas económicas, ya que, van a interconectar virtualmente los 
mercados globalmente reduciendo las distancias de tiempo y espacio. 
De tal forma, que uno de los ámbitos en donde las políticas neoliberales se 
asientan con mayor fuerza, es en el sector educativo y en consecuencia, produce 
paulatinamente la masificación del conocimiento. Así lo dice, Juan Carlos Pardo: 
“La educación es un espacio de capital importancia para el neoliberalismo. En 
 
15 Adriana Puiggrós, “Educación neoliberal y quiebre educativo”, La educación y el cambio social, Nueva 
Sociedad, núm. 146, noviembre-diciembre, 1996, p, 7. 
18 
primer lugar, porque reclama que se considere como un bien de consumo, que debe 
ofrecerse en un mercado libre, venderse, y comprarse y ser rentable en términos 
económicos […] en segundo lugar, porque, la escuela es un poderoso mecanismo 
de control ideológico”.16 
Sin embargo, la inserción de las políticas neoliberales para América Latina, 
significó en la realidad social de la región un cambio total al sistema educativo de 
carácter social y nacionalista. 
Un factor clave para que el neoliberalismo penetrara con mayor expansión y 
profundidad en la región fue la utilización de la tecnología, es decir,los nuevos 
procesos tecnológicos fueron los factores fundamentales para que los programas 
educativos neoliberales pudieran infiltrarse más fácilmente en las sociedades 
latinoamericanas, de esa manera, como los cambios ocurridos en el sector 
empresarial que transformaron los modos de producción y las formas de 
comercialización en el mundo. 
A mediados de los ochentas los sistemas educativos de América Latina 
atravesaban también una crisis. Es decir, muchos de estos comenzaron a cambiar 
sus bases, programas y estructuras, pasaron de centrar sus enseñanzas y 
conocimientos en la historia e identidad nacional, aunado a los saberes de la 
comunidad, a introducir programas cuyas características centraban el aprendizaje 
y la enseñanza orientadas en las necesidades del mercado, con un discurso 
técnico, priorizando la descentralización, privatización y flexibilización de la 
educación, en ese sentido, ‘modernización’ será a partir de los años ochenta una 
nueva palabra que se incorporará en los sistemas educativos. 
La educación entonces se transforma en un bien mercantilizado que, por 
medio de la liberalización, la tecnología y las comunicaciones se oferta en una 
lógica de vendedores y compradores mejorando supuestamente el nivel de 
competitividad. Por tanto, la educación al servicio de los intereses de la 
 
16 Juan Carlos Pardo Pérez, Alfonso García Toribio, “Los estragos del neoliberalismo y la educación pública”, 
Revistas científicas de la Universidad de Murcia, núm. 20-21, España, diciembre, 2003, p. 39. 
19 
globalización del capital financiero consiste en la principal estrategia para que las 
reformas educativas liberales se implanten en los países de la región y, de esa 
manera, la educación se oferte y tenga un nicho de mercado nacional, regional e 
internacional de acuerdo a las necesidades de los consumidores. 
Así, los principales postulados económicos neoliberales aplicados en el 
sector educativo retoman una centralidad muy importante y ve en la ‘nueva’ realidad 
neoliberal un espacio para prosperar y acumular confirmando la muerte de los 
beneficios sociales que generaba la educación pública de carácter nacional en la 
sociedad. 
Para América Latina, la política educativa neoliberal representó no sólo el 
desprestigio de la educación pública en la región, sino también, la extirpación de 
toda conciencia y sentido social y comunitario, así como, de la concepción por el 
bien común. En consecuencia, la educación concebida como un derecho social se 
ha transformado en un bien comprable y una mercancía, por tanto, es importante, 
retomar el sentido social, colectivo y emancipador de la educación a partir de la 
creación de propuestas educativas que respondan a las necesidades particulares 
de cada una de las sociedades latinoamericanas, creando alternativas a las 
estructurales capitalistas en la educación. 
El Estado, por ende, debe repensar el papel que juega en torno a las políticas 
educativas y de esa manera, asegurar que la educación pública en América Latina 
sea un derecho social inalienable al que cada ciudadano pueda acceder, así como, 
el asegurar que el gasto público y la inversión que se destina a la educación corra 
por cuenta del Estado y no de la inversión privada. 
Los costos económicos y la incidencia del enfoque empresarial educativo en 
la política pública educativa latinoamericana, deja de lado factores culturales de 
inclusión social, puesto que prioriza la individualidad sobre lo colectivo, afectando, 
por tanto, el sentido de la educación pública, popular y gratuita entendido éste, 
como la configuración de un orden social que esté vinculado holísticamente con un 
proyecto de nación y de sociedad para el bien común. 
20 
1.1.1 Privatización de la educación 
La escuela pública encuentra sus orígenes en la Revolución Francesa y durante el 
siglo XIX, las formas educativas fueron constituyéndose como un proyecto político 
e intelectual para asegurar el crecimiento, desarrollo y la educación de las mayorías 
que correspondía a la conquista de los derechos sociales y la construcción de la 
ciudadanía. 
Al nacer la educación pública gratuita con el Estado moderno producto de 
las ideas de la Ilustración, se logró la ampliación y la cobertura del sistema 
educativo en favor de una igualdad de oportunidades, “la búsqueda y la puesta en 
práctica de formas de convivencia humana basadas en el respeto a las diferencias, 
la equidad social y la solidaridad humana fueron los grandes ideales del proyecto 
ilustrado”.17 
Para América Latina, la educación pública encuentra sus orígenes y cauce 
en las luchas independentistas por la conformación del Estado-Nación en el siglo 
XIX y su consolidación en las movilizaciones del siglo XX, es decir, los sistemas 
educativos en América Latina se constituyeron bajo una idea centralizadora y como 
un homogeneizador de la identidad y de la cultura entre la población, y tenían como 
objetivo la formación de las elites dirigentes, por ello, “el diseño original de los 
sistemas educativos de los países de América Latina, es situado históricamente en 
las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX, está estrechamente 
asociado a la creación de los Estados Nacionales”.18 
En ese tenor, se puede inferir que la educación durante todo el siglo XX tenía 
como función principal, el generar estabilidad política en la sociedad así como 
garantizar la cohesión social, sin embargo, a partir del desarrollo del neoliberalismo 
y que ha traído consigo la privatización de la educación, se ha comenzado a ver, 
 
17 Norma Fuller, Interculturalidad y política: desafíos y posibilidades, Perú, Red para el Desarrollo en las 
Ciencias Sociales del Perú, 2002, p. 60. 
18 Juan Carlos Tedesco, Educación y Sociedad en América Latina, Argentina, Edhasa, 2007, p. 31. 
21 
ya no como un derecho público de la sociedad sino como un préstamo de un 
servicio público o privado cualquiera. 
“La enseñanza pública queda así relegada a suministrar ese servicio a 
aquellos sectores sociales que no son lo suficientemente rentables para que 
puedan ser incluidos en el nuevo mercado de la educación”.19 Ahora la educación 
será considerada un producto que puede ser otorgado por el Estado, pero también, 
por cualquier empresa privada. 
En efecto, la dinámica mundial que surgió a partir de la implantación del 
neoliberalismo, ha generado profundas transformaciones en la educación, algunas 
de las características fundamentales que identifican el proceso privatizador del 
sector educativo son; el recorte en la asignación de recursos económicos; la 
apertura de la educación media y superior a los mercados y, por ende, dejando que 
el Estado sólo intervenga en el desarrollo de políticas para los sectores más 
vulnerables (aquellos que no afecten al mercado); la introducción de nuevos 
términos y conceptos a los sistemas educativos, tales como, competitividad, fuerzas 
y demanda del mercado, la educación global, la innovación y la tecnología de 
frontera, son sólo parte del nuevo lenguaje neoliberal que se impuso 
paulatinamente en la enseñanza y los sistemas educativos latinoamericanos. Así lo 
dice, Pablo Gentili: 
“La privatización de la escuela pública forma parte de un proceso más 
amplio de reestructuración de la vida política, económica, jurídica y cultural 
que caracteriza el desarrollo capitalista contemporáneo, una de cuyas 
características fundamentales es el progresivo desmantelamiento del Estado 
como agencia productora de bienes y servicios y como aparato institucional 
orientado a garantizar y promover los derechos de la ciudadanía. La defensa 
radical de la privatización como estrategia de salida a la crisis de los Estados 
de bienestar (y en Latinoamérica, de los Estados populistas), constituye el19 Enrique Javier Díez Gutiérrez, “La globalización neoliberal y sus repercusiones en la educación”, Revista 
Electrónica Interuniversitaria de formación del Profesorado, núm. 23-38, 2010, p.5. 
22 
eje central de las políticas neoliberales. Desde esta perspectiva hegemónica, 
privatizar es la condición necesaria e imprescindible para aproximarnos al 
único ideal de gobierno compatible con la libertad humana: el Estado 
Mínimo”.20 
Como puede observarse, se tiene entonces la decisión entre una educación 
que tenga como función principal la formación de personas críticas o el ser un 
instrumento que se apega a la dinámica neoliberal con una educación 
estandarizada y tecnocrática que responde a la lógica del mercado y del capital 
financiero. 
Gentili lo explica de la siguiente manera: 
“La privatización escolar crea condiciones favorables a una más 
amplia y marcada concentración y monopolio del poder educativo. Las 
consecuencias de este proceso son evidentemente antidemocráticas: la 
dualización del sistema se profundiza. ‘ganadores’ y ‘perdedores’ en la 
distribución diferencial de los bienes educativos van cristalizando sus 
posiciones en sistemas escolares marcados por la desigualdad y la negación 
brutal del derecho social al conocimiento”.21 
Es así que la privatización de la educación significa y conlleva darle 
facilidades a la aparición de nuevos agentes con intereses de carácter privado al 
sector educativo, como lo son las empresas y las universidades privadas así como 
las recomendaciones de los organismos internacionales a través de acuerdos en 
materia de intercambio y movilidad educativa y van haciendo que la educación se 
convierta en un servicio y objeto mercantil dentro del cual el Estado no tiene cabida. 
La propuesta educativa será entendida entonces como una vía para 
aumentar la productividad y, sobre todo, obtener mejores oportunidades para 
competir dentro del mercado. De esa forma, la visión neoliberal, proyecta la idea de 
 
20 Pablo Gentili, Escuela, gobierno y mercado. Las privatizaciones en el campo educativo, [en línea], 
Universidad de Santiago de Compostela, Fírgoa, Dirección URL: http: 
http://firgoa.usc.es/drupal/node/40081, [consulta: 20 de junio del 2015]. 
21 Pablo Gentili, Ibíd. 
http://firgoa.usc.es/drupal/node/40081
23 
que si se tiene una mayor educación calificada y privada, se obtendrá mayor nivel 
de desarrollo económico. El planteamiento ideológico-político ha sido el siguiente; 
“a más educación más desarrollo; a mejor educación mejores empleos; a un 
aumento de los bienes educativos, un consecuente aumento de los ingresos 
personales”.22 
Sin embargo esta premisa no es más que una falacia, ya que, en primer lugar 
hoy día el sentido de la educación es un derecho humano que bajo el neoliberalismo 
se ha perdido, en segundo lugar al haberse transformado la educación en un 
servicio comercial más, ha hecho que la concepción de la misma se haya 
mercantilizado, por tanto solo es accesible quien puede pagar por una supuesta 
educación de calidad. 
En otras palabras, las reformas neoliberales intensificaron la privatización de 
la educación pública de la región, a través de trasladar la responsabilidad de la 
inversión educativa a las familias, siendo así, el que ahora las familias son quienes 
deben financiar casi en su totalidad la educación de sus hijos. Esto resultó en un 
efecto de exclusión para los sectores más vulnerables y empobrecidos de la región, 
quienes evidentemente no podían asumir los costos que esa carga significaba. 
Ahora al establecerse acuerdos y alianzas con el empresariado, el derecho a una 
educación gratuita y de calidad se ve seriamente afectado. 
Un ejemplo de lo anterior, lo podemos encontrar en el Acuerdo General sobre 
el Comercio de Servicios (AGCS), apartado que se encuentra dentro de la 
Organización Mundial del Comercio. Éste es el primer acuerdo comercial 
multilateral que habla acerca de los servicios tocando el punto de la educación 
como un nuevo servicio. Dicho lo anterior, es interesante ver el doble juego de la 
OMC, ya que, ésta tiene por objetivo promover el comercio con eficiencia 
económica más no en lo relativo a la educación. A partir de ahora, se ve a la 
educación como un producto de compra y venta del mercado. 
 
22 Pablo Gentili, Pablo Imen, Políticas, movimientos sociales y derecho a la educación, Argentina, CLACSO, 
p.28. 
24 
Pablo Gentili lo ejemplifica de la siguiente manera: 
“Los procesos de privatización son siempre procesos de transferencia 
del poder de la esfera pública al mercado. Resulta significativo reconocer 
cómo, en América Latina, la privatización de la educación se ha profundizado 
no sólo mediante la transferencia de la responsabilidad del financiamiento 
(del Estado al mercado), sino también mediante un no menos complejo 
proceso de transferencia del poder efectivo de control y coerción de la esfera 
gubernamental a corporaciones empresariales o fundaciones privadas”.23 
Ello se ha traducido en que la privatización de la educación en América 
Latina ha fomentado dentro de los procesos educativos la discriminación social y la 
fragmentación de los sistemas educativos en la región. 
En ese sentido, es imperante entender que la esfera educativa está 
cambiando velozmente, la tecnología, las comunicaciones, la mano de obra 
internacional y su movilización, el énfasis tenaz en la economía de mercado y la 
liberalización comercial, la inversión privada y el poco apoyo e inversión pública a 
la educación han ocasionado un deterioro en la generación de un conocimiento 
social, económico, tecnológico y político propio de los países latinoamericanos 
favoreciendo el fortalecimiento de una educación globalizada que responde a la 
visión del capital financiero internacional. 
Así, el creciente papel de las universidades públicas en la producción del 
conocimiento está cambiando y respondiendo a las necesidades del mercado y la 
generación del conocimiento se ha mercantilizado, los métodos de enseñanza 
también se han transformado a través de métodos de aprendizaje en línea 
fomentando así la transnacionalización de la educación nacional. 
En ese tenor, con la transnacionalización de la educación han surgido 
nuevos actores en este sector, en donde, el Estado ha dejado entrar en el campo 
de la enseñanza a compañías privadas, universidades corporativas y compañías 
 
23 Pablo Gentili, Desencanto y Utopía, República Bolivariana de Venezuela, CLACSO, 2007, p. 31. 
25 
trasnacionales elaborando programas educativos que responden al mercado 
neoliberal y, a la vez, van desplazando poco a poco el conocimiento nacional y local 
de la región latinoamericana haciendo de la educación un bien mercantil altamente 
individual y competitivo. Como dice, Hans de Witt: “Instituciones y compañías están 
compitiendo por estudiantes internacionales que paguen derechos por la 
educación, con fines de lucro y programas de entrenamiento y por servicios de 
educación, como pruebas de lenguaje y acreditaciones”.24 
De este modo, a partir de los años ochenta el Banco Mundial y el Banco 
Interamericano de Desarrollo se apropiaron de la labor de orientar la enseñanza 
pedagógica, a través, de la utilización de índices de calidad, midiendo los niveles 
de las competencias educativas, orientando la profesionalización del docente, así 
como el apoyo al impulso de carreras tecnocráticas y administrativas con el único 
fin de reproducir el sistema neoliberal imperante. 
En suma, con la privatización de la educación, la creación y desarrollo del 
pensamiento y la pedagogía educativa nacional se vio limitada exclusivamente a la 
adquisición de habilidades, técnicas y competencias individuales adecuadas a la 
globalización neoliberal. Elproceso privatizador y la mercantilización de la 
educación ha transferido la responsabilidad del Estado a las entidades privadas, 
dejando de lado el objetivo social de la educación y de aspirar al bien común. 
 
 
 
 
 
 
24 Hans de Wit, Educación superior en América Latina: la dimensión internacional, Colombia, Mayol, 2005, p. 
15. 
26 
1.1.2 Las políticas educativas neoliberales 
Las políticas educativas que se enmarcan dentro del complejo proceso y dinámicas 
neoliberales constituyen uno de los principales instrumentos de control ideológico 
y político que se disfrazan de supuestas ventajas educativas y tecnológicas que a 
escala mundial trae consigo el neoliberalismo. Por ello, desde las instituciones 
internacionales financieras en vinculación con el capital financiero mundial se dictan 
las líneas educativas que la sociedad internacional debe llevar a cabo si desea, 
según ellos, alcanzar los niveles de desarrollo de las potencias capitalistas. 
Así, instituciones como el Banco Mundial (BM), la Organización para la 
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Fondo Monetario Internacional 
(FMI), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la 
Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial del Comercio 
(OMC) servirán de centros de análisis, indicadores y mediciones que ayuden a 
dictaminar la orientación y el sentido que debe llevar la educación en el mundo y 
verterán recomendaciones a los países latinoamericanos para la aplicación de 
políticas educativas que, desde su perspectiva ayudarían a alcanzar el desarrollo 
en las naciones. 
Como ejemplo de lo anterior, el Banco Mundial a través de sus políticas 
económicas “se convirtió en la principal fuente de financiamiento externo para la 
educación de los países de economías dependientes”25 bajo la creencia de que 
dichas recomendaciones y políticas educativas eran aquellas que los países 
latinoamericanos necesitaban para incentivar su crecimiento económico y favorecer 
la reducción de la pobreza. 
Sin embargo la realidad fue otra, ya que las naciones latinoamericanas al 
implementar dichas recomendaciones económicas, políticas y sociales del Banco 
Mundial, tuvieron como resultado no una mejora de su economía y bienestar social, 
sino, por el contrario, la profundización de la exclusión social, la privatización los 
 
25 Carla Vázquez Morales, 2014, La educación como conciencia social y como elemento de acción pública: el 
nuevo proyecto de nación en Venezuela, Tesis de licenciatura, UNAM, México, p. 23. 
27 
servicios, el colapso de la salud pública, la destrucción del medio ambiente, el 
aumento de las cifras de pobreza, entre otros., como bien lo ejemplifica José Luis 
Coraggio en su ponencia presentada en el seminario “O Banco mundial e as 
Politicas de Educação no Brasil” Las propuestas del Banco Mundial para la 
Educación: ¿sentido oculto o problemas de concepción?. 
Para 1990, las políticas neoliberales y la globalización estaban en pleno 
apogeo, una vez remplazadas todas aquellas políticas de bienestar, se implantaron 
en las sociedades latinoamericanas políticas enfocadas a la privatización, al 
mercado y a los servicios públicos entre ellos la educación. Así, como un ejemplo 
de políticas educativas implantadas por el neoliberalismo en la región, podemos 
encontrar las reformas constitucionales a los artículos referentes a lo educativo, 
incidiendo, de manera concreta, en la tercerización del cuerpo docente y el aumento 
del acceso a la educación con carácter privado. 
La acción pública, en consecuencia, se ha desvanecido dando paso a que 
las empresas privadas desempeñen las tareas que le corresponden, teóricamente 
al Estado-Nación, es decir, los gobiernos delegan, planifican y gestionan la 
formación docente y educativa al sector privado que hace que se pierda el objetivo 
que tiene la enseñanza pública, de ser un proveedor de derechos sociales. 
En ese sentido, elementos del mercado, se introducen al campo de lo 
educativo, siendo la libre elección, la competencia y la autonomía quienes 
prevalecerán en las políticas educativas de los países latinoamericanos. Por otro 
lado, el Estado al ceder el control de la educación a la empresa privada y a los 
organismos internacionales fortalece las políticas económicas del neoliberalismo y, 
en consecuencia, los préstamos que el Banco Mundial hace a los países 
latinoamericanos se convierten en deuda pública que se deben pagar con recursos 
públicos. 
Por ello, las recomendaciones de dichos organismos se centran en fortalecer 
los lazos entre las instituciones de educación superior y la industria, en fomentar la 
llamada economía del conocimiento e incitar a la creación de instituciones 
28 
educativas superiores que fomenten la visión empresarial. Al respecto, Héctor 
Saldívar Garza señala: 
“La UNESCO (1995, 2003) y la OCDE (1997) recomiendan multiplicar 
los vínculos formales e informales con el mundo de las organizaciones, del 
comercio y de la industria, favoreciendo la flexibilidad y una mayor movilidad 
de los estudiantes, por medio de la creación de módulos de conocimiento que 
sustituyan a los programas de estudio tradicionales. De acuerdo con la 
OCDE, éstos deben ser en informática, economía e idiomas”.26 
De esta manera, la incorporación de la educación al mercado visto como un 
servicio, influye en la capacidad que tienen los Estados para regular y defender la 
educación, es así que, un ejemplo de lo anterior es que desde 1990, la calidad de 
la educación se comenzó a medir en estrategias orientadas en evaluar, dicha 
calidad, a través de pruebas insertadas en rankings internacionales, que catalogan 
a las escuelas en función de los resultados previamente determinados por las 
instituciones internacionales, orientadas en razón del mercado, y no de la sociedad. 
En este sentido, a partir de los años 90, la educación pública 
latinoamericana, será un servicio regulado por la demanda del mercado que se 
pueda medir y que determine según el Banco Mundial el nivel de desarrollo y 
modernización de una nación. Por ello, las reformas de los noventa, implementaron 
los mecanismos de competencia trasladando así, la completa responsabilidad de 
la educación del Estado a nuevos agentes privados. 
En suma, evaluar la calidad de la educación, de acuerdo a las reformas 
educativas neoliberales, evidencia reformas antidemocráticas ya que no 
contemplaron y no buscan atender las necesidades sociales y económicas 
específicas de cada realidad educativa de la región latinoamericana, ya que son: 
“medidas provisorias y decretos; transferencia de responsabilidades 
públicas a entidades privadas; cierre de canales de participación, 
 
26 Héctor Saldívar Garza, “La pertinencia en las políticas educativas internacionales para la educación 
superior: sugerencias para su operatividad en la Universidad Autónoma de Tamaulipas”, Revista Internacional 
de Ciencias Sociales y Humanidades SOCIOTAM, núm. 1, México, enero-junio, 2006, p. 12. 
29 
deliberación y fiscalización por parte de la comunidad; corrupción e 
irresponsabilidad en el uso de los recursos públicos; arrogancia y desprecio 
en el tratamiento de las entidades representativas por parte de las jerarquías 
ministeriales, son algunas de las penosas marcas de reformas que hacen de 
la democracia una farsa, un pastiche autoritario y opresivo”.27 
Finalmente, podemos señalar que las implementaciones de las políticas 
educativas neoliberales, a través de las instituciones internacionales, han hecho de 
la educación una completa mercantilización, en donde, el espacio de lo público y lo 
social no tiene cabida. Todo ello, confirma que las políticas educativas neoliberales 
tienen como función principalservir de un instrumento de control, que acota el 
sentido mismo del derecho de educación transformándolo en un servicio ofertable 
y adquirible en el mercado de los bienes y servicios educativos. La educación ahora 
y basada, como en el caso del cualquier Tratado de Libre Comercio más en el 
mercado, subordina así, lo público a lo privado y lo social al capital. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
27 Pablo Gentili, Desencanto y Utopía, op.cit.p. 95. 
30 
1.1.3 Crisis del sistema educativo neoliberal 
En los últimos treinta años, el modelo neoliberal ha dado prueba que no ha 
favorecido el bienestar y desarrollo social de todos. Es decir, si bien es cierto que 
la historia educativa latinoamericana puede entenderse como un derecho en las 
oportunidades para acceder a la educación, sin embargo, este mismo derecho, 
estas mismas oportunidades no se han dado en las mismas condiciones para las 
grandes mayorías. 
Desde los años ochenta y con mayor énfasis en los años noventa, los países 
latinoamericanos implementaron las reformas educativas neoliberales como 
instrumentos paliativos que llevarían el desarrollo y progreso a la educación en 
América Latina, sin embargo, estas medidas desregulatorias que se tomaron dentro 
del sistema educativo, contribuyeron sólo a enfatizar la exclusión entre los sectores 
de la población. Gentili lo señala así: 
“Las reformas educativas de los últimos años profundizaron la crisis 
educativa y transformaron la ‘calidad’ del sistema en un atributo disponible 
sólo aquellos con dinero para pagar por él. La educación latinoamericana es, 
de hecho, de ‘ baja calidad’, aunque este no ha sido a pesar de las reformas 
educativas de los noventa, sino por causa de ellas”.28 
Otro elemento importante que contribuyó a la crisis del sistema educativo 
latinoamericano fue que, “la expansión de la escolaridad se produjo en un contexto 
de intensificación de la injusticia social y tuvo, de hecho, muy poco impacto para 
disminuir los efectos de la crisis social producida por un modelo de desarrollo 
excluyente y desigual”.29 
En suma, en palabras de Pablo Gentili, los factores principales que 
contribuyen a producir la crisis neoliberal de la universalización sin derechos en los 
sistemas educativos latinoamericanos son: 
 
28 Pablo Gentili, Desencanto y Utopía, op.cit.p. 27. 
29 Ibíd. p.22. 
31 
“a) La combinación y articulación de condiciones de pobreza y 
desigualdad vividas por un significativo número de personas en nuestras 
sociedades; b) El desarrollo fragmentado de los sistemas escolares y los 
enormes diferenciales de oportunidad que ofrecen las escuelas; c) la 
promoción de una cultura política acerca de los derechos humanos, y 
particularmente del derecho a la educación marcada por una concepción 
privatista y economicista que, lejos de ampliar, restringe las fronteras de este 
derecho a las oportunidades de acceso y permanencia en el mercado de 
trabajo”.30 
Así, en una perspectiva general, puede decirse que las condiciones 
heredadas de las décadas pasadas fueron reflejo de que el sistema educativo en 
América Latina no correspondía con las necesidades reales de la región, la cultura 
impuesta por el sistema educativo tradicional y hegemónico entraba en 
contradicción con la cultura popular y los intentos por democratizar las 
oportunidades de acceso a la educación de los latinoamericanos. 
Desde los años noventa del siglo pasado, la educación enfrenta una grave 
crisis y, hoy día, puede decirse que esta crisis educativa se encuentra presente en 
tres esferas. La primera en la “hegemonía, pues ya no tiene el monopolio de la 
investigación; de legitimidad, pues es percibida como una institución que veda el 
acceso a los más desfavorecidos y cada vez más jerárquica; e institucional, debido 
a las dificultades para preservar su autonomía ante la presión de las demandas del 
mercado y a la tendencia a visualizar tanto a las universidades públicas como a las 
privadas como una empresa”.31 
Ello, nos comprueba en conclusión que: 
“el neoliberalismo condenó cualquier intervención estatal como 
consustancialmente negativa y nefasta y redefinió el modelo de desarrollo 
 
30 Ibíd. p.15. 
31 Pablo Gentili, Políticas de privatización, espacio público y educación en américa Latina, Argentina, CLACSO, 
2009, p. 257. 
32 
latinoamericano, privilegiando la oferta productiva y desestimando las 
demandas sociales; imponiendo una economía de mercado y eliminando el 
intervencionismo estatal; reprimiendo las reivindicaciones sociales e 
imponiendo la flexibilización y desregularización laboral”.32 
En consecuencia, las políticas económicas neoliberales aplicadas e 
impuestas en el sistema educativo latinoamericano han eliminado el sentido 
emancipador y lo ha transformado en un servicio, un bien de consumo al que sólo 
unos cuantos pueden acceder. 
Los gobiernos neoliberales con la ayuda de los organismos internacionales 
han profundizado una educación excluyente. Sin embargo, la actual crisis neoliberal 
educativa es parte fundamental de la crisis capitalista global que sus propias 
estructuras de explotación, acumulación y dominación, paradójicamente produjeron 
dicha crisis. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
32 Orietta Caponi, Humberto Mendoza, El neoliberalismo y la educación, [en línea], Universidad Central de 
Venezuela, Acta Odontológica Venezolana, Dirección URL: http: 
http://www.actaodontologica.com/ediciones/1997/3/neoliberalismo_educacion.asp , [consulta: 25 de 
septiembre del 2015]. 
http://www.actaodontologica.com/ediciones/1997/3/neoliberalismo_educacion.asp
33 
1.2 Importancia de la educación en América Latina como instrumento del 
desarrollo y la soberanía nacional alternativa a la crisis de la educación 
neoliberal 
 
La educación es la base fundamental de toda sociedad que lucha por la igualdad y 
la justicia social, el arte de educar, se presenta así, como una necesidad y condición 
social básica para la generación de cambios que se vean reflejados en una mejora 
de la calidad de vida digna. Apostar por lo educativo, es el pilar esencial para 
combatir los graves problemas de la pobreza, la desigualdad y romper las 
estructuras capitalistas de dominación que solo han producido, a lo largo de su 
historia, todas las formas de inequidad, exclusión, racismo, explotación y represión 
sobre el proceso civilizatorio del sistema mundial. Por ellos, de acuerdo con Gentili: 
“La educación es un derecho humano y social, un derecho común, 
que no puede estar sometida a lógicas de mercantilización y privatización, 
porque de la socialización de esos saberes, de la ruptura democrática del 
monopolio del conocimiento, depende la posibilidad de construcción de una 
sociedad justa e igualitaria. Sólo es posible afirmar que existe el derecho a la 
educación cuando todos y todas, sin distinción de clase, género, raza, origen 
étnico, de su lengua materna, de sus condiciones físicas o de su opción 
sexual pueden vivir en una sociedad donde el conocimiento es un bien 
común”.33 
En esta visión, Brasil, Ecuador, Argentina, Colombia, Uruguay, Bolivia y 
Venezuela son ejemplo de países que han incorporado alternativas educativas que 
promueven una educación de corte popular, estas experiencias latinoamericanas 
encuentran su soporte principalmente en las organizaciones sociales vinculadas al 
gobierno para exigir la implementación de dichas alternativas en su contexto social. 
El caso venezolano, a través de la Revolución Bolivariana, la sociedad y el 
gobierno en conjunto, han impulsado programas y misiones en el sector educativo, 
 
33 Pablo Gentili, Desencanto y Utopía, op.cit.p. 36. 
34que han permitido concientizar a la sociedad de la importancia que tiene el acceso 
a una educación de calidad, dotando así, al pueblo venezolano de una conciencia 
crítica entorno sobre la gran importancia y significación social de la educación 
popular. 
La educación popular se presenta como una herramienta indispensable para 
la construcción y formación de sociedades que aspiren a consolidar una igualdad 
social en todas las condiciones y oportunidades como parte del reconocimiento y 
afirmación de sus derechos, por tanto, transformar, preservar y defender la escuela 
pública es un desafío para la región. 
Asimismo, la interculturalidad aunada a la educación, se considera también 
como una alternativa al modelo neoliberal, ésta se incorpora principalmente en las 
instituciones académicas, instituciones internacionales, universidades y 
organizaciones indígenas, buscando la creación de un espacio para el intercambio 
de experiencias y reflexiones. 
En ese sentido, “la educación debe contribuir a fortalecer tanto el derecho a 
la propia identidad y a la diversidad, cómo los derechos económicos, sociales, 
políticos, culturales y lingüísticos. Es necesario generalizar una educación 
intercultural para todos, y garantizar una educación básica bilingüe intercultural 
para todos los pueblos indígenas de América Latina, que incluya a los hablantes de 
lenguas ancestrales en las ciudades”.34 
Es importante resaltar que para la implementación de los procesos y políticas 
de la interculturalidad como un instrumento de desarrollo, es necesario, no sólo la 
participación activa de la sociedad sino también que el Estado debe incorporarla a 
su estructura como parte fundamental en sus políticas sociales, económicas, 
culturales y educativas, y basadas en el principio de igualdad, dignidad y respeto a 
las diferencias culturales. 
 
34 Ruth Lozano Vallejo, Interculturalidad: Desafío y proceso en construcción, Perú, SERVINDI, 2005, p. 43. 
35 
Así, es de vital importancia priorizar el valor que tiene la educación, como un 
instrumento que permita impulsar el desarrollo y la soberanía educativa de los 
países latinoamericanos, con el fin de abrir nuevos caminos y nuevas formas de 
independencia y soberanía nacional en la región y se recupere a la educación como 
un espacio social donde se puedan transmitir los saberes y se dignifique el sentido 
del derecho a una vida digna. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
36 
1.3 La interculturalidad y la nueva educación popular, de liberación y 
soberanía nacional 
A partir de la crisis económica del 2008, el modelo neoliberal evidencia plenamente 
su incapacidad de dar respuesta a las demandas y necesidades que la sociedad 
mundial le exige y que dicho modelo prometía solucionar. Es decir, al profundizarse 
la exclusión social, al privatizarse los servicios de salud y educación pública, al 
aumentar las cifras de pobreza y al evidenciar las fallas del mercado, la sociedad 
internacional comienza a reflexionar sobre la necesidad de encontrar alternativas 
que brinden oportunidades reales de mejora para una vida digna y conduzcan a 
una verdadera transformación social. 
Es así que en algunos países de América Latina como Bolivia, Argentina, 
Brasil, Ecuador y Uruguay comienza a reafirmarse y a manifestarse las identidades 
sociales y culturales, y marcan entre otros, el camino que contribuye a una 
transformación de la realidad sociocultural y a nuevas formas de relación 
intercultural de los pueblos y naciones latinoamericanas. 
Por lo anterior, se puede decir que el concepto de interculturalidad surge 
principalmente en la zona andina de Nuestra América, y tiene su nacimiento en los 
movimientos indígenas y las minorías étnicas que asumieron la interculturalidad 
como un medio de defensa de su autonomía. Es otras palabras, es a comienzos de 
los años noventa, cuando los movimientos indígenas emergen con fuerza y 
comienzan a reivindicar sus derechos culturales y rechazan la política y el discurso 
político-cultural homogeneizante del neoliberalismo que los había negado o 
invisibilizado. Por tanto, los movimientos indígenas reclaman al Estado su 
existencia, encontrando en el ejercicio de la interculturalidad una vía para su lucha. 
Ahora bien, es importante señalar que en relación al tema y práctica de la 
interculturalidad, existen dos propuestas de lo interculturalidad; la interculturalidad 
funcional y la interculturalidad crítica. La interculturalidad funcional 
(multiculturalismo neoliberal o interculturalismo europeo) es aquella como su 
nombre lo menciona, le es funcional al sistema capitalista neoliberal, ya que, “no 
toca las causas de la asimetría y desigualdad social y cultural, ni tampoco ‘cuestiona 
37 
las reglas del juego’ y por eso, ‘es perfectamente compatible con la lógica del 
modelo neo-liberal existente’”.35 
Es decir, Catherine Walsh explica la interculturalidad funcional como; 
“El reconocimiento y respeto a la diversidad cultural se convierten en 
una nueva estrategia de dominación, la que apunta no a la creación de 
sociedades más equitativas e igualitarias, sino al control del conflicto étnico y 
la conservación de la estabilidad social con el fin de impulsar los imperativos 
económicos del modelo (neoliberalizado) de acumulación capitalista, ahora 
haciendo ‘incluir’ los grupos históricamente excluidos a su interior. Sin duda, 
la ola de reformas educativas y constitucionales de los 90 - las que reconocen 
el carácter multiétnico y plurilingüístico de los países e introducen políticas 
específicas para los pueblos indígenas y afrodescendientes -, son parte de 
esta lógica multiculturalista y funcional; simplemente añaden la diferencia al 
sistema y modelo existentes. De hecho, esta lógica tiene sus raíces tanto en 
el multiculturalismo (neo)liberal norteamericano como en lo que Abril Trigo 
llama ‘el interculturalismo europeo’. Mientras que el primero tiene sus raíces 
en la democracia liberal y la libertad del mercado - lo que garantiza la libertad 
a la diferencia - y apunta la tolerancia de la diferencia pero también su 
mercantilización, el segundo apunta hacia un nuevo humanismo de lo 
diverso: humanizar el neoliberalismo y la globalización”.36 
En ese sentido, puede afirmarse que el concepto y práctica de lo intercultural 
funcional: 
“surge en sistemas democráticos y con estados de derecho, a partir 
del pluralismo cultural; y también el multiculturalismo que se instaló en 
Canadá, EEUU, Inglaterra, Holanda, Nueva Zelandia, Norte y Occidente de 
Europa y recientemente en Europa del Sur y es utilizado como marco de 
referencia por las Naciones Unidas […] En [cambio] en América Latina, la 
 
35 Catherine Walsh, “Interculturalidad y (de) colonialidad: Perspectivas críticas y políticas”, Visão Global, 
Joaçaba, v.15, n 1-2, enero-diciembre 2012, p. 63. 
36 Ibid.p.64. 
38 
opción intercultural apareció como alternativa ético-política, frente al fracaso 
del asimilacionismo homogeneizante de los Estados Nacionales”.37 
En efecto, para las naciones en América Latina, la interculturalidad crítica 
será el pilar fundamental bajo el cual surgirá un proyecto alterativo que se construye 
desde las fuerzas sociales populares y con la demanda de transformaciones 
radicales de las estructuras de dominación. La interculturalidad crítica es entonces, 
un diálogo entre las culturas, es un proyecto político que trasciende la esfera del 
Estado-Nación homogéneo para devenir en sociedades más libres, reconociendo 
la diversidad y la diferencia cultural. 
Catherine Walsh explica que la interculturalidad crítica debe ser entendida 
como designio y propuesta de sociedad, es decir, debe pensarse como proyecto 
político-social, epistémico y ético dirigido a la transformación estructural y socio-
histórica que apunte

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