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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES RELACIONES INTERNACIONALES “Neoliberalismo, crisis y alternativas para un nuevo proceso educativo en América Latina: La Misión Robinson Internacional para combatir el analfabetismo en Venezuela 1990-2013” TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN RELACIONES INTERNACIONALES PRESENTA JESSICA PAVÓN GARCÍA ASESOR MTRO. SAMUEL SOSA FUENTES Ciudad Universitaria, CD. MX., 2016 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos Agradezco profundamente a la Universidad Nacional Autónoma de México, mi alma máter que me brindó la oportunidad de formarme académica, profesional y personalmente. A mis padres por todo su apoyo y amor incondicional. A mis amigos, colegas y todas las personas que con sus consejos, apoyo y cariño hicieron posible este logro. A mi asesor Samuel Sosa por el apoyo, la paciencia y la constancia. A mis sinodales por su lectura y sus valiosos cometarios que contribuyeron al enriquecimiento de la presente investigación. Al pueblo de la República Bolivariana de Venezuela que nos inspira con su lucha día a día. “Por mi raza hablará el espíritu” Índice Introducción……………………………………………………………………………… 1 Capítulo 1. Marco Histórico Conceptual. De la crisis del Modelo Desarrollista al arribo y crisis del Modelo Neoliberal en América Latina……………………… 6 1.1 La política educativa neoliberal y su impacto en América Latina……………………………………………………………………………………….…17 1.1.1 Privatización de la educación………………………………………………………….................20 1.1.2 Las políticas educativas neoliberales…………………………………………………………….26 1.1.3 Crisis del sistema educativo neoliberal…………………………………………………………..30 1.2 Importancia de la educación en América Latina como instrumento del desarrollo y la soberanía nacional alternativa a la crisis de la educación neoliberal…………………...33 1.3 La interculturalidad y la nueva educación popular y de liberación y soberanía nacional….…………………………………………………………………………………...36 Capítulo 2. El gobierno de Hugo Chávez Frías 1999-2013……………………….41 2.1 Panorama de la educación en Venezuela…………………………………………….…...41 2.2 Surgimiento de la Misión Robinson………………………………………………………....64 2.3 Evolución de la Misión Robinson………………………………………………………..…..72 2.4 La Misión Robinson Internacional y la interculturalidad en Venezuela……………….…77 Capítulo 3. Balance y perspectivas de la política educativa venezolana del gobierno de Hogo Chávez Frías (1999-2013)………………………………………86 3.1 Balance histórico de la realidad educativa en Venezuela……………….........................………………………………………………..…86 3.2 Eficacia de la política educativa venezolana…………………………………………….....93 3.3 Cambios, logros y deficiencias de la política educativa actual en Venezuela…………..96 CONCLUSIONES GENERALES…..………………………………………….……………………………101 Anexo. Propuesta Museográfica para uso práctico del conocimiento y difusión de los logros y retos de la Política Educativa de la Revolución Bolivariana de Venezuela………………………………………………………………………...…….106 1. El Museo como recurso educativo y cultural………………………………………....106 2. El concepto expositivo…………………………………………………………………..109 3. Guion museológico…………………………………………………………………...…110 4. Guion museográfico…………………………………………………………………….113 5. Resumen…………………………………………………………………………………117 Bibliografía general…………………………………………………………………...118 1. Bibliografía……………………………………………………………………………….118 2. Hemerografía…………………………………………………………………………….122 3. Ciberografía………………………………………………………………………………125 1 Introducción La presente investigación nace del interés por analizar las transformaciones educativas por las cuales, la República Bolivariana de Venezuela, ha transitado a raíz de la llegada de Hugo Chávez Frías al poder (1998) que han sido implementadas a través del proceso de la Revolución Bolivariana con el objetivo de consolidar un nuevo proyecto de nación. En particular, se destacan los avances en el área educativa la cual ha buscado desde sus inicios constituir un modelo que sea la base de una nación diferente, que esté sedimentado en la inclusión social, política, cultural y económica en beneficio de toda la sociedad venezolana. Así, el tema de la presente investigación conlleva el análisis y desarrollo de la concepción propia que el gobierno bolivariano establece sobre la educación a partir de las necesidades particulares desde y para Venezuela confirmando así que otros mundos son posibles y constituye, a la vez, una propuesta bolivariana alternativa a la actual crisis educativa del modelo neoliberal en el actual contexto de la crisis civilizatoria de dicho modelo que se vive en Nuestra América. En el contexto actual de continuas transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales en América Latina, la educación representa una de las condiciones y factores más importantes para lograr cambios significativos en las bases y estructuras económicas, políticas y sociales de cualquier país y constituye, en consecuencia, uno de los pilares fundamentales para el desarrollo, la soberanía y la independencia de las naciones de la región. Por medio del proceso educativo, se contribuye a generar transformaciones reales y concretas para elevar y mejorar las condiciones de vida y desarrollo en las sociedades latinoamericanas. Incluso, en los hechos, el ejercicio educativo representa en sí, una toma de conciencia de nuestro entorno y las condiciones objetivas y necesarias que permitirán la reivindicación y afirmación del cambio estructural por el bien común de cada sociedad. 2 De esta manera, la educación al ser uno de los factores clave para el desarrollo e independencia de una nación nos comprueba, no sólo que cada vez es más apremiante y necesario renovar las estructuras de los sistemas educativos, sino sobre todo, que es necesario revalorar y resignificar la importancia de destinarle una gran inversión económica, social y cultural en Nuestra América. Hoy día las principales directrices pedagógicas en las que se maneja el proceso educativo en la mayoría de los países latinoamericanos son bajo la “enseñanza tradicional” y están regidas bajo lineamientos educativos de corte neoliberal que dictan las instituciones financieras internacionales. Es así que la actual corriente educativa neoliberal se impuso mediante las políticas dictadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM). Como bien lo plantean Luis Coraggio y Rosa María Torres en su texto La educación según el Banco Mundial. Un análisis de sus propuestas y métodos, en los últimos 20 años, las reformas educativas propuestas por el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) e implementadas por los gobiernos de América Latina, tuvieron como objetivo principal asegurar los mecanismos y estructuras adecuadas para que el Banco Mundial llevara a cabo las negociaciones de dichas reformas. Los planes propuestos por las instituciones financieras, pedían la eliminación de todos los programas sociales y económicos que no estuvieranincluidos en el plan de modernización educativa o que plantearan una visión diferente a la propuesta por ellos. En ese sentido, proponer e incentivar una educación distinta, emerge como una respuesta de carácter social-popular para rescatar a la colectividad de la sociedad e incluir así el saber de las diversas comunidades que hacen parte de la misma. Esta acción de rescate del proceso educativo con un sentido de lo colectivo, plantea como necesario retomar el proceso descolonizador y emancipador del conocimiento eurocéntrico, que surge en la región latinoamericana como una forma propia y alternativa de crear conocimiento desde Nuestra América. 3 De este modo, el objetivo de la presente investigación es analizar la propuesta del Proyecto Educativo de la Revolución Bolivariana establecida por el Presidente Hugo Chávez Frías, cuyo inicio se marcó con la inauguración de las Escuelas Bolivarianas en 1999, esta propuesta educativa apunta desde sus inicios a una forma diferente de enseñanza a la tradicional. Asimismo, se analiza la función de la Misión Robinson Internacional y del proceso de la interculturalidad, como parte sustancial en la construcción de un nuevo proyecto de nación. De esta manera, se concibe el proceso educativo, como un derecho que tiene el pueblo venezolano a acceder a una educación gratuita, de calidad y, sobre todo, fuera de las ‘formas educativas capitalistas tradicionales’. Es en ese contexto que las misiones educativas y en particular la Misión Robinson Internacional, constituyen un proyecto educativo en donde se destaca la importancia de una educación intercultural que propone un diálogo de saberes y promueve el intercambio de prácticas, experiencias, conocimientos populares y originarios que fortalezcan la identidad de los pueblos de Nuestra América y de la identidad venezolana en particular. Ello es así, pues, como sabemos, la educación intercultural está basada en principios y fundamentos de las culturas originarias de los pueblos y comunidades indígenas, valorando y entendiendo su cosmovisión, valores, conocimientos y saberes. Así, la presente investigación se sustenta en la siguiente hipótesis: la política educativa es uno de los ejes centrales del proyecto de la Revolución Bolivariana para el desarrollo y soberanía nacional y, en donde las Misiones Educativas constituyen una verdadera alternativa de descolonización y liberación al modelo educativo neoliberal. En particular, la labor de la Misión Robinson Internacional se destaca como un enfoque relevante y alternativo en la comprensión crítica del actual sistema mundial porque propone un diálogo educativo entre la enseñanza y la interculturalidad como factores fundamentales que dieron la consolidación a la Revolución Educativa Venezolana. 4 El orden de la presente investigación se organiza de la siguiente forma: en el primer capítulo, se expone una revisión general de la situación política, económica, social y educativa en el contexto internacional, desde 1920 hasta finales del 2013. Asimismo, se muestra en este trabajo, como fue privatizado el sector educativo con la llegada con las políticas impuestas por las Instituciones y los Organismos financieros internacionales para responder a las necesidades del mercado capitalista mundial. En ese tenor, se resalta la importancia de construir y consolidar una educación intercultural que sirva como un instrumento de desarrollo y soberanía nacional que responda a las particularidades de cada nación permitiendo formular nuevos tipos de enseñanzas y saberes. El segundo capítulo, recorre la historia educativa venezolana desde el surgimiento del Ministerio de Educación en 1870 hasta la llegada de Hugo Chávez al poder, de esta manera, se enfatiza la importancia de las misiones sociales y educativas como herramientas que nacieron para reivindicar la deuda social que se tenía con la población venezolana, pero sobre todo, como una forma de emancipación del país hacia el sistema capitalista mundial. Particularmente, en este segundo capítulo, se enfatiza a la Misión Robinson Internacional, como una misión que logró internacionalizar una metodología y pedagogía educativa diferente, emancipadora y que marcó el rechazo de Venezuela de la educación tradicionalista y de corte neoliberal. En el tercer capítulo se expone en un balance general los cambios, logros y deficiencias de la política educativa venezolana desde los inicios de la gestión de Hugo Chávez en 1999 hasta el año 2013. Se hace una recapitulación y análisis sobre la transición que ha sucedido en el sector educativo venezolano, así como, la importancia que tienen las misiones educativas, el alfabetismo y la interculturalidad para la sociedad venezolana y para otras naciones del mundo. Por último, se presenta un anexo a la investigación en donde se hace una propuesta museológica y museográfica sobre la temática de estudio con el objetivo 5 de mostrar al lector, que a través de una propuesta de exposición museológica y museográfica, se puede contribuir a conocer y profundizar de una manera didáctica e interactiva, los logros y retos de la Revolución Educativa en Venezuela. Por otro lado, se reafirma la importancia social del Museo, como una institución que contribuye a la formación educativa de la sociedad a través de la divulgación que conlleve a fomentar el pensamiento crítico y una nueva conciencia social en la sociedad. Así, la presente investigación es un trabajo de análisis educativo y social que busca desde la perspectiva y enfoque de la dimensión cultural de Relaciones Internacionales (R.R.I.I.), fundamentar que el tema educativo e intercultural no ha sido considerado por las teorías dominantes en esta disciplina, contribuyendo así al enriquecimiento de nuestros enfoques para el estudio de la realidad internacional. 6 Capítulo 1. Marco Histórico Conceptual. De la crisis del Modelo Desarrollista al arribo y crisis del Modelo Neoliberal en América Latina La década de los años veinte del siglo pasado fue para la sociedad internacional un periodo difícil puesto que significó la reedificación y reconfiguración política y social de las potencias europeas, así como la reconstrucción de sus economías derivado de las consecuencias devastadoras de la Primer Guerra Mundial. Aunado a ello, 1929 fue un año crítico para las economías del mundo, de tal manera, que dejó a las potencias capitalistas sumamente debilitadas. Específicamente, 1929 significó para América Latina el quiebre de sus economías y su estabilidad política y social, así como, la caída brutal de las industrias productivas y las exportaciones de los bienes primarios. Es decir, los países latinoamericanos quedaron en una situación aún de mayor vulnerabilidad frente al resto de los países en la crisis económica internacional pues “en el umbral de la depresión de 1929, las economías latinoamericanas continuaban fieles a un modelo de desarrollo que las hacía muy vulnerables a las condiciones adversas en los mercados mundiales de bienes primarios”. 1 Así, en una visión general, desde los años treinta hasta la mitad de la década de los setentas, las economías nacionales en América Latina enfocaron sus políticas económicas para generar el desarrollo interno en sus países puesto que buscaban con ello, combatir los problemas cíclicos de atraso y estancamiento económico que vivían sus sociedades. La historia nos dice, grosso modo, que en el año de 1936 John Maynard Keynes publica su libro La Teoría General del Empleo, Interés y Dinero, el cual servirá de base para la implementación del modelo económico que regiría la economía mundial y las políticas económicas y sociales hasta los años setentas del pasado siglo. El modelo keynesiano (1945-1973), comienza a ver ejecutados sus1 Leslie Bethell, Historia de América Latina: Economía y sociedad desde 1930, Londres, Serie Mayor, 1994, p. 11. 7 postulados económicos a partir de los años cuarenta, cuando dicho modelo, propone que se le otorgue al Estado el manejo de la economía así como la implementación de las políticas sociales que fomenten el consumo interno y favorezcan la productividad, combatiendo así el desempleo y contribuyendo a dinamizar el mercado nacional con la finalidad de reactivar la economía en su conjunto. Es decir, el Estado debe intervenir para proteger el funcionamiento de la economía, puesto que el descontrol financiero y económico vivido en los años veinte como consecuencia del crecimiento artificial de la bolsa en Wall Street, la súper producción y el sub-consumo, produjeron consecuencias fatales tales como: la quiebra de los bancos, crisis bursátil, el cierre de empresas y fábricas, el aumento exponencial del desempleo que entre otros muchos factores y en conjunto, conllevaron al mayor desastre económico, social y político a nivel mundial conocido hasta entonces. Ello, aunado al estallamiento de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y sus consecuencias, confirmaría que la necesidad de reactivar y despegar la economía mundial era una condición inobjetable, por lo que, la creación de las instituciones internacionales en los acuerdos de Bretton Woods2, tuvieron como función primordial estimular el desarrollo económico mundial a través de la transformación de las economías agrarias a economías industriales localizadas en la periferia capitalista. A la par, en América Latina la sociedad vivía un cambio de paradigma histórico que permeó directamente en la economía y la política de la región, es decir: “La Modernidad -basada en la Teoría del Desarrollo- se convirtió entonces en la impronta de un nuevo estadio social que todos los pueblos y 2 Los acuerdos de Bretton Woods (1944 New Hampshire, Estados Unidos) fueron resoluciones financieras y monetarias que se llevaron a cabo para la reconstrucción económica de los países participes de la Segunda Guerra Mundial. Dichas resoluciones brindaron un nuevo orden comercial internacional marcando la supremacía de Estados Unidos. Asimismo, en la conferencia se creó el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y se acordó la sustitución del patrón-oro por un patrón-dólar. 8 naciones debían alcanzar. La característica de esa ‘Teoría de la Modernidad’ era la concepción del desarrollo como la adopción de pautas de comportamiento actitudes y valores identificados con la racionalidad económica moderna, caracterizada por la búsqueda y obtención de la máxima productividad y ganancia”.3 En ese tenor, América Latina se vio inmersa en la discusión de modificar su política, su economía e ideología e incorporarse a marchas forzadas y desiguales en las dinámicas que exigía el capitalismo para así alcanzar la modernización de sus sociedades. Sin embargo, de acuerdo con el sociólogo Gino Germani, citado por Samuel Sosa en el artículo Modernización, dependencia y sistema-mundo: los paradigmas del desarrollo latinoamericano y los desafíos del siglo XXI, América Latina se industrializó tardíamente, por lo que heredó de las sociedades modernas procesos y estructuras ya desarrolladas. Por lo anterior, el que las naciones latinoamericanas no tuvieran las mismas condiciones y tiempos necesarios que las naciones modernas para incorporar los respectivos ajustes económicos, políticos y sociales en sus propias estructuras y respondiendo a sus propias necesidades, trajo como consecuencia que los países de la región importaran la industrialización e incorporaran procesos y valores culturales de los países capitalistas desarrollados que nunca correspondieron a su realidad histórica y social dando como resultado que en las sociedades latinoamericanas se profundizaran las desigualdades económicas y la marginación social y las nuevas ‘élites’ del poder económico y político continuaran reproduciendo las formas de dependencia económica a través del proceso de industrialización por Sustitución de Importaciones. Gino Germani lo ejemplifica de la siguiente manera: “Muchas élites pensaban aún como en los tiempos pasados y tomaban a mal las actitudes de las nuevas clases medias emergentes y el proletariado de querer participar en el poder político. Esas élites no tenían 3 Samuel Sosa Fuentes, “Modernización, dependencia y sistema-mundo: los paradigmas del desarrollo latinoamericano y los desafíos del siglo XXI”, Revista de Relaciones Internacionales UNAM, año XLI, núm. 118, enero-abril, 2014, p.91. 9 una mentalidad industrial y eran incapaces de generar políticas gubernamentales adecuadas a las nuevas circunstancias y de mantener la actividad económica después de la fase más sencilla: la sustitución de importaciones”.4 Es así que, para los años cincuenta, el argentino Raúl Prebisch, Director de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)5 introduce en los países latinoamericanos la discusión y el debate sobre entre el intercambio desigual en el comercio internacional entre países desarrollados ‘centro’ y subdesarrollados ‘periferia’. Osvaldo Sunkel y Esteban Pérez explican que el pensamiento de Prebisch “sostenía que el intercambio comercial se basaba en una división internacional del trabajo en que el centro exportaba bienes industriales y concentraba las ventajas del progreso técnico. La periferia, en cambio, se especializaba en la exportación de materias primas y productos agrícolas, actividades caracterizadas por la ausencia de progreso tecnológico y exceso de oferta de trabajo”.6 Las líneas de trabajo se centraron en proponer para América Latina postulados económicos caracterizados entonces bajo un pensamiento Cepalino cuya tesis general se ejemplifica de la siguiente manera: “El desarrollo económico de los países y las sociedades de América Latina está determinado por la forma de inserción en la división internacional capitalista de trabajo y, de manera particular, por las funciones económicas predestinadas a ser efectuadas para contribuir en el desarrollo y crecimiento de los países centrales altamente industrializados. Es decir, la construcción de una teoría de la economía internacional diferenciada en dos polos: el ‘centro’ y la ‘periferia’”.7 4 Ibíd.p.94. 5 La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) se fundó en 1948 por la Organización de Naciones Unidas y representó el centro de discusión de la economía y las ciencias sociales para la región. 6 Esteban Pérez, Osvaldo Sunkel, Miguel Torres Olivos, Un recorrido por las etapas de su pensamiento sobre el desarrollo económico, Naciones Unidas-CEPAL, 2012, p. 15. 7 Samuel Sosa Fuentes, op.cit., p.98. 10 Es decir, la industrialización dependiente y subdesarrollada se convierte en el motor del proyecto desarrollista Cepalino. Sin embargo, cabe enfatizar, que Prebisch contribuyó a explicar cómo centro y periferia están “ligados históricamente entre sí y se condicionan mutua y recíprocamente, pero dentro de una estructura y relaciones de dominación. Por lo tanto, el centro y la periferia-por su dependencia estructural- forman un sistema unificado, dinámico, contradictorio y desigual”.8 Así, a finales de los años sesentas, se hizo evidente una limitación al modelo, ya que, se puso en duda que sólo el Estado fuera el promotor del desarrollo y bienestar en la región. Asimismo, “no quedaría clara la forma en que la requerida acumulación del capital y el mejoramiento del nivel de vida de las clases sociales más pobres pudiesen marchar juntos, como lo había sostenido y planeado la CEPAL en los años cincuenta. […] Sobre todo, la CEPAL nunca señalónada acerca del modo o la forma en que se podría superar la situación de atraso, desigualdad y dependencia”.9 Ruy Mauro Marini, economista y sociólogo brasileño, lo explica de la siguiente manera: “En los países capitalistas avanzados, la industrialización se dio de manera orgánica, llevando a que el crecimiento del sector de bienes de consumo generara inmediatamente como contrapartida la expansión de la oferta de bienes de capital, sin que el proceso se hubiera visto bloqueado. En los países latinoamericanos, la sustitución de importaciones operó sobre la base de una demanda preexistente de bienes de consumo y llevó a que la obtención de bienes de capital reposara esencialmente en la importación, conformando un modo de reproducción industrial intrínsecamente dependiente del exterior. La continuidad de un proceso puesto en estos términos suponía el crecimiento constante de la capacidad para importar y, por ende, una masa creciente de divisas. […] Por esa vía, la industria que la 8 Samuel Sosa Fuentes, op.cit., p.99. 9 Samuel Sosa Fuentes, ibíd., p.100. 11 CEPAL anunciara como la palanca del desarrollo autónomo no hacía sino impulsar la reproducción ampliada de la relación de dependencia de América Latina respecto al mercado mundial, sin conducirla hacia una efectiva superación”.10 Aunado a ello, para los años sesenta la sociedad internacional estuvo marcada por graves conflictos internacionales tales como; la Guerra Fría, los movimientos estudiantiles en el mundo (Estados Unidos, Praga, Francia, México), el proceso de descolonización en África y Asia que desembocaron en una crisis económica devastadora, lo cual provocó que tanto los postulados del Keynesianismo como los postulados de la Teoría Desarrollista para América Latina, se vieran fuertemente criticados y cuestionados. Asimismo, a finales de los años sesenta y a comienzos de los setenta, el modelo keynesiano bajo el cual se fundamenta el Estado de bienestar, comenzó a decaer debido a la dificultad que tenía para controlar la inflación, reducir el desempleo y sobrellevar los efectos de la crisis petrolera y las nuevas tecnologías que estaban surgiendo. Finalmente, en la década de los setenta, concebida como años de post guerra y crisis, ejemplificada por la Guerra de Vietnam, el conflicto Árabe-Israelí, la crisis energética derivada de las disposiciones sobre el petróleo de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), las dictaduras militares en América Latina y el comienzo del debilitamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URRS), constituyen el marco general de la dinámica mundial que caracterizó la crisis terminal del desarrollismo keynesiano y el arribo del neoliberalismo a partir de 1980. En efecto, a partir de los años ochenta, un nuevo orden económico se estableció dentro de la dinámica económica mundial, éste estaba regido bajo un eje financiero, el cual abrió paso a que el capital monopolista-financiero obtuviera grandes ganancias, pero bajo el costo de elevar la volatilidad de los sistemas 10 Ruy Mauro Marini, La crisis del desarrollismo, [en línea], Escritos UNAM, Dirección URL: http: //www.marini-escritos.unam.mx/085_crisis_desarrollismo.html, [consulta: 02 de junio del 2015]. 12 financieros internos de la periferia, así como, del sistema monetario y financiero internacional. “Para el neoliberalismo, el Estado debía ser un Estado «mínimo», lo que significaba al menos cuatro cosas: primero, que dejara de encargarse de la producción de determinados bienes básicos relacionados con la infraestructura económica; segundo, que desmontara el Estado social, es decir, el sistema de protección a través del cual las sociedades modernas buscan corregir la ceguera del mercado en relación con la justicia social; tercero, que dejara de inducir la inversión productiva y el desarrollo tecnológico y científico (que dejara de liderar una estrategia nacional de desarrollo); y cuarto, que dejara de regular los mercados y, sobre todo, los mercados financieros, para que se autorregularan”.11 En América Latina, la crisis económica que se vivió a partir de 1982 fue el parteaguas que marcó la transición total del modelo desarrollista al modelo neoliberal en los países de la región. Esta transición comienza al no poder pagar la acumulación de las enormes deudas externas por lo cual los países de la región se sometieron a aplicar las recomendaciones que hacía el Fondo Monetario Internacional y contraer las líneas de crédito que la banca internacional ofreció a dichos países, es así que, a partir de ese momento, las políticas de control monetario y fiscal se apoderaron no sólo de la región latinoamericana sino del sistema económico mundial. Así, la década de los ochenta, se caracterizó por hacer una férrea crítica al modelo de sustitución de importaciones, proclamando así, un nuevo modelo que conduciría al supuesto desarrollo, por tanto, lo anterior trae como consecuencia que el Estado dejara de intervenir en la economía, las barreras económicas se quitaran y se comenzara a brindar estímulos al capital extranjero. 11 Luis Carlos Bresser Pererira, “El asalto al Estado y al mercado: neoliberalismo y teoría económica”, ¿Volver al futuro?, Nueva Sociedad, núm. 221, mayo-junio, 2009. p.86. 13 En consecuencia, el desarrollo, para los neoliberales, se entenderá en términos de todo aquel progreso e integración de tecnologías que deben implementar los países subdesarrollados dentro de sus políticas económicas para alcanzar el pleno desarrollo y debe ser acompañado de una restructuración de la economía. Así, el desarrollo entendido bajo la lógica capitalista neoliberal, sólo se refleja como un sinónimo de crecimiento económico lo cual, bajo esta dinámica y en la realidad social y económica, sólo generan procesos de desigualdad y concentración de riqueza y recursos, lo cual permea con mayor fuerza en la periferia. Con este nuevo auge de los postulados de la teoría económica neoliberal, se pretende que se tenga un Estado social débil en dónde las grandes empresas y corporaciones encuentren espacio, propicio y asegurado para su proceso de acumulación y ganancia. El capitalismo se reafirma entonces, bajo el nuevo eje rector neoliberal que la sociedad internacional debe emular, siendo el Reino Unido (Thatcher, 1979) y los Estados Unidos (Reagan, 1980) los modelos a seguir. Así, “las políticas en Estados Unidos y Gran Bretaña, basadas en la ortodoxia económica con las privatizaciones como primer exponente, y la posterior caída del muro de Berlín afianzaron el giro en la agenda del desarrollo hacia el fortalecimiento de los mercados y el control del gobierno”.12 Para finales de 1980 el neoliberalismo tiene un repunte debido a la crisis que se vivió en los países latinoamericanos, en tanto, que el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo en conjunto con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos crean en 1989 el Consenso de Washington (postulados propuestos por John Williamson), como respuesta a la crisis económica y financiera que vivía la región latinoamericana. A través del Consenso se desplegaron una serie de reformas económicas que los países subdesarrollados debían seguir para que de esa manera pudieran 12 Oriol Prats, “Teoría y práctica del Desarrollo: Cambios en las variables de la ‘ecuación del desarrollo’ en los últimos 50 años”, Revista CLAD Reforma y Democracia, núm. 36, Caracas, octubre, 2006, p. 10. 14 salir de la crisis, es decir, se aplicaron programas de estabilización macroeconómica, se liberalizó el comercioy se sugirió la privatización de las empresas estatales. “El Consenso de Washington no sólo significó la aplicación de un decálogo de políticas neoliberales, sino que representó, ante todo, un compromiso, una alianza política, entre el capital monopolista-financiero de los centros y las oligarquías internas y los gobiernos de América Latina […] La estrategia de crecimiento del Consenso de Washington estaba basada en el ahorro externo, tanto por la vía de la inversión extranjera (IED) como de la captación del capital de cartera en los mercados financieros. Se suponía que tal influjo de capital externo, aparte de favorecer la modernización y competitividad del sistema productivo y del sistema financiero de los países receptores, se traduciría en un incremento de la tasa de inversión, y por ende de la productividad del trabajo, el crecimiento económico y el empleo”.13 La propuesta que el Consenso ofreció a los países de la región se basó en diez puntos que tenían que aplicar dentro de sus políticas económicas entendidas como; la aplicación de una disciplina fiscal férrea, la reorientación del gasto público, la liberalización de los tipos de interés, una reforma impositiva, la liberalización comercial, privatización, inversión extranjera directa, desregularización, liberalización financiera y del tipo de cambio, así como, asegurar los derechos de propiedad controlando la volatilidad de los mismos. A partir de la segunda mitad de los años noventa, el Consenso de Washington sufre modificaciones con las llamadas ‘reformas de segunda generación’, debido al gran fracaso que presupone el primer periodo de implantación de las reformas. Ya que, el crecimiento de los países que aplicaron las recetas del Consenso, mostró resultados peores que aquellos países que aplicaron sus propias medidas. Dichas modificaciones surtieron efecto a finales de los 90’s, y éstas estaban enfocadas a lograr la estabilización de la economía y de 13 Arturo Guillén, América Latina: neoliberalismo, políticas macroeconómicas y proyectos nacionales de desarrollo, Brasil, Centro Internacional Celso Furtado de Políticas para o Desenvolvimiento, p. 15. 15 los derechos de propiedad. En esta segunda generación, se incluía un componente económico y social. Estas reformas de segunda generación contemplan la incorporación a las políticas de los países, una gobernanza14 de tipo corporativa, medidas de anti- corrupción, la adherencia a la Organización Mundial del Comercio (OMC), mercados de trabajo flexibles, la apertura de la cuenta capital, bancos centrales independientes, seguridad social y reducción de la pobreza. En suma, podemos afirmar que el tránsito y aplicación en América Latina del modelo neoliberal ha tenido fatales consecuencias, poco se ha visto en la región los beneficios del progreso técnico con los que se abanderó el neoliberalismo. Es decir, el desarrollo para la región bajo la lógica del mercado y la implantación de recetas que imponen los centros hacia las periferias es imposible. Así, en tres décadas de neoliberalismo, América Latina, ha encontrado en su camino, desempleo, pobreza, el estancamiento de sus economías, injusticia social, problemas medio ambientales, corrupción en sus gobiernos, que todos conjugados, no han hecho otra cosa más que frenar el tan esperado desarrollo en la región. Sin embargo, nuevos virajes han aparecido en las naciones del sur a partir del año 2000, es decir, algunos países latinoamericanos, tales como, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Brasil y Venezuela comenzaron a abandonar las recetas neoliberales impuestas por el Consenso de Washington, diseñando así, sus propias estrategias y proyectos de desarrollo nacional que se enfocan principalmente en brindar solución a los problemas sociales, tales como, la educación, la vivienda, la salud, el combate de la pobreza, entre otros. También se han enfocado dichas naciones, en solucionar los problemas medio ambientales y revaloran el papel del Estado y de la economía en sus países. Puede decirse entonces, que un nuevo regionalismo latinoamericano va tomando forma a partir del rompimiento político y económico que poco a poco han 14 Existen múltiples definiciones de gobernanza, sin embargo, dentro del discurso neoliberal dicho término hace referencia a liberalizar los sistemas de cambio, de precio y de comercio por parte del Estado. 16 hecho los países del sur hacia las políticas neoliberales capitalistas. América Latina comienza a crear entonces nuevas formas de gobernanza que permiten revertir las catastróficas consecuencias que ha traído el neoliberalismo en más de treinta años. Podemos afirmar que nuevos proyectos alternativos están ocurriendo en la región con interesantes resultados que, sin duda, han recuperado el papel de la sociedad como eje fundamental para la creación de su propio desarrollo y la consolidación de proyectos transformadores. 17 1.1 La política educativa neoliberal y su impacto en América Latina El neoliberalismo no sólo se delimitó a desplazar al Estado en la actividad social y orientarlo a la liberación del mercado, también afectó las esferas políticas, culturales y educativas en América Latina. A través de sus instituciones (El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), el neoliberalismo influyó decisivamente en la toma de decisiones sobre cómo debería conducirse los programas económicos de la sociedad en relación a la educación más allá de sus formas económicas asistencialistas. Es decir, “llama la atención la vinculación directa que han establecido organismos destinados a actividades financieras, como el FMI y el BM, con los programas educacionales de América Latina, trayendo como consecuencia la intervención directa de los ministerios de economía en el área pedagógica estatal y privada”.15 En concreto, las políticas neoliberales se aplican a través de reformas fiscales en las cuales se reduce el ingreso de las personas, se eliminan las trabas al capital financiero, se privatizan las empresas estatales y las instituciones públicas que brindan un beneficio social, como lo es la educación pública. De tal modo, que la estrategia neoliberal encuentra en las instituciones sociales, un sendero por el cual transitar y colocarlos bajo su control. Es importante señalar que el capitalismo neoliberal encuentra en la revolución de las nuevas tecnologías un medio ideal para acelerar, afianzar y posicionar sus políticas económicas, ya que, van a interconectar virtualmente los mercados globalmente reduciendo las distancias de tiempo y espacio. De tal forma, que uno de los ámbitos en donde las políticas neoliberales se asientan con mayor fuerza, es en el sector educativo y en consecuencia, produce paulatinamente la masificación del conocimiento. Así lo dice, Juan Carlos Pardo: “La educación es un espacio de capital importancia para el neoliberalismo. En 15 Adriana Puiggrós, “Educación neoliberal y quiebre educativo”, La educación y el cambio social, Nueva Sociedad, núm. 146, noviembre-diciembre, 1996, p, 7. 18 primer lugar, porque reclama que se considere como un bien de consumo, que debe ofrecerse en un mercado libre, venderse, y comprarse y ser rentable en términos económicos […] en segundo lugar, porque, la escuela es un poderoso mecanismo de control ideológico”.16 Sin embargo, la inserción de las políticas neoliberales para América Latina, significó en la realidad social de la región un cambio total al sistema educativo de carácter social y nacionalista. Un factor clave para que el neoliberalismo penetrara con mayor expansión y profundidad en la región fue la utilización de la tecnología, es decir,los nuevos procesos tecnológicos fueron los factores fundamentales para que los programas educativos neoliberales pudieran infiltrarse más fácilmente en las sociedades latinoamericanas, de esa manera, como los cambios ocurridos en el sector empresarial que transformaron los modos de producción y las formas de comercialización en el mundo. A mediados de los ochentas los sistemas educativos de América Latina atravesaban también una crisis. Es decir, muchos de estos comenzaron a cambiar sus bases, programas y estructuras, pasaron de centrar sus enseñanzas y conocimientos en la historia e identidad nacional, aunado a los saberes de la comunidad, a introducir programas cuyas características centraban el aprendizaje y la enseñanza orientadas en las necesidades del mercado, con un discurso técnico, priorizando la descentralización, privatización y flexibilización de la educación, en ese sentido, ‘modernización’ será a partir de los años ochenta una nueva palabra que se incorporará en los sistemas educativos. La educación entonces se transforma en un bien mercantilizado que, por medio de la liberalización, la tecnología y las comunicaciones se oferta en una lógica de vendedores y compradores mejorando supuestamente el nivel de competitividad. Por tanto, la educación al servicio de los intereses de la 16 Juan Carlos Pardo Pérez, Alfonso García Toribio, “Los estragos del neoliberalismo y la educación pública”, Revistas científicas de la Universidad de Murcia, núm. 20-21, España, diciembre, 2003, p. 39. 19 globalización del capital financiero consiste en la principal estrategia para que las reformas educativas liberales se implanten en los países de la región y, de esa manera, la educación se oferte y tenga un nicho de mercado nacional, regional e internacional de acuerdo a las necesidades de los consumidores. Así, los principales postulados económicos neoliberales aplicados en el sector educativo retoman una centralidad muy importante y ve en la ‘nueva’ realidad neoliberal un espacio para prosperar y acumular confirmando la muerte de los beneficios sociales que generaba la educación pública de carácter nacional en la sociedad. Para América Latina, la política educativa neoliberal representó no sólo el desprestigio de la educación pública en la región, sino también, la extirpación de toda conciencia y sentido social y comunitario, así como, de la concepción por el bien común. En consecuencia, la educación concebida como un derecho social se ha transformado en un bien comprable y una mercancía, por tanto, es importante, retomar el sentido social, colectivo y emancipador de la educación a partir de la creación de propuestas educativas que respondan a las necesidades particulares de cada una de las sociedades latinoamericanas, creando alternativas a las estructurales capitalistas en la educación. El Estado, por ende, debe repensar el papel que juega en torno a las políticas educativas y de esa manera, asegurar que la educación pública en América Latina sea un derecho social inalienable al que cada ciudadano pueda acceder, así como, el asegurar que el gasto público y la inversión que se destina a la educación corra por cuenta del Estado y no de la inversión privada. Los costos económicos y la incidencia del enfoque empresarial educativo en la política pública educativa latinoamericana, deja de lado factores culturales de inclusión social, puesto que prioriza la individualidad sobre lo colectivo, afectando, por tanto, el sentido de la educación pública, popular y gratuita entendido éste, como la configuración de un orden social que esté vinculado holísticamente con un proyecto de nación y de sociedad para el bien común. 20 1.1.1 Privatización de la educación La escuela pública encuentra sus orígenes en la Revolución Francesa y durante el siglo XIX, las formas educativas fueron constituyéndose como un proyecto político e intelectual para asegurar el crecimiento, desarrollo y la educación de las mayorías que correspondía a la conquista de los derechos sociales y la construcción de la ciudadanía. Al nacer la educación pública gratuita con el Estado moderno producto de las ideas de la Ilustración, se logró la ampliación y la cobertura del sistema educativo en favor de una igualdad de oportunidades, “la búsqueda y la puesta en práctica de formas de convivencia humana basadas en el respeto a las diferencias, la equidad social y la solidaridad humana fueron los grandes ideales del proyecto ilustrado”.17 Para América Latina, la educación pública encuentra sus orígenes y cauce en las luchas independentistas por la conformación del Estado-Nación en el siglo XIX y su consolidación en las movilizaciones del siglo XX, es decir, los sistemas educativos en América Latina se constituyeron bajo una idea centralizadora y como un homogeneizador de la identidad y de la cultura entre la población, y tenían como objetivo la formación de las elites dirigentes, por ello, “el diseño original de los sistemas educativos de los países de América Latina, es situado históricamente en las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX, está estrechamente asociado a la creación de los Estados Nacionales”.18 En ese tenor, se puede inferir que la educación durante todo el siglo XX tenía como función principal, el generar estabilidad política en la sociedad así como garantizar la cohesión social, sin embargo, a partir del desarrollo del neoliberalismo y que ha traído consigo la privatización de la educación, se ha comenzado a ver, 17 Norma Fuller, Interculturalidad y política: desafíos y posibilidades, Perú, Red para el Desarrollo en las Ciencias Sociales del Perú, 2002, p. 60. 18 Juan Carlos Tedesco, Educación y Sociedad en América Latina, Argentina, Edhasa, 2007, p. 31. 21 ya no como un derecho público de la sociedad sino como un préstamo de un servicio público o privado cualquiera. “La enseñanza pública queda así relegada a suministrar ese servicio a aquellos sectores sociales que no son lo suficientemente rentables para que puedan ser incluidos en el nuevo mercado de la educación”.19 Ahora la educación será considerada un producto que puede ser otorgado por el Estado, pero también, por cualquier empresa privada. En efecto, la dinámica mundial que surgió a partir de la implantación del neoliberalismo, ha generado profundas transformaciones en la educación, algunas de las características fundamentales que identifican el proceso privatizador del sector educativo son; el recorte en la asignación de recursos económicos; la apertura de la educación media y superior a los mercados y, por ende, dejando que el Estado sólo intervenga en el desarrollo de políticas para los sectores más vulnerables (aquellos que no afecten al mercado); la introducción de nuevos términos y conceptos a los sistemas educativos, tales como, competitividad, fuerzas y demanda del mercado, la educación global, la innovación y la tecnología de frontera, son sólo parte del nuevo lenguaje neoliberal que se impuso paulatinamente en la enseñanza y los sistemas educativos latinoamericanos. Así lo dice, Pablo Gentili: “La privatización de la escuela pública forma parte de un proceso más amplio de reestructuración de la vida política, económica, jurídica y cultural que caracteriza el desarrollo capitalista contemporáneo, una de cuyas características fundamentales es el progresivo desmantelamiento del Estado como agencia productora de bienes y servicios y como aparato institucional orientado a garantizar y promover los derechos de la ciudadanía. La defensa radical de la privatización como estrategia de salida a la crisis de los Estados de bienestar (y en Latinoamérica, de los Estados populistas), constituye el19 Enrique Javier Díez Gutiérrez, “La globalización neoliberal y sus repercusiones en la educación”, Revista Electrónica Interuniversitaria de formación del Profesorado, núm. 23-38, 2010, p.5. 22 eje central de las políticas neoliberales. Desde esta perspectiva hegemónica, privatizar es la condición necesaria e imprescindible para aproximarnos al único ideal de gobierno compatible con la libertad humana: el Estado Mínimo”.20 Como puede observarse, se tiene entonces la decisión entre una educación que tenga como función principal la formación de personas críticas o el ser un instrumento que se apega a la dinámica neoliberal con una educación estandarizada y tecnocrática que responde a la lógica del mercado y del capital financiero. Gentili lo explica de la siguiente manera: “La privatización escolar crea condiciones favorables a una más amplia y marcada concentración y monopolio del poder educativo. Las consecuencias de este proceso son evidentemente antidemocráticas: la dualización del sistema se profundiza. ‘ganadores’ y ‘perdedores’ en la distribución diferencial de los bienes educativos van cristalizando sus posiciones en sistemas escolares marcados por la desigualdad y la negación brutal del derecho social al conocimiento”.21 Es así que la privatización de la educación significa y conlleva darle facilidades a la aparición de nuevos agentes con intereses de carácter privado al sector educativo, como lo son las empresas y las universidades privadas así como las recomendaciones de los organismos internacionales a través de acuerdos en materia de intercambio y movilidad educativa y van haciendo que la educación se convierta en un servicio y objeto mercantil dentro del cual el Estado no tiene cabida. La propuesta educativa será entendida entonces como una vía para aumentar la productividad y, sobre todo, obtener mejores oportunidades para competir dentro del mercado. De esa forma, la visión neoliberal, proyecta la idea de 20 Pablo Gentili, Escuela, gobierno y mercado. Las privatizaciones en el campo educativo, [en línea], Universidad de Santiago de Compostela, Fírgoa, Dirección URL: http: http://firgoa.usc.es/drupal/node/40081, [consulta: 20 de junio del 2015]. 21 Pablo Gentili, Ibíd. http://firgoa.usc.es/drupal/node/40081 23 que si se tiene una mayor educación calificada y privada, se obtendrá mayor nivel de desarrollo económico. El planteamiento ideológico-político ha sido el siguiente; “a más educación más desarrollo; a mejor educación mejores empleos; a un aumento de los bienes educativos, un consecuente aumento de los ingresos personales”.22 Sin embargo esta premisa no es más que una falacia, ya que, en primer lugar hoy día el sentido de la educación es un derecho humano que bajo el neoliberalismo se ha perdido, en segundo lugar al haberse transformado la educación en un servicio comercial más, ha hecho que la concepción de la misma se haya mercantilizado, por tanto solo es accesible quien puede pagar por una supuesta educación de calidad. En otras palabras, las reformas neoliberales intensificaron la privatización de la educación pública de la región, a través de trasladar la responsabilidad de la inversión educativa a las familias, siendo así, el que ahora las familias son quienes deben financiar casi en su totalidad la educación de sus hijos. Esto resultó en un efecto de exclusión para los sectores más vulnerables y empobrecidos de la región, quienes evidentemente no podían asumir los costos que esa carga significaba. Ahora al establecerse acuerdos y alianzas con el empresariado, el derecho a una educación gratuita y de calidad se ve seriamente afectado. Un ejemplo de lo anterior, lo podemos encontrar en el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), apartado que se encuentra dentro de la Organización Mundial del Comercio. Éste es el primer acuerdo comercial multilateral que habla acerca de los servicios tocando el punto de la educación como un nuevo servicio. Dicho lo anterior, es interesante ver el doble juego de la OMC, ya que, ésta tiene por objetivo promover el comercio con eficiencia económica más no en lo relativo a la educación. A partir de ahora, se ve a la educación como un producto de compra y venta del mercado. 22 Pablo Gentili, Pablo Imen, Políticas, movimientos sociales y derecho a la educación, Argentina, CLACSO, p.28. 24 Pablo Gentili lo ejemplifica de la siguiente manera: “Los procesos de privatización son siempre procesos de transferencia del poder de la esfera pública al mercado. Resulta significativo reconocer cómo, en América Latina, la privatización de la educación se ha profundizado no sólo mediante la transferencia de la responsabilidad del financiamiento (del Estado al mercado), sino también mediante un no menos complejo proceso de transferencia del poder efectivo de control y coerción de la esfera gubernamental a corporaciones empresariales o fundaciones privadas”.23 Ello se ha traducido en que la privatización de la educación en América Latina ha fomentado dentro de los procesos educativos la discriminación social y la fragmentación de los sistemas educativos en la región. En ese sentido, es imperante entender que la esfera educativa está cambiando velozmente, la tecnología, las comunicaciones, la mano de obra internacional y su movilización, el énfasis tenaz en la economía de mercado y la liberalización comercial, la inversión privada y el poco apoyo e inversión pública a la educación han ocasionado un deterioro en la generación de un conocimiento social, económico, tecnológico y político propio de los países latinoamericanos favoreciendo el fortalecimiento de una educación globalizada que responde a la visión del capital financiero internacional. Así, el creciente papel de las universidades públicas en la producción del conocimiento está cambiando y respondiendo a las necesidades del mercado y la generación del conocimiento se ha mercantilizado, los métodos de enseñanza también se han transformado a través de métodos de aprendizaje en línea fomentando así la transnacionalización de la educación nacional. En ese tenor, con la transnacionalización de la educación han surgido nuevos actores en este sector, en donde, el Estado ha dejado entrar en el campo de la enseñanza a compañías privadas, universidades corporativas y compañías 23 Pablo Gentili, Desencanto y Utopía, República Bolivariana de Venezuela, CLACSO, 2007, p. 31. 25 trasnacionales elaborando programas educativos que responden al mercado neoliberal y, a la vez, van desplazando poco a poco el conocimiento nacional y local de la región latinoamericana haciendo de la educación un bien mercantil altamente individual y competitivo. Como dice, Hans de Witt: “Instituciones y compañías están compitiendo por estudiantes internacionales que paguen derechos por la educación, con fines de lucro y programas de entrenamiento y por servicios de educación, como pruebas de lenguaje y acreditaciones”.24 De este modo, a partir de los años ochenta el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo se apropiaron de la labor de orientar la enseñanza pedagógica, a través, de la utilización de índices de calidad, midiendo los niveles de las competencias educativas, orientando la profesionalización del docente, así como el apoyo al impulso de carreras tecnocráticas y administrativas con el único fin de reproducir el sistema neoliberal imperante. En suma, con la privatización de la educación, la creación y desarrollo del pensamiento y la pedagogía educativa nacional se vio limitada exclusivamente a la adquisición de habilidades, técnicas y competencias individuales adecuadas a la globalización neoliberal. Elproceso privatizador y la mercantilización de la educación ha transferido la responsabilidad del Estado a las entidades privadas, dejando de lado el objetivo social de la educación y de aspirar al bien común. 24 Hans de Wit, Educación superior en América Latina: la dimensión internacional, Colombia, Mayol, 2005, p. 15. 26 1.1.2 Las políticas educativas neoliberales Las políticas educativas que se enmarcan dentro del complejo proceso y dinámicas neoliberales constituyen uno de los principales instrumentos de control ideológico y político que se disfrazan de supuestas ventajas educativas y tecnológicas que a escala mundial trae consigo el neoliberalismo. Por ello, desde las instituciones internacionales financieras en vinculación con el capital financiero mundial se dictan las líneas educativas que la sociedad internacional debe llevar a cabo si desea, según ellos, alcanzar los niveles de desarrollo de las potencias capitalistas. Así, instituciones como el Banco Mundial (BM), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) servirán de centros de análisis, indicadores y mediciones que ayuden a dictaminar la orientación y el sentido que debe llevar la educación en el mundo y verterán recomendaciones a los países latinoamericanos para la aplicación de políticas educativas que, desde su perspectiva ayudarían a alcanzar el desarrollo en las naciones. Como ejemplo de lo anterior, el Banco Mundial a través de sus políticas económicas “se convirtió en la principal fuente de financiamiento externo para la educación de los países de economías dependientes”25 bajo la creencia de que dichas recomendaciones y políticas educativas eran aquellas que los países latinoamericanos necesitaban para incentivar su crecimiento económico y favorecer la reducción de la pobreza. Sin embargo la realidad fue otra, ya que las naciones latinoamericanas al implementar dichas recomendaciones económicas, políticas y sociales del Banco Mundial, tuvieron como resultado no una mejora de su economía y bienestar social, sino, por el contrario, la profundización de la exclusión social, la privatización los 25 Carla Vázquez Morales, 2014, La educación como conciencia social y como elemento de acción pública: el nuevo proyecto de nación en Venezuela, Tesis de licenciatura, UNAM, México, p. 23. 27 servicios, el colapso de la salud pública, la destrucción del medio ambiente, el aumento de las cifras de pobreza, entre otros., como bien lo ejemplifica José Luis Coraggio en su ponencia presentada en el seminario “O Banco mundial e as Politicas de Educação no Brasil” Las propuestas del Banco Mundial para la Educación: ¿sentido oculto o problemas de concepción?. Para 1990, las políticas neoliberales y la globalización estaban en pleno apogeo, una vez remplazadas todas aquellas políticas de bienestar, se implantaron en las sociedades latinoamericanas políticas enfocadas a la privatización, al mercado y a los servicios públicos entre ellos la educación. Así, como un ejemplo de políticas educativas implantadas por el neoliberalismo en la región, podemos encontrar las reformas constitucionales a los artículos referentes a lo educativo, incidiendo, de manera concreta, en la tercerización del cuerpo docente y el aumento del acceso a la educación con carácter privado. La acción pública, en consecuencia, se ha desvanecido dando paso a que las empresas privadas desempeñen las tareas que le corresponden, teóricamente al Estado-Nación, es decir, los gobiernos delegan, planifican y gestionan la formación docente y educativa al sector privado que hace que se pierda el objetivo que tiene la enseñanza pública, de ser un proveedor de derechos sociales. En ese sentido, elementos del mercado, se introducen al campo de lo educativo, siendo la libre elección, la competencia y la autonomía quienes prevalecerán en las políticas educativas de los países latinoamericanos. Por otro lado, el Estado al ceder el control de la educación a la empresa privada y a los organismos internacionales fortalece las políticas económicas del neoliberalismo y, en consecuencia, los préstamos que el Banco Mundial hace a los países latinoamericanos se convierten en deuda pública que se deben pagar con recursos públicos. Por ello, las recomendaciones de dichos organismos se centran en fortalecer los lazos entre las instituciones de educación superior y la industria, en fomentar la llamada economía del conocimiento e incitar a la creación de instituciones 28 educativas superiores que fomenten la visión empresarial. Al respecto, Héctor Saldívar Garza señala: “La UNESCO (1995, 2003) y la OCDE (1997) recomiendan multiplicar los vínculos formales e informales con el mundo de las organizaciones, del comercio y de la industria, favoreciendo la flexibilidad y una mayor movilidad de los estudiantes, por medio de la creación de módulos de conocimiento que sustituyan a los programas de estudio tradicionales. De acuerdo con la OCDE, éstos deben ser en informática, economía e idiomas”.26 De esta manera, la incorporación de la educación al mercado visto como un servicio, influye en la capacidad que tienen los Estados para regular y defender la educación, es así que, un ejemplo de lo anterior es que desde 1990, la calidad de la educación se comenzó a medir en estrategias orientadas en evaluar, dicha calidad, a través de pruebas insertadas en rankings internacionales, que catalogan a las escuelas en función de los resultados previamente determinados por las instituciones internacionales, orientadas en razón del mercado, y no de la sociedad. En este sentido, a partir de los años 90, la educación pública latinoamericana, será un servicio regulado por la demanda del mercado que se pueda medir y que determine según el Banco Mundial el nivel de desarrollo y modernización de una nación. Por ello, las reformas de los noventa, implementaron los mecanismos de competencia trasladando así, la completa responsabilidad de la educación del Estado a nuevos agentes privados. En suma, evaluar la calidad de la educación, de acuerdo a las reformas educativas neoliberales, evidencia reformas antidemocráticas ya que no contemplaron y no buscan atender las necesidades sociales y económicas específicas de cada realidad educativa de la región latinoamericana, ya que son: “medidas provisorias y decretos; transferencia de responsabilidades públicas a entidades privadas; cierre de canales de participación, 26 Héctor Saldívar Garza, “La pertinencia en las políticas educativas internacionales para la educación superior: sugerencias para su operatividad en la Universidad Autónoma de Tamaulipas”, Revista Internacional de Ciencias Sociales y Humanidades SOCIOTAM, núm. 1, México, enero-junio, 2006, p. 12. 29 deliberación y fiscalización por parte de la comunidad; corrupción e irresponsabilidad en el uso de los recursos públicos; arrogancia y desprecio en el tratamiento de las entidades representativas por parte de las jerarquías ministeriales, son algunas de las penosas marcas de reformas que hacen de la democracia una farsa, un pastiche autoritario y opresivo”.27 Finalmente, podemos señalar que las implementaciones de las políticas educativas neoliberales, a través de las instituciones internacionales, han hecho de la educación una completa mercantilización, en donde, el espacio de lo público y lo social no tiene cabida. Todo ello, confirma que las políticas educativas neoliberales tienen como función principalservir de un instrumento de control, que acota el sentido mismo del derecho de educación transformándolo en un servicio ofertable y adquirible en el mercado de los bienes y servicios educativos. La educación ahora y basada, como en el caso del cualquier Tratado de Libre Comercio más en el mercado, subordina así, lo público a lo privado y lo social al capital. 27 Pablo Gentili, Desencanto y Utopía, op.cit.p. 95. 30 1.1.3 Crisis del sistema educativo neoliberal En los últimos treinta años, el modelo neoliberal ha dado prueba que no ha favorecido el bienestar y desarrollo social de todos. Es decir, si bien es cierto que la historia educativa latinoamericana puede entenderse como un derecho en las oportunidades para acceder a la educación, sin embargo, este mismo derecho, estas mismas oportunidades no se han dado en las mismas condiciones para las grandes mayorías. Desde los años ochenta y con mayor énfasis en los años noventa, los países latinoamericanos implementaron las reformas educativas neoliberales como instrumentos paliativos que llevarían el desarrollo y progreso a la educación en América Latina, sin embargo, estas medidas desregulatorias que se tomaron dentro del sistema educativo, contribuyeron sólo a enfatizar la exclusión entre los sectores de la población. Gentili lo señala así: “Las reformas educativas de los últimos años profundizaron la crisis educativa y transformaron la ‘calidad’ del sistema en un atributo disponible sólo aquellos con dinero para pagar por él. La educación latinoamericana es, de hecho, de ‘ baja calidad’, aunque este no ha sido a pesar de las reformas educativas de los noventa, sino por causa de ellas”.28 Otro elemento importante que contribuyó a la crisis del sistema educativo latinoamericano fue que, “la expansión de la escolaridad se produjo en un contexto de intensificación de la injusticia social y tuvo, de hecho, muy poco impacto para disminuir los efectos de la crisis social producida por un modelo de desarrollo excluyente y desigual”.29 En suma, en palabras de Pablo Gentili, los factores principales que contribuyen a producir la crisis neoliberal de la universalización sin derechos en los sistemas educativos latinoamericanos son: 28 Pablo Gentili, Desencanto y Utopía, op.cit.p. 27. 29 Ibíd. p.22. 31 “a) La combinación y articulación de condiciones de pobreza y desigualdad vividas por un significativo número de personas en nuestras sociedades; b) El desarrollo fragmentado de los sistemas escolares y los enormes diferenciales de oportunidad que ofrecen las escuelas; c) la promoción de una cultura política acerca de los derechos humanos, y particularmente del derecho a la educación marcada por una concepción privatista y economicista que, lejos de ampliar, restringe las fronteras de este derecho a las oportunidades de acceso y permanencia en el mercado de trabajo”.30 Así, en una perspectiva general, puede decirse que las condiciones heredadas de las décadas pasadas fueron reflejo de que el sistema educativo en América Latina no correspondía con las necesidades reales de la región, la cultura impuesta por el sistema educativo tradicional y hegemónico entraba en contradicción con la cultura popular y los intentos por democratizar las oportunidades de acceso a la educación de los latinoamericanos. Desde los años noventa del siglo pasado, la educación enfrenta una grave crisis y, hoy día, puede decirse que esta crisis educativa se encuentra presente en tres esferas. La primera en la “hegemonía, pues ya no tiene el monopolio de la investigación; de legitimidad, pues es percibida como una institución que veda el acceso a los más desfavorecidos y cada vez más jerárquica; e institucional, debido a las dificultades para preservar su autonomía ante la presión de las demandas del mercado y a la tendencia a visualizar tanto a las universidades públicas como a las privadas como una empresa”.31 Ello, nos comprueba en conclusión que: “el neoliberalismo condenó cualquier intervención estatal como consustancialmente negativa y nefasta y redefinió el modelo de desarrollo 30 Ibíd. p.15. 31 Pablo Gentili, Políticas de privatización, espacio público y educación en américa Latina, Argentina, CLACSO, 2009, p. 257. 32 latinoamericano, privilegiando la oferta productiva y desestimando las demandas sociales; imponiendo una economía de mercado y eliminando el intervencionismo estatal; reprimiendo las reivindicaciones sociales e imponiendo la flexibilización y desregularización laboral”.32 En consecuencia, las políticas económicas neoliberales aplicadas e impuestas en el sistema educativo latinoamericano han eliminado el sentido emancipador y lo ha transformado en un servicio, un bien de consumo al que sólo unos cuantos pueden acceder. Los gobiernos neoliberales con la ayuda de los organismos internacionales han profundizado una educación excluyente. Sin embargo, la actual crisis neoliberal educativa es parte fundamental de la crisis capitalista global que sus propias estructuras de explotación, acumulación y dominación, paradójicamente produjeron dicha crisis. 32 Orietta Caponi, Humberto Mendoza, El neoliberalismo y la educación, [en línea], Universidad Central de Venezuela, Acta Odontológica Venezolana, Dirección URL: http: http://www.actaodontologica.com/ediciones/1997/3/neoliberalismo_educacion.asp , [consulta: 25 de septiembre del 2015]. http://www.actaodontologica.com/ediciones/1997/3/neoliberalismo_educacion.asp 33 1.2 Importancia de la educación en América Latina como instrumento del desarrollo y la soberanía nacional alternativa a la crisis de la educación neoliberal La educación es la base fundamental de toda sociedad que lucha por la igualdad y la justicia social, el arte de educar, se presenta así, como una necesidad y condición social básica para la generación de cambios que se vean reflejados en una mejora de la calidad de vida digna. Apostar por lo educativo, es el pilar esencial para combatir los graves problemas de la pobreza, la desigualdad y romper las estructuras capitalistas de dominación que solo han producido, a lo largo de su historia, todas las formas de inequidad, exclusión, racismo, explotación y represión sobre el proceso civilizatorio del sistema mundial. Por ellos, de acuerdo con Gentili: “La educación es un derecho humano y social, un derecho común, que no puede estar sometida a lógicas de mercantilización y privatización, porque de la socialización de esos saberes, de la ruptura democrática del monopolio del conocimiento, depende la posibilidad de construcción de una sociedad justa e igualitaria. Sólo es posible afirmar que existe el derecho a la educación cuando todos y todas, sin distinción de clase, género, raza, origen étnico, de su lengua materna, de sus condiciones físicas o de su opción sexual pueden vivir en una sociedad donde el conocimiento es un bien común”.33 En esta visión, Brasil, Ecuador, Argentina, Colombia, Uruguay, Bolivia y Venezuela son ejemplo de países que han incorporado alternativas educativas que promueven una educación de corte popular, estas experiencias latinoamericanas encuentran su soporte principalmente en las organizaciones sociales vinculadas al gobierno para exigir la implementación de dichas alternativas en su contexto social. El caso venezolano, a través de la Revolución Bolivariana, la sociedad y el gobierno en conjunto, han impulsado programas y misiones en el sector educativo, 33 Pablo Gentili, Desencanto y Utopía, op.cit.p. 36. 34que han permitido concientizar a la sociedad de la importancia que tiene el acceso a una educación de calidad, dotando así, al pueblo venezolano de una conciencia crítica entorno sobre la gran importancia y significación social de la educación popular. La educación popular se presenta como una herramienta indispensable para la construcción y formación de sociedades que aspiren a consolidar una igualdad social en todas las condiciones y oportunidades como parte del reconocimiento y afirmación de sus derechos, por tanto, transformar, preservar y defender la escuela pública es un desafío para la región. Asimismo, la interculturalidad aunada a la educación, se considera también como una alternativa al modelo neoliberal, ésta se incorpora principalmente en las instituciones académicas, instituciones internacionales, universidades y organizaciones indígenas, buscando la creación de un espacio para el intercambio de experiencias y reflexiones. En ese sentido, “la educación debe contribuir a fortalecer tanto el derecho a la propia identidad y a la diversidad, cómo los derechos económicos, sociales, políticos, culturales y lingüísticos. Es necesario generalizar una educación intercultural para todos, y garantizar una educación básica bilingüe intercultural para todos los pueblos indígenas de América Latina, que incluya a los hablantes de lenguas ancestrales en las ciudades”.34 Es importante resaltar que para la implementación de los procesos y políticas de la interculturalidad como un instrumento de desarrollo, es necesario, no sólo la participación activa de la sociedad sino también que el Estado debe incorporarla a su estructura como parte fundamental en sus políticas sociales, económicas, culturales y educativas, y basadas en el principio de igualdad, dignidad y respeto a las diferencias culturales. 34 Ruth Lozano Vallejo, Interculturalidad: Desafío y proceso en construcción, Perú, SERVINDI, 2005, p. 43. 35 Así, es de vital importancia priorizar el valor que tiene la educación, como un instrumento que permita impulsar el desarrollo y la soberanía educativa de los países latinoamericanos, con el fin de abrir nuevos caminos y nuevas formas de independencia y soberanía nacional en la región y se recupere a la educación como un espacio social donde se puedan transmitir los saberes y se dignifique el sentido del derecho a una vida digna. 36 1.3 La interculturalidad y la nueva educación popular, de liberación y soberanía nacional A partir de la crisis económica del 2008, el modelo neoliberal evidencia plenamente su incapacidad de dar respuesta a las demandas y necesidades que la sociedad mundial le exige y que dicho modelo prometía solucionar. Es decir, al profundizarse la exclusión social, al privatizarse los servicios de salud y educación pública, al aumentar las cifras de pobreza y al evidenciar las fallas del mercado, la sociedad internacional comienza a reflexionar sobre la necesidad de encontrar alternativas que brinden oportunidades reales de mejora para una vida digna y conduzcan a una verdadera transformación social. Es así que en algunos países de América Latina como Bolivia, Argentina, Brasil, Ecuador y Uruguay comienza a reafirmarse y a manifestarse las identidades sociales y culturales, y marcan entre otros, el camino que contribuye a una transformación de la realidad sociocultural y a nuevas formas de relación intercultural de los pueblos y naciones latinoamericanas. Por lo anterior, se puede decir que el concepto de interculturalidad surge principalmente en la zona andina de Nuestra América, y tiene su nacimiento en los movimientos indígenas y las minorías étnicas que asumieron la interculturalidad como un medio de defensa de su autonomía. Es otras palabras, es a comienzos de los años noventa, cuando los movimientos indígenas emergen con fuerza y comienzan a reivindicar sus derechos culturales y rechazan la política y el discurso político-cultural homogeneizante del neoliberalismo que los había negado o invisibilizado. Por tanto, los movimientos indígenas reclaman al Estado su existencia, encontrando en el ejercicio de la interculturalidad una vía para su lucha. Ahora bien, es importante señalar que en relación al tema y práctica de la interculturalidad, existen dos propuestas de lo interculturalidad; la interculturalidad funcional y la interculturalidad crítica. La interculturalidad funcional (multiculturalismo neoliberal o interculturalismo europeo) es aquella como su nombre lo menciona, le es funcional al sistema capitalista neoliberal, ya que, “no toca las causas de la asimetría y desigualdad social y cultural, ni tampoco ‘cuestiona 37 las reglas del juego’ y por eso, ‘es perfectamente compatible con la lógica del modelo neo-liberal existente’”.35 Es decir, Catherine Walsh explica la interculturalidad funcional como; “El reconocimiento y respeto a la diversidad cultural se convierten en una nueva estrategia de dominación, la que apunta no a la creación de sociedades más equitativas e igualitarias, sino al control del conflicto étnico y la conservación de la estabilidad social con el fin de impulsar los imperativos económicos del modelo (neoliberalizado) de acumulación capitalista, ahora haciendo ‘incluir’ los grupos históricamente excluidos a su interior. Sin duda, la ola de reformas educativas y constitucionales de los 90 - las que reconocen el carácter multiétnico y plurilingüístico de los países e introducen políticas específicas para los pueblos indígenas y afrodescendientes -, son parte de esta lógica multiculturalista y funcional; simplemente añaden la diferencia al sistema y modelo existentes. De hecho, esta lógica tiene sus raíces tanto en el multiculturalismo (neo)liberal norteamericano como en lo que Abril Trigo llama ‘el interculturalismo europeo’. Mientras que el primero tiene sus raíces en la democracia liberal y la libertad del mercado - lo que garantiza la libertad a la diferencia - y apunta la tolerancia de la diferencia pero también su mercantilización, el segundo apunta hacia un nuevo humanismo de lo diverso: humanizar el neoliberalismo y la globalización”.36 En ese sentido, puede afirmarse que el concepto y práctica de lo intercultural funcional: “surge en sistemas democráticos y con estados de derecho, a partir del pluralismo cultural; y también el multiculturalismo que se instaló en Canadá, EEUU, Inglaterra, Holanda, Nueva Zelandia, Norte y Occidente de Europa y recientemente en Europa del Sur y es utilizado como marco de referencia por las Naciones Unidas […] En [cambio] en América Latina, la 35 Catherine Walsh, “Interculturalidad y (de) colonialidad: Perspectivas críticas y políticas”, Visão Global, Joaçaba, v.15, n 1-2, enero-diciembre 2012, p. 63. 36 Ibid.p.64. 38 opción intercultural apareció como alternativa ético-política, frente al fracaso del asimilacionismo homogeneizante de los Estados Nacionales”.37 En efecto, para las naciones en América Latina, la interculturalidad crítica será el pilar fundamental bajo el cual surgirá un proyecto alterativo que se construye desde las fuerzas sociales populares y con la demanda de transformaciones radicales de las estructuras de dominación. La interculturalidad crítica es entonces, un diálogo entre las culturas, es un proyecto político que trasciende la esfera del Estado-Nación homogéneo para devenir en sociedades más libres, reconociendo la diversidad y la diferencia cultural. Catherine Walsh explica que la interculturalidad crítica debe ser entendida como designio y propuesta de sociedad, es decir, debe pensarse como proyecto político-social, epistémico y ético dirigido a la transformación estructural y socio- histórica que apunte
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