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Alimentacion-y-procesos-socio-ambientales--estudio-etnoecologico-de-los-patrones-alimenticios-en-la-comunidad-de-Xocoyolzintla-Guerrero

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1 
 
 
 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
LICENCIATURA EN 
CIENCIAS AMBIENTALES 
 
Escuela Nacional de Estudios Superiores, 
Unidad Morelia 
“ALIMENTACIÓN Y PROCESOS SOCIO-
AMBIENTALES: ESTUDIO 
ETNOECOLÓGICO DE LOS PATRONES 
ALIMENTICIOS EN LA COMUNIDAD DE 
XOCOYOLZINTLA, GUERRERO.” 
 T E S I S 
 QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
 
 LICENCIADA EN CIENCIAS AMBIENTALES 
 
 
 P R E S E N T A 
 
 GABRIELA MARTINEZ FLORES 
 
 
DIRECTOR DE TESIS: 
DR. ALEJANDRO CASAS FERNÁNDEZ 
 
 
 
MORELIA, MICHOACÁN JULIO, 2017 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
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PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 
 
Agradecimientos institucionales 
 
Mis más sinceras gracias a todo el cuerpo de académicos y administrativos de la 
Licenciatura en Ciencias Ambientales, por la formación que tuve, que me ayudo a 
crecer como persona, ciudadana y profesionista. 
Gracias a mi Alma Máter la Universidad Nacional Autónoma de México, por 
ser pública y gratuita, y tener una gran calidad educativa. 
Gracias al apoyo financiero para poder ir a campo, de los proyectos: 
“Manejo y domesticación de recursos vegetales en Mesoamérica” PAPIIT, UNAM 
(IN205111-3) y “Domesticación y manejo in situ de recursos genéticos en el Nuevo 
Mundo Mesoamérica, Los Andes y Amazonia.” CONACYT, Proyecto CB-2013-01-
221800 y PAPIIT, UNAM (IN206217). Ambos a cargo del Doctor. Alejandro Casas 
Fernández del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad. 
 
Gracias a CIEco, ahora del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y 
Sustentabilidad (IIES), al Centro en Investigaciones en Geografía Ambiental 
(CIGA) y a la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) por brindarme todo 
el apoyo necesario dentro de mi formación en la licenciatura. 
 
Agradezco humildemente la calidad educativa que tuve y a todas y todos 
los involucrados en crear esta licenciatura, por tratar de que sea interdisciplinaria e 
intercultural, muy necesaria en nuestro mundo que es tan diverso y complejo. 
 
Gracias al Doctor Alejandro Casas Fernández, a la Doctora Ana Isabel 
Moreno Calles, Al Doctor Andrés Camou Guerrero, Al Doctor Eduardo García 
Frapolli y al Maestro Pío Giovanni Chávez Segura, por aceptar ser mis sinodales, 
leer esta tesis y hacerme sus valiosas aportaciones. 
 
 
 
3 
 
Agradecimientos personales 
A mi madre María Mercedes, mi Pukita, que me ha dado tanto, gracias infinitas y 
amorosas. 
A Cati Illsey que ahora existe en otra parte del universo, gracias por embarcarme a 
este viaje a las entrañas de la montaña de Guerrero. 
La vida me ha enseñado a entender que lo único permanente en esta vida es el 
cambio, y muchas tantas me he resistido a saber soltar, a abrazar el cambio, 
abrirme a nuevo ciclos. Me tarde casi 5 años en poder terminar un proceso de 
mucho aprendizaje, a veces de entendimiento y otras más de confusión, pero 
siempre llega el momento de pasar a otra etapa. Y ahora doy gracias a la vida y a 
mi misma por haber tenido la fuerza para poder concluir. 
En este trabajo, aprendizaje, investigación, ciclo….te-sis… Hay tantas personas a 
las cuales agradecerles, que de una vez aviso que va a estar larga la lista. 
A mi hermana Mercedes por el apoyo, lo regaños y el ejemplo, que aunque siendo 
la menor, ha mostrado una madurez extraordinaria y un compromiso hacia la vida 
enormísimo, pollito mío, te amo siempre. A mi padre Rafael por ser parte del plan 
de traerme al mundo, por su amor y su apoyo. 
A mi amado Tona, por acompañarme tanto en este cierre, por el infinito apoyo, 
tanto amor y paciencia, gracias por crecer conmigo, te amo corazón bello. 
A mis abuelas Cata, Toyita y Chelito, por las jaladas de orejas, los cuidados, la 
crianza y el amor. A mis abuelos, Leonardo porque fue al primer campesino que 
conocí, que siempre me puso el ejemplo gracias a sus manos color de tierra y 
Taguan por sus manos con tanto sazón, por cuidarnos y cocinarnos tan delicioso. 
A mi tío Beto y mi tía Tere, mis segundos padres, mis cómplices en esta vida, 
gracias por enamorarme de los cerros, de los ojos de los niños campesinos, de la 
vida en comunidad, los amo mucho. A mis hermanitos bellos, Quetzal que se fue a 
dar una vuelta al cielo, y a mis Favos, Nolui y Lucero, por tanta vida, locura y 
creación, las amo mis chulas. 
4 
 
Gracias infinitas a mis amigos, a mi bella familia moreliana, gracias por crecer 
conmigo, por compartir tanto, a Adela por tanto apoyo, amor y confianza, a 
Amanda Citlali te agradezco por tantas cosas, has estado en los peores momentos 
de mi vida y también en los mejores no sé cómo agradecerte por tanto, a Emilia y 
Violeta, mis dearest varfs gracias por su locura, su amistad profunda y auténtica, a 
Luis Martín, perrito gracias por aterrizarme al mundo al que luego me gusta 
ignorar, a Chatito gracias por ser, a Juan Pablo por estar siempre, Amanda Luna 
gracias baby, Feri Chente, y al resto de la generación por un aprendizaje en 
conjunto. A mis compas Ana miau, Vanesa, Vane charis, Ali, Lala, Jacki, y Lucy 
por abrirme su corazón y su casita. 
Gracias a todos mis profesores de la licenciatura por su tiempo, su interés y sus 
ganas de formarnos como profesionistas, por el tiempo compartido, los debates, 
las prácticas de campo y por ayudarme ser más crítica, analítica. 
Gracias a toda la bandota del GEA, a los que están y ya no están dentro de ella, 
Natasha, Ricardo, Nelly, Sara, Pío, Cristi, Lupita, Chago, Nico, Don Álvaro, Mires 
y Rubén, gracias por abrirme la puerta de su casa, y por sus enseñanzas. 
Gracias inmensas a las familias de la comunidad de Xocoyolzintla con las que 
crecí, aprendí y conocí un mundo lleno de riqueza, sabiduría, vida, fortaleza, 
trabajo y humildad, siempre van a estar en un parte de mi corazón con mucho 
cariño, gracias por tanta confianza y apoyo. 
A Doña Traquilina, por sus historias, su acogimiento, su cariño y a sus hermosas 
hijas manos de maíz, ojos color de la tierra, tejedoras de historias, petates y 
hacedoras de las comidas más ricas de las joyas. 
A Doña Reyna y Don Emperatriz. 
A Doña Cleofas y Don Sidronio. 
A Doña Angelina. 
A Doña Agustina que en paz descanse, a su hija Marina y su esposo Don 
Prudencio. 
5 
 
A Doña Rosa. 
A Doña Lorena. 
A Doña Juana. 
A Doña Lourdes. 
A Doña Anastasia y Don Bonfilio. 
A Doña Jobita y a Don Lucio. 
A Doña Eutorgia y Don Basilio. 
A la bandita de Chilapa, en especial al Pacha por ser la bandota y darme cobijo en 
Ostotempan, por enseñarme de las danzas, el tejido de la palma y la sabiduría de 
pueblo. 
Gracias desde el fondo de mi corazón, las más sinceras, humildes y con mucho 
cariño, respeto y admiración a Alejandro Casas, una luz de esperanza en el 
mundo, con una calidez humana genuina, todavía tengo mucho que aprender de 
ti. 
Gracias a Andrés Camou, por tus oportunos comentarios, desde la licenciatura 
hasta ahorita, gracias por la lucha por una sociedad más comunitaria. 
Gracias Ana Isabel por tu orientación, comentarios y observaciones, me hiciste 
hacer un trabajo mucho mejor. 
Gracias Frappolli por el apoyo y la amistad. 
Gracias Pío por acompañarme en la montaña y en este fin de ciclo.6 
 
 
 
UHI\lU! ID AO NAC~NAl AUIÓttOMA DE M~Jl\CO 
ESCU~ lA NAC IONA L Dt ESTUDIOS SU'UIO RES, UJoI IDAD MOU LlA 
$lCRETARÍA GENERAL 
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.. ,d H, Con.vi" r'¡~";~,, ,"'" " E>c~eI ::l tJc::io-~~ d ~ "1.'(\",,, ~ " r_ ir . .. ·; ¡;:>lE:: , 
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(""'Vé ·'l.~·O:~ ·\'!"\ e ~V!~nl., .U·CICO OCI."CI : (~"n'R.r '·,, ·,¡¡li<., ·d.;,. .. " ~"'.;m-;'J 
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7 
 
Resumen 
La distribución, abundancia y consumo de alimentos en comunidades rurales es 
muy variado, a escala local influyen factores ecológicos, tipos de vegetación, 
diversidad biológica, suelos, microclimas, disponibilidad de agua. También influyen 
factores socio-culturales, como tenencia de la tierra, la capacidad de producir 
alimentos en sistemas agrícolas, el acceso a las áreas forestales para obtener 
recursos, el nivel de aislamiento de la comunidad, el tiempo disponible para 
obtenerlos, los conocimientos sobre propiedades alimentarias y la toxicidad de 
algunos recursos, las costumbres y los ingresos monetarios de las unidades 
familiares. 
Los patrones alimentarios tradicionales generalmente tienden a contribuir al 
mantenimiento de la agrobiodiversidad local, a diversificar las áreas de 
apropiación y producción de alimentos. Influyen también sobre las actividades 
para diversificar productos y oportunidades de ingreso para los productores, 
disminuyen la dependencia de materiales genéticos foráneos, permiten conservar 
la estructura de los ecosistemas haciéndolos más estables y sostenibles e 
incrementan el empoderamiento de los campesinos para decidir sobre sus 
territorios y formas de vida. La transformación de los patrones tradicionales por 
aquellos que involucran predominantemente recursos monetarios determina una 
tendencia contraria en los rasgos anteriores. 
Por ello, conocer los hábitos alimenticios de las comunidades rurales, las 
fuentes, los conocimientos, las prácticas mediante las cuales obtienen estos 
alimentos y la cosmovisión que tienen sobre los alimentos locales y los medios 
para producirlos y obtenerlos, puede contribuir a un mejor manejo comunitario de 
los agroecosistemas y a mejorar la calidad de vida de las personas. En esta tesis 
se analiza la importancia económica, cultural y ecológica de los patrones de 
alimentación, la agrobiodiversidad y los recursos forestales locales, en la 
comunidad de Xocoyolzintla, Guerrero. Aspira a dar respuesta a preguntas tales 
como ¿Cómo es el sistema alimentario de la comunidad de Xocoyolzintla, 
Guerrero y qué procesos ambientales inciden en el mismo? 
8 
 
El método de investigación se basó en el marco conceptual de la 
etnoecología, el análisis del complejo K-C-P y el metabolismo social rural que 
proponen Víctor Manuel Toledo y Manuel González de Molina Navarro. Se adoptó 
como eje de análisis integral socio-ecológico el estudio de los patrones 
alimentarios de la comunidad de Xocoyolzintla. 
La recopilación de información se hizo través de investigación bibliográfica, 
entrevistas semi-estructuradas sobre los patrones mensuales de alimentación. 
Asimismo, sobre la recolección, compra, preparación y producción de alimentos, y 
entrevistas no estructuradas a profundidad, en torno a la cosmovisión y servicios 
ecosistémicos. Se efectuaron recorridos al bosque y a las milpas del ejido y se 
realizó una investigación documental en la clínica de la comunidad. 
Se encontró que en todas las familias entrevistadas el alimento primordial 
son las diferentes variedades de maíces criollos, y que gracias a su consumo 
están altamente protegidas de las variedades de maíces comerciales. La 
diversidad de formas de consumo de alimentos locales tales como frijoles, 
calabazas, quelites, frutas silvestres, huevos de corral es considerable y tiene un 
papel primordial en la dieta. Son productos que provienen de espacios locales del 
territorio comunitario, tales como la milpa, huerto y monte. Todos estos alimentos y 
espacios de proveniencia ayudan a fortalecer la soberanía alimentaria, a preservar 
los conocimientos sobre la alimentación, a fortalecer a la economía familiar, así 
como a ejercer el derecho a elegir formas de alimentación, de apropiación y 
producción de los alimentos. Elementos todos fundamentales en el concepto de 
soberanía alimentaria. 
Sin embargo, 61% de los alimentos son adquiridos, mientras que 39% son 
producidos, apropiados y obtenidos en los sistemas agroforestales locales y de los 
sistemas forestales del territorio de la comunidad. Estas cifras son indicadores de 
cambios que alteran los patrones de alimentación tradicionales, incorporando 
progresivamente productos del mercado (patrón al que se denomina aquí 
“occidentalización de los patrones alimentarios”), con una clara tendencia a 
deteriorar la calidad nutricional. Este es el caso del incremento en el consumo de 
9 
 
alimentos industrializados como refrescos y productos chatarra, los cuales 
determinan deterioros significativos en la salud y la nutrición de las familias, así 
como dependencia de actividades que requieren generación de ingresos 
monetarios, las cuales afectan la autodeterminación de las unidades productivas. 
No obstante, la recuperación de condiciones saludables y autónomas de 
producción y consumo de alimentos tradicionales es factible. La base de la 
recuperación son los elementos y sistemas aún existentes. Es posible colaborar 
con la comunidad a mitigar los patrones de occidentalización de la alimentación. 
Un aspecto central es el impulso de procesos educativos formales e informales 
que revaloricen los conocimientos de la producción y beneficios los alimentos 
locales, y rescate de la memoria biocultural. Asimismo, el fortalecimiento de los 
sistemas productivos y alimentarios tradicionales. 
 
Palabras clave: Agrobiodiversidad, etnoecología, patrones alimentarios, 
problemas ambientales, seguridad alimentaria, soberanía alimentaria, Montaña de 
Guerrero. 
 
10 
 
Abstract 
The distribution, abundance and consumption of food in rural communities 
significantly vary at local scale, influenced by ecological factors, such as the types 
of vegetation, the amounts of biological diversity, soil types, microclimates, and 
water availability. Socio-cultural factors also food patterns; among them the land 
tenure regimes, the capacity to produce enough food of suitable quality for 
satisfying households’ needs, the access to forestry areas to obtain edible 
resources and others destined to interchange. Other factors are also influencing, 
for instance, the level of isolation of the community with respectto other 
communities, the availability of time for getting edible resources and food, 
knowledge about food qualities and toxicity, food habits and monetary incomes. 
The traditional food patters generally contribute to maintain the local 
agrobiodiversity, diversifying food production and appropriation areas, as well as 
favoring activities that diversify products and income opportunities for the 
producers. These patterns have the tendency of reducing dependencies on 
external genetic resources, and allow preserving the structure of the ecosystems, 
making them more sustainable and stable and increasing the empowering of 
people to decide about the ways of life and territories. 
Therefore, studying and understanding the alimentary habits of rural 
communities, the sources, knowledge, and practices through which they obtain 
their food, as well as the worldview that people have about their local food 
resources, may all contributing to improve the communal management of 
agroecosystems and local people’s life qualities. This thesis analyses the 
ecological, cultural and economic importance of the food patters in a rural context. 
The agrobiodiversity and the local forestry resources that are sources of food, as 
well as the agricultural production and forest extraction directed to obtain food and 
products for interchanging. The community studied was Xocoyolzintla, Guerrero, 
where I looked for answers to the question: How is the alimentary system of the 
community of Xocoyolzintla and what environmental processes impact in it? 
11 
 
The research method conducted based on the conceptual framework of the 
etnoecology, in which the complex K-C-P (kosmos, corpus and praxis) was 
analyzed in the context of the social- rural metabolism, as proposed by Víctor 
Manuel Toledo and Manuel González de Molina Navarro. We adopted as the 
analytical axis the study of the socio-ecological aspects of the food patterns in the 
community of Xocoyolzintla. 
We reviewed information from bibliographical sources, and conducted semi-
structured interviews in relation to the monthly food patters, forms and frequency of 
harvesting or gathering of products from the wild, products obtained in the markets, 
preparation and production of food. We also conducted in-depth interviews, about 
the world view and ecosystem services relevant for ensuring the permanence of 
food availability. Tours to the community forests and agricultural plots in order to 
collect and identifying edible resources were carried out with the company of local 
people. We finally conducted a study of the archives of the communitarian health 
center, in order to document some aspects of health related to food patterns. 
We found that the food patterns base on creoles maize varieties, and that 
for ensuring their consumption people highly protect them from the commercial 
maize varieties. The diversity of local food sources involving beans, pumpkins, 
quelites, native fruits, farmyard eggs, as well as the variety of spaces such as 
plots, home gardens and forests, are intimately related. Therefore strengthening 
the food sovereignty, contributes to preserve food knowledge, strengthen the 
domestic economy, such as exercise the right to choose diet ways, appropriations 
and food, as well as the preservation of systems (agroecosystems, forest 
ecosystems, and in general socio-ecological systems). 
However, nearly 61% of food is acquired, while only 39% is locally 
produced, collected and obtained from the agroforestry and forestry systems of the 
community’s territory. The non-traditional edible products and food negatively 
affects traditional food patterns progressively, including products from the market 
(a patterns called here “western food pattern”). The clear tendency is to increase 
the consumption of industrialized food of low nutritional value, like sodas, junk food 
12 
 
and a decline in the nutrition and health of the families. In addition, these products 
determine higher dependency from monetary income activities, migration, and 
abandonment of local rural activities. 
Nevertheless, the negative effects of the here called western food pattern 
could be counteracted. The bases for a program in that direction are the local 
practices, traditional customs and traditional food themselves. It is possible and 
necessary to enhance formal and informal education programs directed to 
document and enhance the value of local production knowledge and practices, the 
nutritious benefits of local food, and the high value of the biocultural memory. 
 
Key words: Agrobiodiversity, etnoecology, food patters, environmental problems, 
food security, food sovereignty, Guerrero Mountain 
 
13 
 
RESUMEN……………………………7 
ABSTRAC……10 
INDICE…………………………………….13 
I. INTRODUCCIÓN…………… 20 
PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN……………27 
HIPOTESIS……………………..27 
OBJETIVOS………………..29 
II. EL CONTEXTO ALIMENTARIO GLOBAL Y NACIONAL ………30 
1. Panorama: Una aproximación social, política, económica y de salud pública 
de la alimentación……………..30 
2. El contexto mundial de la alimentación desde una perspectiva cuasi 
integral…….. 33 
3. ¿Cómo está la situación en México?................. 37 
4. Las alternativas al desastre…………….. 41 
5. ¿Qué condiciones y elementos son fundamentales para que exista la 
soberanía alimentaria?……………46 
 5.1. Experiencias a nivel nacional de soberanía alimentaria en los 
sistemas alimentarios……….57 
 
III. ÁREA DE ESTUDIO……………………..62 
1. El mundo Xocoyol……………….62 
2. Salud en Xocoyolzintla……………… 66 
3. Grupo de Estudios Ambientales A.C y el trabajo con 
Xocoyolzintla………. 71 
IV. METODOLOGÍA Y MÉTODOS…………………… 74 
V. TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN Y FORMAS DE ACERCAMIENTO A 
LA COMUNIDAD ……………………75 
1. Investigación bibliográfica………………………75 
2. Entrevistas semi estructuradas y entrevistas no estructuradas a 
profundidad………………………..79 
14 
 
3. Recorridos……………….80 
4. Talleres……………………….80 
5. Investigación en la clínica de la comunidad………………..81 
 
 VI.-RESULTADOS………………. 82 
1. FLUJOS BIO-METABÓLICOS Y SOCIO-METABÓLICOS A ESCALA 
INTERNACIONAL Y NACIONAL QUE INCIDEN EN EL SISTEMA 
ALIMENTARIO DE LA COMUNIDAD DE XOCOYOLZINTLA…….85 
 
1.1 Migración de los pobladores de Xocoyolzintla……..85 
1.2 Influencia y relaciones de las políticas públicas internacionales y 
nacionales dentro de la comunidad de Xocoyolzintla…..87 
1.3 Incidencia e Interacciones del Grupo de Estudios Ambientales y Sociales 
(GEA A.C) en la comunidad de Xocoyolzintla….90 
2. FLUJOS BIO-METABÓLICOS Y SOCIO-METABÓLICOS A ESCALA LOCAL 
Y REGIONAL QUE INCIDEN EN EL SISTEMA ALIMENTARIO DE LA 
COMUNIDAD DE XOCOYOLZINTLA……91 
 
2.1 Diversidad biocultural, la apropiación de los alimentos y patrones 
alimenticios en la comunidad de Xocoyolzintla……92 
2.2 La cocina y los procesos de transformación y consumo de los alimentos 
en la comunidad de Xocoyolzintla………99 
 
3. ANÁLISIS DE DATOS....... 104 
4. ETNOGRAFÍAS XOCOYOLAS………………………… 135 
1.- Familia uno.- Tepec Hernández……………….. 135 
2.- Familia dos- Hernández García…………………….. 140 
3.- Familia tres.- Jimón Pochotitlán……………..143 
4.- Familia cuatro.- Atempa García………..147 
5.- Familia cinco.- Jimón Rayón………… 150 
15 
 
6.- Familia seis.- Jimón Naves………………… 153 
7.- Familia siete.- Casarrubias Campos………………… 157 
8.- Familia ocho.- Jimón Jiménez………………………..160 
9.- Familia nueve.- Tepec Castillo……………………… 163 
10.- Familia diez.- Tepec Tepec ……………………………. 165 
11.- Familia once.- Jiménez Jimón………………169 
12.- Familia doce.- Flores Jimón……………………. 172 
5. DISCUSIÓN………….. 176 
1. Patrones alimenticios como forma de conservación de la agrobiodiversidad 
y fortalecimiento de la autonomía alimentaria……………176 
2. Propuestas y recomendaciones………….183 
 2.1 ¿Qué pasará con los patrones alimenticios en Xocoyolzintla?...... 183 
3. Alcances y limitaciones del estudio………185 
4. Propuestaspara investigación futuras………….186 
6. CONCLUSIONES………...188 
VII.BIBLIOGRAFÍA…………190 
VIII.ANEXOS…………208 
 
INDICE DE FIGURAS Y TABLAS 
Tablas 
Tabla 1.- Clasificación campesina de suelos en la región centro- montaña de 
Guerrero y su equivalente FAO- UNESCO………… 62 
Figuras 
Figura 1.- Mapa conceptual con los elementos que definen la Soberanía 
alimentaria. ………….. 60 
Figura 2.- Desnutrición y sobrepeso. …………66 
16 
 
Figura 3.- Enfermedades principales……… 67 
Figura 4.- Destinos de los migrantes……. 68 
Figura 5.- Migración por sexo….. 69 
Figura 6.- Porcentaje de personas migrantes por rangos de edad…….. 70 
Figura 7.- Uso de suelo y vegetación en Xocoyolzintla, por el grupo GEA…. 73 
Figura 8.- Esquema del Metabolismo social del sistema alimentario de la 
comunidad de Xocoyolzintla, flujos bio-metabólicos y socio-metabólicos……. 83 
Figura 9.- Espacios de proveniencia de los alimentos de las doce familias 
entrevistadas…. 105 
Figura 10. Frecuencia de mención absoluta por alimento de las doce familias ..111 
Figura 11. Frecuencia de mención absoluta por comida de las doce familias….116 
Figura 12- Proporción entre los alimentos producidos y apropiados vs. los 
adquiridos en el mercado…. 119 
Figura 13. Tipo de consumo….. 120 
Figura 14. Alimentos no industrializados locales tradicionales y sus lugares de 
proveniencia…. 124 
Figura 15. Número de menciones de lugares de proveniencia de los alimentos no 
industrializados locales tradicionales…… 126 
Figura 16. Alimentos industrializados modernos y sus lugares de 
proveniencia….127 
Figura 17.- Alimentos modernos no procesados y sus lugares de proveniencia..129 
Figura 18. Alimentos industrializados tradicionales y sus lugares de 
proveniencia…130 
Figura 19. Alimentos de temporal más mencionados. Con base en las entrevistas 
a las doce familias….131 
17 
 
Figura 20.- Alimentos de temporal y espacios de donde provienen…132 
Figura 21. Comidas de temporal más mencionadas….134 
Figura 22.- Espacios de proveniencia familia Tepec Hernández………138 
Figura 23. Tipos de alimentos consumidos por la familia Tepec Hernández…139 
Figura 24. Espacios de proveniencia familia Hernández García….141 
Figura 25. Tipos de alimentos consumidos por la familia Hernández García..142 
Figura 26. Espacios de proveniencia Familia Jimón Pochotitlán……145 
Figura 27. Tipos de alimentos consumidos por la familia Jimón Pochotitlán….146 
Figura 28. Espacios de proveniencia familia Atempa García…… 148 
Figura 29. Tipos de alimentos consumidos por la familia Atempa García….149 
Figura 30. Espacios de proveniencia familia Jimón….151 
Figura 31.- Tipos de alimentos consumidos por la familia Jimón Rayón…152 
Figura 32. Espacios de proveniencia familia Jimón Naves….155 
Figura 33. Tipos de alimentos consumidos por la familia Jimón Naves….156 
Figura 34. Espacios de proveniencia familia Casarrubias Campos…..158 
Figura 35. Tipos de alimentos consumidos por la familia Casarrubias Campos..159 
Figura 36. Espacio de proveniencia familia Jimón Jiménez…. 161 
Figura 37. Tipos de alimentos consumidos por la familia Jimón Jiménez ..162 
Figura 38. Espacio de proveniencia familia Tepec Castillo….164 
Figura 39. Tipos de alimentos consumidos por la familia Tepec Castillo..165 
Figura 40. Espacio de proveniencia Familia Tepec Tepec…167 
Figura 41. Tipos de alimentos consumidos por la familia Tepec Tepec…168 
Figura 42. Espacios de proveniencia familia Jiménez Jimón….170 
18 
 
Figura 43. Tipos de alimentos consumidos por la familia Jiménez Jimón…171 
Figura 44. Espacio de proveniencia familia Flores Jimón….173 
Figura 45. Tipos de alimentos consumidos por la familia Flores Jimón…174 
19 
 
ALIMENTACIÓN Y PROCESOS SOCIO-AMBIENTALES: ESTUDIO 
ETNOECOLÓGICO DE LOS PATRONES DE ALIMENTACIÓN EN 
LA COMUNIDAD DE XOCOYOLZINTLA, GUERRERO. 
 
 
 
 
 
 
 
20 
 
 
I.- INTRODUCCIÓN 
 
Los patrones de consumo de alimentos en comunidades rurales son variados y 
ello puede deberse a procesos ambientales, que incluyen factores sociales, 
culturales, tecnológicos y económicos, así como ecológicos y agronómicos y 
aspectos culinarios ligados a requerimientos nutricionales. La alimentación es un 
fenómeno que, debido a su complejidad y multiplicidad de procesos involucrados 
es necesario investigarlo desde una perspectiva multidisciplinar para lograr su 
comprensión holística. Lo que comemos afecta nuestro organismo, pero también 
puede afectar el ambiente, la comunidad en la que vivimos y el sistema alimentario 
en el que la comunidad se encuentra inmersa. Es decir, lo que come una persona, 
una familia o comunidad es moldeado por, y a su vez puede modificar el entorno 
socio-ecológico positiva o negativamente (Bertran & Arroyo, 2006). 
Los fenómenos de cambio en los patrones alimentarios se ven influenciados 
marcadamente por los procesos migratorios y la adquisición de nuevos elementos 
culturales, los medios masivos de comunicación, las nuevas formas de 
organización familiar, especialmente la incorporación de las mujeres a las 
actividades remuneradas, los fenómenos macroeconómicos y los cambios en la 
economía de las familias, generalmente marcadas por un empobrecimiento 
paulatino a escala global (Popkin 1993). La dieta puede mostrar desigualdad 
social y, de acuerdo con las tendencias mundiales, tal desigualdad se encuentra 
en ascenso; también puede verse afectada por la implementación de políticas 
públicas sobre la producción, la disponibilidad y accesos a los alimentos y las 
políticas públicas asistencialistas (Guillermo Bonfil, 1962; Ramírez et al., 1971; 
Popkin, 1993). 
 En los últimos años, la riqueza alimentaria y nutricional de las comunidades 
campesinas se ha visto amenazada y mermada, debido al incremento en la 
penetración de alimentos industrializados en la dieta. Tal disponibilidad y acceso 
21 
 
de alimentos industrializados es resultado de una mercadotecnia ligada al prestigio 
cultural de alimentos “chatarra” en detrimento de los alimentos tradicionales 
(Casas et al 1994). El proceso de penetración ha generado problemáticas graves, 
desde el punto de vista nutricional pues la mayoría de estos alimentos contienen 
elevados niveles de azúcares, sodio y grasas, difíciles de asimilar para el 
organismo, generando niveles alarmantes de obesidad y diabetes. Asimismo, su 
disponibilidad en el mercado supone un estatus de ingresos monetarios ligados a 
cambios en actividades productivas, generalmente en menoscabo de las 
actividades agropecuarias y forestales tradicionales (Casas et al. 1994). 
La población mexicana padece particularmente estos problemas y ha sido 
claramente identificado que la causa es el alto consumo de alimentos 
industrializados “chatarra”. Este contexto ha generado que 7 de cada 10 adultos 
en México padezcan sobrepeso u obesidad (Jiménez-Aguilar et al. 2006; Alianza 
para la Salud Alimentaria, 2012; Federación Mexicana de Diabetes A.C., 2012; 
ENSANUT, 2012). No solo la salud se ve afectada cuando se cambian de manera 
drástica los hábitos alimenticios. Al modificarse la alimentación con la 
predominancia de productos industrializados, el proceso tiende a homogenizar 
sabores y saberes. A través de la estandarización de los productos en los 
mercados, se restringe la alimentación a pocas especies comestibles, 
ocasionando una pérdida de diversidad cultural y natural (CONABIO, 2013). 
Actualmente se ha documentado que existe una pérdida de agrobiodiversidad a 
nivel mundial, proceso al que se le conoce como erosión genética. De acuerdo con 
datos de la FAO (2007): “Más del 90% de las variedades de cultivos han 
desaparecido de los campos en los últimos 100 años, y 690 razas de ganado se 
han extinguido”. En las últimas décadas, sólo 15 especies de plantas cultivadas y 
ocho de animales domésticos cubren el 90% de los requerimientos calóricos de la 
alimentación mundial (FAO, 2007). 
El tipo de comida que se consumeademás de afectar a la salud y la 
agrobiodiversidad, influye y es influenciada por la identidad y la cosmovisión de los 
pueblos. Debido a que los alimentos reflejan el tipo de costumbres gastronómicas 
22 
 
y de otra índole, ideología y estatus social y cultural, la comida es considerada 
como un elemento de identidad cultural (Bertran & Arroyo, 2006, Contreras, 2013). 
La identidad cultural, entonces, influye los patrones de alimentación, de la misma 
manera que el cambio en los patrones de consumo de alimentos influyen cambios 
en la identidad (Casas et al., 1987, 1994). 
Un ejemplo de la desigualdad alimentaria, es el ambiente alimentario global 
actual que muestra un intercambio de producción, manufactura y comercialización 
de alimentos, en el cual no se produce todo lo que se come (el resto se tiene que 
importar) y no se come todo lo que se produce, y el abasto y consumo no ocurren 
de manera igualitaria. Desde la década de los 90’s, y debido a la apertura 
comercial del TLCAN, México se ha convertido en uno de los países que más 
exportan frutas y hortalizas de buena calidad, especialmente a EUA, dejando el 
resto de hortalizas de calidad media y baja para los mercado nacionales (Macías-
Macías, 2010). 
Debido a la complejidad de ámbitos, procesos y factores en los que se 
desenvuelve la alimentación, el consumo de alimentos es una expresión de 
procesos que involucran una continua interrelación, interacción y construcción 
histórica entre la naturaleza y la sociedad, que está determinada por múltiples 
elementos y procesos. Diversos aspectos de calidad de salud, conservación de 
agrobiodiversidad, soberanía alimentaria, economía, cosmovisión y organización 
social se ven afectados cuando cambian los patrones de consumo de alimentos. 
De la misma manera, los cambios en estos factores, influenciados por otros 
procesos, afectan los patrones de consumo de alimentos. 
Es decir, la alimentación es un campo en el cual la naturaleza y la cultura 
tienen un encuentro que merece ser investigado, difundido y entendido en cada 
contexto en el que ocurre. La alimentación y el sistema alimentario per se 
constituyen un sistema complejo, con los elementos y características de estos 
sistemas definidos y analizados por autores como García (1994). En 
consecuencia, para entenderlos en su contexto se requiere un abordaje desde 
distintas ciencias y disciplinas. Caracterizar un sistema alimentario requiere 
23 
 
estudiar factores sociales, históricos, culturales, ecosistémicos, agrícolas, 
económicos, industriales y nutricionales, ya que abordando de esta manera un 
sistema alimentario es posible visualizar que dichos factores son inter-definibles, 
de ahí la importancia de su abordaje integral. 
Por lo anterior, resulta de gran relevancia generar estrategias comunitarias 
de conservación de la agrobiodiversidad, divulgar lo dañino que pueden llegar a 
ser para la salud un alto número de alimentos industrializados y mejorar la calidad 
de los patrones alimenticios con base en los recursos locales, entre otras 
acciones. Estas estrategias contribuirían a conservar y resguardar la riqueza 
alimenticia con la que cuentan las comunidades campesinas. 
A través del análisis y caracterización de los patrones alimentarios se 
pueden detectar qué tendencias se tienen en el consumo de alimentos locales 
(disminución o aumento de éstos en la dieta). Conocer el nivel de autosuficiencia 
alimentaria, así como la dependencia que se tiene de la producción del exterior. 
Es posible también documentar si se es propenso a la dependencia de los 
procesos comerciales, industriales o si tiene un mayor sustento en los recursos 
locales y en la capacidad propia de las comunidades para atender sus 
requerimientos. 
En torno a los alimentos, se pueden encontrar diferentes creencias, 
ceremonias religiosas, prácticas y sistemas agrícolas particulares y lugares 
específicos para cultivar, así como procesos de recolección de alimentos silvestres 
distribuidos en hábitats particulares o generales (Casas et al. 1987, 1994). 
Socialmente podemos encontrar que el consumo de alimentos se ve influenciado 
por el estatus socio-económico, sobre las creencias de los alimentos que son 
“buenos” o “malos”, los alimentos tabúes, los que se creen dañinos o lo que no 
están aceptados socialmente (Núñez, 2015), así como aquellos denigrados 
culturalmente y aquellos que han adquirido prestigio en contextos de 
discriminación cultural y hasta racista (Casas et al., 1994). 
La combinación de espacios de cultivo, formas de cultivo y preferencias por 
algunos alimentos son todos factores que pueden llegar a darnos una gran riqueza 
24 
 
de agrobiodiversidad. Las formas de alimentación que existen pueden ayudarnos 
a mantenerla. Si se consumen alimentos locales se puede ayudar a reducir la 
dependencia de alimentos foráneos y aumentar el empoderamiento y la 
participación económica de los productores locales (Lozano et al., 2005). 
 De manera similar, las estrategias de recolección de productos forestales o 
plantas arvenses y ruderales, dentro de las que se encuentra una amplia variedad 
de quelites, complementan la dieta en cantidad y calidad de alimentos e involucran 
prácticas de apropiación e interacciones con los bosques que resultan de gran 
relevancia. En relación con tales procesos, es de destacarse la colaboración que 
mantienen las comunidades regionales con asociaciones civiles. 
Este es el caso de comunidades de Chilapa y Ahuacuotzingo, las cuales 
interactúan con el Grupo de Estudios Ambientales y Sociales (GEA A.C) que 
promueven el cuidado del agua, el suelo, el monte, la conservación de 
agrobiodiversidad y el fomento de los sistemas alimentarios sustentables. La 
confluencia de variables como las mencionadas hacen atractivo el estudio de 
dichas comunidades principalmente campesinas. En particular el caso de la 
comunidad de Xocoyolzintla, la cual forma parte del corredor de comunidades 
ubicada en la microcuenca de Las joyas con las que trabaja GEA A.C. 
Xocoyolzintla tiene aproximadamente 1589 habitantes, el 40% de la población son 
migrantes temporales que salen a la trabajar en la pisca a Sinaloa, Altamirano y 
Nayarit. Forma parte de la región de Las Joyas, que antiguamente era un corredor 
agrícola muy importante para surtir los mercados de Chilapa. 
Estudios previos de Martínez-Flores (2012) y GEA A.C. (2008, 2012) 
muestran que existe en la zona de estudio una importante fuente de 
agrobiodiversidad local, así como prácticas agroecológicas que la vuelven un 
espacio en donde el estudio de patrones alimenticios pueda ser un acercamiento a 
su riqueza de agrobiodiversidad, cosmovisión, prácticas agrícolas y al estudio de 
su economía de subsistencia. 
25 
 
Esta investigación busca entonces contestar varias preguntas en torno a los 
patrones alimenticios y los procesos socio-ecosistémicos, desde un marco 
conceptual etnoecológico. Las preguntas principales aquí abordadas fueron: 
¿Cómo es el sistema alimentario de la comunidad de Xocoyolzintla, Guerrero y 
qué procesos ambientales inciden en el mismo? 
¿Qué diversidad biocultural alimentaria se encuentra en el huerto, la parcela de 
milpa, y los bosques denominados “monte”, y cuál es el papel de estos elementos 
en la alimentación de los pobladores? 
Retomando la definición de Toledo y Barrera- Bassols (2008), Pretty et al. 
(2009) y Moreno-Calles et al. (2013). La diversidad biocultural está constituida por 
variedades, especies, espacios, sistemas y paisajes creados intencionalmente, 
que son mantenidos, manejados y utilizados por grupos culturales, comunidades, 
familias e individuos, durante largos periodos de tiempo. También parte de la 
diversidad biocultural son las lenguas, creencias, rituales, tradiciones, reglas de 
usos y costumbres, conocimientos e innovaciones desarrolladas a lo largo del 
tiempo. En este estudio centraré la atención en losaspectos de la diversidad 
biocultural pertinentes en el análisis de los patrones alimentarios. 
Se eligió tomar la definición de diversidad biocultural, en vez de la definición 
de agrobiodiversidad que de acuerdo a la FAO (2007) es: “…la diversidad 
biológica doméstica y silvestre de relevancia para la alimentación y la agricultura, 
constituida por: 
1. Los recursos genéticos vegetales, animales, microbianos y micóticos; 
2. Los organismos necesarios para sustentar funciones clave del 
agroecosistéma, de su estructura y procesos, tales como la regulación de 
plagas y enfermedades, y el ciclo de polinización y nutrientes; y 
3. Las interacciones entre factores abióticos, como los paisajes físicos en los 
que se desarrolla la agricultura, y las dimensiones socioeconómicas y 
culturales, como el conocimiento local y tradicional.” 
 
26 
 
A diferencia del concepto de agrobiodiversidad anteriormente expuesto, la 
diversidad biocultural es acorde con la historia y el contexto de un país como 
México, en donde abundan los pueblos originarios, que desde hace miles de años 
han interactuado con la alta diversidad biológica propia de México y Mesoamérica. 
De acuerdo a Toledo et al. (2001): “Cada especie de planta, grupo de animales, 
tipo de suelo o de paisaje, montaña o manantial de esta región, casi siempre tiene 
un correspondiente cultural: una expresión lingüística, una categoría de 
conocimiento, un uso práctico, un significado mítico o religioso, una vivencia 
individual o colectiva.” 
Asimismo, se eligió este concepto por el carácter de la investigación, por 
ser socio-ecosistémica y desarrollada dentro de una comunidad de ascendencia 
náhuatl con una cosmovisión particular en torno a la alimentación, y formas 
particulares de manejo, producción y apropiación de alimentos en espacios como 
lo es la milpa, monte y el huerto. 
El desarrollo de la investigación parte desde un estudio etnoecológico; 
Toledo (1992 y 2001b), define a la etnoecología como "el estudio interdisciplinario 
de cómo la naturaleza es percibida por un cierto grupo humano a través de un 
conjunto de creencias y conocimientos, y de cómo a través de estas imágenes, 
tales grupos humanos utilizan y/o manejan sus recursos naturales locales". 
Dentro del estudio etnoecológico se abordo el corpus (conjuntos de 
conocimientos), kosmos (conjuntos de creencias) y praxis (conjuntos de prácticas 
productivas) que existen y permean en torno al sistema alimentario de la 
comunidad de Xocoyolzintla. Analizado, entendido y contado a través de las 
entrevistas, historias, anécdotas y saberes de sus pobladores. Asimismo, se 
analizan los procesos a través de la propuesta de metabolismo social-rural que 
desarrollaron Toledo y González de Molina Navarro (2007). 
De acuerdo con Toledo y González de Molina Navarro (2007): “…en el 
proceso general del metabolismo social, existen tres tipos de flujos de energías y 
materiales: Los flujos de entrada, los flujos interiores y los flujos de salida. El 
proceso metabólico se ve entonces representado por cinco fenómenos que son 
27 
 
teórica y prácticamente distinguibles: la apropiación (A), la transformación (T), la 
distribución (D), el consumo (C) y la excreción (E).” Dichos procesos metabólicos 
se acotaron dentro del sistema alimentario de la comunidad de Xocoyolzintla, 
analizando la apropiación, transformación, distribución, consumo y excreción de 
los diferentes tipos de alimentos que se documentaron dentro de los patrones 
alimenticios de las familias con las que se trabajó. 
 
PREGUNTA GENERAL: 
¿Cómo es el sistema alimentario de la comunidad de Xocoyolzintla, Guerrero y 
qué procesos ambientales inciden en el mismo? 
PREGUNTAS PARTICULARES: 
¿Cuáles son los patrones de alimentación de la comunidad de Xocoyolzintla? 
(¿Qué se come en la comunidad y por qué?) ¿Cuáles son las fortalezas y 
debilidades del sistema alimentario del ejido? 
¿Qué diversidad biocultural alimentaria se encuentra en el huerto y la parcela de 
milpa, y qué alimentos se obtienen del monte; cuál es papel de estos elementos 
en la alimentación de los pobladores? 
¿Cuáles son los conocimientos y prácticas sobre las propiedades y virtudes de los 
alimentos locales, qué creencias, mitos y tabúes pueden identificarse? 
¿Qué condiciones y elementos son fundamentales para definir la soberanía 
alimentaria local? 
¿Qué factores determinan mayormente cambios en la adopción de nuevas 
prácticas y costumbres, conocimientos y valores sobre los alimentos? 
HIPOTESIS 
Los patrones alimentarios de la comunidad de Xocoyolzintla, están conformados 
mayormente por alimentos de origen local, que provienen de las milpas y huertos y 
son enriquecidos y complementados en cantidad y calidad por los recursos que se 
28 
 
obtienen del monte de la comunidad. Sus patrones alimentarios están marcados 
significativamente por la estacionalidad del año. Sin embargo, están ocurriendo 
cambios en los hábitos alimenticios, hacia un mayor consumo progresivo de 
alimentos industrializados, los cuales afectarían gravemente su salud, 
determinando problemas de obesidad, hipertensión y desnutrición. El grado de 
adopción de alimentos industrializados estará en función de las fuentes de 
ingresos monetarios asociadas al patrón de subsistencia. Es decir, aquellas 
familias más autosuficientes en relación con sus productos serán primordialmente 
consumidores de productos locales, en tanto que aquellos dedicados al comercio, 
fuentes de remesas y otras actividades generadoras de recursos monetarios serán 
más consumidores de productos industrializados, Ramírez Mayans, et al. (2003). 
Asimismo, los cambios alimentarios amenazan la riqueza de agrobiodiversidad 
local y vulneran su autonomía alimentaria. 
La agrobiodiversidad que se encuentra en los diferentes espacios de producción 
de alimentos, agrícolas y forestales, es nativa del ejido, y su papel en la 
alimentación local contribuye a la nutrición de las personas que la consumen, 
aminorando la carga económica que supone comprar alimentos que no se tienen 
al alcance o no se producen en su comunidad. 
Las creencias, conocimientos, prácticas culinarias y agrícolas que se tienen sobre 
la producción, obtención, preparación y consumo de alimentos locales están 
fuertemente arraigadas a la cosmovisión náhuatl, así como las festividades 
relacionadas a la agrobiodiversidad que se celebran a lo largo del año. Empero, la 
adopción de nuevas formas de consumo de otros tipos de alimentos, así como el 
cambio de creencias, están relacionadas con un mayor nivel socioeconómico en 
las familias. El aumento de los migrantes de la comunidad, la convivencia con 
personas de otras culturas, la influencia de los medios masivos de comunicación, 
la cercanía física y disposición de dichos alimentos hacia las familias que los 
consumen, son factores que también influyen en los cambios culturales. 
Si dichas hipótesis son correctas, es posible identificar a priori la necesidad de 
fortalecer los acuerdos comunitarios relacionados con el consumo de alimentos 
29 
 
industrializados. Además, deberá trabajarse en la elaboración de 
recomendaciones y propuestas de trabajo en torno a la alimentación del ejido, que 
detonen una mejor alimentación en las familias y un fortalecimiento en el consumo 
de alimentos nativos de la región. Para empoderar la autonomía alimentaria de la 
comunidad, proteger la agrobiodiversidad existente y enaltecer las costumbres 
milenarias que están fuertemente relacionadas con el mantenimiento y 
conservación de los alimentos locales. 
OBJETIVOS 
OBJETIVO GENERAL 
Analizar la importancia económica, cultural y ecológica de los patrones de 
alimentación, la agrobiodiversidad y los recursos forestales locales, de la 
comunidad de Xocoyolzintla, del municipio a Ahuacuotzingo, Guerrero. Así como 
valorar las condiciones para garantizar la soberanía alimentaria en la comunidad. 
 
OBJETIVOSPARTICULARES 
- Analizar las condiciones y elementos fundamentales para la soberanía 
alimentaria local en Xocoyoltzintla. 
- Caracterizar los patrones de alimentación de diferentes familias de la 
comunidad de Xocoyolzintla de acuerdo con sus condiciones socio-
económicas y culturales. 
- Describir de manera oral la agrobiodiversidad que se encuentra en la milpa 
y el huerto y su papel en la dieta local, así como los alimentos locales que 
se obtienen del monte de la comunidad de Xocoyolzintla y su papel en la 
alimentación. 
- Analizar las creencias, prácticas y conocimientos sobre los alimentos 
locales y caracterizar cómo los cambios en estos elementos influyen sobre 
los cambios que determina la adopción de nuevas prácticas y costumbres, 
conocimientos y valores sobre los alimentos. 
30 
 
 
II. EL CONTEXTO ALIMENTARIO GLOBAL Y NACIONAL 
1. Panorama: Una aproximación social, política, económica y de 
salud pública de la alimentación. 
El acto de alimentarse puede verse como una acción simple, dirigida a cubrir una 
necesidad biológica primaria para la vida de todo ser humano; sin embargo, este 
es solo el delicioso final de una compleja interacción de elementos, circunstancias 
y contextos de carácter socio-cultural, agrícola, ecológico, tecnológico-productivo, 
económico y geográfico. A este complejo deben incluirse además políticas 
públicas, programas de gobierno, subsidios, entre otros, además de las 
repercusiones concretas, beneficios o déficit de nutrientes a la salud. Estos son 
tan sólo algunos de los factores más relevantes, entre otros muchos, que 
envuelven los hábitos alimenticios. 
Para comprender de manera integral al acto de comer, es pertinente 
insertar este proceso dentro del concepto de sistema alimentario, el cual de 
acuerdo con la FAO (2013) se definen como: “Los sistemas alimentarios abarcan a 
todas las personas, instituciones y procesos mediante los cuales se producen, 
elaboran y llevan hasta el consumidor los productos agrícolas. También incluyen a 
los funcionarios públicos, las organizaciones de la sociedad civil, los 
investigadores y los profesionales del desarrollo que formulan las políticas, 
reglamentos, programas y proyectos que conforman la alimentación y la 
agricultura. Todos los aspectos del sistema alimentario influyen en la 
disponibilidad y accesibilidad de alimentos variados y nutritivos y, por lo tanto, la 
capacidad de los consumidores de elegir dietas saludables.” 
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, se abordarán las variables y 
factores más relevantes en relación a la alimentación, analizándolos a través 
diferentes escalas partiendo del nivel mundial, hasta aterrizar en el local. 
31 
 
Algunos conceptos importantes en torno a la alimentación son la seguridad 
alimentaria y la soberanía alimentaria; ya que a partir de éstos se pueden plantear 
distintos tipos de análisis y entendimientos sobre el acceso, producción y 
distribución de los alimentos. De acuerdo con la FAO en la Cumbre Mundial Sobre 
la Alimentación (1996), se habla de seguridad alimentaria cuando: “Todas las 
personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos 
seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos 
nutricionales y preferencias alimentarias, y así poder llevar una vida activa y 
saludable.” 
Sin embargo, esta definición no toma en cuenta contextos culturales, 
tampoco habla sobre la procedencia de los alimentos, ni su forma de producción, o 
sobre las condiciones sociales de los productores. Deja de lado también temas 
éticos y políticos en torno a la soberanía alimentaria. En otras palabras, aborda 
principalmente el tema de la garantía de suficiencia de alimentos para los 
consumidores, soslayando la cultura alimentaria que por milenios han construido 
los grupos humanos en relación con su historia, su contexto cultural, ecológico y 
social. 
No tomar en cuenta a los productores cuando se habla de seguridad 
alimentaria, es equivalente a ignorar quiénes son los que hacen posible la 
alimentación. Por otra parte, el movimiento campesino internacional la Vía 
Campesina, desde 1994 presenta un concepto más profundo, incluyente y 
autónomo sobre la alimentación, y de este concepto surge el de la soberanía 
alimentaria: “La ‘soberanía alimentaria’ es un enfoque holístico para el desarrollo 
rural, cuyos pilares son la reforma agraria, la seguridad alimentaria, la agricultura 
sostenible, el acceso a los mercados locales, créditos y precios justos para los 
agricultores familiares, pobres rurales o sin tierra de todo el mundo.” También se 
tendría que incluir al ámbito urbano y periurbano dentro de esta definición, puesto 
que la soberanía alimentaria tiene que estar dentro de todos los ambientes 
posibles. 
32 
 
Esta es una de las muchas definiciones que ha dado la Vía Campesina y 
amplía el panorama sobre la disponibilidad, producción y accesibilidad de los 
alimentos. Citando a Peter Rosset (Rosset, 2014): “Si vemos en las declaraciones 
de la Vía Campesina, en 1994 se dice una cosa y después otra y otra, se 
enojaban porque piensan que somos unos inconsecuentes. Lo que no entienden, 
es que estamos en un proceso de diálogo de saberes, de muchos continentes, 
culturas, religiones y realidades agrarias… nuestra idea es que es un proceso 
constante de construcción, de un paraguas que agrupe la mayoría de luchas 
posibles, no buscamos una definición académica, sino la idea de un concepto vivo, 
es poder construir una alianza de lucha y eso claro que va cambiando y 
evolucionando con el tiempo.” 
Estudiar la alimentación desde el concepto de soberanía alimentaria que 
propone la Vía Campesina, nos lleva a un grado de análisis integral e incluyente, 
pues se abordan más variables en torno a la alimentación, a través de un enfoque 
holístico del desarrollo rural. Siendo ésta una investigación sobre la alimentación 
en una comunidad rural, es coherente analizar a la alimentación desde el concepto 
de la soberanía alimentaria. 
Dentro de la alimentación encontramos distintos actores involucrados, 
desde los diferentes tipos de productores, intermediarios y consumidores. En esta 
investigación realizada en la comunidad de Xocoyolzintla, Guerrero, se funden en 
uno los consumidores con los productores, ya que todas las familias con las que 
se trabajó en el estudio son campesinas. Por ello, es importante contextualizar no 
solo sobre el estado de la alimentación a nivel mundial y nacional, del que a 
continuación se hablará, sino también sobre la importancia de las condiciones de 
producción, accesibilidad, disponibilidad y adquisición de los alimentos, 
particularmente en la zona de la región centro-montaña de Guerrero. 
 
33 
 
2.- El contexto mundial de la alimentación 
desde una perspectiva cuasi integral. 
Desde hace más de 12,000 años la agricultura se 
empezó a desarrollar en el mundo, en distintas regiones, con diferentes cultivos se 
empezó uno de los grandes cambios ambientales a nivel mundial (Byrne, 1988; 
MacNeish, 1992; Meyers, 1971; Vavilov, 1951; Casas et al., 2017). Con el 
surgimiento de la agricultura se empezó a incrementar el número de integrantes 
en los grupos de cazadores- recolectores y con ellos la creación de las primeras 
sociedades sedentarias. 
En México, hace cerca de 10,000 años se empezaron a domesticar varias 
especies de plantas alimenticias, que hoy día tienen una importancia internacional 
y nacional (Casas et al., 2017). El maíz (Zea Mays), diferentes frijoles (Phaseolus 
spp.), calabazas (Cucurbita spp.), chiles (Capsicum spp.), y amarantos 
(Amaranthus spp.), el jitomate (Solanum esculentum), la chía (Salvia hispanica L.), 
el cacao (Theobroma cacao), y el aguacate (Persea amricana), entre otros son 
algunos de los cultivos mesoamericanos que han sostenido la alimentación de los 
pueblos de México, Centroamérica y, por varios miles de años, también depueblos de Sudamérica (Casas et al. 2017). Y todos ellos se fueron adoptando y 
domesticando en distintas zonas del área mesoamericana en diferentes 
momentos. De manera que Mesoamérica constituye una verdadera constelación 
de centros y experiencias de domesticación y cultivo de alimentos que se 
desarrolló hasta la actualidad (Casas et al., 2017). 
Asimismo, se desarrollaron diversas formas de agricultura o sistemas agrícolas 
muy particulares. En Mesoamérica no hubo domesticación de animales que 
pudieran ayudar a la siembra (Rojas-Rabiela, 1988), en cambio, hubo un 
intrincado proceso de invención de tecnologías que permitieron el manejo de la 
diversidad de ambientes y cultivos que caracterizan a la región (Casas et al. 
2017). 
34 
 
Estas condiciones generaron que las civilizaciones mesoamericanas 
tuvieran una organización social muy fuerte en torno a la agricultura debido a la 
falta de bestias que pudieran ayudar con el trabajo en el campo y la diversidad 
ambiental de la región. Generando un tipo de infraestructura particular, así como 
varios tipos de paisajes agrícolas como las terrazas, metepantles 1sistemas de 
irrigación, rescate de suelos pantanosos, entre otros (Rojas-Rabiela, 2013). 
Los paisajes montañosos, la diversidad de altitudes, y los distintos tipos de climas 
ayudaron la rica agrobiodiversidad existente, generando distintos tipos de 
sistemas agrícolas. De acuerdo con Rojas-Rabiela (2013): 
1) Sistemas de temporales extensivos 
2) Sistemas de temporal de mediana intensidad 
3) Sistemas intensivos de labranza de suelo 
4) Sistemas especiales como huertos, huertas y plantíos perennes. 
Debido al altísimo trabajo manual que requerían las parcelas, se generaron 
diversas prácticas en esta unidad de producción. La asociación de cultivos, 
anuales, el escalonamiento, la rotación de plantas, uso de almácigos, 
incorporación de abonos orgánicos, así como la conservación de árboles, 
magueyes y distintos tipos cactáceas. Es decir desde hace miles de años, 
nuestros antepasados pusieron los fundamentos de los distintos tipos de 
agroecología y agroforestería. 
Con la llegada de los españoles a México, la agricultura prehispánica tuvo un 
periodo de continuidad y apropiación, así como de experimentación de las nuevas 
especies alimenticias que traían consigo los españoles. La incorporación del 
ganado fue un gran cambio para la alimentación de nuestros antepasados, así 
como para la forma de hacer agricultura. 
Otro factor muy importante fue la terrible disminución de la población 
indígena, que se calcula hasta casi el 90% hacia 1600- 1620, pues junto con las 
pérdidas de vidas se perdió su conocimiento y prácticas tecnológicas. Asimismo 
 
1
 Terrazas suaves con magueyes en la orillas, para conservar humedad y atrapar el suelo. 
35 
 
afectaron en la pérdida de técnicas agrícolas la producción intensiva de cacao, 
grana cochinilla y añil, que redituaban enormes ganancias a la Corona española 
(Rojas-Rabiela, 2013). 
Con todos estos cambios, la agricultura y la alimentación se han ido 
transformando, enriqueciendo y en algunos otros aspectos empobreciendo hasta 
nuestros tiempos, llegando a ser una mezcolanza en la diversidad gastronómica. 
Sin embargo, hay alimentos que se han conservado hasta nuestros días, llegando 
a tener una importancia nacional y mundial enorme, como es el caso del maíz. 
A finales del siglo XX, se calculaba que entre el 30 y 50 por ciento de la 
superficie terrestre había sido manejada (Vitousek et al., 1997), y se estimaba que 
en los últimos 40 años un tercio de la tierra arable en el mundo fue dañada por 
efectos de la erosión debido al mal manejo (Pimentel et al., 1995). A partir de la 
denominada Revolución Verde en la década de 1960, empezó a haber un cambio 
mucho más agresivo y radical, transformando las formas de cultivo manual al 
mecánico con el tractor, utilizando mayores insumos provenientes del petróleo. 
Además, se hizo un intensivo uso de pesticidas y fertilizantes, y se extrajeron con 
más frecuencia grandes volúmenes de agua de los mantos freáticos. Se disminuyó 
la variedad de cultivos en los campos agrícola, con el fin de producir más de un 
solo producto para el mercado. En la mayoría de los casos, cambiado los cultivos 
criollos por variedades mejoradas con las cuales se obtenían mayores 
rendimientos, como el caso del trigo, el arroz y el maíz, cambiando de una 
agricultura ecosistémica a una agricultura meramente extractivista (Altieri et al., 
1998. Altieri y Nicholls, 2012; Goudie, 2013; Holt-Gimenez et al. 2008. Shiva, 
2016.) 
Como resultado de un cambio tan drástico y global, nos encontramos hoy 
en día con numerosos efectos negativos que incluyen la degradación de las tierras 
mediante la erosión y compactación del suelo, la disminución de materia orgánica 
y la biodiversidad asociada a ella, la salinización, el agotamiento de las aguas del 
subsuelo, la deforestación y la desertificación; la aparición de nuevas plagas 
debido al crecimiento de los monocultivos, la homogeneidad genética, la 
36 
 
eliminación de enemigos naturales y la resistencia a los plaguicidas desarrollada 
por insectos, hierbas y enfermedades de los cultivos (Altieri, 1995; Carroll et al., 
1990; Goering et al., 1993; Hewitt y Smith, 1995, citado en Rosset, 1997). 
Se prevé que la población de la Tierra crecerá de aproximadamente 6,900 
millones de personas en 2010 a unos 9200 millones en 2050 y que casi todo este 
aumento se producirá en las regiones conocidas como “países en desarrollo”, 
entre ellos México; según las previsiones, las tasas de crecimiento más elevadas 
se registrarán en estos países (FAO, 2009). Para entonces, un 70% de la 
población mundial será urbana, en comparación con el 50% que constituye en la 
actualidad (FAO, 2009). Si las tendencias continúan sin cambios, la urbanización y 
el aumento de los ingresos en los países en desarrollo fomentarán el incremento 
del consumo de carne, lo que a su vez ocasionará el aumento de la demanda de 
cereales para alimentar al ganado (FAO, 2009). El empleo de productos agrícolas 
en la producción de biocombustibles también continuará aumentando (Razo et al. 
2007). 
En 2020, en los países industrializados se podrían consumir 150 kg anuales 
de maíz per cápita en forma de etanol, cifra similar a los índices de consumo de 
cereales en los países en desarrollo (Rosegrant, 2008). Con semejantes cambios 
y proyecciones, tendremos una población mundial demandante de alimentos, que 
harán que la producción de ganado y alimentos se intensifique. 
De acuerdo con la FAO (2009), el incremento anual del rendimiento del 
trigo, descendió desde un 5% anual en 1980 hasta el 2% en 2005, mientras que el 
incremento del rendimiento del arroz y el maíz se redujo desde más del 3% hasta 
cerca del 1% en el mismo período. Las tierras están disminuyendo su producción, 
cada vez se necesita de más insumos para lograr una cantidad de producción 
menor o igual a la obtenida anteriormente. De acuerdo con Nellemann et al. 
(2009), las prácticas insostenibles de uso de la tierra resultan, en promedio, en 
unas pérdidas netas mundiales de productividad de las tierras cultivadas del 0.2% 
anual. Si a este escenario desastroso le agregamos la incertidumbre del cambio 
climático global soluciones que involucren el cuidado integral de los 
37 
 
agroecosistemas es más que urgente (Intergovernmental Panel on Climate 
Change, 2014). 
Para agravar más la situación descrita, entre 2005 y 2008 los precios 
mundiales de los alimentos básicos alcanzaron sus máximos valores en 30 años 
(FAO, 2011). Durante los últimos 18 meses de dicho período el precio del maíz 
aumentó un 74%, mientras que el del arroz se incrementó un 166%. Como 
consecuencia, en más de 20 países se registraron disturbios relacionados con los 
alimentos (FAO, 2011). Mientras tanto, laoferta de combustibles fósiles se reduce, 
y sus precios se incrementan y, consecuentemente, los insumos para la 
agricultura fabricados a partir de combustibles fósiles aumentan de precio (Rubio, 
B. 2008). 
 
3.- ¿Cómo está la situación en México? 
Se estimaba que en México más del 70% de las tierras con manejo 
agrícola presentaban problemas de erosión (Ibáñez, 2007) y el 97% de los suelos 
mexicanos presentaban algún grado de erosión (Calderón, 2009). México es el 
segundo país de América Latina y el Caribe que más redujo el número de 
hectáreas dedicadas al cultivo de maíz, en cinco años en un 5%. Esta información 
contrasta con la tendencia registrada en diversas naciones de la región 
latinoamericana de incrementar hasta 17 por ciento la superficie de siembra para 
sus productos básicos como respuesta a la crisis alimentaria y para reducir la 
pobreza. Esta información la revelan la Comisión Económica para América Latina 
y el Caribe (Cepal), la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la 
Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y el Instituto Interamericano de 
Cooperación para la Agricultura (IICA) La Jornada (2012). 
Desde el punto de vista nutricional, las cosas tampoco van bien. En un 
estudio del CONEVAL (2009) sobre la situación nutricional de la población, se 
analizó la desnutrición crónica y aguda en la población mexicana menor o igual 
que 5 años. Esta desnutrición está más presente en municipios en donde la 
pobreza extrema aún es común, como Oaxaca, Chiapas y Guerrero. Noticias 
38 
 
recientes de la Jornada dan testimonio de ello; uno de cada tres niños en México 
padece de inseguridad alimentaria de acuerdo a la Unicef, además de que a nivel 
mundial, la mayoría de las personas que viven en inseguridad alimentaria son 
campesinos que viven la escasez de agua, los fenómenos meteorológicos y que 
son desplazados por guerras civiles como algunos países en África. REUTERS, 
XINHUA Y AFP. 08/03/2017. AFP.31/03/2017. AFP.31/03/2017. 
Además de la desnutrición, también se padece de obesidad y diabetes. De 
acuerdo con la Federación Mexicana de Diabetes A.C (2012), México tiene el 
primer lugar mundial en obesidad infantil y ocupa el décimo lugar mundial en 
diabetes. Se estima que para 2030 ocupará el séptimo puesto. Cada hora se 
diagnostican 38 nuevos casos de diabetes, cada dos horas mueren 5 personas a 
causa de complicaciones originadas por la diabetes, el 30% de los problemas de 
pie diabético termina en amputación y cinco de cada cien pacientes con diabetes, 
ceguera (Alianza por la Salud Alimentaria, 2013). 
De acuerdo con la Alianza para la Salud Alimentaria (2012), en el sexenio 
de Felipe Calderón murieron medio millón de personas por diabetes, 33% más que 
durante el sexenio de Vicente Fox. En el actual sexenio de Enrique Peña Nieto se 
llegará a 700 u 800 mil muertos por diabetes si no se hace nada para regular la 
producción, comercialización y consumo de las bebidas gaseosas azucaradas. La 
Federación Internacional de Diabetes (2013), indica que China, India, Estados 
Unidos, Brasil y México, son –en ese orden– los países con mayor número de 
diabéticos en el mundo. 
Los datos de la ENSANUT (2012) identifican a 6.4 millones de adultos 
mexicanos con diagnóstico de diabetes, es decir, 9.17% de los adultos de México. 
El total de adultos con diabetes podría ser mayor, debido al porcentaje de los 
diabéticos que no conocen su condición. Se estima que para 2012 más de 4,524 
millones de dólares se requerirán para el manejo de la diabetes de los pacientes 
que reportan estar acudiendo a atención, 15% más en relación con la cifra 
estimada para 2011. Para contextualizar esta cifra, este monto es superior a los 
3,790 millones de recursos asignados al Seguro Popular en 2010. 
39 
 
La diabetes y la desnutrición no es una cuestión casual, mucha de la 
alimentación actual del mexicano promedio está constituida por comida 
industrializada y bebidas azucaradas, mayormente por la Coca-Cola. De acuerdo 
con Milenio Noticias el 9 de mayo del 2012, el centro Food Industry Development 
Centre Inc. (Food Centre) y la Universidad de Yale reportaron que en México se 
consumen 163 litros de refresco de cola anuales per cápita, lo que significa que 
desplazó al primer lugar, que era Estados Unidos, cuyo registro es de 113 litros 
per cápita en ese mismo lapso (Valadez, B. Milenio Noticias, 2012). 
La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas 
Carbonatadas (ANPRAC) y la Cámara Nacional de la Industria de Transformación 
(Canacintra) hicieron público un comunicado en el que negaron que el consumo 
de estas bebidas esté relacionado con la obesidad y la diabetes y que su consumo 
haya aumentado en México (Alianza por la Salud Alimentaria, 2012). Sin embargo, 
hay investigaciones, que afirman lo contrario: “Existen estudios tanto en seres 
humanos como en animales que muestran que los refrescos no producen 
saciedad y la compensación que proveen, en términos de la reducción del 
consumo de otros alimentos o bebidas en comidas posteriores, es baja, por lo que 
el efecto neto es un aumento del consumo de energía y por lo tanto la obesidad, la 
cual es precursora de diabetes, enfermedades del corazón, infartos y muchos 
otros problemas de salud” (Rivera et al., 2008)”. 
Actualmente, de acuerdo con el CONEVAL (2014), en México vivimos un 
contexto en el que la pobreza alimentaria ha incrementado de 27.4 a 28 millones 
de personas entre el 2012 y el 2014, y la población con ingreso inferior a la línea 
de bienestar aumentó de 60.6% a 63.8% en estos mismos años. En México hay 
55.3 millones de personas pobres. Este contexto en el que cada vez es más difícil 
poder alimentarse sanamente, vemos que la canasta básica va encareciéndose, 
mientras que muchos alimentos industrializados y comida chatarra se van 
volviendo sustitutos baratos de alimentos imprescindibles. Un vistazo al costo 
mensual de la canasta alimentaria rural con datos del CONEVAL (2014-2016) 
muestra en pesos la problemática: 
40 
 
En el 2014 la canasta alimentaria rural mensual e individual tenía un costo 
de $853.60 pesos y los siguientes alimentos costaban: $87.74 pesos por tortillas y 
frijoles: $30.67, mientras que por refrescos de cola y de sabores se gastaban 
$38.13 pesos. En 2016 el costo por mes es de $935.66 pesos, mientras que las 
tortillas cuestan $91.33 pesos, los frijoles $43.00 pesos y el refresco de cola y de 
sabores $40.58 pesos. 
La tortilla que es un alimento altamente subsidiado subió $3.59 pesos y los 
frijoles $9.91 pesos, el refresco solamente subió $2.45 pesos, con estos datos 
también se puede evidenciar que dentro de la canasta básica rural el refresco es 
un alimento que ahora se toma en cuenta, cuando no es realmente un alimento, ni 
básico, ni nutritivo, así como el alarmante parecido del gasto que se puede llegar a 
realizar entre la compra y consumo de refresco y frijoles. 
Sin embargo, no todo está perdido. México es uno de los 10 países más 
importantes desde el punto de vista biocultural, definidos por ser centro de 
diversidad biológica, lingüística, agrícola y por tener presencias de población 
tradicional (rural) (Toledo y Barrera-Basssols, 2008). Igualmente, México forma 
parte de los centros Vavilov, es decir que es uno de los centros de domesticación 
y origen de plantas cultivadas, como el chile (Capsicum annuum), la calabaza 
(Cucurbita pepo, C. Moschata, C. argyrospema y C. ficifolia), el camote (Ipomoea 
batatas) y el maíz (Zea mays) entre otras plantas alimenticias más. 
Gracias a tan alta diversidad biocultural, en México la alimentación toma 
mayor relevancia, hay un gran número de comidas asociadas a los rituales, 
ceremonias religiosas y fiestas. Un ejemplo de ellos son los diferentes tipos de 
tamales (Pilcher, 1998) y en general, la diversidad de usos de los diferentes tipos 
de maíces criollos, como los palomeros, maíces negros y púrpuraspara el atole de 
semana santa en la Sierra Norte de Puebla y zona aledaña de Veracruz, los 
maíces rojos, anaranjados y amarillos para hacer el pinole en los Llanos de Jalisco 
y el Bajío, los elotes rojos y morados de la Sierra Madre Occidental en Nayarit, 
Durango y Jalisco que son de usos ceremoniales en la zona de Coras y Huicholes 
(Ortega Paczka, 2003). También las cerca de 7000 especies de plantas nativas 
41 
 
con alguna utilidad en México, principalmente alimentaria (Casas et al. 2016, 
2017). 
En México tenemos una gran diversidad tanto de alimento, como de 
culturas, pero también tenemos problemas de salud pública que traspasan la 
diversidad de culturas, estratos sociales, sexo y regiones. 
 
 
4.- Las alternativas al desastre 
Ante los escenarios de crisis mundial y nacional, la necesidad de 
encontrar soluciones locales con impacto global es de primordial importancia. 
Dicha búsqueda ya se ha emprendido y comprendido por numerosas 
organizaciones campesinas en el mundo, y han encontrado un extraordinario 
apoyo en la ciencia de la agroecología (Altieri y Toledo, 2011). 
¿Por qué optar por los sistemas agroecológicos para salvaguardar la 
seguridad alimentaria? De acuerdo con Gliessman (1998), “La agroecología se 
perfila hoy como la ciencia del huarache como la bautizara Hernández-Xolocotzi, 
fundamental para orientar la conversión de sistemas convencionales de 
producción a sistemas más diversificados y autosuficientes. Utiliza principios 
ecológicos que favorecen procesos naturales e interacciones biológicas que 
optimizan sinergias de modo tal que la agrobiodiversidad sea capaz de subsidiar 
por sí misma procesos claves tales como la acumulación de materia orgánica, 
fertilidad del suelo, mecanismos de regulación biótica de plagas y la productividad 
de los cultivos”. 
La agroecología es crucial para la sustentabilidad, a través de sus prácticas 
busca incrementar la biodiversidad en los agroecosistemas. Es una forma 
revolucionaria de combatir a los monocultivos, a través de la producción local, con 
insumos locales, energía solar y teniendo de base a los pequeños productores, 
(Altieri, 1995, Altieri y Toledo, 2011). Sin embargo, entrar a un mercado capitalista 
como el actual significa entrar a una competencia extraordinariamente desigual. 
Es por ello que la producción de alimentos en sistemas agroecológicos tiene que 
42 
 
llevarse a cabo a través de una economía solidaria. De acuerdo con la Carta de la 
Economía Solidaria de la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS, 2011), 
los valores universales que deben regir la sociedad son los: equidad, justicia, 
fraternidad económica, solidaridad social y democracia directa. Estos valores se 
deben de promover, buscar y garantizar para que pueda existir un comercio justo y 
un desarrollo económico social (REAS, 2011). 
Como bien establece uno de los lemas más antiguos de la soberanía 
alimentaria: LA ALIMENTACIÓN NO ES UNA MERCANCIA, pues la buena 
alimentación se da a través del consumo de la agrobiodiversidad, entonces al 
conservar la agrobiodiversidad se resguarda la salud, tanto la humana como la 
ecosistémica. 
De acuerdo con Jonhs (2007), “La biodiversidad de las plantas es esencial 
para la salud humana. Las plantas suministran tanto nutrientes como compuestos 
medicinales, ellas son los componentes de ecosistemas robustos y contribuyen al 
bienestar socio-cultural. Los principios tradicionales y los conceptos científicos 
coinciden en la necesidad de la diversidad en la dieta para la salud, especialmente 
en el consumo de frutas y verduras. Ante los cambios ambientales y económicos, 
la simplificación creciente de las dietas de una gran cantidad de personas a una 
cantidad limitada de alimentos con alto contenido energético plantea obstáculos 
sin precedentes para la salud, al tiempo que va desapareciendo el conocimiento 
cultural de las propiedades de las plantas. Es por ello que la conservación de la 
biodiversidad y el conocimiento de su utilidad guardan las lecciones adaptativas 
del pasado y proporcionan los recursos necesarios para la salud del presente y del 
futuro”. 
Teniendo en cuenta estas bases conceptuales, es necesario hacer una 
reconversión de sistemas de producción de monocultivos a la diversificación de la 
agrobiodiversidad a través de los agroecosistemas. De acuerdo con las 
estimaciones de la FAO (2013) 868 millones de personas, es decir el 12.5% de la 
población mundial, están sub-alimentadas en cuanto al consumo de energía 
mínimo necesario. Se calcula que el 26% de los niños del mundo padecen retraso 
43 
 
del crecimiento; aproximadamente 2,000 millones de personas sufren de carencia 
de micronutrientes (uno o más) y 1,400 millones de personas tienen sobrepeso, de 
los cuales 500 millones son obesos. La mayoría de los países del mundo están 
lastrados por múltiples tipos de malnutrición, que pueden coexistir dentro de un 
mismo país, familia o individuo. Es decir, nos encontramos ante un panorama en 
donde existen millones de seres humanos desnutridos, con sobrepeso, o 
desnutridos y con sobrepeso, habiendo comida suficiente y nutritiva para todos, 
así como teniendo el conocimiento para poder cambiar esta realidad. La situación 
de malnutrición ha aumentado de forma vertiginosa, incluso más que la tasa de 
crecimiento de la población mundial. El problema del hambre, como fenómeno 
grave y generalizado, no se debe a la escasez de alimentos, sino a la pobreza 
de las poblaciones afectadas, quienes carecen de los medios para 
adquirirlos.” De acuerdo con un informe de la FAO-ALC (2016), se advierte que 
1,300 millones de toneladas de alimentos se desperdician anualmente. 
Preguntas como ¿quién nos alimenta?, ¿quiénes deciden cómo se 
distribuyen los alimentos y qué costos tendrán? Vienen a la mente al leer este tipo 
de información. Un estudio del grupo ETC (2013), arroja cifras importantes sobre 
quién nos alimenta hoy día: “La cadena industrial provee el 30% de los alimentos 
(cultivos, pesca, ganado, etc.) utilizando de 70% a 80% la tierra arable para el 
30%- 40% de la comida derivada de cultivos. Usa del 80% de los combustibles 
fósiles y el 70% del agua destinados para uso agrícola. Controla casi la totalidad 
de alimentos que salen al comercio internacional, que representa el 15% de la 
comida producida globalmente, y aunque domina 7,000 millones de dólares que 
vale el mercado mundial de comestibles, así como deja 3,400 millones de 
personas ya sea desnutridas, hambrientas u obesas. 
Mientras que la red de producción campesina provee más del 70% del total 
de la comida que consume la humanidad. Entre un 15% y un 20% proviene de la 
agricultura urbana; otro 10 a 15% de la caza y recolección, 5 a 10% de la pesca y 
entre 35 y 50% de las parcelas agrícola de pequeña escala. Cosecha entre 60 y 
70% de cultivos alimentarios con el 20-30% de la tierra arable, utiliza menos del 
44 
 
20% de los combustibles fósiles y 30% del agua destinado para usos agrícolas. 
Nutre y utiliza la biodiversidad de manera sostenible y es responsable por la mayor 
parte del 85% de los alimentos que se producen y consumen en las fronteras 
nacionales. Es proveedor principal, y a veces el único, de los alimentos que 
finalmente llegan a los dos millones de seres humanos que sufren hambre y 
desnutrición en el planeta.” (FAO, 2008, 2012; Grain, 2011, 2013; ONU, 2011; 
Pimentel, 2006; Grupo ETC, 2009, 2011, 2013; Scoones et al., 1992). 
Las cifras presentadas muestran una gran desigualdad de acceso, 
producción y distribución de los alimentos, dadas por la cadena agroindustrial. La 
mayoría de la población tiene acceso a sus alimentos a través de mercados 
locales, mientras que las clases medias altas y altas adquieren sus alimentos 
mayormente dentro de supermercados que ofrecen alimentos exportados, fuera de 
temporada de producción y con un gran costo ambiental, sin cobrar las 
externalidades

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