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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Participación ciudadana en la planeación urbana del Distrito Federal, el caso de Vecinos Unidos por Coyoacán y la Zona de Desarrollo Económico y Social T E S I S Para obtener el grado de Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública Presenta Giovanna Ávalos Vázquez Directora Dra. María del Carmen Roqueñí Ibargüengoitia Ciudad Universitaria, Cd. Mx., 2017 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 A mi madre, a mi padre y a la UNAM… 3 Capitulado Introducción ..................................................................................................................... 5 Capítulo I. Urbanización en la Ciudad de México: mediados del siglo XX y siglo XXI ......................................................................................................................... 17 1. Características, industrialización, tipo de poblamiento y actores. ................................. 18 2. Sociedad de la información: consecuencias socio espaciales. ..................................... 30 Capítulo II. Planeación urbana y participación ciudadana, marco institucional…….38 1. Planeación urbana y su relación con el modelo de desarrollo. ..................................... 39 2. Planeación urbana democrática. .................................................................................. 43 Capítulo III. Las Áreas de Gestión Estratégica ............................................................ 59 1. Marco jurídico institucional de la participación ciudadana en la planeación urbana. ..... 60 2. Las Áreas de Gestión Estratégica (AGE). Definición y características. ........................ 62 3. Diagnóstico de las problemáticas en el modelo de participación ciudadana de las AGE ............................................................................................................................. 74 3.1. Limitaciones de los instrumentos jurídicos, procedimientos y aprobación ..................... 78 3.2. Cómo se estructura la agenda de gobierno. ...................................................................... 81 Capítulo IV. El caso “La ciudad del futuro”, zona de desarrollo económico y social de Coyoacán .................................................................................................................. 90 1. Condiciones y fuentes del conflicto. ............................................................................. 92 2. Características del problema inicial. ............................................................................. 98 3. Expansión del conflicto y redefinición de la problemática. .......................................... 106 4. Inserción de las demandas ciudadanas en la agenda de gobierno..............................114 Conclusiones ............................................................................................................... 123 Cronología del conflicto. ............................................................................................. 131 Referencias ………………..……………………………………………………………………141 4 5 Introducción El Distrito Federal al ser la capital del país, ha vivido un constante proceso de urbanización que ha tenido distintas implicaciones en la vida de sus habitantes. Durante el siglo XX y al concentrar las distintas actividades económicas, políticas y sociales, la capital sufrió un crecimiento demográfico significativo, teniendo como consecuencia que sus habitantes y aquellos que llegaban de distintas partes del país en busca de oportunidades se vieran obligados a asentarse en partes consideradas como la periferia de la ciudad. El crecimiento poblacional, ha traído desde entonces complicaciones en materia urbana, siendo algunas de las más importantes la falta de vivienda, el asentamiento irregular de la población y la provisión de servicios básicos urbanos de estos nuevos asentamientos. De esta manera, el Distrito Federal tuvo en algunos momentos etapas de planeación y gestión urbana para poder dar solución a las problemáticas, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX. No obstante, los esfuerzos no fueron suficientes ante una mancha demográfica que crecía en la ciudad y que buscaba incluirse en sus actividades económicas y de desarrollo. En gran parte esto se debía a la fuerte migración del campo a la ciudad. El crecimiento y desarrollo de la capital trajo consigo que distintos sectores de la población comenzaran a exigir nuevos procesos que permitieran que las demandas de la ciudadanía fueran atendidas por los gobiernos en turno. El propósito de distintas movilizaciones de estudiantes, profesionistas, trabajadores, así como de la población que exigía la regularización y el otorgamiento de servicios urbanos de asentamientos irregulares, permitió configurar a la capital como el escenario en el cual se comenzaron a exigir procesos de democratización de la vida política y social. Es en la década de los ochenta cuando la participación ciudadana activa, en forma de movilizaciones y protestas configuró procesos que permitieron a la esfera social ciudadana alejarse del control político que ejercía el Estado en décadas anteriores. Además, en los mismos años comenzaba un proceso mundial de globalización, cuyas consecuencias para el país fueron las reformas administrativas que introdujeron un nuevo proyecto de nación, con marcos normativos que introducían 6 instrumentos de la nueva gestión pública así como de un sistema de gobierno diferenciado del anterior, en el cual los actores del mercado y la participación social en sus distintas modalidades comenzaron a tener injerencia en la toma de decisiones de la vida pública. En el Distrito Federal, la participación ciudadana en la planeación urbana tuvo una importante inclusión y atención a partir del sismo del 19 de septiembre de 1985, que dejó a un sinnúmero de familias sin hogares ni viviendas. Es a partir de entonces cuando se comienzan procesos de institucionalización de la participación ciudadana en la materia; los Programas Generales de Desarrollo Urbano de la capital, así como los Programas Delegacionales y Parciales requieren de procesos de inclusión ciudadana por medio de talleres y consultas públicas previa a la aprobación de los mismos. Sin embargo, en la última década, las reformas en materia de planeación urbana de la Ciudad han dado un viraje en la forma de planear tradicionalmente y han establecido nuevos mecanismos y estrategias de desarrollo, propios de las ciudades globales del siglo XXI para generar mayor atracción de inversión, debido a las condicionantes que el proceso de globalización impone para las urbes que se han constituido como nodos centrales de la economía mundial. La Ciudad de México, como un espacio estratégico en la región latinoamericana para el capital, ha sufrido consecuencias espacialesque se pueden rastrear desde los años noventa, década en la que se inserta plenamente en la economía global. El paso de la planeación urbana tradicional a la gestión y planeación estratégica del desarrollo urbano mediante proyectos que identifican suelo con potencial económico, de movilidad y de servicios, se ha configurado como la principal forma en que la administración pública de la capital ha emprendido procesos de recualificación y regeneración urbana. Las consecuencias socio espaciales han constituido un espacio citadino segregatorio y dual, donde se realizan actividades económicas terciarias características de los servicios de avanzada, como lo son el desarrollo de tecnologías de la información y de procesos de comunicación y diseño, pero 7 también se deja de lado a quienes no forman parte del desarrollo económico actual, siendo la población popular el sector más afectado. Aunado a lo anterior, las nuevas centralidades de ciertos espacios que antes eran considerados periferia en la ciudad han adquirido un vitalizado valor en su suelo. Entre estas zonas, los Pedregales de Coyoacán tienen una importancia significativa, ya que se localizan a un costado de los servicios educativos y de investigación más importantes del Estado, además de su cercanía con edificios que se dedican a los servicios de avanzada en avenidas como Insurgentes. La gestión y planeación urbana estratégica, así como el creciente valor del suelo en distintas zonas, han contribuido a generar nuevos instrumentos para el desarrollo urbano y territorial, entre las cuales se encuentran las Áreas de Gestión Estratégica, definidas en la Ley de Desarrollo Urbano de la capital a partir de 2010. Asociado a lo anterior, se han generado nuevos mecanismos e instrumentos de asociación público-privada para la capital que permiten generar coaliciones entre los actores político administrativos y los agentes del mercado en materia urbana. Esto tiene como consecuencia que el sector ciudadano quede segregado políticamente de la toma de decisiones en instrumentos como las AGE, hecho que se pretende explicar en esta investigación. El desmantelamiento del sector ciudadano organizado fuera de los instrumentos institucionales de participación ciudadana ha permitido que se creen propuestas de política como las Zonas de Desarrollo Económico y Social, y que se generen proyectos de coinversión en los predios más importantes sin vincular a la población popular que habita los espacios capitalinos que pretenden ser recualificados mediante inversión privada. Este hecho impone importantes interrogantes para el proceso urbano actual, entre las cuales hay que distinguir, ¿Por qué los procesos de gestión urbana estratégica desvinculan decisoriamente a los vecinos que habitan las zonas en transformación? ¿Qué diferencias hay entre la planeación urbana convencional y la planeación y gestión urbana estratégica? ¿Cuáles son las condicionantes que han permitido la segregación política del sector ciudadano en los proyectos estratégicos? ¿Qué 8 elementos sociales, históricos, políticos y administrativos deben atenderse en las zonas tendientes a su transformación? La presente investigación se propone responder a tales interrogantes, haciendo uso del caso de la Zona de Desarrollo Económico y Social de Coyoacán, la cual permite dilucidar las principales problemáticas de proyectos urbanos estratégicos que no toman en cuenta la participación efectiva de organizaciones vecinales en los procesos decisorios. Asimismo, también se hace énfasis en los problemas que implica que no se utilicen los mecanismos tradicionales de consulta ciudadana en estos proyectos estratégicos desde sus primeras etapas, lo cual permite observar el tipo de práctica administrativa actual de las autoridades en la materia. Las Áreas de Gestión Estratégica como instrumentos del nuevo tipo de gestión urbana, asociada a los mecanismos e incentivos que introduce la nueva gestión pública como modelo post burocrático, han fracasado como herramientas para la conformación de proyectos estratégicos urbanos de interés general. De igual manera, han contribuido a observar las deficiencias existentes del actuar administrativo que no integra un análisis del entorno ni de la complejidad de emprender proyectos en zonas y territorios particulares, entre los cuales destaca no integrar estratégicamente las necesidades sociales ni económicas de la población, contribuyendo así a su exclusión urbana y política en el modelo de desarrollo actual. Objetivo principal El objetivo principal de este proyecto de investigación es analizar las dificultades existentes que tiene la ciudadanía para participar efectivamente en los procesos de decisión en las Áreas de Gestión Estratégica en el Distrito Federal, utilizando el caso de la Zona de Desarrollo Económico y Social de Coyoacán. Hipótesis La siguiente proposición pretende establecer que el modelo de participación ciudadana en las Áreas de Gestión Estratégica impide una planeación urbana democrática, al dificultar la inclusión de organizaciones ciudadanas y vecinales en 9 los procesos decisorios, teniendo como consecuencia la formación de resistencias populares a la modificación del espacio urbano de la ciudad. Objetivos particulares - Comprender el proceso urbano que ha tenido la ciudad de México, a partir del análisis de sus antecedentes durante la segunda mitad del siglo XX, de su inserción en la dinámica global así como de las orientaciones de desarrollo para la misma. - Dilucidar los principales conceptos que inciden en la planeación urbana de la capital y cómo se enmarcan en el plano jurídico y en las reformas administrativas en materia de desarrollo urbano y participación ciudadana. - Definir qué son las Áreas de Gestión Estratégica y comprender sus características en relación con la planeación urbana, a partir de la revisión del marco jurídico y reglamentario que las materializa y la elaboración de un diagnóstico de las problemáticas en su modelo participativo. - Examinar el caso de la Zona de Desarrollo Económico y Social de Coyoacán “Ciudad del Futuro”, a partir de la crítica en el diagnóstico de las Áreas de Gestión Estratégica y de un modelo particular de análisis de estructuración de la agenda de gobierno. Aspectos metodológicos Esta investigación pretende ser un estudio de carácter intensivo, en el cual el objeto de estudio serán las Áreas de Gestión Estratégica de la ciudad (AGE). Descrito lo anterior, la unidad empírica que permitirá observar a la participación ciudadana en la planeación de AGE será el estudio de la dinámica de actores en la Zona de Desarrollo Económico y Social (ZODES) de Coyoacán o también denominada “Ciudad del Futuro”, que forma parte de las propuestas de creación de AGE durante el período de la jefatura de gobierno de Miguel Ángel Mancera. La elección del caso de la ZODES Coyoacán deriva de tres puntos importantes. El primero de ellos se refiere a la cercanía, pues soy habitante de la zona de los pedregales de Coyoacán, el principal territorio que sería susceptible de sufrir las 10 consecuencias de la modificación del entorno a partir de la creación del AGE en la delegación. Considero una cuestión de responsabilidad cívica observar y describir los problemas que aquejan a la comunidad en la cual me he desarrollado, esto a partir de la rama de estudio que he aprendido. Los pedregales de Coyoacán han tenido en los últimos años un proceso de reafirmación de identidad territorial y comunitaria a raíz de la modificación espacial que están sufriendo, situación que también estimuló la elección de este proyecto de investigación. En segundo lugar, la ZODES Coyoacán nunca logró implementarse debido a la politización del tema y las manifestaciones por parte de organizaciones que se consideraron como autónomas,al menos en un primer momento del conflicto. El proyecto estratégico ZODES Coyoacán no consiguió siquiera obtener un plan maestro debido a las manifestaciones y la expansión del problema, lo que refleja la magnitud del conflicto político urbano y permite descifrar también el tipo de práctica político urbana que se desarrolla en la ciudad por parte de la coalición público- privada. Por último, a partir de los estudios políticos se pueden aportar y proponer soluciones al problema expuesto, crear las herramientas que permitan diseñar los medios y procedimientos para los nuevos ámbitos bajo los cuales las organizaciones vecinales demandan nuevos conductos de participación y puedan así canalizar sus demandas. Ello permitiría contribuir, desde la rama de la Ciencia Política, a la observación, indagación y examen de los fenómenos urbanos así como la forma en que se toman las decisiones en esta materia y sus implicaciones. Es por lo anterior que este proyecto de investigación pretende contener una exploración teórica, empírica, pero también crítica y descriptiva respecto al problema planteado. La presente investigación no pasa por alto el proceso de creación de la Constitución de la Ciudad de México, en el cual se discute el modelo de planeación democrática y se procura la creación de un instituto autónomo de planeación que genere una proyección de la ciudad y un modelo de gestión urbana en los próximos veinte años, por lo cual se entienden las limitaciones de este proyecto. Por tanto, éste se remitirá únicamente a describir las condiciones de la misma unidad empírica de análisis, inserta en un marco jurídico institucional previo a la primera Constitución de la Ciudad, sin dejar de lado que es a su vez producto de una dinámica global-local de 11 la Ciudad de México y de su modelo de desarrollo, que como tal es meritorio de análisis político y social. Para poder comprender el objeto de estudio es necesario desagregar sus características, en una dimensión histórica, teórica, jurídico institucional, pero también política y social. Esta investigación pretende por tanto entender el contenido social y espacial de la unidad de análisis, primeramente, por medio de una breve semblanza histórica así como la definición del tipo de urbanización que sufrió la capital del país a partir de la segunda mitad del siglo XX, además de una contextualización de la metrópoli inserta en la dinámica global y el actual modelo de desarrollo, situación que ha tenido consecuencias socio-espaciales en el ámbito local de las ciudades, lo que ha permitido la generación de procesos de resistencia de sectores populares. Una vez elaborado lo anterior, se propone esclarecer las definiciones conceptuales de los principales conceptos que se utilizan en la investigación, como la planeación urbana, la nueva gestión pública y la gobernanza; la participación ciudadana y los procesos derivados de las reformas administrativas que ha impulsado la nueva gestión pública, a través de la búsqueda de la literatura correspondiente, siendo esta una parte de clarificación analítica y conceptual, acompañándose además de una semblanza sobre las reformas administrativas para la democratización en materia urbana y un breve análisis sobre las implicaciones en la práctica para una planeación urbana democrática. El siguiente apartado propone la comprensión de las Áreas de Gestión Estratégica por medio de un análisis de la forma en que se materializan jurídica e institucionalmente, para poder caracterizar las principales problemáticas y limitaciones de la participación ciudadana dentro del marco jurídico de las AGE y la forma de estructuración de la agenda de gobierno en la materia, que tiene implicaciones fundamentales para la participación de la ciudadanía. Este último punto ayuda a vislumbrar en el estudio de caso cuáles son las principales características de las prácticas político administrativas para gestionar los proyectos urbanos estratégicos en la ciudad. 12 Una vez realizada la clarificación conceptual y un aparato que crítica y describe el tipo de participación ciudadana en las AGE así como de las implicaciones políticas, sociales y espaciales del fenómeno de la urbanización, se realiza una descripción e interpretación detallada del caso de la zona de desarrollo económico y social de Coyoacán. Para poder efectuar lo anterior, me sirvo de la propuesta de análisis de Cobb W., Roger y Elder D. Charles en Participación en política americana, la dinámica de la estructuración de la agenda. El modelo propuesto por estos dos autores ofrece la posibilidad de retomar los elementos revisados en las otras partes, analizando un conflicto en el cual se disparan mecanismos de disputa, se describen fuentes y condiciones del mismo, así como una redefinición cuando actores ajenos en el inicio se insertan en la problemática. La dinámica de estructuración de la agenda de gobierno es un momento evidentemente pre decisional. En el caso de la unidad empírica de análisis, la ZODES Coyoacán necesitaba de un plan maestro que fuera aprobado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para iniciar su implementación. El plan maestro que debió haber sido realizado por PROCDMX (agencia paraestatal) nunca logró materializarse, por lo cual el proyecto fue detenido debido a la politización del tema y redefinido; teniendo como resultado la decisión de una política que no satisfizo a ninguno de los actores. En este sentido, el modelo de estos dos autores permite describir adecuadamente este proceso pre decisional para la implementación del proyecto urbano redefinido, pues la jefatura de gobierno se vio obligada a modificar la decisión previa de creación de ZODES tomada en un primer momento, cuando estructuró la agenda en materia urbana para el período 2012- 2018, mediante un modelo de acceso interno a las decisiones. Por último, en las conclusiones se retoman los desenlaces de los apartados de la investigación, teniendo como finalidad discutir el fortalecimiento de los procesos de democratización a nivel local en la planeación urbana de la ciudad. Los puntos mencionados corresponden a la generación de un aparato que retoma la teoría crítica de distintos autores en materia de sociología urbana, geografía y urbanismo, ya que es posible entender el fenómeno urbano como un fenómeno político, al describir las relaciones y objetivos de los diversos actores o agentes 13 dentro de la ciudad, la forma en que se toman las decisiones en el modelo de gestión urbana, así como de los conflictos que se generan a partir de ésta dinámica. La proposición de Castells (1973) respecto al concepto sistema urbano, con distintos niveles de análisis, roles y determinaciones que lo posibilitan es un marco general de análisis de las prácticas urbanas que permite describir la problemática en distintas escalas, razón por la cual esta investigación se propone retomar de manera general los elementos metodológicos que el autor propone para el elemento de la gestión de la cuestión urbana: El elemento gestión articula el sistema urbano con la instancia política y regula las relaciones entre el conjunto de sus elementos. Se define, pues, por su posición en una doble dicotomía global/local (representando el conjunto del sistema político o ligado a las condiciones locales) y se basa bien en uno de los elementos del sistema urbano, o bien, en el conjunto (especifico/general). Lo que determina cuatro sub elementos posibles: G1 Agencia urbana, G2 Municipalidad, G3 Organismo de planificación y G4 Delegación de la autoridad central (Gobernador) […] definir […] en el interior de cada subelemento, lugares entre los que se repartan los soportes, según su posición en la estructura social. Son precisamente estas diferencias de lugares ocupados por los agentes- soportes, las que explican las prácticas sociales contradictoriasy permiten transformaciones en el sistema urbano, que es preciso no solo descomponer en subelementos, sino diferenciar, precisando, en el interior de cada subelemento, niveles y roles. (Castells, 1973:283-284). Retomar los puntos centrales del análisis de la gestión urbana de Castells, cuyas proposiciones se encuentran dentro de la tradición marxista, no impide que se utilicen otras formas de explicar el problema de la gestión, por lo cual se atiende a la idea que menciona Manuel Perló respecto a las reflexiones de académicos que intentan “[…] despojarse de formas dogmáticas de pensar, aceptar el pluralismo teórico, establecer un verdadero diálogo intelectual entre diversas tradiciones teóricas y experimentar con nuevas metodologías y técnicas de investigación” (1997:31). Debido a esta reflexión se enfatiza en el pluralismo teórico, pues la presente investigación utiliza la teoría crítica mencionada, pero también modelos de análisis del momento predecisional de políticas y de estructuración de agendas 14 gubernamentales, que permiten formas de comprensión de fenómenos en otros niveles de abstracción. Las técnicas de investigación incluyen, como se mencionó anteriormente, la revisión bibliográfica y hemerográfica de los principales conceptos y procesos que se describen, pero también la recolección de material empírico para el estudio del caso y la elaboración de una cronología del conflicto. Se investigó en los archivos de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y en el Diario Oficial del Distrito Federal sobre los puntos de acuerdo, respuestas de los actores involucrados en la ZODES Coyoacán y toma de decisiones de los actores político administrativos; contribuye de manera especial la generación de solicitudes de información pública en la plataforma de transparencia de la ciudad como técnica que permitió indagar sobre el otorgamiento de permisos y concesiones a PROCDMX, y de esta paraestatal a los posibles actores privados que realizarían el proyecto urbano, así como las fechas de redefinición de política del proyecto estratégico y su situación en diferentes etapas, información que tortuosamente ha sido proporcionada por parte de la administración pública de la ciudad. Además, se revisaron los documentos emanados de asambleas y reuniones, así como pronunciamientos de la organización vecinal. Lo anterior se acompaña de la observación directa del fenómeno, realizada en las distintas etapas del conflicto, así como del acercamiento con la organización vecinal y de las protestas suscitadas en distintos momentos en el espacio afectado en la zona de los pedregales. Se incluye la realización de conversaciones con algunos de los personajes de la organización vecinal, permitiendo comprender algunos aspectos sustanciales de las acciones y estrategias políticas de la participación ciudadana en el conflicto urbano, así como los elementos que definieron y redefinieron su postura. Por último, es importante mencionar que esta investigación comenzó como un proyecto de tesina, es decir, como una investigación monográfica del transcurso de organización vecinal respecto a un problema urbano de pequeña escala. Sin embargo, el propio proceso de investigación y de indagación del fenómeno urbano me dispuso a configurar la hipótesis mencionada en líneas anteriores, debido a que 15 la búsqueda de información empírica permitió observar que era un fenómeno que podía ser generalizado en distintos espacios de la Ciudad de México, dadas las características jurídicas y normativas que se explican en el tercer capítulo; sus fundamentos definidos en el proyecto de ciudad del jefe de gobierno en turno, además de las condicionantes históricas del proceso de asentamiento popular, y de las características de la participación ciudadana en este tipo de poblamiento. 16 17 Capítulo I. Urbanización en la Ciudad de México: mediados del siglo XX y siglo XXI El presente capítulo tiene como objetivo comprender el proceso de urbanización de que ha existido en la Ciudad de México, a partir de los elementos que ofrecen las teorías predominantes en la explicación del proceso urbano en América Latina, así como de los antecedentes históricos de la ciudad durante el siglo XX, atendiendo la relación que existe entre los procesos económicos, el crecimiento demográfico y su localización y apropiación en el espacio de la capital y la zona metropolitana. Comprender los antecedentes mencionados permite entender que el proceso urbano de la Ciudad de México ha tenido distintas formas de expresión de acuerdo a la participación de actores institucionales, populares y del mercado que han colaborado en su realización. Estas expresiones están cargadas de significado social y político y estudiar sus manifestaciones, como lo han sido las colonias populares, son sustanciales para vislumbrar las problemáticas que se tienen actualmente con la participación ciudadana en este tipo de poblamiento (atendiendo a que la unidad empírica de análisis se concentra en colonias populares) y cómo es que se enfrentan a momentos de modificación espacial. Como menciona Azuela, “el proceso de apropiación del espacio, de construcción del medio físico, de asignación de significados del espacio, se transforma” (1997:98), por lo cual se hace significativo entender el proceso histórico que ha llevado a las actuales manifestaciones espaciales de la ciudad capital. Asimismo, la inserción de la Ciudad de México en la dinámica global neoliberal de finales de siglo XX y principios del siglo XXI, la coloca como una ciudad global y como un referente para los servicios de avanzada en la región. Esta fase de globalización e informacionalización de la economía también tiene consecuencias socio-espaciales que se han presentado en la modificación de distintos lugares de la zona metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), de donde Coyoacán no es la excepción experimentando transformaciones en su suelo, mismas que también 18 es preciso observar para entender las consecuencias de la forma de gestión del desarrollo urbano. 1. Características, industrialización, tipo de poblamiento y actores El proceso de urbanización1 que han sufrido las principales ciudades alrededor del mundo ha sido consecuencia de características particulares, o de historias urbanas diferenciadas en el tiempo; sin embargo, las distintas regiones del planeta han tenido procesos urbanos comunes debido al papel que históricamente han tenido en la dinámica económica mundial, la cual ha experimentado un proceso largo de globalización a partir de la inserción del continente americano en las relaciones económicas mundiales, proceso que puede remontarse a la época colonial. La región latinoamericana, ha asistido por tanto a procesos urbanos que contienen características en común que es preciso señalar. El grueso de los estudios sobre la urbanización latinoamericana2, han adoptado la teoría crítica para la explicación de los fenómenos socio espaciales suscitados en la región. El proceso urbano de la Ciudad de México y en general de la zona metropolitana tienden a contener estas características, mismas que reflejan un problema relacionado con la división internacional del trabajo, cuya consecuencia aunada a condiciones particulares ha sido una fuerte segregación social de un sector importante de la población; la Teoría de la Urbanización Dependiente (TUD) refleja una extensión, al nivel teórico, de la teoría de la dependencia latinoamericana 1Para efectos de la presente investigación, se entenderá a la urbanización como “proceso a través del cual una proporción significativamente importantede la población de una sociedad se concentra en un cierto espacio, en el cual se constituyen aglomeraciones funcional y socialmente interdependientes desde el punto de vista interno, y en relación de articulación jerarquizada (red urbana)” (Castells, 1983:26). 2Las investigaciones que han pretendido explicar los procesos urbanos en América Latina desde una perspectiva latinoamericana, se remontan a la década de los años 50 y 60. Un trabajo representativo es el de Quijano (1968), quien explora los periodos del proceso urbano dependiente desde la época colonial hasta mediados del siglo XX; artículos que retoman y analizan la discusión sobre la urbanización en América Latina son el de Williams (2009), quien realiza un análisis de la adaptación de la teoría de la dependencia cepalina a las transformaciones espaciales actuales de la región y Jaramillo (1993), quien distingue las distintas escuelas, de las cuales destaca la Teoría de la Urbanización Dependiente, la Teoría de la Marginalidad y la Crítica Singeriana a la TUD. Por otra parte, existen también otras críticas a las posturas de la TUD; por ejemplo, Garza (1985) considera que “el capitalismo no manifiesta la concentración [económica] únicamente en los países subdesarrollados […] las altas concentraciones son una característica intrínseca del modo de producción capitalista en general” (p. 54.). 19 al ámbito de la conformación espacial de las principales ciudades de América Latina. Esta señala como una característica significativa el carácter subordinado de los procesos de acumulación de capital en los países de la región, donde Jaramillo (1993), una vez consolidada la independencia política de los Estados latinoamericanos, destaca lo siguiente: […] a la independencia política formal de estos países, se contrapone su sometimiento real a partir de la inserción desfavorable en un nuevo esquema de división internacional del trabajo desarrollado por el capitalismo industrial, que se resumía en su especialización en la producción de materias primas y productos agrícolas, y su intercambio desigual por manufacturas producidas en las nuevas metrópolis […] (p. 22). Por otra parte, Quijano (2014:118) señala que las estructuras de poder latinoamericanas dependen a su vez de las decisiones que se toman en las sociedades metropolitanas que dirigen los procesos económicos3, y que el perfil urbano de la región latinoamericana contiene como característica un débil desarrollo con altas tasas de crecimiento demográfico que sobrepasan el crecimiento de la economía urbana. En la Ciudad de México y su zona metropolitana, este boom demográfico puede localizarse en las décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta, como se muestra en la gráfica 1 que se presenta a continuación: Fuente: Elaboración propia con base de datos del INEGI. 3 Por sociedad metropolitana se entiende a las principales ciudades del continente europeo que tenían un intercambio de actividades económicas con los países latinoamericanos. 1,670,315 2,923,194 4,846,497 6,874,497 8,831,079 8,235,7448,605,239 8,851,080 0 2,000,000 4,000,000 6,000,000 8,000,000 10,000,000 1 9 4 0 1 9 5 0 1 9 6 0 1 9 7 0 1 9 8 0 1 9 9 0 2 0 0 0 2 0 1 0 P O B LA C IÓ N ( M IL LO N ES ) GRÁFICA 1 DSTRITO FEDERAL 20 Manuel Castells propone una serie de características que resumen en gran medida la literatura correspondiente respecto al proceso urbano latinoamericano que distinguió a la región a mediados del siglo XX, cuando los países habían entrado ya en un proceso de industrialización y de conformación de grandes aglomeraciones, mismas que representaron importantes problemas para el desarrollo interno nacional de cada Estado y para la gestión del desarrollo urbano, debido a las fuertes inmigraciones que presentaron las ciudades. A manera de síntesis, se especifican los rasgos mencionados (Castells, 1983:71): La población urbana supera el nivel productivo del sistema No existe una relación entre el empleo industrial y la urbanización Desequilibrios en la red urbana en beneficio de la aglomeración preponderante Aceleración creciente de la urbanización Insuficiencia de empleo y servicios para las nuevas masas urbanas Acentuación de la segregación ecológica por clases sociales Polarización del sistema de estatificación a nivel de consumo Como Pérez Negrete lo menciona, la Ciudad de México ha sido históricamente el centro político, económico y cultural, polo de atracción laboral, de desarrollo y ha concentrado a los agentes que han sido símbolo del progreso y modernidad de este país (2008:17). Estas características se remontan a siglos pasados y se observan en las etapas históricas que la ciudad ha experimentado como centro decisional y de poder. La aceleración creciente de la urbanización del siglo XX tiene que ver con el tipo de políticas centralizadoras de las cuales ha gozado la capital en distintas etapas. Este proceso puede leerse de diversas maneras, desde el tipo de dispersión y concentración de la actividad económica, de las formas y fechas del tipo de poblamiento así como de los actores involucrados y los modelos de participación de estos en el proceso de apropiación del espacio. En materia económica, la creación de infraestructura del Porfiriato colocó a la ciudad como el principal mercado interno y el nacionalismo revolucionario la siguió 21 consolidando a mediados del siglo XX como el símbolo de modernidad mexicana4, periodo en el cual se deja claro el fomento de la economía de aglomeración5, teniendo como consecuencia un proceso gradual de crecimiento y concentración económica y poblacional (Ramírez Hernández, 2016:58). La investigación de Davis (1999:165-166) sugiere que la política de fomento a la concentración de la economía se refleja en la modificación de la legislación en materia industrial y comercial durante el período de gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho. Las reformas contribuían creando incentivos fiscales para la localización de nuevas industrias en el centro del país, y en materia política, mediante la creación de confederaciones industriales y comerciales a nivel federal y regional, lo que permitía al gobierno federal un mayor control político de los actores industriales y comerciales en un modelo de sustitución de importaciones. La etapa anterior, que Ramírez Hernández (2016) ubica de 1940 a 1970, es la que presenta fuertes transformaciones económico urbanas debido a las enérgicas inmigraciones (propias de las principales ciudades latinoamericanas que tenían un intercambio de actividades económicas con países centrales), pero también debido a la localización industrial en la zona norte y norponiente de la ciudad y a los efectos que estos dos elementos provocaron en materia de abastecimiento de servicios urbanos por parte del Estado, de incapacidad de absorción de mano de obra por parte de la industria y de las actividades económicas; así como por la falta de producción de vivienda para el grueso de la población, misma que realizó asentamientos irregulares en la periferia de la zona central. Núñez destaca que para el primer lustro de la década de los setenta, en la Ciudad de México el 45% de las viviendas eran de un solo cuarto, el 27% de dos y el 28% de tres o más, con un índice de hacinamiento de 4.2 personas por cuarto, así como la existencia de un déficit acumulativo de 678 mil viviendas (1974:114-115). 4 Para una revisión sobre los instrumentos de planeación urbana y gestión de la ciudad del nacionalismo revolucionario de las primeras décadas del siglo XX véase Aguilera (2014). 5 Una economía de aglomeración tiene como principal característica “la concentración espacial de las actividades económicas y los factores productivos”, que deacuerdo a Manrique (2006:55) “induce un proceso acumulativo de concentración de otros mercados y actividades, como el laboral, la educación, los servicios públicos”. 22 El tipo de actividad desarrollada en la zona centro de la ciudad ha estado relacionada con el comercio y los diversos servicios que ofrece. También es sede de gran parte de las actividades político administrativas del Estado. La apropiación del espacio por parte de la actividad industrial estuvo localizada, como se mencionó, en la zona norte y norponiente: “los sitios más adecuados para la naciente expansión industrial de la Ciudad de México deberían trazar un arco en torno a su zona central, y que coincidiera con las vías de acceso y transporte ferroviario.” (Hernández, 2016:64). Este punto permite entender cómo el poblamiento de la ciudad en esa época se localizó abrumadoramente en las zonas mencionadas. La fuerte oleada de inmigraciones al área metropolitana, derivada de la concentración de la actividad económica y los bajos incentivos para la realización de la Reforma Agraria, provocó que rápidamente los asentamientos irregulares tomaran mayor relevancia en la gestión de los problemas de la urbanización acelerada. El poblamiento informal de la ciudad se expresó de manera más enfática, de acuerdo a Rébora Togno, en la década de los cincuenta y sesenta, desbordándose la mancha urbana en un proceso de metropolización: “La expansión urbana del centro a la periferia en la ZMVM se ha dado en forma de mancha de aceite, a lo largo de las principales vías de comunicación, en forma indiscriminada, discontinua, desarticulada, extensiva e incontrolada, con déficit permanente de infraestructura y servicios básicos […]” (2000:48). Entre las razones de esta expansión informal de la población se encuentra la falta de oportunidades económicas y políticas que tenían los grupos sociales marginados y migrantes para adquirir suelo y vivienda de manera formal. Núñez destaca que el problema habitacional tuvo su tratamiento mediante las políticas de El Programa Financiero de la Vivienda, la creación del INFONAVIT, la regulación de tenencia de la tierra y el inicio de programas de descentralización como la relocalización industrial en lugares más alejados de la zona centro, destacando Cuautitlán Izcalli (1974:114). Las formas de apropiación popular del suelo se dieron mayormente en zonas ejidales, que hoy constituyen la primera y segunda periferia del centro de la 23 capital respecto al desarrollo de su actividad económica6, siendo Coyoacán uno de los territorios localizados en la primera periferia. Como se mencionó, los asentamientos irregulares son las principales formas en que se constituyó el poblamiento de la ZMCM y las colonias populares son su expresión territorial. El primer grueso de su construcción se localiza en las fechas de mayor inmigración y estas incluyeron distintos agentes en su formación. Priscilla Conolly destaca la creación de una tipología de tipos de poblamiento, definiendo que las colonias populares contienen como criterios específicos “la irregularidad inicial de la ocupación del suelo, tanto por la falta de títulos como por el carácter no autorizado” así como “el carácter progresivo de la construcción”, donde “las primeras ocupaciones de los predios anteceden la construcción definitiva de las viviendas y la introducción de infraestructura urbana y de servicios” (2005:16).7 Se corrobora también que “no existe un patrón de segregación marcada por las colonias populares” destacando entre las razones una “tolerancia política de la ocupación ilegal e irregular” (Conolly, 2005:20). Los mapas del tipo de poblamiento de la ZMCM indican el establecimiento de colonias populares en todas las áreas de la capital, desde el norte en Azcapotzalco y Gustavo A. Madero, el poniente como Álvaro Obregón hasta la zona sur como los pedregales de Coyoacán y la zona oriente con Iztapalapa, territorios que forman el primer contorno de la zona centro. La tolerancia política tuvo a su vez diferentes razones, entre las cuales destaca la incapacidad institucional de las autoridades político administrativas de la ciudad para controlar la urbanización acelerada por la falta de recursos; además, el fomento de la economía de aglomeración rebasaba el ámbito de acción político administrativa de las regencias de la capital y los objetivos de las autoridades 6 Primera periferia: Azcapotzalco, Coyoacán, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, A. Obregón, Naucalpan, Nezahualcóyotl; Segunda periferia: Magdalena Contreras, Tláhuac, Tlalpan, Xochimilco, Atizapán de Zaragoza, Chimalhuacán, Coacalco, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Huixquilucan, La Paz, Tlalnepantla de Baz, Tultitlán, Ramírez (2016:84). 7 Después de un riguroso análisis de las metodologías de definición de los tipos de poblamiento de la zona metropolitana, Conolly rescata los generados por el OCIM de la UAM, siendo los siguientes: ciudad colonial, expansión de la ciudad central, cascos urbanos, pueblos conurbados, colonias populares, conjuntos habitacionales, fraccionamientos tipo residencial medio, fraccionamientos tipo residencial alto, pueblos no conurbados, uso predominantemente no habitacional, uso no habitacional y áreas no urbanas (2015:14-19). 24 políticas nacionales no tuvieron como prioridad el control del planeamiento urbano de la zona metropolitana. Las autoridades federales como agentes del desarrollo priorizaron el crecimiento económico y la creación de infraestructura industrial sin contemplar las responsabilidades urbanas que implicaba y que se requerirían en materia de vivienda y servicios urbanos para la población. Davis destaca por tanto que “el peculiar patrón de crecimiento urbano concentrado en la Ciudad de México es un resultado de luchas políticas locales y nacionales en torno a su tamaño y carácter; y estas luchas, a su vez, configuran las relaciones institucionales existentes entre actores estatales y de clase locales y nacionales” (1999:10), donde los actores institucionales en disputa son los presidentes y sus pretensiones que priorizaron el desarrollo económico industrial, así como las confederaciones obreras, comerciales industriales y populares, y en el ámbito local se refiere a las regencias de la capital, en específico la de Ernesto P. Uruchurtu, quien administró por 14 años la ciudad y quien trató de poner orden e impedir sin resultados el creciente asentamiento irregular de la población, fomentando un urbanismo para los grupos organizados que constituían la base de su apoyo popular, destacando la Alianza de Camioneros y la clase media alta y alta asentada en la zona centro.8 De la Torre destaca que el corporativismo mexicano de 1920-1971 marca profundamente la forma de participación de la población y los actores involucrados para el desarrollo urbano de la capital, como un instrumento de acción de Estado para el control político (Seminario Derecho a la ciudad y revolución urbana en la Ciudad de México, 2017). La producción formal del poblamiento estaba dirigida a trabajadores industriales y burocráticos y estuvo mayormente controlada por la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y por los líderes de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), esta última con una fuerte presencia en el Congreso Federal9 siendo la principal organización que 8 Entre las acciones de Uruchurtu destaca la creación de 150 mercados, el embellecimiento de la imagen de la capital, el ensanchamiento de avenidas importantes, servicios de limpia, entubamiento de ríos y plantas de bombeo y la ampliación de la red del transporte público, entre otros (Villasana y Gómez, 2017). 9 “[…] en 1967, en la cúspide del poder de Díaz Ordaz, la CNOP todavía dominabaal Congreso con un 55% de los escaños” (Davis, 1999:279). 25 propiciaría la culminación de la regencia de Ernesto P. Uruchurtu (en conjunto con el descrédito mediático hacia el Regente después del desalojo masivo de población en Santa Úrsula, Coyoacán). Las formas de poblamiento formal, como los conjuntos habitacionales, estaban por tanto dirigidas a satisfacer la demanda de vivienda de los grupos organizados en estas confederaciones, que en su mayoría era la población que formaba parte de los ciudadanos integrados al desarrollo económico, dejando de lado a la población constituida dentro de la clase más popular y recién migrada y que se dedicaba al comercio informal, pues los programas de vivienda canalizaban los créditos solo a los asalariados. Otra de las razones por las cuales se toleraban los asentamientos irregulares era el establecimiento de relaciones clientelares de grupos marginados y migrantes con integrantes del Partido Revolucionario Institucional o líderes que buscaron integrarse al mismo. El Estado estaba marcado por fuertes clientelismos que el partido gobernante materializaba de distintas maneras y con distintos actores urbanos. Ello permitía a grupos internos del partido mantener asociaciones como clientelas con el fin del intercambio del voto a cambio del abastecimiento de las necesidades y de los servicios básicos urbanos. La autoproducción y la informalidad de las colonias populares se gestaban de diferentes formas. Grupos inmobiliarios y de la construcción especulaban con distintas partes del suelo, asociaciones de trabajadores del comercio informal se colocaron en la CNOP en forma de agrupaciones vecinales territoriales, y una vez invadidas propiedades privadas y ejidales, los propietarios exigían el pago de daños, mediante la regularización de la tenencia de la tierra. Para Núñez, los procedimientos de invasión se concretaban de la siguiente manera: […] líderes profesionales con intereses políticos organizan la invasión, casi siempre con la connivencia del comisario ejidal y con la garantía que un juez les concederá un documento de amparo para que los "paracaidistas" no sean desalojados del lugar invadido […] Cuando no hay otras complicaciones (litigios entre diferentes pretendidos propietarios, por ejemplo) el gobierno procede a su regularización con mayor o menor celeridad, según el poder de presión de los agentes interesados. Estos procedimientos no-legales son aceptados por 26 las diferentes dependencias del gobierno como el método más expedito y "realista" de dotar de terrenos a grandes núcleos de población […] (1974:131). Ramírez Kuri destaca también el carácter político del proceso de regularización del suelo: A través del control de las organizaciones comunitarias barriales, el gobierno fue sentando las bases para el control local del acceso al suelo en los asentamientos irregulares, incorporando a muchos colonos al partido oficial […] por medio de los líderes que al ser reconocidos por los colonos, adquirían también poder local para la distribución de lotes […] (2003:132). El orden urbano de Coyoacán muestra que el uso de su espacio fue predominantemente habitacional, aunado al desarrollo de funciones educativas y culturales tradicionales y modernas (Ramírez Kuri, 2003:138). La apropiación fue heterogénea de acuerdo al tipo de poblamiento y manifestación espacial que contiene la delegación y los significados asignados al espacio también fueron heterogéneos debido a dicha situación del proceso urbano. Las colonias populares de la delegación se apropiaron de los terrenos pedregosos que no eran aptos para el uso agrícola (Ramírez Kuri, 2003:122). Esta se constituyó mediante la invasión colectiva del territorio, con costos políticos que tendían a ceder el control a líderes comunitarios integrados a las filas del partido oficial, donde la producción del espacio derivó en un primer momento en la autogestión de vivienda y posteriormente en la introducción de servicios básicos urbanos por parte de la autoridad en los territorios invadidos que en su mayoría eran comunales y ejidales. Este tipo de construcción de la colonia popular permitió generar relaciones políticas de desigualdad entre los actores que estuvieron involucrados en el proceso de formación y de control del territorio, debido a la asociación que los líderes establecían con el partido oficial y con la población. Este proceso de apropiación se constituye como lo que Azuela denomina “urbanización popular”: “[…] un proceso conflictivo de transformación de relaciones de propiedad de una estructura agraria 27 a una estructura urbana” (1997:101), cuyos resultados para los asentamientos irregulares de la demarcación en los pedregales fue la constitución de propiedades privadas mediante los decretos expropiatorios del gobierno federal a la zona y la consecuente política de regularización y asignación de lotes durante los años setenta y ochenta, quedando algunas colonias sin regular, como es el caso del Pedregal de la Zorra. El ejemplo mayormente citado de formación de colonia popular en la demarcación es el caso de la colonia Santo Domingo, debido a la magnitud de la invasión colectiva. Sin embargo, la primera apropiación espacial mediante este recurso, aunque no de la misma dimensión, se dio a principios de los años cincuenta en la colonia Ajusco (Alonso, 1980), territorio donde se ubica el objeto de estudio de esta investigación. El marcado problema de la migración rural a espacios urbanos y tendientes a su urbanización provocó que en los años setenta comenzarán los estudios para entender el problema que aquejaba a la zona metropolitana y vislumbrar así las posibilidades de su planificación. Sin embargo, una crítica general de los estudios urbanos es que otros elementos claves que se convertían en graves problemas para el desarrollo absorbieron la agenda tanto nacional como local. Estos problemas se resumen en la crisis de las finanzas públicas del Estado, los cambios en la política económica y la efervescencia política de distintos grupos por impulsar la democratización de la vida social y de las relaciones estatales con la ciudadanía. Al respecto, esta etapa que se configura durante la década de los años setenta y ochenta, se encuentra marcada por una fuerte participación de la ciudadanía a través de grupos organizados en movimientos sociales, como una estrategia ciudadana frente a los problemas políticos, sociales, económicos y urbanos generados a raíz de la crisis económica y de la falta de legitimidad política.10 Álvarez Enríquez (2004:86) señala que: 10 Monsiváis describe “A los movimientos sociales del México en estos años les corresponde un paisaje político y económico en ruinas, que corresponde a la “década pérdida” […] con los oprobios de la deuda externa, la 28 […] la organización de la sociedad en estos años adoptó más la modalidad de movimientos populares reivindicativos y disgregados […] eran inestables y su vigencia era temporal […] sus estrategias de acción eran preferentemente radicales y confrontacionistas, y no reconocían la negociación como mecanismo efectivo para la gestión de sus demandas […]. A este proceso la autora lo considera como la diferenciación gobierno sociedad, como el inicio de cambios en la estructura de oportunidades políticas, cuyos movimientos se constituyeron en “la base para la conformación de un espacio público no estatal y para la creación de una esfera de autonomía social. El Movimiento Urbano Popular (MUP) que tiene su génesis en la década de los setenta expresa en sus inicios las características mencionadas; la participación ciudadana dentro de este movimiento derivó en la conformación de organizaciones, frentes populares y de convenciones independientes que tuvieron alcance a nivelnacional, debido a que el tipo de poblamiento popular tenía también su expresión en ciudades importantes como Guadalajara, Monterrey o Chihuahua, llegando a tener representación en 16 estados del país (Ziccardi, 1998:135-136). Sus demandas en una primera etapa se especificaron en el derecho a la vivienda y al suelo, en la titulación así como en el derecho a los servicios básicos como el agua, drenaje, electricidad y pavimentación de calles. Contingentes de los pedregales de Coyoacán tuvieron participación en la organización del MUP, en específico Santo Domingo, Los Reyes y la colonia Ajusco al formar parte del Frente Popular Independiente (FPI) y la Unión de Colonias Populares del Valle de México A.C. respectivamente (Tamayo, 1989:49-58). Ello implica que la zona de los pedregales tiene en sus antecedentes históricos una participación activa en los movimientos urbanos de la capital, mismos que fueron recordados por ciudadanos de edad adulta que participaron enérgicamente en las protestas y asambleas contra el decreto expropiatorio del 2013 de la Planta de Asfalto en la colonia Ajusco por parte del gobierno de la ciudad. inflación, el fracaso de las medidas para redistribuir el ingreso, la burocratización estatal, el desempleo, y les toca también oponerse al autoritarismo del viejo y el nuevo cuño, de los caciques y los tecnócratas” (1987:12). 29 Tanto Ziccardi (1998) como Álvarez Enríquez (2004) coinciden en que el MUP entra en una segunda fase durante el inicio del segundo lustro de la década de los ochenta, fase que se encuentra marcada profundamente por los acontecimientos del terremoto de 1985. De esta etapa Tamayo rescata que “[…] conscientemente la sociedad se asume plural […] de una acción espontánea de rescate de víctimas en solidaridad con los damnificados, además del concurso de las organizaciones barriales para reconstruir una especie de ciudad dentro de la otra macrocefálica urbe, se derivó un movimiento ciudadano por la democracia […]” (2002:131). La ayuda humanitaria que ejerció la ciudadanía en la capital es un momento significativo que enuncia procesos de solidaridad que no distinguió clases ni colores11. Se ubica como un período de suma importancia para la apertura de una participación ciudadana que rompió con las formas de control social del Estado que habían caracterizado al modelo corporativo. También significa para el MUP el paso de la confrontación y la denuncia a la negociación y discusión de propuestas con las autoridades político administrativas respecto a los problemas públicos urbanos, elemento significativo para los posteriores procesos de participación de la ciudadanía; sin embargo, “la precariedad del marco institucional para garantizar la participación ciudadana autónoma y eficaz se puso claramente en evidencia” (Ziccardi, 1998:137). En esta década se introducen las reformas políticas que permiten una mayor apertura del sistema de partidos y también las consecuentes reformas a la capital, con las cuales las directrices de la gestión del desarrollo urbano se encuadran en un nuevo marco jurídico e institucional que tiene como objetivo el cambio de relaciones entre los distintos actores del desarrollo, y otorgar de derechos políticos y ciudadanos a la población ampliamente movilizada en el centro del país. Destaca la creación de la Asamblea de Representantes (ARDF) y una nueva opción política con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), sujeto político que aglutinó las demandas del contingente del MUP que decidió introducirse en la lucha político 11 Elena Poniatowska (1988) recoge una serie de crónicas que describen ampliamente la reacción humanitaria de los ciudadanos ante la tragedia del 19 de septiembre. 30 electoral. Para su última etapa, existe un cambio discursivo en algunos grupos integrantes del MUP, lo que provocó escisiones debido a las diferencias políticas. Para Tamayo, en sus inicios “este movimiento pasó a identificarse con una clase, la del proletariado, y ha llegado a reconocerse con un sujeto, el ciudadano, cuya expresión colectiva concreta fue determinándose en el periodo de la globalización” (2002:122). La modificación de la correlación en el ámbito público entre las autoridades político administrativas, los ciudadanos y los agentes del mercado se enmarcan a su vez en acontecimientos globales que es preciso señalar y que tienen importancia fundamental para entender la forma en que estos producen nuevas apropiaciones espaciales dentro del continuo proceso urbano de la zona metropolitana y las consecuencias que se deriva de ello en materia de segregación social, espacial y política, esta última referida a la participación de sectores populares de la población en la gestión y planeación del desarrollo urbano de la capital. 2. Sociedad de la información: consecuencias socio espaciales Las reformas en materia económica, política y administrativa del país se encuentran marcadas por fuertes condicionantes que actores globales asignaron en la agenda del desarrollo mundial. Los ochentas y los noventas están marcados por una transformación en el modelo de desarrollo nacional gestionado por el ascenso de una nueva élite política que actualmente ha logrado mantener su papel intermediario entre los espacios globales y nacionales así como en el ámbito público y privado (Salas-Porras, 2014). Como menciona Olivera (2014:159), México se consideraba como uno de los países emergentes y como un lugar estratégico para la región latinoamericana en materia económica, por lo cual la Ciudad de México adquirió una importancia fundamental para el desarrollo y la expansión de la economía mundial en el proceso de globalización de la época. Borja & Castells (1999) consideran los fenómenos de la globalización, la informacionalización y la urbanización generalizada como tres procesos estructurales de la sociedad de la información que a nivel mundial marcan de manera significativa la forma de gestión de las ciudades. 31 Estos fenómenos que actúan de manera interdependiente tienen su materialización en las formas en que las urbes se han adaptado al reciente proceso económico mundial. Si se retoma la idea de que la actividad económica actúa como unidad operativa planetaria (Borja & Castells, 1999:24), y que son las ciudades y las zonas metropolitanas más importantes del mundo sus principales centros de dirección y desarrollo, los gobiernos estatales y locales se ven condicionados a modificar la estructura institucional y las características de las ciudades con el fin de adaptarlas al proceso económico actual. Esto implica que las principales capitales y metrópolis adopten nuevas formas espaciales y adquieran también importancia política en sus regiones. La Ciudad de México, por tanto, se ha colocado como una de las principales aglomeraciones urbanas que han aglutinado parte de los procesos del desarrollo económico mundial en América Latina, situándose al final de la primera década del nuevo siglo como la ciudad global más importante de la región, seguida por Sao Paulo, Caracas, Buenos Aires y Santiago (Pérez Negrete, 2008). El análisis de dispersión y concentración económica de la metrópoli de Hernández Ramírez (2016) permite observar que actualmente la Ciudad de México cuenta con una estructura económica policéntrica cuya actividad se ha orientado a la terciarización (fenómeno acelerado por la dinámica económica actual), constatándose en el aumento de empleo por actividad económica, como se muestra a continuación en el cuadro 1: 32 Fuente: Elaborado con base en el cuadro de empleo por actividad económica, basada en información de los censos económicos 1975-1999, de Ramírez Hernández (2016:83). La estructura policéntrica de laeconomía en la metrópoli se refleja también en la creación de subcentros de la actividad comercial y de los servicios al consumidor, al productor así como de los servicios estatales en la capital y la relocalización industrial en el Estado de México.12 Estos procesos económicos brindan una visión de la manera en que la reciente actividad económica se apropia espacialmente en la capital y la zona metropolitana, así como de los flujos de empleo y de movilidad. Este cambio de la actividad económica de la zona metropolitana, permite retomar la hipótesis de Pérez Negrete, quien considera: […] la dinámica de la Ciudad de México forma parte del proceso de reorganización productiva que las ciudades globales han emprendido, en donde actividades fuertemente vinculadas con la generación de capital global se combinan con las de otros sectores productivos de la sociedad en su articulación al sistema mundial […] La ciudad de México es vista como un espacio diverso y heterogéneo, marcado por los contrastes que dominan el 12 Al respecto, Hernández Ramírez ubica 5 subcentros que concentran el 80% del empleo en la rama industrial (Industrial Naucalpan, Añil-Granjas México, Industrial Vallejo, Corredor Cuautitlán Izcalli y Vía Morelos, Ecatepec); 4 subcentros comerciales que concentran el 79.7% del empleo en el sector (Corredor Reforma- Centro Histórico, Central de Abasto, Corredor Anillo Circunvalanción Merced e Industrial Naucalpan); 3 subcentros del sector servicios que concentran el 88.2% de empleos (Corredor Reforma-Centro Histórico, Polanco-Chapultepec-Palmas y Corredor Insurgentes Sur-Universidad) (2016, 94-109). ZMVM Distrito Federal Edo. De México Industrial 22% 0.80% 61.30% Comercial 142% 87.20% 420.80% Servicios 320% 264.20% 828% 2 2 % 0 .8 0 % 6 1 .3 0 % 1 4 2 % 8 7 .2 0 % 4 2 0 .8 0 % 3 2 0 % 2 6 4 .2 0 % 8 2 8 % CUADRO 1 AUMENTO DE EMPLEO POR ACTIVIDAD ECONÓMICA (1975-1999) Industrial Comercial Servicios 33 contexto urbano y con la presencia de diversos sitios que de forma directa o indirecta se enlazan con el actual régimen capitalista (2008:20). En el caso de la Ciudad de México, la creación de un nuevo Central Business District en Santa Fe es un claro ejemplo de cómo la economía global crea sus propios espacios en las grandes urbes. A su vez, Parnreiter considera que “Entre 1997 y 2009, la superficie entera de oficinas se duplicó a 6.9 mill.m² […] Las clases A y A+ suman a más de 3 mill.m², lo que equivale a un 55% de todo el espacio de oficinas. Eso significa que la Ciudad de México tiene más espacios de oficinas de primera clase que las demás ciudades en América Latina […]” (2011:9). Este punto muestra la importancia que tiene la capital del país como centro de operaciones para empresas nacionales e internacionales. La ciudad experimenta desde los noventa y actualmente un boom de construcción de la economía inmobiliaria (en esta ocasión con despachos arquitectónicos y urbanos internacionales), misma que ha sido propiciada por la gestión del desarrollo urbano de la ciudad, la cual ha tenido que modificar su legislación en la primera década del siglo XXI para mejorar su nivel de competitividad y de atracción de inversión nacional e internacional. La actividad inmobiliaria en nuestro país ha crecido abrumadoramente en el último sexenio: “Entre 2012 y 2016, las empresas que forman parte de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) han ejercido alrededor de 21,500 millones de dólares […] El monto es superior al que ha ejercido el sector históricamente, pues entre 1992 y 2013 solo se ejercieron 19,000 millones de dólares en proyectos inmobiliarios” (Del Valle, 2017). Este dato ofrecido por el presidente de dicha asociación es revelador del cambio en infraestructura urbana del país así como de los agentes que lo están materializando, donde el sitio de inversión preferido es la Ciudad de México con el 43% de la inversión total, de acuerdo a la misma nota. La apropiación espacial de la actividad económica terciaria tiene también consecuencias en materia del flujo poblacional y de la movilidad, debido a que este tipo de actividad requiere de población profesionalizada y altamente especializada en algunos servicios de avanzada como la contabilidad, la banca y las finanzas, la 34 publicidad y los servicios legales (Pérez Negrete, 2008:46); como tal, es el segmento de la población que forma parte del actual modelo de desarrollo. Debido a dicha situación, territorios ya constituidos dentro de la ciudad adquieren nueva importancia en materia inmobiliaria y habitacional, siendo receptoras de importantes desarrollos comerciales y habitacionales; en este sentido, los pedregales de Coyoacán se constituyen como un lugar estratégico para el proceso de redensificación y de modificación de usos de suelo13. Las transformaciones de la demarcación son constatables en el creciente número de complejos departamentales, oficinas y de nuevos centros comerciales, entre los que destacan, la torre “High Park Sur Residences” ubicada en el Pedregal de Carrasco, el proyecto inmobiliario “Mitikah” con una inversión de más de 20 mil millones de pesos, a un costado de la zona centro de Coyoacán, el cual es considerado como el proyecto inmobiliario más importante en América Latina14; y los tres complejos departamentales de Quiero Casa en el Pueblo Los Reyes (a un costado del Pedregal de Santo Domingo)15, la colonia Avante, en la Calzada de Tlalpan y en el Pedregal de Carrasco respectivamente. Aunado a estos desarrollos, se encuentra la construcción de nuevas oficinas de primer nivel ubicadas también en el Pedregal de Carrasco, a un costado de “High Park Sur Residences”, los conjuntos en avenida Universidad y Eje 10 sur, la remodelación del Estadio Azteca que incluye un complejo comercial así como centros comerciales que ya están en función y recién fueron creados, como el caso de Oasis Coyoacán en Miguel Ángel de Quevedo. El proceso de “renovación” o “recualificación urbana” en Coyoacán y en las distintas zonas de la metrópoli es parte del fenómeno de la difusión urbana generalizada que comienza a gestarse en las urbes más importantes a nivel global, cuya 13 De acuerdo a las discusiones que se tienen en el dictamen del nuevo Programa General de Desarrollo Urbano de la ciudad, tendiente a aprobarse en el segundo semestre de 2017. 14 Véase El Financiero (28/06/2017: http://bit.ly/2ujSymO), consultado el 30 de junio de 2017. 15 Esta construcción ha desatado una importante movilización ciudadana de habitantes de Santo Domingo, la colonia Los Reyes y la colonia Ajusco denominada #Aztecas215, demandando el derecho humano al agua y el cese de la construcción por la fractura del suelo que está provocando el desperdicio de agua potable de la zona. http://bit.ly/2ujSymO 35 materialización se observa en las denominadas megaciudades. Estas megaciudades tienen para Borja & Castells las características de ser ciudades globales, ciudades informacionales (respecto al flujo de información que corre y se trata en dicho nodo de la economía mundial) y también de ser ciudades duales: “[…] en distintos espacios del mismo sistema metropolitano existen […] las funciones más valorizadas y las más degradadas, los grupos sociales productores de información y detentadores de riqueza en contraste con los grupos sociales excluidos y las personas en condición de marginación” (1999:60). Esta última característica, la dualidad citadina, es la que este proyecto de investigación pretende resaltar. El problema de la ciudad dual es observable en la ZMVM, entre las colonias populares y las zonas residenciales así como complejos departamentales de lujo en construcción, o entre el notorio contraste que comienza a generarun proceso de segregación espacial metropolitana, donde indica Suárez-Pareyón (2017) que el patrón de poblamiento residencial se localiza en las delegaciones Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, mientras las clases populares se ubican y ubicarán mayormente en el oriente, en zonas como Iztapalapa o Nezahualcoyotl, con una proyección de continuación de poblamiento informal y una política de vivienda que lejos de atender al sector de la autoproducción, se configura como una política urbana que atiende a las fuerzas del mercado en espacios ya urbanizados en décadas anteriores. El fenómeno de la ciudad dual que segrega social, espacial y políticamente a la mayoría de la población no está dada como parte natural de un proyecto modernizador del siglo XXI. Las generalidades del proceso urbano mundial se agregan y se combinan con los rasgos heredados del pasado, de la propia historia particular de las formaciones sociales (Pradilla, 2014), o su historia urbana diferenciada. Es importante enfatizar la importancia en que esto se combina con los actores hoy involucrados en la gestión de la urbe (quienes integran el grupo decisor en el ámbito público y que no están exentos de valores y prácticas políticas) así 36 como de los instrumentos y de la política urbana derivados del cambio de paradigma en el modelo de planeación. 37 38 Capítulo II. Planeación urbana y participación ciudadana, marco institucional El presente capítulo tiene como objetivo dilucidar los principales conceptos que inciden en la planeación urbana de la capital y que derivan de las reformas administrativas que se han experimentado. La nueva gobernanza como reciente proceso de hacer gobierno y la gestión pública como modelo organizativo de la administración pública han adquirido importancia significativa para los procedimientos y el tratamiento que ha tenido la gestión urbana de la capital, añadiendo el término de participación social y ciudadana en el marco normativo y administrativo así como los nuevos instrumentos financieros. Se propone definir a qué se refiere la investigación cuando se habla de planeación urbana así como los principales modelos existentes, debido a que ha sido a través de este instrumento de Estado como se trató de dar ordenamiento al espacio de la metrópoli, mismo que se acentuó de manera significativa durante la década de los setenta. Sin embargo, los procesos de gobierno actuales y que tratan de ubicarse en una dinámica más acelerada del proceso urbano, han contribuido a dejar atrás la idea del planeamiento tradicional en la práctica, dando paso a la gestión y planeación estratégica del desarrollo urbano como forma más idónea de llevar a cabo las transformaciones espaciales actuales por medio de proyectos estratégicos, mismo que también será señalado en el presente capítulo. Atendiendo a que el proceso urbano de la Ciudad de México se enmarca en una urbanización a nivel global, se describen también cuáles son los principales criterios que definen el tipo de planeación y gestión urbana contemporánea que, según la dinámica internacional, debe tener la capital, detallando los lineamientos que los principales organismos internacionales han establecido para contribuir al desarrollo de las ciudades. Posteriormente, se retoma la idea de que el movimiento urbano popular de la capital se diluyó y dio paso a la práctica de la participación ciudadana, como nueva forma de introducción y ejercicio de la ciudadanía en los aspectos de la gestión del desarrollo urbano. La participación ciudadana institucionalizada como forma de acercamiento social en aspectos antes considerados únicamente de las autoridades 39 político administrativas se encuentra en un proceso de reconfiguración, misma que atiende a la principal problemática de la presente investigación, que se refiere a la segregación política o al desmantelamiento del sector ciudadano en el nuevo tipo de planeación y gestión urbana estratégica ejercida en la capital. 1. Planeación urbana y su relación con el modelo de desarrollo La planeación urbana ha ocupado un lugar importante en la organización de las grandes urbes desde distintas perspectivas. Como instrumento para el desarrollo espacial, económico y social, se ha convertido en una herramienta necesaria para los Estados ya que a partir de ella se realiza el ordenamiento socio espacial que una nación, estado o gobierno local proyecta para un territorio en particular. Es importante realizar una clara distinción en torno al concepto de planeación urbana, ya que ésta no es un sinónimo de planeación económica y social. Si bien estos distintos tipos se integran cuando se materializan, el elemento fundamental que distingue a la planeación urbana es que esta tiene como objeto de atención “el proceso de configuración socio-espacial que surge de la relación compleja entre la sociedad y la naturaleza y las diversas formas y mecanismos de intervención para su transformación” (Iracheta, 1997:157). Por su relación con la naturaleza, implica que dos de sus elementos fundamentales son el territorio y el suelo, pues es a través de ellos donde el espacio urbano se produce y establece las condiciones necesarias para la definición y el desarrollo de las actividades económicas y sociales, pero también para la conformación de un lugar que satisfaga las necesidades y mantenga o mejore la calidad de vida de los habitantes de una ciudad. La acepción señalada por Iracheta, lleva a una concepción de la planeación urbana que vincula fuertemente la idea de lo socio espacial y el aspecto físico y natural de los asentamientos. Los desarrollos teóricos sobre el problema de la planeación se describen básicamente en 4 modelos que se puntualizan en el cuadro 2 (Gutiérrez Chaparro, 2014: 27-48): 40 Cuadro 2. Desarrollo teórico de la planeación urbana como objeto de estudio Modelo de Planeación Características Limitantes Principales exponentes Planeación Urbana Moderna (Siglo XIX y primera mitad del XX) Enfoque racional funcional y físico espacial. Plano regulador como estudio y zonificación como instrumento de intervención Rigidez en los planes e instrumentos de intervención basados en realidades estacionarias Le Corbusier y su “Carta de Atenas” Planeación Racional- Comprehensiva (Segunda mitad del siglo XX) Incorpora noción de proceso racional y sistemático a partir del seguimiento de etapas, prevalece enfoque físico. Vulnerabilidad a la dinámica del entorno. Marcado control estatal de la Planeación Andreas Faludi, “A Reader in Planning Theory” Análisis de Sistemas (Años ochenta) Interrelaciones funcionales de las partes de la ciudad que conforman un sistema y a su vez uno más complejo Alto nivel de abstracción y generalidad Vulnerabilidad a dinámicas del entorno George Chadwick,”A Systems View of Planning” Planeación Comunicativa (finales de siglo XX y siglo XXI) Acepta noción de complejidad de la realidad y pluralidad de actores; propone diálogo y negociación Sobreposición de intereses y conflictos, en la práctica se magnifican Patsy Healey, “Planning Through Debate: The Comunicative Turn in Planning Theory” Fuente: Elaboración propia con base en el texto de Gutiérrez Chaparro, Juan José (2014). Balance del modelo de la planeación urbana en México: orientaciones teóricas para evaluar experiencias de intervención en América Latina. Cuadernos del CENDES, pp. 27—48. Como se observa en el cuadro, tanto el modelo de planeación urbana moderna como el racional-comprensivo son característicos de una planeación que no integra en sus análisis las condiciones
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