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Índice Sobre la autora Introducción 1. Poniendo contexto al contenido 2. Conociendo al contenido 3. Recopilando contenidos 4. Planeando una estrategia de contenidos 5. Redactando contenidos digitales 6. Filtrando contenidos 7. Editando contenidos 8. Publicando contenidos 9. Reciclando contenido 10. Optimizando y promocionando contenidos 11. Traducir y localizar contenidos 12. Midiendo los resultados de los contenidos Epílogo. ¿Y el contenido siempre será Rey? Glosario Créditos Notas SOBRE LA AUTORA Eva Sanagustín Fernández es Licenciada en Comunicación audiovisual por la Universidad Pompeu Fabra y trabaja como redactora Web freelance. Se dedica a los contenidos desde 2002, creando estrategias de contenidos y escribiendo páginas Web de empresas y en blogs corporativos. Es profesora de cursos monográficos y workshops sobre marketing de contenidos y redacción de contenidos digitales; en másters y postgrados como los del IDEC-UPF, EAE o UdG; también ha creado materiales docentes para cursos online; e imparte formaciones incompany a empresas que quieran aprovechar los contenidos en su estrategia de marketing o aprender a redactar en medios sociales para conseguir mayor visibilidad. Ha publicado 8 libros relacionados con los medios sociales y el marketing: es autora de "Tu blog paso a paso. Manual para iniciarse en el blogging" (Netbiblo, 2009), "Blogs y empresas. Tu marca en la blogosfera" (UOC, 2010) y "Marketing 2.0 en una semana" (Gestión 2000, 2010); y coautora de "Claves del nuevo marketing. Cómo sacarle partido a la web 2.0" (Gestión 2000, 2009), "Visibilidad. Cómo gestionar la reputación en Internet" (Gestión 2000, 2009), "Quiero ser community manager" (ESIC, 2012) y "Facebook para dummies" (Para dummies, 2012). También ha probado la ficción con el relato corto "Lirios lilas" dentro del libro recopilatorio "Doce miedos" (Pantaleimon, 2012). Mantiene desde 2004 su blog personal y su presencia en redes sociales se centra en dar a conocer el marketing de contenidos utilizando para ello cuentas en diversos canales donde publica experiencias personales y recomienda contenidos relevantes para quien quiera saber más sobre este tema. Toda su vida digital puede seguirse desde www.evasanagustin.com. Introducción Las empresas que tienen un blog corporativo tienen más tráfico y venden más que las que no lo tienen; el contenido consigue más leads que los anuncios; la mayoría de usuarios se documentan en Internet antes de comprar y valoran más a las empresas que les ofrecen contenidos útiles. Éstas y otras estadísticas relacionadas con los contenidos1 son las que hacen que los responsables de marketing de cada vez más empresas miren a los contenidos como una manera de acercarse a sus clientes potenciales de forma menos intrusiva y cercana a cómo ellos quieren ser impactados. No es de extrañar entonces que algunos consideren que ha llegado el momento de mirar a los contenidos de forma estratégica, no solo como algo que publicar para mantener vivo una canal, si no como algo que puede ayudar a posicionar la empresa y vender más. Sí, los contenidos tienen valor estratégico. Déjeme que se lo explique con una historia. El otro día, frente a una caseta de la ONCE,una mujer respondía a la pregunta del vendedor de cupones de qué número quiere con una sonrisa y un alegre "¡uno que toque!".Pongamos que el vendedor de la ONCE en lugar de cupones expone coches o está en el stand de supermercado vendiendo detergente. Ese "que toque" se traduciría en un "que me lleve de un sitio a otro" o "que quite las manchas". Digamos que se le pide algo tan evidente como para lo que está creado (ganar, transportar o limpiar) y, si no "funciona", simplemente dejamos de comprar ese producto o marca. Imagine que ahora es un consultor que ofrece sus servicios para diseñar planes de marketing o crear acciones concretas. El "que toque" aquí sería bastante similar a los cupones: "que me haga rico". Repitamos la conversación: ¿cuántos clientes piden a sus agencias formas de ganar algo rápida y fácilmente? Puede ser tráfico, visibilidad, fans en Facebook o ventas (equivalente más directo del dinerito del premio). Y, ahora sí, vamos al contenido: ¿cómo es un contenido "que toque"? A falta de un objetivo más claro, se recurre a lo básico así que, siguiendo la referencia anterior y ya que debería estar integrada en el plan de marketing, sería uno "que me haga rico". Pero hay que matizar porque algunos coches que cumplen lo básico de transportarnos y, además, lo hacen rápidamente, sin gastar mucho o dando una cierta imagen. Lo mismo puede pasar con las estrategias de contenidos y con los textos según cómo sean porque, ahora sí, hay un objetivo mucho más claro detrás (potencia, precio o reputación). "Que toque" como objetivo en un juego es dejarlo al azar. Si se pensase en las probabilidades matemáticas, seguramente no se compraría ningún número pero entra en escena la suerte. Quien compra cupones cree que ésta estará de su lado, ¿lo puede creer también quien compra un coche o un detergente? ¿O quien contrata a un consultor o el propio redactor cuando escribe puede confiar en la diosa Fortuna para que su texto "se pueda leer"? Aunque se forman colas en las administraciones que han vendido números ganadores, sigue siendo una cuestión de suerte y cuando se habla de estrategias, el azar no debería ser una variable. No es que haya una forma de trabajar que garantice "que toque", pero sí se puede llegar a una metodología que encamina los pasos hacia esa dirección, hacia el "éxito", gracias a la experiencia que la pule hasta dar con la fórmula más efectiva. Una estrategia de contenidos o un texto no se hace al azar, ni tratando de copiar el éxito de los demás. Al contrario, es algo que se analiza y se estudia de forma única para llegar a unas recomendaciones personalizadas o a un texto original. ¿QUÉ ENCONTRARÁ EN ESTE LIBRO? Este libro gira en torno a dos grandes temas: la creación de un plan de contenidos y la redacción de contenidos. Pero para comprender todo el ciclo de vida de los contenidos, es necesario mirar antes y después de esos dos momentos. Es por esto que encontrará capítulos previos que servirán para poner contexto al entorno de los contenidos y posteriores para cubrir tareas que no siempre se vinculan a la redacción pero que le servirán para tener una visión más amplia, algo propio de puestos jerárquicos superiores. En este libro se repasan primero de forma teórica y después práctica todas las preguntas que se plantearía cualquier persona responsable de contenidos de una empresa. El objetivo final es que el lector aprenda a usar diferentes tipos de contenido en beneficio de su empresa con una metodología paso a paso. Por eso se empieza por lo más básico para luego profundizar hasta el detalle de responder preguntas de nivel avanzado. El primer capítulo se centra en situar al marketing de contenidos en la historia del marketing, desde el momento en el que el contenido fue coronado Rey hasta nuestros días. Es un recorrido por otras estrategias que también se relacionan con los contenidos aunque no se usen de igual forma. También aquí conocerá la empresa ficticia que servirá de caso de estudio durante todo el libro. En el segundo capítulo se ha clasificado al contenido de hasta 10 formas diferentes. Quién lo crea, su origen, su precio, su originalidad o su género, entre otros tipos para que los pueda manejar desde varios puntos de vista. Le servirá de base para comprender algunos capítulos posteriores y seguro le dará algunas ideas para empezar a trabajar con los contenidos. En el capítulo tercero ya empezará a remangarse para buscar los contenidos dentro de su empresa que le puedan servir en su primer día de trabajo como responsable de contenidos. Hará un inventario y una auditoría para después buscar documentación fuera de la empresa. Pero sin infoxicarse, seleccionando bien las fuentes ya que también le servirán para redactar textos en capítulos posteriores. Trabajarásu estrategia de contenidos en el capítulo cuarto. Contestando a las preguntas que se le plantearán, podrá preparar el documento para presentar a sus superiores o implementar usted mismo la estrategia. Veremos los objetivos que pueden lograrse usando los contenidos adecuados a su público, buscaremos los mensajes clave más relevantes y los mejores canales donde publicarlos y la frecuencia que debería seguir para poder decir que está haciendo correctamente marketing de contenidos. Para guiarle en este recorrido, encontrará desarrollado un caso de estudio. De esta manera podrá ver de forma práctica cómo sería una estrategia de contenidos. En el capítulo quinto aprenderá cómo escribir para Internet empezando por técnicas periodísticas, publicitarias e hipertextuales para continuar repasando los diferentes tipos de contenidos y formatos, desde su página Web hasta su newsletter pasando por los medios sociales o infografías. Tenga algo para escribir cerca porque puede necesitarlo. En el capítulo sexto se convertirá en content curator y seguirá los pasos para filtrar contenido, seleccionarlo y publicarlo en canales específicos de curación o en canales propios que ya tenga. Porque no basta con tener contenidos, hay que asegurarse de que cumple los requisitos de calidad para ser publicado así que, en el capítulo séptimo, se pondrá al otro lado de la mesa y editará los contenidos que haya podido redactar usted, algún compañero o un profesional externo para dejarlos listos para publicar. En el capítulo octavo conocerá cómo sería un departamento de contenidos en todo su esplendor, completo en cuanto a personal y recursos para poder implementar la estrategia de la forma más eficiente. En el capítulo noveno descubrirá cómo aprovechar durante más tiempo los contenidos que ya están publicados, reciclándolos para reducir el tiempo de la creación. En el capítulo décimo se asomará a otros departamentos como son el de buscadores, el de medios sociales o el de publicidad y RRPP para ver algunas formas de promocionar sus contenidos. Esta tarea no siempre es responsabilidad de quien diseña la estrategia o redacta los contenidos pero le será útil para comprender en qué contexto se verán sus publicaciones. El capítulo undécimo está dedicado a la traducción y localización de contenidos y contiene algunas recomendaciones sobre la mejor forma de tratarlos en empresas que publican en varios idiomas. En el último capítulo, el duodécimo, podrá sacar la calculadora y ver si todo lo que ha aprendido en este libro le es rentable o no. Encontrará métricas para medir los resultados y trataremos de resolver la fórmula del ROI aplicada a los contenidos. Además, en el epílogo nos preguntaremos si el contenido será el Rey para siempre o alguien podrá destronarlo. ¿A QUIÉN VA DIRIGIDO ESTE LIBRO? Hay diversos perfiles laborables que encajan dentro de un departamento de contenidos y mi experiencia me dice que pueden agruparse en tres: Profesionales del marketing que quieren aprovechar los canales que ya tienen usando mejor los contenidos como pueden ser agencias de comunicación, project managers, consultores de marketing, directores de marketing, responsables de medios sociales o communiy managers. Emprendedores o empresarios que empiezan a planificar desde cero sus estrategias de marketing y quieren incluir los contenidos y, además, hacer los textos de su Web. No necesariamente conocen mucho del área de marketing pero sí confían en los contenidos como forma para conseguir visibilidad. Periodistas que quieren adaptarse a la redacción online, documentalistas, content curators, redactores o bloggers ya para ellos la parte de marketing es menos conocida pero son más fuertes en redacción y necesitan una estrategia para ganar más tráfico. Pero en el mundo de los contenidos hay mucho de autoformación, como muchas otras profesiones que avanzan más deprisa que los planes de estudio tradicionales. Por eso es un libro dirigido a estudiantes, es decir, personas que estén participando en alguna formación académica en la que se traten los contenidos directa o indirectamente, ya sea para reciclarse o para encontrar su futuro trabajo: Formación universitaria: una mezcla de periodismo y marketing/publicidad y RRPP sería lo más cercano, aunque incluso comunicación audiovisual (sería mi caso) serviría para algunos tipos de contenidos como son los vídeos o los podcast y también hay utilidad en la parte de redacción/guión para contar historias. Postgrados y másteres: hay algunos sobre buscadores, marketing online, comunicación digital, Web 2.0 y hasta de community management que recogen bien algunos aspectos del marketing de contenidos, principalmente la promoción de contenidos, pero poco a poco también cómo tenerlos en cuenta en otras estrategias. También en relación a la creación de contenidos, hay postgrados sobre redacción periodística y publicitaria. Formación no reglada, cursos, talleres y charlas: de extensión variable, algunos con certificado de asistencia, este tipo de formación ayuda a la iniciación o a profundizar en algún aspecto concreto gracias a la experiencia de sus docentes. Colegio o asociación: aunque en Estados Unidos sí hay este tipo de profesionalización, aquí aún no hay nada relacionado con contenidos, a parte del periodismo y una incipiente comunidad de community managers. Demasiado temprano para el mercado de los contenidos… lo más cercano son los grupos en LinkedIn sobre el tema2 aunque en ellos también caben interesados en general, no necesariamente todos son profesionales ejerciendo. Sin importar su formación académica o trayectoria profesional, este es un libro para quienes quieran: Conocer los tipos de contenidos que puede utilizar en su empresa Crear su estrategia de contenidos Hacer un inventario de sus contenidos para no empezar a publicar desde cero Redactar contenidos de calidad pensados para su usuario final Aprender las características de la redacción online y aplicarla a sus contenidos Crear los textos para su página Web, blog, newsletter, medios sociales, infografías, vídeos, documentos… Editar sus contenidos para optimizarlos para el usuario, buscadores y medios sociales Utilizar contenidos ajenos para ahorrar tiempo Medir los resultados de sus contenidos En general, este libro está dirigido a quienes creen en el poder de los contenidos y dedicado a quienes los respetan y disfrutan creándolos porque, entre todos, estamos creando un mercado que hasta hace muy poco no existía en España, con tanto peso, que es posible llamarlo así: mercado de los contenidos. Había empresas que hacían estrategias de contenidos sin saberlo, periodistas que escribían sin percatarse del valor de sus textos y poco a poco se ha ido perfilando este mercado de los contenidos de gran futuro, aunque aún esté desarrollándose y necesite deshacerse de quienes no entienden que cada palabra cuenta, que no hay estrategia sin contenidos o que para conectar con una persona (cliente) hace falta otra que se ponga en su piel y le sepa atraer con sus mensajes y textos (estratega y redactor). 1 Poniendo contexto al contenido ¿Ya lo sabe? Se dice, se comenta que el contenido es el Rey. Ah, ¿ya lo sabía y por eso le ha interesado este libro? Bien, entonces también sabrá que está rodeado de otros muchos reinos: diseño, programación, gestores de contenido, usabilidad, buscadores, medios sociales… Todos enfrentados constantemente por hacerse con su trono, porque no todos creen que se le tenga que dar tanta importancia al contenido y, como es lógico, cada profesión sitúa en lo más alto a su objeto de culto; por evitar discusiones, al usuario que siempre ha de tener la razón como cliente o futuro cliente que será. El Rey fue coronado por Bill Gates en 1996 con su artículo "Content is King1". 10 años después, David Meermat Scott seguía esa línea en "The New Rules of Marketing and PR2" con la afirmación de que el marketing online consiste en ofrecer contenido útil al usuario en el momentoen el que lo necesita. También en 2006, Joe Pulizzi empezaba a evangelizar sobre marketing de contenidos desde Junta42 y después con el Content Marketing Institute. En España, llegaron las primeras voces de que el contenido era importante allá por 2009, aunque aún varios años después no ha conseguido que todas las empresas vean su potencial. Este libro intenta corregir esto. Lo primero es tratar de dar con una definición: el marketing de contenidos (content marketing) explica cómo usar el contenido para atraer la atención y participación de los usuarios. Es cercano al trabajo de la comunicación y el marketing tradicional. Amanda Maksymiw3 lo define como el proceso de desarrollar y compartir contenido relevante con tu audiencia con el objetivo de conseguir nuevos clientes o aumentar el volumen de negocio con los ya existentes. Está claro que no es nuevo: ni hablar del contenido como algo importante dentro de la estrategia de marketing ni que las empresas creen contenidos para sus clientes (las revistas corporativas hace años que se utilizan, como recuerda José Carlos León4). Lo diferente es que ahora las empresas no dependen de nadie para publicarlos, se ahorran costes y pueden llegar a un público mucho más amplio. Hay que agradecer esta situación a la llamada Web 2.0 o Web social que, desde que Tim O'Reilly5 la mencionó por primera vez en 2004, no ha parado de atraer a más usuarios. Y después llegó a las empresas, que vieron cómo conversar con los usuarios les podía beneficiar. Así que el concepto no es nuevo pero sí añade los suficientes matices como para ser considerado diferente o, como mínimo, más amplio o detallado. Pero ya se sabe que nada lleva la etiqueta de "nuevo" mucho tiempo cuando se trabaja en Internet, así que es posible que mientras lea este libro ya hayan salido otros parientes relacionados con el marketing de contenidos o sobre los contenidos en general. Algunos de ellos, ya conocidos, como los siguientes: Estrategia de contenidos (content strategy): en palabras de Kristina Halvorson6, cómo planificar la creación, publicación y gestión del contenido. Cercano al trabajo de la experiencia de usuario. Marketing de atracción (inbound marketing): busca la forma de conectar y atraer a los usuarios desde tres perspectivas como son los contenidos, los buscadores y los medios sociales para convertirlos en leads. Se contrapone al outbound marketing teniendo éste un enfoque más publicitario7. Estrategia editorial: qué decir (mensajes, temas, puntos de vista...), a quién y cómo expresarlos. Cercano al trabajo de escritores especializados. Contenido de marca (branded content): es un tipo de contenido que crean las empresas (como vídeos, eventos y juegos) mezclando el entretenimiento y la publicidad que acompañen la marca. Su forma más primitiva es el product placement pero actualmente la integración de la marca con el formato utilizado es mucho mayor y menos intrusiva8. El marketing de contenidos es una forma poco agresiva de relacionarse con su audiencia porque lo que debe publicar contenidos que atraigan de forma natural, orgánica, si quiere usar una expresión relacionada con buscadores. Conectará con su audiencia no por ponerles los contenidos delante de sus narices, obligándolos a ver un anuncio antes de su vídeo, sino más bien porque encontrarán el material cuando lo necesiten. Cuando un usuario se sienta atraído por su contenido y consiga conectar con él, porque resuelve sus dudas o resulta un apoyo en lo que necesita, buscará la forma de seguirles la pista porque comenzarán a ser relevantes para él. Le seguirá en medios sociales o se apuntará a su newsletter, lo hará casi sin que se lo pida, sin que haga ninguna promoción. Debe estar pensando que eso de "nos encontrará cuando él quiera" es una forma muy relajada de vender contenidos, productos o empresas. Pues sí, lo es, por eso se contrapone a estrategias más agresivas de interrupción como son los anuncios. Pero mírelo como una forma de asegurarse de que este usuario estará más dispuesto a escucharle o comprarle, porque es él quien le necesita y no porque usted quiera venderle algo. Caso de estudio: A lo largo del libro encontrará fraccionado en recuadros como éste el caso de una empresa ficticia que, como usted, también quiere crear una estrategia de contenidos para atraer a clientes hacia su marca. Cosas que debe saber de esta empresa para comprender sus decisiones: Nombre comercial: Solar System Cruises (SSC). Sector: turismo estelar. Producto: cruceros estelares por el Sistema Solar. Funciona igual que un crucero tradicional pero recorriendo planetas. Hay diferentes rutas prediseñadas para que el cliente elija en función de los planetas que quiere visitar o la duración del viaje. En cada viaje se organizan excursiones en cada parada, igual que si fuesen ciudades en la Tierra. Servicios: transporte de viajeros, guías y rutas turísticas en destino. Historia: una pareja que se conoció en un viaje a la Luna ha reunido el capital necesario para crear la primera empresa dedicada a cruceros estelares de su Sistema Solar. Quieren ofrecer a más gente la posibilidad de pasar unas vacaciones en otros planetas y encontrar allí la felicidad o simplemente saciar su curiosidad astronómica. Competencia: sigue habiendo empresas de cruceros en la Tierra y también está la que contrataron ellos para ir a la Luna que organiza regularmente viajes a otros planetas del Sistema Solar pero aún nadie realiza viajes entre planetas a modo de crucero. Sobre esta empresa inventada iremos creando paso a paso su estrategia de contenidos. La intención no es conseguir un documento exhaustivo, sino recoger las ideas de forma esquemática para que le sirva de ejemplo y pueda empezar a trabajar en su propio caso. Úselo solo para inspirarse porque, en el fondo, es un ejercicio de ciencia ficción. 2 Conociendo al contenido Únicamente se debería hablar de un tipo de contenido porque solo hay uno que es el Rey: el contenido de calidad. Pero si se intenta explicar sus características o por qué se considera bueno, es fácil ver que hay muchas formas de clasificar los contenidos. Entran en juego cuestiones básicas de comunicación como quién lo crea, quién lo consume o por qué canal se distribuye; también es posible verlo desde una perspectiva de marketing y hablar de las diferencias según los objetivos que se tengan. Un enfoque periodístico/literario llevaría a pensar en géneros; y también se podría pensar en una cuestión más práctica como cuánto cuesta el contenido. Con todos estos criterios, y hasta 10 que veremos a continuación, se puede clasificar el contenido para identificar cada pieza que vaya a crear o a utilizar dentro de su estrategia. En cada situación se empleará uno u otro pero, recuerde, el de calidad es el único tipo de contenido que importa. CONTENIDOS SEGÚN SU CREADOR Se entiende por creador al autor del contenido, pero no en el sentido de dueño ya que, aunque hay licencias para proteger los derechos de autor como veremos al hablar de redacción, una vez un contenido se ha publicado en algún medio, el control sobre la autoría es difícil de conseguir (véase la figura 2.1). Del contenido que está creado por las personas, conviene distinguir entre el llamado contenido generado por el usuario (UGC de sus siglas en inglés) y el generado bajo el amparo de una empresa, que entonces toma el nombre de contenido corporativo. La diferencia entre estos dos tipos de contenido es la finalidad con la que se crean: Contenido generado por el usuario: hasta hace escasos 10 años, quienes querían compartir ideas, opiniones incluso sentimientos públicamente no tenían muchas opciones, porque había pocos medios en los que la voz de las personas individuales tuviese cabida más allá de las cartas al director. Con la llegada de los medios sociales, los usuarios pueden crear contenidos y distribuirlos y cumplir así su objetivo de expresar, compartir e intercambiar información libremente. Figura 2.1. Tipos de contenidossegún su creador. Contenido corporativo: las personas que publican contenido en nombre de la empresa para la que trabajan están dándole vida, dotándola de personalidad y una voz propia con la que relacionarse con los usuarios. Ése es el objetivo del contenido corporativo y el principal motivo por el que ha de representar tanto a la empresa como a su eslogan, colores o logotipo. Debe transmitir los valores de la empresa porque el contenido refleja o crea una personalidad para la marca. Así, cuando una empresa genera su propio contenido, aunque lo creen personas individuales, el lenguaje que utiliza es el de la marca. En este sentido, los trabajadores (ya sean internos o externos) pierden su estilo personal a favor del de la empresa. Más adelante veremos que a este tipo de contenido también se le puede llamar copy corporativo. Los robots, no como en otro tipo de literatura más imaginativa, se utilizan en el mundo de los contenidos para crearlos de manera automática, incluso sin la participación del usuario. Es necesaria, eso sí, la intervención humana para diseñar el programa y para su configuración inicial. No obstante, una vez hechos esos ajustes, el contenido se puede crear y publicar solo, según los parámetros marcados por su administrador y según la interacción del usuario, que toma más parte activa que un simple lector. Una calculadora es un tipo de contenido creado por un robot ya que, en realidad, no es más que una fórmula matemática que se muestra con un determinado diseño y que necesita la interacción del usuario para poder dar un resultado. Según los parámetros que se introduzcan en el formulario, dará un resultado u otro. Este contenido calculado se ofrece a los usuarios para convencerlos de que es la apuesta ganadora, por lo que tienen una función muy importante en el momento en el que el usuario duda en las decisiones de compra. El uso más habitual, dado su componente matemático de este tipo de contenidos, es en Webs de bancos o empresas de seguros ya que con los datos que introduce el usuario consiguen mostrarle cuánto ahorrarían o ganarían en caso de contratarles. CONTENIDOS SEGÚN SU ORIGEN Dedicarse a los contenidos puede quitarle mucho tiempo de sus tareas habituales si siempre quiere usar la creatividad. Pero no todo el contenido ha de ser propio: puede utilizar el de otras personas o empresas; y tampoco todo el contenido ha de ser nuevo, puede reciclarlo como veremos hacia el final del libro. Figura 2.2. Tipos de contenidos según su origen. A la hora de ordenar los contenidos según su origen, se pueden tener en cuenta varios criterios sin que varíe su posición en la escala: Creatividad: que a su vez es hermana de la personalidad que pueden transmitir los textos. Aportación a la blogosfera u otra comunidad: se refiere a la contribución sobre un tema concreto. Tiempo de dedicación: no se tarda lo mismo en copiar y pegar que en escribir algo desde cero. Beneficios: son mayores en el caso de contenido original, y nefastos si son duplicados. Originalidad: a mayor contribución del autor es necesario más tiempo, pero también se consiguen mejores resultados por lo que, aunque sea donde más inversión se necesita, los contenidos originales son los mejores desde cualquier punto de vista. El contenido original llega después de pasarse un buen rato pensando, días si hace falta, para madurar una línea de pensamiento y encontrar un discurso propio. Entonces se escribe fácilmente pero mientras puede ser un alumbramiento doloroso. Lo reconocerá porque será el post que le llene de orgullo… aunque luego parezca que a nadie le interesa. El contenido inspirado por otros puede llegar sin esperarlo o estar provocado, si lee expresamente para buscar inspiración pero, a diferencia del anterior, éste tipo de contenido solo se consigue gracias a la exposición a un factor externo que es el que provoca el texto. Lo reconocerá porque al final o en algún lugar sentirá la necesidad de poner un "vía" o "leído en" como forma de agradecimiento a esa musa encubierta. Sin los dos previos, es imposible que pueda producirse contenido reciclado ya que éste necesita una mínima materia prima. Se consigue cogiendo algo propio ya existente y arreglándolo un poco o mucho para crear algo nuevo, la mayoría de las veces con tanto valor como del que parte. Es más difícil de identificar a simple vista y posiblemente solo se darán cuenta los fans de la marca porque reconocerán las fuentes originales. Aunque más adelante hablaremos en profundidad sobre este perfil, el contenido filtrado es la base de la curación de contenido; es decir, de la recopilación, selección y posterior publicación de contenidos relevantes sobre un tema y que no necesariamente son propios. Es terreno pues del content curator pero de uno que aporta un punto de vista a los contenidos que selecciona haciendo un filtrado manual, bajo su criterio personal. La herramienta para distribuir el contenido es importante porque la creación propiamente dicha es mínima, tan solo un breve comentario o descripción que acompaña al enlace. Cuando el content curator agrega contenido de una manera automática, su aportación de valor a un debate concreto es aún más mínima que al filtrar manualmente pero aún así puede ser interesante seguir si se busca una página que recopile más la información que la opinión. Más adelante veremos también de qué herramientas dispone este perfil para hacer su trabajo. Lo más bajo en esta escala de procedencia de los contenidos sería el duplicado que, además de ser malo para el posicionamiento en buscadores, dice más bien poco de la persona que lo utiliza. En su peor estado, cuando ni se menciona ni enlaza a la fuente original, se puede hablar de plagio, ya que la mayoría de contenidos tienen algún tipo de licencia que restringe ese uso abusivo. Hay algunas formas para detectarlo como veremos al hablar de herramientas para el redactor pero, desde el punto de vista de lectores, es difícil de distinguir si solo se consulta una fuente. Aún habría otra forma de duplicar contenido que es republicar entre canales. La diferencia con el duplicado es que aquí lo que se repite o promociona es contenido propio. La aportación es alta para las personas que no han sido impactadas antes por el mensaje pero muy baja para los que ya lo habían leído y una repetición continua puede incluso ser motivo para perder seguidores. CONTENIDOS SEGÚN SU GÉNERO Hablar de géneros literarios es más común que hacerlo de géneros corporativos. Es fácil identificar en la prensa noticias, reportajes y editoriales como formas literarias principales de sus géneros discursivos como son la información, la investigación y la opinión. Al mezclarlos con el mundo empresarial, la dificultad está en creer en su objetividad. Figura 2.3. Tipos de contenidos según su género. De acuerdo con Rahel Anne Bailie1, las formas de expresarse que tienen las empresas pueden agruparse en tres: Copy: persuasivo, utiliza las llamadas a la acción para convertir al visitante en comprador cuanto más reaccionariamente, mejor. En el siguiente apartado veremos que se trata del texto publicitario o el de una Web. Notas de prensa: utilizan la pirámide invertida de la que hablaremos al ver las técnicas de redacción periodísticas. En la cabecera consta la fecha y el lugar y en la parte final incluyen la descripción de la empresa. También quieren convertir a futuros compradores pero más indirectamente ya que su primer objetivo es facilitar el trabajo de los periodistas que las publicarán. Hasta hace poco, las RRPP eran la única forma para salir en los medios. Contenido: tiene muchos subgéneros y se centra en el mensaje más que en la conversión inmediata. Sobre él es de lo que hablaremos en todo el libro, como sinónimo de lo creado pensando en el usuario para alimentar a la bestia2 con gasolina3. El contenido de género empresarial tiene por tanto algo de periodístico como son las entrevistas o las críticas que pueden publicarse en el blog corporativo,pero también de literatura clásica en cuanto a narrativa y retórica al explicar la historia de la empresa, como veremos al hablar de storytelling, o didáctica con artículos sobre cómo utilizar el producto (hazlo tú mismo o DIY y cómo hacer algo o How to). En estos tres géneros corporativos podemos ver que hay diferentes grados en la forma de comunicarse con los clientes, de más a menos persuasivo ya que no se establece la misma relación con ellos si están viendo un anuncio en televisión, una noticia en informativos o una tele-promoción, respectivamente. CONTENIDOS SEGÚN SU FORMATO El formato del contenido ha ido evolucionando en paralelo a la tecnología, de manera que primero fue el texto, después se le añadió imagen y sonido y, posteriormente, la interactividad. Figura 2.4. Tipos de contenidos según su formato. Desde un punto de vista periodístico, pensar en contenido es pensar en texto. A artículos, crónicas, entrevistas, críticas…les acompañan fotos, pero lo importante es el texto. Como acabamos de ver, desde un punto de vista empresarial, el texto corporativo suele asociarse a Nota de prensa y al contenido que se publica en la página Web o en publicidad. Si, además, tenemos en cuenta su extensión, podremos distinguir entre copy y microcopy. Desde su página Web, las empresas persuaden a la compra de manera similar a cómo lo hacen desde la publicidad en banners. Es por esto que se llama copy corporativo al texto de las páginas Web, cogiendo como referencia el copy que se utilizaría en una campaña publicitaria. No suele emplearse para textos muy largos pero sería lo más cercano para referirse a ciertos posts, presentaciones o newsletters, ya que son textos escritos por una empresa con los mismos objetivos que los de la Web. Al hablar de redacción retomaremos este concepto. Antes de la llegada del microblogging, el microcopy hacía referencia solo a textos muy cortos (menos incluso que los 140 de Twitter) que se utilizan como mensajes de apoyo a la navegación o de ayuda al rellenar formularios. El contexto es el factor más importe del microcopy, ya que de él depende que los textos cortos cumplan su objetivo y puedan: Señalar el camino que debe seguir el usuario en la Web, desde menús de navegación o llamadas a la acción. Ampliar la información solo en caso de necesitarla, lo que evita sobrecargar la página de contenido poco relevante para los usuarios en general. Evitar malas interpretaciones o errores provocados por la escasez de espacio a la hora de explicar una idea. Destacar por encima de otras publicaciones. Pero ahora un tuit se puede considerar microcopy, como también una actualización en Facebook, LinkedIn o cualquier red social así como los titulares o los destacados de artículos y posts. Más adelante veremos cómo redactarlo. Una empresa no es un medio de comunicación tradicional como tampoco una editorial en sentido estricto, pero sí puede publicar sin intermediarios y no únicamente texto por lo que sí funciona como empresa editora de todo tipo de contenidos: Imagen: ya sea fotografía o infografía, las empresas pueden utilizar imágenes más o menos profesionales de productos, oficinas, eventos… tanto como crear ilustraciones que expliquen gráficamente cómo son sus servicios o cómo utilizar sus productos. Sonido: un podcast es un archivo de audio para descargar o escuchar en streaming. Convierte a la empresa en una emisora de radio a pequeña escala para distribuir entrevistas, charlas o retransmisión en diferido de eventos. Vídeo: no es necesario montar un estudio de televisión para realizar entrevistas, vídeos de demostración de productos grabando la pantalla del ordenador o utilizando gráficos y alguna música libre de derechos. Mención aparte necesitarían los interactivos que con las aplicaciones para móvil están viviendo una segunda época dorada, después de los llamados CD-Roms multimedia. CONTENIDOS SEGÚN SU CANAL DE DISTRIBUCIÓN Los medios sociales han facilitado la creación de contenido pero los medios tradicionales siguen necesitando contenidos específicos para ellos. Cada vez hay más canales en los que publicar contenidos y la mayoría de las veces ofrecen funcionalidades similares para competir aún cuando muchos servicios son gratuitos para los usuarios. Así una fotografía, vídeo, texto o simplemente un enlace puede publicarse en cualquier red social pero hay algunos medios más especializados que otros. Figura 2.5. Tipos de contenidos según su canal de distribución. Pero retrocedamos a los inicios del marketing de contenidos, cuando no había blogs y los fans no se contabilizaban en Facebook. Lo que se publicaba para acercarse al público eran guías o material en papel que tenían (o no) algo que ver con lo que la empresa vendía. Uno de los pocos ejemplos que han sobrevivido a la llegada de otros canales de distribución son las revistas que las aerolíneas dejan en el bolsillo del asiento delantero para que los viajeros se entretengan un rato en el avión leyendo información general o sobre los destinos a los que vuelan y sí, también, algo de publicidad. Algunas revistas de supermercados o gimnasios llegan aún a buzones de socios mezclándose con casos de marketing directo no deseado. Los medios tradicionales, aunque sean locales, parecen ahora inalcanzables para las pequeñas empresas por sus precios si se comparan con otros en los que la inversión roza el cero. Se opta entonces por digitalizar contenidos y las páginas Web crecen rápidamente como escaparates hechos con bytes. Los catálogos de productos también se han digitalizado para ahorrar costes de imprenta por un lado y para aumentar el alcance por el otro. Se utilizan entonces servicios más atractivos visualmente como Issuu, UniFlip o nxtbook que muestran la revista virtualmente y permite pasar las páginas arrastrándolas. Como en la vida real, las vitrinas solo se miran cuando se pasa por delante y, con suerte, se está buscando algo o llama la atención lo suficiente. Para evitar la inversión publicitaria hay que encontrar otro punto de contacto con los usuarios, un lugar donde no se hable de vender porque no se compra: los medios sociales. Así que las agencias venden ahora a las empresas packs de presencia en medios sociales: Página en Facebook para conseguir fans. Perfil en Twitter para conseguir seguidores. Cuenta en Google+ para conseguir estar en círculos. Blog corporativo para poner artículos. Cuenta en SlideShare o Scribd para poner presentaciones. Cuenta en Flickr o Pinterest para poner fotos. Cuenta en YouTube o Vimeo para poner vídeos. Cuenta en Delicious para guardar enlaces. Cuenta en Tumblr o Posterous para guardar fotos, vídeos, enlaces y de todo. Cuenta en Foursquare para conseguir checkins. Al hablar de estrategia veremos cómo elegir los más adecuados pero conviene distinguir entre los canales propios, como son la página Web o el blog si es que está alojado en un servidor propio o, en otras palabras, bajo un dominio corporativo y los que se utilizan como cualquier otro usuario, es decir, cuando se depende de registros en páginas de terceros. Este segundo caso es lo que Edelman4 llama 'Embajada´, espacios Web en los que llevar una bandera corporativa para relacionarse con las personas que ya están ahí. Por ejemplo, no se puede instalar o tener un Facebook en otro sitio que no sea la propia Web de Facebook pero sí crear una página en esta red social para tener presencia y conversar con sus fans. Por otro lado, los móviles inteligentes y las tabletas demandan también aplicaciones específicas o, como mínimo, que el contenido que se distribuye en otros canales esté accesible sin distorsiones5. CONTENIDOS SEGÚN SUS OBJETIVOS Los contenidos se pueden utilizar para muchas cosas, más adelante al planificar la estrategia veremos cómo elegir diferentes metas. Siguiendo el modelo de servicio público, los objetivos de los contenidos pueden ser informar, educar y entretener. Jeff Bullas6 añade inspirar y otros autores destacan también convencer,participar o el engagement de los usuarios. Figura 2.6. Tipos de contenidos según su objetivo. Estos objetivos son fácilmente identificables por las empresas si se traducen a metas comerciales como son: Informar o atraer tráfico para la Web: para conseguir visibilidad de productos o servicios si se trata de una marca comercial o de la propia marca personal para conseguir trabajo, es fundamental generar tráfico a la página Web oficial. Educar o persuadir a la compra: una vez se ha atraído a esos usuarios a la Web, tiene que convencerles de que con su producto pueden hacer más cosas o ahorrarse de hacerlas y así ganar tiempo, por ejemplo. Si se queda en el simple "dar a conocer" del objetivo previo se olvida el factor imprescindible de un negocio: hay que vender, aunque sea indirectamente como hace el marketing de contenidos, si quiere que la empresa sobreviva. También las instituciones venden, como veremos más adelante. Entretener o retener a clientes: este objetivo tiene un punto de vista doble ya que, por ejemplo, contenidos divertidos pueden conseguirle visibilidad pero también son una opción de fidelización al transmitir su personalidad y seducirles para que se queden. El "Libro de estrategias del marketing de contenidos"7 clasifica hasta 42 tipos de contenidos diferentes mezclando los géneros, formatos y canales que hemos visto anteriormente: blogs, microblogging, videoblogs, podcasts, audiolibros, white papers, ebooks, newsletters, revistas, casos de éxito, artículos, cómics, rankings, recomendaciones, aplicaciones para móviles o para Facebook, widgets, wikis, fotografías, vídeos, marcadores sociales, screencasts, webinars… En SmartInsights8 han añadido algunos más y los han reordenado en función de los objetivos que pueden cumplir relacionando la parte emocional con el entretenimiento, la inspiración con la educación y la racional con la persuasión: Las infografías, guías, análisis de tendencias y notas de prensa serían contenidos educativos. Los casos de éxito, las características del producto, webinars, demostraciones y calculadoras serían persuasivos. Los virales, concursos, juegos y vídeos de marca (branded videos) serían entretenimiento. Las reviews, votos y foros serían inspiradores. Hay una serie de contenidos que pueden entrar en diversos objetivos como son los artículos, ebooks, widgets o eventos ya que, en estos casos, es más importante el contenido que se incluye que el formato, canal o género en sí mismo. CONTENIDOS SEGÚN SU DESTINATARIO Según las fases del ciclo de compra y siguiendo por tanto los objetivos de visibilidad, ventas y fidelización que hemos visto antes, se pueden clasificar a los destinatarios de los contenidos como: Desconocidos: cualquier visitante de su Web que no necesariamente conoce su empresa o sus productos y que, por tanto, tampoco tiene una imagen de la marca clara ni prejuicios sobre ella. Seguramente vendrán de buscadores9 sin saber cuáles son sus valores ni su historia y tendrán varias preguntas que querrán resolver. El objetivo de este tipo de contenido es convertirlos al siguiente nivel. Clientes: Cuando el usuario ya le conoce porque ha comprado sus productos, no necesita el mismo tipo de contenido que antes. Como cliente, tiene otro tipo de inquietudes sobre su empresa y sobre el producto comprado o el servicio contratado. Si le cuida bien, podrá pasar al siguiente nivel. Fans: antes de Facebook, la palabra fan estaba reservada para seguidores de grupos de música o equipos de fútbol pero ahora es fácil utilizarla sin restricciones de tipos de empresa o de producto y atribuirla a los evangelizadores, es decir, a personas que hablan bien y recomiendan una marca. Sus fans no solo le conocen sino que les interesa todo lo que haga. Para ellos, contenidos por RSS, newsletters o material de descarga como ebooks para que sean los primeros en saber sus novedades y agradecerles la fidelidad. Figura 2.7. Tipos de contenidos según su destinatario. Hay que tener en cuenta que no hay un público objetivo claro si no se tiene un objetivo claro. Hablando de contenidos creados por usuarios, el destinatario puede ser todo el mundo, compañeros de profesión, futuros empleadores, amigos o simplemente uno mismo cuando se busca desahogo emocional. En el caso de los contenidos corporativos se puede profundizar más como vamos a ver a continuación. El mismo gráfico que acabamos de ver de SmartInsights al hablar de contenidos, según el objetivo relaciona la visibilidad y compra con la educación, el entretenimiento, la inspiración y la persuasión. Esta perspectiva sirve para distinguir contenidos, no solo por su objetivo comercial, también por el público al que se dirige. Precisamente esa era la intención del gráfico que inspiró a SmartInsights, la matriz de contenidos de Eloqua10 que, además de señalar los canales de distribución, relaciona los objetivos comerciales con los del usuario que visita cada uno de los contenidos: En la fase de descubrimiento, el usuario está aburrido o tiene una vaga noción del producto y por eso necesita vídeos, infografías, artículos y contenidos ofrecidos por un curator. En la fase de consideración, el usuario está interesado en un producto, busca proveedores o evaluaciones del producto y por eso necesita webinars, demos y white papers. En la toma de decisión, el usuario necesita algo más práctico para acabar de convencerle de la compra como son eventos, casos de éxito, testimoniales y calculadoras. También ha tener en cuenta que el público de sus contenidos puede ser otra empresa, puede ser su competencia. Quizá le parecerá fácil pensar en contenidos que interesen a los consumidores finales o a clientes, pero le resulte más complicado si su modelo de negocio no es tipo B2C sino B2B11, es decir, cuando su público objetivo son otras empresas. La manera más efectiva de enfocar la comunicación con ellas es recordar que detrás de una gran empresa siempre hay una o varias personas. Por tanto, piense en qué perfil dentro de esa empresa es su aliado (el director financiero, el de sistemas, el de marketing…) y céntrese en él para generar contenidos que le ayuden internamente a decidirse por su producto. Por otro lado, los buscadores no hablan el mismo lenguaje que los humanos. Todavía. No puede escribir contenido para ellos de la misma forma que los escribe para sus usuarios. Y si su público objetivo cambia, su redacción también, así que al final del libro hablaremos de cómo optimizar el contenido para buscadores. CONTENIDOS SEGÚN SU PRECIO En este contexto, hablar de precio hace referencia a lo que el usuario tendrá que pagar por poder consumir unos determinados contenidos. Para encontrar el precio de un contenido hay que fijarse en dos palabras relacionadas con las que no hay que confundirlo: coste: tanto si el trabajo se ha hecho in house como si se ha externalizado, crear contenido cuesta dinero aunque sean sueldos de los empleados. Si es texto, entran en juego redactores, traductores, maquetadores; si es audiovisual, además, editores de vídeo o el propio material fotográfico si es que lo hemos adquirido para la empresa. En cualquier caso, el tiempo de promoción también ha de tenerse en cuenta. valor: la percepción que tiene un usuario sobre un contenido varía en función de las expectativas y conocimientos de cada uno por lo que, para que todos crean que vale la pena el intercambio o el pago, hay que tener claro quién es el usuario final. Figura 2.8. Tipos de contenidos según su precio. Ofrecer contenido gratuito es algo que todas las empresas hacen, unas más conscientemente que otras, pero es un coste que asumen para poder vender sus productos. Lo más habitual son posts y actualizaciones en medios sociales ya que se publican para su consumo directo. Hay bloggers que incluyen publicidad para pagar los costes del servidor pero no repercute directamente en el lector. La única acción que hay que hacer es entrar en la Web o suscribirse gratuitamente por RSS o en el canal dondese distribuya. En cambio, las newsletters obligan al usuario a dar como mínimo su correo electrónico a la empresa, lo mismo que cuando se descargan documentos o se registran a un webinar a cambio del registro en un formulario más o menos extenso para capturar leads12. Pedir algo a cambio del contenido es un punto intermedio entre dárselo por nada y pedirle dinero por él, por eso hay que vigilar cuántas cosas le pedimos en ese formulario. Además del correo e información estadística, también podemos pedir la colaboración del usuario en la promoción del contenido, entrando en terreno publicitario o de RRPP. Servicios como Pay with a tweet o Pagar con un tuit permiten al usuario descargar un documento a cambio de que publique un tuit que diga dónde lo ha conseguido. Esto sirve para forzar la promoción de la marca antes de su consumo pero hay que tener en cuenta que, desde una perspectiva de marketing de contenidos, si el contenido le interesa es posible que lo haga por sí mismo después de haberlo descargado. Otra acción que también ayuda a conseguir visibilidad es ofrecer contenidos exclusivos para fans en Facebook: cuando ellos hagan clic en el botón "Me gusta" en su página para poder ver la pestaña para fans aparecerá una notificación en su biografía y, por tanto, la verán sus contactos. Estos dos usos de Twitter y Facebook son formas de ganar gratuitamente espacio en los canales de los usuarios13. No es muy común en España pero también es posible hacer pagar al usuario por el consumo de contenidos. El ejemplo más claro es la alternativa a la distribución convencional como puede ser el consumo online de música o libros. Pero también hay newsletters o revistas bajo suscripción a las que solo se accede pagando mensualmente o como servicio exclusivo para socios. En algunos casos, para incentivar el registro se ofrece una versión reducida gratuitamente online. Sea como fuere, tiene que estar muy convencido de que el contenido que ha generado aporta el suficiente valor al usuario como para que se decida a pagar algo por tenerlo y no buscar alternativas gratuitas en otras páginas. CONTENIDOS SEGÚN SU DURACIÓN El contenido atemporal es el que no depende de la actualidad sino que trata un tema que tendrá vigencia durante bastante tiempo, por ejemplo un año, o una opinión que no cambiará pasados los meses. Por el contrario, el contenido en medios sociales caduca más fácilmente. Aunque las páginas Web corporativas tengan gestores (CMS) que facilitan su actualización, ¿cuántas veces pueden cambiar la localización de sus oficinas? Pocas. Otra cosa son las notas de prensa y por ellas y por cambiar algunas fotos y precios de los productos suelen introducirse los CMS, para no depender de programadores o diseñadores. Pero, en el contenido para medios sociales, la rapidez de consumo hace que se tenga la sensación de que todo caduca antes. Un tuit o una actualización en Facebook, ¿cuánto tardan en desaparecer de la vista de un seguidor o fan? ¿Aguantan una semana? Solo si se ha conseguido algún RT o "Me gusta". Sin eso, el contenido para redes sociales prácticamente desaparece el mismo día que se publica, si no unas horas después. Entonces, ¿la extensión influye, más corto igual a menos duración? En cierta manera sí, igual que un anuncio no se consume igual que una película. Pero eso no significa que, si se lee, un tuit no pueda dejar mayor huella que un post: una cosa es el tiempo de consumo y otra el recuerdo (o su efectividad). Las citas y haikus lo demuestran igual que los microrelatos. Al hablar de extensión de posts y de escribir microcopy retomaremos este factor. Figura 2.9. Tipos de contenidos según su caducidad. Por otro lado, una ventaja del contenido es que su vida se alarga gracias a los buscadores y las recomendaciones. Un blog, por ejemplo, es algo un poco más extenso y más fácil de encontrar en Google. ¿Cuánto dura? Un post tiene una esperanza de vida mayor que otro tipo de contenido social pero no porque se le quite la fecha, sino porque el contenido estará disponible para ser encontrado desde buscadores años después de que se publique. Y cuando el usuario llegue a ese post que publicó hace seis meses, ¿todavía le servirá o cerrará la página para encontrar otro resultado más actual? Esa es la pregunta clave que debe hacerse al elegir un tema sobre el que escribir. Puede usar ejemplos para ilustrar, pero éstos quedarán obsoletos tarde o temprano: mejor enfocar el post hacia la moraleja, el aprendizaje que puede llevarse a casa el lector y que le servirá más adelante. Aún es más atemporal hablar de ebooks o white papers. Este tipo de contenido (un documento o guía en PDF) está obligado a durar más que los anteriores, lo veremos más adelante. Si se distribuye a cambio del email, ha de asegurarse de que pasado medio o un año todavía tendrá sentido que alguien se lo descargue. Eso pensando en el usuario, pero también en el coste de producirlo: cuanto más atemporal es un contenido, más coste de producción tiene. Aunque, sin duda, el contenido más atemporal que hay es un libro. Por mucho que sea novedad, las editoriales se encargan de elegir temas que seguirán siendo interesantes tres o cuatro meses después de que el autor entregue el manuscrito porque ése es el tiempo que puede tardar en llegar a librerías. Y, a partir de ahí, aún tiene que venderse y ser rentable, a ser posible, durante un par de años. A la hora de decidir qué tipos de contenidos le interesan, la mejor opción es combinar los atemporales con los de actualidad para, día a día, seguir atrayendo a usuarios interesados en la última novedad que después se queden porque les ofrece artículos de fondo, más trabajados y de opinión, interesantes para ellos. CONTENIDOS SEGÚN SU CALIDAD Y, ahora sí, después de saber todos los tipos posibles de contenidos, ¿qué es contenido de calidad? ¿Dónde está la diferencia entre lo que es buen y mal contenido? ¿Por qué un contenido puede ser Rey y otro no pasar de basura? Figura 2.10. Tipos de contenidos según su calidad. Cuando se habla de calidad conviene empezar separándola de cantidad. Simplificando, cantidad es solo una porción de algo y se asocia a un número ya sea alto o bajo mientras que la calidad se puede interpretar como un adjetivo que describe bien o mal el valor de una cosa. Hablar de cantidad de contenidos suele ser fácil: tantas palabras, tantos posts, tantas descargas, tantas visitas… Pero valorar el contenido es algo subjetivo que depende de la persona que lo recibe, no todos apreciarán igual la calidad y para lo que uno es bueno a otro no le gustará tanto. Crear una escala del 1 al 10 o un porcentaje que mida la calidad no es fácil pero sí que se pueden tener en cuenta algunos parámetros como pueden ser: si el lenguaje utilizado se adecua al perfil del destinatario o la utilidad del tema para esa audiencia. Es por esto que el contenido de calidad tiene dos características que no pueden obviarse: está pensado para una audiencia específica y tiene un objetivo concreto. Solo sabiendo cómo es su lector potencial podrá escribir algo que él considere de calidad. Sí, él es quien juzga si un contenido es de calidad, no Google. Muchas empresas requieren o comercializan con este tipo de textos preocupándose únicamente de la parte de optimización para buscadores (SEO) y enfocándose en el uso de palabras clave y el número de enlaces. Claro que estos factores son importantes pero no son lo único que define la calidad. Sí, se necesita contenido de calidad porque el tráfico de calidad es el que convierte al visitante en lector. En otras palabras, es el que encuentra lo que busca en una Web y se queda el tiempo suficiente como para leer unas líneas. No vale con publicar cualquier cosa que guste a mucha gente, se trata de tráfico de calidad: ha de ser contenido que sea interesante para el tipo de usuarios que quiere convertir a compradores. Si quiere que el ciclo de venta se complete, ha de utilizar contenido de calidad pensado únicamente paraellos. El tráfico por el tráfico puede hacer más popular una página, pero no necesariamente la hará ganar más clientes. La calidad lleva más trabajo pero también más recompensas. Un buen resumen de qué es buen contenido lo dan en SEOmoz14: Tiene credibilidad: mejor escribir sobre algo de lo que se tiene experiencia. Requiere un esfuerzo: escribir lleva tiempo. Es útil: será recordado si los usuarios se llevan algo después de leerlo. Se hace compartir: será digno de ser compartido y quien lo reciba verá su valor. Siendo realistas, no es que abunde el buen contenido. Gerry McGovern15 lo contabiliza en únicamente el 10% del total que se publica en Internet y compara el contenido que es para rellenar (filler) con el que realmente es de valor (killer). Crear contenido de calidad siempre requiere mucho esfuerzo pero es posible si se mezclan todos los tipos que hemos visto para darle a la audiencia lo que quiere. Habrá más probabilidades de éxito si usa contenido matador que de relleno. Como no hay métricas estandarizadas, es difícil compararse con otras empresas para ver si su contenido tiene más calidad que el de otros. La forma fácil es utilizar los datos cuantitativos que sí son universales aunque pertenezcan a otro tipo de marketing: número de retuits, de "Me gusta", de comentarios… De esta manera se puede interpretar, por ejemplo, que si no se comparte un post es porque no se entiende o que no es relevante porque no aporta valor. Al hablar de análisis de resultados veremos más métricas. 3 Recopilando contenidos Antes de pensar en recopilar contenidos debe conocer bien cuáles son los asuntos que necesita su empresa, los contenidos que la rodean. Figura 3.1. Formas de recopilar contenidos. Al planificar su estrategia, tiene sobre todo que conocer su propia empresa y su público objetivo para definir la línea editorial. Encuentre donde está su conexión con ellos. CONTENIDOS INTERNOS El primer día de trabajo como responsable de contenidos de una empresa su primera pregunta será, ¿por dónde empezar? Pues bien, lo primero es conocer con qué contenidos dispone de inmediato, sin invertir apenas tiempo, ni mucho esfuerzo para crearlos. La mejor forma de saberlo es haciendo un inventario, que generará una lista de todos los contenidos disponibles en la empresa. Un inventario responderá a preguntas relevantes para comenzar a esbozar la estrategia de creación de contenidos: ¿Tiene todo lo que necesita para contar su historia? ¿Qué formatos tienen más peso? ¿Podrá reutilizar algo? ¿Todo el contenido es suyo o hay algo de terceros que le interesa? Preguntas elementales que con dos ejemplos se verán más claras: Escenario 1: si es una empresa nueva, posiblemente no tendrá mucho contenido propio pero sí artículos de otras personas o empresas que se hayan considerado relevante por su información o punto de vista. Empiece la andadura en el marketing de contenidos como curator para, más adelante, crear sus propios contenidos. Escenario 2: si su empresa lleva varios años en el mercado, tendrá mucho más contenidos disponibles. Fíjese en los formatos de más peso (artículos, fotos…) para definir cuáles son los canales adecuados para poder publicarlos. Hacer inventario es una manera relativamente fácil de tener contenidos sin invertir demasiado pero, sobre todo, sirve para saber cuál es la materia prima disponible. Poniendo un poco de orden en todos sus contenidos, tendrá una idea real de lo que puede utilizar o no dentro de su estrategia. Los motivos para hacer un inventario antes de empezar a hacer la estrategia de contenidos están relacionados con los prejuicios. ¿Por qué condicionar la búsqueda a lo que espera encontrar en lugar de ampliarla a lo que no sabe que tiene? En ese documento se reflejan todos los contenidos que puede usar una empresa para su estrategia de contenidos pero el trasfondo es descubrir más ya que los contenidos reflejan qué somos. Por ejemplo, si tenemos pocas fotos nos servirá para valorar abrir un canal como Flickr o Pinterest o si tenemos muchos artículos sobre un tema concreto nos servirá para descubrir sobre qué pueden tratar nuestros contenidos. Entonces, ¿por qué dejar en el cajón 'algo' que nos ayudaría a explicar quiénes somos 'simplemente' porque no sabemos que existe? Lo mismo ocurre a la hora de redactar un contenido, como veremos a continuación: puede documentarse buscando datos que solo refuercen su idea inicial o puede abrirse a encontrar puntos de vista que lo enriquezcan y que le sirvan para mejorarlo. Como decían en "CSI", las pruebas mandan y ellas guían sus conclusiones no al revés. En nuestro caso, el contenido manda (por algo es el Rey). Por eso sugiero hacer un inventario antes de hacer una estrategia de contenidos, antes incluso de hacer un árbol para una nueva Web. Es como empezar por la monitorización antes de hacer un plan de medios sociales. Si se hace después, se pierde la perspectiva de lo que podría haber sido y simplemente se rellenan los huecos que tenemos preconcebidos. Cómo hacer un inventario de contenidos Realizar un inventario es una tarea engorrosa porque va acompañado de un proceso de búsqueda por toda la empresa. Los contenidos pueden ser de diferentes tipos: Los digitalizados, ya sea porque están publicados en la Web o porque fueron creados en ese formato; seguramente más fáciles de encontrar. Es posible que algunos de estos contenidos hayan ido a parar a copias de seguridad antiguas. Si va a inventariar la Web corporativa, puede utilizar el árbol de contenidos o mapa de la Web. Esto solucionará una parte de su búsqueda pero es posible que haya contenido en páginas huérfanas (sin enlaces entrantes). Recuperar el historial de navegación es otra forma útil de recordar páginas externas relevantes. Los contenidos sin versión digital, es decir, aquellos que están guardados en cajones, archivadores o cajas en el almacén. Aquí es cuando va a tener que sacar el polvo de toda la empresa, pero no deje nada por revolver. Los que ni siquiera tienen soporte físico porque solo viven en la mente de las personas. Hable con aquellos que tienen más tiempo en la empresa y use su memoria. Le ayudará a encontrar contenidos. Una vez localizados los contenidos, refleje el resultado en un documento. La opción óptima es una lista (tipo .docx) de enlaces o referencias a los más importantes, aunque muchos recurren a la típica tabla (tipo.xlsx) que incluye formato, descripción y fecha del contenido. A partir de aquí, se puede añadir todo el detalle complementario que quiera: tipo de contenido, persona responsable, autor, enlaces entrantes/salientes de una página Web concreta… e incluir todo el contenido que quiera, no solo el más reciente. Una posible forma de inventariar el contenido offline y online aparece reflejada en la siguiente tabla1: Tabla 3.1. Ejemplo de inventario cuantitativo. El tiempo necesario para hacer un inventario completo depende de dos factores: el tamaño de la empresa y el detalle que se quiere alcanzar. Cuantos más años lleve abierta la empresa, más empleados tenga y más exhaustiva sea la investigación, más dedicación requerirá… pero también más fácil será luego localizar los contenidos para poder usarlos. Un inventario bien hecho le ayudará tanto a saber qué tiene como qué necesita crear. Estará casi haciendo una auditoría, que consiste no solo en listar la parte cuantitativa para tener una visión general de lo que la empresa tiene, sino también la cualitativa para detectar lo importante, lo irrelevante y, por tanto, lo utilizable y lo desechable. Para hacer una auditoría, basta con repasar el cuantitativo y preguntarse para cada contenido: ¿Es coherente con los valores de la marca? ¿Será relevante para el usuario? ¿Hay otro contenido similar que pueda complementar o actualizarlo? Si es muy antiguo, ¿todavía tiene valor o necesita muchos arreglos antes de poder publicarse otra vez? Con estas respuestas eliminará lo superfluo y empezará a pensar en lo que podrá reciclar o crearde nuevo. Puede añadir una columna extra a su tabla para indicarlo. También apunte la fecha en la que realiza este ejercicio para saber cuándo se actualizó por última vez. Para que siga siendo un documento útil, conviene realizar inventario cada mes, seis meses o cada año, según el volumen que genere su empresa. Hay diferentes tipos de auditorías según dónde se pone el foco. Por ejemplo, se puede hacer únicamente enfocada a SEO, fijándonos en sus posiciones en Google y su analítica Web para ver las aportaciones al tráfico total de la Web corporativa; o al público objetivo de la página. Como veremos más adelante, ésta opción es muy importante para saber si es contenido de valor o no. Deberemos añadir una columna extra, por ejemplo, para indicar para quién se creó esa página o en qué momento puede ser útil al usuario. Caso de estudio: SSC es una empresa nueva con una Web muy básica que, de momento, únicamente explica a qué se dedica de una manera bastante textual por lo que su inventario online se limita a listar cuatro páginas Web y poco más. Pero sus socios tienen mucho material guardado de cuando viajaron a la Luna, tanto digital como recortes de revistas, y lo han clasificado en una tabla señalando qué podrán usar y qué no para no monopolizar los contenidos únicamente hablando de la Luna. Esto también les ha servido para empezar a ver qué pueden explicar de cada planeta, usando de base lo que ellos necesitaron para organizar su viaje lunar. Además, siempre consultan las principales fuentes de astronomía y consejos de viaje así que han recuperado fotos, vídeos y artículos que tenían guardados en los favoritos/historial de sus navegadores para utilizarlos en sus propios canales y recomendar así lecturas relacionadas con otros planetas. DOCUMENTACIÓN EXTERNA Documentarse ayuda a detectar los contenidos con los que tendrá que competir cuando genere el suyo. De esta manera conocerá de qué se habla, quién lo hace, en qué términos, dónde se desarrollan esas conversaciones… Leer le acercará a otros usuarios, cómo hablan y escriben, y le ayudará a conectar con su audiencia cuando se ponga a escribir. La fase de documentación es imprescindible en el proceso de creación de contenidos y es por donde se debería empezar siempre. Sirve para: Establecer el contexto (social, económico, histórico…) Dar información reciente o de actualidad. Argumentar con datos de estudios externos. Consolidar su punto de vista. Encontrar ángulos que no hubiese detectado por sí mismo. Aprender o contrastar pueden considerarse sinónimos de una documentación bien hecha. Consultar una fuente no es suficiente, siempre hay que tratar de recopilar cuanta información sea posible para crear contenido de calidad. Y leerla bien para documentarse. No es suficiente quedarse en el titular, hay que leer todo el artículo2: Cuando hay poco tiempo y debe elegir entre leer noticias o blogs y, por ejemplo, redactar un post, el orden debería ser primero documentarse y luego escribir, aunque tenga argumentos para realizar lo contrario: A favor: puede informarse sobre lo que se ha dicho antes sobre el tema y usar otras opiniones como enlaces para complementar su propio discurso y así mejorar el post. Para los lectores también es bueno, porque puede descubrirles nuevas fuentes de información y pueden considerarlas interesantes. En contra: descubrir que alguien ya ha dicho lo que pensaba explicar y no tiene nada que aportar porque repetiría lo mismo; o dejarse influir por opiniones que antes no tenía y olvidarse de su primera intención. Aunque documentarse sea una tarea previa a la creación de un texto, conviene no perder de vista las fuentes consultadas, por si en el futuro resultan útiles para generar otros contenidos, o si es necesario actualizar los ya publicados. En otras palabras, el escritor y, sobre todo el content curator, siempre se está documentando y puede llegar sufrir una infoxicación (intoxicación de información), si hay mucho volumen de artículos publicados y poco tiempo para consultarlos. Cómo documentarse sin infoxicarse A través de una aplicación en el móvil para leer algo de camino al trabajo. En la oficina, un par de pestañas con el correo personal, con Facebook y con Twitter si no está integrado en el navegador. A la hora de comida, igual que en el desayuno, un vistazo a la prensa. En la cena, todos los canales anteriores se mezclan y además se suma la televisión. Cuando se trata de encontrar tiempo para informarse, puede utilizar cualquier momento libre. Para estar al día de la información de su sector, tendrá que recurrir a todo tipo de medios, también a los tradicionales, como revistas o prensa especializada, y crear lo que llamaremos monitor de reputación; se puede utilizar para recibir actualizaciones que mencionen su nombre, el de su empresa o incluso el de su competencia. Para crear su sistema de monitorización, puede elegir entre utilizar: Correo electrónico: recibirá un correo con cada aviso una vez al día, a la semana o en el momento en el que se produzca la publicación. Lector de feeds: tendrá que entrar en una Web, por ejemplo en Google Reader, para ver las nuevas actualizaciones de todos los feeds que tenga. Página de inicio personalizada: cada vez que abra el navegador, en lugar de la página actual, verá una, por ejemplo Netvibes, con las nuevas publicaciones de sus feeds. La traducción literal de feed -canal o fuente-no suele solucionar el tema de entender su significado, pero podríamos catalogarlo como una fuente de información. Los feeds suelen aparecer en Weblogs y sitios de noticias y están, escritos casi siempre en XML. A partir de aquí ha habido dos estándares: RSS y Atom. Las RSS es la versión más extendida de los feed, normalmente representada por los inconfundibles iconos naranjas con las siglas RSS o XML. Como dice Cristina Aced3, los RSS trabajan por nosotros, usándolos ahorrará tiempo al poder consultar en un único lugar (lector o página personalizada) toda la información que quiera, convenientemente etiquetada para agruparla por temas o prioridades. Hay muchas herramientas para monitorizar la Red en busca de referencias a ciertas palabras clave4, pero primero es necesario construir la lista de palabras que quiere seguir. Recuerde, se trata de las que usted buscaría para documentarse, no con las que quiere que le encuentren sus clientes (de ellas hablaremos en el capítulo dedicado a la optimización). Estas son algunas de las preguntas que le ayudarán a encontrarlas: ¿Se puede resumir su eslogan en un par de palabras clave? ¿Qué 5 palabras clave definen su empresa y qué otras 5 a su sector? ¿Cuál es su campo semántico, es decir, las palabras con las que relaciona su sector? ¿Son esas palabras relevantes en buscadores, tanto por posición en resultados como por volumen de búsqueda? ¿Utiliza la misma nomenclatura su empresa que el usuario para referirse a su producto o servicio? ¿Se puede ser más específico utilizando expresiones de dos o tres palabras en lugar de solo una? ¿Tienen estas palabras y expresiones sinónimos o variantes en inglés u otros idiomas que deba considerar? El resultado serán unas cuantas palabras clave relevantes que definen su negocio y, por extensión, su sector. Guárdelas un momento porque también tiene que localizar las fuentes de información en las que buscar esas palabras. Para identificar las fuentes que más le convienen, o descubrir su perímetro de monitorización como lo llama Augure5, trate de responder a estas preguntas: ¿Qué medios generalistas y especializados tienen una sección dedicada al sector de su empresa? ¿Qué Webs de votación de noticias tratan los temas detectados de su empresa? ¿Qué blogs tratan el tema de su empresa como tema principal? ¿Qué profesionales del sector tienen presencia en medios sociales? ¿Qué otras empresas publican información sobre ellas mismas o sobre el sector? De estas respuestas sacará su lista inicial de fuentes, localice sus respectivos RSS y suscríbase añadiendolas direcciones de esos feeds al sistema que haya elegido (Google Reader o Netvibes) o sígalos por correo o en medios sociales para saber de sus publicaciones. Pero esta forma de documentación solo funciona para saber cuándo publica alguien que ya tenía identificado como relevante. También debe configurar un sistema de alertas que permita seguir la actualidad sin conocer la fuente que origina la noticia. Introduzca las palabras clave que ha identificado previamente en buscadores generalistas y utilice Google Alerts para saber cuándo se ha indexado un contenido sobre su tema. Este es el sistema más utilizado pero también puede usar la opción de guardar búsquedas de Twitter y dejar que otros curators y usuarios le recomienden artículos. Dedique los primeros días o semanas a afinar las expresiones que más le interesan o los medios más relevantes para evitar duplicidades o avisos que le molestan en lugar de ayudarle. De esta forma, encontrará menos artículos pero más valiosos y específicos, dejando de lado la infoxicación. Caso de estudio: SSC se configurará alertas por correo en Google con expresiones como "vacaciones", "crucero", "viaje estelar" para detectar noticias relacionadas con el turismo así como los nombres de los planetas y genéricos como "sistema solar" y "vía láctea" para la parte más astronómica de los contenidos. También ha guardado esta expresión en las búsquedas de Twitter para tener acceso rápido mientras esté navegando en esta red social. Y ha empezado a monitorizar su propia reputación utilizando una alerta con el nombre completo de SSC para poder atender a menciones de usuarios. También han ampliado sus fuentes, además de la Nasa y la Agencia Espacial Europea, a blogs de astronomía y a tuiteros que tratan temas de viajes y astronomía para cubrir varios flancos. Por otro lado, a medida que las alertas les descubran nuevas fuentes interesantes que no conocían, las irán añadiendo a su Google Reader que han configurado como la página de inicio de su navegador para estar siempre al día de las últimas noticias sobre su sector y empresa. 4 Planeando una estrategia de contenidos El reino de los contenidos, tal y como lo acabamos de ver, parece estar rozando la anarquía: existen muchos tipos de contenidos pero sin un orden aparente. Para que los contenidos tengan sentido, necesitan una estrategia. Una estrategia de contenidos verbaliza y saca el máximo rendimiento a esa materia prima que tiene cada empresa en exclusiva: su personalidad. No hay plantillas que rellenar, no hay estrategias que copiar: cada uno ha de imponer su orden, sus normas, para que pueda ser su monarquía y no la del vecino, léase competencia, la que se imponga. Como cada empresa es única, cada contenido que produce también debería serlo. Para acabar de convencerle, los gurús Kristina Halvorson y Joe Pulizzi1 dan los siguientes motivos para dar importancia al contenido. Explica su historia y da vida a su marca. Responde a las dudas de sus usuarios. Inspira, entretiene y motiva. Dirige la toma de decisiones. Gestiona las expectativas. Crea (o destruye) confianza. En esta parte del libro vamos a poner en marcha su estrategia de contenidos, utilizando los que ya ha recopilado y en base las siguientes preguntas o pasos2: ¿Qué puede conseguir con los contenidos? ¿Para quién creará sus contenidos? ¿Sobre qué han de tratar sus contenidos? ¿Cómo han de ser sus contenidos? ¿Dónde publicar sus contenidos? ¿Cada cuánto tiempo publicar contenidos? ¿QUÉ SE PUEDE CONSEGUIR CON LOS CONTENIDOS? La primera fase de cualquier plan empieza por preguntar por los objetivos. Algún objetivo tendrá en mente tras haber comprado este libro. Puede ser que sus ventas se hayan frenado y quiera aumentarlas, o que la empresa sea nueva y quiera darla a conocer; son solo dos ejemplos de los más habituales de los que encuentro en clase con mis clientes. Sea cuál sea, necesita establecer una meta porque de lo contrario iría sin rumbo o, peor aún, no conseguiría nada. Es una opción posiblemente válida, altruista pero cualquier empresa o institución, grande o pequeña tiene un fin comercial y debe justificar los recursos que se invierten en contenidos. Si aún no sabe por dónde empezar, lo primero que debe hacer es responder a dos preguntas: dónde se encuentra (situación actual) y dónde quiere estar (escenario deseado). Un análisis DAFO le ayudará a darse cuenta de la situación actual que vive su empresa y de lo que le rodea: ¿cuáles son sus debilidades y fortalezas internas y cuáles son las amenazas y oportunidades que le brinda su entorno? Otras preguntas más generales serían: ¿cómo es su marca, tiene una voz en el mercado, cuál es su reputación? Para responderlas, puede fijarse en: Competencia: ¿Qué contenidos publica el líder de referencia y las empresas más cercanas? ¿Cuál es la diferencia respecto a ellos? (al hablar de línea editorial, veremos que es un aspecto fundamental) Estrategias de marketing: ¿Qué acciones le han funcionado y aún conserva? ¿Qué no le salió como esperaba? ¿Qué puede aprender de informes de marketing, SEO o de otras acciones realizadas? ¿Qué había planeado hacer en el futuro y por qué? Clientes: ¿Hay testimoniales o comentarios recibidos en redes sociales o en la tienda? ¿Cuáles son las preguntas habituales en el departamento comercial o de atención al cliente? ¿Qué estadísticas conoce de su Web y de otros canales? En cuanto a la situación deseada, hay una forma muy útil de verbalizar las metas que quiere conseguir en base al acrónimo en inglés SMART. Esto le ayudará a mejorar las primeras ideas que hayan venido a su mente: ¿son sus objetivos concretos, medibles, alcanzables, realistas y tienen un plazo de tiempo determinado para conseguirlos? Antes hemos visto que los objetivos pueden resumirse en visibilidad, ventas y fidelización. Por ejemplo, dar a conocer un producto sería un objetivo poco SMART pero mejoraría si le añadiese algo más concreto como que viniese el doble de gente a su tienda a preguntar por él o que las visitas a la Web de esa sección aumentasen un 200%. Si además le añade una horquilla temporal de un mes o dos, ya tendrá un objetivo claro. Es una primera forma de empezar a pensar en las métricas, aunque trataremos de esto al final del libro. Repita el proceso hasta concretar todo lo posible los objetivos que quiera, más tarde los ordenaremos en el tiempo. Para conseguir cualquier objetivo que haya definido, es posible que necesite varias estrategias de marketing que respondan a la pregunta ¿cómo conseguirlos? No olvide que hay varias opciones dentro de un plan de marketing y que solo una de ellas es el uso de los contenidos. Por otro lado, sean cuales sean las estrategias elegidas, tendrá que identificar y adentrarse con detalle en las tácticas, o lo que es lo mismo, en cuáles son las acciones concretas a llevar a cabo. Puede tener varios objetivos, cada uno con una estrategia diferente y algunas estrategias pueden compartir tácticas. Parece un trabalenguas pero que no cunda el pánico, a medida que avancemos lo iremos viendo en detalle. Caso de estudio: SSC lleva solo 3 meses constituida así que su situación actual es de ilusión por llenar su primer crucero. Saben que no tienen competencia directa pero pueden imaginar que pronto habrá otros que tengan la misma idea. Mientras, otras empresas de turismo tradicional les pueden quitar clientes porque aún no son conocidos, por tanto, no están valorados, ni considerados en la mente de sus posibles clientes. De momento solo venden online y su Web tiene pocas visitas porque tampoco están bien posicionados en los buscadores. Para llenar su primer crucero, que saldrá dentro de 8 meses, SSC necesita darse a conocer entre sus clientes potenciales para que les tengan en consideración a la hora de planificar sus viajes de vacaciones. Ése es su objetivo principal en la estrategia de marketing: posicionarse como una opción de viaje diferente y alternativa. SSC sabe que con los contenidos podrá
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