Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO PROGRAMA DE POSGRADO EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS FACULTADA DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES PENSAMIENTO HEMISFÉRICO: RETOS Y PERSPECTIVAS DESDE LA FILOSOFIA CONVIVENCIAL TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE DOCTOR EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS PRESENTA NICOLAS JEAN PIERRE TUTOR PRINCIPAL: DR. LEOPOLDO AUGUSTO GONZALEZ AGUAYO FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES COMITÉ TUTORAL: DR. ROBERTO MORA MARTINEZ CENTRO DE INVESTIGACIONES SOBRE AMERICA LATINA Y EL CARIBE DR. ALEXANDRE BEAUDOIN DUEQUETTE INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ANTROPOLOGICAS LECTORES: DRA. ROSANA CASSIGOLI SALAMÓN FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES DR. EFRAIN LEÓN HERNANDEZ COLEGIO DE GEOGRAFIA, FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS Ciudad de México, junio de 2017. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis está protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Agradecimientos La presente investigación está realizada con el apoyo del programa de becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Las investigaciones encierren en sí mismas muchas participaciones y aportaciones silenciadas. Aunque plasman una individualidad egoísta, no pensamos solos ni investigamos solos ni escribimos solos. Éstas encarnan siempre las huellas comunitarias en las que el supuesto autor o escritor presenta una síntesis convivencial. De esta forma, una de las maneras de expresar su reconocimiento a estas voces y reflexiones silenciadas consiste en admitir esta deuda convivencial y dar gracias. A la Universidad Nacional Autónoma de México y a las instituciones responsables del Programa del Posgrado en Estudios Latinoamericanos de dicha Universidad y a la Universidad de Estado de Haití, les doy gracias por abrirme sus puertas para completar mis estudios y ayudarme a desarrollar mi potencial creativo e inventivo en materia de producción teórica y conceptual. Expreso también mi agradecimiento al profesor investigador Dr. Leopoldo Augusto González Aguayo, por aceptar mi tema investigación y guiarme en su desarrollo teórico conceptual. De igual forma, agradezco de manera muy especial a la profesora-investigadora Dra. Rosana Cassigoli por apoyarme académica y metodológicamente en las diferentes etapas de mis estudios en México. Mi agradecimiento está dirigido, también, al colegio de tutores y lectores los doctores Roberto Mora Martínez, Alexandre Beaudoin Duquette y Efraín León Hernández. Sus comentarios, sugerencias y críticas fueron fundamentales para el desarrollo y presentación de este trabajo. Al cuerpo profesoral del Programa del Posgrado en Estudios Latinoamericanos y del Instituto de Investigaciones Filosóficas, especialmente al difunto León Olivé. Con ellos estoy muy agradecido, pues sus aportes teórico-conceptuales han sido imprescindibles en el desarrollo de mi potencial intelectual crítico a partir del que surgió la idea del pensar hemisférico y su crítica: el pensamiento convivencial. Asimismo, mi reconocimiento va al 3 personal administrativo y académico del Programa del Posgrado en Estudios Latinoamericanos por brindarme su ayuda en la realización de los diferentes tramites durante estos siete años de mi paso en la maestría y el doctorado. De la misma forma, expreso mi agradecimiento a toda la generación de 2013 del Programa Doctoral del Posgrado en Estudios Latinoamericanos, a los que me compartieron sus comentarios, sus sugerencias y sus críticas. Especialmente a Elinet Daniel Casimir, porque su amistad y hermandad ha sido fundamental en la realización de esta investigación. A las y los amigos que me brindaron su apoyo moral y material, Erick López, Seyna Bou, Yolloxochitl Mancillas, Andrea Mora y Monine Greffin. Agradezco de manera muy particular a Jenny por su infinito amor, por su cariño hacia mi persona; y a Giobanna por su atención y disponibilidad para leer y corregir este trabajo. En fin, quiero agradecer a mi hija Yannie, su mama Yolande y mis papas, Elirose y Elidé, por su incondicional amor y apoyo en mi vida. Ustedes encarnan el orgullo de este trabajo. El agradecimiento no es nunca fiel a sí mismo. Siempre hace omisión de su propio objeto. A las y los amigos y colegas que no están listados en estas páginas, les ofrezco mis disculpas y les doy gracias por acompañarme en este largo camino. Nicolas Jean Pierre, junio de 2017 4 Índice Resumen ................................................................................................................................. 7 Abstract .................................................................................................................................. 8 Introducción .......................................................................................................................... 9 Primera Parte Definición y formación del pensamiento hemisférico en las Américas .......................... 40 1. Antecedentes históricos de la idea del Hemisferio Occidental ..................... 43 1.1 Tierras antípodas y Hemisferio Occidental ............................................................. 43 1.2 Hemisferio Occidental y Nuevo Mundo .................................................................. 46 1.3 El “europeo” y el Hemisferio Occidental ................................................................ 48 1.4. La idea del Hemisferio Occidental en la América poscolonial .............................. 52 1.5. La formación del sujeto social hemisférico ............................................................ 59 2. Conformación política del pensamiento hemisférico ................................................... 64 2.1 Significado geopolítico del bolívarismo y monroísmo ............................................ 66 2.2 El deseo territorial del monroísmo .......................................................................... 69 2.3 Monroísmo y bolívarismo versus panyanquismo y latinoamericanismo ................ 72 3. Lucha por la legitimación del discurso hemisférico ..................................................... 82 3.1. La política de big stick ............................................................................................ 85 3.2. Monroísmo y nuevo orden internacional ................................................................ 86 3.3. La política de “buena vecindad” ............................................................................. 89 Segunda parte El sistema internacional hemisférico ................................................................................. 92 1. Institucionalización del pensamiento hemisférico .................................................... 95 1.1 Pensamiento hemisférico y guerra fría ........................................................................... 98 1.2 La repuesta geopolítica al giro revolucionario cubano .......................................... 101 1.3 La defensa hemisférica y la política de los derechos humanos ............................. 104 2. Cooperación y rivalidad Institucionalidadhemisférica ........................................... 108 2.1 Pensamiento de seguridad multidimensional ........................................................ 112 2.2 El regionalismo abierto .......................................................................................... 114 2.3 Cooperación y rivalidad en la praxis social hemisférica ....................................... 118 5 3. Cooperación y rivalidad hemisféricas en la MINUSTAH ......................................... 123 3.1 El mapa geopolítico de la MINUSTAH ................................................................ 123 3.2 La participación latinoamericana en la MINUSTAH ............................................ 129 3.3 Los motivos de las acusaciones ............................................................................. 134 3.4. El modo de manifestación de la mismidad diferenciada ...................................... 138 Tercera parte Los retos convivenciales del pensamiento hemisférico .................................................. 143 1. Marco de actuación del hombre hemisférico .............................................................. 148 1.1. El miedo a la diferencia ........................................................................................ 151 1.2. Diferencia y otredad ............................................................................................. 154 1.3. Los paradigmas de la diferencia ........................................................................... 156 1.4. El miedo a la diferencia en la MINUSTAH ......................................................... 163 2. La reinvención de la escasez ......................................................................................... 168 2.1. Una expresión de la finitud humana ..................................................................... 169 2.2. El miedo del porvenir ........................................................................................... 171 2.3. El país más pobre del Hemisferio Occidental ...................................................... 178 3. Imperialismo, hegemonía y militarización ................................................................. 182 3.1. Excedente ideológico imperial ............................................................................. 185 3.2. Imperio y hegemonía ............................................................................................ 189 3.3. Hegemonía y militarización .................................................................................. 193 4. Pensamiento de seguridad hemisférica ....................................................................... 198 4.1. la seguridad clásica ............................................................................................... 200 4.2. La seguridad multidimensional ............................................................................ 203 4.3. La seguridad multidimensional hemisférica ......................................................... 207 5. Guerra contra guerra: el caso de la MINUSTAH. ..................................................... 209 5.1. Los rasgos de la revolución haitiana ..................................................................... 210 5.2. La revolución haitiana en el sistema colonial ....................................................... 213 5.3. La revolución haitiana en la praxis social hemisférica ......................................... 216 5.4. La revolución haitiana y la MINUSTAH ............................................................. 220 6 Cuarta parte Prolegómeno a una organización convivencial de la praxis continental americana ... 224 1. Los presupuestos ocultos de la lógica hemisférica ..................................................... 229 1.1. La división social del trabajo ................................................................................ 240 1.2. La división temporal de la vida humana ............................................................... 241 1.3. La división del saber ............................................................................................. 243 1.4. El dominio profesional ......................................................................................... 246 2. Las premisas epistemológicas de la praxis convivencial ........................................ 253 2.1. La herramienta convivencial ................................................................................ 256 2.2. El alcance teórico de la herramienta convivencial ............................................... 263 3. La estructura convivencial de las herramientas sociales ....................................... 268 3.1. La metodología convivencial ................................................................................ 268 3.2. El alcance de la metodología convivencial ........................................................... 276 4. La organización convivencial de la praxis continental americana ........................ 281 4.1. La contra-productividad de las instituciones hemisféricas ................................... 283 4.2. Los paradigmas de la praxis convivencial americana .......................................... 288 Quinta Parte Conclusiones ...................................................................................................................... 293 Sexta Parte Bibliografía ........................................................................................................................ 304 7 Resumen La presente investigación pretende desafiar la oposición oficial entre el panyanquismo y el latinoamericanismo en la praxis continental americana. Para ello, me propongo emprender un estudio de tipo filosófico de la tensión y la complicidad entre ambas Américas bajo la propuesta de un pensamiento hemisférico. Este estudio se inscribe en una perspectiva filosófica internacional e indaga sobre la posibilidad de una unidad política e ideológica a escala continental. Considero el Hemisferio Occidental como un continuum espacio-temporal que hace inteligible las relaciones interamericanas y su desarrollo institucional. El objetivo del pensar hemisférico consiste en construir una visión crítica e integral desde la filosofía convivencial del interamericanismo en el que existe una fuerte alianza entre ambas Américas para colonizar el poder, el saber y el quehacer de los pueblos americanos. La filosofía convivencial entraña ejercitarse en la formulación y la reformulación, en investigar el fundamento epistémico de los argumentos, en sopesar los principios y las consecuencias de la tradición opuesta de entre el panyanquismo y el latinoamericanismo. Con base a esta crítica, se propone un modo de organización convivencial de la praxis continental americana en la que se desarrolla el potencial creativo e inventivo del ser americano. El campo empírico en el que se presenta la mayor expresión de este pensar hemisférico es la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). Sostengo que, en la MINUSTAH, ambas propuestas de integración regional concuerdan sobre el hecho de que la militarización constituye una escuela democrática y del desarrollo económico y social del pueblo haitiano. Desde la perspectiva filosófica convivencial, la relación entre el panyanquismo y el latinoamericanismo en la MINUSTAH no se interpreta en términos pluralistas, sino a partir de la teoría de la conspiración mediante el mecanismo de la razón arrogante, cuyo objetivo es cambiar el sentido de la historia del pueblo haitiano en beneficio del dominio social hemisférico. 8 Abstract The presentresearch tries to defy the official opposition between Pan-yanquism and Latin-Americanism in the American continental praxis. For this, i propose to take on a philosophical study of tension and complicity between the two Americas under the proposal of a hemispheric thinking. This study is based on an international philosophical perspective and explores the possibility of a political and ideological unity on a continental scale. I consider the Western Hemisphere as a continuum of space-time that makes inter-American relations and their institutional development intelligible. The aim of hemispheric thinking is to construct a critical and integral vision from the convivial philosophy of inter-Americanism in which there is a strong alliance between the two Americas to colonize the power, knowledge and work of the american peoples. The convivial philosophy implies exercising in the formulation and reformulation, in investigating the epistemic foundation of arguments, in weighing the principles and consequences of the opposite tradition between panyanquism and latinomericanism. Based on this criticism, a way of convivial organization of continental American praxis is proposed in which the development of the creative and inventive potential of the American being can be observed. The empirical field in which the greatest expression of this hemispheric thinking is presented is the United Nations Stabilization Mission in Haiti (MINUSTAH). I submit that in MINUSTAH, both proposals for regional integration agree on the fact that militarization constitutes a democratic school and the economic and social development of the Haitian people. From a convivial philosophical perspective, the relationship between Pan-Yanquism and Latin-Americanism in MINUSTAH is not interpreted in pluralistic terms, but from the theory of conspiracy through the mechanism of arrogant reason, whose aim is to change the meaning of history of the haitian people for the benefit of the social hemispheric field. 9 Introducción El Hemisferio Occidental es un concepto que atraviesa toda la historia de América, desde los viajes de Cristóbal Colón, pasando por los procesos de independencia, hasta el llamado sistema internacional hemisférico1. Muchos son las obras académicas, los tratados y acuerdos internacionales en los que se refiere a este concepto para designar las relaciones interamericanas. El Hemisferio Occidental puede ser considerado como la conciencia espacio-temporal que posibilita los valores compartidos y enfoques comunes entre ambas Américas2. Sin embargo, hasta que esta investigación ha podido llegar en su búsqueda, existe una ausencia de un pensar hemisférico de tipo filosófico en la “praxis3” continental americana. En esta investigación, me propongo emprender un pensar hemisférico que descansa en las correlaciones de fuerzas entre el panamericanismo y el latinoamericanismo. El pensar hemisférico se basa en una perspectiva filosófica internacional e indaga sobre la posibilidad de una unidad política e ideológica a escala continental4. Se inscribe también en la perspectiva geopolítica crítica que considera las teorías y las practicas geoestratégicas como cualidades reales de la producción y la reproducción social, y que, en mayor parte de los casos, el sujeto social geopolítico pretende espacializar su propuesta de producción y reproducción social en un escenario de confrontación o de conflicto económico y político5. 1 Véase Edmundo O’Gorman, La Invención de América: Investigación acerca de la estructura histórica del Nuevo Mundo y del sentido de su devenir, México: FCE, 2003. RABASA José, De la invención de América: La historiografía española y la formación del eurocentrismo, México: Universidad Iberoamericana, Departamento de Historia, 1993. 2 Véase Luis Suarez Salazar y Tania García Lorenza, Las relaciones interamericanas: comunidades y cambios, Buenos Aires: CLACSO, 2008. Luis Suárez Salazar, Madre América: un siglo de violencia y dolor (1898- 1998), La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2003. 3 En el desarrollo de esta investigación, uso el concepto de praxis en el sentido que lo usa Adolfo Sánchez Vázquez, es decir, la acción propiamente dicha. “acción que tiene su fin en sí misma y que no crea ni produce un objeto ajeno al agente o a su actividad”. Adolfo Sánchez Vázquez, Filosofía de la praxis, México: Editorial Grijalbo, 1980, p. 20. 4 Véase Chris Brown, « Philosophie politique et relations internationales anglo-américaines ou Pourquoi existe- t-il une théorie internationale », Etudes internationales, XXXVII, 2, juin 2006, pp. 223-240; Emmanuel Kant, Vers la paix perpétuelle, Paris : Garnier-Flammarion, 1991; Jullien François, De l’universel, de l’uniforme, du commun et du dialogue entre les cultures, Paris: Fayard, 2008. Badie Bertrand, La diplomatie de connivence, Paris : La Découverte, 2012. Frédéric Ramel, Philosophie des relations internationales, Paris: Presses de Sciences Po, 2011. Frédéric Ramel, L’attraction mondiale, Paris : Presses de Sciences Po, 2013. 5 Efraín León Hernández, “Geopolítica de la lucha de clase: una perspectiva desde la reproducción social de Marx”, Revista Geográfica de América Central, Numero Especial EGAL, Costarica, II Semestre 2011. 10 Históricamente parece que no existen lazos y relaciones recíprocas entre estas dos propuestas teóricas de integración americana: el panamericanismo, tendencia expansionista estadounidense en las Américas y el latinoamericanismo, que viene a ser el cuestionamiento del mecanismo de sujeción política y económica del panamericanismo. Discurso y contra- discurso, imperialismo y antiimperialismo caracterizan la teoría del conjunto continental americano. El objetivo de un pensar hemisférico es conceptualizar la dialéctica de esta oposición histórica. No obstante, como afirma Celia Amorós, “conceptualizar siempre es politizar, por eso, es tan importante conceptualizar y tratar de conceptualizar bien6”. Conceptualizar es comprometerse políticamente a través de actividades más o menos conscientes. Como consecuencia de ello, me interesa primero explorar la formación histórica de ambos conceptos en la praxis continental americana, así como el proceso de su transformación en las propuestas de integración regional. Luego, me importa encontrar los fenómenos históricos y sociales, los diferentes procesos de cooperación y las diversas formas de instituciones, así como los diferentes tratados, acuerdos y declaraciones, a los que se asocian ambas propuestas de integración. En fin, destacar los conceptos, teorías y metodologías del pensar hemisférico y demostrar como el latinoamericanismo comparte los principios y los valores del panyanquismo. Sin embargo, esta investigación no pretende recrear todos los detalles del pasado de la relación entre panamericanismo y el latinoamericanismo. El pensar hemisférico no es pensar antropológicamente la praxis continental americana; no se trata de estudiar y comparar las tradiciones y culturas de los diferentes pueblos americanos. Tampoco se trata de un estudio de los movimientos de reivindicaciones económicas y sociales en las Américas7. Considero éstos como disidencias teóricas y prácticas del pensamiento 6 Celia Amorós. La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias para las luchas de las mujeres. Madrid: Cátedra. 2006. p. 128. 7 Por ejemplo, el zapatismo representa la objeción teórica y práctica a la política interior y exterior mexicana, incluso puede constituir un motivo de cambio estratégico de la misma, pero no hace que México, como Estado- nación, adopte un modo de organización social diferente al orden social hemisférico. El ejemplo del zapatismo tiene valor comparativo a los demás movimientos sociales en las Américas. 11hemisférico. Las referencias a algunos de esos detalles sólo buscan alumbrarlos, con el propósito de encontrar en ellos y en las denominadas regularidades de la historia aquellos saberes que permitan realizar esta actividad conceptual, crítica y transformadora a las realidades y disyuntivas que en el futuro previsible deberán enfrentar las multifacéticas praxis continental americana. La finalidad de este ejercicio conceptual es construir una visión crítica e integral desde la perspectiva filosófica convivencial a las relaciones interamericanas. La filosofía convivencial implica ejercitarse en la formulación y la reformulación, en investigar la fuerza de los argumentos, en sopesar los principios y las consecuencias de la tradición opuesta de las relaciones interamericanas. Su mayor expresión se encuentra en el “radicalismo humanista” o “el humanismo vital” de Ivan Illich, el ómnibus dibutandum o la disposición critica a “las premisas sin asustarse de llegar a las ideas y soluciones absurdas8”. La filosofía convivencial desarrolla discusiones y debates con varias disciplinas de las ciencias sociales latinoamericanas a modo de re-examinar la guía teórico-metodológica fundante de las relaciones interamericanas. Bajo estas premisas, el problema que enfrenta la filosofía convivencial consiste en el proyecto social hemisférico en las Américas y sus consecuencias para los pueblos del continente. La filosofía convivencial es una invitación a lo que Carlos Lenkersdorf llamaría “nosotros vivencial” en el cual la “nostridad9” se convierte en el eje central de la praxis continental americana. El “nosotros vivencial” rechaza la cosmovisión competitiva o el contexto hostil del pensar hemisférico para postular un pensamiento convivencial en donde “no nos rodean enemigos sino hermanos potenciales; no buscamos enfrentamientos sino complementariedad10”. 8 Erich Fromm define el radicalismo humanista illichiano como “la disposición y la capacidad para cuestionar críticamente todas las asunciones e instituciones que se han convertidos en ídolos, en nombre del sentido común, la lógica y lo que se supone es natural”. Eric Fromm, Introducción, en Ivan Illich, Obras Reunidas, México: FCE, 2008, pp. 47, 57k. 9 En Lenkersdorf, el nosotros vivencial se define como “una metafísica de nostridad en la que no se refiere a una realidad existente, sino que es una invitación a la convivencia, en la cual el NOSOTROS se convierte en el eje de la vida social”. Carlos Lerkersdorf, Filosofar en clave tojolabal, México: Paidós, 2005, p. 33. 10 Carlos Lenkersdorf, Aprender a escuchar: enseñanzas maya-tojolabales, Mexico: Plaza y Valdes, 2008, p.53. 12 El campo empírico en el que busco los conceptos subyacentes a las correlaciones de fuerzas entre el panamericanismo y el latinoamericanismo es la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) 11. Veremos en el desarrollo de esta investigación que la existencia de la MINUSTAH reinicia el debate sobre la oposición tradicional entre lo sajón y lo latino, e invita a repensar las categorías regionales opuestas en las Américas. Cabe señalar que la MINUSTAH es una Operación de Mantenimiento de Paz (OMP) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En la MINUSTAH, como lo apuntó Ricardo Senteinfus, existe un verdadero “tridente imperial12” (entre la ONU, la OEA y la UE). Este tridente imperial lleva un compromiso regional latinoamericano, no sólo porque el comando militar de esta misión está a cargo de Brasil, sino porque la mayor parte de “su contingente militar proviene de las fuerzas armadas latinoamericanas”13. Así que la MINUSTAH implica también una “cooperación sur-sur”14 que consiste en intercambiar les experiencias militares entre los diferentes países latinoamericanos. En términos de los mandatos de la MINUSTAH, expresados en la resolución 1542 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), y modificados en varias ocasiones durante los años siguientes para adaptarlos a las circunstancias cambiantes y a las nuevas necesidades impuestas por la situación política y socioeconómica del país15, Haití es 11 Lo veremos en el segundo capítulo de este trabajo, la presencia de la MINUSTAH resulta de una reflexión profunda en la praxis social haitiana. Por este momento, digamos sólo que, a propósito de la historia de esta misión en Haití, a MINUSTAH es una Operación de Mantenimiento de Paz (OMP) que se estableció en Haití, el 1 de junio de 2004, por la resolución S/RES/1542 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta misión fue la sucesora de una Fuerza Multinacional Provisional (FMP) autorizada por el mismo Consejo de Seguridad en febrero de 2004, después de que el Presidente Bertrand Aristide partiera de Haití para el exilio, en el periodo posterior al conflicto armado que se extendió a varias ciudades del país. 12 Ricardo Seitenfus, Reconstruir Haití: entre la esperanza y el tridente imperial, Santo Domingo: CLACSO, 2016. 13 Ibíd., p. 144. 14 Véase también Miguel Lengyel y Bernabé Malacalza, “Argentina - Haití: El desafío de la Cooperación Sur- Sur y la promoción al desarrollo”. En Revista Española de Cooperación Internacional, Nro.27, IUDC Madrid: 2011. Miguel Lengyel y Bernabé Malacalza, “¿De qué hablamos cuando hablamos de Cooperación Sur-Sur? La construcción del concepto desde bases empíricas”. IPSA-ECPR Joint Conference: “Whatever Happened to North-South?” Panel: South-South Cooperation: History, Concepts, Trends. São Paulo, February 16 to 19, 2011. 15 Véase Resoluciones 1608 en 2005, 1702 en 2006; 1743 et 1780 en 2007; 1840 en 2008; 1892 en 2009; 1908 tras el devastador terremoto que azotó a Haití en 2010; y 1927 en el mismo año de 2010 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. 13 considerada como una “periferia turbulenta16” o un “estado fallido17”, en su misión histórica de construir un bienestar común. Sus pueblos son sujetos socialmente fracasados en su proceso de humanización y socialización. La idea de un entorno seguro y estable para Haití que garantice el proceso de diálogo y de reconciliación nacional, el proceso democrático e institucional, así como el desarrollo económico y social, debe ligarse íntimamente con la militarización de la praxis social haitiana18. Por eso, en el desempeño de su mandato, la MINUSTAH combina filantropía y militarización. Cabe señalar si bien que esta investigación propone analizar la tensión y la complicidad entre el panyanquismo y el latinoamericanismo bajo la propuesta de un pensamiento hemisférico en la praxis continental americana, que se comprueba empíricamente en la MINUSTAH. Esta investigación no es un tratado histórico o sociológico sobre esta misión civil y militar; tampoco ésta constituye un campo experimental en el que se validan todas las aserciones y todas las hipótesis del pensar hemisférico. Las personas que interesan a los detalles históricos y los estudios sociológicos pueden dirigirse a las obras de Pierre Rodrigue Saint Paul (Haïti: Ingérence y chaos depuis 12 ans) y Ricardo Seitenfus (Reconstruir Haití: entre la esperanza y el tridente imperial). En esta investigación, se trata de una interpretación filosófica del Hemisferio Occidental como el espacio territorial compartido entre ambas Américas y su forma de actuación en éste. La MINUSTAH sólo es un modo de manifestación, una faceta en la multifacética realidad del pensamiento hemisférico. Siguiendo esta línea de investigación, surgen dos órdenes de preguntas: unas teóricas, otras prácticas. Teóricamente, ¿Qué sustenta este actuar común entre ambas propuestas de integración, tradicionalmente opuestas, en la MINUSTAH? Y ¿Cómo conceptualizar esta experiencia continental? ¿Se puede hablar de interamericanismo? Pero ¿qué explica o16 Roberto Russell y Fabián Calle, “La “periferia turbulenta” como factor de la expansión de los intereses de seguridad de los Estados Unidos en América Latina”, en Mónica Hirst, Crisis del Estado e intervención internacional, Edhasa, Buenos Aires, 2009, pp. 29-71. 17 Juan Gabriel Tokatlian, “La construcción de un “Estado fallido” en la política mundial: el caso de las relaciones entre Estados Unidos y Colombia, en Mónica Hirst, ibíd. pp. 207-250. 18 Ana Esther Ceceña, “Los peligros de la militarización en América Latina”, en OLAG – UNAM, agosto de 2011; “Militarización en las Américas”, Conferencia en el Foro Social Américas, Paraguay, agosto de 2010. 14 posibilita teóricamente este inter entre ambas Américas? Prácticamente, ¿Cuáles son las razones fundantes de un compromiso militar entre ambas Américas en Haití? ¿Supone la estabilidad política, la militarización de manera indeterminada del espacio-tiempo social de los pueblos?19 En relación con estas preguntas, el pensar hemisférico es un atrevido intento de explicar las correlaciones de fuerza entre panamericanismo y latinoamericanismo en la praxis social haitiana. Esta línea de investigación me obliga a hacer una revisión conceptual con énfasis sobre el panamericanismo, puesto que existe una confusión relativa a este término en la praxis continental americana. En algunas circunstancias históricas y sociales, se usa el panamericanismo para designar la propuesta de integración latinoamericana como para la propuesta de integración norteamericana. Aclaraciones conceptuales Según Sergio Guerra Vilaboy y Alejo Maldonado Gallardo, el panamericanismo, en su primer momento de conceptualización, fue sinónimo de americanismo, representaba nuestras condiciones materiales y espirituales de existencias, como pueblos y estados en el continente americano: somos todos americanos y, en algún sentido, panamericanistas20. El prefijo “pan” se refería a la totalidad o al conjunto americano y expresaba un sentimiento de pertenencia a una América unida. El panamericanismo se relacionaba con todos los países y pueblos del continente americano, inclusive los diversos grupos étnicos que se reconocen entre sí como 19 Estas preguntas justificaron mi proyecto de investigación en la maestría de estudios latinoamericanos. Sin embargo, ésta sólo consistió en una descripción sumaria del compromiso militar latinoamericano en la MINUSTAH. Le faltó una explicación teórica de dicho compromiso, de las relaciones de fuerza entre panamericanismo y latinoamericanismo en esta misión onusiana. El trabajo de la maestría fue un proyecto de investigación inacabado, en el que se analizó la aparición de la MINUSTAH en el contexto festivo del Bicentenario de Independencia; independencia que simboliza la ruptura con el orden colonial, racial y esclavista en el Hemisferio Occidental, el primer espacio-tiempo de concertación concreta entre las Américas tras de más de 200 años de existencia. No obstante, la investigación no cumplió una función heurística de la investigación, pues se centró más en la recopilación de datos y la documentación sobre un fenómeno regional, así como en el tratamiento de éstos en función a una interrogación previa. Por lo anterior, en esta investigación doctoral, me propongo ofrecer una interpretación heurística de las relaciones de fuerza entre panamericanismo y latinoamericanismo en la MINUSTAH. La interpretación heurística, lo veremos más adelante, retoma el análisis descriptivo del trabajo de la maestría y lo trasforma en una triple investigación (empírica, epistemológica y normativa) desde el actuar común entre las dos Américas en Haití. Nicolas Jean Pierre, La crítica al concepto de seguridad colectiva en el regionalismo latinoamericano desde la filosofía convivencial: Brasil/MINUSTAH, Tesis para optar por el título de Maestro en Estudios Latinoamericanos, UNAM, 2012. 20 Sergio Guerra Vilaboy y Alejo Maldonado Gallardo, Los labirintos de la integración latinoamericana: Historia, mito y realidad de una utopía. Facultad de Historia, Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidalgo, 2002. 15 originariamente americanos y se han organizado en consecuencia. De hecho, como sostiene Arturo Ardao, no existía un panamericanismo, sino muchos panamericanismos con construcción política e ideológica diferentes21. El panamericanismo podía ser considerado como un proyecto de organización de la praxis continental americana y, como tal, al inicio del siglo XIX, había muchos de este tamaño geopolítico. Por ejemplo, en Haití, se inició un proyecto de organización de la praxis social americana sobre la base de la liberación de los oprimidos22. Además, el panamericanismo subyace en muchas obras filosóficas latinoamericanas. Entre algunos ejemplos, destacan Francisco de Miranda y Simón Bolívar, que usaron reiteradamente la noción de América para designar a América del Sur. Por su parte, José Martí y muchos filósofos contemporáneos, como Augusto Salazar Bondy y Horacio Cerutti Guldberg, emplean Nuestra América para nombrar a América Latina23. El filósofo mexicano, Leopoldo Zea, para responder a la pregunta de Augusto Salazar Bondy, ¿Existe una filosofía de nuestra América?, escribió un libro titulado La filosofía americana como filosofía sin más. Así que existe una incongruencia en atribuir el panamericanismo a la geopolítica yanqui24. Y no podemos hacerlo sin caer en un callejón epistemológico. Asimismo, resulta incoherente usar “imperialismo norteamericano”, como se hace oficialmente, puesto que México es geográficamente parte de América del Norte; pero socio- culturalmente se aproxima más a América Latina. Además, México fue la primera víctima de la agresión territorial del yanquismo. De la misma manera, a pesar de su alineamiento político e ideológico a la política estadounidense, considero que Canadá no desarrolla en 21 Según Arturo Ardao, “la idea y el nombre de América latina pasan por un proceso de génesis que recorre las mismas tres etapas que el de la idea y el nombre de América”: el descubrimiento, el debate racial entre lo anglosajón y lo latino en Europa del siglo XIX, y el expansionismo norteamericano. Arturo Ardao, América Latina y la latinidad, UNAM, México, 1993. 22 Este panamericanismo por ser anticolonial y anti-racial hace parte de lo que Eduardo Grüner, “pequeñas historias Eduardo Grüner, El fin de las pequeñas historias. De los estudios culturales al re- torno (imposible) de lo trágico, Buenos Aires: Paidós, 2002. 23 Augusto Salazar Bondy, ¿Existe una filosofía de nuestra América?, México: Siglo XXI, 2011. Horacio Cerutti Guldberg, Filosofar desde nuestra América: ensayo problematizador de su modus operandi, México: UNAM, 2000. 24 Ardao, “Panamericanismo y latinoamericanismo” en Leopoldo Zea, América Latina en sus ideas, Siglo XXI, 2006, Arturo pp. 157-171 16 stricto sensu un “deseo territorial25” con énfasis militar en la praxis continental americana. Eso no significa que Canadá no lleva una política imperial en la praxis continental americana. De hecho, uno de los primeros encuentros secretos para fomentar la MINUATAH se organizó en Canadá26. El objetivo de este encuentro, cuya nomenclatura fue “Iniciativa de Ottawa sobre Haití”, consistió en resolver el “drama haitiano” antes del primer de enero de 2004 y la celebración del bicentenario de independencia de la antigua República de las Antillas27. Como anotó Teresa Gutiérrez-Haces, el imperialismo canadiense cumple con “el status de potencia media”28, cuyo perfil concilia los caracteres del imperio británico con algunos ajustes aspectos de la cultura francesa, bajo la sombra imperial de los Estados Unidos. Lo anterior evidencia una fuerte confusión entre americanismo o panamericanismo en el discurso filosófico latinoamericano, puesto que elpanamericanismo define al mismo tiempo el "realismo ofensivo" estadounidense que se expande por exceso de confianza en sí mismo y el "realismo defensivo" latinoamericano que se expande por temor e inseguridad29. 25 Según François Thual, se entiende por deseo territorial una fuerte ambición de adquirir territorios con fines imperiales. François Thual, Le désir de territoire. Morphogenèses territoriales et identités, Paris: Eclipses, 1999. 26 También en Canadá, se concibió el principio de las Naciones Unidas la responsabilidad de proteger. Según el principio de la responsabilidad de proteger: "Cuando una población sufre consecuencias graves de una guerra civil, de una insurrección, de la represión por parte del Estado o el fracaso de sus políticas, y que el Estado en cuestión no está dispuesto o es capaz de poner fin a estos sufrimientos o evitarlos, la responsabilidad internacional de proteger anula el principio de no intervención”. Véase Michel Vastel, ¿“Haití mise sous tutelle par l’ONU?”, L’actulité, 15 mars 2003. 27. Al final de enero de 2003, una reunión secreta se llevó a cabo en Ottawa y en las orillas del lago Meech en el parque de Gatineau Park. El Secretario de Estado de Canadá para América Latina, África y la Francofonía, Denis Paradis, invitó a los representantes de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Comisión Económica Europea (CEE) y la Agencia Intergubernamental de la Francofonía para reflexionar sobre la puesta bajo tutela de Haití por la ONU. Francia delegó el Ministro de Cooperación Pierre-André Wiltzer; el Departamento de Estado de Estados Unidos envió a dos altos funcionarios; y El Salvador, su canciller, María Da Silva. Denis Paradis, no estuvo de acuerdo con la idea de que el Presidente Jean Bertrand Aristide terminara su mandato y organizara las elecciones de 2005. 28“El status de “potencia media” no solo significa un relativo rango en el sistema internacional que coloca a Canadá “en medio” en un lugar. Potencia media también implica un estilo particular de política exterior. Una potencia media es un Estado cuyos líderes consideran que no puede actuar de manera efectiva solo, pero que puede ser capaz de tener un impacto sistémico en grupo maqueño o a través de una institución internacional”. Teresa Gutiérrez-Haces (Coord.), Canadá: un estado posmoderno, México: Editores Plaza y Valdez, 2000. 29 Los conceptos “realismo ofensivo” y “realismo ofensivo” son dos conceptos que usa Fareed Zacaria para explicar el proteccionismo y el imperialismo estadounidenses en la segundad mitad del siglo XIX. Fareed Zacaria, De la riqueza al poder: los orígenes del liderazgo mundial de Estados Unidos, Gedisa, 2000, pp. 31- 32. Según Zacaria, el “realismo ofensivo” es el método por el cual un país, en función de sus condiciones materiales y psicológicas, reivindica o se apropia por fuerzas una zona geográfica, como si fuera su propiedad propia. La explicación del panamericanismo supone este último: una mayor disponibilidad de recursos materiales y psicológicos de los Estados Unidos conduce al crecimiento de sus ambiciones en las Américas. Mientras tanto el “realismo defensivo” es el método por el cual algunas naciones, por inseguridad y debido a la 17 ¿De dónde viene esta confusión conceptual? El primer ensayo de panamericanismo en el continente no es de Estados Unidos. La idea de una América unida, proviene de los filósofos y científicos sociales, así como de los políticos e ideólogos de esta parte de América, llamada tardíamente América Latina. Con su debilidad teórica, su carencia epistemológica y su deficiencia metodológica, esto es, pero el unionismo americano empezó con el proyecto revolucionario haitiano y su regionalismo solidario contra el sistema colonial en las Américas y se consolidó en América del Sur con Bolívar y San Martín. Estados Unidos llegó muy tarde en el proceso histórico de construcción del panamericanismo en las Américas. En la carta de Thomas Jefferson a Alexander von Humboldt (1813), al igual que en la Declaración de Monroe (1823), no fue cuestión de panamericanismo, sino de la idea del Hemisferio Occidental, como proyecto internacional con la modalidad diplomática. Fue al final del siglo XIX, después de un largo periodo de yanquifobia en América Latina, causado por la guerra yanqui-mexicana (18845-1848), en la primera Conferencia Internacional Americana (1889), que Estados Unidos se apropió del panamericanismo y lo transformó en un conjunto de valores afines a la doctrina de seguridad nacional estadounidense en la praxis continental americana. Como lo apuntó Ricardo V. Luna, “Sin asignarle la modalidad hemisférica de un sistema americano, Latinoamérica inició la concertación internacional en el Nuevo Mundo30”. debilidad de sus estructuras sociales, forman alianzas políticas y estratégicas para reforzar su sistema de seguridad. La explicación del latinoamericanismo supone este último: por temor al imperialismo de los Estados Unidos o al universalismo del panamericanismo, buscan a ligarse a través de un “régimen de historicidades” latinistas para estar seguro del coloso del Norte. François Hartog, Régimes d’historicité. Présentisme et expériences du temps, Paris, Seuil, 2003. 30 Ricardo V. Luna, “La recuperación de la idea del Hemisferio Occidental”, Revista Temis, No 44. ¿Cómo explicar hoy la conversión del panamericanismo (de fuentes conceptuales latinoamericanas) en el panyanquismo? José Peralta apunta que la entrega del panamericanismo a los Estados Unidos, incluso la conversión de éste en la doctrina de seguridad nacional estadounidense, resulta inexplicable: “Inexplicable, la ceguedad con que muchas naciones latinoamericanas se entregan hoy en brazos de los anglosajones mirándolos como factores segurísimos de engrandecimiento y ventura para los pueblos. ¿Miopía de espíritu, desconocimiento de la historia americana en la última centuria, falta iniciativas propias o tradición solapada en los dirigentes de esas infelices repúblicas? Si estos gobernantes no son traidores, hay que juzgarlos como incapaces de pesar y medir el presente, y mucho más de vislumbrar el porvenir; puesto que, de otra manera, jamás podrían comprometer seriamente la independencia o la vida misma del Estado”. José Peralta, La esclavitud de la América Latina y otros escritos antiimperialistas, Ecuador: Archivo Histórico, Cuaderno n° 3, p. 42. La entrega de la idea de una América unida en al panyanquismo representa un fenómeno enigmático e incógnito. Esta transferencia puede ser sino por traición o incapacidad espirituales de las elites latinoamericanas. Existe una incapacidad teórica para explicar de modo satisfactorio la razón del ser de la existencia del interamericanismo y su desarrollo institucional en la praxis continental americana. 18 Debido a esta confusión conceptual, en adelante, en lugar del panamericanismo, usaré panyanquismo para designar la geopolítica agresiva estadounidense, así como sus producciones políticas e ideológicas en la praxis continental americana. Hasta dónde esta investigación puede llegar en su búsqueda, el ecuatoriano José Peralta fue el autor que usaba panyanquismo para definir la doctrina de seguridad nacional estadounidense. Sin embargo, en su obra La esclavitud de América Latina, el panyanquismo, el panamericanismo y el norteamericanismo equivalen lo mismo: “Si Norteamérica insiste la teoría panamericana, es sólo porque ella nos conduciría por necesidad al panyanquismo, esto es, a la total sumisión a la de la raza latina31”. Por la confusión conceptual expuesta más arriba, considero que el panyanquismo es sólo una versión del panamericanismo, la versión anglosajona que se construye desde y para los Estados Unidos32. El panyanquismo no es ni el norteamericanismo ni el panamericanismo, muchos menos el interamericanismo:son cuatro términos diferentes. Así que, en este trabajo, la llamada relación entre el panamericanismo y el latinoamericanismo se convierte en la relación entre el panyanquismo y el latinoamericanismo. Esta vuelta conceptual no tiene nada de nuevo, sino que el panyanquismo parece más apropiado a las interpretaciones económicas, políticas y socioculturales de las realidades geográficas de los pueblos yanquis. Lo que quiero señalar es que panamericanismo se relaciona más con el americanismo. Pese a su sentido historiográfico renacentista que pone en acción la nada y difunde lo que impide la construcción de las memorias de los pueblos pre-coloniales, 31 José Peralta, La esclavitud de América. Y otros escritos antiimperialistas, Ecuador: Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, 2014, p. 58. 32 El panyanquismo se puede considerar como la versión moderna anglosajona que se fundamenta en los lazos históricos entre Reino Unido y sus colonias. A diferencia de Mancomunidad de Naciones, antiguamente Mancomunidad Británica de Naciones, la cual se originó formalmente en las Conferencias Imperiales, iniciadas por Lord Rosebery al final del siglo XIX, como respuestas al auge del nacionalismo, el panyanquismo se quiere funda el triple derecho positivo (republicanismo, internacionalismo y cosmopolitismo) y el libre comercio. Dicho de otro modo, el panyanquismo quiere construir una Mancomunidad de Naciones, basados no en los nexos históricos, lingüísticos y culturales, sino en los principios y propósitos del liberalismo. Necesita que las naciones reconozcan el poder soberano yanqui como criterio y símbolo de sus políticas internas y externas, pero a través de la idea del mercado y de la democracia liberal. Digamos que panyanquismo y anglosajonismo son dos vertientes del neo-imperialismo cultural, con enfoques y prácticas diferentes: uno se fundamenta en un universalismo a-histórico; otro se basa en un universalismo historicista. Esta peculiaridad del panyanquismo se explica por el hecho de que Estados Unidos nació en un periodo en que los conflictos entre ethos colonial y los valores de libertad y de igualdad estaban irresueltos. El panyanquismo fue una respuesta al declive de la lógica de dominación y de explotación colonial: un dominio económico y político sobre un estado jurídicamente independiente. 19 panamericanismo, por posición geográfica y por razones históricas fundadas en el pasado colonial, todos somos los pueblos y Estados americanos. En consecuencia, me parece también incoherente hablar de proyecto de “americanización de las Américas” en el sentido que lo usan Aníbal Quijano, Immanuel Wallerstein33 y Bolívar Echeverría34. Puesto que el concepto de “americanización de las Américas” supone que América es todavía múltiple y diversa, que todavía hay pueblos, en el continente americano, que no son americanos. La americanización de América es insuficiente para explicar el concepto del Hemisferio Occidental en las relaciones interamericanas, inclusive su desarrollo institucional en la praxis continental americana. Dado que el Hemisferio Occidental (en las obras académicas y los diferentes instrumentos jurídicos interamericanos) se refiere al espacio-tiempo continental americano total. Por eso, en el desarrollo de esta investigación, para ser coherente con el panyanquismo, expuesto más arriba, en lugar de proyecto de americanización de las Américas, usaré el proyecto de yanquización de las Américas. Este último define mejor la naturaleza de la geopolítica estadounidense en las Américas. Ahora ¿cómo explicar la dialéctica de fuerza entre el panyanquismo y el latinoamericanismo? En las primeras líneas de la Declaración sobre Seguridad en las Américas, se afirma que “todos los Estados americanos se comprometieron a fortalecer la paz y la seguridad en el Hemisferio”35. En su artículo I, la Junta Interamericana de Defensa (JID) dice que esta institución “actúa como órgano de planeamiento y preparación para defensa hemisférica36”. En la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA), los Estados signatarios de ésta se comprometieron la integridad territorial del continente 33 Cf: Aníbal Quijano e Immanuel Wallerstein, “Americanidad como concepto o América en el moderno sistema mundial”, en Ali Kasancigil (Dir.), “América: 1492 – 1992. Trayectorias históricas y elementos de desarrollo” publicado en Revista Internacional de Ciencias Sociales, Vol. 134, n° 4, UNESCO, diciembre de 1992, pp. 585-591. 34 Cf. Bolívar Echeverría (Comp.), La americanización de la modernidad, México: UNAM-Era, 2008. 35 Declaración sobre Seguridad en las Américas, aprobada en la Conferencia Especial sobre la Seguridad de la Organización de los Estados Americanos, celebrada en la Ciudad de México, el 28 de octubre de 2003. 36 La JID es una entidad de la OEA. Son miembros fundadores de la JID los siguientes veintiún países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Estados Unidos de América, Uruguay y Venezuela. 20 americano37. La Carta Social de las Américas reafirma “la determinación y el compromiso de los Estados Miembros de combatir de forma urgente los graves problemas de la pobreza, la exclusión social y la inequidad, que afectan en distinta medida a los países del Hemisferio38”. En estos textos y otros instrumentos jurídico institucionales, la idea de Hemisferio parece expresar el conjunto de las relaciones interamericanas. Se refiere a una representación espacial continua del trozo geográfico entre Atlántico y Pacífico. Así que la idea del Hemisferio Occidental parecería la mejor herramienta teórica para explicar las relaciones interamericanas. Del mismo modo, ésta ayuda a esclarecer la alianza interamericana en la MINUSTAH. La idea de Hemisferio Occidental no es una mera categoría espacial, sino más bien una alianza entre lo sajón y lo latino, y la formación de un bloque social histórico en el nivel nacional y regional, que encarna y confirma los valores y privilegios del sistema de opresión y de represión colonial. Esta alianza, a la vez teórica y práctica entre elites nacionales en las Américas, responde a una vieja agenda de la geopolítica imperial clásica, es decir, la geografía política mestizo-criolla. Dicho de otro modo, la idea del Hemisferio Occidental es una herramienta teórica que permite estudiar las premisas altamente codificadas entre panyanquismo y latinoamericanismo, y desenmascarar sus discursos políticos e ideológicos diferenciados en el continente. ¿Existe un pensar hemisférico? A caso de que no exista, ¿Cuáles son las modalidades de un pensar hemisférico en el que América se considera, en materia de políticas públicas, como un continuum espacio-temporal, sin la desaparición de las desigualdades y contradicciones entre ambas Américas? El significado del pensar hemisférico 37 “Los Estados americanos consagran la organización internacional que han desarrollado para lograr un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia”. Artículo I de la Carta de la Organización de los Estados Americanos, firmada 30 de abril de 1948. 38 Preámbulo de la Carta Social d las Américas, aprobada en la XXXVII Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, celebrada en Cochabamba, Bolivia, 4l de abril de 2012. 21 Antes, es importante precisar que el pensar hemisférico occidental, cuya exposición de la formación histórica y regional se aborda en el primer capítulo de esta investigación, no se refiere al pensamiento occidental o, mejor dicho,al occidentalismo, ni a sus prácticas discursivas y sus consecuencias sociales planetarias. Pensar hemisférico occidental y pensar occidental pueden usar conceptos, teorías y métodos similares, incluso tener consecuencias empíricas y epistemológicas semejantes. Pensar hemisférico occidental no significa stricto sensu esencialmente pensar occidental. Tiene sus propias dinámicas. En su obra ¿Qué significa pensar?, Heidegger considera el acto de pensar como un ejercicio hermenéutico: “somos un signo por interpretar39”. Pensar es atribuir un sentido a un objeto, fenómeno o hecho, natural o cultural. Todas las significaciones, organizaciones y clasificaciones dependen de la situación socio-histórica del sujeto pensante. Los fenómenos naturales y culturales no tienen un significado previo, un orden inmutable. Son construidos por y para este sujeto pensante. Interpretarlos es darles sentido para sus propias experiencias en el devenir mundo. Pensar, como lo apuntó Protágoras, implica que “los hombres son la medida de las cosas, de las que son en cuanto que son, de las que no son en cuanto no son”40. Esta concepción heideggeriana del pensamiento - pensamiento como acto de interpretación contextualizada y situada - no es ajena al pensamiento latinoamericano. Numerosos autores latinoamericanos, como Sulbey Naranjo de Adarmes y Juan José 39 Martin Heidegger, ¿Qué significa pensar?, trad. Raúl Gabás, Buenos Aires: Editorial Trotta, 2005, p. 22. En su forma elemental, pensar expresa al mismo tiempo facultad, intención y acción del sujeto pensante para representarse y entender su entorno ambiental. Pensar trae consigo la conciencia de una presencia-amenaza del interior o del exterior, o entre ambos. en la que el sujeto pensante tiende a su concreción espiritual o material. Pensar un objeto, fenómeno o hecho, natural o cultural, es considerarlo con detenimiento, es estudiarlo, comprenderlo y formar ideas y representaciones del mismo. Como acto de formarse y relacionar imágenes, ideas y representaciones, pensar no existe sino en la diferencia con el no-pensado o, mejor dicho, en referencia a una situación-problema. El pensamiento en sí mismo no es sino el devenir más o menos articulado de esta diferencia. En este sentido, por pensamiento, Descartes entiende todo fenómeno psíquico de orden cognitivo. Véase René Descartes, Méditations Métaphysiques, trad. E. Gilson, Paris: Vrin, 1963. No hay diferencia entre actividades teoréticas y actividades prácticas: sentimiento, tendencia y conocimiento son todos actos de la actividad humana consciente. El ejercicio más elemental del pensar consiste en dar sentido en la diversidad y contingencia de los fenómenos naturales y culturales. Lejos de esta relación inmediata entre actividades teoréticas y actividades prácticas, Kant concibe el acto de pensar como el principio que produce la inteligibilidad de las cosas que están en nosotros sin nosotros y las que nos afectan sin pedir permiso. Kant, Prolégomènes à toute métaphysique future qui pourra se présenter comme science, trad. J. Gibelin, Paris: Vrin, 1969. 40 Para dar cuenta del acto de pensar los griegos usaron la palabra logos, es decir, la puesta en orden o la fijación del sentido. En oposición a esta visión racionalista, Protágoras propuso un antropocentrismo o relativismo en el que el hombre representa la verdad de las cosas, y que toda verdad no verdad es relativa a un sujeto social, y puede ser valide más de sus condiciones históricas sociales. Aristóteles, La Métaphysique; De l’âme, trad. E. Gilson, Paris: Vrin, 1963. 22 Bautista, apoyando en esta interrogación heideggeriana, se hicieron la pregunta ¿Qué significa pensar desde América Latina? para buscar luz en la compleja y perpleja realidad latinoamericana y discutir con la modernidad colonial, racial y esclavista de origen europeo en la misma41. Este pensamiento hermenéutico a la vez pro-creativo e inventivo sirve de referencia para pensar los retos y perspectivas de la idea del Hemisferio Occidental en las Américas. Desde esta perspectiva, la idea del Hemisferio Occidental se refiere a lo que Paul Gilroy llamaría “lo mismo cambiante”42. Lo mismo diferenciado postula que el panyanquismo y el latinoamericanismo son dos aspectos de una misma realidad, idénticos en su esencia, de tal manera que, analizándolos bien, sin afán ideológico en sus prácticas históricas diferenciadas, la realidad última está compuesta en su totalidad contradictoria por una única sustancia: conservar las herencias coloniales y esclavas en las Américas. En lo mismo diferenciado, el panyanquismo y el latinoamericanismo no tienen sólo una proximidad geográfica, sino también una proximidad teórica u ontológica. Lo mismo diferenciado indica que las dos Américas son en realidad una sola América, expresada de forma distinta y de grado diferente en lo sajón y lo latino 43. Para lograr este objetivo, veremos que el panyanquismo y el latinoamericanismo están dispuestos, cuando sea necesario, a fomentar dictaduras, estructurar regionalmente la violencia, militarizar el espacio-tiempo social de los pueblos, implantar bases militares en los 41 Sulbey Naranjo de Adarmes, “¿Qué significa pensar América Latina?” Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2004, Vol. X, No. 2 (jul-dic), pp. 211-227. Juan José Bautista, ¿Qué significa pensar desde América Latina? Hacia una modernidad transmoderna y postoccidental, México: Akal, 2014. 42 Paul Gilroy, Atlántico negro: modernidad y doble consciencia, Madrid: Akal, 2014, pp. 9. 43 Aquí, lo mismo diferenciado viene a ser la distinción marxista entre la esfera de producción y la esfera de reproducción de las relaciones sociales. La esfera de producción se relaciona a los patrones ideológicos, a las fuentes teóricas u ontológicas de las relaciones de producción; mientras que la esfera de reproducción consiste en el potencial adaptativo de estos patrones a las praxis sociales múltiples y diferenciadas, es decir, la capacidad trascendental de un modo de organización social a los diferentes grados de desarrollo de las fuerzas productivas Por ejemplo, en su esfera de producción, el capitalismo es un modo de organización de la praxis social basada en la lógica de dominación y de explotación de lo humano por lo humano, incluso la dilapidación de la energía de lo mismo. En su esfera de reproducción, es la capacidad adaptativa de la relación de producción capitalista en los países del centro, de la periferia, de la semi-periferia, incluso países autoproclamados socialistas. Podemos ilustrar o demostrar lo mismo diferenciado con el machismo, el racismo, la violencia y muchos otros conceptos en boga en sus variaciones espacio-temporales sin perder sus condiciones iniciales. Resulta de estos ejemplos que lo mismo diferenciado es la correlación entre esfera de producción y esfera de reproducción o, más bien, un monismo con potencial epistemológico pluralista. Véase Friedrich Engels, El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado, Madrid: Ayuso 1975. 23 diferentes puntos geoestratégicos del continente americano, y, de manera más concreta, en el caso de la MINUSTAH, suspender sus oposiciones convencionales con fines de construir un ethos militar hemisférico. Mientras tanto, libros, revistas y medios de comunicación alimentan a los pueblos del continente con discursos e imágenes que demuestran que panyanquismo y latinoamericanismo son diametralmente opuestos en sus formas y contenidos. El pensamiento hemisférico, como lo mismo diferenciado, expresa las condiciones explicativas de los acuerdos y declaraciones de los países americanos, la articulación del enorme mecanismo de reproducción de la lógica hemisférica, así como la militarización de la praxis social haitiana. ¿Qué falta de sentido en la mismidad diferenciada delpensar hemisférico? Justificación del pensar hemisférico Lo más urgente de pensar en el Hemisferio Occidental es la contra-productividad teórica de la oposición tradicional entre el panyanquismo y el latinoamericanismo. Nosotros, jóvenes latinoamericanos, nos acostumbramos a dos Américas, a dos propuestas teóricas de integración regional diferentes distintas con teorías, epistemologías y métodos diferentes.: panyanquismo imperial y latinoamericanismo antiimperial. La juventud latinoamericana se nutre y vive ideológicamente de esta oposición. Nuestra introducción a la filosofía, la historia de las ideas e ideologías americanas, es decir, nuestra entrada teórica y metodológica a la labor intelectual, se resume a esta oposición ideológica. Como apuntó Illich, “las instituciones crean certezas y, cuando se las toma en serio, las certezas amortecen el corazón y encadenan la imaginación44”. La certeza de una América dividida en dos polos opuestos produce la atrofia progresiva de la imaginación de la juventud latinoamericana. Se puede hacer un proyecto de investigación de los autores e instituciones para quienes, resulta imposible una unidad de pensamiento, de voluntad y de acción entre ambas Américas45. En su Carta de Jamaica, y sus diferentes discursos políticos, Simón Bolívar 44 Illich, Alternativas: Tomo I, pp. 51. 45 Alonso Aguilar Monteverde, El panamericanismo; de la doctrina de Monroe a la doctrina de Johnson, México, 1965. Glinkin, Anatoli. El latinoamericanismo contra el panamericanismo, Moscú, 1984. Luis Hernández- Solís, El panamericanismo, una moderna interpretación, s/l, 1944. Samuel Inman, Problems in Panamericanism, Nueva York, 1925. Indalesio Aguirre, Bolívarismo y monroísmo, Bogotá, 1969. Lockey, Joseph B. Orígenes del panamericanismo, Caracas, 1976. Ricardo Martínez, El panamericanismo, doctrina y 24 distinguió claramente a la América Meridional de la América Septentrional. Michel Chevalier destacó en esta división geopolítica dos razas: raza latina católica y raza sajona protestante, cuyo origen se fundamentaba en la oposición europea entre germanía y romania46. Alexander Von Humboldt insistió en el error al llamar en singular Nuevo Mundo y profundizó el equívoco sobre la supuesta unicidad y unidad de este espacio geográfico. Por ello, Arturo Ardao consideró el panamericanismo como un “supranacionalismo”, y el latinoamericanismo un “nacionalismo”47: el panamericanismo trasciende las fronteras y se pone encima de las identidades nacionales; mientras tanto el latinoamericanismo reivindica el derecho de autodeterminación económica, política y sociocultural. Leopoldo Zea definió el nacionalismo latinoamericano como una conciencia antiimperialista en oposición al imperialismo panyanquista y concluyó la existencia de dos Américas: la ibera o latina que prolonga el orden que había recibido de Europa y trataba de conservarlo; y la occidental sajona que trata de crear un nuevo orden cuya fortaleza había de crecer en el futuro48. practica imperialista, Buenos Aires, 1957. Pedro Martínez Froga, El panamericanismo y su evolución, La Habana, 1924. Salvador K. Morales Pérez, Primera Conferencia Panamericana. Raíces del modelo hegemonista de integración, México, 1994. Ernesto Quesada, Primera Conferencia Panamericana, Buenos Aires, 1919. Ezequiel Ramírez, Monroísmo y Bolívarismo en América Latina. Buenos Aires. Ediciones Atahualpa, 1957. 46 “Los dos ramos, latina y germana, dijo Chevalier, se han reproducido en el Nuevo Mundo. América del Sur es, como la Europa meridional, católica y latina. América del Norte pertenece a una población protestante y anglosajona”. Arturo Ardao, “Primera idea de ‘América Latina’: Michel Chevalier”, en América Latina y la latinidad, UNAM, México, 1993. 47 El carácter supuestamente dualista entre nacionalismo y supranacionalismo subyace una complicidad teórica- práctica que posibilita la coexistencia y la acción comunicativa entre ambas. Arturo Ardao, “Panamericanismo y latinoamericanismo”, en Leopoldo Zea, América Latina en sus ideas, Siglo XXI, 2006, pp. 170. Primero esta distinción es muy analítica en la medida de que no existe supranacionalismo si nacionalismo: el supranacionalismo es siempre la continuación del nacionalismo por otros medios. Segundo, igual que el supranacionalismo panamericanista, el nacionalismo regionalista latinoamericano es una categoría imperial, asentándose en régimen de historicidad que niega las diferencias culturales en la región. 48 Leopoldo Zea, El pensamiento latinoamericano, México: Editorial Ariel, Colección Demos, 1974. Sin embargo, se le olvidó a Zea demostrar que, en América Latina, la resistencia latinoamericanista al panamericanismo no significa necesariamente una postura teórica y práctica diferente al orden social establecido. Resistir de modo latinoamericanista significa reivindicar el derecho de participar en la reproducción de la lógica de dominación y de explotación de los pueblos en las Américas. Lo anterior se ilustra en el proceso de independencia americana de las potencias coloniales europeas. El objetivo de los criollos en las luchas de independencia en ambas Américas, fue apropiarse de los medios y mecanismos de producción colonial, no cambiar las estructuras e instituciones coloniales. Llamo a este tipo de experiencia contra hegemónica la resistencia por posición o resistencia conformista en oposición a la resistencia por cambio social o resistencia revolucionaria con fin de establecer un orden social más justo. La resistencia por posición tiene también su aplicación actual en la praxis continental interamericana. Los países latinoamericanos se quejan de la injerencia estadounidense en sus respectivos asuntos domésticos. Pero, no tienen ningún problema para comprometerse militarmente con Estados Unidos en la MINUSTAH. 25 Para esta tradición intelectual y académica, el latinoamericanismo es la victima del panyanquismo49. Peor aún hay otros que afirman que, con la nacionalización de algunas de sus industrias y la proclamación de su adhesión al socialismo del siglo XXI, así como el rechazo de la propuesta panyanquista de un Área de Libre Comercio Americano (ALCA), en la Cumbre de las Américas de 2005, algunos Estados latinoamericanos han cuestionado, con estos actos, los postulados de las relaciones socio capitalistas y, por tanto, han minado la posibilidad de un entendimiento común entre panyanquismo y latinoamericanismo. ¿Estamos reducidos realmente a estos inconmensurables? Observando esta trayectoria antitética, Peralta se preguntó “¿cómo formar un todo internacional homogéneo, de agrupaciones humanas separadas por abismos étnicos, de una aglomeración de inteligencias de tendencias y aspiraciones contrapuestas, por condiciones espirituales distintas, del derecho, de la justicia, y hasta de los fines de la familia humana?50”. Y concluyó que “dados los caracteres esenciales de las dos razas resulta imposible un pretendido panamericanismo51”. Esta conclusión es la certeza difundida en el corazón y la imaginación de los pueblos de las Américas. ¿Son realmente inconmensurables el panyanquismo y latinoamericanismo? Si existe una imposibilidad lógica de comparar sus características y cualidades, sus principios y propósitos respectivos: ¿cómo explicar el interamericanismo en la praxis continental americana? ¿Interamericanismo no constituye al mismo tiempo la prueba empírica y epistémica de que existe históricamente una acción comunicativa entre ambas Américas? El interamericanismo presupone no una América, sino muchas Américas con características y propiedades distintas. Expresa, asimismo, una interrelación o interacción entre las Américas. El inter no es el producto de la casualidad, ni de una carencia absoluta de49 Según Enrique Dussel, la América sajona encarna la revolución industrial, y la América hispana las manos de obra baratas y esclavas: “En la América anglosajona del Norte no era ésta la razón del uso de la máquina (o de la Revolución Industrial), sino la aún menor cantidad de pequeños propietarios que trabajaban con sus manos sus propias tierras. En América anglosajona del North (los yankees) la máquina era necesaria para aumentar la productividad del trabajo libre (permitir la mayor cantidad de unidades del producto o hectáreas trabajadas de campo por trabajador-propietario). En la América hispana la existencia de numerosa y barata mano de obra indígena o del esclavo africano (y en esto al igual que en las colonias anglosajonas del South) impidió igualmente la necesidad de una pronta Revolución Industrial, como en China y el Indostán”. 50 José Peralta, op.cit, pp. 58. 51 Ibídem. 26 toda forma de asentimiento común. El interamericanismo no es sino la unión entre las naciones y pueblos americanos52. ¿De qué clase de oposición hablamos cuando se refiere a la del latinoamericanismo y del panamericanismo: ontológica, teórica, metodológica o epistemológica? Planteamiento del problema Según Heidegger, “lo que ha de pensar es lo que pone o deja pensativo”, y lo pensativo se define en “el hecho de que no pensamos53”. Lo que ha de pensar es “nosotros mismos”, nuestra falta de disposición de aprender a pensarnos. ¿Los latinoamericanos mismos pueden ser los que constituyen un obstáculo a las causas profundas del interamericanismo? ¿Existe algo en la idea del Hemisferio Occidental por lo que no se interese pensar el hombre americano? Podríamos remarcar que lo que deja pensativo no se relaciona con el conocimiento, es decir, las informaciones y experiencias acumuladas sobre sobre la idea del interamericanismo. Lo que deja pensativo en la idea del Hemisferio Occidental no cuestiona la capacidad cognitiva del ser americano. La idea de Hemisferio Occidental es de “larga duración”54 y de gran ampliación, tiene más de doscientos años, atraviesa todos los campos de conocimiento y de luchas sociales, así como las contradicciones políticas e ideológicas en las Américas, y sirve de caballo de batalla para algunos filósofos y científicos sociales en ambas Américas. Por doquier, existen diversos y múltiples estudios e interpretaciones económica, política y sociocultural, así como producciones filosóficas y epistemológicas de la idea del Hemisferio Occidental. Por decirlo así, el hombre americano, en buen “viviente racional55”, incluye en su propia denominación la capacidad cognitiva y más. 52 Miguel Rojas Mix, Los cien nombres de América: eso que descubrió Colón, Barcelona: Editorial Lumen, 1991. 53 Para ambas citas, Heidegger, Ibíd., pp. 16. 54 La “larga duración” es la nueva temporalidad introducida por Fernand Braudel en la historiografía. Este nuevo tempo histórico se diferencia del tiempo coyuntural o evenemencial, brevemente de la historia de acontecimientos, y toma en cuenta los procesos cíclicos y las posibles variaciones que sólo pueden detectarse si se estudian dentro de un espacio de tiempo de larga duración que hipotéticamente abarcaría muchos años, décadas y en ocasiones hasta siglos. Busca narrar no sólo los sucesos del pasado, sino explicar las causas, el desarrollo y el impacto de un fenómeno histórico en las relaciones sociales, económicas y políticas. Fernand Braudel, Las Ambiciones de la Historia, Barcelona, Crítica, 2002. 55 Heidegger, op.cit., pp. 17. 27 La dificultad para explicar los fundamentos socio-históricos del interamericanismo no se relaciona con el nivel de producción científica, académica o intelectual. Como lo destaca muy bien, por ejemplo, Hugo Zemelman, en su obra Conocimiento como desafío posible: Conocimientos había, y había conocimiento especialísimo, sociológico, económico, antropológico, historiográfico; conocimientos de múltiples naturalezas que se expresaron en discursos disciplinarios coherentes […]; existía por lo tanto ese conocimiento, sin embargo, no existía la misma “conciencia56. Este desconocimiento de las causas sociales e históricas del interamericanismo, incluso la contraproductividad institucional del mismo, es lo que genera falta de sentido en el pensar en la praxis continental americana. La falta de conciencia, en términos de Zemelman, implica una comprensión cabal de la idea del Hemisferio Occidental en las Américas que no incorporó y no ha incorporado la propia historia ni la propia historicidad de dicha idea57. En lugar de rescatar la matriz histórica cultural desde la cual se plantea esta idea en las Américas, se propone construir un discurso auto-referido que encubre el sentido propio de ésta. Este discurso auto-referenciado engendra una actitud séptica hacia el poder explicativo y heurístico del conocimiento adquirido, como herramientas para explicar, sin objeción lógica, las razones de la emergencia de la idea del Hemisferio Occidental en las Américas, su proceso histórico de legitimación-justificación y sus consecuencias para los pueblos americanos. De tanto haber sido usados con diferentes sentidos en distintos contextos socio-históricos, panamericanismo y latinoamericanismo están llenos de imprecisiones, y se disimulan las correlaciones de fuerza entre ambos en lugar de esclarecerlas. Estas correlaciones se convierten en doctrinas y se vuelven ideológicas58. Como apuntó Max Horkheimer, en relación a la instrumentalización de la razón, las ciencias sociales latinoamericanas, respecto a la idea del Hemisferio Occidental, se ocupan 56 Hugo Zemelman, Conocimiento como desafío posible, México: Colección: Conservadoras Didácticas, 2006. 57 Hugo Zemlman, op.cit, pp. 39. 58 Esta instrumentalización de la ciencia, según Heidegger, se justifica en la existencia misma de la actividad científica: “la ciencia por su parte no piensa, ni puede pensar, y, por cierto, para su propio bien, o sea, para asegurar la propia marcha que ella se ha fijado”. Heidegger, op.cit., pp. 17. Como si la ciencia se realizara a sí misma al negar su propia condición – conocimiento obtenido mediante observación y experimentación, formulación y verificación de hipótesis, explicación de los principios y causas de las cosas – y convertirse en mero instrumento. 28 de la razón subjetiva, es decir, “los medios y fines del sujeto con miras a su conservación59”. El grado de la racionalidad científica se mide no en función del objeto estudiado, sino en función de los intereses del sujeto social. Relacionado con las ventajas y ganancias subjetivas, el avance progresivo científico va acompañando un proceso de deshumanización. La ciencia se transforma en simples medios para lograr objetivos propuestos, conquistar pueblos y racionalizar todo tipo de dominio. Se distancia cada vez más de la capacidad teórica de interpretar las profundas mutaciones que tienen lugar en la conciencia hemisférica. Por eso, este trabajo propone recuperar los sentidos socio-históricos propios a la idea del Hemisferio Occidental y transformarlos de doctrina o ideología en reflexión que se cuestiona a sí misma60. Esta actividad critica tiene que ver, primero, con la filosofía latinoamericana como la reflexión sobre las propiedades, las causas y los efectos de las cosas, así como las vías y condiciones para realizar una actividad desmitificadora. Parece sorprendente y arrogante afirmar que, en nuestro tiempo, tan prolífico filosóficamente, todavía no pensamos suficientemente la relación entre panyanquismo y latinoamericanismo, mucho menos la existencia de un mundo intrahemisférico o una intersubjetividad americana. Pero, eso es, la filosofía latinoamericana todavía piensa en apariencia las contradicciones y concordancias históricas entre
Compartir