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POR MI R A Z A H A B L R A A S P IR IT V E E L UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES T E S I N A que para obtener el título de LICENCIADO EN CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN PERIODISMO P r e s e n t a CELINA JAVIER LÓPEZ UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO que para obtener el título de México, D. F. 2010 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES “Monstruos párvulos o niños como entes maléficos en algunas cintas del cine de horror entre 1968 y 2009”. T E S I N A que para obtener el título de LICENCIADO EN CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN PERIODISMO P r e s e n t a CELINA JAVIER LÓPEZ Asesor: Mtra. C.C. María Guadalupe Aída Luna López UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO que para obtener el título de México, D. F. 2010 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A MI FAMILIA: Bertha López Sánchez, José Javier Hernández, Laura Javier López y Ximena Rodríguez Javier, pues sin su apoyo y palabras de aliento nada de esto sería una realidad. A MIS MAESTROS, AMIGOS Y COMPAÑEROS, por sus enseñanzas y el tiempo que dedicaron a escuchar mis dudas y aflicciones. A todas aquellas personas que directa o indirectamente, contribuyeron al logro de una de mis metas… …obtener el Título Profesional. A la UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO, por haberme dado la oportunidad de forjarme un futuro, con gratitud imperecedera. A la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, por mostrarme el camino del desarrollo, la crítica y el pensamiento razonado. A DIOS, por existir. ÍNDICE Introducción 1 Capítulo I: En busca del prodigio 5 1.1 Flashback del cine de horror 5 1.2 ¿Qué es un monstruo? 17 1.3 ¡Está vivo!: el monstruo según Noël Carroll 23 Capítulo II: El club del horror 29 2.1 Inocentes palomitas 30 2.2 Maquinaciones individuales 41 2.3 Simulaciones malignas 51 2.4 Concepciones del averno 58 2.5 Transparentes y malvados 74 2.6 Unidos y al ataque 82 Conclusiones. Monstruosas reflexiones: ¿quién se atreve a matar a un niño? 87 FUENTES 92 ANEXO 1 96 ANEXO 2 113 ANEXO 3 115 1 INTRODUCCIÓN El cine: arte, industria, pasión, entretenimiento…de este último tópico se deriva el género del horror, el cual se ha valido de múltiples formas para asustar al espectador. Pero sobre todo, ha llevado a la pantalla grande diversas cintas sobre niños diabólicos que dejaron profunda huella en la historia del séptimo arte. Lamentablemente, esos párvulos personajes han sido escasamente tomados en cuenta de forma individual, para realizar alguna investigación sobre ellos. Por lo anterior, esta tesina pretende brindar al lector una panorámica de algunas películas que ponen énfasis en esos infantes-monstruo, brindando a su vez un breve análisis cualitativo del uso de la monstruosidad en cada una de ellas. Cabe destacar que la redacción de estas cuartillas se realizó en el marco del Programa de Titulación por Tesina del Centro de Educación Continua de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, razón por la cual el lector tiene en sus manos un trabajo con características propias de esa opción de titulación, según la definición de la página web www.politicas.unam.mx: “Es un trabajo de investigación documental de carácter monográfico, que el alumno elabora de manera sistemática, rigurosa y sintética, con la finalidad de explorar y/o describir un tema que se inscribe dentro de su campo disciplinario. Debe mostrar capacidad de análisis y de síntesis; además de un conocimiento apropiado sobre las fuentes de información, debe presentar conclusiones y aparato crítico. Su extensión mínima será de 60 cuartillas, mismas que no contabilizarán bibliografía, anexos o apéndices.” Además, como lo apunta Antonio Tena en el Manual de investigación documental, la tesina “es el trabajo escrito que resulta de una revisión bibliográfica sobre algún tema propio de la disciplina del sustentante, en la que debe presentar el enfoque particular de quien la presenta, trascendiendo la mera acumulación de datos”. De ahí que se tenga un texto basado mayoritariamente en información bibliográfica. http://www.politicas.unam.mx/ 2 Este escrito es en gran medida descriptivo, pues utiliza esa característica para presentar el tema al lector. Pero no se queda únicamente en la documentación y descripción, sino que trata de adentrarse en el mundo del cine de pequeños engendros mediante el análisis. Para ello, y según las recomendaciones de Jacque Aumont y Michel Marie1, el tipo de lectura que se observa en esta tesina está dado por la visión que de la monstruosidad ofrece el filósofo estadounidense Noël Carroll. El cine, por su origen y desde el punto de vista de su técnica, es luz y sombra, aunque se le han dado múltiples definiciones. He aquí un resumen de ellas: es arte y cultura, porque refleja la visión-expresión de su autor. Es técnica porque utiliza múltiples elementos, desde actuaciones, hasta efectos especiales, maquillaje o trucos de cámara, para expresar lo que se desee. También es lenguaje, pues tiene sus particulares formas y convenciones de comunicación. Con todas sus características, el séptimo arte ha desarrollado, a través de su historia, muchos géneros entre los que destacan: el drama, el musical, la ciencia ficción o los orgullosamente mexicanos, pero desgraciadamente extintos, comedia ranchera y el cine de luchadores. Aunque no se debe olvidar el género del horror y sus facetas más sangrientas: el gore y el splatter. Con el correr de los años, el cine ha encontrado múltiples historias qué contar, y el género de los sustos no se ha quedado atrás. Existen cintas de extraterrestres homicidas que combinan terror con ciencia ficción; las hay de fantasmas, de asesinos seriales y hasta de muñecos malditos que cobran vida. Pero ¿qué hay de aquellas en donde seres inocentes se convierten en las peores pesadillas? Se dice que recordar es volver a vivir y, si echamos un vistazo en la memoria, muchas escenas de películas de horror que se quedaron ahí grabadas pertenecen a las protagonizadas por niños: la memorable Regan, con el semblante pálido y 1 AUMONT, Jacques y Michel Marie. Análisis del film, Edit. Paidós, España, 1990, p. 46. 3 rasguñado, vomitando una masa verdosa, o el pequeño Damien y su malévola sonrisa triunfal, ambos, sin duda, calificados como monstruosos. Ahora bien, una característica importante de los personajes antagónicos en el cine es la monstruosidad. Y ¿qué es un monstruo? Hay muchas posturas al respecto, por ello esta tesina brinda al lector una panorámica general de la monstruosidad, fundamentada en textos especializados en el tema. Además, se proporcionala visión de uno de los expertos en cinematografía del género: Saúl Rosas Rodríguez, autor del único libro sobre cine de horror nacional. Aunque sin dejar de lado los textos referentes a la historia del séptimo arte, pues no se puede hablar de un tema sin conocer sus inicios y evolución. Pero indudablemente, es la definición de Noël Carroll la que funge como eje rector, pues explica al monstruo como un ser amenazador en los ámbitos psicológico, moral y social, además de ser transgresor de lo considerado como “normal”. De ahí que el uso de la imagen infantil embone en el concepto, pues un niño es visto como el ser más inocente y no como el más inquietante. Asimismo, existen dos elementos - base de esta tesina: la descripción de cada una de las cintas elegidas, que ofrece al lector un panorama de los niños- monstruos en su mundo. Además, la representación esquematizada de los elementos proporcionados por Carroll, dando como resultado una forma fácil y dinámica de ilustrar las características de los niños. La metodología utilizada en la redacción de esta tesina es del tipo cualitativo, pues con base en la teoría de Carroll y la observación de las cintas se realiza una clasificación de algunas de las formas en las cuales se ha utilizado la figura infantil en este género cinematográfico. 4 En este trabajo sólo se retoman algunas películas para realizar esta catalogación, pues está basada en la posibilidad de conseguirlas, su éxito en taquilla y que varias de ellas continúan siendo transmitidas en televisión abierta. Esto para mayor referencia al lector, brindándole así la opción de verlas en la comodidad de su hogar y sacar sus propias conclusiones. Del mismo modo, las cintas se seleccionaron debido a las similitudes que guardan entre si. Así, en la primera parte de esta tesina, se revisa la historia del cine, particularmente del género de horror y sus éxitos. También, se exponen diversas variantes del concepto de “monstruo”, desde la visión infantil, hasta las definiciones más complejas. Y, para rematar, se ofrece la propuesta de Noël Carroll sobre el “terror-arte” en el cine y los monstruos transgresores. “El club del horror”, como se titula la segunda parte, es un recuento clasificado de las cintas seleccionadas por la sustentante, realizado con base en las similitudes de los personajes. A la par, se presenta un esquema con las principales características terroríficas de los antagónicos, con base en los estudios de Carroll. En el apartado “Monstruosas reflexiones: ¿quién se atreve a matar a un niño?”, se ponen a consideración del lector las conclusiones de la sustentante respecto a la monstruosidad de personajes infantiles en las cintas estudiadas. Además, se plantean algunas consideraciones sobre su utilización y sugerencias de temas para realizar cintas de terror nacionales. Con todos estos elementos, sólo queda poner a trabajar la imaginación y dejarse llevar de la mano hacia un mundo de extraños seres que, si bien, no son del todo reales, sí dan la pauta para echar un vistazo al mundo circundante y tratar de encontrar al monstruo que todos llevamos dentro. Tal vez se encuentre alguna característica monstruosa en el ser menos imaginado, ¿cómo saberlo?, habrá que averiguarlo. 5 CAPÍTULO I: EN BUSCA DEL PRODIGIO 1.1 Flashback del cine de horror. Abrázame padre, no apagues la luz, dime que no te iras a pesar de mi edad, sigo teniendo miedo, miedo a la obscuridad. Fragmento de El monstruo2. Todo está en penumbras. La gente se ha dado cita para ser testigos del nuevo invento y sus maravillas. Hay expectativa en el ambiente y las explicaciones salen sobrando ante lo que está por comenzar. De pronto, las exclamaciones no se hacen esperar: - ¡Ahí está!, ¡es increíble! – se escucha por todos los rincones. Los espectadores están impresionados con esa imagen tan real y casi tangible que se acerca a ellos: una locomotora que se aproxima en medio de una nube de humo y amenazando con emerger de la pantalla. Muchos salen despavoridos del lugar ante ese gran caballo de hierro que es de lo más inofensivo. El sitio es el Gran Café del Boulevard de los Capuchinos en París. El nuevo invento es el cinematógrafo de los hermanos Auguste y Louis Lumière proyectando una de las más famosas “vistas” de este dúo francés: La llegada de un tren a la Ciotat (L´arrivée d´un train a la Ciotat, 18953), obra que podría ser considerada como el primer filme de horror involuntario, ya que el efecto que provocó en los espectadores no deja lugar a dudas. A lo largo de su historia, el cine ha retomado temas de la literatura y la tradición oral, por lo que en sus inicios, esta tendencia fue de lo más marcada. Tal es el caso de la primera película que se realizaría en Estados Unidos con fines de 2 GUZMÁN Yáñez, Enrique “FATO”. El monstruo, álbum: “Bohemia con el alma”, 2003. Los subsecuentes epígrafes utilizados en esta primera parte pertenecen a la misma fuente. 3 Algunos libros ubican la primera proyección de esta vista en otras fechas, la aquí citada fue tomada de GUILLÉN, Fredo Carlos. La sala oscura, Paidós, México, 2002, p. 18. 6 asustar: Frankenstein (J. Searle Dawley, 1910), una adaptación de la novela de Mary Shelley. Posteriormente, las pantallas se verían invadidas por extraños seres de facciones alargadas, dientes y orejas puntiagudos, con escenarios de construcciones deformadas: se trataba del llamado expresionismo alemán transportado al cine. De esta corriente derivarían cintas como El estudiante de Praga (Paul Weneger y Stellan Rye, 1913), inspirada en relatos de Edgar Allan Poe y Ernst Hoffman, donde se narra la historia de un joven que vende su imagen reflejada en un espejo; de ahí que pueda considerarse como una precursora del cine fantástico. Otro filme característico de la época sería: El Golem, con tres versiones, todas con Paul Weneger como director: Der Golem (1914), Der Golem und die Tänzerin (1917) y Der Golem: Wie er in die Welt Kam (1920); las tres cintas están basadas en la leyenda de un rabino que fabrica un muñeco de arcilla para darle vida, de modo que defienda una comunidad judía. Aunadas a las películas anteriormente mencionadas, en la década del veinte verían la luz dos de las más recordadas de la época: El gabinete del doctor Caligari (Robert Wiene, 1919) y Nosferatu, una sinfonía del horror (F. W. Murnau, 1922), mejor conocida como Nosferatu, el vampiro y que está basada en el libro Drácula de Bram Stoker. Aunque debido a problemas para la obtención de los derechos de la novela, el director optaría por realizar su propia versión, con un resultado muy cercano a la obra original. Ya para la década del treinta se realizarían filmes que se convertirían en iconos del cine de horror de su época como: Drácula (Tod Browning, 1931), con Béla Lugosi como el legendario vampiro, papel que le traería muchas satisfacciones hasta el final de sus días, así como a Boris Karloff con la interpretación del monstruo en Frankenstein (James Whale, 1931). 7 Por su parte, los realizadores mexicanos, lejos de basarse en obras literarias para sus filmes, se valdrían de la riqueza existente en el país con respecto a la tradición oral y a las historias de fantasmas. De ahí surgirían cintas como La llorona (Ramón Peón, 1933), Dos monjes (Juan Bustillo Oro, 1934) o El fantasma del convento (Fernando de Fuentes, 1934); esta última considerada como una de las mejor logradas de la época, pues trata con maestría el tema de los espíritus. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, se daría una baja en la producción cinematográfica y el género del horror no sería la excepción. De esos años, se rescata una película que daría inicio al tratamiento de la licantropía en el cine norteamericano:El hombre lobo (George Waggner, 1941), en donde un noble inglés es mordido por un animal en una feria gitana, tras lo cual teme ser responsable de los asesinatos ocurridos en la localidad. El conflicto bélico finalizó el 1945 y, poco a poco, el mundo se enteraría de las atrocidades cometidas en la guerra. Saldría a la luz el holocausto judío: los campos de concentración con sus cámaras de gas y demás métodos de exterminio utilizados por los nazis. Por otro lado, la humanidad se horrorizaría con las imágenes de los lanzamientos de las bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en Japón. El miedo a la radioactividad se haría presente tras esos horribles sucesos y sus preocupantes consecuencias en el organismo de las personas afectadas. En ese sentido, el cine de horror lanzaría su primera propuesta en 1953 titulada The beast from 20,000 fathoms (Eugène Lourié), donde un dinosaurio congelado en los hielos polares despierta por una explosión atómica y se desplaza a la ciudad de Nueva York para destruirla. Posteriormente, en 1954, Japón mostraría al mundo su temor aún latente luego de los bombardeos con una cinta que se convertiría en un clásico del cine: Godzilla 8 (Ishiro Honda). Ésta se consideraría como una de las precursoras del género de ciencia ficción, muchas veces fusionada con el horror debido a las emociones que provoca. Después de estos filmes, se realizarían varias propuestas en la línea de los monstruos gigantescos, resultado de experimentos o accidentes relacionados con la radioactividad, que destruían ciudades enteras. La producción cinematográfica se distinguiría por películas llamadas de serie B, es decir, de bajo presupuesto y muy escasa calidad. Pero México no se quedaría atrás y contribuiría con la serie B gracias a títulos como La bruja (Chano Urueta, 1954), La momia azteca (Rafael Portillo, 1957) o El castillo de los monstruos (Julián Soler, 1957), donde se ridiculizaba a los personajes del cine de horror con historias de corte humorístico. Aunque no todos serían filmes malos o meramente cómicos, también se realizarían cintas que con el tiempo llegarían a ser clásicos del cine nacional. Tal es el caso de El vampiro (Fernando Méndez, 1957), una versión muy mexicana de la fórmula del vampirismo y que vería su secuela al año siguiente con El ataúd del vampiro, la cual no sería tan afortunada como la primera. Después de ese gran éxito, el cine de horror mexicano perdería su trasfondo terrorífico para caer en definitiva en lo cómico. Ahora sí, los personajes otrora aterradores se volverían risibles. Un par de años después, con la nueva década en puerta, el ahora llamado “maestro del suspense”, Alfred Hitchcock, estrenaría su cinta Psicosis (1960), inspirada en una novela de Robert Bloch sobre un asesino serial cuyos crímenes se basan en los cometidos en Wisconsin por Ed Gein, apodado “el carnicero de Plainfield”. Gracias a esta película, el horror dejaría de lado los monstruos de fantasía para plantarse en la gente común y corriente pero capaz de los más aterradores actos. 9 Así, Psicosis se convertiría en la antecesora de un sin fin de películas llenas de sangre. De este modo, y gracias a una cinta de 1974 se daría vida al psico-killer, personaje principal de las variantes del horror tales como el gore o splatter, cuya temática se centra en la violencia y el exceso de sangre, y el slasher, caracterizado por la presencia de un psicópata asesino cuyas víctimas son básicamente jóvenes o adolescentes inmersos en el sexo y las drogas. Otra cinta del mismo Hitchcock que dejaría profunda huella en la historia del cine de horror sería Los pájaros (1963) que, aún cuando se clasifica como de suspenso, sería la antesala al temor hacia lo irracional e incontrolable, en este caso, las aves mismas que atacan a la gente sin motivo aparente. Inspiradas por ese miedo, se produjeron dos vertientes muy populares para el horror: la de los zombies, inaugurada con La noche de los muertos vivientes (George A. Romero, 1968) y la de la naturaleza contra el género humano con películas basadas en animales asesinos: tarántulas, hormigas y hasta escualos, ejemplo de ello es Tiburón (Steven Spielberg, 1975). Por su parte, el mismo año en que Romero invadiera las salas de cine con sus zombies, Roman Polanski haría lo propio al estrenar El bebé de Rosemary, cinta con la que comenzaría a tratarse el tema del satanismo en el séptimo arte y que daría pie a grandes éxitos en la década siguiente. En el caso de México y luego de la filmación de muchas películas orientadas a lo cómico, Carlos Enrique Taboada daría un respiro de aire fresco al cine de horror nacional con filmes como Hasta el viento tiene miedo (1967), El libro de piedra (1968), e incluso, Más negro que la noche (1977), que serían consideradas como grandes obras del género y cuyo éxito sigue latente en el gusto del público ya que, aún en este 2009, siguen retransmitiéndose en televisión abierta. 10 Ya entrada la década del setenta y continuando con las cintas de corte satánico, se estrenaron dos películas que se convertirían en iconos del género: El Exorcista (1973) de William Friedkin y La profecía (1976) de Richard Donner. La primera trata sobre la posesión diabólica de Regan MacNeil, una niña de doce años que vive sola con su madre y que son ayudadas por dos sacerdotes católicos para librar una batalla contra el demonio. Mención aparte requiere el filme de Donner, que trata la personificación del mal en un niño que es adoptado en secreto por un diplomático estadounidense. Es así una de las primeras cintas que da al mal un rostro humano caracterizado por su inocencia: la perfecta piel de oveja para cubrir al lobo malvado. Retomando la corriente que inauguró Psicosis en los sesenta, en 1974, se estrenaría un filme que vendría a “formalizar” el slasher como subgénero del horror: La Masacre de Texas de Tobe Hooper. Ésta se convertiría en cinta de culto y sentaría las bases de muchas películas posteriores. La trama gira en torno de cinco jóvenes que realizan un viaje rumbo a una casa de verano, hasta que se topan con Leatherface y su familia de caníbales que harán realidad su peor pesadilla. En la misma línea del asesino serial, John Carpenter da vida a su propia versión con Michael Myers en Halloween (1978), donde un pequeño de seis años (Mike) asesina a su familia con un cuchillo de cocina durante la noche de brujas, luego de ello es internado en un psiquiátrico del que saldrá años después para continuar lo que comenzó en su infancia. Otros filmes que destacan en el uso del personaje del asesino serial y que posteriormente, se convertirían en grandes franquicias del género junto con Halloween y sus nueve secuelas, son: Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980), iniciadora de una serie de doce cintas protagonizadas por el famoso Jason 11 Voorhees y su máscara de hockey; y Pesadilla en la calle del infierno (Wes Craven, 1984) con ocho secuelas del terrorífico Freddy Krueger. Cabe destacar, que ninguna de las múltiples segundas partes que se realizaron luego del éxito de las originales, serían dirigidas por las mismas personas, ya que sólo se tomaría la fórmula para repetirla hasta el cansancio. De este modo, el subgénero de slasher se volvería mero consumismo. 1979 marcaría el retorno a las pantallas del vampirismo con dos películas sobre el tema: Salem´s lot (Tobe Hooper) y, por Alemania, Nosferatu, phantom der nacht (Nosferatu, vampiro de la noche, de Werner Herzog), esta última retomaría la historia de Murnau, pero respetando los nombres originales de la novela casi en su totalidad. Ese mismo año, se estrenaría en Estados Unidos, una cinta que plantearía el retorno de los monstruos, en este caso, extraterrestres, a la pantalla grande: Aliendel director Ridley Scott. Esta película, clasificada dentro de la ciencia ficción pero con tintes claramente de horror, también tendría varias sagas que, al igual que las slasher anteriormente mencionadas, no tendrían al director original. Así, daría comienzo una década más con la inauguración de los Juegos Olímpicos en Moscú. En el caso del cine, Stanley Kubrick estrena el que sería uno de sus más grandes éxitos, aunque no le vendría el reconocimiento de inmediato: El resplandor (1980), con Jack Nicholson en una actuación magistral. El despertar del diablo (Sam Raimi, 1982), inauguraría el gore en la década de los ochenta. Película sobre un grupo de jóvenes que se refugian en una cabaña para pasar el fin de semana. Ahí encuentran una grabación con extraños conjuros extraídos del Necronomicón (libro de los muertos creado por H. P. Lovecraft) que al reproducirlos, despertarán a los espíritus del bosque que buscarán apoderarse de sus invocadores. 12 Por esas fechas, Tobe Hooper volvería a dirigir una cinta de terror que se estrenaría en 1982: Poltergeist, donde el mal se apodera de la pequeña Carol Anne por medio de la televisión, lo cual pone a prueba el vínculo familiar. Esta película provocó dos más en 1986 y 1988, respectivamente. En el ámbito de las secuelas entraría otra producción cinematográfica estrenada en 1984: Los niños del maíz (Fritz Kiersch), una adaptación de la novela homónima de Stephen King. Aquí se destacan las actuaciones de los infantes como sirvientes de un ser maligno al que denominan como “aquel que camina entre los sembradíos”. En ese mismo año en México, llegaría a los cines otro filme de Carlos Enrique Taboada: Veneno para las hadas, la cual tuvo gran éxito dentro del género, pero que, debido a su poca difusión no ha logrado el reconocimiento de sus antecesoras. Retomando a los nuevos monstruos traídos nuevamente a la pantalla grande gracias a Alien, en 1986 vería la luz uno que más bien inspiraría lástima: La mosca de David Cronenberg. Ésta cinta sería el remake de otra del mismo título estrenada en 1958 y dirigida por Kurt Newmann. Aquí se observa el horror ligado al cuerpo mismo y su transformación en otro ser que resulta repugnante. Una película que entraría en el mundo de las secuelas con siete de ellas es la inglesa Hellraiser (Clive Barker, 1987), donde se trata el tema del sadomasoquismo y la violencia extrema en la búsqueda del placer, por lo que se le considera dentro del subgénero gore. 1989 cerraría la década con hechos históricos de diversa índole: el cuatro de junio sucedió la tristemente célebre represión de las protestas estudiantiles que culminaría con la masacre de Tiananmen, mientras que el nueve de noviembre 13 caería el muro que dividía las dos Alemanias, establecidas durante la llamada “Guerra Fría”. Por su parte, Mary Lambert llevaría a las salas de cine una historia de Stephen King: Cementerio de mascotas. Así se abrían paso los noventa con Drácula de Bram Stoker (1992), dirigida por Francis Ford Coppola, en donde se retomaba la historia del vampiro transilvano. Dentro de la misma línea se estrenó Frankenstein de Mary Shelley (1994), bajo la dirección de Kenneth Branagh, la cual también se basaría en la novela de la escritora inglesa. En 1995, un remake de una cinta de 1960 llegaría a las pantallas de cine: El pueblo de los malditos (John Carpenter), basada en la novela The Midwich Cucos de John Wyndham, en la que una extraña fuerza invisible cae sobre un poblado “noqueando” a sus habitantes, luego de ello, diez mujeres quedan embarazadas inexplicablemente y sus hijos comienzan a sembrar el terror. Para 1996, daría inicio una más de las franquicias del cine de terror para adolescentes con Scream (Wes Craven), que más bien trataría de parodiar las fórmulas de anteriores éxitos dentro del género. Gracias a su éxito en taquilla, esta cinta derivaría en tres secuelas más. En el mismo año, México estrenaría Sobrenatural de Daniel Gruener, acreedora a varios premios. Dos años después, en 1998, Japón pondría su grano de arena en el cine de horror con Ringu de Hideo Nakata, la cual sería readaptada a la cultura occidental en 2002 bajo el título de El aro (Gore Verbinski). Fue tal su éxito, que se realizaron dos secuelas más y una precuela en su país de origen. Además, Ringu llamaría la atención del público mundial hacia el cine oriental, que más tarde estrenaría éxitos como las tailandesas Shutter (2004) y Alone (2007) dirigidas por Banjong Pisanthanakun y Parkpoom Wongpoom, conocidas en México bajo los títulos Están entre nosotros y Nunca estamos solos. 14 Otros títulos que tendrían éxito serían la coreana Janghwa, hongryeon (Kim Ji- Woon, 2003) o la japonesa Ju-on (Takashi Shimizu, 2003), con sus respectivas versiones occidentalizadas en La maldición de las hermanas (Charles y Thomas Guard, 2009) y La maldición, la cual se estrenaría al año siguiente de la original, bajo la dirección del mismo Shimizu. Para 1999, un filme pondría a los espectadores al borde de sus asientos: El sexto sentido, del director M. Night Shyamalan, que aunque no se considera dentro del género de terror, se vale de elementos propios de éste. También se estrenaría El proyecto de la bruja de Blair (Daniel Myrick), considerada un gran fenómeno por utilizar recursos del documental y por afirmar que se trataba de una historia real, cuando sólo era mera ficción. Un nuevo siglo comenzaría: el mundo estaría a la expectativa de los avances científicos y tecnológicos, mientras que el virus denominado I love you paralizaba millones de computadoras en todo el orbe. A la par de la inauguración de los Juegos Olímpicos con sede en Sidney, Australia, la UNAM luchaba por recuperarse tras el cierre de sus instalaciones. Hasta que, en 2000 y 2001, Alejandro Amenábar y Guillermo del Toro darían la bienvenida al nuevo milenio con dos cintas que fueron muy bien acogidas por el público: Los otros y El espinazo del diablo, ambas retomarían la temática de los fantasmas de manera muy bien lograda. Ya en el universo de las epidemias llegaría, en 2002, Exterminio, cinta británica dirigida por Danny Boyle y que sería bien recibida por la crítica, pero sobre todo, por la audiencia mundial. Tendría su secuela en 2007 con Exterminio 2, bajo la dirección del español Juan Carlos Fresnadillo. 15 También en 2002 se estrenaría una película basada en un videojuego: Resident evil (Paul W. S. Anderson), cuya temática se ve inmersa en el esparcimiento de un virus que transforma en zombies a las personas infectadas. Esta cinta marcaría el regreso de estos seres a la pantalla grande, pues dos años después se estrenaría el remake de La noche de los muertos vivientes, titulado El amanecer de los muertos, dirigida por Zack Snyder. En 2004 comenzaría otra franquicia de gran éxito: Saw, conocida también como El juego del miedo (James Wan), donde el personaje principal es Jigsaw, un asesino que “juega” con sus víctimas antes de matarlas. De esta cinta, existen cinco secuelas, todas ellas muy taquilleras. Inmersa en el gore, para 2006 se vería en las pantallas de cine por un corto período la cinta Hostal (Eli Roth), que trata sobre dos jóvenes estadounidenses que viajan a Ámsterdam en busca de aventuras, pero sólo se encuentran con un grupo de gente que se dedica a cazar y sodomizar a los extranjeros. El mismo año, la cinta Terror en Silent Hill (Christophe Gans), basada en una serie de videojuegos, exploraría a su manera, el miedo por medio de monstruos. México retomaría las cintas de horror con la película titulada Kilómetro 31 (Rigoberto Castañeda, 2006), donde la premisa de los fantasmas y las leyendas de aparecidos cobran vida en el contexto del México moderno para cambiar de manera definitiva, la vida de dos hermanasgemelas. Finalmente, 2009 sería el año de los remakes y las secuelas de grandes franquicias, pues se presentarían en las salas de cine películas como: Viernes 13 (Marcus Nispel); Destino final 4 (David R. Ellis), cuya primera versión en 2000 correría a cargo de James Wong; H2: Halloween 2, dirigida por el músico y escritor Rob Zombie; Saw VI (Kevin Greutert), y la española REC 2 (Jaume Balagueró y Paco Plaza), secuela de REC (2007). 16 Pero una película no entraría en esos cánones: La huérfana (Jaume Collet-Serra), una coproducción de Estados Unidos, Canadá, Alemania y Francia que trata sobre la historia de un matrimonio que, luego de la pérdida de su hija legítima, decide adoptar a una niña que resulta no ser lo que aparenta. Tal vez se han omitido algunas cintas en este repaso por el cine de horror, pero son muchos los filmes que se han realizado a lo largo de la historia del séptimo arte que sería imposible mencionarlos a todos en unas cuantas líneas: por ello se ha tratado de tomar las cintas más representativas de cada época para dar así, un panorama general de su desarrollo y evolución a través del tiempo4. Así las cosas, siguiendo la premisa teatral “la función debe continuar”, es que la historia no se detiene, por lo que se deben esperar muchas obras más maquinadas y creadas por grandes mentes no sólo en el ámbito cinematográfico, sino en toda la cultura humana, muchas de las cuales serán dadas a conocer gracias a festivales y muestras5. El miedo es un sentimiento que seguirá latente en el corazón de las personas, por lo que será interesante ver cómo es que los realizadores del cine de horror se las ingenian para continuar asustando a los espectadores. Los métodos y las fórmulas se desgastarán y tendrán que cambiar, las preguntas serán entonces: ¿habrá una evolución o un retroceso en el tratamiento de los temores en el cine?, ¿qué tipo de monstruos asolarán la pantalla grande? La moneda está en el aire, sólo resta saber cómo se le dará respuesta. Mientras tanto, habrá que comenzar por una de las representaciones más comunes del miedo: los monstruos. De este modo, conviene repasar detenidamente sus características y tipos, pero ¿qué mejor forma que adentrándonos en su mundo por medio del séptimo arte?, así que ¡comencemos! 4 Ver Anexo 1. 5 Ver Anexo 2. 17 1.2 ¿Qué es un monstruo? A la ro ro niño, duérmaseme ya porque ahí viene el monstruo y nos comerá, Anda suelto el monstruo Fragmento de El monstruo Cuando se habla de monstruosidad, lo primero que viene a la mente es un ser u objeto deforme cuyo aspecto físico asusta o provoca repulsión. Además, se tiende a designar al monstruo como un ente malvado, sin tomar en cuenta que puede poseer características en positivo. Prueba de lo anterior es el testimonio de Abigail6, una pequeña de seis años quien, aunque asegura que no existen, proporciona la siguiente descripción de estos seres según su imaginación: “un monstruo es grande, muy feroz; con ojos, boca y nariz grandes, tiene uñas muy largas y es de color verde”. Por su parte, Diana7, de catorce años, afirma que son macabros, sin una forma determinada, aunque pueden poseer las siguientes características: “con ojos saltones, barba peluda, cuernos muy puntiagudos, dientes amarillos, cuerpo panzón y con escamas; piernas y pies como dinosaurio”8. Ambas representaciones reflejan a entes con característica físicas que no tenemos los seres humanos comunes, al menos no todas juntas. Y es que cada persona posee su propia visión de la monstruosidad dependiendo de su edad, creencias y vivencias. Pero, normalmente, se le dará la denominación de monstruo a aquello que no se conozca o cause cierto temor. 6 Entrevista a la niña Abigail Méndez Pallares realizada por la sustentante el 27 de octubre de 2009. 7 Entrevista a Diana Tovar Chávez realizada por la sustentante el 30 de octubre de 2009. 8 Ver Anexo 3. 18 Además, como dice Héctor Santiesteban9: “la creencia e interpretación de los monstruos depende tanto de la época como de los individuos y sobre todo de la definición de monstruo que utilicemos”. Partiendo de lo anterior tenemos que, según el diccionario de la Real Academia Española10, se trata de un vocablo masculino proveniente del latín monstrum con diferentes acepciones. La primera lo define como una “producción contra el orden regular de la naturaleza”, es decir, se trata de un ser antinatural o deforme. Una lectura más lo describe como un “ser fantástico que causa espanto”, al igual que algunos personajes de la mitología griega. También tenemos a una “persona o cosa muy fea”, a la que se le pueden añadir los adjetivos de “cruel y perversa”. Por otro lado, para la RAE, también se les da esta denominación a las cosas excesivamente grandes o extraordinarias en cualquiera línea e incluso, a ésos versos sin sentido que el maestro compositor escribe para indicar al libretista dónde debe colocar el acento en los cantables. Con base en los anteriores significados, se puede obtener que los monstruos son multifacéticos, pero dos de los rostros que más se les ha dado son: el de las abominaciones físicas y el de la expresión de los miedos humanos como una deformación de lo moral o culturalmente considerado como normal y aceptable. Y que, por lo tanto, hay que esconderlo o eliminarlo. En ese sentido, Tamara, de diez años, comenta que para ella los monstruos “viven en cuevas o debajo de las camas, para que la gente no los vea”, pues cuando salen de su escondite provocan temor e incertidumbre, ya que existe la creencia de que son malvados y poseen instinto asesino. 9 SANTIESTEBAN, Oliva Héctor. Tratado de monstruos: ontología teratológica, Plaza y Valdés, México, 2003, p. 61 10 www.rae.es consultada el 01/Octubre/2009 http://www.rae.es/ 19 Aunque hay personas como Dulce Paulina Ramos11, trabajadora social en una escuela privada, quien asegura que se trata de seres netamente imaginarios los cuales pueden, en un momento dado, inquietar o causar sentimientos de miedo, pánico y terror. Éste último entendido, según Norma Lazo12, como un proceso mental, un sobresalto provocado por un hecho particular. Normalmente, se les achacan a los monstruos características de gigantismo y deformidad. Incluso, se les llama así a seres “animalizados”. Ejemplo de ello son Godzilla o la creación del doctor Frankenstein. Pero, más recientemente, está la película animada Monsters inc., donde se muestra a personajes que, lejos de asustar, producen ternura. Las personas tienden a identificarse con cierto tipo de características físicas y conductuales que les son propias o familiares. Cuando esto no se da y lo que se les presenta es ajeno a ellos, viene el rechazo e incluso, el temor. A este sentir, Seve Calleja en su libro Desdichados monstruos: la imagen grotesca y deformada de “el otro”, lo designa como una visión monstruosa. En otras palabras, esta percepción de quien algunos autores denominan el otro, es decir, el diferente, el monstruo, se crea cuando las personas satanizan o bien, demonizan, aquello que no entra en los cánones establecidos social, cultural y moralmente, por lo que la primera reacción es la de emprender la graciosa huída para advertir a los demás sobre la presunta peligrosidad de ese otro ser que amenaza la integridad ya sea física o moral. Y es que, para Calleja, el acto de satanizar físicamente a una persona viene desde la representación del demonio como un ser que no ha sido despojado del todo de su humanidad, ya que es un hombre animalizado. Además, el diablo es un11 Entrevista a la trabajadora social Dulce Paulina Ramos realizada por la sustentante el 27 de octubre de 2009. 12 LAZO, Norma. El horror en el cine y en la literatura. Acompañado de una crónica sobre un monstruo en el armario, Paidós, México, 2004, p. 37. 20 símbolo del pecado y del castigo divino, lo que lleva a pensar que “todo rasgo de monstruosidad es fruto de un acto pecaminoso”, por lo que el monstruo se transforma en “un ser castigado, perseguido, proscrito por la colectividad”. Un ejemplo claro de esta postura nos lo ofrece la mitología griega con el Minotauro, mitad humano y mitad bestia. Este ser, hijo de la esposa del rey Minos, Pasifae, y un toro blanco, es la representación del mencionado castigo, en este caso, a la reina por un acto moralmente considerado perverso. Además, el fruto de esta relación prohibida es sanguinario y abominable, por lo que se le puede considerar como un auténtico monstruo, según esta percepción. Por otro lado, el Maestro Saúl Rosas Rodríguez, catedrático del Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y especialista en cine, comenta en entrevista que el monstruo “es aquello que se sale de la norma estética, que podría tener alguna deformidad física y que se traducirá en una acción psicológica”. Es decir, un ser diferente que, al ver el rechazo provocado, actuará en función a éste agrediendo a los demás. Un ejemplo de lo anterior nos lo da Mary Shelley en su libro Frankenstein, cuando el doctor se enfrenta a su creación rechazándolo totalmente e incluso, amenazando con matarlo, a lo que el monstruo replica tajante: “- Esperaba ya que me recibierais así – dijo el monstruo -. Todos los humanos odian a quienes son infelices. ¡Cuánto odio debo despertar yo que soy el más infeliz de los seres vivientes! Incluso, vos que me disteis la vida, incluso vos me detestáis y me rechazáis, a mí, a la criatura con la que os atan lazos que sólo la muerte podrá romper. Decís que queréis matarme, ¿pero cómo podéis utilizar la vida como si fuera un juego? Cumplid antes los deberes que tenéis conmigo y yo lo haré con los que me ligan a todo el género humano. Si aceptáis mis condiciones os dejaré tranquilo, tanto a vos como a vuestros semejantes. Pero si rehusáis, me hundiré en el crimen hasta saciar mi sed de sangre en la de todos aquellos que os aman y a los que amáis.”13 13 SHELLEY, Mary. Frankenstein, Ediciones B, Barcelona, España, tercera reimpresión 1998, pp. 141-142. 21 La creación de Víctor Frankenstein es un ente atormentado pero, a la vez, es una crítica al humano en la persona del doctor quien, en su afán por pretender ser Dios, es castigado por su propio “hijo”, tanto con la monstruosidad física de este último, como con las acciones criminales que se ve obligado a realizar. A lo largo de la historia humana el miedo ha sido una constante que ha recaído en diversos objetos. En un principio se temía a los fenómenos naturales e incluso a las grandes bestias del reino animal. Pero, invariablemente siempre ha existido cierto recelo ante lo desconocido e inexplicable de forma lógica o científica. De ahí provienen muchos de los seres fantásticos que identificamos en la actualidad, de darle forma a unos cuantos miedos. O también están algunos cuentos de hadas que utilizan a estos seres con características monstruosas para proporcionar lecciones morales. Por otro lado, en la actualidad los vampiros han invadido la literatura y el cine, con historias que sedujeron a un público mayoritariamente juvenil. Los también llamados chupasangre, son de los personajes más atractivos por ser una especie de héroes trágicos, ya que no son culpables de su condición, pero tienen que cumplir con lo que su naturaleza le exige. Así, se vuelven unos seres fascinantes por provocar las reacciones de aceptación y rechazo. En ese sentido, se comprueba lo dicho por los autores del libro Los monstruos. El psicoanálisis, quienes apuntan: “El monstruo ha sido objeto de fascinación, de admiración, pero al mismo tiempo de odio y rechazo, según el momento histórico y el contexto geográfico”14. Es decir, si tomamos como ejemplo los filmes sobre vampiros que se han realizado, podemos recordar que el público de principios del siglo XX les temía, mientras en ésta primera década del siglo XXI, se les admira. 14 *PLANELLA, Jordi, Gerardo García, Pablo Rivarola. Los monstruos. El psicoanálisis, Edit. UOC, Barcelona, 2007, pp. 126. 22 Pero también existen los monstruos que están más cercanos a la realidad humana, esos que, como asegura Saúl Rosas, “pueden hacer cosas monstruosas, sin ser monstruos físicos”. Ejemplo de este tipo de seres son los llamados “asesinos seriales” y, en el mundo de la ficción cinematográfica, los psicokillers, pues estos personajes rompen con las normas sociales y culturales establecidas. Ahora bien, como ya se ha mencionado antes, la monstruosidad no implica únicamente a personas u objetos física o moralmente contrahechos. La Real Academia Española asegura que se puede utilizar éste término para denominar a una persona con extraordinarias cualidades en el desempeño de una actividad determinada, como es el caso de los grandes genios en diversos ámbitos de la cultura humana: Ludwing Van Beethoven, en la música; Pablo Picasso, en la pintura; Albert Einstein, en la física; entre otros. Aunque no sólo se les ha denominado así a personas, también se ha utilizado el término para expresar algo que comunican artes como la pintura. Como lo refirió el señor Ernesto de la Peña, en su cápsula Testimonio y celebración15, al hablar de la presencia de monstruismo en la obra Las señoritas de Avignon, de Picasso, debido a la particular estética de su etapa protocubista. Tal ha sido la presencia de los monstruos en la vida humana que hay personas dedicadas a estudiar su figura en la pantalla grande. Ese es el caso del filósofo estadounidense Noël Carroll, considerado como una autoridad en los estudios sobre la estética del cine. En su libro Filosofía del terror o paradojas del corazón16, Carroll analiza la figura de los monstruos en el séptimo arte esbozando las características que posee un auténtico ser monstruoso de los filmes de horror, es por ello que a continuación se retoma su texto como guía para identificar a los monstruos párvulos. 15 Transmitido el 4 de noviembre de 2009 en la emisora de la Ciudad de México, Opus, 94.5 de Frecuencia Modulada. 16 CARROLL, Noël. Filosofía del terror o paradojas del corazón, La balsa de medusa, España, 2005, 448 pp. 23 1.3 ¡Está vivo!: el monstruo según Noël Carroll Échale candado a la puerta, anda hambriento el animal… escóndele la bicicleta al niño, déjalo llorar. Anda suelto el monstruo, anda suelto el monstruo. Fragmento de El monstruo. ¿Cómo son los monstruos en el cine?, ¿cuáles son sus características para cumplir con el cometido de asustar?, ¿qué elementos utilizan para aumentar el impacto en el espectador? La primera interrogante a la que responde Carroll se refiere al terror mismo, pues lo explica como esa emoción que los creadores del género permanentemente han buscado despertar en su público, a la cual da el nombre de terror-arte. Lo llama así porque se trata de ficciones que provocan sensaciones fisiológicas, las cuales llevan al espectador a experimentar agitación, escalofrío, sobresalto, entre otras reacciones. Pero ¿qué lleva al espectador a sentir el miedo hasta el punto de externarlo en su cuerpo mismo? El filósofo cree que el secreto está en los monstruos: sus características especiales, así como las historias y los mundos en los cuales sedesarrollan. Entonces, ¿qué se necesita para crear un monstruo temible? Carroll afirma que se requiere de cualquier ser en cuya existencia actual no se crea, basados siempre en los principios de la ciencia contemporánea. Es decir, puede tratarse de un personaje inverosímil o extraordinario para la realidad, pero que es posible en el mundo de la ficción. Para que las criaturas del terror-arte cumplan cabalmente su función de asustar precisan de dos importantes elementos: peligrosidad, representando así una amenaza, y un tanto de repulsión, aversión o “impureza”, para que no sólo intimiden, sino también pongan “la carne de gallina”. Aunque no todos los 24 monstruos contienen ambas características, pues hay casos en donde poseen o una u otra. De este modo, la amenaza que inspiran estos seres puede darse en diferentes ámbitos. En el aspecto psicológico, Carroll ofrece el ejemplo del filme El Exorcista, donde la pequeña Regan ve coartada su propia identidad por el demonio que posee su cuerpo. En lo moral el ejemplo recae en la cinta Rosemary´s baby, aquí el mal busca la destrucción del orden en esta línea; mientras en lo social, la amenaza se encuentra en la civilización misma para buscar una nueva alternativa de vida. Aunque, para cumplir con este aspecto, basta con hacer un monstruo letal, es decir, que sea capaz de matar y mutilar. Por otra parte, la impureza es, según nuestro especialista, “un conflicto entre dos o más categorías culturales vigentes”, o sea, una transgresión a lo que se considera como normal. Por ello, la mayoría de las estructuras básicas en la creación de criaturas terroríficas implican cierta combinación. Ejemplo de ello son los llamados “muertos vivientes”; los seres que son mitad animal, mitad humanos; los hombres lobo, entre otros. Resumiendo, los monstruos se componen de peligro e impureza. Respecto a ésta última tengamos en cuenta lo que Carroll denomina “estructuras de composición de seres de terror”. Se trata de características que brindan elementos para identificar a los monstruos y proporcionan un medio de desarrollar sus atributos. Con ello se logra intensificar la emoción que se desea provocar en el espectador. La primera estructura es la fusión, una de las más empleadas en las biologías monstruosas, que se refiere a la combinación espacio-temporal de distintos tipos de seres en uno mismo; se funden, condensan o sobreponen entre sí y su identidad se homogeniza. Tal es el caso de criaturas como los vampiros, momias, 25 fantasmas o las víctimas de posesiones diabólicas, las casas embrujadas inclusive. Otra estructura es la fisión, donde también existe una mezcla de identidades contradictorias, sólo que con algunas particularidades. Puede darse de modo temporal, lo cual implica la combinación de personajes sin ocurrir de manera simultánea, como se aprecia en el hombre lobo: un individuo común que cada noche de luna llena se convierte en un ser animalizado con instinto asesino. De este modo, cada criatura tiene su propio momento de actuación. La fisión también puede tener una connotación espacial, ejemplificada en personajes como los doppelgängers, también conocidos como “gemelos malvados”. En ellos no existe como tal una mezcla entre el hombre y su doble, sino que se da una especie de multiplicación en diversas facetas del personaje original, mostrando aspectos ocultos, ignorados o reprimidos. En otras palabras, uno es el lado oscuro del otro, como en el libro El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde. Por otro lado, Carroll menciona dos estructuras que son utilizadas en las ficciones para aumentar los poderes de criaturas ya de por si repugnantes y fóbicas. Uno es la magnificación, donde se exageran las dimensiones de los seres de terror, tal es el caso de los filmes donde aparecen animales o cosas terroríficas de proporciones extraordinarias. Aunque también podría funcionar el miniaturizar a éstos monstruos, siempre y cuando el contexto sea favorecedor para incrementar su papel amenazante. Asimismo, el autor describe la masificación, que se refiere a aglomeraciones de criaturas investidas de habilidades y poderes antinaturales al ataque de la humanidad. Aquí pueden considerarse a seres como hormigas, arañas, cucarachas, entre otros; siempre y cuando sean considerados como repulsivos o provoquen cierto temor. 26 La última estructura mencionada por Carroll es la metonimia terrorífica, es decir, aquellos elementos que enfatizan la naturaleza impura y repugnante de las criaturas, asociando dicho ser con objetos o entidades ya de por sí repulsivos, por ejemplo partes del cuerpo, sabandijas, entre otras inmundicias. Se aplica tanto en casos donde el personaje terrorífico resulta monstruoso físicamente, como en los que no tienen ninguna característica de este tipo, pues sus actos, siervos o elementos a su alrededor le dan esa identidad. Así, Carroll afirma que los anteriores, son los puntos básicos de un monstruo para asustar al espectador. Pero, como veremos a continuación, para lograr un buen resultado en las salas de cine, no se trata únicamente de la representación física, sino que también influye la historia que se quiere contar. Supongamos que un creador esboza un monstruo peligroso, repugnante, con el poder de controlar la mente de los gatos y decide colocar a su criatura en el mar. Sería totalmente descabellado, tomando en cuenta que el agua no es el elemento natural de los felinos. Tendría que adaptar la historia de manera creíble dentro de la fantasía misma, es decir, situar a su personaje en un escenario donde pueda desenvolver sus capacidades sin mayores problemas para el desarrollo de la trama. Por otra parte, como comenta el maestro Saúl Rosas, un elemento muy importante es el sustento dramático, en otras palabras, la justificación dentro de la historia de los elementos que se utilizan. Además, según el académico, tiene que darse claramente la transmisión del rompimiento de los valores universales a través del ser monstruoso para así impactar al espectador. De este modo, cuando un personaje no es verosímil dentro de la fantasía en que se desarrolla, no puede hablarse de un monstruo exitoso. Para Saúl Rosas, la 27 mejor forma de identificar cuándo estamos viendo a un ser mal utilizado en la trama es en el momento en que el espectador se formula preguntas al respecto. Para ejemplificar lo anterior, pensemos en un personaje como la tristemente célebre “momia azteca” del cine mexicano. Al ver esa cinta, podrían surgir interrogantes del tipo: ¿cómo puede haber una momia en esta cultura mesoamericana, si los nativos no embalsamaban a sus muertos de este modo? Como el mismo Rosas afirma: “nos empiezan a saltar preguntas reales que no deberían, dentro de un mundo de ficción”. Finalmente, hay otro elemento del que se valen los filmes de terror para asustar: la tensión, apoyada por el tratamiento de la imagen de la criatura monstruosa. Es decir, hasta qué punto conviene al realizador mostrar o no la imagen clara del ser, para así mantener al espectador al filo de la butaca. Recapitulando, en esta primera parte, hemos dado un recorrido por la historia del cine de horror y exploramos las múltiples caras de uno de los personajes claves del género: los monstruos. Además, desmenuzamos a los seres terroríficos para dar con sus características claves. Hemos aprendido un poco respecto a esos personajes muchas veces satanizados por su condición diferente y otras tantas por su capacidad de romper las normas social o moralmente establecidas. Asimismo, se ha esbozado su utilización en el séptimo arte, a este respecto surge una interrogante: ¿los monstruos pueden ocupar el puesto de los seres humanos más inocentes, los niños? La historia misma del cine ofrece una respuesta afirmativaa la pregunta anterior pero, ¿de qué elementos puede valerse un infante para convertirse en un ser temible? Los realizadores brindan varias propuestas, con lo cual se obtiene una pregunta más: será que todas las cintas donde los párvulos son la imagen del mal, 28 ¿funcionan?, ¿cuáles son las características más socorridas por los realizadores?, éstas son algunas de las interrogantes a responder. Así, no esperemos más y continuemos con este viaje por los horrores del cine, pero ahora, armados con lo aprendido, visitemos ese mundo de maldades infantiles que van más allá de la imaginación y examinemos a los aparentemente inocentes personajes principales como con una lupa para revelar sus secretos más ocultos. Estimado lector, sea usted bienvenido en la segunda parte, al… 29 CAPÍTULO II: EL CLUB DEL HORROR Los juegos infantiles no son tales juegos, sino sus más serias actividades. Michel Eyquem de la Montaigne17. La historia del género de los sustos está plagada de monstruos tanto físicos como morales. Pero son los primeros los que han predominado pues, como lo afirma el catedrático Saúl Rosas, “es esa falta de estética normal la que se va a utilizar para tratar de asustar al espectador o al personaje de la película. Es la cuestión física la utilizada como parte de la monstruosidad porque muchas veces no entendemos la monstruosidad moral dentro del contexto del cine de horror”. Detengámonos pues unos momentos en los niños, víctimas por excelencia, vistos como los débiles, indefensos debido a su tamaño y, por ende, a sus escasas fuerzas comparadas con las de un adulto. Además, como apunta el maestro Saúl Rosas “no tienen la madurez emocional y de experiencia de vida como para detectar qué es lo bueno y qué es lo malo, por eso son muy maleables”. De ahí su utilización en los filmes de horror, para causar más impacto en el espectador. Pero en el caso de los infantes en este género cinematográfico, hay un poco de ambos tipos de monstruosidad. Por un lado tenemos a aquellos niños que, sin abandonar su apariencia física, son capaces de realizar actos moral y socialmente deleznables. En otro contexto están los chiquillos que, debido a cuestiones ajenas a sí mismos, adquieren una apariencia atroz. Aunque no sólo se detectan esas únicas dos categorías ya que, luego de observar varias de las cintas más populares del cine de horror cuyos personajes incluyen niños, se pueden divisar algunas similitudes entre algunos de esos infantes, tanto en el plano físico, como en el de sus actos. Conozcámoslos a continuación: 17 Cita tomada de la página http://edificandosobrelaroca.spaces.live.com consultada el 13 de diciembre de 2009. http://edificandosobrelaroca.spaces.live.com/ 30 2.1 Inocentes palomitas Son los inocentes y no los sabios los que resuelven las cuestiones difíciles. P. Pío Baroja18. La primera clasificación incluye a personajes infantiles de cintas de terror que son víctimas de sus propios miedos y de las manifestaciones de la monstruosidad. Comenzaremos con la más joven: Carol Anne Freeling, quien a sus cinco años, es raptada por un grupo de espíritus en su propia casa. La cinta Poltergeist (Tobe Hooper, 1982), comienza con la pantalla en negros y el himno nacional de Estados Unidos. La primera imagen que se observa no es muy clara, pero poco a poco se van distinguiendo siluetas, culminando con la imagen del Memorial Iwo Jima del Cementerio Nacional de Arlington, en Washington, D. C., para luego dar paso a la estática, indicador de que hemos estado contemplando un televisor encendido en la casa de la familia Freeling: Steven y Diane, los padres de Dana, Robert y Carol Anne. La toma se abre para mostrar el aparato y, frente a él, las piernas de Steven quien se ha quedado dormido en el sofá. Luego, aparece a cuadro un perro de raza golden amarillo que, luego de robar un trozo de comida, comienza a recorrer los cuartos donde duermen los habitantes de la vivienda, hasta llegar al lecho de la pequeña Carol Anne, quien despierta para dirigirse a la sala donde yace su padre. La niña se coloca frente a la televisión y comienza a hablar con el aparato hasta llegar a los gritos, por lo cual se despiertan los demás integrantes de la familia, quienes se dirigen a la sala mirándola desconcertados, al tiempo que la niña continúa su plática, para luego colocar las manos en la pantalla. Los padres de Carol Anne creen que su hija es sonámbula. 18 Cita tomada de la página www.pensamientos.org consultada el 27 de diciembre de 2009. http://www.pensamientos.org/ 31 La siguiente escena muestra la panorámica del fraccionamiento: un lugar aparentemente apacible y tranquilo, de casas blancas con techos rojizos. El hogar de varias familias con niños traviesos, haciendo de las suyas en las calles, mientras los adultos se divierten viendo deportes por televisión. Por su parte, Carol Anne no muestra mayor congoja cuando se enfrenta a la muerte, en este caso, de su mascota, el canario Tweety para el que realiza una ceremonia fúnebre. El único miedo que demuestra es a la oscuridad, pues por la noche le pide a su madre encender la luz del armario. En el caso de Robert se observan diversos miedos cuando llega la noche. Además de la oscuridad, el niño le teme a las tormentas estruendosas, a las siluetas que se forman con las ramas de un árbol e incluso, a un payaso de juguete que parece observarlo y por eso lo cubre con una prenda de vestir. Una noche de tormenta Steven trata de calmar a Robbie y Carol Anne, pero los niños acaban durmiendo con sus padres con el televisor encendido. Cuando finalizan las transmisiones dando paso a la estática, la niña se levanta para ver en el aparato luces que forman una mano huesuda, la cual sale como un vaho luminoso chocando contra la pared y provocando un terremoto nocturno. La familia se incorpora asustada para escuchar a la pequeña decir: -Están aquí. A la mañana siguiente, los Freeling se preparan para sus actividades cotidianas, pero comienzan a suceder cosas fuera de lo común. Como la extraña forma en la que se rompe el vaso con leche de Robbie, o la respuesta de Carol Anne sobre la identidad de aquellos que, según ella, llegaron a su casa: “La gente de la t.v.” Cubiertos doblados misteriosamente, sillas que se desacomodan en segundos, Carol Anne viendo estática en la televisión, el perro ladrando a la pared y 32 queriendo jugar con ella. Pero son las pirámides elaboradas con las sillas del comedor, las que alertan a Diane sobre los extraños sucesos en su hogar, por lo que luego de comprobar que sus muebles se mueven solos, le muestra a su esposo y juntos deciden interrogar a su vecino para saber si todo es exclusivo de su casa. Por la noche, mientras Steven y Diane discuten sobre lo sucedido en el día, Robbie, asustado por la inminente tormenta, observa cómo el árbol de afuera de la casa cobra vida e irrumpe en su habitación atrapándolo entre sus ramas. Los adultos van en su rescate, mientras la niña es raptada por los espíritus succionándola hacia un portal ubicado en el armario de su recámara. La familia busca infructuosamente a Carol Anne, hasta que Robbie escucha la voz de su hermana en la televisión. Por lo anterior, Steven decide buscar ayuda para recuperar a su hija. Así, acude con la doctora Lesh, una parapsicóloga que investiga casos de fenómenos sobrenaturales. Durante su investigación, la doctora Lesh junto con su equipo integrado por Ryan y Marty, son testigos de objetos que flotan en el aire o cambian de posición, luces que bajan por las escaleras y hasta alimentos que se descomponen frente a sus ojos. Por ello, la mujer decide contactar a una persona más competenteen esos temas: Tangina Barrons. Luego de ausentarse varios días a su empleo, Steven, quien es vendedor de bienes inmuebles para la constructora del fraccionamiento donde vive, averigua que en el lugar donde está asentada su casa se encontraba previamente un cementerio, cuyas lápidas fueron trasladadas a otro sitio. Cuando Tangina llega a la casa, explica a los Freeling los motivos por los cuales los espectros se quedan en un lugar. También les comenta que Carol Anne está viva, pero en poder se un ser maligno que la utiliza para mantener atrapados a 33 varios espíritus y los dispone a rescatarla, enfrentándose a un ente con cabeza de calavera que sale del armario. Una vez rescatada la niña, la familia comienza a empacar para mudarse de casa lo más pronto posible. Llegada la noche, cuando los pequeños están en su cuarto, la pesadilla se reanuda: el payaso cobra vida y se abalanza sobre Robbie, arrastrándolo bajo su cama, mientras que a Diane le impiden ir en ayuda de sus hijos. El portal del armario vuelve a abrirse ante los atónitos ojos de Carol Anne. Cuando los fantasmas de su casa se manifiestan, Diane sale a pedir ayuda. En su desesperación resbala en la excavación de la piscina, donde se descubre nadando con los esqueletos de los antiguos habitantes del valle: el cementerio fue trasladado a otro sitio, no así los cadáveres. Los Freeling logran huir de su casa, antes de que ésta se desintegre ante la mirada incrédula del señor Teague, socio de la inmobiliaria. Al mismo tiempo, por todo el fraccionamiento comienzan a emerger ataúdes con los cadáveres del antiguo cementerio. La cinta culmina con la escena de la familia llegando a un hotel de paso para refugiarse de lo acontecido y pasar la noche. Pero ya no se arriesgan de nueva cuenta y sacan de la habitación al televisor, medio por el cual Carol Anne hiciera contacto con los espíritus de su casa. Poltergeist, mejor conocida en México como Juegos diabólicos, utiliza la monstruosidad de la mano de los miedos infantiles más comunes, hecho que provoca mayor tensión en el espectador, al ver reflejados sus propios temores. Lo anterior causa cierta empatía con los personajes de la película y rechazo hacia los entes que cohabitan la casa de los Freeling. 34 En este filme, la monstruosidad no sólo ataca la persona de Carol Anne, sino también pone a prueba la estabilidad familiar de los Freeling. Así, los sucesos paranormales los unen en un intento de prevalecer ante la adversidad, demostrando que el enemigo puede estar coexistiendo con la gente sin que ésta se de cuenta, como en el caso de la televisión, cada vez más entrometida en la vida familiar de occidente. Robert y su hermana son dos ejemplos claros de víctimas de la monstruosidad personificada, en este caso, por los fantasmas que habitan su casa y los fenómenos que provocan. Todos ellos personajes de fusión, al ser sujetos muertos e inertes que cobran vida: Retomando al panteón, conozcamos a la familia Torrance, integrada por Jack, quien es escritor, Wendy su esposa y su hijo Danny, protagonistas de la cinta El resplandor (Stanley Kubrick, 1980). Ellos tienen que viajar a un hotel enclavado en Fantasmas de la casa Freeling Son seres de Fusión, pues combinan lo vivo con lo muerto. Se valen de una estructura externa: la metonimia terrorífica, que se observa en la presencia de elementos inanimados que cobran vida: el árbol, el payaso, las sillas, los objetos del cuarto; así como en las sustancias viscosas, la comida descompuesta o los esqueletos en el jardín. Su peligrosidad radica en que son capaces de hacer daño físico a los habitantes de la casa. 35 las montañas para darle mantenimiento durante los meses invernales, en los cuales la nieve los mantiene aislados del mundo. La historia comienza cuando Jack se traslada al hotel Overloock en su auto, un sedán amarillo que recorre una sinuosa carretera en las montañas. Una vez llegado a su destino, el señor Torrance es entrevistado por Stuart Ullman, encargado de contrataciones, quien le señala los quehaceres del vigilante y cuidador invernal. Durante la entrevista, Ullman advierte a Torrance sobre una tragedia ocurrida años atrás en el lugar, en la cual el anterior vigilante, Charles Grady asesinó a su esposa e hijas mellizas para luego suicidarse. Este hecho fue atribuido a la llamada “fiebre de las cabañas”, una enfermedad mental originada por el encierro prolongado, dando como resultado alteraciones mentales donde se funden la realidad con la fantasía en la percepción de quien la padece. Aún con esta información en su poder, Jack accede a ocupar el puesto y mudarse durante el largo invierno al hotel junto con su familia. Mientras tanto, en casa, Danny ya está enterado de que su padre es el nuevo vigilante del Overloock, pues el niño que vive en su boca se la ha mostrado antes de que el padre de familia telefonee a su esposa para avisarle. Cuando los Torrance llagan al hotel, conocen a Dick Halloran, jefe de cocina, quien le explica a Danny un poco acerca del poder al cual su abuela denominaba el resplandor. Esa cualidad, le hace tener una sensibilidad especial para presentir la muerte e incluso, saber cosas de forma extrasensorial. El niño materializa este don en un amigo, Tony, que "le dice" lo que sucederá. Una vez que la familia se queda sola, todo parece marchar en calma: Danny pasea en su triciclo por lo pasillos al tiempo que su padre trata de concentrarse sin 36 éxito en la escritura de un libro. En eso Wendy decide llevar a Danny a dar un paseo por un laberinto de setos que se encuentra frente al hotel. Por su parte, al no encontrar la concentración que requiere, Jack juega con una pelota, pero luego repara en una maqueta del laberinto donde pasean su esposa e hijo y se acerca a escudriñarla. Cabe destacar que en esta escena pareciera como si el señor Torrance observara a su familia en esos intrincados pasillos, marcando el comienzo de la perturbación del padre. Danny, no sólo teme a los espectros de las gemelas Grady invitándolo a jugar con ellas por la eternidad. También le da miedo la posibilidad de que su padre atente contra la vida de toda la familia, como lo hizo Charles Grady, el anterior vigilante. Por ello le pregunta a Jack si sería capaz de hacerles daño a él y a su madre, a lo cual el hombre responde negativamente. Un día, Danny entra a la habitación 237, pues la encuentra abierta. En eso, Jack grita dormido, pues tiene pesadillas en las que mata a su esposa e hijo, así que Wendy lo despierta y trata de tranquilizarlo. De pronto entra el niño al salón: su suéter está roto, su cuello enrojecido, se chupa el pulgar izquierdo, está en shock. La mujer corre al encuentro de su hijo y, al verlo en ese estado comienza a creer que Jack fue capaz de dañarlo por lo cual le hace varias recriminaciones, el hombre se va indignado al bar. Repentinamente y ante la frase “Daría el alma por una cerveza”, aparece frente a él Lloyd, el cantinero, quien le sirve un trago. Jack no parece extrañarse por la presencia del barman, pues comienza a contarle sobre la única vez que golpeó a Danny “por accidente”, cuando llega Wendy y lo encuentra solo, sentado en la barra. La mujer le comenta a su marido que una loca le hizo daño al niño y le pide que vaya a buscarla. 37 Cuando Torrance va a la habitación 237 se encuentra a una joven mujer desnuda en la bañera. Él se acerca, al momento en que ella sale de la tina para abrazarlo y besarlo. Pero Jack ve a la fémina en el espejo para reparar que tiene entre sus brazos un cuerpo cadavérico, roído y repugnante, por ello la suelta entre sonoras carcajadas de la horrible dama. El hombre sale asustado cerrando la habitación por fuera. Luego del incidente de la habitación 237, Wendyle propone a Jack irse del hotel, a lo cual el hombre responde que no abandonará el trabajo. Por su parte, Danny tiene una visión de la palabra “REDRUM” escrita en su puerta. Mientras, Halloran trata de comunicarse sin éxito con la familia, por lo que decide ir al Overloock para averiguar lo que sucede. Jack regresa al bar para encontrarse con una fiesta, pide un trago y se aleja bailando ante la negativa de Lloyd para recibir su dinero “la cuenta ya está pagada”, le dice. Así, Torrance choca contra un mesero, quien se ofrece a limpiarle la chaqueta. Para sorpresa de Jack ese hombre tan servicial es Delbert Grady, el anterior vigilante, quien lo invita a corregir a su familia. Wendy está preocupada, así que busca a su esposo empuñando un bate de beisbol. Al llegar al salón donde Jack escribe, se da cuenta de que lo único redactado por su esposo es la misma frase: “No por mucho madrugar amanece más temprano”, repetida miles de veces. En eso llega Jack amenazando con matarla y ella reacciona golpeándolo de modo que cae por la escalera. Con su esposo inconsciente a rastras, Wendy decide que lo mejor es encerrarlo para huir junto con su hijo. Pero Jack extrajo piezas del radio y el tractor de nieve, dejándolos inservibles, por lo cual la mujer no tiene posibilidades de escapar. Mientras Wendy averigua lo anterior, Grady libera a Jack incitándolo a cumplir con la corrección a su familia, así que Torrance acorrala a su familia en el baño. 38 La mujer saca a su hijo por la ventana, en tanto Jack trata de entrar abriéndose paso con un hacha y, cuando agrieta la puerta, se asoma al interior del baño diciendo: “Aquí está tu Johnny”, así que Wendy, con un cuchillo que tomó de la cocina, le asesta un golpe hiriéndolo en una mano. En eso llega el señor Halloran, pero Jack lo mata casi de inmediato. Luego el perturbado hombre, persigue a su hijo por el laberinto ahora nevado. El niño logra burlarlo, escapa de él para encontrarse con su madre y ambos huyen en el tractor de nieve del difunto cocinero. Jack, cansado y atrapado en el laberinto, muere congelado. La última escena de la cinta es una fotografía de los asistentes al baile del 4 de julio de 1921 en el hotel, donde aparece Jack. El resplandor, es así una película que raya entre lo sobrenatural y la perturbación de un escritor frustrado, afectado por el aislamiento del hotel. Asimismo, el pequeño Danny es una víctima de un mal anunciado previamente por su propio don, el cual lo asusta junto con los fantasmas que habitan el lugar. Fantasmas del hotel Overloock Son seres de fusión, pues se trata de entes muertos. En esta cinta hay varios elementos de metonimia terrorífica: la cascada de sangre que brota del ascensor, la gemelas Grady, la mujer de la habitación 237 e incluso la frase REDRUM en la puerta presagiando la desgracia. Su peligrosidad radica en su capacidad para perturbar a la gente. 39 Pero, no todos los niños siguen teniendo miedo a los fantasmas una vez que los han enfrentado. Ejemplo de ello es Cole Sear, un pequeño de nueve años poseedor de la capacidad para comunicarse con los espíritus y protagonista de una cinta en la cual tendrá que vencer sus temores para terminar con su pesadilla. El sexto sentido (M. Night Shyamalan, 1999) comienza con una bombilla encendiéndose lentamente. El lugar: una cava donde Anna toma una botella de vino para subir a la estancia y festejar por la condecoración que recibió su esposo, el doctor Malcolm Crowe, psicólogo infantil de profesión. La pareja sube a su habitación para percatarse de la presencia de un intruso escondido en el baño. Se trata de un antiguo paciente de Malcolm, llamado Vincent Grey, a quien el doctor no pudo ayudar con sus miedos. El invasor toma una pistola y dispara hiriendo a Crowe para luego suicidarse mientras el psicólogo agoniza en su cama. Al otoño siguiente, Malcolm espera a un nuevo paciente: Cole Sear, hijo de padres divorciados, con síntomas de ansiedad aguda, socialmente aislado y con posible desorden anímico, según el expediente. Así, el doctor Crowe sigue al niño hasta una iglesia, donde juega con sus muñecos. Luego de una breve plática, Cole se va, llevándose una pequeña imagen religiosa. A lo largo de la película, se puede observar un poco de la vida familiar de Malcolm. Al parecer, la relación con su esposa no va muy bien, pues hay una nula comunicación entre ambos. Anna ni siquiera le dirige la palabra y hasta acepta regalos de un amigo ante la molestia del doctor Crowe. Además, Malcolm se entera que su mujer está tomando antidepresivos, lo cual lo deja perplejo. Por su parte, Cole vive constantemente asustado, pues tanto en su casa, como en cualquier lugar a donde vaya se encuentra con algún espectro. Aquí cabe aclarar que ese hecho se explica porque la historia está ubicada al sur de Filadelfia, en un 40 lugar de construcciones antiguas cuyos anteriores habitantes siguen rondando, según este contexto. Luego de un incidente en la fiesta de cumpleaños de un compañero de escuela, por el cual Cole va a parar al hospital, el niño le revela a Malcolm su secreto. El doctor considera grave el caso del pequeño Sear, pero decide escuchar la grabación de una sesión que tuvo con un paciente anterior: Vincent. Ahí descubre que ninguno de los dos muchachos le mintió, ambos pueden ver espíritus. Al darse cuenta de lo anterior, Malcolm le propone a Cole comunicarse con los entes que se le aparecen y preguntarles cuál es su propósito, en lugar de tenerles miedo. Este hecho asusta en un principio al niño, pues los fantasmas parecen amenazantes, tanto por su apariencia, como por la desesperación con la cual se le acercan, pero hace el intento. Así, Cole habla con Kyra, una niña que murió envenenada por su madrastra y quien le solicita su ayuda para entregar a su padre un paquete muy importante: una grabación que contiene las pruebas incriminatorias contra su asesina. Además, Kyra pide a Cole le entregue a su hermana un regalo y le diga que las cosas estarán mejor. El niño adquiere confianza y comienza a hablar con todos los fantasmas que antes lo asustaban, pues ya les ha perdido el miedo, cosa que observa Malcolm con agrado. Pero el doctor aún está triste por la falta de comunicación con su esposa, por lo que Cole le aconseja, antes de despedirse, hablar con ella cuando esté dormida. Cole decide que es el momento de contarle a su madre a cerca de su capacidad. Aprovecha un accidente en la calle para decirle a Lynn su secreto, ante la sorpresa de ella. Pero el niño tiene un mensaje de su abuela materna, hecho que 41 termina por enternecer el corazón de su madre y la convence de la veracidad de sus palabras. Malcolm sigue el consejo de Cole y habla con Anna mientras duerme, dándose cuenta de que él mismo está muerto. Vincent lo asesinó un año antes. Al reparar en este hecho, Crowe se despide de su esposa, mientras aparece a cuadro una escena del video de su boda. Esta cinta se basa en los miedos de gente real: niños y adultos, como lo menciona el director M. Night Shyamalan en la página www.menteabierta.org; temores de pérdida, como los que agobian a Anna, esposa de Malcolm, luego de morir un ser querido; temores a lo desconocido, personificados por el psicólogo al darse cuenta de lo que acontece al niño; temores a poseer un don que permite saber lo que hay “más allá” y de no entender esas intuiciones, como lo siente Cole. Fantasmas que persiguen a Cole Como todo tipo de fantasmas, son seres de fusión: su cuerpo está muerto, no así su espíritu. Una estructura externa que aumenta la tensión es la metonimia terrorífica encarnada por los elementos que acompañan a las apariciones fantasmagóricas: el frío repentino, la oscuridad Son peligrosos por su condición de seres ignorantes
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