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Retrospectiva-y-perspectivas-de-la-seguridad-nacional-en-Mexico

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN 
 
 
 
RETROSPECTIVA Y PERSPECTIVAS 
DE LA SEGURIDAD NACIONAL 
EN MÉXICO 
 
 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
 
LICENCIADO EN CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 
PRESENTA 
 
GUILLERMO ALFREDO MARTÍNEZ GONZÁLEZ 
 
 
 
 
NAUCALPAN DE JUÁREZ, ESTADO DE MÉXICO 
 
 
 
ENERO DE 2009 
Agradecimientos 
 
A Dios, por darme todos los días una vida plena de bendiciones, de amigos y 
de experiencias enriquecedoras que me dan horizontes a alcanzar. 
 
A mis padres, Guillermo y Alicia. Con amor me enseñaron a seguir de ustedes 
su ejemplo de honestidad, trabajo, de búsqueda del conocimiento y la 
felicidad. 
 
Janet, amada Esposa. Gracias por tu orientación para hacer en lo personal y lo 
profesional mejores cosas. También por ser amiga, cómplice y tolerante 
compañera en estos fabulosos años junto a ti. 
 
A Jorge y a Yessica, mis hermanos, que siempre ven la vida con optimismo y 
serenidad. 
 
Ana Paula. Hija, anhelo que Dios te permita hacer por nuestro México muchas 
cosas hermosas con felicidad y sabiduría. 
 
A Alejandra Estrada. Amiga, Gracias por toda tu ayuda. 
 
A Arturo Montiel Rojas, por creer en mí y darme la oportunidad de aprender de 
usted y al mismo tiempo formar parte del gran equipo que somos los 
Mexiquenses. 
 
A todos aquellos que en el servicio público han sido guías, compañeros y 
amigos. 
 
Don Abraham Talavera López, donde quiera que se encuentre, Gracias por 
compartir conmigo su excepcional talento intelectual y político: “Porque algo 
está mal y hay que corregirlo”. 
 
 
 3
 
RETROSPECTIVA Y PERSPECTIVAS DE LA 
SEGURIDAD NACIONAL EN MÉXICO 
CONTENIDOS 
 
Introducción 
Método 
 
Capítulo I. La Seguridad Nacional: Concepto y Doctrina 
1. Origen del concepto de seguridad nacional: el realismo político 
2. Los conceptos de Seguridad Nacional 
3. Doctrina de Seguridad Nacional 
 a) Poder nacional 
 b) Objetivos nacionales permanentes y vitales 
 c) La vulnerabilidad de la Seguridad Nacional 
4. Seguridad Nacional y Seguridad Pública 
5. Seguridad Nacional y Defensa Nacional 
 
Capítulo II. Evolución de la Seguridad Nacional y la Inteligencia Política en 
México 
1. El siglo XX y el surgimiento de los órganos de inteligencia en México 
2. Transformación de la inteligencia política en México 
 a) Los Factores Externos: Segunda Guerra Mundial y Guerra Fría 
 b) Las Amenazas Internas 
3. La Inteligencia Política 
4. La Seguridad Nacional en los Planes Nacionales de Desarrollo 
5. Ley de Seguridad Nacional: El Reto de Construir un Futuro 
 
 
 
 
 
 
 
 
 4
Capítulo III. Los Retos Actuales y Futuros de la Seguridad Nacional en México 
a la luz de la globalización 
1. Las amenazas externas 
 a) Terrorismo: el nuevo flagelo mundial 
 b) Los atentados terroristas del siglo XXI 
 
2. Las amenazas internas 
 a) Gobernabilidad 
 b) Pobreza y marginación 
 c) Narcotráfico 
 
Conclusiones 
Fuentes de Consulta 
 
 5
INTRODUCCIÓN 
 
Actualmente, una de las preocupaciones más extendidas es, sin lugar a dudas, la 
seguridad de las personas y la seguridad de las naciones. Los gobiernos, los 
partidos políticos, las organizaciones no gubernamentales, los intelectuales y 
líderes de opinión, así como la población en general, se refieren a la seguridad 
como uno de los asuntos de mayor relevancia. 
 
La seguridad pública es entendida por la sociedad como la obligación y 
responsabilidad del Estado para garantizar la integridad física de las personas y de 
sus bienes materiales. Sin embargo, las estadísticas delictivas que se han 
registrado en el país durante los últimos años han llegado a límites que la sociedad 
hoy no está dispuesta a aceptar y demanda de los tres órdenes de gobierno, 
políticas y acciones concretas y eficaces para combatir los fenómenos delictivos en 
el corto y largo plazo. 
 
Esta investigación presenta un acercamiento del origen del Estado, como 
institución que tiene la función de proteger a sus ciudadanos, a su territorio y sus 
intereses políticos, económicos, sociales y culturales, dentro y fuera de sus 
fronteras. 
 
En el capitulo I, abordaremos el tema del origen de la seguridad nacional en la 
historia del mundo, así como algunos de los más importantes elementos de la 
doctrina de seguridad nacional: el poder nacional, sus objetivos permanentes, los 
objetivos vitales y los aspectos que hacen vulnerable al Estado, desde el aspecto 
de la seguridad nacional. Asimismo, se establecen las principales diferencias entre 
los conceptos de seguridad nacional, seguridad pública y defensa nacional. 
 
Para entender el concepto de seguridad nacional, es imprescindible mencionar las 
acepciones que sobre el mismo existen en otras naciones. También es necesario 
tomar en cuenta que el concepto moderno de seguridad nacional es resultado de 
las relaciones geopolíticas que en el siglo pasado siguieron al término de la 
segunda guerra mundial y a la llamada Guerra Fría. 
 
 6
El capítulo II tiene como finalidad el estudio de los antecedentes históricos sobre el 
concepto de seguridad nacional y los organismos que a partir del siglo XX 
mexicano han sido responsables de realizar las tareas de inteligencia en aras de 
garantizar la seguridad del Estado y de sus intereses. Al estudiar la problemática de 
la seguridad nacional, resulta fundamental hacer referencia a los ordenamientos 
jurídicos que la regulan y que obligan a la administración pública a darles 
seguimiento y cumplimiento. Por ello, el marco constitucional es elemento 
fundamental para comprender las relaciones entre las diversas instituciones 
encargadas de la seguridad nacional y la forma en las que éstas buscan identificar 
y solucionar las problemáticas que conforman su agenda. 
 
Los factores que garantizaron la estabilidad y modernización del país en el siglo XX 
se convirtieron también, en uno de los mayores obstáculos para el avance 
democrático. Hoy, en la agenda política y por lo tanto, en la agenda de seguridad 
nacional, se tiene que discutir sobre la protección de los intereses de los 
conglomerados que en el régimen del siglo pasado sostuvieron al gobierno, para 
terminar con las prácticas antidemocráticas que han asegurado su existencia. 
 
El gobierno de la República necesita deshacerse de esas prácticas, pero a la vez 
necesita de algunos de aliados en las áreas económico-empresariales, sindicales y 
políticas, para aplicar las reformas económicas, sociales y políticas que se 
requieren para aminorar de manera profunda la enorme desigualdad entre las 
clases sociales del país. 
 
En este trabajo se hará mención de algunos de los ejercicios de planeación, así 
como de los planes y programas que en la materia se han desarrollado durante las 
últimas décadas en México. Finalmente se hace referencia a la Ley de Seguridad 
Nacional que el Congreso aprobó y fue publicada en el Diario Oficial el 31 de enero 
de 2005, con la finalidad de construir políticas que permitan realizar de forma seria 
y definitiva una estrategia clara sobre la seguridad nacional y los servicios de 
inteligencia nacionales. 
 
 
 
 7
 
El tercer capítulo aborda algunos de los riesgos que en el mundo amenazan a la 
seguridad nacional de las naciones, desde el fin de la Guerra Fría. Presenta una 
semblanza de las amenazas internas y externas a las que los órganos 
responsables de la seguridad pública y de la seguridad nacional en nuestro país 
habrán de hacer frente durante los próximos años con la finalidad de garantizar la 
tranquilidad de los ciudadanos y la defensa de los intereses del Estado mexicano. 
 
La convivencia global de las sociedades de todo el mundo, enfrenta problemas 
comunes que van más allá de las fronteras. Las sociedades democráticas, abiertas 
y plurales, se enfrentan a flagelos que como bolas de nieve van creciendo: el 
narcotráfico, el tráfico de mujeres y de niños, el robo de autos,el contrabando de 
armas y el secuestro, son delitos de tal magnitud que han destruido la estabilidad, 
la paz y la seguridad mundial. Y lo más grave es que esas amenazas no han 
podido ser enfrentadas con las institucionales tradicionales del Estado. 
 
La creación de posibles escenarios y soluciones a las circunstancias que pudieran 
presentársele el Estado mexicano afectando la seguridad de la nación, requieren 
de respuestas rápidas y eficaces. Para ello es indispensable que los órganos que 
producen y analizan la información necesaria para la toma de decisiones 
relacionadas directamente con la seguridad del Estado cuenten con la capacidad y 
los medios necesarios para anticiparse a las posibles contingencias y amenazas y 
ofrezcan soluciones que eviten poner en riesgo los intereses de la nación. 
 
Por esa razón, ante el imperativo de construir prospectivas políticas, sociales y 
económicas relacionadas con el ámbito de la seguridad nacional, es momento de 
realizar una evaluación de las actuales estructuras que velan por la seguridad del 
país con la intención de conformar de una vez por todas, con objetivos 
permanentes consensuados entre los actores políticos y económicos, entre la 
sociedad y los intelectuales, entre las universidades públicas y privadas, y por 
supuesto con la participación de los medios de comunicación, y una visión de futuro 
que vaya más allá de periodos sexenales y de protagonismos, una verdadera 
Agenda Mexicana de Seguridad Nacional para el siglo XXI. 
 
 8
Es propósito de este trabajo el de dar a conocer al lector la forma y los 
instrumentos que utilizó el Estado mexicano para mantener la estabilidad social y 
lograr un crecimiento económico durante el siglo XX, pero además, hacerlo 
partícipe de la necesidad de pensar que el futuro requiere de decisiones que 
permitan generar políticas de largo plazo, que en su conjunto alimenten la 
posibilidad de elevar la competitividad mediante el acceso a educación de calidad, 
a información útil que permita tomar acciones de orden tecnológico y empresarial, 
así como medidas preventivas sobre el agotamiento de los recursos estratégicos, el 
medio ambiente y el calentamiento global; la proliferación de armas y el combate al 
narcotráfico. Todo lo anterior, adoptando también las medidas necesarias para el 
control poblacional y de los impactos de las crisis financieras. 
 
Por último, se presenta un capítulo de conclusiones en el que se busca retomar los 
planteamientos presentados a lo largo de la investigación y dar respuesta puntual a 
las preguntas de investigación. 
 
 9
MÉTODO 
 
La presente investigación parte de las siguientes preguntas de investigación: ¿Existe 
en México una definición de la Agenda de Seguridad Nacional que responda a las 
necesidades de los sectores políticos, económicos y sociales y culturales? ¿Cuenta 
nuestro país con una Agenda de Seguridad Nacional eficaz que de cara al futuro sea 
capaz de enfrentar las distintas amenazas al proyecto de nación? 
 
Durante el desarrollo de este trabajo, se pretende dar cuenta de cómo tanto en el 
pasado, como a la fecha, en México no se ha generado una Agenda de Seguridad 
Nacional eficaz, que esté estructurada con base en el proyecto político, económico, 
social y cultural determinado en el pacto constitucional, sino que sólo se ha diseñado 
para mantener los intereses de quienes detentan el poder político. 
 
Desde la perspectiva de la Ciencia Política, el estudio que realizamos parte de un 
análisis histórico y jurídico, lo que amplia nuestra visión y permite señalar que se 
trata esencialmente de un análisis de carácter deductivo. Se llevó a cabo una 
revisión bibliográfica y documental, para lo cual elaboramos fichas bibliográficas, 
cuadros sinópticos, matrices de doble entrada y mapas conceptuales que nos 
permitieron tener mayor claridad para elaborar nuestra investigación. 
 
Si bien es cierto que observamos un distanciamiento enorme entre la normatividad y 
la realidad, es decir, entre el deber ser y el ser, no es menos cierto que esa 
normatividad establece los cauces por los que el país ha de conducirse, si quiere 
ubicarse en el plano de una auténtica democracia. 
 
La precisión del significado de conceptos como los de seguridad nacional, seguridad 
pública o defensa nacional, nos permite contar con herramientas fundamentales 
para el análisis teórico, pero fundamentalmente para el diseño de políticas públicas, 
con una visión de la seguridad nacional que entrelaza los objetivos nacionales de 
desarrollo integral con la paz y la seguridad del Estado y de su población. 
 
 10
CAPÍTULO PRIMERO 
LA SEGURIDAD NACIONAL: DOCTRINA Y CONCEPTO 
 
1. Origen del concepto de seguridad nacional: el realismo político 
A lo largo de la historia el concepto más aceptado de la seguridad nacional había 
sido aquel que tradicionalmente se enfocaba a la constante competencia entre 
Estados, o entre bloques de Estados, en donde se buscaba hacer prevalecer sobre 
los más débiles la supremacía política y económica de aquellos más poderosos. 
 
Esta definición visualizó durante siglos a la seguridad nacional, como un instrumento 
para enfrentar la amenaza a las fronteras y a un gobierno, en un territorio 
determinado, por lo que en términos políticos y militares, hablar de seguridad 
nacional y de soberanía era hablar de conceptos íntimamente relacionados entre sí. 
 
En su origen la seguridad nacional como concepto se encontraba ligada a la 
seguridad internacional en el sentido de que las principales amenazas a la seguridad 
nacional se originaban en la relación con otros Estados. La verdadera amenaza a la 
seguridad nacional de un Estado era que otros Estados quisieran apropiarse de su 
territorio y de las riquezas existentes en él. 
 
En el año de 1648, con el Tratado de Westfalia, nace el Estado, cuando los 
territorios dejan de estar bajo el control de los señores feudales y se le cede el 
control de los territorios a una autoridad denominada rey, con el beneplácito de la 
Iglesia. En ese entonces surge una relación entre el soberano o rey y los súbditos 
que era la población asentada en ese territorio y que tenía la responsabilidad de 
servir al rey por Derecho Divino. El rey era elegido por Dios para decidir sobre el 
territorio y su gente, en donde el territorio era propiedad del soberano y, por lo tanto, 
la defensa del territorio equivalía a la defensa de la propiedad del rey o soberano; 
entonces la defensa del territorio y la defensa del soberano significaban 
exactamente lo mismo: defensa de la soberanía. 
 
 
 
 
 11
Es decir, que la defensa de los derechos de propiedad del rey equivalía a la defensa 
del territorio y a la defensa de la soberanía. Así, las amenazas al rey (el soberano) y 
a su territorio se convertían en amenazas a la seguridad nacional. En esos años, las 
principales amenazas a la seguridad nacional eran internacionales por naturaleza, 
los Estados ambicionaban los territorios de otros Estados porque entre mayor fuera 
el territorio gobernado por un rey, mayor era su poder en relación con otros Estados. 
Por ello, para defender el interés nacional y para aumentar o mantener el poderío de 
un Estado se tenía que defender el territorio original y los territorios conquistados. 
 
Esa concepción clásica de la seguridad nacional se denominó históricamente 
Realismo Político, punto de partida de la mayoría de las políticas de la seguridad 
nacional a lo largo de la historia de las naciones. 
 
Para los internacionalistas y los estudiosos del tema, los principales componentes 
del Realismo Político son: 
 
1. Teoría pesimista; que aduce que en todo momento existe el riesgo del Estado a 
sufrir amenazas externas. 
 
2. Asume que el sistema internacional es anárquico. 
 
3. Existe una lucha constante por el poder entre las naciones. 
 
4. El sistema internacional es de “suma cero”, lo cual significa que siun Estado tiene 
más poder, lo obtuvo a expensas de otro Estado. 
 
5. Los países se preocupan por las ganancias relativas. En otras palabras, qué tan 
poderosos son en relación con otros Estados. 
 
6. La seguridad es un recurso limitado. Si un Estado la tiene, otros no. 
 
Con base en estos componentes es que se formuló la definición clásica de 
seguridad nacional: la defensa del territorio y de la soberanía. 
 12
Por ello, en realidad, la seguridad nacional ha implicado componentes internos y 
externos. El sistema interestatal y el orden internacional que emergieron con el 
modelo de Westfalia, cuya vigencia práctica se extiende de 1648 a 1945, implicó que 
el dilema de seguridad que debían enfrentar los distintos estados tenía componentes 
externos e internos y, por tanto, las amenazas y riesgos podían provenir tanto de 
grupos ubicados dentro de sus propias sociedades y acotamientos territoriales, 
como de otros miembros o unidades del propio sistema interestatal. De tal forma, es 
claro que desde sus orígenes las preocupaciones por la seguridad estatal no sólo se 
refieren a las amenazas externas que ponen en riesgo la existencia soberana de un 
Estado –verbigracia invasiones militares- sino también a factores internos: 
individuos, grupos y situaciones problemáticas, que desafían su capacidad para 
gobernar.1 
 
No obstante, el concepto de seguridad nacional tiene raíces en escritos de los 
seguidores de la escuela realista como Hans Morgenthau o en definiciones como las 
de Walter Lippmann: “Una nación está segura cuando no tiene que sacrificar sus 
legítimos intereses para evitar la guerra y cuando es capaz, si fuera necesario, de 
mantenerlos a través de la guerra.”2 
 
Lo que en otras palabras quiere decir que la seguridad nacional es la seguridad del 
Estado y está protegida por la capacidad del mismo de resistir una invasión 
extranjera. Ante esta visión el Estado (o gobierno nacional) es quien proporciona 
seguridad a la colectividad, a la nación o la sociedad. Esta visión supone que el 
propósito específico de la acción del Estado es la protección de los legítimos 
intereses nacionales, considerando que las amenazas a los intereses nacionales 
emanan de acciones políticas de otros, que por su parte, están actuando para 
proteger lo que consideran como sus propios intereses legítimos. 
 
 
 
 
1 Véase el trabajo de Ricardo Márquez Blas, Estado, seguridad nacional y cooperación multinacional ,en 
Revista de Administración Pública, Instituto Nacional de Administración Pública, Número 101, Los Servicios de 
Inteligencia en el Nuevo Siglo, México, 2000. p. 170. 
 
2 Cfr. Walter Lippmann. US Foreign Policy: Shield of the Republic. Boston, MA, Little, Brown, 1943. 
 13
De acuerdo con la concepción del realismo, las normas morales no se aplican a los 
Estados, que en cambio deben estar exclusivamente orientados por la atención al 
interés nacional. Para los realistas, en la formación del Estado hay alguna peculiar 
alquimia que hace que éste sea más que un colectivo compuesto de individuos, un 
tipo de entidad superior y diferente que va más allá de las limitaciones aplicables a 
los individuos. Según la concepción realista, la guerra está justificada cuando sirve al 
interés nacional, e injustificada cuando va en contra del interés nacional. Los 
intereses de los demás Estados o naciones se consideran bastante irrelevantes, 
excepto de manera instrumental. Pero al igual que normalmente no se permite a los 
individuos ignorar los intereses de los demás, también se exige a los Estados dar 
alguna importancia a los intereses de otros Estados (o más bien, a los intereses de 
las poblaciones de otros Estados). Sin embargo, no parece plausible suponer que se 
exige una perfecta imparcialidad a los Estados, es decir, dar tanta importancia a los 
intereses de las poblaciones de otros Estados como a los de sus propios 
ciudadanos. Sigue siendo un problema no resuelto de la teoría moral determinar en 
qué condiciones y en qué medida un Estado tiene derecho a otorgar prioridad a sus 
propios intereses por encima de otros Estados o grupos nacionales. 3 
 
Cuando poco más de un siglo después, al término de la Revolución Francesa, en el 
año de 1789, nace el Estado Nación Moderno, se modifica la definición clásica 
mencionada líneas arriba. Las personas dejan de ser súbditos, obtienen la categoría 
de ciudadanos y adquieren derechos y obligaciones ante la autoridad que conforma 
el Estado. Por su parte, el Estado está obligado a generar las condiciones para que 
la población viva de manera armónica con base en una serie de normas y acuerdos 
de observancia general, que protegen a toda la población y en donde el Estado 
surge para defender los intereses del bien común en un territorio en el que convive 
una nación o varias naciones. 
 
 
 
 
 
3 Jeff McMahan “Guerra y Paz” en Compendio de Ética. Meter Singer, Ed. Alianza Editorial, Madrid, 1995. 
Capítulo 34, p. 521-538 
 
 14
Los ciudadanos entonces asumen de manera voluntaria la obligación de aportar su 
esfuerzo al bien común, al Estado y ya no a un rey, por lo que la soberanía es 
compartida. En este momento el realismo aún caracterizaba a las relaciones 
internacionales, lo que significa que las principales amenazas a la seguridad 
nacional seguían siendo los intereses de otros Estados. Sin embargo, la Revolución 
Francesa introduce una nueva clase de amenaza a la seguridad nacional, una 
amenaza que proviene del interior del Estado Nación: los contrarrevolucionarios que 
buscaban la restauración del viejo orden monárquico. 
 
Durante los siglos XIX y XX la forma de hacer la guerra entre las naciones se ve 
modificada por el impacto de la Revolución Industrial y la primera experiencia 
negativa al respecto fue el resultado de la Primera Guerra Mundial: 10 millones de 
muertos, 5 imperios destruidos y un triunfo que no satisfizo a ningún ejército. Por 
primera vez en la historia nadie gana una guerra. 
 
El resultado tiene implicaciones importantes con respecto a la teoría del realismo; 
bajo el realismo alguien debe ganar y por lo tanto debe haber un perdedor y sin 
embargo en la Primera Guerra Mundial todas las partes involucradas perdieron. 
 
Las implicaciones para la visión realista se trasforman: el argumento de la Suma 
Cero se modifica y da como resultado una Suma Negativa. La segunda implicación 
de importancia es que la búsqueda de territorio terminó significando menor poder 
para las naciones involucradas, lo cual es de hacer notar pues los realistas 
argumentaban que la obtención de mayor territorio equivale a mayor poder y esa 
experiencia demostró que el argumento no era del todo válido. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 15
Existe un acontecimiento que le da a la visión del realismo una connotación 
diferente: el caso de Rusia y la Revolución Bolchevique, en el que la amenaza a la 
seguridad nacional es exclusivamente interna. Ante la dimensión de la amenaza 
bolchevique para el Estado Ruso gobernado por Lenin, éste tuvo la intención de 
firmar un Tratado de Paz con Alemania en 1917 en el cual Rusia cedía a los 
alemanes el 30 por ciento de su territorio a cambio de contar con el apoyo alemán 
para exportar la Revolución Marxista. Lenin decidió que sacrificaría la seguridad 
nacional tradicional en busca de estabilidad interna, evitando el avance de los 
bolcheviques. 
 
Ese acontecimiento, finalmente frustrado por el asesinato de Lenin a manos de 
patriotas rusos, significó una nueva interpretación a la definición de los realistas: La 
definición del concepto de seguridad nacional depende del gobernante y de cuáles 
son sus intereses. 
 
2. Los Conceptos de Seguridad Nacional 
 
Quienes tenemos interés por el acontecer político de nuestro país y revisamos de 
manera cotidiana las declaraciones de los legisladores o delos líderes de opinión 
que no encuentran solución por parte del gobierno a muchos de los problemas que 
enfrenta la sociedad mexicana, encontramos que muchas veces estas expresiones 
tienden a ubicar los problemas no resueltos en el ámbito de la seguridad nacional. 
 
Muchos actores políticos, que en su mayoría desconocen qué es la seguridad 
nacional, cuando son incapaces de ubicar y resolver determinadas políticas públicas 
o algunos problemas sociales, suelen catalogar tales situaciones como “amenazas a 
la seguridad nacional”. 
 
Es importante, sin embargo, definir con precisión cuándo estamos en presencia de 
un problema que no se ha resuelto por incapacidad social, económica o política, y en 
qué casos se trata en realidad de un asunto de seguridad nacional. 
 
 
 
 16
La mayor parte de las veces de manera ideal- la sociedad busca solucionar sus 
conflictos en su interior, evitando la injerencia de los gobiernos. Para poder resolver 
sus conflictos es necesario que la comunidad posea varias características, como una 
cultura para resolver problemas de manera participativa, generalmente una 
institución fuerte, como la iglesia, que actúe como mediador entre los intereses de 
los grupos y los individuos, así como una tradición de respeto y tolerancia. Así se 
resuelven las más de las veces los conflictos básicos en las comunidades de todo el 
mundo. 
 
Sin embargo, generalmente las comunidades, por más tolerancia que promuevan, 
tienen problemas y asuntos que sencillamente no pueden resolver solas. Por su 
naturaleza o por su magnitud, la solución del conflicto eventualmente cae en el 
ámbito político, en donde el gobierno juega un papel importante. En este nivel el 
gobierno es quien promueve la solución de los conflictos entre los ciudadanos, 
utilizando para ello el consenso, los mecanismos diplomáticos, las reglas del juego –
que son las leyes- y el Estado de Derecho. Pensando en un mundo ideal, una de las 
funciones principales de todo gobierno es resolver y prevenir los conflictos, de 
manera que no se conviertan en un problema que origine inestabilidad social.4 
 
En este ámbito los problemas pueden tener carácter nacional o requerir un consenso 
de los diferentes actores políticos. Cuando el gobierno no puede resolverlos ni de 
manera consensuada o con la observancia de la Ley, los problemas se van 
agravando, y para resolverlos el Estado debe tomar decisiones dentro del ámbito de 
la seguridad pública o de la seguridad nacional. Para esto todos los Estados tienen 
en su sistema de justicia mecanismos de represión que utilizan para someter a los 
individuos o a los grupos que no respetan el Estado de Derecho y violan las leyes. 
La solución de un problema en este ámbito ya implica cierta gravedad pues se está 
violando una o varias leyes. Esa es la última instancia en la que las democracias 
resuelven los conflictos graves, sin alterar el Estado de Derecho, aunque se recurra 
a mecanismos represivos que pueden incluir el uso de la fuerza pública, autorizada 
para intervenir en la vida privada de las personas y obtener la información necesaria. 
 
 
4 Ana María Salazar. Seguridad Nacional Hoy: El Reto de las Democracias. Ed. Aguilar, México, 2002. p. 63 
y 64. 
 17
Cuando los problemas son tan evidentes que ponen en riesgo el bienestar o el futuro 
del país, adquieren prioridad sobre las demás dificultades que enfrenta el Estado. Es 
muy importante dejar en claro que no todos los problemas de seguridad pública se 
convierten en problemas de seguridad nacional. 
 
Cuando un problema cae en el ámbito de la seguridad nacional, quiere decir que el 
Estado y la sociedad fracasaron en sus políticas e intentos anteriores para 
resolverlo, y es entonces que las soluciones contemplarán medidas excepcionales. 
Cuando un Estado decide incluir un problema en sus estrategias de seguridad 
nacional, le da prioridad sobre todos los demás problemas que enfrenta el país. De 
no actuar de esta forma, el Estado enfrentaría consecuencias, como amenazas a la 
integridad de los ciudadanos, degradación general de su calidad de vida e incluso 
desaparición del Estado.5 
 
El término de seguridad nacional, a raíz de los acontecimientos del 11 de septiembre 
de 2001 en la ciudad de Nueva York, es un término que se ha hecho universal para 
el ciudadano común que ha cobrado conciencia ante el cambio reciente del tipo de 
amenazas a las que está expuesto y por las transiciones hacia la democracia que 
tienen lugar en todo el orbe. 
 
Lo complicado de este replanteamiento es que de manera general, la seguridad 
nacional no ha sido un tema de debate en nuestro país, y excepto para el Poder 
Ejecutivo y para los organismos de seguridad e inteligencia, para el resto de la 
sociedad mexicana es muchas veces un misterio. Por ejemplo, cuando se habla en 
los medios de comunicación de seguridad nacional por alguna declaración de algún 
personaje de la política, algunas personas piensan en amenazas provenientes del 
exterior, como la invasión de un ejército extranjero y el peligro para la vida de los 
ciudadanos, los objetivos y la existencia del Estado. Muchos otros se remiten al 
mundo del séptimo arte y a la visión de espías y soldados, y les viene a la mente el 
célebre James Bond. Para otros, representa la amenaza del comunismo al mundo 
libre desde Cuba y la estrategia militar norteamericana hacia el resto del continente. 
 
 
5 Ibid. 
 18
Para muchos otros mexicanos –quizás para la mayoría- el concepto de seguridad 
nacional está relacionado con una larga lista de problemas que afectan al país, así 
como promesas o exigencias de los políticos para encontrarles soluciones. 
 
Para comprender lo que en cada país o en cada región del mundo se define como 
seguridad nacional, es importante saber qué es lo que en esos países consideran 
importante defender. Por ello podemos encontrar diversas orientaciones de 
seguridad nacional que se han adaptado dependiendo de la época en que se vive, el 
lugar del mundo en que se viva y la historia particular del país donde se ha nacido o 
donde se ha crecido. 
 
Las distintas interpretaciones que a lo largo del mundo se tienen sobre la seguridad 
nacional son abordadas por políticos, economistas, sociólogos, intelectuales y 
militares al interior de los Estados que componen a la comunidad internacional. Esta 
pluralidad de pensamientos y de posiciones ideológicas, irremediablemente 
producen confusión al pretender explicar, entender y operar la seguridad nacional. 
 
A continuación se intentará abordar la visión sobre el concepto de seguridad 
nacional, que nos presentan algunos especialistas que coinciden de entrada, en que 
la idea de seguridad nacional se expresa como la defensa de los intereses y valores 
de una nación. 
 
Sam Sarkesian la define así: 
 
“Seguridad Nacional es la confianza que tiene la gran mayoría de las 
personas de una nación de que ésta tenga la capacidad militar y las 
políticas efectivas para prevenir que sus adversarios usen la fuerza 
para impedir que la nación procure sus intereses.” 6 
 
 
 
 
 
6 Sam Sarkesian. U.S. National Security: Policymakers, Proceses and Politics, Boulder Lynne, Reinner 
Publishers, EUA, 1995. 
 19
La seguridad nacional para Richard Smoke es: 
 
“El estudio de los problemas de seguridad que enfrentan las 
naciones, de las políticas y programas por medio de las cuales estos 
problemas son tratados, y también de los procesos gubernamentales 
a través de los cuales las políticas y programas son realizados.” 7 
 
Gabriel Regino la define como: “La acción del Estado destinada a garantizar la 
consecución y la salvaguarda de los objetivos nacionales, a pesar de los 
antagonismos internos o externos que existan o que puedan existir”.8 
 
Por su parte,Gabriel Holzmann, expone que: “la seguridad nacional integra todos los 
ámbitos de preocupación del Estado moderno coordinando los esfuerzos para 
establecer las condiciones de seguridad necesarias para la obtención de los fines 
del Estado, de acuerdo con los intereses nacionales y los objetivos permanentes”.9 
 
El General Gerardo Clemente Ricardo Vega García, quien ocupó el cargo de 
Secretario de la Defensa Nacional en nuestro país, define a la seguridad nacional 
como: “La condición de pensamiento y acción del Estado, por la cual una sociedad 
organizada, en el entorno del derecho, obtiene y preserva sus objetivos 
nacionales”.10 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7 Richard Smoke. National Security and the Nuclear Dilema, New York Random Howse, 1987, EUA, p. 454. 
8 Gabriel Regino. “Seguridad Pública o Seguridad Nacional”, www.derechos.org/nizkor/doc/artículos/regino1, 
p.2. 
9 Gabriel Holzmann. La Seguridad en la Sociedad Moderna. Un nuevo Desafío en el Ámbito de lo Público y 
lo Privado, en Revista Ser, Número 10, Chile, 1999. p.25 
10 Véase la obra de Gerardo Vega García, Seguridad Nacional, Concepto, Organización, Método, Secretaría 
de la Defensa Nacional, México, 1998, p. 78. 
 20
El Colegio de la Defensa Nacional, especializado en estudios sobre seguridad 
nacional, a su vez, la define como: “la condición permanente de libertad, paz y 
justicia social que, dentro de un marco institucional y de derecho procuran los 
Poderes de la Federación, mediante acciones políticas, sociales, económicas y 
militares, tendientes a equilibrar dinámicamente las aspiraciones y los intereses de 
los diversos sectores de la población y del propio país. En el ámbito internacional, 
salvaguardando la integridad territorial y ejerciendo la soberanía e independencia”.11 
 
El doctor Leonardo Curzio, define a la seguridad nacional como: “La condición 
imprescindible para el desarrollo integral del país basada en la preservación de la 
soberanía e independencia nacionales, manteniendo el orden constitucional, la 
protección de los derechos de sus habitantes y la defensa de su territorio”.12 
 
Como se ha tratado de explicar, el concepto de seguridad nacional se desplaza por 
una amplia gama de significados, elementos y circunstancias, que como he 
mencionado, tiene mucho que ver con el lugar desde donde se estudie, el interés 
para hacerlo y por supuesto el momento histórico desde el cual se aborde, por lo 
que, la complejidad de escenarios que se tienen que prever dificultan una significado 
homogéneo. 
 
Actualmente, considero se deben tomar en cuenta tres elementos para enriquecer 
un debate constructivo sobre el concepto de seguridad nacional que podemos 
aplicar al contexto mexicano actual: 
 
1. El fin de la Guerra Fría 
2. La alternancia política en la democracia y 
3. El concepto relativo de soberanía en un mundo globalizado 
 
 
 
 
 
11 Colegio de la Defensa Nacional, Glosario de Términos, México, 1999, p. 42. 
12 Véase el trabajo de Leonardo Curzio, “La Seguridad en México: Balances y Perspectivas”, en Revista de 
Administración Pública, Instituto Nacional de Administración Pública, Número 98, Seguridad Nacional, México, 
1998. p. 23 y 24. 
 21
Por todo lo anterior, podemos decir que para los mexicanos, el plano conceptual de 
la seguridad nacional tiene que estar vinculado con el desarrollo integral de la 
nación; sin embargo, es evidente la necesidad de articular todas las circunstancias y 
aspectos que el Estado Mexicano debe observar para diseñar, en un futuro 
cercano, una adecuada política de seguridad nacional para el siglo XXI. 
 
La agenda de riesgos y amenazas a la seguridad nacional tiene que ser estructurada 
con base en elementos que afectan los objetivos nacionales o internacionales de 
manera permanente. 
 
3. Doctrina de Seguridad Nacional. 
 
Ante una eventual situación de riesgo o una amenaza a la seguridad de una Nación, 
cualquier gobierno debe reaccionar de acuerdo con las estrategias de los órganos 
políticos y de inteligencia, tomando como base una Doctrina Nacional. Dicha 
Doctrina debe sustentarse en los principios fundamentales del Estado respectivo. 
 
La doctrina no sólo emplea un lenguaje homogéneo y hace previsible la acción del 
Estado, sino también consigue reducir el ámbito subjetivo del gobierno para hacerle 
frente a cualquier amenaza o riesgo y lo obliga a conducirse bajo la política de 
seguridad nacional.13 
 
José Thiago Cintra, destacado estudioso del sistema internacional e investigador del 
Colegio de México, definió a la Doctrina de Seguridad Nacional como: “El conjunto 
de conceptos, normas, métodos, procesos y valores que permitan una 
sistematización de los estudios, con una formulación y posibles desdoblamientos de 
la Política Nacional de Seguridad”.14 
 
 
 
 
 
13 Leonardo Curzio. Op. Cit. 
14 Véase a José Thiago Cintra. Seguridad Nacional, Poder Nacional y Desarrollo, Cuadernos de Trabajo del 
Diplomado en Análisis Político, CISEN, Secretaría de Gobernación, 1991, p. 54. 
 22
Por su parte, Ricardo Márquez, en su artículo publicado en la edición especial sobre 
Seguridad Nacional de la Revista de Administración Pública, establece que: “La 
doctrina de seguridad nacional consiste en una postura nacional basada en 
aquellos principios que descansan sobre los valores nacionales fundamentales”.15 
 
Para el General Gerardo Vega García, uno de los estudiosos más reconocidos en 
materia de seguridad nacional en nuestro país, la doctrina de seguridad nacional es: 
 
“El conjunto sistematizado de principios que en forma permanente, 
coordinada y dinámica orientará las acciones y recursos nacionales 
para afrontar las amenazas y presiones en la consecución de los 
objetivos nacionales”.16 
 
Vega García afirma que la doctrina de seguridad nacional del Estado descansa en 
los siguientes fundamentos: 
 
1. Objetivos Nacionales Permanentes y Coyunturales. 
2. El marco del derecho que a través de la Constitución Política rige y norma las 
acciones de la nación. 
3. Los Principios de Política Exterior. 
4. El Desarrollo de la Inteligencia de Seguridad Nacional. 
5. El Poder Nacional. 
 
El especialista miembro del Colegio de la Defensa Nacional, expone que estos 
principios deben constituir los medios por los que el Estado oriente sus acciones, las 
cuales deben ser dinámicas, para responder a las diferentes contingencias que 
puedan afectar a la seguridad; flexibles para adecuarse al mayor espectro de 
situaciones políticas, económicas, sociales y militares; así como permanentes en el 
tiempo y el espacio donde deben operar; pero sobre todo, ser capaces de hacer 
frente a las amenazas. 17 
 
 
15 Ricardo Márquez. “Esferas de Seguridad y Linderos del Corazón de las Tinieblas”, en la Revista de 
Administración Pública, número 98, 1999, p. 37. 
16 Gerardo Vega García, Op. Cit., pág. 160. 
17 Ibidem, pág. 114. 
 23
Una vez mencionados algunos de los conceptos sobre doctrina de seguridad 
nacional, se habrán de abordar otras visiones que ejemplifican de manera precisa 
cómo es que puede variar la doctrina de seguridad nacional para naciones y 
regiones distintas. 
 
La especialista en derecho internacional y en temas de seguridad nacional, Ana 
María Salazar, afirma que de acuerdo con los diversos intereses que definen a la 
doctrina de seguridad nacional, se pueden encontrar cuatro doctrinas de seguridad 
nacional que representan cuatro formas de vida diferentes. 
 
En primer lugar tenemos el caso de México, país cuyos principios de política exterior 
buscan proteger la autonomía del Estado del resto de las naciones, por lo que el 
concepto de seguridad nacional mencionado en el apartado anterior por el Dr. 
Leonardo Curzio, refleja másel interés nacional que el internacional. 
 
En segundo lugar, existe una perspectiva diametralmente opuesta a la visión 
mexicana. Se trata de la doctrina de un país cuya historia se ha caracterizado por la 
gran ausencia de conflictos bélicos importantes tanto al interior como hacia el 
exterior. Un Estado cuyo fin principal es mantener el nivel de desarrollo económico 
que ha alcanzado, por lo que su principal preocupación es cuidar los mercados a los 
que sus productos tienen acceso. Se trata del Canadá, nación que ha creado el 
concepto de seguridad humana, entendida como las políticas destinadas a lograr el 
mejoramiento de la calidad de vida de la población, nación para la cual, su seguridad 
nacional se define por la estabilidad económica de los demás países. 
 
En tercer lugar se encuentran las naciones que han actuado de manera directa en 
conflictos bélicos de gran magnitud, como las dos Guerras Mundiales y la Guerra 
Fría. En este grupo se ubican los Estados Unidos de Norteamérica y la mayoría de 
los países europeos. Para ellos, su definición de seguridad nacional está orientada 
casi completamente a las agresiones armadas externas, en virtud de que 
históricamente sus territorios han sufrido graves amenazas. Por ello dedican 
enormes cantidades de recursos a desarrollar tecnología militar de punta y firmar 
toda clase de tratados para evitar la proliferación de armas de destrucción masiva 
(nucleares y químico-biológicas), al tiempo que fomentan la cooperación entre sus 
 24
aparatos de defensa, sin descuidar el bienestar de sus ciudadanos. En este caso se 
trata de una definición de doctrina de seguridad nacional que coloca los problemas 
globales y locales entre los intereses nacionales. 
 
Finalmente, se tiene el modelo de seguridad democrática seguido por los países 
centroamericanos. Durante el periodo de la Guerra Fría estos países fueron víctimas 
del enfrentamiento de las dos grandes potencias y terreno de disputa para sus 
diferencias. Por lo mismo diseñaron un concepto de seguridad nacional que los 
protegiera de la intromisión de las dos superpotencias en sus políticas nacionales, 
de ahí que definen su seguridad como la necesidad de enfocarse en la búsqueda de 
la democracia y el fortalecimiento de sus instituciones y el Estado de Derecho. Este 
modelo tiene su razón de ser en el respeto, promoción y tutela de los derechos 
humanos mediante la creación de condiciones que permitan el desarrollo personal, 
familiar y social en paz, libertad y democracia.18 
 
a) Poder Nacional 
 
El Poder Nacional hace referencia a los recursos materiales y humanos con los que 
cuenta una nación para hacer frente a las eventualidades y situaciones fortuitas. 
Este poder se manifiesta en todos los ámbitos de acción del gobierno. En síntesis, 
es la capacidad del gobierno para actuar en cualquier ámbito de acción para lograr 
sus objetivos nacionales. 
 
Thiago Cintra define el Poder Nacional como: “El conjunto de los medios de todo tipo 
que dispone la nación y que son accionados por la voluntad nacional con la finalidad 
de lograr conquistar y mantener, interna y externamente, los objetivos nacionales”.19 
Del mismo modo, establece que el Poder Nacional se manifiesta en todos las 
expresiones del poder, para fortalecerse y ser el apoyo principal de la Seguridad 
Nacional, mediante tres formas de expresiones: 
 
 
 
 
18 Cfr. Ana María Salazar. Op. Cit., p. 83 y 84. 
19 Thiago Cintra, Op. Cit., p. 2. 
 25
a) La Expresión Política, sostenida por una legitimidad y dinamismo de instituciones 
fundadas en una legislación adecuada. 
 
b) La Expresión Psicosocial, que representa una población integrada en un ambiente 
cuyas instituciones sociales se caractericen por sus valores morales y éticos. 
 
c) La Expresión Económica, que le ofrece a la nación los recursos necesarios para 
un eficaz desempeño en el plan interno, aunado a un desempeño soberano en el 
nivel internacional. En lo sustantivo se refiere a los recursos humanos, territoriales, 
hidráulicos, energéticos, metalúrgicos, forestales y pesqueros, así como a la 
producción y distribución de la riqueza; y 
 
d) La Expresión Militar, afianzada en el fortalecimiento de las tres expresiones y 
capaz de actuar con rapidez, eficiencia y eficacia ante los antagonismos o presiones 
que puedan justificar el uso violento del Poder Nacional. Infraestructura capaz de 
enfrentar a un enemigo y la habilidad, valentía y heroísmo de las fuerzas armadas 
para defender la soberanía e integridad del territorio.20 
 
Dicho claramente, el Poder Nacional es todo aquello que de manera inherente forma 
a una nación. El territorio en el que se asienta la población de un país determinado, 
su forma social de organización en torno a las leyes y un gobierno que armonice y 
represente a ese tejido social. 
 
Como el propio concepto lo refiere, el Poder Nacional es la suma de sus habitantes, 
sus actividades socio-políticas y económicas y por su supuesto, las fuerzas de 
seguridad y militares. Cada uno de estos elementos constituye una entidad en sí 
misma pero se relaciona con los otros, y juntos marcan en torno a su específica 
Doctrina de Seguridad Nacional, la fuerza aglutinadora que les da fortaleza, tanto en 
el aspecto interno, como en el ámbito de las relaciones internacionales. 
 
 
 
20 Ibid., p. 41; véase también a López Valdez, Luis, Un enfoque jurídico político de la importancia de la 
seguridad nacional en los Estados Unidos Mexicanos, México, Tesis para obtener la Licenciatura en Derecho, 
Universidad Anáhuac, 2000, p. 36-39. 
 26
Por estas razones, 
 
 “la seguridad nacional debe ser considerada como una condición que 
incluye una multitud de acciones en los diferentes campos o frentes de 
acción de un Estado, para garantizar el desarrollo equilibrado del 
mismo, de donde seguridad nacional es un componente de igual valor 
y dimensión que el desarrollo nacional; uno y otro dependen de sí 
mismos, no pueden existir en forma aislada, sin desarrollo no habrá 
seguridad, sin seguridad no se tiene desarrollo.”21 
 
 
b) Objetivos nacionales permanentes y objetivos vitales. 
 
Objetivos nacionales permanentes 
Los objetivos nacionales recogen la suma de las aspiraciones e intereses de 
cualquier nación. Establecen las líneas de acción tanto en el ámbito nacional como 
en el internacional y orientan la aplicación de los esfuerzos y los recursos nacionales 
para su logro. 
 
Como su nombre lo indica, estos objetivos son imprescindibles para una nación y 
por lo tanto, son irrenunciables, pues surgen del pueblo para plasmar las 
aspiraciones de la nación, en donde éste delega su poder al Estado, estableciéndole 
los términos y objetivos precisos a cumplir. 
 
Podemos decir que los objetivos nacionales conjugan los intereses y aspiraciones de 
un Estado para mantener sus fines.22 
 
Por lo tanto, el conjunto de objetivos permanentes plasmados en la Constitución 
General de la República se convierten en el cimiento legítimo del poder del Estado. 
Por otra parte, los objetivos permanentes cumplen la función de plasmar las 
aspiraciones de la nación. El carácter aspiracional de cualquier objetivo le confiere a 
éste una función cardinal (de orientación) de la vida nacional y la acción del Estado. 
 
21 Gerardo Vega García, Op. Cit., p. 5 y 6. 
22 Ibid., p. 43 y 44. 
 27
En definitiva, los objetivos nacionales permanentes, que sumados se convierten en 
el proyecto nacional, son a la vez la explicación del origen de una comunidad 
nacional erigida en Estado nación y a la vez, en su destino.23 
 
Los objetivos del proyecto nacional están establecidos en la Constitución Política de 
los Estados Unidos Mexicanos, en los artículos 2o; 25; 26; 27; 28; 29; 39; 40; 41; 
42; 43 y en elartículo 89, fracción X.24 
 
El artículo 2o. establece que la nación mexicana es única e indivisible. 
 
El artículo 25 le otorga al Estado mexicano la rectoría del desarrollo nacional de 
forma integral y sustentable para garantizar que éste fortalezca la soberanía de la 
nación y el régimen democrático, para que mediante el fomento del crecimiento 
económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y de la riqueza, 
permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y 
clases sociales. 
 
El mismo artículo le reserva al Estado la planeación y la conducción de la actividad 
económica nacional de acuerdo con el interés general, reservándole al sector 
público las áreas estratégicas y a los particulares y al sector social, contribuir al 
desarrollo económico nacional en la producción, distribución y consumo de bienes y 
servicios socialmente necesarios. 
 
En el artículo 26 le reserva al Estado la organización de un sistema de planeación 
democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, permanencia y equidad al 
crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política 
social y cultural de la nación. 
 
 
 
 
 
 
23 Leonardo Curzio. Op. Cit. p. 13 
24 V., Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, texto vigente, 2008. 
 28
El artículo 27 Constitucional establece que “la propiedad de las tierras y aguas 
comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponden a la nación, 
la cual puede transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la 
propiedad privada”. También establece, entre otras cosas, que le puede imponer a la 
propiedad privada las modalidades que dicte el interés público. Que todos los 
recursos naturales de cualquier tipo sobre el territorio nacional y hasta los límites 
que marque el derecho internacional, son propiedad de la nación. 
 
Los monopolios y las prácticas monopólicas están prohibidos por el artículo 28, que 
prohíbe toda concentración o acaparamiento de artículos de consumo necesario. 
Asimismo, le reserva al Estado el ejercicio exclusivo de las siguientes áreas 
estratégicas: correos, telégrafos y radiotelegrafía; petróleo y los demás 
hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radioactivos y generación de energía 
nuclear; electricidad y las actividades que expresamente señalen las leyes que 
expida el Congreso de la Unión. La comunicación vía satélite y los ferrocarriles son 
áreas prioritarias para el desarrollo nacional en los términos del artículo 25 
Constitucional; por lo que al ejercer el Estado su rectoría en ellas, protegerá la 
seguridad y soberanía de la nación. También establece que el Estado tendrá un 
Banco Central que ejercerá de manera estratégica la acuñación de moneda y la 
emisión de billetes y que en coordinación con las autoridades competentes, regulará 
los cambios, así como la intermediación y los servicios financieros. 
 
Un artículo constitucional que menciona de manera tácita el riesgo de amenazas a la 
soberanía, de perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a 
la sociedad en grave peligro o conflicto, y por lo tanto que amenace a la seguridad 
nacional, es el artículo 29. Este artículo otorga al Presidente de la República, en 
acuerdo con su gabinete y con la autorización del Congreso de la Unión, suspender 
en todo el país o en lugar determinado, las garantías individuales que sean 
obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación a enfrentar, por un 
tiempo determinado. 
 
 
 
 
 29
En tanto que el artículo 39 dice que la soberanía nacional reside esencial y 
originalmente en el pueblo y que éste tiene permanentemente el inalienable derecho 
de alterar o modificar la forma de su gobierno; el artículo 41, dispone que el pueblo 
ejerce su soberanía por medio de los poderes de la Unión y por los Estados y que la 
renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo se realizarán mediante elecciones 
libres y periódicas mediante la participación de partidos políticos que harán posible 
el acceso de estos al poder público. 
 
Asimismo, el artículo 40 expresa que el régimen de gobierno de nuestro país es el 
de una república representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres 
y soberanos unidos en una Federación bajo los principios de la Constitución. 
 
El artículo 42 se refiere a la integración del territorio nacional que está formado por 
las partes integrantes de la Federación, las islas, la plataforma continental, las aguas 
de los mares territoriales y el espacio aéreo situado sobre el territorio nacional; en 
tanto que el artículo 43 enlista los Estados libres y soberanos que integran a la 
Federación. 
 
Finalmente, el artículo 89, fracción X, faculta al Presidente de la República para 
dirigir la política exterior bajo los siguientes principios normativos: la 
autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de 
controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones 
internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para 
el desarrollo y la lucha por la paz y la seguridad internacionales. 
 
Para que estos objetivos no sean simple retórica, deben ser socialmente aceptados 
y vinculantes entre la sociedad y el gobierno. Es decir, que la población en su 
conjunto se identifique con ellos y que el Estado genere las condiciones y ofrezca 
garantías para que se cumplan. Estos principios son fundamentales y su 
cumplimiento es de carácter obligatorio en todo el territorio nacional. 
 
 
 
 
 30
Sin embargo, aun cuando en la última década el país ha experimentado importantes 
transformaciones en lo político y lo económico, la distancia entre la letra 
constitucional que otorga derechos a los ciudadanos y la realidad del país en materia 
social, tiene un largo trecho por recorrer. 
 
Los derechos sociales que tienen que ver con la educación, la salud y el empleo, en 
conjunto dan forma a los objetivos permanentes. Un gran número de actores 
políticos y sociales han reconocido como principal amenaza a la estabilidad del país 
el incremento de la pobreza. Uno de los retos más importantes que enfrentan los 
gobiernos es el de garantizar esos derechos sociales establecidos en la 
Constitución. 
 
Para todos es evidente que hoy la mayor debilidad de México es la falta de 
cumplimiento en sus objetivos sociales. Las cifras recientes del gobierno de la 
República sobre el empleo y la producción industrial, demuestran que en el inicio del 
siglo veintiuno los mexicanos obtienen menos empleos, tienen trabajos más 
inestables y son más pobres que la generación anterior. 
 
Ponerse de acuerdo en el diagnóstico probablemente sea sencillo. El problema más 
serio será que los diversos actores sociales y económicos coincidan en el diseño de 
estrategias permanentes para, con participación de todos los actores, esbozar en el 
corto y mediano plazos acciones que disminuyan las diferencias sociales. Ello 
reviste importancia no sólo para lograr que los objetivos permanentes sean 
aceptados por la sociedad; sino porque el rezago social está en la raíz de gran parte 
de los conflictos que vive el país. Y por supuesto, en términos de la seguridad 
nacional, también esto es de gran importancia, pues no solamente se reducirían las 
presiones internas sino que estaríamos entonces sí, ante la oportunidad de lograr 
acuerdos permanentes para reducir eficientemente y de manera permanente, la 
pobreza, la desigualdad y la exclusión, la marginalidad, la injusticia social y la falta 
de oportunidades para la mayoría de la población y ante el nuevo escenario 
nacional, definir un proyecto de integración supranacional para las futuras 
generaciones de mexicanos. 
 
 
 31
Objetivos Vitales 
 
Se entiende por objetivos vitales a aquellosde los cuales depende la existencia o 
supervivencia del Estado. En términos generales, estos objetivos se centran en la 
intangibilidad del territorio nacional, mares patrimoniales, subsuelo y espacio aéreo; 
y es necesario agregar ahora recursos naturales y medio ambiente. En la misma 
jerarquía se encuentra la supervivencia de la población ante amenazas de 
exterminio; conservando en todo momento las garantías fundamentales del individuo 
y el mantenimiento de la soberanía nacional.25 
 
En el mismo sentido, Severino Cartagena señala que existen intereses generales, 
que por su importancia son vitales, y que pueden verse amenazados por la 
presencia de determinados factores, que atañen a la identidad, los valores, las 
condiciones y la base física, material y moral con la que se constituye el Estado 
Nación. Estos intereses generales vitales son: la supervivencia del Estado, la 
preservación del cuerpo político con sus instituciones, como garantes de un conjunto 
de condiciones necesarias para la preservación del propio Estado.26 
 
Como ya lo expresaba, se requiere que a nivel nacional se definan de manera clara 
las prioridades del proyecto nacional para pasar en un segundo plano a los acuerdos 
nacionales. Ya que no cabe duda que para la sociedad mexicana, hay acuerdos 
básicos como la protección del territorio para garantizar la seguridad nacional, 
tampoco debe existir duda de lo urgente de definir acuerdos sobre la correcta 
jerarquía de los intereses nacionales y los recursos que el poder nacional debe 
destinar para sostenerlos. Este es un paso de una complejidad extraordinaria pues 
para los actores sociales, políticos y económicos pueden lograrse acuerdos sobre 
los fines, pero es muy difícil que se logren acuerdos sobre los medios. Entonces, en 
tanto ello se logra, debemos alcanzar acuerdos mínimos para jerarquizar los 
intereses nacionales, abriendo las discrepancias en la medida que estos no afecten 
directamente la supervivencia de la nación. 
 
 
25 Leonardo Curzio, Op. Cit. p. l4 
26 Cfr. Severino Cartagena. El Binomio Seguridad-Desarrollo Hoy. Hacia un Concepto Contemporáneo de 
Seguridad Nacional, en Revista de Administración Pública, Número 98, 1999, p. 118 y 119. 
 32
Leonardo Curzio propone, y hay coincidencia con esta postura, establecer un orden 
de intereses nacionales que irían de los vitales a los serios, pasando por una 
categoría intermedia que serían los importantes.27 
 
Entre los intereses vitales cabe mencionar a aquellos de los que depende la vida de 
la nación tanto en lo diplomático como en lo militar. En estos intereses lo deseable 
es que exista un alto nivel de consenso tanto en los fines como en los medios, las 
políticas exterior y militar son –deben serlo- políticas de Estado. 
 
Entre los intereses vitales del país está el mantenimiento de la independencia 
nacional y el consenso sobre el esquema integrador con el resto del continente. El 
país firmó la agenda planteada en la Cumbre de las Américas en Chile en el año de 
1998, pero no ha definido aún un techo claro a la dinámica integradora. La 
redefinición del concepto de seguridad nacional pasa inevitablemente por rediscutir 
lo que significa la soberanía en un mundo globalizado. Sin un acuerdo en este nivel, 
la comunidad nacional puede desgarrarse en un debate entre integradores y 
conservadores de la soberanía. 
 
En un segundo nivel tenemos los intereses críticos. En este apartado se reagrupan 
aquellos asuntos que no afectan directamente al territorio ni a la supervivencia del 
país, pero que a largo plazo tienden a convertirse en prioridades de primer orden. En 
este rango es políticamente más complicado tener un consenso entre fines y 
medios. Existe, más bien, la posibilidad de acordar objetivos precisos en forma de 
agenda nacional y abrir una negociación entre las partes. 
 
En un tercer nivel podemos reagrupar los intereses serios que son aquellos que no 
están en la primera línea de las preocupaciones, pero que pueden convertirse si no 
reciben el tratamiento adecuado, en problemas de mayor impacto. El acuerdo 
político sobre estos es todavía más difícil, en la medida en que ocupan el corazón 
del debate político en una democracia. Ni los fines ni los medios o más bien la 
jerarquización de los fines y el uso de los medios, puede ser consensuada. Algunos 
sectores pondrán especial énfasis en el control de la inflación, otros se centrarán en 
 
27 Leonardo Curzio, Op. Cit. p. l8 y 19. 
 33
la elevación de los salarios. Toda la política económica y de desarrollo social en un 
sentido amplio se ubica en este nivel. Si la democracia, como forma de gobierno, 
está basada en la responsabilidad y esto resulta cierto, el funcionamiento 
democrático de las instituciones de gobierno debería evitar que se deteriore el 
círculo de intereses serios para convertirse en asuntos más graves. 
 
La jerarquización de los intereses, aunque polémica, no es abusiva ni tampoco 
significa que los que están ubicados entre los críticos o los serios no sean dignos de 
atención. Quiere decir que su incidencia en la seguridad de la nación no es 
inminente. Si hay un acuerdo general sobre la jerarquización de los intereses 
nacionales el país se puede dar el lujo de discrepar sin poner en riesgo los 
fundamentos de la nación. Jerarquizar significa, en este caso, ponderar 
políticamente lo más importante y evitar que los vaivenes de la política afecten la 
seguridad nacional. 
 
El establecimiento de consensos sobre los objetivos nacionales, los intereses 
nacionales y la jerarquía de los mismos, no completa el paisaje estratégico de una 
nación, es preciso ubicar los factores que impiden al país conseguir sus objetivos. 
 
 
c) La Vulnerabilidad en la Seguridad Nacional 
 
El punto anterior nos obliga a analizar el concepto de vulnerabilidad, ya que es a 
través de éste, que los objetivos nacionales y los vitales pueden ser afectados por 
intereses externos. 
 
Como se ha mencionado antes, la idea más aceptada sobre seguridad nacional es la 
defensa de los intereses y valores de una nación. Entonces se entiende que ésta 
depende del cumplimiento de los objetivos de la nación y mientras más cercana esté 
la población de alcanzar sus objetivos, más segura se sentirá. Inversamente, 
mientras más alejada se sienta la población de los objetivos que se ha trazado, 
mayor será su percepción de vulnerabilidad. 
 
 34
Para ello existen dos niveles: un nivel objetivo que tiene que ver con la detección de 
factores adversos que puedan obstruir la consecución de los objetivos nacionales. Si 
la amenaza es explícita (una declaración de guerra o una actitud hostil de un 
gobierno extranjero) el consenso es fácil de obtener. El otro nivel es subjetivo y tiene 
que ver con la percepción de cuáles son los factores que real o potencialmente, 
pueden desestabilizar a la nación. Al tratarse de un asunto de percepciones, existe 
la posibilidad de que discrepancias afloren, pues no todos los actores estarán de 
acuerdo ni en la naturaleza ni en la jerarquización de las amenazas o los factores 
adversos.28 
 
Para Severino Cartagena, el concepto de vulnerabilidad, fundamental en el estudio 
de la seguridad nacional, debe revisarse desde una perspectiva en la cual aluda al 
grado de preparación con la que una nación puede hacerle frente a un problema 
determinado. Se asume que las capacidades del Estado no son inagotables y que 
las disponibles están lejos de distribuirse de manera uniforme. Al contrario de la 
afirmación en el sentido de que existen, por decirlo así, amenazas absolutas, es 
necesario señalar que este grado de preparación no depende tanto de la magnitud 
de la amenaza, sino más bien del margen de maniobra existente para impulsar 
políticas eficaces. La vulnerabilidad, por tanto, está menos referida al problemaen 
cuestión, sino a la solidez interna con la que la sociedad se amalgama para hacerle 
frente.29 
 
Diferentes sociedades tienen diferentes formas de vulnerabilidad, que dependen de 
la manera como se construyó la identidad nacional. En ese mismo sentido, 
mencionaré un par de temas muy actuales que generan vulnerabilidad y que la 
sociedad percibe como difíciles de resolverse: 
 
1. La inseguridad. Durante los últimos años, el índice creciente en la comisión de 
delitos que afectan el patrimonio de los ciudadanos y su persona, ha originado 
manifestaciones importantes por parte de la sociedad, que exige a los tres niveles de 
gobierno pongan fin al elevado número de asaltos y de secuestros que se cometen 
diariamente en todo el país. 
 
28 Leonardo Curzio, Op. Cit. p. l4 
29 Cartagena, Op. Cit p. 126. 
 35
2. El narcotráfico. Un problema que hace algunos años era percibido como algo 
lejano a los ciudadanos, pero sobre todo como una amenaza al Estado, hoy es 
percibido como una amenaza de varias aristas que impacta a la salud pública, a las 
instituciones y a la seguridad pública. 
 
A partir de estas premisas, la vulnerabilidad supone un ajuste necesario a los pactos 
sociales, en los que la gobernabilidad y la estabilidad se vuelven centrales para la 
capacidad de asumir y dar respuesta a las demandas sociales. En esta línea la 
vulnerabilidad atiende a dos planos: el interno, que asume la visión con la cual se 
definen los actores, y el externo, que atiende cómo son definidos desde el marco de 
las potencias externas, lo que deriva en una necesaria interdependencia y en un 
cambio de los conceptos de seguridad nacional. 
 
La estrategia para reducir la vulnerabilidad va asociada a la preservación de la 
seguridad nacional, cuyos problemas no están resueltos de antemano sino que su 
solución depende del pacto social y del grado de conflicto existente, en el que lo 
externo se refracta al incidir en lo interno. 
 
 
4. Seguridad Nacional y Seguridad Pública 
 
Se ha mencionado antes, que entre estos dos conceptos existe una gran confusión. 
Quizá por los antecedentes que ya se analizaron en este trabajo, es que la 
seguridad pública se ha equiparado a la seguridad nacional. También se ha 
mencionado que no toda cuestión de seguridad pública puede caer en el ámbito de 
la seguridad nacional. Corresponde a los encargados de la seguridad pública, velar 
por la integridad personal, domicilio y patrimonio de los individuos que habitan en 
una sociedad, mientras que los responsables de la seguridad nacional deben velar 
por el cumplimiento de los objetivos nacionales permanentes que ya se explicaron 
anteriormente. 
 
La seguridad pública debe garantizar la tranquilidad de todos y cada uno de los 
habitantes de un territorio determinado. Como lo establece el artículo 21 
constitucional: 
 36
 
“la seguridad pública es una función a cargo de la Federación, el Distrito 
Federal, los estados y los municipios, en las respectivas competencias 
que esta Constitución señala. La actuación de las instituciones policiales 
se regirá por los principios de legalidad, eficiencia, profesionalismo y 
honradez.”30 
 
Al partir del precepto constitucional, podemos definir a la seguridad pública como: 
“La función a cargo del Estado que tiene como fines salvaguardar la integridad y 
derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz 
públicos”.”31 
 
No obstante lo anterior, en una democracia como la nuestra, el tema de la seguridad 
y la capacidad de resolver conflictos ha dejado de ser monopolio del Ejecutivo, de 
los aparatos de seguridad y de las fuerzas armadas. Aun cuando el gobierno tiene la 
responsabilidad de proteger a los ciudadanos, éstos esperan que los aparatos de 
seguridad expliquen qué hacen y cómo hacen su trabajo para generar un ambiente 
que les permita a los habitantes tener una percepción real de que su seguridad esta 
garantizada. 
 
Si bien no existe una seguridad absoluta, los actores de una sociedad deben definir 
qué tanta inseguridad están dispuestos a aceptar y cuáles son los costos de sentirse 
seguros, pues estas decisiones son muy importantes tanto para la sociedad como 
para el gobierno. 
 
Sin embargo, debe destacarse que la misma sociedad civil ha sido negligente ante el 
tema de la seguridad. A pesar de que el crimen afecta la calidad de vida de todos los 
mexicanos, por múltiples razones como la desconfianza en los cuerpos de seguridad 
pública o la corrupción de las autoridades responsables de impartir la justicia, la 
sociedad parece haber perdido el interés por defender sus derechos y hacer saber a 
las autoridades los sitios donde se cometen el mayor número de delitos. También 
 
30 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 
31 V. Artículo 3º. de la Ley que establece las Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública. 
México, 1995. 
 37
juega un papel esencial el temor a denunciar los delitos, la falta de confianza en las 
autoridades o incluso la posibilidad de sufrir represalias por parte de los grupos 
criminales. 
 
En diferentes momentos de la historia de nuestro país y de otros países de América 
Latina, el Estado usó la fuerza para violar los derechos humanos y tomar posiciones 
antidemocráticas. Por esta razón, dentro del proceso democratizador de la región se 
ha tratado de debilitar a los aparatos de seguridad pública y a los de seguridad 
nacional para detener las violaciones a los derechos humanos y la corrupción de 
esos cuerpos de seguridad. Esta es una de las razones por las que, ante las 
crecientes olas de violencia y de crimen organizado, los aparatos de seguridad 
encargados de enfrentarlos se encuentren débiles y desarticulados. 
 
Diferencias entre los objetivos de seguridad pública 
y seguridad nacional32 
 
Seguridad pública Seguridad nacional 
Mantener unida a la sociedad 
 
Defender la propiedad privada y la 
integridad física de los ciudadanos a 
través de mecanismos de control 
penal. 
 
Es obligación del Estado proteger a la 
ciudadanía mediante mecanismos de 
prevención del delito y procuración de 
justicia. 
 
Garantizar la convivencia pacífica y el 
orden público. 
Mantener la unidad del Estado 
 
Defender la soberanía nacional. 
 
Defender el territorio. 
 
 
Velar por un desarrollo económico, 
social y político equitativo. 
 
 
 
Garantizar la convivencia pacífica y el 
orden público. 
 
Garantizar la paz social. 
Fuente: Ana María Salazar, Op.Cit. 
 
32 Ana María Salazar, Op. Cit., citando a la Profra. Sigrid Artz, p. 62. 
 38
 
Como se ha ilustrado, a las áreas operativas del Ejecutivo en los tres niveles de 
gobierno, les corresponde realizar lo conducente para prevenir la comisión de 
delitos, garantizar la tranquilidad de los ciudadanos en sus personas y en sus 
pertenencias, y garantizar la paz y el orden públicos. Por supuesto, perseguir y 
detener a los delincuentes que alteren y violen la ley. 
 
A los responsables de la seguridad nacional, que dependen directamente de las 
autoridades federales, les compete trabajar para alcanzar los objetivos nacionales, 
que en conjunto, forman el proyecto nacional. 
 
Las medidas del gobierno para enfrentar las amenazas a la seguridad pública y aún 
a la seguridad nacional, pueden tener un alto costo para la sociedad, como pudiera 
ser que se usaran recursos enormes del Estado para resolver el problema –recursos 
que podrían destinarse a la solución de otros problemas tan importantes como la 
educación o la salud- o bien se cambie la legislación para introducir leyes represivas, 
aunque necesarias. 
 
 
5. Seguridad Nacional y Defensa Nacional 
 
No se puede limitar el concepto de seguridad nacional a la defensa militar de la 
soberanía yel territorio nacional. La confusión entre ambos conceptos radica en la 
participación que tienen las fuerzas armadas en el ámbito de la seguridad nacional; 
éstas realizan otras actividades que no necesariamente son materia de seguridad 
nacional, por lo que la definición del concepto va más allá de la defensa de la 
nación. 
 
Al respecto, José Miguel Insulza expone lo siguiente: 
 
 
 
 
 39
“El concepto de seguridad de una Nación no puede ser confundido con 
el de defensa o el de seguridad militar, como desgraciadamente ha 
ocurrido en América del Sur en periodos recientes. Concebimos a la 
seguridad como un concepto más amplio y positivo, que prioriza la 
necesidad de los individuos de vivir en paz y de contar con los medios 
económicos, políticos y ambientales para una existencia digna”.33 
 
Al concepto de defensa nacional podemos definirlo como: 
 
“La potestad del Estado para responder ante los antagonismos 
externos de cualquier forma o naturaleza militar o que implique el uso 
de la violencia, que produzca efectos alteradores en el ámbito de las 
relaciones internacionales." 34 
 
Esto se traduce en las medidas de que dispone un Estado para defenderse de 
agresiones externas que alteren el desarrollo normal de la nación, justificando la 
operación del aparato militar para enfrentar o eliminar la amenaza que representa la 
fuerza armada de otro Estado. 
 
Luis Herrera-Lasso y Guadalupe González argumentan que las fuerzas armadas no 
se dedican exclusivamente al ámbito de la defensa nacional, sino que intervienen en 
otras cuestiones que pueden ser consideradas de seguridad nacional, como tareas 
de alto impacto en las zonas de mayor rezago social del país o en cuestiones de 
desastres naturales.35 Así, encontramos dentro de los planes militares, el Plan DN3 
que se aplica en circunstancias de desastres naturales en apoyo a la población 
afectada. 
 
 
 
 
33 Cfr. José Manuel Insulza, citado por el General Luis Garfias Magaña en Conceptos de Seguridad Nacional, 
artículo de la Revista Crónica Legislativa, Número 11, H. Cámara de Diputados, México, 1996, p. 70 y 71. 
34 Ibid. 
35 Cfr. Luis Herrera-Lasso y Guadalupe González, Balance y Perspectivas en el uso del concepto de la Seguridad 
Nacional, artículo del libro En Busca de la Seguridad Perdida, aproximaciones a la Seguridad Nacional 
Mexicana, Editorial Siglo XXI, México, 1990, p.400 y 401. 
 40
En nuestro país, las fuerzas armadas, en cuestión de defensa nacional, tienen la 
responsabilidad fundamental de proteger la soberanía territorial. Esto implica 
misiones permanentes de vigilancia y control de los litorales, el espacio aéreo y las 
fronteras terrestres.36 
 
Su misión está definida por el artículo 1° de la Ley del Ejército y Fuerza Aérea 
Mexicanos, que establece:37 
 
“El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, son instituciones armadas 
permanentes que tienen las misiones generales siguientes: 
 
I. Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la 
nación; 
II. Garantizar la seguridad interior; 
III. Auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas; 
IV.Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso 
del país; y 
V. En caso de desastre prestar ayuda el mantenimiento del orden, 
auxilio de las personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas 
afectadas.” 
 
Como lo he mencionado antes, existen constantemente confusiones entre los 
términos de seguridad pública, de seguridad nacional y por lo tanto, del término 
defensa nacional. Para tratar de ser más preciso citaré al General Gerardo Vega 
García: 
 
“El concepto de seguridad nacional suele ser confundido con el de 
defensa nacional. El primero corresponde a la concepción donde un 
Estado debe mantener la preservación de un estilo de vida para 
satisfacer los intereses nacionales y garantizar el desarrollo y bienestar 
de un país dinamizado por su sociedad; la defensa nacional 
comprende las medidas que un Estado como un todo pone en juego 
 
36 Ibídem, p. 403. 
37 V., Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos. 
 41
para defender sus intereses por medio de la vía armada, es decir, la 
guerra. Puede decirse que la seguridad nacional es fundamentalmente 
una condición de la cual se sirve el Estado, en toda circunstancia, sea 
en tiempo de paz y de guerra, para garantizar el desarrollo y asegurar 
los objetivos nacionales, poniendo en acción medidas políticas, 
económicas, sociales y militares del poder y potencial nacional. La 
defensa nacional en cambio, abarca las medidas de que dispone un 
Estado para defenderse de agresiones, cuyos efectos trastornan el 
desarrollo normal de un Estado, poniendo en acción su aparato militar 
para enfrentar y eliminar con los recursos del poder nacional, la 
amenaza, la cual se manifiesta por el empleo de la fuerza armada de 
otro Estado.” 38 
 
Como se ha mencionado anteriormente, en torno a la seguridad nacional existen 
opiniones diversas sobre lo que esto significa y con frecuencia se concibe a la 
seguridad nacional como un asunto de absoluta exclusividad de las fuerzas 
armadas. Después de la Segunda Guerra Mundial y con los cambios geopolíticos 
derivados de ésta, la seguridad nacional evoluciona en el mundo hasta convertirse 
en todo un sistema, en el que confluyen políticos, economistas, intelectuales, 
analistas y militares para conformar una amplia gama de organismos y acciones, 
destinadas a preservar la existencia y objetivos de un Estado. Con ello, el ámbito 
militar sobre la materia fue ampliamente rebasado y distintos países conformaron y 
ajustaron sus teorías y acciones, a los intereses particulares de cada Estado.39 
 
 
38 Gerardo Vega García, Op. Cit.p. 9 
39 Ibid., p. 8 
 42
Capítulo II 
Evolución de la Seguridad Nacional y la Inteligencia Política en México 
 
1. El siglo XX y el surgimiento de los órganos de inteligencia en México 
 
Históricamente, en México se ha debatido poco públicamente sobre la definición de 
una política de seguridad nacional y de controles verificables sobre los servicios de 
inteligencia. 
 
Una vez concluida la Revolución Mexicana y constituidos los primeros gobiernos a 
partir del año 1917, se han observado múltiples cambios en las estructuras de 
seguridad nacional y en los nombres y funciones de los órganos de inteligencia del 
gobierno mexicano. 
 
Como se ha mencionado antes en esta investigación, durante muchos años y para 
mucha gente, enterada o no de las funciones y definiciones de seguridad nacional y 
de inteligencia, estos conceptos han sido percibidos siempre como parte de la 
acción represora del Estado y del control político del Estado. Ambos temas, si bien 
han sido poco abordados para su discusión desde el gobierno y desde el poder 
legislativo durante décadas, también han sido casi ignorados por los círculos 
académicos y la sociedad mexicana en su conjunto. 
 
Existen varias razones por las que el estudio de la seguridad nacional y la 
inteligencia en México ha sido relativamente complejo. Quizá una de ellas sea el alto 
grado de politización que conlleva el tema de la seguridad nacional. Otras razones 
tal vez sean razones políticas y culturales. El resultado ha sido la politización en todo 
lo referente a la seguridad nacional mexicana que dificulta el predominio de una 
perspectiva neutral y objetiva desde la cual se pueda analizar la seguridad del país. 
 
En el caso de la inteligencia, la principal dificultad para el desarrollo de su estudio es 
el relativo desinterés que ha predominado en cuanto al tema. En contraste con otros 
países, en donde los sistemas de inteligencia son materia de estudio en 
universidades y son practicados y utilizados por una amplia gama de instituciones 
públicas y privadas, en México la inteligencia

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