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Situacion-laboral-de-las-trabajadoras-domesticas-mexicanas-indocumentadas-en-la-Ciudad-de-Nueva-York-2015-2016

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES 
 
 
 
“SITUACIÓN LABORAL DE LAS TRABAJADORAS 
DOMÉSTICAS MEXICANAS INDOCUMENTADAS EN LA 
CIUDAD DE NUEVA YORK, 2015-2016” 
 
 
T E S I S 
Que para obtener el título de: 
Licenciado en Sociología 
 
P R E S E N T A: 
Alejandra Tovar Núñez 
 
DIRECTOR DE TESIS: 
Dr. Alfonso Mejía Modesto 
 
 
 
 
Ciudad Universitaria, Cd. Mx., 2017 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
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objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 ii 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A las trabajadoras domésticas mexicanas migrantes indocumentadas 
 que viven en la ciudad de Nueva York 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 iii 
Agradecimientos 
 
 
Este trabajo refleja una parte de la vida de las mujeres migrantes mexicanas 
indocumentadas que, con el corazón en la mano, me permitieron conocer de manera muy 
íntima sus más complejas situaciones de vida; muchas de estas mujeres me brindaron su 
apoyo y por ello quedo eternamente agradecida. Agradezco a Erika, Ofelia y Blanca, a 
quienes guardo especial afecto, ya que fueron el motor que empujó gran parte de mi trabajo 
de campo. 
 
Mi reconocimiento al Doctor Alfonso Mejía Modesto mi asesor de tesis quien 
encausó mis ideas. Le doy las gracias a la Maestra Rosa Zamudio Martínez quien me 
aconsejó muy generosamente y me dio la libertad de expresar mis sentimientos, así como se 
convirtió en parte de mi inspiración. Del mismo modo, las valiosas conversaciones con la 
Maestra Georgina Araceli Reynoso Medina que con su conocimiento ayudó a encaminar 
este trabajo. Agradezco a la Maestra Silvia Guadalupe Cabrera sus consejos y 
observaciones que ayudaron a mejorar este trabajo. Asimismo agradezco a la Doctora 
Gabriela Vázquez Cermeño y la Maestra Olinca Valeria Avilés Hernández expertas en el 
área de campo que me han permitido conocer sobre sus experiencias como investigadoras, 
sus aportaciones han sido impregnadas en este proyecto. 
 
Durante el periodo que trabajé en este proyecto, agradezco de corazón los sabios 
consejos de mis amigos Luis Jasso Mateos y Jesús Lomelí Buyoli. Así como, mi gratitud y 
cariño a mi mejor amigo y compañero Bill Abdale por formar parte de mi vida y apoyarme 
incondicionalmente. De igual manera a Rita que emigró conmigo y echadita en el suelo 
escuchó mis lecturas en voz alta. Finalmente, le doy las gracias a María Antonieta Núñez 
Vela por enseñarme a ser una mujer fuerte que persigue y alcanza sus sueños. 
 
 
 
 
 iv 
Índice 
 
 
Introducción ......................................................................................................................... 1 
Capítulo 1 Trabajo doméstico y migración ....................................................................... 7 
1.1 La integración de mujeres mexicanas al trabajo doméstico en EE. UU. ..................... 7 
1.1.1 Concepto de trabajo doméstico ........................................................................... 10 
1.1.2 Modalidades del trabajo doméstico .................................................................... 11 
1.1.3 Características y tareas propias del trabajo doméstico ....................................... 14 
1.1.4 Teoría de la modernidad ..................................................................................... 15 
1.1.5 Teoría feminista-marxista ................................................................................... 17 
1.1.6 Colonialismo Interno .......................................................................................... 22 
1.2 Hacia un concepto de la migración ........................................................................... 27 
1.2.1 Tipos de migración .............................................................................................. 28 
1.2.2 Teorías contemporáneas sobre la migración internacional ................................. 30 
Capítulo 2 Inmigrantes mexicanas en los Estados Unidos ............................................ 35 
2.1 Migración femenina hacia Nueva York .................................................................. 35 
2.2 Motivos de la migración de mujeres mexicanas ..................................................... 41 
2.3 Inmigrantes mexicanas frente al trabajo en los Estados Unidos ............................. 43 
Capítulo 3 El servicio doméstico en EE. UU. y sus derechos laborales ....................... 50 
3.1 Crecimiento del servicio doméstico en EE. UU. .................................................... 50 
3.2 Mexicanas indocumentadas en el servicio doméstico ............................................ 53 
3.3 Derechos laborales para las trabajadoras domésticas ............................................. 56 
Capítulo 4 Trabajadoras domésticas mexicanas indocumentadas en Nueva York: 
análisis de los resultados del grupo focal y de la encuesta ............................................. 60 
4.1 Análisis de los resultados del grupo focal ............................................................... 60 
4.1.1 Causas por las que emigraron a los Estados Unidos .......................................... 61 
4.1.2 Redes de empleo y recomendación .................................................................... 64 
4.1.3 Situación laboral de las trabajadoras domésticas ............................................... 66 
4.2 Análisis de los resultados de la encuesta ................................................................ 84 
4.3 Observación participante ...................................................................................... 100 
Conclusión ........................................................................................................................ 104 
Bibliografía ....................................................................................................................... 110 
Anexos ............................................................................................................................... 122 
Anexo 1 .......................................................................................................................... 122 
Anexo 2 .......................................................................................................................... 140 
 
 
 
 
 
 v 
 
Índice de figuras, mapas, imágenes, gráficas, tablas y cuadros 
 
Capítulo 2 
Índice de figuras 
Figura 1. Leyes anti-inmigrantes hacia los mexicanos indocumentados en EE. UU. .......... 37	
 
Índice de mapas 
Mapa 1. Formación de comunidades mexicanas en distintos distritos de la ciudad de Nueva 
York .............................................................................................................................. 38	
Mapa 2. Población mexicana por área censal en la ciudad .................................................. 39	
 
Índice de gráficas 
Gráfica 1. Porcentaje de remesas enviadas por mexicanas .................................................. 41	
Gráfica 2. Ocupaciones principales de trabajadoras extranjeras, 2015. ............................... 48	
 
Índice de tablas 
Tabla 1. Mujeres trabajadoras remuneradas, de 10 años o más por color, nacimiento, sexo y 
divisiones generales de ocupaciones en EE. UU. en 1930. .......................................... 44Tabla 2. Características de empleo de la población femenina de 16 años y más por edad y 
residencia urbana y rural en EE. UU. en 1970. ............................................................ 45	
Tabla 3. Ocupación detallada y otras características de las mujeres en EE. UU. en 1990. .. 47	
Tabla 4. Características de la fuerza laboral femenina por raza y etnia en EE. UU. en 2016.
 ...................................................................................................................................... 49	
 
Capítulo 3 
Índice de gráficas 
Gráfica 1. Número de mujeres empleadas en hogares privados en EE. UU. en 2007, 2009, 
2012 y 2016. ................................................................................................................. 51	
 
Índice de tablas 
Tabla 1. Número de mujeres Hispanas/Latinas que trabajan en hogares privados en EE. UU. 
en 2016. ........................................................................................................................ 51	
 
Capítulo 4 
Índice de imágenes 
Imagen 1. Trabajadoras domésticas a la espera de ser contratadas. ..................................... 80	
 
Índice de cuadros 
Cuadro 1. Trabajadora doméstica de entrada por salida n.1 y los quehaceres que realiza 
durante el día en su lugar de trabajo. .......................................................................... 101	
Cuadro 2. Trabajadora doméstica de entrada por salida n.2. y los quehaceres que realiza 
durante el día en su lugar de trabajo. .......................................................................... 102	
Cuadro 3. Trabajadora doméstica interna n.1, y los quehaceres que realiza durante el día en 
la casa de sus patrones. ............................................................................................... 103	
 vi 
Anexo 1 
 
 
 
Índice de gráficas 
Gráfica 1. Distribución de participantes por edad .............................................................. 122	
Gráfica 2. Distribución de participantes por estado civil ................................................... 123	
Gráfica 3. Distribución de participantes por nivel de escolaridad ...................................... 123	
Gráfica 4. Distribución de participantes por lugar de origen ............................................. 123	
Gráfica 5. Distribución de participantes por ocupación en país de origen. ........................ 123	
Gráfica 6. Participantes según el lugar de residencia. ........................................................ 124	
Gráfica 7. Distribución de participantes por número de personas con quiénes comparten 
vivienda ...................................................................................................................... 124	
Gráfica 8. Distribución de participantes por número ......................................................... 124	
Gráfica 9. Distribución de participantes por número ......................................................... 124	
Gráfica 10. Distribución de participantes por número de retornos a México. .................... 125	
Gráfica 11. Distribución de participantes por motivo para emigrar a EE. UU. .................. 125	
Gráfica 12. Distribución de participantes por vía de ingreso a EE. UU. ............................ 125	
Gráfica 13. Distribución de participantes por estatus migratorio. ...................................... 125	
Gráfica 14. Distribución de participantes por años de residencia en EE. UU. ................... 126	
Gráfica 15. Distribución de participantes que hablan en inglés. ........................................ 126	
Gráfica 16. Distribución de participantes por lugar dónde aprendieron inglés. ................. 126	
Gráfica 17. Distribución de participantes que en su trabajo les hablan inglés. .................. 126	
Gráfica 18. Distribución de participantes por años como trabajadora doméstica. ............. 127	
Gráfica 19. Distribución de participantes por tipo de trabajadora doméstica. ................... 127	
Gráfica 20. Distribución de participantes por número de familiares que se dedican al trabajo 
doméstico. ................................................................................................................... 127	
Gráfica 21. Distribución de participantes que les gustaría que sus hijos se dediquen a la 
ocupación. ................................................................................................................... 127	
Gráfica 22. Distribución de participantes que les gusta la ocupación. ............................... 128	
Gráfica 23. Distribución de participantes que se sienten discriminadas por dedicarse al 
servicio doméstico. ..................................................................................................... 128	
Gráfica 24. Distribución de participantes por lugar de trabajo. .......................................... 128	
Gráfica 25. Distribución de participantes según el medio donde se enteran de su trabajo. 128	
Gráfica 26. Distribución de participantes según empleador proporciona material de 
limpieza. ..................................................................................................................... 129	
Gráfica 27. Distribución de participantes deben utilizar uniforme en su trabajo. .............. 129	
Gráfica 28. Distribución de participantes por tareas principales que realizan en el trabajo.
 .................................................................................................................................... 129	
Gráfica 29. Distribución de participantes según reciben ayuda de otra persona para realizar 
el trabajo. .................................................................................................................... 129	
Gráfica 30. Distribución de participantes por el número de días que trabajan. .................. 130	
Gráfica 31. Distribución de participantes por horas de trabajo al día. ............................... 130	
Gráfica 32. Distribución de participantes por días de descanso a la semana. .................... 130	
Gráfica 33. Distribución de participantes por periodos largos de espera para encontrar 
trabajo. ........................................................................................................................ 130	
 vii 
Gráfica 34. Distribución de participantes que opinan que el trabajo doméstico tiene mucha 
demanda. ..................................................................................................................... 131	
Gráfica 35. Distribución de participantes por temporada alta de trabajo. .......................... 131	
Gráfica 36. Distribución de participantes por número de casas en las que trabaja. ........... 131	
Gráfica 37. Distribución de participantes por cambio de domicilio para conservar trabajo.
 .................................................................................................................................... 131	
Gráfica 38. Distribución de participantes por salario. ........................................................ 132	
Gráfica 39. Distribución de participantes según dólares recibidos por una hora de trabajo.
 .................................................................................................................................... 132	
Gráfica 40. Distribución de participantes que aportan dinero a su hogar. .......................... 132	
Gráfica 41. Distribución de participantes según envío de remesas a México. ................... 132	
Gráfica 42. Distribución de participantes que ahorran dinero. ........................................... 133	
Gráfica 43. Distribución de participantes por falta de dinero para satisfacer sus necesidades 
básicas. ........................................................................................................................ 133	
Gráfica 44. Distribución de participantes que opinan su salario corresponde a su trabajo. 133	
Gráfica 45. Distribución de participantes según tareas adicionalesa su trabajo. ............... 133	
Gráfica 46. Distribución de participantes según los aspectos de su ocupación. ................. 134	
Gráfica 47. Distribución de participantes por sentarse a comer con sus empleadores. ...... 134	
Gráfica 48. Distribución de participantes según consideran reconocimiento de su trabajo.
 .................................................................................................................................... 134	
Gráfica 49. Distribución de participantes según maltrato por parte de sus empleadores. .. 134	
Gráfica 50. Distribución de participantes según el tipo de maltrato recibido por parte de sus 
empleadores. ............................................................................................................... 135	
Gráfica 51. Distribución de participantes según amenaza de deportación por parte del 
empleador. .................................................................................................................. 135	
Gráfica 52. Distribución de participantes según consideran las agencias pagan un salario 
justo. ........................................................................................................................... 135	
Gráfica 53. Distribución de participantes según preferencia por nacionalidad del empleador.
 .................................................................................................................................... 135	
Gráfica 54. Distribución de participantes según falta de preferencia por nacionalidad del 
empleador. .................................................................................................................. 136	
Gráfica 55. Distribución de participantes según vacaciones que reciben al año. ............... 136	
Gráfica 56. Distribución de participantes por tener un cuarto propio en la casa del 
empleador. .................................................................................................................. 136	
Gráfica 57. Distribución de participantes según pueden recibir visitas en la casa de sus 
empleadores. ............................................................................................................... 136	
Gráfica 58. Distribución de participantes según llamadas permitidas con el teléfono de sus 
empleadores. ............................................................................................................... 137	
Gráfica 59. Distribución de participantes por motivos de renuncia laboral. ...................... 137	
Gráfica 60. Distribución de participantes según los accidentes experimentados al realizar su 
trabajo. ........................................................................................................................ 137	
Gráfica 61. Distribución de participantes según consideran el principal problema en la 
ocupación. ................................................................................................................... 137	
Gráfica 62. Distribución de participantes que han experimentado discriminación en su 
entorno social. ............................................................................................................. 138	
 viii 
Gráfica 63. Distribución de participantes según les falta capacitación para conseguir otro 
empleo. ....................................................................................................................... 138	
Gráfica 64. Distribución de participantes según ingresos extras de otras actividades que 
realizan. ....................................................................................................................... 138	
Gráfica 65. Distribución de participantes que reciben ayuda del gobierno de EE. UU. .... 138	
Gráfica 66. Distribución de participantes que declaran impuestos en EE. UU. ................. 139	
Gráfica 67. Distribución de participantes que conocen alguna organización de ayuda para 
trabajadoras domésticas en la ciudad de Nueva York. ............................................... 139	
 
 
Introducción 
 
 
Debido a la precaria situación socioeconómica de muchas mujeres en México, la 
migración hacia los Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida y 
fundamentalmente para ayudar a mejorar la situación económica de sus familias, se ha 
convertido en una alternativa real. “En 1970 residían en ese país cerca de 436 mil mujeres 
nacidas en México, en el año 2012 su magnitud alcanzó alrededor de 5.5 millones, lo cual 
representaba 46 por ciento de la población mexicana residente en territorio estadounidense” 
(Consejo Nacional de Población [CONAPO] 2013, p.1). Dicha feminización de la 
migración refleja que muchas mujeres emigran no únicamente como dependientes de sus 
parejas, sino que en muchos de los casos son migrantes pioneras en su propia familia. 
Muchas de estas mujeres cruzan la frontera entre México y Estados Unidos convirtiéndose 
en mujeres migrantes indocumentadas, lo cual es sinónimo de vulnerabilidad1. 
 
Las mujeres migrantes mexicanas llegan a Estados Unidos provenientes de un país 
en el que la opción laboral más recurrente es el servicio doméstico2; deciden emigrar para 
cambiar su situación socioeconómica, pero se enfrentan con la problemática de establecerse 
en un país en el que son segregadas por su raza, clase y estatus migratorio, elementos que 
se agudizan con el color de piel. Esto se convierte en un obstáculo que eventualmente las 
destina, igual que en su país de origen, al trabajo doméstico en situaciones de explotación 
laboral3 y acoso laboral4. 
 
El servicio doméstico en Estados Unidos se ha convertido en la mayor ocupación 
para mujeres latinas, en especial mexicanas indocumentadas. “En 2011, el 65% de la 
 
1 Para Amnistía Internacional (2010) todos los migrantes irregulares corren peligro de sufrir abusos; las mujeres y los niños y las niñas 
corren grave peligro de ser objeto de trata y de sufrir agresiones sexuales a manos de delincuentes, otros migrantes y funcionarios 
corruptos. 
2 Revísese Estadísticas a propósito del día internacional del trabajo domestico INEGI (2017). 
3 La explotación laboral es la carencia de la dignidad del trabajo y la ausencia de un marco de libertad, ya sea porque la persona se ve 
obligada a realizar ciertas tareas… o porque no hay libertad en términos de posibilidad de elección; tiende a darse en contextos de 
informalidad y suma precariedad. Véase Organización Internacional del Trabajo (2014). 
4 El acoso laboral es una conducta no deseada que está basada en la raza, el color, la religión, el sexo, el origen nacional, la edad, la 
discapacidad o la información genética; la conducta ofensiva puede incluir: bromas ofensivas, difamaciones, epítetos o insultos, 
amenazas o agresiones físicas, intimidación, ridiculización o burla, improperios o humillaciones, imágenes u objetos ofensivos, e 
interferencia en el desempeño laboral. Consúltese Acoso en la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo en EE.UU. (s.f.) 
1 
 2 
población de origen mexicano era nativa; mientras que el 18% eran inmigrantes 
indocumentados” (González-Barrera y López 2013, p. 6). “En el 2014 el 6.4% de mujeres 
latinas eran sirvientas y limpiadoras de casas” (Bucknor 2016, p.14). Sin embargo, debido a 
la naturaleza privada de la ocupación, no se dispone de información precisa sobre la 
cantidad exacta de las trabajadoras domésticas mexicanas. 
 
Las características del trabajo doméstico muestran una tendencia a que no sea 
regulado por no considerarse como un trabajo real o con valor; lo que favorece condiciones 
laborales precarias, una de las características de la economía informal (Organización 
Internacional del Trabajo [OIT] 2010). Al aceptar trabajar en dicha labor y debido a que no 
son elegibles para acceder a la mayoría de los beneficios de bienestar social y de salud 
financiados por el Gobierno Federal en los Estados Unidos, las trabajadorasdomésticas 
mexicanas sin documentos están desamparadas en un país donde las leyes laborales 
habitualmente no las protegen. 
 
En ese contexto, la ciudad de Nueva York se considera una “ciudad santuario5”, 
cuenta con Derechos Laborales y Protecciones para los Trabajadores Domésticos en 
Nueva York (2010a)6. Sin embargo, diversas agencias locales relativas a la aplicación de la 
ley no cumplen su labor de manera cabal. Sí ofrecen apoyos y cumplen con diversas 
políticas de inmigración establecidas por el Gobierno Federal pero no lo hacen de manera 
profunda. Es de alguna manera un apoyo superficial así como ambiguo y no una labor de 
seguimiento que busque en verdad mejorar las condiciones de estas personas. En este 
contexto, las trabajadoras domésticas son, además, una de las categorías más desprotegidas 
por la normativa laboral (OIT 2013) ya que se mantienen segregadas en un mercado laboral 
con escasa supervisión y aplicación de las leyes vigentes sobre sus derechos laborales. 
 
 
5 En 1985 Nueva York se convirtió en “ciudad santuario” aceptando las políticas locales que implican abstenerse de cooperar e 
intercambiar información con Immigration and Naturalization Service [INS por sus siglas en inglés] sobre el estado migratorio de una 
persona, protegiendo así la identidad de los migrantes indocumentados. Por ejemplo, en la Ciudad de Nueva York de acuerdo a la Oficina 
del Contralor, muchos de los inmigrantes indocumentados, debido a su estatus, tendrían acceso a una parte de los servicios públicos, 
educativos, de seguridad y de salud que ofrece la ciudad, aunque muchos no acceden a estos por temor a ser deportados. Consúltese 
Center for Immigration Studies (2017) 
6 Entró en vigor en vigor el 29 de noviembre del 2010. Consúltese New York Department of Labor (s.f.). 
 3 
Lo anterior puede conceptualizarse de la siguiente forma: género, raza, clase, color 
de piel y el estatus de migrantes indocumentadas contribuyen a la segregación e influyen en 
las condiciones laborales de las trabajadoras domésticas mexicanas que viven en la ciudad 
de Nueva York. Es un desajuste social que repercute negativamente en la calidad y cantidad 
de servicios disponibles para ellas; el salario y prestaciones que ofrece el empleador; el 
nivel de vida que obtienen y su proceso de integración en la sociedad estadounidense. Esta 
problemática está dentro del marco de estudio de la sociología, por lo que es necesario 
investigar las condiciones laborales de las trabajadoras domésticas mexicanas 
indocumentadas en la ciudad de Nueva York desde esa perspectiva. 
 
Este trabajo se centra en las mujeres mexicanas indocumentadas que se dedican al 
servicio doméstico, en específico a la limpieza de casas, en Brooklyn, New York, y como 
manejan el hecho de que en general se enfrentan a distintas formas de racismo 
institucionalizado. A partir de esa premisa surgen las siguientes preguntas: 
 
 ¿Cuál es la razón por la que emigran las mujeres mexicanas?, ¿Qué implicaciones 
tiene el ser mujer, migrante e indocumentada?, ¿A qué se dedican en la ciudad de Nueva 
York?, ¿Por qué trabajan en el servicio doméstico en EE. UU?, ¿Podrían trabajar en otra 
ocupación?, ¿Quién las introduce a la ocupación?, ¿Cuáles son las condiciones laborales de 
estas mujeres?, ¿Se han sentido discriminadas en los EUA? ¿Por qué no han legalizado su 
estancia?, ¿Cómo experimentan su identidad en la ciudad de Nueva York? 
 
En ese sentido y como hipótesis general se propone que: las mujeres migrantes 
mexicanas indocumentadas son relegadas al servicio doméstico por causa de su raza, color 
de piel y estatus migratorio, así como experimentan segregación, explotación y acoso 
laboral por parte de sus empleadores, lo cual las conduce a diferentes formas de precariedad 
en su vida. 
 
El punto de vista de las mujeres que aceptan trabajar en el servicio doméstico para 
ganarse la vida sobrepasa lo que dicen las teorías acerca de las condiciones de las mujeres 
trabajadoras migrantes indocumentadas y su situación laboral. Por esa razón, la idea de este 
 4 
proyecto era realizar entrevistas y encuestas a las mexicanas migrantes indocumentadas que 
se dedican a la limpieza de casas, sin embargo, el miedo a la deportación mostrado por 
algunas de ellas hizo casi imposible el ganar su confianza. Muchas cancelaron citas y 
señalaron que no tenían interés y/o tiempo. Aún así, se constituyó un grupo focal7. Para 
este trabajo se elaboró el guion de entrevista agrupado de la siguiente manera: causas por 
las que las mujeres entrevistadas emigraron a la ciudad de Nueva York, redes de empleo y 
recomendación, así como situación laboral. 
 
Con la finalidad de realizar el grupo focal se concertó una cita con doce mujeres 
trabajadoras domésticas a la que únicamente asistieron nueve de ellas. Se les informó que la 
sesión sería grabada en audio y video, de igual modo se les aclaró la finalidad del estudio. 
También, se les entregó una carta de consentimiento para el uso de su testimonio. Durante 
la sesión se les indicó que se utilizarían nombres distintos a los suyos para mantener su 
identidad en el anonimato, y estuvieron de acuerdo con todo lo anterior. Para garantizar los 
criterios de validez del grupo focal me encargué de que las mujeres participantes 
contestaran a todas las preguntas. A fin de obtener el análisis de los resultados se 
transcribieron las entrevistas, así como el audio y el video del grupo focal. 
 
Se utilizó un cuestionario8 con respuesta de opción múltiple para recopilar la 
información de la población muestra conformada por doce mujeres mexicanas 
indocumentadas que se dedican al servicio doméstico, en específico a la limpieza de casas. 
Cada cuestionario contiene sesenta y siete preguntas, de las cuales se codificó la 
información y se obtuvieron los datos socio-demográficos de las encuestadas como: sexo, 
edad, número de hijos, estado civil, entre otros. La mayoría de los cuestionarios los realicé 
en distintas reuniones que tuvimos en la casa de alguna de las entrevistadas, o en ocasiones 
me invitaron a celebraciones familiares para conocer más de cerca su situación. A otras de 
las encuestadas las citaba en cafeterías en el área de Manhattan o Brooklyn. 
 
 
7 El grupo focal es el conjunto de personas que se reúnen con el fin de interactuar en una situación de entrevista grupal semi-estructurada 
y focalizada sobre una temática particular, que es común y compartida por todos. Véase Vela (2013). 
8 Sirve para recopilar la información sobre parte de la población que fue denominada como la muestra, a partir de esa recopilación se 
realiza un análisis cuantitativo para identificar y conocer la magnitud de los problemas. Consúltese a Rojas (1991). 
 5 
Para reforzar el grupo focal y el cuestionario, consideré que tenía que experimentar 
en carne propia el problema de las trabajadoras domésticas y así darme cuenta de la 
relación que se establece con las patronas y/o patrones. Se utilizó la observación 
participante 9 para conocer las condiciones laborales de tres trabajadoras domésticas 
indocumentadas mexicanas en Brooklyn, Nueva York. Mi aproximación más cercana a 
ellas fue acompañarlas a realizar el servicio doméstico. De esa manera, el acceso a la 
observación fue en un contexto cotidiano en el que se dieron distintos intercambios 
simbólicos entre la trabajadora doméstica y sus empleadores. Por medio del grupo focal, 
cuestionario y observación participante se logró una aproximación importante para entender 
cuáles han sido sus experiencias migratorias y como es su situación laboral en la ciudad de 
Nueva York. 
 
Por tanto, el objetivo de este trabajo es conocer cuáles son las condiciones laborales 
de las trabajadoras domésticas mexicanas indocumentadas en Brooklyn, Nueva York, para 
lo cual se han planteado los siguientes objetivosespecíficos: 
 
• Entender las casusas por las que las mujeres migrantes mexicanas emigran a 
los Estados Unidos, y los medios que influyen para su asentamiento. 
• Conocer por qué las mexicanas inmigrantes, en su mayoría, se dedican al 
servicio doméstico en los EE. UU. 
• Saber cuáles son los medios con los que cuentan para encontrar trabajo. 
• Comprender cuáles son las situaciones que influyen en las condiciones 
laborales de las trabajadoras domésticas. 
• Observar las diferentes dinámicas laborales establecidas entre trabajadoras y 
empleadoras. 
• Analizar los derechos laborales de las trabajadoras domésticas en la ciudad 
de Nueva York y determinar si se cumplen. 
 
 
9 Una observación participante es efectuada dentro y activamente en el grupo; provoca que el investigador se desenvuelva con naturalidad 
y se integre de lleno a las actividades que realizan sus componentes. Ídem., (1991). 
 
 6 
En este proyecto se utilizará el término “trabajo doméstico” como referencia a una 
ocupación llevada a cabo por mujeres, que se realiza en un domicilio privado, por personas 
ajenas al mismo y por lo cual se percibe una pago o salario10. De igual manera, el término 
migración internacional será definido como el movimiento de una persona de un país a otro 
con un asentamiento que puede ser de manera temporal o indefinida11. Igualmente, se 
entiende por migrantes indocumentadas a las mujeres que emigraron de manera clandestina 
y sin documentación oficial a los EUA y que por lo tanto están sujetas a la deportación12. 
 
El presente estudio está dividido en cuatro capítulos. En el primero, “Trabajo 
doméstico y migración”, se analiza el concepto del trabajo doméstico y la migración, así 
como las teorías contemporáneas de la migración internacional. En el segundo, titulado 
“Inmigrantes mexicanas en los Estados Unidos”, se ofrece una idea general sobre la 
magnitud de la migración de mujeres mexicanas hacia los Estados Unidos, sus primeros 
indicios, los motivos de su migración y la importancia que tienen las remesas que ellas 
generan. También se analiza su situación frente al trabajo en aquel país. 
 
En el tercer capítulo, “El servicio doméstico en EE. UU. y sus derechos laborales”, 
se explica como la mayoría de las mujeres que se dedican a dicha labor son migrantes 
latinoamericanas -en especial mexicanas. Se trata también el tema de la segregación que las 
mexicanas migrantes han padecido durante siglos en el vecino país del norte. De igual 
forma, se analizan los derechos laborales con lo que cuentan las trabajadoras domésticas 
indocumentadas en la ciudad de Nueva York. 
 
En el capítulo cuatro, “Trabajadoras domésticas mexicanas indocumentadas en 
Nueva York: análisis de los resultados del grupo focal y de la encuesta” se describen las 
vivencias de algunas mexicanas indocumentadas y su situación laboral en el servicio 
doméstico remunerado. Se incluye un esquema obtenido por medio de la Observación 
Participante, que relata un día de trabajo de estas mujeres. Por último, se presenta la 
conclusión de este trabajo. 
 
10 Véase a Chávez y Buendía (2005). 
11 Consúltese OIM (2006). 
12 Consúltese Code of Laws of the United States (2011) Title 8. 
 7 
Capítulo 1 
Trabajo doméstico y migración 
 
 
En este capítulo se describe la forma en que la mujer mexicana se ha integrado al 
trabajo doméstico remunerado en EE. UU. Se analizarán los diferentes conceptos, 
modalidades y características del trabajo doméstico, así como algunas de las teorías en 
relación al mismo. Posteriormente se retomará el concepto de migración internacional y 
algunas de las teorías contemporáneas sobre dicho fenómeno. 
 
 
1.1 La integración de mujeres mexicanas al trabajo doméstico en EE. UU. 
Al finalizar la Guerra de Intervención Estadounidense en México con la firma del 
Tratado de Guadalupe Hidalgo, en 1848, los Estados Unidos se apropiaron de la mitad del 
territorio mexicano. La vida de los mexicanos que se quedaron del lado estadounidense 
cambió drásticamente ya que se les otorgó un estatus de ciudadanía nominal. 
 
A partir de entonces, una nueva estructura social y económica surgió en el suroeste 
de EE. UU. en el que los chicanos13 y otras minorías de color14 se incorporaron a un 
mercado laboral segmentado, basado en distinciones raciales que las mantenían 
subordinadas (Barrera 1979, p.49); en el caso de los chicanos fueron utilizados en los 
empleos más difíciles y peor pagados, como la minería, la cosecha de remolacha y la 
construcción de ferrocarriles (Gamio 1930; Santibáñez 1930: Barrera 1979; Glenn 1985; 
Durand 2002). 
 
Existen pocos registros de finales del siglo XIX acerca del trabajo de las chicanas en 
los Estados Unidos. Antes y durante la década de 1870, sus actividades laborales se 
 
13 Los chicanos han sido nombrado como mexicanoamericanos, mexicanos, latinoamericanos, hispanos y latinos son algunas de las 
variaciones más comunes. 
14 El término minoría de color aquí se refiere a una minoría racial como nativos americanos, asiáticos, afroamericanos y latinos. 
 8 
limitaban al cuidado del hogar y la crianza de niños; después de 1880, algunas de estas 
mujeres ingresaron al servicio doméstico y otras se incorporaron al mercado de trabajo 
agrícola (Barrera 1979, p.53). 
 
A medida que el capitalismo estadounidense penetraba más profundamente se dio 
una expansión económica acompañada de una fuerte demanda de mano de obra barata; la 
economía absorbió a los chicanos y llegó agresivamente a México en busca de más 
trabajadores (Barrera 1979, p.76). Las mujeres mexicanas15 fueron parte de ese proceso 
cuando algunas familias emigraron al sur de Estados Unidos en busca de trabajo temporal. 
Un hecho importante sucedió en 1909 cuando el presidente mexicano Porfirio Díaz y el 
presidente de Estados Unidos William H. Taff firmaron un convenio para exportar a miles 
de trabajadores para laborar en los campos de remolacha. “Los enganchadores preferían a 
los migrantes que tuvieran familia, ya que todo el grupo familiar podía ser integrado a las 
labores del campo” (Durand 2002, p.14) por ello, en su mayoría, emigraban familias 
completas. La migración de las mujeres se apoyaba en la familia y en la alta demanda 
laboral que surgía para ellas, quienes, ante la necesidad económica, aceptaban sueldos mal 
remunerados y largas jornadas laborales. 
 
Las chicanas en la fuerza de trabajo se encontraban en dos segmentos de clase 
subordinados, basado en la raza y en el sexo (Barrera 1979, p.103). Ocupaban la parte 
inferior de la jerarquía ocupacional con empleos racializados que generalmente eran una 
extensión de las labores en hogar 16. 
 
Los Anglos17 reducían la cultura de las mujeres étnicas y de minorías a estereotipos 
raciales. Se referían a ellas de manera peyorativa como mexican18; vulgares, infantiles, 
ignorantes y católicas, que a su vez reforzaron la estratificación ocupacional. (McKinley 
 
15 Utilizo los términos mexicoamericana y mexicana para referirme a las mujeres mexicanas nativas e inmigrantes en los Estados Unidos. 
16 En el sudoeste las mujeres mexicoamericanas llenaron las filas del servicio doméstico. Véase a Wilson, C. & Wilson, L. 2000, p.1. 
17 El termino Anglos, se refiere a todos los estadounidenses que no son miembros de minorías raciales. 
18 Santibáñez (1930) y Gamio (1930) indican que los mexicanos eran divididos en categorías raciales como: el ‘spanish’ y el ‘mexican’; 
el primero por ser considerado blanco obtenía mejor trato y podía acceder a lugares de segunda categoría frecuentados en su mayoría por 
sajones norteamericanos pobres; el segundo, de piel morena, recibía un trato despectivo y experimentaba restricciones similares a las de 
negros. 
 9 
1969, citadoen Romero 1992, p. 77). El trabajo doméstico remunerado se convirtió en el 
empleo primario de las mexicanas en el suroeste de EE. UU. 
 
Durante el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial, los Anglos buscaron 
mejorar a las mujeres mexicanas, y para ello, imprimieron libros y folletos donde se les 
enseñaba la manera americana de limpiar. Alrededor de los años cuarenta se establecieron 
escuelas, especialmente en el sur de Texas, donde se preparaba a las niñas para ser las 
futuras sirvientas americanizadas (Romero 1992, pp.83-84). La relación entre mujer 
mexicana y sirvienta, y por lo tanto subordinada, no cambió del todo. Como parte de una 
minoría de color subordinada las mexicanas se vieron relegadas al servicio doméstico por 
necesidad económica, oportunidades restringidas y educación condicionada. 
 
En contraste, las migrantes europeas que se dedicaban al servicio doméstico en 
ciudades como Nueva York, utilizaban la ocupación como medio para su movilidad social e 
ingreso a la economía formal19. Investigaciones pasadas (Romero 1992; Davis 2004; 
Hondagneu-Sotelo 2011) afirman que la ocupación ofrecía mayormente los medios para la 
movilidad social a mujeres blancas nativas y europeas que abandonaron el servicio 
doméstico al encontrar mejores trabajos en fábricas, más no para mujeres de color que se 
mantuvieron en la ocupación sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial. 
 
Lo anterior incrementó la escasez de empleadas domésticas blancas que aceptaran 
las paupérrimas condiciones laborales, lo que provocó que en lugares como Nueva York y 
California se importaran mujeres para cubrir esos empleos. Ante la demanda de empleadas 
surgieron las agencias de empleo especializadas en la importación de trabajadoras 
domésticas, en su mayoría provenientes de Europa Occidental; sin embargo, en años 
posteriores las agencias centraron su atención en la importación de sirvientas 
latinoamericanas a quienes consideraban fáciles de retener debido a su incapacidad de 
hablar inglés (Martin y Segrave 1985, p.104). 
 
 
19 Consúltese a Chaplin (1964); Coser (1974); Chaplin (1978) principales defensores de la teoría de la modernización, caracterizaron el 
servicio doméstico como una ocupación puente para mujeres inmigrantes blancas europeas. 
 10 
Por ejemplo, en 1970, aproximadamente el cinco por ciento de las mujeres 
inmigrantes del Caribe de habla hispana estaban empleadas como trabajadoras del hogar 
(Wilson, C. y Wilson, L. 2000, párr.6). Mujeres que, debido a su situación de pobreza, 
irregularidad migratoria, bajos niveles de educación y nulo dominio del idioma han sido 
vulnerables a la dominación de agencias y empleadores. No obstante, algunos empleadores 
estadounidenses han ocupado a estas mujeres porque pueden pagarles un menor salario, 
pero al mismo tiempo exigen su deportación. Al ser parte de la economía informal, el 
trabajo doméstico facilita la existencia de condiciones de precariedad laboral. 
 
En Estados Unidos, el servicio doméstico remunerado pasó de ser la ocupación 
común entre mujeres anglosajonas, europeas blancas y afroamericanas a la ocupación 
destinada a mujeres migrantes racializadas provenientes de países del Tercer Mundo, en su 
mayoría mexicanas indocumentadas. 
 
 
1.1.1 Concepto de trabajo doméstico 
 
En la información censal el trabajo doméstico se define como “el realizado para o 
dentro de un hogar o varios hogares” (Instituto Nacional de Estadística y Geografía 
[INEGI] (2017). Se clasifica como no remunerado y remunerado; en el trabajo doméstico 
no remunerado, la persona que realiza el mantenimiento y limpieza de su propia unidad 
doméstica no recibe un pago por este; en el segundo, la persona que realiza dicho trabajo sí 
percibe un ingreso. Al respecto, se ofrecen algunas definiciones: 
 
El trabajo doméstico produce valores de uso para el consumo de los integrantes de 
una familia nuclear (Benston 1969, p.15); debido a que este se realiza en el interior del 
hogar, es directamente productivo de la plusvalía y es parte del sistema de reproducción 
social (Dalla Costa 1971, p.41). Lo anterior sugiere que el trabajo doméstico es una 
actividad por medio de la cual se logra el mantenimiento y reproducción de la fuerza de 
trabajo. 
 11 
Esta reposición y la reproducción de la fuerza de trabajo también puede lograse “a 
través de la contratación de personal doméstico, es decir una unidad o más de fuerza de 
trabajo que lo realice a cambio de un salario” (De Barbieri 1979, pp. 111-112). El trabajo 
doméstico que realiza el ama de casa mantiene los mismos fines y características que el 
servicio doméstico, la diferencia entre ambos es que en el último se recibe un pago. La 
postura que se toma en este trabajo sobre el concepto de trabajo doméstico remunerado va 
en el mismo sentido en que Chávez y Buendía (2005) afirman: 
 
“El trabajo doméstico remunerado es aquella actividad que se realiza en el domicilio 
privado por personas ajenas al mismo y por lo cual se percibe un pago; esta actividad la 
desempeñan hombres y mujeres, con horario y pago establecido de común acuerdo con la 
parte contratante; es un tipo de trabajo reconocido socialmente, pero que no cuenta con 
prestaciones sociales” (p. 51). 
 
En la información censal en el grupo de trabajadores domésticos remunerados se 
incluyen ocupaciones como: cuidadores de personas en casas particulares, jardineros en 
casas particulares, lavanderos y planchadores domésticos, choferes en casas particulares, 
vigilantes y porteros en casas particulares y cocineros domésticos20. 
 
Sin embargo, el trabajo doméstico remunerado varía de un país a otro. De acuerdo 
al New York Department of Labor (s.f.) un trabajador doméstico trabaja en el hogar de otra 
persona y sus tareas pueden incluir tanto el cuidado de niños, de personas convalecientes o 
ancianas, así como tareas de limpieza, o bien realizar otro propósito de servicio 
doméstico21. 
 
 
1.1.2 Modalidades del trabajo doméstico 
 
Hondagneu-Sotelo (2011) distingue tres tipos de trabajo doméstico remunerado: 
 
20 Consúltese las Estadísticas a propósito del día internacional del trabajo doméstico en INEGI (2017). 
21 Véase las leyes que protegen a los Trabajadores domésticos en el New York Department of Labor (s.f.). 
 12 
• Niñera/ encargada la casa que se queda a dormir en la casa los patrones, 
trabaja para una familia y vive con ella, y en general sus responsabilidades 
incluyen el cuidado de los niños y lugar; 
• Niñera/ encargada de la casa que no se queda dormir y trabaja cinco o seis 
días por semana, atiende a los niños; 
• Limpiadora de casas, trabaja para diferentes patrones a partir de una base 
contractual, y usualmente no cuida de los niños como parte de su trabajo 
(Hondagneu-Sotelo, 2011, p.59). 
 
Investigaciones anteriores (Romero 1992; Hondagneu-Sotelo, 2011) señalan que las 
trabajadoras domésticas de entrada por salida, que se dedican a la limpieza de casas, gozan 
de mayor flexibilidad en su trabajo, pueden tener distintos empleadores, manejar su propio 
tiempo, así como su salario puede ser negociado con sus patronas y/o patrones; sin embargo 
para conseguir una cantidad razonable de casas para cubrir una semana de trabajo puede 
llevarles varios años. Regularmente estas mujeres comienzan como niñeras encargadas de 
la casa hasta que se independizan. 
 
Este trabajo se centra en las trabajadoras domésticas niñeras/ encargadas de la casa, 
y en las trabajadoras domésticas limpiadoras de casas. Ambos tipos de trabajadoras 
domésticas se contratan de dos maneras: 
 
• Interna: son mujeres que trabajan solamente para un empleador con sueldos 
establecidos de común acuerdo con sus patronas y/o patrones con la 
excepción de que su horario de trabajo es indefinido y cuentan con un solo 
día de descanso. Además,duermen en la casa de sus empleadores. 
Curiosamente la palabra interna se usa para las personas que están recluidas 
o que no tienen visitas al exterior. 
• Entrada por salida: en su mayoría son mujeres que trabajan de manera 
independiente para una o varias patronas y/o patrones, con horarios y sueldo 
establecidos de común acuerdo con ellos y sin quedarse a dormir en el 
domicilio en el que realizan dicha ocupación. 
 13 
Dentro de los propios arreglos del servicio doméstico remunerado, la contratación 
puede ser de manera formal e informal. En la primera, regularmente existe un contrato, 
mientras que en la segunda es por medio de un acuerdo verbal entre empleada doméstica y 
patrona y/o patrón, aunque por esa razón no ofrece protección legal. “En ambos casos se 
proporciona un pago no catalogado en las normas laborales” (Chávez 2005, p.13). 
 
Por su parte, para encontrar trabajo en el servicio doméstico remunerado, las redes 
en el servicio doméstico generan ciertas condiciones de ayuda para las mujeres migrantes 
recién llegadas. Por lo general, aquellas que han emigrado solas y que no tienen redes 
sociales en el país de destino comienzan a trabajar como internas, así ahorran dinero para 
enviarlo a su familia o para terminar de pagar al coyote su cruce por la frontera. En muchas 
ocasiones son los mismos coyotes que por medio de sus conexiones en los Estados Unidos 
sugieren a las mujeres migrantes que trabajen como internas y así terminen de pagar la 
deuda que quedó pendiente por el cruce fronterizo. 
 
Algunas mujeres cuentan con redes de familiares y de amigos que ya están 
establecidos en los Estados Unidos por lo que es más fácil que las recomienden y así no 
tengan que trabajar como internas. Al igual que la maduración de las redes, el asentamiento 
por tiempo indefinido en el país destino permite que las trabajadoras internas puedan 
convertirse en trabajadoras de entrada por salida. 
 
Las condiciones laborales entre las empleadas internas y las de entrada por salida 
son distintas en cuanto a horas de trabajo, salario y las actividades que realizan; aunque la 
mayor diferencia es que las de entrada por salida cuentan con una vida propia (Chávez 
2005, p.106). Las trabajadoras de entrada por salida es posible que alcancen su 
independencia económica gracias a la ayuda de sus redes de familiares y amigos, así como 
por recomendaciones de sus patronas y/o patrones. De esta manera, cuando el empleador 
recomienda a una trabajadora doméstica a sus amigos, familiares y vecinos es muy posible 
que ésta consiga más trabajo. Las mujeres que se independizan de sus empleadores manejan 
mejor el tiempo entre su ocupación, el cuidado de sus propios hijos y su integración a la 
sociedad. 
 14 
Otra forma en que muchas mujeres inmigrantes pueden acceder al servicio 
doméstico, es por medio de agencias de colocación. Desde mi experiencia personal al 
visitar algunas de estas agencias en el condado de Brooklyn, observé como las mujeres 
solicitantes llenan un formato con sus datos personales. Las patronas y/o patrones llaman 
por teléfono a la agencia y solicitan el servicio doméstico, posteriormente la agencia 
establece contacto con las mujeres que cumplen con las características que requieren los 
empleadores. Sin embargo, algunas mujeres prefieren no esperar a ser contactadas y visitan 
la agencia a diario. Al obtener el trabajo, la empleada debe pagar parte de su salario a la 
agencia. 
 
 
1.1.3 Características y tareas propias del trabajo doméstico 
 
La diferencia entre trabajo doméstico remunerado y no remunerado es que en el 
primero se obtiene un pago por el servicio, mientras que en el segundo no. Sin embargo 
ambos mantienen características y tareas similares. 
 
 “El trabajo doméstico, desarrolla habilidades en un espacio limitado y con tiempos 
precisos, por lo cual el control de esas actividades es importante; otro aspecto es la 
capacidad de administración, donde la destreza para equilibrar recursos y necesidades” 
(Chávez 2005, p. 32). Cuando una patrona y/o patrón contrata a una empleada doméstica, 
tiene que hacer uso de la logística y dirección para que el trabajo se realice en tiempo y 
correctamente. A su vez la trabajadora doméstica requiere experiencia sobre la ocupación y 
aculturación para lograrlo22. 
 
Las empleadas domésticas limpian y hacen una variedad de otras tareas domésticas. 
Deberes típicos incluyen aspirar, trapear y quitar el polvo en toda la casa, así como 
desinfectar cocinas y baños; vacían los contenedores de basura, lavan los platos y la ropa; 
 
22 En cuanto a experiencia se alude a conocimientos acerca del tipo de limpieza y materiales a usar, cuidado de los niños y preparación de 
alimentos entre otros; y por aculturación me refiero a la adaptación de la empleada doméstica según las costumbres y tradiciones de sus 
patronas y/o patrones; dicha aculturación requiere ciertas exigencias en el tipo de limpieza, horarios y preparación de alimentos. 
 15 
casi cualquier cosa dentro de una casa puede ser limpiada u ordenada por ellas (Bierer 
2010-2011, p.24). Sin embargo, las capacidades y conocimientos adquiridos por la 
empleada doméstica no significan mejores salarios. 
 
La carga del trabajo doméstico depende del número de integrantes en la familia y 
condiciones de la vivienda, servicios públicos (agua, electricidad, recolección de basura, 
etc.), la clase social (marca diferencias en las necesidades), el desarrollo tecnológico 
(adquisición de electrodomésticos), situación económica, social e histórica de la sociedad 
en que vive la familia (Chávez 2005, p. 33). 
 
Con el tiempo, la realización de las tareas del trabajo doméstico ha cambiado su 
logística y su duración. El uso de aparatos electrodomésticos, alimentos industrializados, 
artículos de limpieza, artículos para el cuidado de niños y artículos de limpieza han influido 
en este cambio (Goldsmith 1998, p.88). 
 
Sin embargo existe un factor importante, el hecho de que la carga del trabajo 
doméstico y las tareas domésticas puede variar de acuerdo a factores como la tradición, 
costumbres y la cantidad de bienes o servicios de los empleadores, que finalmente son 
quienes decidirán el tiempo y la manera en que la trabajadora doméstica deba limpiar. Por 
ejemplo, en el capítulo 4 de este trabajo, las mujeres entrevistadas señalan que la carga de 
trabajo es diferente de acuerdo a la tradición y costumbres de sus patronas y/o patrones. Lo 
anterior hace difícil determinar el tiempo que requieren y la forma en que debe realizarse el 
trabajo. 
 
 
1.1.4 Teoría de la modernidad 
 
A principios del siglo XX los teóricos de la modernización consideraban el trabajo 
doméstico como una ocupación que se extinguiría con el avance de la modernización y su 
 16 
innovación tecnológica23. A medida que la tecnología avanzó y la división social del trabajo 
progresó, la carga del ama de casa disminuyó, por lo que argumentaron que las familias 
estadounidenses pronto podrían mantener un estilo de vida sin un trabajador doméstico 
privado. 
 
 Algunos reformadores basados en la teoría de la modernización enmarcaron al 
servicio doméstico como una “ocupación puente” que modernizaría y prepararía su ingreso 
a la economía formal a mujeres inmigrantes al exponerlas a las normas y valores de la clase 
media. Con este análisis se pensaba que el trabajo doméstico prepararía a las mujeres para 
integrarse a la economía formal. Sin embargo, este modelo surgió a partir de los análisis 
elaborados sobre mujeres inmigrantes europeas24. 
 
Asimismo, algunos teóricos de la modernización denominaron el carácter 
cambiante de la fuerza de trabajo estadounidense, que sugiere que el trabajo doméstico fue 
alguna vez una profesión respetable realizada por mujeres blancas de ascendencia europea; 
adquirió su reputación como un trabajo sucio conformea la creciente integración de 
mujeres inmigrantes25 a dicha ocupación (Wool 1976; Tucker 1988 en Romero 1992, p.26). 
 
De acuerdo a lo anterior, la teoría de la modernización considera los desarrollos y 
cambios en el trabajo doméstico en el siglo XX en forma de dos arcos narrativos: por un 
lado, el trabajo doméstico supuestamente sería menos necesario debido a los avances 
tecnológicos y sociales, así como sería poco respetado por ser asociado con mujeres 
inmigrantes; por el otro, estos "trabajos sucios" se seguirían ofreciendo a los inmigrantes y 
las minorías raciales como una oportunidad de participación social dentro de la clase 
dominante, sin realmente ser acogidos por la sociedad receptora. Como resultado, la teoría 
de la modernización renombra el mal necesario de los "trabajos sucios" como “ocupaciones 
 
23 Chaplin (1964); Coser (1974); Chaplin (1978) principales defensores de la teoría de la modernización, caracterizaron el servicio 
doméstico como extinguido porque el trabajo doméstico se había modernizado y por lo tanto no era útil en una economía industrializada 
y desarrollada. Las innovaciones tecnológicas como electrodomésticos, la industrialización de la producción y distribución de alimentos. 
24 Sin embargo este modelo surgió a partir de los análisis hacia inmigrantes europeas. Para la socióloga Romero (1992) así como la 
activista política estadounidense Davis (2004) la ocupación ofrecía mayormente los medios para la movilidad social a mujeres blancas 
nativas y europeas que abandonaron el servicio doméstico al encontrar mejores trabajos en las fábricas, más no lo fue para las mujeres 
afroamericanas que se mantuvieron en la ocupación sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial; y que hasta la actualidad es 
mayormente desempeñada por mujeres provenientes de Centroamérica y México. 
25 Wool (1976) y Tucker (1988) consideraban que las condiciones precarias del servicio doméstico están directamente relacionadas con la 
cantidad de inmigrantes y afroamericanos. Coser (1974) llegó a afirmar que únicamente las personas que sufren de inferioridades eran 
inducidas a ingresar a dicha ocupación. Consúltese a Romero (1992), p. 26. 
 17 
puente positivas” y al hacerlo, se ciega ante el hecho de que el trabajo doméstico no 
desaparece. 
 
 
1.1.5 Teoría feminista-marxista 
 
En la década de los años sesenta, dentro del marco marxista, surgieron una variedad 
de teóricas feministas26 que intentaban explicar la subordinación de la mujer en la sociedad, 
por lo que iniciaron el debate clásico27 en torno al trabajo doméstico y su función en la 
sociedad capitalista, así como la posición desfavorecida de las mujeres en el mercado 
laboral28. 
 
Para feministas marxistas pioneras como Benston (1969) es importante mostrar la 
contribución económica que hicieron al capitalismo las mujeres que trabajan en el hogar. 
Ella rechaza la idea de que el trabajo doméstico es improductivo, más bien considera que 
aporta una gran producción socialmente necesaria en la sociedad capitalista. (Benston 1969, 
p.15). El trabajo doméstico produce valores de uso para el consumo en el hogar, sin 
embargo, al estar fuera de la llamada producción social (intercambio directo de fuerza de 
trabajo por salarios), no es considerado un trabajo de verdad. 
 
En una sociedad en la que el dinero es sinónimo de valor, el trabajo doméstico 
genera poco ingreso y por lo tanto no es percibido como un trabajo real. Es una labor 
reservada para las mujeres y eso significa que, comparado con los hombres, ellas tienen una 
relación diferente con los medios de producción. Lo anterior determina la forma en que las 
mujeres son definidas socialmente: los hombres son responsables de la producción de 
mercancías y no tienen ningún rol en el trabajo doméstico, mientras que la mujer es vista 
 
26 En torno a esa área de estudio están los trabajos provenientes de feministas marxistas representadas principalmente por Benston (1973), 
Seccombe (1974), Dalla Costa (1972), James (1972) y Hartmann (1981), entre otros. 
27 Véase al respecto a Rodríguez y Cooper (2005). 
28 Surgió la división del trabajo y su valoración como productivo e improductivo. El primero era realizado por los varones quienes 
generaban un salario fuera mientras que el segundo era considerado como una actividad sin valor realizada por las mujeres en el hogar. 
Las mujeres fueron subordinadas por su género y por la maternidad, por lo tanto, se desvalorizó su papel en el proceso de la producción 
social, las mujeres fueron relegadas al trabajo doméstico sin remuneración con base meramente en su género. 
 18 
como un grupo responsable de la producción de valores de uso simples y que trabaja fuera 
de la economía del dinero (Benston 1969, p.16). 
 
La posición desfavorecida de la mujer en la sociedad se debe a que el trabajo del 
ama de casa no puede afirmarse en sí mismo ni afirmarla a ella como trabajadora, porque el 
valor de dicha actividad se halla oculto (Seccombe 1974, p.201). Es decir, al no recibir 
remuneración, ese tipo de actividad es percibida como desprovista de valor y por lo tanto 
no se considera un trabajo real29. Ante la ausencia de un cheque de pago para justificar su 
labor, el ama de casa tiene que responsabilizarse de su trabajo en términos no económicos 
debido a que se le considera una labor de amor, realizada más bien por la devoción que el 
ama de casa tiene por su familia (Seccombe 1974, p.201). Por esto, cuando el trabajo 
doméstico se complementa con los roles de esposa y madre, la percepción de que no se 
trata de un trabajo real se incrementa y se reafirma la idea de que es algo inherente a la 
mujer ama de casa. 
 
Sin embargo, cuando el sector industrializado demanda mano de obra, las mujeres 
funcionan como un enorme ejército de reserva. Si el trabajo es escaso (por ejemplo debido 
a las guerras) las mujeres son necesarias para la fuerza de trabajo, pero cuando hay poca 
demanda de mano de obra, se convierten en fuerza de trabajo excedente y son canalizadas 
fuera de la economía del mercado; reaparece el culto al hogar, que refuerza la idea de que 
el trabajo real de las mujeres está en casa y que esa es su responsabilidad (Benston 1969, 
p.21). 
 
Ante este panorama, diversos estudios elaborados por marxistas feministas (Benston 
1969; Seccombe 1974) exigen la socialización (producción social colectiva) del trabajo 
doméstico y el cuidado de los niños para que deje de ser una actividad privada, así como la 
participación e igualdad de acceso a puestos de trabajo de las mujeres en el trabajo 
remunerado que resultará en la no dependencia de las mujeres respecto a los hombres y en 
 
29 Lo anterior se refiere a que la fuerza de trabajo de una mujer está oculta en la fuerza de trabajo que llega al mercado y por la que no 
recibe el pago directo que represente ese valor. 
 19 
la abolición de la propiedad privada30. La liberación de las mujeres en el capital requiere la 
abolición de la propiedad privada y la entrada de mujeres en la fuerza de trabajo. 
 
Por su parte, las feministas marxistas Dalla Costa (1971) y James (1979) definen el 
trabajo de las mujeres en el hogar como una actividad económica que produce plusvalía, 
por lo tanto señalan que las mujeres son parte integral de la fuerza trabajadora. De esta 
manera, el trabajo doméstico no es exclusivo de las mujeres por una cuestión de género; al 
liberar al hombre de esas labores lo ayuda a que genere un ingreso en otras actividades para 
generar un salario, mismo que él emplea para que la mujer lo reproduzca como fuerza de 
trabajo en el hogar; de esa manera, el capital controla el flujo de trabajadoras, que no están 
dentro de un mercado formal y cuantificado sino bajo el control del hombre asalariado 
(Dalla Costa 1971, p.41). Tanto las mujerescomo los hombres son inmolados por el 
capitalismo. 
 
A lo anterior, diversos estudios (Dalla Costa 1971; James 1972) señalan que la 
liberación de las mujeres y su no dependencia hacia el hombre en el capitalismo se logra 
por medio de la remuneración y socialización del trabajo doméstico, lo cual permitiría a las 
mujeres tener dinero propio, organizar sus labores y el cuidado de los hijos de manera 
comunitaria. Sugieren que las mujeres que trabajan en casa deben romper con la tradición 
de la mujer privatizada y rechazar la idea de que su liberación se dará a través del trabajo, 
por lo que deben negarse a participar en el mercado laboral -segundo empleo (Dalla Costa, 
1971, p. 47; James, 1972, p. XVII). 
 
En otro orden de ideas, las feministas marxistas del patriarcado capitalista mejor 
representadas por Hartmman (1981) y Bridges (1979) concuerdan con el análisis marxista 
de la explotación de clase y le otorgan la misma importancia al patriarcado31. Consideran 
 
30 La liberación de las mujeres, no será en sí misma suficiente mientras el trabajo en el hogar siga siendo una cuestión de producción 
privada y responsabilidad de las mujeres, simplemente llevarán una doble carga de trabajo. Véase Benston (1969), p.21; Seccombe 
(1974), p. 203. 
31 Capitalismo- patriarcal, ambos coexisten por lo que el cambio en uno crea movimiento, tensión o contradicción en el otro. Para 
Hartmann (1981) los elementos cruciales del patriarcado son: el matrimonio heterosexual monógamo, la crianza femenina y el trabajo 
doméstico, la dependencia económica de las mujeres respecto de los hombres (impuesta por los acuerdos en el mercado laboral), el 
estado y numerosas instituciones basadas en las relaciones sociales entre hombres: clubes, deportes, sindicatos, profesiones, 
universidades, iglesias, corporaciones y ejércitos. Para las feministas del patriarcado, el patriarcado existía antes del capitalismo y se fue 
 20 
importante la relación de las mujeres con los hombres dentro y fuera del hogar. En dicha 
perspectiva, la subordinación de las mujeres resulta de la interacción entre patriarcado y 
capitalismo, por lo que desarrollan el concepto de “patriarcado” que es un conjunto de 
relaciones sociales entre hombres con una base material y que, aunque jerárquicas, 
establecen o crean interdependencia y solidaridad, lo que les permite dominar a las mujeres 
(Hartmann 1981, pp.14-15). 
 
De igual forma, Hartmman (1981) señala que la base material sobre la que descansa 
el capitalismo patriarcal reside fundamentalmente en el control de los hombres sobre la 
fuerza de trabajo de las mujeres, y descansa en todas las estructuras sociales que permiten a 
los hombres controlar el trabajo de las mujeres. Dicho control se mantiene evitando que las 
mujeres accedan a los recursos económicamente productivos necesarios (por ejemplo, 
empleos con salarios dignos) y restringiendo la sexualidad de las mujeres (Hartmann 1981, 
pp.15-19). 
 
El salario familiar marcó la pauta para la división sexual ya que para la mayoría de 
los hombres adultos implicaban la aceptación de sus pares y la colusión para pagar salarios 
más bajos a jóvenes, mujeres y hombres socialmente definidos como inferiores32; los 
salarios más bajos se aplican mediante la segregación laboral en el mercado laboral33. 
(Hartmann 1981, p.22). 
 
La división sexual del trabajo en el mercado asegura que las mujeres tengan los 
trabajos peor pagados y que las tareas que realicen sean consideradas apropiadas para su 
condición femenina. Esto, además de que permite mantenerlas económicamente 
dependientes de los hombres, asegura la superioridad de los varones en el capitalismo 
porque las mujeres trabajan en tareas asignadas por género, en mercados más baratos con 
salarios bajos, lo cual provoca una ventaja material sobre ellas; asimismo, el hombre 
 
desarrollando con este, por lo tanto, el capital heredó un sistema patriarcal en el cual los hombres controlaban el trabajo de mujeres y 
niños en la familia 
32 Los hombres definidos como inferiores eran irlandeses, negros, etc., los grupos más bajos en la jerarquía patriarcal a quienes se les 
negaban muchos los beneficios patriarcales. Véase Hartmann 1981, p.22. 
33 A su vez mantenida por los sindicatos y la administración, así como por instituciones auxiliares como escuelas, programas de 
capacitación e incluso familias. Consúltese a Hartmann (1981). 
 21 
obtiene un beneficio directo al no tener que realizar labores domésticas ni de cuidado de los 
niños (Hartmann 1981, pp.22-30). El patriarcado beneficia a todos los hombres tanto en el 
hogar como fuera de él. 
 
Para las feministas marxistas del patriarcado capitalista, no fue el capitalismo sino 
el patriarcado lo que hizo que la principal responsabilidad de las mujeres fuera el hogar, 
aunque estas participen en el mercado laboral. El doble día es una realidad para las mujeres 
trabajadoras asalariadas ya que la división sexual del trabajo, en el mercado laboral, 
mantiene a las mujeres financieramente dependientes de los hombres, incluso cuando ganan 
un salario por si mismas (Hartmann, 1981, p.27). Aunque las mujeres reciban un salario por 
su trabajo en el mercado laboral, están obligadas a realizar el trabajo doméstico. Lo anterior 
conduce a una doble jornada laboral o a la necesidad de emplear a otra mujer para que 
realice las tareas domésticas. 
 
Con todo, el servicio doméstico remunerado también ha sido considerado como un 
trabajo sin valor en el que la empleada es devaluada porque realiza un trabajo destinado a 
satisfacer las necesidades de una familia, dentro de la esfera doméstica. Sin embargo, esta 
actividad es parte integral de la fuerza de trabajo. 
 
Para concluir, fue el feminismo marxista el que convirtió a las amas de casa en 
elementos vitales para el capitalismo. Las feministas marxistas pioneras centran la mayor 
parte de su análisis en el trabajo doméstico, pues consideran que es una labor con la que las 
mujeres contribuyen al capitalismo, aunque ellas y sus tareas domésticas se vean como 
producción externa (plusvalor). Por ello, la liberación de las mujeres en el capital requiere 
la abolición de la propiedad privada y la entrada de las mujeres a la fuerza de trabajo. 
 
Además, las feministas marxistas que exigen un salario para el trabajo doméstico, 
definen el trabajo de las mujeres en el hogar como una actividad económica que produce 
plusvalía; señalan que las mujeres están dominadas en primer lugar por el capital, y en 
segundo por los hombres. En comparación, el enfoque de las feministas marxistas del 
patriarcado capitalista da importancia a las relaciones entre mujeres y hombres dentro y 
 22 
fuera del hogar, así como a la forma en que influye el trabajo doméstico y sus tareas en la 
posición desfavorecida de las mujeres en el mercado laboral. 
 
Cabe añadir que las teóricas feministas marxistas no toman en cuenta la opresión de 
raza y pretenden abarcar a todas las mujeres en una sola visión generalizada. En ese 
sentido, al intentar explicar la importancia de los problemas relacionados con la opresión 
racial que afecta a mujeres de distintas clases sociales y minorías, su percepción resulta 
eurocéntrica34 por lo tanto inadecuada. Lo anterior ha conducido, entre otras situaciones, a 
la formulación de distintas teorías que puedan explicar la subordinación de mujeres 
provenientes de distintas minorías étnicas y clases sociales35. 
 
 
1.1.6 Colonialismo Interno 
 
En la década de 1960 se produjeron distintos sucesos en torno a la política racial en 
Estados Unidos36, sin embargo, no existía una teoría que explicara la opresión racial en la 
sociedad estadounidense. Derivado de esto surgieron distintos enfoques como el 
colonialismo37.Algunos escritos de Fanon (1963) y Memmi (1967) que hablaban de la 
situación de colonialismo en el extranjero fueron usados como ejemplos; diversos 
movimientos de liberación nacional del Tercer Mundo 38 fueron comparados por su 
similitud con la posición colonizada de las minorías raciales39 en los Estados Unidos. 
 
Activistas y académicos tenían la idea de que la relación entre razas en los Estados 
 
34 Consúltese los trabajos de Dussell (1998) y Wallerstein (2007) entre otros. 
35 Consúltese a Glenn, (1985) Racial Ethnic Women's Labor: The Intersection of Race, Gender and Class Oppression] Review of Racial 
Political Economics Vol. 17(3): pp. 86-108. En su trabajo hace referencia sobre la necesidad de teorías que puedan explicar la 
subordinación de mujeres provenientes de distintas minorías étnicas y clases sociales. 
36 Durante la década de los 60, distintos movimientos fueron trascendentales en la política de EE UU. El movimiento por los derechos 
civiles afroamericanos exigía poner fin a la segregación, así como el cumplimiento de todos sus derechos como ciudadanos. En la misma 
década surgió el Movimiento chicano por los derechos civiles, mismo que exaltaba su herencia cultural. Consúltese Chicano Movement 
(s.f.) http://depts.washington.edu/civilr/Chicanomovement_part1.htm 
37 Casi siempre, el colonialismo se refiere al establecimiento de dominación (política y económica) sobre un territorio geográficamente 
externo, habitada en su mayoría por personas de una raza y cultura diferentes; la colonia existe únicamente de manera subordinada y es 
explotada (tierras, materias primas, trabajo) por los colonizadores. Véase a Blauner (1969). 
38 El término “tercer mundo” se ha aplicado a las personas de color que son racialmente oprimidas en EE UU. Véase a Blauner (1969). 
39 Los términos "minoría", “minoría racial” o “minoría de color” aquí son usados para referirse a una minoría racial como lo serían en 
este caso los nativos americanos, chicanos, asiáticos, negros y latinos. 
 23 
Unidos podría describirse en el marco del concepto "colonialismo" para explicar la división 
y opresión histórica de negros, chicanos40, latinos, asiáticos americanos y otras personas de 
color radicadas en ese país41. Así, la idea de un "colonialismo doméstico42" se expuso en los 
Estados Unidos desde 1962 y se usó para describir las condiciones laborales que 
experimentaban las minorías de color. Posteriormente Mills, C. Wright (1973) desarrolló la 
expresión colonialismo interno43. En este trabajo se entiende el colonialismo interno en el 
mismo sentido que González Casanova (1969) lo define: 
 
“El colonialismo interno corresponde a una estructura de relaciones sociales de dominio y 
explotación entre grupos culturales heterogéneos, distintos. Si alguna diferencia específica 
tiene respecto de otras relaciones de dominio y explotación (ciudad- campo, clases sociales), 
es la heterogeneidad cultural que históricamente produce la conquista de unos pueblos por 
otros, y que permite hablar no sólo de diferencias culturales (que existen entre la población 
urbana y rural y en las clases sociales), sino de diferencias de civilización” (p.146). 
 
Tomando en cuenta lo anterior, la colonización interna en Estados Unidos puede 
entenderse como el manejo de las relaciones sociales de dominio y explotación entre 
grupos culturales heterogéneos dentro de una sociedad, en un mismo territorio. Lo anterior 
depende de una distinción entre la colonización como proceso y el colonialismo como un 
sistema social, económico y político. En EUA las minorías de color comparten el mismo 
tipo de experiencia colonizadora que muchas otras personas de color del mundo, sin 
embargo, el contexto social específico de la sociedad estadounidense lo hace diferente a lo 
que se entiende por colonialismo clásico44 (Blauner, 1969, 393-395). A pesar de que, en el 
contexto de la colonización, dichas circunstancias son relativamente universales, son al 
 
40 Los chicanos también han sido nombrados como mexicanoamericanos y mexicanos. Los chicanos y mexicanos generalmente viven en 
las mismas comunidades y regularmente se encuentran en el mismo sector laboral subordinado. A falta de una distinción clara entre 
ambos, el termino chicano a menudo se refiere a los dos. Vésase a Barrera (1979). 
41 Destacan los trabajos de Mills (1963), Blauner (1969) y Barrera (1979), entre otros. 
42 Cruse (1962) fue quien utilizó por primera vez la expresión "colonialismo doméstico" en su articulo "Revolutionary Nationalism and 
the Afro-American, Studies on the Left". Para Cruse (1968) el negro estadounidense es un sujeto del colonialismo doméstico porque 
compartía con los pueblos coloniales muchos de los factores socioeconómicos que forman la base material del nacionalismo 
revolucionario actual; asimismo desde el principio existía como un ser colonial que sufre tiranía, hambre, analfabetismo, vive en barrios 
marginales urbanos y semiurbanos. 
43 En 1960 en su artículo “El problema del desarrollo industrial” menciona los sectores desarrollados dentro del mundo subdesarrollado 
como un tipo de potencia imperialista, con colonias internas. Véase Mills (1973). 
44 El colonialismo clásico implicaba el control y la explotación de una nación por una minoría de extranjeros; mientras que, en Estados 
Unidos, las personas que están oprimidas eran originalmente forasteros y son una minoría numérica. Consúltese a Blauner (1969). 
 24 
mismo tiempo las que marcan una diferencia entre los colonizados de razas de color con 
respecto a aquellas de los inmigrantes europeos. 
 
Blauner (1969) señala tres condiciones que se deben tener para hablar de 
colonialismo interno. La primera condición es la de una entrada forzada de las minorías de 
color a la sociedad dominante. De cierto modo, las minorías de color (nativos americanos, 
chicanos y afroamericanos) siguieron en una especie de conquista, ya que fueron relegados 
con contratos de trabajo involuntarios. En contraste, los inmigrantes europeos tuvieron 
circunstancias más favorables ya que su entrada al país fue voluntaria, respondía a las 
necesidades industriales de un mercado capitalista libre y les aseguraba un grado de 
autonomía que los inmigrantes de razas de color no tenían (Blauner,1972, pp. 53-56). 
 
La segunda condición es el sometimiento a diversas formas de trabajo no libre, 
aplicado de acuerdo a principios de raza y color. Es decir, el trabajo no libre era relacionado 
con las personas de color, mientras que las personas de raza blanca europea eran 
relacionadas con el trabajo libre. Los nacidos bajo el estigma de ciertas razas denominadas 
de color no podían escoger libremente a qué dedicarse; los blancos, sí. Surgió entonces una 
correlación entre el color y el estado del trabajo en el que las minorías eran utilizadas como 
mano de obra barata y relegados a trabajos precarios, sin autoridad y sin posibilidades de 
ascenso (Blauner,1972, pp. 57-61). 
 
La tercera condicionante es una política cultural del colonizador. En el caso de las 
minorías europeas, su inmigración voluntaria y el estatus laboral libre les permitió 
establecer nuevas relaciones sociales y culturales45. En cambio, la experiencia cultural de 
las minorías de color era la de ser pueblos conquistados cuyas culturas han sido destruidas, 
explotadas y controladas en diversos grados (Blauner,1972, p. 68). 
 
El racismo ha sido también un factor importante en la segregación laboral de las 
minorías de color. En este trabajo se entiende el racismo como un principio de dominación 
 
45 Las etnias europeas tenían la libertad de hablar sus idiomas, practicar su religión, delinear su educación y mantener sus organizaciones 
políticas, entre otros. Consúltese a Blauner (1972). 
 25 
social46 por el cual un grupo visto como inferior o

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