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1 
 
 Universidad Nacional Autónoma de México 
Facultad de Economía 
Transformaciones del mercado de trabajo 
femenino. Implicaciones de la migración México – 
Estados Unidos en época de post crisis. 
TESIS 
Que para obtener el título de licenciado en Economía 
Presenta: 
Mitchell Iván Cardona Rubio 
 
 
Directora de tesis: Mtra. Patricia Rodríguez López 
Ciudad Universitaria Noviembre De 2015 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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 2 
 
A mamá 
Que todo lo da por mí, que todo lo hace por mí, 
Yo soy todo por ella 
He recorrido el duro camino aligerado por su cuidado, protegido por su preocupación e inspirado por su 
esfuerzo. Tu fe en mi es todo lo que necesito. 
Tú eres todo para mí, y todo es gracias a ti. 
A papá 
Que ha sacrificado todo por nosotros, 
Es mi más grande orgullo, mi guía más tangible 
La base sobre la que descansan todas mis aspiraciones, 
…son por ti, 
El hombre que quiero ser… 
 
Mamá y papá las personas que más amo en la vida. 
 
A ellos, que están a mi lado recorriendo la vida, compartiendo vínculos creando lazos; 
Generación que habla pasión, discute corazón, creando algo mejor… 
Sus logros, nuestros logros, …impulsan; juntos. 
Gracias a ellos quienes puedo decir amigos. 
 
Conocimiento, aprender y entender son mi motor… 
Gracias a mi universidad y a cada uno de mis profesores por permitirme la dicha de acercarme cada vez más 
a ello, por enseñarme a razonar y el placer de pensar. 
Gracias. 
Un recorrido personal pero nunca solo… 
 
 3 
Contenido 
 
Justificación ............................................................................................................................ 6 
Objetivos ................................................................................................................................. 8 
Hipótesis ............................................................................................................................... 10 
Introducción general ............................................................................................................ 11 
1. Antecedentes históricos transitivos al fenómeno de la participación femenina en la 
migración (México-Estados Unidos), y la transformación de los mercados de trabajo. 
Contextualización post crisis de 2008. ................................................................................. 13 
Introducción ..................................................................................................................... 13 
1.1. Contextualización histórica de la migración laboral femenina. Hechos 
paradigmáticos de la participación femenina. ................................................................. 14 
1.1.1. Premisas estructurales derivadas de condiciones históricas objetivas.......... 14 
1.1.2. Puntos de inflexión históricos dentro de las tendencias migratorias de 
género. 15 
1.2. Cambios macroestructurales en el estudio de mercados de trabajo femenino por 
migraciones laborales. ..................................................................................................... 22 
1.2.1. Estructura económica de los E.U. como polo de atracción migratoria. ........ 23 
1.2.2. Implicaciones de la reorientación macroeconómica mexicana como polo 
expulsor de la migración femenina. ............................................................................. 24 
1.3. Contextualización de la crisis 2008, en los mercados de trabajo para inmigrantes 
mexicanas. ........................................................................................................................ 29 
1.3.1. Características de la crisis, competente a la migración laboral femenina. ... 30 
1.3.2. Implicaciones de la crisis, competente a la migración laboral femenina. ..... 32 
Conclusiones ..................................................................................................................... 35 
Trabajos citados ................................................................................................................... 36 
 4 
2. Construcción teórico – conceptual referente a la transformación de los mercados de 
trabajo femeninos por implicaciones de la migración laboral. ........................................... 38 
Introducción ..................................................................................................................... 38 
2.1. Adaptación de la Teoría de los Mercados Segmentados de Trabajo, al fenómeno 
migratorio México-EU. .................................................................................................... 39 
2.1.1. Justificación .................................................................................................... 39 
2.1.2. Confrontación teórica en “mercados de trabajo”. ........................................ 39 
2.1.3. Construcción teórica de los mercados de trabajo segmentados. ................... 40 
2.2. Perspectivas de género en los estudios sobre migración: Un análisis teórico- 
conceptual. ........................................................................................................................ 45 
2.2.1. Género: Teoría y conceptos. .............................................................................. 46 
2.2.2. Perspectiva del género en la migración. ............................................................ 50 
2.2.2.a. Género como determinante del fenómeno migratorio. .................................... 51 
2.2.2.b. Migración laboral como determinante de la restructuración social de género.
 ...................................................................................................................................... 54 
2.3. Dinámica de la migración femenina México – EU: Características y tendencias. .. 61 
2.3.1. Características de los flujos migratorios femeninos. ......................................... 61 
2.3.2. Perfil sociodemográfico de la mujer migrante. .................................................. 72 
a. Edad ....................................................................................................................... 73 
b. Escolaridad ............................................................................................................. 75 
c. Estado civil ............................................................................................................ 77 
d. Tiempo de residencia y ciudadanía. ....................................................................... 78 
e. Estructura del hogar ............................................................................................... 80 
f. Geografía de la migración ...................................................................................... 85 
Conclusiones ..................................................................................................................... 88 
Trabajos citados ................................................................................................................... 89 
 5 
3. Mercados de trabajo femenino para migrantes mexicanas en EE.UU.; Implicaciones 
macroeconómicas y transformaciones postcrisis. ................................................................92 
Introducción ..................................................................................................................... 92 
3.1. Características de la segregación ocupacional. ....................................................... 93 
3.2. Estructura de la ocupación migrante en EE.UU. Dimensionando niveles de 
segmentación laboral ....................................................................................................... 94 
3.2.1. Concentración ocupacional femenina, en la esfera de la reproducción social.
 .................................................................................................................................... 102 
3.2.2. Socio demografía de la segmentación laboral. ................................................ 104 
3.2.3. Crisis: amplificador de la segmentación laboral ............................................. 107 
3.2.4. Mercados de trabajo alternativos: el autoempleo. ........................................... 111 
3.3. Asimetrías salariales. .............................................................................................. 116 
3.4. Remesas. .................................................................................................................. 125 
3.4.1. Remesas bajo la perspectiva de género. ........................................................... 126 
3.4.2. Participación femenina en las remesas ........................................................... 128 
3.4. Crisis y remesas. .................................................................................................. 137 
Conclusiones ................................................................................................................... 138 
Trabajos citados ................................................................................................................. 139 
Conclusiones Generales ..................................................................................................... 141 
Bibliografía ......................................................................................................................... 145 
Índice de gráficas y cuadros……...………………………………………………………149 
 
 
 
 
 6 
Justificación 
La explicación esencial que enmarca como paradigma de análisis mi investigación, se 
asocia con un entramado conceptual que va de la migración al género, la inserción laboral y 
el impacto de la crisis en ellos; explico. 
En primer lugar se denota la relevancia social que adquiere el fenómeno migratorio de 
mexicanos en EE.UU. materializado por el importante stock de residentes mexicanos en 
EE.UU. y el continuo flujo de recursos tanto humanos como monetarios en ambos espacios, 
que deriva en importantes implicaciones en el sentido de cubrir la falta de empleo, así 
como en la recepción de ingresos monetarios que equilibra tanto la estructura familiar 
alterada por la pobreza y el desempleo, así como en la estructura monetaria 
macroeconómica. En sí el fenómeno migratorio por si sólo es de importancia vital para la 
comprensión de la estructura socio-económica mexicana (es por ello, que partimos de 
estudios migratorios), sin embargo incurrimos en una visión ampliamente discutida bajo 
diversas perspectivas y corrientes teóricas. 
Posteriormente, se percibe un vacío importante dentro de las perspectivas de género en los 
estudios sobre migración, aunado a una observación de cambios históricos en los patrones 
tradicionales de movilidad espacial enmarcada por una elevación importante en las tasas de 
participación femenina, siendo este el primer justificante; identificado como un proceso de 
feminización en las corrientes migratorias de México a EE.UU. 
En éste sentido, se conjugan las ideas anteriores con el principal motor de la migración, que 
son los factores laborales, ante ello, se visualiza paulatinamente un continuo proceso de 
incremento en la participación económica femenina en las principales relaciones socio-
laborales. La perspectiva de género permite cubrir y demostrar las enormes diferencias que 
contrae el análisis univalente de la perspectiva tradicional homogeneizadora y 
androcéntrica de las implicaciones de la migración, situando comparativamente los 
procesos diferenciados en los cuales se encuentran las mujeres, los procesos de resistencia y 
reconstrucción social de género, así como la formación de mercados de trabajo 
diferenciados por características de género, y relaciones de impacto a escala estructural. 
 7 
Por último, se introduce un elemento dinámico de delimitación temporal que sitúa la 
investigación como un hecho particular y escasamente tratado previamente, el cual es el 
impacto de la crisis en la formación y asentamiento de los mercados de trabajo con rasgos 
femeninos, permitiendo distinguir los cambios bajo los cuales se posiciona la inmigrante 
mexicana en su función laboral, al momento que se visualizan los procesos de 
desestructuración a un segmento poblacional considerado como de alta vulnerabilidad, 
únicamente por sus condicionamientos de género. 
En síntesis, situamos al fenómeno migratorio como el elemento fundamental que da cabida 
a la investigación por su naturaleza intrínseca, y delimitada por la perspectiva económica, 
es decir aquella que se refiere a la movilización espacial por motivos laborales, 
consecutivamente, se añade la perspectiva de género como una visión diferenciada con 
implicaciones particulares que cubren un vacío analítico y demuestra resultados mejor 
sustentados y específicos. Por último la categoría de la crisis permite visualizar las 
transformaciones de los mercados de trabajo para inmigrantes mexicanas en un periodo 
dado, permitiendo distinguir la reestructuración de la ocupación femenina en particular, y 
de los mexicanos en EE.UU. en general; lo cual en conjunto justifican un proyecto de 
investigación particular y de relevancia considerable, por sus implicaciones agregadas y 
escasamente tratadas con anterioridad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 8 
Objetivos 
 
General: 
Desde luego, ésta investigación se encauza en demostrar los procesos de reconfiguración a 
los cuales se ha sometido la estructura ocupacional femenina de las inmigrantes en EE.UU. 
como producto de la crisis de 2007, a partir de relaciones que permitan entrelazar nuestras 
categorías de estudio, es decir, se intenta mezclar las categorías de género – migración – 
mercados de trabajo, bajo el fenómeno de la crisis, con el fin de generar una perspectiva 
particular que en un primer lugar produzca y situé un panorama general de la estructura 
ocupacional femenina, y posteriormente permita visualizar los procesos de transformación 
que han tenido estos, por los distintos procesos de desaceleración, estancamiento y crisis de 
la economía global. Sin embargo, generar un sistema de análisis de relaciones categóricas, 
implica ramificar diversos objetivos que se desprenden del objetivo general. 
Particulares: 
a) 
 En primer lugar, me propongo demostrar los elementos preliminares que permiten 
y/o dotan de relevancia analítica a la participación femenina dentro de la migración, 
y dentro de los mercados de trabajo estadounidenses; ello asegurará un cambio de 
paradigma dentro de la estructura de estudios migratorios dominantes. 
 Se pretende situar históricamente la formación del objeto de estudio, a partir de 
fenómenos macro y micro estructurales, los cuales en conjunto generan el 
fenómeno de la migración laboral femenina. 
 También es necesario situar procesos duales de polos atracción/expulsión, con el 
fin de visualizar los procesos que originan nuestro objeto de estudio. 
 Simultáneamente, el reto más importante, es situar todos nuestros objetivos, bajo el 
seno de la crisis. 
 
 
 9 
b) 
 En un segundo plano, pretendo acoplar un marco teórico que explique a cabalidad 
los procesos a los cuales estaré haciendo mención, como una respuesta a la 
incapacidadteórica de explicación dentro de los modelos convencionales, que 
tratan los estudios de migración. 
 Introducir una teoría alternativa de los mercados de trabajo, que además incorpore 
elementos migratorios y de género, como una verdadera aproximación de nuestro 
objeto de estudio. 
 Introducir la perspectiva de género tanto teórica como conceptualmente, con el fin 
de resaltar los procesos de diferenciación social de género a los cuales se ven 
sometidas las mujeres, aunadas a la marginación étnico migratoria, como una 
reacción a las perspectivas androcéntricas tradicionalistas de los estudios de 
migración y empleo; así como intentar visualizar la correlación de género en los 
procesos de empoderamiento y resistencia, y las implicaciones que tiene dentro de 
la migración y el empleo. 
 Por último, se pretende hacer mención de una dinámica general de la migración 
femenina mostrando las características de las tendencias observables bajo un doble 
sentido: flujos femeninos observados de manera conjunta, y por último visualizar 
las características sociodemográficas bajo las cuales se somete la mujer en la 
dinámica migratoria. 
c) 
 El último objetivo particular, pretende retomar y/o recopilar todos los objetivos 
particulares previamente desarrollados, y regresar al análisis del objetivo general, 
pero esta vez con un stock suficiente de instrumentos de análisis que nos permitan 
explicar a cabalidad nuestro objeto de estudio planteado; es decir, introducir todo lo 
previamente generado, dentro del análisis de la estructura ocupacional femenina, y 
sus principales implicaciones, en todos los sentidos antes mencionados. 
 
 
 10 
Hipótesis 
 
Mi hipótesis de investigación, intenta correlacionar el elemento crisis como una fuerza de 
perturbación con magnitud tal, que ocasiona cambio estructural, incluso dentro de nuestras 
tres dimensiones de análisis. En un primer lugar, se postula a priori, el impacto 
significativamente agregado, que tiene la crisis dentro de la estructura ocupacional, 
fundamentado por las observaciones empíricas de los estudios de la crisis al manifestar que 
una de las principales consecuencias de esta crisis, es la del empleo. Entonces situamos a la 
crisis como elemento transformador de la estructura ocupacional. 
A esta idea inicial se le tiene que añadir la dimensión migratoria, el impacto de la crisis en 
los procesos de movilización espacial y asentamiento; vislumbrar las consecuencias 
migratorios que se ha tenido a raíz de la crisis, y verificar si contribuye significativamente a 
la transformación de las tendencias migratorias en la estructura ocupacional, en el sentido 
de oferta y demanda laboral, así como términos de contratación laboral, remuneraciones y 
remesas. 
En un segundo lugar, es preciso abstraernos a verificar las transformaciones migratorias-
laborales en perspectiva de género, visualizar las mutaciones de la estructura ocupacional 
femenina en EE.UU. así como de la dinámica migratoria, puntualizando en las 
transformaciones de las reconstrucciones sociales de género, notar si desembocan en 
procesos de empoderamiento y autonomía o en su defecto, de resistencia y deterioro de las 
relaciones de género. 
En términos concretos, mi hipótesis central aboga acerca de un proceso puntual de 
transformaciones dentro de la estructura ocupacional de las mexicanas en EE.UU. a partir 
de la crisis, con impactos significativos dentro de la estructura prevaleciente, los cuales 
redundan en procesos de empoderamiento femenino que la encausan a ser un elemento de 
choque frente a la crisis, es decir; es la fuerza de trabajo femenina un elemento que permite 
hacer frente o abatir los estragos destructivos de la crisis por su naturaleza de ser un 
elemento de reserva, y que asume un nuevo rol, en tiempos de detrimento económico y 
social. 
 11 
Introducción general 
La presentación de mi investigación, cuyo resultado es verificar las transformaciones de los 
mercados de trabajos femeninos de las inmigrantes mexicanas en EE.UU. en el periodo de 
poscrisis1 se muestra por la siguiente estructura de análisis: 
El capítulo uno apertura como una justificación formal del objeto de estudio, introduce el 
paradigma a partir de un marco histórico que precisa las relaciones de causalidad que dotan 
de relevancia teórica y analítica nuestra propuesta de estudio. El ejercicio de este primer 
capítulo permite visualizar la evolución de la participación femenina dentro de los flujos 
migratorios y los mercados de trabajo, armonizando también las tres dimensiones 
analíticas, demostrando así la relevancia y esencia del tema. Posteriormente se eleva el 
análisis histórico a una perspectiva macroestructural que configura un sistema de 
condicionantes endógenos y exógenos que determinan la expulsión/atracción y adaptación 
femenina al sistema económico de México y EE.UU insertos en la economía global; 
enfatizando con ello las múltiples causas que dan cabida a mi objeto de análisis. Se finaliza 
el capítulo con la inserción del elemento crisis como una categoría que modifica las 
tendencias hasta entonces observables, generando un funcionamiento particular para un 
periodo de tiempo determinado e impactando de forma directa nuestras esferas objetivo. 
Con ello se adapta un marco histórico preciso, y se acota temporalmente la investigación 
generando y sustentando, mi propuesta de análisis. 
El capítulo dos genera un marco teórico aplicable a las tres dimensiones de la tesis, bajo la 
cual se sostendrá mi perspectiva de análisis. Se introduce una teoría de los mercados de 
trabajo que integre asimetrías y desigualdades, excluidas por la teoría convencional, y 
propias de la migración y el género, las cuales dan cabida y explicación a problemáticas 
esenciales como el desempleo, la discriminación y el sesgo salarial, dígase por género o 
por etnia, y bajo la cual sostenemos, explica a cabalidad la estructura ocupacional de la 
mujer migrante mexicana en EE.UU; simultáneamente se introduce la teoría del género 
 
1 El término de “poscrisis” se utiliza como delimitación temporal para fragmentar el periodo de estudio, y no 
como para denominar una etapa concreta del fin de la crisis. Se asume un periodo de precrisis (anterior a 
2007), un periodo de crisis (2007-2012), y un periodo de poscrisis (después del 2012) el cual se examina 
comparativamente para analizar las transformaciones; 2012 es un año en el cual algunos expertos sitúan un 
proceso de recuperación económica, sin embargo nosotros no asumimos un fin de esta, únicamente 
fragmentamos el periodo de análisis y le asignamos un nombre. 
 12 
como un parámetro que transforma las relaciones sociales migratorias y laborales, 
mostrando a la perspectiva del género en causalidad doble: condicionantes de género los 
cuales posibilitan el fenómeno migratorio, y a la inmigración laboral como uno de los 
factores que con mayor fuerza transforman, alteran y realinean, la estructura social de los 
roles de género. Se redondea el capítulo con el acercamiento concreto de la migración 
femenina; visualizando en primer lugar los flujos migratorios en general, y posteriormente 
a la mujer como sujeto dentro de la migración, bajo un perfil socio-demográfico explicativo 
y facultativo de las características totales y parciales de la mujer en su travesía espacial por 
insertarse a los mercados laborales. 
El tercer capítulo contiene concretamente el objeto de estudio planteado, se analizan las 
relaciones entre mercados de trabajo – migración – y género, centrados en las 
transformaciones estructurales sufridas por la crisis económica de 2007, bajo una 
perspectiva empírica mostrada por los datos, y la aplicación del marco teórico propuesto. 
También se desarrollan las principales implicaciones macroeconómicas derivadas del 
empleo femenino de las migrantes en EE.UU., concluyendo y evaluandoel impacto 
agregado de la crisis sobre los mercados de trabajo. Este capítulo amplía las características 
generales de la segregación ocupacional, a niveles de género y características étnico-
migratorias, aproximándonos a una realidad concreta, a nivel teórico. A su vez, se analiza 
empíricamente la estructura ocupacional de las mexicanas en EE.UU. identificando niveles 
de segregación y segmentación a escala laboral, étnica-migratoria, y por género; 
simultáneamente, se hace estática comparativa para visualizar las transformaciones 
ocurridas dentro de los mercados laborales por el modificador profundo del elemento crisis. 
Cerrando la presente investigación, con el análisis de las expresiones monetarias del trabajo 
femenino migrante, manifestantes de asimetrías, brechas y segmentaciones en el plano 
laboral-salarial, pero también como un revestimiento de género en la participación 
económica femenina, en el seno de la crisis. 
La publicación de este volumen fue posible gracias al apoyo del Proyecto de Investigación 
"Empleo, género y migración: entre la austeridad y la incertidumbre", PAPIIT No.IN300614, 
UNAM; coordinado por la la Dra. María Luisa González Marín y la Mtra. Patricia 
Rodríguez López. 
 13 
1. Antecedentes históricos transitivos al fenómeno de la participación femenina en la 
migración2 (México-Estados Unidos), y la transformación de los mercados de 
trabajo. Contextualización post crisis de 2008. 
Introducción 
El primer capítulo intenta introducir de forma histórica-conceptual, elementos 
condicionantes y justificantes para abordar la investigación de la migración laboral 
femenina en el seno de la crisis (2008), así como las transformaciones suscitadas por este 
periodo en los mercados de trabajo de inmigrantes mexicanas; ello a partir de la siguiente 
triada: 
i) Hechos históricos de coyuntura que permiten el estudio de la migración laboral femenina 
que muestran a la mujer como sujeto poseedor de fuerza transformadora única. Además, se 
señalarán los puntos de inflexión en los patrones migratorios tradicionales en un doble 
sentido: la participación proactiva de la mujer en los flujos migratorios por un lado, y en los 
mercados de trabajo estadounidenses por otro. 
ii) Hechos de estructura que configuran tendencias y explican de forma endógena el 
fenómeno migratorio, entendido como los elementos macroestructurales capaces de generar 
cambios en la trayectoria de la dinámica económica de largo plazo, tratando de aterrizarla a 
un sistema de relaciones duales (procesos estructurales México-Estados Unidos), que en 
conjunto configurarán los elementos previos al estudio de la migración laboral femenina; y 
iii) La inserción del elemento crisis como modificador profundo de los comportamientos 
tendenciales. Los cuales hipotéticamente generan una dinámica propia; poseen impactos 
particulares en las mujeres, transforman los mercados de trabajo, y delimitan 
temporalmente la investigación. 
 
 
 
2 A lo largo de la argumentación analítica propuesta por la investigación, en todo momento y al menos que se 
diga lo contrario, al hacer referencia del concepto “migración”, se entenderá por ello la migración únicamente 
de carácter laboral, ocurrida entre México y Estados Unidos. 
 14 
1.1.Contextualización histórica de la migración laboral femenina. Hechos 
paradigmáticos de la participación femenina. 
La determinación de elementos históricos relevantes permite la estructuración y 
construcción del cambio de paradigma dentro de los patrones migratorios tradicionales y su 
análisis, en esta sección se introducirá el elemento histórico particular que genera el estudio 
concreto de la mujer como sujeto activo en los flujos migratorios México – Estados Unidos 
(EE.UU.), y su posterior integración e impacto en los mercados de trabajo para migrantes 
en EE.UU, y cuya demostración presenta una ruptura del pensamiento dominante en la 
investigación científica sobre migración y mercados laborales; en una primera instancia 
introduciré premisas estructurales que han dominado la investigación y el análisis del 
fenómeno migratorio, y con las cuales la construcción histórica propuesta, pretende romper. 
1.1.1. Premisas estructurales derivadas de condiciones históricas objetivas. 
i. El fenómeno migratorio se ha manifestado como proceso tendencial desde 
finales del siglo XIX persistiendo a lo largo del tiempo, sin embargo, dicha 
manifestación ha presentado históricamente rostro masculino asociado a la 
estructura de los mercados laborales, así como de procesos de inestabilidad y 
crisis nacionales (Woo Morales, 2007, pág. 19). 
ii. En razón a ello, la investigación asociada al fenómeno migratorio, se ha 
relacionado intrínsecamente a un proceso masculino, mostrando tendencias a 
generalizar la perspectiva migratoria sin abstracción de género, o a veces 
simplemente a disociar el carácter de la mujer, como un somero acompañante o 
complemento (Carácter marginal de la investigación), sin implicaciones 
manifiestas de importancia en este campo como categoría proactiva del 
fenómeno. (Pont Suárez, 2013) (Woo Morales, 2007) 
Estas dos premisas sintetizan los análisis de la migración con perspectiva de género hasta 
antes de la década de los 80’s, los cuales manifiestan su incapacidad para abstraer 
consecuencias diferenciadas del fenómeno, por lo tanto el primer objetivo de la 
investigación consiste en romper con estas dos premisas, que han dominado el pensamiento 
ortodoxo de los estudios sobre migración; introduciendo una premisa estructural propia de 
mi análisis que contempla la dualidad del sexo: “La mujer representa un sujeto único y 
 15 
diferenciado poseedor de fuerza transformadora propia de las relaciones sociales de 
producción en el fenómeno migratorio, cuya inserción en este fenómeno se presenta de una 
forma atípica a los procesos migratorios tradicionales, de forma discriminada, pero bajo 
las mimas condiciones causales de la migración varonil ”. En síntesis, se puede observar 
con una indagación somera del tema, que el proceso migratorio femenino, ha sido 
concebido como parte de la historia migratoria masculina atribuyéndole nula relevancia 
teórica y analítica, sin embargo, aquí se plantea que la incorporación de la mujer al 
fenómeno migratorio, obedece a una segunda oleada de readaptación familiar a la 
desestructuración socio-económica impuesta por el modo de organización social de 
producción (específicamente el mexicano), la cual en una primera dimensión fue 
manifestada por la reacción del jefe de familia (primordialmente el varón) para buscar una 
readaptación laboral de sobrevivencia, pero que en esta segunda dimensión, la mujer asume 
un rol social totalmente diferente por el cual su adaptación a la segunda desestructuración 
socio-económica posee una reacción similar, y con características importantes de análisis. 
Estas premisas básicas, son presentadas como ejes rectores del análisis posterior, el cual 
exige una ruptura y reconstrucción teórica-analítica para generar conclusiones 
diferenciadas, en cuanto a la forma en la que se inserta el fenómeno de la migración laboral 
femenina en el seno de la crisis. 
1.1.2. Puntos de inflexión históricos dentro de las tendencias migratorias de género. 
La revisión bibliográfica (Gammage & Schmitt , 2004) (Canales, 2012) (Woo Morales, 
2007) (Pont Suárez, 2013) (Erades, 2011) (INMUJERES, 2007), coinciden íntegramente en 
que la década de los 80’s, contiene el punto de inflexión donde las tendencias migratorias 
por sexo comienzan a converger, mostrando tendencias crecientes de la participación 
femenina en el flujo migratorio, y cerrando paulatinamente la brecha entre sexos, este 
hecho por si solo contiene ya, la semilla sobre la realización de un análisis diferenciado, al 
menos en el flujo migratorio, y cabe aclarar, que por sí mismo, en este periodo aún 
prevalecela disyuntiva de la forma en la que se asume la migración femenina (enfatizada 
primordialmente si existe como migrante de acompañante, o si posee determinaciones 
laborales) si bien, en este momento ya es un hecho innegable la participación femenina 
dentro de los componentes de los flujos migratorios, aún son diversos sus motivos y 
 16 
condiciones en las que se dan las condiciones objetivas de la migración femenina, por lo 
cual este proceso contiene la incorporación de la primera premisa, la relevancia estadística 
de la participación femenina en los flujos migratorios, sin embargo, aún no se logra insertar 
de forma activa o significativa a los mercados de trabajo3. 
Este suceso representa el elemento clave en la generación de la perspectiva de género en los 
flujos migratorios, y del cual a partir de este momento se comenzarán a confeccionar 
elementos diferenciados de la migración laboral vista desde su conjunto; a partir de 
entonces es cuando se comienzan a realizar estudios sobre el tema. 
El hecho concreto que explica que a partir de los 80’s se asuma una diversificación sexual 
de los flujos migratorios, se debe a la implementación de la Ley de reforma y control de la 
inmigración4 (IRCA) por sus siglas en inglés (1986) o ley Simpson – Rodino; hecho 
histórico particular que dimensiona el doble sentido de la migración laboral femenina: 
a) Como primer elemento, el IRCA genera los mecanismos para conformar a la mujer como 
un elemento importante en el proceso migratorio5 (Pont Suárez, 2013) (Gammage & 
Schmitt , 2004) (Woo Morales, 2007) (Erades, 2011) (Consejo Nacional de Población, 
 
3 Una característica de este proceso histórico, ha sido el cambio del perfil o patrón migratorio. Antes de la 
década de los 80 la migración se caracterizaba por ser mayoritariamente masculina, de origen rural, agrícola, 
con baja escolaridad y temporal, además de ser básicamente legal. A partir de los 80 se mostró una mayor 
presencia de las mujeres, que expresó una diversificación laboral, es decir, siguieron predominando los 
trabajadores agrícolas de origen rural, pero se manifestó una afluencia de mujeres y hombres de origen 
urbano, de carácter legal pero también ilegal y con mejores niveles de educación (Pont Suárez, 2013, p.268). 
 
4 El IRCA, contaba como parte de sus propuestas centrales: Establecer un programa de regularización 
migratoria para trabajadores indocumentados, por medio del cual los extranjeros que comprobaran haber 
vivido y laborado de manera continua en ese país desde el 1 de enero de 1982 podrían solicitar la categoría 
migratoria de residente temporal y continuar trabajando en territorio estadounidense; contenía disposiciones 
encaminadas a restringir la inmigración, ya que imponía sanciones -multas e incluso cárcel- a los patrones que 
contrataran a trabajadores indocumentados; el establecimiento de un sistema nacional de identificación 
ciudadana; la imposición de sanciones a patrones que emplearan trabajadores extranjeros sin registro legal o 
indocumentados; el otorgamiento de residencia temporal, con opción a hacerse permanente, a trabajadores 
indocumentados con determinado tiempo de vivir en Estados Unidos; la regulación del programa de 
trabajadores huéspedes, y el reforzamiento de la Patrulla Fronteriza; y la recuperación del control de la 
frontera. 
5 El IRCA tuvo una política de legalización en general pero con efectos importantes hacia las mujeres. El 
IRCA legalizó al 43% de las mujeres y el 15 % de ellas fueron incorporadas al programa de trabajadores 
agrícolas. De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID 1992 y 1997), 21 y 
24 por ciento de los mexicanos que habían vivido o trabajado en EE.UU. eran mujeres; en los registros de las 
solicitudes de la aplicación para la ley Simpson-Rodino se identificó que más de 40 por ciento de las 
legalizaciones por esta vía fueron mujeres; en el Censo de EE.UU. de l990, donde se muestra un contingente 
de residentes de origen mexicano, más de 45 por ciento son mujeres” (Woo, 2001,p. 34) y (Durand y Massey, 
2003) citados en (Pont Suárez, 2013). 
 17 
2013) (Canales, 2012) (Instituto Nacional de las Mujeres, 2005), ya que primordialmente 
originó la legalización o amnistía del stock migratorio de compatriotas mexicanos, 
permitiendo posteriormente la posibilidad de la inmigración legal de familiares directos 
derivando posteriormente en la reunificación familiar, hecho el cual pone en evidencia una 
tendencia creciente de la participación femenina aunque marginal, dentro de los flujos 
migratorios y los mercados de trabajo reflejado en las cifras disponibles, sin embargo este 
suceso ya posee en sí, un carácter sensible en la focalización de la mujer como fuerza 
transformadora particular. 
“Desde esta nueva mirada, se ha podido reconocer a las migrantes como trabajadoras y no sólo 
como acompañantes o migrantes “asociacionales”. Ello ha dado paso al análisis de la relación 
entre migración femenina y los mercados de trabajo, de las diferentes formas de inserción de 
mujeres y hombres en ellos, así como de las prescripciones socioculturales que pesan sobre unos 
y otras al momento de incorporarse en determinados espacios ocupacionales, físicos y sociales 
en los lugares de destino, y las motivaciones y expectativas de las mujeres al tomar parte en este 
proceso, y su aportación a través de las remesas para el sostenimiento de sus familias e incluso 
de sus comunidades” (INMUJERES, 2007). 
b) Un segundo elemento relativo al IRCA, tiene que ver con el aumento de la participación 
femenina en los mercados laborales, en un periodo posterior a su implementación, 
explicada como un proceso causal de la estructura orgánica de la ley; si bien esta reforma 
logro legalizar un número considerable de inmigrantes (más de 2 millones de mexicanos), 
los que no lograron regularizar su estatus migratorio, incrementaron su vulnerabilidad 
laboral por procesos de criminalización y discriminación, cuya reacción fue incrementar su 
esfuerzo laboral para compensar las pérdidas de ingreso, lo cual implica aumentar el 
número de integrantes familiares a la oferta laboral (de las esposas recientemente 
reunificadas a la familia o fuerza laboral disponible) generando una inserción significativa 
de la fuerza laboral femenina asentada en los E.U. (Gammage & Schmitt , 2004, págs. 10-
11). 
En concreto, se concluye que la IRCA cimento por parte de los EE.UU. la aceptación de la 
migración como un hecho fundamental para la estabilidad y correcto funcionamiento de su 
estructura productiva, la cual derivo en hechos que configuraron nuevos patrones en los 
flujos de migración, a su vez, diversificó y manipuló la estructura de la oferta laboral, como 
instrumento depresivo del salario nominal de su nación, bifurcando en diferentes 
 18 
posicionamientos la lente de análisis, entonces se podría presentar al IRCA, como 
instrumento de desestructuración socio-económica de coyuntura, que exige la absorción de 
mayor fuerza laboral. 
Gráfica 1. 
 
Fuente: Migration Policy Institute tabulation of data from the U.S. Census Bureau's 2010 and 2013 American 
Community Surveys6 & CPS. 
La gráfica 1, muestra el boom migratorio detonado al comienzo de la década de los 80’s; si 
bien esta explosión migratoria no es un fenómeno exclusivo de las mujeres sino una 
tendencia general del fenómeno, es notable la participación femenina a partir de éste 
cambio de tendencia, como se muestra en la siguiente gráfica. 
 
 
 
 
6 Data from the 1970, 1990, and 2000 decennial Censuses were accessed from Steven Ruggles, J. Trent 
Alexander, Katie Genadek, Ronald Goeken, Matthew B. Schroeder, and Matthew Sobek, Integrated Public 
Use Microdata Series: Version 5.0 [Machine-readable database] (Minneapolis: University of Minnesota, 2010). Data for 
1850 to 1990, excluding 1940 and 1950,were from Campbell J. Gibson and Emily Lennon, "Historical Census Statistics 
on the Foreign-born Population of the United States: 1850-1990" (Working Paper No. 29, U.S. Census Bureau, 
Washington, DC, February 1999). 
0
2,000,000
4,000,000
6,000,000
8,000,000
10,000,000
12,000,000
14,000,000
1920 1940 1960 1980 2000 2020N
ú
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ro
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 In
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ra
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te
s 
m
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xi
ca
n
o
s 
Años 
 
Residentes mexicanos en EE.UU. 1940-2013 
Residentes
mexicanos en EE.UU.
(1940-2013)
Mujeres mexicanas
residentes en EE.UU.
(1980-2010)
 19 
Gráfica 2. 
 
Fuente: Estimaciones del CONAPO con base en Bureau of Census, Current Population Survey (CPS), marzo 
de 1994-2010. 
Con una media de 55% del total de la población nacida en México residente en EU para 
todo el periodo en hombres, y una de 45% para mujeres, se denota la simetría en la 
conjugación del proceso migratorio en hombres y mujeres, es observable y por lo tanto 
constatable la participación y relevancia que representa la mujer en dicho proceso. 
Gráfica 3. 
 
 ---
 2 000 000
 4 000 000
 6 000 000
 8 000 000
 10 000 000
 12 000 000
 14 000 000
1990 1995 2000 2005 2010 2015
In
m
ig
ra
n
te
s 
m
e
xi
ca
n
o
s 
Años 
Población nacida en México residente en Estados Unidos 
por sexo, 1994-2010 
Total
Hombres
Mujeres
 ---
 200 000
 400 000
 600 000
 800 000
 1 000 000
 1 200 000
 1 400 000
 1 600 000
0 2 4 6 8 10
M
ig
ra
n
te
s 
Quinquenios 1 
Migración mexicana a Estados Unidos de no retorno 
por quinquenios y sexo 
Total
Hombres
Mujeres
 20 
Fuente: Estimaciones de CONAPO, con base en INEGI. 
Notas: 1Los quinquenios corresponden a la siguiente notación: 1=(1987-1992); 2=(1990-1995); 3=(1992-
1997); 4=(1995-2000); 5=(1997-2002); 6=(2001-2006); 7=(2004-2009); 8=(2005-2010). 
El asentamiento de mexicanos por sexo, nos permite observar, una considerable 
participación femenina con perspectivas de largo plazo en la consolidación de su vida, si 
bien aún el hombre es quien domina ésta rúbrica, la mujer cuenta con cantidades muy 
importantes las cuales son considerables para retomar el principio de reconstrucción social 
de género y empoderamiento económico. 
Alguna otra implicación de la IRCA, como rasgo estructural, se orienta en torno a la 
aplicación de medidas restrictivas y la consecuente criminalización del migrante, la cual en 
un primer momento logró disminuir la velocidad del flujo migratorio; las familias 
inmigrantes tendieron a un mayor asentamiento y establecimiento residencial y familiar, 
que a su vez representa una característica primordial en la incorporación femenina al 
análisis por su característica familiar (Pont Suárez, 2013, pág. 269). 
Una deducción lógica del proceso derivado del IRCA, es que la participación femenina 
dentro del proceso histórico de la migración, se construye dentro de un contexto de las 
relaciones familiares de género, que tiene que ver con la construcción socio-familiar de rol 
que se otorga a la madre como sustento familiar, donde destacan procesos de 
transformación subjetiva, así como de patrones socioculturales que asignan y orientan las 
funciones femeninas permisibles o propias para ellas (Pont Suárez, 2013) (Erades, 2011). 
En cuanto a la modificación sustancial de la dinámica migratoria derivada del IRCA, como 
es deducible, se trata de un componente circular migratorio de ida y vuelta, resultado del 
periodo anterior (programa bracero), hacia un proceso de asentamiento y legalización de 
los flujos de inmigrantes permanentes (Canales, 2012). De esta perspectiva engendran 
factores subyacentes que permiten entender este cambio en la dinámica migratoria: 
 La profunda transformación de la economía norteamericana, producto del 
advenimiento de una economía globalizada y una sociedad postmoderna, en lo que 
se ha denominado como la Era de la Información. La transformación productiva, 
con base en la desregulación contractual, flexibilización laboral, entre otros 
 21 
aspectos, abrió nuevos espacios laborales para la migración mexicana, y la 
incorporación femenina. 
 Los espacios que ha abierto el cambio demográfico de la población de los EE.UU. 
experimentando un proceso de envejecimiento demográfico, que ya no puede ser 
cubierto por población nativa, abriendo espacios a la incorporación de inmigrantes 
en nuevos espacios sociales y económicos (Canales, 2012, págs. 123-124). 
Hechos factibles que significan una reducción de la oferta laboral local, y una creciente 
demanda laboral externa, diversificada por los roles de género. 
La década de los 90´s caracteriza una intensificación de la migración, en razón a la crisis de 
la economía mexicana y al rezago del sector agrícola; en reciproco, la economía 
estadounidense logra un auge productivo relativamente importante, y una diversificación de 
la demanda de trabajo migrante (Erades, 2011), los factores se armonizan para acrecentar la 
participación laboral de mexicanos. 
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), de 1994, ha tendido a aumentar 
desequilibrios y disparidades al interior de México con respecto a EE.UU. El crecimiento 
económico derivado del actual modelo no ha servido para disminuir las tensiones en el 
mercado laboral. De este modo, la liberalización comercial ha facilitado e inducido a una 
nueva dinámica de la migración en la cual se encuentran involucrados un creciente número 
de migrantes cada vez más diversificados (Leite y otros 2003) citado en (Erades, 2011, 
págs. 5-6). 
Las consideraciones de demanda (por parte de los E.U.), presenta una tendencia creciente 
desde los 70´s en el volumen de mano de obra, cuyas características cada vez son más 
diversificada para integrarse en los sectores de actividad económica estadounidenses en 
plena expansión: servicios y manufactura, derivando en cambios ocupacionales de los 
migrantes mexicanos. Podemos considerar la demanda de trabajadores mexicanos como un 
componente estructural del desarrollo de la economía estadounidense ya que los mexicanos 
desempeñan labores menos calificadas y peor remuneradas de las que está dispuesta a 
realizar la mano de obra nacional. Las consideraciones de oferta (por parte de México) 
responden inherentemente a factores de reestructuración económica y crisis, la cual ha 
 22 
masificado e intensificado los flujos migratorios, ante el deterioro del nivel de vida, la 
creciente brecha de disparidades, y la incapacidad de ocupar la creciente oferta de mano de 
obra; la emigración resulta una válvula de escape para muchos mexicanos (Leite y otros 
2003)& (Portes y Rumbaut 1996) citado en (Erades, 2011, págs. 5-6). 
1.2. Cambios macroestructurales en el estudio de mercados de trabajo femenino por 
migraciones laborales. 
Dentro de la perspectiva de cambios macroestructurales, se intenta presentar un salto 
cualitativo del análisis, en relación a lo hecho en la primera sección, al pasar de una 
perspectiva denotada por hechos históricos concretos de coyuntura, hacia una perspectiva 
de hechos con impacto agregado en la estructura, cuya naturaleza agregada se diferencia 
por el impacto que tienen dentro de la trayectoria de largo plazo en el desenvolvimiento 
económico, relacionando una configuración tripartita entre la estructura de los mercados de 
trabajo, el sistema económico en general, y la migración con dimensión de género. 
Esta idea intenta asociar los factores objetivos de las condiciones estructurales de los países 
de origen (expulsor) y el de destino (receptor), manteniendo la premisa de que los 
mecanismos de política que definen el proceso migratorio femenino, son resultados del 
impacto derivado de las políticas de ajuste (economía periférica), o de las políticas de 
orientación y rápido crecimiento (economía centro) (Pont Suárez, 2013), de lo cual, se 
originará una perspectiva complementaria encaminada hacia que no es solo un hecho el que 
define el origen de éste fenómeno, sinoque son un conjunto de factores los que precisan la 
complejidad del hecho. 
La idea principal que rige el análisis macroestructural, viene presentada por la correlación 
existente de la migración con los periodos de auge y crisis, es decir, el flujo migratorio se 
encuentra íntimamente ligado al ciclo económico, si hay crisis se genera expulsión, y si hay 
auge se crea atracción, dicho lo anterior, la dinámica cíclica presenta hechos de política 
macroeconómica y de estructura económica que definen la acentuación de la migración y la 
bifurcación por género con auge en el flujo femenino, como producto de sucesos históricos. 
 
 23 
1.2.1. Estructura económica de los E.U. como polo de atracción migratoria. 
Se vuelve simple analizar los factores de demanda/atracción creados por EE.UU. que 
configuran el sistema de relaciones migratorias México-EE.UU, cuyas estructuras 
productivas se suplementan entre sí: (Spencer & Lee, 2009), señalan una concurrencia 
multifactorial para la atracción migratoria hacia EE.UU. los cuales pueden ser señalados 
como factores de carácter estructural de la siguiente forma: el acelerado proceso de 
integración económica, la institucionalización del diálogo bilateral, las coyunturas 
económica y política por las cuales atraviesan ambos países y las cambiantes percepciones 
en México y EE.UU. sobre el fenómeno migratorio. Proceso unificado, congruente con los 
procesos de integración económica y liberalización comercial. Dentro de un conglomerado 
de fuerzas subyacentes que complementan este complejo sistema migratorio, destacan: la 
persistente demanda de mano de obra mexicana en los sectores agrícola, industrial y de 
servicios de la Unión Americana, el considerable diferencial salarial entre ambas 
economías, el intenso ritmo de crecimiento demográfico de la población mexicana en edad 
laboral, la insuficiente dinámica de la economía nacional mexicana para absorber el 
excedente de fuerza de trabajo, y la tradición migratoria hacia el vecino país del norte, 
conformada en el siglo pasado y a lo largo del actual en muy diversas regiones del país. 
El factor dialéctico demanda/atracción, cuyo causal de múltiples factores crean enlaces que 
se asocian a una economía dinámica y productiva, representan en gran medida el polo de 
atracción migratorio de EE.UU; el cual, al asociarlo con el factor oferta/expulsión, origina 
un sistema complejo de relaciones duales que se unen sistemáticamente para corregir 
desequilibrios entre ambas naciones. 
La configuración del polo atractor de migración femenina mexicana hacia EE.UU, 
encuentra su boom durante la década de los 90’s, donde la estructura productiva de los 
EE.UU, experimentaba como ejes rectores el auge, el desempleo bajo, y el rápido 
crecimiento (1996-2000), cuyos resultados fueron un crecimiento en la demanda de mano 
de obra migrante (Consejo Nacional de Población, 2013) como una necesidad del sistema 
económico para los mercados de trabajo, los cuales requerían de fuerza laboral con baja 
calificación para lograr abatir salarios en los sectores intensivos de mano de obra, lo cual 
derivó en un desplazamiento en los roles productivos de género dentro de los mercados de 
 24 
trabajo en razón al establecimiento de las redes familiares de la migración, y la transición 
progresiva por asentamiento en el comportamiento tradicional de los migrantes. 
La inercia en el desenvolvimiento económico norteamericano, impactó incrementando la 
prosperidad de las capas bajas de la población asalariada migrante, derivadas de la 
flexibilización laboral en el mercado estadounidense como mecanismo depresivo del salario 
real (Gammage & Schmitt , 2004). 
De simple forma; el desarrollo acelerado de la estructura productiva norteamericana suple 
tendencialmente las incapacidades productivas mexicanas. 
1.2.2. Implicaciones de la reorientación macroeconómica mexicana como polo 
expulsor de la migración femenina. 
En contrapartida (como proceso dialéctico), la expulsión o emigración mexicana se asocia 
intrínsecamente con los periodos de crisis en el ciclo productivo mexicano, inscritos a la 
postura de política económica asumida por el Estado; desde la década de los 70´s, México 
perdió la estabilidad que lo caracterizaba enfrentando crisis económicas recurrentes (1976, 
1982, 1986, 1994) ello deriva hacia un proceso de desestructuración en el mercado de 
trabajo interno cuya reacción se manifiesta parcialmente en la migración laboral; en base a 
este razonamiento girará la exposición de los factores estructurales de expulsión de fuerza 
de trabajo mexicana con abstracción de género. 
El proceso de desestructuración interna del mercado de trabajo, subyace de las crisis 
mexicanas de 1982 y 1994, atribuidas al alto nivel de endeudamiento público y a la caída 
de los precios del petróleo durante 1982, y a una importante apreciación del tipo de cambio 
dentro de un esquema cambiario cuasi-fijo, así como de un significativo nivel de 
endeudamiento privado en 1994 (Ramírez García, 2005). 
Estos dos factores contribuyen a la configuración de una nueva forma de organización de 
los mercados de trabajo, marginando al sector asalariado de la población; entonces: por un 
lado desde 1982 el subempleo, la informalidad laboral, los bajos salarios y la precariedad 
caracterizaron al mercado de trabajo interno; lo que ha representado un deterioro 
significativo del nivel de vida de los hogares en el país, por un lado; y por otro el efecto de 
 25 
las crisis sobre los salarios y el empleo formal, aunado a la persistente demanda de mano de 
obra en el marcado laboral estadounidense, acrecentaron e incentivaron los flujos 
migratorios al país vecino del norte en esos años (Ramírez García, 2005). 
Entonces, el objetivo esencial de la sección consiste en señalar la relación que existe entre 
las políticas macroeconómicas nacionales, y la migración femenina (Girón González & 
González Marín), vinculando en cada momento los ciclos políticos con los ciclos 
económicos, visualizando la formación socio-política del fenómeno migratorio femenino 
como una de las tantas consecuencias del modelo de desarrollo social por apertura 
comercial. 
“La relación entre políticas macroeconómicas y mercados de trabajo que más afectaron en 
la década de los ochenta, fueron los procesos de desregulación y liberación financiera cuyo 
impacto derivó inherentemente en cualquier lugar donde se aplicó, crisis económicas 
recurrentes con graves consecuencias para la clase trabajadora. Las crisis se acompañaron 
del estancamiento en los salarios reales y la caída de las prestaciones sociales. El campo fue 
el sector que recibió el mayor impacto, los campesinos fueron abandonados a su suerte. 
Miles de ellos emigraron a EE.UU. en búsqueda de un empleo con mejores ingresos. Las 
mujeres quedaron a cargo de la familia y la tierra, esperanzadas a que los “hombres del 
otro lado”, les enviaran dólares para sobrevivir” (Girón González & González Marín). 
Situación Macroeconómica del País. 
La consolidación del régimen minimalista del Estado y su política de ajuste estructural, 
genera una base sobre la cual se cimientan desajustes en el sentido social para lograr 
corregir los desequilibrios de los macro indicadores, otorgando más peso al sentido técnico 
de la estabilidad del ajuste estructural, que al sentido social, en este sentido siguiendo los 
lineamientos de Girón González y González Marín se exponen los principales 
acontecimientos y causas generados de ésta forma concreta de organizar a la producción y a 
la sociedad regidas por tres ejes: 
i) Implementación del Modelo de Inflación Objetivo (MIO), como producto del nuevo 
consenso macroeconómico, que establece un rango objetivo de inflación preciso y claro 
establecido por los responsables de la política monetaria para controlar la volatilidad de los 
precios y generar un clima estable en el ciclo de negocios, lo cual consolidauna restricción 
 26 
monetaria estructural, generada como medida casi única para controlar la inflación, cuyas 
consecuencias han propiciado la baja del crecimiento económico (al no estimular la 
demanda agregada, inclusive en el corto plazo, desde una perspectiva keynesiana) y con 
ello también la pérdida de empleo formal en el país, orillando a la población a la búsqueda 
de mejores oportunidades en el empleo informal o en la migración hacia EE.UU. (situando 
la política económica en una perspectiva ortodoxa). Lo cual sin duda, genera una primera 
aproximación de la desestructuración del mercado de trabajo, cambiando la participación de 
género en el ámbito laboral y en el fenómeno migratorio 
ii). El modelo de austeridad fiscal (MAF), exime al Estado de desequilibrios fiscales 
recurrentes al final del ciclo económico, con lo cual se crea un clima de certidumbre y 
estabilidad económica; este elemento particular asocia la feminización de la pobreza como 
resultado de la anulación del instrumento fiscal como herramienta contra cíclica y 
estimulante de la demanda agregada, en razón al déficit cero, lo cual amplía la exclusión de 
la población femenina del mercado productivo. En el fondo, alcanzar el déficit cero origina 
que la justicia social quede denegada al expulsar grandes cantidades de mujeres de la fuerza 
de trabajo, al reducir el Estado el gasto social para lograr finanzas sanas. 
iii) Derivado de los puntos i) y ii) el Estado se deslinda de cualquier objetivo de empleo o 
producto (economía real) concentrándose únicamente en objetivos de déficit y de inflación 
(economía monetaria) cediendo esta responsabilidad al mercado, destruyendo la postura del 
Estado como empleador de última instancia, asintiendo la estafeta al sector privado como 
eje dinamizador de los mercados laborales, coincidiendo con la visión ortodoxa de que el 
empleo tiene que ser otorgado por la inversión extranjera directa y el flujo de capitales; 
enunciado que se contrapone al relacionar los flujos de inversión extranjera e inversión 
extranjera indirecta con los índices de desempleo. Al desregular la economía y liberalizar 
los servicios financieros, la meta del empleo vía la inversión extranjera no se ha cumplido. 
El resultado es que no hay una correlación entre el monto de los flujos de capital y la 
disminución del desempleo7. 
 
7 A partir de 2001 esta tasa de desempleo va en ascenso al pasar de 2.4% en dicho año a 3.7% en el 2004. Si 
ampliamos la información a la tasa de desempleo abierto en relación a las mujeres en 1990 representaba 3.1%, 
pero durante 1993-1994, fue de 3.9% y en 1995 alcanzó el máximo de 6.4% (Girón González & González 
Marín). 
 27 
Estudios demuestran la relación estrecha entre los periodos de estabilización y restricción 
monetaria con la ampliación de la fuerza de trabajo femenina, lo que indica que la mujer 
ajusta su comportamiento para mantener el mismo nivel de consumo en su hogar, cuyo 
elemento aporta la génesis estructural de la línea que pretende presentar ésta tesis, 
ampliando la composición de género en la fuerza de trabajo; no obstante, aumenta la 
pobreza. 
Otro eje, viene asociado con la instrumentación de la política monetaria y financiera con la 
utilización de la tasa de interés para controlar la tasa inflacionaria, lo cual aunado con la 
desregulación de la política financiera en el contexto del marco institucional, prioriza el 
aumento del margen financiero de los bancos sin otorgar créditos que expandan 
significativamente nuevas inversiones, truncando la capacidad emprendedora o micro 
empresarial que solucione la escasez de empleo (Girón González & González Marín). 
Las tres últimas décadas han sido años que casualmente el Fondo Monetario Internacional 
(FMI) ha determinado el reordenamiento de la política económica. La agenda de los planes 
de estabilización del FMI obliga a los países político-receptores al no rompimiento de los 
acuerdos establecidos por parte del país con los acreedores, al pago de la deuda externa, y 
al recorte del gasto público, sincronizado con la apertura económica. La agenda monetaria, 
fiscal y financiera en el marco del Consenso de Washington ha impulsado a las mujeres a 
buscar un empleo que les permita ampliar el ingreso familiar en respuesta al proceso de 
desestructuración de los mercados de trabajo interno, creando reacciones asociadas a este 
fenómeno. 
En cuanto a la política fiscal, su reorientación ha venido restringiendo el gasto público, 
acotando la perspectiva de la política social de una esfera universal hacia una focalizada, lo 
cual ha significado la reducción del gasto social en vivienda, salud y educación, 
obstruyendo las capacidades y derechos sociales de los individuos para emplearse en 
mercados laborales dinámicos. La relación existente entre la agenda monetaria y el control 
de la inflación con el consecuente aumento en el superávit de las finanzas públicas, tiene 
efectos muy graves en el deterioro del nivel económico de las familias, y específicamente 
del de las mujeres. La relación entre una política restrictiva y la falta de ordenamiento en el 
mercado laboral, ha impulsado la migración y específicamente la migración femenina; si a 
 28 
ello se le suma la volatilidad a la baja y/o estancamiento del crecimiento económico durante 
la última década, estas medidas truncan el crecimiento económico sostenido y convergente, 
implicando distorsiones en los mercados laborales, la mujer sufre un ataque frontal por las 
condiciones estructurales del país hacia su condición económica particular. Ante ello el 
desempleo sigue creciendo y la economía informal se convierte en la fuente más importante 
de empleo (dos de cada tres empleos nuevos están en este sector), por lo cual la población 
con seguridad social disminuye, y la miseria social muestra una tendencia creciente, 
visualizado por los datos de distribución del ingreso en México, los cuales nos muestran 
como el país más desigual de América Latina, estas y algunas otras causas y consecuencias 
son considerados como determinantes directos de la marginación femenina en el empleo, y 
su consecuente reacción para hacer frente a ello (Girón González & González Marín). 
Implicaciones categóricas del diseño de política económica en México en el periodo 
de apertura comercial. 
En razón a lo expuesto anteriormente se puede sostener la siguiente categorización de la 
estructura del mercado de trabajo mexicano en razón a la política macroestructural 
dominante, impuesta por el FMI hacia el Estado mexicano: a) la migración femenina de 
México responde a la falta de empleo; b) el Estado no ha proveído un espacio económico 
productivo y monetario que arraigue a los hombres y mujeres a través de un proyecto de 
empleo nacional; y c) los programas de gobierno para las mujeres no incluyen una visión 
coordinada entre el empleo, el crédito y el ingreso (Girón González & González Marín). 
Las mujeres al tener una educación precaria y por haberse incorporado al mercado laboral 
impulsadas por la crisis económica representan el sector más desprotegido y donde se 
manifiesta con mayor fuerza la inequidad de género. Además es importante observar, que 
las medidas realizadas por el Estado mexicano han tendido a corregir problemas 
principalmente monetarios, pero cuyo peso ha sido sostenido por la creciente vulnerabilidad 
de la población trabajadora, lo cual puede ser demostrada por la asociación de los datos de 
las variables más representativas, por ejemplo: que no hay relación entre inflación y tasa de 
desempleo8 ; en síntesis la restricción monetaria por controlar la inflación no ayuda a la 
 
8 Por ejemplo, la tasa de desempleo en los años 1994, 1997 y 2004 fue de 3.7 por ciento en el caso de los 
hombres mientras que la tasa de inflación durante esos mismos años fue respectivamentede 7.0 en 1994, 20.8 
 29 
creación de empleo sino que produce el efecto contrario, la expulsión de la mano de obra y 
en consecuencia la migración hacia el exterior con mayor profundización en las mujeres 
(Girón González & González Marín). 
Ahora cuando relacionamos la inversión extranjera directa y la inversión extranjera 
indirecta con las tasas de desempleo se observa que los flujos de capital no tienen una 
relación estrecha con el aumento del empleo. Es decir, desde el punto de vista ortodoxo, la 
inversión extranjera debería de crear empleo y los datos no reflejan una relación simétrica 
en cuanto a este enunciado (Girón González & González Marín). 
Entonces, se puede concluir que las políticas que anteponen el control de la inflación y el 
déficit fiscal, al crecimiento económico, han ocasionado la baja del empleo formal, el 
aumento del trabajo informal y el desempleo. En especial, las mujeres son las que tienen las 
tasas de desempleo más altas. Todos estos factores obligan a las mujeres a migrar en busca 
de mejores oportunidades de trabajo y vida. 
1.3. Contextualización de la crisis 2008, en los mercados de trabajo para inmigrantes 
mexicanas. 
La incorporación del elemento crisis a la línea de causalidad que he venido presentando, se 
muestra como un mecanismo altamente perturbador de los comportamientos tendenciales y 
esenciales que he estado mostrando en diversos sentidos: 
i) Existe un fuerte impacto en la función de la crisis, relativa a los flujos 
migratorios de mexicanos, y desconfigura la estructura de los mercados de 
trabajo en los cuales se inserta. 
ii) Esta crisis en particular, ha sincronizado los ciclos recesivos de ambas 
economías (México-EE.UU.), por lo cual se anula el principio emisor-receptor 
de fuerza de trabajo por ciclos económicos, es decir, la migración puede dejar de 
 
por ciento en 1997 y 4.7 por ciento para el 2004. Para esos mismos años, la tasa de desempleo para las 
mujeres fue superior al representar una tasa promedio de 3.9 por ciento, 4.2 por ciento y 4.1 por ciento. Es 
decir, en 1997 que la tasa de inflación fue de 20.8 la tasa de desempleo en mujeres fue de 4.2 y cuando la 
inflación cayó a 4.7 la tasa desempleo en las mujeres fue de 4.1 para el 2004 (Girón González & González 
Marín). 
 30 
representar una alternativa de las crisis sistémicas y estancamientos profundos 
en México para la población. 
Estas ideas desprenden una ramificación de determinantes lógicos que explican la situación 
coyuntural que vive el stock de inmigrantes mexicanas asentadas en EE.UU, ya que esta 
crisis representa un cambio macroestructural con implicaciones agregadas que desdibuja 
comportamientos tradicionales de la dinámica hasta entonces imperante, ya que reviste un 
ataque frontal a las condiciones sociales de la población como proceso de 
desestructuración, generando deterioros sistémicos en los niveles de vida de las mujeres 
mexicanas migrantes, incluso Woo Morales (1997) en estudios de caso demuestra que la 
vulnerabilidad en crisis presenta una mayor proporción en mujeres que en hombres; 
“Al igual que las tasas de participación económica, las tasas de desempleo se ven afectadas 
en periodos de recesión económica. En especial, en el año 2009, la crisis económica 
acaecida a escala mundial tuvo impactos muy severos en el mercado laboral estadounidense, 
y fue particularmente crítica para los mexicanos y las mexicanas. Tan sólo entre 2008 y 
2009, la tasa de desempleo de las mexicanas se incrementó en seis puntos porcentuales, 
alcanzando el último año la cifra de 14.6 por ciento, situándose en 12.5 por ciento en 2012, 
muy por encima de las correspondientes a las nativas blancas y al conjunto de las demás 
inmigrantes (6.3 y 7.8 %, respectivamente)” (Consejo Nacional de Población, 2013, pág. 7). 
La nueva estructuración de la dinámica migratoria, y la composición de los mercados de 
trabajo post crisis, dejan al descubierto las condiciones económicas desfavorables para los y 
las mexicanas en EE.UU. cuyas condiciones estereotipadas de bajas cualificaciones y 
abundancia, engendran un proceso de discriminación y precarización laboral, siendo más 
enfático en los mexicanos, en el seno de una crisis caracterizada por altos niveles de 
desempleo, dentro de un modelo donde abunda el desempleo, sufriendo una intensidad 
desestructurante sin precedentes, siendo esto, causas suficientes para realizar un análisis 
diferenciado de este fenómeno (migración laboral femenina), dentro de este fenómeno de 
alta intensidad ampliamente trascendente (crisis de 2008). 
1.3.1. Características de la crisis, competente a la migración laboral femenina. 
El estallido de la crisis financiera de 2008 en los EE.UU. ha sido capaz de transformar y 
alinear una dinámica manipulada por el capital, la función del mercado de trabajo hacia la 
 31 
sociedad: por el lado de la oferta (bloqueo de la migración como estrategia de abolición a 
las condiciones locales del mercado), así como del lado de la demanda (depresión del 
salario real, y precarización de las condiciones laborales), cuyos principales factores, son 
los siguientes: 
Se ha presenciado una disminución considerable en los flujos migratorios que se dirigen 
hacia ese país por parte de los mexicanos9, así como un estancamiento parcial del stock de 
población inmigrante10, se observa como uno de los puntos más sombríos una caída en los 
ingresos por remesas, cuyo volumen significa un elemento clave para la acumulación de 
divisas y la estabilidad monetaria, además de ser un componente vital del ingreso 
disponible de un grueso de la población significativa11; susceptible a evidencia estadística y 
sujeta a amplios debates en los temas de migración, se encuentra la hipótesis del retorno 
masivo de migrantes, que aunque lógicamente se incorpora como consecuencia inherente, 
existiría concordancia con el crecimiento desmesurado de los niveles de desempleo en 
México y lo contrario en EE.UU.12, y ello no se ha visto de forma significativa; y por 
último y quizá el más relevante para la semántica teórica que aquí se presenta, son los 
aspectos relacionados con la estabilidad del empleo y el desempleo, así como de las 
condiciones laborales de la población inmigrante mexicana residente en ese país (Ramírez 
García & Meza González, 2011). 
 
9 De acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el volumen anual de 
mexicanos que emigraron a EE.UU. disminuyó de 751 mil personas en 2007 a 375 mil en 2010, lo que 
representó una caída del 50 por ciento en un periodo de tres años. 
10 De acuerdo con datos de la Current Population Survey (CPS), la población inmigrante mexicana en EE.UU. 
había venido creciendo a un ritmo de 350 mil personas por año hasta alcanzar un total de 11 millones de 
personas en 2005. Sin embargo, a partir de este último año, su crecimiento se ha mantenido estable, 
aumentando de 11.1 millones en 2006 a 11.9 millones en 2010. Esta cifra representa un aumento acumulado 
de apenas 8.2 por ciento en los últimos cinco años, en tanto que entre 2000 y 2005 dicho incremento fue de 
alrededor de 36 por ciento. 
11 De acuerdo con información del Banco de México, las transferencias monetarias que entran al país bajo el 
concepto de remesas familiares habían venido registrando un crecimiento sostenido desde los primeros años 
de la década pasada, mismo que se aceleró después de 2003 y se mantuvo hasta 2007, con aproximadamente 
26 mil millones de dólares. No obstante, tras la crisis financiera iniciada a finales de 2007 las remesas 
experimentaron un descenso en los siguientes años, de forma que en 2009 se situaron en 21 245 mil millones. 
En 2010 crecieron marginalmente hasta ubicarse en 21 271 mil millones de dólares,colocándose en un nivel 
inferior al total de las remesas captadas en 2007, toda vez que la desaceleración de dichos recursos significó 
una caída de 18.3 por ciento entre 2007 y 2010. 
12 Según datos del INEGI, entre 1995 y 2000 regresaron al país alrededor de 260 mil migrantes mexicanos, y 
en el lustro comprendido entre 2005 y 2009 lo hicieron cerca de 307 mil, lo que representó un incremento de 
apenas 18 por ciento. En otras palabras, el promedio de personas que se fueron a EE.UU. y regresaron a 
México fue de 52 mil personas al año entre 1995 y 2000 y de 61 mil entre 2000 y 2010. 
 32 
De forma sintética, la crisis experimentada en 2008 por EE.UU. representa una recesión 
económica severa en términos de magnitud y tiempo, esta crisis ha sido la más amenazante 
crisis en términos de estabilidad macroeconómica para los estadounidenses, caracterizada 
por profundos desequilibrios, y altos niveles de desempleo13, la crisis ha tenido efectos 
devastadores sobre el mercado de trabajo estadounidense, lo cual incide negativamente en 
las expectativas de migrar entre la población mexicana, hecho el cual representa una 
alternativa menos para las condiciones endémicas de desempleo en México, y la situación 
en la cual se encuentra inserta la mujer migrante mexicana; entonces en un primer momento 
como análisis deductivo de la crisis para el fenómeno de la migración laboral femenina en 
el seno de la crisis, este hecho ha representado una contrarreforma al auge e importancia 
que se venía gestando por la migración femenina, ya que la destrucción de los mercados de 
trabajo, ha generado un freno a los flujos migratorios, y a toda la ramificación dinámica que 
de esta emana14. 
1.3.2. Implicaciones de la crisis, competente a la migración laboral femenina. 
A grandes rasgos, se presentan las siguientes implicaciones de la crisis, hacia las 
condiciones laborales de los inmigrantes mexicanos en EE.UU. siguiendo lo expuesto por 
Ramírez García & Meza González (2011), Rodríguez López & González Marín, y Canales 
(2012): 
i) La actual situación de los mexicanos en el mercado laboral estadounidense muestra un 
cambio hacia actividades de baja calificación, menos remuneradas y que ofrecen pocas 
prestaciones laborales, sobre todo, en aquellos de reciente arribo. Es muy probable que ante 
la inestabilidad económica que se vive actualmente en ese país, el cambio de los 
trabajadores mexicanos hacia este tipo de ocupaciones continúe acrecentándose, 
reafirmando la tendencia de concentración de mano de obra mexicana en la base de la 
pirámide ocupacional, previendo un aumento de empleos en los servicios de producción y 
 
13 Se calcula que la pérdida de empleos norteamericanos, fue de 8 millones versus 2 millones en la recesión de 
2001. En otras palabras, el desempleo alcanzó magnitudes históricas en poco tiempo: de 4.9 por ciento en 
enero de 2008 a 9.4 por ciento en diciembre de 2009. 
14 De acuerdo con informes del Bureau of Labor Statistics de EE.UU. (BLS, por sus siglas en inglés), entre 
enero de 2008 y diciembre de 2009 se perdieron alrededor de dos millones de empleos, principalmente en 
sectores económicos que años atrás habían experimentado una profunda expansión y demanda de mano de 
obra inmigrante, en su mayoría de origen mexicano, como la construcción, manufactura y servicios. 
 
 33 
en algunas actividades relacionadas con los servicios sociales (educación y salud), así como 
un aumento de empleos de baja calificación en los servicios de distribución, especialmente 
el comercio al menudeo (Ramírez García & Meza González, 2011). 
ii) El incremento del trabajo parcial entre la población nativa e inmigrante mexicana como 
estrategia de sobrevivencia ante la crisis económica, por el hecho de que este tipo de trabajo 
está ligado a las nuevas formas de organización laboral estadounidense. Este tipo de 
trabajo se caracteriza, en gran parte, por ser de tipo precario y realizado en condiciones 
inferiores a las normales, desprovisto de prestaciones laborales y seguridad social, y bajos 
ingresos. Esta flexibilidad es la que, entre otras cosas, permite a los inmigrantes mexicanos 
agotar diferentes alternativas antes de llegar a la decisión de regresar a México. 
iii) Concentración o estancamiento de los inmigrantes mexicanos en determinadas 
ocupaciones y con jornadas de tiempo parcial, que derivaron en una contracción de los 
salarios. Entre 2007 y 2010, el ingreso promedio anual por trabajo de los mexicanos cayó 
de 22 mil 579 dólares en 2007 a 21 mil 224 mil dólares en 2010. 
iv) La crisis financiera, que a partir de 2007 alteró el funcionamiento de la economía 
estadounidense, redujo de manera significativa la demanda por los bienes y servicios que 
producen varios sectores, entre ellos, los que utilizan mano de obra inmigrante de forma 
intensiva: la construcción, manufactura y algunas ramas de los servicios. 
v) El flujo migratorio que va de México a EE.UU. es primordialmente laboral, y una 
reducción en el ritmo de crecimiento económico en este último país trae aparejada una 
disminución en la capacidad de atracción de trabajadores mexicanos. Además, muchos 
sectores económicos se contraen, provocando la salida de mano de obra y colocando a los 
trabajadores en una situación de vulnerabilidad que resulta necesario analizar y, en su caso, 
atenuar (Ramírez García & Meza González, 2011, pág. 257). 
vi) Las caídas de los sectores económicos donde se ocupaban la mayoría de los 
inmigrantes, ocasionaron un desempleo masivo y por ende, la disminución de los ingresos 
de las familias. A su vez, esto llevó a que bajara el monto de las remesas. Además, las 
migrantes se han enfrentado a dificultades para insertarse en el mercado laboral de EE.UU, 
en razón al incremento de la discriminación ya tradicional por motivos de género, etnia y 
 34 
clase social, pues predomina la existencia de estereotipos tradicionales, pero que en general 
podemos referirnos a los papeles de las nacionalidades, físicas, de raza, de educación y 
clase social. 
vii) La crisis y el estancamiento de la economía norteamericano observa un endurecimiento 
de las políticas anti-migrantes, en las cuales se les criminaliza, afectando en mayor medida 
a las mujeres que se ven expuestas a diferentes vulnerabilidades de seguridad social por el 
crimen organizado (Rodríguez López & González Marín). 
viii) El alineamiento de un círculo vicioso, en relación a las consecuencias negativas de la 
crisis sobre la migración y las remesas, las cuales configuren un canal de transmisión 
adicional a través del cual se transferirían hacia México gran parte de los efectos negativos 
de la crisis económica que afecta a los EE.UU; la generación de presiones sobre el mercado 
de trabajo mexicano, y por otro lado, un virtual desplome de las remesas, teniendo impactos 
negativos directos e indirectos que ahondarían el ciclo recesivo, lo cual se ha atenuado por 
el saldo neto migratorio de 0 (estancamiento) a pesar del desempleo y la escasez de trabajo 
(Canales, 2012, pág. 121). 
ix) La paradoja del por qué la crisis sí afecta directamente el flujo de salida, pero 
paralelamente, no parece tener algún impacto significativo en el flujo de retorno, cuya 
explicación podría deberse a que la crisis económica actual no ha afectado tan gravemente 
las condiciones de vida, trabajo y reproducción de los migrantes mexicanos, o que tal 
afectación en las condiciones económicas de los migrantes en los lugares de destino, no 
implicaría una real desventaja en relación y comparación de la afectación de las opciones 
económicas, laborales y de vida que se ofrecen en los lugares de retorno. La crisis sí afecta 
a los migrantes, pero también ha afectado las condiciones de vida en México, ante lo cual, 
el retorno no implicaría necesariamente una opción de salida frente al empeoramiento de 
las condiciones de vida en los EE.UU15.

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