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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
 
ARAGÓN “UNA HISTORIA OSCURA: LA VISIÓN QUE 
SE TIENE DE LA POLICÍA JUDICIAL DEL 
DISTRITO FEDERAL POR ESCRITORES 
MEXICANOS DE NOVELA NEGRA.” 
 
 
PRESENTA: 
 
MONROY SORIANO ANGEL 
 
 
ASESOR: MTRO. RUBÉN DARÍO VÁZQUEZ ROMERO 
 
SAN JUAN DE ARAGÓN, ESTADO DE MÉXICO, NOVIEMBRE 2010. 
R A D I O R R E P O R T A J E 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 
LIC. E N C O M U N I C A C I Ó N Y P E R I O D I S M O 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
2 
Dedicatoria: 
 
A Dios por haberme permitido llegar hasta este punto y haberme dado salud para 
lograr mis objetivos, además de su infinita bondad y amor. 
 
A mi esposa Alma, por construir con palabras un puente indestructible, porque 
entre los dos no hay telón ni abismos y porque por fin te necesito. 
 
A Ángel y Alan, pequeños seres de luz que iluminan mi vida, por ser mi fuerza y mi 
inspiración, y que gracias a ellos me levanto todos los días para seguir adelante. 
 
A mis padres que me dieron la vida y han estado conmigo en todo momento. 
Gracias por todo papá y mamá, por darme una carrera para mi futuro y por creer 
en mí; ya que aunque hemos pasado momentos difíciles siempre han estado 
apoyándome y brindándome todo su amor. Por eso y muchas cosas más les 
agradezco de todo corazón el que estén a mi lado. 
 
A mis hermanos y sus familias porque siempre he contado con ellos para todo, 
gracias por la confianza que siempre nos hemos tenido, por su amistad y apoyo. 
También a ti Ricardo que a pesar de no estar aquí físicamente con nosotros, 
siempre estarás en nuestro corazón y en nuestro recuerdo. 
 
A todos mis amigos y amigas muchas gracias por estar conmigo en todo este 
tiempo donde hemos vivido momentos felices y tristes, gracias por su amistad y 
recuerden que siempre los llevaré en mi corazón. 
 
A mis profesores y profesoras por confiar en mí, agradezco haber encontrado en 
ustedes excelentes guías en el camino del conocimiento. Nunca los olvidaré. 
 
A la Universidad Nacional Autónoma de México y en especial a la Facultad de 
Estudios Superiores Aragón por permitirme ser parte de una generación de 
triunfadores y gente productiva para el país. 
 
A mis compañeros policías, que a pesar de todo lo complicado que significa esta 
profesión, continúan en este camino, combatiendo a los delincuentes y buscando 
la superación personal, profesional y policial. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
Agradecimientos 
 
A todos los escritores y escritoras que colaboraron en este trabajo de 
investigación, ya que sin su ayuda no hubiera sido posible la culminación del 
mismo. 
 
A la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, por haberme permitido 
terminar mi formación académica. 
 
Al Comandante José Armando Rincón Juárez por las facilidades otorgadas para 
terminar éste proyecto. 
 
Y no me puedo ir sin antes decirles, que sin ustedes a mi lado no lo hubiera 
logrado, tantas desveladas sirvieron de algo y aquí está el fruto. Les agradezco a 
todos ustedes con toda mi alma el haber llegado a mi vida y el compartir 
momentos agradables y momentos tristes, pero esos momentos son los que nos 
hacen creer y valorar a las personas que nos rodean. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
Índice 
 
 
Introducción…………………………………………………………………………..…....8 
 
Capítulo I……………………………………………………………………………….…12 
 
¿Quién cometió el crimen? 
 
1.1. Contexto histórico de la Policía Judicial del Distrito Federal……………..…14 
1.2. El estereotipo del policía judicial de hoy, para la ciudadanía……………...34 
1.3. Opinión de la sociedad sobre la Policía de Investigación del D.F………….38 
 
Capítulo II……………………………………………………………………..………..…47 
 
El mundo de la novela del crimen. 
 
2.1. ¿Qué es la novela negra?.........................................................................49 
2.2. La imagen del personaje de policía en la novela negra…………………..55 
2.3. Características del lenguaje en el género negro…………………………...59 
2.4. El antihéroe en la novela negra y cine negro…………………………...…63 
2.5. La novela negra de México a través de los escritores………………….....72 
2.5.1. Entrevista a Paco Ignacio Taibo II………………………………………....…76 
2.5.2. Entrevista a Francisco Haghenbeck……………………………………........77 
2.5.3. Entrevista a Rodolfo J.M. ……………………………………………..……...78 
2.5.4. Entrevista a Bernardo Fernández………………………………………..…..81 
2.5.5. Entrevista a Iris García……………………………………………………..….82 
2.5.6. Entrevista a Alberto Chimal……….………………………………………..…83 
2.5.7. Entrevista a Gabriel Trujillo……………………………………………………85 
2.6. Recuerdos de la DIPD. Entrevista a Germán Santoyo Ángel (Agente de la 
Policía de Investigación del Distrito Federal………..………..………..……86 
 
 
5 
Capitulo III…………………………………………………………………………..….…87 
 
Diseño del reportaje radiofónico 
 
3.1. Nombre de la propuesta………………………………...…………….………...89 
 
3.2. Lema…………………………………………………………………….…………90 
 
3.3. Logotipo………………………………………………………………….………..91 
 
3.4. Justificación…………………………………….………………………………....92 
Nombre del programa…………………………………………………………..…….…92 
Lema…………………………………………………………..………………..…………92 
Logotipo………………………………………………………………………….…….....92 
 
3.5. Objetivos……………………………………………………………………….….93 
General……………………………………………………………………………..……..93 
Particulares……………………………………………………………….……………....94 
 
3.6. Antecedentes………………………………………….……………….…………95 
Programáticos…………………………………………………………..……….……….95 
Temáticos……………………………………………………………………….………..96 
 
3.7. Temporalidad…………………………………………………………...…….…..97 
Periodicidad………………………………………………………………………..……..97 
Duración……………………………………………………………………….………….97 
Horario………………………………………………………………………….…………97 
Permanencia……………………………………………………………………….…….97 
 
3.8. Modalidad de producción……………………………………………..…………98 
Grabado………………………………………………………………...………….……..98 
 
 
6 
3.9. Género…………………………………………………………………………..…99 
Reportaje…………………………………………………...…………………….………99 
 
3.10. Formato…………………………………………………………………..….…100 
Programa serie………………………………………………………….………………100 
 
3.11. Audiencia……………………………………………………………….……..101 
Sexo………………………………………………………………………………….....101 
Edad…………………………………………………………………………………..…101 
Ocupación………………………………………………………………...……….……101 
Nivel socioeconómico…………………………………………..……………………...101 
Nivel cultural……………………………………………………………………….....…101 
 
3.12. Estructura……………………………………………………….……………...102 
Duración de la emisión…………………………………..……………………….……102 
Bloque………………………………………………………..……………………….…102 
Especificación………………………………………………….…………………….....102 
 
3.13. Reloj de producción……………………………………...……………………103 
 
3.14. Cronograma………………………………………………………………..…..104 
Nombre……………………………………………….…………………………..……..104 
Tema……………………………………………………………..………………..…….104 
Invitado……………………………………………………………..………….…...…...104 
Sinopsis………………………………………………………………………………….104 
 
3.15. Factor humano…………………………………………………………..…….105 
Creativos…………………………………………………..………………………….…105 
Técnicos……………………………………………………………………….………...105 
 
 
 
 
7 
3.16 Recursos materiales………………………………………………………...…106 
Equipo electrónico y consumibles………………………………………..…..………106 
 
3.17 Presupuesto……………………………………………………..………...……107 
Creativosy técnicos………………………………………………..…………………..107 
Consumibles…………………………………………………………………………….108 
 
3.18. Patrocinio posible…………………….…………………………………..……109 
 
3.19. Emisora………………………………………………………………….…...…110 
 
3.20. Cobertura……………………………………………….……………………...111 
 
3.21. Promociones……………………………..……………………………….……112 
 
 
Capitulo IV…………………………………………………………………….........…..113 
 
Guión del reportaje radiofónico 
 
 
Conclusiones…………………………………………………………………………....135 
 
 
Glosario…………………………………………………………………………...……..141 
 
 
Fuentes de consulta………………………………………………………..…………..149 
 
 
Anexo……………………………….…………………………………………….……..162 
 
 
8 
 
 
Introducción: 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“El que lucha con monstruos debe cuidar que en el proceso no se convierta en uno 
de ellos.” 
 
Friedrich Nietzsche 
 
 
 
9 
El propósito de la presente investigación es conocer la imagen que tiene el 
policía judicial de nuestra época, a través de los estereotipos que se escriben en la 
novela negra de nuestro país. Hablar de la imagen del judicial o del policía judicial 
es mencionar: corrupción, prepotencia, violencia, etc. Esta es la figura que 
numerosos escritores de este género refieren en sus novelas, para ellos son: los 
villanos, los malos, los antagonistas y creo que es por la mala fama que ha 
obtenido la policía de México durante décadas de abuso, torturas, detenciones 
ilegales. Y esto ha contribuido a que la novela negra mexicana resurja en el 
interés de los lectores actuales. 
 
La novela negra es la que se dedica a describir el mundo del crimen, del 
bajo mundo, la sordidez de la vida cotidiana, de las emociones humanas, no tanto 
de la existencia del mal sino del enigma moral que existe en todos los seres 
humanos y eso, para mi, es lo mejor de la novela negra. También algo que 
caracteriza mucho a la novela negra es, quién es el bueno, quién es el malo, no 
está tan definido, más bien se encuentra en un zona gris. 
 
Este tipo de historias son atrayentes, son útiles o significativas en la vida 
contemporánea, porque venimos de una época donde hay una gran cantidad de 
acontecimientos terribles, de todo tipo: guerras, masacres, catástrofes, etc. 
Entonces parte de lo que hacen autores para entender este horror o esta serie de 
eventos espantosos es crear literatura, para que se reflexione, se examine, acerca 
de estas ambigüedades de las condiciones y conductas humanas y una de las que 
mejor la hace es: la novela negra. 
 
La literatura no trata de reflejar la realidad como mucho se dice, no es un 
retrato fiel, pero sirve como un termómetro para decir cómo estamos viendo al 
mundo. La literatura señala nuestra manera de configurar al mundo, de entenderlo 
y de esta manera tomar en cuenta lo que se está escribiendo para saber cómo 
estamos concibiendo nuestra sociedad, nuestro entorno, nuestro ambiente. 
 
 
 
10 
En este género negro o como algunos escritores lo llaman “Neopoliciaco”, 
los personajes de ficción no son como los clásicos héroes que salvan al mundo, 
en su idea de hacer lo correcto siguiendo la leyes al pie de la letra, sino que 
surgen como antihéroes, con un toque irónico, en un mundo de crimen e 
indecencia de la vida cotidiana; por mencionar un ejemplo: un oficial de policía 
corrupto o un ladrón que tenga un código de honor. Lo mejor de la narrativa negra 
es que explora todas estas contradicciones de los seres humanos, que son tan 
perfectamente posibles en la vida cotidiana, nos da una visión más clara a la hora 
en que leemos de cómo los seres humanos no somos criaturas de una pieza y que 
de alguna manera es una lucha constante entre una gran cantidad de impulsos 
diferentes y contradictorios que nos llevan a veces a lo bueno, a veces a lo malo, 
pero todas esas contradicciones están reunidas en la novela negra. 
 
Esto nos lleva a la imagen que se tiene del policía judicial y que coincide 
con la literatura mexicana, que es la ineficiencia del sistema policiaco mexicano y 
sorprende cómo de repente en la novela los policías no tienen la disposición para 
resolver los crímenes, siempre dejan que otros hagan ese trabajo, no estoy 
hablando que todos en la realidad sean así. Pero si se está escribiendo así y 
coincide con algunos rasgos de la realidad es porque de alguna manera se está 
notando y la sociedad está viendo al sistema policiaco de esta forma. 
 
Lo que sucede en la novela negra es que el personaje del detective o 
investigador se vuelve considerablemente más duro, es decir, ya no estamos en 
un mundo donde el crimen es un hecho aislado que puede ser resuelto y entonces 
el orden se restaura, sino que estamos en un mundo donde existe el crimen, casi 
como una norma de la sociedad y es en este universo donde se enfrentan los 
nuevos investigadores de la novela negra. El mundo de la novela negra es aquel 
donde el crimen impera en la sociedad, donde las instituciones ya no son 
confiables, donde la sociedad ya no se siente respaldada por el sistema de 
Procuración de Justicia y tienen que entrar nuevos personajes a tratar de 
recomponer de alguna manera y entender el caos que está viviendo la sociedad. 
 
 
11 
En la novela negra hay ciertos elementos que siempre van a estar 
combinados, siempre habrá un crimen, siempre hay alguien tratando de resolver 
ese crimen, siempre vamos a estar ante gente que comete delitos, entonces este 
tipo de personajes pueden estar estereotipados y justamente el reto es que no 
sean sólo el estereotipo 
 
Y por otro lado, las instituciones que supuestamente protegen al ciudadano 
cuentan con rasgos de maldad, es decir, no somos seres absolutamente buenos o 
absolutamente malos, la bondad y la maldad están dentro de cada ser humano y 
es justamente esta confrontación interna en el individuo, la que trata de reflejarse 
en la novela negra, entonces justo lo que se trata es de escapar de este 
estereotipo, de que no sean solamente los delincuentes los depositarios absolutos 
de la maldad y el investigador absolutamente bueno, por lo menos no en la novela 
negra que se está trabajando desde la década de los noventa y finales del siglo 
XX, es lo que se está haciendo ahora. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
12 
 
Capítulo 1 
 
¿Quién cometió el crimen? 
 
 
 
 
 
“Fluyan mis lágrimas, dijo el policía…” 
 
Philip K. Dick 
 
 
 
13 
Hay muchas cosas que están mal en nuestras policías. Hay muchas otras 
que están aún peor en la sociedad. ¿Saben los ciudadanos cómo se forma un 
policía de investigación? ¿Saben de la situación laboral en donde se desarrolla? 
¿Qué hay respecto a los derechos que tiene el agente policial? Hay una multitud 
de interrogantes que se pueden formular acerca de la función policial. 
No sé si haya un país en el resto del mundo en que se ofenda y desprecie a 
la figura policial más de lo que se hace aquí. En México, los policías son 
considerados, todos por igual, como un peligro para la sociedad. Esto puede sonar 
fuerte y hasta molesto, pero no hay que ser especialista en la materia para saber 
que es así. Quien lo dude, puede salir a cualquier cruce en horas de intenso tráfico 
y escuchar las agresiones verbales que sufren los agentes constantemente. 
Por motivos de espacio, fijaré mi atención en la Policía Judicial del Distrito 
Federal, ahora conocida con el nombre de Policía de Investigación del D. F. Es 
tradicional en nuestro país, a nadie se le escapa, la imagen del policía 
desinformado, desaliñado, sin experiencia, corrupto y al servicio de intereses 
particulares de sus mandos. Un policía judicial inspirará miedo o terror al 
ciudadano. Pareciera que la Policía Judicial está destinada a ser corrupta y 
mediocre para siempre. La imagen que lleva arrastrando no es de hoy, sino que 
en sus 90 años de historia no puede borrar los abusos, torturas, secuestros y 
delitos cometidos por agentes de la Policía Judicial.A continuación señalaré algunos momentos históricos que han hecho 
posible la estructura de la Policía Judicial del Distrito Federal desde sus primeras 
aproximaciones como “cuerpo de seguridad”, pasando por los periodos del 
Servicio Secreto y la División de Investigaciones para la Prevención de la 
Delincuencia, así como la Policía Judicial y la policía que hoy conocemos. Esto 
nos limita a ciertos periodos para poder entender parcialmente su historia y 
transformaciones que ha sufrido al paso de las décadas. En este contexto 
destacan múltiples circunstancias que hicieron posible formar la clásica figura del 
 
 
14 
agente de la Policía Judicial, como grupo de represión y que finalmente determinó 
la forma de operar de los cuerpos de policía. 
 
1.1. Contexto histórico de la Policía Judicial del Distrito Federal. 
El trabajo del policía judicial tiene un origen real y concreto: la investigación 
de los hechos delictuosos, con la finalidad de aclarar la verdad de los actos 
criminales. La línea de investigación de la Policía Judicial es el esclarecimiento de 
los delitos y esta labor ha sido el “imán” que ha jalado y amarrado ideas en el 
universo de la información histórica. 
De modo que podemos ubicar a la Policía Judicial en el tiempo histórico 
mexicano de la siguiente forma: a) Policía Medieval, que sería, la policía 
de la “Casa del crimen” o “Tribunales del crimen”, pertenecientes a la 
época de la colonia española; b) Policía Medieval-Moderna, que sería la 
policía de las “Comisiones Reservadas”, perteneciente a la Inspección 
General de Policía de la Ciudad de México, la cual corresponde a la 
época de los presidentes Antonio López de Santa Anna-Benito Juárez-
Porfirio Díaz; c) La policía moderna, que arranca a partir de los 
preceptos jurídicos en la administración del presidente Juárez, siendo la 
Policía Judicial, pero con funciones efectuadas por diversos servidores 
públicos, entre los que destacan los Jueces de Paz, Jueces de 
Instrucción, Ministerios Públicos, inspectores, Jefes Políticos y Policías 
Preventivos, entre otros, y d) La policía contemporánea, que se 
estructura a partir de la Constitución Política de los Estados Unidos 
Mexicanos y que se consolida en 1919, con el primer nombramiento del 
titular de la Policía Judicial del Distrito Federal, licenciado Victoriano 
Morelos Zaragoza”.1 
Las primeras labores de la dependencia, conformada en sus inicios por un 
jefe y tres agentes, fueron las de localizar y recuperar un vehículo reportado como 
 
1
 RUIZ, José Luis, Origen, evolución y conformación de la Policía Judicial del Distrito Federal 1521-
2006, p. 180. 
 
 
15 
robado. En un comunicado, puntualizó que en el artículo 21 constitucional se 
encuentra el sustento jurídico por el que, el 4 de noviembre de 1919, se creó la 
Policía Judicial durante el gobierno del presidente Venustiano Carranza. 
La nota es la siguiente: 
 
La Policía Judicial está destinada a fracasar. 
Solo hace unos cuantos días que la prensa dio la noticia de que en lo 
sucesivo, los crímenes no quedarían impunes; pues el Procurador de 
Justicia, licenciado José Martínez Sotomayor, manifestó que en breve 
sería un hecho la organización de la policía judicial, la que se 
encargaría del esclarecimiento de todos los delitos de que tomará nota 
la justicia. Pero ayer, el reportero sufrió una completa desilusión al ser 
informado de que efectivamente se instalaba la Policía Judicial, pero 
compuesta ésta ¡oh asombro! de un Jefe y tres agentes, con un sueldo 
raquítico. El jefe de esa importante institución tiene señalado en el 
presupuesto un sueldo diario de ocho pesos y a los agentes de dos a 
tres pesos. ¿Con ese personal es posible realizar cualquier labor? 
Creemos sinceramente que no, pues para el esclarecimiento de cada 
robo o crimen, se emplean varios días y a veces mayor tiempo. 
 Así pues ¿cuál será la tarea que pueda desarrollar un individuo que 
gana dos o tres pesos diarios en los asuntos de grandísima 
trascendencia que se presentan a menudo para conocimiento de la 
autoridad judicial? Ganando el sueldo que mencionamos, ¿serán 
capaces de llevar a cabo la tarea? Es necesario, indispensable, que las 
autoridades a quienes corresponda, consideren que la organización de 
la Policía Judicial es de grandísima importancia. De lo contrario todo 
será inútil. Pero no, los Agentes de la Policía Judicial que sean 
nombrados conforme al presupuesto, no serán de seguro policías, sino 
horteras que están a caza de un sueldo, importando poco que carezcan 
de facultades para asuntos policíacos.2 
 
2
 S/A, “La Policía Judicial está destinada a fracasar”, El Universal, México, 03 de noviembre de 
1919. 
 
 
16 
De acuerdo a expedientes y fotografías, los agentes judiciales recibían la 
instrucción del Ministerio Público para que en un automóvil de la época recorrieran 
las calles de la ciudad en busca de probables responsables, previos trabajos de 
investigación. 
En este contexto, es necesario considerar la idea de que cada época de la 
historia mexicana, ha tenido su propia delincuencia y la policía siempre ha 
respondido a esos cambios. 
 
La Policía Judicial, en sus inicios, tuvo constantes y serias dificultades 
con la Policía Preventiva, pues ésta no consentía subordinación en 
ningún caso y consideraba una injustificada intromisión en sus labores 
las actividades de aquella.3 
 
El Servicio Secreto, semillero de detectives, era una corporación aún 
insustituible. 
 
El día 1° de diciembre de 1934, asumió la primera magistratura del país el 
General Lázaro Cárdenas y puso en marcha inmediatamente su Plan Sexenal. El 
día 27 de marzo de 1938, se expidió el Acuerdo Presidencial por el cual las 
“Comisiones de Seguridad” surgidas en 1917 pasaron a ser el “Servicio Secreto”. 
Hasta la fecha, y no obstante los largos años transcurridos desde su desaparición, 
el Servicio Secreto ha sido la corporación policiaca que, en el Distrito Federal, ha 
gozado de mayor credibilidad y respeto. 
 
Hablar de este cuerpo policial es hacer memoria al respecto, por lo que se 
menciona una breve reseña de lo que fue el Servicio Secreto y sus integrantes, 
muchos de los cuales eran verdaderos y sagaces detectives hasta en su aspecto, 
pues invariablemente vestían de escrupuloso traje y su infaltable sombrero de ala 
ancha. 
 
 
3
 Artículo 34 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, México, 1954. 
 
 
17 
En los tiempos de su creación, las instalaciones de las referidas Comisiones 
de Seguridad se localizaban en la vieja Inspección de Policía, en la actualidad 
desaparecida, ubicada atrás del edificio viejo de la Lotería Nacional. 
Las personas arrestadas eran encerradas en los separos, localizados en el sótano 
del edificio. A los detenidos regularmente se les incomunicaba por lo menos de 15 
a 30 días, ya fueran carteristas, espaderos, retinteros, etcétera. Por supuesto, 
también se aprehendía a numerosos enemigos del gobierno, a los cuales se les 
acusaba de “disolución social”. Se les recluía en las malolientes mazmorras, a la 
postre célebres por las perversidades en ellas ocurridas. 
 
Para el año 1940, el Jefe de la Policía, Federico Cortés, ordenó la 
demolición de los tétricos separos de la Jefatura de Policía y colocó en su lugar la 
oficina de correspondencia del Servicio Secreto. También ordenó, en lo sucesivo, 
se utilizaran los separos de la 6a. Delegación, de Victoria y Revillagigedo, para que 
el Servicio Secreto pudiera llevar a cabo su tarea de investigación criminal. 
 
Por supuesto, sus integrantes no eran precisamente unos santos, pero por 
lo menos mantenían a raya al hampa y resolvían la mayoría de los casos 
criminales que les eran encomendados. Con el Servicio Secreto el hampa nojugaba. 
 
Entre los años 1941 a 1942, siendo Jefe del Servicio Secreto el Coronel 
José Gómez Anaya, se realizó una labor realmente agotadora en la persecución 
de: asaltos y robos, atropellamientos, choques, fraudes, infanticidios, homicidios, 
lesionados, localización de personas, autos y bicicletas, muertes diversas, robos, 
raptos, violaciones y otros hechos punibles, además de vigilancias y razzias, a 
pesar de no contar con respaldo legal de ninguna especie. 
Gracias a la solución de numerosos sucesos delictivos, los agentes del 
Servicio Secreto gozaban de credibilidad entre la ciudadanía, no obstante que sus 
métodos de investigación no eran precisamente ortodoxos, pues en ocasiones 
torturaban a los detenidos. Policías en activo e investigadores señalan, con 
 
 
18 
énfasis no exento de admiración, que ese organismo consiguió lo que hasta la 
fecha no ha logrado ningún otro: controlar al hampa de la ciudad de México. Aún 
viven algunos veteranos, casi todos viejos y enfermos, pues al desaparecer el 
Servicio Secreto muchos de los agentes y comandantes perdieron sus derechos 
laborales. 
En el año de 1944, se publicó la reforma al artículo 37 del Reglamento 
de la Policía Preventiva del Distrito Federal, ordenada por el entonces 
presidente Manuel Ávila Camacho y donde se facultó al Jefe de la 
Policía para remover libremente al Jefe del Servicio Secreto, jefes de 
grupo y agentes del mismo. Esto se generó debido al movimiento social 
producto por la Segunda Guerra Mundial, ya que se argumentaba que 
era preciso contar con personal de absoluta confianza, por lo que los 
entonces agentes dejaron su carácter de inmovibles y se convirtieron en 
empleados de confianza.4 
En esa época destacaron diversos agentes del Servicio Secreto. Como 
ejemplo podemos mencionar al detective Valente Quintana, notable investigador, y 
al comandante Martín Cruz Carreño, de quien se dijo “hacía hablar hasta los 
pericos”. La anécdota surgió luego que Cruz Carreño resolvió el asesinato en 
contra de un matrimonio de ancianos. El único testigo del doble homicidio fue un 
loro. El Servicio Secreto también investigaba homicidios y diversos delitos en 
varias entidades del país. Uno de los más brillantes agentes del Servicio Secreto 
fue el comandante José López Hernández, quien en los años treinta capturó a 
Johnny O‟Brien, antiguo pistolero del célebre John Dillinger, calificado en Estados 
Unidos como el enemigo público número uno. 
A principios de los años cuarenta, el Servicio Secreto esclareció los 
homicidios cometidos por Gregorio “Goyo” Cárdenas Hernández, quien estranguló 
a un número indeterminado de mujeres a las cuales sepultó en su casa, en la calle 
Mar del Norte número 20, en el barrio de Tacuba. La investigación estuvo a cargo 
del subjefe del Servicio Secreto, Simón Estrada Iglesias, auxiliado por el ya 
 
4
 Diario Oficial de la Federación, México, 14 de marzo de 1944. 
 
 
19 
mencionado comandante López Hernández, Felipe Sotomayor y Gonzalo Ochoa 
Roa. Otro caso célebre a cargo de Estrada Iglesias fue el relacionado con las 
estafas cometidas por José Bernal, jefe de una banda delictiva internacional 
conocida como Los Argentinos. A estos hampones los hizo confesar “Simoncito”, 
así llamado por su amigo el doctor Alfonso Quiroz Cuarón, entonces jefe del 
laboratorio del Investigaciones del Banco de México y uno de los más 
sobresalientes criminólogos, en lo personal el mejor en la historia de México. 
Entre otros famosos casos resueltos por el Servicio Secreto, que entonces 
estremecieron a la sociedad, sobresalen el referido al del padre Juan Francisco 
Fullana Taberner, asesinado en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en la calle 
de Chiapas 107, colonia Roma. El crimen lo cometió el luchador profesional 
Pancho Valentino sobre quien la corporación desató una de las peores cacerías 
de su historia. El Servicio Secreto también resolvió el asalto a la camioneta del 
Departamento Central del Distrito Federal, ocurrido en octubre de 1958. El ilícito 
fue encabezado por los hermanos Hugo y Arturo Izquierdo Ebrard, a la postre 
cuñados de Arturo “El Negro” Durazo. 
Otro delincuente que participó en ese sonado caso fue Fidel Corvera Ríos, 
quien se convertiría en el enemigo público número uno. A sangre y fuego, Corvera 
escapó de Lecumberri, pero fue reaprehendido por los agentes del Servicio 
Secreto encabezados por Rafael Rocha Cordero. Destaca también la detención de 
Higinio “El Pelón” Sobera de la Flor, “El Chacal de Tabasco”. En esa investigación 
participó el entonces agente Jorge Udave González, uno de los más inteligentes 
detectives en la historia del Servicio Secreto. 
Otra actividad en la cual el Servicio Secreto destacó fue en sus también 
famosos “carreterazos”. Cuando investigaban el asesinato del director de la revista 
La Semana Ilustrada, Fernando Sánchez Bretón, detuvieron como presunto 
homicida al conocido pistolero fronterizo Roberto “El Güero” Batillas. Durante el 
“interrogatorio” lo llevaron de “paseo” a la carretera México-Toluca. En el camino, 
 
 
20 
el detenido trató de “fugarse”, según se dijo oficialmente, y los policías lo balearon, 
hiriéndolo de gravedad. 
 
Con la reorganización policiaca de 1944 a 1946, se hizo hincapié en que 
el Servicio Secreto se encargaría expresamente de la investigación de 
los delitos en auxilio de las autoridades judiciales. Por lo que se 
estableció: “El Servicio Secreto y los servicios especiales, formarán 
parte integrante de la Policía Preventiva del Distrito Federal”.5 
 
No obstante, en México, como vulgarmente se dice, solaparon las funciones 
del llamado Servicio Secreto, a sabiendas que este cuerpo policiaco trabaja sin 
fundamento alguno, practicando detenciones injustas, violando las garantías 
constitucionales, y no tan sólo eso, sino que las investigaciones las inicia con base 
en pesquisas y detenciones secretas. 
 
Tal situación echa por tierra lo dicho por don Venustiano Carranza en la 
exposición de motivos del artículo 21 constitucional, llegando este 
anticonstitucional cuerpo policiaco a regresarnos al periodo del sistema 
de enjuiciamiento inquisitorial, practicando detenciones por demás 
arbitrarias y violando las garantías consagradas en el Artículo 16 de 
nuestra Constitución, además de que es sabido que el único 
fundamento para iniciar la fase investigadora de los delitos es mediante 
la denuncia o la querella.6 
El Servicio Secreto tuvo su mayor auge en los años treinta y principios de 
los cuarenta. Dicha corporación dejó una estela de terror en el país por el alto 
número de denuncias sobre ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y 
actos de tortura. 
 
 
5
 Diario Oficial de la Federación, México, 14 de diciembre de 1948. 
6
 GONZALO SÁNCHEZ Calderón, Revista Mexicana de Derecho Penal, México, marzo 1962, p. 
28-29. 
 
 
21 
Hacia el mes de mayo de 1947, en diversos medios de comunicación se 
comentaban los planes de reorganización de la Policía Judicial del 
Distrito Federal, que propuso el entonces Procurador de Justicia del 
Distrito y Territorios Federales, licenciado Carlos Franco Sodi (1946-
1952).7 
La nota es la siguiente: 
El número de agentes de la Policía Judicial se redujo de 120 que eran, 
a 60 que han quedado en la actualidad, cuyo número fue integrado por 
universitarios, principalmente pasantes de Leyes, que percibirían 
sueldos de 400.00 y 500.00 pesos mensuales, a los cuales no se les 
exigirán proezas de momento, sino que sólo den muestras de su 
disposición para colaborar con rectitud y honestidad en la misión que se 
les ha conferido, para ayudarlos económicamente en el tránsito de 
pasantes que son, a profesionistas titulados. El problema de la Policía, 
en general, en México es de dos órdenes, a saber: el económicoy el 
numérico. Esto es, que los agentes policiacos no sólo necesitan ganar 
más, de acuerdo a las necesidades de la vida actual, sino que también 
es imprescindible el aumento de sus contingentes, de acuerdo con la 
progresiva extensión del área de la ciudad. En cambio, en lugar de 
hacer esto, una vez se necesitó crear el servicio de radio-patrullas y 
para constituirlo se consideró oportuno cercenar el cuerpo del Servicio 
Secreto de la Jefatura de Policía del Distrito Federal, reduciéndolo a 
sólo 200 agentes de 300 que eran y destinando 100 para dicho 
servicio.8 
 
Como se ve, en los años cincuenta, época dorada del Servicio Secreto, los 
crímenes de cualesquier índole no quedaban impunes. De ahí la fama de la 
corporación y el respeto que inspiraba a la sociedad. Los éxitos eran 
consecuencia, entre otras causas, de la astucia de los agentes, entre los cuales 
cabe recordar a Manuel “El Chato” Prieto Sol; Mundo Mendoza Perdigón, “El 
 
7
 VVAA, Historia de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, p. 43. 
8
 Revista de Policía, 1º de mayo de 1947. 
 
 
22 
Coquero”; Chucho “El Naranjero”; Elías Núñez, Salomón Tanús; el temible Jorge 
Téllez Girón Ramírez, “El Drácula”, quien hacía temblar a propios y extraños; los 
delincuentes le tenían terror, al extremo de que “El Negro” Durazo lo encarceló por 
haber torturado al hijo del controvertido jefe policiaco. 
 
Otros jefes del Servicio Secreto fueron: el coronel Silvestre Fernández, 
uno de los más destacados detectives, quien resolvió innumerables 
casos criminales que amenazaban con permanecer impunes; el también 
coronel Joaquín Foullón, cuya estadía en la corporación fue breve; el 
citado Manuel Mendoza Domínguez, el más célebre de los 
investigadores de la corporación; el coronel y licenciado Eduardo 
Estrada Ojeda; Rafael Rocha Cordero y el siniestro Francisco Sahagún 
Baca, quien sería el artífice de la desaparición del viejo Servicio 
Secreto, entonces ya convertido en División de Investigaciones para la 
Prevención de la Delincuencia, la tristemente notoria DIPD. Muchos 
agentes salieron del Servicio Secreto para incorporarse como titulares 
de otras corporaciones. Por ejemplo, el general Joaquín Solana 
Chagoya llegó a ser jefe de la Policía Judicial Federal Antinarcóticos; 
Rafael Rocha Cordero fue director de la Policía Judicial Federal. Otros 
ingresaron a la Dirección Federal de Seguridad (DFS), como el 
comandante Melchor Cárdenas González, Raúl Mendiolea Cerecero y 
Héctor Sugasti.9 
 
Durante los años cuarenta impusieron inclusive un estilo de vestir. En 
efecto, prácticamente todos los agentes del Servicio Secreto usaban traje y 
sombreros de ala ancha, al estilo de Humphrey Bogart o de Juan Orol. Su 
identificación era una placa metálica, cuyo troquel decía: “Servicio Secreto, Policía 
del Distrito Federal”. 
 
El Servicio Secreto y, por tanto, su sucedánea, la División de 
Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia, contaban con su 
propio Departamento de Identificación y un gran archivo de fichas y 
 
9
 Servicio Secreto Mexicano disponible en http://www.historia.mforos.com., consultado el 12 de 
junio de 2010. 
Servicio%20Secreto%20Mexicano%20disponible%20en%20http:/www.historia.mforos.com.,%20consultado%20el%2012%20de%20junio%20de%202010.
Servicio%20Secreto%20Mexicano%20disponible%20en%20http:/www.historia.mforos.com.,%20consultado%20el%2012%20de%20junio%20de%202010.
 
 
23 
fotografías. En éste, a los delincuentes se les clasificaba por su 
“artegio”, es decir, por su forma de delinquir. A los grupos de agentes se 
les especializaba por tipo de delito: asalto, homicidios, robo de autos, 
etcétera. También se encontraban numerados. Por ejemplo, el Noveno 
y Onceavo Agrupamientos investigaban los homicidios. Entonces no 
había secuestros. Cada unidad disponía de entre 20 y 30 elementos.10 
 
Posteriormente, en 1972, en el gobierno de Luis Echeverría, el Servicio 
Secreto se convirtió en la División de Investigaciones para la Prevención de la 
Delincuencia, la tristemente División de Investigaciones para la Prevención de la 
Delincuencia (DIPD). 
 
Fue en 1972 cuando el Servicio Secreto cambió de nombre por el de 
División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia, la 
cual quedó integrada por las siguientes brigadas: homicidios, patrullas, 
protección y escolta, localización de personas, robos de casas 
habitación, robo de vehículos, robo en la vía pública y prevención de la 
delincuencia juvenil. El personal que integró la División entre 1972 y 
1976 fue de 1200 elementos. Además, la División mejoró sus unidades 
motorizadas y las equipó con sistemas de radio.11 
 
El 6 de julio de 1976, se reestructuró el sistema de patrullaje y se ordenó 
que los seis grupos de patrullas trabajaran 12 por 24 horas de descanso. En ese 
mismo año, se anunció la adquisición de 100 nuevas unidades motorizadas para 
la vigilancia de la Ciudad de México y la formación de sólo 18 grupos de agentes. 
Se giraron diversas normas que debían cumplir los agentes en la investigación, 
como son: no detener a las personas por más de 48 horas, colocar en lugares 
visibles la lista diaria de personas sujetas a investigación, supervisar diariamente 
 
10
 Bajo Palabra disponible en http://www.esp.mexico.org/revistas/index.php., consultado el 12 de 
junio de 2010. 
11
 RUIZ, José Luis. Op. Cit. p. 228. 
http://esp.mexico.org/revistas/index.php?idrevista=76&idarticulo=337
http://www.esp.mexico.org/revistas/index.php
 
 
24 
los separos, determinar aceleradamente la situación jurídica de los detenidos y 
coadyuvar con el Ministerio Público y funcionarios de la Procuraduría. 
 
La Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia tuvo 
como función genérica prevenir la delincuencia, investigar hechos delictivos, 
localizar y presentar ante las autoridades competentes a los presuntos 
responsables, entre otras. Del año 1976 a 1982, contó con 1845 agentes para 
protección y vigilancia en centros de concentración masiva, como terminales de 
autobuses, el Sistema de Transporte Colectivo, espectáculos, eventos deportivos 
y culturales, investigación, localización y presentación de personas. 
 
Entre los años 1976 y 1983, el Laboratorio de Criminalística e Identificación 
dependió de la DIPD, ocupando locales del mezanine, sótano y módulos de las 
diversas áreas de peritajes, en el edificio de Tlaxcoaque, siendo su único titular el 
mayor Juan Peña Ibarra. El Laboratorio contaba con cuatro vehículos y equipo 
especial para laboratorio móvil. Asimismo, contó con un área de apoyo con las 
siguientes especialidades: Dactiloscopia, Antropometría, Retrato Hablado, 
Fotografía, Balística, Dibujo Forense, Grafoscopia y Química, además de las 
oficinas de antecedentes penales y el archivo dactiloscópico. 
 
El día 3 de enero de 1983 se decretó que el Laboratorio de 
Criminalística e Identificación, uno de los más antiguos y completos de 
América Latina, dejase de pertenecer a la DIPD y pasara por lo tanto a 
la Policía Preventiva del Distrito Federal. Dicho decreto fue publicado en 
el Diario Oficial el día 14 de enero de 1983: “La Secretaría de 
Programación y Presupuesto y el Departamento del Distrito Federal, en 
la esfera de sus respectivos ámbitos de competencia, promoverán y 
dispondrán lo conducente, a efecto que se proceda a la transferencia 
del material y equipo que hasta la fecha estaba asignado al Servicio 
Secreto, en favor de la Procuraduría General de la República y la 
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal”.12 
 
12
 Ibid. p. 230. 
 
 
25 
 
Las acciones realizadas por la DIPD, del primero de diciembre de 1976 al 
30de noviembre de 1982, se resumen de la siguiente manera: localizaciones de 
vehículos robados y personas extraviadas, aclaraciones sobre robos, asaltos, 
homicidios, lesiones y violaciones, investigación de raptos y secuestros, 
presentación de personas ante la Dirección General de Policía y Tránsito, 
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, Procuraduría General de la 
República, Jueces Calificadores y Reclusorios, servicios especiales en prevención 
de la seguridad y orden público, y recuperación de valores diversos. 
Todos los mexicanos recordamos el aparato de seguridad que montaba 
Arturo Durazo Moreno, conocido entre los habitantes de la ciudad con el 
sobrenombre de "El negro Durazo", como Jefe de la Policía en el 
Distrito Federal, entre 1976 y 1982. Según las investigaciones 
efectuadas años después en los archivos de la desaparecida institución 
y también según el testimonio de muchos oficiales de policía, se 
encontró que el ambiente que prevaleció durante su ejercicio fue la 
"mordida" o "entre" que todos los oficiales debían entregarle. La 
extorsión a sus subalternos era materia conocida por muchos.13 
La Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia 
(DIPD) fue una Institución con siniestra fama de albergar a agentes 
policíacos corruptos y despiadados que fue célebre entre la población. 
Dicha corporación fue dirigida por Francisco Sahagún Baca, amigo de 
Arturo Durazo. Era común que los policías adscritos a esta división 
"amadrinaran" (protegieran) a delincuentes probados para liberarlos 
posteriormente a su captura, bajo un espectro de corrupción muy 
extendido y arraigado. Dentro de esta premisa, los mismos policías 
capitalinos, ante dicha impunidad, tuvieron libertad de realizar asaltos a 
bancos y a diferentes comercios, así como también la extorsión y 
privación ilegal de la libertad de muchos ciudadanos que transitaban 
como cualquier otro en las calles de la ciudad para "sembrarles" delitos 
 
13
 Ixtepan Domínguez, Sergio; agente de la Policía de Investigación del D.F. La DIPD. Entrevista 
directa realizada en la Ciudad de México, el 2 de agosto de 2010. 
http://es.wikipedia.org/wiki/Extorsión
http://es.wikipedia.org/wiki/Extorsión
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Dirección_de_Investigaciones_para_la_Prevención_de_la_Delincuencia&action=edit&redlink=1
http://es.wikipedia.org/wiki/Corrupción
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Francisco_Sahagún_Baca&action=edit&redlink=1
http://es.wikipedia.org/wiki/Corrupción
 
 
26 
varios como tráfico, lenocinio, homicidio, robo, violación, etcétera, para 
inculparlos por estos delitos que no habían cometido y solapar a 
criminales de su propia corporación policiaca. La impunidad fue, pues, 
uno de los rasgos notables de su desempeño como jefe policíaco. La 
tortura fue otro de los aspectos que prevaleció en esta corporación, ya 
que cualquier delincuente que era remitido y no era considerado dentro 
del personal del mando era sometido a interrogatorios bajo actos de 
tortura, ya fuese para confesar sus delitos o para aceptar otros no 
cometidos. Incluso a la gente inocente fue víctima de estos métodos. El 
evidente abuso del poder se puso de manifiesto al implementarse 
operativos arbitrarios, los cuales las más de las veces eran efectuados 
para favorecer a algún familiar o conocido cercano. El enriquecimiento 
ilícito e injustificable adquirió alturas insospechadas pero evidentes ante 
los ojos de la población.14 
En ese entonces cada uno de los agentes era acompañado por su 
“madrina”, lo cual se institucionalizó en el ambiente policiaco de finales de los 
setenta y principios de los ochenta. Esos elementos eran los primeros en subir, 
golpear y amedrentar a personas a las que asaltaban. Era común que alguien 
platicara haber sido llevado a algún lugar de la ciudad a bordo de un vehículo 
tripulado por supuestos agentes que lo habían asaltado. Esto fue aprovechado en 
ese entonces por otros delincuentes, los que no tenían charola y que actuaban de 
la misma manera, ya que se hacían pasar por agentes investigadores. Bajo el 
pretexto de que la persona era investigada o sospechosa de haber cometido un 
delito, los agentes la golpeaban y torturaban de manera despiadada, no les 
importaba de quién se tratara. 
 
“El Negro” Durazo también exigía a sus subalternos hasta centenarios 
cuando se trataba de mandos medios o altos, debido a que esa era la manera de 
que se sostuvieran en el cargo o darles uno más alto. 
 
 
14
 Pancho Machete disponible en http://www.ymipollo.arturoelnegrodurazo.html, consultado el 12 
de junio de 2010. 
http://es.wikipedia.org/wiki/Tortura
http://es.wikipedia.org/wiki/Interrogatorio
http://es.wikipedia.org/wiki/Tortura
http://es.wikipedia.org/wiki/Enriquecimiento_ilícito
http://es.wikipedia.org/wiki/Enriquecimiento_ilícito
disponible%20en%20http:/www.ymipollo.arturoelnegrodurazo.html
 
 
27 
Esto dio origen para que, lejos de disminuir, se incrementaron los actos 
delictivos de la Ciudad de México. Por lo anterior, se considera que eso 
fue un parte aguas que hasta la fecha no se ha podido controlar.15 
México vivió sus momentos de miedo en lo que respecta a la seguridad, 
Durazo luchaba fuerte contra el crimen y no permitió que los cárteles se 
apropiaran de plazas y se disputaran los estados de la República, la policía 
mandaba y los delincuentes se mostraban temerosos ante una policía bien 
armada. La sociedad se sentía protegida y a la vez insegura por las múltiples 
arbitrariedades cometidas por la DIPD, el conflicto de Durazo fue cuando tuvo 
problemas personales con Miguel de la Madrid en una detención con su 
primogénito y Durazo no accedió a brindarle, como dicen, “la atención” y ahí se fijó 
el destino del hombre fuerte de López Portillo. 
El robo descarado y los actos de corrupción de Arturo Durazo Moreno 
salieron a la luz pública luego de que su ex jefe de escoltas, José 
González González, escribiera un libro llamado Lo negro del Negro 
Durazo, en donde dio santo y seña de la manera en que el ex policía 
acaudalaba fuertes cantidades de dinero por medio de la corrupción.16 
La División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia llamo 
“grupos” a sus brigadas (primero, segundo, etcétera) y de la octava saltaba a la 
décima. La Novena Brigada, sin embargo, estaba correctamente enlistada en el 
directorio telefónico interno de la DIPD. Bajo su título rezaba, textualmente: 
"Brigada Blanca". 
La Brigada Blanca existió y hay documentos que la descubren como el 
organismo paramilitar, anticonstitucional pero institucionalizado, del que 
se sabía sólo por denuncias de sobrevivientes de aprehensiones e 
interrogatorios, organizaciones defensoras de los derechos humanos y 
familiares de desaparecidos políticos. Contra reiteradas negativas 
gubernamentales sobre su existencia, la Brigada Blanca se mostraba a 
 
15 
Idem. 
16
 GONZÁLEZ, José, Lo negro del negro Durazo, p. 34. 
 
 
28 
sí misma a través de oficios firmados y sellados de corporaciones 
vertebrales en su cometido.17 
Cuando se produjo el último desmentido gubernamental sobre la presunta 
existencia de la Brigada Blanca sólo la indiscreción del coronel Víctor Payán, 
vocero de la DGPyT, permitió saber que el cuerpo interpolicial era algo más que 
un mito. 
No obstante, cabía suponer que fuera un mote impuesto a la 
"coordinación" entre corporaciones de seguridad pública, de la que 
hablaron el procurador general de la República, Oscar Flores Sánchez, 
y el entonces secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, así 
como el subsecretario Fernando Gutiérrez Barrios. Tal coordinación era 
necesaria para combatir movimientos armados contra el Estado. A la luz 
de sus documentos, la BrigadaBlanca no es mito ni mote.18 
Ya en abril de 1977, cuando el término "Brigada Blanca" era para el público 
desconocido, amnistía Internacional señalaba en su Informe sobre México: 
Abundan las denuncias de aprehensiones y subsecuentes detenciones 
practicadas por autoridades administrativas, policiacas o militares, en violación de 
las garantías constitucionales. Algunas de estas personas jamás aparecen. 
Un caso particular que habla por quienes han sobrevivido a las 
aprehensiones e interrogatorios de la Brigada Blanca es el que relata 
Bertha Alicia López García, quien narró lo siguiente: El 9 de abril de 
1979, a las cuatro de la mañana, miembros de la Brigada Blanca 
llegaron a su casa, en Torreón, Coahuila. Bertha Alicia, su esposo 
Humberto, su cuñada Gloria Lorena, su concuño Armando Gaytán, su 
sobrino de dos años y cinco meses y su hija Tania, de un año dos 
meses, fueron despertados por los disparos que hicieron los agentes, 
quienes les ordenaron salir con las manos en alto. Fueron llevados al 
Departamento de Tránsito y, mientras Humberto y Armando eran 
 
17
 Ley de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, México, 1993. 
18
 MARÍN, Carlos, “La Brigada Blanca existe”, Milenio por Internet, 20 noviembre 2008. 
http://blogs.milenio.com/node/101, consultado el 21 de julio de 2010. 
http://www.milenio.com/node/117946
http://blogs.milenio.com/node/101
 
 
29 
golpeados, "me levantaron, me quitaron el trapo que tenía en la cabeza 
y me obligaron a desnudarme por completo. Me llevaron a presencia de 
mi esposo, quien se encontraba también desnudo y le estaban 
aplicando toques eléctricos en los testículos". Prosigue: "Me tiraron al 
suelo, me golpearon y me levantaron de los pechos estirándome los 
pezones. Después me introdujeron en la vagina un fierro al cual, me 
dijeron, pondrían corriente eléctrica, cosa que no hicieron, pero si me 
dieron toques eléctricos en la vulva y en los pechos". Todos los 
detenidos fueron llevados después, denuncia Bertha Alicia, al Campo 
Militar La Joya, de Torreón, Coahuila, donde los hombres fueron de 
nuevo brutalmente golpeados. Después fueron trasladados en avioneta 
a la ciudad de México y llevados al Campo Militar Número Uno, donde 
ya no fueron torturados físicamente. Bertha Alicia da testimonio de que 
en el Campo Militar Número Uno vio a otros detenidos. Posteriormente 
identificó a ocho en fotografías que hasta el momento de su 
excarcelación se suponían desaparecidos. Antes de ser liberada "fui 
amenazada de muerte y se me dijo que mi familia y mi hija iban a sufrir 
las consecuencias si yo hablaba". Muchos son quienes, como ella, 
vencen el temor y dan a conocer lo vivido.19 
Los mandos policiales se encontraban preocupados por las denuncias que 
a partir de mayo de 1977 cobraron resonancia y en las que se señalaba a la 
Brigada Blanca como cuerpo paramilitar responsable de un sinnúmero de cargos 
que iban desde la detención ilegal al secuestro, las vejaciones, la tortura y el 
asesinato. Esta agrupación contaba con centros secretos de detención y la 
incomunicación en una cárcel militar clandestina. En su reclusión, los detenidos 
confesaban bajo tortura o con choques eléctricos de creciente voltaje en las 
partes genitales y otras áreas sensibles, así como con inmersiones de la cabeza 
en "el pocito" de agua sucia, hasta el filo de la asfixia; introducción de agua en 
carbonatada y/o bebidas gaseosas en los conductos nasales; amenazas de 
muerte al detenido y a sus parientes; ejecuciones simuladas con armas de fuego y 
 
19
 Idem. 
 
 
30 
la sola situación de vivir bajo el constante temor de tales abusos físicos y 
psicológicos, que por sí misma puede provocar daños físicos y mentales. 
Durante las horas y días subsecuentes a la detención se producen las 
mayores crueldades contra los presuntos activistas, quienes son 
consignados ante el juez luego de días y a veces semanas o meses de 
secuestro clandestino. En memorables ocasiones, Arturo Durazo 
Moreno, director general de Policía y Tránsito, había dado la orden a 
sus agentes para que mataran a los activistas "como perros".20 
El día 13 de enero de 1983, al inicio de su periodo presidencial, el 
presidente de la República Mexicana, Miguel de la Madrid Hurtado, hizo realidad 
un viejo anhelo de juristas y a la vez de satisfacer una demanda popular: 
 
Determinar la desaparición de un cuerpo de policía que realizaba 
actividades fuera del marco constitucional, ordenando la incorporación a 
la Policía Judicial del Distrito Federal de 2,774 elementos de la 
desaparecida División de Investigaciones para la Prevención de la 
Delincuencia, perteneciente a la Dirección General de Policía y Tránsito 
del Distrito Federal, en un marco de respeto absoluto a la Constitución 
de la República.21 
 
Al inicio de su administración, el presidente Carlos Salinas de Gortari, en 
relación al problema de seguridad pública, indicó: “Renovaremos las 
corporaciones policiacas del país y reajustaremos severamente su estructura a fin 
de garantizar control, honestidad y eficacia”.22 
 
A partir del 9 de septiembre de 2009 se publicó en la Gaceta Oficial del 
Distrito Federal la Ley Orgánica de la Procuraduría General de Justicia 
del Distrito Federal, a través de la cual se transforma la Policía Judicial 
del Distrito Federal en Policía de Investigación del Distrito Federal, 
 
20
 Idem. 
21
 Diario Oficial de la Federación, México, 13 de enero de 1983. 
22
 RUIZ, José Luis, Política y administración de la seguridad pública en el D.F. p. 38. 
 
 
31 
previendo mecanismos de control para el ingreso, formación, 
capacitación, adiestramiento, evaluación, certificación, permanencia, 
promoción, especialización, reconocimiento, prestaciones y sanciones 
de los elementos que la conforman.23 
 
En el documento se menciona que la Policía de Investigación será un apoyo 
fundamental en la investigación de los delitos, basada en una formación 
especializada, que fortalezca su actuación con apego a la legalidad, el respeto a 
los derechos humanos y a la transparencia, lo cual llevará a generar confianza en 
la ciudadanía. 
 
Una de las principales tareas del actual gobierno capitalino es transformar 
el antiguo esquema de la Policía Judicial, para crear un nuevo modelo de Policía 
de Investigación que cumpla con los estándares más altos a escala internacional 
en materia de investigación científica del delito, capacitación, profesionalización, 
eficacia, honestidad, transparencia y compromiso con los derechos humanos, con 
la finalidad de proporcionar a los habitantes de la Ciudad de México un cuerpo de 
investigadores cercano, profesional y con valores institucionales de servicio a la 
ciudadanía. 
 
Por lo que en el Acuerdo A/017/ 2009, del Procurador General de 
Justicia del Distrito Federal, se expide lo siguiente: “Se crea el Consejo 
para implementar las bases del nuevo modelo de la Policía de 
Investigación de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, 
con la finalidad de definir las acciones vinculadas con su actuación y 
funcionamiento, derivado de la Ley Orgánica de la Procuraduría General 
de Justicia del Distrito Federal, por lo que se extingue la Policía 
Judicial.24 
 
Se realizan estos cambios con el fin de permitir sentir orgullo de las tareas 
que cumplen los agentes de la Policía Judicial ahora conocida como Policía de 
 
23
 Gaceta Oficial del Distrito Federal, 14 de Septiembre de 2009. 
24
 Acuerdo A/017/ 2009 del C. Procurador General de Justicia del Distrito Federal. 
 
 
32 
Investigación, para que logren obtener como personas un trato más digno y 
respetuoso, además de que su actividad sea vista como unaprofesión tan digna 
como cualquiera, por estar fundamentada en una vocación profesional de servicio, 
y que asuman el conocimiento en sí de la profesión, la capacidad de ejercerla y 
practicarla con orgullo. Para ello, se debe capacitar y especializar al personal de la 
Policía Judicial en todo aquello que corresponda a sus funciones, como es 
investigar y perseguir a quienes han cometido delitos. 
 
Para lograrlo, los agentes deben sentirse orgullosos de su profesión, 
mediante el cuidado de una conducta ejemplar, guiada por una conciencia recta y 
responsable. Además, mencionó que los actuales mandos de la Policía Judicial 
son policías de carrera, a quienes les interesa realzar la profesión policial, por lo 
que se busca una mayor comunicación con el personal sustantivo de la 
Procuraduría con el fin de tomar en cuenta las opiniones que ayuden a mejorar la 
labor de la Policía Judicial. 
 
Hablar de la imagen de la Policía, de la forma de presentarse ante la 
ciudadanía como agentes de la Policía Judicial, podría parecer que es hablar de 
algo superficial; pero ¿cuál crees que es la imagen que como servidores públicos 
deben reflejar ante la ciudadanía? Así como la presentación de un producto con 
frecuencia determina el éxito de su venta, de igual manera, la forma en que se 
presenta y viste un policía es su presentación profesional. 
 
Gabriela Vargas de González, empresaria y autora de diversos libros de 
superación personal, tales como: Todo sobre la imagen del éxito, entre 
otros, opina al respecto: “con una buena imagen comunicamos nuestro 
estado de ánimo, autoestima, el respeto que tenemos por nosotros 
mismos, así como para los demás y sobre todo, comunicamos si somos 
una persona de éxito o no”.25 
 
 
25
 VARGAS, Gabriela, Todo sobre la imagen del éxito, p. 33-34. 
http://www.buscarpdf.net/bet.php?q=la+imagen+del+exito#%23
 
 
33 
Las cualidades principales de un agente de la policía son: la observación, el 
pensar, la asociación de ideas, personas, objetos, circunstancias, tiempos, hechos 
y la causa; son cualidades básicas de un policía investigador. Deja las 
subjetividades y objetiva los hechos, usa, como base, las pruebas visibles, huellas, 
testimonios, pruebas periciales, documentales, etc. El descubrir esos indicios y 
después evidencias, determina la calidad de un investigador. Un delito investigado 
a medias sólo logra desprestigiar a los investigadores. La imagen de la Policía 
Judicial del Distrito Federal está cambiando, la mala cara que tenía se está 
quedando atrás. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
34 
1.2. El estereotipo del policía judicial de hoy, para la ciudadanía. 
Hoy siguen en la operatividad muchos agentes que no pasaron por un 
proceso de reclutamiento ni de formación. Pero habrá que preguntarse si la 
responsabilidad es de ellos o del propio Estado o de sus instituciones que no 
generaron las condiciones adecuadas para aplicar esos procesos y que ni siquiera 
les han brindado las herramientas básicas para su función de investigación. 
No obstante, los esfuerzos que la Policía Judicial (hoy Policía de 
Investigación) realiza cada día para mostrar un cambio, no le importan a una 
sociedad que la desprecia. Este desprecio del ciudadano a su policía es por 
considerarlo un peligro para la tranquilidad de las personas, un riesgo para la 
integridad individual y un ser corrupto e ignorante. 
Con toda la carga emocional que eso significa, el agente de la policía debe 
regresar a casa y mostrarse orgulloso con su familia, atender las necesidades 
familiares y pensar si al día siguiente el destino hará viuda a su esposa y huérfano 
a su hijo. Mientras esto sucede, cientos de ciudadanos que todos los días se 
quejan de su policía simulan hasta el hartazgo ser buenas personas, amables y 
cordiales, al mismo tiempo que ofrecen 100 pesos para que ese policía, que 
tacharon de corrupto, les permita seguir su camino evadiendo así la multa, por lo 
que la misma sociedad estimula la corrupción antes marcada. Las cosas están mal 
en la policía, pero están peor en la sociedad. 
No sé si por compromiso con la legalidad o por simple necesidad de 
legitimación, pero a nivel de la Policía de Investigación se generó un cambio 
definitivo que va desde su propia concepción, su formación, hasta el desempeño 
de las atribuciones que constitucionalmente le han sido atribuidas. Que un policía 
judicial reflejara miedo o terror al ciudadano era algo que no podía sostenerse 
más; este es un problema pendiente de ser resuelto. 
 
 
 
 
35 
¿Cómo se forma un Policía de Investigación del Distrito Federal en la actualidad? 
El modelo de formación vigente de la Policía Judicial del Distrito Federal se 
lleva a cabo a través de la carrera de Técnico Superior Universitario en 
Investigación Policial (TSUIP), acreditada por la Secretaría de Educación Pública 
(SEP), entidad que a su vez expide la cédula correspondiente de policía 
investigador. Este modelo de formación inicial incluye tres años para acceder a la 
plaza de policía judicial: uno de formación en aula y dos de seguimiento y 
prácticas en agencia. ¿Y todo esto qué significa? 
Significa que las nuevas generaciones de policía de investigación del 
Distrito Federal están formadas con los estándares más altos en el país. Significa 
también que los policías judiciales que egresan del Instituto de Formación 
Profesional (IFP) de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal 
(PGJDF) no están formados con base en la intuición, sino a través de un proceso 
cuidadoso que incluye un modelo de reclutamiento ejemplar. Antes de iniciar su 
carrera, los aspirantes se someten a exámenes de todo tipo (psicológico, 
psicométrico, de personalidad, toxicológico, de conocimientos y destrezas físicas). 
Pero esto no basta, pues quienes acreditan dichos exámenes son visitados en sus 
propios domicilios por un psicólogo, un trabajador social y un mando de la propia 
policía. Sus familiares son entrevistados, al igual que sus vecinos. El interior de 
sus domicilios es fotografiado y contrastado con lo que los aspirantes han 
manifestado al inscribirse en el proceso en el propio Instituto. La visita domiciliaria 
es la prueba más contundente a la que cualquier persona puede someterse, pues 
saltan a la vista factores muy importantes, como su forma de vida, antecedentes 
familiares, e incluso algunos rasgos que en ocasiones denotan violencia familiar o 
descomposición de su núcleo más cercano. 
Quien logra ingresar al Instituto debe cursar y acreditar 1998 horas-clase 
correspondientes a 40 materias enmarcadas en tres ejes temáticos: 1) Jurídico y 
normativo; 2) Fundamentos técnicos y científicos para la investigación policial, y 3) 
Operatividad policial; además de realizar y defender una tesina vinculada a la 
 
 
36 
función policial o a las ciencias penales. Si lo logra, después de un año puede 
pasar a la siguiente etapa de formación: dos años de prácticas en agencia. Señalo 
todo esto porque el proceso de formación inicial tiene un basamento metodológico 
bien sustentado en materia de derechos humanos. Precisamente las dos primeras 
materias a cursar y aprobar de la carrera son Marco jurídico de la actuación 
policial I y Derechos humanos. Todavía en el primer semestre, el aspirante a 
policía judicial debe acreditar las materias Servicios a la comunidad y Taller de 
primeros auxilios. 
Más adelante, en el segundo semestre, habrán de acreditarse las 
materias Marco jurídico de la actuación policial II, Ética policial y 
Participación ciudadana, para concluir con el Taller de investigación 
sobre violencia familiar. Todo esto además de las diversas materias 
vinculadas a la función policial, la investigación científica del delito y 
decenas de otros temas que no voy a señalar aquí.26 
¿Sabrán los ciudadanos todo esto?Se habrán percatado que alumnas y 
alumnos cuentan con estudios de postgrado, con maestrías en ciencias penales, 
por ejemplo, y que año tras año, generación tras generación (ya que hasta ahora 
son 12 generaciones de técnicos superiores que están en la operatividad), 
egresan del Instituto de Formación Profesional en calidad de agentes de la Policía 
Judicial. 
Todo lo dicho hasta ahora no puede borrar los abusos, torturas y otros 
tantos delitos cometidos por agentes de la policía en sus años de historia. Pero 
habrá que entender que cuando se creó esa institución policial ni siquiera había 
instituto en el cual formarse. Con esto menciono que durante años los esquemas 
para acceder a una plaza de policía se aplicaban de la forma más brutal posible: 
por simple designación de un jefe policial o a través de un curso con una duración 
de dos a tres meses (y así se hace todavía en la mitad de los estados de la 
República Mexicana). 
 
26
 Instituto de Formación Profesional disponible en www.ifp.pgjdf.gob.mx/, consultado el 10 de junio 
de 2010. 
http://www.ifp.pgjdf.gob.mx/
 
 
37 
Hoy, esos policías están siendo sometidos a las mismas pruebas y cursos 
para homologar sus conocimientos y habilidades en armonía con las nuevas 
generaciones. Se trata de subsanar los errores y omisiones del pasado. La 
aplicación de las evaluaciones y el proceso de certificación contemplado en la 
reciente reforma constitucional será una buena prueba para su permanencia o 
promoción en la institución. 
No obstante los esfuerzos que los aspirantes a policías de investigación 
realizan cada día para mostrar sus capacidades, algunos en activo ya han privado 
de la vida a asaltantes y secuestradores en salvaguarda de la integridad de las 
víctimas y la sociedad les desprecia. 
No sé si haya un país en el resto de este continente en que se ofenda y 
desprecie a la figura policial más de lo que se hace aquí. En México, los policías 
son considerados, todos por igual, como un peligro para la tranquilidad de las 
personas. Quien lo dude, puede salir a cualquier cruce en horas de intenso tráfico 
y escuchar las agresiones verbales que sufren los agentes constantemente. 
También puede observar cómo el ciudadano se ofende y hasta insulta al policía 
que le impide dar una vuelta prohibida. Aplicar la ley y exigir respeto al 
ordenamiento jurídico es algo socialmente aceptado, pero si es un policía quien 
nos lo recuerda, entonces es una agresión insostenible que no merece otra cosa 
más que ofender a ese sujeto uniformado, aventarle el coche hasta donde se 
pueda y quejarse por no haberse podido estacionar en lugar prohibido. 
Un dato interesante para mejorar la figura de la Policía Judicial y que la 
sociedad cambie de perspectiva para este cuerpo policiaco es la 
creación de un Consejo para implementar las bases del nuevo modelo 
de la Policía de Investigación del Distrito Federal, con la finalidad de 
definir las acciones vinculadas con su actuación y funcionamiento, 
derivado de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de Justicia del 
Distrito Federal, por lo que se extingue la Policía Judicial.27 
 
27
 Acuerdo A/017/ 2009 del C. Procurador General de Justicia del Distrito Federal. 
 
 
 
38 
1.3. Opinión de la sociedad sobre la Policía de Investigación del D.F. 
Actualmente los asuntos policiales acaparan los más diversos espacios de 
comunicación, aunque la mayor parte es para mostrar casos de corrupción, de 
implicación de agentes de la policía con bandas delictivas o bien para informar que 
la delincuencia privó de la vida a un agente policial. En términos generales, las 
notas informativas nos mencionan los aspectos más negativos del trabajo policial. 
Pero no necesariamente todo lo anterior es lo que le interesa conocer al 
ciudadano. A este no le importa saber si el incremento delincuencial 
está asociado al ritmo de la urbanización, a la pérdida de valores, al 
cierre de oportunidades o al crecimiento acelerado del desempleo. Al 
ciudadano le interesa saber que puede estar en su casa o caminar 
tranquilamente por las calles y que no corre el riesgo de ser robado, 
asaltado, violado, herido o muerto; en última instancia, si esto ocurre, lo 
menos que espera es que la policía capture a los delincuentes y que se 
les aplique todo el peso de la ley. Tampoco le interesa al ciudadano 
saber si su seguridad depende del policía de prevención o del policía 
de investigación. Lo que le preocupa es saber que el policía lo va a 
cuidar y que con su trabajo le va garantizar su seguridad. Todavía 
podemos ser más radicales y plantear que poco o nada le interesa al 
ciudadano si el policía está bien pagado o bien comido, o si su vida y su 
integridad están garantizadas por un seguro adecuado, quizás porque 
asume que ése es un problema del Estado y que no es su problema.28 
Esto retoma una alta percepción de inseguridad, la cual hace sentir a la 
población que la autoridad ha perdido credibilidad; a esto también se debe sumar 
la percepción social sobre la corrupción y la ineficiencia en las instituciones 
policiales. 
 Uno de los problemas más serios que presenta la imagen de los cuerpos 
policiacos es la de la profesionalización con que cuentan ellos, ya que sus 
cualidades profesionales deben ser tales que el público esté convencido de que, al 
 
28
 SALOMÓN, Leticia, El desempeño policial y la satisfacción de la ciudadanía, p. 7. 
 
 
39 
requerir de su auxilio contará con una ayuda oportuna y eficiente. Es 
indispensable que cuenten con buena condición física y que dominen técnicas y 
habilidades imprescindibles que les habiliten para enfrentarse e imponerse a los 
delincuentes a quienes deban someter. Su proceder cotidiano debe ser tal que 
haga sentir a la sociedad confianza en su policía. 
Una propuesta fundada por el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la 
Inseguridad (ICESI) en marzo de 2003, refiere que se podría unificar las 
funciones de las diversas organizaciones policiales, tanto de la Secretaría 
de Seguridad Pública como de la Procuraduría General de Justicia del 
Distrito Federal. En la propuesta sobre “Para combatir la criminalidad en 
el Distrito Federal”, formulada por ICESI, se propuso la oportunidad de 
realizar una reorganización de los cuerpos policiacos capitalinos ya que 
además de contribuir con un principio de orden y organización, facilitaría 
que la sociedad reconociera las funciones de una sola policía con 
facultades de proteger la integridad física de las personas y sus bienes, 
también mantener el orden público, coadyuvar a la investigación de los 
delitos, así como auxiliar a la población en caso de siniestros y desastres, 
además de dedicarse a labores de tránsito y vialidad. La propuesta del 
ICESI es instaurar una carrera policial con dos especialidades: preventiva 
y de investigación.29 
 Por otra parte, sabemos que el índice de impunidad tan elevado que existe 
se debe, en buena medida, no sólo a la falta de rectitud de muchos policías y a la 
complicidad entre delincuentes y autoridades, sino también, a la falta de 
preparación del policía de investigación o judicial, lo que propicia que la 
integración de la averiguación previa sea deficiente. 
En una encuesta realizada por el periódico El Universal en febrero de 
2010 se señala que en el último año creció entre los habitantes de la 
Ciudad de México la percepción de que la delincuencia está creciendo. 
Además, se mantiene en niveles altos la idea de que los gobernantes e 
 
29
 Propuesta de carrera de formación para policía preventivo e investigación disponible en 
wwwicesi.org.mx consultado el 10 de junio de 2010. 
 
 
40 
instituciones policiales (excepto el Ejército)del Distrito Federal y el país 
hacen poco o nada para resolver la situación de inseguridad. Aseguran 
que los asaltos y el narcomenudeo son más frecuentes.30 
 
Una encuesta realizada en el DF a más de 3,660 personas, entre fines del 
año 2004 y comienzos de 2005, indagó acerca de la relación entre la población y 
las autoridades en el período de un año. Los resultados revelaron que una de 
cada dos personas que tuvo contacto con la autoridad señaló haber sufrido algún 
tipo de abuso, pero que en la gran mayoría de los casos no hubo daño físico 
(según los encuestados, uno de cada 20 abusos consistió en daño físico). 
 
 Asimismo, la sistematización de la encuesta permitió determinar que 
los abusos más frecuentes se concentran en la solicitud de dinero (29 
por ciento de todos los contactos), los insultos o tratos humillantes (10 
por ciento), amenazas concernientes al levantamiento de cargos falsos 
(7 por ciento), amenazas para obtener información o una confesión (5 
por ciento) y amenazas de posible daño físico (5 por ciento). También 
se estableció que los policías están involucrados en dos terceras partes 
de todos los abusos cometidos anualmente y aproximadamente dos 
terceras partes de los contactos con personal del MP incluyen algún tipo 
de abuso.31 
 
En términos generales, estos resultados revelan un amplio rango de 
coincidencia con otras encuestas, entre ellas una realizada hace 
algunos años por el Banco Mundial, cuyas conclusiones señalan que 
México tiene una de las diez policías menos confiables del mundo.32 
 
Sin embargo, también debe recordarse que solamente contamos con la 
perspectiva del ciudadano y que la información de las encuestas acerca de las 
 
30
 ORDOÑES, Carlos, “Capitalinos ven ciudad insegura”, El Universal.com.mx, 10 de marzo de 
2010, http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/100678.html, consultado el 16 de mayo de 2010. 
31
 NAVAL, Claire y SALGADO Juan, Irregularidades, Abusos de poder y maltratos en el Distrito 
Federal. La relación de los agentes policiales y del Ministerio Público con la población, p. 21-30. 
32
 Encuesta internacional, “Voces de las Empresas”, Instituto del Banco Mundial, 2002, 
http://dgcs.pgr.gob.mx/Sintesis/Matutina/Matutina2002/MatutinaJunio2002, consultado el 7 de 
mayo de 2010. 
http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/100678.html
http://dgcs.pgr.gob.mx/Sintesis/Matutina/Matutina2002/MatutinaJunio2002
 
 
41 
dinámicas de los encuentros y los posibles disparadores de la fuerza policial no 
nos permite establecer con claridad su desarrollo temporal y la complejidad del 
intercambio simbólico entre las partes. De tal modo que los agentes estén 
haciendo lo que esperamos de ellos, no lo que tememos de ellos. La compleja 
realidad en que se desenvuelven las policías en la actualidad requiere una visión 
integral que incorpore los distintos elementos que inciden en la concreción de una 
buena o mala conducta. 
 
Recurriendo a otras fuentes se encuentra por ejemplo para el caso del 
Distrito Federal la información disponible en la Comisión de Derechos Humanos 
(CDHDF). Los totales de quejas donde se consideran presuntos responsables de 
violaciones a los derechos humanos a integrantes de corporaciones policiales nos 
dan sólo una idea de la frecuencia de estos casos. Es evidente que las quejas por 
violaciones a los derechos humanos que se presentan ante la CDHDF son 
solamente la punta de problemas mucho más extendidos, y no es posible tomar 
sus variaciones como un indicador confiable de la evolución del abuso policial. 
Incluso el aumento de algunos tipos menos graves de violaciones podría 
considerarse como resultado de la mayor confianza en acercarse a denunciar y de 
una mayor sensibilidad para reportar las prácticas abusivas. Igualmente, los 
totales de quejas anuales dirigidos a la S.S.P. y a la P.J.D.F. nos muestran la 
magnitud y la permanencia del problema. Destacan las denuncias que recibe la 
Policía Judicial, que con muchos menos policías tiene un mucho mayor número de 
quejas. 
 
Los casos que se describen, al igual que los encuentros con la policía 
de la encuesta antes analizada, parten de una situación social que 
genera una interacción, iniciada ya sea por los policías o los 
ciudadanos, y que en este caso culmina en un comportamiento policial 
abusivo de distinto tipo, generalmente más orientado hacia la violación a 
los derechos humanos. La CDHDF suele tener más de un criterio en la 
determinación de aquellos casos que ameritan culminar en una 
Recomendación, entre ellos la gravedad de la violación a los derechos 
 
 
42 
humanos. En este sentido, varios casos son graves, por ejemplo tortura, 
que no reflejan las frecuencias reales de los abusos. La tortura implica 
el uso de distintas formas de coerción física que causan gran dolor y 
daños con las finalidades de extraer una confesión o autoinculpación, 
información acerca de un delito o de otras personas, o "simplemente" 
castigar al detenido.33 
 
 Podemos pensar aquí que la tortura es una “forma de hacer las cosas”, una 
práctica que opera más allá de su trivialidad como medio para lograr una 
confesión innecesaria, una acción con menor reflexividad que una acción con 
arreglo a fines y más cercana a una acción de carácter tradicional o con elementos 
de una acción con arreglos a valores para castigar a quien debe ser castigado. 
 
El abuso como “medio” para “resolver” investigaciones remarca factores 
institucionales y organizacionales en la Policía Judicial. En el nivel 
institucional es el excesivo peso inculpatorio que en la práctica siguen 
conservando policías y ministerios públicos, al que busca responder 
parte de la reciente reforma al sistema de impartición de justicia. La falta 
de rendición de cuentas interna y externa, y de las sanciones 
correspondientes, es un factor clave detrás de las redes de corrupción 
que fomentan acciones abusivas.34 
Para Miguel Ángel Mancera Espinosa, titular de la Procuraduría General de 
Justicia del Distrito Federal, el estudio publicado por el Instituto Ciudadano de 
Estudios Sobre la Inseguridad (ICESI) es “una encuesta de victimización”, dijo que 
los datos duros mostrados en el estudio ubican al DF como una de las entidades 
que ha descendido en los niveles de criminalidad, lo cual calificó de “alentador”. 
Miguel Arroyo Ramírez, presidente del Consejo Nacional de la Abogacía, dijo que 
la encuesta “no es 100% confiable”. 
 
33
 SILVA FORNÉ, Carlos, “Patrones del abuso policial en la Ciudad de México”, 
http://www.insyde.org.mx/images/patrones_del_abuso_policial_carlos%20silva.pdf, consultado el 7 
de mayo de 2010. p.1-3. 
34
 Id. p.12-13. 
http://www.insyde.org.mx/images/patrones_del_abuso_policial_carlos%20silva.pdf
http://www.insyde.org.mx/images/patrones_del_abuso_policial_carlos%20silva.pdf
 
 
43 
Durante la reunión que sostuvo el Consejo Nacional de Seguridad 
Pública con Miguel Ángel Mancera, los abogados expusieron los retos, 
logros y deficiencias de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal. 
Arroyo Ramírez especificó que “a la Procuraduría no se le han dado los 
recursos suficientes; las instalaciones no son las adecuadas, la 
capacitación que se da es la mínima necesaria, el volumen de trabajo 
es altísimo. Se requiere, por lo menos, 50 por ciento más personal del 
que se tiene, además de elementos técnicos y científicos”.35 
Las instituciones encargadas de prevenir y perseguir los delitos no 
satisfacen los requisitos mínimos de profesionalismo, modernización, eficiencia, 
honradez y coordinación que solicita la sociedad. Lo mencionado impide llegar a 
una prevención eficaz de los delitos y una persecución y condena de los presuntos 
delincuentes. Las deficiencias se pueden apreciar desde el criterio de selección 
del cuerpo policial. A esto se suman las condiciones

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