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Violencia-y-valorizacion-del-espacio--el-dispositivo-de-criminalizacion-en-el-urbanismo-neoliberal

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
 DE MÉXICO 
 
 FACULTAD DE FILOSIFÍA Y LETRAS 
 
 
Violencia y Espacio; El dispositivo de criminalización en 
la consolidación del Urbanismo Neoliberal 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
T E S I S 
 
 
 QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
 LICENCIADO EN GEOGRAFÍA 
 P R E S E N T A : 
 
JESÚS MANUEL ESPEJO LEMARROY 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DIRECTOR DE TESIS: 
Mtro. José Manuel Ortega Herrera 
Cd. Mx. 2017 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 2 
Índice 
Agradecimientos ............................................................................................................ 5 
Introducción ................................................................................................................... 8 
Capítulo 1 – Espacio y Territorio ............................................................................. 16 
La apropiación de la naturaleza ....................................................................................... 17 
Producción de la segunda naturaleza, tecnología y cultura; reproducción del 
modo de producción. ........................................................................................................... 22 
La (Re)producción del Espacio ............................................................................................................ 26 
Totalidad .......................................................................................................................................................... 29 
Espacio y política ......................................................................................................................................... 33 
Conflicto y espacio ...................................................................................................................................... 35 
Racionalidad .................................................................................................................................................. 38 
Objetivación ................................................................................................................................................... 40 
Territorio y Territorialización ......................................................................................... 44 
Espacio y Territorio ................................................................................................................................... 45 
Apropiación política del espacio y territorialización ............................................................... 48 
Capítulo 2 – Urbanismo Neoliberal; Dispositivos y Criminalización. ........... 56 
Urbanismo Neoliberal ......................................................................................................... 60 
Características penales del Urbanismo Neoliberal. ................................................................... 64 
¿Qué es la hegemonía? ........................................................................................................ 66 
Dispositivos ............................................................................................................................ 70 
Urbanismo Neoliberal y dispositivos punitivos ........................................................... 78 
Tercer Capítulo - Violencia y Criminalización .................................................... 86 
Violencia; Dimensión Coactiva De La Hegemonía ........................................................ 87 
Violencia estructural y Violencia directa, objetivación y coyuntura. .................... 94 
Marginalidad Urbana........................................................................................................ 100 
Neoliberalismo y la Nueva Marginalidad Urbana ..................................................................... 102 
Precarización por la vía del Salario.................................................................................................. 104 
El paradigma de la seguridad ......................................................................................... 111 
(IN)Seguridad .............................................................................................................................................. 121 
Contención punitiva y segregación. ................................................................................................. 124 
Capítulo Cuarto – Valorización del Suelo Urbano y teoría de la Renta. ..... 127 
¿Qué es la renta y de dónde viene? ............................................................................... 128 
Desarrollo Geográfico Desigual y Solución Espacial; Desvalorización y 
Revalorización. ................................................................................................................... 132 
Solución Espacial ....................................................................................................................................... 138 
Gentrificación, el regreso a la ciudad y la revancha de la burguesía .............................. 141 
Revalorización: La seguridad y la construcción del escenario bélico ............................ 146 
¿Cómo se rentabiliza la nueva marginalidad urbana? 2 Propuestas desde la 
TGRT ..................................................................................................................................... 150 
Identificación social, vivienda y rentabilidad ............................................................................. 150 
Conclusiones .............................................................................................................. 159 
 3 
Bibliografía ................................................................................................................. 171 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 4 
 
A mamá y papá, por enseñarme a sembrar… 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A los maestros que luchan. 
 
 
 
 
 5 
 
 
Agradecimientos 
En primer lugar tengo que agradecer a los trabajadores de México que con su 
trabajo mantienen la educación pública. A ustedes que trabajan día a día por sus 
familias les deseo un futuro en con paz, justicia y dignidad. 
 
A mi mamá y a mi papá por enseñarme el esfuerzo y la dedicación, también a 
abrir ostiones, a nadar, a hacer una instalación eléctrica, evitar quemaduras de 
tercer grado, etc. A mi hermana y al gato, los quiero mucho. A mis abuelos por 
mostrarme el camino de la enseñanza y el amor por el prójimo. A mis tíos, 
primos y familia chida, especialmente mi prima Yamili, a Víctor, a Berni, Caro, 
Susi, Santi, Nacho y Alex. A Gaby Calvillo por acompañarme a inscribirme. 
 
A la Xoch y el Paco por crecer conmigo y compartir este viajesote. A mis carnales, 
Abraham, Román y Diego por estar a mi lado y luchar contra la máquina que 
trata de convertirnos en infelices. A la Abigail, Octavio y Mario.. A Dan y Richi, 
gracias por ser seres de luz y los chavos más reales que he conocido en esta 
ciudad llena de falsedad. A CAS 259, especialmente a Orlando, Ulises y Germán. 
 
A mis amigos Luis,Yecal, Kuble, y la Gaba. A todas las bandas y compas que 
producen parte chida del espacio del punk en México: Ratas del Vaticano, 
Margaritos, Sacrificio, Antisex, Muerte, Avichines, Maledukados, Cremalleras, 
Riña, el Dave Rata, etc. 
 
A la Dra. Patricia Gómez Rey por cumplir cabalmente su labor de coordinación del 
Colegio de Geografía. A la Dra. Georgina Calderón, el Mtro. José Manuel Espinoza, 
la Dra. Verónica Ibarra, el Dr. Luis Alberto Salinas, el Dr. Federico Saracho, Dr 
David Herrera, el Dr. Darío Salas Marín y los profesores que dignifican la 
geografía en México. Al Dr. Fabián González Luna por su labor académica que 
despertó en mí el interés de abordar el estudio de la producción del espacio y la 
violencia. Al Mtro. José Manuel Herrera por apoyarme en la elaboración y 
conclusión de esta tesis. 
 
A mis más destacados compañeros del colegio, Nacho y Benjamín, sigan 
disfrutando su amor por la docencia y la buena cerveza. A la Paola que no quería 
estudiar Geografía y me acompañó a colorear mapitas. A los compañeros y 
amigos de toda la vida que conocí en Ecuador y Chile: Dani, Edu, Rodri, José, 
Cami, Anyi y Camilo. Al Robert y el Marquito (los mas chidos compañeros durante 
una práctica de campo) y demás geogrifos a través del tiempo y el espacio. A los 
compañeros que si hacían las lecturas y aportaban algo a clase, a los que no 
espero que su decidía no pase impune. 
 
 6 
A Ale por acompañarme y creer en mí durante mis años de tesista perdido, a 
Héctor y Roció por abrirme las puertas de su hogar y a Andrea ser tan chida. Les 
deseo todas las bendiciones. 
 
A los vendedores y productores de tacos de canasta por proporcionarme un 
alimento económico, y al compa de SME por vender cigarros sueltos a precio 
banda. A los que hacen de la UNAM una casa de estudios al servicio del pueblo de 
y creen en la transformación de México, para ustedes todos mis respetos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 7 
 
 
 
 
Vieja ciudad de hierro 
de cemento y de gente sin descanso 
si algún día tu historia tiene algún remanso 
dejarías de ser ciudad. 
 
Por tu cuerpo maltrecho 
por los años y culturas que han pasado, 
por la gente que sin ver has albergado. 
El otoño para ti llegó forzado. 
Ya que te han parado el tiempo 
te han robado la promesa de ser viento 
te han quebrado las entrañas y el silencio 
ha volado como un ave sin aliento. 
Se ha marchado lejos 
tu limpieza clara y en tu par de espejos 
han morado colores que son añejos 
y ahora ya no brillan más. 
Capital de mil formas 
de bellezas que se pierden entre el polvo 
de tus carros, de tus fábricas y gentes 
que asesinan y tu muerte no la sienten. 
¿Qué harás con la violencia 
de tus tardes y tus noches en tus calles 
de tus parques y edificios coloniales 
convertidos en veloces ejes viales? 
Se ha marchado lejos 
tu limpieza clara y en tus azulejos 
han morado colores que son añejos 
y ahora ya no brillan más. 
Vieja ciudad de hierro 
de cemento y de gente sin descanso 
si algún día tu historia tiene algún remanso 
dejarías de ser ciudad. 
 
Vieja Ciudad de Hierro - Rodrigo González 
 
 8 
Introducción 
Esta es una primera aproximación para analizar la funcionalidad de la 
violencia y la criminalización en la producción espacio urbano neoliberal. 
Surge de la inquietud por entender las transformaciones urbanas que 
derivaron de la guerra contra el narcotráfico, y la continuidad de la campaña 
bélica orquestada desde el Estado mexicano, así como de la violencia 
dirigida contra la población civil de parte del ejército, policía federal, etc. La 
política de seguridad que permanece vigente, basada en estrategias 
clasistas, y militaristas de seguridad pública, ha contribuido a la objetivación 
del Neoliberalismo como proyecto de clase en el espacio urbano. La 
territorialización de dicho proyecto es, a grandes rasgos, la profundización de 
la segregación social, pero sus consecuencias en la cotidianidad, en la 
reproducción social y económica son mucho más profundas: la idealización 
de los espacios privados, la imposición de la realización del valor de cambio 
como eje rector de estos, la cultura clasista de la seguridad, la proliferación 
de centros comerciales y desarrollos habitacionales cerrados y - 
aparentemente - autosuficientes, el encierro permanente, el terror y odio 
contra los marginados, la mercantilización de la seguridad como garante de la 
exclusión y la segregación social, la decadencia urbana generalizada 
complementada por la opulencia violenta de los espacios privados. 
Mi acercamiento con dichos procesos fue y sigue siendo, en gran medida, a 
través de mis amigos y familiares de ciudades de Nuevo León, Tabasco y 
Veracruz. Su historia no solamente es la de los individuos atrapados en el 
fuego cruzados entre los distintos capitales ilegales por la apropiación 
territorial de sus ciudades o sus barrios, o de las inútiles respuestas 
policiacas y militares a dicha lucha. Es la historia de la desaparición 
sistemática de las posibilidades de realización de la ciudad como punto de 
encuentro e intercambio político y cultural, como medio de reproducción 
colectivo, de realización de nuestra historia como individuos y como sociedad 
y la imposición de un proyecto de clase que lo objetiva como medio de 
explotación, exclusión y apropiación privada del plusvalor. Dicho proceso se 
realiza políticamente mediante implementación de una política de seguridad 
 9 
sustentada en la criminalización de los colectivos más vulnerados por las 
políticas neoliberales, englobados como el (sub)proletariado urbano. 
La hipótesis es que la violencia directa ejercida contra determinadas 
territorialidades y/o sectores sociales no solo legitima la segregación territorial 
por la vía de la criminalización de los marginados, sino que influye en la 
estructura de rentas del suelo. Entender la funcionalidad de la violencia y la 
criminalización en la producción del espacio urbano exige partir de un 
desarrollo teórico que me permita entender la espacialización hegemónica 
mediante la complementariedad entre fuerza y consenso. La reconfiguración 
urbana no ha sido solo por la vía la violencia y la coacción, ha sido necesaria 
la producción de un consenso que legitime a la seguridad como uno de los 
paradigmas que articula dichas transformaciones. 
No obstante el paradigma de la seguridad surge en el contexto de una mayor 
polarización social y económica, cuyo origen se encuentra en las 
reconfiguraciones del mercado laboral y la economía global. Se trata del 
establecimiento de nuevas delimitaciones sociales y espaciales, que dirigen 
la violencia contra las nuevas colectividades excluidas del órden societal y 
producen nuevas configuraciones espaciales. La hipótesis es que la violencia 
tiene una funcionalidad en la consolidación del neoliberalismo y en la 
territorialización de los intereses de la burguesía en el espacio urbano. El 
ejemplo de la seguridad es paradigmático para entender como la exclusión 
social es funcional para los procesos de acumulación: una vez eliminados o 
desplazados los colectivos que originaban o reproducían la violencia directa 
basta con incorporar dichos espacios a los circuitos de acumulación 
hegemónicos. Esto quiere decir (re)funcionalizarlos como territorialidades 
articuladas procesos de acumulación articulados a escala global, 
configurando al consumo y la segregación socal como paradigmas 
normativos de los espacios de reproducción social de los grupos incluidos en 
el orden societal. 
El hecho es que no es la barbarie de la violencia por sí misma la que explica 
las reconfiguraciones urbanas, sino la dimensión consensual que permite la 
ejecución del paradigma de la seguridad, la exclusión y la violencia punitiva 
 10 
como medios parala objetivación del capital y los intereses de la clase 
dominante. Empero que la cara consensual que la violencia sea la vía para la 
imposición del proyecto de clase en el espacio urbano . El punto de partida es 
la observación de la violencia directa, pero el reto consiste en encontrar las 
causas estructurales de esta, así como su función en la reproducción de la 
estructura de acumulación en el espacio urbano y sus consecuencias en la 
estructura de la renta en el suelo urbano. 
El primer capítulo en verdad fue el más complicado de la tesis, pues la 
complejidad filosófica y ontológica desarrollada por Henri Lefebvre (1972) o 
Milton Santos (1996, 2000) respecto al espacio sinceramente no se 
encuentra dentro de mis mayores intereses académicos. Es por esto que 
decidí simplificar la producción social del espacio de forma que pudiera ser 
más comprensible y argumentable, incorporándolo metodológicamente como 
la racionalidad (Lefebvre, 2013) que articula el sistema de objetos – medios 
de producción - y el sistema de acciones (Santos, 2000) - relaciones 
sociales de producción - históricamente delimitados dentro de una totalidad, 
es decir, una estructura con cualidades sistémicas capaz de delimitar 
condiciones históricas a otras estructuras sociales (Santos, 1996). 
 
En el segundo capítulo delimité la pertinencia del desarrollo del dispositivo , 
aportado por Foucault (2002) y nutrido por múltiples autores Agamben 
(2011), en relación con el espacio y la consolidación de la dimensión 
consensual de la hegemonía. Para esto fue necesario emprender una 
revisión del concepto para ampliar el emplazamiento en el que este se 
realiza, la racionalidad que lo legitima y las subjetividades que este 
(re)produce y que se articulan entre sí. Así es como propongo ampliar la 
escala de ejecución del saber poder más allá de las instituciones sociales 
paradigmáticas del ejercicio del poder – la escuela, los hospitales, los centros 
de trabajo, etc. - para apreciar la normalización de los paradigmas 
normativos del urbanismo neoliberal y la ejecución del saber poder a escala 
urbana, procesos que requieren la producción de la subjetividad antagónica 
del criminal. 
 11 
Una vez definidos en el primer capítulo los principios teórico metodológicos 
relacionados con la producción social del espacio y los procesos de 
territorialización, comencé el segundo capítulo delimitando espacio 
temporalmente el desarrollo de mi tesis a la imposición del neoliberalismo 
como proyecto de clase porsterior de la crisis de modelo de acumulación 
fordista-keynesiano (Harvey, 2007). Esta delimitación fue caracterizada por la 
transformación de bienes y servicios públicos en commodities (Theodore, 
2009), la financiarización de lo urbano (Borja, 2014) y la imposición de la 
ciudad valor de cambio privado (Franquesa, 2012). 
Mi interés es acercarme a la realización del neoliberaismo a través de una 
serie de estrategias penales y punitivas dirigidas espacíficamente contra el 
(sub)proletariado urbano, según la argumentación de Löic Wacquant (2011, 
2001). A pesar de que el sociologo francés concentra sus estudios en las 
urbes norteamericanas y europeas, utilizaré su trabajo como referencia 
teórica para construir un argumento o propuesta teórica en el contexto de las 
urbes latinoamericanas, particularmente en lo relacionado con los procesos 
de subjetivación que se desprenden de la reconfiguración del mercado 
laboral y que interevienen en los procesos de segregación socioterritorial. 
La presente tesis busca articular un aparato teórico que permita entender la 
imposición del neoliberalismo, como proyecto de clase hegemónico en la 
producción del espacio urbano contemporáneo, por lo que necesariamente 
realicé un breve repaso del concepto hegemonía, enfocándome en la 
argumentación sobre la complementariedad de sus dimensiones consensual 
y coercitiva. A partir de la explicación sobre la complementeariedad de las 
dimensiones que permiten la realización de la hegemonía surge la necesidad 
de construir los elementos teóricos que me permitan explicar cada una de 
estas dimensiones, así como el funcionamiento de su complementariedad 
dialéctica y, finalmente, su realización espacial y territorial. 
La argumentación de Foucault (2002) sobre el ejercicio de poder a través de 
los dispositivos me resulta ideal para construir una argumentación en la que 
se articule la dominación ejercida desde una racionalidad con los procesos 
de subjetivación. El dispositivo es el concepto intrinsecamente espacial que 
 12 
conjunta discursos, saberes, medio técnico y producción de subjetividades a 
través del cual explicaré la normalidad con la que se ejerce la violencia de 
clase, objetiva, subjetiva y sistémicamente en la imposición del urbanismo 
neoliberal. 
En el capítulo iré relacionando las distintas características espaciales que 
Foucault (Ibíd) y Agamben (2011) atribuyen a los dispositivos, haciendo 
énfasis también en el ejercicio de nominación o tipificación intrínsecos al 
mismo y la consecuente producción de subjetividades como parte de la 
dimensión pedagógica de la hegemonía, misma que permite su reproducción 
a través del ejercicio de poder normalizado e incorporado por dichas 
subjetividades. En la introducción del capítulo cuarto complemento con la 
argumentación de Salcedo (2002) sobre el ejercicio de nominación aplicado 
territorialmente, mismo que permite la naturalización de la dominación a 
través de la tipificación e imposición de percepciones sobre distintas 
territorialidades. 
El objetivo de repasar las distintas aproximaciones al concepto de violencia 
era darle una mayor complejidad al concepto de tal forma que me permitiera 
vislumbrar la imposición o el ejercicio de poder más allá de los actos visible o 
cotidianamente categorizados como violentos, de esta manera podría 
visibilizar como la violencia se encuentra implícita también en lo que se 
considera coloquialmente como condiciones libres de violencia o en un 
estado de paz. Es por esto que parto con una cita de Joseph Galtung (1998) 
en la que niega que la paz sea simplemente la ausencia de violencia visible y 
que esta, como supuesta normalidad, constantemente es el obstáculo que 
permite acabar con la violencia en su complejidad. 
Al comenzar a definir la violencia decidí delimitarla como una acción 
constante en la historia del desarrollo de la humanidad, existente en tanto 
que el ser humano violente o imponga su voluntad sobre una legalidad 
externa a si, llamese la naturaleza, otro individuo o colectivo. Recupero a 
Arendt (2007), Benjamin (1999) y sobre todo Sánchez Vázquez (2003) para 
dejar claro desde un principio que la violencia tiene una razón instrumental, 
es decir, lleva necesariamente una finalidad y no se trata por lo tanto de un 
 13 
comportamiento patológico o antinatural, sino que su intencionalidad es 
inclusive suceptible a ser analizada a traves de la técnica (Galtung, 1998; 
Sánchez, 2003). 
Esto me permite relacionar el estudio de la violencia con la técnicas de poder 
activas en las sociedades disciplinarias (Foucault, 2012) e introducirla en mi 
argumentación en torno al dispositivo y la dimensión coercitiva de la 
hegemonía. De la misma manera la violencia aparece con normlidad en la 
consolidación de un órden societal, pues esta se ejerce contra la 
subjetividades que han sido definidas como externas al orden societal, o 
irrumpen con la normalidad y el desarrollo de la racionalidad hegemónica de 
una sociedad. 
La dinámica evolutiva de la neoliberalización sigue vectores específicos en 
cada espacio, respaldándome en las argumentaciones de Löic Wacquant 
(2001) David Harvey (2003, 2007) y Emilio Pradilla (1994, 2004, 2009) 
delimito tres procesos generales que considero han llevado a la consolidación 
del nuevo régimen de marginalidad urbana: 1) la liberalización y privatizaciónde los activos estatales en beneficio de la clase dominante y el capital , 2) la 
consecuente mercantilización de la reproducción social en el espacio urbano 
y 3) la transferencia de los riesgos e incertidumbres del sistema financiero a 
la ciudadanía (Wacquant, 2001), hechos que constituyen en general la 
precarización del mercado laboral. 
Procuré realizar un acercamiento crítico al advenimiento del crimen 
organizado y el auge del sector informal de la economía como resultados del 
proceso neoliberal. Con esto no pretendo realizar una equivalencia 
marginalidad-criminalidad, sino explicar someramente las condiciones 
estructurales, políticas y económicas que incentivan la participación de dichos 
sectores en la economía informal y la integración de los excluidos del 
reconfigurado mercado laboral en dicho sector, así como los procesos de 
territorialización que esta facción del capital realiza en el espacio urbano. 
Finalmente el cuarto y último capítulo busca relacionar los argumentos 
expuestos en los capítulos segundo y tercero sobre los procesos de 
criminalización, la violencia en su complejidad y el paradigma de la seguridad 
 14 
con los procesos de valorización del suelo urbano a través de la Teoría 
General de la Renta de la Tierra, buscando explicar si existe una relación 
entre dichos procesos y la estructura de rentas de la tierra urbana. Jaramillo 
(2012) hace una excelente adaptación de la TGRT al caso urbano y será el 
autor principal que aporte los elementos necesarios para encaminar esta 
argumentación. 
La retracción del estado de bienestar y los procesos de crisis (Pradilla, 2009) 
y gestión y manipulación de la misma (Harvey, 2014) son explicados por Neil 
Smith (2013) como parte de un proceso cíclico de inversión y desinversión en 
distintos fragmentos del espacio urbano, proceso que permite explicar la 
marginalización y posterior renovación de amplios territorios urbanos así 
como ofrecer bases económicas sólidas para explicar los procesos de 
gentrificación. 
La desinversión racional (Smith, 2013) a su vez ofrece muy buenas 
oportunidades para colocar el capital sobreacumulado (Harvey, 2003, 2006), 
inclusive el proveniente de actividades ilícitas o del sector informal de la 
economía (Pradilla, 2009). El argumento de Harvey (2003) sobre la solución o 
fijación espacial – spatial fix (Ibíd.) - llamó mi atención como medio para 
conectar los procesos de (re) valorización del espacio urbano, la 
gentrificación y las políticas punitivas aplicadas contra el proletariado urbano 
y sus territorialidades. La ciudad revalorizada y reapropiada como valor de 
cambio requiere la expulsión de los excluidos del orden societal y su 
apropiación como valor de cambio por los sectores comercial, inmobiliario y 
financiero en beneficio de aquellos integrados al mercado laboral, 
construyendo así un escenario bélico contra los excluidos a través del 
paradigma clasista de la seguridad. Finalmente ofrezco dos propuesta breves 
desde la TGRT en relación con los procesos de criminalización y el 
paradigma de la seguridad. 
Así las ambiciones del presente trabajo requirieron la revisión y adaptación 
de una buena cantidad de conceptos para introducirlos al análisis de las 
reconfiguraciones espaciales y sociales dentro del neoliberalismo, siendo las 
reconfiguraciones en el mercado laboral los elementos centrales en el 
 15 
análisis pues de estos se desprenden procesos que reconfiguran el espacio 
urbano y los procesos de territorialización del capital y las clases 
privilegiadas. La violencia se revela como elemento constante en dicho 
proceso, pero como resultado de la precarización de las condiciones de vida 
del proletariado urbano y de la irrupción de un sector de la economía 
intrínseco al desarrollo del libre mercado, el sector informal. Expongo la 
presente como un trabajo que me permitio perfilar cuales son los intereses 
académicos que me interesa seguir desarrollando a lo largo de mi carrera, 
como un esfuerzo por introducir elementos subjetivos al estudio del espacio 
urbano y los procesos de territorialización del capital. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 16 
 
Capítulo 1 – Espacio y Territorio 
 
“Es difícil encontrar algo real o imaginario, práctico o teórico, más 
omnipresente, dúctil y maleable, universal y particular, total y 
parcial... que el “espacio”. (Pradilla, 1984: p. 35) 
 
 
Analizar el espacio que producimos y habitamos es el camino teórico aquí 
emprendido, en vías de comprender una porción de la totalidad histórica y 
espacial de nuestro tiempo. El espacio es la naturaleza de nuestra condición 
histórica. Se hace cada vez más necesario cuestionarnos los orígenes de una 
totalidad en la que parecemos inmersos históricamente, interiorizada al grado 
de hacerse transparente, casi invisible por su naturalidad. Vislumbrar la 
complejidad de la dimensión espacial y territorial de la sociedad debe 
trascender la comprensión del medio que nos rodea, pues es el camino a la 
comprensión de lo que como sociedad e individuos somos y dejamos de ser, 
el espacio de la apropiación territorial del capital. 
 
Es preciso analizar la realidad en la que vivimos, partiendo de un ejercicio de 
abstracción que nos permita encontrar el camino a la comprensión de este 
espacio. La finalidad del presente capítulo es proporcionar una perspectiva 
teórico metodológica de la producción social del espacio, tomándolo como 
punto de partida para comprender el territorio y las prácticas político 
económicas que intervienen en su apropiación. 
 
Parecería absurdamente lejano partir del escenario prístino de confrontación 
del hombre con la naturaleza, pero para entender la producción del espacio y 
la apropiación territorial me parece preciso partir del concepto de la 
naturaleza, pues como afirma Henri Lefebvre (2013; p. 177) 
 
 17 
“La materia prima de la producción del espacio no es, como ocurre en 
el caso de los objetos particulares, un material particular; es la misma 
naturaleza, transformada en producto, rudamente tratada, hoy 
amenazada, probablemente arruinada y, con toda seguridad y 
paradójicamente, localizada.” 
 
La naturaleza será el punto de partida, a través del cual desarrollemos un 
argumento que dé cuenta del proceso dialéctico de producción social de las 
condiciones objetivas de (re)producción social y económica1. Pero para esto 
nos situaremos en el escenario de las economías mercantiles, es decir, una 
vez emancipada la sociedad de las ataduras de la naturaleza y mediada su 
relación con esta a través de instituciones sociales (Smith, 2006) 
 
La apropiación de la naturaleza 
 
El estudio de la relación de la naturaleza desde la perspectiva determinista 
resulta no solo caduca, sino profundamente conservadora, pues legitima una 
relación pasiva y subordinada para con los objetos producidos por el hombre 
e incorporados como condiciones de la existencia de la sociedad. Cualquier 
aproximación teórica que separe tajantemente a la sociedad del espacio, y 
establezca entre esta y la naturaleza una relación condicionante o 
determinante es inútil para entender la producción social del espacio, pues no 
pretendería sino disociar la relación intrínseca de apropiación de la sociedad 
y la naturaleza a través del proceso productivo, cuestión que, como se 
argumentará a continuación, es central en la conceptualización de la 
naturaleza. 
 
Estas posturas, por ejemplo, caen comúnmente en argumentos afines a 
posturas conservadoras, al limitar su lectura de la coyuntura a través de crisis 
o escenarios de desastre natural como un conjunto de actos voluntariosos, o 
ignorancia de la sociedad en general, que lleva destrucción de la naturaleza - 
 
1 “El primer acto histórico de estos individuos, merced al que se distinguen de los 
animales, no consiste en que piensan, sino enque comienzan a producir los indispensables 
medios de subsistencia” (Marx, 1846: p. 15) 
 18 
tan voluntarioso tal vez como el llamado “retorno a la naturaleza”. Como si la 
existencia de esta pudiera entenderse separada del hombre, el mundo dual 
de la ideología burguesa (Ibíd.) parece esforzarse por disociar la 
problemática ambiental del contexto económico-político en el que se 
desarrolla. 
 
Ciertamente la dimensión2 subjetiva nos ofrece inmensas oportunidades para 
entender la relación de las sociedades con la naturaleza en escenarios 
históricos particulares, en los que se destacan por ejemplo características 
estéticas o apreciaciones simbólicas que, sin dejar de ser importantes para 
entender a las sociedades, no son la vía para el estudio de la producción 
social del espacio, aunque ciertamente permiten entender elementos 
ideológicos o superestructurales que intervienen en su producción. 
 
En la historia universal observo, en el desarrollo cultural y tecnológico por 
ejemplo, mayores esfuerzos por alejarnos de la naturaleza - como fuerza 
natural dominante en el contexto de las sociedades sin producción de 
excedentes - que por “mantenernos” o “acercanos” a ella. 
 
El desarrollo tecnológico y cultural de la humanidad es resultado de un 
proceso de intercambio entre fuerzas naturales, el individuo y la sociedad, 
pues el hombre como ser natural, es decir, provisto de fuerzas naturales, 
encuentra en los objetos3 la reafirmación y desarrollo de estas facultades4. 
Esto no es otra cosa que el proceso productivo. 
 
2 “El principio de la multidimensionalidad nos ayuda a comprender mejor la totalidad, ya que 
están las dimensiones que lo componen. Las dimensiones están formadas por las 
condiciones construidas por los sujetos en sus prácticas sociales en relación con la 
naturaleza y entre sí. En las múltiples dimensiones del territorio se producen las relaciones 
sociales, económicas, políticas, ambientales y culturales. La dimensión une espacio y 
relación, que son construidos por las acciones e intencionalidades.” (Fernandes, 2008: p. 6) 
 
3 “El hombre es un dato de la valorización de los elementos naturales, físicos, porque es 
capaz de acción. Usa sus fuerzas intelectuales y físicas contra un conjunto de objetos 
naturales que selecciona como indispensables para mantenerse como grupo. Así, el hombre 
es sujeto, y la tierra, objeto.” (Santos, 1996: p. 86) 
 
4 “La supremacía sobre la naturaleza comenzó con el desarrollo de la mano, con el trabajo, y 
ensanchando en cada avance el horizonte humano.” (Engels en Smith, 2006: p. 53) 
 
 19 
 
“El trabajo es, en primer lugar, un proceso en el cual tanto el hombre 
como la naturaleza participan, y en el que el hombre decide 
libremente iniciar, regular y controlar sus intercambios materiales con 
la naturaleza. El hombre se confronta a sí mismo con la naturaleza 
como una de sus propias fuerzas, poniendo en movimiento […] las 
fuerzas naturales de su cuerpo, para apropiarse de los productos de 
la naturaleza en una forma útil a sus propios deseos. Actuando de 
este modo sobre el mundo externo y transformándolo, él transforma 
al mismo tiempo su propia naturaleza.” (Marx citado en Smith, 2006) 
 
En el centro de la argumentación de Marx (Ibíd.) sobre la relación entre la 
sociedad y la naturaleza se encuentra el trabajo. La única reminiscencia 
natural del hombre es justamente aquella que nos separa de la naturaleza y 
nos permite apropiárnosla a través del trabajo5, es decir la incorporación de la 
naturaleza al proceso productivo, así como la ulterior producción de esta. 
Milton Santos (1996) argumenta que esta apropiación se logra por la 
aplicación de la energía del hombre sobre la naturaleza, ya sea de forma 
directa o a través de herramientas, cuya finalidad es la reproducción de la 
vida y del grupo “Antes de lanzarse al proceso productivo, piensa, razona y, 
de alguna manera prevé el resultado que tendrá su esfuerzo.” (Ibíd., p. 83) 
Ambos, el trabajo y el proceso, son previstos de acuerdo a finalidades 
específicas y razonamiento previo de los medios necesarios para lograrlas. 
 
Es a través de un proceso de intercambio, es decir dialéctico, en el que “[…] 
la naturaleza se socializa y el hombre se naturaliza” (Ibíd; p. 85), 
conceptualizado como la Culturización de la Naturaleza (Marx en Smith, 
2006). La culturalización de la naturaleza se realiza en la medida en que se le 
imponen las formas de la sociedad, se humaniza transformándose en objetos 
 
5 “La humanidad se ha hecho a sí misma en el más literal de los sentidos. Nuestros cuerpos 
son el producto de la adaptación al uso de herramientas que precede al género Homo. 
Nosotros determinamos activamente el diseño de nuestro cuerpo a través de las 
herramientas que median intercambio humano con la naturaleza.” (Engels citado en 
Smith, 2006; p. 21) 
 20 
técnicos o elementos artificiales que dan cuenta del desarrollo cultural de la 
sociedad. 
 
El geógrafo escocés afirma que se trata de un intercambio recíproco entre el 
hombre y la naturaleza (Smith, 2006), pero hay que puntualizar que se trata 
de la naturaleza producida como organización social, como referente cultural 
y tecnológico, humanizada e incorporada como condición de la reproducción 
social una vez superadas las condiciones históricas de la primera naturaleza. 
Lo que se reincorpora no es la naturaleza en su forma prístina u originaria, 
sino la naturaleza humanizada o culturalizada, no la misma naturaleza que se 
incorporó en una etapa sino la que ha sido producida y objetivada medio de 
reproducción. 
 
La culturización de la naturaleza permite vislumbrar el papel histórico del 
desarrollo tecnológico como sustitución, o mejor dicho producción de la 
naturaleza, pues el trabajo humano incorpora y produce objetos técnicos 
como parte de dicha relación con la naturaleza, al grado de transformarla – 
transformándose a sí mismo - de acuerdo a sus condiciones y necesidades 
históricas. Son las condiciones técnicas las que le permiten dominar la 
naturaleza, transformándola de acuerdo a las necesidades que surgen para 
lograr esta apropiación mediante el proceso productivo 6 .“El hombre tiene 
fuerzas para modificar los aspectos del marco natural, haciendo de éste una 
segunda naturaleza más adaptada a sus fines” (Santos, 2000; p. 187) La 
sociedad pasa de depender y encontrarse a merced la de la naturaleza a 
apropiarse de ella y dominarla a través de la producción, a través del trabajo, 
mediando dicho proceso objetos y técnicas (Santos, 1990). Se trata de la 
creación de nuevos marcos de referencia para la reproducción social y 
económica, de un sustrato material e inmaterial que sustenta dicha 
reproducción. Esta es la apropiación social de la naturaleza y la 
 
6 “Las formaciones sociales históricamente determinadas se apropian de la naturaleza, la 
reproducen o transforman y, aún, producen nueva “materia” en el sentido de producción de 
nuevos objetos materiales mediante la reestructuración y recombinación de la materia 
existente, pero en el proceso no modifican las leyes universales, ahistóricas y asociales de la 
materia, sino que las vencen, encuentran la forma de dominarlas y someterlas a la voluntad 
social. Pueden utilizar, dominar, destruir o reproducir la naturaleza, sin cambiar sus leyes de 
funcionamiento.” (Pradilla, 1984: p 44) 
 21 
naturalización de la sociedad, la creación de referentes o condiciones de 
reproducción que sustituyen o mejor dicho naturalizan la técnica, al 
constituirse como espacio de reproducción, referente cultural e histórico que 
articula los elementos necesarios para la (re)producción económica y social. 
 
“[…] con el avance de la técnica, los objetos creados sustituyen cada vez 
más a losnaturales, pero aparecen también como objetos naturales a los 
ojos de las nuevas generaciones. Es la historia de su producción lo que 
distingue la naturaleza heredera de lo natural y la que proviene de lo 
artificial.” (Santos, 1996) 
 
La producción pasa a tener una historia, pues con la producción de 
excedentes la actividad humana deja de aparecer limitada por las barreras 
naturales para convertirse en un proceso realizado gracias a la organización 
social. La segunda naturaleza representa para Smith (2006) la creación de 
las instituciones sociales que permiten la emancipación de la primera 
naturaleza - aquella pre humanizada y dominante de las relaciones sociales - 
en la que “Los elementos de la primera naturaleza, anteriormente inalterados 
por la actividad humana, son subordinados al proceso de trabajo y 
reaparecen para convertirse en materia social de la segunda naturaleza.” 
(Ibíd.: p 32) 
 
Cabe mencionar que la producción de la segunda naturaleza se da en el 
marco de las sociedades excedentarias, en las que el Estado surge de la 
necesidad de efectuar una división social de clases (Engels en Smith, 2006) y 
de distribuir - de forma desigual – el acceso a la naturaleza (Ibíd.). Volveré a 
desarrollar este tema con mayor detenimiento en el segundo capítulo, 
detallando cuál es la función del Estado en la producción y apropiación del 
espacio y su relación con el capital. 
 
Los individuos dejan de estar subordinados a las fuerzas naturales, pues la 
relación entre el hombre y la naturaleza en el proceso productivo pasa a estar 
mediada a través de las instituciones sociales, dedicadas en parte a mediar la 
relación entre individuo y naturaleza apropiada como propiedad y/o medio de 
 22 
(re)producción. Me parece que la producción de la segunda naturaleza debe 
ser entendida como un proceso de consolidación de una estructura de 
dominación sobre la naturaleza y sobre el trabajo ajeno, proceso que si bien 
no se limita al caso de las sociedades capitalistas si puede ser entendido 
como un proceso de apropiación de dicha estructura de (re)producción social, 
por un bloque histórico o clase hegemónica7. 
 
Producción de la segunda naturaleza, tecnología y cultura; reproducción del 
modo de producción. 
 
Desde la perspectiva del materialismo histórico, Smith (2006) y Santos (1996) 
refieren a la incorporación de la naturaleza en el proceso productivo – uno a 
través de la organización social, posibilitada por la producción de excedentes, 
y el otro a través de la producción tecnológica, indicador del desarrollo 
cultural - proceso extensamente desarrollado por Marx como apropiación la 
dominación de la naturaleza8. 
 
Comúnmente se ha ocupado, desde la variedad de posturas que defienden el 
llamado “equilibrio natural” por ejemplo, el término “dominación” como la 
acción del hombre sobre la naturaleza, pues gran medida ilustra las 
consecuencias, a menudo desastrosas, de la incorporación de la naturaleza 
al proceso productivo. Pareciera que en dichas argumentaciones la 
naturaleza mantiene un papel totalmente pasivo en el que simplemente es 
“destruida” para sobreponerle la infraestructura de producción económica o 
 
7 “El rasgo distintivo del nuevo discurso geográfico es que privilegia "la dimensión social", en 
la que las relaciones espaciales son entendidas como manifestaciones de las relaciones 
sociales de clase en el espacio geográfico, producido y reproducido por el modo de 
producción.” (Delgado Mahecha, 2003; p.79) 
 
8 “Cualquier forma de sociedad real se apropia de la naturaleza - el territorio – como 
soporte y condición necesaria de su existencia, y en su desarrollo produce nuevos objetos 
materiales que se insertan sobre ella, entran a formar parte de ella, como “naturaleza 
creada”, que son soportes materiales de su existencia y contradicciones. Por esta razón, 
todo proceso social tiene implicaciones territoriales. Ello también produce “naturalmente” 
entre los investigadores una tendencia a magnificar, a elevar de jerarquía, a idealizar el papel 
de la naturaleza y los soportes físicos, a tratar de construir toda una “nueva teoría” que 
explicaría estas relaciones.” (Pradilla, 1984: p. 48) 
 
 23 
reproducción social. Se pasa totalmente por alto - ni siquiera es una discusión 
de interés para esta postura conservadora - la complejidad de los procesos 
tecnológicos y culturales que envuelven la apropiación, omitiendo también el 
análisis de la organización político-social de dichos procesos. En general, las 
posturas más conservadoras dejan de lado el análisis histórico de la 
apropiación de la naturaleza, reduciendo su argumentación a las 
consecuencias de la “dominación” sobre una naturaleza supuestamente 
prístina – apenas tocada por el hombre - sin embargo apropiada. 
La perspectiva de la presente tesis abordará la producción del espacio 
partiendo de su incorporación al proceso productivo en el contexto de la 
sociedad de clases. 
 
“[…] Marx no discriminaba entre dominación y apropiación. El trabajo 
y la tecnología, dominando la naturaleza material, la transformaban y 
se la apropiaban de acuerdo con las necesidades del hombre 
(social). La naturaleza, antes enemiga y madre ingrata, era reducida 
a «bienes». Sólo el estudio crítico del espacio permite elucidar el 
concepto de apropiación.” (Lefebvre, 2013: p. 213) 
 
Este estudio crítico parte de la premisa de una primera naturaleza– 
dominante y pre humanizada - que para al ser dominada a través de su 
integración al proceso productivo, racionalizada a través de relaciones 
sociales de producción (Smith, 2006) y sometida a las leyes estructurales del 
funcionamiento de la economía, la política y el régimen social (Pradilla, 1984) 
Por lo anterior el aprovechamiento heterodoxo del materialismo histórico 
dialéctico es el camino que he elegido como medio de interpretación de la 
realidad para el presente trabajo, pues su objeto de análisis es: 
 
“[…] la apropiación de la naturaleza, el despliegue de la sociedad 
sobre ella, la producción, intercambio, distribución y consumo, la 
acción del Estado y la ideología que se construye socialmente sobre 
los soportes físicos y la naturaleza misma, forman parte natural del 
materialismo histórico –dialéctico, se explican a partir de sus propios 
conceptos o de aquellos que se derivan lógicamente de él, se 
 24 
investigan con su mismo método y responden a sus mismas leyes, 
especificadas a los procesos particulares. No habría, por tanto, 
necesidad de “otra” teoría o de una “teoría particular”, sino de la 
aplicación consecuente, coherente y correcta del materialismo 
histórico-dialéctico y su método al análisis de los problemas 
particulares.” (Pradilla, 1984; p. 49) 
 
La apropiación o dominación de la naturaleza no debe ser entendida como el 
triunfo definitivo sobre sus fuerzas y/o procesos9, sino su apropiación a través 
del trabajo, así como los procesos y relaciones sociales que de esta relación 
se desprenden. Una vez superada la (primera) naturaleza como conjunto de 
fuerzas y objetos adversos y limitantes esta aparece como medio de trabajo 
(Moraes, 2009); pasa a ser apropiada, reproducida y transformada (Pradilla, 
1984) produciendo nuevos objetos a partir de esta e incorporándola al 
proceso productivo. Este hecho evidencia la cualidad teleológica (Moraes, 
2009), inherentemente humana, que se desarrolla en el proceso productivo; 
Progresivamente, al apropiarse el sujeto - a través del trabajo - del objeto, 
este lo (re)produce, pues el objeto - la naturaleza - es interiorizada como 
condición de la reproducción económica y social. Así esta es reincorporada 
progresivamente en el proceso productivo, tecnológico, cultural, en un 
movimiento dialéctico de apropiación y transformación constantemente entre 
sujeto y objeto. 
 
“Las formaciones sociales históricamente determinadas seapropian 
de la naturaleza, la reproducen o transforman y, aún, producen nueva 
“materia” en el sentido de producción de nuevos objetos materiales 
mediante la reestructuración y recombinación de la materia existente, 
pero en el proceso no modifican las leyes universales, ahistóricas y 
 
9 Engels previene sobre la falsedad la victoria humana sobre la naturaleza y sus fuerzas, 
concluyendo: “ […] el hombre no domina, ni mucho menos, la naturaleza a la manera como 
un conquistador domina un pueblo extranjero, es decir, como alguien que es ajeno a la 
naturaleza, sino que formamos parte de ella con nuestra carne, nuestra sangre y nuestro 
cerebro, que nos hallamos en medio de ella y que todo nuestro dominio sobre la naturaleza y 
la ventaja que en esto llevamos a las demás criaturas consiste en l posibilidad de llegar a 
conocer sus leyes y de saber aplicarlas acertadamente.” (Engels, 1886: p. 152) 
 25 
asociales de la materia, sino que las vencen, encuentran la forma de 
dominarlas y someterlas a la voluntad social.” (Pradilla, 1984; p. 44) 
 
Es por esto que he empleado el concepto incorporación al proceso productivo 
para describir la apropiación o dominación de la naturaleza, pues busco una 
separación con cualquier concepción dualista entre el hombre y la naturaleza 
que permita apuntar a la unidad del espacio y la sociedad a través de la 
concepción de la producción del espacio (Smith, 2006). 
 
La producción de la segunda naturaleza es su consolidación como medio de 
(re)producción económica y social, constituido por medios de producción y 
relaciones sociales de producción (Smith, 2006). “[…] la naturaleza 
socializada debe identificarse con aquello que los geógrafos denominan el 
espacio o espacio geográfico.” (Santos, 1996; p. 146) Este concepto me 
permitirá observar la realización histórica de la segunda naturaleza, así como 
la producción social del espacio como medio de (re)producción económico, 
político, social, etc. Mientras el trabajo produce la primera naturaleza - 
sometida aún en el reino de la escasez - las relaciones sociales de 
producción constituyen la segunda naturaleza (Smith, 2006); estas poseen 
una existencia social en tanto que tienen existencia espacial; se proyectan 
sobre el espacio, se inscriben en él, y en ese curso lo producen.” (Lefebvre, 
2013; p. 182) No hay producción que no sea producción del espacio10, y esta 
puede ser entendida como la sustento y fundamento de la reproducción de 
las condiciones históricas de producción11 . En resumen el espacio es la 
proyección de la sociedad (Ibíd., Delgado Mahecha, 2013) La forma 
 
10 “No hay producción que no sea producción del espacio, no hay producción del 
espacio que se dé sin el trabajo. Vivir, para el hombre, es producir espacio. Como el 
hombre no vive sin trabajo, el proceso de vida es un proceso de creación del espacio 
geográfico. La forma de vida del hombre es el proceso de creación del espacio.” 
(Santos, 1996; p. 84) 
 
11 “[…] se debe tomar como referencia no la producción en el sentido restringido de los 
economistas, - es decir el proceso de producción de las cosas y de su consumo- sino la 
reproducción de las relaciones de producción. En esta amplia acepción, el espacio de la 
producción implicaría, por tanto, y encerraría en su seno la finalidad general, la orientación 
común a las actividades diversas ,a los trabajos divididos , a la cotidianidad, a las artes, a los 
espacios creados por los arquitectos y los urbanistas.“(Lefebvre,1972; p.34). 
 26 
empíricamente apreciable, a través del estudio de los objetos y las relaciones 
sociales de producción, del modo de producción. 
 
“En cada momento histórico las maneras de hacer son diferentes, el 
trabajo humano se vuelve más complejo y exige cambios 
correspondientes a las innovaciones. A través de las nuevas técnicas 
vemos la substitución de una forma de trabajo por otra, de una 
configuración territorial por otra. Por eso, el entendimiento del hecho 
geográfico depende tanto del conocimiento de los sistemas técnicos.” 
(Santos, 1996; p.65) 
 
La (Re)producción del Espacio 
 
Ante un conjunto de elementos que integran el espacio el filósofo francés 
Henri Lefebvre introduce en su obra Espacio y Política (1972, p. 30) la 
hipótesis sobre la necesidad de la metodología para el análisis de producción 
del espacio: “El espacio no será ni un punto de partida […], ni un punto de 
llegada […] sino un intermediario en todas las acepciones de ese vocablo, es 
decir, un procedimiento y un instrumento, un medio y una mediación.” Por su 
parte el planteamiento de Milton Santos (2000) remite al espacio como 
mediación histórica inacabada, potencia y finalidad, ese intermedio al cual 
remite Lefebvre (1972); medio y mediación, totalidad multitemporal apreciable 
como proceso consumado en la configuración territorial y como totalidad en 
infinitos procesos simultáneos que entran en conflicto entre sí. El espacio 
será el medio, el conjunto de producciones tecnológicas y relaciones sociales 
de producción a través de los cuales se busca imponer una racionalidad 
hegemónica12. Esto no quiere decir que el espacio sea el conjunto de objetos 
apropiados y/o producidos para la realización del modo de producción o las 
relaciones sociales necesarias para su realización. No se trata de una 
 
12 “La superioridad del modo de producción capitalista en relación a los que le 
precedieron se debe a dos cosas: el perfeccionamiento de un mecanismo económico que 
hace permanente la expansión de los subsistemas de actividad racional con respecto a un 
fin, y la elaboración de una legitimación económica que permite al sistema de dominación 
adaptarse a las nuevas exigencias de racionalidad de esos subsistemas en vías de 
desarrollo” (Habermas en Santos, 2000; p. 32). 
 27 
delimitación ni una base material, mucho menos un contenedor o agregado 
de objetos, aunque definitivamente está constituido por estos. El espacio es 
la racionalidad que se encuentra entre los objetos y las acciones, el flujo que 
articula medios de producción y relaciones sociales de producción13. 
 
“De todas formas, el objetivo de este espacio instrumental es el de 
regularizar los flujos y controlar la población. Da nacimiento a nuevas 
contradicciones, como la que opone al espacio regulador de los 
organismos estatales y el espacio caótico de los intereses capitalistas 
que buscan implantarse allá donde la plusvalía es más fácilmente 
realizable.” (Lefebvre, 1976; 236) 
 
Como heredero de la tradición marxista, Lefebvre (1972) desarrolla el 
concepto de producción del espacio, como elemento central en la producción, 
así como su trascendencia en los procesos de reproducción social. El filósofo 
francés plantea abordar el estudio del espacio entendiendo el concepto como 
una mediación metodológica, herramienta a través de la cual podemos 
analizar la (re)producción de la totalidad, la articulación de la infraestructura y 
superestructura en un conjunto indisoluble, cuya constitución tiene como 
elemento central el conflicto y la contradicción y cuya realización objetiva es 
apreciable en el territorio. 
 
“[…] se debe tomar como referencia no la producción en el sentido 
restringido de los economistas, - es decir el proceso de producción de 
las cosas y de su consumo - sino la reproducción de las relaciones de 
producción. En esta amplia acepción, el espacio de la producción 
implicaría, por tanto, y encerraría en su seno la finalidad general, la 
orientación común a las actividades diversas, a los trabajos divididos, 
a la cotidianidad, a las artes, a los espacios creados por los 
arquitectos y los urbanistas. “(Lefebvre, 1972; p. 34). 
 
13 “Producto quese utiliza, que se consume, es también medio de producción: 
 redes de cambio, flujos de materias primas y de energías que configuran el 
espacio y que son determinados por él” (Lefebvre, 2013: p. 75) 
 
 28 
 
Por lo tanto la producción del espacio no está limitada a la producción de la 
infraestructura material en una pretensión instrumental14-funcional – aunque 
claro la contempla - sino que es un proceso que expresa el movimiento 
dialéctico de la historia y de la sociedad en su conjunto, en el cual y a través 
del cual, fragmentando metodológicamente la problemática particular de la 
totalidad, es posible analizarla entendiendo al espacio no como una finalidad 
determinada, linealmente sino como un complejo proceso histórico en el cual 
convergen desarrollo científico y tecnológico, cultura, la (re) producción 
económica, etc. De esta manera dejamos de lado la concepción del espacio 
como medio totalmente condicionante, acabado, resultado de una noción 
progresista de la historia como proceso lineal, pues su forma ideal - 
planificada o deseada - nunca alcanza realizarse, pues el conflicto y la 
contradicción son elementos centrales de su producción como complejidad 
histórica. 
 
La producción del espacio es un proceso global, pues es la consolidación de 
las relaciones sociales de producción inherentes a la sociedad capitalista; 
desde su etapa germinal el capitalismo se ha caracterizado por la 
mundialización de sus relaciones de intercambio, llegando a su fase actual 
caracterizada por la compresión espacio temporal de las relaciones de 
producción y explotación. Esta expansión global del capitalismo expresa su 
expansión territorial y espacial – su totalización - esta última en virtud de la 
mundialización de este modo de producción y las relaciones de producción, 
intercambio y consumo implícitas en su desarrollo así como la aceleración o 
acortamiento temporal de los flujo15 que intervienen en su reproducción. 
 
 
14 “Esta distinción supone un examen crítico atento a los materiales empleados, las palabras, 
las imágenes, los símbolos y conceptos, así como del instrumental: los procedimientos de 
conjunto, el utillaje empleado para recortar y montar, todo dentro de los marcos de la división 
del trabajo científico.” (Lefebvre, 2013: p 159) 
 
15 “El término “flujo” no tiene aquí su sentido filosófico […] Tiene un sentido espacial: un 
lugar de origen, un recorrido, una meta […] Puede renovar la economía política haciendo de 
ella economía política del espacio.” (Lefebvre, 1976; p. 232) 
 
 29 
“Por sus cualidades funcionales, el espacio, como cualquier otra 
estructura social ( o nivel de la sociedad, si se prefiere decir así) es 
más por su estructura que por su forma, un reflejo de la sociedad 
global, su dinamismo es consecuencia de la ruptura de la sociedad 
global y de su consiguiente distribución por el territorio. En este caso 
también, el espacio se consideraría un hecho social, ya que se 
impone a toda la gente. Pero, si consideramos el espacio por sus 
cualidades sistémicas, gana nuevos atributos como la capacidad de 
condicionar, hasta cierto punto de forma determinante (una 
determinación todavía condicionada), la evolución de las otras 
estructuras sociales.” (Santos, 1996; p.160) 
 
Totalidad 
 
Analizar la producción del espacio sería una tarea increíblemente compleja 
no solo por tratarse de un proceso que involucra una inmensidad de actores, 
procesos, objetos, etc. Sino por la amplitud y complejidad de las relaciones 
establecidas entre cada uno de estos, por lo que un primer paso en el 
proceso de la problematización en vías al estudio o análisis de la producción 
del espacio es el acotamiento de esta inmensidad en a través de un 
procedimiento de reducción: 
 
“La reducción es un procedimiento científico empleado ante la 
complejidad y el caos de las observaciones inmediatas. En primer 
lugar es preciso simplificar y después, lo más pronto posible, restituir 
progresivamente lo que el análisis ha ido aislado. Además, es 
necesario que la exigencia metodológica no se transforme en 
servidumbre ni que de la reducción legítima se pase al mero 
reduccionismo.” (Lefebvre, 2013: p. 160) 
 
La parcelación del conocimiento y la forzada delimitación de objetos de 
estudio específicos realizada por la geografía tradicional (Moraes, 2009) 
resultan ineficientes para entender la producción de la segunda naturaleza, 
 30 
pues esta ha de ser explicada a través de la (re)producción de las estructuras 
económicas, políticas y sociales que imperan en determinado periodo 
histórico. Y es que “[…] en el dominio de las ciencias naturales hay una 
exterioridad total entre el objeto y el sujeto del conocimiento, imposible de 
obtenerse en la investigación sobre la sociedad, en la que el sujeto aparece 
inexorablemente como parte del objeto.” (Ibíd.; p. 51) Por lo tanto no es 
posible separar los elementos de la naturaleza - apropiada e incorporada al 
proceso productivo - sino que será necesario entenderla a través de 
sucesivos ejercicios de abstracción y concreción. 
 
La inmensidad, amplitud y complejidad de aquello que engloba lo social 
obliga a emplear un método de interpretación de la realidad; “La totalidad es 
la realidad en su integridad.[…] es el conjunto de todas las cosas y de todos 
los hombres en su realidad, es decir, en sus relaciones, y en su movimiento.” 
(Santos, 2000; p. 98). Totalidad que debe ser parcelada para poder ser 
aprehendida, sin que estos signifique perder o dejar de lado alguno de sus 
elementos, sino todo lo contrario, a través de la delimitación en análisis y la 
comprensión cabal de esta integridad los elementos lo constituyen pueden 
ser analizados en su particularidad y a través de las relaciones que 
establecen entre sí a través del tiempo. 
 
La complejidad intrínseca en la estructura contradictoria de la sociedad 
capitalista puede ser aprehendida descomponiendo la totalidad en los 
elementos que la constituyen: “Podemos afirmar que la descomposición de la 
totalidad en sus elementos constitutivos, desigualmente desarrollados, 
combinados, unidades contradictorias, etcétera, es parte esencial de la 
dialéctica marxista; la ley de la contradicción, su piedra clave, es 
exactamente esto.” (Pradilla, 1984: p. 55) Pero para lograr analizar más que 
los elementos que constituyen dicha totalidad es necesario desarrollar una 
problematización y desarrollo metodológico que concretice y conjunte los 
procesos de apropiación y producción del espacio en el marco de la sociedad 
capitalista. Ante el contexto de una espacio global de la producción a mi 
parecer resultará mucho más fructífero analizar las contradicciones y 
conflictos, que emergen de la imposición de un sistema productivo en las 
 31 
regiones o territorialidades específicas, que enunciar la amplitud de procesos 
materiales y sociales que de esta producción participan. 
 
Aquí la totalidad es vista como un sistema abierto estructurado, que 
permanentemente se desarrolla y crea, a través de sus componentes que se 
relacionan, surgiendo contradicciones que se influencian recíprocamente, 
construyéndose así, en un movimiento continuo, una totalidad jerarquizada y 
articulada entre ellos. 
 
[…] La totalidad dialéctica no reúne igualdades o similitudes sino 
contradicciones que operan entre sí en esferas diversas ligadas por 
la comunidad de origen, estructurándose jerárquicamente a través de 
sus funciones diferenciadas. El reconocimiento de esta totalidad no 
implica, como algunos argumentan, la agregación de aspectos o 
cualidades múltiples, sino la búsqueda de los procesos esenciales 
que la van creando así como de sus vinculaciones reciprocas.” 
(Santos, 1996; p.135 ) 
 
Ahora, la totalidad no ha de ser confundida con las aproximaciones holistas - 
abrazadas por los estudios monográficos y conservadoresdel espacio desde 
la geografía - pues aunque nos enfrentamos a la comprensión de una 
espacialidad global, en la que podemos apreciar y aprehender infinidad de 
procesos que se vinculan, convergen y (con)funden en el espacio a múltiples 
escalas, considero necesaria una aproximación desde las contradicciones 
inherentes al modo de producción capitalista. 
 
De esta forma, a pesar de la centralidad que hemos conferido al estudio del 
sistema técnico y las relaciones sociales de producción, no podemos limitar el 
estudio del espacio al de medio sobre el cual se desarrollan las relaciones de 
producción, sino que es la expresión objetiva y social del proceso productivo, 
la realización de la existencia social como totalidad. A través del espacio 
podemos leer las particularidades históricas del modo de producción, 
tomando en cuenta que sus finalidades generales - para las finalidades 
particulares del presente trabajo al menos - son la expansión de la tasa de 
 32 
ganancia y la apropiación privada del plusvalor. La aprehensión de la 
totalidad es posible delimitándola y relativizándola, pues esta “[…] se 
constituye durante la elaboración del conjunto de mediaciones explicativas 
del problema tratado y en él se revelan las determinaciones aprehendidas, 
que se muestran como manifestaciones históricas.” (Moraes, 2009; p. 49). 
Paso inevitable en el conocimiento de la totalidad, la 
"[…] el hombre no puede captar, reflejar la naturaleza como un todo 
en su integridad; en su totalidad inmediata; sólo puede acercarse 
eternamente a ella, creando abstracciones, conceptos, leyes, etc., 
resulta imposible tener la mera noción de ninguna cosa si no se 
forma un concepto." (Lenin en De la Garza, 2005; p. 21) 
 
Cada una de las abstracciones, históricamente determinadas, son producto 
de la reproducción de lo concreto16 en la realidad. El proceso de abstracción 
de la realidad nos permite entender las mediaciones, como particularidades 
históricas del proceso de producción realizadas espacialmente. Así, por 
ejemplo, la violencia se constituye como un medio para la realización del 
sistema de mercado; la reproducción y expansión territorial de este sistema 
económico se vale de la mediación de esta, tanto en su forma directa como 
en la producción de condiciones estructurales de violencia, para su 
reproducción, expansión territorial e incremento de la tasa de ganancia. 
Aprehender - vía la abstracción y delimitación de la totalidad - estas 
particularidades de la violencia directa y estructural permitirá entenderlas 
como particularidades históricamente determinadas por la(s) estructura(s) 
económica hegemónica17. La totalidad del modo de producción, entendido 
como determinación general de estas mediaciones, y su realización será 
aprehendida a través la abstracción de sus mediaciones. Más adelante en 
este capítulo también se puntualizará sobre apropiación política de las 
condiciones para la reproducción, su delimitación y el ejercicio de dominación 
 
16 “Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, 
unidad de los diverso”. (Marx en Moraes, 2009: p. 38) 
17 Estos procesos serán desarrollados extensamente en los capítulos posteriores. 
 33 
a través de la producción y apropiación política del espacio, es decir, de su 
territorialización18. 
 
Espacio y política 
 
Despegarse de la noción de un espacio puramente material, condicionante de 
las actividades humanas, cuya producción es resultado de una planeación 
óptima y universalmente funcional permite abordar su estudio desde una 
concepción crítica e histórica, retomada en el presente trabajo desde el 
materialismo histórico. Será necesario desarrollar una construcción 
metodológica que retome los elementos teóricos necesarios para argumentar 
el espacio en su dimensión de medio de (re)producción económica y social, 
resultado inacabado de conflictos históricos entre clases y grupos 
antagónicos. 
 
El choque entre bloques históricos, la convergencia de fuerzas y actores 
económicos y políticos antagónicos y demás procesos históricos - en los que 
el conflicto es no solo la constante sino el elemento central - dan cuenta de la 
importancia de la dimensión política en la producción del espacio. Como 
argumenté con anterioridad el espacio es una totalidad que articula 
relaciones sociales y medios de producción. La producción del espacio, la 
segunda naturaleza, fue posible una vez alcanzada la producción de 
excedentes en la agricultura; una vez alcanzado el desarrollo histórico - 
cultural, tecnológico, etc. - necesario para la organización social de la 
producción, cuya cúspide es la consolidación del Estado (Smith, 2006), la 
dimensión política se vuelve clave para entender la producción del espacio19. 
 
18 “La utilización del concepto de modo de producción -dice R. De Koninck-permite 
comprender mejor el desarrollo de las técnicas de producción y de las sociedades clasistas 
y, por tanto, la naturaleza del dominio territorial". (Delgado Mahecha, 2003; p.80) 
 
19 “Incluso si hoy deseamos mantener en el centro de la teoría los conceptos y 
categorías marxistas (la producción, por ejemplo), es menester introducir categorías que 
Marx no consideró sino al final de su vida. Así sucede con la reproducción de las relaciones 
de producción, que se superpone a la reproducción de los medios productivos y a la 
reproducción ampliada (cuantitativamente) de los productos, siendo distinta de éstas. Es 
evidente que, considerada como concepto, la reproducción implica otros conceptos: lo 
 34 
No es posible entender la producción del espacio separado de las fuerzas 
productivas, la división social del trabajo, el Estado y la superestructuras de la 
sociedad (Lefebvre, 2013) es decir, omitiendo la dimensión política del 
espacio y de las relaciones sociales de producción, pues “La producción del 
espacio no es una producción cualquiera, añade algo decisivo a la 
producción, puesto que es también reproducción de las relaciones de 
producción.” (Lefebvre, 1976; p. 232) 
 
La producción del espacio ha de ser entendida como la producción de una 
estructura que permite la realización de la sociedad de clases (Lefebvre, 
2013) – “[…] una estructura representada por las relaciones sociales que 
ocurren ante nuestros ojos y que se manifiestan por medio de los procesos y 
las funciones.” (Santos, 1996; p.138) - como un medio de (re)producción 
económica y de las relaciones dominación entre burguesía y proletariado. Si 
en la producción de la primera naturaleza - en el marco de una sociedad 
carente de excedentes y con una precaria organización social – la 
dominación e incorporación de la naturaleza al proceso productivo es aún un 
hecho histórico inalcanzado con el desarrollo de las fuerzas productivas y la 
organización social no solo se incorpora totalmente la naturaleza al proceso 
productivo, sino que la dominación se efectúa através de la apropiación 
privada de los medios de producción. La dominación, al menos en el marco 
de la sociedad capitalista, es eminentemente espacial: 
 
“Podemos afirmar que el espacio es una relación social, pero 
inherente a las relaciones de propiedad (la propiedad-del suelo, de la 
tierra en particular), y que por otro lado está ligado a las fuerzas 
productivas (que conforman esa tierra, ese suelo); vemos, pues, que 
el espacio social manifiesta su polivalencia, su «realidad» a la vez 
formal y material.” (Lefebvre, 2013; p. 115) 
 
 
repetitivo, lo reproducible, etc., ideas que no tuvieron cabida en la obra de Marx, del 
mismo modo que están ausentes en su trabajo los conceptos de «urbano»,«cotidiano» y «espacio»” (Lefebvre, 2013; p. 157) 
 
 35 
Los espacios son el reflejo del sistema productivo a escala global (Santos, 
2006) , expresión o proyección social de la fase histórica de desarrollo de las 
fuerzas productivas; la dominación del espacio se realiza por una parte a 
través de las fuerzas coactivas del Estado (Pradilla, 1984 ; Smith, 2006; 
Lefebvre, 1976; Harvey, 2006) al servicio de la la burguesía, pero omitiendo 
normalmente la coacción directa gracias a la apropiación de los medios de 
(re)producción, consecuentemente, del plusvalor socialmente producido en el 
régimen de trabajo asalariado. La producción del espacio urbano es la 
realización de un proyecto de clase, pero a su vez, se relaciona y se produce 
diferenciadamente por diversificación mercantil de esta dominación (proceso 
que se tocará brevemente en el tercer capítulo) o que se contrapone a esta, 
ya sea como resistencia históricamente arraigada o como proyectos políticos 
frontalmente antagónicos. 
 
Conflicto y espacio 
 
A pesar de ser la realización espacial del modo de producción capitalista - 
dominado y apropiado de acuerdo a los intereses de clase - en el espacio 
urbano se encuentran, relacionan y entran en conflicto clases, lenguas, 
culturas; chocan, se enfrentan, vencen, son derrotados; ceden y se apoderan 
de símbolos, objetos, espacialidades y territorialidades. El estudio del espacio 
urbano debe dar cuenta de estas relaciones y de cómo el capital busca 
imponer relaciones sociales y de dominación; así la ciudad se realiza como 
espacio de óptimo de reproducción de capital. El espacio no es sólo un 
espacio social, existe una multiplicidad ilimitada de espacios sociales; 
aisladamente cada uno de estos son abstracciones, cuya existencia será 
apreciable a través redes, ramificaciones o relaciones entre estas (Lefebvre, 
2013). 
 
Con esto no quiero limitar el estudio de la espacialidad social o la producción 
social del espacio a un estudio de las relaciones o conflictos abstractos. Todo 
el complejo e inmenso sistema de relaciones - de conflicto, dominación, 
apropiación, etc. – se expresa materialmente en el espacio a través de la 
 36 
edificación, la construcción, la arquitectura (Pradilla, 1986) , emergiendo en 
su diversidad conflictiva como un infraestructura material, arquitectónica, 
ingenieril, etc. 
 
El conflicto intrínseco en la producción del espacio también es resultado de 
múltiples temporalidades que se conjugan en tiempo presente y que 
intervienen paralelamente en su (re)producción, imponiéndose unas sobre las 
otras, sin llegar a ser esta imposición o dominación definitiva, sino 
expresando un constante conflicto entre estas y diversas temporalidades que 
se encuentran en el espacio. La producción del espacio pues es resultado de 
una lucha no solo entre distintos actores y colectivos, sino también entre una 
inmensidad de procesos históricos y de temporalidades que confluyen en el 
espacio. Esto obliga a tomar en cuenta la conjunción de procesos históricos 
al momento de problematizar o buscar entender un fragmento de la totalidad 
que es el espacio, entendiendo como resultado de procesos multitemporales. 
 
“Finalmente, el espacio es aún el depositario universal de la historia. 
En él se acumulan trabajos de los tiempos más remotos, en un 
permanente ciclo de creación, reposición y transformación de objetos 
sobre la superficie terrestre. El espacio presenta así las sobre 
posición de los resultados de los procesos naturales y sociales que 
coexisten en la actualidad.” (Moraes da Costa, 2009; p. 109) 
 
El sistema capitalista se realiza globalmente, caracterizándose históricamente 
por la necesidad de expansión territorial (Harvey, 2010) - proceso que se 
abordará en el segundo capítulo - a través por ejemplo de la dominación de 
sociedades subalternas y su incorporación al espacio de la producción global. 
“[…] el espacio planetario se reorganiza en función de la división de trabajo a 
escala mundial en función de estrategias mundiales. El espacio es resultado 
de una superposición de niveles diferentes, económicos y estratégicos, 
convergentes en él mismo.” (Lefebvre, 1976; p. 227) 
 
 37 
La producción de la espacialidad social, aun siendo esta la imposición de un 
modo de producción 20 o fase histórica específica de este, implica la 
yuxtaposición de múltiples procesos históricos conjugados en el espacio y 
cristalizadas en la configuración territorial. Procesos históricos de corta y 
larga duración, constantes y conclusos, implícitos en la totalidad como 
evidencia de la inmensa diversidad de espacialidades en potencia o proceso 
de realización, instituciones, estructuras económicas y políticas, de actores y 
bloques hegemónicos; cada uno busca producir las condiciones necesarias 
para su reproducción a través del espacio. El espacio producido es el 
resultado - en continua transformación – de la inmensidad de procesos 
económicos, políticos y sociales que expresan la confrontación entre bloques 
históricos a través de la producción del espacio, decir convergen en él y se 
realizan espacialmente. 
 
En el espacio urbano cada uno de los bloques históricos lucha por imponer 
las condiciones óptimas para su reproducción, ya sea sobre las cenizas de la 
realización de formas antagónicas o pretéritas de racionalidad, o 
imponiéndose con la finalidad de consolidarse como una estructura de 
reproducción económica y social. La sobreposición de distintas 
racionalidades – en ocasiones convergentes o de vectores comunes pero 
constantemente antagónicas y conflictivas – resulta en una producción 
espacial desarrollada a través movimiento dialéctico de la historia, por lo 
tanto el espacio producido será siempre distinta a su idealización original en 
su forma, función o estructura. Entender la producción del espacio requiere 
tomar en cuenta tanto las convergencias como los conflictos intrínsecos en la 
producción de esta totalidad, observar su desarrollo histórico y finalmente su 
concreción en la organización territorial. 
 
 
20 “[…] un modo de producción dominante, combinado desigualmente con formas 
económicas, económicas, políticas o ideológicas fragmentarias, desarticuladas, 
supervivientes de otros modos de producción anteriores que han sido disueltos como unidad 
por el desarrollo del modo de producción dominante y a las cuales éste impone el lugar, el 
papel, el ritmo de desarrollo, subsistencia o desaparición en función de sus propias leyes 
acotadas históricamente en cada caso.” (Pradilla, 1984; p. 55) 
 
 
 38 
Racionalidad 
 
La propuesta de Santos (2000) da cuenta de la producción del espacio como 
conflicto entre la imposición y la consecuente de resistencia o adaptación que 
encuentra en los espacios en los que esta lógica pretende imponerse. Habría 
que preguntarnos entonces qué o quién busca imponerse para así poder 
apreciar de forma más amplia cual es la razón que antecede al espacio 
producido y apropiado. Si bien la producción del espacio se caracteriza por el 
dominio de la técnica (Santos, 2000) es preciso introducir la cuestión de qué 
función cumple ésta y cuál es la razón de su existencia, pues es la expresión 
de un poder y una intencionalidad política que la produce y emplea para 
consolidar al espacio como medio de racionalización y dominación política. 
 
“Consideremos ahora la cuestión relativa al espacio dominante y 
dominado: un espacio natural transformado (mediatizado) por una 
técnica y una práctica. En la época moderna abundan los casos y los 
ejemplos sobre esos espacios, perfectamente inteligibles como tales: 
una placa de hormigón, una autopista. En virtud de la tecnología, la 
dominación del espacio deviene — si osamos plantearlo— 
completamente pre-dominante. Se alcanza esta perfección del 
«dominio», cuyas raíces se hunden en épocas lejanas de

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