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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS Cultivando al “bello sexo”. La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres 1871-1876. TESIS Que para obtener el título de: LICENCIADA EN HISTORIA Presenta: MARÍA DEL CARMEN AQUINO HERNÁNDEZ DIRECTORA DE TESIS: MAESTRA CLAUDIA SILVIA LLANOS DELGADO Ciudad Universitaria, Ciudad de México. Octubre, 2018. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. ii A María y Sidonio A Maribel A Lucila A Alejandro A Jediael A Ricardo A Luis Fernando iii Agradecimientos Primeramente, quiero agradecer a la mtra. Claudia Llanos por abrirme las puertas a un nuevo panorama de investigación: la historia de las mujeres. También por asesorarme a lo largo de toda la investigación y brindarme su apoyo en todo momento. Le agradezco el interés, la paciencia, los consejos y los regaños. Académicamente puedo decir que en muchos sentidos lo que me forma como historiadora en cuestión teórica y metodológica ella me formó. Quiero agradecerle a la dra. Clara Ramírez por aceptarme en el grupo de investigación: “Escritos de mujeres siglos XVI al XVIII” y al proyecto PAPIIT IN403316, en donde he tenido una gran guía gracias al trabajo que ahí se realiza. También le doy las gracias el apoyo que me ha brindado a lo largo de los años y por aceptar ser parte de mi sínodo. Le agradezco al dr. Armando Pavón por aceptarme en su proyecto Conacyt CB.130427, además por estar siempre al pendiente del curso de la investigación, por sus acertados comentarios y por ser uno de mis sinodales. A la dra. Lourdes Alvarado le agradezco, primero, haber aceptado ser parte de mi jurado; además, por sus aportaciones y comentarios hacia la investigación que fueron de gran ayuda y me hicieron ver otras aristas de la investigación. También quiero agradecerle a la dra. Lucrecia Infante por ser parte de mi sínodo y por sus comentarios tan oportunos al momento de revisar mi trabajo. Del grupo de investigación “Escritos de mujeres” puedo dar constancia de su interés por mi investigación y por el gran apoyo de cada una de sus integrantes: Daniela, Carolina, Christiane, Rebeca, Mariana, Fernanda, Amanda, Sari, Ociel y Jonathan. Quiero agradecerle a mi mamá, Maribel, por ser siempre el soporte más grande que he tenido, por educarme como lo hizo y por darme las fuerzas para salir adelante. También mis palabras son de gratitud para mi tía Lucy, por ser mi otro gran soporte y sobre todo por creer en mí. iv A mi padre, Alejandro, quiero decirle que, aunque la distancia nos separé, él ha estado allí para mí incondicionalmente, apoyándome en todos los aspectos de mi vida. A mis tíos Toño, Gustavo, Hugo, Rolando y Valeriano, mi abuelita Mimi y mi abuelo Ofelio les agradezco muchísimo todo lo que me han dado a lo largo de mi vida, gracias por estar siempre que los he necesitado. Mis abuelos María y Sidonio, aunque hace muchos años que ya no están conmigo, les gradezco por haberme criado y formado, por todo el amor que me demostraron cada día. Quiero agradecer también a mis dos pilares, Jediael y Ricardo, primero amigos, y a quienes hoy considero mis hermanos, por escucharme, aconsejarme y hacerme ver mis errores. A Luis Fernando, mi compañero de vida, quiero darle las gracias porque en el tiempo que hemos estado juntos se ha convertido en mi mayor confidente. Gracias por apoyarme en todo este proceso de titulación. Por último, quiero agradecer a Rosy Arango por creer siempre en mí, como historiadora, como bailarina, pero sobre todo como mujer. 1 Índice Introducción 2 Capítulo I La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, sus fuentes y el pensamiento liberal 9 1.1Fuentes para el estudio de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres 10 1.1.1 Fuentes bibliográficas 11 1.1.2 Fuentes documentales 12 1.1.3 Fuentes hemerográficas 14 1.2 Antecedentes de la escuela: el pensamiento liberal del siglo XIX mexicano 21 1.2.1 Escuelas para mujeres en el proyecto liberal 21 1.2.2 Escuelas de Artes y Oficios para Hombres 26 Capítulo II Fundación y primer ciclo escolar de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres 28 2.1 Discurso político y argumentos morales para la creación de Escuela de Artes y Oficios para Mujeres 29 2.3 Proyecto y Fundación de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres 32 2.3 ¡Comenzaron las clases! Primer año escolar en la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres 37 2.4 El apoyo de la prensa a la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres en su primer año 47 2.5 Fin de ciclo, primeros exámenes y primera entrega de premios a las alumnas más destacadas 50 Capítulo III La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres 1872-1876 55 3.1 Segundo año de funcionamiento y primeros logros de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres 56 3.2 Editoras e impresoras de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres: Las Hijas del Anáhuac 62 3.3 Avances y retrocesos de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, ¿la prensa en contra? 72 3.4 Cambios en la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres hasta el nuevo plan escolar en 1877. 78 Conclusiones 83 Imágenes 86 Fuentes documentales, Hemerografía y Bibliografía 88 2 Introducción Durante mis estudios en la carrera de Historia, asistí a una clase con la mtra. Claudia Llanos, quien por la perspectiva de las mujeres aplicada al método histórico me hizo ver cómo el feminismo es una herramienta de análisis que permite abordar la historia del devenir humano de manera más compleja al incorporar la historia de las mujeres a la historia. Las lecturas de la asignatura y la propuesta desde la visión de las mujeres marcaron mi visión como historiadora pues también me interesé en restituir la historia a las mujeres. Profundicé en estas lecturas y reflexiones cuando fui invitada por la mtra. Llanos para trabajar con el grupo de investigación “Escritos de mujeres, siglos XVI al XVII”, y en el proyecto PAPIIT IN403316, dirigidos por la dra. Clara Ramírez. Las lecturas y el trabajo en el grupo de investigación, además de permitir hacerme preguntas sobre cuál podría ser mi posición como historiadora desde el feminismo, me hicieron ver sobre todo la invisibilidad de las mujeres a lo largo de la historia. Comprendí entonces la importancia de contribuir al rescate de nuestra memoria contando su historia. Así, cuando fui propuesta como becaria en el proyecto Conacyt CB-130427, “Hacia una historia de las universidades hispánicas. Siglos XVI al XX”, dirigido por el dr. Armando Pavón, se me solicitó que durante el proyecto presentara y ejecutara mi investigación para el grado de licenciatura. Fue así que, con la convicción de abordar la historia de las mujeres, me interesé por una investigación relacionada con la educación femenina en México. Poco a poco fui llegando al siglo XIX y el acceso de las mujeres a la educaciónmedia superior y superior. La educación en México ha sufrido diversos cambios a lo largo de su historia. Uno de estos cambios fue dotar de educación especializada a las mujeres, ya que la educación pública para la población femenina estuvo restringida y no fue hasta después de la segunda mitad del siglo XIX que hubo un 3 interés por impartir educación media superior y superior a mujeres, a quienes hasta entonces sólo se les impartía instrucción básica.1 Las mujeres siempre tuvieron acceso a la educación elemental, generalmente en los conventos o en las iglesias,2 pero el ingreso de las mujeres a la educación superior o especializada sucedió hasta mediados del siglo XIX, cuando se les consideró dentro de los proyectos educativos públicos.3 Los distintos proyectos educativos para el sexo femenino, sobre todo durante el gobierno juarista, que buscaban mejorar la vida de las mujeres llamaron mi atención, pues fue el inicio de la igualdad educativa entre ambos sexos. Pronto llegué a la obra de Lourdes Alvarado, La educación “superior” femenina en el México del siglo XIX: demanda social y reto gubernamental , cuyo contenido fue un gran apoyo a lo largo de toda la investigación por el amplio panorama que muestra sobre la educación superior femenina. A lo largo del texto, Alvarado menciona diferentes escuelas. La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres llamó mi atención y, aunque al principio aún no tenía muy clara la temática sobre la cual haría la investigación, tenía claro que debía ser sobre esa institución. Haré un breve recuento sobre el contexto educativo para las mujeres. Lourdes Alvarado, en su obra, da una amplia visión sobre la situación de las escuelas para mujeres señalando los resultados que se esperaban del funcionamiento de dichas instituciones: formar profesoras, empresarias competitivas, mujeres dedicadas al comercio o bien amas de casa preparadas para hacerse cargo de su hogar.4 Durante la década de los setenta del siglo XIX se fundó una institución educativa para que las alumnas asistentes pudieran obtener una forma de ganarse 1 Lourdes Alvarado, La educación "superior" femenina en el México del siglo XIX: demanda social y reto gubernamental, México, UNAM, Centro de Estudios sobre la Universidad/ Plaza y Valdés, 2004, pp. 16-17. 2 José María Vigil, La Mujer mexicana, México, Oficina Tip. de la Secretaría de Fomento, 1993. 3 L. Alvarado, La educación…, op. cit., pp. 4-7. 4 Ibid., p. 168. 4 la vida mediante educación especializada; la enseñanza de algún arte u oficio fue la razón de la fundación de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. Si bien esta escuela marcó un antes y un después en la educación de las mujeres en México, no encontré ninguna obra que hiciera un estudio detallado sobre ella. Durante la época ya funcionaba la secundaria oficial para mujeres, proyecto que se encontraba planeado desde unos años antes, pero que por diferentes motivos no pudo ser inaugurado hasta 1869, exactamente el 4 de julio.5 Los objetivos de la secundaria son muy claros en su planeación escrita: educar a las jóvenes de manera que tuvieran una moral bien cimentada, por un lado, para educar bien a sus hijos y, por otro, tener un sustento de vida como profesoras. En respuesta a las necesidades de su tiempo, la secundaria fue encaminándose hacia la enseñanza para terminar siendo una escuela normal para profesoras.6 Otra escuela que resalta es la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, fundada en 1871,7 cuyo propósito era educar a jóvenes de escasos recursos y así evitar que cayeran en la prostitución8. Algunas de las clases impartidas eran Modelado en Yeso, Relojería, Fotografía, Platería, entre otras.9 La Escuela funcionó de manera un tanto improvisada hasta 1878; posteriormente, se abrieron nuevos planteles para su mejor funcionamiento.10 Aunque hubo más escuelas durante la época, sin duda las más importantes fueron la Secundaria Oficial y la EAOM, pues marcaron una diferencia para la población femenina. Entre otras escuelas se encontraban algunas de carácter privado, como escuelas católicas,11 las que surgieron con la intención de 5 Alvarado explica que dicha fecha no se eligió al azar, si no a sabiendas de la conmemoración de la independencia estadounidense, país del cual los liberales tomaban sus prácticas educativas como modelo a seguir. Ibid., p. 165. 6 Ibid., p. 185. 7 Ibid., p. 207. 8 Loreto, Núñez. “Reseña histórica de la Escuela de Artes y Oficios para señoritas”, Boletín de Instrucción Pública, México, Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, tomo XI, 1908, p. 527. 9 Ibid., p. 228. 10 Loreto Núñez, quien fue subdirectora de la escuela en 1908, escribió una reseña histórica con motivo de la inauguración del nuevo edificio para la escuela, menciona la apertura de otros planteles para agrandar la escuela, uno en 1900 y otro en 1905, construyendo un nuevo edificio el mismo año de 1908. Loreto Núñez, Ibid., p. 529. 11 L. Alvarado, La educación…, op. cit., pp. 218-219. 5 contrarrestar la educación pública laica, pues consideraban la educación de las mujeres como un peligro de perversión para la sociedad más que un progreso. Con todo, los grupos católicos y conservadores contribuyeron a la existencia de escuelas de instrucción para las mujeres. La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, como ya se dijo, fue fundada en 1871 con el propósito de educar a las jóvenes en situación de pobreza. A cargo de su creación estuvieron el entonces presidente de México, Benito Juárez, y el ministro de gobernación, José María Castillo Velasco. Con la Escuela se esperaba dotar a las mujeres de herramientas para que pudiesen desempeñar algún trabajo por su cuenta; los talleres impartidos fueron creados con ese propósito. En un principio, la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres fue considerada como obra de caridad para ayudar a las mujeres de escasos recursos, y su financiamiento, durante sus primeros años de funcionamiento, provenía de la Lotería Nacional mexicana.12 Para esta investigación he rescatado parte de la historia de la institución, pues fue un proyecto educativo de mucha importancia para las mujeres decimonónicas mexicanas porque marcó un avance hacia la educación igualitaria. Además, no existe una obra sobre la Escuela, por lo que resulta trascendente dotar de un estudio sistemático la memoria de una institución como lo fue la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. Durante la investigación me percaté de que hay dos etapas de funcionamiento de la Escuela a partir de sus planes de estudio. La primera va desde su fundación, en 1871, hasta el inicio del gobierno de Porfirio Díaz. La segunda abarca todo el porfiriato hasta el inicio de la revolución. Aunque aún desconozco el año exacto en el que la Escuela dejó de funcionar, al parecer fue durante la segunda década del siglo XX. 12 “Varias Noticias”, La Iberia, 23 de mayo de 1872, p. 3. 6 Para comprender la fundación de la Escuela, me he centrado en los primeros años de su funcionamiento, esto es, desde su fundación en 1871 hasta 1876, año en el que se dan los primeros cambios estructurales dentro de ella. Con el estudio de la Escuela pretendo mostrar que la institución fue uno de los grandes proyectos públicos educativos para las mujeres porque había un interés por parte del gobierno para crearla, influido por la ideología liberal a la que Juárez y sus colaboradores más cercanos estaban adscritos. Así, ayudar a las mujeres de las clases menos favorecidas a tener una mejor calidad de vida sólo era parte del discurso moral, pero, en realidad, Juárez y su grupo tenían como objetivo dotar de educación a las mujeres para tener amas de casa bien instruidas quepudieran coadyuvar en la educación de sus hijos y de esta forma contribuir al desarrollo del país. En cuanto a las fuentes que he empleado para la investigación, estas fueron de tres tipos: documentales, hemerográficas, y bibliográficas. En la búsqueda hemerográfica, encontré 215 registros entre 1871 y 1918 que hacen referencia a la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres en los siguientes periódicos: El Monitor Republicano, El Siglo XIX, La Iberia, El Ferrocarril, La Ortiga, El Imparcial, La Colonia Española, La Voz de la Instrucción, Boletín de Instrucción Pública, y las Hijas del Anáhuac. Después de una búsqueda en el Archivo General de la Nación y en el Archivo Histórico de la UNAM, encontré referencias sobre la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, pero todas eran posteriores a su fundación, concretamente durante el porfiriato, y no me aportaban datos sobre los primeros años de vida de la institución. Aunque revisé también el Archivo de la Lotería Nacional, sus expedientes más antiguos son de 1920 y no hallé nada sobre la Escuela. Tuve la fortuna de encontrar una serie de Memorias…, presentadas al congreso constitucional por las distintas secretarías; en ellas se encuentran las justificaciones y los planes de estudio que dotaron de vida a la Escuela. Con base en esta información he podido reconstruir los primeros años de funcionamiento. 7 En cuanto a la bibliografía empleada para la investigación sobre la educación de las mujeres en México en el siglo XIX está la ya mencionada obra de Lourdes Alvarado, La educación “superior” femenina en el México del siglo XIX: demanda social y reto gubernamental13, cuyo contenido abarca cómo fue la educación superior para las mujeres mexicanas durante el siglo XIX.14 También consulté las obras de Norma Gutiérrez, Mujeres que abrieron camino. La educación femenina en Zacatecas durante el porfiriato,15 y la de Milada Bazant, Historia de la educación durante el porfiriato,16 con las que obtuve una visión más general sobre la educación de las mujeres en otros lugares de México. La presente investigación cuenta con tres capítulos, a lo largo de los cuales iré reconstruyendo los primeros años de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. El primer capítulo, “La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, sus fuentes y el pensamiento liberal”, estará dividido en dos partes; en la primera detallo las fuentes empleadas para la investigación; en la segunda hago una revisión sobre la idea de la educación femenina en la época y, en este sentido, cuáles son los antecedentes de la institución. El segundo capítulo, “Fundación y primer ciclo escolar de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres”, está enfocado al proyecto de fundación de la escuela, desde el discurso gubernamental expresado en las Memorias, así como mediante los planteamientos morales para la justificación de su existencia: al ser un proyecto del grupo liberal en el poder, que desde la constitución de 1857 promovía la educación laica, y con el conocimiento de que habría una fuerte oposición de los grupos conservadores, actuaron con cautela para el diseño y puesta en marcha de un proyecto como la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, sobre todo por los objetivos que esta escuela buscaba, los cuales estaban relacionados con la independencia económica de la mujeres. 13 L. Alvarado, La educación…, op. cit. 14 Ibid., p. 179. 15 Norma Gutiérrez Hernández, “Mujeres que abrieron camino. La educación femenina en la ciudad de Zacatecas durante el porfiriato”, tesis para obtener el grado de doctorado, México, Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Filosofía y Letras, 2012. 16 Milada Bazant, Historia de la educación durante el porfiriato, México, Colegio de México, 1993. 8 En ese capítulo doy cuenta de las clases, describo cuáles eran, los bloques en que estaban divididas, tanto las materias teóricas como los talleres. Doy un repaso sobre quiénes fueron los docentes; en algunos casos mencionaré algunos datos sobre sus vidas y la razón por la que fueron elegidos para formar parte de la planta académica de la Escuela. Igualmente, menciono algunos ejemplos sobre el funcionamiento de la Escuela en su primer año de labores, y termino con la descripción de los primeros exámenes, así como de la primera entrega de premios realizada para conmemorar el fin del primer ciclo escolar. El capítulo tercero, “La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, 1872-1876. Logros, transformaciones y conflictos institucionales”, va desde el inicio del segundo ciclo escolar en 1872 hasta el inicio del curso de 1877. La primera se centra en algunos de los logros de la Escuela, como los avances de las alumnas o la apertura de ciertos negocios, tal fue el caso del taller de Imprenta, uno de los talleres impartidos y mediante el cual las alumnas tuvieron la posibilidad de crear un semanario, Las Hijas del Anáhuac; por tal razón, he dedicado un apartado del capítulo a esa actividad. El semanario, al expresar las ideas de las mujeres, propició un ataque sistemático por parte de otras publicaciones, como el periódico El Siglo XIX, cuyos redactores arremetieron contra la Escuela bajo cualquier pretexto para dañar su reputación. Concluyo el capítulo tres con la primera reforma estructural dentro de la escuela, durante el ciclo escolar de 1876, cuando surgieron una serie de cambios, como, por ejemplo, en la dirección del plantel, en el plan de estudios y en la planta docente; así, al inicio del ciclo escolar de 1877, muchas de las ideas planteadas en un primer momento se dejaron atrás. Finalmente, expongo en las conclusiones un balance sobre la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres con base en el funcionamiento de la institución y su significado dentro de la historia educativa del país. 9 Capítulo I. La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, sus fuentes y el pensamiento liberal El presente capítulo pretende ofrecer un panorama general sobre la educación femenina durante el siglo XIX en México, teniendo en cuenta aspectos sociales, políticos, ideológicos y económicos, para saber con precisión cuáles fueron las bases ideológicas sobre las que se consolidó el proyecto de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. Es importante tener en cuenta dos elementos para contextualizar a la institución: aquello que se dice sobre la escuela en las fuentes documentales, así como la ideología política que rodeó a la institución. Sobre estos aspectos daré detalles más adelante; antes de continuar, y con el objeto de situar temporalmente los temas sobre los que abundará el capítulo, es necesario conocer algunos datos sobre la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres fue fundada en noviembre de 187117 como un proyecto promovido por el entonces presidente de México, Benito Juárez, y por el ministro de Gobernación, José María Velasco Castillo; la creación de la Escuela fue considerada como una obra de beneficencia18 y el discurso político y moral que la justificó iba encaminado, por un lado, a mejorar la situación de vida de las mujeres19, a que tuvieran una manera de ganarse la vida dignamente evitando caer en la prostitución20 y, por otro lado, a educar a las mujeres para que pudieran hacerse cargo de la educación de sus hijos en aras del progreso,21 tema que desarrollo en el capítulo dos. Con el objetivo de contextualizar la situación educativa de las mujeres mexicanas, tuve que valerme de diversas fuentes para reconstruir fragmentos de 17 “Escuela de Artes y Oficios”, La Iberia, 17 de noviembre de 1871, p. 3. 18 Memoria que el oficial mayor encargado de la Secretaría de Estado y del despacho de Gobernación presenta al sexto Congreso Constitucional, México, Imprenta de Gobierno,1871, p. 28. 19 Idem. 20 Loreto Núñez, “Reseña histórica…”, op. cit., p. 527. 21 Memoria que el oficial mayor encargado de la Secretaría de Estado y del despacho de Gobernación presenta al séptimo Congreso Constitucional, México, Imprenta del Gobierno, 1873, p. 137. 10 la historia de la Escuela. Así, la primera parte del capítulo está destinada a explicar las fuentes documentales, hemerográficas y bibliográficas. El segundo elemento a considerar es el ideológico, pensar en cómo se fundó la Escuela, qué fue lo que llevó a su creación, bajo qué planteamientos teóricos, qué personajes estaban interesados en generar un plantel educativo enfocado a la enseñanza de artes y oficios para mujeres,22 qué sector del gobierno mexicano buscaba abrir instituciones de esta índole; cada una de estas preguntas condujeron a lo que fue el concepto político de mujer durante el siglo XIX y, por ende, el concepto de educación superior femenina durante la misma centuria; así, el análisis sobre la ideología en torno a la mujer y a las maneras en que debía ser educada, trajo como consecuencia un cierto tipo de escuelas que se abrieron para ellas. Hay que tomar en cuenta que la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres es uno de los primeros proyectos educativos en México que se consideran de educación superior femenina. Se entiende por educación superior aquella que es posterior a la educación secundaria y tiene como objetivo educar a las personas para que se especialicen en alguna profesión en particular; en este sentido, las mujeres al aprender un oficio eran profesionistas.23 Posteriormente, abordaré el concepto de educación femenina y, de manera periférica, otros temas, como la oferta educativa para las mujeres en la época, así como los tipos de escuelas que se fundaron durante la segunda mitad del siglo XIX. Finalmente, describiré brevemente la Escuela de Artes y Oficios para Hombres por ser el antecedente directo de la escuela para mujeres. 1.1 Fuentes para el estudio de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres Las fuentes para el estudio de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, documentales, hemerográficas y bibliográficas, pueden dividirse a su vez como 22 Idem. 23 Luis E. Ruíz, Tratado elemental de pedagogía, México, Oficina Tip. de la Secretaría de Fomento, 1900, pp. 15-69. 11 directas e indirectas. Las directas son todas aquellas que hacen referencia explícita a la institución, y las indirectas son aquellas que de alguna manera están relacionadas con la escuela, ya sea de forma política, social, educativa o cultural. Como mencioné anteriormente, este apartado está desarrollado en tres partes: las fuentes documentales, las hemerográficas y las bibliográficas. En los tres casos iré mencionando las directas y las indirectas; en algunos casos me enfocaré más en la descripción de algunas de acuerdo con la importancia que tuvieron dentro de la investigación. 1.1.1 Fuentes documentales Algunas fuentes documentales referentes a la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres fueron halladas en el Archivo General de la Nación y en el Archivo Histórico de la UNAM; la información encontrada son expedientes de la Escuela de años posteriores a 1876; sin embargo, son parte fundamental de la presente investigación. A lo largo de los cursos en la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres se dieron una serie de reformas estructurales que implicaron cambios en el plan de estudios, en la planta académica y en la dirección del plantel. En este sentido, los documentos que localicé dan cuenta de cómo fueron evolucionando algunas iniciativas, por ejemplo, haber creado un comedor para niñas de bajos recursos que, con el pasar de los años, llegó a ser un sistema de becas.24 Igualmente, en esos documentos se puede ir viendo cómo se va modificando la currícula, y en los planes de estudio son notorias las diferencias y los avances respecto del primero de ellos; las asignaturas del primer plan fueron innovadoras; sin embargo, posteriormente fueron desapareciendo por otros programas menos arriesgados.25 24 Archivo General de la Nación. Instrucción pública y Bellas Artes, caja 190, Expediente 1, f. 3r. 25 Archivo General de la Nación. Instrucción pública y Bellas Artes, caja 190, Expediente 4, f. 19r. 12 Entre las principales fuentes de esta investigación están las Memorias…, cuyo contenido es un compendio de información gubernamental de las distintas secretarías; entre las diversas entidades públicas aparece la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes y la Secretaría de Gobernación, institución pública que tuvo bajo su administración la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, pues cuando fue fundada se consideró como una obra de beneficencia, cuya competencia recaía en la Secretaría de Gobernación y no en la de Instrucción Pública. En las Memorias… de gobierno de 1870 a 1871 y de 1881, se encuentran referencias muy importantes, como el informe de José María Velasco sobre los pormenores de la fundación de la Escuela, además de una serie de discursos reiterando los objetivos morales y sociales de la nueva institución de educación pública. Cada memoria está acompañada de documentos oficiales de los que se puede rescatar información valiosa. Por otro lado, el Boletín de Instrucción Pública es también un compendio en donde aparece todo lo relacionado con la educación en el país, ya sea sobre las distintas instituciones, las reformas educativas, las convocatorias o los programas de estudio; su primer número se publicó en 1903. El Boletín… comenzó a publicarse mucho después de la fundación de la Escuela; ahora bien, en el número 11 de esta publicación se encuentra un texto que da cuenta del nuevo edificio construido para la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres y con este motivo se hace una reseña histórica sobre la institución. La autora del texto es la entonces subdirectora del plantel, Loreto Núñez, quien a través de la “Reseña histórica” va proporcionando información concreta. 1.1.2 Fuentes hemerográficas Las fuentes hemerográficas han sido una relevante fuente de información, pues gracias a las constantes referencias a la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres he podido reconstruir gran parte de su historia, la que de otra manera no hubiera conseguido. 13 Considero como primer paso hacer una distinción entre los periódicos que hacen alguna referencia directa a la Escuela de las publicaciones dirigidas a mujeres y de los que exponían sólidos argumentos sobre la educación de las mujeres. Entre los periódicos con la mayor cantidad de referencias a la Escuela, destacan El Monitor Republicano y El Siglo XIX. El Monitor Republicano fue uno de los periódicos más importantes de México durante la segunda mitad del siglo XIX; pertenecía a la empresa editorial de Vicente García Torres.26 El periódico destacó por ser una publicación de corte liberal, considerada radical27 y contó con las colaboraciones de intelectuales del momento, como Guillermo Prieto, José María Vigil, María Lafragua, Manuel Payno, José María Iglesias, Juan A. Mateos, entre otros liberales mexicanos; cuando el periódico hace alguna mención a la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, siempre lo hace de manera favorable. El Siglo XIX es otra de los diarios más relevantes en México durante toda la centuria; el dueño de esta publicación era Ignacio Cumplido.28 Este periódico circuló por la Ciudad de México entre 1841 y 1896;29 fue considerado un periódico liberal, donde aparecían las colaboraciones de reconocidos intelectuales, como Guillermo Prieto, Manuel Payno, Ignacio M. Altamirano y Francisco Zarco, entre otros.30 Las menciones a la Escuela aparecidas en el periódico son variadas: en algunos casos alaba lo benéficode la institución para las mujeres, aunque en algún punto trata de dañar la imagen de algunas y algunos profesores, entre ellos la de Prieto, sobre lo que abundaré en el tercer capítulo. Otras publicaciones relevantes para la investigación fueron las siguientes: La Iberia, El Radical, La Voz de México, La Voz de la Instrucción, El Ferrocarril, La 26 Vicente García Torres fue un editor perteneciente al grupo de liberales; nació en 1811 y falleció en 1894. Además de El Monitor Republicano tuvo una importante labor como editor, a lo largo de la tesis mencionaré varias de sus publicaciones. Othón Nava Martínez, “La empresa editorial de Vicente García Torres, 1838-1853, Constructores de un cambio cultural: impresores y libreros en la ciudad de México 1830-1855, México, Instituto Mora, 2003, pp. 253-303. 27Ibid., p. 255. 28María Pérez Salas, “Los secretos de una empresa exitosa: la imprenta de Ignacio Cumplido”, Constructores de un cambio…, op. cit., p. 101. 29 Ibid., p. 104. 30 Ibid., pp. 110-117. 14 Ortiga, entre otros. Estos periódicos hicieron alguna referencia hacia algún acontecimiento de la Escuela, como la creación del comedor para alumnas, los exámenes o los premios que se les entregaban cada año. Otro tipo de publicación de la época contemplada en la investigación es la prensa dirigida a las mujeres; estas publicaciones eran como una preceptiva, es decir, una forma de instrucción para las mujeres. Es muy claro que su público eran mujeres letradas, quienes ya se habían iniciado en la educación; a continuación, mencionaré algunos ejemplos: el Semanario de las Señoritas Mexicanas. Educación Científica, moral y literatura del bello sexo,31que se publicó entre 1840 y 1842. Fue editado por la empresa de Vicente García Torres;32 de la misma empresa está Panorama de las señoritas mejicanas,33 también semanario, publicado únicamente durante 1842. El Calendario de las señoritas mexicanas34, publicado como anuario entre 1838 y 1843; esta publicación era parte de la editorial de Mario Galván Rivera,35 quien fue otro de los impresores más reconocidos de la centuria. Por su parte, la empresa de Ignacio Cumplido publicó Presente amistoso dirigido a las señoritas mejicanas,36 semanario que sólo circuló en 1847 y en 1852.37 Finalmente, está Las Hijas del Anáhuac, de la que hablaré detalladamente en el tercer capítulo. Esta publicación fue la primera impresa por mujeres, quienes eran estudiantes de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. 1.1.3 Fuentes bibliográficas Hasta el momento, no he encontrado fuentes bibliográficas que aborden el estudio de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres: las obras con las que cuento hacen 31 O. Nava, “La empresa editorial de…”, op. cit., p. 275. 32 Idem. 33 Ibid., p. 284. 34 Laura Solares Robles, “La aventura editorial de Mariano Galván Rivera. Un empresario del siglo XIX”, Constructores…, op. cit., p. 60. 35 Ibid., pp. 29-34. 36 M. Pérez Salas, “Los secretos de…”, op. cit., p. 142. 37 Idem. 15 referencia de alguna forma a la Escuela y, en algunos casos, proporcionan datos importantes; sin embargo, la institución siempre es nombrada dentro de otros contextos. Mencionaré sólo los libros consultados más relevantes para esta investigación. Entre las obras contemporáneas que he encontrado sobre el tema, que ya he mencionado, destacan cuatro, principalmente: la obra de Lourdes Alvarado, La educación "superior" femenina en el México del siglo XIX: demanda social y reto gubernamental; la de Milada Bazant, Historia de la educación durante el porfiriato; la tesis doctoral de Norma Gutiérrez, “Mujeres que abrieron camino. La educación femenina en la ciudad de Zacatecas durante el porfiriato”; y la de Elvira Hernández “La prensa femenina en México durante el siglo XIX”, todas aportan información sobre la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, así como sobre el contexto educativo en México para las mujeres durante la segunda mitad del siglo XIX. Lourdes Alvarado, en su texto,38 aborda el tema de la educación femenina desde principios del siglo XIX; para su análisis, emplea principalmente artículos de prensa39 y cómo ésta se convirtió en una herramienta para la expresión femenina sobre diversos temas, como el educativo. Posteriormente, Alvarado explica cómo, conforme avanza el siglo XIX y surgen los proyectos liberales, hubo intenciones de crear instituciones educativas para las mujeres, pero los proyectos se ven truncados por ciertos eventos sociales, como las guerras y la inestabilidad política en México.40 La historiadora centra su atención en la Secundaria Oficial para Niñas,41 la manera en la que surge y los cambios que tuvo a lo largo de los años; de forma paralela menciona la existencia de otras escuelas para mujeres,42 mostrando diversas alternativas educativas para ellas. Sin duda, el estudio de Lourdes Alvarado es uno de los pilares de la presente investigación por la cantidad de información aportada. Ahora bien, aunque no se enfoca directamente en la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, 38 L. Alvarado, La educación…, op. cit. 39 Ibid. pp. 34-36. 40 Ibid. pp. 79-90. 41 Ibid., p. 165. 42 Ibid., pp. 217-232. 16 sí proporciona datos sobre la misma. Además, al plantear el tema educativo para las mujeres durante todo el siglo XIX, pude tener un panorama más general de cómo fue entendida la educación femenina y lo que implicaba su implementación. Mílada Bazant, en su obra Historia de la educación durante el porfiriato,43 como el título lo indica, ofrece un amplio panorama sobe la situación educativa de México a lo largo del porfiriato, con lo que aporta una noción general sobre las escuelas existentes y sobre el proyecto liberal de educación, ya que, si bien el estudio se centra en el porfiriato, menciona que muchas de las escuelas fueron fundadas durante el gobierno juarista. En relación con la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, Bazant ofrece datos importantes, aunque marca como fecha de fundación de la escuela el año de 1872,44 hecho que sucedió un año antes, en 1871. Por otro lado, la investigadora menciona referencias importantes, pero no indica la fuente de la información. Aún así, Bazant de forma breve hace un pequeño recuento de la Escuela, y aporta así un conocimiento general de la institución. Otra de las obras que hacen referencia a la educación femenina es la tesis de Norma Gutiérrez Hernández, “Mujeres que abrieron camino. La educación femenina en la ciudad de Zacatecas durante el porfiriato”;45 en ella, Gutiérrez va analizando los procesos educativos para las mujeres en Zacatecas y cómo se van estructurando nuevas oportunidades ellas. Como en el caso de la obra anterior, la investigación de Gutiérrez aporta datos con los que se hace comprensible el contexto educativo para las mujeres desde la segunda mitad del siglo XX en México. Por su parte, Elvira Hernández Carballido, en el contenido de su tesis, “La prensa femenina en México durante del siglo XIX”,46 se refiere a la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres se enfoca exclusivamente en un periódico editado por 43 Milada Bazant, Historia de la… op. cit. 44 Ibid., p. 118. 45 Norma Gutiérrez Hernández, “Mujeres que abrieron camino...”, op. cit. 46 Elvira, Hernández Carballido, “La prensa femenina en México durante del siglo XIX”, UNAM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Tesis para obtener el grado de licenciada en Ciencias de la Comunicación. 1986. 17 las alumnas en el taller de Imprenta, al iniciar las clases en la Escuela: Las hijas del Anáhuac,47 sobre el que hablaré con detenimiento más adelante. Hernández en su investigación permite ver muy de cercalo que representó la Escuela en aquel contexto mexicano a través de la descripción de una de sus actividades. De las obras decimonónicas donde se puede encontrar alguna referencia a la Escuela o al contexto educativo en México, se encuentran principalmente dos, la obra de José Díaz Covarrubias (aparecida en 1871), La instrucción pública en México,48 y la de Justo Sierra publicada en 1901, México. Su evolución social,49 en especial el apartado de Ezequiel Chávez “La educación nacional”. En su artículo, Chávez comprende el desarrollo educativo del país, desde la época prehispánica hasta finales del siglo XIX. Por su parte, la obra de Díaz Covarrubias, aporta datos fundamentales sobre la educación femenina y permite una visión directa a la mentalidad de un liberal, como lo era Díaz Covarrubias,50 quien apoyó la creación de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, proyecto afín a su forma de pensar.51 En este sentido, las obras que mencionaré a continuación ampliarán el panorama sobre la educación femenina y, en específico, sobre la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, inscritas dentro del pensamiento liberal mexicano. A lo largo de esta investigación he podido comprender la cultura libresca de los liberales mexicanos; mediante ciertas obras, es posible conocer el ideario liberal y su repercusión en los proyectos educativos, particularmente durante la presidencia de Benito Juárez. 47 Ibid., p. 209. 48 José Díaz Covarrubias, La Instrucción Pública en México, México, Imprenta de Gobierno, 1875. 49 Ezequiel Chávez, “La educación nacional”, México su evolución social, México, J. Ballescá y Compañía, Tomo I, 1900. 50 Su tendencia liberal se denota pro la forma en la que a lo largo del texto aborda el tema de la educación, tanto de hombre como de mujeres, pensando siempre en el progreso. En el caso del “bello sexo” como él llama a las mujeres, su discurso es muy parecido al gubernamental. Ibid., p. 188. 51 Ibid., p. 190. 18 La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres fue un proyecto juarista52 y, por ende, de corte liberal. Detrás del pensamiento liberal se encuentra una visión de mundo diferente al Antiguo Régimen, donde cada individuo tiene la oportunidad de desarrollar sus capacidades. Esta visión fue la que llevó a Juárez y a su grupo a la creación de una Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. Considero que una de las influencias ideológicas de los liberales en los proyectos de las Escuelas de Artes y Oficios es la obra de Pedro Rodríguez de Campomanes, quizá uno de los textos más importantes, Discurso sobre la educación popular de los artesanos y su fomento.53 Pedro Rodríguez de Campomanes nació el 1 de julio de 1723, fue conde; era además político, economista y jurisconsulto; de origen español, fue un hombre ilustrado que teorizó sobre distintas materias, una de ellas fue el caso de los artesanos. En su Discurso…, Campomanes se refiere a la importancia de las artes y de los oficios, y expone puntualmente la situación de los artesanos en España dejando ver los problemas ocasionados por la falta de especialización, lo que Campomanes considera como consecuencia de la falta de apoyo gubernamental; el pensador afirma que este descuido podría ocasionar problemas incluso para el reino. Como ejemplo, compara al imperio español con otras naciones europeas, y cómo en ellas se ha dado apoyo a sus artesanos y por ende han ido mejorando en las manufacturas. De esta manera, Campomanes da a entender que las artes y los oficios forman parte del desarrollo económico de una nación, por lo que tener artesanos educados y preparados es, de cierta forma, una garantía de progreso: Tienen necesidad los cuerpos de oficios, o gremios de artesanos, de una educación y enseñanza particular; respectiva a cada arte, y al porte correspondiente al oficio, que ejercen. Esta educación técnica, y moral suele ser defectuosa, y descuidada entre nuestros artesanos: persuadiéndose no pocos, de que un menestral no necesita educación popular.54 52 L. Núñez, “Reseña histórica…”, op. cit. 53 Pedro, Rodríguez Campomanes. Discurso sobre la educación popular de los artesanos y su fomento, Argentina, Recuperado de Biblioteca Virtual Universal, http://www.biblioteca.org.ar/libros/130512.pdf. (consultado el 10 de diciembre de 2016) 54 Idem. http://www.biblioteca.org.ar/libros/130512.pdf 19 Posteriormente, Campomanes en sus reflexiones sobre la falta de educación artesanal también señala que la educación formal de los artesanos es una necesidad social que en realidad beneficia al Estado: Yo he creído, que haría un esencial servicio a la patria, en proponer mis reflexiones sobre la educación, conveniente a los artesanos; entrelazando las máximas conducentes a su policía, y fomento: llevando por norte el bien general del Estado, y lo establecido en las leyes.55 El pensamiento de Campomanes sobre la valía de los artesanos en el desarrollo económico de una nación se encuentra reflejado en el ideario de las Escuelas de Artes y Oficios mexicanas, tanto la de hombres como la de mujeres, ya que tenían como objetivo el progreso del país: La historia de la Escuela de Artes y Oficios para Hombres, es la historia de nuestra dificultades sociales y políticas y los males que éstas han producido en el bienestar de la Nación, se notan en el abandono y olvido de aquella, así como nuestras épocas de paz y de tranquilidad se ven reflejadas en su desarrollo y adelanto.56 En el caso de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres: Cree el Ejecutivo que mientras mas se mejore la educación de la mujer, mas se asegurarán la libertad y el progreso de la patria; porque la mujer es la que infunde en el hombre, en los días de su infancia, los principios del bien ó del mal, que fructifican siempre en el corazón.57 Ahora bien, el ideario sobre la educación femenina inscrito en el gobierno liberal puede ser comprendido si se sabe qué pensaban los liberales de las mujeres; para ello, la obra de Amado Nervo, La Mujer Moderna y su papel en la evolución actual del mundo, contiene una visión sucinta del pensamiento liberal y lo que esperaban de las mujeres. Amado Nervo, en realidad era el seudónimo de Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz, quien nació en 27 de agosto de 1870 en Nayarit y fue un escritor, periodista, poeta y diplomático mexicano de ideas 55 Idem. 56 Breve de los establecimientos de Instrucción Pública dependientes de la Secretaría de Estado y del Despacho de Justicia é Instrucción Pública, México, Tipografía y Litografía “La Europea”, 1900, p. 17. 57Memoria que el oficial mayor encargado de la Secretaría de Estado y del despacho de Gobernación presenta al sexto Congreso Constitucional, México, Imprenta de Gobierno, 1871, p. 28. 20 liberales; fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua; falleció el 24 de mayo de 1919 en la ciudad de Montevideo, Uruguay.58 La Mujer Moderna y su papel en la evolución actual del mundo, es una conferencia que dio Nervo en Buenos Aires, en el año de 1919, donde uso sus ideas y expectativas sobre el quehacer de las mujeres en la sociedad, sobre todo después de la primera guerra mundial: Empezaré por afirmar que en mi sentir la mujer está en lo justo, pide lo justo y debe dársele. Algunos de los países más civilizados no le escatiman ya los derechos políticos, civiles, económicos que ella demanda. En Estados Unidos y en Europa, el movimiento feminista es arrollador. En Méjico, mi patria, después de la revolución que sacudió nuestra vida secular, la mujer, un poco borrosa, aunque siempre noble, dulce y buena, de otros tiempos, tiene ahora plena conciencia de lo que quiere; lucha por equipararse al hombre, y encuentra en las ideas ambientes y en las simpatías del gobierno, estímuloy fuerza para llegar […]59 Igualmente, José M. Vigil escribió una obra titulada La Mujer Mexicana, en 1893, dedicada a Carmen Romero Rubio, esposa del entonces presidente Porfirio Díaz. Vigil nació el 11 de octubre de 1829 en la Ciudad de México, fue escritor, editor, traductor, historiador, periodista, diputado y magistrado; fue director de la Biblioteca Nacional de México, de la Academia Mexicana de la Lengua y del Archivo General de la Nación; fue diputado federal cinco veces; falleció el 18 de febrero de 1909.60 Vigil en su obra La Mujer Mexicana hace un recuento de la historia de la mujer mexicana, desde la época prehispánica, resaltando en todo momento la educación y el enfoque que se le ha dado en cada época. Aunque no menciona en ningún momento la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. Luis E. Ruíz escribió Tratado de pedagogía, obra dividida en tres partes; en la primera teoriza sobre la educación en México; en la segunda expone sus ideas 58 Diccionario Porrúa de Historia, Biografía y Geografía de México, México, Editorial Porruá, 4ª edición, vol. 2, 1995, p. 2049. 59 Amado Nervo, La Mujer moderna y su papel en la evolución actual del mundo, Buenos Aires, Editorial Tor, 1919, p. 36. 60 Diccionario Porrúa de Historia…, op. cit., vol. 3, p. 1690. 21 sobre la práctica docente y el desarrollo de ciertas habilidades en las alumnas y los alumnos; además, da cuenta de las escuelas y de otros servicios que pueden apoyar a la práctica docente, como las bibliotecas o los museos; la última parte la dedica a las academias y a los congresos pedagógicos, así como a algunas reformas y a otras obras sobre educación, como la de Covarrubias. Ruíz en sus referencias a las escuelas del país menciona escuetamente la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. 1.2 Antecedentes de la escuela: el pensamiento liberal del siglo XIX mexicano En este apartado haré un breve recuento de los antecedentes de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres teniendo en cuenta dos aspectos: el primero de ellos se enfocará en las opciones educativas de nivel superior para mujeres en el siglo XIX, con base en los datos proporcionados por Díaz Covarrubias en su obra La Instrucción Pública en México; de la misma forma, se abordan varios textos de Lourdes Alvarado y la obra de Bazant. El segundo será una reseña sobre la Escuela de Artes y Oficios para Hombres, ya que teórica y metodológicamente se puede considerar el antecedente directo de la Escuela para mujeres. 1.2.2 Escuelas para mujeres en el proyecto liberal Para poder entender el contexto en el que surge la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, consideré necesario hacer un recuento del proceso educativo y de los proyectos escolares para las mujeres tanto de nivel superior como los especializados. Comenzaré por mencionar qué elementos permitieron la educación de las mujeres, como es el caso de ciertas publicaciones. Por otro lado, es importante conocer cuál era el proyecto liberal y cómo se planeaba incluir a las mujeres en él, sin olvidar cómo los grupos conservadores hicieron suyo el proyecto, aunque con restricciones. 22 La educación superior para las mujeres estuvo restringida, como ya se mencionó anteriormente, y solo hasta la segunda mitad del siglo XIX los gobiernos liberales se preocuparon por incluirlas dentro del proyecto educativo, por lo que a principios de siglo la prensa resultó ser una herramienta muy útil para convencer de la necesidad de dar instrucción formal dirigida a las mujeres. También, durante las primeras décadas del siglo XIX, la prensa fue utilizada como una plataforma desde donde las mujeres podían manifestar sus ideas, principalmente sobre su educación; Lourdes Alvarado en su obra hace un amplio análisis sobre ello.61 Como ya se dijo en el respectivo apartado, la prensa ayudó a la educación femenina mediante ciertas publicaciones dirigidas a las mujeres. Por otra parte, Díaz Covarrubias, en La instrucción pública en México, se refiere a la instrucción superior para las mujeres como una necesidad, principalmente para lograr una influencia positiva en la sociedad; así, aunque las mujeres se integraran al mundo académico, no se perdería el rol de la mujer en la sociedad, el que, para Díaz Covarrubias, era la dedicación al hogar: Aunque las cualidades de carácter de la mujer, sean distintas de las del hombre, sobre unas y otras puede brillar la inteligencia; esta será la que determine cómo y en qué proporciones puede el bello sexo figurar en el mundo de las ciencias, sin abandonar su cardinal hegemonía, la del hogar doméstico.62 Además, Covarrubias expone que la educación superior para las mujeres no tiene el mismo nivel y ni el mismo rigor científico que para los hombres; aclara que solo en algunas escuelas del país, como lo fue la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, existían en el plan de estudios materias como Física y Química.63 Al final de su escrito, Covarrubias concluye reflexionando sobre la verdadera importancia de la instrucción femenina, la que siempre debía estar, según él, sujeta a la educación de los hijos, pues al cabo, esto repercutirá en todos los ámbitos de la sociedad: 61 L. Alvarado, La educación…, op. cit. pp. 32-39. 62 J. Díaz Covarrubias, La Instrucción Pública en México…, op. cit., pp. 188-189 63 Ibid., p. 190. 23 El mismo retraimiento de la inmensa mayoría de ellas, aun en las clases selectas, para tomar parte en las funciones sociales de los hombres, no obstante que, con excepción de las costumbres, nada les prohibiría hacerlo en muchas de las esferas de la actividad varonil, es quizá el dato fundamental para juzgar que su organización fisiológica y su lugar en la sociedad las llaman á otra misión distinta, que no por ser menos ostensible deja de ser de una trascendente importancia social; la formación de la familia, la influencia moral sobre el hombre y de este modo la influencia permanente en todas las evoluciones de la sociedad.64 Los primeros proyectos educativos a nivel superior para mujeres en México surgieron durante el gobierno de Ignacio Comonfort,65 a quien Alvarado le reconoce el haberse preocupado por la educación para mujeres, tratando de solucionar varias necesidades, entre ellas la creación de una secundaria para niñas. La secundaria para niñas fue el primer paso del proyecto liberal; legalmente, quedó instituida el 3 abril de 1856,66 pero no llegó a ser una realidad. Aunque Benito Juárez tenía el proyecto para fundar la escuela en 1861,67 su intento se vio frustrado por su derrocamiento y la instauración del segundo imperio. Solo hasta el 4 de julio de 1869,68 bajo la república restaurada, se pudo abrir la secundaria para mujeres. En cuanto al plan de estudios del primer proyecto, Alvarado refiere que la secundaria para niñas: resultaba a tono con la tendencia liberal de sus promotores. La instrucción ofrecida debía abrirse a las corrientes de los nuevos tiempos, pero sin abandonar la antigua formación cristiana y doméstica.69 Entre las materias del plan de estudios se encontraban el estudio de la religión,70 así como de gramática castellana, literatura, música, aritmética y teneduría de libros.71 Es de llamar la atención que también tuvieran clases de 64 Ibid., p. 192. 65 L. Alvarado, La educación…, op. cit., p. 77-78. 66 L. Alvarado, “La educación “secundaria” femenina desde las perspectivas del liberalismo y del catolicismo, en el siglo XIX”, en Perfiles educativos, Vol. 25, No. 102, 2003, p. 42. 67 Ibid., p. 43. 68 L. Alvarado, La educación…, op. cit., p. 165. 69 L. Alvarado, “La educación…”, op. cit., p. 42. 70 Idem. 71 Idem. 24 bordado, jardinería y elaboración de flores artificiales,72 lo que puede considerarseun primer intento de acercar a las mujeres a la educación de las artes y los oficios. El nombre de la escuela sería Escuela Secundaria para Personas del Sexo Femenino;73 se justificaba la fundación bajo la premisa de que la instrucción femenina era para que las mujeres estuvieran preparadas porque ellas eran las que se encargaban de la crianza de los hijos,74 como lo indica Díaz Covarrubias; carecer de educación, como se pensaba, traería como consecuencia una sociedad atrasada. En cuanto al plan de estudios del tercer intento, Alvarado hace notar que tenía una fuerte influencia positivista, y por ello la existencia de un gran número de clases: La oferta curricular de la secundaria para mujeres, muy de acuerdo con el ideal enciclopedista proclamado por el positivismo, debería conformarse de un largo listado de asignaturas.75 El plan de estudios tenía sobre todo como prioridad la enseñanza de la escritura.76 Es importante mencionar que dentro de estas escuelas de enseñanza superior o especializada se encontraba también la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. La Escuela Nacional Preparatoria fue otro de los proyectos educativos que permitió el acceso de las mujeres a la educación; en este sentido, según lo refiere Alvarado, la institución nunca fue exclusiva para hombres,77 por lo que, a partir de 1883, pudieron incorporarse algunas mujeres que, como dice la historiadora, “constituyeron una especie de avanzada de la educación profesional de su sexo”.78 La postura de los grupos conservadores ante el proyecto educativo liberal generó alarma, pues consideraban que la educación para jóvenes debería 72 Idem. 73 Ibid., p. 44. 74 Idem. 75 Idem. 76 Ibid., p. 45. 77 Ibid., p. 46. 78 Idem. 25 observar la moral cristiana;79 ante la apertura de escuelas como la Secundaria para Niñas y la de Artes y Oficios para Mujeres, la alarma fue mayor. El hecho de que las mujeres se educaran bajo los preceptos laicos del gobierno juarista representó para los grupos católicos un riesgo para la moral cristiana, por lo que, al no poder hacer frente a la apertura de este tipo de escuelas para mujeres, decidieron crear sus propias instituciones en las cuales se instruyera a las mujeres sin dejar de lado los preceptos católicos. Durante la época novohispana, la instrucción que se daba a las niñas estaba en manos de la iglesia, por lo que la educación femenina estuvo enfocada a la religión y moral católicas. Surgieron colegios y escuelas para niñas, además de que la vida conventual era otro espacio para el aprendizaje.80 Por esta razón, la iglesia no quería perder el control sobre la educación femenina; entre las escuelas católicas de educación especializada para mujeres surgieron el Colegio de la Inmaculada Concepción, el Colegio de Nuestra Señora de la Luz, el Colegio de la Santísima Trinidad, establecidos todos en 1870,81 así como la Escuela General Católica para Niñas, creada en 1872,82 y el Colegio Católico para la educación Secundaria de las Señoritas fundado en 1870.83 De acuerdo con Díaz Covarrubias, para 1875 había 2 mil 300 alumnas en total84 inscritas en algún tipo de instrucción educativa considerada de carácter superior. Anota además que había quince escuelas durante la segunda mitad del siglo XIX, tanto laicas como católicas.85 79 Ibid., p. 48. 80 Pilar Gonzalbo, “La educación femenina en la Nueva España: Colegios, conventos y escuelas de niñas”, tesis para obtener el grado de Maestra en Pedagogía, México, UNAM; Facultad de Filosofía y Letras, 1981. 81 L. Alvarado, “La educación…”, op. cit., p. 42. 82 Idem. 83 Ibid., p. 49. 84 J. Díaz Covarrubias, La instrucción pública en México…, op. cit., p. 190. 85 Idem. 26 1.2.3 Escuelas de Artes y Oficios para Hombres El objetivo del presente apartado es hacer una breve reseña sobre lo que fue la Escuela de Artes y Oficios para Hombres, institución antecedente de la escuela para mujeres; la de hombres también se fundó con el objetivo de educar a los hombres en un oficio para tener una forma digna de ganarse la vida.86 Para 1843, la Dirección General de Industria presentó una propuesta con base en la petición de algunos artesanos para abrir una escuela. El 2 de octubre de ese mismo año se decretó la creación de una Escuela de Artes y otra de Agricultura. La Escuela de Artes se ubicaría en la Ciudad de México; la enseñanza debía cubrir dos requisitos, pues tenía que ser teórica y práctica. La escuela no llegó a abrirse. Tras una década, el 7 de octubre de 185387 otro decreto gubernamental ordenó la creación de una Escuela de Artes, pero el proyecto se quedó sin realizar, y solo hasta la llegada de Ignacio Comonfort a la presidencia de la república pudo tomar forma. En 1856, mediante el decreto del 18 de abril, se ordenó la creación de una Escuela Industrial de Artes y Oficios y se dotó de presupuesto para la construcción del edificio donde se alojaría la escuela. Edificado al lado de la Escuela de Agricultura en el pueblo de San Jacinto, la obra estuvo bajo la dirección de Miguel López. Para mediados de 1857, aunque aún no estaba terminado el edificio, ya se encontraba funcionando la escuela con 107 alumnos; algunos provenían de otros estados de la república mexicana, por lo que se creó un sistema de becas dadas por la institución para permitir a los alumnos vivir en la capital. Los talleres contaban con veinte profesores sobre quienes recaía la enseñanza. Desafortunamente, un incendio en una parte del edificio aún en construcción destruyó la escuela. Además, la inestabilidad política en el país tras 86 Toda la información sobre este apartado se obtuvo del mismo texto a menos que se diga lo contrario. Breve de los establecimientos de Instrucción Pública…, op. cit., pp. 17-20. 27 la promulgación de la Constitución de 1857, aunada a los conflictos bélicos de la guerra de Reforma, obligaron a cerrar la escuela, la que dejó de funcionar por un periodo de once años. Bajo la república restaurada, y con Benito Juárez nuevamente al mando del país, se retomaron algunos proyectos educativos para incluirlos en su plan de desarrollo, como fue el caso de la escuela para varones; desde diciembre de 1867 el gobierno juarista buscó la manera de que la institución comenzara a funcionar lo más rápido posible. El antiguo edificio designado para albergar la escuela, que había sufrido un incendio y cuya construcción no había sido finalizada, quedó descartado pues finalizar su construcción y reparar las partes dañadas sería muy costoso. Además, al estar ubicado fuera de la ciudad, lo convertía en poco adecuado por las distancias a recorrer. Entonces, como resultado de la desamortización de bienes, el gobierno puso la Escuela de Artes y Oficios para Hombres en parte de lo que fue el Convento de San Lorenzo. Para el gobierno de Juárez, la instrucción de artes y oficios era de vital importancia para el progreso y el desarrollo del país, pues esta formación era lo que impulsaría industrialmente a México; en este sentido, la instrucción también debía impartirse a las mujeres, aunque en este caso su existencia se justificaba de otra manera. La Escuela de Artes y Oficios para Hombres estaba bajo la administración de la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública, a diferencia de la escuela para mujeres, pues, como ya se dijo, al ser considerada obra de caridad, estuvo en su primera etapa bajo la administración de la Secretaría de Gobernación. 28 Capítulo II. Fundación y primer ciclo escolar de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres La Escuela de Artes y Oficios para Mujeres se fundó en noviembre de 1871, años después de la masculina. En este segundo capítulo se hará unrecuento del primer año de vida de la institución: sus necesidades, los retos a los que se enfrentó, las soluciones dadas a diversos problemas y su impronta, el impacto social y cultural de la escuela y las reacciones que provocó su creación y funcionamiento. Se busca hacer un balance hacia el final del primer año de vida, y sobre los logros obtenidos por el plantel educativo. El capítulo está dividido en cinco partes. En la primera de ellas se hace un análisis de los argumentos políticos y morales que justificaron la existencia de la Escuela, y a su vez, lo que se esperaba de las alumnas que ingresaran a la institución. El segundo apartado estará centrado en el proyecto de creación y posterior fundación de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres; se harán algunas aclaraciones respecto al nombre de la institución; se mencionarán las dificultades en las que se vio envuelta la apertura de la institución y, finalmente, se describirá la ceremonia de su fundación. Para la tercera parte del capítulo se hará un recuento de las asignaturas impartidas, cuáles eran, cómo estaban divididas, cuál era el objetivo de ellas, su justificación dentro del plan de estudios y cuáles eran los oficios que se consideraron viables para mujeres. Igualmente, se describirá el organigrama institucional de la Escuela, quién estuvo al frente de su dirección y quiénes eran los maestros. Finalmente, se dará cuenta de la ubicación del plantel, así como del funcionamiento de la Escuela durante su primer año de vida, haciendo énfasis en el interés gubernamental por su óptimo desarrollo. Para algunos periódicos y revistas, la creación de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres fue un acontecimiento loable y digno de ser mencionado en sus publicaciones; de esta manera, a lo largo del primer año de funcionamiento de 29 la institución, se publicaron diversas notas en las que se dio cuenta de lo que representó a nivel social; hubo un apoyo importante por parte de la prensa liberal hacia la Escuela y por ello la cuarta parte del capítulo estará destinada a analizar las notas periodísticas sobre la institución aparecidas durante el primer ciclo escolar. En la quinta y última parte del capítulo se analiza el fin del primer año de cursos en la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. Hacia septiembre de 1872 concluyó el ciclo escolar para las alumnas; este suceso fue público y, por esa razón, las educandas presentaron sus exámenes a puertas abiertas con el fin de demostrar los conocimientos adquiridos y reforzar la justificación de la existencia de la Escuela; igualmente, para los talleres se montó una exposición con los mejores trabajos de cada oficio. Como parte de la ceremonia final, hubo una entrega de reconocimientos en todas las materias, tanto en las teóricas88 como en los talleres, premios que se otorgaron a las alumnas más destacadas. 2.1 Discurso político y argumentos morales para la creación de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres. Las implicaciones socioculturales de la fundación de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres traía consigo un discurso político y moral que permitió al grupo de liberales en el poder justificar la existencia de la misma ante sus detractores; era fundamental cimentar de la mejor manera los argumentos de los liberales sobre la necesidad de una participación más activa de la mujer en la sociedad, pues los grupos conservadores usarían como oposición las repercusiones sociales que tiene una educación laica. Como mencioné en el primer capítulo, al mismo tiempo que se abrieron este tipo de escuelas gubernamentales, también surgieron una serie de escuelas católicas para tratar de hacer frente a la educación laica; en este sentido, los 88 Memoria que el…, 1873, op. cit., p. 139. 30 argumentos morales van encaminados a justificar la creación de la Escuela ante los grupos sociales que no aprueban las reformas liberales. Uno de estos argumentos morales fue ofrecerles a las mujeres de las clases menos favorecidas, a quienes iba dirigida la Escuela, una forma digna de mantenerse, evitando así que se prostituyeran o que cometieran algún delito: Mejorar la condición de la mujer tanto de la clase media que en aquella época no tenía más recurso que la costura, ya fuera de munición pero muy mal remunerada; y la clase humilde que sólo podía estar de sirviente, con salarios escasos, viviendo en la miseria la mujer que prefería ésto á la deshonra y al vicio.89 Como se puede leer en la cita, las opciones laborales para las mujeres eran muy restringidas, es importante también la diferencia entre las opciones laborales de las mujeres en el campo y en la ciudad. Así, la servidumbre y la costura fueron opciones de trabajo para las mujeres citadinas de escasos recursos. Al parecer, los salarios obtenidos tanto de la costura como de la servidumbre eran precarios, y la otra opción, la deshonra, era moralmente inaceptable. Independientemente de si sólo existían para las mujeres estas tres formas de ganarse la vida, el hecho de que sea el argumento predominante90 expresa la necesidad por tener explicaciones sólidas ante la sociedad que justificaran la creación de la Escuela. José María Castillo, en la Memoria que el oficial mayor encargado de la Secretaría de Estado y del despacho de Gobernación presenta al sexto Congreso Constitucional , de 1871, cuando expone la apertura de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, menciona el mismo argumento, como si el cambio en la situación de vida de las mujeres dependiera exclusivamente de los proyectos del gobierno juarista: Próximamente, con los productos de las loterías, se establecerá una escuela de artes para mujeres, porque el Ejecutivo quiere mejorar la penosa suerte de esta mitad del género humano, para la cual los medios honestos de procurarse la vida son en México demasiado escasos é improductivos. Cree el Ejecutivo que 89 L. Núñez, “Reseña histórica…”, op. cit., p. 527. 90 Además del texto de Núñez, este argumento se encuentra repetido en publicaciones gubernamentales en las que seguramente se basó su investigación: Memoria que el oficial…, 1873, op. cit., p. 137.; Memoria que el oficial…, 1874, op. cit., p. 109. 31 mientras se mejore la educación de la mujer, mas se aseguran la libertad y el progreso de la patria. 91 En relación con lo anterior, según los liberales, la fundación de la Escuela tendría una serie de repercusiones sociales, primero porque, al aprender un oficio, las mujeres obtendrían otras opciones laborales, tendrían una fuente de ingresos y una forma diferente de valerse por sí mismas,92 lo que conllevaba también la independencia económica. El trasfondo del discurso liberal parece ser la búsqueda de la independencia económica de las mujeres, pues, aunque todo el tiempo está presente el argumento moralista, tiene más peso y termina por consolidarse la idea de lograr el progreso de México. Dentro de esta serie de argumentos sobre el progreso y la mejora social, destaca la idea de avance para el país. El avance o el progreso tendrían que lograrse, según los liberales, en todos los niveles de la sociedad. Las mujeres de escasos recursos, quienes no habían tenido ningún tipo de acceso a la educación y menos de tipo formal,93 cuando se casaban y se convertían en madres, no podían encaminar de manera adecuada a sus hijos94 y esto frenaba el desarrollo del país;95 así entonces, la educación dirigida a las mujeres repercutiría en muchos sentidos, incluso para la educación de hijos e hijas. Para alcanzar el objetivo, además de los talleres en los que las mujeres aprenderían un oficio, se incluyeron materias para que las mujeres aprendieran a leer, a escribir y a llevar cuentas,96 con lo que también llegarían a ser mejores amasde casa:97 Con todo y que la mujer es un ser débil y que parece que la naturaleza misma la excluyó del trabajo productor que exige la sociedad á todos sus miembros, el Ejecutivo, que ve en el trabajo, no solo la fuente del bienestar material, sino también un poderoso elemento de moralidad y de mejora, creyó que no debía colocar á la mujer en la administración pública como un ser negativo, condenado á la molicie del lujo, fuera ó no legítima la procedencia de este, y limitada á vivir siempre á expensas del hombre, porque en ambos casos se ponía en una 91 Memoria que el oficial…, 1871, op. cit., p. 28. 92 L. Núñez, “Reseña histórica…”, op. cit., p. 528. 93 Ibid., p. 527. 94 Juan Ramírez, “Educación de la Mujer” en “Editorial”, El Monitor republicano, 2 de abril de 1869, p. 1. 95 Memoria que el oficial…, 1873, op. cit., p. 137. 96 L. Núñez, “Reseña histórica…”, op. cit., p. 527. 97 Memoria que el oficial …, 1873, op. cit., p. 137. 32 dependencia peligrosa á la que necesita toda su dignidad y toda su honra para ser buena madre y buena esposa.98 El gobierno juarista además buscaba que todos los ciudadanos fuesen productivos y era también el momento en que las mujeres participaran y contribuyeran laboralmente a la sociedad; la Escuela fue una forma de animarlas, de demostrarles que contaban con el soporte gubernamental. Aunque el gobierno juarista esperaba una mayor actuación social por parte de las mujeres, estas seguían siendo consideradas como un ser físicamente inferior al hombre99 y por lo tanto no podía realizar las mismas actividades; esto no quería decir que las mujeres estuvieran alejadas de la productividad, por el contrario; como mencioné anteriormente, el discurso detrás de la fundación de la Escuela es la búsqueda de mejores oportunidades de trabajo remunerado, pero adecuadas a las capacidades de las mujeres, es decir, que no requirieran de demasiada fuerza100 o se consideraran moralmente apropiadas para ellas,101 es por ello que la curricula escolar fue seleccionada cuidadosamente. No está de más señalar que este pensamiento se encontraba condicionado a las actividades consideradas tradicionales para las mujeres; así, la educación de las mujeres se configuró de acuerdo con esta tradición cuya decisión fue tomada por los hombres en el poder. 2.2 Proyecto y fundación de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres Este apartado consistirá en explicar lo que fue el proyecto y el proceso de fundación de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres, pero antes considero importante, por razones de índole historiográfica, hacer una aclaración acerca del nombre oficial de la institución, ya que a lo largo de la investigación encontré algunas variantes. 98 Idem 99 J. Ramírez, “Educación de la Mujer…”, op. cit., p. 1. 100 Memoria que el oficial…, 1873, op. cit., p. 138. 101 Memoria que el Secretario de Estado y del Despacho de Gobernación presenta al Congreso de la Unión correspondiente al periodo transcurrido del 1° de Enero al 20 de Noviembre de 1880 , México, 1881, p. 108. 33 Uno de los nombres con el que localicé la Escuela, es Escuela de Artes y Oficios para Señoras102 así mencionada en el periódico El Ferrocarril. El segundo nombre dado a la institución es Escuela de Artes y Oficios para Señoritas,103 y lo menciona la subdirectora de la institución, para el año de 1908, Loreto Núñez,104 quien, debido a la inauguración de un nuevo plantel para la escuela,105 hace una reseña sobre la historia de la institución como mencioné en el capítulo anterior. Con ese mismo nombre aparece en la Guía de la Ciudad de México,106 obra de 1910. Conforme avanzaba en la búsqueda de fuentes, encontré diversos nombres de la institución. El nombre oficial de la Escuela seguramente aparece en el decreto de creación de la institución, pero no he logrado localizar este documento, aunque se sabe de su existencia por la información proporcionada en la Memoria que el oficial mayor encargado de la Secretaria de Estado y del despacho de Gobernación presenta al séptimo Congreso Constitucional del año 1873.107 En esta Memoria…, en la que se habla de la Escuela como uno de los logros gubernamentales de 1871, aparece el nombre de Escuela de Artes y Oficios para Mujeres108 y considero que este es el nombre oficial y así nombro a la institución en el presente trabajo. En cuanto a la fundación de la Escuela, los datos más antiguos que pude localizar sobre el proyecto de crear una Escuela de Artes y Oficios para Mujeres son de 1868;109 la información aparece en la mencionada Guía de la Ciudad de México, escrita por José Romero, en donde se dice cuáles son los requisitos para ingresar a la Escuela, así como una descripción del plan de estudios y los años a cursar en el año de 1910; también la Guía… menciona cuánto del presupuesto fue 102 “Noticias Diversas”, El Ferrocarril, 21 de febrero de 1872, p. 3. 103 L. Núñez. “Reseña histórica…”, op. cit., p. 527. 104 Idem. 105 Ibid., p. 526 106 José Romero, Guía de la Ciudad de México y demás municipalidades del Distrito Federal , México, Porrúa, 1910, p. 395. 107 Memoria que el oficial…, 1873, op. cit., p. 137. 108 Este parece ser el nombre oficial de la institución., Memoria que el oficial…, 1873, op. cit., p.137. 109 Ibid., p. 396. 34 asignado para su funcionamiento en ese año; apunta que la Escuela fue creada por ley desde 1868: “Se asigna la partida de $96.000 en el presupuesto vigente para esta Escuela, la cual fue creada por la ley de 1868”.110 Este dato no lo he podido corroborar en algún documento oficial sobre la institución, aunque en la Memoria que el Secretario de Estado y del Despacho de Justicia é Instrucción Pública presenta al Congreso de la Unión en 15 de noviembre de 1869 encontré información sobre la enseñanza de artes y oficios para mujeres en otra de las escuelas contemporánea a la de Artes y Oficios; el nombre de esa institución aparece como Escuela de Instrucción Secundaria para personas del sexo femenino.111 Al parecer, en la Escuela de Instrucción Secundaria para personas del sexo femenino ya se tenía contemplada la enseñanza de artes y oficios adecuados para las mujeres. En la Memoria… antes mencionada hay una sección dedicada a dar cuenta de dicha institución, sus reformas y cambios en el plan de estudios, y se menciona que se enseñarán: “artes y oficios que se puedan ejercer por mugeres”.112 Si bien no tengo datos que corroboren que la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres fue concebida por ley desde 1868, como lo menciona Romero, lo que deja entrever la Memoria… es que sí existe una intención por parte del gobierno juarista para que las mujeres tengan una educación más completa. Por las circunstancias del país, para 1868 no se pudo llevar a la realidad la creación de una escuela especializada, como la de Artes y Oficios, pues probablemente las complicaciones y los recursos que conllevaba adecuar instalaciones para los talleres requeridos en una escuela del tipo de artes y oficios era complejo, como sucedió con la Escuela de Artes y Oficios para Hombres, por eso se pensó en introducir la enseñanza de artes y oficios en una institución que ya estuviera en funcionamiento. 110 Idem. 111 Memoria que el Secretario de Estado y del Despacho de Justicia é Instrucción Pública presenta al Congreso de la Unión en 15 de noviembre de 1869, México, Imprenta de Gobierno, 1870, p. 130. 112 Ibid., p. 131. 35 Sobre los primeros años de la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres las fuentes con mayor información acerca del plantel son, en su mayoría, la prensa de la época, la que periódicamente hacía mención de algún evento de la Escuela o a algún
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