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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS ANÁLISIS DEL SUICIDIO EN ZONAS URBANAS Y RURALES DE MÉXICO, 2002 ‐ 2007 T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: ACTUARIA P R E S E N T A : EVA CYNTHIA ESCOBAR JARDINES DIRECTOR DE TESIS: M. EN D. MARÍA TERESA VELAZQUEZ URIBE 2009 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos A la Universidad Nacional Autónoma de México, de donde he aprendido, vivido, conocido y sobre todo disfrutado. A la M. en D. María Teresa Velazquez Uribe, quien ha guiado este trabajo con gusto y con gran disposición. Gracias Tere, por tu tiempo. A mis sinodales: Dra. Edith Pacheco, Dr. René Jiménez, M. En P. Laura Gloria y M. En C. Fernando Martínez, por su valiosa aportación y tiempo dedicado a la revisión de este trabajo. A Paty y a Mauricio por su gran apoyo en la información requerida para la realización de la presente. Dedicatorias A Dios, por la vida, por lo que me ha permitido conocer, por la gente a mi alrededor y por las cosas que he podido vivir. Gracias Padre por las bendiciones que me das. A mi mamá, gracias por tu paciencia, tolerancia, por tu ejemplo y sobre todo por el amor, te quiero mucho, mucho. A Katya y Diego, por estar siempre conmigo, por respaldarme, por apoyarme. Los quiero mucho; ustedes son un gran ejemplo para mi. A César, por tu apoyo incondicional, por lo que de ti he aprendido, conocido y por lo que compartimos. A mis ángeles, Papá, Oliver, Quela, Eva, Lencho, porque se que están conmigo. A Santa y a Nena, por sus palabras de aliento y por su cariño. A Paco Sandoval, porque siempre encuentro un gran apoyo en ti, muchas gracias. Y a las personas que están muy cerca de mi, aunque no en la misma tierra: Selene Espinoza, Keyla Urbina, Lanisia Rhoden y Edwin Rodríguez. ÍNDICE Introducción 1 Capítulo 1. Suicidio 3 1.1 Definición y conceptos 3 1.2 Antecedentes históricos 3 1.3 Teorías 6 1.3.1 Teoría sociológica 6 1.3.2 Teoría psicológica 7 1.4 El suicidio en el mundo 7 1.4.1 Religión, factor cultural en el mundo 8 Capítulo 2. Fuentes de Información y Metodología 10 2.1 Fuentes de Información 10 2.2 Tasa de suicidio 10 2.3 Tasas específicas de mortalidad 10 2.4 Estandarización de tasas 11 Capítulo 3. El Suicidio en México 12 3.1 Situación social 12 3.1.1 Economía, desempleo, educación y migración 12 3.1.2 Drogadicción y violencia 14 3.2 México,1990‐2006 16 3.2.1 Intentos de suicidio 18 3.2.2 México, 2007 20 3.2.2.1 Suicidios según edad y sexo 20 3.2.2.2 Suicidios según medio empleado 21 3.2.2.3 Suicidios por escolaridad 22 3.2.2.4 Suicidios según lugar de ocurrencia 24 3.2.2.5 Suicidios según estado conyugal 25 3.2.2.6 Suicidios por grupo principal de ocupación 26 3.2.2.7 Suicidios por mes de ocurrencia 27 3.3 Ideación Suicida 28 3.4 Parasuicidios 30 3.5 Suicidios 30 3.6 Causas 31 3.7 Factores 32 Capítulo 4. Análisis del suicidio a nivel nacional en zonas urbanas y rurales de México de 2002 a 2007 34 4.1 Tasas de suicidio en México 34 4.2 Análisis nacional, 2002‐2007 35 4.2.1 Zona urbana nacional 35 4.2.1.1 Zonas urbanas, tasas de suicidio en mujeres 36 4.2.1.2 Zonas urbanas, tasas de suicidio en hombres 39 4.2.2 Zona rural nacional 42 4.2.2.1 Zonas rurales, suicidio en mujeres 43 4.2.2.2 Zonas rurales, suicidio en hombres 46 4.3 Conclusiones 48 Capítulo 5. Análisis del suicidio por entidad federativa en zonas urbanas y rurales de 2002 a 2007 51 5.1 Aguascalientes 51 5.2 Baja California 53 5.3 Baja California Sur 54 5.4 Campeche 57 5.5 Coahuila de Zaragoza 59 5.6 Colima 61 5.7 Chiapas 63 5.8 Chihuahua 65 5.9 Distrito Federal 67 5.10 Durango 70 5.11 Guanajuato 72 5.12 Guerrero 74 5.13 Hidalgo 76 5.14 Jalisco 78 5.15 México 80 5.16 Michoacán de Ocampo 82 5.17 Morelos 84 5.18 Nayarit 86 5.19 Nuevo León 88 5.20 Oaxaca 90 5.21 Puebla 92 5.22 Querétaro 94 5.23 Quintana Roo 96 5.24 San Luis Potosí 98 5.25 Sinaloa 100 5.26 Sonora 102 5.27 Tabasco 104 5.28 Tamaulipas 106 5.29 Tlaxcala 108 5.30 Veracruz 110 5.31 Yucatán 112 5.32 Zacatecas 114 5.33 Conclusiones 116 Conclusiones y recomendaciones 119 Glosario 121 Anexos 123 A.1 Tasas de suicidio, zona urbana mujeres 123 A.2 Tasas de suicidio, zona urbana hombres 124 A.3 Tasas de suicidio, zona rural mujeres 125 A.4 Tasas de suicidio, zona rural hombres 126 A.5 Tasas de suicidio de 2002 127 A.6 Tasas de suicidio de 2003 128 A.7 Tasas de suicidio de 2004 129 A.8 Tasas de suicidio de 2005 130 A.9 Tasas de suicidio de 2006 131 A.10 Tasas de suicidio de 2007 132 Bibliografía 133 ÍNDICE DE TABLAS Y GRÁFICAS TABLAS Capítulo 3. El suicidio en México 3.1 Suicidios en México, 1990‐2007 17 3.2. Intentos de Suicidio por Año de Registro y Sexo, Nacional 19 Capítulo 4. Análisis del suicidio a nivel nacional en zonas urbanas y rurales de México de 2002 a 2007 4.1 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más altas de 2002 a 2004 en mujeres de la zona urbana 37 4.2 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más altas de 2005 a 2007 en mujeres de la zona urbana 37 4.3 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidiomás bajas de 2002 a 2004 en mujeres de la zona urbana 38 4.4 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más bajas de 2005 a 2007 de mujeres de la zona urbana 39 4.5 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más altas de 2002 a 2004 en hombres de la zona urbana 40 4.6 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más altas de 2005 a 2007 en hombres de la zona urbana 40 4.7 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más bajas de 2002 a 2004 en hombres de la zona urbana 41 4.8 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más bajas de 2005 a 2007 en hombres de la zona urbana 42 4.9 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más altas de 2002 a 2004 en mujeres de la zona rural 44 4.10 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más altas de 2005 a 2007 en mujeres de la zona rural 44 4.11 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más bajas de 2002 a 2004 en mujeres de la zona rural 45 4.12 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más bajas de 2005 a 2007 en mujeres de la zona rural 46 4.13 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más altas de 2002 a 2004 en hombres de la zona rural 46 4.14 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más altas de 2005 a 2007 en hombres de la zona rural 47 4.15 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más bajas de 2002 a 2004 en hombres de la zona rural 48 4.16 Entidades federativas con las 10 tasas de suicidio más bajas de 2005 a 2007 en hombres de la zona rural 48 GRÁFICAS Capítulo 3. El suicidio en México 3.1 Suicidios en México, 1990‐2007 18 3.2 Intentos de Suicidio por Año de Registro y Sexo, Nacional 20 3.3 Distribución de Suicidios por Edad y Sexo 2007, Nacional 21 3.4 Distribución de Suicidios por Sexo y Medio empleado 2007, Nacional 22 3.5 Distribución de suicidios por nivel de escolaridad 2007, Nacional 23 3.6 Suicidios por nivel de escolaridad según sexo 2007, Nacional 23 3.7 Suicidios por lugar de ocurrencia y sexo 2007, nacional 24 3.8 Suicidios por estado conyugal y sexo 2007, nacional 26 3.9 Suicidios por grupo principal de ocupación 2007, nacional 27 3.10 Suicidios por sexo y mes de ocurrencia 2007, nacional 28 3.11 Porcentaje de estudiantes que ha sentido, pensado o hecho 30 3.12 Causas de intento de suicidio 2005, nacional 31 3.13 Causas de suicidio 2005, nacional 32 Capítulo 4. Análisis del suicidio a nivel nacional en zonas urbanas y rurales de México de 2002 a 2007 4.1 Tasa de muertes por suicidio por sexo de 1990 a 2006, Nacional 34 4.2 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana Nacional 36 4.3 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural Nacional 43 Capítulo 5. Análisis del suicidio por entidad federativa en zonas urbanas y rurales de 2002 a 2007 5.1 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Aguascalientes 51 5.2 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Aguascalientes 52 5.3 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Baja California 53 5.4 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Baja California 54 5.5 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Baja California Sur 55 5.6 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Baja California Sur 56 5.7 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Campeche 57 5.8 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Campeche 58 5.9 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Coahuila 59 5.10 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Coahuila 60 5.11 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Colima 61 5.12 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Colima 62 5.13 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Chiapas 63 5.14 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Chiapas 64 5.15 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Chihuahua 65 5.16 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Chihuahua 66 5.17 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana del Distrito Federal 67 5.18 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural del Distrito Federal 68 5.19 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Durango 70 5.20 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Durango 71 5.21 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Guanajuato 72 5.22 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Guanajuato 73 5.23 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Guerrero 74 5.24 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Guerrero 75 5.25 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Hidalgo 76 5.26 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Hidalgo 77 5.27 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Jalisco 78 5.28 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Jalisco 79 5.29 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de México 80 5.30 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de México 81 5.31 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Michoacán 82 5.32 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Michoacán 83 5.33 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Morelos 84 5.34 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Morelos 85 5.35 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Nayarit 86 5.36 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Nayarit 87 5.37 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Nuevo León 88 5.38 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Nuevo León 89 5.39 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Oaxaca 90 5.40 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Oaxaca 91 5.41 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Puebla 92 5.42 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Puebla 93 5.43 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Querétaro 94 5.44 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Querétaro 95 5.45 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Quintana Roo 96 5.46 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Quintana Roo 97 5.47 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de San Luis Potosí 98 5.48 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de San Luis Potosí 99 5.49 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Sinaloa 100 5.50 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Sinaloa 101 5.51 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Sonora 102 5.52 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Sonora 103 5.53 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Tabasco 104 5.54 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Tabasco 105 5.55 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Tamaulipas 106 5.56Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Tamaulipas 107 5.57 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Tlaxcala 108 5.58 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Tlaxcala 109 5.59 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Veracruz 110 5.60 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Veracruz 111 5.61 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Yucatán 112 5.62 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Yucatán 113 5.63 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona urbana de Zacatecas 114 5.64 Tasas de suicidio por sexo de 2002 a 2007 en la zona rural de Zacatecas 114 1 INTRODUCCIÓN Actualmente, México se encuentra en un proceso de cambio y adaptación en un mundo de modernización y globalización que tiene como soporte reformas políticas y económicas para adecuarse tanto a la dinámica nacional como a la internacional. Durante la década de los noventa se presentaron diferentes reformas económicas y constitucionales en México orientadas al modelo neoliberal, cuyos resultados permitieron avanzar en diversos aspectos; sin embargo, los cambios sociales originados de los movimientos políticos y las crisis económicas han causado un aumento en la migración de mexicanos, altos niveles de desempleo y de inseguridad, además de la carencia de oportunidades; estos factores desestabilizan a la población y se evidencía en la violencia social; la cual afecta al núcleo familiar y causa violencia en ella, además de la violencia de género, delincuencia y adicciones. Todas estas consecuencias se reflejan en la salud de los habitantes. Este ambiente social adverso se reproduce y se expresa en las situaciones habituales y cotidianas. Por ejemplo en la familia, entorno donde muchas veces les resulta difícil a los integrantes, especialmente a los jóvenes, encontrar canales de expresión y de atención a sus problemas, se presenta un clima de violencia. Dentro de los impactos psicológicos que pueden ser consecuencia de esta limitación de oportunidades de desarrollo se encuentran: una baja autoestima, inseguridad personal, frustración y depresión (ligada muy íntimamente con intentos de suicidio), que según el INEGI es causa reportada para el suicidio consumado y para su efecto, los individuos, ante dicha situación rodeados de un medio social fracturado, se encuentran con más dificultades para hallar redes sociales que permitan la contención y apoyo necesarios para su libertad de expresión y alternativas de desarrollo. En esta variedad de problemáticas se distinguen la depresión y el suicidio, los cuales se consideran como problemas de salud pública que aumentan año con año. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2000, aproximadamente se suicidaron un millón de personas en el mundo (OMS, 2006). De acuerdo con INEGI, el suicidio es desde 2007 la cuarta causa de muerte para el grupo de población que se ubica entre los 15 y los 29 años. En efecto, del total de muertes registradas en ese año para este segmento de población los suicidios representaron 6.3%. Sin embargo, desagregado por grupo de edad, el suicidio es la tercera causa de muerte para la población joven, pues representó en el año de referencia 7% del total de fallecimientos de la población masculina de 15 a 29 años, y la sexta en mujeres, con 4.5% del total de decesos (Fuentes, 2008). Es importante prestar atención a este problema, ya que el desarrollo de un país está relacionado con la mortalidad que éste presenta y, en consecuencia, a sus causas. En nuestro país, dada la población con la que cuenta, así como su distribución, es necesario tomar en cuenta las necesidades y deficiencias de las zonas y localidades ubicadas en las diferentes áreas geográficas para poder aplicar un plan de acción efectivo y eficaz, que disminuya las muertes por suicidio. 2 Es sustancial saber que en el último conteo nacional, en 2005, se contaron 103 millones de habitantes en México, donde la distribución de la población mexicana resultó de 76% que habita en la zona urbana y 24% en la zona rural; las cuáles están expuestas en mayor o menor grado a los factores desencadenantes del acto suicida. Las fuentes de información utilizadas para el presente trabajo, son los datos de defunciones por suicidio de las zonas urbanas (población con más de 2500 habitantes) y las zonas rurales (población con menos de 2500 habitantes) por sexo, edad y entidad federativa de 2002 al 2007, así como los datos nacionales proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y de las proyecciones de población del Consejo Nacional de Población (CONAPO). A través del análisis e interpretación de estos datos, se pretende alcanzar los siguientes objetivos particulares: • Analizar el suicidio por zonas urbanas y rurales de México y de cada entidad federativa mediante un análisis de tipo comparativo mediante la estandarización de tasas. • Mostrar las zonas y entidades federativas más vulnerables que afecta esta causa de muerte. • Indicar las entidades federativas con menos casos de suicidios. • Proponer medidas de prevención. Para lograr estos objetivos, el trabajo se desarrolla en cinco capítulos. En el capítulo uno, se aborda la parte teórica del suicidio, tanto histórica como psicológica y sociológica. En el capítulo dos se muestra la metodología utilizada para obtener la información necesaria a fin de alcanzar los objetivos propuestos; así como las fuentes de información de donde se obtuvieron los datos. En el capítulo tres se analiza la situación social de México y las defunciones de suicidio de 2007, último año de registro publicado por el INEGI, en el cual se muestran distintos factores socio‐demográficos tales como: edad, sexo, medio empleado, escolaridad, lugar de ocurrencia, estado conyugal, ocupación y mes de ocurrencia a nivel nacional, así como las causas y factores que influyen en el acto suicida. En el capítulo número cuatro, se muestran las tasas nacionales de suicidio por zona y por sexo, derivadas de la estandarización y se exponen los resultados generales a modo de síntesis de los suicidios en las zonas urbanas y rurales por sexo de las entidades federativas del 2002 al 2007. Finalmente, en el capítulo cinco, se presenta el análisis de cada una de las entidades federativas, por su zona urbana y rural del 2002 al 2007. Las tasas calculadas nacionales y por entidad federativa de 2002 a 2007, por zona urbana y rural, por sexo, pueden ser consultadas en los anexos del presente trabajo. 3 CAPÍTULO 1 Suicidio 1.1 Definición y concepto Para las personas, la vida tiene un atractivo aún encontrándose en un momento doloroso. Según Einstein1 cada una de las partes del ser humano desea vivir, pero ¿Qué pasa en caso contrario? ¿Por qué motivos una persona puede llevar a acabo la destrucción de su existencia? Etimológicamente el término suicidio implica un tipo de homicidio en el que el criminal y la víctima son la misma persona. De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, suicidarse es quitarse voluntariamente la vida (voz formada a semejanza de homicidio, del latín sui, de sí mismo, y caedĕre, matar). Stengel (1965) define el intento de suicidio como cualquier acto no fatal de autoperjuicio infringidocon la intensión consciente – aunque vaga y ambigüa – de autodestruirse. Sea cual fuere la concepción y definción del suicidio, deja el hecho de reflejar un desequilibrio en el ser humano, el que se manifiesta en la imposibilidad de enfrentar su vida satisfactoriamente. 1.2. Antecedentes históricos El suicidio aparece en todas las sociedades desde los tiempos más remotos. Sin embargo, a lo largo de la historia ha variado la actitud de la sociedad hacia este acto, sus formas y su frecuencia. En la antigüedad Los Galios consideraron razonable el suicidio por vejez, por muerte de los esposos, por muerte del jefe o por enfermedad grave o dolorosa. De igual forma, para Celtas Hispanos, Vikingos y Nórdicos, la vejez y la enfermedad eran causas razonables. En los pueblos germánicos (Visigodos), el suicidio buscaba evitar la muerte vergonzosa ("kerlingedale"), lo cual era loable y bien visto. Las Tribus Africanas consideraban maligno y terrible el contacto físico con el cuerpo del suicida, incluso se quemaba la casa y el árbol donde se hubiese ahorcado éste; el suicidio reflejaba la ira de los antepasados y se consideraba asociado a brujería; por otra parte, el cuerpo se enterraba sin los ritos habituales. 1 Citado en Emerich, 1988. 4 En los Antiguos Cristianos el suicidio era muy raro pues atentaba contra el V mandamiento. En la India, desde la antiguedad, bajo la influencia considerable del Brahmanismo, los sabios, en búsqueda del nirvana (liberación de todos los males en la “nada absoluta”), se suicidaban durante las fiestas religiosas. En el Tíbet y en China, la doctrina que impulsó Siddharta Gautama distinguía dos tipos de suicidas: El que buscaba la perfección y el que huía ante el enemigo. En Japón, el concepto de honor incitaba a los nobles a hacerse el Harakiri. Durante el culto, algunos creyentes no dudaban en suicidarse para alcanzar a sus divinidades (Moron, 1977). En China se llevaba a cabo por lealtad: en Japón se trataba de un acto ceremonial, por expiación o por derrota y en la India por motivos litúrgicos o religiosos, así como por muerte de los esposos. Para los egipcios el suicidio no tuvo connotaciones morales. Se trataba simplemente del paso de una forma de existencia a otra. (Téllez, 2006). En la Europa antigua, sobre todo durante el Imperio romano, el suicidio se consentía e incluso era considerado un acto honoroso. Los antiguos romanos, bajo la influencia del estoicismo, admitían muchas razones legítimas para su práctica. El filósofo romano Séneca lo describía como el acto último de una persona libre (Llama, 2004). También en Grecia las referencias a los suicidios son innumerables y por diversos motivos: por conducta heroica y patriótica, por vínculos societarios y solidarios, por fanatismo, por locura, por decreto (Sócrates), suicidio asistido por el senado. Fue en Grecia donde se propagó la tolerancia al suicidio en cuanto a entenderlo como un asunto privado. La literatura griega da cuenta de varios suicidios, todos ellos matizados de grandeza; sin embargo, en el plano doctrinal la oposición al suicidio permanecía de manera importante y por largo tiempo. En la cultura griega el tema fue controvertido, con amplias discusiones filosóficas y posturas diferentes de varios eminentes filósofos, como Platón (427‐ 347 a. de C.) que lo consideró como una ofensa a la sociedad o Aristóteles (384‐322 a. de C.) que lo veía como un acto de cobardía (Tellez, 2006). El Neoplatonismo, la filosofía de la felicidad más influyente en la antigüedad clásica, consideraba que el hombre no debía abandonar voluntariamente el lugar asignado por Dios. El suicidio, por lo tanto, afectaba al alma negativamente después de la muerte. Sin embargo, para San Agustín, el suicidio era un pecado. Varios de los primeros concilios de la Iglesia cristiana decretaron que aquellos que cometieran suicidio no se les podrían aplicar los rituales ordinarios de la Iglesia a su muerte, y en la edad media la Iglesia católica romana condenó expresamente esta práctica. En las legislaciones medievales se ordenaba la confiscación de todas las propiedades del suicida y el cadáver sufría todo tipo de humillaciones. Hoy está condenado el suicidio en las religiones cristiana, judía e islámica (Llama, 2004). 5 Edad Media Durante esta época el suicidio es penado rígidamente por las leyes religiosas. El Concilio de Arlés (452) declaró que el suicidio era un crimen. El Concilio de Braga (563) lo sancionó penalmente al dictaminar que el suicida no fuera honrado con ninguna conmemoración en la liturgia, excluido del camposanto. Lo mismo sucedió en el Concilio de Auxerre (578). El cuerpo de los suicidas era trasladado con escarnio, enterrado en la encrucijada de los caminos, su memoria difamada y sus bienes confiscados. El derecho canónico condenaba al suicidio en toda la cristianidad. En Francia, San Luis estableció la pena laica. A pesar de la miseria social de entonces, fueron pocos los suicidas del siglo V al siglo XI (Moron, 1977). En Europa, era costumbre arrastrar las cabezas de los suicidas y exponerlas en las plazas públicas. En Metz, Francia, se metía al suicida en un tonel y se le arrojaba al río para que se alejara y no volviera (Téllez, 2006). Siglo XII y XIII Se registraron muchos casos donde la herejía cátara incita a algunos de sus miembros (prefectos) a realizar “el suicidio sagrado”, las consecuencias eran represiones violentas tanto religiosamente como secularmente; por ejemplo, el cadáver del suicida se arrastraba sobre un zarzo, de cara al suelo y se exhibía en las calles (Morón, 1977). Siglo XVII y XVIII En el siglo XVII la represión fue enérgica; el suicidio es un “crimen de lesa magestad”, divina y humana. En el siglo XVIII, las nuevas ideas ponen en boga al suicidio. Montesquieu y Rousseau tocan el tema en la Nouvelle Héloïse, y después en la Encyclopédie cuyo espíritu general “es derrumbar los prejuicios y hacer triunfar la razón”. Para Alembert y Diderot el suicidio es una prueba de libertad individual. Voltaire también admite la legitimidad del suicidio en la última parte del Ingénu, lo trata como sociólogo (Moron, 1977). En 1789, con la declaración de los Derechos del Hombre, proclamando la libertad humana, se hicieron caer todas las sanciones existentes, por lo que los suicidios fueron cada vez más numerosos (Moron, 1977). Siglo XIX La época moderna dedicada al estudio del suicidio, se inció alrededor de finales del siglo XIX, por la parte sociológica; Emile Durkheim (1858‐1917) y por la parte psicológica por Sigmund Freud (1856‐1939). En este siglo, la cantidad de suicidios aumentó mucho. En el último cuarto de siglo se encontraron en Gran Bretaña y Estados Unidos clubes de suicidas (Moron, 1977). 6 Del siglo XX a la actualidad El suicidio, al menos a partir de la segunda mitad del siglo XX, ha sido en muchos casos, una de las salidas más duras ante la barbarie de Occidente. Filósofos, poetas, pintores, actores, bailarines e incluso moralistas, han optado en el siglo XX por ponerle fin a su existencia. Pero el suicidio está lejos de ser decisión sólo de intelectuales; el suicidio a finales del siglo XX y principios del siglo XXI está creciendo aceleradamente en muchas sociedades y países; lamentablemente el nuestro entre ellos. Hoy, la soledad, el abandono, la desesperación social, la falta de expectativas, las adicciones y otros fenómenosno menos complejos, están llevando a miles de personas a renunciar a la existencia (Arellano, 2007). El suicidio constituye un problema de salud pública mundial muy importante pero en gran medida prevenible, que provoca casi la mitad de todas las muertes violentas y se traduce en casi un millón de víctimas al año, además de unos costos económicos cifrados en miles de millones de dólares, según ha señalado la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2004). Las estimaciones realizadas indican que en 2020 las víctimas podrían ascender a 1,5 millones. Actualmente, el suicidio se ve desde muchas perspectivas, pero sólo quien lo ha vivido de cerca puede dar una opinión contundente acerca de la carga significativa y valorativa de la palabra y la acción. Por parte de la religión, aún no es aceptado debido a que el ser humano no tiene derecho a quitarse la vida que Dios le dio y sólo él tiene ese derecho; desde el punto de vista jurídico y de los derechos humanos, el suicidio es considerado por muchos como un derecho humano, un derecho a la muerte ya que teniendo derecho a la vida, a la libertad, al libre albedrío, etc. Dada la situación se crean asociaciones de tipo “derecho a morir con dignidad” o clínicas donde se acepta la eutanasia voluntaria. Por ejemplo, En Holanda ya ha sido aceptada bajo el nombre de "suicidio médicamente asistido", lo mismo que en Australia Septentrional (Keown, 2004). 1.3 Teorías 1.3.1. Teoría sociológica El sociólogo francés Emile Durkheim, postuló que el suicidio era un fenómeno sociológico, ya que lo consideraba resultado de una falta de integración del individuo en la sociedad, más que un acto puramente individualista; es decir, era consecuencia de una mala adaptación social del individuo y de falta de integración. Según la relación del individuo con el grupo social, se establecen 5 tipos de suicidio, los cuales se suscitaban como consecuencia de determinadas condiciones sociales: a) Suicidio egoísta. Son individuos que no están fuertemente integrados en el grupo social. En este caso, la decisión individualista de una persona que ya no depende del control o la opinión de los demás. b) Suicidio altruista. Son individuos que están fuertemente integrados en el grupo social, sufren falta de individualidad (enfermos desahuciados, militares derrotados, soldados en combate). 7 Está ilustrado por una sociedad que puede ejercer una fuerte influencia en la decisión de un individuo en sacrificar su vida. c) Suicidio anómico. (Del griego, Anomia “sin ley”). Sujetos con la integración al grupo social alterada o distorsionada (ruina repentina, divorcio, cambios drásticos de hábitos o de vida) y no pueden seguir con las normas de conducta habituales. Este caso refleja una situación en la que el individuo debido a su debilidad, no está guiado por la sociedad por ejemplo un alcohólico o un desempleado. La anomia explica por qué un cambio drástico en la situación económica de un individuo lo hace más vulnerable de lo que era antes. d) Suicidio fatalista. Ocurre cuando existe un alto grado de regulación social; es decir, como resultado de un exceso de reglamentación o presión, se sienten aplastados por la disciplina o las normas (militares y jóvenes ante el fracaso escolar). Así, el suicidio egoísta y el altruista eran el resultado de una débil o fuerte integración del individuo en la sociedad. El suicidio anómico y el fatalista venían determinados respectivamente por una débil y excesiva regulación por parte de la sociedad. A pesar de esta teoría; la tendencia actual considera al suicidio desde un punto de vista psicológico en lugar de una perspectiva moral (Maza, 2008). 1.3.2. Teorías psicológicas a) Sigmund Freud (Psicoanálisis). Elaboró una interpretación sobre el tema, en el que es Thanatos o instinto de muerte autodirigido, el que nos induce a este tipo de comportamiento. El suicidio representa la hostilidad inconsciente dirigida hacia el objeto amado que ha sido previamente introyectado, por regla general, de forma ambivalente. b) Karl Menninger (1938). Manifestó que el suicidio sería un homicidio invertido, el resultado de la rabia o la ira contenida contra otra persona, que se dirige al interior o se utiliza como una excusa para el castigo. Se distingue en toda idea suicida tres componentes: el deseo de matar, el deseo de ser matado y el deseo de morir. c) Psicología Cognitiva. Se ha hallado que es la desesperanza la que está ligada a la consumación del suicidio, por tanto, su tratamiento se encamina a corregir los pensamientos negativos e infundir esperanza. El suicidio desde el punto de vista psicopatológico, no es más que un síntoma de tipo conductual que hay que estudiar desde todas las vertientes posibles (López, 2008). 1.4 El suicidio en el mundo Organismos internacionales, como la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés) , Organización Mundial de la Salud (OMS), Las Naciones Unidas y Organizaciones No Gubernamentales (NGO, por sus siglas en inglés) junto con el sector voluntario, identificaron al suicidio como problema de salud que puede ser en gran medida prevenible. 8 De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los pasados 45 años el índice de suicidios se ha incrementado en 60 por ciento en el planeta, al grado que actualmente se encuentra dentro de las tres primeras causas de muerte entre la población de 15 a 44 años de edad en ambos sexos (Gómez, 2008). En 2002, un estudio publicado en Suicidologi (IASP) hizo mención de que las tasas más altas en hombres y en mujeres se encontraron en Europa, específicamente en Europa del Este, en el grupo de países que comparten de alguna manera características históricas y socioculturales como Estonia, Latvia, Lituania y en un grado inferior, Finlandia, Hungría y la Federación Rusa. Sin embargo, algunas de las tasas altas se encuentran en países que son muy distintos en relación a estas características, como Sri Lanka y Cuba (Suicidologi, 2002). Es interesante tener en cuenta que el factor de riesgo más importante, según el estudio, en los países con altos ingresos económicos son los desordenes del humor, mientras que la falta de control de impulsos fue el factor de riesgo que más influye en las clases sociales medias y bajas. Es posible que exista un grado de confusión particularmente cuando la información se compara entre los datos de países o regiones con importantes diferencias en la estructura demográfica, y refleja que las tasas más altas de suicidio se encuentran en Europa del Este; cuando el número más alto de suicidios se ubican en Asia. Por el tamaño de su población, el artículo de Suicidologi indica que casi el 30% de los suicidios en el mundo se cometieron en China e India. Por otra parte, el número de suicidios que se cometieron en China es 30% más grande que el total de suicidios en toda Europa y el número de suicidios en India (el segundo más alto) es equivalente a los cuatro países Europeos con el más alto número de suicidios (Rusia, Alemania, Francia y Ucrania) (Suicidologi, 2002). En este estudio también se indica que en 1998, con 50 países aludidos, el 55% de los casos de suicidio fueron cometidos por personas de 5 a 44 años de edad en comparación con las personas de 45 años y más. Además, el grupo de edad más afectado es el de 35 a 44 años tanto para hombres como para mujeres (Suicidologi, 2002). Este fenómeno se vuelve dramático cuando se considera que la mayor proporcióndel total de la población está aumentando en la gente joven. La OMS calcula que un millón de personas mueren por día a causa del suicidio. Esto representa una mortalidad anual de 14.5 por cada 100 000 habitantes y calcula que para el 2020, aproximadamente 1.53 millones de personas se suicidarán en el mundo y además serán de 10 a 20 los intentos de suicidio que se realizarán, esto representa una muerte cada 20 segundos y un intento de suicidio de 1 a 2 segundos (OMS, 2008). En muchos países desarrollados el suicidio es la segunda o tercera causa de muerte entre los adolescentes y los adultos jóvenes, y la causa de muerte número trece a nivel mundial de personas de todas las edades, reporta la OMS. Aparte de estos que mueren a causa del suicidio, hay otros millones que realizan intentos de autoeliminación en un contexto de estrés 9 emocional y provocando el sufrimiento tanto de ellos mismos, como de sus familias. Hay variaciones importantes en lo que concierne en las tasas del suicidio entre los diferentes países. Por lo que es necesario tomar en cuenta la comparación de los datos de suicidio entre ellos, ya que algunos declaran información precisa acerca de la cantidad de suicidios, mientras que otros no declaran una proporción importante de sus suicidios. Las tasas de suicidios reportados a la OMS son mayores en países de Europa Oriental, incluyendo Lituania, Estonia, Belorusia y la Federación Rusa. Estos países tienen rangos de suicidio entre el 45 y 75 por 100 mil habitantes (Suicidologi, 2002). 1.4.1 Religión, factor cultural en el mundo Una comparación con las tasas de suicidio de acuerdo a la denominación religiosa de cada país, trae a la luz una diferencia remarcada entre países islámicos y países con alguna otra religión. En los países musulmanes; por ejemplo Kuwait, donde cometer suicidio es más estrictamente prohibido, las tasas totales de suicidio, en 2002, eran muy cercanas a cero (0.1) por 100,000 habitantes . En la religión hindú, por ejemplo India, y en los países cristianos como Italia, la tasa total de suicidios era de 10 por 100,000 habitantes (Hindú, 9.6; Cristiana, 11.2). En países budistas como Japón, la tasa total de suicidios era distintamente alta con 17.9 por 100,000 habitantes. En el caso de países ateos, como China, la tasa total de suicidios es más marcada, con 25.6 por cada 100,000 habitantes, en los cuales se incluyeron países donde las prácticas religiosas fueron prohibidas por un largo periodo de tiempo; por ejemplo Albania (Suicidologi, 2002). Con mirada al género, las tasas de suicidio de acuerdo con la religión que prevalece en los diferentes países, es generalmente más alta en hombres que en mujeres (Suicidologi, 2002). La relación más alta entre hombres y en mujeres se pudo encontrar en los países ateos y cristianos con 3.5:1, en ambos casos. La relación más baja se observó en los países con creencia hindú con 1.3:1 (Suicidologi, 2002). Ciertamente, los resultados de este estudio (Suicidologi, 2002) no toman niveles personales de religiosidad en consideración; sin embargo, pueden indicar la importancia del contexto religioso; es decir, que la prevalencia de la religión en un país en relación a las muertes por suicidio, es un factor cultural importante en su determinación. 10 CAPÍTULO 2 Fuentes de información y metodología El análisis que en este trabajo se presenta, se desarrolla con las variables de sexo y grupos de edad en las zonas urbanas y rurales de cada entidad federativa de 2002 a 2007, aplicando la estandarización de tasas. 2.1 Fuentes de información Se utilizó el número de defunciones por suicidio registradas en el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) de cada entidadad federativa y los datos nacionales de 2002 a 2007, por zona (urbana y rural), por sexo y por edad (grupos quinquenales), así como las proyecciones del número de habitantes de cada entidad federativa y nacional, tomando a la población media, por edad, posteriormente convertidas en quinquenios, de 2002 al 2007 proporcionadas por el Consejo Nacional de Población (CONAPO), para calcular las tasas de mortalidad por suicidio nacionales y de las entidades federativas, por año, sexo y zona, por 100,000 habitantes. 2.2 Tasas de suicidio Para calcular las tasas de suicidio, se calcularon las tasas específicas de mortalidad por suicidio para utilizar posteriormente el método de estandarización de tasas a fin de realizar un comparativo del comportamiento suicida en la población durante un periodo de siete años. En este análisis, se ocupa la población nacional media de 2002 como población media estándar en todas las entidades federativas; además, no se toma en cuenta a la población no especificada ya que representa en todos los casos de las entidades; sexo, zona y edad, menos del 2% de la población estudiada. 2.3 Tasas específicas de mortalidad Las tasas de mortalidad por edad, también llamadas tasas centrales o tasas específicas de mortalidad, se obtienen de la siguiente manera: 5D i x, j 5m i x, j = ________ 5N i x donde: 5m i x, j es la tasa de mortalidad del grupo de edad x y x+5 del sexo i y de la causa j. 5D i x, j es el número de defunciones ocurridas por la causa j del grupo de edad x y x+5 del sexo i. 5N i x es la población del grupo de edad x y x+5 del sexo i. 11 2.4 Estandarización de tasas La estandarización directa consiste en definir una población estándar y aplicar a cada grupo de ésta las tasas por edad de la población que se pretende analizar, con ello se estima el número de defunciones que tendría la población estándar si tuviera los patrones de mortalidad de la población observada. En este caso la población estándar se considera a la población nacional de 2002, correspondiente a cada grupo de edad dado que el número de habitantes total, es el menor de los siete años analizados. ^ ^ 5D i x, j = (5m i x, j )*( 5P i x, j ) ^ Donde ( 5P i x, j ) es la población media estándar entre x y x+5 años del sexo i. Al final, se calcula el total de las defunciones esperadas: ^ ^ Dix, j = ∑( 5Dix, j ) Para dividirse entre la población estándar total, obteniendo la tasa estandarizada de mortalidad para la causa j y el sexo i: ^ ^ ^ di j = (Di j ) / ( Pij ) * 100 000 12 CAPÍTULO 3 El suicidio en México El suicidio es un fenómeno que en México va en incremento, los datos que recopila el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), se derivan de las estadísticas de defunciones, particularmente de las accidentales y violentas, donde se clasifica el suicidio como causa de muerte. 3.1 Situación social En nuestro país, según especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cada año se quitan la vida entre 4 mil y 6 mil personas, esto a consecuencia de ansiedad, depresión, estrés, soledad, desesperanza, exigencias sociales, sentimientos de culpa y rechazo (Gómez, 2008). Existen diferentes factores que provocan un suicidio; así como diferentes causas que afectan a la población de diferente modo, por ejemplo, desempleo, violencia, desintegración familiar, falta de oportunidades para educación, las cuales afectan de manera directa a los mexicanos. 3.1.1 Economía, desempleo, educación y migración A partir de la década de los 90, en el país se presentaron reformas importantes como laentrada en vigor del Tratado de Libre Comercio, cuya medida ‐se anunció‐ tiene la idea de que el país se inserte de lleno en el modelo neoliberal adoptado por otros países para su progreso. No obstante si se considera, al menos, dos aspectos importantes como, el nivel de desempleo y de inflación en el país que nos permitan tener una idea muy general de la situación económica y social de los últimos años, se observa que el bolsillo de la población resintió una elevación de .12% en junio de 2007, con lo cual esa inflación anual en ese mes se ubicó en 3.98% según el Banco de México. Así mismo, por grandes renglones, las mercancías y servicios que aumentaron su precio en mayor medida en junio fueron educación y esparcimiento, con un incremento mensual de 0.36 por ciento; alimentos, bebidas y tabaco, con 0.21 por ciento; transporte, con 0.11, y muebles y enseres domésticos, con 0.10 por ciento. La vivienda decreció 0.09 por ciento (Zúñiga, 2007). Con respecto a 2008, el Banco de México anunció que a agosto, la inflación anual acumulada fue del 3.2%. En la situación laboral, durante el 2006, la población económicamente activa (PEA) fue de 41.9% con respecto al total de la población, de esta el 96.4% estaba ocupada y el 3.6% estaba desempleada; es decir, 1,573,013 personas. En ese mismo año, el INEGI reportó que el 22% de las personas empleadas percibía entre 2 y 3 salarios mínimos, seguida de un cercano 21%, los cuales percibían en ese mismo año de 1 a 2 salarios mínimos; es decir, que el 43% de la población tenía un ingreso mensual de $1,577.00 a $4,700.00, lo cual dificulta la posibilidad de cubrir las necesidades básicas de manutención de familias, como vivienda, alimentación, vestido, educación y salud. 13 Por parte de la Secretaría del Trabajo, las cifras muestran que en enero de 2007 se perdieron 35 mil 647 empleos permanentes y aumentaron los temporales a 89 mil 495. Según las cifras del INEGI, la tasa de desempleo en los hombres aumentó de 3.85% a 4.12% y la de las mujeres disminuyó de 4.12% a 3.95% entre enero de 2007 y enero de 2008 (González, 2008). Por otro lado, según la Encuesta Nacional de Empleo desarrollada por el INEGI, la tasa de desempleo más alta por grupo de edad a septiembre de 2007, fue la de los jóvenes de 14 a 19 años, edad en que los jóvenes buscan una oportunidad para ingresar a la educación superior, representando un 8.09% de la PEA. En cambio, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) indicó que al menos el 40% de la población en edad laboral que no cuenta con empleo son jóvenes entre 20 y 29 años. En este fenómeno están involucradas 640 mil personas, de las cuales 83 mil son profesionistas sin experiencia laboral (Aviles, 2007). La realidad es que la falta de oportunidades afectan tanto a personas con educación básica como a personas con título de doctorado. En el primer trimestre de 2008, el INEGI reportó que el nivel de ocupación disminuyó un 0.4% con respecto a 2006. En relación a la educación, la Encuesta Nacional de Juventud (ENJ) 2005, señala que en México más del 50% de los jóvenes entre 12 y 29 años no estudia. De acuerdo con el estudio realizado por Inicia, A. C. publicado en 2006, “Índices de cumplimiento de los derechos de los y las jóvenes en el Distrito Federal”, las principales razones que motivan la interrupción de los estudios son: tener que aportar ingresos a la familia (18%); preferir trabajar que estudiar (22%) y tener que atender a la pareja o a los hijos, esta última razón muestra diferencias de género ya que el caso de las mujeres representa un 23.9% y en los hombres 8.1% (Derechos Humanos, 2008). En el año de 2005, en el país, de cada 100 hombres y mujeres de 15 a 29 años, tan solo 28 asistieron a la escuela (Derechos Humanos, 2008). Por otro lado, la diferencia entre la oferta y la demanda educativa es también significativa. Tan solo en la educación superior, de los más de 100 mil jóvenes que solicitaron su ingreso a la UNAM, casi un 80% no tuvo lugar. En tanto, de los cerca de 55 mil aspirantes a la UAM, unos 40 mil fueron rechazados (Olivares, 2006). Estos datos nos hablan de un serio problema de deserción y exclusión escolar a la que se enfrenta la población jóven mexicana. Este hecho, en el cual se refleja claramente que México carece de una estructura que permita a los jóvenes insertarse en el mercado laboral ha generado que en años recientes amplios grupos de jóvenes hayan comenzado a emigrar. Tan solo durante 1992‐1997 del número estimado de migrantes de México a Estados Unidos de América ‐alrededor de 2.1 millones de 14 personas‐ la mayoría eran personas jóvenes: 63.2% y 66.8% de los hombres y mujeres que migraron en ese periodo tenían entre 15 y 29 años (INEGI, 1997). Por su parte Arie Hoekman, representante en México del Fondo de Población de las Naciones Unidas informó que cada año emigran de México 225 mil jóvenes, debido a la falta de oportunidades de desarrollo. Hoekman precisó que la migración de jóvenes se sustenta en la “esperanza de conseguir en otros lugares buena educación, servicios de salud adecuados y empleos dignos, todo para escapar de las pobres condiciones de vida en que están atrapados también sus padres” (Olivares, 2007). Hoekman señaló que la migración se vincula con el desarrollo económico, además de la falta de capacidad de los contextos locales para generar nuevos empleos (UNFPA, 2006). La migración internacional es un fenómeno con efectos múltiples y diversos tanto en el país de origen como en el de destino, los cuales abarcan prácticamente todos los aspectos de la vida social y económica de las personas y naciones involucradas. Dichos cambios demográficos van a repercutir en la dinámica social de las comunidades y de las familias; tanto en las influencias sociales como en las culturales. Uno de estos aspectos se refiere a la conformación del medio social donde se desenvuelven, el cual que va cambiando y muchas veces se ve desintegrado, este tejido es una condición que contribuye a la generación de un sentido de pertenencia, así como de medios y apoyo en la resolución de conflctos de los individuos que lo integran. Por otro lado, existen otros factores que afectan directamente la salud física y emocional de la población perjudicando también a esta dinámica social; por ejemplo, la drogadicción y la violencia. 3.1.2 Drogadicción y violencia La situación en el consumo de drogas; acto que afecta al estado anímico, físico y mental de las personas, es progresivo, lo cual impide el desarrollo íntegro en los diferentes ámbitos sociales de la población. De acuerdo con la Encuesta de consumo de drogas en estudiantes 2006 de la SEP junto con el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, se detectó lo siguiente respecto a la Encuesta de 2003: • Incremento en el consumo de drogas, especialmente en alcohol, en mariguana y metanfetaminas, aún cuando el índice general de consumo se ha mantenido estable (SEP‐INPRF, 2006). • El trabajar siendo menor de edad, junto con llevar más tiempo haciéndolo, incrementa la probabilidad de consumir drogas, aún y cuando el adolescente se encuentre estudiando (SEP‐INPRF, 2006). 15 • La alta tolerancia de la población ante el consumo de las drogas legales (tabaco y alcohol) y la baja percepción del riesgo que se percibe del daño que estas drogas ocasionan, son factores preponderantes que se tienen que trabajar en los programas de prevención (SEP‐INPRF, 2006). • El consumo de drogas no es un factor aislado, regularmente hay una alta asociación entre el consumo de drogasy otras áreas de la salud mental (SEP‐INPRF, 2006). En cuanto al consumo de drogas y el abuso de bebidas alcohólicas, se incrementó en más de uno porciento, por lo que ahora afecta al 25% de los adolecentes (SEP‐INPRF, 2006). Ciudad Juárez y Tijuana ocupan el primer lugar en cuanto a jóvenes que utilizan estupefacientes, mientras que en Aguascalientes, la ingestión constante de bebidas alcohólicas alcanza el 40% de la población de bachillerato, problemática que ubica a esa entidad en el primer sitio, de acuerdo con la Encuesta sobre Consumo de Drogas en Estudiantes (Aviles, 2007). En estas condiciones, los jóvenes se vulneran a circunstancias en las que se daña su capacidad de solucionar y superar conflictos; lo que en consecuencia puede llevar a adicciones y a intentos de suicidio. Una de las conclusiones que manifiesta la encuesta, menciona que analizar la alta relación entre el consumo de drogas y otras problemáticas de nuestros/as adolescentes, señalan la importancia de que los programas de prevención que se desarrollen, tengan una perspectiva global que no solo implique el uso de sustancias, sino otras esferas de la salud mental, como son las conductas alimentarias de riesgo, el intento suicida, etc. En el caso de la violencia tenemos que según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2006 del INEGI : • El número de muertes intencionales de mujeres registradas en nuestro país en 2006 fue de 2011, de los cuales 1298 fueron homicidios y 713 suicidios. Lo que significa que diariamente mueren 6 mujeres por violencia: 4 por homicidio y 2 por suicidio (INEGI, 2006). • Las muertes intencionales de mujeres representaron 0.9% del total de las defunciones y 17.9% del total de las muertes por lesiones que comprenden: accidentes, homicidios y suicidios (INEGI, 2006). • Uno de cada tres hogares ha vivido maltrato emocional, intimidación, abuso físico o abuso sexual (INEGI, 2006), factores que pueden causar intentos de suicidio. Y según el Instituto Nacional de las Mujeres, en Mujeres y Hombres de México 2008: • En los últimos 17 años han ocurrido 444 mil defunciones anuales en promedio. De estas defunciones, alrededor de 55 mil son por accidentes, homicidios y suicidios y 16 mil por 16 violencia (homicidios y suicidios), de las cuales 88 de cada 100 muertes corresponden a hombres y 12 a mujeres (INMUJERES, 2008). • En 2006, este tipo de muertes representaban el 27.4% de las muertes por lesiones (accidentes, homicidios y suicidios) y el 3% de las defunciones totales (INMUJERES, 2008). • En general, el número de muertes por violencia ha disminuido con el tiempo. Sin embargo, por sexo se aprecian comportamientos distintos: en 1990 fallecían poco más de 14 mil varones y más de mil mujeres por homicidios y suicidios; mientras que en el 2006 son poco más de 12 mil muertes de varones y 2 mil de mujeres, lo que arroja un decremento de 13% en el caso de las muertes masculinas y un aumento de 11.1% en las muertes de mujeres entre 1990 y 2006 (INMUJERES, 2008). De acuerdo con el INEGI, en las estadísticas a propósito del día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres de 2003: • Los miembros más frecuentemente agresores son el jefe del hogar, 49.5%, y la cónyuge, 44.1 % (INEGI, 2003). • Las víctimas más comúnmente afectadas son hijas e hijos, 44.9%, y cónyuges, 38.9% (INEGI, 2003). Además de la falta de seguridad social, la cual genera una gran desestabilización en los habitantes de México. Tratando de hacer una síntesis de la situación actual, podemos observar que existe una clara y preocupante crisis social, que afecta a todos los sectores de la población mexicana, especialmente a la parte joven. 3.2 México, 1990‐2007 En los últimos 18 años, el número total de suicidios a nivel nacional se incrementó 126%; de 1990 a 2007, específicamente en los hombres el aumento fue del 118% ligeramente menor al de las mujeres con 175%, pero igualmente alarmante. Dado este ligero aumento, es necesario reflexionar en el problema, sin dejar de observar el comportamiento en los varones (Tabla 3.1). 17 Tabla 3.1. Suicidios en México, 1990‐2007 Año Total Hombres Mujeres 1990 1941 1657 281 1991 2120 1799 315 1992 2247 1903 343 1993 2359 2027 331 1994 2603 2210 393 1995 2894 2449 443 1996 3020 2523 495 1997 3370 2828 541 1998 3342 2827 514 1999 3340 2831 509 2000 3475 2937 538 2001 3811 3133 678 2002 3871 3211 660 2003 4104 3405 698 2004 4117 3435 678 2005 4315 3579 736 2006 4277 3563 713 2007 4394 3620 773 Fuente: INEGI 1990‐2007, Estadísticas de Mortalidad Se puede apreciar que de 2005 a 2006 hay un descenso en el total nacional de suicidios; sin embargo, en relación a la rapidez con la que ha crecido, no es muy significativa y de acuerdo con las proyecciones de la OMS, volverán a ascender, como se aprecia en 2007. También es fácil distinguir la gran diferencia de suicidios masculinos de los femeninos, en 1990 la relación era de 6:1 y en 2007 prácticamente se relacionan 5:1. (Gráfica 3.1) 18 Gráfica 3.1. Suicidios en México, 1990‐2007 Fuente: Tabla 3.1 3.2.1 Intentos de Suicidio Los intentos de suicido forman parte de una de las categorías del estudio de los comportamientos suicidas (parasuicidio); del cual, el concepto se expondrá más adelante. Aunque la definicón clásica de Durkheim, en que es un acto propositivo y consciente para tratar de quitarse la vida, no siempre es este propósito el que subyace y motiva un intento suicida. Ello se debe a que alguien se puede autoinflingir una lesión no para morir, si no para obtener “ganancias secundarias”, como llamar la atención a modo de “grito de ayuda” cuando así lo considera una persona, o para “manipular”; sin embargo también puede ser una forma para “castigar”; por ejemplo, a los padres o al novio o novia. Sea que el propósito voluntario y consciente sea matarse o no, el punto es que la persona se pone en riesgo, dado que puede morir aún sin habérselo propuesto; y también sucede lo contrario, esto es, que no muere, aún deseando hacerlo. De hecho, la “línea” entre la vida y la muerte no es nítida, y aunque se crea “tener el control” sobre la letalidad y las secuelas del método utilizado, es claro que no todo resulta como se “pensó”. Por eso, el intento suicida se constituye en un elemento de estudio esencial, independientemente de su letalidad; y más aún si se reconoce que es un factor de riesgo muy importante para la conducta suicida recurrente y para el suicidio consumado (González‐Forteza, Villatoro, 2000). Un aspecto que distingue al intento suicida de otras conductas que ponen en riesgo la vida, como la drogadicción, el sexo desprotegido, las violencias, etc., es que el intento suicida es un acto cuyo propósito se pretende alcanzar en el corto plazo; es decir, que sus “ganancias” sean, en alguna medida, “inmediatas” (González‐Forteza, Villatoro, 2000). 19 En este apartado, se considera hasta el año 2005 dado que la publicación de las estadísticas del INEGI, solo llegan a dicho año (Tabla 3.2). Tabla 3.2. Intentos de Suicidio por Año de Registro y Sexo, Nacional Año Total Hombres Mujeres 1990* 144 61 83 1991 108* 45 63 1992 79* 43 36 1993 93* 50 43 1994 153* 81 72 1995 232 109 123 1996* 232 90 142 1997* 340 143 197 1998* 433 162 271 1999* 417 158 259 2000 429 188 241 2001 422 170 252 2002 304 122 182 2003 222 98 124 2004 193 91 1022005 227 108 119 *No incluye información de los casos registrados en el Distrito Federal Fuente: INEGI 1990‐2005, Dirección General de Estadística; Estadísticas Sociales. Los intentos de suicidio reflejan diferencias en el género, por ejemplo, en un estudio publicado por el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente (Salud mental, 2007) indica que el malestar depresivo se ha identificado como el factor de riesgo más importante para la ideación suicida y que esta se presenta de manera diferente en hombres y en mujeres, por lo que se cree que su impacto está matizado por las características de los roles de género. Por ejemplo, una cultura masculinista mitifica a la mujer por sus depresiones o por cambios hormonales, y la señalan con cierta debilidad de carácter al enfrentar los problemas. Lo cierto es que las mujeres reportan más intentos de suicidio que en el caso de los hombres (Gráfica 3.2). En los años, 1992, 1993 y 1994, el caso de los hombres muestra un ligero crecimiento en el número de intentos suicidas, aunque es muy ligero, no hay que descartar que en esos años no se tomaron en cuenta los datos del Distrito Federal en el número total de intentos de suicidio. 20 Gráfica 3.2 Intentos de Suicidio por Año de Registro y Sexo, Nacional *No incluye información de los casos registrados en el Distrito Federal Fuente: Tabla 3.2 Las causas probables de que las mujeres realicen más intentos fallidos de suicidio que los hombres pueden deberse a que en realidad muchas de ellas no están realmente determinadas a morir, muchas veces a falta de otros recursos, se utilizan los intentos de suicidio como un chantaje emocional y para que realmente se les preste la atención que necesitan (Flores, 2001). Además de que los medios utilizados por los hombres son más efectivos y con poco riesgo a fallar. 3.2.2 México, 2007 Las estadísticas más recientes sobre suicidio se tienen a 2007, de las cuales se presentan los aspectos demográficos más sobresalientes. 3.2.2.1 Suicidios según edad y sexo Como anteriormente se indica, los suicidios en México se diferencian notablemente por sexo (Gráfica 3.3) y también por grupos de edad. En la situación nacional, los niveles más altos en 2007 se presentan entre la población de 20 a 24 años y de 25 a 29 años. En el caso de las mujeres, el nivel más alto está en las jóvenes de 15 a 19 y en los hombres en el grupo de 20 a 24 años. Mientras hay más suicidios de hombres que de mujeres, se detecta que éstas son más propensas a intentar suicidarse. Según las Estadísticas de Intentos de Suicidio y Suicidios de los Estados Unidos Mexicanos de 2005, el total de intentos que se registraron era mayor el número en mujeres que en hombres (119 a 108), y en estadísticas anteriores el número de 21 intentos suicidas por la parte femenina ha alcanzado casi el doble que la masculina, por ejemplo en los años de 1998 y 1999. Una de las posibles explicaciones es que los hombres tienden a usar métodos con más efectividad para quitarse la vida, con un impacto letal más rápido que en los casos femeninos. Gáfica 3.3. Distribución de Suicidios por Edad y Sexo 2007, Nacional Fuente: INEGI (2007)Estadísticas de Suicidios de los Estados Unidos Mexicanos. *La suma de los parciales difiere del total porque excluye los casos de sexo no especificado. En términos generales, los suicidios disminuyen conforme la edad avanza, exceptuando el caso del quinquenio de personas de 10 a 14 años, el cual, tanto en hombres como en mujeres es menos representativa que las del grupo inmediato superior (15 a 19 años). Cabe mencionar que en los quinquenios de 10 a 14 años, de 15 a 19 y 55 a 59, las defunciones registradas en 2006 disminuyeron frente a 2007. En cambio, los demás grupos de edad incrementaron sus cifras. En los suicidios femeninos, 42% son de menores de 25 años; en tanto que entre los suicidios de varones, un mismo 42% se encuentran entre las edades de 20 a 35 años, lo que permite afirmar que la estructura de los suicidios femeninos es más jóven. 3.2.2.2 Suicidios según medio empleado El método más utilizado por las mujeres y por los hombres es el ahorcamiento, estrangulación o sofocación, con un 69% y 77% respectivamente en relación al total de suicidios por sexo, en segundo término para las mujeres está el envenenamiento por gases, vapores, alcohol y plaguicidas con un 16% y para los hombres es el disparo de arma larga con un 13%. De estos métodos, el que puede decirse que fue exclusivo de los hombres fue el disparo con arma corta, dado que ni en 2006 ni en 2007 se registraron mujeres que usaron este método, en cambio es 22 notable que ellas usen más las tácticas por envenenamiento, ya sea por los mencionados anteriormente y por intoxicaciones de medicamentos, drogas y sustancias biológicas. (Gráfica 3.4) Gráfica 3.4. Distribución de Suicidios por Sexo y Medio empleado 2007, Nacional Fuente: INEGI (2007). Dirección General de Estadística; Estadísticas Vitales. *La suma de los parciales difiere del total porque excluye los casos de sexo no especificado. Con estos resultados se deduce que los hombres utilizan métodos más violentos y efectivos, en tanto las mujeres se inclinan por métodos menos letales y con menos violencia implicada, aunque también tenga que ver el acceso restringido a estos medios, como a las armas de fuego. 3.2.2.3 Suicidios por escolaridad En México, según el II Conteo Nacional de Población y Vivienda del INEGI, en 2005, el grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más es de 8.1 grados aprobados; es decir, segundo grado de secundaria. Respecto al nivel superior, sólo el 14.8% de la población masculina cuenta con él y el 12.4% de la población femenina lo tienen a nivel nacional. Con esto, el deseo de tener más oportunidades de empleo para obtener un mejor nivel de vida se ve suprimido para el promedio de la población, dado el nivel de escolaridad. Es notable que 4 de cada 10 suicidas tienen como escolaridad el nivel primaria, 3 de esos 10 tienen escolaridad a nivel secundaria (Gráfica 3.5). 23 Gráfica 3.5. Distribución de suicidios por nivel de escolaridad 2007, Nacional Fuente: INEGI (2007), Estadísticas de Suicidios de los Estados Unidos Mexicanos. Las diferencias por sexo, se manifiestan en que la mayoría de los hombres suicidas (21.4%) tienen primaria completa, mientras que en el caso de las mujeres (21.6%) contaban con secundaria completa. El mínimo masculino fue de nivel profesional (5.9%) y el femenino fue de nivel sin instrucción (5.8%) (Gráfica 3.6). Gráfica 3.6. Suicidios por nivel de escolaridad según sexo 2007, Nacional. * La suma de los parciales difiere del total porque excluye los casos de sexo no especificado. FUENTE:INEGI (2007) Dirección General de Estadística; Estadísticas Vitales. 24 Históricamente la educación se ha constituido en el medio por excelencia para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; ya que es un catalizador del desarrollo del individuo y elemento que genera una transformación de la sociedad que se traduce en referente para el progreso de nuestro país. A su vez, resulta innegable que el nivel educativo en mujeres y hombres tiene consecuencias directas en sus posibilidades de acceder a un empleo bien remunerado y a mejores condiciones de vida (INEGI, 2007). En el país, el Sistema Educativo Nacional trabaja para lograr la incorporación de la población a la educación; sin embargo, persisten desigualdades significativas entre mujeres y hombresen relación al acceso, permanencia y culminación de sus estudios donde el problema de las diferencias de género no sólo son exclusivas de México. Aunado a la parte de la falta de preparación, está el desempleo, que como ya anteriormente se ha mencionado, es uno de los factores más preocupantes en la población mexicana y causa de suicidio. 3.2.2.4 Suicidios por lugar de ocurrencia La vivienda particular, es el lugar más frecuente donde se comete el acto suicida para mujeres y hombres; es decir, 82% de los suicidios cometidos por mujeres, se efectúan en su hogar, mientras que en el caso de los hombres representa 72% (Gráfica 3.7). En las áreas deportivas se reportaron los mínimos suicidios cometidos por hombres, con un .3% y las mujeres no se quitan la vida en alguna institución residencial. Gráfica 3.7. Suicidios por lugar de ocurrencia y sexo 2007, Nacional *La suma de los parciales difiere del total porque excluye los casos de sexo no especificado. Fuente: INEGI (2007) Dirección General de Estadística; Estadísticas Vitales. 25 Esta característica del acto suicida, proporciona elementos para identificar lugares más propicios para que se lleve a acabo un acto suicida, que faciliten su ejecución o su relación con la elección del procedimiento utilizado. Con esta última relación por ejemplo, algunas investigaciones proponen medidas preventivas en ciertos lugares altos en los que se han llevado acabo precipitaciones, o bien en algunas tranquilas utilizadas en sumersiones (INEGI, 2003). Lamentablemente, el hogar es el sitio que han considerado más indicado para efectuar el acto suicida, contradictoriamente y como hace mención María Teresa Döring, el lugar donde debiera ser el más seguro y ofrecer protección, es un lugar con alto riesgo de violencia especialmente para las mujeres (Döring, 2007) y el preferido por suicidas. 3.2.2.5 Suicidios según estado conyugal Esta característica del suicida, permite conocer el perfil sociodemográfico básico del suicida. En el caso del estado conyugal, es posible observar que el suicidio se presenta de manera predominante en las personas solteras, en proporción a los suicidios masculinos, representa el 41.1% y los femeninos el 43.6%. En cuanto a las personas casadas, el 34.6% son hombres suicidas en comparación al 30.9% de las mujeres. Es posible deducir que la diferencia en los grupos de edad, 15 a 20 en las mujeres y 20 a 24 años en los hombres se manifiesta también en el estado conyugal (Gráfica 3.8). Por otro lado, la menor proporción en el caso de los varones está en el estado civil de divorciado, lo cual representa un 2.6% y el el caso femenino se encuentra en las personas viudas con 3.5% aproximadamente 0.1% por debajo de las mujeres divorciadas. 26 Gráfica 3.8. Suicidios por estado conyugal y sexo 2007, Nacional. *La suma de los parciales difiere del total porque excluye los casos de sexo no especificado. Fuente: INEGI (2007), Estadísticas Vitales. 3.2.2.6 Sucidios por grupo principal de ocupación En México hay, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, 2006) de los 14.4 millones de personas en pobreza alimentaria, 5.0 millones se ubicaban en zonas urbanas y 9.4 millones en rurales, lo cual indica que dos de cada tres personas en situación de pobreza alimentaria se ubican en las zonas rurales. Estos datos son relevantes cuando se analiza el tema del suicidio en México, porque aún cuando no pueden establecerse relaciones directas, la evidencia muestra que de los 4394 suicidios registrados en 2007, la mayor parte fueron de personas que no trabajan 1179, el siguiente grupo fue el de artesanos con 799 y en el tercer grupo más representativo fue el de trabajadores en labores agropecuarias con 643, apenas 8 menos con respecto a 2006 (651), en cuarto lugar fueron oficinistas de bajo nivel, cifra que aumentó de 470 en 2006 a 528 en 2007 (58 personas). Ocupaciones todas de bajos ingresos, con las peores condiciones o nulas prestaciones de seguridad social. Se observa que se agrupan de forma general 7 tipos de ocupación, como es posible apreciar, el grupo más afectado es el de las personas que no trabajan, como ya se ha mencionado anteriormente. La falta de oportunidades además del bajo nivel escolar y el creciente desempleo son factores que pueden ser tomados en cuenta para decidir de dejar de vivir (Gráfica 3.9). 27 Gráfica 3.9. Suicidios por grupo principal de ocupación 2007, Nacional Fuente: INEGI (2007) Estadísticas de Suicidios de los Estados Unidos Mexicanos. Por otro lado, el grupo de profesionistas representa un 1.9% del total de suicidios consumados en 2007, número que aumentó 24 personas en un año (de 60 a 84), el caso de técnicos y trabajadores de la educación es menor aún (INEGI, 2007). Dada la información, es necesario enfocar acciones de prevención al grupo identificado como más vulnerable al riesgo sin dejar a un lado a la demás población. 3.2.2.7 Suicidios por mes de ocurrencia El acto de suicidio, se presenta en todas las épocas del año, tampoco es exclusivo de ciertas temporadas y por género existen diferencias. Se aprecia que en el caso de las mujeres el mes donde se suscitaron más suicidios durante 2007 fue en mayo (10.3%) y en el caso de los hombres fue en el mes de marzo (9.7%). El segundo mes donde hay más suicidios es es julio para mujeres con 9.7% y junio para los hombres con 9.2% (Gráfica 3.10). El mes donde hubo menos actos suicidas en 2007, fue enero tanto para hombres como para mujeres. 28 Gráfica 3.10. Suicidios por sexo y mes de ocurrencia 2007, Nacional *La suma de los parciales difiere del total porque excluye los casos de sexo no especificado. Fuente: INEGI (2007), Estadísticas Vitales. En el caso del total de suicidios, los resultados que predominan son los del sexo masculino, por eso la importancia de separarlos por sexo, el comportamiento y la frecuencia es diferente. Este dato aporta información que puede ser relacionada con determinadas fechas, por ejemplo: fechas cercanas a días emocionalmente significativos, fines de semana, periodos de reconocida depresión económica u otros acontecimientos identificables en periodos temporales específicos. 3.3 Ideación suicida No todos los comportamientos a los que se aluden los términos de suicidio y suicida han sido motivados por una decisión consciente de morir; ni siquiera pretenden generar un daño personal sino simplemente expresar y comunicar sentimientos de desesperación, desesperanza, enojo. Debido a ello, la literatura contemporánea aborda el estudio de los comportamientos suicidas desde una triple categorización, la primera de ellas es la ideación suicida. En la ideación suicida se estudia diversos procesos cognitivos y afectivos, que varían desde la falta de sentido del oficio de vivir, la elaboración de planes para quitarse la vida, hasta la existencia de preocupaciones sistemáticas y delirantes referidas a la autodestrucción. La ideación suicida es un síntoma frecuente e inespecífico que refleja el grado de conflicto interno: se asocia con la desesperanza y la pobre autoestima, con el intento de suicidio, la represión y el abuso de sustancias (López, 1995). 29 Una descripción de las características de los niños y adolecentes que amenazan, intentan o cometen suicidio indica que los síntomas
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