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ÍNDICE Prólogo, por Jorge Acevedo Guerra PARTE INTRODUCTORIA LA ESENCIA DE LA FILOSOFÍA Y LA PREGUNTA POR LA VERDAD PRLMPR CAPÍTULO Indicación previa hacia la esencia de la filosofia Lajilosoflo venidera y el retenimiento conio temple fundamental del vínculo al Ser fSeynJ 2 Filosofia como el saber, inmediatamente inútil mas predominante, acerca de la esencia de lo ente 3 Preguntar por la verdad de/Ser como saber predominante SEGUÌ'JDO CAPÍTULO La pregunta por la verdad como pregunta fundamental Verdad conio 'problema" de la "lógica" (rectitud dei enunciado) obstruye la mirada hacia la esencia de la verdad.. 6 Elucidación de la verdad desde la pregunta fundain entai de la filosofia, con inclusión de una controversia histórica con la filosofia occidental. Urgimiento [Nötigung] y necesidad de un preguntar originario 9 La determinación tradicional de la verdad como rectitud il La lucha de idealismo y realismo sobre el suelo común de la verdad como rectitud del representar 13 El campo de juego de la apertura cuádruple y unitaria. Pr/in era indicación hacia lo digno de cuestión en la determinación tradicional de la verdad ..14 La comprensión de la verdad y la comprensión de la esencia clef hombre. La pregunta fundamental poi la verdad 1 6 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ PARTE PRINCIPAL LO FUNDAMENTAL SOBRE LA PREGUNTA POR LA VERDAD PRIMER CAPÍTULO La pregunta fundamental por la esencia de la verdad como meditación histórica El doble sentido de la pregunta por la verdad: la búsqueda de lo verdadero - el meditar en la esencia 4 lo verdadero...........21 La pregunta por la verdad como pregunta por la esencia de lo verdadero: ningún preguntar por el concepto general de lo verdadero............................................................ ..22 La pregunta por la legitimidad de la determinación corriente de la verdad como punto de partida para el regreso al fondo de la posibilidad de la rectitud............................. 24 Lafundainentación de la comprensión tradicional de la verdad en el retorno a su provemencia 25 El regreso a la enseana aristotélica acerca de la verdad del enunciado como meditación histórica 33 La pregunta por lafundamnentación aristotélica de la rectitud del enunciado coimmo lu esencia de la verdad 34 El vuelco de la preimnta por la esencia de lo verdadero en la pregunta por la verdad íe.cencialidacO de Ici esencia. La pregunta por la comprensión aristotélica de la esencialidad de la esencia .... 35 SEGUNDO CAPÍTULO La pregunta por la verdad (esencialidad) de la esencia Meditación histórica en la determinación aristotélico-platónica de la esencialidad de la esencia .......................................44 La determinación griega de la esencia (ser-qué) en el horizonte PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ dei entendimiento de ser como presencia estable 51 § 19. Laflilta de unafundamentación de la determinación de la esencia de lo verdadero como rectitud dei enunciado enAristóteles, La pregunta por 'el sign /ìcado de fundamentación 54 TERCER CAPÍTULO Fundación dei fondo como fundamentación de la concepción esencial 20. Contrasentido de una fundamentación de ¡a propoicióiì esencial sobre ¡a verdad como rectitud a través dei regreso a unaproposición ele hechos...............................................59 Concebir como pro-ducción cíe ¡a esencia. Primera indicación .............................................61 El inquirir por elfondo dei asentamiento esencial. Lo corriente de la noción esencial - lo enigmático dei conocimiento esencial (concepción esencial) y su fundamentación...................62 El poner de antemano la esencia a la vista (concepción esencial) como pro-ducción de la esencia desde el ocuitamiento a la luz. El ver-originario [Er-sehen] de la esencia........................ 63 El ver-originario de la esencia como fundación delfondo. tóQ&iç como Ootç de/ù7toKcívov................................66 El no-ocultam lento dei ser-qué de lo ente como la verdad perteneciente a la concepción esenciaL Elfundarse de la rectitud dei enunciado en el no-oculkzmiento 72 El no-ocultam lento y la apertura de lo ente. El proceso de la sepultación de ¡a esencia originaria de ¡a verdad experimentada por lo griegos como no-ocullamiento de¡o ente ......................................................75 CUARTO CAPITULO La necesidad de Ía pregunta por la esencia de la verdad desde el inicio de la historia de la verdad El adent rarse dei pre guntar crítico por la verdad en el inicio de la historia de'la verdad cOmb el adelUnkirse en élfuturo: La &A.iiücicz como Io experimentado por los griegos, PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ pero no cuestionado . 82 El senorío de la verdad como rectitud sobre sufondo como consecuencia esencial de lá ausencia de là pro-fundithción de/fondo. El preguntar por la apertura como el preguntar por la La experiencia griega dei no-ocultamiento como carácter fundamental de lo ente como la/y ei no-preguntar por la &X1Oct co/ib tat .....................................................................88 El persistir en el destino impuesto a los griegos como fondo para su no-preguntar por la &)iOE'icz. El no-acontecer como Io necesariamente retenido en el inicio ypor él..........................92 Elfin dei primer inicio y la preparación dei otro inicio... 93 El destino encomendado a los griegos: iniciar ei pensar como pregunta por lo ente como tal y como experiencia dei no-ocultamiento como cara der fundamental de lo ente (&XîOEio,qYi5w.ç)...................................................... 96 El inicio dei pensar y la determinación esencial dei hombre 103 La urgencia y necesidad de nuestro preguntar por el no-ocultamiento mismo a partir de un originario comprender de/primer inicio 106 QUINTO CAPÍTULO La urgencia y necesidad dei primer inicio y la urgencia necesidad de otro preguntar e iniciar La urgencia dei no-saber-salir-ni-entrar como un modo dei Ser. EI iniransaado espaclo-lemporaI c/el Luire........................II 3 36. La urgencia del pensar inicial ' su urgilniento que temp/a al hombre en el teinpiefundamenicil dei asombro-originario...........115 EI concepto corriente dei asombro como hilo conductor para la meditación en ei Ou.t&tv como tempiefundamental...........117 La esencia dei asombro-originario como el temple fundamental que urge a la necesidad dei pensar inicial............. ..,124 La urgencia de la inurgencia. Verdad como rectitud y la filosofia (la pregunta por la verdád) sin urgencia ni necesidad................136 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ El abandono dei ser a lo ente corno el velado fondo dei aún velado temple fundamental. EI urgir de este temple fundamental a otra necesidad de otro preguntar e iniciar..................................138 La necesidad reservada a nosotros: llevar asu fondo la apertura como claro dei ocultarse - e/preguntar por la esencia dei hombre como el vigilante de la verdad dei Ser...........................1 40 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ JARTE INTRODUCTORIA LA ESENCiA DE LA FiLOSOFÍA Y LA PREGUNTA POR LA V ER DA L) PRIMFR CAPÍTULO indicación previa hacia la esencia de la filosofia § 1. La/ìIos'o fia venidera y el retenimiento COmO teìnj )lef!mdamenla/ c/el vínculo al Ser fSeynJ "Pi-eguntas fundamentales de la filosofia" - esto parece corno si hubiera "la filosofia" eri sí y corno si luego se extrajeran de su rnbito "preguntas fundamentales". Esto no es así ni puede serlo, sino que a través del preguntar de las preguntas fundamentales primeramente se determina qué sea la filosofia.Porque esto es así, estamos en la necesidad de indicar de antemano como qué se nos manifestar fa filosofia, cuando preguntemos; esto es, cuando pongamos todo - a saber, Todo - en este preguntar y no sólo hagamos como si preguntáramos, en tanto sigamos creyendo siempre ya poseer nuestras presuntas verdades. Esta breve indicación previa hacia la esencia de la filosofia tiene únicamente la misión de armonizar nuestra actitud preguntante con el recto temple fundamental o, dicho más cautelosamente, de llevar este temple fundamental a un primer acorde. Pero: filosofía, el más riguroso trabajo conceptual de! pensar, y - ¿temple? ¿Cómo van juntos ambos, filosofia y temple? Por cierto: pues precisamente cuando y porque la filosofia es el pensar más severo a partir de la más pura austeridad, ella surge desde y se dernora en un temple supremo. Pura austeridad no es ciertamente nada, o aun sólo la falta de temple, tampoco la mera frialdad del rígido concepto, sino que la pura austeridad dei pensar es en el fondo sólo el más riguroso retenerse dei temple supremo, a saber, de aquel temple que se ha abierto a lo uno y único descomunal: que ente es y no más bien no es. Este temple fundamental de fa filosofia, esto es, de la filosofia venidera, lo nombramos, si Cs lícito decir inmediatamente algo sobre él: el retenimiento. PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ [ii él están ori L!i nariamente unidos y cii ni ut na pertenencia: e horror ante esto lo más cercano y apremiante, que ente es, y a la vez el respeto ante lo iliás tejano queeit-lo-ente-y- antes que -cada-ente, el Ser esencia Iwesti. El retenimiento es aquel temple en que no se supera ni se hace a-dun lado aquel horror, sino que a través dei respeto precisamente se lo resguarda y custodia. El retenimiento es el te,np/e/iindamenta/ c/el vínculo al Ser, vínculo en que ei ocultamiento de la esencia del Ser se vuelve lo más digno de cuestión. Sólo quien se arroja al devorador fuego dei preguntar por esto cuestionabilísimo, tiene el derecho de decir acerca de este temple fundamental más que sólo estas palabras indicadoras. Cuando él haya conquistado este derecho, no lo usará, mas callará. Pero nunca el indicado temple fundamental ha de volverse el objeto de una habladurla, por ejemplo, según esa trianera tan apreciada y siempre presta, que ahora constata que aquí se va a enseÍar una filosofia del retenimiento. § 2. Filosofia como ei saber, ¡nìnediata,nente inútil mas predominante, acerca de la esencia de io ente Cada vez según la hondura de la historia de un pueblo está o falta, en su inicio determinante de todo, el poetizar dei poeta y el pensar dei pensador, la filosofia. Un pueblo histórico sin filosofia es como un águila sin la alta amplitud del luciente éter, en el que sus alas alcanzan el vuelo más puro. La filosofia es algo completamente diferente de la "visión de mundo" y es fundamentalmente distinta de toda "ciencia". La filosofia no puede reemplazar desde sí ni a la visión de mundo ni a la ciencia; pero tampoco puede jamás ser evaluada desde ahí. Ella no puede ser medida sino en su propia esencia, que ya luce ya se oculta. La filosofia tampoco efectúa nada, si nosotros la evaluamos respecto a si, y para qué, ella nos es inmediatamente útil. Mas pertenece necesariamente al modo propio del opinar habitual y dei pensar "práctico", que siempre se equivoque en la evaluación y enjuiciamiento de la filosofía, sea en el modo de una sobrevaloración, sea a la manera de una subvaloración. Se sobrevalora la filosofia, tan pronto como uno espera de su pensar un efecto inmediatamente útil. Se subvalora la filosofia, en tanto uno reencuentra en sus conceptos sólo "abstractamente" (separada y diluidamente) aquello que ya ha asegurado palpablemente ei trato experiencial con las cosas. Sólo que el genuino saber filosófico no es jamás el cojo agregado posterior de las representaciones más generales sobre lo ente, que ya es conocido sin ello. Filosofía es más bien a la inversa el saber precursor acerca PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ cte la esencia de las cosas, que abre nuevas regiones y perspectivas del preguntar, sabei- de una esencia que constantemente se oculta dc nuevo. Precisamente por eso jamás se podrá hacer de este saber algo utilizable. Siempre actúa, cuando actúa, sólo mediatamente, en tanto la meditación filosófica provee a todo comportamiento de nuevos horizontes, y a toda decisión, de nuevas normas. Pero la filosofia sólo puede tal cosa cuando ella se atreve a su asunto más propio, ponet a través dei pensar la mcta de toda meditación pat-a el ser-ahí dei hombre y erigir así en la historia del hombre un oculto predominio. Por ello tenemos que decir: Filosofia es el saber, inmediatamente inútil mas predominante, acerca de lu CSCflCIO (IL' las cosas. La esencia de lo ente empero es en todo tiempo lo más digno de cuestión. En tanto la filosofia lucha incesantemente a través de su preguntar sólo poi- la dignificación de esto lo dignisirno de cuestión, y en apariencia no produce nunca "resultados", ella sigue siendo para el pensar que se obstina Cli el cálculo, utilización y enseñanza, siempre y necesariamente extraia. Ya que las ciencias, y por cierto no sólo las ciencias naturales, tienen que encaminarse progresivamente y, según parece, inconteniblemente hacia una completa tecnificación, pat-a recorrer hasta ei fifl su camino fijado desde antiguo, y ya que a la vez las ciencias parecen estar en posesión dei auténtico saber, se lleva a cabo precisamente en las ciencias y por ellas, el niás agudo extrañamiento frente a la filosofia y a la vez la prueba presuntamente convincente de que ella es prescindible. (Verdad ly 'ciencia": sólo cuando y cada vez que uno se cree en posesión de la "verdad", se llega a la ciencia y su ejercicio. La "ciencia" es el renegar de todo saber acerca de la verdad. Opinar que hoy en día se persigue a la "ciencia" con hostilidad, es un error fundamental: jamás le había ido tan bien a la "ciencia" como hoy, y le irá aún mucho mejor que hasta ahora. Pero ningún sapiente envidiará al "científico" - el más miserable esclavo de los tiempos modernos. El retomar a la "ciencia" en la cuestionabilidad (cf. "La Autoafirmación de la Universidad a/emana") es la disolución de la "ciencia" moderna.) § 3. Preguntar por la verdad dei Ser como saber predominante Filosofia es el saber, inútil mas predominante, acerca de la esencia de lo ente. El predominio se funda en la posición pensante de la meta pal-a toda meditación. ,Pero-quémeta pone-nuestro pensar?.La-posiciónde la meta de toda meditación sólo tiene verdad donde y cuando ante todo se. busca una tal mcta. Cuando los alemanes buscan esta mcta y mientras la buscan, ellos 4 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ también va la han lia I lado. Iucs iìue.vtri inc/u es el buveur misnw. 1 'l buscar ¿qué otra cosa es sirio el iiis constante cstar-en-laccrcan a (IC I (1 que se oculta, desde lo cual toda urgencia nos atañe y todo úbi lo nos in flama? El buscar' mismo es la mcta y a la vez cl hallazgo. Per-o aquí se anuncian reparos que están a la mano. ¿No se pone así, pues, como mcta una ausencia dc mcta sin fin, si el buscar ha dc sei' Ja mcta? Así piensa el entendimiento calculante. ¿No se eterniza así, pues, la inquietud y la insatisfacción, si el buscar' lia de ser:Ja mcta? Así øpina el sentimiento ávido de una pronta posesión. Cada vez reconocernos que el buscar trae la suprema constancia y equilibrio al ser-ahí - por cierto sólo cuando este buscar rnism6 busca propiamente, esto es, cuando se extiende del modo más vasto hasta lo ocultísimo y ha dejado tras sí toda mera curiosidad. ¿Y qué es más oculto que el fondo de aquello descomunal, que ente es y no más bien no es? ¿Qué se sustrae más paranosotros que la esencia dei Ser, esto es, de aquello que en todo lo ente que impera alrededor de nosotros y nos soporta, que se elabora y se conduce, es lo más cercano y desgastado y que, no obstante, es algo inasible? Poner el buscar' mismo como la mcta, quiere decir': asentar inicio y fin de toda ieditación en el preguntar por la verdad dei Ser mismo - no este o aquel ente. o bien todo lo ente, La grandeza dei hombre se mide según aquello que él busca, y según la insistencia en virtud de la cual él sigue siendo el buscador. Tal preguntar por la verdad del Ser es saber predominalnte, es filosofia, El preguntar vale aquí ya corno saber, porque, cuanto más esencial y decidida deba ser una respuesta, la respuesta no puede ser nada sino el último paso en una larga serie de pasos de un preguntar que se funda en sí. En la región del auténtico buscar, ei hallar no es el cese dei buscar, sino su grado más alto. Esta indicación previa hacia la esencia de la filosofia ciertamente nos dice algo sólo cuando nosotros experimentamos un tal saber en ei trabajo dei preguntar - por eso "Preguntas fundamentales de la Filosofia". ¿Qué pregunta preguntarnos aquí? PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ SEGUNDo CAPÍWLO I a pregunta por a verdad conio pregunta íundameiìtal § 4. I/crc/ad como "problema de la "lógica (rectitud dei enunciado) obstruye la mirada hacia la esencia de la verdad La tarea de la lección queda indicada de un modo doble, sin que por ello se vuelva claro qué contenido encierra lo que se va a examinar. Para saber esto, partimos desde el subtítulo. Según éste, se trata de la "lógica". Según la tradición, la "lógica" es una "disciplina", una "especialidad" de la filosofia, supuesto que se tome la filosofia misma como una "disciplina" y se la divida según el modo escolar en disciplinas particulares y aisladas: lógica, ética, estética, etc,, que a su vez abarcan en cada caso una serie de "prolemas" pertenecientes a ellas. "Problemas" la palabra entre comillas nos sirve como denominación de aquellas preguntas que ya no se preguntan más. Ya están establecidas como preguntas, y ahora sólo importa hallar la respuesta, o antes bien, modificar respuestas ya halladas, recopilar las opiniones precedentes sobre ellas y reconciliar estas opiniones entre si. Tales "problemas" son por ello pju-ticularmente apropiados para velar genuinas preguntas, para rechazar de antemano como extrañas preguntas jaiiás planteadas, incluso para malinterpretar ante todo la esencia dei preguntar. Por eso los así llamados "problemas" pueden tomar fácilmente el lugar de preguntas fundamentales de la filosofia. Tales "problemas" de la erudición filosófica tienen entonces, vistos desde la filosofía, su peculiar distinción en que bajo una apariencia que produce gran impresión, impiden de antemano y de modo definitivo el preguntar efectivo. Un tal "problema" de la "lógica" ha de ser dilucidado aquí. Esto quiere decir: nosotros de inmediato nos esforzamos por ingresar, pasando por so-bre el "problema", la pregunta encallada, y asimismo por sobre la "lógica" como una disciplina de la estéril erudición filosófica al modo escolar, en un preguntar filosófico hacia el fondo y desde el fondo. Ahora bien, que nosotros partamos desde "problemas" es necesario, porque sólo así se nos vuelve visible la figura tradicional, y por eso también aún dominante para nosotros mismos, de la pregunta que tenemos que preguntar. Porque lo tradicional tiene la mayoría de las veces uii muy largo pasado tras sí, 110 es riada arbitrario, sino que aún I leva consigo la huella (IC una neCeSidad que una vez lue genuina. PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ N'1a; tu(cs huellas se vuelven visi hics Solo cuaiRlo se lleva Io tiadicioì1 de vuelta a su toUck). . : : :: : Extraetnos un "probIeiìa dc la kgicaT. tras cl cual yace 0CL) 1a UD1 "pregunta fundamental de la tilosofla" aún no preguntada. "Lógica" es la expresión abreviada de AOytK 7twtTIfl. Esto significa: saber acerca dei Xó'yoç, y éste entendido como el enunciado. ¿En qué medida es el enunciado el "tema" de la lógica, y cómo resulta de aquí la estructura de esta "disciplina" de la filosofia? Esto será dilucidado brevemente, para que el nombre "lógica" deje de ser un mero título. ¿Desde dónde obtiene el enunciado - una proposición dei tipo: "la piedra es dura", "el cielo es azLIl" - un tal rango, de modo que se haga de él propiamente el objeto de una ciencia, la lógica? Ei enunciado enuncia sobre lo ente, qué es y cómo es. Diciendo así, el enunciado está dirigido hacia lo ente, y si el enunciado se rige eri el decir según lo ente y su dicho mantiene esta dirección y re-presenta [vor-stellt] desde ella lo ente, entonces el enunciado es correcto. La rectitud dei enunciado esto significa para nosotros y desde antiguo, la verdad. El enunciado es así el asiento y lugar de la verdad - pero también de la no-verdad, de a falsedad y la mentira. El enunciado es la forma fundamental de aquel decir que puede ser o bien verdadero o bien falso. No como un modo del decir ni como una frase cualquiera, sino como asiento y lugar de la rectitud, esto es, de la "verdad", el enunciado, el ?.óyoç, es un sobresaliente "objeto" dei saber. Como este lugar de la verdad, él reclama a su vez una atención particular sólo porque la "verdad" y la posesión de la verdad atraen hacia sí un "interés" destacado. El hombre busca la verdad; se habla de la "voluntad de verdad"; uno se cree en posesión de la verdad; se aprecia el "valor" de la verdad. Sólo porque la verdad y su posesión, y a la vez, su no- posesión, es lo que inquieta, alegra y defrauda, sólo por eso se da en el fondo algo así como "lógica". Decimos con cuidado "eri el fondo". Pues desde largo tiempo es ya de otro modo y precisamente a la inversa. Desde largo tiempo se da la lógica como una disciplina de la filosofia escolar, y de hecho desde los inicios de la escuela de Platón - pero también sólo desde entonces. Porque la lógica se da como una elucidación del 2áyoç, se da también el "problema" de la "verdad" como la propiedad distinguida déi ?óyoç. El "problema de la verdad" es por ello un problema de la "lógica" o, como se dice en los tiempos más recientes, de la "teoría del conocimiento". La verdad es aquel "valor" por el cual un conocimiento primeramente vale como conocimiento. Pero corno forma fundamental dei conocimiento vale el juicio, la proposición, el enunciado - el X&yoç. Teoría dei conocimiento es por ello siempre "lógica" en el mencionado sentido esencial. 7 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ Pero aun cuando pueda soilar eXagerado decft: el "probIciiìa' dc la verdad se "da" como "problema", porque se da la "ógica' y porque de tiempo en tiempo se trata nuevamente esta disciplina y se la ofrece en una nueva presentación, aun así empero esto sigue siendo indiscutible: desde los tiellipos de Platón y Aristóteles la pregunta por la verdad es una pregunta de la lógica. Esto quiere decir: la búsqueda de aquello que la verdad es, se mueve sobre las vías y en las perspectivas que quedan establecidas con la puesta en marcha y el cí:culo dc tareas de la lógica y sus presupuestos. Esta situación se deja probar fácilmente - para nombrar sólo pensadores modernos - a partii' de las obras de Kant, de flegel, de Nietzsche. Pero así como ciertamente para estos filósofos, y en suma para toda la tradición de la filosofia occidental, la pregunta por la verdad sigue siendo una meditación en el pensar y er el ?óyoç, por tanto una pregunta de la "lógica", así también sería superficial y falseador afirmar que estos pensadores habrían planteado la pregunta por la verdad, es decir, le habrían buscado una respuesta, sólo porque se da una lógica y porque ésta exige el tratamientode una tal pregunta. Pues presurniblemente fue otra preocupación que sólo aquella por una mejora o una reforma de la "lógica", la que condujo a estos pensadores hacia la pregunta por la verdad - precisamente aquel "interés" que el hombre tiene en la verdad, el hombre como el expuesto a lo ente y de tal modo él. mismo ente. Pero quizás este "interés" en la verdad, que puede estar despierto aun ahí dónde no hay ningún "interés" por la "lógica", a través del señorío de la lógica ha sido empuja10 con el tiempo en una dirección completamente determinada y así también ha sido acuñado en una figura completamente determinada. Así es de hecho. Aun ahí donde la pregunta por la verdad no surge desde el interés en la lógica, el tratamiento de la pregunta empero se mueve en las vías de la lógica. Dicho brevemente: la verdad es desde antiguo un "problema de la lógica", mas no una pregunta fundamental de la filosofia. Este hecho repercute del modo más agudo aun ahí y precisamente ahí donde al final de la filosofia occidental se pregunta dei modo más apasionado por la verdad, en Nietzsche. Pues Nietzsche en primer lugar parte de esto, que nosotros no tenemos la "verdad", Io que manifiestamente convierte la pregunta por la verdad en lo más apremiante; en segundo lugar, él pregunta qué "valor" tiene la verdad; en tercer lugar, él pregunta por el origen de la "voluntad de verdad". Y no obstante - pese a este "radicalismo" del preguntar aparentemente insuperable, aun en Nietzsche la pregunta por la verdad queda presa en las cadenas de la 'lógica'-'...----- ¿Pero es esto acaso un mal? Podría ser que el horizonte de toda lógica como lógica precisamente obstruyese la mirada hacia la esencia de la verdad. 8 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ Podria SCF que aun los presupuestos dc toda lógica no permitiesen unu pregunta originaria por la verdad. Podría ser qie la lógica ni siquiera i lecase al umbra! de la pregunta por la vcrdad, Con estas indicaciones ahora sólo queremos señalar que el 'pioblciiia dc la verdad" está en una larga tradición, la que linahnente ha arrancado cada vez más la pregunta por la verdad dei suelo en que está arraigada, incluso que la pregunta por la verdad alite todo no lia sido aún planteada dc modo originario. En tanto el pensar moderno y el actual se mueven por completo en los horizontes de esta tradición, un preguntar originario por la verdad les será sólo dificilmente accesible, más aún extraño, si no tendrá que apai-ecerles incluso como algo demente. § 5. Elucidación de la verdad desde la pregunta Jìindamental de lafilosojia, con inclusión de una controversia histórica con la filosofia occideniol. Urgimiento /NötigungJ y necesidad de un preguntar originario Si en lo que sigue nosotros no elucidamos la verdad como "problema de la lógica", sino que preguntarnos por ella desde la pregunta fundamental de la filosofia, entonces de antemano contaremos con estas dificultades dei entendimiento y la intelección, esto es, sabremos que el preguntar por la verdad hoy en día incluye en sí una controversia con toda la filosofia occidental, y que aun sin esta controversia histórica jamás podrá ser puesto en marcha. Pero controversia histórica es algo esencia mente distinto del calculador tomar conocimiento de lo pasado hasta ahora. Qué quiera decir controversia histórica, lo hemos de experimentar en la ejecución dei pensar a través de la pregunta por la verdad. La pregunta por la verdad - incluso si falta aún la respuesta - ya como pregunta suena muy pretenciosa. Pues si no hubiera detrás de tal preguntar una pretensión a saber de algún modo la verdad, entonces todo este quehacer quedaría como un mero juego. Y sin embargo: más grande que esta pretensión es la retención que tiene que armonizar este preguntar por la verdad. Pues ciertamente no se ha de elucidar de nuevo un "problema" ya establecido, sino que se ha de preguntar la pregunta por la verdad como pregunta fundamental. Esto significa: primero se ha de dignificar la verdad desde el fondo como lo digno de cuestión. Quien está en la actitud de dignificar algo más alto, queda libre de toda arrogancia. No obstante, el preguntar por la verdad, visto desde fuera, siempre mantiene la apariencia dei atrevimiento a querer decidir algo piiero y último. Aquí sólo cl recto preguntar mismo y la experiencia de su necesidad pueden constreñir la actitud apropiada. t) PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ Mas pl CtS iiCflte a /1'CC.Vl(I(I(/ (Its 11)1 /)fL't1I/1(UI o#','i#zcirio, y asi de un sal n aliicra (Ici círculo del 1)roblcma Lradicional de la verdad, y por tanto cl ¡trtunie11foa o/ro planteamiento (le la pregunta con respecto a la tradición conservada a lo largo de dos mi 1CIÌIOS - ¿cómo heiiios de experimentar esto? ¿Por qué no puede ni lia de quedar todo "como antes"? ¿Por qué no nos satisface la determinación precedente de la verdad? La contestación de estas preguntas no es nada menos que ya el regreso a la esencia más originaria de la verdad, regreso que primeramente se lia de poner en movimiento empero a través de nuestro preguntar. Sin embargo, ya por una simple meditación en la comprensión tradicional de la verdad, podemos persuadimos de que aquí yace algo digno de cuestión y que lia quedado incuestionado. Repetición 1) La pregunta por la verdad como lo más necesario de la filosofia en la era mundial de la completa incuestionabilidad Si intentamos determinar metatisicaniente - por tanto, no de modo historiográfico ni tampoco desde la visión de mundo - el sitio actual en el que está el hombre sobre la tierra, entonces se tiene que decir que e! hombre comienza a entrar en la era mundial de la completa incuestionabilidad de todas las cosas y de todas las maquinaciones - un acontecimiento descomunal, cuyo sentido y dirección ninguno puede establecer y cuyo alcance nadie puede estimar. Sólo una cosa de inmediato está clara: en esta era mundial de la completa incuestionabilidad, la filosofia, como la invocación preguntante de lo más digno de cuestión, se convierte inevitablemente en lo más extraño. Por eso ella es lo más necesario. Lo necesario tiene su figura más poderosa en lo simple. Pero nosotros nombramos lo simple aquello gravísimo de nula apariencia, eso que, cuando es, aparece a todos al punto y en adelante como lo más fácil y asible, y que, no obstante, sigue siendo intangiblemente lo más grave y arduo. Lo simple es Jo niás grave y lo más arduo, porque lo múltiple permite y favorece la dispersión, y toda dispersión, conio lo contrario dei recogimiento, confirma al hombre en su constante huida de él mismo - esto es, de su vínculo al Ser mismo - y así lo alivia y desliga del peso del ser-ahí. Lo múltiple es lo fácil y liviano - aun ahí donde su cuidadLp aparentemente requiere esfuerzo. Pues: el paso de una cosa a otra es aligeramiento, y precisamente este paso lo rehúsa lo simple y constriñe al constante y cada Vez más rico regreso a lo Mismo. Sólo cLiando nosotros nos atrevemos a lo simple, i o PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ entramos Cn cl campo dc JUC!1O dc lo IleceSarlo. I M mús nccesa no dc Li filosofia - supuesto que ella tenga que volverse nuevamente o m'is extraño - es aquella simple pregunta, a través dc: la cual- -eIla-la preguntante, primeramente es llevada a sí misrna/a pregunta por la verdad. 2) Lo digno de cuestión en la determinación precedente de la verdad (verdad como rectitud del enunciado) conio lo que urge a la pregunta por la verdad En su anterior modo de tratamiento, la pregunta por la verdad es un "problema de la lógica". Si a partir de este "problema" - esto es, a partir de la pregunta encallada - ha de surgir un preguntar y si este preguntar empero no lia de ser arbitrario niforzado, sino originariamente necesario, entonces tenemos que tratar de experimentar efectivamente el urgimiento a la pregunta por la verdad. La determinación precedente de la verdad que por doquier es aún válida en los más diversos revestimientos, dice: verdad es la rectitud dei representar de lo ente. Todo representar de lo ente es un hablar sobre lo ente, donde el habla puede ser llevada a cabo aun callando y no requiere ser comunicada por la voz. El modo más usual del hablar sobre lo ente empero es el enunciado, la simple proposición, el Xóyoç, y en éste, por lo tanto, se encuentra dei modo más inmediato la rectitud dei representar - la verdad. La verdad tiene su lugar y asiento en el 6yoç. Por consiguiente, una determinación más precisa de la verdad misma se vuelve la tarea de una meditación en el A&yoç - de la "lógica". ¿Pero qué puede urgirnos a convertir Ja delimitación corriente de la verdad como rectitud dei representar en una pregunta? Pues sólo la circunstancia quizás aún oculta que la incuestionada determinación de la verdad corno rectitud contiene algo digno de cuestión que exige ser puesto en cuestión. Se podría objetar aquí que no todo lo cuestionable requiere convertirse en objeto de una pregunta. Quizás, y por eso queremos nosotros mismos examinar primero si, y en qué medida, en la determinación corriente de la verdad como rectitud ante todo reside algo digno de cuestión, y si por otro lado esto digno de cuestión es de tal tipo que nosotros no lo podemos pasar por alto dejándolo sin dignificar y, esto es, sin cuestionar - supuesto que nosotros tengamos la pretensión de entendernos con otros y con nosotros mismos acerca de la verdad. § 6. La determinación tradicional de la verdad como rectitud PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ Un enunciado, esto es, e! conocitlitento depositado cii 1, es verdadero eiì Uint() él, conio se dice, se rige segi?H su objeto. Verdad es rectitud. Aún et la modernidad temprana y ante todo cii el medioevo, esta recilliaclo se i Iaira taiibién adaequatio (adecuación I Angleichung] ) o assjln//atw (asiiiii ladón {Anähnlicliungj) o convenienlia (conveniencia [ libcreinkun fìJ). [stas determinaciones se remontan a Aristóteles, con cuya filosofia la gran filosofia griega llega a su tin. Aristóteles comprende la verdad domiciliada en el A6yoç (enunciado) como òioç (adecuación). El rep:esentar (vónii) se adecua a aquello que hay que asir. El enunciado representante sobre la piedra dura y en suma el representar, sin embargo, es algo "del ainia (lJuxTj), algo "espiritual", en cualquier caso nada dei tipo de la piedra. ¿Cómo pues se ha de adecuar el representar a ésta'? La representación empero no debe ni tampoco puede volverse algo pétreo, y así en el caso correspondiente de un enunciado sobre la mesa, tendría que volverse algo de madera, y en el representar de un río, algo líquido y fluyente. No obstante - precisamente el re-presentar tiene que adecuarse a lo ente del caso, a saber, co/no re-presentar tiene que potier [hin-stellen] ante nosotros lo que sale al encuentro y mantenerlo puesto así. Ei re-presentar (esto es, el pensar) se rige según lo ente, para dejarlo aparecer en el enunciado así como es. El vínculo del representar al objeto (àvttKclp.evov) es la cosa "más natural" dei mundo, tanto que uno casi se avergüenza de hablar aún expresamente de ello. Por eso precisamente la mirada inocente, que no se ha vuelto suspicaz por la "teoría dei conocimiento", tampoco puedel ver de ningún modo qué ha de ser pues incorrecto en esta determinación de la verdad como rectitud o aun sólo digno de cuestión. Por cierto - en los múltiples esfuerzos del hombre por el conocimiento de lo ente ocurre muy a menudo el infortunio que nosotros no alcanzarnos lo ente así como es y nos engañamos acerca de él. Sólo que aun el engaño se da ciertamente sólo ahí donde impera previamente la intención de regirse según lo ente. Uno puede engañar a otro, esconderle algo y mentirle [vor-machen], sólo cuando el otro, así como él mismo, ya se niueve de antemano en la actitud del regirse según ... y con la mira puesta en la rectitud. Aun en la no-rectitud, la rectitud sigue siendo lo decisivo. Así esta determiñación de la verdad como rectitud, junto con su contrario, la no-rectitud (falsedad), es de hecho algo claro como el agua. Porque esta comprensión de la verdad manifiestamente surge dei pensar "natural" y coincide con él, ella se ha conservado también a través de los siglos y desde largo tiempo se ha consolidado como algo comprensible de suyo. 12 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ Verdad es rectitud, o en la 1rniu la aún más corriente: verdad es la coiicordancia dei conocimiento (dei representar dei pensar dei juzgar - dei -enunciar) con ei objeto. verdad rectitud rectitudo adaequatio assimi iatio conven i e ntia ò1L o o . ç concordancia § 7. La lucha de idealismo y realismo sobre el suelo común de la verdad como rectitud dei representar Por supuestJ que con el tiempo se anunciaron reparos contra esta comprensión de la verdad, y por cierto en tanto se empezó a dudar si acaso nuestro representar alcanza lo ente mismo y en sí, y no queda más bien encerrado en el ámbito dei "alma", dei "espíritu", de la "conciencia", del "yo". Cediendo a esta duda, se dice: lo que nosotros alcanzamos en nuestro representar, es siempre sólo lo re-presentado por nosotros, y así ello mismo una "representación". Por consiguiente, el conocimiento y el enunciado consisten en la representación de una representación, y con ello en un enlace de representaciones. Este enlazar es una actividad y un proceso que sucede únicamente "en nuestra conciencia". Con esta doctrina se cree haber depurado "críticamente" y superado aquella determinación corriente de la verdad. Sólo que esta "creencia" es un error. Esta doctrina, según la cual el conocer se refiere sólo a representaciones (lo representado), únicamente restringe el alcance del representar, pero reclama también para el representar así restringido que se rija según lo representado y sólo según lo representado. También aquí se supone algo qüe da la medida, según lo cual el representar se rige - también aquí la verdad está comprendida como rectitud. Se nombra esta doctrina, según la cual nuestro representar se refiere sólo a lo representado, el perceptum, la idea, idealismo. La opinión contraria, según la cual el representar alcanza Jas cosas mismas (res) y lo que les pertenece (realia), se llama desde la expansión del idealismo, realismo. Pero estos hermanos enemigos, entre tos cuales el uno gustosamente se figura ser superior al otro, están, sin saberlo claramente, completamente de acuerdo en io 13 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ esencial , estO Cs, Cfl aquel Io que da el presupuesto y la posibihdad dc su lucha: (lue cl vínculo a lo ente es ei representar de mismo y la verdad dei representar consiste en su rectitud. t.Jn pensador conio Kant, quien pensó, íiiìdamentó y retuvo del modo más profundo el idealismo, admite de antemano que la comprensión dc la verdad conio rectitud dcl representar - como concordancia con el obleto - tiene que permanecer intacta, Ciertamente el realismo por otro lado queda ircso en un gran error, cuando cree que según esto aun Kant, el más profundo "idealista", es un testigo principal, para el realismo. No -- a partir dei atenerse de Kant a la determinación tradicional de Ja verdad conio rectiwd se sigue sólo, y a la inversa, que el realismo, en la determinación de la verdad como rectitud dc] representar, está sobre el mismo suelo que ei idealismo, e incluso según un concepto más estricto y máS originario de "idealismo", sigue siendo él mismo idealismo. Pues aun según la doctrina del realismo dei crítico y delingenuo - la ïes, lo ente, es alcanzado por el camino dei representar, de la idea. El idealismo y el realismo circunscriben por ello las dos extremas posiciones fundamentales en la doctrina dei vínculo dei hombre a lo ente. Todas las doctrinas precedentes sobre este vínculo y su carácter - la verdad como rectitud son o bien deformaciones unilaterales de las posiciones extremas o bien algunas variantes de las numerosas mezclas y formas mixtas de ambas doctrinas. La lucha de todas estas opiniones puede proseguir aún hasta el infinito, sin jamás conducir a una meditación y una intelección, porque lo que distingue esta infructuosa disputa es ei renunciar de anteniano al preguntar por el suelo sobre el cual se ¡nueven los contendientes. Con otras palabras: por doquier se tiene por comprensible de suyo la comprensión de la verdad como rectitud del representar, tanto en la filosofia como en el opinar nofilosófico. Cuanto más evidente e incuestionable siga siendo la determinación corriente de la verdad, tanto más simple tendrá que ser lo digno de cuestión en esta determinación, supuesto que algo tal se oculte en ella. Cuanto rns simple sea esto digno de cuestión, tanto más arduo se volverá asir simplemente esto simple en su plenitud interna, mantenerlo unitarianiente como digno de cuestión y, sto es, como extraño, para desplegarlo en su propia esencia y así volver a fundarlo en su fondo oculto. § 8. El campo de fuego de la apertura cucidruple y unitaria, Primera indicación hacia lo digno de cuestión en la determinación tradicional de la verdad PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ i\hora teilcilios que intentar utui /)i1I??CI?1 i/?L/i('(lCI(/l /1(1C1U CVI() (/i,S1() (IL' cue.vfióìi, ç)ala asegurar ante 10(10. aU11C11C SC SOlO PFOVISIO11 liììcíute, 1Ì Iegtitidad del pIaiitcaiiiento de la pregunta. RCI1CXIOI1CI1OS SI I1CStr() representar y enunciar - por ejeniplo, en la FOOSIC1Ofl "la P1Cdr es dura se ha de regir segúìi el objeto, entonces este ente la piedra misma tiene que ser accesible desde antes, para poder ofrecerse abiertamente para cl regirse según él como lo que da la medida. Brevemente: Io ente, en este caso la cosa, - tiene que estar abierto. Y aún más: tiene que estar abierta - para permanecer en el ejemplo - no sólo la piedra misma, sino también la región que el regirse según la cosa tiene que atravesar, para recoger de este modo re-presentador aquello que caracteriza a lo ente en su ser así y así. Además, tiene que estar abierto también el hombre que re-presenta y que reprsentando se rige según la cosa. El tiene que ser abierto para aquello que le sale al encuentro, a fin que le salga al encuentro. Finalmente, el hombre también tiene que ser abierto para el hombre, a fin que él, representando conjuntamente io que le es comunicado en el enunciado, pueda regirse según la misma cosa con los otros hombres y a partir del ser conjuntamelnte con ellos, y pueda entenderse y estar de acuerdo con ellos sobre la rectitud del representar. En la rectitud del representar enunciante impera así una apertura cuádruple: i. de la cosa, 2. de la región entre la cosa y el hombre, 3. del hombre mismo para la cosa, 4. del hombre al hombre. Pero esta cuádruple apertura no sería lo que es y tiene que Ser, si cada un de estas aperturas estuviera en cada caso encapsulada separadamente de las otras. Esta apertura cuádruple impera más bien como una y unitaria, en donde, como en su campo de juego, entra y se mantiene en juego todo regirse según ... y cada rectitud y no-rectitud del representar. Si ponemos la mirada en esta apertura múltiple y, no obstante, unitaria, entonces de golpe nos hallamos remitidos, por sobre la rectitud y la actividad representadora que le es inherente, hacia un Otro. Esta apertura múltiple y unitaria impera en la rectitud. La apertura no es creada primeramente por la rectitud del representar, sino que a la inversa sólo es asumida siempre como lo ya imperante. La rectitud dei representar sólo es posible, cuando ella se puede asentar cada vez en esta apertura como en lo que la soporta y circunda. La apertura es el fondo y suelo y campo de juego de toda rectitud. Ahora bien, mientras la verdad sea comprendida como rectitud y mientras la rectitud misma sea tomada como algo incuestionable y, esto es, como algo último y primero, esta comprensión de la verdad - ella puede ser confirmada una y otra vez por una muy iarga tradición - seguirá careciendo de suelo. Sin embargo, tan pronto como esta apertura se muestra, aunque sea a PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ t- una mirada que sólo vislumbra, coiìiO posibt itacion y mudo de la rectitud, la verdad, comprendida como rectitud, se vuelve digna de cuestión. § 9. La comprensión i/e la verdad y la comprensión de la esencia del hombre. La pregunta jìmdamental por la verdad a) La determinación de la esencia de la verdad en su conexión con la determinación de la esencia del hombre Uno se puede sorprender de que hasta aquí nunca se haya preguntado seriamente por este fondo de la rectitud. Pero esta negligencia se muestra como menos rara, cuando consideramos que aquel vínculo del hombre a io ente, que se comprende desde antiguo corno el representar y el percibir inmediato, parece ser en la experiencia humana el más corriente por eso eI más cercano. El predominio de este vínculo dei hombre a lo ente se volvió al punto tan imponente, que con respecto a él se determinó en general la esencia dei hombre. ¿Pues qué quiere decir la antigua delimitación de la esencia dei hombre que aún hoy es válida: animal rationale (ov ?óyov xov)? Se traduce y, esto es, se interpreta esta determinación con las palabras: el hombre es e! ser vivo racional; el hombre es un animal, pero dotado de razón. ¿Qué quiere decir razón, ratio, voiç? Si nosotros pensamos metafisicamente, como aquí es necesario, y no psicológicamente, entonces razón quiere decir: el percibir inmediato de lo ente. La definición corriente dei hombre recibe ahora otro tono: el hombre - aquel ser que percibe lo ente. Quedamos así remitidos a una grave conexión, pero que aún es obscura: que lo habitual de la comprensión de ía verdad como rectitud es tan antiguo como lo habitual de aquella "definición" de la esencia dei hombre - que así la determinación de la esencia de la verdad depende cada vez de la determinación de la esencia del hombre. ¿O debiera quizás ser a la inversa, que la comprensión de la esencia dei hombre depende cada vez de la comprensión de la verdad? b) La pregunta por el fondo de la posibilidad de toda rectitud como pregunta fundamental por la verdad Aliorá no estamos aún en condiciones de decidir sobre esto. Suficiente: en la comprensión corriente de la verdad como rectitud se ha mostrado algo digno de cuestión. Esto digno dc cuestión es a su vez de tal tipo, que tiene que ser i 6 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ reconocido y deS)lCgad() Como el fondo c/C fa posibilidad a'e (oc/a iccliiwi, Si preguntarnos 1)01' este Jonio de la rectitud, entonces preguntamos por la verdad cii el sentido de una pieç7untcl fundamental. Así, no es ninguna arbitrariedad y menos aún un mero afán por dar a cualquier precio otra 1gura a algo precedente, si nosotros definitivamente no nos aquietamos más con la comprensión tradicional de la verdad como rectitud, sino que la experimentarnos como ftiente de la inquietud. Sólo que esta indicación hacia la apertura como el fondo de la rectitud viene aún por completo desde fuera: sólo puede señalar muy provisibnalmente que, y en qué medida, en la coinprensión tradicional de la verdad se esconde algo digno de cuestión. Ahora bien, qué sea propiamente esto que está al fondo de la rectitud, dónde y cómo esta múltiple mas unitaria apertura mismatenga su esencia y su consistencia, eso queda obscuro. Por eso tampoco podemos aclarar qué significa que este fondo sea vislumbrado tan raramente, y si alguna vez, entonces sólo de lejos. Tampoco podemos dimensionar aún adónde llega el hombre, cuando la ex-periencia [Er-fahrung] de este fondo es puesta como soporte eri su alcance total. Por cierto, a pesar de todo tendremos que meditar en esto, por qué y para qué nosotros preguntarnos por esto digno de cuestión, cuando dos mil años de historia occidental se han bastado con esta comprensión de la verdad. Repetición i 1) La relación entre pregunta y respuesta en la región de la filosofia Para que no se asienten malentendidos sobre esta lección, que fácilmente podrían impedir la recta actitud dei trabajo en conjunto, sea dicho brevemente lo siguiente: aquí no serán proclamadas ningunas verdades eternas. Yo no estoy ni capacitado ni habilitado para eso. Más bien se trata del preguntar, dei ejercicio dei recto preguntar que hay que alcanzar en su ejecución efectiva. Esto parece ser bastante poco para aquel que presiona por la posesión de verdades. Pero la relación entre pregunta y respuesta tiene en la región dc la fIlosofia un carácter propio. Se trata, para hablar en una imagen, de escalar una montaña. Esto no se consigue cuando nosotros nos instalamos en la llanura del opinar habitual y pronunciarnos discursos sobre esta montaña, para así 'vivenciarla", sino que el ascenso y la cercanía a la cumbre sólo se consiguen cuando nosotros de inmediato empezamos a subir. Por cierto que en ello perdemos de vista la cumbre y, no ohstaiite, sólo nos acercamos a ella más y 17 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ más, en tanto subimos, a Io cual también pertenece el resbalar y el dcslizarsc, y en la filosofia incluso cl desplome. S'o/o quien verdaderamente sube, /)11C(lC clesplomarse. ¿Qué, si los que se desploman pudieran experimentar del modo más hondo la cumbre, la montaña y su elevación, de un modo más hondo y único que aquellos que aparentemente alcanzan la cumbre, a través de lo cual ella al punto pierde para ellos la altura: se convierte en una llanura y en algo habitual? No se puede juzgar ni medir la filosofia ni el arte y en suma ninguna controyersia creadora con lo ente, con ayuda de la cómoda regla de cálculo del sano entendimiento humano y del presuntamente sano, mas desde largo tiempo ya deformado y desviado, "instinto", tan poco como con la vacía agudeza de los así llamados "intelectuales". Aquí hay que experimentar todo y lo Unico sólo en la elecución, en el esfuerzo del subir. L Quien coge al pasar sólo frases aisladas, no sube conjuntamente. Se trata de ir con cada uno de tos pasos y con la serie de pasos. Sólo así se abre el asunto que nosotros tratamos de meditar, hacia el cual querernos llegar. 2) La determinación corriente de la verdad como rectitud del representar y la apertura cuádruple y unitaria como el fondo digno de cuestión de la posibilidad de la rectitud del representar Nosotros preguntamos la pregunta por la verdad. La determinación corriente de la vercfad dice: verdad es rectitud dei representar, es concordancia del enunciado (de Ea proposición) con la cosa. Aun cuando en el transcurso de la historia del pensar occidental han aparecido diversas opiniones sobre el conocer y el representar y hasta la hora presente luchan y se mezclan una y otra vez entre sí, en todas lo que da la medida es la misma comprensión de la verdad como rectitud del representar. Las dos opiniones capitales sobre el conocer y el representar, el idealismo y el realismo, no se diferencian eri la comprensión de la verdad, ambas la toman de igual modo como una determinación del representar: del enunciado. Se diferencian sólo en la consideración del alcance dei representar: si el representar alcanza las cosas mismas - res, realia - (realismo), o bien si el representar siempre queda referido sólo a lo representado como tal - perceptum, idea - (idealismo). Así domina por doquier y constantemente, pese a la aparente diversidad de los puntos de vista de la lógica y de la teoría dei conocimiento, una unanutnidad sobre aquello que la verdad es: rectitud del representar. Pero en esta determinación compresible de suyo de la verdad como rectitud se esconde algo digno de cuestión: aquella aper/ie/ cuócfruplc y unitaria de la cosa, de la región entre cosa y hombre, del hombre mismo y del PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ hombre a I hombre. S i esta al)ertura 110 lucía, entonceS ìuuea se podna I levai- a cabo un regirse del representar según la Cosa. Pues este regine segn -- no crea primeramente la apertura de la cosa ni la apertura dcl hombre para lo que sale at encuentro, sino que por así decir sólo Sc asienta cada vez de nuevo en esta apertura ya imperante. Esta es por eso el l'ondo dc la posibilidad dc la rectitud, y como este fondo, algo digno para la pregunta y el cuestionar. Ahora bien, qué sea esto propiamente, hacia dónde indiquemos con ello y qué nombremos apertura, eso por lo pronto queda obscuro. Esto podría ser ahora sólo una razón más para abandnai' de inniedato el preguntar Pol- esto digno de cuestión, sobre todo cuando recordamos que la historia occidental se lia bastado desde hace dos mil años con la comprensión corriente de la verdad. c) La pregunta por la verdad como Io más cuestionable de nuestra historia precedente y como lo más digno de cuestión de nuestra historia venidera Sólo que también se puede y se tiene que preguntar en esta hora dei mundo, ¿adónde ha llegado flnaliiente este Occidente con su comprelisión de la verdad? ¿Dónde estaiios nosotros hoy? ¿Qué y dónde es la verdad? ¿Hemos perdido acaso, por sobre todas las rectitudes, la verdad? ¿No ha llegado el Occidente a una situación pal-a la cual todas las metas están encubiertas y toda ocupación e impulso sólo tienden a hallar una salida de esta situación? ¿Cómo podríamos comprender metafísicamente de oto modo que el hombre occidental empuja o bien a la total destrucción de l precedente o bien empero a lá defensa conti-a esta destrucción? Mas salidas no son decisiones. Decisiones en lo extremo, sin embargo, exigen la posición de aquellas metas que sobrepujan toda utilidad y todo fin y sólo así son suficientemente poderosas para ofrecer el urgimiento a un nuevo crear y fundar: Decisiones como tales posiciones de metas - sobre todo en la situación caracterizada - requieren de la fundación del suelo y de la instauración dei horizonte sobre el cual y en el cual ellas han de tomarse. ¿Somos nosotros acaso - y esto es lo decisivo para aquella decisión misma - somos nosotros acaso de tal voluntad y de tal saber, para aun sólo en lo más próximo preparar esta decisión? ¿Es la pregunta por la verdad, vista a la luz de esta tarea, sólo un "problema de la lógica", o bien es la pregunta por la verdad lo más cuestionable de nuestra historia precedente y Io más digno de cuestión de nuestra historia venidera? Para todo aquel que tiene ojos pat-a ver, y además y ante todo, pal-a todo aquel que se ha arrancado a sí mismo de la comodidad del sentirse en posesióii del i'emedio a1rrándose estérilmente a algo precedente PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ cOmo cl cnStiailiSillO -, para todo aquel que no quiere retroceder, si 110 avanïìi, no hacia un "progreso", 51110 hacia el velado luturo, para todo aquel, la tarea está decidida. Ella exige como lo primero y lo iliás constante y lo último, la meditación. Con la pregunta por la verdad - preguntada previamente por así decir en una lección "académica" intentamos algunos pasos de tal meditación. Ahora bien, porque ya el más provisional preguntar por la verdad desde largo tiempo está enredado, arrojado fuera delcamino y ha perdido toda dirección, se requiere en primer lugar de una meditación en lo fundamental respecto a la pregunta por la verdad. L- 2() PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ PARTE PRINCIPAL LO FUNDAMENTAL SOBRE LA PREGUNTA POR LA VERDAD PRIMER CAPÍTULO La pregunta fundamental por la esencia de la verdad como meditación histórica § IO. El doble sentido de la preunta por la verdad: la búsqueda de lo verdadero - el meditar en la esencia de lo verdadero Comenzarnos con una simple meditación. Ella conduce a una meditación histórica, y ésta convierte el despliegue de la pregunta por la verdad en una meditación sobre su necesidad y el carácter único de ésta. La pregunta de la verdad pregunta por la "verdad". El planteamiento de la pregunta tiene un sentido tan claro, que reflexiones fundamentales sobre la pregunta por la verdad podrían aparecer corno superfluas. Pues preguntar POI. la verdad quiere decir: buscar la verdad. Y esto significa: establecer y asegurar Io verdadero, así según la aclaración anterior, lo correcto sobre las cosas y todo lo ente; lo correcto empero aun y ante todo en el sentido de las metas y las normas según las cuales se rige todo nuestro actuar y todo nuestro comportamiento. Preguntar por "la verdad" quiere decir: buscar lo verdadero. Pero con "io verdadero" que ahí se busca, sin embargo, aludimos a más que sólo algunas constataciones correctas sobre .un objeto cualquiera. Aludirnos a más que sólo indicaciones aisladas para el actuar correcto. Lo verdadero, que nosotros nombramos así y que quizás más deseamos que buscamos, tampoco significa para nosotros empero la suma de todas las constataciones correctas y de todas las indicaciones para el actuar correcto. Buscar lo verdadero - con ello aludimos a ir tras aquello correcto en lo cual se basa de antemano todo hacer y dejar de hacer y todo enjuiciamiento de las cosas, aquello a lo cual se sujeta nuestro ser hombre histórico. Lo verdadero 71 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ signi flea ahí para nosotros aquello por lo que V1ViIÌ1OS y nìori 11105. LSI() verdadero es "la verdad". Ya de estas breves reflexiones desprendemos que la palabra "verdad" 110 tiene un solo sentido. Ella quiere decir lo verdadero, y aquí eri primer lugar, lo que cada vez resulta ser correcto en el conocer y para el actuar y la actitud, y luego eri un sentido destacado, aquello en que reside todo y desde donde todo se regula y se decide. Pero aun si nosotros atendemos a esta pluralidad de sentidos, en la que se habla aquí de lo verdadero y de la verdad, podemos afirmar, sin embargo, y cierto con derecho, que en esta búsqueda de lo verdadero - aun sì aludimos a aquello verdadero decisivo no se ha preguntado aún de ningún modO por la vc,-dad. Así es en tanto consideramos que la verdad es aquello que convierte algo verdadero en verdadero y determina cada cosa verdadera singular como eso verdadero que es. Así como inteligencia es aquello que distingue a cada inteligente conio tal, pensado estrictamente, la verdad alude a aquello que determina todo lo verdadero como tal. A esto que determina en general todo lo singular, se lo nombra desde largo tiempo la esencia. Poi- ésta, cada cosa es limitada en lo que es y delimitada frente a otra. La verdad significa tanto corno la esencia de lo verdadero. Verdad abarca aquello que distingue algo verdadero como tal, así conio "velocidad" indica aquello que determina algo veloz como tal. Preguntar por la verdad ahora no significa más: buscar algo verdadero o Io verdadero, sino delimitar la esencia, esto es, las propiedades generales de cada cosa verdadera. Así damos primeramente con el doble sentido decisivo en el discurso acerca de la pregunta por la verdad. § li. La pregunta por la verdad como pregunta por la esencia de lo verdadero: ningún preguntar por el con ccpto general de lo verdadero Preguntar por la verdad puede significar: 1. buscar lo verdadero, 2. delimitar la esencia de todo lo verdadero. Cuál de estos dos modos de preguntar la pregunta por la verdad sea más apremiante e importante, lo descubrirá uno fácilmente. Manifiestamente la búsqueda de lo verdadero, y ante todo en el sentido de lo verdadero que regula y decide todo. En cambio, el preguntar por la verdad, esto es, por la esencia de lo verdadero, aparece como algo posterior e inclMso superfluo. Pues la esencia en el sentido de lo general que vale en cada caso para Jas muchas cosas singulares, como por ejemplo la representación general casa para todas las casas reales y posibLes, esto general es asido y enunciado en el co?ccpto, Quien piensa cl nero concepto de algo, 22 HPDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ j)rccisamcfltc aparta la vista de lo real singular. Si flOSOUOS, Sin embargo, queremos y buscarnos )o verdadero, entonces iio aspiramos a la verdad en el sentido detrnero-concepto, enel que se puede clasificar cada cosa verdadera col-no verdadera; cuando nosotros buscarnos lo verdadero, queremos entrar en posesión de aquello sobre lo cual está asentado nuestro ser hombre histórico y por lo cual está dominado y elevado sobre sí. Cada genuina actitud dei hombre, que está en lo real y quiere transformai' lo real, moverlo de su sitio y liberarlo hacia posibilidades más altas, llegará por ello a la clara e inequívoca exigencia que se puede expresar brevemente así: nosotros queremos lo verdadero, qué nos importa la verdad. Pero en tanto nosotros preguntamos aquí filosóficamente y filosofia es el saber acerca de la esencia de las cosas, ya nos hemos decidido de otro modo. Filosofando, meditarnos en la esencia de lö verdadero, nos demoramos en eso que, a aquellos que quieren lo verdadero, precisamente no les importa. Y así ellos, los que quieren lo verdadero, tienen que rechazar nuestro propósito corno desviado e inútil. No en vano, sino más bien en previsión de este rechazo a nuestro propósito, se dijo ya al inicio que la filosofia es el saber inmediatamente inútil. Para el modo correcto de contrarrestar las dificultades económicas, para el modo correcto de mejorar y asegurar la salud pública, nuestra meditación en la rectitud y en la verdad misma no efectuará nada, tampoco para el modo correcto de aumentar la velocidad de los motores de avión, tampoco para el modo correcto de mejorar los receptores de rädio y asimismo tampoco para el modo correcto de estructurar los planes de estudio en las escuelas. Frenté a todos estos apremios de la "vida" diaria, la filosofia fracasa. Y aún más: ya que ella pues sólo pregunta por la esencia de lo verdadero y no determina lo verdadero mismo, tampoco podrá resolver nada sobre lo verdadero decisivo. Ella es el saber inmediatamente inztil - y, no obstante, aún algo más: el saber predominante. Si esto es así, entonces el saber acerca de la esencia de lo verdadero, y así acerca de la verdad, quizás aún podría tener en síun significado, e incluso uno tal, que alcance y se extienda por sobre toda utilidad. ¿Mas cómo la esencia como el concepto general de algo podría obtener un rango predominante? ¿Qué es más nebuloso y por eso más impotente que un mero concepto? Aquí empero aún queda una pregunta, que quizás se coneeta incluso dei modo más íntimo con la pregunta por la verdad como la pregunta por la esencia de lo verdadero: si acaso nosotros hemos determinado suficientemente la esencia de algo, cuando la equiparamos con el concepto. Quizás la esencia de lo verdadero, y así la verdad, no sea de ningún modo asida cuando sólo nos representamos en general aquello que corresponde en suma a cada cosa PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ verdadera como tal. QUIZáS la esencia dc loverdadero, y así la verdad, no sea aquello indiferente que vale de igual modo para todo lo verdadero, sino lo más esencial de ello. Entonces, lo propia y decisivamente verdadero, sobre io cual se tiene que asentar todo, sería precisamente esta esencia dc lo verdadero, la verdad tiisma. Entonces, aquella toma de posición que presuntamente se aplica a la realidad - nosotros queremos lo verdadero, qué nos importa la verdad sería un gran error - el error de los errores y el más antiguo de todos los errores habidos hasta ahora. Supuesto que la verdad sea lo verdadero, entonces nuestra pregunta por la verdad como la pregunta por a esencia de lo verdadero, en caso que resulte su recta ejecución, deja de ser un juego con conceptos vacíos. ' 12. La pregunta por la legitimidad de la determinación corriente de la verdad como punto de partida para el regreso alJòndo de la posibilidad de la rectitud Que nosotros no nos entregamos a una vacía disputa por la mera definición dei concepto de la verdad, sino que queremos dar con algo esencial, se muestra en que nosotros al punto abandonamos la comprensión corriente de la verdad e intentamos llegar a un fondo, en el cual está fundada la determinación de la verdad como rectitud. A través de un tal regreso a/fondo - a lo digno para la pregunta - ponemos en cuestión la determinación precedente de la verdad y así nos liberarnos de ella. Pero - ¿nos liberamos realmente? ¿No nos ligamos así aun más a esta delimitación esencial, y tanto, que la convertimos en lo obligatorio para nosotros? Mas no nos engaliemos. En el regreso a aquella apertura, por ta cual primeramente se vuelve posible toda rectitud, nosotros presuponemos pues que Ea determinación de la verdad como rectitud está en regla y tiene así ella misma su propia rectitud. ¿Está esto acaso ya demostrado? La caracterización de Ea verdad como rectitud ciertamente podría ser un error. En todo caso hasta aquí no se ha mostrado que esta caracterización no sea un error. Pero si la comprensión de Ea verdad corno rectitud es un error, .para qué entonces la exposición del fondo de la posibilidad de la rectitud? Una tl exposición entonces no puede al menos tener la pretensión de comprender de un modo más hondo la esencia de la verdad. At contrario, ella tiene que admitir que aquello que soporta y funda un error, es precisamente también. algo erróneo. - -- -- ¿Para qué el regreso a la apertura cuádruple y unitaria, si no se ha demostrado anteriormente que aquello que tomamos corno punto de partida 24 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ del regreso, la deteimitiación corriente de la VC1da(l conio rCCtitU(l, O1 Sil Parte es legitinio? Ahora bicii, la comprensión de la verdad corno c-ectitud dc hecho está con firmada por una larga tradición. Sólo que ei apelar a Io tradicional no Cs aún urla fundamentación ni una garantía dc la verdad de una intuición. Durante siglos también fue mantenida, transmitida y aun confirmada Pol- la apariencia, la creencia de que el sol giraba alrededor de la tierra. No obstante, esta creencia pudo ser conmovida. Quizás lo ti-adicional de una opinión es incluso una objeción contra su rectitud. ¿No puede lo que en sí quizás es un error, porque se cree en ello durante un tiempo suficientemente largo, convertirse en una "verdad"? Como sea la cosa aquí, la mera larga duración y La antigüedad de su tradición no soi aún - tornadas poi- sí - un fundamento confiable para probar la verdad de una determinación esencial. ¿Mas tenemos que apelar acaso al opinar ti-adicional para asegurar la legitimidad de la determinación de la verdad corno rectitud? Finalmente podernos formarnos nosotros mismos un juicio sobre esta legitimidad. Esto tampoco cuesta ningún esfuerzo, pues esta caracterización de la verdad como concordancia del representar con el objeto se comprende por sí misma. Lo comprensible de suyo tiene su ventaja en que está dispensado de una fundamentación ulterior. Nosotros nombramos lo comprensible de suyo aquello que es evidente desde sí y sin meditación ulterior. Ahora bien, se mostró en efecto de un modo suficientemente claro que cuando tomamos la verdad como rectitud dei representar, nosotros de hecho no meditamos ulteriormente; que aquí algo nos es evidente, porque renunciamos a dilucidarlo más de cerca y de un modo propio. ¿Pero qué pasa con una autocomprensibilidad que vive dei cercenar todo querer comprender y dei evitar cada preguntar por el fondo? ¿Puede una tal autocoinprensibilidad valer como substituto de una fundamentación? No. Pues comprensible de suyo en sentido auténtico es sólo aquello que desde sí rechaza como imposible un cuestionar ulterior, en la medida en que aquí reina claridad sobre el tipo de comprensión de la comprensibilidad. § 13. La fundamentación de la comprensión tradicional de la verdad en el retorno a su proveniencia Así, sólo queda aún un camino por el cual llegamo a una fundamentación de la comprensión tradicional de la verdad como rectitud. Examinaremos de dónde procede esta tradición y observai-cmos cómo se fundamentó esta determinación de la verdad en su primer establecimiento. Esto aconteció en la PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ ii Ic)soÍia dc 417S!O(cIL'S, CtIaI'I(I() noSOtrOs retOrflaniOS ahi, nUeStra ii'editacioii obtiene tanibiin la ventaja dc poder poiier aiitc nuestro ojo interno la comprensión de la verdad que CS Válida desde entonces en su originaricdady pureza iniciales. listanios así ahora imprevistamente ante ta tarea de una observación histoi-iograjìca dc la enseñanza dc la verdad y el juicio de Auisióle/es, quien creó su filosolia en cl siglo IV antes de Cristo. Si nosotros vemos esta tarea historiográfica empero en el horizonte propio y más amplio de nuestra pregunta, entonces tenemos que quedar perplejos. Pues la mira decisiva de nuestro preguntar es en efecto liberarnos de Io precedente, no porque sea algo precedente, sino porque carece de suelo. Lo que importa es preguntar desde las necesidades propias del hoy y del futuro. En lugar de eso, nos perdemos ahora en una observación historiográfica de lo pasado. Esto significa por cierto un apartamiento y una huida de aquello y frente a aquello que es necesario, a saber, preguntar uno mismo, en lugar de sólo relatar lo que las eras pasadas han pensado. Con una tal observación historiográfica parece que contravenimos nuestra propia mira. Por elio se requiere aquí de una aclaración fundamental - sobre todo en vista de la marcha posterior de la lección. a) La observación historiográfica de lo pasado E[ entrar en la historia quizás no es siempre ni necesariamente una tal huida frente a las tareas "dei presente". Se puede en efecto contemplar lo pasado desde los puntos de vista y según las normas del presente vivo. Así se suelta [o pasado de su rigidez, se lo refiere al presente y se lo hace actual. Sólo una tal observación de lo pasado se convierte en una recta investigación del mismo; pues eso significa también la palabra "historiográfico" [historisch]: iotopeîv - explorar. Por eso "historiografía" e "historiográfico" significan para nosotros: investigación de lo pasado desde el horizonte de lo presente. En ello esta investigación puede ser normativa como algo compresible de suyo. Cuando por ejemplo Ranke - en una oposición consciente a las presuntas construcciones históricas de Hegel - tiene la creencia de exponer lo pasado tal como ha sjdo, entonces también él está guiado por determinadas orientaciones de interpretación - sólo otras que las hegelianas. O bien empero se fijan expresamente como tales las normas extraídas del presente, y se hace de lo pasado expresamente algo actual. Ambos modos de observación historiogrcíJìca no se diferencian fundamentalmente. Ahora bien, aquí ciertamente queda aún una pregunta: si las normasy tinearnientos dc la observación historiorá1ica se extraen - sea o no de modo expreso - dcl presente dc cada momento, ¿está con ello ya decidido que estas 26 PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ normas son suficientes para asir lo pasado? ll que un presente sea presente y el hoy de cada momento, wn no garantiza que las normas p1eSCfltCS - correspondan y estén a la altura de la respectiva grandeza de un pasado. Por cierto que cadapasadose deja exponer de manera-actual para cada tiempo. En ello reside lo capcioso de toda observación historiogrúfica. Mas podría ser que un presente sea tan rígido conio lo pasado, y que las normas de un presente sigan siendo sólo malos vástagos de un pasado ya incomprendido. Podría ser que un presente esté completamente sumido en sí mismo y por eso precisamente encerrado y bloqueado frente a aquello que el pasado tiene que decir. Por cierto que el mero referir lo pasado a lo presente de cada momento llega necesariamente, y en cierto modo muy cómodamente, siempre a nuevos resultados, ya que un presente cada vez puede ser de otro modo con respecto al anterior. Pero estos nuevos resultados historiográficos, en los que uno se ei-nbriaga y con remisión a los cuales uno se cree superior frente a la ciencia historiográfica precedente, son empero ya anticuados aun antes de haberse vuelto nuevos, porque el presente de inmediato se convierte nuevamente en otro y la actualidad sigue siendo lo más inestable. Por eso toda observación historiográfica es seductora. b) La meditación histórica en lo venidero como inicio de todo acontecer Mas la observación historiográfica no agota el vínculo posible a la historia, y esto tan poco, que ella incluso lo impide y lo corta. Algo esencialmente distinto de la observación historiográfica es aquello que nosotros nombramos la meditación histórica. Si nosotros ponemos conscientemente a la luz aun en el uso linguistico la diferencia entre lo historiográfico y lo histórico, y Ja mantenemos en firme frente a la confusión corriente de ambas palabras, entonces esta precisión en la aplicación de la palabra está fundada en una actitud pensante fundamental. La palabra "histórico" [geschichtlich] mienta el acontecer [Geschehen], la historia [Geschichte] misma como un ente. La palabra "historiográfico" mienta un modo del conocer. Nosotros no hablamos de observación histórica, sino de meditación. Meditación [Be-sinnung]: entrar en el sentido [Sinn] de lo que acontece, de la historia. "Sentido" mienta aquí: la región abierta de las metas, normas, impulsos, posibilidades dc cambio y poderes - todo esto pertenece esencialmente al acontecer. El acontecer como modo y manera de ser le es propio sólo al hombre. El hombre tiene historia, porque sólo él puede ser histórico, esto es, puede estar y está en aquella región abierta de metas, normas, impulsos y poderes, en tanto é! la soporta y resiste en el modo del conformar, conducir, actuar, resolver y padecer. Sólo el hombre es histórico - como aquel ente que, PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ expuesto a lo ciitc en total, en la controversia con esto cute Sc libera en la necesidad. Todo elite no-humano es sui historia, pero en un sentido derivado puede ser histórico y lo es necesariamente, en tanto pertenece al ámbito de aquella controversia del hombre con lo ente. Una obra de arte, por ejemplo, tiene SU historia como obra. Pero esto signiflca: sobre el fondo del ser creada por cl hombre, y más aun sobre el fondo de esto, que ella como obra abre y mantiene abierto cl mundo del hombre. A partir de aquí se vuelve claro esto: el acontecer y la historia no es lo pasado ni lo observado como pasado, esto es, Io historiográflco. Pero asimismo cl acontecer tampoco es Io presente. El acontecer y lo que acontece de la historia es en primer lugar y siempre lo venidero, lo que veIadmcntc nos adviene, suceder antecesor que abre y arriesga y así lo que de antemano constriñe hacia sí. Lo venidero es el inicio d'e todo acontecer. En el inicio todo está decidido. Si bien lo que ha empezado y devenido al punto parece avanzar dejando atrás su inicio, éste sigue empero - habjéndose vuelto aparentemente él mismo lo pasado - estando eri vigor y siendo Io aún esenciante, con lo cual entra en controversia todo lo venidero. En ioda auténtica historia, que es más que la mel-a sucesión de hechos, lo decisivo es el porvenir, esto es, el rango y la amplitud de las metas del crear. La grandeza del crear se mide según hasta qué punto puede seguir la íntima ley oculta del inicio y llevar su curso hasta el fin. Históricamente inesencial, mas igualmente inevitable es por ello lo nuevo, divergente, extravagante e insólito. Ahora bien, porque lo inicial sigue siendo siempre lo más oculto, porque es inagotable y se sustrae, porque además Io que cada vez ha devenido se convierte de inmediato en lo habitual y porque esto a través de su propagación encubre el inicio, por eso se requiere de los vuelcos de lo que se ha vuelto habitual - de las revoluciones. El vínculo originario y genuino al inicio es por eso Io revolucionario, lo cual a través del trastorno de lo habitual pone nuevamente en campo libre la ley oculta dei inicio. Por eso precisamente no se resguarda el inicio - porque de ningún modo se lo alcanza a través de lo conservador. Pues sólo a partir de lo ya devenido éste hace la regla y el ideal, los que se buscan entonces una y otra vez en la observación historiográfica. Repetición 1) El doble sentido de la pregunta por la verdad. La esencia, no-io general que - vale por igual, sino lo más esencial PDF compression, OCR, web optimization using a watermarked evaluation copy of CVISION PDFCompressor http://www.cvisiontech.com/ La pregunta por la verdad tiene un dohle sentido. Nosotros buscamoS la "verdad" - puede querer decir: nosotros UCíC()S saber Io c,c/aJcro, de lo cual depende nuestro obrar y nuestro "ser". Nosotros preguntamos por "la verdad" - puede querer decir: nosotros nos esforzamos por hallar la esencia de lo verdadero. Por la esencia se entiende aquello que convierte cada cosa verdadera en verdadera. Cuando la mira está puesta en la esencia, precisamente no se trata de lo verdadero singular. Por eso la pregunta por la verdad en el sentido de la pregunta por la esencia se expone al punto a La más aguda sospecha; pues nosotros queremds lo verdadero, qué nos importa la verdad. Pero aquí ciertamente se presupone sin meditación ulterior que la esencia es aquello general que vale de igual modo para todo Io singular - lo indiferente que vale por igual. Sólo que esto podría ser un desconocimiento de la esencia. Por eso tenemos que llegar, y por cierto de inmediato, a un sitio de nuestra meditación donde la pregunta, qué sea pues la esencia misma de algo, se vuelve ineludible. Podría salir a la luz que la esencia de algo no es lo indiferente que vale por igual, sino lo más esencial. Entonces finalmente tendríamos incluso que invertir aquella exigenci aparentemente comprensible de suyo - nosotros queremos Io verdadero, qué nos importa la verdad - y decir: nosotros queremos la verdad, qué nos importa lo verdadero. Entonces la verdad, la esencia de lo verdadero, sería precisamente lo propiamente verdadero, aquello que se quiere en la exigencia mencionada, pero que se busca a través de un desvío. 2) La cuestionable autocomprensibilidad de la comprensión tradicional de la verdad y la pregunta por su legitimidad Ahora bien, que nosotros no aspiramos a una definición indiferentemente válida de la esencia de lo verdadero para aquietarnos en ella, ya lo mostraron los primeros pasos de nuestras reflexiones. Nos liberamos de la determinación corriente de la verdad como rectitud del enunciado, en tanto mostramos cómo esta determinación reposa sobre algo más originario-, que constituye el fondo de la posibilidad de la rectitud. Así
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