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El-Partido-Liberal-Mexicano-y-la-Revolucion-en-Chihuahua-1908-1911

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
COLEGIO DE HISTORIA 
 
 
 
EL PARTIDO LIBERAL MEXICANO 
Y LA REVOLUCIÓN EN CHIHUAHUA, 1908-1911 
 
 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE 
LICENCIADO EN HISTORIA 
PRESENTA 
MIGUEL ÁNGEL RAMÍREZ JAHUEY 
 
 
ASESOR: DR. PEDRO AGUSTÍN SALMERÓN SANGINÉS 
 
 
MÉXICO, CIUDAD UNIVERSITARIA. 
ABRIL DE 2012 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
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Este trabajo está dedicado a mis padres, Miguel y Adalberta, 
por todo el amor, el cariño, la abnegación, 
el apoyo y la paciencia que un hijo podría esperar. 
Esto es por y para ustedes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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AGRADECIMIENTOS 
 
A la Universidad Nacional Autónoma de México, que en su seno ha permitido que me desarrolle 
como ser humano a lo largo de diez arduos años. 
 
A mi profesor de Historia de México y Revolución Mexicana en la preparatoria, Héctor Hernández 
Romero; sus enseñanzas fueron de gran valor, e indirectamente contribuyeron a que me decidiera por 
esta hermosa carrera. 
 
A Margarita Carbó Darnaculleta, por sus valiosas correcciones para este trabajo; por enseñarme que 
la Historia puede ser una herramienta crítica para comprender el mundo que nos rodea; y por ser una 
gran persona y una inspiración para la vida. 
 
Dice Umberto Eco que es de mal gusto agradecer al asesor, pero si a alguien le debo gratitud es a 
Pedro Salmerón Sanginés, por la confianza y el apoyo brindado para que este trabajo saliera adelante 
y se llevara a buen término; también por demostrar que desde la academia se puede ser un feroz 
crítico del sistema; y por sacar, junto a Paco Taibo II, la Historia a la calle, donde hace falta. El 
ejemplo de ambos es estimulante. 
 
Tengo una deuda de gratitud especial con Jesús Vargas Valdés por su inmensa generosidad y sus 
palabras, que fueron de enorme ayuda para esta tesis; una fortuna y un honor haberlo conocido. 
 
A Alejandro de la Torre por sus oportunas observaciones en la recta final del trabajo. A Ricardo 
Gamboa por la ayuda, y por todo lo aprendido en clase, parte de mi formación también se la debo a 
él. A Rubén Trejo por la solidaridad, espero contribuir de la misma forma. 
 
A los camaradas que directa e indirectamente han contribuido a que haya podido llegar hasta aquí: 
Eduardo Ayala Tafoya por el privilegio de su amistad y por estar allí, en las buenas, en las malas y 
en todas –¡finalmente lo logramos!–; Víctor Manuel Guerra García, “hermano de raza”, por el 
camino andado, y por el que falta; Eduardo Orozco del Rosario por su generosidad y apreciable 
amistad; Jamid Gómez Anaya; Tonalli López Venegas; Gabriel Isaac Espinoza; Laura García; Juan 
Eleazar Cruz, por las experiencias vitales; Dalia Aidee Guevara, gran ser humana e imprescindible 
amiga; Iván Pineda Rocha, el wens, por los buenos ratos, cotorreos y solidaridades. Espero seguir 
topándolos en el camino… 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Aunque a algunos nos guste escarbar en el pasado, 
 no es para quedar en él como en un sarcófago, 
sino para mirar más y mejor el porvenir. 
 
Diego Abad de Santillán 
 
 
 
 
 
Yo soy anarquista; 
no lucho por odio a un gobierno, 
sino por amor a una humanidad libre. 
 
Práxedis G. Guerrero 
 
 
 
 
 
Menos mal que queda la historia. 
Menos mal que queda la memoria. 
 
Paco Ignacio Taibo II 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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ÍNDICE 
 
 
Introducción 11 
 
Capítulo I. Preludio a la Revolución 17 
I.1. Organización para un nuevo intento revolucionario 18 
I.2. El maderismo 27 
I.3. La revolución ha estallado 33 
 
Capítulo II. Comienza la revolución libertaria 41 
II.1. Guerrero encabeza el contingente libertario 41 
II.2. El PLM es descabezado 47 
II.3. La Revolución debe continuar 52 
II.4. Prisciliano G. Silva y los liberales 55 
 
Capítulo III. Madero se integra a la Revolución 58 
III.1. Madero contra los liberales, primer asalto 58 
III.2. Madero encabeza la Revolución 61 
III.3. Las fuerzas liberales se dividen 64 
III.4. Madero contra los liberales, segundo asalto 70 
III.5. Una nueva esperanza 73 
 
Capítulo IV. El PLM prosigue la revolución 76 
IV.1. Nuevo régimen, misma revolución 78 
IV.2. La revolución contra Madero 86 
IV.3. La Junta y la nueva revolución 89 
IV.4. Orozco y el magonismo 92 
IV.5. La última acción 95 
 
Conclusiones 97 
 
Fuentes consultadas 103 
Mapas 109 
 
 
 
 
 
 
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INTRODUCCIÓN 
La historia del Partido Liberal Mexicano (PLM) generalmente ha sido asociada al campo de los 
precursores de la Revolución Mexicana, y sus integrantes identificados como los intelectuales que 
sentaron las bases de la ideología revolucionaria. Muchas veces criticados por asumir una postura 
anarquista a ultranza, otras más acusados falsamente de filibusteros por la campaña de Baja 
California en 1911, la historia estatal ha encasillado a los liberales liderados por Ricardo Flores 
Magón a permanecer en el baúl de los predecesores de la Revolución de 1910, restando sus méritos y 
cancelando su participación en ella; éstos “existen solamente hasta 1906 y nada más en su calidad de 
precursores […], en la medida en que contribuyeron a fortalecer la conciencia social y política de las 
clases explotadas”1, que luego “se eclipsaron muy oportuna y prudentemente”; preferible es tener 
héroes que lucharon contra la dictadura bajo una ideología decimonónica y que aportaron avanzados 
conceptos al ideario justiciero de la revolución, que enemigos ácratas que atacaron toda forma de 
gobierno y propusieron con las armas en la mano una nueva forma de organización social, 
anticapitalista y de mucho mayor profundidad que el Estado creado por los vencedores de la 
Revolución. Hoy sabemos que el PLM aportó a la historia nacional mucho más que meros teóricos e 
intelectuales y que su vínculo con la revolución iniciada en 1910 por Francisco I. Madero era mucho 
más profundo que un simple desarrollo predecesor de ideas fundamentadas en la justicia, la igualdad 
y la libertad para los mexicanos. 
Pero, ¿cuál fue la contribución tangible del PLM a la Revolución Mexicana? Este trabajo tiene 
la finalidad de estudiar la participación del PLM en la primera etapa de la insurrección armada 
iniciada en 1910 para tratar de dar respuesta a dicha interrogante. Si bien es cierto que existen varios 
e importantes estudios sobre el PLM en sus múltiples aspectos (políticos, ideológicos, periodísticos, 
 
1 Carbó Darnaculleta, Margarita. “¡Viva Tierra y Libertad! La utopía magonista”, en XVIII Jornadas de Historia de 
Occidente : Las utopías. 18-19 de octubre de 1996. México, Centro de Estudios de la Revolución Mexicana Lázaro 
Cárdenas, A.C. 1997. p. 68. 
 - 12 -
etc.), son pocos los que se han enfocado en su aspecto armado en la época fuera del episodio 
bajacaliforniano, y, como señala Rubén Trejo, es una tarea pendiente que está por hacerse2, por la 
cual hemos iniciado esta investigación con el propósito de contribuir con un pequeño grano de arena 
al edificio del conocimiento dedicado a la Revolución Mexicana. 
No se pretende hacer un estudio del PLMo de sus principales integrantes, tampoco de su 
proyecto teórico-político e ideología o de sus actividades militares desplegadas entre 1906 y 1908 
pues esta labor ya ha sido realizada por varios autores en diferentes trabajos.3 Lo que se busca hacer 
es un análisis de los hechos de armas a partir de los militantes que llevaron a cabo desde el terreno de 
la acción, los planes para la revolución social señalados en los programas y manifiestos del núcleo 
central libertario, rescatando su participación en la insurrección de 1910. Por tal motivo, hemos 
situado el punto de partida de la investigación en el año de 1908, inmediatamente después de los 
fracasados levantamientos promovidos por el PLM en distintos puntos del norte del país; nuestro 
propósito es comprobar si existe una línea continua entre las insurrecciones liberales previas hasta la 
gran Revolución de 1910 y establecer cuál fue su contribución en ella. 
Hemos centrado nuestra atención en la campaña de Chihuahua llevada a cabo por los liberales 
entre 1910 y 1911, porque creemos que, dentro de la historiografía existente sobre el tema, ésta 
particularmente ha sido estudiada de manera fragmentada, muchas veces ignorada; otras más diluida 
y oscurecida por el movimiento antirreeleccionista que alcanzó una mayor trascendencia. Creemos 
que en este territorio norteño, donde por años los liberales estuvieron trabajando y cultivando el 
terrero para recoger los frutos de una revolución social, el PLM se jugó su destino; había mucho que 
ganar y todo que perder si fracasaban en su proyecto libertario en la entidad, de allí que rescatemos 
 
2 Rubén Trejo. Magonismo: Utopía y Revolución, 1910-1913. México, Cultura Libre, 2005. p. 16. 
3 Para un acercamiento completo de este periodo remitimos a las obras de: Ricardo Esparza. El fenómeno magonista en 
México y Estados Unidos, 1905-1908. México, Universidad Autónoma de Zacatecas, 2000; Salvador Hernández Padilla. 
El Magonismo: Historia de una pasión libertaria 1900-1922. 2ª Ed. México, Ediciones Era, 1988; Dirk Raat. Los revoltosos 
: Rebeldes mexicanos en los Estados Unidos, 1903-1923. México, Fondo de Cultura Económica, 1988; James D. 
Cockcroft. Precursores intelectuales de la revolución mexicana, 1900-1913. 7ª Ed. México, Siglo XXI Editores, 1981. 
 - 13 -
la importancia que el estado de Chihuahua, y particularmente su franja fronteriza, tiene para la 
historia que aquí se va a tratar. 
Se ha dedicado una primera parte de la investigación al estudio de Práxedis G. Guerrero, ya 
que consideramos que el personaje es fundamental para entender la actuación del PLM antes y 
durante la Revolución, pues como Segundo Secretario, y en ausencia de la dirección, tuvo la 
responsabilidad de llevar a cabo los preparativos para continuar la tarea revolucionaria iniciada en 
1906. Su aportación a la historia tampoco ha sido considerada ampliamente, por cuyo motivo nos 
parece importante acercarnos al personaje y rescatar parte de su legado, muy rico en aspectos de 
carácter intelectual y humanista. Enseguida nos ocupamos de la campaña liberal en Chihuahua para 
analizar su desenvolvimiento dentro de la insurrección antirreeleccionista, así como los factores que 
llevaron al rompimiento de PLM con Madero y su consecuente exclusión de la revolución. 
Finalmente se examinan la postura y las acciones de los liberales frente al triunfo de Madero sobre la 
dictadura, así como las causas de su derrota en el campo de batalla. Este recorrido en su conjunto nos 
permite estudiar los aportes, así como los aciertos y los errores, de la Junta Organizadora del PLM en 
la Revolución Mexicana, para probar cuál fue su participación y sus alcances reales en ella, y si su 
actuación fue mucho más profunda de lo que generalmente se piensa. 
Esta investigación se ha realizado a partir de una perspectiva liberal, no como producto de una 
concepción subjetiva, sino buscando penetrar en la lógica propia del PLM y con ello, encontrar una 
explicación profunda de su proceder frente a ciertos aspectos críticos que definieron su rumbo y su 
destino. Desde luego, se ha confrontado la línea liberal con las distintas fuentes que tratan sobre la 
Revolución para proponer una visión amplia del tema, aunque en algunos momentos se ha cargado a 
propósito la balanza, buscando ver desde el espejo del magonismo el reflejo de su realidad y tratar de 
analizar el por qué de su actuación. 
 - 14 -
Hemos tomado prestado el término “pelemistas” de la obra de Rubén Trejo4, para referirnos a 
los integrantes y militantes que lucharon bajo la bandera roja del PLM, pues consideramos que éste 
se adecua mejor a nuestros propósitos: estudiar la actuación de los revolucionarios en el terreno de la 
acción; y también para respetar la memoria histórica del hombre que buscó a toda costa que su 
organización no fuera identificada como un movimiento político personalista encabezado por un 
falso ídolo. Ricardo Flores Magón repudió que se señalara como “magonistas” a los hombres y 
mujeres que luchaban por la emancipación social, por la abolición del poder y por un proyecto 
colectivista basado en el autogobierno, así que, bajo esta premisa, procuraré utilizar lo menos posible 
dicho apelativo. 
 
Los pelemistas fueron el primer grupo revolucionario derrotado materialmente en la insurrección 
iniciada en 1910, así que ésta es una historia de los vencidos, de la cual creemos que es necesario 
recuperar parte de su importante legado. El PLM fue minimizado durante años por no pertenecer al 
campo de los revolucionarios vencedores, maderistas en una primera etapa, y por desafiar por igual 
tanto al viejo sistema porfirista como al nuevo orden derivado de la insurrección popular. Fuera de la 
discusión sobre si su postura ideológica era o no la correcta, pensamos que hacer un rescate de su 
participación en la Revolución Mexicana es una tarea importante en la actualidad, hay mucho que 
aprender de aquellos hombres que concibieron un mundo mejor basado en la justicia, la igualdad y la 
solidaridad. 
Hoy vivimos en un estado donde la miseria humana, tanto económica como social, política y 
moral, se ha impuesto en la realidad, “cosas que se han visto simples y triviales en un mundo que 
parece acostumbrarse cada vez más a la locura”5. Es tarea de la Historia, y de las disciplinas propias 
del campo de las humanidades, buscar no sólo entender su realidad inmediata, sino intentar mejorarla 
 
4 Trejo, Op. cit., pp. 17-18. 
5 José Revueltas. Los motivos de Caín. México, Ediciones Era, 1979. p. 9. 
 - 15 -
para procurar un futuro mejor. Personalmente creo que nuestra disciplina debe ayudar a construir ese 
porvenir, pues si ésta no sirve para comprender y transformar la realidad y sólo está destinada a una 
producción intelectual reservada a un cerrado circulo académico o a un estante de biblioteca, en el 
peor de los casos, entonces habremos sido absorbidos por esa realidad, mezquina y egoísta, y 
fracasado como seres humanos. Comparto las palabras de Josep Fontana cuando señala que “el 
trabajo del historiador debe servir fundamentalmente para combatir todo aquello que atenta contra el 
derecho que cada hombre y cada mujer tiene a su vida, a su libertad y a su dignidad” y “que aunque 
hemos perdido muchas batallas, y seguiremos perdiendo otras muchas, nunca seremos 
definitivamente derrotados.”6 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 Josep Fontana. Historia: análisis del pasado y proyecto social. Barcelona, España, Crítica, 1999. p. 8. 
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CAPÍTULO I. PRELUDIO A LA REVOLUCIÓN 
Luego de las infructuosas jornadas de 1906 y 1908 por desatar la tan anhelada revolución contra el 
régimen de Porfirio Díaz, la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano no perdía las 
esperanzas de derrocar alanciano dictador y emprender las transformaciones económico-sociales que 
se habían planteado en su programa de 19067. A pesar de los constantes golpes, de las persecuciones, 
los encarcelamientos y las derrotas en el campo de batalla, los integrantes de la Junta tenían 
perfectamente clara una idea: la de que la única posibilidad de obtener un cabio real sólo se la darían 
las armas y la convicción de combatir hasta la muerte al aparato porfirista. Todos los esfuerzos 
estaban encaminados a dicho fin, no obstante las penurias y tragedias, la cárcel y la falta de recursos. 
En el otoño de 1908, cuando todo parecía estar acabado para el PLM, las esperanzas 
revolucionarias seguían vivas gracias a los esfuerzos de los únicos miembros de la Junta 
Organizadora que estaban libres: Práxedis Gilberto Guerrero y Enrique Flores Magón, segundo 
secretario y tesorero de la Junta respectivamente. Después de sobrevivir a las penosas jornadas en el 
desierto que siguieron al fallido ataque a la aduana de Palomas, Chihuahua, a principios de julio, los 
dos camaradas evadieron la persecución de que eran objeto y lograron cruzar la frontera de regreso a 
los Estados Unidos para establecerse temporalmente en Albuquerque, Nuevo México, y finalmente 
dirigirse hacia el estado de California desde donde intentarían reestructurar las debilitadas filas del 
PLM y ponerse en contacto con Ricardo Flores Magón, Librado Rivera y Antonio Ireneo Villarreal, 
los otros integrantes centrales de la Junta en ese entonces presos en la penitenciaría de California. 
Agentes consulares mexicanos vigilaban estrechamente los pasos de los liberales, particularmente de 
Práxedis, pero –a pesar de tener plenamente identificado al “sedicioso” Guerrero– se declaraban 
 
7 Cabe recordar que en estos años el Partido Liberal Mexicano llevó a cabo una serie de levantamientos armados 
organizados en varias localidades fronterizas de México y Estados Unidos con el objetivo de iniciar una insurrección 
generalizada contra el gobierno mexicano, siendo Ciudad Juárez, Chihuahua, uno de los objetivos más importantes para 
la revolución liberal. 
 - 18 -
impotentes para capturarlo8. Motivados por el acoso de los agentes de Díaz, los camaradas tomaron 
la decisión de separarse, Enrique se quedaría en la zona de San Francisco mientras que Práxedis se 
dirigiría hacia el sur de Arizona y Texas para reorganizar a los dispersos militantes y activar nuevas 
redes clandestinas para la revolución. 9 
La franja sur que comprendía los estados de Arizona, Nuevo México y Texas se convirtió en 
un sector estratégico para el PLM, pues en la región la agrupación contaba con un importante 
número de simpatizantes, migrantes mexicanos que laboraban en las minas de carbón, en los 
aserraderos o en los ranchos locales, y que fueron los primeros receptores de la propaganda 
revolucionaria de los liberales. En la población de Morenci, Arizona, Práxedis logró consolidar un 
importante foco de apoyo liberal desde 1906 al constituir la Junta Auxiliar “Obreros Libres” que se 
adhirió a los principios y objetivos de la Junta Organizadora del PLM para “trabajar por la 
regeneración de la patria”, por lo que la zona se volvió nuevamente uno de los centros de 
operaciónes del segundo secretario para buscar reiniciar un futuro levantamiento revolucionario.10 
Iniciaba el año de 1909, no habían pasado más de 6 meses desde los últimos intentos 
insurreccionales y el PLM se resistía a morir sin dar pelea a la dictadura. 
 
I.1. Organización para un nuevo intento revolucionario 
 
8 Secretaría de Relaciones Exteriores, Archivo Histórico Genaro Estrada (en adelante AHGE), LE-943, ff. 38-42. Informe 
del cónsul de Los Ángeles Antonio Lozano al Secretario de Relaciones Exteriores (SdRE), 9 de septiembre de 1908: 
“Dadas las innumerables dificultades con que he tropezado y seguiré tropezando, me permito sugerir la conveniencia 
de que se ordene al agente Furlong, quien, según sé, está trabajando en Texas, que venga á esta ciudad con sus 
ayudantes para cooperar al arresto de Praxedis G. Guerrero y otros cabecillas, ya que se ha ratificado su permanencia 
aquí. […] Tal resultado no extrañará a Ud. cuando le consta la sutileza y la larga práctica de los revoltosos acrecentada 
por cada fracaso ó defección de que han sido víctimas”. 
9 Enrique Flores Magón y Samuel Kaplan. Peleamos contra la injusticia. ed. corregida y aum. México, Sindicato de 
Trabajadores de la Industria de la Radiodifusión, Televisión, Similares y Conexos de la República Mexicana, 2006. Tomo 
II, p. 52. 
10 “Constitución de la Junta Auxiliar Obreros Libres” en Práxedis G. Guerrero. Artículos de combate. México, Antorcha, 
1977. p. 33; Javier Torres Parés. La revolución sin fronteras. México, Universidad Nacional Autónoma de México - 
Facultad de Filosofía y Letras, 1990. p. 47. 
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En el mes de octubre de 1908 Prisciliano González Silva y Leocadio Treviño fueron condenados a 
dos años de prisión en El Paso, acusados de violar las leyes de neutralidad; mientras que en 
septiembre fue arrestado en Waco, Texas, Antonio de Pío Araujo y posteriormente sentenciado a dos 
años y medio de cárcel por igual delito11; casi un año después caía preso y condenado a 18 meses 
Jesús María Rangel por su participación en el levantamiento de Las Vacas. Estas detenciones 
significaron un duro golpe para la Junta pues Silva era uno de los cuadros más destacados del PLM 
en el campo de batalla, quien desde 1906 venía sumando esfuerzos y recursos destinados a la 
organización de militantes armados en el sur de Texas; Araujo por su parte, estaba encargado de 
organizar grupos guerrilleros en la frontera de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas y fungía además 
como editor del periódico Reforma, Libertad y Justicia, órgano difusor del PLM en ausencia de 
Regeneración y del extinto Revolución; en el momento de su arresto “se le recogieron papeles de 
todos ó la mayor parte de los malos mexicanos que andan por allá escandalisando [sic.]”12; mientras 
que la detención de Rangel implicó el aseguramiento de un importante arsenal13 así como archivos 
de la Junta y listas de simpatizantes en el territorio estadounidense, pues como “delegado especial” 
estaba encargado de organizar grupos clandestinos en la frontera de México y la zona sur de Texas. 
Parecía que los esfuerzos de la dictadura por acabar con los “revoltosos” del PLM al otro lado 
de la frontera habían obtenido los resultados deseados pues lograron infiltrar con éxito sus grupos y 
derrotarlos en la confrontación armada, su aparato de inteligencia nuevamente resultó ser el arma 
más eficaz contra la disidencia radical14. No obstante, los pocos cuadros que quedaban en libertad 
 
11 AHGE, LE-942, f. 147. Oficio del Cónsul de San Antonio Enrique Ornelas al SdRE, 22 de enero de 1909: “este resultado 
pone fuera de acción, por lo menos por el tiempo de su prisión, á uno de los más peligrosos y principales cabecillas del 
llamado partido liberal mexicano”. 
12 AHGE, LE-941, f. 222. Oficio de Ramón Corral al SdRE, 1 de octubre de 1908. 
13 Más de quinientos rifles y “muchas pistolas” de acuerdo con Ethel Duffy Turner. Ricardo Flores Magón y el Partido 
Liberal Mexicano. ed. facsimilar. México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 2003. p. 
182. 
14 Basta hojear alguno de los 38 legajos destinados a los magonistas, con 250 fojas en promedio cada uno, existentes en 
el AHGE para darse una idea de lo bien enteradas que estaban las autoridades porfiristas de los movimientos 
efectuados por los liberales desde que cruzaron la frontera: agentes infiltrados, detectives privados pagados por los 
 - 20 -
comenzaron a reestructurarse para entrar en acción nuevamente. ¿De dónde sacaban fuerzas estos 
militantes para reponerse delos ataques de la dictadura y seguir activando nuevamente núcleos 
armados? La necesidad de cambio en las estructuras sociales y económicas y la convicción de la 
causa revolucionaria seguían siendo la principal fuerza que mantenía en pie su trabajo por la 
revolución. Sin ningún tipo de recursos financieros y viviendo al día de su trabajo asalariado, los 
militantes libres no perdían un segundo, la prioridad era no dejar que la dictadura se perpetuara en el 
poder por más tiempo. 
Antes del arresto de Rangel, durante los primeros días de enero de 1909, Práxedis se reunió 
con éste en El Paso para encomendarle la misión de organizar nuevos núcleos revolucionarios en 
Texas y preparar una futura insurrección liberal contra la dictadura, la cual consistía en aplicar la 
eterna estrategia guerrillera de corte bakuninista: crear grupos clandestinos que se encargarían de 
impulsar fuerzas armadas en el territorio mexicano, las cuales atacarían simultáneamente los 
poblados cercanos para finalmente avanzar hacia la capital del país una vez que la Junta diera la 
orden de levantarse, confiando en que la espontaneidad de las masas generalizarían la revolución; 
pero la tarea principal en ese momento consistiría en obtener pertrechos y recursos suficientes con 
los cuales buscarían llevar a cabo la lucha15. Para mantener en aviso y coordinar a los grupos del 
interior de la República sobre el próximo levantamiento, Práxedis se vio obligado a abandonar sus 
actividades en Estados Unidos e internarse en varios estados del territorio mexicano durante el mes 
de febrero. Según Ethel Duffy Turner, Guerrero era 
 
consulados para la vigilancia de sus actividades, intercepción y violación del correo (a pesar de las artimañas de las que 
se valían los integrantes presos de la Junta para hacer llegar instrucciones a los delegados libres, como contrabandear 
su correspondencia en el resorte de sus calzoncillos, usar nombres falsos o cifrar las cartas), todo era del conocimiento 
de los diferentes consulados que rendían informes detallados al Secretario de Relaciones Exteriores. 
15 Armando Bartra. La oveja negra. México, Para Leer en Libertad - Partido de la Revolución Democrática, 2011. p. 28; 
Eugenio Martínez Núñez. Perfiles revolucionarios : la vida heroica de Práxedis G. Guerrero. México, Instituto Nacional de 
Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1960. p. 173; José C. Valadés. Jesús María Rangel: el brazo armado del 
magonismo fronterizo. México, Para Leer en Libertad - Partido de la Revolución Democrática, 2010. p. 36. 
 - 21 -
un verdadero transformista, tan presto era burgués como peón; árabe como arriero, o un 
ranchero que iba a vender sus caballos; y algunas veces mercero, que proponía sus peines, 
alfileres, pañuelos y agujas. Repitió estas personificaciones entre 1909 y 1910.16 
No podía haber sido de otra forma pues desde mediados de 1908 “Prax”, como le llamaban sus 
camaradas, tenía dos órdenes de búsqueda y captura por parte del gobierno estadounidense, que lo 
acusaba de conspiración y violación de las leyes de neutralidad, además pendía sobre su cabeza una 
recompensa de diez mil dólares ofrecida por la dictadura, por lo que también era perseguido 
incansablemente por los detectives privados de Furlong y agentes mexicanos al servicio de los 
diferentes consulados fronterizos, así que era vital recurrir a todas las artimañas posibles para 
mantenerse libre y, sobre todo, vivo para la lucha futura.17 
Para los liberales, la revolución debía estar encaminada a trasformar el estado de miseria que 
sojuzgaba a la población mexicana para satisfacer sus necesidades más básicas y garantizar una vida 
próspera, justa e igualitaria. Más que una prioridad, era obligación de la revolución planteada por 
ellos cumplir con estos objetivos de manera efectiva y sin intermediarios políticos que obstaculizaran 
su marcha; la dictadura los había obligado a tomar el camino de la acción directa y violenta como 
único medio para alcanzar los propósitos esgrimidos en su amplio programa de 1906. Pero esta tarea 
era imposible para ellos realizarla solos, así que apelaban a la solidaridad de los trabajadores de todo 
el mundo para apoyar al PLM en su sincero esfuerzo: 
La Revolución Mexicana no es un fenómeno puramente político; es un problema social que 
nos concierne directamente. Nos vemos obligados por la voluntad del tirano Díaz a un 
enfrentamiento violento. Nosotros no hemos provocado la lucha, hemos sido arrastrados a ella. 
Hemos aprendido la lección tan hábilmente expresada por un gran pensador: “Es mejor un 
puñado de fuerza que un costal de derechos”. 
 
16 Turner, Ricardo Flores Magón…, p. 136. 
17 AHGE, LE-943, f. 327. Informe del cónsul de El Paso Antonio Lomelí al SdRE, 27 de octubre de 1908; Turner, Op. cit., p. 
185; Martínez, Perfiles revolucionarios…, p. 184. 
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 Nuestro programa es simple; no pretendemos hacerlo todo en un día, y por lo mismo 
empezaremos a desatar la cuerda que nos tiene sujetos para poder iniciar nuestra marcha hacia 
el progreso: libertad de imprenta, de palabra y de enseñanza, derecho de reunión; y la 
restitución al pueblo de las grandes propiedades de tierra no cultivada […] Todas estas 
reformas están incluidas en el programa del Partido Liberal. La jornada de ocho horas, el 
establecimiento del salario mínimo y el derecho de los ciudadanos de la República a participar 
en todos los asuntos públicos forman también parte de nuestro programa. De esa forma la 
Revolución Mexicana abrirá una brecha en la que se edificará un organismo social más justo, 
más en armonía con los sentimientos de amor y de solidaridad que algún día presidirán la 
marcha del mundo. Es axiomático que quienes luchan por la liberación del individuo y la 
emancipación de un pueblo acortan los días de la esclavitud del mundo entero. […] 
Compañeros de todo el mundo: leed con atención nuestro manifiesto, y después adoptad la 
actitud que mejor pueda ayudar a la causa de la libertad.18 
Guerrero también procuró buscar alianzas con organizaciones socialistas norteamericanas, para 
ampliar el apoyo y el respaldo a la futura revolución, por cuya tarea realizó una gira por los Estados 
de Kansas, Missouri e Illinois19. A mediados de 1909 ya existían algunos grupos organizados en el 
sur de Texas dispuestos a entrar en acción, producto de la labor previa de Rangel20, lo que alentaba la 
confianza de Guerrero, quien, además de organizador y trabajador, se había empeñando en editar un 
nuevo periódico llamado Punto Rojo21, con circulación en los centros obreros de la frontera entre 
Sonora, Chihuahua y Coahuila, consciente de lo que significaba para el movimiento pelemista, 
mantener un órgano difusor y de propaganda que funcionara como “agitador y organizador 
 
18 Práxedis G. Guerrero y Enrique Flores Magón, “Manifiesto a los Trabajadores de todos los Países” [trad. del inglés por 
Proudhon Carbó], San Antonio, Texas, 10 de mayo de 1909, en Guerrero, Artículos de combate, pp. 70-75. 
19 Valadés, Jesús María Rangel…, p. 38. 
20 Martínez, Perfiles revolucionarios…, p. 176, proporciona una lista de los grupos y los hombres al mando de éste. 
Destaca Lázaro Alanís, veterano del asalto a Las Vacas en 1908 y futuro expedicionario liberal; Cfr. Valadés, Jesús María 
Rangel…, p. 39. 
21 El primer número está fechado el 15 de agosto de 1909, con Práxedis G. Guerrero como único redactor, se trata de 
una pequeña publicación impresa en una hoja carta doblada por la mitad con cuatro páginas. “Este periódico lo había 
empezado a editar Guerrero a costa de grandes sacrificios, en una pequeña prensa que él mismo manejabasecretamente en la casa de uno de sus amigos y compañeros de lucha, el líder socialista y americano William Lowe, […] 
y sin contar con otros recursos que los que le proporcionaba su trabajo en los cortes de madera.”, Martínez, Perfiles 
revolucionarios…, p. 180. 
 - 23 -
colectivo”22, con el cual expandir su voz de lucha a todos los rincones posibles. Los parágrafos con 
los que abre su publicación resultan provocadores, como toda consigna libertaria: 
No soy una mercancía, soy una idea; y las ideas no se compran, se sostienen. 
Dadme un mundo, dadme cien, dadme mil universos, y los trastornaré apoyándome en el punto 
rojo. 
Pero la detención en el mes de agosto de Rangel debilitó la estructura organizativa en el sur de 
Texas, al quedar ésta sin enlaces y obligó a Guerrero a parar las tareas insurreccionales y a esperar 
tiempos mejores. Los agentes consulares, por su lado, mantenían una estrecha vigilancia de los 
“revoltosos”, ubicando su centro de operaciones en la casa de Benjamín G. Silva, hijo de Prisciliano, 
en donde vivían Práxedis, José Inés Salazar y Manuel Orozco23. El Paso se había convertido 
nuevamente en la base de operaciones de los revolucionarios liberales pues “parece que en esta 
ciudad está la dirección de los trabajos de los revoltosos, y a su frente parece estar Práxedis G. 
Guerrero”24. 
A mediados de octubre, cuando se llevaban a cabo los preparativos para la entrevista Díaz-Taft 
en El Paso, la policía local, apoyada por el consulado mexicano, dispuso un operativo de seguridad 
para mantener a raya a los revoltosos ante un posible atentado contra las distinguidas personalidades, 
que se reunirían en dicha localidad. Entre los días 14 y 15 las fuerzas de seguridad llevaron a cabo 
una redada para arrestar a todos los “sediciosos” anarquistas, o sospechosos de serlo, como medida 
precautoria; pero el consulado no estaba satisfecho con los resultados pues aún no se había logrado el 
 
22 Armando Bartra (pról., selecc. y notas). Regeneración 1900-1918 : La corriente más radical de la revolución mexicana 
de 1910 a través de su periódico de combate. 4ª ed. México, Ediciones Era, 1982. p. 18. 
23 AHGE, LE-946, f. 394. Informe del cónsul de El Paso Antonio Lomelí al SdRE, 19 de mayo de 1909. Es probable que se 
trate de la misma casa que funcionaba como cuartel operativo en 1908, desde la cual partirían los elementos 
encargados de tomar la guarnición de Ciudad Juárez junto a los conspiradores de Casas Grandes. La casa fue asaltada 
por la policía la víspera de la marcha y arrestado Prisciliano G. Silva junto a su hijo y Leocadio Treviño. En aquella 
ocasión Práxedis y Enrique Flores Magón lograron huir del lugar para llevar a cabo posteriormente el ataque a Palomas. 
Benjamín G. Silva fue puesto en libertad por ser menor de edad y suponerse que actuó en obediencia a su padre. 
24 AHGE, LE-947, f. 264. Informe del cónsul de El Paso Antonio Lomelí al SdRE, 26 de julio de 1909. 
 - 24 -
arresto de Práxedis G. Guerrero, principal instigador de los revolucionarios y probable responsable 
de una conspiración para asesinar al presidente Díaz de acuerdo a sus informes.25 
Para el otoño de 1909 un importante número de militantes del PLM estaban presos, muertos o 
desmovilizados; varios integrantes de la dirección central (Flores Magón, Rivera, Villarreal y 
Sarabia) e importantes “delegados especiales” habían sido encarcelados; Francisco Manrique, el otro 
destacado organizador libertario que venía acompañando a Práxedis en sus aventuras desde la niñez, 
había muerto en el combate de Palomas un año antes y diversos cuadros del interior de la República 
mexicana, a pesar del esfuerzo del segundo secretario, se encontraban dispersos e incomunicados de 
la Junta. Aún así, los pocos elementos que se mantenían en libertad seguían aportando sus esfuerzos 
para mantener viva la causa revolucionaria como Fernando Palomares, Lázaro Gutiérrez de Lara, 
Enrique Flores Magón y Práxedis G. Guerrero, este último se había convertido en el cuadro 
operativo más importante del PLM en ese momento, a pesar de las constantes persecuciones y 
hostigamiento de que era objeto por parte de los agentes de la dictadura. Es de destacarse que de toda 
la Junta del PLM Guerrero fue el único miembro que no pisó la cárcel, pese a que las autoridades 
consulares lo tenían prácticamente cercado, gracias a su habilidad para evadir la vigilancia26; esto 
permitió que los esfuerzos organizativos del segundo secretario del PLM se mantuvieran en pie y con 
ello seguir conectando enlaces para la obtención de armas, la mayor prioridad en ese momento, como 
lo hacía manifiesto en su correspondencia a sus cuadros del interior: “Compañero, urge el arreglo de 
 
25 AHGE, LE-949, ff. 18 y 49. Oficios reservados de [?] al SdRE, 27 y 29 de septiembre de 1909. 
26 AHGE, LE-949, f. 18. A pesar de que estaba identificado bajo el seudónimo de “Jacobo” y se sabía que vivía en casa de 
los Silva, los agentes no podían llevar a cabo su arresto debido a que ninguna persona del consulado lo conocía 
físicamente por no tener registros fotográficos de su persona ni testigos que lo reconocieran plenamente para hacer la 
acusación penal en su contra, requeridos por la ley de los Estados Unidos para proceder. Un agente encargado de la 
vigilancia de Guerrero elaboró para el consulado su filiación: 35 años, 5 pies 6 pulgadas de estatura, moreno, 154 libras 
de peso, delgado, pelo y bigote negro, “viste con cierta pulcritud y tiene preferencia por los trajes claros. Peligroso.” en 
AHGE, LE-950, f. 21. En realidad, para esas fechas Práxedis contaba con 26 años de edad. 
 - 25 -
ciertas cosas en Sonora no encontramos á P. Feliciano y nos convendría fuera usted. Hay que recoger 
unas armas (ya usted sabe) la lucha se acerca, esperamos que ustedes estarán listos.”27 
El primero de enero de 1910 circuló una hoja, probablemente escrita por Práxedis, en la que el 
PLM saludaba a todos sus correligionarios y los invitaba a no desistir ni escatimar esfuerzos por la 
revolución, anunciando una próxima lucha por las aspiraciones sociales de las clases trabajadoras 
que convulsionarían al país: 
Compañeros. Feliz año nuevo para todos aquellos hijos de México que fieles á nuestros 
principios de defensa, nos abriga la esperanza de luchar sin descanso hasta morir ó vencer por 
la redención de la patria amada […] Este año es de vida ó muerte, así quedó ya escrito en el 
corazón rebelde de los hijos de la libertad que no admiten cadenas al cuello ni grilletes al pie 
bajo la bandera roja que empuñamos con la sangre vertida de nuestros hermanos de lucha y mil 
sacrificios más obtenidos en la azarosa lucha de redención por el pueblo esclavo de México.28 
Con este fin, en los primeros días de 1910 Práxedis convocó en El Paso a todos los jefes liberales, 
tanto del interior de México como de la frontera estadounidense que habían tomado las armas o 
estaban involucrado en la organización clandestina29, para analizar los aciertos y errores cometidos 
durante las pasadas revueltas de 1908, pero sobre todo para discutir ampliamente los factores que 
llevaron al fracaso de la revolución y no repetirlos en la lucha futura. En los siguientes meses, 
Guerrero estuvo viajando y ocultándose en varias localidades de Texas, entre El Paso, Houston, 
Bridgeport, Dervy y San Antonio, para tratar de reestructurar las golpeadas filas del movimiento 
pelemista a la vez que evadía a sus incansables perseguidores. Su principal objetivo en ese momento 
era orientar a los diferentes cuadros que se encargarían de dirigir el estallido social próximo.30 
Guerrero conjugaba sus actividades revolucionarias con el trabajo en minas de carbón, cuestión 
por la cual no podía ocuparse de lleno en la organización de la lucha venidera y en la prensa27 AHGE, LE-951, f. 269. Carta de Práxedis G. Guerrero a Tomás Espinoza, El Paso, 12 de noviembre de 1909. 
28 AHGE, LE-952, f. 68. Manifiesto del PLM, [s.l], 1 de enero de 1910. 
29 AHGE, LE-952, ff. 14 y 24. Cartas de Práxedis G. Guerrero a [?], [s.l. y s.f.]. 
30 Martínez, Perfiles revolucionarios…, p. 186; Rubén Trejo. Magonismo: Utopía y Revolución, 1910-1913. México, 
Cultura Libre, 2005. p. 49. 
 - 26 -
libertaria, sin contar con la persecución que sufría por parte de los agentes al servicio de la dictadura, 
motivos por los cuales en el mes de abril vio suprimir con gran pesar su periódico Punto Rojo. Uno 
de los problemas con los que siempre tuvieron que lidiar los liberales fue la falta de recursos 
económicos, que tenían que resolver dedicando sus esfuerzos al trabajo asalariado para poder 
subsistir al mismo tiempo que destinar recursos a la obtención de pertrechos de guerra, así como 
papel para la propaganda escrita, su arma más poderosa. En dicha situación, difícilmente se podría 
desatar una revolución en todo el territorio, como la concebían los pelemistas; no obstante, persistía 
en ellos la convicción de que sus esfuerzos, al final, tendrían que rendir frutos. Guerrero 
particularmente estaba empeñado en llevar a cabo la tarea insurreccional, y como segundo secretario 
de la Junta se sentía en la obligación de apoyar todos los trabajos liberales en cualquier punto del 
territorio mexicano, ya fuera en la frontera de Chihuahua y Sonora, zonas de importante tradición 
liberal, o las montañas de Veracruz, donde la guerrilla del pelemista Cándido Donato Padua y de 
Santana Rodríguez Palafox “Santanón”, había comenzado a operar en el mes de julio de 1910 y 
solicitaba armas a la Junta en el exilio, las cuales Práxedis se había comprometido a conseguir y 
enviar desde Nueva York o Nueva Orleáns hacia las costas del golfo o contrabandeadas por tierra vía 
Tamaulipas.31 
A principios de agosto, fueron liberados de la penitenciaría de Florence, Arizona, los 
integrantes centrales de la Junta Organizadora del PLM Ricardo Flores Magón, Librado Rivera y 
Antonio I. Villarreal y se establecieron en Los Ángeles para asumir nuevamente la tarea pospuesta de 
la revolución social. Guerrero, ocupado en ese momento de conseguir y traficar armas para la futura 
insurrección, se trasladó desde San Antonio hasta Los Ángeles para unirse a sus camaradas.32 Una 
vez reunida toda la Junta, Práxedis puso a discusión la necesidad de emprender inmediatamente la 
insurrección armada, pero el resto de la Junta consideró que aún no era tiempo de encender la llama 
 
31 Martínez, Perfiles revolucionarios…, pp. 201-202. 
32 Piero Ferrua. Gli anarchi nella rivoluzione messicana : Praxedis G. Guerrero. Ragusa, La Fiaccola, 1976. p. 87. 
 - 27 -
revolucionaria y había que esperar para organizar mejor los grupos y estar preparados para los 
agitados tiempos venideros para no arriesgarse a ser derrotados como en los anteriores 
levantamientos. De esas fechas data una foto en la que aparecen juntos por primera vez los miembros 
declaradamente anarquistas de la Junta: Ricardo y Enrique Flores Magón, Librado Rivera, Anselmo 
L. Figueroa y Práxedis G. Guerrero33. 
Mientras tanto, los liberales le volverían a dar vida a su arma más eficaz: la prensa. Después de 
cuatro años de ausencia, Regeneración se comenzó a imprimir nuevamente en su cuarta época el 3 de 
septiembre. Guerrero, puntilloso hombre de acción, no estaba del todo conforme en que se 
pospusiera la insurrección liberal por más tiempo y así se lo hacía saber a su camarada Manuel 
Sarabia: 
Creo usted convendrá conmigo en que la palabra es un medio excelente, cuya eficacia está bien 
reconocida, pero no se debe hacer de ella el “arma crónica para derribar la tiranía”. La frase 
revolucionaria cuando no la acompañan los hechos, o no la siguen, va adquiriendo 
insensiblemente la monotonía soporífica de los rezos cristianos.34 
Paralelamente, el maderismo ingresaba al escenario de la historia con un renovador discurso 
democrático que acaparó los reflectores en el país, y que finalmente llevó a desatar el huracán 
revolucionario contra la dictadura. 
 
I.2. El maderismo 
Cuando Francisco I. Madero saltó al terreno político en 1909 luego de la entrevista Díaz-Creelman, 
donde el dictador declaró que aceptaría la formación de partidos de oposición para la contienda 
 
33 De Práxedis, al parecer, dicha imagen y otra en la que aparece sentado de perfil son las únicas fotografías conocidas 
de su persona en la época. Incluso los agentes al servicio de los diferentes consulados no pudieron hacerse de una sola 
imagen del revolucionario: “Todo género de recursos he tratado por hacerme de una fotografía de Praxedis Guerrero, 
pero parece imposible porque este individuo no se ha retratado según parece”, AHGE, LE-945, f.39. Informe del cónsul 
de Phoenix Arturo M. Elías al SdRE, 21 de diciembre de 1908. 
34 Carta de Práxedis G. Guerrero a Manuel Sarabia, [s.l.], 4 de agosto de 1910, en Práxedis G. Guerrero, Artículos de 
combate, p. 51. 
 - 28 -
electoral de 1910, no imaginó que un año después se convertiría en el dirigente de una revolución 
social deseada y cultivada ampliamente por los liberales a lo largo de cinco años. Pero en ese 
momento sus fines eran otros y su discurso logró ganar adeptos en el terreno político gracias a que la 
dictadura no vio una amenaza real en él, por lo que pudo organizar sus clubes y propagar en todo el 
país su propuesta democrática. 
La diferencia original entre el movimiento maderista y el PLM consistió inicialmente en una 
cuestión táctica, pues Madero consideraba la lucha pacífica, electoral, nacional, abierta y legal una 
forma efectiva para enfrentarse a la dictadura, mientras que la Junta abogaba desde 1906, por un 
llamado a conformar clubes secretos en todo el país, que se prepararan clandestinamente para 
enfrentar violentamente a la dictadura. La posición radical de un sector de liberales había provocado 
una primera ruptura con el núcleo original de exiliados en Estados Unidos en 1904; los moderados, 
entre los que se encontraba Madero, siguieron respaldando a Camilo Arriaga y su proyecto 
reformista, mientras que socialistas y anarquistas se agruparon en torno a Ricardo Flores Magón, los 
cuales sentaron las bases del PLM a finales de 1905. 
Las diferencias ideológicas y de clase definirían las posiciones centrales de maderistas y 
pelemistas, pues para los liberales radicales, Madero era la representación por excelencia de la 
burguesía, mientras que ellos buscaban reivindicar las aspiraciones de la clase trabajadora mediante 
una revolución social y anticapitalista35. Esta situación llevó al rompimiento de dichas tendencias 
desde muy temprano, pues a pesar de que Madero simpatizaba con los liberales y los llegó a apoyar 
monetariamente en sus inicios, acabó por condenarlos y darles la espalda por considerar que la 
revolución que propagaban era “antipatriótica” al no haber ningún pretexto plausible para tal 
proceder, luego de que Prisciliano G. Silva en nombre del PLM le pidiera armas y recursos para la 
 
35 Trejo, Magonismo…, pp. 36-38. 
 - 29 -
insurrección que preparaban en 190636. Cada una de dichas tendencias decidió mantener su posición 
de lucha y condenar a la otra por ineficaz o incorrecta. 
Ciertamente los porfiristas consideraban menos peligrosa la causa antirreeleccionista de 
Madero, al cual calificaban de “individuo iluso, ofuscado e inepto […] Y es que estaban tan seguros 
de la perennidad del régimen y tan ciertos de su ciencia política que ni siquiera se tomaban la 
molestia de investigar cuáles eran las verdaderas características del maderismo y qué consecuencias 
podían traer a la República”37; no es casual que la dictadura persiguieratan duramente a los 
magonistas aún al otro lado de la frontera por una parte y dejara actuar con relativa libertad a los 
militantes del Partido Antirreeleccionista, dado que las aspiraciones de estos últimos se limitaban a 
buscar la obtención del poder, desde el cual llevarían a cabo la democratización del régimen, así 
como la defensa y aplicación de los principios constitucionales para garantizar la justicia y felicidad 
de los mexicanos38, y que de ninguna manera planteaba la eliminación del gobierno y la destrucción 
del sistema económico como el discurso radical de los liberales proponía desde 1908. Madero pudo 
actuar políticamente y sus amplios recursos financieros le permitieron crear todo un aparato de 
propaganda de mayor eficacia y extensión que el de los liberales, que por necesidad y seguridad 
tenían que actuar desde la clandestinidad. De esta manera, 
por medio de las maniobras políticas, Madero esperaba lograr un arreglo político con el 
régimen de Díaz, que gradualmente fuera quitándole poder a los porfiristas. Madero sabía que 
 
36 Carta de Madero a Crescencio Villarreal, San Pedro, Coahuila, 17 de agosto de 1906, en Isidro Fabela. Documentos 
históricos de la Revolución Mexicana [Tomo X Actividades políticas y Revolucionarias de los hermanos Flores Magón]. 
México, Editorial Jus, 1966. p. 75; “en 1906, cuando el compañero Prisciliano G. Silva fue a ver á Madero en su casa de 
San Pedro de las Colonias para que le facilitase armas con qué tomar á Torreón, Madero se espantó y habló acerca de 
Díaz en términos encomiásticos, diciendo además que le repugnaban los derramamientos de sangre, Es que, todavía 
entonces, abrigaba la esperanza de que Díaz diera un puntapié a los "científicos."”, Ricardo Flores Magón, “A los 
inconscientes” en Regeneración, 15 de abril de 1911, núm. 33. (Todos los artículos de dicha publicación citados a lo 
largo del presente trabajo corresponden a su 4ª época y han sido consultados a través de la página del Archivo 
Electrónico Ricardo Flores Magón, por lo cual las referencias sobre Regeneración sólo incluyen el número y fecha de su 
publicación, mismos que se pueden descargar de la dirección: 
http://www.archivomagon.net/Periodico/Regeneracion/CuartaEpoca/CuartaEpoca.html). 
37 José C. Valadés. Imaginación y realidad de Francisco I. Madero. México, Antigua Librería Robredo, 1960. Tomo II, p. 
27. 
38 Ibid. pp. 30-31. 
 - 30 -
una revolución del PLM sería destructiva para los intereses creados de índole económica, 
incluyendo los suyos propios. Por eso, no sólo tuvo que oponerse a Díaz sino también a la 
izquierda magonista.39 
Los liberales por su parte, tenían claro que la dictadura jamás podría derrumbarse por medio de la 
acción legal y que todos los esfuerzos desde esta posición serían inútiles, por lo que en las páginas de 
Regeneración hicieron de Madero blanco de severas críticas por propagar la prudencia y el 
pacifismo; Práxedis hizo un duro juicio de dichos principios en su artículo “El Argumento de 
Filogonio”, en el periódico Regeneración el 8 de octubre de 1910, y un año atrás había escrito: 
Hay que armarse, pero no de un voto inútil, que siempre valdrá tanto como el tirano quiere, 
sino de armas efectivas y menos candorosas cuyo uso nos traiga la evolución ascendente y no 
la regresiva que preconizan los luchadores “pacifistas”. ¡Pasividad, nunca! Rebeldía ahora y 
siempre.40 
Como los maderistas en general no tuvieron una ideología de clase definida por su dirigente, 
como inicialmente podría creerse –Madero era un hombre rico pero “socialmente aceptado”–, sus 
cuadros procedían de un amplio sector de la clase media en ascenso urbana y rural, cuya aspiración 
era lograr una auténtica trasformación democrática del sistema impuesto por los llamados 
“científicos” y participar en las estructuras del poder para garantizar las libertades públicas coartadas 
por la dictadura41, lo que permitió crear bases de apoyo de diferentes matices que se vieron 
identificadas con sus dirigentes en distintos puntos del país, principalmente en la zona norte, donde 
un gran número de simpatizantes apoyó decididamente a Don Francisco. El éxito de Madero, de 
familia respetable, bien educado, de tendencias liberales pero con lazos con los grupos conservadores 
 
39 Dirk Raat. Los revoltosos : Rebeldes mexicanos en los Estados Unidos, 1903-1923. México, Fondo de Cultura 
Económica, 1988. p. 200. 
40 Práxedis G. Guerrero “Pasividad y rebeldía”, 29 de agosto de 1909, en Guerrero, Artículos de combate, p. 76. 
41 Valadés, Imaginación y realidad…, T. II, p. 50. “Los maderistas no eran revolucionarios burgueses en el sentido 
histórico de intentar montar sobre un sistema socioeconómico feudal anacrónico una economía capitalista modernista. 
Los maderistas buscaban, más bien, liberar, estimular y aumentar la capacidad productiva de un sistema capitalista ya 
establecido en México, pero obstruido por el monopolio y el receso bajo Porfirio Díaz y también amenazado por los de 
abajo”. James D. Cockcroft. Precursores intelectuales de la revolución mexicana, 1900-1913. 7ª Ed. México, Siglo XXI 
Editores, 1981. p. 162. 
 - 31 -
y de “valor y color suficientes para estimular la imaginación popular”42, se debía además a que su 
movimiento político había podido vincularse a un sector la élite provinciana y de la burguesía 
inconforme con Díaz, especialmente de algunos reyistas que no dudaron en sumarse al 
antirreeleccionismo luego de que el anciano dictador decidiera hacer a un lado a Bernardo Reyes, y 
porque, al mismo tiempo, a éstos el reformismo moderado de Madero les parecía la opción más 
atractiva ante el radical discurso de la oposición liberal, amenazante natural a sus intereses.43 
Pero cuando la vieja máquina porfirista vio en los antirreeleccionistas un peligro latente contra 
su estructura debido al fervor popular que éstos habían levantado, comenzó a actuar. Primero fue el 
encierro preventivo de Madero en San Luis Potosí y la represión selectiva de los antirreeleccionistas, 
y finalmente el golpe maestro que asegurara el poder: el fraude electoral. “La aprehensión de 
Francisco I. Madero demostraba claramente que el cambio pacífico, por el voto, no era posible, por 
lo que no había otro recurso que la violencia”44. 
 Nada nuevo. Desde 1904 muchos liberales que se habían visto obligados a exiliarse en Estados 
Unidos lo venían señalando persistentemente; más aún, los elementos más radicales que se agruparon 
en torno a la Junta Organizadora del PLM se atrevieron desafiar al sistema de la única manera en la 
que podía ser, con la violencia misma, con una línea de acción bien definida “orientada a organizar la 
lucha por la transformación del Estado mexicano”45. Aquel hombre que condenó los intentos 
insurreccionales del PLM en 1906 y que “desde el comienzo de su carrera política había denunciado 
persistentemente los males de la revolución, advirtiendo a sus compatriotas de la repugnancia que le 
inspiraba el uso de la fuerza”46, luego de vivir en carne propia la represión del sistema y de agotar 
 
42 Charles C. Cumberland. Madero y la Revolución Mexicana. 8ª Ed. Trad. Stella Mastrangelo. México, Siglo XXI, 1999. p. 
40. 
43 John M. Hart. El México revolucionario : gestación y proceso de la Revolución Mexicana. Trad. Manuel Arboli. México, 
Alianza, 1990. p. 139. 
44 Santiago Portilla. Una sociedad en armas : insurrección antirreeleccionista en México, 1910-1911. México, El Colegio 
de México, 1995. p. 293. 
45 Bartra, Regeneración..., p. 24. 
46 Cumberland, Madero…, p. 140. 
 - 32 -
toda posibilidad de lucha legal, no tuvo más elección que escapar de su cautiverio para exiliarse en 
Estados Unidos y convocar desde allí a la lucha armada contra la dictadura, viéndose obligado a 
abandonar su rechazo al derramamientode sangre y tomar dicha resolución presionado por las 
circunstancias, aceptando de sus partidarios el cargo de presidente de la “Junta Revolucionaria” 
encargada de dirigir la próxima insurrección contra la dictadura. 47 
Para dotar a su movimiento de una bandera política legal y una justificación de la sublevación, 
Madero escribió el famoso Plan de San Luis Potosí, cuya redacción concluyó a finales de octubre 
pero que fechó el día 5 del mismo, para evitarse problemas con las autoridades norteamericanas por 
violar las leyes de neutralidad. Cumberland señala que “El plan revolucionario no era, como 
documento político, impresionante ni intentaba serlo, […] no pretendía ser un programa de reforma a 
poner en práctica después del triunfo de la insurrección, sino sólo una guía para los insurgentes en las 
campañas que seguirían”48; en el documento se declaraban invalidadas las elecciones de 1910 y 
Madero se nombraba “presidente provisional”, su demanda principal se reducía a la no reelección del 
presidente y los funcionarios, así como elecciones libres y libertad de prensa. Finalmente bastó la 
inserción en el plan de un solo párrafo de contenido social, cuyas líneas hacían una “referencia 
fugaz” a la restitución de tierras, para sumar a su causa a un importante número de campesinos, 
rancheros, comuneros, peones y jornaleros que en conjunto alimentarían masivamente las filas de la 
revolución. 
Madero logró desatar la revolución social que los pelemistas venían cultivando por mucho 
tiempo, pero que no pudieron cristalizar en parte debido a que su movimiento no logró vincularse 
orgánicamente a un amplio frente de lucha, como consecuencia de la represión y persecución sufrida 
por parte de la dictadura, que los llevó a quedar aislados al otro lado de la frontera. A la postre, la 
concepción de los magonistas sobre la violencia como único método posible para acabar con la 
 
47 Ibid. p. 141. 
48 Ibid. p. 143. 
 - 33 -
dictadura se impondría de manera lógica, frente a la lucha pacífica impulsada por el maderismo, pero 
las tácticas y las estrategias de los primeros no resultaron ser las más eficaces, a pesar de contar con 
una serie de experiencias previas adquiridas en combate; la lucha armada se inclinaría 
ideológicamente hacia el antirreleccionismo, gracias a que Madero pudo ganarse la simpatía de 
amplios sectores sociales, populares y burgueses, y su discurso democrático terminó convenciendo a 
un importante número de personas que no estaban dispuestas a seguir tolerando una nueva 
imposición del régimen. Pero además, se debe considerar que el antirreleccionismo logró crear un 
aparato revolucionario mucho más eficiente que el de los magonistas, debido a que Madero contaba 
con recursos financieros que le permitieron sobrevivir sin mayores consecuencias en el exilio y 
organizar su movimiento armado de manera expedita con base en el trabajo político realizado por sus 
clubes a lo largo de su campaña como candidato presidencial, lo que hizo que la revolución 
emplazada por él se pusiera en marcha a menos de un mes de haberse dado a conocer la 
convocatoria: 
El Plan de San Luis conmueve al país y atrae a jóvenes y viejos; pues no obstante la 
recomendación para que el documento no fuese divulgado antes del 15 de noviembre, el 
impreso ha pasado de mano a mano a través de la República; los partidarios de la revolución 
dejan a sus madres, esposas e hijos, ora para ir en busca del señor Madero, ora para remontarse 
en grupos preparatorios, ora para conspirar en las faldas de las sierras o en el fondo de algún 
valle.49 
 
I.3. La revolución ha estallado 
Los miembros de la Junta, conscientes de la oportunidad que se les presentaba al conocer la 
convocatoria de Madero, esperaron que sus simpatizantes se sumaran a la revuelta aprovechando las 
circunstancias, mas su participación no podía ser orgánica pues los ideales que impulsaban al 
maderismo eran totalmente ajenos a la revolución libertaria que los pelemistas habían planteado, no 
 
49 Valadés, Imaginación y realidad…, T. II, p. 80. 
 - 34 -
obstante la invitación de Madero a luchar en alianza contra la dictadura desde el mes de septiembre, 
ofrecimiento que los liberales condicionaron a ser ellos los directores de la insurrección50, que don 
Panchito desde luego rechazó. Ricardo Flores Magón les señaló a sus camaradas: 
A nuestros partidarios les enviaremos una circular explicando por qué nos levantamos con 
Madero, pero advirtiéndoles que esto no quiere decir que hacemos causa común con él. La 
nuestra, es conquistar la tierra para el pueblo, suprimir a los grandes terratenientes, devolverles 
a los campesinos la tierra robada.51 
A raíz de la circulación de algunos volantes de dudoso origen en el que se hablaba de una alianza con 
Madero, donde éste figuraba como “presidente provisional” y Flores Magón como “vicepresidente”, 
el 16 de noviembre la Junta dirigió un comunicado firmado por la plana mayor de la dirección en la 
que conminaba a los adherentes del PLM a estar preparados para el levantamiento maderista y 
ponerse en acción contra el ejército de la dictadura aprovechando la agitación, pero recomendando 
no hacer causa común con ellos; aclaraban que la Junta no había celebrado ningún pacto de unidad 
con los antirreeleccionistas por ser distintos los principios que los animaban, e invitaban a los 
liberales a que convencieran a los maderistas de sumarse a sus filas revolucionarias.52 Esta circular 
difícilmente pudo llegar a todos los elementos liberales al otro lado de la frontera, pero no evitó que 
muchos se sumaran a la revuelta en sus respectivas regiones para luchar por los ideales liberales. 
Y finalmente llegó el día. El 19 de noviembre Madero intentó cruzar la frontera por Ciudad 
Porfirio Díaz, procedente de San Antonio, con la esperanza de ser recibido por un ejército que se 
pondría bajo sus órdenes para iniciar la revolución estipulada en el Plan de San Luis Potosí, pero al 
percatarse de que el comité de bienvenida estaba compuesto únicamente de diez hombres 
 
50 Ibid. pp. 69-70. 
51 Enrique Flores Magón, Peleamos…, T. II, p. 57 (el subrayado es del autor). 
52 Salvador Hernández Padilla. El Magonismo: Historia de una pasión libertaria 1900-1922. 2ª Ed. México, Ediciones Era, 
1988. pp. 183-184; Diego Abad de Santillán. Ricardo Flores Magón el apóstol de la revolución social mexicana. México, 
Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero Mexicano, 1978. pp. 82-83. 
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pobremente armados53, decidió regresar por donde había llegado decepcionado de tan mala 
recepción; sin disparar un solo tiro, Madero retornó con el sentimiento amargo de la derrota cuando 
la guerra aún no comenzaba, tal vez pensando que aquella revolución había llegado a su fin, “las 
cosas se ponían negras de verdad para el hombrecito de los grandes sueños personalistas”54. 
Pero la insurrección había tenido su epicentro en otro punto, fuera del mapa militar ideado por 
la dirección maderista, y sin importar que Madero estuviera presente o no, para muchos había 
llegado la hora de cobrarle la factura a la dictadura. Varios levantamientos de grupos 
antirreeleccionistas, organizados por el maderista Abraham González, se sucedieron en diferentes 
Distritos del estado de Chihuahua: Pascual Orozco, Toribio Ortega, Francisco Villa y José de la Luz 
Blanco se levantaron en armas encabezando a los pobladores de sus respectivas regiones. Estas 
partidas “no llegan a ser precisamente unidades perfectamente organizadas y bien pertrechas. 
Constituyen grupos más o menos numerosos de hombres que siguen a sus líderes, bien sea por sus 
ideales, por amistad o el paisanaje”55. Dichos elementos se identificaban con el antirreeleccionismo, 
eran hombres que habían decidido tomar lasarmas con la convicción de luchar no sólo contra la 
dictadura, el sistema antidemocrático y la pérdida de autonomía municipal por la centralización del 
poder; la revolución que iniciaban no era meramente política, aspiraban a cambiar el estado de 
miseria en que estaba sumada la mayor parte de la población y terminar con la injusticia de los 
latifundistas y el sistema que los respaldaba. Pero los antirreeleccionistas no fueron los únicos; el 20 
de noviembre muchos simpatizantes pelemistas que seguían las consignas de Regeneración se 
levantaron en armas, tal fue el caso de Luis A. García y Heliodoro Olea quienes tomaron el pueblo 
de Bachíniva56, mientras que Antonio Rojas y Blas Orpinel hicieron lo propio en Batopilas. 
 
53 Portilla, Una sociedad en armas…, p. 243. 
54 Turner, Ricardo Flores Magón…, p. 211. 
55 Reidezel Mendoza Soriano. Los jinetes rebeldes : Historia militar de la Revolución en Chihuahua. Chihuahua, Instituto 
Chihuahuense de la Cultura, 2010. p. 23. 
56 Francisco Almada. La Revolución en el Estado de Chihuahua. México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la 
Revolución Mexicana, 1964. Tomo I, p. 176. De acuerdo a las memorias de Heliodoro Olea, éste estaba en contacto con 
 - 36 -
Desde las páginas de Regeneración se daban a conocer los acontecimientos de los 
levantamientos armados en el país, destacando que el maderismo había fracasado como proyecto 
político, no así la chispa de la rebelión que era alimentado por varios contingentes guerrilleros en 
todo el territorio mexicano y en particular de los que operaban en las montañas de Chihuahua.57 Para 
los liberales no había tiempo que perder, pero los hechos se adelantaron a sus planes; no había 
grupos lo suficientemente preparados para entrar en acción, principalmente por la falta de armas y 
recursos. Aún así, Práxedis G. Guerrero tomó la iniciativa de entrar en operaciones lo antes posible, 
ante el fastidio que le provocaba la inacción de la Junta, que ya desde agosto se lo venía indicando a 
Manuel Sarabia al expresarle su deseo de incorporarse a la lucha: “Nadie me manda y voy contra la 
opinión de algunos compañeros, que sin duda quieren verme morir de fastidio en este país 
embustero.”58 
Práxedis era el hombre que había estado más activo luego de la prisión de Ricardo Flores 
Magón en 1907. Desde que llegó a los Estados Unidos logró adquirir una formación ideológica 
sólida producto del contacto con la clase trabajadora de las regiones en que laboraba, ya fuera como 
leñador en los aserraderos de Texas, como carbonero en las minas de Arizona, o como agitador en 
los muelles y en las secciones ferrocarrileras59; las fallidas revueltas de 1908 le permitieron 
experimentar en carne propia como organizador y guerrillero, el largo e intenso trabajo que 
 
Ricardo Flores Magón y Juan Sarabia desde 1904 y suscrito al periódico Regeneración en 1905. Como muchos 
chihuahuenses, era partidario de la lucha contra el centralismo político de los Terrazas del cual había sido víctima, y 
pronto las ideas esgrimidas por los liberales lo convencieron de actuar de manera decidida en la lucha revolucionaria 
que desde el exilio preparaban los integrantes de la Junta Organizadora del PLM en 1906. Por sus actividades fue 
encarcelado en San Juan de Ulúa junto a Juan Sarabia y otros militantes capturados ese mismo año. Al estallar la 
revolución, Olea se levantó en armas al lado Luis A. García adhiriéndose a la convocatoria de Madero. Vid. Heliodoro 
Olea Arias. De Bachíniva a Ciudad Juárez : Apuntes históricos de la revolución de 1910-1911. Chihuahua, Doble Hélice 
Ediciones, 2009. pp. 12-20, 38. 
57 Vid. Regeneración, 4ª Época: Ricardo Flores Magón “La Revolucion en Mexico. Cronica Pormenorizada de los Ultimos 
Acontecimientos” [sic.], 3 de diciembre de 1910, núm. 14; Antonio I. Villarreal “La agitacion revolucionaria”, 10 de 
diciembre de 1910, núm. 15; Ricardo Flores Magón, “El movimiento revolucionario”, 17 de diciembre de 1910, núm. 16; 
Ricardo Flores Magón “La Revolucion en marcha”, 24 de diciembre de 1910, núm. 17. 
58 Carta de Práxedis Guerrero a Manuel Sarabia, San Antonio, Texas, 16 de agosto de 1910, en Guerrero, Artículos de 
combate, p. 52. 
59 Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Colección Ethel Duffy Turner (en adelante CEDT), Doc. 64. “Praxedis 
Gilberto Guerrero”. 
 - 37 -
significaba llevar a cabo una revolución, con la amargura de la derrota de por medio. Con esta serie 
de experiencias a cuestas, Práxedis tenía claro que era necesario ponerse a la cabeza del contingente 
libertario para orientar la revolución hacia los objetivos sociales y económicos esgrimidos por el 
PLM. Incluso, Guerrero sabía que era el idóneo para incorporarse a la lucha armada, pues estaba 
capacitado militarmente para la tarea, ya que en su juventud, antes de abrazar las causas libertarias, 
había alcanzado en 1901 el grado de subteniente de caballería en la “Segunda Reserva del Ejército” 
organiza por Bernardo Reyes60. Por estos motivos, el segundo secretario estaba convencido de su 
capacidad para llevar a cabo la revolución pelemista. 
Enrique Flores Magón dejó un retrato que describe mejor que nadie la personalidad de 
Guerrero: 
revolucionario de clara inteligencia y voluntad de acero, audaz, discreto, perseverante y 
optimista; en suma dotado de todas las cualidades que debe tener un precursor de grandes 
cataclismos sociales […] poseía la bella cualidad de no tener ambiciones personales, que son 
otras prendas morales que debe tener todo luchador honrado.61 
Ricardo completa la descripción: 
Trabajador incansable era Práxedis. Nunca oí de sus labios una queja ocasionada por la fatiga 
de sus pesadas labores. Siempre se le veía inclinado ante su mesa de trabajo escribiendo, 
escribiendo, escribiendo aquellos artículos luminosos con que se honra la literatura 
revolucionaria de México; […] Hombre abnegado y modestísimo, nada quería para sí. Varias 
veces le instamos a que se comprase un vestido. Nunca lo admitió. Todo para la causa, decía 
sonriendo. Una vez, viendo que adelgazaba rápidamente, le aconsejé que se alimentase mejor, 
pues se mantenía con un poco de legumbres: no podría soportar, me dijo, que yo me regalase 
con platillos mejores cuando millones de seres humanos no tienen en este momento un pedazo 
de pan que llevar a la boca.62 
 
60 Martínez, Perfiles revolucionarios…, p. 32. 
61 Enrique Flores Magón “Los últimos veinte años” en El Gráfico, 14 de enero de 1931. El recorte de la nota en CEDT, 
Doc. 1237. 
62 Ricardo Flores Magón, “Práxedis G. Guerrero ha muerto” en Regeneración, 14 de enero de 1911, núm. 20. 
 - 38 -
A mediados de noviembre Práxedis salió de Los Ángeles para recorrer los poblados fronterizos 
de Arizona y Texas con el objetivo de conectar enlaces y compañeros y organizar con ellos la futura 
expedición armada, nuevamente con miras a iniciar operaciones en territorio chihuahuense, donde 
comenzaban a consolidarse varios núcleos guerrilleros antirreeleccionistas; el motivo principal de su 
elección es que en dicha región, particularmente en el poblado de Casas Grandes, Distrito de 
Galeana, se había establecido desde 1908 un número importante de simpatizantes y seguidores 
gracias al contacto constante con trabajadores de Chihuahua, pues 
Los liberales del Distrito de Galeana conocían las ideas del Partido Liberal Mexicano que se 
difundían a través del periódico Regeneración; pero además esta región formaba parte de un 
corredor geográfico de trabajadores migratorios que transitaban periódicamente hacia las minas 
de Arizona y Nuevo México, donde el Partido Liberal había logrado enraizar desarrollandouna 
extensa base social que influía en varias poblaciones fronterizas de México.63 
De esta manera, muchos trabajadores de Morenci, Arizona, provenientes de Galeana, pudieron 
conocer y comprometerse con la organización del PLM y su segundo secretario64, y en El Paso, en 
casa de los Silva, Práxedis había organizado su centro de operaciones en los últimos dos años, a lo 
largo de los cuales se llegaron a recopilar y almacenar armas y pertrechos de guerra65, por lo que la 
táctica lógica a seguir era marchar desde allí e internarse a territorio chihuahuense para abrir el 
primer frente libertario, como se lo hizo saber días después en carta a Cándido Donato Padua: 
Hay que obrar con rapidez y energía. Nuestros amigos de la sierra de Chihuahua y algunos 
grupos maderistas del mismo punto están causando serias derrotas a la tiranía. Pronto abriré la 
 
63 Jesús Vargas Valdés. Máximo Castillo y la Revolución en Chihuahua. Pról. Friederich Katz. Chihuahua, Nueva Vizcaya 
Editores, 2003. p. 54. 
64 Cabe recordar que en el verano de 1908 varios habitantes de Casas Grandes decidieron tomar las armas por la causa 
de los liberales cuando éstos plantearon el asalto a la guarnición de Ciudad Juárez, pero la conspiración había sido 
infiltrada y una semana antes de que Práxedis Guerrero diera la orden de ataque 34 de los involucrados fueron 
arrestados por órdenes de Enrique C. Creel, lo que obligó a los liberales, también golpeados por los agentes de Estados 
Unidos, a cambiar de estrategia y llevar a cabo un improvisado asalto a la aduana de Palomas. Entre las personas 
arrestadas en Casas Grandes se encontraban Silvestre Quevedo, Demetrio Ponce y José Parra, todos ellos militantes del 
PLM y posteriormente seguidores del Orozquismo. Vid. Arturo Quevedo Rivero. Los colorados. México, Diana, 2000. pp. 
236, 260-261; AHGE, LE-935, ff. 2-7. Varios telegramas sobre la conspiración de Casas Grandes y la aprehensión de 
revoltosos. 
65 AHGE, LE-950, f. 35. Nóminas y filiaciones de magonistas, Ciudad Juárez, [s.f.]. 
 - 39 -
campaña en el norte, tal vez cuando usted reciba esta carta ya esté yo en el campo de la 
acción.66 
A finales de noviembre “un grupo de aproximadamente 60 mexicanos identificados con el Partido 
Liberal, a cuya cabeza va Antonio I. Villarreal, sale de Los Ángeles en el tren que va para El Paso”67; 
en esas fechas también llegaron a dicha localidad varios individuos procedentes de Arizona, con el 
objetivo de incorporarse a la revuelta armada convocada por Madero, pero con la convicción de 
luchar bajo la bandera del PLM, como lo consignaba la circular del 16 de noviembre pasado. Según 
Enrique Flores Magón, olvidando las lecciones del pasado y “sin consultarnos, Prax se metió en una 
aventura tan arriesgada como la de Palomas”68, pero finalmente la Junta acabaría por aceptar con 
mucho conflicto y gran pesar suyo la férrea posición de Guerrero, otorgándole el nombramiento de 
“Jefe de Operaciones del Ejército Libertario Mexicano en la República Mexicana”69. Práxedis se 
incorporó el 10 de diciembre para encabezar a los militantes que lo acompañarían en esta faceta 
revolucionaria70, entre los cuales destacaban Prisciliano G. Silva –recientemente puesto en libertad–, 
Lázaro Alanís y José Inés Salazar, veteranos de armas en 1908, así como Lázaro Gutiérrez de Lara, 
uno de los cuadros del ala socialista y destacado agitador que optó por sumarse a la lucha junto a 
Guerrero. Según informaba el Cónsul mexicano de El Paso: 
 
66 Carta de Práxedis G. Guerrero a Padua, 13 de diciembre de 1910, citado por Martínez, Perfiles Revolucionarios…, p. 
222. 
67 Portilla, Una sociedad en armas…, p. 280. El autor usa como fuente de información los telegramas enviados por el 
cónsul mexicano de Los Ángeles al cónsul de El Paso citados en el Diario Oficial. Portilla infiere, haciendo una lectura de 
acontecimientos a posteriori, que este grupo pudiera ser una escisión temprana de la Junta central en Los Ángeles, pero 
no parece el caso pues Villarreal rompería violentamente con el PLM hasta finales de febrero (Vid. Infra., Cap. III, pp. 
64-65), y para esas fechas participaba activamente con la Junta escribiendo artículos para Regeneración; inclusive 
durante el mes de diciembre estuvo colaborando en la organización de los llamados “Grupos Regeneración” en 
California (ver “En pro de Regeneracion”[sic.], 17 de diciembre de 1910, núm. 16), dando pláticas y conferencias a sus 
miembros, dedicados a apoyar a la Junta del PLM en sus esfuerzos por impulsar la revolución a través de su órgano 
difusor. Es probable que dichos movimientos de militantes fueran producto de una labor conjunta con Práxedis G. 
Guerrero, ya que, como se ha señalado, desde el mes de noviembre éste había sumado todos sus esfuerzos por armar 
rápidamente un contingente libertario que fuera a combatir aprovechando las circunstancias de la revuelta maderista, 
en contra de la opinión de sus camaradas. 
68 Enrique Flores Magón, Peleamos..., T. II, p. 58; “los últimos veinte años” en El gráfico, 18 de enero 1931. El recorte de 
la nota en CEDT, Doc. 1240. 
69 CEDT, Doc. 64. 
70 Fabela, Documentos…, p. 107; Portilla, Una sociedad en armas…, p. 297. 
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Guerrero es un activo organizador y propagandista peligroso. Su venida en combinación con la 
de Villarreal y otros jefecillos magonistas significa, en mi concepto, que Magón se dispone a 
recoger la herencia de Madero, aprovechando los elementos sembrados por este soñador.71 
No se equivocaba, ¿por qué no hacer manifiesta la fuerza de los liberales para reclamar esa herencia 
que se habían ganado por derecho propio a base de sudor y lágrimas durante tantos años? Días 
después, el mismo cónsul informó al subjefe de la policía de El Paso de la presencia de Práxedis en 
los alrededores y que “en un cercano rancho de Texas se encontraba reunido un gran número de 
hombres armados con el fin de lanzar un ataque contra México”72. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
71 Telegrama del cónsul de El Paso Antonio Lomelí al SdRE, en Fabela, Documentos…, p. 107. 
72 Telegrama de Antonio Lomelí a Hillebrand, 24 de diciembre de 1910, citado por Cumberland. Madero…, p. 149. 
Cumberland señala que los informes eran resultado de la confusión imperante del lado de la frontera mexicana a causa 
de las acciones de los revolucionarios antirreeleccionistas durante el mes y da por falso el dato por considerar que 
Guerrero había muerto a principios de diciembre, según su interpretación. A nuestro parecer la información es verídica 
considerando la vigilancia especial que el cónsul había dispuesto desde años atrás para seguir las actividades los 
liberales de El Paso, en particular de Práxedis G. Guerrero. 
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CAPÍTULO II. COMIENZA LA REVOLUCIÓN LIBERTARIA 
II.1. Guerrero encabeza el contingente libertario 
Mientras la lucha revolucionaria en Chihuahua seguía su marcha gracias a los esfuerzos de los 
guerrilleros antirreeleccionistas, el segundo secretario del PLM decidió que era hora de actuar para 
darle la dirección requerida al estallido social. La noche del 19 de diciembre, Práxedis Gilberto 
Guerrero y los hombres que lo acompañaban cruzaron el Río Bravo en algún punto cercano a Ciudad 
Juárez, con la intención de inaugurar oficialmente la primera campaña libertaria en territorio 
mexicano. Desde 1908 pequeñas guerrillas aisladas del PLM habían estado actuando en la Sierra del 
Burro en Coahuila y en las montañas de Veracruz pero ninguna de ellas había logrado establecer un 
núcleo guerrillero lo suficientemente fuerte como para implantar el programa revolucionario del 
Partido Liberal; ahora el paladín más activo de las filas libertarias buscaba consolidar en Chihuahua 
la avanzada armada del PLM en la Revolución Mexicana, estableciendo de hecho el inicio de las

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