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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO POSGRADO EN CIENCIAS FÍSICAS CUANTIZACIÓN DE SISTEMAS DEPENDIENTES DEL TIEMPO EN EL ESPACIO FASE EXTENDIDO TESIS Que para optar por el grado de: MAESTRO EN CIENCIAS (FÍSICA) Presenta: DANIEL GUTIÉRREZ RUIZ DR. JOSÉ DAVID VERGARA OLIVER Instituto de Ciencias Nucleares DRA. ROCÍO JÁUREGUI RENAUD Instituto de Física DRA. GABRIELA MURGUÍA ROMERO Facultad de Ciencias CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX., ENERO DE 2017 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Índice Agradecimientos ii Resumen iii 1. Introducción 1 2. Transformaciones canónicas, sistemas con constricciones e integral de trayectoria 3 2.1. Transformaciones canónicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 2.2. Sistemas con constricciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 2.3. Esquemas de Schrödinger y Heisenberg . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 2.4. Integral de trayectoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 3. Adiabaticidad en mecánica clásica 16 3.1. Teoría de Hamilton-Jacobi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 3.2. Variables ángulo-acción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 3.3. Cambio adiabático . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 3.4. Aro de Hannay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 3.5. Oscilador armónico generalizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 4. Adiabaticidad en mecánica cuántica 27 4.1. Evolución adiabática en mecánica cuántica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 4.2. Fase de Berry . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 4.3. Fase no abeliana de Wilczek-Zee . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 5. Análisis clásico del oscilador armónico con frecuencia dependiente del tiempo 42 5.1. Búsqueda de una transformación canónica que simplifique el problema . . . . . . . . . . . . . 42 5.2. Formulación en el espacio fase extendido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 5.3. Un ejemplo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 6. Análisis cuántico del oscilador armónico con frecuencia dependiente del tiempo 57 6.1. Kernel del oscilador armónico con frecuencia variable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 6.2. Análisis del efecto de la transformación canónica en la integral de trayectoria . . . . . . . . . 58 6.3. Formulación en el espacio fase extendido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 6.4. Análisis de Lewis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 6.5. Fase de Berry para el oscilador armónico generalizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 7. Conclusiones y perspectivas 74 Referencias 75 i Agradecimientos Agradezco a: Dios, por colmarme de gracias y permitirme concluir este trabajo. Mi familia, en especial a mi mamá, por su apoyo incondicional. Mi asesor, quien siempre fue comprensivo y paciente y me guió a través de las situaciones complicadas que se presentaron. Dr. Alejandro García Chung, quien me apoyó mucho y respondió varias dudas que surgieron a lo largo del proyecto. Mis amigos, por los buenos momentos que pasamos. El apoyo otorgado por el proyecto IN103716 del Programa de Apoyo de Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT), el cual me permitió finalizar la tesis. ii Resumen En este trabajo se analiza el oscilador armónico con frecuencia dependiente del tiempo desde el punto de vista clásico y cuántico. Se introducen primero los fundamentos teóricos que permiten su estudio, para después desarrollar la noción de adiabaticidad en mecánica clásica y en mecánica cuántica. El problema original se puede mapear al oscilador armónico con frecuencia constante, sin embargo, la transformación efectuada no es canónica ya que involucra también un reescalamiento temporal; es aquí donde surge la necesidad de estudiarla desde el punto de vista del espacio fase extendido, en donde el tiempo se toma como una coordenada más. Por otra parte, el análisis cuántico se hace por medio de la integral de trayectoria, y después, se añaden las constricciones para hacer el tratamiento en el espacio fase extendido; esto provee un factor que acompaña al kernel del oscilador armónico con frecuencia constante. Finalmente, se estudia un método que permite obtener correcciones a orden arbitrario a la fase de Berry; ahí, se demuestra que el oscilador armónico generalizado se puede mapear a un oscilador con frecuencia dependiente del tiempo, y a partir de este, se extrae la fase de Lewis, que a la postre, servirá para calcular la fase de Berry. iii Capítulo 1 Introducción La mecánica cuántica es una rama de la física cuyas bases fueron sentadas en la primera mitad del siglo XX, no obstante, debido al alcance y al poder de esta, existían multitud de fenómenos esperando ser explicados en la segunda mitad del siglo XX, y aún continúa vigente el estudio de efectos cuánticos en diferentes sistemas. La formulación inicial de la mecánica cuántica, ya sea la de Schrödinger o Heisenberg, dejaba entrever algunos aspectos que no se entendían del todo como el principio de superposición; sin embargo, cuando Feynman introduce la integral de trayectoria, hace uso explícito de este principio y arroja luz para entenderlo un poco mejor. Esta herramiento sería utilizada a la postre para construir una versión de la teoría cuántica de campos, la cual es la teoría física moderna para entender de qué está hecho el universo. El problema fundamental a tratar en este trabajo es el análisis clásico y cuántico del oscilador armónico con frecuencia dependiente del tiempo. Este sistema aparece en varias ramas de la física [1], por ejemplo, en el estudio de la propagación de campos de radiación en regiones cubiertas por materia con “constante” dieléctrica dependiente del tiempo [2], el estudio del comportamiento de iones en trampas de Paul [3, 4], en teoría cuántica de campos en espacios curvos [5, 6] y en el estudio de un campo escalar real en un universo de Friedmann espacialmente plano [7], solo por mencionar algunas. El análisis que haremos abarca encontrar la solución a la ecuación de movimiento, obtener el kernel, la fase de Berry y el ángulo de Hannay. Uno de los primeros trabajos para entender el oscilador con frecuencia variable desde el punto de vista cuántico es el de Lewis [8]; ahí se demuestra que es de gran utilidad encontrar un invariante, esto es, una función I(q, p, t) que satisfaga İ = 0. El problema de encontrar invariantes para sistemas dependientes del tiempo se estudia en [9, 10, 11]. La simetría de Noether subyacente asociada al invariante es estudiada por Lutzky [12] y por Struckmeier [13]. Por otra parte, los trabajos de Hannay [14] y Berry [15] son claves para entender la noción de adiabaticidad en mecánica clásica y mecánica cuántica, respectivamente. Del tratamiento de Lewis [8] se puede entender la aparición de la fase deBerry como resultado de una expansión en un paramétro adiabático [16]. Para transformar el problema del oscilador armónico con frecuencia variable al oscilador con frecuencia constante se emplea una transformación canónica seguida de una transformación temporal [17, 18], las cuales pueden ser entendidas a la luz del espacio fase extendido [19, 20, 21]. Es en el espacio fase extendido, es decir, el espacio que surge de tomar al tiempo t como una coordenada más [22] y a su respectivo momento canónico conjugado pt, en donde se aprecia que la transformación completa de coordenadas es una transformación canónica. Así mismo, esta formulación permite deducir que como consecuencia del teorema de Liouville [23], el volumen del espacio fase extendido dqdtdpdpt se conserva respecto al tiempo τ que se introduce como 1 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 2 parámetro en la acción. Al estudiar el sistema desde el punto de vista cuántico, se puede definir la transformación canónica en términos de operadores [24], mientras que el kernel puede ser obtenido mediante la integral de trayectoria [25]. Este resultado se encuentra también transformando el problema al del oscilador con frecuencia constante al escribir la integral de trayectoria en el espacio fase [18]. El capítulo 2 comienza con el tratamiento de las transformaciones canónicas [26, 27]. Posteriormente, se introduce el tratamiento de Dirac para sistemas con constricciones [28, 29, 30]. Finalmente, se aborda la visión de la mecánica cuántica introducida por Feynman: la integral de trayectoria [31]; se establecen sus principios y se llega a la fórmula para el cálculo del propagador dado un Hamiltoniano. En el capítulo 3 se introducirá la noción de adiabaticidad en mecánica clásica siguiendo la exposición de Calkin [32]. Primero, se repasará brevemente la teoría de Hamilton-Jacobi y las variables ángulo-acción, siendo estas las variables naturales para describir fenómenos adiabáticos. Se verá que el cambio en la variable ángulo en una excursión cíclica consta de dos contribuciones: una dinámica y una geométrica conocida como ángulo de Hannay [14]. Después se estudiarán dos ejemplos para ilustrar la aparición del ángulo de Hannay. En el siguiente capítulo se estudiará la adiabaticidad en el ámbito de la mecánica cuántica. Ahí, se explorarán las consecuencias de estudiar un sistema bajo esta condición, en concreto, se verá cómo la función de onda adquiere dos fases: una fase dinámica y una fase de naturaleza completamente geométrica conocida como fase de Berry [15]. Se estudiarán dos ejemplos para observar la aplicación del formalismo desarrollado. Posteriormente, se analizará brevemente la conexión entre geometría y la fase de Berry, en particular, se mostrará que se puede introducir un tensor métrico para medir distancias en el espacio de parámetros. Finalmente se abordará el estudio de Hamiltonianos con espectro degenerado que conducen a la fase no abeliana de Wilczek-Zee, todo esto siguiendo la exposicion de Chruściński [33]. En el capítulo 5 se hace el análisis clásico del oscilador armónico con frecuencia variable. Se comienza buscando una transformación canónica que simplifique el problema en base al invariante de Lewis. Poste- riormente, se realiza el análisis en el espacio fase extendido y se concluye con la solución a la ecuación de movimiento para un sistema con frecuencia exponencial donde se ilustra el mapeo entre el oscilador con frecuencia variable y el oscilador con frecuencia constante. En el sexto capítulo se deduce el kernel para el oscilador armónico con frecuencia dependiente del tiempo. Enseguida, se analiza el efecto de la transformación canónica en la integral de trayectoria, lo cual permitirá relacionar el kernel para frecuencia variable y el kernel para frecuencia constante. Después se estudia la formulación de la integral de trayectoria en el espacio fase extendido, y por último, seguimos el trabajo de Lewis para encontrar la fase del sistema, la cual, a través de una expansión perturbativa, proporcionará la fase de Berry y correcciones a esta. Finalmente, se presentan las conclusiones y perspectivas del trabajo. Capítulo 2 Transformaciones canónicas, sistemas con constricciones e integral de trayectoria 2.1. Transformaciones canónicas Las ecuaciones de Euler-Lagrange correspondientes a un Lagrangiano L(q, q̇, t) son ∂L ∂qi − d dt ∂L ∂q̇i = 0. (2.1) Definimos la derivada Euleriana respecto a las coordenadas de la siguiente manera: Êq = ∂ ∂qi − d dt ∂ ∂q̇i . (2.2) De aquí se sigue que las ecuaciones de Euler-Lagrange pueden escribirse simplemente como ÊqL = 0. (2.3) También podemos definir la derivada Euleriana respecto a los momentos: Êp = ∂ ∂pi − d dt ∂ ∂ṗi , (2.4) con pi = ∂L ∂q̇i . (2.5) Sabemos que el Lagrangiano se escribe como1 L = q̇ipi −H(q, p, t). (2.6) Entonces, pedir que las derivadas Eulerianas respecto a las coordenadas y a los momentos se anulen, 1Se usará la convención de suma de Einstein, la cual indica que un índice repetido está sumado. 3 CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 4 equivale a pedir que se satisfagan las ecuaciones canónicas de Hamilton, ya que ÊqL = − ∂H ∂qi − ṗi = 0, (2.7) ÊpL = q̇i − ∂H ∂p = 0. (2.8) Esta es la llamada forma Lagrangiana de las ecuaciones de Hamilton. Ahora bien, sabemos que si aplicamos la derivada Euleriana a la derivada total de una función F (q, p, t), esta se anula. Esto es, Êq dF dt = 0, Êp dF dt = 0. (2.9) De aquí podemos deducir que dos Lagrangianos que difieran por una derivada total resultan en las mismas ecuaciones de movimiento. Una transformación canónica es aquella transformación que deja invariante la forma Lagrangiana de las ecuaciones de Hamilton, y por tanto, los Lagrangianos correspondientes a las coordenadas antiguas y a las nuevas difieren por la derivada total de una función F (q, p, t). Las transformaciones canónicas son la generalización al espacio fase de las transformaciones puntuales Qi = Qi(q, t), por este motivo, una transformación canónica provoca cambios no solo en la posición, sino también en el momento, esto es, define nuevas variables Q y P como Qi = Q(q, p, t), (2.10) Pi = P (q, p, t). (2.11) La idea detrás de una transformación canónica, como ya vimos, es que la forma Lagrangiana de las ecua- ciones de movimiento de Hamilton permanezca invariante, es decir, que debe existir un nuevo Hamiltoniano K tal que Q̇i = ∂K ∂Pi , Ṗi = − ∂K ∂Qi . (2.12) Los Lagrangianos correspondientes difieren por una derivada total. Por tanto, se debe cumplir piq̇i −H = PiQ̇i −K + dF dt , (2.13) donde F , conocida como función generadora, es una función de las coordenadas antiguas, las coordenadas nuevas y el tiempo. Si la función generadora es del tipo 2, esto es, F2 = F2(q, P, t), podemos escribir F = F2 −QiPi, con lo cual (2.13) resulta piq̇i −H = −QiṖi −K + ∂F2 ∂qi q̇i + ∂F2 ∂Pi Ṗi + ∂F2 ∂t . (2.14) Identificando los coeficientes tenemos las ecuaciones de transformación pi = ∂F2 ∂qi , Qi = ∂F2 ∂Pi , K = H + ∂F2 ∂t . (2.15) Existe otra manera de abordar el tema de las transformaciones canónicas: el enfoque simpléctico; para aplicarlo hay que poner todo en términos matriciales. Con tal motivo, podemos definir un vector columna η CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 5 como ηi = qi, ηi+n = pi, i = 1, ..., n. (2.16) De la misma forma, definimos la derivada de H como un vector columna ∂H/∂η con componentes dadas por ( ∂H ∂η ) i = ∂H ∂qi , ( ∂H ∂η ) i+n = ∂H ∂pi . (2.17) Además, definimos una matriz J de dimensión 2n× 2n: J = ( 0 I −I 0 ) , (2.18) la cual tiene las siguientes propiedades: JTJ = JJT = I, (2.19) JT = −J, (2.20) J2 = −I, (2.21) detJ = 1. (2.22) Usando lo anterior, las ecuaciones de Hamilton toman la forma matricial η̇ = J ∂H ∂η . (2.23) Ahora efectuamos una transformación de coordenadas en el espacio fase, esto es, definimos nuevas coor- denadas ζ = ζ(η, t) con ζi = Qi, ζi+n = Pi. (2.24)Entonces, se puede mostrar [26] que la transformación es canónica si MJMT = J, (2.25) o bien, MTJM = J, (2.26) donde M es la matriz Jacobiana asociada a la transformación con componentes Mij = ∂ζi ∂ηj . (2.27) La matriz M recibe el nombre de matriz simpléctica y la ecuación (2.25) se llama condición simpléctica. Existe una manera más sencilla de averiguar si una transformación es canónica. Para este efecto, definimos el paréntesis de Poisson entre dos funciones f y g del espacio fase como {f, g}q,p = ∂f ∂qi ∂g ∂pi − ∂f ∂pi ∂g ∂qi . (2.28) CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 6 Esta expresión se escribe fácilmente en forma simpléctica: {f, g}q,p = ( ∂f ∂η )T J ∂g ∂η . (2.29) Si se toman las coordenadas del espacio fase como las funciones f y g, se obtienen los llamados paréntesis de Poisson fundamentales: {qi, qj}q,p = 0, {pi, pj}q,p = 0, {qi, pj}q,p = δij . (2.30) En forma simpléctica se tiene que {η,η}η = J. (2.31) De aquí es fácil demostrar que {ζ, ζ}η = J, (2.32) o bien, de manera equivalente, {Qi, Qj}q,p = 0, {Pi, Pj}q,p = 0, {Qi, Pj}q,p = δij . (2.33) Con esto se puede ver que los paréntesis de Poisson fundamentales toman el mismo valor sin importar las variables respecto a las que se calculan. De igual forma, se demuestra que los paréntesis de Poisson para cualesquiera funciones f y g son invariantes bajo transformaciones canónicas, por lo cual se suele omitir el subíndice. Los paréntesis de Poisson tienen las siguientes propiedades (α y β son constantes): {f, f} = 0, {f, g} = −{g, f}, (2.34) {αf + βg, h} = α{f, h}+ β{g, h}, (2.35) {fg, h} = f{g, h}+ {f, h}g, (2.36) {f, {g, h}}+ {g, {h, f}}+ {h, {f, g}} = 0. (2.37) Esta última relación se conoce como identidad de Jacobi. El cambio en el tiempo de una función f = f(q, p, t) es df dt = ∂f ∂qi q̇i + ∂f ∂pi ṗi + ∂f ∂t . (2.38) Si usamos las ecuaciones de Hamilton para sustituir las velocidades y los momentos encontramos que df dt = ∂f ∂qi ∂H ∂pi − ∂f ∂pi ∂H ∂qi + ∂f ∂t = {f,H}+ ∂f ∂t , (2.39) o bien, en notación simpléctica, df dt = ( ∂u ∂η )T J ( ∂H ∂η ) + ∂f ∂t . (2.40) CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 7 Podemos tomar como f a las posiciones o a los momentos, obteniendo así las ecuaciones de Hamilton, q̇i = {qi, H}, ṗi = {pi, H}, (2.41) o, compactándolas de forma simpléctica, η̇ = {η, H}. (2.42) Una propiedad importante a considerar es el cambio de un elemento de volumen del espacio fase bajo una transformación canónica. El elemento de volumen del espacio fase en las coordenadas antiguas es dη = dq1 · · · dqndp1 · · · dpn, (2.43) y en las coordenadas nuevas es dζ = dQ1 · · · dQndP1 · · · dPn. (2.44) Sabemos que se cumple dζ = |detM|dη, (2.45) lo cual, usando la condición simpléctica (2.25), conduce a detM = ±1, por lo que dζ = dη, (2.46) esto es, el volumen del espacio fase se conserva bajo una transformación canónica. El análisis de las transformaciones canónicas en mecánica cuántica se basa en mantener la estructura del conmutador fundamental, es decir, que en las nuevas variables (Q,P ) se tenga que [Qi, Pj ] = i~δij , (2.47) siendo los demás conmutadores cero [34]. Para encontrar el operador en el espacio de Hilbert que corresponde a una transformación canónica clásica se refiere al lector al artículo de Anderson [24], en donde se analizan varias sutilezas. 2.2. Sistemas con constricciones El tratamiento Hamiltoniano para un sistema dado es de suma importancia al cuantizar una teoría; por este motivo, Dirac [28] desarrolló un método que permite llevar a cabo de manera consistente la cuantiza- ción incluso cuando existen constricciones presentes. En otras palabras, en una teoría sin constricciones se promueven los paréntesis de Poisson a conmutadores (salvo un factor de i~), pero cuando hay constricciones, estas se deben incorporar, lo cual resulta en los paréntesis de Dirac. Nosotros haremos uso del método de Dirac, ya que el introducir al tiempo como una coordenada más conlleva el manejo de una constricción; esto es necesario si queremos realizar el análisis de sistemas clásicos en el espacio fase extendido. CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 8 Supongamos un sistema con Lagrangiano L. Sabemos que la acción está dada por S = t2ˆ t1 Ldt. (2.48) Las ecuaciones de movimiento (ecuaciones de Euler-Lagrange) resultan de pedir que la variación de la acción sea nula en la trayectoria solución. Además se utilizan las condiciones de frontera δq(t1) = δq(t2) = 0, donde δq representa la variación en la coordenada q. Estas ecuaciones son: d dt ( ∂L ∂q̇i ) − ∂L ∂qi = 0, i = 1, ..., N, (2.49) o bien, desarrollando la derivada total, ∂2L ∂q̇i∂q̇j q̈j + ∂2L ∂q̇i∂qj q̇j + ∂2L ∂q̇i∂t − ∂L ∂qi = 0. (2.50) De aquí vemos que si la matriz Hessiana H, definida por H = [ ∂2L ∂q̇i∂q̇j ] , (2.51) puede ser invertida, entonces las aceleraciones estarán dadas de manera única en términos de las posiciones y velocidades. Para pasar a la formulación Hamiltoniana necesitamos definir los momentos conjugados pi: pi = ∂L ∂q̇i . (2.52) Vemos entonces que si detH = 0, los momentos no son todos independientes, por lo que habrá relaciones del tipo φj(q, p, t) ≈ 0, j = 1, ...,M. (2.53) Estas relaciones se denominan constricciones primarias y son débilmente cero, lo cual significa que se satisfacen sobre la hipersuperficie de constricción. Ahora introducimos el Hamiltoniano canónico H = q̇ipi − L (2.54) y calculamos su variación: δH = q̇iδpi + piδq̇i − ∂L ∂q̇i δq̇i − ∂L ∂qi δqi = q̇iδpi − ∂L ∂qi δqi, (2.55) donde se ha usado la definición de momento. Este Hamiltoniano es función de las coordenadas y los momentos. Sin embargo, H no está determinado únicamente, ya que los δpi están sujetos a satisfacer las constricciones primarias. Entonces, el Hamiltoniano canónico está definido en la hipersuperficie del espacio fase en donde las constricciones son débilmente cero. Por tanto, si queremos extender H a todo el espacio fase, introducimos CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 9 el Hamiltoniano total HT : HT = H + λi(q, p, t)φi, (2.56) con la acción correspondiente S = t2ˆ t1 (piq̇i −HT )dt. (2.57) Las ecuaciones de movimiento asociadas son q̇i = ∂H ∂pi + λj ∂φj ∂pi , (2.58) ṗi = − ∂H ∂qi − λj ∂φj ∂qi , (2.59) φ(q, p) = 0. (2.60) Estas ecuaciones de movimiento tienen la forma Ḟ ≈ {F,HT } = {F,H}+ λi{F, φi}, (2.61) donde F = F (q, p, t). Una condición de consistencia que pedimos es que las constricciones primarias se preserven en el tiempo, por lo que se debe cumplir φ̇i ≈ 0, esto es, φ̇i = {φi, H}+ λj{φi, φj} ≈ 0. (2.62) Si esta ecuación se puede reducir a una relación solo entre coordenadas y momentos, y es independiente de las constricciones primarias, se le nombra constricción secundaria. Si hay una constriccion secundaria X(q, p, t) ≈ 0 debemos imponer una nueva condición de consistencia: Ẋ = {X,H}+ λj{X,φj} ≈ 0. (2.63) De nuevo, tenemos que checar si esta relación provee más constricciones secundarias. Una vez terminado el proceso, tendremos K constricciones secundarias φk ≈ 0, k = M + 1, ...,M +K. (2.64) Existe una clasificación diferente de constricciones, estas son las llamadas constricciones de primera y segunda clase. Una función F (q, p, t) es de primera clase si {F, φj} ≈ 0. (2.65) Por otro lado, F (q, p, t) es de segunda clase si no se cumple lo anterior. Hay que notar que el paréntesis de Poisson de dos funciones de primera clase es también una función de primera clase. Dirac conjeturó que todas las constricciones de primera clase generan transformaciones de norma, esto es, CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 10 si tenemos una función T del espacio fase y un conjunto de parámetros {�i} de la transformación, entonces δ�T = �i{T, φi}, (2.66) y, por tanto, esta transformación no altera el estado físico al tiempo t. Finalmente, supongamosque tenemos constricciones de segunda clase φi. Definimos una matriz M con componentes Mij = {φi, φj}. (2.67) Entonces, si f y g son dos funciones del espacio fase, se define el paréntesis de Dirac {f, g}∗ como {f, g}∗ = {f, g} − {f, φi}M−1ij {φj , g}. (2.68) Esta operación satisface las propiedades del paréntesis de Poisson y es, precisamente, el que se promueve a conmutador al cuantizar la teoría. 2.3. Esquemas de Schrödinger y Heisenberg El problema central de la mecánica cuántica es determinar la evolución temporal del sistema en cuestión, esto es, dado un estado inicial |ψ(t0)〉 al tiempo t0 se quiere determinar el estado |ψ(t)〉 al tiempo t. El operador de evolución U(t, t0)2 es precisamente el que relaciona estos estados, de manera que |ψ(t)〉 = U(t, t0)|ψ(t0)〉. (2.69) Este operador satisface la ecuación i~ dU(t, t0) dt = H(t)U(t, t0) (2.70) con la condición inicial U(t0, t0) = I y dondeH(t) es el Hamiltoniano del sistema e I es el operador identidad. Esto es consecuencia de que el estado |ψ(t)〉 satisfaga la ecuación de Schrödinger. El operador de evolución es lineal y unitario, y la solución a la ecuación de Schrödinger para U(t, t0) es [35] U(t, t0) = I− i ~ tˆ t0 dt′H(t′)U(t′, t0). (2.71) Si estudiamos la ecuación (2.69) en el espacio de posiciones, resulta que ψ(q, t) = 〈q|ψ(t)〉 = 〈q|U(t, t0)|ψ(t0)〉, (2.72) donde hemos supuesto un sistema unidimensional. Ahora, insertemos la identidad escrita en términos de los 2En este capítulo los operadores serán escritos en negritas. CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 11 autoestados |q0〉, esto es, I = ∞̂ −∞ dq0|q0〉〈q0|. (2.73) Obtenemos ψ(q, t) = ∞̂ −∞ dq0〈q|U(t, t0)|q0〉ψ(q0, t0). (2.74) Al elemento de matriz del operador de evolución 〈q|U(t, t0)|q0〉 se le llama kernel y se denota como K(q, t; q0, t0). Podemos notar que es una cantidad de sumo interés, puesto que el conocerla nos permite “propagar” la información desde el punto espaciotemporal (q0, t0) hasta el punto (q, t). De hecho, el kernel resulta ser la amplitud de probabilidad de que una partícula localizada inicialmente en q0 al tiempo t0 se encuentre en q al tiempo t. Se puede decir que el problema de determinar el kernel es, entonces, el problema central de la mecánica cuántica, ya que dada una función de onda inicial ψ(q0, t0) podemos determinar mediante (2.74) la función de onda ψ(q, t) para cualquier posición y tiempo. El kernel satisface también la ecuación de Schrödinger. Para ver esto, definimos el operador de Schrödinger, DS , como DS = i~ ∂ ∂t −H(q, p, t), (2.75) y lo hacemos actuar sobre la función de onda ψ(q, t). Usando (2.74) obtenemos DSψ(q, t) = ∞̂ −∞ dq0 [DSK(q, t; q0, t0)]ψ(q0, t0). (2.76) Como DSψ(q, t) = 0, se sigue que DSK(q, t; q0, t0) = 0; (2.77) así mismo, notemos que debido a la condición inicial se debe cumplir K(q, t0; q0, t0) = δ(q − q0). Podemos expresar el kernel de otra manera haciendo uso del esquema de Heisenberg. En el esquema usual (de Schrödinger) los operadores son independientes del tiempo y los estados son los que evolucionan, pero en el esquema de Heisenberg los estados están fijos y los operadores evolucionan en el tiempo [36]. El estado de Heisenberg |ψH〉 se define como el estado |ψ(t0)〉. De esta manera, de acuerdo a (2.69) tenemos que |ψH〉 = |ψ(t0)〉 = U†(t, t0)|ψ(t)〉. (2.78) Analicemos ahora el valor esperado de un operador A, esto es, 〈A(t)〉 = 〈ψ(t)|A|ψ(t)〉 = 〈ψH |U†(t, t0)AU(t, t0)|ψH〉, (2.79) así que si queremos escribir el valor esperado en el esquema de Heisenberg, debemos pedir que el operador AH esté dado por AH = U †(t, t0)AU(t, t0), (2.80) de manera que 〈A(t)〉 = 〈ψH |AH |ψH〉. (2.81) CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 12 La ecuación de eigenvalores para el operador q es q|q〉 = q|q〉. (2.82) Multiplicamos ahora la ecuación por U†(t, t0) e insertamos I = U(t, t0)U†(t, t0) entre q y el estado |q〉, obteniendo así U†(t, t0)qU(t, t0) [ U†(t, t0)|q〉 ] = q [ U†(t, t0)|q〉 ] , qH |q, t〉 = q|q, t〉, (2.83) donde hemos definido |q, t〉 = U†(t, t0)|q〉. Podemos ver, entonces, que la ecuación de eigenvalores en el esquema de Heisenberg tiene la misma estructura, siendo el autovalor q el mismo que en el esquema de Schrödinger. Si el Hamiltoniano no depende explícitamente del tiempo, la solución a la ecuación (2.70) con condición inicial U(t0, t0) = I es U(t, t0) = e − i~H(t−t0). (2.84) Entonces, un cálculo muy simple muestra que ∞̂ −∞ dq|q, t〉〈q, t| = I (2.85) y 〈q′, t|q, t〉 = δ(q′ − q). (2.86) De esta manera, el kernel K(q, t; q0, t0) puede ser expresado en el esquema de Heisenberg como K(q, t; q0, t0) = ( 〈q|e− i~Ht )( e i ~Ht0 |q0〉 ) = 〈q, t|q0, t0〉. (2.87) A continuación, para ilustrar el cálculo de un kernel, abordaremos el problema más simple: la partícula libre. El Hamiltoniano correspondiente es H = p2 2m . (2.88) Entonces, el kernel para ir de qa en ta a qb en tb es K(qb, tb; qa, ta) = 〈qb|e− i ~ p2 2m (tb−ta)|qa〉, (2.89) Ahora, podemos insertar la identidad escrita en término de eigenestados del momento, de manera que el operador exp(ip2/2m~) aplicado al autoestado |p〉 arroje el eigenvalor exp(ip2/2m~). K(qb, tb; qa, ta) = ∞̂ −∞ dp〈qb|e− i ~ p2 2m (tb−ta)|p〉〈p|qa〉 = ∞̂ −∞ dpe− i ~ p2 2m (tb−ta)〈qb|p〉〈qa|p〉∗. (2.90) Sabemos que el eigenestado del momento escrito en la base de posiciones es 〈q|p〉 = e i ~ qp √ 2π~ , (2.91) CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 13 por lo que K(qb, tb; qa, ta) = 1 2π~ ∞̂ −∞ dpe− i ~ p2 2m (tb−ta)+ i ~p(qb−qa). (2.92) Esta integral, al ser cuadrática en p, se puede realizar de manera sencilla completando el cuadrado, obteniéndose así K(qb, tb; qa, ta) = √ m 2πi~(tb − ta) exp [ i ~ m(qb − qa)2 2(tb − ta) ] . (2.93) 2.4. Integral de trayectoria Como ya habíamos establecido, el problema central en mecánica cuántica es conocer el kernel del sistema en cuestión. Richard Feynman [31] desarrolló una visión de la mecánica cuántica basada en el principio de superposición que establece que para determinar el kernel de una partícula es necesario sumar sobre todas las posibles trayectorias que pueda seguir la partícula, ya que cada una de ellas contribuye a la amplitud de probabilidad de propagación de un punto a otro. Podemos construir cuantitativamente la versión de Feynman de la mecánica cuántica de manera muy sencilla. Supongamos que la partícula se encuentra al tiempo inicial ta en qa y queremos saber la amplitud de probabilidad (kernel) de que la partícula se propague al punto qb en el tiempo tb con tb > ta. Sabemos que K(qb, tb; qa, ta) = 〈qb, tb|qa, ta〉. (2.94) Si ahora insertamos la identidad I = ∞̂ −∞ dq1|q1, t1〉〈q1, t1|, (2.95) donde ta < t1 < tb, obtenemos K(qb, tb; qa, ta) = ∞̂ −∞ dq1〈qb, tb|q1, t1〉〈q1, t1|qa, ta〉. (2.96) Hagamos más inserciones, para ello definamos t0 = ta, tN = tb, � = (tb − ta)/N y tj = ta + j� con j = 0, ..., N y tal que ta < t1 < t2 < ... < tN−1 < tb. Entonces, K(qb, tb; qa, ta) = ∞̂ −∞ dq1dq2 · · · dqN−1〈qb, tb|qN−1, tN−1〉 · · · 〈q2, t2|q1, t1〉〈q1, t1|qa, ta〉. (2.97) De esta manera vemos que, según (2.97), para ir del punto qa en ta al punto qb al tiempo tb, debemos sumar sobre todas las trayectorias intermedias que conecten estos dos puntos [37]. Cada elemento de matriz puede ser escrito como 〈qj+1, tj+1|qj , tj〉 = 〈qj+1|e− i ~H�|qj〉, (2.98) El Hamiltoniano depende de q y de p, por lo que podemos insertar una identidad escrita en términos de CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 14 autoestados del momento: 〈qj+1|e− i ~H�|qj〉 = ∞̂ −∞ dpj〈qj+1|pj〉〈pj |e− i ~H�|qj〉. (2.99) Si tomamos el límite N →∞, esto es, �→ 0, entonces 〈pj |e− i ~H�|qj〉 = 〈pj |1− i ~ �H|qj〉. (2.100) Para evaluar este elemento de matriz hay que tomar en cuenta que el Hamiltoniano puede depender de productos de q y p, por lo cual no es evidente de qué forma hay que ordenar estos productos. La elección más frecuente es el ordenamiento de Weyl, el cual sumacada posibilidad de orden y la divide entre el número de permutaciones posibles. Por ejemplo, si la función clásica a considerar es V (q, p) = q2p, el operador cuántico correspondiente de Weyl sería VW (q, p) = 1 3 (q2p+ qpq + pq2). (2.101) Puede mostrarse [36] que, siguiendo el ordenamiento de Weyl, 〈pj |H(p, q)|qj〉 = 〈pj |qj〉H ( pj , 1 2 (qj+1 + qj) ) , (2.102) donde H es la función Hamiltoniana clásica. Entonces, 〈qj+1|e− i ~H�|qj〉 = ∞̂ −∞ dpj〈qj+1|pj〉〈pj |1− i ~ �H ( pj , 1 2 (qj+1 + qj) ) |qj〉 = ∞̂ −∞ dpj 2π~ exp ( − i ~ �H ) exp [ i ~ pj(qj+1 − qj) ] . (2.103) De esta manera, regresando a (2.97), encontramos que K(qb, tb; qa, ta) = ĺım N→∞ ∞̂ −∞ N−1∏ j=1 dqj N−1∏ j=0 dpj 2π~ exp i~ N−1∑ j=0 [ pj(qj+1 − qj)− �H ( pj , qj+1 + qj 2 )] . (2.104) Para simplificar la notación, se suele definir la medida DqDp como DqDp = ĺım N→∞ N−1∏ j=1 dqj N−1∏ j=0 dpj 2π~ , (2.105) así como reemplazar qj+1−qj con �q̇(tj), lo cual convierte a la suma que está en el argumento de la exponencial en una integral. Por tanto, K(qb, tb; qa, ta) = q(tb)=qbˆ q(ta)=qa DqDp exp i ~ tbˆ ta dt(pq̇ −H) . (2.106) CAPÍTULO 2. TRANSFORMACIONES, CONSTRICCIONES E INTEGRAL DE TRAYECTORIA 15 Si el Hamiltoniano es de la forma H(p, q) = p2 2m + V (q, t), (2.107) se puede realizar la integral sobre los momentos al ser Gaussiana. Entonces, ∞̂ ∞ dpj exp [ i� ~ ( pj q̇j − p2j 2m )] = √ 2mπ~ i� exp ( i� ~ mq̇j 2 ) , (2.108) con lo cual, K(qb, tb; qa, ta) = ( m 2πi~� )N/2 q(tb)=qbˆ q(ta)=qa Dq exp i ~ N−1∑ j=0 � ( mq̇2j 2 − V ( qj+1 + qj 2 , t )) . (2.109) En forma abreviada, esta integral, conocida como integral de trayectoria Lagrangiana, es K(qb, tb; qa, ta) = N q(tb)=qbˆ q(ta)=qa Dq exp i ~ tbˆ ta dtL(q, q̇, t) , (2.110) donde N es una constante de normalización. Capítulo 3 Adiabaticidad en mecánica clásica 3.1. Teoría de Hamilton-Jacobi Una de las formulaciones más importantes de la mecánica clásica desde el punto de vista teórico es la de Hamilton-Jacobi. Es en esta formulación donde se cierra un ciclo: se comienza estudiando las ecuaciones de Euler-Lagrange derivadas de la acción, después se pasa al formalismo Hamiltoniano mediante una trans- formación de Legendre, y finalmente, por medio de las transformaciones canónicas se llega a la ecuación de Hamilton-Jacobi, cuya solución es la acción misma. De esta manera, se logra resolver el problema de encontrar la evolución de un sistema. Antes de abordar el tema de las variables ángulo-acción conviene recapitular algunos resultados de la teoría de Hamilton-Jacobi. Para una transformación canónica del tipo 2, esto es, cuando la función generadora (denotada aquí como S) depende de q, P y t, las derivadas de S(q, P, t) son, como vimos en el capítulo anterior, pi = ∂S ∂qi , Qi = ∂S ∂Pi , K = H + ∂S ∂t , i = 1, ..., n. (3.1) Si pedimos que el Hamiltoniano transformado K sea cero, se debe cumplir entonces H ( q, ∂S ∂q , t ) + ∂S ∂t = 0. (3.2) Esta es la ecuación de Hamilton-Jacobi cuya solución es la función generadora S, que a partir de ahora llamaremos función principal de Hamilton. Es una ecuación diferencial parcial (en general, no lineal) en n+1 variables: q1, ..., qn, t. Ahora bien, las ecuaciones de Hamilton pueden ser trivialmente integradas, puesto que Q̇ = ∂K ∂P = 0, Ṗ = −∂K ∂Q = 0. (3.3) Lo anterior implica que Q = constante y P = constante. Para resolver la ecuación de Hamilton-Jacobi se necesita una solución completa, esto es, una solución que dependa de n constantes de integración αi, i = 1, ..., n. De esta manera, S = S(q1, ..., qn;α1, ..., αn; t). (3.4) 16 CAPÍTULO 3. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CLÁSICA 17 Las constantes de integración αi se toman como los nuevos momentos Pi, es decir, Pi = αi. La segunda ecuación de transformación es, entonces, Qi = ∂S ∂Pi = ∂S ∂αi ≡ βi. (3.5) Estas ecuaciones se pueden invertir para obtener qi = qi(α, β; t). Una vez hecho esto, se sustituyen las qi en la primera ecuación de transformación, con lo cual se obtiene pi = pi(α, β; t). De esta forma, se ha resuelto el problema de encontrar la evolución del sistema. La función principal de Hamilton es en realidad la acción del sistema módulo una constante, tal como se puede ver tomando su derivada total: dS dt = ∑ i ∂S ∂qi q̇i + ∑ i ∂S ∂Pi Ṗi + ∂S ∂t = ∑ i piq̇i −H = L, (3.6) donde se usó la ecuación de Hamilton-Jacobi y el hecho que los momentos Pi son constantes. En el caso en que el Hamiltoniano no depende explícitamente del tiempo, se propone que la solución a la ecuación (3.2) sea S = W (q) + T (t). (3.7) Con esto, la ecuación se logra separar dando como resultado S = W − Et, (3.8) donde W es la función característica de Hamilton que cumple con H ( q, dW dq ) = E, (3.9) siendo E la energía del sistema. Si ponemos la dependencia completa en las constantes de movimiento, entonces S es S(q;α; t) = W (q1, ..., qn;α1, ..., αn)− E(α1, ..., αn)t. (3.10) Un sistema se dice completamente separable si la función característica de Hamilton se puede escribir como W (q1, ..., qn;α1, ..., αn) = n∑ a=1 Wa(qa;α1, ..., αn). (3.11) Para ilustrar estos conceptos consideremos la partícula libre en tres dimensiones. El Hamiltoniano corres- pondiente es H = 1 2m ( p2x + p 2 y + p 2 z ) . (3.12) Al no tener dependencia explícita del tiempo, la ecuación de Hamilton-Jacobi se reduce a 1 2m [( ∂W ∂x )2 + ( ∂W ∂y )2 + ( ∂W ∂z )2] = E. (3.13) CAPÍTULO 3. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CLÁSICA 18 Ahora resulta natural intentar la separación de variables (3.11). Proponemos W = W1(x) +W2(y) +W3(z). (3.14) Con esto, encontramos que 1 2m [( dW1 dx )2 + ( dW2 dy )2 + ( dW3 dz )2] = E. (3.15) De aquí es claro que cada término debe ser constante. Llamaremos a estas constantes α2x, α2y y α2z, respectivamente. Entonces, E = 1 2m ( α2x + α 2 y + α 2 z ) . (3.16) Las tres ecuaciones diferenciales ordinarias que resultan se integran trivialmente, con lo cual podemos escribir la función característica de Hamilton como W = xαx + yαy + zαz, (3.17) y por tanto, S = xαx + yαy + zαz − 1 2m ( α2x + α 2 y + α 2 z ) t. (3.18) Podemos obtener ahora los momentos: px = ∂S ∂x = αx, py = ∂S ∂y = αy, pz = ∂S ∂z = αz, (3.19) y las nuevas coordenadas: βx = ∂S ∂αx = x− αx m t, βy = ∂S ∂αy = y − αy m t, βz = ∂S ∂αz = z − αz m t. (3.20) Invirtiendo las ecuaciones resulta la solución al sistema en términos de las constantes α y β. x = βx + αx m t, y = βy + αy m t, z = βz + αz m t. (3.21) De aquí es claro que podemos identificar a las constantes βi con las posiciones iniciales y a αi con los momentos iniciales. 3.2. Variables ángulo-acción Ahora abordaremos la teoría de las variables ángulo-acción. Consideraremos sistemas para los que la ecua- ción de Hamilton-Jacobi es completamente separable al menos en un sistema de coordenadas. Supondremos también que el movimiento es acotado, por lo cual solo habrá dos movimientos posibles: oscilación y rotación. CAPÍTULO 3. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CLÁSICA 19 Sean (q1, ..., qn) coordenadas generalizadas para las cuales se cumple W (q;α) = n∑ a=1 Wa(qa;α1, ..., αn). (3.22) El momento pa conjugado a qa está dado por pa = ∂S ∂qa = ∂Wa ∂qa . (3.23) Esto muestra que para sistemas separables se puede considerar cada grado de libertad por separado. [32] En el plano fase correspondiente a cada qa se lleva a cabo el movimiento de oscilación o rotación, lo cual resulta en que el sistema sea periódico en cada qa. Si integramos el momento respecto a su coordenada obtenemos Wa = ˆ pa(qa;α1, ..., αn)dqa. (3.24) Al tomar qa durante un ciclo manteniendo a las otras coordenadas fijas, el sistema regresa a su estado original, haciendo que Wa cambie por ∆Wa = ˛ padqa. (3.25) Con esto queda claro que Wa es una función multivaluada del estado del sistema. Pictóricamente, la integral da como resultado el área en el plano fase encerrada por (o, para rotación, debajo de)la trayectoria. Definimos la variable acción para el a-ésimo grado de libertad, Ia, como Ia = 1 2π ∆Wa = 1 2π ˛ padqa. (3.26) Por medio de esta definición podemos ver que las variables acción están dadas como función de las constantes de separación α1, ..., αn, esto es, Ia = Ia(α1, ..., αn). (3.27) Si asumimos que estas ecuaciones son invertibles, podemos tomar a las variables acción como los nuevos momentos. De esta manera, la función característica de Hamilton es W (q; I) = n∑ a=1 Wa(qa; I1, ..., In). (3.28) Lo que falta ahora es encontrar la coordenada φa conjugada a Ia, la cual está dada por las ecuaciones de transformación φa = ∂W ∂Ia . (3.29) Estas coordenadas se llaman variables ángulo. Vemos entonces que W (q; I) es la función generadora de la transformación canónica de las variables (q, p) a las variables ángulo-acción (φ, I). Si el a-ésimo grado de libertad se toma durante un ciclo con los otros grados de libertad fijos, entonces el CAPÍTULO 3. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CLÁSICA 20 cambio en la variable ángulo es 2π, tal como puede verse a continuación: ∆φa = ∆ ∂W ∂Ia = ∂∆Wa ∂Ia = ∂(2πIa) ∂Ia = 2π. (3.30) El Hamiltoniano para los sistemas en consideración se escribe únicamente en términos de las constantes α. Al realizar la inversión de (3.27), podemos escribir estas constantes en términos de las variables acción I, con lo cual el Hamiltoniano dependerá solamente de estas últimas, H = H(I1, ..., In). (3.31) Lo anterior quiere decir que todas las variables ángulo son cíclicas. Además, las variables acción son constantes, tal como se ve de (3.27). El Hamiltoniano K correspondiente a la transformación canónica con función generadora W (q; I) es K = H + ∂W ∂t ; (3.32) pero W no depende del tiempo, por lo que K = H(I). Entonces, la evolución de las variables ángulo está dada por las ecuaciones de Hamilton dφa dt = ∂H(I) ∂Ia = ωa(I), (3.33) donde las frecuencias angulares ωa son constantes, puesto que dependen solamente de las variables acción. Estas ecuaciones se integran fácilmente, dando como resultado φa(t) = φa(0) + ωa(I)t. (3.34) Las ecuaciones Ia = cte. junto con la anterior definen un toro n-dimensional. A continuación, como ejemplo de aplicación del formalismo de las variables ángulo-acción, estudiaremos el oscilador armónico unidimensional. El Hamiltoniano de este sistema es H = p2 2m + mω2 2 q2 = E ≡ α. (3.35) donde E es la constante de separación y corresponde a la energía del sistema. Utilizamos ahora la definición de la variable acción: I = 1 2π ˛ pdq = 1 2π ˛ √ 2mα−m2ω2q2dq. (3.36) Es conveniente hacer el cambio de variable q = √ 2α mω2 sinθ. (3.37) Con esto, la integral (tomada a un ciclo) es I = α πω 2πˆ 0 cos2θdθ = α ω . (3.38) De aquí podemos escribir el Hamiltoniano como H = Iω. La ecuación de movimiento para la variable CAPÍTULO 3. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CLÁSICA 21 ángulo es dφ dt = ∂H ∂I = ω, (3.39) con lo cual llegamos a φ(t) = φ(0) + ωt. (3.40) 3.3. Cambio adiabático La noción de adiabaticidad yace en el borde de la estática y la dinámica: toma en cuenta efectos dinámicos pero en el límite de cambios infinitamente lentos. Uno puede aplicar esta noción cuando el sistema se divide en dos subsistemas con distintas escalas de tiempo [33]. Por ejemplo, si tenemos un péndulo oscilando y movemos lentamente el soporte, hay dos escalas de tiempo: el periodo del péndulo (tiempo interno) Ti, y el tiempo en que el soporte se mueve apreciablemente (tiempo externo) Te. Un proceso adiabático es aquel en el que Te � Ti [38] . El Hamiltoniano de un sistema depende generalmente de parámetros X = (X1, X2, ...). Nos interesa ave- riguar qué sucede cuando estos parámetros cambian lentamente y de una forma no relacionada al movimiento del sistema. A continuación, analizaremos únicamente sistemas con un grado de libertad. Supongamos que tenemos un Hamiltoniano H0(q, p,X) escrito en términos de variables canónicas q y p, y que depende de los parámetros X. Inicialmente, estos parámetros son constantes; después se cambian adiabáticamente y se asume que las variables (q, p) satisfacen las ecuaciones de Hamilton con parámetros dependientes del tiempo. El que esto ocurra depende del sistema, los cambios y las variables canónicas usadas. Queremos analizar cuáles son las ecuaciones que satisfacen las variables ángulo-acción (φ, I). En cada instante t estas variables se obtienen a partir de (q, p) mediante una transformación canónica con función ge- neradoraW (q, I,X(t)). Por tanto, las variables ángulo-acción satisfacen las ecuaciones canónicas de Hamilton con Hamiltoniano H(φ, I,X(t)) = H0(I,X(t)) + ( ∂W (q, I,X(t)) ∂X ) q,I · dX(t) dt , (3.41) donde el subíndice indica las variables que se mantienen constantes al momento de derivar. Entonces,( ∂W ∂X ) φ,I =∇W = ( ∂W ∂q ) I,X ( ∂q ∂X ) φ,I + ( ∂W ∂X ) q,I = p∇q + ( ∂W ∂X ) q,I . (3.42) De aquí se sigue que las ecuaciones de Hamilton para las variables ángulo-acción son dφ dt = ∂H ∂I = ∂H0 ∂I + ∂ ∂I [( ∂W ∂X ) q,I · dX dt ] = ω(I,X) + ∂ ∂I (−p∇q +∇W ) · dX dt (3.43) y dI dt = −∂H ∂φ = − ∂ ∂φ [( ∂W ∂X ) q,I · dX dt ] = − ∂ ∂φ (−p∇q +∇W ) · dX dt , (3.44) en donde ω(I,X) = ∂H0(I,X)/∂I y el operador nabla denota la derivada respecto a los parámetros man- teniendo las variables ángulo-acción fijas. Si ahora suponemos que los parámetros cambian lentamente, de CAPÍTULO 3. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CLÁSICA 22 manera que (1/|X|)(dX/dt) � ω, entonces el sistema pasa por muchos ciclos en el tiempo en que los pa- rámetros cambian apreciablemente. Para calcular el cambio en las variables ángulo-acción en muchos ciclos podemos, como aproximación, reemplazar el lado derecho de las ecuaciones por su promedio en un ciclo [15] 〈...〉 = 1 2π 2πˆ 0 ...dφ. (3.45) Se puede demostrar que al promediar el lado derecho de la ecuación de la acción el resultado es cero, y por tanto, para cambios adiabáticos, dI dt ≈ 0, (3.46) de donde se sigue que la variable acción es constante, es decir, es un invariante adiabático. En el caso del oscilador armónico con frecuencia variable ω(t), la variable acción es, según (3.38), I = E(t) ω(t) , (3.47) y es un invariante, esto es, el área definida por la elipse p2 2m + mω2(t)q2 2 = E(t), (3.48) permanece constante durante la evolución adiabática. Para la ecuación de la variable ángulo, el promedio en un ciclo es dφ dt ≈ ω(I,X) + ∂A(I,X) ∂I · dX dt , (3.49) donde A(I,X) = −〈p∇q〉+ 〈∇W 〉. (3.50) Recordando que la variable acción es constante, podemos integrar la ecuación para obtener el cambio en la variable ángulo en el intervalo de t0 a t: ∆φ ≈ tˆ t0 ω(I,X)dt+ ∂ ∂I tˆ t0 A(I,X) · dX dt dt = tˆ t0 ω(I,X)dt+ ∂ ∂I X̂ X0 A(I,X) · dX. (3.51) El primer término representa el cambio dinámico, mientras que el segundo término, llamado cambio de Hannay, representa un cambio debido a una trayectoria en el espacio de parámetros. La variable ángulo está definida hasta una transformación canónica del tipo 2 generada por F2 = φI ′ + Λ(I ′,X). (3.52) Esto da como resultado φ′ = φ+ ∂Λ(I,X) ∂I (3.53) e I ′ = I. (3.54) CAPÍTULO 3. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CLÁSICA 23 El cambio inducido en A se encuentra de la ecuación de Hamilton para la variable ángulo transformada dφ′ dt = dφ dt +∇ ( ∂Λ ∂I ) · dX dt = ω + ∂ ∂I (A +∇Λ) · dX dt . (3.55) Comparando con (3.49) vemos que A′ = A +∇Λ. (3.56) Esto tiene precisamente la misma forma que una transformación de norma para el potencial vectorial de la electrodinámica. El cambio de Hannay en la variable ángulo depende de la norma, sin embargo, para circuitos cerrados en el espacio de parámetros, el cambio de Hannay ∆φH = ∂ ∂I ˛ A(I,X) · dX (3.57) es independiente de la norma, puesto que ¸ ∇Λ · dX = ¸ dΛ = 0. A ∆φH se le llama ángulo de Hannay. Podemos reescribir la integral de la uno-forma A · dX usando el teorema de Stokes. Ahora tomamos un sistema con tres parámetros para poder usar la notación vectorial. Introducimos el vector B:B =∇×A. (3.58) Recordando la definición de A, encontramos que B = −〈∇× (p∇q)〉+ 〈∇× (∇W )〉 = −〈p∇× (∇q)〉 − 〈∇p×∇q〉, (3.59) B = 〈∇q ×∇p〉, (3.60) donde se anulan los términos que contienen el rotacional de un gradiente. Usando el teorema de Stokes, tenemos que ∆φH = ∂ ∂I ˆ B(I,X) · dS. (3.61) 3.4. Aro de Hannay A continuación, se presentarán dos ejemplos que ilustran la aparición del ángulo de Hannay. Primero, consideremos un aro sobre el cual está una cuenta que lo recorre con rapidez constante. El aro, además, está rotando con una velocidad angular Ω = dθ/dt. La velocidad de la cuenta respecto al aro ṡ es tangente al aro, y la velocidad del punto del aro en que la cuenta está instantáneamente localizada respecto al sistema inercial subyacente es rΩ y es perpendicular al radio vector. El ángulo entre estas dos velocidades es 3π/2− α. Usamos la ley de los cosenos para obtener v2 = ṡ2 + r2Ω2 + 2ṡrΩsinα. (3.62) El Lagrangiano (mv2/2) es L(s, ṡ, t) = m 2 ( ṡ2 + r2Ω2 + 2ṡrΩsinα ) , (3.63) CAPÍTULO 3. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CLÁSICA 24 y el momento conjugado a s es p = ∂L ∂ṡ = mṡ+mrΩsinα. (3.64) Con esto, podemos construir el Hamiltoniano H = pṡ− L = (p−mrΩsinα) 2 2m − 1 2 mr2Ω. (3.65) Las ecuaciones de Hamilton son ds dt = ∂H ∂p = p m − rΩsinα, dp dt = −∂H ∂s . (3.66) Si ahora reemplazamos el lado derecho de las ecuaciones por el promedio temporal en la posición, obte- nemos ds dt ≈ 〈 p m 〉 − Ω ` `ˆ 0 rsinαds = 〈 p m 〉 − 2AΩ ` , dp dt ≈ −1 ` `ˆ 0 ∂H ∂s ds = 0, (3.67) donde A = 12 ´ ` 0 rsinαds es el área encerrada por el aro. Integramos la primera ecuación para obtener el cambio en la posición, lo cual da ∆s = T̂ 0 ds dt dt = p m T − 2A ` ∆θ. (3.68) Aquí, ∆θ = ´ T 0 Ωdt es el ángulo al que se rota el aro. El primer término es el cambio dinámico y el segundo término es el cambio de Hannay. 3.5. Oscilador armónico generalizado El segundo ejemplo que abordaremos es el llamado “oscilador armónico generalizado” [14], cuyo Hamilto- niano está dado por H = 1 2 ( X(t)q2 + 2Y (t)qp+ Z(t)p2 ) , (3.69) donde (X,Y, Z) son parámetros y se cumple XZ > Y 2. Lo primero que intentaremos será deshacernos del término cruzado. Sea ξ = (q, p)T el vector columna de las variables canónicas; entonces, el Hamiltoniano se escribe H = ξTMξ, (3.70) con M = 1 2 ( X Y Y Z ) . (3.71) Ahora introducimos nuevas variables canónicas tales que ξ′ = Rξ, (3.72) CAPÍTULO 3. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CLÁSICA 25 donde R es una matriz ortogonal (lo cual es posible debido a que M es simétrica). De aquí se sigue que H = (RTξ′)TM(RTξ′) = ξ′T(RMRT)ξ′, (3.73) y por tanto, la matriz transformada es M ′ = RMRT. (3.74) Pedimos que M ′ sea diagonal, M ′ = 1 2 ( λ+ 0 0 λ− ) , (3.75) siendo λ+ y λ− los eigenvalores. El Hamiltoniano será, entonces, H = 1 2 λ+q ′2 + 1 2 λ−p ′2. (3.76) Al ser el determinante un invariante tenemos que detM = detM ′ = XZ − Y 2 = λ+λ−. (3.77) Como XZ−Y 2 > 0, los signos de λ+ y λ− son iguales, por tanto, las trayectorias en el espacio fase (q′, p′) son elipses. El área que encierra una elipse es A = π √ 2E λ+ √ 2E λ− = 2πE√ XZ − Y 2 , (3.78) y de aquí se sigue que la variable acción es I = A 2π = E√ XZ − Y 2 . (3.79) Si resolvemos la ecuación de Hamilton-Jacobi, encontramos que W = − Y 2Z q2 + 1 Z ˆ √ 2ZE − (XZ − Y 2)q2dq. (3.80) Para hacer la integral, hacemos el cambio de variable q = √ 2ZE XZ − Y 2 sinφ, (3.81) con esto, la función característica de Hamilton se escribe como W = − Y 2Z q2 + E√ XZ − Y 2 (φ+ sinφcosφ). (3.82) En un ciclo, φ incrementa en 2π, y por tanto, W incrementa en 2πE/ √ XZ − Y 2, por lo cual, la variable acción es I = ∆W 2π = E√ XZ − Y 2 = E ω , (3.83) CAPÍTULO 3. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CLÁSICA 26 donde ω = √ XZ − Y 2. En términos de I, la función característica de Hamilton está dada por W = − Y 2Z q2 + I(φ+ sinφcosφ), (3.84) el momento es p = ∂W ∂q = −Y Z q + √ 2ωI Z cosφ, (3.85) y la variable ángulo es ∂W ∂I = φ. (3.86) Por tanto, q = √ 2ZI ω sinφ, p = √ 2ZI ω ( −Y Z sinφ+ ω Z cosφ ) . (3.87) Supongamos ahora que los parámetros son variados adiabáticamente y el sistema es tomado alrededor de un circuito cerrado. Para calcular el ángulo de Hannay necesitamos los promedios del gradiente de q y de p. El vector B definido en (3.60) es, entonces, B = 〈∇q ×∇p〉 = −1 2 ∇ ( Z ω ) ×∇ ( Y Z ) . (3.88) Haciendo los cálculos pertinentes, encontramos que B = IR 4ω3 , (3.89) y, por tanto, el ángulo de Hannay es ∆φH = ∂ ∂I ˆ B · dS = ˆ R · dS 4ω3 , (3.90) esto es, ∆φH = ˆ XdY ∧ dZ + Y dZ ∧ dX + ZdX ∧ dY 4 (XZ − Y 2) 3 2 . (3.91) Capítulo 4 Adiabaticidad en mecánica cuántica 4.1. Evolución adiabática en mecánica cuántica Para analizar la evolución adiabática consideremos un Hamiltoniano dependiente del tiempo H(t). Si asumimos que el espectro de H es discreto y no degenerado, se propone que la ecuación de eigenvalores de H se cumpla a cada instante de tiempo, esto es, H(t)|n(t)〉 = En(t)|n(t)〉, (4.1) donde los eigenestados cumplen con 〈n(t)|m(t)〉 = δnm. (4.2) Podemos notar que |n(t)〉 no está definido de manera única. Si hacemos la transformación |n(t)〉 → |n′(t)〉 = eiλn(t)|n(t)〉, (4.3) con funciones arbitrarias λn(t), entonces (4.1) y (4.2) permanecen invariantes. Una transformación de este tipo se llama transformación de norma. La solución general a la ecuación de Schrödinger dependiente del tiempo i~ ∂ ∂t |ψ(t)〉 = H(t)|ψ(t)〉, (4.4) se propone como una combinación lineal de los estados |n(t)〉, esto es, |ψ(t)〉 = ∑ n cn(t)e iθn(t)|n(t)〉, (4.5) donde θn(t) = − 1 ~ tˆ 0 En(τ)dτ (4.6) es el factor de fase generalizado al caso en que la energía depende del tiempo. 27 CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 28 Si ahora se sustituye (4.5) en (4.4), se obtienen las siguientes ecuaciones para los coeficientes cm(t): ċm(t) = −cm(t)〈m(t)|ṁ(t)〉 − ∑ k 6=m ck(t)〈m(t)|k̇(t)〉exp [i (θk(t)− θm(t))] . (4.7) Enseguida, derivamos (4.1) respecto al tiempo y proyectamos en el ket |m〉 tal que m 6= k: 〈m|k̇〉 = 〈m|Ḣ|k〉 Ek − Em . (4.8) La evolución de H(t) es considerada adiabática si ∣∣∣〈m|Ḣ|k〉∣∣∣� |Ek − Em| ∆Tkm , (4.9) donde ∆Tkm es el tiempo característico de transición entre los estados k ym. Esto quiere decir que los cambios en H son lentos en comparación con la escala natural de tiempo del sistema, definida mediante la transición entre estados energéticos [33]. En el límite adiabático ∆Tkm →∞ los cambios en H son infinitamente lentos, esto es, ∣∣∣〈m|Ḣ|k〉∣∣∣→ 0, (4.10) y por tanto, según (4.8), 〈m|k̇〉 → 0. (4.11) Si sustituimos este resultado en (4.7), obtenemos la ecuación de evolución adiabática ċm = −cm〈m|ṁ〉, (4.12) con solución cm(t) = cm(0)e iφm(t), (4.13) donde φm(t) = i tˆ 0 〈m(τ)|ṁ(τ)〉dτ. (4.14) Usando la condición inicial cm(0) = δmn, y sustituyendo en (4.5), tenemos que |ψ(t)〉 = eiθn(t)eiφn(t)|n(t)〉. (4.15) Este es precisamente el teorema adiabático: si el sistema comienza en t = 0 en el eigenestado |n〉, entonces permanece en él para todo tiempo, adquiriendo solamente un par de fases. La fase adicional φn(t) fue ignorada por casi cincuenta años, debido a que con la libertad de norma podemos tomar un nuevo eigenvector |ñ(t)〉 = eiφn(t)|n(t)〉, (4.16) de tal forma que d dt |ñ(t)〉 = iφ̇n(t)|ñ〉+ eiφn(t)|ṅ〉. (4.17) CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 29 Por tanto, 〈ñ| d dt |ñ〉 = iφ̇n + 〈n|ṅ〉 = iφ̇n − iφ̇n = 0. (4.18) El eigenvector |ñ〉 que satisface esta ecuación, se dice que está en la norma de Born-Fock. Entonces, en esta norma, |ψ(t)〉 = eiθn(t)|ñ(t)〉. (4.19) De esta manera, se remueve la fase adicional, sin embargo, hay situaciones en donde esto falla y la fase adquiere un significado físico. 4.2. Fase de Berry 4.2.1. Fases en mecánica cuántica Los estados puros en mecánica cuántica son representados por vectores en un espacio de Hilbert complejo. A cada operador A le corresponde un valor esperado dado por A→ 〈ψ|A|ψ〉, (4.20) donde |ψ〉 es un vectorde estado normalizado a la unidad que pertenece al espacio de Hilbert. No obstante, aún queda la posibilidad de que dos estados, |ψ〉 y |ϕ〉, produzcan el mismo valor esperado siempre y cuando difieran en una fase; esto es claro de la ecuación (4.20). Es decir, |ψ〉 y |φ〉 son equivalentes si se cumple |ψ〉 = eiα|ϕ〉. (4.21) Debido a la igualdad del valor esperado, uno dice que esta fase no tiene significado físico. No obstante, la interferencia cuántica es resultado de la aparición de una fase relativa entre dos estados. Por ejemplo, supongamos que dos estados con una fase relativa se superponen. Esto resulta en una interferencia, cuya intensidad está dada por I ∝ ∣∣1 + eiα∣∣2 = 4cos2(α/2). (4.22) Entonces, buscando puntos de interferencia constructiva y destructiva se puede medir la fase. 4.2.2. Derivación de la fase de Berry Hemos visto que durante la evolución adiabática el estado |n〉 adquiere dos fases: una fase dinámica θn(t) = − 1 ~ tˆ 0 En(τ)dτ, (4.23) y una fase geométrica φn(t) = i tˆ 0 〈n(τ)|ṅ(τ)〉dτ. (4.24) CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 30 Ahora consideremos una curva C sobre una variedad M de parámetros externos x. La dependencia temporal del Hamiltoniano entra vía la dependencia de parámetros externos, tales como potenciales, campos, etc. Supongamos que para cualquier x ∈M el Hamiltoniano H(x) tiene un espectro discreto, esto es H(x)|n(x)〉 = En(x)|n(x)〉, (4.25) con 〈n(x)|m(x)〉 = δnm. (4.26) Los eigenvectores no están definidos de manera única, puesto que podemos hacer que difieran en una fase, esto es |n(x)〉 → |n′(x)〉 = eiαn(x)|n(x)〉, (4.27) donde αn(x) es una función arbitraria de los parámetros. Sabemos que φ̇n = i〈n|ṅ〉, (4.28) lo cual implica que podemos definir una uno-forma en M : A(n) ≡ i〈n|dn〉, (4.29) o, en coordenadas locales (x1, ..., xn), A(n) = A (n) k dx k, (4.30) con A(n)k = i〈n|∂kn〉. Debido a que 〈n|dn〉 es imaginario puro1, podemos escribir A(n) = −Im〈n|dn〉. (4.31) Entonces, φn(t) = i tˆ 0 〈n(τ)|ṅ(τ)〉dτ = ˆ C A(n), (4.32) donde la uno-forma se integra en la curva C desde el punto x0 = x(0) hasta el punto xt = x(t). En el caso de una evolución cíclica (x0 = xT para algún T > 0), entonces la fase geométrica es γn(C) ≡ φn(T ) = ˛ C A(n). (4.33) Esta fase se conoce como fase de Berry, la cual corresponde a una evolución adiabática cíclica a lo largo de C. Hay que remarcar que la fase de Berry aparece cuando el Hamiltoniano depende de dos o más parámetros, puesto que la integral cerrada se anularía para un parámetro debido a la condición x0 = xT . Cabe mencionar que se puede obtener el ángulo de Hannay ∆φH a partir de la fase de Berry γn(C) como [15] ∆φH = − ∂γn(C) ∂n . (4.34) Esto es válido para sistemas cuadráticos, y es aproximado para cualquier otro sistema. 1Esto se sigue derivando la identidad 〈n|n〉 = 1 respecto a los parámetros. CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 31 Usando el teorema de Stokes podemos reescribir la fase como γn(C) = ˆ Σ F (n), (4.35) donde Σ es tal que ∂Σ = C y F (n) = dA(n) = −Im〈dn| ∧ |dn〉. (4.36) En coordenadas locales sobre M se tiene que F (n) = 1 2 F (n) ij dx i ∧ dxj , (4.37) con F (n) ij = −Im (〈∂in|∂jn〉 − 〈∂jn|∂in〉) = i (〈∂in|∂jn〉 − 〈∂jn|∂in〉) . (4.38) Podemos notar que al realizar el cambio (4.27), la uno-forma A(n) transforma como A(n) → A′(n) = A(n) − dαn, (4.39) o bien, A ′(n) k = A (n) k − ∂kαn, (4.40) esto es, transforma de la misma manera que el potencial vectorial de la electrodinámica. Debido a esto, se le conoce también como potencial vectorial de Berry. Ahora bien, ya que d2αn = 0, la dos-forma F (n) es invariante de norma, y por tanto, también lo es la fase de Berry γn(C). La cantidad F (n) juega el papel del campo magnético obtenido a través del potencial vectorial A(n). Finalmente, podemos expresar a F (n) en términos de los eigenvalores de la energía Ek. Insertando la identidad I = ∑ m |m〉〈m| (4.41) en (4.36), se sigue que F (n) = −Im ∑ m6=n 〈m|dn〉 ∧ 〈m|dn〉 (4.42) El término con m = n no contribuye ya que 〈n|dn〉 es imaginario puro. Ahora bien, (4.25) implica que, para m 6= n, 〈m|dn〉 = 〈m|dH|n〉 En − Em . (4.43) Por tanto, F (n) = −Im ∑ m 6=n 〈n|dH|m〉 ∧ 〈m|dH|n〉 (Em − En)2 . (4.44) Una propiedad importante y fácil de demostrar de F (n) es∑ n F (n) = 0. (4.45) CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 32 4.2.3. ¿Cómo medir la fase de Berry? Si tenemos una evolución adiabática cíclica, entonces podemos medir la fase relativa entre ψ(0) y ψ(T ). Supongamos que el sistema inicia preparado en el estado |n〉 y se divide en t = 0 en dos subsistemas; uno de ellos se cicla adiabáticamente y el otro no. Durante la evolución, ambos subsistemas adquirirán fases dinámicas ϕ1 y ϕ2, respectivamente. El sistema que fue ciclado adquirirá adicionalmente una fase geométrica γn(C). Si los dos subsistemas se combinan en t = T , entonces la intensidad de la superposición estará dada por I ∝ |exp [i (ϕ1 + γn(C))] + exp (iϕ2)|2 = 4cos2 [ 1 2 (ϕ1 − ϕ2 + γn(C)) ] . (4.46) Por tanto, al conocer las fases dinámicas ϕ1 y ϕ2 podemos detectar la fase geométrica como un corrimiento en el patrón de interferencia. Otro tipo de experimento involucra dos o más estados del mismo Hamiltoniano. Supongamos que a t = 0 se tiene ψ(0) = an|n〉+ am|m〉, (4.47) donde |m〉 y |n〉 son eigenestados de H(0). Si H cambia adiabáticamente y H(T ) = H(0), entonces los estados adquirirán fases dinámicas y fases geométricas, de tal forma que ψ(T ) = amexp [i (ϕm + γm(C))] |m〉+ anexp [i (ϕn + γn(C))] |n〉. (4.48) Si tenemos un observable A que no conmute con H(0)2, entonces, 〈ψ(T )|A|ψ(T )〉 = |am|2 〈m|A|m〉+ |an|2 〈n|A|n〉 +2Re (ama ∗ n〈n|A|m〉exp [i (ϕn − ϕm + γn(C)− γm(C))]) . (4.49) De esta manera, podemos detectar la diferencia de fases geométricas, γn(C)− γm(C), siempre que conoz- camos las fases dinámicas ϕn y ϕm [33]. A continuación se presentan dos ejemplos para ilustrar la aparición de la fase de Berry en mecánica cuántica. 4.2.4. Partícula de espín 1/2 en un campo magnético Consideremos la evolución adiabática de una partícula con espín 1/2 en un campo magnético B que varía lentamente. El Hamiltoniano correspondiente es H(B) = 1 2 µσ ·B. (4.50) Las componentes del campo magnético juegan el rol de los parámetros externos de los cuales depende el 2Se pide esto para que 〈n|A|m〉 6= 0 y haya término de interferencia. CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 33 Hamiltoniano. Podemos escribir el campo magnético en coordenadas esféricas, de forma que B = B(sinθcosϕ, sinθsinϕ, cosθ). (4.51) Si | ±B〉 = | ± (θ, ϕ)〉 denotan eigenvectores del Hamiltoniano, esto es, H(B)| ± (θ, ϕ)〉 = E±(B)| ± (θ, ϕ)〉, (4.52) donde E±(B) = ±µB/2, entonces se encuentra que |+ (θ, ϕ)〉 = ( cos θ2 eiϕsin θ2 ) , | − (θ, ϕ)〉 = ( −sin θ2 eiϕcos θ2 ) . (4.53) Ya que los eigenvectores no dependen de B, es natural tomar como espacio de parámetros la esfera bidimensional, esto es, M = S2. Insertando estos eigenvectores en (4.29) obtenemos A(+) = i〈+(θ, ϕ)|∂θ|+ (θ, ϕ)〉dθ + i〈+(θ, ϕ)|∂ϕ|+ (θ, ϕ)〉dϕ, (4.54) A(+) = −1 2 (1− cosθ)dϕ. (4.55) Y, para A(−), A(−) = −1 2 (1 + cosθ)dϕ. (4.56) De aquí podemos obtener las dos-formas correspondientes F (+) = dA(+) = −1 2 sinθdθ ∧ dϕ, (4.57) F (−) = dA(−) = 1 2 sinθdθ ∧ dϕ. (4.58) Se verifica fácilmente que se cumple (4.45): F (+) + F (−) = 0. (4.59) Ahora calculamos las fases de Berry asociadas a F (+) y F (−). γ±(C) = ˆ Σ F (±) = ∓1 2 ˆ Σ sinθdθ ∧ dϕ = ∓1 2 Ω(C), (4.60) donde Ω(C) es el ángulo sólido subtendido por la curva C sobre la esfera S2. Si integramos sobre todo S2, entonces ˆ S2 F (±) = ∓1 2 2πˆ 0 π̂ 0 sinθdθdϕ = ∓2π, (4.61) 1 2π ˆ S2 F (±) = ∓1. (4.62) CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 34 Podemos obtener el mismo resultado utilizando (4.44): F (+) = −Im 〈+|dH|−〉 ∧ 〈−|dH|+〉 (E− − E+)2 . (4.63) Sabemos que dH = 1 2 µ 3∑ k=1 σkdB k, (4.64) y (E− − E+)2 = (µB)2. (4.65) Por tanto, F (+) = − 1 B2 3∑ k,l=1 Im [〈+|σk|−〉〈−|σl|+〉 − 〈+|σl|−〉〈−|σk|+〉] dBk ∧ dBl. (4.66)Si tomamos el punto B = (0, 0, B), se encuentra que F (+) 12 = − 1 2B2 , F (+) 13 = F (+) 23 = 0. (4.67) Entonces, para B arbitrario, tenemos que F (+) kl = − 1 2|B|3 �klmB m. (4.68) 4.2.5. Oscilador armónico generalizado Ahora, estudiaremos el sistema de interés: el oscilador armónico generalizado3. Consideremos el siguiente Hamiltoniano que depende de los parámetros externos R(t) = (X(t), Y (t), Z(t)): H(R) = 1 2 [ X(t)q2 + Y (t) (qp+ pq) + Z(t)p2 ] . (4.69) La ecuación de eigenvalores es H(R)ψn(R) = En(R)ψn(R), (4.70) la cual, en el espacio de configuración, toma la forma −Z~ 2 2 d2ψn dq2 − i~Y qdψn dq + ( Xq2 2 − i~Y 2 ) ψn = Enψn. (4.71) Para resolverla, necesitamos deshacernos del término que contiene la primera derivada y así tener la ecuación de Schrödinger usual. A tal efecto, se propone la siguiente factorización: ψn(q;R) = Mn(q;R)N(q;R), (4.72) 3Este sistema se reduce al oscilador armónico con frecuencia dependiente del tiempo tomando X(t) = mω2(t), Y (t) = 0 y Z(t) = 1/m. CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 35 donde N(q;R) = exp ( − iY q 2 2Z~ ) . (4.73) De esta manera, al sustituir la propuesta en la ecuación original, obtenemos −Z~ 2 2 d2Mn dq2 + XZ − Y 2 2Z q2Mn = EnMn. (4.74) Con esto, hemos eliminado el término que contiene la primera derivada. Ahora, la ecuación que obtuvimos para Mn(q;R) es la ecuación del oscilador armónico usual, cuya solución es conocida. Por tanto, ψn(q;R) es ψn(q;R) = ( ω Z~ )1/4 χn ( q √ ω Z~ ) exp ( − iY q 2 2Z~ ) , (4.75) donde ω = (XZ − Y 2)1/2 (4.76) y χn(ξ) = ( n!2n √ π )−1/2 e−ξ 2/2Hn(ξ), (4.77) con Hn el n-ésimo polinomio de Hermite que satisface la ecuación d2Hn(x) dx2 + (2n+ 1− x2)Hn(x) = 0. (4.78) De (4.76) podemos notar que se debe cumplir XZ > Y 2, (4.79) por lo cual, la variedad M a considerar es M = { (X,Y, Z) ∈ R3|XZ > Y 2 } . (4.80) Los eigenvalores de la energía están dados por En = ( n+ 1 2 ) ~ω. (4.81) Si sustituimos la función de onda (4.75) en (4.36), encontramos que4 F (n) = −Im dR ˆ ψ∗n(q;R) ∧ dRψn(q;R)dq = 1 2~ dR √ ω Z~ ∞̂ −∞ χ2n ( q √ ω Z~ ) q2 ∧ dR ( Y Z ) dq. (4.82) Ahora hacemos el cambio de variable ξ = q √ ω Z~ , (4.83) 4Se denota la derivada respecto a los parámetros como dR para distinguirla de la derivada respecto a la posición. CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 36 y usamos la siguiente propiedad de las funciones de Hermite: ∞̂ −∞ ξ2χ2n(ξ)dξ = n+ 1 2 , (4.84) de tal manera que se obtiene F (n) = −1 4 ( n+ 1 2 ) XdRY ∧ dRZ + Y dRZ ∧ dRX + ZdRX ∧ dRY (XZ − Y 2)3/2 . (4.85) De aquí podemos identificar la uno-forma A(n) que cumple con F (n) = dA(n): A(n) = 1 2 ( n+ 1 2 )[ dRY (XZ − Y 2)1/2 − Y dRZ Z (XZ − Y 2)1/2 ] , (4.86) con lo cual, la fase de Berry es γn(C) = 1 2 ( n+ 1 2 ) T̂ 0 Ẏ Z − Y Ż Z (XZ − Y 2)1/2 dt. (4.87) Si usamos la correspondencia (4.34) entre la fase de Berry y el ángulo de Hannay, vemos que este último está dado por ∆φH = − ∂ ∂n ˆ F (n), (4.88) lo cual, al sustituir (4.85), concuerda con (3.91). 4.2.6. Tensor geométrico cuántico Los componentes de la dos-forma que hemos definido en la fase de Berry están dados por F (n) ij = −Im (〈∂in|∂jn〉 − 〈∂jn|∂in〉) . (4.89) Este tensor es invariante bajo las transformaciones de norma (4.27). Berry mostró que existe otro ten- sor definido en M que es invariante de norma y es conocido como el tensor geométrico cuántico, cuyas componentes están dadas por T (n) ij ≡ 〈∂in|∂jn〉 − 〈∂in|n〉〈n|∂jn〉, (4.90) Se puede mostrar fácilmente que es invariante de norma y hermitiano, y además podemos obtener F (n) de su parte imaginaria, esto es ImT (n) ij = − 1 2 F (n) ij . (4.91) Ahora definamos un nuevo tensor simétrico g (n) ij ≡ ReT (n) ij . (4.92) Resulta que este tensor puede usarse para medir distancias en el espacio de parámetros, por lo que se le CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 37 llama tensor métrico cuántico. Consideremos dos estados cercanos entre sí, |n(x)〉 y |n(x+ dx)〉 y definamos una distancia ∆(x, x+ dx) mediante ∆2(x, x+ dx) = 1− |〈n(x)|n(x+ dx)〉|2 . (4.93) Ahora desarrollamos en serie de Taylor el estado |n(x+ dx)〉 |n(x+ dx)〉 = |n(x)〉+ |∂in(x)〉dxi + 1 2 |∂i∂jn(x)〉dxidxj + ... . (4.94) Entonces, 〈n(x)|n(x+ dx)〉 = 1 + 〈n(x)|∂in(x)〉dxi + 1 2 〈n(x)|∂i∂jn(x)〉dxidxj + ... . (4.95) Por tanto, |〈n(x)|n(x+ dx)〉|2 = 1 + ( 1 2 〈∂i∂jn|n〉+ 1 2 〈n|∂i∂jn〉+ 〈n|∂in〉〈∂jn|n〉 ) dxidxj + ... , (4.96) donde se usó 〈n|∂in〉+ 〈∂in|n〉 = 0 (4.97) Si derivamos la expresión anterior encontramos que 〈∂i∂jn|n〉 = −〈∂in|∂jn〉 − 〈∂jn|∂in〉 − 〈n|∂i∂jn〉. (4.98) Ahora sustituimos esto en (4.96), obteniendo |〈n(x)|n(x+ dx)〉|2 = 1− 1 2 (〈∂in|∂jn〉+ 〈∂jn|∂in〉 − 2〈n|∂in〉〈∂jn|n〉) dxidxj + ... . (4.99) Pero 1 2 (〈∂in|∂jn〉+ 〈∂jn|∂in〉 − 2〈n|∂in〉〈∂jn|n〉) = ReT (n)ij = g (n) ij , (4.100) por lo que ∆2(x, x+ dx) = g (n) ij dx idxj + ... . (4.101) Parecería que la definición de la distancia es un poco arbitraria, sin embargo, se puede justificar su introducción de la siguiente manera [39]. Sabemos que el producto escalar en el espacio de Hilbert proporciona una forma de medir distancias, por lo cual, proponemos que la separación entre dos estados |n(x)〉 y |n(x+dx)〉 sea ||n(x+ dx)− n(x)||2 = 〈n(x+ dx)− n(x)|n(x+ dx)− n(x)〉. (4.102) Desarrollando en serie de Taylor encontramos ||n(x+ dx)− n(x)||2 = 〈∂in|∂jn〉dxidxj + ... . (4.103) CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 38 Separamos en parte real e imaginaria, de manera que 〈∂in|∂jn〉 = 1 2 (〈∂in|∂jn〉+ 〈∂jn|∂in〉)︸ ︷︷ ︸ γ (n) ij + 1 2i (〈∂in|∂jn〉 − 〈∂jn|∂in〉)︸ ︷︷ ︸ σ (n) ij . (4.104) Notamos aquí que la parte real γ(n)ij es simétrica y la parte imaginaria σ (n) ij es antisimétrica, por lo cual, ||n(x+ dx)− n(x)||2 = γ(n)ij dx idxj + ... . (4.105) La parte imaginaria σ(n)ij puede escribirse como σ (n) ij = 1 2i (∂i〈n|∂jn〉 − ∂j〈n|∂in〉) = − 1 2 F (n) ij . (4.106) Por otro lado, los componentes γ(n)ij transforman como un tensor covariante, γ ′(n) ij = ∂xk ∂x′i ∂xl ∂x′j γ (n) kl , (4.107) no obstante, γ(n)ij no es invariante de norma. Esto es, si escogemos dos estados que difieran por una fase, |n〉 y |n′〉 = eiαn(x)|n〉, encontramos que γ′(n)ij 6= γ (n) ij ; de hecho, γ ′(n) ij = γ (n) ij + β (n) i ∂jαn + β (n) j ∂iαn + (∂iαn)(∂jαn), (4.108) donde β (n) i = −i〈n|∂in〉 = −A (n) i . (4.109) Al hacer una transformación de norma |n〉 → |n′〉 el cambio en beta es β (n) i → β ′(n) i = β (n) i + ∂iαn. (4.110) Entonces, si definimos g (n) ij = γ (n) ij − β (n) i β (n) j , (4.111) podemos verificar que este objeto transforma como tensor covariante, es invariante de norma y es positivo definido. A este objeto se le llama tensor métrico del espacio de parámetros. Es fácil ver que es, justamente, el g(n)ij definido como la parte real del tensor geométrico cuántico T (n) ij . Ahora, iremos un paso más allá que Provost [39], y calcularemos a segundo orden la distancia entre dos estados infinitesimalmente cercanos. A tal efecto, recordemos que los parámetros xi son funciones del tiempo, esto es, xi = xi(t), por lo cual la expansión correcta debe ser en términos de t, esto es, ||n(x+ dx)− n(x)||2 = 〈dn dt dt+ 1 2 d2n dt2 dt2 + ...|dn dt dt+ 1 2 d2n dt2 dt2 + ...〉 = 〈dn dt |dn dt 〉dt2 + 1 2 〈dn dt |d 2n dt2 〉dt3 + 1 2 〈d 2n dt2 |dn dt 〉dt3 + ... . (4.112) CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 39 Utilizando la regla de la cadena vemos que dn dt = (∂in)ẋ i, (4.113) y d2n dt2 = d dt [ (∂in)ẋ i ] = ẋi d dt (∂in) + ẍ i∂in = (∂i∂jn)ẋ iẋj + (∂in)ẍ i. (4.114) Por tanto, ||n(x+ dx)− n(x)||2 = 〈∂in|∂jn〉ẋiẋjdt2 + 1 2 [〈∂in|∂j∂kn〉+ 〈∂j∂kn|∂in〉] ẋiẋj ẋkdt3 + 1 2 [〈∂in|∂jn〉+ 〈∂jn|∂in〉] ẋiẍjdt3 + ... . (4.115) Simetrizamos ahora los tres términos, obteniendo ||n(x+ dx)− n(x)||2 = γ(n)ij ẋ iẋjdt2 + 1 6 [〈∂in|∂j∂kn〉+ 〈∂j∂kn|∂in〉+ 〈∂jn|∂k∂in〉+ 〈∂k∂in|∂jn〉 +〈∂kn|∂i∂jn〉+ 〈∂i∂jn|∂kn〉]ẋiẋj ẋkdt3 + 1 2 γ (n) ij (ẋ iẍj + ẍiẋj)dt3 + ... . (4.116) Reconociendo derivadas, podemosreescribir esto como ||n(x+dx)−n(x)||2 = γ(n)ij ẋ iẋjdt2+ 1 6 ( ∂iγ (n) jk + ∂jγ (n) ki + ∂kγ (n) ij ) ẋiẋj ẋkdt3+ 1 2 γ (n) ij d dt (ẋiẋj)dt3+... . (4.117) Si usamos que γ (n) ij d dt (ẋiẋj) = d dt ( γ (n) ij ẋ iẋj ) − ẋiẋj γ̇(n)ij , (4.118) entonces, 1 2 γ (n) ij d dt (ẋiẋj) = d dt ( 1 2 γ (n) ij ẋ iẋj ) − 1 2 ∂kγ (n) ij ẋ iẋj ẋk. (4.119) Simetrizamos ahora el término de la derivada de la métrica, de manera que 1 2 ∂kγ (n) ij ẋ iẋj ẋk = 1 6 ( ∂iγ (n) jk + ∂jγ (n) ki + ∂kγ (n) ij ) ẋiẋj ẋk. (4.120) Por tanto, reduciendo los términos semejantes, ||n(x+ dx)− n(x)||2 = γ(n)ij ẋ iẋjdt2 + d dt ( 1 2 γ (n) ij ẋ iẋj ) dt3 + ... . (4.121) 4.3. Fase no abeliana de Wilczek-Zee Analicemos ahora lo que ocurre en caso de tener degeneración. Supongamos que el n-ésimo eigenvalor del Hamiltoniano es N veces degenerado, esto es, H(x)|ψna(x)〉 = En(x)|ψna(x)〉, a = 1, 2, ..., N . (4.122) CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 40 Sabemos de la teoría cuántica que siempre podemos escoger ortonormales a los vectores que expanden al n-ésimo eigenespacio. Entonces, 〈ψna(x)|ψnb(x)〉 = δab. (4.123) Sin embargo, esta elección no es única. Podríamos realizar una transformación unitaria para obtener vectores ortonormales |ψ′na(x)〉 tales que |ψ′na(x)〉 = N∑ b=1 Uab(x)|ψnb(x)〉. (4.124) Consideremos la evolución adiabática del vector |ψ(t)〉 que corresponde a un cambio adiabático de los parámetros externos x. Supongamos que |ψ(0)〉 pertenece al n-ésimo eigenespacio. Si la evolución adiabática es cíclica, esto es x0 = xT , entonces el teorema adiabático implica que |ψ(T )〉 pertenece tambien al n-ésimo eigenespacio. Esto significa que |ψ(0)〉 y |ψ(T )〉 están relacionados unitariamente |ψ(T )〉 = V |ψ(0)〉, (4.125) para algún operador unitario V . Para encontrar esta matriz supongamos que |ψ(0)〉 = |ψna〉. Entonces, la solución a la ecuación de Schrödinger bajo la aproximación adiabática tiene la forma |ψ(t)〉 = exp − i ~ tˆ 0 En(τ)dτ N∑ b=1 U (n) ab (t)|ψnb(xt)〉, (4.126) donde U (n) es una matriz unitaria de N × N . Si insertamos esta expresión en la ecuación de Schrödinger, obtenemos la siguiente ecuación para la matriz U (n):( U (n) −1 U̇ (n) ) ab = −〈ψna|ψ̇nb〉. (4.127) Si definimos la uno-forma conocida como potencial de Wilczek-Zee, esto es, A (n) ab ≡ i〈ψnb|dψna〉, (4.128) entonces encontramos que V = VdinVgeo, (4.129) con Vdin = exp − i ~ T̂ 0 En(τ)dτ IN , (4.130) y el factor geométrico de Wilczek-Zee, Vgeo Vgeo = U (n)(T ) = P exp i˛ C A(n) , (4.131) donde P denota ordenamiento de trayectoria. Ahora podemos definir la norma de Born-Fock en el caso degenerado. Se dice que la familia ψna está en CAPÍTULO 4. ADIABATICIDAD EN MECÁNICA CUÁNTICA 41 la norma de Born-Fock si y solo si 〈ψna|ψ̇nb〉 = 0. (4.132) Realicemos una transformación unitaria (4.124). Entonces, A ′(n) ab = i〈ψ ′ nb|dψ′na〉 = i N∑ c,d=1 U∗bd (dUac〈ψnd|ψnc〉+ Uac〈ψnd|dψnc〉) = N∑ c,d=1 ( UacA (n) cd U ∗ bd + i (dUac) δcdU ∗ bd ) = ( UAU† + i(dU)U† ) ab . (4.133) Reconocemos aquí que A(n) transforma como un potencial de norma en la teoría no-Abeliana. Por tanto, un espectro degenerado conduce a una teoría de norma U(N), en donde N es el grado de degeneración. De esta manera, podemos definir el campo de norma correspondiente, F (n) = dA(n) − iA(n) ∧A(n). (4.134) En coordenadas locales (x1, ..., xn) se obtiene (F (n) kl )ab = ∂k(A (n) l )ab − ∂l(A (n) k )ab − i[A (n) k , A (n) l ]ab. (4.135) Capítulo 5 Análisis clásico del oscilador armónico con frecuencia dependiente del tiempo 5.1. Búsqueda de una transformación canónica que simplifique el problema A continuación, intentaremos mapear el problema del oscilador con frecuencia dependiente del tiempo a un oscilador con frecuencia constante. Para hacerlo, recurriremos al formalismo de las transformaciones canónicas. El oscilador armónico con frecuencia dependiente del tiempo ω(t) tiene el Lagrangiano L = m 2 q̇2 − m 2 ω2(t)q2. (5.1) La ecuación de movimiento que resulta de extremizar la acción es[ d2 dt2 + ω2(t) ] q(t) = 0. (5.2) El Hamiltoniano obtenido mediante una transformación de Legendre sobre (5.1) es H = 1 2m p2 + mω2(t) 2 q2. (5.3) De aquí se obtienen las ecuaciones canónicas q̇ = p m , (5.4) ṗ = −mω2q. (5.5) Para resolver la ecuación de movimiento utilizamos el ansatz q(t) = f(t)[Acosg(t) +Bsing(t)], (5.6) 42 CAPÍTULO 5. ANÁLISIS CLÁSICO DEL OSCILADOR CON FRECUENCIA VARIABLE 43 lo cual resulta en las dos ecuaciones siguientes: f̈ − fġ2 + ω2f = 0, (5.7) 2ḟ ġ + fg̈ = 0. (5.8) Multiplicamos (5.8) por f e integramos, con lo cual se obtiene f2ġ = ω0, (5.9) siendo ω0 una constante de integración. Si sustituimos esto en (5.7) encontramos que f̈ + ω2f − ω 2 0 f3 = 0. (5.10) Para efectuar el mapeo mencionado necesitaremos un invariante I(t) tal que İ(t) = 0; proponemos [8] I(t) = 1 2m [ α(t)q2 + β(t)p2 + 2γ(t)qp ] , (5.11) con α(t), β(t) y γ(t) funciones a determinar mediante İ(t) = ∂I ∂t + {I,H} = 0. (5.12) Tenemos que İ(t) = 1 2m [ α̇q2 + β̇p2 + 2γ̇qp− 2mω2γq2 + 2 m γp2 + 2 ( α m − βmω2 ) qp ] (5.13) = 1 2m [ (α̇− 2mω2γ)q2 + ( β̇ + 2 m γ ) p2 + 2 ( γ̇ + α m − βmω2 ) qp ] . (5.14) Igualando a cero cada término obtenemos las tres ecuaciones siguientes α̇ = 2mω2γ, (5.15) β̇ = − 2 m γ, (5.16) γ̇ = − 1 m α+mω2β. (5.17) Introducimos ahora la función b(t) dada por β(t) = b2(t), (5.18) por lo que al utilizar la segunda ecuación, obtenemos γ = −mbḃ. (5.19) CAPÍTULO 5. ANÁLISIS CLÁSICO DEL OSCILADOR CON FRECUENCIA VARIABLE 44 Despejando α de la tercera ecuación y usando (5.19), encontramos α = m2ω2b2 +m2(ḃ2 + bb̈). (5.20) Tomando la derivada de esta ecuación podemos acomodarla de la forma b d dt (m2b̈+m2ω2b) + 3ḃ(m2b̈+m2ω2b) = 0. (5.21) Integrando, resulta b̈+ ω2b− ω 2 0 b3 = 0. (5.22) donde ωo es una constante de integración. Podemos ver que esta ecuación auxiliar es la misma que (5.10), así que identificamos b(t) = f(t). Hay que notar que así como se puede escribir la solución a la ecuación de movimiento q(t) en términos de la solución a la ecuación (5.22), también se puede escribir la solución a la ecuación auxiliar en términos de soluciones a la ecuación de movimiento [9]. Ahora, haciendo las sustituciones necesarias, encontramos que α = m2ḃ2 + m2ω20 b2 , (5.23) β = b2, (5.24) γ = −mbḃ. (5.25) De esta manera, el invariante está dado por I(t) = 1 2m [( m2ḃ2 + m2ω20 b2 ) q2 + b2p2 − 2mbḃqp ] , (5.26) o bien, I(t) = 1 2m (bp−mḃq)2 + mω 2 0 2b2 q2. (5.27) Esta forma del invariante sugiere efectuar la transformación a nuevas variables (Q,P ) tales que Q = q b , P = bp−mḃq. (5.28) Se demuestra fácilmente que esta transformación es canónica, puesto que {Q,P} = 1. El invariante está dado, entonces, por I = 1 2m P 2 + mω20 2 Q2. (5.29) Para encontrar el nuevo Hamiltoniano K, debemos determinar la función generadora F2(q, P, t). Las ecuaciones de transformación son p = ∂F2 ∂q , Q = ∂F2 ∂P , (5.30) CAPÍTULO 5. ANÁLISIS CLÁSICO DEL OSCILADOR CON FRECUENCIA VARIABLE 45 por lo cual F2 = ˆ pdq + f1(P ) = ˆ ( P b + mḃ b q ) dq + f1(P ) = 1 b qP + mḃ 2b q2 + f1(P ) (5.31) y F2 = ˆ QdP + f2(q) = ˆ 1 b qdP + f2(q) = 1 b qP + f2(q). (5.32) Comparando estas dos ecuaciones concluimos que F2(q, P, t) = mḃ 2b q2 + 1 b qP. (5.33) Ahora podemos encontrar K mediante K = H + ∂F2 ∂t . (5.34) Aquí, H y la derivada parcial de F2 respecto al tiempo están escritos en términos de las nuevas variables (Q,P ). Por tanto, K = 1 2m ( P b +mḃQ )2 + mω2b2 2 Q2 + m 2 ( b̈ b − ḃ 2 b2 ) b2Q2 − ḃ b QP (5.35) = 1 2mb2 P 2 + m 2 b(ω2b+ b̈)Q2 = P 2 2mb2 + mω20 2b2 Q2, (5.36) donde se ha usado la ecuación auxiliar (5.10). Entonces, K = 1 b2 ( 1 2m P 2 + mω20 2 Q2 ) = I b2 . (5.37) Las ecuaciones canónicas de Hamilton en las variables (Q,P ) son dQ dt = ∂K ∂P = 1 b2 ∂I ∂P , (5.38) dP dt = −∂K ∂Q = − 1 b2