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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 PROGRAMA DE POSGRADO EN PEDAGOGÍA 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN FACULTAD DE 
ESTUDIOS SUPERIORES ARAGÓN 
 
 
“EL PROCESO DE FORMACIÓN DE LA PARTERA: UN ESTUDIO 
SOBRE LAS PRÁCTICAS Y REPRESENTACIONES DEL PARTO EN EL 
MUNICIPIO DE TECOMÁN COLIMA” 
 
MAESTRÍA EN PEDAGOGÍA 
 
TESIS 
Q U E P R E S E N T A: 
 T A N I A C A R R I L L O I B A R R A 
P A R A O B T E N E R E L G R A D O DE: 
MAESTRA EN PEDAGOGÍA 
 
TUTOR: Dra. Leonor Eloina Pastrana Flores 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ARAGON 
 
 
 
 MÉXICO, D. F. NOVIEMBRE 2012 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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DERECHOS RESERVADOS © 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 
 
ÍNDICE 
 Páginas. 
 AGRADECIMIENTOS 
INTRODUCCIÓN 
 5 
7 
1. GENERALIDADES DE LA INVESTIGACIÓN 20 
1.1. Lefebvre y la teoría crítica de las representaciones 21 
1.2. El trabajo de campo 26 
1.3. Instrumentos de investigación 31 
1.4. El procedimiento de análisis de los datos 33 
 
 
2. ATENCIÓN DEL PARTO Y LA SALUD MATERNO – 
INFANTIL EN EL CONTEXTO NACIONAL Y EN EL 
ESTADO DE COLIMA 
 34 
2.1. Atención del parto y la salud materna en el contexto 
nacional 
 36 
2.2. La salud materna en el estado de Colima 40 
2.3. La mortalidad materna en el municipio de Tecomán, 
Colima 
 46 
2.4. Modelo estándar de atención de partos 47 
2.5. Modelo estándar de atención de partos en la región 
de Tecomán, Colima 
 50 
2.6. Otras formas de parir en el Municipio de Tecomán 52 
2.7. Las parteras de Tecomán 54 
2.8. Reflexiones parciales 56 
 
 
3. LA ATENCIÓN DEL PARTO COMO UN PROCESO 
DE CONSTRUCCIÓN SOCIOHISTÓRICA: la 
civilización del parto 
 59 
 
3.1. Las parteras en la época prehispánica 60 
3.2. Las parteras precolombinas 63 
3.3. Las parteras de la Reforma 66 
3 
 
3.4. Las parteras durante la Revolución Mexicana 68 
3.5. La profesionalización del oficio de partera en México 71 
3.6. Reflexiones parciales 77 
 
4. LA CULTURA DEL PARTO Y SUS 
REPRESENTACIONES 
 80 
4.1. La institucionalización del parto como representación 83 
4.2. El parto en los hospitales 84 
4.3. La cultura y la representación del miedo 90 
4.4. El parto en las comunidades y su representación 
socio-cultural. 
 92 
4.5. La tradición cultural 94 
4.6. Reflexiones parciales 96 
 
5. LAS REPRESENTACIONES SOBRE ATENCIÓN 
DEL PARTO Y LA FORMACIÓN DE LA PARTERA 
 99 
5.1. El proceso de formación de la partera en el contexto 
de dos representaciones distintas 
 99 
5.2. Hacia una re-significación sociocultural del proceso 
de formación de la partera 
 102 
5.3. Reflexiones Parciales 103 
 
 CONCLUSIONES FINALES 107 
 BIBLIOGRAFÍA 113 
 ANEXOS 121 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
DEDICATORIAS 
 
 
 
 
 Dedico esta tesis a mis padres por enseñarme 
a ser la persona que soy y de quienes admiro 
su fortaleza de carácter a pesar de todos los problemas 
que han enfrentado en su vida personal y profesional, 
. 
A mis hermanos Víctor y Luis Antonio. 
 
A Pablo mi mejor amigo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
Un agradecimiento especial al Programa de Becas de posgrado del CONACyT, pues fue un gran 
estímulo para la culminación de este trabajo de investigación. 
 
En el orden que mi memoria me permite, ofrezco de la manera más sincera los siguientes 
agradecimientos: 
 
Por las facilidades que tuve para la realización del trabajo de campo, debo agradecer al Municipio 
de Tecomán, Colima. Al respecto, reconozco la enorme disposición y voluntad de parteras, 
médicos, promotores de salud y personal en general de los Centros de Salud de distintas 
comunidades, entre los que destaco a: Cerro de Ortega, O de la Madrid, Caleras, San Miguel del 
Ojo de Agua y Cofradia de Hidalgo. En especial a la comunidad de Cerro de Ortega, a todos 
aquellos que laboran en el Centro de Salud que se volvieron mi familia un año. A pesar de que 
seguramente tuve muchos traspiés en un inicio para hacerme entender en cuanto a mis propósitos 
y su deseable trascendencia, ellos aceptaron colaborar sin reticencias y, cada que fue necesario, 
me dedicaron gran parte de su diaria jornada de actividades. A todos ellos gracias. 
Sus vidas e historias son el alma y la conciencia de esta Tesis. 
 
Quisiera agradecer, por supuesto, a mi Comité Tutoral, que me permitieron mejorar esta versión 
final, enriqueciéndola de una forma u otra a través de sus observaciones, a la Dra. Teresa Barrón, 
la Maestra María del Carmen Flores Ceja, a la Dra. Elsa González, y la Dra. María Guadalupe 
Salinas, gracias por su disposición y comentarios. 
 
A mi tutora la doctora Eloína Pastrana debo de agradecerle la libertad y confianza que me dio para 
tratarla, así como para trabajar mi propia perspectiva con una libertad perfectamente “acotada‟ , 
cuando así fue necesario; siempre respetando el sentido que quise darle a la Tesis. La sencillez de 
su trato y asesoría, es otra de las grandes enseñanzas con las que me quedo. 
 
Al Dr. Sergio López Ramos por introducirme en el mundo de la investigación, sus más que 
demostradas cualidades como investigador, van a la par de sus extraordinarias cualidades 
humanas, siendo inspiración para muchos y modelo a seguir, en todos los aspectos, por los 
nuevos investigadores. 
 
Un agradecimiento muy especial merece la comprensión, paciencia, apoyo económico y moral 
recibido de mi familia, porque siempre están ahí para lo que sea. Sobre todo a mis padres por ser 
ejemplo de vida, y por fomentar en mí el deseo de saber. 
6 
 
 
 
A Pablo, Miguel e Israel, mis grandes amigos que siempre están ahí cuando se les necesita. Mi 
agradecimiento por su cariño y amistad incondicionales. 
 
A mi madrina Tere y a doña Rosa “la motecha”, por su ayuda, respaldo y complicidad. 
 
 
 
Gracias. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Para atender a los procesos de salud y enfermedad, existen diferentes sistemas 
sanitarios de formación que cada sociedad o grupo social ha ido construyendo a 
lo largo de su historia, bajo condiciones sociales, económicas, políticas y 
culturales determinadas. En las sociedades latinoamericanas existen diversos 
modelos de atención del proceso salud-enfermedad, los cuales son considerados 
en forma aislada y hasta antagónica por el sector salud, en lugar de observar las 
estrechas relaciones que se dan entre esos modelos a través de la formación, las 
prácticas y representaciones de los sujetos que los utilizan. El sistema sanitario 
occidental llamado “hegemónico” se ha configurado a partir de una propuesta de 
formación médica particular: a los saberes biológicos, dando lugar a lo que se 
conoce como modelo biomédico o biomedicina1. 
 
El proceso de formación desde este modelo ocasiona, según Duarte, tres 
importantes consecuencias: “la racionalización y apartamiento de lo sensible, la 
fragmentación de los dominios y la universalización de los saberes, la 
interiorización y psicologización de los sujetos...” (Duarte, 1996:7). En relación a 
estas consecuencias surge unanueva concepción de la persona que coloca al 
individuo como valor supremo, transformación fundamental para que la 
biomedicina se pueda cristalizar como un modelo sobre el cuerpo y la enfermedad. 
 
En el aprendizaje de la práctica biomédica se refleja la poderosa asociación que 
se estableció entre la biomedicina y lo “científico”; esta asociación es 
experimentada como una tensión, y por ésta los sujetos quedan colocados en una 
posición dividida entre lo que deben “hacer” para saber y lo que sienten al “hacer”. 
 
 
1
 También llamada medicina occidental, científica, alopática, cosmopolita o etnomedicina 
fisiológicamente orientada. Designa al sistema médico desarrollado en Occidente desde la Ilustración, el cual 
se caracteriza por asumir la distinción cartesiana entre cuerpo y mente y por su comprensión de las 
enfermedades en tanto que entidades definidas producidas por causas únicas. Se le ha llamado también 
Modelo Médico Hegemónico (MMH) con el fin de designar el tipo de práctica médica característica de la 
biomedicina: biologismo, a historicidad, a-socialidad, mercantilismo y eficacia pragmática. El apellido 
hegemónico proviene de la teoría de Gramsci y se opone al de subalterno (Comelles y Martínez 1993: 85-87). 
8 
 
El Modelo Médico Hegemónico se refiere a la “biomedicina, medicina alopática o 
medicina científica” (Menéndez y Di Pardo, 1996: 20). Este modelo está aceptado 
socialmente como: “La única forma correcta de diagnosticar, explicar, atender y 
solucionar los problemas de la enfermedad, legitimada tanto por criterios 
científicos como políticos” (Menéndez y Di Pardo, 1996:59). Algunos de los rasgos 
estructurales que proponen los autores y que se reflejarán en nuestro análisis son: 
biologismo; eficacia pragmática; dominio de una orientación curativo-asistencial; 
relación médico-paciente asimétrica y subordinada; concepción del paciente como 
ignorante o como portador de un saber médico equivocado; el paciente como 
consumidor pasivo; exclusión del paciente del saber médico; e identificación 
ideológica con la racionalidad (Menéndez y Di Pardo 1996:60; Menéndez, 1984:6). 
Este modelo está en continua evolución y aunque se le han planteado críticas, 
sigue en expansión (Menéndez 2005:47). 
 
En el caso de la llegada al mundo de un nuevo ser además de un hecho biológico 
que se da en el cuerpo de las mujeres, es sobre todo un acontecimiento cargado 
de significado cultural y educativo en donde cada sociedad proporciona las 
representaciones2 que lo ordenan, dan sentido y le confieren el carácter social de 
seguridad y control. Se nace en una época y en un determinado contexto, y en 
ellos se articulan las representaciones y prácticas que ayudan a entenderlo. De 
manera concreta el aporte de la presente investigación se basa en el hecho de 
hacer evidente la necesidad de una propuesta de formación educativa 
complementaria en el área de la salud, que integre y articule de manera real la 
práctica del parto hegemónica con la práctica tradicional. 
 
El primer acercamiento al proceso de formación y sus representaciones de la 
partera proviene de mi experiencia como médico de servicio social en la localidad 
de Cerro de Ortega en el estado de Colima, en donde es muy visible como 
confluyen diversas representaciones de atención médica. Donde la partera es, 
 
2
Las representaciones corresponden a actos del pensamiento en los cuales un sujeto se realicen con un 
objeto. Ese proceso de relación no consiste en una reproducción automática del objeto sino en su 
representación simbólica. 
9 
 
fue y sigue siendo un actor significativo en la atención de la mujer durante el 
embarazo, parto y puerperio. 
 
Esta investigación se centra en un determinado contexto de la sociedad 
occidental, concretamente en el Municipio de Tecomán en el estado de Colima, y 
tiene como objetivo conocer y analizar la propuesta de formación de las parteras 
a través de sus representaciones de formación de la partera y prácticas con las 
que se construye hoy el nacimiento, cómo son compartidas, activadas y 
experimentadas por los profesionales de la salud implicados. Tomando en cuenta 
que el embarazo, parto y puerperio como objeto donde se concretiza el proceso 
en el que se da el nacimiento; en donde sus prácticas nos permiten advertir cómo 
ha evolucionado a través del tiempo, los discursos y actividades educativas que se 
movilizan a su alrededor en cada etapa y contexto, en general son construcciones 
socioculturales históricas (Grimberg, 1998:25) que se van modificando por la 
influencia de otros procesos y no son solamente sucesos biológicos y físicos, sino 
que en ellos se pone en evidencia lo ambigüo de la interacción que en este caso 
sucede entre lo biológico y lo cultural; lo individual y lo social. 
 
La experiencia que experimenté, en la asistencia al parto como médico del servicio 
social en el Municipio de Tecomán, Colima en el ámbito hospitalario y en los 
centros de Salud, me ha permitido la proximidad con los procesos de formación de 
los y las profesionales, refiriéndome a médicos y parteras; también a los discursos 
y prácticas de ambos, situación que considero privilegiada para poder profundizar 
en el análisis estructurado de la presente investigación. Pero ha sido sobre todo el 
acompañamiento a las mujeres en sus partos en compañía de las parteras, desde 
donde surgió la reflexión de la necesidad de profundizar en el tema tras la escucha 
y observación de formas diferenciadas de significar la realidad y la experiencia del 
nacimiento y por ende el parto. Este ámbito me proporcionó un mayor 
acercamiento a todas las mujeres en cuyos discursos planteaban nuevas 
expectativas, proyectos o miedos frente al nacimiento; su relación con los y las 
profesionales de la salud, dudas, propuestas y prácticas en las que se percibían 
10 
 
receptoras pasivas de cuidados físicos, pero también agentes activos en su 
necesidad de participación en la programación de esta atención. 
 
El nacimiento y en consecuencia el parto se inscribe en la cultura, y se construye 
desde todo un conjunto de representaciones y saberes que lo sustentan y en 
interrelación con el resto de los procesos sociales. Es propósito de la presente 
investigación, analizar los discursos y prácticas médicas y educativas implícitas 
actuales vinculadas con el nacimiento, y ver de qué manera en su interior se 
organizan y mantienen las diferencias y desigualdades históricas entre médicos 
institucionalizados y de las representaciones de formación de las parteras. Siendo 
el objetivo de esta investigación analizar e interpretar, los procesos de formación 
de médicos y parteras por medio del estudio de la práctica del parto, para hacer 
visible cómo esta formación tiene implicaciones en la salud de las mujeres y los 
recién nacidos, así como en la misma practica. 
En nuestra sociedad, el qué, cómo, quién y por qué cuidar el proceso del 
nacimiento, ha ido modificándose a lo largo de los siglos y conforme a la evolución 
social. De ser un suceso que transcurría en el interior del grupo familiar con la 
ayuda y el apoyo en general de las mujeres, pasa a convertirse progresivamente 
en un acto de interés social con un importante valor político y económico y que, 
por lo tanto, debe ser controlado. Cambiaría así, el lugar del nacimiento y sus 
actores y se irán introduciendo nuevas formas de percibirlo, de nombrarlo y 
limitarlo que conducirán hacia maneras específicas de representarlo. 
 
En el medio rural, respecto a la salud materno-infantil en infinidad de casos el 
único recurso médico es la partera comunitaria. Es un escenario conocido en el 
ámbito particular de la salud reproductiva, las parteras desarrollan en el medio 
rural un papel significativo en la atención a la mujerdurante el embarazo, parto y 
puerperio. Según la Encuesta Nacional de Fecundidad y Salud de México, en 
comunidades menores de 2 500 habitantes, el 44.5% de los partos son atendidos 
por parteras comunitarias y, aún en comunidades más grandes (de 2 500 
11 
 
habitantes a 20 000 habitantes), la atención que ofrece es considerable (23.7%). 
(S.S.A., 2002) 
Lo anterior se traduce en que actualmente en nuestro país y concretamente en 
Colima existen diferencias socio-económicas y culturales, situación que se refleja 
claramente en la asistencia médica, hay quienes gozan de los adelantos de la 
ciencia y las mejores instalaciones hospitalarias, así también como de los mejores 
especialistas. Pero al mismo tiempo existen también grandes sectores sociales 
viviendo en situaciones, técnicas y procedimientos de siglos atrás y en regiones, 
donde la agricultura ha alcanzado mejores índices de productividad y desarrollo 
estos grupos disponen de mejores condiciones de trabajo salarios remunerativos y 
asistencia educativa médica y social. En contraste hay grupos que viven en 
condiciones precarios sin los servicios asistenciales indispensables. 
 
En este sentido, el estado de Colima es un claro ejemplo de las diferencias socio-
económicas y culturales, ya que durante el 2007 fue declarado el estado con el 
primer lugar en calidad de vida;3 cabe señalar que el área rural no goza de estos 
privilegios económicos, simplemente en el aspecto de la salud, según la Encuesta 
Nacional de Salud y Nutrición 2006 el 25.8 % de la población no cuenta con 
protección en salud. Aunado a esto en el área rural mexicana, la probabilidad de 
presentar riesgo para la salud reproductiva es elevada, debido a las precarias 
condiciones socioeconómicas que prevalecen, y la insuficiente cobertura, difícil 
acceso y dudosa calidad de dichos servicios. 
 
Es por esto que la cobertura que ofrecen las parteras, el papel central que 
desempeñan ante la comunidad y la calidad mixta de sus conocimientos y sus 
representaciones, en donde se integran la medicina tradicional y algunos 
conceptos adquiridos de la medicina institucional, las convierten en personajes 
claves para mejorar la salud y educación reproductiva de las mujeres en México. 
 
3
 Revisar http://www.registrocivil.col.gob.mx/noticia.php?ib=21743 en línea 
http://www.registrocivil.col.gob.mx/noticia.php?ib=21743
12 
 
La partera en las comunidades rurales, tiene siempre la capacidad de afectar un 
programa que incluya acciones de salud y de educación, ya sea para favorecerlo 
o para obstaculizarlo, pero nunca está ausente su influencia de ahí la importancia 
de formar a personas de las comunidades, personas que sean respetadas y 
conozcan a profundidad el contexto en el que van trabajar. En este sentido, 
tendríamos que subrayar el papel transformador y educativo que pueden adquirir 
las parteras, quienes van a ser las que tengan que poner en práctica la mayoría 
de los conocimientos, ya que cuando hablamos de educación para la salud, en 
muchos casos, vamos a tratar asuntos relativos al embarazo, al parto y a otros 
aspectos de salud reproductiva y el quehacer educativo como es la planificación 
familiar y prevención de enfermedades. 
Atendiendo a la educación para la salud haremos referencia a la educación por sí 
misma como un proceso continuo que se extiende a lo largo de la vida de los 
individuos y se da en diferentes maneras dentro de la vida en sociedad. El 
individuo adquiere su educación dentro del sistema formal de enseñanza pero 
también en una variedad de formas fuera de este sistema. En su experiencia de 
la vida diaria y en su interacción con otras personas adquiere un bagaje de 
conocimientos y habilidades a lo largo de su vida. Por lo tanto, enseñar no es 
una actividad de patrimonio exclusivo de los educadores profesionales. Por el 
contrario, son muchas las profesiones que incluyen considerable componente 
educativo en su labor con la comunidad, (Duran, Gonzales, L., Hernández, M. 
Díaz, L y José, Becerra 1993:2). En el campo de la salud se da uno de los más 
claros ejemplos de profesionales que deben asumir un importante rol educativo 
como parte de sus funciones. 
Estas mujeres junto con los servicios de salud, son un elemento central de los 
proyectos de educación para la salud, pues juegan el rol de líderes comunitarios 
capaces de manejar las problemáticas de salud más comunes. Se han convertido, 
en el elemento articulador de la atención entre la comunidad y los equipos 
institucionales de salud. 
13 
 
Ante el auge explosivo de la cesárea en los hospitales como el camino más fácil 
para dar a luz, esto sin tomar en cuenta las implicaciones que cualquier 
procedimiento quirúrgico conlleva, los factores que favorecen la alta demanda de 
este procedimiento pon una parte, aquéllos asociados a las preferencias o 
prácticas del propio personal de salud o al entrenamiento de ése, por la otra, las 
propias mujeres se convierten en demandantes activas de la cesárea, ya que la 
poca información en torno a las posibles complicaciones favorece el que este 
procedimiento quirúrgico sea visto como una forma de parto sin dolor. Por otro 
lado las parteras tradicionales han sido relegadas, aun cuando sus conocimientos 
y prácticas de acompañamiento son requeridos en las zonas y comunidades más 
pobres del país. Mientras que las cifras sobre la práctica de cesáreas aumentan, y 
se calcula que se practica hasta en 80 por ciento de los nacimientos en México, la 
partera ni siquiera es reconocida como profesión. 
 
Es de llamar la atención a simple vista en los hospitales el incremento en el 
número de cesáreas y en consecuencia preocupa que muchos médicos ya no 
saben o no se creen capaces de atender partos naturales, incluso en hospitales 
prestigiados para la población abierta, en ocasiones no se lleva a cabo el parto 
normal porque los residentes están aprendiendo a realizar cesáreas, aunque estas 
muchas de las veces no estén debidamente justificadas, convirtiéndose en casos 
de falta de ética médica y teniendo como consecuencia altos niveles de mortalidad 
perinatal. 
 
Tanto desde las parteras como de los médicos que ofrecen la atención del parto, 
ha sido necesario construir una distancia objetiva desde la cual realizar el análisis 
de las diversas problemáticas de salud reproductiva y sus vínculos con los 
proceso de formación que se dan estos espacios institucionales, a través de un 
estudio de caso, de tres comunidades representativas del municipio de Tecomán 
en el estado de Colima, donde se pretende proponer un modelo de intervención 
que integra de manera complementaria lo saberes y recursos tradicionales de la 
salud y medicina tradicional de las parteras, con el conocimiento y terapéuticas de 
14 
 
la medicina occidental. Es así que se pretenden destacar y comprender los 
factores culturales que se subscriben en las prácticas en salud reproductiva de 
dicha región. 
En este sentido es importante destacar que cuando se han aplicado los 
conocimientos científicos al cuidado de la salud, la visión cientificista ha 
predominado sobre otras posibilidades de ver, concebir y atender la salud y la 
enfermedad, negando que, cuando se trata de salud, podemos ser enfocados y 
abordados de diferentes maneras y no exclusivamente desde la visión científica 
del modelo médico hegemónico, a través del cual se ha pretendido homogenizar 
las formas de procurar la salud y atender la enfermedad, privilegiando los 
esquemas rígidos y ahistóricos que han derivado en una visión abstracta de la 
problemática de la salud, desligada del contexto de la diversidad cultural 
(Gadamer, 1996). 
En el ámbito de la salud, la complejidad multicultural, nos obliga a defender la 
pluralidad de formas de ver la salud, más que privilegiar los esquemas 
homogeneizadores abstractos. Enotras palabras nos invita a integrar con 
legitimidad y validez histórica la capacidad de acción en esta área, así como el 
caudal de conocimientos y prácticas tradicionales, en un todo social políticamente 
ordenado. 
La medicina tradicional es un sistema de conocimiento que responde a una lógica 
y criterios de racionalidad basados en su cosmovisión del mundo, validados y 
transmitidos de generación en generación por mecanismos propios de la tradición 
cultural, a partir del cual estos grupos étnicos formulan su concepción y 
representaciones del proceso salud – enfermedad, las causas asociadas y las 
estrategias terapéuticas (Campos Thomas, 2000: 87) 
Cabe destacar que en estos espacios institucionales interaccionan diferentes 
lógicas médicas derivadas de formaciones distintas que se manifiestan en 
diferentes actitudes y prácticas hacia la preservación de la salud. Sin embargo, en 
este trabajo más que destacar dicha heterogeneidad me interesan más los rasgos 
15 
 
formativos y culturales que nos permiten considerarlas en su conjunto como 
expresión de una civilización o proyecto civilizatorio (Norbert Elias, 2009). Aun 
cuando se tienen políticas nacionales de salud donde se promueve el respeto 
hacia la pluralidad de la formación en el área de la salud, resulta interesante 
observar como los diferentes modelos de atención médica se vinculan con 
diferentes consecuencias y resultados significativos. 
“Existe en México una amplia gama de prácticas médicas y, por lo tanto, muy 
variadas relaciones entre los pacientes y los recursos médicos; más que una 
dicotomía entre medicina tradicional y medicina moderna, se aprecia un 
horizonte donde interactúan la medicina doméstica, la tradicional, la 
institucional, y la medicina privada, a través de sus agentes: médicos, 
cirujanos, homeópatas, hierberos, parteras, etcétera. Asimismo, el hecho de 
que la Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social, los 
Servicios Coordinados de Salud estatales, la medicina privada, la tradicional y 
la doméstica intervengan separada o conjuntamente, da lugar a un complejo 
escenario donde se perfila claramente un sistema mixto de atención a la salud. 
(Castañeda – Camey, 1992) 
Esta política responde a la crisis del sistema médico hegemónico la cual se 
profundiza más, debido a que este modelo de salud se basa en una enorme y 
costosa estructura muy difícil de sostener en la actualidad. Los servicios en 
nuestro país se ven agravados actualmente por la política económica del estado al 
reducir el gasto público, en particular el de la salud, esto aunado al evidente 
fracaso de los programas y planes de los servicios de medicina preventiva y en 
consecuencia de un proceso educativo a favor de esta tarea. 
Desde siempre es bien sabido que las parteras y médicos tradicionales al formar 
parte de la comunidad, la cultura y sus tradiciones locales gozan de gran 
consideración y aceptación social, lo que les permite ejercer una influencia 
considerable sobre las prácticas sanitarias de sus localidades. Ya que constituyen 
uno de los recursos con los que cuenta la población para la atención del embarazo 
y otras cuestiones de salud. 
16 
 
A partir de este panorama cabe determinar las razones de la atención del 
embarazo, por una u otra práctica médica. Al respecto, deben tomarse en cuenta 
factores económicos, sociales, culturales y educativos que influyen en la 
derivación, de éste quehacer. En este contexto, el seno familiar, es el remitente, el 
que formula el primer diagnóstico y la primera acción terapéutica. La práctica 
médica en estos espacios institucionales, demuestra que los usuarios suelen 
demandar servicios en más de un ámbito médico, ya sea para pedir otra opinión 
médica o para aprovechar los distintos espacios de salud que se ofrecen en la 
región ya sean públicos o privados.. Cabe señalar que en regiones muy alejadas 
de los centros urbanos, muchas veces la medicina tradicional es la única opción 
con que cuenta la población para enfrentarse al binomio salud enfermedad. 
Algunos especialistas estiman que, por lo menos, 20 millones de habitantes 
emplean esta opción médica, como única posibilidad. 
Otro punto medular respecto a la derivación de uno u otro sistema médico se debe 
a que las parteras son el grupo de terapeutas tradicionales de mayor importancia 
numérica en México y el único que ha sido objeto de formación médica a través 
planes y programas institucionales de salud. 
De igual manera que en otros países como Asia y Centroamérica, el papel de 
formación de parteras tradicionales o de la creación de la obstetricia como 
especialidad médica se sigue favoreciendo, debido a que la mortalidad materna 
continúa representando un importante problema de salud pública a pesar de los 
innegables avances que en esta materia ha tenido en éstos países en los últimos 
años.4 
La política propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los años 
setenta se dirigió a formular programas integrales de atención a la salud con la 
participación de las parteras tradicionales. Esta política fue retomada por México y 
a partir de entonces se estableció una relación entre la medicina tradicional y el 
sistema médico mexicano. En 1973 el Estado señalaba que era necesario 
 
4
 Lozoya X. Medica Tradicional México, D.F.: CEESTEM-IMPEPLAM, 1980; 3 (10):67. 
17 
 
establecer un programa nacional de salud con niveles de atención definidos, en 
los cuales el primer escalón de la periferia hacia el centro estaba ocupado por las 
parteras empíricas, adiestradas como promotoras de salud. 
Cómo parte de las políticas de modernización sanitaria, el Estado mexicano 
empezó a organizar desde la década de los años setenta, cursos de capacitación 
orientadas a parteras tradicionales. Sin embargo estos talleres de adiestramiento 
no pretendían conservar y mejorar los servicios que las parteras tradicionales 
prestaron a las mujeres embarazadas y parturientas en comunidades rurales, sino 
integrarlas a nuevos campos de acción. A través de la capacitación se intentaba, 
refuncionalizar a la figura de la partera tradicional, de tal modo que desapareciera 
a mediano y largo plazo. 
El trabajo de las parteras se planteó como un modelo de atención sustitutivo, pues 
se pensaba que combatir al personal empírico sin estar en posibilidad de 
reemplazarlo significaba privar al pueblo de una atención “de calidad discutible”, 
aunque era la única al alcance de las comunidades, por lo que podía ser 
“mejorada” por medio del adiestramiento y la supervisión (Arias, 1973). 
En ese momento, las parteras se volvieron el enlace de los programas de atención 
materno-infantil y planificación familiar con las comunidades, ya que éstos habían 
sido aceptados rápidamente en los centros urbanos, pero no en las zonas rurales. 
Esta falta de aceptación implicó adoptar una nueva estructura vinculada 
directamente con el ámbito comunitario y crear programas específicos de 
formación de parteras comunitarias para incorporarlas a la atención materna. 
Todos estos procesos implicaron transformaciones en los discursos y en la visión 
que se tenía del trabajo de las parteras. Pero la relación de las instituciones con 
ellas no estuvo exenta de contradicciones, pues si bien se reconoció que las 
parteras eran un nexo indiscutible con las pequeñas comunidades, sus 
conocimientos y prácticas siguieron siendo devaluados y atacados por las mismas 
instituciones. Algunas de ellas ejercen su trabajo fuera del sistema médico 
mientras que hay otras que están haciéndose un lugar dentro de él. La sola 
18 
 
existencia de estas parteras tímidamente activistas constituye una crítica a la 
medicina mexicana y a sus altos índices de cesáreas. Sin embargo, estas mujeres 
se ven enfrentadas a una larga lucha para definir sus identidades, legalizar sus 
prácticas ygenerar un espacio sostenible dentro de la emergente tecnocracia 
mexicana. Para su mayor consternación, esta lucha tiene que llevarse a cabo 
dentro del contexto de la desaparición cada vez más notable de las parteras 
tradicionales a las que quieren ofrecer su apoyo. 
La tensión que sienten entre su deseo de preservar la partería tradicional y el de 
crear la partería profesional es un tema recurrente. Estos objetivos se 
complementan y a la vez chocan entre sí, aunque ambos son fundamentales en 
los esfuerzos que hacen las parteras en la articulación de la identidad. 
Desde esta perspectiva, Sieglin (1996b, 1998) analizó la racionalización de la 
tradición cultural en cuatro áreas estrechamente relacionadas: la medicina 
doméstica, la cultura del parto, la organización del puerperio y el desplazamiento 
de la lactancia natural. Sostuvo que estos procesos se intensificaron justo cuando 
la población rural accedió, poco a poco, a los servicios médicos modernos, por lo 
que la invalidación de la cultura médica tradicional se liga estrechamente a la 
interacción de la población rural con médicos y enfermeras. En donde los 
integrantes de las mismas comunidades rurales son quienes llevan a cabo la 
racionalización cultural a través de las representaciones sociales mediante el 
cuestionamiento de la tradición y propugnando y defendiendo su paulatino 
abandono. 
Según Habermas (1992), esta función es ocupada por las instituciones modernas. 
Su teoría se centra en tres tesis: a) la evolución es resultado del aprendizaje 
social; b) las instituciones y los movimientos sociales constituyen los espacios 
directrices del aprendizaje social; c) las estructuras normativas y las estructuras de 
racionalidad conforman el contenido de la “evolución social”. Por su parte, el 
aprendizaje social abarca dos grandes campos: el saber técnico-instrumental y el 
práctico-moral. En vista de que únicamente los individuos socializados, mediante 
su sistema de personalidad, son sujetos del aprendizaje, los sistemas sociales 
19 
 
construyen espacios (instituciones y movimientos sociales) donde concentran el 
potencial cognitivo necesario para la elaboración de alternativas, y desde donde 
instrumentan y dirigen los procesos de aprendizaje (Habermas, 1992:120,148). 
Partimos del supuesto de esta heterogeneidad “cultural” del escenario en donde 
se desenvuelven nuestros actores y, no sólo por pertenecer a grupos o posiciones 
diferenciadas que les proporciona formas variadas de interpretar la realidad 
(Bourdieu, 1988:33), sino además por las diferentes ideologías o tendencias con 
las que se pueden identificar en el amplio abanico de la oferta cultural. 
En este contexto la presente investigación se encuentra organizada en cinco 
capítulos el primero que busca dar un panorama general de cómo se construyó el 
trabajo dando énfasis al uso de la teoría y a su trabajo de campo. En el primer 
capítulo se construyen las bases teóricas para acercarse al análisis de la relación 
entre civilización, representación social y el proceso formativo de las parteras 
como fenómeno de aculturación y modernización, así como la construcción del 
objeto de estudio a partir de su metodología; El segundo capítulo pretende 
analizar el proceso del parto como objeto de conocimiento y sus implicaciones y 
políticas, culturales y educativas; El tercer capítulo pretende ubicar al lector en el 
contexto de como ha venido evolucionando el objeto de estudio como una 
representación y cuál es su situación actual.; el cuarto capítulo hace referencia 
hacia el debate en que se encuentra circunscrito el proceso formativo de la 
partera. Por último en el quinto capítulo se destaca el análisis de resultados y sus 
implicaciones teóricas para el campo de la medicina y la educación para la salud. 
En el apartado referente a las conclusiones se busca destacar algunos elementos 
generales para evidenciar la necesidad de una propuesta de intervención. 
 
 
 
 
20 
 
I. GENERALIDADES DE LA INVESTIGACIÓN 
 
Considerada la investigación como un proceso de búsqueda que tiene como 
finalidad llegar a una explicación y comprensión de una realidad especifica 
delimitada por un tiempo y un contexto concreto la intención de este apartado es 
documentar el proceso de construcción de este trabajo destacando la idea de que 
es posible la transformación de esa realidad a través de los parámetros de la 
investigación interpretativa-cualitativa que propone Erickson (1993), de manera 
que permita aproximarnos a entender la racionalidad en que operan y en la que 
participan los grupos sociales frente a las prácticas del parto y sus distintas 
representaciones. 
 
En razón a que este trabajo de investigación sobre el estudio de los procesos de 
formación en las parteras y médicos, su impacto en los procesos de 
enfermedad/atención/salud de los pacientes quienes acuden con ellos, se utilizará 
una perspectiva cualitativa. La elección de la Metodología Cualitativa corresponde 
a que se presenta como la alternativa más apropiada para llevar a cabo los 
objetivos propuestos a través de la realización del trabajo de campo, ya que 
permite rescatar de manera provechosa las acciones, percepciones y 
aproximaciones de los discursos de los distintos actores relevantes en esta 
investigación. Apuntando a comprender la realidad social como fruto de un 
proceso histórico de construcción visto a partir de la lógica y el sentir de la partera, 
con una visión más particular de este actor comunitario. 
 
Una de las características de la metodología cualitativa de carácter interpretativo 
es que la recolección de datos se realiza desde una perspectiva “emic”, esto es 
desde los discursos de los propios actores informantes investigados. Desde esta 
perspectiva se reconoce que el actor “tiene un punto de vista propio que debemos 
tratar de recuperar a través de dicho actor” y que “la realidad debería ser descrita 
y analizada a partir de lo que los actores dicen sobre sí mismos, de cómo la 
perciben, de cómo viven su realidad” (Menéndez, 2000:316). Es desde estas 
21 
 
teorías que se tiene acceso al relato de primera mano de actores involucrados en 
esta investigación, de cómo interpretan y perciben los sucesos del nacimiento, los 
supuestos reales o ideales respecto a él unido a cómo lo experimentan y las 
prácticas que llevan a cabo. 
 
También es importante mencionar que la metodología cualitativa permite abordar 
la problemática de investigación desde una visión más integral. Entendiendo en 
este caso, la figura de la partera como un agente central de la interacción de la 
institución sanitaria con la comunidad. Lo social, cultural y económico no son 
ámbitos distintos y autónomos de la vida humana, sino partes del continuo de 
todos los procesos sociales. 
 
En este sentido, se plantea una lógica de investigación que tenga coherencia y 
que coloque permanentemente lo que se hace, bajo la mirada crítica de la teoría, 
relacionando las concepciones que se ponen en juego en todo el proceso de 
investigación. “La búsqueda de nexos conceptuales con que se va argumentando 
la construcción del objeto de estudio en sus diferentes niveles de abstracción. [… ] 
Desde que nos planteamos que conocer y como lo solucionamos 
metodológicamente hasta la construcción del objeto final” (Achilli, 2005:41). 
 
1.1. Lefebvre y la teoría crítica de las representaciones 
 
El estudio de las representaciones en América Latina se ha movido en dos 
grandes tradiciones divergentes: la postura anglosajona denominada 
cognoscitivista, representada por Moscovici (1979), Jodelet (1989) y Abric (1994); 
y la postura francesa denominada simbólica defendida por Lefebvre (1983). 
 
La forma de conocimiento que cotidianamente utilizan los sujetos para explicar y 
dominar su entorno es el saber del sentido común, que una vez comunicado, y 
consensuado, se convierte en una formade pensamiento social. Esta perspectiva, 
es la que sostienen los teóricos del representación social, y que como teoría es 
22 
 
considerada como una teoría social del conocimiento que permite explicar a la 
vez, los procesos cognitivos y sociales por los cuales se construye la realidad. 
 
No existe una definición única y acabada de lo que es la Representación, debido a 
que se trata de una teoría cuyo fundador y principal representante es el psicólogo 
social Serge Moscovici, quien no ha estado de acuerdo en elaborar una definición 
que pueda dar la impresión de ser un concepto terminado, por lo que prefiere dejar 
abierta la posibilidad de significado conservando el carácter dinámico del mismo. 
 
Sin embargo en su obra El Psicoanálisis, su imagen y su Público, Moscovici 
(1979) afirma que: 
 
“la representación social es una modalidad particular del conocimiento, cuya función 
es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos”, es 
también un “corpus organizado de conocimientos y una de las actividades 
psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y 
social, se integran un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los 
poderes de su imaginación.” (Moscovici, 1979 p.17-18). 
 
Una de las definiciones más completas quizá sea la de Jodelet (1986): 
 
“El concepto de representación social designa una forma de conocimiento 
específico, el saber del sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación 
de procesos generativos y funcionales socialmente caracterizados. En sentido más 
amplio, designa una forma de pensamiento social. Las representaciones sociales 
constituyen modalidades de pensamiento práctico orientadas a la comunicación, la 
comprensión y el dominio del entorno social, material e ideal. En tanto que tales, 
presentan características específicas a nivel de organización de los contenidos las 
operaciones y la lógica. 
La caracterización social de los contenidos o de los procesos de representación ha 
de referirse a las condiciones y a los contextos en los que surgen las 
representaciones, a las comunicaciones mediante las que circulan y a las funciones 
a las que sirven dentro de la interacción con el mundo y los demás” (Jodelet 1986 
pp. 474-475). 
 
23 
 
La teoría crítica de las representaciones es una teoría joven según Calixto (2008, 
p.56) que se encuentra en proceso de formación, que ha logrado generar varias 
líneas de investigación según se advierte en la reuniones internacionales de 
investigación que se vienen realizando en diferentes países del mundo. 
 
Considero que para efecto de este trabajo, la propuesta de Lefebvre, es muy 
importante porque es una obra de carácter filosófico, más cercano a la pedagogía 
en el sentido que permite analizar la práctica educativa en general y el de las 
instituciones en particular con un sentido amplio de carácter totalizador que nos 
posibilita dar cuenta de la gama amplia de elementos que entran en juego en la 
realidad cotidiana de estos espacios formativos. 
 
En la actualidad, las representaciones según Lefebvre (1983), ocupan un lugar 
muy importante en la producción del conocimiento, porque permiten analizar la 
cotidianidad de las instituciones y las formas de concebir la realidad en diferentes 
niveles y formas ; como es el caso del saber filosófico, científico, estético, político, 
arquitectónico y el saber empírico. En este contexto el estudio de las 
representaciones para los investigadores son muy importantes porque permiten 
valorar las concepciones de los actores sociales, que realizan “lo real” a partir del 
uso del conocimiento, independientemente de su accionar cotidiano. 
 
En las representaciones se manifiesta una construcción y reconstrucción de la 
cotidianidad, de manera diversa. Situación que permite identificar varias formas de 
apreciar una misma realidad independientemente de su estatus social y posición 
política. Por otro lado en vista de que únicamente los individuos socializados, son 
sujetos del aprendizaje, los sistemas sociales a los que pertenecen construyen 
espacios donde concentran el potencial cognoscitivo necesario para la 
elaboración de alternativas y desde donde se lleva a cabo y se dirigen los 
procesos cognitivos. Estos espacios son representados tanto por las instituciones 
como por los movimientos sociales (Habermas, 1992:120,148). 
 
24 
 
Por consiguiente, las representaciones cumplen con varias funciones como son: 
asegurar procesos de entendimiento entre los sujetos sociales; orientan la acción 
social y garantizan la coherencia dentro de la diversidad de orientaciones de 
acción; guían los procesos cognitivos; y conforman y aseguran la identidad de los 
individuos (Habermas, 1992: 70). 
 
Por su papel clave en la integración social, los procesos de modernización se 
dirigen, en buena parte, a la revisión y transformación de las representaciones 
sociales del individuo. Este proceso fue descrito por Weber mediante el término 
de racionalización cultural, concepto que se refiere a la invalidación de los 
potenciales explicativos y justificativos de partes sustanciales de la tradición 
cultural. Estos a su vez transforman por su parte “las condiciones de aprendizaje 
en las dimensiones tanto del pensamiento objetivamente como de las ideas 
práctico-morales, como de la capacidad de expresión práctico-estética” 
(Habermas, 1992: 101). 
 
Al hablar de representaciones, también se tomó en cuenta lo propuesto por 
Denise Jodelet. Así, representaciones serán aquellas formas de conocimiento 
socialmente elaboradas que contienen siguientes elementos: 
 
“Informativos, cognitivos, ideológicos, normativos, creencias, valores, actitudes, 
opiniones, imágenes, etc.; en tanto que sistemas de interpretaciones que 
registran nuestra relación con el mundo y con los otros y que organizan las 
conductas y la comunicación social”5 (RODRÍGUEZ SALAZAR, T., GARCÍA 
CURIEL, M. D. L., & JODELET, D. 2007 p. 36). 
 
Las representaciones integran fenómenos cognitivos con implicaciones afectivas y 
normativas, que moldean una determinada manera de interpretar la realidad, y que 
dan sentido a la experiencia, estableciendo un modo de acción dentro de un grupo 
en un tiempo histórico determinado (RODRÍGUEZ SALAZAR, T., GARCÍA 
CURIEL, M. D. L., & JODELET, D. 2007). Las representaciones responden a la 
normatividad imperante, es decir, a modos dominantes de concebir el orden social 
25 
 
(Grimberg, 1998:25) y establecen la guía para la acción, aunque no siempre la 
determinan (Menéndez y Di Pardo, 1996:54). 
 
Será en la práctica donde las representaciones se materializan estableciendo el 
nexo entre ambas. Por prácticas nos referimos a las intervenciones que se 
realizan alrededor del nacimiento, bien sea técnicas o verbales o la ausencia de 
ambas, resultado de las variadas situaciones posibles tanto desde los y las 
profesionales de la salud como desde las parteras de su entorno. 
 
El acercamiento con las personas al relacionarnos, valorando la visión que se 
tiene sobre el proceso de salud – enfermedad, es decir su cultura, no puede 
desconocerse, pues ejerce gran influencia en la vida de las personas y la 
población cuando se trabaja en promoción de la salud. En tal sentido, la 
cotidianeidad en su totalidad está matizada por la cultura, y sobre salud se puede 
definir que concepciones de embarazo, parto y puerperio, se enmarcan en un sello 
particular impuesta por la cultura de sus grupos sociales. 
 
Llevando el modelo de Habermas al análisis de la racionalización de la atención 
del parto, se puede argumentar que la modernización5 de las comunidades no 
avanza, si los potenciales explicativos y justificadores de las tradiciones 
comunitarias, sus patrones interpretativos, sus imágenes del mundo no forman 
parte de este mismo proceso de racionalización impulsado, en buenaparte, 
desde el Estado. 
 
En este contexto él, propósito de este capítulo es mostrar de manera muy general, 
los principales resultados del estudio sobre las representaciones que tienen los 
médicos, parteras y parturientas. Sus resultados como se pondrán apreciar, se 
 
5
 Habermas explica que lo moderno empezó a usarse a finales del siglo V para separar el presente 
cristiano del pasado pagano. La palabra designaba entonces, la oposición entre dos épocas en la que una de 
ellas al autocalificarse de moderna aparece como superior y mejor frente a la otra, quien queda reducida a 
lo antiguo y tradicional. «La modernidad expresa siempre la conciencia de una época, con contenidos 
cambiantes, que se pone en relación con la Antigüedad para concebirse a sí misma como resultado de la 
transición de lo antiguo a lo nuevo» (Habermas, 1990:266) 
26 
 
sitúan en esta región del país pero en los hechos son reflejos de lo que se viven 
en muchas dependencias médicas. 
 
1.2. EL trabajo de campo 
Una parte importante de esta investigación, la dedico a la revisión bibliográfica, lo 
que me permitió desarrollar los fundamentos históricos y contextuales en el cual 
se integran los conocimientos derivados de distintos ámbitos de la investigación 
social. Este ejercicio me resulto especialmente interesante, en tanto que al 
provenir de otra área del conocimiento, el adentrarme en cuestiones evolutivas, de 
la antropología médica y de la sociocultural me permitió desarrollar nuevas 
herramientas y puntos de vista para el análisis. 
Además de la investigación en gabinete, realicé trabajo de campo de modo que 
pude recoger información etnográfica para la construcción de mi objeto de estudio, 
y ubicar así mi investigación más propiamente en la tradición metodológica de los 
estudios cualitativos. Cabe señalar que debido a que en nuestro contexto el 
sistema de atención profesional a los sucesos que engloban el nacimiento es 
asumido por la medicina oficial también llamada alopática o biomedicina, será 
dicho sistema de atención el referente para el análisis. Conocer la dinámica de su 
organización asistencial, su ideología, sus relaciones con las mujeres gestantes y 
la repercusión de los discursos, representaciones y prácticas del nacimiento como 
experiencia personal y social de las mujeres, es la finalidad de nuestra 
investigación y por lo que nos referimos a “culturas”, porque en él se dan formas 
diferenciadas de pensarlo y representarlo, considerando además, que estos 
fenómenos no son hechos aislados, sino que forman parte del sistema 
sociocultural en el que quedan reflejados en un tiempo y contexto específico. 
Durante el análisis de las representaciones y prácticas sobre el parto se realizaron 
dos lecturas, una centrada en el modelo hegemónico y la otra del modelo medico 
tradicional de la zona. En ambos sistemas se analizaron los discursos y diferentes 
formas de definir, significar y experimentar el riesgo y el dolor, así como las 
27 
 
prácticas medicalizadoras y aquellas tendentes a la desmedicalización y las bases 
ideológicas que sustentan a ambas y que son el eje articulador de esta 
investigación. Así, el nacimiento se inscribe en la cultura, y se construye desde 
todo un conjunto de representaciones y saberes6 que lo sustentan y en 
interrelación con el resto de procesos sociales. 
Se seleccionó un área sanitaria del estado de Colima, de las tres que existen, área 
en la que se solicitaron las autorizaciones pertinentes para llevar a cabo el trabajo 
de campo. Sin embargo, los hechos que se describen podrían ser similares a otras 
Comunidades y áreas sanitarias, pues hay características compartidas tanto de la 
organización como de los y las profesionales y de la población usuaria. 
 
El presente estudio se realizó en el municipio de Tecomán en el estado de Colima, 
donde se escogieron tres comunidades. El trabajo de campo se realizó en las 
localidades de Caleras, Cerro de Ortega, y Madrid, pertenecientes al Municipio de 
Tecomán en el estado de Colima, con parteras de cada localidad, así como las 
entrevistas estructuradas y focales, tanto a parteras como personal de los centros 
de salud de cada localidad. Se hizo un estudio exploratorio y descriptivo, donde 
se analizaron los procesos cotidianos de los tres centros de salud de las 
localidades antes mencionadas, desde la interacción social entre las parteras y el 
sistema de salud así como de los promotores de salud de cada área. Así, nuestro 
objeto de estudio es el análisis de las representaciones y prácticas que alrededor 
del nacimiento se dan en el contexto de Tecomán en el estado de Colima, desde 
los Profesionales de la salud, las parteras y las experiencias y opiniones de las 
mujeres que hemos definido como informantes. Para ello, se planifico el estudio a 
través del relato de estos/as actores/as. Se delimitó el campo de estudio al 
Municipio de Tecomán considerándolo como un espacio “micro” que puede reflejar 
el todo “macro” del Estado y del país. 
 
6 Cuando se hace referencia a saberes, es para nombrar todo tipo de saberes y no sólo que 
mencionan los Profesionales de la salud como los médicos sino también a aquellos referidos por 
las parteras. 
28 
 
 
Figura 1. Mapa de localización del área de estudio. 
Para este estudio se eligieron 3 unidades de salud rurales de la Jurisdicción 
Sanitaria II del estado de Colima, con mayor atención a usuarias embarazadas en 
el municipio y de fácil accesibilidad al hospital más cercano (Hospital Regional de 
Tecomán). La atención al parto se centra en el hospital regional en su mayoría, 
pero para poder recoger esta información, y con la finalidad de la objetividad 
investigadora, se amplió nuestra mirada a otros espacios en que los nacimientos 
tienen lugar, en concreto a aquellos otros nacimientos que ocurren fuera de los 
hospitales. 
 
En el ámbito de la salud, el sistema médico principal de atención es la biomedicina 
al cual se tiene acceso a través del seguro popular, Secretaría de Salud y 
Seguridad Social. También se puede utilizar servicios privados, pero es el 10% de 
la población quien tiene acceso a él. Esta selección permitió capturar la 
percepción de los problemas de la atención del parto en diferentes contextos, 
como centros de salud rurales y el hospital regional, áreas con niveles de 
marginación diversos y donde interactúan los modelos médicos tradicionales con 
los institucionales, por lo que no se tomará en cuenta a los servicios privados ya 
que el común de la población es atendida por los servicios de seguridad social y 
salubridad. 
29 
 
 
Figura 2. Mapa del estado de Colima. 
Durante el trabajo de campo, se realizó principalmente observaciones de carácter 
participante y entrevistas abiertas a distintas personas vinculadas al quehacer de 
las parteras de la región. La programación del trabajo de campo se limitó al 
establecimiento de algunos tópicos centrales sobre los que interesaba indagar, de 
modo que se obtuvo la información que las mismas personas entrevistadas 
quisieron compartir, dirigiendo la conversación, en la medida de lo posible, a los 
temas de interés. Resulta difícil establecer numéricamente la cantidad de 
entrevistas sostenidas a lo largo de todo el trabajo de campo, puesto que si bien 
con algunas personas sostuve entrevistas formales, con la mayoría de las 
entrevistadas sostuve más de una conversación y compartí en distintos momentos 
diferentes actividades. De este modo, se practicaron entrevistas abiertas y 
conversaciones de distinta índole con las parteras de la región, con el fin de 
recuperar sus experiencias con respecto a su formación como parteras y al 
proceso educativo a través de los cursos que se les impartieron por parte del 
Seguro Social, así como las modificaciones que ha tenido su prácticacon los 
nuevos conocimientos adquiridos, y las nuevas representaciones construidas a 
partir de estos. 
30 
 
En general, el ambiente en que se efectuó el trabajo de campo fue muy acogedor, 
y la disposición del personal de salud y parteras para conversar y responder a las 
preguntas planteadas fue un aspecto que sin duda también facilitó mucho el 
trabajo de campo. 
En la misma región, se efectuaron algunas entrevistas en el Hospital Regional de 
salubridad. Se puso en práctica la observación participante y algunas entrevistas 
abiertas en el hospital a tres médicos: una pasante de medicina, un médico 
residente que completaba la especialidad de ginecología y un médico residente de 
la especialidad de anestesiología. Entrevisté al director del Centro de Salud y a la 
enfermera con mayor rango de la unidad. También a otras dos enfermeras que 
trabajan cercanamente a las parteras. 
De acuerdo a los objetivos del estudio, se elaboraron instrumentos de 
investigación (guías de grupos focales). Se efectuaron entrevistas informales a los 
pasantes de medicina y encargados de las unidades de salud de cada localidad en 
cuanto al conocimiento de la existencia de médicos tradicionales en su 
comunidad, la relación o comunicación con ellos, fue sobre la problemática actual 
con los procesos de salud/enfermedad atendidos por los mismos y por las parteras 
de su comunidad. Se buscó conocer la relación que tienen los médicos con las 
parteras y su opinión sobre el papel que pueden jugar en el ámbito de la salud 
reproductiva. 
 
Se buscaron como ya se mencionó datos epidemiológicos sobre salud 
reproductiva, muerte materna y perinatal y su relación con la atención ya sea de 
los servicios de salud o de la atención por partera, para complementar el marco 
teórico conceptual de esta investigación. Por medio del relato de las parteras se 
puede dar cuenta de un proceso histórico y social, favoreciendo así a la 
investigación y análisis cualitativos desde diversas formas de vida de una 
comunidad, en un periodo histórico concreto. Otra herramienta fue la observación 
directa de los procesos que interesa analizar y grupos focales. Los personajes del 
ámbito comunitario que cumplen un papel central en el cuidado de la salud de la 
31 
 
población son: los médicos y las parteras. Para recolectar la información se 
diseñaron dos guías, una para las parteras y otra para los médicos. 
 
1.3. Instrumentos de investigación 
 
Las herramientas principales utilizadas para la recogida de la información, fueron 
la entrevista a profundidad, la entrevista focal y la observación participante, 
posterior al primer acercamiento con las entrevistas abiertas, se realizó una 
selección donde el número de informantes se redujo considerablemente. 
 
La entrevista a profundidad nos permite reconstruir la realidad social del 
nacimiento que, aunque situado en un marco socialmente establecido, es objeto 
de múltiples definiciones y percepciones por parte de las parteras, enfocada a 
conocer la ideología general y las prácticas que respaldan una determinad 
concepción social de representar al nacimiento y que son la base para la práctica 
del parto. Las entrevistas se realizaron según el método tradicional de los 
estudios antropológicos, fueron abiertas, dinámicas y de duración considerable en 
su mayoría, con un guión establecido previamente, pero flexible y utilizando a 
modo de indicador que me guiara en la obtención de la información relevante a 
cada partera se le entrevistó en su domicilio, con una duración de una hora a 
hora y media de duración, se estructuró una guía de entrevista en donde se 
reflejaron aspectos relativos a la formación de cada una, las prácticas que 
suceden en el embarazo, la asistencia del parto y en algunos caso los cuidados en 
el puerperio, con el objetivo de conocer acerca de su práctica y su impacto en la 
salud materno infantil. 
 
La entrevista y la observación participante son estrategias de investigación que se 
complementan, pero además permiten detectar la congruencia entre los discursos 
y las prácticas, esto es que, en la recolección de la información con los recursos 
de observación y entrevista, podemos captar y clarificar las diferencias entre 
aquello que los actores dicen, y lo que hacen realmente (Taylor y Bodgan, 1994). 
32 
 
 
Se realizó una estancia para la observación en salas de partos del servicio público 
de salud que después de realizar trámites un tanto dificultosos, se obtuvo permiso 
para la observación en esta área donde los médicos me brindaron posteriormente 
todas las facilidades. A cada mujer usuaria del servicio se informó sobre la 
investigación y se le pedía su autorización la presencia de un observador, 
situación que podía requerir de la ampliación de la información si las mujeres la 
solicitaban. Se consiguió establecer tal normalidad que el transcurso de la jornada 
se convertía en rutinario y repetitivo. En cuanto a la observación de la práctica de 
la partera solo se pudo observar la atención durante el embarazo y prácticas como 
“acomodar al niño” y “sobadas”, no fue posible observar partos practicados por 
parteras ya que la presencia de una persona que toma notas de lo que sucede, 
además de no ser agradable ni habitual, podía contribuir a que se sintieran 
evaluadas en sus actividades técnicas. 
 
La información recogida fue revisada y transcrita, dentro de un corto periodo de 
tiempo para no perder ningún detalle. Además de estos espacios y tiempos, se 
aprovecharon otras oportunidades de observación que en el mismo campo se 
presentaron de manera informal en las que, su misma característica circunstancial, 
eliminaba la presión de la observación sobre los participantes. Esto ha sido muy 
útil tanto para contrastar los datos obtenidos en la investigación formal como para 
la captación y consideración de otros aspectos que no habían surgido en esta. 
Con todo ello, se ha adquirido una riqueza de observación que ha permitido 
controlar con precisión los datos en los que se articulan las representaciones y las 
prácticas las teorías ideales instituidas con las situaciones reales. 
 
En cuanto a los médicos se había realizado un guión para entrevistas a 
profundidad, lo cual no pudo ser aplicado como tal debido a la carga de trabajo de 
los médicos y a que ninguno estaba dispuesto a ser entrevistado en su domicilio 
por lo que se optó por realizar la técnica de grupos focales durante el horario de la 
comida en los centros de salud y el hospital regional obteniendo información sobre 
33 
 
las coincidencias de formación médica y la percepción de la cobertura y calidad de 
la atención dentro de la institución. 
1.4. El procedimiento de análisis de la información. 
Después de una rigurosa transcripción de los registros grabados durante las 
entrevistas se ordenaron los textos para su interpretación y análisis, incorporando 
a la discusión de los resultados, antecedentes secundarios ligados a la profesión 
de partera en la región. 
El contenido de las transcripciones fue ampliado con información de mi propia 
experiencia diaria como observador participante de la vida en las tres 
comunidades en el período de 12 meses. Las fuentes de información fueron las 
anotaciones en cuadernos de campo sobre las conversaciones informales que 
tuve con la gente de las comunidades (incluso de sus anécdotas acerca del parto), 
y sobre las visitas a las reuniones colectivas de las comunidades, y a un taller 
sobre la salud tradicional (alimentación y medicina herbolaria) al cual me invitó la 
gente de las comunidades 
Esta investigación pretende analizar las opiniones de una serie de actores sociales 
que se ubican desde distintos espacios de la estructura institucional que responde 
a un conjunto de objetivos en cuestión de salud de la mujer, así como el análisis 
de la atención al parto en los hospitales y las ideas que llevan aalgunas mujeres a 
elegir la práctica de un parto fuera de estos centros y a las/os profesionales que 
les acompañan. Para intentar construir una relación entre la civilización 
sociocultural de un grupo, la invalidación de los saberes tradicionales y la 
construcción de nuevas subjetividades y representaciones de estos actores. 
Dentro de este rubro no se realizará bajo la visión de las usuarias del servicio, se 
realizó bajo la óptica de las representaciones de los profesionales de la salud y las 
parteras. Cada entrevista fue grabada con el permiso oportuno de cada 
participante. Dichas entrevistas fueron transcritas, categorizadas y analizadas de 
acuerdo a los objetivos plasmados. 
34 
 
Las entrevistas (formales e informales, estructuradas y semiestructuradas), 
expresan por si solas, el punto de vista de la gente del lugar acerca del parto, con 
sus propias palabras, Procure que los entrevistados fueran personas con 
diferentes experiencias en la materia, por ejemplo: parteras tradicionales del lugar, 
familiares cercanos, jefe jurisdiccional, médico pasante de cada centro de salud, 
el enfermero local. Cada entrevista formal fue grabada, y transcrita. 
La comprensión de las costumbres, las creencias y acciones asociadas a la 
reproducción, el embarazo, el nacimiento y la crianza de las niñas y los niños, es 
el primer paso para integrar esta práctica en esquemas alternativos de atención, 
cuyo objetivo sea la eliminación paulatina de los riesgos asociados a una 
maternidad en condiciones de desigualdad y marginación, y representa al mismo 
tiempo, la oportunidad de crear un modelo de partera, capacitada especialmente 
para las circunstancias de cada lugar. 
Se profundizó en los fenómenos y propiedades específicas que conforman cada 
categoría desde los discursos y prácticas, tanto de las parteras como de los 
médicos, que se han ido contrastando para tener una visión amplia, clara y veraz 
del proceso investigado. Se compararon estos hallazgos con las opiniones o 
resultados de investigaciones de otros autores revisados, otras fuentes de 
información secundaria y documentos generados por las instituciones o grupos 
sociales, todo ello para cada categoría y relacionándolas entre sí. 
También se realizó una revisión y análisis bibliográfico sobre los trabajos 
relacionados con el objeto de estudio, y que han sido enfocados tanto para la 
búsqueda y contrastación de datos, como de revisión en la formación y 
mantenimiento de discursos hegemónicos de referencia. 
 
 
35 
 
2. LA ATENCIÓN DEL PARTO Y SALUD MATERNO- INFANTIL EN EL 
CONTEXTO NACIONAL Y EN EL ESTADO DE COLIMA 
En la gran mayoría de los casos, el embarazo es un proceso que transcurre sin 
complicaciones. Sin embargo, existen condiciones de la madre y del hijo que si 
no se detectan y trata de manera oportuna adecuada, pueden poner en riesgo la 
salud e incluso la vida ambos. Diversos estudios han mostrado los beneficios de 
la atención prenatal como una estrategia para la detección oportuna de 
complicaciones y como una intervención eficaz para promover de la educación 
para la madre y del recién nacido. Este efecto se logra a través de la educación 
para la salud; la identificación de las mujeres expuestas a riesgos específicos y su 
remisión, de ser necesario, a servicios de salud especializados; y la detección y 
tratamiento oportunos de los problemas que así lo requiera. La protección que 
obtienen quienes asisten a los servicios de atención prenatal se refleja en un en 
un menor riesgo de morir por causa relacionadas con el embarazo, parto y 
puerperio. Sin embargo la efectividad de la atención prenatal7 varía según la 
edad gestacional en que se inicia, el número de visitas que realicen durante el 
embarazo y la calidad de la atención prenatal. Esta última depende, a su vez, de 
la capacitación técnica del proveedor de los servicios y de las acciones concretas 
que se lleven a cabo en cada consulta. 
 
Los distintos lugares en donde las mujeres dan a luz permanecieron bastante 
estables en un periodo reciente, siendo las instituciones públicas las que 
predominan. A mediados de los años noventa, el 62% del total de los nacimientos 
ocurrieron en hospitales públicos; y, para 1998-2003, esta proporción había 
aumentado a 67%. Este incremento se debió principalmente a un mayor uso de 
hospitales estatales.8 
 
 
7
La atención prenatal comprende cualquier revisión del desarrollo y evolución del embarazo, realizada 
por personal capacitado (médicos, enfermeras, auxiliares, promotores de salud y parteras). 
8
. Juárez F et al., Barreras para la Maternidad Segura en México, Nueva York: Guttmacher Institute, 
2010. Disponible en www.guttmacher.org 
http://www.guttmacher.org/
36 
 
Los partos en casa disminuyeron de 16% del total de partos mediados de los años 
noventa, a 11% en el periodo 1998-2003. Esta tendencia para la biomedicina es 
positiva, pues desde esta óptica los nacimientos que ocurren en casa conllevan 
riesgos más altos de complicaciones y de muerte. Típicamente las mujeres 
mexicanas que dan a luz en su casa viven en condiciones de pobreza extrema y 
no cuentan con una institución de salud cercana. Por su parte, del total de 
nacimientos, la proporción que ocurre en el sector privado no cambió en este 
periodo, y se estimó en pocos más de una de cada cinco. 
 
La idea principal de este capítulo es dar a conocer al lector la problemática general 
sobre el objeto de estudio con la intención de resaltar como se transitan los 
discursos donde se destaca la hegemonía del sector salud articulado a las 
circunstancias del contexto de la región de Tecomán Colima. 
 
2.1. La Atención del parto y la salud materna en el contexto nacional 
En México la tasa de fecundidad global ha venido descendiendo desde 1969, año 
en el que alcanzaba una cifra de 7 hijos por mujer, disminuyendo para el 2002 a 
2.4 hijos. Dichas cifras reflejan el impacto de los programas de planificación 
familiar y el uso de métodos anticonceptivos en 70% de las mujeres en edad fértil.9 
 
Sin embargo, si bien la tasa de fecundidad tiende a descender, el número de 
nacimientos se mantendrá elevado debido al alto número de mujeres que se 
encuentran en etapa reproductiva, lo que significa que la atención de partos 
seguirá representando una gran demanda para los servicios de salud, basta 
revisar los datos reportados en el Sistema Nacional de Información en Salud, que 
en el 2002 documentó que las mujeres en edad fértil (15-49 años) representaban 
27.3 % del total de la población. Así mismo, en nueve entidades federativas se 
reportó más de un millón de mujeres en edad fértil entre ellas Chiapas, Distrito 
Federal, Estado de México, Puebla y Veracruz.10 
 
9
 Secretaría de Salud. Información para la rendición de cuentas 2004, México, D.F., 2004. 
10
 Ibid. 
37 
 
 
En este sentido, otros datos relacionados con la demanda de atención de las 
mujeres en edad reproductiva reflejan la necesidad de llevar a cabo acciones 
encaminadas a disminuir la heterogeneidad en la prestación de servicios, como 
son las reportadas en el Estado de México donde sólo 28 % las embarazadas 
reciben atención prenatal temprana, en tanto que en Sonora y Jalisco es de 41%. 
Así mismo, el porcentaje de nacimientos en hospitales generales en 
Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila, Colima, Distrito Federal, Quintana 
Roo, Sonora y Tamaulipas llega a 92%, en tanto que en Chiapas, Guerrero, 
Oaxaca y Puebla es menor de 50%; estas diferencias son todavía más dramáticas 
en regiones de mayor marginación.11 
 
Con respecto a la atención por personal profesional, los datos también son 
variados, en los estados con buena cobertura de servicios de salud, casi 100% de 
los partos son atendidos por personal calificado, mientrasque en otros es de 
apenas 40 %. 
 
Las anteriores cifras ponen de manifiesto que en México, de los aproximadamente 
2.5 millones de mujeres que se embarazan al año, se estima que 370 mil partos 
no son atendidos en instituciones de salud, con las consecuentes repercusiones; 
diariamente se registran 4 defunciones maternas. De estas casi 50% pudieron ser 
evitadas con tan sólo asegurar que las embarazadas hubieran tenido acceso a 
recibir atención de un profesional, durante el embarazo, parto y puerperio. 
 
La falta de atención prenatal, aunada a la desnutrición de la mujer y la deficiente 
calidad en la atención del parto, son algunos de los factores que contribuyen a 
incrementar el riesgo de fallecer durante el embarazo y parto, y así mismo 
repercuten directamente en la salud de los recién nacidos o en algún padecimiento 
que genere una discapacidad en su vida. 
 
 
11 Secretaría de Salud. Manual de atención de embarazo saludable, parto y puerperio seguros recién nacido sano, México, D.F., 
2001. 
38 
 
Es por ello que en algunos países, sobre todo en los desarrollados, desde hace 
muchos años la atención del embarazo de bajo riesgo ha estado a cargo del 
personal de enfermería y partería, pues se reconoce que su formación obstétrica 
puede contribuir al fortalecimiento de las acciones que persiguen el desarrollo de 
una cultura del autocuidado, sobre todo si se considera que la mayor parte de los 
problemas de salud materno infantil son susceptibles de resolverse a través de 
acciones preventivas, que buscan la concientización para modificar estilos de vida, 
y acrecentar la cultura de la prevención. En esa intención es que la enfermera 
obstetra trabaja en colaboración con otros profesionales de la salud, consultando 
con ellos o remitiendo, aquellos casos que están fuera de su campo de ejercicio 
profesional. 
 
México se une a la Iniciativa por una Maternidad sin Riesgos en 1993, la cual se 
caracterizó por su pluralidad, ya que parteras, legisladores, grupos de mujeres, 
periodistas, prestadores de servicios e investigadores se dieron cita para analizar 
los riesgos en la maternidad, confrontar experiencias y poner en marcha una 
iniciativa común. Se formó el Comité Nacional por una Maternidad sin Riesgos, 
cuyo objetivo era impulsar una estrategia mutidisciplinaria e intersectorial a fin de 
disminuir la muerte materna a nivel nacional. 
 
En 1994, la Iniciativa por una Maternidad sin Riesgos se ve favorecida por los 
acuerdos de El Cairo. El gobierno mexicano, y particularmente el Sector Salud, 
sientan las bases para que se adopte este nuevo enfoque de la salud 
reproductiva, lo que implicó reestructurar las instancias que ya venían funcionando 
a partir de dos programas: el de Planificación Familiar y el de Salud materno-
infantil, creando el Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar 
(Espinosa, 2000:49). 
Sin embargo, las acciones en torno a la muerte materna no pueden ser analizadas 
al margen de las políticas del Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000 para el 
combate a la pobreza. Los programas más estrechamente vinculados con la 
problemática son el Programa de Educación, Salud y Alimentación (PROGRESA, 
39 
 
ahora Oportunidades), y el Programa de Ampliación de Cobertura (PAC). Este 
último, encaminado al cumplimiento de los acuerdos de Alma Ata de 1978: Salud 
para todos en el año 2000. 
 
El Programa de Ampliación de Cobertura estaba dirigido a proporcionar servicios 
básicos de salud de primer nivel a la población de alta y muy alta marginación y a 
población ubicada en asentamientos humanos de difícil acceso y aislados; dar 
solución a problemas locales de salud, principalmente de municipios con 
población dispersa y gran rezago en infraestructura básica, y contribuir a la 
descentralización de los servicios de salud (Secretaría de Salud, 1996). Este 
programa estableció vínculos con otros instituciones o programas como el IMSS-
Solidaridad y PROGRESA, ahora Oportunidades (Diario Oficial, 14 de marzo de 
2000). 
 
En México, la Norma Oficial NOM-007-SSA2-1993 establece los criterios para 
atender y vigilar la salud de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, así 
como de la atención del recién nacido (NOM-007, 3). Esta norma sustenta el 
programa de Arranque Parejo de Vida. La NOM-007 se fundamenta en el 
concepto de embarazo de alto riesgo, como se aprecia en sus numerales 5.1.4, 
5.2.2, 5.2.3, en los que se señala que las unidades de atención deben disponer de 
un instrumento que permita calificar el riesgo obstétrico, el cual servirá para la 
referencia de las mujeres a un nivel superior de atención. Por ello, Arranque 
Parejo de Vida centró su modelo de atención y funcionamiento durante los años 
2000-2006 en la concepción de alto y bajo riesgo obstétrico, y en lograr la 
atención calificada del parto. Entre sus metas para el año 2006 estaba la de 
atender 90 por ciento de los partos del país e incrementar a cinco las consultas 
prenatales en por lo menos 95 por ciento de las mujeres embarazadas, para con 
ello disminuir 35 por ciento la tasa de mortalidad materna respecto de la 
registrada en el año 2000 (SSA, Arranque Parejo de Vida, 2002). 
 
40 
 
Por ello, en el Informe de Avance 2005 sobre los Objetivos de Desarrollo del 
Mileno en México, se ha reconocido que el cumplimiento de la meta de veintidós 
defunciones por cada 100 mil nacimientos para el año 2015 se encuentra más 
lejano aún que el cumplimiento de la meta relativa a la mortalidad infantil (ONU, 
México: Gobierno de la República, 2005). En el año 2000 la proporción de partos 
atendidos por personal calificado fue de 83.3 por ciento, y para el 2003 ascendió 
a 87.9 por ciento, lo que quiere decir que en el periodo el incremento fue de 4.6 
por ciento. El informe manifiesta, por otro lado, que entre el año 2000 y el 2003 se 
había logrado una disminución de 10 por ciento en la RMM. Según cifras oficiales, 
la RMM para el 2000 era de 72.8 y a fines del sexenio gubernamental se había 
logrado llevarla a 58.6, cumpliéndose apenas el 40 por ciento de la meta 
comprometida. El Arranque Parejo de Vida inició un proceso de consolidación a 
partir de la puesta en marcha del Seguro Popular de Salud (SPS), iniciativa 
transexenal que entró en operación el primero de enero de 2004 y que se ha 
propuesto dar cobertura a los mexicanos que han quedado excluidos de la 
seguridad social convencional, grupo que representa aproximadamente a la mitad 
de la población. 
 
2.2. La salud materna en el estado de Colima 
La salud a nivel social es un indicador de desarrollo económico, la esperanza de 
vida al nacer, nos relevan las condiciones de vida y de trabajo de los grupos 
sociales. De esta manera en el proceso de salud-enfermedad se articulan lo 
individual y lo colectivo, lo biológico y lo social, lo psicológico y lo ideológico, lo 
cultural y lo particular, lo religioso y lo histórico, el saber y el conocimiento hechos 
todos que interactúan. 
 
Los servicios de atención prenatal son ofrecidos por las instituciones del sector 
público, social y privado. La cobertura de la atención prenatal por algún tipo de 
agente ha aumentado en el país de poco más de 66 por ciento en 1974-1976 a 
92.2 por ciento en 2004-2007. Los médicos proporcionan 83.5 por ciento del total 
41 
 
de las atenciones, las enfermeras o promotoras 2.5 por ciento, las parteras 
tradicionales 6.3 por ciento, y cerca de ocho por ciento no acude a revisión. 
 
En colima, 95.5 por ciento de las mujeres tuvo alguna revisión durante el 
embarazo de su último o penúltimo hijo nacido vivo entre 2004 y 2007, lo cual 
ubica a esta entidad entre los estados con la mayor cobertura de atención prenatal 
del país y el décimo segundo con la mayor cobertura de atención brindada por 
médico (90.2%). Cabe señalar que no se desconoce el

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