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En francés en el recuerdo, en español en el discurso: Un estudio de caso del shift identitario en dos francesas en Toluca, Estado de México. TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: DOCTORADO EN LINGÜÍSTICA PRESENTA GEORGIA MARIE KETTY GRONDIN Tutora principal: DRA. SABINE PFLEGER BIERING, ESCUELA NACIONAL DE LENGUAS, LINGÜÍSTICA Y TRADUCCIÓN Comité tutor: DRA. LUISA PUIG LLANO, INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN FILOLÓGICAS DR. SERGIO IBAÑEZ CERDA, INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN FILOLÓGICAS DRA. LAURA GARCÍA LANDA, ESCUELA NACIONAL DE LENGUAS, LINGÜÍSTICA Y TRADUCCIÓN DRA. VIRNA VELÁZQUEZ VÍLCHIS, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO CIUDAD UNIVERSITARIA, Cd. Mx., JUNIO 2018 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO POSGRADO EN LINGÜÍSTICA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS - INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN FILOLÓGICAS - ESCUELA NACIONAL DE LENGUAS, LINGÜÍSTICA Y TRADUCCIÓN UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos Este trabajo no habría sido posible si no hubiera estado inspirado por los lugares donde nací, viví las experiencias y cruce a las personas que me perfilaron toda. Tampoco se habría realizado sin el tiempo necesario para madurar un proyecto del cual me enorgullezco. Sobretodo, no habría culminado sin el apoyo incondicional de personas que me han rodeado con su amor, su tiempo, sus consejos y sus orientaciones a lo largo de estos años de reflexión y transformación. A la Dra. Sabine Pfleger Biering, por creer en mí y por haber sabido usar de sus exigencias para encauzar, moldear y dirigir este trabajo. Siempre tuvo las palabras correctas para mantenerme en el carril y el cariño necesario para alentarme y hacerme crecer. Su paciencia fue infinita, sus consejos valiosos y su ejemplo un modelo incansable y riguroso de trabajo. Gracias. A la Dra. Luisa Puig Llano, al Dr. Sergio Ibañez Cerda y a la Dra. Laura García Landa, por sus comentarios atinados a lo largo de estos años de maduración, así como por el afecto y las consideraciones que me tuvieron. A la Dra. Virna Velázquez Vilchis y a la Dra. Pauline Moore Hannah, mis mentoras “de casa”. A Virna en especial por su apoyo como parte de mi comité pero también y sobretodo por cobijarme y prepararme a tremenda odisea. A Pauline, específicamente por ofrecerme siempre un oído atento y amistoso y un ojo crítico en el camino de las investigaciones. Los consejos de ambas, su rigor, sus cuestionamientos, su metodología de trabajo, sus recomendaciones, ¡¡hasta sus silencios!! Me enseñaron, me presionaron y me dieron un soporte innegable para crecer. À Christelle, Stéphanie, Salomé, Esther, Séverine et à Brigitte pour d’interminables conversations sur nos identités et nos conditions de migrantes. Ce travail, pour sûr, n’aurait pu exister sans vos apports indispensables. A Clara por escuchar atenta mis dudas y preocupaciones y respetar mis ideas. Sin su valiosa colaboración de relectura y corrección, regalo de su tiempo personal, el presente trabajo no habría adquirido el brillo que tiene. A Hugo y a Tania, por innumerables colaboraciones y observaciones que también hicieron posibles la existencia de este trabajo. Finalmente, pero no menor en importancia, a mi familia por su apoyo incondicional. Los amo. A Polo por confiar en mí, por su amor y su admiración constantes. Y por haber tolerado “perderme” enésimas veces todos los años que me dedique a este bonito proyecto para demostrarme su apoyo en esta etapa. Asimismo a mis cuñados, Fabiola y Marco, y a mi suegra, Sra. Lola. Gracias a uds cuatro por todas las tardes, los fines de semana y las noches que me procuraron horas de trabajo tranquilo. À Mahé, que ce travail soit un modèle d’inspiration pour la perséverance dans ta vie. Un jour, il sera le prétexte pour parler de ces expériences et ces rencontres qui ont fait mon histoire et qui te permettront peut-être de me comprendre pleinement et d’assumer l’héritage que je t’aurai laissé. (La vi la ni, la vi la parti, plus que tout ce coin de terre me sourit) i ÍNDICE Página Introducción………………………………………………………………….. 1 Pregunta de investigación………………….………………………………. 4 Objetivo………………………………………………………………………. 4 Objetivo general……………………………………………………………... 4 Objetivos específicos……………………………………………………….. 4 Capítulo 1. Antecedentes…………………………………………………... 5 1.1.Enfoques y orientaciones generales de los estudios sobre identidad y migración……..……………………………………………....... 5 1.2.Migrantes vs extranjeros en México…………………..……………… 6 Capítulo 2. Marco teórico….……………………………………………….. 12 2.1. La construcción identitaria…………………………………………….. 12 2.2. El rol de la cultura en la construcción identitaria……………………. 16 2.2.1. De la cultura a la culturalidad y de regreso a la cultura……………………………………………………………. 16 2.2.2. Enculturación y aculturación…………………………………... 19 2.2.3. Identidad, Identificación e Identidad de fachada……………. 24 2.3. Aspectos cognitivo-lingüísticos de la construcción identitaria…….. 28 2.3.1. Interacción y construcción identitaria…………………………. 28 2.3.2. Narrativa oral identitaria………………………………………... 30 2.3.3. Disonancias cognitivas………….………………………….….. 33 2.3.4. Esquema cognitivo y guión……………………………………. 40 2.4. El shift identitario……….………………………………………..…...... 44 2.4.1. Definición del shift identitario………………….………………. 47 2.4.1.1. El polo monocultural de la identidad………………… 47 2.4.1.2. El polo bicultural de la identidad…………………….. 49 2.4.2. Descripción del shift identitario entre los polos monocultural y bicultural de la identidad…………………..………………… 52 ii Página 2.4.2.1. Fenómenos lingüístico-discursivos del shift Identitario.……………………………………………... 55 2.4.2.1.1. El frañol……………………………...……. 56 2.4.2.1.2. El espacés………………………………… 56 2.4.2.1.3. El frañolmex………………………………. 57 2.4.2.1.4. El frañolcés………………………………... 57 2.4.2.2. Fenómenos conceptuales del shift identitario…….. 58 2.4.2.2.1. DisoLO…………………………………….. 59 2.4.2.2.2. DisoLERE………………………………..... 60 2.4.2.2.3. GuiónLO…………………………………… 60 2.4.2.2.4. GuiónLERE……………………………….. 61 Capítulo 3. El estudio de caso……………………………………………... 62 3.1. El modelo de análisis ……………………………………...………….. 62 3.2. La metodología; los pasos metodológicos………………….……….. 63 3.2.1. Elecciones previas……………………………………………… 64 3.2.1.1.Criterios de selección de sujetos……………..…….. 64 3.2.1.2. Elección de los ámbitos del shift identitario………… 68 3.2.2. Piloteo……………………………………………………………. 68 3.2.3. Aplicación del instrumento …………………………..………... 69 3.2.3.1. Presentación de las participantes…….…..…………. 69 3.2.3.1.1. Léonie.………………………………........... 69 3.2.3.1.2. Zoé.…………………………………………. 71 3.2.3.2. Desarrollo de las narrativas orales identitarias…….. 72 3.2.3.3. Códigos de transcripción y datos de grabación……. 73 3.2.4. Análisis del shift identitario.…………………………..……....... 75 Capítulo 4. Los shifts de la identidad……………………………………… 76 iii Página 4.1. El caso de Léonie ……………………………………….…………….. 83 4.1.1. Fenómenos lingüístico-discursivos de shifts identitarios…… 83 4.1.1.1. El frañol………………………………………………… 83 4.1.1.2. El espacés……………………………………………... 91 4.1.1.3. El frañolcés……………………………………………. 99 4.1.1.4. El frañolmex……………………………...................... 99 4.1.2. Fenómenos conceptuales del shift identitario…….…………. 105 4.1.2.1. DisoLO y DisoLERE…….…………………………….. 105 4.1.2.2. GuiónLO y GuiónLERE…….……….......………….… 128 4.2. El caso de Zoé………………………………………………………….. 154 4.2.1. Fenómenos lingüístico-discursivos de shifts identitarios…… 154 4.2.1.1. El frañol………………………………………………… 154 4.2.1.2. El espacés……………………………………………... 167 4.2.1.3. El frañolcés……………………………………………. 171 4.2.1.4. El frañolmex……………………………...................... 172 4.2.2. Fenómenos conceptuales del shift identitario………..……… 175 4.2.2.1. DisoLO y DisoLERE….……………………………….. 175 4.2.2.2. GuiónLO y GuiónLERE.……………….......……….… 186 4.3. Sobre los fenómenos de contacto de lengua en ambos sujetos….. 203 4.4. Sobre los fenómenos de shifts identitarios a nivel lingüísticos y a nivel cognitivos en ambos sujetos…………...……………………………. 204 Capítulo 5. Discusión de resultados………………………………………. 207 Conclusiones y perspectivas investigativas……………………………… 223 Referencias………………………………………………………………….. 229 Anexos (en disco).....……………………………………………………….. 243 iv ÍNDICE DE FIGURAS Página Figura 2.1. Estrategias de aculturación, basado en Berry (1997)………........................................................................................... 22 Figura 2.2. Representación de la disonancia cognitiva basada en Festinger (1957) reportado por Vaidis (2011) y Voisin, Rubens, N’Gbala, Gosling(2013) .....…………………………………….................. 35 Figura 2.3. Visualización de la situación monocultural y monolingüe en francés y español…………...…………………………………………… 48 Figura 2.4. Visualización de la situación bicultural y bilingüe en francés y español…………………………………………………............... 51 Figura 2.5. Frañol: ReFR-ReESP. Realización lingüística en francés con interferencias del español……………………………………………... 56 Figura 2.6. Espacés: ReESP-ReFR. Realización lingüística en francés con interferencias del español……………………………………………... 56 Figura 2.7. Frañolmex: ReFR-ReESP-PcESP. Realización lingüística en francés con interferencia del español denotando apertura a un patrón cultural mexicano…………………………………………………… 57 Figura 2.8. Frañolcés: ReFR-ReESP-PcFR. Realización lingüística en francés con interferencia del español denotando predominio de un patrón cultural francés……………………………………………………… 57 Figura 2.9. DisoLO: PcFR≠PcESP-FR. Disonancia cognitiva entre patrones culturales franceses y patrones culturales mexicanos con realización lingüística en francés………………………………………….. 59 Figura 2.10. DisoLERE: PcFR≠PcESP-ESP. Disonancia cognitiva entre patrones culturales franceses y patrones culturales mexicanos con realización lingüística en español…………………………………….. 60 Figura 2.11. GuiónLO: PcFR≈ReFR. Desarrollo de un guión cultural expresado en francés y construido desde un patrón cultural francés…. 60 Figura 2.12. GuiónLERE: PcESP≈ReESP. Desarrollo de un guión cultural expresado en español y construido desde un patrón cultural mexicano……………………………………………………………………... 61 Figura 3.1 Pasos metodológicos seguidos en la investigación………… 64 Figura 4.1. Fenómenos de shifts de Identidad en sus vertientes lingüísticas y cognitivas…………………………………………………...... 76 v Figura 5.1 Representación de los fenómenos de disonancias cognitivas…………………………………………………………………… 209 ÍNDICE DE TABLAS Página Tabla 4.1. Fenómenos de contacto de lenguas en discursos de Léonie y Zoé………………………………………………………………………….. 77 Tabla 4.2. Comparativo de la frecuencia de los fenómenos de contacto de lenguas en Léonie y Zoé…………………………………….. 204 Tabla 4.3. Comparativo de los fenómenos de shifts identitarios a nivel lingüístico y a nivel cognitivo en Léonie y Zoé…………………………… 205 1 INTRODUCCIÓN La generación de intercambios de bienes y riquezas a nivel mundial y en un tiempo récord ha puesto de moda los estudios sobre la migración, el transnacionalismo y las particularidades culturales e identitarias de comunidades, hoy en día esparcidas en el mundo (Mummert, 1999 y 2010; Portes, Guarnizo y Landolt, 2003; Vertovec 2003 y 2006; Castles y Miller, 2004; Herrera y Torres, 2005; Blommaert, 2005 y 2010; Vono de Vilhena, 2006). Todavía en el siglo XX, bastaba con nacer y crecer en algún lugar diferente del otro para tener una identidad y una nacionalidad, para distinguirse de los demás y, al mismo tiempo, desarrollar un sentimiento de pertenencia sociogeográfica. Ser único se expresaba dentro de los límites de un territorio, dentro de prácticas culturales y cultuales definidas en el seno de un grupo identificado con una lengua (Joseph, 2004; Burke, 2006). Hoy en día, con el desvanecimiento de las fronteras así como con la democratización y mediatización de las prácticas socioculturales, algunos nos hemos vuelto de alguna manera individuos optimizados en espacios plurales, ciudadanos del mundo. Aquel individuo universal se rige según una nueva dualidad que define su relación con el grupo social (Burke, 2010; Joseph y Taylor, 2014). Por un lado, su conexión con el grupo de referencia le otorga identidad; con o en contra de dicho grupo, el individuo delimita un marco de acción e interpreta los acontecimientos cotidianos. Por otra parte, su marco de referencia es el mundo global, donde se reposiciona indefinidamente mediante una identidad plástica de fronteras móviles (Diamandaki, 2003; Hiernaux, 2004). Como producto social permeado por la globalización, la cultura y la identidad busca nuevas orientaciones y, en este tenor, la identidad nacional representa un tema altamente polémico. En todas partes, el transnacionalismo creciente justifica una interrogante sobre quién es uno dentro y fuera de su país; ya que, vivir en el extranjero conduce al individuo a la necesidad de escoger nuevas opciones identitarias (de Fina, 2003; Pavlenko y Blackledge, 2004; Tai, 2004; Lindner, 2015), nuevas opciones de vida y de relación con el mundo a su alrededor. Esta interrogante nos hace reconsiderar la manera en la que el individuo se construye socialmente y preguntarnossegún qué marcos culturales opera esta construcción y cómo se manifiestan lingüísticamente estos marcos culturales. 2 En este estudio nos interesa el caso de dos francesas1 como individuos procedentes de un país-carrefour2 en constantes mutaciones culturales y profundo mestizaje. La conformación sociocultural de Francia motiva periódicamente cuestionamientos acerca de la identidad francesa (Debbasch y Pontier, 2001; Detienne, 2014; Sarr, 2014; Beaman, 2015)3. Y, de hecho, la pluriculturalidad de la población francesa actual obliga al investigador a preguntarse ¿Cuál francés? La historia del país como su geopolítica ofrece un gran número de perfiles de franceses. Así, se puede hablar del francés cuyos rastros genealógicos se remontan a varios siglos atrás o el de primera o segunda generación, el continental o el isleño, el sedentario o el migrante. El ciudadano itinerante, ayer apenas en una centésima de las estadísticas del censo poblacional, es hoy un transmisor de los valores de la nación y de la cultura en la cual creció. Si hoy nace francés, mañana puede morirse mexicano. Ahora bien, desde los primeros albores de México como nación, ser francés en este país, a excepción de algunos eventos fortuitos, ha sido rodeado de consideraciones y de colaboraciones múltiples, todavía vivas. Son miles los franceses que escogen hacer una vida en México. Al integrarse a la sociedad mexicana, hablan otra lengua, amoldan su vida a otra cultura, pero nada sabemos del proceso que representa para estos grupos el acoplamiento a otra cultura. Se desconoce la manera en la que se construye socialmente el francés emigrado. No hay investigaciones que documenten lo que significa para el francés residente en México sentirse francés y sentirse mexicano a la vez. La manera como sincretizan dos países, dos nacionalidades, dos maneras de ver el mundo, dos culturas y dos lenguas en su cotidiano representa incógnitas. 1 Aunque el estudio se enfoca en dos mujeres no se trata de un estudio de género, por lo que los planteamientos aquí presentes conciernen al grupo de los franceses como migrantes en general. Las razones por las cuales los sujetos de investigación son mujeres se explican en el capítulo III, apartado 3.2.3.1. Presentación de las participantes. 2 Expresión francesa que significa aquel país por el que cruzan diversas etnias, culturas y mentalidades; se refiere, también, al hecho de que Francia, por su posición geográfica, es un paso casi obligado para ir de un lado al otro de Europa. 3 Del 2 de noviembre de 2009 al 31 janvier 2010, se desarrolló la encuesta Eléments Du Débat Sur L’identité Nationale, sobre la encomienda del ministro de la inmigración y de la identidad nacional Eric Besson, a través del sitio sitedebatidentitenationale.fr, que proponía la siguiente pregunta: “¿qué es ser francés?”. Todos, franceses o no, podían contestar la encuesta. A nivel político, el debate fue calificado de fracaso; todos concordaron con que existían peligros al querer pronunciarse sobre una identidad francesa en un ambiente de malestar social, no sólo en el país sino en toda Europa. La prensa extranjera vio el debate como arriesgado porque era fácil caer en simplificaciones, pero llamó la atención de la opinión pública, permitiendo la reflexión y la expresión de una variedad de conceptualizaciones identitarias. En un artículo de Le Monde (con fecha del 3 de noviembre de 2009*), el investigador Pap Ndyae comenta que hay tantas maneras de ser francés que sería una lástima que el gobierno les indicara cómo serlo, mientras que la periodista y ensayista Caroline Fourest habla de crispación identitaria (noviembre de 2009*). La escritora franco-camerunés Léonora Miano (express, diciembre de 2009 *) recuerda que la identidad no es un área que se administra como la salud o la educación. Dice: « Les individus sont le fruit d'éléments divers, n'ayant pas nécessairement à voir avec l'histoire d'un seul territoire. Ils sont, surtout à notre époque, attachés à des cultures et à des lieux différents. Je parle de mon identité comme frontalière, et définis la frontière comme le lieu où les mondes se touchent sans cesse. » 3 Sabemos aún menos acerca de cómo se manifiesta este sincretismo en su habla. Con el pretexto de entender al ciudadano global del mañana, creemos importante considerar estos indicios de reflexión. 4 PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN ¿Cómo, lingüisticamente hablando, migrantes franceses construyen su identidad en México? OBJETIVOS Objetivo general: Determinar los procesos de shifts identitarios en dos francesas inmersas en la sociedad y la cultura mexicanas. Objetivos específicos: Describir los componentes y el funcionamiento de los procesos de shifts identitarios. Describir los fenómenos de shifts identitarios en el discurso de migrantes franceses. 5 CAPITULO 1. ANTECEDENTES 1.1. Enfoques y orientaciones generales de los estudios sobre identidad y migración En Europa, Canadá y Estados Unidos, las investigaciones sobre variaciones y construcciones identitarias desarrolladas en los últimos años (Norton, 1997 y 2000; Molinié, 2002, 2006, 2008 y 2009; Kanno y Norton, 2003) se enfocan en el aprendiente bilingüe o plurilingüe, inmerso en procesos de aprendizaje de lenguas y culturas extranjeras. Los estudios resaltan la manera en la que afectan al aprendiente la lengua, la cultura y el espacio donde operan. En América Latina, cediendo ante un requisito histórico que sólo ocasiona periodos de crecimiento y renovación, Argentina y Uruguay fueron los primeros países en preocuparse por el tema de su identidad, considerando los inmigrantes latinoamericanos que forman parte de su población (Poccioni, 2001; Gavazza, 2004). México, también motivado por conmemoraciones históricas, empieza a mostrar interés en el tema de la identidad y de la reconstrucción identitaria (Salazar y Salazar, 1998; Aparicio, 2010). Generalmente, las investigaciones mexicanas sobre el tema de la identidad marcan una postura definitivamente posmoderna y documentan los cambios o parti-pris sociales y/o antropológicos del mexicano cuando éste se encuentra en contacto con una segunda lengua y cultura, desde enfoques de migraciones hacia los Estados Unidos o Canadá (Döring, 2002; Padilla y Pequeño, 2009) o, en el mejor de los casos, desde la veta literaria. Es decir, aislados son los estudios de corte sociolingüístico que exploran la identidad de extranjeros o de migrantes (Culbreth, 2015; Karabulatova y Polivara, 2015) y los existentes suelen enfocarse en segundas o terceras generaciones. Aunque en incremento, relativamente pocos se orientan hacia la identidad de extranjeros no latinos, instalados en México o los demás países de América Latina (Croucher, 2009 y 2015). Hay que añadir que, además, las investigaciones encontradas no suelen enfocarse en el habla de estos extranjeros, lo que no deja claro cuáles son los constructos mentales (Reeves, 2015), las referencias culturales, las peculiaridades lingüísticas y el posicionamiento social de los extranjeros en el país de recepción. 6 No obstante, la llegada continua de extranjeros de múltiples horizontes, entre los cuales una buena proporción es de franceses, y su instalación subsecuente en el territorio modifican poco a poco la faz de México (INEGI, 2000; INEGI, 2010; INM, 2010). Es ya un hecho que, como extranjeros instalados aquí, acompañamos al país en su transición de país mestizo a área global. Aun así, el francés migrante y a fortiori su habla no han sido investigados, por lo que se desconoce tanto la manera en la que se adaptan al país los franceses residentes en México como los procesos sociales y culturales por los cuales pasan a ser parte de México y México parte deellos. El estudio de los efectos que genera este intercambio en sus manifestaciones lingüísticas podría rendir cuentas de las construcciones culturales que se manejan y poner de relieve rasgos de sus conceptos identitarios. 1.2. Migrantes vs extranjeros en México Es más común encontrar la cuestión de la migración en las investigaciones mexicanas. Éstas se dividen en dos ejes principales: los estudios sobre inmigración interna (Montero, 2014; Juárez-Sánchez, 2015; Vázquez, Wilson y Boncheva, 2015) e inmigración transnacional tanto de mexicanos hacia Estados Unidos como de centroamericanos hacia México (Hirai, 2014; Perez y González, 2015, Ríos Vargas, 2015); en esta segunda vertiente hay que destacar los estudios sobre la inmigración de retorno (Mendoza Cota, 2014; Torres Solí, 2015). Es importante remarcar que la producción existente sobre migración en/de/por México privilegia comúnmente el desarrollo del tema desde el enfoque de los derechos lingüísticos y humanos, por lo que el estudio de los migrantes desde la perspectiva comprensiva de las lenguas y culturas extranjeras es un tema novedoso en México. Precisado lo anterior, interesarse socialmente en franceses instalados en México llama la atención del observador sobre las diferencias que atañen a los migrantes en México, en función de su procedencia, independientemente de la igualdad alegada por el derecho civil, según reportan las Actas de la Organisation internationale pour les migrations y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (OIM, 2004, p.1-2; CIDE 2010, p.103). Las representaciones sociales de las cuales goza el migrante francés se oponen a las que caracterizan la presencia de latinoamericanos, por ejemplo, en el territorio mexicano (Fernández, 1993; García y Décosse, 2014; Instituto para la Seguridad y la 7 Democracia, 2008; Izquierdo, 2010; Marín, 2011; García y Décosse, 2014)4. Paradójicamente, abundan las investigaciones sobre la presencia de los latinoamericanos en el país, pero escasean drásticamente cuando se trata de los franceses. Esta observación justifica a la vez nuestro interés por el tema y el empleo del término de migrantes de privilegio (Croucher, 2009)5 en este estudio, para referirnos a los franceses instalados en México. La esencia del ser, así como las diferencias culturales, los procesos de adaptación y las adecuaciones que suelen realizar los individuos regularmente en su ámbito cotidiano, son más fáciles de observar y apreciar cuando el entorno funge como espejo revelador. Barth (citado en Hiernaux, 2004, p.7) subraya que “es en las fronteras entre grupos donde la percepción de la identidad se hace más evidente y donde la misma se consolida”. Sin embargo, la globalidad actual, ofrece al individuo que lo desea la opción de definirse también no por la lengua sino por las lenguas que habla. Esta transición eleva la lengua a rango de bien cultural, usada y compartida como una práctica de identificación, un fenómeno necesario para el extranjero que ingresa a una sociedad receptora. Para el francés, para quien la lengua es un monumento nacional, la lengua que usa debería ser determinante. Debbasch y Pontier (2001) consideran que el uso de la lengua francesa va más allá del proceso de identificación con la nación. Historicamente el vinculo entre lengua francesa, el estado francés y la nación francesa se construye por la altamente simbólica Ordonancia de Villers-Cotterêts, redactada el 15 de agosto de 1539, que impone el francés como lengua oficial del Derecho y de la Administración, haciendo de lado al latín y a las demás lenguas en vigor en el hexágono en aquel entonces (Jeannot, Tomc y Totozani, 2011). Hechos posteriores terminaron de asentar una decisión tomada por el Poder pero transmitida luego por el pueblo como discurso dominante. Al respecto, dos ejemplos. 4 La literatura sobre el tema de la migración francesa en México no describe directamente la manera cómo fueron percibidos estos migrantes. Sin embargo, se observa que el tratamiento del tema vincula la presencia francesa en México con términos como desarrollo, industria, clase obrera y/o burguesa, del mismo modo que describe la influencia positiva e innovadora que tuvo la presencia francesa en ámbitos como el arte, la arquitectura, la cocina, y otras áreas culturales. 5 A falta de mejor término se adopta el de migrantes de privilegio para designar a esa categoría de migrantes que dejaron su país de origen para instalarse en otro sin presiones de orden vital o político. Sin embargo, se considera que se describe como la migración voluntaria de individuos procedentes de países ricos; lejos de ser una elección de vida, responde a presiones y restricciones sociales, motivos de inconformidad con la imagen social y personal y las expectativas personales de bienestar. 8 Primer ejemplo. No en vano es que Mackey (1977, p. 183) hace notar que “la langue n’a pas le même poids, ni les mêmes associations dans toutes les cultures. Dans certaines, elle est associée aux normes du politiquement correct ; dans d’autres, elle est surtout liée à l’empathie ou à l’efficacité de la communication.” En la sociedad francesa, la lengua es el juguete de un caprichoso y autoritario Estado-nación desde que ésta la dotó de un comité normalizador y perfeccionador, la Academia Francesa, en 1635. No sólo los académicos se encargaron de dictar lo políticamente correcto sino que por supuesto difundieron una norma decidida por la gente en el poder, prestigiada por el poder, que tuvieron a bien de nombrar irónicamente "el buen uso", menospreciando las inclinaciones lingüísticas naturales de los usuarios de la época que no les agradara. Todavía hoy en día, la Academia Francesa es responsable de posicionamientos polémicos como el desacuerdo que entretiene con la Academia Quebecquense sobre la feminización de los nombres de profesiones y de definiciones arbitrariamente justificadas como el que proponen para solutionner en la página electrónica del Diccionario de la Academia, por ejemplo. En la muy seria sección Dire, ne pas dire, bajo la pestaña La langue française, el usuario puede encontrar lo siguiente6: “Solutionner doit sa fortune aux irrégularités de la conjugaison du verbe Résoudre, dont il est devenu un substitut, ainsi qu’à la tentation d’une dérivation facile : il n’y eut, au xixe siècle, qu’une désinence verbale à ajouter à solution pour créer solutionner. Rien d’autre ne le recommande en effet : il est long, lourd, plutôt disgracieux. On peut lui trouver des équivalents proches, ou user du verbe Résoudre en le faisant précéder d’un auxiliaire pour plus de facilité. Ainsi on dira Il va résoudre le problème, Il peut, il pourra résoudre la difficulté et non Il solutionnera le problème, Il solutionne la difficulté. Trouver la solution à une question, et non Solutionner la question. Résoudre une énigme, un meurtre, et 6 “ 'Solucionar' debe tanto su fortuna a las irregularidades de la conjugación del verbo 'Resolver', que sustituye, como a la tentación de una derivación fácil: solo bastó añadir una desinencia verbal a 'solución' para crear 'solucionar', en el siglo XIX. Sin embargo, no hay otras razones que la justifican: es largo, pesado, bastante antiestético. Se le puede encontrar equivalencias cercanas, o utilizar el verbo 'resolver' añadiendo a este último un auxiliar para facilitar su uso. Así diremos 'va a resolver el problema, puede, podrá resolver la dificultad' y no 'solucionará el problema, soluciona la dificultad'. Diremos 'encontrar la solución a una pregunta', y no 'solucionar la pregunta, 'resolver un enigma, un crimen', y no 'solucionar un enigma, un crimen'. Tratamos o llevamos a bien los asuntos corrientes, nolos solucionamos”. En el artículo original el uso de las negritas tienen una función normativa y creemos que muestran la parcialidad con la cual los académicos deciden. 9 non Solutionner une énigme, un meurtre. On traite, on mène à bien les affaires courantes, on ne les solutionne pas.” La elección de palabras menosprecia la sabiduría popular haciendo ver que la formación de la palabra es un hecho fortuito probablemente fruto de personas que quisieron escoger el camino fácil para evitar una dificultad morfológica y que seguramente no repararon en el mal gusto estético que su neologismo causaba. Segundo ejemplo. Si bien la Academia Francesa nunca fue rigurosa sobre las explicaciones que daba para permitir o anular el buen uso, suficientes escritores de la época mostraron respeto frente a normas que determinaban la ortografía de las palabras, ratificaban las estructuras gramaticales de mayor prestigio o censuraba las palabras juzgadas sucias, como para rendirse a dichas normas y adecuar las estructuras lingüísticas y el vocabulario en sus escritos. Su respaldo tuvo un efecto sobre la lengua: en primer lugar confirieron a la lengua sus letras doradas, en segundo lugar se volvieron los escritores clásicos que sentaron las bases de una literatura francesa refinada, exigente y en busca de excelencia estilística. En otras palabras canonizaron el discurso dominante. En este discurso dominante, el concepto de nación pasa por el hecho de compartir un máximo de rasgos tales como una lengua común, así como una religión, una cultura, una historia y orígines étnicos comunes. Al decir de al menos un cuarto de los franceses que respondieron a la encuesta sobre la identidad nacional entre noviembre de 2009 y enero de 2010, esta peculiar relación perdura en el imaginario colectivo. El artículo de Jeannot, Tomc y Totozani (2011) también lo transmite pero adicionalmente reporta un panorama más complejo sobre el sentir del francés acerca de la lengua, la nación y la identidad hoy en día. Por una parte, sí ilustra exhaustivamente las intrincaciones y el fervor con el cual algunos participantes a la encuesta describen la lengua como el marcador importante de una identidad francesa, posicionamiento que va hasta desarrollar lo que las autoras llaman una relación casi exclusiva con la lengua al escoger referirse a ella a través del uso de posesivos como en mi lengua, nuestra lengua, o expresiones como orgulloso de la lengua, la lengua de nuestro bello país. En este sentido, las autoras hablan de una interiorización de la norma ortográfica, literaria, gramatical que denota el poder del discurso oficial sobre la relación que la lengua debe establecer con la nación francesa. Pero por otra parte, las sociolingüistas reconocen el surgimiento de una representación secundaria, mas tímida, donde predomina la pluralidad en el concepto de identidad (descrita como múltiple y evolutiva por los internautas) que neutraliza el concepto de nación y hace patente el distanciamiento 10 con el concepto de identidad nacional sobre todo cuando este último concepto pretende usar la lengua como instrumento cohesivo. ¿Dónde nos deja esto? En primer lugar, que la lengua sí puede ser un marcador de identidad aunque no el único. En segundo lugar que la lengua francesa podrá ser el medio por el cual un francés interpreta y significa la relación a sus identidades y a los grupos que toma como referentes, pero también podrá usar otras lenguas a su disposición, lenguas disponibles en el territorio conocido como Francia (por ejemplo el creole reunionés) o lengua con la cual el individuo desarrolla una relación privilegiada, aunque sea característica de otro espacio geográfico o no tenga filiación histórica y sanguínea con ella (por ejemplo el español para un francés). La lengua que usa, todas y cualquier lengua entoncés, será importante para el individuo en cuestión, en función de la manera como se relaciona al discurso dominante o al discurso secundario descrito arriba, herencia de una representación colectiva canónica o de una representación innovadora en devenir. En consecuencia se parte del principio según el cual, a falta de un espacio nacional, es posible que un francés reconstruya identidades vinculadas a la idea que se hace de una francesidad, usando las lenguas a su alcance. Una aplicación del barómetro Calvet de las lenguas del mundo, inspirado en el modelo gravitacional del sociolingüista (Calvet, 1999 y 2004) muestra cómo fluctúa la jerarquía que ocupan las lenguas supercentrales (francés, español, pero también chino o urdú, a modo de ejemplo) dependiendo de los factores que se toman en cuenta. En semejante contexto, la elección de una lengua u otra no será inocente para el francés residente en México, sino el vector de su visibilidad, es decir, una declaración de identidad. Ana de Fina (2003, p.143) reconoce, al respecto, la necesidad de un inmigrante de reconstruir su identidad con tal de definir su lugar en la sociedad receptora y entre nuevos grupos sociales. Con el sentido de sí mismo exaltado en una sociedad receptora, el individuo asume nuevas actitudes en función de las circunstancias en las cuales se encuentra y partiendo de los roles o repertorio de identidades a su disposición en la sociedad receptora (Fernández, 2000; Gímenez, 2000; Pavlenko y Blackledge, 2004). Citando a Horowitz (1975, p.113), Ana de Fina (2003, p.143) remarca que las características escogidas por los individuos para distinguirse de los demás y adherirse a nuevos grupos pueden variar mucho dependiendo de factores sociales y personales. Deschamps y Moliner (2008, p.8 y 11) también mencionan la necesidad que tiene el individuo de singularizarse en el espacio social al mismo tiempo 11 que busca el reconocimiento de su pertenencia al grupo. En consecuencia, la manera en la que el francés asume que habla español puede volverse una estrategia no sólo para ingresar en la sociedad mexicana sino, además, para distinguirse de los demás y definirse como francés en México, si percibió que esta diferencia le era benéfica. Mientras, por un lado, los marcadores en su discurso delatan su ideología de origen en un contexto mexicano, podremos interpretar, por otro lado, los préstamos al marco cultural y lingüístico del español mexicano como una afirmación de su identidad mixta de francés instalado en México. Lo anterior, desde la plataforma de su forma de hablar francés en castellano, resultante de una recomposición identitaria. Puede considerarse que el conocimiento de la lengua por parte del migrante es un factor determinante para el proceso de asimilación cultural a la sociedad receptora (El- Madkouri y Soto Aranda, 2005; Sánchez, 2014). Aquí, el dominio del español frente al francés escapa a la tradicional dialéctica de la necesidad del migrante versus la oferta de la sociedad receptora. Recientemente, la encuesta México, las Américas y el Mundo (CIDE, 2010), que indaga entre otras cosas sobre la percepción de la migración en México, reporta que los factores de aceptación de extranjeros en México tienen que ver con el perfil social del inmigrante y su país de procedencia. Sí mencionan que las culturas que más llaman la atención de los mexicanos, y son bien recibidas por ellos, son norteamericanas o europeas (CIDE, 2010, p.112). Pero no hay mención del rol positivo o negativo que podría jugar el dominio del español o/ni de la variante mexicana del español. Tampoco se hace precisamente hincapié sobre la receptividad de los franceses por parte de los mexicanos. En esta falta de criterios para catalogar a los franceses hoy en día en México, queremos ver un margen de acción que, por un lado, permita al francés escoger el lugar que quiere ocupar en la sociedad mexicana y, por otro lado, seleccionar las estrategias para mantener este lugar, apoyadoen las representaciones positivas de las cuales solía gozar en el pasado. Se contempla que la reconstrucción identitaria del francés en México se expresa en un sincretismo ilustrado por las originales y múltiples marcas que la comunidad de origen dejó durante su enculturación, por las variaciones en su manera de percibir la comunidad de origen y la mexicana y por las diferentes opciones sociales que tiene para considerarse en ambas. Para un francés que está instalado en México, podemos rastrear dicha reconstrucción a través de su manera de hablar las lenguas a su alcance, es decir aquí, a través del dominio del español mexicano por una parte y el contenido y las formas de su discurso en francés y español por la otra. 12 CAPITULO 2. MARCO TEÓRICO C'est de l'identité qu'est née la différence Heinz Pagels Cultures: pour qu'elles persistent dans leur diversité, il faut qu'il existe entre elles une certaine imperméabilité Claude Levi-Strauss 2.1. La construcción identitaria La perspectiva comprensiva del aprendizaje de segundas lenguas ha orientado las investigaciones, a partir de los noventa, hacia la búsqueda del efecto de otros códigos lingüísticos sobre la identidad. En dicho quehacer, se cuestionan de igual modo el concepto de cultura y la relación tan estrecha que la vincula con la identidad y la lengua7 (Gergen, 1991; Block, 2007). En el campo europeo, Molinié (2002, 2006, 2008 y 2009) desarrolla investigaciones al margen de la aculturación, la alteridad y el plurilingüismo, al enfocarse en la manera en la que los aprendientes dicen, cuentan o dibujan sus reconstrucciones identitarias a través de la(s) lengua(s), específicamente de la extranjera. Sus trabajos dan lugar a la reflexividad y manejan los conceptos de transferencia y movilidad cultural para describir la adopción y adaptación de nuevos marcos de interpretación en la vida de los sujetos. En el continente norteamericano, investigando las comunidades imaginadas, Kanno (2003) documenta la identidad desde la perspectiva de estudiantes de regreso a Japón después de una estancia más o menos larga en el extranjero. Paralelamente, Pavlenko y Blackledge (2004) como Pavlenko y Norton (2007) exploran las negociaciones que sufren las identidades en contextos multiculturales, apoyándose en la metodología de las narrativas, mientras que Norton (1997 y 2000) investiga la relación entre el aprendizaje de lenguas extranjeras y los aspectos identitarios. Tanto en sus trabajos individuales como en los colectivos, estas investigadoras fungen como referencias contemporáneas indiscutibles en torno a cambios y mutaciones de la identidad. Finalmente, Anna de Fina (2003, p.143) quien ha trabajado con inmigrantes italianos y mexicanos en EUA, reconoce abiertamente que hay reconstrucción identitaria por parte de los inmigrantes. Ella describe el fenómeno como un proceso 7 Aunque usados en singular ninguno de los términos identidad, lengua, cultura, responden a una sola definición. Al contrario, las tres nociones conllevan un sistema multidimensional y, porque son productos sociales, tienen la característica de ser cambiantes, dinámicos y plurales en su deber de rendir cuentas de sociedades y grupos de referencia evolutivos. http://www.citations-francaises.fr/citation/Cultures-pour-qu-elles-persistent-dans-leur-diversite-il-faut-qu-il-existe-entre-elles-une-certaine-impermeabilite http://www.citations-francaises.fr/citation/Cultures-pour-qu-elles-persistent-dans-leur-diversite-il-faut-qu-il-existe-entre-elles-une-certaine-impermeabilite 13 vital causado por la nueva vida que establece el individuo en un nuevo ámbito y que motiva la necesidad de redefinir roles y posición social en el país receptor. Las estrategias que usa el inmigrante para reposicionarse socialmente abarcan prácticas de categorización que parten del abanico de identidades a su disposición. Tradicionalmente, la literatura producida sobre el concepto de identidad indica que los investigadores han otorgado al término una multitud de matices al atribuirle diversos adjetivos. Así, se habla de identidad personal, étnica, cultural, social, nacional, lingüística. Esto hace que la identidad sea difícil de caracterizar porque a menudo está mal y parcialmente definida. Sin embargo, no sería necesario cuestionar la identidad si no fuera para entender el acontecer humano (Hall, 1996). En la situación actual de la investigación social, la cuestión identitaria ha despertado el interés de los investigadores por doquier (Taylor y Spencer, 2004; du Gay, 2007), y más desde que nos vemos afectados por la globalización y el consumismo. Así, citando a Hall (1996), Bauman (2001) remarca que el concepto de identidad vive una “explosión discursiva”. Maydell (2010, p.11) reporta un giro cultural que determina las intenciones, la lengua y la identidad como tantos marcadores de un mundo posmoderno. Desde su punto de vista, las necesidades de expresar la pertenencia, en respuesta a la globalización, han provocado que las ciencias sociales se interesen en el concepto de identidad. Despues de todo, Bauman (2001) ya re-nombraba la posmodernidad como modernidad liquida desde 1998 y bajo dicho concepto, denunciaba la necesidad alienadora que tiene el individuo de construir sus propios roles además de interpretarlas en un mundo donde el estatus, la identidad, enfin la propia existencia, se caracterizan por ser extremadamente cambiantes, inciertas y flexibles. La globalización debería haber arrojado nuevos efectos a la noción de construcción identitaria, al describir las sociedades como redes, al ampliar el número de grupos sociales a los cuales un individuo puede querer adscribirse, al atenuar virtual como físicamente las fronteras entre una sociedad y otra. El-Ojeili y Hayden (en Maydell, 2010, p.26) señalan la globalización como un contexto y un mecanismo determinantes en la construcción identitaria hoy en día. Una de las características de la globalización como mecanismo está en la creación de nuevos sentidos culturales, los cuales son negociados por los individuos constantemente, dada la diversidad de interacciones que puede generar cada grupo. Ahora bien, si cada cultura se construye a través del 14 lenguaje, cada grupo social construye su discurso en función de un marco cultural determinado y las identidades se construyen desde un patrón interactivo-discursivo, entonces es a través de la lengua que podremos idóneamente observar cambios y ajustes en la identidad de la francesa instalada en México, por ejemplo. El interés por lo lingüístico en la visión posmoderna de la construcción identitaria hace imprescindible entender el sentido de los discursos; lo que da lugar a considerar que puede haber tantos significados como existen discursos producidos por el individuo. En este sentido, el significado de todo discurso tiene que construirse a través de las interacciones entre personas. Los sentidos que se da a sí mismo el individuo para generar una imagen positiva han de poder observarse mediante las diferentes prácticas discursivas que establece con otro. Por lo anterior, en este estudio considero que la identidad se construye a partir de estrategias discursivas y accionales. Éstas explican, por un lado, el fenómeno humano y, por el otro, enmarcan los movimientos y comportamientos del individuo en un proceso dinámico de construcción que afectan al aprendiente (Abdallah- Pretceille, 1996, p.21-23). A través del análisis del discurso, pueden verse las variaciones identitarias (De Fina, 2003; Pavlenko y Blackledge, 2004) que responden a las constantes transformaciones de un individuo en un mundo cambiante. Este estudio se sitúa entonces en la discusión posmoderna de la construcción identitaria, en la modernidad líquidade Bauman (2001). En el posmodernismo, la actividad social compartida acaece en lo que llamamos comúnmente la cultura, una categoría socialmente construida, del mismo modo en el que lo es la etnicidad, la nacionalidad y el género, por ejemplo (Lemke, 2008). Por lo tanto, siguiendo la lógica del pensamiento posmoderno, hay tantas culturas como pueda haber agrupaciones sociales. Y, paralelamente, la identidad del individuo pasaría por una rearticulación y un reformateo de las categorías sociales (Maydell, 2010, p.19) gracias al contacto que se genera a medida que transcurren las convivencias con diferentes grupos al seno de la sociedad. Así se podría interpretar la postura de James (1892: 179) para quien “[…] l’individu a autant de Soi sociaux différents qu’il y a de groupes distincts de personnes dont l’opinion lui importe". Dicho lo anterior, parece importante comentar la identidad personal y la social como marcos de referencia primordiales de esta sección porque ambas participan en la construcción del individuo. Partiendo de la sugerencia de Lemke (2008) sobre la manera en la que son forjadas las identidades por patrones de interacciones con otros en el tiempo y el espacio, Maydell (2010, p.19) distingue una identidad personal que, 15 nutrida de experiencias vividas, asegura la continuidad del ser y unas identidades sociales, frutos de la actividad relacional del individuo y, por lo tanto, sujetas a cambios y desarrollos a través del discurso y las interacciones. Uno puede suponer y entender la lucha del individuo para construirse dentro de marcos sociales que tienden a reproducir estereotipos, vistos en sicología social como formas estables de comprensión e interpretación de los demás (Deschamps y Moliner, 2008), pero Lemke (2008) asegura que la innovación y la creatividad son una construcción identitaria original, es decir fuera de categorías sociales usualmente definidas, provienen del contacto e interacción con culturas radicalmente diferentes. De hecho, también Deschamps y Moliner (2008, p.9) describen el sentimiento dinámico de identidad basado en la percepción cognitiva de similitudes y diferencias. La teoría de la identidad social (Deschamps y Moliner, 2008) añade a la relación identidad personal/identidad social el criterio de una evaluación positiva o negativa basada en la calidad de las interacciones que va estableciendo el individuo al integrarse a diversos grupos sociales. Según la teoría marcada por los trabajos de Tajfel (1974), el individuo se construye a través de comparaciones discursivas y actitudinales que realiza entre sí y otro, pero también entre el grupo que integra y otros grupos, por lo que su construcción se nutre tanto de evaluaciones de las interacciones personales como de las grupales. En algunos casos, la identidad personal es tan fuerte y satisfactoria que el individuo no siente la necesidad de abarcar todas las características del grupo de referencia para gozar de una imagen positiva de sí mismo, ésta basta para permitirle desenvolverse en el mundo. En otras ocasiones, la identidad social domina en el individuo, es la que le da mejores referencias para interactuar con su entorno, por lo que acentúa entonces las diferencias entre grupos para tener una imagen positiva de sí mismo. En su esquematización de la teoría de la identidad social, Deschamps y Moliner (2008, p.61)8 ilustran cómo, según el grado de satisfacción experimentado por el individuo, se adoptan o no estrategias de cambio, las cuales apuntan siempre a generar en el individuo un sentimiento positivo de sí mismo con respecto al grupo al que pertenece y a su identidad. El interés de esta teoría queda en que, dependiendo del grado de satisfacción que experimentan los sujetos del estudio con su identidad personal o social, observan estrategias lingüísticas que apuntan hacia la integración de otros 8 Véase el anexo A: Representación esquemática de la teoría de la identidad social de Taylor y Moghaddam (1987) en Deschamps y Moliner (2008). 16 grupos más positivamente cargados o, por el contrario, estrategias de mantenimiento de la imagen de sí a través de quizá la fidelidad lingüística y cultural al grupo de referencia de origen. En el mundo de hoy, el individuo en perpetua adaptación y regeneración se enfrenta a la difícil tarea de desarrollarse en un continuo lingüístico y cultural atomizado por entornos supercomunicados y sobreexpuestos. En dicho contexto, la satisfacción identitaria indispensable que anhela el ser responde a la capacidad de cada quien de adaptarse al entorno para entenderlo y darse a entender en él. La capacidad plástica de cada individuo para intervenir en su identidad en función del contexto en el cual se encuentra transita por varias etapas tratadas como constructos fenomenológicos. Dichas etapas son aún más marcadas cuando se trata de migrantes que cambian de espacio físico. Para ilustrar este proceso podemos acudir a la imagen de una cámara rotando alrededor del individuo, captando en cada fracción de segundo un perfil diferente del mismo ser sujeto a interpretaciones en función del ángulo en el que se le ve y de quien lo ve. La cámara capta un individuo en devenir, socializado en una cultura y evolucionando en otra, ocupado en editar roles y propuestas sociales anteriores con tal de adoptar nuevos papeles y seguir nuevas opciones identitarias, sometido a normas de dos modelos culturales. 2.2. El rol de la cultura en la construcción identitaria En esta sección revisamos nociones claves como la cultura y la identidad, buscando establecer la manera en la que se relacionan una y otra. En efecto, como ser social, el individuo se construye a través de preceptos culturales que delimitan marcos de referencia flexibles y le proporcionan anclajes que guian la expresión de una identidad cultural. Pero, como ya se comentó en la construcción de las identidades personales y sociales en la sección anterior, las sociedades someten al individuo a cambios constantes que terminan afectando su manera de ser y sus interacciones; por ende, también sus adhesiones, proyecciones y expresiones identitarias. 2.2.1. De la cultura a la culturalidad… y de regreso a la cultura. La construcción simbólica está hecha de creencias, valores, representaciones y normas en un grupo dado. La cultura, entendida como un recurso simbólico en constante reevaluación, moviliza al individuo para diferenciarse o acercarse a los 17 demás. “La cultura permite a cada individuo una manera única de ser, de socializar, de expresar su pertenencia a los grupos de referencia e interpretar su entorno” (Belkaïd y Guerraoui, 2003, p.126). Talmy (2003) trata el constructo cultura como un sistema cognitivo-cultural (SCC). La adquisición y el ejercicio de la cultura se perciben en su teoría como un proceso mental que estructura la interacción del individuo con la sociedad. El SCC se constituye por varias piezas, similares a las de un rompecabezas, que ayudan al individuo a evaluar el mundo a su alrededor. De todos los grupos9 que lo gravitan, el individuo valora los que son relevantes para él y la interacción de sus miembros le permite establecer patrones cognitivo-comportamentales (Talmy, 2003, p.378-379) por adoptar subsecuentemente. Gracias a su SCC, el individuo no sólo cree que es miembro de X grupo, sino que el hecho de pertenecer a dicho grupo lo orienta en su manera de actuar y procesar informaciones en función de las creencias y los códigos comportamentales de dicho grupo. Adicionalmente, cuando los patrones comportamentales de varios grupos presentan patrones contradictorios, el SCC también permite al individuo resolver los conflictos cognitivamente. Por ejemplo, un joven de 20 años (al rango de edad correspondecognitivamente determinada serie de actitudes y valores culturales) es un veinteañero que puede vivir ciertas contradicciones cuando es al mismo tiempo jefe de familia (otra serie de actitudes y de valores culturales que va ligada al rol social). Su SCC hace resaltar el perfil que más lo identifica (veinteañero o jefe de familia), ya sea combinando los dos perfiles y por ejemplo volviéndose un jefe de familia especialmente activo y emprendedor o, en una tercera opción, distribuyendo sus perfiles en función de diferentes ámbitos y portándose como veinteañero cuando se trata de animar al resto de la familia, pero con la seriedad que se le presta a un jefe de familia cuando se tramita un apoyo social. En su modelo, Talmy (2003) usa el término de shift para referirse a la convivencia de dos o más referentes culturales compartimentados que le permiten al individuo ir de uno a otro en función de la situación, de los interlocutores y de los contextos. Como expresión social, la noción de cultura ha adquirido, en el siglo XXI, un toque volátil y caleidoscópico que refleja la diversificación y la mutabilidad del entorno social. 9 A cada grupo le corresponde un conjunto de patrones cognitivo-comportamentales. Se entiende por grupos: género, étnia, familia, rango de edades, clase social. 18 El carácter dual de la cultura (Morin, 2001) no sólo garantiza y consolida el capital identitario del individuo y de los grupos de referencia que le prestan membresía, también autoriza nuevas incorporaciones cognitivas y técnicas, en todo caso perfectivas. En el modernismo, el individuo pertenecía a un sólo grupo social, se identificaba con un sólo género. Estas categorizaciones determinaban automáticamente una serie de patrones comportamentales y así se constituía el perfil de una persona de manera casi inmutable. Hoy en día, no hay nada definitivo ni excluyente en caracterizaciones como las anteriores. Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías autorizan la adopción y la incursión a grupos muy diferentes unos de otros por tiempos y de formas indefinidas. De hecho, si la noción fundamental de cultura modifica sus paradigmas al reflejar una sociedad cambiante, también se ven afectados los procesos vinculados a la cultura que solían producirse en ella. Es el caso directo de la enculturación y la aculturación10, ambos procesos que dirigen y dictan la adquisición y el buen ejercicio de patrones culturales propios de grupos de referencia en un contexto dado. Es un hecho que el tejido social francés, base de la enculturación y la socialización primaria de las francesas de nuestro estudio, se presenta como un crisol cada vez más complejo (modelos familiares tradicionales que cohabitan con modelos mononucleares, recompuestos u homoparentales, convivencias de etnias, religiones, lenguas y cosmovisiones diferentes como productos de la inmigración, fluidez y atomización de perfiles en redes sociales, entre otros). La diversidad cultural y la experiencia de la alteridad se han vuelto banales y ocasionan hoy en día una multipolarización de la noción de aculturación. Esto significa que, por un lado, la enculturación de la francesa, para seguir hablando por ejemplo de las mujeres que participaron al estudio, ya es compleja debido a las características de la sociedad en la cual se formaron; pero, además, sus actividades de socialización la condujeron a procesos de aculturación fuertes en varios niveles dentro de la misma sociedad. Desde sus primeros focos de socialización el individuo tiene que ir adoptando y abandonando patrones comportamentales conforme se prueba su eficiencia o su caducidad. 10 Ver definición y explicación de los fenómenos de enculturación y aculturación en el siguiente apartado. 19 Estos fenómenos no dejan otras opciones al individuo que recentrar los procesos de la construcción del ser, por lo que se asiste a una personalización cada vez mayor de las conductas y los comportamientos que obliga al individuo a independizarse de sus grupos de referencia. « L’individualisation des références est un contrepoids à ce que l’on appelle trop facilement la mondialisation des cultures » comenta Martine Abdallah- Pretceille (s.f.)11. La antropóloga francesa propone sustituir el término cultura por el de culturalidad. Sus argumentos para ello seducen porque si la identidad se visualiza como multifacética, está por demás establecer que la cultura con la cual se relaciona, y que usa como marco de referencia y vector de expresión, también requiere de un reposicionamiento. En la relación identidad-culturalidad (Abdallah-Pretceille, 1996) la culturalidad se presenta como fluida y permeada por múltiples inputs, generada en una sociedad global, cambiante y tal vez sobrecomunicada, de allí el sufijo. Pensar en términos de cultura consiste en usar una estructura, un sistema o una categoría (todos términos rígidos) caduca de interpretación porque están basados en diferenciaciones donde los criterios resultan hoy obsoletos. En el término culturalidad, el sufijo subraya la labilidad social y rinde cuenta de criterios que, si siguen siendo familiares, presentan sobre todo mayor mezcla y compenetraciones inéditas que dependen de las interacciones innovadoras y complejas de los individuos entre sí y su entorno (Abdallah-Pretceille, 1996). Estas consideraciones imprimen un carácter fuertemente dialógico y complejo a los procesos de enculturación y de aculturación en los cuales está insertado todo ser humano, en tanto que entra en contacto con otro. 2.2.2. Enculturación y aculturación12 La enculturación es una experiencia de aprendizaje parcialmente consciente y parcialmente inconsciente a través de la cual la generación de más edad incita, induce y/u obliga a la generación más joven a adoptar sus modos de pensar y sus comportamientos tradicionales. En antropología moderna, el entendimiento del 11 Se trata de una contribución de la Profesora Abdallah-Pretceille en el sitio de Forumeduc: http://www.cemea.asso.fr/forumeduc/index.htm. No se especifica el año. 12 La literatura francófona y europea usa indistintamente los términos de enculturación y endoculturación. Con fines de claridad, usaremos el de enculturación. 20 concepto de enculturación ofrece la opción de un relativismo cultural en oposición a un etnocentrismo (García Morales, 2005-2006, p.7). Para Abdallah-Pretceille (1996) la enculturación aporta al individuo un sistema de valores que le sirve de referencia para entender y explicar su entorno a medida que vive en este ámbito. Pero, al ingresar a un grupo social distinto a su primera referencia, y esto ocurre en cuanto se diversiffica la socialización del individuo, es decir, dentro del propio ámbito familiar y/o mediante la escolarización, el contacto con una cultura diferente transforma al individuo. En otros términos, se acultura. Desde el siglo XX, la noción de aculturación se presenta dependiendo de los enfoques privilegiados, como corolario de fenómenos de adaptaciones individuales o grupales en sociedades de recepción. Redfield, Linton y Herskovits (1936, p.149) presentan la aculturación como un proceso meramente grupal y demuestran que el fenómeno incide tanto en los patrones culturales del grupo visitante como en el del grupo receptor, aunque Berry (1997) reconoce que, regularmente, los cambios suelen afectar más a un grupo que a otro y que no hay que perder de vista las relaciones de poder que sostienen los grupos en situaciones de contactos culturales. Estas relaciones permiten distinguir y entender motivaciones personales para abrazar la otra cultura o cierto tipo deimposición para hacerlo. En la segunda mitad del siglo XX, Graves (1967) desarrolla la dualidad que conlleva el proceso de aculturación. La describe como responsable de los cambios en la cultura del grupo en su vertiente colectiva, mientras que en su vertiente individual, entonces denominada aculturación sicológica y adaptación, el proceso manifiesta cambios en la sicología del individuo. Es importante subrayar, desde su perspectiva, cómo van estrechamente vinculados los procesos de reformateo sicológico y las etapas de adaptación. Esto último se divide a su vez en adaptación sicológica, sociocultural y económica (Berry, 1997, p.6). Las posturas siguientes no parecen hacer mucho caso de la adaptación en sí; cuando la consideran, no va implícita en sus consideraciones y persigue otras finalidades. En los 80s y 90s, los didactólogos de la Enseñanza de Segundas Lenguas (ESL) enfatizaban el carácter necesario de la adaptación social y sicológica del individuo en la aculturación. Sin embargo, gran parte del proceso apoyaba el aprendizaje de hábitos lingüísticos apropiados que permitían al migrante funcionar dentro del grupo 21 de la lengua meta (Stauble, 1980). Si bien presentaban la aculturación como la adición, eliminación, modificación y reorganización de actitudes, conocimientos, comportamientos que participan de la adaptación social y sicológica del individuo (Mac Laughlin, 1990), sólo parecía preocuparles sus logros a nivel lingüístico. Así, cuando un sujeto aparentemente abandona o retrocede en el uso de su(s) lengua(s) de origen por adoptar con mayor frecuencia la lengua del país donde reside, su desempeño se califica como exitoso en términos de la aplicación correcta de normas léxico-sintáctico- gramaticales, incluso pragmáticas. Sería erróneo creer que sólo falta un paso de allí a hablar de integración cultural; en realidad se percibe aquí una limitante al proceso de aculturación pero, sobre todo, el trasfondo cognitivo de dichos procesos pasa a segundo plano. Ahora bien, no se ha encontrado investigación que documente que el uso de otra lengua provocará, incluso privilegiará automáticamente la aplicación de patrones cognitivo-comportamentales “heredados” de la misma. A finales de los 90s, quizá en un intento de encubrir las fallas de la aculturación, la postura de los sociólogos, antropólogos y sicólogos reincorpora el factor humano detrás de la aculturación y la visualiza mayormente como la suma de cambios generados en los patrones heredados de la cultura de origen mediante el contacto con otras culturas. Berry (1997, p.6), quien reflexiona sobre el rol de la cultura en los individuos que cambian de sociedades, parece privilegiar la hipótesis según la cual podría haber “some complex pattern of continuity and change in how people go about their lives in the new society”. Describe cinco patrones comportamentales en términos de aculturación (véase la figura 2.1 a continuación). Dichos patrones comportamentales no se comunican necesariamente entre sí, aunque su interacción no queda excluida en el continuum de la aculturación. Son pautas que el individuo decide seguir; por ende, son susceptibles de ser abandonadas, como también se puede regresar a ellas. Son etapas libres de gradación, procesos independientes unos de otros. Cada individuo establece parámetros variables, visibles en su comportamiento y en la frecuencia y calidad de sus interacciones que denotan hasta qué punto desea involucrarse en la nueva cultura. 22 Figura 2.1. Estrategias de aculturación, basado en Berry (1997). Las estrategias de la figura 2.1 pueden interpretarse como incluyentes o excluyentes. Desde una perspectiva restrictiva (parte baja del esquema), una opción para el individuo puede ser mantener su identidad cultural. También es posible ver al individuo desplegar alternativas de separación, es decir valorar demasiado la cultura propia en detrimento de la interacción con personas de la cultura receptora. Cuando se vislumbra poca oportunidad de mantener la propia cultura y no se registra interés en desarrollar interacción con otros, se considera que el individuo opta por la marginalización. Desde una perspectiva positiva (parte alta del esquema), el individuo elige cuánto involucrarse en otras culturas y cuánto permanecer entre los suyos a través de diferentes opciones de contactos y participación social. El proceso de aculturación se caracteriza por una polarización doble: por un lado está el esfuerzo individual por establecer lazos con el otro, por otro lado está el grupo de recepción que tiene la libertad de aceptar los esfuerzos del individuo por integrarse o limitarlos. Si no hay deseo individual por mantener la identidad cultural de origen y establecer interacción regular con otras culturas, se llega a la asimilación. Mientras que, se habla de integración cuando el individuo mantiene cierto grado de integridad cultural pero no teme establecer interacción con otros grupos. Individuo Asimilación Integración Marginalización Separación Mantenimiento cultural Contacto y participación 23 En cierta forma, la integración funge como un estado siempre anhelado siendo difícil que se alcance en su totalidad13. En última instancia, quien hubiera logrado una integración total en una nueva sociedad sólo se estaría transformando en un neo- monocultural. Como Berry (1997, p.8), Belkaid y Guerraoui (2003) así como Guerraoui (2009) han resuelto las fallas de la aculturación solucionando los estragos culturales que encuentra el individuo cuando lidia con una cultura diferente de la propia. Estos investigadores acostumbran usar el término interculturación. Clanet (1990, p.70) define la interculturación como el conjunto de procesos que despliegan individuos y grupos cuando hacen conciencia de que son culturalmente diferentes. En su análisis, el prefijo inter-culturación encuentra la dualidad presente en toda cultura (Morin, 2001). Si bien permite enaltecer el vínculo, la reciprocidad, el intercambio, también se puede leer y entender desde la perspectiva de la separación, la escisión. Adicionalmente, la interculturación se desglosa en 3 opciones (Guerraoui y Troadec, 2000): la asimilación por cada grupo de los valores del otro; la diferenciación por la reivindicación de ciertas especificidades; la síntesis original que da lugar a nuevas realidades envolventes. Estas opciones de interculturación se reflejan en la teoría del SCC de Talmy (2003): privilegio de ciertos rasgos culturales distintivos significativos para el individuo sobre otros; armonización de rasgos culturales distintivos aparentemente incompatibles; compartimentalización de rasgos culturales distintivos. Es interesante remarcar en la propuesta de Guerraoui y Troadec (2000) que las opciones se conciben como estrategias grupales. Semejantes formulaciones en realidad desplazan el foco de la reflexión y nos llevan a considerar que los estragos que viven los individuos en tránsito en una nueva cultura sólo cobran sentido si son vividos en un ambiente de intercambio y presuponen una situación igualitaria que no existe nunca. Si hablamos del encuentro de dos lenguas desarrolladas a la par, si se trata de un ingreso voluntario al país, también convenimos en que la imagen del 13 Por supuesto, hay casos extremos donde sí se logra una integración sobre todo porque involucran un público joven como es el ejemplo de bebés ruandeses adoptados por familias francesas, pero estos casos no son relevantes en este trabajo. 24 inmigrante francés en México goza todavía de cierto prestigio, pero son las francesas que entran en tierra mexicana quienes tienen el mayor interés en desarrollar estrategias de integración. Porotra parte, el grupo que recibe no comparte los mismos intereses para facilitar o sacar provecho de dicho encuentro. La lenta transición de México de tierra de migrantes a tierra de migración (INEGI, 2010) exige del país políticas migratorias que no han terminado de dejar huella en la población y en las mentalidades. El país no es hostil a la instalación de migrantes europeos, pero ciertamente pone en tela de juicio su utilidad en el país, generando un desequilibrio en las expectativas. Si bien la hospitalidad mexicana facilita el primer contacto, al migrante le pertenece la búsqueda de oportunidades para diversificar sus interacciones y realizar los esfuerzos capaces de optimizar sus interacciones. 2.2.3. Identidad, identificación e identidad de fachada Pivot [French journalist on French TV channel]: Do you feel more French than Bulgarian today? Kristeva: Well today I feel I am more American, because Americans understand me better. [A few days later, in Norway TV channel] Norwegian interviewer: You have lived in France for over 30 years now, what are you now? French or Bulgarian? Kristeva: French, you know the French taught me how to appreciate Human rights and les Lumières… Fred Dervin (2013) introduce al debate tres nociones que es relevante considerar en la presente investigación. La primera noción es la de Methodological Nationalism (MN) que pretende circunscribir la identidad en los conceptos de nación o de cultura, tomados por los investigadores como sinónimos y, sobre todo, como nociones- excusas capaces de explicar las intrincaciones del acontecer humano. Esta postura que asume la nación o la sociedad como la organización natural y política del mundo moderno describe en estos términos el posicionamiento identitario de las personas a través de sus discursos. Dervin (2013, p.12) argumenta: “All in all, this approach to identity in interculturality leaves little space for the individual and for what s/he does, co-constructs with the people s/he meets.” Dervin lo critica fuertemente, ya que el nacionalismo metodológico enfatiza el carácter sólido, incambiable y objetivable de una construcción cognitiva y dinámica como la identidad. La segunda noción, llamada Transnational Paradigm (TN), describe por su parte una identidad de fachada. La expresión de esta identidad superficial y coercida (urgida por ansias de definiciones de algún interlocutor obstinado) limita la identidad no a una sino a dos o varias identidades supuestamente delimitadas. El espejismo de la 25 transnacionalidad sólo disfraza un marco vuelto caduco de tal modo que Dervin (2013, p.15) subraya: “To sum up the façade identity approach, it is clear that such an approach can lead to contradictory discourses on interculturality, self and ‘other’. By recategorising individuals into clear-cut entities (even multiple entities), researchers create neo-culturalism/neo-essentialism, see neo-MN [methodological nationalism]. Besides the concepts of nations and cultures are still in use in such approaches, or even dichotomies such as the imaginary West/non-West.” La contradicción discursiva de la cual habla es visible en la cita de esta sección que reporta dos entrevistas hechas por periodistas, con intervalo de dos semanas, a la escritora Julia Kristeva, nacida en Bulgaria pero viviendo en Francia. En las dos entrevistas, interrogan a la escritora sobre una declaración de membresía. En una lectura literal, las respuestas de Julia Kristeva se interpretarían como contradictorias, pero quien vive fuera de estos marcos restrictivos y caducos de la nación y de la nacionalidad puede reinterpretar cada respuesta en función del contexto que la motivó: Por una parte, entrevistada por un periodista, escritor e intelectual francés de renombre en una cadena francesa de televisión, su declaración de membresía americana refiere a la recepción y al entendimiento de su obra por un grupo más que por otro. Por otra parte, en la entrega de una distinción en Noruega, Julia Kristeva interpreta la pregunta de su interlocutor noruego como la solicitud de una pertenencia geográfica y cultural. El carácter dual y ambivalente de las respuestas justifica el término de identidad de fachada pero también apunta a contradicciones inherentes al desarrollo humano que Dervin sintetiza en la noción descrita a continuación. La tercera noción, denominada Mixed Intersubjectivity (MIN), reincorpora el factor humano al proceso ya no de identidad, percibido como inexacto, sino de identificación. El autor insiste sobre el carácter gradual, negociado y opcional de la identificación. La fluidez se vuelve un componente indiscutible de la construcción identitaria (Wimmer y Schiller citados en Dervin, 2013) porque el factor humano y el enfoque interactivo de la construcción identitaria permiten a los interlocutores indagar por debajo de la superficie discursiva, jugar con sus propias voces y con la del otro (Dervin, 2013). Y, si bien la nación o la cultura no han desaparecido en las referencias discursivas de las personas, Dervin propone a los investigadores del área considerar la identidad como 26 un concepto imaginado y construido comunitariamente. En el procesamiento de datos de investigaciones sobre identidad, Dervin (2013, p.16-17) recomienda la siguiente metodología: “In other words, instead of collecting the ‘identity/ies’ which are found in a corpus (interviews, blogs, focus groups, novels…), we should look at the identity markers that are used to indicate shifts and inconsistencies in identification. These identity markers can still be related to MN [methodological nationalism] and TN [Transnational paradigm] but they are not taken for granted or used to ‘crystallise’ the presented discourses.” Se entiende que dichos marcadores de identidad no describirían una identidad per se sino una identificación en proceso a través de los usos lingüísticos (Block, 2007; Dervin, 2013; Machart y Lim, 2013; Byram, 2013). La diferencia en el uso reiterativo de ‘identificación’ en vez de ‘identidad’ parte de la siguiente observación: cuando se pregunta a alguien sobre atribuciones identitarias, comúnmente se propone una respuesta en función de quien pregunta y del contexto de la pregunta. De allí que las respuestas pueden variar, incluso presentar cierto grado de confusión y de inestabilidad porque son influenciadas por la imagen social, la manera cómo se habla del individuo y las propias ambivalencias del individuo sobre la cuestión. No perdamos de vista que aunque sea grato considerar que el individuo detenta “verdades”, en realidad nos caracterizamos por vivir en constantes contradicciones, verdades a medias y realidades fluctuantes y sesgadas, todas ellas representaciones construidas a través de la lengua. El propio Bauman (2001) declara en conclusión a su artículo: “Plutôt que de parler d’identités héritées ou acquises, il serait peut-être plus approprié, pour être juste envers les réalités de la mondialisation, de parler d’identification : une activité interminable, toujours incomplète, inachevée et ouverte, dans laquelle nous sommes tous engagés, jour après jour, par nécessité autant que par choix. ” Las consideraciones de Dervin (2013) sobre las nociones de identidad y de nacionalidad en esta sección, así como las de Abdallah-Pretceille sobre la noción de cultura en la sección 2.2.1 o la manera como se presenta la lengua en la sección 1.2 del presente estudio ponen de relieve la caducidad de acepciones forjadas en otros tiempos para rendir cuenta del acontecer humano en nuestro mundo cambiante. Si 27 reconocemos por un lado que sus consideraciones son necesarias y dignas de ser tomadas en cuenta, también nos parece que sus preocupaciones invitan a la remotivación semántica. En efecto, si bien los términos pueden haber
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