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En francés en el recuerdo, en español en el discurso: 
Un estudio de caso del shift identitario en dos francesas en 
Toluca, Estado de México. 
 
 
TESIS 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: 
DOCTORADO EN LINGÜÍSTICA 
 
PRESENTA 
GEORGIA MARIE KETTY GRONDIN 
 
 
Tutora principal: 
DRA. SABINE PFLEGER BIERING, 
ESCUELA NACIONAL DE LENGUAS, LINGÜÍSTICA Y TRADUCCIÓN 
 
 
Comité tutor: 
DRA. LUISA PUIG LLANO, INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN FILOLÓGICAS 
DR. SERGIO IBAÑEZ CERDA, INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN FILOLÓGICAS 
DRA. LAURA GARCÍA LANDA, 
ESCUELA NACIONAL DE LENGUAS, LINGÜÍSTICA Y TRADUCCIÓN 
DRA. VIRNA VELÁZQUEZ VÍLCHIS, 
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO 
 
 
 
 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA, Cd. Mx., JUNIO 2018
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
POSGRADO EN LINGÜÍSTICA 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS - INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN 
FILOLÓGICAS - ESCUELA NACIONAL DE LENGUAS, LINGÜÍSTICA Y TRADUCCIÓN 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
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PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Agradecimientos 
 
Este trabajo no habría sido posible si no hubiera estado inspirado por los lugares donde nací, viví las 
experiencias y cruce a las personas que me perfilaron toda. Tampoco se habría realizado sin el tiempo 
necesario para madurar un proyecto del cual me enorgullezco. Sobretodo, no habría culminado sin el 
apoyo incondicional de personas que me han rodeado con su amor, su tiempo, sus consejos y sus 
orientaciones a lo largo de estos años de reflexión y transformación. 
 
A la Dra. Sabine Pfleger Biering, 
por creer en mí y por haber sabido usar de sus exigencias para encauzar, moldear y dirigir este 
trabajo. Siempre tuvo las palabras correctas para mantenerme en el carril y el cariño necesario 
para alentarme y hacerme crecer. Su paciencia fue infinita, sus consejos valiosos y su ejemplo 
un modelo incansable y riguroso de trabajo. Gracias. 
 
A la Dra. Luisa Puig Llano, al Dr. Sergio Ibañez Cerda y a la Dra. Laura García Landa, 
por sus comentarios atinados a lo largo de estos años de maduración, así como por el afecto y 
las consideraciones que me tuvieron. 
 
A la Dra. Virna Velázquez Vilchis y a la Dra. Pauline Moore Hannah, mis mentoras “de casa”. A 
Virna en especial por su apoyo como parte de mi comité pero también y sobretodo por 
cobijarme y prepararme a tremenda odisea. A Pauline, específicamente por ofrecerme siempre 
un oído atento y amistoso y un ojo crítico en el camino de las investigaciones. Los consejos de 
ambas, su rigor, sus cuestionamientos, su metodología de trabajo, sus recomendaciones, 
¡¡hasta sus silencios!! Me enseñaron, me presionaron y me dieron un soporte innegable para 
crecer. 
 
À Christelle, Stéphanie, Salomé, Esther, Séverine et à Brigitte pour d’interminables 
conversations sur nos identités et nos conditions de migrantes. Ce travail, pour sûr, n’aurait pu 
exister sans vos apports indispensables. 
 
A Clara por escuchar atenta mis dudas y preocupaciones y respetar mis ideas. Sin su valiosa 
colaboración de relectura y corrección, regalo de su tiempo personal, el presente trabajo no 
habría adquirido el brillo que tiene. 
 
A Hugo y a Tania, por innumerables colaboraciones y observaciones que también hicieron 
posibles la existencia de este trabajo. 
 
Finalmente, pero no menor en importancia, a mi familia por su apoyo incondicional. Los amo. 
 
A Polo por confiar en mí, por su amor y su admiración constantes. Y por haber tolerado 
“perderme” enésimas veces todos los años que me dedique a este bonito proyecto para 
demostrarme su apoyo en esta etapa. 
Asimismo a mis cuñados, Fabiola y Marco, y a mi suegra, Sra. Lola. 
Gracias a uds cuatro por todas las tardes, los fines de semana y las noches que me procuraron 
horas de trabajo tranquilo. 
 
À Mahé, que ce travail soit un modèle d’inspiration pour la perséverance dans ta vie. Un jour, il 
sera le prétexte pour parler de ces expériences et ces rencontres qui ont fait mon histoire et qui 
te permettront peut-être de me comprendre pleinement et d’assumer l’héritage que je t’aurai 
laissé. 
 
   
(La vi la ni, la vi la parti, 
plus que tout ce coin de terre me sourit) 
 
i 
 
 ÍNDICE 
 Página 
Introducción………………………………………………………………….. 1 
Pregunta de investigación………………….………………………………. 4 
Objetivo………………………………………………………………………. 4 
Objetivo general……………………………………………………………... 4 
Objetivos específicos……………………………………………………….. 4 
Capítulo 1. Antecedentes…………………………………………………... 5 
1.1.Enfoques y orientaciones generales de los estudios sobre 
identidad y migración……..……………………………………………....... 
 
 5 
 
1.2.Migrantes vs extranjeros en México…………………..……………… 6 
Capítulo 2. Marco teórico….……………………………………………….. 12 
2.1. La construcción identitaria…………………………………………….. 12 
2.2. El rol de la cultura en la construcción identitaria……………………. 16 
 2.2.1. De la cultura a la culturalidad y de regreso a la 
cultura……………………………………………………………. 
 16 
 2.2.2. Enculturación y aculturación…………………………………... 19 
 2.2.3. Identidad, Identificación e Identidad de fachada……………. 24 
2.3. Aspectos cognitivo-lingüísticos de la construcción identitaria…….. 28 
 2.3.1. Interacción y construcción identitaria…………………………. 28 
 2.3.2. Narrativa oral identitaria………………………………………... 30 
 2.3.3. Disonancias cognitivas………….………………………….….. 33 
 2.3.4. Esquema cognitivo y guión……………………………………. 40 
2.4. El shift identitario……….………………………………………..…...... 44 
 2.4.1. Definición del shift identitario………………….………………. 47 
 2.4.1.1. El polo monocultural de la identidad………………… 47 
 2.4.1.2. El polo bicultural de la identidad…………………….. 49 
 2.4.2. Descripción del shift identitario entre los polos monocultural 
 y bicultural de la identidad…………………..………………… 
 
 52 
 
ii 
 
 
 Página 
 2.4.2.1. Fenómenos lingüístico-discursivos del shift 
 Identitario.……………………………………………... 
 
 55 
 2.4.2.1.1. El frañol……………………………...……. 56 
 2.4.2.1.2. El espacés………………………………… 56 
 2.4.2.1.3. El frañolmex………………………………. 57 
 2.4.2.1.4. El frañolcés………………………………... 57 
 2.4.2.2. Fenómenos conceptuales del shift identitario…….. 58 
 2.4.2.2.1. DisoLO…………………………………….. 59 
 2.4.2.2.2. DisoLERE………………………………..... 60 
 2.4.2.2.3. GuiónLO…………………………………… 60 
 2.4.2.2.4. GuiónLERE……………………………….. 61 
Capítulo 3. El estudio de caso……………………………………………... 62 
3.1. El modelo de análisis ……………………………………...………….. 62 
3.2. La metodología; los pasos metodológicos………………….……….. 63 
 3.2.1. Elecciones previas……………………………………………… 64 
 3.2.1.1.Criterios de selección de sujetos……………..…….. 64 
 3.2.1.2. Elección de los ámbitos del shift identitario………… 68 
 3.2.2. Piloteo……………………………………………………………. 68 
 3.2.3. Aplicación del instrumento …………………………..………... 69 
 3.2.3.1. Presentación de las participantes…….…..…………. 69 
 3.2.3.1.1. Léonie.………………………………........... 69 
 3.2.3.1.2. Zoé.…………………………………………. 71 
 3.2.3.2. Desarrollo de las narrativas orales identitarias…….. 72 
 3.2.3.3. Códigos de transcripción y datos de grabación……. 73 
 3.2.4. Análisis del shift identitario.…………………………..……....... 75 
 
Capítulo 4. Los shifts de la identidad……………………………………… 76 
 
 
iii 
 
 
 Página 
4.1. El caso de Léonie ……………………………………….…………….. 83 
 4.1.1. Fenómenos lingüístico-discursivos de shifts identitarios…… 83 
 4.1.1.1. El frañol………………………………………………… 
 
 83 
 4.1.1.2. El espacés……………………………………………... 91 
 4.1.1.3. El frañolcés……………………………………………. 99 
 4.1.1.4. El frañolmex……………………………...................... 99 
 4.1.2. Fenómenos conceptuales del shift identitario…….…………. 105 
 4.1.2.1. DisoLO y DisoLERE…….…………………………….. 105 
 4.1.2.2. GuiónLO y GuiónLERE…….……….......………….… 128 
4.2. El caso de Zoé………………………………………………………….. 154 
 4.2.1. Fenómenos lingüístico-discursivos de shifts identitarios…… 154 
 4.2.1.1. El frañol………………………………………………… 154 
 4.2.1.2. El espacés……………………………………………... 167 
 4.2.1.3. El frañolcés……………………………………………. 171 
 4.2.1.4. El frañolmex……………………………...................... 172 
 4.2.2. Fenómenos conceptuales del shift identitario………..……… 175 
 4.2.2.1. DisoLO y DisoLERE….……………………………….. 175 
 4.2.2.2. GuiónLO y GuiónLERE.……………….......……….… 186 
4.3. Sobre los fenómenos de contacto de lengua en ambos sujetos….. 203 
4.4. Sobre los fenómenos de shifts identitarios a nivel lingüísticos y a 
nivel cognitivos en ambos sujetos…………...……………………………. 
 204 
Capítulo 5. Discusión de resultados………………………………………. 207 
Conclusiones y perspectivas investigativas……………………………… 223 
Referencias………………………………………………………………….. 229 
Anexos (en disco).....……………………………………………………….. 
 
 
 
 243 
 
 
 
 
iv 
 
ÍNDICE DE FIGURAS 
 Página 
 
Figura 2.1. Estrategias de aculturación, basado en Berry 
(1997)………........................................................................................... 
 22 
 
Figura 2.2. Representación de la disonancia cognitiva basada en 
Festinger (1957) reportado por Vaidis (2011) y Voisin, Rubens, 
N’Gbala, Gosling(2013) .....…………………………………….................. 
 
 
 35 
 
Figura 2.3. Visualización de la situación monocultural y monolingüe 
en francés y español…………...…………………………………………… 
 
 
 48 
 
Figura 2.4. Visualización de la situación bicultural y bilingüe en 
francés y español…………………………………………………............... 
 
 
 51 
 
Figura 2.5. Frañol: ReFR-ReESP. Realización lingüística en francés 
 
con interferencias del español……………………………………………... 56 
 
Figura 2.6. Espacés: ReESP-ReFR. Realización lingüística en francés 
 
con interferencias del español……………………………………………... 56 
 
Figura 2.7. Frañolmex: ReFR-ReESP-PcESP. Realización lingüística 
en francés con interferencia del español denotando apertura a un 
 
patrón cultural mexicano…………………………………………………… 57 
 
Figura 2.8. Frañolcés: ReFR-ReESP-PcFR. Realización lingüística en 
francés con interferencia del español denotando predominio de un 
 
patrón cultural francés……………………………………………………… 57 
 
Figura 2.9. DisoLO: PcFR≠PcESP-FR. Disonancia cognitiva entre 
patrones culturales franceses y patrones culturales mexicanos con 
 
realización lingüística en francés………………………………………….. 59 
 
Figura 2.10. DisoLERE: PcFR≠PcESP-ESP. Disonancia cognitiva 
entre patrones culturales franceses y patrones culturales mexicanos 
 
con realización lingüística en español…………………………………….. 60 
 
Figura 2.11. GuiónLO: PcFR≈ReFR. Desarrollo de un guión cultural 
 
expresado en francés y construido desde un patrón cultural francés…. 60 
 
Figura 2.12. GuiónLERE: PcESP≈ReESP. Desarrollo de un guión 
cultural expresado en español y construido desde un patrón cultural 
 
mexicano……………………………………………………………………... 61 
 
Figura 3.1 Pasos metodológicos seguidos en la investigación………… 64 
 
Figura 4.1. Fenómenos de shifts de Identidad en sus vertientes 
 
lingüísticas y cognitivas…………………………………………………...... 76 
 
 
v 
 
Figura 5.1 Representación de los fenómenos de disonancias 
cognitivas…………………………………………………………………… 209 
 
 
 
ÍNDICE DE TABLAS 
 Página 
 
Tabla 4.1. Fenómenos de contacto de lenguas en discursos de Léonie 
y Zoé………………………………………………………………………….. 77 
 
Tabla 4.2. Comparativo de la frecuencia de los fenómenos de 
 
contacto de lenguas en Léonie y Zoé…………………………………….. 204 
 
Tabla 4.3. Comparativo de los fenómenos de shifts identitarios a nivel 
 
lingüístico y a nivel cognitivo en Léonie y Zoé…………………………… 205 
 
 
 
1 
 
INTRODUCCIÓN 
 
La generación de intercambios de bienes y riquezas a nivel mundial y en un tiempo 
récord ha puesto de moda los estudios sobre la migración, el transnacionalismo y las 
particularidades culturales e identitarias de comunidades, hoy en día esparcidas en el 
mundo (Mummert, 1999 y 2010; Portes, Guarnizo y Landolt, 2003; Vertovec 2003 y 
2006; Castles y Miller, 2004; Herrera y Torres, 2005; Blommaert, 2005 y 2010; Vono 
de Vilhena, 2006). Todavía en el siglo XX, bastaba con nacer y crecer en algún lugar 
diferente del otro para tener una identidad y una nacionalidad, para distinguirse de los 
demás y, al mismo tiempo, desarrollar un sentimiento de pertenencia sociogeográfica. 
Ser único se expresaba dentro de los límites de un territorio, dentro de prácticas 
culturales y cultuales definidas en el seno de un grupo identificado con una lengua 
(Joseph, 2004; Burke, 2006). 
 
Hoy en día, con el desvanecimiento de las fronteras así como con la democratización y 
mediatización de las prácticas socioculturales, algunos nos hemos vuelto de alguna 
manera individuos optimizados en espacios plurales, ciudadanos del mundo. Aquel 
individuo universal se rige según una nueva dualidad que define su relación con el 
grupo social (Burke, 2010; Joseph y Taylor, 2014). Por un lado, su conexión con el 
grupo de referencia le otorga identidad; con o en contra de dicho grupo, el individuo 
delimita un marco de acción e interpreta los acontecimientos cotidianos. Por otra parte, 
su marco de referencia es el mundo global, donde se reposiciona indefinidamente 
mediante una identidad plástica de fronteras móviles (Diamandaki, 2003; Hiernaux, 
2004). Como producto social permeado por la globalización, la cultura y la identidad 
busca nuevas orientaciones y, en este tenor, la identidad nacional representa un tema 
altamente polémico. En todas partes, el transnacionalismo creciente justifica una 
interrogante sobre quién es uno dentro y fuera de su país; ya que, vivir en el extranjero 
conduce al individuo a la necesidad de escoger nuevas opciones identitarias (de Fina, 
2003; Pavlenko y Blackledge, 2004; Tai, 2004; Lindner, 2015), nuevas opciones de 
vida y de relación con el mundo a su alrededor. Esta interrogante nos hace 
reconsiderar la manera en la que el individuo se construye socialmente y preguntarnossegún qué marcos culturales opera esta construcción y cómo se manifiestan 
lingüísticamente estos marcos culturales. 
 
 
2 
 
En este estudio nos interesa el caso de dos francesas1 como individuos procedentes 
de un país-carrefour2 en constantes mutaciones culturales y profundo mestizaje. La 
conformación sociocultural de Francia motiva periódicamente cuestionamientos acerca 
de la identidad francesa (Debbasch y Pontier, 2001; Detienne, 2014; Sarr, 2014; 
Beaman, 2015)3. Y, de hecho, la pluriculturalidad de la población francesa actual 
obliga al investigador a preguntarse ¿Cuál francés? La historia del país como su 
geopolítica ofrece un gran número de perfiles de franceses. Así, se puede hablar del 
francés cuyos rastros genealógicos se remontan a varios siglos atrás o el de primera o 
segunda generación, el continental o el isleño, el sedentario o el migrante. El 
ciudadano itinerante, ayer apenas en una centésima de las estadísticas del censo 
poblacional, es hoy un transmisor de los valores de la nación y de la cultura en la cual 
creció. Si hoy nace francés, mañana puede morirse mexicano. 
 
Ahora bien, desde los primeros albores de México como nación, ser francés en este 
país, a excepción de algunos eventos fortuitos, ha sido rodeado de consideraciones y 
de colaboraciones múltiples, todavía vivas. Son miles los franceses que escogen hacer 
una vida en México. Al integrarse a la sociedad mexicana, hablan otra lengua, 
amoldan su vida a otra cultura, pero nada sabemos del proceso que representa para 
estos grupos el acoplamiento a otra cultura. Se desconoce la manera en la que se 
construye socialmente el francés emigrado. No hay investigaciones que documenten lo 
que significa para el francés residente en México sentirse francés y sentirse mexicano 
a la vez. La manera como sincretizan dos países, dos nacionalidades, dos maneras de 
ver el mundo, dos culturas y dos lenguas en su cotidiano representa incógnitas. 
 
1
 Aunque el estudio se enfoca en dos mujeres no se trata de un estudio de género, por lo que los 
planteamientos aquí presentes conciernen al grupo de los franceses como migrantes en general. Las 
razones por las cuales los sujetos de investigación son mujeres se explican en el capítulo III, apartado 
3.2.3.1. Presentación de las participantes. 
2
 Expresión francesa que significa aquel país por el que cruzan diversas etnias, culturas y mentalidades; 
se refiere, también, al hecho de que Francia, por su posición geográfica, es un paso casi obligado para ir 
de un lado al otro de Europa. 
3
 Del 2 de noviembre de 2009 al 31 janvier 2010, se desarrolló la encuesta Eléments Du Débat Sur 
L’identité Nationale, sobre la encomienda del ministro de la inmigración y de la identidad nacional Eric 
Besson, a través del sitio sitedebatidentitenationale.fr, que proponía la siguiente pregunta: “¿qué es ser 
francés?”. Todos, franceses o no, podían contestar la encuesta. A nivel político, el debate fue calificado de 
fracaso; todos concordaron con que existían peligros al querer pronunciarse sobre una identidad francesa 
en un ambiente de malestar social, no sólo en el país sino en toda Europa. La prensa extranjera vio el 
debate como arriesgado porque era fácil caer en simplificaciones, pero llamó la atención de la opinión 
pública, permitiendo la reflexión y la expresión de una variedad de conceptualizaciones identitarias. En un 
artículo de Le Monde (con fecha del 3 de noviembre de 2009*), el investigador Pap Ndyae comenta que 
hay tantas maneras de ser francés que sería una lástima que el gobierno les indicara cómo serlo, 
mientras que la periodista y ensayista Caroline Fourest habla de crispación identitaria (noviembre de 
2009*). La escritora franco-camerunés Léonora Miano (express, diciembre de 2009 *) recuerda que la 
identidad no es un área que se administra como la salud o la educación. Dice: « Les individus sont le fruit 
d'éléments divers, n'ayant pas nécessairement à voir avec l'histoire d'un seul territoire. Ils sont, surtout à 
notre époque, attachés à des cultures et à des lieux différents. Je parle de mon identité comme frontalière, 
et définis la frontière comme le lieu où les mondes se touchent sans cesse. » 
 
3 
 
Sabemos aún menos acerca de cómo se manifiesta este sincretismo en su habla. Con 
el pretexto de entender al ciudadano global del mañana, creemos importante 
considerar estos indicios de reflexión. 
 
4 
 
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN 
 
¿Cómo, lingüisticamente hablando, migrantes franceses construyen su identidad en 
México? 
 
OBJETIVOS 
 
Objetivo general: 
 
Determinar los procesos de shifts identitarios en dos francesas inmersas en la 
sociedad y la cultura mexicanas. 
 
Objetivos específicos: 
 
Describir los componentes y el funcionamiento de los procesos de shifts identitarios. 
 
Describir los fenómenos de shifts identitarios en el discurso de migrantes franceses. 
 
 
5 
 
CAPITULO 1. ANTECEDENTES 
 
1.1. Enfoques y orientaciones generales de los estudios sobre identidad y 
migración 
 
En Europa, Canadá y Estados Unidos, las investigaciones sobre variaciones y 
construcciones identitarias desarrolladas en los últimos años (Norton, 1997 y 2000; 
Molinié, 2002, 2006, 2008 y 2009; Kanno y Norton, 2003) se enfocan en el aprendiente 
bilingüe o plurilingüe, inmerso en procesos de aprendizaje de lenguas y culturas 
extranjeras. Los estudios resaltan la manera en la que afectan al aprendiente la 
lengua, la cultura y el espacio donde operan. 
 
En América Latina, cediendo ante un requisito histórico que sólo ocasiona periodos de 
crecimiento y renovación, Argentina y Uruguay fueron los primeros países en 
preocuparse por el tema de su identidad, considerando los inmigrantes 
latinoamericanos que forman parte de su población (Poccioni, 2001; Gavazza, 2004). 
México, también motivado por conmemoraciones históricas, empieza a mostrar interés 
en el tema de la identidad y de la reconstrucción identitaria (Salazar y Salazar, 1998; 
Aparicio, 2010). Generalmente, las investigaciones mexicanas sobre el tema de la 
identidad marcan una postura definitivamente posmoderna y documentan los cambios 
o parti-pris sociales y/o antropológicos del mexicano cuando éste se encuentra en 
contacto con una segunda lengua y cultura, desde enfoques de migraciones hacia los 
Estados Unidos o Canadá (Döring, 2002; Padilla y Pequeño, 2009) o, en el mejor de 
los casos, desde la veta literaria. 
 
Es decir, aislados son los estudios de corte sociolingüístico que exploran la identidad 
de extranjeros o de migrantes (Culbreth, 2015; Karabulatova y Polivara, 2015) y los 
existentes suelen enfocarse en segundas o terceras generaciones. Aunque en 
incremento, relativamente pocos se orientan hacia la identidad de extranjeros no 
latinos, instalados en México o los demás países de América Latina (Croucher, 2009 y 
2015). Hay que añadir que, además, las investigaciones encontradas no suelen 
enfocarse en el habla de estos extranjeros, lo que no deja claro cuáles son los 
constructos mentales (Reeves, 2015), las referencias culturales, las peculiaridades 
lingüísticas y el posicionamiento social de los extranjeros en el país de recepción. 
 
 
6 
 
No obstante, la llegada continua de extranjeros de múltiples horizontes, entre los 
cuales una buena proporción es de franceses, y su instalación subsecuente en el 
territorio modifican poco a poco la faz de México (INEGI, 2000; INEGI, 2010; INM, 
2010). Es ya un hecho que, como extranjeros instalados aquí, acompañamos al país 
en su transición de país mestizo a área global. Aun así, el francés migrante y a fortiori 
su habla no han sido investigados, por lo que se desconoce tanto la manera en la que 
se adaptan al país los franceses residentes en México como los procesos sociales y 
culturales por los cuales pasan a ser parte de México y México parte deellos. El 
estudio de los efectos que genera este intercambio en sus manifestaciones lingüísticas 
podría rendir cuentas de las construcciones culturales que se manejan y poner de 
relieve rasgos de sus conceptos identitarios. 
 
1.2. Migrantes vs extranjeros en México 
 
Es más común encontrar la cuestión de la migración en las investigaciones mexicanas. 
Éstas se dividen en dos ejes principales: los estudios sobre inmigración interna 
(Montero, 2014; Juárez-Sánchez, 2015; Vázquez, Wilson y Boncheva, 2015) e 
inmigración transnacional tanto de mexicanos hacia Estados Unidos como de 
centroamericanos hacia México (Hirai, 2014; Perez y González, 2015, Ríos Vargas, 
2015); en esta segunda vertiente hay que destacar los estudios sobre la inmigración 
de retorno (Mendoza Cota, 2014; Torres Solí, 2015). 
 
Es importante remarcar que la producción existente sobre migración en/de/por México 
privilegia comúnmente el desarrollo del tema desde el enfoque de los derechos 
lingüísticos y humanos, por lo que el estudio de los migrantes desde la perspectiva 
comprensiva de las lenguas y culturas extranjeras es un tema novedoso en México. 
Precisado lo anterior, interesarse socialmente en franceses instalados en México llama 
la atención del observador sobre las diferencias que atañen a los migrantes en México, 
en función de su procedencia, independientemente de la igualdad alegada por el 
derecho civil, según reportan las Actas de la Organisation internationale pour les 
migrations y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (OIM, 2004, p.1-2; 
CIDE 2010, p.103). 
 
Las representaciones sociales de las cuales goza el migrante francés se oponen a las 
que caracterizan la presencia de latinoamericanos, por ejemplo, en el territorio 
mexicano (Fernández, 1993; García y Décosse, 2014; Instituto para la Seguridad y la 
 
7 
 
Democracia, 2008; Izquierdo, 2010; Marín, 2011; García y Décosse, 2014)4. 
Paradójicamente, abundan las investigaciones sobre la presencia de los 
latinoamericanos en el país, pero escasean drásticamente cuando se trata de los 
franceses. Esta observación justifica a la vez nuestro interés por el tema y el empleo 
del término de migrantes de privilegio (Croucher, 2009)5 en este estudio, para 
referirnos a los franceses instalados en México. 
 
La esencia del ser, así como las diferencias culturales, los procesos de adaptación y 
las adecuaciones que suelen realizar los individuos regularmente en su ámbito 
cotidiano, son más fáciles de observar y apreciar cuando el entorno funge como 
espejo revelador. Barth (citado en Hiernaux, 2004, p.7) subraya que “es en las 
fronteras entre grupos donde la percepción de la identidad se hace más evidente y 
donde la misma se consolida”. Sin embargo, la globalidad actual, ofrece al individuo 
que lo desea la opción de definirse también no por la lengua sino por las lenguas que 
habla. Esta transición eleva la lengua a rango de bien cultural, usada y compartida 
como una práctica de identificación, un fenómeno necesario para el extranjero que 
ingresa a una sociedad receptora. Para el francés, para quien la lengua es un 
monumento nacional, la lengua que usa debería ser determinante. Debbasch y Pontier 
(2001) consideran que el uso de la lengua francesa va más allá del proceso de 
identificación con la nación. Historicamente el vinculo entre lengua francesa, el estado 
francés y la nación francesa se construye por la altamente simbólica Ordonancia de 
Villers-Cotterêts, redactada el 15 de agosto de 1539, que impone el francés como 
lengua oficial del Derecho y de la Administración, haciendo de lado al latín y a las 
demás lenguas en vigor en el hexágono en aquel entonces (Jeannot, Tomc y Totozani, 
2011). Hechos posteriores terminaron de asentar una decisión tomada por el Poder 
pero transmitida luego por el pueblo como discurso dominante. Al respecto, dos 
ejemplos. 
 
 
4
 La literatura sobre el tema de la migración francesa en México no describe directamente la manera 
cómo fueron percibidos estos migrantes. Sin embargo, se observa que el tratamiento del tema vincula la 
presencia francesa en México con términos como desarrollo, industria, clase obrera y/o burguesa, del 
mismo modo que describe la influencia positiva e innovadora que tuvo la presencia francesa en ámbitos 
como el arte, la arquitectura, la cocina, y otras áreas culturales. 
5
 A falta de mejor término se adopta el de migrantes de privilegio para designar a esa categoría de 
migrantes que dejaron su país de origen para instalarse en otro sin presiones de orden vital o político. Sin 
embargo, se considera que se describe como la migración voluntaria de individuos procedentes de países 
ricos; lejos de ser una elección de vida, responde a presiones y restricciones sociales, motivos de 
inconformidad con la imagen social y personal y las expectativas personales de bienestar. 
 
8 
 
Primer ejemplo. No en vano es que Mackey (1977, p. 183) hace notar que “la langue 
n’a pas le même poids, ni les mêmes associations dans toutes les cultures. Dans 
certaines, elle est associée aux normes du politiquement correct ; dans d’autres, elle 
est surtout liée à l’empathie ou à l’efficacité de la communication.” En la sociedad 
francesa, la lengua es el juguete de un caprichoso y autoritario Estado-nación desde 
que ésta la dotó de un comité normalizador y perfeccionador, la Academia Francesa, 
en 1635. No sólo los académicos se encargaron de dictar lo políticamente correcto 
sino que por supuesto difundieron una norma decidida por la gente en el poder, 
prestigiada por el poder, que tuvieron a bien de nombrar irónicamente "el buen uso", 
menospreciando las inclinaciones lingüísticas naturales de los usuarios de la época 
que no les agradara. Todavía hoy en día, la Academia Francesa es responsable de 
posicionamientos polémicos como el desacuerdo que entretiene con la Academia 
Quebecquense sobre la feminización de los nombres de profesiones y de definiciones 
arbitrariamente justificadas como el que proponen para solutionner en la página 
electrónica del Diccionario de la Academia, por ejemplo. En la muy seria sección Dire, 
ne pas dire, bajo la pestaña La langue française, el usuario puede encontrar lo 
siguiente6: 
“Solutionner doit sa fortune aux irrégularités de la conjugaison du 
verbe Résoudre, dont il est devenu un substitut, ainsi qu’à la tentation d’une 
dérivation facile : il n’y eut, au xixe siècle, qu’une désinence verbale à ajouter 
à solution pour créer solutionner. 
Rien d’autre ne le recommande en effet : il est long, lourd, plutôt 
disgracieux. On peut lui trouver des équivalents proches, ou user du 
verbe Résoudre en le faisant précéder d’un auxiliaire pour plus de facilité. Ainsi 
on dira Il va résoudre le problème, Il peut, il pourra résoudre la difficulté et non Il 
solutionnera le problème, Il solutionne la difficulté. Trouver la solution à une 
question, et non Solutionner la question. Résoudre une énigme, un meurtre, et 
 
6
 “ 'Solucionar' debe tanto su fortuna a las irregularidades de la conjugación del verbo 
'Resolver', que sustituye, como a la tentación de una derivación fácil: solo bastó añadir una 
desinencia verbal a 'solución' para crear 'solucionar', en el siglo XIX. Sin embargo, no hay otras 
razones que la justifican: es largo, pesado, bastante antiestético. Se le puede encontrar 
equivalencias cercanas, o utilizar el verbo 'resolver' añadiendo a este último un auxiliar para 
facilitar su uso. Así diremos 'va a resolver el problema, puede, podrá resolver la dificultad' y no 
'solucionará el problema, soluciona la dificultad'. Diremos 'encontrar la solución a una pregunta', 
y no 'solucionar la pregunta, 'resolver un enigma, un crimen', y no 'solucionar un enigma, un 
crimen'. Tratamos o llevamos a bien los asuntos corrientes, nolos solucionamos”. En el artículo 
original el uso de las negritas tienen una función normativa y creemos que muestran la 
parcialidad con la cual los académicos deciden. 
 
9 
 
non Solutionner une énigme, un meurtre. On traite, on mène à bien les affaires 
courantes, on ne les solutionne pas.” 
La elección de palabras menosprecia la sabiduría popular haciendo ver que la 
formación de la palabra es un hecho fortuito probablemente fruto de personas que 
quisieron escoger el camino fácil para evitar una dificultad morfológica y que 
seguramente no repararon en el mal gusto estético que su neologismo causaba. 
Segundo ejemplo. Si bien la Academia Francesa nunca fue rigurosa sobre las 
explicaciones que daba para permitir o anular el buen uso, suficientes escritores de la 
época mostraron respeto frente a normas que determinaban la ortografía de las 
palabras, ratificaban las estructuras gramaticales de mayor prestigio o censuraba las 
palabras juzgadas sucias, como para rendirse a dichas normas y adecuar las 
estructuras lingüísticas y el vocabulario en sus escritos. Su respaldo tuvo un efecto 
sobre la lengua: en primer lugar confirieron a la lengua sus letras doradas, en segundo 
lugar se volvieron los escritores clásicos que sentaron las bases de una literatura 
francesa refinada, exigente y en busca de excelencia estilística. En otras palabras 
canonizaron el discurso dominante. 
 
En este discurso dominante, el concepto de nación pasa por el hecho de compartir un 
máximo de rasgos tales como una lengua común, así como una religión, una cultura, 
una historia y orígines étnicos comunes. Al decir de al menos un cuarto de los 
franceses que respondieron a la encuesta sobre la identidad nacional entre noviembre 
de 2009 y enero de 2010, esta peculiar relación perdura en el imaginario colectivo. El 
artículo de Jeannot, Tomc y Totozani (2011) también lo transmite pero adicionalmente 
reporta un panorama más complejo sobre el sentir del francés acerca de la lengua, la 
nación y la identidad hoy en día. Por una parte, sí ilustra exhaustivamente las 
intrincaciones y el fervor con el cual algunos participantes a la encuesta describen la 
lengua como el marcador importante de una identidad francesa, posicionamiento que 
va hasta desarrollar lo que las autoras llaman una relación casi exclusiva con la lengua 
al escoger referirse a ella a través del uso de posesivos como en mi lengua, nuestra 
lengua, o expresiones como orgulloso de la lengua, la lengua de nuestro bello país. En 
este sentido, las autoras hablan de una interiorización de la norma ortográfica, literaria, 
gramatical que denota el poder del discurso oficial sobre la relación que la lengua debe 
establecer con la nación francesa. Pero por otra parte, las sociolingüistas reconocen el 
surgimiento de una representación secundaria, mas tímida, donde predomina la 
pluralidad en el concepto de identidad (descrita como múltiple y evolutiva por los 
internautas) que neutraliza el concepto de nación y hace patente el distanciamiento 
 
10 
 
con el concepto de identidad nacional sobre todo cuando este último concepto 
pretende usar la lengua como instrumento cohesivo. 
 
¿Dónde nos deja esto? En primer lugar, que la lengua sí puede ser un marcador de 
identidad aunque no el único. En segundo lugar que la lengua francesa podrá ser el 
medio por el cual un francés interpreta y significa la relación a sus identidades y a los 
grupos que toma como referentes, pero también podrá usar otras lenguas a su 
disposición, lenguas disponibles en el territorio conocido como Francia (por ejemplo el 
creole reunionés) o lengua con la cual el individuo desarrolla una relación privilegiada, 
aunque sea característica de otro espacio geográfico o no tenga filiación histórica y 
sanguínea con ella (por ejemplo el español para un francés). La lengua que usa, todas 
y cualquier lengua entoncés, será importante para el individuo en cuestión, en función 
de la manera como se relaciona al discurso dominante o al discurso secundario 
descrito arriba, herencia de una representación colectiva canónica o de una 
representación innovadora en devenir. 
 
En consecuencia se parte del principio según el cual, a falta de un espacio nacional, 
es posible que un francés reconstruya identidades vinculadas a la idea que se hace de 
una francesidad, usando las lenguas a su alcance. Una aplicación del barómetro 
Calvet de las lenguas del mundo, inspirado en el modelo gravitacional del 
sociolingüista (Calvet, 1999 y 2004) muestra cómo fluctúa la jerarquía que ocupan las 
lenguas supercentrales (francés, español, pero también chino o urdú, a modo de 
ejemplo) dependiendo de los factores que se toman en cuenta. En semejante 
contexto, la elección de una lengua u otra no será inocente para el francés residente 
en México, sino el vector de su visibilidad, es decir, una declaración de identidad. Ana 
de Fina (2003, p.143) reconoce, al respecto, la necesidad de un inmigrante de 
reconstruir su identidad con tal de definir su lugar en la sociedad receptora y entre 
nuevos grupos sociales. Con el sentido de sí mismo exaltado en una sociedad 
receptora, el individuo asume nuevas actitudes en función de las circunstancias en las 
cuales se encuentra y partiendo de los roles o repertorio de identidades a su 
disposición en la sociedad receptora (Fernández, 2000; Gímenez, 2000; Pavlenko y 
Blackledge, 2004). Citando a Horowitz (1975, p.113), Ana de Fina (2003, p.143) 
remarca que las características escogidas por los individuos para distinguirse de los 
demás y adherirse a nuevos grupos pueden variar mucho dependiendo de factores 
sociales y personales. Deschamps y Moliner (2008, p.8 y 11) también mencionan la 
necesidad que tiene el individuo de singularizarse en el espacio social al mismo tiempo 
 
11 
 
que busca el reconocimiento de su pertenencia al grupo. En consecuencia, la manera 
en la que el francés asume que habla español puede volverse una estrategia no sólo 
para ingresar en la sociedad mexicana sino, además, para distinguirse de los demás y 
definirse como francés en México, si percibió que esta diferencia le era benéfica. 
Mientras, por un lado, los marcadores en su discurso delatan su ideología de origen en 
un contexto mexicano, podremos interpretar, por otro lado, los préstamos al marco 
cultural y lingüístico del español mexicano como una afirmación de su identidad mixta 
de francés instalado en México. Lo anterior, desde la plataforma de su forma de hablar 
francés en castellano, resultante de una recomposición identitaria. 
 
Puede considerarse que el conocimiento de la lengua por parte del migrante es un 
factor determinante para el proceso de asimilación cultural a la sociedad receptora (El-
Madkouri y Soto Aranda, 2005; Sánchez, 2014). Aquí, el dominio del español frente al 
francés escapa a la tradicional dialéctica de la necesidad del migrante versus la oferta 
de la sociedad receptora. Recientemente, la encuesta México, las Américas y el 
Mundo (CIDE, 2010), que indaga entre otras cosas sobre la percepción de la 
migración en México, reporta que los factores de aceptación de extranjeros en México 
tienen que ver con el perfil social del inmigrante y su país de procedencia. Sí 
mencionan que las culturas que más llaman la atención de los mexicanos, y son bien 
recibidas por ellos, son norteamericanas o europeas (CIDE, 2010, p.112). Pero no hay 
mención del rol positivo o negativo que podría jugar el dominio del español o/ni de la 
variante mexicana del español. Tampoco se hace precisamente hincapié sobre la 
receptividad de los franceses por parte de los mexicanos. En esta falta de criterios 
para catalogar a los franceses hoy en día en México, queremos ver un margen de 
acción que, por un lado, permita al francés escoger el lugar que quiere ocupar en la 
sociedad mexicana y, por otro lado, seleccionar las estrategias para mantener este 
lugar, apoyadoen las representaciones positivas de las cuales solía gozar en el 
pasado. 
Se contempla que la reconstrucción identitaria del francés en México se expresa en un 
sincretismo ilustrado por las originales y múltiples marcas que la comunidad de origen 
dejó durante su enculturación, por las variaciones en su manera de percibir la 
comunidad de origen y la mexicana y por las diferentes opciones sociales que tiene 
para considerarse en ambas. Para un francés que está instalado en México, podemos 
rastrear dicha reconstrucción a través de su manera de hablar las lenguas a su 
alcance, es decir aquí, a través del dominio del español mexicano por una parte y el 
contenido y las formas de su discurso en francés y español por la otra. 
 
12 
 
CAPITULO 2. MARCO TEÓRICO 
 
C'est de l'identité qu'est née la différence 
Heinz Pagels 
 
Cultures: pour qu'elles persistent dans leur diversité, il faut qu'il existe entre elles une certaine 
imperméabilité 
Claude Levi-Strauss 
 
 
2.1. La construcción identitaria 
 
La perspectiva comprensiva del aprendizaje de segundas lenguas ha orientado las 
investigaciones, a partir de los noventa, hacia la búsqueda del efecto de otros códigos 
lingüísticos sobre la identidad. En dicho quehacer, se cuestionan de igual modo el 
concepto de cultura y la relación tan estrecha que la vincula con la identidad y la 
lengua7 (Gergen, 1991; Block, 2007). En el campo europeo, Molinié (2002, 2006, 2008 
y 2009) desarrolla investigaciones al margen de la aculturación, la alteridad y el 
plurilingüismo, al enfocarse en la manera en la que los aprendientes dicen, cuentan o 
dibujan sus reconstrucciones identitarias a través de la(s) lengua(s), específicamente 
de la extranjera. Sus trabajos dan lugar a la reflexividad y manejan los conceptos de 
transferencia y movilidad cultural para describir la adopción y adaptación de nuevos 
marcos de interpretación en la vida de los sujetos. 
 
En el continente norteamericano, investigando las comunidades imaginadas, Kanno 
(2003) documenta la identidad desde la perspectiva de estudiantes de regreso a 
Japón después de una estancia más o menos larga en el extranjero. Paralelamente, 
Pavlenko y Blackledge (2004) como Pavlenko y Norton (2007) exploran las 
negociaciones que sufren las identidades en contextos multiculturales, apoyándose en 
la metodología de las narrativas, mientras que Norton (1997 y 2000) investiga la 
relación entre el aprendizaje de lenguas extranjeras y los aspectos identitarios. Tanto 
en sus trabajos individuales como en los colectivos, estas investigadoras fungen como 
referencias contemporáneas indiscutibles en torno a cambios y mutaciones de la 
identidad. Finalmente, Anna de Fina (2003, p.143) quien ha trabajado con inmigrantes 
italianos y mexicanos en EUA, reconoce abiertamente que hay reconstrucción 
identitaria por parte de los inmigrantes. Ella describe el fenómeno como un proceso 
 
7
 Aunque usados en singular ninguno de los términos identidad, lengua, cultura, responden a una sola 
definición. Al contrario, las tres nociones conllevan un sistema multidimensional y, porque son productos 
sociales, tienen la característica de ser cambiantes, dinámicos y plurales en su deber de rendir cuentas de 
sociedades y grupos de referencia evolutivos. 
http://www.citations-francaises.fr/citation/Cultures-pour-qu-elles-persistent-dans-leur-diversite-il-faut-qu-il-existe-entre-elles-une-certaine-impermeabilite
http://www.citations-francaises.fr/citation/Cultures-pour-qu-elles-persistent-dans-leur-diversite-il-faut-qu-il-existe-entre-elles-une-certaine-impermeabilite
 
13 
 
vital causado por la nueva vida que establece el individuo en un nuevo ámbito y que 
motiva la necesidad de redefinir roles y posición social en el país receptor. Las 
estrategias que usa el inmigrante para reposicionarse socialmente abarcan prácticas 
de categorización que parten del abanico de identidades a su disposición. 
 
Tradicionalmente, la literatura producida sobre el concepto de identidad indica que los 
investigadores han otorgado al término una multitud de matices al atribuirle diversos 
adjetivos. Así, se habla de identidad personal, étnica, cultural, social, nacional, 
lingüística. Esto hace que la identidad sea difícil de caracterizar porque a menudo está 
mal y parcialmente definida. Sin embargo, no sería necesario cuestionar la identidad si 
no fuera para entender el acontecer humano (Hall, 1996). 
 
En la situación actual de la investigación social, la cuestión identitaria ha despertado el 
interés de los investigadores por doquier (Taylor y Spencer, 2004; du Gay, 2007), y 
más desde que nos vemos afectados por la globalización y el consumismo. Así, 
citando a Hall (1996), Bauman (2001) remarca que el concepto de identidad vive una 
“explosión discursiva”. Maydell (2010, p.11) reporta un giro cultural que determina las 
intenciones, la lengua y la identidad como tantos marcadores de un mundo 
posmoderno. Desde su punto de vista, las necesidades de expresar la pertenencia, en 
respuesta a la globalización, han provocado que las ciencias sociales se interesen en 
el concepto de identidad. Despues de todo, Bauman (2001) ya re-nombraba la 
posmodernidad como modernidad liquida desde 1998 y bajo dicho concepto, 
denunciaba la necesidad alienadora que tiene el individuo de construir sus propios 
roles además de interpretarlas en un mundo donde el estatus, la identidad, enfin la 
propia existencia, se caracterizan por ser extremadamente cambiantes, inciertas y 
flexibles. 
 
La globalización debería haber arrojado nuevos efectos a la noción de construcción 
identitaria, al describir las sociedades como redes, al ampliar el número de grupos 
sociales a los cuales un individuo puede querer adscribirse, al atenuar virtual como 
físicamente las fronteras entre una sociedad y otra. El-Ojeili y Hayden (en Maydell, 
2010, p.26) señalan la globalización como un contexto y un mecanismo determinantes 
en la construcción identitaria hoy en día. Una de las características de la globalización 
como mecanismo está en la creación de nuevos sentidos culturales, los cuales son 
negociados por los individuos constantemente, dada la diversidad de interacciones 
que puede generar cada grupo. Ahora bien, si cada cultura se construye a través del 
 
14 
 
lenguaje, cada grupo social construye su discurso en función de un marco cultural 
determinado y las identidades se construyen desde un patrón interactivo-discursivo, 
entonces es a través de la lengua que podremos idóneamente observar cambios y 
ajustes en la identidad de la francesa instalada en México, por ejemplo. El interés por 
lo lingüístico en la visión posmoderna de la construcción identitaria hace 
imprescindible entender el sentido de los discursos; lo que da lugar a considerar que 
puede haber tantos significados como existen discursos producidos por el individuo. 
En este sentido, el significado de todo discurso tiene que construirse a través de las 
interacciones entre personas. Los sentidos que se da a sí mismo el individuo para 
generar una imagen positiva han de poder observarse mediante las diferentes 
prácticas discursivas que establece con otro. Por lo anterior, en este estudio considero 
que la identidad se construye a partir de estrategias discursivas y accionales. Éstas 
explican, por un lado, el fenómeno humano y, por el otro, enmarcan los movimientos y 
comportamientos del individuo en un proceso dinámico de construcción que afectan al 
aprendiente (Abdallah- Pretceille, 1996, p.21-23). A través del análisis del discurso, 
pueden verse las variaciones identitarias (De Fina, 2003; Pavlenko y Blackledge, 
2004) que responden a las constantes transformaciones de un individuo en un mundo 
cambiante. 
 
Este estudio se sitúa entonces en la discusión posmoderna de la construcción 
identitaria, en la modernidad líquidade Bauman (2001). En el posmodernismo, la 
actividad social compartida acaece en lo que llamamos comúnmente la cultura, una 
categoría socialmente construida, del mismo modo en el que lo es la etnicidad, la 
nacionalidad y el género, por ejemplo (Lemke, 2008). Por lo tanto, siguiendo la lógica 
del pensamiento posmoderno, hay tantas culturas como pueda haber agrupaciones 
sociales. Y, paralelamente, la identidad del individuo pasaría por una rearticulación y 
un reformateo de las categorías sociales (Maydell, 2010, p.19) gracias al contacto que 
se genera a medida que transcurren las convivencias con diferentes grupos al seno de 
la sociedad. Así se podría interpretar la postura de James (1892: 179) para quien “[…] 
l’individu a autant de Soi sociaux différents qu’il y a de groupes distincts de personnes 
dont l’opinion lui importe". 
Dicho lo anterior, parece importante comentar la identidad personal y la social como 
marcos de referencia primordiales de esta sección porque ambas participan en la 
construcción del individuo. Partiendo de la sugerencia de Lemke (2008) sobre la 
manera en la que son forjadas las identidades por patrones de interacciones con otros 
en el tiempo y el espacio, Maydell (2010, p.19) distingue una identidad personal que, 
 
15 
 
nutrida de experiencias vividas, asegura la continuidad del ser y unas identidades 
sociales, frutos de la actividad relacional del individuo y, por lo tanto, sujetas a 
cambios y desarrollos a través del discurso y las interacciones. Uno puede suponer y 
entender la lucha del individuo para construirse dentro de marcos sociales que tienden 
a reproducir estereotipos, vistos en sicología social como formas estables de 
comprensión e interpretación de los demás (Deschamps y Moliner, 2008), pero Lemke 
(2008) asegura que la innovación y la creatividad son una construcción identitaria 
original, es decir fuera de categorías sociales usualmente definidas, provienen del 
contacto e interacción con culturas radicalmente diferentes. De hecho, también 
Deschamps y Moliner (2008, p.9) describen el sentimiento dinámico de identidad 
basado en la percepción cognitiva de similitudes y diferencias. 
 
La teoría de la identidad social (Deschamps y Moliner, 2008) añade a la relación 
identidad personal/identidad social el criterio de una evaluación positiva o negativa 
basada en la calidad de las interacciones que va estableciendo el individuo al 
integrarse a diversos grupos sociales. Según la teoría marcada por los trabajos de 
Tajfel (1974), el individuo se construye a través de comparaciones discursivas y 
actitudinales que realiza entre sí y otro, pero también entre el grupo que integra y otros 
grupos, por lo que su construcción se nutre tanto de evaluaciones de las interacciones 
personales como de las grupales. En algunos casos, la identidad personal es tan 
fuerte y satisfactoria que el individuo no siente la necesidad de abarcar todas las 
características del grupo de referencia para gozar de una imagen positiva de sí 
mismo, ésta basta para permitirle desenvolverse en el mundo. En otras ocasiones, la 
identidad social domina en el individuo, es la que le da mejores referencias para 
interactuar con su entorno, por lo que acentúa entonces las diferencias entre grupos 
para tener una imagen positiva de sí mismo. 
 
En su esquematización de la teoría de la identidad social, Deschamps y Moliner (2008, 
p.61)8 ilustran cómo, según el grado de satisfacción experimentado por el individuo, se 
adoptan o no estrategias de cambio, las cuales apuntan siempre a generar en el 
individuo un sentimiento positivo de sí mismo con respecto al grupo al que pertenece y 
a su identidad. El interés de esta teoría queda en que, dependiendo del grado de 
satisfacción que experimentan los sujetos del estudio con su identidad personal o 
social, observan estrategias lingüísticas que apuntan hacia la integración de otros 
 
8
 Véase el anexo A: Representación esquemática de la teoría de la identidad social de Taylor y 
Moghaddam (1987) en Deschamps y Moliner (2008). 
 
16 
 
grupos más positivamente cargados o, por el contrario, estrategias de mantenimiento 
de la imagen de sí a través de quizá la fidelidad lingüística y cultural al grupo de 
referencia de origen. En el mundo de hoy, el individuo en perpetua adaptación y 
regeneración se enfrenta a la difícil tarea de desarrollarse en un continuo lingüístico y 
cultural atomizado por entornos supercomunicados y sobreexpuestos. En dicho 
contexto, la satisfacción identitaria indispensable que anhela el ser responde a la 
capacidad de cada quien de adaptarse al entorno para entenderlo y darse a entender 
en él. 
 
La capacidad plástica de cada individuo para intervenir en su identidad en función del 
contexto en el cual se encuentra transita por varias etapas tratadas como constructos 
fenomenológicos. Dichas etapas son aún más marcadas cuando se trata de migrantes 
que cambian de espacio físico. Para ilustrar este proceso podemos acudir a la imagen 
de una cámara rotando alrededor del individuo, captando en cada fracción de segundo 
un perfil diferente del mismo ser sujeto a interpretaciones en función del ángulo en el 
que se le ve y de quien lo ve. La cámara capta un individuo en devenir, socializado en 
una cultura y evolucionando en otra, ocupado en editar roles y propuestas sociales 
anteriores con tal de adoptar nuevos papeles y seguir nuevas opciones identitarias, 
sometido a normas de dos modelos culturales. 
 
2.2. El rol de la cultura en la construcción identitaria 
 
En esta sección revisamos nociones claves como la cultura y la identidad, buscando 
establecer la manera en la que se relacionan una y otra. En efecto, como ser social, el 
individuo se construye a través de preceptos culturales que delimitan marcos de 
referencia flexibles y le proporcionan anclajes que guian la expresión de una identidad 
cultural. Pero, como ya se comentó en la construcción de las identidades personales y 
sociales en la sección anterior, las sociedades someten al individuo a cambios 
constantes que terminan afectando su manera de ser y sus interacciones; por ende, 
también sus adhesiones, proyecciones y expresiones identitarias. 
 
2.2.1. De la cultura a la culturalidad… y de regreso a la cultura. 
 
La construcción simbólica está hecha de creencias, valores, representaciones y 
normas en un grupo dado. La cultura, entendida como un recurso simbólico en 
constante reevaluación, moviliza al individuo para diferenciarse o acercarse a los 
 
17 
 
demás. “La cultura permite a cada individuo una manera única de ser, de socializar, de 
expresar su pertenencia a los grupos de referencia e interpretar su entorno” (Belkaïd y 
Guerraoui, 2003, p.126). 
 
Talmy (2003) trata el constructo cultura como un sistema cognitivo-cultural (SCC). La 
adquisición y el ejercicio de la cultura se perciben en su teoría como un proceso 
mental que estructura la interacción del individuo con la sociedad. El SCC se 
constituye por varias piezas, similares a las de un rompecabezas, que ayudan al 
individuo a evaluar el mundo a su alrededor. De todos los grupos9 que lo gravitan, el 
individuo valora los que son relevantes para él y la interacción de sus miembros le 
permite establecer patrones cognitivo-comportamentales (Talmy, 2003, p.378-379) por 
adoptar subsecuentemente. Gracias a su SCC, el individuo no sólo cree que es 
miembro de X grupo, sino que el hecho de pertenecer a dicho grupo lo orienta en su 
manera de actuar y procesar informaciones en función de las creencias y los códigos 
comportamentales de dicho grupo. 
 
Adicionalmente, cuando los patrones comportamentales de varios grupos presentan 
patrones contradictorios, el SCC también permite al individuo resolver los conflictos 
cognitivamente. Por ejemplo, un joven de 20 años (al rango de edad correspondecognitivamente determinada serie de actitudes y valores culturales) es un veinteañero 
que puede vivir ciertas contradicciones cuando es al mismo tiempo jefe de familia (otra 
serie de actitudes y de valores culturales que va ligada al rol social). Su SCC hace 
resaltar el perfil que más lo identifica (veinteañero o jefe de familia), ya sea 
combinando los dos perfiles y por ejemplo volviéndose un jefe de familia 
especialmente activo y emprendedor o, en una tercera opción, distribuyendo sus 
perfiles en función de diferentes ámbitos y portándose como veinteañero cuando se 
trata de animar al resto de la familia, pero con la seriedad que se le presta a un jefe de 
familia cuando se tramita un apoyo social. En su modelo, Talmy (2003) usa el término 
de shift para referirse a la convivencia de dos o más referentes culturales 
compartimentados que le permiten al individuo ir de uno a otro en función de la 
situación, de los interlocutores y de los contextos. 
 
Como expresión social, la noción de cultura ha adquirido, en el siglo XXI, un toque 
volátil y caleidoscópico que refleja la diversificación y la mutabilidad del entorno social. 
 
9
 A cada grupo le corresponde un conjunto de patrones cognitivo-comportamentales. Se entiende por 
grupos: género, étnia, familia, rango de edades, clase social. 
 
18 
 
El carácter dual de la cultura (Morin, 2001) no sólo garantiza y consolida el capital 
identitario del individuo y de los grupos de referencia que le prestan membresía, 
también autoriza nuevas incorporaciones cognitivas y técnicas, en todo caso 
perfectivas. 
 
En el modernismo, el individuo pertenecía a un sólo grupo social, se identificaba con 
un sólo género. Estas categorizaciones determinaban automáticamente una serie de 
patrones comportamentales y así se constituía el perfil de una persona de manera casi 
inmutable. 
 
Hoy en día, no hay nada definitivo ni excluyente en caracterizaciones como las 
anteriores. Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías autorizan la 
adopción y la incursión a grupos muy diferentes unos de otros por tiempos y de formas 
indefinidas. De hecho, si la noción fundamental de cultura modifica sus paradigmas al 
reflejar una sociedad cambiante, también se ven afectados los procesos vinculados a 
la cultura que solían producirse en ella. Es el caso directo de la enculturación y la 
aculturación10, ambos procesos que dirigen y dictan la adquisición y el buen ejercicio 
de patrones culturales propios de grupos de referencia en un contexto dado. 
 
Es un hecho que el tejido social francés, base de la enculturación y la socialización 
primaria de las francesas de nuestro estudio, se presenta como un crisol cada vez 
más complejo (modelos familiares tradicionales que cohabitan con modelos 
mononucleares, recompuestos u homoparentales, convivencias de etnias, religiones, 
lenguas y cosmovisiones diferentes como productos de la inmigración, fluidez y 
atomización de perfiles en redes sociales, entre otros). La diversidad cultural y la 
experiencia de la alteridad se han vuelto banales y ocasionan hoy en día una 
multipolarización de la noción de aculturación. Esto significa que, por un lado, la 
enculturación de la francesa, para seguir hablando por ejemplo de las mujeres que 
participaron al estudio, ya es compleja debido a las características de la sociedad en 
la cual se formaron; pero, además, sus actividades de socialización la condujeron a 
procesos de aculturación fuertes en varios niveles dentro de la misma sociedad. 
Desde sus primeros focos de socialización el individuo tiene que ir adoptando y 
abandonando patrones comportamentales conforme se prueba su eficiencia o su 
caducidad. 
 
 
10
 Ver definición y explicación de los fenómenos de enculturación y aculturación en el siguiente apartado. 
 
19 
 
Estos fenómenos no dejan otras opciones al individuo que recentrar los procesos de la 
construcción del ser, por lo que se asiste a una personalización cada vez mayor de las 
conductas y los comportamientos que obliga al individuo a independizarse de sus 
grupos de referencia. « L’individualisation des références est un contrepoids à ce que 
l’on appelle trop facilement la mondialisation des cultures » comenta Martine Abdallah-
Pretceille (s.f.)11. 
 
La antropóloga francesa propone sustituir el término cultura por el de culturalidad. 
Sus argumentos para ello seducen porque si la identidad se visualiza como 
multifacética, está por demás establecer que la cultura con la cual se relaciona, y que 
usa como marco de referencia y vector de expresión, también requiere de un 
reposicionamiento. En la relación identidad-culturalidad (Abdallah-Pretceille, 1996) la 
culturalidad se presenta como fluida y permeada por múltiples inputs, generada en 
una sociedad global, cambiante y tal vez sobrecomunicada, de allí el sufijo. Pensar en 
términos de cultura consiste en usar una estructura, un sistema o una categoría (todos 
términos rígidos) caduca de interpretación porque están basados en diferenciaciones 
donde los criterios resultan hoy obsoletos. En el término culturalidad, el sufijo subraya 
la labilidad social y rinde cuenta de criterios que, si siguen siendo familiares, presentan 
sobre todo mayor mezcla y compenetraciones inéditas que dependen de las 
interacciones innovadoras y complejas de los individuos entre sí y su entorno 
(Abdallah-Pretceille, 1996). 
 
Estas consideraciones imprimen un carácter fuertemente dialógico y complejo a los 
procesos de enculturación y de aculturación en los cuales está insertado todo ser 
humano, en tanto que entra en contacto con otro. 
 
2.2.2. Enculturación y aculturación12 
 
La enculturación es una experiencia de aprendizaje parcialmente consciente y 
parcialmente inconsciente a través de la cual la generación de más edad incita, induce 
y/u obliga a la generación más joven a adoptar sus modos de pensar y sus 
comportamientos tradicionales. En antropología moderna, el entendimiento del 
 
11
 Se trata de una contribución de la Profesora Abdallah-Pretceille en el sitio de Forumeduc: 
http://www.cemea.asso.fr/forumeduc/index.htm. No se especifica el año. 
12
 La literatura francófona y europea usa indistintamente los términos de enculturación y endoculturación. 
Con fines de claridad, usaremos el de enculturación. 
 
20 
 
concepto de enculturación ofrece la opción de un relativismo cultural en oposición a un 
etnocentrismo (García Morales, 2005-2006, p.7). 
 
Para Abdallah-Pretceille (1996) la enculturación aporta al individuo un sistema de 
valores que le sirve de referencia para entender y explicar su entorno a medida que 
vive en este ámbito. Pero, al ingresar a un grupo social distinto a su primera 
referencia, y esto ocurre en cuanto se diversiffica la socialización del individuo, es 
decir, dentro del propio ámbito familiar y/o mediante la escolarización, el contacto con 
una cultura diferente transforma al individuo. En otros términos, se acultura. 
 
Desde el siglo XX, la noción de aculturación se presenta dependiendo de los enfoques 
privilegiados, como corolario de fenómenos de adaptaciones individuales o grupales 
en sociedades de recepción. Redfield, Linton y Herskovits (1936, p.149) presentan la 
aculturación como un proceso meramente grupal y demuestran que el fenómeno 
incide tanto en los patrones culturales del grupo visitante como en el del grupo 
receptor, aunque Berry (1997) reconoce que, regularmente, los cambios suelen 
afectar más a un grupo que a otro y que no hay que perder de vista las relaciones de 
poder que sostienen los grupos en situaciones de contactos culturales. Estas 
relaciones permiten distinguir y entender motivaciones personales para abrazar la otra 
cultura o cierto tipo deimposición para hacerlo. 
 
En la segunda mitad del siglo XX, Graves (1967) desarrolla la dualidad que conlleva el 
proceso de aculturación. La describe como responsable de los cambios en la cultura 
del grupo en su vertiente colectiva, mientras que en su vertiente individual, entonces 
denominada aculturación sicológica y adaptación, el proceso manifiesta cambios en la 
sicología del individuo. Es importante subrayar, desde su perspectiva, cómo van 
estrechamente vinculados los procesos de reformateo sicológico y las etapas de 
adaptación. Esto último se divide a su vez en adaptación sicológica, sociocultural y 
económica (Berry, 1997, p.6). Las posturas siguientes no parecen hacer mucho caso 
de la adaptación en sí; cuando la consideran, no va implícita en sus consideraciones y 
persigue otras finalidades. 
 
En los 80s y 90s, los didactólogos de la Enseñanza de Segundas Lenguas (ESL) 
enfatizaban el carácter necesario de la adaptación social y sicológica del individuo en 
la aculturación. Sin embargo, gran parte del proceso apoyaba el aprendizaje de 
hábitos lingüísticos apropiados que permitían al migrante funcionar dentro del grupo 
 
21 
 
de la lengua meta (Stauble, 1980). Si bien presentaban la aculturación como la 
adición, eliminación, modificación y reorganización de actitudes, conocimientos, 
comportamientos que participan de la adaptación social y sicológica del individuo (Mac 
Laughlin, 1990), sólo parecía preocuparles sus logros a nivel lingüístico. Así, cuando 
un sujeto aparentemente abandona o retrocede en el uso de su(s) lengua(s) de origen 
por adoptar con mayor frecuencia la lengua del país donde reside, su desempeño se 
califica como exitoso en términos de la aplicación correcta de normas léxico-sintáctico-
gramaticales, incluso pragmáticas. Sería erróneo creer que sólo falta un paso de allí a 
hablar de integración cultural; en realidad se percibe aquí una limitante al proceso de 
aculturación pero, sobre todo, el trasfondo cognitivo de dichos procesos pasa a 
segundo plano. Ahora bien, no se ha encontrado investigación que documente que el 
uso de otra lengua provocará, incluso privilegiará automáticamente la aplicación de 
patrones cognitivo-comportamentales “heredados” de la misma. 
 
A finales de los 90s, quizá en un intento de encubrir las fallas de la aculturación, la 
postura de los sociólogos, antropólogos y sicólogos reincorpora el factor humano 
detrás de la aculturación y la visualiza mayormente como la suma de cambios 
generados en los patrones heredados de la cultura de origen mediante el contacto con 
otras culturas. 
 
Berry (1997, p.6), quien reflexiona sobre el rol de la cultura en los individuos que 
cambian de sociedades, parece privilegiar la hipótesis según la cual podría haber 
“some complex pattern of continuity and change in how people go about their lives in 
the new society”. Describe cinco patrones comportamentales en términos de 
aculturación (véase la figura 2.1 a continuación). Dichos patrones comportamentales 
no se comunican necesariamente entre sí, aunque su interacción no queda excluida 
en el continuum de la aculturación. Son pautas que el individuo decide seguir; por 
ende, son susceptibles de ser abandonadas, como también se puede regresar a ellas. 
Son etapas libres de gradación, procesos independientes unos de otros. Cada 
individuo establece parámetros variables, visibles en su comportamiento y en la 
frecuencia y calidad de sus interacciones que denotan hasta qué punto desea 
involucrarse en la nueva cultura. 
 
 
22 
 
 
 
 
Figura 2.1. Estrategias de aculturación, basado en Berry (1997). 
Las estrategias de la figura 2.1 pueden interpretarse como incluyentes o excluyentes. 
Desde una perspectiva restrictiva (parte baja del esquema), una opción para el 
individuo puede ser mantener su identidad cultural. También es posible ver al individuo 
desplegar alternativas de separación, es decir valorar demasiado la cultura propia en 
detrimento de la interacción con personas de la cultura receptora. Cuando se 
vislumbra poca oportunidad de mantener la propia cultura y no se registra interés en 
desarrollar interacción con otros, se considera que el individuo opta por la 
marginalización. 
 
Desde una perspectiva positiva (parte alta del esquema), el individuo elige cuánto 
involucrarse en otras culturas y cuánto permanecer entre los suyos a través de 
diferentes opciones de contactos y participación social. El proceso de aculturación se 
caracteriza por una polarización doble: por un lado está el esfuerzo individual por 
establecer lazos con el otro, por otro lado está el grupo de recepción que tiene la 
libertad de aceptar los esfuerzos del individuo por integrarse o limitarlos. Si no hay 
deseo individual por mantener la identidad cultural de origen y establecer interacción 
regular con otras culturas, se llega a la asimilación. Mientras que, se habla de 
integración cuando el individuo mantiene cierto grado de integridad cultural pero no 
teme establecer interacción con otros grupos. 
 
Individuo 
Asimilación 
Integración 
Marginalización 
Separación 
Mantenimiento 
cultural 
Contacto y 
participación 
 
23 
 
En cierta forma, la integración funge como un estado siempre anhelado siendo difícil 
que se alcance en su totalidad13. En última instancia, quien hubiera logrado una 
integración total en una nueva sociedad sólo se estaría transformando en un neo-
monocultural. 
 
Como Berry (1997, p.8), Belkaid y Guerraoui (2003) así como Guerraoui (2009) han 
resuelto las fallas de la aculturación solucionando los estragos culturales que 
encuentra el individuo cuando lidia con una cultura diferente de la propia. Estos 
investigadores acostumbran usar el término interculturación. Clanet (1990, p.70) 
define la interculturación como el conjunto de procesos que despliegan individuos y 
grupos cuando hacen conciencia de que son culturalmente diferentes. En su análisis, 
el prefijo inter-culturación encuentra la dualidad presente en toda cultura (Morin, 
2001). Si bien permite enaltecer el vínculo, la reciprocidad, el intercambio, también se 
puede leer y entender desde la perspectiva de la separación, la escisión. 
Adicionalmente, la interculturación se desglosa en 3 opciones (Guerraoui y Troadec, 
2000): 
 la asimilación por cada grupo de los valores del otro; 
 la diferenciación por la reivindicación de ciertas especificidades; 
 la síntesis original que da lugar a nuevas realidades envolventes. 
 
Estas opciones de interculturación se reflejan en la teoría del SCC de Talmy (2003): 
 privilegio de ciertos rasgos culturales distintivos significativos para el individuo 
sobre otros; 
 armonización de rasgos culturales distintivos aparentemente incompatibles; 
 compartimentalización de rasgos culturales distintivos. 
 
Es interesante remarcar en la propuesta de Guerraoui y Troadec (2000) que las 
opciones se conciben como estrategias grupales. Semejantes formulaciones en 
realidad desplazan el foco de la reflexión y nos llevan a considerar que los estragos 
que viven los individuos en tránsito en una nueva cultura sólo cobran sentido si son 
vividos en un ambiente de intercambio y presuponen una situación igualitaria que no 
existe nunca. Si hablamos del encuentro de dos lenguas desarrolladas a la par, si se 
trata de un ingreso voluntario al país, también convenimos en que la imagen del 
 
13
 Por supuesto, hay casos extremos donde sí se logra una integración sobre todo porque involucran un 
público joven como es el ejemplo de bebés ruandeses adoptados por familias francesas, pero estos casos 
no son relevantes en este trabajo. 
 
24 
 
inmigrante francés en México goza todavía de cierto prestigio, pero son las francesas 
que entran en tierra mexicana quienes tienen el mayor interés en desarrollar 
estrategias de integración. Porotra parte, el grupo que recibe no comparte los mismos 
intereses para facilitar o sacar provecho de dicho encuentro. La lenta transición de 
México de tierra de migrantes a tierra de migración (INEGI, 2010) exige del país 
políticas migratorias que no han terminado de dejar huella en la población y en las 
mentalidades. El país no es hostil a la instalación de migrantes europeos, pero 
ciertamente pone en tela de juicio su utilidad en el país, generando un desequilibrio en 
las expectativas. Si bien la hospitalidad mexicana facilita el primer contacto, al 
migrante le pertenece la búsqueda de oportunidades para diversificar sus 
interacciones y realizar los esfuerzos capaces de optimizar sus interacciones. 
 
2.2.3. Identidad, identificación e identidad de fachada 
 
Pivot [French journalist on French TV channel]: Do you feel more French than Bulgarian today? 
Kristeva: Well today I feel I am more American, because Americans understand me better. 
[A few days later, in Norway TV channel] 
Norwegian interviewer: You have lived in France for over 30 years now, what are you now? French or 
Bulgarian? 
Kristeva: French, you know the French taught me how to appreciate Human rights and les Lumières… 
 
Fred Dervin (2013) introduce al debate tres nociones que es relevante considerar en la 
presente investigación. La primera noción es la de Methodological Nationalism (MN) 
que pretende circunscribir la identidad en los conceptos de nación o de cultura, 
tomados por los investigadores como sinónimos y, sobre todo, como nociones-
excusas capaces de explicar las intrincaciones del acontecer humano. Esta postura 
que asume la nación o la sociedad como la organización natural y política del mundo 
moderno describe en estos términos el posicionamiento identitario de las personas a 
través de sus discursos. Dervin (2013, p.12) argumenta: “All in all, this approach to 
identity in interculturality leaves little space for the individual and for what s/he does, 
co-constructs with the people s/he meets.” Dervin lo critica fuertemente, ya que el 
nacionalismo metodológico enfatiza el carácter sólido, incambiable y objetivable de 
una construcción cognitiva y dinámica como la identidad. 
 
La segunda noción, llamada Transnational Paradigm (TN), describe por su parte una 
identidad de fachada. La expresión de esta identidad superficial y coercida (urgida por 
ansias de definiciones de algún interlocutor obstinado) limita la identidad no a una sino 
a dos o varias identidades supuestamente delimitadas. El espejismo de la 
 
25 
 
transnacionalidad sólo disfraza un marco vuelto caduco de tal modo que Dervin (2013, 
p.15) subraya: 
 
“To sum up the façade identity approach, it is clear that such an approach can 
lead to contradictory discourses on interculturality, self and ‘other’. By 
recategorising individuals into clear-cut entities (even multiple entities), 
researchers create neo-culturalism/neo-essentialism, see neo-MN 
[methodological nationalism]. Besides the concepts of nations and cultures are 
still in use in such approaches, or even dichotomies such as the imaginary 
West/non-West.” 
 
La contradicción discursiva de la cual habla es visible en la cita de esta sección que 
reporta dos entrevistas hechas por periodistas, con intervalo de dos semanas, a la 
escritora Julia Kristeva, nacida en Bulgaria pero viviendo en Francia. En las dos 
entrevistas, interrogan a la escritora sobre una declaración de membresía. En una 
lectura literal, las respuestas de Julia Kristeva se interpretarían como contradictorias, 
pero quien vive fuera de estos marcos restrictivos y caducos de la nación y de la 
nacionalidad puede reinterpretar cada respuesta en función del contexto que la motivó: 
Por una parte, entrevistada por un periodista, escritor e intelectual francés de 
renombre en una cadena francesa de televisión, su declaración de membresía 
americana refiere a la recepción y al entendimiento de su obra por un grupo más que 
por otro. Por otra parte, en la entrega de una distinción en Noruega, Julia Kristeva 
interpreta la pregunta de su interlocutor noruego como la solicitud de una pertenencia 
geográfica y cultural. El carácter dual y ambivalente de las respuestas justifica el 
término de identidad de fachada pero también apunta a contradicciones inherentes al 
desarrollo humano que Dervin sintetiza en la noción descrita a continuación. 
 
La tercera noción, denominada Mixed Intersubjectivity (MIN), reincorpora el factor 
humano al proceso ya no de identidad, percibido como inexacto, sino de identificación. 
El autor insiste sobre el carácter gradual, negociado y opcional de la identificación. La 
fluidez se vuelve un componente indiscutible de la construcción identitaria (Wimmer y 
Schiller citados en Dervin, 2013) porque el factor humano y el enfoque interactivo de la 
construcción identitaria permiten a los interlocutores indagar por debajo de la 
superficie discursiva, jugar con sus propias voces y con la del otro (Dervin, 2013). Y, si 
bien la nación o la cultura no han desaparecido en las referencias discursivas de las 
personas, Dervin propone a los investigadores del área considerar la identidad como 
 
26 
 
un concepto imaginado y construido comunitariamente. En el procesamiento de datos 
de investigaciones sobre identidad, Dervin (2013, p.16-17) recomienda la siguiente 
metodología: 
 
“In other words, instead of collecting the ‘identity/ies’ which are found in a 
corpus (interviews, blogs, focus groups, novels…), we should look at the 
identity markers that are used to indicate shifts and inconsistencies in 
identification. These identity markers can still be related to MN [methodological 
nationalism] and TN [Transnational paradigm] but they are not taken for granted 
or used to ‘crystallise’ the presented discourses.” 
 
Se entiende que dichos marcadores de identidad no describirían una identidad per se 
sino una identificación en proceso a través de los usos lingüísticos (Block, 2007; 
Dervin, 2013; Machart y Lim, 2013; Byram, 2013). La diferencia en el uso reiterativo de 
‘identificación’ en vez de ‘identidad’ parte de la siguiente observación: cuando se 
pregunta a alguien sobre atribuciones identitarias, comúnmente se propone una 
respuesta en función de quien pregunta y del contexto de la pregunta. De allí que las 
respuestas pueden variar, incluso presentar cierto grado de confusión y de 
inestabilidad porque son influenciadas por la imagen social, la manera cómo se habla 
del individuo y las propias ambivalencias del individuo sobre la cuestión. No perdamos 
de vista que aunque sea grato considerar que el individuo detenta “verdades”, en 
realidad nos caracterizamos por vivir en constantes contradicciones, verdades a 
medias y realidades fluctuantes y sesgadas, todas ellas representaciones construidas 
a través de la lengua. El propio Bauman (2001) declara en conclusión a su artículo: 
 
“Plutôt que de parler d’identités héritées ou acquises, il serait peut-être plus 
approprié, pour être juste envers les réalités de la mondialisation, de parler 
d’identification : une activité interminable, toujours incomplète, inachevée et 
ouverte, dans laquelle nous sommes tous engagés, jour après jour, par 
nécessité autant que par choix. ” 
 
Las consideraciones de Dervin (2013) sobre las nociones de identidad y de 
nacionalidad en esta sección, así como las de Abdallah-Pretceille sobre la noción de 
cultura en la sección 2.2.1 o la manera como se presenta la lengua en la sección 1.2 
del presente estudio ponen de relieve la caducidad de acepciones forjadas en otros 
tiempos para rendir cuenta del acontecer humano en nuestro mundo cambiante. Si 
 
27 
 
reconocemos por un lado que sus consideraciones son necesarias y dignas de ser 
tomadas en cuenta, también nos parece que sus preocupaciones invitan a la 
remotivación semántica. En efecto, si bien los términos pueden haber

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