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Universidad Nacional Autónoma de México 
 
Facultad de Filosofía y Letras 
Colegio de Letras Modernas 
 
Un baile de tigres y corderos: las reescrituras de “La bella y la bestia” en la 
obra de Angela Carter 
 
Tesina que para obtener el grado de 
Licenciado en Lengua y Literaturas Modernas 
(Letras Inglesas) 
Presenta 
Ana Elisa Rubio Juárez Samperio 
Asesora: Dra. Aurora Piñeiro Carballeda 
 
 México, D. F. 2013 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Nelson Juárez, 
porque me inspiraste a abrir un libro y 
 me diste la fuerza para llegar hasta aquí. 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 Este trabajo está dedicado a mi Papí, padre y abuelo a la vez, porque me inculcó el 
amor por los libros y las letras. Me enseñó que los libros son amigos, y mientras tenga uno 
jamás estaré sola. 
 Agradezco a mi mama y a mi abi, por apoyarme, cuidarme y quererme en cada fase 
de este camino y todos los días de mi vida, sobre todo gracias porque lo siguen haciendo. 
 A Aurora Piñeiro porque gracias a una de sus tareas conocí y me enamoré de Angela 
Carter. Por ayudarme a apreciarla y por guiarme durante todo este proceso. Y a cada uno de 
mis maestros y sinodales por compartirme su conocimiento e inspirarme a encontrar el mío. 
 A mi familia no sanguínea, Isabel, Sandra, Ramón, Diego, Rafael, Claudia, Alejandra 
(La Boheme) y a muchos amigos más por escucharme balbucear sobre la Bella y la Bestia 
una y otra vez, y hacerme sonreír aunque no quiera. Gracias también por las risas, ideas, 
consejos y lágrimas que hemos compartido estos años y por todo lo que he aprendido de 
ustedes, mis maestros fuera de clase. 
 Y a Allan, por todo, especialmente por hacerme creer que hay algo de verdad en los 
cuentos de hadas y así inspirar la idea original de este trabajo. 
 Gracias a todas las personas que creyeron y creen en mí, aún cuando yo no podía 
hacerlo. 
 Gracias por pavimentar mi camino con amor y acompañarme a recorrerlo. Sé que no 
estaría si no fuera por ustedes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice 
Introducción……………………………………………......................................................5 
 
Capítulo 1: Érase una vez un monstruo que buscaba esposa……………….......................13 
 
Capítulo 2: Érase una vez un cordero que aprendió a ser león …….……………………..29 
 
Capítulo 3: Érase una vez un cordero que recordó cómo correr con tigres……………….41 
 
Conclusión…………………………………………………………...................................53 
 
Bibliografía…………………………………………………..............................................58 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
 
 
Introducción 
Mucho ha cambiado nuestra concepción del amor, la sexualidad y el matrimonio a lo largo 
del tiempo. Por ello puede parecernos sorprendente que algunas antiguas historias que 
relacionamos con estos temas todavía nos digan algo sobre nuestro mundo y sobre las 
relaciones entre hombres y mujeres. Hay algunas que sobrevivieron la prueba del tiempo. 
Entre ellas están los cuentos de hadas que hasta hoy en día apelan a un modelo de conducta 
y a estándares determinados. Eso no quiere decir que los cuentos de hadas que conocemos 
en la actualidad hayan quedado congelados en el tiempo; al contrario, su misma naturaleza 
versátil los ha llevado por un largo camino evolutivo que se ha ramificado en una infinidad 
de direcciones diferentes, incluso inesperadas. Eso es lo que ocurrió con “La bella y la 
bestia”: desde sus más viejos antecedentes hasta sus nuevas reinvenciones, ha adoptado un 
nuevo contenido y se ha transformado en manos de autores y autoras que, tomando su 
estructura, motivos y elementos, se esforzaron por innovarla. 
 Al pensar en “La bella y la bestia” hoy en día, el lector o lectora promedio la definiría 
como una de las historias de amor más famosas y mejor conocidas en el mundo. Sin 
embargo, el público olvida, o quizá desconoce por completo, que este cuento no sólo 
hablaba del amor, sino que también trataba importantes temas como el matrimonio y la 
sexualidad. De hecho, las primeras versiones impresas del cuento de hadas clásico estaban 
centradas en las convenciones que implicaba el matrimonio y en cómo las jóvenes 
casaderas, a quienes estaba dirigido el cuento, podrían lidiar con ellas. El segundo tema se 
mantenía escondido con delicadeza pero latente detrás de los modelos de virtud y las 
fórmulas. Hubo una autora que, en un tiempo más cercano al nuestro, tuvo la destreza de 
ver este contenido y explotarlo para sus propios fines, trayéndolo a la luz y transportándolo 
6 
 
 
 
a un contexto social y cultural diferente. Dicha autora es la inglesa Angela Carter, quien 
escribió dos versiones de “La bella y la bestia”: “The Courtship of Mr. Lyon” y “The 
Tiger’s Bride”, ambas incluidas en la colección titulada The Bloody Chamber, publicada en 
1979. Es en estas dos reescrituras en las cuales concentraré mi análisis; no obstante, 
considero que antes de adentrarme en el giro que Angela Carter le dio a sus 
transformaciones de esta historia, es pertinente analizar primero la historia del cuento, así 
como la variante que funge como hipotexto principal para Carter: “La belle et la bête” de 
Madame Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont, publicado en 1756. 
 La versión más antigua que se reconoce como predecesora directa de “La bella y la 
bestia” es la de Apuleyo, escritor romano que en su texto Metamorfosis o El asno de oro, 
fechado aproximadamente en el S. II d.C., cuenta la historia de la unión de Cupido (o Eros), 
hijo de Afrodita, con Psique, la más bella de tres hermanas, quien desposó a Cupido sin 
conocer su aspecto ni identidad. Cada noche, los amantes retozaban juntos en las sombras, 
pues Cupido no le permitía a su esposa conocer su apariencia o indagar sobre su identidad 
por temor a la ira de su madre, quien envidiaba la belleza de Psique. La protagonista pide a 
su cónyuge dejarla ver a las hermanas que extraña y al hablar con ellas confiesa que no 
conoce a su propio marido. Sus celosas hermanas la convencen de la posibilidad de que su 
esposo sea un monstruo, pues sólo un monstruo se escondería de su amada; y siguiendo su 
consejo, a la mitad de la noche Psique enciende una lámpara de aceite y, asombrada, 
observa la indescriptible belleza de su amado. Una gota hirviente cae sobre Cupido 
despertándolo y, furioso con su amante, la abandona con la intención de nunca regresar a 
ella. Arrepentida, Psique ruega a Afrodita que le devuelva el amor de Cupido y, como 
respuesta, la diosa le impone pruebas casi imposibles de completar que demostrarían su 
amor por el esposo perdido. Después de superar las pruebas y los peligros que éstas 
7 
 
 
 
ostentaron, Psique se reúne con su amado y renuevan sus nupcias concibiendo a su hija 
Voluptas que, en latín, significa placer.1 
 Este antecedente presenta claras conexiones con el cuento de hadas que conocemos, 
demuestra qué tan antiguo es el interés por la relación entre hombres y mujeres dentro del 
contexto del matrimonio y establece la estructura con la que folkloristas como Antti Aarne 
y Stith Thompson definen la trama básica del cuento. Esta estructura, en términos muy 
generales, comienza con unajoven que se une a un ser con características sobrenaturales en 
relación con la apariencia física del hombre. La joven comete una indiscreción al romper 
una promesa hecha a su pareja y lo pierde, y así comienza su travesía para recuperarlo, 
lográndolo sólo después de poner a prueba su amor. El matrimonio y la sexualidad son más 
evidentes, ya que responden al contexto en el que la historia de Cupido y Psique fue 
concebida: una época en la que los conceptos de “sexo” y “matrimonio” eran medios de 
unión diferentes entre dos personas. La validez de esa unión entre los personajes dependerá 
de la virtud de Psique, y de su capacidad por demostrar su afecto por Eros. Todos éstos son 
conceptos que se repetirán casi al pie de la letra en las versiones posteriores. 
 A partir de este punto en el recorrido por la historia de “La bella y la bestia”, nos 
movemos hasta el ambiente que puede relacionarse con el esplendor de los cuentos de 
hadas: las cortes francesas de los siglos XVII y XVIII. Es en el mundo de los círculos 
intelectuales de la corte francesa donde surge la primera versión impresa de “La bella y la 
bestia” como tal, escrita por Gabrielle-Suzanne de Villeneuve y publicada en 1740. Su 
texto estaba dirigido a los lectores y escuchas adultos de los salones aristocráticos y tenía 
una extensión mayor a la de otros cuentos de hadas, por ejemplo los escritos por Charles 
 
1 Referencia obtenida del diccionario etimológico en línea: 
http://etimologias.dechile.net/?voluptuoso. 
8 
 
 
 
Perrault; dicha extensión era más cercana a la de una novela que a la de un cuento. Esa 
versión hacía hincapié en la genealogía de los personajes y la razón detrás de la maldición 
del príncipe, la cual resulta ser un castigo impuesto por un hada malévola que intento 
seducir al príncipe y al no lograrlo lo condena a una deforme faz. Mme. de Villeneuve 
también presenta secuencias oníricas en las que la Bella sueña a la Bestia con aspecto 
humano, aconsejándole ver más allá de las apariencias, y dándole armas para que después 
de la transformación pueda reconocerlo. Una de las diferencias más importantes entre ésta y 
otras versiones del cuento es que la transformación de la bestia no ocurre en cuanto ella lo 
acepta como su cónyuge, sino al día siguiente, después de la consumación del matrimonio.2 
Su producción fue limitada, ya que los editores encontraban su extensión y algunos 
aspectos de su contenido problemáticos, por ejemplo las escenas con sutiles connotaciones 
sexuales. Es posible que por esta razón poca gente la conoce hoy en día. Lo que la autora 
otorgó al texto fue que, a partir de este momento, se hace evidente el contenido sexual del 
cuento y cómo el contacto sexual entre los personajes va a definirlos y transformarlos. 
Mme. de Villenueve puso esta información sobre la mesa de una manera obvia y directa. 
 Llegados a este punto en el desarrollo de la historia del cuento, una de las paradas 
principales es por supuesto “La Belle et la Bête”, de Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont, 
fechada en 1757, ya que esta versión dio paso e inspiración a miles de reescrituras 
posteriores, incluyendo las dos antes mencionadas que son las que estoy interesada en 
analizar en ésta tesina. Ya que ésta es la principal fuente en la que Carter basa sus 
reescrituras, me parece importante examinarla de manera más profunda, por ello el estudio 
del texto de Mme. de Beaumont será el objetivo del primer capítulo de este trabajo. Hecho 
 
2 Información sobre el texto de Villeneuve encontrada en el artículo en línea de Heidi Anne Heiner 
“History of Beauty and the Beast” (http://www.surlalunefairytales.com/beautybeast/history.html), 
consultado el 27 de abril de 2013. 
http://www.surlalunefairytales.com/beautybeast/history.html
9 
 
 
 
el comentario anterior, en el segundo capítulo desarrollaré mi análisis del cuento “The 
Courtship of Mr. Lyon”, texto que, de acuerdo con Cristina Bacchilega, en su libro 
Postmodern Fairy Tales: Gender and Narrative Strategies, “exposes the machinations of 
its [the tale’s] magic without explicitly renouncing it, leaving the reader to reflect on the 
power of words and looks” (91). En el tercer capítulo de mi tesina hablaré de una de las 
versiones más transgresoras en la historia de este cuento de hadas, “The Tiger’s Bride”. En 
este último cuento, Carter se esfuerza por darle giros a varios de los elementos del texto 
clásico, por ejemplo la relación de la bella con su padre, la humanización de la bestia y la 
transformación inesperada del final. Este texto, quizá de manera más asertiva que “The 
Courtship of Mr. Lyon”, también comparte con el resto del libro al que pertenece la 
intención de presentar a sus lectores otra perspectiva de la represión del deseo femenino, 
uno de los temas centrales de la autora y que se mantiene no sólo a lo largo de todo su libro, 
sino también de su obra literaria en general. Este es uno de mis mayores intereses de 
investigación: analizar la forma en que Carter toma la estructura y los elementos principales 
del cuento de Mme. de Beaumont y los transforma para dar voz a sus propias ideas sobre 
las mujeres, su relación con los hombres en determinados contextos, y la posibilidad de una 
verdadera liberación y exploración del deseo femenino. 
 Una autora como Carter ha dado lugar a cierta polémica, ya que sus textos a menudo se 
centran en la deconstrucción de los mitos que han cimentado el binomio en las relaciones 
entre los géneros en el mundo occidental. Como lo explica Merja Makinen en “Angela 
Carter’s The Bloody Chamber and the Decolonisation of Feminine Sexuality”, es común 
hallar en los cuentos de la autora que la violencia y la transgresión de las convenciones 
sociales son estrategias que usa a favor de la propuesta feminista. Su literatura puede pecar 
de ser “incómoda” en ocasiones, en tanto que pone a prueba las expectativas, y a pesar de 
10 
 
 
 
ello es una de las autoras de corte feminista mejor distribuidas y más leídas en los países de 
lengua inglesa (Makinen en Easton 26). En mi opinión, su popularidad se debe a su estilo 
único, barroco y simbólico, su particular uso del lenguaje y, como ya se mencionó, su gusto 
por renovar algo familiar y modificarlo de maneras inesperadas, dándole un aire nuevo a un 
mito antiguo, como lo hace en The Passion of New Eve, publicado en 1977, con el mito de 
Eva.3 Su estilo también se caracteriza por los elementos góticos y maravillosos, sus 
referencias intertextuales, la perspectiva posmoderna y la capacidad para mezclar agresión 
y erotismo, y así reformular ambas nociones. ¿Qué interés podría tener una escritora así en 
relatos que se consideran para niños? Carter prestó atención a las posibilidades dentro del 
mismo género: la facilidad de los cuentos de hadas para lidiar con lo que en inglés se 
conoce como “uncanny”, o en español como “siniestro”, elemento que abre una ventana de 
oportunidad para aquellos temas que no se comentan con facilidad. 
 Para entender cómo funciona The Bloody Chamber hay que tomar en cuenta el contexto 
en el que la obra fue escrita. Al mismo tiempo que realizaba su propia traducción al inglés 
de los cuentos de hadas de Charles Perrault, Carter comenzó a trabajar en un texto crítico 
titulado The Sadeian Woman and the Ideology of Pornography, en el cual la autora 
establece un debate polémico en torno a la figura del Marqués de Sade, y ofrece una lectura 
feminista de su novela Justine. Esta es una empresa de evidente riesgo, pues va en contra de 
los ataques que por mucho tiempo la crítica feminista ha profesado contra este autor; sin 
embargo lo que Carter propone es ampliar el marco teórico con el que se le interpreta. Ella 
ve al Marqués de Sade como el primer autor que se declara en contra de la santificación de3 En esta novela, Carter utiliza las figuras bíblicas de Eva y Lilith para modificar la percepción de la 
feminidad a los ojos del protagonista y el lector. Evelyn, el personaje principal debe sufrir cambios 
radicales, incluyendo una transformación de género y sexo, para renacer como un nuevo modelo de 
“primera mujer”, la cual es nombrada Eve. 
11 
 
 
 
la mujer, tan sólo por presentar a Juliette, el personaje contrario a la víctima, Justine. 
Juliette es una mujer que utiliza su sexualidad para obtener lo que desea; dicha estrategia, al 
finalizar la narrativa de Sade, le impide ser víctima del mundo corrupto que, en cambio, 
destruye a su hermana. Este concepto de la mujer que se rehúsa a ser víctima del mundo 
opresor que la rodea es lo que va a inspirar la respuesta de Carter a los textos de Perrault y 
permeará la psicología de cada una de las protagonistas de The Bloody Chamber, 
incluyendo a Bella.4 
 Los tres textos (el de Mme. de Beaumont y los dos de Carter) que pretendo estudiar son 
ricos en contenido y forma, por lo tanto me centraré sólo en ciertos elementos de ellos para 
acotar esta investigación. Al analizar a los personajes protagónicos de cada texto tomaré en 
cuenta la afirmación de Luz Aurora Pimentel sobre la naturaleza del personaje ficticio: “un 
personaje no es otra cosa que un efecto de sentido, […] logrado por medio de estrategias 
discursivas y narrativas” (59). Los aspectos que estudiaré en cada cuento son aquellas 
estrategias narrativas que construyen a los personajes; la mayoría de éstos fueron inspirados 
por mi lectura de Marina Warner y su libro From the Beast to the Blonde: On Fairy Tales 
and their Tellers, y son los siguientes: las virtudes que Bella encarna, su construcción como 
personaje a través de las denominaciones que se le dan, el personaje de Bestia como 
representación del Otro, la función de la figura paterna dentro del texto en relación con la 
protagonista, el contraste entre figuras masculinas, la relación entre los personajes 
principales, y por último la transformación interna y externa que viven ambos personajes 
protagónicos. Todos estos elementos estarán acompañados de una explicación sobre el 
 
4 Ya que ninguno de los textos que analizaré en este trabajo fue escrito originalmente en español, 
cuando “Bella” o “Bestia” estén escritos con mayúsculas o con el artículo correspondiente estaré 
refiriéndome a los personajes como un prototipo de personaje, no como el personaje de uno de los 
textos en específico. En los otros casos utilizaré el nombre que el texto mismo asigna al personaje. 
12 
 
 
 
contexto del que surgió el cuento, pues me parece necesario para comprender las 
intenciones de cada autora y las ideas que esperaban transmitir al público. Me intereso por 
responder todas estas interrogantes para dar a conocer la complejidad que el lector 
promedio no ve en los cuentos de hadas y las infinitas posibilidades que permite su 
adaptación y reconstrucción, además de preocuparme por hablar sobre una autora cuya obra 
no ha sido tan difundida en este país como considero que merece serlo. Esta tesina estará 
dedicada a analizar ese proceso mediante el cual Carter expone su opinión sobre la sociedad 
y sus cambios usando una estrategia similar a la del Dr. Frankestein de Mary Shelley. 
Angela Carter es una escritora capaz de inyectar vida nueva y contenido nuevo a un antiguo 
cuerpo que muchos lectores suponen que carece de aportaciones; sin embargo, la escritora 
lo transforma en algo nuevo que no se puede definir con tanta facilidad. 
 Habiendo terminado con esta introducción a los textos y a mi propio análisis, me parece 
que no hay mejor manera de comenzar que con el clásico: érase una vez….. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
13 
 
 
 
Capítulo 1: Érase una vez un monstruo que buscaba 
esposa. 
 
La educación siempre ha sido un tema que ha preocupado a la humanidad; sin embargo, la 
educación de las mujeres no cobró importancia sino hasta el siglo XVIII. Se pensaba que 
los defectos del sexo femenino, como el sentimentalismo y la carencia de racionalidad, eran 
causados por su falta de conocimiento y cultura, por lo tanto se crearon textos e 
instituciones para resolver el problema. A una temprana edad, las niñas comenzaban a 
aleccionarse en modales, historia, cultura y, sobre todo, la administración del hogar. Casi 
todos los aspectos de la educación giraban en torno a la religión y buscaban producir 
buenas esposas cristianas. Marie Le Prince de Beaumont, al ser una mujer que se dedicaba 
a la educación, se preocupó por la creación de textos con intención didáctica dirigidos a 
niñas y mujeres jóvenes que se basaran en dichos valores cristianos. Sus cuentos de hadas 
de mayor fama, incluyendo “La belle et la bête”, enseñan sobre la definición de la virtud y 
en cómo ésta llevaría a un buen matrimonio. 
 En la época en que escribió y publicó su versión de “La bella y la bestia”,5 alrededor de 
dieciséis años después de la publicación del cuento de Villenueve, las fórmulas de los 
cuentos de hadas estaban establecidas, ya que su escritura e impresión las había refinado. 
Jack Zipes, en Fairy Tales and the Art of Subversion, explica que la principal clasificación 
dependía de la audiencia a la que el cuento se dirigía: los cuentos para niños resultaban muy 
distintos a los de las niñas. Los valores morales que cada género debía asimilar y seguir 
eran la diferencia principal. El aprendizaje de esos valores implicó la instrucción en las 
actitudes y conductas adecuadas para cada sexo. Zipes resume esta distinción de valores al 
 
5 Para referirme a la versión de Mme. de Beaumont usaré el título en francés. En cambio usaré “La 
bella y la bestia” cuando hable de la historia en general. 
14 
 
 
 
describir la primera lección enseñada a las niñas y jóvenes mujeres: “The male acts, the 
female waits” (p. 41). Esta noción es el eje de las narrativas para hombres y mujeres. 
Cuentos como “El gato con botas” forman el ejemplo a seguir para los niños, pues los 
impulsan a ser asertivos, ingeniosos y audaces. Se les enseña que, para obtener lo que 
quieren, deben actuar, tomar la iniciativa de buscarlo y, si usan el ingenio para luchar por 
ello, la recompensa podría llegar a ser un matrimonio beneficioso con una bella y valiosa 
mujer, una posición dentro de un estrato social más alto o, a menudo, ambos. En cambio, la 
principal lección que las mujeres debían aprender por medio de historias como “La Bella 
Durmiente” o “Blanca Nieves”, era ser pacientes y sumisas; el hombre hace, mientras la 
mujer sólo responde a un estímulo. Su posición es sedentaria; ella está arraigada al hogar y 
las tareas domésticas, por lo tanto no irá en busca de sus propios deseos. 
 El racionalismo que funcionaba como eje central de la Ilustración fue absorbido por la 
cultura y es por ello que los cuentos de hadas eran otra forma de fomentar esos ideales en 
las mentes jóvenes. Usar la razón para tomar decisiones y superar obstáculos era la más 
preciada cualidad que podía tener un hombre, cualidad que en la mayoría de los cuentos era 
reservada para el género masculino. La racionalidad era el rasgo principal del varón; en 
contraparte, la mujer era la representante del sentimentalismo, los instintos naturales, los 
impulsos y el caos, por lo que era su deber luchar por el autocontrol. Ésa era una de las 
lecciones vitales que los cuentos de hadas ofrecían a las mujeres: no obedecer a sus 
impulsos. Sin embargo, ésta no era la única instrucción que las mujeres recibían de los 
cuentos de hadas. La gran mayoría de las historias también contenían un discurso sobre el 
matrimonio y las relaciones entre hombres y mujeres, casi siempre en términos de 
propietario-posesión. 
15 
 
 
 
 Con esta información en mente,retomaré “La belle et la bête” de Mme. de Beaumont.6 
Este texto en especial tiene un mensaje específico sobre el matrimonio, pues ése es el tema 
principal del relato. Marina Warner lo presenta de una manera clara y concisa: “The fairy 
tale of Beauty and the Beast assumed a female audience on the whole who fully expected to 
be given away by their fathers to men who might well strike them as monsters” (278). 
Cuando niñas, las mujeres pertenecen a sus padres, quienes en general eligen al esposo de 
sus hijas, y al casarse ellas pasan a ser propiedad de su esposo, haciendo del matrimonio 
una transacción económica entre hombres, pero también una sustitución de figuras de 
poder. El esposo toma las obligaciones del padre, funge como proveedor de su cónyuge y, 
de la misma manera, hereda del suegro la autoridad sobre la mujer. Una buena esposa era, 
ante todo, una esposa obediente, quien en caso de cometer una falta podía ser amonestada 
por su esposo, de la misma manera que un niño es regañado por un padre. Las mujeres no 
sólo eran inferiores a los hombres, sino que estaban casi en el nivel de los niños, 
infantilizadas por su supuesta falta de capacidad para dominarse a sí mismas y su necesidad 
de ser cuidadas. El esposo es el sustituto de la figura paterna y, como tal, es una figura de 
autoridad a la que la mujer se ve obligada a responder. 
 Por estas razones, el comentario de Warner resulta acertado, ya que la elección de 
marido estaba fuera de sus manos y la resignación era la púnica opción restante para las 
mujeres. “La belle et la bête” les da cierta esperanza con respecto a una mejora en la 
relación con el hombre que habrán de desposar. Ver “más allá de las apariencias”, en este 
 
6 Las citas del texto en francés fueron obtenidas de una versión en línea del texto que carecía de 
páginas numeradas títulado “LA BELLE ET LA BETE par Madame Leprince de Beaumont”, por lo 
tanto la fuente sólo estará listada al final del trabajo. También ofreceré, como nota a pie de página, 
la traducción de Maria Tatar que se encuentra en The Classic Fairy Tales: A Norton Critical 
Edition. Usaré esta traducción porque me parece una de las más exitosas en transmitir el estilo y 
significado y, siendo que Tatar es una de las especialistas más reconocidas en cuentos de hadas, 
existe la garantía de que la traducción no sólo es cuidadosa, sino bien documentada. 
16 
 
 
 
contexto, no significa juzgar a una persona por quién es en lugar de por cómo se ve, como 
de manera cotidiana se entiende la expresión; sino ver el lado positivo de la situación a la 
que se está condenada. El cuento era buena propaganda para los matrimonios arreglados; la 
historia de Mme. de Beaumont demuestra que las jóvenes virtuosas podían tener la suerte 
de casarse con un hombre igual de virtuoso e incluso llegar a sentir afecto o amor por él. 
 La idea de reconocer la virtud más allá de la apariencia física es un tema recurrente en 
los cuentos de hadas de Mme. de Beaumont. Por ejemplo en “Aurore et Aimée” y “Le 
Prince Fatal et le Prince Fortuné”, hay una comparación entre la belleza acompañada de 
virtud, que siempre será la ganadora, y la belleza meramente física. En la época en la que la 
autora escribió sus historias, se relacionaba la idea de belleza con los buenos valores y la 
conducta cristiana: mientras más agraciada era la persona, más pura era su alma. Mme. de 
Beaumont propone una distinción: no siempre el criterio anterior podrá ser aplicado; de 
hecho sus historias a menudo muestran cómo la belleza puede ser engañosa. Sin embargo, 
no puede deslindarse de la convención por completo y por esto hace de los protagonistas en 
esos relatos los “segundos” en belleza. “La belle et la bête” toma los dos extremos: Belle es 
el modelo de toda virtud externa e interna, mientras que Bête es tan horrible como bueno es 
en su interior. 
 La otra constante en su obra es la presencia de dos tipos de parejas: las que se enfrentan 
y las que se complementan. Cada protagonista que he mencionado (Aurore, Fatal y Belle) 
tiene una relación directa, a menudo consanguínea, con un personaje que es antagonista y 
extremo opuesto del binomio; a su vez tienen una pareja que será tan bella y virtuosa como 
ellos. Todas éstas son estrategias narrativas y didácticas que tienen un objetivo bien 
definido: enseñar a través de ejemplos. Podemos asumir que Mme. de Beaumont daba 
importancia a los aspectos didácticos debido a la constante presencia de ellos en su obra y 
17 
 
 
 
también por su historia de trabajo como institutriz en Inglaterra. Fue, en parte, gracias al 
conocimiento que obtuvo de dicho oficio que sus personajes protagónicos lograron 
establecerse como modelos de conducta y virtud para la época. 
 El contraste es una de las principales técnicas con las que Mme. de Beaumont construye 
a Belle como modelo de virtud. La autora presenta un ejemplo de conducta positiva frente a 
uno de conducta negativa, y los premia y castiga respectivamente. Ésta es la función que 
cumplen las hermanas de Belle, quienes desde su introducción en el primer párrafo del 
cuento son mujeres defectuosas, pues, aunque no son desagradables a la vista, pecan de 
vanidad, envidia y avaricia: 
Ses filles étaient très belles ; mais la cadette surtout se faisait 
admirer, et on ne l'appelait, quand elle était petite, que la belle 
enfant; en sorte que le nom lui en resta: ce qui donna beaucoup de 
jalousie à ses soeurs. Cette cadette, qui était plus belle que ses 
soeurs, était aussi meilleure qu'elles.[…] Elles allaient tous les jours 
au bal, à la comédie, à la promenade, et se moquaient de leur 
cadette, qui employait la plus grande partie de son temps à lire de 
bons livres.7 
Al separar a Belle de sus hermanas y después describir a las segundas, Mme. de Beaumont 
está definiendo a su personaje; señala lo que no es para reforzar lo que sí es. 
 La otra estrategia principal que usa la autora para introducir a su personaje es el nombre 
que le da, como se muestra en la cita anterior. Mme. de Beaumont hace de su protagonista 
 
7 “His daughters were all very beautiful, but the youngest was admired by everyone. When she was 
little, people used to refer to her as “the beautiful child.” The name “Beauty” stuck, and, as a result, 
her two sisters were always very jealous. The youngest daughter was not only more beautiful than 
her sisters, she was also better behaved. […] Every day they went to balls, to the theater, to the 
park, and they made fun of their younger sister, who spent most of her time reading good books.” 
(Traducción de Maria Tatar, p. 32) 
18 
 
 
 
un personaje referencial, ya que su propio nombre establece su principal rasgo: la belleza. 
Éste es un recurso común en los cuentos de hadas, al igual que el contraste de personajes, y 
se utiliza para definirlos desde un principio; sin embargo, en raras ocasiones encontraremos 
un personaje que sea tan simple como para definirlo sólo por una característica. Si bien la 
principal característica de Belle es su hermosa apariencia, Mme. de Beaumont la establece 
como un ejemplo de varias virtudes que se conjugan y acentúan por medio de su belleza. 
En “La belle et la bête” no hay una manipulación del significado del nombre, como lo hay 
en “Le prince Fatal et le prince Fortuné” donde los papeles se intercambian y aquel 
nombrado Fatal termina siendo afortunado y bendecido, mientras que Fortuné termina 
muerto y desdichado. La autora estaba consciente del uso y manipulación, e incluso del 
aprendizaje que puede haber detrás de un juego de nombres. Pero en “La belle et la bête” 
no hay tal giro, sólo hay una acumulación de significados que resultan en un arquetipo que 
tiene una función específica. 
 Otros elementos de la historia que contribuyen a la caracterizaciónde Belle son los 
pedazos de información obtenida por sus relaciones con los demás personajes: ella es 
obediente porque así se comporta con su padre; es nombrada “Belle” por el apodo que le 
ponen de pequeña; es noble por lo apreciada que es por sus hermanos; y es inteligente y 
cultivada porque no gasta su tiempo en frivolidades, como sus hermanas. En la primera 
parte del cuento, que bajo mi criterio va del inicio del texto hasta que la protagonista se 
muda con la Bestia, se encuentran los rasgos que caracterizan a Belle por sí misma: la 
actitud de resignación ante la nueva posición social que ocupa, los buenos modales y la 
amabilidad hacia la gente. Ella es una joven que tiene atributos valiosos para ese momento 
en la historia de la mujer: modales refinados, gusto por la lectura y un carácter racional, lo 
que demuestra al tomar la decisión de resignarse a su nueva posición social y asumir su rol 
19 
 
 
 
de ama de casa con gracia. Hay que hacer énfasis en que es ella misma quien tomó la 
decisión de no ser desdichada por su situación familiar8 y de adoptar la mejor actitud 
posible: “La pauvre Belle avait été bien affligée d'abord, de perdre sa fortune, mais elle 
s'était dit à elle-même, quand je pleurerais bien fort, cela ne me rendra pas mon bien; il faut 
tâcher d'être heureuse sans fortune”.9 Este extracto es un ejemplo del modelo que 
Beaumont quiere enseñar: una joven mujer que antepone el pensamiento a los sentimientos 
y tiene control sobre los últimos. 
 Es evidente que los valores de la Ilustración no son los únicos que funcionan como base 
para las virtudes que Belle representa; los valores cristianos también forman parte de la 
construcción del personaje, pues ella es pura e inocente; no ha sido corrompida por el 
pecado como sus hermanas; es honesta con la Bestia, anteponiendo la sinceridad al temor 
que le tiene, y es capaz de perdonar a sus hermanas por sus ofensas y a su padre por la 
pérdida de su fortuna y por el trato que hace con la Bestia. Estas virtudes adquieren 
resonancia en la segunda parte, cuando ella comienza a relacionarse con su coprotagonista, 
la Bestia. Si bien es cierto que ella le teme, no lo insulta ni lo agrede; está dispuesta a 
afrontar su muerte con dignidad y, por lo tanto, jamás es grosera ni desagradable con él. 
Nunca pierde la compostura y, cuando la pierde, por ejemplo cuando se despide de su padre 
o en el momento en el que se encuentra sola ante la posibilidad de morir esa misma noche, 
se recupera optando por no lamentarse y aprovechar el tiempo que le quedara de vida: 
“Lorsqu'il fut parti, la Belle s'assit dans la grande salle, et se mit à pleurer aussi ; mais 
 
8 Al inicio de la historia de Beaumont, el padre de Bella es un exitoso comerciante que ha logrado 
una posición social y económica ventajosa. De pronto pierde su fortuna, por lo que sus hijas carecen 
de la oportunidad de conseguir matrimonios ventajosos que las harían formar parte de la 
aristocracia. 
9 “Poor Beauty had been upset at first by the loss of the family fortune, but she said to herself: ‘No 
matter how much I cry, my tears won’t bring our fortune back. I must try to be happy without 
it’”(Traducción de Maria Tatar, p. 33). 
20 
 
 
 
comme elle avait beaucoup de courage, elle se recommanda à Dieu, et résolut de ne se point 
chagriner, pour le peu de temps qu'elle avait à vivre”.10 
 Después de presentar a Belle, debemos enfocar nuestra atención en “la Bête”. Dentro de 
este mundo que separa a los géneros, la barrera cultural provoca que los hombres 
representen una amenaza para las mujeres por la acepción que tienen como “el Otro”, lo 
ajeno y desconocido; es decir, este cuento se escribió desde una perspectiva femenina y 
habla sobre la percepción femenina de la masculinidad. El hombre al que desposa la 
protagonista en esta historia es un monstruo porque no forma parte del mundo que le es 
conocido a Bella. La bestialidad del personaje es evidente y tangible porque es lo que la 
civilización desaprueba: los impulsos básicos, la naturaleza animal del deseo humano que 
debe ser temido porque genera un conflicto con la mente. La apariencia de la Bestia es una 
representación de la sexualidad masculina que para Mme. de Beaumont será domesticada 
por la civilización, es decir por Bella, la mujer, quién a su vez representa al modelo de la 
dama perfecta. Siguiendo la línea de pensamiento que ofrece Cristina Bacchilega, sólo ella 
puede ayudarlo a transformarse en el hombre virtuoso que puede llegar a ser. Así como él 
la necesita para remediar su condena, ella lo necesita para llegar al punto de la madurez 
psicológica y sexual en la que pueda ser una esposa ideal. 
 El mayor obstáculo que Belle afrontará es el apego que le tiene a su padre. Sólo cuando 
ella corta lazos con su antiguo hogar de manera definitiva puede unirse a su pareja en una 
relación construida sobre los principios cristianos, incluyendo la consumación del 
matrimonio. 
 
10 “After he had left, Beauty sat down in the great hall and began to cry as well. But since she was 
courageous, she put herself on God’s hands and resolved not to bemoan her fate during the short 
time she had left to live” (Traducción por Maria Tatar, p. 37). 
21 
 
 
 
 Mme. de Beaumont introduce a la Bestia de la siguiente manera: “il (el padre de Belle) 
entendit un grand bruit, et vit venir à lui une bête si horrible, qu'il fut tout prêt de 
s'évanouir”.11 No hay más pistas de su apariencia en el resto del texto. La monstruosidad de 
la bestia se mantiene ambigua por la carencia de detalles físicos para permitir que cada 
lector o escucha imagine a su propio monstruo, con base en lo que cada quién considera 
“horrible”.12 La autora utiliza esa ambigüedad para darle lugar a la subjetividad del lector: 
él o ella podrá crear una imagen personal esculpida por sus propias ideas, pero esa imagen, 
cualquiera que ésta sea, llevará consigo un juicio de valor predispuesto por la autora. 
Regresamos a la importancia de la nominación de los personajes. Así como en el caso de 
Belle obtenemos una primera impresión del personaje tan sólo por su nombre, la estrategia 
se repite con el personaje masculino. Un nombre como “la Bête” trae consigo una carga 
cultural negativa que acumula todo lo que una joven de la época podría temer en un hombre 
desconocido: crueldad, agresión y violencia, entre otras. Sin embargo, Mme. de Beaumont 
transgrede la referencia que conlleva ese nombre y le da un nuevo significado al hacer que 
la personalidad de su personaje, construida por sus palabras y acciones, contradiga su 
denominación. Es así como la Bestia, una criatura a la que en principio fuimos invitados a 
temer, se transforma en un modelo de virtudes masculinas digno de una dama virtuosa 
como Belle. 
 Tomando las ideas de Luz Aurora Pimentel sobre la construcción de personajes y 
aplicándolas a este texto, hay otro elemento que alimenta la imagen de la Bête: el castillo, 
 
11 “…he heard a loud noise and saw a beast coming toward him. It looked so dreadful that he almost 
fainted.” (Traducido por Maria Tatar, p. 35). 
12 Esta cualidad ambigua de la Bestia de Beaumont fue cambiando y desarrollándose gracias a las 
ediciones ilustradas del texto, en las que la Bestia era representada como un humanoide con rasgos 
de uno o varios animales, siendo los más comunes el oso, el jabalí y el león. Por ejemplo, las 
ilustraciones del inglés Walter Crane. 
22 
 
 
 
ya que éste comparte la maldición de su amo. El castillo se describe como colosal pero 
acogedor, pues tiene todo lo necesario para una estancia cómoda y lujosa, pero la Bestia es 
su único habitante; el escenario refleja la mayor condena del personaje que lo habita: la 
soledad.Uniendo ambas nociones podemos interpretar que la maldición de la Bestia es la 
soledad a la que su alejamiento de la civilización lo ha condenado; necesita transformarse 
en un ser humano racional sin relación tangible con sus impulsos y deseos para reunirse con 
la sociedad civilizada. 
 A pesar de la falta de descripción física de la Bestia, Mme. de Beaumont ofrece varias 
virtudes que forman su personalidad. La fealdad del personaje es el único defecto en el que 
se hace énfasis. Incluso cuando la misma Bestia declara que carece de inteligencia, Belle lo 
desmiente al afirmar que “On n'est pas bête, reprit la Belle, quand on croit n'avoir point 
d'esprit : un sot n'a jamais su cela.”.13 Su capacidad de matar nunca se considera como un 
defecto, porque se mantiene como posibilidad; aunque la Bête amenaza con matar al padre 
de Belle, decide hacer un trato con él. De ahí en adelante nunca se vuelve a mencionar su 
poder sanguinario, pues ni siquiera cuando Belle rechaza su propuesta de matrimonio él 
vuelve a demostrar una actitud agresiva. En cambio, actúa como un generoso proveedor 
capaz de darle a Belle todo lo que necesite y desee; aun después de que ella parte para 
regresar con su familia, él reafirma el modelo del esposo proveedor enviándole baúles con 
la más lujosa ropa; es el esposo ideal. Las otras dos cualidades que tiene la Bête son su 
honestidad y admiración por la belleza. La primera la vemos cuando le pide a Belle que sea 
honesta con él respecto a lo que opina de su apariencia, y la segunda cuando él afirma que 
las rosas de su jardín eran su posesión más preciada, razón por la que se enfurece cuando el 
 
13 “’You can’t be a beast,” replied Beauty, “if you know that you lack intelligence. A fool never 
knows that he is stupid’” (Traducido por Maria Tatar, p. 38). 
23 
 
 
 
padre de Belle se roba una de ellas. Esta última adquiere importancia cuando Mme. de 
Beaumont discute la jerarquía de las virtudes a través de la primera conversación entre los 
personajes. En dicha conversación él se acusa de carecer de dos de las tres principales 
virtudes: belleza, ingenio o inteligencia, y bondad, siendo para él la primera la más 
importante; pero Belle prioriza la bondad de su corazón ante todos sus posibles defectos y 
agrega que ya no le parece feo. 
 La existencia y el comportamiento de Bête lo establecen como un ejemplo del típico 
señor feudal, y como tal tiene autoridad y derecho sobre sus subordinados. El lector no 
habrá de sorprenderse porque el padre de Belle no haga el intento de luchar por su hija ante 
la amenaza del monstruo. Le debe respeto porque reconoce en él a su superior; a pesar de 
que sea un señor feudal sin súbditos, su función sigue siendo la misma, y en un momento 
histórico donde los estratos sociales estaban muy bien delimitados y había poca, si no es 
que nula, posibilidad de movimiento, un comerciante sin fortuna debe de rendirle 
obediencia a “su señor”, de ahí que se incline ante el monstruo nombrándolo de esa manera. 
Este rol social implica tanto derechos como obligaciones, y uno de los derechos que le 
concierne por ser dueño de la tierra es el “derecho de pernada”, que en tiempos medievales 
indicaba que el señor feudal podía exigir ser la primera pareja sexual de una damisela. 
Cuando Mme. de Beaumont ideó este texto, quedaban pocas zonas de Europa en las que se 
realizaran dichas prácticas. Sin embargo, permanecían tan arraigadas en la psique colectiva 
que para su público lector estos arquetipos eran parte de la cultura. Un personaje como la 
Bête, que representaba a tantas figuras de autoridad diferentes también debía de cumplir 
con su principal obligación: así como el padre, el esposo o el señor feudal, él tiene que 
proveer a la mujer. 
24 
 
 
 
 El papel de Bête como proveedor comienza al mismo tiempo que la etapa de cortejo 
entre los personajes principales. Él hace aparecer, por arte de magia, libros y un clavecín 
para que ella se entretenga en las actividades que le dan placer; así demuestra a Belle que 
puede darle cuanto desee y que espera que ella encuentre un hogar en su castillo. Al mismo 
tiempo refuerza su interés en la instrucción de Belle y en su aprecio por la belleza. Gracias 
a este gesto, ella comienza a considerarlo amable y recapacita su temor hacia él; éste es el 
primer paso en el camino que ella debe de transitar para llegar a amarlo, a aceptar su 
propuesta de matrimonio y a transformarlo. Poco después tiene lugar la cena en la que 
ocurre la conversación antes descrita, en la cual la fealdad de él comienza a perder 
importancia para Belle, pero sigue siendo un obstáculo para que acepte desposarlo. 
 El cortejo continúa por un espacio de tres meses, en los que Mme. de Beaumont describe 
a grandes rasgos la misma rutina cada noche. Con el paso del tiempo existen dos cambios 
esenciales en la relación entre ellos: primero, Belle se acostumbra a la fealdad de Bête hasta 
que ya no le incomoda, y, segundo, ella descubre que disfruta de su compañía, anhelando la 
hora de charlar con él. A pesar de estos cambios positivos ella no acepta su propuesta, e 
incluso lo rechaza en definitiva ofreciéndole sólo su amistad antes de pedirle que le permita 
regresar a ver a su padre y prometerle que “nunca lo dejará otra vez” una vez que regrese 
después de una semana de visita familiar. Belle antepone a su padre al afecto que le tiene a 
la Bête; su principal deber seguía estando con su padre, ya que Bête no es su esposo ni 
prometido. Una vez de vuelta en casa, Belle rompe su promesa al no regresar con la Bête 
después del tiempo acordado, y, aunque sucede bajo el engaño de sus celosas hermanas, la 
responsabilidad recae sobre ella pues, como en las otras ocasiones, ella toma sus propias 
decisiones y también comete sus propios errores. 
25 
 
 
 
 La Bête se esfuerza por continuar el cortejo a distancia y por eso envía un baúl con 
vestidos elegantes y lujosos. Cuando ella intenta compartirlos con sus hermanas, los 
vestidos desaparecen, y es el deber de su padre explicarle la razón: “Son père lui dit que la 
Bête voulait qu'elle gardât tout cela pour elle, et aussitôt, les robes et le coffre revinrent à la 
même place”.14 Bête mantiene su papel de proveedor de Belle, pero, a diferencia de su 
padre, únicamente de ella; que sea su padre el que acepte que todo le pertenece es una 
declaración de que, como lo explica Bacchilega: “Beauty’s future is thus shown to lie with 
the Beast” (136). 
 Cuando termina la semana de visita y Belle no ha regresado al lado de la Bête, ella 
sueña con la agonía que él sufre y esto le afecta tanto que reflexiona sobre sus verdaderos 
sentimientos hacia él. Aquí es donde Mme. de Beaumont inserta el mensaje que quiere 
transmitir a sus lectores: Belle hace el mismo ejercicio de contraste que la autora provoca 
en el lector, entre ella y sus hermanas: compara a Bête con los esposos de sus hermanas y 
concluye que la bondad de la Bestia es la mayor virtud que se podría pedir de un esposo, ya 
que ni la belleza ni la inteligencia demuestran haber hecho felices a sus hermanas: 
 Ne suis-je pas bien méchante, disait-elle, de donner du chagrin à 
une Bête, qui a pour moi tant de complaisance? Est-ce sa faute, si 
elle est si laide, et si elle a peu d'esprit? Elle est bonne, cela vaut 
mieux que tout le reste. Pourquoi n'ai-je pas voulu l'épouser? Je 
serais plus heureuse avec elle, que mes soeurs avec leurs maris. Ce 
n'est, ni la beauté, ni l'esprit d'un mari, qui rendent une femme 
contente: c'est la bonté du caractère, la vertu, la complaisance : et la 
Bête a toutes ces bonnes qualités. Je n'ai point d'amour pour elle; 
 
14 When her father told her that Beast wanted her to keep everything to herself, the dresses and the 
chest reappered on the spot” (Traducidopor Maria Tatar, p. 40). 
26 
 
 
 
mais j'ai de l'estime, de l'amitié, et de la reconnaissance. Allons, il 
ne faut pas la rendre malheureuse; je me reprocherais toute ma vie 
mon ingratitude.15 
Éste es el corazón de la idea que Mme. de Beaumont quiere establecer. Ella remplaza las 
moralejas dictadas por el narrador que usa Perrault por la epifanía de la misma 
protagonista. Belle argumenta a favor de una jerarquía en la que la bondad sea la máxima 
cualidad que puede tener una persona. La autora presenta su modelo de valores con 
transparencia, ya que está consciente de su público lector; al final su principal objetivo es el 
de instruir. 
 Inspirada por este momento de iluminación, Belle regresa al castillo y, cuando encuentra 
a la agonizante Bête, olvida por completo su desdichada apariencia y acepta gustosa 
desposarlo. Acto seguido, ella se lanza a sus brazos en un gesto simbólico, jurando que no 
podría vivir sin él, que lo desposará y que será suya. Ese primer contacto físico entre ellos 
representa la consumación de la promesa marital, la pertenencia del uno al otro, pues 
enseguida ella lo califica como “su querida Bestia”. Éste es el momento en el que, de 
acuerdo con Bacchilega, “sexuality ceases to appear as a source of anguish, and the 
monstrous Beast turns into a most eligible Prince Charming” (136), pero esto sólo ocurre 
cuando Bête agoniza; como en muchos otros cuentos de hadas, no es sino hasta el instante 
en el que hay una amenaza de muerte o algún tipo de peligro inminente que la verdadera 
identidad de los personajes se muestra y el conflicto llega a su clímax. 
 
15“ ‘Aren’t I terrible,’ she said, ‘for causing grief to someone who has done so much to please me? 
Is it his fault that he’s ugly and lacks intelligence? He is kind. That’s worth more than anything else. 
Why haven’t I wanted to marry him? I would be more happy with him than my sisters are with their 
husbands. It is neither good looks nor great wit that makes a woman happy with her husband, but 
character, virtue, and kindness, and Beast has all those good qualities. I may not be in love with 
him, but I feel respect, friendship, and gratitude toward him. If I made him unhappy, my lack of 
appreciation would make me feel guilty for the rest of my life’”. 
 
27 
 
 
 
 Al igual que en la versión de Villenueve, mencionada en la introducción, el contacto 
físico es lo que libera y devuelve a su estado original a la Bête. Sin embargo después de la 
transformación, Belle tiene un momento de duda de si el apuesto hombre frente a ella es 
“su querida Bestia”; su apariencia no sólo había dejado de ser molesta, sino que se había 
hecho parte integral de él, al punto en que le había dado nombre e identidad. La vacilación 
de Belle es correcta: él ya no es la Bestia que conoció y de quién se enamoró, sino un 
Príncipe virtuoso con el que será “feliz para siempre”. 
 “La belle et la bête” de Madame de Beaumont se caracteriza en parte por sus personajes 
poco usuales. Belle no es la doncella típica de cuento de hadas, a diferencia de Cenicienta o 
Blanca Nieves que deben ser rescatadas por sus respectivos príncipes; ella se niega a ser la 
víctima y forma parte activa del proceso que la llevará a su felicidad. La Bête no provocará 
en ella amor a primera vista y un beso no será la solución a la maldición que cae sobre él, al 
final se requiere una prueba de la madurez sexual y psicológica de ella para sellar el 
contrato nupcial: se necesita que ella se lance, en un acto impulsivo, a sus brazos 
monstruosos para transformar a la Bestia en un príncipe, en un ideal. Bella contradice las 
convenciones que la definen al confiar en su instinto y aceptar la propuesta de matrimonio 
de la Bestia. La autora contradice la convención que dicta que las mujeres deben controlar 
sus pasiones casi en el último momento de la narrativa; y esta vez no ofrece una explicación 
transparente, pues no hay un juicio de valor final sobre las decisiones de Belle. Debido al 
cuidado que se ve en el relato entero, considero que este detalle no es un descuido; Mme. 
de Beaumont le da la opción a su personaje de contener sus sentimientos o de liberarlos. 
Belle es un personaje reflexivo, con juicio propio; nadie, hombre o mujer, toma las 
decisiones por ella. Su buen juicio, que los valores cristianos alimentan, le permite decidir 
también sobre su propio cuerpo: se entrega a su pretendiente hasta que ella lo desea. Lo 
28 
 
 
 
anterior presenta un concepto novedoso para su época: al apropiarse de su cuerpo, también 
se apropia de su sexualidad; y, al hacerlo, deja de ser una víctima pasiva de las 
circunstancias. Siglos después, este rasgo sigue siendo tan importante para su frecuente 
exploración, no sólo en una sino en dos reescrituras, y es aquí donde interviene Angela 
Carter. 
 Madame de Beaumont construye una historia que perdurará por siglos y personajes que 
darán pie a un sinfín de otras historias y relatos. Éste cuento de velada liberación femenina 
será extrapolado, años después, por importantes autoras de corte feminista, como Carter, 
quienes demostrarán que los cuentos de hadas todavía tienen un par de cosas que 
enseñarnos. 
 
 
29 
 
 
 
Capítulo 2: Érase una vez un cordero que aprendió a ser 
león 
 
En 1979, dentro de una antología elaborada por la edición británica de la revista Vogue, se 
publica la primera de dos historias hermanas que más tarde se unen en The Bloody 
Chamber. Ésta fue la primera ocasión en la que “The Courtship of Mr. Lyon” llegó a las 
manos del público lector. En mi opinión, el interés que causó el cuento se debe al balance 
casi perfecto entre tradición y transgresión. Su nivel de subversión es mucho más sutil que 
el del resto de los cuentos de The Bloody Chamber. La colección contiene varios grupos de 
historias que funcionan como hipertextos16 de un cuento de hadas en específico, por 
ejemplo la secuencia dedicada a Caperucita Roja o los dos cuentos en los que mi estudio se 
concentra. Dentro de estas microsecuencias, la primera historia no sólo da contexto a la 
siguiente, sino que se vuelve un hipotexto secundario; de manera que cada historia es un 
poco más radical que su predecesora y menos que la siguiente. “The Courtship…” es la 
segunda historia dentro de la colección, justo después del texto que le da título, “The 
Bloody Chamber”; pero es la primera en la secuencia de reescrituras de “La bella y la 
bestia”, por lo que su nivel de transgresión será más sutil que el del siguiente texto. Esta 
sutileza se debe a dos factores: la decisión de Angela Carter de mantener este texto muy 
cercano al hipotexto en el que está basado, en este caso “La belle et la bête” de Mme. de 
Beaumont; el segundo, los cambios que hace a la historia como ejemplos de la transición 
 
16 Utilizaré la definición de “hipertexto” que da Gerard Genette en su texto Palimpsestos: la 
literatura en segundo grado: “Llamo, pues, hipertexto a todo texto derivado de un texto anterior por 
transformación simple (diremos en adelante transformación sin más) o por transformación 
indirecta, diremos imitación” (Genette, p. 17). Y haré uso de esta definición para establecer 
“hipotexto” como el “texto anterior” que Genette menciona. 
30 
 
 
 
por la que pasan sus personajes femeninos. Dicha transición culmina en el texto hermano, 
“The Tiger’s Bride”, del que hablaré más adelante. Sobre este proceso, Anny Crunelle-
Vanrigh describe “The Courtship…” de la siguiente forma: “Of all the stories in The 
Bloody Chamber , ‘The Courtship of Mr. Lyon’ is the least unsettling, one dealing with the 
“yearnings” more than the “dangers” of sex” (Crunelle-Vanrigh 128). El proceso del 
“deseo” es el camino que inspirará a la Bella a llegar a la madurez psicológica y sexual que 
requiere para unirsea Bestia. 
 Con base en esta noción más actual del camino hacia una plenitud sexual femenina, 
Carter adapta “La bella y la bestia” a un contexto que mantiene una atmósfera de 
imprecisión temporal, aunque podemos aseverar que se trata del siglo XX, pues menciona 
la presencia de trenes, teléfonos y automóviles. Me parece importante comentar el proceso 
de adaptación que de manera inevitable modificará ciertos elementos de la historia original, 
pero hay que hacer énfasis en que este aspecto no predominará sobre otros. Sí hay 
modificaciones importantes, pero el tiempo en el que localizamos la historia, a pesar de 
discernir que ocurre durante el siglo XX, permanece tan ambiguo como la época en la que 
localizamos los cuentos de hadas; sin embargo, la adaptación a otra época no es el eje 
central del texto. Así como en su hipotexto, el foco central del cuento es la relación entre 
los personajes principales y el crecimiento que la Bella tiene gracias a ésta. 
 Para hablar más adelante del proceso de maduración por el que la figura femenina 
llegará al punto de conocer y responder a su deseo, primero debemos identificar a la 
protagonista que vivirá este cambio. Angela Carter es una autora que gusta de jugar con los 
elementos que le parecen familiares al lector. Por ejemplo, Carter utiliza el recurso de la 
referencia en el nombre con propósitos muy similares a los de Mme. de Beaumont. En este 
texto “Beauty” es el nombre que la autora otorga al personaje principal. Esta estrategia 
31 
 
 
 
tiene dos propósitos: establecer la apariencia física de la protagonista que será también su 
característica principal y hacer una referencia directa al hipotexto. Este tipo de guiños al 
texto de Mme. de Beaumont establecen la relación entre ambos textos y ayudan a enfatizar 
los cambios en la nueva versión; como se verá más adelante. 
 Otro ejemplo de transformación de elementos con los que el lector promedio puede estar 
familiarizado es el cambio de narrador heterodiegético a voz autodiegética al final de la 
primera sección del cuento. Este cambio no está señalado por ningún tipo de signo de 
puntuación que indique diálogo, y nos permite tener un vistazo de lo que piensa Beauty, 
nuestra protagonista: “The roads are bad. I hope he’ll be safe” (Carter 144). A partir de este 
punto, cada cierto tiempo la voz narrativa muestra atisbos de lo que piensa Beauty en 
momentos clave, como en su primer encuentro con Beast. Pero los límites de los 
pensamientos de Beauty también permanecen borrosos, ya que el lector no tiene recursos 
para saber cuando la voz narrativa da paso al discurso del personaje. 
 El “he” del que se preocupa Beauty es del desafortunado padre que, como su precedente, 
perdió su fortuna y viajó buscando solución a sus problemas económicos. Así como el 
padre se asemeja al personaje de Mme. de Beaumont, Beauty tiene claras conexiones con 
Belle. Las características en común más evidentes son la juventud, belleza, pureza; el 
sentido del deber y el afecto incondicional que tiene por su padre; así como los pasatiempos 
que le ayudan a distraerse durante el día en el castillo: “Beauty would pass the day in her 
suite reading or, perhaps, doing a little embroidery” (Carter 149). Estas similitudes están 
presentes y son cruciales para crear la relación y forzar al lector a comparar a ambas 
protagonistas. Si las similitudes entre los personajes son evidentes, lo que le dará fuerza al 
personaje son las diferencias. Esta estrategia permea todo el texto haciendo de “The 
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Courtship….” un texto cuya relevancia reside no en las similitudes, sino en las diferencias 
con su hipotexto.17 
 Es por ello que la construcción de Beauty como personaje gira en torno a las 
características que la distinguen de Belle, de las cuales la que quizá sea la más importante 
es que es imperfecta. El primer capítulo de este trabajo establece a Belle como un modelo 
de conducta para las mujeres que vivieron en la época de su autora; al seguir esa lógica, 
debemos preguntarnos si Beauty funciona como un posible modelo a seguir para la época 
moderna, a pesar de tener defectos. En mi opinión sí puede cumplir con esta función pues 
sus desperfectos la hacen más humana; es un modelo a seguir más cercano a la realidad, 
porque se equivoca en el camino y aun así logra llegar a un “final feliz”. Notamos sus 
defectos sólo en relación a la bestia: su prejuicio hacia la otredad en su primer encuentro 
con Beast, y su frivolidad cuando el lujo de Londres la absorbe al regresar con su ahora rico 
padre. El segundo defecto que he mencionado es la razón por la cual pierde la noción del 
tiempo, rompe su promesa y no regresa con su pretendiente antes del final del invierno. 
 En el primer encuentro entre los dos protagonistas hay un cambio radical con respecto 
al texto de Mme. de Beaumont. Por medio de la paráfrasis del narrador sobre los 
pensamientos de Beauty, Carter establece los dos mundos que estarán en conflicto y la 
barrera que la protagonista tendrá que superar para “recuperar al esposo perdido”. Cuando 
ella lo observa por primera vez siente temor, pero no debido a su horrible apariencia: 
Although her father had told her of the nature of the one who 
waited for her, she could not control an instinctual shudder of fear 
 
17 A pesar de la importancia que el hipotexto tendrá en este análisis, debo señalar que para apreciar 
las cualidades del texto de Carter no es necesario que el lector haya leído el hipotexto, ya que se 
sostiene por sí mismo gracias al desarrollo de sus personajes y a la riqueza en el estilo de la autora. 
Sin embargo el conocimiento previo del hipotexto proveerá al lector con herramientas para apreciar 
algunas de las estrategias de Carter que de otro modo podrían pasar desapercibidas. 
33 
 
 
 
when she saw him, for a lion is a lion and a man is a man and, 
though lions are more beautiful by far than we are, yet they belong 
to a different order of beauty (Carter 147). 
Al contrario, ella lo considera un ser bello, pero, ya que es parte de un mundo que le es 
desconocido, el reino animal, le teme. El reino animal en este contexto, más que darle 
completa libertad a los impulsos, representa la Otredad en el sentido más amplio de la 
palabra; básicamente lo “animal” es “aquello que no es humano”. Ella se siente amenazada 
por su “otredad”, por lo diferente que Beast es de lo que ella conoce. Ya que lo distingue 
como un depredador, ella se ve a sí misma como la presa que persigue; por esta razón se 
denomina “Miss Lamb”, un “título” que agregará información al nombre de pila de la 
protagonista, pues ella no es únicamente un modelo de belleza y virtud, sino que también es 
la potencial víctima o presa. Aquí hay que diferenciar entre lo que entendemos como 
“presa” y “prisionera”. Beauty se siente como la presa de este animal salvaje; a pesar de 
que él no le muestra señal alguna de amenaza o agresión, lo temible está en su propia 
mente. Por otro lado ella no es su prisionera, pues, debido al ejercicio de adaptación, Carter 
no inserta tal concepto en su narrativa. La protagonista sí es entendida como un objeto, en 
tanto que es el pago en especie que el mercader le debe a Beast a cambio de su ayuda, mas 
no es tomada prisionera, pues Beast nunca amenaza su integridad o la de su padre de 
manera directa, sino que la atiende como su invitada. 
 Beauty no es una joven ingenua; ella está consciente del contexto sexual que permea su 
relación con la bestia: 
At that, they both fell silent, as if these strange companions were 
suddenly overcome with embarrassment to find themselves 
34 
 
 
 
together, alone, in that room in the depths of the winter's night 
(Carter 149). 
Se siente avergonzada de la intimidad que comparte con Beast porque entiende que hay la 
posibilidad de un encuentro sexual; sin embargo,esta posibilidad se mantiene en el aire, 
porque, aunque no hay un rechazo como tal, Beast percibe que ella no está lista para 
amarlo. Cuando él se pone a sus pies y le besa las manos, en un evidente gesto de 
adoración, ella lo mira a los ojos y lo único que puede ver es su propio reflejo: 
He drew back his head and gazed at her with his green, inscrutable 
eyes, in which she saw her face repeated twice, as small as if it 
were in bud. Then, without another word, he sprang from the room 
and she saw, with an indescribable shock, he went on all fours 
(Carter 149). 
Ella todavía no está preparada para ver en Beast la humanidad que comparten, ya que sigue 
temerosa de “lo animal”. En este punto en la historia, aunque ambos experimentan un 
proceso de transformación, ninguno de los dos ha terminado su crecimiento; es por ello que 
Beauty se ve dentro de un capullo y Beast se retira en cuatro patas. Ella culminará su 
evolución cuando acepte su propio “lado animal”, mientras que él deberá reencontrarse con 
su lado “humano”. 
 Durante su estancia en Londres, el reconocimiento de sus defectos la lleva a 
transformarse de “Miss Lamb” a “pampered cat”. La especie con la que se identifica 
comienza a asemejarse al gran felino que dejó atrás. En este punto de la narración es 
cuando adquiere la capacidad de superarse a sí misma y conectarse con él. Es en este 
momento cuando llega a la madurez y se siente preparada para entregarse a su pareja. 
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 Me permití reorganizar el orden en el que conocemos las características de Beauty para 
poder hablar de un rasgo que tanto Beauty como Beast comparten. A ambos se les relaciona 
con el motivo de la nieve. Al principio del relato, a Beauty se le describe como “This lovely 
girl, whose skin possesses that same, inner light so you would have thought she, too, was 
made all of snow” (Carter 143); ella está hecha de nieve blanca, color que simboliza 
pureza, y por ende virtud, en la mayoría de las culturas occidentales. Esa luz interna que 
emana de ella reafirma su condición virtuosa. Del mismo modo, la bestia vive en una 
mansión rodeada de nieve; la pureza le es cercana, pero, al contrario de Beauty, no es parte 
inherente de él. La bestia se mantiene en contacto con la virtud, pero ésta no forma parte de 
él sino hasta su encuentro con Beauty. 
 El caso de la construcción de la bestia como personaje es diferente al de la bella, ya que 
es menos detallado, pero en ningún sentido menos importante. A diferencia de la Bête de 
Mme. de Beaumont, al inicio del relato él mismo rechaza el título de “my liege” que usa el 
padre de Beauty, ya que él carece de un título nobiliario o posición similar a la de un señor 
feudal. Sin embargo, su poder es equivalente, porque (y éste es un aspecto en donde sí es 
importante tener en cuenta el trabajo de adaptación al siglo XX) en el mundo diegético el 
ser acaudalado es la fuente de poder. Su capacidad para solucionar los problemas 
financieros del padre de la bella es mucho más valiosa que un título nobiliario. El otro 
símbolo de poder con el que se le relaciona es su apariencia. El temor que le tienen los 
demás no se debe a su faz deforme; se debe a que tiene características de la más majestuosa 
y “bella” de las criaturas salvajes: el león. 
 Por muchos siglos el león ha sido admirado y usado como símbolo de valor, virilidad y 
poder; ejemplos de esto son el uso del león como símbolo heráldico en los estandartes, 
banderas y escudos de la realeza europea en la época medieval. Lo más interesante de la 
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inclusión de esta imagen no es sólo el uso del león para representar la masculinidad, sino el 
uso de un animal que se relaciona con virtudes en vez de con vicios para representar a la 
Bestia. Por ello este personaje tiene perfil de víctima o héroe caído, no de agresor. Tiene la 
timidez de las criaturas salvajes, como lo notamos en la conversación que mantiene con 
Beauty a solas: “He forced himself to master his shyness, which was that of a wild 
creature” (Carter 149). La mayor parte del tiempo, él decide no ejercer su poder; es por ello 
que nunca la agrede o amenaza con hacerlo. Al contrario, él ruega porque ella haga que su 
humanidad emerja de nuevo. Y lo logra; la curva del personaje marca un viaje que lo 
llevará a ese objetivo, pero para obtenerlo primero necesita aceptar su condición animal. 
 Un instante después del primer contacto físico con ella, él se retira en cuatro patas: 
renuncia a su esfuerzo por actuar como un humano y así retener su humanidad. Cuando ella 
lo abandona, pierde la voluntad de cazar, como también su cualidad de “depredador”. La 
nostalgia y tristeza que le ocasiona el abandono de Beauty, si bien provocan su agonía y 
casi deceso, también lo ponen un paso más cerca de recuperar su humanidad. 
 Se podría decir que su transformación no es absoluta, pues aun siendo humano mantiene 
ciertos rasgos de su leonino aspecto: 
And then it was no longer a lion in her arms but a man, a man with 
an unkempt mane of hair and, how strange, a broken nose, such as 
the noses of retired boxers, that gave him a distant, heroic 
resemblance to the handsomest of all the beasts (Carter 153). 
No puede separarse por completo de su lado animal ya que sigue siendo parte de él. Beast 
mantiene detalles de su apariencia leonina tanto en su rostro como en su nombre: al final 
del relato, Carter lo presenta como “Mr. Lyon”. Ésta es una de las mayores diferencias con 
otras bestias, no sólo la de Mme. de Beaumont; a Beast se le otorga un nombre al término 
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de la historia, una vez más haciendo énfasis en la denominación como un reflejo de la 
transformación interna de los personajes. Al terminar él tiene un nombre humano, incluso 
porta el título de “Señor”, pero, así como su apariencia, no puede desechar su estado 
anterior y sigue definiéndose en función de su lado animal; y, al ser su pareja, ella es 
nombrada bajo estas mismas leyes. Hay una relación estrecha entre ambos aspectos, que 
viven en conjunción y dependen el uno del otro, encontrando un equilibrio entre lo humano 
y lo animal. 
 La culminación en equilibrio no se reserva para la Bestia, pues ambos personajes la 
obtienen, pero de diferentes maneras: él tiene una reunión con su humanidad y ella conoce 
su lado animal. Si bien hay un viaje mental, también hay un proceso sexual implícito. 
Desde su primer encuentro, hay un deseo presente, sólo que no le es fácil a la protagonista 
identificarlo como tal; ella lo considera majestuoso y “la más bella criatura del orden 
animal”; hay una admiración hacia esta criatura que deambula entre los dos polos del 
binomio humano-animal. Incluso le conmueve la tristeza de su condición, demostrando 
simpatía y empatía. No hay un momento que señale cuándo Beast comienza a desearla, mas 
podemos suponer que surgió junto con la esperanza de la restitución completa de su 
humanidad, y éstas fueron las razones por las que él extiende la invitación en primer lugar. 
 Cómo mencioné antes, existe una tensión sexual entre los personajes durante su primer 
encuentro a solas, pero se avergüenzan de descubrirla, pues eso significa no sólo que existe 
la posibilidad de un encuentro sexual, sino que hay un interés mutuo del cual no eran 
conscientes. Cuando él se le acerca y tienen contacto físico, él se declara sumiso ante ella, 
pero a ella la repelen sus rasgos animales, pues no los reconoce en sí misma, y él se retira. 
La jerarquía ha sido revertida y es ahora la mujer la que domina a la bestia, es ella la que 
decide cuándo. Recordando el texto de Mme. de Beaumont; él se atiene a la decisión de ella 
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y la aceptará sea cual fuere. Por ejemplo, no es él quien envía al perrito spaniel que funge 
como mayordomo de la casa a buscar a Beauty cuando ella no regresa de Londres, él sólo 
se dispone a agonizar en la espera. 
 En un mundo donde las “leyesse suspenden”, todas las reglas se invierten. El león se 
rinde al servicio del cordero en lugar de amenazarlo, y el tiempo pasa rápido pero sin 
ninguna medida definitiva; por ello no hay manera de saber en específico cuánto tiempo 
duró la primera estancia de Beauty en el hogar de Beast. El lector sólo nota que los 
sentimientos de ella hacia la Bestia se van suavizando conforme la lectura avanza, pues 
desarrolla una simpatía que parte de la lástima que siente por su solitaria condición. Por 
ello, Beauty a menudo reflexiona sobre lo difícil que ha de ser la falta de contacto humano 
para Beast. A pesar de la intimidad que comienzan a compartir, ella rechaza su contacto 
porque le recuerda su otredad, y ésta es una barrera que no le resulta sencilla de superar. 
 Carter nos muestra el momento específico en el que ella reconoce en él la humanidad 
que comparten. El marco en el que este acontecimiento ocurre conlleva un simbolismo: ella 
sube a buscarlo a su habitación, la cual es fría y solitaria, y, al verlo agonizando en su cama 
desnuda, finalmente acepta y reconoce la humanidad en este león: “His eyelids flickered. 
How was it she had never noticed before that his agate eyes were equipped with lids, like 
those of a man? Was it because she had only looked at her own face, reflected there?” 
(Carter 152). Ella ve más allá de su reflejo y cumple su cometido al superar su propio 
prejuicio contra la otredad y asumir en sí misma la bestialidad, así como la humanidad en 
su contraparte. “She flung herself upon him, so that the iron bedstead groaned, and covered 
his poor paws with her kisses” (Carter 153). Se repite la escena del cuento de Mme. de 
Beaumont: ella se entrega a él lanzándose a sus brazos, pero lo que cambia es el escenario. 
Carter va un paso más allá, ya que explicita una escena sexual con el comentario que él 
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hace después de la transformación, todavía yaciendo en su cama: “Do you know,' said Mr 
Lyon, 'I think I might be able to manage a little breakfast today, Beauty, if you would eat 
something with me” (Carter 153). Hay un claro motivo sexual detrás del ofrecimiento del 
desayuno, pero además hay una insinuación de que él recuperó el apetito, cualquiera que 
éste sea, carnívoro o herbívoro. 
 En el equilibrio que se obtiene para ambos personajes al final del cuento, Carter inclina 
levemente la balanza hacia el lado animal. Crunelle-Vanrigh lo explica con elocuencia: 
Carter’s text shows the disappointing victory of binary thinking, of 
either/or, but celebrates the nostalgia of a form of all-inclusiveness. 
The Beast was infinitely superior to his disappointingly human 
avatar. Beauty’s metamorphosis into a full-grown woman is seen in 
terms of more, not less, animality (138). 
Su contacto con el lado animal los define tan profundamente a los dos que se lo apropian 
como nombre, pues al final son “Mr. And Mrs. Lyon” los que pasean por los jardines 
floreados disfrutando de un mundo adornado por la primavera. 
 El desarrollo de los nombres es importante en este texto en especial, ya que, como lo 
establecí antes, la suma de todos esos nombres cuenta la historia de la transformación de los 
personajes en cada etapa. Beauty, el personaje con el que nos topamos primero, se 
transforma en “Miss Lamb”, en la víctima de la figura masculina. Más tarde comienza a 
perder su inocencia, mas no su pureza, siendo un “pampered cat”, una criatura que refleja al 
león que al principio era una amenaza. Por último, obtiene un título, un esposo y un estado 
de igualdad con su pareja. Para ese momento ambos pertenecen metafóricamente a la 
misma especie, pero para llegar a ese resultado hay un proceso que Carter señala por varias 
etapas que muestran el desarrollo del personaje y cuentan la historia de cómo Beauty pasa 
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de ser un cordero a ser una leona. La acumulación de información y significado a través de 
los nombres construye un nuevo modelo. Esta estrategia se aplica a ambos protagonistas, 
pero hay importantes diferencias. En el caso de su contraparte, Beast, el progreso nominal 
se divide en dos fases: Beast y Mr. Lyon. A pesar de que exista un salto notable, la autora 
lo compensa con el cambio externo del personaje. Son dos maneras distintas de presentar 
un desarrollo que lleva a ambos personajes al balance que la autora propone por medio del 
texto. 
 Angela Carter hace una reflexión sobre la medida en la que el conocimiento de nuestro 
“lado animal” puede servirnos para alcanzar la madurez emocional y física que es el punto 
al que suelen llegar los personajes femeninos de Carter. El objetivo aquí es que ese 
reconocimiento es necesario para obtener la plenitud. Siguiendo este criterio, Beauty es un 
potencial modelo de conducta, pues es un ejemplo más cercano a nosotros, lectores del 
siglo XX, de una joven que, yendo más allá de sus límites conocidos, es capaz de superar 
sus barreras mentales, aceptar y acoger la otredad en sí misma y en el otro. Sólo de esta 
manera iniciará su vida sexual sin temor, lo que más tarde la podría llevar a una madurez 
sexual, gracias a la cual podrá unirse a otro ser en una relación adulta. 
 
 
 
 
 
 
 
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Capítulo 3: Érase una vez un cordero que recordó cómo 
correr con tigres 
 
Llegamos a lo que aparenta ser el último paso en este análisis del camino evolutivo de “La 
bella y la bestia” bajo la perspectiva de Angela Carter. “The Tiger’s Bride” es tanto el 
complemento como la antítesis de su historia hermana, “The Courtship of Mr. Lyon”. La 
complementa ya que, gracias a ella, hay un mejor entendimiento de la resolución y la 
ideología de Mrs. Lyon, pero también la confronta, en tanto que Carter se atreve a 
desenmascarar, en ocasiones de manera literal, los tabúes de la versión de Mme. de 
Beaumont. Lo que en “The Courtship…” es tan sólo sugerido en “The Tiger’s Bride” queda 
expuesto. Éste es un procedimiento que la autora repite con otros cuentos de The Bloody 
Chamber y también con otras reescrituras de cuentos de hadas dentro de su obra, dando 
como resultado una relación estrecha entre sus textos ya que, el primero construye el 
contexto en el que se leerá el siguiente. Este mecanismo por el que se establece la 
intertextualidad es una de cuatro estrategias que no sólo relacionan los textos de Carter 
entre sí, sino que también establecen la relación con el o los hipotextos con los que trabaja. 
Las estrategias son: la intertextualidad antes mencionada, el proceso de reescritura del 
hipotexto que dará paso al hipertexto, la metatextualidad que hace a la obra reflexionar 
sobre su cualidad de reescritura y la autorreferencialidad que los cuentos tienen entre 
ellos.18 En las conclusiones de este trabajo resumiré las relaciones que se dan entre los 
textos analizados a partir de estas cuatro estrategias y ahondaré en su análisis, pero me 
 
18 La diferencia entre estas dos últimas estrategias radica en que la primera, la metatextualidad, se 
refiere a la reflexión del texto como hipertexto, es decir que deriva de otro texto; mientras la 
segunda, la autorreferencialidad, se refiere a las referencias o guiños que existen sólo entre los 
cuentos de The Bloody Chamber. 
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parece importante mencionarlos como introducción al análisis de “The Tiger’s Bride” para 
hacer patente la combinación de similitudes y diferencias que construyen el texto. 
 Para seguir con la misma estructura que han tenido los capítulos anteriores, comenzaré 
por el análisis del personaje femenino, ya que es en torno a ella que se da uno de los 
cambios más profundos. Las versiones que he mencionado antes tienen un rasgo importante 
en común: todas son narradas en tercera persona por un narrador omnisciente que tiene la 
capacidad de focalizar temporalmente en los protagonistas, especialmente en la Bella. En el 
cuento “The Tiger’s

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