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Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Filosofía y Letras Colegio de Letras Modernas Un baile de tigres y corderos: las reescrituras de “La bella y la bestia” en la obra de Angela Carter Tesina que para obtener el grado de Licenciado en Lengua y Literaturas Modernas (Letras Inglesas) Presenta Ana Elisa Rubio Juárez Samperio Asesora: Dra. Aurora Piñeiro Carballeda México, D. F. 2013 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Para Nelson Juárez, porque me inspiraste a abrir un libro y me diste la fuerza para llegar hasta aquí. AGRADECIMIENTOS Este trabajo está dedicado a mi Papí, padre y abuelo a la vez, porque me inculcó el amor por los libros y las letras. Me enseñó que los libros son amigos, y mientras tenga uno jamás estaré sola. Agradezco a mi mama y a mi abi, por apoyarme, cuidarme y quererme en cada fase de este camino y todos los días de mi vida, sobre todo gracias porque lo siguen haciendo. A Aurora Piñeiro porque gracias a una de sus tareas conocí y me enamoré de Angela Carter. Por ayudarme a apreciarla y por guiarme durante todo este proceso. Y a cada uno de mis maestros y sinodales por compartirme su conocimiento e inspirarme a encontrar el mío. A mi familia no sanguínea, Isabel, Sandra, Ramón, Diego, Rafael, Claudia, Alejandra (La Boheme) y a muchos amigos más por escucharme balbucear sobre la Bella y la Bestia una y otra vez, y hacerme sonreír aunque no quiera. Gracias también por las risas, ideas, consejos y lágrimas que hemos compartido estos años y por todo lo que he aprendido de ustedes, mis maestros fuera de clase. Y a Allan, por todo, especialmente por hacerme creer que hay algo de verdad en los cuentos de hadas y así inspirar la idea original de este trabajo. Gracias a todas las personas que creyeron y creen en mí, aún cuando yo no podía hacerlo. Gracias por pavimentar mi camino con amor y acompañarme a recorrerlo. Sé que no estaría si no fuera por ustedes. Índice Introducción……………………………………………......................................................5 Capítulo 1: Érase una vez un monstruo que buscaba esposa……………….......................13 Capítulo 2: Érase una vez un cordero que aprendió a ser león …….……………………..29 Capítulo 3: Érase una vez un cordero que recordó cómo correr con tigres……………….41 Conclusión…………………………………………………………...................................53 Bibliografía…………………………………………………..............................................58 5 Introducción Mucho ha cambiado nuestra concepción del amor, la sexualidad y el matrimonio a lo largo del tiempo. Por ello puede parecernos sorprendente que algunas antiguas historias que relacionamos con estos temas todavía nos digan algo sobre nuestro mundo y sobre las relaciones entre hombres y mujeres. Hay algunas que sobrevivieron la prueba del tiempo. Entre ellas están los cuentos de hadas que hasta hoy en día apelan a un modelo de conducta y a estándares determinados. Eso no quiere decir que los cuentos de hadas que conocemos en la actualidad hayan quedado congelados en el tiempo; al contrario, su misma naturaleza versátil los ha llevado por un largo camino evolutivo que se ha ramificado en una infinidad de direcciones diferentes, incluso inesperadas. Eso es lo que ocurrió con “La bella y la bestia”: desde sus más viejos antecedentes hasta sus nuevas reinvenciones, ha adoptado un nuevo contenido y se ha transformado en manos de autores y autoras que, tomando su estructura, motivos y elementos, se esforzaron por innovarla. Al pensar en “La bella y la bestia” hoy en día, el lector o lectora promedio la definiría como una de las historias de amor más famosas y mejor conocidas en el mundo. Sin embargo, el público olvida, o quizá desconoce por completo, que este cuento no sólo hablaba del amor, sino que también trataba importantes temas como el matrimonio y la sexualidad. De hecho, las primeras versiones impresas del cuento de hadas clásico estaban centradas en las convenciones que implicaba el matrimonio y en cómo las jóvenes casaderas, a quienes estaba dirigido el cuento, podrían lidiar con ellas. El segundo tema se mantenía escondido con delicadeza pero latente detrás de los modelos de virtud y las fórmulas. Hubo una autora que, en un tiempo más cercano al nuestro, tuvo la destreza de ver este contenido y explotarlo para sus propios fines, trayéndolo a la luz y transportándolo 6 a un contexto social y cultural diferente. Dicha autora es la inglesa Angela Carter, quien escribió dos versiones de “La bella y la bestia”: “The Courtship of Mr. Lyon” y “The Tiger’s Bride”, ambas incluidas en la colección titulada The Bloody Chamber, publicada en 1979. Es en estas dos reescrituras en las cuales concentraré mi análisis; no obstante, considero que antes de adentrarme en el giro que Angela Carter le dio a sus transformaciones de esta historia, es pertinente analizar primero la historia del cuento, así como la variante que funge como hipotexto principal para Carter: “La belle et la bête” de Madame Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont, publicado en 1756. La versión más antigua que se reconoce como predecesora directa de “La bella y la bestia” es la de Apuleyo, escritor romano que en su texto Metamorfosis o El asno de oro, fechado aproximadamente en el S. II d.C., cuenta la historia de la unión de Cupido (o Eros), hijo de Afrodita, con Psique, la más bella de tres hermanas, quien desposó a Cupido sin conocer su aspecto ni identidad. Cada noche, los amantes retozaban juntos en las sombras, pues Cupido no le permitía a su esposa conocer su apariencia o indagar sobre su identidad por temor a la ira de su madre, quien envidiaba la belleza de Psique. La protagonista pide a su cónyuge dejarla ver a las hermanas que extraña y al hablar con ellas confiesa que no conoce a su propio marido. Sus celosas hermanas la convencen de la posibilidad de que su esposo sea un monstruo, pues sólo un monstruo se escondería de su amada; y siguiendo su consejo, a la mitad de la noche Psique enciende una lámpara de aceite y, asombrada, observa la indescriptible belleza de su amado. Una gota hirviente cae sobre Cupido despertándolo y, furioso con su amante, la abandona con la intención de nunca regresar a ella. Arrepentida, Psique ruega a Afrodita que le devuelva el amor de Cupido y, como respuesta, la diosa le impone pruebas casi imposibles de completar que demostrarían su amor por el esposo perdido. Después de superar las pruebas y los peligros que éstas 7 ostentaron, Psique se reúne con su amado y renuevan sus nupcias concibiendo a su hija Voluptas que, en latín, significa placer.1 Este antecedente presenta claras conexiones con el cuento de hadas que conocemos, demuestra qué tan antiguo es el interés por la relación entre hombres y mujeres dentro del contexto del matrimonio y establece la estructura con la que folkloristas como Antti Aarne y Stith Thompson definen la trama básica del cuento. Esta estructura, en términos muy generales, comienza con unajoven que se une a un ser con características sobrenaturales en relación con la apariencia física del hombre. La joven comete una indiscreción al romper una promesa hecha a su pareja y lo pierde, y así comienza su travesía para recuperarlo, lográndolo sólo después de poner a prueba su amor. El matrimonio y la sexualidad son más evidentes, ya que responden al contexto en el que la historia de Cupido y Psique fue concebida: una época en la que los conceptos de “sexo” y “matrimonio” eran medios de unión diferentes entre dos personas. La validez de esa unión entre los personajes dependerá de la virtud de Psique, y de su capacidad por demostrar su afecto por Eros. Todos éstos son conceptos que se repetirán casi al pie de la letra en las versiones posteriores. A partir de este punto en el recorrido por la historia de “La bella y la bestia”, nos movemos hasta el ambiente que puede relacionarse con el esplendor de los cuentos de hadas: las cortes francesas de los siglos XVII y XVIII. Es en el mundo de los círculos intelectuales de la corte francesa donde surge la primera versión impresa de “La bella y la bestia” como tal, escrita por Gabrielle-Suzanne de Villeneuve y publicada en 1740. Su texto estaba dirigido a los lectores y escuchas adultos de los salones aristocráticos y tenía una extensión mayor a la de otros cuentos de hadas, por ejemplo los escritos por Charles 1 Referencia obtenida del diccionario etimológico en línea: http://etimologias.dechile.net/?voluptuoso. 8 Perrault; dicha extensión era más cercana a la de una novela que a la de un cuento. Esa versión hacía hincapié en la genealogía de los personajes y la razón detrás de la maldición del príncipe, la cual resulta ser un castigo impuesto por un hada malévola que intento seducir al príncipe y al no lograrlo lo condena a una deforme faz. Mme. de Villeneuve también presenta secuencias oníricas en las que la Bella sueña a la Bestia con aspecto humano, aconsejándole ver más allá de las apariencias, y dándole armas para que después de la transformación pueda reconocerlo. Una de las diferencias más importantes entre ésta y otras versiones del cuento es que la transformación de la bestia no ocurre en cuanto ella lo acepta como su cónyuge, sino al día siguiente, después de la consumación del matrimonio.2 Su producción fue limitada, ya que los editores encontraban su extensión y algunos aspectos de su contenido problemáticos, por ejemplo las escenas con sutiles connotaciones sexuales. Es posible que por esta razón poca gente la conoce hoy en día. Lo que la autora otorgó al texto fue que, a partir de este momento, se hace evidente el contenido sexual del cuento y cómo el contacto sexual entre los personajes va a definirlos y transformarlos. Mme. de Villenueve puso esta información sobre la mesa de una manera obvia y directa. Llegados a este punto en el desarrollo de la historia del cuento, una de las paradas principales es por supuesto “La Belle et la Bête”, de Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont, fechada en 1757, ya que esta versión dio paso e inspiración a miles de reescrituras posteriores, incluyendo las dos antes mencionadas que son las que estoy interesada en analizar en ésta tesina. Ya que ésta es la principal fuente en la que Carter basa sus reescrituras, me parece importante examinarla de manera más profunda, por ello el estudio del texto de Mme. de Beaumont será el objetivo del primer capítulo de este trabajo. Hecho 2 Información sobre el texto de Villeneuve encontrada en el artículo en línea de Heidi Anne Heiner “History of Beauty and the Beast” (http://www.surlalunefairytales.com/beautybeast/history.html), consultado el 27 de abril de 2013. http://www.surlalunefairytales.com/beautybeast/history.html 9 el comentario anterior, en el segundo capítulo desarrollaré mi análisis del cuento “The Courtship of Mr. Lyon”, texto que, de acuerdo con Cristina Bacchilega, en su libro Postmodern Fairy Tales: Gender and Narrative Strategies, “exposes the machinations of its [the tale’s] magic without explicitly renouncing it, leaving the reader to reflect on the power of words and looks” (91). En el tercer capítulo de mi tesina hablaré de una de las versiones más transgresoras en la historia de este cuento de hadas, “The Tiger’s Bride”. En este último cuento, Carter se esfuerza por darle giros a varios de los elementos del texto clásico, por ejemplo la relación de la bella con su padre, la humanización de la bestia y la transformación inesperada del final. Este texto, quizá de manera más asertiva que “The Courtship of Mr. Lyon”, también comparte con el resto del libro al que pertenece la intención de presentar a sus lectores otra perspectiva de la represión del deseo femenino, uno de los temas centrales de la autora y que se mantiene no sólo a lo largo de todo su libro, sino también de su obra literaria en general. Este es uno de mis mayores intereses de investigación: analizar la forma en que Carter toma la estructura y los elementos principales del cuento de Mme. de Beaumont y los transforma para dar voz a sus propias ideas sobre las mujeres, su relación con los hombres en determinados contextos, y la posibilidad de una verdadera liberación y exploración del deseo femenino. Una autora como Carter ha dado lugar a cierta polémica, ya que sus textos a menudo se centran en la deconstrucción de los mitos que han cimentado el binomio en las relaciones entre los géneros en el mundo occidental. Como lo explica Merja Makinen en “Angela Carter’s The Bloody Chamber and the Decolonisation of Feminine Sexuality”, es común hallar en los cuentos de la autora que la violencia y la transgresión de las convenciones sociales son estrategias que usa a favor de la propuesta feminista. Su literatura puede pecar de ser “incómoda” en ocasiones, en tanto que pone a prueba las expectativas, y a pesar de 10 ello es una de las autoras de corte feminista mejor distribuidas y más leídas en los países de lengua inglesa (Makinen en Easton 26). En mi opinión, su popularidad se debe a su estilo único, barroco y simbólico, su particular uso del lenguaje y, como ya se mencionó, su gusto por renovar algo familiar y modificarlo de maneras inesperadas, dándole un aire nuevo a un mito antiguo, como lo hace en The Passion of New Eve, publicado en 1977, con el mito de Eva.3 Su estilo también se caracteriza por los elementos góticos y maravillosos, sus referencias intertextuales, la perspectiva posmoderna y la capacidad para mezclar agresión y erotismo, y así reformular ambas nociones. ¿Qué interés podría tener una escritora así en relatos que se consideran para niños? Carter prestó atención a las posibilidades dentro del mismo género: la facilidad de los cuentos de hadas para lidiar con lo que en inglés se conoce como “uncanny”, o en español como “siniestro”, elemento que abre una ventana de oportunidad para aquellos temas que no se comentan con facilidad. Para entender cómo funciona The Bloody Chamber hay que tomar en cuenta el contexto en el que la obra fue escrita. Al mismo tiempo que realizaba su propia traducción al inglés de los cuentos de hadas de Charles Perrault, Carter comenzó a trabajar en un texto crítico titulado The Sadeian Woman and the Ideology of Pornography, en el cual la autora establece un debate polémico en torno a la figura del Marqués de Sade, y ofrece una lectura feminista de su novela Justine. Esta es una empresa de evidente riesgo, pues va en contra de los ataques que por mucho tiempo la crítica feminista ha profesado contra este autor; sin embargo lo que Carter propone es ampliar el marco teórico con el que se le interpreta. Ella ve al Marqués de Sade como el primer autor que se declara en contra de la santificación de3 En esta novela, Carter utiliza las figuras bíblicas de Eva y Lilith para modificar la percepción de la feminidad a los ojos del protagonista y el lector. Evelyn, el personaje principal debe sufrir cambios radicales, incluyendo una transformación de género y sexo, para renacer como un nuevo modelo de “primera mujer”, la cual es nombrada Eve. 11 la mujer, tan sólo por presentar a Juliette, el personaje contrario a la víctima, Justine. Juliette es una mujer que utiliza su sexualidad para obtener lo que desea; dicha estrategia, al finalizar la narrativa de Sade, le impide ser víctima del mundo corrupto que, en cambio, destruye a su hermana. Este concepto de la mujer que se rehúsa a ser víctima del mundo opresor que la rodea es lo que va a inspirar la respuesta de Carter a los textos de Perrault y permeará la psicología de cada una de las protagonistas de The Bloody Chamber, incluyendo a Bella.4 Los tres textos (el de Mme. de Beaumont y los dos de Carter) que pretendo estudiar son ricos en contenido y forma, por lo tanto me centraré sólo en ciertos elementos de ellos para acotar esta investigación. Al analizar a los personajes protagónicos de cada texto tomaré en cuenta la afirmación de Luz Aurora Pimentel sobre la naturaleza del personaje ficticio: “un personaje no es otra cosa que un efecto de sentido, […] logrado por medio de estrategias discursivas y narrativas” (59). Los aspectos que estudiaré en cada cuento son aquellas estrategias narrativas que construyen a los personajes; la mayoría de éstos fueron inspirados por mi lectura de Marina Warner y su libro From the Beast to the Blonde: On Fairy Tales and their Tellers, y son los siguientes: las virtudes que Bella encarna, su construcción como personaje a través de las denominaciones que se le dan, el personaje de Bestia como representación del Otro, la función de la figura paterna dentro del texto en relación con la protagonista, el contraste entre figuras masculinas, la relación entre los personajes principales, y por último la transformación interna y externa que viven ambos personajes protagónicos. Todos estos elementos estarán acompañados de una explicación sobre el 4 Ya que ninguno de los textos que analizaré en este trabajo fue escrito originalmente en español, cuando “Bella” o “Bestia” estén escritos con mayúsculas o con el artículo correspondiente estaré refiriéndome a los personajes como un prototipo de personaje, no como el personaje de uno de los textos en específico. En los otros casos utilizaré el nombre que el texto mismo asigna al personaje. 12 contexto del que surgió el cuento, pues me parece necesario para comprender las intenciones de cada autora y las ideas que esperaban transmitir al público. Me intereso por responder todas estas interrogantes para dar a conocer la complejidad que el lector promedio no ve en los cuentos de hadas y las infinitas posibilidades que permite su adaptación y reconstrucción, además de preocuparme por hablar sobre una autora cuya obra no ha sido tan difundida en este país como considero que merece serlo. Esta tesina estará dedicada a analizar ese proceso mediante el cual Carter expone su opinión sobre la sociedad y sus cambios usando una estrategia similar a la del Dr. Frankestein de Mary Shelley. Angela Carter es una escritora capaz de inyectar vida nueva y contenido nuevo a un antiguo cuerpo que muchos lectores suponen que carece de aportaciones; sin embargo, la escritora lo transforma en algo nuevo que no se puede definir con tanta facilidad. Habiendo terminado con esta introducción a los textos y a mi propio análisis, me parece que no hay mejor manera de comenzar que con el clásico: érase una vez….. 13 Capítulo 1: Érase una vez un monstruo que buscaba esposa. La educación siempre ha sido un tema que ha preocupado a la humanidad; sin embargo, la educación de las mujeres no cobró importancia sino hasta el siglo XVIII. Se pensaba que los defectos del sexo femenino, como el sentimentalismo y la carencia de racionalidad, eran causados por su falta de conocimiento y cultura, por lo tanto se crearon textos e instituciones para resolver el problema. A una temprana edad, las niñas comenzaban a aleccionarse en modales, historia, cultura y, sobre todo, la administración del hogar. Casi todos los aspectos de la educación giraban en torno a la religión y buscaban producir buenas esposas cristianas. Marie Le Prince de Beaumont, al ser una mujer que se dedicaba a la educación, se preocupó por la creación de textos con intención didáctica dirigidos a niñas y mujeres jóvenes que se basaran en dichos valores cristianos. Sus cuentos de hadas de mayor fama, incluyendo “La belle et la bête”, enseñan sobre la definición de la virtud y en cómo ésta llevaría a un buen matrimonio. En la época en que escribió y publicó su versión de “La bella y la bestia”,5 alrededor de dieciséis años después de la publicación del cuento de Villenueve, las fórmulas de los cuentos de hadas estaban establecidas, ya que su escritura e impresión las había refinado. Jack Zipes, en Fairy Tales and the Art of Subversion, explica que la principal clasificación dependía de la audiencia a la que el cuento se dirigía: los cuentos para niños resultaban muy distintos a los de las niñas. Los valores morales que cada género debía asimilar y seguir eran la diferencia principal. El aprendizaje de esos valores implicó la instrucción en las actitudes y conductas adecuadas para cada sexo. Zipes resume esta distinción de valores al 5 Para referirme a la versión de Mme. de Beaumont usaré el título en francés. En cambio usaré “La bella y la bestia” cuando hable de la historia en general. 14 describir la primera lección enseñada a las niñas y jóvenes mujeres: “The male acts, the female waits” (p. 41). Esta noción es el eje de las narrativas para hombres y mujeres. Cuentos como “El gato con botas” forman el ejemplo a seguir para los niños, pues los impulsan a ser asertivos, ingeniosos y audaces. Se les enseña que, para obtener lo que quieren, deben actuar, tomar la iniciativa de buscarlo y, si usan el ingenio para luchar por ello, la recompensa podría llegar a ser un matrimonio beneficioso con una bella y valiosa mujer, una posición dentro de un estrato social más alto o, a menudo, ambos. En cambio, la principal lección que las mujeres debían aprender por medio de historias como “La Bella Durmiente” o “Blanca Nieves”, era ser pacientes y sumisas; el hombre hace, mientras la mujer sólo responde a un estímulo. Su posición es sedentaria; ella está arraigada al hogar y las tareas domésticas, por lo tanto no irá en busca de sus propios deseos. El racionalismo que funcionaba como eje central de la Ilustración fue absorbido por la cultura y es por ello que los cuentos de hadas eran otra forma de fomentar esos ideales en las mentes jóvenes. Usar la razón para tomar decisiones y superar obstáculos era la más preciada cualidad que podía tener un hombre, cualidad que en la mayoría de los cuentos era reservada para el género masculino. La racionalidad era el rasgo principal del varón; en contraparte, la mujer era la representante del sentimentalismo, los instintos naturales, los impulsos y el caos, por lo que era su deber luchar por el autocontrol. Ésa era una de las lecciones vitales que los cuentos de hadas ofrecían a las mujeres: no obedecer a sus impulsos. Sin embargo, ésta no era la única instrucción que las mujeres recibían de los cuentos de hadas. La gran mayoría de las historias también contenían un discurso sobre el matrimonio y las relaciones entre hombres y mujeres, casi siempre en términos de propietario-posesión. 15 Con esta información en mente,retomaré “La belle et la bête” de Mme. de Beaumont.6 Este texto en especial tiene un mensaje específico sobre el matrimonio, pues ése es el tema principal del relato. Marina Warner lo presenta de una manera clara y concisa: “The fairy tale of Beauty and the Beast assumed a female audience on the whole who fully expected to be given away by their fathers to men who might well strike them as monsters” (278). Cuando niñas, las mujeres pertenecen a sus padres, quienes en general eligen al esposo de sus hijas, y al casarse ellas pasan a ser propiedad de su esposo, haciendo del matrimonio una transacción económica entre hombres, pero también una sustitución de figuras de poder. El esposo toma las obligaciones del padre, funge como proveedor de su cónyuge y, de la misma manera, hereda del suegro la autoridad sobre la mujer. Una buena esposa era, ante todo, una esposa obediente, quien en caso de cometer una falta podía ser amonestada por su esposo, de la misma manera que un niño es regañado por un padre. Las mujeres no sólo eran inferiores a los hombres, sino que estaban casi en el nivel de los niños, infantilizadas por su supuesta falta de capacidad para dominarse a sí mismas y su necesidad de ser cuidadas. El esposo es el sustituto de la figura paterna y, como tal, es una figura de autoridad a la que la mujer se ve obligada a responder. Por estas razones, el comentario de Warner resulta acertado, ya que la elección de marido estaba fuera de sus manos y la resignación era la púnica opción restante para las mujeres. “La belle et la bête” les da cierta esperanza con respecto a una mejora en la relación con el hombre que habrán de desposar. Ver “más allá de las apariencias”, en este 6 Las citas del texto en francés fueron obtenidas de una versión en línea del texto que carecía de páginas numeradas títulado “LA BELLE ET LA BETE par Madame Leprince de Beaumont”, por lo tanto la fuente sólo estará listada al final del trabajo. También ofreceré, como nota a pie de página, la traducción de Maria Tatar que se encuentra en The Classic Fairy Tales: A Norton Critical Edition. Usaré esta traducción porque me parece una de las más exitosas en transmitir el estilo y significado y, siendo que Tatar es una de las especialistas más reconocidas en cuentos de hadas, existe la garantía de que la traducción no sólo es cuidadosa, sino bien documentada. 16 contexto, no significa juzgar a una persona por quién es en lugar de por cómo se ve, como de manera cotidiana se entiende la expresión; sino ver el lado positivo de la situación a la que se está condenada. El cuento era buena propaganda para los matrimonios arreglados; la historia de Mme. de Beaumont demuestra que las jóvenes virtuosas podían tener la suerte de casarse con un hombre igual de virtuoso e incluso llegar a sentir afecto o amor por él. La idea de reconocer la virtud más allá de la apariencia física es un tema recurrente en los cuentos de hadas de Mme. de Beaumont. Por ejemplo en “Aurore et Aimée” y “Le Prince Fatal et le Prince Fortuné”, hay una comparación entre la belleza acompañada de virtud, que siempre será la ganadora, y la belleza meramente física. En la época en la que la autora escribió sus historias, se relacionaba la idea de belleza con los buenos valores y la conducta cristiana: mientras más agraciada era la persona, más pura era su alma. Mme. de Beaumont propone una distinción: no siempre el criterio anterior podrá ser aplicado; de hecho sus historias a menudo muestran cómo la belleza puede ser engañosa. Sin embargo, no puede deslindarse de la convención por completo y por esto hace de los protagonistas en esos relatos los “segundos” en belleza. “La belle et la bête” toma los dos extremos: Belle es el modelo de toda virtud externa e interna, mientras que Bête es tan horrible como bueno es en su interior. La otra constante en su obra es la presencia de dos tipos de parejas: las que se enfrentan y las que se complementan. Cada protagonista que he mencionado (Aurore, Fatal y Belle) tiene una relación directa, a menudo consanguínea, con un personaje que es antagonista y extremo opuesto del binomio; a su vez tienen una pareja que será tan bella y virtuosa como ellos. Todas éstas son estrategias narrativas y didácticas que tienen un objetivo bien definido: enseñar a través de ejemplos. Podemos asumir que Mme. de Beaumont daba importancia a los aspectos didácticos debido a la constante presencia de ellos en su obra y 17 también por su historia de trabajo como institutriz en Inglaterra. Fue, en parte, gracias al conocimiento que obtuvo de dicho oficio que sus personajes protagónicos lograron establecerse como modelos de conducta y virtud para la época. El contraste es una de las principales técnicas con las que Mme. de Beaumont construye a Belle como modelo de virtud. La autora presenta un ejemplo de conducta positiva frente a uno de conducta negativa, y los premia y castiga respectivamente. Ésta es la función que cumplen las hermanas de Belle, quienes desde su introducción en el primer párrafo del cuento son mujeres defectuosas, pues, aunque no son desagradables a la vista, pecan de vanidad, envidia y avaricia: Ses filles étaient très belles ; mais la cadette surtout se faisait admirer, et on ne l'appelait, quand elle était petite, que la belle enfant; en sorte que le nom lui en resta: ce qui donna beaucoup de jalousie à ses soeurs. Cette cadette, qui était plus belle que ses soeurs, était aussi meilleure qu'elles.[…] Elles allaient tous les jours au bal, à la comédie, à la promenade, et se moquaient de leur cadette, qui employait la plus grande partie de son temps à lire de bons livres.7 Al separar a Belle de sus hermanas y después describir a las segundas, Mme. de Beaumont está definiendo a su personaje; señala lo que no es para reforzar lo que sí es. La otra estrategia principal que usa la autora para introducir a su personaje es el nombre que le da, como se muestra en la cita anterior. Mme. de Beaumont hace de su protagonista 7 “His daughters were all very beautiful, but the youngest was admired by everyone. When she was little, people used to refer to her as “the beautiful child.” The name “Beauty” stuck, and, as a result, her two sisters were always very jealous. The youngest daughter was not only more beautiful than her sisters, she was also better behaved. […] Every day they went to balls, to the theater, to the park, and they made fun of their younger sister, who spent most of her time reading good books.” (Traducción de Maria Tatar, p. 32) 18 un personaje referencial, ya que su propio nombre establece su principal rasgo: la belleza. Éste es un recurso común en los cuentos de hadas, al igual que el contraste de personajes, y se utiliza para definirlos desde un principio; sin embargo, en raras ocasiones encontraremos un personaje que sea tan simple como para definirlo sólo por una característica. Si bien la principal característica de Belle es su hermosa apariencia, Mme. de Beaumont la establece como un ejemplo de varias virtudes que se conjugan y acentúan por medio de su belleza. En “La belle et la bête” no hay una manipulación del significado del nombre, como lo hay en “Le prince Fatal et le prince Fortuné” donde los papeles se intercambian y aquel nombrado Fatal termina siendo afortunado y bendecido, mientras que Fortuné termina muerto y desdichado. La autora estaba consciente del uso y manipulación, e incluso del aprendizaje que puede haber detrás de un juego de nombres. Pero en “La belle et la bête” no hay tal giro, sólo hay una acumulación de significados que resultan en un arquetipo que tiene una función específica. Otros elementos de la historia que contribuyen a la caracterizaciónde Belle son los pedazos de información obtenida por sus relaciones con los demás personajes: ella es obediente porque así se comporta con su padre; es nombrada “Belle” por el apodo que le ponen de pequeña; es noble por lo apreciada que es por sus hermanos; y es inteligente y cultivada porque no gasta su tiempo en frivolidades, como sus hermanas. En la primera parte del cuento, que bajo mi criterio va del inicio del texto hasta que la protagonista se muda con la Bestia, se encuentran los rasgos que caracterizan a Belle por sí misma: la actitud de resignación ante la nueva posición social que ocupa, los buenos modales y la amabilidad hacia la gente. Ella es una joven que tiene atributos valiosos para ese momento en la historia de la mujer: modales refinados, gusto por la lectura y un carácter racional, lo que demuestra al tomar la decisión de resignarse a su nueva posición social y asumir su rol 19 de ama de casa con gracia. Hay que hacer énfasis en que es ella misma quien tomó la decisión de no ser desdichada por su situación familiar8 y de adoptar la mejor actitud posible: “La pauvre Belle avait été bien affligée d'abord, de perdre sa fortune, mais elle s'était dit à elle-même, quand je pleurerais bien fort, cela ne me rendra pas mon bien; il faut tâcher d'être heureuse sans fortune”.9 Este extracto es un ejemplo del modelo que Beaumont quiere enseñar: una joven mujer que antepone el pensamiento a los sentimientos y tiene control sobre los últimos. Es evidente que los valores de la Ilustración no son los únicos que funcionan como base para las virtudes que Belle representa; los valores cristianos también forman parte de la construcción del personaje, pues ella es pura e inocente; no ha sido corrompida por el pecado como sus hermanas; es honesta con la Bestia, anteponiendo la sinceridad al temor que le tiene, y es capaz de perdonar a sus hermanas por sus ofensas y a su padre por la pérdida de su fortuna y por el trato que hace con la Bestia. Estas virtudes adquieren resonancia en la segunda parte, cuando ella comienza a relacionarse con su coprotagonista, la Bestia. Si bien es cierto que ella le teme, no lo insulta ni lo agrede; está dispuesta a afrontar su muerte con dignidad y, por lo tanto, jamás es grosera ni desagradable con él. Nunca pierde la compostura y, cuando la pierde, por ejemplo cuando se despide de su padre o en el momento en el que se encuentra sola ante la posibilidad de morir esa misma noche, se recupera optando por no lamentarse y aprovechar el tiempo que le quedara de vida: “Lorsqu'il fut parti, la Belle s'assit dans la grande salle, et se mit à pleurer aussi ; mais 8 Al inicio de la historia de Beaumont, el padre de Bella es un exitoso comerciante que ha logrado una posición social y económica ventajosa. De pronto pierde su fortuna, por lo que sus hijas carecen de la oportunidad de conseguir matrimonios ventajosos que las harían formar parte de la aristocracia. 9 “Poor Beauty had been upset at first by the loss of the family fortune, but she said to herself: ‘No matter how much I cry, my tears won’t bring our fortune back. I must try to be happy without it’”(Traducción de Maria Tatar, p. 33). 20 comme elle avait beaucoup de courage, elle se recommanda à Dieu, et résolut de ne se point chagriner, pour le peu de temps qu'elle avait à vivre”.10 Después de presentar a Belle, debemos enfocar nuestra atención en “la Bête”. Dentro de este mundo que separa a los géneros, la barrera cultural provoca que los hombres representen una amenaza para las mujeres por la acepción que tienen como “el Otro”, lo ajeno y desconocido; es decir, este cuento se escribió desde una perspectiva femenina y habla sobre la percepción femenina de la masculinidad. El hombre al que desposa la protagonista en esta historia es un monstruo porque no forma parte del mundo que le es conocido a Bella. La bestialidad del personaje es evidente y tangible porque es lo que la civilización desaprueba: los impulsos básicos, la naturaleza animal del deseo humano que debe ser temido porque genera un conflicto con la mente. La apariencia de la Bestia es una representación de la sexualidad masculina que para Mme. de Beaumont será domesticada por la civilización, es decir por Bella, la mujer, quién a su vez representa al modelo de la dama perfecta. Siguiendo la línea de pensamiento que ofrece Cristina Bacchilega, sólo ella puede ayudarlo a transformarse en el hombre virtuoso que puede llegar a ser. Así como él la necesita para remediar su condena, ella lo necesita para llegar al punto de la madurez psicológica y sexual en la que pueda ser una esposa ideal. El mayor obstáculo que Belle afrontará es el apego que le tiene a su padre. Sólo cuando ella corta lazos con su antiguo hogar de manera definitiva puede unirse a su pareja en una relación construida sobre los principios cristianos, incluyendo la consumación del matrimonio. 10 “After he had left, Beauty sat down in the great hall and began to cry as well. But since she was courageous, she put herself on God’s hands and resolved not to bemoan her fate during the short time she had left to live” (Traducción por Maria Tatar, p. 37). 21 Mme. de Beaumont introduce a la Bestia de la siguiente manera: “il (el padre de Belle) entendit un grand bruit, et vit venir à lui une bête si horrible, qu'il fut tout prêt de s'évanouir”.11 No hay más pistas de su apariencia en el resto del texto. La monstruosidad de la bestia se mantiene ambigua por la carencia de detalles físicos para permitir que cada lector o escucha imagine a su propio monstruo, con base en lo que cada quién considera “horrible”.12 La autora utiliza esa ambigüedad para darle lugar a la subjetividad del lector: él o ella podrá crear una imagen personal esculpida por sus propias ideas, pero esa imagen, cualquiera que ésta sea, llevará consigo un juicio de valor predispuesto por la autora. Regresamos a la importancia de la nominación de los personajes. Así como en el caso de Belle obtenemos una primera impresión del personaje tan sólo por su nombre, la estrategia se repite con el personaje masculino. Un nombre como “la Bête” trae consigo una carga cultural negativa que acumula todo lo que una joven de la época podría temer en un hombre desconocido: crueldad, agresión y violencia, entre otras. Sin embargo, Mme. de Beaumont transgrede la referencia que conlleva ese nombre y le da un nuevo significado al hacer que la personalidad de su personaje, construida por sus palabras y acciones, contradiga su denominación. Es así como la Bestia, una criatura a la que en principio fuimos invitados a temer, se transforma en un modelo de virtudes masculinas digno de una dama virtuosa como Belle. Tomando las ideas de Luz Aurora Pimentel sobre la construcción de personajes y aplicándolas a este texto, hay otro elemento que alimenta la imagen de la Bête: el castillo, 11 “…he heard a loud noise and saw a beast coming toward him. It looked so dreadful that he almost fainted.” (Traducido por Maria Tatar, p. 35). 12 Esta cualidad ambigua de la Bestia de Beaumont fue cambiando y desarrollándose gracias a las ediciones ilustradas del texto, en las que la Bestia era representada como un humanoide con rasgos de uno o varios animales, siendo los más comunes el oso, el jabalí y el león. Por ejemplo, las ilustraciones del inglés Walter Crane. 22 ya que éste comparte la maldición de su amo. El castillo se describe como colosal pero acogedor, pues tiene todo lo necesario para una estancia cómoda y lujosa, pero la Bestia es su único habitante; el escenario refleja la mayor condena del personaje que lo habita: la soledad.Uniendo ambas nociones podemos interpretar que la maldición de la Bestia es la soledad a la que su alejamiento de la civilización lo ha condenado; necesita transformarse en un ser humano racional sin relación tangible con sus impulsos y deseos para reunirse con la sociedad civilizada. A pesar de la falta de descripción física de la Bestia, Mme. de Beaumont ofrece varias virtudes que forman su personalidad. La fealdad del personaje es el único defecto en el que se hace énfasis. Incluso cuando la misma Bestia declara que carece de inteligencia, Belle lo desmiente al afirmar que “On n'est pas bête, reprit la Belle, quand on croit n'avoir point d'esprit : un sot n'a jamais su cela.”.13 Su capacidad de matar nunca se considera como un defecto, porque se mantiene como posibilidad; aunque la Bête amenaza con matar al padre de Belle, decide hacer un trato con él. De ahí en adelante nunca se vuelve a mencionar su poder sanguinario, pues ni siquiera cuando Belle rechaza su propuesta de matrimonio él vuelve a demostrar una actitud agresiva. En cambio, actúa como un generoso proveedor capaz de darle a Belle todo lo que necesite y desee; aun después de que ella parte para regresar con su familia, él reafirma el modelo del esposo proveedor enviándole baúles con la más lujosa ropa; es el esposo ideal. Las otras dos cualidades que tiene la Bête son su honestidad y admiración por la belleza. La primera la vemos cuando le pide a Belle que sea honesta con él respecto a lo que opina de su apariencia, y la segunda cuando él afirma que las rosas de su jardín eran su posesión más preciada, razón por la que se enfurece cuando el 13 “’You can’t be a beast,” replied Beauty, “if you know that you lack intelligence. A fool never knows that he is stupid’” (Traducido por Maria Tatar, p. 38). 23 padre de Belle se roba una de ellas. Esta última adquiere importancia cuando Mme. de Beaumont discute la jerarquía de las virtudes a través de la primera conversación entre los personajes. En dicha conversación él se acusa de carecer de dos de las tres principales virtudes: belleza, ingenio o inteligencia, y bondad, siendo para él la primera la más importante; pero Belle prioriza la bondad de su corazón ante todos sus posibles defectos y agrega que ya no le parece feo. La existencia y el comportamiento de Bête lo establecen como un ejemplo del típico señor feudal, y como tal tiene autoridad y derecho sobre sus subordinados. El lector no habrá de sorprenderse porque el padre de Belle no haga el intento de luchar por su hija ante la amenaza del monstruo. Le debe respeto porque reconoce en él a su superior; a pesar de que sea un señor feudal sin súbditos, su función sigue siendo la misma, y en un momento histórico donde los estratos sociales estaban muy bien delimitados y había poca, si no es que nula, posibilidad de movimiento, un comerciante sin fortuna debe de rendirle obediencia a “su señor”, de ahí que se incline ante el monstruo nombrándolo de esa manera. Este rol social implica tanto derechos como obligaciones, y uno de los derechos que le concierne por ser dueño de la tierra es el “derecho de pernada”, que en tiempos medievales indicaba que el señor feudal podía exigir ser la primera pareja sexual de una damisela. Cuando Mme. de Beaumont ideó este texto, quedaban pocas zonas de Europa en las que se realizaran dichas prácticas. Sin embargo, permanecían tan arraigadas en la psique colectiva que para su público lector estos arquetipos eran parte de la cultura. Un personaje como la Bête, que representaba a tantas figuras de autoridad diferentes también debía de cumplir con su principal obligación: así como el padre, el esposo o el señor feudal, él tiene que proveer a la mujer. 24 El papel de Bête como proveedor comienza al mismo tiempo que la etapa de cortejo entre los personajes principales. Él hace aparecer, por arte de magia, libros y un clavecín para que ella se entretenga en las actividades que le dan placer; así demuestra a Belle que puede darle cuanto desee y que espera que ella encuentre un hogar en su castillo. Al mismo tiempo refuerza su interés en la instrucción de Belle y en su aprecio por la belleza. Gracias a este gesto, ella comienza a considerarlo amable y recapacita su temor hacia él; éste es el primer paso en el camino que ella debe de transitar para llegar a amarlo, a aceptar su propuesta de matrimonio y a transformarlo. Poco después tiene lugar la cena en la que ocurre la conversación antes descrita, en la cual la fealdad de él comienza a perder importancia para Belle, pero sigue siendo un obstáculo para que acepte desposarlo. El cortejo continúa por un espacio de tres meses, en los que Mme. de Beaumont describe a grandes rasgos la misma rutina cada noche. Con el paso del tiempo existen dos cambios esenciales en la relación entre ellos: primero, Belle se acostumbra a la fealdad de Bête hasta que ya no le incomoda, y, segundo, ella descubre que disfruta de su compañía, anhelando la hora de charlar con él. A pesar de estos cambios positivos ella no acepta su propuesta, e incluso lo rechaza en definitiva ofreciéndole sólo su amistad antes de pedirle que le permita regresar a ver a su padre y prometerle que “nunca lo dejará otra vez” una vez que regrese después de una semana de visita familiar. Belle antepone a su padre al afecto que le tiene a la Bête; su principal deber seguía estando con su padre, ya que Bête no es su esposo ni prometido. Una vez de vuelta en casa, Belle rompe su promesa al no regresar con la Bête después del tiempo acordado, y, aunque sucede bajo el engaño de sus celosas hermanas, la responsabilidad recae sobre ella pues, como en las otras ocasiones, ella toma sus propias decisiones y también comete sus propios errores. 25 La Bête se esfuerza por continuar el cortejo a distancia y por eso envía un baúl con vestidos elegantes y lujosos. Cuando ella intenta compartirlos con sus hermanas, los vestidos desaparecen, y es el deber de su padre explicarle la razón: “Son père lui dit que la Bête voulait qu'elle gardât tout cela pour elle, et aussitôt, les robes et le coffre revinrent à la même place”.14 Bête mantiene su papel de proveedor de Belle, pero, a diferencia de su padre, únicamente de ella; que sea su padre el que acepte que todo le pertenece es una declaración de que, como lo explica Bacchilega: “Beauty’s future is thus shown to lie with the Beast” (136). Cuando termina la semana de visita y Belle no ha regresado al lado de la Bête, ella sueña con la agonía que él sufre y esto le afecta tanto que reflexiona sobre sus verdaderos sentimientos hacia él. Aquí es donde Mme. de Beaumont inserta el mensaje que quiere transmitir a sus lectores: Belle hace el mismo ejercicio de contraste que la autora provoca en el lector, entre ella y sus hermanas: compara a Bête con los esposos de sus hermanas y concluye que la bondad de la Bestia es la mayor virtud que se podría pedir de un esposo, ya que ni la belleza ni la inteligencia demuestran haber hecho felices a sus hermanas: Ne suis-je pas bien méchante, disait-elle, de donner du chagrin à une Bête, qui a pour moi tant de complaisance? Est-ce sa faute, si elle est si laide, et si elle a peu d'esprit? Elle est bonne, cela vaut mieux que tout le reste. Pourquoi n'ai-je pas voulu l'épouser? Je serais plus heureuse avec elle, que mes soeurs avec leurs maris. Ce n'est, ni la beauté, ni l'esprit d'un mari, qui rendent une femme contente: c'est la bonté du caractère, la vertu, la complaisance : et la Bête a toutes ces bonnes qualités. Je n'ai point d'amour pour elle; 14 When her father told her that Beast wanted her to keep everything to herself, the dresses and the chest reappered on the spot” (Traducidopor Maria Tatar, p. 40). 26 mais j'ai de l'estime, de l'amitié, et de la reconnaissance. Allons, il ne faut pas la rendre malheureuse; je me reprocherais toute ma vie mon ingratitude.15 Éste es el corazón de la idea que Mme. de Beaumont quiere establecer. Ella remplaza las moralejas dictadas por el narrador que usa Perrault por la epifanía de la misma protagonista. Belle argumenta a favor de una jerarquía en la que la bondad sea la máxima cualidad que puede tener una persona. La autora presenta su modelo de valores con transparencia, ya que está consciente de su público lector; al final su principal objetivo es el de instruir. Inspirada por este momento de iluminación, Belle regresa al castillo y, cuando encuentra a la agonizante Bête, olvida por completo su desdichada apariencia y acepta gustosa desposarlo. Acto seguido, ella se lanza a sus brazos en un gesto simbólico, jurando que no podría vivir sin él, que lo desposará y que será suya. Ese primer contacto físico entre ellos representa la consumación de la promesa marital, la pertenencia del uno al otro, pues enseguida ella lo califica como “su querida Bestia”. Éste es el momento en el que, de acuerdo con Bacchilega, “sexuality ceases to appear as a source of anguish, and the monstrous Beast turns into a most eligible Prince Charming” (136), pero esto sólo ocurre cuando Bête agoniza; como en muchos otros cuentos de hadas, no es sino hasta el instante en el que hay una amenaza de muerte o algún tipo de peligro inminente que la verdadera identidad de los personajes se muestra y el conflicto llega a su clímax. 15“ ‘Aren’t I terrible,’ she said, ‘for causing grief to someone who has done so much to please me? Is it his fault that he’s ugly and lacks intelligence? He is kind. That’s worth more than anything else. Why haven’t I wanted to marry him? I would be more happy with him than my sisters are with their husbands. It is neither good looks nor great wit that makes a woman happy with her husband, but character, virtue, and kindness, and Beast has all those good qualities. I may not be in love with him, but I feel respect, friendship, and gratitude toward him. If I made him unhappy, my lack of appreciation would make me feel guilty for the rest of my life’”. 27 Al igual que en la versión de Villenueve, mencionada en la introducción, el contacto físico es lo que libera y devuelve a su estado original a la Bête. Sin embargo después de la transformación, Belle tiene un momento de duda de si el apuesto hombre frente a ella es “su querida Bestia”; su apariencia no sólo había dejado de ser molesta, sino que se había hecho parte integral de él, al punto en que le había dado nombre e identidad. La vacilación de Belle es correcta: él ya no es la Bestia que conoció y de quién se enamoró, sino un Príncipe virtuoso con el que será “feliz para siempre”. “La belle et la bête” de Madame de Beaumont se caracteriza en parte por sus personajes poco usuales. Belle no es la doncella típica de cuento de hadas, a diferencia de Cenicienta o Blanca Nieves que deben ser rescatadas por sus respectivos príncipes; ella se niega a ser la víctima y forma parte activa del proceso que la llevará a su felicidad. La Bête no provocará en ella amor a primera vista y un beso no será la solución a la maldición que cae sobre él, al final se requiere una prueba de la madurez sexual y psicológica de ella para sellar el contrato nupcial: se necesita que ella se lance, en un acto impulsivo, a sus brazos monstruosos para transformar a la Bestia en un príncipe, en un ideal. Bella contradice las convenciones que la definen al confiar en su instinto y aceptar la propuesta de matrimonio de la Bestia. La autora contradice la convención que dicta que las mujeres deben controlar sus pasiones casi en el último momento de la narrativa; y esta vez no ofrece una explicación transparente, pues no hay un juicio de valor final sobre las decisiones de Belle. Debido al cuidado que se ve en el relato entero, considero que este detalle no es un descuido; Mme. de Beaumont le da la opción a su personaje de contener sus sentimientos o de liberarlos. Belle es un personaje reflexivo, con juicio propio; nadie, hombre o mujer, toma las decisiones por ella. Su buen juicio, que los valores cristianos alimentan, le permite decidir también sobre su propio cuerpo: se entrega a su pretendiente hasta que ella lo desea. Lo 28 anterior presenta un concepto novedoso para su época: al apropiarse de su cuerpo, también se apropia de su sexualidad; y, al hacerlo, deja de ser una víctima pasiva de las circunstancias. Siglos después, este rasgo sigue siendo tan importante para su frecuente exploración, no sólo en una sino en dos reescrituras, y es aquí donde interviene Angela Carter. Madame de Beaumont construye una historia que perdurará por siglos y personajes que darán pie a un sinfín de otras historias y relatos. Éste cuento de velada liberación femenina será extrapolado, años después, por importantes autoras de corte feminista, como Carter, quienes demostrarán que los cuentos de hadas todavía tienen un par de cosas que enseñarnos. 29 Capítulo 2: Érase una vez un cordero que aprendió a ser león En 1979, dentro de una antología elaborada por la edición británica de la revista Vogue, se publica la primera de dos historias hermanas que más tarde se unen en The Bloody Chamber. Ésta fue la primera ocasión en la que “The Courtship of Mr. Lyon” llegó a las manos del público lector. En mi opinión, el interés que causó el cuento se debe al balance casi perfecto entre tradición y transgresión. Su nivel de subversión es mucho más sutil que el del resto de los cuentos de The Bloody Chamber. La colección contiene varios grupos de historias que funcionan como hipertextos16 de un cuento de hadas en específico, por ejemplo la secuencia dedicada a Caperucita Roja o los dos cuentos en los que mi estudio se concentra. Dentro de estas microsecuencias, la primera historia no sólo da contexto a la siguiente, sino que se vuelve un hipotexto secundario; de manera que cada historia es un poco más radical que su predecesora y menos que la siguiente. “The Courtship…” es la segunda historia dentro de la colección, justo después del texto que le da título, “The Bloody Chamber”; pero es la primera en la secuencia de reescrituras de “La bella y la bestia”, por lo que su nivel de transgresión será más sutil que el del siguiente texto. Esta sutileza se debe a dos factores: la decisión de Angela Carter de mantener este texto muy cercano al hipotexto en el que está basado, en este caso “La belle et la bête” de Mme. de Beaumont; el segundo, los cambios que hace a la historia como ejemplos de la transición 16 Utilizaré la definición de “hipertexto” que da Gerard Genette en su texto Palimpsestos: la literatura en segundo grado: “Llamo, pues, hipertexto a todo texto derivado de un texto anterior por transformación simple (diremos en adelante transformación sin más) o por transformación indirecta, diremos imitación” (Genette, p. 17). Y haré uso de esta definición para establecer “hipotexto” como el “texto anterior” que Genette menciona. 30 por la que pasan sus personajes femeninos. Dicha transición culmina en el texto hermano, “The Tiger’s Bride”, del que hablaré más adelante. Sobre este proceso, Anny Crunelle- Vanrigh describe “The Courtship…” de la siguiente forma: “Of all the stories in The Bloody Chamber , ‘The Courtship of Mr. Lyon’ is the least unsettling, one dealing with the “yearnings” more than the “dangers” of sex” (Crunelle-Vanrigh 128). El proceso del “deseo” es el camino que inspirará a la Bella a llegar a la madurez psicológica y sexual que requiere para unirsea Bestia. Con base en esta noción más actual del camino hacia una plenitud sexual femenina, Carter adapta “La bella y la bestia” a un contexto que mantiene una atmósfera de imprecisión temporal, aunque podemos aseverar que se trata del siglo XX, pues menciona la presencia de trenes, teléfonos y automóviles. Me parece importante comentar el proceso de adaptación que de manera inevitable modificará ciertos elementos de la historia original, pero hay que hacer énfasis en que este aspecto no predominará sobre otros. Sí hay modificaciones importantes, pero el tiempo en el que localizamos la historia, a pesar de discernir que ocurre durante el siglo XX, permanece tan ambiguo como la época en la que localizamos los cuentos de hadas; sin embargo, la adaptación a otra época no es el eje central del texto. Así como en su hipotexto, el foco central del cuento es la relación entre los personajes principales y el crecimiento que la Bella tiene gracias a ésta. Para hablar más adelante del proceso de maduración por el que la figura femenina llegará al punto de conocer y responder a su deseo, primero debemos identificar a la protagonista que vivirá este cambio. Angela Carter es una autora que gusta de jugar con los elementos que le parecen familiares al lector. Por ejemplo, Carter utiliza el recurso de la referencia en el nombre con propósitos muy similares a los de Mme. de Beaumont. En este texto “Beauty” es el nombre que la autora otorga al personaje principal. Esta estrategia 31 tiene dos propósitos: establecer la apariencia física de la protagonista que será también su característica principal y hacer una referencia directa al hipotexto. Este tipo de guiños al texto de Mme. de Beaumont establecen la relación entre ambos textos y ayudan a enfatizar los cambios en la nueva versión; como se verá más adelante. Otro ejemplo de transformación de elementos con los que el lector promedio puede estar familiarizado es el cambio de narrador heterodiegético a voz autodiegética al final de la primera sección del cuento. Este cambio no está señalado por ningún tipo de signo de puntuación que indique diálogo, y nos permite tener un vistazo de lo que piensa Beauty, nuestra protagonista: “The roads are bad. I hope he’ll be safe” (Carter 144). A partir de este punto, cada cierto tiempo la voz narrativa muestra atisbos de lo que piensa Beauty en momentos clave, como en su primer encuentro con Beast. Pero los límites de los pensamientos de Beauty también permanecen borrosos, ya que el lector no tiene recursos para saber cuando la voz narrativa da paso al discurso del personaje. El “he” del que se preocupa Beauty es del desafortunado padre que, como su precedente, perdió su fortuna y viajó buscando solución a sus problemas económicos. Así como el padre se asemeja al personaje de Mme. de Beaumont, Beauty tiene claras conexiones con Belle. Las características en común más evidentes son la juventud, belleza, pureza; el sentido del deber y el afecto incondicional que tiene por su padre; así como los pasatiempos que le ayudan a distraerse durante el día en el castillo: “Beauty would pass the day in her suite reading or, perhaps, doing a little embroidery” (Carter 149). Estas similitudes están presentes y son cruciales para crear la relación y forzar al lector a comparar a ambas protagonistas. Si las similitudes entre los personajes son evidentes, lo que le dará fuerza al personaje son las diferencias. Esta estrategia permea todo el texto haciendo de “The 32 Courtship….” un texto cuya relevancia reside no en las similitudes, sino en las diferencias con su hipotexto.17 Es por ello que la construcción de Beauty como personaje gira en torno a las características que la distinguen de Belle, de las cuales la que quizá sea la más importante es que es imperfecta. El primer capítulo de este trabajo establece a Belle como un modelo de conducta para las mujeres que vivieron en la época de su autora; al seguir esa lógica, debemos preguntarnos si Beauty funciona como un posible modelo a seguir para la época moderna, a pesar de tener defectos. En mi opinión sí puede cumplir con esta función pues sus desperfectos la hacen más humana; es un modelo a seguir más cercano a la realidad, porque se equivoca en el camino y aun así logra llegar a un “final feliz”. Notamos sus defectos sólo en relación a la bestia: su prejuicio hacia la otredad en su primer encuentro con Beast, y su frivolidad cuando el lujo de Londres la absorbe al regresar con su ahora rico padre. El segundo defecto que he mencionado es la razón por la cual pierde la noción del tiempo, rompe su promesa y no regresa con su pretendiente antes del final del invierno. En el primer encuentro entre los dos protagonistas hay un cambio radical con respecto al texto de Mme. de Beaumont. Por medio de la paráfrasis del narrador sobre los pensamientos de Beauty, Carter establece los dos mundos que estarán en conflicto y la barrera que la protagonista tendrá que superar para “recuperar al esposo perdido”. Cuando ella lo observa por primera vez siente temor, pero no debido a su horrible apariencia: Although her father had told her of the nature of the one who waited for her, she could not control an instinctual shudder of fear 17 A pesar de la importancia que el hipotexto tendrá en este análisis, debo señalar que para apreciar las cualidades del texto de Carter no es necesario que el lector haya leído el hipotexto, ya que se sostiene por sí mismo gracias al desarrollo de sus personajes y a la riqueza en el estilo de la autora. Sin embargo el conocimiento previo del hipotexto proveerá al lector con herramientas para apreciar algunas de las estrategias de Carter que de otro modo podrían pasar desapercibidas. 33 when she saw him, for a lion is a lion and a man is a man and, though lions are more beautiful by far than we are, yet they belong to a different order of beauty (Carter 147). Al contrario, ella lo considera un ser bello, pero, ya que es parte de un mundo que le es desconocido, el reino animal, le teme. El reino animal en este contexto, más que darle completa libertad a los impulsos, representa la Otredad en el sentido más amplio de la palabra; básicamente lo “animal” es “aquello que no es humano”. Ella se siente amenazada por su “otredad”, por lo diferente que Beast es de lo que ella conoce. Ya que lo distingue como un depredador, ella se ve a sí misma como la presa que persigue; por esta razón se denomina “Miss Lamb”, un “título” que agregará información al nombre de pila de la protagonista, pues ella no es únicamente un modelo de belleza y virtud, sino que también es la potencial víctima o presa. Aquí hay que diferenciar entre lo que entendemos como “presa” y “prisionera”. Beauty se siente como la presa de este animal salvaje; a pesar de que él no le muestra señal alguna de amenaza o agresión, lo temible está en su propia mente. Por otro lado ella no es su prisionera, pues, debido al ejercicio de adaptación, Carter no inserta tal concepto en su narrativa. La protagonista sí es entendida como un objeto, en tanto que es el pago en especie que el mercader le debe a Beast a cambio de su ayuda, mas no es tomada prisionera, pues Beast nunca amenaza su integridad o la de su padre de manera directa, sino que la atiende como su invitada. Beauty no es una joven ingenua; ella está consciente del contexto sexual que permea su relación con la bestia: At that, they both fell silent, as if these strange companions were suddenly overcome with embarrassment to find themselves 34 together, alone, in that room in the depths of the winter's night (Carter 149). Se siente avergonzada de la intimidad que comparte con Beast porque entiende que hay la posibilidad de un encuentro sexual; sin embargo,esta posibilidad se mantiene en el aire, porque, aunque no hay un rechazo como tal, Beast percibe que ella no está lista para amarlo. Cuando él se pone a sus pies y le besa las manos, en un evidente gesto de adoración, ella lo mira a los ojos y lo único que puede ver es su propio reflejo: He drew back his head and gazed at her with his green, inscrutable eyes, in which she saw her face repeated twice, as small as if it were in bud. Then, without another word, he sprang from the room and she saw, with an indescribable shock, he went on all fours (Carter 149). Ella todavía no está preparada para ver en Beast la humanidad que comparten, ya que sigue temerosa de “lo animal”. En este punto en la historia, aunque ambos experimentan un proceso de transformación, ninguno de los dos ha terminado su crecimiento; es por ello que Beauty se ve dentro de un capullo y Beast se retira en cuatro patas. Ella culminará su evolución cuando acepte su propio “lado animal”, mientras que él deberá reencontrarse con su lado “humano”. Durante su estancia en Londres, el reconocimiento de sus defectos la lleva a transformarse de “Miss Lamb” a “pampered cat”. La especie con la que se identifica comienza a asemejarse al gran felino que dejó atrás. En este punto de la narración es cuando adquiere la capacidad de superarse a sí misma y conectarse con él. Es en este momento cuando llega a la madurez y se siente preparada para entregarse a su pareja. 35 Me permití reorganizar el orden en el que conocemos las características de Beauty para poder hablar de un rasgo que tanto Beauty como Beast comparten. A ambos se les relaciona con el motivo de la nieve. Al principio del relato, a Beauty se le describe como “This lovely girl, whose skin possesses that same, inner light so you would have thought she, too, was made all of snow” (Carter 143); ella está hecha de nieve blanca, color que simboliza pureza, y por ende virtud, en la mayoría de las culturas occidentales. Esa luz interna que emana de ella reafirma su condición virtuosa. Del mismo modo, la bestia vive en una mansión rodeada de nieve; la pureza le es cercana, pero, al contrario de Beauty, no es parte inherente de él. La bestia se mantiene en contacto con la virtud, pero ésta no forma parte de él sino hasta su encuentro con Beauty. El caso de la construcción de la bestia como personaje es diferente al de la bella, ya que es menos detallado, pero en ningún sentido menos importante. A diferencia de la Bête de Mme. de Beaumont, al inicio del relato él mismo rechaza el título de “my liege” que usa el padre de Beauty, ya que él carece de un título nobiliario o posición similar a la de un señor feudal. Sin embargo, su poder es equivalente, porque (y éste es un aspecto en donde sí es importante tener en cuenta el trabajo de adaptación al siglo XX) en el mundo diegético el ser acaudalado es la fuente de poder. Su capacidad para solucionar los problemas financieros del padre de la bella es mucho más valiosa que un título nobiliario. El otro símbolo de poder con el que se le relaciona es su apariencia. El temor que le tienen los demás no se debe a su faz deforme; se debe a que tiene características de la más majestuosa y “bella” de las criaturas salvajes: el león. Por muchos siglos el león ha sido admirado y usado como símbolo de valor, virilidad y poder; ejemplos de esto son el uso del león como símbolo heráldico en los estandartes, banderas y escudos de la realeza europea en la época medieval. Lo más interesante de la 36 inclusión de esta imagen no es sólo el uso del león para representar la masculinidad, sino el uso de un animal que se relaciona con virtudes en vez de con vicios para representar a la Bestia. Por ello este personaje tiene perfil de víctima o héroe caído, no de agresor. Tiene la timidez de las criaturas salvajes, como lo notamos en la conversación que mantiene con Beauty a solas: “He forced himself to master his shyness, which was that of a wild creature” (Carter 149). La mayor parte del tiempo, él decide no ejercer su poder; es por ello que nunca la agrede o amenaza con hacerlo. Al contrario, él ruega porque ella haga que su humanidad emerja de nuevo. Y lo logra; la curva del personaje marca un viaje que lo llevará a ese objetivo, pero para obtenerlo primero necesita aceptar su condición animal. Un instante después del primer contacto físico con ella, él se retira en cuatro patas: renuncia a su esfuerzo por actuar como un humano y así retener su humanidad. Cuando ella lo abandona, pierde la voluntad de cazar, como también su cualidad de “depredador”. La nostalgia y tristeza que le ocasiona el abandono de Beauty, si bien provocan su agonía y casi deceso, también lo ponen un paso más cerca de recuperar su humanidad. Se podría decir que su transformación no es absoluta, pues aun siendo humano mantiene ciertos rasgos de su leonino aspecto: And then it was no longer a lion in her arms but a man, a man with an unkempt mane of hair and, how strange, a broken nose, such as the noses of retired boxers, that gave him a distant, heroic resemblance to the handsomest of all the beasts (Carter 153). No puede separarse por completo de su lado animal ya que sigue siendo parte de él. Beast mantiene detalles de su apariencia leonina tanto en su rostro como en su nombre: al final del relato, Carter lo presenta como “Mr. Lyon”. Ésta es una de las mayores diferencias con otras bestias, no sólo la de Mme. de Beaumont; a Beast se le otorga un nombre al término 37 de la historia, una vez más haciendo énfasis en la denominación como un reflejo de la transformación interna de los personajes. Al terminar él tiene un nombre humano, incluso porta el título de “Señor”, pero, así como su apariencia, no puede desechar su estado anterior y sigue definiéndose en función de su lado animal; y, al ser su pareja, ella es nombrada bajo estas mismas leyes. Hay una relación estrecha entre ambos aspectos, que viven en conjunción y dependen el uno del otro, encontrando un equilibrio entre lo humano y lo animal. La culminación en equilibrio no se reserva para la Bestia, pues ambos personajes la obtienen, pero de diferentes maneras: él tiene una reunión con su humanidad y ella conoce su lado animal. Si bien hay un viaje mental, también hay un proceso sexual implícito. Desde su primer encuentro, hay un deseo presente, sólo que no le es fácil a la protagonista identificarlo como tal; ella lo considera majestuoso y “la más bella criatura del orden animal”; hay una admiración hacia esta criatura que deambula entre los dos polos del binomio humano-animal. Incluso le conmueve la tristeza de su condición, demostrando simpatía y empatía. No hay un momento que señale cuándo Beast comienza a desearla, mas podemos suponer que surgió junto con la esperanza de la restitución completa de su humanidad, y éstas fueron las razones por las que él extiende la invitación en primer lugar. Cómo mencioné antes, existe una tensión sexual entre los personajes durante su primer encuentro a solas, pero se avergüenzan de descubrirla, pues eso significa no sólo que existe la posibilidad de un encuentro sexual, sino que hay un interés mutuo del cual no eran conscientes. Cuando él se le acerca y tienen contacto físico, él se declara sumiso ante ella, pero a ella la repelen sus rasgos animales, pues no los reconoce en sí misma, y él se retira. La jerarquía ha sido revertida y es ahora la mujer la que domina a la bestia, es ella la que decide cuándo. Recordando el texto de Mme. de Beaumont; él se atiene a la decisión de ella 38 y la aceptará sea cual fuere. Por ejemplo, no es él quien envía al perrito spaniel que funge como mayordomo de la casa a buscar a Beauty cuando ella no regresa de Londres, él sólo se dispone a agonizar en la espera. En un mundo donde las “leyesse suspenden”, todas las reglas se invierten. El león se rinde al servicio del cordero en lugar de amenazarlo, y el tiempo pasa rápido pero sin ninguna medida definitiva; por ello no hay manera de saber en específico cuánto tiempo duró la primera estancia de Beauty en el hogar de Beast. El lector sólo nota que los sentimientos de ella hacia la Bestia se van suavizando conforme la lectura avanza, pues desarrolla una simpatía que parte de la lástima que siente por su solitaria condición. Por ello, Beauty a menudo reflexiona sobre lo difícil que ha de ser la falta de contacto humano para Beast. A pesar de la intimidad que comienzan a compartir, ella rechaza su contacto porque le recuerda su otredad, y ésta es una barrera que no le resulta sencilla de superar. Carter nos muestra el momento específico en el que ella reconoce en él la humanidad que comparten. El marco en el que este acontecimiento ocurre conlleva un simbolismo: ella sube a buscarlo a su habitación, la cual es fría y solitaria, y, al verlo agonizando en su cama desnuda, finalmente acepta y reconoce la humanidad en este león: “His eyelids flickered. How was it she had never noticed before that his agate eyes were equipped with lids, like those of a man? Was it because she had only looked at her own face, reflected there?” (Carter 152). Ella ve más allá de su reflejo y cumple su cometido al superar su propio prejuicio contra la otredad y asumir en sí misma la bestialidad, así como la humanidad en su contraparte. “She flung herself upon him, so that the iron bedstead groaned, and covered his poor paws with her kisses” (Carter 153). Se repite la escena del cuento de Mme. de Beaumont: ella se entrega a él lanzándose a sus brazos, pero lo que cambia es el escenario. Carter va un paso más allá, ya que explicita una escena sexual con el comentario que él 39 hace después de la transformación, todavía yaciendo en su cama: “Do you know,' said Mr Lyon, 'I think I might be able to manage a little breakfast today, Beauty, if you would eat something with me” (Carter 153). Hay un claro motivo sexual detrás del ofrecimiento del desayuno, pero además hay una insinuación de que él recuperó el apetito, cualquiera que éste sea, carnívoro o herbívoro. En el equilibrio que se obtiene para ambos personajes al final del cuento, Carter inclina levemente la balanza hacia el lado animal. Crunelle-Vanrigh lo explica con elocuencia: Carter’s text shows the disappointing victory of binary thinking, of either/or, but celebrates the nostalgia of a form of all-inclusiveness. The Beast was infinitely superior to his disappointingly human avatar. Beauty’s metamorphosis into a full-grown woman is seen in terms of more, not less, animality (138). Su contacto con el lado animal los define tan profundamente a los dos que se lo apropian como nombre, pues al final son “Mr. And Mrs. Lyon” los que pasean por los jardines floreados disfrutando de un mundo adornado por la primavera. El desarrollo de los nombres es importante en este texto en especial, ya que, como lo establecí antes, la suma de todos esos nombres cuenta la historia de la transformación de los personajes en cada etapa. Beauty, el personaje con el que nos topamos primero, se transforma en “Miss Lamb”, en la víctima de la figura masculina. Más tarde comienza a perder su inocencia, mas no su pureza, siendo un “pampered cat”, una criatura que refleja al león que al principio era una amenaza. Por último, obtiene un título, un esposo y un estado de igualdad con su pareja. Para ese momento ambos pertenecen metafóricamente a la misma especie, pero para llegar a ese resultado hay un proceso que Carter señala por varias etapas que muestran el desarrollo del personaje y cuentan la historia de cómo Beauty pasa 40 de ser un cordero a ser una leona. La acumulación de información y significado a través de los nombres construye un nuevo modelo. Esta estrategia se aplica a ambos protagonistas, pero hay importantes diferencias. En el caso de su contraparte, Beast, el progreso nominal se divide en dos fases: Beast y Mr. Lyon. A pesar de que exista un salto notable, la autora lo compensa con el cambio externo del personaje. Son dos maneras distintas de presentar un desarrollo que lleva a ambos personajes al balance que la autora propone por medio del texto. Angela Carter hace una reflexión sobre la medida en la que el conocimiento de nuestro “lado animal” puede servirnos para alcanzar la madurez emocional y física que es el punto al que suelen llegar los personajes femeninos de Carter. El objetivo aquí es que ese reconocimiento es necesario para obtener la plenitud. Siguiendo este criterio, Beauty es un potencial modelo de conducta, pues es un ejemplo más cercano a nosotros, lectores del siglo XX, de una joven que, yendo más allá de sus límites conocidos, es capaz de superar sus barreras mentales, aceptar y acoger la otredad en sí misma y en el otro. Sólo de esta manera iniciará su vida sexual sin temor, lo que más tarde la podría llevar a una madurez sexual, gracias a la cual podrá unirse a otro ser en una relación adulta. 41 Capítulo 3: Érase una vez un cordero que recordó cómo correr con tigres Llegamos a lo que aparenta ser el último paso en este análisis del camino evolutivo de “La bella y la bestia” bajo la perspectiva de Angela Carter. “The Tiger’s Bride” es tanto el complemento como la antítesis de su historia hermana, “The Courtship of Mr. Lyon”. La complementa ya que, gracias a ella, hay un mejor entendimiento de la resolución y la ideología de Mrs. Lyon, pero también la confronta, en tanto que Carter se atreve a desenmascarar, en ocasiones de manera literal, los tabúes de la versión de Mme. de Beaumont. Lo que en “The Courtship…” es tan sólo sugerido en “The Tiger’s Bride” queda expuesto. Éste es un procedimiento que la autora repite con otros cuentos de The Bloody Chamber y también con otras reescrituras de cuentos de hadas dentro de su obra, dando como resultado una relación estrecha entre sus textos ya que, el primero construye el contexto en el que se leerá el siguiente. Este mecanismo por el que se establece la intertextualidad es una de cuatro estrategias que no sólo relacionan los textos de Carter entre sí, sino que también establecen la relación con el o los hipotextos con los que trabaja. Las estrategias son: la intertextualidad antes mencionada, el proceso de reescritura del hipotexto que dará paso al hipertexto, la metatextualidad que hace a la obra reflexionar sobre su cualidad de reescritura y la autorreferencialidad que los cuentos tienen entre ellos.18 En las conclusiones de este trabajo resumiré las relaciones que se dan entre los textos analizados a partir de estas cuatro estrategias y ahondaré en su análisis, pero me 18 La diferencia entre estas dos últimas estrategias radica en que la primera, la metatextualidad, se refiere a la reflexión del texto como hipertexto, es decir que deriva de otro texto; mientras la segunda, la autorreferencialidad, se refiere a las referencias o guiños que existen sólo entre los cuentos de The Bloody Chamber. 42 parece importante mencionarlos como introducción al análisis de “The Tiger’s Bride” para hacer patente la combinación de similitudes y diferencias que construyen el texto. Para seguir con la misma estructura que han tenido los capítulos anteriores, comenzaré por el análisis del personaje femenino, ya que es en torno a ella que se da uno de los cambios más profundos. Las versiones que he mencionado antes tienen un rasgo importante en común: todas son narradas en tercera persona por un narrador omnisciente que tiene la capacidad de focalizar temporalmente en los protagonistas, especialmente en la Bella. En el cuento “The Tiger’s
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