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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS “HISTORIA DE AMÉRICA LATINA COLONIAL: LA PERTINENCIA DEL ESTUDIO DE HISTORIA DE ESPAÑA EN LA CARRERA DE ESTUDIOS LATINOAMERICANOS” INFORME ACADÉMICO POR SERVICIO SOCIAL REALIZADO EN LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS PRESENTA: ALFONSO ENRIQUE HERNÁNDEZ ROLDÁN DIRECTOR: DR. FRANCISCO IVÁN ESCAMILLA GONZÁLEZ CIUDAD UNIVERSITARIA 2014 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Agradecimientos: A mis padres, por su respaldo y dedicación. A mis amigos, en especial a Iván Escamilla y Alfonso González por su apoyo incondicional. A: Alejandra LaFuente Alarcón Roberto Machuca Becerra Maria Teresa Álvarez Icaza Longoria Simonetta Morselli Barbieri por los aportes que hicieron a este trabajo y por el esfuerzo dedicado a apuntalar los Estudios Latinoamericanos. A la UNAM y a la FFyL. 3 PRESENTACIÓN. Pág. 4 INTRODUCCIÓN. Pág. 7 CAPÍTULO 1. Panorama del estudio de la historia en la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos. Pág. 9 CAPÍTULO 2. Ubicación de la asignatura Pág. 15 2.1 Ubicación con respecto a otras asignaturas del Plan de Estudios CAPÍTULO 3. Definición del problema Pág. 21 3.1. El problema de contenidos 3.2. El problema en la educación básica y preparatoria. CAPÌTULO 4. Metodología y actividades en el aula Pág. 29 - Examen diagnóstico - Información y materiales ofrecidos - El desarrollo de la clase y los métodos de enseñanza - Integración de las tecnologías de información y comunicación (TICs) - Evaluación y avances detectados CONSIDERACIONES FINALES Pág. 49 A MODO DE CONCLUSIÓN Pág. 51 BIBLIOGRAFÍA Pág. 54 4 PRESENTACIÓN No hay momento más difícil para el latinoamericanista que elegir un tema al cuál enfocar sus estudios, una vez llegado el momento. Aunque seguramente podemos decir que esto ocurre con cada carrera, o con cada licenciatura en humanidades, el latinoamericanista tiene la bendición (o está condenado a, según como quiera verse) de poder elegir entre un abanico que parece incluir a cada una de las disciplinas englobadas por el concepto “humanidades” o por las ciencias sociales, enfocado todo ello a la región latinoamericana. Tenemos a elegir (y evitaré el uso de un etcétera hasta que la lista sea insoportable) historia del arte, historia política de cada país y región, o historia económica, estudios antropológicos y culturales, geografía y conflictos de territorio, demografía por regiones o países, ecología y cambios de paisajes naturales o urbanos en cada país, literatura contemporánea, decimonónica, colonial, literatura y sociedad, literatura política, filosofía política, filosofía clásica, pensamiento prehispánico, filosofía por regiones o países, corrientes filosóficas latinoamericanas, y un larguísimo etcétera. Sea cual fuere la elección, hay también muchos escritores en cada una de ellas que presentan un nuevo campo de investigación y especialización en un árbol de temas que parece nunca tener fin.1 Dentro de este árbol tan intrincado, no parece nada sencillo señalar puntos comunes y de articulación que abarquen una formación general de la cual se pueda partir para cada una de estas numerosas orientaciones, tan diversas y tan diferentes entre ellas. Sin embargo, la carrera de Estudios Latinoamericanos pretende formar 1 Una de las críticas más comunes a la licenciatura en Estudios Latinoamericanos es precisamente esta amplitud de temas. El profesionista en esta carrera es constantemente referido como “todólogo”, puesto que trata de abarcar numerosas y diferentes disciplinas, en un periodo histórico muy largo, en un conjunto de países sumamente diverso. La pregunta sobre si esta profesión debe abarcar este amplio arco temático es una de las más comunes en las discusiones en el aula, y se ha realizado a nivel institucional en varias ocasiones. 5 especialistas en el continente, capaces de tomar uno de entre estos temas y desarrollarlo para más tarde especializarse en alguno de ellos. Para esto, la licenciatura tiene un plan de estudios que incluye una gama de materias surtida en humanidades y ciencias sociales, con el objetivo de dotar a los alumnos de una formación básica que le de las capacidades ya mencionadas. Sin embargo, observando este plan de estudios, es imposible no encontrar algunos puntos más fuertes que otros, y quizás algunos especialmente débiles, no sólo en el corpus de materias, sino también en la presentación y explicación del mismo. Esto es natural si entendemos la complejidad ya comentada, y el lugar desde donde se observe. Pero es definitivamente el momento de la elegir una orientación en el que sólo alguien que haya cursado esta licenciatura en su ciclo básico puede resentir estos puntos fuertes y débiles cuando es necesario reconsiderar todos los conocimientos aprendidos y volcarlos sobre el proyecto a futuro es cuando salen a relucir las fortalezas y carencias de dicho plan de estudios. En el presente trabajo abordo precisamente una de las carencias en este plan de estudios, a mi parecer de importancia fundamental para el desarrollo de los Estudios Latinoamericanos, enunciado y argumentado desde el momento final del curso de la licenciatura. El trabajo es un informe de actividad profesional, basado en el servicio social realizado como parte de los requerimientos para la titulación de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos y de las carreras universitarias en general. Dicho servicio social se realizó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, dentro del Programa de Ayudantes Académicos, durante los semestres 2013-1 y 2013-2 (Agosto de 2012 a Septiembre de 2013). 6 El programa de Ayudantes Académicos pretende que el estudiante participe en el proceso de enseñanza-aprendizaje como asistente de un profesor, en alguna de las asignaturas impartidas por éste, y ofrece al estudiante la oportunidad de mirar el proceso desde otro enfoque, de involucrarse en la impartición de una materia y que conozca los contenidos y los métodos necesarios para enseñarla, funcionando a su vez como vínculo entre el grupo y el profesor a cargo de la asignatura. En este caso, el servicio social fue realizado en la asignatura de Historia de América Latina Colonial 1 y 2, una de las asignaturas obligatorias del ciclo básico de la Licenciatura, en tercero y cuarto semestres, impartida por el Dr. Francisco Iván Escamilla González, con una experiencia docente de más de una década en la enseñanza de contenidos sobre historia colonial, y con ocho años como profesor de asignatura en el CELA. Elegí este servicio social porque me pareció una forma práctica y provechosa de poner a prueba lo aprendido en la carrera y porque era la mejor manera de recuperar el conocimiento aprendido años antes y replantearlo en el momento de su enseñanza. Elegí la asignatura de Historia de América Latina Colonial con el Dr. Escamilla por la importancia que para un latinoamericanistatiene el periodo colonial en el estudio de la región, tema que desarrollaré en este trabajo. Otra razón de mi elección es porque en la asignatura con el Dr. Escamilla, observé que el método y sistema de enseñanza utilizado era el adecuado para realizar este estudio, en particular por la forma de involucrar al grupo en la clase y así promover la participación y profundizar en el análisis que conduce al alumno, no sólo a aprender las fechas y sucesos sino, más importante aún, los procesos y las transformaciones ocurridas en el periodo. 7 INTRODUCCIÓN El problema detectado durante la realización del servicio social se puede enunciar de forma simple: la carencia del estudio de la historia de España en la carrera de Estudios Latinoamericanos, para el entendimiento integral de la realidad de la región, tanto en la época colonial (tres siglos de historia de América Latina que no pueden obviarse) como en la época moderna y contemporánea, integrada en el contexto del mundo que la rodea. El objeto de este informe es entender esta dificultad y proponer algunas rutas de salida. La propuesta se enfocará según la descripción del problema descrito en el texto, para plantear la historia de España como un contenido necesario en esta licenciatura. Para abordar este problema, primero analicé el área del estudio de la historia en el plan de Estudios Latinoamericanos, con el objetivo de ubicar las asignaturas enfocadas a ésta dentro del plan de estudios, y ubicarlas en la estructura curricular interdisciplinaria, con el objetivo de determinar la importancia de estas materias. Para ello tomé como fuente principal el documento impreso del plan de estudios de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos, aprobado en 2004 por el H. Consejo Universitario y por la Facultad de Filosofía y Letras, además de reflexiones hechas por estudiosos como el Dr. Mario Miranda Pacheco y el Dr. Ignacio Sosa, acerca del oficio del latinoamericanista y de la complejidad de esta profesión. Una vez hecho esto, dediqué un capítulo a describir y analizar la asignatura, basándome tanto en su descripción plan de estudios como en lo observado en el aula, los contenidos de la misma y su ubicación en el plan, con el objetivo de determinar los conocimientos previos necesarios para el aprovechamiento de los contenidos ofrecidos por esta asignatura, como está planteada en el plan de estudios vigente, y los 8 conocimientos que es necesario adquirir en esta asignatura para poder continuar con el estudio de la historia de la región, por etapas cronológicas, como está planteado en el currículo de la licenciatura. De esta manera se puede determinar si los conocimientos impartidos en la licenciatura, previos al estudio de la historia de América Latina colonial, son de hecho compatibles con lo requerido por dicha materia, cuando se pretende conocer la siguiente etapa de la historia de la región. Con estos dos primeros capítulos, se puede plantear y definir el problema al que se dedicará este trabajo. En el tercer capítulo de este trabajo tomé los datos desarrollados y generados en las secciones anteriores para profundizar en las características principales de este problema, en particular enfoqué mi atención a los contenidos en semestres anteriores a éste, en el que se realizó el servicio social. Profundicé en este problema como una carencia de contenidos dentro de los conocimientos impartidos en esta licenciatura, haciendo una sugerencia sobre el mismo problema en la educación general, básica y superior, en México, tanto en lo que se refiere a contenidos como a método y objetivos de la enseñanza de la historia. Y, finalmente, argumenté la pertinencia del estudio de historia de España basándome en reflexiones de diferentes autores como Silvio Zavala, Mireya Lamoneda y María del Carmen Muñoz. Esto lo hice destacando la importancia de los conocimientos previos en la enseñanza, propuesta desarrollada por las concepción constructivista de la misma, apoyándome en autores como Mariana Miras. El informe propiamente dicho se desarrolla en el último capítulo de este trabajo, en donde explico las actividades realizadas durante este servicio social, para diagnosticar y delimitar el problema, así como mi propuesta para resolverlo. También 9 explicaré la metodología utilizada en cada caso, en lo referente a contenidos y la forma de trabajo. En este informe profundicé en cinco actividades que me parecieron de suma importancia en este servicio social: el examen diagnóstico, los materiales didácticos, el trabajo en el aula, la integración de las tecnologías de información y comunicación (TICs) y la forma de evaluación. A modo de conclusiones, resumo los problemas abordados y los que quedaron por resolver, así como las limitaciones de trabajos como este, en particular cuando se habla de un reordenamiento de los contenidos del plan de estudios, o una revisión de los contenidos mismos. Me parece que los resultados arrojados durante la realización de mi servicio que plasmo en este informe de trabajo son valiosos, porque como egresado de la licenciatura considero que el estudio de la historia de España es de suma importancia en la formación del latinoamericanista, plantear la revisión del plan de estudios en sus contenidos es más que necesario cuando se trata de una carrera que pretende estudiar una de las regiones con más transformaciones políticas, sociales, culturales e históricas en todo el mundo. CAPÍTULO 1. Panorama del estudio de la historia en la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos. En el plan de estudios de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos modificado en 2003 y aprobado en 2004, se fundamenta la importancia del conocimiento de la realidad latinoamericana en el desarrollo histórico mismo de la región, que es descrita como “una realidad histórica y cultural (…) no como el resultado de una esencia, sino que su 10 ser histórico deviene, se transforma, es decir es y va siendo el resultado de complejos procesos sociales, económicos, políticos y culturales”.2 El conocimiento del continente es concebido mediante un eje articulador que descansa en la historia de la misma, y por ende el entendimiento de los procesos que la transforman tiene que pasar necesariamente por la comprensión de esta historia. El mismo plan de estudios se refiere a este entendimiento de la siguiente manera: “para explicar y comprender América Latina y por ende para asumir la función ético- social de contribuir con su estudio a su transformación, debemos situarnos (…) ante una condición histórica que nos hace latinoamericanos, y ante un oficio, –el de latinoamericanista–, que es fruto de una opción académica y profesional”.3 El filósofo boliviano Mario Miranda Pacheco, en sus pláticas y reflexiones sobre el oficio de latinoamericanista, editadas por la UNAM,4 también destaca la importancia de la realidad histórica no sólo en su estudio y aprehensión de la realidad latinoamericana, sino en la función misma de la existencia de los Estudios Latinoamericanos “para llevar a cabo innovaciones que revolucionen la manera de impartir y aprender, asimilando conocimientos humanísticos y científicos que fortalezcan la afirmación histórica de América Latina”.5 Para Miranda Pacheco, en su alegato “En pro de los Estudios Latinoamericanos”, el momento en que América Latina ha entrado rápidamente en la escena contemporánea, llena de particularidades y perspectivas extraordinarias a futuro, 2 José Antonio Matesanz, et. al. (coord.). Plan de Estudios de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos. Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. México. 2004. p. 39. 3 Ibídem, p. 40. 4 Mario Miranda Pacheco. Sobre el oficio del latinoamericanista. Pláticas y Reflexiones. STUNAM, Cubo Ediciones. México,2010. 5 Ibídem, p. 47. 11 sólo puede ser entendido con claridad si se percibe su personalidad y dimensión históricas, y de esa claridad dependen los propósitos y posibilidades de su estudio.6 Cuando hablamos de las distintas dimensiones de la región, uno de los grandes retos de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos es el que implica desarrollar un plan interdisciplinario. Desde sus orígenes, esta carrera fue concebida como un intento por captar la totalidad de la realidad latinoamericana en sus múltiples aspectos: económicos, sociales, políticos, culturales, etcétera, apoyándose en las disciplinas humanísticas. El plan de estudios afirma que lo anterior no implica dispersión, sino que se busca dar una dimensión humanística con un marco conceptual suficiente y diverso, con lo que se amplía el conocimiento y la comprensión de la sociedad y la cultura de la región.7 Para Miranda Pacheco, cuando se habla de los modelos en los que puede incorporarse a los Estudios Latinoamericanos como una licenciatura interdisciplinaria en la enseñanza superior, “estos criterios se sustentan en la complementariedad y actualización del estudio de la historia general, de la teoría económica o de la literatura universal. Así se insertan temas y contenidos que son propios de la historia, la economía, o la literatura de América Latina”.8 El académico de la Facultad de Filosofía y letras de la UNAM, Ignacio Sosa Álvarez, sostiene por su cuenta otro punto de vista. Para él, el conocimiento interdisciplinario es un mito fundacional en los Estudios Latinoamericanos, atribuible a los intereses de quienes crearon este colegio en un contexto en el que la creación de una licenciatura no estaba sujeta a la planeación o a la especialidad académica, sino a la 6 Ibídem, p. 69. 7 Matesanz. Op Cit, p. 41. 8 Miranda Pacheco. Op Cit, p. 81. 12 voluntad de los interesados, y debido a la disciplina de procedencia de cada uno de ellos.9 No es el objeto de este trabajo profundizar en el carácter o la viabilidad del conocimiento interdisciplinario en una licenciatura organizada, sin embargo, vale la pena destacar la crítica de Sosa Álvarez al mismo, él afirma que el ambicioso propósito de formar una comunidad de carácter interdisciplinario, en vez de clarificar el objetivo, ha provocado una mayor indefinición: ¿Humanidades o ciencias sociales? ¿Cuáles son los vínculos entre las disciplinas? ¿Miscelánea o guerra de disciplinas?10 Es quizás en esta indefinición y en el intento de organizar el conocimiento que se puede situar el problema que aborda este trabajo. En cualquier caso, para la aplicación eficaz de la interdisciplinariedad, ésta debe ser ejercida como una práctica de sistematización del saber. Miranda Pacheco afirma que no debería funcionar solamente como una agregación de conocimientos de distintas áreas, sino como una interacción y convergencia de diferentes disciplinas científicas y humanísticas, sus objetos de estudio, metodologías y lenguajes.11 En el caso del plan de estudios de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos, existen cuatro áreas básicas del conocimiento: conocimiento de historia, filosofía, literatura y ciencias sociales. El ciclo básico de esta licenciatura está compuesto por cuarenta asignaturas distribuidas entre estas cuatro áreas y además hay un área de conocimiento en la investigación, dedicada a desarrollar en el alumno la capacidad de realizar investigaciones con las diferentes metodologías propiamente de las humanidades, y un área de Teoría de la Cultura. 9 Ignacio Sosa Álvarez. “De la memoria a la historia. Los estudios latinoamericanos como disciplina y como comunidad”. Revista de la Educación Superior. Volúmen XXXVI, núm 144. ANUIES. México. 2007, p.66. 10 Id. p. 67. 11 Miranda Pacheco. Op. Cit., p. 50. 13 Es importante señalar que una buena parte del total de las asignaturas de esta estructura curricular está enfocada a dar al estudiante amplios conocimientos sobre la historia de la región así como las herramientas metodológicas para comprender y analizar de manera crítica los procesos históricos. Si se observa el mapa curricular de esta licenciatura (Cuadro 1) destaca que catorce de las cuarenta asignaturas están destinadas a Conocimiento de Historia y Conocimiento de Historia de América Latina y México, lo que significa que esta área ocupa casi el treinta por ciento de las materias.12 Ninguna de las otras cuatro áreas antes listadas (conocimiento de filosofía, literatura, ciencias sociales y teoría de la cultura) dedican asignaturas para proporcionar herramientas metodológicas de análisis e interpretación, además del conocimiento impartido en ellas. Las dos áreas del conocimiento de la historia tienen en conjunto ocho asignaturas a un recuento histórico de la realidad americana y cuatro materias más a las herramientas teóricas y metodológicas de área.13 12 Matesanz. Op Cit. p. 70. 13 Uno de los comentarios más significativos sobre la composición del plan de estudios, y sobre la cantidad mayoritaria de asignaturas enfocadas al conocimiento de la historia, y que no debe ser omitido, es la composición misma del grupo que redactó este plan de estudios. Entre los académicos que estuvieron implicados en la redacción de este plan, se señala comúnmente que es precisamente la prevalencia de los historiadores en este grupo lo que provocó esta tendencia en el momento de dicha redacción. El Lic. Roberto Machuca, administrativo del colegio y sinodal de esta materia, señala que esta tendencia puede nombrarse como “fuerzas” ideológicas o académicas que tiraron hacia un lado para concentrar los contenidos del plan de estudios hacia la historia. No es, sin embargo, objetivo de este trabajo analizar el momento de la redacción del plan de estudios, puesto que estoy tomando el plan de 2004 como un producto terminado, que es el que estudia actualmente en esta carrera, y es sobre el que estoy basando mi análisis, mi crítica y mi propuesta. 14 Cuadro 1 – Mapa Curricular del plan de estudios de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos (2004) Con esto no quiero señalar a la historia como el área necesariamente más importante en la formación de un latinoamericanista, ya que el plan de estudios está programado para dar una formación integral e interdisciplinaria al estudiante de la licenciatura. Como ya mencioné su importancia sobre las demás áreas en el plan vigente puede deberse a que se toma a la historia no sólo como área de conocimiento, sino como eje articulador de todas las demás áreas. El plan de estudios menciona que “el profesionista más cercano a los latinoamericanistas son probablemente los historiadores”,14 sin embargo, explica señala como factible que en los estudios latinoamericanos el conocimiento de la literatura, la filosofía y las ciencias sociales puedan apoyarse sobre todo en el conocimiento histórico para el análisis de la región. 14 Ibídem, p. 51. 15 CAPÍTULO 2 Ubicación de la asignatura. La asignatura de Historia de América Latina Colonial se imparte, dentro del plan de estudios de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos, en los semestres tercero y cuarto, y forma parte del llamado “ciclo básico”, cuyo contenido explicaré más adelante. El programa de la asignatura fue presentado en 2003, en sustitución al de 1975, y en sus objetivos establece que el alumno conozca los acontecimientos históricos y la dinámica de los procesos que transformaron la región desde le descubrimiento hasta las independencias. El periodo en el que se impartió esta materia, mientras llevé a cabo mi servicio socialfue el semestre 2013-1 y 2013-2 (Agosto de 2012 hasta Julio de 2013), dos semestres en los que el grupo estaba compuesto por 38 alumnos ordinarios y 12 oyentes. La edad promedio de los alumnos era entre 19 y 20 años, y hay un porcentaje del 72% de mujeres y un 28% de hombres. En el primer semestre hubo dieciocho sesiones de clase, de las cuales dos fueron ocupadas para la aplicación de exámenes parciales y una de ellas en la proyección de una película que complementara los temas vistos en clase. En el segundo semestre hubo diecisiete semanas de clase, de las cuales una fue ocupada para la entrega del trabajo final del semestre. Estamos hablando de un grupo relativamente grande de alumnos, en una materia obligatoria válida por 6 créditos. El trabajo de asistente de profesor es requerido en materias como esta por la cantidad de información ofrecida a los alumnos, y por la generada por éstos al momento de las evaluaciones; también porque, como está nombrado en el plan de estudios, es necesario que el profesor que imparte esta materia se apoye en todo el material audiovisual posible, mismo que, por tratarse de un periodo tan extenso como el colonial, es abundante. 16 La gran ventaja que tiene hacer un servicio social como éste, es que después de haber recorrido el tronco común de la licenciatura y con la visión panorámica que se tiene después de haber cursado optativas y obligatorias, el asistente de profesor es capaz de detectar actitudes y comportamientos en el grupo relacionados con los contenidos ofrecidos en la materia e interpretarlos con respecto a la experiencia previa adquirida. 2.1 Ubicación con respecto a otras asignaturas del Plan de Estudios El objetivo de esta sección es ubicar a la materia de Historia de América Latina Colonial en el plan de estudios, detectar los conocimientos previos sobre la historia que otorga el mismo plan y que son necesarios a fin de comprender los temas pertinentes de la signatura en cuestión, y los conocimientos que son requeridos más adelante en la carrera y que deben ser proporcionados por dicha asignatura. Para esto utilizaré la información sobre las distintas asignaturas ofrecida por el plan de estudios, sus objetivos, composición, y temario básico. El eje de articulación del conjunto de plan de estudios se basa, como afirma la versión del mismo presentada para su modificación en 2003, en la historicidad de los procesos sociales y culturales de la región. En función de este eje, el plan se estructura en dos ciclos consecutivos, el básico y el terminal.15 La función del ciclo básico es dotar al alumno de las herramientas y metodología fundamentales para que pueda comenzar a trabajar y dominar las disciplinas que constituyen el quehacer interdisciplinario del latinoamericanista. En lo que respecta al área del conocimiento de la historia, existen las materias formativas (Historiografía General, Teoría de la Historia) y las informativas. Estas últimas materias pretenden 15 Ibídem. Pág. 69. 17 ofrecer al alumno un panorama integral de los procesos históricos concretos que integran el ser de América Latina.16 El área del conocimiento de la historia de América Latina y México en el ciclo básico inicia con la asignatura de Historia de América Precolombina, en la que se asienta el contexto histórico para estudiar las etnias de la región en la época contemporánea. La asignatura de América Precolombina es sumamente compleja, tiene por objetivos que el alumno adquiera la información referente a las primeras etapas históricas del continente y comprenda los procesos de esta historia, además de introducirse en los debates teóricos que el periodo suscita a partir del conocimiento arqueológico, antropológico e histórico generado en los siglos XIX y XX. En esta asignatura, como es descrita en el plan de estudios, se pretende también que el alumno obtenga elementos para analizar y reflexionar la totalidad de los pueblos de la región, considerando sus diferencias y particularidades a través de su historia.17 Esta materia sirve también para dar continuidad con la siguiente asignatura propuesta, Etnias contemporáneas de América Latina (Siglos XIX y XX). Esta materia consiste en una revisión de la realidad de los pueblos indígenas de la región, su composición, sus estructuras y su historia reciente. Los objetivos de esta materia, como están definidos en el plan de estudios son, entre otros, “identificar las formas y métodos de resistencia y sobrevivencia material, cultural y política”18 de los pueblos indígenas de la región, analizar “las bases sociales, culturales, económicas, políticas y jurídicas de sus luchas y estar actualizado en investigaciones sobre los pueblos indígenas y los grupos étnicos de la región”.19 16 Ibídem, p. 71. 17 Ibídem, p. 153. 18 Ibídem, p. 210. 19 Ibídem, p. 217. 18 En otras áreas, durante los dos primeros dos semestres de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos, se imparte la materia de Historiografía General e Historiografía en América Latina, que ofrecen a los alumnos un recorrido por las distintas formas en que se puede estudiar la historia, y la manera en la que se construyen las diferentes visiones y análisis de esta disciplina. Hay también materias cuyo objetivo es proporcionar nociones básicas de literatura y filosofía general y la historia de estas disciplinas en América Latina. También se incluye la materia de Geografía de la región y una introducción a la situación y la composición actual de ésta en una materia de nueva creación llamada “América Latina Hoy”. Así se puede tener una idea general de los conocimientos previos con los que el alumno de esta licenciatura llega al curso de América Latina Colonial. Estos distintos elementos son los que permitirán, en una sección posterior de este trabajo, identificar y explicar en buena medida los problemas detectados sobre los que se construye la propuesta de este informe. Por otro lado, en los semestres quinto y sexto de la licenciatura, en el área del Conocimiento de Historia, se estudia la materia de “Historia de América Latina, Siglo XIX”, que está dividida en dos partes, una por semestre. Revisar los contenidos de su temario y objetivos planteados servirá para detectar los requerimientos intelectuales que son requeridos a los alumnos al llegar a este momento, con lo que se desprenden los conocimientos que se exige aprehender de la asignatura de Historia de América Latina Colonial. 19 En los objetivos de esta asignatura, enunciados en el plan,20 se pretende que el estudiante adquiera una visión general del proceso histórico americano durante el siglo XIX, comenzando por las independencias y la conformación de los países de la región, el establecimiento de regímenes políticos y militares y los elementos sociales y económicos que permitieron éste, la integración de América Latina en el sistema mundial como ente político y comercial, la influencia estadounidense sobre los procesos políticos y económicos de la región, y el establecimiento de regímenes dictatoriales y militares para finales del siglo XIX y el siglo XX.21 De forma atinada, en la introducción a los contenidos de Historia de América Latina Siglo XIX, se afirma que el objetivo de esta asignatura es estudiar y presentar a América Latina como un todo, no como la suma de sus partes.22 Es particularmente en este periodo cuando se pueden observar con claridad las diferencias y los parecidos entre los distintos países de la región que perduran hasta nuestros días, diferencias y similitudes (y los conflictos que eventualmente desencadenaron) que tienen su origen, precisamente, en la distribución geográfica y social del poder político en tiempos de la colonia, entremezcladacon la historia y organización político social de la época prehispánica. Por supuesto que también es necesario comprender a profundidad la composición social, cultural, étnica y económica de los entes políticos y comerciales del periodo colonial para entender su desarticulación a principios del siglo XIX y la gestación de los movimientos independentistas que derivaron en la actual composición de la región latinoamericana. 20 Ibídem, p. 286. 21 Ibídem, p. 295. 22 Id. 20 Dentro de las asignaturas que se estudian conjuntamente a ésta, en los semestres quinto y sexto de la carrera, llama la atención otra materia de creación reciente: “México y América Latina”. El plan de estudios justifica su existencia por varias consideraciones: que los alumnos llegan al quinto semestre con un conocimiento muy pobre de la historia de su propio país (México), y que es necesario insistir en las vinculaciones y paralelismos entre las historias de México y las de las demás naciones latinoamericanas.23 Aunque este punto será abordado a profundidad más adelante, es necesario señalar que en las asignaturas del área de conocimiento de historia del ciclo básico en los primeros cuatro semestres, se analizan épocas en las que la región latinoamericana no está propiamente definida aún, mucho menos los países que la conforman, como México. Es decir, que el concepto mismo de América Latina y los estados que la componen no es abordado en su realidad histórica sino hasta los semestres tercero y cuarto. Con respecto al punto anterior, cabe destacar que el componente “latino” de la región se inserta precisamente durante la época colonial, y es en la adecuada enseñanza de este periodo que el entendimiento de las relaciones México-América Latina puede ser dado. Es el contexto que se puede ubicar a la asignatura de “Historia de América Latina Colonial”, 1 y 2, en el plan de estudios de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos. En resumen, como una asignatura del área del conocimiento de historia de América Latina, a la que se llega con nociones básicas del análisis histórico, sin haber cursado previamente materias de metodología de investigación o análisis de textos históricos, con el conocimiento de la historia prehispánica y de la situación actual 23 Ibídem, p.71. 21 de los pueblos indígenas del continente americano, pero sin conocimientos generales de historia universal ni europea. Al mismo tiempo, Historia de América Latina Colonial podría mirarse como una asignatura que vincula la historia precolombina con la historia moderna de la región, mostrando el puente que se tendió entre dos procesos violentos, de la conquista a la independencia; o como la asignatura que tiene la obligación de presentar y estudiar la mera construcción de América Latina como una región identificable, con características propias y complejas y con una realidad contradictoria en sí misma que devendrá en los procesos independentistas y en la América que hoy en día conocemos. CAPÍTULO 3. Definición del problema. En los dos capítulos anteriores he sentado el contexto académico en el que se ubica el trabajo descrito por este informe. Primero señalé la importancia que tiene, para el oficio del latinoamericanista, el dominio de la historia de la región como una narración y como una realidad vigente, y el dominio de las herramientas para poder hacer un análisis crítico e integral de la misma, todo esto enfocado como parte fundamental de la formación interdisciplinaria para dicho oficio. Después elaboré un mapa de ubicación de la asignatura de Historia de América Latina Colonial dentro del plan curricular de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos, con el objetivo de detectar la situación en la que un alumno de ésta se encuentra al momento de cursarla, y lo que requiere de él al momento de terminar los cursos que la componen, para de esta manera identificar si los contenidos de dicha 22 materia son adecuados y suficientes para esta lograrlo, que es precisamente el problema central de este trabajo. En el plan de estudios de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos se describe la asignatura de Historia de América Latina Colonial como una materia en la que el alumno aprenderá los acontecimientos históricos y la dinámica de los países latinoamericanos, con una visión panorámica de las principales transformaciones políticas, económicas y sociales desde el llamado “descubrimiento de América” hasta finales del siglo XVII.24 Estos son unos objetivos bastante amplios, considerando que se trata de una materia que pretende cumplir un periodo sumamente complejo y bastante extenso en cuestión de tiempo. Por otro lado, el temario básico sugerido en el plan de estudios consiste en temas monográficos que abarquen el periodo, tales como la economía y la política (transformaciones económicas con la integración de América al sistema mundo, la minería, el desarrollo urbano, la economía rural, etc.), la población y sociedad (demografía, castas, cambios en la composición social con respecto al nuevo orden económico, etc.). Este fue un repaso brevísimo sobre los contenidos básicos sugeridos en el plan de estudios, a partir de los cuales el académico debe construir el temario propio de su curso, los contenidos son presentados únicamente como un compilado de conocimientos básicos que debe contener dicho temario, sin coartar la libertad de cátedra del profesor. 24 Ibídem, p. 235. Es necesario aclarar que en la edición impresa de este plan de estudios oficial, el título de la asignatura aparece como Literatura en américa Latina 1 Y 2. Esto se debe a un error de edición del mismo plan. También señalar la asignatura que aparece en esta página y la 240 (en la que se realiza la descripción de los contenidos básicos del segundo curso de esta signatura) no cuenta aún con una clave definida, puesto que corresponden a la descripción de las materias del plan propuesto en 2003. Sin embargo, por el área a la que pertenecen las materias descritas en estas páginas, y por el orden en el que son descritas en la seriación del ciclo básico de la licenciatura, además de por los contenidos básicos mostrados en esta edición impresa, queda claro que corresponden a la asignatura en cuestión. 23 En esta revisión pude observar que dichos contenidos sugeridos consisten en una descripción de la composición de la sociedad colonial en sus diferentes dimensiones, no se presenta una narrativa general de acontecimientos, obviándose el proceso violento y fundamental para la historia de la región que implicó la conquista de los pueblos americanos, y tampoco se presenta un contexto sobre el cual construir esta narrativa, construido sobre dicho pueblos o su contraparte europea. 3.1 El problema de contenido. El problema central de este análisis yace justo aquí, en la afectación que afecta la comprensión integral y al análisis de la realidad histórica de la región latinoamericana provocada por la carencia de conocimientos que considero fundamentales y que a continuación menciono (esta afectación mencionada será desarrollada y comprobada en el capítulo cuarto de este trabajo, en el que hablaré sobre las observaciones durante el trabajo en el aula). Me refiero en concreto al conocimiento sobre la historia de España antes del descubrimiento y conquista de América y durante la época colonial. A continuación ubicaré este problema desde dos enfoques distintos, el de la pertinencia de este contenido con respecto al oficio y a los conocimientos del latinoamericanista y desde su importancia desde la enseñanza misma de la historia de la región. Numerosos autores, como Silvio Zavala, se refieren ala existencia de tres raíces de la cultura americana, la raíz indígena, la raíz blanca y la africana, 25 los colonizadores europeos que comenzaron a llegar a partir del encuentro de los dos mundos, las variadas culturas indígenas que poblaban la región al momento de la conquista, en grupos 25 Silvio Zavala. El mundo Americano en la Época Colonial. Porrúa, México. 1967. pp. IV-XIX. 24 sedentarios, urbanos o nómadas, y por los esclavos de color que fueron ingresados al continente mediante el comercio y la trata llevada a cabo por los europeos durante los siglos que duró la Colonia. En el plan de estudios de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos existen, como he señalado anteriormente, dos asignaturas de ciclo básico con la función de impartir conocimiento y herramientas del conocimiento sobre la primera raíz mencionada, la indígena, estas son asignaturas obligatorias y se cursan en los primeros dos semestres de la carrera, además de cuatro asignaturas optativas sobre arte en la época prehispánica. Existen además dos asignaturas optativas sobre “Afroamérica” y una asignatura titulada “Antecedentes españoles de la historia de América”, que en mis cuatro años cursando la carrera no fue impartida una sola vez.26 Con estos datos se puede detectar claramente la carencia de información acerca de la segunda raíz ya mencionada (la española). Como he dicho antes, en este plan de estudios se afirma que el profesionista más cercano a los latinoamericanistas son los historiadores,27 el centro de atención de los profesionales en los Estudios Latinoamericanos es básicamente América Latina, y cuando se refiere a los conocimientos consistentes en la formación del latinoamericanista como hiatoriador enuncia: “Conocerá, de manera general, los procesos históricos mundiales que se vinculan con la historia latinoamericana de manera directa o indirecta”.28 Es decir, considerando que el latinoamericanista tiene bastante de historiador y dentro de sus conocimientos básicos no sólo está la historia de la región sino también la universal que la afecte, se puede afirmar que el problema del conocimiento de la historia de España es en efecto, de suma importancia. 26 Matesanz. Op Cit. pp. 137-144. 27 Matesanz. Op Cit. p. 51. 28 Ibídem, p. 67. 25 Ignacio Sosa apunta en esta dirección cuando señala que uno de los problemas más fuertes que ha marcado el derrotero de la historia regional es el que comprende los vínculos internacionales de la región. ¿Cómo hacer converger la historia europea, primero con la de América y cómo hacer converger, entre sí, las historias particulares de los propios países de la región?29 Para él, en lugar de repetir la sentencia acerca de la unidad o la diversidad que pueda haber en el desarrollo de las historias de los pueblos americanos, se debería reconocer que el pasado de América contiene un buen número de unidades y diversidades con orígenes varios, que iban en direcciones distintas y cambiaron con el correr del tiempo.30 3.2. El problema en la educación básica y preparatoria. Más allá de esta carencia, se puede hablar de que esta es una situación observable en la enseñanza de la historia en general desde la educación básica. Mireya Lamoneda escribía para el Coloquio de la Historia de la educación de la Universidad de Granada, en 1996: “Es realmente asombroso que a lo largo de muchos años los mexicanos estudiemos desde el nivel primaria la historia de nuestro país, en un intento por entender el México de hoy, y que no encontremos en los programas escolarizados, ni en los textos de apoyo, el desarrollo de otra historia que esté íntimamente ligada al devenir nacional como es la historia de España”.31 Cuando se habla del descubrimiento de América, es un encuentro de dos mundos igualmente complejos y con una historia previa que los llevó a ese momento presente, y del proceso que llevó, a partir de ese encuentro, a la construcción de las sociedades y 29 Sosa, Ignacio. Op. Cit, p. 78. 30 Ibídem. p. 81. 31 Mireya Lamoneda Huerta. “Memorias del IX Coloquio de Historia de la Educación”. En Currículum: historia de una mediación social y cultural. Universidad de Granada. España. 1996. P. 24. 26 culturas latinoamericanas, resultado de siglos de convivencia y muta alimentación por parte de estos dos mundos. Lamoneda señala que en los planes de educación primaria en México, los españoles aparecen en nuestra historia de repente, sin mayor explicación ni acercamiento al proceso de entendimiento de lo que es otra cultura y de lo que significa para la historia universal. Nunca se explican a profundidad los fenómenos por los cuales estos pueblos emprendieron la expansión por el Atlántico, ni las condiciones que los llevaron a emprender la conquista y colonización de América de la forma en que lo hicieron.32 El estudio hecho por la doctora Mireya Lamoneda es de finales de los noventa, sin embargo, haciendo una revisión de los planes de estudio actuales de la educación primaria y secundaria en México, podemos ver que no hay mucha diferencia al respecto, como, explico a continuación:33 En los programas de la educación básica aprobados en 2011 y vigentes a la fecha, se estudia historia sólo durante los últimos tres años de seis, en cuarto y quinto se estudia historia de México, y en sexto año se estudia historia universal. En este último grado, el programa se divide en cinco bloques: “La prehistoria. De los primeros seres humanos a las primeras sociedades urbanas”, “Las civilizaciones agrícolas de Oriente y las civilizaciones del Mediterráneo”, “Las civilizaciones mesoamericanas y andinas”, “La Edad Media en Europa y el acontecer de Oriente en esta época” e “Inicios de la Edad Moderna”.34 32 Ibídem. P. 25. 33 Aunque las afirmaciones hechas en este trabajo se refieren a los conocimientos que poseían los estudiantes que cursaron la materia en los semestres en los que realicé mi servicio (en su mayoría nacidos en el periodo 1994-1995), me parece que analizar el actual programa de contenidos de la educación básica en México da más proyección de vigencia y actualidad a este trabajo. 34 “Programa de estudio 2011. Educación básica primaria”. Secretaría de Educación Pública. México, 2013. Tomado de http://www.curriculobasica.sep.gob.mx/index.php/historia-6?sid=611 el día 18 de Mayo de 2014. 27 Más adelante, en la educación secundaria, los temarios no son muy diferentes. En los mapas de contenidos trazados por la Secretaría de Educación Pública en 2012 para la educación secundaria, la historia se enseña en el segundo y tercer año. En el primer año de secundaria se estudia historia universal, y en el segundo año se estudia historia de México. La materia de “Historia 1”, se divide a su vez en bloques, y estos en secuencias. Los contenidos impartidos por esta materia abarcan el periodo comprendido entre el descubrimiento de América y las últimas décadas del siglo XX35. Se dedica una secuencia a plantear el contexto de la conquista, con los temas: “La necesidad de abrir nuevas rutas comerciales”, “Humanismo y renacimiento” y “Avances científicos y tecnológicos”, y la dosificación recomendada sugiere que se imparta este conocimiento en una sola sesión junto con otros cinco temas que incluyen las exploraciones y el descubrimiento de América y las diferentes colonizaciones por parte de los países europeos.36 Con estos datos podemos observar que los conocimientos ofrecidos por la educación primaria y secundaria no son lo suficientemente abundantes para abarcar lo que he señalado apoyándome en Lamoneda. Por otro lado, y aunque los contenidos impartidos por la enseñanzapreparatoria son bastante más diversos, si tomamos los contenidos del programa de estudios del Colegio de Bachilleres, para apegarnos al modelo de educación oficial que hemos analizado en este apartado, la tendencia es exactamente la misma. En este nivel preparatorio, la historia se estudia en los primeros dos semestres de seis, y se reduce únicamente a la historia de México.37 35 “Mapas de contenido de segundo grado de secundaria”. Secretaría de Educación Pública. México, 2012. Tomado de http://www.telesecundaria.dgme.sep.gob.mx/materiales/mapas_2do.php el día 18 de Mayo de 2014. 36 Oxana Pérez Bravo, et. al. Historia 1. Volumen 1. Telesecundaria. Secretaría de Educación Pública. México, 2012. P. 4. 37 “Mapa curricular. Colegio de Bachilleres”. Secretaría de Educación Pública. México. 2012. Tomado de: 28 El tema sobre los contenidos de la enseñanza de la historia siempre ha sido problemático. María del Carmen González Muñoz, inspectora de educación y coordinadora del programa “Cátedra de Historia de Iberoamérica” de la Organización de Estados Iberoamericanos, identifica un sistema de enseñanza de la historia que responde a cuatro categorías fundamentales: “¿Qué enseñar? ¿A quién y cuando enseñar? ¿Quién y con qué formación puede enseñar? Y ¿cómo enseñar?,38 cada una de estas preguntas pretende cubrir un aspecto diferente de la enseñanza, el epistemológico, el psicopedagógico, el profesional y el didáctico, consecutivamente. Se trata de aspectos íntimamente relacionados, dialécticamente implicados, y a partir de los cuales se desgrana todo el proceso de enseñanza y aprendizaje de la historia.39 En la formación del latinoamericanista, considerando la importancia del conocimiento de la historia, las preguntas planeadas por María del Carmen Muñoz son especialmente difíciles de responder, no sólo porque América Latina es una región extensa y llena de complejidades culturales que varían geográficamente y que determinan en buena medida la historia de la misma, sino también, y esto es lo verdaderamente importante para este informe, porque (siguiendo a Silvio Zavala) América Latina tiene al menos tres raíces concretas y diferentes entre sí, cada una con su propia historia y complejidad. Además, la complejidad de responder estas preguntas para la redacción de un plan de estudios, radica también en la formación interdisciplinaria misma del latinoamericanista. Quizás puede también definirse como un problema de acotamiento del perfil de egreso de esta profesión. http://www.cbachilleres.edu.mx/cb/comunidad/docentes/pdf/Reforma_curricular/Documentos/P lanestudios.pdf el día 18 de Mayo de 2014. 38 María del Carmen González Muñoz. La enseñanza de la historia en el nivel medio. Editorial Anaya 21. Madrid. 2002, p. 20. 39 Todas estas preguntas también suponen delimitaciones, que son necesariamente consideradas en el momento de la redacción de un plan de estudios, y que son consideradas al momento de enunciar mi propuesta, más adelante en el trabajo. 29 CAPÍTULO 4 Metodología y actividades en el aula Establecido lo anterior, describo a continuación el contenido de la asignatura de Historia de América Latina Colonial 1 y 2 y explico también cómo el problema descrito anteriormente fue detectado en la impartición del curso, mediante un examen diagnóstico a los alumnos sobre los contenidos impartidos y los variados intereses de los estudiantes con respecto de estos. El plan de estudios de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos plantea una tendencia clara hacia la enseñanza de las raíces indígenas de la región, y relega las otras dos raíces conocidas, en particular la española. Por otro lado, con respecto a la segunda pregunta planteada por María del Carmen Muñoz, acerca del momento para impartir esta información, en el área dedicada al conocimiento de historia se deja a la raíz española sujeta a lo que se pueda aprender en el tercero y cuarto semestre de la carrera, precisamente en la asignatura de Historia de América Latina colonial, puesto que lo ofrecido durante los semestres previos no abarca dicho tema. El problema que se encuentra aquí salta a la vista de inmediato, en el apartado anterior hice un análisis de por qué la falta del conocimiento de historia española es un problema para la formación del latinoamericanista. Sin embargo, si nos situamos en el curso y los contenidos de la asignatura en cuestión, sería simplemente imposible impartir esta materia sin los conocimientos previos que se requieren. Si consideramos el periodo colonial de la historia de América Latina como el que va desde la conquista y anexión de los dos más grandes señoríos americanos por parte de los europeos, es decir, México Tenochtitlan en 1521 y el imperio Inca en 1533, 30 hasta las independencias de los países americanos en la segunda y tercera década del siglo XIX, hablamos habla de tres siglos en los que la totalidad del territorio de la región, su vida política, su devenir social y su evolución cultural estaban ligados, y en buena medida dependían de lo que los procesos políticos y sociales que ocurrían en la metrópoli, y por esta misma razón, en cierto modo determinados por los procesos históricos mismos que llevaron a la península ibérica a ser lo que era. Examen diagnóstico La concepción constructivista del aprendizaje y la enseñanza señala tres aspectos globales fundamentales a tomar en cuenta al momento de organizar y planificar la enseñanza de un nuevo contenido: la disposición que presentan los alumnos frente al aprendizaje, las capacidades, instrumentos, habilidades y estrategias generales que son capaces de utilizar y los conocimientos que ya poseen respecto al contenido concreto que se propone aprender. Estos conocimientos previos abarcan tanto conocimientos e informaciones sobre el propio contenido, como conocimientos que, de manera directa o indirecta, pueden relacionarse con éste.40 Al impartir una asignatura como esta, sabiendo que el alumno posee la información aprehendida anteriormente sobre la historia y la sociedad prehispánica, hacía falta ver hasta qué punto se podría avanzar sobre la historia de América Latina Colonial, considerando como válidos y efectivos los conocimientos previos sobre la historia colonial que el alumno pueda tener hasta el momento. Para Mariana Mirás, en una aproximación que hace a los conocimientos previos desde el enfoque constructivista, las herramientas más efectivas para conocer esta 40 Mariana Mirás. “Un punto de partida para el aprendizaje de nuevos contenidos. Los conocimientos previos” en César Coll, et. al. (coord.). El constructivismo en el aula. Grao. Barcelona. 1998, p. 49. 31 situación son la propia experiencia docente y la exploración de dichos conocimientos mediante una prueba41, un “examen diagnóstico”. A través éste se pueden observar no sólo los conocimientos sobre la el tema en cuestión (historia colonial) que los alumnos poseen, sino las ideas construidas que tienen al respecto, y por extensión, la idea que los alumnos puede tener sobre la presencia española en América. Es particularmente interesante observar estos conocimientos e ideas previas cuando se trata de la historia colonial, en particular del proceso de la conquista de América, por ser un proceso tan determinante en el devenir de la construcción del área y tan proclive a ser narrado de acuerdo con la ideología de quien lo haga. Otros académicos que analizan el enfoque constructivista, Javier Merchán y Florentino García Martínez, señalan acertadamente que estas ideas previas son generalmente condicionadaspor el contexto ideológico del alumno, contexto en que se produce el traslado mecánico al pasado de los valores vigentes en el presente.42 Además, es necesario considerar que los alumnos adquieren sus ideas sobre la historia en el medio sociocultural, a través de la educación básica o por descubrimientos personales. Como he señalado antes, la educación básica proporciona pocas herramientas de análisis para este periodo y el proceso de la conquista en particular, empezando por el poco conocimiento impartido al respecto. Por otro lado, en palabras de María del Carmen Muñoz, “estas ideas sociales dominantes sobre la historia pueden responder también a paradigmas o versiones de determinados acontecimientos como eran contados 41 Ibídem, p. 59. 42 Javier Merchán y Florentino García Martínez. Proyecto Guadalquivir para comprender la Historia. Oromana. España. 1990. p. 13. 32 en la narración clásica de la historia, y que se consideran superados por la comunidad científica”.43 El examen diagnóstico en esta asignatura durante la primera clase del curso, el día 9 de agosto de 2012, y consistió en dos ejercicios: En el primero se discutió la noción misma de “América Latina Colonial” como concepto histórico, para observar la percepción que los alumnos tenían de éste. Una vez aplicado, notamos que el concepto mismo “América Latina” no ha sido analizado en su realidad histórica en los semestres anteriores, esto debido a que, al limitar el conocimiento de historia previo únicamente al estudio de los pueblos prehispánicos, el componente “latino”, que es el que unifica a la región y por el que se la nombra, no es siquiera concebido como un componente histórico, si acaso como nominal.44 En este punto, los alumnos demostraron conocer los orígenes decimonónicos del término “América Latina”, término surgido en oposición a “Angloamérica”, y están conscientes de que lo “latino” hace referencia a la cultura y los idiomas que prevalecen al sur del río Bravo. Sin embargo, las implicaciones culturales, sociales, geográficas, y otras, que conllevan la dominación española durante tres siglos y que determinan la realidad americana, no son concebidas como parte integral de la región en la actualidad. Esto es sumamente importante porque no es hasta el estudio del periodo colonial que el concepto “América Latina”, puede ser estudiado como concepto histórico por el alumno dentro del aula. 43 González Muñoz. Op Cit. P. 83. 44 Vale la pena señalar que “América Latina” es una de varias propuestas para nombrar a la región. Hay propuestas que señalan que en estricto sentido, la región debería nombrarse “Iberoamérica”, debido a que la mayoría de los países forman parte de un colectivo formado en los primeros años de la colonia, principalmente por la conquista por parte de los países de la península ibérica. Sin embargo, este nombre excluye los componentes franco, anglo y otros, de la región. Ya que no está entre los objetivos de este trabajo señalar una forma adecuada de nombrar a la región, tomaremos el concepto de “América Latina” por ser el que nombra la carrera y a la mayoría de las asignaturas cursadas, ya que es el concepto más amplio de los usualmente propuestos. 33 En el segundo ejercicio del examen diagnóstico, pedimos al grupo en general nombrar todos los personajes de la época colonial que conocieran, y explicaran algo sobre ellos. En las respuestas arrojadas por los alumnos nos percatamos de tres fenómenos en particular: en primer lugar, los personajes mencionados en total apenas ascendieron a diez, en segundo lugar, la mayoría de ellos pertenecían al cuerpo de la iglesia o habían participado en los procesos de conquista o independencia; y en tercer lugar, ninguno de los personajes nombrados había trascendido por su existencia o acciones en Europa, como por ejemplo, los monarcas españoles. Son tres fenómenos muy sintomáticos por separado. El primero deja ver que el conocimiento de la historia colonial es, en sí, muy limitado, aunque este periodo es parte fundamental en la historia de los países latinoamericanos, que han sido colonia más tiempo de lo que llevan siendo independientes. El segundo muestra que el período colonial no ha dejado de ser idealizado incluso en nuestros días, como un pasado en el que la vida cotidiana, el orden social y la configuración política eran, casi en su totalidad, dominados por la iglesia o la religión, percepción que en una educación ofrecida por un estado que se ha defendido como laico desde hace más de cien años, y que ha entrado en conflicto con la iglesia en varias ocasiones, tiende a ser negativa. Tal como afirma Carmen González Muñoz, estas ideas previas rara vez están libres de la carga ideológica con las que se han connotado y enseñado anteriormente. Por último, el tercer fenómeno observado en las respuestas ofrecidas por los alumnos, deja ver claramente que Europa no es considerada parte de la historia colonial, la ausencia de conocimiento sobre los procesos políticos europeos ya no antes, sino durante la época colonial, muestra que se entiende dicha época evitando hacer referencia directa a la dominación efectiva de los reinos europeos sobre América. 34 El verdadero problema con las estas ideas construidas en un contexto ideológico específico, es que suelen ser tenaces y difíciles de cambiar, especialmente las referidas a la estructura epistemológica de la historia (explicación, entendida como causa única, búsqueda de culpables, narración de lo que "realmente ocurrió", objetividad, etc.).45 En el caso de la historia colonial es muy común encontrar ideas con una tendencia fija por determinar el desarrollo entero de la sociedad durante el período colonial en el violento proceso de la conquista, esta dificultad aplica también a estereotipos asumidos socialmente, como el del conquistador violento y avaricioso, y el español autoritario y abusivo. Por el contrario, las ideas previas consistentes en los errores sobre informaciones concretas que no involucren estos condicionantes no suelen ofrecer tanta resistencia, por ejemplo, el papel de Colón en el descubrimiento de América o el número concreto de españoles que conquistaron Tenochtitlan. Es precisamente la posible malinterpretación de la historia entera del periodo colonial, basada en estas ideas previas, la misma razón para explorarlas. No con el objetivo de hacer ninguna reivindicación ideológica ni histórica, sino porque los alumnos necesitan entender a profundidad muchas cosas para poder acceder a la historia organizada como conocimiento académico.46 No se puede ofrecer éste como un conocimiento acabado, traducción de la investigación académica, resumido en manuales y expuesto por el profesor en la idea de que será asumido, es necesaria una construcción continua basada en la reflexión y contrastada con estas ideas previas para entender por qué se arraigaron en el pensamiento popular y cómo pueden articularse con la realidad histórica. Información y materiales ofrecidos 45 Ibídem. p. 84. 46 Ibídem. p. 83. 35 Otra de las actividades que realicé durante mi servicio social fue la elaboración de un blog virtual donde “colgaba” materiales didácticos para el grupo, su funcionamiento y utilidad las explicaré más adelante en este informe. Sin embargo, para efectos de aclarar la detección del problema en cuestión, haré una breve referencia al contenido de los materiales ofrecidos por este medio. A lo largo de los dos semestres cursados, hicimos referencia a numerosos documentos y personajes relacionados directamente con la historia de la región en el periodo colonial, en el blog se ofrecían algunos de estos materiales (documentos escaneados,cuadros sinópticos, etc.) a los alumnos, prácticamente en su totalidad por petición o sugerencia de ellos mismos. Para exponer el problema del desconocimiento de la historia europea e ibérica en particular, vale la pena destacar que los alumnos pidieron que fueran subidos siete documentos históricos, de los cuales, cuatro de ellos fueron redactados en Europa o responden a coyunturas políticas de ese continente, por ejemplo, la Bula Sublimis Deus, Las Capitulaciones de Santa Fé, o bien el Assiento de Negros de 1713. En la sección de imágenes del blog, subí durante los dos semestres, distintos cuadros, mapas o litografías y grabados escaneados, ilustrativos para la historia de la época colonial, temas como la revolución francesa, el absolutismo ilustrado, la expansión de los imperios europeos, la guerra de sucesión española, los árboles dinásticos españoles, etcétera, fueron pedidos o sugeridos por los alumnos para ilustrar lo explicado en el curso, mucho más que aquellas imágenes que hicieran referencia al periodo colonial en territorio americano, o a coyunturas políticas del mismo. El hecho de que fueran los alumnos quienes pidieran estos materiales puede explicar dos cosas, o bien que estos contenidos fueron simplemente del agrado de los 36 alumnos, o que el conocimiento previo real sobre estos temas es insuficiente, lo cual provocó que el grupo pidiera herramientas para comprenderlos y conocerlos mejor, ya que consideraron que valía la pena estudiarlos, de allí el interés. En los siguientes apartados pretendo mostrar que se trata de la segunda opción. El desarrollo de la clase y los métodos de enseñanza. En una conversación con el Dr. Escamilla, titular de la asignatura, él señalaba que la principal dificultad de impartir esta materia radica en que el periodo colonial comienza con el descubrimiento de América, proceso que provocó un cambio total en la percepción misma del universo por parte de los habitantes del viejo continente, y concluye tres siglos después, cuando América ya forma parte activa del mundo tanto económica, como social, cultural y políticamente; esto significa que al impartir una asignatura como ésta es indispensable abarcar conocimientos generales de distintos continentes, regiones y culturas, porque dicha integración no puede ser comprendida sin entender también los efectos que el nuevo continente provocó en el “sistema-mundo”, y las transformaciones sufridas por Europa y el resto mundo a partir de este suceso. Es por esta misma razón que el primer elemento a destacar en la metodología utilizada para integrar esta problemática al curso y resolverla durante el mismo es el temario propio del curso. Si volvemos sobre los componentes del sistema de enseñanza de la historia propuesto por González Muñoz al que ya he hecho referencia, la respuesta a qué contenidos enseñar es fundamental para la solución a este problema. El temario ofrecido a los alumnos al inicio del curso tiene los siguientes objetivos particulares (el temario completo puede verse en el anexo 1): 37 1) Identificar las características del desarrollo histórico europeo, y de la Península Ibérica en particular, relevantes en el inicio del proceso colonizador. 2) Examinar la construcción de la idea de América como uno de los problemas fundamentales en el desarrollo intelectual de Occidente a partir de 1492. 3) Identificar las semejanzas y diferencias del desarrollo cultural de Viejo y Nuevo Mundo en el momento del encuentro. 4) Explicar la importancia de los procesos de exploración, conquista militar y organización política y económica de los territorios en el siglo XVI como determinante del desarrollo posterior de las colonias americanas. 5) Caracterizar la cristianización de América como un proceso complejo y activo de intercambio y adaptación cultural entre los evangelizadores y los pueblos indios. 6) Detectar las peculiaridades socioculturales del período transcurrido entre la conquista y las grandes catástrofes demográficas indígenas de finales del siglo XVI. 7) Describir las relaciones entre los reinos peninsulares y americanos y las estructuras imperiales de los dos primeros siglos coloniales. 8) Cuestionar la visión tradicional del colonialismo ibérico como un modelo de dependencia y confrontarla con la hipótesis de la “virtual autonomía” americana en el siglo XVII. 9) Reproducir un panorama del apogeo de las sociedades iberoamericanas entre 1600 y 1740 y de las peculiaridades culturales de los distintos desarrollos regionales del continente. Me gustaría destacar que estos nueve objetivos particulares establecidos por el temario están elaborados no únicamente a partir de la experiencia colonial en suelo americano, sino de lo que ésta representó para los conquistadores mismos. Más 38 adelante, en el listado de temas a abordar en el semestre, el primer tema del curso necesariamente se refiere a la situación de la península ibérica hacia el año 1500 d.C., explicando los estratos culturales y los componentes históricos de la península ibérica hasta la llegada de los musulmanes, el periodo de ocho siglos que comprendió la dominación musulmana en la península, la llamada “Reconquista” y la re-composición de la sociedad después de esto, la situación del cristianismo en Europa, particularmente durante la ruptura político-religiosa que provocó la reforma luterana. El objetivo de impartir este tema no es simplemente conocer los sucesos y procesos por los que pasaba la península en el momento de la conquista, sino entender cuál era la situación política e intelectual de los pueblos europeos a la aparición del Nuevo Mundo, y por qué este suceso ha sido considerado por muchos como el más importante de la historia registrada, precisamente porque el mundo y el cosmos concebido por los europeos, cambió tan radical y violentamente como sería la reacción ante este suceso. Para facilitar la comprensión de los alumnos a estos temas se hizo una selección de lecturas que permitieran tener una idea de la situación descrita, como complemento de la explicación en clase, lecturas como “El mundo mental de Hernán Cortés”, de John Elliot,47 explican el contexto educativo, cultural y social que rodeaba a los conquistadores, en particular a Hernán Cortés, al momento del descubrimiento y conquista de América, muestra las percepciones míticas y fantásticas del universo y de lo desconocido y su reflejo en la realidad americana, con el fin de entender las interpretaciones y las percepciones que se construyeron a partir de todo un continente nuevo y desconocido que se abría ante los ojos de los europeos, exótico y emocionante. 47 John Elliot. España y su mundo. Editorial Taurus, España, 2007. 39 La lectura “La economía global y el Quijote” de Arturo Giráldez,48 explica el papel que América adquirió en el imaginario europeo, basado tanto en su papel real en la economía y las políticas del viejo continente como en las percepciones previas sobre la misma. Entender esta construcción conceptual de América para Europa es fundamental para profundizar en el papel que jugaba en el sistema mundo cuya mayor dinámica estaba en el Atlántico y cómo, a partir de allí, eran dictadas políticas de carácter económico, estructural y judicial que afectarían profundamente el desarrollo histórico de la región que hoy llamamos América Latina. Una vez seleccionados los contenidos a impartir y los materiales con los que se apoyará la enseñanza de este conocimiento, es necesario volver sobre la pregunta ¿cómo enseñar la historia? Para responder esto, es necesario reflexionar sobre las nuevas categorías que existen hoy en día para la investigación histórica y que permiten analizar la enseñanza de esta historia desde los variados puntos de vista que son necesarios y abordandolos conocimientos generales necesarios, estas categorías se encuentran insertadas en lo que se llama “Nueva historia”. Considero necesario hacer un muy breve repaso de lo que la “Nueva historia” es y representa en los modelos actuales de la enseñanza de esta disciplina, para lo cual retomaré las palabras de Luz Elena Galván de Terrazas, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), quien rápidamente puede situarnos en lo que estamos hablando cuando nos referimos a la “Nueva historia”: Es indudable que el avance de la “Nueva historia” se debe a la revista de los Annales, la cual fue fundada en 1929 por Marc Bloch y Lucien LeFebve. En ese momento el título 48 Arturo Giráldez. “La economía global y el Quijote”. Revista de Historia Económica-Journal of Iberian and Latin American Economic History, volumen 23. 2005. 40 que se le dio fue el de Annales de historia económica y social. Esta revista planteaba una revolución intelectual muy profunda que rompe con la historiografía tradicional. Se puede decir que esta corriente historiográfica propone una historia más analítica que narrativa, la cual se plantea nuevas preguntas y nuevos problemas en varias áreas de conocimiento referentes a la elación entre el hombre y la sociedad en el pasado. Es así como nuevos temas, problemas y enfoques empiezan a surgir, debido al contacto de la historia con la antropología, la sociología, la economía, la lingüística y la psicología.49 Varios autores coinciden en que esta es una etapa en la que la forma de conocer la historia ha cambiado de manera vertiginosa, y por ende, los métodos para enseñarla. Martín Bourdé es insistente al señalar que en este sentido, la historiografía ha sido una “inmejorable vacuna contra la ingenuidad”, y nos revela hasta qué punto el discurso historiográfico es, “por naturaleza, inestable y susceptible a toda clase de transformaciones".50 Por razones como esta es que los contenidos y la forma en que se analizan deben tener objetivos claros y bien aplicados. Como señala González Muñoz, a partir de la fundación de la revista de los Annales en 1929, la forma de estudiar y de contar la historia ha sufrido numerosos cambios, se dejó atrás la forma de narración decimonónica que privilegiaba los relatos individuales, políticos y militares, y se pretendió hacer una historia total, que incluyera las muchas dimensiones de una sociedad y en la que estuvieran presentes todos los niveles del pensamiento de la praxis humana. 51 ¿Cómo afectan todos estos aspectos al currículo de la materia de Historia de América Latina Colonial? Como puede detectarse en el temario de la clase, se pretende integrar todos los aspectos, dando una mirada amplia e integral de la realidad histórica que se pretende estudiar, y darle un enfoque que apunte hacia el análisis de la realidad posterior y actual latinoamericana, para que el alumno pueda sentar precedentes 49 Luz Elena Galván. “La enseñanza de la historia en México, sus imaginarios y la vida cotidiana”. En Luz Elena Galván y Mireya Lamoneda, Un reto: La enseñanza de la historia hoy. Instituto superior de ciencias de la educación del Estado de México. México, 1999. P. 75. 50 Martin Bourdé. Las escuelas históricas. Madrid. Akal. 1992. P. 249 51 González Muñoz. Op Cit. P. 41. 41 históricos a sus análisis y argumentaciones acerca de estos temas. Con los conocimientos previos del alumno, que también incluyen las herramientas y los métodos adquiridos durante los primeros semestres de la carrera, se puede avanzar mucho en este sentido. De esta manera, los alumnos pudieron acceder a lecturas y contenidos de muy diversa naturaleza, como textos narrativos, anecdóticos y de análisis (ver anexo 2 – Lista de Lecturas del Curso de Historia de América Latina Colonial), pusimos a su disposición fuentes literarias y proyectamos una película narrativa sobre la fase inicial del periodo colonial. Afortunadamente, tuve la oportunidad de participar activamente en análisis de estos distintos textos, en un ejercicio en el que mi papel era dirigir una lluvia de ideas aportadas por todo el grupo y llevarlas a una conclusión en la que participaran todos los alumnos, agotando los argumentos, información y propuestas de los diferentes autores, así cada sesión se repasaron las lecturas y se contrastaron las opiniones y percepciones de los alumnos con la de los autores o con las fuentes primarias. De esta manera, logramos en el alumno un acercamiento a las distintas formas de narrar y analizar la historia, y utilizando herramientas aprendidas en cursos anteriores, logró identificar los elementos formales de los diversos relatos y la espina dorsal de los textos argumentativos y, más importante, fue impulsado a exponer sus propios argumentos y las conclusiones extraídas de los textos y a defenderlos frente a otras opiniones. Integración de las tecnologías de información y com unicación Habitualmente, se define como aprendizaje multimedia a aquel que recurre a una combinación de diferentes canales de comunicación (visual o auditivo) y a una 42 diversidad de tipologías de información (textos, imágenes, videos) presentada de manera secuenciada y de manera dinámica.52 Para Pilar Rivero y Cristófol Trepat, la enseñanza de la historia a nivel universitario requiere necesariamente la utilización de tecnologías de información, para ellos, una presentación que incluya texto, imágenes, videos, música, y demás contenidos multimedia, proporcionan una sensación de animación en función de su significado o interrelación que facilita la interacción del alumno con el conocimiento ofrecido, proceso fundamental en la enseñanza de la historia.53 Gracias a mi experiencia como adjunto, puedo señalar que la aproximación a este conocimiento es una experiencia multicultural. Es necesario conocerlo en su multiplicidad para comprenderlo a profundidad. Para esto, se tiene que conocer todos los tipos de fuentes que lo componen. Y es precisamente una de las particularidades de la historia colonial es la variada naturaleza de sus fuentes y procedimientos de investigación, y de las disciplinas necesarias para entenderlas; de allí que el aprendizaje de la historia sea en sí mismo multimedia, ya que las fuentes textuales y materiales son presentadas en distintos formatos, y es así que la proyección multimedia permite incorporar a la clase todo tipo de fuentes históricas primarias. Una de las actividades que más tiempo y dedicación requirió durante mi servicio social fue precisamente la recolección de fuentes primarias no textuales para su digitalización, edición y organización, en particular de imágenes con diferente contenido y naturaleza, principalmente cuadros de época, retratos de los personajes 52 Cristófol Trepat y Pilar Rivero. Didáctica de la historia y multimedia expositiva. Grao. España, 2010. P. 5. 53 Ibídem. P. 12. 43 históricos protagonistas de los sucesos narrados en clase, mapas contemporáneos a los procesos explicados, vistas de ciudades, grabados históricos, fotografías de los sitios en la actualidad y de objetos y artesanías coloniales. Mis principales fuentes para la obtención de estas fuentes primarias fueron libros y catálogos sobre procesos, lugares o aspectos específicos de la vida colonial, de exposiciones museográficas, facsímiles digitales y/o catálogos de naturalistas coloniales. También es necesario destacar el papel que jugó el internet para la obtención de estas imágenes, que no sólo sirvió para buscar los contenidos anteriormente seleccionados, sino para localizar nuevos y como guía para ampliar el catálogo de imágenes ofrecidas a los alumnos.
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