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Historia-de-America-Latina-Colonial-la-pertinencia-del-estudio-de-historia-de-Espana-en-la-carrera-de-Estudios-Latinoamericanos

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
 
“HISTORIA DE AMÉRICA LATINA COLONIAL: LA PERTINENCIA DEL 
ESTUDIO DE HISTORIA DE ESPAÑA EN LA CARRERA DE ESTUDIOS 
LATINOAMERICANOS” 
 
INFORME ACADÉMICO POR SERVICIO SOCIAL REALIZADO EN LA 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADO EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS 
 
PRESENTA: 
ALFONSO ENRIQUE HERNÁNDEZ ROLDÁN 
 
DIRECTOR: DR. FRANCISCO IVÁN ESCAMILLA GONZÁLEZ 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA 
2014 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 
 
 
 
 
Agradecimientos: 
 
A mis padres, por su respaldo y dedicación. 
A mis amigos, en especial a 
Iván Escamilla y Alfonso González por su apoyo incondicional. 
 
A: Alejandra LaFuente Alarcón 
Roberto Machuca Becerra 
Maria Teresa Álvarez Icaza Longoria 
Simonetta Morselli Barbieri 
por los aportes que hicieron a este trabajo 
y por el esfuerzo dedicado a apuntalar los Estudios Latinoamericanos. 
 
A la UNAM y a la FFyL. 
3 
 
PRESENTACIÓN. Pág. 4 
INTRODUCCIÓN. Pág. 7 
CAPÍTULO 1. Panorama del estudio de la historia en la 
Licenciatura en Estudios Latinoamericanos. Pág. 9 
CAPÍTULO 2. Ubicación de la asignatura Pág. 15 
2.1 Ubicación con respecto a otras asignaturas del Plan de Estudios 
CAPÍTULO 3. Definición del problema Pág. 21 
3.1. El problema de contenidos 
3.2. El problema en la educación básica y preparatoria. 
CAPÌTULO 4. Metodología y actividades en el aula Pág. 29 
- Examen diagnóstico 
- Información y materiales ofrecidos 
- El desarrollo de la clase y los métodos de enseñanza 
- Integración de las tecnologías de información y comunicación (TICs) 
- Evaluación y avances detectados 
CONSIDERACIONES FINALES Pág. 49 
A MODO DE CONCLUSIÓN Pág. 51 
BIBLIOGRAFÍA Pág. 54 
 
4 
 
PRESENTACIÓN 
 
No hay momento más difícil para el latinoamericanista que elegir un tema al cuál 
enfocar sus estudios, una vez llegado el momento. Aunque seguramente podemos decir 
que esto ocurre con cada carrera, o con cada licenciatura en humanidades, el 
latinoamericanista tiene la bendición (o está condenado a, según como quiera verse) de 
poder elegir entre un abanico que parece incluir a cada una de las disciplinas englobadas 
por el concepto “humanidades” o por las ciencias sociales, enfocado todo ello a la 
región latinoamericana. Tenemos a elegir (y evitaré el uso de un etcétera hasta que la 
lista sea insoportable) historia del arte, historia política de cada país y región, o historia 
económica, estudios antropológicos y culturales, geografía y conflictos de territorio, 
demografía por regiones o países, ecología y cambios de paisajes naturales o urbanos en 
cada país, literatura contemporánea, decimonónica, colonial, literatura y sociedad, 
literatura política, filosofía política, filosofía clásica, pensamiento prehispánico, 
filosofía por regiones o países, corrientes filosóficas latinoamericanas, y un larguísimo 
etcétera. Sea cual fuere la elección, hay también muchos escritores en cada una de ellas 
que presentan un nuevo campo de investigación y especialización en un árbol de temas 
que parece nunca tener fin.1 
 Dentro de este árbol tan intrincado, no parece nada sencillo señalar puntos 
comunes y de articulación que abarquen una formación general de la cual se pueda 
partir para cada una de estas numerosas orientaciones, tan diversas y tan diferentes entre 
ellas. Sin embargo, la carrera de Estudios Latinoamericanos pretende formar 
 
1
 Una de las críticas más comunes a la licenciatura en Estudios Latinoamericanos es 
precisamente esta amplitud de temas. El profesionista en esta carrera es constantemente referido 
como “todólogo”, puesto que trata de abarcar numerosas y diferentes disciplinas, en un periodo 
histórico muy largo, en un conjunto de países sumamente diverso. La pregunta sobre si esta 
profesión debe abarcar este amplio arco temático es una de las más comunes en las discusiones 
en el aula, y se ha realizado a nivel institucional en varias ocasiones. 
5 
 
especialistas en el continente, capaces de tomar uno de entre estos temas y desarrollarlo 
para más tarde especializarse en alguno de ellos. Para esto, la licenciatura tiene un plan 
de estudios que incluye una gama de materias surtida en humanidades y ciencias 
sociales, con el objetivo de dotar a los alumnos de una formación básica que le de las 
capacidades ya mencionadas. 
 Sin embargo, observando este plan de estudios, es imposible no encontrar 
algunos puntos más fuertes que otros, y quizás algunos especialmente débiles, no sólo 
en el corpus de materias, sino también en la presentación y explicación del mismo. Esto 
es natural si entendemos la complejidad ya comentada, y el lugar desde donde se 
observe. 
 Pero es definitivamente el momento de la elegir una orientación en el que sólo 
alguien que haya cursado esta licenciatura en su ciclo básico puede resentir estos puntos 
fuertes y débiles cuando es necesario reconsiderar todos los conocimientos aprendidos y 
volcarlos sobre el proyecto a futuro es cuando salen a relucir las fortalezas y carencias 
de dicho plan de estudios. 
 
 En el presente trabajo abordo precisamente una de las carencias en este plan de 
estudios, a mi parecer de importancia fundamental para el desarrollo de los Estudios 
Latinoamericanos, enunciado y argumentado desde el momento final del curso de la 
licenciatura. El trabajo es un informe de actividad profesional, basado en el servicio 
social realizado como parte de los requerimientos para la titulación de la licenciatura en 
Estudios Latinoamericanos y de las carreras universitarias en general. Dicho servicio 
social se realizó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional 
Autónoma de México, dentro del Programa de Ayudantes Académicos, durante los 
semestres 2013-1 y 2013-2 (Agosto de 2012 a Septiembre de 2013). 
6 
 
 El programa de Ayudantes Académicos pretende que el estudiante participe en el 
proceso de enseñanza-aprendizaje como asistente de un profesor, en alguna de las 
asignaturas impartidas por éste, y ofrece al estudiante la oportunidad de mirar el proceso 
desde otro enfoque, de involucrarse en la impartición de una materia y que conozca los 
contenidos y los métodos necesarios para enseñarla, funcionando a su vez como vínculo 
entre el grupo y el profesor a cargo de la asignatura. 
 En este caso, el servicio social fue realizado en la asignatura de Historia de 
América Latina Colonial 1 y 2, una de las asignaturas obligatorias del ciclo básico de la 
Licenciatura, en tercero y cuarto semestres, impartida por el Dr. Francisco Iván 
Escamilla González, con una experiencia docente de más de una década en la enseñanza 
de contenidos sobre historia colonial, y con ocho años como profesor de asignatura en el 
CELA. Elegí este servicio social porque me pareció una forma práctica y provechosa de 
poner a prueba lo aprendido en la carrera y porque era la mejor manera de recuperar el 
conocimiento aprendido años antes y replantearlo en el momento de su enseñanza. 
Elegí la asignatura de Historia de América Latina Colonial con el Dr. Escamilla 
por la importancia que para un latinoamericanistatiene el periodo colonial en el estudio 
de la región, tema que desarrollaré en este trabajo. Otra razón de mi elección es porque 
en la asignatura con el Dr. Escamilla, observé que el método y sistema de enseñanza 
utilizado era el adecuado para realizar este estudio, en particular por la forma de 
involucrar al grupo en la clase y así promover la participación y profundizar en el 
análisis que conduce al alumno, no sólo a aprender las fechas y sucesos sino, más 
importante aún, los procesos y las transformaciones ocurridas en el periodo. 
 
 
7 
 
INTRODUCCIÓN 
 
El problema detectado durante la realización del servicio social se puede enunciar de 
forma simple: la carencia del estudio de la historia de España en la carrera de 
Estudios Latinoamericanos, para el entendimiento integral de la realidad de la 
región, tanto en la época colonial (tres siglos de historia de América Latina que no 
pueden obviarse) como en la época moderna y contemporánea, integrada en el contexto 
del mundo que la rodea. El objeto de este informe es entender esta dificultad y proponer 
algunas rutas de salida. La propuesta se enfocará según la descripción del problema 
descrito en el texto, para plantear la historia de España como un contenido necesario en 
esta licenciatura. 
 
 Para abordar este problema, primero analicé el área del estudio de la historia en 
el plan de Estudios Latinoamericanos, con el objetivo de ubicar las asignaturas 
enfocadas a ésta dentro del plan de estudios, y ubicarlas en la estructura curricular 
interdisciplinaria, con el objetivo de determinar la importancia de estas materias. Para 
ello tomé como fuente principal el documento impreso del plan de estudios de la 
licenciatura en Estudios Latinoamericanos, aprobado en 2004 por el H. Consejo 
Universitario y por la Facultad de Filosofía y Letras, además de reflexiones hechas por 
estudiosos como el Dr. Mario Miranda Pacheco y el Dr. Ignacio Sosa, acerca del oficio 
del latinoamericanista y de la complejidad de esta profesión. 
 Una vez hecho esto, dediqué un capítulo a describir y analizar la asignatura, 
basándome tanto en su descripción plan de estudios como en lo observado en el aula, 
los contenidos de la misma y su ubicación en el plan, con el objetivo de determinar los 
conocimientos previos necesarios para el aprovechamiento de los contenidos ofrecidos 
por esta asignatura, como está planteada en el plan de estudios vigente, y los 
8 
 
conocimientos que es necesario adquirir en esta asignatura para poder continuar con el 
estudio de la historia de la región, por etapas cronológicas, como está planteado en el 
currículo de la licenciatura. De esta manera se puede determinar si los conocimientos 
impartidos en la licenciatura, previos al estudio de la historia de América Latina 
colonial, son de hecho compatibles con lo requerido por dicha materia, cuando se 
pretende conocer la siguiente etapa de la historia de la región. 
 Con estos dos primeros capítulos, se puede plantear y definir el problema al que 
se dedicará este trabajo. En el tercer capítulo de este trabajo tomé los datos 
desarrollados y generados en las secciones anteriores para profundizar en las 
características principales de este problema, en particular enfoqué mi atención a los 
contenidos en semestres anteriores a éste, en el que se realizó el servicio social. 
Profundicé en este problema como una carencia de contenidos dentro de los 
conocimientos impartidos en esta licenciatura, haciendo una sugerencia sobre el mismo 
problema en la educación general, básica y superior, en México, tanto en lo que se 
refiere a contenidos como a método y objetivos de la enseñanza de la historia. Y, 
finalmente, argumenté la pertinencia del estudio de historia de España basándome en 
reflexiones de diferentes autores como Silvio Zavala, Mireya Lamoneda y María del 
Carmen Muñoz. Esto lo hice destacando la importancia de los conocimientos previos en 
la enseñanza, propuesta desarrollada por las concepción constructivista de la misma, 
apoyándome en autores como Mariana Miras. 
 
 El informe propiamente dicho se desarrolla en el último capítulo de este trabajo, 
en donde explico las actividades realizadas durante este servicio social, para 
diagnosticar y delimitar el problema, así como mi propuesta para resolverlo. También 
9 
 
explicaré la metodología utilizada en cada caso, en lo referente a contenidos y la forma 
de trabajo. 
En este informe profundicé en cinco actividades que me parecieron de suma 
importancia en este servicio social: el examen diagnóstico, los materiales didácticos, el 
trabajo en el aula, la integración de las tecnologías de información y comunicación 
(TICs) y la forma de evaluación. 
 A modo de conclusiones, resumo los problemas abordados y los que quedaron 
por resolver, así como las limitaciones de trabajos como este, en particular cuando se 
habla de un reordenamiento de los contenidos del plan de estudios, o una revisión de los 
contenidos mismos. Me parece que los resultados arrojados durante la realización de mi 
servicio que plasmo en este informe de trabajo son valiosos, porque como egresado de 
la licenciatura considero que el estudio de la historia de España es de suma importancia 
en la formación del latinoamericanista, plantear la revisión del plan de estudios en sus 
contenidos es más que necesario cuando se trata de una carrera que pretende estudiar 
una de las regiones con más transformaciones políticas, sociales, culturales e históricas 
en todo el mundo. 
CAPÍTULO 1. 
Panorama del estudio de la historia en la Licenciatura en Estudios 
Latinoamericanos. 
 
En el plan de estudios de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos modificado en 
2003 y aprobado en 2004, se fundamenta la importancia del conocimiento de la realidad 
latinoamericana en el desarrollo histórico mismo de la región, que es descrita como 
“una realidad histórica y cultural (…) no como el resultado de una esencia, sino que su 
10 
 
ser histórico deviene, se transforma, es decir es y va siendo el resultado de complejos 
procesos sociales, económicos, políticos y culturales”.2 
El conocimiento del continente es concebido mediante un eje articulador que 
descansa en la historia de la misma, y por ende el entendimiento de los procesos que la 
transforman tiene que pasar necesariamente por la comprensión de esta historia. El 
mismo plan de estudios se refiere a este entendimiento de la siguiente manera: “para 
explicar y comprender América Latina y por ende para asumir la función ético-
social de contribuir con su estudio a su transformación, debemos situarnos (…) ante 
una condición histórica que nos hace latinoamericanos, y ante un oficio, –el de 
latinoamericanista–, que es fruto de una opción académica y profesional”.3 
 El filósofo boliviano Mario Miranda Pacheco, en sus pláticas y reflexiones sobre 
el oficio de latinoamericanista, editadas por la UNAM,4 también destaca la importancia 
de la realidad histórica no sólo en su estudio y aprehensión de la realidad 
latinoamericana, sino en la función misma de la existencia de los Estudios 
Latinoamericanos “para llevar a cabo innovaciones que revolucionen la manera de 
impartir y aprender, asimilando conocimientos humanísticos y científicos que 
fortalezcan la afirmación histórica de América Latina”.5 
 Para Miranda Pacheco, en su alegato “En pro de los Estudios 
Latinoamericanos”, el momento en que América Latina ha entrado rápidamente en la 
escena contemporánea, llena de particularidades y perspectivas extraordinarias a futuro, 
 
2 José Antonio Matesanz, et. al. (coord.). Plan de Estudios de la Licenciatura en Estudios 
Latinoamericanos. Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. México. 2004. p. 39. 
3
 Ibídem, p. 40. 
4
 Mario Miranda Pacheco. Sobre el oficio del latinoamericanista. Pláticas y Reflexiones. 
STUNAM, Cubo Ediciones. México,2010. 
5
 Ibídem, p. 47. 
11 
 
sólo puede ser entendido con claridad si se percibe su personalidad y dimensión 
históricas, y de esa claridad dependen los propósitos y posibilidades de su estudio.6 
 
Cuando hablamos de las distintas dimensiones de la región, uno de los grandes 
retos de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos es el que implica desarrollar un 
plan interdisciplinario. Desde sus orígenes, esta carrera fue concebida como un intento 
por captar la totalidad de la realidad latinoamericana en sus múltiples aspectos: 
económicos, sociales, políticos, culturales, etcétera, apoyándose en las disciplinas 
humanísticas. El plan de estudios afirma que lo anterior no implica dispersión, sino que 
se busca dar una dimensión humanística con un marco conceptual suficiente y diverso, 
con lo que se amplía el conocimiento y la comprensión de la sociedad y la cultura de la 
región.7 
Para Miranda Pacheco, cuando se habla de los modelos en los que puede 
incorporarse a los Estudios Latinoamericanos como una licenciatura interdisciplinaria 
en la enseñanza superior, “estos criterios se sustentan en la complementariedad y 
actualización del estudio de la historia general, de la teoría económica o de la 
literatura universal. Así se insertan temas y contenidos que son propios de la historia, la 
economía, o la literatura de América Latina”.8 
El académico de la Facultad de Filosofía y letras de la UNAM, Ignacio Sosa 
Álvarez, sostiene por su cuenta otro punto de vista. Para él, el conocimiento 
interdisciplinario es un mito fundacional en los Estudios Latinoamericanos, atribuible a 
los intereses de quienes crearon este colegio en un contexto en el que la creación de una 
licenciatura no estaba sujeta a la planeación o a la especialidad académica, sino a la 
 
6
 Ibídem, p. 69. 
7
 Matesanz. Op Cit, p. 41. 
8
 Miranda Pacheco. Op Cit, p. 81. 
12 
 
voluntad de los interesados, y debido a la disciplina de procedencia de cada uno de 
ellos.9 
No es el objeto de este trabajo profundizar en el carácter o la viabilidad del 
conocimiento interdisciplinario en una licenciatura organizada, sin embargo, vale la 
pena destacar la crítica de Sosa Álvarez al mismo, él afirma que el ambicioso propósito 
de formar una comunidad de carácter interdisciplinario, en vez de clarificar el objetivo, 
ha provocado una mayor indefinición: ¿Humanidades o ciencias sociales? ¿Cuáles son 
los vínculos entre las disciplinas? ¿Miscelánea o guerra de disciplinas?10 Es quizás en 
esta indefinición y en el intento de organizar el conocimiento que se puede situar el 
problema que aborda este trabajo. 
En cualquier caso, para la aplicación eficaz de la interdisciplinariedad, ésta debe 
ser ejercida como una práctica de sistematización del saber. Miranda Pacheco afirma 
que no debería funcionar solamente como una agregación de conocimientos de distintas 
áreas, sino como una interacción y convergencia de diferentes disciplinas científicas y 
humanísticas, sus objetos de estudio, metodologías y lenguajes.11 
 
En el caso del plan de estudios de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos, 
existen cuatro áreas básicas del conocimiento: conocimiento de historia, filosofía, 
literatura y ciencias sociales. El ciclo básico de esta licenciatura está compuesto por 
cuarenta asignaturas distribuidas entre estas cuatro áreas y además hay un área de 
conocimiento en la investigación, dedicada a desarrollar en el alumno la capacidad de 
realizar investigaciones con las diferentes metodologías propiamente de las 
humanidades, y un área de Teoría de la Cultura. 
 
9 Ignacio Sosa Álvarez. “De la memoria a la historia. Los estudios latinoamericanos como 
disciplina y como comunidad”. Revista de la Educación Superior. Volúmen XXXVI, núm 144. 
ANUIES. México. 2007, p.66. 
10 Id. p. 67. 
11 Miranda Pacheco. Op. Cit., p. 50. 
13 
 
Es importante señalar que una buena parte del total de las asignaturas de esta 
estructura curricular está enfocada a dar al estudiante amplios conocimientos sobre la 
historia de la región así como las herramientas metodológicas para comprender y 
analizar de manera crítica los procesos históricos. Si se observa el mapa curricular de 
esta licenciatura (Cuadro 1) destaca que catorce de las cuarenta asignaturas están 
destinadas a Conocimiento de Historia y Conocimiento de Historia de América Latina y 
México, lo que significa que esta área ocupa casi el treinta por ciento de las materias.12 
Ninguna de las otras cuatro áreas antes listadas (conocimiento de filosofía, 
literatura, ciencias sociales y teoría de la cultura) dedican asignaturas para proporcionar 
herramientas metodológicas de análisis e interpretación, además del conocimiento 
impartido en ellas. Las dos áreas del conocimiento de la historia tienen en conjunto 
ocho asignaturas a un recuento histórico de la realidad americana y cuatro materias más 
a las herramientas teóricas y metodológicas de área.13 
 
 
 
12
 Matesanz. Op Cit. p. 70. 
13
 Uno de los comentarios más significativos sobre la composición del plan de estudios, y sobre 
la cantidad mayoritaria de asignaturas enfocadas al conocimiento de la historia, y que no debe 
ser omitido, es la composición misma del grupo que redactó este plan de estudios. Entre los 
académicos que estuvieron implicados en la redacción de este plan, se señala comúnmente que 
es precisamente la prevalencia de los historiadores en este grupo lo que provocó esta tendencia 
en el momento de dicha redacción. El Lic. Roberto Machuca, administrativo del colegio y 
sinodal de esta materia, señala que esta tendencia puede nombrarse como “fuerzas” ideológicas 
o académicas que tiraron hacia un lado para concentrar los contenidos del plan de estudios hacia 
la historia. 
No es, sin embargo, objetivo de este trabajo analizar el momento de la redacción del 
plan de estudios, puesto que estoy tomando el plan de 2004 como un producto terminado, que es 
el que estudia actualmente en esta carrera, y es sobre el que estoy basando mi análisis, mi crítica 
y mi propuesta. 
14 
 
 
Cuadro 1 – Mapa Curricular del plan de estudios de 
 la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos (2004) 
 
 Con esto no quiero señalar a la historia como el área necesariamente más 
importante en la formación de un latinoamericanista, ya que el plan de estudios está 
programado para dar una formación integral e interdisciplinaria al estudiante de la 
licenciatura. Como ya mencioné su importancia sobre las demás áreas en el plan vigente 
puede deberse a que se toma a la historia no sólo como área de conocimiento, sino como 
eje articulador de todas las demás áreas. 
El plan de estudios menciona que “el profesionista más cercano a los 
latinoamericanistas son probablemente los historiadores”,14 sin embargo, explica señala 
como factible que en los estudios latinoamericanos el conocimiento de la literatura, la 
filosofía y las ciencias sociales puedan apoyarse sobre todo en el conocimiento histórico 
para el análisis de la región. 
 
14
 Ibídem, p. 51. 
15 
 
CAPÍTULO 2 
Ubicación de la asignatura. 
 
La asignatura de Historia de América Latina Colonial se imparte, dentro del plan de 
estudios de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos, en los semestres tercero y 
cuarto, y forma parte del llamado “ciclo básico”, cuyo contenido explicaré más 
adelante. El programa de la asignatura fue presentado en 2003, en sustitución al de 
1975, y en sus objetivos establece que el alumno conozca los acontecimientos históricos 
y la dinámica de los procesos que transformaron la región desde le descubrimiento hasta 
las independencias. 
 El periodo en el que se impartió esta materia, mientras llevé a cabo mi servicio 
socialfue el semestre 2013-1 y 2013-2 (Agosto de 2012 hasta Julio de 2013), dos 
semestres en los que el grupo estaba compuesto por 38 alumnos ordinarios y 12 oyentes. 
La edad promedio de los alumnos era entre 19 y 20 años, y hay un porcentaje del 72% 
de mujeres y un 28% de hombres. En el primer semestre hubo dieciocho sesiones de 
clase, de las cuales dos fueron ocupadas para la aplicación de exámenes parciales y una 
de ellas en la proyección de una película que complementara los temas vistos en clase. 
En el segundo semestre hubo diecisiete semanas de clase, de las cuales una fue ocupada 
para la entrega del trabajo final del semestre. 
 Estamos hablando de un grupo relativamente grande de alumnos, en una materia 
obligatoria válida por 6 créditos. El trabajo de asistente de profesor es requerido en 
materias como esta por la cantidad de información ofrecida a los alumnos, y por la 
generada por éstos al momento de las evaluaciones; también porque, como está 
nombrado en el plan de estudios, es necesario que el profesor que imparte esta materia 
se apoye en todo el material audiovisual posible, mismo que, por tratarse de un periodo 
tan extenso como el colonial, es abundante. 
16 
 
 La gran ventaja que tiene hacer un servicio social como éste, es que después de 
haber recorrido el tronco común de la licenciatura y con la visión panorámica que se 
tiene después de haber cursado optativas y obligatorias, el asistente de profesor es capaz 
de detectar actitudes y comportamientos en el grupo relacionados con los contenidos 
ofrecidos en la materia e interpretarlos con respecto a la experiencia previa adquirida. 
 
2.1 Ubicación con respecto a otras asignaturas del Plan de Estudios 
 
El objetivo de esta sección es ubicar a la materia de Historia de América Latina 
Colonial en el plan de estudios, detectar los conocimientos previos sobre la historia que 
otorga el mismo plan y que son necesarios a fin de comprender los temas pertinentes de 
la signatura en cuestión, y los conocimientos que son requeridos más adelante en la 
carrera y que deben ser proporcionados por dicha asignatura. Para esto utilizaré la 
información sobre las distintas asignaturas ofrecida por el plan de estudios, sus 
objetivos, composición, y temario básico. 
El eje de articulación del conjunto de plan de estudios se basa, como afirma la 
versión del mismo presentada para su modificación en 2003, en la historicidad de los 
procesos sociales y culturales de la región. En función de este eje, el plan se estructura 
en dos ciclos consecutivos, el básico y el terminal.15 
 La función del ciclo básico es dotar al alumno de las herramientas y metodología 
fundamentales para que pueda comenzar a trabajar y dominar las disciplinas que 
constituyen el quehacer interdisciplinario del latinoamericanista. En lo que respecta al 
área del conocimiento de la historia, existen las materias formativas (Historiografía 
General, Teoría de la Historia) y las informativas. Estas últimas materias pretenden 
 
15
 Ibídem. Pág. 69. 
17 
 
ofrecer al alumno un panorama integral de los procesos históricos concretos que 
integran el ser de América Latina.16 
 
 El área del conocimiento de la historia de América Latina y México en el ciclo 
básico inicia con la asignatura de Historia de América Precolombina, en la que se 
asienta el contexto histórico para estudiar las etnias de la región en la época 
contemporánea. La asignatura de América Precolombina es sumamente compleja, tiene 
por objetivos que el alumno adquiera la información referente a las primeras etapas 
históricas del continente y comprenda los procesos de esta historia, además de 
introducirse en los debates teóricos que el periodo suscita a partir del conocimiento 
arqueológico, antropológico e histórico generado en los siglos XIX y XX. En esta 
asignatura, como es descrita en el plan de estudios, se pretende también que el alumno 
obtenga elementos para analizar y reflexionar la totalidad de los pueblos de la región, 
considerando sus diferencias y particularidades a través de su historia.17 
 Esta materia sirve también para dar continuidad con la siguiente asignatura 
propuesta, Etnias contemporáneas de América Latina (Siglos XIX y XX). Esta materia 
consiste en una revisión de la realidad de los pueblos indígenas de la región, su 
composición, sus estructuras y su historia reciente. Los objetivos de esta materia, como 
están definidos en el plan de estudios son, entre otros, “identificar las formas y métodos 
de resistencia y sobrevivencia material, cultural y política”18 de los pueblos indígenas de 
la región, analizar “las bases sociales, culturales, económicas, políticas y jurídicas de 
sus luchas y estar actualizado en investigaciones sobre los pueblos indígenas y los 
grupos étnicos de la región”.19 
 
16
 Ibídem, p. 71. 
17
 Ibídem, p. 153. 
18
 Ibídem, p. 210. 
19
 Ibídem, p. 217. 
18 
 
 
 En otras áreas, durante los dos primeros dos semestres de la licenciatura en 
Estudios Latinoamericanos, se imparte la materia de Historiografía General e 
Historiografía en América Latina, que ofrecen a los alumnos un recorrido por las 
distintas formas en que se puede estudiar la historia, y la manera en la que se construyen 
las diferentes visiones y análisis de esta disciplina. Hay también materias cuyo objetivo 
es proporcionar nociones básicas de literatura y filosofía general y la historia de estas 
disciplinas en América Latina. También se incluye la materia de Geografía de la región 
y una introducción a la situación y la composición actual de ésta en una materia de 
nueva creación llamada “América Latina Hoy”. 
 Así se puede tener una idea general de los conocimientos previos con los que el 
alumno de esta licenciatura llega al curso de América Latina Colonial. Estos distintos 
elementos son los que permitirán, en una sección posterior de este trabajo, identificar y 
explicar en buena medida los problemas detectados sobre los que se construye la 
propuesta de este informe. 
 
 Por otro lado, en los semestres quinto y sexto de la licenciatura, en el área del 
Conocimiento de Historia, se estudia la materia de “Historia de América Latina, Siglo 
XIX”, que está dividida en dos partes, una por semestre. Revisar los contenidos de su 
temario y objetivos planteados servirá para detectar los requerimientos intelectuales que 
son requeridos a los alumnos al llegar a este momento, con lo que se desprenden los 
conocimientos que se exige aprehender de la asignatura de Historia de América Latina 
Colonial. 
19 
 
 En los objetivos de esta asignatura, enunciados en el plan,20 se pretende que el 
estudiante adquiera una visión general del proceso histórico americano durante el siglo 
XIX, comenzando por las independencias y la conformación de los países de la región, 
el establecimiento de regímenes políticos y militares y los elementos sociales y 
económicos que permitieron éste, la integración de América Latina en el sistema 
mundial como ente político y comercial, la influencia estadounidense sobre los procesos 
políticos y económicos de la región, y el establecimiento de regímenes dictatoriales y 
militares para finales del siglo XIX y el siglo XX.21 
 De forma atinada, en la introducción a los contenidos de Historia de América 
Latina Siglo XIX, se afirma que el objetivo de esta asignatura es estudiar y presentar a 
América Latina como un todo, no como la suma de sus partes.22 Es particularmente en 
este periodo cuando se pueden observar con claridad las diferencias y los parecidos 
entre los distintos países de la región que perduran hasta nuestros días, diferencias y 
similitudes (y los conflictos que eventualmente desencadenaron) que tienen su origen, 
precisamente, en la distribución geográfica y social del poder político en tiempos de la 
colonia, entremezcladacon la historia y organización político social de la época 
prehispánica. 
Por supuesto que también es necesario comprender a profundidad la 
composición social, cultural, étnica y económica de los entes políticos y comerciales del 
periodo colonial para entender su desarticulación a principios del siglo XIX y la 
gestación de los movimientos independentistas que derivaron en la actual composición 
de la región latinoamericana. 
 
20
 Ibídem, p. 286. 
21
 Ibídem, p. 295. 
22
 Id. 
20 
 
 Dentro de las asignaturas que se estudian conjuntamente a ésta, en los semestres 
quinto y sexto de la carrera, llama la atención otra materia de creación reciente: 
“México y América Latina”. El plan de estudios justifica su existencia por varias 
consideraciones: que los alumnos llegan al quinto semestre con un conocimiento muy 
pobre de la historia de su propio país (México), y que es necesario insistir en las 
vinculaciones y paralelismos entre las historias de México y las de las demás naciones 
latinoamericanas.23 
Aunque este punto será abordado a profundidad más adelante, es necesario 
señalar que en las asignaturas del área de conocimiento de historia del ciclo básico en 
los primeros cuatro semestres, se analizan épocas en las que la región latinoamericana 
no está propiamente definida aún, mucho menos los países que la conforman, como 
México. Es decir, que el concepto mismo de América Latina y los estados que la 
componen no es abordado en su realidad histórica sino hasta los semestres tercero y 
cuarto. Con respecto al punto anterior, cabe destacar que el componente “latino” de la 
región se inserta precisamente durante la época colonial, y es en la adecuada enseñanza 
de este periodo que el entendimiento de las relaciones México-América Latina puede 
ser dado. 
 
 Es el contexto que se puede ubicar a la asignatura de “Historia de América 
Latina Colonial”, 1 y 2, en el plan de estudios de la licenciatura en Estudios 
Latinoamericanos. En resumen, como una asignatura del área del conocimiento de 
historia de América Latina, a la que se llega con nociones básicas del análisis histórico, 
sin haber cursado previamente materias de metodología de investigación o análisis de 
textos históricos, con el conocimiento de la historia prehispánica y de la situación actual 
 
23
 Ibídem, p.71. 
21 
 
de los pueblos indígenas del continente americano, pero sin conocimientos generales de 
historia universal ni europea. 
Al mismo tiempo, Historia de América Latina Colonial podría mirarse como una 
asignatura que vincula la historia precolombina con la historia moderna de la región, 
mostrando el puente que se tendió entre dos procesos violentos, de la conquista a la 
independencia; o como la asignatura que tiene la obligación de presentar y estudiar la 
mera construcción de América Latina como una región identificable, con características 
propias y complejas y con una realidad contradictoria en sí misma que devendrá en los 
procesos independentistas y en la América que hoy en día conocemos. 
 
CAPÍTULO 3. 
Definición del problema. 
 
En los dos capítulos anteriores he sentado el contexto académico en el que se ubica el 
trabajo descrito por este informe. Primero señalé la importancia que tiene, para el oficio 
del latinoamericanista, el dominio de la historia de la región como una narración y como 
una realidad vigente, y el dominio de las herramientas para poder hacer un análisis 
crítico e integral de la misma, todo esto enfocado como parte fundamental de la 
formación interdisciplinaria para dicho oficio. 
Después elaboré un mapa de ubicación de la asignatura de Historia de América 
Latina Colonial dentro del plan curricular de la licenciatura en Estudios 
Latinoamericanos, con el objetivo de detectar la situación en la que un alumno de ésta 
se encuentra al momento de cursarla, y lo que requiere de él al momento de terminar los 
cursos que la componen, para de esta manera identificar si los contenidos de dicha 
22 
 
materia son adecuados y suficientes para esta lograrlo, que es precisamente el problema 
central de este trabajo. 
 
 En el plan de estudios de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos se 
describe la asignatura de Historia de América Latina Colonial como una materia en la 
que el alumno aprenderá los acontecimientos históricos y la dinámica de los países 
latinoamericanos, con una visión panorámica de las principales transformaciones 
políticas, económicas y sociales desde el llamado “descubrimiento de América” hasta 
finales del siglo XVII.24 Estos son unos objetivos bastante amplios, considerando que se 
trata de una materia que pretende cumplir un periodo sumamente complejo y bastante 
extenso en cuestión de tiempo. 
Por otro lado, el temario básico sugerido en el plan de estudios consiste en temas 
monográficos que abarquen el periodo, tales como la economía y la política 
(transformaciones económicas con la integración de América al sistema mundo, la 
minería, el desarrollo urbano, la economía rural, etc.), la población y sociedad 
(demografía, castas, cambios en la composición social con respecto al nuevo orden 
económico, etc.). 
 Este fue un repaso brevísimo sobre los contenidos básicos sugeridos en el plan 
de estudios, a partir de los cuales el académico debe construir el temario propio de su 
curso, los contenidos son presentados únicamente como un compilado de conocimientos 
básicos que debe contener dicho temario, sin coartar la libertad de cátedra del profesor. 
 
24
 Ibídem, p. 235. Es necesario aclarar que en la edición impresa de este plan de estudios oficial, 
el título de la asignatura aparece como Literatura en américa Latina 1 Y 2. Esto se debe a un 
error de edición del mismo plan. También señalar la asignatura que aparece en esta página y la 
240 (en la que se realiza la descripción de los contenidos básicos del segundo curso de esta 
signatura) no cuenta aún con una clave definida, puesto que corresponden a la descripción de las 
materias del plan propuesto en 2003. Sin embargo, por el área a la que pertenecen las materias 
descritas en estas páginas, y por el orden en el que son descritas en la seriación del ciclo básico 
de la licenciatura, además de por los contenidos básicos mostrados en esta edición impresa, 
queda claro que corresponden a la asignatura en cuestión. 
23 
 
En esta revisión pude observar que dichos contenidos sugeridos consisten en una 
descripción de la composición de la sociedad colonial en sus diferentes dimensiones, no 
se presenta una narrativa general de acontecimientos, obviándose el proceso violento y 
fundamental para la historia de la región que implicó la conquista de los pueblos 
americanos, y tampoco se presenta un contexto sobre el cual construir esta narrativa, 
construido sobre dicho pueblos o su contraparte europea. 
 
3.1 El problema de contenido. 
 
El problema central de este análisis yace justo aquí, en la afectación que afecta la 
comprensión integral y al análisis de la realidad histórica de la región latinoamericana 
provocada por la carencia de conocimientos que considero fundamentales y que a 
continuación menciono (esta afectación mencionada será desarrollada y comprobada en 
el capítulo cuarto de este trabajo, en el que hablaré sobre las observaciones durante el 
trabajo en el aula). 
Me refiero en concreto al conocimiento sobre la historia de España antes del 
descubrimiento y conquista de América y durante la época colonial. A continuación 
ubicaré este problema desde dos enfoques distintos, el de la pertinencia de este 
contenido con respecto al oficio y a los conocimientos del latinoamericanista y desde su 
importancia desde la enseñanza misma de la historia de la región. 
 
 Numerosos autores, como Silvio Zavala, se refieren ala existencia de tres raíces 
de la cultura americana, la raíz indígena, la raíz blanca y la africana, 25 los colonizadores 
europeos que comenzaron a llegar a partir del encuentro de los dos mundos, las variadas 
culturas indígenas que poblaban la región al momento de la conquista, en grupos 
 
25
 Silvio Zavala. El mundo Americano en la Época Colonial. Porrúa, México. 1967. pp. IV-XIX. 
24 
 
sedentarios, urbanos o nómadas, y por los esclavos de color que fueron ingresados al 
continente mediante el comercio y la trata llevada a cabo por los europeos durante los 
siglos que duró la Colonia. 
 En el plan de estudios de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos existen, 
como he señalado anteriormente, dos asignaturas de ciclo básico con la función de 
impartir conocimiento y herramientas del conocimiento sobre la primera raíz 
mencionada, la indígena, estas son asignaturas obligatorias y se cursan en los primeros 
dos semestres de la carrera, además de cuatro asignaturas optativas sobre arte en la 
época prehispánica. Existen además dos asignaturas optativas sobre “Afroamérica” y 
una asignatura titulada “Antecedentes españoles de la historia de América”, que en mis 
cuatro años cursando la carrera no fue impartida una sola vez.26 Con estos datos se 
puede detectar claramente la carencia de información acerca de la segunda raíz ya 
mencionada (la española). 
Como he dicho antes, en este plan de estudios se afirma que el profesionista más 
cercano a los latinoamericanistas son los historiadores,27 el centro de atención de los 
profesionales en los Estudios Latinoamericanos es básicamente América Latina, y 
cuando se refiere a los conocimientos consistentes en la formación del 
latinoamericanista como hiatoriador enuncia: “Conocerá, de manera general, los 
procesos históricos mundiales que se vinculan con la historia latinoamericana de manera 
directa o indirecta”.28 Es decir, considerando que el latinoamericanista tiene bastante de 
historiador y dentro de sus conocimientos básicos no sólo está la historia de la región 
sino también la universal que la afecte, se puede afirmar que el problema del 
conocimiento de la historia de España es en efecto, de suma importancia. 
 
26
 Matesanz. Op Cit. pp. 137-144. 
27
 Matesanz. Op Cit. p. 51. 
28
 Ibídem, p. 67. 
25 
 
 Ignacio Sosa apunta en esta dirección cuando señala que uno de los problemas 
más fuertes que ha marcado el derrotero de la historia regional es el que comprende los 
vínculos internacionales de la región. ¿Cómo hacer converger la historia europea, 
primero con la de América y cómo hacer converger, entre sí, las historias particulares de 
los propios países de la región?29 Para él, en lugar de repetir la sentencia acerca de la 
unidad o la diversidad que pueda haber en el desarrollo de las historias de los pueblos 
americanos, se debería reconocer que el pasado de América contiene un buen número de 
unidades y diversidades con orígenes varios, que iban en direcciones distintas y 
cambiaron con el correr del tiempo.30 
 
3.2. El problema en la educación básica y preparatoria. 
 
Más allá de esta carencia, se puede hablar de que esta es una situación observable en la 
enseñanza de la historia en general desde la educación básica. Mireya Lamoneda 
escribía para el Coloquio de la Historia de la educación de la Universidad de Granada, 
en 1996: “Es realmente asombroso que a lo largo de muchos años los mexicanos 
estudiemos desde el nivel primaria la historia de nuestro país, en un intento por entender 
el México de hoy, y que no encontremos en los programas escolarizados, ni en los 
textos de apoyo, el desarrollo de otra historia que esté íntimamente ligada al devenir 
nacional como es la historia de España”.31 
Cuando se habla del descubrimiento de América, es un encuentro de dos mundos 
igualmente complejos y con una historia previa que los llevó a ese momento presente, y 
del proceso que llevó, a partir de ese encuentro, a la construcción de las sociedades y 
 
29 Sosa, Ignacio. Op. Cit, p. 78. 
30 Ibídem. p. 81. 
31 Mireya Lamoneda Huerta. “Memorias del IX Coloquio de Historia de la Educación”. En 
Currículum: historia de una mediación social y cultural. Universidad de Granada. España. 
1996. P. 24. 
26 
 
culturas latinoamericanas, resultado de siglos de convivencia y muta alimentación por 
parte de estos dos mundos. Lamoneda señala que en los planes de educación primaria en 
México, los españoles aparecen en nuestra historia de repente, sin mayor explicación ni 
acercamiento al proceso de entendimiento de lo que es otra cultura y de lo que significa 
para la historia universal. Nunca se explican a profundidad los fenómenos por los cuales 
estos pueblos emprendieron la expansión por el Atlántico, ni las condiciones que los 
llevaron a emprender la conquista y colonización de América de la forma en que lo 
hicieron.32 
El estudio hecho por la doctora Mireya Lamoneda es de finales de los noventa, 
sin embargo, haciendo una revisión de los planes de estudio actuales de la educación 
primaria y secundaria en México, podemos ver que no hay mucha diferencia al respecto, 
como, explico a continuación:33 
En los programas de la educación básica aprobados en 2011 y vigentes a la 
fecha, se estudia historia sólo durante los últimos tres años de seis, en cuarto y quinto se 
estudia historia de México, y en sexto año se estudia historia universal. En este último 
grado, el programa se divide en cinco bloques: “La prehistoria. De los primeros seres 
humanos a las primeras sociedades urbanas”, “Las civilizaciones agrícolas de Oriente y 
las civilizaciones del Mediterráneo”, “Las civilizaciones mesoamericanas y andinas”, 
“La Edad Media en Europa y el acontecer de Oriente en esta época” e “Inicios de la 
Edad Moderna”.34 
 
32 
Ibídem. P. 25. 
33 Aunque las afirmaciones hechas en este trabajo se refieren a los conocimientos que poseían 
los estudiantes que cursaron la materia en los semestres en los que realicé mi servicio (en su 
mayoría nacidos en el periodo 1994-1995), me parece que analizar el actual programa de 
contenidos de la educación básica en México da más proyección de vigencia y actualidad a este 
trabajo. 
34 “Programa de estudio 2011. Educación básica primaria”. Secretaría de Educación Pública. 
México, 2013. Tomado de http://www.curriculobasica.sep.gob.mx/index.php/historia-6?sid=611 
el día 18 de Mayo de 2014. 
27 
 
Más adelante, en la educación secundaria, los temarios no son muy diferentes. 
En los mapas de contenidos trazados por la Secretaría de Educación Pública en 2012 
para la educación secundaria, la historia se enseña en el segundo y tercer año. En el 
primer año de secundaria se estudia historia universal, y en el segundo año se estudia 
historia de México. La materia de “Historia 1”, se divide a su vez en bloques, y estos en 
secuencias. Los contenidos impartidos por esta materia abarcan el periodo comprendido 
entre el descubrimiento de América y las últimas décadas del siglo XX35. Se dedica una 
secuencia a plantear el contexto de la conquista, con los temas: “La necesidad de abrir 
nuevas rutas comerciales”, “Humanismo y renacimiento” y “Avances científicos y 
tecnológicos”, y la dosificación recomendada sugiere que se imparta este conocimiento 
en una sola sesión junto con otros cinco temas que incluyen las exploraciones y el 
descubrimiento de América y las diferentes colonizaciones por parte de los países 
europeos.36 
 Con estos datos podemos observar que los conocimientos ofrecidos por la 
educación primaria y secundaria no son lo suficientemente abundantes para abarcar lo 
que he señalado apoyándome en Lamoneda. Por otro lado, y aunque los contenidos 
impartidos por la enseñanzapreparatoria son bastante más diversos, si tomamos los 
contenidos del programa de estudios del Colegio de Bachilleres, para apegarnos al 
modelo de educación oficial que hemos analizado en este apartado, la tendencia es 
exactamente la misma. En este nivel preparatorio, la historia se estudia en los primeros 
dos semestres de seis, y se reduce únicamente a la historia de México.37 
 
35 “Mapas de contenido de segundo grado de secundaria”. Secretaría de Educación Pública. 
México, 2012. Tomado de 
http://www.telesecundaria.dgme.sep.gob.mx/materiales/mapas_2do.php el día 18 de Mayo de 
2014. 
36 Oxana Pérez Bravo, et. al. Historia 1. Volumen 1. Telesecundaria. Secretaría de Educación 
Pública. México, 2012. P. 4. 
37 “Mapa curricular. Colegio de Bachilleres”. Secretaría de Educación Pública. México. 2012. 
Tomado de: 
28 
 
 
El tema sobre los contenidos de la enseñanza de la historia siempre ha sido 
problemático. María del Carmen González Muñoz, inspectora de educación y 
coordinadora del programa “Cátedra de Historia de Iberoamérica” de la Organización 
de Estados Iberoamericanos, identifica un sistema de enseñanza de la historia que 
responde a cuatro categorías fundamentales: “¿Qué enseñar? ¿A quién y cuando 
enseñar? ¿Quién y con qué formación puede enseñar? Y ¿cómo enseñar?,38 cada una de 
estas preguntas pretende cubrir un aspecto diferente de la enseñanza, el epistemológico, 
el psicopedagógico, el profesional y el didáctico, consecutivamente. Se trata de aspectos 
íntimamente relacionados, dialécticamente implicados, y a partir de los cuales se 
desgrana todo el proceso de enseñanza y aprendizaje de la historia.39 
En la formación del latinoamericanista, considerando la importancia del 
conocimiento de la historia, las preguntas planeadas por María del Carmen Muñoz son 
especialmente difíciles de responder, no sólo porque América Latina es una región 
extensa y llena de complejidades culturales que varían geográficamente y que 
determinan en buena medida la historia de la misma, sino también, y esto es lo 
verdaderamente importante para este informe, porque (siguiendo a Silvio Zavala) 
América Latina tiene al menos tres raíces concretas y diferentes entre sí, cada una con 
su propia historia y complejidad. Además, la complejidad de responder estas preguntas 
para la redacción de un plan de estudios, radica también en la formación 
interdisciplinaria misma del latinoamericanista. Quizás puede también definirse como 
un problema de acotamiento del perfil de egreso de esta profesión. 
 
http://www.cbachilleres.edu.mx/cb/comunidad/docentes/pdf/Reforma_curricular/Documentos/P
lanestudios.pdf el día 18 de Mayo de 2014. 
38 María del Carmen González Muñoz. La enseñanza de la historia en el nivel medio. Editorial 
Anaya 21. Madrid. 2002, p. 20. 
39
 Todas estas preguntas también suponen delimitaciones, que son necesariamente consideradas 
en el momento de la redacción de un plan de estudios, y que son consideradas al momento de 
enunciar mi propuesta, más adelante en el trabajo. 
29 
 
 
CAPÍTULO 4 
Metodología y actividades en el aula 
 
Establecido lo anterior, describo a continuación el contenido de la asignatura de Historia 
de América Latina Colonial 1 y 2 y explico también cómo el problema descrito 
anteriormente fue detectado en la impartición del curso, mediante un examen 
diagnóstico a los alumnos sobre los contenidos impartidos y los variados intereses de 
los estudiantes con respecto de estos. 
 
El plan de estudios de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos plantea una 
tendencia clara hacia la enseñanza de las raíces indígenas de la región, y relega las otras 
dos raíces conocidas, en particular la española. Por otro lado, con respecto a la segunda 
pregunta planteada por María del Carmen Muñoz, acerca del momento para impartir 
esta información, en el área dedicada al conocimiento de historia se deja a la raíz 
española sujeta a lo que se pueda aprender en el tercero y cuarto semestre de la carrera, 
precisamente en la asignatura de Historia de América Latina colonial, puesto que lo 
ofrecido durante los semestres previos no abarca dicho tema. 
 El problema que se encuentra aquí salta a la vista de inmediato, en el apartado 
anterior hice un análisis de por qué la falta del conocimiento de historia española es un 
problema para la formación del latinoamericanista. Sin embargo, si nos situamos en el 
curso y los contenidos de la asignatura en cuestión, sería simplemente imposible 
impartir esta materia sin los conocimientos previos que se requieren. 
Si consideramos el periodo colonial de la historia de América Latina como el 
que va desde la conquista y anexión de los dos más grandes señoríos americanos por 
parte de los europeos, es decir, México Tenochtitlan en 1521 y el imperio Inca en 1533, 
30 
 
hasta las independencias de los países americanos en la segunda y tercera década del 
siglo XIX, hablamos habla de tres siglos en los que la totalidad del territorio de la 
región, su vida política, su devenir social y su evolución cultural estaban ligados, y en 
buena medida dependían de lo que los procesos políticos y sociales que ocurrían en la 
metrópoli, y por esta misma razón, en cierto modo determinados por los procesos 
históricos mismos que llevaron a la península ibérica a ser lo que era. 
 
Examen diagnóstico 
 
La concepción constructivista del aprendizaje y la enseñanza señala tres aspectos 
globales fundamentales a tomar en cuenta al momento de organizar y planificar la 
enseñanza de un nuevo contenido: la disposición que presentan los alumnos frente al 
aprendizaje, las capacidades, instrumentos, habilidades y estrategias generales que son 
capaces de utilizar y los conocimientos que ya poseen respecto al contenido concreto 
que se propone aprender. Estos conocimientos previos abarcan tanto conocimientos e 
informaciones sobre el propio contenido, como conocimientos que, de manera directa o 
indirecta, pueden relacionarse con éste.40 
Al impartir una asignatura como esta, sabiendo que el alumno posee la 
información aprehendida anteriormente sobre la historia y la sociedad prehispánica, 
hacía falta ver hasta qué punto se podría avanzar sobre la historia de América Latina 
Colonial, considerando como válidos y efectivos los conocimientos previos sobre la 
historia colonial que el alumno pueda tener hasta el momento. 
Para Mariana Mirás, en una aproximación que hace a los conocimientos previos 
desde el enfoque constructivista, las herramientas más efectivas para conocer esta 
 
40 Mariana Mirás. “Un punto de partida para el aprendizaje de nuevos contenidos. Los 
conocimientos previos” en César Coll, et. al. (coord.). El constructivismo en el aula. Grao. 
Barcelona. 1998, p. 49. 
31 
 
situación son la propia experiencia docente y la exploración de dichos conocimientos 
mediante una prueba41, un “examen diagnóstico”. A través éste se pueden observar no 
sólo los conocimientos sobre la el tema en cuestión (historia colonial) que los alumnos 
poseen, sino las ideas construidas que tienen al respecto, y por extensión, la idea que los 
alumnos puede tener sobre la presencia española en América. 
 
 Es particularmente interesante observar estos conocimientos e ideas previas 
cuando se trata de la historia colonial, en particular del proceso de la conquista de 
América, por ser un proceso tan determinante en el devenir de la construcción del área y 
tan proclive a ser narrado de acuerdo con la ideología de quien lo haga. 
Otros académicos que analizan el enfoque constructivista, Javier Merchán y 
Florentino García Martínez, señalan acertadamente que estas ideas previas son 
generalmente condicionadaspor el contexto ideológico del alumno, contexto en que se 
produce el traslado mecánico al pasado de los valores vigentes en el presente.42 
Además, es necesario considerar que los alumnos adquieren sus ideas sobre la historia 
en el medio sociocultural, a través de la educación básica o por descubrimientos 
personales. 
Como he señalado antes, la educación básica proporciona pocas herramientas de 
análisis para este periodo y el proceso de la conquista en particular, empezando por el 
poco conocimiento impartido al respecto. Por otro lado, en palabras de María del 
Carmen Muñoz, “estas ideas sociales dominantes sobre la historia pueden responder 
también a paradigmas o versiones de determinados acontecimientos como eran contados 
 
41 Ibídem, p. 59. 
42 Javier Merchán y Florentino García Martínez. Proyecto Guadalquivir para comprender la 
Historia. Oromana. España. 1990. p. 13. 
32 
 
en la narración clásica de la historia, y que se consideran superados por la comunidad 
científica”.43 
 El examen diagnóstico en esta asignatura durante la primera clase del curso, el 
día 9 de agosto de 2012, y consistió en dos ejercicios: En el primero se discutió la 
noción misma de “América Latina Colonial” como concepto histórico, para observar la 
percepción que los alumnos tenían de éste. Una vez aplicado, notamos que el concepto 
mismo “América Latina” no ha sido analizado en su realidad histórica en los semestres 
anteriores, esto debido a que, al limitar el conocimiento de historia previo únicamente al 
estudio de los pueblos prehispánicos, el componente “latino”, que es el que unifica a la 
región y por el que se la nombra, no es siquiera concebido como un componente 
histórico, si acaso como nominal.44 
En este punto, los alumnos demostraron conocer los orígenes decimonónicos del 
término “América Latina”, término surgido en oposición a “Angloamérica”, y están 
conscientes de que lo “latino” hace referencia a la cultura y los idiomas que prevalecen 
al sur del río Bravo. Sin embargo, las implicaciones culturales, sociales, geográficas, y 
otras, que conllevan la dominación española durante tres siglos y que determinan la 
realidad americana, no son concebidas como parte integral de la región en la actualidad. 
Esto es sumamente importante porque no es hasta el estudio del periodo colonial que el 
concepto “América Latina”, puede ser estudiado como concepto histórico por el alumno 
dentro del aula. 
 
43
 González Muñoz. Op Cit. P. 83. 
44
 Vale la pena señalar que “América Latina” es una de varias propuestas para nombrar a la 
región. Hay propuestas que señalan que en estricto sentido, la región debería nombrarse 
“Iberoamérica”, debido a que la mayoría de los países forman parte de un colectivo formado en 
los primeros años de la colonia, principalmente por la conquista por parte de los países de la 
península ibérica. Sin embargo, este nombre excluye los componentes franco, anglo y otros, de 
la región. 
 Ya que no está entre los objetivos de este trabajo señalar una forma adecuada de 
nombrar a la región, tomaremos el concepto de “América Latina” por ser el que nombra la 
carrera y a la mayoría de las asignaturas cursadas, ya que es el concepto más amplio de los 
usualmente propuestos. 
33 
 
En el segundo ejercicio del examen diagnóstico, pedimos al grupo en general 
nombrar todos los personajes de la época colonial que conocieran, y explicaran algo 
sobre ellos. En las respuestas arrojadas por los alumnos nos percatamos de tres 
fenómenos en particular: en primer lugar, los personajes mencionados en total apenas 
ascendieron a diez, en segundo lugar, la mayoría de ellos pertenecían al cuerpo de la 
iglesia o habían participado en los procesos de conquista o independencia; y en tercer 
lugar, ninguno de los personajes nombrados había trascendido por su existencia o 
acciones en Europa, como por ejemplo, los monarcas españoles. 
 Son tres fenómenos muy sintomáticos por separado. El primero deja ver que el 
conocimiento de la historia colonial es, en sí, muy limitado, aunque este periodo es 
parte fundamental en la historia de los países latinoamericanos, que han sido colonia 
más tiempo de lo que llevan siendo independientes. El segundo muestra que el período 
colonial no ha dejado de ser idealizado incluso en nuestros días, como un pasado en el 
que la vida cotidiana, el orden social y la configuración política eran, casi en su 
totalidad, dominados por la iglesia o la religión, percepción que en una educación 
ofrecida por un estado que se ha defendido como laico desde hace más de cien años, y 
que ha entrado en conflicto con la iglesia en varias ocasiones, tiende a ser negativa. Tal 
como afirma Carmen González Muñoz, estas ideas previas rara vez están libres de la 
carga ideológica con las que se han connotado y enseñado anteriormente. Por último, el 
tercer fenómeno observado en las respuestas ofrecidas por los alumnos, deja ver 
claramente que Europa no es considerada parte de la historia colonial, la ausencia de 
conocimiento sobre los procesos políticos europeos ya no antes, sino durante la época 
colonial, muestra que se entiende dicha época evitando hacer referencia directa a la 
dominación efectiva de los reinos europeos sobre América. 
34 
 
 El verdadero problema con las estas ideas construidas en un contexto ideológico 
específico, es que suelen ser tenaces y difíciles de cambiar, especialmente las referidas a 
la estructura epistemológica de la historia (explicación, entendida como causa única, 
búsqueda de culpables, narración de lo que "realmente ocurrió", objetividad, etc.).45 En 
el caso de la historia colonial es muy común encontrar ideas con una tendencia fija por 
determinar el desarrollo entero de la sociedad durante el período colonial en el violento 
proceso de la conquista, esta dificultad aplica también a estereotipos asumidos 
socialmente, como el del conquistador violento y avaricioso, y el español autoritario y 
abusivo. Por el contrario, las ideas previas consistentes en los errores sobre 
informaciones concretas que no involucren estos condicionantes no suelen ofrecer tanta 
resistencia, por ejemplo, el papel de Colón en el descubrimiento de América o el 
número concreto de españoles que conquistaron Tenochtitlan. 
 Es precisamente la posible malinterpretación de la historia entera del periodo 
colonial, basada en estas ideas previas, la misma razón para explorarlas. No con el 
objetivo de hacer ninguna reivindicación ideológica ni histórica, sino porque los 
alumnos necesitan entender a profundidad muchas cosas para poder acceder a la historia 
organizada como conocimiento académico.46 
No se puede ofrecer éste como un conocimiento acabado, traducción de la 
investigación académica, resumido en manuales y expuesto por el profesor en la idea de 
que será asumido, es necesaria una construcción continua basada en la reflexión y 
contrastada con estas ideas previas para entender por qué se arraigaron en el 
pensamiento popular y cómo pueden articularse con la realidad histórica. 
 
Información y materiales ofrecidos 
 
45
 Ibídem. p. 84. 
46
 Ibídem. p. 83. 
35 
 
Otra de las actividades que realicé durante mi servicio social fue la elaboración de un 
blog virtual donde “colgaba” materiales didácticos para el grupo, su funcionamiento y 
utilidad las explicaré más adelante en este informe. Sin embargo, para efectos de aclarar 
la detección del problema en cuestión, haré una breve referencia al contenido de los 
materiales ofrecidos por este medio. 
 A lo largo de los dos semestres cursados, hicimos referencia a numerosos 
documentos y personajes relacionados directamente con la historia de la región en el 
periodo colonial, en el blog se ofrecían algunos de estos materiales (documentos 
escaneados,cuadros sinópticos, etc.) a los alumnos, prácticamente en su totalidad por 
petición o sugerencia de ellos mismos. Para exponer el problema del desconocimiento 
de la historia europea e ibérica en particular, vale la pena destacar que los alumnos 
pidieron que fueran subidos siete documentos históricos, de los cuales, cuatro de ellos 
fueron redactados en Europa o responden a coyunturas políticas de ese continente, por 
ejemplo, la Bula Sublimis Deus, Las Capitulaciones de Santa Fé, o bien el Assiento de 
Negros de 1713. 
En la sección de imágenes del blog, subí durante los dos semestres, distintos 
cuadros, mapas o litografías y grabados escaneados, ilustrativos para la historia de la 
época colonial, temas como la revolución francesa, el absolutismo ilustrado, la 
expansión de los imperios europeos, la guerra de sucesión española, los árboles 
dinásticos españoles, etcétera, fueron pedidos o sugeridos por los alumnos para ilustrar 
lo explicado en el curso, mucho más que aquellas imágenes que hicieran referencia al 
periodo colonial en territorio americano, o a coyunturas políticas del mismo. 
 
 El hecho de que fueran los alumnos quienes pidieran estos materiales puede 
explicar dos cosas, o bien que estos contenidos fueron simplemente del agrado de los 
36 
 
alumnos, o que el conocimiento previo real sobre estos temas es insuficiente, lo cual 
provocó que el grupo pidiera herramientas para comprenderlos y conocerlos mejor, ya 
que consideraron que valía la pena estudiarlos, de allí el interés. En los siguientes 
apartados pretendo mostrar que se trata de la segunda opción. 
 
El desarrollo de la clase y los métodos de enseñanza. 
 
En una conversación con el Dr. Escamilla, titular de la asignatura, él señalaba que la 
principal dificultad de impartir esta materia radica en que el periodo colonial comienza 
con el descubrimiento de América, proceso que provocó un cambio total en la 
percepción misma del universo por parte de los habitantes del viejo continente, y 
concluye tres siglos después, cuando América ya forma parte activa del mundo tanto 
económica, como social, cultural y políticamente; esto significa que al impartir una 
asignatura como ésta es indispensable abarcar conocimientos generales de distintos 
continentes, regiones y culturas, porque dicha integración no puede ser comprendida sin 
entender también los efectos que el nuevo continente provocó en el “sistema-mundo”, y 
las transformaciones sufridas por Europa y el resto mundo a partir de este suceso. 
 Es por esta misma razón que el primer elemento a destacar en la metodología 
utilizada para integrar esta problemática al curso y resolverla durante el mismo es el 
temario propio del curso. Si volvemos sobre los componentes del sistema de enseñanza 
de la historia propuesto por González Muñoz al que ya he hecho referencia, la respuesta 
a qué contenidos enseñar es fundamental para la solución a este problema. El temario 
ofrecido a los alumnos al inicio del curso tiene los siguientes objetivos particulares (el 
temario completo puede verse en el anexo 1): 
37 
 
1) Identificar las características del desarrollo histórico europeo, y de la Península 
Ibérica en particular, relevantes en el inicio del proceso colonizador. 
2) Examinar la construcción de la idea de América como uno de los problemas 
fundamentales en el desarrollo intelectual de Occidente a partir de 1492. 
3) Identificar las semejanzas y diferencias del desarrollo cultural de Viejo y Nuevo 
Mundo en el momento del encuentro. 
4) Explicar la importancia de los procesos de exploración, conquista militar y 
organización política y económica de los territorios en el siglo XVI como 
determinante del desarrollo posterior de las colonias americanas. 
5) Caracterizar la cristianización de América como un proceso complejo y activo de 
intercambio y adaptación cultural entre los evangelizadores y los pueblos indios. 
6) Detectar las peculiaridades socioculturales del período transcurrido entre la 
conquista y las grandes catástrofes demográficas indígenas de finales del siglo XVI. 
7) Describir las relaciones entre los reinos peninsulares y americanos y las estructuras 
imperiales de los dos primeros siglos coloniales. 
8) Cuestionar la visión tradicional del colonialismo ibérico como un modelo de 
dependencia y confrontarla con la hipótesis de la “virtual autonomía” americana en 
el siglo XVII. 
9) Reproducir un panorama del apogeo de las sociedades iberoamericanas entre 1600 
y 1740 y de las peculiaridades culturales de los distintos desarrollos regionales del 
continente. 
 
 Me gustaría destacar que estos nueve objetivos particulares establecidos por el 
temario están elaborados no únicamente a partir de la experiencia colonial en suelo 
americano, sino de lo que ésta representó para los conquistadores mismos. Más 
38 
 
adelante, en el listado de temas a abordar en el semestre, el primer tema del curso 
necesariamente se refiere a la situación de la península ibérica hacia el año 1500 d.C., 
explicando los estratos culturales y los componentes históricos de la península ibérica 
hasta la llegada de los musulmanes, el periodo de ocho siglos que comprendió la 
dominación musulmana en la península, la llamada “Reconquista” y la re-composición 
de la sociedad después de esto, la situación del cristianismo en Europa, particularmente 
durante la ruptura político-religiosa que provocó la reforma luterana. 
 El objetivo de impartir este tema no es simplemente conocer los sucesos y 
procesos por los que pasaba la península en el momento de la conquista, sino entender 
cuál era la situación política e intelectual de los pueblos europeos a la aparición del 
Nuevo Mundo, y por qué este suceso ha sido considerado por muchos como el más 
importante de la historia registrada, precisamente porque el mundo y el cosmos 
concebido por los europeos, cambió tan radical y violentamente como sería la reacción 
ante este suceso. 
 Para facilitar la comprensión de los alumnos a estos temas se hizo una selección 
de lecturas que permitieran tener una idea de la situación descrita, como complemento 
de la explicación en clase, lecturas como “El mundo mental de Hernán Cortés”, de John 
Elliot,47 explican el contexto educativo, cultural y social que rodeaba a los 
conquistadores, en particular a Hernán Cortés, al momento del descubrimiento y 
conquista de América, muestra las percepciones míticas y fantásticas del universo y de 
lo desconocido y su reflejo en la realidad americana, con el fin de entender las 
interpretaciones y las percepciones que se construyeron a partir de todo un continente 
nuevo y desconocido que se abría ante los ojos de los europeos, exótico y emocionante. 
 
47
 John Elliot. España y su mundo. Editorial Taurus, España, 2007. 
39 
 
La lectura “La economía global y el Quijote” de Arturo Giráldez,48 explica el papel que 
América adquirió en el imaginario europeo, basado tanto en su papel real en la 
economía y las políticas del viejo continente como en las percepciones previas sobre la 
misma. 
Entender esta construcción conceptual de América para Europa es fundamental 
para profundizar en el papel que jugaba en el sistema mundo cuya mayor dinámica 
estaba en el Atlántico y cómo, a partir de allí, eran dictadas políticas de carácter 
económico, estructural y judicial que afectarían profundamente el desarrollo histórico 
de la región que hoy llamamos América Latina. 
 
 Una vez seleccionados los contenidos a impartir y los materiales con los que se 
apoyará la enseñanza de este conocimiento, es necesario volver sobre la pregunta ¿cómo 
enseñar la historia? Para responder esto, es necesario reflexionar sobre las nuevas 
categorías que existen hoy en día para la investigación histórica y que permiten analizar 
la enseñanza de esta historia desde los variados puntos de vista que son necesarios y 
abordandolos conocimientos generales necesarios, estas categorías se encuentran 
insertadas en lo que se llama “Nueva historia”. 
 Considero necesario hacer un muy breve repaso de lo que la “Nueva historia” es 
y representa en los modelos actuales de la enseñanza de esta disciplina, para lo cual 
retomaré las palabras de Luz Elena Galván de Terrazas, investigadora del Centro de 
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), quien 
rápidamente puede situarnos en lo que estamos hablando cuando nos referimos a la 
“Nueva historia”: 
Es indudable que el avance de la “Nueva historia” se debe a la revista de los Annales, la 
cual fue fundada en 1929 por Marc Bloch y Lucien LeFebve. En ese momento el título 
 
48
 Arturo Giráldez. “La economía global y el Quijote”. Revista de Historia Económica-Journal 
of Iberian and Latin American Economic History, volumen 23. 2005. 
40 
 
que se le dio fue el de Annales de historia económica y social. Esta revista planteaba una 
revolución intelectual muy profunda que rompe con la historiografía tradicional. Se puede 
decir que esta corriente historiográfica propone una historia más analítica que narrativa, la 
cual se plantea nuevas preguntas y nuevos problemas en varias áreas de conocimiento 
referentes a la elación entre el hombre y la sociedad en el pasado. Es así como nuevos 
temas, problemas y enfoques empiezan a surgir, debido al contacto de la historia con la 
antropología, la sociología, la economía, la lingüística y la psicología.49 
 
Varios autores coinciden en que esta es una etapa en la que la forma de conocer la 
historia ha cambiado de manera vertiginosa, y por ende, los métodos para enseñarla. 
Martín Bourdé es insistente al señalar que en este sentido, la historiografía ha sido una 
“inmejorable vacuna contra la ingenuidad”, y nos revela hasta qué punto el discurso 
historiográfico es, “por naturaleza, inestable y susceptible a toda clase de 
transformaciones".50 Por razones como esta es que los contenidos y la forma en que se 
analizan deben tener objetivos claros y bien aplicados. 
Como señala González Muñoz, a partir de la fundación de la revista de los 
Annales en 1929, la forma de estudiar y de contar la historia ha sufrido numerosos 
cambios, se dejó atrás la forma de narración decimonónica que privilegiaba los relatos 
individuales, políticos y militares, y se pretendió hacer una historia total, que incluyera 
las muchas dimensiones de una sociedad y en la que estuvieran presentes todos los 
niveles del pensamiento de la praxis humana. 51 
¿Cómo afectan todos estos aspectos al currículo de la materia de Historia de 
América Latina Colonial? Como puede detectarse en el temario de la clase, se pretende 
integrar todos los aspectos, dando una mirada amplia e integral de la realidad histórica 
que se pretende estudiar, y darle un enfoque que apunte hacia el análisis de la realidad 
posterior y actual latinoamericana, para que el alumno pueda sentar precedentes 
 
49
 Luz Elena Galván. “La enseñanza de la historia en México, sus imaginarios y la vida 
cotidiana”. En Luz Elena Galván y Mireya Lamoneda, Un reto: La enseñanza de la historia 
hoy. Instituto superior de ciencias de la educación del Estado de México. México, 1999. P. 75. 
50
 Martin Bourdé. Las escuelas históricas. Madrid. Akal. 1992. P. 249 
51
 González Muñoz. Op Cit. P. 41. 
41 
 
históricos a sus análisis y argumentaciones acerca de estos temas. Con los 
conocimientos previos del alumno, que también incluyen las herramientas y los 
métodos adquiridos durante los primeros semestres de la carrera, se puede avanzar 
mucho en este sentido. 
 De esta manera, los alumnos pudieron acceder a lecturas y contenidos de muy 
diversa naturaleza, como textos narrativos, anecdóticos y de análisis (ver anexo 2 – 
Lista de Lecturas del Curso de Historia de América Latina Colonial), pusimos a su 
disposición fuentes literarias y proyectamos una película narrativa sobre la fase inicial 
del periodo colonial. Afortunadamente, tuve la oportunidad de participar activamente en 
análisis de estos distintos textos, en un ejercicio en el que mi papel era dirigir una lluvia 
de ideas aportadas por todo el grupo y llevarlas a una conclusión en la que participaran 
todos los alumnos, agotando los argumentos, información y propuestas de los diferentes 
autores, así cada sesión se repasaron las lecturas y se contrastaron las opiniones y 
percepciones de los alumnos con la de los autores o con las fuentes primarias. 
 De esta manera, logramos en el alumno un acercamiento a las distintas formas 
de narrar y analizar la historia, y utilizando herramientas aprendidas en cursos 
anteriores, logró identificar los elementos formales de los diversos relatos y la espina 
dorsal de los textos argumentativos y, más importante, fue impulsado a exponer sus 
propios argumentos y las conclusiones extraídas de los textos y a defenderlos frente a 
otras opiniones. 
 
Integración de las tecnologías de información y com unicación 
 
Habitualmente, se define como aprendizaje multimedia a aquel que recurre a una 
combinación de diferentes canales de comunicación (visual o auditivo) y a una 
42 
 
diversidad de tipologías de información (textos, imágenes, videos) presentada de 
manera secuenciada y de manera dinámica.52 Para Pilar Rivero y Cristófol Trepat, la 
enseñanza de la historia a nivel universitario requiere necesariamente la utilización de 
tecnologías de información, para ellos, una presentación que incluya texto, imágenes, 
videos, música, y demás contenidos multimedia, proporcionan una sensación de 
animación en función de su significado o interrelación que facilita la interacción del 
alumno con el conocimiento ofrecido, proceso fundamental en la enseñanza de la 
historia.53 
 
 Gracias a mi experiencia como adjunto, puedo señalar que la aproximación a 
este conocimiento es una experiencia multicultural. Es necesario conocerlo en su 
multiplicidad para comprenderlo a profundidad. Para esto, se tiene que conocer todos 
los tipos de fuentes que lo componen. Y es precisamente una de las particularidades de 
la historia colonial es la variada naturaleza de sus fuentes y procedimientos de 
investigación, y de las disciplinas necesarias para entenderlas; de allí que el aprendizaje 
de la historia sea en sí mismo multimedia, ya que las fuentes textuales y materiales son 
presentadas en distintos formatos, y es así que la proyección multimedia permite 
incorporar a la clase todo tipo de fuentes históricas primarias. 
 
 Una de las actividades que más tiempo y dedicación requirió durante mi servicio 
social fue precisamente la recolección de fuentes primarias no textuales para su 
digitalización, edición y organización, en particular de imágenes con diferente 
contenido y naturaleza, principalmente cuadros de época, retratos de los personajes 
 
52
 Cristófol Trepat y Pilar Rivero. Didáctica de la historia y multimedia expositiva. Grao. 
España, 2010. P. 5. 
53
 Ibídem. P. 12. 
43 
 
históricos protagonistas de los sucesos narrados en clase, mapas contemporáneos a los 
procesos explicados, vistas de ciudades, grabados históricos, fotografías de los sitios en 
la actualidad y de objetos y artesanías coloniales. Mis principales fuentes para la 
obtención de estas fuentes primarias fueron libros y catálogos sobre procesos, lugares o 
aspectos específicos de la vida colonial, de exposiciones museográficas, facsímiles 
digitales y/o catálogos de naturalistas coloniales. También es necesario destacar el 
papel que jugó el internet para la obtención de estas imágenes, que no sólo sirvió para 
buscar los contenidos anteriormente seleccionados, sino para localizar nuevos y como 
guía para ampliar el catálogo de imágenes ofrecidas a los alumnos.

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